Working Under The Professor PDF

AVISO
Esta traducción ha sido realizada de manera altruista y sin ningún

ánimo de lucro.
Solo se traducen y diseñan libros ya escritos por fantásticos escritores.

Se intenta darlos a conocer, animando siempre a los lectores a comprar
los libros en físico para apoyar a sus autores favoritos.
El siguiente material no pertenece a ninguna editorial y, al estar

realizado por diversión y amor a la literatura, puede contener errores.
Queda totalmente prohibida la comercialización del presente

documento.
1
Astartea
Working Under the Professor

Olivia T. Turner
ÍNDICE
Agradecimientos 3
Dedicatoria 4
Sinopsis 5
Capítulo 1 6
Capítulo 2 13
Capítulo 3 22
Capítulo 4 27
Capítulo 5 31
Capítulo 6 40
2
Capítulo 7 44
Capítulo 8 56
Capítulo 9 64
Capítulo 10 68
Epílogo 74
Epílogo 2 79
Epílogo 3 84

Olivia T. Turner
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a…
Librería Digital, que de forma altruista y sin conocerme, me ayudó

en la realización de está traducción.
Mil gracias por apoyarme y guiarme. Por cualquier cosa estoy a su

disposición.
β Tauri Book's Constellation, por darme la oportunidad de colaborar 3
y participar en su blog.
Muchas gracias por dejarme un rincón de tu casa y hacerla un poco

mía.
Hermosas Criaturas del Inframundo, por aconsejarme durante el
camino y por el apoyo moral.
Gracias por caminar conmigo.

Olivia T. Turner
DEDICATORIA
Para el profesor McMillan,
Querías que trabajara debajo de ti.
Estaba más que dispuesta.
Desafortunadamente, teníamos ideas diferentes de lo que eso

significaba.
La mía hubiera sido mucho más divertida…
Solamente me hubiera gustado decirte…

4
Me diste un sobre saliente pero yo deseaba un insuficiente.

Olivia T. Turner
SINOPSIS
Voy a enseñarle lo que sucede cuando tientas a un profesor

dominante. No debería mirarla así. Ella es mi alumna, ella tiene
diecinueve años. Soy demasiado viejo para ella. Todo sobre esto es
inapropiado... las miradas, los pequeños toques, la atención extra en
mis horas de oficina, las puertas cerradas…
Soy su profesor y se supone que debo seguir siendo profesional. Pero

esto ha ido más allá de lo profesional. La obsesión se ha hecho cargo.
Ahora soy su esclavo. Ella es la mascota del maestro y estoy a punto
de darle una lección que nunca olvidará. 5
Aprenderá que su profesor es posesivo y que esperaré hasta después

de que termine el semestre. Porque nunca dejaré ir a mi mascota.
Ahora ella es mía.
¡El año escolar aún no ha terminado! Y créeme, querrás quedarte para

las clases de verano cuando recibas un trabajo del profesor Gosling.
¡Este hombre exagerado te hará rogar por detención con sus formas
obsesivas y posesivas!
Seguro, sin trampas y un dulce feliz para siempre que te hará sonreír
(y sonrojar).
¡Feliz lectura!

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 1
Quinn
-¿Que sabes sobre el profesor Gosling? -me pregunta Oliver.
-No mucho -le digo mientras caminamos por el pasillo.
Estoy sosteniendo las correas de mi mochila y jugueteando

nerviosamente con ellas. Los gruesos libros de texto en el interior
pesan una tonelada y las correas me cortan los hombros.
Oliver agarra mi brazo, sus ojos están muy abiertos por la

emoción.
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-¡Entonces te espera una gran sorpresa!
Su entusiasmo es contagioso y no puedo evitar sonreír. Oliver es

gay y mi primer amigo aquí. En realidad, él es mi único amigo.
Es mi primera semana en la Universidad de Wale y todavía no he

conocido a nadie.
Vivo en el campus, en un pequeño departamento en ruinas, pero

tiene un escritorio con una lámpara y una cama en la que puedo apilar
mis libros, así que tengo todo lo que necesito.
Conocí a Oliver el primer día de clases, estaba tomando un café

cuando me agarró y nunca más me dejó ir. Tenemos unas cuantas
asignaturas juntos. La última fue finanzas y hoy, economía.
-Escuché que realmente es rudo -digo, sintiendo una descarga

de adrenalina.

Olivia T. Turner
Amo los retos académicos. Con los profesores en la escuela
secundaria, todo fue demasiado fácil y estoy emocionada por hundir
mis dientes en algo un poco más desafiante.
-Oh, él es exigente- dice con una mueca. -También está calificado

como el mejor profesor de economía del país, y ganó alrededor de mil
millones de dólares en menos de una década invirtiendo en nuevas
empresas.
¡Joder! Mil millones de dólares. Ni siquiera puedo imaginarlo.
Respiro profundamente, preguntándome cómo sería tener tanto

dinero. Obtuve todas las becas y subvenciones académicas que pude,
mis padres me dieron lo que habían logrado ahorrar pero aun así me
graduaré con una tonelada de deudas estudiantiles. Mis padres se
esforzaron mucho, pero nunca tuvimos demasiado.
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Hasta la adolescencia, nunca había visto un billete de cincuenta
dólares y cuando lo vi, no fue en la billetera de mi padre o en la cartera
de mi madre.
-Pero esa no es la parte más cautivadora -dice Oliver con una

sonrisa astuta en su rostro. -Es muy guapo y muy atractivo.
Pongo los ojos en blanco mientras caminamos. No me importa

todo eso. Solo quiero aprender de él.
-¡Espera! -dice cuando ve lo desinteresada que estoy. -Te darás

cuenta cuando lo veas. Él es legendario. Cientos de los mejores
estudiantes de Wale se han arrojado a sus pies a lo largo de los años,
tratando de obtener un poco de atención extra del profesor, pero él las
ha rechazado a todas.
-Es verdad -dice mientras agarra mi antebrazo. -Quinn, no tienes

ni idea de lo que te espera. El profesor Gosling es aturdidor. Después
de verlo, nunca serás la misma.

Olivia T. Turner
-Creo que estaré bien -le digo mientras pongo los ojos en blanco.
Siempre he estado más enfocada en los estudios que en perseguir
chicos. Así es como llegué a Wale, y así es como me graduaré, como
la mejor de mi clase.
Todos los chicos en la escuela secundaria eran solo niños.

Inmaduros. Molestos. Infantiles. Ruidosos. Críos.
¿Cómo podría sentirme atraída por ellos? Así que agaché la

cabeza y me concentré en mis estudios en lugar de perder el tiempo
con ninguno. Mi madre me rogó que tuviera citas, pero mi padre me
entendió. Me llamó "alma vieja" y siempre dijo que era "sabia más allá
de mis años". No sé nada sobre eso, sólo quería aprender.
Así que, nunca he tenido sexo. Nunca he estado en primera base,

segunda o tercera. De hecho, nunca he agarrado un bate.
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-Solo intento advertirte -dice Oliver mientras suelta mi brazo. -
Es todo lo que puedo hacer.
-Has hecho más que suficiente -le digo con una sonrisa. La puerta
está más adelante y noto que hay muchas más chicas que chicos que
se apresuran a entrar.
-Date prisa -dice Oliver mientras agarra mi brazo otra vez y me

hala hacia la puerta. -Estas perras están tratando de conseguir los
mejores asientos.
Es verdad. La sala es prácticamente un auditorio y debe tener

capacidad para al menos quinientas personas. Oliver y yo bajamos por
las escaleras mientras se apresura a buscarnos unos buenos asientos.
Nos sentamos en la fila veinte, en el lado izquierdo de la habitación.
Mi piel comienza a hormiguear de emoción cuando saco mi nuevo

bolígrafo y cuaderno. Escribo “Economía” en la parte superior de la

Olivia T. Turner
primera página y luego miro alrededor con el pulso acelerado. Sé que
soy una empollona, pero no me importa. Me encanta estudiar.
Madre mía, no puedo creer que haya tantas chicas aquí.
-Cuatro minutos -dice Oliver mientras mira su reloj. -No puedo

esperar para ver a este tipo de cerca. Maldición, debería haber traído
mis binoculares.
-No puede ser tan guapo -estoy empezando a molestarme por

todos estos comentarios sobre su aspecto. No me esforcé tanto para
entrar a Wale por eso. No me endeudé hasta las cejas y no me mudé
al apartamento más horrible de O-campus para babear por un
profesor…
¡Mierda!
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Mi boca cae cuando él entra. Literalmente cae. Lo mismo ocurre

con las mandíbulas de todas las chicas que me rodean. Todo se queda
en silencio en la enorme sala. Solo se escuchan los latidos de los
corazones de quinientas chicas y el golpe del bolso de cuero del señor
Gosling cuando lo deja caer en el escritorio frente a la habitación.
-Te lo dije -Oliver susurra mientras mira. Apenas puedo

escucharlo por el fuerte latido de mi corazón. Me muevo en mi asiento
(estoy demasiado lejos por cierto) y enderezo la espalda.
De repente, creo en todos los rumores de chicas arrojándose a

sus pies. Lo creo porque estoy pensando en hacer lo mismo, a pesar
de que definitivamente sería una más de las chicas rechazadas.
Todos los ojos están puestos en él cuando abre su bolso de cuero

y saca sus notas. Los míos están fijos en él. No puedo mirar hacia otro

Olivia T. Turner
lado. ¿Quién podría imaginar que lo primero que estudiaría en la
Universidad de Wale sería a mi profesor ardiente como el infierno?
Comienzo por sus pies y lentamente sigo mi camino hacia arriba.

Cada centímetro de él está cubierto de estilo. Lleva zapatos marrones,
vaqueros oscuros y un chaleco azul marino debajo de una chaqueta de
deporte beige. El abrigo definitivamente no fue comprado en una de
esas tiendas del centro comercial. Parece que fue cosido por el mejor
sastre de toda Italia por la forma en que fluye sobre sus anchos
hombros y bíceps redondos, mostrándonos su silueta con cada
movimiento seguro que hace.
Mis ojos se lanzan a su mano tatuada. Comienza en el dorso y

desaparece debajo de su reloj y de la manga de su chaqueta de
deporte. Levanto mi barbilla mientras mi boca se hace agua. Quiero 10
ver más de eso. Me pregunto dónde se detiene la sexy tinta. Si alguna

vez se detiene.
Debajo de su chaleco hay una corbata marrón y una camisa azul

claro que cubre su ancho y musculoso pecho. Mi respiración se acelera
cuando me imagino agarrando su camisa y rasgándola. La chica a mi
lado hace un pequeño maullido y me pregunto cuántas de estas chicas
piensan lo mismo que yo. Apuesto a que todas ellas.
-Tomen sus asientos. Vamos a comenzar -Dios mío, mi corazón

late muy rápido. Mi cuerpo está reaccionando. Es como el director de
una filarmónica que dirige mi cuerpo como a una orquesta. Él tiene
control sobre mis pulmones sin aliento, mi pulso acelerado, los latidos
de mi corazón, mi estómago apretado, los pelos de mis brazos que
están erguidos y, por supuesto, el área entre mis piernas, que está
muy caliente y húmeda.

Olivia T. Turner
Pero, ¿cómo podría no excitarme con esos deslumbrantes ojos
verdes? El profesor Gosling tiene el cabello castaño oscuro con unas
pocas motas grises y los ojos verdes más brillantes que he visto en mi
vida.
Empieza a andar alrededor de la habitación mientras todos se

acomodan. Puedo decir que esconde muchas cosas detrás de su
apariencia, y eso es lo que le hace todavía más atractivo. Tiene un
cerebro afilado y una mente ferozmente inteligente para acompañar su
aspecto devastador.
Una pizca de vello se puede apreciar a lo largo de la línea afilada

de su mandíbula y no puedo evitar preguntarme qué aspecto tendrá
por las mañanas. Estoy pensando en lo mucho que me gustaría
saberlo, cuando Oliver me saca de mi aturdimiento con un codazo.
Él mira mi cuaderno y se ríe. Jadeo cuando miro hacia abajo. Sin 11
darme cuenta, he dibujado pequeños corazones por toda la página.

Con mis mejillas sonrojadas, arranco la página, la arrugo y la tiro en
mi mochila.
-Te lo dije -susurra con voz cantarina. Simplemente lo ignoro y

vuelvo mi atención a donde pertenece. Al profesor Gosling.
-Bienvenidos a mi clase de economía -dice con una voz profunda

que es tan suave como el cuero en mis oídos. -Mi nombre es Tristan
Gosling y seré su profesor este semestre.
Me resulta difícil concentrarme mientras lo veo caminar alrededor

del escenario con la gracia de un tigre salvaje. Sus ojos repasan la
clase y luego pregunta por si hay alguna duda.
Una chica en el frente levanta la mano. -¿Es cierto que estás

patrocinado por Ralph Lauren?

Olivia T. Turner
Abre su chaqueta y mira la etiqueta. -Este es DKNY, pero si
alguien conoce a Ralph, por favor, preséntemelo.
El sonido de cientos de chicas riendo llena la habitación. Soy una

de ellas.
Un chico levanta la mano y pregunta. -¿Es cierto que vales mil

millones de dólares?
El profesor Gosling suspira. -¿Quieres valer mil millones de

dólares?
-Sí, claro -dice el estudiante.
-Bueno. Entonces necesitarás saber todo sobre economía y eso

es lo que te voy a enseñar. Comencemos ahora. Vayan a la página
nueve en sus libros de texto. -Busco en mi bolso y saco mi libro de
texto. Veo que él lo escribió. Tiene Tristan Gosling escrito en la parte
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inferior.
Comienza a enseñar la clase y mi bolígrafo está arañando la

página mientras tomo notas lo más rápido que puedo. Otros
estudiantes tienen computadoras portátiles, pero prefiero el lápiz y el
papel. Hay algo en escribir las cosas a mano que me hace recordarlas
mejor.
La materia es realmente fascinante y me siento al borde de mi

asiento mientras escucho cada palabra.
Es una clase bastante normal, hasta que el profesor Gosling me

ve. Entonces, pasa a ser rara, muy rara.

