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Para la ciudad de Moche, en la costa norte de Perú, véase Moche (Trujillo).
Mochica/Moche
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Son considerados los ceramistas del antiguo Perú, gracias a su fino y elaborado
trabajo que realizaron en sus ceramios. En ellas representaron, tanto de manera
escultórica como pictórica, a divinidades, hombres, animales y escenas
significativas referidas a temas ceremoniales y mitos que reflejaban su concepción
del mundo, destacándose la asombrosa expresividad, perfección y realismo con que
los dotaban. De este arte sobresalen los huacos retratos y los huacos eróticos.
Fueron navegantes: construyeron caballitos de totora, los que hacían más pequeños
para la pesca y más grandes para sus viajes hasta las costas ecuatoriales, desde
donde traían conchas de Spondylus, sagrada para los moches, y en general, para el
resto de las culturas costeñas del Antiguo Perú.
Índice
1 Ubicación geográfica
1.1 Mochica norte
1.2 Mochica sur
2 Descubrimiento
3 Historia
3.1 Hipótesis sobre el colapso de la cultura Moche
4 Economía
4.1 Agricultura
4.1.1 La ingeniería hidráulica
4.2 Pesca
4.3 Navegación y comercio
4.4 La cerámica
5 Organización política
6 Organización social
7 Arte
7.1 Cerámica
7.1.1 Períodos
7.2 Arquitectura
7.3 Pinturas murales
7.4 Metalurgia y orfebrería
8 Protoescritura
9 Religión
10 Tumbas encontradas
10.1 El Señor de Sipán
10.2 Las sacerdotisas de San José de Moro
10.3 La Dama de Cao
11 Galería
12 Véase también
13 Referencias
14 Bibliografía
15 Enlaces externos
Ubicación geográfica
Los mochicas se expandieron por el sur hasta el valle de Nepeña (Áncash) y por el
norte hasta el valle de Piura (Piura).
Piura (Piura)
La Leche (Lambayeque)
Lambayeque (Lambayeque)
Zaña (Lambayeque)
Jequetepeque (La Libertad)
Chicama (La Libertad)
Moche (La Libertad)
Virú (La Libertad)
Chao (La Libertad)
Santa (Áncash)
Nepeña (Áncash)
Inicialmente fue conocida como cultura protochimú o Chimú temprano, pero recibió el
nombre de «cultura moche» tras los descubrimientos en el valle de Moche. También se
la denomina «cultura mochica» en razón del nombre de la lengua, el muchik, que
hablaban sus pobladores.
Mochica norte
En el valle de Lambayeque: Sipán, Pampa Grande.
En el valle de Jequetepeque: Complejo San José de Moro, Huaca Dos Cabezas, Complejo
Pacatnamú, Casa de la Luna o Sián, el Hornito (entre San Pedro y Pacasmayo),
Sincapecerce de Poémape y la Tumba de la Mina.
Mochica sur
En el valle de Chicama: Sonolipe, Urricape, Mocollope, La Campana, Huaca Cartavio,
Huaca Colorada, Huaca Cortada y Huaca Cao Viejo (estas dos últimas forman parte del
Complejo Arqueológico El Brujo).
En el valle de Moche: las Huacas del Sol y de la Luna, Huanchaco y Galindo.
Más al sur están los sitios de Huancaco y Huaca de la Cruz (valle de Virú), Pampa
de los Incas (valle de Santa) y Pañamarca (valle de Nepeña).
Descubrimiento
Esta cultura también fue estudiada por los arqueólogos peruanos Julio C. Tello y
Rafael Larco Hoyle (1901-1966).2En particular, destaca la labor de Larco Hoyle,
quien identificó de manera científica los diversos períodos de esta cultura, a base
de los estilos y la técnica de su cerámica.
Historia
La historia moche se desenvuelve en el llamado Intermedio Temprano, periodo de la
civilización andina caracterizado por el desarrollo de culturas regionales, tras la
decadencia del Formativo Andino. Contemporáneos con la cultura moche fueron la
cultura nazca, la cultura recuay, la cultura lima, la cultura cajamarca y la
cultura tiahuanaco.
El período del Comienzo, que abarcaría entre 150 y 300 d.C. Durante esta época los
mochicas se imponen sobre la cultura Virú-Gallinazo, tanto en el plano militar como
en el ideológico, es decir, imponen sus creencias. De fines de esta época data el
llamado Señor de Sipán.
El periodo de la Expansión, aproximadamente de 300 a 600 d.C. Constituye el periodo
de apogeo de la cultura moche, con sus máximos logros, en lo político, militar,
económico y cultural. Se forma el Estado Mochica del Norte (en el valle de
Jequetepeque y otros del actual departamento de Lambayeque) y el Estado Mochica del
Sur (en los valles de Moche y Chicama, y otros más al sur). Sipán (Huaca Rajada)
fue indudablemente uno de los principales centros del Estado norteño, mientras que
las huacas del Sol y de la Luna (en el valle de Moche) y las del Complejo El Brujo
(en el valle de Chicama), lo fueron del Estado sureño. De esta época es la
gobernante moche conocida como la Señora de Cao. La ideología moche se hace más
guerrera, como se deduce de sus representaciones artísticas.
