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República Bolivariana De Venezuela.

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Popular


Universidad Nororiental Privada
“Gran Mariscal De Ayacucho”
Sede Maturín, Estado Monagas
Facultad De Derecho
Catedra: Derecho contencioso administrativo

Profesor: Integrantes :
Pedro Girardi Jesús Aragón C.I 26.746.428
Ynllelys Rodríguez C.I 26.823.734
Michell Orduz C.I 28.366.550
Marta Trujillo C.I 26.762.210
Dariel Salas C.I 28.119.785
Daniela Gómez C.I 27.701.208

MATURIN,
Índice

Introducción.............................................................................................................................................3
Los principios del proceso contencioso administrativo...............................................................4
Principios Fundamentales Del Proceso Contencioso Administrativo:......................................5
Fuentes De La legalidad Administrativa............................................................................................6
Medios........................................................................................................................................................8
Control De La Legalidad Administrativa............................................................................................9
Principio De Responsabilidad............................................................................................................10
Responsabilidad Extracontractual en la Constitución de 1999.............................................10
Fundamentos De La Responsabilidad Del Estado........................................................................11
Principio De Separación De Poderes...............................................................................................16
Funciones Que Cumple El Estado....................................................................................................17
Principios de brevedad........................................................................................................................18
Principio de Publicidad........................................................................................................................18
Principio de informalidad................................................................................................................19
Principio de Gratuidad.........................................................................................................................21
Principios Legales: Articulo 2 LOJCA..........................................................................................22
Principios Específicos: a) Concentración y continuidad, b) Investigación e impulso de
oficio.........................................................................................................................................................24
Características del proceso contencioso administrativo:.......................................................24
Conclusión..............................................................................................................................................28
Bibliografías...........................................................................................................................................29

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Introducción

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Los principios del proceso contencioso administrativo
son pautas directrices que definen su esencia y justifican su existencia permitiendo
explicar, más allá de las regulaciones procesales dogmáticas, su por qué y su para qué.
Cualquier Transgresión en la regulación o aplicación procesal de los principios de
referencia Provoca una lesión jurídica.

La Constitución venezolana de 1999, en efecto, establece expresamente que “la


Constitución es la norma suprema y el fundamento del orden legal,” a la cual se
encuentran Sometidas todas las personas y entidades públicas (Artículos 7 y 131),
Esto Implica que todas las actividades de todas las entidades públicas deben
someterse a la Constitución, leyes, reglamentos y demás disposiciones adoptadas por
las autoridades Competentes; lo que no es otra cosa en relación con la actividad
administrativa del Estado que el principio de la legalidad, es decir, la obligación que
tienen todos los organismos y entidades de administración pública de actuar
sometiéndose a la ley.

A tal efecto, el Artículo 137 de la Constitución declara que “la Constitución y la ley
definen las atribuciones de los órganos del Estado, a las que deben sujetarse;” y el
Artículo 141 de la misma Constitución sobre los principios que rigen la administración
pública, establece que esta debe actuar “con sometimiento pleno a la ley y al derecho.”
En consecuencia, todas las actividades del Estado y, en particular, de los órganos y
entidades de la administración pública deben realizarse de acuerdo a las disposiciones
de ley, y dentro de los límites que la misma establece.

Por otra parte, el Artículo 259 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela nos establece la base Constitucional fundamental en materia Contencioso
administrativa que determina que la jurisdicción de la misma corresponde al Tribunal
Supremo de Justicia y a los demás Tribunales que determine la ley.

Además, el Artículo 4 de la Ley Orgánica de la Administración Pública (LOAP)


expresamente repite el principio de la legalidad respecto a la misma al declarar que:
“La Administración Pública se organiza y actúa de conformidad con el principio de
legalidad, por el cual la asignación, distribución y ejercicio de sus competencias se
sujeta a lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, las
leyes y los actos administrativos de carácter normativo dictados formal y previamente
conforme a la ley, en garantía y protección de las libertades públicas que consagra el
régimen democrático, participativo y protagónico.”

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Asimismo, la ley orgánica de la jurisdicción contencioso administrativa (LOJCA) en el
Artículo 2 nos establece que los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa
deberán actuar en consideración de principios como lo son: 1.-Principio de Justicia
gratuita, establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)
que nos establece que ningún tribunal podrá cobrar por la prestación de servicio para la
administración de justicia. 2.-Principio de brevedad, 3.- accesibilidad, 4.-imparcialidad,
5.-idoneida 6.-transparencia, 7.-autonomía, 8.-independencia, 9.-responsabilidad, 10.-
oralidad, publicidad, celeridad e inmediación.

Principios Fundamentales Del Proceso Contencioso Administrativo:

Principio De La Legalidad.

El Derecho Administrativo y las instituciones que lo conforman han surgido como


consecuencia de la implementación del Estado de Derecho y de la necesidad de
materializar una de sus premisas fundamentales: someter el ejercicio del Poder Público
a una norma previamente establecida (principio de legalidad), con el fin de garantizar y
respetar los derechos de los ciudadanos.

El principio de legalidad exige que toda la actuación de la Administración Pública esté


sujeta a la Constitución y al ordenamiento jurídico en su totalidad, en garantía y
protección de las libertades públicas que consagra el régimen democrático a favor de
los particulares. La Constitución de 1999 en sus disposiciones 7 y 137 establece
expresamente que dicho texto “es la norma suprema y el fundamento del orden legal”; y
que, junto con la ley “definen las atribuciones de los órganos del Estado a las que
deben sujetarse”; por su parte el artículo 141 del mismo texto consagra precisamente
los principios que rigen la Administración Pública y establece que ésta debe actuar “con
sometimiento pleno a la ley y al derecho”.

