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Dialnet LaDistribucionDelTextoEscritoEnLaPagina 3684087 PDF
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Francisco Calles
INTRODUCCIÓN
t e r c e r n ú m e r o e s p e c i a l d e d i c a d o a l a i n v e s t i g a c i ó n 67
C o m u n i c a c i ó n V i s u a l
poética, la estética, la literatura, la psicología, la Cabe señalar que el contexto juega aquí un papel
sociología y la pedagogía, entre muchas otras disci- primordial, el texto es solamente un integrante
plinas, se han encargado de investigar diferentes del contexto en el cual aparece como mensaje; no
aspectos de la producción, la comprensión y los efec- forma parte material del contexto, pero este últi-
tos de los textos escritos. mo determina su funcionamiento y su significado.
“Los textos son constituyentes de los contextos y con-
tinuamente los transforman y remodelan” (Lyons,
EL TEXTO 1995, p. 197). El contexto, en este sentido, determi-
na la correcta interpretación del texto.
El concepto de la palabra texto posee los más di-
versos matices y eso dificulta que exista una defini- Bernárdez define el concepto de texto como:
ción universal, amén de la disparidad de criterios
conceptuales existentes. [...] la unidad lingüística comunicativa fundamental,
producto de la actividad verbal humana, que posee
Según el Diccionario Larousse de la Lengua Española siempre carácter social; así como por su coherencia
(1991), el término texto proviene de las voces lati- profunda y superficial, debida a la intención (comu-
nas textus y textura, que significan tejido. Esta a- nicativa) del hablante de crear un texto íntegro y a
fortunada metáfora nos revela al texto como una su estructuración mediante dos conjuntos de reglas:
trama continua, un conjunto de piezas interconexas las propias del nivel textual y las del sistema de la
y una estructura en la que todos los elementos se rela- lengua (Bernárdez, 1982, p. 85).
cionan entre sí para construir una unidad mayor: un
texto. Para saber cuándo se trata de un texto, debemos
conocer las intenciones comunicativas del autor y
Enrique Bernárdez, en su Introducción a la lingüís- la disposición interpretativa del receptor. Un texto
tica del texto (1982), afirma que las distintas acep- no debe considerarse sólo como el resultado de la
ciones de este término lo consideran como una uni- secuencia de unidades textuales interconexas, de
dad fundamental de la actividad lingüística del ser hecho, cualquier unidad textual puede convertirse
humano, que posee una función comunicativa y que en un texto, siempre y cuando existan las condicio-
se manifiesta en forma de sucesión coherente de nes contextuales apropiadas. El texto se ha conver-
microunidades tejidas. Se trata de una categoría tido en un concepto abstracto que corresponde
semántica y no gramatical: una categoría lingüística indirectamente al uso común del término que se
que un hablante o escritor utiliza como intermediario emplea para designar sobre todo las realizaciones
para lograr un objetivo comunicacional específico, lingüísticas escritas e impresas. Bajo esta perspecti-
mediante el cual trata de establecer una relación in- va, “las novelas, los programas de televisión, las in-
terpersonal de entendimiento sobre una situación formaciones periodísticas, las fotos y las pinturas,
determinada. El resultado de este proceso es la in- pueden ser estudiados como textos” (Vilches, 1983,
terpretación mediante la cual se logra la significa- p. 32 refiriendo a Lotman y Calabrase).
ción y el sentido del texto.
