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CAPITULO 1 El hombre la guio hasta un lugar apartado, para a

continuación presionarle la espalda contra la pared, y


Lexie se había esmerado mucho para conseguir una levantarle el vestido.
imagen sexy. El vestido rojo que llevaba se amoldaba
perfectamente a sus curvas, resaltando aún más sus Las lágrimas para ese entonces rodaban por el rostro de la
grandes senos. rubia, ese infeliz iba a violarla.
Cerró los ojos para evitar verle el rostro a su atacante, no
A pesar de los altos tacones, se movía al ritmo de la quería tener ese amargo recuerdo, suficiente tenía con
música, atrayendo la mirada de varios hombres. sentir sus repulsivas manos recorrer su cuerpo.
En determinado momento de la noche, sintió unas ásperas - ¿Qué diablos te pasa? - cuestionó su atacante cuando
manos posarse sobre su cintura. fue bruscamente apartado de ella.
-Hola muñeca - saludó una voz ronca contra su oído. -Déjala en paz - ordenó la exótica voz de un hombre.
El cuerpo de la rubia se tensó al sentir una erección -Lo estamos pasando bien ¿Cierto muñeca?
contra su trasero. Las manos que antes estaban en su
cintura vagaron por su cuerpo. Alexa vagamente sintió el olor a alcohol invadir sus fosas
nasales, cuando su atacante comenzó a repartir besos por
Lexie luchó por soltarse, pero su acompañante se lo la base de su cuello.
impidió sujetándole las manos en la espalda.
Nuevamente el otro hombre se lo quitó de encima, y
-Ni se te ocurra gritar, puta - le advirtió antes de cubrirle Alexa abrió los ojos justo en el momento en que su
la boca con su mano libre. asaltante recibía un golpe en la mandíbula.
Las lágrimas comenzaron a agruparse en los ojos de la Maximus parecía estar poseído por una furia
joven, que constantemente se removía en busca de su incontrolable, no podía dejar de golpear al borracho
libertad. Sin embargo, el otro sujeto era mucho más infeliz que intento propasarse con la indefensa mujer que
fuerte que ella. ahora tenía en frente.
Buscó entre las personas que bailaban, a Natalie o alguno - ¿Estás bien? - le preguntó el griego acercándose con
de sus amigos, pero no había nadie que cautela
conociera cerca, y las personas que estaban a su alrededor Lexie asintió y desvío la mirada hacia el hombre que se
no parecían prestarle atención. retorcía de dolor en el suelo.
Con atrevimiento lo pateó en las costillas.
-Puto infeliz - gruñó la rubia al escucharlo quejarse. -Puedo pagar mi propio trago - murmuró Lexie con
enfado.
-No merece la pena - comentó Maximus a su lado
intentando apartarla. El griego le guiñó un ojo, haciéndola enfadar aún más.
- ¡Me intentó violar! - chilló la mujer horrorizada. -Si crees que por ser mujer no puedo pagar mi trago, estás
muy equivocado.
El griego la observó arreglarse el vestido y el cabello,
para luego pasar por su lado con indiferencia. -Yo no he dicho lo contrario - manifestó Maximus
encogiéndose de hombros con calma.
- ¿No me vas a agradecer? - cuestionó Maximus
siguiéndola. Lexie se llevó el vaso a los labios, en el fondo se sintió
aliviada, necesitaba beber algo fuerte para quitarse el
Lexie se detuvo y se volteó hacia él. susto que se había llevado.
-Gracias - se limitó a responderle, para a continuación El griego recorrió con la mirada el cuerpo de la rubia,
seguir caminando. antes apenas había sido consciente de lo guapa y sexy que
Maximus fue tras ella. era. Se había enfadado mucho al descubrir lo que el otro
sujeto planeaba hacerle. De tan sólo pensar en eso, se
La rubia buscó entre las personas a su amiga, habían ido molestaba.
juntas, por ende, no podía irse y dejarla.
-No me mires así - le ordenó Lexie a su acompañante.
- ¿A quién buscas? - preguntó el griego mirando a su
alrededor, era muy alto y podía ver por encima de las - ¿Así como? - cuestionó el hombre.
cabezas. -Como si fuera una cualquiera - respondió Lexie con tono
-Que te importa - gruñó Lexie. repulsivo.

- ¿Es así como me agradeces? - preguntó Maximus -No pareces una cualquier - reflexionó Maximus en voz
alzando una ceja de manera arrogante. alta.

-Ya te di las gracias - replicó la mujer dirigiéndose ahora - ¿Entonces qué parezco? - preguntó está vez la mujer,
hacia la barra para esperar a Natalie, que creía estaba en recorriendo con el dedo índice el borde el vaso.
el baño. Ese gesto tan simple, le resultó muy excitante y seductor
-Un trago para la señorita - le dijo Maximus al hombre al griego.
que atendía.
-Pareces una diosa - contestó honestamente Maximus. Y Lexie podía sentir el calor que le transmitía el hombre de
para sí mismo se dijo que ni siquiera Afrodita era tan la voz exótica, como había decidido nombrarlo. Cada vez
bella en comparación con la rubia que tenía a su lado. que lo oía hablar, su cuerpo vibraba.
-Seguro le dices a todas lo mismo - repuso Lexie rodando Sus rostros mientras bailaban se fueron acercando, hasta
los ojos. que la distancia fue prácticamente nula.
Maximus se carcajeó. Su antigua amante se quejaba de Maximus unió sus labios a los de la sexy mujer que tenía
que no le decía palabras tiernas, y ahora que es en sus brazos, ella le respondió de inmediato, y se apretó
completamente honesto con una desconocida, lo contra él, consiguiendo que soltara un jadeo al sentir las
desprecia sin motivo alguno. suaves curvas amoldarse a su musculoso cuerpo.
Lexie volteo la cabeza para buscar a su amiga entre la Lexie recorrió la boca del griego con maestría, era como
multitud, y nuevamente no la encontró. si conociera cada rincón, sus lenguas se entrelazaban,
batallando entre sí.
- ¿A quién buscas tanto? - preguntó el hombre a su lado,
captando su atención. Maximus atrapó entre sus dientes el labio inferior de la
joven, ella soltó un suspiro y se apretó contra él, hasta
-A nadie que te importe - dijo Lexie bajándose del sentir su erección.
taburete. - Gracias por el trago.
Fue entonces cuando Lexie se apartó y lo miró a los ojos.
Algo dentro de Maximus, le impedía dejarla marchar.
- ¿Quieres que continuemos en otro sitio? - le preguntó
-Te invito otro trago - ofreció él consiguiendo que la ella de manera atrevida.
rubia se detuviera.
Para su sorpresa la mujer aceptó, y después de unos
cuantos tragos más, se volvió más desinhibida.
-Vamos a bailar - dijo Alexa jalando su mano,
obligándolo a ponerse de pie.
Maximus la sostuvo por la cintura cuando se tambaleó, y
ella automáticamente le rodeó el cuello con los brazos,
sujetándose de él.
La canción ahora era una lenta, por lo que permanecieron
así, uno en los brazos del otro.
y fuertes manos estaban ocupadas arrancándole las
bragas.
-Te necesito - protestó la mujer, sintiendo las expertas
caricias de su mano, invadir su zona íntima.
Maximus liberó su miembro y de una estocada la penetró.
CAPITULO 2 La rubia se quedó rígida entre sus brazos mientras se
acostumbraba a su gran tamaño.
Maximus con gran dificultad consiguió abrir la puerta de
su suite. La rubia y él no habían dejado de besarse en El griego la estimuló con suaves caricias, y Lexie fue la
ningún momento desde que abandonaron el club primera que comenzó a moverse, llevándolo cada vez
nocturno. más hacia su interior, de modo que lo obligó a seguirle el
ritmo.
Lexie enredó las piernas en torno a la cintura del griego,
permitiendo que éste la recargara contra la pared del Las estocadas del griego fueron en aumento, al igual que
recibidor. los gemidos de la rubia contra su oído.

Se besaron con desesperación, mientras las manos de La sintió estremecerse a su alrededor, y, aun así, continuó
cada uno vagaban por el cuerpo del otro. penetrándola hasta que alcanzó su propia liberación en su
interior.
Lexie se deshizo de la camiseta de Maximus en tiempo
récord, mientras que él se encargaba de bajarle el cierre La rubia lo besó en los labios hasta que les faltó el aire, y
del vestido, de modo que los exuberantes senos de la tuvieron que separarse para respirar.
rubia quedaban expuestos a su hambrienta mirada. Pocos centímetros separaban sus rostros, cuando se
La mujer echó la cabeza hacia atrás, y gimió cuando la miraron a los ojos.
boca del griego cubrió uno de sus pezones. Maximus nunca había experimentado una entrega tan real
Maximus la acarició con maestría, entregándole un placer como la que acababa de compartir con la rubia que tenía
indescriptible. Ninguno de sus antiguos amantes había entre sus brazos. Lexie le había exigido todo, y él había
conseguido ponerla tan caliente. disfrutado del acto sexual como nunca.

-Por favor - suplicó Alexa eufórica. Lexie permitió que terminara de desnudarla, con la única
condición de ella desnudarlo a él. Era el hombre más
- ¿Por favor qué? - preguntó el griego mordisqueando hermoso que había conocido en su vida, no podía apartar
uno de los rosados pezones, al mismo tiempo sus grandes sus manos de él. Sus ojos y su sonrisa conseguían hacerla
contener el aliento.
El griego la cargó hasta la cama, y se recostó a su lado. Esperó paciente a que le contestara, y cuando estaba por
colgar, su amiga le contestó. Intercambiaron unas cuantas
Alexa rodó posicionándose sobre él, a horcajadas. palabras, prometiéndose encontrarse en el orfanato para
Maximus la penetró, obligándola a moverse sobre él, al almorzar con Nora.
ritmo que éste marcaba. Al finalizar, Lexie se dirigió hacia el cuarto de baño, y
Continuaron así, hasta que el clímax volvió a asaltar sus mientras se desvestía los vagos recuerdos de la noche que
cuerpos... compartió con el hombre de la voz exótica, asaltaron su
mente.
*********
Se preguntó que estaría haciendo en ese momento, y si la
A la mañana siguiente, Lexie despertó primero, y sintió estaba buscando.
un pesado brazo rodearle la cintura, impidiéndole
moverse. A pesar de que su forma de marcharse no fue la correcta,
lo prefería de ese modo. Entre menos implicaciones
Por unos segundos se dedicó a observar dormir al griego. emocionales existieran, mejor para ella.
Sus facciones se habían relajado, convirtiéndolo
nuevamente en el hombre más hermoso que había Había crecido en un orfanato, su madre la había
conocido. No se cansaba de mirarlo, era un espécimen de abandonado cuando apenas era una bebé. Y según los
otro planeta, que además sabía cómo darle placer a una especialistas que la habían tratado a lo largo de su vida,
mujer. ese abandono la había marcado. Era incapaz de
comprometerse con alguien por miedo a ser lastimada.
Con cuidado, para no despertarlo, se deshizo del brazo
que la rodeaba, y salió de la cama en busca de su ropa. *********

No se volteó a verlo, simplemente se vistió y se marchó Maximus despertó, y se sentó en la cama. Estaba solo, no
como si jamás hubiera compartido la mejor noche de su había rastros de la rubia que conoció la noche anterior en
vida con ese hombre. el club.

********* Completamente desnudo comenzó a buscarla por toda la


suite, le parecía imposible que se hubiera marchado sin
Una vez que llegó a su piso, buscó a Natalie en su avisar, ninguna mujer antes lo había hecho.
habitación, pero su amiga no estaba, y parecía que no
había llegado a dormir. Quería localizarla para repetir lo que habían compartido,
pero no sabía su nombre, ni dónde buscarla.
Regresó por su bolso, y buscó en el interior de este, su
teléfono celular para llamarla. Era todo un misterio su repentina desaparición, incluso se
estaba cuestionando sí lo ocurrido había sido un sueño.
El teléfono de la habitación sonó, e inmediatamente fue a
contestar, una parte de sí mismo albergaba la esperanza
de que fuera la rubia.
-Señor Thalassinos - era su secretaria quién lo llamaba
desde Atenas.
- ¿Ocurre algo, Helena? - preguntó Maximus sonando
frustrado.
-Solo llamaba para recordarle la reunión programada al
medio día con HTC Enterprise.
-No lo he olvidado - mintió el griego, por supuesto que lo CAPITULO 3
había olvidado, en lo único que había pensado nada más
despertar, había sido en la mujer que le había regalado la
mejor experiencia sexual de su vida. - ¿Algo más? - Habían pasado un par de semanas, desde que Lexie y
preguntó aclarándose la garganta, no podía permitirse Maximus se acostaron.
seguir pensando en ella. La joven asistía a su trabajo todos los días, y no
-El avión estará listo para despegar el lunes a las siete de descansaba nunca, iba de un lado a otro anotando pedidos
la tarde - le informó la eficiente secretaria. y sirviendo comida. La paga no era muy buena, pero a
pesar de eso, le gustaba trabajar como camarera, y su jefe
-Estamos en contacto - se despidió Maximus antes de no era para nada estricto.
colgar.
El olor del plato de mariscos que estaba sirviendo en ese
Observó la hora en el teléfono, eran las once de la momento, se coló por sus fosas nasales, y Lexie intentó
mañana, no recordaba la última vez que había dormido contener la respiración, pero fue peor, las náuseas fueron
hasta tan tarde un sábado. en aumento. Sirvió rápidamente la comida, y se alejó
prácticamente corriendo en dirección al baño de servicio.
Resignado fue a darse una ducha, tenía que enfocarse a
partir de ese momento en el trabajo, por esa razón había Expulsó todo lo que había comido ese día, luego se
viajado a Nueva York. enjuagó la boca, y bebió un poco de agua.
Sin embargo, se consoló con la expectativa de que pronto Se aferró al lavamanos cuando surgió en su cabeza una
conocería a otra mujer, y que ésta remplazaría a la rubia, idea, pero la desecho de inmediato, tomaba la píldora, por
siempre era así. lo que eran muy bajas las posibilidades de que estuviera
embarazada. Calculo la fecha de su último período,
llegando a la conclusión de que llevaba ocho días de responsabilidad, además no estaba dispuesta a someterse
retraso. ante nadie.
No tuvo tiempo de seguir analizando la situación, alguien Pensó en su amiga, por más que le había advertido que se
llamó a la puerta, y tuvo que regresar a trabajar. alejara de su arrogante jefe, terminó perdonándolo y
comprometida. Giovanni Berardi era muy serio y frío,
********* tenía tanto dinero que se creía el rey del mundo, y Natalie
Al día siguiente decidió hacerse una prueba de embarazo parecía flotar a su alrededor. Pero la hacía feliz, y Lexie
casero, solo para salir de la duda. Fue el minuto más no quería ser quién arruinara esa felicidad.
eterno en la vida de Lexie, y el tiempo parecía haberse *********
detenido mientras esperaba.
Un mes después, llegó el día de la tan ansiada boda de su
No quería estar embarazada, apenas podía cuidar de ella amiga, toda la prensa había estado pendiente desde que el
misma, y sería una pésima madre. magnate hotelero Giovanni Berardi anunció que se
Cuando el cronómetro de su teléfono sonó, Lexie casaba con su secretaria.
temblaba, la espera había terminado. Lexie se sentía incómoda con tanto lujo a su alrededor,
La rubia tomó aire, y armándose de valor, miró. no entendía como su amiga lo soportaba. Habían crecido
con lo justo y necesario, mientras que los ricos
La prueba había dado positivo, estaba embarazada. desperdiciaban grandes sumas de dinero en sus
********* extravagantes fiestas.

Los días pasaron, y las náuseas no disminuían. En un - ¿Lo estás pasando bien? - preguntó Bruno Berardi a su
comienzo sintió pánico de visitar a un médico, pero lado.
Natalie la había animado e incluso la acompañó. La joven se encogió de hombros, lo estaba pasando fatal.
Tenía tres semanas y medias de embarazo. -Menuda fiesta - comentó Lexie con una mueca.
Cada vez que se miraba al espejo lloraba, Natalie y Nora El italiano a su lado se carcajeó, desde que lo conoció en
habían intentado subirle el ánimo, pero fue peor. Se el ensayo de la boda, que no dejaba de ligar con ella. En
sentía miserable, ni siquiera podía cuidarse a sí misma otras circunstancias no habría dudado en insinuarse, pero
¿Cómo rayos se haría cargo de un bebe? estaba embarazada y nadie quería acostarse con una
Estaba sola, y no sabía cómo contactar al padre de su embarazada.
hijo, ni tampoco sentía deseos de hacerlo. Prefería ser
madre soltera, antes que obligarlo a sumir la
-Giovanni no ha escatimado en gastos - repuso Bruno La mujer se río, y le dio un golpe juguetón en el hombro.
observando a los novios que se encontraban del otro lado
del salón. - Nunca lo había visto tan feliz y enamorado. -Que adulador eres, Maximus.

-Pues, Natalie ha estado loca por tu hermano desde que lo -Es la verdad, Stella - dijo el griego guiñándole un ojo. -
vio por primera vez - admitió la rubia rodando los ojos. ¿Dónde está el novio?

-Sé que te preocupas por ella, pero debes relajarte, La mujer lo guio del brazo hasta la pareja de recién
Giovanni no le volverá a hacer daño, ya aprendió la casados.
lección - manifestó el italiano. -Maximus, me alegro mucho de que vinieras - dijo
Un camarero se les acercó para ofrecerles champán, y Giovanni saludando a su viejo amigo.
Lexie por enésima vez tuvo que rechazar la copa. Unas -Lamento no haber llegado a la ceremonia - se disculpó el
cuantas personas más allá, se encontraba Nora vigilando griego.
cada uno de sus movimientos. Desde que le contó que
estaba embarazada, se había vuelto más protectora con -No te preocupes, lo importante es que viniste - aseguró
ella, como si no se fiara de lo que hacía ni de lo que el novio.
comía. -Te ves muy bella, Natalie. Felicitaciones - expresó
- ¿Quieres bailar? - le preguntó Bruno. Maximus.

-Claro - respondió la joven. Debía reconocer que el Natalie había sido la secretaria de Giovanni por mucho
italiano era muy guapo, casi tanto como el anónimo padre tiempo. Y fue toda una sorpresa para el griego cuando su
de su hijo. mejor amigo le anunció que se casaba.

Mientras que Alexa y Bruno se encontraban bailando, -Muchas gracias, señor Thalassinos - respondió de
Maximus venía llegando a la fiesta. manera educada Natalie.

- ¡Querido! - exclamó Stella, la madre del novio, nada -Solo Maximus - repuso él.
más verlo. La castaña asintió.
Maximus permitió que la mujer lo abrazara, llevaba -Debes estar muy feliz, Stella. Al fin se casó tu hijo
mucho tiempo sin verla, y ella era alguien muy especial. predilecto - comentó Maximus molestando a Giovanni.
-Sonó contento di vederti di nuovo, sei bellissima - habló -Por supuesto que estoy feliz, Natalie es perfecta para
Maximus en italiano. «Me da gusto volver a verte, estás Giovanni - dijo Stella sonriendo a su nuera. - Solo espero
bellísima» que Bruno encuentre a una mujer igual de maravillosa.
-Lo dudo mucho - manifestó Giovanni. camarero les ofreció caviar, salió corriendo con Natalie
siguiéndola.
Maximus estuvo de acuerdo, Bruno era incluso más
mujeriego que Giovanni y él juntos. En ese preciso Todos se miraron perplejos, no entendía lo que había
momento se encontraba bailando con una escultural pasado.
rubia.
- ¿Qué le ocurre? - decidió preguntar Stella a Nora.
- ¿Cómo vas con la búsqueda de esposa? - le preguntó
Giovanni. -Está así por su estado - respondió la mujer con calma.

-Aun no encuentro a una mujer griega adecuada - se - ¿Qué estado? - preguntó esta vez Bruno.
limitó a responder Maximus encogiéndose de hombros. -Lexie está embarazada - anunció Nora.
-Te compadezco - dijo el novio envolviendo a su esposa
en sus brazos.
-Tu padre es difícil de complacer - aseguró Stella
palmeando el brazo de Maximus a modo de consuelo. -
Nora, querida, ven aquí - dijo la madre del novio
llamando a una mujer de edad avanzada.
CAPITULO 4
Poco después se les acercó Bruno y Lexie, el italiano
rodeaba la cintura de la joven con mucha familiaridad.
Maximus no se percató de quién era ella, hasta que se Maximus no daba crédito a lo que acababa de oír.
volteó a saludar al menor de los italianos.
«Lexie está embarazada»
Sus miradas se conectaron por una milésima de segundos,
y fue Lexie quién apartó la mirada primero. Sintió un escalofrío recorrer su espalda ante el recuerdo
de la noche que pasaron juntos, se había olvidado de usar
No podía creerlo, el padre de su hijo estaba de pie frente preservativo.
a ella.
Sin embargo, minutos antes, Bruno y ella habían estado
-Maximus, te presento a Lexie - dijo Giovanni señalando bailando, por lo que dedujo que eran pareja.
a la hermosa rubia que su hermano tenía a su lado.
A pesar de eso, la duda no lo dejaba en paz, necesitaba
El griego la saludó y Lexie le correspondió el saludo. Se saber si el bebé que la rubia esperaba era suyo.
había puesto pálida en cuanto lo vio, y cuando el
Lexie y Natalie regresaron al salón con el resto de los Luego de que Natalie volviera junto a su reciente esposo,
invitados. la rubia quedó sola, ofreciéndole la oportunidad perfecta
al griego.
- ¿Ya te sientes mejor? - le preguntó su amiga
observándola beber un vaso de agua. Maximus se disculpó con sus acompañantes, y sin
dudarlo se acercó a Lexie.
Lexie apenas asintió, se sentía fatal. Acababa de
encontrarse con el padre de su hijo. Al menos ahora sabía Al verlo, la rubia palideció y se aferró al vaso vacío que
su nombre. tenía en su mano.
- ¿Se me nota que estoy embarazada? - le preguntó a su -Así que te llamas Lexie - comentó el griego de manera
amiga. casual.
-Sigues igual de delgada que antes - respondió Natalie. -Alexa - lo corrigió ella.
-Lo dices porque eres mi amiga - protestó Lexie -La otra vez no tuvimos tiempo de presentarnos - repuso
llevándose una mano al vientre. - Puedo sentir que está el hombre con aparente calma. - Mi nombre es Maximus
abultado. Thalassinos.
-Es mínimo, Lex - le restó importancia la novia. - ¿Qué quieres? - cuestionó Lexie decidida a no dejarse
atormentar.
La rubia no estaba muy convencida con las palabras de su
amiga. Era fundamental que Maximus no supiera que Para su sorpresa, Maximus la tomó del brazo y acercó su
llevaba a su hijo en el vientre. Se notaba que era un rostro al de ella.
hombre importante y con dinero, de lo contrario Giovanni
- ¿Quién es el padre del bebé? - interrogó él con voz
no lo habría invitado a su boda.
contenida, mirándola a los ojos.
Lexie temía que la acusara de quedarse embarazada a
- ¿Cómo te enteraste? - preguntó a su vez Lexie.
propósito, o en el peor de los casos, que la obligara a
abortar. Había oído que los hombres ricos hacían eso -Eso no importa ¿Es de Bruno o es mío? - volvió a
cuando embarazaban a sus amantes. preguntar el griego.
Pero Alexa no era su amante, solo había compartido con La rubia palideció, y en cosa de segundos su cuerpo se
él una noche, lo cual era aún peor. No sabía nada acerca desvaneció, por suerte, Maximus la sostuvo.
de Maximus, e iban a tener un hijo.
Pasaron unos minutos antes de que la joven reaccionara,
el griego se había encargado de que nadie se diera cuenta
del repentino desmayo que sufrió.
- ¿Te encuentras bien? - le preguntó Maximus. lágrimas, a partir de eso momento ya no vivirían más
juntas, Natalie se iría a vivir con su marido.
Lexie tenía la cabeza apoyada sobre su hombro, mientras
que él la sostenía entre sus brazos. -Me da una pena tremenda dejarte sola justo ahora -
sollozó la novia.
-Si dijera que es de Bruno - consideró la joven aun sin
apartarse. -Estaré bien - trató de consolarla la rubia, aunque en el
fondo se lo estaba diciendo a sí misma.
El griego la acercó aún más hacia su cuerpo.
-Te llamaré a diario, y no olvides tomar tus vitaminas - le
-Y si te digo que es tuyo - reflexionó Lexie sin aliento. aconsejó Natalie.
-Tendría que hacerme una prueba de ADN - repuso -Con que Nora me controle tengo más que suficiente -
Maximus. alegó Lexie rodando los ojos. - Estaré bien - insistió.
Lexie lo empujó para que la soltara, pero éste no lo hizo. Natalie posó su mano sobre el vientre aun plano de su
- ¡No es tuyo! - gruñó la rubia llena de rabia. amiga.