Igualmente, el artículo 4 de la Ley Orgánica de la Administración Pública consagra el


principio de legalidad, al disponer que: “La Administración Pública se organiza y actúa
de conformidad con el principio de legalidad, por el cual la asignación, distribución y
ejercicio de sus competencias se sujeta a los establecido en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, las leyes y los actos administrativos de carácter
normativo dictados formal y previamente conforme a la ley, en garantía y protección de
las libertades públicas que consagra el régimen democrático, participativo y
protagónico”.

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Alcance.

El principio de la legalidad que deriva del Estado de Derecho tiene su respuesta


específica en la garantía judicial frente a los actos y las actuaciones administrativas,
cuya organización da origen a la jurisdicción contencioso-administrativa, es decir, al
conjunto de órganos judiciales encargados de controlar la legalidad y de la legitimidad
de las actuaciones de la Administración, tanto por sus actos, omisiones y en general la
actividad administrativa, como por las relaciones jurídico-administrativas en las cuales
aquélla intervenga.

Una de las consecuencias más importantes del principio de legalidad es que los
poderes y competencias asignadas a todas las entidades públicas y organismos
estatales siempre deben estar expresamente previstos en una ley. Esta asignación de
competencias, en el caso de Venezuela, conforme a la forma federal del Estado
adoptada en la Constitución (Artículo 136), se conforma primaria y básicamente a
través de la distribución territorial de los poderes estatales entre el Estado Nacional
(Poder Público Nacional), los Estados de la federación (Poder Público Estadal) y los
Municipios (Poder Público Municipal).

En esta materia, debe recordarse que Venezuela fue uno de los países del Continente
que desde principios del siglo XIX adoptó la modalidad federal de gobierno, aun cuando
en la práctica se haya venido progresivamente conformado como un sistema de
“federación centralizada.” No obstante, esta tendencia centralizadora, en cuanto a la
formal organización del Estado, la consecuencia legal de la distribución vertical o
territorial de poderes y competencias en un marco federal, es la existencia de tres
niveles de entes públicos y de administración pública: Administración Pública Nacional,
Administración Pública Estadal y Administración Pública Municipal.

Fuentes De La legalidad Administrativa.

los tres niveles de administración pública están todos sujetos a los principios generales
establecidos en la Constitución Nacional respecto a la organización de la administración
pública central (Artículos 236 y 20) y la administración pública descentralizada
(Artículos 142 y 300); la actividad administrativa (Artículo 141); los funcionarios públicos
(Artículos 145 al 149) y sus responsabilidades (Artículos 139); los bienes del Estado
(Artículos 12, 181 y 304); el acceso a información pública (Artículo 143); los contratos

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públicos (Artículos 150 y 151); la responsabilidad patrimonial del Estado (Artículo 140);
Y el control fiscal sobre la administración (Artículos 62, 66, 287 y 315).

Una de las consecuencias del principio de la legalidad, particularmente respecto a la


administración pública, es que para proteger las libertades públicas en un Estado
democrático, los organismos y entidades de la administración pública siempre tienen
que estar habilitados de manera expresa a través de una ley (competencia) de manera
que cuando se emiten actos administrativos que podrían afectar de alguna forma los
derechos e intereses de los particulares (Artículo 4 de la LOAP), deben siempre
hacerse mención expresa, en su motivación, de la base o causa legal específica que
autoriza la actuación.
Pero además, los actos administrativos, incluso los que se dictan en ejercicio de
poderes discrecionales, de acuerdo al Artículo 12 de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos (LOPA) siempre deben emitirse conforme al determinado presupuesto
de hecho previsto en la misma ley que motiva la actuación de la administración, y de
acuerdo con los fines previstos en la disposición legal que autoriza la actuación
administrativa; y siempre deben mantener la debida proporcionalidad entre el fin
perseguido y la decisión adoptada, lo cual implica la aplicación de los principios de
razonabilidad, lógica, coherencia, igualdad, e imparcialidad, todo conforme a los
principios de la confianza legítima y de la buena fe, y siempre cumpliéndose con todas
las condiciones y formalidades establecidas por su validez y eficacia de dichos actos.

Según estas disposiciones toda actividad de los órganos y entidades de la


Administración Pública deben realizarse de acuerdo con lo establecido en lo que se ha
denominado el bloque de constitucionalidad conformado por la Constitución, las leyes,
los reglamentos, normas todas que disponen los límites de la actuación administrativa y
cuya sujeción permite ejercer el control sobre la actuación de la Administración Pública
en sus relaciones con los particulares mediante la activación de los órganos
jurisdiccionales competentes.

Además, el Tribunal Supremo de Justicia ha dicho en torno al principio de legalidad


administrativa que:
“...constituye la legalidad uno de los principios fundamentales que informan el Derecho
Administrativo. Se entiende con ello que la Administración está obligada a someter
todos sus actos a las prescripciones de la ley, a objeto de garantizar la posición de los
particulares frente a aquélla. Sentencia Nª 760 emanada de la Sala Constitucional de
fecha 27/4/2007.
En esa perspectiva, encontramos que el sometimiento de la autoridad administrativa a
la ley hoy trasciende de ser sólo un principio, constatándose su consagración en texto

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expreso. De allí que el artículo 7 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos
ordene la sujeción de todos los actos administrativos a las formalidades y requisitos
establecidos en la ley.

Medios.

