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“Año de la Lucha contra la Corrupción e Impunidad”

FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO:

Derecho Procesal Constitucional

DOCENTE:

Reyna Gil

ALUMNA:

-Vidal Villacorta Lourdes.

Trujillo – Perú

2019

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EL PAGO
I. CONCEPTO

Es cierto que en el lenguaje popular y debido a la idea literal que se había


adoptado entre generaciones, entendían el pago como la entrega de una cantidad
de dinero en satisfacción de una obligación pecuniaria. En sentido técnico-jurídico
la palabra pago tiene un significado más amplio, pues significa el cumplimiento de
una obligación, no solamente pecuniaria, sino de cualquier tipo; profundamente
1“Pagar es extinguir la obligación cumpliéndola; es decir, ejecutar la prestación
debida (de dar, hacer o no hacer) en la condiciones y términos pactados o
exigidos por la ley” (Castillo Freyre, 2017). Está noción se extiende a todos los
rincones del derecho de las obligaciones, por lo que ayuda a entender al pago
dándole más relevancia y no limitándolo a una obligación dineraria, para darle
veracidad a la definición de Freyre, integramos la Noción de pago que adopta
Código Civil Peruano de 1984, que prescribe. “Se entiende efectuado el pago
cuando se ha ejecutado íntegramente la prestación”. Es decir, una prestación
integra.

II. NATURALEZA JURÍDICA

Cuando se habla del derecho de las obligaciones, lo primero que se pregunta es,
de donde emanan las mencionadas obligaciones; a saber, estás tienen dos
fuentes la voluntad humana (acto jurídico) y la ley. De lo mencionado le damos la
calidad de naturaleza jurídica del pago a las fuentes.

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En primer lugar, centrándonos en el acto jurídico como naturaleza jurídica del
pago, surge una interrogantes ¿es un acto jurídico unilateral o bilateral? En
nuestro concepto no necesariamente ha de ser ni un acto jurídico unilateral ni
bilateral. Aunque frecuentemente sea un si, por el contrario, es un negocio acto
jurídico unilateral, para nosotros el pago puede, incluso, limitarse a ser un simple
hecho jurídico, Para hacer esta afirmación nos fundamos en el siguiente
razonamiento el acto jurídico, unilateral o bilateral, implica la manifestación
consciente de la voluntad.Con miras a producir consecuencias de derecho, no así
el hecho jurídico que las produce por virtud de su simple acontecimiento pues
bien, en estas condiciones nos encontramos que el cumplimiento de una
obligación, es decir el pago, puede realizarse no solamente sin necesidad de que
el deudor tenga la voluntad de extinguir la obligación que sobre él pesa, pues el
pago puede verificarse sin en contra de su voluntad, comO sucede cuando ante la
negativa de pagar por parte del deudor, se embargan bienes de éste, se rematan y
con el producto se hace pago al acreedor. Aquí de parte del deudor negocio
jurídico, sin embargo existe el pago. En otros casos, como Cuando el acreedor se
niega injustificadamente a recibir el pago y se consigna la cosa o cantidad debida
también existe pago, aún cuando no exista voluntad por parte del acreedor de
celebrar el acto jurídico extintivo de su crédito. Por regla general la voluntad del
deudor de pagar va unida a pago mismo, pero de ello no se desprende que esa
voluntad sea necesaria. Posiblemente la impresición que existe sobre la
naturaleza jurídica del pago tenga entre sus apoyos el orden en que el digo
expone el contenido de los títulos correspondientes a los "Efectos de las
obligaciones" y de "Extinción de las obligaciones" ya que al incluirse "el pago" en
el primero de ellos se da la impresión de que es uno de los efectos de las
obligaciones y no una de sus formas de extinción, impresión inexacta pues
indiscutible- mente el pago es uno, más aún, el principal de los medios por los que
se extinguen las obligaciones. En este entendido es válido preguntarnos si alguna
no existe la intención que caracteriza al o algunas de las formas de extinción, que
no sean actoS jurídicos, encierran en su estructura íntima la naturaleza jurídica del
pago, en cuyo caso tendríamos un apoyo más para ne- garle al pago la necesidad

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de ser un acto En efecto, y básicamente en la compensación y en la confusión de
derechos nos encontramos que en el fondo existe el mecanismo de un pago. En la
compensación hay dos personas reuniendo las calidades de deudoras y
acreedoras recíprocas y por su hecho, en cuyo caso el crédito de una de ellas, por
ministerio de es decir si jurídico propio de- necesidad de voluntad alguna de las
personas de ley, la relación, hace pago de lo que ésta debe a la otra y viceversa.
Algo similar se produce en la confusión. En estos casos la obliga- extingue por un
pago que nada tuvo que ver con la voluntad

de las partes, se trata de una situación jurídica a la que en estricta lógica no se le


puede calificar de similar o equivalente al pago sino que en sentido estricto
encierra satisfacción de una obligación y no algo que se le parezca. Lo anterior no
descarta que el pago también pueda ser o derivar de un acto jurídico unilateral del
que paga, o "solvens", o de un acuerdo entre el acreedor y el que paga, lo que
pensamos es que estas voluntades no son esenciales en el pago.Como otro punto
de apoyo de nuestra opinión sobre la naturaleza jurídica del pago podemos
invocar el hecho de que el deudor que ha pagado por equivocación una obligación
legitima y subsistente no tiene el derecho de repetir; por ejemplo si yo le debo a
Juan mil pesos y otra cantidad igual a Pedro y queriendo pagarle solamente al
segundo por equivocación le pago al primero, es decir a Juan, depositando el
importe del adeudo en su cuenta bancaria, o de alguna otra forma que permita la
equivocación, no podre después dirigirme que sin mi voluntad deposité en su
cuenta a título de pago, argumentando que en tal actitud mía no figuró mi voluntad
de pagar ni su voluntad de recibir. Véase como es evidente que el pago no
requiere la voluntad, elemento característico de todo acto jurídico, a pidiéndole
que me devuelva la cantidad va unilateral ya bilateral. Ruggiero dice que "mientras
unos defienden el pago como un acto jurídico unilateral en cuanto consiste en un
hecho voluntario del deudor, el cual al efectuar la prestación tiende a extinguir la
relación obligatoria creada; otros, en cambio, lo reputan negocio jurídico bilateral,
un contrato verdadero y propio, porque la prestación del deudor corresponde a la
aceptación del acreedor, es decir, que se exige el concurso de dos voluntades
como en otro contrato cualquiera". A nuestro parecer la concordancia de las par-

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tes con las consecuencias que la ley atribuye todo intrascendente, pues en
muchos casos la consecuencia extintiva del crédito deriva de la ley y sólo de la
ley, estén o no de acuerdo los interesados con la disposición legal. El pago no es
un efecto de la obligación pues en el ámbito estrictamente normativo, como es el
caso, la relación de causa a efecto no se da como en los fenómenos naturales, en
los que toda causa necesariamente produce sentidos; en el derecho el efecto de
una causa pertenecerá siempre al mundo de las ideas y consistirá ya en derechos
ya en a su actividad es del un efecto real, perceptible por los obligaciones

En el punto que nos ocupa la obligación produce la consecuencia de crear un


derecho a favor del acreedor, mismo que podrá satisfacerse o no, pero nunca
producirá un pago. Si al efecto pago le debemos encontrar una causa ésta la
encontraremos en la voluntad del solvens, en una sentencia judicial, en un hecho
o en un estado de derecho, pero no en la obligación, pues ésta es sólo un
presupuesto y a lo más una concausa. Tan cierto es que el pago no es efecto de
la obligación que de hecho existe multitud de obligaciones cuyo pago no se ha
efectuado y nunca se efectuará, pues la obligación lo único que produce es el
derecho del acreedor , o el deber de pagar , si se quiere enfatizar la situación del
deudor, pero no el pago mismo.De las ideas expuestas podemos concluir que la
naturaleza jurídica del pago es un hecho, una situación o un acto jurídico por virtud
del cual se da cumplimiento exacto a una obligación para extinguirla.

