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CF1 U5 T2 Contenidos v05 PDF
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naturalismo y contractualismo
¿Qué ocurriría si una gran catástrofe, como una guerra nuclear generalizada o el impacto de un gran
meteorito, destruyera la sociedad tal y como hoy la conocemos, y condujera a un reducido grupo de
supervivientes a una situación sin ley ni Estado? ¿No supondría tal circunstancia una especie de
regreso a una situación primitiva desde la que sería posible una refundación de las sociedades
humanas?
La cultura popular contemporánea ha generado al respecto multitud de relatos literarios y
cinematográficos: nuestra civilización es destruida —preferentemente por una catástrofe nuclear o
una epidemia mortífera— y los supervivientes se ven obligados a vivir en una situación primitiva,
como si se hubiera producido un viaje al pasado. Es lo que plantea la muy reciente Soy leyenda
(Francis Lawrence, 2007) de la que el siguiente vídeo reproduce el comienzo:
Seguro que puedes recordar muchas películas que plantean situaciones parecidas ( Mad Max,
Waterworld, El cartero , etcétera). Una que a mi juicio destaca por su originalidad es Le dernier
combat (traducida en España como Kamikaze 1999 ) que Luc Besson dirigió en 1982.
En estas películas se plantea algo similar a lo que W. Golding narraba en El señor de las moscas :
una situación en la que la civilización ha desaparecido (y con ella el Estado, las leyes...) conduce al
hombre a un estado de guerra, de inseguridad, de lucha por la supervivencia. Como ocurría con el
relato de Golding, estas situaciones imaginarias nos pueden ayudar a comprender mejor la
naturaleza del Estado, su origen y su relación con el individuo.
De hecho, muchos de los filósofos que se han ocupado de cuestiones políticas han planteado como
punto de partida de sus investigaciones una hipotética situación original, llamada estado de
naturaleza, a partir de la cual surge por algún motivo el Estado. Su idea consiste en que
entendiendo el origen del Estado podemos comprender mejor la naturaleza del mismo y su
relación con el individuo, es decir, aclarar qué clase de poder político es legítimo.
En general podemos decir que los filósofos han planteado, sobre esa cuestión, dos tipos de teorías:
Teorías naturalistas , para las que el Estado es algo natural y en cierto sentido previo
al individuo. Desde este punto de vista, el individuo solo tiene sentido dentro del Estado y
para el Estado, por lo que los derechos individuales estarían subordinados a los colectivos (el
individuo está al servicio del Estado).
Teorías contractualistas , según las cuales el individuo es anterior al Estado, surgiendo
este último como consecuencia de un acuerdo o convención (el contrato) entre los primeros.
Desde esta perspectiva, el Estado solo tiene sentido a partir de los intereses de los
individuos, por lo que los derechos colectivos no pueden ser prioritarios sobre los
individuales (el Estado está al servicio de los individuos).
Nos ocuparemos en primer lugar de las teorías naturalistas para atender, a continuación, a las
contractualistas.
1. El Estado como organismo
Actividad de Lectura
"No puede ponerse en duda que el Estado está naturalmente sobre la familia y sobre
cada individuo, porque el todo es necesariamente superior a la parte, puesto que una
vez destruido el todo, ya no hay partes, no hay pies, no hay manos, a no ser que por
una pura analogía de palabras se diga una mano de piedra, porque la mano separada
del cuerpo no es ya una mano real... Lo que prueba claramente la necesidad natural
del Estado y su superioridad sobre el individuo es, que si no se admitiera, resultaría
bruto o un dios."
Arístóteles, Política , Libro primero, capítulo primero (traducción de Patricio de Azcárate tomada de filosofía.org ).
De forma similar razonaron los pensadores medievales, que en general se inspiraron en los filósofos
griegos. Autores como Tomás de Aquino entendieron que el Estado tiene un origen natural que
en último término responde a la voluntad de dios (con lo cual el poder, como ya hemos visto, tiene
un origen divino).
Actividad
b) Un organismo.
Imagina que vives en una sociedad construida según los principios de las teorías
naturalistas. El Estado y, por tanto, el poder, se consideran como algo natural y no
pueden ser objeto de discusión. Obedecer es también natural, y no tiene mucho
sentido que nos preguntemos por qué obedecemos o si podríamos dejar de hacerlo. En
esta sociedad existe una jerarquía que es consecuencia necesaria de las diferencias
naturales entre los seres humanos, y cada uno ocupa el puesto que por naturaleza le
corresponde: seremos desde nuestro nacimiento siervos, campesinos, vasallos o
esclavos (con un poco de suerte amos, nobles o señores) y eso no se puede cambiar.
