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SECRETARIA : CRIMINAL

MATERIA : RECURSO DE HECHO


RECURRENTE : GENDARMERÍA DE CHILE

EN LO PRINCIPAL : INTERPONE RECURSO DE HECHO


PRIMER OTROSÍ : SOLICITA ORDEN DE NO INNOVAR
SEGUNDO OTROSÍ : MANDATO JUDICIAL
TERCER OTROSÍ : DELEGA PODER

ILUSTRÍSIMA CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO

SEBASTIÁN A. RAMÍREZ MONTALVA, abogado, cédula de identidad N°


16.231.108-5, según se acreditará, por la Dirección Regional de Gendarmería de
Chile, Región Metropolitana, a S.S. Iltma. respetuosamente digo:

Que, encontrándome dentro de plazo y de conformidad con lo previsto en el


artículo 369 del Código Procesal Penal, vengo en deducir recurso de hecho en
contra de la resolución de fecha 31 de enero de 2024 dictada por el 7° Juzgado
de Garantía de Santiago en causa RUC 2410004687-K, RIT 1075-2024, que
declaró inadmisible el recurso de apelación interpuesto por Gendarmería de
Chile en contra de la resolución dictada en audiencia de cautela de garantías
celebrada el 25 de enero del año en curso, mediante la cual el Juzgado de
Garantía ordenó a Gendarmería de Chile a autorizar la realización de videollamadas
por parte de terceros que no se encuentren autorizadas por la Administración
Penitenciaria y la realización de la visita íntima del interno Rafael Vielma. Lo
anterior, de conformidad a los argumentos de hecho y de derecho que paso a
exponer:

I. ANTECEDENTES DE HECHO.

Los antecedentes de hecho expuestos en el libelo de apelación declarado


inadmisible, son los siguientes:

1.- Según resolución judicial de fecha 22 de enero último, el Juez Titular del
7° Juzgado de Garantía de Santiago, Magistrado Daniel Urrutia Labreaux, ordenó a
este Servicio autorizar una serie de peticiones formuladas por internos privados de

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libertad en la visita de cárcel llevada a cabo al Recinto Penitenciario Especial de
Alta Seguridad (en adelante, REPAS) el día 19 de enero, convocando sobre la
misma a una audiencia para el día 25 de enero para que la Institución diera cuenta
de su cumplimiento.

2.- Ante ello, el día 24 de enero, quien suscribe presentó un libelo en la causa
solicitando (i) que el Magistrado se declarase incompetente de resolver las
peticiones de 9 internos por estar actualmente ventilándose los respectivos
procesos penales ante diversos Juzgados de Garantía; (ii) reponiendo respecto de
la autorización a cuatro (04) privados de libertad a mantener visitas a través de
videollamadas y la autorización a un (01) interno de recibir visitas íntimas; y (iii)
apelando en subsidio al recurso de reposición, solicitudes que fueron rechazadas.

3.- Luego del respectivo debate en sala, el referido Magistrado resolvió


ordenar al Servicio Penitenciario a autorizar la realización de videollamadas por
parte de terceros que no se encuentren autorizadas por la Administración
Penitenciaria y la realización de la visita íntima del interno Rafael Vielma.

4.- Ante ello, el día 30 de enero, esta parte interesada presentó un recurso
de apelación en contra de la resolución dictada en audiencia de fecha 25 de enero,
libelo respecto del cual se pronunció la resolución impugnada por esta vía.

II. DE LA RESOLUCIÓN RECURRIDA.

La resolución de fecha 31 de enero de 2024, que se impugna por medio del


presente recurso es la siguiente: “Teniendo presente lo dispuesto en los artículos
12 y 352 del Código Procesal Penal y 568 y 571 del Código Orgánico de Tribunales,
se declara inadmisible el recurso de apelación deducido por Gendarmería de Chile”.