III. EL CUMPLIMIENTO EXACTO DE LA OBLIGACIÓN

Ruggiero define el pago como "la exacta prestación por parte del deudor" y agrega
que ejecución de la prestación. "Exacta ejecución quiere decir prestación de todo
lo que es debido en la forma y lugar fijados, sin que sea posible sustituir una cosa
por otra o hacer prestaciones parciales cuando el interés del acreedor en recibir la
prestación integra quedaría perjudicado por una solutio parcial; significa la
satisfacción completa del interés del acreedor, y puesto que toda relación es
regida por los principios de la buena fe, ello lleva como consecuencia que si el
vínculo obligatorio reconoce su origen en el contrato, el deudor debe no sólo
cuanto en el mismo se expresa, si no también todo aquello que según la ley, la

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equidad o la costumbre derivase de él" La idea de que el pago debe ser exacto ha
sido sintetizada por la doctrina al exigir cuatro actitud en la substancia, exactitud
en el modo, exactitud en el tiempo y exactitud en el lugar. El principio de exactitud
en la substancia consiste en que el pago solamente se efectúa si el deudor
entrega, hace u omite aquello a lo que se hubiere obligado no pudiendo en
principio,dar , hacer u omitir otra cosa o hecho en lugar de lo que es debido, pues
textualmente 2012Pago o cumplimiento 47 la entrega de la cosa o cantidad
debida, o la prestación del vicio que se hubiere prometido "El acreedor de cosa
incierta no puede ser obligado a recibir otra, aun cuando sea de mayor valor" Si la
obligación consiste en la entrega de una cosa determinada indiscutiblemente que
sólo quedará cumplida si se entrega precisa mente esa cosa y no otra, como
cuando se trata de la casa numero tal, de tal calle, de tal ciudad o de cualquier
otra cosa igualmente determinada. En ocasiones la obligación de dar tiene por
contenido un objeto determinado únicamente por su especie, en esas condiciones
el obligado podría liberarse entregando una cosa defina calidad perteneciente a
esa especie, con el consiguiente perjuicio para el acreedor, por lo que el legislador
con un espíritu de equidad ha determinado en los artículos 2015 y 2016 que el
deudor deberá entregar una cosa de mediana calidad, como por ejemplo si Nacho
debe entregarle un caballo a su compadre Raul, el primero no podrá entregar un
caballo como Rocinante, el caballo de don Quijote de la Mancha al que su
lastimoso estado apenas le permitirá sostenerse, por su parte Raúl tampoco podrá
exigir un espléndido caballo pura sangre, como Babieca, el hermoso animal que
montaba el Cid Campeador, sino que uno de mediana calidad será el que
satisfaga la función liberadora del pago. Este principio de exactitud en la
substancia en las obligaciones de dar toma especiales características cuando su
objeto es dinero, sobre todo cuando se trata de deudas contraídas en moneda
extranjera. Las deudas en dinero, no obstante que se hubiere pactado cit
satisfacción en determinado tipo de monedas o billetes, pueden cumplirse
entregando billetes, los que tienen poder liberatorio ilimitado, cien piezas de cada
denominación. Si el pago en dinero debe hacerse a la Federación, a los estados o
a los municipios para cubrir monedas, las que tienen poder liberatorio limitado a

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impuestos, servicios o derechos, sus oficinas están obligadas a recibir monedas
de curso respectivamente los artículos 4°, 5°, y 6° de la Ley Monetaria. Tratándose
de obligaciones contraídas en moneda extranjera, como ésta no tiene curso legal
sin limitación alguna, así lo establecen no por legal en la especie de moneda
convenida, sino en moneda en la República, su cumplimiento nacional, por lo que
el deudor pagará el equivalente a aquella moneda, según el tipo de cambio que
rija haga el pago, así lo dispone el artículo 8 de la citada ley monetaria. Como
observa el maestro Rojina Villegas, drá exigirse en el lugar y fecha en que Cosa
que implícitamente en tal una cosa es que se se contraigan deudas en moneda
extranjera, permite el referido artículo 8, y otra que se deba cumplir.

Naturaleza jurídica del pago

Para comenzar a denotarse que la ejecución de la prestación, en que consiste el


cumplimiento, es un acto debido. El pago es el cumplimiento del deber concreto de
colaboración y, por lo mismo, es necesariamente una conducta humana, y así lo
previene el ordenamiento en las distintas reglas que lo disciplinan; es, entonces,
genéricamente un acto jurídico, es decir, jamás será un mero hecho jurídico, sino
un acto, o sea un hecho, que a más de ser atribuible al hombre o necesariamente
ser del hombre, la ley lo incorpora en ese carácter a su supuesto de hecho al
regularlo y atribuirle efectos: trátese de una dación o de una entrega, de un
servicio o de una obra, o de una abstención, es un acto humano, previsto como
tal. Ahora bien, no todas las prestaciones implican una conducta de la misma
entidad, o dicho más precisamente, la actitud del ordenamiento frente a distintas
conductas prevenidas como prestación en las diferentes clases de obligaciones no
es igual, habida cuenta de la índole de ellas. En oportunidades, esa conducta es
un acto de disposición de intereses que implica transferencia o constitución de un
derecho real o de otro interés, en otras consiste en la celebración de un negocio
jurídico, en otras es prestar una garantía, en otras, desarrollar un trabajo o
confeccionar una obra, en otras, en fin, no pasa de ser una simple abstención.

En cuanto la prestación consiste en una disposición de intereses, la naturaleza del


pago no es ya solamente la de un mero acto jurídico, sino la de un acto jurídico

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calificado: acto de autonomía privada, o sea que es un negocio jurídico, para los
efectos de sus requisitos y de su impugnabilidad por defectos o vicios. Pienses, en
el cumplimiento de la obligación dare rem: tradición o constitución de un derecho
real, o de la obligación de hacer consistente en la celebración de un negocio
jurídico, o de la de ejecutar otro trabajo jurídicamente calificado, como el
desempeño del apoderado en un proceso, que son o implican actos de autonomía
privada, y que por lo mismo están sometidos a las exigencias propias de ellos,
producen los efectos correspondientes y son susceptibles de impugnación.

Algunos autores como Díez-Picazo lo entienden como el acto debido y otros como
Ferrara como un acto jurídico.

