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las dimensiones fundamentales de la sexualidad humana

La sexualidad es una dimensión fundamental de nuestro ser personal. Esta se desarrolla a lo


largo de toda nuestra vida, por lo que decimos que es dinámica. Además de los aspectos
biológicos y psicológicos, los factores socioculturales tienen un papel muy importante en
esta transformación; su influencia puede ser positiva y propiciar el desarrollo íntegro,
pleno, de la persona, ser un vehículo de crecimiento y expresión personal, o por el
contrario, restringirlo y coartarlo.
A diferencia de lo que muchos piensan, la sexualidad humana no sólo abarca las relaciones
sexuales, los contactos eróticos y la reproducción. Está vinculada con casi todas las áreas de
la vida y, por lo mismo, su aceptación y sana vivencia influyen positivamente en la vida
general de la persona. La sexualidad es sólo un elemento esencial de nuestro desarrollo y de
nuestra identidad. Ella constituye una forma de expresión de nuestro ser y de nuestros
sentimientos más íntimos y una forma y un proceso de comunicación. En la vivencia de la
sexualidad ponemos en juego los valores que están en la base de nuestro proyecto de vida.
El ser humano es un todo cuyas partes interactúan; la sexualidad es una de ellas y por eso es
necesario entenderla de una manera global y como un aspecto inherente a la persona. No es
posible aislarla del resto del individuo, ni entenderla como privativa de las personas que
mantienen relaciones sexuales coitales.
La sexualidad supone, expresa y participa del misterio integral de la persona. De allí que no
se la pueda entender desde una visión reduccionista. Su carácter integral y plurivalente es
un rasgo específico y característico. Por ello es necesario aproximarse a su comprensión
considerando las distintas dimensiones que la componen:
Dimensión biológica: las diferencias entre el varón y la mujer se imponen por una serie de
caracteres morfológicos, sin embargo la distinción biológica entre el hombre y la mujer es
mucho más compleja que la configuración descriptiva de la genitalidad. De tal modo que el
sexo biológico contempla 5 categorías básicas: la configuración cromosómica; el sexo
gonádico; el sexo hormonal, la estructura reproductiva interna y la genitalidad.
Dimensión psicológica: la sexualidad en el ser humano no se limita a ser una “necesidad”
(dimensión biológica), sino que se expande en el camino del deseo (dimensión psicológica)
llegando a ser vivencia y comportamiento sexual humano. La dimensión psicológica
introduce el sentido en la sexualidad humana;. Entre las categorías que incluye esta
dimensión está la identidad sexual y el desarrollo sexual.
Dimensión sociocultural: el ser humano es un ser cultural también en su sexualidad;
porque tiene una historia, es una historia y construye historia. La tradición la alcanza en la
cultura en que vive. Se hace parte de esa historia cuando la asume conscientemente y
construye su historia cuando asume la responsabilidad personal y colectiva como ser social
frente al momento presente. Existen una serie de espacios y canales de socialización de la
sexualidad humana. Entre los más importantes están la familia de origen, la escuela, el
grupo de pares, la religión, las normas sociales, los medios de comunicación.
Dimensión ética-filosófica: La sexualidad no es un concepto “abstracto”, la sexualidad se
vive, se pone en acción y se juega en las experiencias de la vida diaria, en lo cotidiano. La
dimensión ética parte de la noción de la persona, hombre y mujer, como valor en sí misma.
Esta va asumiendo a lo largo de su vida diversos valores y se convierte, por lo tanto, en una
portadora de ellos, los cuales también jerarquiza a la luz de sus experiencias y vida
personal. Constantemente está revisando sus valores y replanteándose su jerarquía, lo que
lleva a conformar su conciencia. La ética se convierte así en el contexto valorativo que
orienta el ser y el actuar de la persona. Desde allí hace sus opciones y le da un sentido a su
vida. En el plano de la sexualidad es justamente la dimensión ética la que en última
instancia define cómo va a ser esta vivencia en el individuo. Esto quiere decir que los
valores asumidos por la persona se ven reflejados en sus actitudes, sentimientos y
comportamientos respecto de lo sexual.

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Dimensión biológica de la sexualidad


Se refiere a los componentes, anatómicos y fisiológicos, diferenciación, desarrollo y
maduración, de los órganos sexuales externos e internos que se inicia desde la
concepción y se desarrollan en la pubertad.  Referida a todas las características físicas
femeninas o masculinas determinadas genéticamente, cambios puberales y
expresiones físicas de estimulación sexual.

Por ejemplo: 
Los Hombres: El desarrollo de la musculatura del adolescente, el enronquecimiento de
la voz, el  ensanchamiento del tórax, el crecimiento del vello púbico y axilar, de la
barba, del bigote; el desarrollo del pene.  

Las Mujeres: El aumento del busto, el ensanchamiento de las caderas, el crecimiento


del útero o matriz, de la vagina, de la vulva, la aparición de la menstruación.
La dimensión sociocultural de la sexualidad
Es todo aquello que las sociedades construyen alrededor de la diferencia sexual: roles,
actividades, maneras de relacionarnos y de expresar emociones.

