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CAPITULO 1 Berardi.

Después de todo, ella no tenía la culpa de cómo


él tratara a las mujeres con las que salía.
Los gritos provenientes de la oficina del señor Berardi
alertaron a todo el piso, una mujer había ido a visitarlo, -Señorita Miller - insistió el hombre cuando ella no se
su última amante. movió.

Sólo Natalie lo sabía, ya que era su secretaria. En cambio, -Cla... claro - tartamudeó Natalie al igual que cada vez
para las demás personas que trabajaban en el piso, fue que estaba en presencia de él.
extraño que una mujer visitara al jefe en la oficina. Consciente de la poca paciencia que poseía su jefe, hizo
Sus relaciones jamás se mezclaban con el trabajo, y por la lo que éste pedía. Guio a la modelo fuera de la oficina y
misma razón Giovanni estaba enfadado. la acompaño hasta el elevador. La mujer se esforzaba en
parecer serena, pero a los pocos minutos de ingresar al
- ¡Nadie se burla de mí, Giovanni! - le advirtió entre elevador y presionar el número del primer piso, comenzó
dientes la modelo mientras apuntaba con su dedo el a sollozar, por suerte estaban las dos solas.
musculoso torso del italiano.
-Tenga - le ofreció Natalie un pañuelo de papel.
-Se acabó, Ashley - la interrumpió el hombre con tono
frío. -Gracias - susurró la mujer sorbiéndose la nariz.

- ¡No puedes dejarme! - lloriqueó ella. Natalie llevaba casi cuatro años trabajando como la
secretaria y asistente personal del magnate hotelero
- ¡Señorita Miller! - la voz del italiano a través del Giovanni Berardi, nadie lo conocía mejor que ella, sabía
comunicador sobresaltó a la joven secretaria. absolutamente todo acerca de su jefe. Era un trabajo
difícil, tenía que estar lista y dispuesta a la hora que él la
Natalie se puso de pie y armándose de valor, se acercó a necesitara.
la oficina.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? - habló la mujer a su
- ¿Necesita algo, señor? - preguntó la joven con timidez lado, sacándola de sus pensamientos.
luego de abrir la puerta.
Natalie asintió en silencio.
-Acompañe a la señorita Dawson fuera de mi oficina - le
ordenó Giovanni sin pestañear. - ¿Cómo lo soportas?
Natalie miró con temor a la modelo, ya había pasado -El señor Berardi no es tan mala persona como usted cree
antes por una situación similar, no quería arriesgarse a ser - se limitó a responder la tímida secretaria.
nuevamente insultada por la reciente ex amante del señor
-No te enamores de él - le aconsejó la modelo. - Giovanni -El señor Castle no trabaja hoy... - comenzó a decir la
te romperá el corazón. joven, pero él la interrumpió.
«Ya es tarde» quiso decirle Natalie, pero se contuvo. -No me quiero ver obligado a despedirla por
incompetente, señorita Miller. Haga lo que le ordeno.
Se había enamorado de su jefe la primera vez que lo vio...
Natalie asintió y se acercó a recibir la carpeta que su jefe
-Yo solo soy la secretaria - dijo la joven en apenas un le ofrecía.
susurro. Jamás podría compararse con las sofisticadas
mujeres que acostumbraba a frecuentar el magnate -Una cosa más, señorita Miller - habló Giovanni cuando
italiano. su secretaria estaba a punto de abandonar la oficina.
Natalie se detuvo frente a la puerta, y cerró los ojos un
La modelo comprobó su maquillaje en el espejo del momento, preparándose mentalmente para seguir sus
elevador durante el resto del trayecto, y cuando llegaron a instrucciones. - Quiero mañana a primera hora en mi
su destino le devolvió el pañuelo. escritorio los papeles que le he dejado para que organice.
-Gracias - dijo cortésmente antes de salir del cubículo. - ¿Puedo hacer algo más por usted, señor?
Natalie la vio alejarse con la frente en alto, y sintió -No, eso es todo. Ya puede retirarse.
lastima, todas creían que podían cambiarlo.
La joven salió de la oficina, y antes de dirigirse al
Resignada volvió a su puesto de trabajo, no le sorprendió ascensor, recogió su abrigo y su cartera.
llegar y encontrar su escritorio repleto de papeles, otra
vez tendría que quedarse hasta tarde organizándolos en El portero del hotel se apresuró a abrirle la puerta y a
carpetas. conseguirle un taxi.
-Señorita Miller - la voz del señor Berardi sonó a través -Que tenga un buen día, Alfred - deseó Natalie.
del comunicador.
-Igual usted, señorita Miller - respondió el hombre con
Ni siquiera se había sentado y ya la estaba llamando. educación.
- ¿Sí? - preguntó asomando la cabeza por la puerta El trayecto en taxi hasta la mansión del señor Castle, fue
entreabierta. corto. No había tanto tráfico en la ciudad, a pesar de que
aún no era medio día.
-Entre - le ordenó él sin despegar la mirada de la
computadora. - Necesito que le lleve unos documentos al Una vez que pagó al chofer, se encaminó hacia el portón
arquitecto. de hierro. Este se abrió en cosa de segundos, y no tuvo
necesidad de llamar.
-Bienvenida, señorita Miller - dijo Travis Castle -Lo pensaré - prometió Natalie también poniéndose de
recibiéndola en el porche. pie. Sentía sus mejillas arder, y eso sólo le sucedía con su
jefe.
-Señor Castle - saludó la joven con timidez.
-Giovanni me dijo que vendría, la estaba esperando -
comentó el arquitecto conduciéndola al interior de la
mansión.
Natalie se estremeció al sentir la mano de Travis posarse
en su espalda baja.
-Mi ama de llaves nos traerá café - anunció el dueño de
casa, una vez que tomaron asiento en el salón principal.
-No puedo quedarme, señor Castle. Tengo trabajo en la
ofic...
-Llámame, Travis. Tu jefe no está aquí.
-Señor... Travis, tengo trabajo que hacer, debo regresar,
yo sólo vine a entregarle estos documentos.
Hizo ademán de ponerse de pie, pero el hombre se lo
impidió.
-Por favor, acepta ser mi acompañante para la fiesta que
Giovanni dará este sábado.
Natalie abrió los ojos sorprendida, nunca la habían
invitado a salir.
-No creo que sea buena idea - murmuró la joven
sonrojada.
-Piénsalo y el viernes me das una respuesta - Travis le
guiñó un ojo y se puso de pie. - Sería un honor para mí
que fueras conmigo.
CAPITULO 2 -No - reconoció Travis guiñándole un ojo y apartándose. -
La recogeré mañana a las siete - anunció encaminándose
hacia el elevador.
Giovanni Berardi llegó muy temprano el viernes a la - ¡¿Qué?! - exclamó la joven.
oficina, su secretaria estaba como de costumbre en su
escritorio, pero esta vez tenía compañía. -No se preocupé por el vestido, me encargaré de ello.
-Buenos días, señorita Miller - saludó Giovanni. - Travis Natalie lo observó marcharse y su corazón latió
- asintió en dirección al arquitecto. acelerado. No podía ir a esa fiesta, el señor Berardi se
enfadaría si la veía llegar en compañía del arquitecto.
-Giovanni - respondió Travis el saludo.
Resignada tomó su libreta de notas y un lápiz, luego una
-Buen... - comenzó a saludarlo Natalie, pero su jefe la vez lista irrumpió en la oficina de su jefe.
interrumpió.
-Buenos días, señor - saludó la joven posicionándose
-La espero en mi oficina, señorita Miller. frente al imponente escritorio.
Natalie vio como la puerta se cerraba tras su jefe y se Giovanni levantó la mirada de los papeles que estaba
puso de pie inmediatamente. leyendo y comenzó a dictarle órdenes, ni siquiera le había
-Aún no me da su respuesta - le recordó el arquitecto a la respondido el saludo.
joven secretaria. - ¿Desde cuándo es "amiga" del señor Castle? - preguntó
-Estoy trabajando, señor Castle - dijo la mujer sonrojada. su jefe de manera repentina, logrando que ella se
sobresaltara.
Travis le sonrió y alagó su mano para apartarle un
mechón de cabello que se había escapado de su -No creo que eso sea asunto suyo, señor - dijo Natalie
estructurado peinado. armándose de valor para enfrentarlo.

Natalie se sonrojó aún más. -Todo lo que pasa durante sus horas de trabajo es asunto
mío. Y más aún si la sorprendo coqueteando con mis
-Me conformaría con un sí - dijo el arquitecto satisfecho empleados durante el trabajo.
con la reacción que provocaba en ella.
-No estaba coqueteando, señor.
-No se dará por vencido ¿verdad?
-Eso no era lo que parecía - la interrumpió Giovanni
mirándola con frialdad.
- ¿Necesita algo más, señor? - preguntó Natalie queriendo comenzó a disculparse al notar los papeles que se le
desaparecer cuando antes de la oficina de su jefe. habían caído al suelo.
-Entréguele estos informes al equipo de marketing. He -Debió haberse marchado hace ya tres horas - la
decidido llevar a cabo el proyecto. reprendió Giovanni soltando un cansado suspiro. Dejó su
maletín en el suelo y se agachó a recoger los papeles que
Natalie se estremeció cuando sus dedos rozaron los de su habían caído a sus pies.
jefe, al momento de recibir las carpetas que éste le
entregaba. -No se moleste, señor - se apresuró a decir Natalie
también agachándose a recoger los papeles.
Como siempre, Giovanni no pareció percatarse del efecto
que causaba en ella. Para él, Natalie Miller era Giovanni frunció el ceño ante la imagen de su secretaria
simplemente su secretaria. de rodillas en el suelo. E inevitable su mirada se dirigió al
trasero de ésta cuando se inclinó a alcanzar el último
******* papel que había caído bajo el escritorio.
Su jornada laboral ya había finalizado, y Natalie aún Molesto consigo mismo por haber mirado, Giovanni se
continuaba en la oficina. Por lo general el viernes se puso de pie y le ofreció su mano. Natalie observó dudosa
quedaba hasta más tarde organizando los informes que su la mano que le ofrecía, pero finalmente la aceptó.
jefe requeriría el lunes a primera hora de la mañana.
-Vaya a casa - le ordenó Giovanni antes de recoger su
Ella estaba concentrada archivando documentos y ni maletín y marcharse en dirección al elevador.
siquiera se había percatado de que su jefe ya se marchaba.
*******
Giovanni se llevó una gran sorpresa al salir de la oficina y
encontrar a su secretaria aun trabajando. En cuanto Natalie dejó las bolsas con comida china sobre
la encimera, Lexie apareció vistiendo una holgada
Observó la hora en su Rolex, y éste le confirmó que la camiseta y un viejo pantalón deportivo.
señorita Miller se había quedado nuevamente trabajando
hasta tarde. -Hola - saludó su compañera de piso besando su mejilla
al pasar por su lado, para luego dirigirse a revisar las
-Su horario de trabajo ya acabó - le dijo Giovanni de bolsas con comida.
manera brusca, logrando que ella se sobresaltara.
-Lamento llegar tarde - se disculpó Natalie buscando un
- ¡Oh dios mío! - exclamó Natalie llevándose una mano al par de copas y la botella de vino que tenía guardada.
corazón, no lo había escuchado y se había llevado un
gran susto ante su repentina aparición. - Lo sien... -
-Hace un rato te han traído algo - comentó Lexie CAPITULO 3
indicándole con la barbilla una caja que se encontraba
sobre el sofá. Natalie no podía más con la angustia que le provocaba
ver su reflejo a través del espejo, el vestido que Travis le
- ¿Han dicho quién la envía? - cuestionó Natalie había enviado era demasiado revelador, y no se atrevía
encaminándose al sofá. salir a la calle vestida de esa forma. No quería ni pensar
en lo que las personas dirían de ella, parecía una
-Trae una nota y firma TC. cualquiera.
Natalie se mordió el labio con nerviosismo, Travis Castle. -Llamaré a Travis y le diré que no puedo ir - decidió la
- ¿No vas a ver de qué se trata? - preguntó Lexie joven al contemplarse por última vez en el espejo de su
asomándose por encima de su hombro, impaciente. habitación.

La joven destapó la caja con extremada lentitud y se -Demasiado tarde - dijo su amiga cuando sonó el timbre.
quedó sin aliento al ver la seda dentro. Antes de que Natalie pudiera moverse, Lexie ya estaba
- ¡Oh, mi Dios! - exclamó su amiga anonadada. caminando hacia la puerta principal.

-Es demasiado, no puedo aceptarlo - dijo Natalie La joven se quedó sin aliento al ver de quien se trataba la
volviendo a cerrar la caja. cita de su amiga.

- ¿Estás loca? - cuestionó Lexie. - Te lo han regalado, no -Hola ¿Está Natalie? - saludó Travis sonriéndole a la
puedes devolverlo. ¿Por cierto, quién es TC? rubia que había abierto la puerta.

-Es el arquitecto que trabaja para mi jefe, me ha invitado -Sí... sí, ella viene enseguida - dijo Lexie obligándose a
mañana a la fiest... - no alcanzó a terminar porque la otra salir del asombro.
joven la interrumpió. En cosa de segundos Natalie se reunió con ellos, y la
-Debes ir - sentenció su amiga sin dejar lugar a réplicas. mirada que le dirigió Travis solo consiguió ruborizarla
aún más de lo que ya estaba.
-Está usted bellísima, señorita Miller - comentó el
arquitecto con galantería. - Seré la envidia de todos los
hombres.
-No cre... - comenzó a replicar la joven, pero se calló
cuando sintió que su amiga la jalaba hacia el interior del
apartamento.
- ¡Oh, Dios! ¿Por qué no me dijiste lo guapo que era? - Ella se veía esplendida, el vestido se le pegaba al cuerpo
cuestionó Lexie en apenas un susurro para que el hombre como una segunda piel y los pezones se le marcaban
no las escuchara. contra la tela del vestido.
-No me lo preguntaste - replicó Natalie también en un -Está bien guapa tu secretaria - su hermano confirmó lo
susurro. - No quiero ir, mira cómo me queda el vestido. que él mismo estaba pensando. Era una lástima que fuera
su secretaria, de lo contrario... - De haber sabido lo que
- ¿Estás loca? Ya lo oíste, te ves bellísima, debes ir. escondía bajo toda esa ropa, ya habría intentado algo con
- ¿Se encuentra usted bien, señorita Miller? - preguntó ella.
Travis desde la puerta. - Ya deberíamos irnos. -No te atrevas - le advirtió Giovanni con tono
-Sí, voy en seguida - dijo Natalie lo suficientemente alto amenazante. - Ya conoces las reglas, no puedes
para que él la escuchara. - Deséame suerte - le pidió presa involucrarte con el personal.
del pánica a su amiga. - ¡Exageras! - Bruno le restó importancia y se encamino
-Suerte, relájate y disfruta. hacia la pareja.

******* A Giovanni no le quedo más alternativa que seguir a su


hermano.
Giovanni Berardi se mezcló entre los invitados bebiendo
champán y charlando de vez en cuando con alguno de sus -Travis - saludó Bruno Berardi al arquitecto encargado de
socios. Daba las gracias de que su hermano Bruno la reconstrucción del nuevo hotel que su hermano y él
estuviera allí con él, de lo contrario habría mandado todo habían comprado. - Señorita Miller, permítame decirle
a la mierda en cuanto comenzaron a llegar los invitados. que está usted muy guapa esta noche - dijo el magnate
italiano logrando que ella se sonrojara ante su cumplido.
-Mira quien acaba de llegar - comentó Bruno Berardi
cuando vio llegar a la secretaria de su hermano en -Gracias - murmuró la joven.
compañía del arquitecto. - Se lo tenía muy bien Giovanni la observó detalladamente durante unos
escondido. segundos, nunca se había detenido a mirarla más de lo
Giovanni siguió la mirada de su hermano, y lo que vio estrictamente necesario, y le pareció muy hermosa. Era el
fue a Natalie Miller acompañada de Travis Castle. tipo de belleza que no se encontraba en las revistas de
moda, ni tampoco el tipo de belleza que él acostumbraba
Cerró los puños conteniendo la rabia que repentinamente a frecuentar. Su piel pálida parecía de porcelana, y el
comenzó a sentir al verlos juntos. vestido se ceñía a su cuerpo logrando que se le notaran
los pezones.
«Dio» pensó Giovanni con impotencia, estaba teniendo -La invitaré a salir - anunció su hermano siguiéndole la
una erección a causa de una mujer prohibida para él. mirada.
-Gracias por invitarme a tu fiesta, Giovanni - dijo Travis -Te despido - amenazó entre dientes Giovanni.
Castle logrando captar su atención. - Le he pedido a
Natalie que sea mi acompañante - le sonrió a la mujer y la Bruno le guiñó un ojo.
apretó contra su cuerpo. - En un comienzo se negó, pero -Tal vez valga la pena.
insistí y ha valido la pena ¿No crees?
Durante el resto de la velada, Natalie estuvo en compañía
-Sí tú lo dices - se limitó en responder Giovanni mirando de Travis, él se había mostrado educado y paciente con
fijamente a su secretaria. - Me parece bien que haya ella. Sin embargo, la joven sólo tuvo ojos para su jefe, y
decidido venir, señorita Miller. Usted acostumbra a en cambio él, parecía indiferente a su presencia, o al
ausentarse de este tipo de evento, espero que haya traído menos eso creía ella.
su libreta de notas y un lápiz para tomar apuntes. Hay
muchas personas importantes aquí, no quisiera olvidar los -Muchas gracias por traerme, Travis - dijo Natalie cuando
nombres y sus propuestas. llegaron a su piso.

-Lo siento, señor Berardi. Yo no... -Gracias a ti por acompañarme - respondió el arquitecto
inclinándose para besarla en la mejilla. - Te veo el lunes -
-Tranquila - intervino Bruno lanzándole una mirada de se despidió.
desaprobación a su hermano mayor. Le estaba arruinando
la oportunidad de ligar con su secretaria. - Esta noche Natalie se quedó en la puerta observándolo alejarse en su
olvidemos el trabajo ¿Le apetece una copa de champán? coche.
Ojalá nunca se hubiese fijado en su jefe, todo habría sido
Natalie se mordió el labio inferior con nerviosismo muy distinto.
cuando sintió la mano de Travis en su espalda
descubierta. Giovanni Berardi el dueño de sus pensamientos y de su
corazón...
-Ya me ocupare yo de que disfrute la velada, muchas
gracias por el ofrecimiento Bruno - dijo el arquitecto
asintiendo en dirección a los italianos.
Giovanni soltó un gruñido cuando la pareja se marchó.
Sintió rabia e impotencia, nunca se había preocupado en
lo más mínimo de lo que hiciera su secretaria, y ahora no
podía apartar los ojos de ella.
CAPITULO 4 jefe la estaba observando, y se sonrojó aún más que de
costumbre.
El lunes por la mañana, el escritorio de Natalie estaba
repleto de papeles que revisar y archivar, eso indicaba -No, ya lo cancelé dos veces - dijo Giovanni llevándose
que su jefe había llegado antes de tiempo. una mano a la sien. - Llama a Bruno y dile que también
vaya.
La joven tomó su libreta de notas y un lápiz que estaba
sobre su escritorio, luego se dirigió a la oficina de su jefe. -Como usted ordene señor Berardi - contestó Natalie
dando la vuelta con intención de retirarse.
-Buenos días, señor Berardi - saludó Natalie al inminente
hombre de negocios que se encontraba de espalda, -Una cosa más - habló el hombre obligándola a detenerse.
observando a través del ventanal la ciudad extenderse
bajo sus pies. - ¿Sí?

-Buenos días, señorita Miller - respondió Giovanni -Necesito para esta tarde los informes que dejé sobre su
volteando para recorrerla con su mirada. Ella tenía el escritorio.
mismo aspecto de siempre, y a pesar de eso la encontró - ¿Algo más, señor? - preguntó Natalie.
exquisita ahora que sabía lo que ocultaba bajo toda esa
ropa holgada. -Nada más, señorita Miller.

-La reunión programada con el chef Louis, comienza en *******


veinte minutos - le informó Natalie leyendo los apuntes Un par de horas después, Giovanni se reunió en el primer
que tenía escritos en su libreta, era totalmente ajena al piso del hotel con el arquitecto y los trabajadores. Su
escrutinio que la sometió su jefe. secretaria se encontraba junto a él, escribiendo en su
-Cancélela - le ordenó Giovanni viéndola morderse el libreta todo lo que éste decía, por lo tanto, no era
labio inferior con nerviosismo. consciente de la mirada de Travis sobre ella.

