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El Liderazgo - Herramientas Administrativas - G#1 PDF
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MARTHA LINARES
La palabra liderazgo define a una influencia que se ejerce sobre las personas y que permite
incentivarlas para que trabajen en forma entusiasta por un objetivo común. Quien ejerce el
liderazgo se conoce como líder.
El liderazgo es la función que ocupa una persona que se distingue del resto y es capaz de
tomar decisiones acertadas para el grupo, equipo u organización que preceda, inspirando al
resto de los que participan de ese grupo a alcanzar una meta común. Por esta razón, se dice
que el liderazgo implica a más de una persona, quien dirige (el líder) y aquellos que lo
apoyen (los subordinados) y permitan que desarrolle su posición de forma eficiente.
La labor del líder consiste en establecer una meta y conseguir que la mayor parte de las
personas deseen y trabajen por alcanzarla. Es un elemento fundamental en los gestores del
mundo empresarial, para sacar adelante una empresa u organización, pero también lo es en
otros ámbitos, como los deportes (saber dirigir un equipo a la victoria), la educación
(profesores que consiguen que sus alumnos se identifiquen con su forma de pensar) y hasta
en la familia (padres o hermanos mayores que son tenidos como absoluto por parte de sus
hijos, por ejemplo).
El liderazgo es la capacidad que tiene una persona de influir, motivar, organizar y llevar
a cabo acciones para lograr sus fines y objetivos que involucren a personas y grupos en
un marco de valores.
El liderazgo es un potencial y se puede desarrollar de diferentes formas y en situaciones
muy diferentes unas de otras. Se relaciona de manera muy estrecha con el cambio y con
la transformación personal y colectiva.
El liderazgo es una oportunidad, puede ser ejercido por muchas personas en medios
variados: educativo, familiar, deportivo, profesional, científico, social, militar, político.
El liderazgo es una capacidad que se desarrolla a partir de un potencial variado en
personas y grupos.
Del liderazgo se ha hablado mucho, debido a su importancia en la historia de las
organizaciones, ya sea social, política hasta incluso militares. Siempre ha sido un tema
debatido entre grandes de los negocios, sin embargo, no importando si el líder en la
organización nace o se hace, es indudable que gente líder es valorada en su empresa por ser
impulsor y generador de valor agregado en ella. Algunos especialistas ven al liderazgo
como una actividad amplia y visionaria que trata de discernir la competencia y valores
característicos de una organización. En este sentido se puede interpretar y analizar el
liderazgo desde dos perspectivas: como cualidad personal del líder y como una función
dentro de una organización, comunidad o sociedad.
La segunda perspectiva es la que tiende a predominar como estudio del liderazgo, por lo
que se puede entender al liderazgo como un proceso de interacción entre personas en el
cual una de ellas conduce, mediante su influencia personal y poder, las energías,
potencialidades y actividades de un grupo, para alcanzar una meta común a fin de
transformar tanto a la empresa como a las personas que colaboran en ella.
Cabe resaltar que las organizaciones dependen para crecer y perdurar del liderazgo de sus
dirigentes y esto es válido para las que tienen fines de lucro y las que no; ya que las
organizaciones dependen del líder, necesitamos ver qué aspectos de éste son importantes.
Pero el líder no sólo debe cumplir con estas condiciones, también debe cumplir con ciertas
virtudes que lo van a guiar en la buena toma de sus decisiones. Estas virtudes son la
prudencia, templanza, justicia y la fortaleza. La tarea del líder no es tan fácil, debe ser
capaz de tener muy buena comunicación y una capacidad de integración, es hacer que los
miembros de la organización liberen su energía para el logro de un objetivo común. La
comunicación cumple un rol protagónico pues permite transmitir lo que está dentro de
nosotros tal como lo sentimos. Y la integración permite realizar acciones eficientes en
forma conjunta y sin desconexiones.
Básicamente el liderazgo consiste en una forma de ser, pues el líder se va formando día a
día: en la pasión por la misión, en la acción y en los valores fundamentales. Además, un
líder no solamente debe delegar responsabilidades, sino que debe expandir el poder hacia
otros, ser humilde y considerarse sustituible.
2. Componentes de liderazgo
Cualquier grupo que opere casi a la totalidad de su capacidad está encabezado por una
persona con destrezas en el arte del liderazgo. Esta habilidad parece ser una combinación
de, al menos, cuatro componentes importantes que son:
La capacidad de utilizar el poder con eficacia y de manera responsable.
La capacidad de comprender que los seres humanos tienen diferentes fuerzas
motivadoras en distintos momentos y en diferentes situaciones.
La capacidad de inspirar.
La capacidad de actuar para desarrollar un clima propicio, despertar motivaciones
y hacer que respondan a ellas.
El primer componente del liderazgo es el poder, Básicamente este componente trata del
buen uso del poder el cual se define como la base del liderazgo; Es la manera que tiene un
líder para ejercer su influencia en los demás.
