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Jesucristo como contenido de la fe. A partir de la obra Introducción a la fe de Walter Kasper.

Ricardo Ramírez Basualdo.

FACULTAD DE CIENCIAS RELIGIOSAS Y FILOSÓFICAS

UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL MAULE

ricramirez.basualdo@gmail.com

Resumen: El presente trabajo invita al lector a abordar y conocer la fe cristiana a partir del
pensamiento del teólogo alemán Walter Kasper, específicamente en su obra Introducción a la fe.
Se comenzará estudiando algunos aspectos importantes de la fe como son el sentido y la historia.
Para luego, continuar desarrollando que aquella fe tiene un contenido específico: Jesucristo. Para
finalmente entender que el contenido de aquello en lo que se cree es Jesucristo. Finalmente se
intentará abordar y comprender que la fe está centrada en Cristo, cuyo fundamento es la Pascua.
Por lo tanto, una fe de esperanza y de fututo.

Palabras claves: Jesucristo – fe – Dios – revelación.

Abstract: This paper invites the reader to address and meet the Christian faith from the thought
of the German theologian Walter Kasper, specifically in his work Introduction to faith. It will
begin studying some important aspects of faith such as the meaning and history. Then , continue
to develop that that faith has a specific content : Jesus Christ. To finally understand that the
content of what they are believed Jesus Christ . Finally we will try to address and understand that
faith is centered in Christ , whose foundation is Easter. Therefore a faith of hope and future.

Keywords: Jesus Christ - faith - God - revelation.

I. INTRODUCCIÓN

¿Qué sucede con la fe en nuestros días? Parece que la modernidad ha traído aires excesivamente
racionales que han provocado un quiebre con la fe de los hombres. Pero, al parecer, esto es algo
que siempre ha ocurrido, por ejemplo, para Goethe toda la historia es una lucha entre la fe y la
increencia. Parece que Dios ha muerto “en cuanto que de la fe en él ya no parten impulsos que

1
determinen la vida y la historia.”1 En temas de fe, desde la modernidad, se ha acrecentado el
surgimiento de un pluralismo de opiniones, lo que también ha sucedido en el cristianismo
provocando, muchas veces, una confusión dentro de la Iglesia misma2. Pero seamos un poco
más optimistas, tal como lo ve Walter Kasper3, en su obra Introducción a la Fe y veamos esta crisis,
como una opción de posibilidad de conducirnos a la ruina o llegar a un verdadero kairós, o a una
renovación de la comprensión de la fe.4

En este ambiente de opción de fe, se pretende en este trabajo, entender la fe en Jesucristo, a


partir del pensamiento del teólogo alemán Walter Kasper, teniendo como fuente principal su
obra Introducción a la fe.5 El trabajo se ordenará de la siguiente manera: en el primer capítulo se
hará una revisión de lo que entiende el autor por fe, seguido en el segundo capítulo, por la
revisión de algunos aspectos importantes sobre Jesucristo, para finalmente, indagar la fe en Él.

II. ALGUNOS ASPECTOS DE LA FE SEGÚN WALTER KASPER.

Hoy en día se pretende probar la fe, pero “una fe que se pudiera probar dejaría de ser fe.”6
Entonces, hay que tratar de entender qué es la fe, sin tener necesidad, al menos en esta
investigación, de probarla.

Para la mística medieval -por ejemplo- la fe debe encontrar a Dios en todas las cosas,
entendiendo una teología desde arriba que se une, necesariamente a la de abajo7. Es importante
que la cuestión de la fe, sea una cuestión del sentido, entendiéndola como la cuestión de Dios
que se interesa por el sentido de la persona. Atendiendo al sentido como aquel “ser total y seguro
del hombre en y con su mundo”8. En ello radica la distinción entre el hombre y el resto de
animales, estos últimos se adaptan a su realidad, instintivamente, sin fallas y seguros. Dicha
realidad en el hombre está marcada por factores socioculturales, su sentido, solo se plantea en

1 W. KASPER, Introducción a la Fe. (Sígueme, Salamanca. 2012.) 15.


2 “La difundida indiferencia religiosa ha ocasionado -al menos en los países occidentales- un decaimiento de la
presión externa sobre la Iglesia. Ello ha propiciado la creación en el interior de la Iglesia de un espacio de libertad y
debate impensable en los últimos siglos, en los que primaban la actitud defensiva y la unidad interna”. (W. KASPER,
El Evangelio de Jesucristo. (Sal Terrae. España. 2012). 19.
3 Nace en Heidenheim an der Brenz, Alemania el 5 de marzo de 1933, cardenal alemán, Presidente emérito del

Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos. Doctor en Teología por la Universidad de
Tubinga, donde también enseñó teología Dogmática y fue decano, lo mismo en Münster. Nombrado Obispo en
1989 y creador Cardenal por San Juan Pablo II en el 2001.
4 Cfr. W. KASPER, Introducción a la Fe, 18.
5 La obra Introducción a la fe, recoge 10 lecciones del autor, del año 1970, que realizó en la facultad teológica de

Munster y en Tubinger, siendo la principal razón de los textos el cambio de rumbo de la teología actual, y la
vinculación teórica y práctica.
6 W. KASPER, Introducción a la Fe, 34
7 “No hay, pues, ninguna teología desde arriba que no corresponda a su vez a una teología desde abajo” (W.

KASPER, Introducción a la Fe, 36). De lo contrario se intenta poner a Dios donde no llega el saber, lo cual es un
peligro, puesto que Dios se va haciendo menos mundano y el mundo cada vez más ateo.
8 W. KASPER, Introducción a la Fe, 38

2
perspectivas históricas, en la cual el hombre realiza sus posibilidades, puesto que la “realidad
histórica no está nunca acabada y lista, es un proceso permanentemente abierto”9. En este
aspecto es como el mensaje de Dios, que se recibe con la fe presupone un sentido de la vida. Y
este sentido, sólo puede ser absoluto, es decir sólo en Dios que “puede ofrecernos futuro más
allá de la muerte.”10 De manera que la fe en Dios y sólo ella, da su sentido último a la búsqueda y
a la planificación humana.”11 Además debe ir acompañada de la praxis, puesto que “la verdad de
la fe, amanece sólo en la praxis de la fe,”12 y para preguntarnos por ella y tratar de responderla
debemos dirigirnos hacia la verdad que nos muestra la Sagrada Escritura, específicamente en la
resurrección, como se verá en capítulos posteriores.13

En este horizonte de sentido, Walter Kasper plantea vías para la fundamentación de la fe,
que se recibe en un contexto histórico determinado. En la modernidad, se debe defender con la
responsabilidad humana el acto de la fe, pues “una fe ciega no dejaría de ser algo inhumano e
irresponsable.”14 A su vez, la fe deja de serlo si es solo razón, por lo cual hay que tener cuidado,
en el ámbito teológico, con la fundamentación de la fe, de manera que ésta no se transforme en
una cruz y tormento. Por eso, para mantener la fe, la Iglesia, por medio de su magisterio,
condenó el racionalismo teológico porque “supone la fe convirtiéndolo en un saber.”15 Así también
el otro extremo, el fideísmo, que entiende la fe como “un salto ciego, una pura intuición”16. En la
apología tradicional la fe es un término medio de ambas, en el que los motivos de la verdad de
dicha fe, son los signos en el Nuevo Testamento, como los milagros y las profecías.17 Siendo
Jesús mismo la condición de posibilidad de la fe para ser capaces de comprender en plenitud los
signos de la misma. Si queremos encontrar una certeza de fe, hay que entender, según Kasper,
que la del cristianismo, es la esperanza. Así afirma: “la fe siempre será contestada en la historia y
que el creyente nunca tiene la fe simplemente tras de sí, sino siempre ante sí.”18 Puesto que la fe

9 W. KASPER, Introducción a la Fe, 41


10 W. KASPER, Introducción a la Fe, 48
11 W. KASPER, Introducción a la Fe, 49
12 W. KASPER, Introducción a la Fe, 71
13 “La verdad de la fe, es más bien un acontecimiento, en cuya realización, y únicamente en ella, se acredita el

presupuesto originario. La verdad no se puede sujetar, poseer; la verdad brota y se alcanza en un proceso” (W.
KASPER, Introducción a la Fe, 71)
14 W. KASPER, Introducción a la Fe, 72
15 W. KASPER, Introducción a la Fe, 72
16 W. Kasper, Introducción a la Fe,72
17 Los milagros “ponen de manifiesto que en la revelación hay algo más que fuerzas meramente humanas y

naturales” (W. KASPER, Introducción a la Fe, 73)


18 W. KASPER, Introducción a la Fe,79

3
del creyente está en juego constantemente, siendo un sistema abierto, no cerrado, está siempre en
camino, en la búsqueda permanente de los signos19.