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 2
Tristan
Cuando la veo, todo se detiene.
El tiempo se detiene. Mi corazón se detiene. Las palabras que

salen de mi boca se detienen.
Toda la clase está esperando que continúe. Cuatrocientas

ochenta y siete personas en esta sala y estoy totalmente callado.
Alguien tose y me saca de mi aturdimiento.
Bajo la mirada hacia las baldosas blancas del suelo y respiro

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profundamente para tratar de centrarme. No funciona. Estoy
colapsando.
Hay un tornado en mi mente, destrozando cualquier pensamiento

lógico, destrozando mis cimientos. Su visión atraviesa mi mente,
remplazando lo que estaba allí por una necesidad intensa, un deseo
abrumador, una lujuria incontrolable.
Una imagen de mí cargando por el pasillo y yendo a por ella se

apodera de mi cerebro. Me veo tomándola, doblando su joven cuerpo
sobre la silla, tirando de sus pantalones, abriendo sus piernas y
metiendo mi verga en su pequeño y apretado coño. Cuatrocientos
ochenta y siete estudiantes observando como yo reclamo su coño y la
hago mía. Se siente tan vívido que me hace temblar.
-Entonces... eh... la economía en... disculpen... en la era digital

es aún más, eh... -¿Aún más qué? Mierda. ¿Dónde diablos estaba yo?
Mantengo mi mirada baja, sin atreverme a mirarla. La primera ojeada

Olivia T. Turner
me sacudió por completo. No sé lo que podría a pasar si levanto la vista
y miro otra vez esos hermosos ojos azules.
Ella me ha impactado cuando la he visto en medio de mi

conferencia, hablando sobre cómo la era digital está cambiando la
economía mundial cuando la he visto. Hay muchas chicas hermosas en
la clase, pero había algo en ella. Algo sobre la forma en que su cabeza
estaba inclinada con su ondulado cabello castaño, cayendo mientras
escuchaba, eso me golpeó. Fue como un disparo al estómago.
Mi corazón late con fuerza. Todavía estoy intentando

recuperarme. Cierro los ojos y respiro hondo, pero todo lo que puedo
ver detrás de mis párpados es a ella. La forma en que sus brillantes
ojos azules se ven tan jóvenes e inocentes hace que mi cuerpo se agite.
Sus pechos juveniles se ven tan llenos mientras empujan contra su 14
blusa blanca, que mi pecho se agita. Y ese bolígrafo golpeando contra

sus labios está haciendo que mi polla se ponga dura.
La siento endurecerse en mis pantalones. Está latiendo y

llenándose de sangre a medida que se tensa hasta el punto del dolor.
Hay casi quinientos pares de ojos sobre mí y me estoy poniendo

duro frente a todos. Mierda.
Me doy vuelta y me apresuro a regresar detrás del escritorio para

esconderme.
-Entonces, la era digital está transformando la economía en un...

-estoy tratando de concentrarme en las palabras, pero es muy difícil.
Ni siquiera sé si lo que digo tiene sentido. Todo lo que sé es que mis
nudillos blancos están ardiendo mientras aprieto el grueso escritorio de
roble tan fuerte como puedo.

Olivia T. Turner
Quiero otra mirada de ella. ¡No! Quiero más que una mirada. Mi
contención se quiebra y mi mirada se dirige hacia a mi derecha. La
encuentro de inmediato y se me atraganta el aliento en la garganta.
Ella es aún más hermosa de lo que pensaba. Estoy

completamente cautivado y no puedo mirar hacia otro lado.
Las palabras vuelven a salir de mi garganta y todo el lugar queda

en silencio.
No puedo ni mirarla. No soy tan fuerte y utilicé todo mi auto

control la primera vez. Tengo que tenerla. Toda ella. Lo quiero todo y
lo quiero ahora.
-¿Señor? -susurra una chica de la primera fila cuando no he

hablado durante demasiado tiempo. -¿Está usted bien?
Estoy muy lejos de estar bien. No estaré bien hasta que la tenga
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en mis brazos, hasta que la tenga en mi cama, hasta que tenga su
matriz madura empapada con mi semen. No podré funcionar hasta que
tenga todo eso. Lo sé en lo profundo de mis huesos, en mi corazón, en
mi alma.
-Entonces, con China a punto de alcanzar su punto máximo en la

próxima década... -continúo mientras me obligo a no mirarla.
Intento mirar alrededor de la sala, pero un segundo o dos

después, mis ojos se dirigen de nuevo a ella. Me alejo del escritorio y
me acerco a los estudiantes. No me importa estar duro y no me importa
si lo notan. Quiero que ella lo vea. Quiero que sepa lo difícil que se me
está haciendo este momento y lo mucho que la quiero.
La necesidad de borrar toda distancia entre nosotros es casi tan

fuerte como mi necesidad de reclamar su coño. Empiezo a caminar por
el pasillo, manteniendo la vista en ella mientras empiezo a divagar
sobre la economía china. Espero tener sentido, pero lo dudo.

Olivia T. Turner
Mi cerebro está roto. Ella lo destrozó y ahora será reconstruido
con ella en el centro.
Yo vivo para ella.
¿Cómo puedo pensar así? Ni siquiera sé su maldito nombre. Ese

pensamiento me atrapa y me empuja hasta aplastarme el alma. Tengo
que saber su nombre.
Subo dos escalones para estar lo más cerca de ella posible. Ella
está en el medio de la fila y quiero patear a cada persona que esté
entre ella y yo, fuera de mi clase. Quiero echar a las cuatrocientas
ochenta y seis personas hasta que seamos solo nosotros dos. Entonces,
le enseñaré algunas cosas. Le daré una lección que nunca olvidará.
-¿Cómo se llama, señorita? -le pregunto. Sus ojos azules se

ensanchan mientras endereza su espalda.
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-¿Yo?
-Sí.
Dios, apenas puedo hablar. Hay un nudo en mi garganta.
-Um, Quinn Sullivan -su voz es dulce. Me pone la piel de gallina.

Estoy agitado mientras pienso que otra otra cosa preguntarle. Solo
quiero escucharla hablar. Quiero que su suave voz, vuelva a arruinar
mi mente ya destrozada.
-¿Por qué tomaste esta clase, Quinn? -sus mejillas comienzan a

sonrojarse cuando todos se vuelven hacia ella. Quiero gritarles que
aparten la vista. Ella es mía, solo yo puedo mirarla. Quiero que todos
lo sepan, pero tengo que mantener la calma. Si la quiero, tengo que
estar tranquilo. Por ahora, de todos modos.
-Me gustaría aprender cómo aprovechar las herramientas

económicas para ayudar a cambiar el mundo para mejor.

Olivia T. Turner
Ella es tan dulce. Todo lo que puedo hacer es mirarla. Por su
respuesta, puedo decir que no solo es hermosa, sino que también es
inteligente y capaz.
-Buena respuesta -digo, tragando saliva mientras vuelvo a la

clase. -¿Cómo se puede lograr un cambio importante en el mundo sin
dinero?
La estoy mirando de reojo cuando un chico a su lado me llama la

atención. Ni siquiera lo había visto hasta que susurro algo en su oído.
Mi cuerpo se tensa y mi mandíbula se aprieta dolorosamente cuando
me doy la vuelta.
Traga saliva cuando mis ojos se estrechan sobre él.
»¿Qué le acabas de decir? -gruño. Mira a su alrededor, con los

ojos muy abiertos por el pánico, pero no hay nadie que pueda ayudarlo.
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Él es todo mío. La miró, le susurró, la tocó. Mis manos tiemblan de
rabia.
-Nada, señor... yo solo...
-¿Cómo te llamas?
-Mierda -susurra. -Oliver Matthews -se pone pálido mientras sus

ojos se fijan en su cuaderno.
-No hables con ella, Oliver Matthews. O estarás fuera de mi clase.
-Lo siento, señor -dice con un tartamudeo. -Ya no hablaré con

ella en su clase.
-No solo en mi clase. En cualquier lugar. -Quinn me mira con una

expresión confusa en su hermoso rostro. Sé que en este momento me
parezco a un psicópata obsesivo, pero realmente no me importa. La
quiero toda para mí y no necesito a otros niños a su alrededor. Todos
tienen que saber que soy el alfa y que ella es mi territorio.

Olivia T. Turner
»Eso fue todo por hoy -les digo mientras camino de regreso al
podio.
Mis piernas están temblorosas como si acabara de correr unas

cuantas maratones.
»Todos ustedes se pueden ir. -me doy la vuelta y me aferro al

escritorio mientras las mismas dos palabras se repiten en mi cabeza
una y otra vez. Quinn Sullivan, Quinn Sullivan.
Tengo que volver a mi oficina para buscarla en las redes sociales.

Necesito encontrarla en los registros de los estudiantes. Tengo que
saberlo todo sobre ella.
Su edad, su dirección, todo. Podría ser despedido por entrar en

esos registros, pero me arriesgaré.
Estoy más allá de tomarlo con calma. Estoy más allá de las
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acciones racionales y fuera de toda lógica. Soy un profesor posesivo y
obsesivo que está a punto de acechar a la chica de la que se enamoró.
Los estudiantes comienzan a ponerse de pie y salir de la sala. Mis

ojos están fijos en Quinn cuando ella se levanta y duda en el pasillo.
Mira la puerta, se da la vuelta y se apresura hacia mí, cortando todo
el tráfico de estudiantes que se dirige hacia el otro lado.
Hay un dolor en mi pecho cuando se acerca a mí. Su inocencia

me aplasta. Quien creó esta belleza se superó a sí mismo. Ella sube a
la plataforma elevada luciendo nerviosa con sus adorables mejillas
sonrojadas. Agarro el escritorio, resistiendo el fuerte impulso de
levantarla, arrojarla sobre mi hombro y llevarla a mi oficina.
-Profesor Gosling -dice mientras se acomoda un mechón de su

cabello castaño rojizo detrás de la oreja. Y ese solo gesto me deja sin
piernas.

Olivia T. Turner
»Solo quería hablarle sobre Oliver. No quiso hacer daño.
Simplemente susurró para decirme que di una buena respuesta.
Sus ojos azules brillan desde dentro, como una luz blanca detrás
de una vidriera azul. Ella se ve tan inocente y pura.
No puedo evitar preguntarme si es virgen. Si ese dulce coño está

intacto. Si voy a ser el primero y el único en sentir lo suave y sedoso
que es el interior de su coño.
-Este... Oliver -gruño cuando finalmente encuentro mi voz. -¿Él

es tu novio?
Ella deja escapar una risa rápida y luego se la traga. -No, señor.
Es solo un chico que conocí esta semana. De hecho, no creo que esté
interesado en las mujeres en absoluto.
La tensión aplastante sale de mí y es reemplazada por una súbita

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ligereza.
No quiero saber qué habría hecho si estuvieran juntos. Solo

pensarlo me hace ver rojo.
-¿Tienes novio? -Esto es muy inapropiado. Sé eso, pero tengo

que saber la respuesta. Tengo que saber si hay alguien a quien tenga
que cazar esta noche. Se ve increíblemente tímida mientras sus ojos
se posan en mis zapatos.
-No -responde ella, y siento que puedo respirar de nuevo.
Unos seis o siete estudiantes vienen a unirse a nosotros. Están

esperando hacerme preguntas sobre la clase, pero no puedo
concentrarme en nada de eso en este momento. No con ella a la vista,
ni a los alrededores, ni con su delicioso olor arremolinándose en mi
cabeza.
Me acerco y sus ojos azules se lanzan hacia los míos.

Olivia T. Turner
-Ven a mi oficina -susurro.
Sus ojos azules se hacen un poco más grandes. Extiendo la mano

y tomo la suya en la mía. Es muy inapropiado tocar a un estudiante
así, pero ya estoy más allá de ello. Enseñé a la mitad de la clase con
una furiosa erección. Esto no es nada.
Ella traga saliva mientras me mira con una mirada insegura en

su rostro y la vista de sus labios en movimiento me pone caliente otra
vez. Aprieto mi agarre sobre su mano suave y delicada, que apenas
tiene el tamaño de la de un niño.
»¿Vendrás?
Hay algo aquí. Una conexión, algo... Puedo sentirlo fluir entre
nosotros mientras nuestros ojos se miran. Ella asiente rápidamente,
sutilmente.
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-Sí.
Me duele dejarla ir, pero tengo que hacerlo. Mi cuerpo se pone

nervioso cuando ella se da la vuelta y se va. No puedo apartar mis ojos
de ella cuando se apresura a subir las escaleras y luego sale corriendo
por la puerta.
-Señor Gosling -dice una chica que está parada frente a mí. -¿Las
diapositivas de la clase estarán disponibles en línea o deberíamos
tomar notas?
No puedo... Mi corazón late con fuerza mientras recojo mis cosas

y las guardo en mi bolso.
-Contestaré a las preguntas la próxima semana -gruño mientras

agarro mi bolso de cuero del escritorio y me voy.
-Pero la librería del campus dijo que el libro de texto está agotado
-intenta explicarme otro estudiante mientras salgo por la parte de

Olivia T. Turner
atrás. Me apresuro por el pasillo para llegar a mi oficina. Tengo una
cita con un ángel.
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Olivia T. Turner
CAPÍTULO 3
Quinn
Me hundo en mi cama, la confusión oprimiendo mi pecho.
Este sentimiento no me ha dejado desde que salí de la clase de

economía. Sus palabras se repiten en mi cabeza. Incluso recordar la
suave y dominante voz del profesor Gosling me produce cálidos
escalofríos. Nadie me ha mirado nunca como él lo hizo. Y no creo que
nadie lo vuelva a hacer. Podía sentir la intensidad brotar de sus
hermosos ojos verdes cuando me agarró la muñeca. Como si nunca
quisiera dejarme ir. ¿Vas a venir? Sí. 22
Suspiro mientras agarro el control remoto, tratando de ahogar el

arrepentimiento con los reality shows. Comienzo a hojear los canales,
pero no veo nada. Es solo una distracción. Todo lo que puedo ver es al
profesor Gosling. Sus ojos verdes. Su mano tatuada, que es solo una
burla de lo que se esconde debajo de su ropa ajustada.
Le dije que iría, entonces, ¿por qué no lo hice? Sacudo la cabeza

y apago el televisor.
Quería ir, pero estaba asustada. Algo me decía que tenía más
que solo economía en mente, y no confiaba en mí misma para no
aceptar todo lo que había planeado.
Lo de acostarse con profesores es mejor dejarlo para el último

año, no la primera semana del primer año.
Aun así, no puedo evitar pensar en lo que habría pasado si me

hubiera ido.

Olivia T. Turner
Con el corazón palpitante, agarro mi computadora portátil y la
abro. Me dirijo directamente al buscador y escribo su nombre. Profesor
Tristan Gosling. Aparecen miles de páginas y no puedo devorarlas lo
suficientemente rápido. Artículos sobre él, documentos que ha escrito,
fotos de él en todo el mundo con algunas de las figuras más
importantes del planeta. Está en la portada de la revista Fortune. En la
portada de GQ.
Hago clic es una charla que dio en unos de los congresos anuales
TED (Tecnología, Entretenimientos, Diseños), que tituló “Cómo una
economía Blockchain (cadena de bloques) puede interrumpirlo todo”,
y sus palabras me fascinan y subyugan de inmediato.
Podría ver a este hombre todos los días, y prácticamente lo hago.

Presioné el botón actualizar tres veces.
La forma en que se mueve por el escenario y capta la atención 23
de todos con sus fascinantes teorías y argumentos convincentes me ha

pegado a la pantalla.
Una vez que termina el video, presiono actualizar nuevamente,

solo que esta vez, no estoy enfocada en su inteligencia, estoy enfocada
en su cuerpo.
Las mangas de su camisa abotonada están enrolladas hasta la

mitad de sus antebrazos, lo que me permite ver mejor sus tatuajes
sexys. Trago saliva mientras mis ojos deambulan por su amplio pecho
y bajan a su estómago plano. Su cuerpo esta completamente definido
debajo de su ropa con abdominales cincelados y una pelvis dura.
Las puntas de mis dedos comienzan a hormiguear cuando me

imagino pasándolos sobre su paquete de seis. Sobre las crestas duras
y alrededor de los valles profundos.

Olivia T. Turner
Siempre me han atraído más los cerebros que los cuerpos
musculosos cuando se trata de hombres, pero el profesor Gosling tiene
ambos y me hace desear haber ido a su oficina.
Cuando la cámara se acerca a su rostro, un fuerte latido pulsa

entre mis piernas y un hormigueo hace eco a través de mi cuerpo.
Crece y se amplifica con cada segundo que estoy mirando sus ojos
verdes, su cabello castaño y sus sensuales labios.
Trago saliva mientras mi mano se arrastra por mi estómago.

