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LOS FUNDAMENTOS DE

LAS
CIENCIAS DEL HOMBDE

Introducción
al folklore

• Redfieíd
Foster,
Chertudi
y otros

Centro Editor
Introducción
al folklore
Introducción
al folklore

Qedfield,
Foster,
Chertudi
y otros
Introducción
y selección de textos:
Guillermo E. Magrassi
y Manuel María Docca

LOS FUNDAMENTOS DE
LAS €
Centro Editor de América Latina
CIENCIAS DEL HOMBQE
Diagramación: Osear Sammartino,Estela Enecoiz "Pro América, pro indis et nigris,
Asesoramtento artístico: Osear Díaz pro ¡uventute"
Secretaría de producción: Osear Troncoso
Coordinación y producción: Natalio Lukawecki. Del ofertorio de la Misa cuando oticiaba
Fermín E. Márquez en Rávena, Italia, et sacerdote ¡esuita
J. M. Peramás, que había sido
misionero en nuestras tierras.

"Sólo una cosa deseo: vivir,


comprender la vida, amar a ¡os
hombres, al pueblo entero, (p. 244)
Yo no quiero ir para arriba,
yo voy hacia adelante." (p. 272¡
. ..ia división entre blancos y
negros, mi viejo, se acaba con
ia mezcla.. . " [p. 295}
"La invención del pueblo es la
única verdad, ningún poder
conseguirá jamás negarla o
corromperla," {p. 319)

Pedro Archanjo, en Tenda dus


Mílagres de Jorge Amado, Buenos Aires,
Losada, 1976.

•<•. 1978 1991 Centro Editor de América Latina S A


Tucumán 1736, Buenos Aires
Hecho el depósito de ley Libro de edición argentina Impreso en
Carbet. Udaondo2646 Laniis Oeste Prov deBs As Encuader
nado en Haley, Av Mosconi640 Lomas del Mirador, Prov. de Bs
As Distribuidores en la República Argentina: Capital Mateo
Cancellaro e HIJOS. Echeverría 2469, 5' "C". Buenos Aires. Inte
ñor Dipu S R.L , Azara 225, Capital
Impreso en setiembre de 1991

ISBN 950 25 2037 8


Introducción

Génesis

Desde siempre, el hombre como tai, es decir como parte


integrante de un grupo, se ocupó y preocupó de sí mismo,
y por lo tanto de los como él. De alguna u otra manera:
observó y analizó, pero sobre todo comparó, al ocuparse y
preocuparse también (concomitante y necesariamente, por
diferencia) de los otros, los otros como él pero diversos,
los demás, o simplemente los no como él. Y no sólo de lo
que el mismo era, creía, pensaba, decía y hacía, sus formas
de ser y seguir siendo —o dejar de ser para seguir sien-
do de otra manera— sino además de ias similares costum-
bres de sus vecinos.
Desde el origen, por tanto, ei hombre fue a la vez el que
estudiaba y el objeto también de sus estudios, y su saber
sobre lo propio y lo diverso fue ciencia desde el comienzo,
por más endeble que hoy nos pueda parecer. El saber del
pueblo, el conocimiento popular, es en sí mismo un cono-
cimiento científico, es la ciencia del pueblo, de donde sur-
gen y en que se basan todas las ciencias oficiales u oficia-
lizadas del correr de los tiempos.

Antecedentes

No hace falta recurrir a las narraciones de Heredólo, los


poemas de Homero, las ideas y hallazgos de Evhemere,
fas opiniones de Aristóteles o las descripciones de Tácito
y sus respectivos connacionales, para explicitar aquella
constante de la cultura que es el interés reflexivo sobre
sí mismo, el prójimo y el extraño. Tampoco a las fuentes
orientales y los libros épicos y religiosos de la India o el
Medio Oriente, se llamen Los Vedas o la misma Biblia. Ni
siquiera a las más cercanas fuentes escritas de Mesoamé-
rica pre y postcortesiana (los rescatados textos pintados
que llamamos Códices, o el Popo! Vuh, los anales de los
Cakchiqueles, los libros de Chilam Bayan, el de Chumayel.

9
el de Maní, etc.) o los de los Andes Centrales postpizarria-
nos (dioses y héroes de Huarochirí. los informes de Hua- Ubicación y contenidos actuales
man Poma, etc.). Nuestras propias raíces aquí en la por-
ción de territorio americano que constituye ia República Ar- Bueno es que hayamos mencionado aquí la palabra antro-
qentina, son suficientes para ello. pología, pues así queda bien en claro desde el comienzo
Debería bastar el recordar que fueren nuestros mapuche que lo que llamamos folklore hoy día, al menos en nuestras
quienes llamaron tehuelche (derivado castellanizado des- tierras americanas, se -ubica, sin lugar a dudas, ya como
pués de algo así como hombres bravios, indómitos, salvajes) disciplina especializada dentro del vasto campo de las cien-
a sus vecinos habitantes de nuestra pampa-patagonia, con- cias sociales-antropológlcas, de las que no puede indepen-
forme su observación y perspectiva; como que fueron ha- dizarse pues comparte su objeto y sus métodos, no distin-
blantes quichua quienes aplicaron el nombre de chiriguano guiéndose más que por la diversa perspectiva en la selec-
(algo así como estiércol frío) a los aba (guaraní) que lle- ción y óptica de análisis de los datos.
garon hasta las puertas mismas del imperio inka del Tawan- De allí que en esta breve introducción, tengamos que
tinsuyu; o tendría que ser suficiente escuchar (o leer en hacer referencias constantes y obligadas a la gestación,
variadas recopilaciones) las narraciones de los distintos aportes o imbricación de todas las ciencias del hombre.
pueblos, para saber algo de lo que conocían, imaginaban e Porque ¿quién dudaría ya que corresponde a la antropolo-
gía como al folklore y a la historia, etc., por ejemplo: tanto v
ignoraban de sus vecinos.
las secuelas del proceso de araucanización de la pampa-pa-
Fueron aquellos mismos chiriguano (llamados también tagonia, como el complejo cultural de los chiriguano-chané 2,
chaguanco o piernas flacas, magras, por los modernos que- las manifestaciones de nuestra cultura gaucha, o cuales-
chua de nuestros ingenios) los que denominaron toba-sira- quiera de las expresiones mestizas de todo nuestro país,
kua (¿por el palo cavador?) a los siriono o chiriono, a quie- producto tanto de las conquistas como de las sucesivas
nes ni siquiera consideraron humanos (como tampoco con- fraguas de pueblos y culturas? Y no sólo las campesinas,
sideran tales a los guayakí los actuales paraguayos), o toba- sino también las urbanas y suburbanas; no sólo las deri-
taitetu (por e! pecan' o chancho de monte) a los chaquen- vadas del contacto o la mezcla original de nuestras raices
ses que "vivían en pozos, en la tierra" ', parecido motivo aborígenes, de estas con las españolas y otros injertos ~
quizás que hiciera que tal vez fueran los sanavirones san- europeos y a f r i c a n o s . También las de todos estos con
tiagueños quienes llamaron comechingones a sus antiguos otros europeos y no europeos, y de estos entre sí, como
y barbados habitantes históricos de la actual provincia de consecuencia de las grandes y pequeñas migraciones (y
en todos los casos mencionados proveniente del medio na-
Córdoba.
tural, campesino, urbano preindustrial o urbano), conforman-
Los aymara consideraban brujos a todos sus vecinos uru, do así el rico y variado producido de todas las vertientes
y estos se consideraban a sí mismos como anteriores a que configuraron y configuran nuestra identidad nacional,
los humanos. Y fueron probablemente los guaraní de las que es pluralista incluso a pesar de todas las ideas que lo
islas, pescadores y horticultores del delta y las orillas, quie- pregonan en palabras pero no lo sustentan en la práctica.
nes denominaron querandí (tal vez para ios españoles) a Y ya que hablamos de mestizaje, si como se entiende
los cazadores gününaken de las pampas por tener estos hoy día, el mestizaje cultural "es la producción colectiva,
preferencia por los alimentos grasos. Parientes aquellos por parte de dos o más culturas en contacto, de nuevos
mismos guaraní de los mbya que a sí mismos se llaman elementos culturales" 4 y refleja tanto el proceso como su
' los hijos de la neblina de las palabras inspiradas", allá
2
an el asiento de sus fogones. Aunque poco sepamos toda- Magrassi, Guillermo E., "El complejo chiriguano-chané". Censo In-
vía (y ya quizás nunca) de todas estas y otras manifesta- dígena Nacional. Tomo I I . Ministerio del Interior. Gob. de la Rep. Arg.,
Buenos
3
Aires, 1968.
ciones de aquellas nuestras antropologías espontáneas. "...diferentes injertos sucesivos de variantes de lo occidental", como
dice el propio Julián Marías. Véase: España y América, Una antigua
polémica, Julián Marías-Germán Arciníegas, ta Nación, Buenos Aires. 28
1 de enero de 1978, Sec. 3; p. 1.
Rocca, Manuel M. y Magrassi. Guilermo E., Los chiriguano chañe, * Lander, Brigitta, "Mestizaje cultural en un códice Mexicano (desde
Buenos Aires, Huemul, Col. Temas de Antropología, 1978. New York)", en; Ethnos, 1-4, Stockholm, Sweden, 1966. p. 62.

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resultado, o sea su gestación y consolidación, ¿a quién ¡e tampítas de ia lemanjá en las santerías del barrio porteño
cabe duda que lo propio del folklore, al menos en América de Líniers o cierto uso de las medallitas de la Abadía de
actual, es precisamente ese proceso y su producido? San Benito de Palermo en Belgrano; la planta de ruda ma-
cho en la maceta de casa, o las ventas de contrayerba
Y así. y en Argentina ¿quién pondría hoy en duda que
en algunas farmacias del "centro"; la flechada y las cau-
corresponde al folklore como perspectiva antropológica, tan-
ces de padrino, como ef asadito y las ramas en el último
to el estudio del tango como proceso y producto cultural
piso al techar un edificio torre en cualquiera de nuestras
mestizo, como el de la chacarera, la guáranla o la chama-
ciudades; el tereré y el mate cocido, la chicha y el torren-
r.rita, la cueca o la zamba, el triunfo, la cifra, el malambo
tes, ei locro y la empanada, el arapasé y el asado con
o el pericón, el carnavalito o la milonga, el candombe o la
cuero, el bolanchao y la cabeza guateada (la pizza, el pu-
polka e incluso ya el caluyo o el loncomeo; los cuentos de
chero o los ravioles de los domingos y hasta la parrilla
Juan el Zorro, aunque también se lo llame Antonio o Aguara aunque sea en el balcón o el hogar del departamento); la
Tumpa; el culto a San Son o a San La Muerte; el chon-chon tirada del cuerito, como la hoja de afeitar al cuello contra
o el yasiyateré, mbojrusu o la mulánima; la señalada pu- el mal de ojo o la cura de palabra en la Exposición Rural
neña o las yerras litoraleñas; el familiar y el lobizón; las o el Hipódromo da La Plata; las máscaras, rituales de los
fogatas de San Juan o la quema del Judas, el Viernes Santo chañé de Tuyunti, o las de los cachis en Iruya como el
en Yavi o las Peregrinaciones a pie al Santuario de Lujan, "Oso Carolina" y los corsos, las caretas o los pomos, las
el misachico y el caminar sobre las 'brasas, el nguillatún comparsas o el Carnaval de Corrientes, el juego con agua
y la corpachada; la fiesta del trigo o las carreras cuadreras; o con harina; el tirar un poco de bebida al suelo como
el velorio del angelito y las apachetas, o los nichos y las ofrenda a la Pacha, el cabecear para sacar al baile; el
cruces de caminos; el cancionero popular, como el fileteado enterrar la placenta o guardar el cordón umbilical 6 ; la pul-
y los grgffitti de los camiones; el mortero de algarrobo sera de cobre contra el reumatismo o los cordoncitos de
o el arado de palo; el juego del pato o el de los hilos, la hilos rojos y azules en las muñecas de los muchachos y
payana o el truco, la rayuela o la biya, la chueca, el mboto- las chicas de Buenos Aires; el gesto entre el pulgar y el
mboto o el choropa-ropa y el martín pescador; la tejeduría índice para ordenar un café en el bar, o el girar de la mano
mapuche, la vallista o la mataco; la cestería en paja de derecha junto al oído para indicar que nos llamen por te-
trigo y plumas de Qullino, la de tacuapí y güembé de los léfono cuando vemos a un amigo tras ia ventanilla de un
cainguá-mbya de Misiones, la de unquillo de Río Hondo o colectivo, y hasta el colectivo mismo como producto folkló-
la de simbol de Cafayate; la fiesta del poncho o la manka rico, mestizo?
fiesta; la anata, el pinkullo, la quena, la flautilla tucumana,
Y aunque a algunos les parezca todavía que lo predicho
o la pifílka, el birimbao chaquense o el kultrún, el bombo
es ridículo o exagerado, imposible, escueto o abundoso, irre-
leguero y la caja, el charango, el arpa litoraleña, la guitarra
levante, confuso, pretensioso o poco serio, lo cierto es
criolla y el bandoneón, o el tono particular del violín san-
que parece que alguien tenía que decirlo. Aunque más no
tiagueño de don Sixto Palavecino; el decir: "ñandú", "chol-
sea como mostración de ejemplos que serán sorpresa para
que" o " s u r i " ; "guagua", "gurí" o "bepi"; "al que madruga muchos, o para salvar la timidez de los que lo saben y no
Dios lo ayuda" o 'no por mucho madrugar amanece más se animan a expresarlo y menos a escribirlo.
temprano"; los cuentos de Pedro Urdemales como los chis-
En todo caso, es preferible la reacción esperada (o el
tes de "gallegos" de moda en 1977; Pedrito Sangüeso y
tener que oír el rasgarse de alguna raída vestidura) a que
Pedrito Huerta hoy como la Juana Figueroa antes y todos
se siga aceptando la limitación del uso del término folklore
los demás santos popularmente canonizados 5. Asimismo las a ciertas manifestaciones musicales (o peor aún a sus
especiales manifestaciones del culto popular a las advoca- seudoproductos comerciales), o a algunas expresiones cam-
ciones de la Virgen del Valle o a la de Itati, el Señor de pestres. Tal como otros lo han querido restringir exclusiva-
Sumalao o el de Mailín, a San Cayetano como a la Difunta mente a la literatura oral. Descuidando todos, entre otras
Correa, Ceferino Namuncurá y el tincunaco riojano, las es-
b
Véase Rocca. M. M,, "Facundina", en Dos mujeres indígenas, Serte
antropología social. México, Instituto Indigenista Interamericano, 1976,
' Véase Chertudi. Susana y Newbery, Sara, La Difunta Correa, Buenos
p. 135-11)4.
Aires, Huemul, Co!. Temas de Antropología, 1978.

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cosas, que: ei conocimiento popular es tan amplio y va-
separados surgieron también las distintas visiones de los
riado como permanentemente dinámico, y que ya estamos
unos respecto de los otros. Así fue como las crónicas de
tan lejos de ia separación a ultranza de las diversas cien-
los conquistadores que sabían escribir o de sus cronistas
cias -sociales, como de reclamar una legislación que regule
oficiales, las constancias de los escribientes, las manifesta-
el empleo del término folklore tal como lo pretendiera aquel
ciones, cargos y descargos de los funcionarios coloniales,
gran fomentador de los estudios folklóricos que fuera el
las reconvenciones moralistas de doctrineros y evangeliza-
tucumano Tobías Rosemberg.
dores, los informes de los religiosos, y los relatos de los
Porque, digámoslo de una vez, lo que estudia y de lo viajeros, exploradores o espías de las potencias colonia-
que se ocupa el folklore entre nosotros hoy en día, es de listas, se anticiparon junto a los novelistas, a los antropó-
la cultura popular, entendiéndose por tal simplemente la logos y folklorólogos de mucho más tarde. Sus obras (ex-
que no es oficial 7 . purgadas de intencionalidades e interpretaciones) constituyen
Claro que para llegar a ello hubo que recorrer un largo así tanto una fuente fundamental de nuestra etnohistoria
camino. Estas perspectivas modernas derivan tanto de los americana (recordemos entre nosotros a Schmidel, Faulkner,
constantes avances (y por suerte muchos retrocesos) de Cardiel, Bárzana, Sotelo de Narváez, Azara, Dobrizhoffer,
las ciencias del hombre en general y en particular de las Paucke, Musters, D'Orbigny, Darwin y tantos otros) como
ciencias sociales-antropológicas, cuanto de ia propia auto- fueron en su tiempo- parte de la antropología espontánea
crítica del folklore y la crítica de sus disciplinas afines. de entonces para los europeos. Y aún más, su divulgación
Pe no menor importancia ha sido la creciente toma de contribuyó decisivamente a inspirar las nuevas ¡deas, teo-
conciencia (aunque a veces sólo ingenua) y asunción del rías y doctrinas (Montaigne, Montesquieu, Hobbes, Locke,
• propio pasado integral: prehistórico, protohistórico e his- Voltaire, Rousseau, etc.) en la necesaria readaptación que
tórico, por parte de nuestros pueblos americanos. Y así se produce en lo propio al cotejarse con lo extraño, y vice-
vemos como estos van entrelazando a la vez que recono- versa. Porque no cabe duda que las nacientes naciones
ciendo paulatinamente en su "vera historia": su vertiente europeas se enriquecieron con el oro y la plata, las espe-
fundamental indígena, junto al dolor de la conquista y !a cias, las materias primas y los nuevos productos, el tra-
pujante vertiente colonial, cuanto las vertientes subsiguien- bajo, el sudor, la sangre y las lágrimas del resto del mundo
tes, como partes integrantes todas de un largo proceso ge- y sobre todo de nosotros, americanos, pero también del
nital que ha desembocado en nuestra actual configuración fermento de las nuevas ideas y formas del pensar y el
étníco-cultural. obrar introducidas o generadas por el contacto.
También en América se reflejaron, en el relato, en el
papel o en la tela, y hasta en la piedra, las versiones de
Más antecedentes la otra cara de la conquista, y así es como aún pueden ver-
se las altas botas, los cascos y gualdrapas de los nuevos
conquistadores montados en sus fieras bestias, junto a los
No cabe duda de que el acontecimiento más importante largos y emplumados tocados de nuestros defensores indí-
de la historia de la humanidad ha sido aquél en que los eu- genas en el arte parietal de Cerros Colorados en Córdoba,
ropeos se lanzaron a la conquista del resto del mundo, o recogerse las versiones del Cristo-Colón entre los bilin-
hecho del cual derivaron cambios o modificaciones tanto güe mapuche-castellano de la precordiilera del Neuquen.
en conquistados como en conquistadores, y por cierto que
en el obrar como en el pensar.
Del forzado contacto entre los mundos hasta entonces
Los coleccionistas y los anticuarios
' Ya en 1965 lo consignaba de alguna forma Augusto Raúl Cortázar
cuando decía y escribía: "Por lo tanto, siendo el folklore resultado de
una diferenciación cultural, mostrará siempre el contraste entre aquellos
estratos antagónicos (por ejemplo, 'pueblo' y é l i t e s ' ) , que son tan
antiguos como la c i v i l i z a c i ó n . . . ( . . . ) . . . l a enseñanza institucionalizada
No hace falta que nos remontemos a egipcios o feni-
y ts e m p í r i c a . . . " . Cortázar, Augusto Raúl, Esquema del Folklore Bu* cios, griegos o romanos, árabes o europeos del Renaci-
nos Aires. Columba, 1S65, p. 24-25.
miento, a Julio César o a Rafael de Urbino, para afirmar

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que ei hombre siempre coleccionó objetos de otros pue- ropa, el surgimiento del romanticismo allá y en todas sus
blos diferentes del suyo propio. Sabemos muy bien ¡o colonias y excolonias, sobre todo americanas, y los na-
que al respecto acostumbraban —entre otros— nuestros cientes nacionalismos, generaron el clima en el cual se
maya, mexica, ínka o muisca. Y, sin necesidad de ir tan fueron desarrollando ios distintos estudios sociales en vías
lejos (y sin embargo tan cerca); ¿qué otra explicación de sistematización. Todo ello.forma parte de los inicios pre-
puede darse además para la bolsita con exactamente 3.000 cursores de la nueva disciplina que aquí nos interesa.
porotos y unas bellotas de un árbol que solo se produce De esa época conviene resaltar como característica cons-
en Colombia, que se halló en la Cueva del Indio del Rin- tante (que habría de perdurar), la predominancia de estu-
cón del Atuel, en Mendoza, correspondiente al nivel data- dios en aquellos lugares y países donde los movimientos
do entre el 260 a.C. y el 40 de nuestra era? ¿O para el de población y la dominación de unos pueblos o estratos
hacha de piedra pulida a la que el chiriguano que nos hizo sobre otros iban estableciendo sectores oprimidos. Como
con ella una infusión para curarnos, llamó "piedra de ra- reconoce el mismo Raffaele Corso: "La verdad es que ios
yo", al igual que en la Europa del siglo pasado aún hasta estudios del folklore predominan en países donde viven
después de Boucher des Pertes? ¿O para los cuchillos pueblos oprimidos, y donde las tradiciones nacionales estén
y tijeras, y hasta la máquina de cortar el pelo que amigos conculcadas" 8 .
mapuche, toba o chiriguano guardan de nosotros, como A mediados del Siglo XIX todo estaba ya más o menos
nosotros el kultrún, el violín de latón o el temimbí-yepiasa maduro o preparado como para que surgieran como tales
que nos regalaron? todas las ciencias modernas incluidas las del hombre, y la
Así también, después del "descubrimiento" —(para ellos) nueva disciplina que nos ocupa con su nombre propio: fol-
p "cubrimiento" (como debería ser para nosotros)— vol- klore.
vieron a proliferar en Europa los coleccionistas, pero no Durante mucho tiempo habría de debatirse entre sus afa-
sólo de productos culturales exóticos, sino además de ob- nes por constituirse en disciplina independiente, rivalizan-
jetos del propio pasado nacional (en los respectivos paí- do o pretendiendo deslindar campos con: la antropología,
ses en formación), tal como lo hicieran los anticuarlos. ía etnografía, la etnología, la arqueología, la historia o la
Junto a unos y otras, surgieron recolectores de litera- sociología. Y todas estas y otras ramas de las ciencias
tura popular, usos, costumbres, ceremonias, creencias, re- sociales, siguieron condicionadas durante mucho tiempo por
franes, romances, etc., vigentes en sus propias latitudes, los sistemas coloniales en los cuales se engendraron; ya
hechos culturales a los que por entonces denominaron "de que como tantas otras ciencias estructuradas, son producto
los tiempos antiguos". europeo y surgen influidas por la situación cultural, social,
económica y política de la época y lugar de su nacimiento.
La Antropología, a medida que fue deslindando sus cam-
pos y especializaciones, surgió al comienzo como ei estu-
ios precursores dio de los otros, los extraños; el otro en tanto que "otro",
diferente a "nosotros". Y hubo de pasar mucho tiempo an-
tes de que pudiéramos aceptar y exigir que sólo puede ha-
En aquel último sentido, pueden y deben mencionarse: cerse el estudio "del otro como yo", en tanto que igual
en Francia a Thiers, Lafitau o Perrault, y hasta Puymaigre; aunque con diversas formas expresivas. Influyeron en ello,
en Italia, desde Boccaccio y Straparola hasta Pitre, pa- aún a pesar de sus contradicciones y exageraciones, las
sando por Basile y Vico; en Inglaterra a Percy y hasta corrientes evolucionistas culturales que permanecieran fie-
Thoms; en Alemania a Herder y los hermanos Grlmm, o les a su postulado básico de ''la unidad psíquica de la
a Von Arnim y Brentano; en España desde Santillana a humanidad" como reacción a las tesis racistas en boga (y
Hita, Juan Manuel, Zabaleta, Caro o Talavera, el Padre que perdurarían hasta la actualidad), y los ingentes tra-
Feijóo o Benito Jerónimo; en Finlandia a Lónnrot o Krohn bajos de campo de las escuelas histórico-culturales.
padre, como otros en Hungría, Rusia, Bohemia, Portugal El interés del romanticismo por lo exótico y su exalta-
o Eslavonia.
Las reacciones al iluminismo y el neoclasicismo en Eu- ' Corso, Raffaele. £/ folklore. Buenos Aires, EUDEBA, 1966, p. 5.

16 17
ción del individuo, entre otros rasgos, había llevado a los lo que ha llevado —entre otras cosas— a entender por fol-
intelectuales europeos a interesarse tanto en los estudios klore únicamente a la "literatura oral" como es posición
sobre la Edad Media, despreciada por el clasicismo del Re- vigente en algunos países todavía. Igualmente llevó a con-
nacimiento, como por África, Oriente, América, y hasta por fundir el hecho de restringir los estudios a lo que poco
el mismo pueblo del cual se habían distanciado tanto des- después se denominarían, equívoca y equivocadamente, "su-
de el mercantilismo, el iluminismo y el positivismo. Ese pervivencias", "relictos", "resabios" del pasado, Y no me-
interés del romanticismo explica el original desenvolvimien- nos dificultades ha causado el emplear un mismo término,
to de la disciplina folklórica en ciernes (dentro de la mis- tanto para "el saber tradicional del pueblo" como para lo
ma orientación señalada para las demás ciencias antropo- que se sabe o se puede saber acerca del conocimiento
lógicas de su época) como el estudio de "los otros del popular mediante investigación sistemática, esto es un mis-
propio país" y comenzará por tanto por: los campesinos, mo término para el fenómeno y para la disciplina que ¡o
los aldeanos, los "rústicos", incluso el vulgus {como toda- estudia.
vía peyorativamente se decía y aún se dice), que resul- La voz folklore ha sufrido y sufre todavía desde enton-
taban desconocidos en muchos aspectos para el mundo ces, de distintas acepciones, usos y definiciones l 0 , pero
político y cultural de las élites. Sin embargo, muchos de se ha constituido pese a ello en una expresión de acep-
sus miembros los valoraban —o al menos los tenían que tación universal, por encima de otras propuestas que aún
reconocer— como sus "únicas", "auténticas voces", las "vo- se utilizan localmente en algunos países (tales como la
ces genuinas del pueblo", como decían, las raíces. Así mencionada Volkskunde e incluso Volklehre para Alemania,
para muchos de ellos, en la vinculación del romanticismo "demología" para Italia, "demótica", "demopsicología", "de-
con los nacionalismos, la música popular era la música na- mosofía", etc.).
cional y "la poesía popular es la poesía nacional" como ya
habían dicho incluso Percy (1765) y Herder (1778).

Los comienzos de la nueva disciplina

El nombre
El siglo XIX insistió en la recopilación de material, en
la búsqueda de "supervivencias", "reliquias" de "antiguas
En 1806-08, Von Arnim y Brentano emplean por primera costumbres", y el trabajo de campo permaneció así orien-
vez el término Volkskunde para aplicar al conocimiento y tado al registro de lo antiguo, de lo. que se iba perdiendo,
a ios estudios de la nueva disciplina en formación. Más un poco al modo de los arqueólogos aficionados o los an-
éxito sin embargo, tendrá su más o menos equivalente in- ticuarios.
glés Folklore que el 22 de Agosto de 1845'' propone William Mientras algunos investigadores realizaban recopilaciones
John Thoms para sustituir ambiguas expresiones en boga más o menos válidas (según el rigor que empleaban en
tales como "antigüedades populares" y "literatura popular". su época), sobre todo de "transmisiones orales tradiciona-
Thoms incluye, en su ya famosa carta, el estudio de "los les", la especulación teórica de la nueva disciplina deam-
usos, las costumbres, las creencias, las ceremonias, los bulaba por los senderos de la fantasía, la exageración o
romances, los refranes, etc.", pero coloca al iado la expre- la extravagancia. No fueron ajenas a ello tampoco las ideas
sión "de los tiempos antiguos" impregnando a la palabra predominantes en la época que, como el evolucionismo, el
folklore de acepciones y confusiones que han llegado hasta positivismo y el difusionismo, dejaron secuelas y condicio-
la actualidad. Así también, por ejemplo, al no incluir todos namientos en el pensar que se proyectan aún en nuestros
los aspectos de la cultura sino tan solo los que mal lla- días. Se debió ello, sin duda, a que precisamente el evo-
mamos "cultura espiritual", dejando de lado y establecien-
10
do distancia con la también mal llamada "cultura material", Te allí la necesidad de incluir en esta pequeña antología el trabajo
de Paredes, Américo, "Divergencias en el concepto dei folklore y el
contexto cultural", en Folklore Americas, -V. XXVII, N? 1, Los Angeles,
q
instituido hoy como el día universal o internacional dei folklore. enero de 1967, p. 29-37.

18 19
¡ucionismo y el difusionismo fueran en ese orden los pri- partir de los evolucionistas (Morgan, Tylor, Frazer, Lang,
meros intentos de sistematizar las ciencias antropológicas, etc.), uno de cuyos principales postulados fuera también
como lo fuera el positivismo para las sociológicas. el de las "supervivencias" (vocablo del propio Tylor). De-
Desde el punto de vista teórico, predominaron las ten- finían estas como resabios en las sociedades que llamaron
dencias a resolver los fenómenos en base a una teoría aprio- "civilizadas" (las propias europeas según ellos y sobre
rística, para la que luego se buscaban en la realidad los todo la Inglaterra Victoriana) de estadios culturales ante-
materiales que la sustentaran. riores (caracterizados como "salvajes" o "bárbaros") de
Así surgieron las teorías que pretendían explicar, por cuya mentalidad ("primitiva") "anímista" o "anímatista"
ejemplo, el origen del cuento popular desde un punto de surgieran los gérmenes de los cuales se desarrollaron las
vista histórico, tratando de precisar el momento y lugar en historias de dioses, héroes, demonios y espíritus, que cier-
que las tales narraciones aparecieran. Algunos sostuvieron tos sectores de la sociedad ("los campesinos", el vulgus)
al respecto la tesis monogenista, como aquellos formida- mantenían vivas como antiguos hábitos sobrevivientes (siem-
bles recopiladores alemanes que fueran los hermano Grimm, pre dentro del pretendido desarrollo evolutivo sucesivo y
para quienes todos los cuentos (europeos) tenían un co- universal de estos autores imbuidos de prejuicios elitistas
mún origen ario o indoeuropeo de antiguos mitos desinte- de "lo inferior" y "lo superior", o de "lo menos desarro-
grados o decadentes. Al igual que la aún más exagerada llado" a lo "más desarrollado").
opinión,del inglés Benfey (y también Kuhn, y Hahn, como En la misma orientación poligenista evolucionista, debe
Kóhler), con su teoría indianista u orientalista que ubicaba considerarse a! francés Bédier con su llamada escuela etno-
un único centro originario en la India, focalizando allá el histórica, aunque su método de estudio se orienta más a
origen de todos los cuentos europeos". la investigación histórico-literaria de cada nación en parti-
Otra teoría monogenista que gozó de mucha adhesión y cular, pero quien tuvo sin embargo el mérito de señalar
aún se prolonga en forma residual en nuestra época, es la la inutilidad o imposibilidad de la búsqueda de aquellos
llamada filológica o teoría mítica, o de la mitología compa- orígenes.
rada, cuyo exponente mayor fuera el inglés Max Müller, Hacía 1878 se crea la primera entidad dedicada a estos
quien pretendió mediante el análisis etimológico comparar estudios, que fuera la Folklore Society de Londres, la que
todos los mitos conocidos de los pueblos indoeuropeos, además de promover la recolección, las publicaba; y como
pero cayendo finalmente en el exceso de la explicación úni- el criterio dominante fuera un tanto de aficionados, promo-
ca a través de la símbología astral, considerando los fenó- vió algunas discusiones (no muy esclarecedoras por cierto)
menos folklóricos como un depósito de antiguos conceptos y clasificaciones o temas del folklore (como las de Gomme,
cosmogónicos n. el Handbook, etc.). Algunas otras sociedades del tipo sur-
Frente a aquellas, surgieron las teorías poligenistas, re- gieron en otras regiones con suerte varia, y también debe
lativas a un diverso origen, pero atribuido a "estadios pri- consignarse la aparición de los museos, que fueran cen-
mitivos de evolución" cultural en distintos lugares." Fue a tros de recolección de objetos culturales. Importantes ar-
chivos de material folklórico oral se fueron reuniendo a la
u
No hay que oividar que para su misma época y aún mucho mas tarde, vez en varios países, interesados sobre todo en mantener
proliferaron quienes quisieron atribuir un origen también único, común y y propiciar sus diferencias (Irlanda, Suecia. Dinamarca, Fin-
para todos los aspectos de la cultura, a partir esta vez de un foco
egipcio. Desde ios hiperdifusionistas del estiío de !a Mamada escueta landia, etc.).
de Manchester con Eiliot Smith y otros, hasta algunas opiniones de Thor
Heyerdhal en nuestros días.
En todo este proceso y por la influencia que tendrían
'* Para juzgar adecuadamente estas y otras teorías que hoy sabemos sus ideas, no podemos dejar de mencionar tanto las apor-
invalidadas en sus exageraciones pero que de cualquier manera fueron taciones que Marx y Max Weber hicieron al estudio de
elaboradas en e! contexto del desarrollo de las ciencias para su época,
es lamentablemente conveniente recordar (sin posibilidades siquiera com- las culturas campesinas en algunos capítulos de sus tra-
parativas), las agresivas y vigentes en nuestros días de tantos ovnitó- bajos, como los escritos de Freud y las corrientes psico-
logos y futurólogos dei pasado cuyos nombres es mejor no recordar y
que entre otras cosas quieren robarnos la autoría por parte de nuestros analíticas.
antepasados americanos de obras que aún asombran a la humanidad. Y Mientras tanto, en Argentina, podemos consignar como
otros que .aun mas preparados se ubican sin embargo en ía explotación
comercial y encuentran incautos seguidores pese a su acientificidad cuan- alentadoras de estos estudios a algunas valiosas voces que
do no deshonestidad evidentes. destacaban la urgencia de recopilar y afirmar ¡as tradicio-

20 21
nas, basados en el espíritu independentista y la necesidad y Aarne, prolongándose así en el siglo actual hasta el
de afianzar la nacionalidad naciente " . También quienes con presente. Con condicionamientos basados en éste caso en
espíritu romántico o conservador, se inspiraban en las tra- las orientaciones difusionistas, se orientó a los estudios
diciones para impregnar afanes literarios o sustentar tesis formales, limitando el folklore a las tradiciones orales.
políticas (De Angelis, Echeverría, Sarmiento, Mansilla, Cañé, Mediante clasificaciones topográficas y cronológicas, buscó
padre, Frías, etc.); como más tarde, al final del siglo XIX encontrar las formas primeras (tipo y arquetipo) de un
y comienzos del XX: José Hernández, Groussac, Joaquín V. poema o un cuento a través de sus variantes. De allí que
González, Lugones, Roberto J. Payró, Juan P. Ramos, Marti- a su método, más que a sus presupuestos teóricos, se lo
niano Leguizamón, Ricardo Rojas, Horacio Ouiroga, etc.; y llame "histórico-geográfico" tanto como finés o finlandés.
otros que ya podemos considerar como precursores de la Con variantes, esta tendencia se manifestó incluso, por
disciplina folklórica entre nosotros: como Ventura Lynch, ejemplo, en los ecotipos (u "oikotipos") de la llamada
Adán Quiroga, Juan B. Ambrosetti, Samuel A. Lafone Que- teoría étnica del sueco Von Sydow, quien además quiere
vedo (quien parece haber sido de los primeros en intro- encontrar la génesis de los relatos novelescos y quimé-
ducir el término folklore en nuestro medio), la formidable ricos europeos en un diverso origen semita e indoeuropeo.
Encuesta Folklórica del, Magisterio de 1921 y sus inspira- También en la "narrativa de la mutación" del holandés De
dores, y con más derechos aún: Carlos Vega, Lehmann Vries, como en las ideas de Anderson, Waugh, Roberts,
Nitsche, José Imbelloni, etc. Nygard, el español Menóndez Pidal o los norteamericanos
De todo este proceso de los comienzos de la nueva dis- Archer Taylor y el mismo Thompson.
ciplina (de sus avances y retrocesos), quedó como impronta Poca fue la trascendencia de otras teorías europeas de
para muchos estudiosos el empleo y las implicancias del la primera mitad del siglo XX. Por ejemplo, la elitista del
término "supervivencias" aún avanzado nuestro siglo, y por alemán Naumann, conocida como de "los bienes caídos
más que algunos lo hayan intentado readaptar bajo la deno- o descendidos", según la cual el pueblo sólo recibe y adopta
minación de "pervivencias" (Imbelloni entre nosotros) o bienes desechados que pertenecerían a supuestas clases
"reviviscencias" (Corso en Italia). superiores. Si bien sea prudente recordar su interés en
los "bienes culturales transmitidos" en que a lo propio
de las sociedades campesinas se superpone o asocia lo
oficial-urbano (aunque lamentablemente a ésto último él
Avanzado el siglo XX pretendiera valorarlo subjetivamente como "culto" o "supe-
rior"). También algunos de sus reproches a las otras
tendencias europeas, que se sumaron a las del austríaco
Wesselski a los finlandeses y a las posteriores del noruego
Muchas de aquellas teorías originadas en el siglo XIX, se Christiansen o el danés Bodker.
prolongaron con vigencia en nuestro siglo. Así, la doctri-
na monogenista, mítica o filológica, se expresó en el sim- De mayor envergadura, en cambio, son las concepciones
bolismo de Preuss, siguiendo la línea de interpretación de que inspiraron la confección del "Atlas del folklore sui-
la mitología popular como reproducción metafórica de los zo" M , uno de cuyos organizadores y editores, el suizo Weiss,
fenómenos naturales. De la misma manera la teoría indía- ha insistido en que el folklore estudia "toda la cultura
nista de Benfey se continuó en la neoorientalista de Ander- popular de los pueblos civilizados" (aunque tal vez debió
son, el mismo Krohn (padre) y otros. decir modernos o modernizados). Sin embargo, en la prác-
tica, también los suizos han otorgado mayor énfasis a las
En Finlandia, surgió con características propias una orien-
zonas rurales que a las urbanas, pero con la ventaja de
tación o escuela metodológica que se basó en las ideas
abarcar como "etnología del propio pueblo" tanto los aspec-
de Lonnrot y alcanzó su mayor expresión con Krohn (hijo)
tos "espirituales" como "materiales" de la artificiosa dico-
tomía todavía predominante en otras partes. En efecto, esta
» Nos referimos a algunos hombres vinculados al proceso de Mayo, la
declaración de Tucumán. y, sobre todo a las ideas de Belgrano, apoyado
por San Martín y algunos otros, de coronar un inka cuando se proclamó 14
Su influencia se ha sentido en muchas latitudes, incluido el ingente
lf independencia de las Provincias Unidas de Sud América, ideas cuyo trabajo preparado por Manuel Dannemann sobre el atlas del folklore chi-
valor —generalmente d e n i g r a d o - nunca será suficiente recalcar leno, con perspectivas más modernas.

22 23
separación continúa en uso entre muchos escandinavos del pueblo sencillo", la corriente belga la estima como "una
que acostumbran restringir el folklore al estudio de ¡o sociologa de las clases populares".
narrado y cantado, empleando el término de "etnografía" Mientras en Inglaterra los estudios folklóricos fueron
para los aspectos "materiales". Subsiste también entre languideciendo o quedaron en manos de meros aficionados,
ellos el concepto de "supervivencia", como entre los anglo- en otros países alcanzaban nuevo ímpetu.
sajones su equivalente original de "survivals". Esta opinión Entre los rusos, merece recordarse desde el énfasis de
prevalece incluso en Italia, donde —salvo los trabajos de Máximo Gorki en que el folklore no debe ocuparse de las
campo de De Martino realizados más bien desde la pers- tradiciones muertas o apagadas y sin alma, sino de las "vo-
pectiva antropológica de los estudios etnológicos, las con- ces vivas" que se oyen en "las fábricas, los campos y las
cepciones de la "alteridad cultural" de los "euroétnicos" calles", a los trabajos de Bogatyrev, Asadovskí, Sokolov y
de Cirese, los estudios más bien sociológicos de Lanter- otros, presentando al folklore como "la voz del presente",
nari, o la visión comparativa amplia e historicista del fol- y haciendo hincapié en los elementos funcionales y estruc-
klore de Gocchiara—, la tendencia hoy día predominante se turales vigentes, o a la búsqueda del -"folklore proletario"
orienta hacia los estudios etnográficos o de antropología de Biryukov y las corrientes actuales bajo la éjida oficia-
cultural (Bernardi y otros) al estilo norteamericano, antes lista. No hay duda de que algunas de las aportaciones más
que a los de perspectiva folklórica (que allí prefieren llamar interesantes al estudio del cuento, por ejemplo, provienen
"demología") ^ de la época de oro del formalismo ruso, sobre todo con la
obra de Vladimir Propp para quien aquellos se originan en
Las aportaciones del francés Van Gennep, se incluyen en el pasaje de lo esotérico a lo artístico de la relación mito-
las orientaciones biologistas y sociologistas, aunque con- cuento. La importancia de los formalistas rusos puede ras-
viene rescatar de sus ideas, más que su insistencia en la trearse incluso en el estructuralismo europeo y norteame-
tradición como elemento sustancial del folklore, la caracte-, ricano aún en sus profundas divergencias l6.
rística dinámica de éste y la imposibilidad de desgajar las
tradiciones orales del contexto global de la cultura, en La escuela formalista, fue oficialmente condenada en Ru-
una perspectiva funcionalista que ha sido incorporada en sia hacia 1928, y en sus obras posteriores Propp se dedicó
sus trabajos sobre el folklore regional francés. Los tra- a profundizar su método histórico comparativo en el estudio
bajos posteriores de mayor relevancia en Francia, hay que de las relaciones de la literatura oral con los mitos, los
buscarlos en la nueva orientación estructuralista de las ritos y las instituciones.
ciencias antropológicas. Entre los húngaros, deben señalarse los trabajos de Ortutay,
como los de Linda Degh, que, como los de Propp, tuvieran
Vi belga Marinus, con lo que se ha denominado "neofol- amplia difusión en Europa y América; y entre los modernos
klore", en aquella similar corriente sociológica, ha insistido alemanes, sobre todo los estudios de antropología regional 17 .
en recalcar que los hechos folklóricos son hechos sociales, En todo estos movimientos y procesos que estamos anali-
que estos cumplen una función en el "organismo de la zando, tampoco debemos descuidar las tendencias naciona-
colectividad", y en que si tales fenómenos existen, no son listas chauvinistas, que llevaron a la concepción de un fol-
supervivencias, sino que corresponden a necesidades, sen- klore nazi en Alemania, o a ciertas orientaciones similares
timientos, y satisfacciones, pertenecen por tanto a la reali- tanto en Rusia como en los Estados Unidos de Norteamé-
dad vigente, y forman parte del complejo moral y social
del individuo y del grupo. Así, mientras muchos estudiosos >6 De Propp, pueden consultarse en castellano sus obras Morfología del
italianos y de otros países europeos todavía consideran al cuento. Las raíces históricas del cuento, Polémica con Levi-Strauss, pu-
folklore como un capítulo de la etnografía, "la etnografía blicadas todas por la editorial Fundamentos, Madrid, y "Las transforma-
ciones del cuento m a r a v i l l o s o " , en Cuadernos de semiología, Buenos A i -
res, Rodolfo Alonso Editor, 1972. También conviene ver en esta misma
15 colección, Levi-Strauss, Claude, " l a estructura y la forma [reflexiones
Quizás convenga trascribir aquí lo que ya en 1942 señalara Imbe- sobre la obra de Vladimir Propp)", en El análisis estructural, introducción
lloni entre nosotros: " S i hay que darle una explicación, ella consiste y selección de textos de Silvia Nicolini, Buenos Aires, Centro' Editor,
en ía consideración que la mayoría de los profanos atraídos hacia el 1977. Para la relación de Propp y Levi-Strauss, puede consultarse asi-
folklore proceden de estudios literarios o de disciplinas morales, jurí- mismo a Maletlnski, E., Estudio estructural y tipológico del cuento, Bue-
dicas y afines, en los cuales se continúa jugando con el viejo cuento nos Aires, Rodolfo Alonso Editor, 1972.
del dualismo entre lo " m a t e r i a ! ' 1 y lo " e s p i r i t u a l " , Imbelloní, José, 17
"Concepto y praxis del F o l k l o r e " , en Folklore argentino. Humanior, Bue- Hultkrantz, Ake, "Some Remarks on Contemporary European, Ethnolo-
nos Aires, Nova, 1959, p. 20. glcal Thought", en Ethnologia Europaea, v o l . I, n? 1, 1967, p. 38-44.

24 25
rica. Ya nuestro Augusto Raúl Cortázar ha señalado dos de las ciencias sociales-antropológicas tendieron a polarizar
tendencias generales predominantes dentro de los estudios la sociedad en dos extremos: sagrado-secular, folk-urbano,
folklóricos: una hacia el universalismo, tratando de rastrear tradicional-moderno, rural-urbano, siguiendo la línea de base
el origen remoto o común de ios bienes culturales, y otra neoevolucíonista en cuanto al pasaje de un polo al otro.
hacia el nacionalismo, tratando de buscar las características Pese a sus exageraciones y errores básicos, estas (nueva-
propias de cada país para afirmar su nacionalidad. Esta mente dicotómicas) perspectivas proporcionaron algunas de
clasificación de tendencias ha sido retomada por el norte- las aportaciones teóricas y trabajos de campo más fecundos,
americano Richard M. Dorson IS quien, siguiendo a Lindgren, no tanto en sí mismas como (y sobre todo) por las reac-
llama comparativa a la primer tendencia y agrega a ésta y ciones, debates y discusiones que generaron.
la nacional, la antropológica y la psicoanalítica.
Para un seguimiento más adecuado y profundo de! desen-
volvimiento de los estudios folklóricos en Europa, se reco- El debate, los aportes, y las
mienda (más que los antiguos trabajos de Guichot y Sierra confluencias actuales
que abarcan sólo hasta 1890 para Europa y 1921 para España)
la lectura del valioso ensayo de Giuseppe Cocchiara de
1952", que espera su actualización y traducción castellana. Se fue acentuando a la vez un creciente pasaje tanto en
Como síntesis de los respectivos estudios en el área ibero- la labor de campo como en la especulación teórica desde
americana, puede verse el trabajo de Paulo de Carvaího- la órbita europea a la del resto del mundo y sobre todo
Neto 20 , y para la historia del folklore argentino el trabajo a la americana.
del mismo título de aquel gran hombre e incansable folklo- Es en todos estos procesos en que se inscribe la obra del
rólogo que fuera Juan Alfonso Carrizo 21 , y algunos títulos norteamericano Robert Redfield 23 , que marca un hito de im-
de Augusto R. Cortázar 22 . portancia y cuyo producido más imperecedero será la reva-
Con la influencia de las corrientes sociológicas (desde el lorización de lo que hasta entonces se encuadraba, más o
pensamiento de Tonnies y Durkheim, al de Rostow y tantos menos peyorativamente, como "primitivo", rompiendo por
otros dentro ya de las nuevas corrientes desarrollistas y primera vez también las barreras de la distinción entre lo
modernizantes), el auge del funcionalismo en sociología y étnico y lo folk como es ya prácticamente inevitable en la
antropología (desde Malinowski a Firth, Evans Pritchard, Maír, realidad, al menos la nuestra americana.
o Radclifre Brown, Mauss, Fordes, Nadel, etc.), el desarrollo Su foco de atención en los términos binomiales: folk-urbano,
de la antropología cultural norteamericana y sus aproxima- se detendrá tanto en la caracterización de los opuestos co-
ciones psicológicas (Boas, Wissler, Kroeber, Benedict, Kar- mo, sobre todo, en el "continuum", en tanto que modelo
diner, Linton, Mead, incluyendo las reacciones de Jacobs, dinámico que corre entre aquellos dos polos 24 .
o si se prefiere desde Tarde a Fromm), y el predominio de Para apuntalar sus teorías, buscó en sus estudios de campo
las tesis gradualistas (incluido el marxismo y los rápida-
23
mente envejecidos desarrollismos), las corrientes teóricas De Redfield se pueden consultar: Tepoztlan, a Mexican Village. A
Study of Folk Ufe, Chicago, 1930; en colaboración con Alfonso Villa Ro-
jas: Chan Com, a Maya Village, Washington, Carnegie Institution, 1934;
is Dorson, Richard M., "Current Folklore Theories", en Current Anthro- "Culture Changes ¡n Yucatán", en American Anthropologist, XXXVI, 1934,
pology, voí. 4, n? 1, Chicago, 1963, p. 93-112. Incluido en el presente p, 57-59; The Folk Culture of Yucatán, Chicago, 1941 (hay traducción
volumen. castellana del FCE); "The Folk Society", en American Journal of Socio-
" Cocchiara, Giuseppe, Storia del Folklore in Europa, Turín, 1952 (hay logy, Lil, January, 1947 o "La sociedad folk", en Revista Mexicana de
reedición de 1954). sociología, vol. IV, México, 1942, p. 13-41; A Village that Chose Progress,
20
Carvalho-Neto, Paulo de. Historia del folklore Iberoamericano. Las Chicago, Unlversity of Chicago Press, 1950; "Historia natural de la so-
•culturas criollas. Desde sus comienzos hasta 1965, Santiago de Chile. ciedad folk", en Ciencias Sociales, vol. 4, n? 23, Washington, 1953, p. 222-
Editorial Universitaria, 1969. Del mismo autor pueden verse también los 228; Little community, Chicago, 1955; Peasant Society and Culture, Chi-
varios tomos, de Estudios de Folklore, Ouito, Editorial Universitaria, 1968 cago, 1956 o The little community and peasant society and culture, Chi-
y 1973. cago, 1963, 3! ed.; El mundo primitivo y sus transformaciones, México,
21 FCE, 1963.
Carrizo, Juan Alfonso, Historia del folklore argentino, Buenos Aires, 24
Instituto Nacional de la Tradición, 1953. Dictio, 1977. Procuró diferenciar también entre lo folklórico y lo que él deno-
22
Cortázar, Augusto Raúl, Formación histórica del folklore argentino minó "popular", siendo esto último para Redfield: lo masificado, stan-
del siglo XVI al XVIII, Buenos Aires, 1969 y El folklore argentino y los darizante y cambiante, deliberadamente comercializado; siguiéndolo en
estudios folklóricos; reseña esquemática de su formación y desarrollo (en este sentido Augusto Raúl Cortázar con lo que llamó "proyecciones", un
la Argentina), Buenos Aires, 1964. término que ya se ha popularizado entre nosotros.

