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CICLO VII
TRUJILLO – PERÚ
SECCIÓN: D 2020
I. INTRODUCCIÓN
II. RESUMEN
III. RESULTADOS
1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
EN EL PERÚ
En el siglo XX, probablemente la primera norma legal que con carácter general
estableció la posibilidad de cuestionar ante el Poder Judicial los actos de la
Administración Pública fue el artículo 94 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
1912.
La Constitución de 1933 incorporó para el control judicial de las normas
reglamentarias a la “acción popular”, que subsiste hasta nuestros días con carácter
de proceso constitucional.
La Ley Orgánica del Poder Judicial, aprobada por Decreto Ley 14605, promulgada
en el año 1963, también estableció la posibilidad de cuestionar ante el Poder
Judicial las actuaciones administrativas, aunque sin configurar un proceso
específico.
El proceso administrativo se institucionaliza en el Perú con la Constitución de
1979, que en su artículo 240 incorpora las “acciones contencioso-administrativas”.
Pero este proceso no es el único mecanismo para el control jurisdiccional de la
Administración; también están procesos constitucionales como la acción de
amparo, proceso destinado a la tutela de los derechos fundamentales cuando
“sean vulnerados o amenazados por cualquier autoridad, funcionario o persona”.
También se mantuvo a la acción popular, para el control judicial de la legalidad y
constitucionalidad de los reglamentos y de toda otra norma de carácter general con
rango inferior a la ley.
Debido a la falta de una ley que regulara la acción contencioso administrativa, el
Poder Ejecutivo reglamentó el proceso contencioso administrativo laboral mediante
el Decreto Supremo 037-90-TR, publicado el 13 de junio de 1990, referido a “las
acciones contencioso-administrativas que se interpongan contra resoluciones de la
Administración que causen estado en materia laboral”, procesos que se tramitarían
ante los tribunales especializados, en materia laboral, de Lima.
Es en 1991, con la Ley Orgánica del Poder Judicial, que se establecen reglas
procesales específicas para los procesos contencioso administrativos, en un
capítulo ubicado en las disposiciones finales de dicha ley, las que fueron
derogadas mediante el Decreto Legislativo 767, que aprobó el nuevo Código
Procesal Civil en 1993. Esta norma procesal recogía los preceptos del Código
Procesal Iberoamericano, introduciendo la oralidad en el proceso contencioso
administrativo.
El Código Procesal Civil de 1993 reguló el proceso contencioso administrativo
como “impugnación de acto o resolución administrativa”, proceso de competencia
del juez civil, una modalidad de los denominados procesos abreviados, limitando la
acción del juzgador a declarar la nulidad o invalidez de los actos administrativos.
La Constitución de 1993 también comprende como mecanismos de control
jurisdiccional de la Administración al proceso contencioso administrativo; al
proceso constitucional de amparo, para la protección de los derechos
constitucionales distintos de la libertad individual; al proceso constitucional de
acción popular, para el control judicial de la legalidad de las disposiciones
reglamentarias; y crea dos nuevos procesos constitucionales destinados en gran
parte al control jurídico de la Administración Pública: el proceso de hábeas data,
mediante el cual los ciudadanos pueden impugnar ante el juez la negativa de la
Administración Pública a sus solicitudes de acceso a la información que obra en su
poder, o pueden solicitar la protección de sus datos personales respecto de los
servicios informáticos, públicos o privados; y el proceso de acción de cumplimiento,
mediante el cual se puede acudir al juez para solicitarle que requiera a cualquier
autoridad o funcionario de la Administración Pública renuente a acatar una norma
legal o un acto administrativo, que cumpla con sus obligaciones.
