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La sexualidad en su dimensión

biológica, psicológica y social

Las dimensiones de la sexualidad


El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre sexualidad
fechado en Guatemala en 2001 la define como el resultado de la interacción de
factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos y
espirituales. Aunque puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que se
experimenten ni se expresen simultáneamente, pero tal diversidad de
condicionantes confiere a la sexualidad de cada persona un marcado carácter
personal y específico que se manifiesta en lo que somos, sentimos, pensamos y
hacemos.

Dimensión biológica
Comprende aquellos aspectos que desde el punto de vista físico y orgánico tienen
que ver con la expresión sexual. Se integran en ella, por tanto, distintos aparatos y
órganos regidos por el cerebro que, tras recibir información desde los órganos de
los sentidos, elabora la respuesta sexual humana. Los órganos de los sentidos
(vista, oído, olfato, gusto y tacto) son parte esencial de esta dimensión así como la
piel, que en su totalidad constituye el mayor órgano sensorial sexual y es
considerada, junto con las mucosas, un agente erógeno de importancia capital.
Los órganos genitales, que se integran en esta dimensión, a menudo han
monopolizado todos los aspectos placenteros de la sexualidad en detrimento del
placer proveniente de otras zonas corporales como la piel. Esto, que es muy
evidente en el hombre, no lo ha sido tanto para la mujer, en quien se reconoce una
gran sensibilidad de las zonas no genitales (piel y mucosas sobre todo), lo que la
hace más sensible a estímulos táctiles como besos y caricias.

La piel, en su totalidad, constituye el mayor órgano sensorial sexual y es


considerada un agente erógeno de capital importancia

Cuando el encuentro amoroso avanza y se llega a la fase de excitación, las


sensaciones provenientes de los órganos de los sentidos influyen de manera
distinta en cada uno de los sexos. Los estímulos auditivos favorecen la excitación
sexual de la mujer sutilmente más que en el hombre, mientras que en éste juegan
mayor papel los visuales.
También se integran en esta dimensión biológica las cuestiones relacionadas con
el desarrollo sexual y sus diferentes etapas, que comprenden toda la vida. Desde
el nacimiento, la infancia, la pubertad, el tiempo en el que se inicia la capacidad de
procreación y hasta cuando ésta se pierde se sigue viviendo como ser sexuado.
Integra también los distintos aspectos relacionados con la respuesta sexual
humana, que es posible gracias a la implicación de diferentes sistemas de nuestro
organismo (nervioso, endocrino y vascular).

Dimensiones psicológica y social


Cada persona va perfilando a lo largo del tiempo una actitud propia sobre la
sexualidad, que será facilitadora o inhibidora de su expresión según sus propias
experiencias, las referidas por otras de su entorno, el ambiente social y cultural en
el que está inmersa, su formación y su información, sus creencias religiosas, etc.
A la vez, y de forma inevitable, transmite a su entorno una imagen basada en su
conducta y en sus opiniones, que pueden ser coincidentes o no con su íntima
realidad. Desde la infancia, las primeras actitudes hacia el sexo, que a menudo
permanecen inalteradas, se basan en lo que oímos y percibimos de nuestros
padres, madres, educadores y educadoras, así como de compañeros y
compañeras. En definitiva, es indudable que el entorno social mediatiza de
manera importante tanto nuestra actitud como nuestra conducta hacia la
sexualidad propia y ajena. Cuando surgen problemas sexuales, por leves que
sean, generan en el individuo reacciones de ansiedad, inseguridad, miedo al
fracaso, etc. y repercuten en la pareja, que puede responder adoptando diversas
actitudes -comprensiva, de colaboración o de rechazo o irritación- pero que en
general no suelen dejarla indiferente.

Así pues, la dimensión psicosocial de la sexualidad conjuga factores psicológicos


(emociones, ideas, actitudes personales) con factores sociales (influencia del
entorno social) y su evaluación es muy importante porque con ella se puede
explicar el origen de numerosos trastornos sexuales.

