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Testigo

de la verdad
Una nueva apologética

Brian Wilson, L.C.


Apologética
Índice

Prefacio ......................................................................................................................... 4

Unidad 1. Introducción a la apologética............................................................... 6


Capítulo 1. Una nueva apologética ................................................................................ 6

Unidad 2. El relativismo individualista y cultural ............................................16


Capítulo 1. Las contradicciones del relativismo y nuestra capacidad de conocer la
verdad.........................................................................................................................16
Capítulo 2. Los imperativos relativistas y la fe en Cristo .............................................26
Capítulo 3 Cristo, el único Salvador de todos los hombres .........................................54

Unidad 3 El catolicismo frente a las sectas .........................................................67


Capítulo 1 Los nuevos movimientos religiosos y la Nueva Era .................................. 71
Capítulo 2 Los nuevos grupos cristianos anticatólicos y sectas pseudocristianas ..... 91
Capítulo 3 Las sectas más difundidas en México.......................................................108

Unidad 4 Medios, sectas, cultura popular y laicismo, frente al hecho de


Cristo y la historia de la Iglesia ........................................................................122
Capítulo 1 Los medios y el conocimiento de tu fe .....................................................123
Capítulo 2 El abuso de la historia...............................................................................133
Capítulo 3 Historia anticatólica en la cultura popular ..............................................149
Capítulo 4 Ciencia y Fe ...............................................................................................172

Unidad 5 Ser apologista .........................................................................................184


Capítulo 1 El apologista católico hoy ..........................................................................184

2 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Prefacio

Esta apologética no busca, en primer lugar, convertir, sino ser sostén de la fe


católica del cristiano de hoy. Solo el católico seguro de su fe podrá ser protagonista
de la nueva apologética y ofrecer, cordial y convincentemente, “razón de su
esperanza” a todo aquel que se lo pida.
Como se verá con toda claridad, el libro en sus partes principales se inspira en
las enseñanzas del Papa Juan Pablo II y de quien era su gran colaborador como
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Joseph Ratzinger.
Al cardenal le tocó presentar1, al iniciar el Cónclave, la urgente y trascendental
tarea que le esperaba al sucesor de “Juan Pablo el Grande”. Habló de la fe que
necesita la Iglesia encontrar hoy en sus hijos. Se trata de alcanzar “la ‘medida de la
plenitud de Cristo’, a la que estamos llamados a llegar para ser realmente adultos en
la fe. No deberíamos quedarnos como niños en la fe, en estado de minoría de edad. Y,
¿qué significa ser niños en la fe? Responde san Pablo: significa ser ‘llevados a la
deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina’ (Efesios 4,14). ¡Una
descripción muy actual!”
Y quien, al día siguiente, sería elegido como Papa Benedicto XVI, continuó:
“Cuántos vientos de doctrina hemos conocido en estas últimas décadas, cuántas
corrientes ideológicas, cuantas modas del pensamiento… La pequeña barca del
pensamiento de muchos cristianos con frecuencia ha quedado agitada por las olas,
zarandeada de un extremo al otro: del marxismo al liberalismo, hasta el
libertinismo; del colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vago
misticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada día nacen nuevas
sectas y se realiza lo que dice san Pablo sobre el engaño de los hombres, sobre la
astucia que tiende a inducir en el error (Cf. Efesios 4, 14). Tener una fe clara, según
el Credo de la Iglesia, es etiquetado con frecuencia como fundamentalismo. Mientras
que el relativismo, es decir, el dejarse llevar, ‘zarandear por cualquier viento de
doctrina’, parece ser la única actitud que está de moda. Se va constituyendo una
dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que sólo deja como
última medida el propio yo y sus ganas.
Nosotros tenemos otra medida: el Hijo de Dios, el verdadero hombre. Él es la
medida del verdadero humanismo. ‘Adulta’ no es una fe que sigue las olas de la
moda y de la última novedad; adulta y madura es una fe profundamente arraigada
en la amistad con Cristo. Esta amistad nos abre a todo lo que es bueno y nos da la
medida para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre el engaño y la verdad.
Tenemos que madurar en esta fe adulta, tenemos que guiar hacia esta fe al
rebaño de Cristo. Y esta fe, sólo la fe, crea unidad y tiene lugar en la caridad. San
Pablo nos ofrece, en oposición a las continuas peripecias de quienes son como niños
zarandeados por las olas, una bella frase: hacer la verdad en la caridad, como

1 (Homilía del cardenal Joseph Ratzinger en la misa por la elección del Papa, 18 abril 2005).

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Apologética
fórmula fundamental de la existencia cristiana. En Cristo, coinciden verdad y
caridad. En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nuestra vida,
verdad y caridad se funden. La caridad sin verdad sería ciega; la verdad sin caridad,
sería como ‘un címbalo que retiñe’ (1 Corintios 13, 1).”
No podría tener más apta presentación esta “nueva apologética”.

4 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Unidad 1. Introducción a la apologética

Capítulo 1. A NUEVA APOLOGÉTICA.

“... aunque sufrierais a causa de la justicia, dichosos de vosotros. No les


tengáis ningún miedo ni os turbéis. Al contrario, dad culto al Señor, Cristo, en
vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida
razón de vuestra esperanza. Pero hacedlo con dulzura y respeto. Mantened una
buena conciencia, para que aquello mismo que os echen en cara, sirva de
confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en Cristo.”- 1 Pe 3,14-16

Los primeros cristianos encontraron enseguida oposición a su fe. En este


contexto, San Pedro les exhortó a que, lejos de asustarse o turbarse ante esta
realidad, honraran a Cristo sabiendo “dar respuesta (griego: apologhían) a todo el
que os pida razón de vuestra esperanza” (1 Pe 3,15). El texto constituye como la
carta magna de la apologética cristiana.
Hablar de apologética puede referirse ya sea a una disciplina o materia
teológica específica, ya sea a un estilo, enfoque o dimensión particular que se dé a los
diversos tratados o materias que estudia la teología. Como veremos, cuando Juan
Pablo II habla del tema, lo que pide al cristiano hoy es que sepa efectivamente “dar
razón”, como los primeros cristianos, de todo el contenido de su fe. En consecuencia,
tendría que existir la dimensión apologética en toda la formación doctrinal de los
cristianos hoy. Pero eso no quita la conveniencia de un estudio específico del tema; al
contrario, lo justifica como tratado que educa al cristiano a saber defender su fe en el
espíritu que pide la Iglesia, y presta atención particular a algunos puntos, a veces
más bien secundarios o particulares, a los que no se les prestaría si no fueran objeto
de dificultad, incomprensión o animosidad de parte de otros.

Esquema de la lección

1. ¿Por qué es necesaria, y posible, la apologética?


2. La Apologética como disciplina teológica
3. Una dimensión propia de la fe.
4. La apologética ha respondido al momento histórico
5. Una nueva apologética para nuestro tiempo
6. Destinatarios: ¿a quien se dirige la apologética?
7. El contenido especifico de la Apologética

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Pueden leerse, en conjunción esta unidad, los nn.156-159.

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Apologética
1. ¿Por qué es necesaria, y posible, la apologética?

1º Por la naturaleza de la revelación


a. La apologética es necesaria porque la revelación cristiana encuentra, de manera
que podríamos calificar de automática, refleja, la oposición del mundo (entendido
como la humanidad en cuanto no cristiana –incluyendo aquella ‘parte’ de cada
cristiano que no es del todo cristiano todavía). Por su misma naturaleza, es
revolucionaria y nos sobrepasa; no sigue una lógica puramente natural; es piedra de
escándalo. Por ello provoca no sólo incomprensión y perplejidad, sino también
hostilidad y ridículo.
b. Es posible porque la Revelación se propone como incursión de Dios en la historia.
Por ello, podemos preguntarnos: ¿qué rastros ha dejado en la historia, que puedan
ser conocidos por todos?
La revelación cristiana tiene un carácter histórico esencial. El cristianismo no es
un cúmulo de conocimientos, ni un conjunto de ideas; es la intervención de Dios en el
acontecer humano, y específicamente en la historia de un pueblo concreto, para
comunicar al hombre su vida íntima y su plan de Salvación.
Así la historia del hombre es fuente del estudio apologético en cuanto es el
espacio en que Dios ha irrumpido para revelarse.

2º Por la naturaleza misma de la fe


Si ha habido Revelación, y podemos conocerla, entonces es válida toda la fe
cristiana. Si no... no vale nada. Ahora bien, aceptar la Revelación es, efectivamente,
en primer lugar, obra de la fe, la cual es un don de Dios, y un acto que supera las
fuerzas naturales de la razón humana. Lo que la Revelación afirma no es evidente
en sí a la razón.
Pero por otra parte, “la fe... a pesar de no fundarse en la razón, ciertamente no
puede prescindir de ella”2. Ya que la fe no es una nueva facultad del hombre,
paralela a su razón, sino una capacidad nueva, superior, sobrenatural, que Dios ha
dado a la razón, se sigue que el contenido inteligible de la revelación no es accesible
al hombre sino a través de su razón. La fe es también acto de la razón (y de la
voluntad) bajo el influjo de la gracia. Así que resulta justo y necesario preguntar:
¿qué hace razonable –no obligado, pues no sería fe– el acto de fe? ¿Cómo me puedes
demostrar que, en un asunto de tanta trascendencia, no se trata de una decisión
fideísta, sino de un juicio responsable, bien fundado? ¿Qué cosa habla a favor de la
fe, como posibilidad decisional profundamente humana y ricamente prometedora?
Es aquí donde se inserta la necesidad de aquella parte de la teología que se
llama apologética. La apologética se dedica a demostrar que la fe –acto libre y
razonable- no se compromete sin más ni más. Demuestra la rectitud humana de la
opción por la fe.
La apologética es, pues, una exigencia de la fe, no un adorno.

2 Juan Pablo II, Fides et ratio, n.67

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Apologética
“La fe trata de comprender” (S. Anselmo): es inherente a la fe que el creyente
desee conocer mejor a aquel en quien ha puesto su fe, y comprender mejor lo
que le ha sido revelado; un conocimiento más penetrante suscitará a su vez
una fe mayor, cada vez más encendida de amor. … Así, según el adagio de S.
Agustín, “creo para comprender y comprendo para creer mejor”. - CIC 158

3º Por la naturaleza del mundo en que vivimos


a. Un mundo caído, resistente a la verdad y la bondad del evangelio.
b. Un mundo relativista, caracterizado por una inseguridad radical, si no un rechazo
total, respecto a la posibilidad de conocer la verdad.
c. Un mundo “poscristiano” o neopagano.
Comenta el teólogo francés Olivier Clement3:
“Podría darse incluso una nueva forma de persecución de los cristianos, y de
hecho podemos ver que se va delineando algo que va en esta dirección. En
Francia hay hoy una especie de persecución de los cristianos por medio de la
burla, el desprecio. Ciertamente, la palabra persecución es fuerte, pero como
quiera hay algo de esto. No se trata de mera indiferencia. De cara a cierta
renovación del cristianismo, la indiferencia que se vuelve más militante se hace
burla. En el fondo es buena señal, es la última de las Bienaventuranzas:
“Dichosos Uds. cuando digan toda clase de mal acerca de Uds. por mi causa”.
d. Un mundo en que muchos bautizados, incluso en ambientes tradicionalmente
cristianos, nunca se han planteado personal y seriamente seguir a Cristo. Por eso, se
puede hablar de apologética para los bautizados que por haber perdido su identidad
cristiana viven en la indiferencia religiosa y necesitan hacer una opción consciente
por Cristo. Efectivamente, es parte clave de la nueva evangelización.

2. La Apologética como disciplina teológica

¿Qué es lo que se entiende positivamente por Apologética?

1º El término apologética
 proviene del griego apologéomai, “defenderse”; apologídzomai, “dar cuenta o
razón de”. Escribiendo a Timoteo (2 Tim 4,16), San Pablo se refiere a “su
primera defensa” - apología en griego.
 significa en el terreno religioso la defensa de la religión católica mediante su
demostración ante la razón.

2º La apologética como disciplina es


a. una función de la Teología Fundamental, la cual en grandes líneas incluye:
- la revelación y la capacidad del hombre para conocerla
- su transmisión a través de la Sagrada Escritura y la Tradición

3 Avvenire (Italia), 14.01.2004.

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Apologética
- los signos de credibilidad de la misma
- la apologética.
Juan Pablo II en Fides et ratio define a teología fundamental como “disciplina
que tiene la misión de dar razón de la fe (cf. 1 Pe 3,15)”. Dentro de esta misión de la
°teología fundamental, la apologética viene a ser “la parte de la teología que se
propone responder a las objeciones que la razón pueda oponer a la revelación divina;
en sentido amplio, es toda defensa de la fe”. “La defensa de la religión católica
mediante su legitimación o justificación ante la razón”.
b. una verdadera teología: se mueve al interior de la fe, siendo siempre, en el
creyente, una búsqueda de la inteligencia aplicada al dato revelado.
c. una ciencia, como toda teología. En cuanto ciencia, trata de establecer certezas de
razón.
d. una ciencia humana, con un objeto personal;
 por tanto, no presenta pruebas matemáticas o de laboratorio
 sino un conjunto de signos que inclinan a un juicio razonable.

3º Definición
Si se considera la apologética desde el punto de vista de la revelación, se dirá que
es la ciencia de la credibilidad humana de la revelación. Si se considera desde
el punto de vista de la fe, se dirá que se dedica a exponer, en un discurso válido a los
ojos del que no cree, lo que el creyente considera como los fundamentos
racionales de su decisión de fe.

3. Una dimensión propia de la fe.

Se trata, pues, de algo que pertenece por derecho a la vivencia de la fe


cristiana. Como hemos visto, ya San Pedro tuvo que animar y orientar a los
primeros cristianos frente a la oposición que ellos encontraban.
Así también, la segunda ‘generación’ de Padres de la Iglesia4, después de los
Padres apostólicos (así llamados por su contacto cercano con los apóstoles) se conoce
como los “Padres apologistas”. Son escritores del s.II, tales como Justino, que
defienden las creencias y prácticas de sus hermanos cristianos, a la vez que exponen
y explican la fe e invitan a la conversión. La breve y bellísima Carta a Diogneto,
cuya autoría se desconoce, constituye un ejemplo del género:
“Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que
viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen
ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida
distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y
especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza
basada en autoridad de hombres.

4 Se llaman “Padres de la Iglesia” los escritores cristianos de los primeros siglos del cristianismo, que son testigos insignes
y recomendados de la tradición de la Iglesia.

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Apologética
Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen les
costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo
de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio
de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman
parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda
sierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en sierra
extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de
los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la sierra, pero su
ciudadanía esta en el cielo. Obedecen les leyes establecidas, y con su modo de
vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena
sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y
enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra,
y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su
justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a
cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y,
al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida. Los judíos
los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los
mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma
es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros
del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas les
ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo;
los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible esta
encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el
mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin
haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los
placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido
agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.
El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que este la aborrece;
también los cristianos amen a los que los odian. El alma esta encerrada en el
cuerpo, pero es ella la que mantiene único al cuerpo; también los cristianos se
hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que
mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda
mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles
mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la
mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente
mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios
les ha asignado, del que no les es lícito desertar.”

4. La apologética ha respondido al momento histórico

Con el caminar del tiempo y la evolución de las culturas, en cada lugar y época
van variando las enseñanzas cristianas que resultan ininteligibles o reprensibles

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Apologética
para la cultura laica. No es lo mismo lo que atacaba el no-cristiano del siglo II que lo
que rechaza o descarta como irrelevante el agnóstico moderno; ni es la misma hoy la
sensibilidad del postcristiano europeo ante el catolicismo que la del norteamericano.
La cultura circundante también influye en el mismo cristiano, y hace que los
aspectos de la propia fe que el creyente se siente impulsado a justificar ante la razón
varíen con el medio cultural.
Ya en los primeros apologetas había un elemento de polémica: típicamente
volcaban las acusaciones que se hacían a los cristianos en contra de los paganos.
Ante la crítica dirigida a la fe católica por los reformadores protestantes, a partir del
s. XVI, y el extremo racionalismo antirreligioso y anticatólico del siglo de las luces,
no es de sorprenderse que se haya desarrollado una apologética más bien
adversativa, argumentativa, polémica. Esta tónica caracterizó a la apologética
‘clásica’, que se impuso hasta el Concilio Vaticano II.
La llamada del Vaticano II a ser una Iglesia evangelizadora hizo que se dejara
de lado la apologética a favor de una presentación de la fe que se impusiera por sus
propios méritos. Sin embargo, con el pasar de los años desde el Concilio se hace
evidente –y no podía ser de otra manera, dado lo expuesto arriba- que por un lado, la
fe sigue despertando incomprensiones y hasta franca enemistad5; y por otro, siguen
existiendo billones de hombres que no se encuentran en condiciones de acoger en su
corazón el mensaje salvífico y liberador del evangelio.
Si antes del Concilio Vaticano II la apologética se hacía de forma a veces
exaltada y netamente dialéctica, después del Concilio se busca más bien una
apologética dirigida, por un lado, a poner los cimientos de la propia fe de manera que
ésta sea responsable y personalizada; y por otro, a estar en condiciones de “dar
respuesta” a todo aquel que nos interrogue acerca de nuestra fe, en lenguaje
inteligible al que no la comparte.

5. Una nueva apologética para nuestro tiempo

Por ello, se hace imperativa la creación de una nueva apologética al servicio de


la nueva evangelización. Lo ha reclamado explícitamente el Papa Juan Pablo II:
“En la exhortación apostólica Ecclesia in America afirmé: “es necesario que
los fieles pasen de una fe rutinaria a una fe consciente, vivida personalmente.
La renovación en la fe será siempre el mejor camino para conducir a todos a la
Verdad, que es Cristo” (n. 73). Por eso, es esencial desarrollar en nuestras
Iglesias particulares una nueva apologética para el pueblo, a fin de que
comprendan lo que enseña la Iglesia y así puedan dar razón de su esperanza
(cf. 1 P 3,15). En un mundo donde las personas están sometidas a la continua
presión cultural e ideológica de los medios de comunicación social y a la

5 “En Francia se da hoy una especie de persecución de los cristianos por medio del desprecio. Es más que mera
indiferencia. Ante cierta renovación del cristianismo, hay una indiferencia exacerbada que llega a ser desprecio... En el
fondo es buena señal, es la última de las Bienaventuranzas: Dichosos seréis cuando digan toda clase de mal contra vosotros por mi
causa. - Olivier Clement, Avvenire, 14.01.2004.

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Apologética
actitud agresivamente anticatólica de muchas sectas, es esencial que los
católicos conozcan lo que enseña la Iglesia, comprendan esa enseñanza y
experimenten su fuerza salvadora. Sin esa comprensión faltará la energía
espiritual necesaria para la vida cristiana y para la obra de evangelización.
La Iglesia está llamada a proclamar una verdad absoluta y universal al
mundo en una época en la que en muchas culturas hay una profunda
incertidumbre sobre si existe o no esa verdad. Por consiguiente, la Iglesia
Católica debe hablar con la fuerza del testimonio auténtico.”6
Podemos concluir esta introducción deduciendo de este texto, y del pasaje de la
Primera Carta de Pedro que hemos citado al inicio del capítulo, quiénes son los
destinatarios de la nueva apologética, y cuál debe ser su contenido en grandes líneas.

6. Destinatarios: ¿a quien se dirige la apologética?

La apologética como disciplina se dirige:


 al creyente, para mostrar la racionalidad del contenido de su fe
 al no creyente, para darle las razones que le permitan hacer una opción de fe
como algo significativo para una existencia personal
Tiene, pues, una doble función, ad extra ante quienes no comparten la fe
católica, y ad intra, fundamentando la fe del católico de tal manera que sea una fe
madura, responsable y personalizada.
1º En primer lugar, y sobre todo, nos interesan los creyentes
 Ya se ha indicado: el católico ha de saber dar razón de su fe no sólo a quienes
no la comparten, sino también, por así decir, a sí mismo. Porque “está en el
mundo” (cfr. Jn 17,11) y no está inmune al influjo del relativismo que
impregna nuestra cultura, ni a “la continua presión cultural e ideológica de los
medios de comunicación social y a la actitud agresivamente anticatólica de
muchas sectas”. A esto debemos agregar la ignorancia y superficialidad de
muchos de sus correligionarios. De todas estas instancias, ¿es de sorprenderse
que puedan surgir dudas o al menos dificultades en la mente del cristiano?
 Además, como indica el Papa, la seguridad en el conocimiento de la propia fe
es condición previa, si no la misma esencia, del testimonio que debe dar el
cristiano a los demás: “Sin esa comprensión faltará la energía espiritual
necesaria para la vida cristiana y para la obra de evangelización”.
En nuestra época, la Iglesia tiene que ayudar al católico a situarse en relación
no sólo con el ateísmo que le rodea y con las religiones no cristianas, sino también
por un lado con el relativismo reinante de la cultura, y por otro, con otros cristianos
que achacan al católico el no haber entendido el mensaje de Cristo.
Profesar hoy la fe de la Iglesia supone estar en combate. “Si respiras objeciones
antirreligiosas – como se respira el aire – en el colegio, en la fábrica, en el cine...

6 Discurso del Papa Juan Pablo II a la conferencia episcopal de las Antillas, 7-5-2002.

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Apologética
tendrás que defenderte: hoy de la fe se conserva lo que se defiende,” decía el gran
catequista A l b i n o L u c i a n i (luego P a p a J u a n P a b l o I ). El p r i m e r f r u t o d e
l a apologética debe ser una fe poseída con paz y seguridad, no importen cuales sean
los ataques de que se encuentre objeto, y aunque no siempre todo católico
creyente tenga una respuesta específica e inmediata a cada dificultad que le pongan
enfrente.
Se puede decir que los mismos evangelios tenían ya un fuerte sesgo apologético
en este sentido. Se trata de una reflexión que la Iglesia dirige en primer lugar a sus
hijos, a los que quiere robustecer en la fe. Así le escribía San Lucas a Teófilo para
tranquilizarlo sobre la solidez de las enseñanzas recibidas:
“Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se
han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde
el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo
también, después de haber investigado diligentemente todo desde los
orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez
de las enseñanzas que has recibido” (Lc 1,1-4).

2º En cuanto al no-creyente, el Santo Padre señaló las diferentes situaciones en


que se encuentran frente a la revelación cristiana o la simple religiosidad. Los hay
desde hostiles o meramente indiferentes, hasta quienes están auténticamente en
búsqueda. El primer papa, como Juan Pablo II, no limitó los merecedores de
respuesta a los “de buena voluntad”: al contrario, hay que saber dárselo a “todo el
que os pida razón de vuestra esperanza” – y además “con dulzura y respeto”. En el
último capítulo, examinaremos más en detalle la actitud y el comportamiento que
deben de caracterizar a todo aquel que quiere ser apologeta de su fe.
Con esto, debe quedar claro que hay que dejar atrás un concepto erróneo de la
apologética, que tiene su origen en la idea de que ésta tiene como finalidad ‘probar’
la fe o establecer una polémica agresiva contra otras religiones o contra el ateismo.
Tampoco tiene como finalidad primaria convertir a los demás, aunque sería negar
nuestra propia fe en Cristo si no esperáramos que sirviera también para esta meta
necesaria.

7. El contenido especifico de la Apologética

1º Una apologética integral que tenga en cuenta al sujeto y al objeto.


La apologética tiene que preocuparse no sólo del objeto que estudia (las
verdades de la fe a la luz de la Revelación, el testimonio de Cristo, los signos de su
misión, la función y fundación de la Iglesia), sino también del sujeto humano al que
se dirigen la revelación y los signos de la revelación. Por sujeto humano, entendemos
al hombre con sus aspiraciones, inclinaciones y carencias.

2º El objeto.
“Más que una defensa de la fe” se trata de “una capacidad de presentar
positivamente el contenido de la fe”: “saber dar razones que puedan provocar y

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Apologética
convencer incluso” a los perseguidores de los cristianos “para que vean el sentido que
la fe tiene para la vida, hasta el punto que los transforme radicalmente”7.
Así puede decirse que la apologética tiene por objeto la justificación de la fe y de su
credibilidad. Esto incluye:
 la verdad del cristianismo frente al conocimiento científico y técnico. Por
ejemplo, ¿cómo cuadra la fe en la resurrección con los datos históricos con que
contamos, en los evangelios principalmente? (historia como ciencia)
 la propuesta cristiana frente a la experiencia del mundo, de sí mismo: si ‘da
sentido’ al mundo, a la vida, si ‘explica’ la globalidad de los datos que
experimento. Un buen ejemplo de este tipo de apologética es el tratamiento
que da G. K. Chesterton, en su libro Ortodoxia, al pecado original.
De hecho, buena parte de esta materia ya viene tratado en las secciones
previas de la teología fundamental. Hay diferentes opiniones sobre lo que la
apologética debería abarcar: nosotros vamos a delimitarlo tomando pauta de lo que
puede servir en primer lugar al católico creyente, y secundariamente al no católico,
frente a las actuales áreas de mayor contienda en la fe.

3º Determinación por el sujeto (primario y secundario).

Así, la materia del curso viene determinada por los retos y contradicciones más
usuales que el mundo contemporáneo opone a la fe, a saber:
 el relativismo de la cultura reinante que todo lo impregna, con su “ética”
acompañante de “tolerancia”
 la agresividad de las sectas, y a veces también de otras comunidades cristianas
 la creciente presencia de las religiones no-cristianas, particularmente de corte
asiática; aunada al indiferentismo, al ateismo y al laicismo militante
 la superficialidad, distorsiones, ignorancia y agresividad de los medios masivos
de comunicación y de entretenimiento.
Ya que disipa los equívocos que hacen más problemático el acercamiento a la fe
y la verdad liberadora que ésta encierra, este esfuerzo sirve también al no católico.

Síntesis

Estar “siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de


vuestra esperanza” (1 Pe 3,15), es exigencia inherente a la condición del cristiano en
el mundo y a la naturaleza de la Revelación y del acto de fe. Aunque la apologética
como disciplina teológica suele considerarse parte de la teología fundamental, en
realidad todas las disciplinas teológicas contienen una vertiente apologética, ya que
siempre habrá que ayudar a los fieles a que “comprendan lo que enseña la Iglesia y
así puedan dar razón” de esta enseñanza ante el mundo. Sirve, pues, en primer
lugar al creyente, mostrando la racionalidad del contenido de su fe, de tal manera

7 R. Fisichella, Apología, en: Dicc. Teol. Enciclopédico, Edit. Verbo Divino, Estella, 1995, p.72

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Apologética
que sea una fe madura, responsable, personalizada y poseída con paz y seguridad;
mas también al no creyente, proporcionándole los fundamentos racionales que le
permitan, con la ayuda de la gracia de Dios, llegar a encontrar en la fe cristiana la
respuesta al misterio de la propia existencia y destino.

Para recordar

“Dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar


respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. Pero hacedlo con
dulzura y respeto.” – 1Pe 3,14-15
“La nueva apologética no consiste en imponer nuestras razones, sino en
conquistar almas; no en discusiones ideológicas, sino en defender y promover
el evangelio.”
“Consiste en explicar de manera comprensible (y no sólo repetir) la verdad de
la Revelación y las enseñanzas de la Iglesia.” - Juan Pablo II.
“Hoy de la fe se conserva lo que se defiende” – Mons. Albino Luciani (Juan
Pablo I)

Actividades didácticas

Auto evaluación

1. ¿En qué sentido el carácter mismo de la Re velació n hace posible la


apologética?
¿Por qué la apologética es una exigencia de la fe?
2. ¿Qué significa el término apologética?
3. ¿Que i n cl u ye l a p a rt e co rr es p on d ie nt e a l a Ap o lo gé t i ca d e n t ro d e l a
Teología Fundamental?
4. ¿Qué función tuvieron los Padres Apologistas?
5. Ya que la Apologética es una ciencia humana, ¿qué clase de
demostraciones de la fe debemos esperar de ella?
6. ¿Cómo es la Apologética después del Concilio Vaticano II?
7. ¿Cómo debe ser “la Nueva Apologética” para nuestros tiempos?
8. ¿Quiénes son los destinatarios de la Apologética?
9. Explica brevemente el objeto y el sujeto de la Apologética.

14 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Unidad 2. El relativismo individualista y cultural

Esta unidad se ocupa del relativismo filosófico-cultural, con la manera cómo


incide en la teología y en la propuesta cristiana. Veremos cómo está en contradicción
consigo mismo, y por contraste, las razones por las cuales podemos confiar en, y
proponer, la verdad universal y absoluta que es Cristo.

Capítulo 1. LAS CONTRADICCIONES DEL RELATIVISMO Y NUESTRA


CAPACIDAD DE CONOCER LA VERDAD

Estado de la cuestión: El escándalo de la verdad.

“La Iglesia está llamada a proclamar una verdad absoluta y universal al


mundo en una época en la que en muchas culturas hay una profunda
incertidumbre sobre sí existe o no esa verdad. Por consiguiente, la Iglesia
debe hablar con la fuerza del testimonio auténtico.”

“Hablar con confianza significa nunca perder de vista la verdad absoluta y


universal revelada en Cristo, y tampoco el hecho de que esa es la verdad que
todos los hombres anhelan, aunque parezcan indiferentes, reacios y hostiles.” 8

Cristo dice, “Yo soy la verdad” (Jn 14,6). El mundo se escandaliza. ¿Cómo puede
una religión presentarse como verdad absoluta? ¡Se trata de una pretensión
arrogante e intolerante!
Lo que dice el mundo contemporáneo suena más a esto: “Aunque crea que Dios
existe, hay muchas religiones para elegir. Soy de los que piensan que todas las
religiones son buenas. Quitando algunas degeneraciones extrañas que vienen a ser
como la excepción que confirma la regla, todas llevan al hombre a hacer el bien,
exaltan sentimientos positivos, y satisfacen en mayor o menor medida la necesidad
de trascendencia que todos tenemos. En el fondo, da igual una que otra. Además,
¿por qué no va a poder haber varias religiones verdaderas?”
¿Cuántas veces no has escuchado, incluso de personas que se consideran muy
católicas, afirmaciones como ésta?
En el nuevo mundo sin dogmas, hay un dogma que se impone, el del
relativismo, según el cual todas las opiniones son verdaderas (aunque sean
contrapuestas) y, por tanto, todas las religiones son verdaderas (o lo que es lo
mismo, si se es lógico, todas son falsas). “Este relativismo, que hoy, como
sentimiento fundamental de la persona iluminada se extiende ampliamente incluso
dentro de la teología, es el problema más grande de nuestra época”, consideraba el
Cardenal Joseph Ratzinger.
“Como se puede ver, detrás de los diferentes problemas, el auténtico problema
es el de la verdad. ¿Se puede conocer la verdad? O, ¿el problema de la verdad en el
ámbito de la religión y de la fe es mera y simplemente inapropiado? Pero, entonces,
8 Discurso del Papa Juan Pablo II a la conferencia episcopal de las Antillas, 7-5-2002

Bajo custodia de Escuela de la Fe 15


Apologética
¿qué significa la fe, qué significa positivamente la religión, si no puede entrar en
relación con la verdad?”9
Si todo es relativo, entonces no sólo el cristianismo, sino incluso todas las
religiones, no son más que disquisiciones teóricas inútiles.10 Infectados por esta
lacra de la cultura contemporánea, en amplios sectores del cristianismo los
cristianos van perdiendo silenciosamente su fe, prácticamente sin percatarse. Es
más: el triunfo del relativismo no sólo significaría el fin de las religiones, sino
incluso el fin de toda garantía de respeto a la dignidad humana. Como ha observado
algún autor, fenómenos como la legalización del aborto y de la eutanasia, y la
creciente aprobación de los “matrimonios” homosexuales, son todos ellos
consecuencias del hecho de que no se acepta que hay una realidad que todos
podemos conocer y al que hemos de respetar. No es, pues, de sorprenderse que el
Magisterio supremo de la Iglesia se haya ocupado de ello en años recientes. Esto lo
ha hecho en particular con la carta encíclica de S.S. Juan Pablo II, Fides et ratio, y la
Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Dominus Iesus.11

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Léanse, en conjunción este capítulo, los núms. 31-35; 154 – 158; 2465-67.

Conceptos fundamentales
Verdad12: “la adecuación del entendimiento con la cosa”, es decir, la
correspondencia de nuestro conocimiento con la realidad objetiva13 de las
cosas y los acontecimientos; supone que las cosas tienen capacidad de
manifestarse como son, y que el entendimiento humano tiene capacidad de
captar eso.

Verdad universal: verdad para todos y siempre

Verdad absoluta: verdad completa, que, más allá de la verdad parcial que
alcanza la ciencia, alcanza la explicación última de las cosas

Certeza: adhesión firme de la mente a una verdad percibida sin temor de


errar14

9 Card. Joseph Ratzinger, Fede, verità, tolleranza - Il cristianesimo e le religioni del mondo, editorial Cantagalli
10 CDF, Dominus Iesus
11 Además, la encíclica Veritatis Splendor de S.S. Juan Pablo II confronta el relativismo moral, del que no nos ocupamos

directamente aquí.
12 Hablamos de lo que en filosofía se conoce como verdad lógica; verdad ontológica es la adecuación del ser con la mente de

su Creador.
13 Objetiva: i.e. tal como son independientemente de nuestro conocimiento y voluntad
14 Paolo Dezza SI, Filosofía, pág 22.

16 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Relativismo: doctrina según el cual no existe ninguna verdad absoluta,
universal y necesaria, pues la verdad sería una mera propiedad del juicio
humano que, a su vez, es determinado por una serie de factores variables.
Representa un rechazo a la verdad objetiva a favor de una certeza subjetiva.
Entre la variedad de “relativismos”, los que más influyen en nuestra cultura
son:
 el relativismo individualista: varía la “verdad” en cada individuo.
 el relativismo cultural: cada cultura tiene su propia verdad.

1. El relativismo radical es insostenible.

A. Las contradicciones internas y la superficialidad de las posturas


relativistas

En la cultura popular el pensamiento relativista ha engendrado eslóganes


“bonitos” cuyo éxito depende principalmente, primero, de que se aceptan y
repiten sin el más mínimo sentido crítico, y luego del hecho de que, o bien nadie
se atreve a contestarlas, o si alguien lo intenta hacer, es tachado inmediatamente
(sin dejarle siquiera exponer sus argumentos) de arrogante, de intolerante, de
querer imponer sus creencias a todos, etc. Vale observar que quien así califica al
cristiano es intolerante con lo que éste cree, y arrogante en querer imponer el
propio punto de vista a todo el mundo – cosa que no hace el cristiano, pues éste
simplemente propone lo que él cree ser verdadero. El hombre “moderno”, por su
parte, ni siquiera concede a los demás el derecho de opinar diferentemente de él.
Ya que sus fundamentos son tan superficiales, las posturas relativistas
quedan inmediatamente rebatidas con hacer unas preguntas bastante
elementales que bajan de la teoría a la práctica. Lo podemos comprobar haciendo
un brevísimo recorrido a algunas de las afirmaciones típicas del relativismo
contemporáneo.

“Nadie puede conocer la verdad con seguridad”


Por lo tanto, lo que acabas de afirmar tampoco es seguro. O sea que,
posiblemente sí se puede. ¿O es que nadie, excepto tú, puedes conocerla? ¿O que
conocemos una sola verdad con seguridad, es decir, ésta que tú enuncias?
“El relativismo es una teoría suicida, pues cuando se aplica a sí misma, se
mata,” decía Ortega y Gasset. O sea, es una teoría inherentemente
contradictoria.

“Lo que importa es lo que es verdad para ti”.


Bueno, pero ¿qué pasa si “lo que es verdad para mí” es “¡Pamplinas – la
verdad es una, y la tengo yo!”?

Bajo custodia de Escuela de la Fe 17


Apologética
“Todos tienen parte de la verdad”.
¿Qué parte de la verdad tienes tú cuando afirmas eso? Bueno, entonces ¿no
tengo yo “parte de la verdad” cuando afirmo que, si yo niego lo que tú afirmas, no
podemos los dos tener la verdad? ¿O cuando mantengo que lo que es verdad, es
verdad para todos, no sólo para aquel al que le guste: trátese de la verdad de que
ese semáforo está en rojo actualmente, o de la verdad de que hay un solo Dios, o
si quiere, de que hay 27 dioses – o que no hay ninguno?
“Cada quien tiene sus propios valores y hay que respetarlos.”
¿Y qué dices si mis valores me permiten apropiarme de tu coche y tu reloj y
tu esposa(o)? Eso de que “hay que respetar las cosas ajenas”, ese es tu valor; el
mío puede ser “Yo tengo derecho a cuidar de mí mismo, y allá los demás”. ¿Me
vas a respetar ese valor?
No hay duda de que un valor fundamental para Adolfo Hitler fue la
superioridad de la raza aria y su desprecio de los semitas. ¿No debía el resto de la
humanidad “respetar” ese valor?
“Todas las religiones son iguales”.
¿Son iguales una religión en que tú eres dios, y una religión en que Dios es
definitivamente Otro? ¿Te parecen igualmente válidas y estimables una religión
que postula la igualdad de dignidad y derechos de hombre y mujer en el
matrimonio, y otra que hace de la mujer propiedad del hombre? ¿La sociedad
debería tolerar una religión que celebra sacrificios humanos?
“No es serio decir que pueden ser verdad al mismo tiempo religiones
diversas, que se oponen en muchas de sus afirmaciones y sus exigencias. Si dos y
dos son cuatro, y alguien dijera que son cinco, habría caído en un error. Pero si
además dijera que una suma es tan buena como la otra, podría decirlo, porque
afortunadamente hay libertad de expresión, pero habría incurrido en un error
aún más grave.”15

“La mayoría de las veces”, decía el filósofo Ortega y Gasset, “el relativismo
es una especie de pose académica, una cómoda evasión de la realidad.” O una
actitud que nunca ha sido examinada críticamente, tan superficial que ni
siquiera concuerda con lo que el ‘relativista’ practica en su propia vida.
Por eso, si le rasgas un poco a un relativista invariablemente descubrirás
que su relativismo de repente desaparece cuando uno le aprieta determinados
sectores de sus intereses personales. Supongamos que vendes un periódico a un
relativista por $10; te paga con un billete de $50 y tú le das sólo $20 de cambio.
Enseguida te va a reclamar: “te di $50, son $40 de cambio”. “No”, respondes, “50
menos 10 son 20”. “No seas ridículo. Eso es falso y lo sabes.” “Eso será en todo
caso para ti, caballero, pero para mí, ya te digo, 50 menos 10 son 20. Eso es lo que
yo tengo por cierto; si tú tienes otra verdad, pues, allá tú.” ¡Verás lo rápido que se

15 ¿Da igual una religión que otra?, en: encuentra.com

18 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
le desmorona la “convicción” de que “cada quien tiene la propia verdad, y que hay
que respetarla”!

B. Otras doctrinas subjetivistas

El relativismo tiene una serie de ‘primos hermanos’ que, de una u otra


manera, niegan la capacidad del intelecto humano para conocer la verdad. Al
igual que aquel, cada uno de ellos parte de un presupuesto que es netamente
contradictorio de la misma doctrina que propone. Examinarlos a fondo es
competencia de la filosofía del conocimiento. Baste aquí este breve sumario que
ofrece Arturo Damm Arnal16 para poner de manifiesto que, en cada caso, la
contradicción de los postulados es a la vez evidente e insostenible:
“Las falacias filosóficas a través de las cuales se manifiesta el creacionismo
subjetivista son: el relativismo, que afirma que la verdad es relativa,
particular y contingente, dependiente de una variable independiente que la
determina (excepto esta misma verdad); el escepticismo, que afirma que la
inteligencia humana es incapaz de alcanzar la verdad (excepto esta verdad
que se postula como principio); el racionalismo, que postula el uso exclusivo de
la razón en el conocimiento humano, considerándola como única fuente del
mismo (excepto en esta misma afirmación); el idealismo que afirma que todo
consiste en ser objeto de una actividad cognoscitiva (menos el ser fuente de la
actividad cognoscitiva inicial); el subjetivismo, que afirma la primacía del
sujeto sobre el objeto y de lo subjetivo sobre lo objetivo (menos en esta
afirmación que tiene carácter objetivo y trascendente).
Por su parte, las falacias filosóficas que manifiestan a la sumisión
gnoseológica fenoménica son: el positivismo, que postula para el conocimiento
el atenerse, únicamente, a los hechos positivos, es decir, a los inmediatamente
captables por los sentidos (aunque dicha afirmación no sea captada por los
sentidos); el materialismo, que parte de la afirmación de que toda la realidad
se reduce a la materia o a la manifestación epifenoménica de la misma
(aunque tal afirmación no sea, en su origen, producto de materia alguna); el
empirismo, que afirma que la única fuente del conocimiento humano es la
experiencia sensible (aunque dicha afirmación no sea un producto de tal tipo
de experiencia). Como se ve, todas las falacias filosóficas manifestantes del
reduccionismo gnoseológico parten de una afirmación principal que es
contradictoria en sí misma e insostenible lógicamente, siendo por ello que
deben ser superados sintéticamente.”

2. Nuestra capacidad de conocer la verdad

Una sana filosofía del conocimiento mantiene y demuestra la capacidad de la


persona humana para conocer la verdad. Reconoce las limitaciones que afectan al

16 Falacias filosóficas, Editorial Minos, México DF, 2ª ed., 1994, pág. 152-153 (énfasis añadido).

Bajo custodia de Escuela de la Fe 19


Apologética
hombre, pero no cae en el error de identificar la dificultad o las limitaciones con un
relativismo o escepticismo radical.
Es cierto que lo que se tuvo por verdad incuestionable en una época más tarde
se llega a cuestionar o hasta a ser rechazado, porque nuevos datos han
proporcionado un conocimiento más exacto de la realidad; pero esto no es un defecto
de la verdad sino de su formulación, y el mismo hecho de que los datos obligan a una
recapacitación no hacen sino subrayar el carácter objetivo de la verdad.
Desde el punto de vista de la fe, no es ninguna sorpresa comprobar que,
efectivamente, las cosas tienen capacidad de manifestarse como son, y que el
entendimiento humano tiene capacidad de captar esa realidad objetiva. El mismo
Dios que ha creado el universo ha creado al hombre con su intelecto. Encargarle al
hombre el cuidado de la creación, como ha hecho, y destinarle a conocer y amar a su
Creador, sería un sinsentido si el hombre no tuviese capacidad de conocer tanto lo
creado como a Dios mismo.
En la Encíclica Fides et Ratio, sobre “las relaciones entre fe y razón”, el Papa
Juan Pablo II examina a fondo el tema y expone lúcidamente la actitud de la Iglesia.
Frente a quienes mantienen que no es posible el conocimiento de la verdad, y menos
aún de la verdad sobre Dios, Juan Pablo II arguye que “Dios ha puesto en el corazón
del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él”; y que
este deseo no es vano: es decir, que de hecho puede alcanzar, y alcanza por
Cristo, un conocimiento de Dios universalmente válida. Desarrolla esta
doctrina en una serie de pasos que aquí se resumen17:
1. El hombre, por su naturaleza, busca la verdad.
2. Esta búsqueda no está destinada sólo a la conquista de verdades parciales,
factuales o científicas; no busca sólo el verdadero bien para cada una de sus
decisiones. Su búsqueda tiende hacia una verdad ulterior que pueda explicar el
sentido de la vida; por eso es una búsqueda que no puede encontrar solución si no
es en el absoluto.
3. Gracias a la capacidad del pensamiento, el hombre puede encontrar y reconocer
esta verdad.
4. En cuanto vital y esencial para su existencia, esta verdad se logra no sólo por vía
racional, sino también mediante el abandono confiado en otras personas, que
pueden garantizar la certeza y la autenticidad de la verdad misma.
5. El hombre se encuentra en un camino de búsqueda, humanamente interminable:
búsqueda de verdad y búsqueda de una persona de quien fiarse.
6. La fe cristiana le ayuda ofreciéndole la posibilidad concreta de ver realizado el
objetivo de esta búsqueda. Coloca al hombre en ese orden de gracia que le permite
participar en el misterio de Cristo, en el cual se le ofrece el conocimiento
verdadero y coherente de Dios Uno y Trino.

17 cf. Fides et Ratio nn.33-34

20 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
7. Esta verdad, que Dios nos revela en Jesucristo, no está en contraste con las
verdades que se alcanzan filosofando. Más bien los dos órdenes de conocimiento
conducen a la verdad en su plenitud.
8. Esta unidad de la verdad, natural y revelada, tiene su identificación viva y
personal en Cristo: lo que en Él se revela, en efecto, es la “plena verdad”.

3. El conocimiento de fe es el más cierto

a. El conocimiento por la fe es diferente del conocimiento por la ciencia


o experiencia.
Nuestros conocimientos nos llegan por dos vías diferentes: por un lado
está lo que conocemos por familiaridad personal (lo que hemos visto,
experimentado, razonado… personalmente) y, por otro, lo que conocemos por
el testimonio de otros – o sea, por la fe. El conocimiento por la fe, a su vez, es
por fe humana cuando nuestro asentimiento se apoya en un testimonio
humano, o por fe divina cuando se apoyo en el testimonio de Dios.
Cita Juan Pablo II dos afirmaciones del Concilio Vaticano I al
respecto18: “Hay un doble orden de conocimiento, distinto no sólo por su
principio, sino también por su objeto”. “Pero, aunque la fe esté por
encima de la razón; sin embargo, ninguna verdadera disensión puede
jamás darse entre la fe y la razón, como quiera que el mismo Dios que
revela los misterios e infunde la fe, puso dentro del alma humana la luz
de la razón, y Dios no puede negarse a sí mismo ni la verdad
contradecir jamás a la verdad”.

La fe es “amiga de la inteligencia” (Card. Joseph Ratzinger).

b. Creer a alguien es muchas veces la única manera de conocer algo.


Al fin y al cabo, aunque nunca hayas estado en Australia, crees que existe
- porque te lo han dicho tus maestros, los libros, la televisión y un amigo que
viajó hasta allá; y aunque no hayas hecho los cálculos matemáticos que avalan
la teoría de la relatividad, aceptas la palabra del Sr. Einstein de que las cosas
son más o menos así como él las describe.
c. La mayor parte de nuestros conocimientos dependen del testimonio
de los demás, no de que nos los hayan demostrado.
Fe y razón son, ambos, modos válidos de conocimiento. Ahora bien, si
nos fijamos, nos daremos cuenta que la mayor parte de lo que conocemos es
fruto de la fe, en el sentido de que nos lo han dicho (o lo hemos leído, etc.) y
confiamos que quien habla o escribe es fidedigno.
d. Aunque involucra la razón, el conocimiento de las personas, y por ende
de Dios, es más perfecto, más profundo y más de confiarse

18 En Fides et ratio, 9 y 53: las citas son de la Constitución Dei Filius, cap.4.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 21


Apologética
precisamente porque contiene además elementos fiduciales y
afectivos19.
Conocimiento con elementos fiduciales: Es un conocimiento donde la
confianza juega su papel en la aceptación del testimonio. Las ciencias son
aptas para conocer determinados aspectos de la realidad. Pero no sirven para
las cosas más importantes en la vida, como puede ser el conocimiento de los
propios padres o de un futuro esposo o esposa. El entendimiento por sí solo
sería simplemente inadecuado para conocer a Dios, pues creer en Dios no es
creer en una idea sino, ante todo, creer en Alguien. Es una actitud vital. Es
relación con una Persona, de quien depende toda mi existencia y al que me
entrego por completo. Y nuestro conocimiento de las personas, como tal, no es
nunca fruto ni exclusiva ni principalmente de un proceso de raciocinio, sino
del testimonio y la confianza.
Conocimiento con elementos afectivos: El que la fe incluya pasión,
entusiasmo, abandono en Dios “no significa que el creyente deja de usar su
razón: al contrario, la fe busca al entendimiento y lo requiere para reflexionar
sobre sí misma y sobre el sentido de la vida humana.”20 Además, “la fe es
incomprensible si no se la contempla desde la forma de vida a la que da
lugar”.21 ¡Cuántas veces las personas se ciegan ante la verdad –piénsese en
las verdades difíciles de la exigencia moral– por carecer precisamente de una
afinidad afectiva con ella; con Dios! Es por ello que no es un ‘handicap’ para el
conocimiento que la fe tenga elementos fiduciales y emotivos. Más bien es esto
un requisito.
Tratándose de conocimiento personal, “creer” no es sinónimo de “opinar” sino
de “saber”.
e. La fe es más cierta que cualquier conocimiento humano.
Tratándose de conocimiento personal, “creer” no es sinónimo de “opinar”
sino de “saber”.
Se trata de una certeza libre o voluntaria, que a la vez es absoluta.
Gozamos de una certeza cognoscitiva más grande acerca de lo que nos da
a conocer la fe que acerca de cualquiera de los productos de nuestro raciocinio
o experiencia, pues mientras éstos dependen de nuestra propia mente falible,
los primeros se basan en la absoluta confiabilidad de la mente infalible de
Dios. Lo ratifica el Catecismo de la Iglesia Católica: “La fe es cierta, más
cierta que todo conocimiento humano, porque se funda en la Palabra misma
de Dios, que no puede mentir.”22

19 Sto. Tomás de Aquino enseña que el conocimiento de la verdad puede ser puramente especulativo, o afectivo. Ambas
son formas válidas.
20 Francisco Conesa, Creer y conocer. El valor cognoscitivo de la fe en la filosofía analítica, EUNSA Pamplona 1994.
21 Ibíd.
22 Párr. 157.

22 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Eso no quiere decir que nos resulten más claras las verdades que
conocemos por la fe. Pero algo puede ser más cierto aun siendo en sí menos
evidente a la inteligencia. La razón de esto lo presenta el Catecismo con las
palabras de S. Tomás de Aquino23: “Ciertamente las verdades reveladas
pueden parecer oscuras a la razón y a la experiencia humanas, pero ‘la certeza
que da la luz divina es mayor que la que da la luz de la razón natural’.
Y clarifica con el Cardenal Newman: “Diez mil dificultades no hacen una
sola duda”.

Síntesis
En este capítulo hemos visto como el relativismo radical, que es la debilidad
más grande de nuestra cultura actual, resulta intelectualmente insostenible. Cae
enseguida en contradicciones internas, y una persona pensante puede con facilidad
demostrarlo. El cristiano debe poseer la certeza de que todo hombre, como bien ha
demostrado El Papa Juan Pablo II en su encíclica Fides et ratio, tiene la capacidad
de conocer la verdad, y de manera particular, las verdades últimas que dan sentido a
nuestra vida. Los conocimientos que el hombre posee se alcanzan por dos avenidas
principales: algunos por vía de la ciencia y experiencia propia, otros –la mayor parte
– gracias al testimonio de otros, aceptado por fe humana (en el caso de autoridades
humanas) o por fe divina (cuando quien da testimonio es Dios). La fe divina nos
proporciona el conocimiento más cierto que podemos tener, y nos depara, por Cristo,
un conocimiento de Dios universalmente válido.

Para recordar
“Ninguna verdadera disensión puede jamás darse entre la fe y la razón, como
quiera que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe, puso dentro del
alma humana la luz de la razón”. –

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. ¿Cuáles son las vías de acceso al conocimiento de Dios?
2. Escribe el concepto fundamental de “verdad”.
3. ¿Qué es la verdad universal y la verdad absoluta?
4. ¿Qué es el relativismo?
5. Menciona tres falacias filosóficas a través de las cuales se manifiesta el
subjetivismo.
6. ¿Cómo debe ser una sana filosofía del conocimiento?
7. Define el acto humano de creer.

23 s. th. 2-2, 171,5, obj.3

Bajo custodia de Escuela de la Fe 23


Apologética
8. ¿La fe es mas cierta que cualquier conocimiento humano? ¿por qué?
9. ¿Por qué no puede haber desacuerdo entre fe y ciencia?
10. ¿Es natural que la fe trate de comprender?

Ejercicios de aplicación y profundización


Después de una lectura atenta de la encíclica Fides et Ratio, nn. 1-5, 8-10, 12-14, 24-
34:
1. Encuentra y expresa cómo el Papa Juan Pablo II explica que el hombre
puede alcanzar, por Cristo, un conocimiento de Dios universalmente válida.
Amplía lo ya expresado en la sección 2, arriba.
2. Encuentra elementos que ayudan a demostrar que el conocimiento por la fe
es el más cierto que se puede tener.

Bibliografía recomendada

Card. Joseph Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia. El cristianismo y las


religiones del mundo. Ed. Sígueme, Salamanca 2005.

24 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Capítulo 2. LOS IMPERATIVOS RELATIVISTAS Y LA FE EN CRISTO

El cristianismo frente a las demás religiones

Objetivo del capítulo


El alumno podrá discernir los sofismas y falta de rigor con que se emplean
los conceptos de tolerancia, diálogo y respeto a las culturas desde una mentalidad
relativista para negar la legitimidad de la reivindicación cristiana de la verdad, y
podrá explicar el concepto justo, como lo entiende la Iglesia y lo defiende una sana
filosofía.

“Poseer la verdad, poderla decir, y callarla, es atraerse la ira de Dios”.


