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1. ¿Cuál es la diferencia entre ética y moral?

sustenta tu respuesta

La “ética” y “moral”. Son términos etimológicamente equivalentes, referidos ambos a la

raíz griega “ethos”. Muchos manuales de ética, y también el Diccionario de la Real

Academia, establecen una distinción conceptual entre ambos. “Moral”, se dice allí,

significa el sistema de valores inmanente a una determinada comunidad, mientras que

“ética” sería más bien la reflexión filosófica sobre el sentido de dichas normas morales.

(Adela Cortina, s.f., p.9).

En ese sentido, la ética es el estudio y la reflexión sobre la moral, de las reglas de conducta

aplicadas a alguna organización o sociedad; mientras que, la moral se refiere a las reglas de

conducta que se aplican a un grupo determinado y sus acciones, relativas a lo bueno, lo

malo, lo aceptable o lo correcto.

2. ¿En qué consiste el paradigma de la ética de la autonomía? Explica

El paradigma de la ética de la autonomía, tiene como idea fundamental que la mejor manera

de vivir consiste en construir una sociedad justa para todos los seres humanos: poniendo en

primer plano la posibilidad de que la convivencia pacífica se funde en el respeto de la

autonomía mediante la constitución de un orden social de imparcialidad, evocando el modo

en que Kant caracterizara el principio central de esta interpretación de la ética, que es el

principio de la libertad del individuo, pero de una libertad que se afirma solo mediante el

respeto de la libertad de todos.

La autonomía es la capacidad que posee idealmente el individuo de pensar y decidir

por sí mismo (de “darse a sí mismo su propia ley”, como indica la etimología de la

palabra), pero de hacerlo eligiendo al mismo tiempo un marco de referencias (una


ley) que haga posible el ejercicio simultáneo de la autonomía de todos, incluyendo

naturalmente la suya. (Dulce, 2005, p.38).

3. ¿En qué consiste el paradigma de la ética del bien común? Explica

El Paradigma de la ética del bien común, tiene como idea principal que el patrón de referencias

normativas de la conducta personal y social debería ser el respeto y el cultivo del sistema de valores

de la propia comunidad. En ese sentido se trata de un conjunto de creencias morales compartidas,

mantenidas por la tradición, transmitidas por la educación, subyacentes a la vida social y al orden

legal, y permanentemente vivificadas por rituales de reconocimiento y celebración. Se le llama

también el Paradigma de la felicidad porque se quiere así rendir tributo a Aristóteles, autor que

constituye una de las fuentes filosóficas principales de esta concepción ética, quien sostuviera en

sus libros que el fin último de la vida, al que todos siempre aspiramos, es precisamente la felicidad

(la eudaimonia).

Para precisar el sentido de la felicidad, lo que propone Aristóteles es analizar las aspiraciones

que los seres humanos asociamos a nuestras acciones cotidianas y descifrar el ideal de vida

que se expresa por medio de ellas. Buscamos todos, al parecer, la forma de vida más plena

posible, en donde plena quiere decir: aquella que realiza el bien más preciado (el sumo bien)

o la última razón de ser (el fin supremo) de nuestra existencia. (Miguel Giusti, s.f. p.11).

En ese contexto, el paradigma de la ética del bien común. Tiene como ideal el respeto y el cultivo

del sistema de valores de la comunidad se le da el nombre de bien común o de felicidad.

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