Todo en lo que puedo concentrarme es en el latido de mi coño mientras
lo veo. Necesita ser tocado. No puedo evitarlo.
Las yemas de mis dedos se deslizan debajo de mis pantalones y

mi ropa interior, un gemido profundo se escapa de mis labios mientras
deslizo mis dedos sobre mi montículo mojado. Me imagino que es él,
tocándome. Sus dedos deslizándose a través de mis pliegues 24
empapados y húmedos, su lengua lamiendo mi dolorido clítoris, y su

polla dura presionando mi apretado y pequeño agujero virgen.
Solo he intentado hacer esto un par de veces antes, pero siempre

fue más concienzudo que sexy. Investigué sobre la masturbación y
luego hice todo lo que había leído, pero no pude acercarme. Apenas
me mojé, pero ahora, solo pensando en el profesor Gosling, estoy
empapada. Mis dedos están cubiertos de mi necesidad y deseo. Mis
muslos se contraen cada vez que los aprieto.
Empiezo a frotar mi clítoris mientras cierro los ojos, pienso en su

mano en mi muñeca, y siento que me voy a derretir en el sofá. Mi boca
está abierta y estoy gimiendo como una estrella porno mientras me
toco más fuerte y más rápido. Mi espalda se arquea sobre el sofá
mientras deslizo un dedo dentro de mi coño. Estoy tan cerca.

Olivia T. Turner
No sé qué hacer, solo estoy siguiendo las necesidades de mi
cuerpo y se siente increíble. Fantaseo con el profesor.
Imaginar que los brillantes ojos verdes de Gosling están entre

mis piernas, mirándome mientras lo busco, es suficiente para que me
corra.
Un grito sale de mi boca cuando mis piernas se cierran sobre mi

mano mojada. Mi cabeza cae hacia atrás cuando el orgasmo me
atraviesa, retorciendo mi cuerpo con cálidos escalofríos y una dulce
quemadura.
Cuando acabo, estoy sin aliento y con las piernas temblando.

Apenas puedo levantar la cabeza del sofá mientras veo al profesor
Gosling en la pantalla con los ojos entrecerrados.
Debería haber ido a su oficina. No volveré a cometer ese error.

25
De hecho, antes de la próxima clase, iré a visitar a mi nuevo profesor.
Un fuerte golpe en la puerta me hace levantarme y despertarme.

¿Profesor Gosling? Es mi primer pensamiento, a pesar de que es
ridículo. Él no estaría aquí. Ni siquiera sabe dónde vivo.
Mi corazón comienza a acelerarse mientras me limpio, cierro la

computadora portátil y corro hacia la puerta, mientras los golpes
continúan.
Vivo en el peor edificio de apartamentos de la zona. Estoy

bastante seguro de que mi vecino a mi izquierda es un traficante de
drogas y sé que mi vecino a mi derecha es un asqueroso. Está en la
cincuentena y cada vez que me ve, me da escalofríos por la forma que
se para a mirarme con una mirada perturbadora.
Es todo lo que pude alquilar, incluso con la ayuda de mis padres.

Son solo cuatro años, me digo. Cuatro años de usar zapatillas de casa:

Olivia T. Turner
no hay forma de que ponga los pies descalzos sobre esta repugnante
alfombra.
Solo hay una cerradura endeble en la puerta, así que siempre

empujo mi tocador contra ella cuando estoy en casa, solo para poder
sentirme segura. Los golpes continúan mientras me pongo de puntillas
para ver a través de la mirilla.
-No -jadeo por lo bajo. ¿Qué es lo que quiere? Es mi vecino

asqueroso. Aguanto la respiración cuando empiezo a temblar. Mi
corazón se acelera y mi estómago se siente como una roca.
Después de un minuto más o menos, trata de girar la manija de

la puerta.
¿Qué carajo? Cuando no puede abrir la puerta, pierde interés y

26
se va.
Nunca he estado más aterrorizada. Estoy tan nerviosa que tengo

un nudo en el estómago cuando vuelvo al sofá con piernas
temblorosas. Intentó entrar aquí. ¿Qué quería?

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 4
Tristan
Mis manos se aprietan alrededor del volante mientras miro la

ventana de Quinn, esperando verla. He estado aquí por casi dos horas,
pero un vistazo rápido de ella hará que valga la pena.
Esta tarde, cuando no apareció en mi oficina, me quedé frustrado.

Caminaba en círculo como un maldito loco mientras contaba los
segundos, cada uno arrastrando lentamente el otro. Cuando estaba
claro que no iba a venir, la busqué por toda la universidad. Sin
resultado.
27
Mi única opción era entrar en la base de datos de estudiantes y
descargar su archivo. Ahora, sé que ella es de Minnesota, tiene
diecinueve años, obtuvo un total de 1,600 en sus evaluaciones
académicas, y es una pequeña cosa inteligente que obtuvo
aproximadamente media docena de subvenciones y becas parciales.
Sé dónde vive. Estoy estacionado afuera del edificio de su

apartamento, acechándola como un loco obsesivo. Sé que es una
mierda estar aquí, pero no puedo evitarlo. Algo cambió dentro de mí
cuando la vi por primera vez y no hay vuelta atrás. Mi antigua vida ha
terminado. Mi nueva vida gira en torno a ella.
Tengo que estar cerca de ella, aunque no pueda ver su hermoso

rostro o tocar su piel tan suave. La necesidad de estar aquí es
abrumadora.

Olivia T. Turner
Quinn Sullivan. Quinn Sullivan. Quinn Sullivan. Digo su nombre
en mi cabeza una y otra vez como un mantra. Es lo único que parece
ser capaz de calmar mi mente.
Los vecinos a su izquierda están en el balcón fumando un porro.

Aprieto los dientes mientras los miro fijamente. No me gustan cerca de
mi chica. No me gusta este edificio. No es lo suficientemente bueno
para ella. No es seguro.
La idea de que ella cierre sus dulces ojos y duerma rodeada de

estos asquerosos me está comiendo por dentro. La quiero en mi casa,
donde puedo vigilarla. Al menos entonces sabría que esta a salvo.
Un movimiento en su departamento me llama la atención y

enderezo la espalda. Me inclino hacia delante y miro su ventana en el
segundo piso.
28
Ella está caminando hasta la ventana y mira hacia afuera con una
mirada perdida.
Mi pecho se agita mientras la observo. Ella tiene una camiseta

vieja que no muestra sus grandes pechos como la camisa blanca que
llevaba antes, pero por alguna razón, se ve aún más sexy.
Tal vez sea porque se ve tan a gusto y cómoda, o tal vez es

porque me estoy imaginando deslizando mis manos debajo del material
suelto y descubriendo que no tiene sujetador, pero sea lo que sea, está
haciendo que mi cuerpo se caliente .
Dejo salir un gemido cuando mi polla se endurece una vez más.

¿Cuántas veces me masturbé en mi oficina pensando en ella? Más que
suficiente para que me despidieran, y todavía no fue suficiente para
aliviar la abrumadora necesidad de tocarla de nuevo.
Mis ojos están fijos en ella mientras saco mi polla y empiezo a

acariciarla.

Olivia T. Turner
Estoy estacionado en el callejón. Por suerte, añadí ventanas
polarizadas adicionales cuando compré este coche.
Su cabello está suelto sobre sus delgados hombros y me imagino

hundiendo las manos en él. Ella es tan deslumbrante. Me hace
estremecer.
La belleza angelical lleva pantalones ajustados de yoga gris y mi

cuerpo reacciona mientras miro su coño, preguntándome si está
intacto. Preguntándome si seré el primero en verlo, olerlo, probarlo,
hundirme en él, fecundarlo.
-Mierdaaaaa -gimo mientras acaricio mi dura polla más rápido.

Apuesto a que tiene una cereza allí esperando a que la reviente con mi
gran polla. No me detendré, después de conseguirla voy a llenar su
pequeño coño con mi esperma caliente hasta que su matriz fresca esté
cubierta, hasta que su túnel sedoso esté empapado y hasta que mi 29
semilla gotee de su estrecho agujero virgen.
Mis bolas están tan llenas que me duelen y no importa cuántas

veces me corro, simplemente se llenan de nuevo. Es como si todo mi
cuerpo estuviera trabajando para asegurarse de poner a mi bebé en
ella.
Ella pertenece a mis brazos y mi polla pertenece a su coño. Me

imagino deslizándola por los suaves labios de su coño y empujando
profundamente. Gimo cuando pienso en ella abrazándome y en sus
jadeos en mi oído.
Cuando me imagino lo cálido y suave que se sentiría su pequeño

y apretado coño apretarse alrededor de mi polla, no puedo aguantar
más.
Mis brazos se flexionan y mis dientes se aprietan cuando chorros

calientes de semen salen de mi polla y me cubren la mano. Miro su

Olivia T. Turner
hermoso cuerpo, queriendo que baje y me limpie con la lengua. En
cambio, ella cierra las cortinas y desaparece.
Un sentimiento devastador me invade. La necesidad de verla,

tenerla, llevarla, cuidarla. Llena cada centímetro de mí cuando cierro
los ojos y dejo caer la parte posterior de mi cabeza contra el asiento.
No desaparecerá hasta que la haga mía. La obsesión ha tomado

el control.
Soy su esclavo ahora.
30

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 5
Quinn
Mi clase de economía empieza en veinte minutos y estoy tan

nerviosa.
Han pasado dos días desde mi última clase y no he visto al

profesor Gosling desde entonces, pero he estado pensando mucho en
él.
No entiendo por qué, pero me siento obligada a ir a verlo antes

de que comience la clase. Estoy caminando hacia su oficina con
mariposas en el estómago.
31
Tengo que relajarme, ni siquiera se si él va a estar allí. Pero luego

doblo la esquina y veo su puerta abierta y las mariposas comienzan a
revolotear más fuerte.
Mis pies se detienen y respiro profundamente mientras vacilo en

el pasillo. Me aliso la falda, preguntándome si es una mala idea.
¿Qué pasa si está enojado porque no me presenté? ¿Y si ni

siquiera se acuerda de mí? No sé que sería peor.
Reviso mi reloj y solo quedan dieciocho minutos para que

comience la clase. Es ahora o nunca. Mi cuerpo me está pidiendo ir, así
que respiro profundamente y empiezo a moverme.
Estoy usando una camisa blanca de corte bajo, bueno, corte bajo
para mí, y una falda a cuadros. Solo espero que al profesor Gosling le
guste.

Olivia T. Turner
Con cosquillas en el estómago, lentamente coloco mi mano en el
marco de la puerta de su oficina y miro dentro.
Mi corazón se aprieta cuando lo veo. Está sentado en su escritorio

escribiendo algo en un cuaderno. Está tan concentrado que no me ve,
lo que me da unos segundos para admirarlo.
Se ve tan caliente con sus ojos verdes entrecerrados hacia el

papel y su frente toda arrugada por la concentración. Mis ojos recorren
la línea afilada de su mandíbula hasta su sexy atuendo. Está vestido
como el protagonista de una película de Hollywood, con una camisa
blanca y azul a rayas con cuello, una corbata azul oscuro, un chaleco
azul y una chaqueta de lana marrón por encima.
Un vistazo a la tinta en el dorso de su mano y me hace tragar

con dificultad.
32
Toco el marco de la puerta con un poco de timidez y sus brillantes
ojos verdes se dirigen a los míos. La intensidad de su mirada hace que
mi corazón empiece a latir con fuerza. Una pequeña parte de mí quiere
escapar, pero la otra gran parte quiere quedarse. Quiere esos
hermosos ojos enfocados en mí en todo momento.
-Hola, profesor -digo en voz baja. -¿Quería verme?
Deja caer el bolígrafo en su cuaderno y se sienta más derecho en

su asiento mientras me mira de arriba a abajo.
Los pequeños pelos de mis brazos se erigen mientras sus ojos

recorren mis piernas desnudas.
-Te dije que vinieras hace dos días -esa voz. Mmmmm. Incluso
cuando me está regañando, se siente como música en mis oídos.
Especialmente cuando me está reprendiendo.

Olivia T. Turner
-Lo sé, pero yo... -mi voz se desvanece. Había preparado una
mentira sobre que tenía una cita con el médico que había olvidado.
Pero no quiero mentirle. No puedo.
-Adelante -dice mientras se pone de pie. Mi respiración comienza

a acelerarse mientras él camina alrededor del escritorio y se acerca a
mí.
Entro en su oficina y él alcanza detrás de mí para agarrar la

puerta.
Su colonia llena mi nariz y debilita un poco mis piernas. Un fuerte

impulso de acurrucarme contra su pecho y respirar ese aroma
embriagador surge en mi cabeza, pero lo aplaco.
Cierra la puerta y trago saliva cuando lo escucho cerrar con llave.

Estoy encerrada en esta habitación con un hombre mayor que yo, y
33
nunca me he sentido más viva. Me tiembla todo el cuerpo cuando se
para frente a mí.
Me mira con una mirada acalorada. Sus ojos van a mis senos y
se toma su tiempo para mirarlos. Mis pezones se endurecen en
respuesta. Puedo sentir que duelen debajo de mi sostén.
Olvidé lo grande que es. Él se eleva sobre mí y me hace sentir

tan pequeña.
»Siéntate -dice en voz baja y grave. Observo los enormes

músculos de su espalda ondularse debajo de su chaqueta mientras
camina de regreso a su asiento detrás de su escritorio. Se sienta e
inclina la cabeza mientras espera a que yo me acomode.
Con el pulso acelerado, me aliso la falda y me siento frente a él.
-Escuché tu charla de TED. Fue muy perspicaz -sus labios se

curvaron en una sonrisa.

Olivia T. Turner
-Hiciste tu investigación.
-La hice.
-¿Siempre has sido la mascota de uno de tus profesores? -me río

nerviosamente.
-Sí, supongo que podrías decir eso.
-Entonces serás mi mascota.
Lo dice de tal manera que el calor palpitante entre mis piernas

se incrementa. Mis mejillas comienzan a sonrojarse y él se da cuenta.
Pero cuanto más trato de detenerlos, más rosadas se vuelven.
»Te estás sonrojando.
-Lo siento, profesor Gosling, solo…
-No. No te disculpes. Me gusta ver tus partes rosadas -me mira 34
mientras deja que el comentario sucio cuelgue en el aire cargado entre

nosotros. Hay tanta tensión sexual en esta pequeña oficina que siento
que nos vamos a estrellar.
»¿Quieres hacerlo bien en mi clase, Quinn?
Trago saliva.
-Sí.
-Bien. Entonces es mejor que sigas las órdenes de tu profesor.

Todas mis órdenes.
Se recuesta en su silla, todavía mirándome de una manera

totalmente descarada. Sus ojos errantes por todo mi cuerpo hacen que
mis terminaciones nerviosas se muevan sin control y, cuando caen
sobre mis piernas desnudas, mis rodillas se abren levemente teniendo
vida propia.