26 27
realizados en México, la comprobación de sus asertos, y rales de Palavecino, como en las propuestas y estudios de
ello, junto al abandono o descuido de los aspectos de la Bruno Jacovella, en los "ámbitos" de Cortázar 27 , como en
diacronía histórica, le valieron las fuertes críticas de más las más origínales de regionalización cultural de Ciro Rene
cautos trabajadores de campo o profundizadores teóricos, Lafón.
desde Sol Tax a los Herskovits, Moore, Mintz, Osear Lewis, Como parte concomitante y derivando a su vez en nue-
Paine, etc. Como consecuencia de ello, Redfield reaccionó vas incitaciones, no podemos dejar de mencionar en todo
no sólo defendiendo sus elaboraciones sino reelaborándolas este proceso de renovación y actualización, la importancia
con nuevos y mejores trabajos de campo. Sin embargo, su
de los factores de descolonización y la toma de conciencia
aporte ya estaba cumplido, y no tanto en alguno de sus
de algunos pensadores y corrientes del pensamiento, tanto
continuadores como Miner, o en la influencia que ejerció
en las colonias y ex-colonias (Fanón, etc.), como en los
en muchas partes 25 sino en la germinación o explosión de
propios centros de dominación (Bastide, Balandier etc.), y
ideas y trabajas de campo que se derivaron de las discu-
las nuevas aportaciones valorativas hacia el cambio y el
siones suscitadas.
conflicto.
De similar envergadura y resonancia en los aspectos teó- También debemos resaltar el desarrollo de las teorías es-
ricos, ha sido la obra del también norteamericano George
tructuralistas en todas las ciencias (sobre todo en la lin-
M. Foster 2 ", quien emprendió poco más tarde el análisis de
güística) y en particular en las ciencias antropológicas (desde
lo que él considera como "cultura folk", partiendo de la
Lévi-Strauss a Leach y tantos otros), sin descuidar las
premisa de que la definición en términos bipolares opuestos
nuevas teorías de la comunicación social y los aportes de
a los urbanos, estereotipan la investigación de campo. Para
la semiología.
Foster, lo folk y lo" urbano, no serán ya conceptos polares,
Como consecuencia de todo lo anterior, debemos con-
y prestará mayor atención a lo dinámico de la cultura folk
y su tradicionalización de elementos adquiridos. De la mis- signar, entre otras cosas, el creciente interés por los estu-
ma manera, otorgó gran importancia al proceso de conquista dios del campesinado (Wittfogel, Wolf, Stave'nhagen, Pa-
(sobre todo para la herencia española en América), y sus lerm) y las diversas tipologías elaboradas (las de comu-
resultantes culturales en conquistadores y conquistados, em- nidades de Wagley y Harris, las críticas y proposiciones
pleando mayor profundidad en los aspectos estructurales e de Beals, los ecotipos de Wolf), como los estudios de sub
históricos o diacrónicos. Elle le permitió conceptuar cómo culturas (tales por ejemplo los de Osear Lewis a través de
surge, para él, la cultura folk, según teoría concebida a partir su caracterización de "la cultura de la pobreza").
del concepto de "aculturación" del indigenista mexicano Aunque olvidando muchas veces unos y otros, como los
Aguirre Beltrán, arribando a los procesos que llamó la "ta- anteriores que: las tipologías son sólo un medio y no un
mización posterior" y "nueva cristalización cultural". fin, y que deben ser revisadas, corregidas, actualizadas y
reelaboradas o abandonadas toda vez que la realidad así lo
Las sugerencias de Redfield y Foster, han sido muy pro-
exige, como insistía ante sus alumnos Susana Chertudi, sin
vechosas en nuestro medio y en toda América. Asi se pue-
duda la personalidad más brillante de nuestras estudiosos
den rastrear influencias en favor o disfavor de uno u otro,
o ios dos, tanto en las aplicaciones a capas y áreas cultu- del folklore 2 8 .

27
25
Como en ias concepciones de nuestro Eduardo Palavecino, quien unió Las influencias funclonalistas en Cortázar se evidencian además tanto
el concepto de* áreas de la antropología cultural norteamericana con el en su intento de establecer lo que él denominó su "método folklórico
de continuum, con criterio historicista por influencia de las escuelas I n t e g r a l " , como en su ya envejecida caracterización de los fenómenos
hlstóríco-culturales europeas. También en Germán Fernández Guizzetti y folklóricos en ocho rasgos (cuyo ataque más profundo curiosamente pro-
sus concepciones de la comunidad semífolk; o en las tipologías funcio- vino de un famoso t i t i r i t e r o : López Ocón, A. César: Biografía y Antibio-
nalistas modernizantes de Gino Germani. grafía del Folklore. Ed. Vita, Buenos Aires, 1973) y aunque en definitiva
26 el propio Cortázar los restringiera más adecuadamente a tres: " r e g i o n a l " ,
De Foster se pueden consultar: Empire's Children. The People of
" f u n c i o n a l " y " t r a d i c i o n a l " (Cortázar, Augusto Raúl, Esquema del Fol-
Tzintzuntzan, Washington, Smithsonian Institution, Públ. n? 6, 1948; " W h a t
klore, Buenos Aires. Columba, 1965, p. 36).
is Folk c u l t u r e ? " , en American Anthropologist, LV, 1953, p. 159-173, o 2S
su resumen en castellano que se incluye en esta antología, según la De Susana Chertudi se deben consultar además: El cuento folkló-
versión de Ciencias Sociales, Washington, v o l . 4, n? 23, 1953; "Aspectos rico, Buenos Aires, Centro Editor, 1967; introducción, clasificación y notas
antropológicos de la conquista española en A m é r i c a " , en Revista de es- a Cuentos folklóricos de la Argentina (primera serie), Buenos Aires, Ins-
tudios Hispano-Americanos, Sevilla, 1954, p. 155-170; Cultura y conquista: tituto Nacional de Filología y folklore, 1960 y Cuentos folklóricos de la
la herencia española en América, Xalapa, Universidad Veracruzana, 1962; Argentina (segunda serie), Buenos Aires, Instituto Nacional de Antropo-
Las culturas tradicionales y los cambios técnicos, México, FCE, 1964. logía, 1964; Juan Soldao. Cuentos folklóricos de la Argentina (selec-
ción, prólogo y notas), Buenos Aires, EUDEBA, 1962; " L o s cuentos de

28
29
A la vez, debemos destacar el nuevo y creciente interés no podemos olvidar las fuertes corrientes indigenistas (Ri-
por la confección de guías para el trabajador de campo cardo Rojas, Aguirre Beltrán y tantos mexicanos, el norte-
(desde el Manual guia del Recolector preparado por nuestro americano Vogt, el ecuatoriano Rubio Orbe y tantos otros),
Bruno Jacovella a las clasificaciones del peruano Moróte Best, sus sostenedores y sus críticos. O los aportes de los estu-
la argentina Isabel Aretz desde Venezuela, y las de Cortázar, dios de análisis estructural (Parry y Lord y su teoría formu-
Miller, Wundt, Veselovsky, e t c , hasta el cuestionario lingüís- lista, Lévi-Strauss y sus seguidores, Alan Dundes como con-
tico-folklórico de la Dra. Vidal de Battini o el Manual de tinuador de Propp y sus motívemas, etc.); los correspon-
Fortún de Ponce, el índice de Aarne, el monumental índice dientes a los análisis de contenido (Fischer y Swartz, etc.)
de motivos de la literatura folk del norteamericano Thompson, los basados en historias de vida (Osear Lewis, Wilkie y sus
o la Guia para los trabajos de campo en folklore de Kenneth "elitelore" y "populalore", Langness, etc.); las intenciones
S, Golstein); la vinculación con la filosofía y la práctica psicoanalíticas de estudio de los significados latentes en las
del desarrollo de comunidades y sus respectivas guías (des- costumbres (Carvalho-Neto, Jones, Fromm, Róhein y Camp-
de el eterno Murdock a Pozas Arciniegas, Caroline Ware o bell, Boyer, etc.) las obras literarias de profunda base antro-
Ander Egg, etc.); y la búsqueda de perfeccionamiento me- pológica y folklórica (José María Arguedas, Jorge Amado,
todológico (y en éste sentido han tenido tanta repercusión Juan Rulfo, Manuel Scorza, etc.) y sobre todo el constante
las aportaciones funcionalistas y estructuralistas, como la acercamiento de todas las ciencias sociales en particular y
influencia de las obras de Propp, Pop, etc. y las obras de del hombre en general, desde Boas, Bascom, Weiss, etc.,
Krohn a Bascom, Nadel, Zeldtich, Adams, Pinon, el mismo hasta su mayor exponente que sigue siendo el Current An-
Cortázar y Susana Chertudi entre nosotros). thropology.

Otros aportes fundamentales han sido, tanto el creciente Con todo este bagaje de aportes, y muchos más que no
interés por los trabajos antropológicos y etnohistóricos de sería posible mencionar (además de los posibles olvidos e
campo y gabinete, como los de estudios folklóricos en nues- incluso los intencionales), sin duda estamos ya afortunada-
tra América (Vega, Carrizo, Carvalho-Neto, Jijena Sánchez, mente más lejos de la definición que del foiklore hiciera
Jacovella, Cortázar, Moya, Aretz, da Cámara Cascudo, Danne- Thoms poco después de su famosa carta ("the traditional
mann, Chertudi, etc.) K ; los trabajos publicados en la que learning of the uncultured classes of civtlized nations": el
sigue siendo la más importante publicación de la disciplina conocimiento tradicional de las clases Incultas de las na-
que es el Journal of American Folklore; las memorables po- ciones civilizadas), como más cerca de poder proporcionar
siciones y acicates de Boggs, o las enérgicas sugestiones a los jóvenes interesados en el folklore las perspectivas
para una teoría antropológica del folklore de Jacobs; las de aproximación a los estudios de la cultura popular dentro
ideas de Dundes, Bascom, Dorson, etc., como tos constantes del campo de las ciencias antropológicas.
trabajos e incitaciones para incluir las manifestaciones ur-
banas de la cultura popular sobre todo a partir de la Uni- Guillermo E. Magrassi
versidad de Indiana (EE. UU.). y Manuel María ñocca
De importancia para el avance de las ciencias sociales-
antropológicas de nuestra América en general, han sido tanto
las aportaciones del valor de las revoluciones tecnológicas
(de Gordon Childe a Darcy Ribeiro), como los estudios de
los movimientos mesiánicos y milenaristas (Métraux, Balan-
dier, Bastide, Hobsbawn, Lanternari, Pereira de Queiroz). Y

Pedro Urdemales en el folklore de Argentina y Chile", en Cuadernos


del Instituto Nacional de Antropología, n? 7, Buenos Aires, 1968-71, p. 33-
64; y próximamente: Cuentos folklóricos de la Argentina (tercera serle),
Buenos Aires, Huemul, 1978, entre otros trabajos.
» Ver también: Biblioteca 1N1DEF V. Teorías def Foiklore en América
Latina, con trabajos de Manuel Oannemann, Augusto Raúl Cortázar, Darío
Guevara, Luis da Cámara Cascudo, Renato Almeida, Dora P. de Zarate,
Ildefonso Pereda Valdés, Guillermo Abadía Morales, e Isabel Aretz.
Caracas, INIDEF-CONAC, 1975.

31
30
Selección de textos

La palabra "folklore" *

En El Ateneo, revista de literatura (inglesa y extranjera),


ciencia, y las bellas artes, para el año 1846, Londres, Ingla-
terra, impreso por Jaime Holmes, plazuela de Took, calle-
juela de la Chancillería, publicado en la oficina, 14, calle
de Wellington norte, Strand, por J. Francis, 1846, en el nú-
mero 982, del sábado, 22 de agosto de 1846, páginas 862 a
863, aparece una carta intitulada sencillamente "Folk-lore"
fechada el 12 de agosto, firmada al final por Ambrose Merton,
y seguida de una postdata, que se reproduce aquí en su texto
original en inglés, con traducción al español. Aunque aparece
sólo Ambrose Merton como el nombre del colaborador, éste
se conoce como el seudónimo de Guillermo J. Thoms. Se
supone generalmente que ésta fue la primera vez que se
propuso en forma impresa la palabra "folklore", y asi se
reconoce a Thoms como el primero que inventó esta pala-
bra, que se ha aceptado generalmente en inglés, y también
en español, portugués, francés, italiano, y otras lenguas ro-
mances. Guillermo Juan Thoms nació en Westminster, Ingla-
terra, el 16 de noviembre de 1803. Su padre fue empleado
de la tesorería, y él fue empleado de la oficina del secre-
tario en el hospital de Chelsea. Desde su juventud se inte-
resó en la bibliografía y los estudios anticuarios. Se casó
con Laura Sale, hija de un músico, y tuvieron tres hijos y
seis hijas. En 1838 se hizo socio de la Sociedad de Anti-
cuarios, y como secretario de la Sociedad Camden, 1838 a
1873, editó numerosas obras anticuarías. Fundó la revista
Notas y preguntas, en 1849, cuyo editor fue hasta 1872. En
1834 publicó sus Canciones y leyendas de Francia, España,
Tartaria e Irlanda, y sus Canciones y leyendas de Alemania.
Murió el 15 de agosto de 1885. El texto reproducido es el
siguiente:
"Sus páginas han dado testimonio tan a menudo del inte-
rés que demuestra Ud. por lo que en Inglaterra designamos
con el nombre de Antigüedades Populares, o Literatura Po-

* Boggs, R. S.: Reimpresióa de ia carta ten inglés) por W. J. Thoms en


El Ateneo del 22 de agosto^de 1846, que propone por primera vez la
palabra "folklore", con traducción al español. Folklore Amérlcas, vol. V,
ti? 2, diciembre 1945. Transcripto íntegramente de la traducción realizada
en ia reimpresión de homenaje. '

33
pular (aunque entre paréntesis es más bien un Saber Tra-
dicional que una Literatura, y podría describirse más pro-
son tan íntimas que tales datos probablemente servirán para
piamente con una buena palabra compuesta anglosajona,
enriquecer alguna edición futura de la Mitología de Grimm.
Folk-lore —el saber tradicional del Pueblo—), que no quedo
Permítame darle un ejemplo de esas relaciones. En uno
sin esperanza de alistar su ayuda en entrojar las pocas es-
de los capítulos de Grimm, trata ampliamente de los papeles
pigas que quedan, esparcidas en ese campo del cual nues-
que desempeña el Cuco en la Mitología Popular —del ca-
tros antepasados hubieran podido recoger una buena co-
rácter profetice con el cual ha sido dotado por la voz del
secha.
pueblo; y da muchos ejemplos de la práctica de derivar
Nadie, que se ha dedicado al estudio de los usos, las predicciones del número de veces que se oye su canto. Tam-
costumbres, las ceremonias, las creencias, los romances, los bién apunta una noción popular, "que el Cuco nunca canta
refranes, etc., de los tiempos antiguos, habrá dejado de hasta que tres veces se ha hartado de cerezas". Pues, hace
llegar a dos conclusiones: la primera, cuánto de lo que es poco me informaron de una costumbre que existía antes
curioso e interesante en estos asuntos está ahora comple- entre los niños de Yorkshire, que ilustra el hecho de la
tamente perdido; la segunda, cuánto puede salvarse todavía relación entre el Cuco y la Cereza, —y eso, también, en sus
con un esfuerzo a tiempo. Lo que trató de hacer Hone en atributos proféticos. Un amigo me ha comunicado que los
su "Libro de Todos los Días", etc., el Ateneo, con su cir- niños de Yorkshire acostumbraban antes (y posiblemente
culación más amplia, puede llevar a cabo de una manera todavía) a cantar alrededor de un cerezo la siguiente invo-
diez veces más eficaz —reunir el número infinito de he- cación:
chos minuciosos, que ilustran la materia que he menciona-
do, hechos que están esparcidos en las memorias de sus Cuco, Cerezo,
miles de lectores, y conservarlos en sus páginas, hasta que bajad y decidme
se presente algún Jacobo Grimm que hará por ¡a Mitología cuántos años me quedan de vida.
de las Islas Británicas el buen servicio que aquel anticuario
y filólogo ahondado en su materia ha logrado por la Mito- (Cuckoo, Cherry-tree,
logía de Alemania. El siglo actual apenas ha producido come down and tell me
un libro más extraordinario, aun cuando imperfecto, según how many years ¡ have to ¡¡ve).
confiesa su erudito autor, que la segunda edición de la " M i -
tología Alemana": y ¿qué es? —un montón de hechos mi- Cada niño sacudía el árbol, —y el número de cerezas que
nuciosos, muchos de los cuales, cuando se consideran se- caía indicaba los años de su vida futura.
paradamente, parecen ser triviales e insignificantes—, pero, Ya sé que la rima infantil que he citado se conoce bien,
cuando se ven en relación con el sistema en el cual su Pero esa manera de aplicarla no está anotada por Hone,
inteligencia maestra los ha entretejido, adquieren un valor Brande ni Ellis: y es uno de esos hechos que, sin impor r
que quien primero los apuntó ni soñó atribuirles. tancia en sí mismo, llegan a tener importancia cuando for-
Cuántos tales hechos evocaría una sola palabra de Ud., man eslabones en una cadena grande —uno de esos hechos
desde el norte hasta el sur. ¡Desde Juan de Grot hasta el que una palabra del Ateneo recogería en abundancia para
Cabo de Tierra! ¡A cuántos lectores les gustaría mostrar el uso de los investigadores futuros en aquel interesante
su gratitud por ¡as novedades que Ud., de semana a se- ramo de las antigüedades literarias—, nuestro Folk-Lore.
mana, les comunicaría, remitiéndole algún dato de los Tiem-
pos Viejos —algunos recuerdos de una costumbre ahora Ambrose Merton
abandonada— alguna leyenda que está desapareciendo, tra-
dición local, o romance fragmentario!
Tales datos no serían de utilidad sólo para el anticuario P. D. Con toda franqueza le debo decir que por mucho
inglés. Las relaciones entre el Folk-Lore de Inglaterra (acuér- tiempo he estado proyectando una obra sobre nuestro "Folk-
dese que reclamo el honor de haber introducido el epíteto
Lore" (bajo este título, ojo Señores A, B, y G, —y así no
Folk-Lore, tal como lo hace Disraeli de haber introducido
traten de impedirme); y tengo interés personal en el éxito
Tierra-Patria, en la literatura de este país) y el de Alemania
del experimento que en esta carta, aunque imperfectamente,
le he solicitado que emprenda.
34

35
Robert Redfleld
Una nota editorial sigue a este artículo, en la cual dice
el editor que ha considerado bien la indicación de su corres-
pondiente y que ha decidido llevarla a cabo. Por consi-
guiente, invita a sus correspondientes anticuarios a que le
manden artículos del tipo que pide Thoms. Sin embargo,
La sociedad folk
les avisa que tales artículos tienen que ser buenos, autén-
ticos, necesitar y merecer apuntarse, y que tienen que ser
cortos, por lo general de dos columnas o menos, porque I
dice francamente que teme que este anuncio le traiga una
lluvia de comunicaciones triviales. Para que podamos entender la sociedad en general y, en
particular, nuestra moderna sociedad urbana, debemos to-
[De: Folklore Amerlcas. v o l . V, m 2. dio. 1945.] mar en consideración las sociedades constituidas en forma
menos parecida a la nuestra: las sociedades primitivas, o
f o l k l . Todas las sociedades son semejantes en algunos
aspectos y diferentes en otros: la aseveración posterior
que se dejará sentada aquí, es de que las sociedades folk
tienen ciertas características en común que nos permiten
clasificarlas como un tipo, pero como un tipo que está en
contraste con la sociedad de la ciudad moderna.
Este tipo es puramente ideal, producto de la mente. Nin-
guna de las sociedades que conocemos está en perfecta
correspondencia con él; empero, las que han sido el prin-
cipal objeto de los antropólogos son las que más se le
aproximan. La elaboración de este tipo se basa, verdade-
ramente, en el especial conocimiento que se tenga sobre
los grupos tribales y sobre los grupos campesinos. La per-
fecta sociedad folk podría definirse reuniendo en la mente

1
NI el término " p r i m i t i v o " ni ningún otro tienen connotación defi-
nida y no se ha encontrado todavía un término que tenga un significado
preciso que nos permita saber con exactitud qué caracteres de la so-
ciedad nos son útiles para determinar hasta qué grado una cosa es " p r i -
m i t i v a " , " s i m p l e " o algo por el estilo. Las palabras " a n a l f a b e t a " o
prealfabeta" (prelitérate), no quieren decirnos otra cosa que cierta in-
capacidad para leer y escribir, pero necesitamos saber cuándo una so-
ciedad puede llamarse "alfabetizada" y hasta qué punto es importante
el estado en que se encuentra su aptitud para leer y escribir. Hay t r i -
bus cazadoras de cabezas, tan primitivas como lo eran los indios Pawnee
en el siglo X V I I , que tienen conocimiento de la escritura. En algunos
pueblos mexicanos, la mayor parte de los muchachos y gran número de
adultos tienen un conocimiento formal de la lectura y la escritura, pero
en otros aspectos estas sociedades pueblerinas tienen más semejanzas
con las sociedades tribales que con las de las ciudades poseedoras de
una cultura occidental. La palabra " f o l k " que será usada en este tra-
bajo, no es más denotativa o precisa que cualquier otra. Se usa aquí
porque mejor que otras nos sugiere Incluir en nuestras comparaciones a
la población campesina no independizada por completo de la vida de las
ciudades y porque sus derivados " f o l k l o r e " y " f o l k songs" [cantos po-
pulares) indican de una manera indefinida !a presencia de " f o l k l o r e " y
canciones populares en tanto que son identificadas por el que reúne
tales materiales, como la seña! de una sociedad que debe examinarse al
caracterizar el tipo ideai que nos interesa. Pero la cuestión de si debe
usarse esta palabra u otra es de poca Importancia.

37
36
dades folk, y de la generalización hecha alrededor de ellas
los caracteres que, lógicamente, se oponen a los que en- a la luz del contraste proporcionado por la sociedad de la
contramos en la población de las ciudades modernas, cuan- moderna ciudad urbana: ésta es la manera de proeeder de-
do ya hemos tenido un primer conocimiento de las socie- finida anteriormente y seguida por el autor.
dades no urbanas que nos permita determinar cuáles son,
Esto quedará claro con la caracterización que, de cinco
realmente, las características de los habitantes de la ciu-
sociedades primitivas, hace Goldenweiser, Dice él que és-
dad moderna.
tas son pequeñas, analfabetas y que se encuentran aisla-
Un procedimiento completo exige que entremos en con-
das; que exhiben culturas locales; que, con respecto a la
tacto con varias sociedades folk en distintas partes del mun-
distribución del conocimiento, de las actitudes y de las fun-
do y dejemos sentadas varias expresiones generalizadas
ciones entre la población, son relativamente, homogéneas;
hasta tal punto que nos permitan describir la mayor parte
que el individuo no aparece como una verdadera unidad; y
de aquellas características que les son comunes y de las
que el conocimiento no está explícitamente sistematizado.
que carecen las sociedades urbanas.
En pocas palabras, nosotros vamos de sociedad "folk" En otros casos, el investigador ha comparado el estado
a sociedad "folk", preguntándonos qué cosa las hace seme- anterior de ciertas sociedades con su estado actual o con
jantes entre sí y diferentes de las sociedades modernas. el de sus descendientes históricos.. En esta forma, Maine
Así reunimos los elementos del tipo perfecto. A mayor llegó al concepto de los contrastes existentes entre la so-
cantidad de elementos que añadamos, menor será la co- ciedad basada en el parentesco y la sociedad basada en el
rrespondencia de cualquier sociedad con él. En tanto que territorio, y entre la sociedad de status y la de contraste.
el tipo es elaborado las sociedades actuales deben orde- Tanto en el caso de obrar así, como en el siguiente, tene-
narse en función del grado de semejanza que conservan mos a mano claros y luminosos conceptos para aplicarlos
con el tipo ideal. Esta forma de concebir previene que cual- a las sociedades folk, al contrastarlas con las sociedades
quier sociedad es más o menos "folk". de la ciudad moderna. Debemos averiguar si uno de los
dos términos contrastantes se puede aplicar correctamen-
No obstante, mientras más elementos añadamos, menos
te a la sociedad folk y el otro a la moderna sociedad ur-
posible nos será llegar a ordenar las sociedades actuales
bana.
en determinada graduación de acuerdo con la semejanza
que tienen con el tipo de que tratamos, porque encontra- En las investigaciones de otros investigadores no existe
remos que una de las dos sociedades tendrá un parecido una comparación detallada entre las sociedades folk y las
extraordinario con el tipo ideal solamente en un aspecto, sociedades urbanas; ni entre las etapas anteriores y las
mientras que en otro la semejanza será débil, si bien, en actuales de una misma sociedad; mejor dicho, del examen
esta última sociedad, el fuerte parecido con el tipo per- de nuestra misma sociedad en general, los aspectos en
fecto, descansará en el último carácter y no en el primero. pontraste de cada sociedad se reconocen y se mencionan.
Esta situación, sin embargo, presenta una ventaja porque Esta forma de actuar no se observa quizá en l a manera
nos capacita para preguntar y quizá para responder las absoluta en que se describió aquí, porque en los ejemplos
primeras cuestiones sobre si ciertos caracteres tienden a mencionados hay evidencia de que algunos investigadores
localizar conjuntamente en la mayoría de las sociedades han comparado la sociedad folk o la sociedad antigua con
y, después, si algunos de ellos lo hacen, cuál es su causa. !a moderna sociedad urbana.
De esto se hablará más tarde.
Sin embargo, el énfasis empleado por algunos de este
Cualquiera que intente describir la sociedad "folk" ideal, grupo, se basa en las características que, contrastando ló-
deberá tomar en cuenta e incluir en gran parte, en la ca- gicamente, coexisten de hecho y ayudan a integrar toda
racterización total, las caracterizaciones que han sido he- sociedad. Aquí encaja el concepto de contraste entre GE-
chas por numerosos investigadores, cada uno de ios cuales MEINSCHAFT (comunidad) y GESELLSCHAFT (sociedad) que
ha prestado atención a algunos, pero no a todos, los aspec- hace Tónnies, o sea, el aspecto de la sociedad que aparece
tos del contraste que observamos entre la sociedad "folk" en las relaciones que, sin propósito definido, se deriva
y la sociedad de la ciudad moderna. En el caso de algu- del mero hecho de que los hombres viven unidos, en con-
nos de estos investigadores, la caracterización se ha deri- traste con el otro aspecto de la sociedad integrada por
vado del examen de una cantidad determinada de socie-

39
38
individuos independientes que han pactado para conseguir li
ciertos fines ya preconizados.
Esto es comparable a la distinción que hace Durkheim en-
tre la solidaridad social como resultado de la participación "La concepción que debemos formarnos de una 'sociedad-
en las actitudes y sentimientos de la comunidad, y la que primitiva' escribe Summer, es ¡a de un pequeño grupo di-
resulta de la utilidad funcional y complementaria de los seminado sobre un territorio". La sociedad " f o l k " es una
miembros del grupo. En el "segmento social" la ley es pequeña sociedad. En ella no hay más gente que la que
"represiva"; para la forma de sociedad que existe en fun- llega a conocerse bien entre sí.
ción de la "solidaridad mecánica", mientras que en el "ór- Este reducido número de gentes se conserva unido entre
gano social", por la forma de sociedad que existe en virtud sí por largo tiempo. Entre los Shoshones del occidente,
de la "solidaridad orgánica", la ley es "restitutiva". cada pequeña familia era el grupo que, separadamente, par-
Puede preguntarse hasta qué punto son parecidos los ticipaba en la recolección de alimentos; de vez en vez y
.- resultados obtenidos por dos investigadores que siguen el por sólo unas semanas, un grupo de estas familias podía
procedimiento esbozado atrás. Por supuesto que la pre- reunirse para cazar mancomunadamente; durante los me-
gunta no tiene una respuesta categórica, aunque puede su- ses de invierno, uno de estos grupos de familias podía
ponerse que el grado en que las sociedades actuales han formar un solo campamento. Una de estas poblaciones
sido examinadas por un investigador, constituye un ejem- temporales incluiría, quizá, cien personas. Las bandas de
plo del rango y la variedad de sociedades semejantes al recolectores y cazadores, reseñados por Steward y existen-
constituido por las sociedades que otro investigador ha es- tes en muchas partes del mundo, contenían, en la mayoría
tudiado y el grado al que las concepciones generales man- de ios casos, solamente una veintena de personas. Un
tenidas a prueba por un investigador son semejantes a las establecimiento de los indios Pueblos, en el suroeste no
obtenidas por el otro, los resultados serán los mismos con tenía sino unos pocos millares de habitantes.
tal de que no sean modificados por otros factores. La sociedad folk es una sociedad aislada. Probablemente
Sin embargo, no es necesario considerar este asunto, no existe una sociedad en el mundo cuyos miembros igno-
para ios fines de mero entendimiento proporcionado por el ran, de una manera absoluta, la existencia de otro pueblo
tipo que hemos elaborado. El tipo es una entidad imagi- distinto del de ellos; los andamanenses, muy a pesar de que,
naria. Pero se ha creado así, porque solamente a través durante siglos, los navegantes se apartaron de sus islas,
de él podemos esperar entender la realidad. Su objeto es tenían conocimiento de gentes extrañas a ellos y ocasio-
sugerirnos algunos aspectos que merezcan ser estudiados nalmente entraron en contacto con visitantes malayos y
en las sociedades actuales y, sobre todo, presentarnos al- chinos. Sin embargo, las sociedades folk que conocemos,
gunas hipótesis que, bajo ciertas condiciones definidas, están integradas por gente que tiene poca comunicación
puedan aplicarse a la sociedad. Cualquier tipo ideal bas- con otra gente distinta de la de su grupo, y concebimos
tará, aunque se puede afirmar que la construcción ideal como la sociedad folk' tipo, la que está formada por per-
tiene más bien valor de carácter interpretativo que depende sonas que no tienen contacto con ningún individuo que no
del conocimiento que se tenga de las actuales sociedades pertenece a su sociedad.
folk y que se guía por una imaginación científica efectiva, El aislamiento de que estamos hablando, la falta de co-
sea esto ¡o que fuere. municación con otras personas, es la mitad de un todo
Con esta introducción en cuanto al procedimiento, se cuya otra mitad está constituida por la íntima comunica-
presentará, con algún detalle, un tipo ideal de la sociedad ción entre los miembros de la sociedad. Un grupo de náu-
folk. Mientras cada característica se va introduciendo y fragos es una pequeña sociedad en aislamiento, pero no una
definiendo, se darán algunos ejemplos de una o de otra sociedad folk, y si los náufragos proceden de distintos bar-
sociedades reales en las que este carácter es más apro- cos y de sociedades diferentemente constituidas, no habrá
ximado. previa comunicación íntima entre ellos y la sociedad no
se compondrá de elementos muy semejantes.
¿El aislamiento de la sociedad folk puede identificarse
con la inmovilidad física de sus miembros? Al elaborar

40 41
tal como existe en los pueblos civilizados, ni teología, ni
este tipo ideal, podemos concebir a los miembros de una bases para la ciencia en experimentos registrados. La única
sociedad moviéndose siempre dentro del pequeño territo- manera de acumular experiencia, excepción hecha de los
rio ocupado por ella. Existen pueblos primitivos que han instrumentos y los otros artículos ordinarios para trabajar,
habitado desde tiempos inmemoriales en un mismo peque- consiste en aumentar los conocimientos a medida que el
ño valle y del que raramente han salido. Ciertas tribus de individuo envejece; por consiguiente, los viejos, que saben
los indios Pueblos, en el suroeste norteamericano, o sus des- mes que los jóvenes que no han vivido igual cantidad de
cendientes, por muchas generaciones, han ocupado la mis- tiempo que ellos, gozan de autoridad y prestigio.
ma localidad. Por otro lado, algunos de los pueblos reco- La gente que integra una sociedad folk es muy seme-
lectores, como los indios shoshones y ciertos aborígenes jante. Habiendo vivido una larga intimidad entre sí única-
australianos, se mueven dentro de un territorio sumamente mente, han llegado a formar un solo tipo biológico. Se ha
extenso; y hay grupos folk de Asia que ordinariamente re- observado y estudiado la homogeneidad somática que pre-
corren cientos de millas en cada estación. sentan las poblaciones que en cada localidad se han mez-
Es posible concebir que los miembros de una tal socie- clado solamente entre sí. Habiendo vivido en comunidad y
dad se muevan físicamente, pero sin entrar en contacto comunicación íntima entre sí y no con otros, la forma de
con miembros de otro grupo que no sea el suyo. Cada una actuar y pensar que se ha aprendido es igual para todos.
de las poblaciones indígenas de la región medio-occidental Otra manera de situar este asunto es decir que, en la
de los altos de Guatemala, es una sociedad folk que se sociedad folk tipo, lo que un hombre conoce y cree, es
distingue por sus costumbres y aún por su tipo físico, de lo que conocen y creen todos tos hombres. Hábitos y cos-
las poblaciones vecinas, aunque la gente gusta mucho de tumbres son una misma cosa. De hecho, las diferencias
viajar y, en el caso de la mayoría de las comunidades, co- en oportunidades de experiencia, impiden realizar este ideal
mo Chichicastenango, la mayor parte de los hombres via- estado de cosas.
jan muy lejos y pasan fuera de su hogar mucho tiempo. Sin embargo, esto se halla suficientemente cerca de la
Sin embargo, aparentemente, el viaje no logra que estos realidad para que quien estudie las verdaderas sociedades
viajeros entren en comunicación íntima con la gente de " f o l k " pueda casi siempre verificar un registro más o me-
otros pueblos. Los gitanos, por generaciones y más ge- nos exacto, si llega a darse cuenta de lo que pasa en las
neraciones, se han movido por entre muchos pueblos dis- mentes de unos' pocos de sus miembros, de suerte que,
tintos por todo el mundo, y sin embargo, conservan muchas en función de lo que se supo de uno solo de ellos, se
características de las sociedades folk. habrá descrito, aunque esquemáticamente, un grupo primi-
Por medio de los libros, los pueblos civilizados se co- tivo. La semejanza entre los miembros de la sociedad es
munican espiritualmente con otros pueblos y otras épocas, verdadera también, si se compara una generación con la
y un aspecto del aislamiento de la sociedad folk es la au- que le sucede. Los viejos encuentran que los jóvenes, al
sencia de libros. Los miembros de la sociedad folk se crecer, ejecutan lo que ellos hicieron a la misma edad y
comunican "sólo oralmente; por consiguiente, la comunica- lo que han llegado a considerar correcto y apropiado. Esto
ción sobre la que se edifica el conocimiento sólo acontece es otra forma de decir que en esta clase de sociedad el
entre vecinos dentro de la misma pequeña sociedad. La cambio es muy pequeño.
sociedad folk no tiene el acceso que, al pensamiento y a Los miembros de una sociedad " f o l k " se dan perfecta
la experiencia del pasado, proporcionan los libros, así se cuenta que pertenecen a un solo grupo. El conjunto que
trate de la experiencia de otros pueblos o de la de los un extranjero puede creer integrado por personas seme-
propios ancestros. En consecuencia, la tradición oral no jantes que se distinguen de las de otros grupos, es tam-
tiene resistencia ni encuentra competidor. El conocimiento bién el grupo de individuos consciente de sus propias se-
de lo que ha pasado, no va más allá de lo que la memoria mejanzas y que, en consecuencia, se siente unido. Estando
y la conversación entre jóvenes y viejos es capaz de re- en íntima comunicación entre sí, cada uno se da cuenta
cordar; más allá del "tiempo de nuestros abuelos" todo es que tiene derecho a la simpatía de los demás. Por otra
vago y legendario. parte, frente ai conocimiento que ellos tienen de otras so-
Donde no existe ninguna forma de creencia consignada ciedades distintas de la propia, hacen resaltar sus propias
en registros escritos, no puede haber ni sentido histórico.
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jetos que puedan ser hechos por la mano del hombre". En
semejanzas y se valoran cuando se comparan con otras so- esta forma, todos los hombres comparten los mismos inte-
ciedades. Ellos se llaman "nosotros" para distinguirse de reses y, en general, tienen las mismas experiencias frente
los que son "ellos". a la vida.
Haciendo un resumen de lo que se ha dicho hasta ahora,
También podemos pensar que la sociedad "folk" ideal es
podemos caracterizar la sociedad "folk" como una sociedad
como un grupo económicamente independiente de cualquier
pequeña, aislada, analfabeta y homogénea, con un gran sen-
otro: el pueblo produce lo que consume y consume lo que
tido de solidaridad de grupo. ¿No estaremos cerca del co-
produce. Si hay sociedades en estas condiciones, pocas de-
nocimiento de la simplicidad de la tecnología de la socie-
ben ser: algunos grupos esquimales serán, quizá, los que
dad " f o l k " ideal? Se debería decir algo sobre los instru-
más se acerquen a ello; aunque cada pequeña banda de
mentos y la tecnología de este grupo primitivo generalizado,
andamanes podría subsistir sin recibir nada de ninguna otra,
pero no es fácil asignar un significado a lo "simple" en
acontecería el intercambio de bienes entre banda y banda,
relación con la tecnología, que esté de acuerdo con lo
por medio de obsequios periódicos.
que sabemos de las actuales sociedades "folk".
La precisión con que cada instrumento, entre muchos, sub- Las características anteriores equivalen a decir que la
viene a las necesidades del caso entre los esquimales, sociedad " f o l k " es un pequeño mundo, un mundo en que
hace que dudemos al usar la palabra "simple" cuando ha- los problemas que se presentan cada día, son resueltos
blamos de la tecnología de las sociedades "folk". Algunos por la totalidad de sus miembros an casi la misma forma.
enunciados negativos parecen indiscutibles. En la sociedad Esta declaración, aunque lo suficientemente correcta, omite
"folk" los instrumentos secundarios y terciarios —los ins- enfatizar uno, quizá el más importante, de los aspectos de
trumentos que sirven para construir otros— son relativa- la sociedad "folk".
mente pocos en relación con los instrumentos primarios; Las diferentes formas en que los miembros de ui a so-
no se construyen artefactos en la forma múltiple y rápida ciedad resuelven sus problemas diarios las. encontramos
de la manufactura mecánica: el uso de las fuerzas natu- ya convencionalizadas, pero convencionalizadas como el re-
rales, o no existe, o existe en muy poca escala. sultado de una prolongada intercomunicación dentro del gru-
Las consideraciones que hacemos de la tecnología exi- po, al enfrentarse con estos problemas y estas formas
gen nuestra atención para la división del trabajo en la convencionales se han interrelacionado a tal grado, que
sociedad "folk". El asunto más importante aquí es, quizá, constituyen un sistema coherente y consecuente consigo
que no existe en gran proporción la división del trabajo: mismo. Tal sistema es lo que hemos quendo decir, cuando
lo que hace una persona lo hace otra. afirmamos que una sociedad "folk" está caracterizada por
En la sociedad folk ideal, todos los instrumentos y las "una cultura". Una cultura es una organización o integra-
formas de producción son compartidos por cada uno. El ción de entendimientos convencionales. Es, también, los
"cada uno" debe significar aquí "cada adulto" o "cada mu- hechos y los objetos que expresan y mantienen estos en-
jer", pues la obvia excepción a la homogeneidad dentro de tendimientos, en tanto que representan el tipo caracterís-
la sociedad " f o l k " descansa en las diferencias, lo que ha- tico de tal sociedad. En la sociedad "folk" este todo inte-
cen y saben los hombres y entre lo que hacen y saben grado, este sistema, siempre subviene a todas las nece-
las mujeres. Estas diferencias son sumamente definidas sidades del individuo, desde que nace hasta que muere,
y absolutas (si las comparamos con las que existen en y de la sociedad por todo el tiempo. En gran parte, por
nuestra moderna sociedad urbana donde lo son menos). medio de este sistema, se describirá y distinguirá de otras.
Pero dentro de un grupo de adultos del mismo sexo, no Esto no equivale a decir, como antes se hizo, que lo que
hay división del trabajo. "Dentro de los grupos locales no un hombre hace es lo mismo que hace otro hombre. Lo
existen cosas como la división del trabajo, excepción he- que un hombre hace dentro de una multitud amotinada, es
cha de las que hay entre sexo y sexo", escribe Radcliffe- lo que hace otro cualquiera; pero no podemos decir que la
Brown sobre los habitantes de las Islas Andamán. sociedad "folk" sea algo como esto. Por lo que concierne
"Se confía en que todo hombre esté en aptitud de cazar a la cultura, una multitud amotinada es la verdadera antí-
un puerco, arponear una tortuga, coger un pez, ahuecar tesis de una sociedad "folk". Es cierto que los miembros
una canoa, construir arcos y flechas y toda clase de ob-

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de un populacho (que es una especie de muchedumbre)
ejecutan la misma cosa, pero es una cosa muy inmediata y se era o con la categoría de la persona. Así, absoluta-
particular que hacen sin referirse grandemente a la tradi- mente todos tomaban participación en la guerra.
ción. Esto hace que no dependa de, ni exprese una gran Estas actividades especiales, y diferentes a la ve2, por
cantidad de conceptos convencionales relacionados entre sí. decirlo así, estaban trabadas una con la otra para formar un
Una turbamulta carece de cultura. La sociedad " f o l k " ex- todo, la sociedad-durante-una-expedición-guerrera. Y todas es-
hibe una cultura hasta el mayor grado que es concebible. tas actividades especializadas obedecieron a principios fun-
Un populacho es sólo un agregado de gente que simultá- damentales, entendidas por todos y expresadas y reafirmadas
neamente hace las mismas cosas sencillas. Una sociedad en las mismas formas de actuación: la gesticulación de
folk es una organización de personas que hacen muchas co- las ceremonias rituales, las palabras de las canciones, las
sas diferentes tanto sucesiva como simultáneamente. Los explícitas o implícitas explicaciones y amonestaciones de
miembros de una turba actúan guiados por un mismo objeto. los viejos a los jóvenes. Todos sabían que la finalidad era
Los de una sofciedad " f o l k " se guían por entendimientos la adquisición por el grupo de la fuerza sobrenatural de
convencionales previamente establecidos, comprensivos e los enemigos muertos.
¡nterdependientes... Cuando se dijo que los miembros de
Esta fuerza, potencialmente de gran valor positivo, era
una sociedad folk actúan y piensan semejantemente, no fue
peligrosa y las prácticas y rituales tenían como objeto pri-
para desvirtuar el hecho de que, en un momento dado,
mero el éxito de la expedición guerrera y luego, el encau-
ejecuten muchas diferentes cosas que complejamente se
zamiento, en una forma segura y utilizable, de la fuerza
relacionan entre sí para expresar los sentimientos y con-
sobrenatural adquirida por la matanza. Podemos decir que,
cepciones de la colectividad. Cuando llega la ocasión de
en la sociedad "folk" la conducta convencional se con-
que un muchacho haga lo que hace un hombre, el mucha-
forma a patrones claramente definidos, esto es, que pro-
cho hace lo que el hombre hace; en consecuencia, a pesar
cura ajustarse a cierto tipo o norma. Además, podemos
de que a fin de cuentas las experiencias de todos los miem-
decir que estos patrones están relacionados entre sí en
bros de un mismo sexo son semejantes, las actividades
pensamiento y acción, de suerte que uno tiende a evocar
de la sociedad, vistas en un momento determinado, son
al otro y a ser consecuente con todos. Entre ios Pápago,
diversas, aunque ¡nterdependientes y consecuentes.
todo acto sancionado por la costumbre, como, por ejemplo,
Los indios Pápago, aunque solamente unos pocos cien- cuando un guerrero regresa victorioso, es consecuente con
tos de ellos constituyeron una sociedad "folk" en el sur las concepciones generales y es una forma de ellas por lo
de Arizohs. Entre estos indios, el ir a la guerra no era que se refiere a las fuerzas sobrenaturales.
una cosa tan sencilla como el que un número determinado Y podemos decir aún más, que los patrones, hasta el
de hombres saliera conjuntamente a matar al enemigo. Era punto que el pueblo los concibe, pueden realizarse íntima-
una actividad compleja que incluía todos los miembros de mente consecuentes con lo que ellos creen que debe ha-
la sociedad, antes, durante y después de la expedición, y cerse y que, para cada necesidad particular, existe una o
que dramatizaba las ideas religiosas y morales que eran algunas pocas formas convencionales de resolver tal nece-
fundamentales para la vida de los Pápago. sidad de la que todos tienen conocimiento y de la que to-
Para preparar la expedición, era necesario que fueran dos participan. Consiguientemente, la cultura de una so-
efectuadas ciertas prácticas rituales no solamente por los ciedad folk es una de esas unidades en que el todo es
que iban a tomar inmediata participación en ella, sino tam- mayor que sus partes. La conquista de la subsistencia se
bién por sus mujeres y por sus hijos, por los guerreros basa en la religión y las relaciones de hombre a hombre
ya de antemano victoriosos y por muchos otros del mismo se justifican en las concepciones basadas en un mundo
grupo. Mientras la guerra se llevaba a cabo, los diferentes sobrenatural, o en algunos otros aspectos de la cultura.
parientes de los guerreros tenían muchas cosas por hacer La vida, para un miembro de la sociedad "folk" no es
y muchas otras por no hacer, como rezos, ayunos, prepa- una serie de actividades distintas, sino una gran actividad
ración de Sos objetos rituales del culto y otras cosas por fuera de la cual una parte no puede separarse sin afectar
el estilo. Estas eran actividades especiales, cada una de al resto.
las cuales iba de acuerdo con la clase de pariente que
Una característica de la sociedad "folk" relacionada con
lo anterior, requiere una afirmación explícita. Esta se ¡n-
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eluyó a! decir que las actividades especializadas que aconte- mada para esta acción particular, pero para toda una clase
cen entre los indios Pápago en tiempo de su expedición gue- de estas acciones, la tradición es autoridad suficiente. Los
rrera, obedecen a principios fundamentales entendidos por indios deciden ahora ir de caza, esto no es, por otra parte,
todos. Estos "principios" tenían algo que ver con lo que los objeto de una discusión sobre si ellos, de vez en vez, de-
Pápago conciben como objeto de la existencia. Uno de ben ir de caza.
los casi últimos fines entre ios Pápago, fue la adquisición Los "folkways" son la línea de conducta que surge de
de fuerza natural. Esto no era objeto de investigación parti- la prolongada e íntima asociación de los hombres entre
cular, porque era una especie de axioma en función de la cual sí; en la sociedad de que hablamos, todo es "folkways". El
se entendían otras muchas actividades de menor importancia. hombre actúa dentro de su propio grupo, sabiendo los en-
Apoyados en esto, podemos decir que en la sociedad tendimientos tácitos y tradicionales. No hay pactos for-
"folk" los fines de la misma son tomados como se pre- males u otra clase de arreglos. Los derechos y las obli-
sentan. Las actividades que suceden durante la expedición gaciones de los individuos se instituyen, no por especial
guerrera, pueden ser consideradas como actos ordinarios arreglo, sino que son, principalmente, aspectos de las si-
meramente complementarios, como aspectos de la división tuaciones individuales con referencia al sexo, a la edad, a
del trabajo. También pueden ser considerados, y de una la profesión y al lugar que se ocupa en el sistema de pa-
manera más significativa, como la expresión de indiscuti- rentesco tradicional en la sociedad.
bles objetivos comunes. La sociedad " f o l k " existe no tanto En esta forma, el status del individuo se fija, en gran
en el intercambio de ocupaciones útiles, cuanto en los en- parte, desde el nacimiento; va cambiando a medida que la
tendimientos comunes, por lo que toca a los fines dados. vida se prolonga, pero los cambios se suceden en la forma
Estos fines no están enunciados como un punto doctrinal, en que estaban "predestinados" por la naturaleza de su so-
sino que están formados por los muchos actos que inte- ciedad particular. Las instituciones de la sociedad " f o l k "
gran la vida corriente de la sociedad. son de la especie de las que se han dado en llamar "incre-
Por lo tanto, la moral de una sociedad folk —su fuerza mentables"; no de las que se establecen deliberadamente
para actuar consecuentemente por largos períodos de tiem- con propósitos definidos, como los Tribunales para Meno-
po y para resolver eficazmente sus propias crisis—, no de- res. De esta suerte, la ley también está formada por los
pende de la disciplina ejercida por una fuerza ni de la devo- conceptos tradicionales sobre los derechos, obligaciones y
ción por algún determinado principio de acción, sino de la procedimientos acostumbrados, donde quiera que los dere-
concurrencia y consecuencia de muchas o de todas las accio- chos y obligaciones deben ser observados; la legislación
nes y concepciones que integran totalmente la vida. Dicho de no toma parte en ello.
una manera vulgar, la sociedad tiene un "destino que vivir". Si la legislación no toma parte en la ley de la sociedad
Al decir que los fines para los que vive el hombre no " f o l k " tampoco habrá códigos, menos aún jurisprudencia.
están doctrinariamente enunciados, sino qué están sobre- Radin ha reunido material que indica el grado limitado al
entendidos en la acción ya hemos reconocido otro carácter que la verdadera población primitiva suele fijar sus cos-
dentro de la sociedad folk que puede retener nuestra aten- tumbres y sistematizar su conocimiento. Esto es cierto en
ción. Esta característica puede establecerse en dos partes las sociedades "folk" que conocemos y en las que éstas
estrechamente emparentadas: en primer lugar, lo que se cosas existen sólo en grado limitado. En la sociedad " f o l k "
hace en la sociedad folk tipo, se hace así no porque alguno ideal no hay objetivización ni sistematización del conoci-
o algunos de sus miembros lo decidan a un mismo tiempo, miento dirigido por lo que parece ser su orden "interno".
lo que podría acontecer, sino porque parece "necesaria- El miembro de esta sociedad mentalmente construida, no
mente" derivarse de la naturaleza íntima de las cosas; y se aparta de su costumbre ordinaria y la sujeta a un exa-
en segundo lugar, no hay inclinación a reflexionar" en los men minucioso, excepción hecha del significado que tiene
actos tradicionales y considerarlos objetiva y críticamente. para él, cómo tal significado se define en la cultura. No
En pocas palabras, la conducta dentro de la sociedad folk, existen ejercicios habituales de clasificación, experimento
es tradicional, espontánea y críticamente inobservable (uni- o abstracción sobre su propia causa, menos aún sobre la
critical). En cualquier sociedad verdaderamente " f o l k " mu- causa de los fines intelectuales. Hay un conocimiento prác-
chas cosas se ejecutan como resultado de la decisión to- tico que les es común, pero no existe ciencia.