III. ANTECEDENTES DE DERECHO.

1. De la autorización de videollamadas.

Como es de conocimiento de S.S. Iltma., la realización de videollamadas por


parte de la población penal con terceros con su identidad no debidamente
acreditada afecta directamente el Régimen Interno, el que se rige por los principios
de seguridad, orden y disciplina; de acuerdo a lo establecido en el artículo 29 del
Reglamento de Establecimientos Penitenciarios, contenido en el D.S. N° 518, de

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mayo de 1998. En dicha disposición, se establece que pueden ser intervenidas o
restringidas las comunicaciones orales y escritas por razones de seguridad.

Luego, ha de tenerse presente que, considerando el perfil criminológico de la


población penal de la Unidad Especial en comento, el nivel de operatividad que
ostenta el crimen organizado y que requiere su combate, entre otras variables
técnico penitenciarias, la administración interna del REPAS exige estándares de
seguridad y segmentación mucho más elevados que un régimen interno común.

Por lo tanto, el hecho de que las personas encarceladas en el REPAS que


pertenecen a bandas criminales organizadas y tienen una alta ascendencia dentro
de sus pares puedan comunicarse libremente con terceros a través de
videollamadas pone en grave riesgo la seguridad del personal y de la población
encarcelada. Esto es particularmente grave pues, mediante una resolución judicial,
se pretende establecer un Régimen Penitenciario excepcional, poniendo en jaque a
la Administración Penitenciaria, a quien le asiste por mandato legal la
responsabilidad de establecer el Régimen Interno de los Establecimientos
Penitenciarios.

Por su parte, es menester señalar que las personas que se encuentran bajo
la custodia de esta Institución, se encuentran privadas de libertad por orden de un
tribunal competente que, no obstante el principio de presunción de inocencia,
consideró necesario decretar la más gravosa medida cautelar por razones de
seguridad; luego, durante su encarcelamiento, estas personas deben sujetarse
al régimen interno, el cual no los priva de otros derechos que no hayan sido
restringidos por una resolución judicial, pero sí reglamenta su ejercicio por
razones de seguridad interna y externa. Esto último se debe a que, además de
mantener el orden en las cárceles, el Servicio también debe, con los recursos
disponibles y atribuciones otorgadas por la normativa vigente, prevenir la comisión
de delitos en los centros de detención o centros de cumplimiento por grupos
criminales nacionales y/o internacionales que permanentemente intentan vulnerar
los procesos de seguridad penitenciaria, poniendo en riesgo al personal
penitenciario y de servicio, y a toda la comunidad en su conjunto. Finalmente,
existen una serie de procedimientos administrativo-penitenciarios que buscan
resguardar el orden y el control de las unidades penales, atendido el régimen
cerrado de internado que el mismo artículo 29 del Reglamento dispone.

Así las cosas, no es factible que Gendarmería de Chile pueda autorizar

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la realización de videollamadas, considerando que, por razones de
operatividad y de seguridad, éstas no se encuentran autorizadas para ningún
interno que se encuentre privado de libertad, dado que el funcionamiento del
REPAS exige el establecimiento de un régimen penitenciario con medidas
intensificadas de seguridad y segmentación.

Del mismo modo, debemos hacer presente que los privados de libertad sí
tienen derecho a recibir visitas y que en ningún momento se les ha conculcado las
mismas, no encontrándose incomunicados o impedidos para los efectos de recibir
a aquellas. Sin embargo, sí se les ha exigido a estas últimas cumplir con la
normativa legal y reglamentaria vigente, cuestión que supone que su
realización se lleve a cabo de forma presencial, a través de locutorios, previo
proceso de enrolamiento. No exigir estas formalidades atentaría contra el
principio de igualdad ante la ley, toda vez que es una exigencia transversal a
toda la población penal.

En este sentido, el REPAS no cuenta con la disponibilidad técnica ni los


recursos necesarios para realizar visitas a través de videollamadas con familiares o
terceros; por cuanto además de una imposibilidad operativa y normativa, existe
además una indisponibilidad técnica para materializar lo ordenado por Magistrado
Daniel Urrutia Labreaux, Juez Titular del 7° Juzgado de Garantía de Santiago.