Olivia T. Turner
Respira hondo como si estuviera debatiendo si debería o no
tirarme al escritorio y averiguar de qué color son mis bragas.
»Te di una orden y la desobedeciste -dice con su voz profunda. -

Eso no volverá a suceder, ¿verdad, mascota?
Sacudo la cabeza mientras mis labios se separan.
-No -Dios mío, mi corazón está acelerado. Juro que puede

sentirlo latiendo una milla por minuto en mi pecho.
Él asiente.
-Bueno. Eso es lo que quería escuchar. Porque hay consecuencias

por desobedecer a tu profesor.
Deseo desesperadamente saber cuáles son. El profesor Gosling

se inclina hacia adelante en su escritorio.
35
»No soy como otros profesores -dice en una voz baja que
prácticamente me hipnotiza. -Las consecuencias en mi clase no son
malas calificaciones o suspensos. ¿Quieres saber cuáles son las
penalizaciones en mi clase, mascota?
Mi coño se está mojando bajo su mirada. Apenas puedo respirar

mientras asiento con la cabeza hacia arriba y hacia abajo.
»Te dije que vinieras a mi oficina y no lo hiciste. Eso te va a

costar algo -le daré cualquier cosa.
»Quiero tus bragas.
La emoción me atraviesa de la cabeza a los pies. Me estremezco

al pensar que este hombre fuerte y dominante, que es mi profesor,
quiere una parte tan íntima de mí. Quiero que las tenga, pero nunca
antes había hecho algo así.

Olivia T. Turner
Y además de eso, están... mojadas. Él va a ver qué cosas le ha
estado haciendo a mi cuerpo.
»Pon las manos debajo de tu falda. Agarra tus bonitas bragas. Y

bájalas por mí.
Las puntas de mis dedos hormiguean, pero no se mueven. Estoy

congelada bajo la presencia dominante de mi nuevo profesor. La puerta
está cerrada y estoy completamente a su merced.
Pero lo más extraño es que no hay ningún lugar donde preferiría

estar. Me encanta que sus ojos hambrientos se deleiten conmigo. Me
gustaría darle más para deleitarse, pero soy muy tímida e inexperta. Y
este es mi profesor. Es muy inapropiado y sucio.
»La clase empezará en cuatro minutos -dice mientras mira su

reloj. -Quiero que uses una falda en cada clase, te quiero en la primera
36
fila y no quiero que uses bragas. ¿Entiendes, mascota?
Estoy jadeando mientras asiento lentamente. Él extiende su

mano tatuada.
»Entonces entregárselas a tu profesor. Es tu penalización por no

aparecer en mi oficina cuando te lo ordené.
Trago saliva mientras mis manos comienzan a moverse.
No puedo negarme, incluso si lo que está pidiendo va mucho más

allá de lo que he hecho antes.
Levanta la barbilla y sus ojos verdes se abren cuando mis manos

se deslizan debajo de mi falda. Mi corazón está martilleando en mi
pecho mientras rápidamente me bajo las bragas.
Salgo de ellas, las aprieto en una bola y las coloco en su mano.

Olivia T. Turner
Mis mejillas comienzan a sonrojarse mientras las acerca
lentamente a su nariz. Cierra los ojos e inhala profundamente, oliendo
lo mojada que estoy por él.
»Oh, joder -gime mientras toma otro largo sorbo. -Tu coño huele
a cielo.
Estoy de pie allí, sintiéndome muy expuesta con el aire frío que
hormiguea sobre mi coño, que está todo caliente y húmedo. Estoy
desnuda debajo de la falda y me encanta esta sensación.
Aguanto la respiración mientras él abre lentamente mis bragas y

las mira. Solo es ropa interior de algodón blanco, pero él las mira como
si fueran la cosa más sexy que jamás haya visto.
Las gira en sus manos y respira hondo cuando ve el punto

húmedo.
37
»¿Siempre te mojas para tus profesores, mascota? -sacudo la
cabeza.
»¿Solo para mí? -asiento. Mi voz se ha ido. Perdí la capacidad de

hablar.
»¿Qué tan húmeda estás ahora? ¿Está ese dulce gatito

empapado?
Vuelve a llevar mi ropa interior a su nariz y respira mi aroma

mientras me quedo allí dolorida por la necesidad. Quiero esa boca tan
sexy entre mis piernas. Quiero que me huela de cerca. Quiero que me
pruebe.
»Si no me vas a contestar, lo descubriré por mí mismo.
Mi cuerpo se pone rígido mientras camina alrededor de su

escritorio. Lamo mis labios mientras él se acerca a mí.

Olivia T. Turner
»Abre tus piernas para mí -mis pies le obedecen. Abro las piernas
un poco más y miro sus ojos calientes.
Estoy ardiendo mientras espero su toque. Me duele el clítoris y

me tiemblan las piernas cuando él se agacha.
Desliza sus dedos por mis pliegues húmedos y casi me derrito

por su toque.
»Buena chica -gime mientras desliza sus dedos hacia mi

palpitante clítoris. -Así es como le gusta su mascota al profesor.
Caliente y húmeda.
Me aferro a su grueso antebrazo y jadeo mientras desliza dos

dedos en mi agujero.
»Tan malditamente apretado -se queja. -Cereza apretada. -estoy

casi desmayada por lo bien que se siente. Es tan sucio y emocionante.
38
Hay estudiantes afuera de la puerta. Estamos en la universidad ahora
mismo. Este es mi profesor y él tiene sus manos sobre mi coño. Estoy
empapando sus dedos con mis jugos, casi me corro en su palma.
»Dime, mascota. ¿Soy el primero en tocar esto? -mis uñas se

clavan en su antebrazo mientras juega con el gatito que ahora le
pertenece.
»Sí, bien. Y voy a ser el último. Ahora es mío. -mis ojos están
rodando en la parte posterior de mi cabeza mientras él frota mi clítoris,
y todo lo que puedo pensar es que no tengo ningún problema con eso.
Es suyo. Yo le pertenezco.
Su reloj emite un pitido y retira la mano. Me quejo por la pérdida.

Todo lo que quiero es su mano de vuelta. Quiero que vuelva.
»Continuaremos esto después de clase -dice mientras se lleva

sus dedos mojados a la nariz y los huele con un gemido. Estoy mirando

Olivia T. Turner
con el corazón latiendo mientras él pone sus dedos empapados en su
boca y los chupa.
Mis mejillas se están poniendo increíblemente calientes mientras

él gime de deleite por el sabor.
»Ahora corre a clase, mascota -dice mientras guarda mis bragas,

ahora suyas, en el bolsillo interior de su chaqueta. -Pero recuerda, te
quiero en la primera fila, para poder vigilarte.
Echo un último vistazo a mi increíblemente sexy profesor y luego

me apresuro a salir de su oficina para poder conseguir un asiento en la
primera fila.
Quiero una buena vista de mi maestro y que él pueda ver todo

que hay bajo de mi falda.
39

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 6
Tristan
El dulce olor del coño virgen de Quinn gira en mi cabeza mientras

entro al aula.
Los cuatrocientos ochenta y siete estudiantes están sentados y

esperándome, pero solo tengo los ojos en una.
Hay un ángel en la primera fila y tengo sus braguitas presionadas

contra mi corazón.
Está seria y centrada, lo puedo ver en su rostro, pero hay un

40
fuego brillante en esos ojos azules. Puedo decir que he llegado a ella.
Puedo decir que ella está cerca de ser mía.
Escaneo rápidamente la clase, cada una de las filas de

estudiantes, para luego volver a mirar a Quinn. Es difícil ignorar su
radiante inocencia.
Sus piernas están cruzadas con su falda a cuadros deteniéndose

hasta la mitad de sus muslos lisos. Trago la saliva que se acumula en
mi boca, tratando de saborearla una vez más, pero el dulce sabor casi
se ha ido. Necesito otra probada pronto o voy a perder la cabeza.
-Hoy vamos a discutir uno de los principios fundamentales de la

economía -le digo al micrófono. -Hablaremos de escasez.
La única escasez que tengo en mente es la falta de ropa interior

de la hermosa niña de la primera fila.

Olivia T. Turner
Saber que su delicioso coño está desnudo me está volviendo
loco. Continúo con la clase, tratando de esconder mis manos
temblorosas detrás del escritorio, pero mi voz vacila cuando recibo un
leve destello de sus bragas que todavía están guardadas en el bolsillo
de mi chaqueta.
Sus ojos azules nunca me dejan mientras tropiezo con la clase.

Nunca me comporte así. Mi voz nunca tiembla, mis manos nunca
tiemblan. Enseño porque me encanta y es el único trabajo que me ha
entusiasmado. Los rumores son ciertos. Soy multimillonario, no se qué
hacer con todo el dinero que gané invirtiendo en nuevas empresas
tecnológicas. Entonces enseño porque es divertido y emocionante.
Pero ahora he encontrado algo mucho más emocionante que

enseñar. Encontré algo que ha sacudido mi mundo.
Un pequeño y maduro coño virgen para fecundar. 41
Estoy explicando cómo la mano de obra se considera un recurso

escaso cuando Quinn se mueve en su asiento. Mis ojos se dirigen
inmediatamente hacia ella como lo hacen con cada movimiento que
hace, cada inclinación de su cabeza, balanceo de su pie, movimiento
de su mano, todos me llaman la atención de inmediato. Pero esta vez,
mi pequeña mascota mantiene mi atención. Lentamente, descruza las
piernas y vislumbro un poco de rosa.
Mi pecho se aprieta y el aire es arrebatado de mis pulmones

mientras ella mantiene sus piernas abiertas lo suficiente como para
que yo pueda verlo todo. Su falda a cuadros está apretada sobre sus
muslos y trago saliva mientras miro fijamente el coñito más bonito que
he visto.
Sus mejillas se sonrojan y se ve tan tímida como siempre,

excepto por la sonrisa traviesa en sus labios de felpa. Ella sabe lo que

Olivia T. Turner
me está haciendo. Ella sabe que está tentando a un hombre que
tomará lo que quiera, y sabe que la quiero.
La hermosa vista de sus suaves labios rosados, todos relucientes

y húmedos, me hace olvidar todas las palabras en mi cabeza.
Estoy parado aquí una vez más frente a la clase, sin palabras
mientras mi polla se endurece dentro de mis pantalones.
»Disculpen -digo mientras me doy la vuelta y regreso al

escritorio. Saco las bragas, fingiendo que es un pañuelo y tomo otra
inhalación profunda. Su deseo y necesidad llenan mis pulmones,
calmando mis nervios temblorosos.
Pero no hace nada para evitar que mi polla se endurezca hasta

el punto de dolor. De hecho, el aroma vertiginoso me lo hace todo aún
42
más difícil.
Miro mis notas, pero mis ojos no se centrarán en ninguna de las

palabras. Vuelven a Quinn y se acomodan entre sus piernas. Se lleva
la punta de la pluma a los labios y luego cierra lentamente las piernas.
Cierro los ojos, me aferro a la mesa y respiro hondo. Estoy

agotado. Completamente exhausto. Mi cuerpo está en llamas mientras
trato de concentrarme. Tan pronto como termine esta conferencia, la
arrojaré sobre mi escritorio y la penetrare duro y sin protección. Su
precioso gatito se ve tan rosado y maduro que apuesto a que va a
quedar embarazada en el primer intento.
Mi pequeña mascota llevará mi hijo en su vientre antes de que

termine el día. Me aseguraré de ello.
Puedo sentir el semen pegajoso goteando de mi polla dura

mientras pienso en reclamar su coño joven. Estoy haciendo un desastre

Olivia T. Turner
en mis pantalones, pero no es nada comparado con lo que voy a
hacerle a su coño.
Le voy a enseñar más que economía. Voy a enseñarle lo que

realmente significa ser la mascota del profesor Gosling.
Voy a enseñarle lo que sucede cuando tientas a un profesor

dominante como yo.
Y lo haré justo después de clase.
43

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 7
Quinn
Esta vez, después de la clase, me dirijo directamente a la oficina

del profesor Gosling. No hay dudas, no me detengo, incluso llego allí
antes que él.
Estoy apoyada contra la puerta con los tobillos cruzados. Puedo

sentir que la pegajosa humedad entre mis muslos internos aumenta
mientras lo veo caminar por el pasillo. Todas las chicas se dan la vuelta
y lo miran, pero él es ajeno a todas ellas. Él solo me mira a mí.
44
Unos cuantos estudiantes están a mi lado, cada uno esperando
su turno para hablar con el profesor Gosling. Soy la primera y eso
significa que van a esperar mucho tiempo. Creo que sé lo que el
profesor tiene en mente por la forma en que estuvo mirándome cuando
le hice mi pequeña demostración, y tomará más de unos minutos.
-Profesor Gosling -dice un chico con una sudadera gris mientras

pasa junto a él. -Para la prueba. Vamos a...
-Ahora mismo no estoy disponible -dice con los ojos fijos en mí.
Él pasa de largo a todos y se dirige directamente a su puerta.
-Pero solo tenía algunas preguntas -dice el chico mientras saca

un papel que está lleno de preguntas garabateadas.
El profesor Gosling me agarra del brazo cuando me pasa y no me

deja ir.

Olivia T. Turner
Veo su mano temblar mientras saca las llaves y trata de abrir la
puerta.
Sonrío para mí misma, sabiendo que soy yo quien está haciendo

temblar a este hombre fuerte. Le estoy ganando en su juego. Lo estoy
debilitando.
Abre la puerta y prácticamente me empuja hacia adentro. Su

mano está cerrada alrededor de mi bíceps como si nunca fuera a
dejarme ir.
El chico de la sudadera con capucha no sabe cuándo callar. Se

abre paso hacia la oficina y continúa hablando.
-¿La prueba será de opción múltiple o forma de ensayo y, si es

forma de ensayo, vamos a obtener las preguntas con ven...?
-¡Fuera! -el profesor Gosling le grita mientras se acerca a él. El

45
chico retrocede y sus ojos se amplían cómicamente. Reprimo una risa
mientras todos los demás que se quedaron junto a la puerta se
dispersan rápidamente. El tipo no es tan tonto como pensaba porque
se da vuelta y sale corriendo por el pasillo.
El profesor Gosling cierra la puerta de un golpe, gira la llave y

finalmente me deja ir. Respira profundamente mientras se pasa la
mano por el pelo, luciendo un poco inclinado.
»De ninguna manera voy a dejar que un chico se acerque a ti

cuando tu coño esté desnudo.
Mi cuerpo reacciona a la palabra sucia de una manera fuerte,

enviando una descarga de adrenalina a través de mis venas. Me
hormiguea todo mientras mi coño se humedece.