Dimensión medioambiental
En los últimos años, algunos expertos señalan una nueva dimensión en la
sexualidad, la medioambiental, movidos por la certeza de que los factores
medioambientales influyen de manera clara en ella. Estos cambios provocan
modificaciones diferenciales en la sexualidad de los seres vivos, y la
interdependencia entre éstos y el ambiente es la base de la evolución y de la
biodiversidad.

Desde la perspectiva biológica la sexualidad es vista como el


proceso evolutivo que se desarrollado mediante el comportamiento
reproductivo entre seres celulares que realizan una transmisión de
material genético para procrear.
Entonces, podemos decir que se lleva a cabo mediante aspectos:

 Sistema hormonal
 Sistema genético

Los aspectos psicológicos de la sexualidad : la sexualidad es llevada


a cabo por medio de la emociones, estado de animo, gustos de una
persona puede generar una diversa cantidad de emociones como
verguenza, angustia, deseo, temor, etc.

ASPECTO BIOLÓGICO
La dimensiónbiologíaa de la sexualidad en el ser humano, provee del
sustrato anatómico fisiológico sobre el que se desarrollarán los distintos
matices de la sexualidad de la persona.

La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida sexual,


como son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual, etc.
Todos ellos están influenciados por la anatomía sexual. Así mismo la
alteración física o fisiológica (del funcionamiento), puede acarrear
distintos trastornos sexuales o enfermedades, que afecten a la vida
sexual de la persona. 

En este apartado incluimos factores como: 

Sistema genético 
La carga cromosomas del genoma humano "**" "XY", que se define en la
fecundación, es uno de los factores determinantes en la dimensión
biológica del sexo de la persona. 

Sistema hormonal 
El sistema endocrino, gracias a las glándulas endocrinas es el encargado
de mantener los niveles de hormonas necesarios para el correcto
funcionamiento de nuestro organismo. 

Concreta mente las hormonas más directamente implicadas en la


sexualidad humana son: la testosterona, la progesterona, los
estrógenos. 

Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como
en los hombres, aunque en diferentes cantidades y proporciones, de
modo que los hombres poseen principalmente testosterona (por eso se
conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad de
estrógenos y progesterona, al contrario las mujeres segregan en su
mayoría estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas
femeninas) y sólo una pequeña cantidad de testosterona. 

Los niveles de hormonas sexuales también varían de una persona a otra


y dependiendo de los momentos de la vida. 

Estructura anatómico-fisiológica 
La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la
relación sexual, respuesta sexual, excitación, procreación, etc 

ASPECTO PSICOLÓGICO DE LA SEXUALIDAD 


La psique (mente) humana juega un papel fundamental en nuestro modo
de vivir y sentir nuestra sexualidad. Nuestras forma de percibir la belleza,
nuestras ideas sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo, nuestra
personalidad, nuestras convicciones, el temperamento de cada persona,
son factores decisivos en nuestras relaciones sexuales. Nuestra propia
identidad sexual, nuestra orientación sexual, depende en gran manera de
nuestro modo de vernos y entendernos psicológica mente en relación a
lo sexual

Factores biológicos, psicológicos y sociales de la sexualidad en los


ancianos
 Autores: Beatriz Martínez Pascual, María Dolores Díaz Palarea, Fernando Calvo Francés, Jesús M
Alonso Valera
 Localización: Revista multidisciplinar de gerontología, ISSN 1139-0921, Vol. 14, Nº. 3,
2004, págs. 150-157
 Idioma: español
 Texto completo no disponible (Saber más ...)
 Resumen

