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Individualización de Audiencia de lectura de sentencia.

Fecha Viña del Mar, veinticinco de octubre de dos mil veinte.


Juez Redactor Claudio Correa Zacarías (vía remota)
Fiscal Vivian Quiñones Antivilo por Paola Rojas Caro (vía remota)
Defensor Guillermo Améstica Zavala (vía remota)
Querellante Carlos Oliva Ballón (vía remota)
Querellante Rita Díaz Torres (vía remota)
Querellante Andrés Lagos Levancini (vía remota)
Acusado JOHN MACAREWICH COBIN (preso – comparece vía remota)
C.I. 14.638.755-1
Domicilio Sector Reñaca, José Suárez N°185 casa Nº 1, Viña del Mar
Hora inicio 10:03 AM
Hora termino 10:09 AM
Sala 2 (virtual)
Tribunal Tribunal de Juicio Oral en lo Penal Viña del Mar.
Audio // Tramitación Carlos Galassi // Yasna Peñailillo
RUC 1901211941-3
RIT 145 - 2020
Se notifica la presente audiencia a los intervinientes, conforme al artículo 30 del Código Procesal
Penal.

Actuaciones efectuadas
Se deja constancia que la presente audiencia se desarrolla en modalidad remota con el Juez Presidente;
intervinientes señalados precedentemente, y funcionarios encargados de Acta.

ACTUACIONES EFECTUADAS:
Lectura de sentencia.

Dirigió la audiencia US. CLAUDIO CORREA ZACARÍAS, Juez Titular del Tribunal
de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar.

Registro íntegro de la audiencia se guarda en formato de audio, según acuerdo de pleno de la


Excelentísima Corte Suprema de fecha 28 de Enero de 2002 y de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 39 y 41 del Código Procesal Penal.

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MINISTERIO PÚBLICO DE VIÑA DEL MAR c. JOHN MACAREWICH COBIN.
DELITO: HOMICIDIOS FRUSTADOS (2); INFRACCIÓN LEY DE SEGURIDAD INTERIOR
DEL ESTADO; INFRACCIÓN LEY DE SEGURIDAD INTERIOR DEL ESTADO.

Tabla de contenido
PRIMERO. TRIBUNAL E INTERVINIENTES ............................................................................................ 3
SEGUNDO. LA ACUSACIÓN FISCAL ..................................................................................................... 3
TERCERO. ACTUACIÓN DE LOS QUERELLANTES .................................................................................. 5
CUARTO. CONVENCIONES PROBATORIAS .......................................................................................... 7
QUINTO. EXPOSICIONES DE APERTURA ............................................................................................. 7
SEXTO. DECLARACIÓN DEL ACUSADO ...............................................................................................10
SÉPTIMO. PRUEBAS RENDIDAS EN JUICIO .........................................................................................10
OCTAVO. EXPOSICIONES DE CIERRE................................................................................................ 129
NOVENO. HECHOS PROBADOS ....................................................................................................... 142
DÉCIMO. CONSIDERACIONES PREVIAS ............................................................................................ 142
UNDÉCIMO. DINÁMICA GENERAL DE LOS HECHOS.......................................................................... 143
DUODÉCIMO. HOMICIDIO FRUSTRADO DE AHUMADA VILLEGAS: ................................................... 151
DÉCIMO TERCERO. HOMICIDIO TENTADO MOLINA MEZA ............................................................... 154
DÉCIMO CUARTO. EL DOLO EN LOS DOS DELITOS DE HOMICIDIOS .................................................. 158
DÉCIMO QUINTO. DISPAROS INJUSTIFICADOS CON ARMA DE FUEGO ............................................. 162
DÉCIMO SEXTO. PARTICIPACIÓN DEL ACUSADO EN LOS HECHOS .................................................... 163
DÉCIMO SÉPTIMO. CALIFICACIÓN JURÍDICA, PARTICIPACIÓN, E ITER CRIMINIS ................................ 165
DÉCIMO OCTAVO. FRUSTRACIÓN Y TENTATIVA EN LOS HOMICIDIOS .............................................. 166
DÉCIMO NOVENO. ABSOLUCIÓN POR EL DELITO DE DESORDENES PUBLICOS................................... 169
VIGÉSIMO. PRUEBA DE BAJA RELEVANCIA ...................................................................................... 171
VIGÉSIMO PRIMERO. PRUEBA DE LA DEFENSA................................................................................ 177
VIGÉSIMO SEGUNDO. SITUACIÓN DE AMENAZA O PELIGRO VIVIDA POR EL ACUSADO .................... 180
VIGÉSIMO TERCERO. OTRAS ALEGACIONES DE LA DEFENSA ............................................................ 184
VIGÉSIMO CUARTO. ALEGACIONES Y ANTECEDENTES PARA LA DETERMINACIÓN DE LA PENA ......... 189
VIGÉSIMO QUINTO. MODIFICATORIAS DE RESPONSABILIDAD......................................................... 191
VIGÉSIMO SEXTO. DETERMINACIÓN DE LAS PENAS Y FORMA DE CUMPLIMIENTO ........................... 194
PARTE RESOLUTIVA: ...................................................................................................................... 195

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MINISTERIO PÚBLICO DE VIÑA DEL MAR c. JOHN MACAREWICH COBIN.
DELITO: HOMICIDIOS FRUSTADOS (2); INFRACCIÓN LEY DE SEGURIDAD INTERIOR
DEL ESTADO; INFRACCIÓN LEY DE SEGURIDAD INTERIOR DEL ESTADO.
RUC: 1901211941-3.
RIT: 145-2020.

Viña del Mar, veinticinco de octubre de dos mil veinte.

Visto, oído y considerando:

PRIMERO. TRIBUNAL E INTERVINIENTES: Entre los días 28 de septiembre y 16 de octubre


pasados, ante esta sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar, se llevó a efecto la
audiencia del juicio oral en la presente causa, seguida en contra de JOHN MACAREWICH COBIN,
cédula nacional de identidad Nº 14.638.755-1, chileno, nacido en Santa Mónica California, EEUU el 10
de marzo de 1963, de 57 años de edad, casado, economista, domiciliado en José Suarez N° 185, dpto.
1, Viña del Mar.
El acusado estuvo legalmente representado en juicio por el defensor penal público Guillermo
Améstica Zavala.
Sostuvo la acusación el Ministerio Público representado por Paola Rojas Caro.
Fueron partes querellantes en esta causa, la Intendencia Regional de Valparaíso y Luis Jesús
Ahumada Villegas. La primera querellante, fue representada en juicio por el abogado Andrés Lagos
Levancini. La segunda, fue representada en juicio por los abogados Carlos Oliva Ballon y Rita Díaz
Torres.
SEGUNDO. LA ACUSACIÓN FISCAL: La acusación fiscal se deduce por los siguientes hechos:
“Con fecha 10 de noviembre de 2019, en el marco del estallido social iniciado el 18 de octubre
de 2019 en nuestro país y habiendo sido convocada por redes sociales una manifestación masiva en la
playa del sector de Reñaca, Viña del Mar, bajo el nombre de “lxs flaites pa’reñaca” y “la marcha de las
marraquetas”, el residente del sector John Cobin en horas de la tarde, salió de su domicilio ubicado en
José Suarez N° 185, casa 1, Reñaca, Viña del Mar premunido de una pistola marca Sig Sauer, modelo
P229, calibre .40 S&W, serie AE40806 y municiones del mismo calibre, cuya tenencia se encuentra
inscrita y sin mantener autorización de porte se dirige a bordo de su camioneta marca Mahindra
modelo Hawk, PPU HBGF.15 al centro de Reñaca donde se encontraba convocada la manifestación.
Luego, encontrándose ya en el centro de Reñaca donde había unas 5.000 personas reunidas a
las 17:00 horas aproximadamente, Cobin transita en su camioneta vistiendo un chaleco reflectante
color amarillo por Avenida Borgoño hacia Avenida Ignacio Carrera Pinto donde se desarrollaba la
dinámica “el que baila pasa” encontrándose ahí detenido el vehículo marca Citroen modelo Picasso

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color gris que lo antecedía, cuyo conductor descendió a bailar conjuntamente con los manifestantes
entre los que se encontraba Luis Jesús Ahumada Villegas, por lo que el imputado debió detener su
marcha y asimismo el vehículo que venía detrás suyo marca Hyundai, color rojo, PPU RR7385.
Una vez reiniciada la circulación vehicular, John Cobin acelera su vehículo con peligro de
atropello a los manifestantes que estaban en la calzada y se detiene unos metros más adelante
comenzando a acercarse los manifestantes a la camioneta y siendo ese el momento en que se abre la
puerta del conductor y desde el interior, John Cobin dispara la pistola que portaba en contra de los
manifestantes e impacta a Luis Jesús Ahumada Villegas en su muslo izquierdo ocasionándole: “herida
por proyectil de arma de fuego en el 1/3 proximal muslo izquierdo no complicada” de carácter grave,
que tardan en sanar 2 a 3 meses con similar tiempo de incapacidad laboral.
El imputado Cobin luego de ello, reinicia la marcha para detenerse nuevamente unos 90 metros
más adelante, donde no había manifestante alguno a su alrededor, desciende del vehículo con su arma
en las manos, apunta y dispara en contra de los manifestantes. En razón de ello, un sujeto de identidad
desconocida debió protegerse detrás de un automóvil KIA color blanco estacionado en la vereda
oriente logrando esquivar los disparos que igualmente impactaron en la parte delantera izquierda del
vehículo que venía detrás suyo marca Hyundai, modelo Accent, PPU RR.7385, conducido por Daniel
Molina Meza y Nieves Pinto Campos como copiloto, quienes resultaron ilesos.
Acto seguido, Cobin aborda nuevamente su camioneta y al iniciar la huída, el sujeto de
identidad desconocida a quien momentos antes le disparó, lanza un objeto contundente (al parecer una
piedra) contra las ventanas del móvil fracturando el vidrio lateral delantero derecho. Por su parte,
Cobin nuevamente dispara su arma, esta vez en dirección a la playa donde había gran cantidad de
personas reunidas, huyendo raudamente del lugar por calle Ignacio Carrera Pinto.
A consecuencia de estos hechos de violencia ejecutados por el imputado, la gran cantidad de
personas que se encontraban reunidas en el lugar, iniciaron barricadas incendiarias, causaron
cuantiosos daños e incendios en locales comerciales, destruyeron bienes de propiedad pública y privada
del sector de Reñaca, situación que se prolongó hasta altas horas de la noche, causando conmoción
pública a nivel nacional, alterando gravemente la tranquilidad pública”.
Para el acusador fiscal, los hechos son constitutivos de los siguientes delitos:
a)Del de homicidio, respecto de Luis Ahumada Villegas, prescrito y sancionado en el artículo 391 N°
2 del Código Penal, en grado de frustrado, en al que le correspondido participación al acusado como
autor, en los términos del artículo 15 N°1 del Código Penal;
b)Del de homicidio, respecto de Daniel Molina Meza, 391 N° 2 del Código Penal, en grado de
frustrado, en al que le correspondido participación al acusado como autor, en los términos del artículo
15 N°1 del Código Penal;

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c)Del de disparar injustificadamente armas de fuego en la vía pública, previsto y sancionado en el
artículo 14 D de la ley 17.798, en grado de consumado, en al que le correspondido participación al
acusado como autor, en los términos del artículo 15 N°1 del Código Penal y
d)Del de ejecutar actos de violencia destinado a alterar la tranquilidad pública, previsto y sancionado en
el artículo 6 A de la ley de seguridad interior del estado, ley Nº 12.927, en grado consumado, en al que
le correspondido participación al acusado como autor, en los términos del artículo 15 N°1 del Código
Penal.
Conforme a la acusación, concurriría una atenuante, la de irreprochable le conducta anterior,
del artículo 11 N° 6 del Código Penal, sin que le perjudique ninguna agravante.
En consideración a lo anterior, la acusación fiscal solicita las siguientes penas:
i. Por los dos delitos de homicidio frustrado, una pena de doce años de presidio mayor en grado
medio, accesorias del artículo 28 del Código Penal, se le condene al pago de las costas de la
causa y se decrete según lo prescrito en el artículo 24 del Código Penal y 45 y siguientes del
Código Procesal Penal y comiso de la evidencia material signada en los números 2, 3, 4 y 5 del
auto de apertura.

ii. Por el delito del artículo 14 D, de la ley 17.798, sobre control de armas, una sanción de cuatro
años de presidio menor en grado máximo, accesorias del artículo 29 del Código Penal y se le
condene al pago de las costas y

iii. Por el delito del artículo 6º de la ley de seguridad interior del Estado, se solicita la de quinientos
cuarenta días de presidio menor en grado mínimo, las accesorias del artículo 30 del Código
Penal, se le condena al pago de las costas de la causa y se decrete el comiso de la evidencia
material signada en el número 2, 3, 4 y 5 del auto de apertura.

TERCERO. ACTUACIÓN DE LOS QUERELLANTES: Se deja constancia que, la parte


querellante Intendencia Regional de Valparaíso, se adhirió a la acusación presentada por el Ministerio
Público.
A su vez, el querellante Luis Ahumada Villegas, presentó acusación particular, por los
siguientes hechos y en los términos siguientes:
“Con fecha 10 de noviembre de 2019, en el marco del estallido social iniciado a mediados de
octubre de 2019 en nuestro país y habiendo sido convocada por redes sociales una manifestación
pacífica masiva en la playa del sector de Reñaca, Viña del Mar, bajo el nombre de “lxs flaites pa’reñaca”
y “la marcha de las marraquetas”, la cual tuvo un gran convocatoria de ciudadanos el residente del
sector John Cobin en horas de la tarde, salió de su domicilio ubicado en José Suarez N° 185, casa 1,
Reñaca, Viña del Mar premunido de una pistola marca Sig Sauer, modelo P229, calibre .40 S&W, serie
AE40806 y municiones del mismo calibre, cuya tenencia se encuentra inscrita y sin mantener
autorización de porte se dirige a bordo de su camioneta marca Mahindra modelo Hawk, PPU

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HBGF.15 al centro de Reñaca donde se encontraba convocada la manifestación. Con la clara intensión
de atacar a los manifestantes. Pues el acusado no sólo no comparte las motivaciones de quienes
concurrieron a esta marcha, sino que además las aborrece, incitando previamente y usando redes
sociales, en especial la aplicación Youtube a realizar actos explícitos de violencia en contra de todos
quienes usen su derecho a manifestarse. En definitiva incitando abiertamente al odio. Llamando
incluso a sus simpatizantes a “eliminar esta plaga” Es así que , encontrándose ya en el centro de Reñaca
donde había unas 5.000 personas reunidas a las 17:00 horas aproximadamente, el acusado transita en
su camioneta vistiendo un chaleco reflectante color amarillo por Avenida Borgoño hacia Avenida
Ignacio Carrera Pinto donde algunas personas desarrollaban la dinámica “el que baila pasa”
encontrándose ahí detenido el vehículo marca Citroen modelo Picasso color gris que lo antecedía, cuyo
conductor descendió a bailar conjuntamente con los manifestantes, entre los que se encontraba
obserabdo la victima don Luis Jesús Ahumada Villegas, por lo que el imputado debió detener su
marcha y asimismo el vehículo que venía detrás suyo marca Hyundai, color rojo, PPU RR7385.
Una vez reiniciada la circulación vehicular, el acusado acelera su vehículo con peligro de
atropello a los manifestantes que estaban en la calzada y se detiene unos metros más adelante
comenzando a acercarse los manifestantes, quienes se encontraban desarmados, pues recordemos era
una manifestación pacífica, siendo ese el momento en que se abre la puerta del conductor y desde el
interior, el acusado intenta matar indiscriminadamente a las personas, para ello dispara la pistola calibre
0.40 marca Sig Sauer, modelo P229 que portaba en contra de los manifestantes desarmados e impacta a
Luis Jesús Ahumada Villegas en su muslo izquierdo ocasionándole: “herida por proyectil de arma de
fuego en el 1/3 proximal muslo izquierdo no complicada” de carácter grave, que en principio deberían
tardar en sanar 2 a 3 meses con similar tiempo de incapacidad laboral.
Sin embargo don Luis Jesús Ahumada Villegas ha gestionado a lo menos 4 licencias médicas de
21, 14, 21 y 7 días haciendo un total de 63 días, actualmente se encuentro con sesiones suspendidas
con la psicóloga por la contingencia sanitaria, y alcanzo a ir a 5 sesiones la cual la psicóloga me indica
mínimo 12 sesiones para hacerme un informe. Y poder además superar el impacto que significo
sobrevivir a un intento de homicidio motivado exclusivamente por el odio
Dicha acción, la de disparar a mansalva hacia los manifestantes, con intención de matar, fue
captada por muchas personas, por medio de sus celulares, donde se aprecia el dolo homicida del
hechor(.)
Acto seguido y al ver frustrada su intención de matar, decide huir raudamente a su domicilio,
lugar donde minutos más tarde fue detenido por personal policial, encontrando los elementos para
cometer el delito de homicidio, no conforme con ello, y antes de su detención, el acusado, usando de
nuevo las redes sociales – en ese caso la aplicación Youtube- y a efectos de distraer y confundir a la
opinión pública, publica un video donde asegura que habría sido víctima y que solo había obrado en

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legítima defensa. Reiterando el discurso de odio hacia todos quienes no comparten sus creencias y
doctrinas”.
Para el acusador particular, los hechos descritos serian constitutivos de homicidio respecto de
Luis Ahumada Villegas, prescrito y sancionado en el artículo 391 N° 1, con circunstancia de alevosía,
del Código Penal, en grado de frustrado. El acusado habría participado en los hechos como autor, en
los términos del artículo 15 Nº1 del Código Penal. Se señala en la acusación particular que le
beneficiaría la atenuante del artículo 11 N° 6, perjudicándole a su turno la agravante del artículo 12 N°
21, ambas del Código Penal. Considerando todos los elementos reseñados, la acusación particular
solicita la pena de quince años de presidio mayor en grado medio, accesorias del artículo 28 del Código
Penal, se condene al pago de las costas de la causa y se decrete el comiso de la evidencia incautada, la
que no singulariza.
CUARTO. CONVENCIONES PROBATORIAS: No se concordaron.
QUINTO. EXPOSICIONES DE APERTURA: La fiscalía expuso que se inicia un juicio que será
largo y con mucha prueba, lo que no es casualidad. Acreditará los hechos conforme están expuestos en
la acusación. Esto comienza antes del día 10 de noviembre, en la relación de la acusación. Señala que
investigar es determinar qué pasó. Existe un autor único, que se autodenomina y caracteriza con una
singularidad especial, como “un chaleco amarillo”. Existe abundante prueba testimonial, pericial,
abundante prueba de otros medios, fotografías, videos. Hoy no es fácil cometer un delito y no ser
captado. Eso le paso a Cobin. Aunque se lo pretenda esconder en la imagen de un hombre de casi 60
años y enfermo, eso fue lo que ocurrió. Les cabe probar hechos y una vez rendida la prueba entiende
que el tribunal debe operar con el concepto de subsunción para determinar los ilícitos cometidos en
esta causa. Cree que no es debatible la participación, nunca lo ha sido. Tampoco han sido materia de
debate los hechos. Entiende que la investigación ha permitido que la propuesta fáctica de esta
acusación hoy no sea contrastable. Invita a conocer los hechos que efectivamente ocurrieron, para
precisamente determinar qué pasó más tarde en ese lugar. Determinarán también los hechos anteriores,
del señor Cobin, el que no pudo borrar algunos de los videos que había subido. Entiende que probará
la participación del acusado en dos delitos de homicidio. Afirma que, por fortuna, el grado de
desarrollo del delito es de frustrado. Asimismo, se ha imputado el disparar armas de fuego en la vía
pública, como delito consumado, y la ejecución de actos de violencia que alteran la seguridad pública,
ilícito previsto en la ley de seguridad interior del Estado. Estos últimos en grado de consumados. Pide
que una vez terminada la audiencia se dicte sentencia condenatoria en los términos propuestos.
El querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), expresó que éste no es un delito político. El acusado no es turista ni
representa a una potencia extranjera. Es chileno. No posee ninguna patología que limite su capacidad
de comprensión, por tanto está consciente de los hechos. El día 10 de noviembre tuvo la oportunidad
de materializar lo que él había declarado. Disparó a una multitud de hombres, mujeres y niños, huyó

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del lugar y finalmente, se hizo aparecer como víctima. Pide que se lo condene con expresa mención de
obrar agravado por la agravante del artículo 12 Nº 21, para que nunca mas el odio de unos chilenos
afecte a otros.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andres Lagos Levancini), señaló que con fecha 10 de noviembre, en el contexto del “estallido
social”, el imputado a bordo de su vehículo, en el contexto de declaraciones radiales previas (sic), toma
su móvil y se dirige al sector de la marcha, y al ser acorralado, por esta dinámica de “el que baila pasa”,
dispara tres veces en contra de la multitud, que estaba protestando pacíficamente. Agrega que causó,
por fortuna, sólo una lesión de mediana gravedad en la víctima Luis Ahumada Villegas. Cree que es
homicidio, ya que los disparos fueron directamente en contra de la multitud. A raíz de ello, la marcha
que era pacífica a ese momento, se descontroló, los manifestantes a raíz de estos hechos, instalan
barricadas, destruyen propiedad pública y privada, lo que se mantuvo hasta altas horas de la
madrugada. Cobin es un ciudadano de origen nortemaericano, culto, daba clases universitarias, portaba
un arma inscrita, sin el correspondiente porte en su vehículo (sic). Esto agrava más la responsabilidad
de Cobin. Esto agrava los hechos, ya que él, como hombre letrado, tiene claro lo que significa portar
un arma. Cree que esas circunstancias no se daban. Cree que en el juicio, la teoría de la defensa, será
convencer al tribunal que el acusado tiene una menor responsabilidad en los hechos, ello por su origen
americano y por la costumbre de ocupar armas en espacios públicos. Sin embargo, cree que con los
medios de prueba, se podrá acreditar más allá de toda duda, que la responsabilidad del acusado en los
hechos, su ánimo doloso y el origen de los desmanes. Concluye señalando que no quedará otra
alternativa que dictar veredicto condenatorio. Pide se condene a las penas del libelo acusatorio.
La defensa expone que son varios los aspectos a revelar para ser tomados en cuenta en la
presente causa.
El primero, dice relación con establecer cuáles han sido las consecuencias de los actos que se
atribuyen a su representado y aquello que podrán acreditar el Ministerio Público, la defensa y los
querellantes. Sostiene que, producto de la situación que se ha descrito a través de una larga relación de
hechos, el único resultado dañoso es el de una persona herida en un muslo, con un disparo que tiene
una dirección ascendente, quien fue dada de alta a las pocas horas después de la atención de urgencia
en el Hospital Gustavo Fricke. Todo ello, de acuerdo con los hechos de la acusación.
Son varios los aspectos que van a incidir en la resolución de la presente causa. En términos
jurídicos, esto esta inmerso en lo que se denominado periodística o sociológicamente como “estallido
social”, que ha tenido como consecuencia la realización de modificaciones legislativas, tendientes
sancionar determinadas conductas que concurren en la especie, y que no son las conductas que se le
atribuyen a su representado. Está dentro de un contexto desde el mes de octubre del año pasado,
circunstancias en las cuales los propios hechos destacados con comillas en el libelo acusatorio fiscal

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son aquellos que deben ser analizadas con detalle: “la marcha de las marraquetas”, “los flaites a
Reñaca”, “el que baila pasa”.
Argumenta que no es baladí el tenor de las convocatorias, el tenor de las invitaciones a
manifestarse, tampoco es un misterio cómo reaccionaron los residentes de esa localidad, dentro de esta
lucha de clases planteada en el transcurso del “estallido social”. El ánimo no era festivo, no lo era
desde el 18 de octubre, cuando se quemó el metro, y tampoco aquel en que se desarrollaron las
movilizaciones sociales desde esa fecha y hasta el verano o después.
Afirma que, como bien lo señala el querellante, su representado, en la esquina donde está el
retorno de Reñaca hacia Viña del Mar, fue acorralado por un mar de personas que estaban realizado
una dinámica de hechos que el 30 de enero del año en curso se transformó en un delito, por
disposición de la ley 21.208, tipificándose como delito la interrupción del tránsito y que se conoció
como “el que baila pasa”. La prueba vinculada con fotografías y videos dan cuenta de aquello. No fue
una situación lúdica. Pide especial atención a la precisión y coherencia de la prueba, en cuanto a
versiones acerca de qué es lo que estaban haciendo los testigos al momento de los hechos y qué es lo
que gatilla la reacción del acusado, que es un disparo al piso, en una acción reactiva a este
acorralamiento en el cual se encontraba.
Hace una invitación jurídica, al tenor de lo previsto en el artículo 297 Código Procesal Penal, lo
que va a exigir ejercicios lógicos y la experiencia, después del 18 de octubre hacia delante. Tratar de
eliminar conceptualmente la idea de una posición política, atribuyendo una particular amistad o
enemistad con los grupos en pugna, resulta irrelevante y choca con los principios de la lógica y las
máximas de la experiencia.
El segundo aspecto jurídico que la defensa resalta, dice relación con cómo se debe construir
típicamente un delito que se encuentra en un grado de desarrollo imperfecto. Es decir, qué tipo de
dolo se exige para estar en presencia de una frustración, lo que debe vincularse con los conocimientos
científicamente afianzados y se acreditará que los disparos fueron efectuados al piso, no sólo con su
prueba, sino que el tribunal no hallará mayores diferencias en cuanto al contenido de la prueba pericial
rendida por la parte acusadora y defensa. Los informes serán contestes, las diferencias estarán en las
conclusiones. No sólo quedará asentada una duda razonable acerca de la forma que ocurrieron a los
hechos, sino que quedará acreditado que eran disparos disuasivos dirigidos al piso, por lo que no se
está en presencia de homicidio frustrado.
Lo anterior va a impactar en la justificación o no justificación de los otros disparos, si es que
existieron, y quien seria el autor de estos atentados a la seguridad pública, de acuerdo con la ley de
seguridad interior del estado, esto no se inicia a las 5 de la tarde, esto se inicia antes, a las 2, a las 12,
días antes, cuando se hacen las convocatorias.
Señala que más allá de la construcción típica de los ilícitos que pueden o no concurrir en la
especie, adelanta no concurre homicidio frustrado, en caso uno ni en el caso dos. Hay que tener

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presente circunstancias contextuales, que incluso exceden el contenido de la acusación, que podrían
configurar alguna de las circunstancias del artículo 10 o de aquellas del artículo 11 del Código Penal.
“El que baila pasa” no es una situación de la que exista una sola forma de reacción para todas
las personas que se vean enfrentados a ello, según la concepción de lo que significa y la voluntad, tanto
así, que dos meses después el legislador tipifica como delito tales conductas.
Sobre su representado y quien es, expone que la primera aproximación social en la que se
forma una persona no son los mismos en un país en el que se aseguran constitucionalmente ciertos
derechos y garantías, que son distintos a los que tenemos en el país. Los expertos responderán si se
modifica tal concepción después de varios años de residencia el país. Señala que es importante tener en
cuenta a qué se dedica, señala que no ha tenido contacto previo con el delito. Se derribarán uno a uno
los mitos que se han construido a en torno a su figura. No se trata de derecho penal de autor.
Lo cierto es que es que los mismos funcionarios policiales que llegan a su domicilio, entregarán
una versión distinta a lo que se plantea de escape, minutos después de los hechos, ya que entrega a la
policía una serie de elementos con los que colabora con la investigación y serán exhibidos en la
audiencia .
No puede predicarse que ninguno de los hechos contenidos en la acusación fiscal o particular
hayan sido causados por su representado, deberá hacerse un ejercicio de subsunción para ver si se está
frente a algún tipo de delito, adelanta que - a su juicio - no se está, o si concurren elementos sobre la
base de hechos y no prejuicios que puedan poner en jaque dicha posición.
Deberá analizarse no sólo lo realizado por su representado sino también por las demás
personas presentes en el lugar de los hechos
Concluye señalando que será la rendición de la prueba la que podrá aportar los elementos
fácticos a los que corresponderá aplicar el derecho, si es que hubiese de aplicar uno distinto a la
presunción de inocencia del acusado.
SEXTO. DECLARACIÓN DEL ACUSADO: Advertido el acusado de conformidad a lo prevenido
en el artículo 326 del Código Procesal Penal, se abstuvo de efectuar declaraciones en el juicio.
SÉPTIMO. PRUEBAS RENDIDAS EN JUICIO: Se rindieron en el juicio, las siguientes
probanzas, cuyo contenido sintético es el que sigue:
a)Declaración del testigo Jorge Guzmán Rojas, capitán de Carabineros de Chile, a la fiscal señala
que es el jefe de la Sección de Búsqueda y Encargo de Vehículos de Valparaíso (en adelante SEBV).
Señala que ellos dieron cumplimiento a la orden de investigar de la causa en comento. Esta
causa, cuando la recibieron, fue con antecedentes previos. El informe policial de la Brigada de
Homicidios, cuyos datos señala, contenía la declaración de personal aprehensor, explicaba la dinámica
en que se detuvo al imputado, el que habría realizado, el 10 de noviembre de 2019, una determinada
cantidad de disparos, uno de los cuales lesionó a Luis Ahumada Villegas en calle Ignacio Carrera Pinto.
Contenía la declaración de Luis Ahumada, en que se indicaba que había concurrido al Sector 3 de

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Reñaca, con un amigo; señalaba que a esos de las 16:30 horas, va al baño, cruza Ignacio Carrera Pinto a
los locales comerciales, cruza la parte trasera y escucha un estruendo, el que alude como dolor en el
muslo, percatándose que le habían disparado y que había sido herido.
La segunda declaración era de Jaime Soto Herrera, que ratificaba los dichos del primero. La
única diferencia entre las declaraciones, era que don Jaime manifestaba que habían respondido a la
convocatoria de marcha.
También estaba en el Informe Balístico Nº193, el que establece los hallazgos de determinada
evidencia en la camioneta marca Mahindra, Hawk, año 2014, P.P.U. HB-GF15. En el interior se
encontraron primeramente 30 municiones sin percutir, calibre .40, y .29 sin percutir, 9 mm. Estaba en
la parte baja en el suelo del conductor. En el suelo de la camioneta encuentran una vainilla calibre .40
percutida. Se señalan las armas entregadas voluntaria del imputado a la detención. Se entrega un arma
Sig Sauer P229, serie Nº40806, calibre .40, la cual con las pericias realizadas, es identificada como el
arma que percutió la vainilla encontrada en la camioneta. Así también se refería a la incautación de 4
armamentos, dos pistolas HK, una calibre .40 mm., otra .9 mm, y dos pistolas Smith & Weasson, una 9
mm. y otra .22.
Viene adjunto a dicho informe OFAN, Oficina de Análisis, Nº94, de 11 de noviembre de 2019.
El informe viene adjunto a proceso, pero desde ahí se inicia la investigación. Primero comienza
la toma de declaración a Jorge Uribe Zapata, sargento primero de Carabineros, de la SEBV. Estaba de
servicio informativo el día de los hechos, en el sector de Reñaca, por la marcha. En la declaración del
sargento, permite extraer determinados puntos vitales. El sargento Uribe entrega determinados puntos
importantes, primero el horario. Establece que estaba de servicio en Reñaca, en la playa Sector Tres, al
costado de Ignacio Carrera Pinto, donde habían 4.000 o 5.000 personas, sin realizar mayores desmanes.
A las 17:00 horas, comienzan a realizar “el que baila pasa” en Borgoño con Ignacio Carrera Pinto. A
esa hora escucha dos detonaciones de disparos, lo que lo hace girar hacia donde se había producido el
ruido y se percata a unos 15 o 20 metros que había una camioneta, Mahindra, en que la gente gritaba
que estaba armado (sic), camioneta que acelera, se detiene en la intersección de calle Las Brisas, frente
a la inmobiliaria Kaufmann, lugar donde el conductor se baja, desciende el conductor, identifica a una
persona de 60 o 70 años, de pelo cano, que portaba un chaleco amarillo, quien realiza dos disparos
contra el sentido del tránsito, en dirección a avenida Borgoño, para posteriormente subir a la
camioneta, avanzar un par de metros y generar un último disparo hacia la playa. El funcionario
identifica que es un arma de fuego, logra apreciar la extensión del brazo hacia mano derecha.
Jorge Uribe Zapata estaba de servicio informativo, o sea de civil, sólo para entregar
información. Corrobora que la víctima estaba en condiciones y que la gente lo tomaba para llevarlo al
hospital Gustavo Fricke. Entrega información a la unidad, la P.P.U. que le otorgan las mismas
personas que estaban en el lugar. Le informan de vuelta que correspondía a la camioneta
Mahindra, a nombre de Pamela Sepúlveda, con domicilio en José Suarez 185, Viña del Mar.

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Con estos antecedentes, además le envían la fotografía a Uribe, por mensajería, de la pareja de
la señora Pamela. Uribe pudo identificarlo, a la persona de la foto, como un sujeto similar a la persona
que descendió y que realizó los disparos y que se habría retirado del lugar. El funcionario sale del área
de operaciones, toma su vehículo, concurre al domicilio de José Suarez 185. Se pierden en primera
instancia, por lo que demoran unos 45 o 50 minutos. El estaba en compañía del cabo 1º Luis Corahil
Salinas. Cuando llegan al sector, se percatan que estaba estacionada una camioneta con las mismas
características, la que logran individualizar por un anti-vuelco negro que tenía, que era una parrilla
negra. Era un anti-vuelco artesanal. La logra identificar [a la camioneta] Uribe. Se percatan que el
vehículo se encontraba con la P.P.U. oculta detrás de un trozo de terciado de madera. La camioneta
estaba dentro del inmueble. La placa patente trasera estaba oculta con un trozo de madera.
Uribe y ese personal, estaban como “informativos”, por lo que no portaban armamento. Por lo
anterior, solicitaron personal auxiliar. Al lugar llega personal de la Brigada de Robos de Con Con, de la
Policía de Investigaciones de Chile (en adelante P.D.I.). El sargento se presenta con el funcionario a
cargo de la policía y son ellos (los funcionarios de la P.D.I.) los que toman el procedimiento de
detención.
Con esto comienzan el proceso investigativo, por ello la primera diligencia aparte de la
declaración, es el rastreo por diversas redes sociales, páginas de noticias, pudiendo subdividir este
rastreo en tres áreas. La pagina web Sitio del Suceso, otra llamada Alerta Noticias, ambas son de
noticias locales. Además [se revisaron] redes sociales en general. Se logran obtener 10 videos.
Cuando habla de “rastreos” quiere decir ingresar a través de un computador fiscal, rastrear
videos, para descargarlos para su posterior análisis. Se descargaron 10 video en formato mp4, y 5
imágenes en formato jpg.
Estos videos se revisan y analizan de forma completa, lo que permite sacar cinco variables,
primero poder situar al lesionado en los videos. Luis estaba en los videos, vistiendo una polera azul,
con la leyenda Puma en su pecho, la cual tenía un fondo blanco con rojo, pantalones cortos, color
negro y zapatillas color negro. El análisis completo permite identificarlo, ver qué dinámica realiza,
pudieron establecer que estaba en Ignacio Carrera Pinto con avenida Borgoño. Estaba participando de
“el que baila pasa”. Es la primera persona que trata de detener la camioneta, estaba participando del
grupo, se logra establecer que la camioneta al ser detenida acelera, para traspasar “el que baila”, ya que
se estaba cerrando. “El que baila pasa” es un bloqueo humano de personas, que impide el paso de
vehículos, y que luego del baile del conductor las personas se retiran de la calzada. Cuando pasa, esta
barrera humana se va cerrando, el conductor trata de traspasar este bloqueo vial, acelera la camioneta,
pasa. Ahumada es la primera persona que llega a la vía publica y con el polerón, lo extiende de forma
horizontal y trata de detener la camioneta.
Cuando el auto sigue, hace la primera acción Ahumada, baja a la calle, pero la camioneta
acelera, para traspasar “el que baila pasa”, Ahumada baja a la calzada para iniciar el bloqueo de la

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arteria. Ahumada estaba en el costado derecho de la camioneta, a la altura del foco, sobre el bandejón
central de Ignacio Carrera Pinto. Es la pista de recuperación de velocidad o retorno. Él quedó en el
bandejón central. Cuando pasa el primer vehículo, un Xsara Picasso, él retoma el bloqueo, es la
primera persona que trata de bloquear, ahí la camioneta acelera, aprovechando que el bloqueo estaba
abierto.
Fueron varias personas, menos de 10, quienes reaccionaron ante esta aceleración y comenzaron
a lanzar golpes de pies y puños al pick up, parte trasera. Entre ellos estaba Ahumada Villegas, quien
luego de dar un puntapié, cruza al costado izquierdo de Ignacio Carrera Pinto, que cruza al pedestal del
semáforo, allí se logra apreciar que John Cobin, estando con los dos pies al interior del vehículo.
Se aprecia que Cobin desde el interior del habitáculo, con sus pies dentro, abre la puerta y por
la puerta abierta efectúa un disparo, y continua su marcha.
El análisis de los videos, permitió establecer que la camioneta es una Mahindra modelo Hawk,
2014 y gracias a un video frontal se aprecia la placa patente HB-GF15. En este mismo video, además,
se logra apreciar de forma frontal al conductor, pudiendo establecer que efectivamente el conductor de
la camioneta es el señor John Macarewich Cobin. En el video se logra establecer que detrás de la
camioneta viene un automóvil Hyundai, modelo Accent, color burdeo, P.P.U. RR-7385, vehículo que,
tomamos la determinación, ante la proximidad de la dinámica cercana de los hechos, tomaron la
determinación de conducir al domicilio y tomarle declaración. La P.P.U. se encuentra asociada a Diego
Molina Meza, con domicilio en Achupallas Viña del Mar.
Concurrieron al domicilio, sector Achupllas, allí se entrevistan con Diego Molina, quien
manifiesta que efectivamente es testigo de los hechos, pero que además es víctima y que habría hecho
una querella con su abogado particular.
En esta circunstancia, el testigo explica que el efectivamente el día 10 de noviembre de 2019, se
encontraba en compañía de su pareja, Nieves Campos. El día 10 de noviembre como es costumbre,
concurrieron a Con Con, lugar donde aprecian que efectivamente había mucha gente, en ambiente
festivo, mucho joven, deciden tratar de llegar al borde costero, a Reñaca, desde Con Con. Los obliga a
llegar desde Borgoño, quedan atrás de la camioneta de John Cobin, la Mahindra color gris. En esta
posición, logra apreciar que delante de la Mahindra, una persona se estaba subiendo al vehículo, habla
de vehículo gris, establecieron que era un Xsara Picasso, se abre la arteria, pasa.
Esa apertura es aprovechada por la Mahindra, la que acelera la marcha, dice que casi atropella a
las personas, traspasa el paso, detiene la camioneta, oye que la gente grita, que tiene un arma, momento
en que escucha un disparo y le grita a su novia que se proteja, que se tire al suelo, lo que no puede
hacer porque entra en schock, aprovechando que la camioneta había retomado su marcha. Él trata de
sacar su vehículo del área de tiro y lo estaciona en el costado izquierdo, en doble fila, en Ignacio
Carrera Pinto. Según Molina, aprecia que la camioneta nuevamente se detiene y se percata que el
conductor baja de la camioneta, avanza parapetado con un arma y avanza hasta la esquina del pick up, y

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realiza un disparo hacia los manifestantes, donde estaba estacionado su vehículo y la gente que estaba
haciendo “el que baila pasa”. Sólo se logra proteger, ya que baja la mirada. Molina no se baja del móvil,
se protege al interior del vehículo, por ello no ve la dinámica de la salida de la camioneta. Verifica que
la pareja esté bien de salud, y al trata de avanzar el móvil, se percata que el tiro dio en el radiador del
automóvil, salía humo, por lo que necesitó labores mecánicas para trasladar su vehículo al domicilio
nuevamente.
A raíz de este hallazgo, concurre a Labocar, a realizar las pericias al vehículos Hyundai Accent,
P.P.U. RR-7385, pericia realizada por el teniente Juan Delgado del Laboratorio de Criminalística. A
modo de resumen, encuentra que el orificio del radiador es atribuible a un impacto balístico,
estableciendo que parte del proyectil, pudiese estar al interior de la caja de cambios, el que
posteriormente es retirado por acción del mecánico perito de la Sección de Investigación de Tránsito
de Carabineros de Chile.
Lo que está refiriendo relativo a Labocar, de todo ello se enteró por el informe.
El ángulo de penetración es 15 grados ascendente, o sea es rebote de trayectoria balística a una
distancia de 1,53 metros. El ángulo de ingreso es de 15 grados ascendente. Puede inferirse que el tiro
da de rebote y que ese rebote se produjo 1,53 cm. anterior al radiador. Ese rebote se produjo en la
calzada.
Con estos hallazgos se realizaron diligencias para establecer los hechos previos y poder
determina la dinámica final. Primero toman contacto con el club de tiro Reñaca. Se le consulta acerca
de cantidad de prácticas y horarios de atención. El club de tiro responde que en el 2019, el señor John
Cobin había realizado tres prácticas de tiro, una en el mes de junio, y dos en el mes de julio, con
diversas municiones y calibres, y que los horarios son de lunes a sábado, manteniéndose cerrado los
domingos.
Se oficia a la Dirección General de Movilización Nacional, con la finalidad de obtener el
historial de compra de municiones compradas por John Cobin, quienes manifiestan que habría, desde
el 2008, a la fecha, en ese tiempo, 2019, habría adquirido un total de 1.000 municiones, 500 de las
cuales fueron compradas el 8 de noviembre de 2019. Éstas se subdividen en 200 tiros 9 mm; 200 tiros
de .22 mm; 50 tiros .40 mm; y 50 tiros .45.
Se hizo un rastreo por redes sociales, utilizando los buscadores de Google, de redes sociales,
referente a la convocatoria de la marcha. La convocatoria fue entre el cinco y el nueve de noviembre.
Lograron encontrar determinadas publicidades las que son ingresadas en el informe. Fue ampliamente
difundida la marcha que se iba a realizar ese día domingo 10 de noviembre. Considerando el análisis de
los videos, les dio que el imputado John Cobin usaba un chaleco amarillo, hicieron un rastreo, tratando
de establecer el porqué del chaleco, cuál era el contenido de usar un chaleco reflectante, fuera de la
norma vial. Lograron llegar a una publicación, la señora Jacqueline Morraud, ella es una ciudadana
francesa se le consulta acerca de un hecho suscitado el día 5 de noviembre en que 50 personas

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vistiendo chalecos impidieron el avance de una movilización que venia de Viña del Mar hacia Reñaca,
lo que habría originado este segundo intento del 10 de noviembre. Por esto se inicia la marcha. Ella
establece que la utilización del chaleco amarillo es el uniforme de los que sufren, y lo ve como una
defensa territorial, que tiene un origen en el movimiento francés. Esto le permite saber qué origen tenía
esto.
Para poder establecer la dinámica del hecho, como se suscitaron los sucesos, lo primero que
hicieron fue un trabajo de sitio del suceso, en compañía del equipo de Laboratorio de Criminalística de
Carabineros (en adelante LABOCAR) de Valparaíso, a cargo del teniente Juan Delgado, en el cual
gracias al análisis de los videos lograron establecer determinados puntos que le sirvieron para medir y
fijar las distancias en el sitio del suceso.
De este trabajo se desprenden dos hechos importantes, el primero es que los disparos
realizados por John Cobin, luego del traspaso de “el que baila pasa”, o sea en Las Brisas con Ignacio
Carrera Pinto, impacta en el automóvil Hyundai Accent P.P.U. RR-7385, a una distancia de 52,97
metros, distancia entre tirador y el rebote, con la finalidad de poder formarse una convicción entre la
diferencia entre el rebote en el radiador y el apoyacabezas. Que diferencia se habría generado entre la
inclinación del tirador, para que a 52 metros llegara al suel, o hubiese llegado al apoya cabezas del
Hyundai. Teniendo en consideración que, entre el radiador y apoyacabezas es línea recta. Se establece
una medición primero de tirador a pie, dos pies juntos mirando hacia delante, usando los aparatos de
mira del instrumento y los extensores de tiro, apuntando al rebote y al apoya cabezas. El segundo
ejercicio es tirador de rodillas, o sea misma medición, piso, rebote y apoya cabezas. Finalmente, la
tercera, es una posición libre de polígono, tiro táctico, una pierna queda atrás, la otra mas adelante,
depende del tirador, pie atrás rodilla atrás, con pie de apoyo. Es libre, son las tres características de tiro
mas generales. Se obtiene como resultado de pruebas. Se obtiene un promedio en las tres posiciones de
tiro, esto fue de 1.5 grados de diferencia. Vale decir la inclinación de la mano que proyecta el
armamento es de 1.5 grados. Eso es el promedio de los tres movimientos.
Este trabajo en sitio del suceso es realizado en conjunto con el equipo de Labocar Valparaíso,
con el teniente Juan Delgado con un perito de la especialidad. La hicieron en el sitio del suceso. El
declarante señala que tomó conocimiento de esto porque fue parte de la diligencia.
Se analizó la declaración pública que hizo el imputado John Cobin.
El día 27 de enero de este año, el acusado prestó declaración en el tribunal de garantía. Se
desprenden dichos, que le laman la atención. Él inicia su declaración explicando detalladamente los
hechos sucedidos. Estos hechos responden a un grupo de personas con chalecos amarillos que impide
la llegada de una manifestación de Viña del Mar a Reñaca. Inicia el relato con esta explicación que en el
sector se mantenía una búsqueda en redes sociales, ya que habían quedado con miedo por estos
enfrentamientos. Indica que, durante el siete al diez de noviembre, por chats internos, se manifestó que
venían los manifestantes. En esas circunstancias, el día 10, su esposa Pamela, manifiesta que, por

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WhatsApps, pedían la concurrencia de los actores amarillos, ya que en Reñaca llegaban los
manifestantes en micros. Con eso, decide, declara, el mismo día, va al club de tiro, y además
aprovechando de reunirse con un amigo, Mathew Merichk. La declaración la conoció ya que por
medio de la fiscal escuchó los audios. Los audios, para el análisis, fueron transcritos e ingresados a su
informe.
Su objetivo era bajar, ya que su señora le dijo que pedían la concurrencia de los chalecos
amarillos. Dice qué, para practicar deporte, él decide bajar al club de tiro. Habla de “bajar” porque la
calle José Suarez está en un sector alto. El club está en Borgoño con Sotomayor, subterráneo del mall,
además quería conocer, presencialmente a su nuevo amigo, Mathew Merrichk, el que había conocido
vía internet por el “Canal Libertario”, y que para reconocerse iba a vestir un chaleco amarillo, para que
su amigo lo reconociera. Eso señala de por qué baja.
Cuando explica la dinámica de cómo se suscitan los hechos, él explica que llega a Borgoño con
Ignacio Carrera Pinto, dice que antes del semáforo empiezan a atacarlo, con palos y piedras, dice que
trataron de volcar su camioneta. Por ello toma la determinación de cargar su arma, la que estaba en su
funda, avanzar y disparar. Finaliza su relato, con una frase que les llama la atención, que es que
encuentra insólito estar detenido “por defender al país que tanto ama”. Se le hacen dos preguntas
relativas a la cantidad de municiones que compró, el 8 de noviembre, tres días después de los hechos
del cinco. Dos días antes de los sucesos que relata ahora. Él [el acusado] elude la respuesta indicando
que compró cerca de 250 tiros, pero que no recuerda con precisión. Eso no es exacto, ya que según la
DGM él compró 500 municiones. Él habla de disparos disuasivos. Él quiere hacer una comparación en
su calidad de instructor de derechos humanos aplicables a la función policial.
Es una función que se le encomienda a raíz de un curso que practicó, le ha tocado re-instruir a
personal policial. En este reentrenamiento, a los funcionarios de hacer cumplir la ley, se les limita el
uso de arma, y uno de esos contextos son en el de las manifestaciones públicas. En el 2016,
Carabineros de Chile, generó una orden general, circular 2182, establece principios para el uso de la
fuerza y se establece un protocolo bajo el cual hacerlo. Hay una escala de uno a cinco, para el uso de la
fuerza. Se establece una escala de uno a cinco, según el nivel de resistencia. Nivel uno, es cooperación
y cinco es una agresión potencialmente letal. Esto regula el contexto para usar un arma de fuego.
En este contexto, Carabineros de Chile tiene un armamento no letal, para poder utilizarlo en
estas manifestaciones, que es la escopeta antimotines. Se entiende que es complejo disuadir a tiros, por
eso se lo prohíbe. Se señala que la única manera de usarlo será mediante la regulación que se haga en
un protocolo diverso, regulado por otro instrumento.
En el contexto que se encontraba el imputado, como lo va a mostrar en la línea de tiempo, un
carabinero no hubiese actuado de forma prudente en la utilización de arma de fuego. Tenía Ignacio
Carrera Pinto libre en sus tres vías, para escapar del área de operaciones. Una vez que elude “el que

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baila pasa”, tenía las tres pistas libres. Ese era el camino que tenía que usar cualquier policía en el lugar
de John Cobin.
Ellos crearon una línea de tiempo.
Se le exhibe medio de prueba denominado “tres composiciones con fotogramas “línea de
tiempo y dinámica de los hechos”, consignada en el mismo Informe 353 SEBV, con los
respectivos fotogramas que cada una contiene”, expone: lámina 1, en la parte superior se dice
17:17 horas; es la primera detención; es donde se inicia la dinámica de lo sucedido, la inmovilización de
la camioneta; a las 17:17 horas, es determinada gracias a la mensajería de Uribe desde el sitio del
suceso, en calidad de “informativo”. En la primera imagen, costado izquierdo, aprecia automóvil
Citroën modelo Picasso, Xsara, se ve un ciclista. Es la intersección der Ignacio Carrera Pinto esquina
Borgoño, donde está el pilar del semáforo. El conductor del automóvil gris, Xsara, Picasso, desciende
del automóvil, ante un bloque, y realiza saltos o bailes para poder pasar. En la imagen del medio, se ve
al Xsara Picasso traspasando el bloqueo, y las personas que bloquean, comienzan poco a poco a
retomar el bloqueo. El primero de ellos aque parece allí, en la zona media de la imagen, es Luis
Ahumada Villegas. Él trata de hacer el primer bloqueo de la camioneta. Se ve el foco y parte de la
rueda. Lo que se ve corresponde a una screen shot. La tercera imagen se aprecia cuando la camioneta ya
aceleró del mismo punto que la foto anterior, se le ve acelerar para pasar y origina que los
manifestantes del costado derecho golpeen el pick up y la camioneta se detiene. Esta detención es
voluntaria como consecuencia de los golpes. No hay una condición vial, una vehículo, una persona que
impida el paso. En ese punto de detención, se va a generar el primer disparo.
En la primera foto de la imagen una, se ve al conductor del Xsara, Picasso, saltando, luego se
sube y se retira del área de operaciones sin ser golpeado. Luego el conductor se retira sin ser golpeado.
No lanzaron botellas de agua al Picasso. Indica que desde el inicio hasta este sector pasan 04 segundos.
La persona que baila lo hace por menos de 4 segundos. En la imagen se ven dos hechos importantes.
Gracias a esa imagen, la tercera, se identificó al Hyndai RR-7385, conducido por Danilo
Molina, logran ver cuanto avanza la camioneta. Se puede ver que la camioneta traspasa el bloqueo, a
raíz de los golpes que reciben, en este segundo reacciona con golpes de pies y puños y el móvil de
detiene a las “17:17:04”.
Se traspasa el bloqueo acelerando el vehículo.
En la imagen, se ve que dispara hacia el sector izquierdo donde estaría el semáforo.
Esto fue hecho con captura de pantallas de varios videos para construir hechos importantes en
la línea.
Ahumada estuvo participando en “el que baila pasa”, se sitúa a un metro del semáforo. Eso le
dijo a la P.D.I.. El primer disparo fue con los pies en camioneta, abriendo la puerta por la contextura
física del imputado, la posición es importante. La maniobrabilidad, la adrenalina, no permite hacer un
tiro de precisión en esas circunstancias. Es más un tiro de reacción.

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Él dispara teniendo a su frente el volante y tenía la pista para seguir su tránsito. Él toma la
determinación, cuando lo agreden, de cargar su arma. Por el tiempo que vemos, que son segundos, es
imposible. Dice que un experto en armas, como él [el declarante], que maneja todos los días
armamento, requiere 30 ó 40 segundos para ingresar municiones a un cargador y dejar el arma en
condiciones para disparo.
Lámina dos, mismo medio. Esta lámina comienza a las “17:17:04”, o sea al término de la
anterior. La primera imagen es la menos “pixelada”, que permitió obtener la P.P.U. del Hyundai.
Cuando una imagen se “pixelea” pierde nitidez.
Se aprecia en una captura de pantalla, la segunda a Luis Ahumada dando un puntapiés en el pick
up.
Entre el pick up negro, sobre el cruce de peatones, se ve el rostro de Ahumada, donde recibe el
impacto balístico. Logran determinar que es como un metro. El planimétrico expondrá las distancias.
En la imagen final se lo ve a el recibiendo auxilios.
Se le exhibe lámina tres, indica que comienza a las “17:17:35”, la camioneta acelera y llega a
Ignacio Carrera Pinto con Las Brisas, frente a la inmobiliaria Kaufmann. Tomaron como referencia
métricas, las distancias existentes entre el Kia Rio, un vehículo Fiat y la apertura de la puerta. En la
segunda imagen se ve a John Cobin bajando, apuntando al sector que había pasado. Esta imagen se
utilizó para ubicar las distancia de tiro, ubicación camioneta, y la distancia de tiro desde el punto del
tirador al Hyundai Accent. Esta imagen cobra relevancia ya que revela las condiciones viales de cuando
dispara, ya que no tiene obstáculo alguno para continuar con el desplazamiento. En la tercera imagen
se logra aprecia la posición de tiro de John Cobin, y en la parte posterior se ve la distancia ubicación
del Hyundai que está detrás de la camioneta.
La foto cuatro de esta lámina, da cuenta ya de la retirada del sujeto, a la altura de San Expedito,
para luego retirarse a su domicilio. Se ven la mismas condiciones del tránsito, desde el inicio de la
dinámica las condiciones del tránsito fueron siempre las mismas, ya había pasado, los tiros fueron
realizados cuando él ya había pasado, con condiciones de tiro excelente. Esto marca a las “17:19:00”.
Exhibida prueba individualizada en auto de apertura como “once videos anexos al informe
OFAN n° 94 de la PDI, recopilados de redes”, se exhiben 10 videos, indicando el testigo respecto
de cada uno de ellos:
Video Nº1, que lo que se aprecia es la dinámica que se estaba realizando en la intersección de
calle Borgoño con Ignacio Carrera Pinto, en donde se puede apreciar el automóvil Citroën Xsara
Picasso, se ve el conductor saltando o bailando a la solicitud del bloqueo, la reacción del bloqueo de
personas ante el baile del conductor, el ingreso del conductor al vehículo y el retiro del plano del video.
Al salir del plano de visión del video, aparece la víctima Luis Ahumada, en la parte final, cuando
retoma el bloqueo. Además, tiene especial relevancia el audio, toda vez que en la declaración judicial
del señor John Cobin, éste indica que el vehículo estaba siendo violentado en forma previa a la

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detención, antes, lo cual los mismos cánticos muestran el ambiente en que se realizaba este control,
que no era de violencia y se ve la maniobra que utiliza el conductor John Cobin para eludir “el que
baila pasa” en la camioneta Mahindra gris, que consiste en acelerar, impedir que se retome el bloqueo y
salir del plano de visión del video.
En su declaración judicial John Cobin alude a personas armadas de palos y piedras, lo que no
se aprecia en el video. Precisa que, justo en el momento en que se ha detenido el video, la victima se
puede apreciar al lado del poste, con una polera azul y un logo con la palabra PUMA con letras blancas
y rojas. Los cánticos que se escuchan son asociados a “el que baila pasa”.
Video Nº2, indica el testigo que en este video se observa el momento de la aceleración de la
camioneta marca Mahindra, con la cual traspasa el bloqueo, se detiene aproximadamente a cinco o seis
metros pasado el bloqueo, donde se escucha, además, la percusión del impacto balístico que termina
lesionando a don Luis Ahumada. El video denota las condiciones de tránsito posterior a la huida
después del impacto balístico y sirvió al equipo investigador para hacer los levantamientos métricos
que terminan en planimetría se incorpora al informe.
Agrega que el bloqueo estaba conformado por personas de distintas edades y distintos sexos.
Se detiene cinco o seis metros pasado el bloqueo, las personas se encontraban en la parte trasera de la
camioneta, la camioneta ya había pasado el bloqueo y se produce el disparo. John Cobin dispara al
costado izquierdo, donde estaban agrupadas las personas que componían este bloqueo y que habrían
dado los puntapiés al pick up del señor Cobin. No había nadie delante ni al costado del John Cobin,
cuando se detiene. La detención del vehículo es lo que permite que las personas lleguen a esa posición.
No tenía ningún otro obstáculo.
Resulta relevante de este video, que es la consecuencia del traspaso violento del vehículo lo que
prende, acelera la efervescencia de las personas que estaban cerca del vehículo. Cambia el sentimiento.
Cambian los cánticos y los hechos, se cambia de cánticos a gritos.
Video Nº3, se aprecia la camioneta, ya en la detención y se aprecia la posición de John Cobin
al momento de realizar el disparo. Dispara desde el interior de la cabina, en el habitáculo del conductor
con los dos pies dentro de la camioneta, apuntando con su mano derecha, al costado izquierdo, por la
puerta que el mismo abrió. No se ve que Cobin cargara el arma y no se podría subentender aquello, ya
que estaba manejando, usando pies y manos y el tiempo entre la aceleración y la detención no es el
suficiente para cargar un armamento.
Video Nº4, señala que es importante precisar tres puntos. El primero, es el momento en que la
víctima Luis Ahumada Villegas pasa desde el poste, pilar del semáforo peatonal, recibe el impacto y
corre al sector opuesto al ver a John Cobin con su arma. Otro punto en este video es que recién en
este video, es decir, en la segunda huida, recién se logra ver una piedra y que no alcanza a impactar al
vehículo y cae a la vía pública. El tercero es y la ruta directa de huida que ha manifestado con

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anterioridad. Se ve que esquiva el Picasso y retoma pista central por Ignacio Carrera Pinto en normal
sentido del tránsito en dirección a Viña del Mar.
Video 5, ese aprecia la segunda detención de la camioneta Mahindra gris, por circunstancias
que desconoce no podidas acreditar, John Cobin se detiene en forma voluntaria en calle Las Brisas,
desciende del vehículo, apunta con su armamento en dirección a las personas a las que ya había
pasado, se produce un intercambio palabras con una persona de pelo enrulado, que se oculta tras un
Kia Río gris, víctima no identificada, John Cobin hace puntería hacia esa persona, explica el testigo
que es haciendo uso de los aparatos de puntería del armamento; John Cobin retrocede, momento en
que la gente se comenzó a abalanzar, se ve a 2 o 3 personas mas jóvenes que logran acercarse a la
camioneta y se genera el segundo y tercer disparo, uno hacia la víctima no identificada de pelo largo,
quien toma una piedra y la lanza al vehículo, siendo la primera piedra que impacta el vehículo.
Posteriormente logran entender que este segundo tiro es el que llega al radiador del automóvil Hyundai
Accent patente RR7385.
En el segundo y tercer disparo se utilizó un .40, que es un armamento de poder de fuego
importante. La policía utiliza armamento 9 mm. El .40, en el caso de Carabineros, está recién
autorizado para equipos profesionales como el GOPE, que por su nivel de intervención lo utiliza y
tiene un alcance efectivo de 1.500 a 2.000 metros y un poder de fuego impresionante, al ingresar el
proyectil al cuerpo va a tener proyección importante, producir un golpe más lesivo incluso que el
mismo ingreso. Lo que se corrobora con que el tiro es retirado de la caja de cambios del Hyiundai
Accent, que es de hierro fundido.
El segundo disparo no se precisó donde impactó y el tercer disparo el que efectuó en Avenida
Borgoño contra el sentido del tránsito.
La piedra no tiene efecto sobre el conductor, porque impacta la ventana trasera y es ahí donde
John Cobin toma el arma y dispara hacia la playa, siendo un cuarto disparo.
En la playa en esos momentos, según informa el sargento Uribe, cuando se produce el cuarto
disparo había en el tercer sector de Reñaca entre 4.000 a 5.000 personas de diferentes edades y sexos,
incluidos niños.
John Cobin efectuó 4 disparos y el ultimo fue a la playa.
Se encontró dentro de la camioneta una vainilla percutida. Explica que todo armamento tiene la
expulsión mecánica de su vainilla en una salida constante hacia la derecha. La vainilla después de
iniciado el ciclo de disparo y haber proyectado al espacio el proyectil, la vainilla tiene una constante
hacia la derecha, expulsando y liberando la bala que sigue posteriormente. Los tiros siempre van a ser
hacia la derecha. Por lo que concluye que esa vainilla únicamente pudo haber sido el tiro efectuado
hacia la playa, porque es el único que dispara desde el interior de la cabina. Los otros tiros fueron dos
de pie, con los dos pies en el suelo y el que impactó en el muslo de Luis Ahumada fue efectuado desde

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dentro de la camioneta, pero con la puerta izquierda abierta, por lo que al salir hacia la derecha debió
caer fuera.
La vainilla percutida encontrada dentro de la camioneta es compatible con la pistola sig sauer
.40 incautada.
Video Nº6, se escuchan con mayor claridad los dos disparos realizados, los disparos 2 y 3.
Video Nº7, lo relevante del video es que se logra apreciar la cantidad que gente que hay en la
intersección de Borgoño con Ignacio Carrera Pinto, donde fueron direccionados los disparos y que
impactan el Hyundai Accent RR7385.
Video Nº8, el disparo realizado hacia la playa no dice relación a una reacción asociada a la
piedra que habría recibido el vehículo, a destiempo, porque el vehículo ya venía en movimiento y la
cantidad de gente en el quiosco en la esquina Ignacio Carrera Pinto esquina de Las Brisas, la cantidad
de gente que tuvo que bajar su silueta ante el disparo.
Video Nº9, lo relevante s que gracias a el se logra tener las vestimentas de la víctima al
momento de los hechos, muestra a Luis Ahumada Villegas recibiendo los primeros auxilios y vistiendo
una polera azul marino, con un logo PUMA en fondo rojo con blanco.
Video Nº10, muestra el traslado del señor ahumada hacia el Hospital Gustavo Fricke para
recibir atención de urgencia.
Respondiendo a la fiscal la pregunta relativa a la información levantada de las redes sociales de
la convocatoria a la marcha indica que fue denominada “la marcha de la marraqueta” y “los flaites pa
reñaca”, en la que se indica prohibición de saqueo.
Exhibida la prueba individualizada en el auto de apertura como “tres imágenes obtenidas de
redes sociales con convocatoria a la marcha del 10 de noviembre de 2019 en Reñaca,
contenidas en Informe N° 353 SEBV”, señala:
Foto Nº1, corresponde un screen shot de Facebook en la que publicitan la convocatoria a
manifestarse en el sector de Reñaca para el día 10 de noviembre de 2019, en la que se llama a sectores
de Viña del Mar, Valparaíso, Limache, Quintero, a tomar sol, tranquilamente llevando todo lo que
llevaríamos a Cartagena, comida en olla comida en caja, llevemos todo el “roterío”, como dirían ellos.
Foto Nº2, es una reunión, es un screen shot de Facebook, que permite establecer invitaciones
vía digital. En este caso, con fecha noviembre 10, como aparece en la esquina superior izquierda se
organiza “lxs flaites pa’ Reñaca”, que al menos concurrencia de 1941 personas, al momento de la
publicación.
Foto Nº3 una invitación por otro grupo de Facebook, por la cual invita a todos los “flaites
para Reñaca”, para un día de playa, en la que indica no olvidemos llevar el parlante más grande; el
parlante lleno de cumbias, cocaví, cositas para la sed, intentando darle el contexto de “roterío”
“estratos bajos” a esta manifestación.

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Exhibida prueba identificada “una imagen obtenida de redes sociales con convocatoria a
la marcha del 10 de noviembre de 2019, contenida en Informe SEBV N° 65”, indica que es una
convocatoria de Facebook que establece el objetivo de la marcha, la denominan “la marcha de las
marraquetas” para el domingo 10 de noviembre en la playa de Reñaca, con la finalidad de no más
privilegios y se prohíben los saqueos.
Ante la pregunta de la fiscal, informa que los horarios de funcionamiento del club de tiro de
Reñaca, los obtuvo por oficio al Club de Tiro de Reñaca. Contestaron el horario de funcionamiento,
que es de lunes a sábado de 12 a 20 horas y se informa que el día domingo está cerrado. Esa
información también aparece al buscar a través de google.cl
Exhibido al testigo la prueba consistente en “dos imágenes obtenidas de redes sociales con
la información pública relativa al Club de tiro, sus instalaciones y horarios, contenidas en
Informe N° 353 SEBV”, señala:
Foto Nº1, es la información existente en la pagina web del Club de Tiro de Reñaca, que
establece horarios y días de funcionamiento.
Foto Nº2, es un screen shot de Google con los horarios del Club de Tiro de Reñaca. El 10 de
noviembre era domingo, por lo que se encontraba cerrado ese día. Respecto a la ubicación del club de
tiro, se encuentra ubicado al lado derecho del Mc Donalds, avenida Borgoño, el ingreso es por el
estacionamiento, por lo que según declaración de John Cobin dobla por Salco Brand en dirección
hacia Borgoño, llega al club de tiro, que según señala era porqué habría bajado con su armamento. En
ese lugar, los estacionamiento los domingos se cierra con una reja, por lo que desde el exterior se
puede apreciar que estaba cerrado, por lo que la ruta mas directa hacia su domicilio era Rafael
Sotomayor, tomar a la derecha la primera Carlos Condell y luego Balmaceda, con todo lo cual no
habría pasado por enlace de Borgoño con Ignacio Carrera Pinto, ahorrándose el taco que había en esa
calle y habría llegado a su domicilio por Balmaceda.
Exhibida la prueba denominada “3 fotografías del exterior del club de tiro de Reñaca y
calles aledañas”, a cuyo respecto señala:
Foto Nº1, es la intersección de avenida Borgoño esquina de Rafael Sotomayor y se ve el mall
existente en Reñaca en cuyo subterráneo está el club de tiro.
Foto Nº2 es la misma imagen, muestra el ingreso por Sotomayor y plano general del Mall de
Reñaca. Esa calle, Sotomayor es unidireccional y permite doblar a la derecha, donde se encuentra el
automóvil blanco que se ve en la foto.
Foto Nº 3 es la vista contra el sentido del transito en Borgoño en dirección contraria a la que
tiene esa calle.
Exhibidos “un plano de Reñaca, referente a lugares relevantes de la investigación,
contenida en informe 353 SEBV”, correspondiente a un plano, respecto del cual el testigo indica que
en él se pueden ver tres indicaciones. Al costado derecho se visualiza José Suarez Nº185, domicilio del

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acusado, se ven tres líneas punteadas una verde, otra roja y otra negra. La roja es la ruta lógica que
toma John Cobin de llegada desde Jose Suarez hacia Ignacio Carrera Pinto doblando por SalcoBrand
de Balmaceda según su propia declaración, llegando hasta el sitio del suceso y el club de tiro. La línea
color verde sería la ruta lógica de haber visto que condiciones del transito no eran favorables de
retorno al domicilio serían Rafael Sotomayor, Carlos Condell e inmediatamente hasta su domicilio y de
acuerdo a la línea negra, es la ruta que toma saliendo ya del sitio del suceso en Ignacio Carrera Pinto
con Borgoño hasta su propiedad.
Se le exhibe la prueba denominada “dos planos sitio del suceso y detención contenidos en
informe 65 SEBV”, expone: Nº1, es el plano del centro de Reñaca, con sus avenidas principales
Ignacio Carrera Pinto avenida Borgoño, Avenida José Miguel Balmaceda y Angamos; Nº2 es la misma
imagen en un plano más superior, en que tiene domicilio el imputado señalizado en la parte superior
derecha con rojo.
Exhibidos “seis fotogramas de los videos publicados en redes sociales de los hechos,
contenidas en el informe 353 SEBV”, refiere: foto 1, es una fotografía de la camioneta Mahindra gris
patente HBGF15 que es previo al pase del Citroën Xsara Picasso, lo que demuestra que lo que dice
John Cobin en su declaración en cuanto a que antes de llegar al semáforo estaban apedreándolo y
tratando de volcar, no es preciso; foto 2, es una reducción de la misma imagen en la que se aprecia que
es John Cobin quien está en su interior, con chaleco reflectante, lentes, pelo cano; foto 3, es tomada
como punto de referencia; se aprecia la misma camioneta y patente que ya ha señalado y permite
establecer el punto de detención al momento de realizarse los disparos, refiriéndose al disparo Nº1;
foto 4, imagen de la camioneta Mahindra, que inicia su desplazamiento al momento de generar el
primer disparo en tránsito al segundo lugar de detención; foto 5, es la camioneta Mahindra, modelo
Hawk, se en costado derecho, entre la puerta del conductor y el vehículo, se ve a una persona con
chaleco reflectante y en la parte posterior en línea directa el automóvil Hyunday Accent, color rojo,
que recibe un impacto en el radiador, tomada la imagen Ignacio Carrera Pinto en contra del sentido
tránsito en su intersección con Borgoño; foto 6, imagen de screen shot de Sitio del Suceso, en que se
aprecia la salida de la camioneta Mahindra modelo Hawk.
Exhibida la prueba indicada en “set de 17 fotografías de sitio del suceso, móviles
involucrados contenidas en Informe 65 SEBV”, declara: foto 1, es el domicilio de señor Molina
Meza, en el sector de Achupallas, quien habría sido el conductor de Hyundai Accent, el que desde el
10 noviembre se encontraba en panne absoluta a consecuencias del tiro y en esas condiciones; foto 2, es
una foto frontal del Hyundai Accent color burdeo, en el que se aprecian sus características y, cerca de
la patente, entre el número cinco y el foco, el lugar donde recibe el impacto; lo anterior se utiliza en el
ejercicio planímetro de proyectar una línea recta desde el orificio hasta el apoyacabezas del conductor;
foto 3, es la imagen del daño efectuado en el radiador del vehículo y tiene las características de un
impacto balístico; foto 4, es la vista superior del radiador; foto 5, es una imagen pormenorizada de caja

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de cambios del automóvil donde resulta alojado el proyectil, el que se retiró y remitió con cadena de
custodia a peritaje y se concluye que es un proyectil balístico; foto 6, es una imagen general de la
intersección de Borgoño con Ignacio Carrera Pinto con imagen despejada del sitio del suceso; foto 7,
vista del sector de la playa hacia el sector peatonal donde se suscitaron los hechos; foto 8, es la vista
contraria al sentido transito Ignacio Carrera Pinto en la intersección con Borgoño; foto 9, es la
intersección de las brisas con Ignacio Carrera Pinto hacia el mar; contesta a la fiscal que su
investigación finaliza concluir hechos previos y posteriores compra de municiones entre cinco y diez
de noviembre, el conocimiento previo de la convocatoria de la marcha. Concepto de chaleco amarillo
hechos posteriores, primero retirarse sin prestar auxilio alguno, tratar de ocultar el vehículo con
terciado de madera entre la reja y camioneta y declaración pública. Finalmente habiéndose suscitado
estos hechos de violencia se desata una manifestación violenta que duró hasta altas horas de la noche
hubo de concurrir Carabineros y el GOPE hasta altas horas de la noche con destrozos a propiedad
privada y publica.
Exhibida la prueba individualizada en auto de apertura como “seis portadas y recortes de
prensa electrónica de fecha 11 de noviembre de 2019”, expresa el testigo: imagen 1, muestra parte
del ambiente que se generó previa a los sucesos, en el tercer sector de Reñaca que terminó en balacera;
imagen 2, corresponde a portada del diario La Estrella, señala en su titular violencia en Reñaca y se
muestran imágenes los desmanes producidos; imagen 3, se aprecian imagen de publicación digital del
diario Soy Valparaíso, que señala los 90 días de prisión preventiva para el tirador de Reñaca; imagen 4,
es la portada de diario El Mercurio, incendio , saqueo y una escalada de violencia en Reñaca; establece
las consecuencias de los hechos suscitados el 10 de noviembre de 2019; imagen 5, es una imagen de
publicación digital de Chilevisión Noticias, establece que tirador con chaleco amarillo provoca pánico
en Viña del Mar; imagen 6, es publicación digital de T13 móvil: “Prisión preventiva para hombre que
disparó contra manifestantes en Reñaca”.
Responde que policialmente fue necesaria la intervención de personal del GOPE y la bajada de
ese equipo GOPE especializado en operaciones especiales, como desactivo de bombas, más la
concurrencia del dispositivo de control orden publico, porque el caos fue tal, con saqueos e incendio,
que así se requirió para restablecer el orden público.
Intervención policial previa a los hechos no había, sólo los informativos.
No existen disparos disuasivos con armas de fuego. Teniendo en consideración que el de arma
de fuego utiliza la deflagración de pólvora para dirigir un proyectil al espacio, por definición y su
objetivo es generar lesiones, no puede disuadirse con arma de fuego sin considerar la posibilidad de
herir, con muchas probabilidades de muerte.
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala se le pregunta sobre el peritaje relativo a las posiciones de la
persona que disparo, la variación en el ángulo de disparo se mide en relación con la mano del tirador.