Maximus la soltó de manera precipitada, y la joven se -Me avisas cualquier cosa.


tambaleó, pero consiguió permanecer de pie. Los novios se marcharon, y Lexie fue inmediatamente
-No usamos protección, por lo tanto, tengo mis dudas - abordada por Stella.
reconoció el griego. - ¿Cuánto tiempo de embarazo tienes, querida? - le
-Tendrás que quedarte con las dudas - sentenció Lexie preguntó la mujer con una sonrisa afectuosa.
antes de darse la vuelta y marcharse. -Nueve semanas - contestó Lexie con recelo. Nora había
La celebración continuó, y Maximus se mezcló entre los contado que estaba embarazada, y por su culpa ahora
distinguidos invitados, en todo momento se encontró Maximus sabía de su embarazo.
buscando a la rubia con la mirada. No la dejaría en paz - ¡Que emoción! - chilló Stella.
hasta saber con certeza que el bebé que esperaba no era
suyo. Un hijo ilegítimo era algo que jamás se perdonaría. Lexie la tuvo que soportar por casi una hora, los invitados
no se iban nunca y la mujer no parecía dispuesta a
Llegó el momento en que los novios debían marcharse a soltarla jamás. Nora ya se había ido, y Bruno no aparecía
la luna de miel. por ningún lado, se suponía que él la llevaría a casa.
Natalie y Lexie se fundieron en un abrazo, que pareció
durar varios minutos. Ambas derramaron unas cuantas -Solo espera unos minutos más, querida. Yo te llevo - le
ofreció amablemente Stella.
Alexa se iba negar, pero se vio interrumpida con la - ¿De quién es? ¿De Bruno o mío? - preguntó el griego
repentina aparición del griego. ansioso.
-Vengo a despedirme, bella - le dijo Maximus a la madre Lexie se maldijo una y otra vez, el embarazo la convertía
de su mejor amigo. en una mujer sensible. No podía continuar engañándolo,
merecía saber la verdad, al menos se lo debía al bebé que
-Lexie justamente se quiere marchar ¿Te molestaría ir a tenía en su vientre.
dejarla?
-Es tuyo - admitió finalmente Lexie.
-No es ningún problema, yo la llevo - aceptó
tranquilamente el griego.
Lexie entró en pánico, no quería estar a solas con él, ni
mucho menos quería que supiera dónde vivía.
A pesar de negarse en reiteradas ocasiones, la mujer
mayor insistió en que Maximus la llevara.
Cuando salieron a la fría noche, Lexie se estremeció, el
vestido que llevaba era un tanto escotado. Maximus hizo
el intento de ofrecerle su chaqueta, pero ella lo rechazó.
Al subir a la parte trasera del lujoso Bentley que poseía el
millonario griego, Lexie se alejó todo lo que le permitía
el espacio, aun así, podía sentir el calor que emanaba de CAPITULO 5
Maximus.
- ¿Al menos sabes quién es el padre del bebé?
Maximus se quedó atónito. Lexie le acaba de decir que el
La joven se sobresaltó, no esperaba que le dirigiera la bebé era suyo, pero a él le costaba mucho creerlo, si se
palabra, ni mucho menos que insistiera con el tema del acostó con él sin saber su nombre, nadie le aseguraba que
bebé. fuera realmente suyo, podría ser de cualquier otro
-Sí - contestó ella. Maximus fue el último hombre con hombre. Perfectamente la rubia podría estar mintiendo
que mantuvo relaciones sexuales. No tenía ninguna duda con la intención de sacarle dinero.
sobre la paternidad de su hijo. Lo habían hecho toda la -No me importa si me crees o no - repuso Alexa ante el
noche sin protección, y se arrepentía enormemente. silencio del griego. - No te estoy pidiendo dinero ni que
te hagas cargo, solo debías saber que vas a tener un hijo.
-Si ese bebé es mío, por supuesto que me haré cargo - -Escucha bien, Alexa. A partir de este momento quien
declaró Maximus. maneja la situación soy yo, no me importara que seas la
madre de mi hijo, se criará como yo diga.
La rubia se tensó en cuanto oyó lo que éste acababa de
decir. - ¿Quién diablos te crees que eres? - cuestionó la joven
exaltada. A ella nadie le decía lo que tenía que hacer.
-No quiero que te hagas cargo, soy perfectamente capaz
de criar a mi hijo sola - alegó la mujer con la voz cargada Maximus la besó en los labios para ahogar sus protestas.
de enfado. Le recorrió la boca con ímpetus demandante, mientras le
presionaba la espalda contra la puerta.
-Eso está por verse, me haré una prueba de ADN -
manifestó el griego sin perder el control de sí mismo. Lexie lo golpeó en el pecho para que la soltara, pero éste
no cedía. A pesar de que moría por responderle los besos,
El coche se detuvo frente al edificio en que vivía la joven, no lo hizo, y sólo consiguió librarse de él cuando le
y Maximus bajó primero, le ofreció su mano para mordió el labio.
ayudarla, pero Alexa era tan terca que la rechazó.
Maximus se alejó llevándose una mano a la boca, le había
-No es necesario que me acompañes hasta la puerta - sacado sangre.
replicó al sentir que la seguía.
-No vuelvas a ponerme una mano encima - lo amenazó la
El griego se mantuvo en silencio hasta que la joven se rubia dándole una abofeteada en la mejilla izquierda.
detuvo frente la puerta de su piso. Luego de barrer con la
mirada el lugar, dijo: El griego la observó incrédulo, acababa de golpearlo,
pero bien merecido se lo tenía por obligarla a besarlo. Sus
-No voy a permitir que mi hijo se críe en un lugar como labios lo habían tentado desde el primer momento, y no
este. pudo resistiese.
Eso fue como una puñalada para la rubia. ¿Qué esperaba -Ya es tarde, discutiremos este asunto en otra ocasión -
él, un castillo? dijo Maximus a modo de despedida. Habían ocurrido
-Está es la realidad de la gran mayoría de los habitantes muchos acontecimientos importantes esa noche, debía
en el mundo, y tú hijo vivirá como uno más, te guste o no pensar antes de tomar decisiones precipitadas. Primero
- manifestó la joven enfurecida. Al menos tenía un techo debía saber sí el bebé era suyo.
dónde vivir, existían personas que tenían menos que ella. Lexie lo observó marcharse, y sus ojos se llenaron de
A Maximus no le gustó lo que ésta le dijo, se acercó lágrima. Jamás debió haberle dicho que era el padre de su
peligrosamente a su rostro, y se detuvo a escasos hijo, ahora nunca más se libraría de él.
centímetros de distancia.
En cuánto se subió al coche, Maximus le habló al -Vine a almorzar contigo, tenemos que hablar de nuestro
guardaespaldas que se encontraba manejando. hijo - respondió paciente el griego.
-Haz que la investiguen. -Estoy trabajando - replicó Alexa.
****** -Tu hora de colación comienza en diez minutos, soy muy
paciente - repuso a su vez Maximus.
El lunes, Lexie trabajó como de costumbre en el
restaurante. Las náuseas aún la atormentaban, pero ya se La rubia lo fulminó con la mirada.
estaba acostumbrando a lidiar con ellas. En su trabajo
nadie sabía que estaba embarazada, prefería mantenerlo - ¿Qué vas a pedir?
en secreto, hasta que al menos se le comenzara a notar. - ¿Que me recomiendas? - consultó el hombre luego de
El padre de su hijo había invadido sus pensamientos hojear el menú.
desde que la dejo en la puerta de su piso. No sabía a qué Alexa consideró recomendarle el peor plato a su gusto,
atenerse, pero de algo si estaba segura, iba a luchar hasta pero desecho la idea. Le recomendó el plato estrella y
el final por la custodia de su hijo, no le importaba que Maximus aceptó sin objetar, antes de que ella se alejara le
Maximus tuviera dinero y que pagara los mejores dijo que la esperaría y que eligiera su comida, que él
abogados. Ella era la que lo llevaba en el vientre, tenía pagaba.
más derechos que el griego.
Cuando Lexie regresó, sirvió la comida de ambos y se
Lexie terminó de servir la comida, y se volteó para sentó frente a él.
continuar atendiendo otra mesa.
- ¿Y bien? - preguntó la joven.
Vaya impresión que se llevó, Maximus estaba allí a la
espera de que lo atendiera. -Esta mañana he hablado con la doctora que te atendió,
me dijo que tenías nueve semanas. Sacando cuentas, los
- ¿Qué haces aquí? - cuestionó la rubia cruzando los números coincide con la vez que nos acostamos.
brazos sobre su pecho.
La rubia estaba bebiendo agua, y comenzó a toser. No
-Hola, Alexa ¿Cómo estás? - saludó él amablemente, podía creer que se había tomado la molestia de visitar a
tenía una sonrisa de superioridad estampada en el rostro, su doctora ¿Dónde quedaba el secreto profesional?
la había sorprendido.
- ¿Te encuentras mejor? - preguntó Maximus haciendo
- ¿Qué haces aquí? - volvió a preguntar la joven, sin ademán de ayudarla, pero ella como de esperar lo
dejarse intimidar. rechazó.
- ¡No tienes ningún derecho a entrometerte en mi vida! - La rubia lo ignoró, y se dispuso a marcharse. Sin
lo acusó Lexie exaltada. embargo, el griego fue más rápido y la detuvo del brazo,
luego la obligó a tomar asiento.
-Por supuesto que tengo derecho a entrometerme en tu
vida, estás embarazada de Mi hijo - manifestó -Estás pálida, bebe un poco de agua - dijo acercándole el
tranquilamente el griego. vaso.
-No quiero que lo vuelvas a hacer - le advirtió la rubia Lexie sostuvo el vaso que éste le ofrecía, y alzó la mirada
entre dientes. - Quiero que te alejes de mí y de mi hijo. hacia él, con clara intención de lanzarle el agua.
-No puedo prometer algo que no voy a cumplir - afirmó -Ni se te ocurra - le advirtió el griego.
Maximus inclinándose sobre la mesa. - Ningún hijo mío
será un bastardo ¿Me escuchas bien? La rubia rodó los ojos y bebió un trago para a
continuación volver a dejar el vaso sobre la mesa.
-No será un bastardo, me tiene a mí, y con eso es más que
suficiente. -No me casare contigo - dijo Lexie forzándose en
mantener la calma.
-Nos tiene a los dos, porque nos casaremos - declaró el
griego. -No era una pregunta, es un hecho - repuso Maximus.
- ¡Me importa una mierda! - exclamó la rubia golpeando
la mesa con su mano, consiguió llamar la atención de un
par de personas que estaban cerca de ellos, y bajó la voz.
- No me casare contigo - repitió lentamente.
El griego se inclinó sobre la mesa.
CAPITULO 6
-Lo harás y punto.
-Tendrás que obligarme - lo retó a su vez Lexie también
Lexie en cuanto oyó las palabras de Maximus, se puso de inclinándose sobre la mesa.
pie. Nuevamente estaba huyendo, pero no podía evitarlo,
le tenía fobia al compromiso. Maximus maldijo en un idioma que ella no entendió, le
atrapó la mano sobre la mesa y la jaló hasta sentarla en su
-Vuelve a sentarte - le ordenó Maximus con calma. - Aún regazo.
no terminamos de hablar.
Se miraron a los ojos un par de segundos, antes de que al
mismo tiempo acortaran la distancia que los separaba y se
besaran.
El griego invadió la boca de Lexie queriendo dominarla, Cuando abrió la puerta se encontró a un hombre de traje
pero ella no se lo permitió, luchó contra él, besándolo sin negro, que cargaba un gran ramo de flores y una caja de
piedad. chocolates.
A Maximus le daba igual que estuvieran en público, no -El señor Thalassinos le envía esto.
estaba dispuesto a perder, de modo que le sostuvo el
rostro y se lo inclinó para profundizar el beso. Lexie iba a cerrarle la puerta en el rostro, ante la mención
de Maximus. Pero el hombre fue más rápido y se lo
Lexie gimió contra sus labios y llevó sus manos hacia la impidió.
nuca de él, para acercarlo más.
- ¿Quién es usted? - cuestionó la rubia cruzándose de
-Eres tan terca - dijo el griego una vez que consiguieron brazos en actitud desafiante.
detenerse.
-Mi nombre es Owen Reed, y soy su nuevo
Lexie se encogió de hombros, aún seguía sentada sobre guardaespaldas.
él. Y Maximus aprovechó ese momento para posar su
mano sobre el vientre de la rubia, tomándola por -Dígale a su jefe que no necesito un guardaespaldas -
sorpresa. manifestó Lexie nuevamente intentando cerrar la puerta.

La joven se tensó. El hombre insistió en que recibiera las flores y los


chocolates, luego de unos minutos la joven terminó
-Debo volver a trabajar - murmuró Lexie intentando cediendo. Después de todo nunca le habían enviado
alejarse, pero el griego la retuvo entre sus brazos flores.
- ¿Pensaras en mi propuesta? Al cerrar la puerta pensó en botar las flores a la basura,
pero no pudo, y decidió ponerlas en agua.
-No puedo casarme contigo - repuso la rubia
consiguiendo soltarse y ponerse de pie. Una nota cayó desde el ramo de flores, y se dispuso a
leerla.
-Tengo mucha paciencia - le aseguró Maximus
observándola comenzar a recoger los platos de la mesa. “No me voy a cansar de enviarte flores, acepta de una
vez ser mi esposa”
******
Maximus
La mañana siguiente, antes de que Lexie se marchara al
trabajo, llamaron a la puerta de su piso. Lexie se encontró leyendo una y otra vez la nota.
Con el pasar de los días, tal como el griego le advirtió, -Es mi hijo - gruñó Lexie empujándolo para que la
continuó enviándole flores y chocolates a diario, además soltara.
de notas que ella leía y leía sin descanso.
-También es mío - la corrigió Maximus rodeándole la
Cada vez que iba a algún sitio, el guardaespaldas la cintura y acercándola a él de manera protectora. - Te
seguía a pesar de sus protestas. sacaré de aquí.
- ¿Va a salir? - preguntó el hombre el viernes por la -No iré a ningún sitio contigo - se opuso la rubia
noche cuando la vio abrir la puerta. cruzándose de brazos.
-Eso no es asunto tuyo - replicó Lexie cerrando la puerta -Por primera vez, pon de tu parte, no quiero verme
con llave, para a continuación pasar junto a él. obligado a cargarte - sentenció el griego.
****** -No te atrevas - le advirtió Lexie, pero fue en vano.
Maximus luego de la llamada que recibió del Con una gran facilidad la cargo en brazos y la sacó del
guardaespaldas de Lexie, abandonó el hotel dónde se club nocturno, esquivando a cuanta persona se le cruzaba
estaba alojando y se dirigió al sitio que se encontraba la en el camino.
rubia.
- ¡Eres un cavernícola! - chilló la rubia una vez que
Se abrió paso entre la multitud, y la buscó entre las estuvieron al interior del vehículo y éste fue puesto en
personas que se encontraban bailando, hasta que la vio. marcha.
Lexie bailó y se movió al ritmo de la música. Lo estaba -Termina de desafiarme - le ordenó Maximus sujetándole
pasando bien, pese a las limitaciones del embarazo. Sus las manos para que dejara de golpearlo en el pecho. - Vas
amigos bebían y bebían alcohol, mientras que ella tenía a tener un hijo, mujer.
que conformarse con beber agua embotellada.
Unos segundos después, ella regreso a su asiento y se
Una mano jaló su brazo y la volteó. Lo reconoció llevó las manos al rostro cuando las lágrimas comenzaron
inmediatamente, era Maximus. a caer.
- ¿Qué diablos haces aquí? - interrogó la rubia alzando la -No voy a caer en tu juego - le informó Maximus
voz. mirando al frente, sin prestarle atención.
-Te vine a buscar - respondió el griego alterado. -Eres un insensible - lloriqueo ella. - Quieres controlarlo
todo, pero no puedes controlarme, jamás vas a hacerlo.
-No necesito que me controles.
-Se supone que debes cuidar a nuestro hijo - la reprendió.
El griego continuó ignorándola, pese a que se moría por CAPITULO 7
estrecharla entre sus brazos y consolarla, pero era tan
terca que de seguro se pondría histérica si la tocaba.
Lexie lloró y lloró, no podía dejar de hacerlo. Maximus Lexie paseó al bebé en sus brazos hasta que se quedó
era un insoportable, que ni siquiera la consolaba, cuando dormido. Tenía apenas dos semanas de nacido, y su
ella lo único que quería era que la abrazara. madre lo había abandonado.

¿Quién la entendía? Conmocionada, la rubia no lograba entender como una


mujer abandonaba a su hijo. Ella a pesar de saber que
Cuando el chofer detuvo el vehículo frente al edificio de sería una madre terrible, no podía siquiera pensar en la
la joven, ella salió primero, seguida del griego que posibilidad de abandonar al bebé que llevaba en su
intentaba detenerla. vientre.
-No vuelvas a enviarme flores ni chocolates - le advirtió Por suerte existían en el mundo, personas como Nora que
Lexie antes de cerrarle la puerta de su piso en el rostro. le entregaban amor y consuelo a los niños abandonados.
Esa mujer había salvado su vida, y le estaría eternamente
agradecida.
- ¿Ya se durmió? - preguntó Nora también cargando a
otro bebé.
Lexie asintió y se dirigió a acostar al pequeño en su cuna,
pero éste se removió buscando su calor.
Maximus en ese preciso momento se estaba bajando de
su lujo Bentley. La noche anterior al llegar a su suite, se
encontró con el informe detallado que el guardaespaldas
en jefe había preparado sobre la vida de Lexie.
El saber que Alexa había sido llevada a un orfanato dos
días después de su nacimiento, claramente lo afectó. No
había podido conciliar el sueño por culpa del millón de
teorías que surgían en su cabeza. Nadie le aseguraba que
la rubia no planeaba hacer lo mismo con su hijo, y eso lo
asustaba.
No quería someter a su hijo a una vida de soledad, tal está ocupada ayudándole a Nora. De seguro querrá verlo -
como la que tuvo él y Alexa. agregó en apenas un murmulló. Mentalmente se estaba
preguntando de dónde conocía Lexie a ese hombre tan
Maximus se había criado en la isla griega perteneciente a guapo.
su familia, los primeros años de su vida habían sido los
más felices, puesto que su madre aún estaba viva. Sin Maximus la siguió por los pasillos, observando
embargo, después del accidente en coche que le quitó la atentamente cada detalle. Podía oír las voces de los niños
vida, su padre se encerró en su mismo y en los negocios. que jugaban en el patio y sintió curiosidad por lo que
A los doce, Maximus fue enviado a un internado en Alexa se encontraba haciendo. En el informe decía que
Inglaterra, y dos años después conoció a Giovanni, que ella visitaba todos los sábados el orfanato, además de que
parecía tener una vida y una familia perfecta. ayudaba a recolectar fondos.
El griego a sus treinta y dos años había perdido la La muchacha se detuvo frente a una puerta y cuando la
esperanza de formar su propia familia. Se había abrió le hizo una señal de que guardara silencio.
acostumbrado al silencio y a la soledad, además de que
ninguna mujer parecía estar a la altura de las exigencias Maximus la siguió por otro estrecho pasillo, podía ver
de su padre. que se trataba de una guardería.

Lexie tampoco lo estaba, ella representaba todo lo que su -Lexie está allí dentro - le indicó la joven, una habitación
padre odiaba, una mujer libertina que se embarazó por sin puerta al final del pasillo.
error. El griego le agradeció antes de dirigirse a dónde le había
A Maximus le gustaba y la deseaba. Desde su punto de indicado.
vista, Alexa resultaba ser la candidata perfecta para Pudo identificar perfectamente a Nora, la mujer que había
convertirse en su esposa y madre de sus hijos, era estado presente en la boda de Giovanni, y al verlo ella
apasionada y terca, conseguía enfadarlo en cosa de también pareció reconocerlo.
segundos, pero a la misma vez lo cautivaba. Estaba
demás decir que era la mujer más hermosa que había -Señor Thalassinos, que sorpresa - lo saludó
conocido. amablemente. - ¿En qué puedo ayudarlo?

- ¿En qué puedo ayudarlo? - le preguntó una joven al -Estoy buscando a Alexa - dijo el griego con la mirada
verlo en la recepción. fija en la espalda de la rubia.

-Estoy buscando a Alexa Daniels. Lexie se tensó en cuanto oyó que Nora nombró el
apellido del padre de su hijo. Pero fue aún peor cuando
- ¡Oh claro! - exclamó la muchacha sonrojada ante la oyó su exótica voz. La había seguido...
belleza del griego. - Venga conmigo, Lexie ahora mismo
Dispuesta a enfrentarlo se dio la vuelta, y caminó hacia El griego sentía cierto temor a que el bebé se le cayera, e
él. hizo exactamente lo que Lexie le dijo, y al cabo de unos
minutos consiguió que el bebé volviera a cerrar los ojos.
- ¿Qué quieres Maximus?
-Nunca lo había hecho - admitió el griego observando
Al griego se le aceleró el corazón al verla cargando con dormir al bebé que estaba cargando. - Es muy pequeño y
delicadeza a un bebé. No tenía palabras para describir lo frágil - comentó hipnotizado.
que sintió en ese momento, y no pudo evitar preguntarse
sí sería igual con su hijo. -Es cierto, aun así, eso no impide que los abandonen -
dijo rudamente Lexie.
-Te he venido a ver, estaba muy preocupado por ti y
nuestro hijo, ayer estabas muy enfadada, y quería que Maximus alzó la mirada hacia ella.
solucionáramos las cosas - habló una vez que se le pasó
el asombro. -Yo no abandonare a mi hijo.

-Estoy bien, y respecto a... - comenzó a decir la rubia, -Ni yo - repuso Lexie sintiendo su corazón acelerarse
pero se calló al recordar que Nora también estaba allí, y ante esa declaración.
lo había escuchado. - Maximus es el padre de mi hijo - le -Estamos juntos en esto...
explicó entre dientes.
-Te lo tenías bien guardado - se limitó a decir Nora
negando con la cabeza. - Los dejaré solos, y no alces la
voz - le advirtió a la rubia en particular.
La mujer mayor se acercó al griego y le entregó el bebé
que tenía en sus brazos, y Maximus lo cargó con torpeza.
-Al igual que Lexie necesitas practicar - declaró Nora
antes de marcharse y dejarlos solos en una habitación
llena de bebés durmiendo.
Maximus estaba paralizado, no sabía qué hacer, nunca
había cargado a un bebé.
-Debes relajarte - le aconsejó la rubia recorriendo la
escasa distancia que los separaba para ayudarlo.
su chaqueta. Era un mensaje de texto, procedente del
guardaespaldas de Alexa.
La rubia no dejaba de causar problemas, por lo que no le
extrañó que el guardaespaldas se comunicara con él.
«La señorita Daniels, está internada en la clínica del
CAPITULO 8 centro», leyó Maximus el mensaje.
Eso fue más que suficiente para que el griego se
preocupara, y le ordenara a su chófer que lo llevará
Esa misma noche, antes de irse a la cama, Lexie comenzó rápidamente al sitio dónde se encontraba Lexie.
a experimentar un fuerte dolor en el vientre.
En un segundo, miles de pensamientos pasaron por la
No sabía que era lo que le ocurría, y estaba sola en su cabeza de Maximus.
piso. Ni siquiera tenía el número de Maximus, así que
decidió esperar unos minutos para ver si el dolor Jamás se perdonaría si algo malo le pasaba a Alexa o a su
disminuía, pero no fue así. hijo.

Se puso una chaqueta y tomó su bolso, odiaba los En cuanto cruzó el recibidor de la clínica, el
hospitales, pero no le quedaba otra alternativa. guardaespaldas de la rubia lo abordó.

Al salir de su piso vio el coche del guardaespaldas -Dime cómo está, Owen - le urgió el griego.
estacionado, y sin dudarlo camino en esa dirección. -No me dejaron entrar con ella, señor - le informó el
En cosa de segundos el hombre bajó del vehículo. hombre. - Tuve que quedarme haciendo el papeleo.

- ¿Le ocurre algo? - preguntó en tono profesional. Maximus maldijo llevándose una mano a la sien.
Necesitaba saber que Lexie y su hijo se encontraban bien,
-No me siento muy bien - respondió Lexie llevándose una de lo contrario terminaría perdiendo la cabeza.
mano al vientre cuando sintió un fuerte dolor.
- ¿Dónde está? - cuestionó.
-La llevaré a la clínica - anunció el hombre abriéndole la
puerta para a continuación ayudarla a subir. -La señorita Daniels se encuentra en el ala de maternidad,
habitación 407.
******
Luego de unos minutos dando vueltas, consiguió dar con
El chófer acaba de internarse en el tráfico de la ciudad, la habitación. Tomó la manilla de la puerta, dispuesto a
cuando el teléfono celular del griego vibró al interior de irrumpir en la habitación. No le importaba si alguien lo
detenía, ni tampoco le importaba el protocolo médico, percatado de su presencia, sus manos estaban sobre su
necesitaba ver a Lexie. vientre mientras que las lágrimas bañaban su rostro.
-Señor, no puede entrar - le dijo una mujer apareciendo -Lexie - le habló él acercándose con cautela a la camilla.
de repente a su lado.
La rubia lo ignoró.
Maximus soltó de golpe el aire en sus pulmones, y se
volteó a encararla. -Lex - insistió el griego posando su mano sobré las de
ella. - Por favor, di algo.
-La madre de mi hijo está ahí dentro, necesito verla.
-Lo siento - sollozó la mujer. - Es mi culpa, se suponía
-Debe calmarse, señor - le aconsejó la mujer. - El estado que yo debía cuidarlo.
de la señorita Daniels es complicado.
-Cariño - la voz del griego sonó entrecortada.
- ¿Qué es lo que tiene? - preguntó Maximus cada vez más
preocupado. -Maté a mi hijo - lloró aún más la rubia.