- Normatividad Jurídica. Toda la actividad administrativa debe encontrar siempre


su sustento en normas jurídicas, cualquiera que fuera su fuente: constitucional,
legislativa o administrativa; general, particular o individual. La totalidad del
ordenamiento jurídico rige para cada caso administrativo. No obstante que un hecho se
encuadre en una norma específica que le ha sido destinada, siempre es aplicable la
totalidad del ordenamiento jurídico positivo.
- Jerarquía Normativa. Ninguna norma o acto emanado de un órgano inferior
podrá dejar sin efecto lo dispuesto por otra de rango superior. Las normas u órdenes
del jerarca no serán jamás derogadas o rectificadas por el inferior. Ello hace a la unidad
del sistema y al normal desenvolvimiento del orden jurídico. A su vez, todo acto
particular debe estar de acuerdo con la norma general.
- Igualdad Jurídica. La Administración no puede actuar desigualmente
concediendo prerrogativas o privilegios a unos o negando arbitrariamente derechos a
otros.
- Razonabilidad. Todo acto de la administración debe ser manifiestamente
razonable, es decir, que encuentre su justificación en preceptos legales, hechos,
conductas y circunstancias que lo causen. La razonabilidad del acto responde al debido
proceso de verificación de los hechos que justifican y la apreciación objetiva que debe
valorarlos. Debe de haber una relación lógica, adecuada y proporcionada entre el
consecuente y los antecedentes, entre el objeto y el fin.
- Control Judicial. En principio, todos los actos de la Administración pueden ser
controlados jurisdiccionalmente. La justiciabilidad de los actos administrativos repugna
al principio de juridicidad. Consiste en que ningún órgano del Estado puede tomar una
decisión individual que no sea conforme a una disposición general anteriormente
dictada.
El principio de legalidad se puede entender desde dos puntos de vista:
- Desde el punto de vista material, en cuyo caso su alcance es el de que la norma
en la que se funda cualquier decisión individual tiene que ser una norma de carácter
abstracta e impersonal.
- Desde el punto de vista formal, significándose entonces que además de ser una
ley desde el punto de vista material la norma que precede al acto individual, debe tener
también los caracteres de una ley desde el punto de vista formal, es decir, que debe ser

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una disposición expedida por el poder que conforme al régimen constitucional esté
normalmente encargado de la formación de las leyes.
El principio de que ningún órgano del Estado puede realizar actos individuales que no
estén previstos o autorizados por disposición general anterior, tiene en todos los
Estados modernos un carácter casi absoluto; pues salvo el caso defacultad
discrecional, en ningún otro caso y por ningún motivo es posible hacer excepción a este
principio fundamental.
El principio de legalidad es la columna vertebral de la actuación administrativa y como
ello puede concebírselo como externo al Derecho Administrativo- procedimiento,
constituyendo simultáneamente la condición esencial para su existencia.

Control De La Legalidad Administrativa.

“Consagrado el artículo 19 (ordinal 4º) de la Ley Orgánica de Procedimientos


Administrativos, el vicio reconocido como “vía de hecho” de la Administración, es
asimilado en este texto legal a dos supuestos de infracción grosera de la legalidad,
plasmados en la emisión del acto por “autoridades manifiestamente incompetentes, o
con prescindencia total y absoluta del procedimiento”. Taxativos ambos en su
formulación, ha entendido sin embargo la doctrina, que bien pueden ser incluidos dentro
del respectivo “género” –representado por esos supuestos-, otros más específicos y
equivalentes, como, por ejemplo, la supresión de la audiencia obligatoria del afectado
por un acto represivo o el caso de los funcionarios de hecho, respectivamente. Ha
asimilado asimismo la doctrina a la vía de hecho en la elaboración del acto
administrativo, la grosera ilegalidad en que incurriere la autora del acto para la
ejecución de uno, aun legalmente formado, como ha quedado expuesto, la jurisdicción
contencioso administrativa, de rango constitucional, de desarrollo jurisprudencial, y con
una nueva regulación legal específica, es el instrumento más importante para hacer
efectivo el derecho constitucional de la tutela judicial efectiva. Todas estas normas
adjetivas que se han comentado recogen, sin duda, el amplísimo espectro de actuación
de este sistema de justicia, al que corresponde imponer el principio de responsabilidad
del Estado, que junto a la separación de los poderes y la legalidad, constituyen la base
fundamental del Estado de Derecho y de Justicia que se proclama en el Texto
constitucional

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Principio De Responsabilidad.

La Responsabilidad Administrativa es una responsabilidad perjuiciosa que se


genera como consecuencia de una serie de sucesos o hechos que por acción u
omisión realizan los servidores y funcionarios públicos en el desarrollo de sus
actividades ya sea a título de dolo o culpa, cuya conducta se encuentra
considerada como antijurídica.

La responsabilidad administrativa es un valor que está en la conciencia de los


servidores y funcionarios públicos, y como tal, dicha responsabilidad desde su
ingreso a la carrera administrativa les permite reflexionar, administrar, orientar y
valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.
Respecto al principio de responsabilidad, la Exposición de Motivos del D. Leg.
1272, cuyo Artículo 2 modifica el Artículo IV del T.U.O. de la LPAG, señala: “El
principio de responsabilidad, en la misma línea de lo planteado en el mencionado
Proyecto de Ley dominicano, explícita como pauta que la Administración Pública
asuma las consecuencias de los perjuicios causados a bienes o derechos de las
personas que se hayan generado por el ejercicio de la actividad administrativa.
Ello debe ir acorde con lo establecido en la Ley, específicamente en el Artículo
238, el cual señala que quien se hace cargo de reparar los perjuicios será la
entidad involucrada, pudiendo repetir posteriormente contra sus funcionarios o
servidores.

Responsabilidad Extracontractual en la Constitución de 1999


La nueva Constitución de 1999, acorde con las más modernas tendencias del
derecho comparado en materia de responsabilidad, ha mejorado y ampliado
notablemente el sistema de responsabilidad administrativa consagrado en la
Constitución de 1961.

