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La caracterización morfológica es el primer paso en el mejoramiento de los

cultivos y programas de conservación. Las características morfológicas se han


venido utilizando para estudiar la diversidad genética, identificar plantas
cultivadas y conservar los recursos genéticos (Onamu et al., 2012) sin embargo
pueden presentar limitaciones como es la influencia por el ambiente (Gepts
1993). A pesar de ello son importantes pues constituyen la característica a
mejorar. Actualmente no se disponen de caracteres morfoagronómicos
identificados para tara que permitan seleccionar individuos para un programa
de mejora genética, es por ello que el objetivo del presente trabajo es explorar
y determinar marcadores morfoagronómicos que puedan asistir en la selección
de caracteres deseables para esta especie.

Eta especie es un árbol pequeño de dos a tres metros de altura; pero, puede
alcanzar a medir hasta 12 metros en su madurez. En su vejes presenta; de
fuste corto, cilíndrico y a veces tortuoso, y su tronco está provisto de una
corteza gris espinosa, con ramillas densamente pobladas, en muchos casos las
ramas se inician desde la base dando la impresión de varios tallos. La copa de
la TARA es irregular, aparasolada y poco densa, con ramas ascendentes.
FOTO 1.

Foto: Los Tiempos, 2007.

Sus hojas son en forma de plumas, tipo ovoides y brillantes ligeramente


espinosa de color verde oscuro miden 1.5 cm de largo. Sus flores son de color
amarillo rojizo, dispuestas en racimos de 8 cm a 15 cm de largo.
Sus frutos son vainas explanadas e independientes de color naranja de 8 cm a
10 cm de largo y de 2 cm de ancho aproximadamente, que contienen de 4 a 7
granos de semilla redondeadas de 0,6 cm a 0.7 cm de diámetro y son de color
pardo negruzco cuando están maduros.
La inflorescencia con racimos terminales de 15 a 20 cm. de longitud de flores
ubicadas en la mitad distal, flores hermafroditas, zigomorfas, cáliz irregular
provisto de un sépalo muy largo de alrededor de 1cm, con numerosos
apéndices en los bordes, cóncavo, con pétalos de color amarillento. Foto 2(ver
anexos).
Cada árbol de TARA puede rendir un promedio de 20 Kg a 40 Kg de vaina
cosechándolos dos veces al año. Generalmente un árbol de TARA da frutos a
los tres años, y si es silvestre a los cuatro años. Su promedio de vida es de
cien años y el área que ocupa cada árbol es de 10 metros cuadrados.

La vaina representa el 62% del peso de los frutos y es la que precisamente


posee la mayor concentración de taninos, que oscila entre 40 y 60%, los que
son utilizados en la industria para la fabricación de diversos productos, o en
forma directa en el curtido de cueros, fabricación de plásticos y adhesivos,
entre otros.
Las semillas, de uso forrajero, tienen en su composición porcentual en peso el
28% de cáscara, 34% de gomas y 37.5% de germen (almendra) con altísimo
contenido de proteínas de gran concentración de metionina y triptófano de
buena calidad; grasa y aceites que podrían servir para el consumo humano. De
esta parte del fruto, se obtienen aceites, goma (usada para dar consistencia a
los helados), harina proteica y derivados como: jabones, pinturas, barnices,
esmaltes, tintes de imprenta, mantecas y margarinas comestibles, pues
presenta un contenido de ácidos libres de 1,4% (ácido oleico) es aceptable
comercialmente aceptable por su baja acidez. FOTO2

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