-A las diez tiene una reunión con el arquitecto y los En cambio, Giovanni estaba muy pendiente del interés
trabajadores... que demostraba el arquitecto por su secretaria.

-Necesitaré el informe con los avances ¿Algo más? Lo enfurecía saber que ellos dos estaban saliendo, su
política de trabajo prohibía todo tipo de relación entre y
-El almuerzo con su madre está programado a la una y con el personal.
treinta ¿Cancelo? - preguntó la joven finalmente alzando
la mirada de los apuntes, se sorprendió al notar que su -Las tiendas ya están siendo equipadas, de aquí al viernes
estarán listas para abrir - le explicó el arquitecto a
Giovanni mientras recorrían el piso.
-No abriré el hotel hasta que hayas terminado todo el -Nos estamos viendo, Travis - dijo Giovanni asintiendo a
proyecto, ese es el trato - le recordó el italiano modo de despedida.
observando el restaurante a pocos metros de distancia,
aún inconcluso. - El tiempo corre, sólo te quedan treinta -Claro - respondió a su vez el arquitecto, luego las puertas
días para acabar, y no volveré a aplazar la fecha - se cerraron.
sentenció fríamente. Natalie se mordió el labio inferior y se mantuvo lo más
El arquitecto asintió, acabaría antes de la fecha estipulada lejos posible que le permitía el reducido espacio.
en el contrato, y lo haría tragarse sus propias palabras. - ¿Así que está saliendo con el señor Castle? - cuestionó
-La diseñadora ya se está haciendo cargo de las Giovanni, rompiendo el horrible silencio que se había
habitaciones - le informó Travis a Giovanni cuando éste producido una vez solos.
apretó con impaciencia el botón para llamar al elevador. - -Travis es...
Tu pent-house ya casi...
-No tenga miedo de admitirlo, señorita Miller. No la
-No hables por hablar, lo detesto - gruñó Giovanni. - En despediré, si eso es a lo que teme. Sería muy difícil
vez de andar coqueteando con mi secretaria, trabaja que volver a encontrar a una secretaria tan eficiente y en la
para eso te pago. que confiar.
Natalie se sonrojó ante las palabras de su jefe, ella y -Gracias, señor Berardi. Pero como ya le dije antes, el
Travis apenas habían hablado ese día, y no recordaba señor Castle y yo... - no alcanzó a terminar por que las
haber hecho algo mal para que se enfadara. Además, puertas se abrieron y Giovanni se fue dejándola sola.
Travis ni siquiera era su amigo, lo único que sabía acerca
de él, era su edad y su profesión. *******

El arquitecto puso los ojos en blanco, había tenido que La puerta de la oficina de su jefe se abrió, y ella por
lidiar muchas veces con el humor de Berardi, y no lo inercia alzó la mirada.
intimidaba. - ¿Necesita algo, señor? - preguntó servicialmente la
-Un placer verte, Natalie - dijo Travis guiñándole un ojo a joven.
la mujer junto al italiano. Eso logró enfurecer aún más a -Bruno canceló - dijo Giovanni soltando un bufido, era
Giovanni. - Estoy ansioso por volver a salir contigo. típico de su hermano. - Necesito que venga conmigo.
-Yo... - la joven se aclaró la garganta, justo en ese -Tengo trabajo que hac... - intentó excusarse Natalie.
momento llegó el elevador. - Hasta pronto - optó por
decir antes de seguir a su jefe al interior del cubículo. -Lo terminará luego - la cortó Giovanni, teniendo como
siempre la última palabra.
-Como usted ordene, señor - murmuró la joven las piernas de su secretaria. La falda se le había subido,
poniéndose de pie para ir por su abrigo y su cartera. revelando más de la cuenta.
Giovanni la esperó junto al elevador, y ella se reunió Cerró los ojos y contó hasta diez, necesitaba controlar su
rápidamente con él. libido. En cualquier momento saltaría sobre ella y
comenzaría a acariciarla.
No era la primera vez que salía a comer con él y su
madre, pero aun así estaba nerviosa. La mera presencia de -Dio - dijo en apenas un murmullo al imaginarse
su jefe la inquietaba. tomándola contra el asiento trasero, mientras que del otro
lado de la ventanilla estaba su chofer.
-No le menciones absolutamente nada a mi madre sobre
Ashley - le advirtió el hombre con tono frío una vez - ¿Ocurre algo, señor? - preguntó Natalie al escucharlo,
ingresaron al cubículo. era totalmente ajena a los pensamientos que su jefe estaba
teniendo con ella. Sí tan solo supiera...
-Jamás diría nada, no me corresponde.
-No ocurre nada, señorita Miller. Simplemente que odio
-Más te vale - dijo el magnate italiano dando por el tráfico a esta hora - comentó él con simpleza. Eso era
terminada la conversación. mucho mejor que revelarle sus pensamientos...
El elevador a los segundos después se detuvo en el primer
piso y al abrirse las puertas, la primera en salir fue
Natalie seguida por su jefe.
Cuando salieron a la calle el chofer los estaba esperando.
-Buenas tardes, George - saludó la joven al hombre
cuando éste le abrió la puerta.
-Buenas tardes, señorita Miller - contestó con cordialidad
el chofer, luego asintió en dirección a su jefe. - Señor
Berardi.
A los pocos minutos se internaron al tráfico de la ciudad,
sentados uno al lado del otro.
Natalie se dedicó a mirar por la ventanilla, necesitaba
concentrarse en cualquier cosa que no fuera su jefe.
Mientras tanto, Giovanni luchaba por apartar la mirada de
CAPITULO 5 -No iré a otra de tus bodas - le advirtió el magnate.
Giovanni observó a la mujer que le dio la vida ponerse de -Eso está por verse - lo desafió su madre.
pie y rodearlo con sus brazos.
El camarero volvió a parecer justo a tiempo, les sirvió
-Madre, estamos en público - replicó el magnate hotelero más vino y los llevó a cada uno lo que ordenaron.
alejándose de ella y haciendo una mueca de disgusto.
Había muchas personas a su alrededor, y el restaurante - ¿Qué tal va el hotel? - preguntó Stella generando un
era muy selecto, no quería que alguno de sus socios lo nuevo tema de conversación.
sorprendiera abrazando a su madre, eso arruinaría la -Muy bien, ya casi está listo. La obra ha tardado más de
reputación que con tanto esfuerzo había construido. lo que tenía planeado - dijo Giovanni observando a su
-La última vez que te vi fue hace más de dos meses - secretaria mientras hablaba.
argumentó la mujer con reproche. Su rostro se iluminó Natalie se encogió en su asiento. Estaba más que claro
cuando vio a la acompañante de su hijo. - Que alegría que la estaba culpando a ella por el retraso del arquitecto.
verte, Natalie - dijo acercándose a la joven y abrazándola.
-No puedes controlarlo todo, Giovanni. Un día de estos,
-También me alegra verla, señora - contestó la muchacha te enamorarás de quién menos lo esperes - profetizó
avergonzada. Stella siguiendo la mirada de su hijo.
-La estás avergonzando, madre - intervino Giovanni Para ella era más que obvio que Natalie estaba enamorada
observando a su secretaria sonrojada a causa del de Giovanni, podía verlo en sus ojos y en la manera en la
atrevimiento de su madre. observaba a su hijo. Era una lástima que él fuera tan
Rodando los ojos, Stella tomó asiento seguida por su hijo ciego para no darse cuenta de que la mujer de su vida
y Natalie. El camarero les tomó la orden y se marchó con siempre había estado a su lado.
rapidez. -No puedo creer que después de seis matrimonios aún
-Mientras los esperaba, me tome el atrevimiento de pedir sigas creyendo en el amor - dijo Giovanni bufando. - No
el vino - explicó la mujer ante la mirada que le lanzó su tengo tiempo para esas tonterías, ahora mismo tengo
hijo al comprobar que la botella de vino sobre la mesa mucho trabajo.
estaba medio vacía. - Carlo y yo nos acabamos de -Serías un padre estupendo, mucho mejor de lo que fue
divorciar - anunció alzando su copa para a continuación Lorenzo.
llevársela a los labios y beber un generoso trago.
-Por favor, mamma...
Natalie se iba a lamentar, pero Giovanni como de
costumbre la interrumpió.
-Ya va siendo hora de que sientes cabeza, me estoy -Lo lamento, señor - dijo Natalie llevándose una mano al
haciendo vieja y al paso que vas, no conoceré nunca a tus corazón, la había asustado con su repentina aparición. -
hijos. Estoy terminando los informes.
-Tendrás que conformarte con conocer a los de Bruno - -Deje eso para mañana, ya ha trabajado suficiente por hoy
manifestó el italiano sin ningún pudor. - le ordenó el magnate italiano.
- ¡Dio! - exclamó la mujer mirando al cielo de manera Natalie asintió y se puso de pie con la intención de ir por
exagerada. su abrigo y por su cartera.
Natalie intentó disimular una sonrisa, ni siquiera la madre Giovanni volvió a ver la hora en su reloj y maldijo entre
de su jefe se libraba del mal humor que éste poseía. dientes, no podía permitir que se marchara tan tarde y
sola. Le podía pasar cualquier cosa de camino a casa y no
******* quería llevar esa culpa encima.
El almuerzo con su madre había resultado tal como Natalie no dijo nada al verlo aún allí de pie,
Giovanni esperaba, ella insistiendo como de costumbre probablemente se estaba asegurando de que lo
en que se casara y le diera nietos. Su hermano había obedeciera, así que ignorándolo se puso el abrigo y se
conseguido librarse, pero seguramente no por mucho encaminó hacia el elevador.
tiempo, su madre no tardaría en agendar su próximo
encuentro. Al pulsar el botón, se percató de que la había seguido.
Lo más vergonzoso de todo fue que su secretaria había -Tendré listos los informes para mañana - dijo Natalie
estado presente. con intención de romper el incómodo silencio que los
rodeaba.
Observó la hora en su reloj, era demasiado tarde y no
conseguía concentrarse en los contratos que estaba -Confió en que así será - contestó Giovanni en el
leyendo. momento en que las puertas se abrieron. Le cedió el paso
y la siguió al interior del elevador.
Se puso de pie y guardó todos los papeles que necesitaba
en su maletín, luego se dirigió hacia la puerta. Natalie se mordisqueo el labio inferior, probablemente ya
nadie a excepción del portero se encontraba en el hotel.
Natalie aun se encontraba trabajando en los informes que Los trabajadores habían terminado hacían ya varias horas,
su jefe había solicitado temprano esa mañana, y no se lo que significaba que estaba prácticamente sola con su
percató de que ya se marchaba. jefe.
- ¿Que hace aún aquí? - cuestionó Giovanni logrando que
la joven se sobresaltara.
-La llevaré a su casa - anunció Giovanni cuando salieron -Le agradezco que me haya acompañado a almorzar con
a la fría noche. mi madre - dijo repentinamente Giovanni cuando se
detuvieron en un semáforo. - A veces es muy molesta.
-No quiero quitarle su tiempo, señor - manifestó Natalie.
- La estación de metro no está tan lejos de aquí - agregó «Ni me lo diga, trabajo a diario con usted» pensó la joven
al ver la expresión en el rostro de su jefe. en lo temperamental que resultaba ser su jefe la mayoría
del tiempo. Su madre en cambio era muy agradable, al
-Mi coche huele mucho mejor que el metro, señorita igual que su hermano.
Miller - repuso el italiano. - Y respecto a mi tiempo, no
me lo está quitando en lo absoluto. -Me alegra haberla visto - expresó sinceramente la joven.
-Está bien - aceptó finalmente la joven sonrojándose -Al parecer a ella también - comentó el hombre al
inevitablemente. recordar lo contenta que se había puesto su madre al
verla.
Giovanni la guio hasta dónde tenía su coche estacionado,
y ella frunció el ceño al comprobar que no se trataba de la Ninguno volvió a hablar durante el resto del trayecto.
limusina. Solo se oía de fondo la suave melodía de la canción que
estaba sonando en la radio.
- ¿Dónde está George? - preguntó Natalie sorprendida de
que fuera su jefe quien le abriera la puerta, y no su Para cuando llegaron a su destino, Giovanni se apresuró a
chofer. abrirle la puerta y ayudarla a descender del vehículo,
luego la escoltó hasta la puerta de su piso.
-Uno de sus hijos está de cumpleaños, me pidió salir
antes - comentó Giovanni encogiéndose de hombros con Era una situación muy extraña para Natalie, ya que el
aparente calma. sábado en la noche, ella había deseado que fuera su jefe
quién la llevara a casa y no Travis. Ahora que se le estaba
Natalie lo observó rodear el vehículo y subir por el lado cumpliendo su deseo, no sabía cómo actuar ni como
del conductor. comportase.
Intentó controlar los nervios a medida que avanzaban por -Gracias por traerme, señor Berardi - dijo aclarándose la
la ciudad. garganta, incómoda.
«¿A caso sabía su jefe dónde ella vivía?» se cuestionó - ¿No va a invitarme siquiera una taza de café? -
mentalmente la joven al verlo conducir con total cuestionó el hombre, estrictamente serio.
confianza, como sí se supiera la dirección de memoria.
Natalie palideció, nunca había invitado a algún hombre a Natalie se sonrojó al verlo, era tan perfecto.
su piso, ni siquiera Lexie lo hacía, era una regla que
habían puesto cuando se mudaron juntas. -Aquí está su café, señor Berardi. Espero que le guste -
dijo la joven ofreciéndole una taza.
-Cla... Claro - tartamudeó la joven dando la vuelta con
intención de insertar la llave en la cerradura. Giovanni le dio un sorbo, esperando encontrarlo amargo,
la mayoría de sus amantes preparaban un muy mal café.
Luego de unos segundos batallando, lo consiguió. Tal vez por eso no lo encontró amargo, Natalie no era su
amante, sino su secretaria y probablemente le había
Giovanni la siguió al interior del piso que compartía con preparado cientos de cafés, y estaba de más decir que
su amiga. Y a la joven no le pasó inadvertida la sabía cómo él lo bebía.
curiosidad de su jefe al escanear la pequeña habitación
que cumplía el rol de living-comedor. Natalie apenas había probado su café, cuando su jefe ya
se había bebido el suyo. Lo observó dejar la taza en la
-Tome asiento, señor Berardi - sugirió Natalie esperando mesita de centro y ponerse de pie, ella lo imitó.
que su jefe obedeciera, mientras tanto ella se dirigió a la
cocina a calentar el agua en la tetera. -Gracias por el café - agradeció Giovanni dispuesto a
marcharse.
No tenía del café que su jefe acostumbraba a beber, era
demasiado caro y no podía permitírselo. Esperaba que le -Gracias por traerme - volvió a agradecer la joven
gustara el café que tenía y que no se lo lanzara por la sintiendo algo en el pecho, ante la expectativa de dejarlo
cabeza. ir.
Giovanni permaneció de pie y se dedicó a observar las Giovanni se despidió con un asentimiento de cabeza y
fotografías que adornaban una de las paredes. En la salió por la puerta sin mirar atrás.
mayoría de ellas se veía a su secretaria en compañía de
una joven rubia y de una mujer de edad.
Él no sabía quiénes eran, la verdad era que no sabía
prácticamente nada de la vida de su secretaria, a
excepción de su dirección que por casualidad la
recordaba.
Al escuchar que se acercaba por el pasillo, Giovanni
tomó asiento en el sillón que ocupaba la mayor parte de la
habitación.
CAPITULO 6 *******
Natalie afligida se mordió el labio inferior cuando Travis Giovanni estaba almorzando con unos socios cuando de
Castle salió del elevador y se dirigió hacia su escritorio. repente alzó la mirada, y se encontró a pocos metros de
distancia a su secretaria en compañía de Travis Castle.
-Hola Natalie - la saludó el arquitecto sonriendo de lado.
Apretó los puños al observar que el arquitecto apartaba
-Hola señor Castle - contestó la joven. unos mechones que se escapaban del peinado de la joven.
- ¿Giovanni se encuentra en su oficina? - preguntó el Natalie se sonrojó cuando Travis tomó una de sus manos
hombre de manera casual. para besarla en el dorso.
-No puedo darle esa información, señor. -Es usted muy hermosa, Natalie - dijo el arquitecto
Travis rodó los ojos, la fidelidad de la joven hacia su jefe mirándola a los ojos.
era admirable. -Gracias, señor Cas... Travis - contestó la joven
-La verdad es que no puede importarme menos dónde sonrojándose aún más de lo que ya estaba.
este tu despiadado jefe - habló el arquitecto encogiéndose -Me cuesta mucho creer que no salgas con nadie -
de hombros. Luego agregó: - Sólo no quería arriesgarme comentó el hombre sin apartar los ojos de ella, ni soltarle
a que te regañara por hablar conmigo. la mano, su cercanía la incomodaba, pero la joven
-El señor Berardi no es despiadado - dijo la joven disimulaba muy bien su timidez cuando estaba con el
defendiendo a su jefe. - Además, él no es mi dueño, y arquitecto. En cambio, era otro cuento cuando estaba con
puedo hablar con quién yo quiera. su jefe.

-Me alegra mucho oír eso, la invito a almorzar. Giovanni luchaba consigo mismo para no ponerse de pie
y enfrentar a la feliz pareja de una vez por todas. Ya no
-No creó... servía de nada que su secretaria negara el romance que
-Solo será un almuerzo, Natalie. tenía con Travis, los estaba viendo él mismo.

La joven comprobó la hora en su reloj de pulsera, aún Una parte de él quería ir y apartarla del arquitecto, no
estaba en su horario de almuerzo y no había probado un soportaba verlos juntos. Mientras que la otra parte
bocado. intentaba ignorar la situación, recordándole que se trataba
de su secretaria y que la dejara en paz.
-Está bien, iré a almorzar con usted - aceptó la joven
poniéndose de pie. Pero no podía hacer ninguna de las dos, desde el sábado
en la noche, no hacía otra cosa más que pensar en su
secretaria. Deseaba besarla hasta quitársela de la cabeza y -Tengo tiempo, no se preocupe - respondió el italiano
si no le bastaba con eso, no la dejaría en paz hasta saciar tomando asiento frente al escritorio de Natalie.
el deseo que sentía por ella.
- ¿Desea un café, señor? - preguntó la joven con cortesía,
«Pero está comprometida con otro hombre» se recordó después de todo era el hermano de su jefe.
Giovanni viéndola sonreír con Travis.
-No, gracias. La verdad me estaba preguntando como no
A él nunca le sonreía, más bien, parecía que le tenía me fije antes en usted - dijo el hombre con aire pensativo.
miedo, siempre se sobresaltaba y cada vez que pasaba por
su lado era cautelosa. -Señor... - iba a comenzar a replicar Natalie cuando de
repente las puertas del elevador se abren y aparece su
Vio por última vez a la pareja cuando se marchaban, iban jefe, robándole el aliento por lo guapo e imponente que
uno al lado del otro y apenas se tocaban. Fue entonces era.
cuando ella se volteó y lo vio, la sorpresa fue evidente en
su rostro y se sonrojó de inmediato, luego se volteó y -No esperaba verte hoy, Bruno - comentó Giovanni
siguió caminando. viendo a su hermano en compañía de su secretaria.