2. De la autorización de visita íntima.

En cuanto a lo resuelto la orden del Tribunal de base de otorgar visita íntima


al interno MARIN VIELMA es menester señalar a S.S. Iltma. que este interno habita
un régimen penitenciario especial –como ya se ha señalado latamente– y EN EL
REPAS NO EXISTEN DEPENDENCIAS PARA QUE ESTE O NINGÚN OTRO
INTERNO PUEDA ACCEDER A VISITAS ÍNTIMAS.

Es del caso señalar a S.S. Iltma. que trasladar al interno a otra dependencia
que no reúna las condiciones de contención adecuadas para su perfil criminógeno,
afecta directamente la seguridad del eventual recinto penitenciario de destino, toda
vez que las visitas íntimas son un beneficio otorgado como resultado de un proceso
de reinserción social, previa autorización del respectivo Consejo Técnico de la
Unidad Penal. En este contexto, por razones evidentes, se difumina la esfera de
resguardo y control del personal de servicio sobre las personas que acceden a este
tipo de beneficios, en razón de la intimidad que se genera en el lugar donde se

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materializa esta visita especial.

Asimismo, trasladar al referido interno a otra dependencia supone un riesgo


presente y probable por cuanto en dicha visita se pueden generar una serie de
escenarios que pueden poner en riesgo a la persona que acceda a visita con este
interno y al personal institucional. Mismo panorama se produce en el momento que
un interno es trasladado a otra Unidad Penal con el solo propósito de realizar una
visita íntima, escenario que no se encuentra contemplado en las normas que
instruyen la materia de visitas, máxime considerando que un traslado implica alterar
el régimen penitenciario al ingresar a otra dependencia, lo cual atenta contra la
decisión de adoptar un régimen especial de seguridad.

Es del caso tener presente que la decisión impugnada mediante este libelo
genera un contrasentido, en atención a que las visitas de todas las personas que se
encuentran en el REPAS por razones de funcionamiento y seguridad se realizan a
través de locutorios; situación que se hace necesaria por los perfiles criminológicos
de los internos de dicha Unidad, por lo cual, vulnerar el régimen interno de dicha
Unidad Especial a través de resoluciones judiciales, impide ejecutar absolutamente
la misión institucional y el cumplimiento de la función pública que el legislador ha
encomendado a Gendarmería de Chile.

IV. DEL FUNDAMENTO JURÍDICO DE LA APELACIÓN QUE DEBIÓ HABER


SIDO OTORGADA CONFORME A DERECHO

En primer lugar, y a objeto de que la presentación de este recurso tenga un


orden lógico, expondremos las razones fácticas, técnicas y lo que en Derecho
corresponden aplicar. Para ello hay que señalar que Gendarmería de Chile tiene la
misión legal de velar por el resguardo en los recintos penales de la seguridad de
estos, de las personas privadas de libertad que allí se encuentren, y de su personal.

Seguidamente, si bien es cierto, el Código Procesal Penal no menciona


norma en cuanto a que Gendarmería de Chile sea un interviniente, tampoco hay
norma alguna que la inhabilite para recurrir de las resoluciones del tribunal, toda vez
que al tener la calidad de organismo público que, en razón de sus funciones y de la
ley, debe requerir de un pronunciamiento judicial, y que al no estar conforme con lo
resuelto recurre ante el superior jerárquico respectivo, toda vez que, estamos
presente ante una decisión que puede afectar de tal manera una misión institucional
prioritaria, como es la de velar por la seguridad en los recintos penitenciarios y de

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las personas que allí se encuentren por distintos motivos, y con el fin además de
asegurar la integridad física de la población penal y de los mismos funcionarios,
objetivo que incide en todo proceso penal que involucre privados de libertad.

Por último, en este acápite, es útil señalar que estamos en presencia de


asuntos que son de naturaleza contencioso-administrativa, es decir, en la discusión
y resolución de un asunto contencioso-administrativo de esta naturaleza, en donde
por definición una de las partes es la Administración, Gendarmería no puede ser
considerado como un tercero extraño, sino que como sujeto procesal, por lo que
entendemos que esta acción es la idónea para poder recurrir a lo resuelto, siendo
Gendarmería de Chile el sujeto que lo puede y debe realizar.

