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LA PROPIEDAD
La accesión:
La accesión es una aplicación fiel al principio del Derecho común que dice: “accesorium sequitur
principale”.
Los fenómenos que según nuestra legislación civil se ubican dentro de ésta figura se clasifican de la
siguiente forma:
a) Los frutos: La adquisición del dominio de los frutos como fenómeno de accesión, es puesta en
duda, ya que la apropiación de estos, es producto del derecho de propiedad sobre el bien
principal.
b) Accesión natural inmobiliaria: aluvión, avulsión, mutación de cause, formación de islas.
c) Accesión industrial inmobiliaria: “Lo edificado, plantado o sembrado en predios ajenos y las
mejoras o reparaciones hechas en ellos, pertenecen al dueño de los mismos…” (art. 627).
d) Accesión mobiliaria: Adjunción, conmixtión y especificación (art. 646).
La ocupación:
Esta institución jurídica, se encuentra regulada por el Código Civil en el Título III, entre los artículos
655 hasta el 723, las formas de ocupación más particulares y destacadas son: la caza, pesca y el
descubrimiento de tesoro. En el Derecho romano, equivalía a la mera posesión de las cosas que
según el derecho no pertenecía a nadie, constituyendo de este modo la primera manifestación del
dominio.
El profesor Lacruz (2001) define a esta figura de la siguiente forma: “Ocupación, es la toma de
posesión de una cosa corporal que carece de dueño, con ánimo expreso o implícito de
incorporarla al propio patrimonio” (p. 102).
Para que se opere la ocupación, como modo de adquisición del dominio, deben concurrir los
siguientes supuestos: a. Aprehensión física. b. Capacidad voluntad.
La usucapión
Esta figura, es conocida también como “prescripción adquisitiva”, nuestra legislación Civil la regula
dentro de su cuerpo normativo con el nombre de “prescripción positiva”. Dicha institución jurídica
del derecho real, personifica la posibilidad de adquirir de forma originaria la propiedad de un bien
por medio de la posesión prolongada de éste, durante un plazo de tiempo. Cabe señalar que para
que ocurra tal supuesto deben cumplirse una serie de requisitos y condiciones, los cuales son
prescritos por la ley. En cuanto al tratamiento de esta figura; por constituir el tema medular que es
Derecho Civil II
La ocupación.
La ocupación es, en el derecho civil, un modo de adquirir la propiedad de las cosas
que carecen de dueño, y consiste en su aprehensión material unida al ánimo de
adquirir el dominio. Es necesario que el bien tanto no tenga propietario, al poseerlo por un
tiempo determinado, se adquiere la propiedad por ocupación.
https://definicionlegal.blogspot.com/2012/06/modos-de-adquirir-la-
propiedad.html
Accesión
Es el el derecho que corresponde al propietario para hacer suyo lo que la
cosa de que es dueño, produce o se le une o incorpora natural o
artificialmente.
http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/accesion/accesion.htm
Aunque el Código Civil se ocupa de esta institución en el Libro II, Título II, Capítulo II, artículos
353 a 383, y no en el Libro III, que es el dedicado expresamente a los modos de adquirir, lo cierto
es que la accesión es también un modo de adquirir el dominio, que permite que el derecho de
propiedad que se ostenta sobre una cosa se constituya en causa que permita extender dicho dominio
a otra u otras cosas, producidas por ella o unidas a ella, ya lo estén por obra de la naturaleza o del
hombre, o por ambos medios a la vez.
Así, el artículo 353 del Código Civil dispone que "la propiedad de los bienes da derecho por
accesión a todo lo que ellos producen, o se les une o incorpora, natural o artificialmente". Este
precepto se asienta en el principio de que lo accesorio sigue a lo principal (accesorium sequitur
principale), de manera que, quien es dueño de la cosa madre o de la cosa más importante, ostenta la
Derecho Civil II
facultad de extender su dominio sobre la accesoria o menos importante, ya se trate de frutos que
produzca la cosa madre o de cosas que a ella se incorporen.
II .CLASES
Atendiendo a los propios términos en que se encuentra redactado el artículo 353 del Código Civil es
posible distinguir entre accesión por producción y por incorporación.
Accesión por producción (también denominada accesión discreta), es la que se extiende sobre los
frutos que produce la cosa madre. Por ello se dice que el dueño de la cosa madre lo es también de
los frutos que esta produce.