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Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que ayer mencionó John Cobin, lo reconoce en una de las
pantallas, como la persona del acusado, presente en el edificio del tribunal. Cuando se refiere a
“campos de tiro”, los tiros fueron siempre hacia atrás, contra el sentido del tránsito. Respecto de Luis
Ahumada, el disparo tiene una inclinación al costado izquierdo, en relación con los tiros dos y tres, son
hacia atrás, el cuatro, fue hacia el lado derecho en relación al mar.
Escuchó la declaración del acusado, no es efectivo que hubiesen personas con palos y piedras.
En relación con la declaración del acusado, se logró concluir que su versión no es precisa. Él,
en primera instancia, manifiesta que al acercarse al cruce, tratan de volcar su camioneta. Al ver los
videos, dice que las agresiones al vehículo, los golpes de pies y puños y objetos son posteriores al
disparo. En relación con el vehículo Mahindra, los golpes que recibe dentro del proceso, el vehículo
nunca pierde las condiciones mecánicas de uso, el motor no pierde su estructura, por lo que el
funcionamiento vital del vehículo, desplazarse, generaba el movimiento en el eje de las ruedas. Nunca
se perdió y nunca dejó de funcionar el vehículo. Señala que él tiene un diplomado en pericias
mecánicas y químicas asociadas a vehículos. Las comunicaciones a que se refirió el acusado, por
WhatApps, no fueron acompañadas al informe.
A la defensa, señala que tiene un curso relativo a derechos humanos. Fue una capacitación en
materia de derechos humanos realizada en Chile. Él tuvo acceso relativo al manejo de armas en el
contexto de manifestaciones. No conoce el decreto Nº8 del Ministerio de Defensa por el que le
consulta la defensa. Entiende que se reguló la salida de las Fuerzas Armadas en lo tocante al control del
orden público. Dice que tratándose de armas de fuego no hay disparos disuasivos. En la regulación de
la circular 1832, no aparecen disparos disuasivos o de advertencia. La exhibición de un armamento, no
es una actividad disuasiva, es la preparación de una condición que asume el agente para estar presto a
usarlo. No es un amedrentamiento, es una preparación. Hay regulaciones institucionales. No se indagó
que el acusado tuviera algún tipo de preparación policial. El arma era una Sig Sauer, modelo 229, hay
distintos calibres. Entiende que en Carabineros no se usa esta arma. No sabe si otras policías usan esta
arma.
El tiro tiene un alcance de unos 1.500 metros. La distancia del tiro, depende del tipo de
munición también.
No se indagaron las instrucciones del fabricante respecto del alcance del arma.
No sabe si la marca Sig Sauer fabrica fusiles.
En relación con los hechos de cinco de noviembre, los manifestantes llegaron casi hasta
Reñaca, pero fue impedido por los “chalecos amarillos” y Carabineros. No recuerda la cantidad de
detenidos. Los chalecos amarillos estaban a la entrada de Reñaca.
Desconoce cuantos “chalecos amarillos” fueron ese día. El día que eran 50 personas. El día 5
de noviembre él se encontraba fuera de Chile, en Italia. Sabe que el día cinco de noviembre hubo

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enfrentamientos, hubo una agresión, entiende que terminó una persona lesionada. No sabe si las
personas estaban custodiadas por Carabineros. No sabe si había resguardo policial, ni qué tipo de
personal había en el lugar.
Señala que vio imágenes genéricas del día cinco, sabe que llegaron Carabineros, desconoce si
eran de control del orden público. Sabe que llegaron vecinos al lugar, con un sentimiento de temor,
pidieron que se tratara de reforzar. Sabe que se fue repitiendo este hecho, ahora en el enlace Con Con,
donde también llegaron los chalecos amarillos a hacer la defensa de las calles. No explicaban a que se
referían con defender, pero John Cobin declaró que los vecinos pidieron la llegada de los “chalecos
amarillos” para defender la costa, entiende que la utilización del chaleco amarillo es un medio de
defensa, una forma de distinguirse, por los disturbios. Fue una organización espontanea de los vecinos
del sector. No supo más de este tema que lo expresado por Cobin o su señora. No tuvo noticias de
cuanto personal se destinó para el día 5 de noviembre. No sabe esta información tampoco en los
patrullajes virtuales. Esta información debiesen tenerla en Carabineros. No se solicitó esta información.
Respecto del día 10 de noviembre de 2019, no obtuvo información ni pidió respecto del
contingente de Carabineros.
No le tomó declaración a vecinos de Reñaca, tampoco se le pidió eso. Sabe por la prensa que
ese día hubo locales quemados o saqueados. Lo ocurrido el día 10 de noviembre no lo presenció, no
estaba en Chile. No se concurrió a los locales comerciales ya que la cantidad de videos permitían ver lo
ocurrido de todos los ángulos. No se requirieron las cámaras de seguridad, ya que solo existe la cámara
de tránsito, que queda frente a San Expedito, la que tiene una tecnología muy mala para visualizar. Es
una cámara de muy mala calidad.
Ellos intervienen a finales de diciembre, y la mayoría de las cámaras guardan imágenes de siete
días. Se recuerda específicamente que había un edificio con cámara, y cuando se pidió, el encargado del
edificio señaló que los registros eran de sólo siete días. Es un edificio que está en la entrada. Cuando
ellos fueron, los conserjes no quisieron declarar. El edificio no se veía con daño del exterior. Ese
edificio cree que estaría ubicado al frente del sector tres, pero reconoce que no conoce mayormente la
planimetría de la playa.
Dice que sólo se utilizaron los videos de redes sociales, cree que no duran mas de 30 segundos
cada uno. Los videos se levantaron por cadena de custodia. Los videos se descargan, se “queman” en
un CD, y se remitieron a la fiscalía. No recuerda la fecha en que se hizo esto, pero debe haber sido a
mediados de diciembre cuando ellos comienzan su actividad investigativa.
Los carabineros no uniformados, se llamaban “informativos”. Entiende que de su unidad sólo
participaron los funcionarios que mencionó antes, no sabe de otras unidades. No sabe la dotación de la
Tenencia de Reñaca. No sabe si concurrió ese día dotación de Valparaíso al lugar. Dice que esa
información se maneja por vía intranet, que es una vía cerrada. Esa información pudiese estar
disponible.

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Las armas que el acusado entregó estaban todas inscritas. Tuvo acceso a la cantidad de
municiones por la DGMN.
Se revisó el historial de compras, desde el 2008.
Él pudo determinar el uso de cuatro municiones. Una frente al semáforo, y tres frente a
Kauffmann. En la cabina de la camioneta había una vaina, munición de la Sig Sauer. Dentro de la
cabina del móvil, que es de doble cabina, a los pies del asiento trasero, lado derecho estaba la vaina. En
el piso.
Dice que entiende que el sitio del suceso no se revisó, por las condiciones del lugar, era poco
seguro trabajar allí. Entiende que se informó que el sitio del suceso estaba alterado. No recuerda
quienes informaron esto.
Él junto a su equipo fueron tres veces al sitio del suceso. Fueron al día siguiente de recibida la
orden. Se hizo un recorrido de a pie para conocer el lugar. Se fue descartando las cámaras que pudieran
existir. A finales de diciembre se concurre y luego en enero nuevamente.
En las visitas al sitio del suceso ellos caminaron, también fueron en vehículo. Dice que no es
un lugar con piedras, Reñaca se caracteriza por el aseo y ornato, allí no es normal observar basura.
Señala que se advierte la utilización en los videos, de piedras. Primero se ve en el semáforo, en el
peatonal, se logra apreciar la caída al costado derecho de una piedra, que rebota, que no impacta en el
vehículo. La segunda, al llegar a Las Brisas, se ve una segunda piedra. Tercero, la piedra que se utiliza
para romper el costado derecho de la camioneta, en la salida, frente a Kauffmann.
El logra ver que hay una piedra que el señor Cobin esquiva, no cree que sea una piedra superior
a una mano. La piedra con la que se rompe el vidrio es de un tamaño importante, porque se tomó con
dos manos. La piedra que arroja la persona de pelo largo, debe haber sido del tamaño de una pelota de
tenis. La que rompe el vidrio, debe ser del tamaño de una pelota de baby fútbol. Esas piedras no es
fácil encontrarlas.
Señala que no vio publicaciones relativas a que los manifestantes iban con piedras. No puede
precisar el origen de esas piedras. Señala que el club de tiro está en el subterráneo del mall de Reñaca.
El club de tiro tiene un ingreso lateral. Se puede ingresar por la puerta principal mall. No sabe
si en los domingos del mes de noviembre de 2019 el mall de Reñaca estaba abierto. Afirma que ayer sí
mostró un recorrido posible del imputado. Para ello, se utilizó un trabajo con sistema de GPS, Maps,
eso no se hace en el escritorio, sino de forma física. Se consideró también lo declarado por el señor
Cobin. Son recorridos probables. Es la información que entrega el imputado, se trabaja la ruta que el
mismo declara. Cuando expuso en relación con los mapas, por eso hizo referencia a rutas lógicas.
No se indagó si había algún desvío en las calles en esa época. No se indagó si había
reparaciones en las calles del sector.
El recibió en diciembre varias declaraciones del señor Ahumada. Dice que había una
declaración en la P.D.I. y otra prestada ante la fiscal. Ahumada señala que no participó en “el que baila

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pasa”. Él justifica su dinámica indicando que estaba en la playa, que sintió deseos de ir al baño, que
cruzó, y al pasar por detrás, recibe un impacto en el muslo. No indica que pateó la camioneta, tampoco
indica que con su polerón tratara de detener al vehículo. Tomaron la determinación de no tomar
declaración, ya que los hechos estaban establecidos en los videos, de muy buena manera. Ya se había
evidenciado que lo declarado no era verídico. Había un muy buen video.
No se toma declaración a Ahumada porque se estimó no era necesario aclarar sus dichos, ya
que estaba establecida la dinámica. Lo que hubiese declarado, ya estaba aclarado, por los videos.
La decisión de no tomar la declaración la tomó él, como encargado.
Él indica toda esta situación a la fiscalía.
No revisaron las redes sociales de Ahumada, no lo encontraron. Trataron de ingresar a
Facebook, pero no lo encontraron. Dentro de los acompañantes, estaba Soto Herrera, se le toma
declaración. Soto Herrera dice que sí, que concurrieron a la marcha convocada, que fueron para allá en
respuesta a la marcha. Ahumada no dice a qué fue, su relato se inicia desde que está en la playa. Soto
Herrera tampoco indica que haya participado Ahumada en “el que baila pasa”. El tenía una declaración
previa, no era precisa.
Las redes sociales, tienen perfiles públicos, hay perfiles donde se puede ingresar, pero hay
información que la red social no permite ver. Señala que él, sin vulnerar contraseñas, sólo puede revisar
la información que la persona desea hacer pública.
Respecto de los otros acompañantes de Ahumada, no se les tomó declaración. Ahumada tenía
cuatro declaraciones, Soto Herrera tenía también la suya, y al ser consultado dijo que no quería ser
entregar su versión. Una pareja de Soto Herrera, o amiga, una tal “señora Consuelo”, en una primera
llamada, es contactada. Él le preguntó si existía la posibilidad de tomar declaración, ella dijo que tenía
poco tiempo, que se complicaba. Él le pide que le transmita un audio, vía WhatsApp y que después va
a sacar la firma. Ella mandó el audio, de unos dos minutos. Lo que ella dice es muy similar a lo que
declaran Ahumada y Soto, pero al momento de la firma se negó a firmar. Él deja constancia de lo que
ella declaró, y deja constancia también que ella se negó a firmar.
En relación con el vehículo Hyundai, dice que las víctimas indicaron que había un abogado
particular. Ellos no denunciaron de manera formal a la policía. Ellos no denunciaron porque lo hacen
con su abogado.
El vehículo Hyundai no lo repararon y lo dejaron ahí, es un vehículo antiguo. La pericia
mecánica la realiza el perito. El vehículo no andaba, se trasladó en grúas. La declaración a Daniel Meza,
la tomó parte del equipo investigador, pero no fue él. No indica que haya percibido el impacto. Él
escucha una primera detonación, estando detrás de la Mahindra, su señora entra en shock, le dice
“¡cúbrete!” y luego oyen gritos. Al tratar de retomar la marcha se percata que no podía moverse. Él
advierte que el vehículo no se mueve. El tuvo que echarle agua, avanzar. La señora Nieves entra en
shock después del disparo y no permite obtener información.

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El 10 de noviembre el vehículo estaba como aparece en la foto, no se indagó las razones de
ello. Se realizaron pericias químicas por la perito de Carabineros. Ella indica que son fragmentos de
proyectil balístico lo que sacan de la caja. En la foto que vio se ven fragmentos.
Señala que, en el radiador al ser perforado, pierde líquido refrigerante, y si había rastro de
pólvora allí se perdió. El teniente Delgado señala que el orificio tiene características de proyectil
balístico, eso en la parte de sus características, no en términos químicos.
La vaina encontrada en la camioneta es marca Cor-Bon, no sabe si es de las compradas el día
08 de noviembre. El informe de la DGMN solo hace presente calibre y cantidades. No se puede
descartar que sea ese, también se pueden obtener en el comercio informal. No sabe que limitaciones
hay a la compra de municiones. Se pudo determinar que, en el semáforo, junto al retorno, se hacia la
dinámica de “el que baila pasa”. No sabe la cantidad de personas. Sólo se contó con la cantidad de
gente por los videos.
Tuvo otros procedimientos en lo relativo al “estallido social”. Muchas funciones tuvieron que
empezar a ampliarse en esa fecha. Hubo manifestaciones vinculadas al festival de Viña, también hubo
detenidos allí, también por porte de armas. Las dinámicas relativas a “el que baila pasa” corresponden a
bloqueo del tránsito. Esta conducta, a contar de febrero, es delito. Se informó mediante
documentación interna que pasaba a ser delito. La norma no habla de “el que baila pasa” pero habla de
interrumpir la circulación de vehículos, con distintas dinámicas.
Se le exhibe prueba denominada “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI,
recopilados de redes”, video 2, expone: dice que la primera escena, es la detención frente al
semáforo; esta es la segunda detención; la tercera es la que ocurre en Las Brisas; se escucha un sonido
del disparo, y se oye un sonido metálico, que podría ser una patada, de una persona contra la
camioneta; sabe que en el lugar no se pudieron hacer trabajo de sitio del suceso. El ruido que se
escucha es un ruido hueco, lo que permite colegir que es una superficie blanda la que impacta. Es
diferente de lo que sucede con una piedra, que es un ruido plano. Los videos son de uso doméstico. Se
escuchan gritos, se escucha un grito que dice “maten al hijo de perra!”. No sabe quien pudo afirmar
eso, podría ser incluso el mismo que levantó el video.
Acá el ánimo había cambiado, en la primera detención. No sabe si la gente había advertido lo
del “chaleco amarillo”. Ahumada no refiere lo del chaleco. Si lo señala Soto, pero no precisa en qué
momento advierte que portaba el chaleco. Lo de “¡maten al hijo de perra!” es un grito!”. Se ven a no
más de cinco personas pateando el portalón del pick up. Ve una persona de pelo largo, que sale hacia el
costado derecho de la calzada. Se ve una persona que luego del disparo corre en dirección opuesta. Al
ser lesionado, Ahumada estaba de pie, corre en contra de la camioneta.
En relación con la micro que aparece en el video, en un comienzo, se trató de buscarla, pero no
fue posible, no se ve P.P.U. ni características de la maquinaria. No se indagó respecto del punto de los

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recorridos. Además de Ahumada, no lograron identificar más personas en esta dinámica de “el que
baila pasa”.
De acuerdo con las imágenes del video, no pudo determinar si una persona fue atropellada.
La esquina de Ignacio Carrera Pinto tiene una pista de recuperación, que comunica a la vía
principal. Sobre ese espacio, solera, había personas sentadas. Antes del semáforo vehicular se ven dos
personas sentadas, sobre la solerilla, se pie.
Se trató de ubicar a la persona del Xsara, pero no hay una imagen en que parezca la P.P.U.
Desde el semáforo peatonal, a la pista de regreso, cree que deben ser tres cuadras.
El conteo oficial habló de cerca de 4.000, ahora no sabe la distribución, ya que se distribuyeron
en un sector más amplio.
Las pistas estaban libres, que eran tres. Los estacionamientos de los lados estaban utilizados,
pero son distintos que las pistas.
Se le exhibe video 3, del mismo medio, expone: se alcanzan a escuchar insultos al imputado.
No se alcanzan a ver golpes a la carrocería, sólo aparece el costado derecho de la carrocería. Se ve al
señor Ahumada al final, entre el antivuelco y la carrocería. La distancia entre Ahumada y el conductor,
fue posible de precisar, los detalles los va a entregar el perito planimétrico. No cree que la vaina
encontrada en el móvil sea la de ese disparo. No puede precisar eso. Más que ángulo de tiro, se ve la
dirección, hacia la izquierda.
Entiende que el perito balístico analizó trayectorias y debiese hablar de ese tema, de los
ángulos. Él sólo revisó el peritaje planimétrico, los resultados.
Se le exhibe video 4, del mismo medio, expone: en este video no se advierte la posición del
Hyundai; en el video 1, se establece que estaba a tres o cuatro metros; las precisiones de planimetría las
tiene el perito; en el video se escuchan golpes, insultos, se observa el lanzamiento de una piedra del
costado derecho.
Se le exhibe video 5, del mismo medio, expone: ve una persona de pelo largo que arroja una
piedra a Cobin, un poco más grande que el tamaño de una pelota de tenis; no aprecia que ese objeto se
desarme luego del impacto. Se aprecia allí el segundo y tercer disparo. No sabe cual de ellos
específicamente. Ambos disparos fueron realizados en el mismo lugar. El sonido que se siente acá no
es igual al primero, acá va asociado a una explosión. Es el único vidrio reventado. El disparo cuatro se
escucha con la camioneta ya en movimiento. Cuando recibe el segundo impacto, del tamaño de la
pelota, la camioneta estaba detenida.
Al tribunal aclara, le llega la orden de investigar, le ha tocado trabajar otro tipo de causas
asociado al robo de vehículos. El trabajo realizado por su sección y por él es de especial
responsabilidad, ya que la fiscal confía en su sección.
Cuando llega la orden, ellos logran ubicar al Hyndai Accent rojo, que en diciembre no estaba
ubicado. Ellos se entrevistaron con el señor Molina, que es el propietario inscrito del Hyndai. La

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entrevista la realizan primero de forma telefónica, con Molina, parta coordinar la declaración. Lo que
indica que dijo el testigo Molina, se basa en lo que el [el declarante] pudo leer de la declaración por
escrito.
Todos los disparos fueron en la avenida Ignacio Carrera Pinto, avenida a la playa.
El primer disparo es con los dos pies en el móvil, el segundo y tercero bajando el móvil, y el
cuarto con el vehículo en movimiento.
El disparo a la playa no se produce estando el sujeto en el piso. En el video 6 o 7 apare ce ese
disparo, cuando el vehículo va de salida.
La dinámica sería camioneta John Cobin se detiene ante el bloqueo realizado en Borgoño con
Ignacio Carrera Pinto. Antes del móvil, está el Citröen gris, el conductor baja, salta, sube ya avanza. El
bloqueo se abre, el conductor avanza y cuando se va bajando el bloqueo, la camioneta Mahindra
acelera, momento en el cual siente o escuchan golpes en el pick up, lo que hace que la camioneta se
detenga, habiendo pasado cinco metros, desde el bloqueo, pasado el bloqueo, se avanza a la camioneta,
lo insultan, él abre la puerta costado izquierdo, realiza el disparo a la izquierda. Ahí resulta lesionada
esta persona.
Repregunta la defensa, le indica que los golpes fueron previos al primer disparo, los gritos
también. Entiende que Ahumada dijo que Cobin abrió la puerta;
b)Declaración del perito Axell Mauricio Tepper Maturana, médico legista del Servicio Médico
Legal (en adelante S.M.L.), quien expuso su informe indicando que examinó en el servicio a Luis Jesús
Ahumada Villegas el 5 y el 17 de febrero de 2020. Es una persona de 23 años, soltero, técnico en
informática, cédula de identidad 16.548.967-5, quien relató que en la tarde del día 10 de noviembre de
2019, iba cruzando por la calle, desde la playa en Reñaca, se detuvo una camioneta, él decidió cruzar
por detrás y se bajó el conductor, quien sacó un arma de fuego y le disparó a dos metros de distancia,
recibiendo el proyectil en la cara anterior del muslo izquierdo, teniendo orificio de salida en la cara
posterior externa de la misma extremidad. No tuvo pérdida de conocimiento, sí tuvo dificultad para
caminar y recibió ayuda de transeúntes, quienes le realizaron un torniquete en la extremidad inferior
izquierda y, luego, fue trasladado al Hospital Gustavo Fricke .
Indicó el perito que, al momento del examen, Luis Ahumada presentaba dificultad para
caminar, por un dolor en el tercio inferior del muslo y rodilla izquierdos, refería dolor y sensación de
hormigueo en muslo izquierdo y sensación de hormigueo en ese muslo. Estuvo con licencia médica
por 63 días.
Señala que al examen físico constató la dificultad de desplazamiento, así como la existencia de
dos cicatrices moradas, ovaladas, en el muslo izquierdo. La primera de ellas, ubicada en la cara anterior
del muslo izquierdo y medía 2.0 cm. por 1.0 cm. La segunda cicatriz medía 2.3 cm. por 1.3 cm. y
estaba ubicada en el borde lateral del glúteo izquierdo.

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La primera cicatriz se ubicaba a 75 cm. del talón, a 8.5 cm de la línea media y a 25 cm de la
línea posterior. Esta misma cicatriz se encontraba sobre un área levemente deprimida, con perdida de
tejidos blandos, de 5.0 cm por 5.0 cm. La segunda cicatriz estaba ubicada a 78.5 cm., del talón, a 16 cm.
de la línea media y a 9 cm. de la línea posterior. Además, presentaba dolor a la flexo extensión de la
extremidad inferior externa a la elevación de la extremidad y a la palpación, tanto en la cara anterior y
externa del muslo izquierdo.
También se evidenció una atrofia muscular en el muslo izquierdo y presentaba pérdida de
sensibilidad en el tercio inferior de muslo izquierdo.
Al examen físico no se evidenció perdida en la perfusión distal.
Además, revisó dos documentos, el primero un D.A.U. del Hospital Gustavo Fricke del 10 de
noviembre de 2019, en el que se indica la existencia de una herida por arma de fuego en el tercio
proximal del muslo izquierdo, sin complicación y sin signos de lesión vascular. Se señalaba, además, la
revisión de un informe de angio-escanner que corroboraba la ausencia de lesión vascular.
Manifestó el perito que revisó el informe angio-escanner de extremidades inferiores de 10 de
diciembre de 2019, en que se evidenciaban cambios inflamatorios y lesión traumática de partes blandas
y del compartimento anterior del muslo izquierdo, con ausencia de lesión vascular y con presencia de
un proyectil en la zona posterior del glúteo izquierdo.
Señala que como conclusión y con la información a la vista, puede decir que lesiones son
compatibles con acción de un elemento contundente, proyectil de arma de fuego, de pronóstico grave
y que sana, salvo complicaciones en 2 a 3 meses con igual tiempo de incapacidad. La trayectoria
anatómica es de anterior a posterior, de inferior a superior y de derecha a izquierda. Concluye, además,
que las lesiones son compatibles con los hechos descritos.
A la fiscal respondió en cuanto a la referencia a la ausencia de lesión vascular, que en este tipo
de lesiones producidas por un elemento, proyectil arma de fuego, y considerando la zona anatómica
donde se recibió el proyectil hay vasos sanguíneos de gran, mediano y pequeño calibre, que pueden ser
afectados por la acción directa del elemento y también por la acción indirecta del elemento
contundente, es decir, por la onda expansiva que se produce en tejidos blandos.
Entre los vasos de gran dimensión se encuentra la arteria femoral que, si se lesiona, puede
haber una hemorragia de gran cuantía, generando como repercusión un shock hemorrágico e incluso la
muerte del individuo.
Entre los vasos de mediano calibre se encuentran las arterias de menor tamaño y que son ramas
de la arteria femoral, que dan irrigación a las estructuras de la zona. Esos vasos de mediano calibre,
dependiente de la extensión del daño que se haya generado en ellos es su gravedad. Si estos vasos de
mediano calibre se dañan, ya que son ramos de la femoral, va a generar una repercusión cardiovascular
y de irrigación en la extremidad y podría tener más gravedad.

32
Respecto de las cicatrices, en cuanto a que sea de inferior a superior la lesión y medición que
señaló, explica que cuando concluye trayectoria de un proyectil, se realiza en base a posición anatómica
del individuo, de pie, con su cabeza derecha mirando hacia delante, con las palmas mirando hacia
delante y las piernas juntas. Sin embargo, Luis Ahumada refirió que estaba en una situación en
particular, con la extremidad inferior izquierda flectada y elevada, formando un ángulo recto con la
rodilla, lo que explica en audiencia simulándola con su cuerpo. Dijo Luis Ahumada que estaba en esa
posición como actitud de defensa ante el proyectil que recibió.
En este caso, en base a la posición de la víctima, es muy importante puesto que el que señale
que la dirección es de inferior a superior, puede significar es que el disparo vino desde abajo o fue
rebote, pero en base a la posición anatómica del individuo, por lo la dirección es más bien explicativa a
la posición anatómica. El disparo fue efectuado a dos metros como señaló Luis y directo.
Explica el perito que no dice que haya sido un rebote, que ello puede prestarse a confusión en
base a la posición anatómica, pero que cuando se determina la trayectoria del proyectil se realiza en
base a la posición anatómica del individuo y es por esto que en base a las medidas que realizó el
examen de Luis, es que señaló esa trayectoria, en base a posición anatómica que describió, esto es de
pie, con su cabeza derecha mirando hacia delante, con las palmas mirando hacia delante y las piernas
juntas, y no la del pie levantado que adoptó Luis al momento de los hechos. En este caso, la dirección
de abajo hacia arriba obedece a la posición anatómica de la víctima y no a la trayectoria del disparo.
Al momento del examen la víctima se desplazaba por sus propios medios, con dificultad.
No determinó la distancia de la a femoral a que llego el impacto, para ello hay que realizar otros
estudios adicionales.
La distancia señalada de la cicatriz de 75 cm. del talón, del orificio de entrada, respecto de 78
cm. del talón, también del talón, no permite concluir que necesariamente sea una trayectoria
ascendente, ya que al impactar el proyectil partes blandas, esta dirección puede cambiar en base a os
elementos con los que se encuentre al ingresar.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala en cuanto al disparo directo que refirió, lo hizo en torno al relato
de la víctima y al examen que realizó a los informes que analizó, por lo que pudo concluir que las
lesiones son concordantes con hechos descritos.
Las lesiones eran compatibles con la anamnesis, la versión de Luis Ahumada, la revisión
documentos médicos que señaló y en base a esos exámenes y la evolución de las lesiones, concluyó que
eran compatibles con su relato.
Respecto de la atrofia muscular de muslo izquierdo, indica está relacionada con efectos del
desuso de la extremidad inferior izquierda, como consecuencia del daño que tuvo en esa extremidad,
de acuerdo con el examen físico y angio-scanner de extremidades inferiores. Los cambios inflamatorios
y traumáticos son conciencia del impacto de proyectil. Para determinar si la pérdida de sensibilidad en

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muslo izquierdo es consecuencia del impacto de proyectil, habría que realizar exámenes adicionales de
igual modo que para determinar las secuelas.
Responde que el 5 febrero y el 17 de febrero de 2020 vio a la víctima, en ambas ocasiones,
desplazarse por sus propios medios con dificultad.
A la defensa, señaló que los documentos que tuvo a la vista son los que señaló, DAU e
informe de scanner, más la versión de Luis Ahumada.
Respecto del DAU, no sabe el tiempo que Luis Ahumada estuvo en el hospital, fue dado de
alta, no recuerda la hora. Exhibido el documento “DAU N° U0003198216, Hospital Gustavo
Fricke, correspondiente a Luis Ahumada Villegas. (3 hojas) de fecha 10 de noviembre de
2019”. Indica que corresponde a Luis Jesús Ahumada Villegas, de fecha 10 de noviembre de 2019, la
hora de categorización 17:43 horas. Se deja constancia del término de atención de urgencia del señor
Ahumada, a las 23:12 horas, del mismo día 10 de noviembre. En consecuencia, fue dado de alta de
atención hospitalaria de urgencia el mismo día. En ese documento se consigna las conclusiones del
scanner que se le realizó, hay referencia a proyectil metálico que queda al interior del cuerpo de
Ahumada. En el angio-scarner se encontró un proyectil metálico en la parte posterior del muslo
izquierdo, sin embargo, esto pudo ser una parte del proyectil que ingresó por el orificio de entrada.
Hay un agujero de entrada al interior del muslo izquierdo a 75 cm. del talón, en la parte anterior del
mismo izquierdo y un orificio de salida en la parte posterior del mismo muslo y a 78,5 del talón el de
salida y un pedazo de proyectil dentro de muslo izquierdo.
Sólo realizó el examen físico del S.M.L., los demás exámenes son de peritos. Al examen físico
no se evidenció, con la palpación, la presencia del proyectil.
No se consignó en su informe alguna fractura en la extremidad inferior izquierda y para hacerlo
se requieren exámenes adicionales. Sobre ello no puede contestar porque no es de su pericia. En
cuanto a si es probable que el proyectil se haya fraccionado al golpear previamente una superficie dura,
como el pavimento, responde que cuando realizó el examen verificó dos orificios, de entrada y salida,
en las medidas que señaló. El orifico de entrada es de menor tamaño, porque se genera el efecto de que
el tamaño es menor debido a que el proyectil al momento de ingresar al organismo tiene que romper
ciertas barreras, la piel dermis, epidermis y superficies circundantes, en cambio salida es mas grande
porque ya se relajó la tensión del organismo, entonces esta fragmentación pudo haber sido dentro del
organismo.
En cuanto a la pregunta acerca de si el que el proyectil esté fragmentado corresponde a que
haya tenido contacto con una superficie dura, responde que no es materia de su peritaje.
Que parte del proyectil esté dentro del cuerpo confirmaría que la persona recibió el proyectil,
así como las cicatrices y los informes que revisó.

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El scanner en cuanto a la presencia de un proyectil que se describe en ese informe, indica que
ese informe tiene los protocolos habituales de urgencia hospitalaria. Esta bien hecho, así como el alta,
porque se entregan las instrucciones respectivas.
El informe del perito tiene fecha 25 de febrero de 2020, es de una plana, lo leyó antes de venir
a declarar, en la anamnesis las anotaciones adicionales son por protocolo del S.M.L.
El contenido del informe, de acuerdo con el protocolo del S.M.L., contiene cosas relevantes y
al respecto contesta que la posición anatómica no se consignó en el informe, pero si en sus
anotaciones.
Vio televisión y lo relativo a entrevistas y los disparos, en forma previa al juicio.
Al tribunal aclaró, que en cuanto a las entrevistas de Ahumada fueron necesarias dos. El 5 de
febrero hizo el primer examen y el 17 de febrero [el segundo]. Quiso realizar el segundo examen
porque quiso realizar con mayor precisión las medidas de las cicatrices, tanto las heridas como su
posición en relación con los respectivos ejes que se analizan. El 5 de febrero obtuvo los datos, el
relato, vio los informes médicos adjuntos y efectuó un examen físico completo y el 17 de febrero
complementó aquello realizando nuevamente el examen físico, para ver eventual modificación y
efectuó la medición desde las cicatrices hasta los distintos ejes que ya ha señalado;
c)Declaración del testigo Luis Jesús Ahumada Villegas, empleado, señala a la fiscal que en el
marco del estallido social, en noviembre del año pasado, se hizo una convocatoria por redes sociales, a
una manifestación pacífica, familiar, el día domingo, en la playa de Reñaca. Aprovechando su día libre
por el trabajo, se contactó con unos amigos, decidió ir a la playa, ya que todos tenían días libres en sus
trabajos. La idea era compartir en la playa, uno de ellos, Nelson, iba con su hijo de ocho años, Joaquín.
Llegaron a la playa, estuvieron un rato compartiendo, se bañaron un rato, compartieron, había risas,
cánticos, cantaban, gritaban. La idea era reunirse, estar comiendo. En el transcurso, decidieron ir al
baño a los locales comerciales, estaba llegando bastante gente junta, se veía mucha gente. En eso
llegaron a la calzada de [calle] Pinto, había gente en el semáforo, junta, empezando a hacer “el que
baila pasa”. Llegaron hasta ahí, observaron, él participó de “el que baila pasa”. El contexto era
festividad, era de cánticos, bailes, gritos, los choferes se bajaban, saltaban, cantaban. No había un
ambiente tenso de peleas o gente discutiendo, nada de eso. Era todo tranquilo a ese momento. Estaba
participando en “el que baila pasa”, se le da la pasada a un vehículo, la gente se va a las veredas, pasa el
vehículo. Esto paso muy rápido, en cinco segundo pasaron las cosas. Le dieron la pasada al vehículo,
pasó, la gente estaba a los costados, no venía detrás ningún vehículo apegada. Hay una curva o
rotonda, pasó un vehículo, al que le hicieron este “el que baila pasa”. Llega a la curva una camioneta
Mahindra, llega acelerando. No se percató si estaba parada. No había vehículo, pasó acelerando, a él
casi lo atropella, se echa para atrás, casi lo aplasta contra la reja, él se tiró como pudo. En ese
momento casi aplasta a otros también. Había mucha gente que se “achoclonó” a la vereda. El hace el
quite, ve que no le alcanza a pegar, su reacción fue tirarse a la vereda, su reacción fue darle un golpe a

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la camioneta, casi lo atropella. Su reacción fue pegarle. En ese instante, se hizo a un costado, le hizo el
quite, se fue por detrás de la camioneta. Se fue por detrás de la camioneta, por la vereda, buscando a
sus amigos.
Él pasa por detrás, pasa por el borde del lado del copiloto. Hacia el lado del copiloto de la
camioneta se fue por el borde, ubicó a un amigo. Se fue de adelante hacia atrás, después que casi lo
atropella, le dijo al amigo “va a quedar la ‘cagá’, va a quedar la grande”, lo vi que venía a atacar porque
va con chaleco amarillo. De hecho cuando venía acercándose a atropellarlos, lo vio con el chaleco
amarillo, porque era reflectante, le dice a sus amigos que fueran al baño, va cruzando por detrás de la
camioneta, al terminar de cruzar a los locales, cruzando la camioneta atrás, escucha que gritan tiene un
arma, pero no veía a quien se refería. En ese instante que va a cruzando, escucha el griterío, se percata
que se abre la cabina del conductor, se abre la puerta, él bajó una pierna en ese momento, se gira hacia
atrás con medio cuerpo, con el pie apoyado, le apunta y le disparó de frente. El estaba en la equina de
la camioneta, parte trasera. Estaba por el lado del conductor. Ve que se abrió la puerta de repentino.
Ve que se abre la puerta y él baja un pie saca su cuerpo, quedaron a no más de dos metros de frente, él
lo vio, dispara y atina a arrancar. Él aceleró el vehículo, aceleró un poco más adelante. Él quedó
congelado. La gente lo ayudó como a reaccionar.
Llegó la gente a auxiliarlo, llegó mucha gente a asistirlo, la gente lo ayudó, lo estiró en el suelo,
lo auxiliaron, una niña con una bandera trató de hacerle un torniquete, ya que botaba mucha sangre.
Tenía dos heridas, una por delante y una por detrás. La gente le baja el pantalón para asistirlo bien.
Cree que si no es por la gente, habría muerto desangrado. La sensación de desvanecerse, el susto, fue
terrible. Le costó más de un mes asimilar, vivió un acto terrorista. Fue a la playa, fue terrible, fue un
acto terrorista, que le dispararan, que una persona disparara como loco. Estaba en el suelo, él no se
escapó a su casa, aceleró y se quedó adelante. Se escucharon tres disparos más cuando estaba en el
suelo, los que lo socorrían tuvieron que tirarse casi encima de él. Fue muy caótico, el miedo, tenía
miedo, no sabía qué iba a pasar, pensó que iba a regresar a rematarlo.
El veía que seguía saliendo sangre, pensó que se iba a morir, se sintió mareado, medio torpe,
pero personas con sus banderas lo asistieron, un joven sacó un saturómetro para medirlo. Tampoco
llegó la ambulancia. La gente hizo parar un vehículo, para que lo llevaran a la posta. Lo subieron a la
camioneta. Él, como pudo, lo llevó al hospital. Se metió contra el tránsito, tocando la bocina, era una
persecución de video juego. Él seguía sangrando, se subieron dos de sus amigos y una niña que le
seguían presionando la pierna para que no sangrara. En el Fricke lo recibieron, no tenían cómo
atenderlo, no tenían espacio, lo atendieron fuera, en la gente que espera, en el pasillo, le detuvieron la
hemorragia. Lo querían dejar hospitalizado, para observarlo, pero no tenían camilla, tenían que
conseguirle una. Llegó mucha gente herida, estaba todo saturado. Lo hicieron orinar frente a la gente
que estaba esperando por otras cosas. Fue lo peor que pudo haber vivido. Esto le costó dos meses que
estuvo postrado en cama. Allí lo atendieron con lo poco que tenían. Le pusieron un parche en la

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pierna, delante, para evitar sangrado. Le pusieron un parche en la parte frontal, donde entró la bala, en
la puerta del muslo izquierdo, le cubrieron la herida frontal, la trasera descubierta [En el hospital] no
tenían insumos, lo dejaron cinco horas en observaciones. Lo metieron a una maquinita para ver los
daños en el músculo. Tuvo hasta las dos de la mañana en el hospital. Lo mandaron a la casa porque no
tenían salas ni camilla donde atender. Le dijeron que tenía que irse a casa y volver al otro día a curarse.
Le dijeron que no se cosían esas heridas, debía ir a curarse. El apósito se le pasaba cuatro veces en el
día. Su sangrado fue continuo durante dos semanas, debía ir diariamente al consultorio, tres días, a
hacerse las curaciones. El va al consultorio Mena, pero no había nada, no habían insumos, lo derivaron
al del Centro de Justicia. Su hermana que es paramédico le ayudó bastante, ya que ella le hizo las
curaciones cuando no podían en el consultorio. Su hermana se llama Valeska Villegas Ahumada. Ella le
hacia curaciones. Debía ir al Hospital Pereira para hacerse curaciones. Estuvo dos meses postrado en
cama en que no pudo levantarse, no podía moverse hacia ningún lado, su pierna estaba tan hinchada,
no podía ir a orinar, todo lo hacia con ayuda, le provocó estrés, ansiedad, pensó que iba a quedar así
para siempre. Durante tres meses fueron curaciones día por medio, la herida estaba abierta y no podía
exponerse.
Cuando lo atendieron los chicos en la playa, le hicieron curaciones allí, muchas personas
metieron manos, y eso provoco que le hicieran una limpieza en el hospital, llegó con la herida muy
sucia, ya que trataban que no se desangrara.
Al tercer mes recién empezó a apoyar la pierna, por sus propios medios.
Cuando pasó esto, durante el transcurso de la semana, fue caótico, eso le provocó temor,
cuadros de ansiedad pánico, no saber llevar.
Le provocó un cuadro de shock, eso lo fue recuperando.
Dice que había una convocatoria con varios nombres, algo de los “flaites”, de las marraquetas,
se llamaba a algo familiar para el día domingo, para que la gente pudiera conversar, compartir. Se
llamaba a manifestarse en el marco del “estallido social”. Él, con sus amigos, iban a la playa iban a
compartir, llevaron comidas, sándwich, para compartir.
En el grupo con que fue estaba Nelson Rivero, su hijo Joaquín, de ocho años; Jaime Soto;
Consuelo Osorio; otra amiga, Arlis. Llegaron a las cuatro y media de la tarde aproximado. No sabe qué
sector de Reñaca es. Estaban en la playa, a la misma altura del semáforo.
Ellos deciden ir al baño cerca de las cinco o cinco y media a buscar un baño. Fueron todos los
del grupo a buscar un baño.
“El que baila pasa” es que se ponía gente en el semáforo, cantando, bailando, se ponían en la
calzada, saltando, gritando “el que baila pasa”. Llegaban los conductores, se bajaba, saltaba, luego ellos
se subían. El conductor se bajaba, saltaba. Se cantaba y repetía “¡el que baila pasa!”. Cree que había
unas cien personas o más haciendo esa dinámica. Todos estaban en la calzada.

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La camioneta la ve cuando hacen pasar un vehículo. Se hacen a un costado, ven la camioneta
con velocidad, lo ven con un chaleco amarillo porque se notaba de lejos.
Él vio una camioneta gris de marca Mahindra, venía una pura persona allí.
Él no vio a nadie más usando ese tipo de chaleco amarillo en la playa.
El primer vehículo, gris, no recuerda su marca. La camioneta estaba detenida en la curva, que
viene de Borgoño, cuando la gente hizo pasar el vehículo, él tiro el vehículo hacia el grupo. El
conductor acelera con mucha velocidad, hacia el grupo de gente que estaba en la vereda. La gente se
iba a poner en la calle, pero no alcanzó a juntarse la gente, porque él llegó como al tiro. No se le hizo
“el que baila pasa” a él. En ese momento estaba en la vereda, esto pasó en segundos, él atinó a buscar a
unos amigos e irse por el costado hacia atrás. Su reacción fue de esquivarlo, se fue hacia atrás y le dio
una patada a la camioneta. Le mentiría si le dice dónde le pegó a la camioneta, fue un momento de
caos. No recuerda qué zona de la camioneta golpeó. Vio que la puerta se abrió, sólo vio que la puerta
se abrió. Se abrió la puerta de la cabina del chofer. El quedó al frente del conductor, a unos dos
metros, lo apunta y le dispara.
Cuando paso, él estaba parado y de frente a la persona de chaleco amarillo. No podría decir que
estaba de tal forma, termina de cruzar, y lo ve que le apunta y le dispara. Estaba parado de frente. No
recuerde donde estaban sus brazos. Recuerda que estaba parado, de frente, cuando recibe el disparo, su
reacción fue de taparse el cuerpo, recogerse, poner el cuerpo hacia atrás, en forma fetal, no sabe como
explicarlo. Cuando lo apuntan, la reacción del cuerpo es como esquivar, describe una posición de
recogimiento, con una pierna levemente levantada del suelo. Gesticula que fue apuntado con una
pistola. Señala que pasó por detrás, le apuntó y disparo. Vio un arma, no sabe la diferencia entre
revólver y pistola. Vio algo como un arma de 15 cm de largo, no sabe si tenía nuez. Él estaba de frente,
vio que lo hirió, él acelera, y lo ve que para más adelante.
Escuchó tres disparos más. No sabe si alguien más resultó herido. Estuvieron media hora en
Reñaca desde su llegada hasta que ocurre este hecho. El ambiente en ese momento era de cánticos,
saltos, gritos, de festividad, estaban muy a gusto compartiendo, había presencia policial en el lugar.
Cuando la Mahindra gris se va hacia la gente, la gente lo intenta esquivar, no pudo atropellar a
nadie. Ahí empezó el caos. Hasta allí no había violencia, el ambiente era grato. Había adultos, niños,
gente de la tercera edad, todos escapando por su vida. Fue caótico esto. Él cree que debe haber estado
unos 15 minutos en el suelo.
Ese día el no vio hechos de saqueo.
Ese día cuando se interrumpía el tránsito, sólo era de esto, de hacer bailar. La gente se bajaba
participando de la manifestación, a veces iba gente con copiloto y se bajaba el copiloto. Era un
momento de festividad, hasta allí era todo alegría. Era festividad, hasta allí no había violencia. Después
de esto, no volvió a hacerse “el que baila pasa”. Después quedó el caos en Reñaca. Esto le produjo

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estar poco más de tres meses con licencias, no pudo trabajar. Se las pagaron las licencias. Estuvo tres
meses sin trabajar, postrado en cama.
Pudo ver al que le disparó, era un hombre, de unos 50 años, de lentes. No era delgado, era un
poco macizo por decirlo así. El pelo era gris, canoso. Nunca ha sido contactado con esta persona.
Reconoce al acusado presente en la sala como la persona que le disparó.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que antes de estos incidentes él no sufría estrés, pánico. Ahora
sigue con la ayuda de Paula Lobos, la psicóloga. Ella le ha ayudado con este proceso, ya que tenía
muchos flahes. Posterior al disparo tenía flashes, escenas, no tenía como la secuencia de todo. Paula
Lobos lo atiende de manera gratuita, gracias a la gestión de Rita Díaz, su abogada. La primera sesión
con Paula Lobos, cree que debe haber sido en principio de diciembre de 2019. Hasta hoy sigue en
sesiones con paula lobos. Lo hace una vez a la semana.
Él declaró en la policía, pero no declaró estas cosas, estuvo como un mes que no podía asimilar
lo sucedido, tuvo un acoso periodístico, lo llamaban de los matinales, no tenía tiempo de meditar y de
pensar lo que había pasado. Pensar en vivir un acto terrorista que llegue una persona a disparar, no
saber cómo defenderse.
Señala las edades estimadas de las personas que lo acompañaron. Ellos llevaron pollo, comida,
sándwiches. Ellos pasaron a comprar las cosas en unos negocios en Valparaíso. No recuerda con qué
pierna lo golpeó [al vehículo], pero sí que lo golpeó.
Se abre la puerta, saca su pie izquierdo, saca medio cuerpo mirando hacia atrás, él estaba como
semi-sentado o semi-parado, giró el torso, parte izquierda hacia atrás. Tenía el torso en el asiento del
chofer, no sabe si otra persona abrió la puerta. Él baja el pie izquierdo, lo apoya en el piso, saca medio
cuerpo, lo apunta hacia atrás de la camioneta. Él tomo la pista, apunta y dispara. La persona explica y
gesticula, toma la pistola en mano derecha y apunta hacia arriba, gira su torso, bajo la pierna izquierda,
gira y con las dos manos extendida disparo y percutió (gesticula colocando la mano paralele a la line del
suelo y extendidas).
Él calcula que le dispararon a dos metros no más de eso.
Cree que le dieron el alta a las dos de la mañana.
Cuando pasó lo de los apósitos, empezó con su cuadro de ansiedad, pensó que iba a necesitar
ayuda para todo, tenía su pierna hinchada y no podía moverse.
No recibió ningún tipo de ayuda del Estado.
En las noticias vio videos que mostraban a la persona que le disparó, en que él sigue
disparando hacia la playa o hacia la gente, después del disparo que le hizo a él. Lo vio en las noticias.

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Ese día hacía calor, andaban vestidos veraniegos. No portaban nada en las manos. Los que
estaban con él en “el que baila pasa” no portaba nada.
A la defensa respondió que le tomaron varias declaraciones, primero en el momento en que
llegó al hospital y ahí el mismo día 10, alrededor de las ocho o nueve de la noche le tomó declaración la
P.D.I. A los dos o tres días los policías de la P.D.I., fueron a su casa a hacerle consultas, eran dos
funcionarios, hombres. Ellos tomaron nota de la declaración y le leyeron lo que el testigo habló y cree
que la firmó, no lo recuerda.
En diciembre de ese año fue a la fiscalía a declarar.
Después de esas tres declaraciones le llamó un carabinero y le pidió un audio explicando lo
sucedido, le dijo que era de la Prefectura de Viña del Mar. Eso fue entre fines de diciembre y enero,
después de ir la fiscalía. Le mandó el audio por WhatsApp al carabinero. No recuerda cuánto duró el
audio.
Ese carabinero también se contactó con Consuelo, ella le mandó un audio de WhatsApp
explicando lo visto. Con Soto Herrera y Nelson Rivera también se comunicó el carabinero y ellos le
enviaron un audio. Después de eso, al testigo no lo volvió a llamar el carabinero.
Con la psicóloga se había contactado antes. El tratamiento psicológico lo empezó a comienzos
de la primera quincena de diciembre del año pasado. Efectuado el ejercicio contemplado en el artículo
332 del Código de Procedimiento Penal respecto de su declaración prestada en la fiscalía con fecha 17
de diciembre de 2019, recuerda la fecha de esa declaración e indica que a esa fecha ya había tenido una
entrevista con la psicóloga. Lo habían derivado a una psicóloga, pero no tuvo recursos para pagarlo,
por lo que se la consiguió su abogada Rita Díaz.
En la declaración del día 17 de diciembre hubo varias cosas que en ese momento no las
recordaba. El tratamiento con la psicóloga lo ayudó a recordar. Hasta hoy recuerda cosas que se le
habían olvidado, como que casi lo atropella y que él lo había esquivado. Se le han venido imágenes y
recordado ciertas imágenes, como el atropello y que estaba saltando, gritando.
En su declaración no recuerda si dijo que otra persona casi había sido atropellada, tampoco dijo
que el testigo casi había sido atropellado, ni que le había pegado una patada a la camioneta. Recuerda
que le pegó una patada a la camioneta, pero no recuerda la parte especifica del vehículo en que dio la
patada, sólo parte trasera. No recuerda haber estado tratando de detener la camioneta con un polerón,
eso no es cierto, porque nadie lo detuvo. Eso lo recordó viendo los videos. Dice que evita verlos
porque le trae malos recuerdos. Los vio para prepararse. Recordando cosas.
Reitera que ha ido recordando la secuencia de lo que pasó con el tiempo.
Llegaron con sus amigos a Reñaca en una micro. Se bajaron de ella a unas dos cuadras del lugar
del semáforo. Desde ese lugar hasta la playa se toparon con mucha gente, más de 50 a 100 personas.
Todos se bajaron en un paradero en el que hay una iglesia y bajaron hacia la playa. Las micros iban
llenas de gente, la que se bajaba en el paradero.

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En la calzada, después, estaba lleno. En la playa había mucha gente.
En cuanto a las cosas que habían llevado a la playa, había latas de cerveza, un pack de cervezas
y una Fanta.
Responde que no fuma marihuana y no vio a las personas que estaban en la playa que fumaran
marihuana. En la playa que estaba ahí, el tomaba bebida y algunos comían y tomaban bebidas
alcohólicas. Los que estaban en la playa cantaban, no en contra de los cuicos. No se sabe las canciones,
solo recuerda el que baila pasa. No recuerda lo que decían las canciones. Había gente de todos los
equipos de futbol. Bombos no había, banderas y lienzos sí. En cuanto a banderas con palos o tubos
plásticos, sí había, una que otra.
Las cosas que llevaban a la playa las portaban en mochilas y bolsas. El testigo perdió su
mochila. En ese momento, al cruzar la calle, él llevó su mochila
El testigo dice que estuvo en el que baila pasa unos 10 a 15 minutos. Durante ese tiempo
pasaron los vehículos, uno tras otro. Era como una espera de dos o tres vehículos. No se hacía taco.
Toda la gente que pasó antes, bailó, cantaban, saltaban. Los que pasaron antes no llevaban chaleco
amarillo.
La calle que viene de atrás, hay una curva, cuando se asomó la camioneta, el conductor estuvo
un momento parado, no sabe si por el semáforo o porque había otro auto, ahí vio que el conductor
llevaba chaleco amarillo. En el lugar de la vuelta y las pistas que vienen de Concón hay una reja contra
la cual casi lo aplasta. Lo vio, al conductor, cuando se asoma en la curva en la especie de plaza que dice
el defensor. La gente gritaba “es un chaleco amarillo” y después la gente gritó “tiene un arma, tiene un
arma”.
Eran más de 20 personas las que gritaban. No alcanzaron a hacerle nada cuando él intenta
atropellar a la gente. El conductor frenó y el testigo se fue por la orilla y el conductor quedó apuntando
hacia la vereda, por poco se sube a la vereda.
No escuchó garabatos, lo de “matar al hijo de perra” o deben haber gritado después que le
disparó.
Exhibido “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados de redes”,
expone: no advierte su presencia en el inicio del video. Exhibido en su totalidad, contesta que no se
reconoce en ninguna parte del mismo, al parecer ve a Jaime Soto, quien estaba en la orilla de la vereda,
parado, el que se hizo al costado para que pasada la camioneta, al ver el video escuchó que alguien dijo
“maten al hijo de perra”. Ese día no escuchó eso. En el video no vio gente que le daba patadas a la
camioneta. Vio que la golpeó alguien con los pies. No sabe en que momento gritaron “hijo de la perra
mátenla”, si antes o después del disparo. Dice que no percibe el momento del disparo.
Preguntado acerca de lo que vio el 10 directamente, tomando como punto de referencia el
pedestal del semáforo, indica la primera vez que se detiene la camioneta no recuerda si es antes o

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después de semáforo. La segunda es mucho mas adelante. Donde se estaba haciendo “el que baila
pasa”.
Cuando le llegó el disparo lo tiraron al duelo y dejó de ver.
No llevaba piedras, ni había piedras en la calle. Estaba limpio.
No vio personas rompiendo la calle para sacar piedras o pedazos de cemento.
En la declaración previa ante la fiscal no dijo que participaba en el que baila pasa. Efectuado el
ejercicio contemplado en el artículo 332 del Código de Procedimiento Penal, lee “mi grupo nunca se
puso a participar activamente del que baila pasa sino que miramos cuando el vehículo sedán anterior
pasó y luego esta camioneta” .
En su declaración no dijo que vio al conductor de la camioneta bajar el pie izquierdo al piso, al
carabinero no recuerda si se lo dijo con detalles. De la P.D.I. varias veces le preguntaron si apuntó al
aire o a él. En cuanto los brazos extendidos, no recuerda cómo lo dijo.
No vio que el disparo impactara en el piso. Le cayó directo a él, no cayó en el piso.
Puede ser que pantalón que usaba ese día fuera Diadora. En el hospital ese pantalón se lo llevó
la P.D.I. Era un pantalón largo, se lo había comprado el día anterior estaba nuevo y cuando se lo llevo
la P.D.I. tenía el agujero por donde entró y otro por el que salió el disparo.
En el Hospital Gustavo Fricke el doctor no le dijo que tenía un proyectil dentro del cuerpo.
Más bien no lo recuerda. Si le dijeron que estaba muy sucio, con arena, donde la gente lo trató de
ayudar.
Fue al S.M.L. Habló con un doctor, respecto de quien no recuerda que le haya preguntado por
el proyectil. No le hizo scanner, si le palpó la zona de las cicatrices. Hasta hoy le duele y tiene ausencia
de sensibilidad en esa parte del cuerpo. El doctor le palpó, encontró zona sin sensibilidad y otra muy
sensible. Le hizo ponerse, parado agachado, levantar la pierna, flexionarla.
Responde que mide alrededor de 1.70 metro. Cree que el que disparó debe ser como de su
estatura.
Al tribunal aclaró que en el momento en que vehículo aparece el testigo se tiró hacia la vereda
que está hacia la playa, a mano derecha del video, en una especie de bandejón, la camioneta pasa y el
testigo pasa por atrás. Dice que intenta llegar a los locales comerciales, llega hasta la esquina trasera
izquierda de la camioneta, detrás de donde maneja el chofer y ahí le disparó.
No tuvo dialogo ni intercambio de palabras con el tirador.
A la defensa, no vio si el conductor de la camioneta se sacó el cinturón de seguridad;
d)Declaración del testigo Jorge Armando Uribe Zapata, sargento 1º de Carabineros de Chile
señala a la fiscal que el día 10 de noviembre de 2019, estaba de servicio en la población con el
funcionario Luis Corahil, en avenida Borgoño, costanera, como patrulla informativa, por la cantidad de
gente que ese iba a convocar en el sector. Eran las 17:20 horas, estaba con Corahil en la costanera,
estaban mirando hacia la playa, cuando escucharon dos detonaciones. Al momento de girar, al sector

42
de Ignacio Carrera Pinto, observaron una camioneta, gente alrededor, la camioneta acelera a gran
velocidad, se detiene más adelante, baja un señor entre 50 y 60 años, de entre 1,85 a 1,90 metros, de
pelo cano, tez blanca. Esta persona se baja, se va a la parte posterior de la camioneta y en su mano
portaba un arma, apunta y efectúa un disparo, se percata que las dos detonaciones previas eran
disparos, la persona se incorpora al vehículo, desde el interior de la camioneta levantan la mano y
apunta con la misma arma hacia la playa. Ellos estaban a 10 o 15 metros. Lograron ver a esta persona
con el chaleco amarillo. La camioneta era una Mahindra color gris, en ese momento la gente estaba
muy alterada, decían “¡este desgraciado nos quiso matar!, ¡nos disparó!, gritaron la patente a viva voz,
dan la P.P.U. HB GF 15. Esta información, él la toma vía mensajería de WhatsApp, la envía a la
sección. González da las características, Mahindra 2014, estaba a nombre de Pamela Sepúlveda
Mendoza. Les informan que tenía domicilio en calle José Suarez 185, Reñaca, Viña del Mar. Entrega la
información vía WhatApps a González, él envía información, envía una fotografía de la pareja de la
señora Pamela y él [el declarante] lo reconoce como la persona que hizo los disparos. Se fueron con
Corahil, tomaron el auto fiscal, usaron la aplicación Google Maps y los envió a otro sector y se
demoraron en llegar al domicilio. A las 18:00 o 18:10 horas, lograron llegar. La aplicación
erróneamente los mandó primero a Con Con. Lo primero que observan al llegar, en los
estacionamientos, fue la camioneta, la reconoció de forma inmediata, ¿por qué?, porque en la parte
trasera tenía una estructura de fierro, de metal grande, antivuelco, además las letras del tapamaletas
eran rojos. Observaron que en el sector de la P.P.U. estaba tapado con un trozo de madera cuadrado,
que tapaba la visual de la patente.
Llega personal de la P.D.I., bajan todos, se acercan al domicilio, hacen un movimiento, cae la
madera, queda al descubierto la patente. Ellos no portaban armas, ni credenciales. Así que P.D.I.
golpea, abre la señora, accede, los hacen ingresar al living. Esperaron un par de minutos. Cuando sale
este señor, él [el declarante] lo reconoce como la persona que conducía el vehículo.
Él no habló. Personal de la P.D.I. da los motivos por los cuales estaba allí, él utilizó una
expresión así como “¿está muerto?” o ¿lo maté?”. Hace entrar a la P.D.I., lo deja entrar, y entrega el
arma que usó. Exhibe los documentos del arma, exhibe el carnet de un polígono en que participaba.
Una vez que llegaron abajo, en el sector de Borgono, ya había un caos total, desórdenes,
lanzamiento de objetos, destrucción de la propiedad privada, y ellos siguieron utilizando sus funciones
de “informativo”.
Ellos andaban sólo con vehículo fiscal, no andaban con credencial ni nada que los identificara
como carabineros. Cuando están de “informativos”, sólo se mantienen a distancia. No andan con
cargo fiscal en esas labores, se refiere a casco, arma, chaleco. El vehículo en que andaban era un RP
4920, para la gente era un vehículo particular.
Sabe que andaban más “informativos” en el sector, pero él personalmente nos los conoce.

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El servicio estaba desde la mañana, solo la gente se agrupó, cantó, bailó. Se agruparon en la
playa grande de Reñaca y en vía pública, Borgoño con Ignacio Carrera Pinta. El tránsito no era muy
fluido, pero los vehículos podían circular.
Antes de esta situación había gente en la vía pública, cantando bailando, una vez que se sucede
el hecho, ya hubo daños a la propiedad privada.
El personal de la P.D.I. era de la avanzada de Con Con. No vio que tipo de arma era la que
entregó la persona porque P.D.I. terminó de efectuar el procedimiento.
En el lugar los recibe la señora Patricia.
El vio ejecutar dos disparos. Primero cuando baja y se pone en la parte trasera izquierda, y
luego cuando se reincorpora efectúa otro disparo hacia el sector de la playa. En la playa había gran
cantidad de gente, aproximadamente unas cuatro mil personas agrupadas. En esa época habían
servicios policiales especiales en el país, por el llamado “estallido social”.
Se trataba de procedimientos que en general había desmanes y debían intervenir fuerzas de
orden público. Ese día la gente estaba tranquila y no había desordenes que pudiere hacer intervenir a la
policía.
Luego de detenida la persona, la situación en Reñaca fue caótica, había gran destrucción del
mobiliario destrucción total, lanzamiento de objetos a Carabineros, quema de contenedores de basura.
Ellos informaban los puntos más violentos. Esos puntos fueron en Borgoño, Ignacio Carrera Pinto.
Ellos no cambian la naturaleza del servicio. Ese día estuvo hasta altas horas de la noche. Ese día
intervino fuerzas especiales, control de orden público. No tiene información de los detenidos de ese
día.
La camioneta iba por Borgoño, hacia Viña del Mar, el conductor ya identificado como John
Cobin, levanta la mano derecha, al sector de playa, dispara, baja la mano y sigue a gran velocidad. Él
pudo ver que se trataba de una pistola. La camioneta iba en movimiento en ese disparo. Supo por
redes sociales que había una persona lesionada.
Reconoce al acusado, como la persona que vio disparar ese día.
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que él identificó dos disparos. Él gira al sector donde está ubicada
la camioneta y la gente se había esparcido. La gente que estaba allí, estaban bailando, cantando. La
gente se replegó luego de los disparos. Hasta antes de los disparos sólo había cantos, bailes, no más
que eso.
El vehículo avanza, baja, dispara, se reintegra, marcha y vuelve a disparar. La vía hacia Viña del
Mar estaba libre.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que no ve los primeros dos disparos. Una vez que sube ve

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disparar. Cobin apuntó hacia la multitud. Una vez que vuelve a la camioneta, dispara hacia la playa
donde estaba la gente. La gente a la que va dirigida el disparo no estaba armada.
A la defensa, señala que trabaja en la SRBV. Le tomaron declaración a él. Él no formó parte
del equipo investigativo de la orden. La participación de él se limita a lo del día 10 de noviembre. A él
lo instruyó la jefatura de zona de la quinta región.
No tuvo palpitación en lo ocurrido el día 5 de noviembre.
Había otras personas realizando similares labores, pero no las conoce. No sabe la cantidad de
personas policiales que cumplían ese servicio.
Luego de los hechos llegaron los carros de Fuerzas Especiales. No sabe donde estaban
apostados. A él sólo le correspondía precisar donde estaban ocurriendo los incidentes más graves.
Oye dos detonaciones. Estaba entre diez a quince metros de las primeras detonaciones.
Escucha las detonaciones, no sabía qué eran, cuando gira, asocia los disparos. Cuando mira vuelve a
mirar a la camioneta. Pudo ver al conductor y el chaleco amarillo que llevaba. Cuando él avanza fue
rápido, se detiene baja, vuelve a subir y se va. En esa última parada advierte cuando él dispara una vez.
Ese disparo era hacia la multitud. Hay dos disparos. Primero se pone en la parte trasera, hace esto y
dispara, esto lo ve a una distancia que no puede determinar. Primero el estaba a quince metros, luego
avanza un par de metros. No puede decir si alcanza a avanzar una cuadra.
Escucha dos detonaciones. La gente se replegó. La gente estaba en la costanera, vía pública,
mirando a la playa. Tuvo que moverse porque la gente corría. Se movió hacia el sector en que avanzó
la camioneta. No puede precisar cuando avanzó. Había gente moviéndose en diversas direcciones.
Había gente que atravesó, la persona tenía paso libre.
Después que había efectuado las detonaciones, sí le estaban tirando piedrazos. Cuando apunta
hacia atrás, detenido, le tiraban piedras. No alcanzó a ver el tamaño de las piedras. Le revientan el
vidrio trasero derecho. No alcanzó a ver el ruido. No sabe a qué distancia estaba de la camioneta
cuando fue el piedrazo. El piedrazo fue anterior al último disparo.
La madera que estaba tapando la patente, estaba entre la camioneta y la reja. Él no lo hizo, fue
un funcionario de la P.D.I. . La madera estaba dentro de la casa.
No vio en ese momento que le tomaran muestras en las manos.
Ve cuando entregan las armas que tenia en la casa.
Tomó declaración con su jefe. A Guzmán no le dijo en su declaración, que había dicho “esta
muerto o lo mate”. Reitera que no dijo esto, sí sabe que es un caso de homicidio.
No podría decir la cantidad de personas que había en el lugar en lo de “el que baila pasa”.
Ellos llegaron en la mañana a Reñaca. No había piedras apiladas, ni pedazos de concretos
sueltos. No sabe de donde salieron esas piedras. No vio que rompieran soleras para lanzar piedras. No
le comentó tampoco Corahil ello.

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“El que baila pasa”, cree, que debe haber durado una hora. No escuchó la expresión “¡hijo de
perra mátenlo!”. No escuchó objetos que golpearen.
Él participó en actividades previas, donde no habían “chalecos amarillos”, y si hubo detenidos.
Al tribunal aclara, él estaba en la vereda que da la playa. No pudo precisar la distancia. Él vio
la camioneta avanzar 30 segundos “app” aproximado. Él se giró en donde iba la camioneta.
Él vio que el tirador extendió el brazo derecho completamente y hace el disparo. Eso es
cuando estaba en la parte trasera.
Señala que, según el percibió, sintió dos estruendos, ve hacia la camioneta, la camioneta estaba
detenida, luego avanza, luego avanza y se detiene unos metros más adelante, vuelve a disparar, se sube
continua y viene el otro disparo.
Repreguntado por la defensa, indica que él pone atención a la camioneta, y cree que fueron
unos 30 segundos de desplazamiento, cree que debe haber avanzado un par de metros;
e) Declaración de Rodrigo Ignacio Lara Looks, perito fotográfico del Laboratorio de Criminalística
de la P.D.I., señala que con fecha 10 de noviembre 2019, entre las 21:00 y las 21:30 horas, en
dependencias P.D.I., se le solicitó que fotografiara la camioneta Mahindra, gris, modelo Hawk, placa
patente HBGF.15, la que se fotografió de manera externa, para verificar su estado y eventuales daños
y obtener fotografías particularmente de la cabina, recabando indicios y evidencias que incorporó al
informe pericial fotográfico 462/2019, que consta de 20 imágenes, respecto de las cuales, al serle
exhibidas, indica: foto 1, es una foto de la parte anterior delantera de camioneta referida; foto 2, es
otra vista delantera del estado en que se encontraba la camioneta; fotos 3 y 4, corresponde a vistas
traseras de la misma camioneta; foto 5, corresponde a una vista parcial a la puerta del copiloto de la
camioneta y restos de vidrio; foto 6, corresponde a un acercamiento a detalle de restos de vidrio
fracturado correspondiente a la ventana de esa puerta; foto 7, corresponde a foto del mismo sector
copiloto, en la que se indica ubicación de eventual hundimiento de estructura de la puerta; foto 8, es
un acercamiento a hendidura en la estructura; foto 9, es un detalle de estructura delantera de la puerta
del copiloto; foto 10, corresponde a una vista al interior del sector de la cabina de la camioneta, en el
sector del conductor; foto 11, corresponde a una vista al interior de la camioneta y en el sector del
asiento trasero del lado del conductor; foto 12, es una foto interior de la camioneta, en el sector del
copiloto; en el piso se observan restos de vidrio; foto 13, es otra vista del asiento trasero ubicado detrás
del asiento del copiloto; en el piso hay dos numeradores, para mostrar los indicios presentes en la
camioneta, de tipo balístico que fueron fijados; foto 14, es un detalle los indicios balísticos presentes; el
Nº3 muestra las cajas con municiones en su interior; el Nº4 muestra la ubicación de una vainilla del
tipo balístico, presente en el suelo de la camioneta, sector del copiloto; foto 15, corresponde a un
acercamiento de los indicios balísticos. Se aprecian 2 cajas con munición; foto 16, corresponde a cajas
mencionados con indicios presentes, gran cantidad de municiones Magtech; foto 17, es un
acercamiento a una de las cajas; en esta imagen aprecia 29 proyectiles balísticos; foto 18, corresponde a

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la segunda caja encontrada en la camioneta y presentaba 30 municiones; foto 19 es un acercamiento y
en el borde de la puerta trasera del lado del copiloto se aprecia la ubicación de una vainilla; foto 20, es
un acercamiento a la vainilla que se ve marca y calibre, la que se aprecia percutida, .40 S&W.
Las horas que señaló son aproximadas, en cuanto a inicio y término de su pericia.
A la defensa respondió que las fotos las había tomado en el patio de la unidad, en Miraflores,
desconoce donde encontraron la camioneta. Él sólo llegó al patio de la unidad. Desconoce quien la
manejo desde Reñaca a Miraflores.
Las fotos se obtuvieron de noche. Posteriormente no le pidieron fotografías de día.
La cámara que ocupa es de marca Nikon. Ocupa un flash externo, aparte del de la cámara.
Las fotografías del costado del conductor se obtuvieron vistas generales y también de la parte
posterior, no se apreciaban hendiduras.
Había un oficial a cargo. Miguel Vera, quien indicaba los detalles de interés. Él es oficial
policial, el perito no.
Las fotografías de las cajas se encontraban así. Se extrajeron las cajas, se abren para ver las
marcas. El proceso desde que saca las cajas del auto y se ponen sobre la mesa, no se fotografía.
La marca era Magtech o algo así, desconoce si es la misma marca que la vainilla que se
encontró en el piso.
Cuando le pidieron sacar las fotos, no recuerda si le mostraran videos. No se señalaron los
sectores más afectados;
f) Declaración de la perito Cristina Morales Pezoa, perito químico Laboratorio de Criminalística de
la P.D.I., realizó informe pericial químico 940 del 11 de noviembre de 2019, pericia solicitada por la
Brigada de Homicidio Valparaíso, que requieren peritar las evidencia que va a detallar con el objeto de
determinar la existencia de residuos de disparos:
1)Cadena de custodia 5938852, contiene 16 trozos de cinta adhesiva levantada del Mahindra HBGS15,
rotuladas: (1) volante; (2) blanco volante; (3) asiento conductor; (4) asiento acompañante; (5) asiento
trasero acompañante; (6) asiento trasero conductor; (7) blanco asientos; (8) zona interna puerta de
conductor; (9) puerta interna acompañante; (10) interior puerta trasera acompañante; (11) puerta
trasera conductor; (12) tablero; (13) blanco tablero; (14) blanco techo; (15) interior techo delantero;
(16) interior techo trasero;
2)Cadena de custodia 5938853, corresponde a cinco bolsas de plástico, cada una con dos tubos y dos
tórulas al interior, levantadas desde un arma pistola Sig Sauer, calibre .40; de una pistola HK calibre
.45; de una tercera, marca HK 9 por 19; la siguiente es S & W calibre .22; y otra S & W calibre 9 por
19;
3) Cadena de custodia 5938854, corresponde a seis tuvo plásticos, rotulados como “blanco R”, “blanco
piel”, “dd” (de dorso derecho), “di” (de dorso izquierdo), “pd” (de palma derecha), “pi” de palma
izqueirda). Cada uno con una tórula del interior, levantadas de la mano del imputado John Cobin.

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Se realizó el test de Griess, para la determinación de residuos nitrados provenientes de la
deflagración de pólvora, para residuos nitratos o nitritos. Es una prueba cualitativa, se realizó a las 1) y
2), el resultado fue negativo a la presencia de nitrito en todas las manos. Para la presencia en las manos,
se efectuó un análisis instrumental, cuantitativo, de plasma acoplado inductivamente con
espectrómetro de masa, esto a objeto de cuantificar trazas de plomo, antimonio y bario. Posterior a la
cuantificación se efectúa análisis estadístico, con la base de datos disponibles en el laboratorio. Así se
obtuvo que las plazas metálicas de plomo antimonio y vario, levantados de las manos del imputado, no
resultaron compatibles con trazas de disparo de arma de fuego.
A la fiscal, ellos determinan la presencia de nitritos, que están presentes en muchas partes de la
naturaleza, pero no son exclusivos [del proceso de disparo], pero se asocian. Acá hay dos posibilidades,
o no se disparó dentro del vehículo o se limpió.
Respecto del análisis de manos, el peritaje no permite disipar si alguien disparó o no, el plomo,
antimonio o bario, en caso de ser positivo, de detectar trazas compatibles, existen dos posibilidades:
que disparó, estuvo cerca o manipuló. En este caso es negativo, lo que no quiere decir que no haya
disparado, se puede lavar las manos. Existe en la literatura un plazo, se habla de hasta seis horas,
desconoce el tiempo que demoro la toma, pero eso influye.
Cree que tenían consignación las muestra de cuando fueron levantadas y eran menos de seis
horas.
En relación con el arma, que la recamara, ánima, que no registren residuos, significa que no
hubo disparo o que sufrió un proceso de aseo.
El ánima y recámara son estructuras internas del arma. Las armas disparadas por muchos años,
dan nitritos positivos de todas formas. Cuando está negativo, quiere decir que se limpió o que nunca
fueron disparadas.
Las armas que recibió, o nunca fueron usadas o fueron limpiadas.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
La querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala no hace preguntas.
A la defensa, ella levantó las muestras del vehículo y de armas. La de manos fue entregada por
otros oficiales. Esto lo hizo en la unidad de acá. Ella estuvo dentro del vehículo. No recuerda que los
asientos hayan estado mojados. En el caso del arma Sig Sauer no sabe hacia donde se expulsa la vaina.
Los asientos son de género, son más difíciles de limpiar que otras superficies, porque es
material más poroso. Nada puede decirse si es más probable que haya sido limpiado o si no se disparó;
g)Declaración del perito Marco Labrín Tapia, perito balístico del Laboratorio de Criminalística de
la P.D.I., declara que mediante el formulario de solicitud pericia N° 488 de 19 noviembre de 2019, de

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la Brigada de Homicidio de Valparaíso, solicitó al Laboratorio de Valparaíso, sección balística, la
realización de las siguientes pericias balísticas.
Además, se remitieron las siguientes evidencias: una pistola Sig Souer, modelo P229, calibre 40,
serie AE40806; una pistola marca HK, calibre 9 por 19 mm, serie 27-047515; una pistola HK, calibre
.45 auto, serie 25-059964; una pistola Smith & Wesson, calibre 9 por 19 mm, serie HLV5909; una
pistola marca Smith and Wesson, calibre .22 long rifle, serie UEBD1481; además de cartuchos calibre
.40, 9 por 19, .45, y 9 cargadores.
El día 10 de noviembre de 2019, siendo las 21:00 horas de la noche, un equipo de peritos del
laboratorio, conformado por el perito planimétrico, Mario Hernández; el fotógrafo, Mario Lara Look;
el perito balístico, subprefecto, Héctor Díaz Orellana y él, todos concurrieron a las dependencias del
Laboratorio de Criminalística Regional de Valparaíso, a requerimiento de la Brigada de Homicidio de
Valparaíso. De las operaciones practicadas se realizan las siguientes operaciones:
1.-Analisis del sitio del suceso, en dependencias del Laboratorio de Criminalística, en calle Los
Acacios 2140, Viña del Mar, en el estacionamiento de LACRIM, se encontraba un vehículo Mahindra,
de color gris. A su examen, se encontraron en su interior las siguientes evidencias de interés balístico:
evidencia 1, corresponden a 30 cartuchos calibre .40 S & W marca CBC y 29 cartuchos calibre 9 por
19, marca CBC; estos cartuchos fueron encontrados y fijados fotográficamente en el interior del
vehículo descrito anteriormente, específicamente sobe el piso, bajo el asiento del copiloto; evidencia
2, corresponde a una vainilla percutida, calibre .40, S & W, marca Cor-Bon.
2.-Se realizan las operaciones en las dependencias del Laboratorio de Criminalística de
Valparaíso. Las evidencias sometidas a peritajes corresponden a las siguientes. Bajo en N.U.E.
5961111, se encontraban las siguientes evidencias:
a)Un arma de fuego tipo pistola, marca Sig Sauer, modelo P229, calibre .40, S & W, serie AE40806, de
fabricación alemana, la cual fue remitida junto a dos de sus respectivos cargadores rectos, doble
columna, cada uno con capacidad para contener diez cartuchos calibre .40 S & W y
b) 15 cartuchos calibre .40, marca Cor-Bon.
Bajo el N.U.E. 5961113, se encontraban las siguientes evidencias:
a)Arma de fuego tipo pistola semiautomática, marca Smith & Wesson, modelo MP9, calibre 9 por 19
mm, serie HLV5909, de fabricación estadounidense, la cual fue remitida junto a su respectivo cargador
recto, doble columna, con capacidad para contener dentro 15 cartuchos de similar calibre;
b) Arma de fuego, tipo pistola, marca HK, calibre .45 auto, serie 25054964, de fabricación alemana, la
cual fue remitida junto a su respectivo cargador recto, doble columna, el que tiene capacidad para
contener en su interior 10 cartuchos de similar calibre;
c)Arma de fuego pistola, semiautomática, marca HK, calibre 9 por 19 mm, serie N°27-040515, de
fabricación alemana, la cual fue remitida, junto a tres de sus respectivos cargadores, cada uno con
capacidad de contener en su interior 15 cartuchos de similar calibre;

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d)Arma de fuego del tipo pistola, semi automática, marca Smith & Weasson, calibre .22 long rifle, serie
UED1481, de fabricación estadounidense, la cual fue remitida, con dos de sus respectivos cargadores.
Se recibe luego la N.U.E. de las evidencias que se levantaron en el vehículo marca Mahindra, el
que posee la siguientes evidencias:
a)30 cartuchos calibre .40, S&W, marca CBC;
b)29 cartuchos 9 por 19 mm, marca CBC,
c)Una vainilla percutida, calibre .40, S&W, marca Cor-Bon.
Como operación 2.2 se realiza un examen de funcionamiento para verificar el actual estado de
las evidencias. Se constató que las cinco armas de fuego, tipo pistola semi-automáticas, presentan en su
estado de conservación, desgaste de su recubrimiento exterior, y en su estado mecánico, las cinco
armas de fuego, presentan todas sus partes, piezas, mecanismos, internos y externos, funcionando, en
forma sincronizada, de acuerdo a su diseño y construcción.
Como operación 2.3, se realiza una prueba de funcionamiento, con cada arma de fuego. Se
procede a cargar dos cartuchos de similar calibre, posteriormente se efectúan los respectivos disparos y
en todos los casos se registra un normal proceso de percusión y de disparo.
Posteriormente, como operación 2.4, se realiza un examen de vainilla, el que corresponde a una
vainilla percutida, percusión central, cápsula iniciadora, vainilla marca Cor-Bon, estructura metálica,
calibre .40 S&W.
En la operación 2.5, se realiza una comparación balística microscópica, entre la vainilla
percutida, dubitada, calibre .40, S & W, Cor-Bon, con la pistola dubitada marca Sig Sauer, modelo
P220, calibre .40. Se realizó la respectiva comparación microscópica entre la vainilla dubitada calibre
.40 con similares, obtenidas de la misma pistola Sig Sauer, en la operación anterior, en que se realizó
una prueba de funcionamiento. La única encontrada al interior es la .40. De las armas hay una sola de
ese calibre, la Sig Sauer. Se realiza la comparación microscópica para determinar la semejanza de
huellas primarias o secundarias, en la superficie del cráter de percusión, donde ingresa y golpea la aguja
percutora, y en el plano de percusión. En dicho análisis se encontraron similitudes de huellas primarias
y segundarias. Se estableció que la vainilla percutida dubitada, fue percutida por la aguja percutora (sic)
de la pistola marca Sig Sauer.
Posteriormente se realiza como operación 2.6, un ingreso y resultado a la base de datos, el
sistema IBIS, Sistema Integrado de identificación Balística. Las evidencias recuperadas, evidencias-
testigos del proceso de disparo, fueron remitidas a las dependencias del Laboratorio Criminalística
Central de Santiago, Sección Balística, para que dicha sección ingrese las evidencias a la base de datos
del sistema integrado de identificación balística, sistema IBIS. Posteriormente se realiza una correlación
con la base de datos que puebla el sistema y en caso de obtener un resultado positivo, éste será
informado a la Brigada de Homicidios de Valparaíso.