En abril del 2001 se promulga la Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley
27444, y en diciembre del mismo año, la Ley que regula el Proceso Contencioso
Administrativo (LPCA), Ley 27584, proceso distinto del proceso civil. La LPCA, que
ha sido objeto de varias modificaciones, legisla las instituciones básicas y es, en
esencia, una norma de remisión al Código Procesal Civil en aquello que no ha sido
regulado en forma expresa [ CITATION Dan03 \l 10250 ]
2. DEFINICIÓN
El proceso contencioso administrativo es el instrumento de control jurisdiccional
externo de la actuación administrativa, instaurado para que el órgano judicial
conozca los conflictos de intereses o incertidumbres jurídicas que surjan con la
Administración Pública, los cuales se pueden generar por la acción u omisión de
esta, siempre que el administrado haya agotado la vía administrativa, salvo en
los casos expresamente previstos por la propia norma, donde ello no se requiera
[ CITATION Rae12 \l 10250 ]
Es el proceso destinado a revisar, en sede judicial, los actos emitidos en un
procedimiento administrativo, ya sea porque se omitieron las formalidades
establecidas o porque la decisión del funcionario no se ajusta a Derecho. Así, el
proceso contencioso administrativo surge como la manifestación del control
judicial que debe existir sobre las actuaciones de las entidades administrativas,
protegiendo al administrado frente a los errores, de forma y de fondo, que
pueden cometerse al interior de un procedimiento administrativo [ CITATION Cab18
\l 10250 ]
3. CARACTERÍSTICAS
Para Priori, la nueva visión del contencioso administrativo tiene cuatro notas
caracterizadoras:
i. Tiene el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva como el eje central de su
contenido;
ii. Propicia un proceso contencioso administrativo tuitivo a favor de los
particulares;
iii. Establece un proceso contencioso administrativo de “plena jurisdicción” o
“subjetivo”; pues, predica un control jurisdiccional pleno de los actos
administrativos que no se restringe a su solo control de legalidad, sino un
control que supone brindar una efectiva tutela a los derechos e intereses de
los administrados;
iv. Concibe al proceso contencioso administrativo como un proceso distinto y
autónomo respecto del proceso civil, pues, la naturaleza de los conflictos que
está llamado a resolver es absolutamente distinta a la naturaleza de los
conflictos que está llamado a resolver el proceso civil” [CITATION Pri06 \l
10250 ]
4. FINALIDAD
Lo más interesante del artículo 1° del T.U.O. de la Ley N° 27584, que encuadra la
orientación y fines del Proceso Contencioso Administrativo, es que no se
circunscribe al control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la
Administración Pública sujetas al derecho administrativo, sino que hace hincapié
en la efectiva tutela de los derechos e intereses de los administrados. Así, el actual
modelo de Proceso Contencioso Administrativo, ya no se limita a ser objetivo, sino
que es subjetivo o de plena jurisdicción [ CITATION Jim12 \l 10250 ]
La finalidad del proceso contencioso administrativo va más allá de ser un
mecanismo de revisión del acto administrativo, sino también un mecanismo que
brinda a los particulares una efectiva tutela o protección de sus derechos, lo que se
supone también que la ley N° 27584 ha adoptado claramente por el sistema del
proceso contencioso administrativo de plena jurisdicción[ CITATION Carsf \l 10250 ]
5. PRINCIPIOS
El Proceso Contencioso Administrativo comparte, como es evidente, los principios
procesales y derechos básicos, como el de tutela jurisdiccional efectiva,
independencia e imparcialidad de los órganos jurisdiccionales, igualdad, economía
procesal, etc. Por su parte, cuenta con principios específicos que están
establecidos en el artículo 2 de La Ley que regula el Proceso Contencioso
Administrativo:
a) Principio de Integración: “Los jueces no deben dejar de resolver el conflicto
de intereses o la incertidumbre con relevancia jurídica por defecto o deficiencia
de la Ley. En tales casos, deberán aplicar los principios del derecho
administrativo”
Conforme a este principio, si el Juez, al momento de resolver un determinado
conflicto, advierte un defecto o un vacío en la Ley, debe aplicar los principios
del derecho administrativo, que están regulados en la Ley del Procedimiento
Administrativo General (Ley N° 27444) y son los siguientes: Principio de
legalidad, del debido procedimiento, de informalismo, de eficacia, de
simplicidad, de razonabilidad, de imparcialidad, de presunción de veracidad, de
impulso de oficio, de conducta procedimental, de verdad material, de
participación, de uniformidad y de predictibilidad.
b) Principio de igualdad procesal: “Las partes en el Proceso Contencioso
Administrativo deberán ser tratadas con igualdad, independientemente de su
condición de entidad pública o administrado”
El art. 2 inc. 2 de la Constitución establece que toda persona tiene derecho a la
igualdad ante la Ley, y que nadie debe ser discriminado por motivo de origen,
raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra
índole. En el ámbito administrativo también se aplica esto; las partes, sin
importar de cuál de ellas se trate, deben ser tratadas con igualdad. Este
principio es considerado el eje de todos los principios.
c) Principio de favorecimiento del proceso: “El Juez no podrá rechazar
liminarmente la demanda en aquellos casos en los que por falta de precisión
del marco legal exista incertidumbre respecto del agotamiento de la vía previa.