Accesión por incorporación (también denominada accesión continua), que es la que se extiende
sobre la cosa o cosas unidas o incorporadas a la cosa principal, ya sea de forma natural o
artificialmente (esto es, por la mano del hombre).
El fundamento de la accesión por incorporación se encuentra en las ventajas prácticas que derivan
de que una misma persona ostente la propiedad sobre el conjunto formado por la cosa madre y las
unidas o incorporadas. Además, lo contrario, esto es, que personas distintas el dominio sobre la cosa
madre o principal y sobre las incorporadas se atribuya a personas distintas, supone la necesidad de
separarlas, lo que en ocasiones no va a ser posible más que con su destrucción.
Dentro de la accesión por incorporación, la ley distingue entre accesión de inmueble a inmueble, de
mueble a inmueble, y de mueble a mueble.
La accesión de mueble a inmueble (o artificial), por obra del hombre, comprende los casos
de edificación, plantación y siembra hechas en suelo ajeno al dueño de los materiales con los que se
edifica, planta o siembra.
Por medio de la accesión, la propiedad de la cosa madre fructífera permite a su dueño hacer suyos
los frutos que ella produce, entendiéndose por fruto todo beneficio o rendimiento que, con propia
sustantividad, se deriva de la utilización o explotación de una cosa. Según el artículo 354 del
Código Civil, pertenecen al propietario todos los frutos, ya sean naturales, industriales o civiles.
Derecho Civil II
Aunque la accesión permite que la propiedad sobre la cosa principal o fructífera se constituya en
título atributivo de la facultad de percibir los frutos de la misma ("facultas fruendi"), tanto en el
Derecho Común o general como en el Foral dicha facultad también aparece vinculada a otras
relaciones jurídicas distintas a la propiedad, no sólo de naturaleza real (usufructo) sino también
obligacional, encontrándose entre estas últimas el contrato de compraventa, en cuanto, perfecta y
aún no consumada, confiere al comprador el derecho a que se le entregue la cosa vendida con los
frutos que desde la perfección haya podido producir, y por tanto, faltando la entrega (modo), antes
incluso de hacer suya la propiedad de la cosa fructífera.
La definición de cada clase de frutos se encuentra en el artículo 355 del mismo cuerpo legal. Según
este precepto, se consideran frutos naturales "las producciones espontáneas de la tierra, y las crías
y demás productos de los animales", frutos industriales "los que producen los predios de cualquier
especie a beneficio del cultivo o del trabajo" y civiles "el alquiler de los edificios, el precio del
arrendamiento de tierras y el importe de las rentas perpetuas, vitalicias u otras análogas". No
obstante, la enumeración que el Código contiene respecto de los frutos civiles no es exhaustiva ni
limitativa de los que deben estimarse comprendidos como tales, por lo que, a modo de ejemplo, la
Jurisprudencia ha venido extendiendo el concepto de fruto civil a los procedentes de los títulos
valores, y a los intereses que se devenguen periódicamente de un capital.
Sólo se reputan frutos naturales o industriales los manifiestos o nacidos, si bien, en relación a los
frutos de los animales es bastante para que tengan esa consideración que las crías estén en el vientre
de su madre, aunque no hayan nacido.
El Código impone al dueño de la cosa, que percibe los frutos, abonar los gastos hechos por un
tercero para su producción, recolección o conservación.
- Aluvión
No obstante, según el artículo 367, distinto es el caso de los propietarios de heredades que lindan
con estanques o lagunas pues, en tal caso, no cabe hablar de aluvión ni adquirir por accesión la parte
de terreno que quede al descubierto por la disminución natural de las aguas, por la misma razón que
los dueños de esos fundos no pierden el terreno que se vea inundado en las crecidas extraordinarias.
- Avulsión
Derecho Civil II
Se denomina así al hecho de que sean aportados a un predio ribereño porciones de terreno o árboles,
procedentes de otros predios, arrancados del terreno original por la acción violenta de las aguas, es
decir, no por la acción lenta y constante de la corriente como sería el caso del aluvión.