Cumplimiento exacto de la obligación

Ruggiero define al pago como “la exacta ejecución de la prestación contraída por
parte del deudor” y agrega que “exacta ejecución quiere decir prestación de todo
lo que es debido, en la forma y lugar fijados, sin que sea posible sustituir una cosa
por otra o hacer prestaciones parciales cuando el interés del acreedor en recibir la
prestación integra quedaría perjudicado por una solutio parcial; significa la
satisfacción completa del interés del acreedor, y puesto que toda relación es
regida por los principios de buena fe, ello lleva como consecuencia que si el
vínculo obligatorio reconoce su origen en el contrato, el deudor debe no solo
cuanto en el mismo se expresa, sino también todo aquello que según la ley, la
equidad o costumbre derivase de el.

El cumplimiento es la exacta realización de la prestación o conducta jurídica a la


cual el deudor está obligado.

IDENTIDAD DE LA PRESTACIÓN.

La identidad de la prestación se refiere tanto al objeto de la prestación en si


misma, como a quién está obligado a ejecutarla.

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En las obligaciones de dar o hacer, el deudor no puede obligar al acreedor a
recibir cosa distinta de la convenida, sólo la identidad de la prestación libera al
deudor.

INTEGRIDAD DE LA PRESTACIÓN.

La integridad supone:

 En obligaciones de dar: la entrega comprende las cosas y sus títulos, frutos


y accesorios.

 En obligaciones pecuniarias (en dinero): la prestación comprende el


principal y los intereses vencidos.

INDIVISIBILIDAD DE LA PRESTACIÓN.

El acreedor puede rechazar el pago fraccionado excepto:

 Que el contrato así lo autorice.

 Que se pague la parte líquida de una deuda sin esperar a que se liquide
otra deuda pendiente.

 Obligaciones mancomunadas de origen incidental o fianza común.

 Prorrateo de pago entre varios deudores.

Pago hecho con cosa ajena

OFRECIMIENTO DE PAGO Y CONSIGNACIÓN

La norma considera que el ofrecimiento judicial se tramita como procesos no


contenciosos, la cual es coherente con el artículo 802 del Código Procesal Civil.
Uno de los supuestos que señala la norma para el ofrecimiento judicial "es que el
acreedor fuese incapaz de recibir el pago al tiempo que el deudor quisiese

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hacerlo". El precepto se orienta a viabilizar el pago frente a los incapaces carentes
de representantes legales o curadores pues si los tuvieren, el pago habría que
hacerlo a ellos. Empero señala Llambias si el representante careciera, por la
índole de la obligación, dificultades para recibir válidamente el pago, procedería la
consignación; por citar el pago del precio de un inmueble del pupilo que el tutor no
estuviese autorizado a percibir.

En relación al ofrecimiento extrajudicial, este opera de la manera que estuviera


pactada la obligación o en su defecto mediante carta notarial cursada al acreedor
con una anticipación no menor de cinco días antihéroes a la fecha de
cumplimiento debido, si estuviera determinado; sin embargo, sino lo estuviera, la
anticipación debe ser de diez días anteriores a la fecha de cumplimiento que el
deudor señale. En el caso del ofrecimiento extrajudicial, la oposición al
ofrecimiento y, en su caso la consignación efectuada, se tramita como proceso
contencioso según la naturaleza de la relación jurídica respectiva.

Tanto en el ofrecimiento judicial como en el extrajudicial para la eficacia del pago


deben concurrir los principios de identidad e integridad. El demandado no está
obligado a recibir el pago de algo distinto a lo debido, no de algo incompleto.
Fallando el principio de identidad e integridad aludido, se impone el rechazo de la
consignación.

• El acreedor puede tener motivos fundados para rehusarse a recibir o puede


hacerlo injustificadamente. Tiene motivos para negarse a recibir cuando se viola el
principio de exactitud en los pagos, en cuanto al tiempo, lugar, modo o substancia.

• Cuando el Juez resuelve que el ofrecimiento y consignación estuvieron


legalmente hechos y que el acreedor se rehusó sin motivo alguno a recibir el pago,
la obligación se declarará extinguida. MOMENTO EN QUE SE EXTINGUE LA
OBLIGACIÓN

REQUISITOS DEL PAGO

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1. Una obligación prexistente; ya que no podría darse cumplimiento a una
obligación inexistente. Si así ocurre se nos presenta un supuesto de pago indebido

2. El animus solvendi, es decir, la intención de extinguir la obligación.

3. Que se realice la misma prestación debida (integridad del pago).

4. Un sujeto que cumple con la prestación: el solvens, que puede ser el mismo
deudor, o un tercero, aquí cabe distinguir que puede ser un tercero interesado en
el cumplimiento de la obligación, o un tercero no interesado en dicho cumplimiento
pero que realiza el pago con el consentimiento del deudor, o puede que lo haga
con ignorancia de éste, o contra su voluntad obviamente del deudor.

5. Un sujeto que recibe la prestación: el accipiens, que puede ser el propio


acreedor, un sujeto designado por el acreedor o por el Juez, o el sujeto designado
por ley.

Legitimidad para efectuar el pago

Art 1223 C.C Es válido el pago de quien se encuentra en actitud legal de


efectuarlo. Es decir las personas capaces de ejercicio.

Art 1224 C.C Solo es válido el pago que se efectúe al acreedor o al designado por
el juez por la ley o por el propio acreedor, salvo que hecho a persona no
autorizada, el acreedor lo rectifique o se aproveche de el.

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NOVACIÓN SUBJETIVA

Este tipo de novación se presenta cuando la sustitución se produce en los sujetos


vinculados en la obligación originaria, de tal modo que la nueva obligación creada
será tal en razón del cambio de sujetos relacionados.

Presenta dos tipos de novación subjetiva:

Por cambio en el Acreedor

Para que exista una obligación y en su reemplazo se cree una nueva con cambio
de acreedor, se requiere que no sólo del convenio entre el acreedor primitivo y el
nuevo, sino crearse una nueva obligación a su cargo, aun cuando la prestación
fuera la misma que la antigua obligación, distinguiéndose de la dación en pago y
del pago con subrogación.

Sin embargo además se requiere que el deudor consienta en asumir la nueva


obligación.

Ello no sucede en la dación en pago toda vez que si bien cambia la persona del
acreedor, la obligación sigue siendo la misma, y tampoco ocurre en el pago con
subrogación, porque quien paga, se subroga interviniendo como nuevo acreedor
en la misma obligación a cargo del deudor.

Son requisitos de ésta novación, llamada también activa, el consentimiento del


primitivo acreedor, a quien se le denomina delegante, el consentimiento del
deudor a quien se le denomina delegado y el consentimiento del nuevo acreedor,
a quien se le considera como delegatario, y es a quien ha de pagar el deudor, este
deudor continúa siendo la misma persona.[91]

La novación por cambio de acreedor adquiere importancia cuando los tres sujetos
que intervienen en la nueva obligación son recíprocamente y en cadena
acreedores y deudores.

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Novación Subjetiva por cambio de deudor. (Novación pasiva) El deudor originario
desaparece y otro deudor lo reemplaza, no cambia el objeto ni el acreedor.

Sus requisitos fundamentales son

• Consentimiento del acreedor, declarando libre al primer deudor, y este


consentimiento debe constar, caso contrario no hay novación.