Lo anterior no es una tesis aventurada o una interpretación de carácter


privado, ya ha sido reconocida consistentemente por la judicatura en las causas Rol
Nº 2885-2020, de la Iltma. Corte de Apelaciones de San Miguel, Rol 1341-2021 y
1360-2021, ambas de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, y por la Excma.
Corte Suprema en autos Rol Nº 57.688-2022, al conocer un recurso de queja en
contra de la Iltma. Corte de Apelaciones de Arica.

Teniendo presente lo reseñado hasta este punto, el artículo 370 del Código
Procesal Penal regula la apelación en materia penal de la siguiente forma:
“Las resoluciones dictadas por el juez de garantía serán apelables en los
siguientes casos:
a) Cuando pusieren término al procedimiento, hicieren imposible su
prosecución o la suspendieren por más de treinta días, y
b) Cuando la ley lo señalare expresamente”.
Ahora bien, el artículo 52 del mismo cuerpo legal indica que: “Serán
aplicables al procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo estatuido en este
Código o en leyes especiales, las normas comunes a todo procedimiento
contempladas en el Libro I del Código de Procedimiento Civil”.

Dicho esto, y, encontrándose la apelación en el título XVIII del Libro Primero


del Código de Procedimiento Civil y, teniendo la facultad recursiva el tercero ajeno
al proceso en virtud de lo dispuesto en el artículo 23 del mismo cuerpo procesal,
resulta del todo lógico el poder congeniar las normas que corresponden al recurso
de apelación cuando hayan sido dictadas en audiencias de cautela de garantías,
cuya resolución pueda injerir directamente en la actividad penitenciaria. Esta figura
especial del tercero en el proceso exige la existencia de un interés en el resultado,

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el cual se encuentra debidamente acreditado en consideración a la forma en que ha
de cumplirse la medida cautelar, máxime a considerar la existencia de situaciones
de riesgo que pudiera acarrear la modificación en los términos ordenados por el
tribunal, como ya se dijo anteriormente.

En ese orden de ideas, entendemos que la ley señala expresamente que el


tercero interesado en el proceso podrá ejercer los derechos que le corresponden a
las partes representadas por procurador común, de acuerdo a las reglas del artículo
16 del Código supletorio, el cual justamente señala que “(…) Podrá, asimismo,
solicitar dichos plazos o su ampliación, o interponer los recursos a que haya lugar,
tanto sobre las resoluciones que recaigan en estas solicitudes, como sobre
cualquier sentencia interlocutoria o definitiva”.

El planteamiento expuesto precedentemente ha sido compartido por la


Excma. Corte Suprema, justamente en atención a la naturaleza de la función crítica
que este Servicio realiza1.

Por su parte, el artículo 352 del Código Procesal Penal dispone que: “Podrán
recurrir en contra de las resoluciones judiciales el ministerio público y los demás
intervinientes agraviados por ellas, sólo por los medios y en los casos expresamente
establecidos en la ley”.

En ese sentido, no puede desconocerse el agravio causado a este Servicio


toda vez que la ejecución de la medida cautelar o las condenas impuestas a
personas privadas de libertad recae sobre la Institución, quien, si bien debe cumplir
las resoluciones emanadas de autoridad competente relativas al ingreso y a la
libertad de las personas sometidas a su guarda, sin que le corresponda calificar el
fundamento, justicia o legalidad de tales requerimientos2, entendiendo que la
resolución en cuestión es una sentencia interlocutoria que obliga a este Servicio a
modificar la forma en que debe cumplirse la medida cautelar, a lo menos en lo
concerniente al régimen de visitas y de comunicación, se enmarca dentro del ámbito
administrativo penitenciario, que es el ámbito en que se desenvuelven los alcances

1A mayor abundamiento, la Excma. Corte Suprema, conociendo del recurso de queja intentado por
el Consejo de Defensa de Estado a través de la Procuraduría Fiscal, en Rol Nº 57.688-2022 señala
en su considerandos quinto la posición que se ha desarrollado en este punto, señalando que:
“QUINTO: Que tampoco parece indiscutible que por la vía del artículo 52 del Código Procesal Penal
no pueda estimarse revisable una decisión que pueda afectar de tal manera una misión institucional
prioritaria, como es la de velar por la seguridad en los recintos penitenciarios y de las personas que
allí se encuentren por distintos motivos, objetivo que incide en todo proceso penal que involucre
privados de libertad.”

