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Pensar con el Psicoanálisis, niños/adolescentes y familias. El programa de la materia
está sostenido dentro del área psicoanalítica y las relaciones del psa con el
Evolucionismo son relaciones complejas, conllevan tensiones, son relaciones de
conflicto.
El cuerpo no podría pensarse sin su articulación con lo psíquico. Cuerpo y psiquismo
son dos caras de la pulsión. La pulsión mira simultáneamente hacia lo somático, y
hacia lo psíquico. Las relaciones entre lo psíquico y lo somático son complejas,
ambiguas, de idas y vueltas, rizomáticas, circulares.
La complejidad de las relaciones psico-somáticas requiere de modelos de
epistemología de los sistemas complejos. Dicha epistemología realiza un aporte
importante para la construcción de este objeto de estudio: el cuerpo y sus vértices.
Waserman: el vértice.
Los procesos madurativos constituyen un campo importante. El hecho de que
efectivamente a tales edades del desarrollo del niño y del púber/adolescente se
espra, por la concurrencia con que se producen ciertos fenómenos relativos a la
maduración biológica, neuronal, endócrina; todos acontecimientos sobre toda la
maduración del SNC y del sistema endócrino. La pregunta está en las relaciones entre
la cronología del desarrollo y la subjetividad. Ese cuerpo de desarrollo constituye un
campo de saber que es objeto de estudios en campos de disciplinas como la biología,
medicina, neurociencias, genética, encodrinología. Disciplinas que se ocupan del
vértice somático del cuerpo. Pero el cuerpo tiene otros vértices. Uno es el vértice
somático. Pero otro vértice del cuerpo es lo que tiene que ver con el vértice psíquico
del cuerpo. Esto nos permite introducir un concepto rico y complejo que es el de la
imagen del cuerpo. El cuerpo tiene un vértice somático, que está conformado por sus
procesos del desarrollo y la maduración, y un vértice psíquico, constituido por la
imagen del cuerpo.
La imagen del cuerpo es la imagen que nos construimos de nuestro propio cuerpo. Y
esta representación psíquica implica procesos que comprometen al cuerpo en su
vértice biológico y al cuerpo libidinal.
Las relaciones entre la imagen Inconsciente del Cuerpo y las funciones familiares, las
funciones del Otro y las funciones de la cultura en la construcción de la imagen del
cuerpo. La imagen del cuerpo NO se produce sin el otro, sin el otro y sin la cultura.
Dos líneas que se abren en relación a la I.I.C; una es la línea de lo desarrollado por
Lacan, como Estadío del Espejo y su función en la constitución del Yo, y la otra
desarrollado por F. Dolto y Nasio quienes privilegian y destacan las vías de la
sensorialidad en la construcción de dicha imagen. A partir de las sensaciones
corporales del niño, en primera instancia con los intercambios maternos. Nasio
plantea la función del Segundo Espejo, el espejo de la pubertad. El púber vuelve a
visitar el espejo como re-visita. Esta re-visita del espejo se acompañará o no, se
disociará o no, será acorde o no, más o menos acorde más o menos conflictiva con
los procesos madurativos, con el vértice somático del cuerpo.
Hay que considerar un punto central en esta re-visita del espejo en la pubertad y es
la función de las sensaciones corporales especificas del trabajo de lo puberal, que
también se construyen con otro, ya no con el otro materno, si no con el otro/a en
tanto compañero/a sexual en los intercambios y exploraciones corporales. Entonces
la I.I.C lleva la marca de la relación al otro, dice Nasio.
Sin la I.I.C, construcción psíquica de la corporeidad, nadie puede hacer un buen uso
de su cuerpo biológico.
Sujeto y psicoanálisis
Desde una tópica prefreudiana a partir del cogito cartesiano, el yo piensa y no duda
de su propia existencia por la consciencia de pensar. Yo (sujeto
conciente/cognoscente) toma existencia y en ese nivel es en donde, para la filosofía,
se ubica el sujeto.