El periodo del Ocaso, es un periodo de decadencia que empieza entre el 650 y 700
d.C., aparentemente debido a la devastación climatológica ocasionada por un
fortísimo fenómeno del Niño. La alta jerarquía moche debió perder de manera
creciente su poder sobre la población, la cual se hallaría muy revoltosa ante las
secuelas dejadas por la furia de los elementos (pérdida de cosechas, hambrunas,
colapso de los santuarios). Esta decadencia afectó principalmente a los mochicas
del Sur, quizás por la pérdida de la huaca de la Luna. Mientras que los mochicas
del Norte resistieron por más tiempo, teniendo como nueva capital a Pampa Grande,
hacia donde, según una hipótesis del arqueólogo Luis Chero Zurita, se habría
trasladado la élite de Sipán.5
Hipótesis sobre el colapso de la cultura Moche
Existen diversas hipótesis formuladas principalmente por arqueólogos, para explicar
el colapso de las sociedades moches 6
Fallas ideológicas: Existen hasta el momento, tres modelos conocidos cuáles apuntan
a que el fin de las sociedades moches se relaciona al aspecto ideológico, cuál
fundamentado principalmente en la religión moche, servía como justificación a las
élites moche para explicar sus posiciones de poder. La primera, apoyada por Izumi
Shimada y fundamentada en sus hallazgos en Pampa Grande, explica que el colapso
moche se debió a rebeliones de grupos no-moche quienes, al no haber sido asimilados
a la religión estatal, no habrían encontrado razones para justificar a los
gobernantes moches en el poder. El segundo modelo, formulado por Luis Jaime
Castillo, explica que el colapso se debió a la nueva ideología imperante entre los
pobladores moches y no-moches, cuál habría sido promovida y traída por las mismas
élites que los gobernaban y que según el mismo Castillo, habría sido la misma
imperante en el territorio imperial de los Wari, basándose en la aparición para el
periodo de Moche V de cerámica y arquitectura moche claramente influenciadas por la
cultura Wari (como es el caso de la aparición del Dios de los Báculos en
iconografía moche o la arquitectura presente en Centros administrativos de dicho
periodo como la de Cerro Chepén). Esta nueva ideología no habría ofrecido la
justificación necesaria que ofrecía la ideología anterior cuál justificaba a las
élites moche en sus puestos de poder.
Economía
Agricultura
Los moches tuvieron una especial preocupación por el desarrollo agrícola. En este
sentido, cultivaron maíz morado, camote, yuca, papa, calabaza; frutas, tales como
tuna, lúcuma, chirimoya, tumbo, maní y papaya. Cultivaron además el algodón en sus
colores naturales (blanco, marrón, rojizo y morado), para uso industrial. También
cultivaron totora.
La ingeniería hidráulica
Como precisaban llevar agua para cultivar tierras secas, construyeron canales
(Wachaques) que se muestran como notables obras de ingeniería hidráulica, como el
de Ascope y el de La Cumbre.
Asimismo construyeron represas como la de San José, cuyas aguas almacenadas servían
para irrigar las tierras en tiempo de sequía y escasez.
Quedó registrada una sequía de varios años, que se cree que está relacionada con
una erupción del volcán Krakatoa, que generó un invierno de dos;años en todo el
mundo (Véase [cambio climático en el año 535]). Es más probable, sin embargo, que
se debiera al [fenómeno de El Niño], que hacia el 650 d.C. ocasionó una terrible
crisis en la producción agrícola, que llevó al abandono de muchas tierras de
cultivo y a la reducción del territorio moche.
Pesca
Navegación y comercio
El mar ejerció sobre los mochicas un atractivo especial. Provistos de sus
caballitos de totora, que ya tenían cerca de tres mil años de antigüedad entonces,7
se convirtieron en diestros pescadores. Con embarcaciones más grandes (balsas de
totora y cañas, o posiblemente, troncos) organizaron expediciones que arribaron
hasta las islas Chincha para extraer el guano, tan eficiente para el abono de las
chacras. Hay indicios incluso que hicieron expediciones hasta el Ecuador, por el
norte, y hasta Chile, por el sur. Del Ecuador traían las conchas de Spondyllus,
sagradas para los moches, de las cuales hacían pectorales y brazaletes o los
trituraban y los espolvoreaban en los templos y palacios; y de Chile traían
lapislázuli.