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Como última operación, la totalidad de los cartuchos periciados presentan cápsulas iniciadoras
indemnes.
Se refiere el declarante a sus conclusiones:
Estudiado el sitio del suceso interior vehículo marca Mahindra, periciado en dependencias del
LACRIM, en su interior se encontraron evidencias balísticas, 30 cartuchos calibre .40, S & W, marca
CBC; 29 cartuchos 9 por 19 mm marca CBC; y una vainilla percutida calibre .40, S&W, marca Cor-
Bon. Las cinco armas de fuego peritadas, semi-automáticas, en su estado actual se observan sin
alteraciones y todas se encuentran aptas para ser utilizadas en un proceso de percusión y disparo. La
vainilla percutida, dubitada, calibre .40, marca Cor-Bon, fue comparada con otras vainillas obtenidas de
la pistola Sig Sauer, estableciendo que ésta fue percutida por la aguja percutora de la pistola Sig Sauer
sour.
A la fiscal, reitera los hallazgos en el interior del vehículo. El resto de las evidencias fueron
entregadas en dependencias del LACRIM, por funcionarios de la Brigada de Homicidios de
Valparaíso. Dentro de la evidencia, que no estaban en la camioneta, recibió cartuchos, eran calibre .40,
Cor-Bon, calibre .45, auto, marca Sellier & Bellot, y cartuchos calibre 9 por 19, marca CBC.
Se le exhibe “set de 29 fotografías contenidas en Informe Balístico N° 143 LACRIM”,
expone: foto 1, vehículo Mahindra, gris; foto 2, son los cartuchos balísticos encontrados bajo el asiento
del copiloto; foto 3, se aprecia que al interior de las cajas se encontraban tres cartuchos y se pueden
apreciar 30 cartuchos calibre .40 y 29 de 9 por 19; no recuerda si él las ordenó; foto 4, es el vehículo
peritado, color gris; foto 5, se aprecia desde el interior los números con evidencias de interés balístico;
foto 6, se observa la vainilla percutida dubitada, S & W, marca Cor-Bon, 40, en el piso del vehículo,
detrás del asiento del copiloto; foto 7, se aprecia arma pistola, Sig Sauer, calibre 40, además se aprecian
dos cargadores doble columna; explica cómo es un cargador mono-columna y uno doble columna,
explica que el doble columna tiene una capacidad mayor; las armas de fuego pistola, están diseñadas
para llevar un cargador, pero se usa el que se dispuso de fábrica; un doble-columna no puede usar un
mono-columna y viceversa; la diferencia entre uno y otro es la capacidad y cadencia de tiros; al hacer la
pericia, los cargadores no contenían municiones; la pistola es una semi-automática, calibre .40, de
fabricación alemana, con cañón de rayado balístico de seis estrías; su velocidad inicial supera los 300
metros por segundo, con un poder de fuego superior al 9 por 19.
Por el tipo de munición que emplea, tiene mayor poder de detención, ese proyectil no tiene
nariz u ojiva, es plano, por eso tiene mayor poder de detención, versus el ojival o con punta que tiene
mayor poder de penetración.
Las policías muchas veces disparan 9 mm. El ojival ingresa y tiene más opciones de salir,
porque tiene mayor poder de penetración, o punta, versus el .40, que es plano, sin nariz, eso tiene una
característica de mayor poder de detención, si yo impacto el objetivo va a caer, tiene menos opciones
de salir.

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En las pistolas .40, hay hartas marcas de ese calibre, los estudios que ven los alcances, entre los
25 y 50 metros se habla de alcance efectivo. La pistola puede alcanzar un objetivo, el alcance objetivo
es 25 a 50 metros. El proyectil no cae, va a avanzar hasta que sea detenido por un objetivo.

En el manual de las armas de fuego, el fabricante siempre da un alcance efectivo, ya que antes
de salir al mercado ellos hacen pruebas o estudios. Cuando prueba el arma limitan su alcance. Ésta
limita a los 50, el alcance máximo depende del tipo de arma de calibre. Esta arma se han hecho
estudios que tiene alcance máximo incluso de 6.000 metros. Hay múltiples factores que determinan el
alcance, desde atmosféricos, o pericia del arma.
Continúa hablando de las fotografías que se le exhibieron, expone: foto 8, misma pistola cara
lateral izquierda; foto 9, son los 15 cartuchos bajo el N.U.E. 596111; los colegas separaron las
evidencias; recuerda que estos cartuchos estaban en poder del imputado, cuando fue detenido, dentro
del vehículo incluso; foto 10, es la pistola Smith 9 por 19, vista de la cara lateral derecha con su
respectivo cargador; foto 11, misma pistola calibre 9 por 19, vista de cara lateral izquierda; foto 12,
arma de fuego pistola HK, calibre .45 auto, vista de cara lateral derecha, acompañada de su respectivo
cargador; foto 13, arma de fuego pistola, HK, calibre .45 auto, vista de su cara lateral izquierda; 14,
arma de fuego pistola marca HK, 9 por 19, acompañada de tres de sus respectivos cargadores vista de
cara lateral derecha; foto 15, misma arma de fuego vista de cara izquierda; foto 16, corresponde a arma
de fuego pistola Smith Wesson, calibre .22 long rifle, vista de cara lateral derecha acompañada de dos de
sus cargadores; estos cargadores son mono-columna; esta es el único arma con cargador mono-
columna; foto 17, misma anterior, pero de cara lateral izquierda; foto 18, corresponde a los cartuchos
calibre .40 S&W; no lo recuerda muy bien, porque peritó muchos cartuchos.
Se le exhibe informe pericial donde señala que estos corresponden a 22 cartuchos calibre 9 mm
marca FC.
Continúa explicando las imágenes del set fotográfico, expone: foto 19, no recuerda los
cartuchos ni calibre ni marca. Se le exhibe informe, señala que se trata de 11 cartuchos calibre 9 por 19,
marca CBC.
Expone: foto 20, 8 cartuchos calibre 45 auto; foto 21, son 30 cartuchos calibre .40, S & W,
marca CBC; la longitud de esos cartuchos, es de cuatro centímetros, desde el proyectil al plano de
percusión; foto 22, 29 cartuchos 9 por 19, marca CBC, tiene una longitud de tres cm y medio, del
proyectil al culote; el diámetro del proyectil, va asociado al calibre del arma, si el arma dice 9 por 19,
quiere decir que 9 es el diámetro; el calibre va relacionado con el diámetro; foto 23, vainilla percutida
calibre .40, marca Cor-Bon; foto 24, se observa el plano de percusión o culote percutido, calibre 40,
marca Cor-Bon; se ve un pequeño hundimiento de la superficie donde impacta la aguja percutora; foto
25, plano de percusión o culote de uno de los cartuchos S & W, marca CBC, se aprecia la cápsula
iniciadora indemne; foto 26, plano de percusión de un cartucho calibre 9 19, con cápsula iniciadora

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indemne, no ha pasado por proceso de disparo; foto 27, se aprecia un colote de uno de los cartuchos
con cápsula iniciadora; foto 28, corresponde a uno de los culotes, marca CBC, cápsula indemne; foto
29, se observa el plano de percusión de uno de los cartuchos 45 auto, con cápsula indemne.
Se le exhibe evidencia singularizada en el auto de apertura como “PISTOLA semiautomática
marca SIG SAUER, modelo 229, calibre .40 S&W, serie AE40806 con dos cargadores y 15
cartuchos calibre .40 S&W, marca COR-BON, con su respectiva cadena de custodia”, señala
que corresponde a la cadena de custodia Nº5961111. Describe la evidencia como pistola Sig Sauer,
calibre .40, modelo P229. Indica que en la cadena de custodia aparece su nombre y en su interior se
encuentra la pistola semi-automática marca Sig Sauer calibre .40, acompañada de dos cargadores rectos,
doble columna, y 15 cartuchos calibre .40 marca Cor-Bon, con su cápsula iniciadora indemne.
Se le exhibe evidencia singularizada en el auto de apertura como “treinta cartuchos calibre
.40 S&W marca CBC, nueve cartuchos calibre 9x19mm, marca CBC, con su respectiva cadena
de custodia”, señala que corresponde a cadena de custodia Nº5060407 y en su interior se encuentran
30 cartuchos calibre .40 S&W marca CBC. La diferencia de longitud es un poco superior en el caso de
la .40 comparada con el 9 mm. Además, el diámetro del proyectil es mayor a la del 9mm.
Se le exhibe evidencia singularizada en el auto de apertura como “una vaina percutida calibre
.40 S&W, marca COR-BON, con su respectiva cadena de custodia”, expresa que en la misma
cadena de custodia de la evidencia material anterior se encuentra la vainilla percutida, calibre .40
marca Cor-Bon.
Se le exhibe evidencia singularizada en el auto de apertura como “ 29 cartuchos calibre 9x19
mm, marca CBC, con su respectiva cadena de custodia”, señala que es la misma cadena de
custodia y en ella se contienen 29 cartuchos calibre 9 por 19 mm marca CBC.
La policía usa el proyectil 9mm. El motivo por el cual la policía usa ese calibre es que es el mas
común y mas empleado actualmente.
A la defensa respondió que el proyectil 9 mm es el mas empleado actualmente por la policía y
básicamente va asociado a los fenómenos que deja el impacto del proyectil. Al ser ojival tiene mayor
poder de penetración. El uso del 9 mm por parte de la policía dice relación con el aspecto táctico u
operativo del policía, por preferencia de que el disparo deje un herido a un fallecido. El 9 mm cumple
esa finalidad. El 9 x 19 mm. es usado en armas automáticas y con mayor cantidad de proyectiles, 15, en
este caso, 10 proyectiles.
Las pistolas Sig Sauer son pistolas ocupadas por instituciones policiales. Se usa en la P.D.I. y
también en las policías de latinoamérica.
Como policías, realizan prácticas de tiro y el polígono tiene una distancia que desconoce. En la
V Región hay polígonos, se ocupaba antes de la pandemia el que queda frente al Sausalito. Además de
ese hay uno en Reñaca y desconoce si en Villa Alemana o Limache existe otro.

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Cuando se realiza una practica de tiro, se autorizan, como funcionarios, dos practicas de tiro
anual, con 100 tiros por funcionario, con municiones de distintos calibres. Hay unidades que ocupan
calibres superiores a 9 mm.
Dentro de los distintos proyectiles que peritó, el de mayor poder destructivo es el .45 auto lo
que está asociado al calibre y daño que produce. De las armas que analizó, la con mayor poder de carga
es la pistola S&W y la HK, que tienen 15 tiros dentro del cargador.
Para su informe, y concurrencia el 10 de noviembre de 2019, el sitio del suceso fue la
camioneta periciada. No estuvo el perito en Reñaca ni en la casa del imputado. Se encontró con la
evidencia en la unidad, en Miraflores. Desconoce cómo se trasladó la camioneta desde la casa del
imputado hasta Miraflores.
Cuando recibió las armas llevaban la cadena de custodia y estaban embaladas en una forma
similar a la que las vio hoy.
Dentro de las distintas marcas de proyectiles balísticos, están los Cor- Bon .40, españoles. No
todos los Cor-Bon son iguales, generalmente la constitución básica es de plomo, y se conoce como
encamisado. Explica que, cuando el proyectil se encuentra completamente recubierto de metal, de
plomo, se denomina encamisado. Cuando es mitad plomo y mitad teflón es semi-encamisado. Cuando
no tiene cubierta, es no encamisado. Indica que el proyectil que peritó es semi-encamisado, con un
material de teflón que permite hacer la capacidad de detención.
Respecto de los proyectiles hollow point que le consulta, o punto hueco en español, responde que
sí existen. Al revisar la bala percutida no se puede saber si era de esas o aquellas que tienen cubierta de
teflón. Explica el perito que no lo puede saber, porque no se recuperó el proyectil sino que sólo la
vainilla. La diferencia entre que sea hollow point y de teflón es el daño que va a generar. Las punta hueca
o son expansivos, cuando ingresa al cuerpo este proyectil se va a expandir o alojar, versus el anterior
que si va a penetrar y va a salir, salvo si toca algún hueso o algo que detenga su paso.
De acuerdo con eso, si el proyectil da en el cuerpo, en particular una pierna, deja orificio de
ingreso y otro de salida y tiene parte en el cuerpo no se puede concluir si es de tipo hollow point o de
otro.
No se le encargó otro peritaje.
No hizo pericia de trayectoria del proyectil, no le entregaron proyectiles a periciar.
El resultado de un .40 cuando impacta con superficie dura como el cemento, se va a dañar. El
que se pueda desmembrar depende del proyectil y distancia al objetivo duro, para saber si se daña. En
términos balísticos corta o larga distancia cuando se encuentran características constantes de un
proceso de disparo, como por ejemplo la ropa, si aparecen características constantes halo carbonoso,
partículas de nitrito, partículas carbonosas, trazas metálicas, se habla de corta distancia si no están se
habla de larga distancia. No hay un parámetro medible, sólo por las características. Es un concepto

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más cualitativo que cuantitativo. Si está lloviendo y hay viento, puede dispararse a tres metros, llega el
proyectil y no hay pólvora que llegue a deflagrase y no van a quedar.
Un disparo a un metro o menos, de acuerdo a la literatura, va a depender del arma si quedan las
características o no. Si se trata de una Sig Sauer .40, tiene estrías dentro de su cañón, versus el
poligonal, en que hay un degaste menor. Esta pistola, la Sig Sauer, dejaría estas características
constantes a un metro de distancia.
Su pericia no tenía por objeto determinar distancia. Se acredita con peritaje balístico con un
planimétrico, en algunas oportunidades con perito químico para que busque las características
constantes.
Respecto de las armas, el que estuviera con desgaste externo, es por el uso. En este caso es sólo
un desgaste de recubrimiento y estaban en perfecto estado. Desconoce si estaban mantenidas
periódicamente, pero sí estaban funcionando todas. En la mira no había ningún inconveniente, como
que estuviera chueca.
No correspondió a su peritaje la inscripción de las armas.
Responde que en el caso de la Sig Sauer, con una munición calibre .40, , si se dispara al suelo a
uno o dos metros, en una superficie de concreto, si se produciría algún tipo de deformación;
h)Declaración del perito Héctor Díaz Orellana, perito balístico Laboratorio de Criminalística
Central de la P.D.I., relata que le correspondió efectuar informe pericial balístico Nº8, de 20 de
febrero del presente año. Se le remitió por oficio Nº 938, un pantalón de buzo talla L, color gris con
negro, con manchas color rojizo, apergaminadas. Además en su cara anterior presentaba desgarradura
de 7 mm de diámetro, circular, con fibras invertidas, hacia el interior. Se encontraba a 19 cm del borde
superior de la prenda y a 14 cm de la costura lateral izquierda, efectuó un análisis balístico y determinó
que correspondía a una entrada de proyectil balístico, por la forma y posición de las fibras. Se le
preguntaba en el oficio, por la distancia del disparo. La distancia del disparo, está dada por la ausencia
de caracteres inconstantes, carencia de halo carbonoso, tatuajes y chamuscaduras. Pudo determinar que
se trataba de un disparo a larga distancia o bien que se interpuso entre el tirador y quien recibió un
impacto una superficie que contuvo estos elementos. Como conclusión, determinó que era una entrada
de proyectil balístico, a larga distancia o que existió un elemento que se interpuso entre el tirador y la
prenda.
A la fiscal, señala que larga distancia es cuando no están estos elementos, halo carbonoso,
humo que es lo primero que desaparece. Luego desaparece el tatuaje, microgramos de pólvora.
También la chamuscadura. Cuando están es a corta distancia, si no están, hablamos de larga distancia o
que algo se interpuso. Si nada se interpuso hay larga distancia. Larga distancia se refiere a la ausencia de
estos caracteres. Esto varia según el arma. Para hacer el análisis, tiene que saber el arma.
Constató una mancha pardo-rojiza apergaminada. Tenía todas las características de sangre. La
mancha pardo-rojiza indica que hay una herida cercana a la entrada de proyectil balístico.

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Se le exhibe el set fotográfico adjunto a su informe, expone: foto 1, es el buzo que peritó; foto
2, es un acercamiento al orificio, se aprecia que las fibras están invertidas, se ve la dirección de las
fibras; foto 3, se hace una medición para ver el tamaño real del orificio.
Se le exhibe evidencia material singularizada como “Un pantalón marca Diadora, con su
respectiva cadena de custodia”, señala que es el buzo que sometió a peritaje.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
La querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), no hace preguntas.
La defensa no hace preguntas;
i) Declaración del testigo Cristian Ignacio Becerra Díaz, mayor de Carabineros de Chile, quien a
la fiscal respondió que a principios de este año se le solicitó por parte del Ministerio Público y por el
capitán Guzmán, de la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos, en calidad de perito
criminalístico, que hiciera el análisis de un video, ya que se encuentra certificado como intérprete, en el
que aparecía un ciudadano, al parecer de nacionalidad norteamericana, en inglés, quien se identificó
como John Cobin, “la voz de los libertarios”.
Esta persona se hacia llamar “la voz de los libertarios”, quien se encontraba en su domicilio,
con funcionarios de la P.D.I.
En ese video vio a una persona hablando a un micrófono, en su domicilio, aparentemente en
una pieza, con micrófono con parlante y atrás de él un arma de fuego larga. Entregando una
información a la pantalla.
Esta persona empieza a contar la situación que sucedió, esto es, que aparentemente en un
canal, porque después interacciona con otras personas Matt o Eduard o Eduardo.
Señala que iba manejando por el centro de Reñaca, toma el camino costero y es atacado por
una turba de gente. No se detiene y avanza lentamente, porque no quiere atropellar a nadie, hasta que
el vehículo comienza a ser atacado por estas personas, siente mucho miedo, carga su arma con la que
se disponía a ir al campo de tiro y hace uso de ella en dos oportunidades. Luego avanza unos metros y
hace uso del arma en dos oportunidades más. Señala que se percata ve una persona herida, no indica
en cual de las oportunidades que disparó ocurrió y que aparentemente es un hombre. Luego se va.
Dice que se encontraba detenido en su casa. Habla con su abogado Hermógenes Pérez de
Arce, quien le dice que no tenía nada que temer. Que estaba todo bien, pero que debía preocuparse por
su integridad y la de su familia, y que el personal de la P.D.I. le dice lo mismo, que tenía que
preocuparse de la integridad de él y su familia.
De acuerdo al relato de la grabación, dice que básicamente hace esta grabación, porque quiere
que se sepa lo que pasó, llamó a su hijo y no estaba disponible en ese momento y que quería que el
resto del partido supiera, que alguien del partido tomara nota y para que después pudiera hacerse

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difusión de ese video y que lo hacía en inglés, porque no estaba seguro de que algunos de los
funcionarios de la P.D.I. pudieran entender lo que estaba diciendo en ese idioma.
Finalmente, señala que tenía miedo, y quería que, entre los que estaban viendo la cámara, lo
podían ayudar, ya que iba a ir a la comisaría y tenía que tener cuidado con la integridad de su familia y
decía de si alguien de los que estaba viendo en la cámara les podía ayudar. Alguien con quien interactúa
en el video le dice que tiene una pieza de alojados en su casa y John Cobin lo agradece.
Se despide, agradece y pide que recen por él y su familia.
Se exhibe documento singularizado como “documento signado TRADUCCIÓN, suscrito
por el traductor certificado por la Academia de Ciencias Policiales de Carabineros de Chile,
CRISTIAN BECERRA DÍAZ. (2 hojas), con copia del diploma de acreditación”.
En el segundo párrafo, lee “yo temí por mi vida cuando bajé hasta el campo de tiro para
disparar el arma que tengo legalmente, con la licencia de transporte que legalmente tengo en Chile y
cuando estaba yendo al centro de Reñaca tomé el camino de la playa”. En las dos últimas líneas del
mismo párrafo lee “así que con el propósito de defenderme saquí mi arma y la cargué, no estaba
cargada antes, así es que tuve que cargarla para para prepararme de ser asaltado porque había muchos
de ellos en la playa.”
En el párrafo numero 5, lee “Aunque no haya hecho nada malo tengo el derecho de llevar mi
arma conmigo. Posteriormente, se refiere a la víctima como “víctima inocente” y que esa “es la
principal razón por la que tuvo que ir a la estación de policía.”
En el mismo párrafo, lee “mi camioneta estaba siendo vandalizada por ellos, rompieron
completamente el vidrio del lado del pasajero. De nuevo esto fue muy peligroso, fue un susto muy
grande para mi. Afortunadamente tenía mi arma para defenderme. Con el otro tiro pude asustarlo y
volver rápidamente a mi auto y salir de ahí.”
Respecto del segundo documento, denominado “diploma”, indica que fue otorgado por la
Academia de Ciencias Policiales y lo acredita como traductor inglés-español
A la defensa respondió que cuando pide ayuda pide que alguien se vaya a alojar a su casa
porque tiene miedo que le hagan algo a su señora. Señala que había personal de la P.D.I. y se lo iban a
llevar detenido y que la grabación la hacía porque quería que todos supieran lo que había pasado.
A la pregunta de la defensa en el sentido si al momento de grabarse el video ya se encontraba
detenido, responde que no tiene claro si había interactuado ya con los funcionarios de la Policía de
Investigaciones.
Hace una referencia a la víctima y señala que le dio a alguien en la pierna y que esa es la razón
por la que estaba la P.D.I. se refiere a la víctima como víctima “inocente”;
j)Declaración del testigo Daniel Molina Meza, señala a la fiscal que fue citado a declarar por el
caso John Cobin, ocurrido el 10 de noviembre. Junto a su pareja, Jessica, van los domingos a la costa, a
Reñaca. Ese día fueron al paseo, a Reñaca, ninguno de los dos se acordó que había una manifestación.

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Fueron a Reñaca, como a las 04:40 o 04:50 horas de la tarde. Llegan a Reñaca, antes de San Expedito,
se veía mucha gente en la playa, un “atochamiento” vehicular y de ahí como que se recordaron que
había una junta de jóvenes, más que nada por lo sucedido el año pasado del “estallido social”. Ellos
pensaron dar la vuelta, porque había mucha gente y buscaban algo más tranquilo. Llegando al centro
de Reñaca se veía mucha gente, mujeres, niños, era un ambiente de fiesta, se notaba mucha gente. Ellos
querían devolverse. Casi llegando a la rotonda, avanzaban muy poco los vehículos, vieron a un grupo
pequeños de jóvenes haciendo “el que baila pasa”. Estaban detenidos, había tres vehículos, uno plomo
azul. Había una pareja de jóvenes que se bajó. Delante había una Mahindra, color plomo. Detrás de él
había una micro. El vehículo con los jóvenes se va y la Mahindra, casi llegando los jóvenes, acelera, casi
los atropella, avanzó la camioneta muy rápido, los jóvenes se abalanzan a los lados. Los jóvenes se
hacen al lado, la camioneta para adelante, dos o tres metros mas adelante que él. Adelante un
semáforo, no podría moverse, los jóvenes siguen acercándose a la camioneta, cree que a pedirle una
explicación porque casi los atropella, se ve al señor hacer un movimiento hacia el lado, se escucha
“¡tiene un arma!”, todos se empezaron a hacer al lado, empezó una situación de miedo, alboroto,
muchos dijeron “¡al suelo!”, se tiraron al suelo, otros arrancaron. Él se preocupó de su pareja, Nieves,
le dice “Jessica”, le dijo que se tirara al asiento de atrás, que había un arma, la trata de tirar y ella estaba
muy paralizada. En un momento de histeria, parte nuevamente la camioneta, él se va y trata de arrancar
para algún lado, arranca al lado izquierdo y este señor avanza por la misma orilla, quedaron paralelos.
Quedaron como a ocho a diez metros. Cobin queda en su misma línea para en la misma línea que él.
Lo único que quería era salir de la situación, trató de estacionarse a la izquierda y Cobin también se va
hacia allá. Avanza diez metros, acá se baja. La primera vez no se baja, la segunda sí se baja. La primera
vez que se detuvo, a dos metros de el, no se bajo. La segunda vez sí, a unos 10 metros. Lo ve
apuntando directamente, con posición de tirador, hace dos o tres disparos, no lo recuerda. Le decía a
su pareja Jessica “¡al suelo!, ¡está disparando!”. La hizo agacharse, ella estaba rígida. Cobin estaba
disparando. Cuando Cobin dispara , en dos o tres oportunidades, dispara en dirección suya, luego a la
derecha de él, hacia la playa, en eso fueron uno o dos disparos.
Él dispara hacia él [el declarante], luego dispara una o dos veces a la playa. Luego él sube a la
camioneta, la gente estaba muy asustada, alboroto, le tiran un par de proyectiles y él arranca. Le parece
que él salió adelante en la rotonda. De su auto salía mucho vapor, como fuera el quería arrancar, los
encendió y se fue a Las Salinas. Cobin le parece que sale a San Expedito, acelera rápido y se va. Él se
va a Las Salinas. En Las Salinas había menos gente, paró un poco para revisar el auto, a tranquilizarse.
En Las Salinas estuvieron como una hora, tranquilizándose, abrió el auto se dio cuenta que el radiador
y la caja de cambios tenían una perforación del tamaño de un dedo. Se consiguió agua, para echarle al
vehículo. La caja botaba líquido, pero como fuera, lo echó a andar, su idea era llegar como fuera a la
casa. En 15 Norte paró, para volver a echarle agua. Paró en Sausalito, sacó agua de ahí, le volvió a
echar. Siguió haciendo lo mismo hasta Miraflores Alto. Llegó “al diez” de Achupallas, echándole agua

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con dos bidones. Allá en su casa estuvo mucho rato consolando a su pareja, llegó como a las nueve de
la noche. En la noche salió en las noticias y se supo.
Su auto es Hyundai, año 98, su capot era gris, por reparación en ese momento, es un sedan 4
puertas, color burdeos. Le parece que la patente es RR7385.
Las personas en el centro de Reñaca estaba como en una fiesta o paseo, había jóvenes con
radio, se bajaban de las micros y se dirigían a la playa. Había mucha locomoción colectiva circulando.
En el semáforo de la rotonda había unos automóviles.
Él vio un auto gris o azul, en ese momento se dio cuenta que bailaban una pareja de jóvenes.
Detrás estaba la Mahindra. Él cree que había unas ocho a diez personas que bailaban con los vehículos.
El resto de la gente estaban en la playa. Había unas 20 a 30 personas alrededor mirando. Ese grupo de
personas, eran más que nada jóvenes.
La camioneta se detuvo a tres o cuatro metros, en ese momento no para, apunta. La gente, se
escucha “¡tiene un arma!”. La primera vez que lo vio, lo ve que hace un gesto hacia el lado, no sabe si
apuntó o tomo un arma, lo ve haciendo un gesto, cree que debe haber buscado un arma porque ahí
gritan tiene un arma. Luego de eso acelera ocho a diez metros, él se adelantó y quedó en línea con él.
La camioneta estaba andando, pero detenida.
La primera vez que paró se le acercaron por ambos lados, pero cuando dijeron que tenía un
arma, todos retrocedieron inmediatamente.
La primera vez que se detuvo debe haber estado muy poco, un minuto aproximadamente. La
primera vez se detiene, los jóvenes se acercan a pedir una explicación, porque casi los atropelló, se
acercan, Cobin mira al lado derecho, ventana o asiento, hace un movimiento y la gente grita “¡tiene un
arma!”, y la gente retrocede. Luego reanuda la marcha y para mucho mas adelante, y él queda en línea
perpendicular a ocho o diez metros.
Él trató de estacionarse lo más a la izquierda que pudo. Había autos estacionados, no pudo
esconderse detrás de uno. En la calzada no había autos.
Estuvo detenido, en la segunda vez, cerca de dos minutos. En la segunda detención se baja,
estaba a ocho o diez metros, él se baja apunta y dispara. Él vio el arma. Él sabe distinguir entre
revólver y pistola. Era una pistola. El revólver tiene el cargador que da vueltas, la pistola es más
cuadrada, se carga por abajo. Él adoptó la posición de tirador, lo ve apuntar con experticia, en 90
grados. Se puso en posición como afirmándose [gesticula afirmándose en codo de un brazo, con el
otro brazo]. Puso su brazo 90 grados, apuntando. Él hizo un abanico. Él, cuando baja, hizo un
abanico, con su brazo, con su mano, no se dio cuenta con qué mano disparaba. El hizo dos o tres
disparos.
Se da cuenta que le llegó un balazo cuando decide arrancar y ve que sale mucho vapor o humo
del auto. La temperatura del auto comenzó a subir de forma inmediata.

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Se refiere a el abanico, para indicar que el señor Cobin se baja, dispara derecho hacia él, luego
dispara en dos o tres ocasiones hacia la playa.
Mucha gente se fue hacia las veredas dejando la calle libre. Casi todos después del hecho
empezaron a abrirse hacia las veredas. Allí empezaron a llegarle proyectiles a las veredas. Lanzaron
algunos proyectiles, piedras más que nada, cuando comenzaron a disparar. No vio si le llegó algún
proyectil, a la distancia que él estaba.
Ese día se consiguió con los cuidadores de autos de Las Salinas, dos bidones de agua, se caía
muy rápido por la perforación. Lo primero que hizo él, él estaba nervioso, su pareja también, le dio
cabida a su pareja. Luego vio las noticias, supo que hubo desmanes, dejó el vehículo ahí y trató de
tranquilizarse.
El automóvil lo dejó tapado allí, pensó en arreglarlo él y no saber nada de este caso o asunto.
Pensó en arreglarlo él. Cuando vio que el radiador y la caja de cambios, no lo podían arreglar, se
contactó con un abogado. Luego llegó Carabineros para que declarara.
Carabineros lo ubicó, le dijeron que habían investigado un caso y que habían visto su vehículo
en grabaciones y necesitaba que declarara. Él no se contactó con Carabineros, porque su abogado iba a
hacer lo pertinente para el caso.
En ese momento, ello quedaron muy, muy afectados. Desde ese día que llegó un disparo a
centímetros de haberle dado, ha cambiado su ánimo, su estado físico, quedó muy afectado en lo
emocional y físico. Lleva un año en esto y sigue afectado. Esa bala que llegó delante podría haberle
llegado directo.
El señor Cobin, cuando se baja se baja con un chaleco amarillo fluorescente, pantalones azules.
Le parece que Cobin sería el señor que aparece con un chaleco amarillo (se refiere
efectivamente al acusado).
La primera vez que se detuvo, él estaba a unos 10 o 20 metros. La segunda vez que se detuvo
también estaba detenido con el motor andando.
Él reanuda la marcha después de la segunda detención de Cobin.
Dice que su pareja de ese día, está muy afectada, con psicólogo. Ha cambiado el ánimo en
ambos, su forma de ser. Esta ella muy mal, en lo emocional y físico.
Señala que él no ha recibido ningún tipo de ayuda de Cobin
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que ese día había un ambiente de fiesta, mucha gente comprando,
feliz, se veía gente en los negocios. Cobin vestía un chaleco amarillo. No vio en ese momento más
personas con chaleco amarillo. Una vez que hubo disparos fue caos. La gente se asustó, le abalanzaron
piedra a Cobin después de los disparos cuando iba arrancando. No observó presencia policial.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que supo del apellido de esta persona porque en la televisión

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dieron el nombre y apellido. Ese día se enteró que dieron un resumen de la vida de Cobin, supo que
luego de eso hubo desmanes y caos, y que Reñaca casi lo habían destruido.
Se enteró de la vida de él, por lo general, lo que ha aparecido ese día en la prensa y en otros
medios, supo que había llegado hacia un par de años a Chile, que era profesor de una universidad
privada, supo también que debido a los hechos hubo muchos desmanes en Reñaca.
A la defensa, señala que no vio en televisión los videos de lo que sucedió. Vio un par de
videos, y después trató de no ver más, ya que le afecta y trata de estar lo menos posible. Con el señor
burgos presentó la querella. Vio un resumen en la prensa en Canal 13, donde aparecía Burgos de
querellante. Él ni su pareja hicieron denuncia en carabineros. Habló el tema con Burgos y fue él quien
dijo que iba a hacer las gestiones.
A Burgos le consultaron quí se podía hacer, él dijo lo de la querella.
Burgos le dijo que estaba al tanto del caso, que lo había visto parece por televisión.
A Burgos fue a consultarle en la semana y Carabineros llegó, cree una semana después. No
recuerda el apellido del carabinero que lo ubicó. A él lo citaron a Con Con. Fueron ambos a declarar a
allí, en una oportunidad.
En la segunda parada, cuando adopta una posición de tirador, no recuerda haber dicho que
apunta en el tercio medio a un joven. No le dijo a Carabineros que hubiese apuntado a una persona en
la segunda detención. No alcanza a percatarse que Cobin esquivara una piedra. En la segunda
detención no recuerda haber visto una piedra que le arrojaran a Cobin al vidrio.
No dio ninguna vuelta a Reñaca, trató de salir de inmediato. Ese día llegó a Reñaca, había
mucho taco, debe haber llegado entre las 04:40 y 04:50 horas, debe haber demorado unos 15 minutos
en que pasar “el que baila pasa”. Llegaba mucha gente al lugar. Ese día había mucha más gente de lo
normal allá. Casi todos iban en dirección hacia la playa. Hay un bandejón central en calle Borgoño.
Cuando pasó, había poca gente. En la vereda lado izquierdo, había poca gente. Había más de 20
personas. Al lado derecho, había mucha más gente. No vio gente que llevara banderas, ni tambores, ni
mochilas, bolsos sí, de playa, no vio botellas de alcohol, ni de agua, no se fijó.
Una persona gritó fuerte que tenía un arma. Por el grito, cree que la persona que señaló esto
debe haber estado delante de él.
No escuchó que gritaran “¡hijo de puta, mátenlo!”. Escuchó gritos de histeria. Se refiere a
cuando las mujeres están muy asustadas, escuchaba gritos solamente. No escuchó un impacto de
golpear cosas. No vio a los jóvenes que pegaran patadas a la camioneta. En la primera detención,
trataron de acercarse a la camioneta, parece que no alcanzaron a llegar y la camioneta se abre.
No vio gente delante de la camioneta. Cuando salen los jóvenes del auto azul o plomo, detrás
va el señor Cobin, él aceleró inmediatamente, no alcanzaron a cerrarle el paso. Cuando gritaron “¡tiene
un arma!” no vio gente delante de la camioneta.

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Entre la pista que estaba y el resto, hay una solera, la primera vez no pudo arrancar porque
estaba esa solera. Además, había gente sobre esa solera. Era gente que venía cruzando o venían. Los
que estaban en “el que baila pasa” eran como diez u ocho. Había mucha gente allí.
Él trató de esconderse detrás de un vehículo, pero no pudo, se trató de poner lo más a la orilla
que pudo. Él quedó como a diez u ocho metros.
El primero quedo detrás de la camioneta Mahindra. Cree que esa camioneta debe medir como
1,80 metros. No se dio cuenta de una barra anti vuelco. No vio una estructura negra en la camioneta.
Sólo recuerda Mahindra. El pick up no impedía ver la cabina de la camioneta mirándola desde atrás.
La primera vez, cuando gritan “¡tiene un arma!”, no pudo ver si se abrió la puerta del vehículo.
Su automóvil es del año 1998. Hace poco le había hecho una mantención a su vehículo, un
ajuste de caja y motor. No fue por taller certificado. Él vio el agujero del radiador cuando estaba en Las
Salinas. Al otro día lo revisó y se dio cuenta que tenia un agujero en el radiador en la caja. Ese agujero
es del tamaño del dedo índice. El de la caja es más grande, porque como es más dura, se quebró. No
sabe del material que es la caja de cambio o radiador;
k)Declaración de la testigo Nieves Jessica Pinto Campos, asistente de párvulos, a la fiscal
respondió que el domingo 10 de noviembre, como todos los domingo, con su pareja, Daniel Molina,
iban camino a la playa, a Las Salinas; estaban muy llenos los estacionamientos y tomaron rumbo a
Reñaca; pasado San Expedito, llegaron al centro, había mucha gente, bajando jóvenes de las micros y
se dieron cuenta que había algo diferente y decidieron devolverse.
Cuando estaban en la rotonda había unos muchachos haciendo “el que baila pasa”. En la
rotonda se posicionó delante de ellos una camioneta grande, Mahindra. Los muchachos pedían que se
bajaran y bailaran y se pasaba. Entre ellos, con Daniel, se preguntaban quién se iba a bajar, el caballero
de delante de la camioneta bailó, lo aplaudieron y pasó; cuando tocaba el turno de la camioneta,
aceleró y se abalanzó sobre los muchachos que estaban ahí., quedaron perplejos porque les tiró la
camioneta encima.
Ella se asustó y luego él, la persona de la camioneta, se posicionó delante del auto de ellos se
bajó. Era una persona alta, macizo, con chaleco amarillo reflectante, sacó un arma y empezó a disparar.
Primero dio un tiro hacia las personas y las personas empezaron a tirarse al suelo y luego dio otro tiro,
cuando sintió los tiros Daniel le decía que se agachara y de repente sintió que su cuerpo no
reaccionaba, estaba rígido, su cuerpo no respondía, ella sólo miraba a la persona que estaba disparando
y quedó perpleja.
Cuando quedó así, siguió así y sentía que había como una revuelta, se alborotó todo. Los
jóvenes empezaron a moverse, ella le decía a Daniel “vámonos, vámonos”, pero las personas estaban
todas amontonados y ellos no podían seguir.

62
El señor siguió con la camioneta hacia delante. Los muchachos salieron persiguiendo al de la
camioneta, cuando se dispersó la multitud ella y su pareja pudieron salir de ahí. Después, siguieron
hacia Las Salinas y al avanzar se dieron cuenta que el auto tiraba mucho humo, se asustaron porque el
auto humeaba, no sabían qué pasaba, llegaron a Las Salinas al estacionamiento, se estacionaron; Daniel
le pidió agua a una señora que cuidaba autos y abrió el capó, Daniel vio un agujero en el radiador y ahí
se dieron cuenta que les había llegado un disparo en el radiador. Ahí empezaron reaccionar en cuanto a
que el disparo les podía haber llegado a ellos. Ella empezó a sentir opresión en su pecho, le pidió a
Daniel que se fueran, le dijo que ella se sentía mal; que le faltaba el aire para respirar.
Daniel estaba nervioso, porque el auto no respondía y al avanzar el auto humeaba y no podían
llegar. Ella sentía mucha angustia y opresión. Llegaron al Sausalito; Daniel pidió mas agua, se les perdía
el agua a cada rato. Le pedía que le ayudara porque ella no podía respirar. Después llegaron al Sausalito,
le echaron agua al radiador y después subieron por Padre Hurtado llegando hasta donde ella vive, en
los edificios y subió al depto. Ahí se seguía sintiendo mal, no quería estar sola, así que se fueron a la
casa de él y después fue a trabajar al otro día. Tenía mucho temor. Se mentalizó en hacer la clase, los
días siguió igual como robotizada, sentía que cuando llegaba al colegio estaba como segura. Salía como
robotizada y al llegar se sentía segura.
En el colegio volvió a sentir esa sensación de opresión, se iba al baño, se mojaba la cara y
seguía. Un día tuvieron un consejo de profesores y la directora empezó a leer una especie de taller y
empezó a decir que si tenias problemas cuidaran sus vidas y la testigo recordó que igual estuvieron a
punto de perder las suyas, ella se salió del consejo y tuvo una crisis, el psicólogo del colegio, Ignacio,
fue donde estaba la testigo, mientras ella estaba con una crisis y nadie en el colegio sabia lo que le había
ocurrido. Al psicólogo le contó lo que le había sucedido y le dijo que no era menor, era un
acontecimiento grave y lo que le sucedía era un shock post traumático, y que tenía que ver un
psicólogo, porque estaba somatizando.
Luego, empezaron a ir muy pocas niñas a clases, por el estallido, pero igual en las noches le
costaba dormir. También se dio cuenta la educadora a la que le contó, porque necesitaba ayuda para
hacer su trabajo. Termino el año escolar y la testigo continuaba con crisis de angustia. Vino a declarar y
le ofrecieron ayuda de psicólogo fiscal y empezó a tomarla. Se sentía muy mal, sentía temor. Sólo
estaba en la casa, le costaba salir, no salía al centro, porque le ocasionaba crisis de pánico subir a la
micro. Estivo encerrada, tomó terapia con psicóloga Pamela Bernal , quien le ayudó. Ella le dijo que
tenía shock post traumático, lo que le producía crisis de angustia y pánico. Dice que en la noche ponía
llave a la puerta, una silla, se había transformado en un persona insegura, que tenia miedo de salir, se
había convertido en otra persona, en una mujer insegura, sentía mucho miedo, temor.
Ante la consulta, responde que recuerda de la camioneta Mahindra, es que lanzó la camioneta a
los muchachos y luego se posicionó delante de ellos, refiriéndose a ella y su pareja, Daniel, y ahí hizo 2

63
o 3 disparos, los vio y los escuchó, no disparaba al aire, disparaba a las personas, a las que estaban en
las veredas también.
Después de ese ella estaba todo el rato mirándolo. Nunca había visto ni escuchado un disparo.
Dice la testigo que quedó mirando a esta persona fijamente, ella quedó sentada en el asiento, los
disparos eran muy fuerte, su cuerpo se puso rígido, muy tenso y sentía de lejos a Daniel que le decía
“agáchate, agáchate” y ella no pudo agacharse.
Después vio que el se subió a la camioneta y avanzó. Después de eso ella no sabe qué pasó.
En su tratamiento psicológico sigue con las terapias, actualmente por vía Zoom, porque
cuando supo que tenía que declarar le volvió el malestar, crisis de colon, el sistema nervioso malo, no
dormía, empezó a revivir todo lo sucedido. Pamela, la psicóloga, le explicó que el proceso no estaba
cerrado y que con esto de venir a declarar revivió todo, la crisis. Sus atenciones psicológicas con
Pamela, en diciembre y enero fueron muy seguidas, cada 15 días, después con la pandemia, se
empezaron a ver vía Zoom o por teléfono una vez al mes.
Programaron citas mas seguidas, cuando se sentía mal. Una vez por semana.
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que la gente que estaba en Reñaca, cuando llegaron vieron que se
bajaban con parlantes de las micros, cantando y les llamó la atención que eran muchos jóvenes,
demasiados. No advirtió más personas con chaleco amarillo. Cuando oye y ve los disparos, estos
disparos iban hacia donde ellos, Daniel y ella, se encontraban, hacia el lado de los muchachos que
estaban delante de ellos. Los muchachos estaban en todo el sector.
El primer disparo fue hacia la derecha de ellos en el auto. En el auto estaban tratando de salir
de la rotonda para salir hacia Las Salinas. Después de ese disparo sintió dos o tres y uno fue hacia ellos.
Estaba parado donde está la puerta de su camioneta. La calle delante de la camioneta estaba despejada,
no había personas.
El querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), no hace preguntas.
A la defensa respondió que se dieron cuenta del daño al vehículo cuando estaban en Las
Salinas. Con Daniel tienen la costumbre de ir los domingos a Las Salinas, ir la playa, desde como hace
un año y medio antes. El paseo era ir a Las Salinas, bajaban por Padre Hurtado, casi siempre iban a Las
Salinas, porque era mas cerca. Ese día no vieron funcionarios ni vehículos de Carabineros, cuando iban
hacia Reñaca.
Se da cuenta que había una situación anormal cuando llegaron a San Expedito, al llegar al
centro se dieron cuenta que se bajaban muchos jóvenes. Una cantidad grande, ni puede decir cuantos.
En otras oportunidades el centro estaba vacío, poca gente. Era algo extraño, le decía a Daniel, por qué
tanta gente y ella le dijo que mejor se fueran.
La mayoría eran jóvenes, como universitarios, de esa edad.

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Los dos se pusieron nerviosos, se dieron cuenta que podía tratarse una junta del tipo del
“estallido social”. Se refiere a manifestaciones sociales, del “estallido social”. Ella nunca estuvo
presente en alguna, le daba miedo. Como ella trabaja con niñas, cuando pasaban las marchas por fuera,
ya que trabaja en Etchevers, cuando pasaban las manifestaciones llevaban a las niñas al gimnasio. Ella
no participó ni vio, sólo se entero por lo que veía en las noticias.
Estaba muy nerviosa y veía a los jóvenes que aplaudían y reían. No tiraban piedras, sólo “era el
que baila pasa”.
Conversaron con Daniel y dijeron quien se iba a bajar para bailar, si él o ella, porque Daniel es
mas tímido, ella no tenía problema en bailar. Entonces él dijo me bajo yo, y nos vamos.
No había otra opción para devolverse. Por eso, después no podían avanzar, no había otra forma de
salir de ahí y ese era el lugar que ocupaban con “el que baila pasa”.
No vio patadas a la camioneta ni que le tiraran piedras. No escuchó “¡maten al hijo de puta!” o
algo así. Cuando escuchó los disparos quedo atónita. Antes escuchó “¡tiene un arma tiene un arma!” y
salieron corriendo.
El conductor de la camioneta bajó al hacer los disparos, antes no bajó, antes que se bajara no
vio el arma, no recuerda si oyó un disparo, no lo vio esquivar una piedra grande, no vio que le
rompieran un vidrio. Sólo recuerda que cuando él se sube a la camioneta salieron todos corriendo hacia
la camioneta.
En Reñaca no es usual que hayan pedazos de piedra en las calles.
En enero fue a Concón a declarar, en esa época el vehículo estaba guardado en la casa. Ella no
hizo denuncia a carabineros, a la Fiscalía si fue. Contó lo que dijo hoy. No sabe qué cantidad de gente
había en la calle, solo que eran muchas personas. Ella no veía el mar, porque la gente le tapaba la
visión.
En total sintió dos o tres disparos, cuando él estaba parado disparando. Ella estaba a una
distancia que lo veía, no puede contestar a cuantos metros, era cerca, lo veía, no puede indicarlo en la
sala.
El primer disparo fue a las personas que estaban al lado de ellos, eran muchos, disturbio de
muchachos, cantaban bailaban, aplaudían;
l)Declaración del perito Juan Delgado Espinoza, perito criminalístico del Laboratorio
Criminalística de Carabineros de Chile de Valparaíso, expone que el día nueve de enero de este año,
fueron, conforme antecedentes entregados por el oficial a cargo de la investigación, capitán Guzmán,
del SEBV, concurrieron a Achupallas, Viña del Mar, debido a que en un domicilio había un vehículo
con daños debido al parecer a un proyectil balístico.
Se entrevistaron allí con el propietario, quien accedió a que realizara el análisis del vehículo,
siendo observada y realizada la inspección por sus costados. Se advirtió en la zona frontal algunos
daños provocados, en primera instancia, en el sector de la parrilla frontal, plástica, compatible con el

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roce de un proyectil balístico. Seguidamente y continuando con la observación, hacia el habitáculo del
motor, se observó que hacia el radiador tenía orificio circular de bordes invertidos el que era
compatible con el paso de un proyectil balístico dotado de fuerza, masa y aceleración. Por lo anterior,
se realizó el levantamiento de una muestra de posibles residuos de disparos, rotulándolo como “O1”.
La muestra como “M1”.
Continuando con la inspección ocular se pudo verificar que el proyectil habría perforado la caja
de cambios del móvil peritado, provocando un orificio sin salida de este elemento del motor. Una vez
establecida la trayectoria, verificaron a través de una varilla metálica rígida, vuna trayectoria la cual era
ascendente, levemente de derecha a izquierda y con una angulación levemente ascendente de 15
grados. La trayectoria del vehículo al suelo, verificó un recorrido de 1,50 o 1,53 metros. Se logró
establecer que no presentaban otras señales de interés criminalísticas más que las ya nombradas, en
relación con el orificio, la cual era altamente probable que haya sido provocada por el rebote de un
proyectil sobre la calzada, el que luego es proyectado de forma ascendente, provocando los daños y
desmedros señalados.
Trabajaron el sitio del suceso, lo ocurrido en el sector de Reñaca.
Durante los meses de enero, febrero y marzo, realizaron un trabajo conjunto con SEBV,
concurriendo al sector de Reñaca, donde habrían ocurrido hechos relacionados con disparos en la vía
pública. Primero se realizó un trabajo de levantamiento de información, situando los puntos
específicos y físicos, tales como señaléticas, postes de luz, paso de cebras, mediciones de las calzadas,
donde seguidamente y por información entregada por el capitán Guzmán, él entrego las posibles
posiciones del vehículo involucrado, marca Mahindra, el que luego se detuvo pasado el paso de cebra.
Él situó a la víctima, donde se realizó un trabajo de posible trayectoria balística, la que conforme a su
apreciación, corresponde a una trayectoria balística descendente, porque están hablando del disparo
que lesiona a una persona. Luego se posicionó el vehículo analizado en primera instancia, se posicionó
conforme a las ubicaciones entregadas por Guzmán, finalmente se posicionó al tirador donde se
efectuaron mediciones de distancia entre el vehículo y tirador, como así también un trabajo teórico-
práctico en busca de establecer la diferencia de la oscilación del armamento, al momento de disparar
un proyectil a la calzada en comparación con un proyectil que posiblemente se dispara hacia la zona
media del parabrisas del vehículo. En base a ciertos trabajos efectuados en el lugar, se pudo establecer
que los disparos fueron efectuados hacia el norte, en el segundo caso fue realizado en la misma
dirección, ambos realizados una vez rebasados a sus objetivos y una vez rebasado el peligro inminente.
A la fiscal, el trabajo de varilla se hace para medir la trayectoria, y la inclinación. Acá la varilla
quedó sujeta en la caja de cambio, lo que permite colegir que estaba en diagonal de forma ascendente,
en 15 grados, entre donde ingresa a donde finaliza, es 1,53 metros.
Dentro de los disparos analizados, se analizó el disparo que se realiza primero al lesionado en
una pierna, el disparo es hacia nor-oriente, ya que está en diagonal. El segundo disparo es en diagonal,

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el que provoca el daño al vehículo. El móvil del tirador iba hacia el sur, y una vez que rebasa el primer
lesionado, el primer objetivo, es un escenario rebasado, son disparos hacia atrás.
Se le exhibe prueba denominada “set de 23 fotografías del Informe LABOCAR 68-2020
contenidas y anexas al Informe 353 SEBV”, expone: foto 1, domicilio en que se encontraba el
vehículo, al interior estacionado; está al costado derecho de la fotografía; foto 2, es la cara frontal del
móvil, PPU RR-7385; foto 3, es la fotografía de rigor, del costado izquierdo; foto 4, es la zona
posterior del móvil peritado, con su PPU; foto 5, es la zona o costado derecho del móvil peritado; foto
6, es la zona frontal, un poco más al detalle de la placa patente; foto 7, en esa foto, no se ve claramente,
le parece que a esa altura está el roce; foto 8, está señalado allí con un indicador digital; corresponde a
la rejilla central, cara plástica; es la zona central de la foto; foto 9, es una vista de detalle del impacto
“I1” que corresponde al roce; aparece un testigo métrico que dimensiona las características de este
desmedro o daño; foto 10, se aprecia el orificio que estaba en el radiador; foto 11, está con indicadores
digitales, para poder demarcar donde está el roce o desmedro y en la zona del círculo está el orificio
“O1”; el roce, es compatible con el paso de un proyectil; el proyectil se proyecta al oficio dejando
señales claras, un orificio, donde se establece que pasa un proyectil que genera ese año; que tenga
bordes invertidos indica el paso de proyectil; si la trayectoria fuera hacía atrás serían bordes evertidos;
foto 2, vista con testigo métrico del orificio rotulado como “O1”; foto 13, del orificio rotulado como
uno se levantaron una muestra de posibles residuos; es una fotografía que indica donde se levantó la
muestra; foto 14, es una muestra del embalaje de la muestra “M1”; foto 15, es la continuidad del
proyectil, donde perfora la caja de cambios, que provoca un orificio, “O2”; se ve en la imagen una línea
de la varilla que se usó; foto 16, se puede ver la varilla metálica, color rojo, allí aparece dentro de la
misma trayectoria, se hace pasar por el roce, por el radiador “O1”, y finalmente proyectada a “O2”,
donde está la caja de cambios; foto 17, lo mismo que la anterior, pero con señalador digital; foto 18,
con ese elemento verifican la inclinación ascendente de la varilla, aproximadamente 15 grados; no
recuerda como se llama ese elemento, pero se usa para medir angulación; foto 19, es la misma
fotografía, más en detalle, verificando la inclinación ascendente; foto 20, es una fotografía general,
trayectoria del proyectil, proyectan la varilla hacia la superficie del pavimento y les da aproximadamente
1,53 metros; foto 21, con señalador digital, la varilla en su inclinación al suelo; ellos al determinar el
roce, y a través de la varilla metálica, se intenta establece en que sector o punto, en caso de haber sido
un rebote, ha impactado, y da 1,53 metros; descarta una trayectoria directa al vehículo o descendente, o
sea realizada por un tirador hacia abajo; descarta el impacto directo desde el tirador de manera
descendente; la medición para ellos fue fundamental, porque cuando llevaron el vehículo al sitio del
suceso, pudieron establecer en qué sector realiza el proyectil un rebote y pudieron determinar la
dirección del tirador; tenía dirección norte; foto 22, es como el realizó la medición de la trayectoria,
una fotografía de vista en planta, vista desde arriba; foto 23, ahí sale específicamente, muy claramente,
1,53 metros.

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Pudieron determinar que el proyectil había tenido un rebote, porque conforme a la trayectoria,
en caso de haber sido un disparo directo, debió ser en dirección ascendente, lo cual era muy poco
probable. Ellos establecieron que era un rebote porque la trayectoria era ascendente y direccionada
hacia el suelo. La medición del rebote se hizo en el domicilio. Primero se situó en el vehículo, luego se
estableció el rebote.
Ellos ubicaron puntos de referencia fijos, los que eran la base para poder establecer o situar a la
víctima y luego al vehículo.

Esos puntos podían ser analizados conforme a las imágenes vistas a nivel nacional, conforme a
declaraciones que podían servir como puntos de referencias para ubicar a una persona. Lograron esos
objetivos conforme la información que entregó el encargado del caso.
Se le exhibe prueba denominada “set de 12 fijaciones planimétricas contenidas en
Informe pericial 68-1-2020 LABOCAR”, expone: plano 1, es el sitio del suceso ubicado en Reñaca;
indica que en el sector superior, norte, se ve la rotonda; se ubicó, para armar el plano, se realizó la vista
en planta de la angulación de la rotonda, del paso de cebra; se ven unos letreros o señaléticas que se
ven en el lugar; hay postes, ancho calzada, bandejón central, hay otro poste; hay postes y dimensiones
de la calzada en primera instancia; indica donde estaba situado el vehículo y el lesionado, conforme a la
información que recibieron del encardo; abajo aparece el vehículo Hyundai, se ve el rebote que ellos
determinan, del vehículo al sur; pasada la calle Las Brisas, hay dos vehículos estacionados, conforme a
las mediciones y modelos; pudo establecerse el vehículo del tirador, con su cara frontal apuntada al sur;
la ubicación de los vehículos, permite ubicar al vehículo del tirador y la ubicación del tirador cuando
baja del móvil; ellos analizaron dos disparos, el que lesiona al caballero y el segundo que impacta la
calzada y rebota al vehículo; los disparos fueron hacia atrás, o sea con trayectoria sur a norte; en el
segundo caso había un rebote; que exista un rebote o impacto, del punto de vista del tirador, significa
no tener control del proyectil, significa no poder determinar el punto final del proyectil; luego de un
rebote no se sabe donde va a llegar el proyectil; el recorrido final del proyectil es la caja de cambio final
del Hyundai; plano 2, está orientado a verificar la dinámica ocurrida pasado el paso de cebra, está el
vehículo con el tirador y se indica donde estaría la victima; el tirador apuntó hacia atrás y en diagonal,
hacia el nor-oriente; en el plano se puede verificar que el vehículo, incluso el habitáculo, ya había
rebasado el objetivo o la persona, ésta persona sale por la ventana y hace disparo hacia atrás, hacia la
víctima; la posición del tirador, estaba sentado en el móvil, apuntando hacia atrás, efectuando disparos
de manera descendente; hacia abajo; establecieron la trayectoria directa, se analizó el informe médico
de esta persona (Ahumada Villegas) y en caso de haber efectuado un rebote, la distancia de disparo
debió ser mayor de cinco metros, y en este caso la distancia es de unos 3,40 metros; dentro del informe
de lesiones, se indicaba que el orificio de entada estaba a 75, 5 cm del talón y el de salida, a 78 cm, si se
verifica efectivamente la diferencia entre el de entrada y salida son 2,5 cm; si en esa línea, se hace lo

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mismo que en el vehículo, esa línea proyectada en un muslo promedio de 25 cm, debió ser efectuado a
cinco metros y, en un muslo de 30 cm, debió producirse el rebote a unos 7 metros, sin considerar la
distancia entre el rebote y el tirador; no hay una distancia suficiente entre tirador y víctima; entre el
tirador y víctima se estableció una distancia aproximada de 3,43 metros.
Continua exponiendo: plano 3, señala que se puede ver en vista en planta un vehículo que
corresponde a un Hyundai, analizada por Labocar, es la distancia que esta entre el vehículo y el rebote
o impacto; entre el tirador y el rebote, para precisar la distancia, tendría que verlo en el plano, le parece
mucho que son 50 metros; plano 4, ahí fue ubicado el Mahindra, ahí aparece ubicado también el
tirador; en este caso el tirador había descendido, y con ambos pies, en posición de disparo, apunta
hacia el norte; indica cual sería la posición de disparo, con la persona parada en ambas piernas,
tomando el arma con ambas manos; se toma el arma con ambas manos para obtener un mejor disparo,
que no haya un movimiento anómalo; plano 5, corresponde a una vista en elevación del vehículo
marca Hyundai; indica donde ellos trabajaron en una primera instancia; en base a los orificios y el roce,
esto origina 1,53 metros, establecieron el rebote y una proyección; el largo del vehículo era 4,10, largo y
de alto, 1,39 metros; plano 6, se ve el Hyundai, visto en planta o desde arriba situando el “O1”, para
poder tener mejor claridad de donde perfora el proyectil del vehículo; el ancho del móvil es 1,62; cual
es la distancia del costado derecho al orificio “O1”, es 0,63; plano 7, es un trabajo que realizaron con
SEBV, son tres láminas de la mano; quisieron ilustrar la diferencia promedio de un disparo dirigido a
1,49 metros, cual habría sido la diferencia con la parte media del parabrisas; ellos hicieron esa medida
basada en tres posiciones; en estas láminas, que son tres y están relacionadas, su intención fue
determinar una diferencia entre un disparo apuntado y efectúa un rebote donde dice impacto en la
lámina al costado derecho; trataron de establecer las diferencias con lo que sería un disparo hacia la
zona media, con tirador erguido, de pie; plano 8, con tirador semi-flectado, con una rodilla semi-
flectada, posición de disparo, no completamente erguido; la tercera posición; plano 9, refleja la tercera
posición de rodillas; la diferencia en ángulos, se sacó un promedio en las tres posiciones, que era uno o
dos grados de diferencia; para efectuar un disparo a la calzada o zona media del móvil; habla de la
oscilación del armamento de fuego; se refiere a las manos, ahí esta la oscilación.
Los planos 7, 8 y 9 solo tiene como diferencia la posición inicial del tirador.
En el plano 7, señala que la distancia entre el armamento y el pavimento es 51,48 metros; la
distancia entre armamento y el orificio, es de 52,97 metros; 1,54 metros es la altura de la superficie del
suelo a la boca del cañón; con uno o dos grados, de diferencia, alcanzaba la zona media del parabrisas;
se midió con esa referencia porque se supone que allí está el conductor o el acompañante del
conductor; este grado de oscilación es de la mano del tirador; la variación del movimiento de la mano,
el movimiento de apuntar; la oscilación entre donde impactó y poder alcanzar la zona media es de un
grado, es una oscilación muy leve; plano 7, contiene le promedio de las tres posiciones; el disparo a la
zona media se midió sin rebote, tiro directo al parabrisas; conforme a la información entregada por

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Guzmán, el vehículo estaba detenido al recibir el proyectil; en relación con el blanco, si el vehículo
hubiese venido en marcha, se puede verificar que ese mismo disparo, el vehículo habría continuado la
marcha unos 20 metros y podría haber ingresado por el parabrisas delantero.
Tomaron de base tres posiciones distintas del tirador, ya que ellos como peritos no pueden
basarse sólo en una posición.
En el plano 10, contiene la posición del tirador; esta la altura de la boca del cañón al suelo, que
es 1,64; las medidas A, B y C, es la angulación entre las línea uno y dos, la línea uno va a la zona media
del parabrisas y la línea dos va al rebote de la calada.
En el plano 11, se realiza la misma medición, con el tirador semi-flectado, la diferencia es de
uno y dos grados.
En el plano 12, es la misma situación que las otras dos, pero acá el tirador está de rodillas, se
puede ver al diferencia de ángulos, uno está dirigido al parabrisas y el dos a la calzada; no se pudo
establecer el tipo de armamento, no se sabe si pistola, pero sí fue arma de fuego, porque el mismo
proyectil deja daños y marcas en el vehículo.
Se desempeña como perito en huellas. Trabajó un año en balística. También se ha
desempeñado en el área de planimetría y en distintos requerimientos. Analizaron dos disparos, pero
sabe que fueron más.
Los disparos del peritaje fueron en la vía publica.
Resultó lesionada una persona por los disparos realizados.
No analizó ningún tipo de armamento en relación con esta pericia.
Dentro del trabajo del sitio del suceso, en un momento se encontró un trozo metálico sobre la
calzada, luego se descartó como evidencia, ya que no presentaba los componentes químicos que
pudieran determinar que esto corresponda a un fragmento de proyectil o un trozo de encamisado
cúbrico.
Este disparo se genera de forma directa a un objetivo a una persona, no analizaron que se
tratara de un disparo disuasivo, ya que esta persona al disparar un armamento, no puede realizar un
disparo disuasivo. Ellos analizaron el disparo a unos 3,40 metros. En relación al manejo de armamento,
ni siquiera Carabineros realiza disparos disuasivos, menos de armamentos de fuego, menos en
contexto de marchas. En sus años de servicio, ha recibido agresiones, amenazas, pero que
encontrándose portando el armamento fiscal, no ha sido necesaria la manipulación ni uso del
armamento fiscal.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no realiza preguntas.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que en el primer disparo, la distancia entre el tirador objetivo era

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3,40, y disparo era desde vehículo. Respecto a si el vehículo estaba en movimiento o detenido,
responde que el vehículo está detenido.
En el primer disparo, en el ejercicio, no se hizo uso 3 de las posiciones de tiro. Por la
información proporcionada por el capitán Guzmán el tirador se encontraba al interior del vehículo.
A la defensa respondió que dentro de las diligencias que realizó, estuvo participando el
capitán Guzmán, no así en la diligencia efectuada al vehículo, cuando fueron a Achupallas. En el sitio
del suceso el capitán Guzmán indicaba los puntos de sindicación, les decía, los puntos de ubicación de
las personas y vehículos.
Consultado sobre el perito planímetro señor Necul, de acuerdo a ese informe, se indica
que el peritaje en el que participó el declarante no participó el sargento Necul. Señala que el peritaje de
Reñaca fue realizado en enero, febrero y marzo, en el que dentro de las diligencias participaron otros
peritos, pero el que hizo los planos fue el perito Necul.
Respecto del informe del peritaje de Reñaca, en cuanto a la participación de Luis Ahumada,
responde que no conoce al señor el señor Luis Ahumada. Tampoco asistió el señor Cobin, ni el perito
Marcos Labrín.
Dentro de las reuniones realizadas, se analizaron antecedentes de la investigación y dentro de
esos antecedentes tuvieron a la vista un peritaje planimétrico, de Darinka Lobos.
De los funcionarios que estuvieron en el sitio del suceso durante los meses que realizaron este
estudio, concurrieron diferentes funcionarios del SEBV y LABOCAR, desconoce si participaron los
funcionarios que estaban presente el día de los hechos. Ellos, al hacer el estudio, obtenían la
información del capitán Guzmán.
En cuanto a la determinación de la estatura del tirador, indica el perito que no se tomó
en consideración la altura concreta del tirador, no se sabía exactamente cual era. Por eso se realizó el
estudio con tres posiciones de disparo: erguido, semi-flectado y arrodillado. Por lo anterior, no fue
necesario y tampoco se consideró la estatura del señor Ahumada. Se mantenía
conocimiento que la lesión de entrada estaba a 75,5 cm del talón y la de salida aproximadamente a 78
cm, en base a esas medidas trabajaron, no con la estatura de las personas.
Estudió dos disparos, el primero que impactó a una persona y el segundo, a un auto. En el caso
del primero de los disparos, el tirador se encontraba dentro de un vehículo, en el planimétrico fue
situado dentro del vehículo, con las dos piernas dentro del mismo. En el informe está plasmado como
con la puerta cerrada, que dispara desde el interior con la puerta cerrada, probablemente por la
ventana, se imagina que con el vidrio abajo. Dentro de la información que entregó el señor Guzmán
les habló de los videos, dentro de los puntos de interés se encontraba posición del tirador y de la
víctima, tuvo acceso a la declaración de la víctima respecto de la camioneta, dijo Ahumada que estaba
aproximadamente a dos metros. Esa Información no se consignó en el informe. No se consignó
tampoco que Ahumada le habría dado golpes de pie o patadas a la camioneta.

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No tuvo Acceso al informe medico legal de la víctima. No tuvo acceso a que en el glúteo del
señor Ahumada fue encontrado un trozo de bala. No determinaron qué tipo de proyectil era el
disparado y si es que lo tenía la víctima, porque el peritaje era planímetro. Respecto de la trayectoria de
disparo, respondiendo a la pregunta de si desde que el proyectil sale del cañón está o no bajo control,
responde que tirador tiene el control hacia donde apunta, al salir el proyectil del cañón, una vez que
ingresa o impacta algún cuerpo, el tirador no tiene control.
Entre la calzada y la acera hay una solera. No especificó su medida. Si fuera importante
se habría señalado la existencia de jardineras. Al no estar las jardineras, significa no eran importantes
para el peritaje.
La determinación de la cantidad de gente al momento del disparo se imagina que era
importante, pero no fue parte de su peritaje, ya que este es planimétrico. Respecto del rebote, en el
segundo de los disparos, el que golpea el vehículo, indica que sí es relevante el tipo de proyectil.
Ante la pregunta de la defensa, responde que no fue tomado en cuenta el tipo de proyectil,
dado que por el vehículo y sus daños se hizo el cálculo en línea de superficie de la calzada donde estaba
el rebote y en este caso no es relevante el tipo de proyectil. Para señalar la distancia entre el tirador y el
rebote tendría que ver el plano para indicar exactamente cuál es la distancia.

Respecto del plano 7, indica que la distancia entre el tirador y el rebote es de 51,48 metros. No
tuvo acceso a información del señor Molina en cuanto a encontrarse a 8 metros de tirador. Si hubiesen
hecho pruebas a 8 metros habría variado la conclusión.
En relación al vehículo Hyundai, se determinó la existencia de un desmedro, más dos orificios,
el orificio del radiador tenía uno de entrada y uno de salida, por ellos pasaba la varilla
metálica. Al hacer el análisis en su peritaje, no fue mecánico.
Se le exhibe el medio “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados
de redes”, video 5, responde respecto de los vehículos en sector lateral, indica que están indicados en
la pericia; video 6, dentro de las imágenes la posición del Hyundai no se ve; video 7, no observa la
existencia del vehículo Hyundai, hay partes de un vehículo que se ve, tendría que hacer un análisis
detallado para afirmar la presencia de ese vehículo. No puede afirmar si es o no es; video 2, no
advierte presencia de la persona lesionada;

m)Declaración de César Necul González, sargento 1º, perito planimetrista forense, del LABOCAR
de Valparaíso, señala que realizó fijaciones planimétricas conforme al informe 68-2020. Le
correspondió analizar la fijación de un vehículo y unos puntos otorgados por el capitán Guzmán Rojas,

72
que correspondía a fotogramas analizados por él. Esto se hizo entre enero y marzo de este año,
realizando un total de 12 fijaciones planimétricas.
El primer plano es el realizado en Reñaca, en calle Ignacio Carrera Pinto. En el lugar se fijaron
los hechos que se investigan, de una camioneta Mahindra, y un automóvil RR-7385. Fueron al lugar y
realizaron las fijaciones que correspondían. Los planos se levantaron con información recabada por el
capitán Guzmán.
El capitán Guzmán había analizado videos. Esto ocurrió el día 11 de noviembre de 2019. Esta
información la aporta Guzmán. Lo primero que hacen es concurrir con él, allí él indica unos puntos,
donde estaban víctimas, vehículos, tirador y un segundo vehículo. Con estos antecedentes realizaron
los planos.
Había un bandejón central, un paso peatonal, semáforo, postes de alumbrado calzada. Fijaron
los puntos señalados por Guzmán.
Se le exhibe “set de 12 fijaciones planimétricas contenidas en Informe pericial 68-1-2020
LABOCAR” expone: plano 1, a mano derecha está la orientación, norte-sur-este-oeste; en la zona
superior hay un bandejón central con la avenida Borgoño; hay una especie de rotonda de avenida
Borgoño, continuación; en la zona central superior hay un paso peatonal y el comienzo de la avenida
Ignacio Carrera Pinto; esta la acera a la derecha, un restaurant llamado Palm Beach, hay un vehículo
que sobre el paso, se trata del HBGH15, al medio esta la calzada; en el centro esta el RR-7385, que se
fijó frente al 160 de la avenida Ignacio Carrera Pinto; hay otro paso peatonal, continuando que deslinda
con calle Las Brisas; abajo hicieron otro paso, donde fijaron un tirador, fijado a un poste; él realizó un
plano en detalle de acuerdo a los tres puntos de fijaciones descritas; plano 2, se ve la orientación, paso
peatonal y bandejón central; tenemos la camioneta, la que se fijó de acuerdo a lo indicado por
Guzmán; existe un poste de semáforo allí, fijado a unos 40 cm; la fijaron a 1,52 metros la camioneta
del bandejón; se fijó a la víctima, la que estaba a una distancia, no la recuerda exactamente, pero como
de un metro aproximadamente entre la víctima y semáforo; de acuerdo a los antecedentes, se hizo una
tentativa de trayectoria, que tuvo una trayectoria longitudinal de 3,44 metros aproximados; la
camioneta tiene una longitud de cinco metros, por 1,75 de ancho; de acuerdo a la información, se
realizó una tentativa de trayectoria balística, se puede marcar el punto en el que estaba el conductor a
donde se fijó a la víctima, sobre la acera; la distancia entre el conductor y la acerca es 3,44 metros; en el
plano 3, tenemos la calzada de la avenida Ignacio Carrera Pinto, tenemos la orientación; fijaron el
vehículo patente RR7385; tiene una dimensión de 4,20 metros y 1,60 metros de ancho; el móvil estaba
cuando lo fijaron, en la segunda pista de circulación a unos cuatro metros de la acera; se fijó por el
teniente Espinoza, se fijó un impacto, el que en planta estaba a una distancia del vehículo de 1,49;
cuando habla de planta se habla de vista de arriba; un plano por elevación es una vista de frente;
elevación no recuerda la cifra, cree que 1,53 aproximadamente; en la parte inferior del plano, se ve la
línea de detención de vehículo y abajo el paso peatonal que estaba demarcado; abajo estaba el poste

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uno y dos, a una distancia de unos 35 metros aproximado; tenemos un poste de alumbrado público
uno; el poste de alumbrado público dos, colindaba con calle Las Brisas; el poste uno estaba en la parte
media de Ignacio Carrera Pinto, a la altura del 160; plano 4, plano en planta de Ignacia Carrera Pinto,
señala puntos cardinales; tiene la continuación de la camioneta HBGF15, con el registro de un tirador;
hay un tercer poste de la avenida, donde se fijó respecto de la altura, la ubicación de la camioneta en su
parte delantera; se fijó en 6,10 metros; explica la medida con un inmueble en referencia; se fijó la
camioneta, dos vehículos estacionados en el lugar, se fijó una persona, tirador, apuntando en dirección
norte; los datos fueron aportados por el capitán Guzmán; plano 5, corresponde a la fijación analizada
por el teniente Juan Delgado, que es un plano de frente, del RR-7385, donde se fijó un impacto hacia el
piso, a la altura del parachoques, entre punto y punto, eran 1,49 metros, eso media el impacto balístico
en línea recta hasta el orificio “O1”; es la línea ascendente al impacto; 0,35 metros en la dirección de
“O1” al suelo; plano 6, plano en planta del RR7385, tiene 1, 62 de ancho y longitud de 4,10 metros, se
fija el orificio a 0,63 centímetros del costado derecho de la estructura del móvil; plano 7, con el capitán
Guzmán realizaron trabajo teórico práctico de la trayectoria del tirador posicionado cuando se baja el
tirador, frente al inmueble 140 de avenida Ignacia Carrera Pinto; sacan dos medidas desde el tirador,
con direccional parabrisas del móvil y desde el tirador al impacto; el tirador se encuentra de pie; este
trabajo fue para medir la oscilación del arma, para medir que diferencia puede haber, en relación con la
oscilación y el objetivo; la oscilación se representa en grado; plano 8, se midió la posible diferencia
entre parabrisas y la efectiva, y era un grado; plano 9, también se midió en esta posición la diferencia
de oscilación entre el impacto real y parabrisas y era un grado; plano 10, en detalle la posición del
tirador, de pie, se mide el ángulo y oscilación al parabrisas; plano 11, tirador semi-flectado, se proyecta
una trayectoria al parabrisas, y se mantiene la oscilación en un grado; plano 12, acá se representa al
tirador de rodillas, está la tentativa al parabrisas del vehículo, al impacto balístico, no varía, se mantiene
la misma oscilación de un grado.
La oscilación puede deberse a varios factores. Primero si una persona quiere apuntar, cuando
va a realizar con el dedo índice el movimiento del disparador, si dispara muy fuerte, el cañón puede
variar hacia arriba o hacia abajo, pero son muy leves. Por eso hay técnicas para dispara, si se dispara
muy fuerte se pierde la precisión. El disparo tiene un descanso, si quiere disparar, hay un descanso. Es
muy leve. Explica que es un proceso de mucha precisión y muy sutil. Hay otros factores como la
experticia del tirador.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
EL querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), no hace preguntas.
A la defensa, señala que fueron en varios períodos al sitio del suceso ubicado en Reñaca.
Fueron primero, el día nueve de enero, luego volvieron a ir muchas veces. Él no tuvo a la vista otros

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peritajes él, señala que era un equipo multidisciplinario. No tuvo acceso a la estatura del imputado ni
víctima.
Señala que los videos los vio en términos generales, pero el detalle lo vio Guzmán, era el quien
indicaba lo puntos.
Se le exhibe prueba denominada “set de 12 fijaciones planimétricas contenidas en Informe
pericial 68-1-2020 LABOCAR”, expone: plano 1, en esta imagen aparece la calle Las Brisas y la calle
Ignacio Carrera Pinto; no representó el ancho de la calle; lo que recuerda es que Las Brisas debe haber
tenido entre cinco a seis metros aproximado; la soleras deben haber tenido como 10 cm de altura;
Ignacio Carrera Pinto debe tener entre 15 a 20 metros de ancho; hay aparcamientos, uno de ellos tenía
de tres a cuatro metros, el del sector de la playa; no recuerda específicamente el del sector de los
departamentos; entiende que el día de los hechos habían vehículos.
En relación con el plano 4, no se estableció la distancia entre la cola y la esquina de calle Las
Brisas; dice que el tenía medidas generales de la camioneta, se las proporcionó el capitán Guzmán; el
no tuvo acceso a la camioneta; no sabe la distancia entre la cabina del conductor y el final del pick up.
Se analizó un primer disparo cerca de un semáforo, el paso peatonal estaba demarcado con
líneas horizontales, como paso de cebra; la parte posterior de la camioneta estaba como a 1,35 del paso
peatonal; se consignó ello en los planos.
Se le exhibe plano 2, se aprecia el paso peatonal y la parte posterior de la camioneta; la
distancia entre el paso y la parte posterior era menos de un metro; todas estas fijaciones se hicieron
conforme al aporte del capitán Guzmán; él no tuvo acceso a los videos directamente, la posición de la
víctima en este caso también la dio Guzmán; lo único que supo es que era ascendente; existe una solera
en el lugar también, la midió, era de unos 10 o 15 cm aproximado; no recuerda si habían rejas de
jardines ni basureros; de acuerdo a lo que sabe y la pericia que se realizó, el tirador estaba dentro del
vehículo; él vio esas imágenes de fotograma; la persona a la que le dispararon estaba como detrás de la
camioneta, a la altura de el paso peatonal; el tirador no sabe si disparó dentro o no de la cabina; según
Guzmán, estaba dentro de la cabina; no establecieron la altura del tirador en el primer disparo.
Siguiendo con la misma imagen, indica que no recuerda si sobre la solera había una reja.
Se le exhibe prueba, plano 3, en esta imagen, aparece la línea de la acera; no aparece el espacio
de aparcamiento; el espacio de aparcamiento está al costado derecho; hay una distancia de este vértice a
la acerca, de cuatro metros aproximados. El pavimento tenía mucho desgaste, baches, muchas zonas
con desgastes, la calzada tenía mucha señala de desgaste, por los muchos vehículos que pasan en la
zona, era una zona irregular. Esa superficie puede tener relevancia en el rebote. El proyectil cuando da
un rebote, puede continuar su dirección. Existe la posibilidad que el proyectil rebote, se deforme,
puede deformarse en el concreto el proyectil.
Había otros objetos y podía influir en el rebote.