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ningún otro de ios que forman el pequeño mundo de la
sociedad. Además, en la sociedad "folk" el trato entre los
Debemos tomar precauciones para evitar un mal enten- seres humanos es casi siempre personal. El patrón de con-
dimiento. En las páginas anteriores se ha dicho que la ducta que fue sugerido al principio por la experiencia Inte-
conducta de ¡os miembros de la sociedad "fo!k" es alta- rior de los individuos —sus deseos, sus penas, su sensi-
mente convencional, que la costumbre fija los derechos y bilidad y sus intereses de todas clases— se proyectó hacia
los deberes del individuo y que el conocimiento no es todos los objetos con quienes ha venido a entrar en con-
examinado críticamente, ni objetiva ni sistemáticamente for- tacto. De esta manera, la naturaleza también es tratada
mulado. Estas concepciones son válidas. Pero no podemos personalmente: los elementos, las características del pai-
suponer que el hombre primitivo es una especie de autó- saje, los animales y especialmente cualquier cosa que nos
mata en el que la fuerza de la costumbre es lo único rodea y que por apariencia o conducta nos sugiere atributos
importante. Podemos equivocarnos al pensar que el hom- humanos —porque a todas las cosas se atribuyen cualidades
bre primitivo es a tal punto receloso, que es constreñido humanas.
por la costumbre. No debemos concebir en esta forma el En pocas palabras, la vida íntima y personal del niño,
estado mental del hombre en ta sociedad "folk". dentro de la sociedad " f o l k " se extiende al mundo del adul-
Dentro de los límites puestos por la costumbre hay una to y aún al mundo de los objetos inanimados. Esto nos
intención de perfeccionamiento mayor. Existe- un fuerte lleva a una especial observación en cuanto se refiere a la
sentido de la competencia, de la oportunidad y un senti- sociedad "folk", no solamente porque las relaciones en tal
miento de que es útil lo que hace uno movido por la cul- sociedad son de carácter personal, sino también porque de-
tura. "En tal forma de vivir, no existe ¡a rutina. Se cuenta be declararse que son familiares. Los primeros contactos
con todo el estímulo de la experiencia personal, especial- que el niño llega a tener como persona, los tiene con otras
mente de la de uno mismo, de la destreza siempre en com- personas; además cada una de estas primeras personas
petencia, de las cosas bien realizadas". Las interrelacio- proporciona al niño ciertos conocimientos, una especial cla-
nes y el alto grado de consecuencia que tiene frente a sí se de relaciones que se asocian con la posición genealó-
el individuo, le indican lo importante que es para él, en- gica del individuo con quien está emparentado. El individuo
caminar sus esfuerzos en el rumbo tradicional. La cultura se da cuenta de que tiene un sitio en el conjunto formado
establece fines que invitan a la acción porque se les da por el parentesco familiar.
gran importancia. Las conexiones del parentesco proporcionan un patrón en
Se ha dicho que la sociedad " f o l k " es pequeña y que función del cual dentro de la sociedad " f o l k " ideal, todas
sus miembros han vivido en larga e íntima asociación en- ¡as relaciones personales están convencional izadas y jerar-
tre sí. Y también se ha dicho que en tales sociedades el quizadas. Todas las relaciones son personales. Pero las re-
pensamiento crítico o abstracto existe en escala reducida. laciones no son, en su contenido de conducta específica,
Estas características están relacionadas también con otros las mismas para todos. Así como una madre se diferencia
aspectos de la sociedad "folk"; la conducta es personal, del padre y un nieto se diferencia de un sobrino, así tam-
no impersonal. Una "persona" se puede definir como el bién hay tres clases de relaciones personales que se ori-
objeto social que, en igual forma que yo, responde a deter- ginan en la conexión genealógica y que se extienden a
minadas situaciones y que posee todos los sentimientos toda clase de relaciones. En este sentido, la sociedad
e intereses que yo, siento míos; una persona es un yo en " f o l k " es una sociedad familiar. Lowie ha demostrado la
distinta forma, sus cualidades y valores le son inherentes cualificación que se introduce en lo dicho por Maine de
y el significado que tiene para mí es algo más que un que la sociedad primitiva se organiza en función del pa-
puro significado de utilidad. rentesco más bien que en función del territorio.
Una "cosa", por otra parte, es un objeto social que no Es cierto que el hecho de que los hombres vivan en ve-
tiene derecho a mi simpatía y que, tai como yo So concibo, cindad les proporciona el sentido de su unidad social. Pero
responde a mí mecánicamente y su valor existe para mí lo que debe enfatizarse para llegar al entendimiento de la
en tanto que me es útil para cierto fin. En la sociedad sociedad " f o l k " es que, ya sea que la mera contigüidad o
"folk", todo ser humano admitido en su seno tiene las el parentesco para con un hermano o para con un hijo, sea
consideraciones de una persona; y ninguno de nosotros
conserva r e l a c i o n e s impersonales ("forma-de-cosa") con
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lo que une a los hombres entre sí, el resultado es un grupo quiera de las líneas, la patrilineal o la matrilineal, no es
de gentes entre las que prevalecen las relaciones perso- seleccionada para contrarrestar con la otra. En las socie-
nales y jerarquizadas que caracterizan a las familias tal dades "folk" de este tipo, la familia forma una sola unidad
como nosotros las conocemos y en las que, los patrones social y la relación con los parientes que están fuera de
de parentesco tienden a extenderse fuera del grupo de los la familia, es de importancia secundaria. Tal organización
individuos genealógicamente emparentados dentro de la so- familiar, es común donde quiera que la población es pe-
ciedad. Los parientes son un tipo de personas dispuestas queña, donde los medios de subsistencia están formados
a toda experiencia. por la precaria recolección de plantas silvestres y donde
Esta concepción general puede resolverse en conceptos los mayores agrupamientos no pueden estar juntos perma-
integrantes o relacionados. Dentro de la sociedad " f o l k " nentemente porque los recursos naturales no lo permiten.
las relaciones familiares se distinguen claramente una de Pero donde existe una mayor población que permanece
otra. Clases muy especiales de conducta pueden esperarse junta, ya sea en una villa o en una banda migratoria, a
por el tío materno del sobrino y esa conducta será dife- menudo encontramos, pero no siempre, un énfasis sobre
rente de la que se espera por el tío paterno del mismo. la línea de vínculo consanguíneo más bien que sobre el
Entre algunas tribus australianas, los animales muertos por otro, con subordinación de la relación conyugal. De ahí re-
un cazador tienen que dividirse en nueve o diez partes bien sulta la fragmentación de la sociedad en unidades de pa-
determinadas que deben darse a otros tantos parientes del rentesco equivalentes. Estas pueden tomar la forma de
afortunado cazador, las costillas derechas al hermano del grupos domésticos más extensos o de uniones de familias
padre, una pieza del costado al hermano de la madre, etc. (como en China), o pueden incluir hogares de muchas per-
La tendencia a extender más y más el parentesco, toma sonas relacionadas entre sí, en parte por parentescos ge-
formas muy especiales. En muchas sociedades primitivas, nealógicos admitidos y en parte por la coparticipación del
los términos de parentesco y la conducta entre parientes, mismo nombre o de otras designaciones simbólicas; en el
se extienden, en grado reducido, a personas desconocidas último caso hablamos de los grupos como de verdaderos
que deben relacionarse genealógicamente pero que, sin em- clanes.
bargo, no se consideran como parientes. Aún en las sociedades donde la familia forma una unidad
Entre los australianos centrales, los términos de paren- económica independiente ( como es el caso de los Esqui-
tescos se extienden "de modo que abracen a todas las males orientales), el marido y la mujer nunca llegan a for-
personas que tienen contacto social entre s í " . . . "De este mar una nueva unidad económica y social, con la integridad
modo, toda la sociedad forma un grupo de parientes". En que caracteriza nuestra sociedad.
la sociedad "folk", las clases de agrupamíento que no sur- Cuando en la sociedad primitiva, un matrimonio llega a
gen de la conexión genealógica, son pocas pero tienden a su fin, los parientes masculinos del esposo muerto, alegan
tomar esa forma. El parentesco ritual es común en las sobre su propiedad un derecho al que nunca habían re-
sociedades primitivas y en las campesinas, en forma de nunciado. Por todo esto podemos pensar que la sociedad,
hermandad de sangre, relaciones divinas y otras ceremo- enmarcada en estos pueblos "folk", está compuesta por
nias como las de padrinos. Estas relaciones multiplican las personas emparentadas consanguíneamente. El matrimonio
conexiones de parentesco; en este caso la unidad de los es, por comparación con lo que acontece en nuestra propia
individuos descansa sobre una cosa elegida de antemano. sociedad, algo como un incidente de cierta importancia en
Además, existe un uso claramente ficticio o metafórico de la vida del individuo que nace, se educa y muere, partici-
los términos de parentesco, para designar las relaciones pando de la sangre de sus parientes. En estas sociedades,
más accidentales como las que suceden entre un huésped el amor romántico dificultosamente puede elevarse a ma-
y su hospedado o entre un creyente y la divinidad. yores principios.
Las sociedades campesinas y las primitivas difieren gran- En tanto que las líneas de consanguinidad se definen bien
demente en cuanto a las formas adoptadas para el paren- (y en algunos casos ambas líneas pueden tener importancia
tesco. Sin embargo, es posible reconocer dos tipos prin- para el individuo), la sociedad "folk" puede considerarse
cipales. En uno de estos tipos, la relación entre marido y como integrada por familias más bien que por individuos.
mujer cobra importancia especial, mientras que una cual- Es el grupo familiar el que actúa y recibe la acción de

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otros. Existe una fuerte solidaridad dentro del grupo de mer, cualquier forma de vida es un "foikway": además, los
parentesco, y el individuo es responsable ante todos sus pa- "folkways" tienden a ser también "mores": formas de ac-
rientes y viceversa. "El clan es una sociedad natural de tuar y de pensar que implican nociones de valor moral.
ayuda m u t u a . . . Un individuo pertenece al clan y no es
El valor de cada acto tradicional objeto o institución es,
dueño de sí mismo; si alguno es ofendido, todos le ayudan
pues, algo que los miembros de la sociedad no están dis-
a reparar la ofensa; y si él a su vez injuria a otro la res-
puestos a poner en duda; y el hacerlo constituiría un agra-
ponsabilidad es compartida por los demás".
vio. Este aspecto de la sociedad "folk" puede referirse
Así, en las sociedades "folk", donde la tendencia a man- diciendo que es una sociedad sagrada. En la sociedad "folk"
tener las relaciones de parentesco ha tenido como resul- no se puede, sin provocar el efecto negativo de las san-
tado la unión de los individuos en grupos de familias o ciones sociales, considerar como falto de valor lo que es
clanes, es común observar que las injurias hechas por un tradicional en dicha sociedad.
individuo son consideradas como hechas al grupo de sus
parientes, y el grupo toma las providencias necesarias para Se puede suponer que la santidad de los objetos socia-
reparar la ofensa. Esto puede consistir en la represalia les tiene su origen, en parte al menos, en el mero hecho
sancionada por la costumbre o en la indemnización por me- de que la gente se ha habituado a ellos; probablemente el
dio de una propiedad. Una gran parte de las leyes primi- organismo de los individuos llega a ajustarse, desde muy
tivas no es otra cosa que la regulación de los derechos de pronto, a ciertos hábitos motores y mentales y a ciertas
un grupo de parientes contra otro grupo de parientes. asociaciones entre una actividad y otra, o entre cierto sen-
El hecho de que la sociedad " f o l k " es un grupo de fami- tido de la experiencia y ciertas actividades; y es casi fisio-
lias más bien que un conjunto de individuos se expresa, lógicamente penoso cambiar o aún mantener la idea de
además, en otras muchas formas de matrimonio conocidas cambio. De ahí surge "un sentimiento de la impropiedad
como "preferenciales". La costumbre por la que en muchas de ciertas formas, de un valor particular social o religioso,
sociedades primitivas un hombre espera casarse con la o un supersticioso temor del cambio".
viuda de su hermano, o una mujer con el esposo de su Probablemente la santidad de los objetos sociales en la
hermana muerta, aclara el punto de vista del matrimonio sociedad "folk" también se refiere al hecho de que, en las
como un entendimiento de ios grupos emparentados. Al culturas bien organizadas, como una característica de las
morir uno de los esposos, las bases para un arreglo deben sociedades "folk", actos y objetos insinúan las tradiciones,
ejecutarse por un representante del grupo de familias. Cier- creencias e ¡deas que todos comparten. Hay razón para
tamente que en los convenios para realizar el matrimonio suponer que, cuando lo que se hace de acuerdo con la tra-
—en cuanto a la selección de los esposos por sus parien- dición llega a tener importancia porque el pueblo no sabe
tes, en cuanto al precio de la novia, la dote y muchas algo más de lo que sus actos le dan a entender, la vida
otras negociaciones familiares que preceden al matrimo- comienza a tornarse más profana. En el carácter redundan-
nio—, la naturaleza de éste, como una forma connubial de te de la acción convencional (exceptuando la acción técni-
las relaciqnes sociales entre grupos de parientes, encuentra ca), tenemos el ritual; en su carácter expresivo, tenemos
su expresión. la ceremonia; en la sociedad "folk", el ritual tiende a con-
Se ha dicho en los párrafos anteriores que la conducta vertirse en ceremonia, y el ritual y la ceremonia combina-
en la sociedad " f o l k " es tradicional, espontánea y crítica- dos, tienden a ser sagrados, no profanos.
mente inobservable (unicritical), que lo que un hombre fia- La santidad de los objetos sociales, en la sociedad "folk",
ce es gran parte de lo que hace otro hombre, y que las es aparente por la forma en que tal objeto está rodeado
normas de conducta son sumamente claras y se conservan
de restricciones y protecciones que lo separan de lo que
por generaciones. También se ha sugerido que la congruen-
es ordinario. Cuando los indios Pápago regresan victorio-
cia de todas las partes de la conducta convencional y las
sos de una expedición guerrera trayendo el cuero cabelludo
instituciones sociales, entre sí, contribuye a formar el sen-
tido de rectitud que todo miembro de la sociedad " f o l k " del Apache muerto, los cabellos del pericráneo se consi-
considera parte inherente de la misma en su manera tra- deran como agobiados por una tremenda "carga" de fuerza
dicional de actuar. En el bien conocido vocabulario de Sum- sobrenatural; solamente los viejos que ya han sido gue-
rreros victoriosos y que se han purificado por ios ritos de

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la religión podrían tocar tales objetos y ponerlos a buen III
recaudo a fin de introducirlos a la casa del matador. Una
vez hecho un muñeco semejante a un indio Apache, des-
pués de muchos preparativos ceremoniales, era finalmente Esta caracterización de la sociedad " f o l k " podrá ser ex-
sostenido un instante por los miembros de la familia del plicada más extensamente. Varios de los elementos que
matador, quienes habiéndoles con respeto y veneración y forman tal concepto podrán combinarse diferentemente en-
usando términos de parentesco, lo ponían en la casa a fin tre sí y este punto o aquel otro podría desarrollarse más
de que emanara de allí la fuerza protectora. o aún enfatízarse y sus relaciones se aplicarían a otros,
Los indios de San Pedro de La Laguna, en Guatemala, tie- aspectos de él mismo. Por ejemplo, podrían puntualizarse
nen un oficio que les sirve para toda la vida, cuya función que donde existe un pensamiento reflexivo, poco o nada
consiste en guardar diez o doce breviarios latinos impresos sistematizado, las soluciones ordinarias a ios problemas de
en el siglo XVIII y en leer oraciones en cualquiera de estos acción práctica, sólo imperfectamente toman la forma de
libros y en determinadas ocasiones. Ninguno que no sea control realmente eficaz y comprendido de los medios
este oficial puede hojear los libros a menos que sea auto- apropiados para realizar el fin deseado, y que, por el con-
rizado por él y que se trate de ocasiones ceremoniales. Si trario, tienden a expresar los estados mentales de los in-
alguno toca estos libros enloquecerá o se verá afligido dividuos que quieren llevar a cabo tal fin y que temen que
por la ceguera. Cera e incienso se queman frente al cofre no se verifique. Brevemente, nosotros decimos esto al de-
que guarda estos libros que no tienen la categoría de dio- clarar que la sociedad "folk" se caracteriza por la presen-
ses pero que son objeto de santidad. cia de gran cantidad de magia lo que se refiere a la acción
En la sociedad "folk", esta inclinación a considerar tal que está encaminada a un fin —la acción instrumental—
clase de objetos como cosa sagrada, se extiende, caracte- pero solamente a la acción instrumental que no lleva a ca-
rísticamente, aún a las actividades de subsistencia y a la bo eficazmente el fin que se propone o cuya eficacia no
fuente de aprovisionamientos del pueblo. se comprenda y que se manifieste por la forma en que
Frecuentemente estas fuentes de aprovisionamiento no el encargado de hacerla piensa y siente, más bien que por
sólo se consideran sagradas sino que aún se personifican. su inclinación a realizar tal fin.
" M i tío abuelo acostumbraba decirme", contaba un indio "La magia se basa en la experiencia pacífica de los es-
Navajo, "si cuando vas a lo largo del camino te encuentras tados emocionales... en los que la verdad se revela, no
una semilla de maíz, levántala. Es como si se tratase de por la razón sino por el juego de emociones sobre el orga-
un niño perdido y medio muerto por el hambre. De acuer- nismo humano... la magia se funda en la creencia de que
do con nuestras leyendas, el maíz es casi una persona la esperanza no puede fracasar y de que el deseo no puede
humana, sólo que tiene carácter más sagrado... Cuando engañar". En la sociedad "folk" la acción técnica efectiva
un hombre penetra a un maizal, siente que se encuentra en se encuentra muy mezclada a la actividad mágica, tal como
un lugar sagrado, que camina entre personas sagradas. La la hemos entendido. El he ho tiende a tomar la forma de
agricultura es una ocupación de carácter divino. Aún antes un pequeño drama: es la representación de lo que se desea
de sembrar, empieza a cantar canciones. Y continúa esto ver realizado.
durante todo el tiempo mientras crecen tus sembradíos. Realmente, la naturaleza de la sociedad "folk" podría vol-
Es imposible sentir que no te encuentras en un lugar sa- ver a enunciarse en una descripción de la mente "folk".
grado cuando atraviesas tus campos y te das cuenta de Esta descripción podría ser, en gran parte, una repetición
que ellos están creciendo bien". En la sociedad " f o l k " de lo que se ha escrito en páginas precedentes, aunque aho-
idealmente concebida, ninguna cosa es solamente el medio ra se procura hacer resaltar la actividad mental caracte-
para un fin práctico inmediato. Todas las actividades, aún rística de la sociedad "folk" más bien que sus costumbres
el trabajo de producción, son fines en sí mismos, activi- e instituciones. El hombre de la sociedad " f o l k " tiende a
dades que expresan los valores últimos de la sociedad. estructurar asociaciones mentales más acusadamente per-
sonales y emocionales que abstractamente categóricas y de-
finitivas en función de causa y e f e c t o . . . "El hombre pri-
mitivo no solamente considera cada acción adaptada a su

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fin principal, cada pensamiento referido a su fin primero,
cada miembro se encuentra atado por los vínculos de la
en la forma que nosotros lo haríamos, sino q u e . . . asocia
religión o de la sangre, y el comercio lucrativo no tiene
todo esto con otras ideas frecuentemente de naturaleza re-
lugar. No existe la moneda y ninguna cosa es valorada por
ligiosa, o por lo menos simbólica.
un denominador común. La distribución de bienes y ser-
En esta forma, él les da un significado superior al que
vicios tiende a ser un aspecto de las relaciones de status
a nosotros nos merece. Una exposición muy semejante de
convencionales y personales que forman ia estructura de
esta manera de pensar, se ha expuesto en conexión con
la sociedad: las propiedades se intercambian como la ex-
el pensamiento del hombre medieval; la descripción podría
presión de un deseo benevolente y, en gran parte, como
aplicarse perfectamente a la sociedad "folk":
incidentes de las actividades ceremoniales y rituales. En
Desde un punto de vista causal, el simbolismo aparece general, la obligación de trabajar, de ahorrar y de gastar
como una desviación del pensamiento. En vez de buscar se determina, no tanto por la estimación racional de los
la relación entre dos cosas observando los escondidos de- beneficios (materiales) que deben recibirse, cuanto por el
rroteros de sus conexiones causales, el pensamiento da un prestigio social que se obtiene por esta conducta.
salto y descubre su relación, no en conexión de causa a
La concepción esbozada aquí, se vuelve importante si la
efecto, sino en conexión de importancia o finalidad. Tal
sociedad "folk" se observa en contraste con la de la ciudad
conexión inmediatamente se presentará en forma convin-
moderna. El vasto, complicado y rápido cambio del mun-
cente, a condición de que las dos cosas participen en co-
do que vivimos los que habitamos las ciudades y aún el
mún de una cualidad esencial que puede referirse a un va-
habitante de costumbres urbanas que vive en el campo,
lor general... La asimilación simbólica establecida sobre
difiere enormemente del de la pequeña introspectiva socie-
propiedades comunes, presupone la idea de que estas cua-
dad "folk" con sus bienes integradas y muy poco cambiantes
lidades son esenciales a las cosas. El ver como florecen,
concepciones morales y religiosas. En un tiempo, todos los
entre espinas, rosas blancas y rosas rojas, inmediatamente
hombres vivieron en estas pequeñas sociedades "folk". Por
provoca una asociación simbólica en la mentalidad medio-
muchos miles de años, los hombres deben de haber vivido
eval: por ejemplo, la de vírgenes y mártires que resplan-
así; la vida urbanizada tiene muy poco de haber comen-
decen de gloria en medio de sus perseguidores. La asi-
zado, si tenemos en cuenta la prolongada historia del hom-
milación se produce porque los atributos son los mismos:
bre sobre la tierra; el extremado desarrollo de la sociedad
la belleza, la ternura, la pureza, el color de las rosas, son
mundial secularizada y que cambia rápidamente, abarca só-
los mismos que los de las vírgenes, el color rojo es la
lo unas pocas generaciones.
sangre de los mártires. Pero la semejanza tendrá un sen-
tido místico si el término medio que conecta los dos tér- Los grupos tribales que aún permanecen al margen de la
minos del concepto simbólico, expresa algo esencial de lo cada vez más extendida civilización, son los pequeños res-
que ambos participan; en otras palabras, si lo rojo y lo tos de esta primera forma de vivir. Considerándolos uno
blanco son algo más que nombres para designar las dife- a uno y comparándolos con las sociedades alfabetas y se-
rencias físicas de carácter cuantitativo, si son concebidas mialíabetas, industrializadas y semündustriaíizadas, podemos
como esencias, como realidades. La mente del salvaje, la descubrir cómo se ha desarrollado en cada uno sus for-
del niño y la del poeta, nunca las miran en otra forma. mas de vida social de acuerdo con las circunstancias espe-
ciales que se le han presentado. Entre los esquimales del
La tendencia a tratar a la naturaleza personalmente, se Polo, donde cada pequeña familia tiene que cambiar su
reconoce en la literatura como la cualidad "animística" o domicilio en los rigores del ambiente ártico, y a pesar de
"antropomórfica" del pensamiento primitivo y el contraste que los vínculos de parentesco eran de gran importancia,
entre los mediosfines normotipo del pensamiento más ca- no llegaron a formarse ni clanes ni otros grandes grupos
racterístico de la moderna sociedad urbana y el pensa- de parentesco unilateral.
miento personal del hombre primitivo, se han estudiado es-
pecialmente. Los sedentarios Haida de las islas de la Reina Carlota,
se dividían en dos grupos de parentesco exógamos, com-
En la declaración anterior ha faltado mencionar la au-
puesto cada uno por clanes, con gran orgullo de sus des-
sencia de la conducta económica que caracteriza al mer-
cendientes y fuerte rivalidad entre ellos mismos. Entre las
cado en la sociedad folk. Dentro de la sociedad "folk" ideal,
nomádicas y guerreras tribus de Comanches, la iniciativa y

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la fertilidad en recursos del individuo eran considerados más En dicha festividad, el ritual y el culto se combinan con
fervorosamente que entre los sedentarios y casi interde- una gran cantidad de diversiones. Las principales activi-
pendíentes Zuñi. En el África occidental surgieron grandes dades consisten en una novena, una danza popular y una
estados nativos con sus jefes, cortes y mercados; y en rústica corrida de toros. En cada una de las cuatro co-
China tenemos el ejemplo de una gran sociedad que crece munidades existen organizaciones de hombres y mujeres
lentamente con una élite alfabetizada incluyendo una mul- que toman a su cargo la dirección del festival y que, para
titud de comunidades rurales de tipo "folk". Donde se han la culminación de éste, transfieren su responsabilidad a
levantado las ciudades, la población del campo que de- otro grupo. Hasta tal punto la institución es idéntica en
pende de éstas ha desarrollado relaciones políticas y eco- las comunidades estudiadas. Las diferencias aparecen cuan-
nómicas, lo mismo que relaciones de status con la gente do se comparan los detalles del rito y de las diversiones
de la ciudad, y de esta manera ha venido a formar una y las peculiaridades de la organización del festival, y cuan-
clase especial de sociedad " f o l k " campesina que hemos do se pregunta el significado esencial de estos actos y de
dado en llamar paisanaje, Y aún en las partes más nuevas estas organizaciones. Entonces puede uno darse cuenta de
del mundo, como son los Estados Unidos, muchas aldeas que el festival, dejando de ser un acto sumamente sagrado
y pequeños pueb'os tienen, quizá, tantos puntos de con- hecho por la población, en cuanto ésta es una colectividad
tacto con la sociedad " f o l k " cuantos tienen con la vida formada por grupos familiarmente definidos que guardan
urbana. estrecha relación con el sistema de concepciones morales
Así, tal como se estableció en los comienzos de este y religiosas de cada uno, llega a ser, principalmente en las
ensayo, las sociedades del mundo no están arregladas con- co"munidades más urbanizadas, una oportunidad para el de-
forme al grado en que verifican todas las características leite de unos individuos y el provecho financiero de otros,
de las sociedades "folk". Por otra parte, a tal punto algu- con muy poca relación a las concepciones morales y reli-
nas de estas características tienden a presentarse en unión giosas.
de otras, que las interrelaciones entre ellas deben ser, en De las comunidades que se estudiaron, en la más ais-
gran parte, como variables ¡nterdependientes. Realmente, al- lada y en general más parecida a la "folk", la organización
gunas de las interrelaciones entre estas características son del festival está íntimamente vinculada a toda la estruc-
tan obvias, que juzgamos inexistente el problema. La pe- tura social de la comunidad. La jerarquía de los jefes de
quenez de la sociedad "folk" y la asociación mancomunada la comunidad, cuyos deberes son religiosos y civiles a la
de los individuos, está relacionada, verdaderamente, con e! vez, se pone de manifiesto en el festival. Son los jefes
carácter eminentemente personal de las relaciones. los que deciden las disputas y conducen la guerra, quienes
La escasez de instrumentos secundarios y terciarios, y toman lugares especiales en las procesiones y en la direc-
la ausencia de la manufactura mecánica, son circunstancias ción de las ceremonias. La comunidad, incluyendo varios
obviamente desfavorables para una muy compleja división poblados vecinos, de acuerdo con la línea masculina se
del trabajo. Sin embargo, se presentan muchos problemas divide en cinco grupos. La responsabilidad para conducir
en cuanto a las condiciones en que no ocurren asociadas los rezos y preparar la comida del festival, se confiere,
algunas de estas características y en cuanto a las circuns- por rotación, a cuatro hombres elegidos por cada uno de
tancias bajo las cuales algunas de ellas pueden favorecer los cinco grupos.
el cambio en dirección opuesta, presionando o no, para que El festival es celebrado en la villa-cabecera y en el lugar
otra de las características también se modifique. donde se guarda la cruz patrona de toda la comunidad. El
Un estudio hecho sobre las diferencias locales en la na- festival consiste, principalmente, en actos religiosos cele-
turaleza del festival del santo patrono del pueblo, en algu- brados con toda solemnidad: misas, rosarios, procesión de
nas comunidades de Yucatán, indica que, en este caso, exis- imágenes, genuflexiones de los creyentes. Con toda so-
ten algunas interrelaciones. En las cuatro comunidades que lemnidad, un oficiante especial presenta a la cruz patrona
difieren en cuanto al grado de aislamiento de los centros de las ofrendas rituales; al hacerse el ofrecimiento, algu-
urbanos de influencia modificante, el festival expresa una nos símbolos de la divinidad son traídos del templo y ex-
relación anualmente renovada, entre el pueblo y el santo puestos al pueblo que está de rodillas. El traslado de la
patrono (o su santa cruz). responsabilidad para dirigir el festival, se verifica por me-

60 61
rituales; y dejando de participar, deja de compartir los va-
lores para los que existen los rituales. Sin embargo, reco-
dio de una ceremonia y un ambiente de santidad; primero,
nocidamente, esto es sólo una parte de la explicación.
ciertas insignias rituales se colocan sobre el altar y luego,
La concepción de la sociedad "folk" ha estimulado a un
después de recitar algunos rezos y de ejecutar una danza
pequeño grupo de investigadores del campo para que to-
religiosa, y a la vista de todos, los que ese año realizaron
men en consideración algunos de estos problemas sobre
el sagrado encargo, entregan dichas insignias a sus suce-
interdependencia e independencia de estas características
sores que serán los encargados de llevar a cabo el fes-
en ia sociedad. En Yucatán, el aislamiento, la homogenei-
tival el año siguiente.
dad, la concepción persona! y simbólica de la naturaleza,
En los pueblos que están menos aislados, el festival es la importancia de las relaciones familiares, el alto grado
en forma semejante, pero está menos vinculado a la orga- de organización de la cultura y la santidad de las sancio-
nización social de la comunidad, és menos sagrado y hace nes o instituciones, fueron observadas regularmente asocia-
posible la existencia de mayor cantidad de responsabilidad das entre sí. Se tuvo conocimiento entonces, que en cier-
y de iniciativa individual. Estos cambios —la separación tas comunidades indígenas situadas cerca o en las orillas
del festival de la organización permanente de la sociedad, del Lago de Atitlán en Guatemala, esta asociación de ca-
la secularización de él y el cambio de la responsabilidad racterísticas no se repite.
de grupo a la iniciativa individual—, continúan en otras so-
ciedades estudiadas, a medida que uno se aproxima a la Como se estimó que estas comunidades guatemaltecas
influencia de la ciudad de Mérida. no estaban cambiando rápidamente, sino que perseveraban
en su naturaleza esencial, se obtuvo la conclusión de que
En algunos pueblos de la costa, el festival del santo
"una sociedad estable puede ser pequeña, simple, homo-
patrono es, para unos cuantos hogareños mundanos, una
génea en prácticas y creencias", con una cultura local bien
empresa para ganar dinero. La novena, la danza popular
organizada y aún "con relaciones impersonales, con insti-
y la corrida de toros sobreviven aún.
tuciones formales que norman los actos del individuo, y
Pero la novena está en manos de unas pocas mujeres
con una organización familiar débil, con vida profana, y
que no reciben ayuda de las autoridades municipales. La
con individuos que actúan más para obtener ventaja eco-
corrida de toros es una diversión comercial; los toreros
nómica o personal que movidos por una profunda convic-
profesionales son alquilados por dinero para la ocasión en
ción o por un pensamiento de hacer el bien a la sociedad".
que se necesitan y se compra boleto para asistir al es-
pectáculo. La danza popular es muy poco tomada en cuenta. Se ha puntualizado, además, que en estas comunidades
El festival es disfrutado por la gente joven que viene para guatemaltecas un "punto de vista de! mundo primitivo" es-
bailar danzas modernas y presenciar la corrida de toros y to es, una disposición para tratar personalmente con la na-
es, además, una oportunidad para el negocio de los comer- turaleza atribuyéndole cualidades como si fuera una entidad,
ciantes. Lo que era una institución " f o i k " ha venido a ser y para efectuar conexiones más bien simbólicas que cau-
una empresa en que los individuos participan con fines pro- sales, coexiste con la tendencia que, a lo impersonal, co-
fanos. . mercial y profano, lo mismo que las sociedades urbanas,
tienen las relaciones entre hombre y hombre.
La principal conclusión obtenida del estudio que se hizo
en Yucatán fue la de que las comunidades menos aisladas Estas observaciones, a la vez, nos llevan a considerar
y más heterogéneas de dicha península son más profanas algunas cuestiones acerca de las circunstancias que tien-
e individuales y están más caracterizadas por la desorga- den a producir determinada clase de sociedad o determi-
nización de su cultura. Además, parecía probable que, en nado aspecto de ella más bien que otro. El rompimiento
•s los cambios observados en Yucatán, había una relación d e , de las instituciones familiares operado desde hace muy
interdependencia entre las características cambiantes, es- poco en la sociedad occidental, frecuentemente se atribuye
pecialmente entre la desorganización de la cultura y la se- al desarrollo de la ciudad y de !a industria moderna.
cularización. "El pueblo deja de creer porque olvida prac- Si, como he anotado, las instituciones familiares son dé-
ticar sus convicciones y olvida éstas porque deja de hacer biles también en estas comunidades de Guatemala, deben
lo que ellas significan". (Redfield). Nuevas ocupaciones existir causas alternantes para el rompimiento de la fami-
y otros cambios en la división del trabajo, traen como con- lia, el surgimiento de la industria moderna y el crecimiento
secuencia que el pueblo no pueda participar en los viejos
63.
62
de la ciudad, puesto que estos indígenas guatemaltecos George M. Foster
viven en sus haciendas o muy cerca de ellas, tienen ofi-
cios de manufactura casera y muy poco o ningún contacto
con la ciudad. Se ha insinuado que, en el caso de las
sociedades de Guatemala, parte antes de la conquista y
parte después de ella, el desarrollo de la economía pecu- ¿Qué es la cultura folk?
niaria y del comercio, de los vendedores ambulantes fun-
dado sobre la gran división regional del trabajo y sobre Durante la generación pasada los antropólogos extendie-
un sistema de control impuesto forzosamente por un pe- ron grandemente su campo de trabajo; desde las socieda-
queño grupo de gentes privilegiadas, pueden ser la causa des tribales, primitivas, a unidades sociales mayores, con
de que haya disminuido la importancia de las institucio- formas de vida más complejas, con orígenes históricos
nes familiares y la independencia del individuo, sobre todo más complicados y con mejor documentación histórica. Es-
por cuanto se refiere a la subsistencia. tos estudios, llamados comúnmente "de comunidad", se
El carácter profano de la vida de los pueblos de la al- han desarrollado en lugares tan diversos como México, Perú,
tiplanicie en la región del lago de Atitlán, no se encuentra Brasil, Irlanda, China, Japón e India. La característica super-
tan bien establecido como el carácter individualizado de ficial de estas comunidades es que no son "primitivas" en
la vida, pero la vida allí es efectivamente profana, es algo el sentido usual de la palabra; pero tampoco son "civiliza-
que se ha desenvuelto sin la influencia de una fuerte mo- das", en el sentido de estar integradas a las culturas in-
vilidad personal, de la industria mecánica o de la ciencia. dustriales modernas.
En un bien conocido ensayo, Max Weber demostró cómo, A primera vista, aparecen distribuidas en diversos inter-
en el caso de los puritanos, el capitalismo comercial no valos a lo largo del camino que lleva de la sociedad tribal
estaba en contraposición con la piedad. a la sociedad urbana moderna. La feliz expresión de Red-
De este modo parece que una sociedad alfabetizada, o field, cultura folk, para designar un tipo ideal opuesto a la
en parte al menos urbanizada, puede ser, a la vez, alta- vida de ciudad, atrajo la atención de los antropólogos que
mente comercial y sagrada —como los judíos—, mientras necesitaban un término conveniente para designar la forma
que bajo otras ciertas condiciones, un pueblo en otros as- de cultura que estaban estudiando. Algunos antropólogos
pectos semejantes a los " f o l k " puede tornarse individualis- han tendido a usar los términos de cultura folk y sociedad
ta, comercial y, acaso, profano. Lo importante, pues, es folk en el sentido de culturas no primitivas, pero relativa-
la determinación de las condiciones limitantes. mente simples, que están siendo modificadas rápidamente
por el creciente contacto con la civilización industrial.
[Redfield, Robert. "The Folk Society", en American Journal of Socio-
logy Lll, January, 1947, Versión castellana tomada de Revista Mexicana En esta ocasión, el autor desea discutir cuáles parecen
de Sociología, vol. IV, México 1942. que gentilmente ha autorizado su ser los supuestos básicos de la hipótesis de Redfield; indi-
reproducción.} car tas limitaciones aparentes de su enfoque, y sugerir un
concepto alternativo de la cultura folk, que parece corres-
ponder mejor a los hechos de las sociedades reales des-
critas por los antropólogos. Al mismo tiempo, desea pre-
sentar un cuadro de referencia teórico, dentro del cual
pueda discutirse un cierto número de problemas culturales
de carácter general.
El enfoque de Redfield de la cultura folk es a la vez empí-
rico y racional o lógico. Como un buen investigador de
campo, formado en el pensamiento inductivo tradicional de
la antropología norteamericana, reconoce que la teoría cul-
tural debe basarse en los hechos de las sociedades reales.
Como un teórico cuyo pensamiento ha sido influido profun-
damente por la sociología filosófica europea, está intere-

64 65
sado en relacionar los hechos etnográficos con un esquema de cultura folk). La horda de Durkheim es un tipo ideal de
general de la cultura. La integración de estos dos puntos sociedad, nunca visto en su forma pura, cuya cohesión está
determinada por lo que llama "solidaridad mecánica", ba-
de vista en Redfield, y la evolución de sus ideas, se en-
sada en una conciencia colectiva. En oposición a la horda,
cuentran en una serie de monografías y de ensayos apare-
existen sociedades complejas, en las cuales la división de
cidos entre 1930 y 1947.
trabajo ha producido un sistema de partes diferenciadas que
En un sentido descriptivo, Redfield encuentra que las se complementan mutuamente; Durkheim las describe co-
sociedades folk son pequeñas, aisladas; grupos casi auto- mo caracterizadas por la "solidaridad orgánica" (Simpson,
suficientes, homogéneos en raza y costumbres. Sus partes 1933, esp. pp. 106-229). La Gemeinschaft, o "comunidad",
componentes son estrechamente interdependientes; las re- de Tónnies, resulta de una voluntad "natural"; se ejempli-
laciones son directas y personales; la tecnología es simple fica en sociedades cuyas relaciones personales están ba-
y la división del trabajo muy escasa. La familia juega un sadas en el parentesco, en la amistad, y en la vecindad,
gran papel en las instituciones societarias; las sanciones que funcionan por concordia, costumbres, normas popula-
que gobiernan la conducta son predominantemente sagradas; res y religión, y cuyo tipo ideal se encuentra en la vida de
el culto está subrayado; el ritual está muy desarrollado, y pueblo y aldea. La Gesellschaft o "sociedad", resulta de
expresa vivamente los deseos y temores del pueblo. La una voluntad "racional", que se expresa en un contrato so-
sociedad es relativamente inmóvil; los cambios son lentos; cial conscientemente planeado para realizar ciertos fines.
las formas de vida forman una red simple de significaciones Las relaciones impersonales y las acciones calculadas de
interrelacionadas, y los hábitos de las personas tienden a este tipo de asociación funcionan por medio de conven-
seguir las costumbres establecidas. La lista total de ca- ciones, legislación y opinión pública. Las ciudades expresan
racteres responde al tipo ideal de sociedad. Cualquier la Gesellschaft {Tónnies, 1940, es. pp. 16-18).
sociedad real no debe mostrar necesariamente todos los
elementos. Cuando menos dos supuestos básicos parecen estar en
esta unión de teoría filosófica sociológica y de investiga-
En un sentido teórico, Redfield coloca la sociedad folk ción de campo. Primero: los tipos ideales propuestos tienen
dentro de un sistema lógico construido sobre dos tipos valor taxonómico en tanto que ayudan a clasificar socieda-
ideales polares: la sociedad urbana y la sociedad no-urbana des reales y tienen valor heurístico en tanto facilitan hipó-
(folk). La sociedad folk ideal es una construcción men- tesis que pueden ser sometidas a prueba. Segundo: estos
tal (presumiblemente también lo es la sociedad urbana); tipos ideales suponen una interrelación funcional entre los
ninguna sociedad real responde exactamente al tipo, aun- elementos característicos de cada tipo, que explica su pre-
que se le acercan las sociedades primitivas estudiadas sencia reunida; esto es, los elementos no forman un agre-
por los antropólogos. El continuun-folk-urbano, que resulta gado fortuito.
de estos conceptos polarizados, proporciona una escala a La validez entera de estos supuestos es discutible. TO-
lo largo de la cual pueden colocarse las sociedades rea- nnies, por ejemplo, es explícito sobre el problema de las
les; su posición estará determinada por la proporción re- relaciones entre el tipo ideal y las sociedades rurales: "Es-
lativa de caracteres folk o urbanos que muestre. tos conceptos (.Gemeinschaft y Gesellschaft] significan
En contraste con el tipo de sociedad ideal folk, el tipo las cualidades modelo de la esencia y sus tendencias a
estar reunidas.
ideal urbano está caracterizado por heterogeneidad social;
individualización; instituciones seculares, más que familia- " A s í , ambos términos están en el presente contexto sepa-
res o religiosas; división del trabajo; economía monetaria, rados de sus connotaciones designativas de entidades o
y despersonalización en general de las relaciones entre grupos sociales, e incluso de entes colectivos y artificiales;
la gente. la esencia de la Gemeinschaft y de la Gesellschaft se en-
cuentra entremezclada en todas las formas de asociación"
Las semejanzas conceptuales entre la sociedad folk ideal (Tónnies, 1940, pp. 17-18). Redfield (1947, p. 29) ha reco-
de Redfield, la horda de Durkheim y la Gemeinschaft de nocido también, explícitamente, los problemas precedentes
Tónnies, son claras (Redfield incluye también a Henry de considerar a las sociedades reales en relación a un es-
Maine, Lewis Morgan, Howard Becker, A. A. Goldenweiser quema unilineal de tipos ideales. El valor heurístico de ¡os
y Alfred von Martin entre los que han influido su concepto