Poseían también naves guerreras que eran tripuladas por más de tres o cuatro
personas y que transportaban a grupos militares o a los prisioneros vencidos en las
guerras. Todas esas embarcaciones no son distintas a las fabricadas por otras
culturas costeñas desde el 1000 a. C.
La cerámica
Una de las culturas peruanas que se caracteriza por tener una de las mejores
cerámicas, es la Moche. Hombres, divinidades, animales, plantas y escenas
cotidianas de la vida moche fueron representados en vasijas de arcilla y barro. La
cerámica resalta por su expresividad, realismo y perfección, usando metales de oro
y plata
Organización política
Arqueólogos que han estudiando la zona tienen la teoría que la Huaca de la Luna era
residencia del soberano-rey mientras que la Huaca del Sol, era el lugar de la
nobleza principal.
Aunque dichos valles debían contar con su rey o señor; que se aliaba con sus
vecinos para realizar obras de bien común, para efectuar ceremonias rituales o para
emprender conquistas militares.
Los señores se vestían con prendas lujosas, con adornos de oro, plata y cobre, que
simbolizaban sus atributos sagrados, y al morir eran enterrados con igual
fastuosidad, como se puede ver en la tumba del Señor de Sipán.
Organización social
El cie-quich: era el rey del valle y los dominios moches. Tenía autoridad
semidivina pues creían que descendía de los dioses y diosas. Su autoridad era
militar, religiosa y civil.
El coriec: era el rey vencido y subordinado al poder de un soberano mochica.
Los sacerdotes: encabezados por un sumo sacerdote, habitaban en los templos
piramidales. En este grupo también están la sacerdotisa y el sacerdote guerrero.
Todos ellos formaban parte de los rituales.
Jefes militares y nobles o caballeros: Los llamados “bien vestidos” por su rica
indumentaria.
Dignatarios civiles, asistentes religiosos y soldados o guardias adscritos a las
específicas funciones anteriores.
Artesanos especializados: Se dividían en:
Los metalurgistas, encargados de hacer los atuendos, emblemas y ornamentos
rituales.
Los ceramistas, encargados de hacer la cerámica escultórica ritual y también de los
huacos retratos de los nobles. Había castas de estos dos grupos.
Las tejedoras, encargadas de hacer los tejidos, que laboraban en talleres.
El pueblo: agrupaba a agricultores, comerciantes y pescadores.
Yanas o servidumbre: asignada a los anteriores estamentos.
Arte
Arte mochica.
Cerámica
El más conocido legado cultural mochica es su cerámica, generalmente depositada
como ofrenda para los muertos.
Períodos
Tomando como base el estudio de más de 30.000 ceramios, Larco Hoyle estudió la
evolución de las formas de la cerámica moche y dividió su desarrollo en cinco
etapas, que son:
En las construcciones importantes como las huacas, se solía hacer cada cierto
tiempo una reedificación, en la cual en vez de remodelar una pared, la tapaban
construyendo otra adelante; esto se puede apreciar en todas las huacas.
Las casas de los pobladores comunes (pueblo) eran erigidas en pequeñas comunidades.
Los materiales que usaban ellos eran los mismos que se empleaban para las huacas a
excepción de las pinturas. Las casas tenían patio propio y techo de dos aguas para
las lluvias.
Pinturas murales
Las pinturas murales de la Huaca de la Luna son de 5 colores (blanco, negro, rojo,
azul y amarillo), los cuales fueron obtenidos de minerales. Su mural más famoso es
el que representa a un personaje antropomorfo conocido como el “demonio de las
cejas prominentes”, que se ha identificado con la divinidad moche llamada Ai apaec
o el dios degollador.
En la Huaca Cao Viejo hay un gran mural que representa una procesión de prisioneros
desnudos y unidos con una soga, sin duda condenados a muerte que caminan hacia el
“degollador”.
También existen murales en la Huaca de Pañamarca, con representaciones mitológicas
(caracol-felino) y escenas cotidianas (luchadores).
Metalurgia y orfebrería
Protoescritura
Según los estudios del arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle (1901-1966), los
mochicas poseían un sistema de protoescritura a la cual llamó escritura
pallariforme, y que consistiría en grabar líneas, puntos, zigzags y otras figuras
con diferente significado en los pallares pintados en muchos vasos cerámicos, ya
que presentan variedad de diseños que hacen pensar en algún sistema original de
transmisión de datos numéricos y posiblemente no numéricos.
Religión
Estos dioses muestran clara influencia de la cultura chavín, que fue anterior a la
cultura mochica. Se puede apreciar el parecido en los colmillos y los rasgos
felinos que se observan en algunas de sus representaciones.
Los sacrificios humanos eran practicados por los mochicas con fines rituales.
Sus dioses eran muy variados dependiendo el lugar donde este situado
Tumbas encontradas
El Señor de Sipán
Artículo principal: Señor de Sipán
La Dama de Cao
Artículo principal: Dama de Cao