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da por Saussure. Tal postura ha desencadenado por plementarias en la comunidad lingüística (Cassany,
lo menos tres tesis diferentes sobre la relación exis- 1989). Entre las características estructurales desta-
tente entre el código oral y el código escrito. ca la aparente correspondencia en sonido y grafía
que permite transformar el lenguaje oral en escrito
En Describir el escribir, Daniel Cassany (1989) anali- y viceversa.
za estas relaciones a partir de la óptica psicolingüís-
tica de Scinto. Explica que en la relación llamada Como podemos apreciar, las tesis son diversas. La
dependiente se estima el código oral como la reali- primera se dedica a certificar un estado de someti-
zación primera y más importante del lenguaje, miento del código escrito al código oral, la segun-
mientras que lo escrito es sólo su transcripción da presenta una autonomía, en tanto que la terce-
visual. Los principales argumentos que sostienen ra defiende un paralelismo. Cada una de estas
esta tesis son el filogenético (el lenguaje oral apa- proposiciones muestra posturas interesantes para
reció históricamente antes que lo escrito) y el su investigación, lo que por el momento escapa a
ontogenético (los infantes adquieren el código oral los fines del presente estudio; no obstante, para po-
de una manera natural, mientras que el escrito lo der compararlas y diferenciarlas, resulta imprescin-
aprenden de una manera consciente). Los seguido- dible mencionar algunas de las características de
res de estos argumentos consideran que lo oral es cada código.
la manifestación natural del lenguaje y lo escrito
un mero calco cultural. Scinto afirma que ambos
códigos requieren de un determinado contexto cul- DIFERENCIAS
tural para desarrollarse y ser aprendido y, por lo
tanto, ambos requieren capacidades comunicativas El primer tipo de características se denominan con-
potenciales del individuo. Además, si bien es cierto textuales, porque se refieren al contexto de la comu-
que para adquirir el código escrito es necesario nicación: tiempo, espacio, relación entre locutores,
conocer el oral, también es verdad que una perso- etcétera. Por ejemplo, podemos decir que la percep-
na puede alcanzar un dominio tal del escrito que ción del texto escrito suele ser mucho más rápida
puede usarlo independiente del oral. que la del texto oral debido a que el canal visual
tiene una capacidad de transmisión de información
Por otro lado, y en el extremo opuesto, la relación superior al auditivo. “El lenguaje escrito se indepen-
independiente postula que el código oral y el código diza de su emisor y permanece intacto después de
escrito son totalmente independientes y que son sólo su fijación definitiva en el papel. Al contrario, la len-
dos posibles manifestaciones del lenguaje (Cassany, gua oral mantiene durante toda la emisión un con-
1989). Sin embargo, Scinto asegura que el desarrollo tacto ineludible con el hablante y es efímera por na-
histórico de la escritura no ha sido al margen de lo turaleza” (Puente, 1991, p. 199).
oral, tal es el caso de nuestra escritura alfabética
fonográfica. Por otro lado, la comunicación oral es por excelencia
inmediata en el tiempo, mientras que la escrita es dife-
Por último, la relación equipolente considera que lo rida. La existencia del discurso oral está condicionada
oral y lo escrito poseen características estructurales por el intercambio constante entre emisor y receptor,
comunes que desarrollan funciones distintas y com- donde participan una serie de recursos extralingüís-
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ticos, como la fisonomía, movimientos del cuerpo, Según lo anteriormente expuesto, existen obvias
etcétera, cuyo significado social es tan o más impor- diferencias y una supuesta correspondencia entre
tante que el mismo código verbal (Puente, 1991). Por el código oral y el escrito; sin embargo, encontra-
el contrario, el discurso escrito utiliza poco estos re- mos un número importante de bibliografía especia-
cursos extralingüísticos, como la disposición del es- lizada, como la de Goody (1985), Mac Luhan (1969),
pacio y del texto, la textura del soporte, etcétera, Anis (1983), Bertin (1973), Catach (1996), entre otros,
porque el propio autor recurre a la descripción de cuyos estudios aportan un punto de vista distinto.
