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AUTOINMUNIDAD Y DIABETES MELLITUS

La diabetes mellitus tipo 1 es consecuencia de la destrucción inmunológica de las


Células b pancreáticas, en individuos susceptibles de padecerla.

Como resultado de la afectación inmunológica, disminuye la capacidad de producir


insulina progresivamente, se puede comprobar hiperglucemia, inicialmente en ayunas
y posteriormente, de forma permanente.

Los individuos susceptibles pueden ser detectados por la presencia de diversos


marcadores inmunológicos, así como por estudios que demuestran la pérdida
progresiva de la capacidad secretoria de las células b.
Los sujetos considerados como de alto riesgo para desarrollar una diabetes pueden
ser identificados mediante las investigaciones científicas:

1. Determinación del antígeno leucocitario humano (HLA)

2. Detección de anticuerpos contra las células insulares (ICA)

3. Detección de anticuerpos contra la insulina (AAI)

4. Detección de anticuerpos contra la descarboxilasa del ácido (anti-GAD) o


proteína 64.kD

5. Prueba de tolerancia a la glucosa rápida.5,6 Otros antígenos han sido


reconocidos entre los que se señalan el gangliósido GM2-1 y la enzima tirosina
fosfatasa (IA2/ICA512).

Hasta el momento, los ICA continúan como marcadores principales en la diabetes


mellitus tipo 19 y su prevalencia e importancia han sido establecidas en población
cubana.

La mejor comprensión de los aspectos patogénicos de la diabetes mellitus tipo 1 ha


permitido desarrollar programas para prevenirla y las estrategias consisten en la
búsqueda activa de individuos considerados como de alto riesgo para el desarrollo de
diabetes como son: los familiares de primer grado de pacientes diabéticos, los
individuos con HLA DR3 y DR4 y las diabéticas gestacionales con HLA sugestivo,
anticuerpos anti islotes positivos (ICA) y antiinsulina positivos (AAI+).3,10 El empleo
racional de estos programas permite identificar a los sujetos susceptibles en el estado
denominado de prediabetes y desarrollar acciones de intervención farmacológica, para
retardar la aparición de la enfermedad.

La diabetes mellitus tipo 1 puede presentarse de manera similar a la del tipo 2, pero
con un desarrollo más lento a la insulinodependencia. Este grupo de pacientes suele
diagnosticarse por lo general por debajo de los 40 años de edad, presentan bajo peso
corporal y progresan a la insulinodependencia en meses o pocos años después del
diagnóstico clínico.

Se comprueba en las mismas concentraciones de péptido C e insulina circulante


disminuidas, se observa una mayor frecuencia de HLA DR3 y DR4 y detección de ICA
positivo y anticuerpos anti-GAD. En estos pacientes se puede comprobar una baja
reserva pancreática de péptido C y de insulina.

AL cuadro clínico humoral antes descrito se denomina diabetes latente autoinmune de


Presentación tardía.
El sistema inmunitario protege al organismo de sustancias posiblemente nocivas,
reconociendo y respondiendo a los antígenos. Los antígenos son sustancias (por lo
general proteínas) que se encuentran en la superficie de las células, los virus, los
hongos o las bacterias. Las sustancias inertes, como las toxinas, químicos, drogas y
partículas extrañas (como una astilla), también pueden ser antígenas.

El sistema inmunitario reconoce y destruye sustancias que contienen antígenos.


Las células corporales tienen proteínas que son antígenos. Éstos incluyen a un grupo
llamado antígenos HLA. Su sistema inmunitario aprende a ver estos antígenos como
normales y por lo general no reacciona contra ellos.

INMUNIDAD INATA

La inmunidad innata, o inespecífica, es un sistema de defensas con el cual usted nació


y que lo protege contra todos los antígenos. La inmunidad innata consiste en barreras
que impiden que los materiales dañinos ingresen en el cuerpo. Estas barreras forman
la primera línea de defensa en la respuesta inmunitaria. Ejemplos de inmunidad innata
abarcan:

 El reflejo de la tos

 Las enzimas en las lágrimas y los aceites de la piel

 El moco, que atrapa bacterias y partículas pequeñas

 La piel

 El ácido gástrico

La inmunidad innata también viene en forma de químico proteínico, llamado inmunidad


humoral innata. Los ejemplos abarcan: el sistema de complementos del cuerpo y
sustancias llamadas interferón e interleucina 1 (que causa la fiebre).

Si un antígeno traspasa estas barreras, es atacado y destruido por otras partes del
sistema inmunitario.

INMUNIDAD ADQUIRIDA

Es la inmunidad que se desarrolla con la exposición a diversos antígenos. El sistema


inmunitario de la persona construye una defensa contra ese antígeno específico.

INMUNIDAD PASIVA

La inmunidad pasiva se debe a anticuerpos que se producen en un cuerpo diferente


del nuestro. Los bebés tienen inmunidad pasiva, dado que nacen con los anticuerpos
que la madre les transfiere a través de la placenta. Estos anticuerpos desaparecen
entre los 6 y los 12 meses de edad.

La inmunidad pasiva también puede deberse a la inyección de antisuero, que contiene


anticuerpos formados por otra persona o animal. Esto brinda protección inmediata
contra un antígeno, pero no suministra una protección duradera.
La inmunoglobulina sérica (administrada para la exposición a la hepatitis) y la
antitoxina para el tétanos son ejemplos de inmunidad pasiva.

COMPONENTES DE LA SANGRE

El sistema inmunitario incluye ciertos tipos de glóbulos blancos al igual que sustancias
químicas y proteínas de la sangre, como anticuerpos, proteínas del complemento e
interferón. Algunas de éstas atacan directamente las sustancias extrañas en el cuerpo,
mientras que otras trabajan juntas para ayudar a las células del sistema inmunitario.

Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos y los hay del tipo B y T.

 Los linfocitos B se convierten en células que producen anticuerpos. Los


anticuerpos se adhieren a un antígeno específico y facilitan la destrucción del antígeno
por parte de las células inmunitarias.

 Los linfocitos T atacan los antígenos directamente y ayudan a controlar la


respuesta inmunitaria. También liberan químicos, conocidos como citoquinas, los
cuales controlan toda la respuesta inmunitaria.

A medida que los linfocitos se desarrollan, aprenden normalmente a diferenciar entre


los tejidos corporales propios y las sustancias que normalmente no se encuentran en
el cuerpo. Una vez que se forman las células B y T, algunas de ellas se multiplican y
brindan "memoria" para el sistema inmunitario.

Esto permite responder más rápida y eficientemente la próxima vez que usted esté
expuesto al mismo antígeno y, en muchos casos, impide que usted se enferme. Por
ejemplo, un individuo que haya padecido o que haya sido vacunado contra la varicela
es inmune a contraer esta enfermedad de nuevo.

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