-La señorita Daniels está con síntomas de perdida. Maximus la abrazó, y ella enterró la cabeza en su pecho.
Ninguno de los dos tenía palabras para describir cómo se
El cuerpo del griego se enfrió, no daba crédito a lo que sentían, el alma parecía haber abandonado sus cuerpos,
acaba de oír. dejando un gran vacío.
-Por favor, necesito verla - le suplicó Maximus a la mujer Permanecieron así por lo que pareció una eternidad,
tomándola por los hombros. ambos lamentándose lo ocurrido, hasta que en un
momento la puerta se abrió y apareció la obstetra de
La impaciencia y preocupación cada vez se apoderaban turno.
más del griego.
-Vaya, tienes compañía - comentó la mujer sorprendida al
-Tiene dos minutos. encontrar al griego allí, su presencia era imponente a
Maximus no esperó más, giró la manilla y entró en la dónde fuera.
habitación. -Soy su prometido - repuso Maximus.
Nada podría haberlo preparado para lo que vio a Lexie no lo negó, se limitó a secarse las lágrimas con el
continuación. dorso de su mano.
La imagen de Alexa llorando desolada, quedaría grabada -Voy a realizarle una ecografía, señorita Daniels. Según
por siempre en su memoria. Ni siquiera se había los síntomas, todo indica que podría tratarse de un aborto
- le explicó muy paciente la mujer.
La joven cerró los ojos, estaba destrozada. bien - la tranquilizó, sonriéndole. La doctora apretó unos
botones e imprimió unas fotos. - Tome - le tendió a la
El griego le dio la mano, transmitiéndole su apoyo. Moría rubia las fotografías dónde se podía apreciar al bebé un
de nervios, pero aun así continuaba teniendo esperanzas poco más grande que en la última ecografía que se
Sin embargo, la rubia continuó con los ojos cerrados. No realizó.
quería abrirlos y no encontrar a su bebé. -Gracias - murmuró Maximus a la vez que se inclinaba
Alexa se estremeció al sentir el frío gel ser esparcido para observar a su hijo.
sobre su vientre. Lexie pasó con delicadeza los dedos sobre la imagen. Su
Los fuertes latidos de un corazón inundaron la habitación, bebé estaba bien.
y Lexie inmediatamente abrió los ojos para enfocarlos en La doctora limpió el gel de su vientre y apagó el ecógrafo
la pantalla que mostraba a su bebé. para a continuación levantarse de su puesto.
Miles de emociones experimentó Maximus en ese -Vendré en un par de horas a ver como sigues. Con su
momento. Nada en el mundo se comparaba con oír por permiso, los dejo - musitó, y sin más salió de la
primera vez los latidos del corazón de tu hijo. habitación dejándolos nuevamente solos.
La imagen que se proyectaba en la pantalla sería un -Gracias, Dios - susurró Lexie acariciando su vientre.
recuerdo permanente, algo que jamás olvidaría. Sintió Maximus medio sonrió, aún no se recuperaba del susto.
deseos de llorar, estaba viendo a su hijo.
La rubia giró su rostro, para observar al padre de su hijo.
-Al parecer todo está bien - hablo la obstetra. - El latido
se escucha fuerte y consistente, los movimientos del feto -Gracias por estar aquí, Maximus.
son normales, y la cantidad de líquido amniótico es la
adecuada. No se nota ninguna ruptura en el saco - iba -No importa lo que pase, siempre estaré junto a ti y
diciendo a medida que movía el transductor por el apenas nuestro hijo - le prometió él mirándola a los ojos. -
abultado vientre de Alexa. - En realidad todo se ve muy Siempre.
bien - comentó, girándose hacia los padres.
- ¿Y el dolor en el vientre? - cuestionó la rubia.
-Tal vez sea un indicio de amenaza de aborto, por esa
razón te vamos a dejar bajo observación esta noche, ¿De
acuerdo? - Lexie asintió. - De todas formas, te
recomiendo que hagas una cita con tu ginecóloga -
sugirió amablemente la mujer. - Por ahora todo se ve muy
-Vete a la cama - le ordenó Maximus entre dientes. Ella
lo ignoró. - La doctora dijo que debías descansar, deja de
hacer eso y vete a la cama - insistió.
Lexie se volteó, estaba visiblemente enfadada.
-Te he dicho miles de veces que dejes de darme órdenes.
El griego acortó la distancia que los separaba y la alzó en
sus brazos. Rodando los ojos, Lexie le dijo dónde estaba
su cuarto, y él fácilmente la cargó. No quería desperdiciar
CAPITULO 9 su energía discutiendo con él, ambos eran muy tercos y
odiaban perder.
Maximus la dejó sobre la cama y se tomó su tiempo para
Maximus observó con ojo crítico su alrededor, era un observar la habitación. Lexie siempre conseguía
completo desastre, había platos sucios, ropa en el sofá, sorprenderlo, había muchas fotografías y póster
recipientes de comida rápida sobre la mesa. No quería ni adornando las paredes, esa no parecía la habitación de
imaginarse como estaría el resto del apartamento. una mujer de veintiséis años, era más bien la de una
-Te devolveré el dinero de la clínica - dijo la rubia adolescente.
apareciendo de repente por el pasillo que él suponía -Duerme mientras te preparo algo de comer - le aconsejó
conducía al dormitorio. - Tu guardaespaldas insistió en él antes de abandonar la habitación.
llevarme, yo prefería un hospital.
Maximus ordenó y limpió el apartamento en tiempo
-Owen solo sigue mis instrucciones, y aunque discutas récord, no recordaba la última vez que había hecho
conmigo no aceptaré el dinero. Mi hijo merece lo mejor. labores de hogar, siempre tenía a alguien que los hiciera
Lexie bufo, y pasó junto a él para comenzar a recoger la por él. No soportaba el desorden, y no entendía cómo
ropa que estaba en el sofá. alguien podía vivir así.

- ¿Te vas a pasear delante de mí solo llevando una Lexie había hecho todo lo posible por dormirse, pero le
camiseta y bragas? - preguntó Maximus cerrando los fue imposible conciliar el sueño, Maximus estaba en su
puños, se moría por estrecharla entre sus brazos y besarla. piso haciendo quién sabe qué.

-Es mi piso y hago lo que quiero - se limitó a responder la - ¿Qué haces levantada? - le preguntó el griego al verla de
rubia encogiéndose de hombros. repente sentada frente a la encimera.
-No podía dormir - contestó ella encogiéndose de -Esto es lo que pasa cuando juegas con fuego - comentó
hombros. - ¿Que estás cocinando? Maximus con voz ronca.
-Pasta. Lexie dirigió sus manos hacia la cremallera de los
pantalones de él, y Maximus cerró los ojos esperando su
Lexie se puso de pie y pasó junto a Maximus, rozó su toque, pero este no llegó.
trasero con el miembro de él, y se inclinó a comprobar si
era cierto que estaba cocinado pasta. Su estómago rugió - ¿Porque te detienes? - le reprochó abriendo los ojos de
ante el esquisto olor que desprendía la comida. golpe, y fijando su mirada en el rostro de ella.
-No está mal - comentó dando la vuelta para encararlo. Él - ¿Y si le pasa algo al bebé? - preguntó la rubia afligida.
la observaba apretando la mandíbula, se estaba
conteniendo. - Por cierto, gracias por limpiar. Está Maximus se hizo a un costado y soltó el aire de golpe.
semana no tuve tiempo de hacerlo, y ayer, ya sabes - dijo Prefería sacrificar su libido, antes que a su hijo. Ya les
tragando duramente, se había llevado el susto de su vida, habían advertido los posibles riesgos, y él haría todo lo
jamás se perdonaría si algo malo le pasaba a su hijo. posible para evitarlos.

El griego alargó su mano y acarició el rostro de Alexa, ******


era tan hermosa que le quitaba el aliento. Luego de cenar, Lexie lavo los platos mientras Maximus
-Deja de provocarme - le advirtió Maximus. La rubia se daba una ducha. El griego se había negado a dejarla
llevaba únicamente la camiseta para excitarlo, de eso no sola, temía que los dolores volvieran y no estar allí para
tenía dudas, era una seductora. ella.

Lexie se mordió el labio inferior, incitándolo. - ¿Qué crees que haces? - le preguntó Lexie sobresaltada
cuando éste apartó el cobertor. El muy desgraciado había
Maximus acortó la distancia y ella le rodeó el cuello con llevado ropa, desde un comienzo tenía planeado
los brazos, apretándose contra él. quedarse.
Unieron sus labios con desesperación, la rubia gimió al -Voy a dormir contigo - contestó Maximus como si fuera
sentir que la alzaba y la sentaba sobre el mesón. Maximus lo más obvio del mundo.
se posicionó entre sus piernas y le hizo notar cuán
excitado estaba, en respuesta ella se restregó contra su -No me gusta dormir acompañada, vete al cuarto de
miembro. Natalie.

Las manos del griego se colaron bajo la camiseta de El griego rodó los ojos y se metió igual a la cama. Alexa
Lexie, y le acarició los pezones, logrando que ésta quiso apartarse, pero la retuvo.
gimiera contra su boca.
-Duerme - le ordenó él rodeándole la cintura con sus no se estaba alimentando bien, y su hijo ahora más que
fuertes y trabajados brazos nunca necesitaba crecer fuerte.
Lexie estaba completamente rígida, no estaba
acostumbrada al contacto físico con hombres, que no
fuera durante el sexo. Maximus estaba desafiando
constantemente sus fobias, y eso la aterraba.
Minutos después, la respiración del griego indicaba que
se había dormido, y la rubia no dudo en abandonar la
cama. Si él no quería dormir en el cuarto de Natalie, ella
lo haría.
******
La mañana del lunes, Maximus se despertó solo. No
había rastros de Lexie, y eso lo enfado.
Segunda vez que ella lo abandonaba en la cama.
CAPITULO 10
Se puso de pie y fue a buscarla. No le costó trabajo
encontrarla, estaba en el cuarto que supuso perteneció a
Natalie.
Lexie desde que se despertó, podía oír al griego ir de un
La observó sin hacer el más mínimo ruido, nunca la había lado a otro por su piso. Estaba molesta con él, no la
visto tan serena y relajada. Con él siempre se comportaba dejaba en paz y sin permiso se había colado en su vida.
a la defensiva. Quería que todo volviera a ser como antes de conocerlo.
Ahora por su culpa se estaba comenzando a cuestionar
El cobertor estaba casi todo en el suelo, y por lo tanto muchas cosas que la habían afectado desde siempre.
pudo ver el pijama rosa que llevaba. Los pezones se le Temía al compromiso y a estrechar lazos afectivos, estos
marcaban a través de la tela, y tenía el vientre expuesto. siempre terminaban rompiéndose. No soportaba que él
Maximus sonrió con orgullo, su hijo estaba ahí dentro. actuara como su pareja, no lo eran, solo iban a tener un
hijo en común.
Luego de un rato observándola dormir, se dirigió a la
cocina. Debía ir a trabajar, pero antes se encargaría de Maximus se estaba apoderando de su vida y de sus
que Lexie se alimentara correctamente. Sabía lo terca que pensamientos, debía detenerlo ante de que las cosas entre
era, y por lo que vio la noche anterior al sacar la basura, ellos empeoraran aún más.
- ¿Tienes hambre? - le preguntó al verla entrar a la Por suerte la psicóloga que la atendía desde hace mucho
cocina. tiempo había regresado de vacaciones y la citó el jueves
temprano para una sesión.
-Debes irte ahora - le ordenó ella completamente seria.
Lexie necesitaba desahogarse, liberar todo lo que se
- ¿Me estás echando? - cuestionó Maximus con tono de negaba a expresar abiertamente.
burla.
Lo contó todo desde que conoció a Maximus, y la
La rubia asintió y se cruzó de brazos, su actitud era psicóloga la escuchó atentamente, sin interferir en su
desafiante. relato.
Maximus rodó los ojos y comenzó a recoger sus cosas, -No sé qué hacer, tiene actitudes que me desconciertan la
ella lo observaba sin verse afectada en lo más mínimo, mayor parte del tiempo, y cuando no estoy con él, lo
sólo quería que se marchara cuanto antes de su piso. extraño - terminó de narrar Lexie.
-Esto aún no acaba - le advirtió el griego dirigiéndose -Eso quiere decir que estás progresando - manifestó la
hacia la puerta. mujer apartando la mirada de su agenda, para centrarse en
-Esto nunca comenzó - se limitó a decir Lexie. la rubia.

Maximus la fulminó con la mirada, y se marchó -Estoy empeorando - repuso Lexie angustiada, no dejaba
dejándola sola. de jugar con la correa de su bolso.

****** -Te gusta el padre de tu hijo, y es normal que eso ocurra -


expuso pacientemente la psicóloga. - El primer paso para
Los siguientes días, Lexie no volvió a saber nada del superar los temores, es aceptarlos. Maximus te ofrece la
griego, y tampoco él había intentado comunicarse con oportunidad de ser feliz, y no quieres que te lastime, pero
ella. debes correr el riesgo, o de lo contrario jamás sabrás si
Se había convencido a sí misma de que no le importaba, vale la pena.
pero mentira. Maximus le importaba y lo extrañaba, no Después de abandonar la consulta, las palabras de la
quería admitirlo ni experimentarlo, pero era la verdad. psicóloga continuaron rondaron por la cabeza de la rubia.
En su trabajo ya todos sabían que estaba embarazada, y le Debía correr riesgos, y Maximus representaba el mayor
habían dado la semana libre, pero odiaba tener que de todos.
quedarse en cama todo el día.
Lexie le pidió al guardaespaldas que la llevara a dónde se
encontraba el griego. Había tomado una decisión, y
posiblemente después se arrepentiría.
«Correr riesgos, correr riesgos...» se repitió la joven una Lexie la ignoró, paso junto al escritorio en dirección a la
y otra vez, cuando el coche se detuvo frente a un gran única puerta que había a excepción de la salida.
edificio.
-No puede entrar ahí - le advirtió la mujer siguiéndola.
El guardaespaldas la escoltó hasta la planta alta, los
nervios de Lexie a medida que se acercaba iban en A Lexie eso no le importó, abrió la puerta e irrumpió en
aumento. la oficina del griego.

Bajaron del elevador en el último piso. Maximus estaba trascribiendo unos informes en la
computadora cuando la puerta se abrió de golpe.
-Hasta aquí llego yo - le informó él deteniéndose frente a
puerta de cristal, dos hombres custodiaban el acceso, y Alzó la mirada y se encontró con Alexa.
Lexie reconoció a uno de ellos como el chofer de La rubia estaba más bella de lo que recordaba, lucía un
Maximus. vestido rosa pálido con llamativas flores, sus largas
La rubia le agradeció a Owen por acompañarla. piernas estaban al descubierto y las sandalias de tacón la
hacían verse más alta de lo que ya era.
Se armó de valor y cruzó la puerta.
Maximus se puso de pie y rodeó el escritorio para
Inmediatamente divisó a una mujer que estaba sentada posicionarse frente a la madre de su hijo.
frente a un escritorio.
Era morena, llevaba el cabello recogido y vestía de Helena, su secretaria apareció detrás de ella.
manera formal. «Su secretaria», pensó Lexie. -Señor Thalassinos, intente detenerla - se excusó.
- ¿En qué puedo ayudarla? - preguntó la morena de -No pasa nada, puedes retirarte - habló el griego sin
manera hostil. siquiera mirarla, parecía hipnotizado con Lexie.
Lexie fue sometida a un cuidadoso escrutinio, no le Habían pasado apenas unos días desde la última vez que
agrado esa mujer ni la mirada que le dirigió. ¿Quién se vieron. 
diablos se creía que era? Sin embargo, para él se sintió como una eternidad. Tuvo
-Estoy buscando a Maximus - dijo la rubia cruzándose de que viajar a Inglaterra y no pudo llevarla con él, como
brazos, ambas podían jugar al mismo juego. hubiese querido.

-El señor Thalassinos está ocupado en este momento, no - Entonces... - comenzó a decir una vez que se quedaron a
puede atenderla - manifestó la secretaria poniéndose de solas.
pie. - ¿Aún te quieres casar conmigo? - le preguntó Alexa,
tomándolo por sorpresa.
-Por supuesto que quiero casarme contigo.
-Bien, porque estoy de acuerdo con que nos casemos,
siempre y cuando sea bajo mis términos - expuso la rubia.
- ¿Que te hizo cambiar de idea? - cuestionó Maximus
cruzándose de brazos mientras se recargaba en su
escritorio. - ¿Me extrañaste y te diste cuenta de que no
podías vivir sin mí?
-Ya quisieras - bufo Lexie. - Si me casó contigo será
únicamente por nuestro hijo.
- ¿Solo por eso?
-Sí - se limitó a responder ella alzando la barbilla
desafiante. - Entonces...
-Aceptó casarme contigo - se burló Maximus.
-Ridículo - se mofó Lexie rodando los ojos.
Maximus alargó su mano y tiro de la rubia hacia él. CAPITULO 11
-Tenemos que sellar esto - declaró antes de besarla en los
labios.
Lexie protestó contra los labios del griego.
-Las condiciones...
Maximus con un movimiento rápido la sentó sobre el
escritorio y se posicionó entre sus piernas.
-Te escucho - dijo besando el cuello de la rubia.
-Número uno - comenzó a recitar Lexie. - Habitaciones
separadas.
El griego se apartó lo suficiente para mirarla al rostro.
- ¿Es broma, cierto? - ¿Alguna otra condición que agregar?
Ella negó. -No quiero tu dinero, ni que te metas en mis asuntos.
Tampoco te hagas ilusiones con nuestro matrimonio.
-Número dos, nada de sexo - se mordió el labio inferior al
sentir las manos de él recorriendo sus piernas. -Bien, sí eso es todo, le hablaré a mi abogado para que
redacte un acuerdo prenupcial. ¿Cuándo te parece bien
- ¿Ni siquiera una vez a la semana o al mes? que nos casemos? Por mí, mañana mismo, pero eso sería
Nuevamente la rubia negó. muy precipitado.

-Nos vamos a casar por nuestro hijo, sobrevivirás - -Me da igual cuando nos casemos, prefiero una
repuso Lexie apartando las manos del griego de sus ceremonia privada - dijo Lexie bajando del escritorio.
piernas. -Bien, estoy de acuerdo con eso. El viernes de la otra
- ¿Al menos puedo tener amantes? - cuestionó frustrado. semana sería perfecto.

-No, debes respetarme, imbécil. De lo contrario nos -El miércoles a las dos de la tarde tengo cita con la
divorciaremos, me llevaré a nuestro hijo y no dejare que doctora, tal vez quieras ir - comentó la rubia caminando
lo veas. por la oficina, era muy espaciosa y tenía una vista
privilegiada de Central Park.
Maximus bufo. Eran absurdas las condiciones que le
estaba imponiendo Alexa, ninguno de los dos soportaría -Estaré allí - prometió Maximus.
siquiera una semana. Se deseaban y ambos lo sabían. No esperaba que aceptara tan rápido.
-Sí yo no tengo amante, tú menos - declaró el griego. Alexa se dio la vuelta para observarlo, pero chocó con su
-No necesito un amante - repuso ella con suficiencia. pecho. Alzó la mirada hacia sus ojos y quedó
hipnotizada.
-Para eso estoy yo - dijo Maximus guiñándole un ojo.
Maximus acortó lentamente la distancia que los separaba
-Ya quisieras - se burló Lexie. - Nada de sexo y punto. y la besó suavemente en los labios. La rubia no tardó en
¿Lo tomas o lo dejas? responderle, se fundieron en beso que expresaba por sí
-Lo tomo - respondió él encogiéndose de hombros con solo lo que no se atrevían a decir con palabras.
calma. - Serás tú quién me rogara para que te posea, -Señor Thalassinos.
puedo asegurarlo.
La secretaria había abierto la puerta sin golpear, y se
-Vas a tener que esperar sentado, de lo contrario te vas a encontró con una escena que no le agradaba. Su jefe
cansar - le aconsejó la rubia con tono de burla.
estaba besando a la rubia como tantas veces soñó que inventado no le dejaban otra alternativa más que buscarse
hiciera con ella. una amante.
Lexie se hizo a un lado ya que los habían interrumpido, Intentó mantenerse serena y no pensar en eso todavía.
pero Maximus volvió a estrecharla de regreso a sus Cuando llegara el momento decidiría que hacer, mientras
brazos. tanto le haría saber a la morena que Maximus estaba con
ella.
-Helena, necesito que le ayudes a mi prometida a planear
nuestra boda - le ordenó el griego a la mujer sin siquiera - ¿Cuándo es la boda? - preguntó la mujer con fastidio.
dirigirle la mirada.
-El viernes de la próxima semana - contestó Lexie
- ¿Que hago con los informes? - cuestionó la morena. encogiéndose de hombros. Cuanto antes mejor, el
embarazo ya se le estaba comenzando a notar, y si se iba
-Esto es más importante - repuso Maximus. a casar, no quería tener una barriga enorme.
-Como usted ordene, señor - respondió la mujer entre La secretaria le dirigió disimuladamente una mirada a la
dientes. mano de la rubia para ver si tenía anillo, pero no, eso
Lexie disimuló una sonrisa, a la secretaria le gustaba indicaba que era reciente.
Maximus, y estaba celosa de ella. - ¿A cuántas personas planea invitar?
-En un rato más nos vemos, te llevare a almorzar para La mujer esperaba que Lexie le diera una larga lista de
celebrar nuestro compromiso - le dijo el griego a la rubia. invitados, pero la rubia se limitó a decir que solo invitaría
-Solo si elijo yo el lugar - repuso Lexie rodeándole el a una persona, y que Maximus decidiera a quién invitaba.
cuello con los brazos. Estuvieron cerca de una hora intentando ponerse de
-Claro - contestó Maximus besándola a modo de acuerdo, Lexie ya no la soportaba, realmente había hecho
despedida. el intento, pero no podía más.

Lexie abandonó la oficina sonriendo con superioridad. Él «"El señor Thalassinos prefiere esto", "El señor
apenas le prestaba atención a su secretaria, y ella Thalassinos aquello" "El señor Thalassinos..."»
evidentemente besaba el piso por donde él caminaba. Le - ¡La boda es mía, yo voy a decidir! - exclamó la rubia.
recordó a Natalie, su amiga se había enamorado del jefe,
y ahora estaba casada. -No creo que al señor…
Ese último pensamiento no le gustó, Maximus también - ¡Ya cállate! - le ordenó Lexie.
podría comenzar a observar con otros ojos a su secretaria.
Después de todo, las ridículas condiciones que había -Voy a llamarlo - decidió la mujer alzando el teléfono.
Lexie bufo. Estaba más que segura que Maximus estaría Lexie lo había llevado a una cafetería a pocas calles de su
de su parte podía ser controlador, pero por algo era ella oficina, Maximus no acostumbraba a visitar ese tipo de
quién llevaba a su hijo en el vientre. lugares. Pero al parecer a ella le encantaba, y la dejó
escoger la comida.
- ¿Qué ocurre? - preguntó el griego.
Cuando la camarera se alejó con la orden, Maximus le
-Señor Thalassinos su prometida no está tomando en entregó a Lexie una pequeña caja de terciopelo.
cuenta sus gustos.
-Espero te guste.
-No me importa, haz lo que ella te ordene - dijo Maximus
antes de colgar. Había comprado el anillo la primera vez que le dijo que
se casaría con ella, no se lo había entregado antes por
Lexie no pudo evitar sonreír. obvias razones.
- ¿Y entonces? - le preguntó de manera engreída. Alexa se quedó sin aliento al ver el anillo. Era hermoso,
-Las rosas rojas están bien - gruñó la secretaria. pero no sabía si aceptarlo, seguramente le había costado
una fortuna.
Media hora después, Maximus salió de su despacho, y
ambas mujeres alzaron la mirada hacia él. Al verla dudar, Maximus le quitó la caja y tomó su mano
para deslizar el anillo a lo largo de su dedo.
- ¿Estás lista para ir a almorzar? - le preguntó a la rubia.
-No quiero que te lo quites nunca - le dijo él luego de
-Sí, muero de hambre - contestó Lexie llevándose una depositar un beso en el dorso de su mano.
mano al vientre.
Lexie asintió, por primera vez se había quedado sin
Al reunirse con el griego se inclinó para besarlo en los palabras.
labios, fue un beso rápido, que lo confundió. Lexie jamás
se comportaba de esa forma, y decidió no darle
importancia, quizás estaba consiguiendo que finalmente
lo aceptara.
******
Caminaron de la mano como cualquier pareja normal, y
eso de cierta forma incomodaba a la rubia. Esta era la
primera vez que hacía algo así, había dado un paso al
costado, pese a sus temores.
-Sí, quiero - respondió Maximus con seguridad.
-Alexa Daniels ¿Quieres recibir a Maximus Thalassinos
como esposo, y prometes serle fiel en la salud y en la
enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu
vida?
Lexie tomó aire, y contestó:
-Sí, quiero.
-Entonces, con el poder que me confiere la ley, los
declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Maximus acortó la distancia que separaba sus rostros y la
besó.
Todos en la sala rompieron en aplausos.
-No hagas que me arrepienta - dijo Lexie contra sus
labios, cuando dejaron de besarse.
-Nos vas a arrepentirte, lo juro - le garantizó el griego.
-Espero que así sea - se limitó a decir ella.
CAPITULO 12
Los primeros en acercarse a felicitarlos fueron Stella y
Bruno Berardi.
 Los días pasaron rápidamente, y el día de la boda llegó.
Todo estaba tal cuál como Lexie lo planeó, y ella ni -Felicidades muchachos - dijo la mujer italiana abrazando
siquiera tuvo que mover un dedo, la secretaria se había primero a la rubia y luego a Maximus.
encargado de todo. -Muchas gracias, Stella - le agradeció Lexie.
Cuando llegó el momento de que intercambiaran los -Cara, estás bellísima - comentó Bruno, ganándose una
votos, se miraron a los ojos. mirada asesina de Maximus.
-Maximus Thalassinos, ¿Quieres recibir a Alexa Daniels -Por supuesto que es bellísima, es mi esposa - se jactó el
como esposa, y prometes serle fiel en la salud y en la griego rodeándole la cintura a Lexie de manera posesiva.
enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida?
Nora se acercó indecisa. -Que no me meta en tus asuntos - concluyó Maximus
rodando los ojos.
-Felicidades - dijo la mujer.
-Realmente no entiendo la relación de ustedes dos - dijo
Lexie se apartó de Maximus, y fue abrazarla. Nora negando con la cabeza. - Lexie, Lexie, Lexie; ni
-No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí, siquiera el día de tu boda puedes dejar de discutir.
Nora. -Al fin alguien que me entiende - ironizó Maximus.
-No tienes nada que agradecer, cariño. Solo espero que Luego de recibir las respectivas felicitaciones por parte
seas muy feliz - le deseo Nora con los ojos llorosos. de los invitados, se dirigieron al salón del hotel de los
Lexie no pudo evitarlo, y las lágrimas rodaron por su Berardi.
rostro. Al Giovanni estar de luna de miel, Maximus decidió que
-Ven aquí - le dijo Maximus a su ahora esposa, Bruno fuera el padrino. Y éste les regalo todo el
consolándola. banquete, además de reservarles una suite para que
pasarán la noche de bodas.
-Es por el embarazo - se justificó la rubia.
El griego se veía impecable en su traje a la medida, era
Stella y Bruno fueron a saludar al resto de los invitados, tan guapo que a Lexie se le cortaba la respiración cada
dejándolos con Nora. vez que la miraba y le sonreía.
-Gracias Maximus por la donación que hiciste al Se habían besado muchas veces a lo largo de la fiesta, y
orfanato, fue de mucha ayuda - comentó la mujer. todos parecían encantados con ellos dos como pareja.
La rubia se limpió las lágrimas y miró a su esposo. Maximus no la dejaba sola en ningún momento, y de vez
- ¿Que donación? en cuando posaba la mano sobre su vientre levemente
abultado. La amenaza de abortó había pasado; pero, aun
- ¿No sabias? - preguntó Nora. así, el griego se mostraba protector con ella.
Alexa negó y se cruzó de brazos esperando una La secretaria también estaba presente, y no les quitaba la
explicación. mirada de encima.
-No te dije nada porque sabía que te ibas a enfadar - bufo «Debía ser muy duro estar enamorada de alguien, y que
el griego. éste no te tomara en cuenta» pensó Lexie con cierto
resentimiento hacia la mujer.
-Mil veces te he dicho que no...
A ella nunca le había pasado, pero a su amiga sí, y había Se besaron lentamente, tomándose el tiempo de recorrer
sido testigo de su sufrimiento. la boca del otro, solo se detuvieron cuando la música
cambió.
No sabía si considerarse o no afortunada, los hombres
siempre le llovían, y por suerte jamás se había enamorado De la mano regresaron junto a Nora y Stella.
de alguno.
-Se ven muy bien juntos - comentó la italiana.
Lo que sentía por Maximus no podía describirlo como
amor, ni tampoco se consideraba enamorada de él. Iban a -Grazie - respondió Maximus rodeando la cintura de
tener un hijo, y se habían casado simplemente para darle Lexie.
lo mejor. Se deseaban y se gustaban, ninguno de los dos Poco después, la pareja se despidió de los invitados y
podía negarlo, cada vez que se tocaban sus cuerpos subieron a la suite.
ardían.
Una vez solos, los nervios tomaron posesión del cuerpo
-Vamos a bailar - lo animó Lexie arrastrándolo hasta la de la rubia.
pista de baile.
- ¿Estás nerviosa? - preguntó el griego quitándose la
El griego la atrapó entre sus brazos, y disfrutó de como chaqueta y dejándola sobre una silla.
las curvas de la rubia se amoldaban a su cuerpo.
Lexie observó expectante cada uno de sus movimientos.
Estaba complacido con la decisión que había tomado,
Alexa era perfecta para él, a pesar de que siempre -No - mintió.
intentaba llevarle la contra. Con el tiempo esperaba - ¿Segura? - insistió él aproximándose.
enamorarla, y derrumbar todas las barreras que ésta
construía en medio de ambos. Por su parte, él ya la Cuando estuvieron uno frente al otro, se miraron a los
amaba, no tenía sentido negarlo. Nunca había sentido ojos.
algo tan profundo y sincero por alguien, hasta que la
conoció a ella. Lexie le rodeó el cuello con los brazos, y se apretó contra
él.
-Te ves hermosa - le dijo al oído, consiguiendo que se
estremeciera. -Hazme el amor - le pidió sin aliento, unió sus labios y lo
besó con desesperación.
-Eso lo dices porque quieres tener sexo conmigo - se
mofó la rubia acercando sus labios a los de él. El griego la alzó en sus brazos y sin dejar de besarla la
recostó en la cama.
Las manos de la rubia se dirigieron hacia su camisa y Maximus no necesitó oír nada más, se deshizo de la ropa
comenzó a desabrochar los botones, pero Maximus la de ambos y comenzó a explorar el cuerpo de Alexa con
detuvo. los labios.
- ¿Y el acuerdo? - cuestionó sujetándole las manos. Al llegar a su vientre, se detuvo a contemplarlo. Su hijo
estaba allí dentro, y eso lo llenaba de orgullo.
Lexie no respondió, se inclinó para besarlo, pero
Maximus corrió sus labios, de modo que lo besó en la - ¿Crees que estoy gorda? - preguntó la rubia sacándolo
barbilla. de sus pensamientos.
- ¿Qué hay del acuerdo? - volvió a preguntar él. En poco -Estás perfecta - respondió el griego honestamente.
tiempo había conseguido conocerla muy bien, no iba a
dar ningún paso más sin tener la certeza de que luego no -Eso lo... - comenzó a protestar, pero Maximus volvió a
se arrepentiría. subir hasta sus labios y la besó para ahogar sus protestas.