Con Freud y el pensamiento inconciente y las tópicas habrá un giro en las relaciones
entre el pensar, la conciencia y el yo. Con la llegada del Psa el sujeto queda del lado
del pensamiento inconsciente. La idea de movilidad y comercio entre los sistemas es
propio del aparato psíquico. Esta idea de movilidad e intercambio acompaña al
sujeto. Sujeto y, desde esta perspectiva, sujeto psíquico es actividad de intercambios
entre los sistemas de organización del aparato psíquico pero también es de
intercambio con la cultura, el medio.
Al introducir sujeto al inconsciente, el psicoanálisis se abre a las relaciones que el
termino guarda con el deseo. El sujeto es sujeto de deseo icc.
Sujeto e historización
Otros términos cercanos al del sujeto: El yo. Es una instancia psíquica de la tópica
freudiana. Destaquemos los aportes de Lacan quien traza las diferencias entre sujeto
y yo. Mientras que el yo forma parte del orden imaginario, el sujeto es parte del
orden simbólico. Mantiene esta distinción fundamental entre ‘’sujeto verdadero’’ del
Icc y yo, en tanto nucleo de identificaciones alienantes, su vinculación con el
narcisismo y el estadio del espejo. Piera Aulagnier propone un modelo de aparato
psíquico complejizado y otorga nuevas funciones al yo, entre las cuales destaca la de
historización específica de procesos adolescentes donde se realizan operaciones
relativas y de articulación con la temporalidad.
Winnicot destaca en relación a la inmadurez adolescente que ‘’lo único que la cura es
el paso del tiempo’’. Nuestro aporte es que no se trata tanto del paso del tiempo
como quien dice ‘’ya va a crecer, y va a madurar’’ sino del paso del tiempo por el
aparato psíquico, la marca que el paso del tiempo deja en el psiquismo; es decir, su
inscripción. La inscripción psíquica de la temporalidad como ‘’cura’’. Nos referimos a
la inscripción de lo pasado, lo vivido como perdido, el paso del tiempo como límite.
El yo requiere de inscribir y dar continuidad a su existencia a través del paso del
tiempo. Ahí la subjetividad trabaja, inscribiendo tiempo e hilando entre pasado,
genealogía y proyecto identificatorio. Subjetividad e historización en varios sentidos.
MECANISMO DEL PLACER PREVIO: El pale que cumplen las zonas erógenas es claro.
En su conjunto se aplican para brindar mediante su adecuada estimulación, un cierto
monto de placer; de este arranca el incremento de la tensión. La penúltima pieza del
acto es la estimulación apropiada de una zona erógena por el objeto más apto para
ello, la mucosa de la vagina; y bajo el placer que esta excitación procura, se gana, la
energía motriz requerida para la expulsión de las sustancias genésicas. Este placer
último es el máximo por su intensidad, y diferente de los anteriores por su
mecanismo.
El placer provocado por la excitación de las zonas erógenas y el producido por el
vaciamiento de las sustancias sexuales. El primero puede designarse conveniente
como placer previo, por oposición al placer final. El placer final es nuevo, depende de
condiciones que solo se instalan en la pubertad. La fórmula para la función de las
zonas erógenas seria: son empleadas para posibilitar la producción del placer de
satisfacción mayor.
PELIGROS DEL PLACER PREVIO: El nexo del placer previo con la vida sexual infantil se
acredita por el papel patógeno que puede corresponderle. Ese peligro se presenta
cuando el placer previo demuestra ser demasiado grande y demasiado escasa su
contribución a la tensión. Falta la fuerza pulsional para que el proceso sexual siga
adelante; todo el camino se abrevia, y la acción preparatoria correspondiente
reemplaza a la meta sexual normal. La experiencia nos dice que este prejuicio tiene
por condición que la zona erógena respectiva, haya contribuido a la ganancia de
placer en medida inhabitual ya en la vida infantil.
El malogro de la función del mecanismo sexual por culpa del placer previo se evita,
sobre todo cuando ya en la vida infantil se prefigura algún modo el primado de las
zonas genitales. Ya en la niñez se engendra cierto monto de tensión sexual.
Las exteriorizaciones infantiles de la sexualidad no marcan solamente el destino de
las desviaciones respecto de la vida sexual normal, sino de su conformación normal.