Se puede entender por acto de fe el actuar de una persona creyente, como lo hace
Kasper, considerando que cada persona se arriesga a la verdad de Dios. La palabra creer es una
palabra ambigua, en el sentido que cada persona e inclusive, ante cada aseveración que me
presenta otra persona, se afirma: yo te creo a ti, es a la persona en quien se cree. Frente a esto,
afirma Kasper: “la fe, por tanto, no guarda relación con unos motivos objetivos, sino con una
persona. Se trata de un acto personal de confianza y crea una mutua vinculación entre
personas”20. Dicho acto abarca la voluntad y el entendimiento en aquel hombre uno y total. La
vida humana, por tanto, es imposible sin la existencia de una confianza mutua con los demás. Es
por eso que la fe es “la opción fundamental de abandonarse a esa dimensión del misterio divino
y de entender y sustentar en Él la vida, el mundo, el hombre y la historia”21

Esta fe, de la que se ha venido hablando, tiene su punto culminante en la oración, pues
en esta alcanza su expresión más densa, ya que se le habla a Dios como alguien que está frente a
nosotros dispuesto a intervenir en el mundo y en la vida de cada uno. Cuando se ora se reconoce
al otro en Dios y viceversa. Se le entrega una profundidad en la vida cotidiana, sin poder orar
pasando de largo el mundo, de lo contrario, no sería una fe cristiana, según se constata en el
pensamiento de Kasper. La fe es una vuelta sin reservas hacia Dios, es un “abandono de otras
maneras de asegurar y fundamentar la vida, es decir, abandono del dinero, del placer y del poder,
en cuanto complacido como garantía y plenitud de la vida.”22 La fe, deja a Dios ser plenamente
Dios; no es una credulidad ingenua, si no que se necesita de una crítica, ya que sin ella la fe
pierde fuerzas.

III. EL CONTENIDO DE LA FE: JESUCRISTO.

Se debe entender qué es el contenido de dicha fe, de la que se ha venido hablando. Entonces, la
pregunta que se debe hacer es: ¿Quién es Jesucristo?, por ejemplo, la palabra ya nos dice que
Jesús es el Cristo. “Este Jesús de Nazaret, único, insustituible, es simultáneamente el Cristo
enviado por Dios, o sea, el mesías ungido por el Espíritu, la salvación del mundo, la plenitud
escatológica de la historia”.23 Jesucristo es el único signo de fe para el cristianismo, pues “toda

19 “La historia se convierte en la historia salvífica sólo cuando la acción de Dios en la historia es aceptada y
reconocida como tal en la fe del hombre” (W. KASPER, Introducción a la Fe, 165).
20 W. KASPER, Introducción a la Fe, 85
21 W. KASPER, El Dios de Jesucristo. (Sígueme, Salamanca. 2011) 145
22 W. KASPER, Introducción a la Fe, 989
23 W. KASPER, Jesús el Cristo. (Sígueme, Salamanca 1994) 14

4
fundamentación de la fe ha de partir de él”24. ¿Cómo saber quién era? Si los Evangelios no nos
permiten escribir una vida sobre Él, ni pretenden, mucho menos, ser una biografía. Los
Evangelios son “un anuncio post pascual en forma de relatos históricos.”25 Algunos teólogos han
querido mantenerse en la transmisión de la pascua, solamente, llegando así a una corriente neo
ortodoxa, otros han manifestado que no se puede preguntar, en absoluto, por lo que hay tras el
Kerygma, porque sería buscar argumentos objetivos llegando, inclusive, a una increencia.

Kasper presenta un análisis del nuevo planteamiento de la cuestión sobre el Jesús histórico, a
partir de Bultmann, quien es un clásico de la teología protestante del siglo XX, aunque, en
palabras del mismo autor: no el último grito. Pero, por otro lado, con Kasemann, se llega a lo
nuevo del estudio del Jesús histórico, pues recoge una preocupación legítima de la liberal Leben –
jesu – forschung. Para lo cual influyeron, por ejemplo, la investigación histórica en la que no
podemos encontrar nada seguro, aunque no existe razón alguna para un escepticismo histórico
radical. Pues los Evangelios no permiten a los relatos históricos, que la figura de Jesús se muestre
con fuerza.26 Haciendo que la teología tenga la tarea de buscar la historia en el Kerygma y el
Kerygma en la historia. Otro elemento que influyó fue que Kasemann veía que en la
despreocupación por el Jesús terreno y la acentuación del Cristo anunciado, había un peligro en
el Kerygma docético27. Es un peligro “una infravaloración o no-valoración de la humanidad de
Jesucristo y de su significación salvífica para nosotros”28. Ha sido mucho el entusiasmo en
olvidar la experiencia y acentuar la realidad salvífica sin entender la humanidad de Jesús29.