-Olvidemos el acuerdo por esta noche - propuso la rubia. Las manos de Lexie se dirigieron a la fuerte espalda del
griego, la recorrió lentamente, disfrutando de como los
músculos se tensaban bajo su tacto.
Por su parte, Maximus se abrió paso entre sus piernas y la
acarició con los dedos, preparándola para recibirlo.
La espalda de la rubia se arqueó, y un gemido lastimoso
escapó de su garganta cuando Maximus apartó los dedos.
- ¿Porque te detienes? - preguntó ella frustrada.
El griego no respondió, la besó en los labios, luego en el
vientre y finalmente entre las piernas. Recorrió con la
boca su femineidad, consiguiendo que la rubia gimiera
sin control, suplicándole que la poseyera.
Maximus no se detuvo hasta hacerla llegar al orgasmo,
luego se posicionó entre sus piernas y la penetro de una
estocada.
CAPITULO 13
Lexie le rodeó la cintura con sus piernas, llevándolo hasta
el fondo, consiguiendo que ambos se estremecieran de
deseo.
El griego la besó en los labios, y comenzó a moverse -Eso es para que no se te olvide a quién perteneces - dijo
lentamente en un principio. Se estaba controlando, no contra sus labios.
quería hacerle daño.
- ¿Y a quién pertenezco? - preguntó Lexie de manera
Lexie movió las caderas a lo largo de su miembro, inocente.
obligándolo a ir más rápido.
El griego la sentó a horcajadas arriba de él, y deslizó su
-Max - gritó ella cuando sintió los primeros espasmos miembro nuevamente dentro de ella.
atacar su cuerpo.
-Eres mía - proclamó sujetándole la barbilla, de modo que
Maximus se detuvo abruptamente, y abandonó su se miraron a los ojos.
interior.
Alexa le rodeó el cuello con los brazos y lo besó mientras
-No te detengas - le ordenó Lexie sin aliento. comenzaba a moverse.
El griego la puso de rodillas en la cama, y entró desde Así pasaron el resto de la noche, amándose sin descanso.
atrás. La rubia gritó y se arqueó contra él.
Maximus la había poseído una y otra vez, de mil formas
Maximus ya no tenía control sobre sí mismo, la penetraba distintas. Lexie se había entregado ciegamente al deseo, y
una y otra vez, disfrutando de como su cuerpo lo recibía y terminó volviéndose adicta a él.
se moldeaba a su alrededor.
A la mañana siguiente, cuando despertó, lo hizo sobre el
El cuerpo de Lexie tembló, y él la sostuvo entre sus pecho del griego.
brazos hasta que alcanzó su propia liberación en su
interior. La sábana apenas cubría sus cuerpos, y el aire
proveniente de la ventana entreabierta provocaba
Ambos cayeron exhaustos en la cama, y el único ruido en escalofríos en su piel.
la habitación era el de sus respiraciones agitadas.
Maximus ya había despertado, y la observaba
-Lo siento si te hice daño - el primero en hablar fue atentamente, se temía cualquier cosa de Lexie.
Maximus.
- ¿Qué tal dormiste? - le preguntó él.
La rubia se incorporó y no pudo evitar reírse.
-No dormimos nada - aclaró la rubia estirándose en la
-Lo más probable es que después de una semana aún te cama y gimiendo. Podía sentir a Maximus en cada parte
sienta en mi interior. Vaya que te estabas controlando. de su cuerpo.
Maximus también se incorporó en la cama, y la besó -Buen punto - dijo el griego.
brutalmente.
Lexie se incorporó en la cama de manera abrupta, para a -No sé por dónde comenzar, es mucha comida.
continuación correr en dirección al cuarto de baño.
El griego negó con la cabeza, y le puso en un plato un par
Maximus fue tras ella, y la encontró vomitando. Le de croissant.
sostuvo el cabello y esperó paciente a que acabara, luego
mojó una toalla de mano y se la puso en la nuca. Estaba -Come - le ordenó.
realmente pálida, pero según había leído era normal en Ella no replicó como acostumbraba a hacer. Se limitó a
las embarazadas tener náuseas matutinas. llevarse un croissant a la boca, y gimió cerrando los ojos.
La rubia tomó uno de los cepillos de dientes nuevos y le Nunca había comido algo tan rico.
puso pasta dentífrica, cuando se miró al espejo recién ahí Maximus se carcajeó, y la observó comer como si su vida
fue consciente de que ambos estaban desnudos. dependiera de ello.
El griego la imitó, se cepilló los dientes mientras se Un sobre blanco estaba junto al jarrón de jugo, y Lexie se
dirigía a encender el jacuzzi. Parecía absolutamente dispuso a abrirlo.
cómodo con su desnudes, pero como no estarlo, tenía un
cuerpo perfecto, moldeado por los mismísimos Dioses del "Felicidades Señor y Señora Thalassinos
Olimpo. Espero que hayan disfrutado su noche de bodas
Lexie se observó en el espejo, no lucía tan mal, a pesar de ¿Qué tal lo pasaste creando lazos con tu hijo,
que su cuerpo había comenzado a cambiar. Maximus?
Terminaron de cepillarse los dientes, y Maximus la guio Firma: Bruno Berardi"
hacia el jacuzzi. Se besaron y acariciaron, e incluso
hicieron el amor. Lexie se carcajeó al leer la nota, a nadie más que a Bruno
se le podría ocurrir algo así.
El griego era un amante considerado, y Lexie se estaba
volviendo adicta a él. - ¿De qué te ríes? - cuestionó el griego totalmente ajeno a
la nota que envió su amigo.
Cuando consiguieron abandonar el cuarto de baño, ya les
habían llevado el desayuno a la habitación. -Lee esto - se limitó a decir Lexie entregándole la nota.
El estómago de la rubia rugió al observar la comida. Maximus la leyó, y no pudo evitar reír.
Todo se veía delicioso, y no sabía por dónde comenzar.
-Es un imbécil, lo voy a matar.
- ¿Que estás esperando? - le preguntó Maximus al verla
dudar. Él ya estaba comiendo. -Entonces Maximus - dijo la rubia fingiendo seriedad. -
¿Qué tal lo pasaste creando lazos con nuestro hijo?
-De maravilla - expresó él alargando una mano, tomo su
brazo y la jaló hasta sentarla sobre su regazo.
Maximus detuvo el coche frente a una gran mansión, y
Alexa le rodeó el cuello con los brazos y lo besó. Lexie salió del vehículo antes de que le abriera la puerta.
- ¿Es broma, cierto? - preguntó la rubia en apenas un
susurro.
-Es nuestra nueva casa - dijo el griego acercándose a ella
y rodeándole la cintura.
Lexie se volteó a observarlo.
- ¿Qué hay de mi piso?
-Le he pedido a mi secretaria que se encargara, tus cosas
esta mañana las trasladaron hasta aquí - le informó
Maximus.
La rubia se alejó.
-No tenías ningún derecho - le reprochó.
-Ahora soy tu esposo, tengo todo el derecho - aclaró
Maximus sin perder la calma.
-Y yo soy tu esposa, no puedes tomar decisiones sin
consultarme - repuso Lexie entre dientes.
-Eso no formaba parte del acuerdo... - comenzó a decir él.
-Me importa una mierda el acuerdo - gritó la rubia
interrumpiéndolo. - Te dejé acostarte conmigo, Maximus.
Creí que al menos tendrías en cuenta mis opiniones.
-Por supuesto que tengo en cuenta tus opiniones - dijo el
griego dando un paso hacia ella, pero Lexie retrocedió. -
CAPITULO 14 Por favor, no te enfades, pensé que esto era lo mejor.
-Para ti es lo mejor - afirmó la mujer. - Estás Maximus la siguió en silencio, y no hacía nada para
acostumbrado a todo esto - dijo haciendo referencia a la detenerla. Se limitaba a observarla abrir una puerta tras
gran mansión frente a ellos. - Ustedes los ricos son todos otra.
iguales, solo piensan en sí mismos.
Cuando llegó el turno de que abriera la puerta de la
-Quiero lo mejor para ti y para nuestro hijo, tu piso no lo habitación del bebé, Maximus se preparó mentalmente.
era - declaró Maximus.
Los ojos de Lexie se llenaron de lágrimas en cuanto entró
-No voy a permitir que... a la habitación, y vio la cuna.
-Es la verdad - la interrumpió él. El griego estaba junto a la puerta, esperando cualquier
reacción, menos el sollozó que rompió el silencio.
-A partir de ahora no volverás a ponerme un dedo
encima, Maximus Thalassinos - anunció Lexie antes de -Lexie - dijo acercándose cautelosamente.
dirigirse a la mansión, y dejarlo solo.
Ella se volteó y lo miró, las lágrimas comenzaban a bañar
El griego rodó los ojos, y fue tras ella. Era absurdo por lo su rostro.
que se enfadaba, cualquier otra mujer en su lugar habría
estado encantada de que le comprara una mansión, por -Es mi bebé, yo quiero elegir sus cosas - lloriqueo Lexie.
suerte aún no le había dicho que la propiedad estaba a Maximus a pesar de las protestas de la rubia, la abrazó y
nombre de ella, lo mataría. trató de tranquilizarla.
En el recibidor los esperaba una mujer de mediana edad, -Le diré a Helena que se deshaga de esto.
se presentó como Eloise, y era la ama de llaves que
Maximus había contratado. Lexie lloró aún más.

-Serviré el almuerzo en cuanto usted ordene, señora - le -Tu secretaria es una víbora, de seguro fue ella quien
dijo la mujer a Lexie. eligió todo.

-No se preocupe, no tengo planeado quedarme a almorzar El griego no lo negó, y eso la enfadó aún más.
- replicó la rubia pasando junto a la ama de llaves, en -Nos divorciaremos, este matrimonio fue un error -
dirección a las escaleras. declaró la rubia. - ¡Te puedes quedar con tu maldita
Recogería sus cosas y se marcharía de allí cuanto antes, secretaria, y dale todos los hijos que quieras, ella con
decidió Lexie. gusto los recibirá! ¡Yo me quedaré con mi bebé, y no te
dejaré verlo nunca!
-No seas ridícula - dijo el griego sujetándole el rostro y «Esa mujer debía estar muy loca o enamorada» pensó con
secándole las lágrimas. - Helena no me interesa, y los desagrado. Su hijo no iba a vestir nada que haya
únicos hijos que quiero son los tuyos. comprado esa mujer.
-Eso lo dices porque quieres acostarte conmigo - repuso -En mi familia solo han nacido hombres - dijo él
Lexie apartándose de él. encogiéndose de hombros.
-Por supuesto que quiero acostarme contigo, eres mi -Es niña - lo contradijo Lexie.
esposa - manifestó Maximus volviendo a atraparla entre
sus brazos, iba a besarla, pero ella le corrió el rostro. El griego rodó los ojos, jamás estarían de acuerdo con
algo.
-Dijiste que estamos juntos en esto, pero siempre estás
dándome órdenes, y ni siquiera tomas en cuenta lo que yo -Vamos a almorzar, Eloise se esforzó mucho en preparar
quiero. la comida - habló Maximus evadiendo el tema del sexo
de su hijo, esa sería una discusión muy larga, y no tenía
-De ahora en adelante todas las decisiones que tome las ánimos para seguir discutiendo en ese momento.
consultare contigo - decidió Maximus.
******
- ¿Lo prometes?
Era cerca de media noche cuando la rubia se fue a la
-Lo prometo - dijo el griego acercando su rostro al de cama, estaba agotada. Toda la tarde estuvo ayudándole a
ella, pero Lexie nuevamente lo rechazó. - ¿Por qué no Maximus a desocupar la habitación del bebé.
quieres besarme?
Poco después de que se acostó, el griego se le unió.
-No voy a dejar que me beses ni que me toques, antes
tienes que solucionar esto - sentenció la rubia señalando -Vete a dormir a otro cuarto, hay cientos - manifestó la
la habitación del bebé. - Ni siquiera sabes si es niña o rubia dándole la espalda.
niño - comentó apartando las manos del griego de su - ¿Aun sigues enfadada? - cuestionó Maximus
cuerpo. abrazándola por atrás, y tocándole el vientre.
-Es niño - declaró Maximus con seguridad. -Tú te lo buscaste - sentenció Lexie.
- ¿Cómo estás tan seguro? - cuestionó la rubia Maximus la besó en el cuello, y ella se estremeció.
comenzando a inspeccionar las cosas que había comprado
la secretaria. - ¿De verdad quieres que duerma en otro cuarto?
-Sí - respondió ella cerrando los ojos y disfrutando de las
caricias que el griego comenzó a repartir a lo largo de su
cuerpo.
-Qué mal por ti, no iré a ningún lado - dijo Maximus
deteniendo las caricias de manera abrupta, y dándole la
espalda.
Lexie se incorporó en la cama, y encendió la lámpara de
noche. CAPITULO 15

- ¿En serio me vas a dejar con las ganas? - cuestionó


enfada. El griego no pudo evitar sonreír ante la imagen de Lexie
Maximus no respondió y ella lo golpeó con la almohada. dormida con la mano sobre su vientre ya abultado. Se
veía tan hermosa, frágil y relajada.
El griego se carcajeó.
Ninguna de sus antiguas amantes se podía comparar con
-No es gracioso - replicó la rubia. ella, Lexie siempre tenía un motivo por el cual discutir y
Maximus se incorporó y le quitó el pijama, luego la llevarle la contra. Sus palabras en el pasado habían sido
recostó nuevamente en la cama y se posicionó entre sus ley, pero desde que la conoció a ella, esa ley había sido
piernas. rota una tras otra vez, y Maximus disfrutaba mucho de
que así fuera. Su esposa tenía un carácter de los mil
Se besaron e hicieron el amor durante horas. demonios, a veces dulce, otras hostil. Sin embargo, la
amaba tal como era, no estaba con él por su dinero, y a
El griego estaba dispuesto a lo que sea con tal de hacerla pesar de eso trataba de consentirla en todo, aunque se
feliz, la amaba, y sabía que con el tiempo ella lo amaría a enfadara.
él.
- ¿Ya te vas? - preguntó la rubia media dormida.
-Aún no - respondió él.
-Voy a levantarme para que desayunemos.
El griego iba a objetar, pero era inútil.
Lexie se levantó de la cama y se vistió, todo esto lo hizo temores, aun así, poco a poco sus sentimientos por él
bajo la atenta mirada de Max que disfrutaba viendo su comenzaban a manifestarse.
cuerpo tanto desnudo como con ropa.
Dormían en la misma cama al igual que una pareja
- ¿No vas a darme mi beso de buenos días? - optó por normal, incluso dejaba que la abrazara después de hacer
decir atrapándola entre sus brazos. el amor, y eso ya era mucho para ella. El griego no la
forzaba a nada, respetaba sus decisiones tal como
-Buenos días, señor Thalassinos - dijo ella rodeándole el prometió que haría, se reían y lo pasaban bien juntos.
cuello con los brazos e inclinándose a besarlo.
- ¿En serio tienes que irte ya? - preguntó la rubia sentada
-Buenos días, señora Thalassinos - la imitó el griego sobre el regazo de Maximus.
volviendo a besarla, luego le toco el vientre con la mano,
ansiando sentir a su hijo dentro. -Lamentablemente sí, por mí ahora mismo te tendría
desnuda en la cama, recibiendo mis embestidas - dijo él
Cuando bajaron al primer piso de la mansión, la ama de besándola en el cuello.
llaves tenía el desayuno servido.
Lexie gimió al sentir la mano de Max sobre uno de sus
-Señor, señora - los saludó Eloise con un leve senos.
asentimiento.
Conocían el cuerpo del otro de memoria, y ambos sabían
Ambos saludaron a la mujer, y está se marchó, sacar provecho de eso. 
dejándolos desayunar solos. La rubia se sentó a horcajadas arriba de él, y Max la
A lo largo de su primera semana como esposos, sujetó de las caderas, sabía muy bien lo que venía a
consiguieron adaptarse muy bien a la rutina del otro, continuación.
desayunaban y cenaban juntos, luego antes de irse a la Lexie comenzó a moverse lentamente, logrando que la
cama, charlaban, veían la televisión o alguna película. excitación del griego aumentara. Maximus a su vez coló
Lexie estaba poniendo todo de su parte para que la sus manos bajo la camiseta de ella y la acarició de manera
relación entre ellos funcionara, hasta el momento creía experta.
estar haciéndolo bien. Maximus ya no insistía en que Sus labios estaban unidos y se besaban con lentitud,
dejara su trabajo, y aunque le fastidiara, siempre tenía a disfrutando el beso.
un guardaespaldas siguiéndola a todos lados.
-Se me está haciendo tarde - declaró el griego contra sus
Maximus era el mejor hombre que había conocido hasta labios, no se quería marchar, pero tenía una reunión
ahora, y merecía a alguien que estuviera a su altura, importante en media hora.
alguien que pudiera amarlo. Ella por más que lo intentara
no podía de la noche a la mañana superar todos sus Lexie se apartó de él, y regresó a su asiento.
-Nos vemos en la cena - se despidió ella. aeropuerto - le explicó la mujer solo para hacerla sentir
celos, y vaya que lo consiguió.
-Nos vemos en la cena, agápi (Amor) - Max se puso de
pie y la besó por última vez antes de marcharse al trabajo. Lexie echaba fuego por los ojos, Max planeaba irse de
viaje y ella no tenía idea.
Lexie lo observó irse, y no pudo evitar pensar en lo guapo
que se veía con su traje a la medida. -Hazme el favor de decirle a mi esposo que no se moleste
en regresar - dijo la rubia a la secretaria, y con la frente
****** en alto subió la escalera.
La rubia acababa de regresar del trabajo cuando escuchó Las lágrimas le corrían descontroladas por el rostro
el motor de un vehículo. cuando llegó a su cuarto, nunca de estar embarazada
Era muy temprano para que fuera Max, y sintió había llorado tanto, y todo por culpa de Maximus.
curiosidad. Siempre lloraba por su culpa.

Bajó la escalera y en el recibidor se encontró con Helena, Ahora él se iría de viajes con su secretaria, y la dejaría
la secretaria de su esposo. sola justo cuando cumplían una semana de casados. Al
pensar en eso, lloró aún más, últimamente estaba
-Señora - dijo la morena al verla. demasiado sentimental, y no podía evitarlo.
Lexie no le respondió, se limitó a observarla. Llevaba Su teléfono celular no había dejado de sonar a lo largo de
como siempre una falda en tubo color grafito, y el cabello la última hora, pero se negaba a contestar, sabía
tomado, lucía muy sosa. perfectamente que era Maximus.
Se observó a sí misma en el espejo del recibidor, la Ya la había cagado, y no lo iba a perdonar tan fácil.
camiseta que llevaba apenas le cubría el vientre.
La puerta de su habitación se abrió, y Eloise apareció
-Ya tengo listo el equipaje del señor - anunció la ama de tímidamente.
llaves en ese momento bajando la escalera.
-El señor la está llamando - dijo la mujer ofreciéndole un
- ¿A dónde se supone que lleva eso? - cuestionó la rubia teléfono.
confundida, Maximus no le había dicho absolutamente
nada. -No quiero hablar con él - replicó la rubia sorbiendo la
nariz, su vientre le había comenzado a doler, y según lo
-Al aeropuerto - contestó la secretaria encogiéndose de que había leído eran contracciones.
hombros. - Surgió un problema de último minuto, por eso
el señor Thalassinos me ha enviado a mí a buscar su -Señora, por favor - suplicó la ama de llaves.
equipaje, lo más probable es que ya este camino al Finalmente, Lexie aceptó.
- ¿Qué quieres? - cuestionó fríamente cuando oyó la voz La rubia lo ignoró, se cepilló los dientes y luego
de Maximus del otro lado. abandonó el cuarto de baño.
-No pude llamarte antes, estaba en una reunión, nuestro - ¿Te encuentras bien? - cuestionó el griego yendo tras
matrimonio se ha hecho público y tengo que viajar a ella.
Grecia - le explicó Max a toda velocidad, temía que ella
le cortara incluso antes de que pudiera explicarse. No respondió, se metió a la cama y le dio la espalda.

-Vete a la mierda, Maximus - dijo Lexie cortando la -Te estoy hablando, Alexa - gruñó Max.
llamada tal como él se temía que haría. La rubia continuó ignorándolo, y eso lo enfadó.
CAPITULO 16 -Deja de comportarte como una niña malcriada, y
responde.

- ¿Dónde está mi esposa? - le preguntó Max a la ama de - ¡No tengo nada que responderte, solo vete y déjame en
llaves, cuando ésta le abrió la puerta. paz! - grito ella.

-La señora está encerrada en su cuarto, no quiso bajar a -No voy a dejarte en paz, eres mi esposa y estás
cenar - contestó Eloise. embarazada - dijo el griego alzando la voz.

El griego no escuchó más, subió las escaleras y se dirigió - ¡Tu hijo está bien, sí es lo que tanto te importa! - volvió
hacia la habitación que compartía con su esposa. a gritar Lexie, incorporándose en la cama.

Las luces estaban encendidas, pero no había rastros de la Maximus la observó, estaba pálida y había rastros de
rubia. lágrimas en su rostro. Estuvo llorando en su ausencia.

- ¡Lexie! - la llamó él. - ¿Y tú cómo estás? - preguntó esta vez obligándose a


mantener la calma.
En el cuarto de baño la escuchó vomitar, y fue
inmediatamente en esa dirección. -Vete - le ordenó ella, había comenzado a llorar
nuevamente.
Lexie se sentía fatal, creía haber superado la etapa de las
náuseas, pero al parecer no. -No me iré a ningún lado - declaró el griego sentándose a
su lado.
Maximus llegó justo cuando dejó de vomitar, y se veía
muy preocupado. La rubia se cubrió el rostro con las manos y lloró, Max
intentó abrazarla, pero ella lo rechazó.
-Lex, cariño.
La mujer se quitó las manos del rostro y lo miró. Cuando aterrizaron en la isla perteneciente al padre de
Maximus, una limusina los esperaba.
-Hoy sentí al bebé moverse, quería decírtelo cuando
llegaras del trabajo, pero tú no estabas - su voz se quebró, La rubia continuaba enfadada con él, y Maximus a
y sollozó. diferencia de otras veces, no había insistido en que lo
perdonara.
-Yo... - Maximus no tenía palabras para describir lo mal
que se sentía respecto a esa revelación. Nada de lo que Se mantuvieron en silencio durante todo el trayecto hasta
dijera podía excusarlo, pero aun así lo intentó. - Lo la mansión de la familia Thalassinos.
siento, agápi. (Amor).
-Paidí, Max - una mujer de mediana edad se acercó a él, y
-No vale de nada que lo sientas, te ibas a ir de viajes con lo abrazó.
tu secretaria, y ni siquiera fuiste tú quién me lo dijo -
protestó Lexie. -Petra, te he dicho miles de veces que no soy un niño -
reprochó Maximus a la mujer cuando se apartó, ella dijo
-Estaba en una reunión, no podía llamarte - se justificó el algo en griego y él se carcajeó.
griego alargando una mano para secarle las lágrimas.
Lexie se aclaró la garganta, recordándole que también
-Estás mintiendo solo para hacerme sentir bien - le apartó estaba allí.
las manos de un manotazo.
-Petra te presento a mi esposa, Lexie.
Maximus rodó los ojos y se puso de pie para comenzar a
desvestirse. -Un gusto cono... - comenzó a decir la rubia, pero la
mujer la interrumpió.
- ¿Qué estás haciendo? - cuestionó su esposa
observándolo. - ¡Eínai énkyos! - exclamó Petra en griego.

-Obviamente me estoy desvistiendo - respondió él con Lexie observó a Max con el ceño fruncido, no entendía lo
sarcasmo. que había dicho.

-Sé perfectamente que lo estás haciendo - replicó Lexie -Dice que estás embarazada - le tradujo su esposo,
rodando los ojos. - Vas a perder tu vuelo. rodeándole la cintura y acercándola a su cuerpo.