A partir de la apariencia externa de los órganos sexuales de establecer una larga


cadena de enseñanzas divididas en hombres y mujeres.

Estas diferencias pueden verse en la forma de vestir, las carreras profesionales que
elegimos, las actividades que desempeñamos, cómo nos relacionamos sexual y
eróticamente con los demás,  etc. 

A los hombres por ejemplo, se les prohíbe llorar, expresar emociones, ser débiles,
sentirse vulnerables, fallar o tener miedo; y está obligados a ser fuertes, duros,
insensibles, competitivos, agresivos, conquistadores y proveedores.

Mientras que a las mujeres, se les prohíbe ser competitivas, fuertes, agresivas, tener
deseos sexuales, tomar la iniciativa. Al mismo tiempo se espera que sean bellas,
recatadas, sumisas, obedientes, maternales y dependientes.
Dimensión psicológica de la sexualidad
Es la forma en que cada individuo retoma y reproduce todo lo que su sociedad le
enseñó que debe hacer o como debe actuar. 

La sociedad puede tener muchas expectativas de cada sujeto según su sexo, pero todos
estos aspectos no se quedan fuera del individuo, por el contrario, poco a poco los va
interiorizando y haciendo suyos hasta que condicionan su forma de pensar y de sentir.

La dimensión psicológica la integran aspectos sentimientos, ideas, la forma en que nos


comunicamos. Están también nuestros miedos, deseos, fantasías y afectos, la
experiencia subjetiva del amor y los demás vínculos. Entre todos estos, hay dos muy
importantes: la identidad y la preferencia u orientación.

La identidad sexogenérica, que es la percepción íntima y personal de pertenecer a uno


de los sexos.  Además de tener un cuerpo masculino o femenino, la persona se percibe
a sí misma como hombre o mujer.

La orientación sexual es la atracción afectiva y erótica hacia otras personas


dependiendo de su sexo: homosexual, si se siente atraído hacia personas de su mismo
sexo; heterosexual, si le atraen personas del otro sexo; bisexual si le atraen personas de
ambos sexos.
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Dimensión sexual
1. 1. DIMENSIÓN SEXUAL
2. 2.  Sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológicas
que caracterizan el sexo de cada individuo.
3. 3. Elementos de la sexualidad Es un tipo de atracción que las personas sienten hacia
otras personas, ya sean de su mismo sexo o de diferente. El impulso sexual va dirigido
tanto al placer sexual inmediato, como a la procreación.
4. 4. La identidad sexual y orientación sexual se entienden como tendencias sexuales en
cuanto a aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre,
mujer o ambos a la vez) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro o ambos
(heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad).
5. 5. En la vida diaria, la sexualidad cumple un papel muy importante, ya que, desde el
punto de vista emocional, afectivo y social, va mucho más allá de la finalidad
reproductiva y compromete la vida de pareja, de familia, y los lazos afectivos
interpersonales.
6. 6. DIMENSIONES DE LA SEXUALIDAD: La dimensión biológica de la sexualidad en el
ser humano, provee del sustrato anatómico fisiológico sobre el que se desarrollarán
los distintos matices de la sexualidad de la persona.  La dimensión biológica es
crucial en distintos ámbitos de la vida sexual, como son: La procreación, el deseo
sexual, la respuesta sexual, etc. Todos ellos están influenciados por la anatomía
sexual.
7. 7. En este apartado incluimos factores como: La carga cromosómica del genoma
humano "XX" "XY", que se define en la fecundación, es uno de los factores
determinantes en la dimensión biológica del sexo de la persona.
8. 8. • Las hormonas más directamente implicadas en la sexualidad humana son: la
testosterona, la progesterona, los estrógenos. • Los hombres poseen principalmente
testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad
de estrógenos y progesterona, • Al contrario, las mujeres segregan en su mayoría
estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo
una pequeña cantidad de testosterona. Estos tres tipos de hormonas están presentes
tanto en las mujeres como en los hombres, aunque en diferentes cantidades y
proporciones, de modo que:
9. 9. La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la relación sexual,
respuesta sexual, excitación, procreación, etc.  En este apartado se contemplan tanto
la anatomía y fisiología de los genitales masculinos y femeninos, así como los
caracteres sexuales secundarios.
10. 10. La psique (mente) humana juega un papel fundamental en nuestro modo de vivir y
sentir nuestra sexualidad.  Nuestras forma de percibir la belleza, nuestras ideas
sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo, nuestra personalidad, nuestras
convicciones, el temperamento de cada persona, son factores decisivos en nuestras
relaciones sexuales.  Nuestra propia identidad sexual, nuestra orientación sexual,
depende en gran manera de nuestro modo de vernos y entendernos psicológicamente
en relación a lo sexual.
11. 11. La dimensión psicológica del ser sexual puede dividirse en dos: INTELECTUAL
(desarrollo cerebral que posibilita en el ser humano capacidades y potencialidades a
nivel de pensamiento y conocimiento que convierten lo sexual de un instinto en un
IMPULSO sobre el cual puede ejercer control) AFECTIVA (capacidad humana de
establecer relaciones de distinto grado de intensidad e intimidad con otros seres de su
misma especie, con los cuales se relaciona de una manera que involucra sentimientos
y sensaciones).
12. 12.  La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los
amigos, la educación recibida en el colegio, la religión, etc., sobre la sexualidad.  Las
distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad. 
Cada sociedad y cada cultura establecen una NORMATIVA cuya finalidad es regular y
controlar el comportamiento sexual de sus miembros y los ROLES SEXUALES los
cuales implican y, a la vez, definen una imagen determinada de Hombre - Mujer y
Relación.  La norma, inicialmente externa al ser humano, termina siendo interiorizada
por éste, a través del proceso de socialización, llegando a constituir parte de su propia
personalidad.