******* -Tampoco es para tanto - le restó importancia el menor de


los italianos, poniéndose de pie para seguir a su hermano
Natalie sabía que estaba en problemas, su jefe la había a la oficina de éste. - Nos vemos luego, Natalie - se
visto con Travis, y por la expresión en su rostro se notaba despidió de la joven antes de cerrar la puerta tras él.
que estaba enfadado.
Una vez estando solos en su oficina, Giovanni no dudo en
Intentó tranquilizarse mientras lo esperaba a que enfrentar a su hermano.
regresara a la oficina. Y cuándo las puertas del elevador
se abrieron, alzó la mirada temerosa por lo que pudiera -Creí advertirte que te alejaras de mi secretaria.
pasar. -Ahora que sé lo que esconde, no creo posible alejarme
Vaya sorpresa que se llevó al ver que no se trataba de su de ella, es muy sexy - manifestó Bruno sin pudor alguno.
jefe sino del hermano de éste. Giovanni lo miró fríamente, pero éste ni siquiera le prestó
-Hola Natalie - la saludó Bruno Berardi guiñándole un atención.
ojo.7 -De saber que la llevarías a almorzar con mamma, no
-Hola, señor Berardi - contestó ella de manera educada. - habría dudado ni un segundo en acompañarlos.
Su hermano no está en la oficina - agregó al notar que él -En ese caso, mejor que no hayas ido - comentó Giovanni
se le quedaba viendo fijamente. dándole la espalda, para observar la ciudad.
Necesitaba concentrarse en otra cosa que no fuera en que éste se acercaba, y ya no tuvo escapatoria cuando su
golpear a Bruno. Una palabra más acerca de su secretaria espalda chocó con la puerta.
y era hombre muerto, no le importaba que fuera su
hermano. -Me está volviendo loco, Natalie - murmuró Giovanni
alzando una mano para acariciar el rostro de la joven, le
******* sorprendió lo suave que tenía la piel.
-Señorita Miller - gruñó Giovanni por el comunicador, Natalie se estremeció al primer contacto, y cerró los ojos,
habían pasado varios minutos desde que su hermano se disfrutando de la caricia.
marchó.
-Huele muy bien - comentó el hombre hundiendo la
Había intentado mantenerse sereno, y concentrarse en el cabeza en la curva de su cuello, y mordiéndola
trabajo, pero no lo había conseguido. La imagen de su suavemente.
secretaria en compañía del arquitecto, y luego Bruno
hablando de ella, habían terminado por volverlo loco de -Señor - murmuró Natalie mordiéndose el labio inferior,
celos. mientras se removía entre sus brazos.

Un minuto después la joven ingresó a la oficina de su Giovanni se separó de su cuello para a continuación
jefe. apoderarse de sus labios.

- ¿Que necesita, señor Berardi? La joven emitió una protesta, pero él la acalló, besándola
de manera lenta, ya que ella no le respondía, sino que,
Giovanni la miró al rostro, y ella se sonrojó todo lo contrario, permanecía inmóvil con los brazos al
inmediatamente. costado.
- ¿Qué es lo que pretende? - cuestionó el magnate sin Natalie cerró los ojos, disfrutando de su primer beso.
preámbulos. - Primero Travis, luego mi hermano. ¿El Siempre había soñado con que su jefe la besara, y ahora
siguiente será mi chofer? que lo estaba haciendo no sabía cómo responderle.
-No es lo que usted creé, señor - intentó justificarse Al no tener una respuesta por parte de la joven, Giovanni
Natalie. se apartó y la observó abrir los ojos, poco a poco.
-La he visto, señorita Miller. No vale la pena que siga - ¿Qué le pasa? - cuestionó el italiano bruscamente. - ¿Es
mintiendo. que acaso Travis besa mejor que yo?
-Travis es solo... - se calló cuando su jefe acortó la No le permitió contestar, la atrajo hacia su cuerpo y la
distancia que los separaba. Natalie retrocedió a medida obligó a abrir la boca.
La joven gimió cuando su boca fue invadida nuevamente era despiadado y no medía los daños que podía causar.
por la de su jefe. Estaban tan cerca, que las fantasías no Todo siempre se reducía a él.
se comparaban con la realidad.
Giovanni la besó con rudeza, obligándola a abrir la boca
y a devolverle el beso. Él se encontraba en el paraíso, sus
cuerpos se amoldaban a la perfección y el calor que ella
emanaba era tan adictivo como sus dulces labios. Estaba
cometiendo una locura de la que luego iba arrepentirse,
ella sólo era su secretaria, y entre ellos nunca podría
existir algo más.
Giovanni se apartó molesto consigo mismo por permitirse
pensar mientras experimentaba el mejor beso de su vida.
De no haber estado apoyada contra la puerta, Natalie
habría caído al piso, sus piernas a penas la sujetaban. 
Se llevó una mano a los labios, los sentía hormiguear
producto del feroz y brutal beso que había recibido.
-Hágame caso, señorita Miller. No quiero volver a
sorprenderla cerca de Travis, ni mucho menos de mi
hermano - habló Giovanni limpiándose los restos del beso
con el dorso de la mano, mientras la miraba al rostro, sin
ninguna expresión - Considere esto una advertencia, la
próxima vez no dudaré en despedirla.
Las lágrimas se agruparon en los ojos de la joven, se dio
la vuelta decidida a no darle en el gusto de verla llorar, y
salió de la oficina cerrando la puerta con un fuerte
portazo.
La mejor experiencia de su vida había sido reducida a una
advertencia por parte de su jefe. Ahora entendía
perfectamente a las personas cuando hablaban mal de él,
CAPITULO 7 -Puedo contratarte como mi secretaria, sí lo que necesitas
es trabajo - dijo el arquitecto con tono conciliador.
El miércoles por la mañana, Giovanni llegó más tarde de
lo habitual, la única excusa era que no había podido -No lo entiendes - protestó la joven apartándose lo
dormir en toda la noche, pensando en la manera en que suficiente para poder mirarlo. Travis le ofreció un
trató a su secretaria. pañuelo y ella no dudo en aceptarlo. - Gracias.
Tenía intención de disculparse con la joven, pero ella no -De nada, ahora explícame porque has renunciado.
estaba en su puesto de trabajo, algo que nunca ocurría.
Cada vez que la necesitaba, ella estaba allí, más que Los ojos de la joven estaban rojos de tanto llorar, y no
dispuesta a ayudarlo. tardaron en volver a cristalizarse.

Con el ceño fruncido, observó los papeles y las carpetas -Estoy enamorada del señor Berardi - confesó la joven
apiladas sobre su escritorio. Todo estaba perfectamente mientras las lágrimas rodaban por su rostro.
ordenado, pero ni rastros de su secretaria. - ¡¿Qué?! - cuestionó el arquitecto incrédulo. - ¿De
Decidido a no perder más tiempo, comenzó a leer y a Giovanni?
firmar documentos. Sin embargo, uno en particular captó Natalie asintió sonrojada.
su atención.
- ¿Estás diciéndome que nunca tuve una oportunidad
"CARTA DE RENUNCIA" contigo? - Travis preguntó perplejo, ante la revelación de
Leyó y leyó una tras otra vez el simple papel en sus la joven.
manos, y no podía creer lo que decía. -Lo siento, yo nunca quise hacerte daño - dijo Natalie
Natalie Miller estaba renunciando a ser su secretaria. agachando la cabeza, avergonzada.

Como poseído se levantó de su sillón de cuero y se -Estoy bien, cariño - el hombre le restó importancia y
encaminó a buscarla, no le importaba tener que recorrer sujetó el rostro de la joven secretaria, obligándola a alzar
media ciudad con tal de encontrarla, nadie lo dejaba sin la mirada. Tampoco era como si estuviera enamorado de
su consentimiento. ella, la encontraba guapa, que era algo muy distinto a
enamorarse. - Puedes contar conmigo para lo que sea - le
******* ofreció él sonriendo amablemente.
Travis abrazó a la joven, mientras ésta lloraba - ¡Gracias, Travis! ¡Eres el mejor! - exclamó Natalie
desconsoladamente sobre su hombro. echándole los brazos al cuello para abrazarlo, pero se
alejó de inmediato al ver como su jefe se acercaba. - No
le digas nada, por favor - le suplicó al arquitecto, y éste Nuevamente la había visto en compañía del arquitecto, a
asintió. pesar de la advertencia.
-Señorita Miller, necesitamos hablar - dijo Giovanni de Natalie Miller era la mejor secretaria que había tenido, y
pie ante la pareja. no podía despedirla simplemente porque saliera con el
imbécil de Travis, la necesitaba para llevar su vida en
-No creo que sea posible - manifestó la joven, sacando orden, los negocios la necesitaban.
fuerzas de lo más profundo de su alma, para combatirlo.
Cuando la puerta se abrió, Giovanni estaba un poco más
-No le estoy preguntado - replicó el magnate cruzando los sereno, aun así, su tono de voz sonó demandante.
brazos sobre su pecho.
- ¿Que rayos se ha creído? ¿A caso cree que puede
Travis se puso de pie, para defenderla. Giovanni Berardi renunciar cuando le dé la gana?
podía ser el dueño del hotel, tener tanto dinero como para
alimentar al mundo, pero no iba a permitir que le hablar -Sé perfectamente cómo funciona el contrato, señor -
de esa forma a una mujer. aseguró Natalie. - Tengo una semana para conseguirle
una nueva secretaria y capacitarla. Además, ya le envíe
-Te ha dicho que no puede - rodeó a Natalie con sus mi carta de renuncia a usted y al departamento de...
brazos y la estrechó contra su cuerpo, cuando la joven se
puso de pie. - Está ocupada ahora. -Rechazo su renuncia - dijo Giovanni yendo hasta su
escritorio y rompiendo el papel por la mitad.
-Una lástima, porque sigue siendo mi secretaria -
Giovanni desafío al arquitecto con la mirada. Luego con Natalie lo miró perpleja.
desprecio dijo. - La espero en mi oficina, señorita Miller.
-Le enviaré otro - dijo la joven obligándose a salir del
Travis la soltó en cuanto el italiano se marchó. asombro.
-Maldito infeliz - gruñó Travis viéndolo esperar el -Envíe todo lo que quiera, lo romperé - declaró Giovanni
elevador. sin dejarse amedrentar. - Quién manda soy yo, señorita
Miller. No lo olvide.
-Será mejor que vaya - murmuró Natalie sintiéndose
nerviosa. -Usted a diario se encarga de que no lo olvide - manifestó
la joven dándose la vuelta para marcharse. Sin embargo,
******* Giovanni la sujetó del brazo.
Giovanni se paseaba de un lado a otro por su oficina, Natalie observó la mano de su jefe sobre su brazo, y
mientras esperaba a su secretaria. luego a él, al rostro.
-Le ruego que me suelte, señor Berardi. CAPITULO 8
-Esto aún no termina, Natalie - le advirtió el italiano
dejándola libre para que se fuera.
Cuando Natalie llegó a su piso, el viernes por la tarde, se
******* encontró con Lexie enfundada en un ajustado vestido
rojo.
Los días pasaron, y ellos a penas se dirigían la palabra,
solo lo justo y necesario. - ¿Vas a salir? - preguntó la joven dejando las compras
sobre el mostrador.
Todo volvía a ser como en un comienzo, pero con una
gran diferencia. Giovanni la deseaba día tras día, y noche -He quedado con unos amigos - contestó la mujer rubia
tras noche. Lo único que lo detenía a actuar, era el encogiéndose de hombros. - ¿Qué tal el trabajo? -
trabajo. No podía lanzar todo por la borda, por un simple preguntó con interés.
revolcón con su secretaria.
-El señor Berardi no acepta mi renuncia - dijo Natalie con
Además, ella parecía decidida a renunciar, ya que todos una mueca.
los días al entrar en su oficina, Giovanni se encontraba
con una carta de renuncia sobre su escritorio. -Es un patán.

Le habría bastado con firmarla, y se libraría para siempre -Ni me lo digas.


de ella. Pero algo lo detenía, no podía ni quería dejarla en -Porque no vienes conmigo - sugirió Lexie moviendo las
paz. Natalie Miller debía ser suya, a cualquier costo. cejas subjetivamente. - Hace mucho que no sales,
necesitas despejar la mente.
-No creo que sea buena idea - murmuró Natalie
observando el vestuario de la otra joven.
- ¡Vamos, Nat! - suplicó su compañera de piso. - Será
divertido.
Rodando los ojos, Natalie aceptó. Conocía perfectamente
a Lexie, no se detendría hasta convencerla.
-Ve a ducharte mientras busco un vestido que prestarte -
le ordenó la rubia entusiasmada.
Minutos después, Natalie se miró al espejo. El vestido -Hola señor Berardi - contestó la joven simplemente por
negro apenas le cubría el trasero y los tacones eran de educación, luego se dio la vuelta para continuar bebiendo
infarto. Para su amiga era muy normal vestir de forma su trago.
sugerente, pero a Natalie la hacía sentir incómoda. Aun
así, le gustó la imagen que se reflejaba en el espejo. -No sabía que frecuentaba este tipo de lugar - comentó el
hermano de su jefe, tomando asiento a su lado.
«Giovanni Berardi vete al infierno» sentenció la joven.
No iba a dejar que su jefe barriera el piso con ella, -Señor...
merecía más que eso. -Bruno, llámame, Bruno - la interrumpió él. - No estamos
*** en la oficina.

El ardor del líquido que se deslizaba por su garganta -Bueno, Bruno - dijo ella medio borracha. - Lo que yo
provocó una mueca en Natalie. Había dejado de contar haga o deje de hacer, es asunto mío.
desde el tercer vaso de tequila, y cada vez que observaba El italiano sonrió de lado, jamás pensó que la correcta
a su alrededor, todos parecían estar pasándolo bien, secretaria de su hermano fuera tan desafiante con unas
menos ella. cuantas copas demás, en la oficina siempre parecía tener
Lexie había desaparecido de su lado para ir a bailar con todo controlado y actuaba muy servicial.
uno de sus compañeros de trabajo, y las demás personas -Me agrada, Natalie - dijo su acompañante alzando su
que las acompañaban no la integraban en sus vaso y brindando con ella.
conversaciones. Así que se arrastró hasta la barra y
comenzó a beber como si no hubiera mañana. La joven hizo nuevamente una mueca luego de ingerir el
líquido, y Bruno Berardi se rio mientras negaba con la
- ¡Uno más! - le pidió Natalie al barman. cabeza. Cuando su hermano viera el estado en que se
El hombre le sirvió enseguida el trago y cuando la joven encontraba su secretaria, se enfadaría muchísimo.
iba a pagar, alguien se le adelantó. El barman les sirvió trago tras trago, hasta que la joven
-Sírvame lo mismo de la señorita - dijo una voz muy finalmente consiguió relajarse y disfrutar de la compañía
conocida tras ella. que Bruno le proporcionaba.

Natalie se giró en cámara lenta, y entrecerró los ojos para Lo que Natalie no sabía era que su jefe también estaba
ver mejor, las luces la encandilaban. allí, Bruno no lo había mencionado, ya que la joven lo
estaba pasando bien y no quería arruinarle la noche.
-Hola, Natalie. Que agradable sorpresa, no esperaba
encontrarte aquí.
Giovanni se despidió de su viejo amigo y se encaminó Bruno agarró el vaso de whiskey que había pedido para
hacia la barra, que era dónde había quedado de juntarse su hermano y se marchó en silencio.
con su hermano.
- ¿Que creé que hace? - preguntó Natalie, sus rostros
No le fue difícil encontrarlo, ya que éste reía estaban separados por pocos centímetros.
abiertamente con una mujer.
-No lo sé - respondió Giovanni alzando una mano para
-Lamento interrumpir - dijo Giovanni una vez que llegó acunar el rostro de la joven y besarla.
junto a la pareja.
Un suspiró se escapó de los labios de ella, cuando
La mujer le estaba dando la espalda, por lo que le fue Giovanni reclamó su boca sin piedad.
imposible ver de quién se trataba.
Natalie esta vez participó activamente del beso,
-Tardaste bastante - comentó Bruno guiñándole un ojo a respondiéndole con pasión y entrega. Además, se las
su hermano. - Sírvale un vaso de whiskey, por favor - le arregló para rodearle el cuello con los brazos y apretarse
dijo al hombre que atendía cuando éste paso frente a contra él.
ellos.
-Me está torturando, señorita Miller - murmuró el italiano
- ¿No me vas a presen...? - comenzó a preguntar Giovanni sintiendo las curvas de la joven amoldarse a su cuerpo.
cuando de repente la mujer se voltea y lo mira. - ¿Qué
está haciendo aquí, señorita Miller? - preguntó está vez Gracias al coraje que había ganado por el alcohol en su
completamente serio. sangre, la secretaria se puso de puntillas para besarlo.

-Lo mismo que usted, señor - contestó Natalie llevándose Giovanni recorrió la boca de la joven, explorándola hasta
el vaso medio vacío a los labios. que ella gimió contra sus labios.

Giovanni la observó durante unos segundos, estaba -Tenemos que parar - dijo entonces él poniendo distancia
sonrojada a causa del alcohol, y sus labios lo tentaron entre ellos, no podía aprovecharse, Natalie había bebido
cuando se los lamió. más de la cuenta y estaba claro que no sabía lo que estaba
haciendo.
-Será mejor que me vaya - dijo entonces la joven,
indiferente al pensamiento que estaba teniendo su jefe. -! ¡No! - protestó la mujer inclinando su rostro hacia él,
Dejó el vaso sobre la barra y se puso de pie. para que la besara, pero éste la esquivo.