En este caso, el propietario del terreno al que vayan a parar sólo adquiere por accesión los árboles
arrancados y transportados por la corriente, siempre y cuando el dueño del terreno del que procedan
no los reclame dentro de un mes, pues en tal caso, conserva la propiedad, abonando los gastos
ocasionados por recogerlos y ponerlos en lugar seguro. Sin embargo, cuando lo arrancado por la
corriente de un río, arroyo o torrente es una porción conocida de terreno, el dueño de la heredad a
que pertenecía la parte segregada conserva siempre la propiedad, impidiendo que por accesión el
dueño del predio al que fueron a parar pueda adquirir el dominio de dicha porción. Lo mismo es
aplicable cuando la porción conocida de terreno se traslada a consecuencia de un corrimiento de
tierras.
- Mutación de cauce
Se refiere el artículo 370 del Código Civil a una modalidad de accesión en virtud de la cual, los
dueños de los predios ribereños adquieren la propiedad de los cauces de los ríos que queden
abandonados por variar de forma natural el curso de las aguas, añadiendo el precepto que si el cauce
abandonado separaba heredades de distintos dueños, la parte abandonada acrecerá por igual unas y
otras, de manera que la nueva línea divisoria discurra equidistante. El dominio sobre el cauce seco
se adquiere de forma automática. Es requisito esencial que se trate de cauces de dominio público.
El otro supuesto que se engloba bajo esta modalidad es cuando un río navegable y flotable varía su
dirección, abriéndose nuevo cauce a través de heredad privada, en cuyo caso el Estado adquiere el
dominio sobre este terreno, recobrando la propiedad del mismo el dueño primitivo siempre que las
aguas vuelvan a dejarlo seco, sea naturalmente o por consecuencia de trabajos legalmente
autorizados al efecto (Artículo 372 del Código Civil).
- Formación de isla
Esta modalidad contempla diferentes supuestos. Uno de ellos (artículo 371), atribuye por accesión
la propiedad al Estado sobre las islas sitas en los mares adyacentes a las costas de España y en los
ríos navegables y flotables. Otro supuesto, previsto en el artículo 373 del Código Civil, alude a la
accesión natural de inmueble a inmueble respecto de las islas que se formen por acumulación de
arrastres superiores en los ríos no navegables y flotables, cuya propiedad adquiere el dueño del
predio situado en la orilla más próxima, repartiéndose longitudinalmente por mitad la propiedad,
cuando la isla se encuentra enclavada en la mitad del rio, hallándose consecuentemente a la misma
distancia de dicha isla los predios sitos en los márgenes del rio.
Esta especie de accesión, también conocida como accesión artificial o incluso como accesión
industrial en bienes inmuebles, en cuanto procede de la mano del hombre, -a diferencia de la
accesión de inmueble a inmueble, producida por obra de la naturaleza- comprende tres casos:
edificación, plantación y siembra en predio ajeno al dueño de los materiales. Su regulación básica
se contiene en el artículo 358 del Código Civil, que dispone que lo edificado, plantado o sembrado
en predios ajenos, y las mejoras o reparaciones hechas en ellos, pertenecen al dueño de los mismos.
Derecho Civil II
En función de la existencia de buena o mala fe de los respectivos propietarios (del suelo y de los
materiales), y de quién es el que actúa, la regulación legal permite distinguir, en síntesis, las
siguientes situaciones:
- Dueño de terreno que edifica, planta o siembra en suelo propio con materiales ajenos
En caso de buena fe del dueño del terreno; el dueño del terreno en el que por sí o por otro se realice
una edificación, plantación o siembra está obligado a pagar el valor de los materiales, adquiriendo
por accesión la propiedad de lo incorporado (artículo 360 del Código Civil). Según reiterada
Jurisprudencia, el pago es requisito sine qua non para adquirir la propiedad de lo incorporado.
En caso de mala fe del dueño del terreno; además de abonar el valor de los materiales, debe
indemnizar al dueño de estos por los daños y perjuicios (artículo 360). La mala fe del dueño del
terreno existe cuando se edifica, planta o siembra a su vista, ciencia y paciencia sin oponerse.
- Dueño de materiales que edifica, planta o siembra en suelo ajeno, con materiales propios
Con buena fe del dueño de los materiales; se concede al dueño del terreno la opción entre hacer
suyo lo incorporado previa indemnización o obligar al que edificó o plantó a pagar el precio del
terreno, y al que sembró a pagar la renta correspondiente, como si se tratara de un arrendamiento
(artículo 361 del Código Civil).