Para Kasper, “el modo más adecuado de comprender a Jesús es a partir de su


comportamiento”30 entendiendo, por ejemplo, que Jesús cumple sus obligaciones de judío, pues
oraba en la sinagoga.31 Pero, a su vez, no es aceta, pues va a banquetes con ricos, se le trata de
comilón, quebranta los mandamientos del sábado y se junta con pecadores. Tampoco es zelote,
que se “oponían con violencia a los poderes religiosos y políticos establecidos”32. Jesús no
pretende herir para curar heridas, ama a los enemigos, no se adviene a ningún modelo estándar.

24 W. KASPER, Introducción a la Fe, 51


25 W. KASPER, Introducción a la Fe, 54.
26 Según Bornkamm: “no se trata específico del género literario de los evangelios en que anuncian por medio de la

historia y que anuncia al relator una historia” (W. Kasper, Introducción a la Fe, 57)
27 Para esto hay que tener presente que “el contenido único y normativo de la fe cristiana no lo tenemos sino en las

múltiples formas históricas que lo universalizan” (W. KASPER y otros. Jesucristo en la historia y en la fe. Ed. Sígueme.
1978.) 276
28 W. KASPER, Introducción a la Fe, 57
29 Hay que precisar que “si la profesión cristológica no tuviera un soporte en el Jesús histórico, la fe en Cristo sería

pura ideología, una visión general del mundo sin fundamento histórico” (W. KASPER, Jesús el Cristo, 16)
30 W. KASPER, Introducción a la Fe, 58
31 “Su religiosidad muestra unos rasgos inauditos, más aún, revolucionarios, diríamos que provocaban la ira y la

indignación de los piadosos de aquel tiempo” (W. KASPER, Introducción a la Fe, 58)
32 W. KASPER, Introducción a la Fe, 59

5
La fuerza e inspiración para la libertad inaudita la saca de lo que anuncia como verdad del reino,
“pues el centro de su mensaje y el verdadero contenido de su existencia es el reinado de Dios”33.

La cuestión antropológica de quién era Jesús, nos puede remitir a sus títulos, pero estos
no son dados por Él, sino en forma tardía por la Iglesia Primitiva. Jesús no se anuncia a sí
mismo, “Jesús no anuncia, como los restantes profetas, el reinado de Dios; lo trae consigo”34.
Jesús se cuestiona la autoridad de los judíos sobre todo a Moisés, poniéndose por encima del
35
Antiguo Testamento, pues Jesús no remite a la palabra de Dios como los profetas; Él es
garantía de su palabra y habla con su autoridad. En el Nuevo Testamento se conoce una
cristología funcional, es decir, afirmaciones que expresan el significado salvífico de Jesús. “No se
preocupa ni se centra en decir quién es Jesús en sí, sino qué significa para nosotros.”36 Su
persona y su mensaje se corresponden: “Él es en su persona la forma de existencia del reinado
del amor de Dios.”37

Apoyándose en Pascal en el pensamiento 373, se entiende que la fe cristiana “no se trata


del Dios de los filósofos, sino del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, del Dios que es el
Padre de Jesucristo.”38. La fe por tanto es un “reconocimiento positivo del ser divino de Dios”39.
La fe, no es tanto una obra, sino una renuncia a ella y su eficacia. Es un “absoluto vaciarse para
Dios, para de este modo poder llenarnos de él.”40 De forma que la fe es el modo concreto de la
existencia del reino de Dios en el hombre. Haciéndose valer Dios en el creyente que le reconoce.
La fe, es un dejarse adentrar en la actitud más profunda de Jesucristo, por medio de él se nos
abre una nueva libertad. Le muestra al hombre la grandeza de la vocación, de la misión y a la vez,
su miseria, él muestra que es incapaz de corresponder a esa grandeza. Esa fe, se debe dejar
adentrar en la universalidad de Jesucristo, debido a que “lo que en Jesucristo ocurrió de una vez
por todas tiene que tener su fundamento en la esencia eterna de Dios”41. Por la auto
comunicación de Dios a su hijo y su entrega al Padre, no debe estar fundada de otra manera, que
no sea en Dios mismo. Esto nos lleva a entender la fe en Jesucristo como concretum universale, no

33 Mc. 1, 14
34 W. KASPER, Introducción a la Fe, 62
35 “Habéis oído que se dijo a los antepasados…. Pues yo os digo” (Mt. 5 21, 27.33)
36 W. KASPER, Introducción a la Fe, 64
37 W. KASPER, Introducción a la Fe, 64
38 W. KASPER, Introducción a la Fe, 34
39 W. KASPER, Introducción a la Fe, 60
40 W. KASPER, Introducción a la Fe, 61
41 W. KASPER y otros. Jesucristo en la historia…, 277

6
fijo, sino un movimiento, llamando entonces, a la teología a la reflexión como seguimiento
vivido, en las realizaciones históricas concretas de la libertad, justicia y amor42.