- San Justino, apologeta y mártir, s. II

El problema
La actitud relativista no se contenta con proclamar la incapacidad del
hombre para conocer verdades universales y absolutas. Cada vez más va
desarrollando una especie de “ética” agresiva como corolario inmediato del dogma
relativista, que exige a individuos e instituciones acatar.
Efectivamente, “ya no se presenta tan sólo con su vestido de resignación ante
la inmensidad de la verdad, sino también como una posición definida
positivamente por los conceptos de tolerancia, conocimiento dialógico y
libertad, conceptos que quedarían limitados si se afirmara la existencia de
una verdad válida para todos.”24
El cristianismo, y el catolicismo en particular, en la medida en que es fiel a
su misión, se encuentra en abierta contradicción con ésta ‘ética’ relativista
“La fe cristiana dice conocer y anunciar al único y auténtico Dios, el único
Salvador de todos los hombres. Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a
los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hechos 4, 12), dijo Pedro
a los jefes y ancianos del pueblo de Israel. ¿Podrá seguir manteniéndose hoy
día esta pretensión absoluta?” 25
No debe sorprendernos, por lo tanto, que sea atacado y condenado como el
gran enemigo de la mentalidad progresista y tolerante de un mundo que se ha
liberado de los dogmas y posiciones exclusivistas:
“Cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó en 2000 la
declaración Dominus Iesus, ‘sobre la unicidad y la universalidad salvífica de
Jesucristo y de la Iglesia’, un grito de indignación se esparció por nuestra
sociedad, e incluso entre grandes culturas no cristianas, como la de la India:

24 Card. Joseph Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia. El cristianismo y las religiones del mundo. Ed. Sígueme, Salamanca 2005, pág.
105.
25 Ibíd. pág. 11

Bajo custodia de Escuela de la Fe 25


Apologética
es un documento de una intolerancia y de una arrogancia religiosa que ya no
deberían tener espacio en el mundo de hoy, se dijo.”26

Interrogantes actuales
Son actitudes que no dejan de infiltrarse en el espíritu de muchos cristianos,
creando duda, incertidumbre, inseguridad, complejos y falta de celo para comunicar
a los demás la alegría del que ha encontrado la perla sin precio.
 El cristianismo ¿no es en el fondo una religión como cualquier otra?
¿Un camino religioso entre muchos, todos los cuales llevan a Dios?
 ¿Es posible proponer hoy el cristianismo como verdad, como camino
de salvación? ¿Ello no constituye un gesto de arrogancia intolerante?
 ¿No es cierto, además, que anunciar el cristianismo a personas de
una cultura en la que no ha echado raíces viene a ser una imposición de
valores ajenos…?
 ¿Cuál es la relación entre el cristianismo y el resto de las religiones con
las que convive?
 ¿Las religiones del mundo son complementarias a la revelación cristiana?
 ¿No deberíamos estar en diálogo abierto con todas las religiones, sin
ninguna suposición de que nosotros conocemos “la verdad”, para así
enriquecernos y llegar a un consenso común?
 ¿No son más espirituales las religiones asiáticas?
En nuestra cultura flotan y se presentan cada vez más preguntas como
éstas. Aunque las respuestas se deducen esencialmente de lo visto en el capítulo
2, el presente capítulo examina más específicamente estas cuestiones y las
esclarece. Si antes nos preguntamos, “¿Se puede conocer la verdad?”, abordamos
ahora la duda, no meramente académica, “¿el problema de la verdad en el ámbito
de la religión y de la fe no es mera y simplemente inapropiado?”

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Léanse los núms. 65 – 67; 73; 2104-2108

Esquema de la lección

26 Ibíd., p. 11

26 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética

1. Tolerancia
a. el concepto de tolerancia
b. no es indiferencia; implica al contrario que se distingue lo malo o
imperfecto
c. no todo se debe tolerar
2. El diálogo no consiste en renunciar a las propias posiciones.
3. Las religiones no son “todos iguales”
a. las religiones monoteístas se diferencian radicalmente de las demás
b. La diferencia entre el monoteísmo revelado (judeocristiano) y el
monoteísmo tomado prestado (Islam)
c. la diferencia específica del cristianismo
4. El respeto a las culturas: encuentro del cristianismo con las culturas de los
pueblos
a. la cultura es por su misma naturaleza una realidad que exige la
apertura y el crecimiento hacia una plenitud, que aporta la fe cristiana
b. el judaísmo y el cristianismo contienen aportaciones de varias culturas,
contradicen y purifican las mismas culturas en que nacieron, y son
formativas de las mismas
c. la aportación cristiana ha eliminado elementos inhumanos y ha
enriquecido las culturas donde ha sido aceptado
d. en su encuentro con las diferentes culturas, el cristianismo las
enriquece por principio
5. La verdad del cristianismo: la única religión verdadera subsiste en la Iglesia
católica y apostólica. Sólo en Cristo se revela la plena verdad.
6. Actitud justa del cristiano frente a las demás religiones: En las grandes
religiones, los cristianos reconocen la presencia de elementos salvíficos, pero
que actúan en dependencia del influjo de la gracia de Cristo
7. La acción misionera y evangelizadora de la Iglesia. La Iglesia se siente
llamada, constitutivamente, a la evangelización de los pueblos.
8. Un ejemplo ilustrativo: la evangelización de México.
9. Algunas ramificaciones del ambiente relativista en la vida del católico
a. Los resabios del indiferentismo relativista entre los mismos católicos
b. Lo que realmente comporta la indiferencia de los católicos
c. La trascendencia de una justificación relativista del pluralismo
religioso
10. Conclusión: Actitud de humilde confianza y seguridad para proclamar la
verdad

Bajo custodia de Escuela de la Fe 27


Apologética
1. Tolerancia

Hoy se considera un acto de orgullo y arrogancia, incompatible con la


tolerancia, el proclamar – o pensar siquiera – que conocemos la verdad por haberla
recibida de Dios. Para aprobar la asignatura de tolerancia, habría que tener por
iguales todas las religiones y todas las culturas. Esencialmente, se proscribe la fe
como lo entiende el cristiano.
Hay en esta actitud dos equívocos, nacidos de la ideología de donde proviene y
de la superficialidad de pensamiento del hombre actual.

Primero, se confunde el concepto de tolerancia con el de indiferencia o incluso


de “aprobación de todo”, con negación de la misma existencia de bueno y malo, mejor
y peor, verdadero y falso.
Pero la tolerancia, como se puede averiguar consultando cualquier diccionario,
no es indiferencia ni negación de la existencia de bueno y malo, aceptable e
inaceptable. Se define como “permitir algo que se tiene por ilícito, malo o erróneo, sin
aprobarlo”. O sea, que en su misma definición incluye el previo discernimiento de
que lo que “se tolera” dista mucho de ser lo más deseable o recomendable.

Tolerancia: Permitir algo que se tiene por ilícito, malo o erróneo, sin
aprobarlo.

Quien ejercita la tolerancia permite el mal en vez de reprimirlo porque


considera que sería peor el remedio que la enfermedad. Por tanto sólo puede ser
tolerante quien tenga sensibilidad moral.
Santo Tomás de Aquino escribe que “la autoridad tolera con acierto algunos
males para no impedir algunos bienes o para que no se incurra en males peores”. Es
la actitud que Cristo enseña a sus discípulos con la parábola del trigo y la cizaña.
Tristemente, lo que realmente describe la tolerancia actual, no es el respeto
dialogante o la veneración profunda por la dignidad personal del otro; tampoco es la
escucha, la valoración, el intercambio mutuo, la asimilación y contrapropuesta de un
diálogo, sino más bien la indiferencia desenfadada del otro.
La tolerancia no es indiferencia, sino amor y respeto al otro, aunado al deseo de
ayudarle en lo que está en nuestra mano para que alcance la verdad o el bien más
completos. Siempre de manera respetuosa de su dignidad humana: por ello la verdad
ha de ser propuesta al que es un ser dotado de inteligencia y voluntad libre, no
impuesta. Es lo que hace cualquier forma de evangelización aprobada por la Iglesia.
Irónicamente, no puede decirse lo mismo de quienes propugnan la ideología de la
tolerancia, ya que buscan imponer por diferentes medios sus propios puntos de vista
y proscribir a quienes se les opongan.

28 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
“Sólo cabe tolerar aquello que se considera falso o rechazable; lo acertado
suscita adhesión y lo bueno entusiasmo.”27

Segundo, se da por supuesto, sin fundamentarlo ni argüirlo siquiera, que la


tolerancia es una especie de imperativo categórico universal: que todo se debe
“tolerar”, es decir, todo se ha de tener por aceptable y merecedor de igual respeto.
Debe bastar un instante de reflexión para darse cuenta de que no sólo no se
puede demostrar esta proposición, sino que nadie -comenzando por quienes lo
proponen- obra en la práctica como si esto fuera un principio válido o siquiera
deseable. ¿Quién considera hoy como “estimables” las atrocidades de Auschwitz, de
los gulags soviéticos o de los “campos de matanza” de los Khmer Rouges? ¿Quién
tiene por igualmente dignos de respeto, digamos, el budismo de los monjes tibetanos,
y la infame secta de Jim Jones, asesina de centenares de inocentes en las selvas de
la Guyana?
“Según afirma la Declaración de la UNESCO sobre Tolerancia, ésta no implica
renunciar a los propios principios, o debilitar la adhesión a los mismos. La educación
en la tolerancia, incluso a través de los medios de comunicación, significa educar en
el ejercicio de la libertad para adherir a las propias convicciones, aceptando al
mismo tiempo que otros adhieran a las suyas, y respetando estas prácticas que
corresponden a las convicciones religiosas de cada uno, siempre que no violen ni los
derechos de los demás, ni la seguridad nacional, ni la salud pública o moral.”28
No son pocos los católicos infectados por esta mentalidad. Típicamente, están
convencidos de que la Iglesia no ha sabido ejercer la misma ‘tolerancia’ que
Jesucristo demostró (cosa que no se puede negar: ningún discípulo es mayor que su
Maestro). Ahora bien, el Cristo real, el único, es el de los evangelios: un Cristo que –
precisamente en tema de matrimonio, donde el Cristo-criatura-del-zeitgeist del siglo
XXI sería particularmente indulgente – “insiste en la intención original del Creador
que quería un matrimonio indisoluble (Cf Mt 5, 31-32; 19, 3-9; Mc 10, 9; Lc 16, 18; 1
Co 7, 10-11), y deroga la tolerancia que se había introducido en la ley antigua (Cf Mt
19, 7-9.)”.29 Da que pensar el que, en dos ocasiones (2338, 2391) el Catecismo hable
de comportamientos que el cristiano “no tolera”.
“Creer en la posibilidad de conocer una verdad universalmente válida no es en
modo alguno fuente de intolerancia; al contrario, es una condición necesaria para un
diálogo sincero y auténtico entre las personas.”30
La posesión de la verdad, cuando es auténtica, no le hace a uno intolerante, ya
que uno no tiene nada que temer y sí mucho que compartir. “La verdad os hará
libres”.

27 Andrés Ollero, En qué consiste la dictadura del relativismo, entrevista en Zenit.org, 30-06-05
28 Discurso de Mons. Michael Fitzgerald, representante de la Santa Sede, a una conferencia de la Organización para la
Seguridad y Cooperación en Europa, 14.9.04. Zenit, 24-09-2004.
29 CIC 2382
30 Juan Pablo II, Fides et ratio, 92

Bajo custodia de Escuela de la Fe 29


Apologética
Una consideración sobre la “intolerancia” de la Iglesia Católica se podrá
encontrar en el Apéndice al final del Capítulo 9.

2. Diálogo
[La falsa] tolerancia, que todo lo acepta, y que se despreocupa por la verdad, se
disfraza por la malformación de conceptos como el de democracia, diálogo o
encuentro con las culturas31.
La Iglesia no tiene problema con el diálogo bien entendido. “El diálogo
interreligioso forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia”32. El problema
está con el así llamado diálogo propuesto por “quienes consideran que la verdad es el
resultado del consenso y no de la adecuación del intelecto a la realidad objetiva.”33
En un pensamiento relativista “diálogo” significa poner en el mismo plano la
propia posición o la propia fe y las convicciones de los otros, de manera que todo se
reduce a un intercambio entre posiciones fundamentalmente iguales y por tanto
relativas entre ellas34. Cabe advertir que semejante concepto del diálogo no está
limitado a ambientes extra eclesiales. Se han hecho propuestas por parte de teólogos
católicos cuya debilidad e improcedencia se debe precisamente al haber aceptado
una concepción que carece de una rigorosa base filosófica y no responde a la mente
de la Iglesia sobre el diálogo, necesario, con el mundo y con las religiones.
Nuevamente, ya de salida el relativismo incurre en una inconsecuencia
indefendible. “Todas las posiciones son iguales” y vienen a la mesa del diálogo con
iguales derechos y “verdad” – excepto la posición de quienes consideran que conocen
la verdad y que por lo tanto otras posiciones, en la medida en que se apartan de ésta,
son falsas. Para ser coherentes tendrían que admitir como válido participante en el
diálogo, y como proposición a considerar seriamente, ésta, que esencialmente es la
de las tres grandes religiones monoteístas. Pero se desecha de antemano.
El católico, en cambio, siguiendo las indicaciones del magisterio eclesial, sabrá
dialogar de una manera más madura, auténtica y respetuosa de la dignidad,
inteligencia y convicciones de sus interlocutores.
Para formar el propio criterio al respecto, es necesario estudiar, en las
encíclicas Ecclesiam suam, de Pablo VI, y Fides et ratio de Juan Pablo II, y la
Declaración Dominus Iesus, de la CDF (cf. Lecturas complementarias), las
condiciones para un auténtico diálogo y el espíritu que lo debe animar.
Quede claro que “la solicitud por acercarse a los hermanos no debe traducirse a
una atenuación, en una merma de la verdad, pues “sólo el que es plenamente fiel a
la doctrina de Cristo puede ser eficazmente apóstol.”35

31 Cf. Card J. Ratzinger, Presentación de la Declaración Dominus Iesus, 5 de septiembre del 2000
32 Fides et ratio, 55
33 Ibid., 56
34 Card J. Ratzinger, Presentación de la Declaración Dominus Iesus.
35 Pablo VI, Ecclesiam suam, 81.

30 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
“Sólo podemos dialogar de manera fructífera si mantenemos una clara
identidad. No podemos al mismo tiempo creer y no creer en un Dios que transciende
la historia, creer y no creer en Cristo, Salvador de la humanidad, creer y no creer en
que él es el único Mediador, etc.… Los adherentes a religiones tan diferentes como el
hinduismo o el budismo también nos preguntan cual es nuestra fue y nuestra
experiencia espiritual. No podemos negarles la luz que Dios ha encendido en
nuestros corazones.”36
“La tentación más grande actual es... la de perseguir la comunión y la paz a
través de la relativización de las pretensiones de verdad de las religiones, en
particular, del cristianismo.”37 Pero como decía un celebre rabino judío: “Sólo puede
darse un diálogo entre dos creencias cuando se tiene una creencia”. ¿La apologética,
entonces, no es irreconciliable con el diálogo? Al contrario. “La apologética es el
diálogo cuando éste busca ofrecer indicios de credibilidad”.38

3. La diferencia cristiana
El cristianismo, ¿no es en el fondo una religión como cualquier otra? ¿No es
cierto que se trata simplemente de una visión de Dios a la europea? ¡Todas las
religiones – se afirma – llevan a Dios!
Clarifiquemos concepciones erróneas. No todas las religiones son iguales (ni
mucho menos). “Esta afirmación surge de la ignorancia de quien desconoce de la
manera más elemental qué era la religión de los antiguos aztecas, el vudú, el
budismo, el hinduismo, o las religiones monoteístas.”39
Vayamos por partes, examinando sucesivamente algunas diferencias
fundamentales.
Religiones asiáticas Religiones monoteístas
(Budismo, Hinduismo) (Judaísmo, Cristianismo, Islam)
Judaísmo, Cristianismo Islam
Judaísmo Cristianismo
(Y todas las demás)

1. Las religiones monoteístas se diferencian radicalmente de las demás


Las llamadas “grandes religiones” forman dos grupos grandes: por una parte,
las religiones asiáticas (budismo y diversas religiones hinduistas), y por otra, las
monoteístas – cristianismo, judaísmo, Islam. Las religiones monoteístas – hasta un

36 Mons. Michael Fitzgerald Pontificio Consejo para la Cultura): Presentación del documento de la Santa Sede sobre el
New Age, L'Osservatore Romano, Weekly Edition in English, 5 March 2003, page 7
37 Card. Walter Kasper, Non ho perduto nessuno. Comunione, dialogo ecumenico, evangelizzazione, EDB 2005.
38 “L’ora dell’apologetica. Intervista al Vescovo di Como, Mons. Alessandro Maggiolini”, en: Il Timone, II, 10 (No.-Dic.

2000), pág. 38.


39 Jesús Colina, “Fe, verdad, tolerancia: ¿es el cristianismo la religión verdadera? Habla Ratzinger”, en El Observador 428-1

Bajo custodia de Escuela de la Fe 31


Apologética
punto40, Islam – se diferencian radicalmente de las grandes religiones asiáticas, bajo
varios aspectos:

Religiones asiáticas Religiones monoteístas


Son simple aspiración a lo absoluto. Aparecen por la iniciativa del ser
trascendente.
Se anula la diferencia entre los seres. El fundamento es el tú de Dios y el yo
El creyente se sumerge en el océano de de la criatura, que crea una relación
lo Todo-Uno, ya sea que se describa personal, única e irrepetible.
como «Nada», en sentido negativo, o
como «Todo», en sentido positivo.
Lo definitivo es la fusión, la identidad; Dios aparece como persona. Y el
toda separación se derrumba. Dios no hombre, gracias al encuentro con Dios,
puede ser personal pues persona –que es más persona, más libre, no menos.
distingue ‘tú’ y ‘yo’ – pertenece al
mundo de la separación.
El único camino posible es el de la El hombre es lo pasivo, el que actúa es
búsqueda interior. No hay ninguna Dios que se revela. Viene en persona a
acción más que la del hombre; es él hablar de sí al hombre y a mostrarle el
quien busca a Dios. camino por el cual es posible
alcanzarlo.

Estas diferencias, subraya el Cardenal Ratzinger41, son ciertas aun


haciendo caso omiso de la fe del monoteísta. Desde el punto de vista de las
religiones asiáticas, es característico que todo acontezca como experiencia
espiritual del hombre: esto es lo último y lo único. En este esquema, una
‘revelación’ sería ilógica. En cambio, para el camino monoteísta, es característico
que haya revelación, un llamamiento de Dios que es lo absoluto y el único camino
de salvación.
El encuentro personal con Dios hace que el monoteísmo responda
profundamente al deseo humano de plenitud y realización histórica y
trascendente. Hay una plena armonía entre la Revelación y la condición del
hombre.

“El místico (asiático) no dirá a su Dios “Yo soy tuyo”, sino [...] “Yo soy Tú”.42

40 En la siguiente sección veremos que respecto al Islam es necesario matizar estas distinciones.
41
Cf. Fe, verdad y tolerancia..., pág. 132-133.
42 Ibíd., pág. 130.

32 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
2. La diferencia entre el monoteísmo revelado (judeocristiano) y el
monoteísmo tomado prestado (Islam)
a. El encuentro personal entre el Tú y el yo en el cristianismo y judaísmo esta
basada en la libertad, en el respeto, y, sobre todo, en el amor. En el Islam, Dios
no es un Tú para el hombre, porque la comprensión de Dios en el Islam afirma
de un modo tan radical su trascendencia y su diferencia infinita con el hombre
que Dios no puede amar al hombre; ni siquiera se comunica personalmente con
él, sino sólo mediante sus ángeles.
b. En última instancia, el Islam es una religión natural con rasgos monoteístas,
tomadas en préstamo de la revelación judeocristiana. Lo que ha “aportado” de
modificación humana (por Mahoma) resulta, naturalmente, una mutilación de la
verdad divina: una corrección humana de la verdad de Dios.
Lo último, desde luego, es aplicable a toda agrupación religiosa cuyo
sincretismo incluye elementos de la revelación judeocristiana. La verdad acerca
de Dios que pueda contener cualquier sistema religioso proviene, o bien de esa
revelación natural que alcanza la búsqueda humana de la divinidad, o bien de
los elementos que, conscientemente o no, se han tomado prestados de la
revelación sobrenatural que Dios ha hecho de Sí mismo a su pueblo elegido.
3. La diferencia específica del cristianismo
En realidad, no hace falta ser filósofo, teólogo o historiador para ver lo
absurdo e insostenible de “la mentalidad indiferentista, ampliamente difundida,
por desgracia, incluso entre los cristianos, enraizada a menudo en concepciones
teológicas no correctas y marcada por un relativismo religioso que termina por
pensar que «una religión vale la otra».”43
Basta con notar que
1º. El cristianismo mantiene, como parte fundamental, central, de su credo, una
serie de afirmaciones acerca de Dios y del hombre: por ejemplo, que Jesús de
Nazaret era, y es, el mismo Dios; que murió y resucitó, y con eso libró a todos
los hombres de sus pecados.
2º. Todas las demás religiones niegan cada uno de estos puntos. La controversia
suscitada por la Dominus Iesus radica precisamente en esto.
3º. Tenga la razón quien la tenga, pues, está clarísimo que no puede ser “igual” a
“todas las religiones”:
- Si es falso, es una religión absolutamente bárbara y blasfema, haciendo a
un hombre igual a Dios.
- En cambio, si tiene razón, es la única que revela al mundo la verdad, y las
demás, aun con buenas intenciones, lo conduce por caminos errados.
Ciertamente, no es posible ser cristiano y mantener que “es igual” que Cristo
sea o no Dios, haya muerto o no por nosotros.

43 Redemptoris Missio 36.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 33


Apologética
En cuanto a la idea (fácil y popular, pero errónea) de que el cristianismo es
simplemente una idea europea de Dios, lo trataremos en la siguiente sección.

4. El respeto a las culturas


¿Es posible, y es legítimo, anunciar el cristianismo a personas de una
cultura en los que éste no ha echado raíces?
Nuevamente es necesario definir conceptos y deshacer prejuicios. ¿Qué es
cultura? ¿Una cultura auténtica es una realidad cerrada en sí? ¿La revelación
cristiana resulta una violación enajenante en un ambiente cultural donde no ha
nacido?
Se podría describir la cultura como “el conjunto de valores de un pueblo que
lo hacen diferente y complementario de otros pueblos”44. En sus expresiones –
idioma, arte, filosofía, costumbres etc. – se reflejan los modos de pensar de ese
pueblo respecto al hombre, al mundo, a Dios, al sentido de la existencia humana.
(Con ello, cabe adelantar, la dimensión religiosa resulta fundamental en toda
cultura auténticamente humana).

“Cultura es la forma de expresión comunitaria, desarrollada a lo largo de la


historia, de los conocimientos y juicios que caracterizan la vida de una
comunidad”.

A. Veamos primero como la cultura es por su misma naturaleza una realidad que
exige la apertura y el crecimiento hacia una plenitud, y de qué manera la
introducción de la revelación cristiana contribuye a esto.

1. Toda cultura es esencialmente perfectible.


a. Porque las culturas se desarrollan en el tiempo. Son sujetas al flujo de la
historia, no fijas, estáticas y cerradas.
b. Además, las culturas, cuanto más ricas, son culturas que no proceden en
aislamiento; los sujetos de la cultura se encuentran con otras culturas de
donde adoptan elementos que incorporan a la propia visión del mundo.
c. Todas las culturas son expresiones parciales, incompletas de lo humano. Toda
cultura es producto del hombre – del hombre que se enriquece en el contacto
con otros hombres. Por lo tanto pide ser completada.
d. Más aún, toda cultura es esencialmente imperfecta porque, siendo creación
del hombre afectado por el pecado original, es expresión defectuosa de lo
humano. Por ello, pide ser purificada y perfeccionada.

2. Toda cultura auténticamente humana es potencialmente universal, porque es


una y la misma la naturaleza humana que está operante en cada cultura.

44 Juan Esquerda Bifet, El cristianismo y las religiones de los pueblos, BAC Madrid 1997, p.51

34 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
“La dignidad de una cultura se muestra en su apertura, en su capacidad de
dar y de recibir, en su capacidad de desarrollarse, de dejarse purificar, de
llegar a ser así más en conformidad con la verdad, con el hombre.”
“Cuanto más es conforme una cultura a la naturaleza humana, cuanto más
elevada es, más aspirará a la verdad que hasta un cierto momento le había
sido cerrada, será capaz de asimilar esa verdad y de hacerse una misma cosa
con ella.”45

3. En su esencia la cultura es apertura a lo divino


a. no se puede comprender el mundo, la vida – como es su intento) sin resolver el
interrogante sobre lo divino y su relación con el mundo.
b. Las culturas apelan a la sabiduría de los antepasados, a una tradición y una
revelación.
c. Lo que se confirma al comparar culturas no es el relativismo, sino la unidad
de la naturaleza humana y de su encuentro con la verdad.
d. no existe una fe sin cultura y, a excepción de la moderna civilización técnica,
no existe una cultura sin religión.46 La fe tiene que “encontrar un espacio” en
la cultura, es ella misma la que crea cultura
e. La cultura no es otra cosa que la expresión de un sistema de ideas y creencias.
¿Cómo, pues, hacerla extraña al último horizonte de significado para la gran
mayoría de los hombres de todos los tiempos, que se identifica con una
creencia en Dios?

4. Siguiendo a la Fides et ratio, podemos decir que, en su encuentro con las


diferentes culturas, el cristianismo las enriquece por principio
 no les impide conservar una identidad cultural propia.
 no crea división alguna, porque el pueblo de los bautizados se distingue por
una universalidad que sabe acoger cada cultura
 las libera de los desórdenes introducidos por el pecado
 Las culturas, en efecto, contienen elementos que hace falta rechazar; la
aportación cristiana ha eliminado elementos inhumanos y diabólicos y ha
enriquecido las culturas donde ha sido aceptado
 favorece el progreso de lo que en ellas hay de implícito hacia su plena
explicitación en la verdad.
 la fe viene a completar al hombre y resanar sus deficiencias. Por ello puede
enriquecer e integrar cualquier cultura que sea auténticamente humana.
Hace suyo el dicho clásico latino, Nada humano me es ajeno.

45 Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia…, pág.55


46 cfr. ibíd.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 35


Apologética
B. Ni el judaísmo del AT, ni el cristianismo, son productos como tal de su cultura,
sino que
a. contienen aportaciones de varias culturas
b. contradicen y purifican las culturas en que nacieron
c. eventualmente las forman – la cultura viene de la fe, no viceversa
Es cuanto explica con claridad el Cardenal Ratzinger en su libro Fe, verdad
y tolerancia:

“La Biblia no es mera expresión de la cultura del pueblo de Israel, sino que
está continuamente en disputa con el intento, totalmente natural de este pueblo,
de ser él mismo e instalarse en su propia cultura. La fe en Dios y el sí a la
voluntad de Dios le van desarraigando continuamente de sus propias
representaciones y aspiraciones. Él sale constantemente al paso frente a la
religiosidad propia de Israel y a su propia cultura religiosa, que quería
expresarse en el culto de los lugares altos, en el culto de la diosa celeste, en la
pretensión de poder de la propia monarquía. Empezando por la cólera de Dios y
de Moisés contra el culto al becerro de oro en el Sinaí, hasta los últimos profetas
postexílicos, de lo que siempre se trata es de que Israel se desarraigue de su
propia identidad cultural, de que debe abandonar, por así decir, el culto a la
propia nacionalidad, el culto a la raza y a la tierra, para inclinarse ante el Dios
totalmente otro y no apropiable, que ha creado cielo y tierra, y es el Dios de todos
los pueblos. La fe de Israel significa una permanente autosuperación de la propia
cultura en la apertura y horizonte de la verdad común. Los libros del Antiguo
Testamento pueden parecer, desde muchos puntos de vista, menos piadosos,
menos poéticos, menos inspirados que importantes pasajes de los libros sagrados
de otros pueblos. Pero, en cambio, tienen su singularidad en la índole combativa
de la fe contra lo propio, en este desarraigo de lo propio que comienza con la
peregrinación de Abraham.
La liberación de la ley que Pablo alcanza por su encuentro con Jesucristo
resucitado, lleva esta orientación fundamental del Antiguo Testamento hasta su
consecuencia lógica: significa la universalización plena de esta fe, que se separa
del orden nacional. Ahora son invitados todos los pueblos a entrar en este proceso
de superación de lo propio, que ha comenzado en primer lugar en Israel; son
invitados a convertirse al Dios, que, desapropiándose de sí mismo en Jesucristo,
ha abatido “el muro de la enemistad” entre nosotros (Ef 2, 14) y nos congrega en
la autoentrega de la cruz. Así, pues, en su esencia la fe en Jesucristo es un
permanente abrirse, irrupción de Dios en el mundo humano y apertura
correspondiente del hombre a Dios, que congrega al mismo tiempo a los hombres.
Todo lo propio pertenece ahora a todos, y todo lo ajeno llega a ser también al
mismo tiempo lo propio nuestro, y todo ello abarcado por la palabra del padre al
hijo mayor: “Todo lo mío es tuyo” (Lc 15, 31), que vuelve a aparecer en la oración
sacerdotal de Jesús como modo de dirigirse del Hijo al Padre: “Todo lo mío es
tuyo, y todo lo tuyo es mío” (Jn 17, 10).

36 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Este patrón determina también el encuentro del mensaje revelado con la
cultura griega, que, por cierto, no empieza sólo con la evangelización cristiana,
sino que se había desarrollado ya dentro de los escritos del Antiguo Testamento,
sobre todo mediante su traducción al griego y a partir de ahí en el judaísmo
primitivo. Este encuentro era posible, porque ya se había abierto camino en el
mundo griego un acontecimiento semejante de autotrascendencia. Los Padres no
han vertido sin más al Evangelio una cultura griega que se mantenía en sí y se
poseía a sí misma. Ellos pudieron asumir el diálogo con la filosofía griega y
convertirla en instrumento del Evangelio allí donde en el mundo griego se había
iniciado, mediante la búsqueda de Dios, una autocrítica de la propia cultura y del
propio pensamiento.
La fe une los diversos pueblos -comenzando por los germanos y los eslavos,
que en los tiempos de la invasión de los bárbaros entraron en contacto con el
mensaje cristiano, hasta los pueblos de Asia, África y América- no a la cultura
griega en cuanto tal, sino a su autosuperación, que era el verdadero punto de
contacto para la interpretación del mensaje cristiano. A partir de ahí la fe los
introduce en la dinámica de la autosuperación. Hace poco Richard Schäffler ha
dicho certeramente al respecto que la predicación cristiana ha exigido desde el
principio a los pueblos de Europa (que, por lo demás, no existía como tal antes de
la evangelización cristiana), ‘la renuncia a todos los respectivos ‘dioses’
autóctonos de los europeos, mucho antes de que entraran en el campo de su
visión las culturas extraeuropeas’.”47
El cristianismo no ha nacido en Europa. Es más, desde sus inicios se
encontraba en conflicto con muchas concepciones propias de la cultura y de las
creencias religiosas de lo que hoy llamamos Europa; precisamente por ello las
persecuciones de los primeros siglos contaron con el apoyo de la opinión pública
del tiempo48. Y hoy mismo, bajo muchos aspectos, está más en contraste con la
cultura europea dominante que con cualquier otra. Indudablemente se benefició
de ciertos elementos europeos, por ejemplo, en su organización. Pero frente a
quien asevera que Europa moldeó el cristianismo, sería mucho más acertado
afirmar que el cristianismo hizo Europa.
Tan es así, que el cristianismo tiene en común con las culturas indígenas y
regionales mucho más de lo que éstas tienen en común con la cultura relativista
del occidente secularizado. Es ésta la que viola estas culturas ajenas.

5. La verdad del cristianismo

Nota: Esta cuestión se considera en mayor extensión en el Capítulo 4.

1. El Magisterio insiste en el carácter no relativo de la verdad, de la que es


depositaria la Iglesia, también en relación con las religiones no cristianas.

47 Fe, verdad y tolerancia…, pág.174-175.


48 G. Martina, Storia della Chiesa (ISCR – Pont. Univ. Lateranense, Roma, 1980), pag. 30-31

Bajo custodia de Escuela de la Fe 37


Apologética
2. “La religión verdadera, aquella querida por Dios, es una sola, es la que
nosotros tenemos la fortuna y el deber de practicar” (Pablo VI49).
El Concilio Vaticano II en la declaración Dignitatis Humanae (nº l) afirma:
“Creemos que la única religión verdadera subsiste en la Iglesia católica y
apostólica”.
El uso del verbo subsiste desea evitar la simple identificación entre “única
religión verdadera” e “Iglesia católica”, (porque también hay elementos de
religiosidad que proceden de Dios… en diferentes tradiciones religiosas) “a
la vez que destaca el vínculo inseparable que las une”... El Concilio quiso
mantener las palabras religión y verdad, a pesar de que hubo sugerencias
para que se hablase de Evangelio o Revelación en vez de religión. Tampoco
fue aceptada la sustitución de verdadera por recta o legítima.50
3. Cristo, Salvador universal es el único Salvador. San Pedro lo afirma
claramente: 'no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que
debamos salvarnos' (Hechos 4,12). Él es el “único mediador entre Dios y los
hombres” (1 Tim 2, 5-6).
4. Por consiguiente, no se pueden admitir, además de Cristo, otras fuentes o
caminos autónomos de salvación.
Es inadmisible considerar a Jesucristo como a una de las diversas figuras
salvadoras enviadas por Dios a la humanidad (al lado, por ejemplo, de
Buda, Krishna, etc.)
“Los hombres, pues, no pueden entrar en comunión con Dios, si no es por
medio de Cristo y bajo la acción del Espíritu… “51
5. En Cristo, y sólo en Él, se revela la “plena verdad”52.

6. “¿Y las otras religiones?”


“Son esfuerzos, intentos, brazos elevados al cielo que buscan llegar allí,
pero que no corresponden al gesto que Dios ha hecho para venir al
encuentro del hombre. Ese gesto se llamará Cristianismo, vida católica”
(Pablo VI53).
“En las grandes religiones, los cristianos reconocen la presencia de
elementos salvíficos, pero que actúan en dependencia del influjo de la
gracia de Cristo”. (Juan Pablo II54).

1. La historia y las culturas de los pueblos contienen irremediablemente mezcla


de bien y mal.

49 Insegnamenti, 1965, 3, 1148


50 José Morales, El relativismo religioso en la actualidad.
51 Redemptoris missio, 5
52 Fides et ratio, 34.
53 Audiencia general, Insegnamenti 1966, 4, 1020-21
54 Audiencia general, miércoles 4 de febrero 1998

38 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
2. Todo lo que hay de bueno y verdadero en las religiones no debe perderse, es
más, debe ser reconocido y valorado. El bien y la verdad, allá donde se
encuentre, proviene del Padre y es obra del Espíritu; las semillas del Logos
están esparcidas por doquier.
Dice el Vaticano II, en la Declaración Nostra Aetate: “La Iglesia no
rechaza nada de cuanto hay de verdadero y santo en estas religiones.
Ella considera con sincero respeto aquellos modos de actuar y de vivir,
aquellos preceptos y aquellas doctrinas que, aunque difieren en muchos
puntos de cuanto ella misma cree y propone, sin embargo no raramente
reflejan un rayo de aquella verdad que ilumina a todos los hombres”.
3. Al mismo tiempo no se pueden cerrar los ojos ante los errores y engaños que
también están presentes en las religiones.
4. ni al hecho de que “aquellos preceptos y aquellas doctrinas… difieren en
muchos puntos de cuanto [la Iglesia católica] cree y propone”
5. “Cuando el Espíritu obra en el corazón de los hombres y en la historia de los
pueblos, en las culturas y las religiones, asume un rol de preparación
evangélica”55. Hay que notar que56:
 la acción del Espíritu obra siempre desde dentro del misterio de
Cristo
 no debe considerarse como preparación al evangelio todo aquello
que se encuentra en las religiones, sino sólo “cuanto el Espíritu obra” en
ellas
 el bien presente en las religiones no-cristianas es camino a la
salvación, en cuanto obra del Espíritu de Cristo, pero no las religiones
en cuanto tales.
 la Iglesia reconoce que los no-cristianos pueden alcanzar la
salvación, cf. CIC 1260
“Quienes buscan la verdad objetivamente están en el camino que lleva a
Cristo, y por lo tanto también en el camino hacia la comunidad en la cual él sigue
estando presente en la historia, es decir, hacia la Iglesia. Buscar la verdad, escuchar
la propia conciencia, purificar el propio oído interior, son las condiciones de salvación
para todos. Tienen una conexión profunda, objetiva, con Cristo y con la Iglesia. En
este sentido decimos que las otras religiones tienen ritos y oraciones que pueden
ejercer el papel de preparación para el Evangelios, de ocasiones o ayudas
pedagógicas en las que al corazón humano se le insta para abrirse a la acción de
Dios. Pero también decimos que esto no se aplica a todos los ritos. Porque hay
algunos (y cualquiera que conoce algo de la historia de las religiones no puede sino
estar de acuerdo con esto) que apartan al hombre de la luz… Por ello… la misión
sigue siendo importante, ya que ofrece la luz que necesitan hombres y mujeres en su
búsqueda de la verdad y del bien.”57

55 Redemptoris missio, 29
Bajo custodia de Escuela de la Fe 39
Apologética
56 cf. Card J. Ratzinger, Presentación de la Declaración Dominus Iesus
57 Card. J. Ratzinger

40 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética

7. La acción misionera y evangelizadora de la Iglesia

“Del amor de Dios por todos los hombres la Iglesia ha sacado en todo tiempo
la obligación y la fuerza de su impulso misionero: ‘porque el amor de Cristo nos
apremia...’ (2 Co 5, 14). En efecto, ‘Dios quiere que todos los hombres se salven y
lleguen al conocimiento pleno de la verdad’ (1 Tm 2, 4). Dios quiere la salvación de
todos por el conocimiento de la verdad. La salvación se encuentra en la verdad. Los
que obedecen a la moción del Espíritu de verdad están ya en el camino de la
salvación; pero la Iglesia, a quien esta verdad ha sido confiada, debe ir al encuentro
de los que la buscan para ofrecérsela. Porque cree en el designio universal de
salvación, la Iglesia debe ser misionera.” (CIC 851)
1. Todos los hombres, conforme a su dignidad, y enaltecidos con una
responsabilidad personal, tienen la obligación moral de buscar la verdad,
sobre todo la que se refiere a la religión, y a adherirse a ella una vez
conocida.58
2. La Iglesia se siente llamada, constitutivamente, a la evangelización de los
pueblos. Es consciente de su “obligación moral de poner a todos los pueblos en
la escuela de Cristo, dado que Él es la verdad en persona y por ello el camino
para ser hombres”.59
3. Todos los hombres tienen el derecho de conocer la riqueza del misterio de
Cristo. Por lo tanto, proponerlo es necesario, un deber de la Iglesia.60
4. Puesto que “la fe exige la libre adhesión del hombre”, imponerla no pertenece
a la idiosincrasia de la fe cristiana. “Confiesa, asimismo, el santo Concilio…
que la verdad no se impone sino por la fuerza de la misma verdad, que
penetra suave y fuertemente en las almas.”61
5. El anuncio y el testimonio de Cristo, cuando se llevan a cabo respetando las
conciencias, no violan la libertad.62 La fe no es impuesta, sino propuesta, y
acogida libremente.
Si es verdad lo que creemos los cristianos, no lo podemos callar ni dejar de
proponer. Aunque el cristianismo fuera “europeo”, o aunque se hubiera abusado e
instrumentalizado para fines de imperialismo colonial, evangelizar es un deber
insoslayable del que nada nos puede excusar.
“Si hemos encontrado al Señor, si para mí el Señor es la luz y la alegría de la
vida, si es así, entonces estamos seguros de que a quien no ha encontrado a Cristo le
falta algo esencial. Tenemos el deber de ofrecerle esta realidad esencial. Después
dejemos a la guía del Espíritu Santo y a la libertad de cada uno lo que suceda. Pero,

58 Cf. Concilio Vaticano II, Declaración Dignitatis humanae, sobre la libertad religiosa, 1.
59 Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia, pág. 61
60 Redemptoris missio, 8
61 Concilio Vaticano II, Declaración Dignitatis humanae, sobre la libertad religiosa, 1; cf. CIC 2104
62 Redemptoris missio, 8.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 41


Apologética
si estamos convencidos de que hemos hecho la experiencia de que sin Cristo la vida
es incompleta, que le falta una realidad, la realidad fundamental, entonces también
estaremos convencidos de que no estamos haciendo nada mal a nadie si le
mostramos a Cristo y si le ofrecemos la posibilidad de encontrar la alegría de haber
encontrado la vida”. 63
Entrevistado por la revista Time en 1993, el Cardenal Joseph Ratzinger
respondió así a la acusación de “imperialismo” con que algunos rechazan los
esfuerzos por convertir al cristianismo los creyentes de otras religiones:
“En la edad moderna, en que misiones y colonialismo estaban ligados, podía
surgir esta impresión. En parte, la difusión del cristianismo efectivamente fue usada
por las potencias europeas para asegurar su poder. Pero aún para esa época esta
afirmación tiene un valor bastante limitado. De hecho los conquistadores españoles
veían el trabajo de los franciscanos, dominicos y otras ordenes misioneras – y con
razón – como un obstáculo para sus aspiraciones, porque el bautismo confería a los
indígenas los mismos derechos que ellos tenían y porque los misioneros ponían
límites a sus proyectos. Una situación análoga se presenta en el s. XIX. Pero sobre
todo es importante ver el punto de partida de la idea misionera. Cuando los
cristianos, después de la ejecución de Esteban y del apóstol Santiago, comenzaron a
difundir el nombre de Cristo “hasta los confines de la tierra”, no podían apoyarse en
ninguna potencia; al contrario, a sus discípulos podían prometer sólo persecuciones.
Pero a pesar de eso estaban convencidos de haber encontrado algo que no podían
guardarse para sí; la verdad salvífica sobre la vida del hombre. Hay cosas que el
hombre tiene que transmitir, porque no le pertenecen a él solo. La fe, dondequiera
que es reconocida seriamente, pertenece a esta categoría”.

8. Un ejemplo ilustrativo: La evangelización de México64


Muchísimo de lo que se ha dicho acerca del encuentro del evangelio con las
culturas se verifica efectivamente examinando un caso como la evangelización de
México. A título de muestra, y basándonos en las narraciones de los primeros
cronistas65, la gran mayoría favorables a los indígenas y sus grandes defensores, se
puede mencionar:
a. La confirmación de lo positivo juntamente con la acción purificadora y
elevadora efectuada por la evangelización sobre las creencias prácticas
religiosas de las culturas indígenas.
Los españoles encontraron en México pueblos cuya entera existencia iba
informada por la religiosidad. “Tenían, aunque politeístas, alguna idea de un Dios
superior, creador de todo, inmortal e invisible, sin principio ni fin (Hunab Ku, para
los mayas, Pije Tao para los zapotecas...) También tenían cierta noticia de una
retribución final tras la muerte, y practicaban, concretamente los mayas y aztecas,

63 Benedicto XVI, Discurso a los sacerdotes de Roma, 13 mayo 2005.


64 cf. para toda esta sección: José María Iraburu, Hechos de los apóstoles de América, Fundación Gratis Date.
65 Entre ellos: Andrés Tapia, compañero de Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Motolinía, Fray Bernardino de Sahagún,

Fray Juan de Zumárraga, Alvear Acevedo, López de Gómara…

42 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
una ascética religiosa severa, con oraciones, ayunos y rigurosas mortificaciones
sangrientas” – elementos todos que volvieron a hallar, purificados y elevados, en el
cristianismo. Con todo esto, estos pueblos vivían en una grande inseguridad y
angustia ante unas deidades aparentemente caprichosas, contentar a quienes podía
involucrar los más terribles sacrificios y crueldades.
De manera semejante, al mismo tiempo que sufrieron muy graves
desviaciones en la vida sexual, estas culturas a su modo apreciaron mucho la
castidad, y supieron inculcarla.
Por otra parte, había prácticas nefastas e inhumanas que a todos – lo mismo a
soldados que a frailes – les resultaron hasta diabólicas; sobre todo, los sacrificios
humanos que practicaban mayas, aztecas, totonacas y casi todos los demás pueblos.
En la inauguración del hoy tan admirado Calendario Azteca se sacrificaron 700
víctimas, cifra que palidece al lado del número de sacrificados con ocasión de la
entronización de Huitzilopochtli en el gran teocali de Tenochtitlán. El culto a
Huitzilopochtli entre los aztecas era particularmente atroz, tratándose no de
centenares sino de miles o decenas de miles de sacrificados cada año, llevados a cabo
de la manera más bárbara y sangrienta. Son espeluznantes los detalles de cómo
abrían los pechos a sus víctimas vivas para arrancarles el corazón, les cortaban
brazos y piernas, o los desollaban para vestirse los sacerdotes con el cuero de los
desgraciados. “En el nuevo imperio de los mayas, según cuenta Diego de Landa, se
sacrificaba a los prisioneros de guerra, a los esclavos comprados para ello, y a los
propios hijos en ciertos casos de calamidades, y el sacrificio se realizaba
normalmente por extracción del corazón, por decapitación, flechando a las víctimas,
o ahogándolas en agua”. Se relata como incluso algunos padres mataban y comían a
sus propios hijos, pensando que era lo que exigían sus dioses. Que el cristianismo
haya puesto fin a tales prácticas, ¿habrá sido un empobrecimiento y contaminación
de la cultura mesoamericana?
b. La conversión de los indígenas fue verdadera y sincera, y no impuesta
De ello dan testimonio, entre otras muchas cosas,
 no sólo, ni principalmente, el hecho de que los cristianos indígenas con
frecuencia aventajaban a los españoles en su celo por destruir los ídolos y
lugares de culto de su antigua creencia,
 sino más aún las larguísimas filas que formaban, viniendo de muchas
leguas a la redonda, para confesarse,
 o el hecho de que, mientras antes de convertirse vendían y compraban
esclavos, no sólo abandonaron esa práctica, sino que incluso “muchos de los
convertidos tornan a buscar los que vendieron y los rescatan para darles
libertad”.
 procuraban edificar en todos sus pueblos iglesias, algunos tenían sus
oratorios privados, muchos traían imágenes para bendecir, tenían gran
cariño a los sacerdotes y a la Virgen, y “entre ellos parece no es cristiano el
que no trae rosario y disciplina”.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 43


Apologética
c. Que la cultura azteca estuviese mucho más en sintonía con el cristianismo que
con la cultura secularizada occidental de la actualidad, lo demuestra esta
bella oración precristiana de ese pueblo:
« ¡Oh valeroso señor nuestro, debajo de cuyas alas nos amparamos y
defendemos y hallamos abrigo! ¡Tú eres invisible y no palpable, bien así como la
noche y el aire! ¡Oh, que yo, bajo y de poco valor, me atrevo a parecer delante de
vuestra majestad!... Pues ¿qué es ahora, señor nuestro, piadoso, invisible,
impalpable, a cuya voluntad obedecen todas las cosas, de cuya disposición pende
el regimiento de todo el orbe, a quien todo está sujeto, qué es lo que habéis
determinado en vuestro divino pecho?»
O esta exhortación a practicar la humildad que se hacía a los niños de las
clases dominantes:
«Mira que no sea fingida tu humildad, mira que nuestro señor dios ve los
corazones y ve todas las cosas secretas, por muy escondidas que estén; mira que
sea pura tu humildad y sin mezcla alguna de soberbia».

9. Algunas ramificaciones del ambiente relativista en la vida del


católico
a. Los resabios del indiferentismo relativista entre los mismos
católicos:
“Así cualquier expresión radical de la fe es vista como sectaria. Hacer presente
la fe en lo cotidiano se vuelve rareza. Del mismo modo la afirmación sin ambages de
identidad católica es criticada como fundamentalismo, del mismo modo que la
pertenencia a una experiencia comunitaria eclesial se denuncia como integrismo o
gueto. Y esto, no por las demás religiones, sino por los mismos católicos que a fuerza
de contemporizar con el secularismo, han generado una propuesta católica ‘light’.”66

b. Lo que realmente comporta la indiferencia de los católicos


“San Agustín… escribió en una ocasión que ‘la Esperanza tiene dos hijas muy
bellas. Se llaman Ira y Valentía: la ira de cara a como están las cosas, y la valentía
para no permitir que sigan como están’. Lo contrario de la esperanza es el cinismo; y
el cinismo también tiene dos hijas. Se llaman indiferencia y cobardía. Para
renovarnos en nuestra fe, lo que los a los católicos nos urge más cambiar es el hábito
y la retórica de cobardía que encontramos en nuestras propias vidas, en la vida
política de nuestra nación, y a veces hasta dentro de la misma Iglesia.”67

66 Card. Paul Poupard, La misión de los Centros Culturales Católicos, un servicio al Evangelio que refuerza la identidad católica.
Encuentro de Responsables de Centros Culturales Católicos del Cono Sur. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso,
17 Septiembre 2003
67 Mons. Charles Chaput (Arzobispo de Denver), Hope and its daughters, Discurso al National Catholic Prayer Breakfast, 20

mayo 2005.

44 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
c. No debemos infravalorar las consecuencias de una justificación
relativista del pluralismo religioso
“El perenne anuncio misionero de la Iglesia es puesto hoy en peligro por teorías
de tipo relativistas, que tratan de justificar el pluralismo religioso, no sólo de facto
sino también de iure (o de principio). En consecuencia, se retienen superadas, por
ejemplo, verdades tales como el carácter definitivo y completo de la revelación de
Jesucristo, la naturaleza de la fe cristiana con respecto a la creencia en las otra
religiones, el carácter inspirado de los libros de la Sagrada Escritura, la unidad
personal entre el Verbo eterno y Jesús de Nazaret, la unidad entre la economía del
Verbo encarnado y del Espíritu Santo, la unicidad y la universalidad salvífica del
misterio de Jesucristo, la mediación salvífica universal de la Iglesia, la
inseparabilidad —aun en la distinción— entre el Reino de Dios, el Reino de Cristo y
la Iglesia, la subsistencia en la Iglesia católica de la única Iglesia de Cristo.”68

Además, está claro que, si Cristo no tiene valor absoluto, tampoco lo tendrán la
Iglesia, los sacramentos, el dogma… En una palabra, toda nuestra fe pierde sus
fundamentos.

10. Conclusión: Actitud de humilde confianza y seguridad para


proclamar la verdad
La mente clara y penetrante de Joseph Ratzinger, que se somete enteramente
ante la verdad pero no se deja amedrentar por “la dictadura del relativismo” ni las
modas del pensamiento, ofrece al católico de hoy las pautas de una actitud justa.
Primero, constata la acusación fundamental que se le echa en cara al creyente:
“¿No es una arrogancia hablar de verdad en cosas de religión y llegar a afirmar
haber hallado en la propia religión la verdad, la sola verdad? Hoy se ha
convertido en un eslogan de una enorme repercusión rechazar como
simultáneamente simplistas y arrogantes a todos aquellos a los cuales se puede
acusar de creer que ‘poseen’ la verdad. Estas personas, según parece, no son
capaces de dialogar y por consiguiente no se les puede tomar en serio, pues la
verdad no la “posee” nadie. Sólo podemos estar en busca de la verdad.”
En seguida, contesta punto por punto:
1. Hay que objetar en seguida en contra de esta última afirmación: «¿de qué
búsqueda se trata aquí, si no puede llegar nunca a la meta? ¿Busca
realmente, o es que no quiere hallar la verdad, porque lo que va a hallar no
debe existir?»
2. En realidad, el arrogante es el relativista: «¿No es una arrogancia decir que
Dios no nos puede dar el regalo de la verdad? ¿No es un desprecio de Dios
decir que hemos nacido ciegos y que la verdad no es cosa nuestra?»

68 Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus, “sobre la unicidad y la universalidad salvífica de
Jesucristo y de su Iglesia”, 4.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 45


Apologética
3. La «verdadera arrogancia» consiste en «querer ocupar el puesto de Dios y
querer determinar quiénes somos, qué hacemos, qué queremos hacer de
nosotros y del mundo».
4. «Naturalmente la verdad no puede ser una posesión; ante ella debo tener
siempre una humilde aceptación, siendo consciente del riesgo propio y
aceptando el conocimiento como un regalo, del que no soy digno, del que no
puedo vanagloriarme como si fuera un logro mío».
5. «La fe además afirma que la desemejanza entre lo conocido por nosotros y la
realidad propiamente dicha es infinitamente mayor que la semejanza (Conc.
Lat. IV, DS 806)».
6. «Si se me ha concedido la verdad, la debo considerar como una
responsabilidad, que supone también un servicio para los demás».
7. «Lo único que podemos hacer es reconocer con humildad que somos
mensajeros indignos que no se anuncian a sí mismos, sino que hablan con
santa timidez de lo que no es nuestro, sino de lo que proviene de Dios».
8. «Sólo así se hace inteligible el encargo misionero, que no puede significar un
colonialismo espiritual, una sumisión de los demás a mi cultura y a mis ideas.
La misión exige, en primer lugar, preparación para el martirio, una
disposición a perderse a sí mismos por amor a la verdad y al prójimo. Sólo así
la misión es creíble». «La verdad no puede ni debe tener ninguna otra arma
que a sí misma».69

Síntesis
Una tolerancia mal entendida constituye algo así como el principio ético
fundamental de la “dictadura del relativismo”. Pero tolerancia no es indiferencia;
se tolera lo imperfecto y a veces lo indeseable e incorrecto, y no todo se debe
tolerar (resulta una ética tan autocontradictoria como el relativismo). Contrario a
lo que se cree, un auténtico respeto a las demás personas y culturas, y la
capacidad de dialogar con ellas, se funda, no en una actitud relativista, sino en el
respeto a una verdad alcanzable y válida para todos. La Iglesia católica reconoce
que las grandes religiones no cristianas no carecen de elementos salvíficos, que
actúan sin embargo en dependencia de Cristo. Tiene el deber de proclamar, con
humildad y confianza, la verdad recibida de Dios. Proponiendo (no imponiendo)
ésta, enriquece las diferentes culturas con que se encuentra.