El mayor de los italianos la sujeto cuando se tambaleó y -Estás borracha - le aseguró Giovanni volviendo a
la apretó contra su cuerpo para evitar que cayera. adquirir su actitud de siempre. - Te llevaré a casa.
-He venido con Lex... Lexie.
- ¿Quién diablos es ese? - interrogó Giovanni sintiendo CAPITULO 9
los celos resurgir de sus entrañas.
Cuando Giovanni detuvo su deportivo frente al
-Esa - Natalie lo corrigió y se rio. - Es Alexa o Lexie, mi apartamento de Natalie, ella apenas se mantenía
compañera de piso. despierta, y la cabeza le daba vueltas...
Giovanni gruñó y volvió apoderarse de los labios de la -Te ayudaré a bajar - dijo su jefe saliendo del coche para
joven, pillándola desprevenida. abrirle la puerta.
-No vuelvas a hacerme algo así, o no respondo - le -Gracias - murmuró Natalie aferrándose a los fuertes y
advirtió el italiano sujetándole la barbilla y obligándola a trabajados brazos del italiano, cuando se tambaleó.
mirarlo a los ojos.
Giovanni la guio hacia la puerta, y esperó paciente a que
-No puedo irme y dejarla - protestó inútilmente ella. la joven buscara la llave en su bolso. Luego de unos
minutos buscando, Natalie alzó la mirada hacia su
-De camino le envías un mensaje de texto - decretó expectante jefe.
Giovanni, de manera que la mujer permitió que la sacara
del club y que la guiara hacia su deportivo negro. -No tengo la llave - comunicó mordiéndose el labio
inferior.
- ¿No tiene alguna copia bajo el tapete o en algún
masetero? - preguntó Giovanni alargando una mano para
acariciarle la mejilla.
Natalie cerró los ojos unos segundos, disfrutando la
caricia. Y en el momento en que los abrió, éste apartó su
mano.
-Gracias por traerme, señor Berardi - se despidió la joven
sin saber que más decir.
- ¿No pensará en esperar a su amiga aquí afuera? -
interrogó el magnate.
-Lexie no tardará en llegar - le aseguró Natalie media
borracha.
-Está siendo ridícula - manifestó Giovanni, luego le -Gracias - dijo la joven llevándose las pastillas a la boca y
señaló el vehículo estacionado y le ordenó, brutal como bebiendo el agua.
siempre. - Regresé al coche.
- ¿Tiene idea de lo que pudo haberle pasado si yo no la
-No quiero ser una molestia - murmuró la mujer bajando hubiese encontrado en ese club? - interrogó Giovanni
la mirada, repentinamente avergonzada. tomando asiento a su lado.
-Suba al coche o la subiré yo mismo - amenazó él. La mujer se lamió los labios, ajena a la fija mirada de su
jefe en ellos.
Conociéndolo como lo conocía, la joven no dudo en
obedecer, se las arregló para caminar hacia el vehículo y El italiano maldijo entre dientes y se forzó en mantener el
subirse, sin protestar. control.
******* -Podría haberle pasado cualquier cosa - insistió él
sonando furioso.
Natalie apenas fue consciente de que se encontraba en el
piso alquilado de su jefe. Había estado allí algunas veces, -Sé cuidarme sola, siempre lo he hecho - le aseguró la
y siempre por motivos de trabajo. joven alzando la barbilla sin temor a enfrentarlo, el
alcohol la impulsaba a actuar desinhibida.
-Lindo apartamento - comentó la joven sentada en el sofá
de la sala, observando como todo su alrededor daba - ¿También suele tirarse a los brazos del primer hombre
vueltas. que se cruza en su camino?
-Gracias - contestó Giovanni encaminándose hacia la -Yo... - Natalie se aferró al vaso en sus manos cuando su
cocina para servirle un vaso de agua. jefe acortó la distancia que los separaba.
-Este sofá es mucho más cómodo que mi cama - -No tiene idea de las cosas que causa en mí, Natalie. Cada
murmuró Natalie bostezando. vez que la veo con otro hombre pierdo la cabeza -
reconoció Giovanni presionando sus labios con los de
-No te duermas aún - le dijo Giovanni regresando a su ella.
lado para ofrecerle el vaso con agua que había ido a
buscar, junto con unas pastillas para la resaca. El vaso con agua que tenía la joven en sus manos se
derramó en la alfombra, pero ninguno de los dos le prestó
- ¿Y esto para qué es? - preguntó Natalie observando las atención.
dos pastillas que éste le ofrecía.
Natalie abrió la boca devolviéndole el beso, mientras
-Son para prevenir la resaca - le explicó él encogiéndose Giovanni ejercía más presión hasta conseguir que ella
de hombros. soltara un jadeo.
Guiada por el alcohol en sus venas, la joven se sentó a - ¿No dormirás conmigo? - preguntó la joven sonando
horcajadas sobre su jefe. atrevida.
El italiano le sostuvo las caderas con fuerza para evitar -No - repuso el italiano ayudándola a ponerse de pie.
que se moviera. Solo tenía planeado besarla, ella estaba
borracha, y no sabía lo que hacía. Además, el día de La mujer se tambaleó y a Giovanni no le quedó más
mañana uno de los dos se arrepentiría, y él creía que sería alternativa que cargarla en brazos hasta la habitación.
ella. Natalie bostezo y le rodeó el cuello con los brazos,
Natalie enredó las manos en el cabello del italiano cuando acurrucándose en su calor.
éste bajo la cabeza para repartir besos en la base de su El italiano la dejó en la cama y le apartó los brazos con
cuello. La joven no pudo evitar gemir cuando sintió la cuidado, para no despertarla. Natalie se removió en la
fuerte mano de su jefe sobre uno de sus senos. cama y luego se quedó inconsciente. Giovanni le quitó las
Él murmuró palabras en italiano contra su oído, logrando sandalias y la cubrió con las frazadas. Después regresó al
que ella se derritiera en sus brazos. salón para llamar por teléfono a su examante y decirle
una vez más que su relación había terminado.
Sin embargo, el ruido proveniente del teléfono celular de
Giovanni los interrumpió.
El magnate alargó su mano a ciegas para buscarlo, sin
despegar sus labios de los de Natalie.
-Debe ser importante - murmuró la mujer sin aliento.
-Más vale que lo sea - gruñó Giovanni alcanzándolo
finalmente sobre la mesa de centro.
Era un mensaje de su antigua amante, diciéndole que
quería verlo.
- ¿Qué ocurre? - cuestionó su secretaria cuando se apartó
de ella.
-Te enseñaré el cuarto dónde dormirás - dijo Giovanni
volviendo a ser el mismo de siempre.
CAPITULO 10 Cuando ingresó bajo el chorro de la ducha, una duda
asalto su mente.
Al despertar el sábado por la mañana, Natalie se encontró
en una cama que no era la suya, y entró en pánico al ¿Sería esa la habitación que ocupaban las amantes de su
recordar los acontecimientos de la noche anterior. jefe?
Sin embargo, luego de comprobar que aun llevaba el Con este pensamiento rondando en su cabeza, se ducho
vestido que Lexie le había prestado, consiguió relajarse velozmente.
un poco. La noche anterior había bebido más de la
cuenta, hasta tal punto que había terminado besando a su Pocos minutos después la joven abandonó el cuarto de
jefe y durmiendo en su apartamento, ahora tenía que baño, enfundada en un albornoz blanco que tenía
lidiar con las consecuencias de sus actos. bordadas las iniciales de su jefe.
Involuntariamente se llevó una mano a los labios y sonrió *******
al recordar.
Estar durmiendo bajo el mismo techo que Natalie Miller
Cuando se incorporó en la cama, esperó sentir algún y no poseerla, fue una tortura para Giovanni, que no pudo
síntoma de resaca, pero no sintió absolutamente nada, a conciliar el sueño.
excepción de deseos de orinar.
Por esa razón había estado vagando por el apartamento
Observó la habitación buscando la puerta del cuarto de desde muy temprano, había considerado hacer deporte,
baño, toda la decoración era en tonos pasteles, incluidas pero desechó la idea en cuanto surgió la posibilidad de
las paredes. Esa no era la habitación de un hombre, ni que la joven se despertara y se marchara sin avisar.
mucho menos la de su jefe. La habitación de él era en Giovanni incluso se había tomado la molestia de llamar a
tonos oscuros con un cierto toque minimalista, al igual la cafetería que se encontraba junto al edificio, para que
que el resto del apartamento. le llevaran el desayuno a su apartamento.
Rápidamente consiguió dar con el baño, y se encerró allí Por primera vez, no supo cómo actuar ni que hacer, jamás
por unos minutos. Tenía el maquillaje corrido y el cabello llevaba a su apartamento a las mujeres con las que salía.
alborotado, vacilante contempló la ducha. Normalmente se veía con ellas en hoteles o iba a sus
No podía permitir que su jefe la viera en ese estado, debía pisos. Tampoco las llevaba a sus hoteles ni de viajes, aun
hacer lo que fuera con tal de mejorar su imagen. así, se consideraba un amante generoso. Las mujeres lo
adoraban y aceptaban todas sus condiciones, a pesar de
Decidida entonces, buscó todo lo que necesitaba en el eso siempre terminaban involucrado los sentimientos, y
cuarto de baño. Este estaba completamente equipado para ahí era cuando la relación acababa.
satisfacer cualquier necesitad de una mujer, incluso tenía
cepillos de dientes nuevos.
Cerca de las diez de la mañana, Giovanni decidió ir a ver Giovanni regresó a la cama y la besó sin piedad hasta
como se encontraba su secretaria. conseguir que ella gimiera removiéndose desesperada por
librarse del extraño calor que abrazaba su estómago.
Cuando entró a la habitación, descubrió que la cama
estaba vacía, y no había rastros de la mujer que llenaba su -Quieta - gruñó Giovanni inmovilizándola, le sujetó las
mente de fantasías. manos sobré la cabeza y se inclinó para lamerle los
pezones.
La puerta del cuarto de baño se abrió, dando paso bajo la
nube de vapor a Natalie enfundada en un albornoz. -Dios - gimió Natalie alzando las caderas ante la exquisita
sensación que recorrió su cuerpo.
Ambos se miraron, estaban a pocos metros de distancia, y
la chispa que sintieron recorrió sus cuerpos. Giovanni le separó las piernas posicionándose entre ellas,
y la acarició con su boca hasta que el clímax explotó
Giovanni acortó la distancia que los separaba, y una vez dentro de Natalie, reduciéndola a un mar de sensaciones
que estuvo frente a ella, le sostuvo el rostro con sus desconocidas.
manos y bajó la cabeza para besarla.
Incorporándose nuevamente sobre ella, Giovanni la besó
La joven enganchó sus brazos en el cuello del magnate y en la boca, robándole el aliento.
se apretó contra él, intensificando aún más el beso.
-Pon tus piernas alrededor de mi cintura - le ordenó con
Giovanni desató el nudo del albornoz y se deshizo de voz ronca el italiano.
este, exponiendo el cuerpo de la joven.
La joven obedeció inmediatamente y lo miró a los ojos
-Eres hermosa - murmuró el italiano apartándose lo cuándo entró en ella.
suficiente para contemplarla.
Giovanni la penetró de una estocada, y frunció el ceño al
Natalie se sonrojó hasta la raíz del cabello, nunca había sentir una extraña barrera que le impedía continuar.
estado desnuda frente a un hombre. Y Giovanni Berardi
no era cualquier hombre, era el hombre que amaba. Natalie se quedó sin aliento al sentir una punzada de
dolor en su zona intima, resquicio de su recién pérdida
El magnate volvió a acortar la distancia y la tomó en sus virginidad.
brazos para depositarla en la cama.
- ¿Estás bien? - preguntó Giovanni preocupado.
La joven se inclinó sobre sus codos para observarlo
desnudarse. Era magnífico, como un dios de tiempos La joven asintió con la cabeza y cerró las piernas en torno
remotos. a la cintura de su jefe, cuando éste hizo ademán de
retirarse.
- ¡No! - exclamó Natalie aferrándose a él. CAPITULO 11
-Debiste decirme que eras virgen - le reclamó el italiano Permanecieron uno en los brazos del otro, hasta que sus
entre dientes. cuerpos se enfriaron.
-Eso ya no importa - dijo Natalie alzando las caderas a El primero en apartarse fue Giovanni, que se vistió en
pesar del punzante dolor. silencio mientras Natalie lo observaba desde la cama.
-Quieta, te harás daño - rugió Giovanni volviendo a La joven se sentía mortificada, y se sintió aun peor
inmovilizarla con su gran tamaño. cuando el italiano dijo:
Permaneció unos segundos sin moverse, para que ella se -No usamos protección. Roguemos a Dios que no quedes
acostumbrara a tenerlo en su interior. El tiempo se le embarazada.
hacía eterno con el calor de ella envolviéndolo como un
guante. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de la mujer,
ni siquiera había pensado en eso. Sus ojos se llenaron de
Sin embargo, consiguió contenerse hasta que ella se lágrimas y se abrazó las rodillas
relajó.
Giovanni estaba furioso consigo mismo, ella había sido
Giovanni se inclinó hacia delante, tomándola por virgen, y la había poseído como un animal. Jamás se lo
sorpresa. Completamente en su interior, la sintió temblar perdonaría.
a su alrededor.
-Natalie - dijo entonces él observándola en la cama.
Cuando los temblores pasaron, Giovanni comenzó a
moverse lentamente, con ella siguiéndole el ritmo. Se acercó con cautela y la abrazó.

Sus acometidas fueron en aumento, y los gemidos de -Lo siento, no era mi intención hacerte daño, de haber
Natalie en su oído lo animaron a continuar. sabido...

Nuevamente otra ronda de temblores atacó el cuerpo de la -No me hizo daño, señor Berardi - murmuró la joven
joven, y aun empujando en su interior, Giovanni sintiendo como las lágrimas rodaban por sus mejillas, se
consiguió su propia liberación. las limpió rápidamente con los dedos y alzó la mirada
hacia el magnate que la observaba angustiado. - Está fue
Sin aliento se apartó y rodó en su espalda, atrayendo a la mejor experiencia de mi vida, por favor no lo arruine.
Natalie contra su pecho.
-Debes entenderme, Natalie - insistió Giovanni
limpiándole las lágrimas. - Nunca he estado con una
virgen, y además no use protección. Odiaría obligarte a La joven permitió que él la guiará. Sentía que todo había
hacer algo que no quieres. cambiado entre ellos, y no pudo evitar albergar
esperanzas.
-No me está obligando en absoluto, ambos lo quisimos
así. Dejé de culparse Sobre la gran mesa de vidrio había todo tipo de
exquisiteces, un claro ejemplo de cuanto se esmeraban las
Giovanni le dio un casto beso en los labios. personas en complacer al magnate.
-Ponte ropa, debemos hablar. Giovanni disfrutó como nunca de la compañía de una
La joven se levantó de la cama y sujetó la sábana contra mujer. Jamás se quedaba hasta el desayuno, y Natalie
sus pechos, intentando ocultar su desnudez. Giovanni la Miller estaba consiguiendo que se replantearse muchas
observó expectante y no pudo ocultar una sonrisa cuando cosas. La primera de ellas era que estaba dispuesto a
la sábana cayó al suelo revelando su cuerpo. convertirla en su amante sin importarle en lo más mínimo
que fuera su secretaria.
Las mejillas de Natalie enrojecieron, y bajo la atenta
mirada de su jefe se puso el albornoz. - ¿Qué ocurre? - cuestionó la mujer observándolo fruncir
el ceño, pensativo.
-He llamado para que traigan el desayuno - comentó
Giovanni yendo hacia ella y acariciándole la mejilla. -¿Estaría usted dispuesta a convertirse en mi amante? -
preguntó Giovanni sujetándole una mano y llevándosela a
La joven se mordió el labio inferior antes de preguntarle: los labios, para depositar un beso allí.
- ¿Volveremos hacerlo? -Yo... yo... - tartamudeo Natalie. - Yo jamás he hecho
Giovanni se inclinó a besarla. esto, señor.

-Sólo si tú quieres - dijo atrapándole el labio entre sus -Estoy dispuesto a enseñarle, Natalie. Por favor cuando
dientes. estemos a solas, llámame, Giovanni. Es extraño que se
refiera de esa forma hacia mí, después de lo que hicimos
Natalie gimió sujetándose en los fuertes hombros de su hace un rato.
jefe, y apretándose contra él.
La joven asintió con timidez y le preguntó:
-Paciencia, señorita Miller - le aconsejó el italiano dando
un paso atrás para indicarle la puerta. - El desayuno nos - ¿Qué hay de mi trabajo?
espera. -Obviamente seguirás siendo mi secretaria, por lo tanto,
no puedes contarle a nadie sobre lo nuestro - le advirtió el
magnate de manera implacable.
-Jamás diría nada - le aseguró Natalie. -Debo irme - declaró Natalie.
-Lo sé - dijo Giovanni asintiendo con la cabeza. Por esa -Te llevaré a casa - repuso Giovanni.
razón la había escogido como su secretaria, podía confiar
plenamente en ella. La joven le sonrió y atrevidamente se inclinó para
depositar un beso en sus labios, tomándolo por sorpresa.
El teléfono celular de la joven comenzó a sonar en su Giovanni no tuvo tiempo para reaccionar ya que ella se
cartera que estaba sobre el sofá de la sala. alejó y se marchó a la habitación para vestirse.
Sin esperar se levantó y fue a buscarlo. El identificador Cuando Natalie regresó, su jefe estaba hablando por
de llamada le indicó que era su amiga. teléfono en italiano, al verla cortó la llamada y le indicó
que se acercara.
-Hola Lexie - saludó Natalie bajo la atenta mirada de su
jefe. -Tendrás que comenzar a tomar la píldora, no podemos
volver a correr riesgos - expuso Giovanni rodeándola con
- ¿Dónde estás? - cuestionó la mujer desde el otro lado sus brazos para acercarla a su cuerpo y que notara su
del teléfono. erección. - Por más que quiera volver a poseerte, ahora
-Estoy con mi jefe - le explicó mordiéndose el labio mismo sería muy precipitado.
inferior. -Estoy bien - insistió la joven sujetándole el rostro y
-Ese infeliz te ha hecho trabajar un sábado - dijo besándolo.
indignada su amiga. Giovanni intensificó el beso hasta que quedaron sin
Natalie no la corrigió, era mejor que creyera que estaba aliento.
trabajando. -Será mejor que te lleve a casa.
-Debo cortar, Lex - repuso. Natalie asintió aceptando la mano que le ofrecía, recogió
- ¿Vas a venir ayudar al orfanato? - preguntó Lexie. su cartera y se marcharon.

-Claro, no sirvan el almuerzo sin mí, dile a Nora que me Al llegar al piso de la joven, Giovanni experimentó una
espere. extraña sensación, no quería dejarla ir.

Después de intercambiar unas cuantas palabras más con -Te veré el lunes - dijo entonces él a modo de despedida,
su amiga, cortó la llamada. la sostuvo por la cintura y la besó.

- ¿Pasa algo? - cuestionó Giovanni junto a ella, logrando -Nos vemos el lunes - murmuró Natalie cuando se
que se sobresaltara. apartaron.
Lo observó subir al coche y alejarse. CAPITULO 12
-Buenos días, Alfred - saludó Natalie al portero del hotel.
-Buenos días, señorita Miller - respondió el hombre.
La joven cruzó la recepción del hotel, y se dirigió hacia el
elevador.
Su corazón latió más rápido a medida que se acercaba.
Giovanni estaba esperando el elevador, acompañado de
tres personas más, entre esas Travis Castle.
-Buenos días, Natalie - la saludó el arquitecto sonando
extrañamente serio.
-Buenos días - respondió la joven, luego se dirigió hacia
su jefe. - Señor Berardi.
-Señorita Miller - contestó el hombre asintiendo
levemente.
Las puertas se abrieron, y sus acompañantes le
permitieron entrar primero, seguida de su jefe.
Se sobresaltó cuando Giovanni le dio un agarrón en el
trasero, no estaban solos y el espacio era muy reducido.
Intentó mantenerse serena, pero le resultó imposible, su
respiración se había acelerado y sus pezones se apretaban
contra el sujetador.
Las puertas se abrieron y dos personas subieron,
reduciendo aún más el espacio.
Giovanni tomó su mano y la puso sobre su entrepierna,
para que notara su excitación.
Contuvo un gemido mordiéndose el labio, mientras lo
acariciaba sobre el pantalón.
El magnate maldijo entre dientes cuando las puertas En cosa de segundos la joven estuvo sentada sobre el
volvieron abrirse está vez en su despacho. Le apartó la escritorio de su jefe con los pechos expuestos ante su
mano y se cubrió con el maletín mientras se hacía paso mirada azul profundo.
entre las personas.
-Eres magnífica - alabó el italiano inclinándose para
Natalie recobró la postura y lo siguió fuera. besarlos.
-La espero en mi oficina - se limitó a decir Giovanni Natalie echó la cabeza hacia atrás y gimió alzando aún
cuando la joven se dirigió hacia su escritorio. más los pechos para que él los acariciará con su voraz
boca.
La mujer tomó su libreta de notas junto con un lápiz, y
las carpetas que había organizado el viernes antes de irse Giovanni le separó las piernas y se posicionó entre ellas,
a casa. subiéndole la falda y apartándole las bragas.
En cuanto cruzó el umbral de la puerta, se encontró con -Intenté contenerme, pero me resulta imposible -
su implacable jefe. murmuró quitándose el saco mientras Natalie le
desabrochaba los botones de la camisa.
Antes de que tuviera tiempo para reaccionar, Giovanni le
arrebató las cosas que tenía en las manos y cerró la puerta Ambos gimieron cuando sus pieles ardientes entraron en
con pestillo. contacto.
- ¿Tiene idea de cuánto estoy sufriendo por su culpa? - El magnate la acarició entre las piernas, preparándola
cuestionó el italiano señalando su erección. para que lo recibiera.
Natalie se mordió el labio inferior y negó con la cabeza. -Por favor - suplicó la joven eufórica.
-Bien, entonces se lo demostraré - anunció Giovanni Giovanni buscó un preservativo y se lo puso rápidamente.
dando dos pasos hacia ella, acortando la distancia que los Cuando entró en ella lo hizo con una estocada certera,
separaba. que consiguió arrancarle gemidos de placer a ambos.
Le soltó el cabello y la besó de manera brutal, -Eres tan estrecha - gimió él marcando un ritmo rápido.
arrancándole un gemido cuando unió sus caderas,
haciéndole sentir cuán excitado estaba. Natalie se sostenía de los fuertes hombros de su jefe,
amortiguando sus gemidos en la curva de su hombro.
-Me vuelve loco de deseo, Natalie - admitió abriéndole la
blusa con impaciencia y deshaciéndose del sujetador. Giovanni sentía que casi llegaba, pero se negaba a acabar
antes que ella, por lo que cambio el ritmo de sus
embestidas y le sostuvo las caderas mientras entraba con hermano se estaba liando a la secretaria, por eso no lo
fuerza en ella. dejaba acercarse a ella.
-Mírame a los ojos - le ordenó su jefe con voz ronca. -Buenos días, señor - saludó ella absolutamente
sonrojada. Luego se dirigió hacia su jefe. - Volveré a mi
Natalie alzó la mirada, disfrutando al verlo fruncir el escritorio, señor. Necesita alg...
ceño, sus tentadores labios se entreabrieron para emitir
roncos sonidos de placer. -Gracias, Natalie. Regrese a trabajar - se limitó a decir
Giovanni. Primer día y ya los habían descubierto.
Cuando llegaron al orgasmo lo hicieron al mismo tiempo
y mirándose a los ojos. Al finalizar Giovanni la besó La joven desapareció en cosa de segundos, cerrando la
largamente, manteniéndola contra su cuerpo. puerta tras ella.
Natalie le recorrió la espalda con las manos, disfrutando - ¿Qué quieres, Bruno?
de cómo se tensaban los músculos ante su tacto.
-Ya veo por qué no me dejaste intentar algo con ella -
Un golpe en la puerta los alertó. comentó el menor de los italianos, disfrutando mucho con
la situación. - Tienes sexo con tu secretaria.
Giovanni se apartó para quitarse el preservativo y botarlo
en el basurero más cercano. Al mismo tiempo, Natalie se -Eso no es... - Giovanni hizo el intentó de negarlo, pero
bajaba del escritorio y comenzaba a arreglarse la falda. su hermano lo interrumpió.
Su blusa y el sujetador estaban botados en medio de la
oficina, con dedos temblorosos consiguió vestirse. -Creía que estaba prohibido mantener cualquier tipo de
relación con el personal.
Una vez que ambos estuvieron vestidos, Giovanni se
acercó a la puerta y le quitó el seguro. -Y lo está - declaró Giovanni.