IV. LA FE EN JESUCRISTO

Frente a lo anterior mencionado, se puede realizar la siguiente pregunta: ¿por qué creo
exactamente? El cristiano pone la fe en Jesús, el cual ha vivido un fracaso en la cruz, que con
tanta violencia y mentira fue quitado del medio. Pero el fundamento de la fe cristiana es la
pascua. San Pablo afirma el fundamento de la fe cristiana: “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es
vana, si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más
desgraciados de todos los hombres!” (1 Cor. 15, 17-19). Desde la Iglesia primitiva la verdad de la
fe es la resurrección de Jesús por parte de Dios43. La fe pascual es resumen y esencia de la fe
cristiana. Lo que fundamenta nuestra fe no es que Jesús viva en la memoria de sus discípulos,
sino que viva en Dios.44 Lo importante y decisivo en la fe en la resurrección “es que se revela
definitivamente quién es Dios”45, siendo el que abarca la vida y la muerte, y el que vivifica a los
muertos. La resurrección de Jesús y el reinado de Dios es el fundamento último de la esperanza
creyente. Kasper en su texto Jesús el Cristo afirma que “la confesión de la resurrección y exaltación
de Jesús significa a lo más una función corroboradora del Jesús histórico”46. Los signos de la
resurrección como la tumba vacía, podrían explicarse como un engaño, por eso Pablo remite a
las propias experiencias de fe, y cuando se le pide una prueba, afirma: “examinaos vosotros
mismos” (2 Cor. 13,5). Por definición el fundamento de Dios no es abstracto ni intelectual, sino
que Dios se revela en Cristo, cuya verdad y veracidad son el fundamento último de la certeza de
la fe. Por lo tanto, la fe en Cristo, no se evidencia ni siquiera en la obediencia eclesial, por
ejemplo. Puesto que “no creemos a la Iglesia, sino que creemos porque y en la medida en que
estamos convencidos de la verdad del Dios que se revela”47. El fundamento de la fe es Dios que
se revela en Cristo, no la Iglesia, no los milagros48. El acto fundamental de la fe, es el encuentro
personal y en la total existencia humana, se nos abre el sentido de la vida. Frente a esto el
Cardenal Kasper afirma:

42 W. KASPER, El Evangelio de Jesucristo, 178


43 En ella, en la fe en la pascua, “confía en que Dios dispone de posibilidades más allá de la realidad presente, más
allá de la muerte, y se atreve a apostar en vida y muerte por este Dios, “al que todo le es posible”” (W. KASPER,
Jesús el Cristo. 177)
44 “La resurrección de Jesús no es por esto un factum histórico constatable objetiva y neutralmente” (W. KASPER,

Introducción a la Fe, 69)


45 W. KASPER, Introducción a la Fe, 70
46 W. KASPER, Jesús el Cristo. 218
47 W. KASPER, Introducción a la Fe, 75
48 “La Iglesia no es objeto de la fe del mismo modo que Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo. Más bien se cree a Dios

en la Iglesia. […] Es, el lugar concreto donde la obra salvífica de Dios en Jesucristo está presente por el Espíritu”
(W. KASPER, Introducción a la Fe, 145)

7
Pues el sentido y fundamento de la iglesia no son los dogmas particulares ni los
preceptos morales, ni tampoco ninguna clase de ideas o principios, sino una persona concreta en
su concreta historia: Jesús de Nazaret; él es a la vez el Cristo, es decir el mesías prometido, la
salvación del mundo, el cumplimiento escatológico de toda la historia.49

En el Antiguo testamento, no hay palabra para creer, se podría entender el verbo aman
(amen), que refiere cuando “una cosa es firme, fiel segura, cierta, que mantiene lo que promete.”50
Entendiendo fe como una certeza de la existencia en la confianza y fidelidad, siendo Yahvé la
fidelidad en persona.51 Para la tradición veterotestamentaria, creer es decir amén a Dios, fundar la
existencia en Dios. Lo que, en los sinópticos, es estar convencido, de que, aunque la ayuda entre
los hombres no sea posible, en Dios todo es posible.52 En el antiguo testamento hay una fe
fiducial, lo que significa que es una “respuesta a la fidelidad de Dios experimentada en la
historia”53. La cual también es despertada por Jesucristo, puesto que está ligada a su venida; Dios
garantiza sus palabras, su palabra es la verdad. La fe, por tanto, es una respuesta a la palabra de
Dios que se concreta en las palabras y hechos, se sintetiza en Jesucristo, poseyendo siempre un
contenido concreto. Jesús es el amén, el testigo fiel de la fe que provoca en otros el amén de la
fe. Se compromete al hombre entero y en todos sus ámbitos de la realidad. Y un ejemplo, de ello,
como se presentó anteriormente, es la relación del hombre con Dios en la oración, siendo un
problema grave, solo si se planteara no darle personalidad a Dios, de manera que no sería un
encuentro entre dos personas. Pues cuando se reza no se cree que o algo, sino que se cree en ti, siendo
un proyecto de vida, reposando en Dios.