Con mala fe del dueño de los materiales; se concede al dueño del terreno al que se hizo la
incorporación la facultad de optar entre quedarse con lo incorporado sin pagar nada (artículo 362) u
obligar al dueño de los materiales a retirar, a su costa, la obra, plantación o siembra, devolviendo el
terreno al estado que tenía (artículo 363). La Ley no dice nada respecto de la indemnización de los
perjuicios ocasionados, pero la doctrina la considera compatible.
La mala fe de ambas partes (dueño del suelo y de los materiales) otorga a cada una los mismos
derechos que tendrían de haber actuado de buena fe (artículo 364).
Partiendo de la buena fe del tercero, dueño de los materiales, el dueño del terreno debe indemnizar
su valor, pero sólo subsidiariamente, cuando el que los empleó no pueda responder por carecer de
bienes con los que pagar, y siempre que no haya hecho uso por el propietario de la facultad de
exigir al actuante de mala fe la retirada, demolición de la obra o arranque de la plantación o
siembra.
- De mueble a mueble:
El Código contempla (artículos 375 a 383) tres supuestos: unión, mezcla y especificación.
- Unión
Existe cuando se juntan dos cosas muebles, de diferente dueño, dando lugar a un todo prácticamente
inseparable sin menoscabo de sus componentes. Por ejemplo, una alfombra en la que se han
empleado seda e hilo de oro pertenecientes a distintos propietarios.
Para determinar quién de ambos propietarios es el que adquiere la propiedad del conjunto, se ha de
estar: primero, a lo que hayan acordado; en su defecto, existiendo buena fe, rige la regla de que el
dueño de la cosa más importante lo será también de que se le une, previa indemnización al
propietario de ésta última. En principio, será más importante la principal respecto de la accesoria,
pero si ambas son principales, la de mayor valor será más importante respecto de la de valor
inferior, y si tuvieran el mismo valor, se considera más importante la de mayor volumen. En todo
caso, se considera principal una cosa cuando la otra se le une por adorno o para su uso o perfección.
Sin embargo, no se da la adquisición por accesión a favor del dueño de la cosa más importante o
principal en los siguientes supuestos:
Cuando la cosa unida es mucho más preciosa que la cosa principal, en cuyo caso el dueño de la más
preciosa puede reclamar también la separación, aún a riesgos de que se produzca un detrimento en
la principal (verbigracia, cuando a una pequeña alianza de oro de 18 kilates, y un valor en el
mercado de 200 euros se le une un diamante de varios kilates, con valor muy superior).
Mala fe: si concurre en el dueño de la cosa menos importante, la pierde debiendo además
indemnizar los perjuicios.
Si concurre en el dueño de la más importante, el dueño de la otra puede optar entre pedir su valor o
la separación, aún destruyendo la principal, más daños y perjuicios en ambos casos.
Si la mala fe es de ambos, tienen los mismos derechos que si los dos hubieran procedido de buena
fe.
- Mezcla o confusión
Derecho Civil II
Acontece esta figura cuando, sea por voluntad de ambos dueños, o por casualidad, o por decisión de
uno, de buena fe, se mezclan dos cosas de igual o diferente especie, que no cabe separar entre sí sin
menoscabo (dos vinos de diferente calidad, por ejemplo, o dos esencias para formar un perfume).
En este supuesto, la accesión no opera para uno sólo de los dueños, sino que cada propietario
adquiere sobre el conjunto un derecho proporcional atendiendo al valor de las cosas confundidas.
La mala fe de un dueño hace que pierda lo que le pertenecía, además de tener que indemnizar los
perjuicios causados al otro.
La mala fe de ambos se compensa, como es regla general, teniendo los mismos derechos que
tendrían en caso de actuar de buena fe.
- Especificación
Consiste en la realizar una obra de nueva especie empleando en todo o en parte materia ajena (como
ocurre cuando se realiza una estatua de bronce empleando materia prima de otro). También aquí,
existiendo buena fe, se atribuye la propiedad del conjunto al que lo fuera de la más importante,
indemnizando su valor.
Sólo en caso de mala fe de uno podrá el otro optar entre quedarse la obra sin pagar nada o que le
indemnicen la materia o el trabajo realizado, con indemnización de perjuicios en ambos supuestos.
http://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?
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LA OCUPACIÓN
Como modo originario de adquirir el dominio, la ocupación constituye el primero y
más antiguo de los medios de adquisición de la propiedad, ya que produce sus
efectos independientemente de un derecho anterior de cualquiera otra persona.