Natalie temblaba de nervios y rogaba a dios que no los Bruno se rio.


hubiesen escuchado. -No seas cínico, te vi besándola el viernes en el club.
Bruno Berardi abrió la puerta y sonrió en dirección a su En un abrir y cerrar de ojos, Giovanni estuvo frente a su
hermano cuando éste se hizo a un costado para dejarlo hermano, sosteniéndolo por el cuello de la camisa.
entrar. No le sorprendió encontrar también a Natalie allí,
los había visto besarse en el club. -Más te vale no decirle nada a nadie. Haz cuenta que no
nos viste.
-Buenos días, Natalie - dijo en dirección a la despeinada
joven. Otra clara evidencia de lo que él ya creía, su - ¿Estás amenazándome? - cuestionó Bruno divertido.
-Sí, estoy amenazándote. No voy a permitir que arruines CAPITULO 13
mi reputación - declaró fríamente el magnate.
Giovanni poco antes de ingresar a la sala de juntas había
-No diré nada - prometió Bruno cuando lo liberó. estado de un excelente humor, que ni siquiera la visita de
su hermano parecía haber afectado.
Giovanni asintió creyéndole, menos mal que fue su
hermano quien los sorprendió, y no otra persona. Sin embargo, el interés por Natalie que demostraba
Travis Castle y sus socios más jóvenes, contribuyo a que
De repente se encontró preguntándose como estaría regresara a su estado de ánimo habitual.
Natalie ahora, y si había sido muy rudo con ella, su
intención no era hacerle daño, sino que saciar el deseo Su secretaria apenas era consciente de los temas que se
que sentía hacia ella, además de instruirla en el mundo estaban discutiendo, parecía hallarse en cualquier otro
del sexo. sitio menos allí. A pesar de eso, desarrollo su trabajo con
eficiencia; tomo apuntes y le facilito los informes que
Sin embargo, debía ser sincero consigo mismo, ahora la requería.
deseaba aún más.
Los socios de Giovanni habían estado observándola, su
atuendo ese día no tenía nada que ver con la sexy mujer
que había acompañado a Travis.
El magnate libero su furia en varios de sus socios; siendo
el arquitecto el más perjudicado, ya que solo quedaban
dos semanas para la inauguración de hotel, y aun no
estaba terminado.
Antes de marcharse, Travis se despidió de Natalie,
logrando aumentar el enfado de Giovanni. La joven
también se preparó para retirarse, pero uno de los socios
la detuvo.
-Acompáñenos a almorzar, señorita Miller.
Giovanni llevaba toda la reunión haciendo un gran
esfuerzo en mantener la calma y no ponerse en evidencia.
-No creo que sea buena idea, debo seguir trabajando -
respondió Natalie de pie junto a él. Aún no se hacía a la
idea de ser su secretaria y amante al mismo tiempo, esa - ¿Está usted celoso? - cuestionó Natalie incrédula.
mañana Bruno los había sorprendido en la oficina, así
como podría haber sido cualquier otra persona. -Eres mía, Natalie - proclamó él antes de echarse a
caminar en dirección a la calle.
-Se trata de un almuerzo de negocios, Giovanni podría
necesitarla - insistió Robert Lowell, el dueño de una de La joven se quedó perpleja ante la revelación de su jefe.
las tiendas que Giovanni planeaba instalar en el primer Era suya...
piso del hotel. Con una sonrisa en los labios, saludó al chofer cuando
Los otros cuatro socios restantes, esperaban pacientes su éste le abrió la puerta.
respuesta. En cuanto quedaron solos, Giovanni la jaló a sus brazos,
-Se irá conmigo - decidió Giovanni para luego caminar en y la besó a la vez que le desabrochaba los botones de la
dirección al elevador con Natalie siguiéndolo. blusa para acariciarla.

El elevador estaba vacío y Giovanni no se molestó en -El chofer podría oír - murmuró Natalie sin aliento.
esperar al resto de sus socios, cerró las puertas en cuanto -No voy a tomarte aquí, sólo quiero que no olvides a
Natalie entró. quién pertenece.
El magnate la acorraló contra la pared y la besó con En está ocasión fue la mujer quién lo besó, arrancándole
rudeza hasta que llegaron al primer piso. roncos gemidos de placer cada vez que pasaba a llevar su
-No quiero a ningún hombre cerca tuyo - le advirtió justo erección.
en el momento que las puertas se abrieron. Cuando el coche se detuvo frente al restaurante, ambos
Natalie se quedó unos segundos de pie observándolo acomodaron sus ropas y salieron como si nada.
aturdida alejarse. Tuvo que apurar el paso cuando se Giovanni mantuvo las distancias mientras eran
dispuso a alcanzarlo. conducidos hacia la mesa que habían reservado sus
-Después de lo que ha pasado entre nosotros, no tiene por socios. En mitad del trayecto se encontró con un viejo
qué seguir actuando así - le aconsejó ella en voz baja. amigo y se detuvo a saludarlo.

Giovanni se detuvo abruptamente, obligándola a -Nos volvemos a encontrar, Maximus - comentó


detenerse también, los ojos del magnate estaban Giovanni recordando haberlo visto el viernes por la noche
inyectados de furia. en el club, justo antes de encontrarse con su hermano y
Natalie.
-Esos hombres la desean, y usted es mía. No me quedare
de brazos cruzados observando...
-Lo mismo digo - contestó el griego, luego saludó a la Más tarde cuando llegaron al hotel, se encontraron con
secretaria. - Señorita Miller. Travis en el primer piso.
-Señor Thalassinos - respondió ella. Giovanni no pudo disimular una sonrisa de suficiencia, el
aspecto que tenía Natalie reflejaba lo que habían estado
- ¿Van a almorzar solos? - preguntó Maximus intuitivo. haciendo en el asiento trasero del coche. Su cabello ahora
-He quedado con unos socios, tal vez quieras unirte - le lo llevaba suelto y sus labios estaban rojos e hinchados.
ofreció Giovanni al ver que aún no ordenaba la comida. Además, ambos tenían la ropa arrugada.

-Claro - aceptó el griego encogiéndose de hombros «Es mía» proclamó mentalmente el magnate cuando
pasaron junto al arquitecto en dirección a los elevadores.
En determinado momento durante el almuerzo, Natalie
había sentido la mano de Giovanni acariciándola bajo la *******
mesa. Al llegar a su piso, a eso de las siete de la tarde, Natalie
El italiano había estado hablado de negocios, mientras su dejó las compras sobre la encimera de la cocina y se
mano se colaba entre los muslos de Natalie. Ella se había reunió con Lexie en la sala.
estremecido levemente y se mordía el labio inferior, para Su amiga había estado muy rara todo el fin de semana, y
no emitir ningún sonido que los pusiera en evidencia. cuando le preguntó si estaba bien, Lexie le había
Cuando nuevamente estuvieron solos en el coche, ningún asegurado que sí.
de los dos esperó para lanzarse a los brazos del otro. - ¿Qué tal el trabajo? - preguntó la escultural rubia.
Giovanni le había subido la falda, y la poseyó sin -Bien - contestó Natalie ruborizándose inmediatamente al
preámbulos, amortiguando los gemidos de la joven con recordar los acontecimientos del día.
su mano, ni siquiera se había molestado en ponerse un
preservativo. - ¿Hay algo que no me has contado? - preguntó Lexie
incorporándose en el sofá y prestándole toda su atención.
La deseaba con urgencia, y Natalie a él.
-Tuve sexo con mi jefe - confesó Natalie.
Nuevamente el magnate experimento una extraña
sensación, al igual que la primera vez que estuvieron
juntos.
Natalie Miller se había convertido en una tentación que
no podía resistir, la necesitaba como necesitaba el aire
para respirar, y le echó la culpa a la inexperiencia de ella.
CAPITULO 14 -No nos vamos de aquí hasta que te haya visto la
ginecóloga - demandó la rubia volviendo a prestarle
Al salir del elevador, Giovanni esperaba encontrar a atención a la revista de moda que antes había estado
Natalie trabajando en su escritorio, como de costumbre. hojeando.
Sin embargo, esa mañana en particular no había rastros
de su secretaria ni de los informes que necesitaba para la -Por favor, Lexie - suplicó Natalie desesperada. Se estaba
reunión que tenía programada al medio día. muriendo de vergüenza.
El magnate estaba comenzando a preocuparse, Natalie Su amiga se rio.
siempre llegaba a la hora, y posiblemente en todos los
años que llevaba trabajando para él, nunca había faltado. -Natalie esto es normal, relájate.

Impaciente, Giovanni tomó su teléfono celular y marcó el -Debo volver al trabajo - repuso la joven volviendo a
número de la joven. Esperó unos segundos a ella intentar ponerse de pie. Pero al igual que la primera vez,
contestara, normalmente lo hacía al primer timbre. Alexa la retuvo.

Se llevó una gran sorpresa cuando lo lanzó a la -No seas impaciente, ya tendrás tiempo para ver a tu
contestadora. jefecito - expresó abiertamente la rubia.

«¿Es así cómo se sienten las personas cuando no le Natalie se sonrojó, y pensó que nunca debió haberle
contestan?» se cuestionó mentalmente mientras caminaba contado a su amiga, que se estaba acostando con su jefe.
de un lado a otro por su oficina. Lexie se lo había tomado tranquilamente, y la había
******* aconsejado como una madre lo haría con su hija. Incluso
se había ofrecido acompañarla a la ginecóloga.
Natalie buscó dentro del bolso su teléfono celular que
sonaba, cuando finalmente lo encontró, Lexie se lo -Natalie Miller - una mujer que aparentemente era la
arrebató y lo apagó. doctora, la llamó para ingresar a la consulta.

-Podría ser importante - le reprochó Natalie. Alexa la jaló para que se pusiera de pie. El cuerpo de la
joven no respondía, estaba aterrada.
-Que se espere - dijo su amiga con suficiencia.
*******
-Es mejor que me vaya - decidió Natalie hecha un manojo
de nervios, se suponía que debía estar trabajando. Natalie respiraba de manera agitada cuando llegó a la
oficina. Había tenido que cruzar toda la ciudad en
Alexa la sujetó del brazo, impidiéndole levantarse. autobús, y por culpa de un accidente se había retrasado
más de lo previsto.
En cuanto se dejó caer en la silla frente a su escritorio, la La joven abrió los ojos incrédula, de verdad tenía a todos
puerta del despacho de su jefe se abrió. los guardias buscándola.
-A mi oficina ahora - demandó Giovanni. - ¿Tienes listos los informes? - le preguntó Giovanni,
obligándola a regresar a la realidad.
La joven se puso de pie, y bajo la atenta mirada del
italiano ingresó al despacho. -Ya casi están, sólo...
Giovanni cerró la puerta, y luego pasó junto a ella, sin -Ve a trabajar en ello, la reunión comienza en una hora -
llegar a tocarla. le ordenó el magnate volviendo a ser el mismo de
siempre.
- ¿Dónde estabas? - cuestionó de manera brusca,
consiguiendo sobresaltarla. Natalie asintió y se dispuso a abandonar el lugar.
-Tenía una cita con la ginecóloga - contestó Natalie *******
ruborizada.
Está vez, la joven no lo acompañó a la reunión. Tenía
-Te llamé por teléfono - gruñó Giovanni acortando la mucho trabajo pendiente, además debía encargarse de los
distancia para besarla desesperado. - Estaba preocupado, preparativos para la inauguración del hotel. Giovanni no
debiste avisarme - le reprochó una vez que consiguieron confiaba en nadie más que en ella para llevar a cabo esa
separarse para tomar aire. tarea.
-No era mi intención preocuparlo - reconoció Natalie Al llegar su hora de salida, las puertas del ascensor se
inclinándose para besarlo suavemente en los labios. Dejó abren, y una escultural rubia sale.
una extraña sensación de vacío en los labios del magnate
cuando se apartó. El corazón de Natalie se acelera al reconocerla. Era una
antigua amante de su jefe, a la cual, por orden de él, había
-Tengo a todos los guardias del hotel buscándote - tenido que enviarle flores cuando terminaron su relación.
confesó Giovanni cuando el teléfono comenzó a sonar
sobre el escritorio. - ¿Está Giovanni? - preguntó la mujer mirándola
despectivamente.
Natalie lo observó alejarse, y su corazón dio un vuelco.
Giovanni Berardi estaba preocupado por ella. -El señor Berardi, está ocupado - contestó Natalie con
tono profesional.
-Ya llegó, está sana y salva - dijo Giovanni a la persona
del otro lado del teléfono. - Informa a los guardias que -No me importa, necesito hablar con él - insistió la
dejen de buscarla. Te avisaré cualquier cosa, adiós, modelo.
Bruno.
-Señor Berardi - dijo Natalie a través del comunicador. - -Sube al coche - volvió a decir Giovanni, a esa hora del
La señorita Thompson lo busca... ¿La hago pasar? día su paciencia era nula. - Sube ahora mismo, Natalie; o
te subo yo.
-Estoy ocupado, haz que se vaya - ordenó el magnate.
-No se atrevería - lo retó la joven.
Natalie iba a informarle a la rubia que su jefe se negaba a
verla, pero fue demasiado tarde, la mujer ya estaba El italiano abrió la puerta dispuesto a bajar del vehículo.
dirigiéndose hacia el despacho del italiano.
-Está bien - aceptó Natalie entre dientes.
La secretaria se puso de pie para detenerla, y cuando
llegó junto a la modelo, ésta ya había abierto la puerta. Giovanni se hizo a un lado, permitiéndole a la joven subir
al coche.
-Hola Giovanni - ronroneo la rubia con una sonrisa
seductora. - ¿Porque estás molesta? - cuestionó el magnate una vez
que se internaron en el tránsito.
El magnate recorrió con la mirada el escultural cuerpo de
la modelo, y entre dientes le dijo a Natalie: -Renuncio - le comunicó Natalie.

-Puede irse a casa, señorita Miller. Yo me haré cargo. -Sabes perfectamente cuál es mi respuesta - replicó su
jefe, con un movimiento rápido la subió a horcajadas.
Natalie asintió con la cabeza, y se retiró, dejándolo a
solas con la modelo. - ¿No le basto con la señorita Thompson? - preguntó
Natalie a escasos centímetros de su rostro.
Cuando recogió sus cosas para irse a casa, las lágrimas le
rodaban descontroladas por las mejillas. -Porque me tendría que conformar con la señorita
Thompson, cuando tengo a la señorita Miller a mi
******* disposición - expresó arrogantemente el magnate dándole
una nalgada en el trasero. - No me acosté con Valeska,
Estaba lloviendo torrencialmente, cuando Giovanni le ella no significa nada para mí - admitió.
ordenó al chofer que detuviera el coche frente a la parada
del autobús. - ¿Y qué significo yo para usted?
El magnate bajó la ventanilla.
-Sube al coche - le ordenó bruscamente a la joven.
-No - se negó Natalie, aferrándose a su empapado abrigo.
CAPITULO 15 Sin prestarle atención al chófer, que se encontraba tan
perplejo como la joven, Giovanni la arrastró hacia el
- ¿Y qué significo yo para usted? interior del edificio.
La pregunta se perdió en el aire, ya que Giovanni la besó -Me está haciendo daño - dijo Natalie una vez que
para evitar responder. estuvieron a solas en el elevador.
- ¿Que significo yo para usted? - volvió a preguntar la Giovanni aflojó el agarre de su brazo, pero sin llegar a
joven, los labios del magnate habían descendido hasta su soltarla.
cuello, e inmediatamente al escucharla hablar apartó la
cabeza. Cuando finalmente llegaron al piso del italiano, éste la
soltó. Su impaciencia era tanta que había comenzado a
-No compliques esto - gruñó seriamente él, señalándolos dar vueltas de un lado a otro, mientras que la joven se le
a ambos. quedaba viendo.
-Entonces soy solo sexo para usted - concluyó Natalie Miles de emociones sentía Natalie en ese momento, lo
poniendo distancia entre ellos. amaba, pero se negaba a ser tratada como un simple
-Natalie - dijo Giovanni con tono cansado, ella se había revolcón. Esa misma tarde había asumido que él nunca
sentado lo más lejos posible y lo ignoraba mirando por la podría amarla, la visita de la modelo solo confirmó lo que
ventana. ya sabía, no se parecía en nada a las mujeres que él
acostumbraba a frecuentar, y jamás podría darle lo que él
-Que el chófer detenga el coche - demandó la mujer. quería. Sus sentimientos ya estaban implicados, y
-Estás siendo ridícula - comentó el italiano llevándose Giovanni no los quería ni tampoco le importaban, sus
una mano a la cíen. No veía razón para complicar lo que relaciones se basaban solo en lo físico.
tenía, la deseaba, y eso era más que suficiente para él. Al menos eso era lo que Natalie creía...
Ninguno de los dos volvió a hablar, y se mantuvieron en - ¿Porque estás llorando? - cuestionó Giovanni al
un tenso silencio por el resto del viaje. Cuando el detenerse frente a ella.
vehículo se detuvo, Natalie bajó sin esperar a que el
chófer le abriera la puerta, se llevó una gran impresión al Natalie automáticamente se llevó una mano a las mejillas
ver el edificio de lujo extenderse ante sus ojos. y se las secó.

-Quiero irme a casa - le reclamó Natalie a su jefe, cuando -Creo que es mejor que esto se acabe - murmuró ella con
éste llegó a su lado. voz estrangulada.

-Después - respondió el magnate entre dientes.


-No me dejes, Natalie - le pidió Giovanni al estrecharla La mujer lo besó tan desesperada como él lo estaba. Para
contra su pecho. ella, esa unión significaba muchas cosas, y lo entregó
todo con abandono.
-Es lo mejor - susurró ella intentando apartarse, pero él se
lo impedía, abrazándola fuertemente. Giovanni la poseyó sin piedad contra la pared,
disfrutando de como ella respondía a él. Pese a su
-Por favor, Natalie - suplicó el magnate preso del pánico. experiencia, Natalie siempre lograba sorprenderlo.
- No me dejes, por favor.
-Estuviste increíble, cara - le dijo al oído una vez que el
La joven sollozó entre sus brazos.
clímax paso y ella se relajó en sus brazos.
Estuvieron abrazados durante lo que pareció una
Poco después, Giovanni los condujo a ambos a su
eternidad, y cuando ella consiguió controlar las lágrimas,
habitación, y los terminó de desnudar.
Giovanni bajó la cabeza y la besó hasta robarle el aliento.
Natalie podía sentir los fuertes brazos de magnate en
Las manos de la joven rápidamente comenzaron a
torno a su cintura, se negaba a soltarla pese haber hecho
desabrochar los botones de la fina camisa de su jefe,
nuevamente el amor, está vez en la cama de él.
mientras que éste la recargaba contra la pared y le subía
la falda. -Quédate conmigo, cara - le pidió el italiano cuando ella
le dijo que debía regresar a su casa.
Natalie gimió al sentir como los besos del magnate
descendía por su cuello y más abajo, le había arrancado -Debo avisarle a Lexie - respondió Natalie cerrando los
los botones de la blusa y se había deshecho del sujetador, ojos al sentir las caricias del magnate.
dejando sus pechos desnudos para darse un festín con
ellos. -Sono pazzo per te - comentó Giovanni volviendo a
poseerla. (Estoy loco por ti)
Giovanni estaba descontrolado, la deseaba tanto que no
podía medir sus acciones. Los repentinos celos que sentía *******
cuando un hombre estaba cerca de ella, no se comparaban La mañana siguiente, una radiante Natalie saludó al
en nada con la auténtica necesidad que lo consumía cada portero del hotel.
vez que la tocaba.
-Buenos días, Alfred.
No sabía que era lo que le pasaba, y tampoco quería
reflexionar sobre eso. El hombre le respondió cordialmente, y para su sorpresa,
Giovanni también lo saludó.
-Dio - gruñó con voz ronca al entrar en ella.
El magnate estaba junto a la joven, y se le notaba mucho
el cambio repentino de su humor.
Los empleados se le quedan viendo algo extrañados, pero
él apenas lo notaba. CAPITULO 16

Natalie también estaba diferente, se había dejado el Natalie se apartó de Giovanni en el momento en que las
cabello suelto y llevaba ropa nueva. puertas del elevador se abrieron.