Asimismo, en caso de que el Juez tenga cualquier otra duda razonable sobre la
procedencia o no de la demanda, deberá preferir darle trámite a la misma”
Este principio impone al Juez la obligación de interpretar los requisitos de
admisibilidad de las demandas en el sentido que más favorezca al accionante,
con la finalidad de garantizar su derecho de acceso al proceso, que forma parte
del contenido esencial del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva.
d) Principio de Suplencia de Oficio: “El Juez deberá suplir las deficiencias
formales en las que incurran las partes, sin perjuicio de disponer la
subsanación de las mismas en un plazo razonable en los casos en que no sea
posible la suplencia de oficio”
Significa que el Juez debe procurar subsanar (adecuando la vía) la demanda,
pero en caso se requiera subsanaciones que solo puede realizar (por tener
requisitos especiales) el demandante, entonces le dará un plazo razonable, a
fin de que la demanda se vuelva procesalmente viable [ CITATION Jim12 \l
10250 ]
8. PRETENSIONES EN EL PCA
Existe una estrecha vinculación entre las pretensiones y las actuaciones
administrativas impugnables, dado que las pretensiones necesariamente deben
deducirse en función de una previa actuación administrativa, que habitualmente
no será el «objeto» del proceso, sino un presupuesto procesal [ CITATION Bac09 \l
10250 ]
La pretensión se conforma de un “pedido”, que es la expresión concreta de lo
pedido al órgano jurisdiccional, y una “causa petendi”, que son los fundamentos
de hecho y de derecho del pedido.
De acuerdo al artículo 5 de la LPCA, podrán plantearse pretensiones con el objeto
de obtener lo siguiente:
a) La declaración de nulidad, total o parcial o ineficacia de actos
administrativos: En nuestro ordenamiento jurídico rige el principio de
conservación, previsto en el artículo 14 del TUO de la LPAG, conforme al cual
solo pueden ser declarados nulos los actos que presentan un vicio
trascendente de invalidez. Además, el artículo 10 del TUO de la LPAG
establece una lista tasada de causales de nulidad de los actos administrativos.
Es impertinente solicitar la ineficacia del acto administrativo, pues si lo que se
quiere es la suspensión de efectos, ello se solicita en vía cautelar, pero la
ineficacia, en sí misma, es consecuencia específica y necesaria que se da a
partir de la declaración de nulidad.
b) El reconocimiento o restablecimiento del derecho o interés jurídicamente
tutelado y la adopción de las medidas o actos necesarios para tales fines:
Es una pretensión procesal dirigida expresamente a la tutela específica de
derechos, de restablecimiento de la legalidad, pero a favor de las posiciones
jurídicas del administrado que sufrió los efectos de una irregular actuación
administrativa.
c) La declaración de contraria a derecho y el cese de una actuación material
que no se sustente en acto administrativo: Tiene un efecto declarativo y otro
de condena. Primero, declara que, efectivamente, la actuación material que no
se sustenta en acto administrativo es contraria al ordenamiento, con lo cual
declara su ilegalidad y, sucesivamente, establece una condena, dirigida a la
administración, para que cese la referida actuación material.
d) Se ordene a la administración pública la realización de una determinada
actuación a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en
virtud de acto administrativo firme: Es un caso específico de pretensión de
condena, dirigida a que el juez condene a la administración pública a cumplir
efectivamente con la prestación impuesta por una ley o por un acto
administrativo firme.