67
66 I
tipos ideales es claro, pero su utilidad para clasificar socie- antropólogos. También facilita un cuadro para ía investiga-
dades reales es dudosa. ción empírica y el establecimiento de teoría de la cultura.
Con respecto al segundo punto, la evidencia acumulada De acuerdo con esta idea, la sociedad folk no es una so-
por las investigaciones de campo sugiere que cuando me- ciedad completa y aislada por sí misma. Es una "media-
nos algunos de los elementos considerados por Redfield sociedad", una parte de una unidad social mayor (usual-
como variables interdependientes, son en realidad, variables mente la nación), con la cual está estructurada vertical y
independientes cuya relación está histórica y no causalmen- horizontalmente. El componente folk de esta unidad ma-
te determinada. Por ejemplo, Tax (1939) ha establecido yor tiene con ella una relación simbiótica espacial-temporal.
que los indios de Guatemala muestran unas variables y En este sentido, lo folk y lo urbano no son conceptos pola-
otras no, que algunos de sus rasgos son folk, y otros ur- res, sino partes de la definición de un cierto tipo socio-
banos. Herskovits (1948) sostiene que el tipo ideal de Red- cultural del cual la ciudad preindustrial es un punto focal.
field no sirve para explicar los aspectos folk de los cen- Lejos de destruir a la sociedad folk, este tipo de unidad
tros urbanos del África occidental, algunos de los cuales urbana es una precondición de su existencia. Esto aclara
llegan a 350.000 habitantes. por qué (como los antropólogos han descubierto en la prác-
La definición de la cultura y de la sociedad folk en tér- tica) para describir una cultura folk es preciso conocer
minos de tipos ideales polares (urbanos y no-urbanos), tie- tanto de la historia, la estructura y el contenido de la cul-
ne varias consecuencias lógicas que, en mi opinión, estereo- tura nacional (incluyendo las ciudades).
tipan la investigación de campo y osturecen algunas de las En cierta medida, este concepto coincide con la defini-
características salientes de las sociedades estudiades. Pri- ción de Redfield de una sociedad campesina, a la que se
mero, esta dicotomía tipológica agrupa a todos los pueblos reconoce como constituyente (con la sociedad urbana) de
no-urbanos, 'desde las tribus más primitivas y aisladas a una unidad estratificada organizada en términos de status
los primitivos transculturados, a las culturas rurales mes- (Redfield, 1939, p. XV). Pero aunque las sociedades campe-
tizas de América Latina y a los pueblos campesinos de Eu- sinas son aquí definidas como sociedades folk, no deben
ropa. De hecho, en su más reciente publicación Redfield confundirse con la cultura folk, porque la cultura folk se
(1947) usa los términos primitivo y folk como sinónimos. encuentra también fuera de las sociedades campesinas, es-
Segundo, desde el punto de vista del desarrollo, esta con- pecialmente en ciertos tipos de ciudades, como veremos.
cepción supone que toda sociedad humana debe haber sido Esta definición implica que las culturas verdaderamente pri-
folk hasta el comienzo de la vida de ciudad, cuya influen- mitivas deben excluirse de la categoría folk. Estas cultu-
cia destruye la cultura folk. Se desprende, entonces, que ras primitivas están, cuando menos en teoría, completamen-
si la cultura folk ha existido siempre, el estudio de sus te aisladas y son completas por sí mismas.
orígenes es igual al estudio del origen de la cultura. Los Para entender estos grupos, de los cuales el esquimal
intereses de Redfield en los procesos culturales, sin em- sería un buen ejemplo, necesitamos conocer muy poco so-
bargo, están principalmente limitados a lo que ocurre en bre otros pueblos, y lo que necesitamos conocer se refiere
las sociedades folk cuando son influidas por el contacto más bien a las relaciones que a la historia cultural, a la
con los centros urbanos y cesan de existir. Tercero, el con- estructura y al contenido. La definición excluiría también,
cepto de tipos polares hace difícil el análisis de la cultura a las sociedades primitivas recientemente transculturadas,
folk en la ciudad. porque tampoco existe la relación simbiótica a la que alu-
Puesto que las características de la vida urbana son las díamos; no forman parte de una unidad y la difusión opera
opuestas de la vida folk, la cultura folk puede existir en en un sentido solo. Sin embargo, las sociedades primi-
las ciudades sólo en la medida en que en cualquier ejem- tivas y las transculturadas pueden convertirse en socieda-
plo concreto el esquema ideal es violado por los hechos. des folk, y así ha ocurrido en el pasado.
Ninguna explicación de la cultura folk, como parte integral Las culturas folk (creo yo) pueden ser analizadas desde
de aigunos tipos de ciudad, parece posible entonces. dos puntos de vista: en su propio contexto y en su rela-
Sin embargo, el concepto de cultura folk y de sociedad ción orgánica con culturas no-folk más complejas. Redfield
folk define (en mi opinión con razonable precisión) los ti- insiste en considerar a las sociedades folk como aisladas
pos de comunidades y de culturas llamadas folk por ios y remotas a la influencia urbana. Me parece que confunde

68 69
r
la falta de movilidad individual con la falta de contacto cul-
representa habilidad científica de alto orden y solución
tural. Si el contenido de las culturas llamadas folk se ana-
razonada de problemas específicos. Entre ellos podrían
liza, uno se sorprende de encontrar cuan importante son
mencionarse muchas máquinas simples, como la rueda, el
aquellos elementos que están en ella precisamente porque
molino de agua, los trapiches, las fraguas, los fuelles, los
la sociedad no está aislada. Una de las más obvias dife-
manjolos de Brasil, los batanes. Se piensa comúnmente,
rencias entre las verdaderas sociedades primitivas y las
de todos ellos como caracteres de cultura folk, sólo porque
folk, es que estas últimas han estado en contacto por si-
ya no son de uso general en los centros que los inventa-
glos con los centros de civilización.
ron y desarrollaron.
La regla general del desarrollo de las culturas folk po-
Muchos muebles, especialmente sillas, mesas, camas y
dría establecerse de la siguiente manera: las culturas folk
colchones, son adquisiciones folk relativamente recientes,
incorporan continuamente parte de los componentes más
tanto en el Nuevo Mundo como en la Península Ibérica, y
intelectualizados de su propia tradición, o de las tradicio-
siguen frecuentemente modelos usados por las clases al-
nes que han sido asimiladas en el pasado, y de la super-
tas. Lo mismo resulta cierto con respecto a la vestimenta.
cultura del área. Semejante concepto subraya la dinámica
Muchas formas de vestir, como el pantalón corto y los
cultural, más que las cualidades estáticas de la cultura. Si
chalecos de los indios andinos, las voluminosas faldas de
las culturas que yo llamo folk se examinan críticamente,
las mujeres, el rebozo mexicano, la mayor parte de los
se encontrará que muchos de sus elementos más signifi-
sombreros, tienen su origen en vestidos españoles de si-
cativos se han filtrado desde el mundo intelectual de su
glos atrás. El vestido de china poblana de México tiene
propia tradición. El tiempo es una parte esencial del con-
su origen en las sedas importadas e México por los ga-
cepto de cultura folk: tiempo para integrar los nuevos ras-
leones de Manila.
gos y complejos de la estructura total, para reelaborarlos
y armonizarlos con el conjunto funcional. El elemento de La alfarería prehispánica era hecha a mano, sin vidriar
tiempo puede ser, en parte, lo que distingue a una cultura (excepto en raros casos y más bien con propósitos deco-
folk de la de un grupo recientemente transculturado. rativos que utilitarios) y se cocía en fuego abierto. La
cerámica folk actual con frecuencia se hace en rueda de
Las culturas folk existentes no son el resultado del con-
alfarero, se vidria a prueba de agua y se cuece en hornos.
tacto durante los siglos XIX y XX entre las civilizaciones
Los deliciosos diseños de pájaros, animales y hojas, tan
de Europa occidental y los pueblos iletrados del mundo. En
frecuentes, son descendientes directos de las piezas de
Europa, en la India, en China y en Japón, son el resultado
mayólica española.
de contacto continuo entre los centros de vida intelectual
y las masas, entre lo rural y lo urbano. Los tejidos eran, por supuesto, un rasgo prehispánico.
Pero la casi totalidad de los tejidos industriales de ahora
En América Latina son el resultado del contacto entre
se hacen en telares españoles. La cultura folk del Nuevo
los pueblos nativos y la Europa preindustrial, y del contacto
Mundo no ha hecho ningún cambio importante en esta má-
con los centros intelectuales de América. Probablemente
quina. El complejo religioso prevalesciente en América La-
puede decirse que las sociedades folk existían ya en la
tina es un producto de la cultura folk sólo en la medida
América prehispánica donde quiera que se encontraran re-
en que ios elementos católicos han sido reelaborados para
laciones simbióticas entre la ciudad y el campo.
hacerlos compatibles con patrones preexistentes no entera-
Los folkloristas han puesto en duda la cualidad puramen- mente desaparecidos. Es más correcto decir que la reli-
te espontánea de la cultura folk, y han sugerido que mucho gión latinoamericana debe su existencia a las reflexiones
de lo que se llama " f o l k " —en sentido estricto— es pro- teológicas y filosóficas de muchas de las mejores mentes
ducto de grupos intelectuales y artísticos. Parece, sin em- de la historia durante varios siglos. Las fiestas religiosas
bargo, que se ha investigado poco en este sentido. Deseo que se observan, no son resultado de la difusión de las
aplicar esta idea al análisis de las culturas folk de Amé- ' fiestas religiosas populares españolas, sino de la implan-
rica Latina. tación por ia Iglesia y el Estado de las festividades que se
El examen de la cultura material de la América Latina consideraban obligatorias en el siglo XVI. Las "sanciones
preindustrial revela que existen muchos aspectos que no sagradas", que Redfield encuentra formando parte de la so-
son producto de la mentalidad folk precientífica, sino que ciedad foik ideal, se deben en gran parte, entonces, a un

70
71
los instrumentos musicales, etc. Más o menos toscamente,
accidente histórico más bien que a un desarrollo espontá- reproducen lo que en el siglo XVI parece haber sido patri-
neo de la sociedad misma. monio de los grupos sociales altos. La literatura y el fol-
La organización eclesiástica que forma la base de la klore español han entrado en la cultura folk de América
vida ceremonial de los pueblos latinoamericanos y en cier- Latina no tanto por caminos populares como por caminos
ta medida de las ciudades, es también el resultado del intelectuales.
deseo de la Iglesia y de sus esfuerzos. Muchas represen- Es claro que la profundidad en el tiempo es una parte
taciones religiosas tienen su origen en los autos sacramen- esencial de las relaciones simbióticas entre las sociedades
tales de España, que en ciertas ocasiones eran escritos folk y las sociedades más complejas'. Una cultura folk es
por los mejores autores. Algo parecido puede decirse de así precisamente porque durante mucho tiempo —a veces
los' nacimientos en Navidad, de las ofrendas votivas, etc. "siglos— ha estado absorbiendo constantemente la produc-
Lo que es cierto en la religión resulta serlo también en ción y las costumbres de grupos socialmente superiores.
la organización civir, que en gran medida está basada en Pero las culturas folk también tienen otro tipo de contacto:
los principios establecidos por la Corona española. Incluso el actual. Como miembros, en muchos casos, de unidades
la disposición de los poblados, con su plaza principal, si- nacionales, tienen que pagar impuestos, con frecuencia tie-
gue un patrón ideal español. Y el hecho de que la orga- nen escuelas, utilizan periódicos y revistas, reciben pro-
nización civil actual tiende a seguir los patrones nacionales ductos del mundo industrial, viajan, etc. Las clases bajas
indica hasta qué punto la cultura folk no es una cultura de ciertas ciudades, que en alguna forma participan de la
por sí, sino que comparte elementos de organismos socia- cultura folk, tienen una relación más íntima con la cultura
les más complejos. no folk que los grupos que están alejados de los centros
Mucho del carácter aparentemente folk de la organización urbanos.
social es resultado de la influencia de la Iglesia; la familia La relación simbiótica entre Folk-no-Folk, que se postula
monógama, con parentesco bilateral, reemplazó en muchos aquí como concepto clave de la cultura folk, implica que
casos a la familia poligínica con parentesco unilateral. Los la dirección del movimiento cultural no es sólo de la ciu-
derechos y deberes del parentesco están enraizados en pa- dad al campo, de las clases altas a las bajas. Más bien
trones establecidos por la Iglesia. A este respecto debe es un movimiento circular, en el que la cultura folk se
mencionarse, especialmente, el compadrazgo. La comple- permea de la producción intelectual y científica, pero a la
jidad del compadrazgo en el Nuevo Mundo es mayor que en vez contribuye, siquiera en poco grado a la cultura de las
España, y parece en gran parte resultado de elaboración sociedades no folk. La danza muestra este proceso clara-
local; pero su origen puede ser claramente trazado en el mente. En los siglos XVII y XVIII los maestros de danza
dogma católico. de Europa Occidental introdujeron danzas folk después de
La forma en que el pensamiento científico de los siglos adaptarlas a las necesidades de la corte. Estas danzas crea-
pasados se filtró hasta el nivel folk está bien ilustrada en ron más tarde el patrón de importantes obras profesionales.
la medicina popular. La medicina folk de Hispanoamérica Las danzas folk convertidas en danzas de salón pasaron a
forma una unidad en tanto que tiene su base en el cono- América Latina, donde poco a poco se convirtieron a su
cimiento científico popularizado de la época de la Conquis- vez, de nuevo, en danzas folk.
ta. Particularmente debe notarse la prevalencia de la teoría El concepto de cultura folk que presentamos resuelve el
de los humores de Hipócrates y Galeno, y las ideas de problema de las cualidades folk que se han encontrado en
" f r í o " y "caliente" aplicadas a la comida, a los remedios, ias masas de ciudades preindustriales. Osear Lewis pre-
a las enfermedades y a sus causas, etc. Es notable, asi- sentó recientemente el caso de un grupo de familias de
mismo, que la mitad o más de las yerbas prescritas como Tepoztlán que emigraron a la ciudad de México. Lejos de
medicinales en América Latina, eran recetadas por los mé- quebrar los valores antiguos, mantuvieron en grado sor-
dicos españoles del siglo XVI. prendente sus normas de vida de Tepoztlán en la ciudad.
En muchos otros aspectos los elementos de la cultura Recientes estudios de medicina folk en siete países latino-
folk descienden de esferas intelectuales, urbanas y corte- americanos muestran sólo ligeras diferencias entre las prác-
sanas de los siglos anteriores. Tal, por ejemplo, los jari- ticas de la ciudad y las del campo.
peos de México, los fuegos artificiales, la música popular.
73
72
La presencia o ausencia de proporciones importantes de social estratificada de las ciudades se desarrolló, apare-
cultura folk en las ciudades y pueblos grandes, parece ser ciendo una élite intelectual, Gientífica y social. Las con-
una función del tiempo del centro urbano. A pesar de la diciones dinámicas que produjeron esta nueva forma de
reciente y rápida industrialización de muchas ciudades la- organización humana continuaron en acción hasta el desarro-
tinoamericanas, sus tipos sociales siguen siendo esencial- llo de la economía industrial moderna. Y las culturas folk
mente preindustriales. Los patrones de organización fami- siguen existiendo hoy en aquellos lugares en que los cen-
liar, el status de las mujeres, las relaciones entre el pa- tros urbanos no se han industrializado, donde las viejas
trón y los empleados, los mecanismos formalizados o no condiciones dinámicas persisten. Las formas nuevas de or-
para mantener el orden, las actitudes ante la religión, son ganización social y política que parecen necesarias en la
más característicamente propios de las ciudades comercia- economía industrializada, no conducen a la persistencia de
les preindustriales que de las ciudades modernas. la cultura folk.
Si nuestros argumentos son válidos, el estrato folk es Puede decirse, entonces, que las culturas folk desapare-
una parte de una sociedad preindustrial caracterizada por cerán en aquellos lugares que se industrialicen. Difícil-
clases sociales. En su forma rural el estrato folk es igual mente puede decirse que existan ahora culturas folk en
a la comunidad entera; en su forma urbana el estrato folk Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Alemania, aunque en
es sólo una parte de la comunidad. Este punto de vista áreas periféricas queden quizás manifestaciones margina-
permite diferenciar entre cultura y sociedad folk, términos les. Parece también improbable que aparezcan nuevas cul-
que Redfield usa indistintamente. Una cultura folk puede turas folk. Los pocos grupos primitivos que quedan pro-
ser una forma de vida común a algunos o a muchos de los bablemente serán asimilados directamente • a las culturas
pobladores de aldeas, pueblos o ciudades en un área dada. nacionales industrializadas, y las culturas folk existentes
Pero nunca puede ser cultura completa en el sentido en perderán gradualmente sus caracteres folk en la medida en
que lo, es la de un grupo primitivo. que se integren a las sociedades industriales.
Una sociedad folk es la constituida por un grupo organi-
zado de individuos caracterizados por su cultura folk. En
el México central, por ejemplo, parece existir una cultura
folk más o menos homogénea. Cada uno de los pequeños Obras citadas
j agrupamientos rurales que se encuentran en esta área cons-
tituye una sociedad folk. Pero las clases rurales caracte-
rizadas por su cultura esencialmente folk no constituyen Durkheim, Emi!. Véase Simpson, George.
una sociedad diferenciada, puesto que las vidas de los in- Gallop, Rodney. Portugal: A book of folk-ways, 1936.
dividuos de estas clases están ligadas al funcionamiento Gómez-Taberna, José Manuel. Tesoro del folklore español.
orgánico de una sociedad que incluye (y que es dominada) i. Trajes populares y costumbres tradicionales. 1950.
por elementos no folk. Muchos elementos de la cultura Herkovits, Melville J. Man and his works. New York, U.S.A.
folk pueden aparecer en agregados sociales que no son Knopf, 1948.
básicamente sociedades folk, pero las sociedades folk no Lewis, Osear: "Urbanisation wíthout breakdown: A case stu-
pueden existir aparte de la cultura folk. dy". The Scientífic Monthly. LXXV, pp. 31-41.
Cualquier sociedad folk puede ser caracterizada por un Redfield, Robert; Tepoztlan: A mexlcan village. Chicago
número mayor o menor de los elementos especificados por U.S.A. University of Chicago Press, 1930.
Redfield como correspondientes al tipo ideal. Pero una tal "Culture changes ¡n Yucatán" A m e r i c a n A n t h r o p o l i g l s t
sociedad no será más o menos folk según lo cerca o lo XXXVI, 1934, pp. 57-59.
lejos que esté del tipo ideal. El criterio diagnóstico de "Introduction" St. Denis A. French Canadian Parish, por r
la cultura folk y de la sociedad folk debe ser estructural Miner. Chicago, U.S.A. University of Chicago Press, 19¿
y orgánico y tiene que estar determinado por las relacio-
nes entre ambos (cultura y sociedad). [Foster, George M.: "What is Folk Culture?", en American Anthropu
gist, LV, 1953, p. 159-173. Tomado textualmente de su versión en cae
De acuerdo con la definición que sugiero, la cultura folk llano "¿Qué es la cultura folk?" publicado en Ciencias Sociales, vol.
apareció con la revolución urbana, cuando la organización n? 23, Washington, 1953, p. 214-221, que ha autorizado gentilmente su
producción.)
William R. Bascom

Folklore y antropología*

Está ampliamente aceptado que el folklore participa tanto


de las ciencias sociales como de las humanidades * * . Esta
doble afiliación se refleja entre los miembros de esta socie-
dad (The American Folklore Society), así como en su polí-
tica de presidencias alternadas y de encuentros entre The
Modern Language Association y The American Anthropolo-
gical Association. Aunque tanto el abordaje literario como
el antropológico son, sin duda, necesarios y se complemen-
tan, los dos grupos de folklorólogos han tendido más a tra-
bajar independientemente en su común área de interés que
a hacerlo en conjunto, y cada uno de ellos siguiendo por
separado su propio rumbo, sin familiarizarse con todos los
conceptos, métodos y objetivos del otro. Este aislamiento
intelectual no es de ningún modo universal, pero sí lo sufi-
cientemente corriente como para presentar reales dificulta-
des a esta asociación y a su revista [Journal of American
Folklore), así como para haber sido mencionado en tres
recientes informes presidenciales *. El siguiente trabajo es
un intento de superar esa brecha ofreciendo la aproxima-
ción antropológica al folklore tal como yo la veo. Es mi
deseo que alguno de ustedes pueda, recíprocamente, pre-
sentar el punto de vista de las humanidades.
De las cuatro ramas de la antropología, la antropología cul-
tural, conocida también como antropología social, etnología o
etnografía, es la más estrechamente ligada al folklore. Ni
la antropología física, la prehistoria o la arqueología, tienen
relación directa con el folklore, aunque ocasionalmente ésta
última puede proveer a ios folklorólogos información útil
sobre los desarrollos pasados y los desplazamientos de po-
blación. La lingüística está algo más estrechamente rela-
cionada, tanto porque el modo de expresión verbal de una

* Ensayo presentado ante el 64? encuentro de The American Folklore


Society, celebrado en El Paso, Texas, en diciembre de 1952.
* * Tal vez haga falta aclarar que en éste caso "humanidades" significa
tanto como " l e t r a s " (como en castellano según el diccionario) y no " c i e n -
cias humanas" como se suele creer. (N. del T.}
1 M e l v l l l e J. Herskovits, "Folklore after a Hundred Years: A Problem
¡n Redefinltion", JAF, 59: 232 (1946) pp. 89-100; A. H. Gayton, "Perspec-
tives in F o l k l o r e " , JAF, 64: 252 (1951) pp. 147-150; Francis Lee Utley,
" C o n f l i c t and Promise in F o l k l o r e " , JAF, 65: 256 (1952), pp. 111-119,

77
narración o un refrán recibe la influencia del vocabulario y can escasa atención a la literatura oral, es obvio que todo
de la estructura gramatical, como porque sus especialistas estudio etnográfico que no la tome en conside; ación sólo
han hallado en los cuentos populares y mitos un terreno puede ser una incompleta y parcial descripción de una
apto para la recolección de textos lingüísticos, con el resul- cultura. Por otra parte, dado que la literatura oral contri-
tado de que algunas de las más valiosas recopilaciones y buye a convalidar y sancionar las instituciones religiosas,
traducciones de narraciones de los indígenas norteameri- sociales, políticas y económicas, y desempeña un impor-
canos fueron publicadas por lingüistas. El Folklore, de todos tante pape! en ¡os aspectos educativos de transmisión de
modos, encaja exactamente en el cuarto campo, la antropo- una generación a otra, no puede dejar de ser tenido seria-
logía cultural, cuyo.objeto es el estudio de las costumbres, mente en cuenta en cualquier análisis de alguna de estas
tradiciones e instituciones de los pueblos vivos. manifestaciones de la cultura.
Cuando el antropólogo se traslada a los Mares del Sud "Cultura", es el concepto básico de la antropología actual.
o al África para estudiar y registrar los modos de vida Pese a que ha sido definido de diversas maneras, los antro-
de un pueblo determinado, describe sus técnicas de la- prólogos en general están claramente de acuerdo acerca de
branza, pesca y caza; sus sistemas de tenencia de la tierra, su significado. Y hoy es prácticamente imposible para los
herencia y otras facetas de la propiedad personal; sus tér- antropólogos discutir su materia sin emplearlo. De la cul-
minos y relaciones de parentesco, las instituciones del ma- tura se ha dicho que es la "herencia social" del hombre,
trimonio y la familia, así como las otras unidades de la y también "la parte del ambiente hecha por el hombre".
estructura social y sus funciones; su sistema político y Consiste esencialmente en cualquier modo de comporta-
legal; su teología, rituales, prácticas mágicas, conceptos miento adquirido a través del aprendizaje y modelado con-
acerca del alma y el más allá, presagios, técnicas de adi- forme a ciertas normas aprobadas. Bajo ésta concepción,
vinación, y otros aspectos de su religión y cosmovisión; los antropólogos incluyen todas las costumbres, tradiciones
su vivienda, vestimenta y adornos corporales; sus tallas e instituciones de un pueblo, junto con sus productos y
en madera, alfarería, sus trabajos en metal, y otras artes técnicas de producción. Un cuento popular o un refrán, por
gráficas y plásticas; su música, sus danzas y su teatro. tanto, es claramente una parte de la cultura.
Dichos estudios, a los cuales denominamos etnográficos, El término cultura, fue introducido en el idioma inglés por
sólo pueden darnos una descripción incompleta del pueblo Edward Tylor en 1865 2 , y definido en su libro Primitive
en estudio si al mismo tiempo no incluyen los cuentos Culture, en 1871 como: "esa compleja totalidad que incluye
populares, las leyendas, los mitos, las adivinanzas, los re- conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y
franes y las demás formas de la literatura oral * que esa toda otra capacidad y hábitos adquiridos por el hombre co-
gente emplea. mo miembro de una sociedad" 3 . En la segunda edición
La literatura oral, para el antropólogo, es uno de los as- de aquel trabajo, Tylor reconoció haberlo extraído en gran
pectos importantes que contribuyen a configurar la cultura parte de los escritos de Steinhel y "de ta inestimable colec-
de un pueblo determinado. Su importancia radica, aunque ción de hechos sustentados en la historia de la civilización
más no sea, en que se trata de un universal de la cultura. del Allgemeine Cultur-Geschichte der Menschheit y el All-
Es decir, que no se conoce cultura alguna que no incluya gemeine Culturwissenschaft' del Dr. Gustav Klemm de ares-
literatura oral. No se ha conocido pueblo alguno, por más de". En ambos trabajos, el primero publicado en diez
remoto, o más simple que sea o haya sido su tecnología volúmenes entre 1854 y 1855, Klemm emplea el término
que no emplee alguna forma de literatura oral. Por este cultura. En el segundo, publicado en dos volúmenes en
motivo, y porque las mismas narraciones y refranes pueden 1854 y 1855, Klemm se refiere a la cultura como inclu-
ser conocidas entre los pueblos con y sin escritura, es yendo en ella "costumbre, información y destrezas, vida
que la literatura oral constituye un puente entre ambos.
Aunque algunos antropólogos, por una u otra razón, dedi- 2 Tylor, Edward B.: Researches into the Early Hlstory ot Makínd and
the Development oí Civilízation. (Publicado por primera vez en 1865).
Boston, 1878, pp. 3-4, 150-191.
* El original dice folklore donde nosotros incluimos cada vez: litera- 3 Tylor, Edward B.: Primitive Culture: Researches ¡nto the Develop-
tura oral, ya que el autor de este ensayo se encuentra entre quienes res- ment ot Mithology, Philosophy. Religión, Art and Custom, Londres, 1871,
tringen el folklore a esas solas manifestaciones de la cultura popular. I. 1.
(N. de ia revisión de la T.) 4 Tylor, 1878, p. 13.

78 79
doméstica y pública en la guerra y en la paz, religión, parte importante de la cultura y deben integrar cualquier
ciencia y arte"; y dice: "Se manifiesta en las ramas de un completa etnografía. Todas son incuestionablemente dignas
árbol si están deliberadamente conformadas; en ía fricción de <ser estudiadas, tanto en las sociedades con o sin es-
de maderas para obtener fuego; la cremación del cadáver critura.
del padre faliecldo: la pintura decorativa de un cuerpo hu- En estas úTtimas, que tradicionalmente han sido el princi-
mano; la transmisión de la experiencia pasada a la nueva pal interés de los antropólogos, todas las instituciones,
generación" 5 . tradiciones, costumbres, creeiicias, actitudes, y artesanías,
No es necesario recordar a los folklorólogos la similitud son transmitidas oralmente, mediante la instrucción verbal
entre estas definiciones y la referencia de Witliam John y el ejemplo. Pero, mientras los antropólogos están de
Thoms a "¡os usos, las costumbres, las ceremonias, las cre- acuerdo en que el folklore debe ser definido como depen-
encias, los romances, los refranes, etc., de los tiempos diente de la transmisión oral, no por ello consideran esta
antiguos" en su carta a 7he Athenaeuin de 1846 en donde característica como distintiva del folklore del resto de la
por primera vez la palabra folk-lore fue introducida en el cultura. Todo folklore es oralmente transmitido pero no
idioma inglés 6 . Tales similitudes han sido en gran parte la todo lo transmitido oralmente es folklore. Debido a su inte-
raíz de las controversias —que aún debemos soportar— rés en las sociedades ágrafas, los antropólogos, todavía no
acerca del alcance que le corresponde al Folklore. Aunque han logrado encarar de lleno uno de los problemas corrien-
históricamente la palabra folklore es, en el idioma ingles, tes en el folklore, el de definir las relaciones entre folklore
anterior en alrededor de veinte años a la palabra cultura, y literatura, o el de distinguir al folklore del fake-lore * (el
ésta última ha sido aceptada en las ciencias sociales con saber o conocimiento popular, del falso, imitado o disfraza-
el sentido en que la emplean los antropólogos, mientras do conocimiento popular, el fraude popular, el folklore f^tu-
que la discusión sobre folklore persiste incluso entre los dulento y aun ciertas proyecciones folklóricas**). Pero pue-
folklorólogos. den estos aspectos resultar prominentes cuanto más aten-
ción se preste a los problemas de aculturacíón y al estudio
Frustraría los propósitos de este trabajo revivir esa con-
de las sociedades con escritura de Europa, Asia y América.
troversia, prosiguiéndola, pero es necesario llevarla un poco
más allá en la clarificación del punto de vista antropoló- El contenido de la cultura, es analizado en términos de
gico *, El folklore (entendido como literatura oral **) es, sus aspectos o grandes partes componentes, tales como la
para los antropólogos (norteamericanos), sólo una parte tecnología, economía, organización social y política, reli-
de la cultura. Incluye mitos, leyendas, cuentos, refranes, gión y las artes. La literatura oral encuadra claramente en
adivinanzas, textos de romances y otras canciones, así co- esta última categoría, como una forma de expresión esté-
mo otras formas de menor importancia, pero no el arte tica tan importante como las artes gráficas o plásticas, la
popular, la danza popular, la música popular, la vestimenta música, la danza o el teatro. Así como todos los aspectos
popular, la medicina popular, las costumbres populares o las de la cultura están interrelacionados en diversos grados, la
creencias populares ***. Todas esas manifestaciones son literatura oral cumple en ella la función de sancionar cos-
tumbres y creencias, tanto religiosas como seculares. Por
5 Kl'emm, Gustav.: Allgemeine Culturwissenschatt. Leipzig, 1854-5S,
lo menos, este sistema de clasificación, ha resultado útil
I. p. 217; I I . p. 37. Traducido de: nr>bert H. Lowie: The History o/ fr/j/70- como base para comparaciones interculturales y para el
logical Theory, New York, 1937. p. 12. desarrollo de conceptos y técnicas de análisis especializado.
ó Thoms, W i l l i a m John ["Ambrose M e r t o n " ] : " F o l k - L o r e " , The Athe-
naeum, nv 982. 1846, pp. 862-863; Emrich, Duncan: •'Folklore: W i l l i a m El empleo del término folklore incluyendo en él aspectos
John Thoms" Caiitornia Folklore Ouarterly. 5:4, 1946. pp, 355-374. Es de
notar que aunque Thoms nunca dio una definición estricta de folklore, esta
descripción fue repetida palabra por palabra en Notes $ Oueries. First • "Fake" es: imitación, copia, falsificación, fraude [N. del T.)
Series. I. 1350, p. 223. * * A los efectos de expiicitar este concepto, agregamos que suele no
* Es necesario aclarar que se trata del punto de vista antropológico ser demasiado infrecuente que poco avezados o preparados investigadores
del autor del ensayo, aunque el mismo resulte compartido por muchos de campo y aún antropólogos o folklorólogos que emplean dudosas me-
de los antropólogos de USA., a diferencia de los iberoamericanos y de todologías y técnicas de recolección de datos y relación con informantes
algunas otras partes dei mundo (N. de la revisión de la T.) (como puede ser el ofrecer dinero a cambio de una narración), se vean
*' A partir de este momento incluimos entre paréntesis las notas de sorprendidos por la picardía popular (otra forma del rico conocimiento
la revisión de traducción que tienden a una mayor clarificación del texto. popular) que realiza invenciones de momento o prepara falsos relatos o
* * * El autor dice textualmente: " b u t not folk art. folk dance, folk musíc. Informaciones a efectos de obtener ganancias o contraprestaciones del
folk costume, folk medicine, folk custom, or folk b e l i e f . " (N. del T.) Incauto o incapaz recopilador.

80 81
tales como: arte popular, medicina popular, creencias * po- tesco deben ser ejercidos. En el curso de esa repetición
pulares, y costumbres populares, ignora (soslaya o pasa o re-ejecución el cambio se produce cada vez que nuevas
por alto] aquel sistema de clasificación, cuya utilidad pa- variantes son introducidas, y otra vez esas innovaciones
ra el análisis sistemático ha resultado probada, y además están sujetas a la aceptación o el rechazo. A medida que
agrupa conjuntamente fenómenos de orden diferente que continúa el proceso, cada nueva invención es gradualmen-
requieren diversos métodos de análisis. te adaptada a las necesidades de la sociedad y a los
El folklore (como literatura oral), es estudiado en an- patrones culturales preexistentes, los que también pueden
tropología, porque es una parte de la cultura. Es parte verse modificados de alguna forma para adecuarse a ía
de las tradiciones y costumbres aprendidas por el hombre, variación.
una porción de su herencia social. Es posible analizarlo en En algunas sociedades y para ciertas formas de litera-
la misma forma que otras costumbres y tradiciones, en tura oral, como ha quedado claramente establecido, puede
términos de forma y función, o de interrelaciones con otros esperarse que el narrador modifique un cuento muy cono-
aspectos de la cultura. Presenta los mismos problemas cido, ya sea sustituyendo personajes o introduciendo nue-
de crecimiento y cambio, y está sujeto a los mismos pro- vos caracteres o incidentes, o realizando una torción en la
cesos de difusión, invención, aceptación o rechazo e inte- trama mientras que en lo que hace al parentesco, la eco-
gración. Puede ser empleado, como otros aspectos de la nomía, leyes o religión, el énfasis debe estar en !a con-
cultura, para estudios sobre tales procesos o los de acul- formidad. A este respecto, de todos modos, la literatura
turación, patterning (modelación de las conductas!, relación oral no difiere de las artes gráficas o plásticas, la música
entre la cultura y el ambiente, o entre cultura y persona- o la danza, en las cuales también puede esperarse creati-
lidad. vidad por parte del ejecutante. El elemento folk * en la lite-
El desarrollo de cada componente de la literatura oral es ratura ora!, por tanto, no plantea problemas nuevos ni dis-
comparable al de cualquier costumbre, institución, técnica tintos para el antropólogo. Este, sin embargo, prefiere
o forma artística. Debe haber sido inventado en algún considerarlo más como un producto anónimo que como
momento y por alguien. Es posible suponer que muchas creación colectiva. Como antropólogo uno puede suscitar
narraciones y refranes, como tantas otras invenciones, ha- la cuestión de si existe alguna diferencia significativa, en
yan sido rechazados por no satisfacer una necesidad -—re- cuanto a creatividad, entre las variantes de un determi-
conocida o subconciente— o por ser incompatible con las nado cuento tal como lo relatan los narradores individuales
normas y tradiciones aceptadas del folklore o de la totali- entre los Zuñi o los Navajo, por ejemplo y las variantes es-
dad de una cultura. Si fueron aceptadas, ello dependió de critas de una historia corriente de éxito, de misterio, o
su repetición, del mismo modo que todos los rasgos cultu- del tema "el muchacho encuentra a la muchacha". Obser-
rales en tina sociedad ágrafa dependen de su reafirmación vado en forma amplia, las cuestiones son las mismas, tales
y nueva puesta en acto. Un elemento de la cultura mate- como ¿Ruién inventó primero esos temas?, ¿cómo han sido
rial, tal como una azada, un arco o una máscara, tiene, por reelaborados en el pasado? y ¿cómo las variantes previas
supuesto, una cierta existencia independiente una vez que han influido en el producto de un narrador o escritor dado?
ha sido creado, pero para que la artesanía en sí misma En la literatura (escrita) existe la posibilidad de hacerse
pueda continuar, esos elementos deben ser hechos una y capaz de responder tales preguntas, mientras que en lite-
otra vez. Los componentes no materiales de una cultura, ratura oral uno nunca puede esperar hallar las respuestas,
de cualquier modo, son totalmente comparables en este pero esto no significa que los procesos involucrados sean
respecto con ¡as narraciones y refranes; los rituales de- esencialmente diferentes.
ben ser practicados, ¡as actitudes y las creencias deben ser
expresadas. Sos términos del parentesco deben ser usados, De la misma manera, la difusión de los cuentos populares
y los privilegios y obligaciones de ¡as relaciones de paren- de una sociedad a otra es estrictamente comparable a la
del tabaco, a la de un concepto o ritual religioso, una

* " F o i k b e l i e f " que hemos traducido como creencias popuiares, debe


incluir lo que en castellano entendemos también por culto popular de * El autor dice textualmente "The folk element in f o l k l o r e . . . " que, de
tanta importancia en nuestro país y en toda A. L. (N. de la revisión acuerdo a su concepción particular, debiera tal vez traducirse como: el
de la T.) elemento popular en la literatura oral. (N. de la revisión de la T.)

82 83
herramienta, una técnica o un principio legal. Nuevamente tribuir al conocimiento del folklore. No es sorprendente,
se presenta la cuestión de la aceptación o el rechazo y, en - consecuencia, que muchas de las escuelas de teoría
en caso de aceptación, las consiguientes modificaciones antropológica sean consideradas escuelas de folklore, in-
para adaptar el nuevo elemento dentro de los otros patro- cluyendo a la antropología cultural norteamericana, los fun-
nes culturales, un proceso al cual los antropólogos se re- cionalistas, los difusionistas, y los evolucionistas culturales.
fieren como integración. Nuevamente existen los mismos La teoría de la evolución cultural, desarrollada por Spen-
problemas en la interpretación de la actual distribución de cer, Tylor, Morgan y otros, mantiene otros puntos de dis-
un determinado rasgo o complejo cultural, como de un crepancia entre antropólogos y algunos otros folklorólo-
cuento popular o un refrán. ¿Debemos explicarlo en tér- gos. Si bien esta teoría fue aceptada casi sin objeciones
minos de migración como creían los hermanos Grimm? ¿en por los investigadores de la última mitad del siglo XIX y
términos de préstamo cultural como insistían los difu- fue largamente desarrollada y elaborada por muchos de los
sionistas? ¿o, tal como los evolucionistas culturales y The grandes antropólogos y folklorólogos de ese período, fue-
Nature Allegorícal school suponen, en términos de inven- severamente criticada por los antropólogos del siglo XX.
ción independiente? Estos mismos problemas han sido en- Los análisis demostraron que la teoría íntegra se basaba
carados muchas veces por antropólogos quienes han reunido en diversas hipótesis que sus expositores nunca lograron
un considerable cuerpo de datos al respecto. Los folklo- probar y que, al menos en algunos casos específicos, fue-
rólogos podrían obtener un considerable provecho de los ron refutadas más tarde. Desde que la teoría íntegra se
numerosos debates antropológicos sobre este punto, y de apoya o cae en esos supuestos, fue rechazada por antro-
los variados principios —tales como el de las posibilidades pólogos y la mayor parte de los científicos sociales. Con
limitadas, distribución contigua, paralelismo, convergencia, todo, uno puede encontrar aún hoy día algunos folklorólogos
forma, y cantidad, que han sido desarrollados como base definiendo todavía al folklore como supervivencias de tem-
para la selección entre esas alternativas de explicación. pranas etapas de la civilización, como "los oscuros rema-
Les resultaría también provechoso examinar trabajos tales nentes de antiguos ritos religiosos todavía incorporados
como el análisis de Spier sobre la Danza del Sol de los a la vida de los analfabetos y los rústicos" o como "un fósil
indios de las Praderas, o las discusiones en torno al con- viviente que se rehusa a morir" 8 . Tales interpretaciones
cepto de área-edad y sus limitaciones 7 . Tales estudios derivan directamente de la teoría de la evolución cultural,
tienen implicaciones de fundamental importancia para aque- la que, en lugar del folklore, ha probado ser el verdadero
llos que emplean los métodos del Finnish Folklore Fellows *. fósil viviente que no quiere morir. Fueron antropólogos quie-
Además, teniendo en cuenta que toda ley cultural debe nes primero desarrollaron la teoría de la evolución cultu-
ser válida tanto para el folklore como para los demás aspec- ral; antropólogos ios primeros en criticarla, y también an-
tos de la cultura, los datos provenientes del folklore pue- tropólogos quienes la descartaron. Es comprensible, por
den ser usados para verificar teorías e hipótesis acerca tanto, el contratiempo que para ellos significa el encon-
de toda la cultura. Y a la inversa, las aceptadas teorías trar folklorólogos, economistas, o cualquier otro, repitiendo
de la cultura que se han ido desarrollando, pueden con- todavía una teoría antropológica que los propios antro-
pólogos han rechazado. Ellos preferirían que el debate no
hubiera pasado de ser una disputa privada en el seno de
7 Spier, Leslie: The Sun Dance of the Plains Indians: Its Development
and Diffusion, Anthropological Papers of the American Museum of Natural
la familia, y desearían que ella pudiera permanecer oculta
History, 16, p. 7, New York, 1921; Sapir, Edward: Time Perspeetive in Abo- para siempre en alguna conveniente alacena.
ríginal American Culture, A Study in Method, Canadian Geological Survey,
Anthropological Series, 90, p. 13, 1916; Wissler Clark: Man and Culture,
New York, 1923, y: The fíelation of Nature to Man in Aboriginal America, Los antropólogos han llegado a lá conclusión de que la
New York, 1926; Dixon, Roland B.: The Building of Cultures, New York, indagación de los orígenes últimos, sea por medio de una
1928; W a l l i s , W. D.: Culture and Progress, New York, 1930; Hodgen, Mar-
garet T.: Geographical Distríbutíon as a Criterion of Age, American aproximación evolucionista cultural o por el concepto de
Anthropologist, 44, pp. 345-368, 1942; Herskovits, M e l v i l l e J.: Man and His área-edad (de los difusionistas y sobre todo de la antropo-
Works, New York, 1948 (hay edición en castellano; El hombre y sus
obras, Ed. F. C. E., México); Kroeber, A. L : Anthropology, rev. ed., New logía cultural norteamericana), es un intento vano cuando
York, 1948.
* Los que siguen el llamado método histórico-geográfico finés o fin- 8 Leach, María, editoria. The Funt ana Wagnalls Standard Dictionary of
landés. (N. de la revisión de la T.) Folklore, Mythology and Legend, 2 vols. Nueva York, 1949/50, I, p. 401.

84 85
klore sobre la sólida base de hechos conocidos y registra-
los documentos históricos y las evidencias arqueológicas
dos, en vez de hacerlo a través de inferencias, probabilidad
son insuficientes. En la literatura oral, donde la arqueolo-
o especulación.
gía casi no puede brindar ayuda alguna, y donde la docu-
mentación no puede aportar las respuestas directamente, El problema del papel creativo del narrador está recibien-
pretender reconstruir la historia sobre una escala aún más do creciente atención. A través de ejemplos como el de
reducida puede dar resultados sólo en términos de probabi- Cushing, por la comparación de cuentos, y particularmente
lidad, pero no de hechos comprobados. Y existe además por medio de la comparación de variantes de un mismo
el constante peligro de dejarse seducir por el reino de la cuento dentro de una misma tradición folklórica, podemos
pura especulación, en el cual no cabe esperar nunca evi- esperar llegar a conocer el grado y tipo de libertad permi-
dencias que lo sustenten. Tal conclusión ha sido alcanzada tido al narrador, o que de él se espera, en las distintas for-
después de muchos serios intentos de reconstruir la histo- mas de literatura oral y en varias sociedades. Benedict, si-
ria empleando una extensa variedad de datos. Y aunque guiendo esa linea, ha realizado un análisis muy esclarece-
hay antropólogos que todavía no han abandonado del todo dor de la literatura oral de los Zuñi, en el cual ha demos-
el tema de la distribución de cuentos específicos, tanto la trado cómo los, intereses y las experiencias de los narra-
cuestión de la difusión como la de los posibles orígenes, dores se reflejan en sus narraciones. También otros estu-
están recibiendo cada vez menos atención y su aproximación dios han sido publicados o están en marcha l0 .
siendo abordada con creciente cautela. Por otra parte, los El problema de los rasgos estilísticos de un corpus de
antropólogos, están volviendo a otros problemas a los que
literatura oral, es considerado como de primera importan-
ahora ven como de igual o mayor importancia, así como
cia, pese a que los antropólogos no se consideran lo sufi-
más susceptibles de ser estudiados. La preocupación por
cientemente aptos para abordarlo cuando tantos folklorólo-
estos otros problemas es otro punto que diferencia, en
gos cuentan con entrenamiento en literatura y están mejor
cierta medida, a los antropólogos de sus colegas folkloró-
equipados para encarar tales cuestiones, como el análisis
logos.
de los cuentos en términos de trama, incidentes, conflictos,
En esta línea de pensamiento, los antropólogos estarían climax, motivación y desarrollo de los caracteres. Aún así,
de acuerdo en que el cambio en la literatura oral puede ser Utley, en su informe presidencial ha dicho: "Algunos de los
estudiado más provechosamente en el proceso que a través más inteligentes investigadores críticos de la literatura fol-
de reconstrucciones basadas en distribuciones. Cuando, ha- klórica han sido antropólogos: Gladys Reichard, Franz Boas
ce unos 65 años, Cushing tuvo la perspicacia de registrar y Paul Radin. Estoy convencido, por ejemplo, que el Winne-
el cuento italiano de "El gallo y el ratón", tal como le bago Hero-Cycles de Radin, contiene un análisis más sutil
fuera re-narrado por el informante Zuñi a quien él mismo de los significados poéticos de un sólo segmento de la li-
(Cushing) se lo contara un año antes, proporcionó a los teratura oral, que cualquier cosa que nosotros MLA-ers (ih^
estudiosos del folklore una extremadamente valiosa canti- tegrantes de la Modern Language Association *) hayamos
dad de datos. La comparación de las variantes italiana y hecho " .
zuñi, ilumina muchos aspectos de los rasgos estilísticos de
Los antropólogos están interesados también en el lugar
los Zuñí, y sirve, no sólo para mostrar "que transformación
que el folklore ocupa en el transcurso de la vida diaria, en
sufrió el original en tan breve período y cómo fue adaptado
el marco social, y en las actitudes de los pueblos nativos
al medio de los Zuñi y a su modo de pensar, sino también
hacia su propia literatura oral. No es posible determinar
para dar una ojeada a los métodos que usan estos indígenas
estos hechos solamente a través de los textos de los cuen-
para hacer un cuento popular" 9 . Aún no resulta fácil ver
tos, ni especificar cuando un cuento es visto como un he-
cómo investigaciones de este tipo puedan ser proseguidas
cho histórico o como una ficción, aún cuando sin ellos sólo
sistemáticamente y sin tener que depender de circunstan-
cias fortuitas, pero es de desear que pudiera haber mu-
chos más ejemplos como este para la comparación y el aná- 10 Benedlct, Ruth: Zuni Mithology, 2 vols. Columbia Universlty Con-
tributions to Anthropoiogy, 21, 1935, I, pp. 37-42; Reichard, Gladys A . :
lisis, ya que en ellos se puede abordar la dinámica del fol- individualism and Mythological Stlye, Journal of American Folklore, 57,
1944, pp. 16-25.
* [ N . del T.)
9 Cushing, F. H.: Zuni Folk Tales, Nueva York, 1931, pp. 411-422. U Utley. 1952, p. 112.