• Consentimiento del nuevo deudor para obligarse con el acreedor, puesto


que nadie puede resultar sin su consentimiento, contra su voluntad. No es
necesario el consentimiento del primer deudor, pues de contarse con tal
consentimiento se configuraría la delegación (Art. 1281 del CC)

Novación total o parcial. Son casos de novación objetiva; es decir, la nueva


obligación puede reemplazar la totalidad de la prestación originaria o sólo una
parte.

PRESUPUESTOS DEL PAGO POR UN TERCERO

1. SUSTITUCIÓN DEL SOLVENS

La individualidad del solvens es un principio indiferente, importa si, de entrada,


que proceda de conformidad con los términos del título. Un tercero puede pagar
por el deudor, esto es hacer sus beses, sustituirlo siempre que la prestación sea
fungible, ósea cuando quiera que los conocimientos, habilidades, destrezas o
calidades personales del deudor no sean fundamentales para la satisfacción del
acreedor al punto de que este pueda rechazar o impedir la sustitución. Es obvio
que, si la prestación es negativa, no es concebible su cumplimiento por alguien
distinto del obligado: es él y nadie más quien ha de abstenerse. Si la prestación es
de dar- entregar, lo que importa es el resultado: la recepción, o la adquisición del
correspondiente derecho real, al margen de por qué conducto o por quien llego a
poder del acreedor. Aquello quiere decir que la cuestión de si el acreedor puede o

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no considerarse satisfecho por el desempeño de alguien distinto del deudor se
contrae a las prestaciones de hacer, hacer personalismo, o hacer calificado
personal o jurídicamente.

En lo que hace a los ejemplos tradicionales extremos que resaltan la aptitud o el


talento y irremplazable del deudor, a menos que el acreedor acepte la obra o el
trabajó ajenos desprovistos de esos toques personales: del pintor, el escultor, el
pianista o violinista ,la o el cantante , pueden agregarse otros más sutiles y
complejos que abundan en las relaciones contemporáneos: en materia de
cuidados a la salud(odontólogos, cirujano, anestesistas, patólogo, obstetra,
piénsese en la diferencia entre la relación directa y exclusiva del paciente con el
profesional , que no podría compeler a aquel a permitir ser atendido por un
sustituto.

2. "ANIMUS SOLVENDI”:

Con respecto al elemento intencional que más arriba adelantamos, es necesario,


como en todo pago, que concurra en el tercero la voluntad de querer extinguir la
deuda ajena mediante el pago que realiza, es decir, "la voluntad de llevar a cabo
un acto de cumplimiento". Se ha dicho que el animus solvendi es el punto de
contacto con la obligación ajena: "el tercero, a diferencia de lo que ocurre con el
deudor, no está vinculado en la relación obligatoria, y, por tanto, si prescinde de su
animus solvendi, se pierde también todo punto de referencia y aun de justificación
respecto de su incidencia en el débito ajeno". En caso contrario, podría darse un
supuesto de pago de lo no debido, si el tercero paga en la creencia errónea de
estar cumpliendo su propia obligación, en cuyo caso podrá repetir lo pagado
contra el acreedor, ex artículo 2295 CC.

El Código recoge estas ideas al disponer que el pago se realice "por el deudor" o
"a nombre del deudor". El pago realizado por un tercero por el deudor o a su

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nombre, excluyendo los casos de representación por corresponder a un pago del
deudor, importa la consciencia del solvens de estar pagando deuda ajena, es
decir, perfecto conocimiento de que él no es deudor en dicha relación obligatoria.
Si el tercero pagase la deuda ajena creyendo, por error, ser deudor de la misma,
podrá ejercitar la acción de pago de lo indebido y al efecto dispone de la
presunción del artículo 2299 CC. En este caso, si el tercero sabe que pagó por
error, no podrá dirigirse contra el deudor aduciendo el pago por tercero, ambas
figuras se excluyen mutuamente.

Parte de la doctrina se pregunta si es necesario que el animus solvendi conste de


alguna manera en el pago o si es posible presumirlo. Ello, porque si el pago no es
indebido y tampoco consta el animus donandi del tercero, parece lo más lógico
pensar que se trata de un pago de tercero solvendi causa. Concuerdo con este
planteamiento ya que, en caso contrario, al tener que probarse el animus solvendi,
podría ocurrir que ante la falta de prueba el tercero quedara en una posición en
extremo gravosa, ya que sólo le quedaría el camino de intentar una acción por
pago de lo no debido frente al acreedor, si bien con la presunción del artículo 2299
CC. a su favor. En cambio, de presumirse el animus solvendi habrá lugar a las
acciones de reembolso y corresponderá al deudor la carga de la prueba cuando
quiera excepcionarse en vía de regreso, demostrando que el tercero, actuando a
nombre propio, realizó un pago indebido o lo hizo animus donandi, intención que el
derecho no presume. Luego, "probado por el tercero que ha cumplido la obligación
a satisfacción del acreedor, debería ser suficiente para hacer valer las acciones
que le corresponden frente al deudor".

SUPUESTOS DEL PAGO POR UN TERCERO:

3. PRINCIPIO DE SUBROGACION

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La subrogación es la sustitución de un tercero al primitivo acreedor en virtud de
haber sido pagado por aquel (art.1666).

La subrogación implica, pues, la transmisión del crédito, la cesión del derecho del
acreedor al tercero; en este se identifica con la cesión de derechos; pero se
diferencia en tres cosas:1°) Que aquella pueda ser legal o convencional (art.1667),
está siempre convencional 2°) toda subrogación convencional según art 1669,
envuelve una cesión de derechos y se sujeta a las reglas de los artículos 1959 y
siguientes. Pero debe hacerse en la carta de pago, con la solemnidad esencial ; lo
que no se exige para la secion.3°) la tercera diferencia sostiene que en la
subrogación solo se efectúa en virtud del pago, es decir de la prestación de vida
de un tercero cumple por el obligado la cesión de un derecho puede hacerlo a
título gratuito u oneroso, y en este último caso, la transmisión no requiere de
necesidad que el tercero ejecute precisamente la prestación de vida, desde el
momento que el acreedor puede recibir otra en cambio de la cual sede sus
derechos.

“La subrogación es una institución jurídica en virtud de la cual los derechos del
acreedor se trasmiten con todos sus accesorios a un tercero que ha pagado. La
obligación subsiste en favorecer a un tercero. En otras palabras, hay mudanza de
acreedores sin que se extinga la deuda.

Por eso DELVINCOURT definió a la subrogación como el cambio del acreedor, sin
novación de la deuda; y por eso también nuestro C.C. en el inciso 2° de su artículo
1691

4. NATURALEZA DE LA SUBROGACION

Es corriente sostener que el pago con subrogación extingue la obligación respecto


del primitivo acreedor, pero la deja vigente respecto del subrogatario y del deudor.

Según la doctrina, habría y no habría extinción de la deuda. De allí que creamos


preferible decir simplemente que la subrogación es uno de los medios de sustituir

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la persona del acreedor de una obligación, sin que se produzca el fenómeno
extintivo de la novación.

Al hablar aquí de subrogación nos estamos refiriendo a la subrogación personal,


ósea aquella que opera cuando una persona ocupa el lugar de otra. Con exclusión
ce la subrogación real, que es la sustitución de una cosa dentro de un patrimonio,
de modo que la entrante queda exactamente en la misma situación jurídica de la
que sale.