e) La indemnización por el daño causado con alguna actuación impugnable,
conforme al artículo 238 de la ley 27444 —hoy artículo 260 del TUO de la
LPAG—siempre y cuando se plantee de forma acumulativa a alguna de
las pretensiones anteriores: La garantía de la responsabilidad patrimonial de
la administración pública no puede verse realizada si no se corrige a la
pretensión de indemnización como una pretensión autónoma, que puede
deducirse para reclamar el resarcimiento de daños que hayan sido generados
por el funcionamiento anormal (y normal inclusive) de la administración pública
[ CITATION Hua19 \l 10250 ]
9. Acumulación de pretensiones
10. Competencia
Definición:
Competencia proviene de ‘competer’, que significa corresponder, incumbir a uno
alguna cosa, es decir la medida en que la jurisdicción se distribuye entre las
diversas autoridades judiciales, o también la facultad que tiene un funcionario
público de administrar justicia en un caso en concreto. Se dice entonces que la
competencia es el límite de la jurisdicción, es la medida como se distribuye la
jurisdicción entre las distintas autoridades judiciales. Es la parte de poder
jurisdiccional poseída por cada juez o magistrado; es decir, la medida de la
jurisdicción en un proceso concreto y determinado” (Mattirolo) (lp. Pasión por el
Derecho).
10.1 Competencia Territorial
Definición:
La competencia por territorio, atiende a razones de conveniencia, cercanía o
proximidad del objeto, a las personas del proceso –principio de inmediatez– y, en
general, a la distribución geográfica nacional –que se divide en distritos, cantones y
provincias–; tratando de lograr una distribución más equitativa de los procesos
entre jueces de diversas zonas, evitando que se concentren en lugares de mucha
litigiosidad o donde estén concentrados la mayoría de abogados.
Esta norma regula “los criterios territoriales, es decir, los de ubica territoriales, es
decir, los de ubicación geográfica de los diversos órganos jurisdiccionales, que
permiten distribuir la competencia “horizontalmente”, vale decir, entre jueces de
igual nivel”
¿Qué razones atiende la competencia territorial?
Sobre esta norma, apunta que el razonamiento que impulsa esta distinción es
indudablemente interesante y atendible, pues busca que situaciones ya conocidas
por una instancia colegiada a nivel administrativo sean vistas también por una
instancia colegiada en el escenario jurisdiccional. (Espinosa-Saldaña, 2012, p. 14)
Sin embargo, como veremos más adelante al estudiar los medios impugnatorios,
esta regla de competencia funcional es el origen de un serio problema. Al
establecer como competente en primera instancia a una sala especializada de la
Corte Superior, se genere que, tanto en apelación como en casación, sean
competentes las salas de la Corte Suprema, con lo cual se priva de su esencia al
recurso de casación.
Además, contraviene la regla que se está convirtiendo en universal en el derecho
comparado, donde los procesos contencioso-administrativos son conocidos desde
primera instancia por jueces unipersonales, sin distinguir privilegios indebidos entre
entidades públicas. (Huapaya, 2019)
10.3 Remisión de Oficio
Artículo 10.- Remisión de oficio. - TUO de la LPCA regula la Remisión de
oficio:
En aquellos casos en los que se interponga demanda contra las actuaciones a las
que se refiere el Artículo 4, el Juez o Sala que se considere incompetente
conforme a ley, remitirá de oficio los actuados al órgano jurisdiccional que
corresponda, bajo sanción de nulidad de lo actuado por el Juez o Sala
incompetente. (Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo - LEY
Nº 27584)
También tiene legitimidad para obrar activa la entidad pública facultada por ley
para impugnar cualquier actuación administrativa que declare derechos subjetivos;
previa expedición de resolución motivada en la que se identifique el agravio que
aquella produce a la legalidad administrativa y al interés público, y siempre que
haya vencido el plazo para que la entidad que expidió el acto declare su nulidad de
oficio en sede administrativa.