¿Podríamos vivir en una sociedad así?
Las sociedades actuales no tienen mucho que ver con lo que hemos descrito anteriormente. El
Estado no se considera como algo natural, sino como el resultado de un acuerdo o convención entre
los seres humanos. El poder no es indiscutible, más bien al contrario: ha de ser vigilado y
controlado y, en caso de exceso en sus funciones, sería perfectamente legítimo dejar de obedecer.
Hoy no hay vasallos, ni siervos, ni mucho menos esclavos, sino ciudadanos iguales en derechos y
deberes. El lugar que cada uno ocupa en la sociedad es (o al menos debería ser así) el resultado de
su propio proyecto y esfuerzo.
En fin, las sociedades actuales son totalmente diferentes a las que describen las teorías naturalistas.
Podríamos decir que son consecuencia de las teorías contractualistas, que comienzan a plantearse a
partir de los comienzos de la Modernidad.
Pre-conocimiento
En realidad los primeros autores que plantearon ideas de tipo contractualista fueron
los sofistas griegos , que vivieron en el siglo V a. C. (puedes saber más de ellos en la
página enlazada). Éstos postularon que la vida social, con sus instituciones y sus
leyes, son el resultado de una convención o acuerdo artificial entre las personas, y no
la consecuencia necesaria (como pensaban Platón o Aristóteles) de la naturaleza
humana.
De hecho, los sofistas distinguieron entre las nomos , las leyes de la ciudad, y la
Actividad
Para las teorías contractualistas, el Estado no tiene un origen natural o divino, sino
que es el resultado de un acuerdo o contrato entre las personas. De esta manera se
ponen los fundamentos de una sociedad en la que la obediencia no es algo natural y
necesario, sino que debe entenderse dentro de ciertos límites: aquellos que resultan
del contrato original que da vida al Estado.
Pero, ¿en qué consiste ese contrato en el que se funda el Estado? Para intentar responder a esta
pregunta los filósofos contractualistas imaginaron una situación primigenia, a la que denominaron
el estado de naturaleza , previa a la fundación del Estado y a la vida en sociedad. En ese estado
natural los seres humanos eran libres e iguales. Por algún motivo deciden salir de él (esperando
obtener alguna ventaja) y firman el contrato social con el que se funda el Estado y la vida en
sociedad. Como en todo contrato, en el contrato social se establecen unas cláusulas: cedemos algo y
obtenemos algo a cambio. De ahí se deriva la finalidad del Estado y por tanto la legitimidad del
poder: solo será legítimo el poder que se atenga a las cláusulas del contrato social.
Por tanto, todos los pensadores contractualistas plantearon sus teorías en torno a tres elementos
esenciales:
1. El estado natural (forma hipotética en que vivían los seres humanos antes de la vida
social).
2. El contrato social (por algún motivo los seres humanos deciden salir del estado natural y
firman el contrato social, cediendo algo y obteniendo algo a cambio).
3. La naturaleza del Estado (de lo anterior resulta un tipo de Estado que tiene como finalidad
lo establecido en el contrato).
Los autores contractualistas imaginaron esos elementos de forma diferente dando lugar a distintas
teorías sobre el Estado y la legitimidad del poder. Tanto el estado de naturaleza como el contrato
social son meras hipótesis de trabajo, es decir, no se plantea que existan o hayan existido alguna
vez realmente. Son simples hipótesis que nos deben permitir comprender mejor la naturaleza del
Estado. Los autores contractualistas más importantes son:
Thomas Hobbes (1588-1679).
John Locke (1632-1704).
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778).
En la actualidad, John Rawls (1921-2002).
En los siguientes apartados del tema los estudiaremos con detalle.
Objetivos
Si quieres conocer mejor las condiciones históricas que están en el origen del
contractualismo , puedes visitar la página enlazada.
Pregunta Verdadero-Falso
1. Para las teorías contractualistas el Estado es el resultado de una acuerdo entre los
seres humanos.
Verdadero Falso
2. Los primeros autores en plantear unas ideas de tipo contractualista fueron los
sofistas griegos.
