Está en la página 1de 6

2.

7 Sistemas y equipos de tratamiento de agua de calderas

El tratamiento y acondicionamiento del agua de calderas debe satisfacer los


siguientes objetivos:

 Intercambio de calor continuo


 Protección contra la corrosión
 Producción de vapor de alta calidad

El tratamiento externo consiste en la reducción y eliminación de impurezas del


agua en la parte externa de la caldera. Por lo general, se emplea tratamiento
externo cuando la cantidad de una o varias impurezas del agua es demasiado
elevada como para ser tolerada por la caldera en cuestión. Hay una amplia
variedad de tratamientos externos
(ablandamiento, evaporación, desaireación, contactores de membrana etc.)  que
pueden ser empleados para adaptar el agua de alimentación a un sistema en
particular. El tratamiento interno consiste en el acondicionamiento de impurezas
dentro del sistema de la caldera. Las reacciones ocurren tanto en las líneas de
alimentación como en la misma caldera. El tratamiento interno puede aplicarse
sólo o conjuntamente con el tratamiento externo. Su propósito es reaccionar de
forma adecuada con la dureza del agua de alimentación, acondicionar los lodos,
eliminar el oxígeno y evitar la formación de espumas en el agua de la caldera.

Tratamiento externo

Las instalaciones de tratamiento de aguas purifican y desairean el agua de


reposición o el agua de alimentación. En algunas ocasiones, el agua es pretratada
mediante evaporación para producir vapor relativamente puro, el cual es
posteriormente condensado y empleado para la alimentación de la caldera. Los
evaporadores pueden ser de varios tipos, siendo el más simple un tanque de agua
a través del cual pasan bobinas de vapor para calentar el agua hasta el punto de
ebullición. Para aumentar la eficiencia de estos sistemas, el vapor del primer
tanque puede pasar por el segundo tanque de agua mediante bobinas para
producir calor adicional, y por consiguiente, evaporación del agua.
Los evaporadores son adecuados cuando la disponibilidad de vapor como fuente
de calor es elevada. Estos sistemas presentan ventajas con respecto a la
desmineralización, por ejemplo, cuando la cantidad de sólidos disueltos en el agua
bruta es muy elevada.

Ciertos materiales naturales y sintéticos tienen la habilidad de eliminar iones


minerales del agua mediante intercambio con otros. Por ejemplo, al pasar agua
por un ablandador de intercambio catiónico simple, todos los iones
de calcio y magnesio son eliminados y reemplazados por iones de sodio. Debido a
que un intercambio catiónico simple no es capaz de reducir la cantidad total de
sólidos en el agua, este tratamiento es a menudo empleado conjuntamente con
ablandamiento mediante precipitación. Uno de los tratamientos combinados más
comunes y eficientes es el proceso cal-zeolita. Este proceso consiste en un
pretratamiento del agua con cal para reducir la dureza, alcalinidad, y en algunos
casos sílice, seguido por un tratamiento con ablandadores de intercambio
catiónico. Este sistema de tratamiento cumple varias funciones: ablandamiento,
reducción de alcalinidad y sílice, reducción de oxígeno y eliminación de sólidos
suspendidos y turbidez. Normalmente, los tratamientos químicos del agua de
dentro de la caldera son esenciales y complementan los tratamientos externos, ya
que se ocupan de las impurezas que entran en la caldera mediante el agua de
alimentación (dureza, oxígeno, sílice, etc.). En muchos casos, no es necesario el
tratamiento externo del suministro de agua y el agua puede tratarse únicamente
de forma interna.
Tratamiento interno

El tratamiento interno puede ser considerado como el único tratamiento necesario


en los casos en los que las calderas operan a presiones bajas o moderadas,
cuando grandes cantidades de vapor consensado son usadas como agua de
alimentación, o cuando hay disponibilidad de agua bruta de alta calidad. El
objetivo del tratamiento interno es:

1) reaccionar con cualquier dureza del agua de alimentación y prevenir su


precipitación en la caldera formando incrustaciones;

2) acondicionar cualquier sólido suspendido, como por ejemplo lodo u óxido de


hierro, en la caldera y hacer que no se adhiera al metal de la caldera;

3) proporcionar protección anti espuma para permitir una concentración razonable


de sólidos disueltos y suspendidos en el agua de la caldera sin que ocurra arrastre
de espuma;

4) eliminar oxígeno del agua y proporcionar suficiente alcalinidad para prevenir la


corrosión de la caldera.

Además, como medidas complementarias, un tratamiento interno debe prevenir


la corrosión e incrustación del sistema de alimentación de agua y proteger contra
la corrosión en los sistemas de condensación de vapor.

Durante el proceso de acondicionamiento, el cuál es un complemento esencial del


programa de tratamiento de aguas, dosis específicas de productos
acondicionadores se agregan al agua. Los productos más comúnmente
empleados incluyen:

 Fosfatos-dispersantes, polifosfatos-dispersantes (productos químicos


de ablandamiento): estos productos reaccionan con la alcalinidad del agua
de la caldera, neutralizando la dureza del agua mediante la formación de
fosfato tricálcico, un compuesto insoluble que puede ser eliminado de forma
continua o periódicamente a través del fondo de la caldera.
 Dispersantes naturales y sintéticos (Agentes Anti-
incrustantes): aumentan las propiedades dispersivas de los productos de
acondicionamiento. Pueden ser:
o Polímeros naturales: lignosulfonatos, taninos.
o Polímeros sintéticos: poliacrilatos, copolímero de acrilato maleico,
copolímero de estireno maleico, sulfonatos de poliestireno, etc.
 Agentes inhibidores: como por ejemplo fosfatos inorgánicos, que actúan
como inhibidores e implementan un efecto umbral.
 Eliminadores de oxígeno: sulfito de sodio, taninos, hidracina, derivados a
base de hidroquinona/pirogalol, derivados de hidroxilamina, derivados del
ácido ascórbico, etc. Estos eliminadores, catalizados o no, reducen los
óxidos y el oxígeno disuelto. La mayoría también pasivan las superficies
metálicas. La elección del producto y la dosis requerida dependerán de si
se utilizado un calentador de desaireación.