En la norma citada se exige que el legitimado afirme ser titular de una situación
jurídica sustancial (derecho subjetivo, interés legítimo) que haya sido o esté siendo
vulnerada por la actuación administrativa impugnada, lo cual va en línea con lo
dispuesto en los artículos 62, 118 y 120 del TUO de la LPAG, que regulan la
legitimación de los administrados en cuanto a la titularidad de derechos subjetivos
e interés legítimos. (Medina, 2016)
11.2. Legitimidad para obrar pasiva
“La evolución de la legislación contencioso-administrativa se ha caracterizado por
una progresiva ampliación de la legitimación para poder accionar frente a la
actuación de un ente público sujeto al derecho administrativo” (Gonzales Pérez,
2016)
También tiene legitimidad para obrar activa la entidad pública facultada por ley
para impugnar cualquier actuación administrativa que declare derechos subjetivos;
previa expedición de resolución motivada en la que se identifique el agravio que
aquella produce a la legalidad administrativa y al interés público, y siempre que
haya vencido el plazo para que la entidad que expidió el acto declare su nulidad de
oficio en sede administrativa.
En la norma citada se exige que el legitimado afirme ser titular de una situación
jurídica sustancial (derecho subjetivo, interés legítimo) que haya sido o esté siendo
vulnerada por la actuación administrativa impugnada, lo cual va en línea con lo
dispuesto en los artículos 62, 118 y 120 del TUO de la LPAG, que regulan la
legitimación de los administrados en cuanto a la titularidad de derechos subjetivos
e interés legítimos. (Medina, 2016)
12.4 Plazos
La demanda deberá ser interpuesta dentro de los siguientes plazos:
Cuando el objeto de la impugnación sean las actuaciones a que se
refieren los numerales 1, 3, 4, 5 y 6 del Artículo 4 de esta ley, el plazo
será de tres meses a contar desde el conocimiento o notificación de la
actuación impugnada, lo que ocurra primero.
Cuando la ley faculte a las entidades administrativas a iniciar el proceso
contencioso-administrativo de conformidad al segundo párrafo del
Artículo 13 de la presente ley, el plazo será el establecido en la ley de
Procedimiento Administrativo General, salvo disposición legal que
establezca plazo distinto.
Cuando se trate de silencio administrativo negativo, se observará lo
establecido en el numeral 188.5 del artículo 188 de la ley 27444 Ley del
Procedimiento Administrativo General. Carece de eficacia el
pronunciamiento hecho por la administración una vez que fue notificada
con la demanda. Si el acto expreso se produce antes de dicha
notificación, el órgano jurisdiccional podrá, a solicitud del actor, incorporar
como pretensión la impugnación de dicho acto expreso o concluir el
proceso.
Cuando se trate de inercia o cualquier otra omisión de las entidades
distinta del silencio administrativo negativo, no se computará plazo para
interponer la demanda.
Cuando se trate de silencio administrativo positivo por transcurso del
plazo previsto en la Ley del Procedimiento Administrativo General o por
normas especiales, el plazo para el tercero legitimado será de tres
meses.
Cuando se pretenda impugnar actuaciones materiales que no se
sustenten en actos administrativos el plazo será de tres meses a contar
desde el día siguiente en que se tomó conocimiento de las referidas
actuaciones.
Cuando la pretensión sea planteada por un tercero al procedimiento
administrativo que haya sido afectado con la actuación administrativa
impugnable, los plazos previstos en el presente artículo serán
computados desde que el tercero haya tomado conocimiento de la
actuación impugnada.
Los plazos a los que se refiere el presente artículo son de caducidad.
16.1 DEFINICIÓN
La medida cautelar, llamada también preventiva o precautoria, es aquella
institución procesal mediante la cual el órgano jurisdiccional, a instancia de
parte, asegura la eficacia o el cumplimiento de la sentencia a dictarse en el
proceso que dirige, anticipando todos o determinados efectos del fallo, en
razón de existir verosimilitud en el derecho invocado y peligro en que la demora
en la sustanciación de la litis u otra razón justificable traiga como consecuencia
que la decisión judicial no pueda reintegrar a la parte vencedora en el juicio la
totalidad de su derecho (Hinostroza, 2013).
Es un acto procesal que preventivamente reconoce determinados derechos al
solicitante, con el propósito de asegurar la eficacia de la decisión definitiva
(Salas, s.f)
16.2 OPORTUNIDAD
El art. 35 del T.U.O de la LPCA N° 2758, dispone que la medida cautelar podrá ser
dictada antes de iniciado un proceso o dentro de éste, siempre que se destine a
asegurar la eficacia de la decisión definitiva; para tal efecto, se seguirán de manera
supletoria las normas del CPC.
