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Revista de Sociología 30(2020):153-157

DOI: https://doi.org/10.15381/rsoc.v0i30.18912
ISSN impreso: 1605-8933 / ISSN en línea: 1609-7580

25 ensayos desde la pandemia para imaginar el Perú bicentenario


Lima: Proyecto Especial Bicentenario de la Independencia del Perú,
2020, pp. 209.

Sección RESEÑAS
ReciBido: 24/08/2020
aPRoBado: 15/09/2020
PuBlicado online: 26/10/2020

L a totalidad de los pueblos es aquello que


han de representar los diversos imagina-
rios de una conmemoración que traen a la
plinarias. La historiadora Carmen McEvoy, en
«Bicentenario republicano: dolor, resiliencia
y esperanza» plantea tres razones por los
memoria colectiva los ideales de una nación cuales el proyecto de república no logró
cuando se quizo independiente. La coyuntura sus propósitos: 1) El desinterés por el bien
de la Covid-19 es coincidencia tan infortu- común; 2) el desprecio por el otro, a quien
nada como ocasión propicia que devuelve se considera inferior; y 3) una incapacidad
a la sociedad peruana el sentido esquivar de tender puentes con los que discrepan de
o afrontar sus problemas y oportunidades. uno. Hace el esfuerzo por apelar a la esperan-
Por razones etimológicas y epidemiológicas za, a pesar de nuestro desmejorado estado
la pandemia nos une, por cuestiones onto- de ánimo frente al bicentenario, con el dolor
lógicas no nos halla como un pueblo en su a cuestas, nos pongamos a reflexionar sobre
totalidad. En las diferentes miradas expuestas los ideales de justicia e igualdad dejados
en los textos de los veinticinco autores en- en el pasado, para que una vez acabado lo
cuentro meditaciones de hondo significado peor del temporal tengamos aliento para
para encaminar un diálogo abierto y continuo «construir una república en la que todos los
que tenga como horizonte revolucionar el peruanos sean representados, apreciados
pacto social y la articulación cultural del Perú y, sobre todo, amados». Necesitamos un
republicano bicentenario. proyecto común, es claro.
El libro recopila las voces de ciudadanos Delfina Paredes, vallejiana y actriz, posa
cuyo trabajo tienen reconocimiento en el sus inquietudes bicentenarias sobre las
ámbito de lo público, expresado como saber estructuras viales que vinculan los pueblos
del orden de lo social, de lo político, desde al interior de la república. Su prosa delata la
distintas aproximaciones y trayectorias disci- oportunidad que el Perú perdió cuando el Es-

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tado cedió y abandonó las articulaciones que males de nuestra sociedad: «autoritarismo,
gestaron los proyectos ferroviarios del siglo traiciones, engaños, patriotismo de fantasía,
XIX. La utopía para facilitar la comunicación, pequeñez de pensamiento, racismo y otras».
el andar lejano y los intercambios culturales Su preocupación se dirige hacia las comu-
merecen recuperarse. El artículo de José Car- nidades indígena de la selva, que reciben el
los Agüero sintetiza la indignación que surge desprecio por su organización social, vidas y
de los recuerdos históricos que llama «nues- propuestas. Comunidades que son cargadas
tra tradición de vergüenzas», donde luego de sentidos esquizofrénicos, para convertir-
del continuo abandono del tejido social, la los en objetos de culpa por el atraso del país.
llegada de la pandemia nos deja a orillas del Dentro de la obra, Reber Yahuarcani
nuevo colapso. El escritor nos propone que es eleva una voz colectiva en solitario desde
tiempo de construir la «Memoria del futuro», el mundo indígena, desde comunidades
negar una nueva normalidad y apostar por «la que, en esta situación de pandemia, viven
renovación de lucha por más ciudadanía, por aisladas y sin recursos para enfrentar la
más vida, vida digna». muerte que trajo el coronavirus. La sabiduría
Francesca Denegri actualiza la defi- que Yahuarcani nos revela es alentadora
nición del Estado empírico con la cruda para renovar los ideales del bicentenario,
imagen gráfica de una camioneta rural su pregunta trasciende ¿Qué es un indígena
con la que circulamos en todas nuestras en el siglo XXI? Su respuesta ha de recorrer
localidades, «con embrague roto, frenos las mentes de nuestra ciudadanía «Es una
vaciados, radiador picado y un motor que persona que conoce su pasado, lo respira,
sobrecalienta, esta combi cochambrosa lo vive, lo disfruta, se siente orgullosa de él
tiene afortunadamente, además de chofer y lo comparte. Que tiene una misión y una
confiable, el tanque de gasolina lleno». responsabilidad con sus ancestros. Que lu-
Donde se podría añadir que repetimos la cha y busca mejorar las condiciones de vida
fatalidad suicida de una tripulación que se de su comunidad. […] Que clama un lugar
pelea por el timón al borde del abismo. Es así en la historia del país. […] Que protege su
que la fragilidad institucional del Estado, con espacio natural. Es un ser humano con una
un territorio abandonado y sin la posibilidad gran tarea». Y aunque con lo dicho es sufi-
de generar un sentido de identidad colectiva ciente para adherirnos a la historia indígena,
nos coloca ante la inviabilidad como país. nos lanza la invitación «a ser indígenas y a
El antropólogo Alberto Chirif da lectura a la construir algo nuevo, un país más grande,
mezcla de situaciones históricas que tienen fuerte, más digno, donde nos sintamos or-
como hilo conductor a la corrupción que hoy gullosos de haber hecho algo para cambiar
se armoniza con el sistema neoliberal, al lado nuestro espacio y nuestro mundo».
de la máxima de que «el mercado se regula El escritor Luis Nieto propone la marcha
por sí mismo», ahora se acondicionan los del bicentenario hacia las mayorías del país