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No tuvieron acceso al tamaño o estatura del tirador, de la persona que recibió el impacto
tampoco. Las personas representadas se hicieron con un tirador hipotético, una persona de 1,80. El
largo de brazos puede tener relevancia. Cuando uno disapra el proyectil puede abarcar una distancia
larga, que puede abarcar la carga de proyección, hay muchos factores, clima, viento, son muchas las
variantes que pueden influir desde que sale del cañón.
Se le exhibe la prueba denominada “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI,
recopilados de redes”, video 5, expone: este video lo había visto, incluso por las redes sociales; se
incluyó la posición de esta persona.
Rapidez, respiración, son factores (a considerar).
Tuvo la información objetiva de la entrada del vehículo Hyundai, en relación al vehículo que
recibió el disparo.
Al tribunal aclara, que Guzmán analizó videos y fotogramas y él fue el que entregó
información para realizar los trabajos;
n)Declaracion de María Verónica Villarroel Rojas, perito químico del Labocar de Valparaíso,
expuso su informe indicando que, por requerimiento del teniente Juan Delgado Espinoza, se le asignó
el análisis y posterior elaboración del informe pericial 68-2-2020.
El objeto de la pericia era determinar la presencia de residuos metálicos compatibles con el
proceso de disparo de proyectiles balísticos en las muestras recibidas para análisis.
Elementos ofrecidos para el análisis: indica que recibió dos cintas adhesivas con muestras
rotuladas como “M1” y “MT1” y dos bolsas plásticas con trozos metálicos, rotuladas en su conjunto
como “O1”.
Operaciones realizadas: para determinar la presencia de residuos metálicos hizo una revisión
macroscópica, esto es, una observación visual directa, de las de las muestras recibidas, resultando lo
siguiente: las muestras “M1” y “MT1” consistían en dos cintas adhesivas, con muestras y muestra
testigo, levantada de un orificio rotulado como “O1”, encontrado en el radiador del vehículo placa
patente RR7385.
La muestra “O1” consistía en trocitos metálicos de color gris brillante de área de alrededor de
un centímetro cuadrado, que pesaban 9,2 gramos en su totalidad, distribuidos en dos bolsitas, una que
decía tapón caja de cambios, que pesaba alrededor de 1,7 gramos y la segunda decía interior caja de
cambios, de 7,5 gramos.
Para ver la presencia de residuos metálicos compatibles con proceso de disparo balístico se
efectuó la prueba de rodizonato de sodio en medio acético (vinagre), para la determinación de plomo
y/o bario y la prueba colorimétrica de ditioxamida, en medio básico, para la determinación de cobre.
Ambos tipos de ensayo son del tipo colorimétrico, de alta sensibilidad, y específicos para los
metales analizados.

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Al aplicar estas técnicas de análisis obtuvo resultados positivos para plomo y/o bario en la
muestra “O1” analizada.
Conclusión: como resultado de los análisis químicos realizados se pudo determinar la presencia
de plomo y/o bario en la muestra “O1” analizada. En la muestra “M1” no se determinó la existencia
de residuos metálicos compatibles de un proceso de disparo balístico.
A la fiscal respondió que la pericia tenía como objetivo buscar la presencia de residuos
metálicos compatibles con un proceso de disparo en el orificio existente en radiador del automóvil. Se
trataba de determinar si el orifico hubiese sido provocado por un proyectil podrían haberse encontrado
residuos metálicos y no se encontró.
En cuanto a la muestra “01”, al hacer el análisis, en algunos trozos determinó la presencia de
pequeños residuos metálicos, que determinaron en peritajes colorimétricos la presencia plomo y/o
bario.
Los factores externos que inciden en el resultado, en el caso que estas muestras hubiesen
estado expuesta al ambiente, aire o agua, tienden a perderse, también por el polvo, se podrían perder.
De lo que concluye que estas tienen que haber estado protegida de alguna forma. El transcurso del
tiempo también tiene injerencia. El tiempo óptimo de hacer estas muestras es al momento del disparo.
A la fiscal, responde que no existe un análisis definitivo que señale un tiempo determinado
para que se pierdan los rastros, sino que va a estar determinado por las condiciones en que se
encuentre la muestra, si está en condiciones adversas puede que se pierda en media hora. Por eso
indica que la muestra debe haber estado protegida, en el sentido que no estaba expuesta a las
condiciones ambientales directas. Si se tiene una muestra en el aire que puede ser ensuciada, que le
caiga rocío, agua.
Al defensa respondió que tuvo acceso sólo a las muestras que le entregaron, no al radiador ni
a la caja de cambio.
El personal que recogió las muestras no debe tener especialidad química, sí tiene protocolo
para estos procedimientos. La forma en que se toma, con guantes, protegido, se guarda y se sella.
Respecto del bario y/o plomo no se puede hacer distinción colorimétrica. El color es similar
para ambos. Compraron un nuevo equipo con el que se podrán hacer determinaciones mejores en
unos meses mas.
No hay proyectiles de otros metales distintos al plomo y/o bario, podrían haber de otros, pero
no analizaron.
Las piezas analizadas pueden ser de fierro o algún tipo de aleación, que es lo primero que
analiza, ya que si fueran de plomo o bario no podría hacer el análisis. Fue lo primero que hizo y no le
dio nada.
Los pedacitos metálicos no eran raspados, eran trozos sólidos de menos de un centímetros
cuadrados y triangulares, quebrados;

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o)Declaración del testigo Pedro Peirano Gatica, inspector de la P.D.I., señala a la fiscal que el día
10 de noviembre de 2019, estaban en servicio especial en el borde costero por una convocatoria social.
Señala que divisaron gran cantidad de gente, los cuales venían con un animo festivo, escuchando
música, consignas, gritos del “estallido social”. Luego de un momento, la playa estaba relativamente
tranquila, decidieron los funcionarios trasladarse a un lugar alto para divisar la totalidad de la playa.
Luego de un momento, cerca de las 17: 40 o 17:45 horas, recibieron información que un hombre que
vestía un chaleco amarillo había efectuado disparos en el sector céntrico, se movilizada en Mahindra
P.P.U. HBFG15.
No está seguro si era FG o GF. Esto les llegó por redes sociales abiertas, noticieros, videos.
Efectuaron un análisis criminalístico de la información, determinaron que la propietaria de la
camioneta era Pamela Sepúlveda Mendoza, casada con un sujeto de nombre John Cobin, con domicilio
en José Suárez 185, Los Almendros, casa 1, Reñaca, Viña del Mar. Decidieron trasladarse a dicho
inmueble, junto a Beltrán y Flores. Verificaron que estaba en el domicilio la camioneta Mahindra,
decidieron llamar al interior del inmueble, los atendió un hombre, identificado como John Cobin, los
autorizó a ingresar, al verificar que tenía las mismas características, se lo procedió a detener. Se hizo
entrega allí de cinco armas de fuego: una pistola HK 9 mm, con tres cargadores y 33 municiones;
pistola HK, calibre 45, con un cargador con ocho tiros en su interior; las armas estaban en el
dormitorio; los cargadores estaban fuera de sus pistolas; en tercer lugar, una pistola Smith & Wesson 9
mm; una pistola Smith & Wesson .22, ambas con cargador sin municiones; finalmente, una Sig Sauer,
P229, calibre .40, tenía dos cargadores y 15 tiros entre los dos cargadores.
Así mismo hizo entrega voluntaria de tarjetas de inscripción de las armas y otras tarjetas que lo
acreditaban como miembro del club de tiro de Reñaca y otras que no recuerda.
Eran todas armas de puño, pistolas cortas. No le entregó a él ningún tipo de arma larga.
Ese día andaban con vestimentas corporativas.
Ese día andaba con Flores y Beltrán, eran los únicos de la unidad que fueron. La convocatoria
de ese día era “los flaites a Reñaca” o “la convocatoria del melón con vino”. Ellos estuvieron en el
borde costero entre 40 minutos y una hora. Se veía llegar gente en micro, con parlantes, banderas,
gritos, consignas sociales. Cuando ellos estuvieron en la playa no advirtieron la presencia de algún
chaleco amarillo. Ellos se fueron a un lugar alto, por la subida El Encanto. Desde que ellos se apostan
en El Encanto hasta el comunicado pasan 20 o 30 minutos.
Por redes sociales abiertas se refiere a twitter, Facebook, redes sociales de las noticias. Ellos
informaron la PPU e hicieron un análisis de la información. Primero verificaron que la P.P.U.
correspondiera al vehículo, a veces tienen encargo, o están cambiadas y no corresponden. Buscan la
correspondencia entre la P.P.U. y el tipo de vehículo y la marca. Sucede lo mismo con los colores.
Andaba circulando un video donde se veía la persona que había efectuado los disparos. Cuando llegan

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a la casa en José Uribe verificaron la camioneta con la PPU indicada. Dentro de la propiedad estaba el
vehículo Mahindra con la PPU que señaló. Ellos pudieron ver la PPU.
Él entrega las armas de fuego. Se le explica que estaba detenido por haber percutido disparos
en el borde costero, él reconoce que es propietario de un arma de fuego y hace entrega.
Desde que llega a que se retira, sólo toma contacto con John Cobin y la señora Pamela, que
eran las únicas dos personas que estaban al interior del inmueble. Él los hace pasar al living, luego para
entregar las armas conduce al dormitorio. Se le consulta sobre la tenencia de las armas, él las busca y
las entrega.
Ellos toman las armas, las resguardan, las trasladaban considerando que una pudiera ser la
utilizada en los disparos. Él no tuvo información de cual de ella podría ser utilizada por los disparos.
Todas las armas levantadas fueron entregadas por Cobin. Él las entregó, ellos no revisaron el inmueble
en busca de armas. Ellos tuvieron ciertas informaciones de Cobin a raíz de la placa patente. Ellos no
tuvieron información de la cantidad de armas que él tenía inscritas. No buscaron armas por la
inmediatez de la ocurrencia, ellos trataron que el procedimiento fuera acotado. Lo anterior para
resguardar residuos nitrados, evitar que la persona pudiera lavarse, cambiarse la ropa. Ellos recibieron
la información a las 17:40 y a las 18:20 horas estaban en el inmueble, pero no sabe la relación con la
hora en que ocurrió el hecho. En su presencia Cobin no se lavó las manos ni hizo nada.
Ellos no tuvieron información, mientras adoptaban el procedimiento, de qué estaba ocurriendo
en Reñaca. Cuando iban en camino al domicilio de John Cobin, les informaron que había una persona
lesionada y trasladada por particulares al hospital Fricke de Viña del Mar. Dijeron que era una lesión
por arma de fuego, pero no supo la gravedad. Ellos llevaban chalecos antibalas, casco balístico.
Entraron con chaleco no recuerda si casco.
Cuando le entregaron las armas, solicitaron a Beltrán comunicarse con un familiar. Beltrán lo
acompañó a hablar con un familiar, lo deja efectuar ese llamado, a un subnivel del primer piso. Cobin
fue acompañado por Beltrán a hacer la llamada. Él se quedo junto con las armas resguardándolas.
Pamela iba por varios lugares, dormitorio, comedor. Cuando llegaron a la casa, el sujeto ya no
mantenía el atuendo del chaleco amarillo. Luego decidieron retirarse del lugar.
La camioneta estaba en el frontis del inmueble, dentro, mantenía el vidrio del copiloto
quebrado, eso se apreciaba a simple vista. Esa camioneta fue incautada para resguardar algún tipo de
evidencia que estuviera al interior. Él tuvo acceso al interior de la camioneta sólo de forma visual,
desde el exterior. Se divisaban en el asiento del copiloto, dos cajas de municiones. Esto en la parte
delantera del asiento del copiloto. No recuerda nada más aparte de las cajas. Fue incautada la
camioneta, fue trasladada a la unidad de la P.D.I. en Viña del Mar. La trasladó el comisario Flores. La
hicieron andar con las llaves que estaban en el inmueble. No sabe quien tenía las llaves. El detenido fue
trasladado por Beltrán y por él a Viña del Mar. Luego por instrucción verbal del fiscal, se le entregó al

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Brigada de Homicidios de Valparaíso para que continuara con las diligencias. Se entregó en Los
Acacios. No sabe qué pasó después. No participó en el levantamiento de las muestras de las manos.
Las armas y las tarjetas de inscripción se entregaron a los colegas de la Brigada de Homicidios.
Reconoce al acusado como la persona que fue detenida por ellos ese día.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que se recibió información por redes sociales. La información
decía que una persona disparó, una P.P.U., tenía chaleco amarillo, había percutido disparos.
A la defensa respondió que en la casa de Cobin no encontraron un chaleco amarillo. Cuando
estaban haciendo el servicio en playa estaban ocupando la indumentaria institucional de la Policía de
Investigaciones y dijo que habían subido, para evitar provocación. En esos momentos cualquier tipo de
uniforme policial podía ser provocativo de las multitudes, en el sentido de alterar los ánimos.
Esa tarde, vio carros de Carabineros, no recuerda carro lanza aguas, tampoco el “zorrilllo”,
furgones sí. Había Carabineros de uniforme y también personal de la Armada. Los funcionarios de la
Armada andaban en vehículo y a pie. Estaban con uniformes institucionales.
Cuando hacen el patrullaje por el sector de la playa, no se veían montones de piedras ni las
veredas destruidas. No vieron personas trasladando piedras o camotes. No recuerda los cánticos de las
personas. Eran los generales de esa época, contra el presidente, contra los Carabineros. No vio el que
baila pasa. Dijo que vio innumerables personas porque no puede cuantificarlas. Estaban mayormente
en la playa y en la acera poniente, al lado de la playa.
Las personas llegaban con parlantes con música a alto volumen, banderas en las manos y
también con palos. Vio personas trasladando botellas de alcohol, mayormente cervezas, en packs. No
vio garrafas ni melones.
Cuando llegan a la casa de Cobin, en José Suárez, no tenían orden para entrar ni registrar.
La fiscal repregunta, solicita al testigo aclare a qué se refiere con pack de cerveza,
respondiendo éste que no es una bebida, sino varias, de seis, vio mayoritariamente latas;
p)Declaración del testigo Ricardo Flores Correa, comisario de la P.D.I., señala a la fiscal que
actualmente trabaja en la Brigada Investigadora de Robos de Con Con. Comienza señalando que, bajo
el contexto del “estallido social”, a raíz de redes sociales, se toma conocimiento de la convocatoria a
manifestarse el 10 de noviembre de 2019, bajo las consignas de “flaites a Reñaca” o “del melón con
vino”. A raíz de lo anterior se dispuso servicios preventivos en el sector, dos carros de los que él estaba
a cargo. Lo integraban él, Peirano, Beltrán y Quintana.
El día 10 de noviembre de 2019, efectuaron el servicio comenzando por patrullaje en el centro
de Reñaca, por Ignancio Carrera Pinto. Se quedaron cerca de 20 minutos de forma estacionaria por
Ignacio Carrera Pinto. Luego hicieron un recorrido por el sector céntrico, se comenzaron a replegar

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personas, algunos lugares estaban abiertos, como el Matroantonio, algunos restaurantes, una botillería.
Luego comenzaron a juntarse personas con consignas, pancartas, banderas, algunas personas
circulando con alcohol, con latas de cerveza.
Se retiraron del lugar a un sitio más lejano del centro. Alrededor de las 17:45 horas,
comenzaron a recibir información interna y de redes sociales, que daban cuenta de un delito flagrante
que acababa de acontecer en Ignacio Carrera Pinto altura de Las Brisas. Se veía a una persona
descender de la camioneta Mahindra, de sexo masculino, pelo cano, alto, de entre unos 50 a 60 años,
vehículo patente HB GF15, vestía un chaleco amarillo, procede a disparar un arma corta y a raíz de lo
anterior se hicieron las consultas. A cada minuto, se recibía mayor cantidad de material audio visual. Se
pudo ratificar que la camioneta no tenía encargo por robo, estaba a nombre de Pamela Sepúlveda
Mendoza. Realizaron las consultas y determinaron que la persona estaba casada con un individuo
norteamericano, con permanencia definitiva, llamado John Cobin, con apariencia biométrica similar a
la persona que de cometer. Determinaron domicilio en José Suárez, Los Almendros. Se estableció que
la persona tenía una serie de arma inscritas a su nombre.
Un cuarto para las seis se tenía bastante material grafico, audio visual, fueron al domicilio de
José Suárez, establecieron que estaba estacionada una camioneta estacionada, la que tenía su PPU,
tapada con cholguán. Al descubrirla correspondía a la matricula HBGF-15 que era proporcionada por
material gráfico, tocaron citófono, los atiende una persona masculina, pelo cano, alto, los invita a
entrar, hacen el acta respectiva. Les da su identidad, era John Cobin, se dieron cuenta que era la
persona que acaban de cometer el delito, siendo detenido dándole a conocer el motivo.
Se hacen las consultas y el entregó cinco armas de forma voluntaria: una pistola Sig Sauer P229,
.40, con 15 municiones y dos cargadores; una HK .45, con un cargador y ocho municiones;
la tercera arma correspondía a otra persona HK, 9 mm, con tres cargadores y 33 municiones; pistola
Smith & Wesson, 9 mm, con un cargador sin municiones; Smith & Wesson, 22, con un cargador y sin
municiones.
De igual forma entregó la documentación referida a las armas, que eran las tarjetas de las cinco
armas. Una tarjeta del club de tiro de Reñaca, una tarjeta de transporte de armas, una tarjeta de
inscripción como deportista cazador y de la tenencia del arma. Una vez reunida la evidencia,
considerando que la camioneta había sido el medio en que se movilizó el imputado, se procedió a
incautar la camioneta. El detenido y la camioneta se llevaron a la Brigada Investigacion Criminal de
Viña del Mar, toman contacto con el fiscal de turno señor Moya, quien deriva el procedimiento a la
Brigada de Homicidios.
Precisa que servicios preventivos son patrullajes preventivos, discrecionales. Al hacer un
patrullaje quieren evitar la ocurrencia de un delito flagrante, es observación discrecional.
La mayoría de la gente era joven, llegaban también muchos vehículos particulares, se bajaban y
se iban. La mayor cantidad de gente eran jóvenes, también había personas mas adultas. Ese día cree

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que deben haber comenzado el servicio a las 16:00 horas. Ese día no tomaron conocimiento de ningún
procedimiento policial. Ese día, empezaron a aglomerarse las personas, en ambiente festivo, con
cánticos, pero no se vislumbraba desorden.
Timaron conocimiento de los hechos en Ignacio Carrera Pinto. Supieron que la persona usaba
chaleco amarillo. No sabe que otras personas lo hayan usado en el lugar.
Se le exhibe la prueba denominada “una fotografía de la camioneta PPU HBGF.15 al
interior del domicilio del imputado”, expone: es la camioneta que estaba estacionada cuando
llegaron, tenía la patente cubierta y reunía las características del delito flagrante. Está apuntando la
placa de madera o cholguán que cubría la placa patente de la camioneta. Esta foto esta tomada fuera
del domicilio. Ese día habían tres personas, la cónyuge, el señor Cobin y la asesora del hogar.
Cuando le dan a conocer los motivos de la detención. Cuando hacen las consultas a los sitemas,
de la placa patente y de las armas, se consultaron si tenía antecedentes y no tenía. Se consultaron las
armas que tenía escrita, recuerda que eran cinco. Estas cinco armas fueron las mismas que entregó.
Para el transporte, el arma debe estar desenfundada. El arma debe estar desenfundada sin su cargador.
Con eso puede trasladarse el arma hasta el club del tiro, desde el domicilio en que están las armas. El
domicilio era José Suárez 185. La tarjeta que él mantenía era del club de tiro de Reñaca.
Posteriormente ellos no volvieron a la parte baja de Reñaca. Ellos no volvieron a ir, porque
sabían que había desórdenes en la parte baja de Reñaca. Cree que cerca de las 18:30 horas, comenzaron
a recibir la información de los desórdenes en la parte baja de Reñaca.
Se le exhibe evidencia singularizada en el auto de apertura como “PISTOLA semiautomática
marca SIG SAUER, modelo 229, calibre .40 S&W, serie AE40806 con dos cargadores y 15
cartuchos calibre .40 S&W, marca COR-BON, con su respectiva cadena de custodia”, señala:
que corresponde a la pistola Sig Sauer, con los dos cargadores y 15 municiones .40; las municiones, no
sabe la marca.
Cuando se le leen los derechos, se le explica el motivo de la detención, el exhibe primeramente
la pistola Si Sauer. De forma posterior supieron la pistola utilizado. Presumió en ese momento que era
la Sig Souer, porque fue la primera que exhibió.
Cuando leyó el informe pericial balístico, supo que el arma utilizada había sido la Sig Souer.
El ingreso fue voluntario, ingresaron el, Peirano y Beltrán. Desde que llegan a que se retiran del
domicilio, cálcula que pasó una media hora o cuarenta minutos.
Reconoce al acusado como la persona que detuvo ese día.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala no tiene preguntas.
La querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala no tiene preguntas.

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A la defensa, señala que el informe balístico lo hizo Labrín; él trajo la camioneta desde Reñaca
a Miraflores; la camioneta tenía un vidrio quebrado, había vidrios y en una de las ventanas, abajo, había
una lata de cerveza, no recuerda el estado del vidrio del lado del conductor; las llaves de la camioneta
las pasó la señora Pamela; la entrega de las armas se produjo en uno de los dormitorios del inmueble; la
Sig Sauer fue la primera arma que entregó, no dijo nada, no se le tomó declaración formal; ese día
estaban vestidos con tenida corporativa, cree que era polera azul, logo corporativo, pantalón beige; los
vehículos en que se movilizaban no eran corporativos, había carabineros, pero no mucho; no sabe si
había carabineros de civil; sabe que hubo coordinación ese día; ese día había dos carros de Con Con;
era un servicio bastante masivo ese día, había distintos carros, de Viña del Mar, de Valparaíso; entiende
que también hubo coordinación con Carabineros de Chile ese día, pero él no tiene detalles, recibe las
instrucciones de su jefatura.
Dice que ese día no había muchos vehículos institucionales.
Ese día, objetivamente, cuando terminaron el patrullaje, el ánimo estaba calmo, estimaron no
realizar ninguna provocación desearon evitar problemas con las personas que venían llegando y por
eso se fueron a la parte alta. Calcula que en el lugar había sobre 700 personas o más.
Esta convocatoria se realizó en el contexto del “estallido social”. Cree que esta manifestación
tenia relación con los llamados “chalecos amarillos”, cuando se crea esta agrupación, de residentes y
locatarios de Reñaca, cree que eso creo una disputa social, entre más acomodados y menos , y esa
manifestación era para dar a entender que todos tienen derecho a utilizar esos espacios.
El transporte del arma debe ser desenfundada, sin el cargador. El cargador se demora en
ponerse en el arma un par de segundos;
q)Declaración del testigo Jorge Antonio Beltrán Rivera, inspector de la P.D.I., quien señala a la
fiscal que participó en la detención en flagrancia efectuada junto a dos colegas en Concón, en un
procedimiento en que una persona realizó unos disparos en la vía publica en Reñaca, la fue detenida en
su domicilio.
En esa ocasión, él pertenecía a la “Brigada de Concón”. La detención se produjo el 10 de
noviembre de 2019 y alrededor de las 17:55 horas fue la llegada al domicilio. Señala que, luego de la
información que obtuvieron de la patente del vehículo involucrado, se recopilaron los del propietario y
del esposo de la propietaria, así como su domicilio, en José Suarez Nº185, Reñaca. En ese domicilio
había una camioneta estacionada, con similares características a las mencionadas en publicaciones de
internet y en redes sociales. El vehículo tenía su patente semi- cubierta, con una especie de tabla o
madera, con lo cual finalmente definieron que correspondía a la camioneta mencionada en las
publicaciones.
Al llegar al lugar, tocaron el timbre, les atendió el imputado John Cobin, quien de manera
voluntaria les hizo ingresar al domicilio, se le informó el motivo de la visita y una vez que él corroboró
el hecho ocurrido en el borde costero, se le informó su detención en flagrancia.

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Explica que le mencionaron que habían ocurrido unos disparos en lo que estaba involucrada
una camioneta con la misma placa patente que la que estaba estacionada en el domicilio, a lo John
Cobin respondió que él había percutido el arma de fuego que poseía en esos momentos.
Al ingreso, e informado de la detención se le consultó sobre armas de fuego en el domicilio y
dijo que contaba con cinco pistolas de diferentes calibres y marcas, de las que hizo entrega voluntaria.
Esto ocurrió en el dormitorio y junto al inspector Pedro Peirano elaboraron el acta de incautación de
esas especies.
John Cobin señaló con cual arma había efectuado el disparo y lo dijo, pero ahora el testigo no
recuerda cual de las cinco armas incautadas fue, porque no andaba portando las cinco armas en el
borde costero. Las armas, cuando las entregó, eran de 9 mm, .40 mm y .45 mm. Se veían en buen
estado, en el sentido de poder ser usadas de manera regular, al igual que sus cargadores. Cada arma
venía con sus respectivos cargadores y municiones. Las municiones estaban junto a los cargadores.
Cuando se le solicitó el armamento, iba entregando de manera independiente cada pistola con su
cargador y cada una con su munición. Las municiones estaban dentro del cargador. Sólo entregó
municiones dentro de los respectivos cargadores.
John Cobin tenía cinco armas inscritas, mientras se realizaba el acta de incautación, presentó
los documentos respectivos que acreditaban la inscripción del arma a su nombre.
Luego, acompañó a John Cobin a una especie de menos uno, un piso bajo el nivel acceso,
donde le solicitó la posibilidad de informar a su hijo en el extranjero, en su computador, a través según
dijo Skype y consultó si era posible dejar mensaje a su hijo a través de esa plataforma, lo que hizo,
supuestamente a su hijo, en ingles.
Por temas a realizar finalizó la llamada y trasladaron al imputado a BICRIM Viña.
Durante la llamada entendía lo que estaba diciendo el señor Cobin, informaba lo que ocurrió,
en cuanto a que por seguridad usó el arma y que la policía estaba en ese momento con él en la sala y
quería dejar registro de lo que estaba ocurriendo.
Él estaba sentado frente a un escritorio desde el que llamó al hijo, quien no le contestó y dijo
que iba a grabar un mensaje que quedaría en la nube para que él lo revisara. El mensaje era al hijo. De
acuerdo con lo que escuchó, el mensaje no estaba dirigido al hijo, hablaba como a mucha gente. No era
a un solo interlocutor. La habitación donde se realizó este llamado está en el piso menos uno, es una
habitación de aproximadamente dos por cuatro metros de dimensión y en el fondo poniente hay un
escritorio con un computador, un librero con libros y luego está la bajada de la escalera. La
dependencia era una especie de sala de estudio.
Cobin dijo que estuvo en el borde costero y que percutió el arma de fuego. En esta llamada
estaba sólo el testigo cuando la realizó. No recuerda donde estaban los otros funcionarios en esos
momentos, pero en el piso de acceso.

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Estaba en el dormitorio la esposa del imputado, se le informó de la situación y colaboró con el
proceso de incautación. Incluso dio la ubicación de algunas de esas pistolas, ya que el imputado no
recordaba la de todas ellas.
A la defensa respondió que, en relación con las cosas encontradas en el domicilio, no llevaban
orden de detención ni de registro del domicilio. Las cosas incautadas fueron las cinco pistolas, los
cargadores, las municiones, la camioneta y la documentación.
No recuerda el chaleco amarillo. Se elaboró un acta de cosas incautadas, no recuerda si en ella
se señala la incautación del chaleco amarillo;
r)Declaración de testigo Pablo Zavala Cornejo, señala a la fiscal que se le consultó sobre la
persona que está en juicio, John Cobin, si era socio del club, y sí, es socio. Habla del tiro de Club
Deportivo de Tiro Reñaca, ubicado en Borgoño 580. En esa fecha él era socio del club. Era socio
desde junio de 2019.
Señala que él es gerente del club, quien lo administra. Funciona de lunes a sábado de 11 a 14
horas y de 16 a 20 horas, menos los domingos y festivos. Los domingos y festivos nunca abren.
Le parece que la renuncia de Cobin la presentó en diciembre de 2019, la presentó su señora.
Eran socios los dos, Cobin y su señora. Ambos tuvieron la misma fecha de ingreso y los dos se
retiraron en la misma fecha.
En el club, es para socios e invitados y para poder disparar con arma de fuego. Hay cinco
puestos de tiros, los socios van y disparan con un instructor. Siempre se dispara con un instructor
presente y cuando la persona va por primera vez, sin conocimientos, primero se le enseña. Este
procedimiento se le aplicó a él, como todos los socios. En relación con el armamento, el club de tiro
tiene armas y se arrienda o los socios pueden llevar sus armas cumpliendo con la ley. En el caso de
Conin, tiene entendido que él llevaba sus armas. El club tiene una parte social, donde se comparte y al
otro lado esta el polígono, con cinco puestos de tiro, donde sólo ingresan los que van a disparar.
Las armas solo se manipulan dentro del polígono. Las municiones las venden ellos allí, para ser
consumidas en el club, para ser usadas solo allí, no se pueden sacar. La otra posibilidad es que se
compren conforme a la ley de armas.
En la caja vienen 50 municiones, si no se consumen se devuelven al instructor, no pueden
llevarse del lugar. Si sobran municiones se cobran sólo las que usó.
En el período que Cobin fue socio entiende que él compro municiones. Tiene un libro de
control, que ese lo verificó Carabineros y P.D.I. Explica el procedimiento de compra de municiones en
casas comerciales.
Se le exhibe prueba denominada “documento de fecha 21 de enero de 2020 al Sargento 1°
Claudio Leiva, de Pablo Zavala informando las fechas de concurrencia del acusado al club de
tiro”, explica: señala que es un informe pedido al club de tiro en relación con señor Cobin, lo suscribe
él; allí se indican las municiones consumidas por Cobin y su señora.

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En la fecha de membresía, Cobin asistió tres veces. No dice cuanta munición consumió, dice
los calibres, los que detalla. Cuando dice ambas del club, significa que él adquirió municiones del club.
Señala que todas las visitas de los socios al club quedan registradas, cuando ingresan al
polígono. En relación con la compra de municiones, señala que recuerda haber informado compra de
municiones en casa comercial. Él es gerente de una empresa que tiene una casa comercial, armería,
misma dirección club de tiro. Se le entregó un orden de compra y con esa petición le fue a la autoridad
fiscalizadora. La armería se llama Sport Outdoor. No recuerda cuantas municiones compró.
Recuerda que prestó declaración, tanto a P.D.I. como a Carabineros de Chile.
Se le exhibe declaración previa, en que indica “…compró municiones en la armería Sport
Outdoor, la última fecha de 8 de noviembre de 2019, 200 .22, 50 .40, 200 9 mm, y 50 del .45”.
Esa venta de municiones no la hizo de forma personal.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala es gerente del club de tiro de 2 de enero de 2006. En un comienzo
se abría los domingos hasta las dos, pero no era justificado y desde 2006 o 2007, se dejó de abrir los
domingos. Lunes a sábado, de 11 a 14 y de 16 a 20.
No sabe cuando vale en este momento la munición .40.
A la defensa, señala que el polígono está en el subterráneo del mall. Tiene entrada por el mall y
se puede entrar por avenida Borgoño. En el club había un servicio de limpieza y mantención de armas.
Esto dejó de existir hace un par de años, ya que ya no tienen a la persona que estaba autorizada por la
autoridad fiscalizadora. Tenían un taller de armería autorizado y se hacía mantención de las armas,
limpieza, mantención. Se utiliza un kit de mantención, estas son herramientas necesarias para
mantener. No se recuerda del valor del servicio.
Allí trabajó Jorge Corrales que trabajaba en mantención de armas. No recuerda si le hizo
mantención de armas al señor Cobin. No recuerda que se le haya solicitado un registro de la
mantención de armas.
La cantidad de municiones que puede comprarse, está reglado en la ley de control de armas,
alguien que tiene un arma deportiva, puede comprar hasta 3.000 municiones al año, pero máximo 1000
por vez. Una persona que tiene cinco armas puede tener “máximo mil guardando mil por arma”. El
club tiene uno 1.050 socios en lista, pero efectivos deben ser 800 y tantos.
La “Autoridad Fiscalizadora” está en Viña del Mar, en Dos Norte con Tres Poniente. La
autoridad fiscalizadora depende de Carabineros. Es una casa en toda la esquina, que tiene Carabineros.
Se encontró una vez allí con el señor Cobin. No recuerda que estaba comprando un arma. Se ha
topado con el en la autoridad fiscalizadora, pero no recuerda qué trámite.
Indica cuales son los requisitos que debe cumplir una persona para comprar un arma.

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Indica los requerimientos para ingresar al club de tiros.
Se hacen campeonatos de tiro en el año. Se hace el campeonato Glorias Navales, uno
preparatorio al de Glorias Navales, otro campeonato se llama Glorias del Ejército y uno a fin de año.
Estos campeonatos son en el club, salvo el de Glorias Navales que se hace en la mañana en el
polígono de la armada.
No recuerda haber visto a Cobin disparando. No recuerda que haya participado en alguno de
los campeonatos.
Señala que conoce a John Bone, también de Estados Unidos. Esta persona fue socia del club
de tiro. No sabe si esta persona le vendió armas a Cobin. Sabe que Bone se fue de Chile. Sabe que las
armas las pueden dejan en consignación. No recuerda si Cobin compró armas en la tienda. Corrales
trabajó hasta febrero. No sabe si Corrales trabajo como instructor de Cobin.
Un socio puede disparar en otro club;
s)Declaración del testigo Matías Eduardo Cisterna Manríquez, teniente de Carabineros de Chile,
a la fiscal señala que participó como testigo en la declaración del señor Matthew Merricks el 11 de
marzo de 2020, a quien menciona John Cobin el 7 de enero de 2020 cuando declara en el tribunal, al
decir que ese día ese iba juntar con Matthew Merricks en la playa, por tener un grupo de WhatsApp
denominado “Independencia en Formación”.
Matthew Merricks dijo que conocía a John Cobin desde hace tres semanas antes de 10 de
noviembre de 2019, menciona que lo conoció debido a que él se encontraba viendo videos en
YouTube y vio un video de John Cobin. Verificó el video y se contactó con él debido a su
pensamiento que mantenía al respecto del “estallido social”. Lo contacta por WhatsApp, no recuerda
como llegó al grupo “Independencia en Formación”. Era mucha gente la que participaba en ese grupo,
pero no recuerda la cantidad. Matthew Merricks llegó a Chile el 27 de febrero de 2007, de nacionalidad
inglesa, llegó por su señora y su hijo con los que vive.
Según declaró Matthew Merricks, el día que vio el video en la cámara, se veía a John Cobin de
la cintura hacia arriba y atrás, un rifle, según concluyó que por los conocimientos que tenia.
Posteriormente, hace mención que actualmente prestaba servicios como buzo profesional en la
empresa STM, como buzo marino efectuando funciones de mantención del fondo marino y pilotes del
muelle.
Dijo Matthew Merricks que el 10 de noviembre de 2019 concurrió a la playa de Reñaca con su
esposa e hijo, con la finalidad de probar un juguete que le había regalado a su hijo el día anterior, eso
fue a las 14:45 horas, aproximadamente. También señaló que posteriormente estuvo en el lugar, se
percató que llegaba gente, micros, personas que se encontraban en el lugar, gritando cosas de manera
no violenta, respondiendo a pregunta de la fiscal que de nivel uno a cinco, calificaba la violencia en
nivel dos.

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En su declaración dijo que Matthew Merricks se mantuvo en ese lugar hasta alrededor de las
16:00 horas y a las 16:30 tuvo contacto con Cobin, quien le dijo que se iba a poner un chaleco
amarillo, para que lo pudiera identificar, y que su camioneta tenía una reja, ante lo que Merricks le
respondió que él ya lo conocía, por lo que no era necesario que se lo pusiera y que le dijo que no se lo
pusiera, porque la gente estaba muy violenta y gritando garabatos, los que no recordaba
específicamente.
Dijo Matthew Merricks que, regresó hasta su vehículo, estacionado al costado del Banco Chile
y a las 16:50 Cobin no respondió y a Matthew se le apago el teléfono y no tuvo como decirle que se iba
a Valparaíso donde tenía su domicilio con su familia.
Matthew dice que Cobin no es su amigo, que no tenía intención de declarar, pero que es su
obligación; que no tenía respaldo de las conversaciones que tuvo con su teléfono 98666131 y que no
recuerda como llegó a ese grupo de WhatsApp. Dijo que no milita en ningún partido político, antes en
Inglaterra tampoco, que legalmente estaba soltero y que tiene nacionalidad chilena desde el año 2005.
Hace mención que no tenía claro donde iba a concurrir con Cobin, porque andaba con su
señora e hijo y no sabía si se iban a juntar en una cafetería o polígono de tiro y no conoce la legislación
sobre polígonos en Chile, pero que si le hubiesen a autorizar a ingresar al polígono con su hijo, lo
habría hecho.
Respecto de los WhatsApp y sus registros, Matthew Merricks dijo que se le había perdido el
teléfono, así es que no tenía ninguno.
En cuanto a lo de gente muy violenta, dijo que había gene gritando y diciendo garabatos que él
no entendía. Respecto del chaleco amarillo, Cobin le dijo era para que lo identificara, a lo que Matthew
Merricks le contestó que no era necesario, porque ya lo conocía por el video que había visto y que no
era conveniente que se lo pusiera.
En relación con el a arma que Merricks dijo que vio en el video, dijo era un rifle, no recuerda
qué tipo. La fisonomía de Cobin, dijo Merricks que, sí la conocía, por el video.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
abogados Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala respondió que Merricks a las 16:30 tomó contacto con John
Cobin y a las 16:50 a aquél se le apagó su teléfono. Por su parte no se hizo diligencia.
A la defensa respondió que trabaja en el SEBV, en Valparaíso, desde el dos de enero y que lo
hace con el capitán Guzmán, dice que no trabajó en este procedimiento con Guzmán y que concurrió
a la diligencia que ha relatado por una instrucción particular de la fiscal.
Matthew Merricks, en su declaración, dijo que el rifle que vio en el video de John Cobin no
recuerda si era a pastón. Se le exhibe declaración previa prestada por una persona de nombre Mattew

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Merricks, en que se expone “en este video había un arma en el fondo, según mi conocimiento era un
rifle de postón”. Eso fue lo que dijo Merricks.
Merricks dijo que llegó pasadas las 14:45 horas, cuando hace referencia al nivel de violencia
como dos, se refería al sector cinco de Reñaca. Dijo que el fue a pasear al sector cinco, que había gente
cantando y gritando, y que en ese momento no era tan violenta, no había tanto garabato. Dijo que
conocía la apariencia del señor Cobin, a quien vio de la cintura hacia arriba, el que en video se veía que
se encontraba sentado.
Matthew Merricks indicó que a las 16:30 horas estaba en el sector dos y había mucha gente.
Que en ese sector había mucho garabato que no entendía y cuando Merricks declaró que le dijo a
Cobin que no se pusiera el chaleco amarillo, en esta oportunidad, no se le preguntó el nivel de
violencia.
Merricks no hizo referencia a “el que baila pasa”. Manifestó que no eran amigos con Cobin y
que no se llegaron a conocer físicamente;
t)Declaración del testigo Sebastián Valdés Muñoz, estudiante, señala a la fiscal que recuerda que
estaban en una manifestación donde estaba casi todo tranquilo, hacían “el que baila pasa”, pasaron
muchos que no bailaron y no pasó nada.
Pasaron vehículos que bajaron y bailaron luego siguen el camino. Luego pasó este caballero con
su chaleco amarillo, pensaron que si quería bailar lo intentaran. La cosa es que se detiene en el
semáforo, le tira el auto encima, a él sobretodo que estaba con el auto en frente. El se va al costado
para que no lo atropelle. Él le empieza a cuestionar qué le sucedía, por qué hizo lo que hizo, el hombre
se ve que saca un arma, abre la puerta y se bajó a disparar. Un pie abajo y otro arriba de la puerta. El
hombre tenía firmeza, sabía como disparar, el hombre estaba derecho, no lo vio que disparara hacia
abajo. Disparo una o dos veces. Luego se sube, sigue unos diez metros, y después se baja
completamente. Después él se fue hacia otro lado.
No recuerda la fecha en que esto ocurrió, pero fue el año pasado. Fue el 2019, cree que en
diciembre. Fue en horas de la tarde, tipo cinco o seis de la tarde. Estaba al frente, en el área del
semáforo, en Reñaca. No sabe el nombre de las calles en Reñaca, es de Viña. Era el semáforo donde
bajan las micros desde Concón.
Él fue a Reñaca con su hermana y su sobrino. Su hermana es Tamara y su sobrino es
Maximiliano.
Señala que tiene familia en Concón, no frecuenta Reñaca. Ese día fue a pasar un día de playa
allá. Se enteró de la convocatoria por Facebook. Hablaba de pasar un día de playa, no se percató de
más. Quería conocer gente, ir a pasear con su familiar.
Cree que llegó entre tres y media y cuatro.
Cuando llegaron se ubicaron al frente de la “Y”, del semáforo, sector de la playa. La
manifestación de “el que baila pasa” no sabe en qué horario empezó. Había gente, un ámbito de

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humor, de a poco la manifestación se empezó a tomar en una curva camino a Viña, y luego agarró la
calle completa. Cuando él se incorpora, cree que deben haber estado participando unas ocho personas.
Cree que llevaban entre media hora y una hora haciendo este baile.
Cuando pasaba la gente gritaban “el que baila pasa”, y si la gente hacia una referencia que no lo
iban a hacer los dejaban pasar. Cuando la gente decía que no quería bailar, ellos se movían a un
costado. Habrán pasado unos tres vehículos que no quisieron bailar. Vio a esta persona que venía con
un chaleco amarillo, no tiene tan claro el color, cree que era como gris.
Había un vehículo previo a la camioneta, no recuerda bien si bailó o no, le parece que no bailó
y lo dejaron pasar. No recuerda las características de ese vehículo. Se empezó a sumar mas gente.
Cuando pasó la persona del chaleco amarillo había como 15 personas.
Él estaba adelante del vehículo, al medio. Él tuvo que correr y saltar, hacia el costado donde
estaba el conductor. El conductor avanza al semáforo, cuando el vehículo de delante se va. La
camioneta no quiso bailar, no hizo gesto ni nada, sencillamente le tiró el vehículo encima. En lo del
que baila pasa, su hermana y su sobrino estaban, pero mucho más atrás.
El caballero venía por la parte derecha de la pista, lado izquierdo. Toda la calzada del área
costera estaba suelta y luego se tomó la otra parte del lado costero. Cuando pasó la camioneta, no sabe
si el otro lado de la calle estaba tomado. Después que le tiró la camioneta encima fue él a reclamar por
qué hizo esto, el sujeto sacó un arma, varios lo vieron y salió el grito de que estaba armado. El reclamo
de forma verbal y alguno que otro gesto. Le dijo “¿qué te pasa hueón?”, o cosas del momento.
El sujeto se bajó a disparar. Él lo vio sacando un arma del costado, de la pierna derecha, era
una pistola. Sabe la diferencia entre pistola y revólver. La pistola se carga de una vez, entera, el revólver
se va cargando de a uno.
El sujeto dispara hacia los costados del vehículo. No pudo determinar cuántos disparos.
El sujeto dispara hacia atrás del vehículo (gesticula girándose hacia atrás). El sujeto puso una pierna
abajo y dispara hacia atrás. Le parece que el sujeto baja el pie izquierdo. Dispara hacia la parte trasera.
La gente estaba detrás del vehículo. Cuando lo vieron armado, la gente decidió cubrirse. No vio con
qué mano tomó el arma y disparó.
No disparó hacia abajo. El hombre sabe usar armas, el hombre tiene una postura, no dispara
hacia abajo sino que siempre buscando un objetivo.
No vio a quien le disparó, ya que estaba detrás de la puerta tratando de cubrirse de cualquier
bala. Él usaba un chaleco amarillo reflectante, no había mas personas con esas ropas. Había un sujeto
también con chaleco amarillo, pero lo llevaba en un ámbito humorístico, “colsplayando” a una
candidata a la presidencia.
No lo escuchó decir nada al sujeto. Luego de que dispara, la mayoría se intentó poner a salvo.
La mayoría comienza a grabar y empujar el vehículo por lo que había hecho esta persona. Salió un grito
de que estaba armado, gritaron “¡está armado!, ¡está armado!, ¡tiene un arma!”.

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La persona de la camioneta se fue hacia adelante, por la misma pista. Se detuvo más adelante y
se bajó por completo a disparar. Se bajó con las dos piernas, ahí la gente empieza a lanzar piedras y
objetos contundentes, el sujeto se puso detrás, pero estaba al mismo tiempo disparando.
No supo cuantos disparos hizo, lo tuvo claro antes, ahora no. Disparó en dirección a la playa.
Uno que otro a la parte trasera del móvil. Disparó siempre donde había personas.
No sabe las edades de las personas, calcula que de 16 para arriba, pero no esta de acuerdo.
Le arrojaron piedras, el hombre se subió a la camioneta y se retiró. El hombre siguió derecho y
viró hacia Concón. No recuerda si fue antes o después del puente, pero retornó a su hogar, donde él
venía.
No sabe si antes de pasar el puente, o después, retornó a mano izquierda. Los locales
comerciales ese día estaban cerrados. Él hizo lo posible porque fuera solo eso, no barricadas ni nada,
pero comenzaron después los desmanes, y decidió irse con su familia, él estaba en otra parada no
llegaba a tanto su intención.
Habla de desmanes, de barricadas, de incendios. Barricadas con fuero y materiales
contundentes, esto fue después que se retiró el caballero. Previo a este hecho, no había barricadas, era
todo pacífico.
En relación con estas convocatorias, las que se hicieron por redes sociales, eran para pasarla
bien.
Reconoce al acusado, como la persona que disparó y llevaba el chaleco amarillo.
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que llegó cerca de las tres y media o cuatro. El vehículo que estaba
delante de la camioneta pasó. Detrás de la camioneta había otros vehículos, pero no los recuerda. Una
ve que lanza el vehículo el sujeto, el lo increpa, el sujeto saca el arma. La puerta la abrió él (el
declarante). No está seguro si la abrió él o la abrió el sujeto. Cuando se baja, dispara. El sujeto dispara
hacia atrás del vehículo.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que no recuerda la marca de la camioneta. No sabe que pasó con
la gente que estaba alrededor. Ve a una persona parada que se empieza a desplomar. Se acumula gente
y a esta persona se le nota herida en el muslo.
Para poder hacer espacio en la pierna, deciden bajarle el pantalón, para que la sangre no se le
pegue al pantalón. Esto lo vio. Al herido lo suben a la camioneta y lo levan al hospital. El no fue al
hospital. Se quedó un rato más, se fue a la playa y después se fueron al hospital, para saber cómo
estaban estas personas. Ese día estaban fuera del hospital su padre y amigos. En el Fricke vio a gente
que había visto en Reñaca, conversó con el padre. Le preguntó como estaba el herido, le dijo que
estaba dentro y lo estaban viendo, le dijeron que la bala había atravesado y que no era nada de gran
gravedad, no pudo hablar con el herido.

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A la defensa, señala que él tomo la manilla por la que se abre la camioneta, no sabe si alcanzó
a accionarla, no estó seguro; no vio a nadie mas que intentara hacer eso; él sí intento encararlo; lo
quería encarar directamente, casi lo atropelló y quería saber por su cabeza. Él tenía la intención de abrir
la puerta, no tenía nada en sus manos, no andaba con mochila, no tenía nada cubriendo su rostro
tampoco. No vio personas pateando la camioneta ese día. Ese día no vio gente con palos, sí con
banderas.
Cuando intenta abrir la puerta la camioneta estaba detenida. La camioneta no estaba parada
sobre el paso peatonal, luego rectifica que se atrevería a decir que estaba un poco encima. No escucho
a nadie decir “¡hijo de perra mátenlo!”, pero si oyó improperios.
La persona herida estaba en el semáforo, pero al otro lado, no estaba en la manifestación.
Estaba en el semáforo, camino costero, al costado del kiosco. Esta el retorno, están las pistas de vuelta
de Concón, la persona herida estaba en la vereda del lado de la playa. En ese momento estaban ya las
dos calzadas ocupadas por gente haciendo el juego. Cree que no llegaban a cien personas.
Ese día no había montones de piedras acumuladas. Las soleras no estaban rotas. No vio gente
con piedras en las manos, ni mochilas. Previo a su llegada, hubo harto humor, hubo una persona que
puso basura en la calle, a ese hombre lo increparon y lo sacaron de la playa. El mismo sacó la basura en
medio de la playa.
A la candidata se refiere a Evelyn Matheii.
Esta casi seguro que esta persona bajó una de las piernas. No se percató que estatura tenía.
Cuando esta persona aparece en el retorno, escuchó un grito de alguien que dijo “¡viene un chaleco
amarillo!”. Cree que fueron dos o tres personas quienes gritaron eso. Esta información que el herido
estaba en la acera de la playa, nadie se la preguntó. Le parece que esa información no la aportó antes.
Esta persona no disparó hacia abajo. No disparó al piso, el juega video juegos, sabe como son
las armas y él no lo vio a apuntar al suelo, él tenía el arma asegurada y apuntaba, no disparaba el piso.
Que el vio sangre en la calle, no sabe si le pasó algo a otra persona.
Al tribunal aclara, no sabe porque acelera y luego se detuvo, lo que si sabe es que casi se
detuvo. Una vez que casi lo atropella él pasa al lado, vio lo que sucedió, está enredado.
Repreguntado por la defensa, se acerca por el lado, intenta abrir la puerta, lo ve con un arma,
baja un apierna y se esconde detrás de la puerta;
u)Declaración del perito Juan Díaz Morales, mecánico de la SIAT de Carabineros de Chile
Valparaíso, su informe se realizó el tres de febrero de 2020, a las 11:00 de la mañana. Se hizo el
informe 2-B-2020. Se peritó el vehículo patente RR 7385, marca Hyundai, modelo Accent, color
burdeo, año 1998, de propiedad de Daniel Molina Meza.
Daños de la estructura: capot, parte frontal con desprendimiento de pintura y adherencia de
oxido, antiguo; en todos sus tercios, parte inferior, daño antiguo; lateral derecho, parte posterior, lateral
izquierdo y techo, sin observaciones visibles; posteriormente se peritan los sistemas mecánicos. Tipo

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de motor, cuatro en línea, tipo bencinero, y con daños en el radiador, en el tercio derecho, parte
inferior, producto del impacto de un cuerpo externo. Sistema de transmisión, caja de transmisión con
rotura de material en el tercio medio y parte media, producto de impacto de un cuerpo externo. Al
desarmar la caja de transmisión se pudo encontrar en su interior, restos de material metálicos, los
cuales no pudieron ser identificados siendo enviados con cadena de custodia Nº 2874949, de fecha de
3 de febrero de 2020, al LABOCAR para su posterior peritaje. Sistema de freno servo hidráulico, tipo
de circuito doble, reacción mecánica buena, aplica a la primera presión del pedal.
Eficiencia de frenado bueno; estado de conservación del sistema bueno; daños, sin
observaciones visibles. Freno de mano auxiliar, mecánico, accionado con palanca. Sistema eléctrico sin
observaciones visibles. Velocímetro, sin observacies visibles. Sistema de alumbrado sin observaciones
visibles.
Se concluye en relación con el peritaje del móvil, que el móvil no presenta daños en su
estructura, sí presenta daños en radiador y caja de transmisión producto de un impacto de un cuerpo
externo.
Se le exhibe “set de 14 fotografías contenidas en Informe pericial mecánico N° 2-B-2020
SIAT”, expone: foto 1, es el móvil peritado, RR7385; foto 2, lateral mismo móvil; foto 3, parte
posterior del móvil, RR73 85; foto 4, lateral izquierdo del móvil; foto 5, el interior del móvil, costado
izquierdo costado conductor; foto 6, es el radiador ya extraído del móvil en la cual se muestra la rotura
de material en el tercio derecho parte inferior, producto del impacto de un cuerpo extraño; este daño
produce que se escurra el agua del sistema de refrigeración; foto 7, fotografía de la caja de transmisión
con rotura de material, ubicado en la parte central , producto del impacto de un cuerpo extraño; foto 8,
es el tapón de drenaje de la caja de cambio, el que tiene un imán que evita que trozos de dentro de la
caja dañen el interior; en esta foto tiene adherido un trozo de metal; en una caja sin fallas no debería
tener nada adherido en el tapón; foto 9, es una de las carcazas de la caja de cambios con adherencia
metálicas en su interior; se ven en la parte anterior de la carcaza; la carcaza tiene dos mitades; foto 10,
es la otra parte de la carcaza donde va alojado el diferencial, se mantiene al interior restos metálicos;
foto 11, son los piñones que van internamente en la caja, son para iniciar los cambios las transmisiones
diferentes; foto 12, se aprecian las horquillas selectoras de cambio; foto 13, son restos de material
metálico encontrados dentro de la caja de cambio, los que se enviaron al LABOCAR, para ser
peritados y saber donde venían si eran internos o externos a la caja.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
La querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), no hace preguntas.

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A la defensa, la carcaza (de la caja de cambios) es de aluminio, las piezas interiores son de
bronce, hierro fundido, latas de seguro y esas cosas. El bronce es aleación de otros metales. No se
pudo establecer la antigüedad;
v)Declaración de la testigo Consuelo Estefanía Osorio Roca, contadora auditora, quien a las
preguntas de la fiscal respondió que fueron a Reñaca, a una manifestación. La verdad es que se
pusieron de acuerdo, porque era un domingo que tenían libre. Llegaron y estuvieron en la playa. Sus
amigos quisieron ir al baño, se fueron de la playa para cruzar al baño. Esto los fue primeros días de
noviembre del año pasado, era domingo.
Cuando dice “fuimos”, habla en plural porque en el bus iba Luis Ahumada, Jaime Soto y ella.
Allá se juntaron con Nelson y su hijo. No se sabe el apellido de Nelson, el hijo tiene entre siete a ocho.
Ellos llegaron a Reñaca a la playa. No se ubica mucho en los sectores de Reñaca, pero cree que era el
primero, sus amigos estaban y ellos – refiriéndose a la testigo y sus acompañantes - llegaron al primer
sector. Iban a una manifestación, era un junta, en realidad como cuando se va a Los Mil Tambores,
iban más amigos en camino, se trataba de aprovechar un rato de playa. Llegaron a Reñaca en micro,
aproximadamente después de las 4 de la tarde.
Luego, salieron a la calle para ir al baño y cruzan solamente Jaime y Luis, porque ella con
Nelson no querían ir al baño y Jaime y Luis se quedaron un rato en el grupo que estaba en esa pasada,
es un semáforo, que no sabe el nombre de la calle, pero a la salida del sector uno. Ahí estaba
ocurriendo “el que baila pasa”.
Los niños se quedaron participando un rato, entremedio de la gente. Ella con Nelson en la
orilla. En eso pasó un auto, se bajó un caballero a bailar, de ahí venía una camioneta y alguien gritó
“ahí viene un chaleco amarillo” y la camioneta avanzó. La gente se tuvo que correr, porque la
camioneta avanzó súper rápido. Estaban los que estaban participando en “el que baila pasa”, pero
llegaba más gente. La camioneta no paró, aceleró y pasó. Cuando ya pasó la camioneta, en el espacio
del semáforo, luego del paso de peatones, paró. En eso, vio que Luis y Jaime se hicieron hacia la orilla
que está hacia la playa, en un momento los vio juntos y, después, vio que se abrió una puerta de la
camioneta y vio aparecer una cabeza blanca.
Dice la testigo que ella estaba en la vereda, en la parte que tenía rejas, la que se abría sólo en la
parte peatonal, ella estaba en la parte en que estaba terminando la reja y Nelson con su hijo un poco
más hacia adentro de la reja, en dirección Concón.
Luis y Jaime estaban a una distancia de ella que no puede estimar por metros, pero era una
pista, ellos estaban al medio de donde pasan los autos. Como una avenida en que había pasto entre
medio. En cuanto a la distancia de Luis en relación con el semáforo del medio, era a una pista de
cualquiera de los dos semáforos, se abrió la puerta del chofer de la camioneta y vio una cabeza con
canas, era un hombre. A continuación, alguien gritó “tiene un arma”. Después de eso se escuchó un
disparo, Luis se acercó hacia ella y le dijo “me la tiró a mi”.

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Consultada hacia donde estaba mirando ella en ese momento, ella responde que al momento
del disparo algo no la deja ver. Vio una cabeza y ella quería ver que hacía, pero la camioneta no la
dejaba ver. Él cerró la puerta de la camioneta y avanzó, vio que la camioneta tenía un ocupante, sólo
vio que la persona abrió la puerta, un hombre de pelo cano. Lo que ella vio es que la camioneta
avanzó, un poco mas allá, como donde terminaba la cuadra en dirección a Las Salinas. Luis le dijo “me
la tiro a mi” y vio mucha sangre en el pantalón de Luis.
Ella gritó que necesitaba un paramédico, llegó una niña y le ayudó a bajarse el pantalón. Varias
personas ayudaron, le hicieron un torniquete con un banderín que llevaba uno de los niños que
ayudaba y había una niña que le apretaba la pierna y alguien hizo parar una camioneta y les dijo que los
llevaba. Ella se subió a la camioneta en que llevaron a Luis, junto a Jaime Soto y una niña que nunca
supo quien era, se imagina que era paramédico, porque fue la que más ayudó. Joaquín y Nelson se
quedaron en Reñaca.
En la camioneta se fueron en dirección a Las Salinas, Viña del Mar, Hospital Gustavo Fricke.
Jaime y la otra niña le apretaban la pierna a Luis, para que no sangrara y Luis se iba desmayando. Ella,
que iba atrás de la camioneta, le hacía señas al chofer, porque éste no era de Viña y no sabía por donde
ir. Cuando iban por el sector playa del deporte le avisaron a carabineros que llevaban un herido, les
explicaron lo sucedido y continuaron. Fue complicado lo de la camioneta, ella iba muy tensionada,
tratando de dirigir al chofer, se pasaron, se devolvieron y el chofer iba muy rápido, no entiende de
velocidad, pero a 220 o mas.
Cuando llegaron al hospital, les pedían datos, pero no los tenían, son amigos de Luis, pero no
tenían tanto detalle. Lo tuvieron mucho tiempo en el pasillo, lo que vio desde la puerta cuando la
abrían. La testigo dice que ella estuvo en el hospital hartas horas, llegaron como a las seis, o después, y
se fueron después de las 12 de la noche y a Luis todavía no lo daban de alta. Después la familia les
informó que le habían dado de alta en la madrugada. No sabe cómo se enteró la familia, si fue por las
noticias o por llamada. Jaime los llamó.
Estaban haciendo “el que baila pasa”, la actividad consistía en que se aglomeraba la gente en el
paso peatonal, se ponían frente al auto y cantaban el que paisa y la intención era que el chofer se bajara,
bailara y pasaba, para ellos eso era una humorada. La testigo sólo vio el auto anterior en “el que baila
pasa”, era gris. Inmediatamente después de ese venía la camioneta ploma, marca Mahindra.
En algún momento escuchó que alguien gritó “viene un chaleco amarillo”, la persona que gritó
estaba a su mano derecha, en dirección a Las Salinas, había un quiosco ahí. No era en el grupo de “el
que baila pasa”.
La persona que gritó “tiene un arma” también estaba ubicada a su derecha, pero hacia la parte
de delante de la camioneta, en la calle.
La pierna de la que salía sangre de Luis era la izquierda.
La primera vez que vio a carabineros fue en la Playa del Deporte.

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Consultada sobre la hora en que pasa la camioneta y escucha el disparo, responde que no
recuerda la hora. Solo sabe que llegaron como después de las seis al hospital. Debe haber sido como a
las cinco, no vio la hora.
Después, volvió a comunicarse con Luis, el estaba en cama, harto tiempo un mes o más. Tenía
problemas para caminar. Jaime le ayudaba a bajar la escalera cuando lo iban a ver.
La persona de la camioneta que los llevó no es la misma de la del hombre cano de la camioneta.
El hombre de pelo cano se detuvo después, cuando tenían a Luis en el piso, se escuchaban los
disparos y la gente gritaba “al suelo, al suelo”. Ella escuchó 3 disparos más. En total, son 4 disparos los
que la testigo escuchó. Sólo los escuchó.
Del conductor con chaleco amarillo, indica que no le vio el rosto, si vio que era un hombre de
pelo cano, con chaleco amarillo y que usaba lentes.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala al exhibírsele la prueba denominada “4 fotografías del momento
que don Luis Ahumada ingresa a recibir atención médica”: foto 1, que es Luis, está vestido con
una polera azul o negra, el pantalón es negro y los calzoncillos blanco con rojo; foto 2, que se ve un
orificio, corresponde a un orificio de una bala, no sabe quien la recibió; foto 3, que ve un orificio de
bala y calzoncillos llenos de sangre; foto 4, que sólo ve un orificio en una pierna.
Sabe que Luis tenía dolores después del disparo, siente un dolor debajo de donde fue lo de la
bala. Sabe que Jaime le ayudaba. Fueron a verlo muchas veces, todo el primer mes. Iban a la casa, los
primeros días sólo lo veían en su pieza, Luis les comentaba que le dolía tenía problemas para ir al baño.
Era molesto el dolor y las curaciones. Fue al consultorio, para que le cambiaran las gasas que se le
empapaban. Él les contaba como estaba. Preguntada acerca de si vio esas gasas que estaban en la
pierna donde Luis tenía su herida, responde que ella no intervino esas gasas. Lo atendía su hermana, es
enfermera. La vio en el hospital, en urgencia, ella hizo los trámites para el ingreso y para que lo dieron
de alta.
El segundo mes lo siguió visitando, ahí ya subía la escalera con ayuda de su hermana o su
mamá o ella con Jaime, conversaban, veían tele. En Luis vio cambios de ánimo, con él siempre fueron
buenos para salir, de paseo, a la playa, y el ya no lo podía hacer, porque tenia que guardar reposo.
Reconoce al acusado John Macarewich Cobin como la persona que se ha referido como el
hombre de pelo cano con chaleco amarillo que conducía la camioneta gris.
Respecto de Nelson y Joaquín, no volvió ese día a tener contacto con ellos, después si. Nelson
es amigo de Luis y a veces se encontró con él cuando iba a ver a Luis, oportunidades en las que
conversaban, veían tele.
A la defensa respondió que, no declaró en la fiscalía, sólo unos carabineros le pidieron un
audio, pero después, cuando tenía que firmar, enviaron a unos carabineros de civil y, como iban de
civil, ella no quiso firmar el papel.

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Formalmente no dio una declaración que firmara. En ese audio no decía que Jaime y Luis
estaban participando en el que baila pasa.
Advirtió el paso del vehículo gris que estaba delante de la camioneta. No sabe cuánto tiempo
pasó, pero debe haber sido unos minutos a que se integraran a “el que baila pasa”, cree que unos
minutos, sólo recuerda el auto gris y el de la camioneta. Había mucha gente, en el que baila pasa había
mas de 20 personas, no más de 100. Lo que pasó es que llegaban micros llenas de gente y se bajaban en
la cuadra del Mc Donald, aparecían en el sector del semáforo, a veces podían haber 30 personas y
después muchas más.
En las otras pistas, no de la de retorno hacia Viña, entre el semáforo y la playa, no había gente
haciendo “el que baila pasa”, pero si había gente que estaba parada, menos de 20 personas.
Vio personas consumiendo alcohol, personas consumiendo latas de cerveza, palos no, si vio
banderas, banderines, en las manos, mochilas. No vio piedras ni soleras destruidas o rotas. No vio
personas que portaran piedras, camotes.
Perdió de vista a Luis un momento, porque sólo veía la parte de delante de la camioneta, se
refiere a la cabina. En ese momento había menos de 10 personas alrededor. No vio a una persona de
contextura gruesa de barba, vio que la puerta se abrió no vio quien la abrió.
Cuando Luis le dice “me la tiró a mi”, iba caminando solo con una pierna que no pisaba bien,
como cojeando. Lo vio desde el otro lado de la calle, él cruza las dos vías y va hacia ella. Cuando ella lo
vio, él estaba en la calle, llegando al espacio en que estaba el pasto.
Cuando escuchó “viene un chaleco amarillo”, sólo escuchó ese grito. No vio golpear con
patadas ni combos la camioneta, escucho que gritaban, pero no puede decir lo que la gente gritaba;
w)Declaración del testigo Jaime Antonio Soto Herrera, ingeniero en prevención de riesgos, señala
a la fiscal que lo citaron porque su amigo Luis Ahumada fue herido de bala por el imputado el 10 de
noviembre de año pasado. Fue una marcha pacífica convocada, fue Osorio, Nelson, Arlis Araya.
Compraron cosas para comer, un pollo asado, cervezas, agua, se dirigieron al lugar. Cuando llegaron
estuvieron en la playa, había demasiada gente, gente feliz, habían niños haciendo castillos de arena,
barras de futbol de diversos equipos de Chile. Estaban en la playa, estuvieron cerca de dos horas y con
Luis fueron al baño, cerca de las cinco de la tarde. La playa estaba en Ignacio Carrera Pinto, iban a
Borgoño, y estaba “el que baila pasa”.
Él con Luis participaron, Consuelo se quedó con Nelson y con su hijo, en Ignacio Carrera
Pinto, en dirección al mar. Él y Luis cruzaron y participaron de “el que baila pasa”. Pasó un auto gris.
La gente se reúne al lado del auto. La gente sale a bailar, todo era felicidad. Hasta se bajaban niños,
estaban todos contentos todo era alegría. La gente se abre para que pase el auto, a su lado había una
niña, la niña dice viene un chaleco amarillo.
El imputado estaba en su camioneta Mahindra, en la rotonda hacia Viña. Él estaba en la
rotonda, cuando pasa el auto gris el acelera. Él se quedó al lado izquierdo de la camioneta mirando de

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frente. Cuando pasó la camioneta, el acelera intentando atropellar a la gente. El estaba en el lado del
conductor, y Luis quedó del lado del copiloto, y ahí fue cuando casi atropella a Luis Ahumada. No sólo
intentó atropellar a Luis. Intentó atropellar a todos los que se cruzaron. Se da vuelta, y ve a Luis en la
parte de atrás de la camioneta, Luis estaba allí, Luis estaba alborotado, dice casi me atropellaron, se
iban a retirar y la puerta del piloto de la camioneta estaba abierta, y ahí vio a la persona, baja su pie
izquierdo tenía la pistola con ambas manos, apunta a Luis y dispara en la pierna.
El imputado tenía el pie en el piso, gira su cuerpo hacia Concón y dispara a Luis Ahumada.
Estaban a menos de dos metros, dispara, ahí empiezan gritos, ruido, quedó en shock. Se quedó unos
segundos allí y Luis se digirió donde estaba Nelson, Consuelo y su hijo. Al minuto va a ver que pasó y
Luis dice “¡me dieron!”, se baja el pantalón, y ve que de su pierna le salían chorros de sangre. No
entendía qué pasaba. No está acostumbrado a estas cosas. Cuando le dieron a Luis, los otros
manifestantes le tiraron al piso y con un lienzo de equipo de futbol le hicieron un torniquete. Mientras
atendían a Luis, el imputado seguía disparando. Fueron cuatro disparos, contando el de Luis. El estuvo
donde disparó a Luis, luego aceleró hasta donde hay una venta de propiedad y ahí siguió disparando.
Ellos se dedicaron sólo ver a Luis. Salía saliendo sangre a Luis. Luis estaba poniéndose pálido. Gracias
a que una persona prestó su camioneta pudieron socorrerlo.
La persona que ayudó, iba a más de 120 kph. Pasó contra el tránsito, se subió a las veredas. El
iba sujeto de una sola mano, con la otra apoyaba la herida. El chofer no sabía como llegar al hospital y
Consuelo debía gritarle. Llegaron al hospital, él lo levantó y se dio cuenta que Luis pesaba menos que
en el principio. La camioneta estaba con sangre igual, entró al hospital, Luis estuvo horas en el pasillo,
no lo pudieron atender de forma inmediata.
Estaban a dos metros de distancia entre el imputado y Luis. Él vio el disparo porque estaba
detrás de Luis. Él escuchó cuatro disparos.
El primero le dio a Luis y los demás los escuchó. Primero dispara a Luis, luego vienen tres
disparos más de la venta de propiedades. Todo era paz y felicidad hasta que llegó el imputado, y de ahí
la gente intentó pararlo para detener. Después de unos minutos se fue en la camioneta hacia el
hospital. Después empezó el caos, lo que se ve en las noticias, desmanes. Lo increpaban, le decían
garabatos, insultos por lo que hizo, los demás estaban preocupados de Luis. Una vez que escuchó los
tres disparos no supo qué paso con la camioneta, ya que su atención se fue a Luis.
El conductor bajo el pie, y apuntó y disparó a la pierna de Luis. Él baja un pie, gira hacia
Concón y dispara a Luis.
No había nada frente al conductor cuando dispara, solo la vereda. La persona venía sola.
Solo el ese día usaba chaleco amarillo, no se venia policía, ni marinos, ni militares ni nadie más.
Había banderas en el lugar y lienzos, de equipos de futbol.
Reconoce al acusado como la persona que vio disparar a Luis.