86 87
podemos especular, como de la naturaleza de la literatura
oral y de su completo significado. problemas de los orígenes y las reconstrucciones históri-
Ellos están también interesados en las relaciones entre cas, que pasan por alto problemas de igual o incluso ma-
la literatura oral y el resto de la cultura, desde dos dife- yor significación, para los cuales se puede esperar el en-
rentes puntos de vista. Primero, se trata de ver hasta dónde contrar soluciones satisfactorias. Lo que busca en ellos es
la literatura oral refleja la cultura, al incorporar descripcio- una guía para el análisis de la literatura oral, así como su
nes de rituales, tecnología y otros detalles culturales. Se- cooperación en los problemas de estilo y del papel crea-
gundo, y de mayor significancia, está el hecho de que los tivo del narrador. Acogería también con sumo agrado su
personajes en los cuentos populares y en los mitos pueden cooperación en el registro de actitudes localizadas hacia la
hacer cosas que en la vida diaria son mal vistas. Para ci- literatura oral y sus contextos sociales, en el análisis de la
tar sólo un ejemplo, Oíd Man Coyote (el viejo hombre relación de la literatura oral con la cultura y la conducta
Coyote) tiene relaciones sexuales con su suegra, cuando y, finalmente, en el intento de definir sus funciones.
en la vida diaria Ips indígenas norteamericanos que se so- En mi opinión, la forma más efectiva para salvar las bre-
lazan en esos cuentos, deben evitar estrictamente a sus chas entre los diferentes grupos de folklorólogos, pasa más
suegras. Desde la época de Evhemere, los folklorólogos han por un común interés en problemas también comunes que,
tratado de explicar o de seguir explicando, las notorias di- como en el pasado, por la confianza de un común interés
vergencias entre la literatura oral y la conducta real. Mu- en un mismo objeto a tratar. Para concluir, quiero asegu-
chas de esas explicaciones son hoy inaceptables, pero el rarles que estas observaciones no están basadas, por su-
problema sigue siendo para nosotros uno de los más intri- puesto, en la suposición de que los antropólogos no tienen
gantes del folklore, y uno de los que suscitan importantes de qué reprocharse, razón por la cual repito mi invitación
debates acerca de la naturaleza del humor así como de las inicial de que el mismo tópico sea tratado por alguno de
Implicancias sicológicas y la función de la literatura oral. ustedes desde el punto de vista de las humanidades (letras).
Finalmente, los antropólogos se interesan cada vez más Northwestern University
respecto de las funciones de la literatura oral, qué hace Evanston, Illinois
esta por el pueblo que la emplea. Además de su obvia
función de entretenimiento y solaz, la literatura oral sirve [Bascom, Wllllam R.: Folklore and Anthropology. En: Journal of Ameri-
para sancionar las creencias, actitudes e instituciones es- can Folklore, vol. 66, n? 262, Nueva York, 1953, pp. 283-290, que ha auto-
rizado gentilmente su reproducción. Traducción de Daniel Freidemberg.
tablecidas, tanto sagradas como seculares, y desempeña un Revisión de la traducción Lie. Guillermo E. Magrassi, 1978.]
vital papel educativo sobre todo en las sociedades sin es-
critura. No es posible presentar aquí un adecuado análisis
sobre el problema, ni discutir siquiera los sugestivos datos
que al respecto han sido acumulados en diferentes partes
del mundo. Pero, además de su papel en la transmisión de
cultura de una generación a la otra, y de aportar racionali-
zaciones cuando las creencias y actitudes son puestas en
duda, la literatura oral es empleada en algunas sociedades
para ejercer presión social sobre aquellos que pudieran des-
viarse de las normas establecidas. Aún más, ni siquiera
la función de solaz puede aceptarse hoy día como una res-
puesta acabada, ya que es evidente que por debajo de mu-
chas expresiones de humor yace un sentido profundo, y
que la literatura oral sirve como evasión sicológica de mu-
chas represiones, no sólo sexuales, que la sociedad impone
al individuo.
El antropólogo, hablando francamente, a menudo siente
que sus colegas folklorólogos están tan enfrascados en los

88
Richard M. Dorson

Teorías folklóricas actuales

Un tono cauto y mesurado domina los estudios de folklore


del siglo veinte, en reacción contra las exageradas y extra-
vagantes teorías sentadas por los estudiosos del folklore
y mitólogos del siglo diecinueve. Una destacada escuela
de pensamiento había reducido todos los mitos, cuentos y
baladas a fenómenos celestes, e interpretaba el conflicto
entre el héroe y el dragón como una disputa entre el sol
y la noche, la luz del día y las tormentas de truenos, o la
luz y las tinieblas. Otro grupo rival consideraba en los
registros del folklore las reliquias sobrevivientes de las cos-
tumbres y creencias salvajes. Con el rechazo de tales hipó;
tesis omnicomprensivas, los folklorólogos profesionales de
Europa y sus principales colegas en los Estados Unidos se
han volcado a la paciente acumulación y catalogación de tex-
tos. Así como la máxima obra del saber folklórico en la
era victorlana fue La rama dorada de Sir James Frazer,
proclamando en sus doce volúmenes la deuda mundial de
la costumbre folk y la tradición a los antiguos ritos de fer-
tilidad, el monumento de nuestro tiempo es el índice de
motivos de la Literatura Folk, de Thompson, cuyos 'seis
volúmenes aislan y ordenan los elementos básicos de las
tradiciones folklóricas en un ingenioso trabajo de referencia
universal (1955-58). La enciclopedia de las supersticiones,
el manual de los compiladores, los atias nacionales folkló-
ricos, la bibliografía folklórica —éstas han sido las obras
más preciadas del moderno saber folklórico (Hoffman-Krayer
y Bachtold-Staubi 1927-2, O'Suillebháin 1942, Geiger y Weiss
1950 sq., Wildhaber 1959-1962). La sospecha de interpreta-
ciones especulativas ha frenado la aparición de nuevas ten-
dencias y mucha energía se ha ido en las tareas empíricas
de recolectar, archivar y cartografiar las materias primas
del folklore.

Sin embargo los cuerpos de teoría folklórica existen y


compiten vigorosamente unos con otros a mediados de! si-
glo veinte. Los folkloristas comparativos han tratado de
silenciar la voz de Darwin, con su sugestión de las super-
vivencias primitivas del folklore, pero no pudieron hacerlo
todavía con los seguidores de Marx y Freud, quienes leen

91
la lucha de clases y la libido reprimida en las manifesta- y desprejuiciado examen de cada cuento individual. Esta
ciones del folklore. técnica de investigación es llamada un "método" más que
Los antropólogos culturales, cuyas exploraciones de cul- una "teoría". Sin embargo, el método se apoya en ciertos
turas no-letradas necesariamente abarcan tradiciones habla- supuestos teóricos, y ha provocado considerable controversia
das y cantadas, han aportado al folklore su conocimiento teorética.
de las cuestiones teóricas de función y valor. El método finlandés, aunque desconoce un dogma ha se-
Aún el folklorista comparativo, dedicado a reconstruir la leccionado una entre varias posibilidades para explicar el
historia y la migración del cuento y la balada, no ha esca- origen y la difusión de los cuentos orales. De acuerdo con
pado a la necesidad de estructurar los conceptos en teorías, esta premisa, un cuento que había sido encontrado en cien-
para explicar procesos de origen, cambio y transmisión. tos de variantes orales, debía haberse originado en un mo-
Actualmente, el evaluador del folklore teórico encontrará mento y un lugar por un acto de invención consciente. Con-
puntos de vista considerablemente divergentes, tan varia- siguientemente este cuento debía haber viajado desde su
dos que en verdad podría preguntarse si tratan sobre la punto de creación en arcos cada vez más amplios. La difu-
misma materia. Nosotros podemos considerar estos puntos sión en "oleadas" del cuento sería afectada por las rutas
de vista bajo cuatro tendencias principales o escuelas: la fáciles de comercio y viajes, y posiblemente por la influen-
comparativa, la nacional, la antropológica, y la psicoanalítica cia secundaria de manuscritos e impresos, pero la difusión
(Lindgren 1939). tiene lugar sobre una dilatada área geográfica.
En consecuencia el método finlandés rechaza teorías oscu-
ras tales como la poligénesis, o invención independiente de
cuentos complejos, orígenes oníricos rituales, orígenes ba-
I. Teorías folklóricas comparativas sados en la observación de fenómenos celestes, o en la
mentalidad salvaje, o como la expresión de fantasías infan-
tiles reprimidas. Sabiamente la escuela finlandesa repudia
La principal tradición del saber folklórico europeo procede las teorías antidifusionistas que afirman que los cuentos no
en línea directa de los alemanes, desde los albores del pueden cruzar los límites lingüísticos y culturales. La evi-
siglo XIX, hasta los escandinavos de hoy. Los hermanos dencia de sus estudios monográficos demuestra que ciertos
Grimm recolectaron y publicaron primero cuentos populares cuentos y baladas saltan fácilmente las barreras del len-
campesinos en 1812, sus comentadores Bolte y Polivka, co- guaje, más fácilmente aún que pasan las fronteras cultu-
menzaron en 1913 a publicar sus exhaustivas referencias rales. Además la evidencia indica que los cuentos se mue-
a similares versiones de los cuentos de Grimm registradas ven de pueblos más avanzados a menos civilizados. Con
en el siglo precedente; el finés Antti Aame preparó un la expansión de Europa en los siglos XV y XVI, los coloni-
índice para identificar los principales tipos de cuentos zadores europeos transportaron los cuentos folklóricos a los
europeos, primero publicado en 1910 y luego desarrollado continentes americano y africano, pero los cuentos de los
por Thompson en 1928 y nuevamente en 1961; y el compa- indígenas americanos o africanos no han sido encontrados
triota de Aarne, Kaarle Krohn, sobre esos fundamentos desa- entre los aldeanos europeos. De ahí se prueba que las
rrolló en 1926 su famosa exposición de los principios de áreas de origen de los cuentos ampliamente difundidos y
la investigación folklórica D/e Folkloristische Arbeitsmethode que han sido intensamente estudiados son India y Europa
("El método de la investigación folklórica" — Grimm y Grimm Occidental, con Asia Menor y otras zonas de Europa como
1812-22, Aarne 1910, Bolte y Polivka 1913-32, Krohn 1926, centros secundarios de difusión.
Thompson 1961). El método finlandés impone arduas obligaciones al folklo-
Empleando el así llamado "método finlandés histórico- rista comparativo. Después de haber seleccionado los Cuen-
geográfico", el folklorista comparativo trata de reconstruir la tos de Hadas, Cuentos de animales, Sagas o Baladas, para
historia de un cuento folklórico complejo, u ocasionalmente su investigación, y elegido necesariamente una para la cual
una canción folk u otro ítem folklórico. El método fue idea- existen cientos de variantes de colecciones impresas, ar-
do para contrarrestar irreflexivas generalizaciones sobre el chivos folklóricos y de versiones en la literatura. Analiza
origen y el significado de los cuentos folk, mediante un total su esquema básico según sus rasgos o componentes esen-

92 93
cíales, Construye tablas de porcentajes para la frecuencia Así una reciente monografía que emplea el método fin-
regional de cada rasgo, cartografía su distribución geográ- landés, "El cuento de las muchachas buenas y malas", por
fica, evalúa tos primeros registros literarios, y Juzga ios Roberts (1958), reúne más de novecientos textos del tipo
más antiguos rasgos del cuento. Ciertos principios estable- 480 de todo el mundo. Y sin embargo un revisor, James
cidos sobre las variantes de la transmisión oral, tales como (1959), menciona la omisión de ciento nueve ejemplos lat-
condensación, elaboración y sustitución, lo asisten para vianos, mientras que el decano de los investigadores del
formar su juicio. Por ejemplo, una navaja que aparece en folklore comparativo, Anderson (1959), señala omisiones
el "Vuelo Mágico" como uno de los objetos que aumenta para Portugal, España, América hispana, Francia, Italia, Ale-
de tamaño y cierra el paso ai ogro en persecución del héroe mania, Rusia, Ucrania, Grecia, Hungría, Tartaria, Cáucaso,
es obviamente una forma más reciente de objeto mágico Persia y Japón. El estudio de Roberts reconoce la existen-
que una piedra o una rama, y representa una sustitución. cia de críticas anteriores a la aproximación histórico-geográ-
Al cabo de su laboriosa búsqueda, el investigador presenta fica y presta debida atención a las apariciones literarias y
sus resultados ricamente documentados. Estos son los ar- a los subtipos regionales. Esto modifica el concepto de
quetipos hipotéticos de que todas las variantes han surgido, arquetipo para significar no la única forma original del cuento
el cuento o balada tal como originalmente se compuso, su sino la forma más importante que influencia las versiones
punto geográfico de partida, y su ruta histórica de viaje encontradas hoy día en un área particular. Roberts data el
(Taylor 1928, Lindgren 1939, Thompson 1946, Wilgus 1959: cuento como surgiendo en el Cercano Oriente antes del si-
303-9}. glo XV y penetrando en Europa septentrional por una ruta
La escuela finlandesa sigue siendo hoy día la fuerza do- entre los mares Caspio y Negro, pero él no intenta hacer
minante en la ciencia del folklore, pero sus afirmaciones y conjeturas con respecto a cómo llegó el cuento a India y
procedimientos soportan un ataque siempre creciente, y sus Japón. Antes del siglo XVI una nueva forma del relato em-
sostenedores han cedido algún terreno. Un formidable es- pezó a viajar desde el Cercano Oriente, que omite el episo-
tudioso de la generación pasada, el austríaco Aibert Wessels- dio donde la heroína encuentra a tres animales, plantas u
ki (1871-1939) afirmaba que las versiones literarias de un objetos que hablan. Un número de formas locales de Cuen-
cuento ejercían una influencia tal sobre su circulación como tos de Hadas están aislados, como en Turquía, donde el
para invalidar cualquier intento de rastrear su difusión oral cuento es introducido por ¡a heroína en persecución de
(Kiefer 1947). El eminente folklorista sueco Von Sydow una torta que rueda, en vez de caer en un pozo o ser
[1878-1952) creyó que los factores históricos y culturales arrnstrmlu uguas abajo. En sus técnicas, conclusiones y
¡ocales moldeaban un cuento internacional en sub-tipos, oíko- biiMUH loórlcaa este es un estudio representativo de un
tipos regionales, como él los llamó, los cuales poseían sus • milito de hadas europeo por el método finlandés. Tal estu-
propias historias separadas. Una forma Ur (arquetípica) dio demuostra que un cuento folk complejo soporta el cam-
postulada que nunca podía ser sustanciada, era, según él, bio y todavía conserva su identidad en tanto que viaja desde
un cuento de hadas (Von Sydow 1948). su punto de origen a lo largo de rutas rastreables por la
masa de tierra Indo-europua.
Otros investigadores al frente de las actividades folkló-
ricas escandinavas actuales tales como Christiansen de No- Para evitar las complicaciones de las versiones literarias
ruega y Bodker de Dinamarca, objetaron la rigidez y natura- y las migraciones extranjeras en la reconstrucción de la his-
leza mecánica de las monografías finlandesas. De acuerdo toria de un cuento folklórico, Thompson buscó una narra-
con estas críticas el método finlandés reduce el estudio de ción confinada a las tribus do Norte América. Su monogra-
los cuentos a abstracciones estadísticas, resúmenes, sím- fía sobre "El cuento del marido-estrella" (Thompson 1953)
bolos, tablas y mapas, ignorando los elementos estéticos y apuntaba a poner a prueba la"teorla finlandesa de la difusión
estilísticos y el aspecto humano del narrador (Christiansen en oleadas de los cuentos bajo condiciones ideales, Wesselski
1957: 1). Además las laboriosas exigencias del método fin- había hecho el cargo de que versiones literarias influyen-
landés parecen desproporcionadas con respecto a los resul- tes, y narradores individuales sobresalientes eran principal-
tados, porque la tarea de reunir todas las variantes cono- mente responsables de («» diseminación de las narraciones
cidas desafía la terminación del trabajo (Bodker, en Thompson tradicionales. Usando 86 versiones registradas entre unas
1953 a: 273). cuarenta tribus indígenas de un lado al otro del continente.

94 95
Thompson concluyó que la forma básica del relato se origi- Brewster 1953, Kuusi 1957). Las baladas con estas fórmulas
naba en las llanuras centrales antes del siglo XVIII. En esta fijas se prestan muy bien a la computación estadística de
forma dos muchachas se casan con estrellas y entonces es- cambios de rasgos, y así también muchos cuentos de Ha-
capan a los cielos. Por las leves modificaciones que sufrió das europeos con sus tramas tri-episódicas. La más celebra-
en el área de las llanuras Centrales, Thompson razonó que da monografía de la escuela finlandesa, Kaiser und Abt por
el cuento se desplazó de una tribu a la vecina, sin tener Anderson (1923), toma un cuento basado en preguntas enig-
en cuenta la habilidad de narradores particulares. Una sub- máticas; las preguntas pueden cambiar, pero el núcleo es-
forma del cuento, encontrada en el extenso arco desde Alas- tructural de preguntas espinosas y respuestas con trampa
ka meridional hasta Nueva Escocia, fue presumiblemente lle- permanece constante. Estos puntos están hábilmente trata-
vada a través del Canadá por viajeros. Fiel a su escep- dos por Nygard en su propio estudio de La Balada de Heer
ticismo empírico, Thompson no encuentra indicación de sig- Halewiin (1958).
nificados esotéricos, mitológicos o religiosos, en la narración. Nygard comenta sobre las principales diferencias de cons-
He aquí un caso de control del método finlandés puesto trucción entre el cuento folklórico y la balada, lo cual pone
en práctica por un eminente folklorista comparativo, en gran cantidad de textos de baladas fuera del alcance del
respuesta contra las críticas al método. Las conclusiones método finlandés. Ordinariamente la balada tradicional no
son modestas. No sabemos más acerca de la edad de la se apoya en fórmulas repetitivas, y además la balada, más
narración después de la investigación exhaustiva, de lo que que el cuento, debe mucho a la influencia estábil izadora de
sabíamos antes, desde que no hay manera de documentar los textos literarios. Con todo Nygard continúa diciendo
su historia antes del advenimiento del hombre blanco. La que este método de trabajar con las múltiples variantes de
ausencia de registros escritos si bien permite un examen "Heer Halewiin", Balada Infantil 4, toma conocimiento de la
claro de una tradición oral, impide el tratamiento cronoló- cronología histórica y las distribuciones geográficas. Su
gico en profundidad por el monografista. La conjetura final principal modificación del método finlandés es la de con-
de Thompson de que el cuento del marido estrella se originó ducir su investigación dentro de las áreas lingüísticas nacio-
en un punto central de su presente distribución en el área nales separadas: teutona, escandinava, francesa e inglesa.
de las Grandes llanuras, podría ser supuesto como asunto Y esta revisión recuerda los oikotipos de von Sydow.
de sentido común. Otra concepción más liberal del método finlandés es la
El asunto presenta una simple Forma Básica, y algunas presentada por el eminente folklorista americano Archer
variaciones locales con sus presuntas rutas de viajes, y Taylor, quien ha estudiado con igual autoridad cuentos in-
testifica la coherencia y tenacidad de un cuento folk pesé a dividuales, baladas, proverbios y enigmas. Taylor ha carac-
los misterios y fantasías de la elaboración oral. Con todo, terizado el acceso histórico-geográfico básicamente como un
desde que la investigación comienza con un número de va- asunto de sentido común, utilizado por grandes maestros
riantes estrechamente parecidas, excluyendo textos apartados del folklore tales como Child y Grundtvig, Gastón París
de la trama central, la prueba de la estabilidad oral ya-está y Friedrlch Ranke antes de los finlandeses. En sus notas
predeterminada. Un resultado persuasivo del estudio es su para textos o en estudios más extensos ellos compararon
evidencia a favor de la difusión en oleadas. las variantes existentes, y ocasionalmente trataron de esta-
blecer los rasgos más antiguos (Taylor 1928). Los estu-
Las críticas al método finlandés apuntan no sólo a la diosos finlandeses codificaron y sistematizaron procedimien-
debilidad de sus conclusiones sino también a su limitada tos que cualquier Investigador serio habría porfío menos
aplicabilidad. La mayoría de las monografías que siguen Iniciado: la reunión de toda la evidencia disponible y la
sus procedimientos tratan del cuento folklórico europeo com- organización de esta evidencia en unidades significativas.
plejo. Pero el cuento simple, de un sólo motivo, resiste a Un avance de la ciencia del folklore cuya importancia ha
esta clase de análisis. Sin embargo, tal estudio ha sido" reconocido particularmente la escuela finlandesa es la de la
hecho por Waugh (1959). Algunos estudios de baladas han variante. Los folkloristas anteriores empleaban el texto
adoptado el Método de aproximación histórico-geográfico más a mano para ilustrar su d'scusíón, sin darse cuenta que
pero la elección de baladas está circunscripta a aquellas cada texto es una variante capturada en algún punto en
con una estrecha estructura narrativa y estrofas de repeti- el tiempo y el espacio, y que ha sufrido cambios en cada
ción creciente. (Estudios representativos son Taylor 1931,

97
96
punto. Sin embargo, la búsqueda instintiva de paralelos fluencias de las culturas nacionales, el contexto social, el
para un texto dado, parece ser segunda naturaleza aún genio individual, están fuera de lugar entre las tablas de
entre los más antiguos folkloristas, y así William John Thoms, porcentaje y las síntesis esquemáticas. Tales cuestiones
por ejemplo, el que acuñó la palabra folk-Iore, anotaba re- han sido dejadas para 1a especulación de otros grupos de
gularmente ítems de tradición enviados a las columnas de folklorólogos.
Notas y Quejas.
En el concepto de Tayior, los principios de sentido co-
mún del método finlandés pueden ser aplicados a cualquier
forma de la tradición folklórica. En su propio estudio del II. Teorías folklóricas nacionalistas
proverbio "No es oro todo lo que reluce", él ha escrito:
"Aunque las reconstrucciones parecen extremadamente ries-
gosas, hemos visto que el ordenamiento sistemático crono- Una paradoja de los estudios folklóricos se ve en su mo-
lógico y geográfico de los textos nos ha dado nueva infor- verse hacia adelante y hacía atrás entre polos opuestos de
mación". "La vasta preponderancia de ejemplos recientes del énfasis; los materiales del folklore se prestan por igual a
proverbio como Tayior los encontró se referían al verbo las teorías comparativas de niveles de cultura universal co-
"relucir" (glitter). Pero también aparecía brillar (glister) mo a las nacionalistas. El abordaje comparativo -enfatiza las
que era ciertamente la forma original, anticipándose a "re- unidades y temas comunes del folklore en muchos lugares,
lucir" (glitter) que la reemplazó en el siglo XVIII, tal vez mientras que la nacionalista se concentra en las cualidades
cuando el actor David Garrick enunció la nueva forma co- distintivas de las tradiciones folklóricas que se encuentran
rriente en el prólogo a una pieza de Golsmith. en un país. Donde el folklorólogo nacionalista ve en un
Shakespeare había usado "brillar" (glister) correctamen- proverbio de cuño común el sello indeleble del sentimiento
te, según aparece en El Mercader de Venecia. "Sería di- o el espíritu del pueblo, el comparativo secamente señala
fícil encontrar una ilustración más conveniente que ésta del que el mismo dicho se encuentra en una docena de lenguajes.
método histérico-geográfico" concluyó Tayior en 1959. La Un observador neutral destacará que un "cuento maravi-
presunción inicial de que la forma dominante registrada hoy lloso" viaja alrededor del mundo con su fondo intacto, pero
día es la más vieja o más popular, no puede mantenerse que el estilo y modo y los detalles descriptivos varían am-
cuando es revisada en comparación con el antiguo uso. pliamente en su presentación. Consiguientemente, las teo-
Desde que el folklorista debe depender para sus materiales rías de los investiyadores nacionalistas o comparativos pue-
de campo de las colecciones hechas en los pasados ciento den ser más complementarias que conflictuales.
cincuenta años, siempre habrá de encontrar dificultades La preocupación por el folklore y el surgimiento de un
cuando trate de sondear más allá del siglo XIX para la his- espíritu nacionalista coinciden frecuentemente. Naciones
toria de una tradición. El método histórico-geográfico re- pequeñas, como Finlandia e Irlanda, afirman su independencia
conoce el problema y corrige el balance dando peso a las cultural reviviendo sus lenguas originales y coleccionando
primeras versiones documentadas, a los rasgos primitivos asiduamente los poemas típicos populares y las sagas, versos
que sobreviven en la tradición oral, y a los grandes cambios y leyendas transmitidas por su pueblo en aquellas lenguas.
que modifican la tradición. El folklorista comparativo de la La ciencia del folklore en Finlandia comienza con el trabajo
escuela finlandesa ha desviado la atención de las cuestio- de Elias Lonrot, quien recolectó hechizos populares y anti-
nes filosóficas y metafísicas del significado hacia cuestiones guas poesías o runas que él entretejió en el Kalevala en
empíricas de hecho. Si su búsqueda de las Urformen ha sido 1835. Desde entonces, el Kalevala ha permanecido como un
discutida, si ha triunfado al establecer las Normalformen, na- principal objeto de estudio para los folkloristas finlandeses
die puede alegar que esta especie de folklorista no sea un y de reverencia literaria para la nación finlandesa.
erudito. La monografía finlandesa puede ser descripta como Con las naciones poderosas y agresivas, el folklore ha
una nota explicativa larga, exhaustiva y fatigosa. Pero ignora probado ser una formidable y diabólica arma de propaganda,
algunas de las preguntas que más interesan a los estudiosos. y aquí, en nuestra consideración teórica, debemos reconocer
Las consideraciones de estilo y habilidad artística, de los la existencia y persuasión de la literatura maléfica. Ale-
misteriosos procesos de creación y alteración, de las in- mania nazi utilizó a los folkloristas para fortalecer la ideolo-

98 99
gía de una raza superior unida por lazos místicos de sangre Entre las naciones establecidas, otra división puede ser
y cultura, incluyendo cultura folk. La Rusia soviética ha registrada entre aquellas naciones que manejan el estudio
construido una tendencia partidaria para el folklore, encon- del folklore con fines políticos, y aquellas que estimulan
trando convenientemente en las canciones de los trabaja- su estudio objetivo para enriquecer el patrimonio conocido
dores y las leyendas el espíritu comunista de protesta social de tradiciones nacionales. Hay también naciones —como
y revolucionaria. Inglaterra y EE. UU. (Dorson 1963)— donde los gobiernos
Los diferentes hechos de la historia cultural y de las son indiferentes o aún opuestos a sostener la ciencia folkló-
condiciones de la ciencia en un país dado pueden determi- rica. Como ejemplos de diferentes situaciones nacionales,
nar la dirección de las teorías o aproximaciones nacionales serán brevemente consideradas aquí Alemania, Rusia, Hun-
al folklore. Un término tan fluido como folklore entrañará gría, Japón y los EE. UU.
significados ampliamente variados en Japón, Suiza, Perú o El primer estado nacional que utilizó ¡os estudios folkló-
EE. UU. En los países latinoamericanos la música indígena, ricos con propósitos políticos fue el gobierno nacional so-
danzas, costumbres y cuentos forman parte viviente de las cialista de Hitler. Durante 1930 una literatura folklórica ma-
tradiciones folklóricas nacionales, pero por razones históri- siva fue publicada en Alemania, documentando el concepto
cas los indios han sido excluidos de civilización en ÉE. UU., nazi de un Herrenvolk unido por lazos místicos de sangre
y en Norte América sus tradiciones son objetivo más del y lengua, cultura y tradición. El término Volk había tenido
antropólogo que del folklorista. Los suecos destacan el desde los días de Herder un aura mística, que ahora apare-
museo folk rural; Japón identifica el folklore con el shintoís- cía enriquecida con el significado político: el Volk era la
mo popular. Inglaterra se aferra a las memorias de sus nación. A causa del dogma de la unidad racial de Hitler,
enérgicos folkloristas Victorianos y sus teorías de las super- los nazis desecharon el concepto de Hans Naumann (cuya
vivencias. Pero si el énfasis varía, la ligazón del sentimiento Grüdzuge der deutschen Volkskunde, Elementos de Etnología
nacionalista con el interés en los usos populares es consis- alemana —1922— sería atacada por los soviéticos en cam-
tente en los diversos países. pos totalmente distintos) el cual acreditaba los orígenes del
Para explorar la relación entre el estudio folklórico y el folklore a una Oberschícht, una intelligentsia, de donde el
nacionalismo el autor organizó un seminario en 1958 en el folklore emanó hacia un Untershicht, el campesino. En 1929
Instituto de América, que tuvo lugar en la Universidad de Naumann publicó una edición modificada. Buscando un ante-
Indiana. En un volumen basado en estas conferencias cesor espiritual los folkloristas nazis omitieron los famosos
(Dorson 1961), catorce científicos de los EE. UU. discu- nombres de científicos alemanes como Grimm, Mannhart, Ko-
tieron el estado de la investigación en 17 países o áreas hler y Bolte, poco dados a la teoría, y se detuvieron en
que habían visitado, y Luc Lacourciere describió la historia Riehl, un sociólogo y cronista de viajes, que en 1858 había
y el estado actual de los estudios folklóricos franco-cana- escrito Die Volkskunde ais Wissenschaft, "Folklore como
dienses desde un punto de vista interno. Los ensayos caen ciencia" (Riehl 1958:23-37). Los nazis apreciaron la reco-
en dos amplias divisiones: aquellas que trataban con nacio- mendación de Riehl de que el folklore, y las ciencias socia-
nes independientes, dentro de cuyas fronteras la investiga- les en general, debían concentrarse en las cosas germá-
ción del folklore había adquirido un carácter especial, y aque- nicas, y aplicar este conocimiento en un uso práctico. Así
llos relacionados con áreas culturales donde la nacionalidad la ciencia de la política podría beneficiarse a expensas de
está recién empezando o queda para el futuro. En estos un conocimiento de usos y costumbres populares. A finales
últimos territorios las materias primas del folklore son más de la década del 1920 el folklore se volvió un tema popular
abundantes, mientras que el estudio consciente de éstas he- en algunas universidades, a veces siendo un curso obliga-
chos por los intelectuales en su medio no ha comenzado to- torio, o si no dependiente de uno más amplio de Kultu'rkunde
davía. Consiguientemente en sus presentaciones "Survey of o Landeskunde alemana. Un pesado tratado de 1937, Deutsche
Research on Polynesían Prose and Poetry" (Compendio de las Volkskunde por Adolf Bach, cerraba con el concepto de
investigaciones sobre prosa y poesía polinesia) y "The "Fuhrerschicht" —liderazgo— por el cual Hitler, estando él
Study of African Oral Art" (Estudio del Arte Oral Africano), mismo tan imbuido con el espíritu del Volk, se transforma
Katharine Luomala y Melville J. Herskovits deliberadamente en el arbitro de la cultura folk alemana. Hitler consideraba
evitan el término "folklore". el estado "popular" como el punto central de su pensamien-

100 101
to político. (Shlrer 1962:130). Cuando fue organizado un de Octubre los dirigentes del pensamiento soviético se mo-
Círculo de estudiosos para el Folklore Alemán en 1937, vieron rápidamente para recomponer el asunto de acuerdo
sus fundadores incluyeron a Alfred Rosenberg, filósofo de con ia doctrina Comunista. Los líderes de la "escuela his-
la Revolución nazi, Walter Darré, el Ministro de Agricultura, tórica" cuyas interpretaciones habían dominado el estudio
Baldur von Schirach, líder del Movimiento de Juventudes de del folklore ruso reconocieron públicamente haber sido con-
Hitler, y aún Heinrich Himmler, Ministro de Propaganda de taminados por los reaccionarios científicos occidentales.
Hitler. (Hand 1946). Propp renunció al formalisto, Andreyev al Método Finlandés,
Zhurminsky y Sokolov a la sociología vulgar de Hans Nau-
mann. Los académicos Y. M. Sokolov y Veselovsky Miller
reconocieron ahora su omisión del factor creativo en las
Rusia composiciones poéticas de la clase trabajadora, y su error
al no percibir la verdadera naturaleza social y de clase de la
poesía oral y la leyenda. En la nueva Folklorística, escrita
Rusia soviética ha percibido en el folklore una poderosa
por Sokolov, los principios marxistas que gobernaban el
fuerza para el avance del comunismo. En el siglo diecinueve
estudio son dramáticamente pronunciados:
los estudios folklóricos hicieron marcados avances en la
Rusia Zarista, bajo el liderazgo de sabios como A. F. Hilfer- 1) Folklore es un eco del pasado, pero al mismo tiempo
ding (1831-72), quien enfocó su atención en la biografía y es también la vigorosa voz del presente.
personalidad del informante individual. Sus viajes de estu- 2) Folklore ha sido, y continuará siendo, un reflejo y un
dios organizados, a la provincia de Olenets, en Rusia Septen- arma de la lucha de clases.
trional, produjeron ricas cosechas de byliny. El interés aca- En otros palabras, el Folklore iba a tomar su lugar
démico en la recolección y el análisis de los materiales folk al lado de la literatura, la música, las letras y las artes,
continuó su momento durante y más allá de la Revolución como una expresión controlada de los ideales proletarios.
de octubre. Sin embargo un día de 1946, el Partido Comu- Pero la única cualidad del Folklore, interpretación preciosa
nista se dio cuenta sorpresivamente de. que sus científicos para la ideología soviética, recaía en que era poseído por
folklóricos estaban exponiendo una teoría anti-marxista. los trabajadores de las fábricas y de las granjas, y no
por una pequeña élite intelectual que expresaba los ideales
En el concepto ampliamente sostenido por los folkloristas
del pueblo.
continentales, y formulado más precisamente por el alemán
Hans Naumann, el folklore desciende de la intelligentzia a Para los propósitos de propaganda la teoría de que los
los aldeanos, entre quienes se encuentra como una clase trabajadores no sólo recitaban sino que también creaban
de gesunkenes kulturgut (rebajamiento de los bienes cul- el " l o r e " fue predominante. El concepto revisionista declaró
turales). Por un rápido decreto del partido esta tesis de que la presencia de boyardos y cosacos y otros aristócratas
origen fue revertida, y se estableció el principio de que el en los -byliny se debía a la idealización poética.
folklore se originaba como la expresión creativa de la clase Inteligentemente la línea del Partido afirmó el rol creativo
trabajadora. del narrador folk y del cantor folk, con un énfasis del cual
Parece casi una lógica inevitable que los políticos sovié- la ciencia rusa folklórica en el siglo diecinueve había to-
ticos se hayan concentrado en el folklore. Substituir la gente mado el mando.
(people) por el pueblo (folk), fue una igualación hecha fá- En su nuevo enfoque en el Folklore Ruso, Sokolov (1950)
cilmente desde que la palabra rusa narodny es usada para presenta citas de Marx, Engels, Lenín y Stalin para demos-
ambos. trar sus simpatías por las producciones del folk. Así Lenín
Enfatizar los temas de lucha de clases prontamente dis- declaró que el folklore debe ser considerado desde el "pun-
ponibles en las leyendas heroicas y las canciones de los to de vista sociopolítico", como una ayuda para comprender
atrevidos bandidos que engañan al ambicioso señor, el cura las "esperanzas y expectativas" de las masas trabajadoras
fanático, el soldado zarista, el avaro molinero. Y el caso en el pasado. Las escuelas más viejas del folklore, son
del folklore del pueblo se extiende. denigradas como Eslavófilas, románticas, y productoras de
Cuando el momento de la verdad comenzó a manifestarse oradores para el "nacionalismo oficial".
en el Partido diecinueve años después de la Revolución El folklore es reconocido como un campo de lucha no

102 103
• • • *
sólo sobre el conflicto entre la interpretación socialista y l V. P. Biryukov, en su libro Folklore Prerrevolucionarío de
la reaccionaria, sino también entre clases que compraban ' los Urales, presentó orgullosamente canciones de mineros
las tradiciones de los trabajadores. Los kulaks, o la peque- J y leyendas de protesta contra los crueles jefes de talle-
ña burguesía, o los elementos criminales, se habían apro- j res y propietarios de minas. En estos estudios los folklo-
piado en el pasado del folklore del pueblo, un proceso j ristas soviéticos señalaron los hechos de que el aldeano
explicativo de la apariencia de tradiciones similares en ) y el trabajador estaban estrechamente emparentados y que
diferentes clases sociales. Consecuentemente, los byliny, • los oficios practicados en la granja estaban siendo sim-
¡as leyendas, no deben ser dejadas circular entre la pobla- f plemente trasladados a la ciudad.
ción, sino que deben ser recolectados y compuestos bajo j El laureado hallazgo de Biryukov fue "El cuento secreto
dirección apropiada, luego seleccionados y redistribuidos del Comandante Dorado", una leyenda conservada en el se-
a los trabajadores, a través de todos los medios disponi- i no de la clase trabajadora y desconocida por los patrones.
bles: radio, cine, teatro, fonógrafo, prensa. Estimular a las / El "Comandante Dorado" era el apodo de Andrei Stepanovich
estaciones de las granjas colectivas para crear canciones Plotnikov, un aldeano servio que se volvió un trabajador
y leyendas que glorifiquen al Movimiento Revolucionario, y I de fundición, y después un líder bandolero en los Urales.
el honor resaltando a los creadores folk. La literatura oral [ En 1771 asesinó al cruel molinero Shirayev. Pero cuando
sirvió no sólo al socialismo sino también a la causa nació- la sobrina de Shirayev fue traída por su banda de ladro-
nalista, soldando a los diversos pueblos de la Unión So- > nes, Plotnikov golpeó con sus propias manos desnudas a su
viétíca en una unidad más estrecha, basada en un saber | comandante que quiso violarla.
común de los trabajadores. ' j En agradecimiento ella le dio al Comandante Dorado un
En el primer Congreso de los Escritores Soviéticos de J conjuro mágico el cual abría para él los tesoros de las
toda la Unión en 1934, el escritor Máximo Gorki, cuyos pro- ( montañas. Después de su captura y ejecución, el Coman-
píos trabajos se habían alejado profundamente del folklore, \ dante Dorado vivió en las leyendas representado en el Hé-
declaró que la poesía oral dependía de la actividad labo- j roe que retorna, quien espera el momento de crisis para
ral para sus poderosas imágenes generalizadoras. Se ven í regresar y socorrer a su pueblo.
ejemplos en trabajadores tan heroicos como Hércules, Pro- j Aquí están todos los ingredientes deseados para el héroe
meteo, Mikuka Selyaninovich, y Svyatogor. Gorki entonces j prerrevolucionarío. Plotnikov es un aldeano que se vuelve
pagó tributo a un iletrado bardo folk Suleyman Stasky, traído j obrero; él respira el espíritu de la insurrección de clases,
de Daghestan para ser honrado en el Congreso, llamándolo ¡ y es puro de corazón. El hecho histórico se fusiona con
el "Homero del siglo XX". Estos rituales estatales marca- j los motivos folk en la ieyenda atesorada por los obreros
ron la introducción de! folklore soviético organizado. ¡ oprimidos.
Como una de sus nuevas tareas, los folkloristas buscaron \ Recolectar folklore soviético contemporáneo del tono ideo-
la evidencia pre-revolucionaria de las actitudes proletarias f lógico adecuado resulta ser mucho más simple que desen-
reveladas en el Folklore. Se otorgó ahora un reconocí- í terrar el folklore prerrevolucionarío. Bajo el régimen so-
miento tardío a los folkloristas del siglo diecinueve que | viético un nuevo género de tradición popular se ha abierto
entendieron correctamente los principios del desarrollo so- i paso: la "canción marcial revolucionaria". Formas más
cial. I. G. Pryzhov había reconocido que el folklore refle- i antiguas son adaptadas a ios héroes revolucionarios. Un
jaba la vida real del pueblo en su lucha contra los zares, los I ciclo de versos celebra a Budyonny y su famosa Caballería
clérigos, los terratenientes; I. A. Kudyakov había perseguido ! Roja, y un ciclo de cuentos glorifica al héroe de la guerra
los temas de protesta social y sátira clasista en los cuen- / civil, Chapayev. Un bardo destacado al componer una na-
tos populares y las canciones populares históricas. i rrativa heroica sobre Chapayev emplea temas y estructuras
Una investigación vigorosa indagó el folklore pre-proletario i tradicionales de los cuentos de hadas, tales como la con-
en las fábricas de los señores, entre los grupos de traba- j quista por el caballero de serpientes y demonios (de acuer-
jos forzados, sirvientes esclavizados, trabajadores manuales I do al análisis del folklorista A. N. Nechayev). Resumiendo
urbanos, artesanos domésticos. Las entrevistas con ancia- } el rol actual del folklore, Sokolov escribe (1950: 39) " . . .qué
nos y el excavar entre colecciones aún más antiguas, saca- ¡j vastamente importante fuerza artística ésta de la propa-
ron a la luz un saber de protesta de la fábrica y el molino I ganda en la esplendente cultura socialista."

104 i 105
La asociación de la cultura folk con el tema de la pro- por los ideales revolucionarios hicieron causa común. "Pe-
testa social no es para ser desdeñada como simple propa- tófi reunió canciones folklóricas, Jókai historias folklóricas y
ganda. Aunque el folklore del trabajo ha recibido escasa chanzas, Tompa usó leyendas folklóricas para sus temas,
atención en los EE. UU., las colecciones pioneras de can- Arany puso a recoger cuentos de hadas a sus hijos" (Dégh
ciones de mineros y leyendas por George Korson revelan 1949). Las colecciones de folklore étnico contribuyeron al
de manera suficientemente clara el áspero resentimiento sentido de la unidad húngara frente a la dominación aus-
contra las rigurosas condiciones de trabajo y los empleado- tríaca y ayudaron a revivir la herencia de un pasado bri-
res egoístas. Los amargos chistes de negros e inmigrantes llante y un único origen racial.
revelan profundas tensiones. Bandoleros como Jesse James A través de la mayor parte del siglo XIX, sin embargo,
y Sam Bass fácilmente entran en las tradiciones populares. "la moda teatral y artificiosa del interés por el pueblo"
Pero la nota de protesta es sólo una de las muchas que predominó. No fue hasta después de la Primera Guerra
se encuentran en la literatura folk. Los intentos de los Mundial que se dio impulso genuino para establecer la cul-
folkloristas soviéticos para dotar al bardo folk de creativi- tura húngara sobre la cultura del triunfo del pueblo. A partir
dad y para ligarlo con el autor literario, quien revisa sus de este impulso se desarrolló la moderna actitud científica
textos y emplea formas tradicionales, desvirtúan el caso. hacia el folklore. En 1920 una serie de folletos publicados
El bardo folk no crea en el sentido que el escritor o el por los Amigos del Folklore de la Sociedad Etnográfica tra-
poeta componen. El narrador y el cantor folk seleccionan taron de difundir el conocimiento de los métodos y el valor
de un cuerpo limitado y heredado de tradición oral. No del estudio del folklore. "Es nuestro deber político colec-
crean formas nuevas ni introducen nuevos temas. En el cionar el material para un Museo Folklórico húngaro", es-
cuento de Chapayev aludido anteriormente, el bardo com- cribió Zsigmond Szendrey en uno de los citados folletos.
puso su elogio inmediatamente después de oír una Bylina Pero Dégh señaló el falso uso propagandístico de este
y simplemente sustituyó con Chapayev y su Ejército Rojo a "fingido interés" por el folklore, que condujo a afecta-
los actores y venturas tradicionales. Las proposiciones teó- ciones tales como el furor por el vestido y la cocina na-
ricas del folklore soviético son insostenibles, aunque su cionales, de la clase alta, quien ignoraba las duras condi-
valor propagandístico es innegable. (Ciñas 1961). ciones de vida de los aldeanos.
Con el surgimiento entre 1930 y 1940 del eminente cientí-
fico Gyula Ortutay y sus discípulos, tales como la misma
Linda Dégh, los métodos empíricos y las bases teóricas del
estudio folklórico alcanzaron terreno firme. En este período
Hungríe
aparecen nuevos estudios que investigan en la personalidad
folk individual y los procesos funcionales de la transmisión
de material folk. La investigación etnográfica sirve a la
En Hungría encontramos la misma aplicación de los prin-
causa del socialismo húngaro. En el Centenario de la Gue-
cipios marxistas al folklore, también presentado en térmi-
rra Húngara de Liberación, en 1949, fue organizada una inves-
nos fuertemente nacionalistas. Una destacada folklorista
tigación recolectora para reunir las tradiciones de este
húngara contemporánea, Dégh, escribe (1949) que el estudio
evento llevado a cabo por los campesinos, y se juntaron
del folklore en Hungría ha poseído siempre "un carácter
50.000 ítems. Los estudios monográficos subrayaron ia cir-
peculiar con respecto a sus propósitos, métodos e intereses,
culación de los cuentos folklóricos entre las clases traba-
los cuales lo mantuvieron aparte de las actividades simi-
jadoras, los artesanos, y el proletariado agricultor (Dégh,
lares de otros países". Los húngaros creían que la con-
1957).
servación de la identidad nacional se funda en una intensa
asimilación con cada aspecto de la cultura indígena. El des- Escribiendo sobre el período más reciente de los estu-
cubrimiento del folklore en el siglo XIX abrió un nuevo canal dios folklóricos húngaros, Gyula Ortutay ha establecido
para la investigación de las tradiciones húngaras. Desde inequívocamente su carácter socialista. En un extenso in-
la mitad del siglo en adelante "cada auténtico poeta húngaro forme de "La ciencia del Folklore de Hungría entre las dos
usó la poesía folklórica como fuente de inspiración" (Dégh, Guerras Mundiales y subsiguiente período de Liberación"
1949). Los recopiladores de literatura folk y los luchadores (1955) él separa los problemas de la clase obrera como las

106 107
confines de la isla de un pueblo estacionario e insular. En
principales investigaciones a seguir por la nueva disciplina
folklórica húngara. La inspiración de ia ideología marxista- lugar de acumular y analizar gran cantidad de variantes, el
leninista ha producido esta nueva dirección. En 1953 una folklorista japonés emplea el ejemplo único que señalará
conferencia conjunta entre folkloristas y miembros del Ins- una práctica más antigua. Así Mogami reconstruye el siste-
tituto del Movimiento de la Clase Obrera fue beneficiada ma ahora olvidado de la doble tumba de los aldeanos Japo-
por la orientación del Partido. "Está de más decir que en neses, con las dispersas tradiciones sobrevivientes. Las
el curso de la estructuración de! socialismo, la elevación primitivas prácticas enterratorias, de acuerdo con su re-
cultural de nuestro pueblo y el desarrollo de una cultura, construcción, requerían dos tumbas: una ume-baka para el
nacional .en apariencia pero socialista en esencia, la etno- cuerpo físico y una maeri-baka para el espíritu. La clase
grafía y el folklore tendrán importantes tareas que desem- de investigación que los científicos del folklore en Japón
peñar", (pp. 76-77}. raramente persiguen está ejemplificada en un estudio am-
pliamente clasificatorio de Ishida, sobre el kappa y sus
análogos en la tradición asiática y europea. El persigue
el parecido del kappa —un espíritu juvenil pero malévolo
del agua— hasta primos lejanos como el nakki finés y el
Japón kelpie escocés (Ishida 1950). Pero Ishida se considera a sí
mismo un etnólogo comparativo, distinto del folklorista que
ve en el kappa una forma degenerada de la deidad-ser-
Los folkloristas japoneses han trabajado prácticamente en
piente japonesa.
el aislamiento desde que Kunio Yanagita introdujo la cien-
Los materiales del folklore japonés no se prestan fácil-
cia del folklore en Japón a comienzos de este siglo. Tan
mente a la persecución de las variantes, porque ellos invo-
prolíficos fueron sus esfuerzos que una bibliografía de la
lucran ritos y prácticas más que textos orales. La obser-
extensión de un libro enumera sus publicaciones simplemen-
vación y la fotografía de una ceremonia aldeana honrando
te para la década de 1946 a 1956. El profesor Yanagita fundó
una deidad estacional ejemplifican el tipo de informe japo-
un Instituto Folklórico Japonés (Minzokugaku Kenkyyusho)
nés. Minkan shínko, traducible aproximadamente. como re-
para entrenar jóvenes investigadores y dirigió tres proyectos
cooperativos para reunir materiales folklóricos indígenas: ligión folklórica, designa el complejo del culto y creencias
Estudios de la vida de la aldea montañesa y Estudios de la shintoístas aldeanas —como distinto del shintoísmo ofi-
vida en la aldea de pescadores [ei segundo interrumpido por cial de los santuarios gubernamentales que atrae las inves-
la guerra) que sintetizaron informes de campo sobre tra- tigaciones de Yanagita y su escuela. Sus monografías tra-
diciones seleccionadas en comunidades aisladas, y un Dic- tan con deidades de los campos de arroz, las zonas pes-
cionario Folklórico Japonés (Yanagita 1954-58). queras, y el hogar casero, con tabúes y ritos purificatorios,
con las funciones del sacerdote shintoísta local; con ¡a
El tópico principal que consideran los folkloristas japo-
relación del "espíritu" que habita cada cuerpo con el kami;
neses es el shintoísmo popular, y el método que emplean
el omnipresente concepto de la creencia japonesa tan des-
es el reconstruccionismo histórico. Yanagita parece haber
concertante para los occidentales e imperfectamente tradu-
sido influenciado por los folkloristas ingleses de las postri-
cido como deidad (Hori 1959, Dorson 1963). Aún las tra-
merías del siglo XIX, particularmente George Laurence, cuyo
diciones narrativas reflejan el minkan shinko, porque las
Folklore como ciencia histórica aparece en su biblioteca.
leyendas locales tan abundantes en Japón giran alrededor
Gomme creía que los períodos pasados de la historia y la
prehistoria podían ser reconstruidos con fragmentos sobre- del altar aldeano.
vivientes de creencias y costumbres folk. El constante El desarrollo del interés en el folklore japonés ha co-
objetivo de Yanagita y sus discípulos es ia forma original rrido paralelo con la curva ascendente del agresivo nacio-
de las primitivas prácticas y rituales japoneses. Sin em- nalismo. Mientras la bandera del Sol Naciente era llevada
bargo su técnica tiene poca semejanza con el método fin- al Asia Surorlental por bombarderos y transportes, los cien-
landés. Los viajes y migraciones no juegan ningún papel tíficos folklóricos del Japón habían establecido sólidamente
en la reconstrucción, porque la evolución del folklore japo- su campo de investigación en el supematuralismo casero
nés y las instituciones culturales han tenido lugar en los del aldeano japonés. Las políticas nacionalistas y milita-