2 Artículo 3º, literal b) del Decreto Ley Nº 2859.

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de la resolución que por esta vía se recurre.

Es necesario manifestar que el sostener una lógica contraria a lo ya


expuesto, sin reconocer a Gendarmería de Chile la posibilidad de apelar de la
decisión del Tribunal, implica torcer los alcances de la competencia contenida en la
letra f) del artículo 14 del Código Orgánico de Tribunales, a los Tribunales de
Garantía de su jurisdicción, quedando su labor reducida a una meramente
administrativa, fuera del propio ámbito que corresponde a un tercero imparcial quien
conoce de un asunto controvertido que necesariamente debe ser ejecutado por un
tercero que tiene un interés en el asunto, transformándolo en un mero gestor de
decisiones operativas en el marco de la ejecución de una medida cautelar o
sentencia, confundiendo por consiguiente la función jurisdiccional –propia de un
Tribunal, con la estrictamente administrativa, propia de este Servicio Público-

En ese orden de ideas, se debe tener en cuenta que lo único que puede
discutirse ante un Tribunal contencioso-administrativo es el efecto de algún
procedimiento administrativo, en donde el afectado recurre EN CONTRA DE LA
ADMINISTRACIÓN, la que se entiende por definición como contraparte judicial, no
pudiendo desconocerse la legitimación activa que tiene en los presentes casos la
Administración Pública, representada en la especie por Gendarmería de Chile, lo
cual ha sido reconocido en diversos fallos3.

Lo anterior es relevante por cuanto viene a demostrar que esto no es una


teoría aventurada, sino que constituye jurisprudencia que sólo viene a ratificar lo
que en doctrina de sistemas penales ya se establece, incluso reconociendo a los
órganos de custodia como intervinientes en los procedimientos de ejecución que se
conocen ante los Tribunal de Ejecución Penal, situación que coloca a Gendarmería
de Chile en plena legitimación para recurrir de una resolución judicial de primera

3 STC Rec. de Hecho (F) Rol Nº 1360-2021 ICA. Santiago: “TERCERO: Que tratándose de una
resolución dictada en cautela de garantías, conforme al artículo 10 del Código Procesal Penal, por
estimarse afectados los derechos que la Constitución Política de la República y las leyes reconocen
al condenado, y estimándose en consecuencia apelable la resolución de que se trata de acuerdo
con las reglas generales aplicables a esta materia, se rechazará el falso recurso de hecho intentado.”

STC Rec. de Hecho (V) Rol Nº 2041-2021 ICA. Santiago: “TERCERO: Que Gendarmería debe
considerarse como interviniente para estos efectos, atendido la naturaleza y objetivos que su Ley
Orgánica - Decreto Ley Nº 2.859, de 15 de septiembre de 1979 y sus modificaciones- le mandata en
la etapa de ejecución de las penas dentro del proceso penal, especialmente en sus artículos 1, 2 y
3 de la referida ley; de modo que siendo agraviada por la resolución que se impugna, esta Corte, es
del parecer que se encuentra en la hipótesis del artículo 352 del Código Procesal Penal para recurrir
de apelación.”

En ese mismo sentido, STC. Rec. de Hecho (F) ICA. San Miguel Rol Nº 2995-2020.

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instancia que impide la correcta ejecución de una prisión preventiva, y que además
se ha dictado en contravención a las reglas de la competencia.

En suma, y para explicitarlo brevemente, Gendarmería de Chile no es


interviniente en el procedimiento judicial penal pero sí lo es en el procedimiento
de ejecución y administrativo de cumplimiento de medida cautelar, de acuerdo
a las reglas generales.