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En ese sentido, la nueva regulación constitucional, al igual que la del 61, contiene
un grupo de normas –mucho más técnicas y modernas si se quiere- que
configuran el sistema de responsabilidad patrimonial del Estado. Así, la nueva
constitución consagra las bases normativas del sistema de responsabilidad en sus
artículos 6 (principios que rigen el gobierno); 140 (responsabilidad propiamente
dicha; 259 (jurisdicción contencioso administrativa); 26 y 49 (derecho de acceso a
la justicia y a la tutela judicial efectiva). Así, estas nuevas normas constitucionales
consagran de una manera más clara y precisa la responsabilidad directa del
Estado por los daños causados a los particulares en ejercicio de la función pública.
Ciertamente, la posibilidad de exigir la responsabilidad del Estado venezolano
queda establecida desde el inicio en el artículo 6 de la Constitución que proclama
que el gobierno ese y será siempre "democrático, participativo, electivo,
descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables".

De igual forma el artículo 140 de la Constitución de 1999, evidentemente inspirado


en las tendencias del derecho comparado, establece:
"El Estado responderá patrimonialmente por los daños que sufran los particulares
en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesión sea imputable al
funcionamiento de la Administración Pública".

Fundamentos De La Responsabilidad Del Estado.

Las disposiciones legales que a continuación se citan, algunas de ellas de carácter


Constitucional y otras contenidas en leyes ordinarias, son de gran importancia
para el estudio del tema en estudio, puesto que ellas constituyen la esencia misma
de la responsabilidad patrimonial en el ordenamiento jurídico venezolano, ya que
esta responsabilidad es posible a partir de las normas que la prevén, las cuales
constituyen su fundamento en la Constitución Nacional de 1.961.

La norma constitucional que estableció que efectivamente el Estado tenía la


obligación de indemnizar económicamente a los particulares por daños que le
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ocasionarán las autoridades legítimas en el ejercicio de su función pública, lo hizo
de una forma indirecta, más bien procurando la protección del patrimonio del
Estado contra daños causados por los rebeldes en una época en que eran
frecuentes las guerras civiles y así se desprende de su redacción copiada
íntegramente en la Constitución de 1.961, como puede leerse en el artículo 47 “En
ningún caso podrán pretender los venezolanos ni los extranjeros que la República,
los Estados o los Municipios les indemnicen por daños, perjuicios o
expropiaciones que no hayan sido causados por autoridades legítimas en el
ejercicio de su función pública”.

En el Artículo 68, está contenida la norma que establece el derecho de los


administrados a recurrir ante los Tribunales para la defensa de los derechos e
intereses de cada quien y la obligación legal por parte del Estado de establecer
soluciones para aquellos que no dispongan de los recursos económicos para ello;
en este sentido entre los derechos e intereses que los administrados pueden
defender ante los órganos jurisdiccionales se incluye el de exigir la
responsabilidad del Estado por los perjuicios que les ocasione en el ejercicio de la
función pública.

En el artículo 206 se establece la Jurisdicción especial Contencioso Administrativa


y su competencia entre las cuales se encuentra la de condenar al pago de sumas
de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de
la Administración, siendo esta una de las normas que sirve de basamento
fundamental en cuanto a la responsabilidad de la Administración Pública frente a
los particulares. Así establece: “La jurisdicción contencioso administrativo
corresponde a la Corte Suprema de Justicia y a los demás Tribunales que
determine la ley. Los órganos de la Jurisdicción contencioso administrativo son
competentes para anular los actos administrativos generales o individuales
contrarios a derecho, incluso por desviación de poder; condenar al pago de sumas
de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de

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la Administración, y disponer lo necesario para el restablecimiento de las
situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa”.

Constitución Nacional de 1.999


Revisaremos brevemente las normas constitucionales de la Constitución vigente
en las cuales se establece la responsabilidad del Estado y de los funcionarios
públicos, frente a los particulares, derivada del ejercicio de la función pública.
El artículo 25, se refiere a la responsabilidad de los funcionarios públicos en
general, y establece la nulidad de los actos del poder público que violen o
menoscaben derechos constitucionales, imputando de responsabilidad penal, civil
y administrativa a los funcionarios públicosque los ordenen o ejecuten.
La citada norma plantea en primer término la nulidad de los actos dictados en
ejercicio de la función pública que violen o menoscaben derechos constitucionales,
para luego sancionar a los funcionarios públicos autores de los mismos,
atribuyéndoles responsabilidad de carácter penal, civil y administrativo, no
pudiendo excusarse en el principio de obediencia debida a sus superiores.
El artículo 30, que impone al Estado la obligación de indemnizar en forma integral
a las personas que resulten víctimas de violaciones de derechos humanos, por la
acción del Estado extensiva a sus derechohabientes, inclusive el pago de daños y
perjuicios.
El artículo 46 numeral 4, prevé sanciones conforme a la Ley para aquellos
funcionarios públicos que en el ejercicio de su cargo infieran maltratos o
sufrimientos físicos o mentales a cualquier persona, al igual para aquellos que los
propicien o toleren.
En cuanto al derecho de petición y respuesta otorgado a toda persona en el
artículo 51 Constitucional, se establece la obligación de los funcionarios públicos
de dar oportuna y adecuada respuesta respecto de los asuntos de su
competencia, haciendo acreedores a los infractores de esta obligación de
sanciones conforme a la Ley, pudiendo ser destituidos de sus cargos.
Los artículos 139 y 140, son disposiciones fundamentales en el sistema de
responsabilidad del Estado, el primero estatuye la responsabilidad individual que

