Está en la página 1de 1

EN EL AÑO 2050

Estamos en el año 2050, hemos adelantado extraordinariamente. Ya no hay rastros de la


miseria antigua.
No podemos quejarnos por falta de ferrocarriles, de aviones, de transportes, de medicina.
Solamente nos queda al quejarnos íntimamente de la soledad, de la tristeza, de no saber
cuál es nuestro origen y cuál es nuestro fin.
Ya no queda ninguna clase de diferencias, todos somos igualmente trabajadores. Cuando
leemos las historias antiguas de 1960.1963, donde había grandes diferencias sociales,
nos da risa y nos causa extrañeza todo esto.
Leyendo unos papeles viejos, encontramos que hubo un hombre, en esa época, que fue
un soñador, seguramente un desequilibrado. Él pensaba que el mundo se organizara a lo
cristiano, con todos los adelantos, sin tantas diferencias sociales.
Intento hacerlo en pequeño, pero dice la historia que murió abandonado y entristecido
porque nadie o porque muy pocos lo quisieron ayudar.
Cuando yo, que soy un representante de esta nueva civilización, en que tenemos trabajo
para todos, pan para todos y Dios para nadie… cuando yo pienso en que ese soñador
que murió abandonado, trato de hacer algo, pienso que, si los hombres de esa época le
hubieran ayudado y le hubieran comprendido, nosotros, los hijos de esta civilización ultra
técnica y ultratea del 2050, no estaríamos en la agonía de tenerlo todo, menos a Dios.

También podría gustarte