La teoría de la libido
El concepto de la libido como una fuerza susceptible de variaciones cuantitativas,
que podría medir procesos y trasposiciones en el ámbito de la excitación sexual. Los
procesos sexuales del organismo se diferencian de los procesos de la nutrición por un
quimismo particular. Las perversiones y psiconeurosis nos ha permitido inteligir que
esta excitación sexual no es brindada solo por las partes llamadas genésicas, sino por
todos los órganos del cuerpo. Así llegamos a la representación de un quantum de
libido cuya subrogación psíquica llamamos libido yoica, la producción de esta, su
distribución y su desplazamiento están destinados a ofrecernos la posibilidad de
explicar los fenómenos psicosexuales observados.
Esta libido yoica se vuelve accesible cuando ha encontrado empleo psíquico en la
investidura de objetos sexuales, cuando se ha convertido en libido de objeto.
En cuanto a los destinos de la libido de objeto, que es quitada de los objetos, se
mantiene fluctuante en particulares estados de tensión y por ultimo es recogida en el
interior del yo, con lo cual se convierte de nuevo en libido yoica. A esta ultima la
llamamos libido narcisita. La libido narcisista o libido yoica se nos aparece como el
gran reservorio desde el cual son emitidas las investiduras de objeto y al cual se
vuelven a replegarse, y la investidura libidinal narcisista del yo, como el estado
originario realizado en la primera infancia.
El hallazgo de objeto
Durante los procesos de la pubertad, se afirma el primado de las zonas genitales, y en
el varón, el ímpetu del miembro erecto remite imperiosamente a la nueva meta
sexual: penetrar en una cavidad del cuerpo que excite la zona genital.
Al mismo tiempo, se consuma el hallazgo de objeto; preparado desde la mas
temprana infancia.
Cuando la primera satisfacción sexual estaba todavía conectada con la nutrición, la
pulsión sexual tenia un objeto fuera del cuerpo propio: el pecho materno. Después la
pulsión sexual pasa a ser, autoerótica y solo luego de superado el periodo de latencia
se restablece la relación originaria.
El hecho de mamar el niño el pecho de su madre se vuelve paradigmático para todo
vinculo de amor. El hallazgo de objeto (encuentro) es propiamente un reencuentro.
LA BARRERA DEL INCESTO: Cuando la ternura que los padres vuelcan sobre el niño
ha evitado despertarle la pulsión sexual prematuramente y despertársela con fuerza
tal de manera inequívoca hasta el sistema genital, aquella pulsión puede cumplir su
cometido: conducir a este niño, llegada la madurez, hasta la elección del objeto
sexual. En virtud del diferimiento de la maduración sexual, se ha ganado tiempo para
erigir la barrera del incesto y para implantar en el los preceptos morales que
excluyen expresamente la elección de objetos por su calidad de parientes
consanguíneos.
La elección de objeto se consuma primero en la representación. A raíz de estas
fantasias vuelven a emerger en todos los hombres las inclinaciones infantiles, solo
que ahora con refuerzo somático. La moción sexual del niño hacia sus progenitores,
casi siempre diferenciada por la atracción del sexo opuesto: la del varon hacia la
madre y la de la niña hacia el padre. (Los primeros que se invisten son los objetos
parentales, fantasias incestuosas).
¿Enfermedad o salud?
Está la cuestión de la enfermedad psiquiátrica personal. La sociedad abarca a todos
sus miembros. Cuando están psiquiátricamente sanos, estos constituyen y mantienen
la estructura de aquella. Pero la sociedad también tiene que contener a los que se
encuentran enfermos, por ej: Inmaduros (de edad), los neuróticos, los melancólicos,
los esquizoides, los esquizofrénicos. A todos estos debo agregar la categoría más
incomoda, los paranoides, los dominados por un sistema de pensamiento.
Podriamos observar la sociedad en términos de enfermedad y ver como sus
miembros enfermos en uno u otro sentido llaman la atención.
Yo he decidido no mirar a la sociedad de ese modo. Prefiero verla en términos de
salud, es decir, en su salud o perpetuo rejuvenecimiento, gracias a sus miembros
psiquiátricamente sanos.