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acarrea el ejercicio de la función pública y el segundo la responsabilidad
patrimonial del Estado venezolano por los daños ocasionados en los bienes y
derechos de los particulares, derivados del mal funcionamiento de la
Administración Pública; en el artículo 285 numeral 5, se faculta al Ministerio
Público para el ejercicio de las acciones para hacer efectiva la responsabilidad de
cualquier naturaleza en que incurran los funcionarios públicos en el desempeño de
sus funciones.
El artículo 49 ordinal 8°, 255 último aparte y 259 del texto constitucional vigente;
relativos todos a la responsabilidad en el ejercicio de la función judicial; la
primera de las normas en referencia dispone obligación para el Estado de
reestablecer o reparar situaciones jurídicas infringidas tanto por error judicial
como por retardo u omisión injustificados dotando atoda persona del derecho de
solicitarlo, dejando a salvo el derecho de los particulares a exigir la
responsabilidad personal de los magistrados y jueces; el último aparte del 255,
establece la responsabilidad personal de los jueces en el ejercicio de la función
judicial, en la forma que determine la Ley, por error, retardo u omisiones
injustificados, inobservancia sustancial de las normas procesales, denegación,
parcialidad y por los delitos de cohecho y prevaricación; el 259 otorga a la
Jurisdicción Contencioso administrativa la facultad de condenar a la
Administración Pública al pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y
perjuicios originados por responsabilidad suya y a ordenar el restablecimiento de
las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa.
A partir de las normas constitucionales en el ámbito legislativo, se han incorporado
normas que tienen relación directa con la responsabilidad administrativa, entre
ellas:
En la Ley de Tránsito Terrestre, los artículos 20 y 59, la primera de estas normas
establece la responsabilidad de los miembros del directorio del Instituto Nacional
de Tránsito y Transporte Terrestre por las decisiones tomadas en sus reuniones y
que esta responsabilidad comprende la civil, penal, disciplinaria y administrativa, el
59 dota a los usuarios del derecho a ser resarcidos por los daños materiales y
personales que sean imputables al mal estado de lavialidad, siendo sujetos activos

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de esa obligación de resarcir quienes tengan la responsabilidad de administrar las
vías públicas.
En la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de
Competencias del Poder Público, el artículo 28 hace recaer en la República la
responsabilidad por las decisiones emitidas por el Gobernador, en su carácter de
representante del Ejecutivo Nacional.
En la Ley Sobre Simplificación de Trámites Administrativos el artículo 58.
La Ley del Estatuto de la Función Pública el artículo 79 y el artículo 81, faculta al
Ministerio Público para ejercer las acciones tendientes a hacer efectiva la
responsabilidad de cualquier naturaleza en que incurran los funcionarios públicos
en el ejercicio de sus funciones, dejando a salvo el derecho de los particulares de
accionar directamente.

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Principio De Separación De Poderes
Para la doctrina, es sabido que el principio de separación de los poderes se
elabora con el fundamento de dar cabida a un Estado de derecho, entendido este
no sólo como un Estado de sujeción de la autoridad al ordenamiento jurídico, sino
como un Estado de reconocimiento y respeto a los derechos y libertades
ciudadanas. Esta circunstancia plantea la necesidad de someter a la ley, la
actividad de los órganos que ejercen el Poder Público, pero, además, la necesidad
de que el órgano al que corresponde elaborarla –la ley, sea, indispensablemente,
representante de la voluntad general, única legitimada para limitar la libertad
individual.

Es así como el principio de separación de poderes se conjuga entonces con el de


legalidad, que, aunque produce un desnivel en la igualdad de los poderes, pues
plantea cierta supremacía de uno de ellos –el Legislativo- al que los otros han de
someterse, resulta fundamental para la construcción de un Estado de derecho.

En Venezuela, la CRBV, no parte de una pluralidad, sino de la unidad del poder


estatal, del Poder Público como un todo, al establecer en el artículo 137 que “…La
Constitución y las leyes definen las atribuciones de los órganos que ejercen el
Poder Público, a las cuales deben sujetarse las actividades que realicen”.

El principio de separación de poderes responde a una concepción de separación


de funciones,… la separación de poderes no es tal separación, sino más bien la
distribución de las funciones estatales entre las ramas o complejos orgánicos del
Estado, constituyendo así una garantía formal, a fin de que cada uno de los
órganos sea titular de modo preferente de una parte de las funciones jurídicas
estatales, y así garantizar la separación o, más propiamente, el equilibrio entre las
diversas ramas en que está dividido el Poder Público. La Constitución vigente
denomina a cada una de las ramas o complejos orgánicos que detentan el
ejercicio de las funciones jurídicas estatales en forma preferente, “poder”: Poder
Ejecutivo Nacional; Poder Legislativo Nacional y Poder Judicial. Por eso se puede
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afirmar simplemente que de la denominada “separación de poderes” resulta una
separación de funciones, y correlativamente, una separación aún mayor de
órganos, constituidos por personas físicas distintas.
En efecto, en Venezuela rige, pues, el principio de separación de poderes, según
el autor citado, “…en el sentido de que se establece una multiplicidad de órganos
que integran las ramas del Poder Público, las cuales ejercen sus funciones propias
(artículo 136), lo que en modo alguno significa exclusividad en el ejercicio de estas
funciones”

Funciones Que Cumple El Estado.


La CRBV regula:
1) tanto la organización del Estado venezolano mediante sistemas de separación o
división y distribución del Poder Público y los fines del Estado (parte orgánica); 2)
así como el estatuto de los individuos de la sociedad civil en general, y sus
relaciones con el propio Estado (parte dogmática).
En Venezuela, esta separación orgánica tiene lugar en la distribución horizontal
del Poder Público, que siguen los intereses clásicos del constitucionalismo
moderno. Esto es, que se manifiesta como una separación orgánica y no como
una separación funcional, originando así que la separación de poderes rige en las
diversas ramas del Poder Público.