Olivia T. Turner
Todavía puedo sentir su mano allí abajo, tocándome, dándome
masajes, acercándome al clímax. Lo quiero de vuelta. Lo estoy
deseando. Es todo en lo que puedo pensar.
Esta fue la primera vez que no escuché en una clase. No pude

tomar notas. No pude concentrarme. No pude hacer nada más que
admirar a mi sexy profesor y mirar el reloj que no estaba avanzando
lo suficientemente rápido.
El profesor Gosling se quita la chaqueta y se arremanga mientras

se apoya contra su escritorio, mirándome. Sus dos gruesos antebrazos
están cubiertos de tinta y continúan bajo sus mangas. Me muero por
saber cómo son los restos de sus brazos.
Podría pasar los próximos cuatro años aquí en la Universidad de

Wale estudiándolos y sería la estudiante más feliz de la historia de la
escuela. 46
Sus respiraciones está saliendo ásperas y entrecortadas. Se ve

agitado, al límite. Supongo que eso es lo que sucede cuando lo tiento
en clase. Es bueno saberlo.
»Eso fue pura tortura -dice mientras me mira. -¿Cómo se supone

que voy a hablar de economía cuando tu hermoso coño me hace la
boca agua?
-Tú eres quien tomó mis bragas -le respondí con una sonrisa. -
Es tu culpa.
Parece recordar que las tiene en el bolsillo de la chaqueta, las

alcanza y las saca. Trago saliva cuando él se las vuelve a poner en la
nariz y las huele. Al instante se relaja como si mi aroma tuviera algún
tipo de efecto calmante sobre él. Este hombre está muy fuera de mi
alcance. Es rico, inteligente, hermoso. Podría tener cualquier chica que

Olivia T. Turner
quisiera, pero se ha encaprichado conmigo. No sé por qué. No tiene
ningún sentido.
Un pensamiento horrible mordisquea el fondo de mi mente como

una rata.
No soy la única.
Sacudo la cabeza y hago una mueca. Pero busqué en línea. Hice

mis deberes. Nunca lo vi con nadie. Ni una sola mujer. Y luego está el
rumor de que nunca aceptó ninguno de los cientos de ofertas de sus
alumnas. Pero eso son solo rumores. No puedo confiar en eso.
Mi corazón comienza a latir con fuerza cuando estoy a punto de

preguntarle. Tengo que saber la verdad.
»¿Cuántas mascotas has tenido a lo largo de los años? -estoy 47
sonriendo, pero me muero por dentro. Me aterra escuchar la respuesta.
Sus ojos se estrechan sobre mí y su rostro se vuelve mortalmente

serio. Doy un paso atrás y trago saliva mientras empuja el escritorio y
recorta la distancia entre nosotros en dos zancadas rápidas.
Me toma en sus brazos y me siento tan bien. Quiero fundirme en

su abrazo pero, en cambio, fuerzo mi espalda a permanecer recta
mientras espero su respuesta.
Su rostro se suaviza mientras me mira.
-Eres la única para mí, mascota -me acaricia la mejilla y mis ojos
se cierran por un segundo.
-La única. Pero en los últimos años... -las palabras se desvanecen

de mi boca mientras se inclina para besarme. Sus labios rozan los míos
tiernamente mientras sus manos me acercan.

Olivia T. Turner
Mis pechos presionan contra su pecho duro y jadeo en sus labios
cuando siento su erección presionando contra mi cuerpo.
Él sonríe y luego presiona sus labios calientes contra los míos.

No puede contenerse y la ternura no dura mucho. Su lengua empuja
mis labios para abrirlos, pero una vez que está adentro, probándome,
reclamándome, se vuelve loco. El beso está lleno de intensa
desesperación y necesidad desvergonzada.
Enredo mi lengua con la suya, amando la forma en que está

devorando mi boca. Nunca antes me habían besado así. Nunca antes
había sentido algo así.
Mi cabeza está girando cuando finalmente nos separamos. Su

mano está hundida en mi cabello y agarra un puñado mientras mira
hacia mis labios con calor en sus ojos verdes. Decide que aún no ha
terminado conmigo y tira de mi cabeza hacia atrás para poder besarme 48
aún más profundo.
Mi coño palpita más fuerte y más caliente que nunca, deseando

desesperadamente que su mano regrese a él. Estoy apretando las
caderas contra su erección, tratando de burlarme de él, tratando de
enviarlo al límite.
La duda se ha ido cuando finalmente me deja respirar de nuevo.

Yo soy la única. Esta revelación hace que mis dedos se curven en mis
zapatos.
-Eres la primera -dice mientras sostiene mi barbilla y me mira a

los ojos. -Eres la única.
-¿Qué te pasa conmigo? -jadeo. -Todo esto se mueve muy rápido

-está mirando mi boca mojada y no puede resistir a darme otro beso.
Él baja sus labios suavemente sobre los míos y pasa su lengua por mi
labio inferior, haciendo que mis dedos se curven nuevamente.

Olivia T. Turner
-No sé por qué el sentimiento es tan fuerte -dice con su voz
gruesa y grave. -Todo lo que sé es que cuando te vi, supe que tenía
que tenerte.
Sé lo que quiere decir. Tengo que tenerlo a él también. No puedo

imaginar seguir adelante sin él después de los últimos dos días.
Conseguir un novio, salir, solo pensar en cualquiera de esas cosas me
da náuseas.
Solo quiero ser suya. Quiero estar en sus brazos así, siempre.
»¿Dónde te hospedas? -pregunta.
-Cerca de aquí. Tengo mi propia casa.
Respira hondo mientras su cuerpo se tensa.
-No voy a tener a mi chica viviendo en ese viejo y destartalado

edificio rodeada de delincuentes. Vivirás conmigo ahora. 49
-¿Qué? ¿Hablas en serio?
-Nunca bromearía con tu seguridad. Te quiero donde sé que

estarás a salvo, y el único lugar en el que confío es a mi lado.
Siento que me sonrojo al ver la mirada protectora en su rostro.

Me pregunto cómo sabe que vivo en un viejo edificio deteriorado, pero
está bastante claro que lo revisó. Eso me gusta. Él es tan protector con
su pequeña mascota que me hace sentir increíblemente amada, como
si fuera la chica más especial del mundo.
-Pero mi apartamento…
-Va a estar vacío ahora. No discutas conmigo sobre esto, Quinn.

Perteneces a mi casa, es nuestro lugar. Ahora mi hogar también es
tuyo.

Olivia T. Turner
No quiero volver a mi departamento con el vecino espeluznante.
Solo quiero quedarme con él, pero es demasiado. Apenas nos
conocemos.
-Pero, profesor Gos...
-Tristan. Llámame, Tristan.
-Pero, profesor Gosling es mucho más sexy -le digo con una
sonrisa.
Su agarre me aprieta y presiona su polla dura contra mi cuerpo

caliente.
-Entonces me puedes llamar como quieras, a partir del momento

que tu coñito rosado se ponga bonito y húmedo.
-Está bien, profesor. Pero mudarse contigo... ¿No es eso moverse

rápido? 50
-No -dice mientras sus manos se deslizan por mi trasero hasta la

parte posterior de mis muslos. -Esto es moverse rápido.
Envuelvo mis brazos alrededor de su nuca y dejo escapar un

pequeño gemido cuando de repente me levanta. Sus grandes y fuertes
manos están en la parte posterior de mis muslos, sosteniéndome,
separando mis piernas, mientras se da la vuelta y me coloca en su
escritorio.
Sus ojos recorren mis senos, que están pidiendo atención. Mis
pezones están duros como rocas bajo su mirada, y no puedo evitar
preguntarme si pronto estarán en su boca.
Levanto mis piernas mientras él se coloca entre ellas, haciendo

que mi coño duela de necesidad. Él está muy cerca. Miro la enorme
barra que presiona contra su pantalón de vestir y empiezo a respirar
con más fuerza.

Olivia T. Turner
Sus palmas se deslizan por la parte posterior de mis piernas
hasta que están debajo de mis rodillas y luego las levanta aún más
para separarlas.
Jadeo mientras lo suelto y coloco mis palmas sobre el escritorio.

Mi falda me está apenas cubriendo. Estoy mojada y expuesta frente a
mi profesor sin nada que me cubra más que una fina capa de tela.
-Levanta la falda -dice con los dientes apretados mientras mira

hacia abajo. -Quiero ver ese coño rosado de cerca.
Mi mano se mueve sola, agarrando mi falda y levantándola para

que pueda darse un festín con mi coño desnudo. Hago exactamente lo
que él ordena sin dudar ni flanquear. Soy la mascota del profesor,
después de todo.
Respira hondo y hace una mueca cuando lo ve.

51
-Rosa, mojado y virgen. Me estás tentando como nadie, mascota
-siento que se humedece bajo su mirada y no deja de latir.
»Juega con el para mí -dice, su voz aún más profunda. -Quiero

ver cómo lo tocas.
Mi mano se desliza por mi estómago y me sorprende lo mojada

que estoy. Él mira con ojos llenos de lujuria mientras paso mis dedos
por mi raja y luego empiezo a frotar mi clítoris.
Me encanta la forma sexy en que me está mirando y eso me

vuelve más atrevida. Deslizo un dedo dentro de mi apretado agujero y
luego empiezo a follarme solo por él.
»Sí -gime. -Así. Monta tu linda y pequeña mano. Móntala fuerte.
Estoy moliendo mis caderas como una puta mientras froto mi

clítoris aún más rápido. La forma en que me mira, con la respiración
contenida, me tiene tan excitada. No podría parar aunque quisiera.

Olivia T. Turner
»Acaba para mí, mascota. Acaba por tu profesor -su respiración
en su gran pecho se agita violentamente y su agarre en mis piernas se
aprieta cuanto más me acerco. Cuando las yemas de mis dedos
encuentran el punto correcto, lo monto y luego me corro con los dedos
mientras él mira completamente cautivado.
Una oleada de jugos tibios se derrama sobre mi mano mientras

el calor se dispara a través de mi cuerpo desde la cabeza hasta los
dedos de los pies. Mi mano está empapada, pero Tristan sabe
exactamente qué hacer. Se arrodilla frente a mí y toma mi muñeca en
su mano. Observo con el corazón palpitante mientras él pone mis dedos
en su boca y los chupa, gimiendo mientras lo hace.
»Qué desastre tan húmedo has hecho en todo el escritorio de tu

profesor -dice mientras se inclina cerca de mi palpitante coño.
La sensación de su cálido aliento en mis labios húmedos casi me 52
hace volver a correrme.
»Creo que tendré que limpiarlo.
Mi cabeza cae hacia atrás y veo estrellas mientras él arrastra su

lengua por mi dolorida raja.
-Oh, mierda, mierda, mierda -jadeo mientras lo hace una y otra

vez. Mi cuerpo no dejará de temblar y sacudirse mientras me come
como un experto. Su lengua se burla de cada centímetro de mi coño,
desde mi apertura hasta mi clítoris. Se toma su tiempo en cada área
y, justo cuando es demasiado, lo desliza hacia abajo para darle un poco
de amor a otro lugar.
Es tan bueno. Estoy enamorada. Estoy en el cielo. Mis ojos están

medio cerrados, pero trato de forzarlos a abrirse para admirar la
deliciosa vista frente a mí: el profesor Gosling con la cabeza entre mis
piernas abiertas mientras me da placer con la boca.

Olivia T. Turner
Él chupa mi clítoris, dándole pequeños movimientos con la
lengua, y siento que otro orgasmo comienza a acumularse dentro de
mí. Realmente nunca desapareció, pero ahora se está volviendo más
fuerte, cogiendo velocidad como una roca rodando por una montaña.
Desliza la punta de su dedo en mi abertura y se detiene en mi himen,
gimiendo en aprobación, y me siento caer más fuerte.
-Esta cereza es mía -gruñe entre lamidas. -Voy a follarte muy

duro. Todo el puto campus te oirá gritar mi nombre.
Mi espalda se arquea cuando él acelera el ritmo, deslizando su

lengua hacia arriba y hacia abajo por mi palpitante clítoris. La tensión
en mi cuerpo es insoportable y aprieto los dientes hasta que finalmente
se quiebra. Me tambaleo hacia adelante y dejo escapar un fuerte grito,
estoy segura de que la gente en el pasillo lo escucha. Pero no puedo
detenerme, y no me impide dejar salir otro cuando las olas de placer
53
chocan contra mí.
Mantiene su boca allí, amando implacablemente mi coño con su

lengua y labios mientras el orgasmo me atraviesa.
Cuando está hecho, estoy acostada en el escritorio, mirando al

techo y jadeando. Me tiemblan las piernas y ni siquiera trato de
cerrarlas mientras él se levanta. La vergüenza se ha ido. La vergüenza
es inexistente. Lo ha visto todo. No hay necesidad de ocultarme ahora.
Soy suya, de todos modos.
Escucho su corbata deslizarse alrededor de su cuello y me obligo

a ponerme de rodillas. He estado esperando este espectáculo y no me
lo quiero perder.
Respiro hondo y trago saliva mientras lo veo quitarse la ropa. Su

chaleco ya está sobre la silla y se esta quitando la corbata.

Olivia T. Turner
No me atrevo a parpadear mientras él deshace lentamente cada
botón. Cada uno es como una pequeña sorpresa que me acelera el
corazón.
Primero, le echo un vistazo a su hermoso y duro pecho, y el

vistazo se amplía con cada botón que deshace.
Entonces veo cuán duro es realmente su estómago cuando sus

abdominales aparecen a la vista. Su cuerpo es escultural. Parece que
debería estar en una revista en lugar de estar enfrente de un salón de
clases. De cualquier manera, él está frente a mí y estoy disfrutando
cada segundo del espectáculo.
Se baja la camisa por los brazos tatuados y luego la arroja a la

pila de ropa. Mi cuerpo comienza a doler de necesidad mientras recorro
con mis ojos sus grandes brazos cubiertos de sexys tatuajes. Mi cuerpo
empieza a calentarse de vuelta, ya tuve dos orgasmos pero quiero otro. 54
Estoy admirando la forma en que se mueven las líneas pintadas

en la piel de sus brazos cuando comienza a sacar su cinturón. Lo deja
caer al suelo con un traqueteo y luego comienza a desabrocharse los
pantalones.
Se me hace la boca agua cuando lo veo bajárselos junto con la

ropa interior, liberando la gran polla hermosa que ha estado luchando
por salir desde que separé las piernas por primera vez en clase.
La visión de su mano envolviéndola envía una oleada de calor a

mi núcleo. Él es enorme. Dios mío, ¿cómo se supone que eso encaje
dentro de mí?
Su seductora y profunda sonrisa, en su perfecto rostro, tiene mi

pecho revoloteando. Todo lo que puedo hacer es mirar con expectación
sin aliento mientras el profesor Gosling se acerca, acariciando su gran
polla venosa.