Verdadero Falso
Verdadero Falso
2.1. Hobbes: el hombre es un lobo para el hombre
El estado de naturaleza
¿Cómo sería la vida del ser humano si no hubiera leyes, ni gobierno, ni sociedad? ¿Si fuéramos todos
totalmente libres y ninguna persona mandara sobre otra? ¿Es posible que alguna vez el ser humano
haya vivido en ese estado natural? Tal hipótesis fue formulada por primera vez por el filósofo inglés
Thomas Hobbes (1588-1679) con el propósito de entender mejor la naturaleza del Estado. Realizó
esa tarea en su obra más importante, Leviatan (publicada en 1651), dando lugar a las teorías
contractualistas modernas.
¿Qué es lo que nos cuenta Hobbes en su obra Leviatan ? Algo parecido a los relatos literarios y
cinematográficos de los que hablamos al comienzo del tema: en un hipotético estado natural los
seres humanos vivirían en una situación de caos, de violencia y lucha por la supervivencia .
Como la que narra la película Mad Max (dirigida por el australiano George Miller en 1979) de la que
puedes ver el comienzo en el siguiente vídeo:
Actividad
El "estado natural" es una situación en la que cada ser humano solo busca su
propio interés, lo que le lleva necesariamente a un permanente conflicto con los
demás. Para Hobbes, el ser humano está sometido por naturaleza a dos poderosos
impulsos: el de conservación de la propia vida y el de búsqueda de lo placentero (y
rechazo de lo doloroso).
Las personas poseen, además, el derecho natural de dar satisfacción a esos instintos
utilizando los medios necesarios. Llevados por tales impulsos egoístas, si los seres
humanos vivieran en total libertad el conflicto entre ellos sería inevitable: la guerra
de todos contra todos sería su estado natural.
Es evidente que Hobbes no tiene un concepto muy positivo de la naturaleza humana. Aunque
admita que existe en las personas cierta moralidad natural, los impulsos egoistas son dominantes:
el ser humano es malo por naturaleza.
De ahí que Hobbes hiciera suya la antigua expresión latina (originaria del escritor romano Plauto )
que da título a este apartado: homo homini lupus est (el hombre es un lobo para el hombre).
Objetivos
Si quieres saber más sobre Hobbes y las circunstancias históricas en las que vivió
puedes visitar la página enlazada. Para conocer con más detalle su pensamiento puedes
ver el siguiente vídeo:
El contrato
En el estado de naturaleza, la vida de los seres humanos es, según
Hobbes, brutal, insegura y breve. Pero los seres humanos quieren
conservar su vida a toda costa. Como son seres racionales se dan
cuenta de que esa situación es insostenible. El miedo les hace
buscar una solución: un pacto, un contrato entre los individuos por
el que se comprometen a no hacer uso de su derecho a utilizar
la violencia a cambio de paz y seguridad .
Pero para estar seguros de que el contrato será respetado por todos
se hace necesario que exista un poder suficientemente fuerte para
garantizar su cumplimiento. De esta forma, según Hobbes, los seres
humanos ceden mediante el contrato su derecho utilizar la violencia
(es decir, el poder que por naturaleza tienen para conservar su vida)
en favor de un poder único y absoluto: el Estado.
Imagen 5. Autor: John Michael La función del Estado es básica: asegurar la convivencia pacífica
Wright . Dominio Público
entre los seres humanos, utilizando para ello los medios necesarios.
Pre-conocimiento
la Biblia. El Leviatán era una bestia de poder
descomunal, una especie de gran serpiente marina
que se convirtió en un ser legendario: los antiguos
marinos contaban que era capaz de devorar barcos
enteros.
A la derecha puedes ver como lo representó
Gustave Doré , un gran ilustrador francés del siglo
XIX.
Aunque existe cierta polémica sobre los motivos por
los que Hobbes tituló su obra de esa forma, es
comúnmente admitido que el Leviatán representa el
poder del Estado, tan descomunal e incontestable
para los individuos como el del monstruo bíblico.
Imagen 6. Autor: G. Doré . Dominio
público
Importante
monarquía .