16.3 REQUISITOS
Según el art. 36 de la LPCA, los presupuestos para la otorgación de las medidas
cautelares son los siguientes:
16.3.1. Verosimilitud del derecho invocado.
Rivas, señala que la medida innovativa tiene dos objetivos: restituir la situación al
estado de hecho o de derecho (o ambos) que tenía al iniciarse el conflicto o al
plantearse la demanda, y cambiar la situación existente al tiempo de pedirse la medida
a otra distinta, siempre que ello resulte necesario para asegurar la efectividad de la
sentencia (2000). Se da aquí lo que podemos llamar efecto modificativo (Ledesma,
2013).
Esta medida se distingue por ser más excepcional que la de prohibición de innovar,
porque adelanta los efectos de la sentencia de mérito como si la misma hubiera sido
fundada, situación que reviste un riesgo mucho mayor. (Ticona,2016)
Por este inciso se faculta al Juez para que pueda remitir copias certificadas al
Ministerio Público para Aperturar Investigación Preliminar o Formalizar Investigación
Preparatoria, siempre que existan suficientes elementos de convicción respecto del
Delito de Resistencia y Desobediencia a la Autoridad establecido en el Artículo 368 del
Código Penal, sin perjuicio de efectuar el procedimiento realizado en el art. 46 del
T.U.O de la LPCA.
El art. 43 del T.U.O de la LPCA prevé la conclusión del proceso por transacción o
conciliación: “En cualquier momento del proceso, las partes podrán transigir o conciliar
sobre pretensiones que contengan derechos disponibles. Si el acuerdo homologado o
aprobado es total, producirá la conclusión del proceso. De ser parcial, el proceso
continuará sobre los aspectos no comprendidos. Para proponer o acceder a la fórmula
de composición, la entidad deberá analizar objetivamente la expectativa de éxito de su
posición jurídica en el proceso”.
El art.45 del T.U.O de la LPCA faculta para hacer ejecutar las sentencias a la sala o
juzgado que conoció del proceso en primera instancia. Asimismo, el último párrafo del
mismo art. señala que, los conflictos derivados de actuaciones administrativas
expedidas en ejecución de la sentencia serán resueltos en el propio proceso de
ejecución de la misma.
IV. CONCLUSIONES
El proceso contencioso administrativo tiene una doble finalidad; puesto que, por
un lado, busca la efectiva tutela de los derechos e intereses de los administrados,
pero, por otro y como condición previa, el control jurídico de las actuaciones de la
administración pública, para lo cual se ha establecido incluso, en el artículo 4 del
TUO de la LPCA, una lista de aquéllas contra las que procede la impugnación.
El juez no debe convertirse nunca en un juez defensor de la posición de una de
las partes, debe mantenerse siempre como tercero imparcial, y debe hacer uso de
los poderes probatorios oficiosos que le concede la disposición procesal, siempre
que se presenten todos los elementos que se prescriben en el contenido del
artículo 194° del CPC, como la excepcionalidad y la garantía de asegurar el
derecho poder contradecir la prueba.
En el proceso contencioso administrativo, la actividad probatoria se restringe a las
actuaciones recogidas en el procedimiento administrativo, estableciéndose dos
excepciones a dicha regla: a) que se produzcan nuevos hechos o, b) que se trate
de hechos que hayan sido conocidos con posterioridad al inicio del proceso,
pudiendo acompañarse los respectivos medios probatorios en ambos supuestos.
La legitimidad para obrar es tratada en doctrina como una “condición de la
acción” y como tal, se considera como un elemento que permite al Juez emitir un
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia; lo cual no significa que va
expedir una sentencia favorable al demandante.
La medida cautelar es un acto procesal que reconoce preventivamente
determinados derechos al solicitante y tiene como finalidad garantizar la decisión
definitiva de un proceso. Se fundamenta en tres ideas básicas: la tutela
jurisdiccional efectiva; el riesgo existente para la ejecución o cumplimiento de la
decisión definitiva y el aseguramiento de la decisión definitiva.
V. REFERENCIAS
VI. ANEXOS