Dentro del orden de funciones estatales aparece la necesidad de individualizar la


función ejecutiva, que algunos autores, específicamente Sayagués (2004)
prefieren sustituirla por la de “función administrativa”, por entender que aquella
expresión hace pensar en “…una actividad de mera aplicación de las leyes, por lo
cual también se estima preferible hablar de actividad administrativa”
como actividad privativa e inherente al Estado, es “…una zona de la actividad
desplegada por el Poder Ejecutivo, y consiste en la actividad jurídica que se
manifiesta en la potestad de administrar y gestionar los intereses públicos, la cual
se ha atribuido como función propia, tanto de los órganos del Poder Ejecutivo
como del Poder Ciudadano y Poder Electoral”

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Principios de brevedad
El derecho a la jurisdicción no puede entenderse como algo desligado del tiempo
en que la tutela judicial debe prestarse, sino que debe comprenderse en el sentido
que se otorgue dentro de los razonables términos temporales en que los
justiciables lo reclaman en el ejercicio de sus derechos e intereses.
En tal sentido, los principios de brevedad y de celeridad o de aceleración del
proceso administrativo se erigen, junto con el de la eficacia, en unos principios
típicos del proceso moderno que han acabado consagrándose en las
Constituciones contemporáneas.
Tales principios procesales constituyen principios fundamentales que aparecen
reflejados en lo que el constituyente denomina el derecho a un proceso expedito y
son dilaciones indebidas (artículo 26 de la Constitución), y que se deben
materializar a través del derecho del justiciable a que si causa se resuelva dentro
de un tiempo razonable.

Principio de Publicidad.
La doctrina sostiene que la actuación de los órganos que ejercen el poder público
se encuentra sometida al principio de Publicidad, y siendo el Poder Judicial
integrante del mismo, los procesos de los cuales conoce se encuentran sujetos
también a este principio. Es así como el artículo 357 de la Constitución exige la
publicidad del proceso, lo cual debe constituir la regla, sin perjuicio que en casos
excepcionales, por motivo de decencia publica o protección al honor, vida privada,
intimidad de las personas el tribunal resuelva que el asunto se debe tramitar a
puertas cerradas, es decir, sin la participación de personas distintas de aquellas
que contienden.
La Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa establece que el
proceso administrativo se rige por el principio de publicidad, salvo que la ley
disponga lo contrario o el tribunal así lo decida por razones de seguridad, orden
público o protección de la intimidad de las partes (Art. 3 eiusdem). sin embargo,
esta publicidad es relativa pues solo se obtiene a través de dos vías, la primera,
mediante la publicidad de las audiencias (arts. 57, 63, 70 y 83 de la LOJCA). La

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segunda vía, mediante la publicidad del expediente y de los actos que se
desarrollen ante el tribunal (Art. 190, CPC).

Principio de informalidad
Este principio radica en la carencia de formalidades escritas, debiéndose
interpretar a favor del administrado, su contenido debe de interpretarse con
espíritu de benignidad. Siempre es a favor del administrado.
El principio de informalismo –que se concibe siempre a favor del administrado–
tiende a que éste pueda lograr, superando los inconvenientes de índole formal, el
dictado de una decisión legítima sobre el fondo del asunto, que plantea o peticiona
ante la Administración Pública.
Trátese, pues, de la excusación, a favor del interesado, de la observación de las
exigencias formales no esenciales y que se pueden cumplir posteriormente y esto
obliga a una interpretación benigna de las formalidades precisas contenidas en el
procedimiento. En consecuencia, el administrado puede invocar la elasticidad de
las normas en tanto y en cuanto lo beneficien.

Opera como un paliativo en favor del administrado por falta de regulación


adecuada o por falta de límites concretos a la actividad administrativa.
No puede, en cambio, invocarlo la Administración. Hay que interpretarlo en favor
del administrado, pues traduce la regla jurídica del in dubio pro actione, o sea de la
interpretación más favorable al ejercicio del derecho de acción, para asegurar, en
lo posible, más allá de las dificultades de índole formal.
Como aplicaciones prácticas de este principio tenemos:
- No es menester calificar jurídicamente las peticiones.
- Los recursos pueden ser calificados erróneamente.
- Los recursos administrativos han de interpretarse no de acuerdo con la
letra de los escritos, sino conforme a la intención del recurrente.
- La Administración debe corregir evidentes equivocaciones formales de
los administrados.

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- La equivocación del destinatario del recurso tampoco afecta su
procedencia.
- Si no consta la fecha de notificación del acto impugnado o de la
presentación del recurso debe entenderse que se lo ha interpuesto en el
término.

Se le denomina tuitividad, que es la protección que brinda en todo momento


procedimental el Estado a la parte débil de la relación. No sólo se les ayuda, sino
que la Ley prevé que, aun en casos de citas erróneas, ello no puede ser, en modo
alguno, objeto de paralización, rechazo o nulidad, Debemos precisar que las
formas no esenciales comprenden desde las llamadas irregularidades
intrascendentes que no provocan vicio alguno hasta los defectos formales que
impliquen una nulidad relativa.

En cambio, la existencia de vicios de forma esenciales que configuran una nulidad


absoluta, no pueden excusar, por parte de la Administración y los administrados,
el incumplimiento del requisito formal exigido.

Esta doctrina se ha venido aplicando en beneficio de los recurrentes, evitando que


por defecto de forma dejen de tramitarse recursos erróneamente calificados por el
administrado. Se indica que las normas de procedimiento deben ser interpretadas
en forma favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los
administrados, de modo que sus derechos e intereses no sean afectados por la
exigencia de aspectos formales que puedan ser subsanados dentro del
procedimiento administrativo, siempre que dicha excusa no afecte derechos de
terceros o el interés público.