-Lo he cancelado, no voy a viajar sin ti. Te llevaré - ¿Pósous mínes échete? - preguntó la ama de llaves.
conmigo a Grecia, para que conozcas a mi padre - -Quiere saber cuántos meses tienes - le dijo Max.
anunció Maximus antes de meterse a su lado en la cama.
******
La rubia iba a responder, pero en ese preciso momento -Es mi esposa y la madre de mi hijo, exijo que la respetes
apareció Stavros Thalassinos en su silla de ruedas, estaba - expuso Maximus entre dientes.
acompañado por Helena, la secretaria de su hijo.
-Es un insulto a la memoria de tu madre - continuó el
El hombre la recorrió con la mirada e hizo una mueca de hombre atacando a la rubia.
disgusto. Era tal como Helena le dijo, no le extrañaba que
su hijo lo desobedeciera para casarse con ella. Ningún - ¿Quién diablos se cree que es? - cuestionó Lexie
hombre, podría resistirse a una mujer bella, y Maximus enfrentándose a su suegro. - No le tengo miedo, señor. Ni
no era la excepción. siquiera me conoce, y si nos continúa insultando jamás
conocerá a su nieto.
Él sabía por experiencia lo que las mujeres estaban
dispuestas hacer con tal de conseguir dinero. Lo más -Además es bocazas - se lamentó, luego le dijo a
probable era que el bebé que esperaba ni siquiera fuera de Maximus. - Controla a tu mujer.
su hijo, sino que de otro hombre. -Ella puede decir lo que se le dé la gana, no vuelvas a
-Mou apokríseis (Me has desobedecido) - le dijo Stavros insultarla - declaró Max.
a Maximus. Lexie se llevó una mano al vientre cuando sintió a su
-Den eprókeito na afíso ton gio mou na eínai nkriniáris, bebé moverse en su interior.
ektós apó tin agápi mou (No iba a permitir que mi hijo - ¿Estás bien? - le preguntó su esposo preocupado.
fuera un bastardo, además yo la amo) - replicó Max
también en griego. -Se está moviendo - anunció la rubia guiando la mano de
Max hasta el sitió dónde la golpeó el bebé.
Lexie no entendía absolutamente nada de lo que decían,
pero por el tono en que Maximus habló, pudo deducir que Ambos se sonrieron y disfrutaron de las primeras
estaba enfadado. manifestaciones de su hijo.

-Tu esposa debía ser una mujer griega, de clase, no una Stavros los observó un par de segundos antes de regresar
ramera - habló el padre de Max está vez en inglés, solo al interior de la mansión, seguido por la secretaria y la
para que ella entendiera lo que dijo. ama de llaves, que habían presenciado la discusión.

-Yo no soy ninguna ramera - saltó Lexie inmediatamente -Es increíble - dijo Maximus con fascinación al sentir
a defenderse. bajo sus dedos a su hijo moverse.

-Pues no lo pareces - señaló Stavros con la barbilla, el -Sí que lo es - estuvo de acuerdo la rubia con los ojos
vientre abultado de la rubia. llenos de lágrimas.

Maximus sujetó a Lexie cuando ésta intentó apartarse.


-Tú también lo eres - expresó él antes de besarla en los se alegraba de poder compartirla con él. Ahora que lo
labios. conocía más, sabía que jamás abandonaría a su hijo, y
sería un padre presente.
La rubia salió al balcón y observó el atardecer.
Maximus se encontraba leyendo unos documentos en la
terraza cuando Helena le pidió que le esparciera el
protector solar en la espalda, con la misma indiferencia
que la trataba siempre le esparció el protector. Lo que el
griego no sabía era que Lexie estaba viéndolo desde el
CAPITULO 17 balcón.
La furia había invadido el cuerpo de la rubia en cuanto
fijó la mirada en Max y lo sorprendió con su secretaria.
Después de que Petra le ayudara a Lexie a desempacar, la Esa mujer realmente se esforzaba en conseguir su
rubia decidió tomar una siesta. Las nueve horas de vuelo atención, mientras que ella hacía todo lo contrario. Sin
y la discusión con el padre de Maximus, la habían embargo, lo que más le dio rabia fue la sonrisa de la
agotado tanto mental como físicamente. mujer al descubrirla observando desde el balcón.
No iba a dejar que nadie la pisoteara, menos un anciano «Perra» pensó Alexa decidida a ponerla en su sitio.
al que acababa de conocer.
El acuerdo que habían firmado se fue a la mierda en su
Ahora entendía porque Max viajaba y se hospedaba en noche de bodas, y desde ese momento ninguno de los dos
hoteles, el trabajo lo excusaba para no visitar a su padre. lo había respetado, aun así, no iba a tolerar que Maximus
la engañara.
Stavros Thalassinos era un hombre frío y mal
intencionado, todo lo opuesto a su hijo. Sintió deseos de llorar, Helena tenía un cuerpo
maravilloso, su piel morena estaba expuesta y su esposo
Cuando Lexie despertó se llevó una mano al vientre, cada la tocaba. Antes de estar embarazada, Lexie se había
día se notaban más los cambios en su cuerpo, le faltaban enorgullecido de su cuerpo, había conseguido que los
dos semanas para cumplir cinco meses, y ya podía sentir hombres la desearan y que las mujeres la envidiaran,
al bebé moverse. ahora solo conseguía que Max le pusiera los cuernos y
La expresión de Maximus cuando sintió a su hijo por que escogiera a su secretaria antes que a ella.
primera vez quedaría grabada para siempre en su
memoria. Esta experiencia era nueva para ambos, y Lexie
No se iba a quedar de brazos cruzados observándolos - ¡No te atrevas! - le advirtió Lexie incorporándose
mientras se acariciaban. Los iba a enfrentar, y luego cuando se le acercó completamente desnudo.
regresaría a Estados Unidos.
-Cállate de una vez - le ordenó Maximus separándole las
- ¡Max! - gritó Lexie logrando que el griego se apartara piernas. - A la única mujer que deseo es a ti, te lo he
inmediatamente de la secretaria. dicho mil veces.
-Esto no es lo... - intentó excusarse él. - ¡Estabas acariciándola! - gruñó Lexie.
- ¡Maldito infeliz! - exclamó la rubia hecha una furia, -Eso es falso, estaba...
Max se puso de pie y evitó que se acercara a Helena, la
conocía muy bien para saber que iba a golpearla. -No me mientas más, te gusta Helena - repuso la rubia
empujándolo.
-Tranquila, cariño - dijo Maximus sujetándole las manos
e inmovilizándola. - ¿Estás celosa? - preguntó él en tono de burla.

-No soy tu cariño - replicó su esposa, forcejeando para -Por supuesto que estoy celosa - reconoció Lexie. -
que la liberara. - ¡Suéltame que voy a matarla! ¡Tiene un cuerpo fabuloso, mientras que yo estoy gorda
como una ballena porque llevo a tu hijo dentro!
- ¡Está loca! - gritó Helena señalando a la rubia.
-Eres hermosa, Lexie - le aseguró Maximus inclinándose
Los gritos provenientes de la terraza alertaron al padre de sobre ella y obligándola a recostarse en la cama. La rubia
Maximus que se encontraba en el salón principal de la le recorrió los músculos del abdomen con una de sus
mansión. manos, y lo miraba a los ojos a medida que la mano
descendía hacia su miembro.
- ¿Qué diablos pasa aquí? - cuestionó el hombre cuando
salió al jardín, y se encontró a la esposa de su hijo -Lo próxima vez... - no alcanzó a terminar la oración ya
gritándole a Helena. que el griego la besó brutalmente.
-Su hijo es un... - comenzó a decir Lexie, pero se calló en -Si hubiera querido acostarme con Helena, lo habría
cuanto Maximus la alzó en sus brazos. - ¡Bájame ahora hecho hace mucho - admitió Max junto a sus labios, la
mismo! - le exigió, pero la ignoró y se dirigió hacia el rubia lo mordió.
interior de la mansión. - Vas arrepentirte de haberme
engañado, infeliz - amenazó ella golpeándolo en el pecho -Soy tu esposa, infeliz.
mientras la llevaba a la fuerza al dormitorio que ambos Maximus rodó dejándola a ella arriba, y Lexie no tardó
compartían. en comenzar a desnudarse. Él recorrió su cuerpo con
El griego la recostó en la cama y comenzó a desnudarse. suaves caricias, y la preparó para recibirlo.
Lexie se deslizó por su miembro y comenzó a moverse La rubia así lo hizo, sus movimientos eran seguros y
lentamente. Las manos del griego sobre su cintura la sensuales. Ni siquiera la nalgada que Maximus le dio,
animaban a llevarlo más profundamente. consiguió que derramara algo.
- ¡Max! - gritó ella al sentir su espalda chocar con el -Contrólate - le ordenó ella, y su esposo sonrió.
colchón.
Stavros hizo una mueca cuando fue el turno de que le
El griego estaba sobre ella y se movía con maestría, sirviera su plato.
conocía cada rincón de su cuerpo.
-Debiste casarte con una mujer griega - dijo el padre de
La rubia gimió y se arqueó en cuanto llegó al orgasmo. Maximus con tono mordaz, cuando la rubia se alejó.
Las embestidas de Maximus continuaron hasta que
alcanzó su propio clímax. -No he pedido tu opinión - se limitó a responder Max.

-No quiero más escenas en público - le advirtió él -Lamento estropear sus planes, señor. Pero lo hecho,
mientras yacían en la cama, la rubia tenía la cabeza hecho está - manifestó Lexie sentándose junto a su
apoyada sobre su pecho y la levantó para mirarlo. esposo. - Es mejor que vaya acostumbrándose a la idea de
que su hijo se casó con una camarera.
-Vete a la mierda - gruñó ella antes de besarlo en los
labios.
******
- ¿Porque Petra tarda tanto en servir la cena? - cuestionó
Stavros enfadado.
-Alexa está con ella - respondió Helena rodando los ojos.
Las risas desde la cocina llegaban hasta el comedor, y
Maximus sentía curiosidad, justo cuando decidió ir a ver
qué ocurría, apareció su esposa y la ama de llaves.
Lexie llevaba la bandeja con una mano, tenía experiencia,
mientras que la mujer griega la imitaba.
-Sirve a tu esposo primero - le dijo Petra.
la cargó hasta el cuarto de baño y se metió con ella bajo
el chorro de la ducha.
- ¿Has pensado en el nombre del bebé? - preguntó Max
acariciándole el vientre mientras la jabonaba.
-Si es niña se llamará...
-Será niño - la interrumpió él.
Lexie rodó los ojos.
-En el caso de que sea niño, se llamara Bruno como su
padre...
Ni siquiera un segundo se demoró Maximus en aprisionar
CAPITULO 18 a Lexie contra los azulejos de la ducha. El gran tamaño
del griego habría intimidado a cualquiera, menos a su
esposa.
-Buenos días, Kate - saludó Maximus a su esposa, cuando -Repite lo que has dicho - gruñó él.
ésta despertó.
-Si es niño se llamará Bruno como su... ¡Max! - gritó al
-Buenos días, Jonathan - replicó la rubia también sentir la mano de su esposo entre las piernas.
cambiándole el nombre, por primera vez había sido ella
quién lo abrazaba a él mientras dormían. -Tú y el bebé son míos ¿Me oíste? - sentenció Maximus
sujetándole la barbilla con la mano que tenía libre, la
- ¿Qué tal dormiste? - preguntó el griego observándola rubia asintió y cerró los ojos al sentir como la penetraba
ponerse una de sus camisas para cubrir su desnudez. con un dedo. - Di que eres mía - le ordenó deteniéndose.
-Bien - respondió secamente Lexie, sin siquiera mirarlo. - ¡Max! - protestó Lexie enterrando las uñas en la fuerte y
Se sentía distinta, y eso la asustaba. ancha espalda de su marido.
-Me abrazaste toda la noche - expuso Max como si nada. -Dímelo - insistió el griego.
-No volverá a pasar - aseguró ella. -Soy tuya, Maximus, solo tuya - proclamó Lexie.
Maximus la jaló de regreso a la cama, y la rubia no -Bien hecho - la felicitó él antes de besarla en los labios. -
protestó cuando la besó en los labios, ni tampoco cuando ¿Cómo quieres que se llame nuestro hijo?
- ¿En serio quieres hablar de eso ahora? - cuestionó la -Eran otros tiempos - repuso Stavros. - No puedes dejar
rubia. de lado los negocios, para irte a pasear con tu mujercita.
Maximus la alzó en brazos y ella le rodeó la cintura con - ¡Lo único que siempre te ha importado es el maldito
las piernas. dinero! Por eso mismo mi madre te dejó y tuvo el
accidente - manifestó Maximus con frialdad.
- ¿Entonces? - preguntó Max penetrándola con su
miembro. -No metas a tu madre en esto - dijo el mayor de los
griegos, golpeando la mesa con su mano.
-Si es niño, se llamará... Christian como Christian Grey -
dijo Lexie. -Tampoco metas a mi esposa - le advirtió Max
poniéndose de pie, se inclinó sobre la mesa y le dijo a su
Max se carcajeó y ella se le unió. padre entre dientes. - Deja de desquitarte con el mundo,
- ¿Que voy a hacer contigo, Alexa? acepta de una vez que mamá murió por tu culpa.

-El amor - respondió la rubia besándolo. Stavros lo fulminó con la mirada, y se marchó en su silla
de ruedas, sin desayunar.
******
-Fuiste muy duro con él - le dijo Lexie a su esposo,
-Helena, cancela todas las reuniones que tengo cuando éste volvió a sentarse.
programadas el día de hoy - le dijo Maximus a su
secretaria cuando se sentó a desayunar. -Solo le dije la verdad - garantizó Maximus.

- ¿Se va a tomar el día libre? - preguntó la mujer ******


incrédula. Lexie observó a su marido hablar con las personas del
-Sí, llevaré a mi esposa a conocer la isla - contestó el puerto. Ella no entendía lo que decían, pero se notaba que
griego llevándose una mano de Lexie a los labios y le tenían un gran aprecio, y Maximus se desenvolvía con
besándola en el dorso. familiaridad entre ellos.

-No te deje a cargo de mi empresa para que la destruyas - -Agápi - la llamó para que fuera junto a él.
dijo el padre de Maximus. Lexie se acercó, y Maximus la envolvió entre sus brazos.
-Las ganancias que he generado para tu empresa, son -Quiero que conozcas a Filipo y a su esposa Kaly - dijo
cinco veces más altas de lo que conseguiste tú cuando Max presentándole a la pareja.
estabas a cargo - expuso Max con calma.
Para sorpresa de la rubia, ellos hablaban inglés. La pareja Lexie se puso de puntillas para besarlo, luego él la llevó a
tenía un pequeño restaurante, y los invitaron a almorzar conocer unos puestos de artesanía, allí se entretuvieron
con ellos. charlando con los comerciantes.
Kaly le contó que Maximus cuando adolescente se Maximus sonrió al ver a su esposa haciéndole compañía a
escapaba de la mansión de su padre para visitarlos. Ellos una niña que estaba perdida cuando se toparon con ella.
adoptaron a su marido como uno más, y él siempre los Lexie le había secado las lágrimas y la había
visitaba cuando estaba de paso por la isla. E incluso tranquilizado a pesar de que no hablaba griego, también
descubrió que Max le pagó la universidad al hijo mayor le regaló una pulsera de modo que la niña olvido
de la pareja, a lo que ellos se mostraban muy agradecidos. rápidamente que estaba perdida.
Lexie recordó una de las tantas veces que lo llamó Cuando los padres de la niña la encontraron, se mostraron
egoísta, y sintió remordimiento. muy sorprendidos al ver a Max.
- ¿Que ocurre, agápi? - le preguntó Max a la rubia cuando La niña se despidió con un abrazo, primero de Maximus
ésta se detuvo abruptamente. y luego de Lexie, la rubia se emocionó mucho, pero
consiguió mantener a raya las lágrimas.
-Lo siento - dijo Lexie sorprendiéndolo. El griego la
observó sin entender. - Lo siento por llamarte egoísta - se -Serás una madre estupenda - le dijo Maximus al oído,
explicó rápidamente ella. mientras observaban a la niña alejarse con sus padres.
-No importa - Maximus le restó importancia.
-Te juzgue mal, no eres como los otros hombres que he
conocido. CAPITULO 19

-Tú tampoco eres como las demás mujeres que he


conocido - admitió también el griego. - ¿Cuándo planeas regresar? - le preguntó Lexie a su
- ¿Eso es bueno? - preguntó la rubia mordiéndose el labio esposo a través del teléfono.
inferior. -El viernes, mientras tanto tendrás que soportar a mi
-Sí, aunque discutamos y me mandes a la mierda padre.
siempre- dijo Max sujetándole el rostro. - No me importa -No sé cómo lo aguantas - dijo la rubia caminando de un
lo que digan los demás, para mí eres perfecta. lado a otro por la terraza.
-Yo tampoco lo sé - admitió Max. La relación con su Hablaré con Petra para que te acompañe a comprar un
padre era cada vez peor, pero no podía dejarlo solo, era vestido.
su único hijo.
-No quiero que gastes tu dinero en mí - replicó Lexie.
-Petra me contó que le enseñaste a hablar inglés, y se ha
ofrecido a enseñarme griego - le comentó Lexie a su -También es tu dinero, estamos casados - le recordó
esposo. Maximus.

- ¿Que más te ha contado? - preguntó Max frotándose la -Tu dinero no era parte del acuerdo, creí haberlo dejado
cíen, tenía el escritorio repleto de carpetas, y aun así muy claro.
prefería hablar por teléfono con su esposa. -El acuerdo jamás existió, Lexie. Lo rompimos el primer
-Me contó que fuiste a un internado en Inglaterra, y que día - manifestó el griego con calma.
luego estudiaste Finanzas en Harvard, yo no tenía idea -No quiero tu dinero, además debemos regresar a Nueva
que mi esposo era un genio. York el domingo, o perderé mi empleo - repuso Lexie.
-No es para tanto - el griego le quitó importancia. -Tengo que encargarme de algunos negocios en Atenas,
- ¡Mi esposo estudió en Harvard! - exclamó Lexie, y Max no creo que sea posible regresar a Estados Unidos hasta
se carcajeó. - Por eso tu padre me odia, te he arruinado la al menos en un par de semanas más.
vida - murmuró la rubia sintiéndose poca cosa. - ¿Y pensabas dejarme sola en Nueva York todo ese
-No seas ridícula, él no te odia, simplemente aún no se tiempo? - preguntó la rubia alzando la voz. - Ibas a estar
hace a la idea de que sus planes se estropearon. Además, casi un mes fuera del país, y en compañía de tu secretaria
mi vida no está arruinada, tú y el bebé son lo mejor que - lo regañó ella antes de que él tuviera tiempo para
me ha pasado... excusarse.

Lexie sollozó, creía no ser suficiente para él, pero -En un comienzo el viaje era de tres días - argumento
Maximus como siempre la reconfortaba con palabras Maximus dejando de oír sus quejas. - Pero ya que estás
tiernas, y la rubia no podía evitar derramar lágrimas. No en la isla bajo el cuidado de Petra, no veo porque
sabía que había hecho para conseguir a un hombre así, debemos regresar antes, además no puedo marcharme y
temía no merecerlo. dejar los negocios botados.

-Son las hormonas - aseguró mientras se limpiaba las - ¿Qué hay de mi trabajo? - cuestionó la rubia. - ¿Quieres
lágrimas con el dorso de la mano que tenía libre. que lo deje?

-Nos invitaron a una fiesta el viernes por la noche - -La decisión es tuya, y no voy a interferir en eso - expuso
comentó Max con la intención de subirle el ánimo. - el griego.
-Está bien, lo pensaré - gruñó la rubia. Era muy solitario y distante, solo Petra conseguía
relacionarse con él, ya que el resto de los empleados le
-Entonces te veré el viernes - prometió Max antes de temían.
cortar la llamada.
Lexie el jueves por la mañana lo había sorprendido
Llevaban dos días sin verse, y la rubia lo extrañaba, pero intentando ponerse de pie, por suerte ella estaba ahí, de lo
se negaba a admitirlo en voz alta. contrario habría caído al piso y se habría golpeado la
Lexie se llevó una mano al vientre cuando sintió al bebé cabeza. Stavros ni siquiera se lo agradeció, y ella
moverse. tampoco esperaba que lo hiciera.

Stavros también estaba en la terraza, y había escuchado A veces le recordaba a sí misma, su actitud distante era el
todo lo que dijo la rubia mientras hablaba con Maximus. mismo modo en que ella mantenía a las personas lejos,
Le costaba mucho creer que ella no quisiera dinero, y por temor a que le hicieran daño.
decidió contactar a un investigador privado. No le Con Maximus no le había resultado, él consiguió derribar
bastaba con lo que Helena dijo, necesitaba pruebas sus barreras y ella no pudo hacer nada para evitarlo. La
certeras que acreditarán que la rubia no estaba interesada estaba conquistando, y por primera vez no tenía ganas de
en su hijo por el dinero. De ser así, él mismo se luchar contra eso.
encargaría de destruirla.
Las puertas del elevador se abrieron en el recibidor de la
****** oficina de su esposo, y Lexie no tardó en vislumbrar el
Cuando Petra le comentó a Lexie que el viernes irían a escritorio de la secretaria.
Atenas, Stavros no tardó en unirse a ellas, con la excusa Había dejado a Stavros y a Petra en el piso de
de que hace mucho no salía de la isla y necesitaba visitar contabilidad, por suerte, Owen, el guardaespaldas se
su empresa. ofreció acompañarlos.
La mujer griega se había opuesto a la petición de su jefe, -El señor está ocupado - dijo Helena observando a Lexie
pero Lexie intervino a favor de Stavros. caminar hacia la oficina de Maximus.
Debía ser muy duro para él, haber sido un importante La rubia abrió la puerta sin importarle en lo más mínimo
hombre de negocios. Y que luego de unos años, todo su la advertencia de la secretaria.
mundo se redujo a una silla de ruedas para poder
movilizarse. Max alzó la mirada hacia la puerta cuando ésta se abrió,
esperaba encontrar a Helena, aunque ella nunca entraba
Iba a hablar con Maximus sobre su padre, a pesar de que sin golpear la puerta. Lo que encontró fue un par de ojos
el hombre la trataba con indiferencia, ella no tenía mal verdes que lo atraían como dos imanes.
corazón y Stavros la preocupaba.
- ¿Agápi? ¿Qué haces aquí? - preguntó el griego - ¿No le pusiste seguro a la puerta? - le preguntó
obligándose a salir del aturdimiento. Maximus entre dientes a su esposa.
-Vine a verte - se limitó a decir Lexie caminando con su -Lo olvidé - murmuró Lexie observando a las tres
natural sensualidad hacia él. personas que los habían sorprendido en pleno proceso
amatorio.
- ¿Me extrañaste? - quiso saber Max sentándola sobre su
regazo. La rubia se apartó de su marido y ajustó su ropa,
Maximus la imitó.
- ¿Y tú me extrañaste? - cuestionó la rubia de regreso,
evitando de esa forma responder. - ¿Que necesitan? - les preguntó el griego sin ocultar su
frustración.
-Cada segundo del día - admitió Maximus.
-Veníamos a buscarlos para ir almorzar - dijo Petra. -
Alexa le sostuvo la barbilla con las manos y unió los Pero veo que fue un mal momento - añadió la mujer
labios con los de su marido. guiando a Stavros hacia la salida.
Las manos del griego comenzaron a vagar por las piernas -Iremos enseguida - habló Lexie antes de que se
descubiertas de su esposa, mientras ella le desabrochaba marcharan y los dejaran nuevamente a solas.
los botones de la camisa.
-La próxima vez, cerrare con llave - expuso Max
-Hola Christian - le habló Maximus al vientre de la rubia poniéndose de pie, para a continuación sentarla a ella
Ella se carcajeó y dejó que su esposo la sentara a sobre el escritorio y posicionarse entre sus piernas.
horcajadas arriba de él. -Nos están esperando - protestó la rubia cerca de los
Maximus le estrechó el trasero con las manos acercándola labios de su esposo.
a su miembro, y la rubia se contoneó por encima de la -Que sigan esperando - se limitó a decir el griego antes de
ropa. besarla.
-Me vuelves loca de deseo - confesó Lexie con los ojos
cerrados al sentir el recorrido de los labios de su esposo
desde la base de su cuello hasta el valle de sus senos. -
Max - gimió ella cuando éste estrechó fuertemente su
trasero acercándola a él, todo lo que su vientre le
permitía.
En ese momento la puerta se abrió y ambos dirigieron la
mirada en esa dirección.
quitaban la mirada de encima, y eso comenzó a
molestarle a su esposa.
-Podrían ser un poco más disimuladas - comentó Lexie en
cuanto el camarero se alejó.
-Yo no he dicho nada respecto a los hombres que te
miran - replicó el griego.
- ¡Por favor, estoy hecha una ballena! - exclamó la rubia.
-Una muy sexy - dijo Maximus sin pensar, se arrepintió
inmediatamente al ver a su esposa fulminarlo. - No quería
decir eso...
-Si estoy gorda es por tu culpa - le reprochó la rubia. -
Después de que tenga al bebé, no volverás a tocarme -
amenazó entre dientes.
El griego bufo.
-Eso es absurdo, ninguno de los dos puede mantener las
manos lejos del otro.
-Entonces tendrás que amarrarte las manos - declaró
CAPITULO 20 Lexie.
-O podría yo amarrarte a ti - sugirió Max guiñándole un
ojo.
En cuanto Lexie y Maximus subieron al yate, captaron la
atención de los invitados. La rubia lucía un vestido color -La sumisión no es lo mío, Christian Grey - se mofó la
esmeralda que hacía juego con sus ojos verdes, la seda se rubia.
adhería a su vientre abultado y su espalda estaba
descubierta, de modo que podía sentir el calor que le Maximus deslizó su mano hasta el trasero de ella y le dio
transmitía la mano de su esposo mientras la conducía un agarrón.
entre los invitados. -Te gustará, créeme.
Max llevaba un traje a la medida, que lo hacía ver mucho
más atractivo de lo que ya era, las mujeres presentes no le
- ¿Porque siempre todo contigo tiene que ser relacionado -No podía rechazar la invitación de un viejo amigo de mi
con sexo? - cuestionó Lexie. padre - expuso Maximus estrechando la mano que el otro
griego le ofrecía. - Me da gusto verte, Héctor.
-Porque soy el mejor en eso, y no puedes negarlo - dijo el
griego de manera arrogante. -A mí también - repuso el hombre frunciendo el ceño al
verlo solo, esperaba encontrarlo en compañía de su
La rubia rodó los ojos y se llevó las manos al vientre. esposa. - ¿Dónde está tu esposa? Quiero conocerla.
-Ignora a tu padre - le habló Lexie al bebé. -Mi padre ya te contó - supuso Max rodando los ojos, no
Maximus se carcajeó y la estrechó entre sus brazos antes le extrañaba que lo hiciera. Stavros desaprobaba a Lexie.
de besarla suavemente en los labios. -Sí, me contó - admitió abiertamente Héctor. - Stavros
Poco después las personas se fueron acercando a ellos, solo quiere lo mejor para ti, Maximus.
Max la presentó a sus socios, y Lexie los deslumbró a -Lexie lo es - declaró Max.
todos con su belleza y encanto.
-Llévame con ella, quiero conocerla.
Ese era el primer evento al que asistían juntos, hacían una
buena pareja, todos se encargaban de decirlo. Maximus rodó los ojos, y se encaminó hacia la cubierta
seguido por el amigo de su padre.
Lexie se alejó del grupo que conversaba con su esposo,
alegando que saldría a la cubierta del yate por un poco de Lexie estaba de espaldas, observando la luna reflejarse en
aire fresco. Maximus se había ofrecido acompañarla, pero el mar, y no se percató de que tenía compañía.
la rubia se negó.
Héctor observó a la mujer que estaba de espaldas, tenía el
La luna brillaba en el cielo cuando salió a la cubierta, el cabello rubio y una figura espléndida.
viento alborotó su cabello y erizó su piel.
-Lexie - llamó Max a su esposa.
Por primera vez sentía que hacía lo correcto, sus
sentimientos ya estaban implicados y no podía hacer nada La rubia se dio media vuelta al oír que su esposo la
para evitarlo, se estaba enamorando de Maximus. llamaba.