Este vocablo derivado del latín occupatio, onis1 que ha sido definido como “ Modo
de adquirir la propiedad de una cosa que no pertenece a nadie o respecto de la que
formula pretensión, por medio de la toma de posesión acompañada de la intención
de convertirse en su propietario ”.
CONCEPTO DE OCUPACIÓN
Son susceptibles de posesión privada por ocupación loa animales de caza; los peces
de los mares, ríos, y lagos navegables los enjambres de abejas si el propietario no
los reclamare inmediatamente, las conchas, corales y otras sustancias que se
encuentren en el fondo de los mares o que el mar arroje al exterior sin que
presenten signo de dominio anterior; los tesoros abandonados, joyas u objetos
preciosos que se encuentren sepultados o no haya indicios de quien sea su dueño;
los animales bravíos, salvajes, o domesticados que recuperen su antigua libertad;
y, de una manera general, cualquier otro objeto voluntariamente abandonado por
su dueño para que se lo apropie el primer ocupante
Aluvión
Existe aluvión cuando se aumenta la superficie, el predio o ribera de los ríos al depositar sus
arenas, piedras, etc. A este problema del aluvión responde el artículo 366 del Código Civil que
establece que “pertenece a los dueños de las heredades confinantes con las riberas de los ríos
el acrecentamiento que aquéllas reciben paulatinamente por efecto de la corriente de las
aguas”.
- Avulsión
Se produce avulsión cuando se aporta a los terrenos ribereños no sólo la arenisca y arrojos,
sino que se agrega porciones de terreno concreta e incluso árboles procedentes de otros
predios. La solución al caso de la avulsión viene recogido en los artículos 368 y 369 del Código
Civil que establecen, respectivamente, que “cuando la corriente de un río, arroyo o torrente
segrega de una heredad de su ribera una porción conocida de terreno y lo transporta a otra
heredad, el dueño de la finca a que pertenecía la parte segregada conserva la propiedad de
ésta”. Por su parte, el artículo 369 del Código Civil establece que “los árboles arrancados y
transportados por la corriente de las aguas pertenecen al propietario del terreno adonde
vayan a parar, si no lo reclaman dentro de un mes los antiguos dueños. Si éstos lo reclaman,
Derecho Civil II
Cuando el río cambia puede originar transformación en el cauce del mismo. Habrá que
atender al artículo 370 del Código Civil que establece que “los cauces de los ríos, que quedan
abandonados por variar naturalmente el curso de las aguas, pertenecen a los dueños de los
terrenos ribereños en toda la longitud respectiva a cada uno. Si el cauce abandonado
separaba heredades de distintos dueños, la nueva línea divisoria correrá equidistante de unas
y otras”.
- Formación de islas
En cuanto a las islas formadas en los mares adyacentes a España y a los ríos fluviales pasa a
titularidad pública. En cuanto a las islas formadas en ríos no navegables, el artículo 373 del
Código Civil establece que “las islas que por sucesiva acumulación de arrastres superiores se
van formando en los ríos, pertenecen a los dueños de las márgenes u orillas más cercanas a
cada una, o a los de ambas márgenes si la isla se hallase en medio del río, dividiéndose
entonces longitudinalmente por mitad. Si una sola isla así formada distase de una margen
más que de otra, será por completo dueño de ella el de la margen más cercana”. Asimismo,
Las islas formadas por dividirse en brazos la corriente dejando una heredad o parte de ellas.
Habrá que atender al artículo 374 del Código Civil que ordena que “cuando se divide en brazos
la corriente del río, dejando aislada una heredad o parte de ella, el dueño de la misma
conserva su propiedad. Igualmente la conserva si queda separada de la heredad por la
corriente una porción de terreno”.
En cuanto a la naturaleza jurídica de esta accesión, la doctrina, igualmente, discute, y así, hay
un sector que opina que al no venir recogida la accesión en el artículo 609 del Código Civil no
era un modo de adquirir la propiedad, para esta corriente lo que se produce es una extinción
objetiva de la propiedad que antes se tenía. Sin embargo, la doctrina mayoritaria opina que sí
es un modo de adquirir la propiedad.
- Clases de accesión
El principio general para resolver las cuestiones sobre la accesión es que lo accesorio sigue a lo
principal, lo cual, es caso paradigmático los supuestos de accesión de bien mueble a bien
inmueble.
http://www.infoderechocivil.es/2014/01/accesion-mueble-inmueble.html
Derecho Civil II
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