o Presentamos una revisión sobre la actividad sexual en la vejez. El objetivo es mostrar una visión
actualizada sobre el tema. Esta actividad suele considerarse propia de las personas jóvenes, de buena salud y con
atractivo físico. Que una pareja de edad avanzada mantenga relaciones sexuales es una conducta que no se aprueba
fácilmente en la sociedad, donde es considerada un tema tabú. A pesar de estos tópicos de signo cultural, la vejez
conlleva la necesidad psicológica y fisiológica de la práctica sexual continuada. No hay edad en la que la actividad
sexual, los pensamientos sobre el sexo o el deseo finalicen.
Características de la sexualidad humana
La sexualidad es un componente de nuestra personalidad, que forma un todo con nosotros
mismos. Nos acompaña permanentemente. Sin embargo, ha pasado a ser en la sociedad
tradicional, un aspecto velado, dejado a la comprensión de los "mayores", y ubicado en aquel
lugar que corresponde a nuestros recónditos secretos. Como consecuencia, ha caído un
negro telón sobre ella.
Esto ha contribuido al atraso en su conocimiento científico y por lo tanto, en su mejor manejo
racional, tanto desde un punto de vista operativo como educacional. No es raro, por lo tanto,
que haya confusión de conceptos entre sexualidad, genitalidad y pornografía.
Por otra parte, la comprensión del fenómeno sexualidad y su interpretación ha dependido del
momento histórico en que se analiza el problema. Vale recordar que en los inicios del cine
sonoro, el primer beso en una pareja de 40 años fue eliminado de la cinta por atentar contra
las buenas costumbres y fue calificado de pornografía.
Evidentemente que en el campo de la sexualidad se aplica con mayor énfasis y propiedad
aquello de: "Lo que vemos depende del color del cristal con que se mira"; sin lugar a dudas, el
color de este cristal está influenciado por nuestras propias experiencias, positivas o negativas,
y que en forma inconsciente, proyectamos al mundo que nos rodea". Este hecho es de
fundamental importancia en las y los educadores, que son seres humano con sus propias
experiencias, y por lo tanto, interpreta los hechos con determinados patrones.
Este Componente de nuestra personalidad llamada Sexualidad tiene 5 características:

Historicidad
Esta puede ser individual y colectiva, es decir cada uno de nosotros tiene su historia con
aspectos positivos y negativos, que siendo del ámbito de la sexualidad, son parte de la
intimidad. Es colectiva porque respondemos al momento histórico que vivimos y del medio en
que nos desarrollamos en lo antropológico-cultural. No es lo mismo el enfoque de la
sexualidad en la época Victoriana a la época actual. Tampoco es lo mismo la sexualidad en
una población occidental que una oriental o en una urbana moderna y otra rural.

Voluptuosidad
Es la respuesta al estímulo interno o externo de la sexualidad y que se relacionan íntimamente
con la afectividad. Las expresiones biológicas de esta voluptuosidad se rigen por normas
sociales y culturales. Es lo que otros denominan como erotismo. Es más fácil entender si
apelamos a nuestras propias experiencias.
¿Cuál es la reacción de nuestra piel ante un brusco contacto con el frío?. Es una reacción de
contracciones musculares que llamamos tiritar y que se explica por ser la forma de producir
calor. Pero junto con ello se produce erección de los pelos de la piel y esta se engranuja,
dando origen a lo que llamamos piel de gallina. Esto se explica por la contracción de los
músculos de la base de implantación del pelo o bulbo piloso que erecta el pelo. El fenómeno
contribuye a cerrar los poros por donde se pierde agua y calor y es un mecanismo automático
de mantener la temperatura corporal.
Pero, ¿Qué sucede cuando observamos o somos observados por la mujer u hombre amado
que nos atrae, o cuando damos o recibimos un cariño de esa persona? Seguramente muchos
reaccionamos con una serie de respuestas corporales como tener piel de gallina (no es lo
mismo ante el frío, a pesar que la reacción fisiológica es la misma).Esto los sentimos. También
puede ocurrir humedecimiento de los genitales, erección de los pezones mamarios y erección
del pene. Estas reacciones son las que conforman la voluptuosidad y son propias de ese
componente de nuestra personalidad llamada sexualidad.