La subrogación personal se deriva de la fusión de dos instituciones romanas: el


beneficio de cesión de acción y la successio in locum.

5. EFECTOS SUBROGATORIOS DEL PAGO DE UN TERCERO:

El interés del tercero en el cumplimiento de la obligación es también un factor


determinante, no de la legitimación del tercero, sino de los efectos de su pago, el
hecho de contar o no con la voluntad de las partes de la relación obligatoria. Ello
es así toda vez que, siendo dueñas de su relación pueden celebrar los pactos que
estimen dentro del amplísimo margen en que la autonomía de la voluntad puede
operar.

Considerando este factor y el hecho que el tercero se encuentra legitimado para


pagar, se producirá el efecto subrogatorio de su pago cuando, sin importar el
interés que lo motive, cuente con la voluntad conforme del acreedor o del deudor.
En el primer caso, nos encontraremos frente a la subrogación convencional, es
decir, aquella que opera en virtud de una convención entre el acreedor y el
solvens (artículo 1611 CC.) y en el segundo, frente a la subrogación legal prevista
en el Nº 5 del artículo 1610 CC.

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Ahora bien, dejando de lado la voluntad conforme del acreedor o del deudor,
considerando sólo el punto de vista del interés que puede motivar al tercero a
pagar, nuestra ley distingue los casos en que el solvens actúa sobre la base de un
interés personal en el pago de la obligación y aquellos en que no concurre tal
interés. Al efecto, coloca en situación privilegiada, respecto de los efectos de ese
pago, al tercero que ostenta un interés personal en el pago: le concede el
beneficio de la subrogación.

Por medio de la subrogación se obtiene la transmisión de los derechos del


acreedor pagado al tercero que le pagó (artículo 1608 CC.). Es claro que no se
trata de una verdadera transmisión de derechos, pero el vocablo fue utilizado para
descartar la idea de transferencia o cesión que implican la voluntad del acreedor,
lo que no se compadece con la subrogación legal. Son conocidas las críticas a la
definición del Código, que sólo apunta a los efectos del instituto, sin embargo, del
propio término subrogación se desprende que lo que se produce en el pago con
efecto subrogatorio es la sustitución de una persona -acreedor originario- por otra
-un tercero- que le paga y que la reemplaza ocupando su sitio y lugar para
ejercitar sus derechos y acciones.

El subrogado podrá, entonces, entablar todas las acciones derivadas del crédito
pagado con el fin de obtener el reintegro, "[...] así contra el deudor principal como
contra cualesquiera terceros, obligados solidaria o subsidiariamente a la deuda".
Desde el punto de vista procesal, será considerado parte, en reemplazo del
acreedor subrogante y no tercero. En palabras de Alessandri, "ha cambiado así la
persona, el ser material, pero el ser jurídico, el acreedor, el sujeto activo del
derecho, es el mismo" y citando a Leopoldo Urrutia, agrega "como si el subrogado
obrara poniéndose la máscara del subrogante". Basta el hecho del pago y su
prueba legal para que opere la subrogación, sin necesidad de hacer valer otros
medios probatorios para acreditar la subrogación.

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Nuestra jurisprudencia ha sido clara al sostener que "produciéndose el hecho del
pago, opera la subrogación legal, y ésta habilita al subrogante a accionar como si
fuera el subrogado, pudiendo, por lo tanto, entablar las acciones que le parezca
pertinentes"

POSIBILIDAD Y EXIGIBILIDAD DEL PAGO:

Una cosa es cuando puede hacer el pago, y la otra cuando se debe realizar el
pago. La diferencia estriba, en lo que se refiere al primer interrogante, en de quien
es el commodum del termino suspensivo fijado para el pago, si favorece al
acreedor o al deudor o va en el interés de ambos. Si el termino aprovecha solo al
acreedor, como en el ejemplo solido del depósito, mal podría el deudor anticipar la
ejecución de su obligación de restituir la especie, sin la anuencia de aquel (art
694). En tanto que el acreedor puede prescindir del termino estipulado, porque “la
restitución es a voluntad del depositante” (art 2251 c.c ), otra cosa es que si
vencido el termino el depositante no retira la cosa, el depositario pueda proceder a
consignarla ( art 2252 c.c ). A la inversa, si el termino corre en beneficio del solo
deudor, como en el comodato o en el préstamo gratuito, bien podría este renunciar
a el y anticipar su cumplimiento. Y si el termino no es de interés mutuo, no es
aceptable el pago el prematuro por decisión unilateral del deudor que acarree
perjuicio al acreedor ( art 1554 c.c).

Exigibilidad

Por teoría general sabemos, que los sujetos de las obligaciones; el deudor y su
acreedor, quedaban ligados debido a una relación jurídica obligatoria, y esa
calidad de obligatoria, caracteriza la conducta del deudor, ya que este tiene el

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deber de prestación a favor de su acreedor quien ostenta el poder de exigírsela,
es decir, que, para entender la noción de exigibilidad, es conveniente adentrarse a
la estructura misma de la relación obligacional, por lo que el elemento de
exigibilidad implica que, el acreedor puede exigir al deudor el pago de la
obligación. De esta manera entendemos a la exigibilidad, utilizando la
prosopopeya, como la armadura que tiene el acreedor, o jurídicamente como los
mecanismos legales para que el acreedor reciba un pago íntegro y para que el
deudor no brinde un pago indebido. Del mismo modo se debe entender los
aspectos activos y pasivos de la exigibilidad; el aspecto pasivo la tiene el deudor,
debido a que, tiene el deber de prestar; el aspecto activo la posee el acreedor,
quien tiene el derecho a exigir el pago.

Una obligación exigible es aquella respecto de la cual no hay plazo o condición


que suspenda su cumplimiento, o habiéndolo: el plazo ha vencido, ya sea por el
transcurso del tiempo establecido por las partes o por la ley, porque el deudor ha
renunciado anticipadamente al mismo o ha caducado su plazo por las causales
señaladas en el artículo 181 del Código Civil, incluso porque las partes han
conferido expresamente al acreedor la facultad de anticipar el vencimiento del
crédito (en doctrina se denominan cláusulas de aceleración) o porque el juez ha
fijado judicialmente la duración del plazo; o la condición suspensiva que afecta al
cumplimiento de la obligación acaezca o no acaezca, según se trate de una
condición positiva o negativa.

CONCLUSIONES

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ANEXOS

1
CASACIÓN N° 158-2014 LIMA, fundamento Jurídico Relevante, respecto
al pago y su exigibilidad:

CAS. N.º 158-2014

LIMA NORTE

OBLIGACIÓN DE HACER.

Exigibilidad de la Obligación. Una obligación


exigible es aquella respecto de la cual no hay
plazo o condición que suspenda su cumplimiento,
o habiéndolo: i) el plazo ha vencido, ya sea por el
transcurso del tiempo establecido por las partes o
por la ley, porque el deudor ha renunciado
anticipadamente al mismo o ha caducado su plazo
por las causales señaladas en el artículo 181 del
Código Civil, incluso porque las partes han
conferido expresamente al acreedor la facultad de
1
DISTRITO JUDICIAL DE LIMA, Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema, CAS. N° 158-2004 Lima.