Para recordar

 “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.”
– Jn 14,6

69Cardenal Joseph Ratzinger, Discurso al Congreso «Cristo: Camino, Verdad y Vida», 28 de noviembre al 1 de diciembre
2004, Universidad Católica San Antonio de Murcia

46 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
 “La religión verdadera, aquella querida por Dios, es una sola, es la
que nosotros tenemos la fortuna y el deber de practicar” (Pablo VI)
 “Creemos que la única religión verdadera subsiste en la Iglesia católica
y apostólica” (Conc. Vat. II)
 “En las grandes religiones, los cristianos reconocen la presencia de
elementos salvíficos, pero que actúan en dependencia del influjo de la
gracia de Cristo” (Juan Pablo II)
 “Para poner remedio a esta mentalidad relativista, cada vez más
difundida, es necesario reiterar, ante todo, el carácter definitivo y completo
de la revelación de Jesucristo. Debe ser, en efecto, firmemente creída la
afirmación de que en el misterio de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado,
el cual es “el camino, la verdad y la vida” (cf. Jn 14,6), se da la revelación
de la plenitud de la verdad divina” (CDF, Dominus Iesus)
 “La tolerancia que sólo admite a Dios como opinión privada, pero que
le niega el dominio público, la realidad del mundo y de nuestra vida, no
es tolerancia, sino hipocresía.” (Benedicto XVI).

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. ¿En qué se diferencian las religiones monoteístas al resto de las religiones?
2. ¿Cuál es la diferencia más fundamental entre el cristianismo (y el judaísmo),
por una parte, y las demás religiones, por otra?
3. ¿Qué es la tolerancia para las corrientes de pensamiento actuales?
4. ¿Qué es realmente la tolerancia?
5. ¿Qué es cultura?
6. ¿Porqué todas las culturas son esencialmente perfectibles?
7. ¿Anunciar el cristianismo al no-cristiano es una imposición de valores ajenos?
8. ¿Qué visión tiene la Iglesia de las demás religiones? ¿Son complementarias a
la revelación cristiana? ¿Alternativas válidas? ¿Carentes de todo valor? ¿O
qué?
9. ¿Qué argumentos se pueden usar para fundamentar la Revelación de Dios
ante las miles de “revelaciones” que se le presentan al hombre hoy en día de
parte de los Nuevos Movimientos Religiosos?
10. ¿Cuál es la manera correcta de dialogar con quienes no comparten la fe
Católica?
11.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 47


Apologética
Ejercicios de aplicación y profundización
1. ¿No deberíamos estar en diálogo abierto con todas las religiones, sin ninguna
suposición de que nosotros conocemos “la verdad”, para así enriquecernos y
llegar a un consenso común?
2. Lea cuidadosamente el n. 71 de la Fides et Ratio (cfr. Lecturas
complementarias) y explica cómo el cristianismo, lejos de violar las diferentes
culturas humanas, las enriquece.
3. Uno de tus sobrinos, que atiende un colegio laico, asegura que todas las
religiones te llevan igualmente a Dios. ¿Cómo le harías reflexionar?
4. Explica por qué se debe decir que el cristianismo no empobreció, sino que
purificó y enriqueció las religiones indígenas de México.

Lecturas complementarias

 El anuncio del Evangelio en las diversas culturas (Fides et Ratio, n. 71)

“Las culturas, estando en estrecha relación con los hombres y con su


historia, comparten el dinamismo propio del tiempo humano. Se aprecian en
consecuencia transformaciones y progresos debidos a los encuentros entre los
hombres y a los intercambios recíprocos de sus modelos de vida. Las culturas se
alimentan de la comunicación de valores, y su vitalidad y subsistencia proceden
de su capacidad de permanecer abiertas a la acogida de lo nuevo. ¿Cuál es la
explicación de este dinamismo? Cada hombre está inmerso en una cultura, de
ella depende y sobre ella influye. Él es al mismo tiempo hijo y padre de la cultura
a la que pertenece. En cada expresión de su vida, lleva consigo algo que lo
diferencia del resto de la creación: su constante apertura al misterio y su
inagotable deseo de conocer. En consecuencia, toda cultura lleva impresa y deja
entrever la tensión hacia una plenitud. Se puede decir, pues, que la cultura tiene
en sí misma la posibilidad de acoger la revelación divina.”
“El anuncio del Evangelio en las diversas culturas, aunque exige de cada
destinatario la adhesión de la fe, no les impide conservar una identidad cultural
propia. Ello no crea división alguna, porque el pueblo de los bautizados se
distingue por una universalidad que sabe acoger cada cultura, favoreciendo el
progreso de lo que en ella hay de implícito hacia su plena explicitación en la
verdad.
De esto deriva que una cultura nunca puede ser criterio de juicio y menos
aún criterio último de verdad en relación con la revelación de Dios. El Evangelio
no es contrario a una u otra cultura como si, entrando en contacto con ella,
quisiera privarla de lo que le pertenece obligándola a asumir formas extrínsecas
no conformes a la misma. Al contrario, el anuncio que el creyente lleva al mundo
y a las culturas es una forma real de liberación de los desórdenes introducidos

48 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
por el pecado y, al mismo tiempo, una llamada a la verdad plena. En este
encuentro, las culturas no sólo no se ven privadas de nada, sino que por el
contrario son animadas a abrirse a la novedad de la verdad evangélica recibiendo
incentivos para ulteriores desarrollos.”

 Las diversas religiones no cristianas (Concilio Vaticano II, Nostra


aetate, n.2)
Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días se encuentra en los diversos
pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente
en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana y a veces
también el reconocimiento de la Suma Divinidad e incluso del Padre. Esta
percepción y conocimiento penetra toda su vida con íntimo sentido religioso. Las
religiones al tomar contacto con el progreso de la cultura, se esfuerzan por
responder a dichos problemas con nociones más precisas y con un lenguaje más
elaborado. Así, en el Hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo
expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes
esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra
condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de profunda
meditación, o bien buscando refugio en Dios con amor y confianza.
En el Budismo, según sus varias formas, se reconoce la insuficiencia radical
de este mundo mudable y se enseña el camino por el que los hombres, con
espíritu devoto y confiado pueden adquirir el estado de perfecta liberación o la
suprema iluminación, por sus propios esfuerzos apoyados con el auxilio superior.
Así también los demás religiones que se encuentran en el mundo, es esfuerzan
por responder de varias maneras a la inquietud del corazón humano, proponiendo
caminos, es decir, doctrinas, normas de vida y ritos sagrados.
La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo
y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los
preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa
y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a
todos los hombres. Anuncia y tiene la obligación de anunciar constantemente a
Cristo, que es “el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn., 14, 6), en quien los hombres
encuentran la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios reconcilió consigo
todas las cosas.
Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante
el diálogo y colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de
fe y vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales
y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen.

 Las diferencia esencial cristiana (Juan Pablo II, Tertio


Millennio Adveniente, 6)
“Encontramos aquí el punto esencial por el que el cristianismo se
diferencia de las otras religiones, en las que desde el principio se ha expresado la

Bajo custodia de Escuela de la Fe 49


Apologética
búsqueda de Dios por parte del hombre. El cristianismo comienza con la
encarnación del Verbo. Aquí no es sólo el hombre quien busca a Dios, sino que es
Dios quien viene en persona a hablar de sí al hombre y a mostrarle el camino por
el cual es posible alcanzarlo. Es lo que proclama el prólogo del evangelio de Juan:
“A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que estaba en el seno del Padre, él
lo ha contado” (1, 18). En Cristo la religión ya no es un ‘buscar a Dios a tientas’
(cf. Hch 17, 27), sino una respuesta de fe a Dios que se revela: respuesta en la
que el hombre habla a Dios como a su Creador y Padre; respuesta hecha posible
por aquel Hombre único que es al mismo tiempo el Verbo consustancial al Padre,
en quien Dios habla a cada hombre y cada hombre es capacitado para responder
a Dios. Más todavía, en este Hombre responde a Dios la creación entera.”

50 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Algunos pasajes del Cardenal Joseph Ratzinger

1. La fascinación contemporánea con religiones orientales y cultos


precristianos70
¿Por qué la alianza con las religiones asiáticas?
El relativismo arreligioso y pragmático de Europa y América puede
conseguir de la India una especie de consagración religiosa, que parece dar a su
renuncia al dogma la dignidad de un mayor respeto ante el misterio de Dios y del
hombre.
Bajo el signo del encuentro de las culturas, el relativismo parece
presentarse aquí como la verdadera filosofía de la humanidad; este hecho le
otorga visiblemente -en Oriente y en Occidente, como se ha señalado antes- una
fuerza ante la que parece que ya no cabe resistencia alguna. Quien se resiste, se
opone no sólo a la democracia y a la tolerancia -es decir, a los imperativos básicos
de la comunidad humana-, sino que además persiste obstinadamente en la
prioridad de la propia cultura occidental, y se niega al encuentro de las culturas,
que es notoriamente el imperativo del momento presente.
De este modo, también a la teología cristiana en la India se le presenta como
imperativo apartar la imagen de Cristo de su posición exclusiva -juzgada
típicamente occidental- para colocarla al mismo nivel que los mitos salvíficos
indios: el Jesús histórico -así se piensa ahora- no es más Logos absoluto que
cualquier otra figura salvífica de la historia
La reedición de religiones y cultos precristianos, que hoy se intenta con
frecuencia, tiene muchas explicaciones. Si no existe la verdad común, vigente
precisamente porque es verdadera, el cristianismo es sólo algo importado de
fuera, un imperialismo espiritual que se debe sacudir con no menos fuerza que el
político. Si en los sacramentos no tiene lugar el contacto con el Dios vivo de todos
los hombres, entonces son rituales vacíos que no nos dicen nada ni nos dan nada;
que, a lo sumo, nos permiten percibir lo numinoso, que reina en todas las
religiones. Aún entonces, parece más sensato buscar lo originalmente propio, en
lugar de dejarse imponer algo ajeno y anticuado.

2. La contribución de las antiguas religiones71


Ciertamente, la fe no puede entrar en contacto con filosofías que excluyen la
cuestión de la verdad, pero sí con movimientos que se esfuerzan por salir de la
cárcel del relativismo. Tampoco puede asumir directamente las antiguas
religiones. En cambio, las religiones pueden proporcionar formas y creaciones de
diverso tipo, pero sobre todo actitudes -el respeto, la humildad, la abnegación, la
bondad, el amor al prójimo, la esperanza en la vida eterna. Esto me parece - dicho
entre paréntesis- que es también importante para la cuestión del significado
salvífico de las religiones. No salvan, por así decir, en cuanto sistemas cerrados y

70 Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia…, pág. 108-109, 114.


71 Ibíd. pág. 175

Bajo custodia de Escuela de la Fe 51


Apologética
por la fidelidad al sistema, sino que colaboran a la salvación en la medida en que
llevan a los hombres a “preguntar por Dios” (como lo expresa el Antiguo
Testamento), “buscar su rostro”, “buscar el Reino de Dios y su justicia”.

3. Unicidad y universalidad salvífica del Cristianismo 72

«La Iglesia anuncia y está llamada a anunciar incesantemente a Cristo que


es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,16) en el cual los hombres encuentran la
plenitud de la vida religiosa y en el cual Dios ha reconciliado consigo todas las
cosas» (Nostra Aetate, 2). Al mismo tiempo, estas simples palabras indican el
motivo de la convicción que afirma que la plenitud, universalidad y cumplimiento
de la revelación de Dios están presentes solamente en la fe cristiana. Tal motivo
no reside en una presunta preferencia en relación a los miembros de la Iglesia, ni
mucho menos en los resultados históricos obtenidos por la Iglesia en su
peregrinar terreno, sino en el misterio de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero
hombre, presente en la Iglesia. La pretensión de unicidad y universalidad
salvífica del Cristianismo proviene esencialmente del misterio de Jesucristo que
continúa su presencia en la Iglesia, su Cuerpo y su Esposa. Por ello la Iglesia se
siente llamada, constitutivamente, a la evangelización de los pueblos.

4. Sobre la misión ad gentes y la propuesta cristiana 73


–Para la mentalidad común, esta «pretensión» de la Iglesia -que
proclama a «Cristo, única salvación»- es arrogancia doctrinal.
–Cardenal Joseph Ratzinger: Puedo entender los motivos de esta moderna visión
que se opone a la unicidad de Cristo, y comprendo también una cierta modestia
de algunos católicos para los cuales «nosotros no podemos decir que tenemos una
cosa mejor que los demás». Además, existe también la herida del colonialismo,
período durante el cual algunos poderes europeos, en función de su poder
mundial, instrumentalizaron el cristianismo. Estas heridas han permanecido en
la conciencia cristiana, pero no deben impedirnos ver lo esencial. Porque el abuso
del pasado no debe impedir la comprensión recta. El colonialismo -y el
cristianismo como instrumento de poder- es un abuso. Pero el hecho de que se
haya abusado de ello no debe cerrar nuestros ojos frente a la realidad de la
unicidad de Cristo. Sobre todo debemos reconocer que el Cristianismo no es una
invención nuestra europea, no es un producto nuestro. Es siempre un desafío que
viene de fuera de Europa: al principio, vino de Asia, como bien sabemos. Y se
encontró inmediatamente en contraste con la sensibilidad dominante. Aunque
después Europa fue cristianizada, siempre quedó esta lucha entre las propias
pretensiones particulares, entre las tendencias europeas, y la novedad siempre
nueva de la Palabra de Dios que se opone a estos exclusivismos y abre a la
verdadera universalidad. En este sentido, me parece que debemos redescubrir
que el cristianismo no es una propiedad europea.

72 Presentación de la Declaración Dominus Iesus


73 De una entrevista con Antonio Socci, publicada en «Il Giornale» (Milán) el 26 de noviembre 2003.

52 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
–Volviendo a otro aspecto del «relativismo cultural», también entre los
católicos hay quien considera la misión casi una violencia psicológica
frente a pueblos que tienen otra civilización.
–Cardenal Joseph Ratzinger: Si uno piensa que el Cristianismo es sólo su propio
mundo tradicional, evidentemente percibe así la misión. Pero se ve que no ha
entendido la grandeza de esta perla, como dice el Señor, que se le da en la fe.
Naturalmente, si fueran sólo tradiciones nuestras, no se podrían llevar a los
demás. Si en cambio hemos descubierto, como dice San Juan, el Amor, si hemos
descubierto el rostro de Dios, tenemos el deber de contarlo a los demás. No puedo
mantener sólo para mí una cosa grande, un amor grande, debo comunicar la
Verdad. Naturalmente en el pleno respeto de su libertad, porque la verdad no se
impone con otros medios más que con la propia evidencia, y sólo ofreciendo este
descubrimiento a los demás -mostrando lo que hemos encontrado, el don que
tenemos en la mano, que está destinado a todos- podemos anunciar bien el
Cristianismo, sabiendo que supone el altísimo respeto de la libertad del otro,
porque una conversión que no estuviera basada en la convicción interior –«he
encontrado lo que deseaba»– no sería una verdadera conversión.

Más lecturas recomendadas

 Concilio Vaticano II, Dignitatis humanae


 Concilio Vaticano II, Nostra aetate
 Juan Pablo II, Redemptoris missio
 Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus
 Card. Joseph Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia. El cristianismo y
las religiones del mundo. Ed. Sígueme, Salamanca 2005.
 Pasajes selectos sobre el diálogo con otras religiones:
- Pablo VI, Ecclesiam Suam, 72-81
- Juan Pablo II, Redemptoris missio, 52-58
- Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus,
núm. 2 y 22

Bajo custodia de Escuela de la Fe 53


Apologética
Capítulo 3 Cristo, el único Salvador de todos los hombres

Nexo

No solamente desde el ambiente extracristiano se relativiza la persona y la


obra de Cristo. También ciertos teólogos cristianos, incluidos algunos que se
identifican como católicos, asumiendo algunos de los presupuestos filosóficos y
culturales de la contemporaneidad, elaboran “propuestas teológicas en las cuales
la revelación cristiana y el misterio de Jesucristo y de la Iglesia pierden su
carácter de verdad absoluta y de universalidad salvífica, o al menos se arroja
sobre ellos la sombra de la duda y de la inseguridad.”
Lo que está en cuestión es el contenido central de la fe: la unicidad y
universalidad de la salvación obrada por Cristo.
La apologética, de suyo, se dedica a explicar y defender la fe y la Iglesia
contra los ataques o malos entendidos que provienen del exterior. En cambio,
aquí se trata de tergiversaciones de la fe “desde dentro”; su estudio corresponde
propiamente a la Cristología, la Soteriología y la Eclesiología. Sin embargo, tiene
muy cercana relación con lo que hemos tratado en los dos capítulos anteriores: no
es sino la contaminación del relativismo dentro de la Iglesia.
Por ello, sin intentar en absoluto un tratamiento completo, procuraremos
conocer la enseñanza definitiva de la Iglesia respecto a dichas “propuestas
teológicas” en lo que concierne al misterio de Cristo, tal como la expone la
Declaración Dominus Iesus, con los principales fundamentos que para ella
encuentra en la Revelación. Para lo que atañe a la Iglesia, remitimos en cambio
al lector al tratado de Eclesiología.

Interrogantes

Podría preguntarse si las siguientes afirmaciones no podrían ser


perfectamente compatibles con la fe cristiana: a fin de cuentas, parece que siguen
confesando a Jesús como Mesías, Verbo de Dios y Salvador. Son ideas que se
pueden encontrar en algunos escritores que han sido bestsellers de la
espiritualidad o de la divulgación teológica en los últimos años.
 “La experiencia de la fe cristiana incluye la convicción de que Jesús, ciertamente,
es una revelación y una gracia de Dios. Pero no incluye necesariamente la
convicción de que solo él sea revelación y gracia de Dios. Por lo tanto puede haber
otros reveladores y otros salvadores”.
 “Jesús es la encarnación del Cristo universal que conocemos los cristianos, pero
en las demás religiones el Cristo (o Logos) se hace experimentar también, en
diferentes formas.”
 “Dios ciertamente ha pronunciado en Jesús su palabra definitiva, pero esto no
excluye la existencia de otras palabras. Puede haberse revelado también por
medio de profetas y videntes de otras religiones, que escribieron sus libros
santos bajo la inspiración del Espíritu.”

54 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
O también podríamos preguntar: ¿Es propio colocar a Jesús de Nazaret como
uno de los grandes líderes religiosos de la historia, al lado de figuras como Buda,
Confucio, Moisés y Mahoma?

Lo que haremos en este capítulo, de manera breve y esquemática, es


comprobar lo que enseña la Iglesia sobre estas cuestiones y otras similares, con
una indicación, igualmente breve, de los fundamentos de su enseñanza en la
Sagrada Escritura y la Tradición.

Esquema de la lección

1. Tesis erróneas de corte relativista sobre Jesucristo


2. Gravedad de las propuestas, y lo que enseña la Iglesia
3. Sobre la plenitud y el carácter definitivo de la Revelación en Jesucristo
A. La Revelación es plena y definitiva en Cristo
B. La distinción entre la fe teologal y la creencia religiosa
C. ¿Escrituras inspiradas?
4. El Logos Encarnado y el Espíritu Santo en la obra de la salvación
A. ¿Jesús de Nazaret, uno de muchos rostros de Dios?
B. ¿Una división entre la acción salvífica del Espíritu Santo y la de
Jesucristo?
C. Unicidad y universalidad del misterio salvífico de Cristo.

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Pueden leerse, en conjunción esta unidad, los nn. 65-67.

1. Principales tesis erróneas de tipo relativista sobre Jesucristo

La Declaración Dominus Iesus enumera las siguientes:

1. La tesis del carácter limitado, incompleto e imperfecto de la revelación de


Jesucristo, que sería complementaria a la presente en las otras religiones. La
verdad acerca de Dios no podría ser acogida y manifestada en su globalidad y
plenitud por ninguna religión histórica, por lo tanto, tampoco por el cristianismo
ni por Jesucristo.
2. La identificación de la fe teologal cristiana con la creencia en las otras religiones.
3. Hipótesis acerca del valor inspirado de los textos sagrados de otras religiones.
4. Jesús de Nazaret se presenta como una figura histórica particular y finita, que
revela lo divino de manera no exclusiva sino complementaria a otras presencias
reveladoras y salvíficas. El Infinito, el Absoluto, el Misterio último de Dios se
manifestaría así a la humanidad en modos diversos y en diversas figuras
históricas: Jesús de Nazaret sería una de esas. Más concretamente, para algunos

Bajo custodia de Escuela de la Fe 55


Apologética
él sería uno de los tantos rostros que el Logos habría asumido en el curso del
tiempo para comunicarse salvíficamente con la humanidad.
5. Para justificar por una parte la universalidad de la salvación cristiana y por otra
el hecho del pluralismo religioso, se proponen contemporáneamente una acción
salvífica del Verbo eterno válida también fuera de la Iglesia y sin relación a ella, y
una acción del Verbo encarnado (dentro de la Iglesia).
6. La hipótesis de una acción salvífica del Espíritu Santo con un carácter más
universal que la del Verbo encarnado.
7. Es también frecuente la tesis que niega la unicidad y la universalidad salvífica
del misterio de Jesucristo.
8. Algunos proponen que en teología se eviten términos como “unicidad”,
“universalidad”, “absolutez”, cuyo uso daría la impresión de un énfasis excesivo
acerca del valor del evento salvífico de Jesucristo con relación a las otras
religiones.

2. Gravedad de las propuestas, y lo que enseña la Iglesia

Se trata de propuestas muy radicales, que no se contentan con tomar


conciencia del pluralismo religioso que de hecho existe, sino que lo justifican
teológicamente, como algo querido por Dios, y para ello relativizan el papel de
Cristo y la Iglesia.
Las consecuencias lógicas de estas posiciones, si fueran ciertas, dejarían
prácticamente vacía de contenido la fe cristiana, ya que entonces:
 Queda rechazada enteramente la divinidad de Cristo.
 Cristo es un salvador más entre otros profetas o líderes religiosos.
 Si Cristo no es Dios, la fe y la Iglesia católica son también una entre otras
tantas.
 Por tanto, la fe en Cristo, la misma Iglesia, y los sacramentos, no pasan de ser
un camino posible de salvación entre otros muchos.
 Queda sin sentido el anuncio del evangelio y de la conversión.
 Si la revelación divina no es completa y definitiva en Cristo, podemos acudir a
y aceptar otras religiones.

La Declaración Dominus Iesus fue elaborada para exponer la enseñanza


auténtica de la Iglesia, la cual excluye la posibilidad de aceptar cualquiera de
estas propuestas, como incompatibles con la fe perenne y definitiva que ella
profesa.
“El término Declaración significa que el Documento no enseña doctrinas
nuevas... sino que reafirma y resume la doctrina de la fe católica definida o

56 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
enseñada en precedentes Documentos del Magisterio de la Iglesia, indicando su
correcta interpretación...” 74
Las verdades de fe y de doctrina católica contenidas en la Declaración son
de tal orden que “exigen de parte de los fieles un asentimiento definitivo e
irrevocable, no en virtud ni a partir de su publicación en la Declaración, sino en
cuanto pertenecen al patrimonio de fe de la Iglesia y han sido propuestos
infaliblemente por el Magisterio en actos y documentos anteriores.”75

3. Sobre la plenitud y el carácter definitivo de la Revelación en


Jesucristo

Algunos mantienen que la revelación de Jesucristo es necesariamente


limitada, incompleta e imperfecta; la complementaría la revelación presente en
las otras religiones. Según esto, la verdad acerca de Dios no podría ser acogida y
manifestada en su globalidad y plenitud por ninguna religión histórica, por lo
tanto, tampoco por el cristianismo ni por Jesucristo. Entre otras cosas, ello pone
en tela de juicio:
a. que en Cristo se da la Revelación plena y definitiva,
b. que los libros canónicos de la Biblia, y ellos solos, fueron escritos bajo la
inspiración del Espíritu Santo
c. que la fe teologal, don de Dios, difiere radicalmente de la creencia a la que
llega el hombre por su propio esfuerzo religioso
En estas teorías hay ante todo una filosofía racionalista, ya desacreditada,
que postula sin fundamento que el razonar humano es el único camino para
llegar a la verdad. Recordemos lo visto en el capítulo 2: cómo la experiencia
humana constata la necesidad de la fe –en otros hombres y en Dios – para que la
razón transcienda sus límites. Un racionalismo tal no se sostiene ante un
cuestionamiento incluso elemental: si Dios me revelara la verdad, sin que yo la
pudiese alcanzar con la fuerza de la razón, ¿no lo conocería?
Pero más allá de esto está lo que nos enseña de manera definitiva la Iglesia.

A. La Revelación es plena y definitiva en Cristo

La Iglesia cree firmemente que en Cristo, Hijo de Dios hecho hombre, la


revelación divina llega a su plenitud.

1. Es una verdad claramente contenida en el depósito de la fe


en el Nuevo Testamento – consulte Mt 11,27; Jn 1,18; Col 2,9 -10; Jn 16,13


74 S.E. Mons. Tarcisio Bertone, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la presentación oficial de la
Declaración Dominus Iesus
75 Ibíd.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 57


Apologética
lo enseña el Concilio Vaticano II – vea la constitución Dei Verbum sobre la
Divina Revelación, nn. 2 y 4.
lo ha reafirmado más de una vez Juan Pablo II – por ejemplo, en Redemptoris

missio, 5, y en Fides et ratio, 14.

“Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo... El Hijo es la


Palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá ya otra Revelación
después de El.” – CIC 73

2. La reflexión teológica sobre lo revelado nos lleva a reconocer


Que si bien
la profundidad del misterio divino en sí mismo sigue siendo trascendente e
inagotable
y las palabras, las obras y todo el evento histórico de Jesús son limitados en
cuanto realidades humanas,
 no deja de ser igualmente cierto que esas palabras y obras tienen como fuente
la Persona de Cristo, “verdadero Dios y verdadero hombre”;
la verdad sobre Dios no es abolida o reducida porque sea dicha en lenguaje
humano;
sigue siendo única, plena, completa y definitiva porque quien habla y actúa es
el Hijo de Dios encarnado;
el Espíritu Santo, que es el Espíritu de Cristo, enseña a los Apóstoles, y por
medio de ellos a toda la Iglesia de todos los tiempos, “la verdad completa”.

“Es, por lo tanto, contraria a la fe de la Iglesia la tesis del carácter limitado,


incompleto e imperfecto de la revelación de Jesucristo, que sería
complementaria a la presente en las otras religiones.”76

B. La distinción entre la fe teologal y la creencia religiosa

La fe es la libre adhesión del hombre con su inteligencia y voluntad a Dios que se


revela, y a todo lo nos revela.
 Aunque es ciertamente un acto humano (“obediencia de fe”)
 es sobre todo don de Dios – no se puede hacer un acto de fe sin la gracia de
Dios que lo prepara y sostiene.
 Además, es respuesta a la iniciativa reveladora de Dios – la cual supone.
 El motivo fundamental, la razón por la cual se cree, no es porque lo veo o
entiendo o lo he deducido o me parece congruente con la experiencia, sino
simplemente porque Dios me lo dice, y él ni se equivoca ni me engaña.

76 Dominus Iesus, 6.

58 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
En cambio, las creencias religiosas resultan del conjunto de experiencias
y pensamientos que los hombres se forman sobre la divinidad, en su búsqueda del
sentido de la vida: “tesoros humanos de sabiduría y religiosidad, que el hombre...
ha ideado y creado.”
 Por tanto, aunque movidos por el deseo natural de la verdad puesta por Dios
en el hombre,
 son frutos de la razón humana.
 No presuponen una revelación por parte de Dios.
 No hay en este creer ningún “asentimiento a Dios” – el que se ha formado una
creencia no cree porque Dios se lo dice, y Dios no engaña, sino por motivos
humanos (que pueden ser válidos o no).
Esta distinción es esencial. Equiparar la fe a la creencia religiosa,
humana, sería negar el hecho de que Dios ha querido, libremente, entrar en
nuestra historia para manifestársenos y darnos a conocer su designio sobre
nosotros. Y si negáramos esto, nos quedaríamos con un conocimiento de Dios muy
limitado y, además, incierto, por no saber si nuestro conocimiento realmente
tenía validez o no.

“Debe ser, por lo tanto, firmemente retenida la distinción entre la fe teologal y


la creencia en las otras religiones.”77.

C. ¿Escrituras inspiradas?

Hay quienes mantienen que los libros sagrados de las religiones no


cristianas gozarían de la misma inspiración divina que nuestro Antiguo y Nuevo
Testamento, por lo que contendrían una parte de la Revelación.
 Dato “curioso”: resulta que quienes defienden esta tesis suelen haber negado
que Dios se ha revelado en las Escrituras judías y cristianas. ¿Pero si Dios no
se ha revelado al pueblo elegido, entonces come se puede decir que se ha
revelado a todos los pueblos?
 Según la definición dogmática del Concilio di Trento, los libros que componen
el AT y NT, y sólo éstos, han sido inspirados por el Espíritu Santo78, de modo
que tienen por autor primario a Dios y nos transmiten fielmente y sin error lo
que él nos ha querido revelar79.
 Si bien no fue hasta Trento (s. XVI) cuando se hizo la definición dogmática,
este concilio no hacía más que confirmar de manera más solemne lo que toda
la cristiandad ha creído desde los primeros siglos – desde los mismos tiempos
apostólicos (cf. Jn 20, 31; 2 Tm 3,16; 2 Pe 1,19-21; 3,15-16).

77 Dominus Jesus, 7
78 Nella sessione IV, 8 aprile 1546: DH 1501-1504.
79 Dei verbum, 11.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 59


Apologética
 En cambio, los libros sagrados de otras religiones son fruto del esfuerzo
humano –estimable, pero humano – para entender el sentido último de la
existencia, a la luz de la razón.80
 La Iglesia reconoce que “no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad
que ilumina a todos los hombres”,81 pero esta iluminación natural no se
identifica con la Revelación.

“La tradición de la Iglesia... reserva la calificación de textos inspirados a los


libros canónicos del Antiguo y Nuevo Testamento, en cuanto inspirados por el
Espíritu Santo.” 82

4. El Logos Encarnado y el Espíritu Santo en la obra de la salvación

Se trata de una serie concepciones personales acerca del papel que juega
cada uno de las Personas divinas en la obra de la salvación. Incluye tres
propuestas fundamentales al respecto:
a. Jesús de Nazaret sería una de varias figuras históricas en que se ha
manifestado Dios, el Verbo o el Logos.
b. El Espíritu Santo ejercería una acción salvífica que se extiende más allá de la
del Verbo encarnado.
c. Jesucristo es salvador, pero no el único, ni es válido para toda la humanidad.
Ya de salida, las concepciones de estos autores se merecen una crítica
general. Efectivamente, resultan más bien ridículas desde el momento que el
misterio trinitario nos transciende absolutamente, de modo que lo conocemos
únicamente en la medida en que Dios mismo nos lo ha revelado. Pero no ha
“revelado” nada de lo que afirman dichos autores al respecto, sino todo lo
contrario.

A. ¿Jesús de Nazaret, uno de muchos rostros de Dios?

1. Diferentes formas de esta posición:


 Jesús de Nazaret sería una figura histórica particular y finita, que revela lo
divino de manera no exclusiva sino complementaria a otras presencias
reveladoras y salvíficas. El Infinito, el Absoluto, el Misterio último de Dios se
manifestaría así a la humanidad en modos diversos y en diversas figuras
históricas: Jesús de Nazaret sería una de esas.83

80 No se niega que en la Revelación cristiana exista también la contribución del esfuerzo humano, pero no es éste el
elemento primario, sino que funge como instrumento humano al servicio de la inspiración divina.
81 Nostra aetate, 2.
82 Dominus Jesus, 8
83 Como indica el documento Jesucristo Portador de Aguas Vivas (2.3.4.2), es la actitud que los adeptos a la Nueva Era suelen

adoptar respecto a la persona de Cristo.

60 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
 Jesús sería uno de los tantos rostros que el Logos habría asumido en el curso
del tiempo para comunicarse salvíficamente con la humanidad.
 Habría una economía del Verbo eterno válida también fuera de la Iglesia y sin
relación a ella, y una economía del Verbo encarnado, más plena, limitada
solamente a los cristianos.

2. El testimonio de la Sagrada Escritura es contundente


El Verbo, que “estaba en el principio con Dios” (Jn 1,2), es el mismo que “se
hizo carne” (Jn 1,14). En Jesús “el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16) “reside
toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente” (Col 2,9). Él es “el Hijo único,
que está en el seno del Padre” (Jn 1,18), el “Hijo de su amor, en quien tenemos la
redención [...]. Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud, y reconciliar
con él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que
hay en la tierra y en los cielos” (Col 1,13-14.19-20).

3. Hace casi 17 siglos que el cristianismo, fiel a las Escrituras, dejó esto
en claro.
 Se trata esencialmente del arrianismo, posiblemente la más peligrosa de las
herejías de los primeros siglos. La Iglesia se confrontó con ella en el 1er
Concilio de Nicea (325), donde definió solemnemente su fe en “Jesucristo Hijo
de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios
de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho,
consustancial al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay
en el cielo y las que hay en la tierra, que por nosotros los hombres y por
nuestra salvación descendió y se encarnó, se hizo hombre, padeció, y resucitó
al tercer día, subió a los cielos, y ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos”.84
 El Concilio de Calcedonia (451) profesó que “uno solo y el mismo Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, es él mismo perfecto en divinidad y perfecto en humanidad,
Dios verdaderamente, y verdaderamente hombre [...], consustancial con el
Padre en cuanto a la divinidad, y consustancial con nosotros en cuanto a la
humanidad [...], engendrado por el Padre antes de los siglos en cuanto a la
divinidad, y el mismo, en los últimos días, por nosotros y por nuestra
salvación, engendrado de María Virgen, madre de Dios, en cuanto a la
humanidad”.85
 Y el Magisterio reciente del Papa Juan Pablo II ha declarado: “Es contrario a
la fe cristiana introducir cualquier separación entre el Verbo y Jesucristo [...]:
Jesús es el Verbo encarnado, una sola persona e inseparable [...]. Cristo no es
sino Jesús de Nazaret, y éste es el Verbo de Dios hecho hombre para la
salvación de todos [...]”86.

84 Conc. Ecum. de Nicea I, DS 125


85 DS 301
86 Enc. Redemptoris missio, 6

Bajo custodia de Escuela de la Fe 61


Apologética
4. Consecuencias y reflexiones teológicas
 Se podría decir que el I Concilio de Nicea, y su doctrina, representa lo más
fundamental del cristianismo. Están de acuerdo católicos, ortodoxos y
protestantes que quien no profesa esta doctrina, simplemente no es cristiano.
 Si el Verbo y Jesús son una única persona, entonces no es lícito introducir
siquiera la más mínima separación entre una actividad salvífica del Logos
(que sería universal) y la acción de Jesús (limitada).87

“Es contrario a la fe cristiana introducir cualquier separación entre el Verbo y


Jesucristo”.

B. ¿Una división entre la acción salvífica del Espíritu Santo y la de


Jesucristo?

Responden el Nuevo Testamento y el Magisterio, haciendo eco a la Sagrada


Tradición:

1. El Nuevo Testamento
 Jesús, el Verbo encarnado y el Mesías ungido por el Espíritu (Mc 1,1.9-12; Lc
3,21-22...), es el lugar privilegiado de la presencia del Espíritu Santo
 Por él el Espíritu es donado a los hombres (Jn 14,16; 20,22)
 Comunica el Espíritu a sus discípulos (Hch 2,16-21).
 El Espíritu sólo comunica a los discípulos lo que recibe de Jesús (Jn 16,13-15).

2. El Concilio Vaticano II
 Considera inseparables el misterio de Cristo y el misterio del Espíritu Santo.
 Afirma que la acción salvífica de Jesucristo alcanza, por medio del Espíritu,
no sólo a los cristianos sino también a quienes están fuera de la Iglesia
visible88.

3. Juan Pablo II89


 Cristo resucitado obra “por la virtud de su Espíritu en el corazón del hombre...
Es también el Espíritu quien esparce ‘las semillas de la Palabra’ presentes en
los ritos y culturas, y los prepara para su madurez en Cristo”.
 “Este Espíritu es el mismo que se ha hecho presente en la encarnación, en la
vida, muerte y resurrección de Jesús y que actúa en la Iglesia. No es, por
consiguiente, algo alternativo a Cristo, ni viene a llenar una especie de vacío,
como a veces se da por hipótesis que exista entre Cristo y el Logos.”
 “La acción universal del Espíritu no hay que separarla tampoco de la peculiar
acción que despliega en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.”.

87Cfr. Dominus Iesus, 10


88Gaudium et spes, 22.
89 Juan Pablo II, Redemptoris missio, 28-29.

62 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
“[L]a hipótesis de una economía del Espíritu Santo con un carácter más
universal que la del Verbo encarnado, crucificado y resucitado [...] es contraria
a la fe católica.”90

C. Unicidad y universalidad del misterio salvífico de Cristo

“Es también frecuente la tesis que niega la unicidad y la universalidad


salvífica del misterio de Jesucristo.”91. O sea, que no es él el único salvador – hay
otros – y no es quien salva a todos los hombres – en otras religiones, se salvarían
por otros caminos. Esta posición es consecuencia lógica de haber reducido a Jesús a
un simple personaje histórico o a una de las múltiples manifestaciones históricas
del Verbo.
Hay también quienes “proponen que en teología se eviten términos como
‘unicidad’, ‘universalidad’, ‘absolutez’”, para no dar “la impresión de un énfasis
excesivo acerca del valor del evento salvífico de Jesucristo con relación a las otras
religiones”.

1. ¿Qué dice la Sagrada Escritura?


Contesta escuetamente la Declaración: “Esta posición no tiene ningún
fundamento bíblico”.
Efectivamente. Si hay algo en que insiste el NT, es que Jesucristo es el
único salvador de los hombres. Basta con escuchar:
 A San Pedro afirmarlo, aunque le cueste la vida, ante el Sanedrín: “No hay
bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos
salvarnos”, Hch 4,12; ver también Hch 10,36-43.
 A San Juan: Jn 3,16-18.
 A San Pablo: fijémonos de qué testimonio afirma el apóstol, con solemnidad,
haber sido “constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe y en
la verdad”: “[Dios] que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento pleno de la verdad. Porque hay un solo Dios, y también un solo
mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se
entregó a sí mismo como rescate por todos” (1 Tm 2,4-6).

2. ¿Cómo lo entendieron los primeros cristianos?


Basados en la conciencia de que el Padre ofrecía el don de la salvación por
medio de Jesucristo, a todos, y sólo por él, los primeros cristianos:
 se dirigieron a Israel mostrando que el cumplimiento de la salvación iba más
allá de “su camino” propio, la Ley
 y luego, al mundo pagano de entonces, que aspiraba a la salvación a través de
una pluralidad de dioses salvadores, predicaron el mismo mensaje de
salvación por Jesucristo.

90
Dominus Iesus, 12. ‘Economía’ : plan divino de salvación.
91 ibíd., 13.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 63


Apologética
 prefirieron morir – y muchos murieron – antes que adorar a cualquiera de los
dioses paganos.

3. ¿Qué dicen los Padres de la Iglesia?


Definitivamente no es otro su sentir. Como muestra, San Agustín, quién
afirma que fuera de Cristo, “camino universal de salvación que nunca ha faltado
al género humano, nadie ha sido liberado, nadie es liberado, nadie será
liberado”92

4. ¿Qué dice el Magisterio reciente de la Iglesia?


a. Afirma sin empacho que
 “la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y
Maestro”93.
 “se puede y se debe decir que Jesucristo tiene, para el género humano y su
historia, un significado y un valor singular y único, sólo de él propio,
exclusivo, universal y absoluto. Jesús es, en efecto, el Verbo de Dios hecho
hombre para la salvación de todos”94.
b. Otras bellas y fuertes afirmaciones del Concilio Vaticano II y de Juan Pablo II,
que conviene conocer, se citan en el párrafo 15 de Dominus Iesus.

“Debe ser, por lo tanto, firmemente creída como verdad de fe católica que la
voluntad salvífica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida y cumplida una
vez para siempre en el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del
Hijo de Dios.”95

c. No se excluyen “mediaciones parciales” de “figuras y elementos positivos de


otras religiones” (la teología debe explorar “si es posible, y en qué medida”)
 Razón teológica: “la única mediación del Redentor no excluye, sino suscita en
sus criaturas una múltiple cooperación que participa de la fuente única”96
 Tales mediaciones, sin embargo
o cobran significado y valor únicamente por la mediación de Cristo
o no pueden ser entendidas como paralelas y complementarias
o sino como participación en la de Cristo.

5. ¿No convendrá, sin embargo, evitar términos “absolutos” (‘unicidad’ y


‘universalidad’)?
Responde Dominus Iesus:
 “con este lenguaje se expresa simplemente la fidelidad al dato revelado”

92 De Civitate Dei 10, 32, 2: CCSL 47, 312


93 Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 10
94 Dominus Jesus, 15
95 Dominus Jesus, 14.
96 Conc. Ecum. Vat.II, Const. dogm. Lumen Gentium, 62

64 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
 “constituye un desarrollo de las fuentes mismas de la fe” –desarrollo no sólo
legítimo, se puede añadir, sino necesario, precisamente porque hay quienes
las quisieran “desarrollar” –también con lenguaje que no se encuentra en la
Biblia – en sentido inverso, adulterando el auténtico mensaje de la
Revelación.
Agreguemos:
 ¿Qué se pretende con dejar de usar estos términos? ¿Engañar a los no
cristianos? ¿O a los cristianos? En cualquier caso, es deshonesto.
 Y no es camino para el diálogo. Sin claridad –con nosotros mismos y con los
demás – acerca de lo que creemos de verdad, ¿qué clase de diálogo real y útil
puede haber?
 ¿La gran mayoría de los no cristianos no se ofenden porque proclamemos a
Cristo como único Salvador? ¿Por qué habrían de hacerlo? ¿Nos sorprendemos
o nos ofendemos nosotros cuando ellos niegan que lo sea, y proponen en
cambio su propio camino de salvación?
 Desde luego, hay una minoría de personas de otras religiones que sí se dicen
ofendidos. Lo mismo que hay una minoría de católicos a los que les da
vergüenza profesar la fe de la Iglesia. Hay que decir, desde el sentido común –
y la experiencia común – que se trata de una dificultad subjetiva propia de
una minoría con una manera peculiar y restringida de pensar.

Síntesis
En este capítulo hemos visto como la Iglesia, frente al intento de relativizar
el corazón mismo de su fe, reafirma verdades claramente contenidas en el
depósito de la fe, o inmediata y esencialmente deducidas del mismo:
 En Cristo, Hijo de Dios hecho hombre, la Revelación divina es ya
completa y definitiva.
 No hay otra revelación divina que la contenida en la Biblia, sólo ella
inspirada por el Espíritu Santo; los libros sagrados de otras religiones son
fruto del esfuerzo humano.
 La fe teologal que acoge esta Revelación es don de Dios y tiene como
motivo el hecho de que quien revela es el mismo Dios, quien ni se equivoca ni
engaña; por ello difiere radicalmente de la creencia que puede alcanzar el
hombre por su propio esfuerzo religioso.
 Cristo no es sino Jesús de Nazaret, y éste es el Verbo de Dios hecho
hombre para la salvación de todos. Introducir cualquier separación entre
el Verbo y Jesucristo es absolutamente contrario a la fe cristiana.
 El misterio y la obra de Cristo, y el misterio y la obra del Espíritu
Santo, son inseparables.
 Cristo Jesús es el único Salvador de todos los hombres.
En una palabra: la Revelación y la Salvación son únicas y universales.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 65


Apologética
Para recordar

 “No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que
nosotros debamos salvarnos” – Hch 4,12
 “El Hijo es la Palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá
ya otra Revelación después de El.” – CIC 73.
 “Es, por lo tanto, contraria a la fe de la Iglesia la tesis del
carácter limitado, incompleto e imperfecto de la revelación de Jesucristo,
que sería complementaria a la presente en las otras religiones.” – Dominus
Iesus, 6
 “Los hombres, pues, no pueden entrar en comunión con Dios, si no es
por medio de Cristo y bajo la acción del Espíritu” – Redemptoris missio, 5

Lecturas recomendadas

 Juan Pablo II, Redemptoris missio


 Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. ¿Por qué no colocaríamos a Jesús de Nazaret al lado de otras grandes figuras
religiosas como Buda, Confucio, Moisés y Mahoma?
2. Según la doctrina de la Iglesia, ¿puede haber otros reveladores y otros
salvadores además de Jesucristo?
3. ¿Qué clase de asentimiento exigen a los fieles las verdades de fe y de doctrina
católica contenidas en la Declaración Dominus Iesus?
4. ¿Hay, en otras religiones, revelaciones que complementan y completan la
Revelación cristiana?

Ejercicios de aplicación y profundización


1. Desde la perspectiva de que son muy distintas la fe cristiana y la creencia en
las otras religiones, ¿qué le dirías a un padre de familia, católico, que se
propone no educar a sus hijos en la fe a fin de que puedan decidir por sí
mismos, cuando tengan edad, qué es lo que creen?
2. Describe brevemente cómo la actuación de los apóstoles, de los primeros
cristianos, de los mártires y de los misioneros cristianos testimonia sin lugar a
dudas la fe de la Iglesia en que sólo en Cristo el hombre pueden encontrar la
salvación.
3. Expresa en 60 palabras las enseñanzas más fundamentales de la Declaración
Dominus Iesus.

66 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Unidad 3 El catolicismo frente a las sectas

Nexo

La fe católica despierta oposición no sólo en el mundo laico y relativista, sino


también por parte de toda una serie variopinta de grupos religiosos que, en la
historia de las religiones, son de origen relativamente reciente.
En el uso popular se habla de “sectas”. Este término tiene sus limitaciones,
pero es difícil encontrar uno más apto. Podrá valer también hablar de la “nueva
religiosidad” porque nos referimos esencialmente a dos fenómenos cuyos orígenes
son propiamente en los siglos XIX y XX, por contraste con las tradiciones religiosas
seculares que las preceden y de las que no nos ocuparemos.
“Si bien el Concilio Vaticano II se refiere a todos los bautizados y creyentes en
Cristo «como hermanos en el Señor», (188) es necesario distinguir con claridad
las comunidades cristianas, con las cuales es posible establecer relaciones
inspiradas en el espíritu del ecumenismo, de las sectas, cultos y otros
movimientos pseudoreligiosos.”97

Secta: una rama desgajada de una religión o ideología ya existente y más


numerosa.98
Se trata, efectivamente, no de las grandes religiones no-cristianas (Judaísmo,
Islam, Budismo, Hinduismo), ni del protestantismo de la reforma, sino de:
a. los así llamados nuevos movimientos religiosos, esotéricos, sincretistas y de corte
orientalista; de lo que a éstos se atañe, se ocupa el capítulo 5.
b. grupos caracterizados por una agresiva confrontación con el catolicismo, de dos
tipos: comunidades cristianas de tipo fundamentalista y pentecostal, y grupos
para-cristianos o pseudo-cristianos; los capítulos 6 y 7 examinarán las cuestiones
que surgen en relación con estos grupos.

Enfoque
1. No es nuestro objetivo llegar a conocer de manera exhaustiva ni la
organización ni las doctrinas de estos grupos. Nos interesan
exclusivamente aquellos aspectos que, en particular en la mente de
los mismos fieles católicos, llegan a generar confusión o
conflicto con la fe de la Iglesia. No nos conciernen aquí, pues, –
aunque son reales – los peligros que puedan representar ciertos

97Juan Pablo II, Ecclesia in America, 49.


98
La palabra secta debe normalmente entenderse en éste su sentido etimológico (cfr. M. Guerra, obra citada, pág. 818).
No se supone, especialmente en el caso de comunidades cristianas fundamentalistas –aunque en algún caso puede darse –
que tales sectas emplean prácticas ‘sectarias’ de tipo manipulativo, engañoso, o privativo de la libertad de los individuos.
Este tipo de problemática sí se presenta más frecuentemente en el caso de los movimientos esotéricos o grupos pseudo-
cristianos. Pero aun cuando este es el caso, conviene distinguir entre directivos responsables de tales prácticas, y la gran
mas de los adeptos, que suelen ser más bien víctimas de ellas.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 67


Apologética
métodos de proselitismo desleales o manipulativos, ni los posibles
daños psicológicos y/o económicos; sino la posible contaminación o
pérdida de la verdadera fe.
Ya a inicios del s. II, San Ignacio de Antioquía tuvo que poner en
alerta a las primeras comunidades cristianas sobre este peligro:
Os exhorto, no yo, sino la caridad de Jesucristo, a que uséis
solamente el alimento cristiano y a que os abstengáis de toda hierba extraña a
vosotros, es decir, de toda herejía. Esos entremezclan a Jesucristo, creyéndose
dignos de fe, como los que dan un veneno mortífero con vino y miel, de modo
que el ignorante toma gustosamente la muerte en la mala bebida.99
¡Poco han cambiado las cosas en diecinueve siglos!
c. Ciertamente, al enfrentarnos a las realidades de la “nueva religiosidad”, no
debemos caer en la fácil crítica proveniente del laicismo hacia toda religiosidad
organizada, que impugna la legitimidad, por ejemplo, de cualquier pretensión de
conocer la verdad, de cualquier opción por Dios que incluya valores absolutos (y
por lo tanto exigencias éticas ‘no negociables’), o de cualquier proselitismo o afán
misionero.

“La palabra «proselitismo» tiene un sentido negativo cuando refleja un


modo de ganar adeptos no respetuoso de la libertad de aquellos a
quienes se dirige una determinada propaganda religiosa.”100
Por otra parte, tratándose de los nuevos movimientos religiosos, no es
precisamente ésta la reacción que la gran mayoría de ellos despiertan en el
mundo secular, ya que suelen ser un producto típico del espíritu de la edad:
relativista, no comprometida, y al gusto del consumidor.

1. Posibles pistas definitorias del fenómeno de la nueva religiosidad


 Por lo general son movimientos nuevos. Incluso, cuando se trata de religiones
tradicionales, en occidente adquieren matices novedosos y a veces diversos.
 Pueden ser grupos minoritarios, o pueden conformar corrientes de
pensamiento más extendidas o amplias (por ejemplo, la ‘Nueva Era’ o ‘New
Age’).
 Típicamente se da un rechazo de la religión tradicional dominante en el
ámbito cultural en que operan; y como se trata de un fenómeno
predominantemente occidental, lo que se rechaza viene a ser el cristianismo
establecido, sea éste católico o no. Tal rechazo puede ser parcial (el nuevo
grupo se presenta como el que ha descubierto o revivido el auténtico
cristianismo) o total (el nuevo grupo presenta una revelación nueva o
alternativa).

99 Carta a los Trallanos, 6, 1-2, en: Padres Apostólicos II (Apostolado Mariano, Sevilla, 1991), p.28
100 Juan Pablo II, Ecclesia in America, 73.

68 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
 Contienen por lo general una doctrina, una visión del mundo, un camino
espiritual y una búsqueda de lo sagrado diversos de las grandes tradiciones,
con matices de exclusividad ante la verdad. Estos elementos varían bastante
dependiendo de los grupos.
 En muchos casos se trata de un “actualizado” regreso a la gnosis o al
paganismo antiguo, cargado de irracionalidad y de superstición.
 Se suele dar una anulación de capacidad crítica, el fanatismo, la falta de
equilibrio en el ámbito moral, doctrinas milenaristas, un desentendimiento de
la cuestión social, y la exaltación del esfuerzo personal.

Gnosis: un conocimiento oculto, el único que capta la verdad profunda,


accesible sólo a un pequeño número de iniciados, y que constituye la
única salvación, alcanzada por las propias fuerzas y dentro de uno
mismo.

2. Intento de clasificación de los grupos de la nueva religiosidad


 Grupos de orientación cristiana: grupos fundamentalistas, sectas
pseudocristianas, fenómeno pentecostal (Capítulo 6).
 Movimientos de cariz orientalista: la teosofía y la antroposofía. Son en gran
partes grupos nacidos en occidente con características orientalistas.
 Religiosidad del potencial humano: las religiones “ateas”, individuales o
comunitarias.
 Movimientos mágicos: espiritualismo, magia, grupos iniciáticos, satanismo y
luciferismo, el retorno de la gnosis, animismo, etc.

Grupos de la nueva religiosidad


Grupos de cristianos
orientación
seudocristianos
cristiana
orientalistas
Movimientos
de ‘potencial humana’ Nueva Era
no cristianos
mágicos

d. Problemática desde el punto de vista de la fe católica


A diferencia de las religiones y de las comunidades cristianas
largamente establecidas, que para el católico corriente tienen obvias diferencias
doctrinales respecto al catolicismo, estos grupos con frecuencia causan confusión
e inquietud en muchos católicos. Son diversos los motivos de este fenómeno:
 puede ser, entre otras cosas, porque ataquen abierta y directamente elementos de
la fe católica;

Bajo custodia de Escuela de la Fe 69


Apologética
 porque hay quienes se dejan embaucar por la exposición de un mensaje “nuevo”,
sencillo, exótico y claro o por supuestas acciones milagrosas o sobrenaturales;
 en otros casos, porque con alevosía tales grupos permiten que personas sencillas
no logren distinguir entre su organización y la Iglesia católica;
 o también porque, aprovechando la ingenuidad y poca formación de muchos
católicos, presentan su doctrina como interpretación legítima del hecho cristiano,
que hasta ahora habría quedado oculto y ha sido hecho patente por una nueva
revelación o un nuevo profeta iluminado.
“En la cultura occidental en particular, es muy fuerte el atractivo de los
enfoques “alternativos” a la espiritualidad. Por otra parte, entre los católicos
mismos, incluso en casas de retiro, seminarios y centros de formación para
religiosos, se han popularizado nuevas formas de afirmación psicológica del
individuo. Al mismo tiempo, hay una nostalgia y una curiosidad crecientes por
la sabiduría y los rituales de antaño, lo cual explica en parte el notable
aumento de la popularidad del esoterismo y del gnosticismo. Muchos se
sienten especialmente atraídos por lo que se conoce –correctamente o no–
como “espiritualidad” celta, o por las religiones de los pueblos antiguos.”101

Consejo Pontificio de la Cultura - Consejo Pontificio para el Dialogo Interreligioso: Jesucristo, Portador Del Agua De La
101

Vida. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”, 1.4

70 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Capítulo 1 LOS NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS Y LA NUEVA ERA

“El relativismo arreligioso y pragmático de Europa y América puede tomar


prestada de la India una especie de consagración religiosa, que parece conferir a
su renuncia al dogma la dignidad de un respeto superior ante el misterio de Dios
y del hombre.”102

Esquema
A. Los nuevos movimientos religiosos
1. Movimientos de tipo orientalista
2. Nuevos movimientos religiosos del “potencial humano”
3. Nuevos movimientos religiosos mágicos

B.La Nueva Era


1. Influencia de la Nueva Era
2. La Santa Sede alerta ante la problemática que representa la Nueva Era
3. Concepto o definición
4. Orígenes de la Nueva Era
5. Algunos aspectos doctrinales de la Nueva Era
6. Una nueva aparición de la gnosis
7. Diez puntos de comparación
8. Juicio humano y cristiano a la Nueva Era
Apéndice: Campanas de alarma

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Pueden leerse, en conjunción este capítulo, los nn. 2115-2117.