La fe es siempre cristológica, puesto que “la confesión del Dios cercano en juicio y gracia
estaba ya en el Jesús terreno vinculado implícitamente a su persona (Mc 8, 38)”.54 La fe tiene un
contenido que no es un concepto abstracto, sino que entró en la historia, una persona, su obra y
destino55. En las profesiones verbales se habla de la obra de Dios, como, por ejemplo, que Dios
ha resucitado de la muerte.56 En la formulación de fe del Antiguo y Nuevo testamento el creyente
particular y la comunidad dan testimonio y contenido de su fe de forma pública y vinculante.
Siendo la acción de Dios en la historia “a través de la persona e historia de Jesús, por tanto, el

49 W. KASPER y otros. Jesucristo en la historia…, 277


50 W. KASPER, Introducción a la Fe, 89
51 Cfr. W. KASPER, Introducción a la Fe,89
52 “La fe es participación en omnipotencia de Dios. Al no confiar nada en sí mismo y ponerse completamente en

manos de Dios, el hombre hace que Dios actúe y entre en acción” (W. KASPER, Introducción a la Fe, 90)
53 W. KASPER, Introducción a la Fe, 122
54 W. KASPER, Introducción a la Fe,104
55 “El Dios que ha hablado y actuado en la historia y el destino de Jesús. El contenido de la fe es, pues, una persona,

su obra y su destino” (W. KASPER, Introducción a la Fe, 105)


56 Rom. 10, 9

8
núcleo y centro de la fe cristiana.”57 En este caso hay que entender que a pesar que el Dios
cristiano se revela, no descifra su misterio, de alguna forma, no deja de ser oculto. “Sino que
manifiesta su misterio oculto: el misterio de su libertad y de su persona.”. Nunca se ha hablado
de la figura visible de Dios padre,58 Jesucristo es el rostro visible de Dios, por lo que la
autorrevelación de Dios en Jesucristo ocultó a Dios. Frente a lo cual no es que Dios sustraiga su
esencia frente a los hombres, sino que pone de cara su esencia frente a la humanidad y a la
historia. Esto ocurre entonces, porque “Dios sólo puede ser conocido y reconocido a través de
Dios.”59 Dios se comunica mediante Jesucristo en el Espíritu Santo.60 Cuando se habla de la
revelación se debe entender por lo que en Dios se comunica, y en lo cual es sujeto y objeto.
Todo esto no queda solo en la especulación teórica, sino que es una palabra práctica de
salvación, siendo palabra de gracia y de condena, de gracia porque nos acepta con nuestras
limitaciones y de condena, porque le dice al hombre que no se puede apoderar del conocimiento
del misterio, condenando la soberbia de la humanidad.

Para analizar la fe en Jesús, es necesario, además, ver la estructura de la profesión de fe, la


cual se expresa claramente en el symbolum apostolicum. Se refiere en Jesús solamente la fe de modo
inmediato, siendo contenido auténtico y propio. En el credo se encuentran verdades de fin, es
decir, enunciados mínimos de la fe y reflexión sobre ellos. La confesión cristológica, puede
expresarse negativamente, en cuanto “fuera de Cristo no hay salvación y que el mundo sin Cristo
está perdido”61. Como afirma Walter Kasper, “quien sostenga y confiese que Dios en Jesucristo
es salvación, esperanza y paz para todos los hombres, y quien se comprometa con esto a fin de
hacerse signo de esperanza para los demás, quien haga esto, cree y confiesa toda la fe, porque
esta fe no es una suma de enunciados, sino la totalidad de una figura: Jesús el Cristo” 62. Hay que
entender que el credo cristiano no trata de un Dios general, sino de uno que es Padre de
Jesucristo, puesto que la cuestión de Dios no se puede disociar de la cuestión de Jesús. Siendo un
Dios concreto, no muerto, vivo para los hombres. En la cruz de Jesucristo se decide todo en la
cuestión de Dios, puesto que es el bien en el que Dios lo ordena todo.