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A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que el disparo fue con una pistola negra.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que reconoce la persona que disparó a su amigo, es la misma
persona que intentó atropellarlo. Llegaron al hospital Gustavo Fricke, urgencia. En la madrugada se
retira en compañía del padre y la madre de Luis y su pareja consuelo. En ese momento Ahumada
seguía en el pasillo del hospital.
Se le exhibe “4 fotografías del momento que don Luis Ahumada ingresa a recibir
atención medica”, expone: foto 1, fue tomada en Gustavo Fricke; foto 2, corresponde a la herida que
le hicieron a Luis Ahumada; foto 3, corresponde a la pierna de Luis Ahumada, pierna izquierda; se le
ve el sleep puesto, blanco con burdeos; abajo se logra ver entre la venda y el sleep la herida a bala.
Estos disparos, cuando estaba en el suelo, no sabe hacia dónde iban. Ellos estaban boca abajo,
atendiendo a Luis, estaban agachados evitando que les llegara un disparo.
Sabe que Luis se fue a su hogar luego, lo llevaron a su casa. Luis no podía hacer nada. Él con
Consuelo y su familia se alternaron para cuidarlo. Había que ayudar a vestirlo, a cocinarle, él quedó
afectado con esto. Estaba nervioso, temblaba. Al tercer mes Es recién pudo intentar caminar. Hasta
hoy aun le cuesta.
Él no le ayudó con lo de los apósitos. Él le ayudó a trasladarlo al sillón para cambiarle los
apósitos. Estaba con venda y el problema era que si se movía empezaba a sangrar. Señala que esto lo
presenció una vez, pero fue en el transcurso de esos tres meses. Ha notado cambios en Luis Ahumada
desde octubre de 2020, tiene miedo a ir a hacer un trámite, todavía esta choqueado con lo que paso, no
esperaban que alguien disparara en un lugar publico.
A la defensa, señala que no recuerda si Luis llevaba una polera, si recuerda que llevaba
pantalón oscuro. No recuerda sus zapatillas. Llevaba lentes puestos. No recuerda si esos lentes eran de
Luis.
Cuando ellos salen de la playa, Él alcanzó a llegar a la vereda, Luis no. Cuando pasó esto iba
caminando al bandejón, del lado del copiloto, pasó eso que casi lo atropellan. Sólo participaron del
auto anterior. Cuando iban al baño participaron de eso. Pasó el auto gris y de forma inmediata
participó el imputado. Por los gritos se dio cuenta que intentó arrollar a la gente. De la camioneta del
imputado no participó. Dijeron que venÍa un chaleco amarillo, que vieran qué iba a hacer. Escuchó un
grito de lejos de alguien que dijo viene un chaleco amarillo. No escuchó gritos, no oyó “¡hijo de puta
mátenlo!”.
Cuando el se dio vuelta, Luis estaba detrás de la camioneta. No vio arrojarle piedras o botellas a
la camioneta. No vio personas golpear la camioneta, con golpes de puño ni nada.
Se le exhibe la prueba denominada “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI,
recopilados de redes”, video 2: corresponde al día de los hechos, camioneta gris de la que habló; es

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el momento en que estaban cruzando; escucha “¡hijo de perra mátenlo!; eso fue antes del disparo; se
ve la presencia de él; en el video alcanza a ver a Luis luego se le pierde; no alcanza a ver personas
golpeando o pateando; en disparo no se oye en el video, pero si lo escuchó en el lugar; Luis dijo me
dieron cuando llegó donde Consuelo con Nelson; antes de eso sólo dijo vámonos mejor; cuando
recibe el impacto, Luis estaba en la calle, no recuerda específicamente donde; él estaba en la zona mas
cercana a la vereda donde esta el piloto; el conductor del vehículo sacó un pie, pero la otra mitad del
cuerpo quedó en el auto; sólo vio la puerta abierta del piloto; no sabe quien abrió la puerta; en el
hospital conversó con un joven grueso, de barba; el le comentó que iba a declarar; Luis estaba medio
alborotado, lo habían intentado atropellar; tenía la respiración rápida, nervios; no puede distinguir si
estaba enojada, no lo oyó decir garabatos en ese momento. El se quedó bien choqueado con lo que
pasaba, a Luis le costaba caminar, cuando lo va a ver, le dice a Consuelo me dieron, se baja el pie y le
salían chorros de sangre de la pierna. Cree que se bajaron en San Expedito y caminaron unas dos
cuadras.
Cree que había muchas personas en la playa, estaban todos riendo, cantando, había niños
jugando. Los locales comerciales estaban abiertos. No había botillería cerca del lugar.
Declaró de estos hechos a la P.D.I. no recuerda si dijo que había participado en el que baila
pasa. No sabe si Luis dijo lo de “el que baila pasa”. No declaró en fiscalía. Tuvo contacto con él un
carabinero pidiéndole una declaración. Al parecer Consuelo sí hablÓ con el carabinero. Un carabinero
le iba a tomar declaración y un P.D.I. le dijo que ellos estaban haciéndose cargo.
El se fue del hospital pasadas las doce. Se retiro con los papas de Luis. Su labor terminó
cuando ayudó a cargar a Luis. No sabe si le hicieron radiografía. No sabía que tiene alojado un trozo de
proyectil;
x)Declaración del testigo Nelson Rivera Toro, empleado, al querellante Luis Ahumada Villega
(representado por los abogados Carlos Oliva Ballon y Rita Díaz Torres), señala que viene a
atestiguar de lo que le pasó a Luis Ahumada el 10 de noviembre de 2019. Se juntaron en Reñaca a las
tres de la tarde, fue con su hijo y su polola Arlis. Se encontraron Luis, con Jaime Soto y la amiga de
Luis que no recuerda el nombre ahora. Dentro de es horario se dirigieron al baño, esperó a Luis en la
vereda, se estaba haciendo una manifestación pacífica de “el que baila pasa”. Él esperó en la vereda.
Luis y Jaime se unieron a la manifestación. Pasó un auto plomo, una señora bajó, participó, y luego
siguió, todo muy pausado. Luego venía una camioneta gris, Mahindra, venia John Cobin, le hicieron
hacer “el que baila pasa”, no se bajó, echando el auto encima. El sujeto, unos metros después, se bajó
de auto y disparó a Luis que estaba por el costado detrás del auto.
Cuando escuchó el disparo se puso nervioso ya que estaba con su hijo, Luis se acercó cojeando,
señalando que le habían disparado y el disparo le llegó a él. En ese momento entró en un estado de
alerta, le vio una mancha roja en el pantalón a Luis, le dijeron que se bajara el pantalón, tenía una
herida a bala que le corría la sangre como agua de la llave. Ahí se asustó y entró en pánico. Su hijo se

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puso a llorar, se afirmó de él, y no sabía que hacer. Señala que estaba asustado cuando vio que Luis
tenía la herida. Vino gente que no conocía a prestarle ayuda a Luis. Lo tiraron al suelo y le hicieron
torniquete en la zona del muslo. En ese momento estaba asustado, su hijo también, pensó que Luis iba
a morir desangrado en el lugar, era mucha la sangre que le corría. Le prestaron ayuda y se oyeron tres
disparos más, la misma camioneta aceleró y se dio a la fuga, pero 40 o 50 metros más allá dio tres
disparos más. Se tiraron todos al suelo porque los disparos los tiro a las personas. Después de eso, su
hijo le dijo que se fueran, pero él no quería dejar sólo a Luis. A Luis lo siguieron a una camioneta y se
lo llevan al hospital de forma urgente, porque ya era mucha la sangre que perdía. Recibió el llamado de
familiares de Luis.
Se fue la camioneta. Se comunicó con amigos de Luis que conocían a la familia. Habló con su
hermana, de Luis, y le dijo que Luis había recibido un impacto de bala y se había ido al hospital
después de eso, la gente se alteró y empezó un disturbio contra este caballero. Con su hijo Joaquín se
dirigieron a la playa, se descontroló toda la situación con las personas.
No estuvo en el trayecto de cuando fue al hospital. Se fueron con él, Jaime Soto y Consuelo
Osorio. Luis Ahumada estuvo hospitalizado, le llevaron al Fricke. Al día siguiente le dieron el alta para
poder irse a la casa. Él llamó a Valeska Ahumada, ya que ella se consiguió el número de él, del
declarante y ahí le contó.
Estaba con su hijo, de en esos momentos ocho años.
La sangre le corría como agua de la llave. Su hijo estaba muy asustado, a su lado. Ellos se
tiraron al suelo y él hizo tres disparos más.
Su hijo estaba a su lado y se tiraron al suelo. Su hijo quedó en estado de shock, muy asustado.
Ha tomado contacto con Luis Ahumada. Lo fue a visitar, su hijo le preguntaba por el estado de él.
Quedó muy preocupado porque le corría mucha sangre. Unos 15 días después lo fue a visitar para que
su hijo viera que estaba bien. Vio sus heridas. Era un orificio en la ingle, no corrige, muslo izquierdo,
que le traspasó a otro lado. Cuando él le fue a ver, la hermana le hacía las curaciones, ella es técnico en
enfermería. A él se le mojaba con sangre la herida, el apósito.
Luis sentía mucho dolor cuando le cambiaban los apósitos.
Él supo que esta persona se llamaba John Cobin, por redes sociales, por videos de YouTube.
No ve mucho los canales de televisión. Él se enteró de esto también por los canales de
televisión. Decían que un norteamericano le disparó a Luis. Le vio el rostro.
Reconoce al acusado como la persona a la que se refirió.
A la fiscal, vio a este sujeto y éste se baja y dispara. Él estaba en la vereda que da a la playa.
Estaba aproximadamente a la altura de avenida Borgoño y un semáforo o paso peatonal. Estaba
apoyado con su hijo y Consuelo. Se baja y dispara y él vio a este caballero que baja y dispara. Esta
persona baja a la puerta de su auto y dispara. Él le vio del torso hacia arriba. Él disparó con una pistola.
Sabe la diferencia entre pistola y revolver. Dice que era pistola por el ruido. Él lo vio con la pistola

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cuando él baja del auto. Él lo vio a unos diez metros de distancia. Él vio a Luis en ese momento. Luis
estaba como a tres metros de este sujeto que estaba con la pistola. La camioneta estaba en dirección a
“Salinas” este caballero salió a la puerta del piloto y Luis estaba por detrás de la camioneta. La
camioneta se detuvo pasado el paso peatonal. Luis estaba atrás de la camioneta.
Jaime estaba al costado del piloto, en la vereda del frente a la playa.
Jaime estaba a unos cuatro metros de Luis. Jaime estaba como a cuatro metros del sujeto con la
pistola.
El sujeto empuñó el arma con las dos manos y disparó al frente. Él vio y escuchó un disparo.
El sujeto sube al auto, acelera como dándose a la fuga, unos metros mas allá frena, dispara tres veces
más, a la gente y la playa. El dispara en esta ocasión al costado de su camioneta, al costado del piloto.
La gente estaba en la vereda y en la playa.
El conductor toma su vehículo y se baja.
Cuando el no se para, y acelera, la gente se quita del camino. Cuando él se detuvo, la gente
comenzó a increparlo, empezaron a decirle porque habían disparado. La gente decía que tenía un arma,
decían “¡al suelo!, ¡cuidado!, ¡deténganlo!”. Sacó el arma, disparó, la gente se asusta y comienza a gritar.
Él señaló que él y su hijo se agacharon, se tiraron al suelo. El resto hizo lo mismo. La gente empezó a
seguirlo para detenerlo. A seguirlo a pies. No vio que alguien tuviera éxito porque el logra darse a la
fuga.
Ellos llegaron en micro. Su polola no estaba con él cuando esto ocurrió. La playa estaba llena
de gente, más de 500 personas. En la calzada y vereda unas 100 personas. Todos estaban
compartiendo, era día domingo, festivo, era un día para ir a la playa a pasar el día.
Sonaba música en los parlantes.
Después que pasó esto estuvo como 40 minutos más en la playa.
Supo el nombre de esta persona porque lo escuchó de televisión.
Lo vio al sujeto con un chaleco amarillo reflectante.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
A la defensa, señala es amigo de Luis, estudiaron lo mismo. Él no llevaba alcohol, sólo
bebidas, iba con su hijo. Luis y Juan llevaban cervezas. Vio gente bebiendo cervezas, no sintió olor a
marihuana. No vio personal uniformado en la playa.
Entre que él llegó a la playa y que se fue, cree que la cantidad de gente aumentó el doble. Iba
gente con banderas, pero las usaban de capas. No vio palos. Él no recorrió el borde costero, fue a la
playa. No vio veredas rotas, ni piedras. En la playa no había materiales de construcción.
Él habló con un carabinero vía mensaje de audio, le mandó audio, pero no lo llamaron para ir a
firmar. Conoce a una persona llamada Sebastián Valdés. Cuando decide ir al baño salen todos los que
formaban el grupo. Él estaba al lado de la señora consuelo. No había mayor distancia entre ellos. Es

102
más alto que la señora Consuelo. La camioneta que vio ese día era de su porte, la camioneta cree que
debe ser unos 15 o 20 cm más alta que él. Cuando pasó lo de Luis estaba allí, al frente. Cuando estaba
allí, parado, mientras ocurría esto, no oyó a nadie gritar “¡viene un ‘chaleco amarillo’!”. Escuchó que
alguien gritó “¡tiene un arma!”. Como tres personas gritaron eso. No oyó a nadie decir “¡hijo de puta
mátenlo!”.
Oyó que dijeron que tenía arma, que lo detuvieran. No vio gente patear la camioneta, ni
golpearla. Cuando se hacía esta dinámica, había gente en toda la calle. En las pistas de Concón a Viña
del Mar también estaban haciendo “el que baila pasa”. Hay una solera, una parte de antejardín. A Luis
lo vio sobre la calzada y en la vereda. Estaba en la calzada y cuando el auto aceleró se movió hacia el
copiloto. Luis dijo que dispararon y le llegó a él. Esto lo habló con Jaime Soto. Jaime no comentó esto.
Él vio a la persona cuando disparó.
No vio una abrir la puerta de la camioneta. No vio sacarse el cinturón al sujeto. Vio la cabeza
del piloto sobresalir de la cabina, solo la cabeza. Cree que usaba polera, no recuerda mas. Cuando ve el
disparo, no escuchó otro ruido fuerte. Él sintió un disparo, que el que le llegó a Luis, mas adelante hizo
tres disparos. No se percató que le reventaran el vidrio. No ve que le arrojaran piedras. No ve que el
sujeto se enfrentara a alguien que le arrojara piedras. No le comento Luis que en la pierna izquierda
tenía un pedazo de proyectil.
Se le exhibe “DAU N° U0003198216, Hospital Gustavo Fricke, correspondiente a Luis
Ahumada Villegas… de fecha 10 de noviembre de 2019”, expone que es de fecha 10 de noviembre
de 2019. Se indica hora de alta 23:12.
Él escuchó los disparos. Él estaba mirando a Luis. Intervinieron ayudando a Luis dos personas.
Hicieron un torniquete, pero no sabe si fue con una bandera. No recuerda haberle visto arena (en el
material textil con el que le hicieron torniquete). Llevaba puestos lentes de sol.
Las personas increparon al conductor de la camioneta, lo siguieron. No lo oye decir garabatos,
ni insultos.
Se le exhibe prueba denominada “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI,
recopilados de redes (exhibidos sólo 10 videos)”, video 2, expone: se escucha que le dicen “¡hijo
de perra!”, se escucha insulto lo del “hijo de perro”; se escuchan disparos, posterior a que dice “¡hijo de
perro!”. Ve golpear a unas personas, tirando proyectiles. No alcanza a ver a Luis y Jaime. No sabe si
Luis intentó parar la camioneta. Luis estuvo participando allí cuatro o cinco minutos. Pasaron cuatro o
cinco autos. Estuvo siempre acompañado con Jaime.
Luis estaba como a tres metros cuando le disparan. Estaba a un metro más atrás de la
camioneta, al costado. La camioneta estaba en dirección a Salinas, Luis estaba detrás. Él estaba a un
metro detrás. La persona que apuntó estaba derecha, con sus dos manos;
y)Declaración del testigo Claudio Muñoz Pérez, investigador criminalístico, quien señala a la
defensa que a solicitud de la Defensoría Penal Pública de Valparaíso, en su calidad de perito

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acreditado, se le solicitó efectuar una investigación criminalística en relación con los hechos ocurridos
el 10 de noviembre de 2019, con posterioridad a las 15:00 horas, en la playa de Reñaca.
El objetivo dice relación con establecer la crímino-dinámica del hecho. Se iniciaron las
diligencias realizando un análisis de fuentes de información abierta, tales como prensa, web, redes
sociales, de lo cual se obtuvo gran cantidad de material audiovisual que daba cuenta de los hechos.
Del conjunto de tales fuentes, fue posible rescatar cuatro videos, que permiten establecer un
orden detallado de los hechos, lo que se plasmó en el informe propiamente tal.
El primero se obtuvo de YouTube, de la cuenta denominada “Videos Impactantes”, el que se
impresiona como grabado con un teléfono móvil, desde la intersección de las calles Borgoño con
Ignacio Carrera Pinto. En ese lugar existe un paso peatonal regulado por un semáforo.
El video da cuenta del momento en que hay un vehículo marca Citroën ante un gran número
de manifestantes, realizando “el que baila pasa”. Pasados unos segundos, es posible observar que al
vehículo se le permiten avanzar. Después, aparece una camioneta gris marca Mahindra, modelo
Escorpio, en la cual iba transitando el imputado, en su interior. Al llegar al semáforo el vehículo
Mahindra reduce la velocidad, no obstante, no se detiene, habiendo manifestantes solicitando esa
actividad. Al no detenerse, avanza unos metros más, es seguido por manifestantes, se oyen improperios
y también golpes que se realizan a la camioneta.
Un segundo video, también obtenido de YouTube, da cuenta que señala ser de La Tercera, es
posible observar un compilado de imágenes y videos, no obstante a contar del segundo 30 es posible
observar la continuidad de lo sucedido en el video anterior. Se aprecia una persona grabando al parecer
de un teléfono, en el que se observa que un grupo de manifestantes fueron hacia el vehículo y lanzaron
improperios al conductor.
Como parte de las diligencias realizadas estaba el análisis de la carpeta fiscal. Respecto de este
hecho, en el informe policial emitido por la P.D.I. Nº702, existe la declaración de un testigo, Sebastián
Valdés, que reafirma lo observado por el declarante respecto de lo sucedido. Este testigo, Sebastián
Valdés, dice que, cuando el vehículo no se detiene, se acerca al vehículo con la intención de increpar al
conductor y realiza la apertura de la puerta del conductor. Acto seguido, lo que se observa en el video
es al imputado cuando realiza el primer disparo desde el vehículo, o sacando parte de su cuerpo, sin
bajarse.
El tercer video, obtenido de la plataforma YouTube, de la cuenta personal de un ciudadano
desde un balcón del Edificio Pleamar, que se encuentra en la intersección de las calles Las Brisas con
Ignacio Carrera Pinto. En este video se observa cuando el imputado está bajo de su camioneta, bajó
del vehículo y se encuentra a la altura del pick up cuando es seguido por manifestantes, momentos en
los que una persona se aproxima al vehículo lanzando un elemento contundente contra el imputado,
quien reacciona realizando un disparo. Percuta lo que al parecer es un arma de fuego, extendiendo sus
brazos a la altura de sus hombros. El imputado sube al vehículo y quien antes había lanzado un

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elemento contundente, lanza otro elemento con el que, al parecer, quiebra el vidrio de la ventana del
copiloto.
El cuarto video, obtenido también de la plataforma YouTube, que corresponde al canal de
noticias 24 Horas y que dice relación con una nota de prensa en el que se adjuntan varios videos
obtenidos el día que ocurren los hechos, de los cuales, toma importancia a uno en el que se observa
que la víctima, persona de sexo masculino, es subida al pick up de una camioneta por otras personas
que se encontraban en el lugar, con el pantalón a la altura de la rodilla, vestía polera negra manga corta,
con estampado en la parte anterior de su pecho y calzaba zapatillas negras de suela blanca. Luego de
subida la víctima al vehículo, éste se retira del lugar.
Al analizar y contrastar los videos fue posible determinar que en el video Nº1, que corresponde
a una toma desde un teléfono móvil en Borgoño con Ignacio Carrera Pinto, en el semáforo peatonal, la
víctima se encontraba participando de manera activa de “el que baila pasa” ante el vehículo marca
Citroën , hasta que para la camioneta gris marca Mahindra.
Se concluyó que los hechos ocurren el 10 de noviembre, con posterioridad a las 15:00 horas,
momentos en que el imputado llega a la bifurcación de Borgoño con Ignacio Carrera Pinto, momentos
en que es requerido a detenerse por un grupo de personas que estaban realizando la dinámica del que
baila pasa, a lo que el imputado no accede, continuando su marcha en el vehículo, siendo alcanzando
por personas que se encontraban en el lugar, momentos en que uno de ellos hace apertura de la puerta
del conductor, lo que motiva que este último haga un primer disparo con su arma de fuego y, luego,
continúa su marcha hasta Las Brisas con Ignacio Carrera Pinto, lugar hasta donde nuevamente es
seguido por personas que se encontraban en el lugar, siendo atacado con elementos contundentes,
desciende y a la altura del pick up de la camioneta y hace tres disparos más, para luego retirarse del
lugar.
Se le exhibió luego el “set de 41 fotos contenidas en el informe pericial número 29-2020”,
respeto de la que el perito indica que: foto 1, corresponde a una foto satelital de Google Maps, en la
que aparece la bifurcación de Ignacio Carrera Pinto con Borgoño; muestra el perito en la imagen el
sector en que se une Borgoño con Ignacio Carrera Pinto, menciona que existe un paso peatonal y un
semáforo de tránsito peatonal, en que se inicia el primer contacto del imputado con manifestantes que
realizaban la dinámica de “el que baila pasa”; señala el lugar en que el vehículo es detenido, desde que
avanza unos 10 metros y es donde se realiza el primer disparo; los 10 metros los refiere desde el
semáforo de tránsito peatonal; en este sector, en el primer video se observaban 50 a 70 personas, entre
ellas la víctima en video uno, en otro video, en la vereda hacia playa como hacia Borgoño e Ignacio
Carrera Pinto, hacia Viña del Mar, había manifestantes; en el video se visualiza el vehículo Citroën y,
seguidamente, el del imputado; en el sector había vehículos estacionados en el lugar, para ambos lados
de la acera, hacia la playa y las edificaciones; el vehículo conducido por el imputado era doble cabina,
camioneta Mahindra gris.

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Se le exhibe la foto 2, señala que corresponde a fotograma del primer video, en el que continuó
su marcha; en el video analizado se observa la cantidad de personas realizando “el que baila pasa”; se
observa el primer vehículo, Citroën grafito, que continuó su marcha; al inicio del video, personas se
ubican frente al vehículo, algunas aplaudiendo, otras con sus poleras en las manos.
Se le exhibe la foto 3, corresponde a fotograma del video uno, es el vehículo color grafito
marca Citroën, antes de llegar al semáforo.
Se le exhibe la foto 4, corresponde a fotograma del video Nº1, se visualiza el automóvil Citroën
grafito, detenido, ya que delante había personas realizando la dinámica “el que baila pasa”; en esta
imagen es posible observar a una persona en particular, que correspondería a la persona de la víctima,
en el centro de la imagen delante del eje del vehículo Citroën, quien con sus manos alzadas, al parecer
con un polerón, participa del que baila pasa.
Se le exhibe la foto 5, corresponde a fotograma del video Nº1, se observa derechamente el
vehículo camioneta Mahindra gris en el que transitaba el imputado; se encuentra frente al semáforo y
frente a la camioneta se ve a un grupo de personas que se mantiene delante del vehículo, que prosigue
su marcha y se observa a la víctima con pantalón y polera oscura, con un logo de color blanco en la
polera; esa persona intenta detener el vehículo para que participe en “el que baila pasa”.
Se le exhibe la foto 6, corresponde a fotograma del video Nº1, se observa un paneo de la
persona que graba, es decir, se aprecia el movimiento de la cámara, en el que se observa que el
conductor de la camioneta Mahindra gris viene llegando por Borgoño hasta e lugar donde se
encuentran las personas realizando el que baila pasa.
Se le exhibe la foto 8, corresponde a fotograma del video Nº1, se observa que vehículo
continúa su marcha, momento en que es perseguido por las mismas personas que se encontraban en el
semáforo; advierte en la imagen una cantidad de personas que le es posible establecer, ya que desde el
video se observa más gente, que en esta foto estima en unas 25 personas; como puntos de referencia,
indica el semáforo vehicular; la toma es de norte a sur, hacia Viña del Mar, dando la espalda a Concón
en Ignacio Carrera Pinto.
Se le exhibe la foto 9, corresponde a fotograma video anterior, es posible observar la
camioneta, su marca y color y el momento corresponde cuando el imputado no obedece a la detención
continuando su marcha al sur.
Se le exhibe la foto 10, corresponde a fotograma video 2, subido por una señal que indica ser
de La Tercera, varias compilaciones de video; la persona que realiza la grabación tiene contacto mas
cercano con el vehículo; se observa la camioneta conducida por el imputado, después del semáforo; en
el audio se oyen golpes al vehículo, caída de objetos, latas, bebidas o cervezas, improperios hacia el
conductor; no cuantificó golpes a la camioneta.
Se le exhibe la foto 11, es la continuidad del video 2, de la persona que mantiene el teléfono
móvil, se observa puerta del copiloto camioneta Mahindra gris que conducía el imputado.

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Se le exhibe la foto 12, es la persona que realiza la grabación a la altura del copiloto, se observa
al conductor y un elemento que sería el chaleco reflectante amarillo; la ventana del copiloto está
cerrada, ve el marco de la ventana del piloto, no se percibe si estaba abierta o cerrada. Se ve una
persona a la altura de la puerta del lado conductor, a la altura de parte delantera, de la rueda puede ser y
la sombre de la persona que hace la grabación en la puerta copiloto.
Se le exhibe la foto 13, corresponde a fotograma del video Nº3, se observa que el vehículo se
encuentra pasados 4 o 5 metros de intersección de Las Brisas con Ignacio Carrera Pinto. Se ve la
puerta abierta y al conductor a la altura de la pickup de la camioneta. La camioneta se encuentra
totalmente detenida, la persona del conductor viste pantalón largo oscuro, polera oscura con mangas y
un chaleco reflectante color amarillo.
Se le exhibe la foto 14, se observa al conductor del vehículo, volviendo a la cabina del
conductor, viste chaleco amarillo reflectante y polera manga larga y el conductor a un costado del
vehículo.
Se le exhibe la foto 15, se ve imputado a la altura de la puerta de conductor en Ignacio Carrera
Pinto del lado del sector de las edificaciones, no la playa, con el vehículo apuntando hacia Ignacio
Carrera Pinto con Las Brisas; se ve la señalética vial y al imputado con brazos extendidos a altura del
hombro, en la acción típica del proceso de disparo, portando lo que parece ser un arma de fuego,
apuntando hacia Concón; el imputado se encuentra a la altura del asiento del conductor; por un tema
de ángulo, lo ve así, tal vez desde los edificios, podría estar ubicado más hacia la puerta de los
pasajeros; en relación con el techo de la camioneta, se observa que la persona mantiene la misma altura
que la camioneta, no por debajo.
Se le exhibe la foto 16, es la calle Ignacio Carrera Pinto, con la camioneta apuntando hacia
Viña, se ve al conductor, el imputado, por debajo del techo de la camioneta, producto de esquivar un
elemento lanzado por personas del lugar. Está el imputado portando un elemento, inclinado hacia el
lado derecho de su cuerpo. No logra observar lo que tiene en sus manos.
Se le exhibe foto 17, se observa al imputado a la altura del pick up con sus brazos extendidos,
apoyando uno de sus brazos en el pick up de la camioneta y se observa a una persona de sexo
masculino refugiada en la parte posterior de vehículo color blanco.
Se le exhibe foto 18, se observa nuevamente al imputado a la altura del pick up, apuntando sus
brazos hacia Concón. La persona agachada en la parte posterior del vehículo color blanco en Ignacio
Carrera Pinto con Las Brisas. En la calzada la persona apunta en dirección sur, hacia Concón, no
paralelo a la calle. Si se traza su trayectoria iría a dar a las edificaciones que van a otro lado de la vereda.
En este peritaje participó Osvaldo Faúndez, perito balístico.
Se le exhibe foto 19, el imputado se encuentra al interior del vehículo, la persona a la altura del
pick up del lado del copiloto, es la misma persona a la que ha hecho referencia antes. Cuando toma el
imputado el vehículo, la persona toma un elemento contundente y lo lanza contra la camioneta y se

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produce la rotura del vidrio. Sobre la calzada había objetos que no es posible describir con detalle, pero
son abundantes elementos, que van cayendo cuando avanza y cuando esta detenido el vehículo.
Se le exhibe foto 20, es el momento en que se observa a la persona que se había ocultado tras
el vehículo blanco haciendo el gesto propio de lanzar un objeto contundente por la puerta del copiloto.
Se le exhibe foto 21, corresponde al video Nº4, en el momento que la víctima es subida a una
camioneta, vistiendo una polera negra manga corta y zapatillas negras con líneas blancas.
Se le exhibe foto 23, se observa a la víctima al interior de la pick up, con su cuerpo extendido,
con las señaladas características de calzado y vestimenta.
En el informe se establecen características de vestimentas y calzado haciendo correlación con el
primer video, lo que permite concluir que la persona que en video 1 estaba delante de la camioneta del
imputado y la víctima es la misma.
Tuvo a la vista la carpeta fiscal y los elementos individualizados en su declaración. Entre los
antecedentes de la carpeta fiscal, resulta relevante la declaración de testigos y la víctima que dan cuenta
de que respecto de la persona de la victima, los antecedentes que entrega no se condice con lo
observado en los videos. La víctima declara que se encontraba en el sector de Reñaca y decide
trasladarse a locales comerciales para solicitar baño, momentos en que transita por ese lugar cuando se
realiza “el que baila pasa”, momento en que es herido, lo que no se condice con lo observado, puesto
que la víctima mantiene participación en la dinámica. Antes que el imputado transitara por el lugar, ya
se encontraba participando ante el vehículo Citroën que antecede al del imputado.
Exhibido video 2 de “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados
de redes …”, señala que esas imágenes se relacionan con su pericia, porque son las mismas analizadas
en el inició de su peritaje. Donde se encuentra el semáforo peatonal en la bifurcación de Ignacio
Carrera Pinto. Imagen norte sur, dirección Viña del Mar.
Exhibido video 7 “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la Policía de
Investigaciones de Chile…”, señala que en cuanto a los hechos ese video no fue utilizado y
corresponde a los momentos en que se efectúan los disparos y el imputado es agredido con una piedra
y aparece la persona que se refugiaba u ocultaba en la parte posterior de un vehículo blanco.
Exhibido video 5 de “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados
de redes…”. Señala en cuanto al contenido es uno de los videos analizados por el perito declarante,
corresponde al video Nº2, toma realizada desde uno de los edificios de intersección Ignacio Carrera
Pinto con Las Brisas.
Señalo que es investigador criminalístico desde el año 2010 y desde el año 2011 acreditado ante
la Defensoría Penal Pública y también a particulares, con un conteo de pericias de mas de 400
investigaciones y es la número 20 dentro del contexto del “estallido social”. El otro perito con que
trabajó es perito balístico y comisario en retiro de la P.D.I.

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A la fiscal respondió que la crimino-dinámica busca establecer los momentos previos,
coetáneos y posteriores (al delito); es parte de la criminodinámica, los factores que influyen en la
comisión de un delito, pero la cronología también es parte; la criminodinámica es utilizada en la
criminología y en la criminalística; la críminogénesis es muy distinta a la criminodinámica; la
criminogénesis es parte del estudio del delito; no puede ahondar en ello.
Señala que en su informe ilustra el espacio físico donde se desarrolla la dinámica. En el análisis
de los videos, él señala que los hechos comienzan en Ignacio Carrera Pinto con Borgoño, hasta Las
Brisas. No midió la distancia entre los dos puntos, no era parte de su pericia.
No estableció otro criterio temporal que el señalar que esto fue después de las 15:00 horas. No
señala cuanto duró el peritaje. No indica el tiempo entre paradas. No estableció los tiempos y duración
de las detenciones. Analiza cuatro videos. La única diligencia que hizo fue analizar los videos. Señala
que tuvo acceso a la carpeta de investigación fiscal.
Se le exhibe informe dándole lectura al mismo, indica luego de leer, que no se señala que tuvo
acceso a los antecedentes investigativos. Tuvo acceso a los antecedentes investigativos de forma previa
a confeccionar su peritaje.
Logró establecer que había cuatro disparos. En el informe escrito entiende que al final, en las
conclusiones, finalmente habla de cuatro disparos.
Se le exhibe posteriormente su informe escrito al que le da lectura, para responder la cantidad
de disparos que habría consignado. Él lee que habla de dos disparos y luego dos disparos más. Dice
“sin salir con su cuerpo completo realiza dos disparos”….“desciende …éste realiza dos disparos más”.
Habla que en la primera detención se escucha al parece un disparo, luego se oyen dos disparos
más. No consigna ningún disparo en dirección a la playa.
No tuvo acceso a la camioneta del señor Cobin.
Habló de la declaración de Sebastián Valdés, dijo acá que la tuvo a la vista, pero no está
consignado en su informe.
No recuerda haber visto la transcripción de la declaración del señor Cobin, en que habría dicho
que el abrió la puerta de la camioneta.
No recuerda cuantos videos había en la carpeta de investigación.
Entiende que estableció que Cobin venia armado, no era motivo del informe el establecer el
por qué. No estableció dónde se cargó el arma. Tampoco pudo establecer donde venía el arma. La
forma de establecerlo era con videos. Tuvo acceso a la carpeta de investigación. No recuerda que haya
dicho que venía con los cargadores. Él dijo que venía del club de tiro. No sabe donde está el club de
tiro, ni sabe el camino para llegar allí. No estableció el club de tiro, ni donde vive Cobin, ni que armas
tenía inscritas. No se pronunció sobre las armas, no era parte de su objetivo.
No era parte de su peritaje establecer con qué armas se cometió el delito.

109
En el informe pericial de no estableció que Cobin portaba un chaleco amarillo. No estableció el
motivo por qué lo portaba. No estableció la convocatoria a la reunión. No le tomó declaración al
imputado. No le toma declaración a ningún testigo o víctima. Los videos que analizó, estaban en la
carpeta.
El vio a Cobin apuntar a la gente, no utiliza la palabra apuntar, si habla de que portaba algo que
al parecer es arma de fuego.
Cobin venía de avenida Borgoño. En el informe no estableció de donde venía. No estableció
qué hizo después. No estableció qué hizo después. La criminodinámica en lo relativo al informe,
consistió en analizar lo que aparece en los videos. Estableció los hechos previos, en lo relativo cuando
él llegó a la intersección. No estableció hechos previos. Posteriores no. En el espacio de tiempo que
hace el análisis, señala que hay un vehículo diverso al del imputado, y luego los sucesos. El análisis
corresponde a lo anterior, a lo coetáneo y lo posterior.
Los análisis de los antecedentes investigativos lo estudio de forma previa a su informe.
En la carpeta de investigación fiscal no vio que venía una línea de tiempo. Venía la declaración
de Sebastián Valdés.
No contó con ningún antecedente nuevo que no estuviera en la carpeta fiscal, él trató de
establecer la criminodinámica. No recuerda todo lo que había en la carpeta. Su informe era para
establecer a criminodinámica.
Los hechos anteriores y posteriores comprenden desde calle Borgoño hasta calle Las Brisas.
Repreguntado por el defensor, la relevancia de la vestimenta de Ahumada era para poder
establecer que él efectivamente estaba participando de “el que baila pasa”. En la carpeta fiscal, él señala
que estaba en las inmediaciones y que fue a buscar un baño. Al revisar los videos, se percató que las
características físicas eran muy similares a las de la persona que participó en “el que baila pasa”. Se
pudo establecer que esta persona estuvo participando de “el que baila pasa” de antes de los hechos;
Repreguntado por la fiscal, señala que esto que él participó en “el que baila pasa”, le parece
que no estaba establecido.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
La querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), no hace preguntas;
z)Declaración del perito Gabriel Sergio Salinas San Martin, antropólogo, señala que realizó una
pericia, entrevista en profundidad vía Zoom al acusado, e hizo un análisis cualitativo, en base al
discurso del entrevistado. En algunos segmentos se hizo un análisis sociológico y de discurso. Eso en
relación con las técnicas y metodologías utilizadas. En relación con la pericia se va a referir a los
conceptos claves. Hay tres conceptos principales, cultura de auto defensa, nivel de socialización en la
cultura norteamericana y trayectoria de violencia donde se enmarcan los hechos imputados.

110
En relación con la cultura de autodefensa, en EEUU la cultura de autodefensa es un
componente muy fuerte en términos micro y macro. Hay una evaluación de auto-defensa en lo micro y
macro: hacia abajo, para defenderse de los delitos y, hacia arriba, hacia el poder. En términos
constitucionales, esto se plasma en la 2ª Enmienda de la Constitución.
En relación con la socialización, él participa en una subcultura ligada a las armas, de muy
pequeño participaba en sesiones llamadas “Hijos y Armas”, donde aprendían el manejo de armas,
desde muy pequeños, en la iglesia, en EEUU. Esto es una connotación bastante cotidiana en EEUU,
para aprender el manejo de armas. Le dijo que era muy común que a la iglesia asistieran personas
armadas. El acusado se sociabiliza dentro de esa cultura. Él relata que entró una persona a la iglesia
disparando. Afortunadamente había cinco personas con armas que la repelieron. Eso da cuenta de la
socialización primaria y segundaria. Desde muy pequeño tiene este conocimiento y manejo.
La trayectoria de violencia, cuando se da el hecho, John dice que se integra a los comités de
autodefensa, los “chalecos amarillos”, en situación bastante difundida en televisión. Uno de estos
comités se hizo con los vecinos de Reñaca.
Se debe entender el contexto en que se generan grupos de autodefensa, con distintivos y John
se hace participe siguiendo los cánones de la cultura americana. Se organizaron para proteger
condominios, centros comerciales, esto denota la lógica de la falta de un estado policial para proteger.
Entre estos comités estaba el de Reñaca para autodefensa cuando se cometieron los hechos.
Esto fue el centro del peritaje, estos tres conceptos explican la dinámica del delito, son las
principales conclusiones del estudio.
A la defensa, indica que es antropólogo, señala sus antecedentes curriculares y que se ha
desempañado hace diez años como perito de la defensoría.
Dentro de lo antecedentes, verificó la carpeta investigativa. La idea del imputado nace de esta
vinculación con el resto de ciudadanos que se juntan para armar el comité de autodefensa en Reñaca.
Es uno de los organizadores y es una de las personas que pone su experiencia al servicio de estas
personas que no habían vivido situaciones de esta envergadura. Él lo explica como algo circunstancial.
Le llamó la atención que él dijo que tenía un manejo experto y que si hubiera querido causar más daño
lo habría hecho.
En relación con la cultura de la autodefensa en EEUU, dice que hay dos tipos de enemigos. El
enemigo micro, el delincuente común, al que puedo enfrentar con el arma. El otro es el macro, el
estado, me voy a defender de los delincuentes, pero también de la tiranía del Estado.
En términos de socialización siempre la primera infancia hasta los 10 o 12 años, se da la
primera socialización en los colegios o los lugares donde puede concurrir. Él acusado vive allá, se
juntan en sesiones donde se enseña a los niños sobre armas.
En la socialización secundaria, en la universidad, siguió con este manejo, sigue socializando con
amigos, en lugares de tiro.

111
Es tan evidente que existe esta situación, ya que a pesar de las historias de conmoción, sigue
siendo importante, sigue habiendo un poder, la Sociedad del Rifle elije hasta un presidente.
Hay un proceso de adaptación social, pero no modifica los valores. Él puede adaptarse a otra
cultura, pero no va a cambiar sus valores de base.
En situaciones de estrés surgen los valores de base. Él se ve envuelto en esta situación, ve que
está en riesgo su vida, y con sus valores de base, su primera intención es sacar el arma y disparar sin
hacer el daño que podría haber hecho por el conocimiento de armas. Obviamente una situación de
riesgo extrema, donde está en riesgo su vida, desde su lógica, tiene sentido.
Esto lo obtiene de la entrevista con el señor Cobin.
Este discurso, coincide con la literatura. Los valores sociabilizadores, priman en una situación
de estrés. Autores como Goffman, él tiene muchos estudios en cárceles. Este autor, en términos
simples, legitima la respuesta violenta para contrarrestar un hecho violento.
La entrevista se realizó en español. Cree que el idioma no tiene relevancia porque él habla bien
el castellano. El imputado tiene posgrados, se maneja bien, usa un lenguaje formal, bien academicista.
Usa muy poco lenguaje coloquial o chilenismo. No recuerda que éste haya utilizado modismos.
En relación con los comités de autodefensa, lo que le motiva, lo que él dice, es que ven un
quiebre institucional, se refiere a los “chalecos amarillos”. Habla en general de los “chalecos amarillos”,
los que se crearon en muchos lugares de Chile. Él dice que estos nacen porque hay un quiebre
institucional y el Estado no cumple con su obligación de proteger al ciudadano y esto fue un discurso
recurrente en Chile a propósito del 18 de octubre. Si el Estado no puede protegerme, se forman estos
comités para protegerse entre iguales.
El Estado nace como una instancia de poder para proteger a los ciudadanos. El 18 de octubre,
parte de la ciudadanía considera que el Estado no cumple esa función. Ante situaciones de violencia,
parte de la ciudadanía, con miedo, al ver que el Estado no es capaz de controlar estos desbordes, se
organiza y nace este nuevo concepto. Son grupos de autodefensa que tienen la obligación de proteger
bienes comunitarios. Se organizan de forma espontanea. El denominador común es el miedo, a ser
asaltado, violentado.
En el caso de Cobin él también advierte miedo. Integra el comité, en el comité tenían
información básica. Es parte de la concepción que nace en contexto de violencia extrema.
Cobin, dentro de su axiología, considera positivamente la utilización de armas en ciertos
contextos. Para él no es un hecho punible cuando está en riesgo la vida y él siente que en este hecho
estaba en riesgo su vida.
A la fiscal, señala no recuerda la fecha en que hizo el peritaje. Fue el jefe de clasificación del
complejo de Valparaíso. Cuando habló con él, le dijo que estaba en “estadísticas”, en el “complejo”
solo. Cree que, en su pericia, no indicó la descripción del lugar. No indica cuando tiempo llevaba
privado de libertad. Cree que la entrevista duró una hora.

112
Se le exhibe su informe pericial y dice que no está la duración de la entrevista.
El objetivo del peritaje es conocer trayectoria de vida y cómo ésta influye en la conducta
delictiva que se le imputa. El estar privado de libertad tiene una gran relevancia.
No se buscaba saber en la pericia qué efecto podía tener en el acusado la privación de libertad.
En el informe pericial no consignó que el acusado estaba privado de libertad. Para su pericia no
tenía relevancia la privación de libertad.
Cree que tiene 15 a 20 años aproximadamente viviendo en Chile. Él tiene doble nacionalidad
por lo que entendió.
Reitera los conceptos de micro y macro en autodefensa. Cuando no hay una actuación del
Estado, se forman milicias, eso lo dice en su informe, pero es una cita de Cobin.
Cobin señala que sabe que en Chile no se admite la utilización de armas en la vía pública. Había
una ilegalidad en el porte de armas en la vía publica. Él lo justificó en términos culturales, en EEUU
siempre acostumbró a llevar armas.
Se le consulta por la 2ª Enmienda, se refiere a la libertad de protegerse con armas. No la leyó
íntegra, pero la vio en general.
Cree que en EEUU hay estados donde no se autoriza el porte de armas. No sabe si Cobin vivió
en uno de esos estados.
Escuchó los audios y leyó la transcripción de la declaración de Cobin. Dijo efectivamente que
trató de “defender al país que tanto ama”.
Cobin, según lo señaló, este comité pretendía ver cuales eran los puntos críticos. Borgoño era
un punto crítico donde se podía desbordar la violencia, por eso ellos se daban vueltas por ahí. Al llegar
a Borgoño acelera, no atropella a nadie, se le viene la gente a increparlo, a tirarle piedras, cada vez
fueron más y él en ese momento teme por su vida y hace los disparos.
Cobin se detiene y baja. Cobin se detiene también unos 50 metros mas allá, de forma voluntaria
y también hizo disparó a la multitud.
El acusado nunca señala a determinadas agrupaciones políticas con sus nombres. Él tiene una
visión un poco mesiánica de los ideales capitalistas. Dentro de los antecedentes que revisó, no vio
menciones del acusado en contra de los comunistas o del Frente Amplio. Él llega a Chile porque el
modelo a seguir de acá era un modelo a seguir por todo el mundo, era más puro que el americano. Este
experimento chileno no se había dado en ningún lugar del mundo. Él llega acá siguiendo este modelo y
admirándolo. No esta de acuerdo con el cambio de modelo y aboga por la defensa del modelo.
Cobin manifiesta que su vehículo fue agredido, primero con golpes de puño, luego con piedras,
lo tratan de mover con las manos para darle vuelta, esos son los hechos violentos.
El día 10 de noviembre había una convocatoria de los “chalecos amarillos” porque sabían que
había una manifestación. Cobin dice que había un grupo de “chalecos amarillos”, personas con
intención de cuidar. Él le dijo que estaban en la calle perpendicular a Borgoño que da a los bancos.

113
Él no estaba con los “chalecos amarillos”, una de las funciones era dar vuelta para ver si la
playa…. la marcha estaba convocada a la playa (sic). Era una defensa a la propiedad, básicamente a los
locales comerciales en Reñaca. Él sólo refiere a los “chalecos amarillos” en el último párrafo. No
recuerda haber mencionado nada más. No consigna que Cobin haya tenido la función de dar vueltas en
la ronda.
No sabe si los “chalecos amarillos” portaban armas.
No es lo mismo lo que sucede en EEUU, con lo que sucede en los barrios delictuales. Lo de las
poblaciones es una subcultura delictual.
En las poblaciones, el uso de arma no sólo un elemento territorial. Hay un propósito diverso
no es sólo para proteger un territorio. Es expresión de poder, hay jerarquía que se defienden.
Él no pertenece a una subcultura delictual.
La información que aportó el imputado, respecto de lo anterior a la situación de privación de
libertad, no los cotejó con otros elementos.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), no hace preguntas.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que la conversación duró de 40 minutos a una hora. Afirma que él
grabó la conversación. No la trascribió en su informe de forma integra. Si transcribió pasajes en su
informe. Cuando afirma que no pertenece a una subcultura delictual, lo dice en general. Dentro de las
subculturas delictuales no están los grupos racistas. Dice que ha escrito y ha hecho investigación sobre
delincuencia. Dice que ha escrito, tiene el grado de doctor, no amerita que él deba fundarse en otros
autores. Además, estuvo diez años en la cárcel de Valparaíso. En Chile el racismo no esta dentro de la
cultura delictual. No puede afirmar que sucede respecto de esto en EEUU.
Cuando habla de “visión mesiánica” de Cobin, se refiere a que considera que es un país ícono,
y que se ha mantenido así por 40 años. Señala que hay que defender ese legado, viene a Chile a tratar
de defenderlo. Viene a escribir y defenderlo.
Hay una visión muy de blanco y negro, que la izquierda lo quiere destruir y la derecha defender.
Entendía que la gente que se manifestaba era contraria al modelo económico instaurado en los años
80. La defensa la hace el acusado desde lo académico.
Él se adscribe al mundo académico. Él lucha por las ideas, no arma una milicia para defender el
modelo.
En EEUU en algunos momentos se ha desarrollado el concepto de milicia. No ha participado
en milicias en Chile. Cobin no participó en grupos sociales ni paramilitares.
Cuando se entrevista a Cobin no recuerda que le haya mencionado la Liga de Sur.
No hablaron particularmente de si existía un organigrama de los “chalecos amarillos”, pero
obviamente debían cuidar los locales, infraestructura, etc. No consideró importante indagar sobre el

114
organigrama. No constituía una organización, con un organigrama, una estructura, sino un grupo de
vecinos que se juntan a proteger un bien. No tiene el dato de cuantos vecinos eran.
Cobin, según le refirió, en EEUU portaba armas, manejaba armas, participaba en club de tiros.
Esta información la verificó;
aa)Declaración del perito Sebastián Ignacio González Martínez, médico cirujano, quien expuso
su informe señalando que durante mayo de este año, la Defensoría Penal Pública le encargó una
evaluación pericial respecto de la causa RUC 1901211941-3, en la cual John Cobin se encuentra en
calidad de imputado.
El objetivo de la pericia consistió en evaluar la trayectoria de los disparos realizados. Para esto,
como objeto de la pericia se le entregaron documentos en formato electrónico, un total de 937 paginas
y 8 registros audiovisuales. Se trató de antecedentes documentales, informes policiales, declaraciones,
informes de Datos de Atención de Urgencia y evaluaciones médico-legales del S.M.L.
Las operaciones realizadas sobre estos antecedentes fueron: primero, la lectura y análisis de la
información contenida; luego, la reconstitución de los hechos relevantes, dado el objetivo médico legal
de la solicitud y, tercero, la revisión de la literatura científica actual y pertinente a la pregunta médico
legal y, por último, las conclusiones a la pregunta dirigida.
Como resultado de ello, lo primero que se extrajo de la información documental fueron las
circunstancias de los hechos que habrían ocurrido el día 10 noviembre 2019, en Reñaca, en los cuales,
en el contexto de las manifestaciones sociales, John Cobin, que habría transitado en esos momentos
por ese sector, habría disparado hiriendo a una de las víctimas que es don Luis Ahumada.
De acuerdo con la información documental y audiovisual, así como la declaración de la víctima
e imputado, son bastantes concordantes en el sentido que el disparo habría sido efectuado desde la
cabina de la camioneta, sin salir de ella, girando su cuerpo hacia la izquierda y realizando un disparo al
sector posterior izquierdo de su vehículo, lugar en el que habría impactado a la víctima Luis Ahumada.
Posteriormente, la víctima, Luis Ahumada, habría sido trasladado al Hospital Gustavo Fricke,
ingresando al servicio de urgencia a las 5:42 horas de la tarde, según la Hoja DAU, siendo evaluado por
el medico de urgencia, además de imágenes, las que revelan que presentaba un sangrado no activo y
que se le habría referido a la víctima - según su declaración - que presentaba una herida de bala con
entrada y salida.
El DAU no caracteriza las heridas, ni las mide en relación con puntos de referencia. Dentro de
la atención se solicitó un Angiotac, conocido como un scanner, es un examen radiológico que demostró
que no había lesiones vasculares, arterias o venas, y que habría un elemento metálico aún alojado en el
cuerpo de la víctima, cercano a la cara posterior del muslo izquierdo.
Después de la evaluación clínica, a las 11 horas y 12 minutos de la noche, el servicio de
urgencia, da el alta clínica al paciente a su domicilio, con los diagnósticos de traumatismo superficial
múltiple de cadera y muslo y herida por arma de fuego en el muslo, no complicada.

115
Las indicaciones al alta son: antibióticos y analgésicos por siete días, además de control en su
consultorio.
En cuanto a la evaluación de las lesiones, el análisis lo realiza el S.M.L. en febrero de 2020, en
dos sesiones a los 87 y a los 99 días posteriores a la lesión inicial y el médico que lo evalúa si mide las
cicatrices de las lesiones, indicándose que estaba cicatrizada la herida de entrada a 75 cm de altura
desde el talón y a 8, 5 cm de línea media y una cicatriz de la lesión de salida a 78,5 cm de altura del
talón desnudo y a 16 cm. de la línea media. Concluye el informe del S.M.L. en referencia que el
trayecto del proyectil sería de anterior a posterior, de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba. Como
parte del análisis, habrían dos puntos donde ocurre un conflicto inicial de información; el primero es
que un disparo se efectúa a la altura de cabina del automóvil y en el trayecto intracorporal, es de abajo
hacia arriba, que podría inicialmente no ser concordante y, frente a eso, podrían haber dos hipótesis
para explicar la situación.
La primera hipótesis es que el disparo haya viajado de manera directa entre el arma y el muslo,
teniendo la víctima en posición tal que haya generado trayecto anatómicamente de abajo hacia arriba.
Esto puede ocurrir si el muslo está en una posición elevada, si el muslo está suficientemente elevado
un disparo que viene de arriba puede ser de esa forma, por posición anatómica.
La segunda hipótesis, es que el proyectil no haya viajado directamente del arma al muslo de la
víctima, sino que trayecto haya sido desviado, lo que hubiera propiciado que en lugar de trayectoria de
arriba hacia abajo, lo tuviera de abajo hacia arriba.
Para discriminar entre ambas hipótesis cobra importancia un tercer elemento, que es la
fragmentación del proyectil. Hay una herida de entrada y otra de salida, de lo que se deduce que, al
menos, hay un fragmento del proyectil que entra y sale del cuerpo. No obstante, posteriormente, al
examen radiológico en la urgencia, se observa un elemento metálico que persiste dentro del cuerpo de
la víctima. Mas aun, estos dos elementos, herida de salida y el elemento metálico, tienen ubicaciones
distintas en el muslo de la víctima. La herida de salida se ubica en la cara lateral del glúteo izquierdo y el
elemento metálico se ubica en la cara posterior de muslo izquierdo.
La literatura científica es bien concordante en aquellos casos que un único proyectil puede
provocar mas de una lesión, corresponde a aquellos en los que proyectil se fragmenta. Esta
fragmentación puede provenir de dos causas, una interna del cuerpo, cuando el proyectil golpea el
hueso y en este impacto el proyectil se fragmenta y genera proyectiles secundarios. La segunda causa es
cuando el proyectil, antes de impactar el cuerpo, impacta blancos intermedios, que son elementos
externos al cuerpo.
Con estos tres elementos, el disparo a la altura automóvil, sumado a trayecto intracorporal
ascendente y a la fragmentación del proyectil, en ausencia a daño de hueso en la víctima, hacen que la
hipótesis más concordante es aquella que el proyectil cambia su sentido antes de golpear a la víctima,

116
generando este trayecto intracorporal ascendente, además de ser concordante con los mecanismos
necesarios para propiciar la fragmentación del proyectil.
Conclusión: el proyectil debió haber golpeado algún elemento externo en la parte inferior del
escenario, antes de impactar a la víctima.
A la defensa respondió, que sus antecedentes académicos son ser titulado de médico cirujano
en la Universidad de Chile, cursó medicina entre los años 2006 y 2012. Su especialidad en medicina
legal la obtuvo en la Universidad de Chile entre 2016 y 2019. En el ámbito laboral se ha desempañado
en servicios públicos como la P.D.I. en el año 2016, fue perito medico del S.M.L. Metropolitano, entre
los años 2018 y 2020 y profesor asistente en medicina legal en la Universidad de Chile, desde 2017 a
la fecha.
La literatura mas relevante en relación con su informe es la revisión sistemática del año 2017 en
que se realizaron más de 211 estudios relativos a lesiones por rebote de balas. Menciona un estudio
norteamericano publicado en la Revista Internacional de Medicina Legal y como muy relevante los
textos de Vincent di Maio, patólogo forense, que es una autoridad en materia de heridas por arma de
fuego. Además de eso, un par de estudios más, que son reiterativos a la información más moderna
sobre rebote de bala.
La identidad de la víctima es Luis Ahumada.
El informe DAU suele ser lo más relevante, porque tiene la lesión recién provocada,
habitualmente puede tener ciertos déficits, como no haber medido las lesiones a puntos de referencia,
lo que si se hace en informe médico legal en una segunda evaluación y logran determinar el trayecto
intracorporal del proyectil. Respecto de las mediciones del colega del S.M.L., indica el perito que él – el
declarante - no examinó a la víctima, pero no hay contradicción con los otros documentos, así como
tampoco con demás documentos y scanner.
Se le exhibe el documento singularizado como “Hospital Gustavo Fricke, correspondiente
a Luis Ahumada Villegas”, expone: que es el DAU de la víctima, lo que se utilizó fue la hora de
ingreso y alta clínica; el tema de haberse realizado un Angiotac , que refiere sin lesiones vasculares y los
signos vitales, concordantes con registrar dolor y haber sido dado de alta el mismo día. En la segunda
página, está el tratamiento, es importante la ausencia de procedimientos invasivos, la mayoría de los
procedimientos fueron analgésicos y suero. En la página tres, se tomó en consideración la hora del alta
clínica, a las 11 horas y 12 minutos de la noche y las indicaciones dadas al alta, la terapia, antibiótico,
analgésico y control en el consultorio.
La información resulta concordante con que cuando no hay lesiones profundas, que requieran
intervención quirúrgica, las heridas por proyectil se intentan manejar de la forma menos invasiva:
antibiótico, analgésico y control posterior en consultorio
Consultado por descartar el escáner la presencia de lesiones vasculares, indica que este examen,
por sí sólo, no permite llegar a las conclusiones a que arribó el perito declarante, da elementos útiles,

117
como la existencia de fragmento de proyectil. Indica que tuvo a la vista los antecedentes suficientes
para llegar a la conclusión a la que arribó.
Se le exhibe “Copia de Informe médico suscrito por LUIS PEÑA GUZMÁN y
correspondiente a LUIS AHUMADA VILLEGAS de fecha 10 de noviembre de 2019”, indica
que corresponde al informe del Angiotac del paciente Luis Ahumada Villegas. Lo relevante es que
identifica el proyectil metálico en la cara posterior de la cara del muslo ipsi lateral.
En el informe médico legal no se hace referencia a este fragmento de proyectil.
A la fiscal respondió al ser consultado en relación con la suficiencia de antecedentes, que no
sabe si hubo recuperación de proyectil, tampoco sabe qué tipo de proyectil causó la lesión. En el
Angiotac está el proyectil, al estar asociado al trayecto le hace concluir que corresponde al proyectil que
causó la herida, estando asociado al trayecto de la lesión a su juicio acredita que se trata del proyectil y
no hay antecedente de otro.
Desconoce la distancia entre el tirador y víctima. Desde el punto balístico tiene relevancia, pero
señala el declarante no ser perito balístico y admite que la literatura, los peritos del S.M.L. e
instrucciones de informes de lesiones y autopsias que deben abstenerse de hacer concusiones de otras
especialidades periciales;
bb)Declaración del Osvaldo Marcelo Faunes Peña, 59 años de edad, pensionado de la P.D.I.,
perito balístico, quien expone su informe, señalando que el peritaje solicitado por la Defensoría Penal
Pública lo realizó en base a los antecedentes de la carpeta, principalmente informes de LABOCAR, en
lo que a balística refiere, informe pericial químico, pericial mecánico y al informe del S.M.L., referente a
las lesiones de la víctima.
Primeramente, tomó en consideración lo referido al móvil dañado con un impacto balístico en
el parachoques y el radiador, alojándose el proyectil en la caja de cambios. Hay un peritaje planímetrico
que da cuenta de la trayectoria del proyectil, refrendado con peritaje químico, sacó la conclusión con
similar resultado al de LABOCAR, en el sentido que la trayectoria del proyectil, el ángulo de incidencia
en el vehículo, es lo que tomó como base. La trayectoria es coincidente.
El peritaje balístico y químico no le ofrece reparos para emitir en sus conclusiones.
El informe del S.M.L. hace un examen médico del lesionado señor Ahumada, el médico que
efectúa el examen realiza una trayectoria anterior a posterior, de derecha a izquierda y de abajo hacia
arriba. Sumado a la declaración de la víctima, respecto de la posición anatómica al momento de recibir
el impacto, le hace arribar a las conclusiones de su peritaje.
Comprobó, de acuerdo al informe del S.M.L. y la declaración de la víctima, la trayectoria del
proyectil que le lesionó.
Con los antecedentes de licencia para portar arma de fuego del imputado, en Carolina del Sur y
Florida, coincidentes ambos en que para ser tenedor de un arma de fuego en esos estados se exigen
cursos y un montón de requisitos que describió en su informe.

118
A la defensa respondió que los objetivos del informe fueron determinar la trayectoria balística
de los proyectiles que causaron daños en el móvil y herida al señor Ahumada. También establecer la
idoneidad del imputado para el uso del arma de fuego.
Señala como conclusiones: en el caso del móvil impactado por proyectil, de derecha a
izquierda, de adelante hacia atrás y de abajo hacia arriba, de acuerdo a las evidencias que entregó en
sitio del suceso el informe de LABOCAR. Con esos antecedentes y trayectoria, antes de golpear el
vehículo, el proyectil golpeó el pavimento. Llega a esa conclusión haciendo una línea real con varilla
que se hace en la práctica en el vehículo. Se coloca la varilla por los orificios, se hizo y se encontró el
lugar que impactó y se concluye que el proyectil impactó a 1.53 metro del parachoques del vehículo.
Están todas las mediciones en el informe de LABOCAR.
En cuanto a la lesión de la víctima, se tomó en cuenta la posición de ésta al recibir el impacto,
de pie en la parte posterior de la camioneta y de frente hacia el imputado. El señor Ahumada, de
acuerdo a los antecedentes, cruzó la calle e iba pasando por atrás del vehículo y la víctima no sabe si el
imputado abre la puerta o le abren la puerta y sintió el impacto en su muslo izquierdo. Su cabeza
estaba mirando al imputado y se encontraba erguido de frente hacia el imputado, eso lo obtiene de la
declaración de la víctima. Cuando siente el impacto en el muslo unas personas lo afirman, le hacen un
torniquete y es todo lo que la víctima declara. Hay un informe del S.M.L. donde se le hace un examen
al señor Ahumada y determina que hay un orificio de entrada y otro de salida y un alojamiento de
proyectil. De acuerdo con este informe medico legal es de adelante hacia atrás, de derecha a izquierda y
ascendente, de abajo hacia arriba, todo ellos de acuerdo al examen médico.
En relación con la distancia entre el imputado y la víctima, la única manera que tuviera una
dirección ascendente el ingreso del proyectil es que previamente impactó en la vereda, la distancia
entre ambos, la víctima y imputado, era el largo del vehículo, la víctima se encontraba al final del pick
up y el imputado en la cabina. Esta información se obtiene del relato de la víctima e informe medico
legal. Elemento común en la trayectoria de ambos disparos es que ambas son ascendentes, de derecha
a izquierda y anterior a posterior.
El tercero de los objetivos de su informe contemplaba la idoneidad del imputado para el uso de
armas de fuego, para lo cual contó con 3 antecedentes. Primeramente, la condición de socio del Club
de Tiro de Reñaca, la tenencia de armas en Carolina del Sur y en Florida, Estados Unidos. El club de
tiro de Reñaca tiene exigencias para ser socio, exige que tenga instrucción permanente, que sea
catalogado como apto para uso de arma de fuego en el polígono, siempre acompañado de un
instructor. Los requisitos de Carolina del Sur y Florida, los cumplía.
La data de utilización de armas del imputado es de más o menos 17 años, según los
documentos. Lo que se puede concluir que tenía conocimiento del manejo de armas, bastante tiempo,
lo que le hace una persona idónea para el uso de arma de fuego. Eso, en cuanto a maniobrabilidad, uso
y objetivo. Dependiendo donde, porque si es un polígono la idoneidad será apuntar el blanco. En una

119
situación como la que se dio, esto es, que efectuó los disparos en una manifestación publica, en que
estaban parando los vehículos con el que baila pasa.
La persona que participaba como espectador o promoviendo desorden, la víctima, que por eso
estaba en el lugar, se encontró de frente con el imputado, quien con su arma provocó las lesiones que
recibió. Eso tiene que ver con el uso de alrededor de 17 años en materia de armas, la relación es que
tiene conocimiento en el manejo de armas, por lo tanto al momento de efectuar los disparos sabe lo
que está haciendo y los alcances que puede tener su acción. El alcance de un arma corta va depender
de diversos factores, es variable, en un arma de fuego el alcance efectivo es cuando pega donde uno
quiere pegar, a 200 a 300 metros.
El proyectil utilizado no se determinó. Era .40 la pistola.
De acuerdo con la información que tuvo a la vista, desconoce si se hizo pericia a herida en el
sitio del suceso.
A la fiscal respondió que Luis Ahumada dijo que se encontraba de frente, de pie y erguido al
recibir el disparo, esa declaración la prestó - según entiende - ante la fiscalía, no lo tiene claro en este
momento, pero está en la carpeta investigativa. En el informe, transcribe esto. Efectuado el ejercicio
contemplado en el artículo 332 del Código de Procedimiento Penal respecto de su informe pericial lee:
“termino de cruzar y me asomo a la esquina trasera izquierda de la camioneta y ahí el chofer estaba con
la puerta abierta, (no se si se la abrieron o él la abrió) y ya tenia un arma de fuego en la mano derecha,
saca medio cuerpo, giró el torso y como a un metro de distancia, máximo dos metros, me apunta y
dispara. (Escuché un solo disparo en ese momento y no me dijo nada) y me llegó a mi en el muslo
superior izquierdo”.
En el texto que leyó no dice que la víctima esta de pie y el perito se basa en este texto para
decir que la víctima estaba de frente y de pie. Él dice que llegan unas personas y lo socorren. El va
cruzando y queda de frente.
En las conclusiones dijo que de los antecedentes y declaración de la víctima y la que transcribe
en su informe es la del 17 de diciembre de 2019. Esta cita que ha leído no dice que estaba erguido. Eso
lo declara él al momento que lo asistieron, eso lo asume el perito porque si lo asistieron y lo sentaron
en la vereda o en la calle, es la única forma que pudiera ver a la persona que disparó. Su informe no
dice que estaba erguido, de pie, tampoco frente al tirador, pero se desprende, porque vio que sacó el
arma y disparó.
En cuanto al peritaje de Labocar respecto automóvil, responde que se determinó el rebote a
1.53 m. del automóvil y no encuentra reparo a ese informe, el que se hizo con perito balístico y
planimétrico, el perito declarante no trabajó con un perito planimetrista, no necesariamente debe
hacerse con planimétrico, porque el perito balístico con preparación es apto para interpretar un peritaje
planimétrico.

120
Para determinar trayectoria las lesiones del señor Ahumada no uso varillas. La distancia entre el
señor Ahumada y el tirador es lo señalado por la víctima. No había otra manera de establecerla, sino
por las personas que participaron directamente.
El rebote lo determina por la trayectoria. Preguntado acerca de la distancia de la víctima
Ahumada se habría producido el rebote del proyectil, no es posible determinarlo, porque las
condiciones son muy variables, puede ser en cemento, asfalto, madera y no está la muesca del rebote.
En el caso del auto si hay una muesca en el pavimento, lo dice el informe de carabineros. Dice
que fue a 1 metro 53, con las varillas se llegó al lugar de la muesca dejada por el proyectil. Sabía que ese
peritaje se hizo en la casa del dueño del vehículo. Luego se trasladaron y de acuerdo con las varillas,
determinaron la distancia de la muesca y la pudieron determinar. Eso lo obtuvo del informe de
Labocar.
Volviendo al rebote del señor Ahumada no se puede establecer. No hizo operación para
determinar esa distancia.
Respecto del automóvil, el peritaje señor Delgado sea que el vehículo se coloque en un lugar u
otro, va a dar la misma distancia.
En el caso del señor Ahumada, tenía orificio de entrada y nada mas, para determinar el lugar
del rebote. La diferencia del informe del S.M.L. en cuanto a la información respecto de la diferencia de
3,5 cm de distancia entre el orifico de entrada y salida del proyectil, el perito no la calculó pero si infirió
trayectorias. Es relevante la posición de la víctima. Con la trayectoria ascendente, con esa sola
información no es posible determinar la ubicación del punto de rebote. Debería tener 2 puntos,
posición de la víctima y el informe S.M.L. la víctima el dice siempre que se encontraba de frente al
imputado.
En relación con los disparos, el declarante analizó dos disparos, el del vehículo y el de la
víctima.
Consultado sobre el tercer objetivo de su informe, esto es, determinar habilidades de uso de
armas de fuego por el imputado, no lo vio disparar. Las licencias en Estados Unidos son de hace 17
años atrás. John Cobin tenía dos licencias para transportar armas en ese país, en dos estados, Carolina
del Sur y Florida, solo determinó que eran de esos estados, porque tuvo a la vista las licencias. No
recuerda la fecha de vigencia de las licencias, hubo un momento que pudo tener domicilio en los dos
estados. La información que aporta en su peritaje respecto de la legislación sobre en armas en dos
estados. En Carolina del Sur, cada uno de los detentadores de esas licencias cuando se traslada a otro
estado, debe ajustarse a las normas de ese estado.
Respecto del peritaje social de Katherine Henríquez Campos, dice que el porte de armas de
John Cobin era una conducta habitual, porque nunca sabía si iba a pasar al Club de Tiro, no puede
afirmarlo personalmente, porque no es testigo de eso.

121
Respecto del control del tirador del arma, sobre el proyectil que dispara una vez que se produce
un rebote, responde que el tirador pierde en control del proyectil en esas circunstancias.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que respecto de la lesión a la víctima Luis Ahumada, desconoce la
topografía del sector, no fue al sitio del suceso.
Respecto de las armas e idoneidad del imputado para portarlas, documentos de Carolina del
Sur y Florida que autorizaban el uso de armas, acredita que la persona conoce el uso de armas.
El permiso de Florida le autorizaba al uso de armas, no sabe el perito declarante si solo portarla
o tenerla. En Carolina del Sur no sabe si el permiso era para transportarla o si para que la pudiera usar.
Repreguntado por la defensa en cuanto al párrafo que leyó en cuanto a posición de
Ahumada, consultado si incorporó otro párrafo de su informe esa información no la recuerda.
Efectuado el ejercicio contemplado en el artículo 332 del Código de Procedimiento Penal respecto de
su informe pericial lee “la gente me tomó a mi y me puso en la vereda, porque yo quedé de pie después
del disparo (no caí al suelo)”;
cc)Declaración de la testigo Valeria Silva Guzmán, cajera, a la defensa señala que es cajera en
Reñaca, trabaja allí por seis años; trabajó ese día de las 11:00 de la mañana a las 06:30 a 07:00, que era
el horario que tenían que cerrar. Trabaja en Borgoño Nº1477, local 5. Es donde está la rotonda del
Sector 2, donde se devuelve a Viña o se va a Concón. En esa época estaba la jefa Julia Roldán, su hijo,
Cristián Ortíz Roldán, Macarena Montesinos que trabajaba ese día y ella, la declarante, que estaba en
caja. Venden empanadas artesanales.
Son ocho locales comerciales en el sector, de los cuales estaban abiertos cuatro. Estaba abierto
uno de empanadas, uno del shawarma, una botillería y El Obelisco, que es uno grande.
Es un sector habitualmente tranquilo. En día de semana normal, anda la gente que vive allí, va
al banco, son clientes habituales. Los fines de semana se ve más gente que no es de ahí, más turistas.
De por sí es tranquilo. En verano hay mucho turista argentino, de Santiago, y los locales desaparecen.
Ellos ven unas 200 personas al día. En el verano, cree que van mas de 1500 personas durante el día.
La época de mayor concurrencia de gente comienza en navidad y en 31 de diciembre. Ellos dan
por concluida la temporada alta en Semana Santa, aunque el primero de marzo desaparece bastante
gente por los colegios.
No se acuerda la fecha exacta en que esto ocurrió, cree que fue fin de semana, viernes, sábado
o domingo por ahí. Ocurrió el año pasado, el 2019. No recuerda el mes.
Ella llegó a las 11:00 de la mañana, se veía venir que iba a quedar la escoba, se había dicho por
redes sociales, que había una junta en Reñaca de “flaites”. A ella no le llegó nada del tema, pero
Macarena si le mostró imágenes de cómo iba la gente a Reñaca, en micro, sacándose fotos. Ella vio una
publicación que decía “flaites a Reñaca”. Ese día sabían que iba a quedar la escoba, no iban de día de
playa ni mucho menos. Siempre Reñaca ha sido balneario exclusivo, en condiciones normales no ha

122
visto “flaites”, uno que otro, pero no masivo. Ella llegó a las 11:00 horas y a esa hora empezaron a
llegar, con parlante, con cumbias, se veían hasta contentos, eso fue a las 11:30 de la mañana. Ella venía
de su casa en Villa Alemana. Ese día llegó, abrió el local, su jefes estaban en el otro local. Ella abrió con
Macarena, empezó a llegar gente, no de la gente normal que se ve en Reñaca, “flaites” y eso.
Empezaron a pasar con cajas de cerveza, hasta ahí estaba tranquilo. Iban al súper y traían cerveza. Era
mucha gente que había llegado a Reñaca. Reñaca tiene un prototipo de gente que va, lo habitual no es
ver “flaites”, no es habitual ver parlantes escuchando cumbias, era otro tipo de gente que la que va a
Reñaca. Ese día estaba nerviosa, porque había mucha gente y ella es despistada. El mesón es de unos
80 cm de ancho. Señala que el local es pequeño, y detrás de ella está la cocina. Esta la cortina, el
mesón, ella, la cocina, la gente compra desde la vereda.
La jefa le pidió que estuviera atenta, que fuera sacando la plata de la caja.
En la tarde estuvieron tranquilas pasaba mucha gente. Cinco locales mas allá hay una botillería,
la cola abarcaba tres locales. Paso el rato, andaba más gente de lo normal, llegó más y más gente.
Llegaron en micro, en auto, motoqueros, llegaron como pudieron. La botillería tenía la fila gigante.
Cristian cerró el local y fue darles apoyo a ellas, ya que estaban solas y estaba muy lleno. Llego Cristian
con su mamá. Le dijo a la señora Julia que sacaran las mesas y las bancas, para poder cerrar si era
necesario. Las dos mesas y la banca estaban en la vereda. Guardaron las mesas y sillas, siguieron
atendiendo. A la botillería se le acabó todo. Un joven dijo y “¡¿si lo saqueamos!?, otro dijo, “¡no seas
hueón!”, empezaron a gritar “¡nos portamos bien!, ¡nos portamos bien!”. Eso debe haber sido como a
las cuatro y media o cinco. Después se veía mucho borracho.
Conversó con Aylin que estaba de turno en la botillería, Aylin dijo que estaba nerviosa. Ella
dijo que había sido lo más simpática para atender posible, para que nadie le dijera nada. Ella trabajo
todo el día con las cortinas cerradas. Eso se lo dijo en persona. Aylin dijo ya me estaban comprando las
cervezas calientes. No vio comprando pisco ni ron, ni tragos fuetes, sólo vio mucha cerveza. Se
devolvió al local y le dijeron “ya Vale está bueno”.
Esta su local, el Palm Beach y de ahí viene la rotonda. La gente estaba achoclonada, se
juntaron. Había mucha gente en la playa. Estaba la rotonda y calle llena de gente, tomando, cantando,
escuchando música. Había mucha gente. La gente estaba en la calle, bandejón central vereda.
Esto lo veía ella en personas, porque salió.
Su jefe dijo está bueno, había mucho gente, no estaba tranquilo como la mañana y no pasaba
locomoción colectiva. Ese día se cerraron, no dejaron las cosas listas para el otro día. Ella dejó
cuadrada la caja y cerró. Cerraron, su jefe tenía la camioneta frente al Palm Beach, en Borgoño.
Explica que tuvieron problemas para bajar la cortina ese día. Ese día estaba con Macarena y
empezó a grabar a la gente. Llegó Cristian y él terminó de bajar la cortina. Cristian se quedó parado,
con los brazos juntos fuera del local. Macarena se fue a la curva, y se paró en un muro. Y ahí llevaban
como dos minutos con “el que baila pasa”.

123
Estaba con Macarena, le dijo que se fueran, y ella le dijo que no podían todavía, que no tenía
autorización. En ese minuto había como tres autos, esperando doblar para agarrar la rotonda para irse
a Viña. Había tres autos esperando, había un mimo, con un silbato. Empezaron a hacer “el que baila
pasa”. Hacían bajar a la persona, bailaba, abrían paso y el auto partía. En la vereda había mucha gente,
los autos sólo podían pasar por una vía, porque el resto de la gente estaba en la calle.
Se le impedía el paso a la gente, cantaban, la gente bajaba, la gente obligada se tenía que bajar.
En un auto se bajó el copiloto, no la conductora. Ella vio una camioneta, está segura que estaba con un
chaleco como reflectante. Estaba lleno de gente el lugar. Había fácilmente 300 personas.
A dos autos los sacudieron, los movían. Rodeaban el auto y empezaron a empujar, como que lo
mecían, la persona se bajaba, bailaba y seguían. Ella se acuerda de la camioneta, porque los otros autos
eran chicos. El señor debe haber tenido unos 55 años. Él dobla suave, porque habían autos antes de él.
La gente dejaba pasar el auto y se volvían a juntar. Le tocaba paso a la camioneta, el tipo frenó suave, y
cuando empezaron a decir “el que baila pasa”, como habían autos antes de él, el auto anterior bailó, se
subió, se volvieron a juntar, entre que el auto avanzó, pasó, y frenó porque se volvió a juntar, cuando
empezaron a decir “el que baila pasa”. El tipo siguió de largo, el tipo hizo el sonido del motor, cuando
aprietas acelerador y el auto no avanza y ahí él metió primera y la gente como que se asustó. Ella no
vio que atropellara a nadie. La gente se corrió. Ella vio que un tipo le tiró una cerveza a la parte de
atrás, y otros le siguieron pegando con la mano entre las puertas y la parte de atrás de la camioneta.
El tipo que tiró la cerveza estaba como por el lado del copiloto. Le tiró una cerveza, era una
Becker, era una lata. La gente golpeaba la camioneta, con las manos. Ella recuerda que con las manos y
la cerveza que vio que la tiraron. Después que el tipo siguió, dos tipos corrieron detrás y el tipo de la
camioneta siguió 120 o 200 metros mas abajo. Ella pensó “¡que avance o lo van a linchar!”. Se lo
comentó a Macarena. Avanzó y dos tipos lo siguieron, más adelante frena. Ella pensó que se le iba a ir
la masa encima por haber acelerado.
Como los dos tipos que corrieron detrás de la camioneta se había medio de vuelto, se pegaron
el pique y se devolvieron, luego cuando frenó, los otros empezaron a correr hacia allá, detrás de la
camioneta, también. Cuando el sujeto frena las personas como que se habían dado la vuelta. Cuando
frenó otras personas fueron como a apoyar. Como la camioneta avanzo rápido los tipos se habían
devuelto. Ella ve que el tipo abrió la puerta del auto, no lo ve bajar, ella ve que abre, ve una parte negra
y escucha un solo disparo, le faltaron patas para correr a su local. Ella salió corriendo a su loca. Agarró
a la Maca y se devolvió al local.
La gente empezó a correr. Su jefe estaba fuera, ella dijo don Cristian están disparando. Ella se
queó al lado de su jefe, porque le dio susto. La gente empezó a hacer comentarios, que eran cinco
disparos, ella sólo vio uno. Dijeron que había matado a alguien, pero no vio ambulancia. Ella sólo
puede decir eso.