La tesis principal
La importancia de una crianza materna lo suficientemente buena. El término
‘’paterno’’ aparece por fuerza un poco más tarde que ‘’materno’’. Sabemos que tiene
importancia la forma en que se sostiene y manipula a un bebé, que la tiene quien lo
cuida y el conocimiento de si se trata de la madre o de otra persona. En nuestra
teoría del cuidado del niño, la continuidad de dicho cuidado ha llegado a ser un rasgo
central del concepto de ambiente facilitador, gracias a esa continuidad, puede el
nuevo bebé en situación de dependencia, gozar de continuidad en la línea de su vida,
y no pasar por una pauta de reacción ante lo impredecible, y volver a empezar una y
otra vez.
El potencial en la adolescencia
Los cambios en la pubertad se producen a distintas edades, aun en chicos sanos.
Estos no pueden hacer otra cosa que esperar tales cambios. Sea como fuere, el
cambio sexual no es el único. También hay cambios en dirección del crecimiento
físico y la adquisición de verdaderas fuerzas, aparece un verdadero peligro que
otorga a la violencia un nuevo significado. Entretanto existe una fuerte propensión a
la agresión, que se manifiesta en forma suicida.
Lo más difícil es la tensión que experimenta el individuo, que corresponde a la
fantasía inconsciente del sexo y a la rivalidad vinculada con la elección del objeto
sexual. El adolescente, no puede hacerse cargo aún de la responsabilidad por la
crueldad y el sufrimiento, por el matar y ser muerto que ofrece el escenario del
mundo. El sentimiento latente de culpa adolescente es tremendo y hacen falta años
para que el individuo desarrolle la capacidad de descubrir en la persona el equilibrio
de lo bueno y lo malo. La madurez corresponde a un periodo posterior.
La madurez sexual tiene que abarcar toda la fantasia icc del sexo, y en definitiva el
individuo necesita poder llegar a una aceptación de todo lo que aparezca en la mente
con la elección de objeto.
El apuntalamiento
En su búsqueda de ayuda exploratoria, el púber adolescente debe aprender a
apuntalar sus apuntalamientos. El objeto de sostén del adolescente necesita
desesperadamente de la investidura.
El gran secreto del apuntalador, es lograr que el sujeto se convierta en apuntalador
del apuntalamiento, que la pared sostenga a su vez la estaca que la sostiene, es decir,
que sostenga la confianza en la estaca, no la despoje de su investidura. La
transferencia es en ese sentido una reedición de una relación de apuntalamiento y
atraviesa procesos diversos. Los grandes fracasadores son hábiles en desinvestir el
apuntalamiento que se les ofrece. Allí parece estar obrando un principio que va mas
allá del principio de placer: la pulsión de muerte.
Hay en la adolescencia normal un deseo de recuperar el apuntalamiento perdido, ya
sea a través del objeto del enamoramiento o a través del grupo de pares, pero que
se pierde al entrar en la adolescencia. Podemos hablar en la adolescencia de un
deseo de apuntalamiento. Un deseo de reuperar el apuntalamiento del objeto que se
está perdiendo y de recuperar el apuntalamiento del grupo de pares de la latencia,
que también se pierde.
Objetos narcisistas
Los objetos narcisistas son los que apuntalan al yo del púber y estos son
fundamentalmente los padres. El narcisismo adolescente necesita para mantenerse
el amor de los padres. Es ese basamento lo que le permite al yo desplegar su fantasía
exploratoria en búsqueda del objeto y su acción exploratoria que se espera sea
sostenida por los padres.
Objetos transicionales
A partir del grupo de pares y de los objetos narcisistas, hay otros objetos
apuntaladores que acompañan al adolescente en sus exploraciones. En muchos
casos, el adolescente produce un objeto apuntalador cuya función ya conocio en su
infancia. Es el objeto que es parte de él y parte del objeto externo. Es una parte de él
que es no yo y lo acompaña en el mundo externo. Está presente cuando la ausencia
es más punzante y lo representa a él ante los otros.
Los objetos transicionales, los espacios y tiempos transicionales son conceptos que
ayudan a comprender el mundo adolescente, se las debemos a Winnicot.