Olivia T. Turner
Supongo que estoy a punto de averiguar cómo encajamos.
55

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 8
Tristan
-Es hora de ganar algunos créditos adicionales, mascota -digo

mientras me burlo de ella con trazos largos y lentos. -Es hora de
envolver esos labios alrededor de la polla de tu profesor.
Mi nueva alumna favorita se sienta en el escritorio mientras

camino. Sus piernas todavía están abiertas, pero su falda cae sobre su
coño, cubriéndolo. Con un ataque de impaciencia, la levanto de nuevo.
Es demasiado hermoso para estar cubierto. Hablando de demasiado
hermoso para ser cubierto...
56
»Levanta los brazos.
Ella obedece de inmediato y yo agarro la parte inferior de su

camisa y la levanto sobre su cabeza. Su cabello castaño es un desastre,
se lo alisa mientras halo la camisa con el resto de la ropa. Lo quiero
fuera de su alcance porque, una vez que saque estas grandes tetas, no
quiero que se cubran de nuevo. Lleva un sostén blanco normal que no
sería sexy en nadie más, pero en ella, hace que me duela la polla.
Deslizo mis manos sobre él y presiono sus grandes tetas juntas,
gimiendo mientras miro su amplio escote.
»Sujetador, fuera -le ordeno mientras agarro sus piernas y la

giro para que pueda acostarse a lo largo del escritorio. -Quiero follarme
estas increíbles tetas.
Rápidamente desabrocha su sostén y se lo quita. Respiro hondo

cuando veo cuán rosados son sus pequeños pezones duros. No puedo

Olivia T. Turner
creer lo impresionante que es esta chica. Ni siquiera es justo. ¿Cómo
puedo contenerme con esta belleza frente a mí?
»Acuéstate, mascota -ella deja caer la espalda sobre el escritorio,

pero sus jóvenes tetas todavía están en el aire, desafiando la gravedad.
Tentándome. Poniéndome de rodillas. Lamo mis labios mientras me
inclino, agarro los montículos carnosos y arrastro mi lengua por las
curvas hasta llegar a sus pezones duros. Juego con ellos, chupando,
burlando, amando. Quiero hacer mucho más que eso, pero mi polla no
entra en razón. Está dolorida y exigente por un poco de atención. Está
latiendo, sacudiéndose y echando espuma por la boca como una bestia.
Quiere hundirse completamente en esta joven virgen, y no voy a
decirle que no.
»Mantén esas hermosas tetas juntas -le digo mientras me subo 57
a mi gran escritorio de roble. Ella las aprieta y gimo mientras miro las
dos pequeñas protuberancias rosadas perfectas en la punta. Esta chica
es tan jodidamente perfecta. Mirarla hace que me duela el pecho.
»Voy a follarte las tetas, mascota -le digo mientras dejo caer las
rodillas junto a sus costillas. -Pero primero debes mojar esta polla.
Entonces, abre la boca y prepara esa lengua.
Agarro mi polla dura y arrastro la punta a lo largo de sus labios,

dejando pequeñas gotas de pre-semen que codiciosamente lame con
su lengua. Ella abre los labios y levanta la cabeza para chupar la cabeza
púrpura hinchada. Gimo en voz alta por lo bien que se siente. Muevo
mis caderas y acerco mi polla mientras ella arrastra su lengua por mi
eje. Se siente tan bien que no se si podré controlarme.
»¿Es la primera vez que tienes una polla en la boca, mascota? -

ella ni siquiera responde, demasiado ocupada concentrada en lamer

Olivia T. Turner
cada centímetro de mi polla. Cuando está preparada y húmeda, me
muevo hacia abajo y la aprieto entre sus hermosas tetas.
»Buena chica -le digo mientras la deslizo entre ellos. -Mantenlas

apretadas así.
Empiezo a entrar y salir, follando sus tetas mientras abre la boca.

Cada vez que la punta de mi polla se acerca, ella lanza su boca hacia
adelante, tratando de tocarla con su lengua. Estoy en el paraíso y mi
mascota favorita ya es una pequeña zorra hambrienta.
»Si sigues tocando mi polla con tu lengua de esa manera, vas a

hacer que me corra por toda tu cara.
Ella gime y junta sus tetas aún más fuerte. Soy un bastardo
posesivo, pero ni siquiera iría tan lejos como para hacerla caminar por
58
los pasillos con mi semen en toda su cara. Podría ser una forma de
marcarla y dejar que todos sepan que es mía, pero sería ir demasiado
lejos, incluso para mí.
Su suave piel carnosa se siente tan bien en mi polla y follo sus

tetas hasta que estoy a punto de correrme.
-Acaba sobre mí -me suplica mientras alejo mi polla.
-No esta vez, mascota -le digo con una sonrisa. -Tengo otros
planes para esta gran carga. Esta se dirige directamente a tu coño.
Ella deja escapar un grito ahogado, pero no trata de detenerme.

De hecho, sus piernas se separan aún más.
»Me llevaré esa cereza que me guardaste, hundiendo mi polla

cruda en tu coño y no me detendré hasta que cada gota cubra tus
entrañas.

Olivia T. Turner
Ella comienza a retorcerse sobre el escritorio con impaciencia
mientras me subo.
-Hazlo -ella gime. -Haz lo que quieras conmigo.
Paso entre sus piernas y jalo su trasero hasta el final del escritorio.
Un golpe en la puerta nos hace volver a la realidad. Ambos nos

volteamos y la miramos cuando la persona toca de nuevo. Si alguien
viniera ahora mismo, me vería a punto de follar a uno de mis alumnos
en mi escritorio. Esto va, definitivamente, contra las reglas de la
facultad.
Los golpes se detienen, así que vuelvo mi atención a la joven

virgen que estoy a punto de desvirgar. Arrastro la punta de mi polla
por sus cálidos pétalos rosados y todo su cuerpo tiembla y se
convulsiona.
59
-¿Te gusta eso? -pregunto mientras froto suavemente su clítoris
con mi polla.
-Sí -gime ella.
-¿Quieres toda mi polla?
-Fóllame con ella. Por favor.
-¿Vas a mantener este coño solo para mí?
-Es solo tuyo. Solo hazlo.
-No dijiste por favor.
-¡Por favor! Joder, Tristan.
Se está retorciendo en el escritorio, desesperada. Arrastro mi

polla hacia su pequeña y apretada abertura y la molesto con la punta.
-¿Vas a mudarte conmigo? -ella no responde, así que me aparto.

Olivia T. Turner
-Sí -dice ella en pánico. -Me mudaré contigo. Lo prometo.
-Buena mascota -le digo mientras empujo mi polla de vuelta a

su agujero. -Recuerda, lo prometiste.
Empujo la punta hacia su abertura húmeda y empiezo a empujar

lentamente hacia adentro. Está tan jodidamente apretada que mi
pecho se contrae por el dolor. Aprieto los dientes mientras empujo más
profundo, su coño virgen se cierra alrededor de la cabeza de mi polla
como si estuviera tratando de estrangularlo. Cada pequeño empujón
lanza un chorro de jugos por todo el resto de mi longitud. Cuando
empujo la cabeza completamente adentro, ella grita y se muerde el
labio inferior. Su hermoso rostro está retorcido de dolor, pero no me
detengo. Odio lastimarla, pero esta es la única forma de robarle su
inocencia y la quiero. Mal.
Empiezo a frotar círculos suaves en su clítoris con mi pulgar, 60
tratando de aliviar su cuerpo tenso, tratando de hacer esto un poco

más fácil para ella. Parece funcionar y, cuando sus gritos se convierten
en gemidos, empujo por completo, rompiendo su cereza y llevándome
su inocencia para siempre. Ahora es mía. Ella nunca la recuperará. Ella
está haciendo una mueca y respirando bocanadas de aire mientras
sostengo mi polla por completo. Estoy profundamente en esta joven
virgen y estoy empezando a ver manchas blancas en mi visión por la
forma en que este apretado coño me está apretando.
»Lo estás haciendo increíble, mascota -susurro cuando empiezo

a balancear mis caderas de un lado a otro, tratando de aflojar algo de
la tensión. -Tu coño está maduro y listo, pero tan apretado.
-Está bien -dice mientras se pasa la mano por el pelo.

Olivia T. Turner
Me aferro a sus piernas y empiezo a retroceder, mirando mi gran
polla mientras se desliza lentamente. Mi eje grueso está cubierto de su
virginidad y no puedo tener suficiente de la hermosa vista.
-Eres tan jodidamente perfecta, mascota. Vamos a hacer esto

todos los días, tú y yo. Varias veces al día -su boca se abre con un
pequeño jadeo mientras empujo mi polla de nuevo. -La próxima vez
no dolerá como esta vez -le susurro. -Ahora podrás abrir tus piernas
sin miedo y dejarme follarte cuando quiera. Cuando queramos.
Ella comienza a aflojarse con cada empuje y pronto puedo

montarla más fácilmente. Toda húmeda y cálida mientras su coño me
aprieta la polla. Ella también lo está disfrutando, balanceando sus
caderas contra cada empuje y gritando cada vez más fuerte. Si se
vuelve más ruidosa, tendrá seguridad derribando la puerta. Veo sus
bragas que todavía están sobre el escritorio y las arrugo en una bola.
61
»Abre la boca, mascota. Maúllas demasiado fuerte -ella hace lo

que yo digo y se las mete en la boca. Sus gemidos están muertos
ahora, así que puedo follarla aún más fuerte.
Empiezo a golpear mi polla en su coño con golpes duros,

implacables y el impulso la hace mecerse sobre el escritorio. Mierda.
Al ver sus perfectas tetas rebotando de un lado a otro, todo mi cuerpo
tiembla. Estoy cerca de correrme. Estoy cerca de descargar cada gota
de mi semilla en su coño virgen y hacerla mía para siempre.
Si cree que se irá una vez que mi hijo esté en su útero, le espera
otra cosa. Ella será todavía más mía. Y eso es todo lo que quiero.
Poseerla. Soy demasiado posesivo, lo sé, pero ¿qué se supone que
debo hacer cuando veo algo que ilumina mi vida como ninguna otra
cosa? ¿Solo dejarla irse? Ni pensarlo, ella es mía.

Olivia T. Turner
A cambio, me aseguraré de que tenga todo lo que necesita, cada
deseo cumplido, cada necesidad atendida. La amaré con toda mi
alma y nunca daré por sentado la intensa conexión que tenemos.
La consentiré, la atesoraré y la apreciaré. Todos los días.
Su rostro comienza a retorcerse, así que saco las bragas de su

boca. No me importa si todos en el campus nos escuchan. Quiero
escuchar sus gemidos sexys y gritos desesperados.
-Me voy a correr -ella gime mientras su espalda se arquea tan

alto que parece imposible. Sus ojos están vidriosos con lujuria y parece
que está lista para estallar en llamas. -Córrete conmigo, Tristan. Vente
conmigo, profesor -empieza a apoderarse de mi cuerpo la necesidad
de liberarme.
Todo se tensa cuando la golpeo con golpes fuertes y rápidos. Se

tensa y se tensa y luego, se libera. Ella se corre al mismo tiempo que 62
yo, retorciéndose y gritando mientras su tercer orgasmo se hace cargo.

Su coño caliente se aprieta alrededor de mi polla mientras late,
disparando corrientes de esperma caliente profundamente dentro de
ella.
Los dos estamos sin aliento cuando acabamos y ella se agarra de

mis brazos y se levanta. Está sentada en el borde del escritorio con mi
polla aún enterrada dentro de ella, mirándome como si su mundo
entero hubiera sido volteado. Sé cómo se siente ella. Me siento igual.
Nada será lo mismo otra vez.
Hace una mueca cuando salgo de ella y los dos miramos como
mi semen se escapa de su coño rojo e hinchado y sobre el escritorio.
No usé protección y no hay nada que impida que mi semilla penetre en
su útero. Sonrío, feliz, mientras lo veo.

Olivia T. Turner
-Vistámonos -le digo cuando me mira a los ojos. -Vamos a
recoger tus cosas y moverlas a mi casa.
63

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 9
Tristan
Este edificio de apartamentos es realmente un agujero de

mierda. Quiero comprarlo para poder quemarlo. Sin embargo, tengo
que felicitar a Quinn. Ella ha sacado lo mejor de una mala situación.
Ella ha decorado el lugar con cosas bonitas que ha comprado en tiendas
de segunda mano de la ciudad. Pintó la mesa con las patas
tambaleantes y los cojines cosidos para los sofás, que no parecen
pertenecer a este lugar.
-No puedo creer que estuvieras viviendo aquí -le digo mientras
64
miro las delgadas paredes. El vecino está escuchando rap de gánsteres
y puedo oír cada palabra. El panel de yeso manchado de agua no
detiene el sonido. Apuesto a que tampoco detendría mi puño. Pienso
en atravesarlo para enseñarles a estos muchachos una lección. Odio
que mantuvieran a mi pequeña mascota despierta por la noche con
esta mierda.
-Ni siquiera eran los peores -dice sacudiendo la cabeza.
Estoy sobre ella de inmediato, presionándola para obtener más

detalles.
-¿Qué quieres decir?
-Oh, nada -dice ella, alejándose. -Ya no importa. Todo mi cuerpo

se tensa.

Olivia T. Turner
-¿Alguien te tocó? -mi sangre está hirviendo. Voy a perder la
cabeza si ella dice que sí. De hecho, podría tener que quemar el edificio
para deshacerme de un cuerpo.
-No -dice ella y mi cuerpo se relaja un poco. -No lo hizo. Pero

intentó entrar en mi piso.
-¿Cuándo?
-Está bien, Tristan -dice ella, poniendo su mano sobre mi pecho

para calmarme. Funciona. Ella ya sabe cómo domar a su bestia
obsesiva. Mi mascota es inteligente. -Estoy dejando este lugar detrás
de mí. Solo quiero irme y comenzar mi nueva vida sin ningún problema.
Mis dientes están apretados, pero me las arreglo para asentir. Lo

que ella quiera. Tengo que poner sus necesidades antes que las mías
ahora.
65
-¿Qué más quieres empacar? -pregunto mientras ahogo mi ira.
-Solo mis libros y mi ropa. No necesito nada más, el resto es

basura.
Ella desaparece en su habitación y estoy a punto de seguirla

cuando la manija de la puerta comienza a girar. Mis ojos se abren y
mis manos se aprietan en puños mientras me doy la vuelta y miro. La
puerta se abre lentamente y me aparto a un lado, fuera de la vista,
cuando entra una mierda espeluznante. Tiene la mano en el bolsillo y
se acaricia la polla mientras entra, con una mirada nerviosa en su
rostro. Sus ojos se abren cuando salgo y me ve. Inmediatamente trata
de cerrar la puerta, pero la agarro y la abro de golpe, casi haciéndolo
volar hacia mi pecho.
-¿Qué haces aquí? -Dios, sueno como Chris Hanson.
-Eh… -tartamudea. -Apartamento equivocado.

Olivia T. Turner
-Querías entrar -le digo mientras cierro la puerta detrás de él. -
Entra -mira hacia atrás a la puerta cerrada y comienza a temblar.
-No quiero ningún problema.
-Bueno, en el momento en que te cuelas en la vida de mi chica,

tienes problemas. Porque no me gustan los pedazos de mierda como
tú, que quieren entrar en el apartamento de mi novia.
-Yo... no lo estaba.
Le pego con fuerza en el estómago, dejándolo caer de rodillas.
-¿No estabas qué? -cuando él no responde, lo agarro del pelo y

golpeo mi rodilla contra su cara. Se le quiebra la nariz y comienza a
brotar sangre de sus fosas nasales, sobre su boca.
»Levántate -le espeto cuando comienza a sollozar. -No quiero tu

sangre en el piso de mi chica. No quiero que vuelvas a estar cerca de 66
este apartamento. -¿Entendido? -me mira con los ojos muy abiertos e
inyectados en sangre.
-No volveré. Lo prometo.
-O el apartamento de cualquier otra joven inocente -le digo

mientras me inclino, directamente en su cara. -Si descubro que te estás
arrastrando alrededor de cualquier otra chica -respiro hondo y él hace
una mueca. -Voy a volver y terminaré contigo. No juegues conmigo.
No soy alguien con quien quieras jugar.
Me mira a los ojos y ve que hablo en serio.
-No lo haré -dice y veo que no está mintiendo. Él sabe que

volveré y terminaré con él.

Olivia T. Turner
-Recuerda -le digo mientras abro la puerta. -Ninguna. Otra.
Chica -él baja los ojos y sale corriendo al pasillo. Cierro la puerta y voy
a ver a Quinn.
Ella está ocupada empacando su ropa.
-¿Se ha ido?
-Fuera de tu vida.
-Gracias a Dios por eso -dice con un soplo de alivio. -¿Estás

seguro de que quieres que vaya a vivir contigo?
Me acerco a ella y la agarro de los brazos. Me mira a los ojos y

parece que de repente está dudando. Sé que tiene miedo porque todo
está sucediendo con mucha rapidez. Yo no tengo ni una sola duda. Este
es el movimiento correcto. Pertenecemos juntos. Cuando es correcto,
es correcto, y no tiene sentido tomarse las cosas con calma. Es solo
67
tiempo perdido. Y no quiero perder tiempo con mi chica.
-Seremos muy felices juntos, mascota -le digo mientras miro sus
impresionantes ojos azules.
-Espera y verás. Va a ser perfecto ¿Confías en mí?
Ella asiente.
»Entonces comencemos nuestra vida juntos -desliza su mano en

la mía, sonríe, y nos vamos.

