Está en la página 1de 2

Los mercados de medicamentos con receta

El desarrollo de un nuevo medicamento es un proyecto caro para una compañía farmacéutica.


Comienza con la realización de grandes gastos en investigación y desarrollo, a continuación,
requiere varias fases de pruebas del laboratorio y ensayos clínicos y, si finalmente se aprueba,
la comercialización, la producción y las ventas. Llegado ese momento, la empresa tiene que
afrontar el importante problema de decidir el precio del nuevo fármaco. La fijación del precio
depende de las preferencias y de las necesidades médicas de los con -sumadores que lo
comprarán, de las características del medicamento y del número y características de los
medicamentos rivales. Por tanto, para fijar el precio de un nuevo medicamento hay que
conocer bien el mercado en el que se venderá. En la industria farmacéutica, a veces es fácil
averiguar las fronteras del mercado y a veces no tanto. Los mercados suelen definirse en
función de las clases terapéuticas de medicamentos. Por ejemplo, existe un mercado de
antiácidos que está claramente definido. Durante un tiempo, hubo cuatro competidores en
este mercado: Tagamet, Zantac, Axid y Pepcid. Los cuatro actúan más o menos de la misma
forma: hacen que el estómago produzca menos ácido clorhídrico. Se diferencian algo en lo
que se refiere a sus efectos secundarios y a sus interacciones con otros fármacos que esté
tomando el paciente, pero en la mayoría de los casos podrían sustituirse fácilmente unos por
otros

Otro ejemplo de un mercado farmacéutico claramente definido es el de medicamentos contra


el colesterol. Hay varios grandes productos en el mercado de Estados Unidos: la marca
principal es Lipitor de Pfizer, seguida de Vytorin (Merck), Pravachol (Bristol-Myers Squibb),
Zocor (también de Merck) y Lescol(Novartis). Estos medicamentos son muy parecidos
(reducen los niveles de colesterol que hay en la sangre) y actúan también de una forma muy
parecida. Aunque sus efectos secundarios y sus interacciones difieren algo, son sustitutivos
cercanos. Así pues, cuando Pfizer fija el precio de Lipitor, debe tener en cuenta no solo la
disposición de los pacientes (y de sus compañías de seguros) a pagar sino tambié n los precios
y las características de los tres medicamentos rivales. Asimismo, una compañía farmacéutica
que esté considerando la posibilidad de desarrollar un nuevo fármaco contra el colesterol
sabe que, si se compromete a realizar la inversión y tiene éxito, tendrá que competir con los
cuatro medicamentos existentes. Puede utilizar esta información para proyectar los ingresos
que puede obtener con el nuevo medicamento y evaluar así la inversión. Sin embargo, a veces
los límites de los mercados farmacéuticos son más ambiguos. Consideremos el caso de los
analgésicos, categoría que incluye la aspirina, el paracetamol (que se vende con el nombre
de Tylenol, pero también genéricamente), el ibuprofeno (que se vende con varios nombres
como Motrin y Advil, pero también genéricamente), el naproxeno (que se vende con receta,
EJEMPLO 1.1
Este ejemplo se basa en F. M. Scherer, «Archer-Daniels-Midland and Clinton Corn
Processing», Case C16-92-1126, John F. Kennedy School of Government, Harvard
University, 1992. pero también sin ella con el nombre de Aleve) y el Voltaren (medicamento
más fuerte con receta producido por Novartis). Hay muchos tipos de analgésicos y unos
funcionan mejor que otros para ciertos tipos de dolor (por ejemplo, cefaleas, artritis, dolores
musculares, etc.). Los efectos secundarios también son distintos. Aunque algunos tipos se
utilizan más a menudo para ciertos síntomas o estados, todos ellos se consideran muy
similares. Por ejemplo, dependiendo de la gravedad y de la tolerancia del paciente al dolor,
un dolor de muelas puede tratarse con cualquiera de los analgésicos antes mencionados. Esta
posibilidad de sustituir unos por otros hace que resulte difícil definir los límites del mercado
de analgésicos.
Otro ejemplo
El mercado de edulcorantes. En 1990, la Archer Daniels Midland Company (ADM) adquirió
la Clinton Corn Processing Company (CCP). ADM era una gran compañía que producía
numerosos productos agrícolas, uno de los cuales era un sirope de maíz con alto contenido
de fructosa (SMCF). CCPera otra gran compañía estadounidense productora de sirope de
maíz. El Departamento de Justicia de Estados Unidos se opuso a la adquisición alegando que
se convertiría en un productor dominante de sirope de maíz con poder para fijar unos precios
superiores a los competitivos. De hecho, ADM y CCP representaban juntas más del 70 por
ciento de la producción de sirope de maíz de Estados Unidos. ADM no aceptó la decisión del
Departamento de Justicia y el caso acabó en los tribunales. La cuestión básica era si el sirope
de maíz constituía un mercado distinto. En caso afirmativo, la cuota conjunta de mercado de
ADM y CCPera de alrededor de un 40 por ciento, por lo que la preocupación del
Departamento de Justicia estaría justificada. ADM alegó, sin embargo, que la definición
correcta del mercado era mucho más amplia: abarcaba el azúcar y el sirope de maíz. Como
la cuota conjunta de mercado sería bastante pequeña en un mercado de edulcorantes, no
preocuparía el poder de la empresa para subir los precios. ADM alegó que el azúcar y el
sirope de maíz deberían considerarse parte del mercado, ya que se utilizan indistintamente
para endulzar una inmensa variedad de productos alimenticios, como bebidas refrescantes,
salsa para espaguetis y sirope para pancakes. ADM también demostró que cuando fluctuaba
el nivel de precios del sirope de maíz y del azúcar, los productores de la industria alimentaria
cambiaban las proporciones de cada edulcorante que utilizaban en sus productos. En octubre
de 1990, un juez federal aceptó el argumento de ADM de que el azúcar y el sirope de maíz
formaban parte de un amplio mercado de edulcorantes. Se permitió que la adquisición fuera
adelante. El azúcar y el sirope de maíz continúan utilizándose indistintamente para satisfacer
el claro gusto de los estadounidenses por los alimentos azucarados. En Estados Unidos, el
consumo per cápita de edulcorantes fue de alrededor de 140 libras por persona en 2004, de
las cuales el azúcar representó 62 libras y el sirope de maíz.

También podría gustarte