124
Alrededor de las seis y media o siete, escuchó el disparo. La gente estaba ya borracha, ya dejó
de ser la junta divertida y ya se había puesto el ambiente denso. Ella estaba esperando que quedara “la
cagá”. Ella esperaba que pasara porque a eso iban, ella escuchó que un sujeto dijo “fachos culiaos”, va
a quedar “la cagá”. Esto fue antes del disparo. No cree que el disparo haya gatillado nada. Los
desmanes fueron como una hora y media después del disparo.
Relata eventos en que hicieron pedazos señalética de tránsito y que hicieron un barricada.
Le dijo a su jefe que sacara la camioneta. Ella escuchó vidrios rotos, a su vecino le quebraron vidrios,
empezaron a sacar las mesas del Palm Beach e hicieron la primera barricada.
Cree que entre cinco y media a seis fue el balazo, esto pasó como a las ocho, lo calcula por la
puesta de sol. No fue hora y medio. Entre el balazo y la primera barricada calcula una hora y media. La
gente se potenció para hacer destrozos. Fueron como ocho personas las que rompieron los ventanales
del lado, pusieron las mesas y empezaron a prenderle fuego. Los autos que iban a Concón empezaron
a hacerle el quite. Los autos no podían pasar y empezaron a ir contra el tránsito. Con Cristian dejaron
estacionada la camioneta lejos y se fueron al local grande. Ahí fue la primera vez que vio a Carabineros,
debe haber sido como a las 08:00 de la noche y fue porque habían partido con la barricada y destrozos.
Carabineros estaba donde esta el Mackay. Estaban allí en un espacio gigante para estacionar. La Aylin
del obelisco, le dijo que estaban allí.
Ella vio que había Carabineros fuera del Santa Isabel.
Cristian les dijo que se fueran. Pero se quedaron en el local grande, dentro, porque había olor a
lacrimógenas.
A la hora del disparo la gente estaba borracha, curada, ella los veía tomar.
Entre que pasó la camioneta y que ella llegó a ver “el que baila pasa” habían pasado 15
minutos. La gente estaba borracha, se les notaba. A lo mejor no todos, pero sí la mayoría. Al menos los
que estaban allí, la mayoría tenía cerveza en las manos.
En la mañana fue tranquilo, a más cantidad de gente fue más tenso. Cada vez se hizo más
tenso, estaban tomado, había gran cantidad de “flaites”, algunos se pusieron la polera de
encapuchados, cuando estaba en el local con Cristian, tipos le empezaron a tirar piedras a Carabineros.
Tipo 09:30 o 10:00 de la noche, empezaron a salir a mirar. Reñaca estaba en el piso. A los locales
chicos no les pasó nada. Lo que fue a la vuelta, estaba lleno de piedras, vidrios rotos. Los dueños
empezaron a venir a ver sus locales, del sector dos no se salvó ninguno, algunos con vidrios rotos, los
sacaron.
La primera barricada que vio es la de fuera del Palm Beach. La destrucción de los locales fue
después de la primera barricada. Tipo nueve y media a diez de la noche salieron a mirar y Reñaca
estaba en el piso. Hicieron cinco o seis barricada, indica los lugares en los que estaban.
A el Mastroantonio lo quemaron, cuando pasó estaba bomberos. Su jefe empezó a hablar con
los otros locatarios, se dieron la vuelta y se fueron. Luego la fueron a dejar.

125
A Aylin la reemplazaron temprano para que se fuera.
A la fiscal, hay ocho locales en total, en ese centro comercial. Ella es trabajadora en esos
locales. Para ella un “flaite” es una persona que tiene un aspecto diferente, se viste generalmente de
marca, tiene un lenguaje diferente. Es una persona de escasos recursos, que habla de una persona
diferente, tiene estilo de vida, no en parámetro de personas normales.
Cuando habla de escasos recursos, a lo meejor no tuvo la oportunidad o posibilidad de haber
estudiado mas. Básicamente es la forma de hablar, en la forma de pronunciar las palabras. No era la
gente habitual en Reñaca. Sabía que iba quedar la embarrada, porque ya habían habido cosas en Viña y
Valparaíso. Todos sabían que no iban a un paseo tranquilo. Ella oyó cuando gritaron “¡fachos
culiados!, ¡vamos a dejar la cagá!”. El restaurant Obelisco no puso las mesas.
Cuando pusieron los parlantes, refiriendo a un incidente con argentino, esto fue fuera del local
suyo. No se puede comprar los argentinos de vacaciones con los “flaites”. Ellos llegaron por desafío, la
alcaldesa habló y no recuerda que dijo, pero fue como un desafío.
En el incidente de los argentinos, ellos pueden bailar, pero no están tomados, hay mucho
control a esa hora. Meten bulla, pero no están tomados. A menos que vengan de un after, pero a esa
hora no llevan parlante. A diferencia de los “flaites”, que habían tomado todo el día.
Llegaron desde niño chicos, en brazo, a personas mayores. Rango de edad calcula 17 o 18 a los
40.
Cree que locomoción colectiva pasó hasta las cuatro de la tarde.
A la hora del disparo ya no veía micros.
A la gente si no bailaba, le movían los autos. No vio que los rayaran ni que rompieran vidrios
del móvil.
A la hora del disparo ella no vio encapuchados. Tampoco había “chalecos amarillos”. A la hora
del disparo no vio personal de seguridad. Para la cantidad de gente que había, hubiesen o no
carabineros, no se hubiese notado. Cree que hubiese quedado “la escoba” con o sin policías. No es por
defender, pero el disparo no gatilló.
No recuerda el tema de las ventas ese día, pero sí sabe que les va muy bien los fines de semana.
Cuando él paso, no atropelló a nadie. La gente lo esquivó. Ella pensó que lo iban a linchar
porque casi los atropelló. No recuerda que se haya amenazado a la persona del conductor, pero ya que
corrieran detrás no era para felicitarlo y sí le tiraron la cerveza por la parte de atrás.
La mayoría de la gente estaba tomada. Se ponen los cachetes rojos, se enreda la lengua, se veía
que esas personas estaban borrachas. Ella escuchó los que estaban allí. Partiendo por el mimo, el mimo
estaba muy borracho. Ese día hacia calor, había sol. La gente hizo barricadas, había fuego, saquearon
locales. A las personas de las barricadas no las vio saqueando ni rompiendo vidrios, excepto a dos
personas. Ella vio a dos personas que andaban sin polera paseándose. No estaban participando en “el
que baila pasa” estas dos personas, pero estaban allí.

126
Esta prohibido tomar en la calle.
En verano hay bares en los distintos sectores. En esos locales se vende alcohol. En esos locales
las personas de nacionalidad argentina se sacan la polera y lo más probable es que circulen ebrios.
Circulan en grupos también. Los argentinos tienen acento. No es lo mismo que los “flaites”.
Los residentes estaban asustados por la convocatoria.
No sabe qué dispositivos había fuera Mckay. Fuera del Santa Isabel había por lo menos cinco.
Eso los vio cerca de las ocho, mucho después de los disparos.
A la gente de “el que baila pasa”, no vio que alguien les causara algún daño.
Ella no vio peleas ese día.
No vio a nadie controlando ese día.
No le sustrajeron celular ni dinero. Tuvo inconvenientes con una de las personas que ingresó,
en los términos que ella precisa.
De donde ella estaba a la playa cree que había unas 1.000 personas, la playa estaba llena.
Después de la primera barricada la gente se empezó a ir. Cree que quedaban unas 700 personas
en Reñaca.
No vio a una persona lesionada.
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que vio una camioneta, que no recuerda si era blanca o gris. Lo vio
desde que agarró la curvita hasta un par de metros del semáforo. Usaba un chaleco. El conductor era
hombre. Cree que seria capaz de reconocerlo. Señala que está demasiado corta de vista, se acerca a la
pantalla, no lo ve, podría ser él.
Ella lo ve detenerse y ve una punta negra, de ahí salió volando.
Al tribunal ella no lo ve bajarse, sólo ve que abre la puerta, sale la cosa negra, siente disparo y
nunca lo ve bajarse de la camioneta;
dd)DAU N° U0003198216, Hospital Gustavo Fricke, correspondiente a Luis Ahumada Villegas. (3
hojas) de fecha 10 de noviembre de 2019;
ee)Certificado de anotaciones vigentes PPU HBGF.15;
ff)Certificado de anotaciones vigentes PPU RR 7385;
gg)Copia licencia médica de fecha 11 de noviembre de 2019 de Luis Ahumada Villegas;
hh)Comprobante de licencia médica electrónica de fecha 02 de diciembre de 2019;
ii)Comprobante de Licencia médica electrónica de Luis Ahumada Villegas de 16 de diciembre de 2019;
jj)licencia médica de 06 de enero de 2020 DE Luis Ahumada Villegas;
kk)Copia de Informe médico suscrito por LUIS PEÑA GUZMÁN y correspondiente a LUIS
AHUMADA VILLEGAS de fecha 10 de noviembre de 2019;
ll)Informe complementario de médico tratante COMPIN-ISAPRE correspondiente a Luis Ahumada
Villegas, de fecha 16 de diciembre de 2019, suscrito por Pablo Torres de la Maza;

127
mm)AUTORIZACIÓN PARA COMPRAR , solicitud N° 5919382 de la Dirección General de
Movilización Nacional de fecha 08 de noviembre de 2019;
nn)Oficio DGMN.DECAE.(S) N° 6442/4554/2019 con todos sus anexos, 35 hojas en total de fecha
09 de diciembre de 2019;
oo)12.- Oficio N° 382 del Jefe de la autoridad fiscalizadora de fecha 11 de noviembre de 2019;
pp)Oficio N° 10 de la Oficina central nacional INTERPOL de fecha 06 de enero de 2020;
qq) Oficio n° 3308 del departamento de migraciones y policía internacional de fecha 18 de diciembre
de 2019;
rr)Oficio N° 02/2020 de la Universidad Andrés Bello de fecha 06 de enero de 2020;
ss.)Copias de credenciales de la DGMN del acusado John Cobin;
tt)Documento de fecha 21 de enero de 2020 al Sargento 1° Claudio Leiva, de Pablo Zavala informando
las fechas de concurrencia del acusado al club de tiro;
uu)Documento signado TRADUCCIÓN, suscrito por el traductor certificado por la Academia de
Ciencias Policiales de Carabineros de Chile, CRISTIAN BECERRA DÍAZ. (2 hojas), con copia del
diploma de acreditación;
vv)Documento signado CONSULTA RUN SISTEMA INTEGRADO DE BUSQUEDA INTE-
S.I.B.I de RUN 14.638.755-1;
ww)Evidencias materiales: UN PANTALÓN marca Diadora, con su respectiva cadena de custodia;
PISTOLA semiautomática marca SIG SAUER, modelo 229, calibre .40 S&W, serie AE40806 con dos
cargadores y 15 cartuchos calibre .40 S&W, marca COR-BON, con su respectiva cadena de custodia;
Treinta cartuchos calibre .40 S&W marca CBC, nueve cartuchos calibre 9x19mm, marca CBC, con su
respectiva cadena de custodia; una vaina percutida calibre .40 S&W, marca COR-BON, con su
respectiva cadena de custodia; 29 cartuchos calibre 9x19 mm, marca CBC, con su respectiva cadena de
custodia;
xx)Once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados de redes (exhibidos sólo 10
videos);
yy)Tres imágenes obtenidas de redes sociales con convocatoria a la marcha del 10 de noviembre de
2019 en Reñaca, contenidas en Informe N° 353 SEBV;
zz)Una imagen obtenida de redes sociales con convocatoria a la marcha del 10 de noviembre de 2019,
contenida en Informe SEBV N° 65;
aaa)Dos imágenes obtenidas de redes sociales con la información pública relativa al Club de tiro, sus
instalaciones y horarios, contenidas en Informe N° 353 SEBV;
bbb)Tres composiciones con fotogramas “línea de tiempo y dinámica de los hechos”, consignada en
el mismo Informe 353 SEBV, con los respectivos fotogramas que cada una contiene;
ccc)Seis fotogramas de los videos publicados en redes sociales de los hechos, contenidas en el informe
353 SEBV;

128
ddd)Una fotografía de la camioneta PPU HBGF.15 al interior del domicilio del imputado;
eee)Set de 23 fotografías del Informe LABOCAR 68-2020 contenidas y anexas al Informe 353 SEBV;
fff)Un plano de Reñaca, referente a lugares relevantes de la investigación, contenida en informe 353
SEBV;
ggg)Set de 17 fotografías de sitio del suceso, móviles involucrados contenidas en Informe 65 SEBV;
hhh)Dos planos sitio del suceso y detención contenidos en informe 65 SEBV;
iii)3 fotografías del exterior del club de tiro de Reñaca y calles aledañas;
jjj)20.- Set de 29 fotografías contenidas en Informe Balístico N° 143 LACRIM;
kkk)Set de 14 fotografías contenidas en Informe pericial mecánico N° 2-B-2020 SIAT;
lll)Set de 12 fijaciones planimétricas contenidas en Informe pericial 68-1-2020 LABOCAR;
mmm)Seis portadas y recortes de prensa electrónica de fecha 11 de noviembre de 2019;
nnn)Set fotográfico, el N° 462/2019, con 20 imágenes del interior y exterior de la camioneta y
hallazgos de relevancia;
ooo)4 fotografías del momento que don Luis Ahumada ingresa a recibir atención médica;
ppp) 1 set de 41 fotos contenidas en el informe pericial número 29-2020.
OCTAVO. EXPOSICIONES DE CIERRE: En su alegato de cierre, el ministerio público expuso
que cuando se inició este juicio hace tres semanas, se ofreció acreditar hechos y eso se ha cumplido.
Esto no es casualidad, porque entiende que estos hechos tienen relación con otro asunto, el
pensamiento del señor Cobin, político, racial y religioso. Estos aspectos, mientras se mantengan en su
ámbito privado, no son delito. Lo que se ha acreditado son estos hechos que tienen relevancia en
penal. Las policías en una larga y ardua investigación, detuvieron al responsable de estos hechos y el
laboratorio levantó los elementos de investigación criminalística. La policía uniformada destinó la
mejor gente para temas investigativos. El SEBV, a través del capitán Guzmán. El LABOCAR estuvo
presente a través de sus numerosos peritajes. Había que determinar que hechos ocurrieron dejando
fuera todo sesgo fáctico. Al poco andar, se dieron cuenta que había muchos hechos anteriores a los
sucesos y otros coetáneos. De forma previa, Cobin participó en un suceso de “chaleco amarillo” de
defensa civil. El día 8 de noviembre compró 500 municiones para abastecer las cinco armas que tiene.
También anterior al 10 de noviembre, es la convocatoria a la marcha social. Esa convocatoria, los
“flaites” a Reñaca, invitaban a pasar un día de playa, con medidas especiales, parlantes, y en una de ellas
dice “se prohíben los saqueos”. Hay dos características determinantes de ese día: ponerse un chaleco
amarillo y portar una pistola Sig Sauer. El día 10 de noviembre Cobin era el único “chaleco amarillo”.
Luego ingresa voluntariamente donde está reunida la gente, en Borgoño con Ignacio Carrera Pinto.
Cobin verifica que la persona de delante, baila, pasa y luego Cobin comienza su delito. Cobin decide no
detener y acelerar para traspasar la barrera humana. Una vez que lo logró, decide detenerse un par de
metros más allá del paso de peatones, los peatones se acercan a reclamarle, porque casi los atropella. Él
decide tomar el arma, girar a la izquierda y disparar. Lesiona a Luis Ahumada. Cierra la puerta y huye,

129
pero no definitivamente. Avanza y vuelve a detener su camioneta en la intersección de calle Las Brisas.
Allí no había personas ni autos que obstaculizaran su campo visual. Baja con un arma, toma el arma
con las dos manos, apunta hacia atrás e inicia una secuencia de disparos. Cuando realiza esta acción hay
un sujeto que se protege, que no pudo ser identificado. Ese vehículo viene con dos tripulantes, los que
se refugian en el móvil. Ellos detuvieron su automóvil, si hubiesen venido en marcha, les habría
impactado derecho a sus personas. Un sujeto le quiebra el vidrio a la camioneta, y éste, como reacción,
vuelve a disparar a la playa. Sólo luego de eso Cobin se va a la casa.
Para lo anterior se acompañaron pruebas testimoniales, pericias, videos. Cree que el capitán
Guzmán pudo establecer cuales era los hechos, los que además fueron irrefutables y no contradichos.
Pero también hay hechos posteriores que determinan la persistencia de su actuar doloso. Él,
sabiendo que la placa patente era relevante para ubicarlo, la oculta en la individualización. No se agota
allí la acción de Cobin, Cobin limpia el arma. Cristina Morales hizo la prueba de disparo, dijo que no
tenía residuos. Dijo que la posibilidad que ni tuviera residuos era que no fue disparada o que se le hizo
aseo. Cobin entrega las armas inscritas y parte de las municiones. Cristina Morales dijo también que ni
en las manos ni en las armas ni en el auto se encuentra ningún residuo de disparo. Cobin pide avisar a
su hijo, pero eso no sucedió, el opta por hacer una declaración publica a través de YouTube. Esa
declaración que fue hecha en ingles fue traducida al español. Cobin se refiere en esa declaración a su
derecho a portar armas, dice que pasó cuidadosamente entre los manifestantes y que los manifestantes
movían su auto. Nada de esto es verdad. Lo único que es verdad es que hirió una víctima inocente.
Se refiere a los trabajos de Labrín, que peritó la camioneta y encontró una vinilla. Esta es
compatible con el disparo hacia la playa.
En materia de participación, él es el único autor.
En cuanto a lo jurídico, dice, se imputan dos homicidios en grado imperfecto: el de Ahumada
y Molina. Cree que Cobin utilizó el medio idóneo por excelencia para provocar la muerte, utilizó un
arma cargada. Cree que en ambos delitos el grado de desarrollo es de frustración.
Luis Ahumada resultó con lesiones graves, pero esto se produce por hechos ajenos. Se produce
por la posición del tirador, se trata de na persona que estaba en la cabina, gira su cuerpo, él por su
altura, no estaba en la mejor posición para disparar. Luego hay otra acción que lo salva, que es subir su
pierna en defensa, lo que determinó que no hubo un compromiso vascular relevante y por otro lado la
trayectoria de la lesión. Se refiere a las palabras de Tepper relativas a que existen en la zona vasos
sanguíneos de mayor relevancia. Señala que se habla en literatura, de un disparo de larga distancia de
mas de un metro. LABOCAR señala que el disparo fue a mas de tres metros.
Dice que técnicamente no hay distancia suficiente para que se produzca el rebote que alego la
defensa. Dice que de haber existido un rebote este habría tenido la misma letalidad. Todos los peritos
dicen que el rebote no tiene ningún control, que se rige por la superficie que rebota, las condiciones
atmosféricas, etc.

130
En el caso de Daniel Molina, el tirador dispone mediadas que no había adoptado, se baja, toma
el arma con dos manos y dispara. Se refiere a las pericias que hizo LABOCAR al respecto. El resultado
es sorprendente, dice que la diferencia entre a vida a muerte, fue para Molina uno a dos grados. Esta
oscilación tampoco la controla el tirador, depende de factores atmosféricos y otros. La perito Villarroel
analizó residuos metálicos y determinó que correspondían a restos de disparos. La diferencia de
oscilación se da por varios factores. Cree que no tiene relevancia la altura del conductor como lo ha
planteado la defensa.
Señala que el otro factor relevante es que el auto estaba detenido, de haber estado en marcha,
habría impactado de lleno en el parabrisas del automóvil y del conductor. Entiende que las acciones
agotaron la acción y que por causas ajenas no se materializó, cree que el delito se encuentra frustrado.
En relación con el 14 d) de la ley de armas, se sanciona de forma paralela. La ley habla de
disparo injustificados. Ese día había muy poca presencia policial. Es un disparo injustificado porque
tampoco trasladaba el armamento conforme a reglamento, debía hacerlo sin el cargador. El Estado
tiene el monopolio de la fuerza. Dice que la policía tiene un protocolo de uso de fuerza, y sólo allí se
legitima el uso de fuerza.
En relación con la ley de seguridad del Estado, constituyó una verdadera arenga, para todos
aquellos que siento subversivos, realizaran las acciones. Había gente tomando cerveza porque hacia
calor. John Cobin hizo un arenga a los que invadían su territorio, porque como dijo Valeria Silva, eran
“flaites” y no veraneantes.
Señala que se va a ser cargo de la prueba pericial. Siempre la prueba es altamente técnica. La
prueba pericial no es hacer diligencias bajo una ciencia o arte. En el caso de Claudio Muñoz, que habló
de criminodinámica, se limitói a revisar tres de los diez videos que ya estaban en la carpeta
investigativa. Entiende que él dio un concepto de criminodinámica que se aleja del sentido que tiene
incluso si se busca en un buscador universal. El doctor González habló de la fragmentación y del
rebote. Señaló también que el rebote pertenencía a una regla técnica distinta que excede a su pericia. El
perito Gabriel Salinas, antropólogo, no sabía de la fecha del peritaje, no mencionó el nombre del
peritado, no indicó cuando duró. No sabía cuando llegó a Chile, ni en que estados vivió allá. Dijo que
tenía doble nacionalidad, pero en realidad es sólo chileno.
Tampoco sabía de la pertenencia de Cobin a grupos racistas. Señaló que había una subcultura
de armas. Dijo que había una gran diferencia, que Cobin no pertenencia a subcultura delictual.
Osvaldo Faunes, tenía por objeto determinar la trayectoria de los disparos y la idoneidad. Este
perito dijo que no podía calcularse el rebote y se refirió a una muesca que es derechamente falsa. Él
negó que hubiese necesitado un planimetrista, como aceptaron los otros peritos. Respecto de la
habilidad de Cobin, lo hizo sólo en base a información general.
Estas pericias no cumplen con los requisitos para ser valoradas con criterios técnicos.

131
La defensa se comprometió a probar que los disparos fueron al piso. Pero la defensa entendió
que los disparos disuasivos no existen. En Chile ese día no había ninguna “chaleco amarillo”. En Chile
nunca mas nadie utilizó un chaleco amarillo.
Cree que ha acreditado más allá de toda duda cada capitulo de la acusación. Cree que deberá
determinarse si concurre o no la agravante.
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que se ha cumplido con lo comprometido en el juicio y se ha
probado la responsabilidad del acusado por todos los delitos. Cree que la defensa intentó convencer de
su teoría, en relación con el manejo de armas, el verse acorralado, lo obligó a reaccionar como lo hizo.
Haciéndose cargo de cada uno de los hechos, comenzará por la letra a) del articulo 6º de la ley de
seguridad interior del Estado. Cobin actuó siempre de forma premeditada. Cobin actuó dentro del
contexto de una marcha, premeditadamente, dos días antes, compra 500 municiones.
Premeditadamente ese día, se colocó un chaleco amarillo porque quería provocar a la multitud. La ruta
trazada pasaba por el club de tiro, del que era miembro, la que no funciona los domingos. Cobin lo
sabía, era miembro. Al estar cerrado, él pudo evitar el borde costero, pudo haberse ido por Sotomayor
sin pasar por la playa.
Señala que la gente estaba celebrando ese dia, bebiendo latas de cervezas, pero no causaban
mayor desorden, pero Cobin, al vestir ese chaleco provoca a la multitud, posteriormente al ver que se
realiza el llamado hacia el retronó acelera cuando la multitud esta volviendo a cubrir la calle. Él se pudo
ir a su casa sin problemas, tenía las vías despejadas. Pero qué sucede, él espera que la multitud llegue,
abre la puerta, saca su arma, dispara a quemarropa frente a la multitud. Cree que Ahumada fue una
víctima circunstancial, cree que por mera fortuna no fue de mayor gravedad y contexto se produce el
cambio de actitud de la gente, que estaba en calma en ánimo festivo y se producen los desmanes. En
cuando al homicidio frustrado de Ahumada, cree que el acusado cuando abrió tenía claridad que había
muchas personas a su alrededor. Él siempre disparó en línea recta, nunca al suelo. Tal como explico
Tepper, la posición al recibir el disparo justifica la trayectoria ascendente. Fue mera fortuna que no
afectara un órgano o arteria importante. Entiende que hay animus necandi, el arma de fuego es una Sig
Sauer .40, como explico Labrín, se facilita la detención del proyectil en el cuerpo, busca generar daño
letal más que atravesar.
Procediendo con la dinámica, el señor Cobin, en vez de irse, avanza 50 metros, se baja,
desciende, con los brazos extendido dispara en dos ocasiones, uno de ellos atravesó el radiador del
Hyunday y quedó alojado en la caja de cambio del vehículo. Entiende que hay homicidio frustrado, por
las pericias de Delgado y Necul. Hay un sólo grado de diferencia. En estos dos casos, entiende qué, si
bien no hubo víctimas fatales, sí dejo secuelas graves. Ahumada quedó con secuelas física por tres
meses. Él además está con ayuda psicológica permanente. Lo mismo en el caso de Nieves Pinto
Campos, que quedó profundamente afectada y ha requerido de terapia para tratarse. No tiene asidero

132
la teoría de la defensa que los disparos sean disuasivos, no disparó al aire y no existen los disparos
disuasivos con arma de fuego. En cuanto a Cobin si bien ha hecho uso de guardar silencio, se ha
hecho valer una declaración prestada en sede judicial, que contiene versiones acomodaticias de lo que
sucedió esa tarde. Señala que fue acorralado, que no tuvo opción, pero esto a la luz de los videos no es
así.
En cuando a la prueba de la defensa, cree que tiene errores fundamentales que no pueden ser
consideradas. En cuanto al perito Muñoz, cuestiona la validez de sus conclusiones. Lo mismo con
González, que establece conclusiones balísticas que no puede acreditar. Salinas San Martín, cree que no
se dio siquiera el trabajo de investigar el origen familiar. Faunes tampoco tiene un trabajo riguroso.
Pide la condena por todos los capítulos.
Al querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que de los hechos probados quedan claro cuatro tópicos. No hay
disparos con arma de fuego disuasivo. Segundo, no hay ningún presupuesto de legítima defensa, ni
siquiera incompleta, el único agresor es Cobin. Tercero, las posibles versiones de la defensa no se
acreditaron, jamás existió rebote. Cuarto, la prueba rendida es tajante para demostrar que ese día el
acusado salió de ese día únicamente con el ánimo de matar.
Señala que el arma de fuego nunca es un elemento disuasorio, menos aun si es calibre .40. Se
dijo que las policías usan 9 mm, porque les permite herir y capturar al objetivo, porque si usaran .40,
provocarían la muerte. Los videos exhibidos son claros. Se aprecia un vehículo, el Mahindra, quen
intenta atropellar, no existía previamente ningún hecho de violencia. Mucha gente grabó todo el
desarrollo del delito. Se ve un vehículo que logra pasar, se ve a las personas que intentan cerrar la vía,
se escucha que grita que “¡viene un chaleco amarillo!”, se ve que intenta acelerar, todos se salvan,
alguien dice que tiene un arma, esta persona saca parte de su cuerpo, apunta a Luis Ahumada, que no
estaba a más de tres o cuatro metros. Luis Ahumada pone su cuerpo en una posición de defensa, lo
que evita el disparo y luego huye. Todo esto ocurre en cinco segundos. No entiende cómo podría
establecerse una legítima defensa. Nunca hubo agresión hacia Cobin, él decide disparar y atropellar. Se
pregunta quien va a una marcha pacifica con un chaleco amarillo. Esa es una acción destinada
provocar. No hay necesidad racional. Podría haber tocado la bocina, pasar al otro carril. Las versiones
de la defensa, no se acreditaron, en especial lo del rebote. Tampoco se acreditó que fuera un tirador
experto, sólo se acreditó que él compró un arma. Hay requisitos técnicos para que haya un rebote.
Debe haber unos siete metros de distancia. Ese día se dice que había unas 4.000 personas incluso
barras de fútbol, tanto así que la fuerza policial utilizó la mínima cantidad de gente y vestida de civil.
Él señaló que había un intento de volcar la camioneta, pero no fue así, nadie intentó de
volcarlo, el vehículo zigzagueo, el golpe en el vidrio fue ex post de haber intentado de matar a Luis. No
se puede esperar otra cosa de la ciudadanía. Las víctimas fueron otras personas las que se escondieron
detrás del Kia, los que estaban en la playa.

133
Cobin ese día salió de su casa con la intención de cometer el hecho. Hay una gran cantidad de
municiones que no se conoce su destino. Para que va a un lugar donde hay manifestación donde hay
gente que no comparto su credo. No estaba el club abierto ese día. Se pregunta quien va con un
chaleco amarillo, con un arma cargada, salió de casa sin motivo alguno. El imputado vive en Reñaca,
pero vive muy lejos de la playa, se vio reflejado en los mapas cual era el traslado. La postura del tirador,
lo que indican los testigos, los peritos, sacó el arma más poderosa que tenía, intentó matar, fallo, huyó,
volvió a intentarlo. Cobin es una persona con estudio, Cobin no podía menos que representarse que
disparar una .40 a menos de tres metros a un civil desarmado podía matarlo, aún así lo hizo y fallo.
La defensa, en su alegato, expuso que hay concepto que va a se relevante al momento de
valorar la prueba rendida en juicio, cual es el de la percepción de peligro, que se ha repetido en las
diversas las declaraciones de testigos y peritos, incluso de la interpretación de los videos vistos.
Este concepto va a permitir explicar qué es lo que ocurrió el 10 de noviembre del año pasado.
En ese sentido, es abundante la prueba. Los distintos elementos de juicio a valorar conforme
las máximas de la experiencia, principios de la lógica y conocimiento científicamente afianzados, por lo
que hay razonar entre lo que existió en un primer momento en el papel y finalmente lo que se rindió.
Hace un paralelismo con el futbol, que se explica con aspectos relevantes para mejor
entendimiento. No es el único paralelismo, son varios los aspectos comprometidos en el caso, no sólo
lo probatorio, sino que desde la perspectiva de la subsunción en la aplicación del derecho. Su alegato
no implica un análisis pormenorizado de la rendición de la prueba, sino que se requiere hacer
aplicación jurídica a los conceptos vertidos.
Señala que al aproximarnos a los hechos y de cómo se construye realidad, debe valorarse la
pertinencia y experticia de las declaraciones de quienes han venido a juicio y que es lo que puede
sacarse en limpio de aquello. Llama la atención que, en este procedimiento, salvo primeras diligencias,
no fueran por personal especializado, porque la carátula de la causa dice relación con dos supuestos
homicidios y lo necesario en ese caso es que la investigación sea dirigida, realizada y culminada por
personal especializado, por una cuestión de conocimiento, de especialización. En realidad, y en
definitiva, la investigación es practicada por el SEBV, sobre lo cual argumenta que cuando se tiene una
fractura se va al traumatólogo y no al oculista, por muy bueno que sea y en este caso se manda a
investigar dos supuestos homicidios a personas que se dedican a buscar autos. Se encarga la
investigación de homicidios a personas que se encargan de robo y búsqueda de vehículos, esto tiene
consecuencia en la calidad de la prueba que se rindió en juicio ya que la investigación es dirigida en
forma casi única, autónoma y exclusiva por el capitán Guzmán, lo que entra en contradicción con el
resto de la prueba introducida.
Manifiesta que de acuerdo con los planimétricos, los puntos de referencia los entrega el capitán
Guzmán, lo influye en cuanto de la posición de la persona que dispara, a la posición víctima, y con el
resto de la prueba y en particular con las declaraciones en particular del señor Ahumada.

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Afirma que puede decirse que esta jugada requiere análisis requiere análisis secundario, que
podrá denominar de video referil, el V.A.R. Lo que dicen los testigos, dice relación con la puesta
escena, en que faltan elementos y hay que compararlos con las imágenes ofrecidas en el juicio, entre las
que observa contradicción.
Señala que, por cierto, la percepción de peligro se extrae de la totalidad de los antecedentes
referidos y lo conduce en materia jurídica con los elementos de la intimidación. Buena parte de la
doctrina y la jurisprudencia, la mera circunstancia de ser más las personas que la están practicando estas
labores intimidatorias, genera intimidación. Relevante considerar al respecto las reacciones en masa,
gregarias, y en un hecho meridianamente establecido que la cantidad que se encontraban en la
intersección Ignacio Carrera Pinto y en la calzada era una gran cantidad de personas.
Hace referencia a los dichos de la testigo Valeria Silva, quien se encontraba en una posición
privilegiada de una persona que vio la cronología completa de lo sucedido en ese día y como se fue
modificando el comportamiento de las personas respecto de un hecho que hoy es delito, por entender
que se atenta a un bien jurídico y lo ha sancionado con posterioridad.
Sin entrar en circunstancias acerca de si Sebastián Valdés abrió la puerta del vehículo de John
Cobin, la circunstancia de que los testigos no son contestes, de haber lanzado objetos, de haberle
gritado “¡hijo de perra, mátenlo”!, previo al disparo como lo dijeron los testigos, y en este caso
tampoco sirve el V.A.R.
Se tiene una primera aproximación que la imagen en vivo, una segunda aproximación que es la
perspectiva de este video asistencia y quedan elementos no considerados que no han sido considerados
y tampoco puestos en cuestión por los contradictores y vuelve a la referencia al conocimiento
científicamente afianzado y a la prueba documental.
Argumenta que si pueden existir dudas en cuanto a la trayectoria del disparo que afectó el
cuerpo del señor Ahumada, las versiones son distintas. Por una parte, se dice que John Cobin habría
efectuado el disparo a través de una ventana, directo, el que le llega a la pierna de Luis Ahumada, quien
habría estado en posición que explicaría una ascendente, cuestión que no aparecía en ninguna parte, ni
siquiera el doctor Tepper en su informe, lo que le habría producido herida ascendente distinta a la
posición anatómica, como dijo ese perito o que pueda haber rebotado en el piso, o descendente como
lo dijeron dos peritos, no hay claridad. Hay un hecho incontrastable es que en este momento en el
cuerpo del señor Ahumada hay un trozo de proyectil. Eso da cuenta, como lo indicó el perito
Sebastián González, de que una de las posibilidades, es que se haya interpuesto un cuerpo entre el
cañón del arma y el cuerpo de la víctima, ya que no hay evidencia que el proyectil haya golpeado con
un hueso de Luis Ahumada que haya producido el desmembramiento del proyectil, ya sea en la calzada
o la vereda, porque no lo sabemos. Esto no está explicado en la prueba rendida, ni por las pericias
balísticas y ninguna circunstancia distinta a las señaladas por Sebastián González.

135
Sostiene que es un hecho indesmentible, independientemente de la distancia del rebote o la
presencia de muescas, que hay un trozo de proyectil en el cuerpo de Luis Ahumada y eso es
concordante con rebote en el exterior, lo que tiene impacto en dolo que se exige.
A su juicio, no es pertinente discutir si es corresponde o no efectuar disparos disuasivos por
parte de la policía, sino la percepción de peligro, de miedo, no sólo de Cobin sino de otras personas en
su lugar, que en definitiva determina la realización de determinadas conductas. Se ha reconocido por el
perito Labrín lo que indica la literatura respecto de un a disparo corta distancia, esto es, la presencia de
halo carbonoso y otras huellas, no ahondará en esos tópicos, como tampoco la ausencia de tales restos
en el pantalón que llevaba ese día la víctima. Una explicación sería que el proyectil haya impactado
previamente otra superficie. El único elemento cierto se encuentra dentro del cuerpo del señor
Ahumada.
Indica que esto impacta desde un comienzo en la formulación de cargos, de la sola lectura de la
acusación se evidencia la ausencia de elementos normativos típicos de los supuestos delitos de
homicidio, que impide, por una cuestión de congruencia, no se habla de ánimo homicida, lo que se
describe son lesiones y lo que se ha acreditado son lesiones, el señor Ahumada fue dado de alta a las
11:15 de la noche del mismo día y de acuerdo a la documental, informe DAU, deberá determinarse si
son graves o menos graves, pero lesiones.
La congruencia no permite configurar homicidios frustrados ni en el caso del señor Ahumada y
menos en el caso del señor Molina, en que la distinción entre ánimo homicida o supuesta buena
fortuna se basa en peritajes de LABOCAR en una pericia de oscilación del disparo sin la presencia de
un perito balístico, sobre la base de mera especulación, sin considerar la persona desconocida que en
los videos se advierte como lanzando objetos contundentes a John Cobin al momento del segundo y
tercer disparo. Si es que existió ese último disparo, éste se practicó después que se vio un quiebre en el
vidrio del copiloto de la camioneta, por lo tanto es una acción reactiva y no una reacción agresiva.
Sostiene que no es posible determinar la existencia de este último disparo, ya que a pocos momentos
del hecho se efectuó una revisión de la camioneta y no hay huellas de disparos dentro de la camioneta.
Concluye sobre este punto que no se ha acreditado cuarto disparo a que se ha hecho referencia.
Manifiesta que la actitud del acusado fue de absoluta colaboración, la Policía de Investigaciones
fue a su domicilio y se entrega, sin orden y no podría considerarse flagrancia, la tenencia de armas se
encontraba regularizada, todo lo que ha hecho el señor Cobin a la fecha del hecho fue legal. De la
compra de 500 municiones, sólo cuatro se ha acreditado fueron disparado el día de los hechos, no es
nada o en cantidad respecto de las 3.000 que podría haber comprado autorizado por la autoridad
fiscalizadora. No hay comportamiento antinormativo. Así, también el permiso de entrada y entrega
voluntaria de armas, con eventual señalamiento del arma utilizada que corresponde al único casquillo
encontrado dentro de la camioneta.

136
En cuanto a la aplicación normativa y descartada la existencia de los delitos de homicidio,
considera relevante resaltar la ausencia de la existencia de una relación causal entre la conducta del
acusado y los desordenes y daños producidos a la propiedad pública y privada contemplado en la ley de
seguridad del Estado. La testigo Valeria Silva fue clara en decir que aquello habría ocurrido si o sí y,
además, ocurre muchas horas después. Destruir un restaurante no tiene nada que ver con la presencia
de disparos de una persona que teme perder su vida y ver destruida su propiedad.
En definitiva, respecto de este tipo penal, alega que no existió relación causal entre la acción
desplegada por su representado y los desordenes y daños producidos a la propiedad pública y privada
el día de los hechos, coincidiendo con los demás intervinientes con la inexistencia de funcionarios de
orden y seguridad en el lugar, lo que determina la ocurrencia de estos hechos. A su juicio, no es baladí,
la invitación de “flaites” a Reñaca o menciones a las que se refirió la señora Valeria, “fachos culiados”,
“vamos a dejar la cagada”. Nuevamente, se está ante la percepción de peligro, para lo que resulta
indiferente nacionalidad de una persona, porque en definitiva nos encontramos frente a un mar de
gente alrededor de un vehículo, que arrojan una lata de cerveza, que movían otros vehículos, y que
bebían alcohol, al menos alguna, desde las 11:00 de la mañana.
Se está entonces ante la inminencia de un mal que afectaba la libertad e incluso la vida del
acusado, desde el mismo relato que se ha planteado, que se aprecia en videos, con amenazas de muerte,
golpes a la camioneta.
Conforme aquello, se tiene inminencia de un peligro y no se le puede reprochar a John Cobin
circular por la vía publica o calle, podía éste pasar por el lugar y la pertenencia a grupos de autodefensa
o “chalecos amarillos”, no se ha acreditado que haya existido otras personas de esas características en
el lugar, pero el mero hecho de portar un chaleco no habilita a agredirle, que es lo que ha ocurrido, lo
que acredita la inminencia.
En cuanto al medio empleado, se ha acreditado que utilizó un arma de fuego, que es lo que
tenía a mano. Refiere la legalidad del porte las armas, portarlas descargada,s se dijo por perito que dos
segundos es lo que se tarde en cargar el arma, poner el cargador dentro del arma. Es lo que ocurre
dentro de la dinámica que relata el propio Sebastián Valdés, que es quien realizó conductas que
determinaron la acción de detenerse por parte de John Cobin para no atropellar a las personas. Esta
exigencia de salir del lugar, si la gente obstaculizaba el paso, lo que hizo su representado era disminuir
los riesgos y utilizar lo que tuviera a la mano.
Las reacciones van a estar motivadas por cuestiones culturales, la cantidad de personas. Lo que
está en ese momento en riesgo es la vida de John Cobin, podría haber sido linchado, la testigo Valeria
explica que personas que siguieron la camioneta no era para felicitarlo, ironía que explica circunstancia
de hechos, la de abrir la puerta Sebastián Valdés. Ante lo que se pregunta el defensor si es dable tolerar
que una persona admita una turba y el que una persona intente abrirle la camioneta.

137
El único mal que se causó en este caso son lesiones al señor Ahumada y eventualmente unos
daños al señor Molina, aun cuando Nieves advierte que el vehículo tiene algún tipo de daño en Las
Salinas.
En ese sentido, no es posible razonar sobre la base de que John Cobin debió tolerar agresiones
o que la turba le exigiera realizar una determinada conducta, que hoy es delito, no es posible exigirle
conducta distinta, estaba habilitado jurídicamente para evitar ese mal, que podría haber tenido
consecuencias insospechadas, hoy podría estarse juzgando muerte de John Cobin.
En este caso, no se encuentra en situación de legítima defensa, es más bien, la circunstancia del
artículo 10 Nº11, en un estado de necesidad exculpante, en términos que ha quedado refrendado en la
ley, es circunstancia nueva que se creo originalmente vinculada a la violencia de género, pero en la
forma en que ha quedado redactado, según profesor Cury, es regla general no única vinculada a esos
delitos. Así también lo estima el profesor van Weesel, el profesor Hernández, en el sentido que es mas
general. En ese sentido, a su juicio, es evidente la concurrencia de esa eximente de responsabilidad,
aplicable a las figuras de homicidio y también las otras figuras de desordenes contemplada en la ley de
seguridad del Estado y también a la existencia de disparos injustificados.
Afirma que es posible predicar la concurrencia la eximente invocada del artículo 10 Nº11 o, en
el peor de los casos, vincularla con la figura del artículo 11 Nº1, eximente incompleta con correlato
punitivo respecto de cualquiera de los delitos a la hora de analizar el caso en particular conforme el
artículo 73 Código Penal en materia de determinación de pena. Sin perjuicio de las circunstancias del
artículo 11 Nº8 y 11 Nº9.
Respecto de este delito, particularmente el de disparos injustificados, más allá de las críticas a la
figura de peligro y de las posiciones normativas y cuestionamientos doctrinarios de la sanción de estas
conductas, el tipo penal existe, al igual que 288 bis Código Penal y requiere de un elemento normativo
cual es de la ausencia de justificación, ante lo que se pregunta si es injustificado el que se realiza ante
esta percepción de peligro, particularmente cuando se está recibiendo elementos contundentes y una
lluvia de piedras y otros objetos, reaccionando frente al lanzamiento de estos objetos. Lo que hace el
acusado es un paneo apuntando, lo que sanciona el artículo 14 D de la ley de control de armas no es
apuntar, sino que el disparo y requiere ser injustificado y no lo es en los términos realizados, más aun
en relación con el señor Molina que no tenía nada que ver. Es menester considerar la justificación y la
concurrencia de las eximentes alegadas.
Percepción de miedo es lo que ocurre ese día. Como todos tenemos percepciones distintas de
lo ocurrido ese día, lo cierto es que había 7.000 personas en el sector de Reñaca, las calzadas ocupadas,
impidiendo el libre tránsito, moviendo los vehículos, consumiendo alcohol, no es necesario que lo haya
estado todo.
La prueba da cuenta de aquello, no se puede circunscribir entre los segundos semáforo Ignacio
Carrera Pinto y Las Brisas.

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Lo que ocurrió ese día, la convocatoria.
Solicitara recalificación del delito de homicidio frustrado en la persona de Luis Ahumada a
lesiones, menos graves o graves, a los menos de DAU y la misma declaración de Sebastián Valdés, no
fue tan grave, aunque podría causar incapacidad 30 días, pero homicidio no.
En relación con la situación del señor Molina, se acreditó la existencia de daños, y este tipo
penal requiere la existencia de dolo directo lo que no se acreditó, por lo que la conducta cae en
disparos injustificados, los que, como explicó previamente, a su juicio, estaban justificados y opera la
eximente del artículo 10 Nº 11 y en el evento que no se considere tal, incompleta.
El delito contemplado en la ley de seguridad del Estado no ha sido acreditado.
Con ello, concluye, esa es la solicitud de la defensa, la recalificación de estos hechos a lo que se
logró acreditar, una persona lesionada, tal como lo plateó en el inicio.
La fiscal replicando indica que la defensa no cumplió su oferta probatoria inicial y tuvo que
cambiar la estrategia y alegaciones. Una cosa es investigar con personas no especializado, pero cuando
la investigación estaba agotada. Cree que el propósito estaba cumplido. Una cosa es cambiar de policía,
y otra es cambiar de estrategia.
En relación con la percepción de peligro, la percepción de peligro dice relación con lo que en
cuanto al sistema estimaba en riesgo. La percepción de peligro sólo podría haberse acreditado con
Cobin declarando. Lo que hoy dice su abogado fue una percepción personal. Esa percepción de
peligro, la ley que se establece desde enero, no se llama ley Cobin, ser llama ley antibarricadas.
Las amenazas que dicen que recibió no existieron respecto de Cobin. La propia Valeria Silva,
testigo de la defensa le fueron a reclamar porque casi los atropella. El único riesgo es que casi atropella
a la gente. Por eso se acercaron a reclamar y golpear la camioneta. Valeria cuando habla de linchar se
refiere a hacer tira la camioneta, pero nunca refirió que estuviesen en riesgo.
La utilización de palaras en la acusación, no revelan el ánimo de matar, son las acciones.
Existiendo monopolio de la fuerza, ni siquiera los que tiene la legitimación activa pueden hacer
cualquier cosa en su uso. La utilización disuasiva es con armas no letales. Cobin salió armado, no
siendo policía. Cobin sólo tiene un transporte deportivo, y debía llevar el arma descargada. El arma en
su funda, y el cargador con municiones no está en la ley.
El perito balístico no descartar con su información el animo de matar.
El cuarto disparo se escucha en el video ocho, lo ve y presencia Jorge Uribe que declara en el
segundo día. Guzmán encabeza el equipo investigativo, incluyendo a los asesores de la fiscalía.
Guzmán es el coordinador, pero él no instala las posiciones, él las toma desde el video.
Cobin no dijo que esa arma la había utilizado, sólo la entregó de forma primera. El imputado
fue detenido en flagrancia. Dice que no puede afirmarse que todo lo que hizo Cobin fue legal, si fuera
legal no estaría preso.
Lo que dijo Valeria, dice que la arenga para lo que pasó fue lo que hizo Cobin.

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La situación de peligro, cree que no está en la prueba, son afirmaciones de la defensa que no se
basan en la prueba.
Inminencia del mal, se pregunta. El mal es que lo izquierdistas botaran el sistema económico.
Dice que, si él tiene percepción de peligro y tiene inminencia de un mal, es contradictorio que pasara
por el lugar. Esta conducta no es compatible con la percepción de peligro ni la inminencia del mal, lo
que por cierto nunca escuchamos. El peligro para Cobin fue cuando se detiene. Cobin no estuvo en
peligro, bastaba que siguiera su marcha sin detenerse.
Sebastián Valdés no dijo que abrió la puerta dijo que no sabía si la abrió él o Cobin. La defensa
probatoriamente no está en condiciones de afirmar que la puerta la abre Valdés.
En relación con el estado de necesidad exculpante, dice que el riesgo lo genera Cobin, el peligro
lo genera Cobin. El único mal que percibió Cobin, era la derrota de un sistema económico al que él le
rendía pleitesía. La defensa no sólo ha mutado su teoría del caso, sino que además intenta señalar que a
una percepción de riesgo que no fue probada.
A la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala es el propio acusado que se expone al riesgo, pudo tomar una ruta
distinta e irse al domicilio, él se expone a pasar por donde los manifestantes. Él pudo seguir porque
tenía las vías despejadas. El frena y se expone a que la gente se acerque y lo increpe. También
cuestionan la presunta colaboración, jamás se entrega, no presta ayuda. Él da versiones distintas, no
entrega el chaleco amarillo, no señala el arma que utilizó, no se configura ninguna de las aminorantes,
ni siquiera 11 Nº9. Entiende que los homicidios sí son frustrados, no sólo por la oscilación. El acusado
se baja del auto y dispara contra la multitud, no son disparos de advertencia, se dispara hacia arriba. Él
entiende que existe la posibilidad que ese disparo llegue a su objetivo. Mantiene sus alegaciones.
El querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que fue por los videos se logra ver la acción completa y a
cabalidad del acusado. Respecto a la percepción del miedo, dice que el miedo lo vivieron las 4.000 que
vivieron ese traumático evento, las personas que fueron y cuyo único delito fue ir a una playa que al
parecer estaba reservado para una clase privilegiada. Se habla de miedo, o estrés, pero no se sale en ese
estado a matar gente. Limpió el arma, los lugares, da un video con una versión insostenible, eso no es
colaborar sostiene.
La defensa replicando expone que hay un elemento común que queda en el aire y que dice
relación con la totalidad del análisis de la prueba, porque si nos quedamos con la idea de los videos,
que muestran en segundos y parcialmente lo que ha sucedido y no se considera un escáner, documento
que se exhibió de lo que se concluye que hay trozo de bala en el cuerpo del señor Ahumada.
Otra cosa es la percepción del miedo, elemento que ha circulados en los diversos discursos, en
una cuestión subjetiva, debe tomarse en consideración no era un día normal, no era domingo
cualquiera, no era un paseo de fin de semana en Reñaca, ni siquiera un día con argentinos sin

140
camisetas, escuchando música en parlantes, ebrios gritando por River. Es lo que motiva la necesidad de
salir del lugar por Molina y Nieves, se encuentran con esto y dijeron mejor nos vamos, no porque va a
pasar John Cobin, sino porque no es un día normal.
Se le reprocha a John Cobin circular por la calle, porque pasar por esa calle, si la calle no se
encontraba cerrada, si había gente sobre la calzada, pasaban buses de la locomoción colectiva, la
percepción de peligro es dinámica y depende de estímulos existentes en el ambiente.
No se levanta una persona con percepción de peligro. Es un estímulo que la genera y es
dinámica. Pensar no solo en testigo Valeria o Cobin, cualquier persona que se encuentra con “el que
baila pasa”, que son muchos, de quien no se puede defender a los puños, que le abren la puerta para
increparlo, se decían groserías y mátenlo. Eso no es equívoco, se está en un vehículo, no entiende
mucho, si puede escuchar que dicen “¡mátenle!”, con gente alrededor, Sebastián Valdés adelante,
Ahumada se pone como un torero con el polerón en las manos. Todos estos estímulos son los que van
haciendo que esta percepción del miedo se vaya incrementando, sin mencionar lluvia de piedras.
Por qué el legislador sanciona esta conducta y la jurisprudencia, si dicen “¡mátenlo!”, pueden
pensar que eso es serio y verosímil, cuando es incontrolable, cuando es una turba, lo que pasó en
Santiago, Valparaíso, lo que pasó en el tribunal, apedrearon y prendieron fogata en la puerta del
tribunal.
En estos momentos no se juzga posición política, sino lo que pudiera una persona
representarse en esas circunstancias, bajo la consigna los “flaites a Reñaca”, “cuicos culiados”, “vamos
a dejar la cagada”. Porque al principio, Luis Ahumada no dice que estaba en “el que baila pasa” y
después de ser atendido por su psicóloga lo recordó, hoy es delito.
Además, del disparo se oyen ruidos sordos como metálicos, insultos, previos a la detención que
evitó el atropello de las personas que se encontraban en el lugar, ese es contexto y el mal o inminencia
que se trata de evitar. En ese sentido y contexto, lo que podría haber hecho una persona común y
corriente, llamar a Carabineros o P.D.I., pero no estaban. Se provoca una lesión que el mismo día se da
de alta y coordinado con percepción de peligro Nº1 del artículo Nº11 el artículo 10 del Código Penal.
Hace mención a la declaración del testigo Uribe, sólo él ve un disparo, está tapado por mucha
gente, va a la casa del imputado, en circunstancias que los policías no lo ven el lugar, tiene una visión
de rayos laser, dado que, cuando en el lugar hay presencia de un sin número de personas, logra ver lo
que no vio nadie. El también trabajada en SEBV, esto no coincide y duda de su credibilidad.
Si se va a confiar en prueba científica debe ser completa, no sola la que conviene. La prueba
científica dice que al interior del vehículo no hay huellas de disparo, se pudo limpiar, pero esto último
no se acreditó, había dos cajas dos cajas de balas que se encontraron en la camioneta, que son las que
se ocupan en prácticas de tiro que dijo Labrín.
La percepción de peligro es lo que explica lo sucedido.
Mantiene totalidad de peticiones planteadas.

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NOVENO. HECHOS PROBADOS: Con la prueba de cargo reseñada en el motivo quinto
precedente, valorada conforme a las reglas del artículo 297 del Código Procesal Penal, el tribunal ha
tenido por acreditado los siguientes hechos:

El día 10 de noviembre de 2019, siendo alrededor de las 17:00 horas, se desarrollaba una
manifestación pública masiva, en el sector céntrico de Reñaca, en Viña del Mar. En ese contexto, en la
intersección de avenidas Ignacio Carrera Pinto y Borgoño, un grupo de manifestantes realizó bloqueos
parciales de la calzada, controlando el paso de los vehículos a condición de que una persona (una por
cada móvil) previamente descendiera a efectuar bailes o movimientos físicos. Hasta allí llegó John
Macarewich Cobin, a bordo de una camioneta marca Mahindra, P.P.U. HB-GF15, la que conducía. El
grupo ubicado en el lugar intentó detener su móvil, lo que el acusado evitó acelerando el motor. Sin
embargo, unos metros más allá de la referida esquina, por la calle Ignacio Carrera Pinto, se detuvo,
extrajo una pistola marca Sig Sauer, Serie Nº40806, calibre .40, inscrita a su nombre, sin autorización
de porte, con la puerta del conductor del vehículo entreabierta y sin bajarse de la cabina, disparó hacia
un grupo de manifestantes, impactando a Luis Villegas Ahumada, provocándole una herida por
proyectil de arma de fuego en muslo izquierdo de carácter grave, que tarda en sanar dos a tres meses
con similar tiempo de incapacidad laboral.

Hecho lo anterior, John Macarewich Cobin reanudó la marcha del móvil por la misma vía, para
volver a detenerse a aproximadamente cien metros más allá, esta vez descendiendo del vehículo, para
realizar dos disparos, uno de ellos dirigido al vehículo marca Hyundai, P.P.U. RR7385, conducido por
Daniel Molina Meza y en el que también viajaba Nieves Pinto Campos, impacto que alcanzó el móvil
señalado en su parte delantera izquierda, resultando ambos ocupantes ilesos.

Luego de lo anterior, John Macarewich Cobin, volvió a subirse a la camioneta marca Mahindra
singularizada, reanudó su marcha, disparando simultáneamente, por cuarta vez, el arma de fuego, esta
vez en dirección hacia la playa.
DÉCIMO. CONSIDERACIONES PREVIAS: Antes de comenzar el análisis probatorio específico,
se considera necesario desarrollar algunas ideas generales, sobre el contexto, la prueba y el juicio, que
permitan sentar las bases sobre la cuales se puedan edificar los razonamientos venideros.
Aunque parezca una obviedad, conviene precisar que los jueces, como abogados, ciudadanos y
finalmente personas, desarrollamos un pensamiento situado, es decir, pertenecemos a una época, una
sociedad y a un espacio determinado. Habitamos un medio y desarrollamos, como todos los seres
humanos, una cosmovisión acerca de lo que nos rodea. En ese contexto, no podemos obviar que los
hechos de esta acusación se generaron en el contexto de una secuencia de manifestaciones masivas que
tuvieron lugar en Chile a contar del 18 de octubre de 2019. Fue ampliamente relatado por los testigos y
debatido por los intervinientes, que los sucesos criminosos ocurrieron mientras se desarrollaba en
Reñaca una manifestación pública que fuera convocada dentro de ese escenario general.

142
Es relevante señalar que todo el esfuerzo argumentativo venidero, persigue la aplicación
correcta y objetiva del derecho penal, desde un prisma de total neutralidad. Este propósito y
compromiso con la prueba y la ley penal, por cierto, resulta esperable de toda persona que ejerce la
labor judicial. En ese sentido, reafirmarlo puede parecer superfluo. Sin embargo, como la conexión de
estos hechos con la contingencia nacional resultaba tan notoria, no parece vano reiterar que el
compromiso de los falladores es con el juzgamiento libre de prejuicio y con la correcta aplicación del
derecho penal.
Por ello, los razonamientos que se expondrán, dejan al margen cualquier subjetividad que no
sea atingente al juicio penal que se le demanda a esta instancia. Se han juzgado estos hechos como lo
que son, un trozo o secuencia de eventos con relevancia penal que ocurrieron en un espacio
determinado de tiempo y lugar. Las motivaciones para realizar un comportamiento o aquel sólo son
consideradas cuando y en la medida que tengan alguna relevancia para el derecho penal y únicamente
desde ese prisma.
En materia de medios de prueba y el análisis a que ellos obligan, resulta menester tener
presente que en aquella tarde del día domingo 10 de noviembre de 2019, los hechos de la acusación
sucedieron en un brevísimo lapso de tiempo. Los sucesos y los recuerdos descritos por los testigos y
que se apreciaron en las grabaciones de videos, daban cuenta de un fenómeno rápido, rodeado de
cierto caos, agitación y confusión. Empero, más allá que en términos históricos se trata de un suceso
breve, casi indivisible, los eventos han dado lugar a cuatro diversos reproches penales que se le han
formulado al acusado, los que resultan perfectamente diferenciables en términos penales. Lo anterior,
sin perjuicio de lo que se resolvió y de lo que se dirá en su oportunidad sobre la aplicación de la figura
que se invocaba en lo tocante a la ley de seguridad interior del Estado.
Hecha esta advertencia, se entenderá que resulta dificultoso de afirmar que un medio de prueba
en específico sólo pueda tener relevancia para un capítulo de la acusación y negarle su importancia para
otro. No obstante, esta evidente realidad, por razones de orden y para facilitar la comprensión del fallo,
se hace necesario diferenciar la prueba, clasificarla y agruparla en base a su contenido preponderante.
Por lo anterior, se analizará en primer término la dinámica global del hecho, la que en rigor
comprende los eventos previos, los homicidios imperfectos y los disparos injustificados. Luego, sin
embargo, nos detendremos especialmente a analizar la prueba presentada que resultó ser casi
exclusivamente atingente con los delitos de homicidios materia de la acusación. Finalmente, en
términos probatorios, esta sentencia se pronunciará sobre la forma en que se acreditó la participación
del acusado en todos los eventos. Ello, por cierto, sin perjuicio de otras referencias probatorias que
puedan hacerse a lo largo del fallo.
UNDÉCIMO. DINÁMICA GENERAL DE LOS HECHOS: En términos temporales,
inaugurando la prueba de la parte acusadora, se presentó a declarar el capitán de Carabineros de Chile
Jorge Guzmán Rojas, funcionario del SERBV, quien desarrolló una completa investigación con

143
motivo de estos hechos. Su extenso y detallado testimonio entregó un visión global y comprensible de
las distintas aristas de los sucesos, con indicación de sus protagonistas y las características del lugar. El
testigo entregó un relato sólido, explicando su intervención en las diferentes etapas del proceso
investigativo. No se apreció que el declarante tuviera alguna situación personal o profesional que
afectara su imparcialidad como deponente. Sus palabras resultaron creíbles y en la etapa de contra
examen no logró ser desvirtuado de forma alguna.
Se trató probablemente de la mejor narración o crónica que dio cuenta de lo sucedido en la
calle Ignacio Carrera Pinto, en Reñaca, aquel día 10 de noviembre de 2019. El funcionario explicó el
contexto en que se desarrolló la convocatoria popular realizada para ese día en el lugar. También el
declarante explicó qué rol cumplieron las redes sociales en esta convocatoria. Esta línea de su
exposición, la explicó de forma gráfica reconociendo mensajes publicados en las redes sociales que
convocaban para ese día, conforme pudo recabar durante su investigación. Se trató de los medios de
prueba “tres imágenes obtenidas de redes sociales con convocatoria a la marcha del 10 de
noviembre de 2019 en Reñaca, contenidas en Informe N° 353 SEBV” y “una imagen obtenida
de redes sociales con convocatoria a la marcha del 10 de noviembre de 2019, contenida en
Informe SEBV N° 65”. Estos elementos exhibidos permitieron entender, de forma gráfica por el
tribunal, a qué se refería el policía cuando indicó que fue por medio de las llamadas “redes sociales”
que se coordinó una manifestación pública para ese día en Reñaca. Precisamente los mensajes
señalados daban cita para ese día a manifestarse en el aludido balneario.
La contribución del testigo, no se agotó con la explicación del contexto global en que se
produjo la marcha. También explicó detalladamente la dinámica de los eventos que ese día tuvieron
lugar, valiéndose principalmente de videos extraídos también de redes sociales. Al funcionario se le
exhibieron videos del medio singularizado en el auto de apertura como “once videos anexos al
informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados de redes”, grabaciones que el declarante reconoció
como las obtenidas por él, extraídas de las redes sociales, que daban cuenta de los eventos ocurridos en
Reñaca. En las grabaciones se puede apreciar (desde distintas tomas, ubicaciones y secuencias de
tiempo) lo que a todas luces parece ser un mismo evento. Se trata, dicho sea de paso, de un lugar
perfectamente reconocible para una persona promedio que viva en Reñaca, Viña del Mar o en las
cercanías. En las imágenes, se aprecian manifestantes en la vía publica, en abundante -e indeterminada
cantidad- obstruyendo parcialmente el paso de vehículos, en calle Ignacio Carrera Pinto, paralela a la
línea costera. Este testigo explicó en qué consistía la dinámica llamada “el que baila pasa” (explicación
que fue reiterada por otros deponentes, como Luis Ahumada Villegas, Consuelo Osorio Roca,
Sebastián Valdés Muñoz, etc.). Se entendía por esto, a la acción grupal de obstaculizar el tránsito de
vehículos en la calzada, ocupando la vía, cantando y se condicionaba el paso de cada móvil, a que el
conductor del mismo, o alguien de su interior, bajara a bailar o manifestarse con alguna clase de
movimiento físico.

144
En resumen, desde las distintas grabaciones de videos contenidas en el medio “once videos
anexos al informe OFAN n° 94 …” (explicadas y reconocidas por Guzmán Rojas), se aprecia como
se produce el intento de bloqueo de la vía; se ve a la camioneta Mahindra que se determinó conducía el
acusado, traspasar ese intento de bloqueo; se aprecia cómo se golpea por algunas personas a la
camioneta; se ve el vehículo frenar más adelante, cuando ya había traspasado al grueso de
manifestantes; y finalmente, se observa luego a esta persona que viajaba al interior de la camioneta,
cómo se baja asumiendo ademanes típicos y propios de quien porta un arma de fuego, apuntando, a lo
que le siguen dos estruendos también asociables al disparo de la misma.
También a este funcionario investigador, Guzmán Rojas, se le exhibió la prueba denominada
“tres composiciones con fotogramas ‘línea de tiempo y dinámica de los hechos’, consignada
en el mismo Informe 353 SEBV…” y la prueba identificada como “seis fotogramas de los videos
publicados en redes sociales de los hechos, contenidas en el informe 353 SEBV”. A través de
estos dos medios probatorios, en especial del primero de los mencionados, el declarante explicó cuáles
fueron los hechos que se produjeron, de qué manera reaccionó el conductor, y qué condiciones de
seguridad vial y posibilidad de huir en concreto existía. A través de estas imágenes fijas, se apreciaban
puntos concretos y el declarante relacionó temporalmente la secuencia de lo sucedido en la interacción
del chofer de la camioneta con los manifestantes, y los posteriores disparos.
Parte relevante del relato, lo hizo también apoyándose en las imágenes contenidas en el “set de
17 fotografías de sitio del suceso, móviles involucrados contenidas en Informe 65 SEBV”.
Dicho set fotográfico permite conocer el lugar de los hechos y la disposición física del lugar. Las
mismas también resultaron muy relevantes, ya que dan cuenta del daño que se produjo en la carrocería
del móvil Hyndai, Accent, color burdeos, P.P.U. RR7385, el que fue alcanzado por un disparo y que el
policía relató haber ubicado junto a su equipo en la parte alta de la ciudad.
El declarante refirió que su equipo se entrevistó con la víctima Molina Meza, conductor de este
último vehículo, quien relató que efectivamente ese día él junto a su pareja recibieron un disparo en el
móvil en que viajaban. El testigo Guzmán Rojas también sostuvo que apreció el móvil y encontraron
rastros del disparo en la carrocería. En las imágenes que el policía reconoció, pudo apreciarse una zona
con rastros de perforación en la máscara delantera. El policía explicó además que, concordante con lo
anterior, un perito de Carabineros extrajo la munición de la caja de cambios de dicho móvil.
El relato del testigo Guzmán Rojas, su referencia al retiro del proyectil y las imágenes vistas,
dan cuenta que efectivamente existían en el vehículo Hyundai señales ostensibles del paso de un
proyectil de arma de fuego. Se señala esto, además, porque se trata de un orificio preciso, redondo,
pequeño, que conforme a lo que puede apreciarse cotidianamente en la prensa y a la experiencia
profesional, se tratan precisamente de muescas compatibles con las dejadas por proyectiles balísticos.
Luego corresponde destacar la comparecencia a juicio de cuatro testigos presenciales, directos,
que observaron los hechos a escasos metros, quienes se encontraban ese día entre los manifestantes. Se

145
trata de los declarantes Consuelo Osorio Roca, Jaime Soto Herrera, Sebastián Valdés Muñoz y
Nelson Rivera Toro.
Los cuatro testigos, todos participantes en las manifestación, vieron los hechos de forma
directa y como se explicará fueron considerados deponentes creíbles. Entregaron relatos detallados, no
evadieron preguntas, no impresionaron tampoco como exagerando lo sucedido o motivados por un
revanchismo, por lo que pudiera considerarse la agresión a un amigo, ya que todos ellos tenían algún
grado de relación con Luis Ahumada Villegas, el primer lesionado. Ellos admitieron, además, haber
participado en las manifestaciones, colaborar o celebrar con la detención del tránsito e incluso, el
testigo Valdés Muñoz admitió haber intentado abrir la camioneta del móvil en que se trasladaba el
acusado (después que ésta se detuviera luego de haber acelerado entre la multitud). La admisión de
estos antecedentes que podrían considerarse acciones al menos tipificadas como una falta, que pueden
generarles algún tipo de reproche si no legal al menos social, se estima que son elementos que lejos de
minar la credibilidad de los testigos, la abonan.
La primera deponente que mencionaremos, dentro de los manifestantes, se trata de Consuelo
Osorio Roca. Ella declaró que el día de los hechos se dirigió con Luis Ahumada, y otros amigos, a la
playa de Reñaca. Estando allí, Luis participó en compañía de un tercero de la dinámica “el que baila
pasa”. Luego relata la llegada de una camioneta, explica como la camioneta no se detuvo ante el
bloqueo y que la gente del lugar tuvo que correrse para evitar ser arrollada. Luego relata que la
camioneta se detiene y, una vez allí, una persona de cabello cano, que iba en la cabina, se asoma por
ésta, la gente comienza a gritar que estaba armado y siente un disparo. La testigo señaló que luego de
ello, de forma casi inmediata, su amigo Luis (Ahumada), señaló que el sujeto le había dado a él.
El segundo testigo referido, también manifestante, corresponde a Jaime Soto Herrera. Éste
deponente entregó uno de los relatos más completos y ricos en detalles. El testigo admitió haber
estado participando directamente de los eventos que precedieron a los disparos, en la dinámica “el que
baila pasa”. El testigo señala que cuando tocaba el turno del vehículo Mahindra, éste aceleró, casi
atropellándolo a él y a Luis Ahumada que estaban en el lugar. Luego, estando él detrás de Luis, ve
como el chofer del móvil le dispara a éste en su pierna. A pesar de que se preocupó de atender al
herido, pudo percibir cuatro disparos en total. El testigo estaba absolutamente claro de lo acontecido
en esos segundos, ya que estaba muy cerca y prestando total atención al evento.
El tercer testigo ocular, manifestante también, fue Sebastián Valdés Muñoz, quien el día de
los eventos se encontraba participando en la manifestación y en la dinámica ya antes referida. Este
testigo se consideró particularmente honesto, ya que fue capaz de reconocer un hecho que podría
haberle generado algún grado de reproche jurídico o social, cual era el intentar abrir (o abrir) la puerta
del vehículo donde viajaba el acusado. La tendencia en los testigos, y quizá de los seres humanos, es a
minimizar nuestras culpas y a beatificar nuestros propios comportamientos. Por cierto, que admitir un

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hecho que socialmente puede generarle reproche, se considera un plus a su credibilidad, ya que se
muestra especialmente ecuánime y sincero.
Dicho esto, corresponde precisar que el intentar abrir la puerta de un vehículo para encarar al
conductor es, por cierto, un acto violento y hostil. El testigo justifica su acción en el haber reaccionado
a lo que sintió como un intento de atropellamiento previo por parte de la camioneta Mahindra. Podrán
discutirse los motivos o justificación de esta reacción, pero parece fuera de toda duda que se ha
expresado con honestidad y que desde esa posición estuvo en inmejorables condiciones de ver lo
sucedido.
El testigo Valdés Muñoz admite que vieron la camioneta Mahindra conducida por el acusado,
que quisieron someterla a la dinámica aludida. En ese contexto, el vehículo del acusado aceleró
precipitándose a la muchedumbre. Él indicó que casi fue atropellado y tuvo que orillarse. El vehículo
luego se detuvo y, como ya se adelantó, el testigo admitió que se precipitó a éste para intentar abrir la
puerta. No recordaba si alcanzó o no a abrir la puerta, por la rapidez de los sucesos, pero en ese
contexto, al acercarse a encarar al sujeto, lo ve salir parcialmente con parte de su cuerpo del vehículo,
portando un arma. El testigo precisó que el hechor tomó el arma con las dos manos y disparó directo a
la gente. Luego describe que la gente comienza a gritar y alertarse recíprocamente de qué el chofer
estaba armado. El testigo fue muy preciso para indicar el gesto que realizó el tirador, girando
parcialmente su cuerpo hacia atrás, y disparar hacia las personas que estaban en la parte trasera de la
camioneta.
El mismo Valdés Muñoz explicó que la persona de la camioneta se fue hacia adelante, por la
misma pista. Luego se detuvo más adelante y se bajó por completo a disparar. Se bajó con las dos
piernas, ahí la gente empieza a lanzar piedras y objetos contundentes, el sujeto se puso detrás, pero
estaba al mismo tiempo disparando. Señala que no supo cuantos disparos hizo. Disparó en dirección a
la playa. Uno que otro a la parte trasera del móvil. Disparó siempre donde había personas.
Nelson Rivera Toro, a su vez, señala que estaba a poca distancia de Luis Ahumada Villegas y
Jaime Herrara Soto, ya que estos últimos comenzaron a participar de “el que baila pasa”. El testigo
declara que la camioneta Mahindra, cuando le correspondió el turno, se fue encima de los
manifestantes, luego paró, para propinarle un disparo en el muslo a Luis Ahumada. El mismo
declarante expresa que la camioneta reanuda su marcha, para volver a detenerse unos 50 o 60 metros
más allá, donde escucha tres nuevos disparos.
También testigo directo y ocular de los sucesos, fue el funcionario policial del SEBV, señor
Jorge Uribe Zapata. Se trata de un testigo privilegiado, por cuanto en su calidad uniformado se
encuentra adiestrado y con la experiencia necesaria, para poder distinguir lo que es relevante en un
suceso con apariencia criminal, de aquello que no lo es. Además, fue capaz de entregar un relato hilado
y de explicar y dar razones de sus dichos. Fue él quien, encontrándose, realizando servicio vestido de
civil ese día, presenció los eventos de forma directa. El funcionario declaró que encontrándose

147
acompañado de un tercer funcionario, escucharon dos estruendos, miraron de qué se trataba y se
encontraron con una camioneta en la que se desplazaba un sujeto que usaba un chaleco amarillo. La
camioneta estaba parada, la miraron y ésta retomó su marcha avanzando algunos metros para luego
detenerse y descender un sujeto el cual realizó un nuevo disparo, y luego de unos segundos volvió a
subir a la camioneta, para ya en marcha, realizar un último disparo y retirarse definitivamente del lugar.
Existe una pequeña diferencia entre el relato este último testigo y aquel entregado por Guzmán
Rojas, oficial a cargo de la investigación. Uribe Zapata, testigo ocular, indicó que dos disparos habían
sido hechos en la primera detención del vehículo, mientras que el oficial investigador, Guzmán Rojas,
indicó que en esta instancia se realizó sólo uno. Esta discrepancia, resulta ser completamente marginal
en el contexto global de la historia. Se estima que sobre este punto es más fiable la apreciación de
Guzmán Rojas. Ese día había un caos en el lugar, por el exceso de personas y la presencia de disparos
con arma de fuego. Era posible que el testigo Uribe Zapata se confundiera en el tumulto. Por otro
lado, la dinámica en que se produjo los disparos, en dos detenciones diferenciables una de la otra, se
condice con lo declarado por Soto Herrera y Osorio Roca. Además, esta dinámica se encuentra
respaldada con el detallado análisis de videos e imágenes que hizo el funcionario Guzmán Rojas.
Por eso, en esta disyuntiva, se estima que los hechos ocurrieron como lo indica el oficial
investigador. Sin embargo, más allá de las diferencias, ambos relatos dan cuenta de la misma dinámica
en términos globales. Hablan de la detención del vehículo, disparos, reinicio de la marcha, nuevo
disparo, y un tiro final, ya con el vehículo en marcha. Tanto el funcionario a cargo de la investigación,
como el testigo ocular Uribe Zapata, dieron cuenta que efectivamente el acusado se encontraba en
condiciones y aptitud de haberse retirado del lugar, con su vía despejada, y que no se encontraba en
una situación de agresión por parte de terceros.
Esto último, sin perjuicio de lo que se dirá y expresará al momento de analizarse
específicamente las alegaciones relativas a una supuesta acción defensiva del imputado, que se estimaba
potencialmente abarcable por algún a causal de justificación o exculpación.
También como prueba relativa a la dinámica global y todo lo sucedido, se recibió la declaración
del perito fotógrafo Rodrigo Lara Looks. A través de la misma, se conoció con detalle el estado de la
camioneta en que se trasladaba el imputado. El perito dio cuenta que elaboró un “set fotográfico, el
N° 462/2019, con 20 imágenes del interior y exterior de la camioneta…”. El profesional indica
que la camioneta sobre la cual efectuó su trabajo, aquel 10 de noviembre de 2019, fue la Mahindra, gris,
modelo Hawk, placa patente HBGF.15. Por los relatos de Uribe Zapata, Guzmán Rojas, y los videos,
sabemos que éste era el móvil en que viajaba el acusado (la participación, en todo caso, se abordará en
un motivo aparte). Las imágenes captadas por el fotógrafo, y que fueron identificadas en estrados,
permitieron conocer el interior del móvil. Se apreciaba en las imágenes, concordante con su relato,
cómo era que tenía la ventana del lado del copiloto quebrada y, cómo se encontró, dentro de la misma,
una vaina calibre .40, más municiones sin percutir del mismo calibre.