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La sexualidad es una dimensión fundamental de nuestro ser personal. Esta se desarrolla a lo


largo de toda nuestra vida, por lo que decimos que es dinámica. Además de los aspectos
biológicos y psicológicos, los factores socioculturales tienen un papel muy importante en
esta transformación; su influencia puede ser positiva y propiciar el desarrollo íntegro,
pleno, de la persona, ser un vehículo de crecimiento y expresión personal, o por el
contrario, restringirlo y coartarlo.
A diferencia de lo que muchos piensan, la sexualidad humana no sólo abarca las relaciones
sexuales, los contactos eróticos y la reproducción. Está vinculada con casi todas las áreas de
la vida y, por lo mismo, su aceptación y sana vivencia influyen positivamente en la vida
general de la persona. La sexualidad es sólo un elemento esencial de nuestro desarrollo y de
nuestra identidad. Ella constituye una forma de expresión de nuestro ser y de nuestros
sentimientos más íntimos y una forma y un proceso de comunicación. En la vivencia de la
sexualidad ponemos en juego los valores que están en la base de nuestro proyecto de vida.
El ser humano es un todo cuyas partes interactúan; la sexualidad es una de ellas y por eso es
necesario entenderla de una manera global y como un aspecto inherente a la persona. No es
posible aislarla del resto del individuo, ni entenderla como privativa de las personas que
mantienen relaciones sexuales coitales.
La sexualidad supone, expresa y participa del misterio integral de la persona. De allí que no
se la pueda entender desde una visión reduccionista. Su carácter integral y plurivalente es
un rasgo específico y característico. Por ello es necesario aproximarse a su comprensión
considerando las distintas dimensiones que la componen:
Dimensión biológica: las diferencias entre el varón y la mujer se imponen por una serie de
caracteres morfológicos, sin embargo la distinción biológica entre el hombre y la mujer es
mucho más compleja que la configuración descriptiva de la genitalidad. De tal modo que el
sexo biológico contempla 5 categorías básicas: la configuración cromosómica; el sexo
gonádico; el sexo hormonal, la estructura reproductiva interna y la genitalidad.
Dimensión psicológica: la sexualidad en el ser humano no se limita a ser una “necesidad”
(dimensión biológica), sino que se expande en el camino del deseo (dimensión psicológica)
llegando a ser vivencia y comportamiento sexual humano. La dimensión psicológica
introduce el sentido en la sexualidad humana; Entre las categorías que incluye esta
dimensión está la identidad sexual y el desarrollo sexual.
Dimensión sociocultural: el ser humano es un ser cultural también en su sexualidad;
porque tiene una historia, es una historia y construye historia. La tradición la alcanza en la
cultura en que vive. Se hace parte de esa historia cuando la asume conscientemente y
construye su historia cuando asume la responsabilidad personal y colectiva como ser social
frente al momento presente. Existen una serie de espacios y canales de socialización de la
sexualidad humana. Entre los más importantes están la familia de origen, la escuela, el
grupo de pares, la religión, las normas sociales, los medios de comunicación.
Dimensión ética-filosófica: La sexualidad no es un concepto “abstracto”, la sexualidad se
vive, se pone en acción y se juega en las experiencias de la vida diaria, en lo cotidiano. La
dimensión ética parte de la noción de la persona, hombre y mujer, como valor en sí misma.
Esta va asumiendo a lo largo de su vida diversos valores y se convierte, por lo tanto, en una
portadora de ellos, los cuales también jerarquiza a la luz de sus experiencias y vida
personal. Constantemente está revisando sus valores y replanteándose su jerarquía, lo que
lleva a conformar su conciencia. La ética se convierte así en el contexto valorativo que
orienta el ser y el actuar de la persona. Desde allí hace sus opciones y le da un sentido a su
vida. En el plano de la sexualidad es justamente la dimensión ética la que en última
instancia define cómo va a ser esta vivencia en el individuo. Esto quiere decir que los
valores asumidos por la persona se ven reflejados en sus actitudes, sentimientos y
comportamientos respecto de lo sexual.

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