algunos elementos propios del contexto situacional El común denominador de tales investigaciones
a medida que escribe el texto. consiste en marcar la falta de correspondencia exis-
tente entre las unidades del sistema fonológico y
En relación al segundo tipo de características lla- del sistema gráfico escriturario, ya que la ecuación
madas textuales (Cassany, 1997), es pertinente men- fonema=grafema es un ideal que no siempre se al-
cionar las macroestructuras y superestructuras de canza. “Si la notación gráfica de la secuencia hablada
ambos códigos y comparar las propiedades de cohe- se hubiese realizado de manera rigurosa, se habrían
rencia, cohesión y adecuación en los planos semán- tenido que registrar todas las características de los
tico, sintáctico y pragmático del texto oral y del texto sonidos perceptibles al oído por medio de unos sig-
escrito, como se ha demostrado en la investigación nos alfabéticos discretos e inequívocos. Pero el pro-
de Cassany (1997). Asimismo, es conveniente dibu- cedimiento no llegó tan lejos” (Ruiz, 1992, p. 134).
jar algunos rasgos de la aparente correspondencia Si bien es cierto que nuestra escritura alfabética tie-
de carácter físico-formal de ambos sistemas de codifi- ne en principio una orientación fonológica, también
cación concentrándonos en la relación entre sonido es verdad que tampoco refleja con fidelidad este pla-
y grafía de nuestra lengua castellana. no. En toda expresión verbal, siempre y necesaria-
mente, existe un componente no verbal, subdividi-
“El texto oral es percibido auditivamente mediante do a su vez por los lingüistas en prosódico (entona-
sonidos que se distribuyen linealmente en el plano ción, acentuación, etcétera) y paralingüístico (tono
temporal. Los signos sonoros de la lengua oral ope- de voz, ritmo, etcétera) (Lyons, 1995). En cambio, en
ran a su vez como instancias concretas de un conjun- la escritura, la mayor parte de estas estrategias de-
to de unidades abstractas conocidas como fonemas” ben ser imaginadas por el lector o en todo caso repre-
(Puente, 1991, p. 195). Los fonemas de una lengua sentadas por una escasa serie de recursos gráficos,
incluso pueden manifestarse en el habla mediante como los signos de exclamación e interrogación y
diversas realizaciones dependiendo de factores reglas de puntuación más o menos convencionales.
situacionales y espaciales; a estas variantes fone-
máticas se les conoce como alófonos (Puente, 1991). De lo dicho aquí se puede deducir que los diferen-
La unidad mínima abstracta distintiva de nuestro tes códigos (oral y escrito) son manifestaciones de
sistema de escritura se conoce como grafema, el un mismo lenguaje y cada uno de ellos cumple
cual se materializa en el plano espacial básicamen- funciones lingüísticas particulares de acuerdo a las
te como letras, mismas que pueden presentar va- distintas situaciones contextuales en que aparecen.
riantes formales denominadas alógrafos. Los sistemas de codificación textual poseen carac-
terísticas estructurales comunes; sin embargo, cada
uno tiene cierto grado de especificidad que les
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permite una relativa autonomía al momento de ser lectura y facilitan la comprensión e interpretación
estudiados por la fonología o la grafemática. Aun- del texto. El lector, en este sentido, puede compren-
que no nos concierne aquí establecer los límites de der superficialmente el texto leyendo únicamente
actuación de los lingüistas, doy por supuesto la per- los puntos destacados reconstruyendo así la macro-
tinencia del estudio de la grafemática para los espe- estructura y superestructura, para posteriormente
cialistas en comunicación visual y, en particular, para interpretar globalmente el texto.
aquellos interesados en la presentación de textos
escritos. La distribución lineal del texto escrito facilita el re-
conocimiento de las unidades empleadas para su
organización. Según Aníbal Puente (1991) los espa-
DISTRIBUCIÓN DEL TEXTO EN LA PÁGINA cios en blanco entre palabras ayudan a identificar
esta mínima unidad combinatoria, mientras que las
El texto es un artificio lingüístico-figurativo-semán- oraciones pueden distinguirse porque por lo gene-
tico. Una vez que ha sido fijado en la página se inde- ral se ubican entre dos puntos y suelen iniciarse con
pendiza y se convierte en una realidad ajena inclu- mayúsculas; a su vez las sangrías o el doble espacio
so para su autor. El lector es quien determina el indican la existencia de los párrafos.