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anticipar el vencimiento del crédito (en doctrina se
denominan cláusulas de aceleración) o porque el
juez ha fijado judicialmente la duración del plazo;
o ii) la condición suspensiva que afecta al
cumplimiento de la obligación acaezca o no
acaezca, según se trate de una condición positiva
o negativa.

Lima, cuatro de mayo de dos mil dieciséis.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA: Vista la causa número ciento cincuenta y ocho - dos mil catorce; en
audiencia pública llevada a cabo en la fecha; luego de verificada la votación con
arreglo a ley, emite la siguiente resolución; asimismo, habiéndose dejado
oportunamente en Relatoría de esta Sala Suprema los votos emitidos por los
Señores Jueces Supremos VALCÁRCEL SALDAÑA y CUNYA CELI obrante de
folios setenta y tres a ochenta y dos del cuadernillo de casación; de conformidad
con los artículos 142, 148 y 149 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, se deja constancia de los mismos para los fines pertinentes de
acuerdo a ley.

MATERIA DEL RECURSO DE CASACIÓN.

Se trata del recurso de casación interpuesto por Norma Eleonora Barra Arias a
fojas doscientos setenta y ocho, contra la sentencia de vista de fojas doscientos
veintinueve, de fecha veintitrés de julio de dos mil trece, expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, la cual revocó la
resolución apelada de fojas ciento ochenta y dos, de fecha diez de enero de dos
mil trece que declaró infundada la contradicción y fundada la demanda; y
reformándola, declararon fundada la contradicción, en consecuencia improcedente
la demanda de Obligación de Hacer.

FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE DECLARÓ PROCEDENTE EL


RECURSO.

Esta Sala Suprema, mediante resolución de fecha seis de mayo de dos mil
catorce, obrante a fojas veintidós del cuaderno de casación, ha declarado
procedente el aludido recurso por las siguientes causales: 1) Infracción normativa
procesal del artículo 689 del Código Procesal Civil; alega que la Sala de mérito
erróneamente considera que no es exigible la obligación por no haberse
establecido el momento a partir del cual se pueda exigir el cumplimiento, pues
ante tal situación deberá entenderse que es exigible inmediatamente después de
contraída la obligación; y 2) Infracción normativa del artículo 1240 del Código Civil,
toda vez que cuando la cláusula tercera del contrato de compraventa de derechos
y acciones expresa que el vendedor deberá iniciar y concluir con los trámites de
independización del primer, segundo, tercer y cuarto piso de la construcción

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existente, bajo sus costos, debe entenderse que su exigibilidad es inmediata
conforme a lo dispuesto en el artículo 1240 del Código Civil.

CONSIDERANDO.

PRIMERO. Que, previamente a la absolución de las denuncias formuladas por la


recurrente, conviene hacer las siguientes precisiones respecto del íter procesal:
Mediante escrito de fecha cinco de mayo de dos mil once, obrante a fojas cuarenta
y ocho Norma Eleonora Barra Arias interpone demanda de Obligación de Hacer
contra Fidel Ángel Ruíz Meneses, a fin de que cumpla con la obligación de hacer
consistente en la independización del primer piso del inmueble ubicado en la
Avenida Eduardo de Habich números 581 - 583, Urbanización Ingeniería, Distrito
de San Martín de Porres, la cual le vendió como derecho y acciones, conforme al
Título Ejecutivo del Testimonio de Escritura Pública, inscrito en el  Asiento número
C00001 de la Partida número 43638238 del Registro de Propiedad Inmueble de la
Superintendencia Nacional de los Registros Públicos - SUNARP; funda su
pretensión en: 1) Que, conforme consta del Testimonio de Escritura Pública de
Compraventa de Acciones y Derechos, de fecha trece de diciembre de dos mil
dos, otorgada por las partes, por ante el Notario Público Aurelio Alfonso Díaz
Rodríguez; el demandado se obligó bajo sus costos a regularizar la
independización de la venta que le hiciera del primer piso del referido inmueble; tal
como es de apreciarse en la Cláusula Tercera de dicha Escritura Pública; 2) Que,
a pesar del tiempo transcurrido hasta la fecha, el ejecutado constantemente se ha
venido rehusando a cumplir con su obligación consistente en la independización
del primer piso que le vendiera, correspondiente al veinticinco por ciento (25%) de
los derechos y acciones del referido inmueble; por lo que juntamente con su
cónyuge el demandante optó por iniciar los trámites de la referida independización
el diecinueve de junio de dos mil nueve, corriendo con los gastos; sin embargo,
ello se frustró debido a la negativa prepotente y dolosa del ejecutado, de firmar los
documentos requeridos por la Superintendencia Nacional de los Registros
Públicos - SUNARP, llegándose a inscribir solamente la Declaratoria de Fábrica,
quedando pendiente la sola independización; y 3) Que, la presente acción tiene
como finalidad demandar la ejecución de Obligación de Hacer de la referida
independización, debiendo solamente firmar el ejecutado la memoria descriptiva
de independización y el régimen de propiedad exclusiva y propiedad común, la
misma que es cierta, expresa y exigible, como puede apreciarse del Título
Ejecutivo constituido por el Testimonio de Escritura Pública de Compraventa de
Acciones y Derechos, de fecha trece de diciembre de dos mil dos.

SEGUNDO. Que, Fidel Ángel Ruiz Meneses, mediante escrito de fojas ciento once
formula contradicción por la causal de inexigibilidad de la obligación; alegando

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que: 1) Es verdad que el recurrente mediante Escritura Pública de Compraventa
de Acciones y Derechos, de fecha trece de diciembre de dos mil dos, otorgada por
las partes, se obligó a iniciar y concluir con los trámites de independización del
primer, segundo, tercer y cuarto piso de la construcción existente, bajo sus costos,
por cuanto la venta pactada es por el total del local del primer piso con todas sus
mejoras, servicios y accesorios, conforme se advierte de la tercera cláusula del
Testimonio de Escritura Pública de Compraventa de Acciones y Derechos; sin
embargo, dicha obligación resulta ser inexigible, puesto que la obligación
contenida en la tercera cláusula del citado Testimonio de Escritura Pública no
reúne los requisitos señalados en el artículo 689 del Código Procesal Civil; esto es
que la obligación contenida en el título sea cierta, expresa y exigible, careciendo
en este caso del requisito de exigibilidad, al ser una prestación cuyo objeto es
imposible de hacer; 2) El recurrente inició en su oportunidad los trámites de
Declaratoria de Fábrica e independización del primer, segundo, tercer y cuarto
piso del inmueble sub materia, ante los Registros Públicos de Lima y sin embargo
su solicitud fue observada en reiteradas oportunidades por el Registrador;
asimismo al no ponerse de acuerdo respecto al ingreso y salida de la puerta
signada con el número 581 de la Avenida Eduardo de Habich, Urbanización
Ingeniería, Distrito de San Martín de Porres, Provincia y Departamento de Lima, ni
respecto de la escalera que conduce al segundo piso y subsiguientes; el
reglamento interno y demás documentos quedaron entrampados, suscitándose
problemas e inconvenientes respecto al mismo, en consecuencia la
independización no se llegó a concretar, siendo judicialmente imposible que el
recurrente pueda independizar por sí solo el citado inmueble; y 3) La obligación
contenida en la cláusula tercera del Testimonio de Escritura Pública resulta
inexigible por no ser cierta, ni expresa, en el sentido que dicha cláusula, no ha
puesto o ha señalado un tiempo límite de fecha alguna en la que el recurrente
debe cumplir con dicha obligación a cargo (independización), por ende no se ha
vencido el plazo para independizar el bien; también la cláusula tercera es
inexigible por no ser expresa, en el sentido que en ningún momento se ha signado
como obligación del recurrente, firmar el reglamento interno que la ejecutante de
manera unilateral ha redactado, siendo esto un abuso de derecho, puesto que por
la naturaleza del reglamento, éste debe ser un acuerdo de voluntades.