Agentes antiespumantes: son una mezcla de agentes de superficie activa


que modifican la tensión superficial de un líquido, eliminan las espumas y
previenen el transporte de partículas finas de agua en la corriente de vapor

Los productos químicos empleados para el ablandamiento incluyen ceniza de


sosa, sosa cáustica y varios tipos de fosfato de sodio. Estos productos reaccionan
con los compuestos de calcio y magnesio presentes en el agua de alimentación. El
silicato de sodio es empleado para reaccionar selectivamente con la dureza de
magnesio. El bicarbonato de calcio que entra con el agua de alimentación se
descompone a la temperatura de la caldera o reacciona con sosa cáustica para
formar carbonato de calcio. El carbonato de calcio es relativamente insoluble por
lo que tiene a salir de la disolución. El carbonato de sodio se descompone
parcialmente a altas temperaturas formando hidróxido de sodio y dióxido de
carbono. Altas temperaturas en el agua de la caldera reducen la solubilidad del
sulfato de calcio y tienden a hacerlo precipitar directamente en el metal de la
caldera formando incrustaciones. Es por esto por lo que el sulfato de calcio debe
reaccionar químicamente para provocar la formación de un precipitado en el agua,
donde puede acondicionarse y eliminarse mediante purga. La solución es hacerlo
reaccionar con carbonato de socio, fosfato de sodio o silicato de sodio para formar
carbonato de calcio, fosfato o silicato, los cuales son insolubles. El sulfato de
magnesio reacciona con sosa cáustica para formar un precipitado de hidróxido de
magnesio. Parte del magnesio puede reaccionar con sílice para formar silicato de
magnesio. El sulfato de sodio es altamente soluble y permanece en solución
mientras que no se evapore toda el agua presente.

Hay dos enfoques generales para acondicionar el lodo dentro de una caldera:
mediante coagulación o dispersión. Cuando la cantidad total de lodo es elevada
(como resultado de una dureza elevada en el agua de alimentación), es preferible
coagular el lodo para formar grandes partículas floculantes. Éstas pueden ser
eliminadas mediante purga. La coagulación se consigue mediante el ajuste de las
cantidades de álcalis, fosfatos y compuestos orgánicos empleados para el
tratamiento. Cuando la cantidad de lodo no es muy elevada (poca dureza en el
agua de alimentación), es preferible emplear un mayor porcentaje de fosfatos en el
tratamiento. Los fosfatos forman partículas de lodo separadas. Se utiliza un mayor
porcentaje de dispersantes de lodo orgánico en el tratamiento para mantener las
partículas de lodo dispersas en el agua de la caldera.

Los materiales utilizados para el acondicionamiento de lodos incluyen varios


compuestos orgánicos de la clase de los taninos, lignina o alginato. Es importante
que estos compuestos hayan sido seleccionados y procesados de forma
adecuada para que actúen de una forma efectiva, además de ser resistentes a las
presiones de operación de la caldera. Ciertos compuestos orgánicos sintéticos se
emplean como agentes antiespumantes. Los productos químicos utilizados como
eliminadores de oxígeno incluyen sulfito de sodio e hidracina. Varias
combinaciones de polifosfatos y compuestos orgánicos son empleados para
prevenir las incrustaciones y la corrosión en los sistemas de alimentación de agua.
Las aminas volátiles y los inhibidores de película se utilizan para prevenir la
corrosión del sistema de condensado.

Los métodos de alimentación interna de productos químicos incluyen el uso de


tanques de disoluciones químicas y bombas dosificadoras. Por lo general, los
productos químicos de ablandamiento (fosfatos, carbonato sódico, cáustico, etc.)
se añaden directamente al agua de alimentación en puntos cercanos a la entrada
de la caldera. Sin embargo, también pueden ser introducidos mediante líneas
separadas que descargan en el tambor de agua de alimentación de la caldera. En
cualquier caso, los productos químicos tienen que ser introducidos en la sección
de la caldera destinada a la alimentación de agua, de tal forma que la reacción
ocurre antes de que el agua pase a la zona de formación de vapor. Los productos
de ablandamiento se pueden añadir de forma continua o intermitente dependiendo
de la dureza del agua y de otros factores. Los productos químicos añadidos para
reaccionar con el oxígeno disuelto (sulfatos, hidracina, etc.) y aquellos empleados
para prevenir la formación de incrustaciones y corrosión en el sistema de
alimentación de agua (polifosfatos, compuestos orgánicos, etc.) deben ser
introducidos en el sistema de alimentación de agua de forma continua. Por último,
los productos empleados para prevenir la corrosión del sistema de condensado
pueden alimentarse directamente a la zona de vapor o al sistema de alimentación
de agua, dependiendo del producto empleado. En este caso, se prefiere la
alimentación en continuo, aunque en algunos casos, la alimentación de forma
intermitente puede ser suficiente.

Su link
https://www.lenntech.es/aplicaciones/proceso/caldera/tratamiento-de-agua-de-calderas.htm

También podría gustarte