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como el poder mundial que lleva la delantera, dio el último
rlstas que produjeron los pilotos kamikaze de la Segunda empuje a la historia de los éxitos norteamericanos. Cam-
Guerra Mundial se alimentaron con una antigua tradición po- biada ahora su relación histórica con Europa en las esfe-
pular. No sólo disfrutará el espíritu del muerto de las ras militar, económica y diplomática, la nación americana
ofrendas a su altar, sino que la cólera del guerrero muerto saboreó el anuncio de sus logros culturales e intelectua-
infligirá venganza sobre sus enemigos. les. Este fue el período en que la literatura norteamericana
cesó de ser una nota de pie de página en la literatura in-
glesa, en los cursos escolares, y se transformó en un es-
tudio en sí mismo; cuando el curriculum de la Historia
Estados Unidos de Norteamérica Norteamericana se expandió para incluir corrientes sociales
e intelectuales; cuando los programas de "Civilización Ame-
ricana" y "Estudios Americanos" fueron organizados.
El interés en el folklore americano comenzó a suscitarse El descubrimiento de tesoros insospechados del folklore
en 1920. Al principio el interés se enfocó en la canción norteamericano fue estimulado por su nacionalismo cultural
folklórica, con la publicación de viejas baladas inglesas de de 1920 y 1930. A diferencia de campos tales como la his-
los Apalaches meridionales, canciones vaqueras del Sud- toria y la literatura, al folklore le faltaba una solidez aca-
oeste, canciones folklóricas de los negros del bajo sur. Las démica plena y floreció ante el público sin criterio acadé-
colecciones como The Amsrlcan Songbag (Bolsa de cancio- mico. Ningún cuerpo político adaptó los materiales folkló-
nes americanas) de Cari Sandburg, en 1927 y de John y ricos a los propósitos de la política nacional, pero el gusto
Alan Lomax "Baladas Americanas y Canciones Folklóricas" público, los medios masivos, y los escritores pagados para
[American Ballads and Folk Songs) de 1934, atrajeron mu- proveer al público, produjeron un folklore romántico y chau-
chos lectores. Los primeros libros sobre Paul Bunyan apa- vinista; en realidad, un folklore fraudulento (fakelore) que
recieron en 1924 y 1925, creando considerable revuelo en- gratificaba el sentido nacional de poderío y orgullo. Cuan-
tre los americanos, que se veían inesperadamente obse- do Paul Bunyan fue presentado con un tratamiento a toda
quiados con un héroe popular hecho y derecho. Otros vo- escala, por James Stevens en 1925, el autor calificó esta
lúmenes sobre el Viejo Paul siguieron en una corriente re- "verdadera leyenda americana", como "absolutamente ame-
gular, y en 1930 la primera galería c¡9 semidioses cómicos ricana de pies a cabeza. El visualiza perfectamente el amor
modelados sobre Bunyan fue publicada por Frank Shay, con americano por las grandes palabras y los hechos gigantes,
el título de Here's Audacity (Aquí la Audacia). Cuando A la verdadera exuberancia y extravagancia americanas". (Ste-
Treasury oí American Folklore (Tesoro del Folklore Ameri- vens 1925). Otros héroes pronto hicieron su aparición en
cano) de B. A. Botkin se publicó en 1944, la respuesta ge- la prensa como gigantes poderosos, omniconquistadores, to-
neral y la crítica fueron altamente entusiastas, y el Club dos cortados de la misma tela, ya sea Pecos Bill el va-
del Libro Mensual distribuyó la antología como dividendo. quero, el viejo marinero Desafía-tempestades, o Joe Ma-
Tesoros folklóricos locales y temáticos sobre el mismo mo- garac que trabaja el acero. Estos supuestos héroes folkló-
delo han seguido a Botkin en flujo constante. Al mismo ricos glorificaban el poder norteamericano y proporcionaban
tiempo que a los libros, han ido al surco de los álbumes un agradable sustituto para los titanes del Viejo Mundo ta-
de discos de canciones folklóricas por parte de cantores les como Hércules, Sansón o Tor. Pero los artículos y li-
populares como Burl Ivés y Harry Belafonte; los dibujos bros que introdujeron estos héroes no observaban ninguno
animados de Walt Disney sobre héroes folklóricos como de los requisitos del proceder folklórico científico; los in-
Pecos Bill y Juanito Semilla de Manzana y artículos como formantes no fueron nombrados, no fueron dados los tex-
las series ilustradas sobre "Folklore Americano" dibujadas tos Verbatim, y no fueron suministradas las notas compa-
por James Lewicki para la revista Life en 1959 y 1960. Es- rativas. Eventualmente la verdad salió a la luz de que és-
tas presentaciones del folklore de los EE.UU. no contenían tos no eran héroes folklóricos, sino producto de ios es-
teoría y muy poca ciencia, pero reflejaban el " e g o " del critores y promotores.
nacionalismo americano posterior a la Primera Guerra Mun-
dial. En esta época de postguerra, el paso de los EE.UU. Un director publicitario de una gran compañía maderera
de nación deudora a ser quien da crédito, y su surgimiento fue altamente responsable del desarrollo de ¡a leyenda de

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Paul Bunyan (Hoffman 1952). La verdad no se ha logrado lugar que los encuentre, en Europa, Oceanía, Norteamérica,
tan fácilmente y las presiones para aceptar el "Folklore y trata de reconstruir sus translaciones. El folklorista de
falso" continúan potentes. Cuando Paul Bunyan fue ex- Estados Unidos considerando, digamos, la creencia italiana
puesto por primera vez, las editoriales de periódicos co- del mal de ojo, restringe su atención a la adaptación de
rrieron a defender al gigante de los bosques, diciendo que la creencia italiana al ambiente del Nuevo Mundo, como
si el pueblo americano creía en él, había existido. Ha sido una faceta de un problema más grande de aculturación in-
creado un mercado para las historias de héroes folklóricos migratoria (William 1938).
y los tesoros del folklore, y continúa siendo servido.
El impacto de promoción y publicación acumulado, a tra-
vés de los medios masivos logra algunos de los efectos
de la propaganda controlada. Desde que los 'auténticos III. Teoría folklórica antropológica
textos del folklore son con frecuencia repetitivos, pesados,
sin significado y obscenos, no pueden ser ofrecidos a un
gran público, y tienen que pelear aún por su publicación Aunque la Antropología comparte las oficinas de la Ame-
limitada. Para proveer una restricción académica más fuerte rican Folklore Society con los folkloristas de humanidades,
para las erróneas concepciones populares sobre las tradi- sólo una fracción de los antropólogos han mostrado un in-
ciones folklóricas en los Estados Unidos, el presente es- terés persistente en el folklore. La figura sólida de Franz
critor ha propuesto recientemente "Una teoría para el Fol- Boas, quien editó el "Journal of American Folklore" {Re-
klore Americano" (Dorson 1959/60, Jack 1960). Estas pro- vista del Folklore Americano) desde 1908 a 1924, siendo
puestas reclaman adiestramiento para graduados en un cu- entonces sucedido por Ruth Benedict en los siguientes
rriculum combinado de Folklore Comparativo y Estudios quince años, es principalmente responsable de asignar al
Americanos. Paradójicamente, los escritores científicos del folklore un rol de influencia en los estudios de las cul-
Folklore Americano provienen de la literatura medieval, las turas no letradas. A través de sus discípulos Benedict,
lenguas modernas y la musicología. Parsons y Herskovits, y de nuevo a través de los discí-
Los folkloristas comparativos entrenados en el Método pulos de Herskovits, la línea de Boas de la Antropología
Finlandés no tratan con la Historia y las instituciones de Americana ha valorado los cuentos y otras tradiciones orales
la Civilización Americana, mientras que los historiadores de los Indios Americanos y los Africanos. La tarea que Boas
americanos son sigularmente desconfiados de los materia- enfrentó fue comparable a la que emprendieron los folkloris-
les folklóricos. tas fineses, es decir, registrar la evidencia en forma amplia
A diferencia de sus colegas europeos, consideran la tra- y correcta. El necesitaba combatir los conceptos de Daniel
dición oral insustancial y desconfiable, no reconociendo su Brinton (1837-1899), el prolífico escritor de los indios nor-
valor como un registro del pensamiento social. Su "teoría teamericanos, que patrocinaba el sistema de mitología so-
del Folklore Americano" enfoca el rol jugado por el saber lar tan popular en Europa. Boas se puso a recolectar los
tradicional en el desarrollo de la civilización de los Estados textos en traducción interlineal de todos los informantes
Unidos, y es una teoría nacionalista sólo en este sentido. posibles, no simplemente de los "mejores" y en todas las
Incluye el método comparativo en el trazado de las tra- variantes disponibles. Al publicar sus extensas coleccio-
diciones del Nuevo Mundo hacia el Viejo, y la teoría antro- nes de los Tsimshian y los Kwakiutl, Boas formuló la pro-
pológica en el uso de los conceptos de aculturación y fun- posición de que el cuerpo de los cuentos tradicionales en
ción. A diferencia de las culturas folklóricas profundamen- una cultura refleja los rasgos de la cultura material. Los
cuentos comprenden una etnografía y proveen claves va-
te arraigadas del Viejo Mundo, el folklore en este país es
liosas para los elementos desaparecidos de la historia tri-
transplantado o nuevamente sembrado. Así tales fuerzas
bal. Otra contribución teórica mayor reside en el concepto
mayores en la Historia Americana como la inmigración, el
de la transmisión de cuentos e incidentes de los mismos,
movimiento hacia el oeste, la esclavitud del Negro y la
por difusión de tribu a tribu contigua en los puntos de
industrialización determinan ia estructura en la cual el fol-
contacto cultural, teoría que él pudo substanciar con pode-
klore en los Estados Unidos funciona y cambia. Un folklo-
rosa evidencia (Boas 1891). A falta de medios para datar
rista comparativo reúne sus textos de cuentos en cualquier

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los cuentos históricamente a través de versiones escritas mundo de fantasía, construido con las realidades culturales.
o impresas. Boas necesariamente evitó cualquier intento Si el tabú a tener relaciones con la suegra no existiera en
de establecer una Forma-Ur y se concentró en el proceso la cultura de los indios de las llanuras, su violación por el
de diseminación. Demostró interés en los préstamos euro- Coyote no provocaría risa.
peos y africanos discernibles en los repertorios de indios Benedict consideró el estilo así como el contenido, di-
norteamericanos, y estimuló a Parsons a recolectar entre rigiendo su atención al arte creativo de los narradores y la
ios negros, mejicanos, españoles, portugueses y franceses coexistencia de múltiples variantes, algunas más elabora-
instalados en América del Norte [Parsons 1923a, 1923b, das que otras. El narrador ejercita talento creativo en la
1933-43). selección de episodios básicos, en la inclusión de detalles
Recientemente el majestuoso rol paternal de Boas en la descriptivos, y en el dominio del repertorio tribal. Pero
teoría antropológica del folklore ha sufrido severas críti- no puede trascender las limitaciones impuestas por la es-
cas por parte de Melville y Jacobs. Según la opinión de tructura lingüística y la provisión de temas y fórmulas tra-
Jacobs, las escuelas de Boas y finlandesa han reducido el dicionales. De acuerdo con esto Benedict trazó una dis-
estudio de! folklore a un árido procedimiento descriptivo y tinción entre el estilo tribal e individual. Como requisito
mecánico (Jacobs 1959b y 1959c). En su objetivo, recu- previo al desarrollo de cualquier teoría sobre la literatura
rriendo al dogma historiográfico en Leopold von Ranke, de oral, Benedict urgió en el espíritu de su mentor que el
reunir toda la evidencia en la más estrecha aproximación crítico debe poseer un conocimiento íntimo de una cul-
a la realidad, Boas estaba sobre terreno firme. Pero él ape- tura dada y un registro completo de sus tradiciones narra-
nas pasó del registro fiel de textos, a una conceptuación tivas. Cuando Benedict renunció a la tarea de editar el
teórica que analizara estilo, valores, humor, ética y la vi- Journal of American Folklore en 1939, y con la muerte de
sión del mundo de la tribu. Desde que su Tsimshian Mytho- Parsons en 1941, los antropólogos se fueron apartando de
logy falló en la tabulación de frecuencias de incidencia de los folkloristas, volviéndose hacia cuestiones tales como
rasgos en los cuentos, el trabajo no provee información organización social y personalidad en la cultura. En una re-
sobre la acentuación o no que se acuerda a esos rasgos. ciente serie de notas para la American Folklore Society,
Tampoco apreció Boas la necesidad, como reconocían las William Bascom ha tratado de salvar la brecha en cons-
ciencias naturales, de dividir los materiales bajo análisis tante aumento (1953-1954, 1955). Una fuente de confusión
en unidades mínimas significativas. Boas siguió las cate- y ambigüedad que divide a los dos grupos parte de la na-
gorías folklóricas convencionales de caracteres, temas e turaleza diferente de sus objetivos. En un sentido, el antro-
incidentes, que no permitían una real investigación en los pólogo cultural trata con una cultura completamente "folk",
significatos latentes de las narraciones. Finalmente, Boas desde que estudia una sociedad no letrada cuyas tradicio-
y otros folkloristas recolectaron los cuentos pasivamente, nes son enteramente orales. Algunos materiales, que el
no dirigiendo preguntas a los informantes que pudieran ilu- folklorista considera como su terreno propio, tales como
minar facetas de! contenido y valores ocultos. superstición, magia y demonología, son para el antropólogo
partes del sistema vital de creencias de la cultura. El no
La ceguera a la teoría que Jacobs deplora en Boas, no las considera como folklore, palabra que sugiere mitos,
puede ser imputada a la eminente discípula de Boas, Ruth cuentos, proverbios y enigmas, sino como datos etnográ-
Benedict. Su ya clásica Zuñí Mythology adelanta en la in- ficos. Para aclarar la ambigüedad Bascom propuso omitir
troducción fructíferas ideas para el análisis de la literatura el término "folklore" completamente al referirse a las tra-
oral. (Benedict 1935). Al reconocer que "los cuentos se diciones orales, y llamarlas "arte verbal". "Folklore" de-
adaptan, y con todo no se adaptan" a la cultura, Benedict signaría entonces el estudio de tales tradiciones. Otros
examinó las líneas de divergencia, tales como el abandono antropólogos están también apartándose del uso de "fol-
de niños tan recurrentes en los cuentos, y con todo no klore" y términos asociados. Luomala y Jacobs hablan de
válido para la cultura Zuñi. Esta paradoja ella la explica "literatura oral" y ios Herskovits titulan su reciente colec-
con el concepto seminal de que las tensiones reprimidas ción Narrativa Dahomeyana.
en la sociedad son liberadas y hechas manifiestas en la
literatura oral. El resentimiento de los niños contra sus Al proponer una alteración en la terminología, Bascom
padres es el tema encubierto. Los cuentos constituyen un apunta al fundamento teórico del antropólogo cultural. Las

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"artes verbales" son las composiciones creativas de una organizaciones sociales y hábitos económicos, tan extraños
sociedad en funcionamiento vistas como componentes de para el lector, forman constantes puntos de referencia en
la cultura, dinámicos y no estáticos, integrados y no aisla- los cuentos.
dos, centrales y no periféricos. Ampliando el punto de Aparte de lá elaboración del texto actual, Jacobs propo-
vista de Malinowski en Myth In Prlmitlve Psychology (El ne ciertas líneas de interpretación las cuales profundizarán
mito en la psicología primitiva), Bascom llama la atención la comprensión de la literatura oral. El sugiere que los
de los roles funcionales del folklore. Los proverbios ayu- Euroamericanos consideran la narrativa tribal no como lite-
dan a establecer decisiones legales, los enigmas agudizan ratura sino como teatro, actuando ante audiencias críticas,
el ingenio, los mitos convalidan la conducta, las canciones con mímica, gestos, canto y danza como elementos inte-
satíricas liberan predisposiciones hostiles. Así el antro- grales. Los caracteres, en la trama, son propiamente en-
pólogo investiga el contexto tanto como el texto. Un cuen-
tendidos como actores en una obra. Además, estos actores
to no es un texto dictado con la traducción interlineal, sino
representan gente, aún si llevan nombre de animales, y en-
una recitación viviente entregada a una audiencia dispues-
carnan hostilidades agresivas y deseos fantasiosos proyec-
ta para propósitos culturales tales como el refuerzo de la
costumbre y el tabú, liberación de agresividad a través de tados en los cuentos. Una literatura oral no refleja la vida
la fantasía, explicaciones pedagógicas del mundo natural, externa sino que proyecta las fuerzas y las ansiedades de
y aplicación de presiones para la conducta convencional. la cultura. Las instituciones y relaciones serenas y estaj
Esencialmente Bascom está diciendo que el folklorista com- bles pueden ser apenas mencionadas. Jacobs lleva su no-
parativo puede desarrollar teorías frescas y recompensa- ción de pantalla proyectara al punto de ver en caracteres
doras relacionando el folklore con la cultura. El concepto tales como Coyote, Blue Jay y Skunk (Coyote, Grajo Azul
de cultura, el cual ha enriquecido la antropología del si- y Mofeta) la encarnación de tipos de personalidad de los
glo XIX, puede construir una estructura significativa para Clackamas. Boas y sus colegas del folklore consideran erró-
los estudios del folklorista.. Un trabajo tan extraño como neamente a los personajes animales de los cuentos como
Voices on the Wind (Voces en el Viento) de Luomala (1955) representando a los animales en sí mismos, mientras que
revela maneras de como las narraciones míticas, cantos, ora- ellos son gente —jóvenes perversos y ricos jefes— a los
ciones y canciones heroicas funcionan en las sociedades que se confería aspecto animal por la acostumbrada aso-
polinesias. Luomala teje sus textos en descripciones de ciación indígena de ios individuos con los poderes espi-
prácticas ceremoniales entre grupos culturales, las formas rituales.
de hospitalidad, cortesía y la instrucción en geografía e Para arribar a conclusiones verificables sobre rasgos psi-
historia. cológicos y elementos estilísticos en los cuentos, Jacobs
ha recurrido a las "unidades mínimas". Estas unidades,
Las más recientes y enérgicas sugestiones para una teo que pueden ser tabuladas por frecuencia de recurrencía,
ría antropológica del folklore vienen de Jacobs (1959). El incluirán elementos tradicionales, actitudes emocionales, ma-
busca un avance imaginativo sobre el tipo de texto literal neras estilizadas de indicar tiempo, lugar y movimiento.
de Boas, el cual traduce la literatura oral y las culturas Analizando el humor por medio de su método, Jacobs (1960)
tribales tan sorprendentes y desconfiables para los lecto- descubre, por ejemplo, que los cuentos Clackamas poseen
res occidentales. En su presentación de las narraciones una alta frecuencia de estímulos jocosos anal, oral, geni-
Clackamas, Jacobs se extiende sobre el texto literal para tal y de castigos corporales, pero demasiado pocos ejem-
proveer detalles de referencia y variación cultural, enten plos de incendio o muerte en ningún porcentaje significa-
didos por una audiencia Clackamas pero enteramente per- tivo. Tales datos específicos iluminan valores de la cul-
didos para un lector occidental. Con el mismo espíritu tura reflejados en la literatura oral, y preparan el camino
los Herskovlts han usado traductores nativos para traducir para la interpretación teórica. La trampa en que Jacobs mis-
las tradiciones del Dahomey al Inglés corriente, del original mo cae es la imputación de tipos de personalidad Clacka-
Fon y el secundarlo Francés (1958). mas a caracteres conocidos a través de todos los cuentos
Jacobs y los Herskovlts reconocen la necesidad de pro- de Indios norteamericanos, europeos modernos y griegos
porcionar considerable información adicional sobre los "do- clásicos: punto señalado por el folklorólogo comparativo
nes de la cultura", cuya cosmogonía, estructura lingüística, Sven Llljeblad en su revisión de la colección de Jacobs de

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textos Clackamas The People are coming soon (El pueblo pío concreto de esta fantasía masoquista ocurriendo en la
viene pronto). (Lijeblad 1967). realidad. Las actitudes psicológicas reveladas en las can-
ciones son sin embargo genuinas y pueden ser atribuidas
Lo curioso es que los. folkloristas antropológicos han arri-
a situaciones productoras de ansiedad en la cultura.
bado ahora a una técnica parecida a la de los folkloristas
comparativos. Tanto Jacobs como Thompson dividen el tex-
to en elementos constituyentes, y luego tabulan estos ele-
mentos para revelar porcentajes de frecuencia. Por donde II. Función
el método finlandés busca establecer los rasgos narrativos
más antiguos de un cuento internacional, el antropólogo
encuentra actitudes psicológicas dominantes proyectadas en Las investigaciones de campo en África han señalado el
un cuento tribal. Ejemplos representativos pueden mostrar uso prevalente de los proverbios en los procedimientos
la aplicación de la teoría antropológica para cuestiones de judiciales. Entre los Anang de Nigeria, a quienes observó
contenido, función y estilo del folklore. Messenger (1959), un demandante se aseguraba conside-
rable simpatía en la corte empleando este proverbio, con-
tra un ladrón habitual: "Si un perro arranca frutos de la
palmera de su racimo, él no temerá a un puercoespín". El
dicho significaba que si un perro podía sacar los frutos de
I. Contenido una palmera aceitera a pesar de sus agudas espinas, no
vacilaría en enfrentar al espinoso puercoespín; así un
hombre conocido por robar regularmente, no dudaría en ro-
Las posibilidades del análisis de contenido están demos-
bar a su vecino. Sin embargo el acusado trató de inclinar
tradas por Fischer y Swartz (1960) en su Investigación de
a su favor el sentimiento que estaba levantándose contra
las tradicionales canciones de amor en Truk y Ponape. En
él diciendo: "Una sola perdiz volando por el matorral no
estas dos culturas emparentadas de la Polinesia —islas Ca-
deja huella". Desde que una bandada de perdices puede
rolinas— los investigadores de campo descubrieron relacio-
ser rastreada por el pasto aplastado que deja sobre la hue-
nes disímiles entre los sexos. Los hombres de Truk dis-*
lla, la implicación es que un solo individuo, carente de
frutaban de una posición menos favorable, a causa de fac-
amigos, tiene poco peso y será injustamente juzgado. El
tores tales como familia más extensa, sucesión en los
acusado fue absuelto. Este rol clave de los proverbios para
cargos políticos basada en la ancianidad más que en el
influir en la opinión, en los jueces no es reconocido por
mérito y una incidencia más elevada de maridos habitando
los mismos Anang, desde que ellos están acostumbrados
en la casa de la mujer. Al examinar las canciones de amor
a emplear frases proverbiales en la conversación diaria,
de las dos islas en busca de indicaciones de masoquismo
como medio de instruir a los jóvenes, y en el curso de las
y confianza agresiva en sí mismo, Fischer y Swartz encon-
ceremonias rituales.
traron una diferenciación estadísticamente significativa. Los
lamentos masoquísticos de dolor físico o mental emitidos La convalidación de fas creencias, la conducta y el ritual
por el cantor, ligados a sospechas de su amada, predomi- es otra función desempeñada por el folklore tribal, particu-
naban en las canciones de amor de Truk. El agresivo com- larmente por las narraciones míticas. Entre los Dahome-
plejo de confianza en sí mismo, en el cual el cantor elogia yanos, como ¡os Herskovits nos informan, las crónicas mí-
sus propias virtudes y empequeñece las de su amante, ticas que relatan la historia de las grandes familias fueron
predominan en las canciones de amor de Ponape. El con- por primera vez reunidas a principios del siglo XVIII por el
tenido de las canciones así concuerda con la relación mas- rey Agadja, quien aún hizo que sus cantores las versifica-
culino-femenina conformada por la estructura social de las ran y luego a fines del siglo XIX por el rey Glele. Los
dos culturas. reyes de Dahomey poseían su propio especial "Recordador"
quien recitaba ias ilustres genealogías del gobernante an-
Los autores ponen en claro que ellos no ven reflejo di-
tes de que se levantara cada mañana. Estas crónicas o
recto de las realidades sociales en las canciones. Aunque
Hwenoho, las cuales eran "narradas o cantadas", comenza-
el cantor de Truk amenace con saltar en la boca de un
ban con los principios míticos y descendían hasta los tiem-
tiburón cuando su amada lo rechaza, no se conoce ejem-

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pos modernos, reforzando así el registro histórico con el de maíz y cuatro palomas al limpiar el terreno para su
linaje divino. nueva casa, y eventualmente pierde su tierra, su casa y la
El Hwenoho, servía como última referencia en asuntos misma vida por la cabra. El cliente pronto recibe la nece-
de derecho y status legales, políticos, sociales y econó- sidad y la naturaleza del sacrificio. La adivinación man-
micos. Un Recordador perdía el nombre de una alabanza tiene vasta reserva de cuentos folklóricos continuamente
a costa de su vida. Los Herskovits [1958b: 20-22) reportan circulando entre los pueblos de África occidental. Los adi*¡
el desconcierto de un dahomeyano que oyó los mismos vinos rehusan reconocer la existencia secular independiente
episodios pertenecientes a la propia historia de su clan de cuentos folklóricos, todos los cuales, ellos dicen, fueron
repetidos en el Hwenoho, de otra familia. originalmente transmitidos a los adivinos ifa por los dioses.
Algunas tradiciones míticas explican los orígenes de la
Los mitos tribales pueden aún funcionar como mecanis-
adivinación de Fa o Ifa, y así dan sanción histórica al sis-
mo de reafirmación del ego en los sueños. Estudiando 310
tema que a su vez difunde los cuentos.
sueños de un indio Hopi, Eggan (1955) encontró 1/3 de
ellos que incorporaban caracteres o temas folklóricos ma- En un área cultural muy alejada, la Polinesia, las tradi-
nipulados en forana de resolver exitosamente los problemas ciones míticas también sostienen a la adivinación. Lessa
del soñador Sam en el mundo real. En 73 sueños aparece (1959) registra el sistema de adivinación en las Carolinas
un espíritu guardián personificado, que era conocido a los conocido como Bwe, donde nudos hechos con hojas de coco
Hopi en una forma vaga no especificada [dumalaitaka). El o palmera, son contados en la mano o en una estera, y los
asume el papel de un amigo poderoso que conduce a Sam pares de números resultantes de 265 combinaciones posi-
a un tesoro, lo rescata del desastre, ridiculiza a sus ene- bles en el procedimiento de cómputo están ligados con
migos, y en general imparte a Sam su propia sabiduría y los nombres de boteros míticos. Estos marineros fueron
fuerza. Sam se preocupa porque él es un pobre cazador, creados por el dios Supunémen, quien les enseñó el arte
se lamenta por sus cinco niños que han muerto y se irrita de la adivinación, el cual ellos a su vez enseñaron a los
por su impotencia temporaria. En sus sueños Sam el ca- isleños. En otras formas del mito, los boteros son espí-
zador dispara a los conejos, que se transforman en peque- ritus del cielo o del mar. Los adivinadores bwe, cuyas per-
ños bebés que lloran, y el guía les da pildoras para ali- sonas son sagradas y cuyos hábitos son ritualmente con-
mentarlos. Tres muchachas blancas se bañan y saludan trolados, imparten información a sus clientes concerniente
a Sam, quien duda hasta que ordenado por su guía les hace a seres sobrenaturales hostiles o malévolos. En islas como
el amor, después de esto, ellas se transforman en espigas Yap y Truk los habitantes consultan al adivinador para cual-
de maíz, y Sam se da cuenta que su potencia recuperada quier evento mayor, ya sea pescar o construir una casa,
ha asegurado mágicamente buena cosecha de su pueblo. hacer un viaje, enfermarse o enamorarse, volverse cris-
El guardián así construye la confianza de Sam, cuando él tiano o elegir aliados en la Guerra Mundial. El peligro de
confronta el mundo real donde él se siente un inadaptado. los tifones es particularmente temido. Así los mitos bwe
controlan la conducta de la vida diaria sancionando el rol
La práctica de la adivinación entre los Dahomeyanos, Yo- de los adivinadores.
ruba y Ashanti en África occidental, en Brasil y en Cuba
ilustra otro uso funcional del folklore. Un sistema de adi-
vinación asociado con el dios Ifa emplea cuentos míticos
y de ficción para proveer soluciones y sugerir sacrificios III. Estilo
a los clientes que consultan al adivinador. Según la aco-
modación de las semillas o nueces que él ha arrojado al
suelo, el adivino recita versos. Algunos adivinos saben De acuerdo con el concepto de unidades mínimas, Jacobs
hasta 4000 versos, y todos conocen a lo menos 1000. Un ha buscado identificar planes estilísticos comúnmente em-
verso dado incorpora una narración tradicional, y eventual- pleados por los Clackamas Chinook (1959a). Tales planes
mente el adivino relata una aplicable a la situación de su incluyen no meramente las obvias fórmulas de apertura y
cliente, quien se identifica con el personaje animal o le- cierre, y los medios convencionales de indicar el paso del
gendario del cuento. Así en un cuento citado por Bascorn tiempo y la ubicación del lugar, sino que también incluyen
(1943) el Leopardo rehusó sacrificar una bolsa de cascaras maneras estilizadas de representar la emoción. Así un

120 121
medio común de expresar enojo es rehusar el carácter de y la doblez del Lobo, así también los Herskovits í.1958a)
"comer, hablar o ir a cualquier parte": él se reclina sobre lento de un hombre débil, la marcha hacia el frente del
su cama plataforma. (Pensamos en Aquiles ceñudo en su búfalo, el contoneo del pato.
tienda). Estos estudios comprenden estilos tribales más que in-
dividuales; Jacobs trabajó con un informante y Reichard
Las "cinco estructuras" tan usuales en las narraciones con dos. El respeto por el anonimato de los informantes,
Clackamas Chinook pueden representar una expresión esti- como fue escrupulosamente observado por los Herskovits,
lizada de rivalidades entre siblings (hijos de los mismos limita más aún los intentos de analizar estilos individuales.
padres, pero no del mismo parto),. "El anunciador" es un Pero el reconocimiento de las facetas generales del estilo
ardid en el cual los caracteres pre-cuiturales describen los tribal debe preceder a los intentos de captar las distincio-
rasgos de personalidad y las características físicas de otros nes sutiles de los estilos individuales.
caracteres; por ejemplo, el flato de la mofeta, fatal en los
mitos, fue establecido por un anunciador como que a par-
tir de ese momento produciría un mal olor pero perdería
su poder de asesinar. Un aspecto de estilo en la litera- IV. Teoría folklórica psicoanalitica
tura oral que es explorado corrientemente es la relación
de la estructura lingüística con la expresión narrativa. En
su estudio de los cuentos Coeur d'Alene, Reichard (1947) El cuerpo más especulativo de teoría folklórica actual
ilustra algunas de estas relaciones. Un verbo puede ex- corresponde a la escuela sicoanalítica que conmemora a
presar acción diminutiva en una manera sin paralelo en in- Sigmund Freud. Esta es también la escuela de interpre-
glés, y así en la historia de Catbird, quien es pequeñito, tación más aborrecida por los folkloristas ortodoxos.
el humor de su pequeño tamaño es subrayado por verbos Las lecturas sicoanalíticas de mitos y cuentos folklóri-
describiendo pequeñas acciones. El Catbird está hecho pa- cos sustituyen con un simbolismo sexual al simbolismo
ra contrastar con criaturas grandes, como el Alce o el del siglo XIX de los fenómenos celestes. Una conexión
Lobo. Lo mejor que una aproximación del castellano puede histórica directa puede verse entre los mitólogos celestes
dar es: "Entonces este pajarito cuelga en un caminito sus alemanes y los folkloristas sicoanalistas austríacos, que
pequeños mocasines en un ganchito". El lenguaje también han adoptado el método de sus predecesores y simplemen-
emplea un deslizamiento de la voz alargando una vocal, para te cambiado los símbolos. En una obra antigua para em-
expresar una cualidad superlativa, como si nosotros dijé- plear el método freudiano, Dreams and Myths (Sueños y
ramos "haragaga-a-an (en inglés el ejemplo es l-a-a-a-z-y). Al Mitos) por Abraham (1913) el autor saluda a Adalbert Kuhn
describir una figura burlesca cómo el Coyote, ese "glide" como el fundador de la mitología comparada, y construye
aumenta la caracterización humorística. Un número de so- sobre Kuhn su propia interpretación del mito de Prometeo.
nidos especiales identifica a los actores en los cuentos y De acuerdo con su elección, Kuhn vio en Prometeo, el da-
algunas de sus acciones específicas, tales como un ruido dor del fuego, al relámpago, sosteniendo su opinión con la
feo hecho por la mofeta y uno lindo hecho por el pesca- usual etimología sánscrita de los mitólogos naturales. Abra-
dor, el dolor sentido por Pierna Astillada cuando talla el ham concede con agrado que las consideraciones astronó-
hueso de su propia pierna, y la impresión del Catbird al micas pueden influenciar la "forma externa" de los mitos,
pasar por la nariz del Alce. Una convención retórica que pero asegura que varios símbolos con frecuencia encubren
Reichard llama "símil oscuro", introduce frases hechas co- a la misma persona; Prometeo es a la vez el relámpago
mo "El lo hizo; lo hizo así", antes de que el narrador rea- y —nuevamente con una clave sánscrita— "barrenador" o
lice la acción, tal vez arrastrándose sobre su estómago "generador". El relámpago da el fuego ai hombre primi-
para simular un avance furtivo. Canciones sin sentido, con tivo, pero éste también aprende a hacer el fuego girando
frecuencia en idiomas extranjeros, también proveen indi- un palo duro y liso (el "barrenador") en un blando disco
caciones humorísticas para los actores; quizás para enfa- redondo de madera. Estos son obvios símbolos genitales,
tizar la pequenez y la inteligencia de Catbird o el tamaño y Abraham interpreta el mito de Prometeo para proclamar
variedad de formas verbales que describen una acción de "el poder masculino de procreación como principio de toda
caminar: el paso decidido de un hombre pequeño, el paso vida" (Abraham 1913).

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Donde una vez los cuentos maravillosos y los mitos han velados tan descarnadamente. Un "censor» impuesto por
retratado una batalla celeste, la contienda entre el sol y el superego protege los deseos brutales de la libido, y
la noche, la tormenta de truenos y el cielo de la mañana, entonces emergen en. los sueños y mitos con apariencia
ellos ahora describen los esfuerzos terrenales de hombres simbólica. Es el trabajo del folklore sicoanalítico penetrar
y mujeres. Los hasta entonces héroes solares —Aquiles, en el velo del censor y leer el verdadero mensaje de la
Teseo, Perseo, Heracles— se han transformado en el falo, fantasía.
y la noche envolvente en la matriz. Fromm ha catalogado A esta tarea de descifrar los significados latentes en las
los símbolos freudianos. "El genital masculino está simbo- costumbres folklóricas, creencias, rituales, narraciones y jue-
lizado por palos, árboles, parasoles, cuchillos, lápices, mar- gos los discípulos de Freud se han volcado ávidamente.
tillos, aeroplanos... El genital femenino es representado, Las interpretaciones aparecen en periódicos tales como Psy-
de la misma manera, por cavernas, cajas, puertas, alhajas, choanalytic Quarterly y el American Image en series mono-
jardines, f l o r e s . . . " (Fromm 1951). Los sueños de cuentos gráficas, y en libros populares. Una mirada a los tres ana-
de hadas acerca de bailes, cabalgar, escalar y volar signi- listas más enérgicos de las tradiciones folklóricas, Jones,
fican goce sexual. La caída del cabello significa castración. Fromm y Róheim, puede ilustrar sus métodos. Ernst Jones
Sigmund Freud se apoya fuertemente en los mitos y (1879-1959), el más íntimo amigo de Freud, ha mostrado
cuentos de hadas, tabúes, chanzas y supersticiones para una constante inclinación hacía el folklore. Dirigiéndose a
sostener sus' exploraciones de la mente subconsciente. En la English Folklore Society (Sociedad del Folklore inglés)
la Interpretación de los Sueños (1900) él presentó su en su congreso del 15 aniversario, en 1928, él habló por
tesis de que los sueños expresan los deseos y tensiones una mutuamente enriquecedora comunión entre "Sicoaná-
latentes reprimidos de la sexualidad infantil con disfraces lisis y Folklore". Advertido de su público, Jones enfatizó
simbólicos. El próximo paso fue la ecuación de sueños con los paralelos entre "supervivencias de la vida del pasado
mitos y otras claves del folklore. "El sueño es el mito del racial" y "supervivencias del pasado individual", una nota
individuo" escribió Abraham (1913). "Los mitos son sue- con posibilidad de encontrar respuesta en la sociedad que
ños institucionalizados" parafraseó un lector (Cox 1948). por tanto tiempo había defendido la doctrina de las super-
Los mismos mecanismos sicológicos operaban en los sue- vivencias en el folklore. Podemos aceptar que los asisten-
ños y los mitos y estaban sujetos a las misma interpreta- tes sintieron menos simpatía por la lista de símbolos en
cione. Si el sueño descubría los deseos infantiles de un el Folklore que indicaba los genitales femeninos encontra-
ser humano, los mitos revelaban las represiones físicas de dos en objetos tales como: tazas, copas, calderos, estu-
ches, la luna creciente, la abertura debajo de una escalera
la infancia de la raza. Tales mecanismos como condensa-
abierta ,y la herradura invertida (E. Jones 1951). Un largo
ción, elaboración y sustitución transformaban las urgencias
artículo de Jones en "The symbolic Significance of Salt in
sexuales infantiles medio olvidadas en objetos e imágenes
Folklore and Superstition" (La significación simbólica de la
tomadas de la vida diaria. Entendidas correctamente y ló-
sal en el Folklore y la Superstición) reúne evidencia para
gicamente ordenadas, las figuras simbólicas contaban una
la dotación de propiedades mágicas a la sal en la mente
historia de apetitos sexuales, culpabilidad y vergüenza. De-
folk, así como en rituales en los cuales se usa sal, para
bajo del contenido manifiesto acecha una fantasía latente,
exorcisar demonios. El concluye que la sal blanca, dadora
de masturbación, castración, destrucción corporal, envidia de vida es un símbolo del semen, y "representa el prin-
de penes, incesto. En el mito de Edipo, Freud encontró una cipio masculino activo y fertilizador" (E. Jones 1951).
ilustración superlativa de la narración mítica que expone
los oscuros deseos reprimidos y conduce de niños a adultos. En su más extenso tratado de creencias folklóricas. "On
El muchacho-niño ama a su madre incestuosamente, y the nightmare" (En la pesadilla), (Jones 1959) trata con
sueña con matar a su padre; en Edipo Rey sus deseos son demonios medievales como el vampiro, el lobisón, el íncu-
dolorosamente .satisfechos (Freud 1938). Aquí está un mo- bo, la bruja, y el Demonio. En los terrores de la pesadilla
delo sobre el cual están basadas todas las extensiones pos- y los terribles espectros del reino de los duendes, Jones
teriores de pruebas sicoanalíticas en el folklore. Todavía percibió asociaciones directas entre las fantasías infanti-
como Abraham señaló, el modelo es realmente demasiado les proyectadas en los sueños y el folklore. La creencia
transparente. Los deseos infantiles no son usualmente re- en los vampiros chupadores de sangre apunta hacia excre-

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los Estados Unidos. Róheim (1945) ha analizado una buena
ciones nocturnas y un reprimido sadismo oral; el Demonio,
cantidad de mitos y cuentos, en las revistas sicoanalíticas,
cuyo simbolismo fálico es evidente en su frecuente iden-
en su estudio de las tribus Australianas de Australia Cen-
tificación con la culebra, es una figura paterna que en-
tral, en su compendioso trabajo de The Gates of the Dream
carna los deseos reprimidos, el deseo del hijo de imitar
(Las Puertas del Sueño). En su análisis Róheim ve al sue-
y desafiar a su padre; la bruja es una exteriorización de
ño como precursor de, más que paralelo al mito y el cuento,
los pensamientos inconscientes de una mujer acerca de ella
o combinado con fantasías inconscientes para formar mitos.
,y su madre y su fornicación ritual con el Demonio, revela
El demonio Grendel ahogando a los durmientes y bebiendo
una inconsciente fantasía incestuosa. Los deseos incestuo-
su sangre es un episodio de pesadilla. Odiseo hundió un
sos reprimidos están latentes en todas estas creencias, y
azadón en el ojo de Polifemo mientras el gigante dormía,
pueden ser atribuidos a las emociones Edípicas nutridas
y así la ansiedad de castración del durmiente (ceguera)
por. una Iglesia patriarcal y ascética.
es proyectada en la imagen del padre.
El muy conocido orador y autor Erich Fromm, quien na-
El incidente del cuento maravilloso, ampliamente difun-
ció en Alemania en 1900 y vino a los Estados Unidos en
dido, del vuelo mágico, en el cual el pequeño héroe hu-
1934, ha escrito un manual para la exégesis sicoanalítica
yendo del gigante arroja objetos en el camino el cual au-
de sueños, mitos y cuentos maravillosos, titulado The For-
menta de tamaño, Róheim lo interpreta como un "sueño
gotten Language (El lenguaje olvidado).
despertador de la uretra". Desde que uno de los objetos
Fromm señala el simbolismo universal en tales relacio-
es usualmente una botella de agua que se vierte en un
nes míticas como la historia de Jonás, donde éste, suce-
lago, Róheim toma, para reforzar la evidencia, de sus pa-
sivamente acunado en la bodega del barco, el océano, un
cientes que sueñan con cuerpos de agua cuando sus ve-
sueño profundo, y la barriga de la ballena, ejemplifica el
jigas están llenas y con obstáculos cuando los baños es-
feto en el sueño materno, y la experiencia de la aislación
tán cerrados. El estímulo urinario se vuelve sexual, repre-
protectora. Sin embargo Fromm, busca demostrar las va-
sentado en el cuento por la persecusión (Róheim 1952).
riaciones y sutilezas posibles en la interpretación de las
fantasías, en gran medida de la manera en que los mitó- Róheim postula un sueño básico que forma la sustancia
logos celestiales del siglo XIX disputan unos con otros so- de los cuentos míticos. El soñador cae en. un lago o un
bre si el sol o la luz o la aurora era el símbolo intentado agujero, y este es el pene entrando en la vagina; fuera de
en el mito. Así Fromm agregó una variación al complejo su cuerpo él entonces forma una matriz, simbolizada como
de Edipo, poniendo en juego la trilogía completa, y conci- un océano o un loto, y aquí está el origen de un mito de
biendo los dramas míticos como lucha entre la tiranía pa- creación como el de "Sumersión de la tierra". Cuanto más
triarcal de Creonté y el orden matriarcal representado por profunda la sumersión más grande el pene, pues sumer-
Antígona y sostenido por Edipo, quien muere propiamente girse en un sueño significa una erección. Róheim cree que
en el bosquecillo de las deidades matriarcales. También en una persona que soñó una vez tal sueño, lo contó a otros,
su interpretación de Little Red fíidíng Cap (Gaperucita quienes hubieron experimentado sueños similares, y de las
Roja) Fromm va más allá de la interpretación obviamente repeticiones se desarrolló un mito (1952). Toda forma de
freudiana de una doncella (la caperuza es un símbolo mens- materiales folklóricos, no simplemente mitos y cuentos, con-
trual) pérdida del camino de la virtud y siendo seducida cede su contenido latente al folklorista que sicoanaliza. El
por un lobo (hombre). El lobo está realmente demostrando Juego infantil de la escondida restablece el trauma infantil
envidia de la preñez cuando llena su barriga (matriz) con del niño pegajoso separado de su madre y por el resta-
la niña y la abuela, y es castigado cuando Gaperucita Roja blecimiento se aligera el golpe (Keri, 1958). Un extraño
mete piedras, el símbolo de la esterilidad, en sus entrañas. pasatiempo de insultos rituales intercambiados por jóvenes
Este es el cuento de las mujeres que odian a los horrjbres negros, conocido como "las decenas", proporciona al bur-
y al sexo (Fromm 1951). lón una oportunidad para expresar deseos reprimidos de
incesto, homosexualidad, exhibicionismo (Dollard 1939). El
Especiales reclamos de autoridad pueden ser presentados análisis del festival folklórico holandés de los Inocentes,
por Géza Róheim (1891-1953) quien comenzó su carrera co- que viene poco después de Navidad conduce a la figura
rrió un recolector1 húngaro de folklore, y estudió a los Abo- de Cristo. En el festival los niños juegan a ser papá y
rigénes Australianos en campo antes de establecerse en

127
126
mamá y este "hagamos de cuenta que" revela sus deseos punto de vista del folklore, sin embargo, Freudianos y Jun-
reprimidos de matar a sus padres y así explica por qué. La gíanos tienen mucho en común. Ambos círculos consideran
proximidad de este festival a Navidad revela, yendo más al Folklore como parte integral de su curso de entrena-
lejos, que Cristo murió sacrificadamente para expiar el mis- miento en "Practise in the Psychological interpretation of
mo pecado de rebelión contra la autoridad paterna. Ahora Fairy Tales" (Práctica de la interpretación sicológica de los
su naturaleza edípica se vuelve más ciara. La figura pater- cuentos de Hadas). Freud y Jung interpretan a los mitos
na del Rey Layo en Edipo Rey está dividida en el Nuevo y los cuentos de hadas por el método del simbolismo. Los
Testamento entre Dios Padre y el Rey Herodes (Sterba métodos no son incompatibles, y un exponente tan ardiente
1941). Aún el mito contemporáneo del vaquero (cowboy) de Jung como Joseph Campbell incluye las interpretaciones
ha sido sujeto al sicoanálisis. Munden (1958) de la Fun- freudianas en sus exégesis de la mitología mundial. Los
dación Monninger, relaciona la literatura (incluyendo dibu- pares de oposición freudianos: masculino-femenino, falo-va-
jos animados y westerns televisivos) con los datos siquiá- gina, aparecen nuevamente en Jung en términos metafísicos
tricos de un paciente cowboy. El encuentra que la historia más que abiertamente sexuales: conciencia-inconciencia, vi-
de su paciente conforma el mito. El cowboy bajo análisis da-muerte, Dios-Diablo. Ambos esquemas de interpretación
había dejado muy pronto su casa a causa de dificultades emplean el concepto del inconsciente, transferido por Jung
con los padres, y adoptó una vida vagabunda. En la ciudad del individuo a la raza. Jung así como Freud iguala mitos y
él se sintió solo e inseguro, y no pudo mantenerse en un cuentos de hadas a los sueños y fantasías sicóticas (Jung,
trabajo regular. Sus afectos más fuertes estaban dirigidos 1958).
a su revólver y sus caballos. El Dr. Munden le recomendó
En lugar de la transmisión oral aceptada por los folklo-
que volviera a vagar. Similarmente en el mito el héroe
ristas ortodoxos para explicar las variantes múltiples de los
cowboy aparece como un nómade célibe, desafiado por su
textos de los cuentos folklóricos, Jung habla de elementos
padre y siblings, a quienes derrota y mata (se van de es-
siempre presentes en la siquis inconsciente los cuales con-
cena). Siempre está en evidencia el revólver del héroe
tinúan reproduciendo similares mitos y elementos míticos.
(falo), eficaz, potente, mortífero, siempre cargado. En el
El llama a estos componentes mitológicos "motivos", "imá-
ritual mortuorio la mano y el revólver son mostrados de
genes primordiales" o preferentemente "arquetipos". El
manera prominente, un orificio redondo y oscuro se enfren-
hombre primitivo no inventa mitos, él los experimenta como
ta al espectador en el cierre, hay un silencio ominoso, una
revelaciones de la siquis inconsciente, y el hombre moderno
explosión repentina, el cuerpo que se hunde en el agua,
lo reexperimenta en "revivencias autóctonas". Los arque-
todo apunta al climax orgiástico. La figura materna emerge
tipos están alojados en un "inconsciente colectivo". Ellos
del pozo para ser el líder de la oposición que alquila al
toman normalmente la forma de fragmentos míticos más
pistolero pero él mismo carece de revólver. Cuando el hé-
que de mitos completos (Jung y Kérenyi 1949). Un ejem-
roe toma esta imagen andrógina, satisface ambas emocio-
plo de un arquetipo es visto en la figura de un anciano
nes edípicas simultáneamente.
quien aparece con igual frecuencia en los sueños y en los
Hacer muescas al revólver es un acto simbólico de au- cuentos de hadas. Su carácter espiritual es mostrado en
tocastración como expiación por matar al padre. En su sus cualidades de utilidad y buena voluntad, y su natura-
repulsión manifiesta de la figura femenina y materna, el leza intelectual en su sabiduría e inteligencia. Tal vez él
mito del cowboy representa los intensos deseos y los mie- está conectado con Dios. En los cuentos maravillosos "pri-
dos serviles del niño para con su madre. Millones de es- mitivos" el anciano es identificado con el sol (una indi-
pectadores de cine y TV miran westerns por una "compul- cación de la apreciación de Jung por el viejo simbolismo
sión repetitiva" la cual los obliga a restablecer los traumas Solar). Jung (1958) adelanta conjeturas de que el anciano
de su infancia. es su propio opuesto: dador de vida y de muerte. Esta in-
Cari Jung hizo más severas sus relaciones intelectuales terpretación es todavía más claramente presentada en su
con Freud en 1913, y estableció su propia escuela de " s i - análisis del engañador Winnebago, a quien él ve como amal-
cología analítica" en Suiza. Rechazando el nombre y el sim- gama de dios y bestia, héroe y payaso, supraconciencia e
bolismo sexual del sicoanálisis, Jung y sus seguidores se Infraconciencia (Jung, 1956).
agrupan bajo una rama distinta de la sicología. Desde el En Joseph Campbell la aproximación jungiana a las tra-