El poder dentro de las organizaciones y llevado a cabo dependiendo el tipo de dirección de
la misma se puede clasificar en 5 tipos que son: Poder de premio, poder coercitivo, poder
legítimo, poder referente y poder experto. Un buen líder o directivo debe combinar de
manera interactiva los diferentes tipos de poder dependiendo de la situación a la que se
someta.
Cada uno de los tipos de poder presenta diferentes repercusiones sobre el rendimiento y la
satisfacción de los empleados. Por lo que el líder debe saber bien cual o cuales de estos
funcionas con sus subordinados y cuales generan un mejor ambiente laboral.
Además, todas las empresas persiguen objetivos, metas y tienen planes que cumplir, para
ello es necesario que utilicen un sistema de coordinación y control basado en el poder y la
autoridad que representa cada puesto de la compañía.
El segundo es una comprensión básica de las personas: como en todas las prácticas, una
cosa es conocer la teoría de la motivación, los tipos de fuerzas de motivación y la
naturaleza de un sistema de motivación, y otra ser capaces de aplicar estos conocimientos a
las personas y situaciones, un administrador o cualquier otro líder que al menos conoce el
estado actual de la teoría de la motivación y que comprende sus elementos estará más
consciente de la naturaleza y fortaleza de las necesidades humanas y será más capaz de
definir y diseñar formas de satisfacerlas y administrarlas para obtener las respuestas
deseadas.
El tercer componente del liderazgo es la habilidad de inspirar a los seguidores para que
apliquen todo su potencial a un proyecto. Si bien la utilización de motivadores parece
concentrarse en los subordinados y sus necesidades, la inspiración proviene de los
directores del grupo, quienes quizá tengan cualidades de carisma y atractivo que despierten
la lealtad, la devoción y el fuerte deseo por parte de los seguidores de promover lo que ellos
quieren. No es cuestión de satisfacer necesidades, sino de dar apoyo desinteresado a un
líder elegido.
El cuarto componente tiene que ver con el estilo del líder y el clima organizacional que
desarrolla. De esta forma, la fuerza de la motivación depende en mayor grado
de las expectativas, las recompensas percibidas, la cantidad de esfuerzo que se estima
necesario, la tarea a realizar y otros factores que son parte del ambiente y clima
organizacional. La comprensión de estos factores motivó muchas investigaciones sobre el
comportamiento del liderazgo y el desarrollo de varias teorías pertinentes. Los puntos de
vista de quienes han estudiado de cerca el liderazgo y su influencia en la psicología y las
relaciones interpersonales han coincidido en que la principal labor de los gerentes es
diseñar y mantener un ambiente adecuado para lograr un buen desempeño por parte de sus
empleados.
John Gabarro y John Kotter agregaron otro componente: los administradores eficaces
desarrollan una relación saludable con su jefe, lo que significa una relación basada en la
dependencia mutua. Así, el administrador comprende las metas y presiones del jefe y presta
atención a sus preocupaciones.
Casi cada función en una empresa organizada es más satisfactoria para los participantes
y productiva para la empresa si se puede ayudar a otros a cumplir su deseo de dinero,
estatus, poder y orgullo por el logro. El principio del liderazgo fundamental es: ya que las
personas tienden a seguir a los que, desde su punto de vista, les ofrecen un medio para
satisfacer sus metas personales, cuanto más comprendan los gerentes qué motiva a sus
subordinados y cómo operan estos motivadores, y cuanto más reflejen esta comprensión al
realizar sus acciones gerenciales, más probable es que sean líderes eficaces.
Blake y Mounton representaron estas dos dimensiones mediante una cuadrícula, formando
un sistema de coordenadas en el que cada eje tiene 9 puntos, donde 1 indica el interés más
bajo; y el 9 el grado de interés más alto.
El eje horizontal hace referencia a la orientación que el administrador tiene hacia la
producción o los resultados, mientras que el eje vertical representa la orientación por las
personas.
Cada una de las 81 casillas resultantes caracteriza las diferentes combinaciones en la
intensidad de la orientación en las 2 dimensiones. Cada una significa una determinada
actitud en la dirección y por lo tanto un estilo de dirección.
De esta manera, tenemos un jefe “8-5" u otro “2-9" o cualquier otra posible combinación
que viene a definir su estilo de liderazgo.
No existe un mejor estilo de liderazgo para todas las situaciones, la rejilla de dirección le
permitirá comprender cuál es su estilo predominante. En cualquier caso, un estilo centrado
fuertemente tanto en la producción como en el personal suele ser un buen enfoque con
carácter general.