En el interior del yate se encontraba Max hablando con El corazón del otro griego se aceleró en cuanto fijó la
uno de sus socios, cuando el anfitrión de la fiesta se mirada en el rostro de la joven, era como estar viendo a
acercó, el hombre que minutos antes hablaba con el un fantasma del pasado, se había quedado sin palabras.
griego se excusó, dejándolos solos. - ¿Qué ocurre? - cuestionó la rubia caminando hacia
-Me alegro mucho de que aceptaras mi invitación - dijo ellos.
Héctor Sifakis.
-Quiero presentarte a Héctor Sifakis, un viejo amigo de - ¿De dónde eres? - cuestionó el hombre con un nudo en
mi padre - dijo Max rodeándole la cintura a su esposa una la garganta.
vez llegó a su lado.
-Creo que de Estados Unidos - contestó la rubia
Héctor fijó la mirada en el vientre abultado de la rubia, encogiéndose de hombros. Nunca quiso ver el registro de
estaba embarazada... su madre que se guardaba en el orfanato. Nora le ofreció
la oportunidad, pero Lexie la había rechazado, le bastaba
-Un gusto conocerlo, señor - dijo Lexie ofreciéndole su con llevar el apellido de la mujer que la abandonó a su
mano al hombre. suerte siendo apenas una bebé.
El griego estaba en shock, pero de igual forma le estrechó Ante la confusión del hombre decidió explicarse.
la mano.
-Me crie en un orfanato en Nueva York.
-Te has quedado sin palabras - comentó Maximus.
Héctor abrió la boca para decir algo, pero nuevamente no
-No esperaba que estuviera embarazada - mintió Héctor. tenía palabras.
Eran muchas las similitudes entre la rubia y Victoria, su
antiguo amor de juventud. Parecían ser la misma persona, Recordó haber conocido a Victoria en uno de sus viajes a
y eso lo desconcertaba. Nueva York, ella trabajaba en el hotel que se hospedaba,
tenía veintidós años mientras que él treinta y cuatro. La
- ¿También es griego? - preguntó Alexa. había convertido en su amante, y la había amado más que
-Sí, lo es - reconoció Max ya que el amigo de su padre a nadie. Sin embargo, el destino tenía preparado distintos
parecía haber olvidado como hablar. - Yo creí que eras un caminos para ellos, Héctor asumió el cargo en la empresa
poco más abierto de mente, pero al parecer me familiar y tuvo que comprometerse con una mujer griega,
equivoqué. Eres igual de anticuado que mi padre. Victoria no soportó eso y lo dejó.

Héctor se aclaró la garganta, obligándose a salir del Un año después se enteró que ella había fallecido.
trance en el que se encontraba. Era difícil de creer, pero todo indicaba una cosa, la
-Solo estoy sorprendido - se justificó. - Stavros no esposa de Maximus podría ser su hija...
comentó nada respecto a que iba a ser abuelo.
-Stavros desaprueba que me haya casado con su hijo, no
soy griega - dijo Lexie.
«Esa voz», pensó Héctor.
- ¿Qué tal te fue? - quiso saber Maximus en cuanto la
rubia se les unió a desayunar.
-Renuncié - se limitó a decir Lexie bajo la atenta mirada
de su suegro y de Helena.
«¿Es que acaso no puede hospedarse en un hotel?», se
cuestionó mentalmente la rubia. Cada día le desagradaba
más la secretaria.
- ¡Al fin me haces caso! - ironizó su esposo.
-No te emociones, volveré a trabajar luego de tener al
bebé.
Maximus rodó los ojos, y Lexie se río, lo decía sólo para
llevarle la contra.
No pasaron ni diez minutos cuando Max se puso de pie y
se despidió, tenía una importante reunión y debía viajar
en helicóptero hasta su oficina en Atenas.
-No hagas enfadar a mi padre - le aconsejó Maximus a su
esposa antes de besarla en los labios.
-No puedo prometer nada - se limitó a decir la rubia
encogiéndose de hombros.
Max negó con la cabeza y se marchó seguido por Helena.
CAPITULO 21
Lexie continúo desayunando en compañía de su suegro,
el griego aguardó silencio hasta que terminó de comer y
El lunes por la mañana, Lexie llamó al restaurante en el se dispuso a retirarse.
que solía trabajar como camarera, para informar que
renunciaba. Su antiguo jefe se mostró comprensivo y le -Cuando termines de desayunar, te veré en mi oficina - le
ofreció trabajo luego de que tuviera a su hijo. La rubia no dijo Stavros a Lexie, y sin esperar una respuesta de la
rechazó la oferta y prometió visitarlos en cuanto llegara a rubia se marchó dejándola sola.
Nueva York.
Petra no tardó en reunirse con Lexie. La mujer griega era - ¡Ese niño no es mi nieto! - exclamó el griego.
muy amable con la rubia, y la había aceptado desde el
comienzo. Paidí Max, como le decía la ama de llaves, era -Me da igual lo que usted piense, no voy a dejar a su hijo,
la luz de sus ojos, ella lo había cuidado desde que falleció y Max tampoco va a dejarme. Le guste o no, el bebé que
su madre, y lo quería como a un hijo. Lexie hacía feliz a llevo en mi vientre es su nieto - dijo la rubia para luego
su paidí, y por lo tanto ella también era feliz. ponerse de pie y salir del despacho cerrando la puerta de
golpe.
Lexie luego de ayudarle a Petra a recoger las cosas de la
mesa, se reunió con Stavros en el despacho de éste. Lexie ahora sabía con certeza que jamás iba a aceptarla,
Stavros no tenía corazón, y la felicidad de su hijo era lo
El hombre estaba frente a su imponente escritorio de que menos le importaba.
roble, y le indicó que se sentará frente a él.
El día transcurrió sin ningún otro enfrentamiento con su
La rubia experimento lo mismo que cuando era niña y suegro, ya que él se encerró en su despacho y sólo lo vio
Nora la citaba en su oficina para regañarla. a la hora de almuerzo.
- ¿Qué ocurre? - cuestionó Lexie llevándose una mano al Maximus en la tarde llamó por teléfono para comunicarle
vientre para sentir al bebé moverse. El griego la observó, que llegaría a tiempo para la cena, Lexie no le comentó
y algo brillo en sus ojos, pero se recompuso rápidamente. nada acerca del dinero que le ofreció su padre, sabía que
se enfadaría mucho y dado al estado de salud de Stavros
- ¿Cuánto dinero quieres para dejar a mi hijo? - preguntó no quería correr el riesgo de que le pasara algo.
Stavros, tenía sobre el escritorio un cheque en blanco.
Petra con ayuda de Lexie preparó el plato favorito de
La ira recorrió el cuerpo de Lexie, su suegro estaba Max, también le enseñó unas cuentas palabras en griego.
dispuesto a incluso pagarle con tal de mantenerla lejos de
la vida de Max. A eso de las siete de la tarde, llamaron a la puerta, y
Lexie se apresuró en ir a abrir pensando que se trataba de
-No me importa su dinero - declaró fríamente la rubia. - su esposo.
Desde el comienzo le dije a su hijo que no quería casarme
y que su dinero no me interesa. -Buenas noches, Lexie. Estás bellísima - dijo Héctor
Sifakis de pie frente a ella con un ramo de flores.
- ¿Entonces porque te casaste? - interrogo el griego.
-Gracias, no sabía que... - se calló y aceptó las flores que
-Maximus me importa, y a diferencia de usted, quiero que el hombre le ofreció.
sea feliz - dijo Lexie con valentía. - Vamos a tener un
hijo, y, aun así, usted está dispuesto a pagarme para que -Stavros me invitó a cenar, espero no molestar - expuso el
lo deje, debería darle vergüenza. griego ante la sorpresa de la rubia.
-No, claro que no molesta - Lexie se hizo a un costado Héctor estaba perplejo, nunca había visto antes a alguien
para dejarlo entrar. enfrentarse sin temor a Stavros.
Héctor era casi tan alto como Max, tenía el cabello negro - ¿Qué diablos pasa aquí? - cuestionó Maximus
con algunas canas, y sus ojos eran verdes, del mismo tono apareciendo junto a su esposa.
que los de Lexie.
-Tu padre ya me colapsó - manifestó la rubia. - Yo me
La rubia lo acompañó hasta el salón principal de la largo de aquí, y me da igual si vienes conmigo o te
mansión, y mientras dejaba el ramo de flores sobre el quedas.
piano de cola, podía sentir que el griego no le apartaba la
mirada de encima y eso la incomodaba. Maximus intento sujetarla del brazo, pero Lexie lo
esquivó.
- ¡Héctor! - dijo Stavros apareciendo en su silla de
ruedas. - ¿Esto es lo que querías? - le preguntó Max a su padre
cuando su esposa desapareció en dirección a la escalera
Lexie decidió dejarlos hablar en privado, y cuando se de mármol.
disponía a retirarse oyó lo que su suegro dijo:
-Esa mujer no te conviene, va a destruirte - declaró
-Veo que ya conociste a la esposa de Maximus. De todas Stavros.
las mujeres que podría haber escogido para casarse, eligió
a la peor. -De eso tendría que preocuparme yo, es la madre de mi
hijo y la amo, si tengo que escoger entre tú y ella, la
-Estás siendo muy grosero con ella - le reprochó Héctor escogeré mil veces a ella - expuso Maximus para a
observando a Lexie de pie frente a ellos. - Deberías estar continuación ir tras de Lexie.
feliz, te dará un nieto.
Al entrar en el cuarto que compartían, la encontró sentada
-Ese niño no es hijo de Maximus, ella es una ramera, en la cama, llorando.
podría ser de cualquier otro hombre...
-Agápi - le dijo Maximus sentándose a su lado y
-Stavros... abrazándola.
-Me da igual lo que usted diga de mí - repuso Lexie -No sé porque me odia - sollozó Lexie contra su pecho. -
enfrentando a su suegro, ya estaba harta, no lo soportaba. No le hecho nada.
- Es un viejo amargado, que está solo porque ya nadie lo
aguanta, ni siquiera su hijo. Por suerte, Max no es como -Tranquila, esto no le hace bien al bebé - dijo Max
usted, de lo contrario ya lo habría dejado hace rato. llevando su mano al vientre de su esposa. - Mañana te
llevaré conmigo a Atenas.
-Me quiero ir a casa - protestó Lexie.
-Trataré de hacer todo lo posible para que podamos
marcharnos la semana que viene - prometió Maximus
besándola en la frente.
******
Las palabras de Max habían conseguido que su padre
abriera los ojos y viera la realidad. Stavros ya no podía
hacer nada más, salvo aceptar a la esposa de su hijo. Se
amaban, ambos lo habían demostrado, y no quería ser él
quién destruyera eso. Sabía por experiencia propia lo que
era perder al amor de su vida, y no quería eso para su
único hijo.
Héctor le hizo saber a su amigo el error que había
cometido y le aconsejó que pidiera disculpas.
Estaba preocupado por Lexie, cada una de las palabras de
Stavros la habían lastimado, y sentía que gran parte de
eso era culpa suya, si hubiera sabido antes que Victoria
estaba embarazada, les habría evitado el sufrimiento a
muchas personas, en especial a su hija.
El viernes en cuanto acabó la fiesta que dio en su yate, se
puso en contacto con un investigador privado y en menos
de veinticuatro horas tuvo un informe completo acerca de
la vida de Lexie y de Victoria. Miles de emociones
experimento al leer el certificado de nacimiento de la
rubia, decía claramente que su madre era Victoria
Daniels. Sin embargo, dónde debía decir su nombre,
aparecía:
 “Padre Desconocido”.
Lexie efectivamente era su hija, e iba hacer todo lo CAPITULO 22
posible por recuperarla, aunque eso le costara la amistad
de Stavros.
Luego de que Petra fuera a buscarlos a la habitación, -Será niño - aseguró Maximus dando por terminado el
Maximus y Lexie aceptaron cenar con sus padres. tema.
A pesar de que a Stavros no le gustara que la rubia La rubia rodó los ojos, su esposo no se iba a dar por
sirviera la comida, ella de igual forma ayudó a la ama de vencido, insistiría hasta el final con que el bebé era niño.
llaves.
******
-Petra cena con nosotros, por favor - le pidió Lexie a la
mujer griega cuando ésta se dispuso a regresar a la A la mañana siguiente, el helicóptero los esperaba para
cocina. llevarlos a Atenas. Petra no quería que se marcharan,
pero Max le prometió que solo serían un par de días,
-No creo que sea posible - objetó Petra. hasta que las cosas con su padre se calmaran.
Las costumbres griegas le prohibían a ella comer en la Stavros se encontraba en el balcón de su dormitorio,
misma mesa que su jefe. Sin embargo, de vez en cuando observándolos desaparecer a la distancia.
rompía las reglas para cenar con Max y hacerle
compañía. Había cometido un grave error al juzgar y tratar mal a la
esposa de su hijo. No debió dejarse llevar por lo que
-Toma asiento, Petra - le ordenó Stavros sorprendiendo a Helena le contó, pero estaba tan enfadado con Maximus
todos, incluso a sí mismo. por desobedecerlo. Se suponía que su esposa debía ser
griega, no una desafiante muchacha americana.
Lexie que estaba de pie, se dirigió a la cocina y le sirvió
un plato a la mujer. Alexa tenía mucho coraje, no se dejaba atormentar ni
manipular. La había puesto a prueba ofreciéndole dinero,
-Eres increíble - le dijo Maximus a su esposa besándola pero ella lo rechazó. Su hijo la amaba e iba a ser abuelo,
en la mejilla, cuando se sentó a su lado. por lo tanto, debía aceptarla de una vez, aunque no fuera
La cena paso sin contratiempos, y todos disfrutaron de la de su agrado.
comida que preparó Lexie junto a Petra. ******
- ¿Ya saben que nombre ponerle al bebé? - preguntó Maximus observó a Lexie caminar por su oficina, lo tenía
Héctor a la pareja. hipnotizado, se veía tan sexy con el vestido que llevaba,
-Aún no sabemos lo que será - explicó la rubia no podía dejar de mirarla, aunque quisiera.
encogiéndose de hombros. - Max creé que es niño, y si es -Max - protestó la rubia cuando su esposo la jaló hasta su
así se llamara Christian. regazo.
- ¿Y si es niña? - preguntó otra vez Héctor con demasiado
interés.
-No puedo concentrarme contigo paseando de un lado a Maximus rodó los ojos, jamás la entendería. No habían
otro, de ahora en adelante tienes prohibido... pasado ni veinticuatro horas desde que la encontró
llorando por culpa de su padre.
Lexie lo silenció con sus labios.
-Tengo una reunión ahora - expuso Max poniéndose de
-Ni se te ocurra prohibirme algo - le advirtió ella antes de pie. - Mientras tanto puedes ir de compras - le ofreció su
volver a besarlo. tarjeta de créditos, pero Lexie se cruzó de brazos,
Max sonrió contra sus labios, para luego profundizar el negándose a aceptarla. - Cariño...
beso. -No quiero tu dinero - repuso Lexie.
La voz de la secretaria sonó a través del comunicador, -Eso ya lo sé, agápi - dijo Maximus atrayéndola hacia su
pero ambos la ignoraron, y continuaron besándose. cuerpo. - Ve y compra un recuerdo para Nora, o quizás
-La reunión de las once comienza en cinco minutos, señor algo para el bebé.
Thalassinos - insistió Helena al no obtener una respuesta -Está bien - aceptó finalmente Lexie entre dientes.
por parte de su jefe.
Max la besó suavemente en los labios antes de marcharse.
Lexie deslizó los labios por el cuello de su esposo, y le
comenzó a desabrochar los botones de la camisa. Los ******
músculos del griego se tensaron y la detuvo antes de que
continuara con la cremallera de su pantalón. El guardaespaldas le cargaba las bolsas y esperaba
paciente a que la rubia se decidiera por algo, incluso de
-Tendremos que dejarlo para después - repuso Max vez en cuando Lexie le pidió su opinión respecto a los
mirándola a los ojos. colores que escoger.
La rubia bufó y se apartó de mala gana. Iban saliendo de una tienda muy famosa cuando se
toparon con Héctor Sifakis bajando de su coche.
-No sé para qué me has traído - comentó Lexie. - Estoy
muy aburrida aquí encerrada, lo único que has hecho -Nos volvemos a encontrar, Lexie - dijo el griego
desde que llegamos es leer documentos. sonriendo afectuosamente.
- ¿Es que acaso te querías quedar con mi padre en la isla? -Así veo - se limitó a responder la rubia. Tenía la extraña
- cuestionó Max arreglando su ropa. sensación de que la estaba siguiendo, pero descartó la
idea ya que la encontró muy absurda.
-Al menos discutir con tu padre es mucho más divertido
que esto - manifestó la rubia señalando la oficina. - ¿Ya almorzaste? - le preguntó Héctor.
-No, aún no.
-Bien, te invito a comer algo, hay un restaurante muy «Ese hombre debía estar muy loco si pensaba que iba
bueno por aquí cerca - ofreció el hombre de manera aceptar tener una aventura con él» meditó Lexie.
caballerosa.
Sin embargo, lo que veía en su mirada no era deseo, sino
-No creo que sea buena idea - se negó Lexie, no le esperanza...
parecía correcto almorzar con él, era muchos años mayor
que ella y además estaba casada con Maximus. -Sé perfectamente que amas a tu esposo, yo jamás haría
algo para separarlos - dijo Héctor.
-Acepta mi invitación, por favor - suplicó Héctor ante la
negativa de la rubia. La estaba confundiendo, y no quería que ella se espantara
antes de que le contara la verdad.
Lexie alzó la mirada hacia el rostro del griego, tenía algo
que se le hacía muy familiar pero no sabía aun lo que era. -No lo estoy entendiendo señor - repuso Lexie. - ¿Qué es
lo que quiere?
-Está bien - término por aceptar, la única excusa
razonable que se le ocurrió, era que moría de hambre y -Te quiero recuperar, hija... - declaró el griego con
debía alimentar a su bebé que no dejaba de moverse en su valentía.
vientre, pidiendo comida.
Héctor la guio hasta un restaurante muy selecto de
Atenas, y pidió una mesa apartada.
-Espero que a Max no le moleste que te haya invitado a
comer - comentó el griego cuando el camarero se marchó.
-Se va a enfadar, de eso estoy segura - dijo Lexie con
actitud distante.
Héctor hizo una mueca, acercarse a su hija iba a ser más
difícil de lo que creyó en un comienzo.
-Mi intención no es causar problemas entre ustedes -
manifestó honestamente el millonario. - Siento mucha
curiosidad en conocerte.
Lexie se atragantó con el agua que estaba bebiendo.
-Estoy casada, señor - le recordó la rubia una vez que se
recuperó.
CAPITULO 23 y no quería que él la viera vulnerable. - Podría ser hija de
cualquier otro hombre, y usted no necesariamente podría
ser mi padre.
El corazón de Lexie latía a toda velocidad contra su
pecho, mientras su cerebro procesaba lo que acaba de -Soy tu padre, Alexa. Y te voy a recuperar, aunque sea lo
escuchar. último que haga en mi vida - declaró Héctor muy seguro
de sí mismo.
«Te quiero recuperar, hija» esas palabras taladraron su
mente, a la vez que su cuerpo se paralizaba por completo. Lexie había sufrido toda la vida por culpa del abandono
de su madre, y cuando creía que estaba rota, apareció
-Lexie - dijo Héctor sujetándole la mano que tenía sobre Maximus revolucionando su mundo y curando día tras
la mesa. El primer contacto fue como una corriente día sus heridas.
eléctrica que los recorrió a ambos. - Lamento no haberte
buscado antes, hija, pero no sabía de tu existencia hasta No quería seguir oyendo lo que su supuesto padre tenía
que te vi por primera vez el viernes por la noche - explicó que decir, el daño ya estaba hecho, y debía continuar con
el griego con voz desgarradora. - Eres el vivo retrato de su vida tal cuál la conocía.
tu madre. -No te vayas, por favor - le suplicó Héctor observándola
-Yo no tengo padres - repuso Lexie alzando la mirada y ponerse de pie.
apartando de un manotazo la mano de Héctor. - La mujer -No vuelva a buscarme, señor - le advirtió Lexie antes de
que me dio a luz, me abandonó en un orfanato, y nunca a encaminarse hacia la salida.
nadie le importé. ¿Dónde estaba usted cuando yo lo
necesité, señor? ¿Es que acaso es normal en usted ******
embarazar a mujeres y luego abandonarlas? Casi todo su cuerpo estaba sumergido en la fría agua de
Héctor hizo una mueca de dolor, era tan dura que le la bañera, las lágrimas que había derramado durante
recordaba a sí mismo cuando joven. horas se habían mezclado con el agua.