V. NATURALEZA DE LA RESOLUCIÓN.

Habiendo despejado el punto anterior, es necesario hacer presente que los


reclamos relativos a la ejecución de una sentencia interlocutoria de esta naturaleza
sólo pueden referirse a procedimientos penitenciarios, de carácter administrativo,
dada la lógica consecutiva a la que nos estamos enfrentando.

Primero, se desarrolla un procedimiento judicial penal, que deviene en la


dictación de una sentencia firme que dispone una medida cautelar -restrictiva de
libertad ambulatoria- y, a continuación de aquello, se desarrollan una serie de actos
consecutivos, de carácter eminentemente administrativo, que son esencialmente
discutibles y justiciables, siendo las decisiones administrativas sobre dicho
particular siempre apelables, de acuerdo al reenvío a las normas generales que
realiza el legislador, en el artículo 52 del Código del ramo, toda vez que el órgano
que debe ejecutar la resolución es un tercero que tiene derechos debidamente
asegurados en el ordenamiento jurídico.

POR TANTO, de acuerdo con lo expuesto y, lo dispuesto en los artículos 52,


369 y siguientes del Código Procesal Penal, artículos 23, 118 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, artículo 3º letras a) y b) y, artículo 6° N° 13 del
Decreto Ley Nº 2859 sobre “Ley Orgánica de Gendarmería de Chile”, artículo 28 del
D.S. 518 sobre “Reglamento de Establecimientos Penitenciarios” y, demás normas
atingentes,

A S.S. ILTMA. CON RESPETO PIDO: Se sirva tener por interpuesto recurso
de hecho (verdadero) en contra la resolución de fecha 31 de enero de 2024, dictada
por el 7° Juzgado de Garantía de Santiago en causa RIT 1075-2024, RUC
2410004687-K, a fin de que, conociendo del recurso, lo acoja, revocando la
resolución recurrida y declare en su lugar que el recurso de apelación interpuesto
es admisible y, en consecuencia, se conceda, por haber sido interpuesto dentro de

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plazo en contra una resolución apelable.

PRIMER OTROSÍ: De conformidad con lo previsto en el artículo 204 inciso final del
Código de Procedimiento Civil, aplicable al caso sub-lite en virtud de lo establecido
en el artículo 52 del Código Procesal Penal, y en atención a que los hechos descritos
en el cuerpo principal de esa presentación ameritan la dictación de la medida
solicitada pues resulta necesaria para impedir graves perturbaciones a mí
representada en el cumplimiento de su función institucional, vengo en solicitar a
S.S. Iltma. se sirva decretar orden de no innovar en el proceso seguido ante el
Tribunal a-quo, suspendiendo los efectos de la resolución dictada en fecha 25
de enero de 2024 y, en consecuencia, suspender la realización de videollamadas
por parte de terceros que no se encuentren autorizadas por la Administración
Penitenciaria y la realización de la visita íntima del interno Rafael Vielma. Todo esto,
hasta la resolución del presente recurso de hecho.

POR TANTO,
A S.S. ILTMA. CON RESPETO PIDO: Se sirva acceder a lo solicitado.

SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a S.S. Iltma. tener presente que asumo el patrocinio
y poder en el presente recurso, correo electrónico institucional
sebastian.ramirez@gendarmeria.cl., actuando en representación de la Dirección
Regional Metropolitana de Gendarmería de Chile, en atención a lo expuesto en
Mandato Judicial otorgado ante la notario público de Santiago, doña Kari del Rosario
Woldarsky Arancibia, en Repertorio Nº 219-2023 de 24 de julio de 2023, el cual se
acompaña en este acto.

TERCER OTROSÍ: Que, vengo en delegar poder con los que actúo en estos autos
a los abogados de la Dirección Nacional de Gendarmería de Chile, Sres. NICOLÁS
TORRES NEIRA, cédula de identidad Nº 15.924.945-K, correo electrónico
institucional nicolas.torres@gendarmeria.cl, y FELIPE BASUALTO REYES, cédula
de identidad Nº 16.863.187-1, correo electrónico institucional
felipe.basualto@gendarmeria.cl, quienes firman digitalmente en señal de
aceptación.

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