TERCERO. Que, mediante sentencia de primera instancia de fecha diez de enero


de dos mil trece, obrante a fojas ciento ochenta y dos, se declaró infundada la
contradicción de inexigibilidad de la obligación; en consecuencia, haciéndose
efectivo el apercibimiento dispuesto en el auto admisorio, corresponde al suscrito
Magistrado proceder a la firma de los documentos consistentes en la memoria
descriptiva de Independización y Régimen de Propiedad Exclusiva y Propiedad
Común; tras concluir que: 1) La contradicción formulada por el demandado al

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mandato ejecutivo, basado en que la obligación contenida en que el título es
inexigible, por ser una prestación cuyo objeto es imposible de hacer y que por
ende su objeto es inexistente, deviene en inconsistente, por cuanto en la tercera
cláusula del Testimonio de Compraventa de Derechos y Acciones que otorgara
Fidel Ángel Ruiz Meneses a favor de Jaime Fidencio Aylas Cuyubamba y esposa
Norma Eleonora Barra Arias, de fecha trece de diciembre de dos mil dos,
expresamente dejó estipulado que: “el vendedor deberá de iniciar y concluir con
los trámites de independización del primer, segundo, tercer y cuarto piso de la
construcción existente, bajo sus costos, por cuanto la venta pactada es por el total
del local del primer piso […]”; y 2) Resulta también inconsistente, lo alegado por el
ejecutado en el sentido de que no se le ha indicado vencido el plazo para
independizar el bien, o que sea imposible que solo el ejecutado inicie y concluya
con los trámites de la independización de la construcción existente; al respecto
debe señalarse que tal circunstancia debió prever el ejecutado al momento de
asumir la obligación señalada en la cláusula tercera del indicado Testimonio de
Escritura Pública de Compraventa de Derechos y Acciones; por el contrario el
demandado lejos de cumplir con tal obligación, ha hecho abandono de los trámites
administrativos que los inició ante el Registro de Propiedad Inmueble de los
Registros Públicos de Lima, con el pretexto de que este Organismo le ha
formulado observaciones; consecuentemente, al no haber demostrado el
ejecutado el cumplimiento de su obligación contraída y solo alegar excusas con la
finalidad de evadir su responsabilidad frente al incumplimiento de su obligación.

CUARTO. Que, mediante resolución de vista de fecha veintitrés de julio de dos mil


trece, obrante a fojas doscientos veintinueve, expedida por la Primera Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, revocó la resolución apelada de fecha
diez de enero de dos mil trece; reformándola, declararon fundada la contradicción;
en consecuencia, improcedente la demanda de Obligación de Hacer; tras concluir
que: 1) Respecto a la causal de iliquidez o inexigibilidad de la obligación contenida
en el título, es preciso indicar que dicha causal está referida cuando la obligación
no resulta determinable, es decir cuando su valor no pueda ser determinado
mediante una operación aritmética, sino que se requiere de actos previos para que
se establezca su monto o cuando si bien se da la existencia de la obligación ésta
no resulta exigible por cuanto todavía no ha vencido el plazo o porque la
obligación está sujeta a condición suspensiva; refiere que en el presente caso no
hay un cuestionamiento al documento en sí, sino al acto que recoge dicho
documento. Se cuestiona la ejecutabilidad del título por carecer de una prestación
cierta, expresa y exigible, condiciones básicas para que un título resista ejecución,
tal como lo describe el artículo 689 del Código Procesal Civil; y 2) El caso de
autos, de la revisión de la cláusula tercera del Contrato de Compraventa de
Derechos y Acciones que en copia certificada obra de fojas dos a cuatro, se

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advierte que en el título no aparece descrito el momento a partir del cual se puede
exigir el cumplimiento de lo ordenado. Así tampoco se señala con claridad, el lugar
y el modo en que se cumplirá lo acordado, lo cual se evidencia de la controversia
que existe respecto a la independización del inmueble, esto es, las áreas que
deben ser consignadas como de propiedad exclusiva del ejecutante y del
ejecutado; en consecuencia, el Testimonio de Escritura Pública adjuntado como
título de ejecución no satisface los requisitos mínimos establecidos en el artículo
689 del Código Procesal Civil, por lo que la contradicción formulada por la parte
ejecutada resulta atendible.

QUINTO. Que, respecto a la causal de infracción normativa del artículo 689 del


Código Procesal Civil; es de señalarse que la referida norma regula los
presupuestos que debe contemplar un título para la ejecución, estableciendo lo
siguiente: “Procede la ejecución cuando la obligación contenida en el título es
cierta, expresa y exigible”. Una prestación es cierta cuando están perfectamente
delimitados en el título los sujetos y el objeto de la prestación, aunque sea de
manera genérica; es decir, que necesariamente tiene que haber un sujeto activo,
llamado acreedor, que es la persona a cuyo favor se satisface la prestación,
denominado también “titular”, porque es quien tiene el título para exigir del deudor
el comportamiento debido; y un sujeto pasivo de la obligación denominado
“deudor”, que es la persona que tiene que satisfacer la prestación debida,
acomodando su conducta a la prestación exigida. Asimismo, es expresa cuando la
obligación consta de modo indubitable en el título y además se puede verificar el
objeto de la prestación, esto es, aquello que el deudor debe satisfacer a favor del
acreedor, sin necesidad de efectuar interpretaciones o recurrir a otros
instrumentos. Y es exigiblecuando la prestación tiene la cualidad que permite que
la obligación sea reclamable.

SEXTO. Que, en el caso de autos, lo que está en discusión es el tercer requisito


consistente en la exigibilidad de la obligación, requisito que para mayor
abundamiento se presenta cuando la obligación no está sujeto a plazo o
condición, o que habiéndolo estado se ha vencido el plazo y cumplido la condición.
Esto quiere decir, que una obligación exigible es aquella respecto de la cual no
hay plazo o condición que suspenda su cumplimiento, o habiéndolo: i) el plazo ha
vencido, ya sea por el transcurso del tiempo establecido por las partes o por la ley,
o a falta de ambas, por el juez, de conformidad con el artículo 186 del Código Civil;
porque el deudor ha renunciado anticipadamente al mismo o ha caducado su
plazo por las causales señaladas en el artículo 181 del Código Civil; o porque las
partes han conferido expresamente al acreedor la facultad de anticipar el
vencimiento del crédito (cláusulas de aceleración); o, ii) la condición suspensiva

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que afecta al cumplimiento de la obligación acaezca o no acaezca, según se trate
de una condición positiva o negativa.