128 129
diciones religloso-mágico-mitológicas encuentra su máximo textos de las Escrituras; materiales que caen directamente
éxponente articulado americano. En TJie Hero with the Thou- en la órbita del folklorista. Pero en definitiva el folklorista
sand Faces (El héroe de las mil caras, Campbell 1949) ex- y el mitólogo, ya sea en la línea de Jung, de Kerényi o de
ploró temas umversalmente recurrentes de la separación, Robert Graves, están hablando en lenguas diferentes. Cuan-
trabajo y retorno del héroe mitológico, para ilustrar su es- do el filósofo e historiador cultural discuten el "mito" del
tructura arquetípica. Luego en The Masks oí God (Las más- Estado o de Occidente, la cuestión del mito se ha trasladado
caras de Dios, 1959-61) se propone presentar un tratado de la forma narrativa como es entendido por el folklorista,
sistemático sobre mitología para el siglo XX. Para el in- al concepto de un manojo de ideas asociadas a imágenes
terés de los folkloristas estos estudios de Campbell, que con contenido fuertemente emocional y aún compulsivo. Los
evocan a Frazer en su esplendor literario y su extracción elementos en común entre un mito folklórico narrativo y
de ejemplos de su ambiente cultural, son periféricos. La un mito de masas pueden ser explicados como la reveren-
cuestión del mito y la mitología actualmente atrae la aten- cia en el carácter sagrado del mito por la sociedad o grupo
ción de una hueste de científicos, de sicología, filosofía, tribal. Pero el mito de masas que encuentra expresión,
antropología, literatura, historia de las religiones, que se digamos, en una oración para el 4 de Julio, nunca aparece
han comprometido en animados simposios sobre su tópico en textos de tradición oral narrativa y variable, y así está
común (Sebeok 1955, Murray 1959). Pero para el folklorista fuera de los límites para el folklorista.
interesado en las tradiciones transmitidas oralmente, ios ¿Cuáles son las reacciones de los folkloristas nacionales
términos mito y mitología son empleados tan vagamente y comparativos y los antropólogos culturales a las inter-
como para haber perdido toda utilidad. En los cuentos ma- pretaciones de Freud y Jung? Los folklorólogos profesio-
ravillosos Campbell ve solo una imagen más ligera y tra- nales desprecian el simbolismo psicoanalítico. En su tra-
viesa de los profundos temas que importan a todo el gé- tado sobre The Science o/ Folklore (La ciencia del Folklo-
nero humano y que hallan su expresión seria en las visio- re) Alexander H. Krappe (1930: 43n. 31) se refiere al tra-
nes de los videntes y en las sagradas escrituras. bajo de Abraham como "basura". Stith Thompson (1955:
Si por mitología se entiende una tradición sacerdotal y 482 y 1956: 371, 374) amontona a todos los simbolistas bajo
literaria, entonces pertenece a una ciase diferente de pro- la denominación de "fantásticos" y "absurdos". En las
ductos culturales que ¡a tradición folklórica. El folklorista revistas de folklore un ocasional crítico literario (W. Jones
euroamericano no encuentra cuentos míticos, desde que és- 1960) analizará la ficción de los maestros en términos de
tos hace mucho que han dejado de tener vigencia oral. Las los arquetipos míticos jungianos, pero nunca el folklorista.
leyendas de santos y demonios persisten, pero no cuentos Los antropólogos han demostrado considerablemente ma-
de dioses. Estos son registrados todavía por los antropó- yor receptividad yendo desde l a cauta y calificada a la
logos, pero en sus colecciones de campo las narraciones entusiasta adaptación del método psicoanalítico. Ellos han
de deidades no forman una categoría separada y distinta considerado, por ejemplo, el complejo de Edipo a la luz de
de otras narraciones tradicionales, aparte de la diferencia las narraciones de la estructura familiar y tribal de las
de asunto. Aún esta diferencia es algo artificial, desde culturas no-occidentales. Herskovits (1958 b) extiende el
que los dioses, animales, y caracteres históricos y legen- clásico teorema señalando los factores no considerados
darios, amantes humanos y seres sobrenaturales se entre- poi* Freud tales como los celos de los sibllngs por el favor
mezclan en los cuentos. El que estudia la cultura observa . de la madre, y el temor del padre a ser desplazado por
todas estas historias, las cómicas así como las solemnes, su hijo. Las relaciones familiares dahomeyanas, en las que
buscando el reflejo de la ética y los valores. Una figura el niño está siempre dependiente de la madre y poco cons-
tal como el Engañador de los indios norteamericanos, está ciente de su padre poligínico, explican el dominio de estos
constantemente cruzando la línea entre el héroe mítico, temas. El precursor Malinowski (1927) había mostrado que
cultural y el picaro cómico. En las tradiciones judías y entre los isleños de Trobiand el hermano del padre que
cristianas una corriente oral de leyendas apócrifas y can- educaba a! hijo, se volvía objeto del resentimiento de la
ciones folklóricas religiosas, proverbios y hechos han cir- infancia. En un ingenioso examen de los tipos de cuentos
culado continuamente, independientemente de, y a veces de Edipo recolectados en Oceanía, Lessa (1956] señala
(como en el caso de los negros del sur) generada por los que la trama aparece en un grupo dé parentesco en "el'ato-

130 131
Ion Ulithí totalmente distinto de la familia nuclear euro- closa investigación para la poesía oral .épica yugoslava
americana, los cuentos de Edipo aparecen así en culturas iniciada por Milman Parry y continuada después de su muer-
carentes de situaciones edípicas y no aparecen en África, te en 1935 por Albert Lord, ambos de la Universidad de
China, gran parte de Asia, las Américas y Australia. Elloa Harvard. Los viajes de campo de Parry de 1933 a 1935,
no son por lo tanto un desarrollo universal de un complejo y de Lord en 1937, 1950 y 1951, acumularon unos trece
universal, ni parece la trama relacionarse con su ambiente mil textos eslavos meridionales depositados en la colec-
social. Presumiblemente el cuento ha viajado de Europa ción Parry de Harvard. Una selección de Novi Pazar fue
a Cceanía por difusión. publicada en 1954 con traducciones al inglés, trascripciones
de entrevistas y fotografías de informantes, y notaciones
Esta clase de rigurosa verificación empírica de las hi-
musicales por Bela Bartok (Parry y Lord 1954), Parry apun-
pótesis freudianas revela un deseo de los antropólogos por
tó al análisis del estilo oral de las epopeyas homéricas
considerarlas seriamente en el escrutinio de la literatura
a través de un profundo estudio de la tradición viviente
oral. En su ensayo sobre el "Folklore y Psicología" La
de la poesía heroica europea. (Parry 1930). Explicando sus
Barre (1948) enumera a varios antropólogos que han em-
conclusiones y las de Parry en una conferencia de folklo-
pleado exitosamente conceptos psicoanal¡ticos. La posición
ristas en 1950, Lord dio su afirmación sumaria: "al estu-
tomada por La Barre probablemente representa la gran ma-
diar la épica oral con la idea de distinguirla de la épica
yoría de la fraternidad antropológica; es decir que la etno-
escrita, los factores que hemos encontrado de mayor ayuda
grafía debe tener prioridad sobre la psicología. Róheim,
han sido con creces: la fórmula, la cual incluye un estudio
aunque un folklorista y etnólogo entrenado, impone sus
de la línea, el encabalgamiento, el cual comprende el estu-
extremas interpretaciones a priori de sus materiales de
dio de la manera en la cual una línea se liga con la otra,
campo. La aprobación de La Barre va a Abraham Kar-
y el tema, que abarca un estudio de la estructura del poema
diner, quien trabaja en cooperación con los antropólogos
como un todo". (Lord 1953). Este método de análisis for-
Linton y Dubois y sujeta los datos de campo a tests proyec-
mulista podría ser aplicado, pretendía Lord, a otras formas
tivos científicamente conducidos. Kardiner considera la re-
del folklore, como cuentos folklóricos y baladas. En el
ligión y el folklore como pantallas proyectivas reveladoras
"Singer of Tales" (Cantor de cuentos) él presentó el estu-
de valores de la cultura, pero infortunadamente para la po-
dio completo de las epopeyas homéricas como productos
sición de La Barre, Kardiner realmente hace poco uso del
de la composición oral de la manera y método continuados
folklore y parece poco familiarizado con él. Discutiendo el
por los bardos folklóricos yugoslavos (Lord 1960). Este
folklore de Plainville, él traza una distinción entre el fol-
trabajo discute intensivamente los conceptos de fórmula y
klore "tradicional" y "viviente" y procede a hablar sobre
tema, y el proceso observable de la poesía heroica oral
Charlie Chaplin (Kardiner 1945; 369). El folklorista huma-
para demostrar la unidad genérica de las epopeyas folkló-
nístico deposita su principal confianza en los antropólogos
ricas desde los tiempos clásicos a los modernos.
empíricos tales como Opler, Lessa, Jacobs, Herskovits, Ha-
llowell, quienes están ampliamente versados en folklore, pa- La teoría emergente del meticuloso registro y exhaustivo
ra la utilización de los métodos sicológicos. Y entretanto análisis de los temas heroicos yugoslavos incluye la forma
él se admira de Radin (1956) que ha interpretado al Enga- y el estilo de la literatura oral. A causa de las exigencias
ñador de Winnebago de una manera indistinguible de la de la transmisión oral, el cantor folklórico y el narrador
de Jung. de cuentos deben apoyarse en un repertorio de frases
descriptivas o fórmulas y una estructura métrica o episó-
dica fija para sostener su memoria que le permita impro-
visar cada nueva entrega. Esta teoría fue audazmente apli-
cada a las célebres baladas inglesas y escocesas por
V. Teoría estructuralista del folklore Jones en 1961. El cantor de baladas empleaba lugares
comunes como el cantor épico empleaba fórmulas, para
permitirle "componer más que meramente transmitir" (Jo-
Algunas sugestivas exploraciones en la estructura de los
nes 1961: 103). En un artículo de réplica, Friedman de-
textos folklóricos han sido emprendidas recientemente por
fendió la memorización contra la improvisación, señalando
clasicístas y lingüistas. Un caso para señalar es ¡a ambi-

132 133
las muy estrechas similitudes en las versiones de las ba- literarios (escritos), el código lingüístico per se es de im-
ladas del Niño (Friedman 1961). portancia primaria en contraste con el énfasis del mensaje
Un intento de aplicar la teoría formulista a los cuentos que incluye el código en ¡os géneros literarios". (1958:
folklóricos ha sido hecha recientemente por Lord, en su 139). El da una analogía en la prédica de encantamiento
introducción a Umbundu, una colección de Angola (Lord del Father Divine, en la cultura estadounidense, que con-
1962). En estas narraciones del África Occidental portu- movía profundamente a sus oyentes aunque las palabras
guesa, Lord ve las mismas técnicas de composición oral, carecieran de mucho sentido aparente para los extraños. El
apoyándose en la repetición de unidades temáticas, tales texto de la canción folklórica de los Cheremis posee, de
como el tema de repetición mismo, o la distracción por acuerdo con Sebeok (1960: 233) una tendencia a repetir
el temor, que él había descubierto en las epopeyas fol- metáforas opuestas y otros términos que hacen visible la
klóricas yugoslavas y homéricas. El desconocimiento por estructura de la canción. Jakobson ha escrito también di-
Lord de que las estructuras de la historia que él describe rectamente sobre folklore ruso (1945) y ha llamado ia aten-
han sido identificadas como elementos —motivo y tipos de ción sobre los rasgos estructurales en la trama de los
cuentos por folkloristas comparativos [justamente el pri- cuentos folklóricos, muy semejantes a los de la estructura
mer cuento en el volumen es Tipo 2301, el cuento repetitivo del lenguaje. Así él cita aprobándola la conclusión de
sin final "Grano se llevó una semilla por vez" coleccio- Propp: "Todos los cuentos maravillosos son uniformes en
nado en una variante servocroata) y son registrados por su estructura" y la influencia de Jakobson puede presumirse
todo el mundo en forma casi idéntica, hace ingenuo su que abarca a su esposa Svatava, una folklorista eslava de
argumento. La debilidad en la teoría del estilo estructural la facultad de Harvard, quien editó la traducción de Propp
en e¡ folklore de Parry-Lord, reside en su preocupación de la "Morphology of the Folktale" (Morfología dej Cuento
por un género especial de literatura oral, y su intento de Popular — Propp 1958), que atrae ahora la atención de los
generalizar ampliamente sobre esta frágil base. Esto no es científicos occidentales. Compelído en 1936 por el régimen
para invalidar su extraordinario logro al examinar la poe- soviético a abandonar su teoría formalista (ver sección 2),
sía épica folklórica como narración oral viviente. Propp cesó de ejercer influencia ulterior en su propio país
en este sentido. El había propuesto en su trabajo en 1928
La teoría formulista de la estructura del folklore así desa- una clasificación novel de cuentos folklóricos, basada so-
rrollada a partir de estudios de literatura clásica, tiene bre la mayor colección rusa de Afanasyev, radicalmente di-
poco en común con la aproximación lingüística al estudio ferente de la tipología de Aarne. Propp sostenía que el
de la tradición oral. El estudioso literario examina las índice de tipos de Aarne se apoyaba en caracteres o per-
estructuras métricas, verbales y temáticas, del estilo oral, sonas dramáticas de los cuentos folklóricos que eran nece-
mientras que la lingüística construye un modelo que ex- sariamente variables, y que las acciones de estos carac-
plicará las relaciones de las unidades significativas en un teres representaban ios verdaderos elementos estables. Así
texto folklórico. Las fórmulas y epítetos, siendo meros el villano puede ser el dragón o el demonio, una madrastra
adornos estilísticos, no encuentran lugar en el modelo. Con malvada o una bruja, pero su función como villano en la
todo alguna conexión histórica liga las dos clases de estruc- narración del cuento folklórico permanece constante: reali-
turalistas, primeramente en la persona de Román Jakobson, zar actos de fraudé, abducción, secuestro, asesinato. Em-
quien habiendo ido a Harvard en 1948 como eminente Esla- pleando signos estructurales para denotar la secuencia fija
vista, trabajó e influenció a Lord [Jakobson 1954), y quien de las funciones —él encontró 31 en total— Propp arribó
como eminente lingüista estructural influenció los estudios a un modelo para la estructura del cuento maravilloso. En
analíticos de los textos folklóricos por lingüistas tales co- su traducción al inglés, la monografía de Propp ha sorpren-
mo Sebeok (1956) y Klagstad (1958). Estos estudios pre- dido á los folkloristas, etnólogos y lingüistas. Lévi-Strauss,
sumen una importancia funcional en los recursos estructu- cuyo trabajo sobre Structural Study of Mytb (Estudio es-
rales más allá de la que permiten al cantor o al narrador tructural del mito), (1955), ha ganado considerable interés
improvisar sus recitaciones, porque en algunos géneros en su presentación de un modelo estructural para las na-
folklóricos la forma en sí misma comunica significado a rraciones mitológicas (Needham 1958, Leach 1961), escri-
la audiencia prevenida. En las palabras de Klagstad: "En los bió una e x t e n s a e v a l u a c i ó n de su método formalístico
géneros del folklore (oral) comparados con los géneros

134 135
Los folkloristas nacionalistas se concentran en el folklo-
(Lévi-Strauss 1960). Jacobs lo elogió en una revista en la re de las altas civilizaciones, donde la escisión entre las
cual él también acostumbraba señalar las deficiencias la- formas orales y escritas fija a la tradición folklórica, en
mentables de! avance teórico de los folkloristas norteame- un relieve más marcado. Sus Intereses internos contri-
ricanos (1959). buyen al conocimiento de improntas nacionales en los ma-
Un fuerte postulador de Propp es Alan Dundes, quien teriales folklóricos, pero pueden conducir fuera de la cien-
aplicó el método de Propp al conjunto de los cuentos de cia hacia el chauvinismo.
los Indios Norteamericanos para su disertación doctoral en
La nueva dirección hacia el análisis estructural sigue lo-
folklore en la Universidad de Indiana (Dundes 1962). En
gros teóricos registrados por las ciencias sociales, pero
un reciente artículo en el Journal of American Folklore
el valor de tales modelos estructurales para los materia-
(Revista del Folklore Americano) (Dundes 1962), él propuso
les folklóricos es todavía incierto.
un índice folklórico basado en unidades estructurales, el
La más cuestionable de todas para los folkloristas cientí-
cual combinaría el análisis morfológico de los cuentos de
ficos es la escuela sicoanalítica, tan reminiscente de las
.Propp con los términos lingüísticos propuestos por Ken-
teorías universalistas del siglo XIX, y todavía sus pruebas
neth Pyke (1954). Por coincidencia, Pyke introdujo el tér-
del significado emocional de los sueños y cuentos maravi-
mino "motivo étnico" o "motivema" para su unidad estruc-
llosos deben al menos ser consideradas. El folklorista
tural básica de lenguaje, y consecuentemente Dundes sugi-
del futuro, puede muy probablemente basarse en todas
rió que el motivema fuera usado en lugar de "función" en
estas escuelas en su búsqueda de una teoría ampliamente
el nuevo índice como una extensión de "motivo". La pre-
fundamentada y pragmática.
ferencia del término motivema sobre morfema se apoya
en la observación de Fischer en artículos sobre los cuen-
[Dorson, Richard M.: Current Folklore Theorles, en Current Anthropo-
tos folklóricos micronesios (1960), en que la unidad lin- líogy, vol. 4, ni 1, Nueva York, 1963, p. 93-112, que gentilmente ha auto-
güística del morfema no es necesariamente una unidad rizado su reproducción. Traducción de Rosa M. Dierna. Revisión de la
traducción: Lie. Silvia P. García.]
estructural del cuento folklórico, particularmente en casos
de traducción. Dundes ha intentado también el análisis
estructural de supersticiones (1961) y de géneros menores
de folklore obsceno basados en juegos de palabras (Dun-
des y Georges 1962).

Sumario

Cada una de las escuelas de folklore teórico demuestra


puntos fuertes y débiles. Los folkloristas comparativos han
establecido un estudio sobre un sólido fundamento em-
pírico con sus índices y^ estudios de distribución, pero las
cuestiones de función, estilo y estructura permanecen fue-
ra de su esfera.
Los antropólogos insisten en el rol funcional de las
formas literarias orales en las culturas que ellos están
Investigando, pero ellos se olvidan ampliamente del fol-
klore de las sociedades letradas y aún de las culturas
distintas de las que ellos han tratado. Así el etnólogo
tiende a considerar los cuentos de su cultura como una
única reflexión de sus valores, cuando los mismos cuen-
tos reaparecen por todo el continente.
137
136
Kenneth S. Goldstein

Guia para los investigadores


de campo en folklore

(resumen)
Cap. I. Introducción. Discusión sobre el problema: ¿Qué
estudia el Folklore? ¿Cuáles son las fuentes del
material folklórico?

Cap. II. Exposición del problema y análisis,


1. Indagación científica.
1.1. Exposición del problema: establecer el problema a
resolver.
1.2. Análisis del problema. Determinación de los datos
relevantes y métodos más apropiados para obte-
nerlos.
1.3. Recolección de datos. ,
1.4. Presentación de los hallazgos investigados.
1.5. Postulación de hipótesis basada en el análisis e in-
terpretación de los datos.
2. Exposición del problema.
Determinar qué problema se espera resolver por medio
del trabajo de campo. Establecer una hipótesis de tra-
bajo basada en lo que se conoce del problema.
3. Análisis del problema.
Es casi un mismo paso con 2 (exposición del problema).
El fin del análisis del problema es guiar hacia los he-
chos relevantes necesarios para entenderlos claramente,
intenta encontrar qué hechos son relevantes para la so-
lución del problema y determinar qué métodos serán
más efectivos para obtenerlos. Un análisis cuidadoso del
problema asistirá al trabajador de campo en determinar
lo siguiente:
3.1. Dónde se debe hacer el trabajo de campo.
3.2. El tiempo necesario para llevarlo a cabo.
3.3. Los materiales y datos relevantes para la solución
del problema.
3.4. Los métodos de campo más aptos a Ser utilizados
en la obtención de materiales y datos.

139
1.2. Estudios culturales generales.
4. Tipos de datos folklóricos. 1.3. Publicaciones locales sobre "antigüedades" (anti-
4.1. Materiales folklóricos. cuarían).
4.2. Procesos folklóricos. Incluye a los portadores de la 1.4. Miscelánea de sociedades locales.
tradición y el contexto físico y social que implica 1.5. Guías de viaje.
la transmisión y los estilos de representaciones ora- 1.6. Revistas de viaje y reminiscencias.
les específicas de ios informantes folk. 1.7. Publicaciones gubernamentales (salubridad, censos,
4.3. Ideas folklóricas. Actitudes. Sentimientos, temas, etc.).
estética y reacciones psíquicas individuales y gru- 1.8. Historia nacional, local.
pales frente a los materiales y situaciones. 1.9. Revistas populares.
5. Los tipos de problemas de campo. 1.10. Diarios.
5.1. Los datos folklóricos como existen hoy. 1.11. Biografías, recuerdos de habitantes de la localidad.
5.2. Datos folklóricos incluyendo la comparación de ta- 1.12. Novelas basadas en la vida local.
les datos con datos similares del pasado (esencial- 1.13. Diccionario, especialmente de dialectos (regionalis-
mente re-estudios de áreas previamente recolecta- mos) .
das). 2. Contactos con recolectores de la zona.
5.3. Datos folklóricos como existen en el presente con 3. Contactos con personalidades dirigentes en la región.
con el propósito de una reconstrucción histórica del 4. Grabaciones y films realizados en la región.
pasado (obtenida a través del análisis de contenido
5. Provisiones y equipo.
de los datos recolectados).
6. Repertorio folklórico del recolector. Debe aprender can-
Este esquema puede subdividirse en (1) una sola área,
ciones, cuentos, adivinanzas, etc.
cultura, grupo o individuo, o (2) una comparación sincró-
En el caso de decidir un viaje a último momento, lo más
nica incluyendo dos o más áreas, culturas, grupos o indi-
importante es: 19) provisiones y equipo; 2°) ponerse en con-
viduos.
tacto con otros recolectores que hayan estado en la zonp.
6. Tipos de proyectos de recolección.
6.1. Proyecto'de prospección. Un muestreo de reperto- Cap. V. Establecimiento y mantenimiento de la relación.
torio folk de una o más áreas. Generalmente se
1. Ubicar su vivienda en el centro de la población o zona
lleva a cabo en áreas donde se ha trabajado poco
o nada. a estudiar. La comunidad lo debe ver a menudo.
6.2. Proyectos en profundidad. Recolección intensiva. Tra- 2. Transporte. Lo menos ostentoso posible.
bajo en equipo. 3. Papel a desempeñar:
6.3. Proyectos locales. Recolección entre sus propios fa- • Explicar qué es un folklorista puede no tener ningún
miliares, vecinos, niños, etc. Ideales para entrenar sentido.
a los estudiantes en un trabajo de campo. • Si la comunidad es consciente de que sus tradiciones
6.4. Recolección incidental. son diferentes a las de los demás, decir que uno
quiere estudiarlas, puede ser suficiente.
Cap. III. Consideraciones sobre el tiempo. El necesario pa- • Explicar que se quiere escribir un libro con canciones
ra completar la recolección, en función de tema, (etc.), locales. Y que las creencias y costumbres
rasgos del recolector y del grupo a ser estudiado. las estudia para colocar en un contexto adecuado las
canciones.
Cap. IV. Preparativos previos al trabajo de campo. • Averiguar el rol que la educación y el nacionalismo
1. Literatura disponible: sobre el área, la población y el (o localismo) juegan en la comunidad para saber si
folklore: es conveniente hacer o no alarde de estudioso o de
nacionalista (localista) respectivamente.
1.1. Colecciones y datos de folklore publicados, libros,
• Rol de historiador interesado en las ideas locales so-
revistas. Antropología, lingüística, sociología, his-
bre la historia.
toria, etc.

141
140
4. Moralidad. Se refiere fundamentalmente a. la falta (o su posición en la comunidad y 2°) la participación
,.. no) de ética implícita en asumir un rol que no es el abre nuevas vías de comprensión hacia sus infor-
verdadero y a la omisión en las publicaciones del nom- mantes y hacia la comunidad y conducirá á la reco-
bre de aquellos informantes que no desean que se los lección de más y mejores datos que se usarán en la
conozca (por ej. porque han dado información sobre fol- solución del problema.
klore obsceno, aspectos tabúes de la cultura, etc.).
5. Establecimiento de la relación (Rapport) inicial. No can- Cap. VI. Métodos de observación.
sar al informante. Establecer relación con toda la fami- 1. El observador participante.
lia del informante. Todos los miembros de una familia 2. Tipos de contextos.
son generalmente portadores de la tradición.
2.1. Naturales: •
6. Mantenimiento de la relación. a) Formales. Ej.: nacimientos, casamientos, pascua,
Cuando el recolector vive en la comunidad y dispone de etc. •
tiempo debe hacer relaciones de todo tipo. Importancia
b) Semi-formales. Ej.: cuentos a los niños antes de
de los contactos hechos por la mujer y los hijos del re-
dormir.
colector. (La mujer tiene acceso a cierta información
c) Informales. Ej.: un proverbio en el medio de una •
que para el hombre es imposible obtener; los chicos son
parte activa en los juegos, rondas, etc., de los demás conversación.
chicos). Hacerse miembro de asociaciones y clubes. 2.2. Artificiales: generalmente formales y surgen por un
Estar presente en el mayor número de actividades posi- acuerdo entre el recolector y sus informantes.
bles. Tratar de trabajar en las tareas más comunes del Los hechos folklóricos son generajmente inconscientes. La
grupo. presencia de un recolector cambia la situación y la hace
consciente en algún grado.
7. Limitaciones y riesgos de la participación.
El mejor de los contextos es el Natural porque:
• El recolector es siempre un extraño. Su sola presen- 1. Se puede recoger el comportamiento simultáneamente
cia cambia en cierto grado la situación en la que par-
con su ocurrencia espontánea. El recolector sabe así lo
ticipa.
que hacen más que lo que dicen que hacen.
• En toda comunidad existen rivalidades y el recolec- 2. Se pueden tomar datos que los informantes omiten con-
tor que se integra totalmente se ve obligado a tomar
tar por considerarlos demasiado comunes o evidentes.
partido.
3. Se obtienen datos independientemente de la voluntad que
• Puede participar plenamente dentro de su grupo de tenga el sujeto de comunicarlos.
ísdad y del mismo sexo, solamente. a) En algunos contextos naturales formales es fácil la
• Limitaciones de tiempo. observación. La dificultad radica en que no puede
• Celos y favoritismo. observarse todo a la vez. Otros pueden no ocurrir
• La disconformidad del recolector afecta su trabajo. mientras el investigador está en e! campo. Otros no
Disconformidad que. surge después de un tiempo de permiten que se vean,
jugar un papel que no es el suyo, en que debe adap- b) Con respecto a los semiformales: el único proble-
tarse a otra idiosincracla y no esperar que se adap-
ma es conseguir permiso para estar presente en
ten a la de él, de estar continuamente evitando in-
ellos.
cidentes, de tener que hacerse conspicuo en la co-
c) El observar los contextos informales es enteramente
munidad, etc.
cuestión de estar presente cuando ocurren pues no
• Tensión que se produce entre la natural simpatía ha-
están programados.
cia los informantes y los requerimientos científicos.
2. El contexto artificial.
• Para determinar el grado en que debe participar en
Hay menos restricciones para el observador. En el con-
la comunidad, el investigador debe tener en cuenta:
texto artificial puede llamarse a un ejecutor para simu-
1?) la participación activa ayuda a mitigar sospechas,
lar una representación que de otra manera se daría
establecer relación, y a encarecer la naturalidad de
en un contexto natural y si éste fuera con un tipo

142 143
especial de auditorio, el recolector puede tratar de re-
producir los factores de auditorio también. Si las con- modo de hablar, intensidad vocal, grado, pausas,
diciones del contexto natural han sido bien reproducidas expresiones faciales, etc., equipo especial, equipo
y el ejecutor relativamente no afectado por la presencia accesorio. Desviación de la representación normal.
del recolector, éste puede hacer buenas observaciones. 4.5. Tiempo y duración. Momento del día cuando la
Sólo pueden reproducirse ciertos tipos de contextos. Ge- situación comienza y termina, tiempo ocupado en
1
neralmente son los que requieren poca gente. No se introducciones, representación, intervalos y socia-
puede reproducir la inconciencia del elemento humano bilidad, duración de las representaciones individua-
en tales contextos. les, orden exacto en que los ítems se represen-
3. El contexto natural Inducido. tan, tiempo y duración de las ocurrencias inusuales
El recolector debe inducir o crear el contexto natural. (interrupciones y demás).
El método incluye tres pasos: 4.6. Sentimientos expresados. Afirmaciones verbales de
3.1. Decidir qué contexto o contextos pueden ser re- aprobación o desaprobación. Afirmaciones verbales
creados medíante observación del contexto natural que incluyen apreciaciones estéticas. Sentimientos
o entrevistas a personas que hayan participado en emocionales expresados.
ellos. 4.7. Miscelánea. Ocasión de la representación, manera
3.2. Buscar un cómplice o ser él mismo el instigador. en que los participantes se reunieron. Disponibili-
El cómplice es el que reúne la gente para sesión dad de la comida y la bebida. Etc.
de cuentos, cantos, advinanzas, etc.
4.8. El observador. Rol en el contexto. Posición, estado
3.3. No llevar equipo de grabación. Los materiales pue- de su mente, condiciones físicas, factores que con-
den obtenerse después en un contexto artificial o tribuyen a su comodidad o no, hechos que lo afectan.
mediante entrevistas.
Limitaciones: No pueden inducirse hechos que se ¿Cómo y cuando registrar las observaciones?
llevan a cabo en fecha fija. Durante o inmediatamente después del hecho. En el
Puede usarse en el caso de cualquier hecho semi- contexto natural es difícil registrar materiales salvo que
formal. sean piezas cortas como proverbios, adivinanzas, etc. El
resto debe registrarse en un contexto artificial.
4. ¿Qué se observa? Hay que dejar pasar varios días entre la representa-
4.1. El marco físico. Por dentro: tamaño y forma de ia ción natural y la artificial. En caso contrario la repetición
casa o edificio, muebles, adornos, ruidos, olores, de los materiales folk tiende a ser menos efectiva.
ventanas. Luz, calefacción. Afuera: tiempo, tempe- Al registrar la observación, el recolector se supone que
, ratura, sonidos, olor. Disposición escénica. está describiendo la situación factica, objetiva. Pero de
4.2. Marco social: número de personas presentes, sexo, hecho es ya una interpretación, el poner los datos por
edad, nombres, status en la comunidad, rol y status escrito y una selección puesto que no puede registrar
en el contexto folk existente, relaciones entre los todo. Deben eliminarse al menos los elementos cons-
individuos, posición en el marco físico. Aparien- cientes de interpretación.
cia general, vestido. Se puede hacer una primera relectura de los informes
4.3. Interacción entre los participantes. Iniciador de la para separar observación de interpretación.
acción, roles especiales en la interacción, incenti- Equipo como herramienta de observación. Grabación, fo-
vos personales, métodos de aprobación o desapro- tografía, filmación.
bación tales como gritos, aplausos, etc. Acciones
conflictivas (conversaciones, representaciones apar-
Cap. Vil. Métodos de recolección por entrevistas.
tadas, otras interrupciones). Acciones que denotan
simpatía o armonía. Tipos de datos.
4.4. Representación: comentario introductorio. Estilo del La información que se obtiene por medio de observación
ejecutor: entonación, ritmo de la voz, continuidad, concierne a representaciones y situaciones que son ex-
ternas, pero en cuanto a los sentimientos y juicios, la
144
145
entrevista es ei método más directo y a veces el único nada como para erigir un marco de referencia para las
que puede usarse. preguntas siguientes. Es preferible aprenderlas de me-
Básicamente los métodos de entrevista se usan para obte- moria. •
ner respuestas a los siguientes tipos de preguntas: Debe haber flexibilidad en el ordenamiento.
'1.1. Historia personal de los informantes. Se quiere sa- La mayoría dé las entrevistas hoy día consisten en una
ber qué clase de persona es el portador de la combinación de las dos técnicas descriptas.. No hacer
tradición. Si es igual o diferente de los otros por- preguntas directas.
tadores o de los no portadores. 3. Confrontando los datos de entrevista.
1.2. Estética de los informantes. Qué sentimientos y — Cuando el informante da información relativa "a fenó-
juicios forman la estética de los artistas folk. Cuál menos observables, el investigador puede confrontar-
es una buena o mala canción o cuento. Cuál es los tratando de ver los mismos o similares conceptos.
una buena o mala representación. Por qué. — Otros informantes.
— Varias entrevistas sobre la misma materia con, el
1.3. Conocimientos, sentimientos y significados. Ideas
mismo informante. Este sirve para: a) detectar In-
que envuelven el conocimiento y las actitudes del
consistencias de información obtenida en una entre-
informante y el significado que los materiales folk
vista anterior; b) ayudar al investigador a obtener
tienen para él. ¿Tiene el informante su,clasificación
una impresión más clara del asunto; c) ayudar a desa-
genérica propia para los ítems de su repertorio?
rrollar diferentes aspectos del mismo tema.
¿Cuál es el significado para el informante de un
ítem específico de folklore? ¿Qué emociones evo- Las entrevistas sobre un mismo tema con diferentes in-
ca? Si es narrativa, ¿ei informante conoce el inci- formantes pueden diferir sin que ello signifique que uno
'dente que describe? ¿Cree que es verdadero o de ellos mienta sino por sus diferencias en conocimiento,
falso? ¿y porqué? ¿De las muchas supersticiones forma de ser, puntos de vista, etc.
que un informante conoce o ha oído, ¿por qué cree 4. Contexto social de las situaciones de entrevista.
algunas y rechaza otras? ¿En qué piensa o qué Las afirmaciones hechas por un informante pueden di-
siente mientras representa? ¿Qué factores contribu- ferir radicalmente de acuerdo al contexto social en el
yen al proceso de recuerdo? ¿Qué efectos tienen so- que se realiza la entrevista (si está sólo, b con la fami-
bre el actor los diversos tipos de auditorio? lia, o con amigos, etc.). El que haya auditorio o no
puede afectar el vocabulario y el tema de un infor-
1.4. La transmisión de materiales folklóricos. mante.
¿Cuándo, dónde y de quién aprendió el informante
las piezas de su repertorio? ¿Cómo las aprendió? 5- Dinamita etnográfica.
¿Cuándo las escuchó por primera vez y con qué Ciertos aspectos de la cultura tales como brujas, diablo,
frecuencia? ¿Cuan a menudo las representa y en sexo, son tabúes. Hay que averiguar primero cuáles son,
qué circunstancias? ¿Ha hecho algún cambio en los pues difieren de una cultura a otra.
materiales de su repertorio? ¿Cómo y por qué? 6. Extensión de la entrevista.
1.5. Descripción de las situaciones folklóricas que' el No hay reglas. Se debe tomar en cuenta la ocupación
recolector no puede observar. del informante y el cansancio.
Preguntas sobre el hecho folklórico en el pasado. 7. Anotación de los datos.
1.6. Repertorio del informante. a) Esperar que termine cada sesión para tomar nota, en
el caso de entrevistas cortas.
2. Los métodos de entrevista.
Entrevista no dirigida. Es aproximadamente una obser- b) Tomar notas durante la entrevista (pueden ser notas
vación generalizada sobre un ítem propuesto por el in- extensas o frases cortas).
vestigador. Una vez que el investigador ha adquirido una c) Grabar.
cierta información, se puede emplear la entrevista diri- 8.' Anotación de las circunstancias de la entrevista.
gida. En la mayoría de los casos es mejor preparar pre- 8.1. Nombre, edad, sexo, ocupación, dirección del entre-
guntas específicas, y cada una. ¡o suficientemente orde- vistado.

146 147
8.2. Contacto que originó la información. po sonoro, fotos, durante la representación, durante Ia3 se-
8.3. Fecha, hora de la entrevista (cada página debe ser siones de entrevistas, en el trabajo, en días de descanso, etc.
fechada). El problema más grande, es seleccionar el informante. Para
6.4. Lugar (si no es en la casa del informante). historias de vida en gran escala o trabajos episódicos, la
8.5. Descripción del contexto social incluyendo todas las selección debe recaer entre los artistas (star performers)
personas presentes en la entrevista. de la comunidad. No se debe pasar por alto al portador
8.6. Descripción del contexto físico. medio de la tradición pues él sirve al recolector como una
base para poder comparar a las "estrellas" con las otras
8.7. Comentarlos sobre otras circunstancias de la entre-
figuras de la comunidad.
vista Incluyendo técnicas usadas por el recolector,
la actitud general del informante, sentimientos y acti- Para seleccionar informantes para la grabación de estu-
tudes del investigador. dios temáticos, el recolector debe tener en cuenta si la
situación o actividad a describir es de dominio de los espe-
9. Documentos de historia personal. cialistas. En este caso debe elegirlos entre ellos. En caso
9.1. Historias de vida. Biográficas. Autobiográficas o una contrario, puede seleccionar un especialista y otro común.
combinación de las dos. Pueden ser esbozos o histo- Si el recolector está poco tiempo, puede hacer un esbozo
rias completas de vida. de la vida dei informante.
9.2. Trabajos episódicos. El énfasis se pone en un episo- Lista de datos a consignar durante las entrevistas de his-
dio de la vida del informante. toria personal:
9.3. Trabajos temáticos: el énfasis se coloca en una 1. Nombre y dirección actual.
sola actividad o situación descripta en detalle desde 2. Lugar y fecha de nacimiento.
el punto de vista de un participante folk, Ejs.: Una 3. Miembros de la familia.
descripción de la observación de una noche de Na- 4. Historia de la familia.
vidad, de una sesión de cuentos, o una descripción 5. Ancestros étnicos.
de la confección de un instrumento folklórico.
6. Educación.
La publicación de los datos de la entrevista sin pulir, 7. Lugares de residencia y viaje.
permite al estudioso comprender la manera en la que un in-
8. Historia ocupacional.
formante ordena sus experiencias, indica niveles de impor-
9. Recompensa y honores recibidos.
tancia, y a través del estudio de las omisiones, determina
el concepto que tiene el informante de lo familiar (ítems 10. Historia de las' enfermedades familiares.
dados por supuestos) y lo inusual (ítems descriptos con 11. Adquisiciones de propiedad y riqueza.
todo detalle). 12. Habilidades o conocimientos e intereses especiales.
El método de campo usado para obtener estos documentos 13. Participación y actividad como miembro de la Iglesia.
personales es llamado a veces entrevista expresiva. Al in- 14. Participación y actividad en otras organizaciones.
formante se le pide que hable sobre alguna parte especí- 15. Momentos clave de su vida.
fica de su vida o alguna situación de ella, interviniendo el 16. Aspiraciones y fines.
recolector con un comentario ocasional o con preguntas esti- 17. Descripción del status del informante como portador
mulantes. Las historias de vida y los trabajos episódicos de tradición en las diversas comunidades en las que
consisten en una cadena de tales entrevistas enlazadas jun- ha vivido.
tas; los esbozos y los trabajos temáticos pueden ser toma- 18. Esbozo del carácter del informante.
dos durante una sola sesión. Se puede obtener información 19. Descripción del informante (incluyendo fotografías).
suplementaria a través de entrevistas"bon los amigos, veci- . 20. Materiales .folklóricos en el repertorio del informante.
nos, compañeros, etc. del informante.
Como la intención de tales trabajos es presentar un re- 10. Recolección de materiales folklóricos.
trato verbal de un informante, se. incluirán comentarios en El recolector debe estar satisfecho con anotar informa-
las propias palabras del informante. Esto requerirá un equi- ción en contextos naturales, semiformales e informales y

148 149
dejar la recolección del "material" (baladas, cuentos, etc.] 11. Información sobre los materiales folklóricos.
para las entrevistas. El recolector debe estar interesado no sólo en los mate-
riales, sino también en toda información relevante sobre
— Contextos con auditorio. estos materiales.
Es conveniente el auditorio en los casos en que éste re- La información acerca de los. ítems individuales del reper-
produce con cierta exactitud el que se daría en contextos torio de! informante puede incluir los siguientes datos:
naturales. De esta manera la presencia del recolector es 1. ¿Qué título o títulos le da el informante al ítem? ¿Có-
minimizada. En algunos casos, sin embargo, el auditorio mo se refiere a él si no le da su nombre?
puede inhibir al informante. En los casos en que se está .2. ¿Los clasifica por clase? ¿Cuáles son los grupos gené-
recogiendo material sobre temas tabú puede estar presente ricos del informante?
un tipo específico de auditorio, o bien ninguno. 3. ¿El ítem es simplemente "recordado", o es aún vigente?
¿Cómo,, cuándo, dónde y en qué contextos se representa?
— Contextos sin auditorio. ¿Lo ha representado por radio o T.V.?
Hay casos en que aún el pequeño contexto social, reco- 4. ¿Cuándo, dónde, cómo y de quién lo aprendió? ¿Lo es-
lector-informante, intensifica la natural timidez del campe- cribió para aprenderlo, o lo escuchó varias veces antes
sino. En tales ocasiones una solución puede ser dejarlo de representarlo?
solo frente al grabador, después de enseñarle a usarlo. 5. ¿Qué significa el ítem para el informante? ¿Cree que
Puede suceder que el informante se muestre reticente a es verdad? ¿Por qué? ¿Se refiere a un hecho o lugar
grabar todo sü repertorio. En ese caso se le puede indicar actual?
que grabe únicamente la música y el recolector anota lo 6. ¿Conoce más de una forma de ese ítem? ¿Conoce, va-
demás. riantes?
7. ¿Cuál es su evaluación estética de la pieza? ¿Por qué
— Representación realizada por el recolector. le gusta? ¿Por qué la representa? ¿Qué emoción le
El intercambio de materiales (canciones, cuentos, etc.) evoca?
informante y recolector, crea un contexto más natural. 8. ¿Hizo algún cambio consciente desde que lo escuchó por
primera vez? ¿Por qué, cuándo, cómo? ¿Ha combinado
— Registro exacto de los materiales. partes de textos diferentes?
El recolector debe recoger todo en la forma exacta en
12. Transcripción de las entrevistas al papel.
que se la dio el informante.
Hacerla lo antes posible. Puede suceder que entienda
— Recolección selectiva versus recolección "aspiradora". a su informante personalmente, pero no en la cinta grabada.
Se nos plantea una pregunta: ¿Qué se debe buscar? ¿Re- Tener varias copias de lo que se escribe o se graba.
colectamos todo, o sólo lo tradicional? Depende del inte- Enviar las copias a un lugar seguro.
rés, del tiempo, etc., del recolector. También se debe tener
en cuenta si se quiere estudiar el cambio o lo que resta Cap. Vil. Métodos de trabajo complementarios.
de tradicional en la comunidad. Hay dificultades, a veces, 1. Hacerse conocer y anunciar su visita por medio de diarios
en determinar si un ítem es tradicional o no. Es preferi- y revistas locales. Informar sobre sus actividades con
ble recoger de más que de menos, o sea recoger ítems quizá informantes, esto dará coraje a otros. Tener precaución
no tradicionales y averiguar después este aspecto. De con las noticias que se dan; no vincularse con periódicos
esta manera es más fácil conseguir la información sin nece- sensacionalistas.
sidad de detener al informante. Puede hacerse conocer y anunciar por radio y televisión.
Otra ventaja de recoger todo radica en que el recolector 2. Recoger material folklórico de los chicos.
puede inferir de todo el material ciertos factores que in- 3. Cuestionarios. Hoy día se usan en varios archivos y
cluyen la apreciación estética del informante. Se descu- museos folklóricos. Se envían a folkloristas, no folklo-
bren sus preferencias, el orden elegido, etc. ristas; maestros, sacerdotes, estudiantes, aquellos que

150 151
administran los cuestionarios, entrevistando a los cam-
pesinos. Américo Paredes
Se los utiliza cuando no es posible que vaya, el investi-
gador al campo.
Ayudan al recolector a saber qué información puede
pedir en un próximo trabajo de campo. Divergencias en el concepto del folklore
Una de las desventajas de los cuestionarios es el orden y el contexto cultural
fijo de las preguntas.
4. Listas de temas (finding lists). Generalmente son temá-
ticas, lineas abiertas, estribillos, frases claves.que se En 1966 se verificó en Argentina el Trigésimo-séptimo
recitan al informante para refrescarle su memoria. Congreso Internacional de Americanistas. Dicho congreso
fue ocasión algo notable para el folklore: primeramente por
Cap. IX. Motivación y remuneración de los informantes. el crecido número de sesiones dedicadas a nuestra disci-
Gratificación psicológica, regalos, dinero. plina; por otra parte, porque hubo muchas ocasiones, tanto
en Mar del Plata como en Buenos Aires, en que los dele-
[Goldstein, Kenneth, S.: A Guide fot field workers in folklore. Folklore gados norteamericanos y latinoamericanos pudieron cambiar
Associates, Inc. Hatboro, Pensylvania. Herbert Jenkins, London, 1964, 199
páginas. Resumen en castellano de la Lie. Silvia P. García.]
impresiones. Pero tuvo el congreso otros aspectos intere-
santes. Por razones que no convendría discutir, no tomaron
parte en las sesiones en Mar del Plata los más prominentes
colegas argentinos, faltando además muchos colegas de
otros países latinoamericanos cuya asistencia se esperaba.
Por otra parte, de los folkloristas estadounidenses especia-
listas en Latinoamérica poco asistieron. Es decir, en las
discusiones en Mar del Plata figuraron por lo general los
folkloristas iberoamericanos de la nueva generación, más
delegados norteamericanos que no eran especialistas en La-
tinoamérica. Algunos casi entendían el español o el portu-
gués. Sin embargo, las obras de varios de éstos eran cono-
cidas por los latinoamericanos y ellos en cambio conocían
de nombre por lo menos a algunas de las figuras mayores
en el folklore de la América Latina. ¡Qué mejor oportunidad
para ese "mayor entendimiento" que siempre buscamos entre
todas las Américas... y al nivel de los que heredarán el
estudio del folklore en años venideros!