Trascendencia
En el significado de trascender. Tiene 5 acepciones: (a) Olor que se extiende a distancia (b)
Conocimiento de algo oculto (c) Efectos de unas cosas a otras con consecuencias. (d)
Aplicarse a todo una noción que no es género, como acontece con las de unidad y ser, y
también en el sistema kantiano, traspasar los límites de la experiencia posible. (e) Penetrar,
comprender, averiguar alguna cosa que está oculta. (1)
La acepción que aquí usaremos, es la de traspasar los límites de la experiencia posible. Así
por ejemplo, se describe acciones excepcionales de algunas personas como el caminar sobre
el agua (Cristo en el Lago) o la levitación que elimina la fuerza de gravedad. Esto se describe
para individuos excepcionales pero no ocurre en los seres humanos comunes y corrientes. Sin
embargo para el cotidiano, un ejemplo es él o la enamorado/a que no le importa su Yo, sólo le
importa el Otro u Otra. En este estado los seres humanos pueden asumir actos y acciones
que a veces no tienen una explicación racional, es decir se “despegan” de su propio Yo. Esto
se da en el campo de la afectividad como componente de la sexualidad. En el componente
biológico de la sexualidad, se trasciende durante la fase orgásmica de la respuesta humana
sexual coital. El placer máximo “despega” a la persona de la realidad.

Lenguaje
Es el conjunto de signos y expresiones de comunicación. En el ámbito de la sexualidad los
animales tienen una gran variedad de lenguajes relacionados con el deseo de apareamiento y
que son propios de cada especie y no varían mucho con las variaciones geográficas. Por
ejemplo los movimientos del pingüino rey sea del Ártico o de la Antártica, o del pavo real sea
del África o del zoológico de Santiago. En el ámbito de la sexualidad humana el lenguaje es
muy rico y varía con las culturas. No es difícil distinguir un secreto al oído de un susurro de
enamorados o de una mirada o un mohín de juegos de conquista. Esto es propio de la
sexualidad.

Reacción Paradojal
La expresión de lo bello en las artes es el amor en sus variadas formas y por cierto la
sexualidad. Sin embargo, también sirve para las peores expresiones de otra persona. Los
delitos más graves y menos aceptados por la sociedad se relacionan con la sexualidad, como
el acoso sexual, la violación y el abuso sexual. Al tener expresiones en estos extremos, se
describe como de carácter paradojal o contradictoria, en un mismo objeto de expresión
personal.
La Genitalidad, es la expresión de las diferentes características de los genitales femeninos o
masculinos y de sus respuestas a los estímulos físicos o psicológicos, reales o imaginarios o
figurados. Es un componente muy importante en la expresión de la sexualidad.
La pornografía es la expresión selectiva o exagerada o distorsionada de la genitalidad con el
objeto de aumentar el estímulo a la voluptuosidad, en la mayoría de los casos con fines
comerciales o tras la búsqueda de experiencias excepcionales.

Sexo inherente
Ismene Camarero

Sexología

EL SEXO QUE SOMOS


A menudo se habla sobre sexualidad desde un punto de vista parcelado, es decir, como si
el sexo fuese una parcela separable del resto del ser humano. Esto es habitual en las
conversaciones de calle donde, a la sombra de la cultura popular, se banaliza este tema o se
ve como algo muy reducido a ciertas conductas un tanto picantes. Me llama más la
atención, sin embargo, cuando la intervención procede de la boca de importantes expertos
en distintas ramas del saber, hablando y escribiendo sobre un sexo de quita y pon, de gozos
y placeres momentáneos o de ciertas partes del cuerpo.

Me gustaría, aquí, mostrar el sexo desde otra mirada. Una mirada donde se pueda
comprender como una dimensión inherente a todo ser humano, precisamente porque
somos mujeres y hombres, siendo ello un hecho ineludible e imposible de obviar sin hacer
auténticos y ridículos malabarismos.

EL SEXO NO ES LO QUE HACEMOS


Soy consciente de que en el lenguaje vulgar o popular la palabra sexo es comúnmente
utilizada para hablar de algo que hacemos (y en nuestro imaginario aparece
concretamente follar o, a lo sumo, las mal llamadas relaciones sexuales, donde, según
dicen, pueden aparecer más prácticas) o para hablar de algo que tenemos entre las piernas
(nuestros genitales, los que generan, es decir, los que sirven para reproducirse).