El procedimiento administrativo no puede concebirse como una carrera de


obstáculos que ha de salvar el particular para conseguir la resolución de un
expediente, Es indudable que todo procedimiento administrativo, es por esencia
formal, es decir, se compone de una serie sucesiva de actos, que están revestidos

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de ciertos caracteres perceptibles, que permiten otorgarles una configuración
determinada y que hacen, en nuestro caso, que la voluntad administrativa
adquiera el valor de un hecho externo.

En el Derecho Administrativo el imperio de las formas es más intenso por la


especial naturaleza del sujeto, del ente, que no crea ni manifiesta su voluntad ni
desarrolla la acción sino por medio de formas; ni opera, ni afirma su existencia, ni
es capaz sino por la representación y en la forma establecida por la Ley.
En consecuencia, las formalidades que se impongan en el procedimiento
administrativo deben ser moderadas, procurando salvar la jurídica de la actuación,
pero nunca impuestas en una forma tal que lleguen a producir un entorpecimiento
de la acción administrativa, y mucho menos su suspensión o paralización.
Deben exigirse las formas requeridas para cada tipo de acto; pero deben
desecharse aquellas creadas por la rutina. Las fórmulas sacramentales no deben
imponerse, las constancias de autenticidad no deben multiplicarse
innecesariamente, los requisitos deben ser los imprescindibles para cada
actuación. El informalismo, en el procedimiento administrativo, rige únicamente en
favor del administrado, que es quien puede invocar para sí la elasticidad de las
normas de procedimientos, mientras que la Administración no puede eludir,
válidamente, el cumplimiento de las formas que el ordenamiento legal le haya
impuesto. El excesivo formalismo lleva a transformar al expediente administrativo,
al trámite burocrático, tomándose como un objeto en sí mismo y no en un medio
apto para arribar a la decisión oportuna y legítima que corresponde esperar de la
Administración.

Principio de Gratuidad.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), establece que la
justicia será gratuita; que los Tribunales no podrán cobrar cantidad alguna por la
prestación del servicio para la administración de justicia. Este principio tiene rango
Constitucional, ya que está señalado en las Disposiciones Transitorias 4ª de la
Carta Magna.
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En sí este principio garantiza el derecho que toda persona tiene de acceder a los
órganos de administración de justicia, destacándose la gratuidad de la justicia.

Principios Legales: Articulo 2 LOJCA

- Justicia Gratuita: Principio que tiene lugar desde la constitución del año
1.999 donde se estableció que ningún Tribunal u órgano judicial cobrara
estipendio alguno hacia lo particulares para que pudieran tener acceso a
la justicia.

- Accesibilidad: La constitución de la república bolivariana de Venezuela


reconoce en su Art 26, que “toda persona tiene derecho de acceso a los
órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses”.

- Imparcialidad: el juez actúe de forma imparcial, es decir; que tenga


actitud recta, desapasionada, sin prejuicios ni prevenciones al proceder
y al juzgar.

- Idoneidad: este principio constituye a que se debe cumplir aptitud,


competencia, capacidad y suficiencia para desempeñar la función
judicial deseada para la cual se acude al órgano administrador de
justicia.

- Autonomía e Independencia: Los funcionarios pueden actuar libremente


en cuanto a la apreciación del derecho y de la equidad, para que la
administración pública funcione de manera adecuada y eficiente.

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- Responsabilidad: El juez tiene el deber inexcusable de solventar en todo
asunto y no podrá dejar de hacerlo so pretexto de silencio, oscuridad o
insuficiencia de la Ley.

- Brevedad: este principio constituye que los juicios deben ser lo más
breve posibles, pero desempeñando los lapsos procesales señalados en
las leyes, esto con el propósito de lograr celeridad en los procesos
judiciales.

- Oralidad: Principio que tiene lugar desde la Constitución del año 1999 en
el cual se instaura que los procesos judiciales deben ser de forma oral.

- Publicidad: Asegura el desenvolvimiento del proceso en tal forma que


cualquier persona, bien sea parte o extraño a la causa, pueda
imponerse de las actuaciones que se realicen o existan en los
tribunales.

- Inmediación: asume como designio mantener la más íntima relación y el


estrecho contacto entre el juzgador y las partes y de los medios
probatorias para así conseguir resultados procesales acopladas a
derecho.

- Celeridad: el estado garantizara, dentro de un plazo razonable de los


tribunales, la resolución definitiva de su conflicto, es decir: una justicia
equitativa y exenta, sin demoras indebidas, sin formalismo o
reposiciones inútiles.

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Principios Específicos: a) Concentración y continuidad, b)
Investigación e impulso de oficio.
Estos dos principios se pueden concatenar con el artículo 4 de la Ley orgánica de
la jurisdicción contencioso administrativa (LOJCA), el cual establece.
El juez o jueza contencioso administrativo esta investido de las más amplias
potestades cautelares. A tales efectos podrá dictar, aun sin oficio las medidas
preventivas que resulten adecuadas a la situación fáctica concreta, imponiendo
ordenes de hacer o no hacer a los particulares, así como a los órganos y entes de
la administración pública, según el caso concreto, en protección y continuidad
sobre la prestación de los servicios públicos y en su concreta actividad
administrativa

Características del proceso contencioso administrativo:

1) Es de Rango Constitucional: desde su nacimiento la jurisdicción


contencioso administrativa venezolana ha estado consagrada expresamente en la
Constitución, actualmente en su art 259, donde se dispone el restablecimiento de
las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa.
2) Es público: dispone el artículo 3 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa que los actos del proceso serán públicos, salvo que la
ley disponga lo contrario o el tribunal así lo decida por razones de seguridad,
orden público o protección de la intimidad de las partes.
3) Realiza una Doble función: contralora y justicia: La actividad contencioso
administrativa controla el ejercicio del poder por parte de la Administración, al
adecuarla a los parámetros de la legalidad; este carácter contralor, puede incluso
sustentarse en la revisión de la proporcionalidad ponderada por la Administración
en el ejercicio de potestades discrecionales.
Es justicial por cuanto que es la única disciplina jurídica que tiene ex rango
constitucional, es decir, se encuentra consagrada expresamente en una norma
constitucional, cosa que no ocurre con ninguna otra competencia adscritas al
Poder Judicial.