Entendimientos los hubo pero lo que mejor recuerdo de


las sesiones más interesantes es el desacuerdo, al parecer
fundamental, entre los iberoamericanos y norteamericanos,
especialmnete acerca del concepto básico del folklore. Con-
fidencialmente, hubo de parte de algunos latinoamericanos
expresiones de desilusión o desencanto acerca de promi-
nentes folkloristas norteamericanos, conocidos anteriormen-
te por su fama y ahora en carne, hueso e ideas. ¡Qué po-
dían pensar de un "folklorista" que se interesaba principal-
mente en los chistes y el folklore de las universidades! Más
bien sería "fakelorista" —si se me permite adaptar a una
nueva situación el vocablo inventado por uno de los norte-

152 153
americanos allí presentes, quien lo usó para caracterizar escribió cuando la ciencia estaba en su infancia y sin
en otras ocasiones a varios de sus colegas y compatriotas. conocer los datos y problemas que ahora se nos presentan.
Mientras tanto, la reacción entre los norteamericanos fue Están muy atrasados y mal informados. Es Increíble que a
algo como lo siguiente, "Bueno, y estos señores, ¿dónde estas fechas todavía basen sus teorías en el concepto de
han estado durante los últimos cincuenta años?" las capas culturales, negando la existencia de los hechos
Estos desacuerdos teóricos no son cosa verdaderamente folklóricos fuera de lo que llaman las "clases inferiores",
nueva, aunque as? lo fueron para algunos de los asistentes expresión extremadamente antidemocrática. Estas son ideas
al congreso. Quizás lo único relativamente nuevo sea el que no van de acuerdo con lo que está pasando en el
énfasis dado por muchos folkloristas norteamericanos hoy mundo actual, y están relacionadas con otro sorprendente
día al "folklore de las ciudades", concepto que pocos latino- ejemplo del atraso en que está la ciencia del folklore,en
americanos consentirían en reconocer fuera de las supervi- Latinoamérica, la inclinación del folklorista latinoamericano
vencias de la tradición rural traídas a ¡a urbe. Tomada esta hacia la antigua y desacreditada doctrina del hecho folkló-
excepción, el resto es cosa vieja para los folkloristas vetera- rico como "pervivencia" o "supervivencia".
nos. Para mí, sin embargo, fue todo esto una experiencia Bueno, en estos dos espejos nos podremos mirar, como
instructiva —casi me siento inclinado a llamarle una inves- en esos espejos de los circos, que nos muestran nuestras
tigación de campo— en la formación de estereotipos y la facciones más o menos desfiguradas —aunque al mismo
influencia del contexto cultural, a un nivel cultural bien tiempo nos reconocemos. No es mi intención atizar rescol-
elevado. dos para verlos llamear. Pero sí es inquietante ver entre
los folkloristas de la nueva generación más desacuerdo aún
Estos dos estereotipos, a mi parecer, sirvieron de fondo que entre los viejos en la materia. ¿Qué tan divergentes
a las discusiones que me tocó escuchar. Primero el det son nuestras posiciones en verdad? ¿A qué se deberán las
"anglosajón": diferencias que verdaderamente existen? Son cuestiones
"El folklorista norteamericano es un empírico. No conoce que no pretendo resolver, pero creo que vale la pena exa-
las ideas generales y carece de disciplina en sus investi- minar.
gaciones. Nada más hay que consultar el célebre Standard Es innegable que en Estados Unidos se le ha dado poca
Dictionary of Folklore, Mythology and Legend para conven- atención a lo material en el folklore y que hay folkloristas^
cerse de ello: veintiuna diferentes definiciones de lo que norteamericanos —entre ellos algunos antropólogos— que
es el folklore, por el mismo número de autoridades en la pretenden restringir los estudios folklóricos a las especies
materia. Es inconcebible que a estas fechas todavía haya literarias. Caso interesante ha sido el de la Universidad de
folkloristas en Estados Unidos que insistan en limitar su Pensylvania, situada en una región donde existen grandes
definición del folklore a las especies literarias, excluyendo riquezas de folklore material, las artes y artesanías de los
el arte popular y artesanías, baile, música, alimentación, "Pensylvania Dutch", grupos folk de ascendencia alemana.
juegos y hasta las creencias populares. Por otra parte, es A pesar de ello, el programa de folklore en la Universidad
igualmente incomprensible que por largos años ya, conside- de Pensylvania por muchos años se concretó a ló literario,
ren los norteamericanos lo primitivo como parte del campo En los últimos años se han ampliado los horizontes en dicha
del folklorista, ya que es bien sabido que éste es el campo institución, instituyéndose un buen programa de estudios
de la etnografía. Pero ahora nos hablan de un "folklore de del folklore material! Pero para ello se ha hecho necesario
las ciudades", metiéndose en el campo de la sociología. rebautizar el programa, que ya no es simplemente de "fol-
Esto ya es verdaderamente el colmo, y muestra la com- klore" sino de folklore and folklife —incluyéndose dentro
pleta anarquía que existe en Estados Unidos en cuanto a la del segundo concepto lo material. Mejor evidencia no po-
teoría del folklore". dríamos tener de que para algunos folkloristas norteame-
Y ahora, la otra cara de la misma moneda: "Los folklo- ricanos es muy difícil aceptar una definición de "folklore"
ristas iberoamericanos son absolutistas y antidemocráticos. que incluya lo material.
Confrontados con un problema teórico, no buscan resolverlo Pero examinemos esas veintiuna definiciones en el Stan-
examinando los hechos que se les presentan sino que dard Dictionary. Ha habido quien asevera que en Estados
acuden al dictamen de algún patriarca en el folklore que Unidos existen exactamente veintidós definiciones de lo que

154 155
es el folklore: las veintiuna en el Standard Dictionary y la antropología pero que cuenta principalmente con especia-
definición personal del que las está citando. Y en verdad listas en las facultades de literatura además de antropólogos
que la especulativa folklórica en Estados Unidos presenta que se han interesado en el folklore de un modo incidental
a primera vista un aspecto caótico. No se remedia la cosa o secundario. Es este grupo, por razones diversas pero
con las observaciones descuidadas hechas de vez en cuando coincldentes, el que limitaría el campo del folklore a lo lite-
por algunos de nuestros prominentes folkloristas. Todavía rario, excluyendo de los estudios folklóricos no sólo las
oídos ocasionalmente, "¡Dejémonos de teorías! ¡Lo impor- artes y artesanías sino la música, el baile, las creencias y
tante es coleccionar!" Antiguo lema, propio de! siglo dieci- las costumbres. Por otra parte, extienden el campo para
nueve cuando se establecía la escuela finlandesa como reac- abarcar libremente lo primitivo, y algunos también aceptan
ción a los excesos de la escuela astral en la mitología. Y lo urbano como folklore.
ha habido otros que nos han dicho, "La mejor manera de Finalmente, tenemos otro grupo en el que se cuentan
definir lo que es el folklore consiste simplemente en la algunos estudiosos cuyos intereses abarcan dos o más de
enumeración de sus diferentes especies o géneros." Buen "las disciplinas tradicionales, y además algunos jóvenes fol-
co.nsejo para el principiante, quizás; pero como teoría gene- kloristas como los que visitaron Argentina en 1966. Para
ral, es como si definiéramos la naturaleza del hombre pasan- ellos el folklore es una disciplina independiente y ecléctica,
do lista de todos los nombres que llevan: Pedro, Juan, José, abarcando lo primitivo, lo material y lo urbano. Es decir,
Felipe, etc. hace uso de los mismos materiales estudiados por la antro-
A pesar de todo esto, no está tan enmarañada la cuestión pología norteamericana moderna, pero combinando una va-
como parece a primera vista. Si hacemos un análisis de riedad de métodos de la antropología, la psicología, la
las diferentes teorías de los folkloristas norteamericanos, lingüística, la historia, la musicología y la crítica literaria.
encontraremos que no llegan a tantas, siendo unas cuatro Lo que distingue el folklore como una disciplina indepen-
por lo más, y que presentan no un aspecto desordenado sino diente es la posesión de su perspectiva propia. Falta, sin
una progresión lógica de una a la otra que podemos ver embargo, definir claramente cuál es dicha perspectiva.
sin dificultad, vayamos o no de acuerdo con ellas.
Podemos ver que no existe completa anarquía en cuanto
Tenemos primero a algunos tradicipnalistas para quiénes
a la teoría folklórica norteamericana. Lo que no hay, por
el folklore es sinónimo con la supervivencia. Este pequeño
supuesto, es un completo acuerdo; pero no creo que sean
grupo, pervivencias ellos mismos de tiempos pasados, se
únicos los norteamericanos en este respecto.
interesan casi exclusivamente en aquellos rasgos folklóricos
que puedan relacionarse con el folklore europeo de siglos En ninguna cosa estaría más equivocado el novel folklo-
pasados. Abarcan el folklore material, más bien teórica- rista norteamericano que en calificar a sus colegas de Ibero-
mente que en práctica pues trabajan principalmente en el américa de mal informados. Bien sabemos que el folklo-
folklore literario. Rechazan no solamente lo primitivo y lo rista latinoamericano está muy al tanto de lo que pasa en
urbano sino también casi todo lo nativo de Estados Unidos, su disciplina. Muy a menudo es polígloto y se entera direc-
por no ser claramente pervivencia de lo europeo. tamente de lo que se publica en Europa y América. Ade-
más existen hoy día. buenas traducciones al español de
En segundo término tenemos otro grupo menos tradicio-
libros y artículos de folkloristas de otros países, incluyén-
nalista, el de los estudiosos formados en la escuela finlan-
dose entre éstos las obras de norteamericanos. Bien se
desa e incluyendo algunos de los hombres más preclaros
puede decir que los folkloristas latinoamericanos saben más
en el folklore estadounidense. Sus intereses los llevan
acerca de las actividades folklóricas en Estados Unidos que
tanto a lo primitivo como a la literatura de las grandes cul-
lo que conocen la mayoría de sus colegas norteamericanos
turas pero excluyen por lo general lo moderno y lo urbano
acerca de lo que pasa en Latinoamérica.
por encontrarlo poco útil para su metodología. Aceptan lo
material como parte de su disciplina pero bien pocos de Sin embargo, las imágenes estereotípicas se forman a
ellos se han interesado en asuntos teóricos. Lo que une base de los casos excepcionales, de los extremos y no del
a este grupo, como bien sabemos, no es una teoría tanto punto medio. Creo que esto justifica hacer mención de la
como un método común. ya célebre "Nota" aprendida por el Profesor Bruno Jacovella
En tercer lugar tenemos un grupo orientado hacia la al artículo de Ralph Boggs, "Lo primitivo y lo material en

156 157
el f o l k l o r e " ' . Por una parte, porque expone claramente lo vivir una fiesta folklórica y seguir creyendo que el folklore
que podríamos llamar los principios clásicos del folklore del se concreta a las especies literarias.
punto de vista no latinoamericano. Por otra parte, porque No necesito hacer hincapié en la importancia que tienen
pone en relieve los puntos esenciales de desacuerdo entre las fiestas tradicionales en la vida de los pueblos latino-
los folkloristas de Norteamérica casi veinte años antes del americanos. Pero ¿dónde están las fiestas en Estados Uni-
congreso referido. Finalmente porque Jacovella nos da un dos? Encontraremos algunas pervivencías aquí y allá: el
retrato estereotípico del folklorista latinoamericano como Mardi Gras en Nueva Orleans, las pastorelas entre los me-
autoritarista, es decir, como lo ven algunos de nuestros xico-americanos, algunas cuantas costumbres relacionadas a
Jóvenes folkloristas de Estados Unidos. Ni Boggs ni nadie, la Navidad y al Año Nuevo entre grupos aislados de origen
dice Jacovella, puede cambiar los principios fundamentales anglosajón. Pero el país en general sólo conoce ios festi-
del folklore porque están basados en las palabras de Thoms vales sintéticos fomentados por las grandes empresas y las
y además han sido consagrados por la opinión de autoridades cámaras de comercio. Podríamos creer que el protestantis-
en el continente de Europa. No hay, por consiguiente, lugar mo tuviera algo que ver con la escasez de fiestas tradicio-
para desacuerdos o disensiones. nales en Estados Unidos, pero dichas fiestas son bien co-
nocidas en muchos países protestantes del norte de Europa.
No vamos a creer de ningún modo que se han representado El puritanismo intransigente de los primeros colonos anglo-
los sentimientos típicos de los folkloristas latinoamericanos. sajones es factor más importante en que pocas fiestas de
Sólo tendríamos que referirnos por ejemplo, a lo que dice origen británico hayan arraigado en suelo americano. Y la
Augusto Raúl Cortázar en ¿Qué es el folklore? Cortázar, movilidad extraordinaria de la población desde los tiem-
cuya metodología y conceptos integralístas podrían ser co- pos de los pioneros hasta la fecha quizás sea el ele-
piados con provecho por más de un folklorista norteame- mento decisivo en que tan raramente se encuentren en
ricano 2 , no pretende "levantar tabiques estancos entre las Estados Unidos fiestas verdaderamente tradicionales. No
d i s c i p l i n a s . . . " ni negaría al folklorista "el valor o interés por eso deja de haber folklore material en el país, digno
que el estudio de las culturas indígenas puede tener" para de coleccionarse y estudiarse. Pero no atrae la atención en
é l 3 . Y hemos escuchado a Renato Almeida afirmar un con- forma tan vivida como en Latinoamérica. Diría yo que la
cepto del folklore poco diferente al de los norteamericanos ausencia de las fiestas tradicionales ha sido factor impor-
del cuarto y último grupo que he mencionado. Sin embargo, tante en que la mayoría de los folkloristas norteamericanos
creo que no yerro en decir que en general el folklorista sa hayan desentendido del folklore material, permaneciendo
iberoamericano rechazaría lo "primitivo" y aceptaría lo "ma- en este respecto más atrasados que sus colegas en Latino-
terial" en su concepto del folklore mientras que el folklo- américa, quienes han trascendido hace mucho tiempo el in-
rista norteamericano haría exactamente lo contrario. Podría- terés en el folklore literario exclusivamente.
mos creer que los hechos que se observan son distintos
o que su modo de verlos lo es. Pero no es éste todo el cuento. Hay que considerar la
clásica teoría de las "capas culturales". Es en este res-
A este respecto vale considerar la fiesta folklórica, ese pecto que el folklorista estadounidense suele acusar a su
complejo de géneros tradicionales que sirve tan idealmente colega iberoamericano de vivir todavía en el siglo dieci-
de laboratorio para el estudio del "folklore integral". Es nueve. Se basa el norteamericano en los nuevos derroteros
difícil creer que pueda un investigador pasar por la expe- tomados por las ciencias del hombre en Estados Unidos
riencia de una fiesta folklórica sin darse cuenta de la estre- en los últimos cuarenta o cincuenta años, que han borrado
cha relación que existe en un festival de esta clase entre los linderos anteriores no sólo entre la antropología cul-
el folklore literario y las máscaras, el traje, la alimentación, tural y el folklore sino también entre la antropología y la
los juegos, el drama, el baile —en fin, toda la gama de sociología. Desde los 1920 han aparecido en Estados Uni-
hechos que pueden constituir el folklore. No es fácil, pues, dos estudios como Middletown 4 , que ofrecen evidencia que
tanto las clases rurales como las urbanas en Estados Unidos
1
Revista del Instituto Nacional de la Tradición, Buenos Aires. I, N? 1, siguen patrones de conducta muy parecidos a los de los
1948, 30-35.
2
Véase El carnaval en el folklore calchaqul. Buenos Aires, 1949.
1 4 Robert S. y Helen Lind, Middletown, Nueva York, 1929.
¿Qué es el folklore?, Buenos Aires, 1954, p. 14.

158 159
diendo los otros grupos sociales. Esto le puede parecer al
pueblos "primitivos". Los folkloristas norteamericanos, si- norteamericano como una especie de segregación, parecida
guiendo las huellas del folklore rural hasta las grandes a su propia costumbre de sentar a la gente blanca de un
ciudades, han encontrado que el folklore en los grandes lado y a la negra del otro en la misma iglesia.
centros de población no solamente sobrevive sino que se Pues Estados Unidos, como sabemos, es un país demo- .
adapta al nuevo ambiente y adquiere nuevas funciones. crético —en donde, se nos cuenta, no hay más que una
Es de interés notar que este punto de vista no es total- clase, la clase media. Nada más que algunos somos más
mente desconocido en Europa. En un artículo publicado re- medianos que otros. Quizás la tendencia en el folklorista
rientemente en la revista Journal of American Folklore, de ver cada vez menos diferencias entre los grupos "pri-
Norbert F. Riedl nos dice que para algunos folkloristas mitivos" que conocen la mayoría de los folkloristas norte-
europeos, especialmente en Suiza, "el vocablo Volk ya no americanos son sus propios indios "pieles rojas". Es bien
significa un determinado grupo social sino... el comporta- sabido que los grupos indios en Estados Unidos están su-
miento tradicional, aprendido inconscientemente, que existe mamente aculturados, más tal vez que muchos grupos
en mayor o menor grado en todo individuo. Los estudios de campesinos en la América Latina, además de haber ocurrido
la cultura folk... abarcan ahora todo y cualquier comporta- entre ellos un buen grado de mestizaje también. En Latino-
ciento tradicional, encuéntrese en un ámbito rural o en las américa dichos indios ya hubieran dejado de serlo. La ma-
ciudades..." 5 Riedl, en verdad, excluye lo "primitivo" de yoría se contarían entre las clases civilizadas "folk" o "in-
este concepto del folklore, pero el hecho de que rechace feriores" mientras que los más afortunados habrían ingre-
los "niveles/sociales" como base definidora lo pone muy sado a las clases "superiores". Pero tomando en cuenta
cerca al punto de vista norteamericano ya mencionado. los prejuicios que aún existen en el país en contra de las
¿Podría ser —pregunto— que todo esto correspondiera a llamadas "razas de color", ha tenido razón el indio norte-
los cambios acontecidos en el mundo de años recientes? Ya americano en quedarse en sus reservaciones, fomentando
no hay pueblos "primitivos" en el Asia y el África sino "na- su "indianidad" con el vigor y algunos de los métodos
ciones emergentes". Mientras tanto en Europa, con la posi- usados por los promotores de las cámaras de comercio.
ble excepción de España y Portugal, han ocurrido cambios Sus tradiciones, empero, son muy parecidas a las de los cam-
radicales desde la Segunda Guerra Mundial que prometen pesinos en Latinoamérica, y lo mismo se podría decir de
arrasar las divisiones entre las clases "superiores" e "infe- otras "minorías" en Estados Unidos.
riores". A todo esto hay 1que agregar el movimiento de Pero consideremos otro elemento de la cultura, la lengua,
las poblaciones rurales en todas partes del mundo hacia las y como puede crear diferentes conceptos en nuestras men-
grandes ciudades. Pero hay que preguntar ¿no será que en tes aún cuando creemos que todos hablamos de la misma
Ja América Latina muchos de estos cambios apenas empie- cosa. Bien sabemos que las palabras tienen vida propia,
zan o están todavía por ocurrir? No podríamos negar que se desarrollan a veces en direcciones inesperadas. Exami-
las distinciones sociales heredadas de la Península Ibérica nemos los vocablos "pueblo" y folk. EÍ teórico en Latino-
se intensificaron a través de largos siglos de vida colonial, américa suele empezar definiendo "folklore" como "el saber
de tal modo que los innegables progresos desde la indepen- del pueblo" y " f o l k " como "pueblo" o "popular". Y lo hace
dencia acá no los han podido del todo erradicar. Aún más, con buena autoridad, pues el mismo Thoms definió su in-
la edad del descubrimiento no ha pasado del todo, pues vención como the Lore of People —es decir "el saber del
todavía hay tribus aisladas —especialmente en la cuenca pueblo". Sin embargo, hay que recordar que Thoms ofreció
del Río Amazonas— que podrían considerarse primitivas. el término folk para sustituir términos como Popular Anti-
Así es que podría sostenerse que la experiencia que da la quities y Popular Literature y que por consiguiente debe
cultura misma en Latinoamérica nos inclinaría a ver como haberlo considerado más amplio y expresivo que popular o
natural una división de la humanidad entre grupos primiti- "popular".
vos y "gente de razón" —y a los últimos en clases "supe- Digamos que para Thoms en 1846 la palabra folk era el
riores" e "inferiores". Al folklorista le pertenecen las clases equivalente de common people, aunque se podría discutir
"inferiores" y debe tener cuidado de no propasarse, inva- el punto. Lo importante es que Thoms le dio al inglés el
término folklore para sustituir el de popular lore, y que folk
5
Vol. 79, 1966, pp. 557-563.
161
160
se tradujo al español como "pueblo" y "popular". Porque, En cuanto a nuestros problemas, todos los hombres de
aunque coinciden las palabras en algunos puntos, difieren buena voluntad creemos ver nuevas posibilidades de pro-
bastante en otros. Folk en inglés quiere decir entre otras greso dentro de nuestras respectivas Américas, y un mejor
cosas "pueblo, raza, nación, grupo étnico, tribu, gente". Es entendimiento entre las dos. Esto también, espero, se re-
decir, folk y "pueblo" tienen sus significados paralelos, pero flejará en nuestros conceptos acerca del folklore.
mientras que "pueblo" nos sugiere la aldea, el campesino Si es que no estudiamos una cosa muerta ya, o por lo
y el "vulgo", folk nos hace recordar la tribu, el toldo y lo menos moribunda y destinada a desaparecer con los pro-
étnico en general. A mi parecer la palabra en español que gresos económicos y sociales que creo todos deseamos, por
más se aproxima a folk es "gente", hasta en sus usos más mi parte iría de acuerdo con lo que dice Cortázar, con refe-
comunes. Algunos folkloristas latinoamericanos se han que- rencia a otro contexto: " . . . e l folklore perdurará por siem-
jado de que los norteamericanos usan folk de maneras ex- pre, eterno como la humandiad que simboliza; no -temamos
trañas. ¿Qué es eso de my folksl ¡Qué falta de precisión por su muerte, ni nos alarmen aportes extraños de nobles
en el uso de una palabra científica! My folks se podría quilates6." "Eterno como ¡a humanidad", que siempre cam-
traducir como "mi gente" o "mis gentes". Honest folk bia sin dejar de ser lo que antes fue. Así diría yo, tendrán
equivale a "gente de bien". Y también podríamos hablar de que ser nuestras teorías acerca del folklore.
"gentes" refiriéndonos a grupos étnicos.
Creo qué podemos ver entonces por qué no ha sido difícil University of Texas, Austin.
para los folkloristas norteamericanos extender el significado
de folklore a las tradiciones de la tribu y los modales de [Tomado textualmente de la versión castellana publicada en Folklore
la ciudad. El alcance de la palabra folk lo permite. Mien- Américas, vol. XXVII, n? 1, Los Angeles, p. 29-38, que gentilmente ha
autorizado su reproducción.]
tras tanto, en español, "folk" —es decir "pueblo"— no se
presta para ello.
La historia de este vocablo y de la disciplina que tanto
nos interesa, tiene algún parecido a la historia de la Amé-
rica misma. Los mismos elementos contribuyeron a la for-
mación de nuestras dos Américas. En ambos casos vino un
pueblo europeo a un nuevo mundo, de una área bien defi-
nida —de las Islas Británicas y la Península Ibérica. Este
mundo nuevo resulta ser en parte paraíso y en parte purga-
torio para los dos. Se ie ve en los mismos términos: como
un milagro en sí, en donde todo sería posible, donde las
maravillas de los siglos se podrían localizar —dragones,
sirenas, grifos, hombres cubiertos de oro, mujeres amazonas
y hasta las tribus perdidas de Israel. Al indio se le vio de
la misma manera: en diferentes ocasiones se le caracterizó
de fiera, demonio, brujo, bobo —cuando no el productor más
noble de la naturaleza. A las dos Américas vinieron otros
inmigrantes, el más-importante siendo el negro, que le dio
aportaciones distintivas a la cultura. Pero el destino quiso
que nos desarrolláramos de distintas maneras después de
la época de descubrimiento y colonización: Estados Unidos
en dirección dé una sociedad móvil, de gran fluidez, en que
han sido demasiado importantes las diferencias raciales; la
América Latina hacia una sociedad estratificada con marca-
das diferencias sociales. Todo esto parece reflejarse en
nuestros conceptos de lo que es el folklore.
» Op. clt., p, 74.

162
Susana Chertud

La leyenda folklórica en la Argentina

En octubre de 1963 tuvo lugar en Budapest una sesión


de la comisión de leyendas convocada por la '¿tntemational
Society for Folk-Narrative Research"; ei comité .de espe-
cialistas allí reunido propuso una clasificación internacional
de leyendas folklóricas, para ser probada en lo sucesivo
(v, Ortutay). Hemos usado tal clasificación desde que to-
mamos conocimiento de la misma, y la consignamos se-
guidamente por cuanto no se ha difundido suficientemente
en nuestra lengua, salvo en el caso restringido de publi-
caciones de cátedra para uso de alumnos, en la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. La
aludida clasificación establece cuatro grandes grupos, dos
de ellos con divisiones; es ésta:
I. Leyendas etiológicas y escatológicas.
II. Leyendas históricas y leyendas histórico-culturales.
A. Origen de lugares y bienes culturales.
B. Leyendas relativas a localidades.
C. Leyendas concernientes a la prehistoria y a la histo-
ria de los primeros tiempos.
D. Guerras y catástrofes.
E. Personalidades destacadas.
F. Infracción de un orden.
III. Seres y fuerzas sobrenaturales / Leyendas míticas.
A. El destino.
B. La muerte y muertos.
C. Lugares encantados y aparición de fantasmas.
D. Procesiones y luchas de fantasmas.
E. Estadía en el otro mundo.
F. Espíritus de la naturaleza.
G. Espíritus de lugares culturales.
H. Seres metamorfoseados.
I. El diablo.
K. Demonios de la enfermedad y de las enfermedades.
L. Personas que poseen dones y fuerzas sobrenaturales/
mágicos.
M. Animales y plantas míticos.
• N. Tesoros.
IV. Leyendas religiosas / Mitos de dioses y héroes.
De estos cuatro grandes grupos existen ejemplos en la
Argentina; el panorama general que presentan todas las

165
narraciones clasificables como leyendas puede calificarse no existía; otros, que quedaron fuera de la tierra, se trans-
de muy heterogéneo. Pasaremos revista sumaria a casos formaron en cardones (relatos del área puneña referidos
argentinos con su inserción en el esquema general trans- a yacimientos arqueológicos). El camino del Inca puede
cripto. verse desde lejos, pero cuando uno se acerca desaparece;
Para el grupo I, Leyendas etiológicas y escatológicas, son nunca se puede caminar por él. Los tributos al rey Inca,
mucho jjjás numerosas las primeras que las segundas; den- consistentes en barras de oro transportadas én angarillas,
tro de los relatos etiológicos, registran mayor frecuencia fueron escondidos en diversos lugares de !a región noroeste
los que explican origen y características de animales y de al conocerse la llegada de los españoles y la suerte de
plantas. Además, debe señalarse que muchos relatos co- Atahualpa.
rrespondientes a otros grupos son también etiológicos, por D. Guerras y catástrofes. La batalla del Pozo de Vargas,
lo que cabe una doble entrada en la clasificación (v. g. el entre las tropas de Felipe Várela y Antonio Taboada, en 1867,
origen del nombre de la ciudad cordobesa de Cruz del Eje; dio su nombre a la zamba que, según la tradición popular,
por qué la víbora no vuela, citados más adelante). La palo- Taboada ordenó tocar a la banda para animar a las tropas
mita de la puñalada, creada blanca por Dios, como signo de santiagueñas, que con ese estímulo vencieron a las rioja-
su pureza, se hirió el pecho y de allí brotó sangre que la nas. La ciudad de Esteco, fundación española ubicada en
manchó a ella y a otras que se acercaron a socorrerla; e! sudeste de Salta, fue destruida por un terremoto en
desde entonces tiene una mancha roja en el pecho, y por 1692; tal hecho se consideró castigo divino por los pecados
eso su nombre. Las manchas del sapo son las cicatrices de sus habitantes (hay aquí aplicación del tema bíblico a
de las heridas que se produjo al caer desde muy alto, un hecho real de nuestro pasado colonial).
cuando —escondido en la caja de una guitarra— regresaba E. Personalidades destacadas. Santos Vega, legendario
de una fiesta en el cielo destinada exclusivamente a las payador que habría vivido en el siglo XVIII en el área pam-
aves, y en la que su presencia había sido mal recibida. peana, fue vencido por el demonio en una famosa payada,
El piquillín tiene espinas largas y agudas, que- le concedió merced a sus artes diabólicas; el alma del vencido ronda
Sachayoj (dueño del bosque), para defender sus preciados por las noches y hace sonar las cuerdas de las guitarras
frutos de la avidez de hombres y de animales. que se dejan a la intemperie. El brigadier general Juan
El grupo II, Leyendas históricas e histórico-culturales, Facundo Quiroga, controvertida personalidad de nuestra his-
ofrece en nuestro país una gran variedad de ejemplos toria, aparece también en la tradición popular; así se decía
dentro de sus distintas subdivisiones, que veremos a con- que entre sus tropas había un elevado número de capian-
tinuación. gos (hombres que pueden transformarse en tigres a volun-
A. Origen de lugares y bienes culturales. Hay nume- tad), creencia que provocaba intenso temor entre sus ad-
rosos relatos que refieren la aparición de plantas alimen- versarios. Martina Chapanay fue una mujer que dirigía una
ticias, cultivadas o silvestres, y el uso que puede hacerse banda de salteadores de caminos, en el área cuyana, a
de las mismas (maíz, algarrobo negro, chañar, algarrobo mediados del siglo XIX.
blanco, etc.); se trata, también, de narraciones etiológicas. F. Infracción de un orden. El patrón tropero, leyenda
Así, la mandioca brotó de la tumba de una india guaraní cordobesa que refiere cómo un perro, tras mucho tiempo,
muerta en el campo. reconoció y atacó al asesino de su amo, quien confesó
B. Leyendas relativas a localidades. Cruz del Eje: el su crimen y murió por las heridas que le produjo el animal.
nombre de esta ciudad del norte cordobés se debe a que La sección III, Seres y fuerzas sobrenaturales, posee
con el eje de una carreta volcada se hizo la cruz para la también variedad de narraciones en los distintos temas,
tumba del patrón de la tropa, muerto en el lugar al volcar y en especial en los que citamos a continuación.
el vehículo que guiaba. G. Lugares encantados y aparición de fantasmas. Nume-
C. Leyendas concernientes a la prehistoria y a la historia rosos cerros, piedras y lagunas encantados se distribuye-
de los primeros tiempos. Los antigales son sitios donde ron por todo el país; tales, por ejemplo, la laguna Ibera,
vivieron y están enterrados los antiguos, que se metieron en Corrientes, con animales míticos como el toro negro y
en cántaros y en ollas, con su comida y sus pertenencias, el pájaro dorado; el lago Lacar, en Neuquén, con su sirena
porque venía el diluvio o temían la luz del sol, que antes (koñilafken); la laguna de la niña encantada, en el sudoeste

166 167
mendocino, cerca de Los Molles; la laguna del cerro El Mo- hallado, habiéndose organizado expediciones para su loca-
rro, en San Luis, también con su sirena. lización.
F. Espíritus de la naturaleza. Coquena, deidad protectora Bajo el número IV, Leyendas religiosas, se registran en
de la fauna silvestre en el área andina; Sachayoj, dueño la Argentina variadas narraciones. Un número importante lo
o señor del bosque en la zona central; lyara, la madre constituyen los relatos cristianos, muchos de ellos de origen
del agua en la región noreste; y muchos otros más. europeo y otros de elaboración local, sobre los mismos
H. Seres metamorfoseados. Lobisón, séptimo hijo varón moldes; son los relatos hagiográficos en todas sus carac-
consecutivo que se transforma, generalmente en la noche terísticas, con evidente propósito ejemplificador (corres-
de los viernes, en animal (perro negro es la forma más ponden a las Legenden de la terminología alemana). El
común en nuestro país) afecto a alimentarse en esterco- protagonista es siempre un real personaje sagrado; cita-
leros; si se trata de séptima hija mujer, la transformación remos algunos casos.
es en bruja. Mulánima, mujer transformada en muía como Jesucristo aparece bajo formas diversas. El Niño Alcalde,
castigo por relaciones incestuosas o sacrilegas. Crespín, venerado en La Rioja, imagen de Jesús niño con insignias
mujer transformada en pájaro como castigo por no acudir de alcalde, que dominó a los indígenas en tiempos de la
junto a su marido moribundo (a veces, el castigado es el colonización española. El Señor de Renca, imagen de Cristo
marido o el hijo, en la relación marido-mujer o madre-hijo). crucificado hallado en un árbol por un leñador ciego, que
I. El diablo. El Familiar, ser en forma de víbora o de recobró la visión; venerado en San Luis. El Señor de los
perro negro, protector de quien hizo pacto con el demonio; Milagros, que salvó al pueblo de Salta del terremoto
tiene especial vigencia en regiones del noroeste argentino, de 1692.
sobre todo en plantaciones e ingenios azucareros. La Sala- Sobre la Virgen María en distintas advocaciones y situa-
manca, cueva u otro lugar dedicado al culto del demonio, ciones existen igualmente muchas leyendas. La Virgen de
donde se reúnen brujos y brujas, y quienes desean iniciarse Lujan, cuya imagen expresó su deseo de permanecer en
en artes diabólicas. el lugar donde hoy se le rinde el culto principal, al im-
L. Personas que poseen dones y fuerzas sobrenaturales pedir que una carreta que la transportaba prosiguiera su
o mágicas. Pancho Sierra, "el médico del agua fría", muy camino. La Virgen del Valle (o la Morenita del Valle, como
famoso a fines del pasado siglo. La Madre María, discípula le dicen cariñosamente por el color de la piel de la imagen)
del anterior, también curandera y organizadora de un culto hallada y venerada por indígenas en la gruta de Choya (Ca-
que perdura hoy día; ella misma es venerada. tamarca). La Virgen y la víbora, que antes volaba, fue
M. Animales y plantas míticos. El basilisco, monstruo condenada a arrastrarse por la maldición recibida al asustar
nacido del' huevo más pequeño de gallinas o de huevo de al burro en que iba montada María, haciéndola caer, con
galio, que posee un solo ojo en la frente y mata con su mi- lo que se golpeó el Niño que llevaba en brazos. La Virgen
rada; muere si se mira en un espejo colocado para tal y la comadreja; ésta le regaló una gallina para hacerle
fin, o si es mirado primero por el hombre. El kaparilo caldo al Niño, y María la bendijo, por lo cual la comadreja
("el gritador") es un ser que puede adoptar la forma de no sufre durante la parición.
cualquier animal o tornarse invisible; asusta imitando gritos Un santo local, San Francisco Solano, tiene asidua pre-
de diversos animales, a la hora de la oración, que es sencia en la narración tradicional del centro y noroeste del
cuando se hace presente. país; entre los variados relatos, que configuran un ciclo,
N. Tesoros. Hay numerosos relatos sobre tesoros ente- pueden recordarse; El pan del encomendero, al ser apretado
rrados, con indicaciones para hallarlos y los peligros que por el santo dejó caer gotas de sangre, que representaban
entraña su búsqueda. Las labranzas de Soria es uno famoso, la derramada por los indios explotados por los españoles,
cuyo recuerdo persiste en la tradición oral de San Juan a quienes el santo maldijo. Río Hondo debe su nombre a
y La Rioja; se trata de las minas de oro y plata, y mucho la exclamación del santo, en son de broma, cuando las cre-
de lo extraído de ellas, que habrían pertenecido a un espa- cidas y agitadas aguas del río Dulce se abrieron a su paso,
ñol llamado Francisco de Paula Soria, autor de un "derro- al frente de una tropa de carretas y ante el asombro de
tero" firmado en Chuquisaca en el siglo XVIII; el derrotero quienes la integraban.
se conoce en distintas versiones ,y el tesoro nunca fue Otro sector destacado de las leyendas religiosas está

168 169
formado por las historias sobre personajes a los que el cial, el carácter (sagrado o profano), ni la función cumplida
pueblo ha canonizado sin intervención de la Iglesia Católica por el relato (que varía generalmente en relación con el
y a los que rinde culto semejante al de los santos católicos. contenido, manifiesto o latente), aunque es elevado el nú-
Estos relatos podrían incluirse también en ¡a sección III, mero de temas en los que se transparente la intención
bajo el subgrupo L, Personas que poseen dones y fuerzas didáctica.
sobrenaturales o mágicas, pero en razón de las creencias Como muchos eminentes autores han señalado, la investi-
y el tipo de culto asociados, preferimos consignarlos en el gación acerca de las leyendas ha adolecido de fallas en
grupo IV. Los. personajes objeto de culto son numerosos; cuanto a recopilación de documentos y en cuanto a su análi-
sus vidas pueden presentar diferencias, pero poseen una sis. En nuestro país se cuenta con bastante información,
característica que los asemeja: la muerte violenta, a veces cuantitativamente, pero que presenta muy serias deficien-
brutal. Sólo mencionaremos algunos, como ejemplo, al igual cias. En lo que se refiere a la documentación, muchos textos
que en las anteriores secciones. fueron reunidos en todo el país en el año 1921, y consti-
La Difunta Correa, hoy venerada en todo el país, fue una tuyen parte de la Colección del Folklore, que integra el
mujer que, a ¡a siga de su marido, murió, de sed y agota- archivo del Instituto Nacional de Antropología; ¡a mayor
miento en Vallecito (San Juan), con un niño de pecho en parte de tales textos está inédita y no ha concluido aún
brazos, el que fue hallado vivo. Juana Figueroa, a quien le su catalogación. Muchas de las narraciones publicadas co-
rinden culto en Salta, fue brutalmente asesinada por su mo leyendas en distintas obras no son versiones documen-
marido, en razón de supuesta o real infidelidad. La Telesita tales, sino reelaboraciones "literarias" de autores sin for-
era una joven "inocente", amiga de las fiestas y del baile, mación sistemática en antropología o en folklore, cuando
que murió quemada; se la recuerda en Santiago del Estero, no son —caso mucho más graves aún— absolutas inven-
especialmente a través de celebraciones llamadas telesiadas. ciones presentadas como muestras del acervo popular. Lo
Pedrito Sangüeso fue un niño violado y luego asesinado más frecuente, tanto para los textos publicados como para
por un hermanastro; su tumba está en el cementerio de los inéditos, es que ei relato aparezca aislado, sin datos
Salta y es venerado especialmente por niños. sobre el contexto, circunstancia que en algunos casos torna
imposible descubrir la actitud del grupo frente al hecho
Bairoleto fue un "bandido caballeresco", muerto por la
narrado. Un ejemplo frecuente de esta situación está dado
policía; su tumba está en el cementerio de Gral. Alvear
por los abundantes registros de relatos etiológicos que ex-
(Mendoza). José Dolores también fue un bandido que murió
plican características de anímales y de plantas locales, con
en una pelea con la policía, en la calle que hoy tiene su
carencia de información para saber si se trata de hechos
nombre en Pocito (San Juan), donde se lo venera. Bazán
tenidos como verdad o como ficción.
Frías, delincuente muerto por la policía, está sepultado en
el cementerio viejo de Tucumán; su tumba es lugar de culto. Los estudios realizados sobre leyendas de la Argentina
También lo es la de Olegario AlVarez, en el cementerio son muy escasos hasta ahora. Hay trabajos monográficos
de Saladas (Corrientes), otro bandido muerto por una par- sobre una leyenda (la ciudad de Esteco), sobre algún per-
tida policial. En las historias de estos hombres que vivie- sonaje legendario (Santos Vega), o sobre los relatos que
ron ai margen de las leyes de nuestra sociedad y que son giran en torno de figuras arraigadas en la memoria popular
objeto de veneración, está presente el tema del bandido (San Francisco Solano, Difunta Correa, Martina Chapanay);
bondadoso que ayuda a los pobres, tipo Robin Hood. hay trabajos que procuran brindar interpretaciones psicoló-
El análisis de muchas versiones argentinas de temas re- gicas y psicoanalíticas de ciertos temas (la leyenda del
presentativos de los cuatro grupos del proyecto de clasifi- cacuy); hay algunos enfoques que tratan de dilucidar oríge-
cación que hemos considerado, BOS permite señaJar que nes históricos y étnicos de otras narraciones. Pero, repe-
una definición abarcativa, a partir de los rasgos comunes timos, la bibliografía no es abundante y hay muchos as-
a todas esas narraciones, puede postular a la leyenda como pectos cuyo análisis aún no se ha encarado.
narración tradicional anónima de acciones consideradas ver- En sucesivos seminarios de folklore para estudiantes de
daderas por el actor y su grupo. No son rasgos unánimes antropología de la Universidad de Buenos Aires (1964,
el tipo de transmisión (puede ser oral, escrita, o coexistir 1971, 1972, 1973) hemos abordado el estudio sistemático
ambas formas), los elementos de localización témporo-espa- de las leyendas de nuestro país. Se ha iniciado la prepa-

170 171
ración de una bibliografía crítica y analítica, para la cual primera persona como experiencia propia) o como fabulat
se ha revisado ya numeroso material; igualmente, se esta (relato más elaborado, del dominio de la comunidad).
confeccionando un catálogo temático, Hay, además, mono- La leyenda de creencia tiene múltiples manifestaciones en
grafías (casi todas inéditas) que constituyen valiosos apor- fa Argentina, y debe señalarse su fuerte persistencia mien-
tes para el conocimiento de temas singulares (Coquena, tras la creencia se mantiene. No es exclusiva de grupos
Juana Figueroa, San Francisco Solano, la Telesita, el fami- campesinos o rurales, pues se registra igualmente en el
liar, el lobisón, etc.), de grupos de relatos [v g. leyendas seno de comunidades urbanas. La nombrada Linda Dégh
etiológicas), o de materiales de algunas áreas para inten- (1971), por ejemplo, ha llamado la atención sobre su pre-
tar caracterizaciones regionales. Lo expuesto en esta breve sencia en la sociedad industrial moderna, aduciendo, entre
contribución es, en gran medida, resultado de los estudios otros casos, el ejemplo de los relatos en torno de los
realizados en esos cursos y, en especial, de las fructíferas objetos voladores no identificados (OVNI).
discusiones con los licenciados Manuel María Rocca y Para el caso argentino, no nos parece aconsejable el em-
Silvia Perla García, a quienes quedo reconocida por su efi- pleo de la denominación de "leyendas míticas", que figura
caz ayuda. en el proyecto de clasificación antes citado. Wayland D.
Los relatos argentinos analizados, que pueden clasificarse Hand expresó ya que no hay acuerdo sobre qué material
como leyendas según la definición propuesta más arriba, debe incluirse bajo ese rótulo, que sólo puede tener algún
deben separarse en dos grandes grupos, que ofrecen carac- sentido en países donde existe una conexión entre la alta
terísticas bien diferenciadas: mitología antigua y el folklore moderno.
I. Narraciones que dan cuenta de un suceso [o de va-
rios) verdadero, acaecido una sola vez en un tiempo pasado,
y no repetido. En muchos de estos relatos, que pueden Bibliografía
ser sagrados o profanos, hay elementos que permiten ubicar
al suceso en tiempo y espacio.
Dégh, Linda: Processes of Legend Formatíon. (En: IV In-
Dentro de este grupo se incluyen leyendas históricas e
ternational Congress for Folk-Narrative Research in Athens.
histérico-culturales, religiosas y etiológicas.
Lectures and Reports, ed. Georgios A. Megas. Athens,
I!. Narraciones referidas a seres y fuerzas sobrenaturales 1965, p. 77-87).
cuyos poderes actúan en tanto se crea en ellos. La di- Dégh, Linda: The "Belief Legend" in Modern Society: Form,
mensión temporal carece de importancia pues el hecho pudo Function, and Relationship to Other Genres. (En: Ameri-
suceder ayer, sucede hoy y ocurrirá mañana, es decir, el can Folk Legend. A Symposium, ed. Wayland D. Hand.
poder sobrenatural es activo y presente; los hechos son University of California Press, Berkeley-Los Angeles-Lon-
repetibles. Este grupo está constituido por los relatos para don, 1971, p. 55-68).
los que puede usarse la denominación leyenda de creencia
Hand, Wayland D.: Status of European an American Legend
(belief legend en la bibliografía inglesa), puesto que la
Study. (En: Current Anthropology, v. 6, n'; 4, 1965, p. 439-
creencia constituye el núcleo y la razón de ser de la narra-
466).
ción. Además, esta dualidad creencia-narración puede com-
Ortutay, Gyula, ed.: Tagung der Sagenkommíssion der Inter-
plementarse con algún tipo de comportamiento asociado,
national Society for Folk-Narrative Research. Budapest, 14-
para propiciar a los seres y fuerzas sobrenaturales, defen-
16 Oktober, 1963. (En: Acta Ethnographica Academiae
derse de ellos o neutralizarlos.
Sciéntiarum Hungaricae, v. 13, 1964, p. 1-131).
Como lo ha manifestado Linda Dégh (1965), la leyenda Sydow, C. W. von: The Categories of Prose Tradition. (En:
local o de creencia está "entretejida con otras manifesta- Selected Papers on Folklore. Copenhagen, Rosenkilde and
ciones de creencias folklóricas vivas", y el registro docu- Bagger, 1948, p. 866-88).
mental en torno de las mismas incluye desde sentencias
o afirmaciones y descripciones hasta relatos elaborados [Chertudl. Susana: " L a leyenda folklórica en la A r g e n t i n a " , en Rela-
para mostrar la creencia. La narración, a su vez, y usando ciones, de la Sociedad Argentina de Antropología, Tomo IX, Nueva Serie,
Buenos Aires. 1975. p. 69-75. Reproducido con gentil autorización del es-
la terminología de von Sydow, puede aparecer como me- poso de la autora. Lie. Ricardo Nardi; Susana Cfiertudi de Nardi falleció
morat (historia individual o familiar, a menudo contada en en 1377.]

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índice

Introducción 9
Guillermo E. Magrassi
y Manuel María Rocca
Selección de textos
La palabra "folklore" 33

Robert Redfield
La sociedad folk 37

George M. Foster
¿Qué es la cultura folk? 65

WMfiam R Baacom
Folklore y antropología 77

Richard M. Dorson
Teorías folklóricas actuales 91

Kermeth S. Goldstein
Guia para los investigadores de
campo en folklore 139

Américo Paredes
Divergencias en el concepto
del folklore y el contexto cultural 153

Susana Chertudi
La leyenda folklórica en la Argentina 165
Introducción
al folklore

El saber del pueblo, el conocimien into


popular, es en s! mismo un conoci- oci-
miento científico, es la ciencia del
pueblo, de donde surgen y en la que
se basan todas las ciencias oficiales
del correr de los tiempos.
El folklore tiene sus rafees en el siglo
XIX pero adquirió un perfil propio
dentro de las disciplinas antropo-
lógicas en la presente centuria con la
convergencia como la confrontación
de diversas corrientes, desde el
funcionalismo y la antropología cultu-
ral, al psicoanálisis y el estruc-
turalismo.
Dejó atrás algunas antinomias de los
primeros tiempos —como "cultura
espiritual" contra "cultura material"
o cultura "folk" contra cultura ur-
bana—para reivindicar su interés por
las más variadas manifestaciones de
la cultura popular.
Introducción y selección de textos de
Guillermo E. Magrassi y Manuel María
Rocca.

Volumen doble (D)

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