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informal y desbordado, al esfuerzo y em- golpeadas, son víctimas de la violencia do-


peño por arreglar una nación sin proyecto méstica machista, problema que agudiza el
claro. Piensa en la esperanza que puede estado de confinamiento, sin salida, donde la
dejar la pandemia como catalizador pandemia remarca la indolencia del Estado
social y la apuesta «por un proyecto de y sus instituciones. Mannarelli pone sus
nación que deje atrás los vaivenes de las esperanzas en la inspiración y creatividad
últimas décadas y avance firme hacia un como salida, como independencia.
Perú que reconcilie a todas sus sangres». María Pía Costa, psicoanalista, nos
Manuel Burga reflexiona acerca del signo muestra las difíciles situaciones a las cuales
de la crisis que define el periodo colonial, se enfrenta nuestra salud mental colectiva
que para la población indígena implicó frente a la pandemia. Este presente nos obli-
una crisis estructural que alteró sus con- ga a prescindir de los rituales de duelo por
diciones biológicas, sociales, económicas la muerte, nos arroja al individualismo del
y espirituales. El historiador nos recuerda «sálvese quien pueda y como pueda» y del
que las pandemias no afectan a todos ver al otro como enemigo, pero, que en con-
por igual, que en nuestro pasado la fa- tradicción, necesitamos el ser colectivo para
talidad alteró la vida de los que fueron sostenernos en vida. Un camino que, para
subyugados y reforzaron la existencia Costa, nos debe llevar a que la solidaridad
de las élites y beneficiarios del sistema. sea una necesidad y urgencia en el proyecto
El reconocido arqueólogo Walter Alva, del bicentenario. Desde un plano arquitec-
en su texto «El antiguo Perú frente al bicen- tónico de lo social, Luis Rodríguez, hace una
tenario», recupera las lecciones de nuestros crítica desde la visión de las obras que faltan
pueblos milenarios que también afrontaron por hacer en cada comunidad. La falta de
enfermedades, nos recuerda que toda catás- proyectos para lograr igualdad de oportuni-
trofe puede ser superada con organizaciones dades, nos dan razones para no celebrar el
sólidas, solidarias y planificadas. Eduardo bicentenario. Sin embargo, demuestra que
Adrianzén, como guionista, nos advierte sí hay razones para conmemorar haciendo
acerca de la ficción contenida en el horror «sentir la decepción y el desasosiego, para
que deja los azotes de la pandemia, así, reclamar las promesas incumplidas y la
abriga la esperanza de que el miedo-pánico falta de oportunidades, para enrostrar la
no se convierta en la realidad. María Manna- injusticia y la desigualdad». Perennizar la
relli coincide en la manera de acercarse a la performance de un grito indignado en cada
historia tocada por inquietudes presentes, proyecto conmemoratorio «contra lo que se
una de ellas es la independencia de las debió hacer y no se hizo», es su apuesta de
mujeres. Es obligatorio pensar que hoy «La intervención pública.
independencia se lucha en casa», como El físico Alberto Gago y el sociólogo Ezio
titula su texto. Las mujeres son literalmente Neira se enfocan en el apoyo de la ciencia y