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En relación con el arma de fuego utilizada, útil resulta traer a colación el relato del perito
Marco Labrín Tapia, experto en balística, del LACRIM de la P.D.I. y de larga trayectoria forense. El
día de los hechos, él revisó la camioneta Mahindra que correspondía a la que se desplazaba el acusado.
El perito entregó los datos de la camioneta y señaló que además se encontraba en la unidad policial a
disposición de la Brigada de Homicidios. En lo relevante penalmente para esta causa, señaló que se
encontró al interior de la camioneta una vainilla de proyectil, de calibre .40, en la zona del asiento del
copiloto; así como también se encontraron 30 cartuchos calibre .40, S & W, marca CBC; y 29
cartuchos 9 por 19 mm, marca CBC. El especialista indicó que recibió de personal de la Brigada de
Homicidios cinco armas, las que singulariza en su declaración, entre ellas una marca Sig Sauer. Todas
las armas fueron revisadas y probadas en la unidad por él, determinándose que todas estaban
completamente operativas. La vainilla percutida, dubitada, calibre .40, marca Cor-Bon, fue comparada
con otras vainillas obtenidas de la pistola Sig Sauer, pudiendo establecer que efectivamente la vainilla
encontrada en el interior del vehículo había sido disparada por la pistola Sig Sauer que recibió para
análisis.
El arma Sig Sauer que fue peritada por Labrín Tapia, conforme lo reconoció en estrados,
corresponde a la levantada por sus colegas de la Policía de Investigaciones de Chile, señores Beltrán
Rivera, Peirano Gatica y Flores Correa. Tanto el perito como los funcionarios policiales se refirieron al
punto.
Labrín Tapia explicó los trabajos propios de su especialidad, apoyándose su testimonio en el
“set de 29 fotografías contenidas en Informe Balístico N° 143 LACRIM”. Muchas de las
fotografías allí contenidas, dicen relación con armas y elementos que no son atingentes para el
conflicto penal que debe resolverse en esta causa. Sin embargo, también están contenidas en las
fotografías, las evidencias relevantes como lo era el arma marca Sig Sauer, la vainilla .40 mm, y la
munición del mismo calibre, que es la que se presume utilizada en los hechos. Si en la camioneta había
una vainilla de calibre .40, luego de los hechos y no transcurrió tiempo excesivo entre los disparos y la
detención del acusado, y la incautación de la camioneta, podemos colegir que todos los tiros se
hicieron con la misma arma. Es poco probable y carece de mayor sentido, que el acusado haya
cambiado de arma, entre tiro y tiro. Además de innecesario, este hecho habría sido percibido muy
seguramente por alguno de los testigos (que estaban a muy poca distancia del tirador), lo que no
sucedió. Por tanto, sólo las fotografías relativas al arma Sig Sauer .40 mm y sus respectivas municiones
y vainilla, se consideraron relevantes. Por esta misma razón, la evidencia material “pistola
semiautomática marca SIG SAUER, modelo 229, calibre .40 S&W, serie AE40806 con dos
cargadores y 15 cartuchos calibre .40 S&W, marca COR-BON…” y “una vaina percutida
calibre .40 S&W, marca COR-BON…”, se consideraron como las relacionadas con esta causa.
Estas son especies encontradas en poder del acusado y en y la camioneta que conducía, que se vinculan
con los disparos de arma de fuego que se le reprochan. Conocer de primera mano los elementos

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materiales incautados, permite por cierto generar persuasión en el tribunal respecto de que se está
adquiriendo una certeza sólida, apoyada en bases concretas que van en la misma línea que lo relatado
por la prueba testimonial.
Respecto de la dinámica general de lo acontecido el día 10 de noviembre de 2019, resultó
relevante también la declaración de Juan Delgado Espinoza, perito criminalístico del LABOCAR de
Valparaíso. El perito pareció particularmente creíble y dominador de su oficio, y recordaba a cabalidad
las actuaciones que realizó con motivo de los hechos aquí juzgados. Aparte de la revisión del vehículo
Hyundai, señaló que, entre los meses de enero y marzo del presente año, concurrió en múltiples
oportunidades, acompañando al oficial encargado de la investigación, señor Guzmán, al sitio del
suceso a Reñaca, con el objeto de practicar las mediciones y exámenes que eran necesarios para
esclarecer completamente lo sucedido. El oficial explicó, que todas las pruebas se realizaron teniendo
como fuente informativa la versión entregada por el oficial Guzmán, quien señaló los puntos exactos
que correspondía a la ubicación de cada actor. Él, junto al restante equipo, realizó las mediciones y
proyecciones correspondientes. Todas estas actividades se terminaron siendo reflejadas en sendos
informes finales contenidos en la prueba denominada “set de 12 fijaciones planimétricas
contenidas en Informe pericial 68-1-2020 LABOCAR”, la que como su nombre lo indica, contiene
12 láminas que representan todas las ubicaciones, distancias e hitos relevantes vinculados con los
sucesos que tuvieron lugar el día 10 de noviembre de 2019.
Delgado Espinoza explicó, utilizando para ello las láminas, cual era la posición de cada uno
de los protagonistas de estos eventos en el lugar. Explicó donde ocurrió el primer evento, que terminó
con Ahumada Villegas lesionado. Indicó cómo, conforme a la información que manejaba, pudo
calcular que la distancia entre el hechor y Ahumada Villegas era de aproximadamente 3,43 m. Lo
anterior, a pesar de que admitió que existían ciertas variables, como la altura del agresor y agredido que
pudieran modificar dicho cálculo, lo que en todo caso no variaba de forma significativa el guarismo.
Esta dinámica se vio especialmente explicada en la lámina dos. Entre las láminas tres a seis, de este
mismo set, se explica gráficamente, conforme las versiones recogidas y reproducidas por el funcionario
Guzmán, la dinámica de él o los disparos dirigidos hacia el vehículo marca Hyundai. El funcionario
explicó que, conforme los trabajos que realizaron en el lugar, entre el tirador y el choque del proyectil
en el pavimento, hay una distancia aproximada de 51,48 metros. Agregó que una vez que el proyectil
da en el suelo, aproximadamente 1,54 metros mas allá, rebota e impacta en el vehículo. En definitiva,
calcula en aproximadamente 52,97 metros distancia entre el tirador y el vehículo marca Hyundai.
César Necul González, Sargento 1º, perito planimetrista forense, del LABOCAR de
Valparaíso, en síntesis, entregó la misma información que el declarante anterior, lo que se explica por
cierto porque trabajaron y formaron parte del mismo equipo investigador y sus cálculos se basaron en
idéntica fuente: lo que señaló al efecto Guzmán Rojas. El perito utilizó de apoyo el mismo medio
gráfico que el usado por el perito Delgado Espinoza, a saber, el “set de 12 fijaciones planimétricas

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contenidas en Informe pericial 68-1-2020 LABOCAR”. Las palabras de este declarante fueron la
ratificación y reafirmación de los dichos de Delgado Espinoza y no hubo mayor novedad en el
contenido de sus dichos.
Esta prueba que se ha mencionado y ponderado, permitió reconstruir con gran certeza lo
acontecido el día de los hechos. Son pocos los delitos que se encuentran en una situación probatoria
tan privilegiada como el presente hecho que es materia de juzgamiento: la existencia de diversos videos
coetáneos al inicio de los hechos; numerosos testigos presenciales que vieron los disparos; evidencias
materiales en poder del imputado; y todo esto puesto en un escenario que es un sitio público
ampliamente conocido por la comunidad del lugar. Por ello, no resulta trabajoso reconstruir los
sucesos a cabalidad, ya que se cuenta con abundante prueba, concordante y de calidad. Es relevante
señalar que, en términos sustantivos, no hubo ningún antecedente probatorio discordante y todo
apunta a una misma dirección: con ocasión de un intento de bloquear la calle, por manifestantes
ubicados en la calzada, el chofer de una camioneta Mahindra que por allí pasaba, reacciona primero
acelerando, y luego abriendo fuego directamente en contra de las personas ubicadas en el lugar, en los
términos que se describirá en los motivos venideros.
DUODÉCIMO. HOMICIDIO FRUSTRADO DE AHUMADA VILLEGAS: En el juicio se
contó con la participación de la persona directamente afectada por la acción homicida frustrada que se
achacaba en la acusación: Luis Ahumada Villegas. Él explicó que, estando ese día en la
manifestación, al pasar por la parte de atrás de la camioneta gris donde iba el tirador, lo vio de frente, a
una distancia que calcula no más de dos metros. El tirador alcanzó a sacar un pie del vehículo, se giró
hacia él y le disparó con su mano extendida, en paralelo al horizonte, o sea, dirigiendo el disparo
derechamente hacia él (ello fue representado gráfica y elocuentemente por Ahumada Villegas en la sala
de audiencias). La sindicación de este testigo fue clara y categórica: el tirador le disparó a quemarropa,
a muy poca distancia y de forma directa.
La defensa cuestionó la credibilidad de este declarante, fundándose especialmente en los dichos
del policía Jorge Guzmán Rojas. Fue este último, quien explicó que, entre los antecedentes
investigativos recibidos para diligenciar una orden de investigar con motivo de estos hechos, se
contaban con al menos dos declaraciones precisamente de Ahumada Villegas. El policía investigador
indicó que, Ahumada Villegas, negaba haber participado en la dinámica llamada “el que baila pasa”,
evento ocurrido en la génesis de los hechos materia de la acusación. Sin embargo, el policía
investigador, indicó que un amigo del afectado, que también había concurrido a la marcha, declaró que
ellos sí habían participado de esta dinámica.
También explicó el policía investigador, que finalmente decidió no entrevistar a este afectado,
por considerarlo innecesario, teniendo en vista que existía un gran cúmulo de videos en los cuales
podía divisarse a Ahumada Villegas y dirimirse qué, efectivamente, pese a sus evasivas o negativas, sí
había participado en el bloqueo de tránsito.

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Declarando en el presente juicio, el testigo Ahumada Villegas reconoció haber participado
efectivamente en los bloqueos de tránsito realizados aquel día 10 de noviembre de 2019, llamados “el
que baila pasa”. Se le consultó sobre sus dichos previos referidos por el policía investigador y no fue
del todo claro en torno a qué información entregó o no, justificándose en que estuvo muy bloqueado y
en shock y que le costaba recordar. Aparte de lo ya indicado, no se dio cuenta que existieran otras
diferencias en las informaciones entregadas por éste. Las diferencias, así, se limitan al punto de si
Ahumada Villegas participó o no en los bloqueos de las calles. Es posible asumir, contrastando las
declaraciones de cada deponente, que efectivamente todo indica que el testigo Ahumada Villegas, en
sus testimonios policiales, intentó minimizar su participación en los bloqueos, o sencillamente la negó.
Hablamos de que es posible que esto haya sucedido y no se establece como una certeza
irrefutable, porque efectivamente pudiese, tal como lo señala él, haberse encontrado bloqueado o
confundido cuando fue inicialmente consultado en esas declaraciones que el policía investigador tuvo a
la vista. Sin embargo, aún cuando el testigo hubiese deliberadamente minimizado o negado su
participación en el bloqueo de tránsito inicial, ello no implica que toda su declaración deba ser
desechada. Lo que estaría haciendo este deponente, no es si no, ejercitar la natural tendencia humana
de intentar evadir la responsabilidad en hechos que podrían ocasionarle algún grado de reproche o
vergüenza, en el ámbito legal o social. No resulta admisible, bajo una lógica maniquea, clasificar a las
personas de buenas o malas, o de verdaderas o mendaces, negando la inmensa gama de posibilidades
intermedias donde nos situamos por lo demás la mayor parte de los seres humanos. Las personas
podemos tener tendencias, ocultar ciertas cosas, pero de ahí no puede sacarse la conclusión simplista
que un testigo tiene nula credibilidad.
En lo concreto, además, el tribunal no ve algún déficit en la credibilidad de Ahumada Villegas.
Éste no conocía a la persona del acusado, ni tenía con él ningún tipo de rencilla pendiente. Lo que es
más determinante, es que lo que él dice haber visto ese día se ve perfectamente reflejado en los videos
exhibidos. Debe recordarse que el testigo señala la situación de haber sentido el disparo, que luego de
encontrarse herido, vuelve a sentir más tiros, y es ello precisamente lo que puede verse en “once
videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados de redes”, en especial en los
videos dos y tres. Lo anterior quiere decir, ni más ni menos, que la dinámica de los hechos que relata
el testigo, se encuentra respaldada por una videograbación y sus palabras coinciden con las imágenes,
mismas que no han sido impugnadas por falta de autenticidad, siendo además numerosas y
coincidentes entre sí. Por ello independientemente que el testigo hubiese minimizado una actuación
suya en los hechos que pudiese ser censurable, lo cierto es que con sus palabras da cuenta de una
dinámica que resultó creíble y no desvirtuada por otros elementos probatorios y apoyada por lo demás
por prueba de videograbaciones que han sido presentadas por el acusador fiscal.
Sin perjuicio de lo ya señalado acerca de la testigo Consuelo Osorio Roca, al evaluar su
contribución a esclarecer la dinámica general de los hechos, la misma se refirió específicamente al

152
disparo sobre Ahumada Villegas. Ella ve pasar la camioneta, luego, señala, ve asomarse una cabeza
blanca, oye un disparo y, pocos instantes después, llega donde ella Luis Ahumada Villegas quien le dice
que recibió un disparo.
Jaime Soto Herrera y Nelson Rivera Toro se apreciaron como testigos muy valiosos, porque
se encontraban a muy poca distancia de Luis Ahumada Villegas y participando también en los eventos
que precedieron a los disparos. Estaban en condiciones inmejorables para apreciar los hechos. Los
testigos dieron cuenta cómo en la camioneta conducida por el acusado, antes de ser controlada,
aceleró, abriéndose paso entre los transeúntes. Luego, explicó, se detuvo y el chofer de la misma, sacó
parte de su cuerpo y tomando el arma con ambas manos, le disparó a Ahumada Villegas.
Los testigos Consuelo Osorio Roca, Jaime Soto Herrera y Nelson Rivera Toro, explicaron
cómo Ahumada Villegas, luego de herido, fue puesto en el suelo donde recibió los primeros auxilios,
realizándosele un improvisado torniquete, para evitar la pérdida de sangre desde su pierna, para luego
ser trasladado al hospital Gustavo Fricke, de Viña del Mar.
Consuelo Osorio Roca y Jaime Soto Herrera, reconocieron las heridas causadas a Ahumada
Villegas mediante la exhibición del set de “4 fotografías del momento que don Luis Ahumada
ingresa a recibir atención medica”. Señalaron ambos que efectivamente esas imágenes
correspondían a la víctima de estos hechos y al estado en que quedó aquel día. Se aprecia en las
imágenes, claramente, una herida sangrante, de regular diámetro, compatible con el disparo descrito.
En lo específico de este hecho, el también testigo ocular Sebastián Valdés Muñoz, señaló
haber estado allí al momento de los disparos y en concreto, prácticamente encima del tirador cuando le
disparó a Ahumada Villegas. Explicó el testigo que el hechor puso un pie bajo el vehículo, giró hacia
atrás, tomando el arma con las dos manos y luego disparando. Al ser requerido de detalles, explicó que
nunca el autor disparó hacia abajo y que, es más, apuntaba buscando su objetivo.
Relativo a este delito, declaró también en el juicio el perito Axell Tepper Maturana, médico
legista del S.M.L. Fue éste quien los días 5 y el 17 de febrero de 2020, examinó a Luis Jesús Ahumada
Villegas. El relato del médico pareció creíble y preciso. Evitó toda exageración de sus dichos y fue
particularmente cauto de afirmar conclusiones que no fueran del todo certeras y precisas (sólo
recuérdese que no quiso responder a qué distancia pasó el proyectil balístico de las arterias mayores,
por requerir para ello exámenes adicionales, lo anterior ello aun cuando sin duda sus conocimientos de
anatomía general le podrían haber permitido indicar un rango aproximado). Por otro lado, lo
informado por el perito no pareció particularmente complejo, ni excesivamente técnico, tratándose de
información tampoco controvertida por la defensa.
Tepper Maturana recordó que la víctima le señaló haber recibido un tiro directo a su pierna,
estando él a unos dos metros de su tirador. Según pudo apreciar, el paciente presentaba dos cicatrices,
las que interpretó como justificadas por una entrada y salida de proyectil. Se encontraba la de entrada,
en zona anterior, a unos 75 cm del talón, mientras que la salida, parte posterior, a 78,5 cm de altura.

153
El médico tuvo a la vista, al realizar el peritaje, el documento “DAU N° U0003198216,
Hospital Gustavo Fricke, correspondiente a Luis Ahumada Villegas. (3 hojas) de fecha 10 de
noviembre de 2019” (documento que reconoció cuando se le exhibió en audiencia). Se le oyó decir al
médico, conforme leyó el documento, que allí se daba cuenta de la atención de urgencia recibida por el
afectado, por herida de proyectil balístico, se indicaban sus atenciones y que finalmente se le dio de alta
ese día. El médico también afirmó que, tuvo a la vista al realizar sus análisis, un Angioscanner tomado a
Ahumada Villegas, examen último que daba cuenta de un trozo de proyectil en el cuerpo del afectado,
pero que descartaba una lesión vascular. El profesional terminó afirmando que, lo relatado por el
examinado, resultaba compatible con lo observado clínicamente por él, y con lo constatado en la
documentación que se le adjuntó. Se trata de lesiones graves, se le oyó decir finalmente, que tardan en
sanar dos a tres meses, con igual incapacidad, salvo complicaciones.
En concordancia con la relatado por el médico legista respecto de la incapacidad laboral, se
acompañó a juicio cuatro copias de licencias médicas extendidas a favor de Ahumada Villegas, a saber:
“copia licencia médica de fecha 11 de noviembre de 2019”; “comprobante de licencia médica
electrónica de fecha 02 de diciembre de 2019”; “comprobante de Licencia médica electrónica
de 16 de diciembre de 2019”; y “comprobante de licencia médica de 06 de enero de 2020”.
Dichos documentos dan cuenta que, concordante con lo señalado por el legista y por el propio
Ahumada Villegas, la herida por proyectil balístico le causó enfermedad e incapacidad laboral de más
de dos meses. Todas las licencias médicas, son extendidas a continuación del día 10 de noviembre de
2019, que corresponde a la fecha de los hechos.
DÉCIMO TERCERO. HOMICIDIO TENTADO MOLINA MEZA: Daniel Molina Meza,
víctima de un segundo hecho calificado como homicidio, concurrió a este tribunal a entregar su
testimonio y proporcionó su versión de los hechos, misma que se terminó siendo considerada fiable y
potente. El testigo no incurrió en contradicciones, ni impresionó como exagerando o señalando como
ciertos antecedentes que parecieran inverosímiles. Se le vio como una persona precisa y honesta, sin
ningún conocimiento previo de la persona del acusado, lo que disipa dudas respecto de los motivos
que pudiere tener para declarar. Se le vio afectado por los sucesos vividos, en un concordante correlato
de lo que era la historia en sí por él narrada.
El testigo Molina Meza recordaba a cabalidad lo acontecido aquel 10 de noviembre de 2019.
Él señaló que ese día iba con su novia (Nieves Pinto Campos) a pasear a Reñaca, en su vehículo marca
Hyundai, modelo Accent, color burdeos, PPU RR7385. No estaban advertidos de la manifestación que
se había convocado para realizarse en Reñaca ese día. Indicó el testigo que él y su pareja, apreciaron
una singular y poco típica cantidad de personas, lo que les hizo caer en cuenta que probablemente,
atendido además el contexto, se llevaría allí a cabo una marcha o manifestación. Al querer salir de allí,
explicó que se encuentran con un bloqueo de tránsito informal, denominado “el que baila pasa”,
dinámica por la cual transeúntes, más o menos organizados, bloqueaban la calle realizando exigencias a

154
los conductores en el sentido de moverse, saltar o bailar, para permitirles seguir su marcha. En ese
contexto, explicó el testigo, ven a un vehículo delante de ellos, una camioneta Mahindra, la que a su
vez era superada por un tercer vehículo el que se encontraba detenido por la descrita dinámica.
Cuando los transeúntes levantaron temporalmente el bloqueo, para permitir que este tercer automóvil
pasara, la camioneta Mahindra que le antecedía, aceleró raudamente para evitar el bloqueo. Allí se
produce un alboroto, la camioneta se detiene y escucha la advertencia que el sujeto estaba armado. El
testigo no relata directamente que haya percibido un disparo en ese momento, sí una agitación de
personas. Describe, sin embargo, que trató de salir del lugar, pero que la camioneta en que se
desplazaba el hechor se detuvo, y que se bajó “haciendo un abanico” (gesticula como apuntando en
todas direcciones), con un arma en su mano. Señala luego sentir disparos y que su vehículo comenzó a
humear.
El declarante explicó que luego tuvo que conseguirse bidones con agua para poder rellenar el
radiador y llegar hasta su casa en Achupallas. Explicó también, que más tarde y con tranquilidad, pudo
ver que se produjo una perforación por el disparo, la que penetró el radiador y la caja de cambios,
quedando el proyectil, estimó, a pocos centímetros de su persona.
Su versión de los hechos es prácticamente idéntica a la que proporciona su pareja, la declarante
Nieves Pinto Campos. Se trató esta última de testigo que impresionó como completamente
imparcial, sin conocimiento previo ni situación que la vinculara al acusado. Se vio tremendamente
afectada y a ratos ahogada por las lágrimas y los traumáticos recuerdos. Relata los eventos de forma
idéntica al testigo precitado, salvo diferencias perceptivas menores, propias de la subjetividad de cada
declarante. Ella en particular señala que observó cuando el sujeto disparó hacia ellos en dos o tres
ocasiones y fue enfática al afirmar que el sujeto directamente abrió fuego hacia ellos, no al aire, sino
contra la gente y específicamente a ellos.
La misma declarante, en consonancia con lo explicado por el testigo Molina Meza, explicó que
tuvieron serias dificultades con el vehículo para retornar al domicilio. Luego, supo por su pareja,
conforme lo ya relatado, que el vehículo había quedado en ese estado por haber sido traspasado el
radiador por un proyectil balístico.
En relación con estos hechos declaró Juan Delgado Espinoza, perito criminalístico del
LABOCAR de Valparaíso. El profesional, que se desempeña para dicha repartición, impresionó como
un deponente fiable y honesto, que entregó una versión precisa de los hechos sin incurrir en
situaciones contradictorias. Relevante también es señalar que este testigo no fue controvertido por la
defensa, ni logró ser cuestionado en el contra examen planteada por dicha parte. El perito declaró que,
en el contexto de la investigación llevada adelante por estos hechos, concurrieron al sector alto de la
ciudad, donde efectuaron una completa revisión de un vehículo marca Hyundai, PPU RR-7385, el que
según los antecedentes que manejaba el capitán Guzmán, oficial investigador, había recibido un
impacto con arma de fuego. Explicó el funcionario que se procedió a realizar una completa inspección

155
del móvil pudiendo determinar que, en la zona delantera, lo que llaman la parrilla plástica, presentaba
un roce característico de proyectil de arma de fuego, para acto seguido poder constatarse un forado
atribuible a esa misma causa. Explicó el profesional que, utilizando una varilla, y diferente instrumental,
procedieron a medir la profundidad del ingreso del proyectil, y el ángulo del mismo. Se pudo
determinar, como consecuencia de este estudio, que el ingreso del proyectil presentaba una trayectoria
levemente ascendente, de 15 grados, y con una tenue dirección de derecha a izquierda. Explicó el
oficial que, proyectando el ángulo y la dirección del ingreso, pudieron determinar que el proyectil
previo a alcanzar el vehículo, había chocado en el suelo, aproximadamente a unos 1,53 metros del
móvil, para rebotar y tomar una inclinación ascendente con la que penetró el vehículo, para detener su
carrera finalmente en la caja de cambios.
Todos los trabajos realizados por este profesional y el equipo con el que se desempeñó, fueron
generosamente explicados, de manera gráfica, a través de la exhibición del “set de 23 fotografías del
Informe LABOCAR 68-2020 contenidas y anexas al Informe 353 SEBV”. Esta prueba
fotográfica, permitió ver y entender a cabalidad cuales eran las características del impacto de proyectil
balístico que llamó la atención de la policía. Se apreció directamente cómo al ingresar una varilla recta,
ésta se angulaba hacia el suelo, en aproximadamente 15°. Se vio también a través de las fotografías,
como prolongando la línea de la varilla, se llegaba hasta un punto de rebote del proyectil, el que se
calculó aproximadamente en 1,53 metros.
Las explicaciones del referido policía, unido a la prueba fotográfica, resultaron elementos
contundentes que demostraron sin necesidad de grandes lucubraciones, cómo el cálculo policial
impresionaba del todo efectivo, relativo a que la trayectoria del proyectil fue levemente ascendente, lo
qué solamente podía explicarse por un rebote en el suelo. Nada había de rebuscado o complejo en esa
explicación. La sencillez del procedimiento de la varilla y la medición posterior del ángulo, parecen
pruebas técnicas de suyo elocuentes.
Respecto de la acción homicida del hechor y la posibilidad cierta que ésta tuvo de causar la
muerte en la persona de Molina Meza, debe traerse a colación específicamente las palabras de este
perito, Delgado Espinoza, cuando explicó el “set de 12 fijaciones planimétricas contenidas en
Informe pericial 68-1-2020 LABOCAR”. El oficial señaló que, conforme a sus mediciones, la
distancia entre el tirador y el móvil fue de unos 52 metros aproximadamente. Indicó y explicó
utilizando específicamente tres láminas, que pequeñas modificaciones en la posición en que se
encontraba el tirador, a las que denominaba oscilaciones, pudieron haber provocado que el disparo que
dio en el suelo se dirigiera en realidad directamente contra el parabrisas (y contra quien estuviera atrás
de este). Explico que, a esa distancia, y conforme a las posiciones físicas que se adopte por el tirador,
una oscilación de la punta del cañón de uno o dos grados, podría haber implicado que el proyectil no
impactara en el parabrisas y en quien estuviese detrás de éste. La clara afirmación realizada por el
perito, deja como un hecho absolutamente fundado, y que el tribunal impresiona como razonable, que

156
atendida a la distancia una milimétrica caída o levantamiento del cañón del arma podría haber
implicado que el proyectil nunca diese en el blanco, en cambio derechamente atravesare a quien se
encontraba en la cabina del móvil.
Lo que declara y explica Delgado Espinoza es que la acción desplegada por el hechor,
ajustadamente no terminó con un segundo ser humano herido (o muerto por el proyectil). Pero sus
palabras permiten calificar la acción en sí: esta era completamente idónea y propia para desencadenar
un curso causal mortal.
En este mismo orden de consideraciones, y concordante con lo declarado por los testigos
previamente citados, concurrió juicio a declarar la perito químico María Verónica Villarroel Rojas,
del LABOCAR de Valparaíso, a quien se le oyó decir que a requerimiento del oficial señor Delgado,
realizó un peritaje químico a muestras rotuladas como “O1”, respecto de las cuales tenía como
referencia que se levantaron del radiador del vehículo placa patente RR7385. La perito explicó que
realizadas las pruebas químicas de su especialidad, pudo determinar la presencia de plomo y/o bario en
la muestra “O1” analizada. Ella señaló que estos componentes, son propios y característicos del
proceso de disparo con arma de fuego. Explicó que no es común que se conserven tanto tiempo, lo
cual puede ser explicable a situaciones de protección del lugar de donde se levantó la muestra sumado
a ello a condiciones climáticas arma de fuego. Cómo sea, lo referido por esta perito, que da cuenta del
levantamiento de sustancias químicas asociadas a un proceso de disparo con arma de fuego desde el
vehículo marca Hyundai, es concordante con lo anteriormente señalado por los restantes testigos y
peritos respecto precisamente al disparo con arma de fuego direccionado hacia el mismo vehículo. Es
importante señalar que esta prueba no fue controvertida en su credibilidad ni verosimilitud, e
impresionó como un ejercicio preciso. Fue tan poco controvertido el punto que poco se le preguntó
por la técnica misma y sobre la muestra analizada, dando cuenta implícitamente los intervinientes que
ellos asumían como cierto lo que a todas luces indicaba el resto de la prueba: el vehículo Hyundai
conducido por Molina Meza recibió directamente un impacto de arma de fuego.
Reforzando la prueba rendida en relación con esta parte de la acusación, en lo tocante al
homicidio tentado (Molina Meza), se contó con prueba pericial consistente en el informe evacuado por
Juan Díaz Morales, mecánico de la SIAT de Carabineros de Chile, de Valparaíso. Este perito, en el
mes de febrero pasado, revisó el vehículo Hyundai Accent PPU RR 7385, que corresponde al móvil en
que se desplazaba el referido afectado. La declaración de este perito refuerza la prueba de cargo y en
especial los testimonios de Molina Meza y Pinto Campos, desde que el referido especialista explicó que
encontró en el móvil, la entrada de un cuerpo extraño que atravesó el radiador y se alojó en definitiva
en la caja de transmisión. Señaló que no correspondía a una situación de desgaste ni nada similar, por
lo que él pudo percibir, sino que era atribuible al ingreso de un cuerpo extraño. Lo declarado por este
perito va en concordancia con todo el resto de los testimonios, que dieron cuenta que uno de los
disparos percutidos por el acusado se alojó al interior de la cabina del vehículo en que se trasladaban

157
Molina Meza y Pinto Campos. Su exposición se vio apoyada por el “set de 14 fotografías contenidas
en Informe pericial mecánico N° 2-B-2020 SIAT”, que constituye un completo juego de imágenes
donde se plasman las constataciones expresadas verbalmente por el perito. Es relevante señalar que sus
apreciaciones en el vehículo fueron mostradas directamente al tribunal, sindicando el declarante donde
estaba el ingreso de un cuerpo extraño en el radiador y en la caja de transmisión del móvil. En
concordancia con lo anterior, el perito explicó también el daño que presentaba el radiador del vehículo
y la pérdida de líquido refrigerante, circunstancias que a su vez justifican las dificultades de
desplazamiento que tuvo el móvil, mismas que refirieron los declarantes.
De este modo la prueba presentada, en lo tocante exclusivamente a esta víctima (sin perjuicio
de lo que ya se analizara al determinar la dinámica general de los eventos) permitió dar por probado
que en una distancia cercana a los 50 metros del vehículo, el tirador abrió fuego disparando un
proyectil que luego de un rebote en el suelo, a aproximadamente un metro y medio del móvil, ingresó
al interior de éste, quedando alojado definitivamente en la caja de cambios a muy poca distancia del
habitáculo del conductor del móvil Hyundai, el señor Daniel Molina Meza.
DÉCIMO CUARTO. EL DOLO EN LOS DOS DELITOS DE HOMICIDIOS: En este
apartado analizaremos la concurrencia de los aspectos subjetivos en los dos delitos de homicidio que se
han proclamados como cometidos en grados imperfectos. Se trató de un punto por lo demás, discutido
por la defensa, la que sostuvo que en lo concreto sólo se tenía una persona lesionada, Villegas
Ahumada, con una herida que podía ser calificada de menos grave o en el peor de los casos, de grave.
En el caso del afectado Molina Meza, reclamó la defensa, que a lo más podría concurrir un delito de
daños. También sostuvo el abogado, que su defendido habría dirigido él o los disparos en dirección al
suelo.
El tribunal consideró que, en la especie, el hechor había obrado con dolo, razón por la cual, la
reunión de los aspectos objetivos como subjetivos determinaban la concurrencia de la figura del
artículo 391 Nº2 del Código Penal.
En relación con el concepto de dolo, se ha sostenido1 que “la posición más clásica es la que
concibe el dolo como conocer y querer la realización del tipo”. A su turno, Politoff, Matus y Ramírez 2,
en su reconocida obra “Lecciones de derecho penal chileno”, explican que el dolo se divide
reconocidamente en tres categorías: el directo, el de consecuencias seguras o necesarias y el eventual.
Se afirma por estos autores que existirá dolo directo “…cuando la realización del hecho típico es
precisamente el objetivo que el hechor quiere lograr”; existirá el dolo de consecuencias necesarias, en
cambio, cuando ya el hecho es resultado forzoso del obrar del agente, aunque anímicamente no se lo

1 OSSANDÓN WIDOW, María Magdalena, El delito de receptación aduanera y la normativización del dolo, disponible
en http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-00122008000100003 (consultado el 27 de marzo
de 2018).
2 POLITOFF, Sergio; MATUS, Jean Pierre; RAMÍREZ, María Cecilia, Lecciones de derecho penal chileno, I: Parte

general2 (Santiago, 2004), pp. 275-276.

158
desee e incluso se lo repruebe; a su turno, habrá dolo eventual, se señala, “…cuando las consecuencias
inherentes al actuar, no aparecen, en una consideración ex ante, como necesarias, sino sólo como
meramente posibles…”.
En la especie, se ha considerado que el autor, dentro del marco conceptual descrito, obró con
dolo directo, es decir, actuó decididamente y queriendo matar al otro.
Se comprenderá que, tratándose el dolo de un aspecto de naturaleza subjetiva, las más
complejas problemáticas que presenta resultan ser de naturaleza probatoria. Se trata de una de las más
complejas y dificultosas labores encomendadas a los órganos que ejercen la justicia. La pretensión de
captar por los jueces aspectos subjetivos del sujeto, en muchas ocasiones desborda completamente los
objetos que pueden plantearse como razonables en un proceso penal. Como resume Ragués3, “…el
conocimiento ajeno es un dato que se sitúa más allá́ de la percepción sensorial y, por tanto, para su
descubrimiento bien poca cosa pueden aportar los medios probatorios más habituales, como la prueba
testifical”.
En nuestra práctica forense, la forma corriente de probar el dolo en el proceso penal y resolver
esta compleja tarea, ha sido apelando en ocasiones a la propia declaración del enjuiciado y, en mayor
medida, a la existencia de indicios que puedan sugerirlo.
A esto se refiere nuestro Máximo Tribunal4 cuando declara que “…esta Corte Suprema ha
precisado que un componente subjetivo sólo admite una prueba indirecta, porque, como ‘con
innegable ironía’ puntualiza Baumann, ‘al dolo nunca nadie lo ha visto’, de suerte que la única forma de
constatar su presencia es acudiendo a presunciones judiciales”.
En términos psicológicos y subjetivos, el propio acusado es el único que puede conocer en su
cabal dimensión el grado de conocimiento y voluntariedad con el que actuó. La tarea a la que el
derecho penal puede abocarse es determinar, sobre la base de elementos externos y perceptibles, cuál
era el propósito de la voluntad del agente.
Existe una innegable conexión entre lo que se hace y el propósito que se persigue. En el caso
concreto, se estimó que el comportamiento del sujeto evidenció un propósito de dar muerte a los dos
sujetos pasivos, sobre la base de los siguientes elementos fácticos, externos, que denotaban su
propósito subjetivo:
a)Utilización de un arma de fuego. Conforme se expuso en el motivo undécimo, la prueba de cargo
presentada permitió tener por establecido que el autor ejecutó el hecho disparando reiteradamente un
arma de fuego.
El arma de fuego, junto con las armas blancas, son por definición, los medios más corrientes y
culturalmente idóneos para dar muerte a otro. Para cualquier persona medianamente socializada, la

3 RAGUES I VALLÈS, Ramón, Consideraciones sobre la prueba del dolo, en Revista de estudios de la justicia Nº4
(Santiago, 2004), disponible en
http://web.derecho.uchile.cl/cej/recej/recej4/archivos/PRUEBA%20DEL%20DOLO%20RAGUES%20_8_.pdf,
(consultado el 27 de marzo de 2018), p.17.

159
utilización de armas de fuego, conlleva necesariamente un peligro altísimo. Por un lado, corrientemente
genera una chance alta de terminar con la vida de terceros, por su conocida y elevada eficacia lesiva.
Un disparo con un arma de fuego, en posición de frente a otro sujeto, resulta ser un comportamiento
idóneo, con altísima probabilidad, para alcanzar con un proyectil la caja torácica de un tercero, alguna
arteria principal o su cabeza y con ello lesionar algún órgano vital que le cause la muerte;
b)Munición altamente letal. Conforme lo explicó Guzmán Rojas y el perito Labrín Tapia, el arma
que se utilizó (de lo que da cuenta el hallazgo de la vainilla en la camioneta del acusado) corresponde a
un calibre .40. Se explicó por ambos que se trata de una munición especialmente alta, que tiene lo que
se llama un gran poder de detención al tener la cabeza plana, por lo que tiende a provocar un fuerte
impacto en su objetivo, generando un alto daño.
Explicaron que los calibres más bajos que usa la policía regularmente, buscan más que
provocar un gran daño letal, dejar heridos, traspasar al sujeto al que se le dispara y anularlo.
Conforme quedó asentado por la prueba rendida, en especial por los dichos de Guzmán Rojas,
el acusado había participado en un club de tiro y, además, según el mérito de la documental, éste tenía
inscritas cinco armas de fuego a su nombre. No se trataba de un principiante o un neófito en el temas
de las armas, sino de una persona que tenía una basta relación con las mismas. Por lo tanto, no parece
posible ni probable que el acusado ignorase que el arma de fuego que tenía en sus manos, ya por sí
muy peligrosa por su propia naturaleza, ésta lo fuese especialmente más debido a su alto calibre. Era
completamente previsible, para un ser humano corriente e inmerso en sociedad, que desencadenando
un disparo, era significativamente probable que se causara la muerte de terceros;
c)Se disparó contra una masa densa de personas (alta probabilidad de impactarle a alguien):
De acuerdo al mérito de los videos que se hizo referencia en el motivo undécimo, y refiere
detalladamente el policía Guzmán Rojas, el acusado disparó en cuatro oportunidades su arma de fuego,
dándole a un blanco conocido en dos de ellas. Conforme se aprecia en las imágenes de la prueba
denominada “once videos anexos al informe OFAN n° 94…”, y fuera relatado por los testigos a
que se hizo referencia en el citado considerando undécimo, existía una alta presencia de personas en el
lugar, la que según todos los cálculos indicaban varios miles. Es posible observar en las imágenes un
denso aglutinamiento de seres humanos, puestos uno al lado del otro. El disparar directamente a estos
grupos, implicaba la posibilidad cierta de hacerle blanco a alguna persona. La alta densidad de personas
implica mayor probabilidad de acertar en un tiro, ya que si no se acierta directamente en el blanco,
podrá impactarse a alguien cercano o puesto en la línea de fuego;
d)Hacer puntería: Conforme se aprecia en la prueba de videos señalada en la letra anterior, tal como
explicaron los testigos presenciales (en especial Consuelo Osorio Roca, Jaime Soto Herrera, Sebastián
Valdés Muñoz y Nelson Rivera Toro) y refirieron detalladamente las víctimas, que el acusado lejos de
disparar al aire o dirigir el arma con la punta hacia el suelo, lo hizo con su brazo paralelo al horizonte,

4
SCS, Rol Rol Nº 6.257-07 (sentencia de reemplazo), de 13 de abril de 2009.

160
es decir, directamente a la gente que tenía en frente. Daniel Molina Meza y su pareja Nieves Pinto
Campos, hablaron gráficamente que el acusado hacía como “un abanico”, refiriéndose al girar, mirar y
hacer puntería al mismo tiempo. Al mirar las imágenes de los videos, específicamente en aquella parte
que da cuenta de la segunda detención, se ve prístinamente que el acusado tiene su arma firmemente
tomada con ambas manos, en lo que parece ser una corriente posición de hacer puntería a un blanco
que está al frente, es decir con los brazos en paralelo a la línea del horizonte;
e)Disparos a corta distancia. Conforme quedara establecido por lo declarado por los peritos (en
especial por Juan Delgado Espinoza) y por el funcionario investigador (Jorge Guzmán Rojas), el
disparo a Ahumada Rojas se realizó a una distancia aproximada de 3,43 metros.
A su turno, la distancia en el caso de Molina Meza, basándose en las mismas fuentes, se
consideró que fue de aproximadamente a unos 52,97 metros metros.
Más allá de la cantidad exacta de metros, lo cierto es que se trató en ambos casos de disparos
directamente dirigidos, uno de ellos, a quemarropa. La corta distancia en los disparos (sumado a los
elementos anteriores) permite descartar que el propósito haya sido distinto que el dar muerte a los
sujetos pasivos. Es un hecho conocido, sin necesidad de recurrir a una técnica pericial, que entre más
cercanía del tirador con su objetivo haya, mayores serán las chances de causar la muerte a este último.
Es conocido que las armas tienen una eficacia en metros y que su alcance, ya sea por diseño, acción de
la gravedad y de la fricción, no es infinito;
f)Elementos que dan cuenta de una actitud desafiante de parte del acusado: La circunstancia
que Cobin haya conducido el vehículo vistiendo un chaleco reflectante amarillo, de aquellos que eran
utilizados como símbolo de autodefensa por grupos de vecinos en resguardo de sus propiedades (tal
como lo señaló Guzmán y otros testigos) es un elemento que no puede considerarse neutro. En esa
época se realizaban en Chile manifestaciones públicas masivas, por lo que el uso de dicha prenda de
vestir, con el simbolismo que podía atribuírsele, es un dato que devela una actitud del acusado
predispuesta al menos al choque o conflicto.
A lo anterior debe añadirse el hecho que el acusado o llevaba su arma cargada o viajaba con ella
descargada, pero a la mano. Esto también es demostrativo de su predisposición o ánimo. Ese día,
conforme se dijo, el club de tiro estaba cerrado y no había razón para que llevara el arma, menos
cargada o a su lado;
g)Imposibilidad de controlar el curso causal dañoso desatado con los disparos. Al disparar un
arma letal, en condiciones de tanta cercanía y considerando la existencia de un gentío, no podía contar
el tirador con que su disparo no haría daño, o que haciéndolo sería imposible que sucediera un deceso.
Un disparo, incluso siendo al suelo como lo sostuvo la defensa, tampoco era garantía de que se
controlase el curso causal. Un disparo con un arma de fuego, máxime si es particularmente potente,
habiendo un gentío, podía razonablemente preverse que terminaría con un desenlace fatal. Incluso en

161
la lógica del rebote, los disparos en esas condiciones son razonablemente letales. No podía el tirador
dar por descontado que el daño que causaría sería acotado.
La posibilidad que el sujeto disparara al suelo, como se dijo, no resultó en definitiva probado.
El tribunal dio por establecido que los disparos que se le reprochan al ejecutor como homicidios
imperfectos, fueron realizados derechamente apuntando a la gente.
Por otro lado, no debe perderse de vista que el acusado tampoco entregó su versión. Por ello,
las manifestaciones de su defensor, no dejan de ser las palabras de su abogado, argumentos que el
tribunal por cierto respeta, pero que no constituyen prueba. Lo objetivo y que puede tenerse en vista
concretamente, es que el acusado disparó en condiciones tales que el riesgo mortal era previsible.
Finalmente, en relación con el disparo que da en el vehículo Hyundai conducido por Daniel
Molina Meza, habiéndose observado los videos contenidos en la prueba “once videos anexos al
informe OFAN n° 94 de la Policía de Investigaciones de Chile…”, parece evidente que lo que
trató de hacer el acusado, fue impactar a un tercer sujeto no identificado, que se ve en las grabaciones
refugiándose detrás de otro móvil. Luego del disparo a Ahumada Villegas, este tercero desconocido
lanza un objeto al vehículo del tirador, el que se detiene. Del vehículo del hechor desciende éste,
apunta y dispara, dándole finalmente al vehículo Hyundai que estaba más atrás y en la línea de fuego.
Sin embargo, debe recordarse que el artículo 1º del Código Penal, resuelve los problemas que
puedan originarse por la llamada aberratio ictus o error en el golpe. El inciso 3º de dicho precepto
sostiene que “el que cometiere delito será responsable de él e incurrirá en la pena que la ley señale, aunque el mal
recaiga sobre persona distinta de aquella a quien se proponía ofender…”. El contenido normativo de este
precepto, no es otra cosa que la advertencia que el castigo penal recae también y de igual modo, sobre
aquel que yerra en la ejecución, y queriendo, por ejemplo, matar a “A”, termina dándole muerte a “B”.
Si la ley sanciona de igual modo a quien yerra en la ejecución de la conducta típica, con mayor
razón debe ser sancionado quien ya no se equivoca, sino que lisa y llanamente su dolo tiene un
carácter alternativo, en el sentido que ejecuta su obra aceptando indistintamente las muertes de “A”,
“B” o “C”.

Por ello, es indiferente penalmente que el acusado tuviera “buenas razones” para dispararle a
una o ambas de las personas que malogró, o que el golpe fuere dirigido a un tercero, o que le diera lo
mismo a quien lesionar (dolo alternativo). El tipo penal del homicidio, se agota con la muerte del otro
cuando ésta es intencional. La motivación psicológica del agente, no es un tema penalmente relevante,
al menos no para determinar la configuración del tipo.

DÉCIMO QUINTO. DISPAROS INJUSTIFICADOS CON ARMA DE FUEGO: En los


hechos que el tribunal dio por probados, se estableció como un suceso cierto, que aquel 10 de
noviembre de 2019, en Reñaca, el tirador ejecutó un total de cuatro disparos. Sabemos, en base a lo
expuesto en los motivos anteriores, que dos de los disparos se ejecutaron impactando a un objetivo. Lo

162
anterior, deja obviamente dos disparos sin haber encontrado un objetivo verificable. Uno de estos, al
menos, se realizó en dirección hacia la playa de Reñaca, donde existía gran cantidad de gente en ese
momento. De estos disparos dio cuenta detallada el policía investigador Jorge Guzmán Rojas, y su
conclusión relativa al número se consideró muy confiable ya que, tratándose de un testigo experto, se
considera creíble y confiable que tenga capacidad de discernir auditivamente los sonidos de disparos
por arma de fuego. Además, analizó una extensa cantidad de videos y desde distintas ópticas
reconstruyendo la historia de forma muy completa. Esta conclusión por él propuesta, la respaldan los
testigos presenciales Consuelo Osorio Roca y Jaime Soto Herrera.
Por otro lado, la realización de un último y cuarto disparo, con la camioneta en movimiento,
también se ve respaldada por el hallazgo en la cabina del vehículo Mahindra conducido por el tirador,
de una vainilla calibre .40. De ella dio cuenta el perito Labrin Tapia en su declaración y apareció con
toda claridad y nitidez en las fotografías del medio “set de 29 fotografías contenidas en Informe
Balístico N° 143 LACRIM”, en especial en la Nº 2. El hallazgo de esa vainilla al interior de la
camioneta, la que coincidía en sus huellas de arrastre con una de las armas entregadas por Cobin,
resulta completamente concordante con las afirmaciones de los testigos y en especial de Guzmán
Rojas, quien señaló que el último disparo se hizo con la camioneta en movimiento y apuntando a la
playa. Entendido así, resulta perfectamente compatible que la vainilla apareciese al interior de la cabina.
No considera posible el tribunal que se deba a los disparos anteriores, ya que estos fueron hechos con
parte del cuerpo asomado fuera de la camioneta, en el caso del primero, y estando completamente
fuera del móvil, en el caso de los disparos segundo y tercero.
DÉCIMO SEXTO. PARTICIPACIÓN DEL ACUSADO EN LOS HECHOS: En este apartado
se analizará la prueba de cargo presentada para efectos de acreditar la participación del acusado en
estos hechos, ello a pesar de que no fue un punto discutido por la defensa, la que asumió en sus
argumentaciones que el acusado efectivamente realizó tales disparos. Sin embargo, sabemos, la falta de
debate sobre algún aspecto de culpabilidad no libera al tribunal de la carga de fundamentar sus
conclusiones.
Luis Ahumada Villegas, testigo cuyo testimonio ya fuera analizado en términos generales, fue
determinante también para alcanzar una convicción en materia de participación. Este testigo estuvo
frente al tirador, a tan sólo dos o tres metros de distancia, por lo tanto en condiciones inmejorables
para observarlo. El declarante reconoció en estrados a la persona del acusado, como quien conducía la
camioneta gris a la que latamente se refiriera y quien le disparó con un arma.
Nelson Rivera Toro, testigo ocular de los hechos, participó en la manifestación junto a Luis
Ahumada Villegas. Se encontraba a poca distancia de los sucesos también, pudiendo ver al tirador e
identificándolo en estrados como el acusado.
A su vez, el testigo Jorge Uribe Zapata, Sargento 1º de Carabineros de Chile, también aporta
al momento de determinar la participación culpable que se le atribuye al acusado. Este funcionario se

163
encontraba en calidad de “informativo”, lo que explicó que significa vestido de civil, sin distintivos
institucionales y solamente observando en el lugar de la manifestación. Fue él quien, en compañía de
un tercer funcionario, se percató de la existencia de estruendos, y al mirar observaron a una distancia
aproximada de 15 m, a una persona realizando al menos un disparo. El referido funcionario policial
reconoció al acusado, como el autor del disparo.
Según explicó este mismo testigo, en las primeras diligencias después de los disparos, a través
de la patente de la camioneta en que viajaba el tirador, lograron ubicar la identidad de su propietaria, a
su vez, obtuvieron una fotografía de la pareja de ésta, y al apreciar la fotografía, el funcionario se
percató que correspondía a la persona que él había visto disparar, misma que después fue detenida en
el domicilio de José Suárez. En el domicilio referido, también explicó el funcionario, estaba la
camioneta Mahindra reportada como el vehículo en que se desplazaba el tirador, con su patente tapada.
También fueron elementos determinantes para acreditar la participación del acusado en la
ejecución de los tiros con arma de fuego (tanto en los constitutivos de homicidios imperfectos, como
aquel que constituye un mero disparo injustificado), las declaraciones de Pedro Peirano Gatica,
Ricardo Flores Correa y Jorge Beltrán Rivera todos funcionarios de la P.D.I.. Éstos declararon de
forma precisa, fluida, impresionando como personas seguras que recordaban a cabalidad los eventos
vividos. No manifestaron tampoco tener compromiso alguno con el desenlace del juicio. Explicaron
que fueron asignados ese día 10 de noviembre para realizar labores de seguridad pública en el contexto
de la manifestación que se desarrollaría en Reñaca. Explicaron cómo, pasada cierta hora, se fueron del
plan de Reñaca hacia zonas más altas de la localidad. Estando allí, se enteraron de los incidentes y de
los disparos. Se les comunicó también cuál era la P.P.U. del vehículo en que se desplazaba el hechor y a
través de la inscripción vehicular, lograron determinar la identidad del marido de la propietaria,
persona que coincidía físicamente con el que se sindicaba como tirador. Explicaron cómo llegaron al
tirador, quien residía en el domicilio de calle José Suárez en la misma localidad de Reñaca. Allí se
entrevistan con él y hace entrega del arma con la que había realizado los disparos y de otras cuatro. Los
funcionarios, declarando en juicio, reconocieron al acusado como la persona detenida ese día en el
contexto del procedimiento que describieron.
Las declaraciones de estos tres funcionarios tienen un contenido fáctico similar y fueron hechas
en parecidos términos. Lo que puede agregarse como dato novedoso, es que Beltrán Rivera relató que
al llegar al domicilio, le explicaron al acusado las razones por las cuales estaban ellos allí, a lo que éste
espontáneamente les manifestó que sí, que efectivamente había realizado disparos. Se trata de una
declaración espontanea, que tampoco fue controvertida por la defensa, que constituye una
autoinculpación introducida por un testimonio de oídas. Es necesario precisar, que no hay una
actividad de interrogación del acusado, lo que se describe es una manifestación espontanea que él
mismo, por una decisión personal hizo. Este último es un antecedente relativo a la participación, que
se une al amplio y generoso listado de las pruebas relativa a la imputación.

164
El testigo Jorge Guzmán Rojas, funcionario policial a cargo de la orden de investigar en la
causa, entregó un dato relevante relativo a la participación del acusado como autor de estos hechos. Él
señaló que el acusado en la etapa investigativa, ante el juez de garantía, prestó declaración,
reconociendo haber disparado su arma de fuego aquel 10 de noviembre de 2019, pero en un contexto
defensivo diverso al que se dio por probado. Sin embargo, más allá de la dinámica misma, hubo cierto
reconocimiento de haber protagonizado un incidente con armas de fuego y disparos durante la etapa
investigativa.
DÉCIMO SÉPTIMO. CALIFICACIÓN JURÍDICA, PARTICIPACIÓN, E ITER CRIMINIS:
Los hechos que se dieron por establecidos, tal como se adelantara en la audiencia respectiva, son
constitutivos del delito de los delitos de homicidio simple frustrado, en la persona Luis Ahumada
Villegas; de homicidio simple tentado, en la persona de Daniel Molina Meza, ambos del artículo 391
N° 2 del Código Penal; y del de disparo injustificado de armas de fuego consumado, del artículo 14 D
de la ley de control de armas y explosivos.
En efecto, la prueba de cargo dio cuenta que el acusado, realizó disparos con arma de fuego
sobre dos personas, impactando a una de ella con un proyectil y a la otra en el automóvil en que
conducía, comportamiento que, conforme se razonara en el motivo décimo catorce, sólo puede
considerarse realizado con el propósito consciente de causar en el otro la muerte.
A su turno, los hechos que se dieron por establecidos en el considerando noveno, y conforme
se razonara además en los considerandos 11º y 15º, son constitutivos, en relación con todos los
disparos, del delito de utilización injustificada de arma de fuego, en la especie, desde y hacia un lugar
público, figura prevista y sancionada en el artículo 14 D de la ley 17.798 de control de armas y
explosivos.
Los dos delitos de homicidio que se dieran por establecidos fueron ejecutados en grado
imperfecto en los términos del artículo 7º del Código Penal y conforme se razonará en el motivo
siguiente.
La figura del artículo 14 D de la ley 17.798 de control de armas y explosivos, se encuentra
consumada, una vez que la gente ejecutó a cabalidad la conducta descrita en la norma penal.
En todos los delitos, el sentenciado tomó parte como autor conforme lo preceptuado en el
artículo 15 N°1 del Código Penal, toda vez que desplegó personalmente y por propia mano las
conductas delictivas descritas en las normas.
En la acusación particular del querellante Ahumada Villegas, se invocaba como norma penal
aplicable la figura del homicidio calificado del artículo 391 N° del Código Penal, circunstancia primera
de alevosía. Esta petición, sin embargo, no fue sostenida en audiencia. No obstante, lo anterior,
corresponde de todas formas hacerse cargo de la misma. A este respecto y tal como se adelantó en la
audiencia respectiva, el tribunal no apreció ninguna prueba directa o indiciaria, que diera cuenta que el
hechor obró en relación con Luis Ahumada Villegas a traición o sobre seguro. De acuerdo con lo que

165
se ha entendido tradicionalmente, obra en traición quien oculta su verdadera intención y de esta
manera sorprende al agredido. No existe ningún antecedente que dé cuenta de una situación de esta
naturaleza. No existe ningún antecedente que dé cuenta que el hechor pretendía ocultar su real
intención, lo que incluso parece un contrasentido en un hecho realizado de forma tan pública como el
que se juzga. Tampoco se ha acreditado que se haya obrado sobre seguro, es decir, adoptando las
medidas para minimizar las posibilidades de defensa de la víctima. Lo que ha quedado por establecido,
es que el autor ejecutó el delito con un arma de fuego, pero no que realizara acciones tenientes a
mejorar las condiciones de ejecución delito, en cuanto a eficacia o impunidad.
DÉCIMO OCTAVO. FRUSTRACIÓN Y TENTATIVA EN LOS HOMICIDIOS: Tal como se
señalara en el motivo anterior, el delito homicidio, respecto de la víctima Luis Ahumada Villegas, se
consideró ejecutado en grado de frustración. A su turno, el ejecutado en contra de Daniel Molina
Meza, se consideró como cometido en grado de tentativa.
Previo a explicar las razones fácticas que permitieron llegar a tales decisiones, resulta necesario
previamente fijar algunos conceptos generales respecto de los grados imperfectos de ejecución de un
delito, llámese tentativa o frustración, que sanciona nuestro ordenamiento jurídico.
El artículo 7º del Código Penal señala:
“Son punibles, no sólo el crimen o simple delito consumado, sino el frustrado y la tentativa.
Hay crimen o simple delito frustrado cuando el delincuente pone de su parte todo lo necesario para que el crimen
o simple delito se consume y esto no se verifica por causas independientes de su voluntad.
Hay tentativa cuando el culpable da principio a la ejecución del crimen o simple delito por hechos directos, pero
faltan uno o más para su complemento”.
Señala el autor Gustavo Labatut5 que “el delito nace como idea que se proyecta al exterior a
través de una conducta encaminada a producir el resultado perseguido. Por esto todo delito tiene un
iter criminis, que a veces, cuando la voluntad actúa de inmediato, como sucede en los de mera actividad
(injurias verbales por ejemplo), se reduce a una mínima expresión. Pero lo normal es que tenga un
desenvolvimiento dinámico, que entre los extremos señalados se sitúen etapas intermedias,
constitutivas del proceso de desarrollo del delito”.
En términos ejecutivos, la etapa previa más cercana la consumación es la de frustración. En el
delito frustrado, el agente hizo todo lo necesario para que el delito se consumara. De hecho, en
términos subjetivos, es posible señalar que el delito se encuentra consumado. Sin embargo, en
términos objetivos el delito se encuentra frustrado, ya que no obstante el hechor haber hecho todo lo
que dependía de él para consumar el delito, sucedió un evento de carácter circunstancial que impidió la
consumación.

5 LABATUT GLENA, Gustavo, Derecho penal9 (Santiago, 2000), I, p.179.

166
Se consideró que en el caso del disparo dirigido a Luis Ahumada Villegas, el delito se cometió
en un grado de frustrado. La acción típica y el resultado causal previsto en la ley es el matar a otro, el
generar la muerte de un tercero. El acusado realizó todas las acciones que de él dependían para lograr
el propósito doloso de su acción homicida: disparó a corta distancia, con un arma de fuego potente,
apuntándole al cuerpo del ofendido y haciéndole efectivamente puntería. Dicho de otra manera, el
autor desencadenó una serie de actos causales completamente idóneos y encaminados derechamente a
ejecutar el tipo penal, cuya consumación en definitiva ya no dependía de algo que estuviera en su esfera
de poder. La muerte en definitiva de Ahumada Villegas no se consumó por no haber dado el disparo
en un órgano vital o no haber cercenado alguna de las arterias mayores ubicadas próximamente a la
zona del disparo. Que el disparo no alcanzara estas zonas, se debe a situaciones completamente
circunstanciales y, si se quiere, hasta fortuitas. El médico legista explicó, lo que también fue respaldado
por el afectado Ahumada Villegas que, al momento de recibir el impacto, éste había adoptado una
posición defensiva, de semi-recogimiento, en una clara señal de protección instintiva, habiendo
levantado incluso la pierna izquierda. Si el afectado hubiese estado unos centímetros más atrás, más
adelante o realizado un movimiento de recogimiento más intenso, la dirección y trayectorias del
proyectil balístico pudieron ser fatalmente distintas. Conforme explicó el médico legista y es de
conocimiento corriente, existen arterias mayores destinadas a transportar la sangre en el organismo que
pasan en las cercanías de la zona afectada por el impacto. El legista Tepper Maturana no se aventuró
en señalar la distancia de estas arterias mayores y el impacto, en un intento quizá excesivo de ser
preciso y técnico, ya que se requería otro tipo de medición concreta. Sin embargo, más allá de la
cantidad exacta de centímetros que se trate, lo cierto, es que anatómicamente se trata de sectores muy
próximos. La herida esta muy cerca de la zona media del cuerpo, y en ese sector anatómico pasan
necesariamente arterias de las denominadas mayores, las que cuando son dañadas pueden producir una
situación de anemia y colapso del organismo. Lo anterior sin contar, naturalmente, que también el
disparo podría haber dado en la zona torácica próxima y haber afectado a uno de los múltiples órganos
vitales que allí se alojan.
Por esta razón se consideró que el hechor realizó todo lo que estaba a su alcance para ejecutar
la acción homicida, pero fueron circunstancias situacionales y casuales las que lo impidieron.
En una notoria coincidencia con la situación que en este caso se resuelve, se ha pronunciado a
modo ejemplar, parte de la más relevante doctrina chilena6, que “para que exista delito frustrado el
agente debe haber realizado todos los actos que abandonados a su curso natural darían como resultado
la consumación del delito, de manera que a su autor ‘ya no le quede nada por hacer’. Así, en el ejemplo
de LABATUT, el que apunta y no da en el blanco comete sólo tentativa, pues faltó en su actuar el
hecho de apuntar con precisión (lo que hubiese desencadenado el curso causal homicida); en cambio,

6POLITOFF, Sergio; MATUS, Jean Pierre; y RAMÍREZ, María Cecilia, Lecciones de derecho penal
chile, parte general2 (Santiago, 2004), p. 383.

167
en el que apunta y acierta, pero no mata, al ser repelido el disparo por una reliquia metálica puesta
sobre el pecho de la víctima, comete delito frustrado… El resultado no debe producirse por causas
ajenas a la voluntad del agente, como sería la eficaz intervención médica a la víctima de un
envenenamiento”.
Respecto del caso del disparo errado o la mala puntería, paradigmático caso de la doctrina
penal, relevantes autores7 se han referido afirmando que “nadie duda de que si se intenta matar a otro
y, por una causa independiente a la voluntad del agente, el resultado no se produce, la conducta ha de
quedar en grado de frustración y no será posible el castigo a título de delito consumado. Lo mismo
vale para el caso de quien da comienzo a la ejecución del delito, pero no ha completado todos los actos
de ejecución necesarios: su delito está tentado. La discusión radica aquí en determinar cuándo se ha
puesto todo lo necesario para que el delito sea frustrado o sólo tentado. Particular atención merece el
caso del disparo con mala puntería, que para la doctrina y jurisprudencia mayoritaria es simple tentativa
(faltaría el apuntar con certeza), aunque sectores importantes de la doctrina estiman aquí frustración…”
(los destacados son de los autores citados).
En relación con el delito homicidio que afectó a Daniel Molina Meza, se lo consideró cometido
en grado de tentativa. Adoptando la tesis que parecen hacer suya Politoff, Matus y Ramírez, el disparo
que no dio en el blanco, pero que se esperaba que impactara a un ser humano, ya que así se lo
direccionó, más que tratarse de un delito frustrado (como pretendía la acusación fiscal y querellantes)
se trata ilícito ejecutado en grado de tentativa. Quien no da en el blanco, no alcanzando siquiera a
impactar el cuerpo humano de la persona cuyo homicidio se intentó, pareciera que le faltan conductas
propias para completar el delito. Si el imputado hubiese hecho un disparo con la debida precisión, el
proyectil habría dado en la persona de Daniel Molina Meza y no en su vehículo. Por ello, al acusado le
faltaron que ejecutar, por ello debe considerarse ejecutado en tentativa.
Faltándole así una acción dependiente de su voluntad que ejecutar debe considerarse el delito
en un grado inferior al de la frustración.
Por otro lado, parece que la solución propuesta para esta parte de lo discutido, además de
encontrar respaldo en la dogmática, encuentra apoyo en razones de justicia y concretamente en la
aplicación del principio de proporcionalidad. La tentativa y la frustración parecen no sólo tener
diferencias cualitativas, sino también cuantitativas. Quien más hace, más afecta el bien jurídico y más
cercano se encuentra a la consumación. Quien menos hace, menos afecta el bien jurídico y más
cercano se encuentra a las concepciones que castigan la generación del peligro. En el presente caso, por
cierto que el ejecutor “hizo más” en el caso del homicidio de Ahumada Villegas que en el de Molina
Meza.

7POLITOFF, Sergio; MATUS, Jean Pierre; y RAMÍREZ, María Cecilia, Lecciones de derecho penal
chile, parte especial2 (Santiago, 2004), pp. 51-52.

168
Pareciera ser que una solución dogmática que hubiese considerado que las acciones respecto de
ambas víctimas se encuentran además en igual grado de ejecución (como proponían los acusadores) se
trataría además de una solución desproporcionada. Es indudable que en el caso del señor Ahumada
Villegas éste vivió una afectación concreta a su salud e integridad física, en contraposición a Molina
Meza quien no fue alcanzado por ningún disparo.
Conforme lo anterior por razones dogmáticas y de proporcionalidad se resolvió en el sentido
ya explicado.
DÉCIMO NOVENO. ABSOLUCIÓN POR EL DELITO DE DESORDENES PUBLICOS: La
acusación fiscal también atribuía responsabilidad al acusado en el delito del artículo 6° letra a) de la ley
12.927, sobre seguridad del Estado, tipo que es del siguiente tenor: “…cometen delito contra el orden público:
a) Los que provocaren desórdenes o cualquier otro acto de violencia destinado a alterar la tranquilidad pública”.
Es un hecho inconcuso que en las primeras horas de la noche de aquel día 10 de noviembre de
2019, en Reñaca, se produjeron barricadas y fogatas en la vía pública, ataques a locales comerciales,
destrucción de mobiliario público y de la propiedad privada, dentro de un contexto de desorden
generalizado. Además de ser un hecho públicamente conocido, divulgado por la prensa, se recibió una
completa narrativa de lo allí sucedido, contada por una persona que estuvo todo el día en el lugar, la
testigo Valeria Silva Guzmán, cajera de un local del sector.
La pregunta que debe responderse en este apartado, no es si hubo desordenes o desmanes
aquel día, lo que resultaría evidente contestar de forma afirmativa. La pregunta para responder en esta
instancia, es si estos acontecimientos pueden ser imputados y atribuidos a una acción del acusado y
cubiertos por su elemento subjetivo o dolo. Es decir, planteado de otro modo, si la destrucción que se
vivió en Reñaca puede ser imputada al acusado en términos penales.
El tribunal llegó a la conclusión que no era posible declarar como cometido el delito a su
respecto por dos órdenes de ideas:
a)Inexistencia de una conducta atribuida y probada respecto del acusado que genere la
consecuencia que se le imputa: No existió ningún antecedente directo ni indiciario que vinculara al
acusado a ninguno de los desmanes ocurridos en las últimas horas del día en Reñaca. Es más, la prueba
de cargo dio cuenta que, en un lapso cercano a los hechos, el acusado ya estaba en su casa, cuando allí
llegó la policía.
La referencia reiterada a que el comportamiento que ejecutó el acusado fue una verdadera
“arenga”, permite entender que en realidad lo que se le reprocha no es el realizar directamente las
acciones típicas. Tampoco se le reprocha realizar las acciones típicas participando como autor mediato
o autor inductor en los términos del artículo 15 del Código Penal, puesto que para ello, tendría la
acusación que haberle atribuido derechamente un capítulo en esos términos y justificar además -en
términos ya probatorios- el dolo que se le exige como autor. Lo que en realidad se le imputa, es que

169
con su conducta modificó los ánimos de algunos de los asistentes a la manifestación, enardeciendo y
desatando su furia y, que a su vez, esto provocó los desmanes.
No es posible establecer una cadena causal lógica, entre los hechos realizados por el acusado,
que tenían propósitos bien definidos y concretos, y lo que más tarde allí ocurrió. Realizar lucubraciones
en torno a que esta fue la causa detonante de los desmanes ocurridos en Reñaca, resulta ser meramente
especulativo, puesto que lo cierto es que no es posible sostener que quien cometió desmanes, incluso
delitos, se encuentre instrumentalizado o inducido por el hecho de haber presenciado una situación
injusta. Los manifestantes -o un grupo de ellos- podrían haber intentado distintas acciones y reaccionar
de distintas maneras ante los hechos e incluso, sencillamente no haber hecho nada. Un suceso delictivo
puede generar rabia, molestia y motivar incluso reacciones delictivas. Sin embargo, el ser humano es un
ser dotado de autonomía y soberanía, y sería inadmisible sostener que penalmente es de cargo del
sujeto que cometió el primer delito, los delitos que comete un segundo. Una imputación en esos
términos, sin duda, afectaría el principio de culpabilidad que rige en materia penal, ya que se estaría
“cargando en la cuenta” del justiciado ítems que derechamente le son ajenos y forman parte de la
decisión y autodeterminación de otros.
Expuesta así como se señaló, la imputación por este ítem pareció como una unión exagerada de
elementos que seguramente en términos sociológicos, históricos y noticiosos están de alguna manera
relacionados, pero que no pueden ser traspasados matemáticamente al derecho penal;
b)Inexistencia de dolo (al menos probado) en la supuesta ejecución de los hechos: no cuesta
adivinar que si lo que se le imputaba como resultado causal al acusado, es la realización de los
desmanes, debían presentarse elementos de cualquier índole que permitiesen acreditar su dolo, es decir,
que el acusado con su acción quiso y obró de tal forma que se fueran a producir esos desmanes.
Sin embargo, ello no resulta posible de afirmar. Ningún elemento da cuenta que el acusado
hubiese actuado subjetivamente con la intención de alterar el orden o la paz pública, o de desequilibrar
la institucionalidad del Estado. La prueba presentada dio cuenta que lo que él hizo y su dolo se agotó
en los disparos y sus consecuencias. Dicho de otra forma, él quería matar y disparar, a aquellos que
obstaculizaron o trataron de obstruir su paso. Nada indica que pudiese con su actuar estar haciendo
una jugada calculada y anticiparse a desencadenar un curso de acontecimientos que terminara con
intensos desórdenes públicos provocados por grupos de terceros desconocidos. De razonar de esta
manera, además, se le daría un doble efecto a su dolo (infraccionando con ello el principio non bis in
ídem): se lo consideraría como el elemento subjetivo concurrente para configurar los delitos de
homicidios e infracción a la ley de armas, y se lo volvería a valorar al configurar los desórdenes
públicos.
Por otro lado, también es relevante afirmar, que la imputación en estos términos tiene
ensimisma una contradicción. Si lo que los acusadores sostienen que lo que realizó el imputado fue una
arenga, o verdadero llamamiento a delinquir, y que eso lo hizo con su acción, lo que se estaría haciendo

170
en realidad es imputarle una incitación a delinquir en otro, y no de carácter voluntaria sino culposa. O
si se quiere, explicado de otra forma, se le atribuye la responsabilidad en términos sociológicos.
La otra alternativa de imputación, dentro del marco de la dogmática, era atribuir la ejecución de
conductas propias de la autoría mediata o inducción, pero por cierto ni la acusación ni la prueba van en
ese sentido.
Finalmente, no está demás recordar, que aún cuando se superara todos los obstáculos
anteriores, lo reprochado no se trataría de una acción dolosa del acusado (si entendemos que él lo que
realizó fue provocar) sino que se trataría de un comportamiento culposo, que sabemos sólo se
sanciona excepcionalmente en nuestro ordenamiento, no siendo éste además uno de aquellos casos.
Por estas razones, se decidió absolver al acusado ya que el capítulo de la imputación que le
atribuye responsabilidad en la infracción del artículo 6º letra a) de la ley de seguridad interior del
Estado, ya que no se ha acreditado acción ni dolo, elementos esenciales de la estructura del delito.
VIGÉSIMO. PRUEBA DE BAJA RELEVANCIA: En este motivo, se analizarán separadamente
un conjunto de probanzas que se consideraron que no tenían ninguna trascendencia para la solución
del caso o que, si bien aportando, lo hacían de manera limitada.
La prueba denominada “seis portadas y recortes de prensa electrónica de fecha 11 de
noviembre de 2019”, conforme lo describe su propio nombre, consistió en imágenes de prensa, que
daban cuenta de forma global de los sucesos de aquel día, tanto de los tiros, como de intensos
desordenes posteriores. Esta prueba se introdujo mediante la declaración del policía Jorge Guzmán
Rojas, a quien se le exhibieron estos destacados de prensa y se refirió a los mismos. Se trata -sin
dudarlo- de prueba vinculada a los hechos investigados, sin embargo se consideró que el aporte que
realizan estos elementos, a la solución probatoria del caso, era muy baja. Los destacados de prensa dan
cuenta de una realidad que parece ser bastante evidente, cual es, el notorio interés periodístico que
despertó en los medios los violentos sucesos acaecidos en un balneario y sector residencial,
tradicionalmente tranquilo y asociado al descanso. Sin embargo, el interés periodístico y la evidente
preocupación pública, no constituyen factores que permitan probar causalmente que alguna acción del
acusado generó como consecuencia los desmanes públicamente conocidos.
También se decidió incluir en este apartado a Cristina Morales Pezoa, perito químico del
Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones de Chile. La misma declaró en juicio y su
aporte resultó sin mayor relevancia para la solución definitiva del problema. La profesional explicó que
sometió a análisis a la prueba química de Griess a numerosas muestras levantadas en la camioneta
Mahindra, en las manos del acusado y del arma marca Sig Sauer que se le incautara en su poder. La
perito explicó que la prueba resultó negativa a todas las muestras. Sin embargo, se le oyó decir y
justificar, que la ausencia de resultados positivos no implica que pueda negarse un proceso de disparo
en las cercanías de las superficies de donde se extrajeron las muestras, existiendo múltiples factores que
determinan el éxito o fracaso de tales exámenes y que condicionan la positividad de los resultados. Se

171
trata por tanto, de una prueba frágil y que suele perderse con el transcurso del tiempo o del aseo al que
pueden someterse las superficies. Por las mismas razones explicadas por la perito, no se trata de un
trabajo cuyas conclusiones permitan confirmar o desvirtuar la prueba de cargo.
Marco Labrin Tapia, perito balístico del LACRIM de Valparaíso, realizó un extenso trabajo
pericial, el que parcialmente sí era atingente al caso, conforme ya fuera analizado supra. Sin embargo, su
trabajo excedió con creces lo que puede estimarse directamente relevante para la solución del caso. El
perito analizó diversas armas que según relataron los policías que participaron en el procedimiento de
aquel 10 de noviembre pasado, fueron entregadas por el acusado, a saber:
a)Arma de fuego tipo pistola semiautomática, marca Smith & Wesson, modelo MP9, calibre 9 por 19
mm, serie HLV5909, de fabricación estadounidense, con cargador recto, doble columna, con capacidad
para contener dentro 15 cartuchos de similar calibre;
b) Arma de fuego, tipo pistola, marca HK, calibre .45 auto, serie 25054964, de fabricación alemana,
con su cargador recto, doble columna, con capacidad para 10 cartuchos;
c)Arma de fuego pistola, semiautomática, marca HK, calibre 9 por 19 mm, serie N°27-040515, de
fabricación alemana, junto a tres cargadores, cada uno con capacidad de contener en su interior 15
cartuchos y
d)Arma de fuego del tipo pistola, semi automática, marca Smith & Weasson, calibre .22 long rifle, serie
UED1481, de fabricación estadounidense, con dos de sus respectivos cargadores.
Todas estas armas fueron peritadas por el Sr. Labrín Tapia, quien luego de efectuadas las
inspecciones y las pruebas de disparo, pudo determinar que se encontraban todas en condiciones
idóneas para ser utilizadas como armas de fuego, trabajando conforme a dicha función sin dificultad.
Sin embargo, y de ahí la ubicación de esta pericia (en esta parte al menos), no debe perderse de vista
que en relación con estas armas, no hay antecedente alguno que indique que hayan sido utilizadas en
los sucesos del día 10 de noviembre de 2019 y tampoco existe ningún capítulo en la acusación que
reproche algún ilícito en la posesión de las mismas. De hecho, todo indica que su posesión fue
completamente regular y en esas condiciones, los trabajos que se realizaron sobre las evidencias no
terminan siendo relevantes para solucionar el caso. Lo mismo puede predicarse respecto del “set de 29
fotografías contenidas en Informe Balístico N° 143 LACRIM”, medio probatorio que se introdujo
principalmente a través de las explicaciones verbales del especialista. Por cierto, que en dicho set
fotográfico aparecen las evidencias con relevancia para lo acá discutido, en especial las encontradas al
interior de la camioneta Mahindra (cartuchos balísticos y una vaina calibre .40). Sin embargo, gran
parte de las evidencias que allí aparecen, están relacionadas con las cuatro armas que entregó el
acusado, las que por la misma razón explicitada no revisten mayor relevancia, en términos penales para
lo que acá se decide.
Las evidencias materiales “29 cartuchos calibre 9x19 mm, marca CBC, con su respectiva
cadena de custodia” y “treinta cartuchos calibre .40 S&W marca CBC, nueve cartuchos calibre

172
9x19mm, marca CBC, con su respectiva cadena de custodia”, que fueron reconocidas e
introducidas durante la declaración del perito Labrín Tapia, no se consideraron probatoriamente
determinantes. Se trata, en un caso, de armas diversas a las que se presumen utilizadas para cometer el
delito y, por otro lado, en el caso de las municiones, se trata de una situación de tenencia que no viene
reprochada de forma alguna al acusado. Es más, el acusado, conforme la prueba rendida, tenía
autorización de tenencia de armas de fuego inscrita y de ahí en más, se encuentra habilitado, conforme
el procedimiento reglado en la ley de armas, para adquirir municiones.
Héctor Díaz Orellana, perito balístico, concurrió a declarar al juicio, para exponer su informe
Nº8, de 20 de febrero del presente año. Dentro del contexto de su especialidad, recibió la evidencia
“un pantalón marca Diadora, con su respectiva cadena de custodia”, para pronunciarse sobre la
distancia de disparo. Este objetivo no fue explicitado por el testigo, pero se colige de sus palabras. El
perito señala que el pantalón tenía rastros de una desgarradura circular de 7 mm de diámetro, la que
determinó, por la forma y posición de las fibras, que correspondía a una entrada de proyectil balístico.
Según lo relatado por el testigo por Luis Ahumada Villegas su pantalón fue levantado por la policía el
día de los hechos. Hasta este punto, la relevancia del peritaje es baja, ya que el haberse producido un
disparo con arma de fuego es un suceso ampliamente probado por otros medios y sus palabras sólo
vienen a corroborar lo que parece a todas luces evidente: la prenda de ropa que vestía el afectado
Ahumada Villegas fue desgarrada. El perito sí podría haber determinante en lo relativo a la distancia de
disparo. Empero, éste señala que no encontró en la prenda ni chamuscaduras, ni halo, ni tatuajes,
muescas que hablan de una posible distancia próxima del arma, razón por la cual colige que, o se
disparó a larga distancia, o existió alguna otra prenda o elemento que se interpuso entre el tiro y el
afectado.
El perito referido supra, no entrega información valiosa para solucionar este caso, ya que no
pudo, por la razón explicada, determinar la distancia. Tampoco explicó conforme su especialidad, qué
distancia -para un caso como el presente- se considera larga o corta. No sabemos si conforme a las
características de este caso, el arma utilizada y condiciones del lugar, corta distancia es menos de un
metro, menos de 10 o de 100. Como sea, el tribunal considera que más allá de lo que pueda o no
concluirse del relato de este perito, resultó relevante el testimonio de Ahumada Villegas, ratificado por
los videos, que da cuenta que en realidad el disparo se produjo a muy corta distancia, la que calcula en
unos dos metros. No existe ninguna razón para suponer algo distinto. El propio Ahumada Villegas
reconoce haber golpeado el chasis de la camioneta donde iba el acusado, cuando éste pasó de forma
rápida. Luego, Ahumada Villegas pasando por detrás de la camioneta, se vio frente al conductor y éste
le disparó. Esta dinámica, ratificada en parte por los videos donde puede apreciarse la secuencia, es
incompatible con una distancia mayor de tiro, ya no en términos técnicos, sino en los términos en que
los legos nos referiríamos al asunto.