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2.2. Locke: el derecho a la propiedad privada
El estado de naturaleza
No está de acuerdo Locke (1632-1704) con su compatriota Hobbes
acerca de las características del estado de naturaleza humano. En
su obra Segundo tratado sobre el gobierno civil (publicada en
1689) desarrolla un planteamiento similar (estado de naturaleza-
contrato-sociedad) en la forma, pero no en el contenido. En el
estado de naturaleza, según Locke, el ser humano poseía ciertos
derechos básicos :
1. A la conservación de la propia vida (y a hacer uso de la
fuerza para defenderla)
2. A la libertad (a no tener que obedecer a nadie excepto a sí
mismo).
3. A la propiedad (de todas aquellas cosas obtenidas con el
trabajo).
Locke le concede una importancia especial al derecho a la
propiedad (lo cual es una primera diferencia con respecto a
Imagen 8. Autor: Desconocido .
Dominio Público
Hobbes) que resultará esencial en el contrato. Además, Locke no
comparte la visión negativa que Hobbes tiene del ser humano: el
hombre no es un ser malvado, pues, al ser racional, posee por naturaleza una ley moral por la que
sabe lo que es justo y bueno. En el estado de naturaleza el ser humano vivía libre, dueño de sí
mismo y de sus propiedades, poseedor de una ley moral natural por la cual respeta a los demás y es
respetado por ellos... ¿Por qué habría de abandonar el ser humano un estado semejante?
El mismo Locke nos contesta:
"Contesto diciendo que, aunque en el estado de naturaleza
tiene el hombre todos esos derechos, está, sin embargo,
expuesto constantemente a la incertidumbre y a la amenaza de
ser invadido por otros."
J. Locke: Segundo Tratado sobre el gobierno civil . Capítulo 9
Actividad
Esto tendrá consecuencias importantes: por una parte (por lo que el ser humano tiene
de malo) se hace necesario el contrato para asegurar el disfrute de los derechos
naturales (sobre todo el derecho a la propiedad) amenazados en el estado natural; por
otra (por lo que el ser humano tiene de bueno) será posible confiar en que el ser
humano es capaz de gestionar adecuadamente cierta libertad, por lo que no es
necesario un poder absoluto .
El contrato
Así pues, para asegurar el disfrute de sus derechos naturales el ser humano prefiere abandonar el
estado de naturaleza y firmar el contrato que da lugar a la sociedad. El mismo Locke nos lo explica
con claridad en el siguiente texto:
Actividad de Lectura
Objetivos
Actividad
Pre-conocimiento
La vida de los filósofos esconde a veces extrañas sorpresas. Locke fue un gran
defensor de los derechos de los ciudadanos, combatiendo desde sus escritos la
monarquía absolutista. Sin embargo sabemos que invirtió en el comercio de esclavos
una cantidad de entre 400 y 600 libras.
Probablemente en esa época no era común considerar a las personas nacidas en África
como ciudadanos con derechos...
El estado de naturaleza
Después del descubrimiento de América, y como consecuencia de los primeros contactos con los
indígenas americanos, se extendió por Europa el mito del "buen salvaje": la idea de que los pueblos
primitivos vivían en un estado natural previo a la civilización y exento de sus males. Los salvajes
serían inocentes y puros como niños, carentes de malicia y de prejuicios, compasivos y generosos sin
conocer la envidia, etcétera. En contraposición con ellos, los europeos civilizados habrían perdido
todas esas cualidades naturales, alcanzando un estado de degeneración moral considerable.
Actividad
De esta forma Rousseau hace una crítica de la sociedad de su época (la Ilustración) en
la que los avances científicos no se han visto acompañados, según su criterio, por los
avances morales.
Objetivos
En la formación del mito del "buen salvaje" tuvieron mucho que ver las crónicas de
Fray Bartolomé de las Casas y la " leyenda negra " de los conquistadores españoles.
Puedes saber más sobre ambos en las páginas enlazadas.
El contrato
¿Por qué abandona el ser humano el estado de naturaleza si en él la vida era idílica y
feliz? Según Rousseau por dos motivos: por buscar una mejor forma de satisfacer sus necesidades
en cooperación con los demás y por querer proteger sus propiedades (en lo que coincide con Locke).
¿De dónde surgen según Rousseau las injusticias y las desigualdades que observamos en
la sociedad? De un contrato engañoso en el que los propietarios de una mayor riqueza se
aprovechan de la gran mayoría para perpetuar sus privilegios. La culpable es, por tanto, la propiedad
desigual de los bienes, que corrompe al ser humano y da lugar a una sociedad injusta y deplorable.