Esta vieja idea, aunque plenamente vigente, es en la que nos apoyamos para construir un
imaginario (mayor o menor, dependiendo del imaginario de cada una de las mentes que lo
imaginen) de nuestra sexualidad, de nuestras relaciones eróticas, o incluso de lo que es un
sexólogo y en qué me puede ayudar. De hecho, suele ser la idea en la que nos apoyamos
para decidir lo que es ser una mujer y un hombre (cosa fácil desde este imaginario reductor
donde, al parecer, sólo con mirar los genitales puede adivinarse… aunque a veces no es tan
simple, ¿verdad?).

Pues bien, esta idea, reduccionista y simplista donde las haya, es la que está extendida en
nuestra cultura occidental popular, intelectual e, incluso, lo que me parece bastante más
grave, entre muchos profesionales que, según comentan, se dedican a trabajar o investigar
sobre temas sexuales.
EL SEXO DESDE LA SEXOLOGÍA
Una de las ideas que la sexología aporta, y de la que nunca dejo de aprender, es que el sexo
no es aquello que hacemos o tenemos, sino aquello que somos. Somos sexo. Somos seres
sexuados, con cuerpos sexuados y relaciones sexuadas.

Esta idea abre el campo de pensamiento, de concepto, de visión a algo inherente a cada
cual, que impregna toda nuestra esencia y que, por tanto, nos acompaña en todas nuestras
acciones, pensamientos, emociones y vivencias. Somos mujeres y hombres. Diversos en
nuestra construcción y en nuestra expresión.

Esa diversidad tan evidente y tan poco comprendida, estudiada y valorada, existe
precisamente por el hecho de ser sexuados. Porque para construir esa diversidad mujeres y
hombres nos valemos de caracteres masculinos y femeninos, que se mezclan de una manera
única y peculiar en cada uno de nosotros para poder coexistir. Y es por eso que existimos.

SEXUADOS E INTERSEXUADOS EN UN CONTINUO


Hablamos, por tanto, de la construcción de las diferentes identidades, lo queramos o no,
siempre sexuadas e intersexuadas. Porque si nos paramos a pensar, sentir y observarnos,
podemos percibirnos con algunas características comúnmente más femeninas y otras más
masculinas, ya seamos mujer u hombre. Cada parte de nosotros está construida de
pequeños caracteres sexuados con tantos matices diferentes y colocados de tal manera, que
el resultado es esa mujer o ese hombre peculiar y único que somos. Es precisamente nuestra
característica de sexuados lo que crea diversidad en nosotros. Estamos hechos de lo
mismo pero con diferentes grados y combinaciones, en un continuo de los sexos.

Históricamente, se han creado jerarquías para ordenar esta diversidad y privilegiar unas


características sobre otras, a unos sujetos sobre otros, como ha sido el caso del hombre y la
mujer. Para resolver esta desigualdad, se ha creado y puesto de moda la idea de que todos
somos iguales. Como si lanzando esta idea a nuestro subconsciente nos creyésemos que
íbamos a dejar de lado las desigualdades sociales, políticas, etc.

SOMOS DIFERENTES Y ESO NOS HACE


IGUALES
Como resultado de esa idea queremos ser todos iguales, pero iguales a un único modelo de
ser, de belleza, de sujeto, creando lo políticamente correcto y deseable. Las mujeres ya
trabajamos fuera de casa, igual que los hombres; los hombres ya cuidan a los niños, igual
que las mujeres; las mujeres ya podemos expresar nuestro deseo, igual que los hombres; los
hombres ya expresan su emotividad, igual que las mujeres… y por el camino, en este “ya
somos iguales”, volvemos al modelo antiguo de jerarquizar unas características por encima
de otras, perdiendo la esencia de lo que realmente somos, mujeres y hombres peculiares,
diversos y no por ello menos mujeres o menos hombres.