Olivia T. Turner
CAPÍTULO 10
Quinn
Unos meses después…
Estudiar para los finales es brutal, y se me hace más duro con

Tristan en mi vida. Pensaran que tener un profesor como novio ayuda,
bueno, están equivocados. No lo hace. Mi cerebro no se calla. Siempre
pienso en él y lo saca cada vez que intento estudiar. Suspiro mientras
me recuesto en mi silla y cierro los ojos.
Estoy en la biblioteca de la Universidad de Wale y estoy en mi

séptima hora consecutiva de estudio. Es casi medianoche y ni siquiera
68
estoy cerca de terminar. La biblioteca permanece abierta las
veinticuatro horas del día durante los finales, y he estado aquí la mayor
parte del tiempo durante la semana pasada.
No he visto a Tristan tanto como me gustaría, pero la escuela

habrá terminado en nueve días y me dijo que tendrá su jet privado
esperando para cuando termine.
-Tan pronto como entregues tu último examen -dijo. -Te

secuestraré y nos iremos directamente a Fiji por un mes, podríamos
casarnos en la playa.
Mi cuerpo hormiguea de emoción. Sé que habla en serio. Miro la

enorme roca en mi dedo y sacudo la cabeza con incredulidad. Todavía
no puedo creer que se propuso.
Era noche de Navidad y fue perfecto. La nieve caía afuera y el

fuego rugía, calentando la habitación después de que mis padres se

Olivia T. Turner
fueran a la cama. Estábamos bebiendo vino frente al fuego con el árbol
de Navidad brillando detrás de nosotros. Tristan se arrodilló y sacó ese
increíble anillo. Dije que sí de inmediato. ¿Y por qué no? Los últimos
meses con Tristan han sido un sueño absoluto. Resultó que todos los
rumores eran ciertos. Es multimillonario y yo soy la única alumna que
ha estado con él. Esto último es el que me hace más feliz.
Me pidió matrimonio cuatro meses después de que nos

mudáramos juntos, pero dijo que compró el anillo cuatro horas después
de conocerme. Está todavía más loco de lo que pensaba.
-Detente -me susurro a mí misma. Es divertido pensar en mi sexy

profesor, mi prometido, pero tengo mucho trabajo por delante. Cierro
los ojos, trato de concentrarme y luego los abro. Cuando lo hago, él
está parado frente a mí. 69
»Hola -digo, sintiendo una sonrisa imparable en mi rostro. -¿Qué

haces aquí? -él está sosteniendo una pequeña nevera y un termo.
-Aperitivos, café y tu favorito -lo coloca todo en mi mesa y luego

se mete la mano en el bolsillo para sacar un paquete de Twizzlers.
-Oh, dame, dame, dame -le digo mientras me los arroja. El

regaliz es definitivamente el mejor alimento para el cerebro. Es
perfecto para estudiar. -Me conoces demasiado bien.
-Lo sé -dice mientras camina luciendo sexy como el infierno en

su ropa casual. Lleva puesto un polo que muestra sus grandes brazos
y sexys tatuajes, y unos pantalones beige que muestran sus muslos
musculosos. Mi corazón comienza a acelerarse cuando él se acerca.
Siempre reacciono de esta manera a su cuerpo. Juro que mis latidos
son igual de fuertes que los de un corredor de maratón cuando este
hombre está cerca de mí.

Olivia T. Turner
Se sienta en mi mesa y mira a la biblioteca vacía. Estoy en el
área que siempre está vacía en el cuarto piso de la enorme biblioteca
de siete pisos. No sé qué sección es, pero todos los libros polvorientos
están en latín. No creo que se hayan abierto en décadas. Siempre elijo
esta mesa en la esquina trasera que está oculta por las estanterías
altas. Me gusta porque es privada y nunca me distraigo. También tiene
algunos otros beneficios...
»Eso no es lo único que traje para que te lo pongas en la boca -

dice mientras me ve chupar un Twizzler.
-¿En serio? -le pregunto con una sonrisa.
Levanta una ceja mientras mira mis labios envueltos alrededor

de la regaliz.
-Algo más largo que eso.

70
Lo muerdo y arranco un trozo. Él hace una mueca de horror y yo
me río. Esto es justo lo que necesitaba. Un descanso al lado del
profesor más caliente que conozco. Me toca la mejilla con ternura
mientras me mira con nada más que amor y adoración en sus ojos.
»Tus exámenes tienen que terminar ya -dice lamiendo sus labios.

-Necesito casarme contigo. Tan pronto como sea posible.
Sonrío mientras lo miro con ojos traviesos.
-No me culpes. Tengo profesores a los que les encanta

cabalgarme duro.
-No hay nadie mejor que yo para montarte -me encanta lo celoso
que se pone. Es tan posesivo con su pequeña mascota. Mi coño
comienza a latir cuando aparece esa chispa posesiva en sus ojos. Me
está mirando como si necesitara que el universo se diera cuenta de
que soy suya.

Olivia T. Turner
-¿Qué estás haciendo? -pregunto con un trago mientras se
levanta. No dice una palabra mientras camina detrás de mí como un
depredador rodeando a su presa.
Rápidamente miro a través de las filas de libros, tratando de ver

si hay alguien aquí arriba, pero estamos solos. Sus manos fuertes me
agarran y de repente me está inclinando sobre la mesa mientras él me
baja los pantalones de yoga. Jadeo cuando le siguen las bragas. Estoy
muy mojada y mis senos hormiguean cuando arrugan mis notas sobre
la mesa. Su lengua golpea mi coño primero y todo mi cuerpo se
estremece mientras me devora. Un gemido retumba en mi garganta
demasiado fuerte, pero es difícil permanecer callada cuando me hace
esas cosas con esa lengua que tanto amo. La está girando alrededor
de mi clítoris y luego zigzaguea hasta mi abertura para hundirla dentro.
Mis notas se arrugan y se rompen, pero no me importa. Podría

71
suspender en cada clase y no me importaría mientras él mantenga su
boca allí. Dejo caer la frente sobre la mesa con un golpe y tomo un
soplo de aire con desesperación mientras me acerca al borde, y luego
se burla tirando de mí hacia él.
De repente su boca se ha ido y me muero por que vuelva a mi

coño. Empujo mi trasero desnudo hacia atrás, moviéndolo, tratando de
tentarlo, cuando escucho su cinturón desabrocharse.
-Así es como se supone que se debe tomar un descanso para

estudiar en la universidad -dice mientras me da una bofetada firme. Él
extiende su palma entre mis omóplatos y me empuja hacia la mesa
mientras pasa su polla por mi hendidura dolorida.
-Oh, joder -gimo. Nunca me cansaré de ese sentimiento. Estoy

tan mojada y lista para él, que se desliza dentro con un fuerte empujón.
Estoy tratando de estar callada, pero aún así dejo escapar un grito
agudo. Sus manos se mueven hacia mi cintura y me agarra con fuerza.

Olivia T. Turner
-Agárrate al borde de esa mesa, mascota. Tu compañero de
estudio está al mando.
Extiendo la mano y me aferro con fuerza cuando él comienza a

empujar su gran polla dentro y fuera. Me está sacudiendo de un lado
a otro con cada poderoso empujón, haciéndome llorar, arrugando mis
papeles en un desastre, sacudiendo mi mundo. Aprieto los ojos y me
concentro en la increíble sensación de entrar y salir, entrar y salir. Su
fuerte agarre en mi cintura. Sus bolas golpeando contra mi clítoris. La
mesa suena con cada fuerte empuje, pero él no se detiene. No se
ralentiza.
-Oh, profesor -gimo mientras desliza su dedo y acaricia mi ano.

-He sido una estudiante traviesa.
Me pasa la mano por la cola de caballo y me echa la cabeza hacia

atrás, haciéndome llorar. 72
-Es hora de que te castiguen -dice con la voz profunda que solo
usa cuando me está follando. -Tu profesor te va a llenar con su cálido
esperma -me aferro a la mesa mientras él empuja profundamente con
golpes largos y duros. Su gran polla lo llena todo, golpeando cada
punto. Es tan jodidamente bueno. Sus manos de repente aprietan mi
cintura y siento su cuerpo apretarse detrás de mí.
-Sí -jadeo mientras empujo mi coño contra él, encontrando cada

empuje.
Está a punto de correrse y estoy ansiosa por sentir como me llena

el coño.
Él suelta un gruñido salvaje con los dientes apretados mientras

su polla se sacude y luego descarga dentro de mí. La sensación de su
cálido semen disparándose en mi coño me excita y, de repente, estoy
echando la cabeza hacia atrás, llorando mientras me agarro a la mesa

Olivia T. Turner
lo más fuerte que puedo. Es un orgasmo feroz y justo lo que necesitaba
para un descanso de mis estudios.
Después de un minuto más o menos de respirar pesadamente y

tratar de calmar nuestros palpitantes corazones, Tristan desliza su
polla fuera de mí. Gimo decepcionada, queriendo recuperarla. Siempre
me siento tan vacía cuando se retira después del sexo. Desliza su mano
por mi raja, dando un último toque antes de volver a ponerme los
pantalones.
-No puedo esperar a que terminen tus finales -dice sacudiendo

la cabeza mientras me mira. -Voy a casarme contigo tan rápido como
pueda.
-Entonces podemos comenzar la luna de miel -le digo con una

73
sonrisa mientras me recuesto en la silla, sintiéndome muy satisfecha.
Respira hondo y hace una mueca.
-No me hagas pensar en la luna de miel. Te estaré follando por

toda esta biblioteca, si lo hago -sonrío mientras veo a mi profesor
favorito guardar su gloriosa polla. Estaría más que dispuesta a hace
eso…

Olivia T. Turner
EPÍLOGO
Quinn
Cinco años después…
Parezco un pingüino vestida así. Pero al menos no soy la única.

Soy solo una de unos cientos graduados.
Finalmente, después de cinco largos años, me estoy graduando

de la Universidad de Wale.
Me tomó un año más porque necesitaba algo de tiempo después

74
de tener a los gemelos. La universidad parecía un camino de rosas en
comparación a lo que era mi casa al tener mellizos. Debería recibir un
homenaje todas las noches por haber sobrevivido, pero no es así. Y no
me estoy quejando. En cambio, recibo un masaje en los pies de Tristan
que siempre conduce a más. Mucho más. Prefiero mil veces eso que
una ceremonia larga y aburrida.
Sigo al pingüino frente a mí hasta que hallamos nuestros

asientos. Estoy en la fila G de Gosling, aunque empecé la universidad
como Sullivan. Tristan se aseguró de que nos casáramos lo más rápido
posible. Quería poner un anillo en mi dedo tan pronto como pudiera.
Le dije que quería esperar al menos cuatro años, pero diez meses
después le dije que sí. ¿Cómo podría no casarme con este chico? Él es
todo lo que siempre soñé: cerebro, músculos y un cuerpo que te hace
creer que estás en el paraíso.

Olivia T. Turner
El primer verano después de conocernos, viajamos a Fiji en su
jet privado -disculpa, nuestro jet privado- y nos casamos en la playa.
Solo asistieron mis padres y algunos de nuestros amigos más cercanos.
Fue perfecto. El día de la boda, por la mañana, descubrí que estaba
embarazada de los gemelos y eso fue el regalo de bodas perfecto para
Tristan. Estaba tan feliz que lloró -¡No le digas que dije eso!
-¿Estás nerviosa? -pregunta la chica a mi lado con una sonrisa

ansiosa en su rostro.
-No, solo estoy emocionada.
No puedo esperar para subir a ese escenario, y no porque

obtenga mi diploma, sino porque estoy emocionada por ver a Tristan.
Está allá arriba luciendo delicioso vestido como un pingüino colorido.
Me lamo el labio inferior mientras lo miro. Realmente puede lucir un
gorro de graduación como nadie más puede hacerlo. 75
La ceremonia comienza y uno de los profesores informa que el

presidente no estará presente, por lo que el profesor Gosling entregará
los diplomas. Tengo una gran sonrisa en mi rostro y siento un
hormigueo por dentro sabiendo que él va a ser quien me lo dé.
-Es tan sexy -susurra la chica a mi lado. -Me he enamorado de

él, el primer año.
-Bienvenida al club -le digo con una sonrisa de complicidad.
Decidimos mantener nuestra boda en secreto hasta que me gradúe.

No me importa en absoluto, ha sido divertido y sexy escabullirse y
tener sexo por toda la universidad.
-Escuché que es multimillonario -susurra. -¿Imaginas ser la zorra

afortunada que lo espera cuando vuelve a casa?

Olivia T. Turner
Ella respira profundamente y sacude la cabeza mientras sonrío.
Soy una perra con suerte. Tristan me ha dicho muchas veces que su
dinero es mío y que no tengo que trabajar o terminar la escuela si no
quiero, pero era algo que tenía que hacer.
Siempre me ha encantado estudiar y he soñado con obtener mi

diploma desde que supe lo que era la universidad. Y además, quiero
usar mi conocimiento para hacer algo bueno en el mundo. Tristan ha
sido muy buen compañero y ha ayudado con los niños
arremangándose, haciendo el trabajo y contratando a una niñera
cuando los dos nos sentíamos abrumados.
Sin embargo, mi posesivo esposo estaba más que un poco celoso

de los otros profesores varones. A veces se sentaba en la clase
conmigo, lo que siempre amé, pero nunca lo reconocí, para asegurarse
de que los hombres de la facultad supieran a quién pertenecía. Me di
76
cuenta cuando traté de hacerle una pregunta al profesor Gruen en el
pasillo y se escapó de mí con una expresión de puro pánico en su
rostro. Ese es mi chico. Totalmente obsesivo y protector más allá de lo
creíble. No me importa nada. Es agradable ser atendida y cuidada. Y si
él está obsesionado conmigo, yo lo estoy con él.
No le he quitado los ojos de encima todo este tiempo. Después

de algunos discursos, los estudiantes comienzan a subir al escenario
para obtener sus diplomas de la mano de Tristan. Todos se ven
emocionados mientras caminan con la espalda recta y la barbilla
erguida. Tristan les da un firme asentimiento y les da un apretón de
mano. Cuando llaman a mi amigo Oliver, me levanto, aplaudo y grito.
-¡Vamos, Oliver! -traga fuerte mientras camina nerviosamente

hacia Tristan, pero el malvado profesor Gosling lo tranquiliza con un
pequeño guiño. Oliver respira aliviado y le da la mano con confianza.
Tristan le susurra algo y Oliver se va con el rostro radiante de orgullo.