-Me arrepentiré toda la vida por no haberte encontrado Poco a poco se fue deslizando, hasta que el agua la cubrió
antes - expresó sinceramente el griego. - Amé a tu madre por completo.
más que a mi vida, estaba dispuesto a todo con tal de Los minutos pasaban, y el aire en sus pulmones se
estar a su lado. Fue ella quién me dejó a mí, y yo nunca agotaba, aun así, Lexie se negaba a salir a la superficie.
sospeche que estaba embarazada, falleció pocos días
después de tu nacimiento Su mente estaba en blanco, y su cuerpo no reaccionaba.
Sin embargo, de un segundo a otro, sintió que la
- ¿Cómo está tan seguro de que soy su hija? - cuestionó la
rubia de manera desafiante. La noticia la había afectado,
sujetaban de los hombros y la impulsaban hacia la Lexie enterró el rostro contra el pecho de su esposo, y
superficie. lloró desconsoladamente.
La rubia tosió, y al cabo de unos segundos comenzó a Había cometido una estupidez, y ni siquiera había
respirar trabajosamente. Su mirada estaba empañada, pensado en su bebé.
pero podía identificar la silueta de su esposo.
-Debes calmarte - le aconsejó Max.
Maximus había llegado a su Pent-house esperando el
recibimiento de Lexie, pero lo que encontró en su lugar -Mi bebé - sollozó Lexie llevándose una mano al vientre,
fue el piso de la sala mojado. solo deseaba sentir que se movía. De lo contrario, jamás
se perdonaría si algo malo le pasaba por su culpa. - Max,
Siguió los rastros de agua hasta su dormitorio, y se mi bebé - lloró aún más al no sentir que el bebé se movía.
percató de que el agua provenía desde el cuarto de baño.
Maximus la cargó hasta la cama y la cubrió con una
Su corazón comenzó a acelerarse, y miles de sensaciones manta mientras buscaba su teléfono celular al interior de
recorrieron su cuerpo en una milésima de segundos. la chaqueta.
Al abrir la puerta, se encontró con que el agua de la Pasó un minuto y cortó la llamada, un médico vendría a
bañera se estaba desbordando, y rápidamente se acercó a verla.
detener el agua. Sin embargo, el cuerpo de su esposa
estaba sumergido dentro de la bañera. Lexie estaba hecha un ovillo en la cama, y lloraba en
silencio.
Su cuerpo se enfrió, y pensó lo peor.
Max comenzó a buscar ropa para vestirla, pero no
La sostuvo de los hombros y la jaló hacia la superficie. encontraba la ropa de ella, así que terminó poniéndole
Ella inmediatamente comenzó a toser, y a llenar sus una camiseta manga larga y un pantalón deportivo de él.
pulmones de aire.
Diez minutos después, llamaron a la puerta, y Max se
Max respiraban de manera agitada, como si hubiera puso de pie para ir abrir.
corrido un maratón. Se había llevado un gran susto.
El médico le pidió que saliera de la habitación mientras
Sacó a Lexie de la bañera y la envolvió en una toalla. Su examinaba a la rubia. Obviamente Max se negó a dejarla
cuerpo temblaba y tenía los labios azules a causa del frío. sola, pero de igual forma terminó aceptando las órdenes
del médico, y se dirigió a la cocina a prepararle un
Maximus la abrazó tratando de transmitirle su calor, y chocolate caliente para estimular al bebé.
ella rompió en llanto.
Lexie en cuanto le dio un trago al chocolate caliente que
-Estoy aquí, cariño - dijo el griego mientras le frotaba la preparó su esposo, el bebé comenzó a moverse.
espalda. - Estoy aquí.
Las lágrimas no tardaron en rodar por su rostro.
CAPITULO 24
-Mañana a primera hora debe realizarse un ultrasonido,
necesito chequear como se encuentra el bebé - expuso el
médico anotando algo en una libreta. Maximus le había dicho que la amaba, y ella lo besó
Cuando el médico se fue, y volvieron a quedar solos, silenciando sus palabras. Aun no se sentía preparada para
Lexie se acurrucó contra el pecho de su esposo. abrirle completamente su corazón, necesitaba tiempo para
sanar, sólo entonces podría amarlo como él merecía que
-Lo siento - susurró la rubia. lo amara.
-Hiciste una estupidez - le reprochó Max. - No quiero ni Luego de visitar al médico, y que éste les dijera que el
imaginarme lo que habría pasado si yo no llego a tiempo. bebé estaba bien, regresaron a la isla del padre de Max.
-Yo no quería... - la voz de Lexie se rompió. Petra se había mostrado muy feliz con su regreso, los
-Pusiste en riesgo tu vida y la de nuestro hijo - dijo el había extrañado, aunque solo estuvieron dos días en
griego sin dejar de abrazarla. - Si algo les hubiera pasado, Atenas. Maximus le hizo prometer a la ama de llaves que
jamás me lo perdonaría. Te amo demasiado... - añadió cuidaría a su esposa mientras él trabajaba. No quería
sosteniéndole el rostro y mirándola a los ojos. arriesgarse a que Lexie volviera a cometer alguna
estupidez.
Los días fueron pasando, y Lexie se encerró en sí misma.
Su alegría de siempre fue reemplazada por un triste
silencio.
Pasaba horas sentada en la arena observando el mar, y
regresaba a la mansión en cuanto el sol se ocultaba.
Maximus no sabía lo que le ocurría a su esposa, se estaba
alejando de él y a penas le dirigía la palabra.
Lexie se sentía miserable, ya que nuevamente había
puesto en riesgo la vida de su hijo, no entendía como
Max podía amarla sabiendo eso.
El tema de su supuesto padre, la afectaba mucho, y no
dejaba de darle vueltas. Se había alejado de Max,
inconscientemente, incluso Stavros se había acercado a
preguntarle si algo le pasaba, ya ni siquiera discutía con -Entonces fue ahí cuando decidiste embarazarme - se
él. burló ella. - Y ahora por tu culpa parezco una...
Después de meditarlo bastante, llegó a la conclusión de -Si antes eras hermosa, ahora lo eres aún más - aseguró
que no podía desquitarse con todos, la única culpable era Maximus posando una mano sobre el abultado vientre de
su madre que le ocultó su embarazo a Héctor. su esposa.
«Las ironías de la vida», pensó Lexie, ella también había -Continúa con tu relato - lo animó Lexie.
planeado ocultarle su embarazo a Max, y por suerte no lo
hizo, de lo contrario habría condenado a su hijo a un Max la había extrañado, la Lexie que él conocía y amaba
sufrimiento igual o peor que el de ella misma. era la que estaba frente a él, no la Lexie que apenas
hablaba y que no discutía cuando algo no le parecía bien.
- ¿Me vas a decir que es lo que te ocurre? - preguntó su
esposo, envolviéndola entre sus brazos. -No puedo continuar si a cada rato me interrumpes - dijo
el griego a lo que su esposa rodó los ojos. - Como estaba
Era casi media noche, y ella estaba en el balcón diciendo, te veías hermosa, y quería acercarme a ofrecerte
observando a la distancia las luces del puerto. un trago. Fue entonces cuando el sujeto te arrastró fuera
de la pista, y yo te rescaté.
-No entiendo cómo puedes amarme, soy un completo
desastre - murmuró Lexie volteando a observarlo. -Super Max, al rescate - bromeó Lexie y Maximus se
carcajeó.
Max le apartó un mechón rubio que se removió por el
viento, y le sonrió. Su esposa y su extraño sentido del humor estaban de
regreso.
-No es tan difícil de entender, eres una mujer increíble
cuando no estás haciendo estupideces. -Te amo, Lexie. No me gusta verte triste, si algo no te
hace feliz, dímelo, soy tu esposo y te ayudaré a
Lexie hizo una mueca, y el griego continuó hablando. solucionarlo.
-Creo que me enamoré de ti la primera vez que te vi. La rubia se puso de puntillas para besarlo.
-La primera vez que te vi, un sujeto me quería violar - lo ******
interrumpió la rubia, y Max la calló poniendo un dedo
sobre sus labios. Al día siguiente cuando Max regresó del trabajo, escuchó
unas risas que provenían desde la terraza.
-Esa fue la primera vez que tú me viste a mí - aclaró el
griego. - Yo te vi antes, tú estabas bailando y yo me Lexie, Petra y su padre parecían estar pasándolo muy
dirigía al bar a comprar un trago. Te veías hermosa, como bien, ni siquiera se percataron de su presencia hasta que
una diosa griega... se aclaró la garganta, anunciando su llegada.
- ¡Max! - exclamó su esposa poniéndose de pie para A la fiesta asistieron las personas más influyentes de toda
luego lanzarse a sus brazos y besarlo. - ¿Qué tal el Grecia, y Stavros presentó a Lexie ante todos como la
trabajo? esposa de su hijo.
-Bien - se limitó a decir Max, deshaciendo el nudo de la La rubia no sabía a qué se debía el cambio en su suegro, y
corbata. - ¿De qué se reían? - preguntó suspicaz al ver tampoco quería saberlo. Ella aún no le decía a nadie que
que Petra escondía algo. Héctor era su padre, y tampoco quería que él se lo dijera
a alguien. Una vez que estuviera absolutamente segura de
-La cena ya está lista - anunció la ama de llaves que era su padre, al primero que se lo diría, sería a Max.
sonriendo inocentemente. No quería más secretos entre ellos.
- ¿Que estás escondiendo? - cuestionó Max acercándose y Héctor también estaba presente esa noche, y en cuanto
arrebatándole lo que ésta ocultaba. - ¿Porque intentan tuvo la oportunidad se le acercó a Lexie.
ponerme en ridículo frente a mi esposa?
-Luces espléndida.
Lexie se carcajeó.
-Gracias - se limitó a decir la rubia, esa noche llevaba un
-Eras un bebé muy adorable, cariño. vestido largo, color blanco, que se justaba a sus curvas.
Maximus bufo y abrió el álbum de fotos. Su madre antes - ¿Te han gustado las flores que te he enviado? - le
de morir se había encargado de capturar cada momento, y preguntó el griego con intención de crear un tema de
no sabía que su padre aun lo conservaba. conversación.
-Estoy orgulloso de ti, hijo - manifestó Stavros -Muy bonitas, pero por favor no me envíe más, no quiero
observándolo abrazar a Lexie, mientras miraban las que mi esposo lo sepa - dijo Lexie en voz baja, no quería
fotografías y sonreían. arriesgarse a que alguien la escuchara.
-Gracias, papá... - ¿No se lo has dicho?
****** -No, y tampoco planeó hacerlo aún - contestó
Faltaban dos días para que Lexie y Maximus regresaran a honestamente la rubia.
Estados Unidos. La relación entre la rubia y Stavros había -Yo tampoco se lo he dicho a alguien. Primero me
mejorado considerablemente, ambos habían puesto de su gustaría darte mi apelli...
parte y consiguieron congeniar muy bien.
-No quiero su apellido ni su dinero - declaró Lexie
Antes de que se marcharan, el griego le pidió a Petra que interrumpiéndolo.
organizara una fiesta para su hijo y Lexie, ya que no
había estado presente en su boda.
-Eres mi única heredera, Alexa. Toda la fortuna que Maximus terminó de despedirse de Petra, y se les acercó.
tengo te pertenece - dijo Héctor intentando hacerla entrar Le parecía sorprendente que su padre finalmente aceptara
en razón. Pero al ver que sería inútil convencerla, a Lexie.
desistió. - No seas terca, al menos permite que te conozca
un poco más. -Cuida a mi paidí - le advirtió Petra a Lexie antes de que
subieran al jet.
-Regreso el domingo a Nueva York - expuso fríamente la
rubia. La ama de llaves y Stavros los observaron alejarse hasta
desaparecer en el cielo.
-Perfecto, este año no he visitado Nueva York.
-Se lo dije, señor. Lexie es la mujer indicada para Max -
- ¿Es que planea seguirme? - cuestionó Lexie incrédula. habló Petra con los ojos llenos de lágrimas.
-Por supuesto, eres mi hija - afirmó Héctor, pero se calló
al ver a Max acercarse.
-Agápi, te estaba buscando - le dijo Maximus a su esposa.
- Héctor - saludó al amigo de su padre con un leve
asentimiento. Maximus ni siquiera sospechaba que en
realidad Héctor era su suegro.
******
-Debes cuidarte, muchacha - le aconsejó Stavros a Lexie
el domingo, cuando se estaban despidiendo en el
aeropuerto. - No hagas tantas locuras, y procura mantener
la boca cerrada, pero no tanto que mi hijo se preocupa -
añadió mirando severamente a Max que se encontraba
hablando con Petra unos metros más allá.
-Haré lo que pueda - repuso la rubia encogiéndose de
hombros. - Usted no sea tan amargado, y venga a
visitarnos.
-Iré a conocer a mi nieto - prometió Stavros.
-Hasta que al fin lo admitió - ironizó Lexie y el griego
rodó los ojos.
-Estás hermosa ¿Ya sabes lo que es?
-Aún no, mañana tengo cita con mi obstetra - manifestó
Lexie sonando muy entusiasmada. Al fin sabría el sexo
CAPITULO 25 de su bebé, se moría por comenzar a comprarle ropa y a
prepararle el cuarto. Por más que su esposo dijera que era
niño y se llamaría Christian, su instinto de madre le decía
El lunes, Lexie y Natalie quedaron de encontrarse en la que era niña.
cafetería que ambas acostumbraban a frecuentar. - ¿Cómo se tomó Max la noticia? - preguntó Natalie.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se -Bien, en realidad, mejor de lo que esperaba. Debo
vieron, y nunca habían estado tanto tiempo separadas. reconocer que no se lo he puesto nada fácil, pero él es
Natalie tenía muchas cosas que contarle, así también increíble. Si ahora lo pienso, no sé qué habría hecho sin
Lexie. Max. En tan poco tiempo hemos pasado por tantas cosas
La rubia se casó con Max, y no le dijo absolutamente juntos...
nada a su amiga, aunque era muy poco probable que no Natalie sonrió, su amiga se veía tan feliz, y sus ojos
se hubiera enterado. Bruno, Nora y Stella habían asistido brillaban cada vez que hablaba de Max.
a su boda, cualquiera de ellos pudo habérselo dicho.
- ¿Y qué tal tú? - preguntó Lexie de repente. - ¿Se ha
-Dios, no puedo creer que te casaras con Maximus y no portado bien don gruñón?
me lo hayas dicho - le reprochó Natalie nada más se
sentaron. - Cuando Bruno nos lo dijo, creí que estaba -No lo llames así - la regañó Natalie en tono de broma. -
bromeando. Ni te imaginas como estaba Giovanni de Giovanni no es tan malo, solo es difícil de llevar. Ambos
enfadado, Maximus es su mejor amigo. somos muy felices, y creo que cada día lo amo más -
añadió al final con una sonrisa.
-No queríamos interrumpir su luna de miel - se justificó
Lexie encogiéndose de hombros con calma. -Me alegro mucho por ti, Nat - dijo Lexie honestamente.

-Te casaste y no me invitaste - señaló su amiga. - Estoy Varios minutos después, dos hombres muy guapos,
segura de que a Giovanni no le habría molestado vestidos con traje a la medida, hicieron ingreso a la
posponer un par de días nuestra luna de miel. cafetería. Las mujeres a su alrededor contenían el aliento,
eran perfectos, como dos ángeles caídos del cielo.
-Todo paso muy rápido, ni siquiera yo me lo creo aún -
repuso la rubia llevándose una mano al vientre, Natalie Lexie y Natalie estaban tan animadas hablando, que no se
siguió con la mirada el movimiento y sonrió. percataron del murmullo que sus respectivos esposos
causaban en la multitud. Solo se percataron de que tenían Eran cerca de las dos de la madrugada, y Lexie no podía
compañía cuando Giovanni se aclaró la garganta. dejar de dar vueltas en la cama, intentando conciliar el
sueño.
-No puedo creer que estén comiendo en este lugar -
comentó el italiano. -Max - le habló la rubia a su esposo, que dormía
profundamente a su lado. - Max - insistió.
-No es para tanto - Maximus le restó importancia y se
sentó junto a su esposa. El día en que se comprometieron, - ¿Qué pasa? - preguntó el griego sin abrir los ojos, Lexie
almorzaron allí. - Agápi - Max saludó a Lexie con un tenía la luz de la lámpara encendida.
suave beso en los labios, luego se dirigió a Natalie. - Me
da mucho gusto verte. -No puedo dormir - dijo la rubia.

-Gracias, Maximus. A mí también me da gusto verte, -Apaga la luz - le aconsejó Max.


felicidades tanto por la boda como por el bebé. -El bebé se mueve mucho, y no tengo sueño - repuso
-Alexa - saludó Giovanni a la rubia. Lexie.

-Giovanni - respondió la mejor amiga de su esposa. -Ven aquí - la invitó el griego acurrucarse a su lado.

Lexie no ocultaba su rechazo hacia el magnate italiano. - ¿Sientes cómo se mueve? - le preguntó ella a su esposo,
Giovanni no le simpatizaba, era tan engreído y arrogante. cuando éste poso las manos sobre su vientre.
Aun no podía creer que Natalie y él estuvieran casados, -Sí - respondió Maximus con tono cansado. - Intenta
eran tan distintos... dormir, cariño.
Desde el comienzo Giovanni dejó claro que le La rubia se alejó de sus brazos y salió de la cama.
desagradaba el lugar, pero una vez que dieron por
concluido el almuerzo, no le quedó más alternativa que - ¿A dónde vas? - le preguntó Max incorporándose. Se
reconocer que la comida estaba deliciosa. frotó los ojos, ya que la luz lo cegaba.

-Debemos repetirlo al menos una vez por semana - -Iré a buscar algo para comer - contestó Lexie
expuso Natalie cuando se estaban despidiendo. encogiéndose de hombros.

-Me parece buena idea - estuvo de acuerdo Lexie con su Maximus bufo y se dejó caer contra la almohada. Varios
amiga. minutos después, Lexie regresó con un paquete de
galletas y una caja de chocolates.
******
-Son mías - protestó la rubia cuando Max intento sacar
una galleta.
- ¿Enserio no vas a darme? - cuestionó el griego. -Niño - respondió Maximus con absoluta convicción,
observando la pantalla.
-Está bien - aceptó Lexie. - No dejes la cama con migajas
- le advirtió. - ¿Y la mamá?
-Ya come - le ordenó Max a su esposa. La rubia lo -Niña - respondió Lexie también segura de sí misma.
fulminó y luego comenzó a comer como si su vida
dependiera de ello. La doctora le tomó medidas al bebé, y se aseguró de que
todo estuviera bien antes de decirles el sexo.
******
-Felicidades, su bebé es...
Al día siguiente, Lexie observaba la hora en su celular,
cada medio segundo.
Había pasado una hora desde la última vez que hablo con
su esposo. Maximus le aseguró que llegaría a tiempo, y
que había mucho tráfico en la ciudad.
La doctora llamó a la rubia, y Lexie se puso de pie para
ingresar a la consulta, fue entonces cuando vio a Max
corriendo por el pasillo.
-Lamento la tardanza - se disculpó el griego una vez llegó
a su lado.
-Lo importante es que estás aquí - dijo Lexie besándolo
en los labios, a modo de saludo.
-No me perdería esto por nada del mundo - aseguró Max
sonriendo.
De la mano la pareja entró a la consulta de la doctora, y
pocos minutos después, Lexie estaba en la camilla
esperando ansiosa a que le dijeran el sexo de su bebé.
- ¿Que creé el papá que será? - le preguntó la doctora a
Max, mientras movía el transductor sobre el vientre de la
rubia.
Lexie se río y Maximus la jaló hacia sus brazos.
- ¿En serio quieres gemelos? - preguntó la rubia
mordiéndose el labio inferior, aguantando las ganas de
reírse.
Maximus no respondió, se limitó a besarla.
Lexie le rodeó el cuello con sus brazos y Max la estrechó
CAPITULO 26 fuertemente, logrando que su esposa protestara contra sus
labios.
  -Estamos en público...
En cuanto salieron de la consulta de la doctora, Lexie
arrastró a Maximus al centro comercial. A él le daba igual que los vieran besándose, Lexie era su
esposa, y nadie le impediría besarla, a excepción de ella,
- ¿Cual es más lindo? - le preguntó la rubia a su esposo, que con su extraño humor nunca se sabe lo que puede
enseñándole dos vestidos color rosa. pasar.
-Son iguales, elige el que sea, o llévate los dos - se limitó -Suficiente - declaró Lexie apartándose. - Tienes que
a responder Max. ayudarme a escoger la ropa de nuestra hija, ¡Estoy tan
-No te desquites conmigo, yo te dije que iba a ser niña, y emocionada, siempre supe que sería niña!
tú no quisiste escucharme - le recordó ella. Maximus bufo, se había tomado la tarde libre porque
-Desde el comienzo te has empeñado en llevarme la creía que el bebé iba a ser niño, y ahora tenía que
contra, y ahora nuestro hijo que se supone íbamos a soportar a su esposa comprando todo color rosa.
llamar Christian, resultó ser una niña - dijo Maximus A su padre ahora sí le daría un infarto, su supuesto nieto
frustrado. - Se fue a la mierda mi descendencia. en verdad siempre fue nieta.
Lexie se carcajeó, estaba realmente disfrutando el drama ******
que su esposo había creado desde que la doctora les dijo
que el bebé era una niña. Al día siguiente, Lexie visitó el orfanato, durante su
estadía en Grecia extrañó mucho a Nora, y se moría por
-La próxima vez tendrás que esforzarte más si quieres contarle todas las cosas que pasaron.
que nuestro hijo sea niño - le aconsejó Lexie.
-Hola Hannah - saludó la rubia a la asistenta social que se
-La próxima vez te voy a embarazar de gemelos - declaró encargaba de buscarle un hogar a los niños que vivían
el griego. allí.
-Hola Lexie, te ves fantástica - dijo la joven. -Es niña - lo corrió Lexie. - Y no es su nieta, y usted
tampoco es mi padre.
-Gracias ¿Has visto a Nora?
-Toma asiento, Lexie - le ordenó Nora con voz firme.
-Está en su oficina - señaló la mujer.
De mala gana la rubia lo hizo, y Héctor la imitó, tomando
Lexie no esperó más, se dirigió hacia la oficina de Nora y asiento a su lado.
abrió la puerta sin llamar antes.
Nora le entregó una carpeta a Lexie, y ella indecisa la
Héctor también estaba allí. Le parecía insólito, ¿Es que recibió.
acaso no iba a dejarla en paz?
- ¿Qué es esto? - cuestionó la rubia sintiendo que las
-Lexie - dijo Nora poniéndose de pie para saludarla. manos le comenzaban a sudar.
-Hola hija - saludó el griego también poniéndose de pie. -Es tu acta de nacimiento, además de unas cartas que tu
-No me llame así - le advirtió la rubia a su padre. - ¿Qué madre escribió para ti - le explicó Nora.
haces aquí? -No las quiero - dijo Lexie sintiendo como las
-He venido a hablar con Nora, y de paso agradecerle por traicioneras lágrimas comenzaban a correr por su rostro. -
cuidarte todos estos años. Ella me abandonó...

-Ya le dije que no era necesario, señor Sifakis - repuso la -Cariño, Victoria estaba enferma - le aseguró Nora.
mujer mayor. Héctor intentó darle la mano a Lexie para transmitirle su
-Si hubiera sabido antes que existías, no habría dudado en apoyo, pero la rubia lo esquivo y se puso de pie.
hacerme cargo - manifestó Héctor mirando a Lexie. - ¿A dónde vas? - le preguntó Nora observándola guardar
-Llego muy tarde, existo hacen ya veintiséis años - le dijo las cartas en su bolso y dirigirse a la salida.
Lexie a su padre cruzándose de brazos. - Si no le importa, Lexie no respondió, y salió de allí rápidamente.
ahora necesito hablar en privado con Nora.
******
-Alexa - la regañó la mujer que la crio. - Él es tu padre.
Héctor observó a la distancia la silueta de Lexie frente a
-Si mal no recuerdo soy huérfana - repuso la rubia. la tumba de Victoria.
-No importa, Nora - el griego le restó importancia, A medida que se acercaba pudo identificar las cartas en
aunque el fondo igual le dolía que lo tratara de esa forma. su regazo, y a la rubia llorando desconsolada.
- ¿Qué tal está mi nieto? - preguntó Héctor, intentando
superar el rechazo de su hija. -Hija - dijo el griego de pie a su lado.
Lexie sin levantar la mirada, dijo: -Aburrido - contestó el griego encogiéndose de hombros.
- ¿Fuiste otra vez de compras?
-Ella nos amaba, pero no quería que sufriéramos, tenía
cáncer... -No ¿Porque preguntas?
-Lo sé, cariño - manifestó el griego con un nudo en la -He llamado y Eloise me dijo que saliste muy temprano -
garganta. explicó Maximus.
-No quería abandonarme, pero iba a morir de todas -Fui a ver a Nora - repuso Lexie.
formas - sollozó la rubia. - Y tú ibas a casarte con otra
mujer. Aun no se sentía preparada para hablarle de sus padres, ni
tampoco para confesarle sus sentimientos; lo amaba, pero
Héctor la ayudó a ponerse de pie, y la abrazó. era una cobarde.
-Si pudiera hacer algo para evitarte todo el sufrimiento, lo - ¿Ya pensaste en el nombre de nuestra hija?
haría - aseguró Héctor sin soltarla. - Yo jamás supe de tu
existencia, hija. -Sí, más o menos, pero quería saber tu opinión - dijo la
rubia jugando con la corbata de él, no quería mirarlo a los
-Lo sé... ojos y que se diera cuenta que estuvo llorando. Maximus
la conocía muy bien, y no la dejaría en paz hasta que le
****** contara lo que la atormentaba.
Maximus al llegar del trabajo fue inmediatamente a - ¿Desde cuándo pides mi opinión? - cuestionó el griego
buscar a su esposa, y la encontró en la habitación de su arrugando el ceño. - Creía que siempre hacías lo que tú
hija. querías.
Lexie estaba ordenando la ropa que compraron juntos el -Las personas cambian - expuso Lexie encogiéndose de
día anterior, y no se percató de su presencia hasta que el hombros. - ¿Quieres saber que nombre escogí para
griego la abrazo por atrás. nuestra hija?
- ¿Qué tal tu día, agápi? - le preguntó Max besándole el -Espero que no me salgas con una de tus idioteces, el
cuello, y ella se estremeció entre sus brazos. nombre de nuestra hija tiene que estar a la altura de mi
La rubia dejó la ropa que tenía en sus manos a un apellido, es la primera mujer Thalassinos, y mi padre va a
costado, y se dio la vuelta para besarlo en los labios. matarme.

-Bien ¿Y qué tal el trabajo? - preguntó ella rodeándole el -No sabía que mi esposo le temía a su padre - se burló
cuello con sus brazos y volviendo a besarlo. Lexie. - ¿Qué diablos hiciste con Maximus?
- ¿Y tú qué diablos hiciste con Alexa?
-Alexa se quedó en Grecia - se limitó a decir ella. Era
cierto, todo había cambiado desde que estuvieron en
Grecia, y ya nada volvería a ser como antes.
-Entonces tendré que regresar y convertirla en mi amante
- bromeó Max, y Lexie lo golpeó en el hombro.
-Nada de amantes - le recordó.
-No necesito una amante, con mi esposa es suficiente - CAPITULO 27
aseguró Maximus inclinándose para besarla.
-Sophie - dijo Lexie cuando consiguieron dejar de
besarse. Lexie le sonrió a Maximus cuando sus miradas se
conectaron, cada uno se encontraba en el lado opuesto del
- ¿Qué? - preguntó Max sin entender. salón.
-Nuestra hija se llamará Sophie... Max le hizo una señal para que se acercara, pero la rubia
negó con la cabeza, no iba a dejar sola a Natalie en su
primera fiesta ya siendo la esposa del magnate italiano.
Lexie la conocía perfectamente, sabía que estaba aterrada
y que no se sentía cómoda usando vestidos reveladores.
Ninguna de las dos pertenecía al mundo en que se
desenvolvían sus respectivos esposos, pero a Lexie a
diferencia de su amiga, le resultaba sencillo codearse con
las personas de la alta sociedad.
-Cara, te estaba buscando - dijo Giovanni apareciendo de
repente junto a su esposa.
-Solo te falta ponerle un collar de perro para que no se te
pierda - se burló Lexie del magnate. - Ridículo.
-Lexie - la regañó Natalie.
-Que Maximus no te tome en cuenta no es mi problema -
manifestó Giovanni fríamente.
-Si Max no me tomara en cuenta, ahora no estaría -Mala suerte, amigo. Yo la vi primero - declaró Max
embarazada, idiota - se mofó Lexie. rodeando la cintura de su esposa de manera posesiva.
Giovanni rodó los ojos, aun no entendía como su amigo - ¿No me vas a presentar a tu acompañante? - cuestionó
podía lidiar con ella. Lexie observando a la pelirroja de pie junto al amigo de
su esposo.
-Se acabó - les dijo Natalie a ambos. - Ya es tiempo de
que comiencen a llevarse mejor. -Es mi nueva amante - aclaró Bruno encogiéndose de
hombros - Su nombre es Sarah Blake.
-Prometo poner de mi parte, pero que ella no me
provoque - advirtió el italiano. -Puedo presentarme yo sola - repuso la joven fulminando
al italiano.
-Yo no te provoco, solo digo la verdad - se justificó
Lexie, encogiéndose de hombros. -Sarah ella es Lexie, la esposa de Max - dijo Bruno
ignorando a su amante.
Alguien debía decirle las cosas como eran, su amiga lo
perdonaba muy rápido, y él hacia lo que quería con ella. -Supongo que es un gusto - expuso la pelirroja.
Luego de un rato, Lexie decidió ir junto a Max. Su - ¿De dónde la sacaste, Bruno? - pregunto Max, era
esposo estaba hablando con Bruno, y una pelirroja los bastante obvio que la mujer no quería estar allí.
acompañaba.
-No me lo creerías - se limitó a decir el italiano negando
-Agápi - le dijo Maximus envolviéndola entre sus brazos con la cabeza, quería deshacerse de ella lo antes posible,
y besándola suavemente en los labios. Ella burlándose de pero no le iba a dar en el gusto.
Giovanni por ser posesivo, y su esposo también lo era.
******
-Cara, estás bellísima - expresó el italiano sin importarle
en lo más mínimo la mujer que era su acompañante esa Con el pasar de los días, la relación de Lexie y Maximus
noche. se fue fortaleciendo, así también la relación de la rubia
con su padre.
-Me da gusto verte, Bruno - dijo honestamente la rubia.
Prefería mil veces a Bruno que a su hermano. Héctor y ella, almorzaban casi a diario juntos, y un día
Giovanni los sorprendió saliendo del restaurante de su
-Max me contó que el bebé es niña - comentó el italiano hotel.
tocando el vientre de Lexie. - Si yo te hubiera
embarazado, ahora tendrías trillizos. - ¿Qué haces aquí, Alexa? ¿Dónde está Maximus? -
preguntó el italiano.
El último comentario de Bruno hizo reír a la pareja.
-No tengo porque responderte - objetó la rubia En cuanto escuchó el coche de Maximus detenerse frente
cruzándose de brazos y alzando la barbilla, ella no le a la mansión, Lexie se encaminó al recibidor.
temía ni a Giovanni ni a nadie.
El griego abrió la puerta, y sus ojos inmediatamente la
-Hola Giovanni - saludó Héctor al dueño del hotel, enfocaron.
tratando de amenizar el ambiente.
Lexie tragó duro, y retrocedió un paso. Nunca había visto
-Hola - se limitó a responder Giovanni. - Más te vale que a Maximus en ese estado, su ropa estaba desaliñada y sus
le digas a Max con quién sales cuando él está trabajando, ojos estaban inyectados en furia.
de lo contrario se lo diré yo, y será peor - le advirtió a
Lexie antes de alejarse. - ¿Cómo pudiste engañarme? - cuestionó entre dientes.