¿Qué pasaría si realmente asumiéramos que, en efecto, somos diferentes? ¿Qué pasaría si
socialmente llegamos a esa conclusión y empezamos a desmontar discursos para que todos
seamos iguales (en rigor, idénticos) y a construir el cultivo de los sexos, es decir, de las
diferencias como valor? ¿Es posible que el sexo así entendido abra puertas a la libertad de
ser y de expresarse desde la diversidad que nos caracteriza y une a todas, la diversidad de
formas de ser mujer y de ser hombre?

EL VALOR DE LA DIVERSIDAD
Es posible. Y es posible, también, que dejásemos de hablar tanto del valor de la igualdad
para hablar más del valor de la diferencia; que dejásemos de hablar tanto de
violencia sexual para hablar más de convivencia entre los sexos; de lo mala que es la
dependencia y lo buena que es la independencia para hablar de la gestión de la ineludible
interdependencia.

En resumen,  parece bastante significativa la diferencia entre a dónde nos lleva hablar y
reflexionar sobre el sexo como una parcela, parcelita o parcelota (lo que cotidianamente
oímos sobre sexo) o hablar del sexo que somos (lo que aquí he llamado sexo inherente).
Aún queda mucho por hablar y reflexionar así que, desde aquí, seguiremos haciéndolo e
invitando a ello. De momento, me despido con esta famosa frase de Descartes: “Sexo,
luego existo”… ¿o no lo dijo así?
Dedicado a la gente que me quiere y que aún le cuesta entender mi
profesión. Y, muy especialmente, a los profesionales que, utilizando su
reconocida posición, confunden y problematizan más que aclaran y
ayudan cuando se expresan. Ellos fueron mi inspiración un día de
verano.

Comportamientos Y Conductas Sexuales

La conducta sexual se refiere a todo tipo de práctica sexual que una persona puede realizar consigo
misma, con otra persona, bien sea homosexual, heterosexual o bisexual, o incluso en grupo.
El beso, las caricias, el coito vaginal o anal, la masturbación, el sexo bucal, las fantasías o la
combinación de varios de ellos, son algunas de las conductas sexuales más comunes.
Por comportamientos de riesgo se entienden aquellas prácticas que aumentan el riesgo de adquirir una
enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Las ETS son enfermedades cuya principal vía de infección es la práctica de conductas sexuales, aunque
no la única ya que algunas pueden trasmitirse por contacto de ropas o toallas.
El haber padecido alguna de las ETS con anterioridad o bien que tu pareja las haya padecido implica un
riesgo en la realización de algunas de las conductas sexuales, sobre todo si no se toman las medidas
adecuadas.
Cuando en las relaciones sexuales se toman precauciones que reducen el riesgo de adquisición de
enfermedades de transmisión sexual (ETS) -el SIDA, entre ellas- nos hallamos ante comportamientos
seguros.
Es recomendable hablar de sexualidad con sus hijos e hijas y saber aconsejarles, pudiendo resolver de
este modo muchas de sus dudas.

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o Sexualidad, identidad

Conducta sexual
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Conducta sexual. El estudio de los


comportamientos amorosos o
sexuales. La conducta sexual
humana ha estado presente en toda
la historia del ser humano, por que
las mujeres hace miles de años se
apareaban con los que creían que
eran los más fuertes y los más
jóvenes y eso en algunas culturas;
otras culturas se apareaban con los
viejos porque son los que ya tenían
la experiencia; y así sé hacían
muchas otras reglas para
Concepto: Se refiere a todo tipo de práctica sexual que
aparearse.
una persona puede realizar consigo misma,
Sumario con otra persona, bien
 [ocultar]  sea homosexual, heterosexual o bisexual
incluso en grupo.
 1 Antecedentes
 2 Conductas sexuales
 3 Técnicas empleadas por las personas para expresar placer sexual
 4 Fuentes

Antecedentes
A lo largo de la historia se ha podido observar que las expresiones sexuales son tan
diversas como las personas y los gustos. Cada individuo es un mundo y desarrolla
particulares matices, ritmos y preferencias a la hora de desenvolverse en el sexo.
Cada uno, por tanto, busca y expresa conductas y contactos sexuales.