-Hola Natalie, permite que te diga lo bella que estás - dijo - ¿Quieres ir a cenar conmigo esta noche? - le preguntó el
Travis Castle guiñándole un ojo a la joven cuando llegó italiano una vez que abandonaron el elevador.
junto a ellos, que esperaban a que el elevador los - ¿Quieres que reserve una mesa? - consultó la joven
recogiera. dejando su bolso sobre su escritorio.
El italiano se aclaró la garganta a propósito, obviamente Giovanni le rodeo la cintura con sus brazos y la volteó de
el arquitecto lo había visto, pero lo ignoró. modo que quedaron frente a frente.
-Giovanni - saludó Travis con tono formal. -Me encargaré yo de hacer la reservación - declaró él.
-Travis - respondió el magnate sonando más frío que de - ¿No te molesta que nos vean juntos? - interrogó Natalie
costumbre. rodeándole el cuello con sus brazos.
Una vez que el elevador se detuvo, Giovanni arrastró a la -Me da igual lo que los demás piensen - contestó
joven hacia el interior del cubículo, y presionó el botón Giovanni encogiéndose de hombros.
para que las puertas se cerraran, dejando a Travis fuera.
- ¿Y los empleados del hotel? - preguntó otra vez la
- ¿Porque hiciste eso? - le reprochó Natalie. joven.
-Porque eres mía - contestó el magnate sujetándole el -Soy el jefe, y puedo hacer lo que se me dé la gana -
rostro y besándola. aseguró el magnate antes de besarla.
Natalie le devolvió el beso con fervor, y permitió que la
sentara sobre su escritorio. Giovanni se posicionó entre
sus piernas y la estrechó fuertemente contra su cuerpo.
-Me vuelves loco de deseo, Natalie - dijo el italiano
liberando sus labios para comenzar a repartir besos a lo
algo de su cuello.
-No te detengas - le pidió la joven comenzando a - ¿Qué tan buena es? - le preguntó Bruno a su hermano,
desabrochar los botones de la camisa de él. moviendo las cejas.
Giovanni le acaricio los senos por encima de la ropa, y -No voy a decírtelo - declaró Giovanni de pie en medio
ella gimió arqueando la espalda. de la oficina.
Bruno Berardi, en ese momento estaba abandonando el -No es justo que solo tú puedas divertirte con las
elevador cuando se encontró con la escena que su empleadas.
hermano y la señorita Miller estaban montando sobre el
escritorio de ella, a la vista de cualquier persona. - ¿Olvidas la vez que te sorprendí en la cama con una de
las mucamas de nuestro hotel en España? - interrogó el
-Lamento interrumpir - dijo Bruno aclarándose la magnate a su hermano menor.
garganta.
-Eso fue hace cinco años - repuso Bruno encogiéndose de
Había ido hasta allí solo porque tenía que ayudar a hombros. - ¿Hace cuánto empezó la tuyo con Natalie?
Giovanni con la lista de invitados que asistirían a la
inauguración del hotel, no pensaba marcharse y regresar -Nuestra relación es reciente - aseguró Giovanni.
después, ya lo había hecho perder mucho tiempo, para él -Entonces sí están en una relación - se burló el menor de
habría sido más sencillo enviarle un email y asunto los italianos.
arreglado, pero su hermano jamás le hacía caso.
-Solo es mi amante - dijo Giovanni, aunque en el fondo
- ¿Qué haces aquí, Bruno? - le preguntó Giovanni a su sentía que era mucho más que eso.
hermano, apartándose de Natalie.
-Si es así, la próxima vez evita involucrarte con ella en la
-Me llamaste ayer porque querías mi ayuda con la lista de oficina, cualquiera podría verlos - le aconsejo Bruno.
invitados - le recordó Bruno encogiéndose de hombros,
luego se dirigió hacia la joven secretaria. - Buenos días,
señorita Miller. -Hay algo que debo pedirte - mencionó Giovanni.

-Buenos días, señor Berardi - contestó la joven sonrojada *******


bajando del escritorio. Al terminar su jornada laboral, Natalie recogió sus cosas
-Hablemos en mi oficina - dijo el mayor de los italianos. y se dirigió hacia el elevador.

Bruno siguió a Giovanni hasta la oficina, y se recostó en -Cara, espera - le ordenó Giovanni saliendo de su oficina.
el sofá de cuero que había allí. La joven presionó el botón para evitar que las puertas del
elevador se cerraran, y esperó a su jefe.
- ¿Pensabas irte sin mí? - cuestionó Giovanni una vez que hacerse cargo del hotel mientras nosotros estamos en
llegó a su lado. Mónaco.
-Creí que ya no querías ir a cenar conmigo - repuso la - ¡Dios! - exclamo la secretaria incrédula. No podía creer
joven. que eso estuviera sucediendo en verdad, Giovanni quería
irse con ella a Mónaco, era un sueño hecho realidad.
-No me lo perdería por nada del mundo - aseguró el
italiano guiñándole un ojo. - ¿Vienes conmigo o qué? - preguntó el italiano.
Salieron del hotel, y se subieron a la limusina que los -Sí, iré contigo - decidió Natalie inclinándose hacia
esperaba. delante para besarlo en los labios.
Giovanni rodeo los hombros de Natalie, y ella recargo su *******
cabeza en el pecho de él.
El restaurante dónde cenaron era muy famoso y selectivo,
-He estado pensando - habló Giovanni una vez que se Giovanni se había mostrado encantador con ella, a pesar
internaron en el tráfico de la ciudad. de que estaban en público.
- ¿En qué? - preguntó la castaña apartándose lo suficiente Al finalizar la velada, la dejó en la puerta de su
para mirarlo a los ojos. apartamento, prometiéndole otra cita como la de esa
noche.
-Luego de la inauguración del hotel, te llevare conmigo a
Mónaco. -Nos vemos mañana, cara - se despidió besándola con
delicadeza en los labios.
Natalie frunció el ceño y se incorporó completamente en
el asiento. Su jefe nunca la había llevado de viajes con él Natalie lo observó subirse a la limusina y perderse a la
¿Qué había cambiado ahora? distancia.
-No creo que sea posible - objetó la joven. Las luces de su piso estaban encendidas, lo que indicaba
que Lexie ya había regresado del trabajo.
- ¿Por qué no? - quiso saber el magnate.
-Al fin llegas - comentó su amiga nada más verla cruzar
-Alguien tiene que encargarse de que el hotel marche la puerta.
bien, en dos semanas se inaugura y ya están todas las
habitaciones reservadas - se justificó Natalie. -Salí a cenar con Giovanni - le informó Natalie dejando
su bolso sobre la mesa para luego sentarse a su lado en el
-Para eso está Bruno - dijo Giovanni encogiéndose de sofá.
hombros. - Hablé con él esta mañana, y está dispuesto a
-Vaya, estás avanzando - se burló la rubia llevándose una
cucharada de helado a la boca.
-Eso creó, me ha invitado a Mónaco.
CAPITULO 17
Lexie se atoró con el helado y comenzó a toser.
Natalie observó su reflejo en el espejo, la imagen
-Creo que vamos por buen camino, ayer me pidió que me mostraba a una mujer sensual y sofisticada, que estaba a
quedara con él - comentó Natalie con una sonrisa años luz de la joven que creció en un orfanato.
deslumbrante. - Se negó a terminar conmigo, dijo que me
necesitaba. En las últimas dos semanas, su vida había sufrido varios
cambios, y el más importante de todos, era la relación en
-Te necesita para follar, para que le prepares café, para secreto que mantenía con su jefe.
que lo libres de sus examantes, para que recibas sus
llamadas... - expuso Lexie con sinceridad. -La mía bella - le susurró Giovanni al oído, logrando que
ella se estremeciera. (Hermosa mía)
Natalie se sonrojó.
-No puedo ir vestida así - repuso Natalie volviéndose
- Tienes que conocer a otros hombres - manifestó la rubia para mirarlo a los ojos. El vestido que estaba luciendo esa
volviendo a comer helado. - Giovanni no es el centro del noche para la inauguración del hotel, era muy costoso y
universo. revelador. Además, no se sentía cómoda cuando
Giovanni le regalaba cosas.
-Yo no quiero a otro hombre, Lexie. Lo quiero a él -
declaró Natalie. El magnate la estrechó entre sus brazos, y le dijo:
La rubia rodó los ojos. -Te ves deliciosa.
-No seas ingenua, Natalie - señaló Lexie. - Lo único que -No te burles - lo regañó la joven.
el italiano quiere de ti es sexo. En cuanto otra mujer capte
su atención, va a dejarte. -No me estoy burlando, cara - Giovanni acarició las
curvas de su secretaria por sobre la seda del vestido. - Si
-Ya lo sé - murmuró Natalie. - ¿Qué hago? fuera por mí, ahora mismo te tendría de rodillas
recibiendo mis embestidas desde atrás - confesó el
-Haz que sufra - le aconsejó la rubia. - Se lo merece. italiano dándole una nalgada en el trasero.
-Yo no quiero lastimarlo. -Giovanni - lo reprendió Natalie acalorada.
Lexie bufo. No había caso, su amiga era una masoquista
que le encantaba que el idiota de su jefe jugara con ella.
El magnate se tomó la libertad de besarla, y cuando -Bruno está bromeando - intervino Giovanni lanzándole
finalmente consiguieron separarse le sonrió de manera una mirada asesina a su hermano. - Lo dice porque
sensual. Natalie es mi acompañante esta noche.
******* -Y fue una excelente decisión - se limitó a decir Stella,
luego se acercó a Natalie y la abrazó. - Estás muy
Para disgusto de ambos, debían mantener las apariencias hermosa, querida.
en público.
-Muchas gracias, señora - respondió la joven
Giovanni apenas la tocaba, aunque se moría por avergonzada.
estrecharla contra su cuerpo, y acariciarle la suave piel
que el vestido dejaba a la vista, no podía hacerlo con -El hotel ha quedado maravilloso, tienes que presentarme
tantas personas pendientes de él. al arquitecto - le dijo Stella a Giovanni.
-Te tendré toda la semana para mí, sin distracciones - Como si hubiese escuchado que lo nombraban, Travis se
comentó el magnate a su lado, cuando consiguieron estar despidió de sus acompañantes con clara intención de
a solas un momento. acercarse a ellos.
-Se suponía que iríamos a Mónaco a trabajar - murmuró -No creó que haga falta esperar - comentó Bruno
Natalie frunciendo el ceño. observando al arquitecto aproximarse.
-Es solo una excusa para que nadie sospeche - repuso -Cada día me impresionas más, Natalie - dijo Travis
Giovanni guiñándole un ojo. centrando toda su atención en la joven secretaria.
Justo en ese preciso momento, Bruno y su madre se les -Gracias, Travis. Tú también te ves muy apuesto.
acercaron.
Giovanni rodeó la cintura de Natalie, un gesto muy
-Cuñadita estás bellísima - comentó el hermano de su posesivo que no pasó desapercibido.
jefe, besando cada una de sus mejillas
-Hiciste un buen trabajo con el hotel, Travis - manifestó
Natalie se sonrojó muchísimo, esas dos semanas había con sinceridad Giovanni.
tenido que soportar los comentarios de éste, respecto a la
relación que mantenía con su hermano. -Gracias, tomo su tiempo, pero ha valido la pena. No hay
plazo que no se cumpla - repuso el arquitecto.
- ¿Cuñadita? - cuestionó Stella en dirección a su hijo
menor. -Felicidades, el trabajo que hiciste fue magnífico -
expresó abiertamente Stella.
-Muchas gracias, señora. Pero debo reconocer que yo Giovanni se reunió con ella en la recepción del hotel.
solo sigo las instrucciones de su hijo, él fue quién planeó Habían muy pocas personas, y no les prestaron atención.
todo esto. Por lo tanto, nadie los vio dirigirse hacia las escaleras.
Natalie sonrió discreta, ciertamente había sido Giovanni -Me moría por besarte - confesó el italiano luego de
quién había decido la estructura, y lo que quería en cada apoderarse de sus labios. - Tu cuerpo me invita a poseerte
lugar. Travis solo se encargaba de llevar a la realidad las - dijo acariciando los excitados pezones de la joven, por
ideas de su jefe. encima de la seda.
El arquitecto continuó charlando con los italianos, y -Giovanni - protestó Natalie cuando la levantó,
acordaron juntarse cuando Giovanni regresara de incitándola a rodearle la cintura con las piernas.
Mónaco.
-Siente cuanto te deseo - rugió el magnate presionando su
Stella aprovechó esa instancia para pedirle a Natalie que erección entre las piernas de ella.
le enseñara el resto del hotel. La joven se sentía incómoda
con la familiaridad que la trataba la madre de su jefe. Natalie buscó la boca del italiano, y lo besó desesperada
mientras éste la acariciaba.
-No es bueno que beba tanto, señora - le aconsejó Natalie
a la mujer, cuando el camarero le rellenó la copa con -No podemos - murmuró ella cuando Giovanni tocó el
champán. borde de su ropa interior.

-Disfrutemos de la velada, querida - declaró Stella Se alejó disgustado por la negativa de la joven. No estaba
ofreciéndole una copa. acostumbrado a que le negaran lo que quería.

Con cautela Natalie aceptó, pero no bebió. Desde el otro -Será mejor que volvamos a la fiesta - comunicó entre
lado de la habitación, Giovanni se encontraba dientes Giovanni.
observándola mientras hablaba con unos socios Natalie estuvo de acuerdo, y lo siguió de regreso al salón.
importantes. Natalie se mordió el labio inferior,
coqueteando con él. Una pareja los interceptó, y Natalie reconoció al padre de
su jefe en compañía de su actual amante, varios años más
El italiano le sonrió a la distancia, y le hizo una seña con joven.
la cabeza incitándola a salir del salón.
-Giovanni - saludó Lorenzo Berardi a su hijo mayor. Su
Natalie asintió y se alejó de Stella en cuanto ésta se acento italiano era muy marcado en comparación con el
descuidó. de sus hijos, que se habían educado en los mejores
internados de Inglaterra.
-Padre, no esperaba verte - respondió Giovanni distante. Se despidió de su madre, y prometió almorzar con ella
cuando estuviera de regreso en la ciudad. Stella insistió
-Queríamos darte una sorpresa - comentó la amante de en que invitara a Natalie, ya que le agradaba mucho la
Lorenzo. compañía de la joven.
- ¿Es que acaso no soy bienvenido en mi hotel? - Giovanni guio a Natalie hasta la suite que tenía en el
cuestionó el italiano ante la actitud indiferente de su hijo hotel, esa noche la pasarían juntos. Y a pesar de las dos
mayor. semanas que llevaban como amantes, cada día Natalie lo
-Mamma está aquí - se limitó a decir Giovanni. sorprendía más. Además, el deseo que sentía por ella no
parecía disminuir, sino que, todo lo contrario, aumentaba.
-Esa víbora - manifestó con hostilidad Lorenzo.
Por otro lado, la joven tenía muchas expectativas con el
-Te he escuchado, Lorenzo - dijo Stella de pie tras su viaje que realizarían, nunca había viajado en avión, ni
exesposo. - Debería darte vergüenza, esta muchacha mucho menos había salido del país.
podría ser tu hija - señaló a la amante.
-Basta - intervino Giovanni. - Si van a discutir, por favor
en privado.
-Culpa a tu madre, siempre es ella quién comienza -
repuso Lorenzo encogiéndose de hombros, luego le dijo a
su amante. - Querida, te haré un recorrido por el hotel.
Stella los observó marcharse, estaba furiosa.
-Debiste decirme que iba a venir tu padre - le reprochó a
su hijo mayor.
-No sabía que vendría - confesó Giovanni.
Natalie estaba acostumbrada a los enfrentamientos entre
Stella y Lorenzo, su intuición le decía que ella aún estaba
enamorada de él.
Avanzada la velada, Giovanni decidió que ya era
momento de marcharse. 
Al medio día debía viajar a Mónaco, y por primera vez
llevaría a Natalie con él.
La joven dejó de acariciarlo y se sostuvo de sus hombros,
cuando la penetró con los dedos.
-Más rápido - le ordenó ella moviendo las caderas.
-Paciencia, señorita Miller - le aconsejó el italiano al
escucharla protestar cuando apartó sus dedos de su
CAPITULO 18 interior.

Giovanni dejó de desabrocharse los botones de la camisa, Le entregó un preservativo y ella se lo puso, tal como él
para prestarle atención a su secretaria que estaba frente a le enseñó. 
él luciendo solo unas bragas de encaje. Giovanni le sostuvo las caderas y entró en ella hasta el
fondo, provocando que gimiera contra su oído.
Natalie le dio la mano para guiarlo hasta la cama, y lo
empujó de modo que quedó sentado en la orilla. *******

La joven se deshizo de su ropa interior y se sentó a -Es una lástima que sea de noche, me habría encantado
horcajadas arriba de él. ver la ciudad - comentó Natalie sentada junto a su jefe, en
la parte trasera de la limusina.
-No es nece... - comenzó a protestar Giovanni, pero ella
lo silenció besándolo suavemente en los labios mientras -Mañana te daré un recorrido - manifestó el italiano
terminaba de desabrochar los botones de la camisa. llevándose una mano de ella a los labios para besarla en
el dorso.
El italiano la estrechó fuertemente contra su cuerpo, de
modo que se pudo dar un festín con los senos de ella. -Gracias, eso sería fabuloso - dijo Natalie sonriendo.

-Giovanni - gimió Natalie al sentir que le mordía uno de Cuando llegaron al hotel, el gerente los estaba esperando.
sus pezones. -Señor Berardi, bienvenido - saludó el hombre al dueño
-Me he pasado toda la maldita inauguración fantaseando del hotel, luego se dirigió a Natalie. - Bienvenida,
con esto. señorita. Esperó que disfruten de su estadía en Mónaco.