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del conocimiento que irradian las bibliotecas que pasaron inadvertidos y dejaron de con-
públicas. Gago alude a la investigación cien- memorarse. Por desventura fueron hechos
tífica como una actividad vital, que tiene la que reflejaban la participación sustancial
potencialidad de asegurar la vida. A su turno, de las provincias. Un reflejo de la desinte-
Neira aboga por el rescate de las bibliotecas gración y centralismo pendientes a afrontar.
públicas como fuente de desarrollo de la Su propuesta es proyectar la celebración y
vida comunitaria. reflexión del bicentenario hacia las batallas
Para el exministro de Ambiente, Manuel que sellaron la independencia de los países
Pulgar, con la emergencia e incertidumbre de la región en 1824, Junín y Ayacucho como
que caracterizan el tiempo actual, este no logros colectivos, «El Perú requiere de un sello
parece ser el momento apropiado para cons- de esperanza e ilusión por un futuro mejor.
truir una visión compartida. Sin embargo, la Ayacucho aporta todos los elementos para
idea de un proyecto de nación es una urgen- afianzar identidad, orgullo, valentía y eficacia
cia, así como, considerar la interculturalidad, en la acción». Es una propuesta que nos da
inclusión y cohesión social en la diversidad un mejor tiempo y ventaja en el transcurso
para construir un país que trascienda nues- al bicentenario. El politólogo Martín Tanaka
tra temporalidad. Eduardo Tokeshi, artista recoge una premisa que ha asumido la socie-
plástico, también asume el bicentenario dad peruana frente a la pandemia, en cuanto
como desafío del proyecto país, que nos una a que la tragedia ha nos ha enrostrado a gritos
de verdad en el sentido de ser peruanos. En nuestra precariedad, nuestras desigualdades
tanto, Guillermo Nugent halla utilidad en y demás problemas estructurales como
la cuarentena para pensar el bicentenario Estado. Tanaka percibe la necesidad de una
desde una perspectiva diferente al retorno narrativa de nuestra historia que dé cuenta
a la “normalidad de antes”, a las formas de del azaroso camino recorrido, en el cual, a
reproducción histórica de la desigualdad. A pesar de las limitaciones, hemos fraguado
Nugent, le preocupa la consistencia de los un proyecto de nación. Un proyecto «que
sistemas sociales que se ha puesto a prueba ha dado lugar a una identidad nacional»,
en tiempos de cuarentena, reflexiona en que pero que, paradójicamente, aún requiere ser
nuestro desafío será mantener el grado de incluyente para ser viable.
cohesión social y nos queda como aprendi- La socióloga Sofía Macher aborda el
zaje el «cultivar una voluntad colectiva para gobierno y ciudadanía digital como un
afirmar nuestra consistencia social». desafío-país impostergable, es una capa-
Cecilia Bákula, historiadora, haya motivos cidad que nos ha faltado para afrontar los
para repensar el conmemorar el bicentenario problemas que agudizó la crisis sanitaria
de la proclamación de la independencia el 28 durante la pandemia. Macher destaca la
de julio de 2021. Argumenta que hubo una transformación digital en diferentes sec-
serie de acontecimientos históricos previos tores (economía, educación, salud, justicia

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entre otros), insta a cerrar las brechas de indígena que nos constituye». El ser peruano
infraestructura y de conectividad para lograr es un asunto que para De Paz pasa por lo
igualdad de oportunidades. Alonso Cueto, cultural, por trabajar el autoconocimiento co-
escritor, parte de la idea de que hemos vivido lectivo, autoestima y proyección de patrones
la historia como condena y no como opor- de vida deseables.
tunidad, es el motivo de por qué por mucho Culmino esta reseña con una crítica, que
tiempo nuestra diversidad nos fue ajena. Sin se alinea en el sentido de la esperanza por un
embargo, ante la crisis de la pandemia tiene Perú republicano que articule la diversidad
una mirada más optimista, que se afirma en cultural. Leer la obra deja la sensación de
el avance de la idea del Perú más inclusivo, que la autoría colectiva está ausente, en el
a diferencia de otros periodos republicanos. proyecto común al que se refieren son más
Tres filósofos, Miguel Giusti, Pablo Quin- excluidos, sus vidas, hitos históricos, proble-
tanilla y Zenón de Paz cierran el conjunto de mas y aportes. Por justicia y equidad este en-
las reflexiones de la coyuntura de pandemia sayo debería quedar abierto, aún inconcluso.
de Covid-19 y los albores del bicentenario del Así asumir su visión monocorde incompleta
Perú. Giusti nos introduce al problema ético que radica en el desequilibrio expresado en
de la “normalidad” que hemos aceptado y voces que principalmente se dan desde el
convivido con ella, sin embargo, nos anima a centro cultural geopolítico, académico, ge-
no sucumbir al «pesimismo por el retrato del neracional. El intelecto y los saberes vienen y
país que nos ha dejado el tiempo detenido van al pueblo. La contradicción en el discurso
de la pandemia». Pablo Quintanilla expresa que el texto es patente, dejan interrogantes
optimismo y apoya sus anhelos en que «El en tensión ¿por qué la autoría de la mujer
surgimiento de esa cultura popular, mestiza en la discusión del bicentenario no se halla
y creativa, acompañada de la globalización en equidad? ¿Por qué la autoría de utopías
de la educación y de una actitud de mayor desde provincias no alcanzó a concretar en
apertura a la diversidad, sugiere la posibilidad textos? ¿Por qué solo voces solitarias y no
de que surjan mejores líderes a mediano pla- compilar los ideales de colectivos en su di-
zo». Es la ética de la esperanza en el cambio versidad? ¿Dónde dejamos los ideales de los
generacional, una nueva morada que provea peruanos que dejaron el territorio y sueña
razones de celebración por el acontecimien- con retornar a la patria? El proyecto común
to. Zenón de Paz propone una relectura de del Perú republicano bicentenario exige no
nuestra historia como ente social, considera volver a esquivar las oportunidades.
que nuestro mayor problema es ontológico,
«Es un problema del ser: llevamos cinco siglos Paul Munguía Becerra
queriendo y creyendo ser lo que no somos, Universidad Nacional Mayor
negando ser lo que somos, actitud patente de San Marcos, Perú
en el ubicuo y cotidiano acto de denigrar lo pmunguiab@unmsm.edu.pe

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