En los años 60 aproximadamente aparece la llamada revolución sexual, con la cual la


sexualidad humana adquirió un nuevo significado y se acepta ya como un instinto
natural que debe ser entendido en todas sus dimensiones y desde un prisma de
igualdad entre el hombre y la mujer.

Tradicionalmente se inculcaba la idea de que en el sexo existía una forma como debe
ser, un ideal de expresión sexual cuya prioridad era como norma una expresión de
conducta heterosexual, coital y con fines meramente reproductivos.
Lo que era considerado normal o anormal estaba influenciado por la cultura, las
costumbres, la moral, las religiones, el país y variaba con el paso del tiempo.

Según los estudios psicológicos, médicos y sexológicos, cada persona tiene sus
propios gustos a la hora de realizar la conducta sexual, sus deseos y preferencias,
sus fantasías, etc. Así pues ninguna conducta o fantasía es perjudicial si respeta el
deseo, la libertad y la integridad de las personas con quien se relaciona, y si no es
vivida o experimentada como una tensión o angustia.

Conductas sexuales
La conducta es el modo en el que se actúa, la forma de relacionarse. La conducta es
la forma en que se hacen las cosas, se trata a los demás, se resuelve la vida diaria,
se decide sobre cualquier asunto.

Una conducta o comportamiento generoso es aquel en el que la persona que lo


manifiesta demuestra interés por lo que sucede a su alrededor, actuando en
consecuencia, movilizándose para agradar, satisfacer o resolver un problema a otra(s)
persona(s).

Todo comportamiento tiene sus raíces en las actitudes y creencias que esa persona
ha desarrollado y adoptado para manejarse en la vida. A pesar de que un
comportamiento pueda ser casi automático, porque apenas se necesita pensar en lo
que se quiere hacer, bastando unos segundos para reaccionar, sin embargo, detrás
de él hay una actitud y una creencia que lo motivan.

El comportamiento sexual se nutre también de toda una gama de actitudes y


creencias respecto del sexo. Si se cree que las relaciones sexuales son sanas,
agradables, divertidas, enriquecedoras y que satisfacen, probablemente se adoptará
una actitud proactiva y positiva, y a su vez será un comportamiento de forma abierta,
extrovertida, curiosa y alegre respecto a ellas.

No hay ningún comportamiento sexual que no tenga detrás una razón actitudinal que
lo explique. Los comportamientos pasivos, erróneos, insatisfactorios, insanos,
conflictivos e incluso delictivos, están relacionados con actitudes y creencias de las
mismas características.

Detrás de su actitud reduccionista de las relaciones sexuales hay una creencia


también reduccionista: "Relación sexual igual a penetración". Para que estas
personas modifiquen su comportamiento hacia una actuación más amplia, más rica,
más satisfactoria y lo hagan de un modo voluntario, será necesario que modifiquen su
actitud y sus creencias, de lo contrario, aunque modifiquen su conducta, ellos no
experimentarán el placer y la satisfacción que su cambio puede revertirles y por lo
tanto éste sólo será superficial, y quizá, con un coste en las relaciones.

Técnicas empleadas por las personas para expresar


placer sexual
A la hora de buscar cada persona su forma de expresarse sexualmente, de sentir su
placer sin límites, se va conociendo sin poner obstáculos ni trabas que le permitan
sentir a su modo su sexualidad. Si se interponen etiquetas a determinadas conductas
sexuales esto influirá negativamente en la persona acarreándole un desarrollo sexual
negativo.

La sexualidad no se goza de una única manera, existen diferencias técnicas y


variaciones en la conducta sexual que implican conocer el propio cuerpo y
proporcionarle placer. Es pues, igualmente, muy importante la comunicación con
aquella persona con quien se comparten las experiencias sexuales para saber lo que
agrada a cada uno.