57 W. KASPER, Introducción a la Fe, 106


58 “Jesucristo en cuanto hijo de Dios es la imagen, el ícono de Dios Padre (2 Cor 4,4;col 1,15)” (W. KASPER, El
Dios de Jesucristo, 152)
59 W. KASPER, El Dios de Jesucristo,156
60 “Cuando la Biblia habla de misterio y del carácter oculto de Dios, difiere de Platón y de Plotino cuando hablan de

la idea de bien y de uno como algo que está por encima de todo ser y de toda esencia o de que está por esencia de
todo ser y de toda esencia o de Kant cuando califica la idea de la razón como algo indefinible y como verdadero
“abismo para la razón humana” (W. KASPER, El Dios de Jesucristo, 156)
61 W. KASPER, Introducción a la Fe, 114
62 W. KASPER, Introducción a la Fe, 117

9
El enunciado de fe tiene dos consecuencias para la interpretación, una, es la
interpretación cristológica que es teológica, puesto que la fórmula cristológica va más allá, no
descansa en sí misma, porque lleva al misterio de Dios (per christum in deum). Y la segunda es la
interpretación antropológica y mundana en que “el dogma tiene que hacerse vigente como una
forma del Evangelio, como promesa y anuncio salvífico de los hombres”63. El contenido de fe,
por tanto, es una llamada a apropiarse del asunto de Jesús, que es el asunto de Dios con los
hombres. Y esto viene ya desde la Sagrada Escritura, puesto que la salvación es vida, luz,
libertad, reconciliación, esperanza, que parte de situaciones concretas como la enfermedad y el
peligro. El hombre que está perdido se dirige a Dios, como salvación humana. Entendiendo
salvación como la “superación de las alienaciones que suprimen la libertad humana y la realidad
de una existencia autentica y plena.”64 No se puede pensar, por tanto, que la salvación nos viene
desde abajo65. Por eso la salvación es un encuentro con otra libertad, de otro hombre libre, como
lo afirma Kasper, siendo, entonces, la significación salvífica del encuentro con Jesús, el sin
pecado y completamente libre. Jesús hace que en la relación de Dios con el hombre deje de tener
validez la culpa y el castigo, así como también el mérito y la recompensa. Es entonces, la
redención objetiva: Jesús es el nuevo Adán.66 Creer es entonces: “la conversión y la vuelta del
hombre a Dios y a sus semejantes posibilitados por el amor de Dios a los hombres en Jesús.”67

La fe en Jesucristo tiende al futuro, tiene una dimensión futura que proviene de la


religión bíblica, que rompe con el círculo del resto de religiones, donde no hay nada nuevo bajo
el sol. En el Antiguo testamento, “la salvación no se encuentra en el comienzo, es más bien una
promesa para el fin de la historia”68. Lo cual para Jesús hace que para él y la comunidad primitiva
lo nuevo esté próximo, esté por llegar. El futuro de Dios libera, en cuanto significa la salvación
del mundo. Por ello la fe cristiana será más libre, pues se “ha de crecer más en profundidad que
en extensión, ha de vivir más conscientemente a partir de su centro, ese centro que abarca todo,
y sólo así evitará convertirse en algo vacío y sin substancia, solo así dejará de acomodarse
simplemente a lo que en cada momento está de moda.”69

Hay un anhelo oculto de la historia, que es el reino de Dios, cuyo centro y núcleo es el
mensaje de Jesús, el cual une ambas realidades en su persona, la de ser verdadero hombre y

63 W. KASPER, Introducción a la Fe, 118


64 W. KASPER, Introducción a la Fe, 123
65 La Iglesia defiende que “la salvación nos viene en figura humana y de todo humano; que la salvación de lo que

habla el cristianismo es salvación del hombre. Quería decir de este modo que Dios es un Dios de los hombres y que
les sale al encuentro humanamente” (W. KASPER, Introducción a la Fe, 128)
66 “Nos libera a un mero ser humano desde la libertad del amor” (W. KASPER, Introducción a la Fe,137)
67 W. KASPER, Introducción a la Fe 137
68 W. KASPER, Introducción a la Fe,181
69 W. KASPER, Introducción a la Fe, 196

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verdadero Dios. Para entender, desde la fe, la conducta y la predicación de Jesús de Nazaret, los
exégetas afirman que la fe de los discípulos en la revelación de Jesucristo, es el punto de partida y
el fundamento de la cristología neo testamentaria. Los títulos cristológicos del Nuevo
Testamento no se los atribuye el mismo Cristo - como ya se ha mencionado - porque el núcleo
de su predicación y de su conducta no es su persona, sino la llegada del Reino de Dios.
Entendiendo esta, desde el Antiguo Testamento como una soberanía de Dios en la historia,
siendo los prodigios de Jesucristo, signos y anticipación del mundo salvado. Frente a esto el
hombre responde con fe y para ello con libertad. En toda la cuestión de Jesucristo está presente
el tema de Dios.