significado del texto mediante la interpretación y
el establecimiento de relaciones con su conocimien- Las innovaciones en el terreno tipográfico han ejer-
to y experiencia (Puente, 1991) a partir de lo que cido una influencia decisiva en la presentación de
está escrito en la página. los textos. A través del tiempo se ha vuelto algo
convencional el empleo de ciertos tipos para crear
La palabra impresa no es un mero vehículo de las un verdadero código tipográfico (Blanchard, 1990)
estrategias de la oralidad a la página, es un registro constituido por un tríptico de formas y sus respecti-
diferente de la expresión verbal. La distribución del vos usos:
texto sobre la página no es un simple reparto mecá-
nico, sino un estímulo de primer orden a la hora de • Las mayúsculas –también llamadas versales o ca-
interpretar los significados implícitos en la escritura. racteres de caja alta– son la forma más antigua de
la escritura alfabética. Básicamente, tienen una fun-
La correcta organización y disposición material del ción distintiva que sirve para diferenciar los nom-
texto en la página constituye una estrategia de bres propios, señalar el inicio de una oración o de
comunicación visual que permite evidenciar las un párrafo y destacar un segmento de la cadena
estructuras globales del texto: macroestructura y gráfica.
superestructura. A este respecto Van Dijk (1996) afir-
ma que los títulos, epígrafes y resúmenes pueden • Las minúsculas –o caracteres de caja baja– son re-
expresar una parte de la macroestructura o tema sultado de la rápida ejecución de las formas mayús-
principal, mientras que el uso de subtítulos, cursi- culas en la escritura manual. Tienen un valor deno-
vas o negritas pueden presentar indicaciones sobre tativo: son los caracteres básicos del texto corriente
el tipo de texto o superestructura. La manifestación o cuerpo de texto.
gráfica de ambas estructuras es importante por ra-
zones cognitivas, porque organizan el proceso de
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• Las cursivas –bastardillas o itálicas– son consecuen- sitiva, la organización de los conceptos, el estable-
cia de la rapidez en la ejecución manual de las mi- cimiento de categorías y la coherencia entre el todo
núsculas. Por oposición a la inclinación de las minús- y sus partes (Ruiz, 1992).
culas, las cursivas sirven para resaltar una secuencia
dentro del cuerpo de texto, como títulos de libros, En el proceso de significación existe la posibilidad
publicaciones u obras de arte. También se emplean de incluir voluntaria y deliberadamente recursos
en la composición de citas textuales. gráficos (no verbales) que suplementen y comple-
menten al texto. “Las obras impresas, a primera vis-
Aparte de este tríptico básico de formas, otras cua- ta, asépticas, neutras e impersonales, no son tales”
tro variables tipográficas –el peso (ligera, mediana, (Ruiz, 1992, p. 257). El papel, su textura y formato;
negrita...); el ancho (condensada, regular, extendi- los blancos de la página, la fuente tipográfica, la
da... ); el tamaño y el color– se suman a la enorme fuerza del cuerpo e interlínea; las ilustraciones y
cantidad de fuentes y familias que conforman el demás recursos gráficos (paralingüísticos) presen-
amplísimo repertorio tipográfico, y que en determi- tes en la composición son elementos que determi-
nado momento posibilitan la configuración de un nan el sentido global del texto.
texto claramente diferenciado.
articular esta lectura, comprensión e interpretación, Diccionario Larousse de la Lengua Española. (1991). España:
Larousse.
es necesario saber aprovechar al máximo el poten-
Godoy, J. (1985). La domesticación del pensamiento salvaje.
cial semántico que nos ofrece el texto a lo largo de Madrid: Akal.
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