A. LOS NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS


a. Presencia en Latinoamérica
Desde la década de los ’70 han aparecido en Latinoamérica los nuevos
movimientos religiosos pseudo científicos, entre ellos el fenómeno de la Nueva
Era, que han impactado en particular a los jóvenes y clases altas.
b. Propuesta doctrinal en general
Las corrientes que se engloban en la Nueva Era, por tener fuerte influjo oriental,
tienen visiones panteístas y neognósticas en donde la realidad de Dios como ser
personal se niega, la identidad personal de Jesucristo se confunde con un Mesías
de múltiples manifestaciones en diversos líderes religiosos mundiales y el
Espíritu Santo queda reducido a una fuerza interior por descubrir. La
responsabilidad interior y la persona se difuminan ya que, al aceptar la

102 Joseph Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia, pág. 108

Bajo custodia de Escuela de la Fe 71


Apologética
reencarnación, se llega a una visión determinista. Pretende ser una sabiduría
científica.103

1 Movimientos de tipo orientalista


a. Orígenes de los grupos religiosos de origen oriental en occidente.
Tienen sus raíces en las tradiciones budistas, hinduistas, islámicas. La sociedad
teosófica de Helena Blavatsky (s. XIX) jugó un papel fundamental. Hay grupos
que se han trasladado de oriente a occidente, mientras otros son grupos
orientalistas nacidos en occidente (principalmente USA), típicamente
sincretistas.

Clasificación de los grupos religiosos orientalistas en occidente

 De orientación hinduista: Sai Baba, Hare Krishna (nacido en USA),


Brahma Kumaris, Meditación Trascendental, etc.
 Nacidos en ambiente islámico: Baha’i.
 Misión jainista: Bhajwan Rajneesh.
 De la corriente Radhasoami: misión de la luz divina de Maharaj Ji.
 Nueva corriente budista occidental.
 Nacidos en Japón: Soka Gakkai, Aum Shinrikyo, Tenrikyo, Mahikari,
Oomoto, etc.

b. Algunos rasgos comunes de estos movimientos religiosos


 Creencia en la reencarnación. El concepto de la reencarnación en estos grupos
orientalistas de occidente es diverso al concepto tradicional de reencarnación
en oriente.
 Métodos orientales de meditación: yoga, zen, tai-chi, etc.
 Sincretismo: consiste en la fusión de diversas tradiciones orientales dando el
mismo valor a todas ellas.
 Visión panteísta e impersonal de la divinidad.
 Concepción antropológica dualista.
 Advenimiento de la nueva era (muchos de los grupos orientalistas se han
sumado a la corriente de la Nueva Era).

2 Nuevos movimientos religiosos del “potencial humano”

Se trata de una extraña religiosidad “atea” o antropocéntrica. Aquí se


incluyen la Cientología (o Dianética), Deepak Chopra, y el Método Silva de

103Intervención del P. Silvio Cajiao, profesor de Teología en Bogotá, pronunciada en la videoconferencia mundial de
teología organizada por la Congregación para el Clero (http://www.clerus.org) sobre «La Iglesia, la Nueva Era y las
sectas», el 29 de febrero (Zenit, 17-III-03)

72 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Control Mental. Los dos últimos se encuentran también dentro de la corriente de
la Nueva Era.
Hagamos respecto de éstos simplemente unas pocas observaciones:
 Son “religiones” principalmente en el sentido de pretender ofrecer a las
personas un sistema autosuficiente de “salvación”, consistente esencialmente
en el éxito intramundano.
 Centran la salvación en los poderes mentales del hombre.
 Manuel Guerra denomina “camaleonismo como táctica”104 el ‘ropaje’
pseudocristiano del que buscan muchas veces revestirse, esencialmente para
engañar a los cristianos.
 En varios países les han negado a este tipo de ‘religión’ el registro como
entidades religiosas, al considerar que se trataba simplemente de una
artimaña para la evasión de impuestos.
En conclusión: no merecen consideración seria por parte de las personas
que no adolecen tanto de un real sentido religioso como de un mínimo de sentido
común.

3 Nuevos movimientos religiosos mágicos

a. La magia es “la creencia en una ‘fuerza’ impersonal, concentrada en algunos


objetos, ritos o fórmulas”: una especie de “energía cósmica difusa, aplicable a
un fin determinado mediante los ritos o acciones adecuados”105. Se trata de
obtener determinados efectos sin poner la causa ordinaria, sino “por arte de
magia”.
b. Se pueden distinguir tres (o cuatro) grandes ramas de los movimientos
mágicos:
 Los grupos iniciáticos. Cuidan sobre todo la legítima sucesión de los
jerarcas que ostentan el poder mágico. Algunos nombres típicos de este
tipo de religiosidad: Masonería, Gnósticos, Rosacruces, Nueva Acrópolis,
Gran Fraternidad Universal, Neotemplarios, etc.
 Los movimientos espiritistas. Sus orígenes se remontan al siglo XIX.
Algunos grupos representativos: las religiones afroamericanas de Brasil,
las religiones de los OVNIS, el channeling (‘canalización’) adoptado por las
corrientes de la Nueva Era, etc.
 Las sectas ocultistas. Ponen especial hincapié en las técnicas usadas, más
que en la sucesión jerárquica (como hacían los iniciáticos). Algunos grupos:
Golden Dawn, OTO (Ordo Templi Orientis), etc.

104 Diccionario
enciclopédico de las sectas, pág 679. Allí señala que “la ‘Iglesia de la Cientología’ descuella por su abuso en la
incorporación de tecnicismos católicos a su jerga o léxico específico”.
105 Manuel Guerra, ‘Magia’, en: Diccionario enciclopédico de las Sectas, BAC Madrid 1999.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 73


Apologética
Channeling (‘canalización’): los médium psíquicos sostienen que actúan
como canales de información de otros yo-es, normalmente entidades
incorpóreas que viven en otro planos: maestros excelsos, ángeles,
dioses, entidades colectivas, espíritus de la naturaleza y el Yo Superior.
Aunque realmente son de otra índole, hay quienes incluyen también
entre los grupos mágicos:
 El satanismo, del cual hay grupos numerosísimos. Efectivamente los
adeptos de algunos de estos grupos pueden diferir poco en mentalidad de
la mentalidad ‘mágica’. Como quiera, aboga a favor de su inclusión aquí el
hecho de que otros muchos grupos mágicos no dejan de acusar elementos
satánicos.
Vale notar que no se trata de ‘tipos’ excluyentes, pues muchos de estos
grupos, siendo precisamente sincretistas, incluyen elementos tanto iniciáticos
y espiritistas como ocultistas y satanistas. Lo mismo dígase del fenómeno de
la “Nueva Era” que los engloba.
c. Algunas características típicas de los nuevos movimientos mágicos:
 El concepto particular de magia, en contraposición con el concepto de
religión.
 Algunos elementos son comunes a los grupos orientales que ya hemos
comentado: sincretismo, reencarnación, etc.
 El antropocentrismo: Dios queda suplantado por el hombre.
 Lo esotérico y mitológico.
 El gnosticismo: la liberación del hombre mediante la consecución del
conocimiento absoluto. Es muy antigua y se encuentra de algún modo
queriendo penetrar las diversas culturas. Es un camino de salvación
mediante el conocimiento inspirado sobre todo en la espiritualidad y
filosofía orientales.
La Nueva Era (New Age) podría quedar englobada dentro de los nuevos
movimientos mágicos. Ahora bien, se trata más bien de “un movimiento de
movimientos” mágicos o sincretistas. Debido a la influencia que tiene en nuestros
tiempos, y porque lo que habrá que decir respecto a ella es en gran medida
aplicable a los variados grupos que conforman el conjunto de los nuevos
movimientos religiosos, dedicaremos el resto de este capítulo a un análisis de sus
propuestas (en cuanto puedan individuarse) y su confrontación con lo que la
revelación cristiana nos propone.

74 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética

B. LA NUEVA ERA

Introducción

“La Nueva Era casi siempre tiene que ver con ‘alternativas’: una visión
alternativa de la realidad, o una manera alternativa de mejorar la propia
situación presente (magia).88 Las alternativas no ofrecen dos posibilidades,
sino únicamente la posibilidad de escoger una cosa frente a otra. En
términos religiosos, la Nueva Era ofrece una alternativa a la herencia
judeocristiana.”106

Uno de los fenómenos más extendidos dentro del ámbito de la nueva


religiosidad es el denominado comúnmente como New Age: la Nueva Era.
La Nueva Era recibe su nombre de la supuestamente inminente “Era
astrológica de Acuario”. Esto se refiere a la creencia de los astrólogos de que la
“Era de Piscis” –conocida para ellos como la era cristiana– está tocando a su fin.

1. Influencia de la Nueva Era


Se trata de un fenómeno reciente pero que ha influenciado mucho en la
cultura occidental.
“Aunque gran parte de la Nueva Era es una reacción frente a la cultura
contemporánea, en muchos aspectos se revela hija de esa misma cultura”.
Efectivamente, viene a ser como un intento de espiritualización del
individualismo reinante: es en el fondo “una celebración de la sacralidad del yo.
Por eso la Nueva Era comparte muchos de los valores que propugnan la cultura
de la empresa y el ‘evangelio de la prosperidad’, así como la cultura del
consumidor, cuyo influjo puede verse claramente en el número cada vez mayor de
personas que afirman que es posible conciliar el cristianismo y la Nueva Era,
aceptando lo que les parece mejor de uno y otra.”107
Así ha tenido una seria y preocupante penetración en la Iglesia Católica, y
no sólo, ni principalmente, entre el católico poco ilustrado, sino que se ha
insinuado más notablemente en ciertos ámbitos clericales y de la vida religiosa,
entre educadores católicos, y católicos de cierto nivel cultural y socio-económico.
Posiblemente nos encontramos ante el fenómeno que más sutilmente se infiltra
en la mentalidad de los cristianos y en la religiosidad general de nuestro tiempo.
“Las ideas de la New Age”, decía el Papa Juan Pablo II a un grupo de
obispos norteamericanos en 1993, “a veces se abren camino en la predicación, en
la catequesis, los congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los

106 Consejo Pontificio de la Cultura - Consejo Pontificio para el Dialogo Interreligioso: Jesucristo, Portador Del Agua De La
Vida. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”, 6.1
107 Ibíd.., 1.1

Bajo custodia de Escuela de la Fe 75


Apologética
católicos practicantes, que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de
esas ideas con la fe de la Iglesia”.108
Se ha hablado recientemente de que la Nueva Era está en decadencia y de
que su futuro se percibe poco alentador, al menos en la estructura que
actualmente ostenta este movimiento (en este sentido, se habla ya del Next Age o
Age of Light). Pero no cabe duda que la religiosidad light está calando en la
conciencia de las personas y en la cultura occidental, hasta llegar a suplantar su
carácter cristiano (incluso ya hoy viene definida esta cultura como postcristiana).

2. La Santa Sede alerta ante la problemática que representa la


Nueva Era
En el año 2000 el Consejo Pontificio de la Cultura y el Consejo Pontificio
para el Dialogo Interreligioso publicaron un estudio, Jesucristo, Portador del
agua de da vida. Una reflexión cristiana sobre la ‘Nueva Era”. En este documento
la Santa Sede pone en alerta a los católicos respecto a diversos aspectos
problemáticos de la misma:
1º. “Por un lado, está claro que muchas prácticas de la Nueva Era no
plantean problemas doctrinales a quienes las realizan; pero, al mismo
tiempo, es innegable que estas prácticas, aunque sólo sea indirectamente,
comunican una mentalidad que puede influir en el pensamiento e inspirar
una visión particular de la realidad.
2º. La Nueva Era crea su propia atmósfera y puede resultar difícil distinguir
entre cosas inocuas y cosas realmente objetables.
3º. La doctrina acerca de Cristo difundida en los círculos de la Nueva Era se
inspira en las doctrinas teosóficas de Helena Blavatsky, la antroposofía de
Rudolf Steiner y la “Escuela Arcana” de Alice Bailey, y no en los
Evangelios.
4º. Busca desarrollar una comprensión completamente nueva de la
realidad, una doctrina conocida como “la verdad de la Nueva Era”. La era
sería “nueva” precisamente en cuanto sobrepasa, reemplaza y consigna al
pasado la era cristiana.
5º. “No es posible aislar algunos elementos de la religiosidad de la Nueva
Era como aceptables por parte de los cristianos y rechazar otros.”
6º. No puede ser considerado como positivo o inocuo algo que niega los
contenidos revelados más fundamentales de la fe cristiana – como lo
hace la Nueva Era con su panteísmo y su desvirtuación de la figura de Cristo.
7º. En un ambiente cultural marcado por el relativismo religioso, es necesario
alertar contra los intentos de situar la religiosidad de la Nueva Era al mismo
nivel que la fe cristiana, creando confusión entre los desprevenidos.

108 Discurso a un grupo de obispos en visita ad limina, 28-V-93: L’Osservatore Romano Junio 1993.

76 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
8º. También hay que poner en alerta sobre el uso por la Nueva Era de palabras
cristianas con un sentido enteramente cambiado, ya sea por el
sincretismo típico del movimiento, ya sea con intento de engañar al cristiano
sobre la compatibilidad de esta corriente con el cristianismo.
9º. No debemos engañarnos pensando que ese movimiento pueda llevar a una
renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la
gnosis, es decir, esa postura del espíritu que, en nombre de un profundo
conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra sustituyéndola por
palabras que son solamente humanas.
10º. La gnosis se caracteriza por “una decidida aunque a veces no declarada
divergencia con lo que es esencialmente cristiano”.

3. Concepto o definición:
a. Algunas descripciones del fenómeno:
- “buffet de las religiones”,
- “síntesis de religiosidad oriental, potencial humano y magia”,
- “la era del acuario es una nebulosa que contiene esoterismo, ocultismo,
pensamiento mítico (el gran mito evolutivo de la Nueva Era: reencarnación, la
figura del Maestro, la ciencia como mitología de la evolución de la ciencia, el
fenómeno de involución –vuelta a lo arcano- para resolver las crisis de la
actualidad, etc.) y mágico, una migaja de cristianismo e ideas astrofísicas”.
b. Se afirma que “no es una secta, ni una religión, ni una organización única, ni
sigue lineamientos unánimes y universales, no es una ciencia ni una filosofía...”,
“es un metanetwork que engloba espiritualidad alternativa, terapias
alternativas, política alternativa”.
c. Una descripción con acento valorativo: “Es una especie de remolino en donde se
van revolviendo utopías y fantasías de todo tipo mezcladas con creencias
venerables, una caldera en donde entran en ebullición corrientes de pensamiento,
técnicas y prácticas sumamente curiosas y contradictorias, una especie de
‘nebulosa’ en donde reina la confusión, la incoherencia y la extravagancia”.109
d. Desde el punto de vista de la filosofía de la religión, debería describirse como una
gnosis. En el n. 6, abajo, se explican las implicaciones de esta identidad.

4. Orígenes de la Nueva Era:

a. Tiene orígenes bastante remotos. Es la consecuencia de una serie de


religiosidades que progresaron especialmente en los siglos XVIII y XIX, si bien
han acompañado al cristianismo desde los inicios.
b. El inicio de la Nueva Era en cuanto tal puede afirmarse que está en la década de
1970 con la conjunción de una serie de raíces (esotéricas, orientales, socio-
culturales, científico-psicológicas)

109 Bernard Franck, “Sincretismo”, en: Diccionario de la Nueva Era (Editorial Verbo Divino, Estella, Navarra), p.217.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 77


Apologética
- esotéricas: el esoterismo es una corriente iniciática secreta que pretende
buscar el acceso a un conocimiento liberador. Al inicio quiso unirse al
cristianismo, pero en el siglo XIX recibió el influjo de la filosofía oriental y se
dejó inspirar por el ocultismo.
- orientales: simpatía en occidente por las religiones orientales y maestros
espirituales, de tradición hindú y budista principalmente, con un brotar
consecuente de grupos y de religiosidad oriental que conformaron buena parte
de lo que después sería denominado como “Nueva Era”.
- socio-culturales: el conflicto de generaciones de los años ’60, con abandono,
por parte de los jóvenes, de la fe de la generación precedente, y apertura a las
nuevas corrientes religiosas. El movimiento religioso asume aspectos de la
época: uso de las drogas, nueva era de paz y alegría, etc.
- científico-psicológicas: en particular el psicoanálisis, y la psicología
humanista y transpersonal.

5. Algunos aspectos doctrinales de la Nueva Era.

Es obvio que no existe propiamente una doctrina común. No obstante, pueden


señalarse algunos elementos (además de lo ya dicho del sincretismo, esoterismo, el
ecologismo, el neo-arcaísmo, y la búsqueda de una transformación espiritual-
psicológica (“viaje sin meta” con diversas fases, etc.):
a. La cuestión de la verdad: profesan los principios generales del relativismo y
subjetivismo.
b. El buffet de las religiones: todas las religiones son iguales; cada uno escoge lo que
más le gusta o fabrica una religiosidad a su medida, a su antojo y capricho. Es un
sincretismo de los movimientos religiosos actuales. El dogmatismo, no obstante,
es rechazado; y por ende, las religiones que tienen dogmas110.
c. La visión del mundo y de Dios: defienden una visión panteísta o monista de la
divinidad y del ser. Dios es una consciencia universal, una energía, un absoluto
impersonal, una fuerza, una memoria planetaria de la que el hombre sería una
célula activa y consciente. Mantienen asimismo una visión holística de la
materia, que se identifica con la energía y las hondas. Por lo tanto el universo es
un océano de energía, un cuerpo magnético, una totalidad armónica, etc.
d. El hombre en la nueva era es Dios; debe transformarse, primero individualmente
y luego colectivamente, en Dios, en la energía cósmica. Para ello se usan diversas
técnicas que buscan una salvación por la experiencia subjetiva de integración.
e. El Cristo en la Nueva Era: hay diversas concepciones de Cristo: “el Cristo” que es
la chispa divina que todos tenemos en nuestro ser divino; el “Cristo-principio”,
cósmico, que es un tejido divino que se conecta con Jesús de Nazaret; el “Cristo
Maestro definitivo” que ha de venir y que dará un impulso definitivo a la nueva
era.
f. La moral: no existen valores o moral válidas universalmente. En este sentido hay
coherencia con su epistemología relativista.

110 De ahí, en parte, el predominio de la religiosidad oriental – cristianismo, judaísmo e Islam se descalifican.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 77


Apologética

6. Una nueva aparición de la gnosis.

El documento Jesucristo, Portador… además de hablar con claridad de “la


naturaleza gnóstica de este movimiento”, cita las palabras contundentes de Juan
Pablo II que discierne el “renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma
de la llamada New Age. No debemos engañarnos pensando que ese movimiento
pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de
practicar la gnosis, es decir, esa postura del espíritu que, en nombre de un profundo
conocimiento de Dios, acaba por tergiversar su Palabra sustituyéndola por palabras
que son solamente humanas. La gnosis no ha desaparecido nunca del ámbito del
cristianismo, sino que ha convivido siempre con él, a veces bajo la forma de
corrientes filosóficas, más a menudo con modalidades religiosas o pararreligiosas,
con una decidida aunque a veces no declarada divergencia con lo que es
esencialmente cristiano.”

La ‘gnosis’ pretende ser un conocimiento esotérico que


 se distingue de los caminos imperfectos de conocimiento comunes a los
no iniciados (“exotéricos”: los que no captan las cosas por dentro, sino que
se detienen en la corteza exterior)
 es accesible sólo a un pequeño número que se dejan iniciar en la
comprensión de la cara oculta y secreta de las cosas
 no necesita pruebas o demostraciones, por basarse en una
experiencia iniciática que garantiza la salvación
 es superior a la fe, por ser adhesión a una verdad interior a uno mismo,
no propuesta por una revelación desde fuera
 “no es sino la tentación radical y el intento permanente del ser humano
de realizar su salvación por sus propias fuerzas y dentro de sí mismo,
independientemente de toda ‘redención’ o ‘liberación’ traída y propuesta
desde fuera por otro, por un ser distinto y trascendente al yo íntimo y
profundo.” 111

“En efecto, la pretensión de numerosos grupos de la Nueva Era de constituir


redes alternativas de las grandes instituciones ‘sin alma’, de llegar –gracias a una
penetración o elevación de la conciencia– a un saber superior y sublime, de comulgar
así por medio de la experiencia de la presencia de lo divino en uno mismo, todo esto
lleva la marca de la gnosis eterna” (esa ‘postura del espíritu’ que recurre una y otra
vez en la historia humana).

7. Diez puntos de comparación

Los siguientes puntos, sintetizados del documento de la Santa Sede (para un


conocimiento más completo, conviene leerlo en su versión completa) contrastan la fe

111 Diccionario de la Nueva Era, p. 136-137

78 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
cristiana con la típica propuesta de la Nueva Era. Deja abundantemente clara la
absoluta incompatibilidad de ésta con la revelación cristiana.

°
Cristianismo Nueva Era
Concepto de Dios
Dios es Creador del cielo y de la tierra Es una energía impersonal, una
y fuente de toda vida personal. Es en sí extensión o componente particular del
mismo personal, y nos ha creado a fin cosmos. En algunos escritos, está claro
de compartir la comunión de su vida que los seres humanos deben
con nosotros. Dios es el amor, considerarse a sí mismos como dioses:
absolutamente diferente del mundo, hay que buscar a Dios en lo hondo de
que está sin embargo presente en todo mi yo. Incluso cuando “Dios” es algo
y conduce a los seres humanos a la exterior a mí, está ahí para ser
salvación. manipulado.
Concepto de Jesucristo
Es un sabio, un iniciado o un avatar
Jesucristo es el Jesús de Nazaret del entre muchos. El Jesús histórico,
que hablan los Evangelios, el hijo de personal e individual, no es el único
María y Unigénito de Dios, verdadero “Cristo”: hay miles, potencialmente
Dios y verdadero hombre, revelación millones, de “Cristos” (impersonales).
plena de la Verdad divina, único Su muerte en la Cruz se niega, o se
Salvador del mundo por medio de su reinterpreta para excluir la idea de que
cruz y resurrección. pudiera haber sufrido como Cristo.

Concepto de la persona humana


Hombres y mujeres han sido creados a El objeto del ejercicio es reinventarnos
imagen y semejanza de Dios (Gen 1, a nosotros mismos, desde la convicción
27). La persona humana es un misterio de que los seres humanos hemos de
plenamente revelado sólo en Jesucristo descubrir el “Dios interior” –que no es
(cf. GS 22), y de hecho se hace distinto de nosotros mismos– y de la
auténtica y adecuadamente humana en unión holística con todo el cosmos. Las
su relación con Cristo por medio del personalidades individuales aisladas
don del Espíritu. La persona humana serían patológicas para la Nueva Era
es un ser único, que goza de una (según su particular psicología
dignidad absolutamente inviolable, y transpersonal).
vive una sola vida de la que es
plenamente responsable.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 79


Apologética
¿Nos salvamos a nosotros mismos o nos salva el amor de Dios?
La condición humana, afectada por el Las palabras claves de la Nueva Era
pecado, sólo puede ser rectificada por son “realización de uno mismo”,
la acción de Dios. La salvación depende “plenitud del yo” y “auto-redención”. La
de la participación en la muerte y salvación viene a ser algo alcanzado por
resurrección de Cristo, y de una aplicar la técnica adecuada. Es
relación personal directa con Dios. esencialmente pelagiana112.
Salvación ≠ experiencia del yo; =
perdón del pecado.
¿Inventamos la verdad o la abrazamos?
Jesucristo es “el Camino, la Verdad y La verdad tiene que ver con buenas
la Vida” (Jn 14, 6). A sus seguidores se vibraciones, correspondencias
les pide que abran su vida entera a él y cósmicas, armonía y éxtasis,
a sus valores, que incluyen la experiencias placenteras en general. Se
necesidad de negarse y tomar la cruz trata de encontrar la propia verdad en
para seguir el mismo camino. función del bienestar.
Oración y meditación: ¿hablamos con nosotros o con Dios?
La mística cristiana, más que un mero Suele tratarse de introspección o de
esfuerzo humano, es esencialmente un fusión con la energía cósmica. Aunque
diálogo que implica una actitud de las experiencias sean realmente
intensas, o conduzcan a un estado de
conversión. La doble orientación de la
oración cristiana comprende la placidez mental o de bienestar
introspección, pero que es, sobre todo, corporal, quedarse en ese plano es
un encuentro con Dios. quedarse solo, sin estar todavía en
presencia del Otro. Se trata de una
confusión entre la psicología y la
espiritualidad, una técnica de
“meditación” que no es oración. Puede
ser a lo más una buena preparación
para la oración, y nada más.

¿Existe el pecado?
El pecado no es un simple defecto de El problema más serio es la alienación
crecimiento, una debilidad psicológica, respecto a la totalidad del cosmos, en
un error, sino una ofensa a Dios. “Se lugar de un fracaso personal o pecado.
levanta contra el amor que Dios nos El remedio consiste en lograr estar
tiene y aparta de Él nuestros cada vez más inmerso en la totalidad
corazones”. “Hiere la naturaleza del del ser. No hay pecado, sólo
hombre y atenta contra la solidaridad conocimiento imperfecto; se soluciona
humana”. con la iluminación, que se alcanza
mediante técnicas psicofísicas.

112El pelagianismo es a una herejía, condenada por la Iglesia en el s. IV pero que vuelve a hacerse presente cíclicamente,
según la cual el hombre se salva por su propio esfuerzo sin necesidad de la gracia de Dios.

80 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Sufrimiento y reencarnación
La persona humana es un ser único, El sufrimiento es algo impuesto sobre
que vive una sola vida de la que es el yo, como un mal karma. La
plenamente responsable. Además, los reencarnación se ve como elemento
cristianos sabemos que en la cruz de necesario para el crecimiento
Cristo no sólo se ha cumplido la espiritual, una etapa de la evolución
redención mediante el sufrimiento, espiritual progresiva que comenzó
sino que el mismo sufrimiento humano antes de que naciéramos y continuará
ha quedado redimido. después de que muramos. ¿Qué queda
de la responsabilidad personal y de la
libertad?
¿Hay que eludir el compromiso social o hay que buscarlo
positivamente?
Un verdadero cristiano busca la unidad Hay fusión de los individuos en el yo
en la capacidad y en la libertad del otro cósmico – no hay otro a quien amar o
para decir “sí” o “no” al don del amor. servir. El yo es dios. Buena parte de lo
La unidad es comunidad, no abolición que hay en la Nueva Era es una
de las personas. descarada autopromoción.
¿Debemos esperar una nueva era mejor?
Los cristianos están en un estado de La Nueva Era que ahora está
vigilancia constante, preparados para amaneciendo estará poblada por seres
los últimos días, cuando vuelva Cristo. perfectos, andróginos, que estén al
La Nueva Era de los cristianos mando total de las leyes cósmicas de la
comenzó hace dos mil años con Cristo, naturaleza (el cristianismo tiene que
que no es otro que Jesús de Nazaret, la dejar paso a una religión global y a un
Palabra de Dios hecha hombre para nuevo orden mundial).
salvación de todos. Vivimos ya en los
últimos tiempos.

8. Juicio humano y cristiano a la nueva religiosidad light.

No nos limitemos a un juicio específicamente cristiano, como si la propuesta


de la Nueva Era gozase de una cierta respetabilidad racional y científica y fuera
solamente reprobable para una conciencia cristiana. En realidad, carece de tal
respetabilidad de la manera más elemental.
a. Lo primero que deben despertar las pretensiones de la Nueva Era, no digamos ya
en un cristiano sino en cualquier persona dotada de un mínimo de sentido común,
es un sano escepticismo. Estaríamos a punto de pasar – o ya habríamos pasado –
a una nueva era (Acuario) de paz y armonía, de luz y amor, dejando atrás la de
desgracia, miseria, violencia y oscuridad (Pisces). Ahora bien, esto lo sabemos
gracias a… ¿la astrología? Depositar el futuro de la humanidad en las visiones
románticas de una “ciencia” que no tiene más fundamento que mitos
abandonados de la antigüedad, y charlatanes modernos, no es ni persuasivo ni
responsable. “Precisamente es de la esencia del New Age ‘escaparse de lo que

Bajo custodia de Escuela de la Fe 81


Apologética
considera los límites restrictivos del pensamiento racional’. La racionalidad
extrema de la ciencia y la tecnología está en agudo contraste con el
irracionalismo radical del deliberadamente indefinido New Age”.113
b. La “ciencia” con la que gusta darse aires de credibilidad es esencialmente una
“popularización” de conceptos científicos mal entendidos; lo mismo hay que
decirse de su comprensión de la historia, de las religiones antiguas -¡y actuales! –
, de los conceptos mitológicos que emplea y, a fin de cuentas, del hombre. Incluso
(¡por si alguno lo dudaba!) se han hecho estudios serios sobre la astrología, que
demuestran la absoluta no-correspondencia de los signos del zodiaco con la suerte
que corren quienes nacen bajo determinado signo (ver el capítulo 3 del libro Los
católicos y la Nueva Era, del jesuita Mitch Pacwa, que estuvo metido de lleno en
las prácticas de la misma antes de darse cuenta de la ilusión que representa).
Se puede consultar el Catecismo, 2116, para saber lo la Iglesia piensa
sobre la astrología y semejantes fenómenos.
c. Llama la atención el que, incluso desde dentro, se hable de la decadencia del
movimiento de la Nueva Era, para dar paso al Next Age o Age of Light (concepto
acuñado en los años ’90). Apenas está comenzando la Nueva Era de Acuario, ¿y
ya se acabó? ¡No dice mucho por la solidez de una “Era” que había de durar 2160
años! ¿Qué cristiano querrá vender su herencia cristiana bimilenaria por un
plato de lentejas a la New Age?
d. “Un discernimiento cristiano adecuado del pensamiento y de la práctica de la
Nueva Era no puede dejar de reconocer que, como el gnosticismo de los siglos II y
III, ésta representa una especie de compendio de posturas que la Iglesia ha
identificado como heterodoxas. Juan Pablo II ha alertado respecto al
‘renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma de la llamada New Age.
No debemos engañarnos pensando que ese movimiento pueda llevar a una
renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis’.”
e. “Esta ‘relación' fácil con Dios, donde la función de Dios se concibe como la
satisfacción de todas nuestras necesidades, revela el egoísmo que hay en el
corazón de la Nueva Era”. Aunque se trate de un egoísmo no consciente, viene a
ser una afirmación dura, pero necesaria. La verdad puede doler, pero se esquiva
a costa del propio engaño. Necesitamos ser salvados de nuestro egoísmo.
Echarnos en sus brazos como en brazos de nuestro salvador no es sino introducir
el lobo como pastor de los corderos.
f. Como ya se ha visto, hay una incompatibilidad total entre las creencias propias
de la Nueva Era y el cristianismo. “Quienes se preguntan si es posible creer al
mismo tiempo en Cristo y en Acuario conviene que sepan que se hallan ante una
alternativa excluyente: o esto o aquello. ‘Ningún criado puede servir a dos
señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y
despreciará al otro’ (Lc 16, 13).”

113Bernard Ardura, O. Praem. (Secretario, Pontificio Consejo para la Cultura): Presentación del documento de la Santa
Sede sobre el New Age, L'Osservatore Romano, Weekly Edition in English, 5 March 2003, page 7

82 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Conclusión
El fenómeno de la Nueva Era nos alerta a la búsqueda religiosa de
muchos de nuestros contemporáneos que no han sabido descubrir en el
cristianismo lo que buscan. Aun reconociendo que ello se debe muchas veces al
autoengaño de quien busca más a sí mismo que al Dios trascendente, nos debe
servir de aguijón para que en la vivencia de nuestras propias convicciones
religiosas sepamos dar mayor testimonio de:
 la importancia de dar un sentido a la vida,
 la importancia de respetar y amar la creación, de vivir una vida más simple,
 la superación del racionalismo frío en las expresiones religiosas,
 la dimensión comunitaria del pueblo de Dios,
 la naturaleza espiritual del mensaje cristiano (no reduciéndolo a un
horizontalismo humanitario),
 afirmar que el nuevo adviento se verificó en Cristo
 vivir desde “la luz y el día” (la resurrección de Cristo) ante el fatalismo de las
nuevas corrientes.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 83


Apologética
Síntesis

Sobre todo en el siglo XX han surgido nuevos movimientos religiosos


esotéricos, sincretistas y de corte orientalista de cariz orientalista. Se ha hecho
presente con fuerza la recurrente tentación del gnosticismo, con su pretensión de
liberación del hombre mediante un conocimiento esotérico que sólo poseerían los
iniciados. Son en general propuestas de una relación ‘fácil’ con un dios o fuerza que
tiende a identificarse en el fondo con la propia persona y los propios deseos
intramundanos, y a proponer diferentes técnicas por las que el hombre alcanzaría su
propia salvación. Característica de estas corrientes es la llamada Nueva Era, una
propuesta bizarra no sólo desde el punto de vista cristiano sino también desde una
perspectiva racional y científica. Aunque se propaga la ilusión de que es posible
creer al mismo tiempo en Cristo y en Acuario, en realidad nos hallamos ante una
clara alternativa: o se cree en Cristo, o se considera la era cristiana como ya
superada y a punto de dar paso a la ‘Nueva Era’.

Para recordar

“En las religiones neo-paganas no puede caber el cristianismo”.


“La Nueva Era representa una especie de compendio de posturas que la
Iglesia ha identificado como heterodoxas”.

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. Enuncia algunos elementos que definen a los Nuevos Movimientos Religiosos.
2. ¿Qué elementos tienen por lo general los grupos orientalistas en Occidente?
3. Enuncia algunas características típicas de los nuevos movimientos mágicos.
4. ¿Qué es la Nueva Era?
5. ¿Qué estudio publicaron el Consejo Pontificio de la Cultura y el Consejo Pontificio
para el Dialogo Interreligioso en el año 2000, para poner en alerta a los católicos
respecto a diversos aspectos problemáticos de la Nueva Era?
6. ¿Qué es el gnosticismo?
7. ¿En qué época tiene origen la Nueva Era?
8. Menciona algunos aspectos doctrinales de la Nueva Era.
9. ¿Cómo se comparan la concepción de la persona humana en el cristianismo y en el
New Age?
10. ¿A cuál de las herejías cristianas de los primeros siglos de la Iglesia se parece la
Nueva Era? ¿Por qué?

84 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Ejercicios de aplicación y profundización

1. Lea la siguiente Carta del editor que introduce el número 7 del volumen 15 de la
revista El Buscador (Editorial Yug, México DF), e identifica:
 el sincretismo que caracteriza la Nueva Era
 temas típicos de la Nueva Era
 de qué manera se busca confundir al católico de buena voluntad
 la indefinición y ausencia de pensamiento racional típico de la NE
 si es válida la manera como emplea la ciencia para apoyar su tesis (por qué sí o
por qué no)
 cuántos argumentos usa y cuántos de éstos tienen credibilidad
 cuántas contradicciones abiertas de la fe católica se encuentran en este párrafo.

“La era actual será femenina o no será.


Según Guillaume Postel, cabalista francés del Renacimiento, Jesucristo vino
a redimir la parte masculina del alma (animus), que tiene residencia en el cerebro,
separada de la parte femenina (anima), que vive en el corazón. Aunque defensor de
muchas de las ideas cristianas y aun católicas, Postel tuvo la osadía de proponer que
la obra de Jesús no estaba completa, pues la salvación de la humanidad aún
esperaba que la parte femenina fuera redimida con la acción de una mujer llamada
Juana que vivía en Venecia, donde había muerto a los cincuenta años, sin cumplir
su misión. Postel afirmaba que él era masculino y femenino al mismo tiempo, pues
el espíritu de esa salvadora había penetrado en él. Si un ser como Sathya Sai Baba
afirma que en esencia todos somos femeninos y la ciencia afirma que el estado inicial
del embrión humano es de feminidad antes de que en el feto se decida por un sexo,
debía ser fácil para los individuos masculinos de la especie empezar a asumirnos
desde hoy como una unidad que manifieste en sus ideas y sus actos la armonía de
los elementos que desde su origen lo forman. Algunas de las colaboradoras de este
número nos ayudan a ir tomando cada vez mayor conciencia de la importancia del
papel femenino en las grandes corrientes espirituales y a sensibilizarnos ante la
vibración femenina del universo que se hace evidente como diosas.
La era actual nos hará femeninos o no nos hará.”

2. En dos columnas paralelas indica las diferencias entre el Cristo histórico y el


Cristo cósmico del New Age.

3. ¿Qué le dirías a un amigo que considera que puede ser católico y creer también en
la Nueva Era?

Bajo custodia de Escuela de la Fe 85


Apologética

Apéndice

Campanas de alarma

La mentalidad y las prácticas de la Nueve Era han penetrado de tal manera


la cultura de la sociedad y, en muchos casos, también ambientes de teología o
espiritualidad que se presentan como ‘católicos’, que muchas personas de buena
voluntad, pero incautas, acaban consumiéndolas en grandes dosis sin saberlo. Más
se da esto precisamente por lo que se ha comentado ya de la adopción frecuente por
instancias de la Nueva Era de palabras, símbolos o realidades cristianas, a las que
dan un significado sin embargo muy alejado de la ortodoxia cristiana.

Es importante para evitar ser engañado estar familiarizado con los nombres
de personas, grupos, instituciones y lugares asociados con el fenómeno New Age; su
vocabulario preferido y las técnicas que tienen conexión con él. A continuación se
presentan -en modo alguno de manera exhaustiva- algunas figuras, palabras,
técnicas, grupos etc. que deberían hacer que el cristiano cuando menos levante las
antenas y se arme de una sana precaución y sospecha.

Personas líderes y teóricos del New Age


Helena Blavatsky (teosofía), Rudolf Steiner (antroposofía) Alice Bailey, David
Spangler, Carlos Castañeda, Marilyn Ferguson, J.Z. Knight, Shirley MacLaine,
Matthew Fox…

Psicólogos
Sigmund Freud, Carl Jung, Roberto Assagioli, William Reich, William James,
Abraham A. Maslow, Carl Rogers…

Corrientes
La Nueva Era no tiene una estructura estable o definida. Se compone de diversos
grupos que tienen elementos comunes entre sí (los propios de la espiritualidad light).
Se pueden distinguir como quiera tres grandes corrientes.
1º. La espiritualidad alternativa: las religiones no cristianas, el cristianismo
esotérico, el espiritismo, el ocultismo, el neopaganismo (neo-arcaísmo), el
chamanismo, los aficionados a las religiones de los UFO o OVNIS (extraterrestres
incluidos), los reencarnacionistas, los astrólogos, ciertos elementos de la teología
feminista, etc.
2º. La terapia alternativa: medicina alternativa, vegetarianos, psicología
alternativa, recovery, etc.
3º. La política alternativa: ecología profunda (Charlene Spretnak, por ejemplo, desea
un retorno a las divinidades de la naturaleza...) y nueva ciencia (Fritjof Capra...),
animalismo, conformación de nuevos partidos políticos con estas características, etc.

86 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética

Terapias, técnicas e instrumentos


La sobrecarga sensorial, biofeedback, el training autógeno, la hipnosis,
diversos tipos de meditación (Meditación Trascendental), psicoterapias, las
disciplinas terapéuticas, la ‘cromoterapia’, los cuarzos, el Rei-ki, viajes del alma,
drogas psicodélicas, channeling, Eneagrama, ‘espiritualidad centrada en la
Creación’, la astrología, el yoga, Tarot, Feng Shui, etc.114

 Acerca del eneagrama, “un instrumento para el análisis caracterial según nueve
tipos”, ha alertado la Santa Sede en su documento sobre la Nueva Era, que, “cuando
se utiliza como medio de desarrollo personal, introduce ambigüedad en la doctrina y
en la vivencia de la fe cristiana.”115

 Acerca de la meditación y la ascesis, escribe Juan Pablo II116: “No está …


fuera de lugar alertar a aquellos cristianos que con entusiasmo se abren a ciertas
propuestas provenientes de las tradiciones religiosas del Extremo Oriente en
materia, por ejemplo, de técnicas y métodos de meditación y de ascesis. En algunos
ambientes se han convertido en una especie de moda que se acepta de manera más
bien acrítica. Es necesario conocer primero el propio patrimonio espiritual y
reflexionar sobre si es justo arrinconarlo tranquilamente. Es obligado hacer aquí
referencia al importante aunque breve documento de la Congregación para la
Doctrina de la Fe sobre algunos aspectos de la meditación cristiana (15.X.1989). En
él se responde precisamente a la cuestión de ‘si y cómo’ la oración cristiana ‘puede
ser enriquecida con los métodos de meditación nacidos en el contexto de religiones y
culturas distintas» (n. 3).’”
“Algunos grupos locales de la Nueva Era califican sus encuentros como
‘grupos de oración’. Quienes sean invitados a dichos grupos deben buscar los signos
de una espiritualidad auténticamente cristiana. Hay que educar a los cristianos
respecto al verdadero objeto y contenido de la oración –dirigida al Padre, por medio
de Jesucristo, en el Espíritu Santo–, para juzgar rectamente la intención de un
‘grupo de oración’. La oración cristiana y el Dios de Jesucristo son fácilmente
reconocibles.”117

Instituciones
 El “Parlamento de las religiones mundiales”, que celebra reuniones cada x años,
con gran cobertura mediática, inevitablemente positiva; “Religiones unidas” (en
un solo concepto amorfo), proyecto impulsado por éste.

114 Se conoce poco sobre el influjo real de estas técnicas o prácticas, de origen ecléctico; quizá alguna de ellas simplemente
no provoquen ningún efecto. Algunas son inofensivas en cuanto tal o pueden incluso provocar unos beneficios cuando
se hace bajo personal clínico especializado, pero tienen el peligro de involucrar a las personas crecientemente en el
mundo de la nueva religiosidad cuando se llevan a cabo en ambientes New Age. Otros métodos son negativos por sus
efectos psicológicos o emocionales.
115 Jesucristo, Portador del agua de la vida, 1.4
116 Cruzando el umbral de la Esperanza (Plaza & Janes, Barcelona, 3ª ed. 1994), p. 103
117
Jesucristo, Portador del agua de la vida, 6.2

Bajo custodia de Escuela de la Fe 87


Apologética
 la “Nueva Acrópolis”.
 Cienciología o Dianética.
 en México, Huehuecóyotl, la comunidad Nueva Era más importante de América
Latina (en el Tepozteco, Morelos).
 en EE.UU. (California) el Instituto Esalen, y el Institute for Creation
Spirituality.

Vocabulario
La NE tiene una fascinación con manifestaciones extraordinarias y
entidades paranormales, con “médiums”, ángeles y consejeros amistosos del mundo
de los espíritus, con la búsqueda de una “armonía” caracterizada por “buenas
vibraciones”, procedentes del amor, en cuanto “energía positiva”. Todo esto,
orientado al desarrollo de nuestro “potencial humano” vendría a ser un medio
excelente para entrar en contacto con “nuestra deidad interior”.118
Libros y escritores
“Un Curso de Milagros”, “El libro de Urantia”; Anthony de Mello; Wayne Dyer…

Lectura complementaria

En el fondo, la nueva religiosidad no tolera el cristianismo


Card. Poupard (Presidente, Pontificio Consejo para la Cultura), en la
presentación del documento de la Santa Sede sobre el New Age119
“No olvidemos que en la Antigua Europa, pre-cristiana, las religiones
paganas estaban muy fuertes, y frecuentemente se daban conflictos bochornosos
ligadas al cambio político que inevitablemente se han etiquetado como opresión
cristiana de las religiones antiguas. Uno de los evoluciones más significativos en lo
que se podría llamar la esfera ‘espiritual’ en el siglo pasado fue una vuelta a formas
pre-cristianas de religión. Las religiones paganas han jugado un papel considerable
en apoyar algunas de las ideologías más violentas y racistas en Europa, al reforzar
la convicción según la cual algunas naciones tendrían un rol histórico de
importancia mundial que les daría el derecho de sujetar otros pueblos, y que casi
inevitablemente ha comportando un odio a la religión cristiana, vista como una
llegada tardía en el escenario de las religiones. La serie compleja de fenómenos
denominados con el término religiones “neo-paganas” revela la necesidad que
algunos experimentan de inventar nuevas maneras de realizar un “contraataque” al
cristianismo y volver a una forma más auténtica de religión, una religión mas
apegada a la naturaleza y a la tierra. Por este motivo, hay que reconocer que en las
religiones neo-paganas no puede caber el cristianismo. Querámoslo o no, lo que está
aconteciendo es una lucha por ganar los corazones y las mentes de las personas en

118 Bernard Ardura, O. Praem., Ibíd.


119 L'Osservatore Romano, Weekly Edition in English, 5 March 2003, page 7 (extractos).

88 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
las interrelaciones entre el cristianismo, las antiguas religiones pre-cristianas, y sus
‘primos’ más recientes.”

“Cuando se les hizo más fácil viajar fuera de su propio continente, los
europeos aventureros comenzaron a explorar lugares que anteriormente sólo
conocían consultando las páginas de los escritos antiguos. El encanto de lo exótico
les llevó a entrar en contacto más estrecho con las religiones y prácticas esotéricas
de varias culturas orientales, desde la antigüedad egipcia hasta la India y el Tibet.
La honda convicción de que existe una verdad profunda, una verdad esencial en el
corazón de cada experiencia religiosa, ha conducido a la idea de que se pueden y se
deben unir los varios elementos de las diferentes religiones a fin de llegar a una
forma universal de religión. Una vez más, en una empresa de éste género hay poco
lugar para las religiones institucionalizadas, especialmente para el judaísmo y el
cristianismo. Es algo que conviene recordar la próxima vez que encuentras un
anuncio para el budismo tibetano o algún encuentro con un gurú; son cosas que se
ven mucho en cualquiera ciudad capital de Europa. Lo que a mí me preocupa es que
muchas personas, que se involucran en este tipo de espiritualidad oriental o
‘indígena’, realmente no están capacitadas para darse cuenta de todas las
implicaciones que tiene una primera invitación a observar estas reuniones.”

Bibliografía recomendada

Consejo Pontificio de la Cultura - Consejo Pontificio para el Dialogo


Interreligioso: Jesucristo, Portador Del Agua De La Vida. Una reflexión cristiana
sobre la “Nueva Era”
Card. Norberto Rivera C. – Instrucción pastoral sobre el New Age (México, 1996)
Donald Leonard – El New Age. Presentación y Juicio Cristiano (S.E.R. Roma
1992)
Bernard Franck, Diccionario de la Nueva Era (Editorial Verbo Divino, Estella,
Navarra), p.217.
Mitch Pacwa, SJ – Los Católicos y la Nueva Era (Florida Center for Peace,
Miami)
Congregación para la Doctrina de la Fe – Instrucción sobre algunos aspectos de la
meditación cristiana (1989).
Comisión Teológica Internacional, “El cristianismo y las religiones” (1996), en:
Documentos 1969-1996, BAC, Madrid 1998, pp. 557-604.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 89


Apologética
Capítulo 2 LOS NUEVOS GRUPOS CRISTIANOS ANTICATÓLICOS Y
SECTAS PSEUDOCRISTIANAS

Nexo
El desafío que los nuevos movimientos religiosos “de orientación cristiana”
presentan a la Iglesia difiere en muchos respectos del que presentan los grupos que
hemos encontrado en el capítulo 5. Éstos, en el conjunto, presentan una
“espiritualidad alternativa” que –quisieran hacer creer– sería compatible con la fe
católica; así la infiltran y contaminan sin separar formalmente al creyente de la
Iglesia. En cambio, los grupos de los que nos ocupamos en este capítulo se enfrentan
desde el primer momento con la fe católica, acusándola de adulteración y abandono
del verdadero mensaje de Cristo, y ofreciendo a la vez la propia interpretación del
evangelio como el único válido.

Enfoque
No se trata aquí ni de conocer en detalle a cada grupo o secta –son miles–, ni
comentar cada una de sus múltiples idiosincrasias doctrinales. Más bien lo que se
busca es afianzar algunos principios generales que debería poseer el católico a la
hora de encontrarse con quienes piensan poder contradecir la fe de la Iglesia. Éstos
le darán confianza en su propia fe, que constituye la primera plataforma desde
donde puede lanzarse a ayudar a los demás a disipar sus prejuicios y pensar más en
cristiano.
Ello no quita que todo católico debe, en la medida de sus posibilidades,
familiarizarse con los “tópicos” al que tienen recurso las sectas y sus integrantes, y
con la correspondiente doctrina de la Iglesia, para poder más eficazmente dar razón
de su propia fe. En la bibliografía se indicarán algunos recursos útiles para este fin.

Esquema de la lección
A. Dos grandes grupos
1. En qué se basa la distinción: ¿quién es un cristiano?
2. Nuevos movimientos religiosos cristianos
3. Nuevos movimientos religiosos “pseudocristianos”
4. ¿De dónde surgen tantas sectas?
5. Cristianos, no iglesias
6. Perspectiva histórica
B. Principios básicos sobre la Revelación y su transmisión
1. La Revelación no se identifica con la Biblia
2. Qué es y de dónde viene la Biblia
3. La recta interpretación de la Biblia
4. El desarrollo del dogma
C. Consecuencias frente a las pretensiones de las sectas
1. Una confianza tranquila e ilustrada en la enseñanza de la Iglesia.

90 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
2. Rechazar como no cristiano el principio protestante de la sola Scriptura y su
interpretación individual.
3. No permitir que el cristiano evangélico cambie las reglas del juego.
D. La credibilidad de las sectas

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Conviene repasar, en conjunción este capítulo, los nn. 80-83 y 109-114.

A. Dos grandes grupos

Dentro de los grupos que se presentan como cristianos, es necesario


distinguir entre los que de hecho lo son, y los que hay que catalogar como
meramente “pseudocristianos”.

1. En qué se basa la distinción: ¿quién es un cristiano?


Los criterios que algunos grupos consideran suficientes o determinantes no lo son:
 Una comunidad cristiana no es un club de gente religiosa que tiene una cierta
admiración por Cristo.
 No basta que invoquen con frecuencia el nombre de Cristo, lo tengan por profeta,
o incluso como un ser de alguna manera divinizada o superior
 Tampoco una vida moral que respeta los valores generalmente considerados como
cristianos convierte al grupo que así vive (por ejemplo, los mormones) en
cristiano
Para que un grupo pueda legítimamente llamarse cristiano, lo que se
requiere fundamentalmente es la fe trinitaria (con la confesión de la divinidad de
Jesucristo) y la incorporación a ella por medio del bautismo “en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo”.
En esto, estamos de acuerdo tanto católicos, como ortodoxos y protestantes
de la reforma.
Con este criterio objetivo, quedan demarcados, entre los nuevos grupos de
orientación cristiana, los que lo son de verdad y los que se apropian el nombre
ilegítimamente.

2. Nuevos movimientos religiosos efectivamente cristianos:


a. Si bien es un fenómeno existente desde los inicios, se podría decir que se ha
vuelto particularmente frecuente en los últimos decenios.
b. Así, dentro del cristianismo se han dado nuevos grupos sectarios o cismáticos, sea
en el seno del catolicismo, de la ortodoxia o de las corrientes evangélicas o
protestantes. Algunos de esos grupos han radicalizado sus posturas
fundamentalistas en abierta oposición a la Iglesia católica o a las demás
comunidades cristianas tradicionales y se han cerrado radicalmente al diálogo,

Bajo custodia de Escuela de la Fe 91


Apologética
aunque a nivel de doctrina no se diferencian sustancialmente del cristianismo
histórico.
c. Debido a la peculiar capacidad de producirse separaciones en el seno de las
comunidades protestantes, el fenómeno adquiere especial relevancia en este
sector. Pero es necesario saber distinguir entre el protestantismo tradicional y los
nuevos movimientos religiosos de cariz protestante. Con varios grupos
protestantes o “evangélicos” tradicionales (según algunas terminologías) la
Iglesia Católica se encuentra en diálogo ecuménico, y no podemos hablar en estos
casos de una ‘nueva religiosidad’ o de grupos sectarios.
d. Ahora bien, dentro del protestantismo han surgido recientemente determinados
grupos evangélicos fundamentalistas, especialmente en América Latina, y
algunas corrientes radicales de cariz pentecostal. Éste sí es un fenómeno
importante por su fuerza cuantitativa y digno de consideración a la hora de
estudiar el fenómeno de la nueva religiosidad.

3. Nuevos movimientos religiosos “pseudocristianos”:


a. Se trata de una gran variedad de nuevos movimientos religiosos -surgidos
normalmente en occidente- que incluyen ciertos elementos cristianos, pero se
separan de la esencia del cristianismo, como puede ser la creencia en la
Santísima Trinidad y la divinidad de Jesucristo. Es por esto que adquieren el
nombre de “pseudocristianos”.
b. La clasificación de estos nuevos grupos religiosos es difícil de realizar pero es
posible detectar algunas corrientes más o menos diferenciadas:
 la adventista (Testigos de Jehová, por ejemplo)
 la metafísica (Ciencia cristiana)
 la restauracionista (Mormones)
 los mesiánicos (Moonies)
 los sincretistas (Spiritual Church...)
 otros grupos importantes: La luz del mundo (México), La iglesia universal del
Reino de Dios (Brasil), los niños de Dios, etc.
c. Algunas características de estos movimientos religiosos “pseudocristianos” son:
 Negación de la Santísima Trinidad.
 Negación de la divinidad de Cristo.
 Traducción “alterada” de la Biblia.
 Fundamentalismo religioso.
 Milenarismo – escatología particular.
 Ataque a la Iglesia católica principalmente.
 Para algunos, Estados Unidos sería “la nación santa”.