En primer lugar la masturbación es la actividad que primero aparece y que consiste en


proporcionarse placer mediante la estimulación física directa que uno mismo se
produce; independientemente del resultado y del modo en que lo haga; no es
necesario que se llegue al orgasmo.

Los prejuicios sobre la masturbación, la religión y los mitos han hecho que se hable
poco de ella y que se perciba como un tabú aún, llegando a negarse su realización
por parte de algunas personas.

Actualmente no se considera tanto una conducta sexual inapropiada sino que se


percibe como una expresión normal del sexo humano que resulta beneficiosa para
conocerse y disfrutar del placer, incluso libera tensiones.

Los besos también son importantes en la conducta sexual; el beso es la primera


expresión de afecto que experimentamos y sabemos desde pequeños que muestran
sentimiento. Es el primer contacto erótico que sirve como preámbulo a otras
conductas sexuales. Tienen una carga erótica o son símbolo de cariño.

Las caricias son otra forma de expresar afecto y ternura. La piel tiene muchas
terminaciones nerviosas que al ser estimuladas proporcionan cierto placer. El tacto
puede provocar un aumento del deseo, dando cierta intimidad y confianza, llegando a
experimentarlo por todo el cuerpo y a disfrutar de éste.

El coito anal es una práctica sexual común que consiste en la penetración del pene a
través del ano, tanto en relaciones heterosexuales como homosexuales.

Tradicionalmente era considerado como "antinatural", "vicioso" y "pecaminoso" debido


a algunas religiones, especialmente las abrahámicas, que prohíben a sus seguidores
todo aquel contacto cuyos fines no sean reproductivos. Actualmente es una variante
más de la relación sexual. El ano, al igual que la vagina, tiene infinitas terminaciones
nerviosas muy sensibles y su penetración supone estimular gran parte del cuerpo.

A la hora de realizar esta penetración se debe tener en cuenta que el tejido del recto
es muy fino y delicado y puede fácilmente desgarrarse, llegando a exponernos a
diversos microbios y virus de transmisión sexual por lo que se recomienda siempre
usar el preservativo durante toda la penetración anal. También hay que tener en
cuenta que el ano es un esfínter muscular y como tal tiende a ofrecer resistencia por
lo que debe haber una relajación previa. Hay que tener en cuenta que no lubrica como
la vagina por lo que se debe usar una crema lubricante que evite la fricción; así, se
debe comenzar la penetración de manera paulatina y cuidadosa incluso dilatando
primero el ano con la estimulación manual.

Nunca debe pasarse del coito anal al vaginal directamente sino que debe lavarse
antes el pene y cambiar de preservativo.

El sexo oral es otra variante muy usada en la actualidad que consiste en la


estimulación de los genitales mediante la lengua, los labios y la boca.

La estimulación de los genitales femeninos es el cunnilingus, y la estimulación de los


genitales masculinos se conoce como fellatio o felación. Ambos pueden usarse de
manera individual o en pareja adoptando la postura conocida como 69 que es
invertida por parte de los dos participantes. Puede realizarse de diversas maneras
pero es la boca la que proporciona el placer. Tener en cuenta que la boca al estar
húmeda y ser cálida proporciona mayor grado de placer por ambas partes.

Por último el coito vaginal es la actividad sexual que consiste en la penetración del
pene en la vagina como medio para conseguir placer sexual. Lo importante es
conocer cada uno su propio cuerpo y el de la pareja y saber lo que nos proporciona
placer a cada uno. Muy aconsejable también siempre usar preservativo como medio
preventivo de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual.

Existen muchas posturas a la hora de realizar el coito, dependiendo del gusto de cada
persona está la variedad. Lo importante es provocarse el mayor placer por parte de
ambos y poder irse conociendo más cada vez que lo practiquen.

Ni que decir tiene que sobre todo máxima importancia en el uso de preservativo para
evitar contagios sobre todo en las relaciones esporádicas que cada vez los jóvenes
practican antes y con mas personas.

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