173
El set fotográfico (3 fotografías) de Diaz Orellana adjunto a su peritaje, sólo da cuenta de
las muescas encontradas en las vestimentas, las que no aportan mayor dato a lo que pudo apreciarse en
la prenda misma.
De escasa relevancia también, fue considerado el testimonio de Pablo Zavala Cornejo, quien
explicó que tenía la calidad de gerente del Club Deportivo de Tiro Reñaca. Explicó el testigo que
administra el club referido, el que tuvo como socio al acusado, desde junio de 2019. Explicó la
dinámica de funcionamiento del club que maneja, la cual no presenta puntos que sean relevantes para
lo que acá se discute. El único punto que puede estimarse de cierta utilidad, es el señalamiento de los
días y horarios de funcionamiento que refirió el testigo. La posibilidad de considerar esta información
como útil, es conectarla a lo declarado por Guzmán Rojas en torno a que no puede ser efectivo lo
afirmado por el acusado, respecto que ese día volvía del club de tiro, ya que sencillamente éste estaba
cerrado.
El “documento de fecha 21 de enero de 2020 al Sargento 1° Claudio Leiva, de Pablo
Zavala informando las fechas de concurrencia del acusado al club de tiro”, carece de mayor
trascendencia para lo que acá debe resolverse. Dicho documento da cuenta que el acusado había
practicado tiro y que está familiarizado en mayor o menor medida con el mundo de las armas de fuego
(hecho que también se desprende de la entrega de cinco armas el día de los sucesos, como dieron
cuenta los funcionarios del procedimiento). Sin embargo, esta relación del acusado con las armas, no se
ha invocado como elemento fáctico integrante de algún tipo de agravante, calificante, o componente
subjetivo especial. Lo anterior, por cierto, sin perjuicio de lo que pudo señalarse a propósito de la
prueba del dolo.
No se consideró tampoco relevante la declaración de Matías Cisterna Manríquez,
funcionario de Carabineros de Chile, quien declaró como testigo de oídas, dando cuenta de lo que a su
vez oyó decir a un tal “Matthew Merricks”. El teniente relató que esta persona explicó que iba a
juntarse el día de los hechos con el acusado. El señor de apellido Merriks habría indicado el contexto
en el que habría conocido al acusado y una situación respecto al uso del chaleco amarillo por parte de
la persona de éste. Se trata de una declaración, que a la luz de la prueba rendida en la causa, no tiene
ninguna trascendencia sustantiva. El acusado no prestó declaración, no explicó las razones por las
cuales habría utilizado ese día un chaleco amarillo, ni si esto tenía o no algún significado sociológico.
Por tanto, la prueba destinada a desacreditar una coartada que fue prevista por la parte acusadora fiscal,
pero que no se materializó, no tiene relevancia. No se puede desacreditar lo que no se ha intentado
probar y siendo así, se trata de un elemento que no resulta determinante.
En el juicio prestó declaración Osvaldo Faunes Peña, perito balístico presentado por la
defensa, respecto de quien se consideró en este juicio, que su trabajo no constituía un aporte
significativo para decidir esta Litis. En el primer orden de ideas, el perito señala que respecto del
ofendido Ahumada Villegas la única manera de que el proyectil tuviese una trayectoria ascendente -

174
como se comprobó- sería que el mismo hubiese impactado previamente la vereda. Cree que por la
escasa distancia entre tirador y víctima, esa sería la única explicación posible. Lo cierto, es que la
diferencia entre el ingreso y salida del proyectil, como señala el médico legista, es de sólo 3,5
centímetros. El acusado, como dijeron los testigos, no realiza este primer disparo de pie, si no sentado
en la cabina del móvil en que se desplazaba, es decir a baja altura. No parece como posible, que la
única alternativa sea el disparo el suelo. Una trayectoria ascendente se puede alcanzar sin problema si el
tirador está situado (como de hecho lo estaba) a baja altura. Por otro lado, es obvio que la trayectoria
corporal del proyectil, atravesando un ser humano, puede sufrir un cambio de su trayectoria. El cuerpo
humano en cualquier zona que se le impacte, más o menos dura, existirán tejidos que pongan
resistencia al avance del proyectil y cualquier resistencia puede cambiar su trayectoria.
Las palabras de este último perito, respecto del tiro que terminó ingresando al vehículo marca
Hyundai, fueron descartadas sin más. El perito se refirió a que Carabineros habría encontrado una
muesca de pavimento en el suelo, cerca del móvil, lo que sería la constatación física del rebote. Este
antecedente, no apareció en ninguna de las declaraciones de los funcionarios de LABOCAR que
practicaron los trabajos y no fue referido por testigo ni evidencia alguna. Sencillamente, el perito estaba
equivocado, puesto que estaba haciendo referencia a un antecedente que en realidad nadie dio por
existente ni refirió. Por ende las conclusiones del perito sobre este punto en particular no se
consideraron válidas.
Finalmente, las afirmaciones del perito Faunes Peña, respecto de la idoneidad o capacidad que
puede tener el acusado en el manejo de armas, se consideró una línea de trabajo con muy pocas bases
sólidas, y con un propósito además indeterminado. El perito sólo dio cuenta de información que le
entregó el propio acusado, no señalando que éste hubiese hecho una verificación más o menos objetiva
de ninguno de los antecedentes que invocada. Por otro lado, tampoco se ve concretamente en qué
podría cambiar las cosas -en este caso concreto- el que tuviera un grado de manejo superlativo de las
armas. Salvo en contra de los propios intereses del acusado, en el sentido de que sabía muy bien lo que
hacía y qué arma tenía en sus manos, nada tampoco parece favorecerle.
La prueba documental “Informe complementario de médico tratante COMPIN-ISAPRE
correspondiente a Luis Ahumada Villegas, de fecha 16 de diciembre de 2019, suscrito por
Pablo Torres de la Maza”, se consideró una prueba de baja relevancia, por referirse a temas
ampliamente introducidos a juicio por la declaración del perito médico legista señor Tepper, del propio
afectado Ahumada Villegas, del informe médico suscrito por Peña Guzmán, entre otros.
La documental presentada por el ministerio público denominada “certificado de anotaciones
vigentes PPU HBGF.15” y “certificado de anotaciones vigentes PPU RR 7385”, se considera
que no aporta datos significativos a la investigación. La situación de propiedad, de regularidad de la
inscripción, o de vigencia del dominio, de los vehículos involucrados en los hechos, no tiene relevancia
para la solución del caso. Por otro lado, a través de la prueba testimonial, fundamentalmente con la

175
declaración de Jorge Guzmán Rojas, se conoció la singularización de cada uno de los móviles
involucrados y los datos más fundamentales de estos. En conclusión, la información que contienen los
certificados no es determinante y resulta redundante.
Los documentos denominados “oficio DGMN.DECAE.(S) N° 6442/4554/2019 con todos
sus anexos, 35 hojas en total de fecha 09 de diciembre de 2019” y “AUTORIZACIÓN PARA
COMPRAR , solicitud N° 5919382 de la Dirección General de Movilización Nacional de fecha
08 de noviembre de 2019” y “copias de credenciales de la DGMN del acusado John Cobin,
(dos hojas contenidas en Informe PDI 709 anexo 2)”, se consideraron de baja relevancia para la
solución de esta causa. En los hechos de la acusación se señala que el acusado tiene el arma con la que
cometió el delito inscrita a su nombre y en consonancia con esto, la acusación no le hace ningún
reproche legal en relación con la tenencia o porte de armas de fuego. Los dos documentos destacados,
confirman que efectivamente el acusado tenía inscrita el arma Sig Sauer y otras cuatro a su nombre, y el
segundo documento, da cuenta de una solicitud de autorización de compra de municiones, la que se
otorga bajo el alero de la ley de control de armas. El tercero, corresponde a la documentación tipo
credencial que se concede por la Autoridad Administrativa para justificar la regularidad de las armas
inscritas, más la condición de tirador deportista, antecedentes que, en el mismo sentido, no han sido
objeto de reproche a la persona del acusado.
El documento singularizado como “consulta R.U.N. Sistema Integrado de Búsqueda inte-
S.I.B.I. de R.U.N. 14.638.755-1”, sólo corresponde a un registro de consulta de base de datos cuya
información respecto de la inscripción legal de armas, va en consonancia con lo informado por la
Autoridad Administrativa, y en resumen se da cuenta de la inscripción de cinco armamentos a nombre
del acusado en su domicilio de calle José Suárez Reñaca.
El “Oficio N° 10 de la Oficina central nacional INTERPOL de fecha 06 de enero de
2020”, no entrega información relevante para la causa tampoco. Se da cuenta de una requisitoria que
tendría una persona cuya identidad que, a excepción de una letra, calza con la del acusado. Sin
embargo, no se ha invocado bajo ninguna fórmula, qué relevancia podría tener o dársele a este
antecedente y cómo podría el mismo aportar para acreditar o desvirtuar lo que acá se ventila.
El “oficio n° 3308 del departamento de migraciones y policía internacional de fecha 18
de diciembre de 2019”, cómo su propia singularización lo indica, este informe da cuenta de entradas y
salidas al país por parte del acusado. No se ve qué relevancia podría tener para la solución de esta causa
el movimiento migratorio que éste ha efectuado, tampoco ha sido invocado por las partes como un
antecedente relevante para la discusión de algún aspecto conexo a este juicio.
El “oficio N° 02/2020 de la Universidad Andrés Bello de fecha 06 de enero de 2020”,
tampoco parece tener mayor relevancia para lo que acá se resuelve. Los antecedentes profesionales y
laborales del acusado, dan cuenta de información personal de éste que no puede alterar lo acá

176
concluido ni es un antecedente que pueda, de alguna forma, bajo los parámetros legales, considerarse
para determinar la concurrencia de un tipo penal o el quantum del castigo.
El “documento de fecha 21 de enero de 2020 al Sargento 1° Claudio Leiva, de Pablo
Zavala informando las fechas de concurrencia del acusado al club de tiro”, tampoco se
vislumbra cómo pudiera ser utilizado para decidir lo que penalmente acá se discute. La práctica
deportiva de tiro es una actividad legal en Chile y regulada por la ley de control de armas y su
reglamento y la concurrencia o no del acusado a un club de la especialidad sólo da cuenta de su grado
de afición por esta actividad, más no de un elemento que deba ser considerado para formularle un
reproche.
Se consideró también como no determinante el testimonio de Cristian Becerra Díaz,
funcionario de Carabineros de Chile, quien explicó que oficia de perito traductor inglés-español,
acreditado por Academia de Ciencias Policiales, conforme explicó y justificó reconociendo el
documento extendido por dicha institución y que se le exhibiera en audiencia. Se le encomendó hacer
la traducción de un video, en el cual hablaría el acusado, el que explicaría que ha participado en un
incidente en la localidad de Reñaca, indicando que tuvo que utilizar un arma un verse amenazado. Se le
exhibió y reconoció el documento “traducción, suscrito por el traductor certificado por la
Academia de Ciencias Policiales de Carabineros de Chile, CRISTIAN BECERRA DÍAZ. (2
hojas), con copia del diploma de acreditación”, en el que dijo constaba la traducción del video.
Este elemento se consideró neutro y no relevante para acreditar la participación del acusado en los
hechos, por cuanto en rigor nada se sabe sobre qué video es el que el testigo señala ni el origen del
mismo. No hay claridad sobre qué elemento probatorio analizó, cómo se obtuvo ni cuándo se emitió
dicha grabación. En definitiva, no se sabe qué tan fiable este este elemento incriminatorio para vincular
al acusado con los hechos. De hecho, ni siquiera puede darse fe que el que grabó ese video,
corresponda a la persona del acusado.
VIGÉSIMO PRIMERO. PRUEBA DE LA DEFENSA: La defensa presentó a declarar a juicio al
perito Claudio Muñoz Pérez, investigador criminalístico, a quien se le solicitó pesquisar los hechos
materia de esta acusación, por cuenta de la Defensoría Penal Pública. El declarante no especificó haber
realizado entrevistas y señala que su trabajo se alimentó de “fuentes abiertas”, es decir, información
que circulaba en redes sociales y videos publicados en medio abiertos. Se le oyó decir que pudo
determinar la existencia de cuatro videos relevantes sobre los hechos sobre los cuales efectuó su
trabajo. El perito explicó cual era el contenido de cada uno de esos videos y durante su declaración se
introdujo el “set de 41 fotos contenidas en el informe pericial número 29-2020”. En estas
fotografías se destacó diversos pasajes y momentos de la secuencia de eventos que el perito consideró
relevantes para trabajar.
No corresponde al objeto de este fallo profundizar sobre lo que debe considerarse o no un
peritaje o, dicho de otra forma, cuál es la naturaleza de las labores cumplidas por el declarante. Para el

177
análisis, tomaremos su trabajo de acumulación de datos y de análisis y se hará una valoración del
mismo.
Puede señalarse, en primer término, que las imágenes que el testigo exhibió y a las que se
refirió, como objeto de su trabajo, por cierto, impresionan a las mismas secuencias de sucesos materia
de este juicio y a los que diera cuenta las grabaciones de “once videos anexos al informe OFAN n°
94 de la PDI, recopilados de redes …”. No hay nada en las imágenes exhibidas por el perito y
sobre las que trabajó, que pueda considerarse novedoso ni que le dé un giro sustantivo a lo que acá se
ha analizado. Se trata de los mismos sucesos captados desde otras ópticas y con imágenes congeladas.
Donde el relato del declarante aporta una real diferencia, es a la hora de concluir una tesis en
torno a cómo debiese analizarse lo que se está observando en las imágenes y como eso debiese
construir la historia judicial definitiva sobre lo acontecido. Se propone que, habiéndosele bloqueado el
camino al acusado, acechado por gente e intentado abrir una de sus puertas, él disparó en su propia
defensa.
Por cierto, que en esta última línea de su exposición no es posible coincidir. La valoración
probatoria debe inexcusablemente realizarse por el tribunal y se el producto de su proceso de
inducción.
La conclusión que propone Muñoz Pérez no resulta aceptable para el tribunal. La dinámica de
los hechos será analizada con detalle al hacerse cargo de eventuales cáusales de justificación, como
legítima defensa, o de exculpación, como el estado de necesidad justificante.
También se presentó a declarar Gabriel Salinas San Martin, antropólogo, y perito de la
defensa. Se consideró que su declaración no aportó mayores datos para resolver el conflicto planteado.
De partida, no se logró entender a cabalidad cuál era la pericia que practicó el profesional, qué
metodología utilizó, ni cuáles fueron sus conclusiones. Menos aún pudo asomarse este tribunal a
entender cuál sería la validez científica de su procedimiento. El hecho que el perito posea una larga
trayectoria profesional o estudios de posgrado, no transforma en científicas todas las informaciones
que éste emita. Sus asertos serán científicos, en la medida que sus conclusiones sean razonadas y el
camino por el que llegó a ellas, aparezca respaldado por un estándar regulado por una ciencia o arte. Lo
anterior, evidentemente, no sucedió en la especie. El profesional sólo dio cuenta de haber recibido una
declaración del acusado, la que éste a su vez vertió en juicio, matizándola con algunos elementos
propios del contexto en que ocurrieron los hechos, de historia de vida del acusado y de idiosincrasia de
la sociedad norteamericana. Si lo que se pretendía era acreditar con este medio una deficiente
adscripción del acusado a las normas culturales y sociales chilenas, la propuesta a todas luces naufraga.
El acusado, conforme lo explicó el mismo perito, lleva entre 15 a 20 años en Chile, es una persona
preparada y culta, que pertenece al ambiente académico, y que tenía plena conciencia que en el país le
era prohibido portar armas. Mal podría con estos antecedentes invocarse que no comprendía o no
entendió la normativa vigente. Tampoco es algo siquiera que la defensa haya argumentado. Por otro

178
lado, tampoco es posible afirmar que únicamente por tener nacionalidad norteamericana, el acusado,
deba entenderse que llevaría una especie de genotipo que lo predispone a utilizar armas de fuego
cuando se considera amenazado. Es de público conocimiento que en la sociedad americana el derecho
a portar armas es considerado un derecho fundamental. Pero ello no implica, que la responsabilidad
por el uso de las armas de fuego, una vez que decidan usarse, sea menos riguroso. La posibilidad o
derecho de portar un arma de fuego, no implica que el juzgamiento de los delitos que puedan
cometerse con ella sea más benevolente. El derecho, lleva de la mano la responsabilidad y no hay razón
alguna para razonar de manera diversa en el presente caso.
Sebastián González Martínez, perito de la defensa, médico cirujano, concurrió a exponer las
conclusiones de su trabajo relativo a la trayectoria de los disparos realizados. El médico dio cuenta de
una extensa trayectoria profesional en materia de medicina forense, tanto en el ejercicio práctico como
en el plano de la docencia. Impresionó como una persona preparada, que explicó satisfactoriamente su
trabajo y lo expuso con rigurosidad. Sin embargo, sus dichos, no se estimaron concluyentes en torno a
acreditar (o establecer como un hecho probable) que el acusado hubiese realizado un disparo al suelo y
no a la persona de Ahumada Villegas. El perito propuso como hipótesis, que el disparo que recibió
Ahumada Villegas, debe haber dado en otro cuerpo antes de impactarlo. Dicho de otro modo, podría
haber alcanzado a Ahumada Villegas previo rebote en otra superficie. Llega a esa conclusión
principalmente, considerando que el proyectil se fragmentó y que le parece poco probable que esta
división sea el resultado del impacto en el cuerpo, considerando que no golpeó zonas duras en el
mismo (hueso). Por ello, establece como hipótesis probable que el proyectil golpeó un cuerpo diverso
antes de impactar a Ahumada Villegas. O sea, que entre tirador y víctima hubo un “impacto
intermedio”.
No se comparte la conclusión propuesta por el perito por razones de diversas índoles. En
primer término, el propio perito admite que no tiene conocimiento de balística y la dinámica relativa a
esa especialidad parece trascendental para poder establecer una conclusión certera en la materia. No es
necesario ser un experto para adivinar que gran parte de la evolución que pueda tener en el cuerpo un
proyectil dependerá de su construcción y características, cosa que el perito no consideró de forma
alguna.
Por otro lado, hay al menos cuatro testigos presenciales que se consideraron creíbles, los que
exponen que el disparo a Ahumada Villegas fue directo y con el brazo en paralelo al suelo. Por muchas
razones que se puedan esgrimir para construir probabilidades técnicas, lo cierto es que es un hecho
sobre el cual los testigos tuvieron consenso.
Finalmente, tampoco parece probable que el proyectil se haya fragmentado producto del
impacto en un cuerpo intermedio, o derechamente en el suelo, antes de dar con el afectado Ahumada
Villegas. Para rechazar esta tesis se apela a reglas de lógica que pueden ser manejadas por el hombre
corriente. Si el proyectil se hubiese fragmentado al golpear el suelo, u otro cuerpo intermedio, no se

179
explica que el lesionado haya tenido una parte del mismo en su cuerpo (así señaló el propio perito que
se podía apreciar en el documento “copia de Informe médico suscrito por LUIS PEÑA
GUZMÁN y correspondiente a LUIS AHUMADA VILLEGAS…”) y que a la vez haya tenido una
herida por salida de proyectil balístico (conforme refirió el perito Tepper Maturana y aceptó también
como un hecho cierto este declarante). En otras palabras, si es un hecho objetivo que al menos un
trozo de proyectil salió de Ahumada Villegas y que parte del mismo se mantiene en su cuerpo, es
posible afirmar que al menos en el afectado se presentan vestigios de dos fragmentos o trozos de
proyectil. Sin embargo, como vía de entrada, sólo registra una herida por proyectil balístico, con la
forma característica de una bala según pudo además apreciarse en las fotografías. Por ello, si lo que nos
consta es una vía de entrada para una masa sólida, un resto de masa sólida y, a la vez, una vía de salida,
sólo podemos colegir que la división de esta masa se realizó al interior del cuerpo de la víctima. Si la
división hubiese sido fuera del cuerpo de Ahumada Villegas, como se propuso, Ahumada Villegas
debía presentar dos heridas de ingreso de proyectil balístico y no una.
Además, debe recordarse que según explicó Labrín Tapia, este tipo de proyectiles, los .40,
tienen cabeza plana y están diseñados para detenerse al impacto, para provocar mayor daño. Por ello,
resulta razonable que el proyectil pudiera en parte haber quedado en el cuerpo del lesionado, porque
para eso precisamente fue diseñado.
Valeria Silva Guzmán, cajera de un local de venta de empanadas situado en Reñaca, concurrió
a declarar también como testigo de la defensa. Al parecer, lo que se pretendía con su declaración, era
asentar como un hecho establecido que, aquel día 10 de noviembre pasado, se respiraba una atmósfera
tensa, de violencia potencial y, que en definitiva, los fenómenos ocurridos al caer la noche, no tuvieron
que ver con el comportamiento que se atribuye a Cobin. El tema de la causalidad entre las acciones del
acusado y los desordenes públicos acaecidos ese día, fueron abordados con profundidad en el motivo
décimo noveno, no pudiendo establecer la necesaria ligazón entre dolo-acción-resultado, por lo que se
liberó al acusado de este capítulo de la acusación.
VIGÉSIMO SEGUNDO. SITUACIÓN DE AMENAZA O PELIGRO VIVIDA POR EL
ACUSADO: La defensa alegó, con distintos énfasis y argumentaciones legales, que habría existido una
percepción de peligro sufrida por el acusado, por una situación que objetivamente podía ser
consideraba peligrosa. Explicó lo anterior por la acumulación de una serie de factores, que iban desde
lo social que en esa fecha sucedía, hasta elementos muy concretos basados en la acumulación de
personas en la esquina y los intentos de detener el tránsito, entre otras razones. Todo ello generaba una
atmosfera donde era razonable que una persona pudiese sentir miedo y percibir la existencia de un
peligro cierto a su integridad física y vida, argumentó la defensa. También sugirió en términos
genéricos primero, la concurrencia de una atenuante o eximente, ya sea total o incompleta. Luego, en el
alegato de cierre, precisó que su petición era la de aplicar “más bien” el estado de necesidad exculpante
del artículo 10 Nº 11 del Código Penal, en desmedro de la legítima defensa.

180
Toda esta línea de alegaciones discurre sobre la base que, bajo el nombre que sea (agresión
ilegítima, mal, peligro, etc.), lo que vivió el acusado fue una situación que pudo percibir como apremio
y peligro y, frente a ella, el ordenamiento jurídico le habilitaba para reaccionar incluso mediante la
realización de acciones típicas.

A juicio del tribunal, no existió una situación ni de agresión ilegítima ni mal grave que pudiese
ser considerada como la antesala que validara su reacción.

El artículo 10 Nº4 del Código Penal, señala “están exentos de responsabilidad criminal…

4.° El que obra en defensa de su persona o derechos, siempre que concurran las circunstancias siguientes:

Primera.-Agresión Ilegítima...”

A su vez, el numeral 11° del mismo precepto dispone que también esta exento de
responsabilidad penal “el que obra para evitar un mal grave para su persona o derecho o los de un tercero, siempre
que concurran las circunstancias siguientes:

1ª. Actualidad o inminencia del mal que se trata de evitar…”.

Estas causales de justificación y exculpación respectivamente, liberan de reproche el obrar


típico de una persona, cuando el sujeto sufre o sufrirá una agresión ilegítima y el Estado no se
encuentra en posición para defenderlo y, cuando, viéndose víctima actual o inminente de un mal grave,
decide sacrificar otro bien jurídico, de un tercero, bajo las demás exigencias que establece el precepto
citado. Ambas causales, operan sobre la lógica de que se está sufriendo un determinado atraque o mal,
en este preciso momento, o que se lo va a sufrir de manera inminente y próxima.

En la primera causal de justificación, el legislador fundamenta su admisión en la imposibilidad


del Estado para evitar todo ataque antijurídico y ante esa imposibilidad se habilita al ciudadano a
defenderse. En la segunda causal invocada, esta vez exculpación, la justificación está en que no sería
exigible que la persona obrase razonablemente de otro modo, sacrificando pasivamente un bien
jurídico. Lo que tienen en común ambas causales, más allá de en qué elemento de la teoría del delito se
ubiquen, es que en ambas lo que se valida es una reacción frente a la inminencia de un ataque o mal
que se sufrirá, para prevenirlo (si es que todavía no se lleva a cabo) o para ponerle término (si es que se
está actualmente ejecutando).

Estas causales no operan bajo la lógica de que la agresión o mal ya se hayan sufrido, porque
cuando ellos sucede, nunca el ordenamiento jurídico valida el comportamiento revanchista posterior de
quien sufrió la agresión o mal. El ordenamiento penal puede delegar las facultades preventivas de
policía, como sucede en la legítima defensa, o comprender y exculpar a quien a un costo alto evita
sufrir un mal, sacrificando otros bienes jurídicos de terceros. Lo que el ordenamiento nunca avala es

181
que una vez ya sufrido un acto de agresión o de vivido “un mal”, el sujeto tome la justicia por mano
propia. La venganza privada nunca es validada por el derecho. Expropiar el conflicto penal de las
manos de los particulares es uno de los presupuestos del Estado de Derecho y del llamado “contrato
social”.

En la especie, el tribunal logró convicción, que lo que sea que hubiese sufrido el acusado y que
la defensa calificaba de mal o agresión, cesó con anterioridad a los disparos. Por lo tanto, no había
agresión ilegítima que repeler, ni mal grave que evitar. A continuación revisaremos la prueba
presentada que puede ser atingente con el punto.

Luis Ahumada Villegas, Daniel Molina Meza, Nieves Pinto Campos, Sebastián Valdés
Muñoz, Consuelo Osorio Roca, Jaime Soto Herrera y Valeria Silva Guzmán, son testigos
presenciales de los hechos que fueron considerados como creíbles por el tribunal según ya se analizara
sus relatos. Todos estaban a muy poca distancia del tirador y observaron la totalidad los eventos. La
dinámica en general que ellos describen, en eso son coincidentes, es que se encontraba un tercer
vehículo detenido, al que singularizan como un Citröen Xsara, con uno de sus tripulantes que se bajó a
bailar. Cuando el tripulante de este vehículo vuelve a bordo, lo manifestantes que tenían bloqueada la
calle se abren paso para dejar que este móvil continúe su marcha. El conductor de la camioneta
Mahindra, el acusado, aprovecha ese instante para romper el bloqueo también, evitar ser parado y
acelera. Al acelerar los transeúntes o manifestantes reaccionan gritando y algunos de ellos golpeando la
carrocería del móvil, deteniéndose la camioneta unos metros más adelante. Esta dinámica que
describen los testigos anteriores se apreció claramente por el tribunal en la prueba denominada “once
videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI…”. En el vídeo uno y dos se ve claramente la
acción de aceleramiento del acusado tendiente a evitar ser detenido, y en el vídeo tres se aprecia con
singular claridad, desde otra toma, la reacción airada de los peatones cuando el conductor pasa a una
velocidad rápida por el lugar.

Lo que se relata por los testigos y se ve en los videos, en definitiva, es que el acusado
probablemente para evitar ser detenido realizó una acción de velocidad, que fue percibida como
riesgosa por los manifestantes. Por este motivo, las personas reaccionaron gritando, golpeando la
carrocería del móvil Mahindra y/o lanzándole cosas, pero éste logra superar cualquier obstáculo
humano, deteniéndose cuando tenía posibilidades ya de seguir de largo. En esas condiciones se generó
el primer disparo.

Los disparos restantes se generan aún en condiciones mucho más seguras para el tirador y sin
que ya ni siquiera hubiese presencia humana inmediatamente cerca de éste. En los segundos disparos,
el acusado se da maña para tomar el arma con las dos manos y apuntar en distintas direcciones, con los

182
dos pies en la calzada y con varios metros en los cuales moverse libremente (se ve claramente en los
videos cinco, seis y siete del “once videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI…”.).

El funcionario policial Jorge Guzmán Rojas, repitió en varias ocasiones, que el acusado tuvo
la posibilidad de retirarse del lugar sin riesgo a su persona, ya que superado el primer intento de
bloqueo de la calle, tenía las tres vías despejadas de la calle Ignacio Carrera Pinto. Esta situación
descrita por el testigo efectivamente se corrobora en los videos contenidos en la prueba “once videos
anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI…”. En ellos se aprecia nítidamente la camioneta en que
se desplazaba el acusado, deteniéndose en medio de la calzada, sin que personas obstruyeran el
tránsito, y se ve también al conductor, enfrentando y apuntando hacia las personas que estaban detrás
de la camioneta, es decir personas a las que podría haber dejado a una distancia considerable con sólo
acelerar su vehículo. No se aprecia así una situación de riesgo o agresión directa o inmediata hacia su
persona.

En relación con los golpes dirigidos al vehículo, como se aprecia fundamentalmente en el


vídeo dos, en sus tres primeros segundos, fueron sólo golpeteos en la carrocería de carácter menor, y
con las manos. Cuando los transeúntes ya decididamente le lanzan objetos, un puntapié y en especial
una piedra a un vidrio del móvil del acusado, es luego de la realización de sus disparos. Por lo tanto,
contrario a la lógica que propone la defensa, las que pueden ser consideradas agresiones relevantes al
vehículo son posteriores a la acción del acusado (y si se quiere consecuencia de la misma), develado ya
que estaba armado y no al revés.

Es necesario también señalar, en este orden de consideraciones, que el acusado no prestó


declaración ni justificó su reacción en una situación defensiva, sino que la explicación de verse
amenazado, es otorgada por su defensor, debiendo el tribunal suponer que en realidad la fuente
informativa corresponde precisamente al encartado. Por cierto, que el derecho de guardar silencio es
una garantía procesal básica, incuestionable, cuyo ejercicio no puede acarrear ninguna consecuencia
negativa. Pero se comprenderá, que si lo que se pretende es transmitir una sensación subjetiva y quien
supuestamente la vivió no está dispuesto a afirmarlo en tal sentido, la propuesta de la defensa parece
muy débil. Si la defensa consideraba que su representado se encontraba amparado por una causal de
justificación o exculpación, para acreditarlo era necesario un esfuerzo probatorio más denodado y
decidido, algo más que la mera conjetura de posibilidades.

El único antecedente que se tiene sobre alguna versión del acusado, son las palabras del
funcionario investigador Guzmán Rojas, quien afirmó haber oído una declaración prestada por el
acusado, ante el juez de garantía, en la etapa investigativa. En la misma habría declarado el acusado,
señalando que ese día iba al club de tiro de Reñaca y, al regresar, habría sufrido una agresión de la que
se defendió con su arma, la que habría cargado al instante. El funcionario reconoció el documento

183
“dos imágenes obtenidas de redes sociales con la información pública relativa al Club de tiro,
sus instalaciones y horarios, contenidas en Informe N° 353 SEBV”. Explicó el funcionario, que
según podía verse en las imágenes publicadas en las redes sociales por el club de tiro de Reñaca, éste ni
siquiera funcionaba los días domingos, conforme se publicaba sus horarios. Por otro lado, el
declarante, a través de los medios de prueba “un plano de Reñaca, referente a lugares relevantes
de la investigación, contenida en informe 353 SEBV”, “dos planos sitio del suceso y detención
contenidos en informe 65 SEBV” y “3 fotografías del exterior del club de tiro de Reñaca y
calles aledañas”, explicó que la versión entregada por el acusado, tampoco era razonable, porque
atendida la dirección de las calles, y la triangulación de su domicilio con el club de tiro, la ruta que
describía (y que constaba) que había seguido el acusado no era la lógica.

Conforme lo que se ha venido desarrollando, no se acreditó la existencia de una agresión


ilegítima ni un mal grave que amenazara a la persona del acusado. Lo que éste estuvo a punto de sufrir,
fue un bloqueo de la vía, ilegítimo por cierto, que afectaba su libertad de tránsito, pero que en todo
caso no alcanzó a producirse. Lo acreditado en la causa, corresponde a una acción de venganza que
llevó adelante el encartado cuando no existía ninguna situación ostensible de peligro o amenaza para su
persona.

No habiéndose justificado la existencia de una agresión ilegítima o de un mal grave, no


corresponde aplicar ni siquiera la misma como atenuante privilegiada, que se conoce también como
eximente incompleta del artículo 11 N° 1 del Código Penal.

Para “…obrar en defensa” o “…evitar un mal grave”, que son los términos de la cláusula legal,
se requiere que exista algo de lo que defenderse o una situación que rechazar. Si no existe esta agresión
o mal, ninguno del resto de los presupuestos carece de sentido. Si no concurre el requisito fundacional
básico, lo que sucede en realidad, es que no estaremos en presencia del instituto. Si una persona realiza
un “acción defensiva” típica sin haber sido atacado de forma alguna, lo que está haciendo en realidad –
podemos afirmar de forma primaria- es cometer lisa y llanamente un delito. Si quien realiza un
comportamiento típico, no lo hace para repeler o rechazar un mal, en términos generales, se encuentra
en la misma situación anterior. Las causales eximentes como éstas, que juzgan una reacción, no podrán
existir si no hay una acción que la preceda. Al faltar este básico componente, no pueden estimarse
como concurrentes de forma incompleta como lo proponía la defensa conforme al artículo 11 N° 1 del
Código Penal.

VIGÉSIMO TERCERO. OTRAS ALEGACIONES DE LA DEFENSA: En este apartado,


corresponde hacerse cargo de ciertos alegatos o líneas argumentativas de la defensa, en la medida que
no hayan sido abordadas antes en los motivos precedentes. A saber:

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a)Cuestionamiento a la verdadera percepción del testigo policía Jorge Uribe Zapata: La
defensa, en su alegato de cierre, cuestionó la credibilidad de este testigo. Señaló que el mismo no habría
podido percibir lo que afirmaba. Este alegato se consideró que no tenía asidero. No existe ninguna
razón en lo particular para suponer fundadamente que este testigo estaba tapado y que no pudo ver lo
que dice que vio. Aún cuando el lugar estaba atestado de gente, la densidad aun permitía distinguir lo
que sucedía. Así se aprecia en las imágenes captadas en los videos que fueron exhibidos y que el
tribunal tuvo a la vista. Por lo demás, si la defensa cuestionaba la credibilidad y capacidad de
percepción de este deponente, hubiese sido esperable que se le dirigiese algún tipo de pregunta al
respecto en su contra examen, lo que no sucedió, para que no quedara todo situado en el plano de la
mera conjetura.
Por otro lado, la defensa también obvía qué lo que declara este testigo, no sólo es reafirmado
por los videos sino también por los testigos presenciales: Consuelo Osorio Roca, Jaime Soto
Herrera, Sebastián Valdés Muñoz y Nelson Rivera Toro.
Por ello, se consideró que las objeciones de la defensa respecto de este testigo son genéricas y
no tienen un asidero concreto;
b)Que haya sido un funcionario de la SEBV y no uno de una brigada especializada el que
condujera protagónicamente la investigación: La defensa cuestionó, que la investigación hubiese
sido dirigida por el funcionario Jorge Guzmán Rojas, de dotación de la SEBV, ya que, se explicó, se
trataría de una unidad investigativa orientada a la búsqueda de vehículos y no a la solución de
homicidios.
Se consideró que esta objeción de la defensa carecía de fundamento. En primer término, no es
posible sostener que un oficial investigador por pertenecer a una brigada determinada no pueda
participar en investigaciones de otro género. No existe impedimento legal ni técnico para ello. Además,
resulta absolutamente esperable que, en determinados casos de cierta connotación, donde se disponen
de mayor cantidad de recursos humanos y premura por avanzar, se trabaje con gente de diversas
unidades o brigadas. Lo que debe ser relevante a la hora de analizar un testimonio, debería ser la
capacidad personal y gestión realizada y no la unidad a la que pertenece. Conforme se explicó, Guzmán
Rojas, se trató de un diligente funcionario investigador, que estaba al tanto de todos los pormenores de
la causa, y que había analizado todo el material disponible.
No se indicó ni sugirió, por lo demás, ningún ítem o aspecto en que, por falta de competencia
de este funcionario, se hubiese realizado mal una diligencia investigativa. No se trata así más que una
objeción meramente formal y teórica.
Por otro lado, tampoco puedo obviarse el hecho que en la presente causa se trató de un delito
flagrante, que culminó con una detención pocos instantes después de los hechos. Se entendería esta
objeción en algunas hipótesis de complejas e intrincadas diligencias investigativas, que requirieren una
especial capacidad técnica. No parece por cierto conveniente que, a cargo del cruce de información y

185
flujo entre teléfonos, esté a cargo una persona sin capacitación ni experiencia. Sin embargo, lo que acá
existió fue una actividad destinada a recabar información que se encontraba en gran abundancia,
incluida en medios de prensa locales, que fue precisamente lo que hizo el policía unificando este gran
cúmulo de datos.
Por ello, este juicio crítico planteado por la defensa se desestima y no se comparte;
c)La defensa reclama que la acusación no contendría referencias al ánimo y sugiere que de
condenar por homicidio se vulneraría el principio de congruencia procesal: Esta línea de
reclamos parece no tener ningún tipo de fundamentos que le hagan plausible.
El principio de congruencia procesal tiene un contenido fundamentalmente fáctico, relativo a
los hechos y la función principal del mismo es que se mantenga el objeto procesal del juicio, con todo
lo que ello significa en materia de certeza jurídica y del derecho de defensa. Basta revisar al respecto el
contenido del artículo 341 del Código Procesal Penal, en su inciso 1º: “la sentencia condenatoria no podrá
exceder el contenido de la acusación. En consecuencia, no se podrá condenar por hechos o circunstancias no contenidos en
ella”.
La simple lectura de la acusación, donde se sindica la realización de disparos con arma de
fuego, y luego se le atribuye un contenido homicida a la hora de calificarlos jurídicamente, hace
imposible justificar que lo que se está resolviendo sea distinto del objeto del juicio. El contenido de la
acusación es claro: es un juicio -en lo atingente- sobre homicidios imperfectos. Basta una simple y
rápida lectura del auto de apertura, para saber que de eso se trata precisamente lo que se le acusa, en un
contexto espacio temporal determinado.
Por otro lado, tampoco es aceptable ni razonable que se pida describir un aspecto interno
como el dolo cuando en realidad lo externo, lo relativo a la conducta, lo fáctico, es lo que está y debe
estar descrito en la acusación;
d)No existiría prueba “científica” que de cuenta que uno de los disparos se realizó desde la
camioneta: a juicio del tribunal esta línea de reclamos no puede tener aceptación ni repercusión en lo
decidido. Cristina Morales Pezoa, perito químico del Laboratorio de Criminalística de la P.D.I., que
analizó las muestras químicas levantadas de la camioneta, explicó que se trata de una prueba muy frágil,
cuya mantención en el tiempo está condicionada por una serie de variables temporales, climáticas,
incluso hasta casuales. Es también una prueba vulnerable a la intervención voluntaria y dolosa realizada
por terceros. La prueba química no arrojó resultados, pero ello no significa que el disparo no se haya
producido desde la camioneta. Ello significa que el vehículo o bien fue limpiado o bien por las
características y condiciones del clima, lugar y el paso del tiempo, no fue posible recuperar los residuos
químicos correspondientes. La ciencia tiene sus limitaciones y así lo explicó la declarante. Debe tenerse
en consideración que en aquella parte no aportada directamente por la prueba científica existió
abundante información que dio cuenta de la realización del cuarto disparo desde la camioneta,
conforme se analizara en el motivo respectivo.

186
El relato visual y narrativo mas gráfico de este disparo lo hizo Guzmán Rojas, quien exhibió
una grabación de la secuencia desde la vereda oriental de calle Ignacio Carrera Pinto, del medio “once
videos anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados de redes” (video 8) donde se siente
el estruendo del disparo, se ve la gente arrancar y se aprecia la camioneta pasar;
e)La referencia de Tepper Maturana a que Ahuamada Villegas pudo haber tenido la pierna
izquierda en alto y eso explicaría la trayectoria ascendente del proyectil (no esta en su
peritaje). Se trataría de una información que no constaba en el informe pericial:
Este tribunal no posee ninguna forma o medio eficiente para confirmar o descartar la
efectividad de los señalado por la defensa. No es posible conocer el resultado escrito del informe del
perito. Se trató sólo de la alegación verbal de esta parte. Sin embargo, al tribunal no le impresionó
como un elemento que realmente fuera relevante y que el perito debía precisarlo en términos
gramaticales en su informe. Si el informe escrito bastará por sí solo, no se requeriría la presencia del
perito en el juicio oral y por cierto, es natural, que la declaración de un perito en una audiencia
adversarial, sea mucho más precisa y detallada que su informe escrito previo. Como también podrá
haber ocasiones en que suceda lo contrario. Se trata de antecedentes y pruebas distintas, mientras el
informe escrito es un antecedente de investigación, de carácter preparatorio, la declaración del perito es
la prueba propiamente tal en el juicio oral. Si un perito va a declarar de forma mucho más extensiva
que su informe escrito, lo sabemos quienes operamos en el sistema, dependerá del grado de
controversia que se presente en la causa. Lo anterior, no obstante, no significa que el perito esté
ocultando o tapando información.
Sin embargo, a la luz de todo lo discutido y lo debatido en esta causa, si Ahumada Villegas le
señaló al perito que había levantado la pierna o no al momento de recibir el impacto no parece ser un
dato relevante. No fue un hecho discutido que el informe pericial precisaba con todo detalle la
trayectoria del disparo, la altura de ingreso y de salida del proyectil. Por ello la trayectoria, se trataba de
un dato completamente transparentado. El perito, en términos generales, no es una persona que tenga
el deber de tomarle declaraciones a quienes ante él concurren. La información que era determinante
para su trabajo la hizo constar, lo que no ha sido controvertido;
f)La no existencia de rastros científicamente comprobables que dan cuenta de un disparo a
corta distancia, comprobaría la tesis del rebote (disparos al piso): El defensor sostiene que el no
hallazgo de muestras físicas o químicas que den cuenta de un disparo en el pantalón de la víctima
Ahumada Villegas, justificaría la tesis del rebote y que el disparo -el primero al menos- se habría
direccionado al suelo.
Más allá de lo que ya se ha dicho, es posible señalar que no se sabe a qué se refieren los peritos
cuando hablan de disparo a “corta distancia”. Podrían estarse refiriendo a escasos centímetros, a un
metro, o una distancia mayor. Si corta distancia, por ejemplo, fuera menos de un metro, no hay nada

187
de coyuntural en lo planteado por la defensa, ya que es esperable que esos rastros no estén ya que
nadie sostuvo que el disparo fue en tan breve trecho.
En segundo lugar, y tal como se razonó en los motivos duodécimo y décimo cuarto letra d),
existen, en lo concreto, diversos testigos presenciales que dan cuenta que los disparos fueron realizados
por el acusado apuntando directamente al objetivo, que era Ahumada Villegas (en primer término), con
el brazo paralelo al suelo, y en dirección a su cuerpo. Soto Herrera, Rivera Toro, Valdez Muñoz y el
propio Ahumada Villegas, dieron cuenta que el disparo fue directo al cuerpo, apuntándole el acusado
directamente a la víctima y no al suelo.
Por otro lado, en relación con los disparos realizados cuando se efectuó la segunda detención el
acusado (disparos dos y tres) que es la que puede verse en varias tomas de la prueba “once videos
anexos al informe OFAN n° 94 de la PDI, recopilados de redes”, ello resulta completamente
infundado. La simple visualización de los videos, permite ver a la persona que se identificó como el
acusado, claramente disparando al frente, con sus dos manos empuñadas hacia delante. Si el disparo
dio en el suelo, fue sólo 50 metros más adelante y por efecto de una angulación con la que disparó.
Conviene recordar que la posibilidad del rebote, dicho de otra manera, la alternativa de la que el
acusado hubiese disparado al suelo para disuadir, no es más que un planteamiento teórico que ni
siquiera ha planteado el propio acusado declarando tampoco. De los distintos elementos referidos
pudo colegirse su dolo;
g)“El que baila pasa” hoy día es delito y no tendría el acusado carga alguna de tolerarlo: Tal
como se desarrollara en el motivo anterior, el acusado no se alcanzó a enfrentar a un bloqueo en la
calle, si no más bien una escaramuza o intento de aquello, ya que logró sobrepasarlo acelerando su
móvil. Bien pudo, por ejemplo, en esa acción de pasar rápido, haber dejado a un transeúnte lesionado y
se discutiría hoy, legítimamente, si tenía el acusado la obligación de detenerse o si pudo repeler un acto
ilegítimo, aún al costo de atropellar a alguien.
Es cierto. Esta interrogante planteada es meramente especulativa, pero con su ejemplificación
queda a luz una realidad evidente. No estamos en el terreno de analizar los “costos” de repeler una
perturbación a la libertad ambulatoria del conductor. Ese sería el estado de las cosas si la acción del
acusado hubiese sido la de repeler el intento de que se movilizara. Acá hablamos de un fenómeno
distinto y en eso considera el tribunal que yerra el análisis de la defensa. Un vez que el acusado logra
superar el intento de bloqueo, sin dañar a nadie, cuando ya decide detenerse, no es porque estaba
presionado para hacerlo, sino porque decidió cobrarse revancha contra los que lo habían insultado,
lanzado cosas al pasar o golpeado el chasis del móvil.
No estaba obligado el acusado a tolerar actuaciones ilegítimas, pero disipado el peligro sí estaba
compelido para abstenerse de hacer la justicia en sus términos personales, de la manera en que se ha
referido.

188
VIGÉSIMO CUARTO. ALEGACIONES Y ANTECEDENTES PARA LA
DETERMINACIÓN DE LA PENA: Conocida la decisión de condena, las partes realizaron en la
audiencia respectiva, las siguientes peticiones:
La fiscal sostuvo que al acusado le beneficia la atenuante del artículo 11 Nº6 del Código Penal.
Adjunta extracto de filiación y antecedentes del acusado. Por el delito de homicidio respecto de
Ahumada, ejecutado frustrado, concurriendo una atenuante y ninguna agravante, por la extensión de
daño físico y psicológico, pide siete años de presidio, accesorias, comisos de evidencias materiales, dos,
tres, cuatro y cinco. Argumenta los efectos físicos y psicológicos que él padeció.
Respecto de Daniel Molina Meza, homicidio ejecutado tentado, pide por efecto del artículo 51,
una pena de cuatro años, accesorias legales y costas de la causa. Hace presente el daño psicológico de
ambas víctimas, en especial del de Nieves Pinto. Daniel Molina Meza además se vio afectado en su
bien material, este perdió su bien y no ha tenido reparación.
Del articulo 14 D (de la ley de armas), pide la aplicación de una pena de cuatro años de
presidio, pide el comiso de las evidencias dos, tres cuatro y cinco.
Entiende que ello cumple la extensión de los daños y se condice con la prueba rendida en
audiencia.
La querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el abogado
Andrés Lagos Levancini), señala que se adhiere a las peticiones de la fiscal.
La querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados Carlos Oliva
Ballon y Rita Díaz Torres), señala que concuerda con la calificación, no se pudieron demostrar las
agravantes. Considerando el mal causado, el tratamiento que tiene Luis Ahumada, hasta la fecha. Pide
la pena de presidio mayor en su grado mínimo, a diez años efectivo. No se pronuncia de los demás
delitos.
La defensa indica que concuerda con el Ministerio Público en cuanto a la concurrencia de la
circunstancia atenuante del artículo 11 Nº6 del Código Penal, como coincide con su extracto de
filiación y antecedentes exento de anotaciones y que respecto de las circunstancias atenuantes
contempladas en los números 8º y 9º del artículo 11 del Código Penal se remite a la clausura,
oportunidad en que las alegó.
En cuanto a la circunstancia atenuante del artículo 11 Nº6 del Código Penal, solicita que sea
considerada como muy calificada, en cuyo apoyo incorpora el informe social elaborado por la asistente
social Katherine Henríquez Campos de la Defensoría Denal Pública. En el mismo se da cuenta de las
circunstancias de vida del sentenciado y su grupo familiar, refiere la metodología, con los antecedentes
socio familiares y hace presente que se trata de una persona de 58 años de edad, que a esa edad nunca
antes tuvo contacto con situaciones de delictivas. También se consignan en el informe las dolencias
médicas de John Cobin, quien sufre de hipertensión, entre otras; se refieren los estudios superiores y

189
de postgrado del mismo. También aludió la defensa a declaraciones juradas de testigos quienes hicieron
referencia a su participación en actividades académicas, de Iglesia y, en general, de ayuda a la sociedad.
En lo que dice relación con la circunstancia atenuante contemplada en el artículo 11 Nº7 del
Código Penal, de reparación celosa del mal causado, da cuenta de dos depósitos de fecha 12 de enero
de 2020 por la suma de $500.000 y de fecha 19 de febrero de 2020 por la suma de $400.000,
efectuados en la cuenta corriente del Juzgado de Garantía de Viña del Mar, debiendo tenerse en
consideración que el sentenciado lleva alrededor de un año en prisión preventiva, por lo que no genera
ingresos propios y su cónyuge tampoco, dificultad que no le impidió hacer depósitos de la magnitud
expresada.
Respecto de la determinación de la pena, en el caso del delito de homicidio frustrado en la
persona de Luis Ahumada, en conformidad a las atenuantes alegadas, ya sea por la concurrencia de dos
o más atenuantes o por la configuración de una atenuante muy calificada, señala que corresponde la
imposición de la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio.
Para el delito de homicidio tentado en la persona de Daniel Molina, corresponde también la
rebaja de la pena asignada al delito tentado en dos grados, con lo que la pena corresponde reducirla a
61 días de presidio menor en su grado mínimo.
En el caso del delito de disparos injustificados en la vía pública, de acuerdo con lo dispuesto en
la ley de control de armas, solicita imposición de la pena en su mínimo de tres años y un día de
presidio menor en su grado máximo.
Respecto de la forma de cumplimiento de la condena, solicita la pena sustitutiva de libertad
vigilada intensiva, para lo cual solicita se efectúe control de convencionalidad en relación con el delito
contemplado en la ley de control de armas, según ya se ha declarado reiteradamente por el Tribunal
Constitucional en cuanto a la inconstitucionalidad de la regla que impide la aplicación de penas
sustitutivas en los delitos prescritos en la citada ley, argumentando que, aún efectuando la acumulación
material de las penas, se cumple por el sentenciado con los requisitos establecidos para esta pena
sustitutiva.
Finaliza solicitando se haga aplicación a lo previsto en el artículo 38 de la ley 18.216 y se omita
en los antecedentes penales del sentenciado la condena impuesta en esta causa, se le exima del pago de
las costas, por haber sido defendido por la Defensoría Penal Pública y no haber sido totalmente
vencido, y hace presente, para los efectos del cómputo de la condena, que su representado ha estado
privado de libertad desde el día de los hechos.
La fiscal replicó que la atenuante que se invoca la reparación celosa, cree que la sola
consignación de las sumas señaladas, es insuficiente. Estima que $900.000 es una suma irrelevante. No
hay nada de celoso. No basta con depositar el dinero, nada se ha hecho por poner a disposición el
mismo. La defensa ha solicitado la irreprochable conducta anterior. Dicha calificación sólo puede ser
posible en caso de concurrir una atenuante. No concurren las atenuantes del 8º y 9º, la petición de la

190
defensa de rebajar dos grados no procede, mantiene la petición porque será pena efectiva. En relación
con la ley 18.216, entiende que el imputado no cumple con los requisitos subjetivos de la ley, ha
demostrado total desidia con la integridad física, psicológica de las víctimas. No existe elemento que
permita suponer que la intervención de Gendarmería será efectiva. No se cumple los requisitos
subjetivos de la ley.
Deja a criterio del tribunal la exención en costas. Pide se incluya la huella genética.
Replicando la querellante Intendencia de Región de Valparaíso (representada por el
abogado Andrés Lagos Levancini), no concuerda con la atenuante del 11 Nº7. Señala que el
acusado se fugó, no prestó ayuda, y además por el tipo de delito, cree que la consignación no es
reparación celosa. No se configura la causa. Cree que tampoco se considera la calificante. En el evento
que fuera dos atenuantes no puede calificarse. El informe social no es mérito suficiente para calificar.
Pide se rechace la petición. Está privado de libertad desde el control de detención.
Replicando la querellante Luis Ahumada Villega (representado por los abogados
Carlos Oliva Ballon y Rita Díaz Torres), sostiene que la suma depositada no puede ser considerada
como atenuante. Las sumas de $500.000 y $400.000 no demuestran celo, cree que es un monto menor
y ni siquiera estaba en conocimiento de la parte. El imputado vive en una mansión no cumple la norma
y no implica esfuerzo alguno.
VIGÉSIMO QUINTO. MODIFICATORIAS DE RESPONSABILIDAD: Se hará lugar a la
aplicación en favor del sentenciado y respecto de todos los delitos, de la atenuante de responsabilidad
del artículo 11 Nº 6 del Código Penal, denominada la irreprochable conducta anterior. Lo anterior,
sobre la base de la falta de anotaciones en su extracto de filiación y antecedentes.
La atenuante de responsabilidad del artículo 11 Nº7 del Código Penal, sobre la reparación
celosa del mal causado, no le será concedida. Esta atenuante se invocó en relación con el sentenciado
Ahumada Villegas. Lo cierto, es que existen dos depósitos en la causa de fechas 12 de enero y 19 de
febrero del mismo año, ambos por un total de $900.000. Aun cuando el sentenciado Ahumada Villegas
no realizó ninguna clase de cálculo económico, sí señaló que quedó postrado y dependiendo de la
ayuda física de terceros en cosas domésticas y varios meses sin trabajar. Ello se acreditó también con la
presentación de la documentación relativa a las licencias médicas. El acusado realizó dos depósitos, y
más allá de si esos montos cubren o no el daño y en qué medida, no se ha acreditado que se haya
efectuado un esfuerzo acabado para resarcir. Es más, la propia parte que representaba a Ahumada
Villegas señaló que desconocía esos depósitos. Es cierto que las partes tienen acceso a esa información
y no son datos reservados. Sin embargo, si quien está señalando haberse esforzado ni siquiera lo ha
comunicado a quienes pretende reparar, mal podría decirse que ha hecho un esfuerzo decidido en
paliar los daños por él causados. Es más, basta la revisión de las colillas de depósito para apreciar que
allí no se indica ni precisa en favor siquiera de quien van las sumas consignadas. Si los depósitos fueron
entregados al tribunal en esas condiciones (no se acreditó otra cosa), ni siquiera podían ser girados sin

191
indicación de la propia parte que precisara a favor de quién iban y qué medida iban. No debe olvidarse
que la segunda víctima, Daniel Molina Meza, alegó daños materiales y psicológicos causados con el
delito y es perfectamente posible que tuviese la expectativa de ser reparado también. Por ello, se evalúa
el depósito del acusado, como el cumplimiento de un deber meramente formulario sin que exprese una
voluntad concreta y decidida, en la especie, de dar curso progresivo a una reparación, lo que habría
demandado otras acciones complementarias para asegurarse que el dinero llegara a manos de quien
quería.
La defensa también invocó la concurrencia de la atenuante del artículo 11 N°8 del Código
Penal, aunque no la fundamentó, no pudiendo determinarse si había sido un error involuntario del
abogado su mención o si realmente la estimaba concurrente. Como sea, corresponde precisar y
fundamentar que, mal podría considerarse esta modificatoria, ya que el acusado nada ha realizado
destinado a denunciar su hecho a las autoridades ni tampoco se ha entregado él a las mismas, teniendo
una posibilidad de huir. Debe recordarse que él fue pesquisado y ubicado por las policías, las que
lograron llegar a su domicilio, y no al revés como requiere el supuesto fáctico de la atenuante en
cuestión. Por ello la misma resulta improcedente en relación con todos los delitos.
Tampoco se reconocerá en favor del acusado la atenuante de responsabilidad del artículo 11
N°9 del Código Penal, sobre colaboración sustancial al esclarecimiento de los hechos. La invocada
atenuante, no se conforma con un mero acto de apoyo o de deferencia a la actividad policial realizado
por un justiciado, como puede considerarse el acceder al ingreso de la policía al inmueble y entregar las
armas inscritas su nombre. Es cierto que el sentenciado podría ni siquiera haber actuado de esa forma y
haber obstaculizado las pesquisas o haber mantenido la reserva de la inviolabilidad de su hogar. Sin
embargo, como se dijo, la minorante funciona sobre la base de una contribución sustantiva y
determinante a la actividad indagatoria y persecutoria, y no de la simple aceptación de elementos de
poca relevancia. Debe tenerse presente que el imputado guardó silencio y nada dijo acerca de los
hechos y que las únicas versiones que pueden ser recogidas indirectamente, dan cuenta de sucesos
completamente diversos a los que en realidad resultaron probados. Tanto la versión del acusado
prestada en la etapa investigativa, a la que se ha referido Guzmán Rojas, como la versión que intenta
imponer la propia defensa, parten de la base de la existencia de una agresión ilegítima o mal grave, que
el tribunal precisamente descartó. Por cierto, que se trataba de uno de los elementos más álgidos de la
contienda y determinantes en la solución del conflicto. Por ello, si respecto de los asuntos que
terminaron siendo más trascendentales para resolver esta causa, el acusado en realidad no entregó su
versión, o entregó una versión que altera sustantivamente lo sucedido, mal podría determinarse que
colaboró y de forma decisiva para la solución del caso. Es más, si pusiese teóricamente ser puesto entre
paréntesis todo lo que el acusado hizo o dijo, se habría llegado a las mismas conclusiones y resultados
asentados en esta sentencia.

192
A su vez, se decidió rechazar la agravante del artículo 12 Nº21 del Código Penal, que fue
invocada por la parte acusadora. Dicha normativa prescribe, como circunstancia agravante de
responsabilidad la siguiente: “cometer el delito o participar en él motivado por ideología, opinión política, religión o
creencias de la víctima; la nación, raza, etnia o grupo social a que pertenezca; su sexo, orientación sexual, identidad de
género, edad, filiación, apariencia personal o la enfermedad o discapacidad que padezca”.
La agravante recién transcrita, se introdujo recién en el año 2012 a nuestro ordenamiento
punitivo, mediante la dictación de la Nº20.609, conocida popularmente como “ley Zamudio”. Esta
agravante no ha sido objeto de mayor atención por parte la doctrina. Lo anterior, quizá se deba,
primero, a su carácter de reciente en nuestra legislación y, por otro lado, a su baja aplicación estadística.
Uno de los pocos trabajos en que se la estudia, es el realizado por Sebastián Salinero Echeverría8. El
autor allí, basándose más en la norma similar del derecho español, elabora y construye los conceptos
dogmáticos básicos bajo los cuales propone la aplicación de la modificatoria en estudio. Sostiene el
autor que la agravante “… la debemos entender como la concreción positiva de los denominados
delitos de odio…”. La misma sería la concreción de una técnica legislativa, que buscaría incrementar
los castigos, sin crear tipos penales específicos nuevos. Sostiene el articulista, apoyándose en la
doctrina española, existiría un “doble desvalor subjetivo-objetivo” que justificaría el mayor castigo.
En primer término, en lo relativo a aspectos subjetivos, sostiene Salinero Echeverría, que el
motivo discriminatorio “…debe necesariamente ser el determinante o predominante de la acción, pues
de lo contrario no sólo no se justifica la agravante, sino tampoco hay delito de odio”.
En relación con este componente subjetivo, para el autor citado, “poder establecer si el motivo
discriminatorio fue el determinante de la acción no es una situación difícil de determinar, sino que
mediante un juicio ex ante y una supresión hipotética de los diversos motivos, se puede establecer cuál
fue el preponderante en la ejecución de la acción. Se trata de un problema que, de existir, será
netamente de orden probatorio”.
Siguiendo al autor, correspondería entonces plantearse preguntas de la siguiente índole: ¿es
posible afirmar que una motivación discrimatoria resultó determinante para la comisión del delito?; ¿es
posible, acaso, sostener que de no mediar dicho ánimo, muy seguramente el delito no habría tenido
lugar?. Es esa posición subjetiva inicial, la motivación especialmente espuria, el punto principal que
justifica este mayor castigo.
Para el tribunal no resultó probado este elemento subjetivo especial. Si bien, como
explicáramos el razonar sobre el dolo, se comprobó que el acusado tenía una disposición favorable
quizá hacia el conflicto, ese día al menos, el detallado análisis de los videos no da cuenta que el hechor

8 SALINERO ECHEVERRÍA, Sebastián, La nueva agravante penal de discriminación. Los “delitos de odio”, disponible
en https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68512013000200008 [consultado el 22 de octubre
de 2020].

193
disparara sobre cualquier persona como posible sujeto pasivo. Si se trataba de un crimen de odio, la
selección del sujeto pasivo resultaba casi completamente irrelevante, porque la motivación es atacar al
representante de un colectivo, siendo indiferente su particular identidad. Sin embargo, de la apreciación
de los vídeos es posible observar que lo que en realidad aconteció es que el acusado tomó venganza en
particular contra los sujetos que le lanzaron cosas o golpetearon su vehículo Mahindra, luego que él
pasara raudamente. Esto último fue lo detonante de los incidentes. Nada permite poder establecer que
de no mediar dicho entrevero los hechos se habrían producido igual. No aparece así, que haya una
motivación que, pasara lo que pasara ese día, iba a terminar con el acusado disparando su arma de
fuego contra uno de ese colectivo o grupo.
VIGÉSIMO SEXTO. DETERMINACIÓN DE LAS PENAS Y FORMA DE
CUMPLIMIENTO: Conforme lo expuesto en el motivo anterior, concurre en la especie sólo una
atenuante de responsabilidad penal que considerar, respecto de los tres delitos por los que se
sancionará, no concurriendo ninguna otra modificatoria.
En el caso del delito de homicidio frustrado, por disposición de la norma del artículo 51 del
Código Penal, la pena corporal que en abstracto prevé el artículo 391 N° 2 del citado cuerpo legal,
debe rebajarse en un grado. Por ello, la pena corporal por este delito frustrado, queda en el presidio
mayor en su grado medio (es decir entre los cinco años y un día a 10 años de privación de libertad).
En el caso del delito de homicidio simple tentado, por disposición del artículo 52 del Código
Penal, la misma pena corporal anteriormente señalada, deberá ser rebajada en dos grados, quedando en
el presidio menor en su grado máximo (es decir entre los tres años y un día a cinco años de privación
de libertad).
En el caso del disparo injustificado de arma de fuego la pena corporal es la abstracta que señala
el marco legal, también de presidio menor en su grado máximo.
Para la aplicación del castigo exacto y su determinación, debe tenerse en vista el texto de la ley
Nº 17.798 sobre control de armas y explosivos. El artículo 17 B del mismo, dispone que “para
determinar la pena en los delitos previstos en los artículos 8º, 9º, 10, 13, 14 y 14 D, y en todos los casos en que
se cometa un delito o cuasidelito empleando alguna de las armas o elementos mencionados
en el inciso anterior, el tribunal no tomará en consideración lo dispuesto en los artículos 65 a 69 del Código Penal
y, en su lugar, determinará su cuantía dentro de los límites de cada pena señalada por la ley al delito, en atención al
número y entidad de circunstancias atenuantes y agravantes, y a la mayor o menor extensión del mal producido por el
delito…”.
El arma utilizada por el acusado es un arma de fuego en los términos del artículo 2° b) de la
referida ley y, por disposición de la norma antes citada, independientemente que se castigue o no por
alguno de los delitos contemplados en la ley de control de armas, todo delito o cuasidelito cometido
con armas de fuego, debe regirse por el referido artículo 17 B para los efectos de determinación de la
pena. Lo anterior acarrea que no puedan ser aplicados en el proceso de determinación de pena, las

194
disposiciones de los artículos 65 69 del Código Penal. Por tanto, el tribunal ni siquiera puede entrar a
valorar la posibilidad, como lo solicitó su defensor, de considerar la irreprochable conducta como muy
calificada, porque la norma que autoriza dicha operación (artículo 68 bis) se encuentra precisamente
dentro de aquellas proscritas aplicar en este proceso.
Conforme lo anterior, las penas precisas deberán ser mediante un proceso de conjugación entre
la extensión del mal causado, por un lado, con la atenuante concedida de irreprochable conducta
anterior, por el otro.
Existe acreditado efectivamente en la especie, una especial cuantía del mal causado en relación
con las víctimas de ambos delitos de homicidio. En el caso Luis Ahumada Villegas, se dio cuenta que
éste permaneció con una movilidad física reducida durante varios meses y dependiente de la acción de
terceros. En el caso de Molina Meza, se dio cuenta del daño ocasionado al vehículo que él conducía, y
especialmente el daño psicológico causado a su pareja. Por cierto, estas extensiones del mal causado
con motivo de los delitos, deben ser ponderadas por el tribunal y corresponde que repercutan a nivel
del quantum de la pena. En principio, estas extensiones motivarían a escalar en la intensidad del
castigo.
Sin embargo, en la especie, debe considerarse en la ecuación la atenuante que se le está
reconociendo al acusado, la que debe verse reflejada en la pena. La irreprochable conducta anterior, es
decir el enjuiciamiento una persona que por primera vez ha tenido que enfrentarse un sistema justicia
penal, pugna mitigar el castigo del justiciado, aminorarlo, en contraposición al sujeto que ha tenido una
actitud desafiante sostenida hacia el ordenamiento jurídico. El tribunal considera que ambos elementos
se neutralizan, que son cualitativamente dignos de considerarse en similar medida, por lo que en
relación con las sanciones los delitos de homicidio éstas se impondrán en su mínimo.
En relación con el delito de disparo injustificado de arma de fuego, concurre sólo una
atenuante de responsabilidad que considerar y no se invocado ningún tipo de situación que dé cuenta
especialmente de algún mal que supere lo propio o inherente a una figura de peligro como la que se
invoca.
En relación con las municiones y armas incautadas se decretará respecto de todas ellas el
comiso, incluso de las que entregó voluntariamente el acusado, respecto de las cuales no se le reprochó
delito alguno. El comiso de la ley de armas, conforme se lee en su artículo 15, debe decretarse “en todo
caso”, independiente de cual haya sido la decisión final adoptada.
Por la extensión de los castigos a aplicar, y considerando además lo dispuesto en el artículo 1º
inciso 6º de la ley 18216, la sanciones que se aplicarán deberán ser cumplidas de forma efectiva. Por lo
anterior, nada aportan los antecedentes sociales y declaraciones que hicieran valer el defensor en la
audiencia de determinación de pena.

PARTE RESOLUTIVA:

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Por lo anteriormente razonado y visto además lo dispuesto en los artículos 1°, 7, 11, 12, 14 N°
1, 15 N° 1, 29, 30, 31, 50, 51, 52 y 391 N°2 del Código Penal; artículos 1°, 8°, 36, 47, 282 a 291, 295,
296, 297, 298, 323, 325 a 338, 340, 341, 342, 343, 344, 346 y 348 del Código Procesal Penal; artículos
1°, 2°, 14 D, 15, 17 B, de la ley de control de armas; disposiciones de la ley N° 18.216 y demás normas
generales y especiales aplicables, SE DECLARA:
I.- SE CONDENA al acusado JOHN MACAREWICH COBIN, ya individualizado, a la pena de
CINCO AÑOS Y UN DÍA DE PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MÍNIMO, accesoria de
inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de
inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, por su responsabilidad
como autor del delito de homicidio simple frustrado, en la persona de Luis Ahumada Villegas; a la de
TRES AÑOS Y UN DÍA DE PRESIDIO MENOR EN SU GRADO MÁXIMO, inhabilitación
absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos
durante el tiempo de la condena, por su responsabilidad como autor del delito de homicidio simple
tentado, en la persona de Daniel Molina Meza; y a la de TRES AÑOS Y UN DÍA DE PRESIDIO
MENOR EN SU GRADO MÁXIMO, inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la
de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena, por su
responsabilidad como autor del delito de disparo injustificado de arma de fuego. Todos los delitos
fueron ejecutados en Viña del Mar, el día 10 de noviembre de 2019.

II.-SE ABSUELVE al acusado JOHN MACAREWICH COBIN, ya individualizado, de aquella


parte de la acusación que lo tenía como autor de un delito de provocar desórdenes en la vía publica,
contemplado en la ley de seguridad interior del Estado, que se habría perpetrado también en Viña del
Mar, el día 10 de noviembre de 2019.

III.-Conforme ya se explicara, el sentenciado deberá cumplir la pena de forma efectiva, en el orden


legal, computándose desde el día 10 de noviembre de 2019, fecha desde la cual éste se encuentra de
forma ininterrumpida privado de libertad en esta causa, según da cuenta el auto de apertura y se ventiló
en la audiencia de juicio oral.
IV.-Se libera al sentenciado de la carga de pagar las costas del juicio, ya que al cumplir la pena privado
efectivamente de libertad, su capacidad de generar recursos económicos se verá severamente mermada
por esa causa.
V.- Se decreta el comiso de las evidencias 2, 3, 4 y 5, singularizadas en el auto de apertura como
“Evidencia material” del Ministerio Público consistentes en:
a)Pistola semiautomática marca Sig Sauer, modelo 229, calibre .40 S&W, serie AE40806 con dos
cargadores y 15 cartuchos calibre .40 S&W, marca Cor-Bon;
b)Treinta cartuchos calibre .40 S&W marca CBC, nueve cartuchos calibre 9x19mm, marca CBC;
c) Una vaina percutida calibre .40 S&W, marca Cor-Bon;

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d) 29 cartuchos calibre 9x19 mm, marca CBC.
VI.-Habiéndose sancionado al sentenciado por uno de los delitos contemplados en el catálogo legal del
artículo 17 de la ley N° 19.970, una vez firme el fallo, dese cumplimiento a lo preceptuado en dicho
cuerpo legal.
VII.-Habiéndose rechazado la concesión de la atenuante del artículo 11 N°7 del Código Penal,
devuélvase a quien se acredite como el depositante, las dos consignaciones por un total de $900.000, en
la medida que se verifique su disponibilidad y que los fondos no se hayan girado previamente.
Devuélvase a los intervinientes los documentos y antecedentes incorporados al juicio, según
correspondiere.
Regístrese y ejecutoriado que sea el presente fallo cúmplase lo dispuesto en el artículo 468 del
Código Procesal Penal, remitiéndose la causa al juzgado de garantía correspondiente.
Redacción del juez Claudio Correa Zacarías.
RUC: 1901211941-3.-
RIT: 145-2020.-

Sentencia pronunciada por la sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar,
integrada por los magistrados Alonso Arancibia Rodríguez, quien presidió, Viviana Poblete Vera y
Claudio Correa Zacarías.®

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