4. ¿De dónde surgen tantas sectas?


A partir de los principios doctrinales básicos de las cuatro grandes
divisiones del Protestantismo histórico: Luteranismo, Calvinismo, Zwinglianismo y
Anglicanismo, modificando aquí y allá, se han ido creando, a través de los tiempos,

92 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
muchas ‘iglesias’ que pretenden ser la verdadera Iglesia de Cristo, sea de una
manera exclusiva, sea en forma sincretista con otras denominaciones.
El mismo Martín Lutero puso las bases de este fenómeno histórico-doctrinal
al sostener el “Libre Examen Privado” de la Biblia. Este principio es, por su misma
naturaleza, demoledor de toda unidad de creencia, pues –la razón lo dice y la
experiencia histórica lo confirma– a partir de él se abre la posibilidad a toda división
en el pensar religioso cristiano. Cada protestante resulta potencialmente una secta,
pues cada uno tiene facultad para interpretar la Sagrada Escritura a su modo y
conforme la entienda en su libre examen. Si de hecho cada iglesia protestante
conserva cierta unidad, eso se debe a que los fieles de cada una no ejercen el libre
examen, sino que se atienen a la interpretación que les dan sus pastores, pero
siempre con la facultad y el derecho de disentir de ellos.

5. Cristianos, no iglesias
Conviene señalar que se pueden llamar comunidades eclesiales, sectas,
denominaciones o confesiones, pero la Iglesia católica no los llama ‘iglesias’ (aun
cuando ellas se identifiquen así).
a) Se llaman “comunidades eclesiales” porque son comunidades que se reúnen en el
nombre de Cristo y conservan muchos elementos verdaderos de su Iglesia única.
b) Son “denominaciones” porque cada una de ellas ha elegido un nombre propio.
Hay que decir que a varios les gusta llamarse “cristianos no-denominacionales”
pero eso no pasa de ser una ilusión desde el momento que forman un grupo
identificable.
c) La palabra secta se origina del idioma griego, de la palabra skeoo, de dónde pasa
al latín secare que significa: cortar, separar. Por cuanto todas ellas han nacido
por separación de otras iglesias anteriores y, en último término de la Iglesia
Católica, se les puede llamar “sectas”.
d) Algunas veces se les llama también “confesiones”, por razón de la Profesión de fe
que sustentan; es aplicable al protestantismo histórico, pero difícilmente a los
nuevos grupos, muchos de los cuales expresamente rechazan todo Credo o
profesión de Fe.
e) Desde la perspectiva de la fe y la teología católicas, no se pueden llamar iglesias:
la Congregación para la Doctrina de la Fe en su Nota sobre la expresión “Iglesias
hermanas”, del año 2000, explicó por qué motivo no son ‘iglesias’ las comunidades
surgidas de la Reforma protestante.

“Si bien el Concilio Vaticano II se refiere a todos los bautizados y creyentes en


Cristo ‘como hermanos en el Señor’, es necesario distinguir con claridad las
comunidades cristianas, con las cuales es posible establecer relaciones inspiradas
en el espíritu del ecumenismo, de las sectas, cultos y otros movimientos
pseudoreligiosos.”120

120 Juan Pablo II, Ecclesia in America, 49.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 93


Apologética
En cambio, reconocemos a todos las personas que creen en Cristo y han
recibido el bautismo cristiano como “hermanos” nuestros, aunque “separados” por no
estar en plena comunión con la Iglesia.

6. Perspectiva histórica
Pero existe además otra distinción que es de interés para nosotros cuando
nos enfrentamos con el cristiano perteneciente a una comunidad o secta procedente
del protestantismo
 por un lado, tenemos una fe transmitida de manera ininterrumpida desde los
orígenes (catolicismo, ortodoxia)
 por otro, una fe reinterpretada, redescubierta, o recreada –y en el proceso,
mutilada - quince o dieciocho siglos después de Cristo (protestantismo).
En consecuencia, cuando la interpretación de algún elemento de la fe es
contestada desde una instancia protestante cualesquiera, el católico no puede, por
un lado, sorprenderse; pero tampoco debe ponerse a la defensiva. Si lo hace, es que él
tampoco ha entendido en qué consiste y cómo se transmite la Revelación cristiana.
Es esencial para el católico adquirir un conocimiento claro de este proceso.

B. Principios básicos sobre la Revelación, su transmisión e interpretación

1. La Revelación no se identifica con la Biblia


La Revelación no nos ha sido entregada en forma de un libro que se cayó del
cielo. Cristo no escribió ningún libro –incluso es simbólico que la única vez que
‘escribe’, es en la arena (Jn 8,5), donde su escritura no puede durar- y por otra parte
la Iglesia creyente existía durante las primeras décadas después de Pentecostés sin
depender de libro alguno.
Fue la comunidad viva de los apóstoles, y en seguida de los primeros
discípulos en torno a éstos, que recibió en primer lugar de Cristo mismo la
revelación plena del Padre y de su plan de salvación, que solo él, Jesucristo, podía
entregar. Fue esta misma comunidad viva la que transmitió lo recibido de Cristo y
los apóstoles (lo que llamamos el depositum fidei) a las generaciones sucesivas. Esto
lo hicieron tanto por escrito como oralmente y con gestos, prácticas, maneras de
celebrar, costumbres, etc… Parte de lo escrito es lo que hoy reconocemos como la
Sagrada Escritura; todo lo demás viene a ser una serie de instrumentos que nos
transmiten el resto de la Sagrada Tradición (Tradición es “lo que se ha ido
entregando de mano en mano”, de persona a persona).
No hay ninguna sugerencia en los primeros siglos –realmente, no lo hay
antes de Lutero en el s. XVI – de que la Palabra de Dios se encuentra
exclusivamente en la Sagrada Escritura (sola Scriptura).

“En el medioevo y en Trento hubiera sido imposible definir la Escritura


simplemente como “la revelación”, como ocurre hoy en el lenguaje corriente.
La Escritura es el testimonio esencial de la revelación, pero la revelación es
algo vivo, algo más grande – para ser “revelación”, tiene que llegar a su

94 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
destino y tiene que ser percibida, de otro modo, no ha llegado a ser
“revelación”. La revelación no es un meteorito caído en tierra, que yace en
algún lugar y del que se pueden levantar muestras, llevarlas al laboratorio y
analizarlas. La revelación tiene sus instrumentos, pero no se puede separar
del Dios vivo, e interpela siempre a la persona viva a quien llega.”121

Lo mismo que no hay ninguna sugerencia de que, una vez que se habían
escrito los libros que hoy conocemos como el Nuevo Testamento, la Iglesia haya
declarado falsas, inútiles o ‘fuera de ley’ todas esas “otras cosas” que dejaron de
recopilar los evangelistas y demás escritores inspirados (cf. Jn 20,30 y 21,25).

2. Qué es y de dónde viene la Biblia


La Sagrada Escritura (la Biblia) es una recopilación de libros –setenta y
tres libros – hecha por la Iglesia porque en ellos reconocía la fe verdadera que ella
había recibido. Tanto antes como después de Cristo se escribieron muchos otros
libros que se proponían como rivales de los que componen nuestra Biblia; pero
quedaron descartados como “inspirados” precisamente porque contenían doctrinas
que no correspondían a la fe de la Iglesia. Ya que ésta tenía la firme convicción de
que poseía la verdad que Dios había destinado a los hombres, y que Dios no podía
contradecirse, concluía que tales libros no podían tener a Dios por autor.

“La Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la


lista de los Libros Santos” (CIC 120)
Así que,
1º, la Biblia es el libro de la Iglesia; ella lo escribió en parte, lo aprobó en su
totalidad, y vio en cada palabra de ella reflejada su propia fe;
2º, ella sabe, pues, cual es su sentido; entonces y ahora es ella quien sabe interpretar
rectamente su contenido;
3º, no es plenamente inteligible fuera de la comunidad al que pertenece;
4º, sigue transmitiéndose como parte integrante del mensaje de revelación entregado
a una comunidad viva;
5º, la Revelación cristiana se nos transmite por dos canales igualmente válidos y
necesarios, que son la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura; y
6º, éstas fueron dejadas por Dios en manos de la Iglesia para que las conservara y
las transmitiera íntegros, y las interpretara auténticamente.
Por todo esto, los Padres de la Iglesia decían que “la Sagrada Escritura está más en
el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos”.

121 Card. Joseph Ratzinger, La mia vita, p. 91

Bajo custodia de Escuela de la Fe 95


Apologética
3. La recta interpretación de la Biblia
“En la Sagrada Escritura”, dice el Catecismo, “Dios habla al hombre a la
manera de los hombres.” Aclaremos: esto lo dice el Catecismo, pero es un principio
aceptado por la exégesis científica tanto católica como protestante (los que no son
fundamentalistas).
Fijémonos bien: son dos cosas. Primero, “Dios habla”, y por eso es justo insistir,
como hacen los evangélicos, que la Biblia no tiene errores, que todo lo que dice debe
aceptarse como ‘palabra de Dios’. Pero, segundo, ¿a quien habla, y cómo habla? Le
habla “al hombre”, y “a la manera de los hombres”: y “la manera de los hombres”
está afectado por la cultura donde vive, por los límites de sus conocimientos (por
ejemplo, lo que se conocía en tiempos del Antiguo Testamento sobre el mundo y el
universo), etc., y se expresa en palabras que a veces quieren ser poesía, otras veces
cuento o parábola, otras veces historia…
Lo que le pasa al cristiano evangélico fundamentalista es que se olvida de la
parte que corresponde al hombre, al autor humano. Parece considerarlo como una
especie de robot. “Rechaza admitir que la palabra de Dios inspirada se ha expresado
en lenguaje humano, y que ha sido escrita, bajo la inspiración divina, por autores
humanos, cuyas capacidades y posibilidades eran limitadas. Por esto, tiende a tratar
el texto bíblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espíritu, y no
llega a reconocer que la palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en una
fraseología condicionadas por tal o cual época.”
Por tanto, para interpretar bien la Escritura, es preciso estar atento a dos
cosas:
1º. lo que los autores humanos quisieron verdaderamente afirmar (si uno dice “Dios
es mi Roca”, ¿es que quería que pensáramos que Dios está hecho de granito?)
2º. lo que Dios quiso manifestarnos mediante las palabras de los autores sagrados
humanos (por ejemplo, en Gen 1,1-19, ¿quiso Dios decirnos que el atardecer y el
amanecer son independientes del sol –creado hasta el cuarto día- o decirnos
quien creó el universo? Tuvo razón Galileo cuando decía que la Biblia no tiene
intención de decirnos “como van los cielos, sino como se va al cielo”).
Son muy importantes, y muy desatendidos por los cristianos
fundamentalistas –no digamos en el manejo pseudocristiano de la Sagrada
Escritura– tres criterios esenciales para entender la Biblia tal y como Dios
quiso que la entendiéramos. Es necesario estudiar cuidadosamente lo que enseña al
respecto el CIC (n. 109-114); aquí se representa esquemáticamente:

96 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Principios para
Lo que la Luego, la ¿Cómo? Hay que
acertar en la
Biblia es… pregunta es… atender a:
respuesta:
Toda la Biblia
leer e interpretar la
Dios habla ¿Qué quiso Biblia con el mismo la Tradición entera
al hombre manifestarnos? Espíritu con que fue
la analogía de la fe
escrita
(coherencia de todo)
a la tener en cuenta su el lenguaje original y
¿Qué quisieron
manera de época y cultura, y los sus idiosincrasias; el
verdaderamente
los “géneros literarios” sentido literal del
afirmar?
hombres que usan texto

Si uno examina cualquiera de los argumentos anticatólicos de los nuevos


grupos de orientación cristiana, invariablemente encuentra que peca contra alguno
de los criterios de una recta interpretación; su metodología “se enraíza en una
ideología que no es bíblica, a pesar de cuanto digan sus representantes”122.

A título de ejemplo:
 Hay que “prestar una gran atención al contenido y a la unidad de toda la
Escritura”. ¿Respetan esto quienes mantienen que la Biblia enseña la salvación
por la fe sola, sin que importen las obras? Quienes afirman que los católicos no
son ‘bíblicos’ porque llaman ‘Padre’ a los sacerdotes, y señalan al texto de Mt 23,
9, sin tomar nota del ejemplo de San Pablo en 1Cor 4,15, ¿han respetado este
criterio? ¿Su intención ha sido realmente captar lo que ha Dios querido
manifestarnos en ese pasaje de San Mateo?
 Es necesario “leer la Escritura en la Tradición viva de toda la Iglesia”. Quienes
mantienen que María no permaneció virgen porque leen en algunos pasajes
referencias a “los hermanos de Jesús”, ¿están atendiendo a este criterio? Y ¿están
teniendo en cuenta el lenguaje y sus usos, las costumbres familiares del tiempo
en el ámbito judío, además de todos los demás pasajes, no ya de la Biblia entera,
sino de los mismos evangelios donde se mencionan los supuestos hermanos?
 Se requiere estar atento a la “analogía de la fe”, es decir, la cohesión de las
verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación. Un proselitismo
que consiste en atacar verdades aisladas (y generalmente secundarias, aunque
no carentes de importancia), como la legitimidad de los imágenes o la virginidad
perpetua de María, ¿tiene alguna idea de ese ‘proyecto total’ de la Revelación – o
toda su “fe” consiste en atacar al católico para que se adhiera a su secta?
Frente a estos criterios, los cristianos fundamentalistas proponen una
mal entendida lectura literal de la Biblia. Basándose ¿en qué? ¿Dónde dice la Biblia
cómo se le tiene que leer? Y si no lo dice la Biblia, ¿quien, según ellos mismos,

122 Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, Ia Parte, F.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 97


Apologética
tendría autoridad para determinarlo? (Para el católico, la Iglesia sí tiene esa
autoridad, pues es la depositaria de la Revelación y la Biblia es su libro).
También la Iglesia católica subraya la primacía que tiene el “sentido
literal” – pero se trata del sentido literal según las normas de interpretación de los
textos. En cambio, “la lectura fundamentalista parte del principio de que, siendo la
Biblia palabra de Dios inspirada y exenta de error, debe ser leída e interpretada
literalmente en todos sus detalles. Por ‘interpretación literal’ entiende una
interpretación primaria, literalista, es decir, que excluye todo esfuerzo de
comprensión de la Biblia que tenga en cuenta su crecimiento histórico y su
desarrollo”123.
Ni qué decir, por otro lado, de la contradicción en que incurren quienes
abogan por una lectura exclusivamente “literal” de la Sagrada Escritura, pero
pueden leer textos como “Esto es mi cuerpo” o “Si no coméis mi cuerpo no tendréis
vida en vosotros”, y concluir que la Eucaristía no es sino un simbolismo. O que “a
quienes les perdonéis los pecados, quedarán perdonados”, no significa lo que dice.

4. El desarrollo del dogma


La incapacidad, ya aludida, de las lecturas fundamentalistas de la
Biblia de “tener en cuenta su crecimiento histórico y su desarrollo”, lleva a quienes
así lo interpretan a rechazar como invenciones tardías (del catolicismo) aquellos
elementos de la fe que, a su juicio, “no se encuentran en la Biblia”. Basta con que no
se use las palabras que hoy usamos para que se declaren deslegitimizadas: por
ejemplo, “Papa” o “Inmaculada Concepción”. ¿Cómo puede ser bíblica la doctrina de
la Asunción de María, si sólo fue declarada en 1950?
En realidad, un poco de reflexión y de sentido histórico lo explica sin
mayor problema. El Papa Juan Pablo II explicaba124 así por qué hubo que esperar
hasta la Edad Media hasta que se desarrollara la conciencia de la Iglesia sobre la
colaboración de María en la obra del Salvador:
“Este retraso se explica por el hecho de que el esfuerzo de los Padres de
la Iglesia y de los primeros concilios ecuménicos, al centrarse en el misterio de la
identidad de Cristo, dejó necesariamente en la sombra otros aspectos del dogma.
Sólo progresivamente la verdad revelada se podrá explicitar en toda su riqueza.”
Y agrega algo que debería alegrar al cristiano evangélico, y hacerle
entender cuán profundamente el auténtico espíritu del evangelio aletea en el
corazón de la Iglesia: “En el decurso de los siglos la mariología se orientará siempre
en función de la cristología.” Efectivamente. La Iglesia no iba a ocuparse, no podía
ocuparse primero con María; lo que tenía que alcanzar primero una mayor claridad
era su fe en Cristo. Incluso, por eso los primeros dogmas marianos – su virginidad y
su maternidad divina - tenían un contenido y una justificación enteramente
cristológicos: defender ante todo la divinidad de Cristo y la unidad de su Persona.

123 Ibíd.
124 Audiencia General, octubre 25, 1995.

98 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Sólo cuando eso ya se había atendido podía su reflexión teológica pasar a otros
asuntos.
Vale lo mismo respecto al papado, por ejemplo. No son sólo los cristianos
evangélicos; también hay católicos que se escandalizan porque la literatura de los
primeros siglos no habla con claridad de la primacía del Papa, o su infalibilidad; que
no habla de Pedro como obispo de Roma. Se asustan si un historiador afirma que, en
un inicio, uno de los presbíteros no pasaba de ser considerado simplemente como el
“primero entre iguales” dentro del clero romano, y que todas las implicaciones de su
papel sólo se fueron haciendo explícitas gradualmente, con el pasar de los siglos.
Pero, realmente, ¿podía ser de otro modo? A la Iglesia le llevó cuatro siglos llegar a
la expresión clara y precisa de lo que cree respecto a Dios y a Jesucristo; sería
sorprendente, por no decir muy extraño, si hubiera desarrollado toda una doctrina
sobre el papado o el episcopado antes de resolver las cuestiones más fundamentales.

C. Consecuencias frente a las pretensiones de las sectas

1. Una confianza tranquila e ilustrada en la enseñanza de la Iglesia.


En el La consecuencia más fundamental de lo que acabamos de exponer es que
cada católico debe ir armado de una inmensa confianza en la fe que ha recibido de la
Iglesia, en donde la Revelación tiene su casa. Puede ciertamente el católico
individual equivocarse en su comprensión de lo que enseña la Iglesia; puede también
ser incapaz (demasiado frecuentemente, por ignorancia) de explicarlo o darle
fundamento; pero puede al mismo tiempo tener una seguridad sin límites en que la
fe de la Iglesia corresponde a lo revelado por Dios (y a lo transmitido por la Sagrada
Escritura).
Por el contrario, el pobre cristiano no-católico que cuenta con sólo su Biblia
para transmitirle la divina revelación, y que cree poder instruirle, en base a ésta
sola, al católico individual -o a la Iglesia entera- en su “verdadero sentido”, está
simplemente viviendo en una ilusión.
Más desgraciado aún es el miembro de una secta pseudocristiana que trata de
explicarle al católico “la verdadera fe” en base a una Biblia alterada y/o una
supuesta ulterior revelación a algún sujeto – generalmente norteamericano – unos
diecinueve siglos después de Cristo.
En principio, ¿qué tienen que decir estos a la Iglesia que Cristo fundó y al que
encargó su Palabra? Son pretensiones risibles, y el católico debe estar convencido de
ello125. Otra cosa es que, en ocasiones, vengan a recordarnos algún aspecto de la fe
que, en lo individual o también como comunidad, hemos descuidado. Pero entonces
no será nunca algo que contradice la enseñanza secular de la Iglesia, sino algo que
recuerda algo olvidado, o en todo caso saca a relucir con una luz más fuerte algo de
“lo nuevo y lo viejo” guardado tesoro del depósito de la fe.

125 No quiere decir que debemos reírnos de quienes las presentan, si están con buena fe.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 99


Apologética
2. Rechazar como no cristiano el principio protestante de la sola Scriptura
y su interpretación individual.
Al lado de esto, conviene poder enseñarle al que cree en el doble principio
protestante de la sola Scriptura y de la libre interpretación individual de la misma,
que esto, además de no tener fundamento (ni en la Escritura ni en la Tradición), es
impracticable y contradictorio en sus resultados:
 No está en la Escritura: el protestante piensa que sí, y típicamente te citará 2Tm
3,6-17 o algún otro texto, pero una análisis sencilla –una lectura llana: no hace
falta ser un as del análisis literario– revela que ninguno de estos textos siquiera
sugiere que “la Biblia contiene toda la Revelación”.
 Es impracticable: la exégesis moderna, juntamente con la ciencia de la literatura
y la filosofía del lenguaje –amén de 500 años de experiencias de más y más sectas
cada uno con su propia interpretación– ha llegado a ver con claridad que la
“autointerpretación” de las Escrituras, y la claridad de significado que esa
aportaría, simplemente no existen, no son posibles. Lo reconocen los mismos
estudios protestantes: ya en 1928 el célebre estudioso luterano Adolf von
Harnack declaraba que “el así llamado ‘principio formal’ [de sola Scriptura] del
viejo luteranismo es, desde el punto de vista de la crítica [literaria], una
imposibilidad; al contrario, es mejor el principio católico”.
 Abre el camino a todas las interpretaciones posibles: cosa que no es simplemente
una “posibilidad”, sino un hecho – al punto que hay protestantes que, cuando hay
entre ellos quien niega la divinidad de Cristo o la resurrección, se lamentan de
que no pueda haber algo en el protestantismo como la autoridad magisterial en el
catolicismo.
 Nunca se ha practicado en el mismo protestantismo: pues la misma primera
generación de luteranos tuvieron que decidir –en base a un criterio que no está
en la Escritura- cual era la “clave” en base al cual toda la Biblia debía
interpretarse. 126

3. No permitir que el cristiano evangélico establezca las reglas del juego.


Se trata de un error que con frecuencia comete el católico cuando entra en
diálogo con ellos. “Vamos a dejar de lado las cosas en que no estamos de acuerdo”, se
dirá – los sacramentos, el papel de la Iglesia en la interpretación de la Biblia,
etcétera. Pero muchos de ellos no creen prácticamente nada que nosotros no creamos
también; el protestantismo no es sino un cristianismo ‘disminuido’, que ha dejado de
lado algunos elementos muy importantes. Resultado: el no-católico se queda
esencialmente con todo lo que cree; el católico en cambio tiene que renunciar de
antemano a partes importantísimos de su fe ¡Si se tratara de una negociación de
ventas, el vendedor agudo que representaba la posición protestante se ganaba el
premio de vendedor del año! Sería como un partido de fútbol en el que el equipo más
bajo en estatura, y más lento, insistiera de antemano que, como se trata de “fútbol”

126 cfr. Answers to main objections against Dominus Iesus. Interview with Cardinal Joseph Ratzinger, en ewtn.com

100 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
(balompié) no se vale cabecear ni meter gol de cabeza, y no se permite correr, sólo
caminar.
En otras palabras, no hay que admitir, en principio, ni la equiparación
“Revelación = Biblia”, ni una lectura parcial de textos aislados de la Sagrada
Escritura. Ello no quita que quien tenga la debida preparación puede acordar
demostrarle a un cristiano extraviado que ni siquiera ateniéndose sólo a la Biblia
sus interpretaciones se sostienen.

D. La credibilidad de las sectas

En general, hay que preguntarse frente a las sectas: ¿Cuál es el origen de su


doctrina? ¿Concuerda con la Palabra de Dios? ¿Qué fundamentos hay para
sostenerla? ¿Con qué autoridad el fundador habla en nombre de Dios?
Tratándose sobre todo de los grupos pseudocristianos –como son los Testigos de
Jehová y los Mormones, entre otros– notemos primero algunas peculiaridades de los
mismos, que se añaden a lo arriba indicado (A, 3b).
1. Es corriente que, al lado de la Revelación cristiana (que identifican con la Biblia),
acepten otra “revelación” concedida a su fundador; ésta complementaría la Biblia y
daría la clave de su interpretación – lo cual, a fin de cuentas, significa que la
contradice y tergiversa fundamentalmente (precisamente por eso son
“pseudocristianos”).
2. Dan un sentido enteramente cambiado a muchas realidades cristianas. Puede
engañarse quien se queda en las palabras.
3. Suelen dar un relieve desproporcionado al Antiguo Testamentos, al punto que
casi cabría considerar las enseñanzas de varios de estos grupos como herejías
judaicas o veterotestamentarias, más que cristianas.
La Iglesia católica y las iglesias ortodoxas basan su credibilidad en la fiabilidad
del testimonio del mismo Jesucristo y de sus apóstoles, fiabilidad avalada por
razones solidísimas que se extienden atrás a lo largo de los dos mil años que nos
separan de Cristo, y que se estudian en la Teología Fundamental y la Eclesiología
principalmente.
Aquellas comunidades eclesiales protestantes, que reconocen –en la práctica, y
no sólo en teoría - el papel normativo fundamental de la fe transmitida por los
apóstoles, participan al menos de cierto grado de esta misma credibilidad.
En cambio, en el caso de estos nuevos grupos religiosos, que fincan su
legitimidad en un superior entendimiento de la revelación cristiana –trátese de
grupos cristianos o pseudocristianos – debe ser obvio que, a fin de cuentas,
cualquiera de ellos goza en realidad de tanta credibilidad como credibilidad tienen
sus reivindicaciones de revelación especial o iluminación especial concedida a su
fundador o a sus adeptos. Y no más. Porque ellos no nos están diciendo, “Hay que
creer esto o aquello porque es lo que Cristo nos dijo”, o “porque es la fe que la iglesia
ha vivido desde el principio” sino “porque al Pastor X le han revelado que lo que

Bajo custodia de Escuela de la Fe 101


Apologética
Cristo realmente quiso decir era esto otro”, o que “desde entonces ha enviado Dios
otro revelador que es el Anciano Fulano quien completa y corrige lo que Jesús
enseñaba”.
¿Que garantías tenemos que el Pastor X o el Anciano Fulano no pasan de ser
personas con un desequilibrio emocional de tipo religioso, o víctimas de una
imaginación excesivamente fecunda? ¿O que simplemente nos han estado mintiendo?
¿Qué me impide a mí hacer mañana el anuncio de que Dios me ha revelado que soy
el nuevo Mesías, que los habitantes de, digamos, Tlaxcala, son el nuevo pueblo
elegido, y que el resto del mundo debe pagar el diezmo y depositarlo en una cuenta
bancaria que yo he establecido a favor del nuevo pueblo elegido? Pues, nada, excepto
mi conciencia (si la obedezco), junto con la salud mental y el sentido común (si lo
tengo - y eso no está garantizado a todos).
Quede bien claro que no nos toca a nosotros desautorizar a todos y cada uno de
los nuevos grupos religiosos que pululan a millares en nuestro mundo. Les compete a
ellos establecer la fiabilidad de sus reclamos. Faltando lo cual, quien les presta
atención simplemente peca de ingenuo.
Bien: pues, hasta el presente, ninguna agrupación ha presentado credenciales
que se aproximan siquiera a los de Jesucristo y de la Iglesia por él fundado. Es lo que
fundamentalmente debe saber el católico. Desde luego, debe llegar a conocer, por el
estudio, cuales son precisamente esos motivos de credibilidad que avalan nuestra fe.

Síntesis
El principio protestante de libre interpretación individual de la Biblia ha dado
pie a una multiplicación sin fin de ‘iglesias’ cristianos y pseudocristianos; los grupos
surgidos a partir del siglo XIX suelen ser agresivamente anticatólicas y dirigir su
proselitismo con preferencia a los católicos. Frente a esta multiplicidad, todo católico
debe poseer algunos principios fundamentales, sencillos, que le den confianza en su
propia fe, sin tener que poder rebatir cada argumento contrario que le presenten.
Sobre la Revelación y su transmisión debe tener claro que:
 La Biblia representa el corazón de la Revelación pero no está completa sola:
necesita del ambiente vivo de la Tradición y del discernimiento actual de la
Iglesia para ser revelación de Dios hoy.
 La Biblia es el libro de la Iglesia – ella consignó allí la Revelación recibida de
Dios.
 Todo en la Biblia está igualmente revelado; no hay algunos pasajes o conceptos
que son “más verdaderos” que otros, o pasajes que se pueden tranquilamente
descontar
 No puede haber contradicciones internas reales en la Biblia; lo que se llegue a
deducir de un texto cualquiera tiene que estar últimamente en armonía con todos
los demás textos de la misma
 Se requiere honradez para buscar en la Sagrada Escritura lo que Dios quiere
revelar, y no lo que yo quiero encontrar.

102 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Debe, por lo tanto, el católico tratar las pretensiones de las sectas desde la
plataforma de una confianza tranquila e ilustrada en la enseñanza de la Iglesia.
Sabrá que poco tiene un predicador del siglo XIX que enseñar a la Iglesia que Cristo
fundó y al que encargó su Palabra; comprenderá el principio protestante de la sola
Scriptura y su interpretación individual no es cristiano por carecer de fundamento
en la revelación, amén de ser impracticable; y no caerá en el juego de equipar
“Revelación” con “Biblia”, ni de hacer una lectura parcial de textos aislados de la
Sagrada Escritura. Sabrá finalmente que, mientras la Iglesia católica basa su
credibilidad en el testimonio del mismo Cristo y de sus apóstoles, estos nuevos
grupos religiosos no tienen más credibilidad que la muy poca (por no decir nula)
credibilidad de una supuesta iluminación concedida a sus iniciadores.

Para recordar

 Es necesario distinguir con claridad las comunidades cristianas, con las cuales es
posible establecer relaciones inspiradas en el espíritu del ecumenismo, de las
sectas, cultos y otros movimientos pseudoreligiosos.
 La Revelación cristiana se nos transmite por dos canales igualmente válidos y
necesarios, que son la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura.
 “La fe cristiana no puede aceptar ‘revelaciones’ que pretenden superar o corregir
la Revelación de la que Cristo es la plenitud. Es el caso de ciertas religiones no
cristianas y también de ciertas sectas recientes que se fundan en semejantes
‘revelaciones’” (CIC 67).
 “La Tradición y la Sagrada Escritura constituyen un único depósito sagrado de la
palabra de Dios”.
 La Biblia es el libro de la Iglesia.
 “En la Sagrada Escritura, Dios habla al hombre a la manera de los hombres. Por
tanto, para interpretar bien la Escritura, es preciso estar atento a lo que los
autores humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que Dios quiso
manifestarnos mediante sus palabras.” (CIC 109).

Actividades didácticas

Auto evaluación
1.- ¿Qué necesita tener un grupo religioso para llamarse legítimamente cristiano?
2.- Enuncia cuatro grupos religiosos efectivamente cristianos.
3.- ¿Que criterio tiene la Iglesia para la interpretación de las Sagradas Escrituras?
4.- ¿Qué es y de donde viene la Biblia?
5.- ¿Quién hizo discernir a la Iglesia Católica, que libros comprenden el “canon”?
6.- ¿Qué son los movimientos religiosos pseudocristianos?

Bajo custodia de Escuela de la Fe 103


Apologética
7.- Indica las principales características de los movimientos religiosos
pseudocristianos.
8.- ¿Qué significa la palabra secta?
9.- ¿Cuáles son las principales actitudes que el católico debe mantener frente a las
pretensiones de las sectas?
10 ¿En qué basa la Iglesia Católica su credibilidad, a diferencia de las sectas?

Ejercicios de aplicación y profundización


Después de leer la crítica que la Pontificia Comisión Bíblica realiza de “La lectura
fundamentalista de la Biblia” en su documento La interpretación de la Biblia en la
Iglesia (ver abajo, Lectura complementaria):
1. Describe lo que es una lectura fundamentalista.
2. Di en qué tiene razón el fundamentalismo, según el documento.
3. Indica brevemente cuáles son los principales problemas y peligros que conlleva
esta forma de leer la Sagrada Escritura.
4. Explica por qué el tipo de lectura que hace la Iglesia de la Biblia no es
fundamentalista.

Lectura complementaria
LA LECTURA FUNDAMENTALISTA de la Biblia
De: La interpretación de la Biblia en la Iglesia (Pontificia Comisión Bíblica)
La lectura fundamentalista parte del principio de que, siendo la Biblia palabra de
Dios inspirada y exenta de error, debe ser leída e interpretada literalmente en todos
sus detalles. Por “interpretación literal” entiende una interpretación primaria,
literalista, es decir, que excluye todo esfuerzo de comprensión de la Biblia que tenga
en cuenta su crecimiento histórico y su desarrollo. Se opone, pues, al empleo del
método histórico-crítico, así como de todo otro método científico para la
interpretación de la Escritura.
La lectura fundamentalista tuvo su origen en la época de la reforma, en una
preocupación de fidelidad al sentido literal de la Escritura. Después del Siglo de las
Luces, se presentaba, en el protestantismo, como una protección contra la exégesis
liberal. El término “fundamentalista” se relaciona directamente con el Congreso
Bíblico Americano tenido en Niágara, en el estado de New York, en 1895. Los
exegetas protestantes conservadores definieron allí “cinco puntos de
fundamentalismo”: la inerrancia verbal de la Escritura, la divinidad de Cristo, su
nacimiento virginal, la doctrina de la expiación vicaria, y la resurrección corporal en
la segunda venida de Cristo. Cuando la lectura fundamentalista de la Biblia se
propagó en otras partes del mundo, dio origen a otros tipos de lecturas, igualmente
“literales”, en Europa, Asia, África y América del Sur. Este género de lectura

104 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
encuentra cada vez más adeptos, a finales del siglo XX, en grupos religiosos y sectas,
pero también entre los católicos.
Aunque el fundamentalismo tenga razón en insistir sobre la inspiración divina de la
Biblia, la inerrancia de la palabra de Dios, y las otras verdades bíblicas incluidas en
los cinco puntos fundamentales, su modo de presentar estas verdades se enraíza en
una ideología que no es bíblica, a pesar de cuanto digan sus representantes. Ella
exige una adhesión incondicionada a actitudes doctrinarias rígidas e impone, como
fuente única de enseñanza sobre la vida cristiana y la salvación, una lectura de la
Biblia que rehúsa todo cuestionamiento y toda investigación crítica.
El problema de base de esta lectura fundamentalista es que, rechazando tener en
cuenta el carácter histórico de la revelación bíblica, se vuelve incapaz de aceptar
plenamente la verdad de la encarnación misma. El fundamentalismo rehuye la
relación estrecha de lo divino y de lo humano en las relaciones con Dios. Rechaza
admitir que la palabra de Dios inspirada se ha expresado en lenguaje humano, y que
ha sido escrita, bajo la inspiración divina, por autores humanos, cuyas capacidades y
posibilidades eran limitadas. Por esto, tiende a tratar el texto bíblico como si
hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espíritu, y no llega a reconocer que
la palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en una fraseología
condicionadas por tal o cual época. No concede ninguna atención a las formas
literarias, y a los modos humanos de pensar presentes en los textos bíblicos, muchos
de los cuales son el fruto de una elaboración que se ha extendido por largos períodos
de tiempo, y llevan la marca de situaciones históricas bastante diversas.
El fundamentalismo insiste también, de un modo indebido, sobre la inerrancia de los
detalles en los textos bíblicos, especialmente en materia de hechos históricos, o de
pretendidas verdades científicas. Frecuentemente considera como histórico lo que no
tenía pretensión de historicidad, porque incluye en tal categoría cuanto es referido o
narrado con verbos en pretérito, sin la atención necesaria a la posibilidad de un
sentido simbólico o figurativo.
El fundamentalismo tiene frecuentemente la tendencia a ignorar o negar los
problemas que el texto bíblico presenta en la formulación hebrea, aramea o griega.
Está frecuentemente ligado a una traducción determinada, antigua o moderna.
Omite igualmente considerar las “relecturas” de ciertos pasajes en el interior mismo
de la Biblia.
En lo que concierne a los evangelios, el fundamentalismo no tiene en cuenta el
crecimiento de la tradición evangélica, sino que confunde ingenuamente el estadio
final de esta tradición (lo que los evangelistas han escrito) con el estadio inicial (las
acciones y las palabras de Jesús en la historia). Descuida por eso mismo un dato
importante: el modo como las primeras comunidades cristianas han comprendido el
impacto producido por Jesús de Nazaret y su mensaje. Ahora bien, éste es un
testimonio de origen apostólico de la fe cristiana y su expresión directa. El
fundamentalismo desnaturaliza así la llamada lanzada por el evangelio mismo.
El fundamentalismo tiene tendencia también a una gran estrechez de puntos de
vista, porque considera conforme a la realidad una cosmología antigua superada,
solamente porque se encuentra expresada en la Biblia. Esto impide el diálogo con

Bajo custodia de Escuela de la Fe 105


Apologética
una concepción más amplia de las relaciones entre la cultura y la fe. Se apoya sobre
una lectura no crítica de algunos textos de la Biblia para confirmar ideas políticas y
actitudes sociales marcadas por prejuicios, racistas, por ejemplo, y completamente
contrarias al evangelio cristiano.
Finalmente, en su fijación sobre el principio de “sola Scriptura”, el fundamentalismo
separa la interpretación de la Biblia de la Tradición guiada por el Espíritu, que se
desarrolla auténticamente en conexión con la Escritura en el seno de la comunidad
de fe. Le falta reconocer que el Nuevo Testamento ha tomado forma en el interior de
la Iglesia cristiana, y que es Sagrada Escritura de esta Iglesia, cuya existencia ha
precedido a la composición de sus textos. El fundamentalismo, por ello, es
frecuentemente antieclesial: desprecia los credos, los dogmas y las prácticas
litúrgicas que se han vuelto parte de la tradición eclesiástica, así como la función de
enseñanza de la misma Iglesia. Se presenta como una forma de interpretación
privada, que no reconoce que la Iglesia ha sido fundada sobre la Biblia, y nutre su
vida y su inspiración en las Escrituras.
El acercamiento fundamentalista es peligroso, porque seduce a las personas que
buscan respuestas bíblicas a sus problemas vitales. Puede engañarlas, ofreciéndoles
interpretaciones piadosas pero ilusorias, en lugar de decirles que la Biblia no
contiene necesariamente una respuesta inmediata a cada uno de sus problemas. El
fundamentalismo invita tácitamente a una forma de suicidio del pensamiento.
Ofrece una certeza falsa, porque confunde inconscientemente las limitaciones
humanas del mensaje bíblico con su sustancia divina.

Bibliografía recomendada

Consulte la bibliografía indicada al final del capítulo 7.

106 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética

Capítulo 3 LAS SECTAS MÁS DIFUNDIDAS EN MÉXICO

Nexo
Las sectas en Latinoamérica
En una primera ola, iglesias provenientes de la reforma protestante se
radicaron en Latinoamérica a raíz de diferentes grupos que emigraron desde Europa
por motivos de las guerras mundiales, o en búsqueda de mejores oportunidades
económicas.
Las sectas pertenecen esencialmente a una segunda ola, de las llamadas
“iglesias libres”, derivadas propiamente de comunidades cristianas que, desde
Estados Unidos, emprendieron una labor misionera en Latinoamérica en forma
masiva a partir de la década de 1950, y buscaron consolidarse en medios populares.
Más recientemente, entre 1975 y 1985 se independizaron e iniciaron una
multiplicación sin precedentes, con tendencias fundamentalistas y, en algunas de
ellas, con influjo político de derecha.127

Enfoque

Las sectas y movimientos religiosos que tienen presencia en México son


muchas, pero hemos querido seleccionar las que más arraigo tienen en el país, y que
se han extendido por todo el territorio nacional. Los tres primeros en el esquema que
sigue son grupos particulares; el cuarto abarca multiplicidad de autodenominadas
‘iglesias’ y comunidades con características comunes.

Esquema

1. Testigos de Jehová
2. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Los
Mormones)
3. La Iglesia Universal del Reino de Dios (“Pare de Sufrir”)
4. Movimientos Cristianos Evangélicos y Pentecostales

1. Testigos de Jehová

Historia de los testigos de Jehová. Charles T. Russell: Fundador


La fascinación del siglo XIX por la especulación profética dio origen en los
Estados Unidos a muchos movimientos religiosos que se han propagado
internacionalmente. Entre ellos están los Mormones, los Adventistas, y los Testigos
de Jehová.

127Intervención del P. Silvio Cajiao, profesor de Teología en Bogotá, pronunciada en la videconferencia mundial de
teología organizada por la Congregación para el Clero (http://www.clerus.org) sobre «La Iglesia, la Nueva Era y las
sectas», el 29 de febrero (Zenit, 17-III-03)

Bajo custodia de Escuela de la Fe 107


Apologética
Abundaban las profecías sobre inminentes portentos. El líder adventista
William Miller, por ejemplo, profetizó el fin del mundo para 1843. A pesar del
fracaso, los adventistas continuaron anunciando el fin del mundo.
En este ambiente, en 1852, nació el norteamericano Charles Russell. El joven
Russell perdió la fe presbiteriana, recibida de sus padres, mientras discutía con un
ateo. Un poco más tarde se unió a los adventistas después de escuchar sus
advertencias sobre el fin del mundo.
Su fascinación con profecías lo llevó a creerse él mismo un gran un profeta y a
fundar, en 1879, The Watchtower Bible and Tract Society Estudiantes de la Biblia
(La Sociedad Bíblica de la Atalaya), hoy conocida como “Los Testigos de Jehová”.

Intérprete único de la Biblia.


Russell, sin terminar la escuela secundaria, sin estudiar teología, ni mucho
menos conocer griego ni hebreo, se autodenomina “pastor” y llega a la conclusión de
que todos los cristianos habían interpretado erróneamente la Biblia. Para remediar
la situación escribió siete volúmenes llamados “Estudios de la Sagradas Escrituras”.
De estos “Estudios” dice el mismo Russell: “Quien se dirige a la Biblia
solamente, en dos años vuelve a las tinieblas. Al contrario, si lee los “Estudios” con
sus citas, aunque no haya leído una sola página de la Biblia, al final de dos años
estará en la luz” (La Atalaya, revista oficial de los Testigos, Sept. 15, 1910).
Profetiza el Fin del Mundo
En 1874 Russell anunció la venida de Cristo para el año 1914. En ese año los
144,000 debían ser llevados al cielo y dar comienzo el milenio del Apocalipsis (20,2).
La humanidad tendría otra oportunidad de vivir en el paraíso terrenal. Pero la
realidad fue muy diferente: lo que de hecho comenzó ese año fue la I Guerra
Mundial.
No dándose por vencido, Russell postergó la fecha hasta el 1915 y de nuevo al
1918. Más tarde los Testigos reinterpretaron el año 1914 como el “principio de los
últimos días”.
Sus predicciones no concordaban con las de su esposa, también profeta, y
terminaron divorciándose.

Rutherford, “El Juez”: Segundo presidente de los Testigos.


Joseph Rutherford tomó la presidencia de los Testigos a la muerte de Russell en
1916. También continuó la costumbre de imponer a sus seguidores las doctrinas más
insostenibles bajo el pretexto de que eran “nueva luz” sobre las Escrituras,
procedente de Jehová y añadió muchas prohibiciones de las que hablaremos mas
adelante.
En el año 1918 fue encarcelado por corto tiempo, lo suficiente para salir lleno de
ira contra el clero cristiano al que hacia culpable de sus desgracias. Fue él quien dio
a los Testigos su carácter agresivo contra el cristianismo, especialmente contra la
Iglesia Católica a la que condenaba regularmente en diatribas encendidas.

108 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
En 1931, cambió el nombre de la organización de Estudiantes de la Biblia a
“Testigos de Jehová”
Hacía a sus miembros visitar de casa en casa con un tocadiscos portátil para
divulgar sus discursos.

Los patriarcas que no resucitan


Rutherford también heredó de Russell la tendencia a pronunciar solemnes
profecías y fijar fechas para eventos apocalípticos... El Armaguedón está por llegar,
insisten desde entonces los Testigos.
Profetizó la resurrección de Abraham, Isaac, Jacob y otros patriarcas del
Antiguo Testamento que debía ocurrir para el año 1925, justo a tiempo para el
Armaguedón. La preparación para su llegada fue por todo lo alto. Construyeron para
los patriarcas una suntuosa mansión en San Diego. Esperaron y esperaron...
finalmente el Sr. Rutherford, se instaló en la mansión y terminó allí sus años.
En otra famosa profecía Rutherford aseguró, en 1914, que “millones ahora vivos
no morirán”. Con esto quería hacer ver lo cercano que estaba el Armaguedón y la
restauración del mundo a su estado paradisíaco.
A pesar de todo, y muy probablemente gracias a todas estas fantasías, los
Testigos crecieron enormemente durante la presidencia de Rutherford, a quien ellos
consideran entre los hombres más iluminados de la historia, no menos que
Jesucristo.

Organización
Su gobierno es altamente centralizado. Desde su sede de Brooklyn, N.Y., el
presidente de los Testigos y siete directores vitalicios dirigen la organización
mundial con estricta disciplina. No tienen ministros ordenados. En cambio, cada
Testigo se considera ministro. Pero tienen un cuerpo de “ancianos”. Se reúnen no en
iglesias sino en “El Salón del Reino”.
Los Testigos, en 1996, ya tenían 5.2 millones de miembros en 212 países. Si
consideramos que hace solo 50 años eran menos de 100,000 Testigos, podemos darnos
cuenta de su crecimiento vertiginoso. La mayoría de los Testigos son conversos, en
gran parte ex-católicos. Es una de las sectas de más rápido crecimiento en el mundo.
Dan gran importancia a la propaganda. Tienen un enorme complejo de
imprentas que produce millones y millones de Biblias (distorsionadas), libros,
revistas (Atalaya, Despertad) y folletos. La Atalaya tiene una circulación de 15,
570,000, en más de 100 idiomas. La reparten de casa en casa y en centros
comerciales. Se dice que es la revista de mayor distribución en el mundo.

Proselitismo agresivo
Todo Testigo tiene una cuota de horas que debe dedicar a la propagación de la
secta. Algunos toman sólo trabajos “part-time” para dedicar hasta 150 horas
mensuales a las visitas a las casas y centros comerciales.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 109


Apologética
Todos los meses cada grupo debe enviar a la sede de Brooklyn un informe que
incluye nombres e información sobre cada persona visitada.
Los Testigos no tienen hospitales, escuelas, orfanatos o agencias sociales. Todo
su esfuerzo se dedica al proselitismo. Para ello son adoctrinados en técnicas para
llevar la conversación, cómo captar la atención, qué no decir... El adiestramiento es
parecido al de ciertos comerciantes. No importa buscar la verdad. Eso exigiría un
diálogo honesto y razonable. Lo que importa es tan solo vender el producto usando
cualquier táctica. Así son capaces de negar lo que es patentemente cierto: las
alteraciones que ellos han hecho a la Biblia, las falsas profecías, el hecho de que su
secta no existía hasta el siglo pasado...

Doctrina y misión
Los Testigos se identifican como una sociedad de cristianos dedicados a honrar
a Jehová y a la promoción del estudio de la Biblia.
Viven atentos a su creencia principal: en cualquier momento ocurrirá
Armaguedón, la “gran tribulación”, que eliminará todo mal y sufrimiento. Cristo
vendrá a establecer un reino milenario, el reino de Dios en la tierra. Se restaurará el
estado paradisíaco original. Estas creencias son objeto de constantes escritos.
Enseñan que sólo los Testigos se salvarán porque solo ellos obedecen totalmente a
Jehová.
“Jehová” sería el verdadero Nombre del Dios de la Biblia. En realidad, se trata
de una simple muestra de incultura. Los judíos por reverencia no pronunciaban el
Nombre de Dios; hacían un silencio o lo sustituían con ‘Adonai’, Señor). Por eso no se
sabe con seguridad cómo se pronunciaba - se piensa que de hecho fue “Yahvé – ya
que la Biblia sólo proporciona los consonantes de la palabra, sin los vocales. Hacia
finales del primer milenio d.C. algunos estudiosos (‘masoretas’) añadieron a esos
consonantes los vocales de “Adonai”, con el resultado de que quien no sabía que debía
sustituir allí ‘Adonai’, pronunciaba “Jehová”. ¡Debe ser poco consolador pertenecer a
un grupo religioso basado sobre una palabra mal deletreada!
La doctrina de los Testigos pretende fundamentarse en tres proposiciones:
1 -La Biblia contiene la Palabra de Dios
2 -Los hombres debemos guiarnos sólo por la Biblia
3 -La Biblia es entendida sólo por los Testigos.
Según esta forma de pensar nadie entendió nada de la Biblia hasta que se
fundaron los Testigos en el siglo XIX. Así se sienten con la autoridad de condenar
todas las doctrinas cristianas y reemplazarlas con sus propias interpretaciones. En
otras palabras, rechazan la autoridad que Jesucristo dio a los apóstoles para guiar la
Iglesia custodiando la doctrina, enseñando y pastoreando, y se la toman para sí
mismos.

Conclusión

110 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
La Biblia nos advierte: “surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a
muchos. Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará.
Pero el que persevere hasta el fin, ese se salvará.” (Mt 24,11-13).
El reto de los Testigos y otras sectas debe despertarnos. La mejor defensa es
poner los ojos en Cristo y profundizar el conocimiento de la verdadera fe. Donde hay
luz se disipan las tinieblas. Jesús nos prometió: “Yo estoy con vosotros todos los días
hasta el fin del mundo” (Mt 28,19).

2. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días


(Los Mormones)

Los mormones nacen en el ambiente protestante de los Estados Unidos del


siglo XIX, en que se lee la Biblia y cada uno la interpreta. El pueblo estaba
hambriento de Dios y muchos acudían a escuchar predicadores itinerantes,
equipado cada uno con sus interpretaciones bíblicas personales. Se multiplicaban
las iglesias tanto como los pastores. Se realizaban los así llamados “avivamientos”
que propiciaban experiencias emotivas y de masa, pero a los que normalmente les
faltaba en doctrina sana lo que les sobraba de emoción.

El ángel Moroni y el libro de oro (Libro de Mormón)


En este ambiente nace, el 23 de diciembre, de 1805, Joseph Smith, en Sharon,
Vermont. A los catorce años, según su propio relato, tuvo la experiencia en la cual
se apoya la fundación de los mormones: “Agobiado por el peso de las graves
dificultades que provocaban la contienda entre estos grupos religiosos un día estaba
leyendo la epístola de Santiago que dice: ‘Si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a
Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada’.”
José decide ir a una arboleda a pedir a Dios una respuesta ante tantas
diferentes religiones.
“Vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi
cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mi. Al reposar
sobre mi la luz, vi en el aire arriba de mi a dos personajes cuyo fulgor y gloria no
admiten descripción. Uno de ellos me habló llamándome por mi nombre, y dijo
señalando al otro: Este Es Mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!
Se trata de la visita del ángel “Moroni”, quien le reveló la existencia de un
libro de oro (el Libro de Mormón) que contenía la “verdadera religión”. El ángel le
dijo además que él, José Smith había sido designado por Dios para encontrar el
libro que yacía en forma de planchas oculto bajo tierra. Siguiendo las indicaciones
del ángel, José Smith dice haber encontrado el libro de oro, junto con dos piedras
mágicas con montaje de plata. El Señor Smith llamó a estas piedras «Urim» y
«Tummim», en recuerdo a las que llevaba en el pectoral el Sumo Sacerdote. Las
piedras, según su testimonio, le conferían la facultad de entender el lenguaje
misterioso del texto del libro de oro para poderlo traducir, lo cual hizo en su
totalidad. El señor Smith relata que entonces el ángel Moroni le ordenó que le
Bajo custodia de Escuela de la Fe 111
Apologética
devolviese el libro original, el cual nunca se ha vuelto a ver, ni queda rastro alguno
de él.
Este Libro de Mormón es, según la secta, revelación divina y viene a ser como
un Tercer Testamento ya que lo consideran “el complemento indispensable de la
Biblia, continuación de ella e inspirado como ella”. La fantástica historia de este
libro depende completamente de los relatos del Señor Smith, a quien los mormones
creen con fe ciega (a pesar de que dio al menos tres versiones diferentes y
contradictorias de la revelación inicial). Sus novedades no tienen ninguna base en la
historia ni en la revelación cristiana recibida de los Apóstoles y sostenida por la
Iglesia Católica desde el principio. Es decir, José Smith se atribuye revelaciones
especiales y privadas para fundamentar su iglesia; son ajenas a la Biblia y la
Tradición recibida de los Apóstoles.

Fundación de “La Iglesia de los Santos del Último Día” o Mormones


El 6 de abril, de 1830, José Smith funda «La Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días» o “mormones” poniendo como última regla de fe al libro de
mormón. Este libro suscita una fuerte oposición, pero hubo quienes le creyeron. Se
formaron seguidores, muchos de los cuales trabajaron como misioneros.
En 1835, Smith, escribe su libro Doctrinas y cláusulas donde recoge sus
“revelaciones” en materia de organización de la secta. Se crea un Quorum o Concilio
de 12 apóstoles cuyos poderes dependían de la autoridad de Smith; Brigham Young
(1801-1877) fue nombrado apóstol y en 1836 le eligieron presidente del Quorum.
En febrero de 1844, aprovechando su fama, José Smith se postuló como
candidato a la presidencia de Estados Unidos. Pero los escándalos por sus
numerosos adulterios públicos le llevaron en cambio a la cárcel de Cartago, Illinois,
junto con su hermano. Las turbas enardecidas asaltaron la cárcel y asesinaron a los
dos hermanos el 27 de junio de 1844.
El escándalo de la poligamia del fundador causó un cisma en la secta y
aparecieron muchos grupos pequeños de disidentes.
Mientras tanto, la oposición de Illinois contra los mormones hizo que, en 1846,
Young, el nuevo líder de la secta, organizase y supervisase la marcha de cerca de
5.000 mormones a través de las grandes llanuras y las Montañas Rocallosas, hacia
la región árida de Great Basin. Allí, en el valle de Salt Lake, fundó en julio de 1847
la ciudad de Great Salt Lake que se transformó en el nuevo centro del mormonismo.
El 5 de diciembre del mismo año lo designaron de forma solemne como cabeza de la
Iglesia mormona.