Natalie atrevidamente liberó el miembro de su jefe, y lo El gerente los guio hacia el interior del hotel, y Giovanni
acarició con un mano. le dio la mano a Natalie, entrelazando sus dedos con los
de ella.
-Estás jugando con fuego - le advirtió Giovanni a la vez
que deslizaba sus manos entre las piernas de ella para La joven lo observó con el ceño fruncido.
acariciarla.
- ¿Qué crees que van a pensar las personas cuando nos Al día siguiente, tal como el italiano prometió, la llevó a
vean juntos? - cuestionó ella deteniéndose en medio de la conocer la ciudad.
recepción y soltando su mano.
La actitud de él había cambiado radicalmente, ya no era
-Esta semana olvidaremos que eres mi secretaria - expuso el hombre frío y despiadado que solía ser. Trataba a
Giovanni volviendo a darle la mano. - Relájate, e intenta Natalie con delicadeza y era muy paciente.
ignorar a los demás.
-Mis padres se casaron aquí - comentó Giovanni
La pareja siguió al gerente hasta el restaurante del hotel, abrazándola por la cintura.
tenían una mesa reservada con vista al puerto.
Estaban frente a la catedral de San Nicolás, y había
-Con su permiso, señor Berardi - se despidió el hombre muchas personas a su alrededor tomándose fotografías.
asintiendo en dirección a su jefe.
-Debió haber sido una boda muy ostentosa - supuso la
Un camarero se les acercó a servirles champán y a anotar joven.
la orden.
-No, solo estaban ellos y el sacerdote - le explicó el
-Grazie - le dijo Natalie al muchacho cuando éste se magnate. - Huyeron de Milán para casarse, mi madre
dispuso a marcharse. tenía solo diecinueve años cuando se casó con mi padre,
en ese entonces él tenía veintitrés y recién había
- ¿Que otras palabras sabes en italiano, cara? - le comenzado a dirigir los hoteles de la familia.
preguntó Giovanni a la castaña.
- ¿Porque huyeron? - cuestionó Natalie volteando a
-El primer año que comencé a trabajar para ti, tomé un observarlo.
curso de italiano, y ahora lo hablo con fluidez - le explicó
ella. -Mi madre estaba embarazada - dijo él encogiéndose de
hombros.
-Me has engañado todo este tiempo - dijo el magnate
negando con la cabeza, jamás sospechó que su secretaria -Ambos eran muy jóvenes.
hablaba italiano. - Deberé tener más cuidado con usted,
Natalie. -Tal vez por eso no funcionó su matrimonio, mi padre
quería divertirse y mi madre ya sabes cómo es, se dedicó
-No tiene de que preocuparse, todos sus secretos están a a cuidarnos a Bruno y a mí, mientras que mi padre se
salvo conmigo - repuso la joven regalándole una sonrisa divertía con sus amantes en sus viajes de negocios -
que el magnate no dudó en responder. añadió rodando los ojos.
******* -Stella es una gran mujer - aseguró Natalie.
-Un poco loca, pero, en fin. -Siempre te observaba, y me excitaba mucho.
Natalie se rio antes de besarlo en los labios. - ¿En serio?
-Gracias por contarme esto, no sabes cuánto significa -Tienes un trasero estupendo - aseguró él guiñándole un
para mí - expresó Natalie rodeándole el cuello con los ojo.
brazos.
Natalie se rio, pero se calló de inmediato al ver que una
-Más te vale no decirle nada a nadie - amenazó él en tono despampanante morena se acercaba a la mesa.
de broma. - Jamás le había contado a una mujer sobre la
relación de mis padres. -Giovanni, querido - dijo la mujer una vez que llegó junto
a ellos. - ¿Qué haces aquí?
-No le diré nada a nadie - prometió ella antes de que el
italiano la besara.
*******
De la mano entraron a un famoso restaurante, y el maître
los guio hasta una mesa.
-Disfruten su almuerzo - les dijo el hombre en francés, él
idioma que predominaba en Mónaco.
La mesa que les asignaron estaba apartada, ya que los
paparazzi se encontraban fuera del restaurante.
Giovanni sostenía la mano de Natalie por encima de la
mesa, y a la vista de todos parecían una pareja de
enamorados.
-Aun no entiendo como no me fije antes en ti - comentó
Giovanni.
-Tenía los ojos puestos en esas modelos amigas suyas -
repuso Natalie haciendo una mueca.
-Debo confesar algo - declaró el magnate.
- ¿Qué? - preguntó la joven con curiosidad.
creyera en el amor, y que fuera incapaz de
comprometerse en una relación seria.
Natalie se puso de pie, no quería estar allí, se sentía como
CAPITULO 19 una intrusa, siendo que la única intrusa era la modelo.
Giovanni observó a la despampanante morena que alguna -Natalie, vuelve a sentarte - le ordenó el magnate sin
vez fue su prometida. siquiera mirarla.
- ¿Te vas a quedar callado? - preguntó la modelo italiana. -Te veo en el hotel, se me quitó el apetito - declaró la
-No esperaba verte, cara - dijo Giovanni luego de secretaria antes de retirarse.
aclararse la garganta, se había llevado una gran sorpresa -Bien mal educada - comentó Carina observando a
cuando la vio. Natalie caminar hasta la salida del restaurante.
Carina tomó asiento junto a Natalie, sin prestarle la más -No hables así de ella - le advirtió Giovanni claramente
mínima atención a la joven. molesto.
-Han pasado muchos años desde la última vez que nos -No parece tu tipo - repuso la modelo. - Te conozco
vimos - comentó la morena guiñándole un ojo al demasiado bien, a mí no puedes engañarme.
magnate.
-He cambiado, cara. Ya no soy el mismo de antes -
Giovanni bufo. aseguró el italiano.
-Desde la vez que te encontré en la cama con otro sujeto - -Pues yo veo que sigues siendo el mismo, amore mio.
señaló él.
- ¿Qué quieres, Carina? - cuestionó Giovanni.
-Giovanni, amore mio - dijo la modelo haciéndose la
ofendida. -Me encantaría volver a verte, y sé que tú también lo
deseas - manifestó Carina.
-Estábamos comprometidos y me engañaste - le recordó
entre dientes el italiano. -Lo que alguna vez sentí por ti, murió en el momento en
que te encontré en la cama con ese sujeto - declaró el
-Éramos jóvenes, todos cometemos errores - se defendió magnate poniéndose de pie, sobre la mesa dejó dinero
Carina. más que suficiente para pagar por el almuerzo. - Que
Era obvio que esa mujer había sido importante para estés bien, Carina.
Giovanni, quizás ella era la culpable de que su jefe no La modelo lo observó marcharse, estaba mucho más
apuesto que la última vez que lo vio.
Ella y Giovanni se habían amado con locura, y por culpa - ¿Es idea mía o estás celosa? - cuestionó él sujetándole el
de un error lo había perdido, pero no para siempre, iba a rostro.
recuperarlo.
-El único celoso eres tú que no soporta verme con otro
******* hombre - repuso Natalie.
Estaba anochecido y Natalie aun no regresaba al hotel. -Tienes razón, no soporto verte con otro hombre porque
eres mía - declaró Giovanni antes de besarla de manera
Giovanni había enviado a algunos empleados a buscarla, brutal.
estaba muy preocupado, era la primera vez que ella
visitaba Mónaco, y podría estar perdida, o en el peor de -Ningún otro hombre me importa, solo tú - expresó
los casos, podría haberle pasado algo. Natalie contra sus labios.
Eran las nueve de la noche cuando Natalie regresó, y *******
Giovanni para ese entonces estaba desesperado.
Al otro día en la mañana, Natalie se despertó sola en la
- ¿Dónde estabas? - la interrogó en cuanto la vio cruzar la cama, el lugar que Giovanni había ocupado estaba vacío
puerta. y frío, por lo que dedujo que llevaba un buen rato
despierto.
-Conociendo la ciudad - repuso Natalie encogiéndose de
hombros. - ¿Qué tal te fue con tu prometida? Natalie se puso la camisa que el magnate había dejado a
los pies de la cama, y fue en su búsqueda.
-No es mi prometida - aseguró él entre dientes. - Estaba
muy preocupado por ti, Natalie - dijo acercándose a ella, No le costó trabajo encontrarlo, él estaba en el comedor
pero lo esquivó. - ¿Que te ocurre? leyendo el periódico.
-Nada, estoy cansada, iré a darme una ducha - manifestó -Buongiorno, cara - la saludó Giovanni apartando la
ella encaminándose hacia el cuarto de baño. mirada del periódico, para observarla a ella.
El magnate la siguió. -Buongiorno - respondió Natalie el saludo con una
sonrisa.
-Debiste llegar hace horas - le reprochó.
- ¿No vas a darme un beso? - cuestionó el italiano
-Me entretuve - se limitó a decir la joven. alzando una ceja.
Giovanni la atrapó entre sus brazos, y ella intentó La joven no dudo en ir hasta él, y besarlo en los labios.
soltarse, pero le fue imposible.
Giovanni la jaló consiguiendo que se sentara en su
regazo.
- ¿Tienes que trabajar hoy? - preguntó ella al notar que -A ti - contestó la modelo echándole los brazos al cuello
vestía un impecable traje a la medida, que lo hacía lucir y apretándose contra él.
mucho más guapo de lo que ya era.
-Carina - gruñó el italiano intentando alejarla, pero era
-Tengo unos asuntos que atender - dijo él besándola inútil.
suavemente en los labios. - Si quieres puedes unirte a mí
en un rato más, estaré en el piso diez. -Ti amo - dijo la mujer antes de besarlo en los labios.

-Bien, iré arreglarme entonces - declaró Natalie Natalie en ese momento estaba saliendo del elevador
poniéndose de pie. cuando los vio besándose en medio del pasillo.

-No tardes tanto - le advirtió el magnate observándola


alejarse
-No sea impaciente, señor Berardi - le aconsejó ella.
***
Giovanni estaba saliendo del elevador cuando se encontró
a Carina en el pasillo.
-Buongiorno, amore mio - lo saludó la modelo.
-Buongiorno - se limitó en responder el magnate, iba a
pasar junto a ella, pero lo detuvo del brazo.
- ¿Tienes un momento?
Giovanni rodó los ojos, se esperaba cualquier cosa de esa
mujer. Aun no entendía cómo pudo haberse fijado en ella,
había caído tan bajo, era una arpía.
-Tengo una reunión en cinco minutos - manifestó él
soltando un bufido.
La conocía muy bien como para saber que no descansaría
hasta haber conseguido lo que se proponía.
- ¿Qué quieres? - le preguntó Giovanni.
-Lo que nosotros teníamos se acabó, debes superarlo, ya
no me interesas.
-Amore - protestó Carina.
CAPITULO 20
-Que estés bien, y no vuelvas a buscarme - se despidió el
Giovanni le sostuvo el rostro y la besó de manera brutal, magnate antes de echarse a andar en dirección a las
logrando que la modelo gimiera contra sus labios, luego escaleras, tardaría más si esperaba a que llegara el
se apartó bruscamente, dejándola con ganas de más. elevador.
- ¡Dio! - exclamó Carina sin aliento, casi había olvidado Necesitaba hablar con Natalie, y explicarle que el beso
la pasión que compartían. con Carina fue un error, que él solo la deseaba a ella...
El magnate se llevó una mano a la boca para quitarse los *******
restos del beso, y cuando alzó la mirada se encontró con
los ojos grises de Natalie empapados en lágrimas. Las lágrimas se acumulaban en los ojos de Natalie
mientras guardaba sus cosas dentro de la maleta.
-Natalie - le dijo él a su secretaria, pero la joven se dio la
vuelta y regresó al elevador. Regresaría a Nueva York, ese mismo día. Nada la
detendría, ni siquiera Giovanni.
Giovanni se apresuró en ir hacia ella, pero las puertas se
cerraron frente a su rostro. Cuando el magnate entró en la habitación, se encontró a
Natalie haciendo la maleta.
-Giovanni - habló Carina detrás de él, pero el italiano la
ignoró. - Giovanni - insistió esta vez poniendo una mano - ¿A dónde vas? - cuestionó él acercándose.
sobre su hombro.
-Me marcho a Nueva York - respondió la joven sin
-Ese beso jamás debió suceder - repuso entre dientes el mirarlo.
magnate.
-Cara, no puedes irte - repuso Giovanni abrazándola por
- ¿Que estás diciendo? - preguntó la modelo haciéndose atrás.
la ofendida. - Tú y yo nos seguimos deseando, y la forma
en la que me besaste es la evidencia clara de que aún no -No me toques - le ordenó Natalie huyendo de sus brazos.
me olvidas. -Natalie - gruñó el magnate. - El beso que viste en el
Giovanni se volteó a observarla, y se veía realmente pasillo fue un error, no volverá a ocurrir - trató de
enfadado. explicarse.
-Me da igual, lo nuestro se acabó - declaró Natalie *******
armándose dé valor.
Cuando llegó al aeropuerto, Natalie se acercó a comprar
-Lo nuestro aún no se acaba - objetó Giovanni tomándola un pasaje de regreso a Nueva York, pero le dijeron que
por la cintura. no había vuelos hasta el día siguiente.
Natalie le dio una cachetada y el italiano hizo una mueca. Sin embargo, por orden del magnate Giovanni Berardi, su
jet privado estaba en medio de la pista de despegue, listo
-No quiero volver a verte, Giovanni - manifestó la joven para llevarla dónde quisiera
apartándose. Las lágrimas comenzaron a caer por su
rostro, y el magnate alargó una mano para secarlas, pero Natalie había dudado en un comienzo, pero finalmente
ella no se lo permitió. aceptó.
-Natalie, amore. No te vayas - dijo el italiano con un Quería llegar cuanto antes a su piso, y jamás volver a
nudo en la garganta. - Lo que ocurrió en el pasillo con salir de allí.
Carina no volverá a suceder, lo juro, por favor no te
vayas. Tenía el corazón destrozado.

-No voy a continuar haciendo el papel de tonta, Giovanni. *******


Ya lo hice durante muchos años al esperar que te fijaras Natalie había llorado durante todo el viaje de regreso a
en mí - expresó Natalie dándole la espalda para cerrar la Nueva York.
maleta.
Y cuando llegó a su piso, un ruido proveniente del cuarto
-Volveré contigo a Nueva York - decidió Giovanni de baño, la alertó.
apretando los puños al costado, se moría por estrecharla
entre sus brazos y no dejarla ir nunca. Era casi media noche, y se encontró a Lexie vomitando
en el retrete.
-No quiero que vengas conmigo, me iré sola - anunció la
secretaria. - ¿Estás bien? - preguntó Natalie preocupada.

-Me niego a dejarte ir - gruñó entre dientes el magnate. Su amiga iba a responder, pero una nueva ronda de
arcadas se lo impidió.
-Tendrás que hacerlo - repuso Natalie tomando la maleta
para luego dirigirse hacia la puerta. Natalie la auxilió, al igual que en muchas otras ocasiones.
Seguramente había bebido más de la cuenta, su amiga no
-Cara, no te vayas - le suplicó, pero fue inútil, Natalie tenía límites.
abandonó la habitación sin mirar atrás.
-Lo siento - se disculpó Alexa luego de cepillarse los - ¿Cuándo pensabas decírmelo? - le reprochó Natalie.
dientes.
-Me hice la prueba casera esta mañana, ni siquiera estoy
- ¿Te fuiste de fiesta? - preguntó Natalie saliendo del segura... - murmuró la rubia sonrojándose.
cuarto de baño, con su amiga siguiéndola hasta la sala.
- ¿Ya fuiste al médico?
-Tuve que quedarme en el trabajo hasta más tarde -
contestó la rubia rodando los ojos. - Regresaste pronto Alexa negó con la cabeza.
¿Qué tal Mónaco? - preguntó al observar la maleta de su - ¿Quién es el padre? - preguntó Natalie ahora más
amiga junto a la puerta. preocupada por su amiga, que por su corazón roto.
-Termine con Giovanni - se limitó en responder Natalie -Lo conocí la noche que fuimos al club, nunca lo había
apartando la mirada. visto. ¡Ni siquiera sé cómo se llama! - exclamó la rubia
- ¡Oh, cariño! - exclamó Lexie abrazándola. horrorizada.

-Lo sorprendí besando a otra mujer - confesó Natalie - ¡Por dios, Lexie!
rompiendo en llanto.
-Es un idiota, no vale la pena - la rubia trató de
consolarla.
-Lo amo - protestó Natalie.
-Debiste alejarte cuando te lo advertí.
-Para ti es fácil, nunca te has enamorado - sollozó la
castaña.
-No es tan fácil, Nat - repuso Alexa distanciándose. -
Estoy embarazada - anunció con una mueca.
Natalie abrió los ojos sorprendida, no daba crédito a lo
que había escuchado.
«¿Lexie embarazada?» se cuestionó mentalmente. Se
suponía que su amiga tenía experiencia, además tomaba
la píldora.
-Giovanni - dijo Carina a su lado.
- ¿Qué quieres? - cuestionó él entre dientes.
-Lo siento - se disculpó ella.
CAPITULO 21 El italiano apartó la mirada de las cartas para fijarla en la
modelo.
Giovanni aún no terminaba de creer que había roto todas
las reglas que se había impuso así mismo. -Natalie se fue por tu culpa ¿No era eso lo que querías?
Ninguna mujer desde que terminó su relación con Carina La morena rodó los ojos, y tomó asiento junto a él.
lo había afectado como Natalie lo hacía.
-Siempre vas a culparme por arruinar tu vida, lo sé -
Su secretaria se había convertido en la mayor tentación de manifestó Carina. - Tú querías casarte y tener hijos, yo no
todas, la deseaba como nunca había deseado a alguien, y estaba preparada para eso.
eso lo preocupaba.
-Debiste decírmelo, te habría esperado - repuso Giovanni.
Se suponía que ese viaje era para saciar el deseo que
sentía por Natalie, pero todo se había ido a la mierda. -Ni siquiera ahora estoy preparada para tener hijos,
Giovanni. Te habrías aburrido de tanto esperarme, la
Ella no quería saber nada de él, y había regresado sola a paciencia no es tu fuerte.
Nueva York.
-Te amaba - gruñó él.
Se suponía que debía alegrarse por eso, la relación había
acabado, así también las complicaciones en el trabajo. -Y yo a ti, pero nos hice un favor a los dos cuando me
metí en la cama con ese sujeto... ya ni recuerdo su
Sin embargo, Giovanni no podía evitar pensar en Natalie, nombre - dijo la modelo encogiéndose de hombros.
y en los sentimientos que había comenzado a albergar por
ella. -Tremendo favor que me hiciste - se mofó Giovanni. -
Ahora realmente me doy cuenta de que no eras la
- ¿Más champán, señor Berardi? - le preguntó uno de los indicada.
camareros.
- ¿Natalie lo es? - cuestionó Carina.
El magnate asintió sin apartar la mirada de las cartas de
póker, llevaba horas en el casino de su hotel apostando -No lo sé aún - confesó el magnate con una mueca. - Y
dinero, aun así, no tenía planeado quedarse hasta tan aunque lo fuera, no va a perdonarme tan fácil.
tarde, al día siguiente tenía una reunión con el -Puedo hablar con ella si quieres - ofreció la modelo.
departamento de contabilidad del hotel.
-No seas ridícula, lo solucionaré yo mismo - declaró - ¿Qué ocurrió en Mónaco? - le preguntó Bruno. -
Giovanni. ¿Dónde está mi hermano?
******* -El señor Berardi...
Natalie acompañó a su amiga al médico, y éste les - ¡Joder, Natalie! - exclamó Bruno. - Deja las
confirmó que Alexa estaba embarazada de tres semanas y formalidades, sé perfectamente el tipo de relación que
medias. tienes con mi hermano.
- ¿Qué voy a hacer, Natalie? - le preguntó la rubia -Ya no hay ninguna relación - confesó la joven
llorando cuando salieron de la consulta. - Ni siquiera sonrojándose.
puedo cuidarme a mí misma, ¿Cómo diablos se supone
que me haré cargo de un bebé? - ¿Giovanni terminó contigo? - cuestionó el italiano
frunciendo el ceño. Esa mañana había hablado con su
-Siempre juntas ¿Recuerdas, Lexie? -dijo Natalie hermano, y él no le contó absolutamente nada.
limpiándole las lágrimas. - Te ayudaré en todo lo que
necesites, un bebé es una bendición. -Más bien, yo terminé con él - le explicó Natalie.