Actividad
Ese nuevo contrato, que Rousseau describe en su obra El contrato social, debería ser
firmado por todos los seres humanos con total libertad e igualdad : por él los
seres humanos se comprometen a someterse a las leyes que sean expresión
de la voluntad general . Pero este sometimiento es un acto libre, por lo que en el
fondo, cada persona, obedeciendo a la voluntad general, en realidad solo se obedece a
sí misma.
Objetivos
Objetivos
Pregunta Verdadero-Falso
1. En general podemos decir que Rousseau estaba en desacuerdo con el mito del
"buen salvaje".
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
2.4. Rawls: el velo de la ignorancia
El estado de naturaleza
Las teorías contractualistas clásicas han sido reinterpretadas por algunos filósofos contemporáneos.
Es el caso del pensador estadounidense John Rawls (1921-2002), al que generalmente se
considera como neocontractualista. El objetivo de Rawls se centra especialmente en el estudio de la
justicia, es decir, en intentar averiguar en qué consistiría una sociedad realmente justa.
Para su análisis, que desarrolla fundamentalmente en su obra Teoría de la Justicia , recoge la
hipótesis de los contractualistas acerca de la existencia de un estado de naturaleza, previo a la
sociedad y del cual surgiría un contrato fundacional.
Actividad
A partir de esa hipotética situación original, Rawls se pregunta: ¿en qué clase de sociedad estarían
dispuestas a vivir esas personas?
Objetivos
El contrato
Para Rawls es claro que si el contrato se firma bajo alguna forma de presión, como el miedo o la
inseguridad —como en parte proponían Hobbes y Locke—, no puede dar lugar a una sociedad justa.
Imagínate un grupo de individuos que quieren formar una comunidad de vecinos. Se reúnen para
discutir y acordar unas normas que regulen el funcionamiento de la comunidad (lo que sería
equivalente al contrato): si la comunidad tendrá un presidente y cuáles serán sus funciones, cuál será
la cuota que se pagará y si pagarán todos lo mismo, si todos deberán pagar lo mismo por el ascensor
aunque no lo utilicen igual, etcétera. Si por algún motivo algún vecino se siente atemorizado o
amenazado está claro que no firmará un contrato justo para él, pues estará dispuesto a aceptar
clausulas abusivas. El contrato ha de firmarse en igualdad de condiciones (como ya había dicho
Rousseau).
Pero si los vecinos saben cuál es la posición que van a ocupar en la comunidad es seguro que
tenderán a plantear normas que favorezcan sus intereses particulares. Por ejemplo, si sabes que vas
a vivir en el primer piso querrás que el ascensor se pague conforme a su utilización (tú lo utilizarás
poco por lo que pagarías menos). Si vas a vivir en uno de los apartamentos pequeños propondrás que
la cuota sea proporcional a la superficie del piso, pero si tu vivienda va a ser de las más grandes
quizás argumentes acerca de la conveniencia de que todos los vecinos paguen lo mismo.
En fin, el conocimiento de la posición que vamos a ocupar es también un obstáculo para establecer
una normas que sean realmente justas, que no favorezcan a nadie.
Actividad
Para superar este inconveniente, Rawls propone lo siguiente: que todos los individuos,
en la posición original, estén bajo un " velo de ignorancia " que les impida saber el
lugar que ocuparán en la sociedad, así como cuál es su punto de partida (cuáles son
sus cualidades naturales, si son inteligentes, fuertes o creativos...).
Es decir, si de ninguna forma pueden saber ni intuir cuál va a ser la posición que
ocupen en la sociedad, entonces establecerán normas realmente equitativas y justas,
pues tratarán de asegurar que su posición, sea la que sea, esté en igualdad de
condiciones con cualquier otra.
Volviendo a nuestro ejemplo de la comunidad de vecinos: los vecinos se encuentran bajo el "velo de
ignorancia" y por tanto no saben qué lugar ocuparán en la comunidad. Deberán elegir una normas
que les resulten aceptables tanto si viven en el primer piso como en el último, en un pequeño
apartamento o en un dúplex grande. Como todos los vecinos razonarán de forma similar, el "velo de
ignorancia" nos asegura que el estatuto de esa comunidad será realmente justo.
Objetivos
En esta página está explicada con más detalle la Teoría de la Justicia de Rawls .
Lee con atención el párrafo inferior y rellena los espacios en blanco con las palabras
correctas:
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