Notas doctrinales
La doctrina de los mormones se desarrolla a partir de cuatro libros básicos: la
Biblia, el Libro del mormón, la Doctrina y asambleas (135 revelaciones y otros
informes, editados casi todos por Joseph Smith, durante la década de 1830 y los
primeros años de 1840), y la Perla de gran valor (1842, una recopilación de

112 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
trabajos más cortos, tanto antiguos como modernos). El contenido de estos libros
está sujeto a la interpretación de los líderes religiosos (“apóstoles”), de quienes se
dice que pueden recibir revelaciones adicionales y ser sujetos de inspiración divina.
Cabe notar que los mormones dicen creer en el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo –y mantienen que por ello son cristianos- pero se trata de tres dioses
separados, y Cristo habría sido creado por el Padre, quien también fue una vez
hombre pero llegó a ser Dios. De hecho, según ellos, todos los hombres dignos
pueden llegar a ser dioses también.
Afirman ser cristianos, pero serlo de manera totalmente independiente de
cualquier otra agrupación cristiana existente, católica o protestante. Afirmación
ésta que obviamente no toma en cuenta el hecho de que, al usar la Biblia, se están
apoyando en el corazón de la fe cristiana, allí transmitida por obra de la Iglesia
Católica durante veinte siglos.
Muchos mormones son admirables en la vivencia de ciertas virtudes cristianas
y humanas. Desde luego, tampoco su conocimiento de las mismas les viene al
margen de la Revelación cristiana. Ésta extiende su influjo benéfico a aquellas
culturas y agrupaciones religiosas que la aceptan en alguna medida.

3. La Iglesia Universal del Reino de Dios (“Pare de Sufrir”)

Actualmente una de las sectas que más éxito tiene en atraer adeptos en toda
América Latina, –y, no casualmente, en enriquecerse – es la Iglesia Universal del
Reino de Dios, secta más conocida en muchas partes con el nombre “Pare de sufrir”.
Es un grupo pentecostalista, pero lo tratamos aparte por sus peculiares
características (y su auge actual).
Fue fundada en Brasil en 1977 por Edir Macedo. Macedo a los 20 años
abandonó el catolicismo y se convirtió al pentecostalismo; 10 años más tarde
abandonaría esta también. Fue entonces que este empleado de la lotería nacional se
declaró ‘Obispo’ y fundó, en un pequeño local alquilado de un barrio humilde de Río
de Janeiro, “la Iglesia Universal del Reino de Dios”.
En menos de 20 años, mediante un hábil uso de los medios masivos, su carisma
personal, y el uso de técnicas de manipulación, Edir Macedo la convirtió en empresa
multinacional y multimillonaria. Hoy la Iglesia Universal cuenta con 6 millones de
fieles y 2000 templos sólo en Brasil. Posee en ese país, además de un banco, un
emporio mediático que incluye dos periódicos, una revista, 30 emisoras de radio, y la
segunda red televisiva del país, con 25 repetidoras. Se ha extendido a otros 45
países, incluyendo toda América Latina, en donde también va haciéndose muy
visible en televisión, radio y otros medios. En Brasil ha fundado un partido político
que cuenta con el voto incondicional de sus miembros y representa la fuerza política
evangélica más fuerte en esa nación.
Llegó a México en 1991; el permiso de la Secretaría de Gobernación para
operar como iglesia le fue otorgado el 1 de junio de 2001.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 113


Apologética
Doctrina
Sin ocuparnos del monto preciso de su riqueza, ni del mérito que puedan tener
o no tener las acusaciones de turbios manejos financieros que se le hacen, lo que
debe quedar claro al católico es que la orientación de esta secta contradice al
evangelio y que sus prácticas son manipulativas.
Las enseñanzas de la Iglesia Universal parecerían muy similares a las de otros
grupos evangélicos pentecostales. Creen en la deidad de Jesucristo, la Trinidad, la
resurrección corporal de Jesucristo y la salvación por la gracia a través de la fe.
Sin embargo, lo que la caracteriza y la pone aparte son la centralidad e
interpretación muy particular que da a la presencia y acción del demonio, y su
“teología de la prosperidad”. Precisamente por medio de estos dos elementos se
manipula a los seguidores y se les explota económicamente.
1. El diablo omnipresente
La Iglesia Universal practica la liberación de demonios en los fieles. En todos sus
templos se ora por la liberación de ‘espíritus’: espíritus de hechicería, adulterio,
fornicación, celos, pleitos, envidias, borracheras, etc. Escribe el obispo Macedo: “Hay
algunas enfermedades que caracterizan la posesión (por el diablo): las neurosis, los
dolores de cabeza constantes, el insomnio, temor, desmayos, o ataques; deseos
suicidas, las enfermedades que los doctores no pueden descubrir, vicios y depresión”.
Y como si todo esto fuera poco culpa al demonio por la homosexualidad y el SIDA.
El papel central e insistente atribuido al diablo produce temor en los fieles y
obediencia ciega a las autoridades de la Iglesia.
2. La teología de la prosperidad.
“Tienes que honrar a Dios con tus bienes. Dios dijo: traed los diezmos. Cuando
usted da su diezmo, Dios abre las ventanas del cielo y derrama bendiciones. Si
diezmas consigues trabajo. Si quieres salir de la miseria, si quieres obtener un
empleo, si quieres sanarte de una enfermedad debes aportar tu diezmo. Si no
aportas tu diezmo el dinero va desapareciendo porque el demonio devorador ha
entrado.”
A diferencia de otros cultos pentecostales que prometen a sus fieles la felicidad
en el ‘más allá’, Macedo asegura que Dios dará las gratificaciones de sus fieles aquí
en la Tierra. De allí que si uno entrega más dinero tendrá más posibilidades de ser
rico en esta vida. Macedo afirma: “Yo no sigo a un Dios pobre. Si su Dios es pobre es
porque sus pensamientos son pobres... La pobreza es del diablo; no de Dios”.
Efectivamente, para liberar a los fieles del diablo, los liberan primero de su
dinero. En la Iglesia Universal las reuniones duran aproximadamente dos horas con
la mitad del tiempo dedicada a la Biblia y la otra mitad a recaudar dinero. Los fieles
deben entregar sus diezmos para no ser conducidos a las garras de Satanás. Un
pastor dice sin vacilar: “Hay una guerra adentro de cada uno de nosotros. Dios
quiere que usted dé, pero el diablo sostiene su billetera. Venga, venga ahora.
Mañana usted podría estar muerto. Si usted no paga a Dios, usted paga al diablo”.

114 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Tanto en sus reuniones como en su programa televisivo “Pare de sufrir” – de
donde el nombre por el que son conocidos por muchos – ofrecen a sus seguidores una
serie de “objetos milagrosos” que afirman son capaces de sanar enfermedades
incurables, traer ganancias económicas o retener seres amados, siempre y cuando el
creyente aporte su fe y sobre todo sus contribuciones monetarias: ‘piedras de la
tumba de Jesús’, ‘el agua bendita del río Jordán’, ‘la rosa milagrosa de Sharon’, ‘sal
bendecida por el Espíritu Santo’. Invitan a participar de las reuniones y ‘comer el
pan bendecido para curar enfermedades’.

Algunas afirmaciones útiles para evaluar a “Pare de Sufrir”:


“Utilizan métodos manipulativos para obtener dinero”. No lo dice la Iglesia
Católica, sino las Asociaciones Evangélicas del Brasil.

“¿Entienden cómo es? Si quieren ayudar, bien. Si no, pueden irse al infierno.
O contribuyen o se condenan.” (Edir Macedo, mostrado en un video
enseñándoles a sus pastores a pedir dinero)

“Es contrario a todo lo que uno se imagina como Iglesia, pues hay una mezcla de
lo comercial con lo divino... Los demonios son culpables por todas las desgracias
del mundo. La función de la Iglesia es ‘quebrar hechizos, con un lenguaje que se
aproxima mucho a los cultos afro-amerindios”. – Martín Dreher, prestigioso
pastor luterano brasileño.
“No se ha podido comprobar si el creyente en verdad para de sufrir, pero lo que es
un hecho es que jamás para de pagar.”128
¿Qué opinión tiene Edir Macedo de los católicos? “No somos locos ni idiotas para
venerar una imagen de madera, metal o piedra.”

Sobre la “teología de la prosperidad”


Macedo no es el único pentecostal que la predica; de hecho, la ha tomado
prestado de otros. Pero eso no la vuelve más de acuerdo con el evangelio. Se intenta
justificarlo “bíblicamente” con textos principalmente del Antiguo Testamento,
haciendo caso omiso del carácter gradual de la Revelación, y de su plenitud en
Cristo.
En los inicios de la Revelación, lo que capta de cierto el AT es que Dios premia a
quienes le son fieles. Lo que todavía no tiene claro es, cómo. Piensa en una larga
vida, luego en bendiciones terrenas, porque todavía no conoce la supervivencia
más allá de la muerte
Los libros más tardíos del mismo Antiguo Testamento ya ponen en tela de juicio
esas concepciones anteriores.
Y la vida, obras y palabras de Jesucristo no nos dejan ninguna duda:

128
“Denuncian a secta ‘Pare de sufrir’”, en Diario Frontera, Tijuana, 8 de agosto 2004

Bajo custodia de Escuela de la Fe 115


Apologética
él mismo, para venir a este mundo, se despojó de todo (Fil 2,10); nació, vivió y
murió pobre;
- puso en guardia contra los peligros de la riqueza (Lc 18,24-25 y par.)
- amonestó a no buscar amontonar tesoros en la tierra (Mt 6,19-21)
- el discípulo, siguiendo las huellas de su Maestro (Mt 10,24-25; Lc 23,31) es
feliz, no simplemente “a pesar de” los sufrimientos que le puedan afligir en este
mundo, sino precisamente cuando es pobre, y llora, y es perseguido, Mt 5,3-12.
Mas “la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse
llevar de él, se extraviaron en la fe” (1Tm 6,10). Ya lo había advertido el mismo
Jesucristo: “No podéis servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24). Judas sólo fue el primero
que dio testimonio de ello.

4. Movimientos Cristianos Evangélicos y Pentecostales

Evangélico, en Latinoamérica129, equivale a protestante, o, de modo más


específico, “designa en particular a los grupos protestantes dedicados al
proselitismo de modo más llamativo” y que se distinguen por un “retorno al
‘evangelio’, interpretado literalísimamente”130.
Del evangelicalismo provienen tanto el fundamentalismo como el
pentecostalismo. No todos los evangélicos, entendidos en la primera acepción de la
palabra (arriba) son fundamentalistas; pero esta tendencia caracteriza a los grupos
más proselitistas, incluyendo a los pentecostales.
Fundamentalismo: propiamente hablando, se refiere a la forma de leer e
interpretar la Biblia, que contendría, ella sola, toda la Revelación cristiana:
 los dos pilares de su fe son los principios protestantes de la sola Scriptura y la
sola fides
 interpretan la Biblia al pie de la letra
 ajustan la revelación a sus creencias previas, seleccionando los textos que más les
acomodan, y usando una traducción de la Biblia (generalmente la Reina-Valera)
en la que se traducen inexactamente algunas palabras o frases que contradicen
sus enseñanzas favoritas
 son exclusivistas (no se salva sino quien sigue su interpretación de la Biblia).
Aunque el fundamentalismo tenga razón en insistir sobre la inspiración
divina de la Biblia, la inerrancia de la palabra de Dios, y las otras verdades bíblicas
incluidas en sus “cinco puntos fundamentales”131 [de donde toma su nombre], su
modo de presentar estas verdades se enraíza en una ideología que no es bíblica, a
pesar de cuanto digan sus representantes:

129 Para su uso en ambientes anglosajones, que es diferente, consúltese el artículo citado en la nota siguiente.
130 Manuel Guerra, “Evangélico”, en: Diccionario Enciclopédico de las Sectas, BAC, 2ª ed. 1989, p.268.
131 Son: la inerrancia verbal de la Escritura, la divinidad de Cristo, su nacimiento virginal, la doctrina de la expiación

vicaria, y la resurrección corporal en la segunda venida de Cristo.

116 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
 impone, como fuente única de enseñanza sobre la vida cristiana y la salvación,
una lectura de la Biblia que rehúsa todo cuestionamiento y toda investigación
crítica
 tiende a tratar el texto bíblico como si Dios lo hubiera dictado palabra por
palabra
 no llega a reconocer que la palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en
una fraseología condicionadas por tal o cual época
 está frecuentemente ligado a una traducción determinada, antigua o moderna
 confunde ingenuamente el estadio final de la tradición (lo que los evangelistas
han escrito) con el estadio inicial (las acciones y las palabras de Jesús en la
historia)
 insiste, de un modo indebido, sobre la inerrancia de los detalles en los textos
bíblicos, especialmente en materia de hechos históricos, o de pretendidas
verdades científicas. (frecuentemente considera como histórico lo que no tenía
pretensión de historicidad)
 considera conforme a la realidad una cosmología antigua superada, solamente
porque se encuentra expresada en la Biblia
 se apoya sobre una lectura no crítica de algunos textos de la Biblia para
confirmar ideas políticas y actitudes sociales marcadas por prejuicios (racistas,
por ejemplo)
 le falta reconocer que el Nuevo Testamento ha tomado forma en el interior de la
Iglesia cristiana
 y que es Sagrada Escritura de esta Iglesia, cuya existencia ha precedido a la
composición de sus textos
En consecuencia:
 es frecuentemente antieclesial: desprecia los credos, los dogmas y las prácticas
litúrgicas que forman parte de la tradición eclesiástica viva, así como la función
de enseñanza de la misma Iglesia.
 no reconoce que la Iglesia ha sido fundada sobre la Biblia y nutre en ella su vida
e inspiración
 seduce a las personas que buscan respuestas bíblicas a sus problemas vitales, en
lugar de decirles que la Biblia no contiene necesariamente una respuesta
inmediata a cada uno de sus problemas
 invita tácitamente a una forma de suicidio del pensamiento
 ofrece una certeza falsa, porque confunde inconscientemente las limitaciones
humanas del mensaje bíblico con su sustancia divina

Pentecostalismo
Se ha estimado que el protestantismo en Latinoamérica es 70% de tipo
pentecostal. ¿Qué es el Pentecostalismo?
Tienen su origen en movimientos de reforma dentro de las comunidades de la
reforma. Sirva de ejemplo el pietismo, movimiento surgido en el s. XVII en el seno

Bajo custodia de Escuela de la Fe 117


Apologética
del protestantismo luterano, en Alemania. Buscaban recobrar vitalidad para los
cristianos; no era su intención formar una nueva Iglesia. No dejaban de ser
Luteranos, pero no consideraban un ideal de vida cristiana entrar en complejos
debates teológicos ni asistir a ritos. El rasgo del verdadero cristiano era el amor al
prójimo, más que la recta doctrina, decían. Buscaban una vida que les exigía
sacrificio, celo apostólico, preocupación por el que sufre, predicación de la Buena
Nueva a pueblos distantes. Querían experimentar la fe, no definirla.
Actualmente hay más de 10,000 grupos pentecostalistas (lo cual es
posiblemente una buena ilustración de lo que ocurre cuando la fe ‘se experimenta’
pero no se sabe definir).

“Informes oficiales indican que, actualmente, [en Chiapas] aumentan los


conflictos internos entre los mismos protestantes, por las constantes
subdivisiones internas, que llevan a “fundar” nuevas iglesias.”132

Es el difusor principal del fundamentalismo en América.


Además del fundamentalismo y el proselitismo agresivo, otras características de los
grupos pentecostales incluyen:
 predican un fin del mundo inminente
 alejan a sus seguidores de toda relación con el mundo
 tienen un concepto pesimista del hombre
 predican un Dios vengativo más que misericordioso
 milenarismo
 ponen su fe en los milagros, especialmente las curaciones, y en manifestaciones
extraordinarias como el don de lenguas
 creen en una Iglesia invisible, que estaría compuesto de todos los cristianos que
han “nacido de nuevo” –no por el bautismo, cuya necesidad rechazan, sino
“aceptando a Jesús en su corazón como su Señor y Salvador personal”
 son fanáticamente anticatólicas: en los casos más extremos, parecería que toda
su fe se reduce a ser ‘protestante’ en el sentido más exacerbado de oponerse a lo
que enseña la Iglesia católica, y de hacer proselitismo exclusivamente entre
católicos para apartarles de la Iglesia
 privilegian lo espontáneo, emotivo y personal, con correspondiente desprecio de lo
doctrinal e institucional

Mons. Felipe Arizmendi Esquivel (Obispo de San Cristóbal de Las Casas), “En Chiapas no hay guerra religiosa”,
132

Zenit, 10 de feb. 2007, ZS07021004.

118 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. ¿En qué años se fundaron, respectivamente, los Testigos de Jehová, los
Mormones, y la Iglesia Universal del Reino de Dios?
2. El fundador de los Testigos, Joseph Russell anunció la venida de Cristo, primero,
para el año , después, para el año , y luego para el año .
3. su creencia principal: en cualquier momento ocurrirá Armaguedón, la “gran
tribulación”, que eliminará todo mal y sufrimiento.
4. Cuando venga el Armaguedón, ¿se salvarán muchos a demás de los Testigos,
según su doctrina?
5. ¿De dónde viene el nombre de “Jehová”?
6. Los Mormones dicen creer en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¿Es correcto
decir que son cristianos?
7. ¿Qué tienen en común, respecto a la Biblia, los Estudios de la Sagradas
Escrituras (J. Russell – Testigos) y el Libro de Mormón (J. Smith – Mormones)?
8. Según la doctrina de la Iglesia Universal del Reino de Dios, ¿qué beneficios
alcanza quien paga el diezmo a la Iglesia? ¿Y qué le pasa al fiel que no lo aporta?
9. Se dice de los pentecostales que “querían experimentar la fe, no definirla”. ¿Cuál
ha sido la consecuencia de esta opción?
10. ¿Por qué se puede decir que “no es bíblica” la forma fundamentalista de leer e
interpretar la Biblia?
11. Indica seis características importantes de los pentecostales.

Ejercicios de aplicación y profundización


1. Aplica a los Testigos los principios enunciados en las secciones A - D de la
lección.
2. Haga lo mismo respecto a los mormones
3. … y a los Pentecostales.
4. Compare la doctrina de la Iglesia Universal del Reino de Dios con la de San
Pablo en 1Tm 6, 3-19.
5. Explica por qué “cada protestante resulta potencialmente una secta”.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 119


Apologética
Lecturas complementarias

1. Para contrastar la enseñanzas de las sectas con las de la Iglesia católica, véase el
resumen esquemático que presenta Mons. Javier Lozano Barragán en su Por qué soy
Católico. Respuesta a las sectas, Ed. Paulinas, México DF, 2ª Ed., 1991, pp. 135 ss.

Bibliografía recomendada

Juan Pablo II
- Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in America (1998)
Comisión Doctrinal de la Conferencia del Episcopado Mexicano
- El compromiso pastoral de la Iglesia frente a las sectas y nuevos movimientos
religiosos, Conferencia del Episcopado Mexicano, México DF, 1997.
Daniel Gagnon, OMI
- No todo el que me dice, “Señor, Señor”, Ediciones Paulinas, México, 1995.
- Dar razón de mi esperanza, Ediciones Paulinas, México, 1996.
- Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Ediciones Siempre Fiel,
México 1995.
Flaviano Amatulli V.
- Diálogo con los Protestantes, Apóstoles de la Palabra, México DF, 2004, 3ª
edición – corregida y aumentada
Juan Rivas P., LC
- ¿Por qué soy Católico? Contenidos de Formación, México DF, 2000.
Manuel Guerra
- Diccionario enciclopédico de las Sectas, BAC, Madrid, 1999, 2ª edición.
Florencio Galindo CM
- El Fenómeno de las Sectas Fundamentalistas. La Conquista evangélica de
América Latina, Ed. Verbo Divino 1994
Madeleine L. Tobias y Janja Lalich
- El Terrible Poder de las Sectas, Ed. Tikal Madrid
Maldonado
- Estos Son los Mormones, Ed. Fe Católica, Madrid
Francisco Sampedro Nieto C.M.,
- Sectas y otras doctrinas en la actualidad, CELAM, 1993.

120 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Unidad 4 Medios, sectas, cultura popular y laicismo, frente al
hecho de Cristo y la historia de la Iglesia

En un mundo donde las personas están sometidas a la continua presión


cultural e ideológica de los medios de comunicación social…, es esencial que los
católicos conozcan lo que enseña la Iglesia, comprendan esa enseñanza y
experimenten su fuerza liberadora. Sin esa comprensión faltará la energía espiritual
necesaria para la vida cristiana y para la obra de la evangelización. (Juan Pablo II)

Nexo
La fe, como hemos visto, encuentra oposición, de diversos signos, por parte del
ambiente cultural general de la sociedad, y por parte de los grupos que representan
la nueva religiosidad. Existe además otra serie de instituciones presentes en la
sociedad que adoptan una actitud de crítica agresiva –y frecuentemente deshonesta–
respecto al cristianismo en general y la Iglesia católica en particular. Se trata de los
medios de comunicación y de entretenimiento: radio, televisión, prensa, cine,
Internet, novelas, literatura seria, etc.
En el capítulo 8 fijaremos nuestra atención en los medios informáticos; el
capítulo 9 examina el uso, y abuso, de la historiografía en relación con la Iglesia; el
capítulo 10, algunos aspectos de la cultura popular y los medios de entretenimiento,
incluyendo la literatura popular; y finalmente en el capítulo 11, veremos cuál es la
realidad de las relaciones entre la fe y la ciencia.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 121


Apologética

Capítulo 1 LOS MEDIOS Y EL CONOCIMIENTO DE TU FE

Enfoque

Hay un hecho que resulta verdaderamente asombroso, porque siendo a


todas luces evidente, casi nadie se da cuenta de ello, y porque en sí parece
inconcebible.
Pero es innegable: la gran mayoría de los católicos, y desde luego las
demás personas, “se informan” acerca de su fe y de su Iglesia, no por la enseñanza o
las publicaciones de ésta, sino predominantemente por medio de los medios
seculares.
No pretende este capítulo emprender ni una apreciación ni una crítica
global de los medios. Su propósito es:

 poner en alerta al católico ante el fenómeno que acabamos de mencionar


 entender por qué la misma naturaleza de los medios requiere que éstos tengan
que ganar nuestra confianza si se la hemos de dar
 saber cuáles deben ser las actitudes del cristiano frente a los medios
 saber a qué fuentes autoritativas pueden y deben recurrir para conocer con
objetividad la doctrina de la fe y la realidad histórica y actual de la Iglesia
 conocer algunos ejemplos que sirvan para iluminar a quienes con ingenuidad
prestan su confianza a “lo que dijeron en el noticiero” o la documentación “muy
bien informada” que presentó tal o cual libro sobre cuestiones de nuestra fe.

Esquema de la lección

1. Un fenómeno preocupante: ¿Cuál es la fuente principal en donde el cristiano,


católico, corriente, conoce su fe y su Iglesia?

2. Por qué los medios masivos no son de fiar en cuestiones religiosas


 ignorancia
 el periodista no es más virtuoso que los demás
 tensión natural entre la búsqueda de “hechos escuetos” y los valores religiosas
 mentalidad escéptica y empírica
 poder sin responsabilidad
 tratan sólo aspectos que les interesan y que entienden
 simplificación y reduccionismo (visión política)

3. Cómo se falsifican las noticias sin decir mentiras


 seleccionando los datos
 seleccionando a cuales “peritos” van a entrevistar
 determinando qué es lo que constituye una presentación “equilibrada”
 citando selectivamente,
 editando citas

122 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
 decidiendo a quien dar la primera y la última palabra
 etiquetando
 tergiversando el vocabulario o simplificando los datos de la ciencia
 dando el giro a la noticia por el titular que le ponen
 memoria selectiva

4. Actitudes del cristiano


 tienen que merecer nuestra confianza
 lo primero que se pone en tela de juicio no es nuestra fe
 no dejarse impresionar
 una sana actitud crítica
 dolor pero serenidad ante los defectos reales de los católicos
 iluminar al personal de los medios
 tener claro cuáles son las fuentes con autoridad para conocer la fe y la
realidad eclesial

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Estudia los nn. 2493-2499.

1. Un fenómeno gravísimo para la fe


Ya lo hemos dicho: la gran mayoría de los católicos, y desde luego las demás
personas, “se informan” acerca de su fe y de su Iglesia, no por la enseñanza o las
publicaciones de ésta, sino predominantemente por medio de los medios seculares.
Esto ya comenzaría a ser preocupante en una sociedad netamente cristiana,
católica, como la del medioevo. Pero está claro que la cosa está mucho más grave en
una sociedad que es: “postcristiana”, laicista, relativista, hedonista, individualista,
amarillista, dedicada a entretener y que, con demasiada frecuencia, alberga
escasísima preocupación por la verdad si es que siquiera cree que existe o que
importa. En tal ambiente, los medios no sólo no representan la Iglesia y su fe, sino
que (con honorables excepciones) no raras veces hacen su agosto precisamente
atacando y tergiversando la verdad de las mismas.

“Muchos católicos están más ‘formados’ por corrientes de pensamiento


relativistas, agnósticas, en definitiva no católicas, que por la genuina savia de un
pensamiento elaborado desde la fe.” 133

Cierto es que ello se debe en parte a una carencia pastoral por parte de nosotros los
católicos: ¿cómo es que no logramos informar y formar nosotros mismos a
nuestros hermanos y hermanas en la fe?
Pero también es cierto que dentro de esta “sociedad de la información”, por más que
hagamos, siempre habrá voces ajenas que buscarán tener su propia ingerencia
en definir para la sociedad entera lo que es la Iglesia católica, lo que es su fe y

133 “Pan de nuestra cultura católica”. Entrevista con Pablo Cervera, en Zenit 6 Feb 2006, ZS06020608

Bajo custodia de Escuela de la Fe 123


Apologética
su práctica, lo que ha sido su historia, y cuál es o debe ser el importe y la
valoración que se conceda a todo lo anterior.
Como quiera: ya sean simplemente mal informadas, o irresponsables, o ignorantes, o
mal intencionadas, estas fuentes no dejan de influir amplia y profundamente
en el concepto que se forman los hombres de nuestro tiempo de la Iglesia y sus
enseñanzas.
Está claro: “si esto se hace en el leño verde, en el seco ¿qué se hará?” (Lc 23,31): si se
confunden los mismos católicos, ¿qué idea se formarán de la Iglesia, y de lo que
enseña, quienes no lo son?

2. Por qué los medios masivos no son de fiar en cuestiones religiosas


a. Porque los motivos que mueven a los medios, como en cualquier negocio, son
esencialmente comerciales. Hace falta desengañarse de la noción –que resulta
‘romántica’ en la mayoría de los casos- de que lo que interesa a quienes dirigen
los medios de comunicación es “informar” y dar a conocer la verdad. A los que
tienen verdadera vocación periodística les contraría, pero son los primeros en
reconocerlo: lo que primeramente interesa a la mayoría de los directivos es son
los ‘ratings’ y las ventas.
b. Porque el nivel de ignorancia entre los profesionales de la información respecto a
las cosas que atañen a la religión es tan abismal, que en cualquier otra área
quedarían inmediatamente descalificados.
Valga como ejemplo del tipo de ignorancia crasa que están dispuestos a
publicar algunos medios en cuestión de religión un artículo del periódico inglés,
el Independent134, en la que una tal Catherine Pepinster lamentaba el que el
Papa Juan Pablo II acabase de proponer nuevos misterios del Rosario (los
misterios de luz). Según la Pepinster, esto significaba que ella había gastado
inútilmente su dinero unos meses anteriormente cuando compró un rosario como
regalo para una amiga. Los nuevos misterios, aseguraba, eran simplemente parte
de un plan de la Iglesia (bastante siniestro se entiende) para “hacer ingresar más
dinero a los arcas del Vaticano haciendo que los fieles devotos tuviesen que tirar
sus rosarios antiguos” ¡y salir a comprar otros nuevos!
c. Porque el periodista no es más virtuoso que los demás seres humanos. Como
muchos de nosotros es perezoso, y si puede salir adelante con poco trabajo de
investigación, lo hará. Como otros seres, es capaz de falta de profesionalismo,
corrupción, prejuicio, error, precipitación, omisión, conveniencia, favoritismo…
d. Porque los medios y sus clientes (nosotros, el público – sí, tenemos buena parte
de la culpa) nos alimentamos preferentemente de noticias, historias,
especulaciones etc. que se parecen a la política y a los deportes: es decir,
cuestiones ‘adversariales’ o antagónicos, de lucha o desacuerdo. La Iglesia
católica es, por su naturaleza, una comunión. Por lo tanto, lo típico y propio de la
Iglesia interesa poco, no se reporta. En cambio, todo lo que huela a “cambio”, o a

134 Oct. 20

124 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
oposición interna en la Iglesia (algún teólogo con complejo de cowboy,
francotirador), o a contraste de la Iglesia con la sociedad civil, es lo que se llega a
destacar. De ahí los sondeos de opinión que se sacan a colación para demostrar
que, aunque estén aclamando al Papa en una visita pastoral a nuestro país, un
X% de los católicos “no están de acuerdo con la Iglesia” en tal o cual punto (y si
éste tiene que ver con el sexo, mejor).
e. Porque una característica común en la profesión periodística es una mentalidad
escéptica y empírica que es ciega a la importancia de la dimensión espiritual tan
importante en las vidas de muchas personas. El medio atrae a muchas personas
a las que por naturaleza les gusta observar – no comprometerse. Por lo mismo no
entienden el compromiso religioso, que llegan a considerar no sano, y caen
fácilmente en los prejuicios, cuando no en una abierta hostilidad, respecto a lo
religioso, y en particular lo católico.
f. Porque un grande defecto de nuestra sociedad es que los profesionales de la
comunicación poseen un poder enorme en ella, pero es un poder que viene
ejercido sin un contrapeso que exija responsabilidad a los mismos medios. Un
periódico puede destrozar el buen nombre de una persona publicando alegaciones
en primera plana durante días, semanas o meses; y cuando la persona resulta
inocente, publicar la noticia de ello o una seca disculpa en pocos renglones, una
sola vez, y en la página veintidós. Hay periodistas, comentaristas y escritores que
se erigen en juez de la moralidad de todos sus conciudadanos, de todas las
instituciones, y de todas las épocas de la historia, mientras su propia ética
(personal y profesional) se escapa a todo escrutinio.
g. Porque en relación con la religión, los medios tratan sólo aspectos que les
interesan y que entienden – lo cual frecuentemente significa que no lo entienden.
Existe por ello una tendencia a la simplificación y al reduccionismo. En
particular, reduccionismo de la religión al tema político, que es un campo en que
el profesional de la información se encuentra mucho más a sus anchas. Así,
resulta difícil encontrar comentaristas en la prensa nacional que puedan abordar
el tema de la religión de una forma que demuestre una comprensión del mismo
más allá de sus implicaciones políticas. Todo se trata de encuadrar dentro de un
discurso de ‘derechas’ e ‘izquierdas’ (¡y no pueden entender como el Papa o los
obispos sean, a su modo de ver, tan “de derechas” en temas morales y “de
izquierdas” en temas sociales!).
h. “Porque –lo decía Juan Pablo II135– la cultura mediática se ha ido penetrando
progresivamente por un sentido típicamente postmoderno donde la única verdad
absoluta admitida es la inexistencia de la verdad absoluta o, en caso de que ésta
existiese, sería inaccesible a la razón humana y por lo tanto irrelevante. Con una
tal perspectiva, lo que acontece no es la verdad sino ‘el relato’; si algo es noticia
digna o entretenida, la tentación de apartar las consideraciones de la verdad se
hace casi siempre irresistible.”

135 Mensaje para la XXXV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 27 mayo 2001

Bajo custodia de Escuela de la Fe 125


Apologética
3. Cómo se falsifican las noticias sin decir mentiras
Los periodistas quisieran hacernos creer que ellos no hacen más que exponer
los ‘hechos’, sin agregar nada propio que defina el sentido de tales ‘hechos’. Podrán
defenderse mostrando que ninguna de las palabras o hechos expuestos fueron
inventados o falsos. Sin embargo, es la manera como se encuadra una determinada
noticia, el fin para el que se emplean palabras que de hecho se han pronunciado, lo
que resulta falso.
Desde luego, hay que suponer que la mayoría de las personas del medio son
personas rectas que sinceramente intentan informar objetivamente acerca de las
cosas. Pero no es necesario tener malas intenciones para informar mal, es decir, des-
informar. Porque la sinceridad no suple la ignorancia; y como ya se ha dicho, si hay
una materia dentro de los medios donde se tolera la ignorancia de quien la trata, es
la religión. La sinceridad tampoco destierra los prejuicios, y los prejuicios (en su
pleno sentido etimológico –juicio u opinión previo, a priori) determinan el enfoque de
mucha cobertura mediática.

La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la


justicia – CIC 2512

En realidad, los medios cuentan con multitud de maneras de dar el enfoque que
quieren a cualquier “noticia”, sin que se les pueda acusar formalmente de mentir
(aunque efectivamente sea lo que están haciendo). Lo pueden lograr:
 seleccionando los datos que apoyan una determinada visión de las cosas (no se
dicen mentiras, simplemente se omiten hechos, perspectivas, contexto… que no
va con la ‘tesis’ que en la mente del periodista resulta la ‘correcta’).
Por ejemplo, se insiste en la absoluta necesidad de cosechar las células
estaminales de los embriones humanos para solucionar no sé cuantos males
humanos, pero no se menciona que, hasta ahora, éstas no han dado lugar a una
sola terapia o intervención medicinal, no se puede garantizar que lo harán jamás,
y aún si llegara a tener un uso, cualquier aplicación está muy en el futuro;
mientras la investigación con células estaminales adultas ya cuentan con varias
aplicaciones (amén de que para ello no hay que matar a un ser humano).
 seleccionando a cuáles “peritos” van a entrevistar (¡y a cuáles no!)
Por ejemplo, antes y después de la elección del Papa Benedicto XVI, muchos
medios entrevistaban preferentemente a Hans Küng, teólogo disidente conocido
por ser el más acérrimo enemigo del Cardenal Ratzinger, mientras no hablaban
con quienes lo conocían de cerca y trabajaban con él.
 determinando qué es lo que constituye una presentación “equilibrada”
Por ejemplo, en una discusión televisiva sobre el porqué la Iglesia no admite a las
mujeres al sacerdocio, conformar un ‘panel’ consistente en una teóloga feminista,
una ministra protestante, un psicólogo con mentalidad de ‘género’, una ama de
casa, católica, pero sin formación alguna, y un teólogo católico fiel al Magisterio
(curiosamente semejante “equilibrio” aparentemente no es necesario cuando

126 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
están en juego los personajes o las instituciones favorecidas por la cultura
mediática).
 citando selectivamente, y editando citas para eliminar matices o contexto
Por ejemplo, el obispo local afirma que “la Iglesia no prohíbe absolutamente la
pena de muerte, pero considera que hoy ya no hay circunstancias que la
justifiquen”, y se le citan las primeras ocho palabras (desde luego, con un titular
que grita “Iglesia católica a favor de la pena de muerte”)
 decidiendo a quien – a qué “parte” – se le da la primera y la última palabra
 etiquetando gratuitamente a personas, instituciones, eventos… con palabras que
crean una impresión positiva o negativa en el lector.
Por ejemplo, una persona que defiende la concepción católica de respeto a la vida
puede venir calificada “de extrema derecha”, mientras quien promueve el aborto
resulta “un hombre de gran humanidad”; o se contrapone la posición de la Iglesia
con “la ciencia” (como si la Iglesia no atendiera mucho más responsablemente a
la ciencia que sus críticos).
 tergiversando el vocabulario o simplificando los datos de la ciencia de manera
que la hacen decir lo que no dice en absoluto (es función de la ignorancia –ya sea
del periodista, o del público que no distingue el truco)
Por ejemplo, (ahora que la gente va tomando conciencia que el embrión tiene
status de ser humano viviente) se habla de un “pre-embrión” (definido como el
embrión antes del día catorceavo) que sería legítimo abortar, usar en
experimentos, etc. – siendo así que el término es un sinsentido científico, no
existe en los libros de texto de biología humana, y no se habla de ningún embrión
de especies animales como “pre-embrión”.
 simplemente dando el giro a la noticia por el titular que le ponen (que puede
estar en contraste total con el contenido del artículo), confiados en que la mayoría
no leerán más que los titulares.
 memoria selectiva: recordando ciertas hechos durante siglos y olvidando otras en
un lustro
Por ejemplo, parece que es de rigor, en cualquier mención de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, recordar que se trata del “antiguo Santo Oficio” que
“estuvo al frente de la Inquisición”. Y al “caso Galileo” se le saca a relucir, luego
de cuatro siglos, en relación con muchas cosas con las que no tiene relación
alguna. En cambio, cuando el “G8” decidió en 2005 condonar la deuda
internacional de dieciocho países pobres, los medios lograron recordar que
muchas celebridades apoyaban la idea, pero padecieron un ataque de amnesia
respecto al hecho de que la Iglesia católica, en el Gran Jubileo del año 2000, fue
el gran adalid de la misma.
 y otras muchas maneras más – pero ya debe quedar clara la idea.

“El periodismo en su más alta realización opera en aras del bien común. En
cambio, cuando lo que persigue es el interés propio, la propia agenda –

Bajo custodia de Escuela de la Fe 127


Apologética
típicamente bajo el piadoso estandarte de la ‘apertura’ y del ‘derecho a la
información’, pero en realidad para tener más impacto sensacionalista o para
fortalecer el propio poder en la sociedad– se prostituye.”

4. Actitudes del cristiano


Los medios tienen una misión legítima e incluso insustituible de informarnos
acerca de lo bueno y lo malo de nuestro mundo. Sin embargo, se han expuesto en
éste capítulo una serie de motivos por los que “no hay que fiarse” de ellos en
temática religiosa.
No se quiere decir con eso que hay que, “de plano”, desconfiar y descontar todas las
informaciones y reportajes que nos presenten. Lo que sí quiere decir es:
 Que ningún católico debe dejarse impresionar por algo simplemente porque “lo
dijeron en los periódicos” o “salió en la tele”.
 Que tanto los diferentes medios institucionales como el profesional individual tienen
que merecer nuestra confianza. Tienen que ganar y mantenerla. Quiere decir que no
hay motivo para otorgársela simplemente porque sí, o porque se trata de un medio
con prestigio en la sociedad.
 Que cuando lo que nos presentan acerca de la fe y de la Iglesia contrasta con lo que
nosotros, por experiencia propia o por nuestro ‘instinto de la fe’ (sensus fidei),
conocemos acerca de ella, lo que primero hay que poner en tela de juicio no es la
verdad y el bien de nuestra fe, sino la presentación que de ella hace, o el
conocimiento que de ella tiene, un medio que le es ajeno.
 Que ante los defectos reales de los católicos, debemos tener dolor pero serenidad:
quien justamente causa escándalo, lo causa no por ser católico, sino por ser poco
católico, católico incoherente, o católico débil.
 Quiere decir que es necesario formarte a ti mismo, y a todos los que caigan bajo tu
responsabilidad (hijos, alumnos…), en una sana actitud crítica que, entre otras
cosas:
o no da crédito a las cosas simplemente porque se imprimieron o se divulgaron
o conoce los criterios de credibilidad que acredita el testimonio de un testigo, de un
experto, etc.
o no niega el servicio realizado por los medios que realizan una crítica objetiva de
fallos reales que deben hacerse del conocimiento del público
o entiende que el personaje célebre no adquiere, por el mero hecho de serlo, ningún
conocimiento privilegiado, o siquiera serio, sobre la fe.
 Quiere decir que la Iglesia toda, pero también el católico individual, tiene la
responsabilidad de iluminar al personal de los medios con información más precisa o
completa, y con la educación en la fe. Puede hacerse privada y amistosamente,
ofreciendo información que no se ha tomado en cuenta o que es más precisa;
ofreciéndose a escribir un artículo sobre el tema; mediante una ‘carta al editor’, etc.

128 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
“Los medios de comunicación social (en particular, los mass-media) pueden
engendrar cierta pasividad en los usuarios, haciendo de éstos consumidores poco
vigilantes de mensajes o de espectáculos. Los usuarios deben imponerse
moderación y disciplina respecto a los mass-media. Han de formarse una
conciencia clara y recta para resistir más fácilmente las influencias menos
honestas.” - CIC 2496

 Quiere decir que el católico debe tener claro cuáles son las fuentes con autoridad
para conocer la fe y la realidad eclesial. En este renglón de pueden mencionar
específicamente:
o el Catecismo de la Iglesia Católica como fuente privilegiado, completo y orgánico
para conocer los elementos centrales de la fe
o el periódico u otros medios de comunicación de la propia diócesis, para estar al
tanto de la realidad eclesial y local
o la lectura de la edición semanal en español de L’Osservatore Romano y/o la
consulta frecuente del sitio web de la Santa Sede (www.vatican.va), o de fuentes
noticiosas como Zenit, para estar informado sobre la Iglesia universal.

Síntesis

Conscientes del desproporcionado influjo que los medios los medios masivos de
comunicación pueden tener sobre nuestros conocimientos y actitudes cristianos, nos
hemos detenido en este capítulo para subrayar por qué hay que albergar un sano
escepticismo frente a estos medios en cuestiones religiosas. Necesitamos, a la vez,
exigir a los medios que se comporten profesionalmente y se ganen nuestra confianza,
no otorgársela acríticamente, a la vez que tenemos claro a dónde debemos acudir
para conocer auténticamente la fe y la realidad eclesial.

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. ¿Por qué resulta especialmente preocupante en nuestra sociedad actual que
las personas adquieran su conocimiento de la fe y la Iglesia de medios ajenos
a ésta?
2. ¿Por qué es necesario mantener un cierto escepticismo frente a los medios
masivos en temática religiosa?
3. ¿Por qué es fácil des-informar, especialmente en cuestiones religiosas, aun sin
tener malas intenciones?
4. Indica por lo menos cinco maneras como un editor puede dar el enfoque que
quiere a cualquier noticia, sin que se le puede acusar, estrictamente, de
mentir.
5. ¿Cuáles son las actitudes sanamente críticas que el católico debe adoptar
frente a los medios?

Bajo custodia de Escuela de la Fe 129


Apologética

Ejercicios de aplicación y profundización

Presentamos a continuación un análisis hecho por la agencia Zenit (4 de marzo


de 2000) de la manipulación de una noticia. Conviene leer en sus propios méritos,
por así decir, la primera parte, que ofrece un resumen de la cobertura periodística
positiva que recibió, en el Times de Londres y otros medios de los más prestigiosos,
una ex monja al abandonar el estado religioso, y tomar nota de quien o quienes salen
bien parados, o mal parados, en la mente del lector con base a lo que se presenta.
Después se puede pasar a leer los datos adicionales que ofreció tres días más
tarde el escritor Daniel Johnson en el periódico Daily Telegraph. Estos hechos y
consideraciones:
- ¿Cambian la apreciación de la noticia original y las personas involucradas? ¿De qué
manera?
- ¿Qué revelan acerca de la forma como ciertos sectores de la prensa seglar busca
retratar a la Iglesia católica, y los “recursos periodísticos” de que echan mano para
ello?
- ¿Qué puede uno pensar del periodismo de publicaciones prestigiosas como el Times
de Londres y Newsweek, o de un semanario católico como The Tablet?

a. La cobertura original, según Zenit


El 12 de enero del año 2000, el prestigioso periódico inglés The Times publicó
un largo artículo sobre la salida de su congregación de la monja Lavinia Byrne.
Según la corresponsal para asuntos religiosos de la publicación, Ruth Gledhill, la
monja dejó su estado religioso acusando al Vaticano de una campaña de
intimidación. Nos cuenta como Lavinia Byrne entró en el Instituto de la Santísima
Virgen María a la edad de 17 años y que ahora, con 52 años, deja su congregación
con las únicas posesiones materiales de una silla y dos calentadores.
La ex monja adquirió un doctorado y actualmente enseña a aspirantes al
sacerdocio anglicano y mujeres católicas laicas en el Instituto de Teología de la
Universidad de Cambridge. Además, contribuye regularmente a un programa de
radio de la BBC. El artículo nos informa que fue sometida a presión por parte de la
Congregación para la Doctrina de la Fe después de escribir un libro que
argumentaba en favor de la ordenación de las mujeres. Ruth Gledhill ponderó
mucho las buenas cualidades de la monja y observó que, en sus relaciones con Roma,
incluso el recién fallecido cardenal Hume supuestamente intercedió en favor de
Byrne. Sin embargo, Roma insistió, y 1,300 ejemplares de su libro fueron
confiscados. Cuando el Vaticano le pidió que declarara públicamente su adhesión a
la doctrina de la Iglesia sobre la cuestión de la ordenación de las mujeres y el uso de
los anticonceptivos, Byrne prefirió salirse de su congregación religiosa.
El artículo relata las declaraciones de la Dra. Byrne en las que afirmaba no
estar en conflicto con la comunidad local, o con la Iglesia católica en Gran Bretaña.
El único problema, continuaba, es Roma, y acusaba a la Congregación de la Doctrina

130 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
de la Fe de usar las tácticas de la Inquisición. Aparte de la posición muy favorable
del artículo publicado en The Times hacia ella, la ex monja también recibió apoyo en
un artículo en The Tablet (15/1/00) y fue entrevistada por la revista Newsweek
(24/1/00). En la entrevista, la Dra. Byrne repite sus acusaciones contra Roma, e
insiste sobre la necesidad de discutir acerca de la posibilidad de ordenar a las
mujeres. Concluye diciendo que carece de dinero, pero que “por lo menos ha
preservado su integridad”.

b. Otros elementos de la historia


La situación fue aclarada en un artículo de Daniel Johnson, publicado en el
periódico Daily Telegraph (15 enero 2000). Johnson observa que al presentar su
situación como una mujer sola y perseguida por Roma, Lavinia Byrne ha recibido
mucha atención favorable de los medios de comunicación. Sin embargo, hay varios
hechos que deben ser presentados para poder juzgar la situación. Para comenzar ella
sigue presente en las transmisiones del BBC y, como comenta Johnson, de este modo
logra tener una audiencia mucho más grande de la que tendría cualquier sacerdote
en su parroquia. Por tanto, no ha sido condenada al silencio de ninguna manera por
Roma, ya que podía haberse ganado también esa fama desde su propio estado de
monja dentro de la Iglesia. Pedirle que siga la doctrina de la Iglesia en sus
pronunciamientos públicos parece algo lógico a Johnson. Además, la doctrina sobre
la ordenación de las mujeres ha quedado muy clara después de la declaración del
Papa Juan Pablo II en 1994.
Explica el autor del artículo en el Telegraph que lo que ha hecho la ex monja es
desviar a los fieles de la doctrina de la Iglesia y por tanto no es la víctima de un
juego de poder, sino de una legítima preocupación de las autoridades por proteger a
los miembros de la Iglesia de falsas ideas. Tanto los sacerdotes como los religiosos,
sigue Johnson, tienen una responsabilidad especial de guiar a los laicos.
Ahora bien, en cuanto a la “pobreza” de la doctora, Johnson nos da unos datos
que los demás periodistas omitieron. Recibirá de su congregación una pensión,
además de dinero por la venta de sus libros ya publicados. Además, el instituto
teológico de Cambridge le da un apartamento para su uso, que seguirá ocupando. En
conclusión Johnson acusa a la ex monja de querer lo mejor de los dos mundos: la
fama de ser una disidente y la santidad de una mártir. También nota que antes de
dejar la vida religiosa no vivía en un convento, ni tampoco vestía un hábito religioso.
Y en cuanto a la supuesta inquisición en Roma, Johnson nota que bajo el pontificado
de Juan Pablo II el número de teólogos disciplinados por su infidelidad no llega ni
siquiera a diez y que algunos de ellos, como Hans Küng, siguen recibiendo un
tratamiento sumamente favorable por medio mundo: recientemente Küng fue
invitado a la casa del Primer Ministro de Gran Bretaña, Tony Blair. Johnson
termina recomendando a Lavinia Byrne seguir así para llegar pronto a ser también
una huésped de “Downing Street”.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 131


Apologética

Capítulo 2 EL ABUSO DE LA HISTORIA

Nexo

En el capítulo anterior hemos examinado la manera como los medios de


comunicación inciden en el conocimiento de la fe católica, tanto por parte de quienes
lo comparten como quienes no. Anteriormente, en el capítulo 5, nos hemos
enfrentado con la problemática particular que pueden presentar algunos cristianos
no católicos y su actitud hacia el catolicismo.
Desde ambas perspectivas, presentan un problema particular las cuestiones
históricas.

Esquema de la lección

Introducción: Presentación del problema


1. Normas de historiografía e interpretación histórica, y su abuso
a. El respeto de las fuentes o documentos históricos
b. La verificabilidad de las pruebas materiales
c. El principio de significación temporal, con exclusión del anacronismo.
2. Otros abusos típicos
a. Usar la historia como arma ideológica para la exaltación personal
b. Exagerar desproporcionadamente el grado o extensión de un abuso
Conclusión: la manera científica de hacer historia
3. La Iglesia pide perdón de sus fallos
4. ¿Los fallos históricos descalifican la enseñanza de la Iglesia?
5. Pasado y presente se iluminan mutuamente.

Introducción: Presentación del problema

Tradicionalmente, en un mundo en que la verdad mantenía el lugar primordial


en la mira humana, aún cuando -o precisamente cuando - se impugnaba la validez
de alguna afirmación particular que pretendía representarla, la apologética se
ocupaba principalmente de defender la verdad del mensaje cristiano tal como venía
interpretada y enseñada por la Iglesia Católica. Pero en un mundo donde reina el
relativismo en el pensamiento, y abundan los escépticos ‘a lo Pilatos’ (“¿Qué es la
verdad?”), desde muchas instancias lo que se le reprocha al catolicismo no es su
doctrina, sino su historia. Y se razona, ¿cómo podría una iglesia que habría
perpetrado tales y cuales barbaridades proponerse como portadora de la verdad? ¿No
somos justificados en descartar sus doctrinas y, sobre todo, cualquier pretensión de
enseñar una verdad moral?
A este planteamiento hay que añadir la problemática propia de ciertas
comunidades cristianas protestantes – principalmente las nacidas en Norteamérica
a partir del siglo XIX – y de las sectas pseudocristianas. Típicamente alegan que la
Iglesia Católica representa una deformación o alejamiento del cristianismo

132 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
‘auténtico’ de los primeros siglos (el cual, naturalmente, sería él que ellos
actualmente representan).
Un reto análogo ofrecen las “leyendas urbanas”, teorías de complot y otras
“criaturas” de la cultura popular, fuertemente potenciadas en los últimos años por el
advenimiento del Internet.
Finalmente, el laicismo imperante en grandes sectores del mundo occidental se
sostiene sobre una distorsión y una negación sistemáticas del papel esencial que ha
jugado el cristianismo en la formación de la cultura, los valores y las instituciones de
la sociedad actual.

Enfoque

Frente a esta problemática histórica, ¿cuál debería ser la actitud del católico?
¿Cómo hacerle frente? Nos da la pauta esencial el Papa Juan Pablo II (1999):
«La escritura de la historia se ve obstaculizada a veces por presiones
ideológicas, políticas o económicas; en consecuencia, la verdad se ofusca y la misma
historia termina por encontrarse prisionera de los poderosos. El estudio científico
genuino es nuestra mejor defensa contra las presiones de ese tipo y contra las
distorsiones que pueden engendrar»
Ante todo, no nos ocuparemos aquí de las motivaciones que inspiran tales
ataques. Que las hay desde crasas, malévolas e innobles, hasta candorosas y
sinceras, se sabe; pero para nuestros fines, lo que nos sirve es tener recursos para
hacer una crítica objetiva y serena de lo que dicen, no por qué lo dicen.
Luego, no tengamos nunca miedo a la verdad. A veces, la verdad puede llegar a
ser dolorosa, pero no tenemos por qué esquivarla (lo cual sería, de todos modos,
contraproducente). Tenemos confianza en que la Iglesia es obra de Cristo y
prevalecerá contra todos los enemigos (cf. Mt 16,18), e incluso en contra de los
propios fallos de actuación a lo largo de su historia.
Dicho eso, hay que decir que en la gran mayoría de los casos, se trata no de
“historia”, sino de abuso de la historia, cuando no de simple invención sin fondo
histórico alguno.
Así, lo que nos interesa desde el punto de vista de la apologética es emprender
ese “estudio científico genuino” que propone el Santo Padre.
En este capítulo trataremos de:
 entender cuáles son algunos de los abusos típicos.
 conocer algunas de las normas de interpretación histórica cuya observación es
esencial para una apreciación justa de los datos históricos.
Luego, en el capítulo 10, sobre estas bases, pasaremos revista a algunos de los
vehículos, tópicos y mitos comunes de la historia popular del cristianismo, con una
mirada panorámica a lo que el mundo y la cultura actuales le deben al cristianismo.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 133


Apologética
1. Las normas de la historiografía y de la interpretación histórica, y su
abuso
Existen ciertos “principios axiomáticos inexcusables” que la ciencia
historiográfica debe respetar si quiere merecer ese nombre. Entre estos, se incluyen
algunos que son típicamente violados por los críticos de la Iglesia. No es siempre por
maldad; con frecuencia, puede deberse a la ingenuidad de quienes son ‘laicos’ en
cuestión de la historia y emiten juicios sumamente simplistas que hacen caso omiso
del más elemental sentido histórico. Pasemos revista a algunos principios que más
frecuentemente se violan cuando se habla de la historia de la Iglesia.

a. El principio de respetar las fuentes o documentos históricos: el objeto


inmediato que la historia estudia no es “el pasado”, sino las reliquias del
pasado.
Efectivamente, el pasado, como tal y por definición, no existe. Ya pasó. No se
puede estudiar algo que no está presente al que lo quiere estudiar. Por ello, “el
campo de la Historia está constituido por aquellos restos y vestigios del pasado que
perviven en nuestro presente en la forma de residuos materiales, huellas corpóreas
y ceremonias visibles. En una palabra: las reliquias del pasado.”136
O sea, nuestro acceso a un conocimiento objetivo del pasado no se nos da por
algún proceso mágico o por mera imaginación, sino por medio de elementos que
tienen una existencia previa y de alguna manera independiente del historiador: por
ejemplo, documentos del tiempo estudiado que sobreviven, narraciones
contemporáneas de testigos de los hechos, o narraciones posteriores que recogen
tradiciones orales; artefactos o instituciones que se originan en los tiempos y
acontecimientos que la historia busca narrar; estudios climatológicos, excavaciones
arqueológicas con los datos que ceden a las ciencias físicas, etc.
Todo eso que nos ha llegado del pasado “y que, en consecuencia, sirve al
historiador para reconstruir, comprender e interpretar ese mismo pasado”137 se
llama fuente de la historia. Se sigue de lo dicho que, sin fuentes reales y fidedignas,
no hay conocimiento del pasado. Lo que se tiene sin tales fuentes no será sino
novela, invención, proyección de la propia imaginación o prejuicios sobre el pasado,
sin valor histórico alguno.
Quien hace a un lado esta característica de la historia científica llega incluso, a
partir de la ignorancia total y el silencio de las fuentes, a construir una ‘historia’ que
no sólo no se puede autentificar o documentar, sino que llega a ser netamente
contradictorio de lo que sí es documentado acerca de la época o los hechos o la
personalidad en cuestión.