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4) Es Universal: Es universal porque conoce más que actos materiales que ha
ocasionado ciertos órganos, en perjuicio o en particular, también conoce las
omisiones que configuran un daño o una lesión al particular.
Es universal porque conoce las lesiones que en sede Administrativa dicten los
demás Órganos del Poder Público; es decir, El Legislativo, El Ciudadano, El
Electoral, El Judicial, y el Ejecutivo, cuando estas actuaciones de tipo
Administrativo causen un daño al particular.
5) Es subjetivo: Debido a que tiende al restablecimiento de las situaciones
jurídicas lesionadas por las vías administrativas (Art 259 CRBV); es decir, que el
ciudadano solamente ve satisfecha su pretensión cuando se materialice la
sentencia.
6) Permite la aplicación de medio alternativos de solución de conflictos: Esta
establecido en el art 6 de la LOJCA donde se promoverán la utilización de medios
alternativos de solución de conflictos en cualquier grado y estado del proceso,
atendiendo a la especial naturaleza de las materias jurídicas sometidas a su
conocimiento. De estos medios alternativos de solución de conflictos se refiere a la
mediación, arbitraje, conciliación y a la transacción.
7) Reconoce la participación popular: El art 27 de la LOJCA Establece que
podrán actuar frente a la jurisdicción contencioso administrativa, las personas
jurídicas, públicas o privadas, las irregulares o de hecho, las asociaciones con
socios, comités, consejos comunales, y locales, agrupaciones colectivas.
De conformidad con el artículo 10 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa, los entes, consejos comunales, colectivos y otras
manifestaciones populares de planificación, control, ejecución de políticas y
servicios públicos, podrán emitir su opinión en los juicios cuya materia debatida
esté vinculada a su ámbito de actuación, aunque no sean partes.
8) Es judicial y especial: es judicial y especial porque es ejercido por el
Tribunal supremo de justicia y otros, que se subdividen en Cortes de Apelaciones,
Tribunales Superiores entre otros; esto se fundamenta en la Constitución de la
República y en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia. la jurisdicción
contencioso administrativa en Venezuela, está estructurada tanto por grados como

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por materias especiales que tiene atribuida, pudiendo también clasificarse los
tribunales.
9) Control de la administración pública y de la actividad administrativa: estos
controles de la administración siempre tienen que estar presente en la
administración como tal y toda su actividad, o un particular actuando en ejercicio
del Poder Público o como autoridad, o como concesionario de un servicio público.
La jurisdicción contencioso administrativa controla la actividad de la administración
pública.
10) Control de la conformidad al derecho: No existe en Venezuela, limitación
alguna en cuanto a los motivos de control por parte de los órganos que conforman
el sistema. El juez contencioso es juez constitucional de los actos administrativos
de amparo en cuanto a las actuaciones de las autoridades administrativas. El juez
es el rector del Proceso.
11) Control de la legitimidad: se debe verificar la conformidad de la actuación
del orden jurídico, el cual no solo está compuesto por actos normativos, sino por
normas de carácter particular. La actividad es legitima cuando está fundada en un
título jurídico según el orden Jurídico. Para determinar la legitimidad bastara
preguntarse si el orden jurídico permite la existencia y realización de esa actividad.
12) Órganos de la jurisdicción contenciosa administrativa: Art 11 de LOJCA,
donde se señala que son órganos de las jurisdicciones contenciosas
administrativas:
- Sala político administrativa
- El TSJ
- Juzgados nacionales
- La jurisdicción contenciosa administrativa.
- Juzgados superiores estadales
- Juzgados de municipio de división contencioso administrativo.
El art 12 de la LOJCA Establece que, también son órganos de las jurisdicciones
contenciosas administrativas: Los tribunales especiales, como son, los de materia
Tributaria.

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13) Partes del procedimiento: las partes del procedimiento son: el actor,
demandante o solicitante y la parte demandada.
Una de las partes debe ser un Órgano o Ente público, Sea en calidad de
demandante o sea en calidad de demandado.

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Conclusión

Los Principios Generales del Derecho expresan los valores materiales básicos de
un ordenamiento jurídico, es decir, aquellos, sobre los cuales se constituye como
tal, las convicciones ético-jurídicas fundamentales de una sociedad, son principios
técnicos, fruto de la experiencia de la vida jurídica y solo a través de esta son
cognoscibles.
El Proceso Contencioso Administrativo comparte, como es evidente, los principios
procesales y derechos básicos, como el de tutela jurisdiccional efectiva,
independencia e imparcialidad de los órganos jurisdiccionales, igualdad, economía
procesal, etc.
Por su parte, los principios del proceso contencioso administrativo son pautas
directrices que definen su esencia y justifican su existencia permitiendo explicar,
más allá de las regulaciones procesales dogmáticas, su por qué y su para qué.
Cualquier transgresión en la regulación o aplicación procesal de los principios de
referencia provoca una lesión jurídica, que el Derecho sanciona como nulidad y la
política reprocha como desviación de poder.

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Bibliografía

 Constitución Bolivariana De Venezuela – 2.009


 Ley Orgánica De La Jurisdicción Contencioso Administrativa
 Constitución Bolivariana De Venezuela – 1.999
 libro Edgar José Moya Millán “derecho contencioso administrativo”
 Ley Orgánica de la Administración Pública (LOAP)

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