Olivia T. Turner
Lleva un tiempo, pero finalmente, es el turno de los G para subir.
Nuestra fila se pone de pie y nos dirigimos al escenario. Cuando estoy
esperando en las escaleras, me doy la vuelta para ver a mi mamá y mi
papá. Tristan los hizo volar hasta aquí como sorpresa para mí. Sonrío
cuando los veo sentados con mis gemelos. Ambos tienen las manos
cruzadas debajo de la barbilla con lágrimas en sus rostros. Soy la
primera en la familia en ir a la universidad y graduarme, están más
que orgullosos.
Les doy un pequeño saludo y responden moviendo ambas manos

sobre sus cabezas lo más alto que pueden. Cada uno agarra un gemelo
y me señala. Las caras de Matthew y Jake se iluminan con adorables
sonrisas cuando me ven. Tienen los hermosos ojos verdes de Tristan,
pero tienen mi nariz de botón. Mi corazón está más que feliz y parece
que está a punto de estallar cuando camino al escenario.
77
Mi nueva amiga recibe su diploma de Tristan con las mejillas
sonrojadas, y luego es mi turno.
-Quinn Goslin -dice el locutor a través del sistema de sonido.
Me río cuando escucho a mis padres gritar como energúmenos

en la multitud. Los ojos verdes tan sexys de Tristan se clavan en mí y
sus labios, que han explorado cada centímetro de mi cuerpo, se curvan
en una sonrisa diabólica. Siento que estoy en la cima del mundo
mientras camino hacia él. Me da el diploma y luego me da la mano con
un movimiento de cabeza. Es muy formal. Es tan raro. Estoy
acostumbrada a que me agarre y susurre cosas sucias al oído.
Entonces, como me lo esperaba, ahí va...
Me da un apretón de mano y se acerca un poco más. El olor de

su colonia me da escalofríos.

Olivia T. Turner
-Me parece que voy a follar una graduada esta noche -dice solo
lo suficientemente fuerte como para que yo lo escuche. Me muerdo el
labio inferior y le sonrío mientras me deja ir.
-Más te vale -susurro antes de dirigirme al otro lado del

escenario.
Saludo a mis padres y a los niños cuando se llama al siguiente

nombre. Mi mamá está tomando fotos, pero todo en lo que puedo
concentrarme es en la promesa de Tristan. Me va a trabajar duro esta
noche, porque lo único más difícil que la universidad es la polla grande
y gruesa de Tristan.
78

Olivia T. Turner
EPÍLOGO 2
Tristan
Dos años después…
Miro por la ventana de nuestro jet privado y veo la luz de la luna

reflejando las nubes. Es una noche preciosa a treinta mil pies sobre el
océano Atlántico.
Regresamos de París, donde acabamos de inaugurar la Fundación

Quinn y Tristan, una organización sin fines de lucro que ayudará a
formar a mujeres en los países empobrecidos para que se conviertan
en empresarias y líderes empresariales.
79
Quinn lo ha estado planeando por años. Ella es tan asombrosa.
El avión se desliza pacíficamente de regreso a los Estados Unidos.

Los gemelos están durmiendo en sus asientos y el bebé está dormido
en la cuna.
Mi sangre comienza a dirigirse hacia mi polla cuando miro y veo

a mi hermosa esposa dormida en su asiento. Sus ojos están cerrados
sobre la almohada y se ve tan tranquila, su respiración es lenta y
profunda.
Ella es el combustible que alimenta mi alma. No sé qué haría sin

ella, además de volver locos a todos a mi alrededor. Esta increíble chica
me ha dado tres hijos y tenemos otro en camino. Mis ojos recorren su
cuerpo fértil hasta sus grandes senos hinchados con leche. Un gemido
bajo sale de mi garganta mientras los veo moverse hacia arriba y hacia

Olivia T. Turner
abajo con cada respiración. Su barriga, grande y redonda, acuna a mi
hijo. Me duele la polla. Me encanta verla así.
Nunca es más hermosa para mí que cuando está embarazada de

mi hijo. Mi polla se tensa en el interior de mis pantalones, tratando de
rasgar la tela, mientras camino en silencio. Me pongo de rodillas
delante de ella y beso el dorso de su mano. Ella abre sus ojos cansados
y me sonríe.
-¿Qué estás haciendo? -susurra con voz atontada.
-Tenemos una reunión -le digo cuando empiezo a besar el interior

de sus muslos.
Lleva pantalones de yoga y el deseo de sentir su piel suave en

mis labios crece después de cada beso. Ella se mueve en su asiento
80
con un gemido mientras separa un poco más sus piernas.
-¿Qué tipo de reunión?
-La reunión del club de las alturas -le digo con una sonrisa. Ella
ríe.
-¿Escuché que eres miembro?
-Sí -se muerde el labio inferior con un gemido cuando me acerco

a su coño.
-Mi esposo me hizo afiliarme hace años.
-¿Qué tal si nos quitamos esos pantalones y comenzamos la

reunión?
Ella sonríe mientras levanta su trasero para que yo pueda tirar

de sus pantalones. Los deslizo por sus piernas y los tiro sobre mi
hombro.

Olivia T. Turner
-Estoy embarazada -dice cuando vuelvo a su coño que todavía
está cubierto. -Me pondré ropa interior sexy después de parir a este
niño.
-Esta ropa interior es sexy -le digo mientras separo sus piernas
y beso suavemente entre ellas. -Toda la ropa interior que llevas puesta
es ropa interior sexy -mis ojos están bloqueados en un pequeño punto
húmedo en su montículo que se hace rápidamente más grande
mientras miro. Se me hace la boca agua.
Quinn se inclina hacia atrás y deja escapar un suave gemido

cuando muevo sus bragas a un lado y lamo su coño en una probada
lenta y deliciosa. Joder, mi esposa sabe tan bien. La como lenta y
silenciosamente. Ella se queja con gemidos y gritos mientras le lamo
el agujero y succiono su clítoris. No pasa mucho tiempo antes de que
ella se corra por toda mi boca, enviando sus jugos cálidos por toda mi
81
barbilla. Limpio cada gota con un gemido hambriento y luego sigo
lamiéndola para sacar aún más de su dulce néctar.
Nos damos la vuelta para asegurarnos de que los niños todavía

están durmiendo y luego la desnudo, sacando sus grandes y hermosos
pechos que están goteando leche. Chupo cada pezón, bebiendo la dulce
crema. Una vez que su sabor está en mi boca, agarro mi polla y la
deslizo en su coño mojado. Su espalda se arquea y tengo que poner
mi mano sobre su boca para sofocar el fuerte gemido que sale de su
garganta. Empujo todo el camino hasta la empuñadura y la sostengo,
disfrutando de la increíble sensación de su cálido coño apretando mi
eje duro.
Empiezo a deslizarme dentro y fuera, lentamente al principio y

luego más rápido. Sus cálidos jugos me cubren y hacen que mis ojos
rueden en la parte posterior de mi cabeza.

Olivia T. Turner
»Tan pronto como este bebé salga, te haré otro. Lo sabes,
¿verdad? -ella jadea un sí. -Voy a seguir llenando este útero con mi
esperma hasta el día de mi muerte.
-Se cerrará mucho antes de eso -dice con una sonrisa mientras
sus ojos se cierran de placer.
-No importa. Todavía voy a mantenerlo empapado con mi semen.

Así es como debe ser.
Se pasa la mano por el cabello mientras abre los ojos. Ella mira
mi brazo tatuado que se flexiona mientras me inclino sobre ella.
-No voy a decir que no a eso -dice con un gemido. -Me encanta
sentir tu semen cubriendo mis entrañas -joder. Cuando ella comienza
a hablarme sucio, no puedo aguantarme. Agarro sus piernas y las
empujo hacia arriba cuando empiezo a darle empujes más duros y
82
rápidos con mi dura y larga polla. Sus grandes tetas están justo en mi
cara y me lanzo sobre su pezón duro y succiono la leche mientras la
follo. Nos corremos al mismo tiempo. Parece que va a gritar, así que
aprieto mis labios contra los de ella, tragándome sus gritos cuando
nuestros orgasmos nos atraviesan.
Una vez que las olas calientes comienzan a ser más soportables,
siento que su lengua comienza a deslizarse contra la mía. Ella está
probando su dulce leche con pequeños gemidos que hacen que mi polla
vuelva a ponerse dura.
»¿Se acabó la reunión del club de las alturas? -pregunta

lamiéndose los labios. Mi polla ya se está endureciendo una vez más
dentro de ella.
-Ni siquiera cerca -le digo mientras comienzo a mover

lentamente mis caderas, empujando mi polla dentro y fuera. -Estamos
a tres horas de nuestro destino y voy a follarte todo el camino -ella

Olivia T. Turner
sonríe mientras me envuelve con su mano la nuca y me atrae para
darme un beso.
-La mejor aerolínea de la historia -dice con una sonrisa. Y no

puedo evitar sonreír de vuelta. La mejor esposa de todas.
83

Olivia T. Turner
EPÍLOGO 3
Quinn
40 años después…
-Hola Sra. Gosling -dice la Presidenta Irving inclinando

ligeramente la cabeza. -Es un placer conocerte finalmente.
Estoy reunida con la Presidenta de los Estados Unidos y ella está

diciendo que es un placer conocerme. Ha sido un duro viaje por llegar
hasta aquí.
-Gracias por venir -le digo, sintiéndome un poco nerviosa

84
mientras me da la mano vigorosamente. -No tenías que hacerlo.
-Yo quería -dice con una amplia sonrisa. -No conozco a nadie que
haya hecho más por las mujeres en los países en desarrollo que tú.
Estoy encantada de que seas tu la que consiguió el Premio Nobel de la
Paz.
Mis mejillas comienzan a calentarse cuando dice las palabras.

Premio Nobel de la Paz. Todavía no puedo creer que me hayan
nominado, y realmente no puedo creer que haya ganado. Solo estaba
haciendo lo que sentía que era correcto.
»Me encantaría conocer a tu esposo -dice, mirando hacia nuestra

mesa.
Tristan tiene más de ochenta años, pero se ve tan apuesto como

siempre. Está rodeado por mis seis hijos y mis trece nietos. Él tiene
sus ojos fijos en mí. Siempre están centrados en mí.

Olivia T. Turner
Converso con la presidenta mientras nos dirigimos a la mesa.
-Señora Presidenta, este es mi esposo, el profesor Tristan

Gosling.
Le saluda y le da la mano, pero en cuanto termina, sus ojos

vuelven a mirarme.
-Solo quiero agradecerles por todo el arduo trabajo que han

hecho con la Fundación Quinn y Tristan. Sois una verdadera
inspiración.
Tristan desliza su mano alrededor de mi cintura y me abraza.
-Todo fue gracias a mi esposa, te lo puedo asegurar.
Hablamos un poco más y luego después de despedirse,

encantada con nosotros, se va a buscar su mesa.
85
-Wow -le digo, volviéndome hacia Tristan con una sonrisa
emocionada. -La Presidenta.
Su mano se desliza por mi espalda y me agarra el culo. Se inclina

y besa mi cuello.
-Pensé que nunca nos dejaría en paz.
-¿Quieres parar? -digo con una risa mientras trato de alejarlo.

Pero sigue tan fuerte como el día que lo conocí y no se mueve.
-No puedo. Este vestido rojo me está volviendo loco -su mano
acuna mi trasero de nuevo y me doy la vuelta con las mejillas
sonrojadas. Solo un par de agentes del servicio secreto están allí para
ver, pero discretamente se alejan.
-Eres tan jodidamente sexy -me susurra al oído.
-Y tú eres un viejo sucio -le digo. Mis mejillas se sonrojan

mientras lo golpeo.

Olivia T. Turner
-Vamos a buscar un armario y te mostraré lo sucio que es este
viejo.
Mi corazón empieza a latir más rápido a medida que me aprieta

la mano. Esto es tan poco profesional. La Presidenta está aquí. Voy a
recibir el Premio Nobel de la Paz, por el amor de Dios. Pero mi sexy
esposo, el profesor, siempre se las arregla para que haga lo que él
quiera. Suspiro mientras me apoyo en su oído y susurro.
-Vi un armario al lado de los baños.
Me agarra de la mano y me arrastra. -¡Vamos!
Y voy, por supuesto que voy.
¡FIN!
86

Olivia T. Turner

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Solo se traducen y diseñan libros ya escritos por fantásticos escritores.

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Queda totalmente prohibida la comercialización del presente

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Working Under the Professor

Librería Digital, que de forma altruista y sin conocerme, me ayudó

Mil gracias por apoyarme y guiarme. Por cualquier cosa estoy a su

β Tauri Book's Constellation, por darme la oportunidad de colaborar 3

Muchas gracias por dejarme un rincón de tu casa y hacerla un poco

Hermosas Criaturas del Inframundo, por aconsejarme durante el

camino y por el apoyo moral.

Gracias por caminar conmigo.

Working Under the Professor

Para el profesor McMillan,

Querías que trabajara debajo de ti.

Estaba más que dispuesta.

Desafortunadamente, teníamos ideas diferentes de lo que eso

La mía hubiera sido mucho más divertida…

Solamente me hubiera gustado decirte…

Me diste un sobre saliente pero yo deseaba un insuficiente.

Working Under the Professor

Voy a enseñarle lo que sucede cuando tientas a un profesor

Soy su profesor y se supone que debo seguir siendo profesional. Pero

Aprenderá que su profesor es posesivo y que esperaré hasta después

¡El año escolar aún no ha terminado! Y créeme, querrás quedarte para

Working Under the Professor

-¿Que sabes sobre el profesor Gosling? -me pregunta Oliver.

-No mucho -le digo mientras caminamos por el pasillo.

Estoy sosteniendo las correas de mi mochila y jugueteando

Oliver agarra mi brazo, sus ojos están muy abiertos por la

Su entusiasmo es contagioso y no puedo evitar sonreír. Oliver es

Es mi primera semana en la Universidad de Wale y todavía no he

Vivo en el campus, en un pequeño departamento en ruinas, pero

Conocí a Oliver el primer día de clases, estaba tomando un café

-Escuché que realmente es rudo -digo, sintiendo una descarga

Working Under the Professor

-Oh, él es exigente- dice con una mueca. -También está calificado

¡Joder! Mil millones de dólares. Ni siquiera puedo imaginarlo.

Respiro profundamente, preguntándome cómo sería tener tanto

-Pero esa no es la parte más cautivadora -dice Oliver con una

Pongo los ojos en blanco mientras caminamos. No me importa

-¡Espera! -dice cuando ve lo desinteresada que estoy. -Te darás

-Es verdad -dice mientras agarra mi antebrazo. -Quinn, no tienes

Working Under the Professor

Todos los chicos en la escuela secundaria eran solo niños.

¿Cómo podría sentirme atraída por ellos? Así que agaché la

Así que, nunca he tenido sexo. Nunca he estado en primera base,

-Date prisa -dice Oliver mientras agarra mi brazo otra vez y me

Es verdad. La sala es prácticamente un auditorio y debe tener

Mi piel comienza a hormiguear de emoción cuando saco mi nuevo

Working Under the Professor

Madre mía, no puedo creer que haya tantas chicas aquí.

-Cuatro minutos -dice Oliver mientras mira su reloj. -No puedo

-No puede ser tan guapo -estoy empezando a molestarme por

Mi boca cae cuando él entra. Literalmente cae. Lo mismo ocurre

-Te lo dije -Oliver susurra mientras mira. Apenas puedo

De repente, creo en todos los rumores de chicas arrojándose a

Todos los ojos están puestos en él cuando abre su bolso de cuero

Working Under the Professor

Comienzo por sus pies y lentamente sigo mi camino hacia arriba.

Mis ojos se lanzan a su mano tatuada. Comienza en el dorso y