Esta teoría es explicada de forma muy general, aunque hay varios autores que explican la
teoría de los rasgos de diferente manera, como el psicólogo Gordon Allport el cual en 1936
encontró que un solo diccionario de inglés contiene más de 4.000 palabras que describen
los diferentes rasgos de personalidad. Categorizó estos rasgos en tres niveles:
Rasgos cardinales: Estos son los rasgos que predominan en toda la vida de un
individuo, a menudo hasta el punto que la persona se da a conocer específicamente en
base a estos rasgos. Las personas tan a menudo se vuelven tan conocidas por estos
rasgos como por sus nombres, y son a menudo sinónimo de estas cualidades. Estos son
los rasgos que dominan y moldean el comportamiento de una persona. Allport también
sugirió que los rasgos cardinales son raros y tienden a desarrollarse tarde en la vida.
Algunos ejemplos pueden ser narcisista, Don Juan y otros igual de específicos.
Rasgos centrales: Estas son las características generales que forman los fundamentos
básicos de la personalidad. Los rasgos centrales, aunque no son tan dominantes como
los rasgos cardinales, sus características principales se podrían utilizar para describir a
numerosas personas. Términos tales como inteligente, honesto, tímido o ansioso se
consideran rasgos centrales.
Rasgos secundarios: Estos son los rasgos que a veces están relacionados con las
actitudes o preferencias y a menudo aparecen sólo en ciertas situaciones o bajo
circunstancias específicas. Algunos ejemplos serían “se pone muy nervioso cuando
habla delante de varias personas”, “es impaciente cuando tiene que esperar” o “le gusta
esto o aquello”.
Una teoría muy importante que modifica toda la anterior es la de las de los dieciséis tipos
de personalidad de Raymon Cattell el cual reduce el número de los principales rasgos de la
personalidad de la lista inicial de Allport de más de 4.000 a 171, principalmente mediante
la eliminación de rasgos poco comunes y la combinación de características comunes. A
continuación, Cattell clasifica una amplia muestra de individuos dentro de estos 171 rasgos
diferentes. Luego, utilizando una técnica estadística conocida como análisis factorial,
identificó términos estrechamente relacionados y, finalmente, redujo su lista a sólo 16
rasgos de personalidad. Según Cattell, estas 16 características son la fuente de toda la
personalidad humana.
También existe una teoría llamada Las tres dimensiones de la personalidad de Eysenck
sobre la cual el psicólogo británico Hans Eysenck creó un modelo de la personalidad
basado en sólo tres dimensiones o factores:
Estas dos anteriores teorías han sido foco de diferentes investigaciones las cuales han
llevado a muchos expertos a concluir que Cattell se centró en muchos rasgos y Eysenck en
muy pocos, como resultado de esto surge una teoría llamada el “Big five”. Esta teoría de
cinco factores de la personalidad representa cinco rasgos fundamentales que interactúan
para formar la personalidad humana.
Mientras que los investigadores a menudo no están de acuerdo acerca de las etiquetas
exactas para cada dimensión, se describen con mayor frecuencia los siguientes:
Extraversión, agradabilidad, escrupulosidad, neuroticismo y franqueza.
Esta teoría se inclina por la idea de que fueron los hombres los que hicieron posible los
sucesos más importantes de la historia. Sin algunos hombres en concreto, algunas cosas no
hubiesen sucedido.
La idea básica es que los líderes de los grandes procesos históricos nacieron para ello, no
fue el contexto histórico, ni socio-económico el que los formó: «Los líderes nacen, no se
hacen». Esa es la premisa básica de esta teoría.
La Teoría del Gran Hombre surge durante el siglo XIX y se le atribuye al historiador y
ensayista inglés Thomas Carlyle. Según él «La historia del mundo no es otra que la
biografía de los grandes hombres». Esta teoría se formula alrededor de algunas figuras
militares, masculinas por supuesto, que fueron decisivas para el transcurso de la historia.
Además de las grandes figuras militares como Alejandro Magno o Napoleón, también se
puede considerar para esta teoría a hombres importantes de la ciencia, las artes y la política,
como Galileo Galilei, Miguel Ángel o Abraham Lincoln.
La Teoría del Gran Hombre no pretende explicar cada acontecimiento importante
exclusivamente a través de la actuación y el carisma de algunos hombres. Pero sí se
esfuerza en poner de relieve que, sin el liderazgo de determinados hombres, la historia
hubiese sido distinta.
Lo decisivo para la Teoría del Gran Hombre, también conocida como Teoría del Liderazgo
del Gran Hombre, es el carisma personal, la capacidad de liderazgo, la inteligencia,
sabiduría o talento de cada hombre en un momento determinado. Según esta teoría los
grandes hombres nacen y se vuelven líderes cuando se los «necesita» en un momento
determinado.
La teoría del gran hombre nos indica de como la capacidad de liderazgo y el carisma han
caracterizado a la mayoría de líderes exitosos a lo largo de la historia, mientras que la teoría
de los rasgos, siendo una teoría de la personalidad, busca identificar cuáles son los factores
que determinan las distintas actitudes, pensamientos y sentimientos que se experimentan
durante situaciones específicas.