“Lo que está escrito no es necesariamente cierto, es sólo un escrito.”

136 Enrique Moradiellos, ¿Qué es la historia?, p.7


137 F.J. Zabalo Zabálegui, Historia (II), en Gran Enciclopedia Rialp (Madrid, 1973), XII, p. 16

134 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Ejemplo de este tipo de ‘historia’ son ciertos elementos del revisionismo
histórico que ha hecho del Papa Pío XII un villano del Holocausto judío durante el
período del Nazismo alemán. A partir del pre-juicio de que el cristianismo y
especialmente la Iglesia católica ha sido históricamente culpable del odio al pueblo
ju° dío, se postula un Pío XII antisemita y pro-nazi, “El Papa de Hitler”138 , que habría
permitido que el holocausto se llevara a cabo “a la vista de sus mismas ventanas” y
se habría abstenido de hacer nada para ayudar a los judíos perseguidos.
Pero este escenario se construye sesenta años después de los hechos y en franca
contradicción con los múltiples testimonios fidedignos de testigos contemporáneos de
los mismos –algunos todavía vivientes- y de documentos primarios (muchos en los
archivos diplomáticos y estatales) que dan fe de todo lo contrario. Efectivamente, no
sólo contamos con el testimonio de los colaboradores de Pío XII139, a quienes ordenó
hacer todo lo que podían para proteger a los judíos, sino además con numerosos
elogios de judíos que tuvieron conocimiento personal y directo de los hechos. Como
botón de muestra podemos mencionar140:
 Pinchas Lapide, el más grande historiador judío italiano de la época: “Cuando la
fuerza armada campeaba prácticamente omnipotente, y la moralidad se
encontraba en su nadir, Pío XII, sin contar con nada de aquella y pudiendo apelar
sólo a ésta, se enfrentó a manos vacías con todo el poder del mal… Incapaz de
curar la enfermedad de una civilización entera... el Papa, a diferencia de tantos
mucho más fuertes que él, ayudó, alivió, apeló, imploró – y salvó lo mejor que
podía con lo que tenía a disposición. ¿Quién sino un profeta o mártir hubiera
podido hacer algo más?”
 Golda Meir, futura Primer Ministro israelí: “Compartimos el dolor de la
humanidad ante el fallecimiento de su Santidad el Papa Pío XII.… Cuando a
nuestro pueblo le acechó un feroz martirio en la década del terror Nazi, la voz del
Papa se elevó a favor de las víctimas”.
 Alberto Einstein: “Sólo la Iglesia Católica protestó contra el ataque hitleriano a
la libertad. Hasta ese momento no me había interesado la Iglesia, pero hoy siento
una gran admiración por ella, al ser la única que ha tenido el valor para luchar a
favor de la verdad espiritual y la libertad moral”.
 Abraham Zolli, rabino jefe de la sinagoga y líder de la comunidad judía en Roma
durante los años de la segunda guerra mundial. Al final de la guerra se convirtió
al catolicismo, tomando como nombre cristiano “Eugenio” –nombre de pila del
Papa Pío XII– en reconocimiento de su admiración y gratitud hacia el Papa y lo
que había hecho por la comunidad judía durante esos años terribles de su historia.

b. “El principio crítico de verificabilidad de las pruebas materiales que


sirven de soporte a afirmaciones historiográficas”.

138 Hitler’s Pope, título de un libro sonado de John Cornwell


139 Entre otros, Mons. John Patrick Carroll-Abbing, la Hermana Mathilda Spielmann, el P. Giacomo Martegani, Don
Aldo Brunacci confirman que Pío XII les mandó explícitamente y les proporcionó asistencia directa para ayudar a los
judíos italianos perseguidos.
140 Pinches Lipid, Three Popes and the Jews (1967)

Bajo custodia de Escuela de la Fe 135


Apologética
Pecan contra este principio escritores medio listos que se inventan ‘frases
célebres’, lo mismo que hechos, que nunca existieron. Puede que el autor
justifique en su interior su inventiva, considerando que refleja lo que él considera
ser la verdad; que “si no lo dijo fulano, bien podría haberlo dicho”. Lo que pasa es
que está haciendo “historia” poniendo de cabeza el principio científico: en vez de
proponer una interpretación de hechos documentados, se justifican hechos y
dichos inventados (no documentados) con la propia interpretación o teoría previa.
Y no termina allí el abuso. Como la ‘frase célebre’ suena bien, otros autores
la repiten, citando tal vez la “cita” original, pero sin comprobar si estaba bien
fundado en documentos históricos anteriores. A base de repetición,
eventualmente todo el mundo llega a pensar que es auténtica.
Las “leyendas negras” de la historia, tanto secular como eclesiástica, se
alimentan de semejantes inventos. Abundan los ejemplos precisamente con
referencia a la Iglesia. Meramente a título de muestra, podemos mencionar
algunos de los dichos y hechos que “todos saben” acerca del “oscurantismo”
medieval (y posterior) ocasionado, desde luego, por la Iglesia.
 “Todos saben” que el mundo medieval pensaba que la tierra era plana. El
único problema es que no es cierto. La creencia nació en 1828, cuando un
periodista norteamericano, Washington Irving, describió, en su biografía de
Colón, un encuentro entre el genovés y representantes de la Iglesia que lo
acusaban de herejía por decir que el mundo era redondo cuando la Iglesia
enseñaba que era plana. Pero no hubo nunca tal encuentro, y cualquiera que se
ponga a investigar el medioevo podrá constatar que la Iglesia nunca enseñó tal
cosa. Irving simplemente lo inventó. Sin embargo, se ha quedado en la mente
popular, como una de esas cosas que “todos saben”.
 Seguramente la cita más usada para ridiculizar (y tachar de inútil,
trasnochada y no atendible) la teología del medioevo es aquello de que los
teólogos escolásticos se dedicaban a discutir cuestiones nimias y sin sentido
como “cuántos ángeles pueden bailar en la punta de una aguja”. Pero es
imposible encontrar, en todo el voluminoso acervo que conservamos de la
teología medieval, cualquier referencia a esta interesantísima cuestión. Se
trata nuevamente de la invención de un escritor que pensaba que la teología
medieval era ridícula; y desde entonces es usada por otros escritores para
probar que era ridícula.
 Hoy, especialmente en círculos que están convencidos que la Iglesia ha sido
históricamente misógina, hay quienes “saben” que San Juan Crisóstomo
mantenía que “la imagen de Dios no se encuentra en la mujer”. De hecho, lo
que dijo –en un contexto específico– es que “la imagen de Dios no se encuentra
ni en el hombre ni en la mujer”. También “saben” que Santo Tomás de Aquino
mantenía que la mujer no es sino un varón malogrado, un ser incompleto.

136 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Desafortunadamente para tan fascinante teoría, Sto. Tomás no sólo no dice
esto, sino que lo niega - ¡por lo menos seis veces!141
 Y cualquier persona culta “sabe” que Galileo, apenas había abjurado de su
teoría sobre el movimiento de la tierra ante el Santo Oficio, murmuró
valientemente el desafío “eppur si muove” –”como quiera, ¡se mueve!”. Pero
nuevamente, se trata de una “interesante” invención sin documentación
histórica alguna. También “se sabe” que fue torturado y encarcelado, ya
anciano, en una horrible mazmorra de la Inquisición; mas está ampliamente
demostrado que nunca fue torturado, y que la “mazmorra” fue un palacio muy
bien pertrechado donde estuvo bajo arresto domiciliario y donde pudo proseguir
con toda tranquilidad su labor científica. Pero como esto no resulta la mitad de
eficaz para ilustrar la consabida maldad de la Iglesia Católica, no interesa
acudir a las auténticas y bastante abundantes y detalladas fuentes históricas
con que se cuenta para comprobar la verdad del caso.

c. “El principio de significación temporal, que hace de la cronología un


vector y factor de evolución irreversible e impone la exclusión de
cualquier anacronismo o ucronía en las interpretaciones y relatos
históricos”.
Probablemente es válida la apreciación de E.J. Hobsbawm (De Historia)
cuando afirma que “el más común abuso ideológico de la historia se basa más
sobre el anacronismo que sobre la mentira”.
El anacronismo “consiste en atribuir a una época elementos pertenecientes
a otra”142. Normalmente resulta en la introducción de detalles que se toman
prestados de épocas posteriores (con frecuencia, la época de quien comete el
anacronismo – ¡piénsese en el atuendo y mobiliario de las muchas
representaciones artísticas de la Anunciación, que reflejan más el ambiente
cultural del pintor que la Galilea del siglo I a.C.!). Surgen los anacronismos
cuando no se toman en cuenta las diferencias que se dan en la manera de vivir y
de pensar que caracterizan diferentes períodos históricos.143

“El anacronismo es el pecado mortal del historiador”.

Como ha observado un estudioso contemporáneo, “El extranjero que


trata de estudiar... una cultura ajena... sufre una gran desventaja en que tiende
a pensar en términos de las categorías intelectuales, sociales, y políticas de la
propia sociedad”144. Para todos vale el dicho, “el pasado es un país extranjero”145.

141 Michael Nolan, “The Myth of Soulless Women”, in: First Things 72 (April 1997): 13-14 –por cierto, un ejemplo
extraordinario, y divertido, de como se llegan a crear dichos y hechos míticos; Letters, The Irish Times, 14 Enero 1998.
Para la curiosidad de quienes duden de ello, pueden consultar estos escritos del gran teólogo: In 2 Sent, 20, 1, ad 1; In 4
Sent, 44, 1, 3c, co; Summa Theologiae, 1, 92, 1, ad 1; Summa Theologiae, 1, 99, 2, ad 1; De Veritate, 5, 9, ad 9; Summa
Contra Gentiles, 3, 94, n. 10.
142 Larousse Diccionario Esencial de la Lengua Española, 1994.
143 cfr. voz “anacronismo”, en La Nueva Enciclopedia Brittanica.
144 Bernard Lewis, Atlantic Unbound
145 The Past is a Foreign Country: título de un libro de David Lowenthal.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 137


Apologética
Nunca hemos estado allí, y nuestras imágenes de él tienden a parecerse
demasiado a nuestro propio “país”, es decir, a nuestra propia época.
Típicamente anacrónico es hacer caso omiso del contexto social, cultural e
intelectual en que se produjeron determinados hechos o comportamientos.
Al emitir juicios sobre el pasado, es esencialísimo situarnos en el contexto de
la época. Cuando pensamos, por ejemplo, en que había legislaciones medievales
que obligaban a cortar la mano al ladrón o la lengua al blasfemo, nos damos
cuenta de que el derecho penal ha evolucionado mucho. Cuando vemos que la
tortura era un procedimiento normal, legal, admitido hasta el siglo XIX, nos
damos cuenta de que es necesario conocer los métodos y las sensibilidades del
pasado para poder valorar y juzgarlo. Nunca podemos afrontarlo con nuestros
criterios. Eso es una atrocidad contra la historia.
No se trata de justificar con esto el uso de la tortura por la Inquisición, sino
de entender que muchas cosas condenables se debieron al espíritu de la época, y
no al catolicismo como tal. Instancias católicas, indudablemente, se dejaron
influir demasiado por ese “espíritu de la época”; pero de hecho se dejaron influir
mucho menos que las otras instituciones vigentes en el momento histórico.
Para situarse en contexto ayuda preguntarse qué haríamos hoy si
pensáramos, y creyéramos, lo que ellos, y contábamos con el conocimiento de la
época. El criterio actual puede ser más ajustado a la verdad de la persona y las
cosas – aunque no siempre lo es.
Como obrarías, por ejemplo, respecto a una persona que “se niega” a
reconocer la verdad difiere mucho si vives en una cultura que cree que la verdad
es evidente y se impone por sí misma (de modo que solamente una obstinación
deliberada y malévola podría negarse a reconocerla), o si vives en un mundo que
cree que, mientras la verdad puede ser obvia en sí, no lo es necesariamente para
quien ha sido educado para creer otra cosa. Gracias en parte a los conocimientos
adquiridos por la psicología moderna, en este caso la segunda actitud resulta
probablemente más certera.
Por otra parte, es mucho más fácil entender como un organismo de la Iglesia
habrá podido llegar hasta aplicar la pena de muerte cuando se considera que, en
una sociedad en que la vida eterna era mucho más importante que la vida
terrena, un hereje que llevaba por mal camino a sus conciudadanos era mucho
peor que un asesino en serie. Todavía lo es, claro, pero nuestra sociedad actual no
tiene noción de ello. En este caso, el pensamiento medieval aventajaba mucho al
nuestro. La herejía sería como el SIDA del tiempo, la Inquisición era como la
Secretaría de Salud, y el hereje ‘activo’ como alguien que a propósito buscaba
infectar a otros: se requerían los medios lícitos más enérgicos para cortar en seco
esta terrible ‘enfermedad’.
Tomemos otro ejemplo de lo que ocurre cuando se ignora el contexto de los
hechos. Casi siempre cuando se habla del “caso Galileo”, existe en quien habla
una actitud pseudointelectual que en efecto pregunta retóricamente, “¿Cómo
podría ser tan retrasada e ignorante la Iglesia Católica como para pensar que la

138 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
tierra se encontraba estacionaria en el centro del universo? ¡Si cualquiera sabe
que no es así!”
Tales voces críticas desconocen, aparentemente, el hecho de que en ese
momento (el siglo XVII)
 todo el mundo estaba en desacuerdo con Galileo – entre otros, la Iglesia
luterana y, más importantemente, el “establecimiento” científico de la época.
 una teoría elaborada por el gran rival científico de Galileo, el danés Tycho
Brahe, explicaba las observaciones de Galileo, sin contradecir, como la teoría
de Galileo, los datos que –erróneamente- se creían “bíblicos”, y además
correspondía a la experiencia común.
 la hipótesis galileana estaba en contradicción con postulados fundamentales
de la ciencia de la época, al punto que no quedaría validada científicamente
hasta entrado el siglo XX.
Cualquiera que reflexiona honestamente ve que estos hechos cambian
sustancialmente el tenor del juicio que habitualmente se hace sobre el papel de la
Iglesia en ello.

Preguntado si existe un apelativo técnico para caracterizar a los juicios


históricos que son anacrónicos e ignoran el contexto, un historiador
profesional contestaba que sí. Se llama “historia mal hecha”. Por principio, y
habitualmente, debemos hacer pasar cualquier crítica histórica de la Iglesia
por el criterio de “contexto”.

La manera científica de hacer historia


Como conclusión de esta sección, nos sirve lo que escribe el Dr. David Calderón
sobre la manera científica de hacer historia:
“Históricamente, lo que se puede establecer con certeza [...] es lo que se obtiene
a partir de los testimonios y sobrevive a una crítica cuidadosa sobre la factibilidad
de los hechos y sobre la confiabilidad de los testigos. Como ocurre con cualquier
figura o evento histórico, es anticientífico el argumento ad ignorantiam, es decir, no
es válido suponer que algo que nadie registra es lo que más probablemente ocurrió.
Justamente lo que distingue la crítica histórica científica de la ficción, la
especulación y el prejuicio paranoico es que los juicios deben hacerse sobre la
realidad misma, no sobre mis (o tus, o sus) contenidos mentales. El proceso lógico
implica lo contrario del argumento ad ignorantiam: si no se menciona algo en los
testimonios de una época, no hay motivo para suponer que haya pasado. La
disciplina de los historiadores avanza partiendo de lo registrado, para después
estudiar qué tan aceptable es cada testimonio. Por ejemplo, si alguien afirma que
Miguel Hidalgo tenía un temperamento arrebatado y peleaba frecuentemente, el
historiador debe guiarse por preguntas de este tipo:
a) ¿Cuántas peleas de Hidalgo están registradas? ¿Son pocas o muchas de acuerdo al
ambiente cultural en el que se movía?
b) ¿Coinciden en este juicio (“arrebatado y peleonero”) sus amigos y sus adversarios?
Bajo custodia de Escuela de la Fe 139
Apologética
c) ¿Es coherente la presencia de este rasgo con lo demás que sabemos sobre su
trayectoria de vida, su contexto familiar y social, las instituciones y hábitos de la
época?”146
Apliquemos estos criterios a un caso concreto. Hay quien ha mantenido que S.
Jerónimo era misógino, citando un pasaje donde este Padre de la Iglesia dice que
“las mujeres son la puerta del infierno”. Ahora bien, San Jerónimo, se sabe,
mantenía una profunda amistad espiritual con varias mujeres de su tiempo: Paula,
al que califica de “santa” y hacia la que expresa “reverencia, respeto y veneración”;
Eustaquia –mantuvo con ella correspondencia (conservamos varias cartas) y le
dedicó varios de sus libros; y Fabiola, de la que escribió una bella elogia después de
su muerte. Difícilmente consistente con una mentalidad misógina (sin mencionar
que la cita puede resultar comprensible y válido en su contexto).

2. Otros abusos de la historia


a. Usar la historia como arma ideológica para la exaltación personal
Mucha historia ha sido escrita por personas que la han usado como arma para
denigrar a sus enemigos y consagrar la propia posición, para presentarse como los
iluminados y benignos benefactores que merecen el agradecimiento y aprecio de sus
coetáneos y las sucesivas generaciones. Así, el medioevo ha sido definido por los
renacentistas; y la España colonial y católica, por los ingleses y protestantes.
Así, Petrarca y otros escritores y lumbreras culturales del Renacimiento, para
hacer valer su intelectualismo conservador, se dedicaron a caracterizar los siglos
entre los clásicos de la antigüedad y ellos mismos como una época de oscuridad e
ignorancia, al que ahora ellos iluminarían con la luz de la sabiduría añeja. Pero
Chaucer, Boccaccio y Dante, contemporáneos de Petrarca, escribían en lengua
vernácula. Celebraban la vitalidad, exuberancia e individualidad de la gente
ordinaria, hombres y mujeres. Eran modernistas y, así, verdaderamente medievales.
Petrarca era el conservador arraigado en el pasado, el que miraba con soberbio
desprecio a la gente común.
Seguimos presos de las distorsiones, obnubilaciones y hasta mentiras
descaradas sobre la Edad Media propagados por él y los demás fans del
Renacimiento. El mismo hecho de que le damos el mote de “la Edad Media” es un
ejemplo de ello: queda calificada como una edad sin luz ni carácter propio hecho
sándwich entre las brillantes luces del mundo clásico y las del renacimiento.
Como recientemente ha escrito un estudioso inglés: “… el mundo medieval no
fue un período de anquilosamiento o de ignorancia. Gran parte de lo que
presumimos ser ‘ignorancia medieval’ no es sino nuestra ignorancia del mundo
medieval”.147 Caso ilustrativo: el medioevo había dejado atrás la enteramente

146 Calderón, David: “Algunas notas sobre el celibato de Jesús y la figura de María Magdalena”, en: Tiempos de Fe, 35 (Jul-
Ago 2004), pp. XX. Consultando dicho artículo, se puede ver la aplicación de los citados criterios al caso de Jesús y la
Magdalena.
147 Terry Jones, “The Middle Ages of reason”, in: The Observer (London), 08.02.2004

140 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
infundada creencia en la astrología; es nuestra sociedad ‘progresista’ del siglo XXI
que, influido en parte por la Nueva Era, vuelve a creer en semejantes sandeces.

b. Exagerar desproporcionadamente el grado o extensión de un abuso


Valga aquí de nuevo el caso de la Inquisición. Con respecto a las víctimas
mortales se han dado cifras enormemente abultadas. Un investigador reciente, el
danés Henningsen, realizó un cálculo basándose en los reales documentos históricos.
Pudo concluir que (prescindiendo de los primeros quince años, para los que no se
cuenta con datos precisos) en los 350 años que duró la Inquisición española se
ejecutaron a dos mil personas. Si tenemos presente que sólo en Alemania, por
brujería, fueron muchísimas más las víctimas que murieron sólo en el siglo XVII, ese
dato relativiza la Inquisición con respecto a otras situaciones. Y si son
innegablemente dos mil demasiadas, se trata de una cifra radicalmente diferente de
los varios millones que la “leyenda negra” ha atribuido a la Inquisición española.

3. La Iglesia pide perdón de sus fallos


«Es justo que... la Iglesia asuma con una conciencia más viva el pecado de sus
hijos recordando todas las circunstancias en las que, a lo largo de la historia, se han
alejado del espíritu de Cristo y de su Evangelio, ofreciendo al mundo, en vez del
testimonio de una vida inspirada en los valores de la fe, el espectáculo de modos de
pensar y actuar que eran verdaderas formas de antitestimonio y de escándalo» (Juan
Pablo II, Tertio Millennio Adveniente, n. 33).
Citando este pasaje en su mensaje con ocasión de la presentación de un estudio
histórico sobre la Inquisición, el Papa comentaba:
“Ante la opinión pública la imagen de la Inquisición representa de alguna
forma el símbolo de este antitestimonio y escándalo. ¿En qué medida esta imagen es
fiel a la realidad? Antes de pedir perdón es necesario conocer exactamente los hechos
y reconocer las carencias ante las exigencias evangélicas en los casos en que sea así.
Una distinción debe guiar la reflexión crítica de los teólogos: la distinción entre
el auténtico sensus fidei y la mentalidad dominante en una determinada época, que
puede haber influido en su opinión. Hay que recurrir al sensus fidei para encontrar
los criterios de un juicio justo sobre el pasado de la vida de la Iglesia.
Este discernimiento es posible precisamente porque con el paso del tiempo la
Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, percibe con conciencia cada vez más viva
cuáles son las exigencias de su conformación con el Esposo. De este modo, el Concilio
Vaticano II ha querido expresar la ‘regla de oro’ que orienta la defensa de la verdad,
tarea que corresponde a la misión del Magisterio: ‘la verdad no se impone de otra
manera sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y fuertemente en
las almas’ (Dignitatis humanae, 1).”148

148 Juan Pablo II, Carta al Cardenal Etchegaray [sobre la Inquisición], 15 de junio de 2004

Bajo custodia de Escuela de la Fe 141


Apologética
Pocas instituciones –si es que alguna– han seguido el ejemplo de la Iglesia al
reconocer las miserias humanas que la han manchado. Ella, con humildad, se ha
adelantado. Sin duda, como comentaba el mismo Juan Pablo II en alguna ocasión,
así es como debe ser.

4. ¿Los fallos históricos descalifican la enseñanza de la Iglesia?


Hay quienes piensan que los fallos históricos de los hijos de la Iglesia, y a veces
incluso de sus legítimos representantes, descalifican el testimonio y sobre todo
cualquier enseñanza moral de la Iglesia. “¿Quién es la Iglesia para decirme a mí
como obrar, si ha hecho tal o cual barbaridad? Además, ya reconoce que fue un error.
¿No dirá, dentro de un siglo, que lo que exige ahora fue un error también?” Lo que
pasa aquí es que, primero, se tiene un concepto totalmente equivocado de las bases
sobre las que la Iglesia enseña lo que enseña; y luego, que no se distingue entre lo
que hacen los miembros de la Iglesia, y lo que la Iglesia enseña.
Lo que la Iglesia exige, lo exige no porque “yo lo hago y Uds. deben hacer igual”,
sino porque “aunque tenemos que reconocer que a veces no lo hacemos debidamente
nosotros mismos, esto es lo que Dios quiere, y lo tenemos que respetar tú y nosotros,
por igual”. Esto no es hipocresía, como acusan algunos. Al contrario, esto es
honradez. Hipocresía sería cambiar o modificar aquellos elementos de la revelación
recibida de Dios que no le “convinieran” a los representantes del Magisterio, o a “la
Iglesia”, por ser difíciles de cumplir, reteniendo lo que ejerce sus exigencias sólo
sobre “los demás” – como el fariseo que se las daba de justo.
En realidad, el verdadero hipócrita es aquel que recorta las enseñanzas
(morales, típicamente) a lo que él está dispuesto a observar; o, más aún, las reduce a
lo que reclama la observancia ajena –de la “sociedad”, de las “estructuras”, de los
“políticos” o los “ricos” o los “poderosos” o los “homosexuales” o los “descreídos”... –
dejando intacto el propio obrar egoísta. Todo a la vez que proclama piadosamente no
creer en la Iglesia porque es ‘hipócrita’. Es una hipocresía que el cristiano debe saber
desenmascarar.
En cuanto a que la Iglesia haya reconocido errores y pecados en su pasado y
haya pedido perdón por ellos, como lo hizo el Papa Juan Pablo II durante el Gran
Jubileo del año 2000: se trata de reconocer errores en el comportamiento de algunos
de sus hijos, no en su enseñanza. Esas actuaciones deficientes –piénsese por ejemplo
en los graves delitos sexuales cometidos por algunos sacerdotes en contra de
menores- van precisamente en contra de las propias enseñanzas, clarísimas, de la
Iglesia. El cristiano puede comprobar que, cuando fallan los católicos, no es porque
sean católicos, sino porque no son suficientemente católicos. Porque –al menos en
determinado aspecto– lo son sólo de nombre, no auténticamente.

5. ¿Pecados de la Iglesia, o pecados de los hijos de la Iglesia? Pasado y


presente se iluminan mutuamente.

142 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Desde luego, la distinción que acabamos de hacer no es una que suelen hacer
quienes ven al catolicismo como algo que mejor no existiera, o al menos (cuando la
acusación se lanza, tristemente, desde el seno del mismo) que mejor existiera sin su
estructura jerárquica, o de acuerdo con un particular “modelo de Iglesia” que resulta
más agradable a la persona en cuestión. Los fallos siempre se achacan a “la Iglesia”.
Pero distinguir no sólo es conveniente; es necesario, pues el pensamiento, para
ser tal, consiste en gran medida en distinguir. Distingamos, pues, para este caso,
tres acepciones de “Iglesia” (recordando que, de estos tres usos, sólo el primero habla
correctamente de “la Iglesia”):
1º. “La Iglesia” reducida a su autoridad suprema magisterial, que enseña
infaliblemente. Se puede afirmar, sin lugar a dudas, que nunca se ha
comprometido esta autoridad suprema de la Iglesia con alguna enseñanza
contraria a la moral natural ni a su propia moral evangélica.
2º. “La Iglesia” identificada con una porción muy sustancial de la misma, hasta
mayoritaria, e incluyendo a algunas de sus más altas autoridades, sea a nivel
universal o en un ámbito geográfico determinado. Sin duda, se puede hablar de
tomas de posición o actuaciones prácticas, en determinadas épocas, que esta
“Iglesia” ha tenido después que lamentar. Tales serían, por ejemplo, el recurso a
la violencia durante la Inquisición –aun con los atenuantes arriba mencionados –
y los errores cometidos en el “caso Galileo”.
3º. “La Iglesia”, en cuanto representada por alguno o algunos de sus hijos – laicos,
sacerdotes u obispos individuales – que, más propiamente dicho, en el caso
concreto precisamente no la representan.
Una situación actual puede arrojar luz sobre lo que ocurre en esta tercera
situación. Cuando quede superada su hegemonía – puede pasar un siglo, o varios,
pero ocurrirá – la gran mayoría de los hombres mirará nuestro tiempo y
condenará duramente nuestra ‘cultura de la muerte’ con sus aberraciones, y en
particular el más antihumano de ellas, el aborto. Y seguramente entonces habrá
también quienes apunten con el dedo a la Iglesia y la acusará de no haberlo
denunciado, o no haberlo hecho consistentemente. Para probarlo, producirán
escritos y palabras de apoyo o de ‘comprensión’ pronunciadas por sacerdotes o por
los políticos católicos; demostrarán como los matrimonios católicos colaboraron
como todos los demás a crear una mentalidad anti-vida con prácticas
contraceptivas, etc. Y dirán, “fue la Iglesia”; “la Iglesia es la culpable”. Cuando
los que hoy vivimos sabemos que es la Iglesia Católica el gran campeón de la vida
en el mundo de hoy, y que sus órganos magisteriales supremos no han dejado
nunca de denunciar al aborto como un “crimen abominable”, además de enseñar
(pese al oprobio y condenación que le dirige el mundo) la malicia de la
contracepción. Pero siempre hay alguno (católico) que tiene su propia moral. Son
los que hacen pasar vergüenza a la Iglesia, y sufrimiento a la humanidad (y a
Cristo).

Bajo custodia de Escuela de la Fe 143


Apologética
Síntesis
No es un problema que afecte sólo al cristianismo: los ‘pecados’ historiográficos
como el revisionismo o el anacronismo crean apreciaciones enteramente injustas o
irrealistas, cuando no absolutamente falsas, del pasado. Pero siendo como es blanco
favorito para ciertos individuos e instituciones, es importante que sepamos
distinguir los abusos típicos de las normas historiográficos. Principales entre tales
abusos pueden ser: una historia que carece de fuentes o documentos históricos
válidos, que los acepta acríticamente, o hasta se las inventa para coincidir con las
propias conclusiones preconcebidas; los anacronismos, que trasladan a la época
estudiada condiciones y características que pertenecen a otro período, generalmente
posterior, falsificando así los juicios que se emiten; usar la historia como arma
ideológica; la exageración de los errores o abusos fuera de toda proporción con la
realidad. Hay numerosísimos ejemplos de ‘historia mal hecha’ en relación con la
Iglesia católica. Desde luego, hombres e instituciones de la Iglesia han cometido
muchos fallos a lo largo de la historia, pero, si bien han oscurecido demasiadas
veces su testimonio de santidad, ninguno de ellos descalifica la validez y autoridad
de sus enseñanzas.

Para recordar
 El anacronismo es el pecado mortal del historiador
 “Históricamente, lo que se puede establecer con certeza es lo que se obtiene a
partir de los testimonios y sobrevive a una crítica cuidadosa sobre la factibilidad
de los hechos y sobre la confiabilidad de los testigos.”
 “La disciplina de los historiadores avanza partiendo de lo registrado, para
después estudiar qué tan aceptable es cada testimonio.”


Actividades didácticas

Auto evaluación
1. Si “el pasado, como tal y por definición, no existe”, ¿cómo se tiene que escribir la
historia? ¿Y qué pasa si no se hace así?
2. ¿Qué tipo de presiones obstaculizan la escritura de la historia, según el Papa
Juan Pablo II, y cómo debemos hacer frente a ellas?
3. ¿Cuál es el más común abuso ideológico de la historia?
4. Al emitir juicios sobre el pasado, es esencialísimo situarnos en
(completa la frase).
5. ¿Qué es el argumento ad ignorantiam? ¿Es válido?
6. ¿En qué consiste el anacronismo?

144 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
7. ¿Quiénes inventaron el término “la Edad Media”, y qué revela este apelativo
sobre su autoconcepto y sus intenciones al usarlo?
8. Según El Código da Vinci, la Inquisición española habría ejecutado a cinco
millones de personas. Según los estudios recientes de autores no católicos, ¿cuál
es la cifra documentada? ¿Cuál es el orden de magnitud del ‘pequeño error’ de
esta ‘novela histórica’?
9. La Iglesia puede a veces enseñar doctrina en cuya práctica fallan sus mismos
representantes. ¿Esto es hipocresía? Explica tu respuesta.
10. Menciona dos o tres “frases famosas” inventadas por algún escritor y luego
repetidas por otros muchos como si fueran hechos.

Ejercicios de aplicación y profundización

Lectura complementaria

¿No se ha distinguido la Iglesia Católica por su intolerancia?


Sigue circulando la idea (incluso entre católicos) de que la Iglesia Católica ha
sido una de las fuerzas más intolerantes de la historia. Que haya habido católicos
intolerantes, y también épocas de cierto retroceso en la conquista de ese valor, es no
sólo innegable, sino inevitable: ha habido muchos católicos, y como dicen, hay gente
para todo. Y durante el Gran Jubileo, fue una de las cosas de las que el Papa pedía
perdón en nombre de los hijos de la Iglesia. Pero ni la enseñanza de la Iglesia
Católica, ni el conjunto de su historia, justifican ese juicio negativo; al contrario, una
visión informada de la historia tendría que llevar a la conclusión que ha sido el
cristianismo, la Iglesia, el factor más positivo en el desarrollo de la verdadera
tolerancia (no hablamos de las caricaturas de ‘tolerancia’). Efectivamente, ha
afirmado repetidamente la importancia de respetar la libertad religiosa y de aceptar
las reglas y los riesgos de la dialéctica social de la libertad, la tolerancia y el
pluralismo.
La defensa de la tolerancia religiosa es patente en los orígenes del cristianismo.
Era algo, además, muy fácil de entender para los primeros cristianos, que habían
sufrido en su carne toda la crueldad de la intolerancia religiosa del Imperio Romano.
Cabe citar, por ejemplo, la famosa frase de Tertuliano “no es propio de la
religión obligar a la religión”: para los primeros cristianos, la convicción de tener la
verdad no les hacía pensar en imponerla coactivamente, sino todo lo contrario: como
el acto de fe es libre, lo propio es la tolerancia, y eso no por simple conveniencia
social, sino desde la raíz misma de la religión. Según la clásica distinción que
acuñaron los primeros Padres de la Iglesia, no hay dificultad alguna en rechazar el
error y, al tiempo, tratar con la mayor cordialidad al que yerra.
Es verdad que la historia, con bastante frecuencia, no siguió luego esos
derroteros. Hubo épocas en que se llegó a concluir que, como “el error no tiene
derechos”, tampoco los tiene el que yerra. Y como el error es malo, se puede utilizar

Bajo custodia de Escuela de la Fe 145


Apologética
la fuerza para reducir al errante al verdadero camino. Hay que aclarar que esto no
fue nunca doctrina de la Iglesia, pero sí regla práctica de ciertos cristianos, incluso
buenos cristianos.
Aún respecto a esas épocas, sin embargo, sería falsa la afirmación de que
“fueron los católicos quienes más olvidaron la tolerancia religiosa”.
El empleo de la fuerza para combatir la heterodoxia… no fue un hecho
particular del catolicismo, sino algo corriente en todas las partes, culturas y
confesiones hasta bien entrado nuestro tiempo.
Baste pensar en la intolerancia de Lutero contra los campesinos alemanes, que
produjo decenas de miles de víctimas; o en la suerte de Miguel Servet y sus
compañeros quemados en la hoguera por los calvinistas en Ginebra; o en las leyes
inglesas contra los católicos, tanto en la misma Inglaterra como en Norteamérica o
en Irlanda –donde la mayoría católica fue reducida prácticamente a la categoría de
no-personas.
Hay que decir, para ser justos, que ese era el trato normal que se daba en la
época a los delitos, y el delito de opinión era considerado como el más grave. En esto
coincidían Lutero, Calvino, Enrique VIII y Carlos V o Felipe II. En una época en que
todo el mundo se sentía y confesaba cristiano –con influencia en casi todas las
manifestaciones de la vida– la herejía (o lo que se suponía tal) era un grave delito
contrario a los mismos cimientos de la convivencia.
No se puede olvidar que, para bien o para mal, política y religión estuvieron
bastante confundidas durante la mayor parte de la historia de Occidente. Y en el
resto del mundo ocurría algo muy parecido.
Tampoco se debe pasar por alto que las posturas heréticas iban con frecuencia
dirigidas a la conquista del poder. Así sucedió, por ejemplo, con el luteranismo, cuyo
rápido avance se debió en buena parte a la habilidad con que Lutero logró el apoyo
de algunos príncipes alemanes que, de ese modo, conseguían distanciarse del
emperador Carlos V.
En los primeros siglos, sin embargo, los cristianos fueron extraordinariamente
tolerantes en materia religiosa. La historia dio luego muchas vueltas –en algunos
vericuetos se llegó a prácticas que avergüenzan– pero teológicamente nunca ha
estado cerrado el camino de la tolerancia. Y, afortunadamente, hace ya mucho
tiempo que es rara la intolerancia en países de mayoría católica.
Es más, echando un vistazo a la situación mundial en este siglo, puede decirse
que la tolerancia ha germinado fundamentalmente en los países de mayor tradición
cristiana. En cambio, la intolerancia se ha mostrado con gran crudeza en los países
gobernados por ideologías ateas sistemáticas (Tercer Reich Nazi, la URSS y todos los
países que estuvieron bajo su dominio, la China actual, etc.). También la violencia
del integrismo islámico sigue bastante presente en los países donde su religión aún
no ha alcanzado el poder político (Senegal, Níger, Mauritania, Chad, Egipto,
Marruecos, Tanzania, Argelia, etc.); y donde ya lo han alcanzado (Arabia Saudita,

146 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Irán, etc.), la tolerancia religiosa es prácticamente inexistente. Y otros países
asiáticos no islámicos (India, China, etc.) no parecen mejorar mucho la situación.
Sin embargo, curiosamente, se sigue hablando más de la Inquisición,
desaparecida hace ya mucho tiempo, que de las actuales persecuciones religiosas,
dolorosamente actuales en tantos lugares.
Es más, en muchas sociedades así llamadas avanzadas de hoy, a quien menos
se tolera es al cristiano y su fe. En la práctica, viene a ser condición obligada para
participar en su vida económica y política el conducirse como si Dios no existiese. Y
se sigue ignorando el hecho de que el apenas concluido siglo XX ha producido más
mártires cristianos que todo el resto de la historia desde Cristo. Han sido en su
abrumadora mayoría católicos, muertos simplemente porque no se toleraba su
existencia. La Iglesia Católica, los cristianos, no somos los intolerantes; somos los
intolerados.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 147


Apologética
Capítulo 3 HISTORIA ANTICATÓLICA EN LA CULTURA POPULAR

Nexo

En este capítulo nos dedicaremos a examinar como los mitos históricos respecto
a la Iglesia son diseminadas por la cultura popular y sus instrumentos como la
literatura, el cine, el Internet, y la conducta irresponsable de sus voceros. Frente a
los mitos veremos que la verdad es muy otra, y cual ha sido el verdadero impacto de
la fe y la Iglesia en la historia.

Esquema de la lección

A. Los instrumentos de la cultura popular


B. Un ejemplo: El Código Da Vinci
C. Los lugares comunes de la versión folklórica del catolicismo
1. Las sectas cristianas y pseudocristianas hacen uso de la “historia”
2. Tópicos y mitos de la historia popular del cristianismo.
 Las Cruzadas
 La Inquisición
 La Iglesia y la mujer
D. Lo que nuestro mundo y la cultura actual le deben al cristianismo católico
 El patrimonio cultural
 Los valores fundamentales
 La economía
 Las instituciones humanizadoras y de ayuda humanitaria

A. Los instrumentos de la cultura popular

El abuso que se hace de la historia no se queda dentro de un ambiente


académico; transciende y se agrava al convertirse en instrumento y juguete de la
cultura popular.

1. Lo apropian y transmiten los medios tanto de información como de


entretenimiento. Así, cuando un teólogo entra en conflicto con la Iglesia y es
disciplinado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, se puede contar con que
no faltará la obligada referencia al “Santo Oficio” y la “Inquisición”, y la implicación
de que la Iglesia se dedica a suprimir brutalmente la libertad de pensamiento e
investigación. El cine ofrece una versión de las Cruzadas en la que los musulmanes
son, si no santos, ciertamente mucho más humanos que los cristianos, que son todos
villanos, avaros y asesinos. Triunfa una ‘novela histórica’ que revela que Cristo
estaba casada con María Magdalena… Todo ello va dejando en el pueblo no meras
dudas acerca de tal o cual elemento de la historia cristiana, sino un convencimiento
de la maldad de la Iglesia católica y de las distorsiones que ella habría realizado en
el ‘auténtico’ mensaje de Cristo.

“Las creencias religiosas son tratadas sistemáticamente en forma negativa y


antipática. En especial los sectores dedicados al entretenimiento... parecen

148 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
inclinarse hacia un retrato de los creyentes religiosos bajo la peor luz posible.”
- Juan Pablo II 149

2. En los últimos años el advenimiento del Internet, criatura e instrumento –


ciertamente, no necesariamente negativo – de la globalización, ha dado alas y
potenciado al máximo los rumores, leyendas, teorías de complot y semejantes
vehículos de la cultura popular. Efectivamente, ha puesto en manos de quienes
antes eran los diseminadores de rumores en el barrio la posibilidad de hacer que su
“barrio” sea el mundo entero.
Para todo, pero especialmente para cosas relacionadas con la fe, es necesario
emplear el discernimiento respecto a lo que se pueda encontrar en este medio. El
Internet es un instrumento maravilloso, pero como todo lo humano, tiene su lado
problemático. Una apariencia impresionante, de alta tecnología, con un nombre que
da a entender el respaldo de toda una organización profesional, puede esconder un
solo individuo (frecuentemente de dudosa equilibrio psíquico o moral) que va
recogiendo elementos de ‘información’ sin fundamento y los va propagando por este
medio. Hace unos años –como broma, y aludiendo al hecho de que en ese momento
parecía que esa compañía se comía el mundo entero- alguien escribió, con
convincentes detalles periodísticos y atribuyéndolo a una de las agencias noticiosas,
una pieza en que se anunciaba que Microsoft acababa de comprar la Iglesia Católica.
¡Hubo una lluvia de protestas de católicos alarmados ante la ‘noticia’!

“Se solía decir que si ponías a un millón de changos a golpear las teclas de
igual número de máquinas de escribir, a la larga acabarían reproduciendo las
obras completas de Shakespeare. Ahora, gracias al Internet, sabemos que esto
no es cierto.”

Se aplica a toda literatura, pero más aún al Internet: leer indiscriminadamente


no sólo es pérdida de tiempo; cuando se difama a las personas, es inmoral. Hay
quienes piensan que la única literatura inmoral es la pornografía. Por más
abominable y dañino que sea la pornografía, no es tan antievangélico como la
difamación. Los pecados contra la caridad son más graves que los que ofenden la
castidad, porque la caridad es el gran mandamiento de Cristo. Nunca es permisible
escuchar, o leer, el mal que se habla (o escribe) gratuitamente acerca de los demás.

3. Un vehículo común de las ideas erróneas sobre la Iglesia, su fe y su historia son


los prejuicios, la irresponsabilidad y la conducta no profesional de escritores,
novelistas, comunicólogos, artistas, y otros que regalan a la sociedad entera sus
pensamientos no examinados, no investigados y no sometidos a una debida crítica
antes de ser expresados. Está mal que cualquiera hable mal de las personas o
instituciones; está peor cuando se hace con superficialidad y sin preocuparse por
verificar la verdad de las aseveraciones; pero mucho peor todavía cuando lo hace
quien goza de un estrado público (como lo son los medios electrónicos y las
publicaciones).

149 Mensaje de para la Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales, 11 Mayo 1997

Bajo custodia de Escuela de la Fe 149


Apologética
¿Un ejemplo?
Días después de la muerte del Papa Juan Pablo II, el filósofo francés,
Remi Brague, narraba en el diario Le Figaro (06.04.2005) cómo, a raíz de la
publicación de la encíclica Fides et Ratio, había recibido una llamada telefónica.
- “¿Bueno?”
- “Oye, Fulano acaba de publicar una diatriba contra la última encíclica. La
persona que iba a discutir con él en mi programa está enferma. ¿Podrías tomar
su lugar?”
- “¿Cuándo?”
- “Pasado mañana...”
Leí rápidamente la encíclica, -explica Brague- hojeé el libro que la
criticaba, y me fui a la radio. Cada vez que el autor decía una necedad sobre el
pensamiento del Papa, yo rectificaba leyéndole un pasaje de la encíclica. Al final
me dijo con un suspiro:
- “Bueno, ciertamente no estudié el texto tan fondo como tú, pero…”.
Ya. Nada más había escrito un libro sobre ella.

4. Incluso existe ya todo un género literario que trafica con la figura de Cristo y los
sentimientos religiosos de los cristianos, como ha apuntado el P. Cantalamessa: “En
una serie interminable de relatos, películas y libros, los escritores manipulan la
figura de Cristo, a veces bajo pretexto de fantasmales nuevos documentos históricos
sobre él. El Código Da Vinci es el último y más agresivo episodio de esta larga serie.
Se ha convertido ya en una moda, un género literario. Se especula sobre la vasta
resonancia que tiene el nombre de Jesús y sobre lo que representa para amplia parte
de la humanidad para asegurarse gran publicidad a bajo coste. Y esto es parasitismo
literario.”150

B. Un ejemplo: El Código Da Vinci

La egregia desfachatez que presentan bastantes novelas u obras ‘históricas’


populares está bien representado en El Código da Vinci, que puede servir de
escarmiento ante este tipo de literatura. Presentado como ‘muy bien documentado’,
‘fruto de investigaciones históricas exhaustivas’, que ‘revelan’ los oscuros secretos
del cristianismo, y en especial de la Iglesia católica, es, al contrario, como lo califica
un perito, “una novela de intriga que el autor ha tejido de verdades, verdades a
medias, insinuaciones, teorías de complot, herejías, leyendas, mitos, fantasías
paranoicas y cuentos de fantasmas”.

Sería imposible enumerar los centenares de errores de todo género que


componen este best seller (en el apéndice de este capítulo se presenta una lista muy
incompleta). Nos podemos fijar en tres ‘trucos’ que usa el libro para engañar –no son

150 Raniero Cantalamessa OFM, Predicación de Adviento para la Casa Pontificia, 2 diciembre 2005 (Zenit 2-XII-05).

150 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
los únicos en este tipo de literatura, pero son ilustrativos, y pueden ayudar para
darse cuenta de cómo es necesario acercarse incluso a ciertas novelas con espíritu
crítico.
1º. Se pone una nota previa intitulada ‘HECHO’, en la que nos informan que
- El “Priorato de Sión [paladín del verdadero cristianismo en la novela] es una
organización que realmente existe”. Efectivamente, pero no nos dicen que
existe desde 1955, no 1099; que no hace lo que hace en la novela; y que los
documentos “secretos” descubiertos en París son falsificaciones del siglo XIX
- Que el Opus Dei es una “secta” católica que tiene un edificio en una
determinada dirección de la ciudad de Nueva York: lo cual, quitando lo de
“secta”, es cierto, pero eso, ¿cómo ratifica lo que la novela cuenta de esta
organización? Si usted tiene carrera en psicología y vive en la calle de Morelos
de la ciudad de Huatulco, y se me ocurre escribir un libro en el que doy estos
datos (ciertos) para luego atribuirle complicidad en un genocidio en el Yemen
(que me he inventado), ¿eso viene a ser ‘historia muy bien documentada’?.
- Que “todas las descripciones de arte, arquitectura, documentos y rituales
secretos en esta novela son correctas”: lo cual es cuando menos una ilusión, si
no es mentira, pues la verdad es esencialmente lo contrario, ya que
prácticamente ninguna es exacta.
En todo esto, lo que se ve es la intención de engañar, haciendo creer que
todos los datos de tipo histórico en la novela son auténticos. Lo cual, como se ha
dicho, es lo contrario de la verdad.
2º. Se emplean como puntos de referencia constante en la novela una multiplicidad
de figuras, instituciones, y eventos con los que la persona media tiene un cierto
conocimiento: le “suena” el nombre. En gran parte, la trama consiste en urdir
una serie de relaciones entre todos estos “nombres conocidos”, llevando al incauto
o ingenuo a concluir que porque los nombres son históricos, también lo son los
hechos y relaciones con que se les conecta.
3º. A todos nos gusta sentirnos cultos y que “entendemos” la historia; nos fascina
sobre todo si es algo que hasta ahora había quedado oculto y que ¡ya, se revela!
La novela manipula esta debilidad humana, haciéndonos creer que, ahora sí,
entiendo ‘muchas cosas’ (esencialmente, cómo la Iglesia Católica ha ido
escondiendo el verdadero cristianismo).
En realidad, el libro no cita ni una sola obra científica. Su fuente principal es
Holy Blood, Holy Grail (publicado en 1983) que se presenta como una investigación
de la historia de Jesús pero que es también ella una obra esencialmente de ficción,
que procede a base de
 ignorar totalmente las fuentes históricas aceptadas,
 preguntarse “qué sería si…”,
 interpretar todos los hechos como si la hipótesis hecha a priori fuera cierta,
 y luego declarar que los hechos la prueban.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 151


Apologética
Es una violación clarísima de la “segunda ley” de la investigación histórica
vista en el capítulo anterior (p. 121-122): el libro Holy Blood, Holy Grail usa fuentes
no autentificadas, en las que luego El Código da Vinci se apoya como si tuvieran
valor histórico.

“No poco del gnosticismo que padecemos se basa en el reino de la hipótesis. La


hipótesis Jesús; la hipótesis Iglesia; la hipótesis Evangelio; la hipótesis María
Magdalena; la hipótesis..., todas ellas hipótesis manipuladas y manipuladoras
que pretenden acabar con los hechos. Sólo necesitamos adornar las hipótesis
con un relato, más o menos crédulo, de ficción, de cine, y ya tenemos una
historia, que para algunos además de verosímil será verdad.”151

C. Los lugares comunes de la versión folklórica del catolicismo

No se trata de hacer un repaso completo a las múltiples versiones abigarradas


que circulan en la mente popular –no católica y, peor aún, muchas veces católica- de
la fe que vive la Iglesia y su verdadera historia. Nos limitaremos a indicar muy
escuetamente algunos de los ‘mitos’ que más frecuentemente se sacan a pasear, e
igual de brevemente la verdad de la cuestión.
Desafortunadamente la verdad suele resultar bastante menos pintoresca que el
mito, o menos útil para dar palos a la Iglesia, por lo que no hay que suponer que con
darla a conocer alguna vez los amantes del mal de la Iglesia y del cristianismo ya la
van a adoptar. Pero es importante, primero, que los mismos creyentes la conozcan, y,
luego, que la repitan muchas veces. A quien es de buena voluntad ya le calará.
Lo que sigue no es más que una ‘muestra’, que tiene como intención, ante todo,
hacer ver cuántas nociones populares son inexactas, torcidas, mal comprendidas o
simplemente sin fundamento; y luego despertar el interés y el compromiso por
formarse más por medio de la lectura de obras que tratan las diferentes cuestiones
más ampliamente (algunas de éstas se recomiendan al final de la lección).
Comenzaremos con algunos ejercicios creativos de la imaginación histórica por
parte de las sectas, para pasar luego a los que pueblan la cultura más general.

1. Las sectas cristianas y pseudocristianas hacen uso de la “historia” para


justificar su existencia frente a la Iglesia católica. Entre los planteamientos típicos
se pueden mencionar:
a. “La Iglesia Católica representa una deformación y alejamiento del cristianismo
‘auténtico’ de los primeros siglos” (el cual, naturalmente, sería el que ellos
actualmente representan).
En el capítulo 9 ya se ha notado como no tiene validez para la ciencia de la
historia el argumento ex ignorantia o a partir del silencio: lo que no se menciona no
sirve para hacer historia. Lo que vale son los ‘documentos del pasado’. Pues bien, los

151José Francisco Serrano, “El Jesús sin los códigos, y el Cristo de la vida”. Reseña del libro, Jesús de Nazaret. La verdad de
su historia (EDICEL), del P. Juan Antonio Martínez Camino, S.J.

152 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
grandes testigos de la Iglesia primitiva son los primeros Padres de la Iglesia,
especialmente los “Padres apostólicos” (que conocieron a los apóstoles o a la primera
generación después de los apóstoles), de los cuales se conservan bastantes escritos.
Es obvio que no los han leído quienes mantienen que las “prácticas” y
doctrinas de la Iglesia católica difieren de las de la primera Iglesia. Hablar de
obispos, sacerdotes y diáconos (“sin obispo y presbíteros no hay Iglesia”- S. Ignacio,
Carta a los Trallanos), y de los obispos como sucesores establecidos por los apóstoles
“por inspiración de nuestro Señor Jesucristo… para que otros hombres aprobados les
sucedieran en el ministerio” (S. Clemente, Carta a los Corintios); de la Eucaristía
como sacrificio y como verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo (“algunos malos se
apartan de la Iglesia por no confesar que la Eucaristía es la carne de nuestro
salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados” - S. Ignacio, Carta
a Esmirna); del aprecio al celibato, del lugar preeminente de Pedro y de la Iglesia de
Roma; de la veneración a los mártires como santos; de la importancia de “practicar
obras” “ para vivir”… ¿a qué iglesia o comunidad cristiana suena?
b. “Los católicos se han inventado doctrinas en una fecha tardía: por ejemplo, no se
habla de un ‘Papa’ hasta el s. IX por lo menos, ¡y se habría hecho ‘infalible’
apenas en el s. XIX!”.
Sobre esto hay que decir que
1º. no entienden ni la teoría ni la inevitabilidad del desarrollo del dogma. Un ser
que queda igualito siglo tras siglo, está muerto. Compare una de tus fotos de
niño con lo que ahora eres. ¿Igualito? (¡Ojalá, dirá alguno!). Sólo podrías estar
“igualito” ahora, treinta años más tarde, si hubieras muerto a los ocho años y
te hubieran congelado. Pero eres la misma persona; lo que eres ahora estaba
ya en semilla en aquel rostro simpático de niño de ocho años. La Palabra y la
Iglesia de Cristo están vivos; y ésta ha crecido en entendimiento de aquélla a
lo largo de los siglos.
Por otra parte, todavía en el siglo IV y V, la Iglesia estaba acabando de definir
con mayor claridad quién es Cristo, cómo puede ser Dios y hombre (no que no
se creyera antes, pero no se sabía expresar tan claramente). Es totalmente
irrealista pensar que hubiera una enseñanza totalmente desarrollado sobre el
Papado, por ejemplo, cuando aún se estaban clarificando las doctrinas más
fundamentales del cristianismo.
2º. Los apologistas evangélicos que arguyen que ciertas doctrinas han sido
“añadidas” tardíamente por la Iglesia católica152 confunden la fecha en que se
proclamó un dogma con la fecha en que se empezó a creer en el contenido del
mismo. Creemos muchas cosas que no han sido proclamadas dogmáticamente;
y si la Iglesia proclama algo como dogma, ¡es porque ya lo cree, y lo ha creído
siempre! Precisamente eso es lo que se exige para un dogma: que sea lo que
ha sido creído “siempre, en todas partes y por todos” (principio enunciado por
S. Vicente de Lérins en el s. VI).