SÉTIMO. Que, para el caso en concreto, de la revisión de la Escritura Pública de


Compraventa de Derechos y Acciones de fecha trece de diciembre de dos mil dos,
obrante de fojas dos a cuatro, se advierte que en su cláusula tercera, los
suscriptores declaran y dejan constancia de lo siguiente: “El vendedor deberá
iniciar y concluir con los trámites de independización del primer, segundo, tercer y
cuarto piso de la construcción existente, bajo sus costos…”. Del contenido de la
citada cláusula se advierte que entre las partes establecieron una obligación a
cargo del vendedor sujeta a un plazo, plazo que como veremos más adelante es
indeterminado; por lo que a fin de verificar si dicha cláusula resulta exigible,
conviene hacer un breve análisis de esta fi gura.

OCTAVO. Que, en principio debe quedar en claro que el plazo es la época que se


fija para el cumplimiento de la obligación, el mismo que puede ser expreso o
tácito. Será expreso cuando en el título se señale, entre otros, inequívocamente un
periodo de tiempo para que la obligación sea ejecutada por el deudor, por ejemplo
en un contrato de compraventa, se pueden establecer obligaciones a plazo
cuando se señale una fecha determinada para la entrega de la cosa vendida y una
fecha para que el comprador efectúe el pago total de la cosa, o una fecha para el
saneamiento del bien, de modo que solo el día del plazo establecido
expresamente se debe cumplir la obligación y por ende, el comprador no puede
exigir antes de dicho termino la entrega o el saneamiento ni el vendedor exigir el
pago del precio, salvo, como dijimos líneas arriba, que las partes hayan convenido
una cláusula expresa de vencimiento anticipado. Esta forma de establecer el plazo
es lo que se denomina plazo voluntario o convencional, pues es aquel que se fija
de una manera concreta en el contrato por voluntad de las partes, a diferencia del
plazo legal, pues es aquel que las partes no convienen si no que se rigen a lo que
indica la ley, por lo que incluso puede ser tácito. En el primero de los casos, el
plazo será determinado, porque las partes definen un momento específico para el
cumplimiento de la obligación, señalando una fecha exacta: día, mes y el año; e
indeterminado, cuando existe incertidumbre respecto al momento de hacerse
exigibles, pues se sabe que existe un día en el que la obligación debe ser
cumplida, pero no se sabe cuándo llegará ese día. Por otra parte, el plazo
será tácito cuando en el título las partes no establezcan el plazo de vencimiento de
la obligación; en ese caso se pueden presentar tres posibilidades: i) que se
deduzca de la naturaleza de la obligación; ii) que se encuentre establecido en la
ley; y iii) que dependa de la voluntad del deudor, en cuyo caso el acreedor estará
supedita a la voluntad del deudor. A diferencia de lo que acontece en otras
legislaciones, en la nuestra, no existe una norma que establezca un límite a la

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disponibilidad del deudor de dar cumplimiento a su obligación carente de plazo,
para hacer exigible la obligación en la vía ejecutiva, sin embargo, ello no es óbice
para que el acreedor le exija a su deudor el cumplimiento de una obligación sin
plazo, en otra vía, como es el caso del artículo 182 del Código Civil.

NOVENO. Que, de lo antes señalado, podemos concluir que la obligación a plazo


solo es exigible una vez expirado dicho plazo, antes no. Si este plazo es expreso y
determinado, la obligación será exigible una vez vencido éste, pero si el plazo es
indeterminado o es tácito, y no existe una norma que lo señale o que pueda ser
deducido de la naturaleza de la obligación, entonces no será exigible vía
ejecución.

DÉCIMO. Que, estando a lo señalado el Ad quem realiza una interpretación


correcta del artículo 689 del Código Procesal Civil, al condicionar la exigibilidad de
la obligación exclusivamente al hecho de haberse establecido un plazo expreso y
determinado; pues bajo el contexto dogmático antes señalado se advierte que la
exigibilidad significa que únicamente es ejecutable la obligación sujeta a plazo,
cuando se haya vencido aquel; es decir, que debe verificarse si el titulo ejecutivo
(Escritura Pública de fecha trece de diciembre de dos mil dos) no está sujeto a
plazo, o si existe un plazo, éste deberá haber expirado; y como en el caso de
autos no aparece descrito en el título ejecutivo el momento a partir del cual se
puede exigir el cumplimiento de la obligación a cargo del vendedor, dicho título no
satisface el requisito de exigibilidad señalado en el mencionado dispositivo legal
para su ejecución; más aun si en el caso de autos, la obligación cuyo
cumplimiento se demanda requiere de un trámite sujeto a previa visación o
autorización de la Autoridad Administrativa [1], por lo que su cumplimiento no
depende exclusivamente de la conducta desplegada por el obligado; por lo que
ésta primera causal debe ser desestimada.

DÉCIMO PRIMERO. Que, respecto a la causal de infracción normativa del artículo


1240 del Código Procesal Civil; es de precisar que el citado dispositivo legal
establece que: “Si no hubiese plazo designado, el acreedor puede exigir el pago
inmediatamente después de contraída la obligación”, de lo que se infiere que esta
norma no resulta aplicable al caso de autos, pues está referida al plazo para el
pago no para el cumplimiento de otras obligaciones; no obstante, aun cuando
pudiera aplicarse el citado dispositivo legal en forma extensiva para otras
obligaciones distintas al pago, sin embargo, existe una salvedad para exigir el
cumplimiento inmediato de toda obligación, que es que este cumplimiento
dependa de la naturaleza y circunstancias de la obligación (artículo 1148 del
Código Civil), como ocurre en el presente caso (trámites de independización),
pues revisada la tercera cláusula del título ejecutivo se deduce que la acreedora

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ha querido concederle un plazo al deudor para el cumplimiento de la obligación de
hacer, no obstante no haberse pactado el plazo de modo preciso; por lo que mal
puede concluirse que el deudor estaba en la obligación de dar cumplimiento
inmediato a la obligación de independizar el primer, segundo, tercer y cuarto piso
de la construcción existente en el predio sub litis, más aun si revisados los
actuados se advierte que el demandante inició el trámite de independización y
realizó las gestiones necesarias para su cumplimiento, sin que hasta la fecha haya
culminado dicho trámite por las observaciones realizadas en los Registros
Públicos; por lo que ésta segunda causal debe ser igualmente desestimada,
dejando a salvo el derecho de la parte demandante para hacerlo valer en la vía
correspondiente. Estando a dichas consideraciones y en aplicación de lo previsto
por el artículo 397 del Código Procesal Civil, declararon:INFUNDADO el recurso
de casación interpuesto por Norma Eleonora Barra Arias a fojas doscientos
setenta y ocho; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fojas
doscientos veintinueve, de fecha veintitrés de julio de dos mil trece, expedida por
la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
Norte; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial
“El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Norma Eleonora Barra
Arias contra Fidel Ángel Ruíz Meneses y otro, sobre Obligación de Hacer; y los
devolvieron.

S.S. LAMA MORE, VALCÁRCEL SALDAÑA, CUNYA CELI, YAYA ZUMAETA.

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