-Pero no quiero tenerlo - sollozó Lexie. - Voy a ser una - ¿En serio? - preguntó Bruno incrédulo. Se notaba
pésima madre. mucho que ella estaba enamorada de Giovanni, solo un
tonto no se daría cuenta, o sea su hermano.
-Eso no es cierto, desde que éramos niñas me has
protegido, serás la mejor mamá que este bebé pueda tener -Lo sorprendí besando a otra mujer...
- declaró Natalie con convicción, mientras ponía una -Vaya - se limitó en decir Bruno. - ¿Y para que querías
mano en el aún vientre plano de su amiga. hablar conmigo?
******* -He traído mi carta de renuncia. Ya no quiero seguir
-Señor Berardi necesito hablar con usted - le dijo Natalie trabajando para su hermano...
a Bruno nada más verlo salir del elevador. *******
-Natalie, que sorpresa - manifestó Bruno al ver a la La semana en Mónaco había sido eterna para Giovanni,
secretaria de su hermano. Se suponía que ella estaba de no había tenido ninguna noticia de Natalie.
viaje con Giovanni ¿Que hacía en su oficina?
Sin embargo, una vez en Nueva York, se concilio con la
El italiano le indicó que lo siguiera y que tomara asiento perspectiva de verla en la oficina e intentar solucionar las
frente al escritorio. cosas.
El lunes por la mañana, tomó el elevador hasta su oficina,
y cuando miró en dirección al escritorio de su secretaria,
tenía la esperanza de encontrar a Natalie trabajando, pero
lo que encontró fue algo muy distinto.
- ¿Dónde está, Natalie? - le preguntó a la mujer de edad CAPITULO 22
avanzada, que estaba ocupando el puesto que le
correspondía a su secretaria. Giovanni llamó una y otra vez a la puerta del piso dónde
vivía Natalie. 
-Buenos días, señor Berardi - lo saludó la mujer Necesitaba hablar con ella, y solucionar las cosas, no iba
amablemente. - La señorita Miller renunció el jueves - le a permitir que lo dejara, ni mucho menos que se fuera con
informó. Travis.
Giovanni no dijo nada, se dirigió a su despachó y marcó La puerta se abrió de repente, y apareció una rubia.
el número de Bruno. Su hermano era la única persona a
parte de él, que tenía permitido despedir al personal. «Ella era la tal Lexie, la compañera de piso de Natalie»,
pensó el italiano.
- ¿Qué hiciste? ¿Dónde está Natalie? - ladró Giovanni.
- ¿Se encuentra Natalie? - le preguntó Giovanni a la rubia
-Hola hermano - saludó con sarcasmo Bruno del otro lado cuando ésta se le quedó viendo con una ceja alzada.
del teléfono. - ¿Cómo estuvo tu viaje?
-Natalie no está - respondió ella cruzándose de brazos.
-Responde Bruno ¿Qué hiciste con Natalie? - gruñó el
mayor de los italianos, perdiendo el control de sí mismo. - ¿Regresara pronto? - preguntó el magnate frunciendo el
ceño ante la actitud de la rubia. ¿Es que acaso ella no
-Le firmé la carta de renuncia, al parecer Travis va a sabía quién era él?
contratarla como su secretaria...
-No creo que regrese hasta mañana, salió con un amigo -
Giovanni no quiso seguir escuchando. Cortó la llamada, y expuso Alexa solo para darle celos.
en un ataque de ira, botó todo lo que estaba sobre su
escritorio. - ¿Con que amigo? - cuestionó Giovanni entre dientes.

Todo era culpa suya, Natalie se había ido con Travis, por -El arquitecto, Trevor... Taylor... La verdad es que no
su culpa. recuerdo su nombre - mintió la rubia con facilidad.

Se llevó las manos a la cabeza, desesperado, no sabía qué El italiano maldijo entre dientes, Natalie en cuanto
hacer. terminó con él no dudo en lanzarse a los brazos del
arquitecto, le parecía insólito.
-Por favor dile que vine a buscarla - dijo Giovanni dando -Bruno me contó que contrataste a Natalie como tu
la vuelta con intención de marcharse. secretaria - manifestó Giovanni, le señaló la silla frente a
su escritorio para que tomara asiento.
-No vuelva a buscar a Natalie, señor Berardi - le advirtió
la rubia. El arquitecto alzó una ceja en dirección al italiano. No
podía creerlo, realmente estaba sufriendo por Natalie.
- ¿Disculpa? - cuestionó el magnate deteniéndose de
manera abrupta. -Le ofrecí el puesto y ella aceptó - contestó Travis
encogiéndose de hombros.
-No vuelva a buscar a Natalie - repitió Lexie.
- ¿Ya comenzó a trabajar? - preguntó Giovanni entre
Giovanni se voltio y dijo: dientes. Estaba claramente enfadado, llevaba mucho
-Natalie y yo tenemos un asunto pendiente que debemos tiempo queriendo golpear al arquitecto, y no quería ceder
resolver. Dile que conteste mis llamadas o de lo contrario justo ahora.
vendré a buscarla y no me iré hasta hablar con ella... -Aún no, le di un par de semanas libres, desde que
******* comenzó a trabajar para ti que no se tomaba vacaciones -
expuso el arquitecto.
Esa semana había sido un completo infierno para el
italiano, cada día llegaba a la oficina esperando encontrar -Que generoso - se mofó Giovanni.
a Natalie allí, pero ella no estaba, era como si la tierra se - ¿Para qué me llamaste? - preguntó Travis.
la hubiera tragado.
-Estoy buscando a Natalie, y no la encuentro, pensé que
Había luchado consigo mismo para no ir tras ella, pero al menos tú podrías decirme dónde encontrarla.
perdió. Lo quería todo con Natalie, su vida no tenía
sentido sin ella a su lado. -Si ella no quiere verte es por algo - repuso el arquitecto.
-El señor Castle ya está aquí - anunció su nueva secretaria - ¿Te contó lo que sucedió? - cuestionó el italiano
a través del comunicador. incrédulo.
-Hazlo pasar - ordenó el italiano. -Me dijo que te vio besando a otra mujer ¿Es cierto?
Dos minutos después el arquitecto cruzó la puerta. -Sí, pero fue un error.
- ¿Querías hablar conmigo? - cuestionó Travis. -Eres un imbécil - se carcajeó Travis.
-Aun así, Natalie me prefiere a mí - presumió Giovanni
consiguiendo que el arquitecto dejara de reírse.
- ¿La buscaste en su piso? - preguntó Travis ahora serio. -Natalie me alegra mucho verte - comentó Bruno Berardi
cuando se acercó a saludar. - Travis que bueno que
-Cientos de veces, pero su amiga la rubia se niega a viniste.
decirme dónde encontrarla.
-No me perdería esta fiesta por nada del mundo - aseguró
-Entonces date por vencido, Natalie no quiere que la el arquitecto.
encuentres - manifestó el arquitecto.
-Giovanni mira quién acaba de llegar - le habló el italiano
******* más joven a su hermano que se encontraba a pocos
En las últimas semanas Natalie había ayudado a Nora en metros de distancia, en compañía de Carina.
el orfanato, y según Lexie, Giovanni iba casi a diario a La pareja del italiano se volteó y observó a los recién
buscarla a su piso. llegados, Carina le dio el brazo a Giovanni y lo arrastró
Desde que lo conocía, esta era la primera vez que su hasta dónde se encontraba Natalie con Travis y Bruno.
exjefe insistía tanto en buscar a una mujer. Natalie se -Natalie - asintió Giovanni en dirección a su exsecretaria.
repetía una y otra vez, que solo era porque ella fue quién - Travis - saludó al arquitecto.
lo dejó, y no al revés. Había dañado su orgullo al
abandonarlo en Mónaco y luego al renunciar. -Señor Berardi - dijo la castaña.
-Buenas noches, señorita Miller - la saludó el portero del -Ciao Natalie - saludó la modelo con una sonrisa de
hotel. - Señor Castle - saludó al arquitecto que superioridad.
acompañaba esa noche a la castaña.
Natalie apenas la miró, no podía apartar la mirada de los
Ambos saludaron al portero, y luego se dirigieron al salón ojos azules de su exjefe, y él tampoco dejó de mirarla.
en dónde se celebraría la fiesta.
-Con su permiso, tengo que presentarle a Natalie unas
Bruno los había invitado a ambos, aunque Natalie creía cuantas personas - dijo Travis rodeando la cintura de
que todo era obra de su hermano. Lo conocía muy bien Natalie antes de guiarla lejos de los italianos.
como para saber que algo estaba planeando.
-Vaya, se las trae tu querida Natalie - manifestó Carina
No habría asistido a esa fiesta de no ser por Lexie. observando a Travis Castle con interés.
«Ve a esa fiesta y finge que todo está bien, pero ignora a -No debiste haber venido - repuso Giovanni liberándose
Giovanni, la indiferencia a veces es el mejor aliado» del agarre de su ex. - ¿Porque la invitaste? - le preguntó a
Natalie rodó los ojos al recordar las palabras de su amiga, su hermano.
Giovanni no iba a darse por vencido, odiaba perder.
-Ella fue a mi oficina y me pidió que la invitara -
respondió Bruno encogiéndose de hombros.
-Detesto cuando hablan como sí yo no estuviera presente
- se quejó la modelo. - Si vine a esta fiesta fue para CAPITULO 23
ayudarte, hablaré con Natalie. Natalie estaba retocando su maquillaje cuando vio a
-Te quiero lejos de ella - le advirtió Giovanni. - Y deja de Carina a través del espejo.
fingir que somos pareja. -Aun no entiendo qué es lo que Giovanni vio en ti -
-No seas exagerado - se mofó la morena. expuso la modelo recorriendo a Natalie con la mirada.

-A ustedes es imposible entenderlos - repuso Bruno. -Yo podría decir lo mismo respecto a usted - replicó la
castaña guardando el maquillaje dentro de su bolso de
-A mí no tienen que entenderme, tienen que follarme - mano.
expuso Carina guiándole un ojo al menor de los italianos.
-Lo creas o no, vengo en paz - anunció Carina alzando las
manos.
Natalie rodó los ojos, durante años había lidiado con las
ex de Giovanni, todas eran unas arpías.
-El beso que viste en Mónaco fue mi culpa, yo lo besé -
explicó la modelo.
-Pero él lo respondió - repuso Natalie. - Si no hubiera
querido besarte, se habría apartado antes.
-Giovanni está realmente arrepentido - aseguró Carina. -
Habla con él, no pierdes nada con intentarlo.
-Lo pensaré - prometió Natalie pasando junto a ella.
Carina la detuvo del brazo.
-Deberías considerarte muy afortunada, tienes al
mujeriego más arrogante y engreído, rendido a tus pies.
Te diré una cosa, cara. Giovanni no te esperara por
mucho tiempo, lo conozco, así que toma luego una -Hay muchas personas aquí - manifestó la castaña.
decisión.
-Podríamos subir a mi suite - ofreció el italiano.
*******
-No - negó inmediatamente Natalie, si subían a la suite
-Me las vas a pagar, Bruno - le advirtió Giovanni a su estaba perdida, de allí no saldría sin acostarse con él27
hermano. - Por tu culpa he tenido que soportar toda la
noche a Carina. - ¿Mi oficina? - preguntó Giovanni.

El menor de los italianos se carcajeó. -Es preferible que sea en otro momento - objetó la joven.

-No es gracioso - gruñó Giovanni. -Por favor, Natalie. Estoy perdiendo la cabeza, habla
conmigo, te necesito.
-Si lo es - aseguró Bruno. - No puedo creer que Natalie te
tenga tan mal, hermanito. Debe ser buena en la cama, de Natalie abrió la boca para decir algo, pero no le salían las
lo contrario... ¿Porque mierda me golpeas? - cuestionó al palabras.
sentir el codo de su hermano chocar fuerte y -Sé que tú también me extrañas, cara. Lo que tenemos es
discretamente contra sus costillas. especial, tú eres especial.
-Te he dicho cientos de veces que no hables de ella de esa -Giovanni este no es el momento - repuso ella en voz
manera - le recordó Giovanni. baja, estaban en un salón repleto de personas, cualquiera
-Eres un amargado - se quejó Bruno. - Te he estado podría oírlos.
ayudando y ni me lo agradeces. -Por supuesto que este es el momento, amore mio -
-Gracias - dijo el mayor de los italianos logrando que su aseguró Giovanni dándole la mano. - Te he estado
hermano rodara los ojos. buscando durante semanas, y esta maldita fiesta la planee
solo para verte.
En ese momento Natalie apareció en el campo de visión
de Giovanni, y él no dudo ni un segundo en caminar -Bien, hablemos - dijo Natalie derrotada.
hacia ella. Giovanni sostuvo su mano mientras la conducía entre los
-Tenemos que hablar - expuso el magnate una vez que invitados. Se sentía increíble volver a tocar su piel, era
estuvo frente a su exsecretaria. tan suave.

-No creo que sea el momento - replicó Natalie tratando de - ¿Entonces? - cuestionó la castaña soltando su mano
esquivarlo, pero él sostuvo su brazo para evitarlo. cuando llegaron a las escaleras, era el único lugar cerca
que estaba inhabilitado. Los recuerdos de la última vez
-Definitivamente es el momento - aseguró Giovanni. que estuvieron allí invadieron su mente.
-Lo siento, Natalie - se disculpó Giovanni sonando - ¿Ya no habrá más mujeres? - cuestionó Natalie.
desesperado. - Lo siento por todo, nunca quise lastimarte.
-Solo tú, amore mio - prometió él sosteniendo su rostro.
-Eso ya no importa - repuso la joven luchando por
contener las lágrimas. Estaba completamente enamorada Natalie le echó los brazos al cuello y Giovanni bajó la
de él, y tenía la vaga esperanza de que Giovanni lo cabeza para besarla.
estuviera de ella. Se transmitieron todo el amor que sentían en ese beso.
-Por supuesto que importa, amore mio - dijo Giovanni - ¿El beso significa que ya me perdonaste? - preguntó
rompiendo la distancia que los separaba. - Te hice daño, y Giovanni cuando consiguieron separarse para tomar aire.
jamás podré perdonarme por eso.
-No del todo - expuso la castaña.
Las lágrimas se desbordaron por los ojos de la joven.
El magnate entre cerró los ojos.
-Todo este tiempo estuve ciego, y cuando por fin me di
cuenta de lo que sentía por ti, tú ya no estabas. - ¿Qué tengo que hacer para que me perdones?

-Yo te amé desde el primer día en que te vi - sollozó -Pídele disculpas a Travis - señaló la joven.
Natalie. -No, otra cosa - replicó Giovanni.
-Perdóname, cara. Tardé mucho tiempo en darme cuenta Natalie se dio la vuelta dispuesta a marcharse, y tuvo que
de que me había enamorado de ti, quería huir de lo que detenerla.
sentía, pero me resultó imposible. Sin ti mi vida es
infierno, ti amo - declaró el magnate atrayéndola hacia su -Bien, le pediré disculpa a Travis - aceptó entre dientes. -
cuerpo para luego abrazarla. ¿Qué otra cosa quieres que haga?
Natalie enterró su rostro en el musculoso pecho de su -Mmm... Por el momento no se me ocurre nada más - dijo
exjefe, y lloró. Natalie acercando sus labios a los de él para besarlo.
- ¿Me perdonas, amore mio? - preguntó el italiano -Si se te ocurre otra cosa, que sea antes de la boda -
besando su cabello mientras la consolaba. manifestó el italiano estrechándola contra su cuerpo.
La joven se apartó un poco de él para observarlo a los - ¿Que boda? - preguntó Natalie frunciendo el ceño.
ojos.
-La nuestra - aseguró él. - Ni creas que te dejaré en paz,
- ¿De verdad me amas? no vas a librarte de mí tan fácilmente.
-Más que a nada en el mundo - aseguró Giovanni.
-Aunque tenga que apartar a todas las zorras de tu
camino, no vas a librarte de mí - declaró Natalie.
-Te amo, Natalie - expresó Giovanni dándole un beso
rápido. - ¿Te quieres casar conmigo?
-Sí - respondió inmediatamente ella antes de volver a
juntar sus labios con los de él. EPILOGO
-Mierda, Natalie - protestó Lexie la mañana siguiente
cuando vio a Giovanni desayunando junto a su amiga. -
¿Qué hace él aquí?
-Giovanni y yo vamos a casarnos - anunció la castaña
sonriendo ampliamente a su futuro esposo.
- ¡Estás de broma! - exclamó la escultural rubia. No podía
creer que después de todo, igual terminó perdonando al
italiano.
-Giovanni y yo nos amamos - le explicó Natalie como si
estuviera hablando con una niña pequeña.
- ¡Este sujeto es un maldito! - se quejó Lexie.
-Estoy aquí - le recordó Giovanni, la rubia lo observó con
ojos asesinos.
-Cállate, no estoy hablando contigo.
-Hey, basta - intervino Natalie. - No hagas un escándalo,
Lexie - le advirtió a su amiga.
-Un escándalo fue el que tú armaste cuando éste te
engañó en Mónaco - señaló la rubia.
-Eso ya es cosa del pasado - aseguró Giovanni. - Amo a
Natalie más que a nada, por favor acéptalo. Sé que ella es
importante para ti, y también lo es para mí, deja que la El magnate se dio la vuelta, para observar a la dueña de la
haga feliz. voz. Inmediatamente la reconoció como la mujer que
salía en las fotografías que Natalie tenía en su piso.
Lexie rodó los ojos.
-Estoy buscando a Natalie - respondió Giovanni. - La
-Luego no te quejes - le advirtió a su amiga. llevaré a cenar...
Natalie le sonrió y se puso de pie para abrazarla. -La felicidad de Natalie, depende de usted, señor Berardi
-Eres la mejor amiga-hermana del mundo, Lexie. Te - le aseguro la mujer. Lo había reconocido por las
quiero... fotografías que se publicaron de él y Natalie cuando
estaban en Mónaco.
*******
-Estoy loco por ella - admitió Giovanni en voz alta.
Ese mismo día en la tarde, Natalie observó a su amiga
cargar a un bebé, y no pudo evitar sonreír ante la escena. -Realmente espero que no vuelva hacerle daño, o se las
verá conmigo - le advirtió Nora.
-Se ha cagado, no es justo, Nat - protestó la rubia
haciendo una mueca de asco, y el bebé en sus brazos le -La rubia ya me amenazó - comentó el magnate
sonrió. - Lo ha hecho a propósito, prefiero cuidar a los encogiéndose de hombros.
niños grandes - añadió señalando a un par de niños que Al alzar la mirada se encontró con Natalie.
gritaban y corrían por toda la habitación.
-Ya estás aquí - dijo la joven caminando directamente
Nora y Natalie se rieron. hacia él.
-Debes aprender a cambiar pañales - le aconsejó Nora, -No quería esperar hasta más tarde para verte - admitió
ella era como una madre para las dos jóvenes. Giovanni envolviéndola entre sus brazos.
-Primera y última vez que lo hago - manifestó la rubia *******
observando al bebé agitar las manos y sonreír.
-Natalie y yo vamos a casarnos - anunció el magnate a su
Nora se marchó, dejando a ambas mujeres a cargo de los familia.
niños. Confiaba plenamente en ellas.
- ¡Que alegría! - exclamó Stella aplaudiendo. Esa era la
Iba camino a su oficina, cuando se encontró con un mejor noticia que le habían dado, finalmente uno de sus
hombre observando el mural de la entrada. hijos se casaría.
-Buenos días, señor ¿En qué puedo ayudarlo? - preguntó -Felicidades - dijo Lorenzo Berardi a su hijo mayor y a
una voz tras Giovanni. Natalie.
-Al fin te decidiste, hermanito - se burló Bruno. - Lo Giovanni observó a su bella esposa embarazada, su
tenías sufriendo, Natalie - le dijo a su cuñada. corazón se aceleraba cada vez que la veía.
-Se lo merecía - reconoció la castaña. Nunca pensó que su vida daría un giro tan inesperado, se
había enamorado de su secretaria, y ahora era el hombre
-Completamente de acuerdo - la apoyó Stella. - Si Natalie más feliz en la tierra.
no te atrapa, ninguna otra mujer lo hubiera conseguido.
Natalie había conseguido que se olvidara de todas las
-Menos mal que fue Natalie - repuso Giovanni sonriendo reglas que se impuso a sí mismo, cada día que pasaba la
a su exsecretaria. amaba más, ella lo había convertido en mejor persona.
-Tu madre siempre exagera todo - dijo Lorenzo soltando - ¿En qué piensas? - le preguntó Natalie al sorprenderlo
un bufido. mirándola.
-No estoy exagerando - se quejó Stella. -En que te amo y en lo feliz que soy contigo - respondió
-Aquí vamos de nuevo - murmuró Bruno rodando los Giovanni rodeándola con sus brazos.
ojos. -Yo también soy muy feliz contigo, te amo - dijo Natalie
-La boda será en dos semanas - anunció Giovanni sonriendo, tomó las manos de su esposo y las puso sobre
logrando detener la discusión de sus padres. su vientre.

-Perfecto, tenemos tiempo suficiente para planearla, -Se ha movido - declaró Giovanni emocionado.
¿Verdad querida? - le preguntó la mujer italiana a -Al parecer será igual de celoso que su padre, cada vez
Natalie, ella asintió con cierto temor, conocía lo que me tocas se mueve - repuso Natalie inclinándose para
extravagante que era su suegra, lo más probable era que besarlo. El bebé se movió otra vez, y Giovanni gruñó
invitara a cientos de personas. contra los labios de su esposa.
-La boda la planearemos Natalie y yo - declaró Giovanni
mirando fijamente a su madre. - No quiero pensar en las
cosas que se te hubieran ocurrido, después de seis
bodas...
FIN…
Bruno y su padre se rieron de Stella.
*******
Meses después...

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