Una de las variadas vías para entender la fe en Jesucristo es cuando Jesús invita a seguirlo,
cuya opción implica arriesgarse, dejarlo todo, implica reconocer a Jesús como Dios. Jesús no dice
nuestro padre, no incluyéndose en los discípulos, sino que dice mi padre, lo que significa una
filiación que tiene un origen radical en Dios y depende radicalmente de él y a su vez Dios se
define en Jesucristo. Pero hay que reconocer que “a pesar de su condición divina, no se aferró a
su categoría de Dios, al contrario, se despejó de su rango y tomó la condición de esclavo,
haciéndose uno de tantos”70. Es por eso que hay que concebir la fe en Cristo desde el conjunto
de la veracidad, la palabra es representación del Padre y de las criaturas: “en su Hijo, la palabra
eterna, el Padre no se conoce sólo a sí mismo, sino también a la realidad creada”71. La cruz, por
tanto, es el objetivo final de Dios, siendo ella la revelación del Dios Divino. Para ser capaces de
entender la fe en Cristo hay que tener presente, que “la fe en Cristo ya no es entonces el puro
tener por verdadera una fórmula, sino el adentrarse en el más íntimo misterio de la vida de Jesús,
el seguimiento de Jesús al servicio del reino de Dios que viene”72

V. CONCLUSIÓN

En definitiva, los tiempos actuales, desde la modernidad, nos invitan a una opción de posibilidad,
de volver a entender nuestra fe, sin intentar ponerla a prueba. La fe para Kasper, le pone un
sentido a la vida del hombre, el cual solo se puede encontrar en el absoluto que es Dios. El
hombre siempre está buscando signos, pero la fe guarda directa relación con una persona:
Jesucristo, en quien en todo momento refiere a Dios. Dicha relación llega a ser plenamente en la
oración, donde se dirige a un tú, pues en ella se deja ser plenamente a Dios.

70 W. KASPER, El Dios de Jesucristo, 206


71 W. KASPER, El Dios de Jesucristo. 219
72 W. KASPER y otros. Jesucristo en la historia…, 278

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Jesucristo es el contenido de la fe, y su fundamentación. Para conocerlo, tenemos los
evangelios, aunque no siendo una biografía nos presentan el misterio pascual. Pero para
comprender a Jesús, no se debe dejar de lado el Jesús histórico y humano. La fe en Jesucristo es
dejarse llenar de Dios, mientras que la verdad de la misma es la resurrección de Jesucristo, pues
la pascua es el resumen y esencia de la fe cristiana. Porque Dios se revela en Cristo, con el cual se
puede tener un encuentro personal. La fe, por tanto, es una certeza en la existencia, confianza y
fidelidad, pues en Dios todo es posible. Cuyo contenido no es abstracto, sino que una persona
que está en la historia, por medio del cual el mismo Dios se nos ha revelado, dándole
fundamento y certeza a nuestras vidas. Ha quedado pendiente en esta investigación, la
posibilidad de entender cómo esta fe se manifiesta en la eclesialidad y de forma más concreta en
la experiencia del hombre, lo cual, también se puede apreciar en el pensamiento del autor,
quedando pendiente para una siguiente investigación73.

73“A partir de la comprensión misma de la fe tiene que haber conexión entre nuestra experiencia existencial y la
realidad de la fe. De otra manera la fe corre el riesgo de convertirse en una ideología, no siendo entonces nada más
que la aprobación, el complemento solemne y la razón de consuelo y de justificación del mundo existente.” (W.
KASPER, Fe e historia. (Sígueme, Salamanca. 1974))

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BIBLIOGRAFÍA

Fuente:

W. KASPER, Introducción a la Fe. Trad. Antonio Caparrós. (Sígueme, Salamanca. 2012.)

Bibliografía secundaria:

Duquoc. E. Käsemann. L. Boff. W. Kasper. W. Pannenberg. Jesucristo en la historia y en la fe.


(Sígueme, Salamanca, 1978)

W. Kasper. El Evangelio de Jesucristo. Trad. José Pérez Escobar. (Sal Terrae. España. 2012)

W. KASPER, El Dios de Jesucristo. Trad. Manuel Olasagasti. (Sígueme, Salamanca. 2011)

W. Kasper. Fe e historia. Trad. Javier Ortisoga. (Sígueme., Salamanca, 1974)

W. KASPER, Jesús el Cristo. Trad. Severiano Talavero. (Sígueme, Salamanca 1994)

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