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3.2.

Principio de Legalidad:
Que aparecen consagrado, por primitiva, en los Derechos del Hombre yd el
Ciudadano en 1789
En virtud de este principio se pretende que toda la actuación de los 3 Poderes del
Estado – Ejecutivo, Legislativo, Judicial se sometieran de manera prescrita por la
ley.
El principio de legalidad se manifiesta, consecuencia, en una cuádruple dimensión.
1. El reconocimiento del principio de la Jerarquía Normativo que
significa que una norma inferior no puede contradecir otra rango
superior, de tal manera que si esta llegase a producir un desajunte
entre una norma respecto al rango en “subordinación” estaríamos
hablando de la violación de un principio constitucional.
2. Reconocer del principio de la supremacía de la ley, que es
concreción del principio anterior.
3. El reconocimiento del principio de reserva de ley que significa en
algunos ordenamientos jurídicos que la regulación determine el
estatuto básico de derechos fundamentales solo será realizada a
través de leyes, quedando fuera de las competencias de un gobierno
4. El reconocimiento del principio de la validez normativa de la
Constitución. Esta es norma jurídica de aplicación directa y no mero
conjunto o reunión de principios programáticos o políticos.

“El principios de legalidad es el más importante en el ámbito del Derecho


Administrativo”
Establece que solo por normas con rango de Ley se puede determinar la potestad
sancionadora. En ningún caso habilitarán a disponer la privación de la libertad.
3.5. Principio de Tipicidad:
Solo puedes ser constituida las conductas sancionables administrativamente en
las diferentes infracciones previstas al momento de su tipificación, como tales, sin
dejarle un hueco a la dualidad de interpretación o una visualización subjetiva o
análoga. Las disposiciones reglamentarias de desarrollo pueden especificar o
graduar aquellas dirigidas a identificar las conductas o determinar sanciones, sin
constituir nuevas conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los
casos que la ley misma permita la tipificación por vía reglamentaria.
Y nosotros tenemos como base legal por excelencia al artículo dos inciso
veinticuatro de la Constitución Política del Perú, que versa sobre lo transmitido de
la siguiente manera

“Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al


tiempo de cometerse este previamente calificado en la ley de
manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni
sancionado con pena no prevista en la ley”.

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