La rubia maldijo entre dientes, Giovanni creía que estaba -Yo no te he engañado - manifestó honestamente Lexie. -
engañando a Maximus con Héctor. Ahora sí que no tenía Puedo explicártelo.
alternativa, debía contarle a Max que Héctor era su padre. Max se río sin humor.
Lexie se despidió del griego y le pidió al chofer que la - ¿En serio crees que voy a escucharte? Me cansé, Alexa.
llevara a la oficina de su esposo. Te lo he dado todo, me enamoré de ti como un imbécil y
Al igual que la primera vez la escoltaron hasta el último tú me engañas con un sujeto que podría ser tu padre...
piso. -Max, no es lo que piensas... - intentó justificarse la rubia,
-Su esposo está ocupado, señora - dijo Helena en cuanto pero su esposo la interrumpió.
la vio. - ¿Es que acaso mi dinero no era suficiente para ti?
-Necesito hablar con él, es urgente - insistió Lexie. - ¡No me importa tu dinero! - gritó la rubia. - Te quiero a
-Lo lamento, pero el señor Thalassinos está en una ti, Maximus...
reunión - repuso la secretaria. El griego apartó las manos de Lexie cuando ella intentó
- ¿Se va a tardar? - cuestionó la rubia. abrazarlo.

-Eso parece. -Max, por favor, tienes que escucharme - le suplicó la


rubia llorando.
Lexie bufo, y salió de la oficina sin decir nada más.
-Debo reconocer que he caído una y otra vez por ti,
****** Alexa. Pero esta vez, no. Te amo más que a mi vida, pero
me cansé de que juegues conmigo.
-No estoy jugando contigo, Max - dijo Lexie llorando. - -Max - dijo media dormida.
Yo te...
-Soy yo, Natalie - habló su amiga del otro lado de
-Ni se te ocurra decirlo - le advirtió Maximus. - No voy a teléfono. - Llamaba para...
creerte, es más, ya ni siquiera creó que ese bebé que
llevas en tu vientre es mío. Lexie se incorporó en el sofá y se frotó los ojos,
obligándose a despertar.
Lexie no podía creer lo que estaba escuchando. Había
dudado sobre la paternidad de su hija, eso no iba a - ¿Qué ocurre? - cuestionó la rubia sin preámbulos, algo
tolerarlo. estaba pasando, de lo contrario Natalie no habría llamado
a esa hora de la madrugada.
Maximus la observó secarse las lágrimas y alzar la
barbilla orgullosa, luego con paso decidido se plantó -Maximus tuvo un accidente, creí que lo sabías...
frente a él y le dio una cachetada tan fuerte que le volteó
el rostro.
-Sophie es tu hija, imbécil - declaró Lexie entre dientes. CAPITULO 28
Maximus le dio la espalda y salió de la mansión cerrando
fuertemente la puerta. Maximus golpeó una y otra vez la puerta de la suite de
Lexie lo observó marchase y llevarse su corazón junto a Héctor. Ya no podía arrepentirse, iba a saldar cuentas de
él. Lo amaba e intento decírselo, pero él no quiso una maldita vez con el amante de su esposa.
escucharla. - ¿Porque tanto escándalo, Max...? - preguntó Héctor al
****** abrir la puerta, pero se calló cuando Maximus lo agarró
de la camisa y lo estampó contra la pared.
Las horas fueron pasando y Maximus no regresó, Lexie
se había quedado dormida en el sofá, esperándolo. -Me las vas a pagar, jamás debiste fijarte en mi esposa -
gruñó Maximus.
Lo había llamado por teléfono y le dejó miles de
mensajes de textos, pero él no respondió, era como si la -Es mejor que me sueltes ahora, Maximus - le advirtió
tierra se lo hubiese tragado. Héctor, estaban en medio del pasillo y cualquiera podría
verlos. - Hablemos como personas civilizadas.
Eran poco más de las cuatro de la mañana, y el teléfono
celular de Lexie comenzó a vibrar a su lado. -En este momento lo único que quiero es golpearte -
reconoció Maximus aflojando su agarre hasta liberarlo.
Ella contestó sin siquiera fijarse en el identificador de
llamadas.
Héctor le hizo una señal para que entrara a la suite, y de - ¿Lexie sabe de las fotografías? - cuestionó el padre de la
mala gana Max obedeció. rubia.
- ¿Lexie ya te contó? - preguntó Héctor luego de cerrar la -Me temo que no - se lamentó Maximus. - Yo la trate
puerta. mal, ahora me debe estar odiando.
-No fue ella quién me lo dijo. -Mi hija te ama - aseguró Héctor.
- ¿Fue tu amigo el italiano? - cuestionó el mayor de los -No la conoces tanto como yo - replicó Max. - ¿En serio
griegos. es tu hija? - volvió a preguntar frunciendo el ceño.
- ¿Giovanni lo sabía? - preguntó a su vez Maximus. -Sí, su madre fue mi amante, pero me dejó cuando estaba
embarazada. Yo iba a casarme con otra mujer, y jamás
-Nos vio en su hotel - explicó Héctor encogiéndose de sospeché nada hasta que vi a Lexie en la cubierta de mi
hombros. - ¿Quieres algo de beber? yate.
-No planeo quedarme mucho tiempo. -Intentó decírmelo, pero no quise escucharla - se lamentó
-Como quieras - repuso Héctor encogiéndose de Max.
hombros. - Verás, ahora que ya sabes que Lexie es mi -Ve a hablar con ella - le dijo Héctor. - Soluciona las
hija, mi herencia... cosas antes de que sea demasiado tarde, Lexie es muy
- ¿Lexie es tu hija? - interrogó Maximus incrédulo. terca.

-Sí, creí que a eso viniste hasta aquí, para hablar de mi -Jamás va a perdonarme, dude de ella.
hija. Maximus se despidió de su suegro, y abandonó el hotel.
Max maldijo entre dientes, la había cagado. Ahora sí que Solo quería llegar a casa, y ver a su esposa. Solucionaría
Lexie no lo perdonaría. las cosas con Lexie, aunque fuera lo último que hiciera en
-Yo creí que eras su amante - admitió Max pasándose una su vida.
mano por el rostro. Iba en su deportivo cruzando un semáforo cuando de
- ¿Porque ibas a creer eso? repente siente el impacto de otro coche contra el suyo.

-Me enviaron a mi oficina una carpeta con fotografías de El sujeto que lo chocó iba conduciendo a exceso de
ustedes dos, algunas en Grecia y otras aquí en Nueva velocidad y se saltó la luz roja. El coche de Maximus se
York - explicó Max. volcó varios metros de dónde se produjo el impacto.
Max no podía moverse por más que quisiera hacerlo, -Te vi con Héctor, pero yo no fui quién se lo dijo - se
sentía un hormigueo en sus extremidades, y al poco justificó el magnate. - Creí que debías decírselo tú, e iba a
tiempo perdió la conciencia. darte tiempo para que lo hicieras.
****** Natalie fulminó a su esposo, y se acercó a la rubia.
Lexie abandonó el elevador con el guardaespaldas -Lexie por favor, deja de llorar, no es bueno para la bebé.
siguiéndola. En la sala de espera estaba su amiga con
Giovanni y Bruno Berardi. -Mi esposo tuvo un accidente, Natalie. Y nadie me dice
cómo se encuentra - replicó Lexie.
-Todo esto es culpa tuya - le reprochó Lexie al marido de
su amiga, golpeándolo en el pecho una vez que estuvo Natalie y Bruno obligaron a la rubia a sentarse, y
frente a él. permanecieron junto a ella todo el tiempo.

-Giovanni no tiene nada que ver, Lexie - dijo Natalie Giovanni se encontraba de pie y tenía la espalda
defendiendo a su esposo. recargada contra la pared.

Las lágrimas caían descontroladas por el rostro de la Héctor apareció por el pasillo y Lexie no dudo en ponerse
rubia, y Bruno consiguió apartarla de su hermano. de pie para ir hacia él.

-Tranquila, cara - le dijo el italiano abrazándola. -Papá - dijo la rubia cuando el griego la abrazo.

- ¿Cómo se encuentra? -Maximus va a estar bien, hija - le aseguró Héctor en un


intento por consolarla. Lo había llamado papá por
-No nos quieren decir nada acerca de su estado, solo primera vez...
quieren hablar con sus familiares - expuso Natalie.
Héctor no había dudado en dirigirse a la clínica en cuanto
-Maximus es como nuestro hermano, no es justo - recibió la llamada de Lexie, su hija lo necesitaba a su
manifestó Bruno. lado y no iba a defraudarla.
-Yo no tengo la culpa del accidente, Alexa - aseguró - ¿Papá? - cuestionó Giovanni.
Giovanni con un nudo en la garganta, él también estaba
afectado. -Héctor es mi padre, genio - manifestó Lexie haciendo
una mueca de dolor cuando sintió a su hija moverse en su
-Maximus me dejó porque cree que lo engañé - sollozó la vientre.
rubia.
- ¿Estás bien? - le preguntó Héctor preocupado.
La rubia volvió a sentarse, y se llevó una mano al vientre.
-Lo único que falta es que se ponga en labor de parto - ante la magnitud del impacto una pieza de metal casi
comentó Bruno. perfora su pulmón derecho.
-Cállate - le ordenó su hermano mayor. Lexie ahogó un sollozo con su mano, y el médico
continuó hablando.
-No es momento para una de tus bromas, Bruno - le dijo
Natalie a su cuñado. -Lo hemos operado y conseguimos sacarle la pieza de
metal de su pecho.
-No estaba bromeando - aseguró el italiano más joven. Hasta el momento lo más terrible ha pasado, y ahora sólo
- ¿Quieres que llame a un doctor, cariño? - le preguntó debemos preocuparnos de las cuatro costillas que tiene
Héctor a su hija. rotas, y de la fractura de clavícula que sufrió por el
cinturón de seguridad, en este momento está siendo
-No, estoy bien. Solo es la bebé moviéndose - repuso vigilado por una enfermera.
Lexie.
- ¿Cuándo puedo verlo? - preguntó Lexie con un nudo en
Pasaron varios minutos hasta que llegó un doctor y la garganta.
preguntó por los familiares de Maximus Thalassinos.
-Puedo dejar que lo vea, pero solo dos minutos. El estado
-Soy su esposa - dijo la rubia poniéndose de pie a pesar de su marido es delicado y aún está bajo los efectos de la
del dolor que sentía en su vientre. anestesia...
-Por favor venga conmigo - le pidió el médico señalando ******
hacia una puerta.
Maximus estaba conectado a un monitor, y tenía unos
-Todo va a estar bien, Lexie - dijo Natalie dándole un cuantos cortes en su rostro.
abrazo rápido a su amiga.
Lexie no puedo evitar llorar al verlo en ese estado.
-Iré contigo, hija - anunció Héctor y Lexie no pudo
negarse, necesitaba su apoyo para enfrentar ese duro -Todo esto es mi culpa, lo sé. Debí decirte que Héctor es
momento. mi padre, pero tenía miedo. Te amo Maximus, sé que
jamás te lo he dicho, pero te amo. Nos conocimos por
El médico los guio hasta una pequeña sala y los hizo casualidad, y desde entonces todo ha sido un caos, aun
sentarse frente a un escritorio. así, no cambiaría nada, eres lo mejor que me ha pasado
-El accidente de su marido fue mucho más grave de lo en la vida, y te necesito a mi lado, nuestra hija te
que nos temíamos - comenzó a explicar el médico. - Al necesita...
producirse el choque, el vehículo de su marido se volcó, y La rubia lo besó en la frente y salió de la habitación para
dejarlo descansar.
Natalie también se acercó y entre las tres se fundieron en
un abrazo.
- ¿Cómo te has sentido, cariño? - le preguntó Nora a la
castaña cuando se separaron.
-Bien - respondió Natalie sonrojándose.
- ¿Estás enferma? - le preguntó Lexie a su amiga.
La castaña negó con la cabeza, y sonrió al llevarse una
mano al vientre.
- ¡Oh, Dios! - exclamó Lexie. - ¡Estás embarazada!
-Con Giovanni planeábamos invitarlos a cenar a nuestra
casa para comunicárselos, pero ha ocurrido lo del
accidente de Max - explicó Natalie.
-Felicidades, Nat - dijo la rubia abrazando a su amiga.
Bruno y Héctor también felicitaron a la pareja.
Al medio día, Maximus despertó, y el médico fue a
buscar a Lexie porque su esposo quería verla.
CAPITULO 29
La rubia entró en silencio a la habitación, y observó a su
esposo. El médico y la enfermera se marcharon, para
Luego de que Lexie abandonara la habitación de Max, se darles privacidad.
dirigió a la sala de espera. Nora estaba allí, y la rubia no
dudo en caminar hacia ella, y refugiarse en sus brazos. -Max - dijo Lexie en un susurró.

-Cariño, tienes que estar tranquila - consoló Nora a Lexie. -Ven aquí, agápi - habló Maximus invitándola a
acercarse.
-Lo sé, pero es mi culpa - dijo Lexie sollozando. -
Discutimos, y él cree que Héctor es mi amante. -Lo siento tanto - sollozó Lexie una vez que llego a su
lado. - Héctor no es mi amante, yo debí decírtelo antes, él
-Maximus te ama, y estoy segura de que va a entender - es...
la tranquilizó Nora.
-Lo sé, mi vida - dijo el griego alzando su mano para a Maximus antes que regresar a su hotel, y lidiar con su
secarle las lágrimas. - Es tu padre, él me lo dijo. nueva amante.
-No te muevas, Maximus - le advirtió su esposa. - Vas -Vete a descansar, Lexie - le ordenó Max a su esposa por
hacerte más daño. enésima vez, era tan terca, que ni siquiera Nora pudo
convencerla.
-Prefiero soportar el dolor físico, antes que verte llorar
por mi culpa - aseguró Max. - Disculpa, agápi. Fui un -No me iré de aquí hasta que te den el alta - declaró la
idiota, los celos me cegaron, y te lastimé... rubia muy segura de sí misma.
Lexie le puso un dedo sobre los labios para silenciarlo. -Yo me quedare con él esta noche, Lexie. Vete a
descansar - trató Bruno de hacerla entrar en razón, pero
-Debí confiar en ti, y decirte que Héctor es mi padre. Sé fue inútil.
que es estúpido, pero no quiero que las personas me
acepten solo por ser la hija de un millonario griego. Soy - ¿Planeas quedarte toda la semana aquí conmigo? - le
tu esposa, y me conociste sin tener absolutamente nada, preguntó Maximus a su esposa, incrédulo.
pero todo ha cambiado, vamos a tener una hija, y temo
fallar... La rubia se encogió de hombros.

-Me enamore de ti desde el primer momento, Lexie. -No voy a arriesgarme a que alguna de las enfermeras te
Nunca había sentido lo que siento por ti, sé que no somos acose, las tienes a todas enamoradas de ti - explicó Lexie
la mejor pareja, y estamos llenos de defectos, pero con sencillez.
saldremos adelante juntos... -Me dan igual las otras mujeres, yo te amo a ti - aseguró
-Te amo, Maximus, pese a que prometí no enamorarme Max.
nunca, pero fue imposible, eres el mejor hombre que he La rubia se sentó al borde de la cama y se inclinó a
conocido en mi vida - declaró Lexie sosteniéndole el besarlo.
rostro antes de besarlo suavemente en los labios, al
separarse agregó. - Aun no entiendo como mierda puedes -Yo no tengo ningún problema con que alguna enfermera
aguantarme cuando ni yo misma me aguanto. venga a hacernos una visita - comentó Bruno
columpiándose en una silla.
-Es sencillo, te amo - aseguró el griego para luego volver
a besarla. - ¿Qué hay de la mujer del otro día? - cuestionó Lexie
con curiosidad, y él inmediatamente dejó de hacer lo que
****** estaba haciendo.
Eran las ocho de la noche y ya todos se habían marchado, -No hay nada con Sarah. Ni siquiera me he acostado con
menos Bruno que prefería quedarse haciéndole compañía ella - repuso el italiano.
-Dijiste que era tu amante - le recordó Max. quedado inválido en el mismo accidente que perdió a su
esposa.
-Y se supone que lo es, pero le estoy dando tiempo,
mientras tanto puedo divertirme con Helena o con Petra - Max deseó poder darle un abrazo o al menos darle la
señaló al observar a ambas mujeres entrar a la habitación mano, pero el cabestrillo le impedía moverse, tenía
en compañía de Stavros Thalassinos. inmovilizado todo el lado izquierdo de su tórax.
-Bruno - saludó Stavros al italiano con un asentimiento. -Héctor me ha contado que es tu padre, Alexa - habló
Stavros luego de aclararse la garganta.
-Señor Thalassinos - correspondió el saludo el joven
magnate y luego saludó a Petra. - ¿Ahora si me considera digna para ser la esposa de su
hijo? - interrogó Lexie.
Helena había estado todo el día en la clínica, muy
preocupada por la salud de su jefe, y solo se marchó -Mi hijo te ama, y eso es lo que más importa - reconoció
cuando el avión privado de Stavros aterrizó, ella era la Stavros. - Aunque no voy a mentir, que Héctor sea tu
encargada de ir a buscarlo al aeropuerto. padre te da puntos extras.
- ¿Papá? - cuestionó Maximus al ver a su padre, no -Los va a necesitar - aseguró Maximus ganándose una
esperaba su visita, es más, creía que estaba en Grecia. mirada severa por parte de su esposa. - La primera mujer
Thalassinos viene en camino...
- ¡Sorpresa! - exclamó su esposa bajando de la cama para
acercarse a saludar a su suegro y a Petra. Había hablado - ¿Es niña? - preguntaron Petra y Stavros al mismo
con ellos cuando se enteró del accidente de Max, y para tiempo, estaban impactados con la noticia.
sorpresa suya, Stavros inmediatamente le dijo que
viajaría a Nueva York. -Se llamará Sophie - dijo Lexie tocándose el vientre, y su
hija inmediatamente se movió.
-Los dejaré hablar en privado - dijo Bruno antes de salir
de la habitación, Helena lo imitó. Stavros no pudo evitar derramar lágrimas, su nieta iba a
llamarse como su difunta esposa.
Petra se acercó muy preocupada, y Maximus trató de
tranquilizarla asegurando que se encontraba bien. - ¿No le gusta el nombre? - le preguntó Alexa a su
Stavros también estaba preocupado, a pesar de no ser ni suegro.
haber sido un buen padre, Max era su único hijo y lo -Realmente no me lo esperaba, es la mejor noticia - dijo
amaba. Pensar que casi lo perdió en un accidente similar Stavros sujetando fuertemente la mano de la rubia.
al de su esposa, lo destruía por dentro.
-Papá, tengo algo que preguntarte - habló Max
-Me alegro de que estés aquí, papá - comentó Maximus adquiriendo un tono serio, no quería ser él quien arruinara
observando a su padre sentado en silla de rueda. Había el momento, pero tenía que saber quién fue la persona
que envió las fotografías a su oficina. - ¿Fuiste tú quién Maximus le ordenó a Petra y a Eloise que fueran por la
contrató a un investigador privado para que siguiera a mi maleta de su esposa. Héctor y Stavros comenzaron a
esposa? discutir en griego, ambos querían ser el abuelo favorito
de la pequeña Sophie.
Stavros se recompuso rápidamente, y soltó la mano de
Lexie. Cuando llegaron a la clínica, las contracciones eran cada
un minuto.
-En un comienzo no me fiaba de Alexa, y sí, lo hice. Lo
siento mucho, pero debes entenderme, Maximus eres lo Lexie soportó muy bien el dolor, para sorpresa de todos.
más importante que tengo... Y Maximus no se apartó en ningún momento de su
esposa, incluso creía estar él más nervioso que ella.
-Tu investigador privado envió unas fotografías a mi
oficina, eran de Lexie con Héctor. Al verlas creí que me A las diez con siete minutos, un sábado por la noche,
estaba engañando - le explicó Maximus a su padre. nació Sophie Victoria Thalassinos Sifakis.
-Lo siento mucho, no era mi intención causarles El llanto de la pequeña se escuchó en toda la sala, y la
problemas - se lamentó Stavros. doctora le pidió a Maximus cortar el cordón.
-Ya solucionamos todos nuestros problemas ¿Verdad, El griego lo hizo tembloroso.
amor? - le preguntó Lexie a su esposo, y Max asintió.
En el momento en que la doctora le entregó su hija
****** envuelta en una manta, Maximus sintió un amor tan
grande, que hasta él mismo se sorprendió.
Cuatro semanas después de que le dieran el alta a
Maximus, Lexie se encontraba haciendo los últimos Max se volvió a enamorar, su hija era perfecta, tan
arreglos en la habitación de su hija, cuando comenzó a pequeña y frágil a la vez.
sentir un extraño dolor en el vientre, había llegado el
momento... -Te amo, Sophie - le dijo Max a su hija, antes de
pasársela a su esposa.
Bajó las escaleras con calma y se dirigió al salón de la
mansión. En cuanto Lexie la tomó en sus brazos, lloró. Nada en el
mundo se podía comparar con el amor de una madre
Maximus estaba juntos a los padres de ambos, jugando hacia su hijo.
póker.
-Es hermosa - dijo la rubia acariciando la mejilla de su
- ¿Que ocurre, agápi? - le preguntó Max a su esposa. hija.
-Sophie viene en camino - fue lo único que dijo la rubia, La bebé los observaba a ambos con atención.
y en cosa de segundos todo se convirtió en un torbellino.
-Gracias Lexie - le dijo Maximus a su esposa dándole un Esa noche la pequeña Sophie se había quedado con Petra,
beso en los labios. - Te amo. que había llegado a Nueva York con Stavros dos días
antes.
-Yo también te amo, Maximus - declaró Lexie.
Maximus creó con ayuda de Héctor y Giovanni, una
Luego al mismo tiempo dijeron. fundación para ayudar a niños abandonados a salir
-Te amamos Sophie. adelante.
Todos los fondos que recaudaran en la cena de esa noche
iban a ser enviados a distintos centros de menores.
Lexie se reunió con su esposo, y éste la envolvió entre
sus brazos.
-Estás hermosa esta noche - le habló Maximus al oído, y
la rubia se estremeció.
- ¿Solo esta noche? - cuestionó ella alejándose lo
suficiente para mirarlo a los ojos.
-Siempre estás hermosa - corrigió Max, y Lexie se inclinó
para besarlo.
-Te amo, Maximus - expresó la rubia una vez que dejaron
de besarse.
Maximus sonrió, nunca se cansaría de oírla decir que lo
amaba. Desde un comienzo se propuso enamorarla, y lo
EPILOGO había conseguido, ahora ambos eran muy felices junto a
su hija.

Seis meses después... -Yo también te amo, Alexa - declaró Max.

Maximus observó a su esposa hablar por celular con ******


Petra, era la primera vez que estaba tanto tiempo lejos de En cuanto entraron a la mansión en la que vivían,
su hija, aunque solo fueran un par de horas, Lexie tendía Maximus estampó a Lexie contra la pared y la besó
a exagerar cuando se trataba de los cuidados de su hija. apasionadamente.
La rubia le respondió el beso con urgencia, y comenzó a Maximus una vez que llegaron a la privacidad de su
desabrochar los botones de la camisa de su marido. dormitorio, besó a su esposa y le quitó el vestido.
-Nos pueden ver - protestó la rubia cuando su marido la La rubia se dejó caer contra el colchón, llevando a
estrechó por las caderas, con el fin de que sintiera su Maximus con ella.
excitación.
-Te deseo - dijo Lexie contra los labios de su marido.
-Entonces tenemos que darnos prisa - repuso el griego
alzándola en brazos para que le rodeara la cintura con las El griego la besó hasta robarle el aliento.
piernas. El monitor que estaba sobre la mesita de noche los hizo
-Te Amo Maximus - dijo Lexie sin aliento antes de detenerse, Sophie había despertado.
besarlo. Lanzando un bufido de frustración, Maximus se apartó de
Las manos de cada uno vagaron por el cuerpo del otro, Lexie y se dirigió a la habitación de su hija.
mientras se besaban. La rubia ya sabía lo que iba a pasar a continuación, así
La luz del recibidor se encendió de manera repentina, y que se puso el pijama y esperó a que su esposo regresara.
ambos dejaron de besarse para buscar con la mirada a la Sophie se agitó en los brazos de su padre en cuanto vio a
persona que los había sorprendido. su madre, y solo se tranquilizó cuando Lexie la cargó.
Petra estaba de brazos cruzados, observándolos desde la ******
escalera.
Al día siguiente, Maximus despertó sintiendo unos
La pareja se aclaró la garganta, para evitar reírse, pero fue pequeños pies en su espalda, y se dio la vuelta para ver a
inútil. su hija.
-Lo siento - se disculpó Lexie apartándose de su esposo. La pequeña Sophie era rubia como su madre, y tenía los
- ¿Qué haces despierta a esta ahora? - le preguntó ojos azules como Max.
Maximus a la ama de llaves de su padre. Sophie le sonrió a su padre y estiró los brazos para que la
-Iba a la cocina por un vaso de agua - se excusó Petra cargara.
encogiéndose de hombros. - No hagan ruido que Sophie Lexie estaba del otro lado de la cama, observándolos.
está dormida - les advirtió para luego terminar de bajar Nunca en su vida había sido más feliz.
las escaleras y desaparecer en dirección a la cocina.
- ¿Qué ocurre? - preguntó el griego frunciendo el ceño.
Lexie le dio la mano a Max, y lo jaló hasta el segundo
piso.
-Gracias Max - dijo Lexie alargando su mano para
acariciar el rostro de su hija. - Gracias por hacerme feliz y
darme una familia, no imagino mi vida sin usted dos.
-Conocerte fue lo mejor que me ha sucedido en la vida, te
amo demasiado Lexie.
-Yo también te amo, Maximus - declaró Lexie antes de
unir sus labios con los de su marido.

FIN...

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