En principio el placer
Para la subjetividad naciente se torna vital el contacto (sensorial) con la madre, El
otro primordial porque los distintos sentidos que intervienen en esos primeros
contactos corporales de alimentación y cuidados en general, con los procesos
psicosomáticos maternos, van a informar sobre el estado afectivo del encuentro. La
carga libidinal del encuentro es la que muestra presencia o ausencia del principio de
placer en el encuentro: ‘’aparato psíquico materno-aparato psíquico naciente’’. La
presencia o ausencia del principio de placer es fundamento de la puesta en marcha
del proceso de representación. Esto quiere decir que el p de placer es una condición
de inicio de la puesta en marcha de la actividad de representación para el proceso
originario.
Integración psique-soma: el ‘’enraizamiento’’
El concepto de lo originario y su representación, ‘’el pictograma’’ se introducen
diferencias que replantean la mirada sobre el modelo de análisis, apoyo o
apuntalamiento que Freud propuso para dar cuenta del origen del aparato psíquico y
su actividad. Una entidad ya constituida (cuerpo) sirve de apoyatura para que la otra
(lo psíquico) se constituya. Un ‘’Cuerpo’’ constituido que presta sus servicios para
que en sus bordes se monte otra función para constituirse (lo psi). El cuerpo biológico
ES, lo psi DEVENDRÁ.
Con el concepto de lo originario y su representación el pictograma, se propone un
modelo diferente para pensar lo psíquico y lo somático. El concepto de
representación pictogramática propone un modelo por el cual ya no se podrá decir
que lo psíquico por constituirse se apoyará en el cuerpo ya constituido. Hay razones
que lo justifican:
Primero, lo psíquico más que apoyado está enraizado a lo somático. En segundo
lugar, se plantea una diferencia entre soma-cuerpo desde que el psi incorpora
conceptos tales como pulsión, cuerpo erógeno, libido, etc, se considera la
subjetividad como integración psicosomática. Al nacer el bebé nace un soma. El soma
aún no es cuerpo. Devendrá cuerpo libinizado, erogeneizado. No hay cuerpo ‘’antes’’
que se espera y presta a lo psíquico. Se diría que proceso originario es pasaje del
soma al territorio, al estado de lo psíquico, donde lo somático termina de tomar vida,
se hace cuerpo erógeno.
El pictograma
La representación correspondiente al trabajo de representación de lo originario
cuando está regulada por el principio de placer es el pictograma de fusión. Se
produce un efecto que llamaremos pictograma de rechazo que su incidencia se hace
notoria en procesos de patologías graves.
¿Qué fusiona pictograma? Lo somático y lo psíquico, su efecto es la integración
psicosomática. La subjetividad también. Fusiona objeto y zona: el pecho forma parte
de la boca, para el proceso originario, para el pictograma de fusión, etc. Y
representación y afecto: el cuerpo erógeno lleva inscriptas las marcas de su pasaje
por el principio de placer. Pictograma de fusión es Principio de Placer corporizado.
‘’Del trauma puberal al acontecimiento adolescente’’- CÓRDOVA.
Un acontecimiento no es solo algo extraordinario, inédito, y novedoso que le sucede
al sujeto. El acontecimiento no se produce por sí mismo, requiere que el sujeto se
implique con él. Para que haya acontecimiento y no solo trauma se requiere de un
trabajo de apropiación subjetiva e interpretación que irrumpe avant coup.
El sujeto debe interpretar ese acontecimiento como la llegada de algo inédito.
Las adolescencias se vinculan con los acontecimientos que se promueven en los
campos del arte y la política. Pero tomamos al amor como paradigma.
ACONTECIMIENTO
Identificar acontecimiento y verdad no es más que una simplificación. No se trata de
esperar un acontecimiento milagroso, la verdad revelada. Se trata más bien de
extraer de 7 un acontecimiento anterior. De ese modo prepararse lo mejor posible
para la recepción subjetiva de lo que se producirá inevitablemente. El
acontecimiento ahí solo como creador de posibilidades. Las posibilidades abiertas se
hallan aun presentes en la situación durante un largo tiempo secuencial. Se agotan
poco a poco, pero están presentes.