152Por ejemplo, que el canon de las Escrituras sólo fue establecido por el Concilio de Trento: efectivamente en Trento se
definió dogmáticamente lo que se venía enseñando esencialmente desde el s. III, y exactamente desde el s. V.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 153


Apologética
c. “El catolicismo empezó con el Concilio de Nicea en 325, en el que por primera vez
se decretaron las doctrinas ahora conocidas como ‘católicas’.”
Esta es una explicación que no explica nada. La pregunta es, ¿por qué se
decretaron precisamente lo que reconocemos hoy como católico? ¡Porque ya eran
católicos! Si hubiesen sido arrianos –o Testigos – hubieran decretado doctrinas
arrianas o de los Testigos, ¿no cree? Los concilios a lo largo de la historia de la
Iglesia no eran “lluvias de ideas” donde una bola de obispos se sentaba y se
preguntaba, “Beh, vamos a ver, ¿qué ideas nuevas realmente locas podemos
inventarnos hoy?” Al contrario. Se convocaban precisamente porque alguno ya
había hecho eso, y había que refutarlo porque contradecía lo que creía la Iglesia
(la historia del dogma muestra que los decretos de los concilios estaban en
armonía con lo que la Iglesia enseñaba hasta ese momento). Los concilios
expresaban y clarificaban la fe de la Iglesia; no la inventaban.
d. “Durante toda la edad media (del 500 DC - 1500 DC) la Iglesia católica mantuvo
la Biblia en latín para que los laicos no pudieran leer ni entenderlo.”
Una de las debilidades típicas de la crítica que los evangélicos dirigen hacia la
Iglesia es un pasmoso anacronismo histórico. La edad media no es algo que acaba
de concluir la semana antepasada. ¿Qué lengua se piensa que hablaba la gente
de esa época? ¿Inglés, con acento de Texas? Si la Iglesia hubiese querido evitar
que la gente leyera la Biblia, lo único que tenía que hacer era dejarla en el griego
original. A todos les hubiera resultado “en chino”.
La mayoría de las personas durante esos siglos eran analfabetas. Las personas
letradas leían latín. No había necesidad de “impedir” a los demás la lectura de la
Biblia –ya de suyo no podían hacerlo.
¿Y qué hizo la Iglesia entonces? Hizo crear, por artistas y artesanos, esas grandes
vidrieras con escenas de la Biblia, para que las grandes masas analfabetas se
familiarizaran con ellas. Y a lo largo de esos mil años, leyó y explicó las
Escrituras durante 50,000 domingos consecutivos en todas las iglesias de la
cristiandad. Y cuando el latín ya dejaba de usarse, la Iglesia también creó las
escuelas catedralicias y las primeras universidades, donde los laicos podrían
aprender el latín.

2. Tópicos y mitos de la historia popular del cristianismo.

Hay varios, y como cuestiones históricas, son bastante extensas; tomaremos tres,
puntualizando algunos rasgos que nos ayudarán a formar una actitud madura y
apegada a la verdad

a. Las Cruzadas
1. “Las Cruzadas fueron guerras sangrientas de conquista sin provocación en
contra de un mundo musulmán pacífico. Los Cruzados iban en busca de botín
para enriquecerse, con la bendición de la Iglesia.”

154 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
 Lo que llamamos “las Cruzadas” constituyen un fenómeno complejo, que
necesitan un juicio matizado. Es erróneo pintar un cuadro simplista, en
blanco y negro, cuando está más bien compuesto de varios tintes de gris. Todo
ocurre a partir de una mentalidad muy diferente de la nuestra actual.
 Los diferentes grupos musulmanes llevaban ya siglos expandiendo
militarmente sus respectivos dominios. No fue sólo a costo del mundo
cristiano –también se arrebataban mutuamente sus tierras – pero el hecho es
que para fines del s. XI amenazaban con obliterar el mundo cristiano. Habían
conquistado Palestina, tierra de Jesús; Asia Menor, tierra de San Pablo y las
primeras comunidades cristianas; Egipto, cuna del monasticismo cristiano; el
norte de África, tierra de San Agustín, San Cipriano y tantos otros santos;
buena parte de España… Y seguían. En algún momento la cristiandad
tendría que defenderse, o morir. La primera cruzada fue lanzada para ayudar
a los cristianos de Oriente que estaban bajo el acoso inmediato del poderío
musulmán. Además, se quería recuperar los santos lugares y proteger a los
peregrinos cristianos.
 Los papas pusieron en marcha las Cruzadas, pero según el juicio
de los historiadores subestimaron grandemente la envergadura que
tomarían. No parecen haber considerado cuáles serían las consecuencias de
echar a andar un movimiento popular que luego no controlarían.
 Las motivaciones religiosas de los primeros cruzados probablemente
eran genuinas. Querían expiar sus pecados, y liberar los santos lugares.
Muchísimos pagaron con su vida, amén de que les resultó costosísimo.
También es cierto que con al andar el tiempo se les fueron agregando simples
bribones, cuyo único fin era el lucro personal.
 La masacre de la población de Jerusalén en la primera Cruzada,
objetivamente, fue una barbarie, si bien entonces no se habría visto así. Lo
mejor que se puede decir es que era producto de las costumbres bélicas de la
era. Los cruzados no fueron peores que el resto de los hombres porque iban en
una Cruzada. Lo malo es que muchos de ellos no fueron mejores.
 Las cruzadas eran una especie de mezcla de expedición militar y de
peregrinación popular, que se dirigieron en diversos grupos independientes
hacia Palestina. El fanatismo popular llevó a desmanes como la masacre de
muchos judíos en Alemania, en la primera y segunda cruzada. Muchos
obispos intervinieron para defender a los judíos, y más tarde, en la segunda
cruzada, San Bernardo declararía contundentemente que “quien ponga manos
sobre un judío para matarlo hará un pecado tan grande como si ultrajase la
misma persona de Jesús”.
 En resumen, hay que reconocer que tuvo aspectos poco defendibles.
Aun cuando la verdad es dolorosa, lo justo es reconocerla, como es justo
también mantener la perspectiva histórica. Los cristianos representaban la
cultura de su época; pero nos avergüenza que muchos de ellos no la hayan
superado.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 155


Apologética
b. La Inquisición
- Mito: “La Inquisición era el tribunal más cruel de su tiempo y de todos los
tiempos”
- Hecho: los reos llevados ante los tribunales civiles regularmente apelaban a
la Inquisición porque era mucho más justa y clemente que los civiles. Y sus
cárceles, al menos en España, era tan ‘buenos’, ¡que llegó a haber gente que
blasfemaba para que allí los encerraran!
- Mito: “La tortura era de rigor, y la pena de muerte el resultado más común de
los juicios de la Inquisición. Así que ajustició a cientos de miles, o incluso
millones, de personas.”
- Hecho: La Inquisición española usó de la tortura –práctica común en esa
época- en el 2 por ciento de sus casos. Se limitaba a un máximo de 15 minutos.
En 1 por ciento de los casos se llegó a aplicar dos veces; nunca una tercera
vez.
- Hecho: De 125,000 casos presentados ante la ‘peor’ instancia de la
Inquisición, la española, la pena de muerte fue decretada en el uno por ciento
de los casos.
- Hecho: Prescindiendo de los primeros quince años, de los que no se tienen
datos precisos, en los tres siglos y medio de la Inquisición española se
ejecutaron a dos mil personas.
- Mito: “La Inquisición en su apogeo quemaba decenas de miles de personas
anualmente por ser brujas”.
- Hecho: Durante el período de 1540-1700, en que los estudiosos calculan que
en Europa fueron ejecutados 50,000 personas por tribunales civiles, en las
áreas controladas por la Inquisición hubo un total de 99 condenas a muerte
por brujería (según El Código de Vinci la Iglesia habría ajusticiado a 5
millones por este motivo –“sólo” exageró 50 mil veces la cifra).
- Mito: “La Inquisición veía crímenes donde la sociedad del tiempo no los veía ni
se preocupaba de ellos.”
- Hecho: La Inquisición se instituyó en gran medida para evitar los
linchamientos; particularmente en la época de la “caza de brujas” murieron
muchas mujeres desafortunadas, e inocentes, por acción directa del pueblo.
Lo que antecede no exime a la Inquisición de su responsabilidad. Pero la
sitúa en sus dimensiones justas.

“Mientras no haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la


justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que
pertenecen a este tiempo, la imagen de este mundo que pasa.” – CIC 671

c. La Iglesia y la mujer
- “La Iglesia Católica es la principal responsable de que la mujer haya sido
relegada en todos los aspectos de la vida.”

156 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Al contrario. Si revisas la historia de los últimos dos mil años, verás que la
gran mayoría de las mujeres de las que tenemos noticia positiva en ese lapso son
mujeres en estrecha relación con la Iglesia Católica. Las mujeres de la Edad
Media (cuando todo el cristianismo era católico) en diversos aspectos gozaban de
más libertades, en el marco de su tiempo, que las del siglo XIX (por influjo de
mentalidades nacidas más bien en seno del protestantismo). Una mujer era
célebre maestra en la primera universidad médica, en el s. XII. En el s. XIX, ni
siquiera podría haber estudiado medicina en una universidad civil (ver el
Apéndice 2).
Y si comparas la doctrina de la Iglesia con las ideologías que llevan la
bandera de la “liberación de la mujer”, verás que es el catolicismo el campeón de
la mujer. Para la Iglesia Católica, hombre y mujer son las dos maneras,
igualmente dignas y válidas, de ser humano (Ver el Apéndice 3). La visión
neopagana, en cambio, no aprecia a la mujer: Tiene envidia del hombre, y hace de
lo masculino el prototipo de lo humano. ¡Vaya manera de promover a la mujer!

“La igualdad de los bautizados, una de las grandes afirmaciones del


cristianisimo, existe en un cuerpo variado en el que los hombres y las
mujeres no desempeñan meramente papeles funcionales, sino arraigados
profundamente en la antropología cristiana y en los sacramentos. La
distinción de funciones no implica en absoluto la superioridad de unos
sobre otros: el único don superior al que podremos y debemos aspirar es el
amor. En el reino de los cielos los más grandes no son los ministros, sino
los santos.” – Juan Pablo II

- “Entonces, ¿por qué la mujer no puede ser sacerdote en la Iglesia Católica?”


Antes de entender el porqué, tenemos que aceptar el hecho de que Jesús designó
como sacerdotes a unos pocos hombres – y a ninguna mujer.
1. Jesús es el único Sacerdote.
2. Tenemos constancia por la Revelación que quiso dar a otros una
participación en su Sacerdocio.
3. Nadie – ni hombre ni mujer – tiene “derecho” a ser uno de estos “otros” (lo
mismo que ni usted ni yo tenemos “derecho” a caminar sobre el agua porque
Jesús lo hizo).
4. La evidencia que tenemos es que él hizo partícipes del sacerdocio a unos
pocos hombres, y a ninguna mujer. Esta evidencia nos viene del Nuevo
Testamento (principalmente las narraciones de la Última Cena) y del
entendimiento de la Iglesia primitiva, que es parte integrante de toda
recepción de la Revelación.
5. La Iglesia no es dueña de la Revelación, sólo su guardián y administradora.
No puede alterar su contenido simplemente porque no agrada al espíritu de
nuestro tiempo.
Ahora tratemos de responder al “porqué”. Podríamos expresarlo así:

Bajo custodia de Escuela de la Fe 157


Apologética
Cuando Jesús mira a una mujer, lo primero que ve es su Esposa –su
Iglesia– por quien ha dado su vida. Y quiere seguir dando su vida por ella. Vino a
servir, y quiere seguir sirviendo. Así que siempre la dirá, “Siéntate a la mesa, y
yo te voy a servir”. En la Iglesia, por lo tanto, todo ocurre de manera contraria a
° lo que ha sido la norma en la sociedad humana, donde típicamente los hombres
se sientan y las mujeres sirven. Aquí, en la Iglesia, las mujeres se sientan y un
Hombre –el Hombre, Jesucristo – sirve.
Ciertamente, él también ve a su Esposa (la Iglesia) en todo varón, pero no
de manera tan ‘contundente’. La mujer es más perfectamente icono de la Iglesia,
es decir, una especie de imagen típica que nos refiere a nosotros (y a él, Cristo) a
la Iglesia. El varón es mejor icono, en este mismo sentido, de Cristo Sacerdote, y
podría decirse que no crea tanto ‘problema’ para el corazón de Cristo: un corazón
que no le permite tan fácilmente hacer caso omiso o no fijarse en esa
representación icónica, por parte de la mujer, de su Esposa, la Iglesia-
humanidad; ello le es más factible, por así decir, con el varón, ya que Iglesia-
Esposa no es lo primero que evoca “la-forma-de-ser-hombre” propia del varón.

D. Lo que nuestro mundo y la cultura actual le deben al cristianismo


católico

El laicismo imperante en grandes sectores del mundo occidental se sostiene


sobre una distorsión y una negación sistemáticas del papel esencial que ha jugado el
cristianismo en la formación de la cultura, los valores y las instituciones de la
sociedad actual.
“La dificultad para aceptar el hecho religioso en el espacio público se ha
manifestado de modo emblemático con ocasión del reciente debate sobre las raíces
cristianas de Europa. Algunos han releído la historia a través del prisma de
ideologías reductoras, olvidando lo que el cristianismo ha aportado a la cultura y a
las instituciones del continente: la dignidad de la persona humana, la libertad, el
sentido de la universalidad, la escuela y la universidad, y las obras de solidaridad.
Sin subestimar las demás tradiciones religiosas, es innegable que Europa se
consolidó al mismo tiempo que era evangelizada. Y, con toda justicia, es preciso
recordar que, hace muy poco tiempo, los cristianos, promoviendo la libertad y los
derechos del hombre, han contribuido a la transformación pacífica de regímenes
autoritarios, así como a la restauración de la democracia en la Europa central y
oriental.”153
La civilización occidental no deriva exclusivamente del catolicismo; pero
ninguna institución ha tenido un papel más determinante en la forja de la misma
como la Iglesia. “Europa (y sus apéndices) debe su adelanto respecto de los demás
continentes al cristianismo. No me refiero a lo material, que eso es evidente y de lo
que bien puede responsabilizarse también al legado grecorromano, sino a la libertad
de espíritu, a los derechos humanos, al valor de una sola vida, al arte, a la ciencia

153 Juan Pablo II, Discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 12 de enero de 2004

158 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
libre, a la dignidad de las mujeres, a las calles adornadas por carnavales, a la
libertad de cultos, a las universidades plurales, etc.”154
Vamos a fijarnos en cuatro áreas – el patrimonio cultural, los valores
fundamentales, la economía, y las instituciones humanizantes y de ayuda
humanitaria – que el mundo occidental (y no sólo él) le deben en particular al
cristianismo. Dejaremos al siguiente capítulo la consideración de la relación del
cristianismo con la ciencia.

1. El patrimonio cultural
Fue en los monasterios donde los textos de los grandes romanos se copiaron y
conservaron para las futuras generaciones. Y aunque durante siglos se destruyeron
muchos monasterios por las sucesivas oleadas de bárbaros, volvían a renacer de
nuevo para continuar su tarea.
Los iconoclastas, que se oponían a las imágenes de figuras religiosas,
intentaron destruir el arte religioso en los siglos VIII y IX. Fue la Iglesia Católica la
que se opuso a esta herejía.
En los siglos siguientes, el patronazgo de la Iglesia, a través de la construcción
de grandes catedrales y el encargo de innumerables obras de arte, fue el centro del
arte y la arquitectura europeas. Los papas, en particular, como patronos de muchos
de los grandes artistas, estuvieron detrás de la producción de muchas obras
maestras. Aún hoy, el 82% del patrimonio artístico y cultural de España es de
titularidad eclesiástica.
La arquitectura moderna le debe toda una herencia a las grandes catedrales
góticas que fueron obras, ante todo, de la fe en la que encontraron su inspiración.

2. Los valores fundamentales


El filósofo francés Philippe Nemo155 destaca el papel fundamental del cristianismo
en la evolución de los valores fundamentales del mundo occidental. Los valores así
creados son, según Nemo:
- el Estado de derecho
- la libertad individual bajo la ley
- los conceptos de persona y de la dignidad de la persona
- la propiedad privada y el intercambio con otras personas libres
- la voluntad moral de mejorar el mundo (el progreso como programa político
deliberado supone la ética bíblica)
- los derechos humanos
- la ciencia
- la confianza en la racionalidad aun reconociendo la falibilidad de la razón
- el espíritu crítico que fundamenta la tolerancia y el pluralismo.

154 La antropología cristiana, fundamento histórico de los derechos humanos. Entrevista con el teólogo Juan Luis Lorda, en ZENIT 8
noviembre 2004
155 Che cos’è l'Occidente (Rubbettino)

Bajo custodia de Escuela de la Fe 159


Apologética
Y Jürgen Habermas, probablemente el más célebre filósofo alemán actual,
quien, en su libro reciente A Time of Transition, se describe como un “ateo
metodológico”, mantiene que el cristianismo, y solo él, es el fundamento último de la
libertad, de la conciencia, de los derechos humanos y de la democracia. “Al día de
hoy”, escribe, “no tenemos otras opciones. Seguimos nutriéndonos de esta fuente.
Todo lo demás es charlatanería posmoderna”.
Los derechos humanos
El laicismo nacido del “siglo de las luces”, y la francmasonería, han logrado
implantar en muchos la idea de que el reconocimiento de los derechos humanos
arranca a partir de 1789 cuando un grupo de rebeldes franceses decapitaron al Rey.
Esto es ignorar, no sólo las raíces fundamentales evangélicas de los mismos, sino la
elaboración de sus bases filosófico-teológicas y su efectiva promulgación en la
España católica de inicios del siglo XVI.
El descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo dio la oportunidad a los
teólogos católicos de desarrollar lo que serían los principios legales y éticos para
regir el trato de la población indígena de los nuevos territorios. El más conocido de
estos pensadores fue Francisco de Vitoria, un dominico al que se atribuye el haber
dado fundamento al derecho internacional moderno. Defendió el principio de que
todos los hombres son igualmente libres y tienen el mismo derecho a la vida, la
cultura y la propiedad.
Vitoria, otros teólogos y los mismos misioneros, desempeñaron un importante
papel en la defensa de las poblaciones nativas contra quienes buscaban tratarlas
como una clase infrahumana, legitimando así la esclavitud y otras clases de malos
tratos. Los teólogos españoles hicieron aportaciones claves a conceptos como los
derechos naturales y la guerra justa.
Muchos otros aspectos de los sistemas legales occidentales deben su origen a la
Iglesia. El código legal desarrollado por la Iglesia para su propio uso, el derecho
canónico (que tuvo el mérito de conservar lo mejor del derecho romano), fue el
primer cuerpo legal sistemático desarrollado en la Europa medieval y conformó la
base de los sistemas legales seculares posteriores.
Del cristianismo viene también el gran impulso para reconocer que mujer y
hombre gozan de una misma dignidad humana. La influencia de la Iglesia fue vital
para asegurar que un matrimonio válido requiriera el libre consentimiento tanto del
hombre como de la mujer. Y la defensa de la vida humana por parte de la Iglesia
significó que no se continuara con la práctica del infanticidio de Grecia y Roma.
Otras prácticas bárbaras como el juicio por batalla o juicio de sangre fueron
perdiendo vigor gracias a la influencia de la Iglesia. Los estudiosos del derecho
canónico introdujeron también principios como la reducción de la responsabilidad
legal debido a circunstancias atenuantes.
Desde luego que personas que no se profesaban cristianos o católicos han hecho
importantes contribuciones a la formulación de los derechos humanos y otros
auténticos valores de la civilización arriba mencionados. Pero ello ha sido posible
sólo dentro de la matriz que proporcionaba el cristianismo. “La antropología

160 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
cristiana es el fundamento histórico de los derechos humanos. Porque los que
contribuyeron a formar esa doctrina, aunque en algún caso habían perdido la fe,
tenían la matriz cultural cristiana. Creían que los hombres somos libres y
responsables de nuestros actos; que somos iguales; que somos personas y que
tenemos una dignidad inalienable. Todo esto viene de la fe cristiana. Si uno piensa
que el hombre es fruto ciego de la evolución de la materia, un protozoo evolucionado
por casualidad… no le sale este resultado: no puede deducir que somos libres y
responsables; no puede deducir que somos iguales; y no puede deducir que somos
personas ni que tenemos una dignidad inalienable.”156
Y en la actualidad, opina un estudioso de la materia, “la Iglesia Católica es la
única institución que defiende los derechos humanos en toda su integridad… Las
otras instituciones defienden los ‘derechos humanos de algunos’ que, por tanto, no
son verdaderos derechos humanos... Me refiero a las corrientes marxistas,
feministas, homosexualistas, etc.; para ellos los ‘derechos humanos’ no pasan de ser
una herramienta para obtener privilegios políticos o sociales.”157
Las instituciones políticas democráticas
Al cristianismo se le debe, antes que nada, la distinción entre la esfera religiosa
y la esfera política. Ya los mismos apóstoles recibieron de labios del mismo Cristo
una lección sobre las cosas de Dios y las del estado: “Denle al César lo que es del
César, y a Dios lo que es de Dios”. Con ello, por un lado, las leyes religiosas no se
convierten automáticamente en leyes del estado – como en las sociedades
musulmanas; y por otro, el Estado no se idolatra como fuente de la verdad y del bien
– como en los totalitarismos. Donde rigen sistemas con otras raíces ideológicas, como
las dos mencionadas, no se mantiene esta distinción.
Es extendida la idea de que las instituciones políticas contemporáneas que
responden más a la dignidad de cada persona, a la participación ciudadana, etc.,
surgieron en contra o al menos al margen de la visión católica.
Pero en realidad, como enérgicamente subraya el Papa Juan Pablo II en
Veritatis Splendor (n. 96), una verdadera democracia sólo puede sobrevivir en una
sociedad que promueve y defiende normas morales universales. La misma idea de la
república como hoy se entiende, con división de poderes que permite establecer
márgenes de responsabilidad, tiene un linaje claramente católico. Las primeras
repúblicas no fueron las repúblicas de la independencia americana, ni los Estados
Unidos, sino las repúblicas italianas de la Edad Media, que surgieron desde una
matriz católica, rompiendo el orden feudal.
También en el sentido contemporáneo, la democracia representativa, con
sufragio, con puestos sólo temporales, tiene sus raíces en una concepción cristiana.
La democracia ateniense era una oligarquía, un gobierno de la aristocracia. La
democracia moderna encuentra sus fundamentos teóricos en la obra de los

156 La antropología cristiana, fundamento histórico de los derechos humanos. Entrevista con el teólogo Juan Luis Lorda, en ZENIT 8
noviembre 2004
157 Jorge Scala, Derechos humanos e ideología radical de género. Entrevista, Zenit.org, 7-IX-2005

Bajo custodia de Escuela de la Fe 161


Apologética
pensadores jesuitas neo-tomistas del siglo XVII- XVIII, Suárez y Marina
Rivadeneira.

3. La economía
Los griegos y romanos sólo estimaban la actividad intelectual. Los demás
menesteres eran labor de esclavos. Fue una fe que veneraba al “hijo del carpintero”
la que desde el inicio respetó y propagó la dignidad de todo trabajo humano.
Los monasterios medievales fueron vitales para el desarrollo de la agricultura.
En particular, miles de establecimientos benedictinos desempeñaron un papel
crucial en la roturación y desarrollo de la tierra. También introdujeron en las
poblaciones locales importantes técnicas, como la crianza de ganado, la fabricación
de queso, la gestión del agua y la apicultura. Los monasterios cistercienses
desempeñaron además un papel vital en áreas como el desarrollo de la hidráulica y
la metalurgia.
Y aunque se tiene el concepto de que la economía moderna tuvo su desarrollo
exclusivamente en las culturas protestantes de la revolución industrial, las ciencias
de la Contabilidad y la Administración se construyeron sobre las bases desarrolladas
por los mercaderes florentinos o de origen veneciano.

4. Las instituciones humanizadoras y de ayuda humanitaria


- las escuelas
- las universidades
- los hospitales
- la atención a los más pobres
Educación. Las universidades.
Las escuelas monásticas y las escuelas catedralicias fueron los grandes
precursores de la educación abierta en la Edad Media, y dieron lugar a las
universidades: todas ellas surgidas en el seno del catolicismo.
“Las universidades, como las catedrales y los parlamentos, son producto de la
Edad Media”, empieza un libro clásico de la materia, obra de un experto
protestante158. “Es sólo en el s. XII y XIII cuando surgen los rasgos de la educación
organizada que hoy conocemos… en todo esto somos los herederos y sucesores, no de
Atenas o Alejandría, sino de Bolonia y de París.” En el meollo de este avance estuvo
la Iglesia. La primera universidad fue en Bolonia159: comenzó como escuela de leyes
donde se estudiaba el derecho canónico (i.e., de la Iglesia). Después seguirían París,
Palermo, Salamanca, y Oxford. La de París tuvo su origen en la escuela catedralicia
de Nôtre Dame. Éstas y las otras grandes universidades europeas todavía existentes
fueron, para empezar, universidades católicas, aunque después hayan sido

Charles Homer Haskins, The rise of universities (Cornell University Press, Ithaca NY, 1957)
158
159Desde el s. XI existió en Salerno una célebre escuela de medicina, que no presenta sin embargo la misma continuidad
con las universidades modernas.

162 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
secularizados o tomados por el protestantismo (como sería el caso, por ejemplo, con
las de Ginebra, Basilea, o Heidelberg. El Papado desempeñó un papel central en el
establecimiento y respaldo a las universidades. Cuando llegó la Reforma, nada
menos que 81 universidades habían recibido ya el reconocimiento papal.160
Igualmente, que se iniciasen en América a fechas tan tempranas después de la
Conquista instituciones universitarias se debe en primerísimo lugar a la labor de la
Iglesia y sus misioneros. La Universidad Nacional Autónoma de México tuvo su
origen en la Real y Pontificia Universidad de México, como la UNAM reconoce
(cuando se cumplió el 4º centenario de su fundación, organizó en su museo principal
una exposición sobre “La Real y Pontificia Universidad de México”).
Cuidado de los enfermos y obras de caridad
Desde los primeros siglos, la Iglesia buscó aliviar los sufrimientos causados por
las hambrunas y las enfermedades. Inspirándose en el Evangelio, se animaba al fiel
a que donase su dinero a la Iglesia para utilizarlo en ayudar a quienes estaban en
necesidad.
En la primera Iglesia, se organizaron hospicios para cuidar a peregrinos,
rescatar esclavos y pobres. Otros grupos, como las viudas y los huérfanos, se
beneficiaron de las instituciones puestas en marcha por la Iglesia. El
establecimiento de hospitales a gran escala también proviene de iniciativas
organizadas por la Iglesia católica desde el siglo IV en adelante. Y, durante la Edad
Media, los monasterios se convirtieron en dispensadores de asistencia médica en
muchas áreas.
La extensión de estas ayudas fue tal que
- Muchos que eran hostiles a los católicos, desde paganos a reformadores
protestantes y figuras de la Ilustración como Voltaire, reconocieron la labor
caritativa de la Iglesia.
- Cuando Enrique VIII suprimió en Inglaterra los monasterios y confiscó sus
propiedades, la consiguiente pérdida de ayudas caritativas dio pie a
sublevaciones civiles en algunas partes.
- La nacionalización de las propiedades de la Iglesia durante la Revolución
Francesa significó que medio siglo después, en 1847, el número de hospitales
en Francia hubiera declinado en un 47% respecto a 1789.
A lo largo de la historia, los estados han ido captando su propia
responsabilidad para con sus ciudadanos más desafortunados y necesitados en la
estela de las obras de caridad cristiana. La Iglesia nunca ha dejado, sin embargo, de
“descubrir” nuevas necesidades. Es ilustrativa la compasión cristiana actual de la
Iglesia: según datos fidedignos, cuida del 25 por ciento de los enfermos de SIDA en el
mundo.

160Thomas E. Woods Jr., How the Catholic Church Built Western Civilization (Regnery Publishing, 2005); cfr. Zenit, 11 de
junio 2005

Bajo custodia de Escuela de la Fe 163


Apologética
“Tan inculcados están los conceptos que el catolicismo introdujo en el mundo
que con mucha frecuencia los movimientos que se oponen a él están, a pesar de todo,
imbuidos de ideales cristianos”. “La Iglesia católica no hizo una aportación digna de
mérito a la civilización occidental – la Iglesia ha construido dicha civilización”.161

“La Iglesia sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo” – CIC 769

Desgraciadamente los católicos no sólo tienen un cierto “complejo de


inferioridad ante el mundo contemporáneo”, sino que además tienen un “espantoso
desconocimiento de sí mismos”. Se ocupan de aplaudir en otros lo que no saben que
nació de ellos mismos. Esto no es generosidad. Es ignorancia y una falta patológica
de autoestima.
La santa Iglesia va manchada con las debilidades, limitaciones y pecados de
sus hijos; pero no deja de ser y hacerse cada vez más la Esposa inmaculada de
Cristo. Ante ella se maravilla San Bernardo con estas bellas palabras, recogidas por
el Catecismo (771):
“¡Qué humildad y qué sublimidad! Es la tienda de Cadar y el santuario
de Dios; una tienda terrena y un palacio celestial; una casa modestísima y
una aula regia; un cuerpo mortal y un templo luminoso; la despreciada por los
soberbios y la esposa de Cristo. Tiene la tez morena pero es hermosa, hijas de
Jerusalén. El trabajo y el dolor del prolongado exilio la han deslucido, pero
también la embellece su forma celestial.”

Síntesis
Hemos visto como el abuso que se hace de la historia trasciende hasta la
cultura popular. Lo apropian y transmiten los medios tanto de información como de
entretenimiento. Escritores, novelistas, comunicólogos, artistas, y otros nos ofrecen
sus prejuicios y pensamientos no examinados, no investigados. Películas y obras
‘literarias’, presentadas como fruto de investigaciones históricas exhaustivas,
revelan los oscuros secretos del cristianismo, pero resultan no ser más que “un
tejido de verdades, verdades a medias, insinuaciones, teorías de complot, herejías,
leyendas, mitos, fantasías paranoicas y cuentos de fantasmas”. Las sectas
anticatólicas hacen uso de la “historia” para demostrar que el catolicismo es una
deformación del verdadero cristianismo. Las Cruzadas, la Inquisición, la situación
histórica de la mujer en el cristianismo, se nos presentan en versiones alejadas en
diferentes grados de la verdad, pero siempre alejadas en detrimento de la Iglesia.
Mientras no solamente se pasa por alto, sino que se ignora incluso entre nosotros
mismos, lo que el cristianismo (católicos) ha aportado a la cultura y a las
instituciones humanas: el sentido de la dignidad de la persona humana, la libertad,
el sentido de la universalidad, los derechos humanos, la escuela y la universidad, las
obras de solidaridad, la atención a los pobres, etc. Debemos conocer la verdad de

161 Ibíd.

164 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
nuestra historia para iluminar las tinieblas introducidas por los propagadores de
mitos.

Para recordar

 “Algunos han releído la historia a través del prisma de ideologías reductoras,


olvidando lo que el cristianismo ha aportado a la cultura y a las instituciones del
continente: la dignidad de la persona humana, la libertad, el sentido de la
universalidad, la escuela y la universidad, y las obras de solidaridad.” – Juan
Pablo II.
 “Mientras no haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia, la
Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que pertenecen a este
tiempo, la imagen de este mundo que pasa.” – CIC 671

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. ¿Por qué se puede acusar de irresponsabilidad y conducta no profesional de ciertos
escritores, artistas, y comunicólogos?
2. Menciona tres tipos de truco que usa un libro como el Código da Vinci para hacer
creer que nos está entregando historia verdadera.
3. ¿De qué manera El Código da Vinci viola el principio historiográfico de
verificación de las fuentes históricas?
4. ¿Cómo demostrarías que es falsa la afirmación de que Iglesia Católica representa
un alejamiento del cristianismo de los primeros siglos?
5. Explica por qué hay dogmas católicas que no fueron promulgadas solemnemente
hasta muchos siglos después de Cristo.
6. Que una determinada doctrina se promulgara en un Concilio, ¿quiere decir que no
se enseñaba o no se creía antes en la Iglesia? Explica.
7. ¿Qué hizo la Iglesia durante la edad media para dar a conocer la Biblia a todos?
8. ¿Quiénes fueron los primeros en conquistar tierras 'ajenas' - cristianos o
musulmanes? Apoya tu respuesta con ejemplos históricos.
9. Durante los siglos XVI y XVII, cuando en Europa fueron ejecutados 50,000
personas por tribunales civiles, ¿cuántas condenas a muerte hubo en las áreas
controladas por la Inquisición?
10. Menciona algunas de las cosas que más aprecia nuestra civilización actual que se
deben al cristianismo.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 165


Apologética

Lecturas complementarias

1. La Iglesia tiene 2,000 años defendiendo los derechos de la mujer

El 3 de marzo de 1998, durante la 42a sesión del la Comisión de la ONU sobre el


Status of Women, la Dra. Suzanne Scorsone presentó la siguiente declaración en
representación de la Santa Sede.162

Al dirigirse hoy a la Comisión para la Situación de la Mujer, la Santa Sede


habla a partir de un empeño bimilenario a favor de los derechos humanos de la
mujer y las niñas. Desde las primicias de su existencia la Iglesia Católica ha
trabajado por lograr cambios en las leyes y en las costumbres que prohibieran el
abandono de las recién nacidas, el infanticidio y otras formas de abuso.
La Iglesia, a lo largo de toda su historia, ha sido poblada por mujeres
empoderadas – líderes militares, jueces, cortesanas y administradoras de bienes –
muchas de las cuales son ahora veneradas como santas. Entre estas mujeres se
pueden nombrar: Santa Batilde, esposa de Clodoveo II y regente de su reino, quien
combatió la esclavitud y la imposición abusiva de impuestos; Matilde de
Quedlinburgo, quien ejerció el poder en nombre de su hermano, el Emperador Otón
II; Santa Isabel de Portugal, célebre como pacificadora, y la Condesa Matilde de
Tuscania, quien revestida de armadura entró en batalla. Otros ejemplos llamativos
los constituyen las abadesas Anglo-Sajonas, Celtas y Francas de la temprana Edad
Media, que no pocas veces llegaron a regir monasterios dobles compuestos tanto de
hombres como de mujeres.
Entre los ejemplos de estas mujeres son Santa Hilda, abadesa de Whitby,
Walburga, abadesa de Heidenheim, y Edburga, abadesa de Minister-in-Thanet. En
el s. XI, la esclarecida Doctora Trotula de Ruggiero era catedrática de medicina en la
Universidad de Salerno. Pocos siglos más tarde, Santa Catalina de Siena y Santa
Rosa de Viterbo desempeñaron papeles poderosos y dramáticos en la vida política de
su tiempo.
Añádase a esto que la Iglesia ha tenido una larga historia de estar involucrada
en la educación de las mujeres y de las niñas. Durante las invasiones bárbaras en
Europa, fueron los monasterios de San Benito y de su hermana, Santa Escolástica,
los responsables de conservar y promover las letras y la cultura, y en ellos, en una
época en que la población en general era analfabeta, muchas mujeres consagradas
aprendían a leer. Los monasterios produjeron algunas grandes mujeres de letras,
como la polifacética Hildegarda de Bingen, quien fue poeta, científica y música, y la
poetisa y mística, Catalina de Bologna. durante el Renacimiento, Ángela de Merici
fundó la Orden de las Ursulinas con la misión específica de educar niñas pobres; y

Ésta es una traducción de algunas partes de la misma, pronunciada en inglés y publicada en L'Osservatore Romano,
162

Weekly Edition in English, v31, n17 (1539), 29 April 1998.

166 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
desde entonces, un sinfín de otras órdenes femeninas se han dedicado a la educación
de la mujer.
Hoy se educan más de 21.3 millones mujeres y niñas en instituciones bajo la
dirección de la Iglesia: 11.5 millones de niñas en 84,194 escuelas primarias católicas;
6.2 millones en 237,640 escuelas secundarias; y 1.2 millones de mujeres en 3,163
universidades católicas. Muchas mujeres de nuestro tiempo que han llegado a ser
jefes de gobierno o de agencias de las Naciones Unidas han aprovechado las
oportunidades de educación que ofrecen las instituciones de la Iglesia Católica sin
discriminación a todos.
La Iglesia se ha comprometido también proveyendo servicios de salud en
muchos lugares del mundo donde no había o no hay otras instituciones que lo hagan,
muchos de ellos orientados hacia mujeres de bajos recursos.
La Iglesia hoy sostiene una red mundial de 985 organizaciones católicas
nacionales dedicadas a la promoción y distribución de recursos financieros para
promover el desarrollo social y espiritual; 54,742 centros para el cuidado de niños
para 2.3 millones de niñas; 100,231 centros de salud a nivel mundial, que incluyen
hospitales, centros para mujeres con embarazos no deseados, centros y residencias
para mujeres víctimas de violencia, leprosarios, hogares de ancianos y centros para
el cuidado y asistencia de personas seriamente discapacitadas. Las 4,000 Misioneras
de la Caridad de la Madre Teresa, solamente, mantienen centros para mujeres
víctimas de violencia, orfanatorios para niñas y niños, y hogares para moribundos
abandonados en 564 lugares alrededor del mundo.
Es desde esta perspectiva que la Santa Sede dirige su palabra al tema actual
de la Comisión, los derechos humanos de la mujer. Los derechos de la mujer son
consecuencia natural de la igualdad fundamental e inalienable de todas las personas
que fluye de la dignidad de la naturaleza humana que todas comparten.

2. En el reino de los cielos los más grandes no son los ministros, sino los
santos

Por lo que concierne a la no admisión de la mujer al sacerdocio ministerial, “es


ésta una disposición que la Iglesia ha comprobado siempre en la voluntad precisa –
totalmente libre y soberana – de Jesucristo” (Christifideles laici, 51). La Iglesia
enseña y actúa confiando en la presencia del Espíritu Santo y en la promesa del
Señor de que estará siempre con ella (Cf. Mt 28,20). “Cuando considera que no puede
aceptar cambios, lo hace porque sabe que está obligada a seguir el modo de actuar de
Cristo. Quiere tener una actitud de fidelidad” (Inter insigniores, 4). La igualdad de
los bautizados, una de las grandes afirmaciones del cristianisimo, existe en un
cuerpo variado en el que los hombres y las mujeres no desempeñan meramente
papeles funcionales, sino arraigados profundamente en la antropología cristiana y
en los sacramentos. La distinción de funciones no implica en absoluto la
superioridad de unos sobre otros: el único don superior al que podremos y debemos

Bajo custodia de Escuela de la Fe 167


Apologética
aspirar es el amor (cf. 1Co 12-13). En el reino de los cielos los más grandes no son los
ministros, sino los santos (cf. Inter insigniores, 6).163

3. Errores en El Código Da Vinci que demuestran la total ausencia de la


“investigación impecable” que lo respaldaría

(Se enumeran unos pocos de tipo histórico, artístico y religioso, simplemente a título
de muestra)

Según la realidad comprobable


Según El Código Da Vinci por una investigación histórica
mínima
La protagonista amenaza con romper El cuadro está pintado en una tabla,
un famoso cuadro, La virgen de las no un lienzo…
rocas, en la Louvre; le mete la rodilla
y se abulta la imagen
Habla de las maquinaciones de “el En el siglo IV “el Vaticano” no era sino
Vaticano” en el s. IV una de las siete colinas de Roma
Los primeros cristianos habrían creído La fe de los 1os cristianos está
que Cristo era simple hombre mortal ampliamente documentado –
comenzando por las cartas de San
Pablo–, y murieron mártires para
defenderla
Al final del s. IV todavía habría Ya en el s. II, S Ireneo deja muy claro
ochenta evangelios compitiendo por que sólo se aceptan cuatro
autenticidad
La figura de María Magdalena habría Es una de las santas más veneradas
sido vilificada y hecha de menos por en la Iglesia (‘apóstol de los mismos
una Iglesia misógina apóstoles’)... Uno de los templos
católicos más famosos de París –
¡donde se sitúa la novela! – es La
Madeleine... Y si el catolicismo hace
de menos a la mujer, ¿por qué los
demás cristianos nos acusan de
‘deificar’ a María?
Los evangelios apócrifos (en estos dice Según el apócrifo más famoso, el
la novela apoyarse) habrían sido Evangelio de Tomás, la Magdalena
rechazados por la Iglesia por podrá salvarse ¡haciéndose varón!
feministas
Los Templarios habrían construido Los hicieron redondos en honor del
templos redondos como homenaje al templo más sagrado de toda la
“divino femenino” cristiandad, el del Santo Sepulcro, en

163Juan Pablo II, Discurso a los obispos de EE.UU. en visita ad limina, 2 de julio, 1993: L’Osservatore Romano, Edición semanal
en español, año XXV, n.30, 23-VII-93, p.11 (399).

168 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Jerusalén.
La comunión católica sería una No existe tal rito en ninguna religión
costumbre tomada prestada de los pagana de la época
ritos paganos de ‘comerse a Dios’

4. La falsa historia de la inquisición española.


Un programa de la BBC refuta el mito del Santo Oficio como paradigma
del terror
LOLA GALÁN. Londres.
Las siniestras salas de tortura dotadas de ruedas dentadas, artilugios
quebrantahuesos, grilletes y demás mecanismos aterradores sólo existieron en la
imaginación de sus detractores. Sin embargo, todavía hoy su nombre se invoca
como sinónimo de represión, oscurantismo y crueldad. ¿Qué mecanismos del
destino convirtieron a la Inquisición española en el más duradero ejemplo de
terror? La respuesta, de acuerdo con los exhaustivos datos recabados por una
nueva generación de historiadores internacionales es sencilla: el Santo Oficio se
enfrentó a una gigantesca maquinaria propagandística. Los efectos de la
tergiversación, promovidos por el mundo protestante gracias a la imprenta, han
sido tan duraderos que todavía hoy el término inquisición o inquisidor se
identifican con horror, tortura y asesinato en todos los idiomas.
Resulta paradójico que haya sido la BBC -la televisión pública británica- la
encargada de reconstruir la imagen de una institución tan española. El domingo,
un programa nocturno de máxima audiencia -Time Watch- mostró el verdadero
rostro de un tribunal creado por los Reyes Católicos para luchar contra la herejía.
Expertos de la talla de Henry Kamen, Stephen Haliczer o los profesores
españoles José Álvarez-Junco y Jaime Contreras reconstruyen en el reportaje El
mito de la Inquisición española el verdadero paisaje de una institución,
aunque no defendible a los ojos del siglo XX, sí intencionadamente desvirtuada.
Una institución controlada por abogados reacios a aplicar la tortura y mucho
menos inquisidores que sus homólogos [no católicos] de Francia, Alemania o
Inglaterra, donde sin necesidad de un tribunal específico se asesinó tres veces
más herejes, brujas o personajes más o menos excéntricos.
Para el profesor de la Universidad de Illinois, Stephen Haliczer, los propios
archivos de la Inquisición son elocuentes: En cerca de 7.000 casos, apenas se
aplica algo parecido a la tortura en un 2%. En 350 años de historia represiva, y
mientras la leyenda habla de millones de asesinatos, la cifra real de víctimas se
sitúa entre 5.000 y 7.000 personas. A lo largo de cincuenta minutos, el programa
de la BBC, coproducido por el historiador e hispanista Nigel Townson, lleva su
afán de reconstrucción de la verdad histórica hasta la figura de Felipe II,
auténtica bestia negra de la imaginería internacional. La política de Felipe II es
perfectamente discutible. A mí no me resulta particularmente simpático -explica
en el programa el profesor Álvarez-Junco-, pero su hijo Carlos era simplemente
un adolescente de mala salud que murió en un accidente. Convertirle en el

Bajo custodia de Escuela de la Fe 169


Apologética
paladín de la libertad como ha hecho la historia, en el joven libertador de los
Países Bajos, que cae asesinado por su padre, como cuenta la ópera de Giuseppe
Verdi, Don Carlos, resulta uno de los casos de injusticia histórica más
sangrantes.164
Bibliografía recomendada

Juan Pablo II
Carta a las Mujeres, 1995
Mulieris dignitatem, 1994
Vittorio Messori
Leyendas negras de la Iglesia (Ed. Planeta, Barcelona, 1997)
Autores Varios
La Iglesia ante la historia (Apóstoles de la Palabra, México DF, 2004)

Thomas E. Woods Jr.,


How the Catholic Church Built Western Civilization (Regnery Publishing,
2005)

164 Aparecido en el diario español El País, 1995

170 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Capítulo 4 CIENCIA Y FE

Nexo
Como en otros campos de la cultura, la ciencia moderna también tiene una gran
deuda con la Iglesia católica.

Enfoque
Desmitificar la relación tanto histórica como actual entre fe y ciencia. Cuando
ambas se ciñen a su campo y a sus leyes metodológicas, no puede darse conflicto.

Esquema de la lección
1. La relevancia del “caso Galileo”
2. Ciencia e Iglesia Católica en la historia
3. El absurdo del cientifismo
4. El diálogo entre ciencia y fe: caminos errados e insuficientes
5. Una relación muy mejorada
6. Enseñanzas de Juan Pablo II sobre fe y ciencia
7. Conclusión

En el Catecismo de la Iglesia Católica

Estudia la visión cristiana de la ciencia y la tecnología en los nn. 39, 159, 2293-95

1. La relevancia del “caso Galileo”


Hable usted de la Iglesia y la ciencia, y el noventa y algo por ciento de la gente
sacará a colación el ‘caso Galileo’, y con él, la presunción de que existe entre los dos
una relación de conflicto insuperable. ¿Es cierto?
Se puede decir que no, y se puede demostrar sencillísimamente con el mismo
‘caso Galileo’: ¿por qué nunca nos citan algún otro caso, cuando menos en aras de un
poco de variedad? Porque para posible asombro de muchos - ¡realmente no lo hay! Si
para ‘probar’ la incompatibilidad entre fe y ciencia, sólo se puede encontrar un caso
relevante en todos los siglos desde el nacimiento de la ciencia, lo que se prueba es lo
contrario.
“Pero” –objetarán algunos– “¡eso no es cierto! ¡Si no pasa semana en que la
Iglesia no está criticando a los científicos o los gobiernos por querer promover el uso
de las células estaminales!” Efectivamente, allí hay un conflicto, pero no es con la
ciencia como tal, sino con la ciencia aplicada o tecnología; y es un conflicto a nivel de
la ética, no del conocimiento. “La Iglesia acepta todos los datos de la ciencia,
simplemente no está de acuerdo en que sea moralmente correcto hacer todo lo que
nos permiten las técnicas disponibles.”165 Si algo hace la Iglesia actualmente es

165 Por una ciencia con conciencia. Entrevista con Mariano Artigas. Zenit.org, 24 marzo 2004.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 171


Apologética
defender la ciencia y su posibilidad, frente al escepticismo relativista reinante, como
lo hizo Juan Pablo II en Fides et ratio.
“En la actualidad el peligro es más bien que existan casos Galileo al revés. O
sea: científicos o filósofos que utilizan la autoridad de la ciencia para pontificar sobre
cuestiones religiosas o morales que caen fuera del ámbito de la ciencia.”166

“A pesar de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber


desacuerdo entre ellas… El mismo Dios que revela los misterios y comunica la
fe ha hecho descender en el espíritu humano la luz de la razón” – CIC 159

2. Ciencia e Iglesia Católica en la historia


La Iglesia ha promovido los avances científicos; desde la Edad Media ha
habido muchos clérigos que combinaban su vocación divina con el interés por la
ciencia:167
 El dominico del siglo XIII, San Alberto el Grande, por ejemplo, ha sido
considerado uno de los precursores de la ciencia moderna.
 Roberto Grosseteste, canciller de la Universidad de Oxford y obispo de Lincoln, y
considerado como uno de los hombres más doctos en la Edad Media, fue el
primero en anotar la serie completa de pasos para realizar un experimento
científico.
 A finales del s. XVI, Nicolás Copérnico, sacerdote polaco, archidiácono en
Cracovia, fue el precursor de Galileo en las ciencias astronómicas.
 Niels Steenson (s. XVII), danés convertido al catolicismo en el pináculo de su
carrera científica, se considera el fundador de la geología y de la cristalografía.
No sólo llegó luego a ser obispo; en 1988 fue beatificado por el Papa Juan Pablo
II.
 En los siglos XVII y XVIII, los jesuitas hicieron importantes aportaciones a la
ciencia, especialmente en áreas como las matemáticas y la astronomía.
 La obra del fraile agustino, Gregorio Mendel (s. XIX), descubridor de las leyes
que hoy llevan su nombre, ha tenido un sinnúmero de repercusiones notables,
siendo fundamental para toda la ciencia de la genética.

“De Copérnico a Mendel, de Alberto Magno a Pascal, de Galileo a Marconi la


historia de la Iglesia y la historia de las ciencias nos muestran claramente que
hay una cultura científica enraizada en el cristianismo.” – Juan Pablo II,
Jubileo del mundo científico, 25.5.2000

Ibíd.
166

Debido a que la ciencia moderna ha tenido sus orígenes en la filosofía, y a que los clérigos eran las personas más
167

doctas de la época, es en ellos en quien se contempla este compromiso histórico de la Iglesia en el quehacer científico; no
porque el laico católico –como Galileo - no representara también a la Iglesia.

172 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
3. El absurdo del cientificismo
El cientificismo es la mentalidad “que tiende a considerar el método
cuantitativo y experimental de las ciencias físico-naturales como el único válido en
todas las esferas del saber”168.
No es, ni mucho menos, exclusivo de los algunos científicos. Al contrario,
mientras la ciencia y sus practicantes han ido progresando hacia una mayor
humildad, cobrando cada vez mayor conciencia de los límites de la ciencia, muchos
laicos en la materia sufren tal fascinación ante las ciencias exactas que no alcanzan
a ver sus límites.
Que son muy claros. Como ha escrito el P. Stanley Jaki169, “la esfera de
competencia de las ciencias llega sólo hasta donde hay algo que se puede medir”. O
sea, abarca sólo al mundo material; del hombre, igualmente, sólo lo que es material
en él, y medible. “Podemos decir, pues, que la ciencia es el estudio cuantitativo del
aspecto cuantitativo de las cosas en movimiento. Nada más y nada menos”.

“La ciencia es una serie de ecuaciones”.170

Cuando se entiende esto, resulta risible la pretensión de algunos de


desautorizar los conocimientos acerca de Dios (o del espíritu humano) en base a la
“ciencia”. La ciencia, como tal, ni siquiera entiende la palabra “Dios” (después de
todo, ¡ni tiene aspecto cuantitativo ni está en movimiento!). Lo que sobre él se dice a
nombre de la ciencia es un engaño, que se funda en que muchos – desde científicos y
filósofos hasta educadores, gurús culturales y el hombre de la calle – han incrustado
dentro de la ciencia diversas filosofías que de científico no tienen nada.

4. El diálogo entre ciencia y fe: caminos errados e insuficientes171


a. La confrontación antagónica
Ya sea que se pongan del lado de la ciencia o de la fe, hay quienes
consideran que estas dos esferas del saber se contradicen abiertamente y sin
remedio. Es una actitud típica de quienes mantienen todavía actitudes fideistas o
cientifistas más propias del siglo XIX. Desde luego, no es una forma de “diálogo”, ya
que rechaza de antemano la posibilidad del mismo.
b. El concordismo
Esta posición se encuentra, hasta cierto punto, en el otro extremo. Es la
forma más ingenua del diálogo. Aunque se ha criticado ampliamente, tiene todavía
bastantes practicantes, tanto entre los piensan que la ciencia demostraría la validez
de la fe y la teología como entre quienes piensan que demuestra lo contrario.

168 “Cientifismo”, en: Gran Enciclopedia Rialp, V, 620 (Ed. Rialp, Madri, 1981). Cf. también Fides et ratio, 88.
169 Stanley L. Jaki, “Quello che Dio ha separato...”, en: 21mo Secolo. Scienza e Tecnología, febrero 2005, pág. 39
170 Heinrich Hertz, primer observador de las ondas magnéticas.
171 Esta sección se debe al artículo de Alberto Strumia, “Aspetti epistemologici del dialogo scienza-fede”, en: 21mo Secolo.

Scienza e Tecnología, febrero 2005, pág. 33-38.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 173


Apologética
Consiste esencialmente en un intento de establecer correspondencias
automáticas entre las afirmaciones de teorías científicas y las de la Biblia; o por el
contrario, entre aquellas y las creencias ateas.
Por ejemplo, típicamente se postula una identidad entre el big bang y el
“Hágase la luz” del Génesis. No es ilegítimo explorar de qué manera uno pudiese
ayudarnos a entender el otro; pero no se pueden simplemente identificar.
Frecuentemente se complica este supuesto diálogo debido al
conocimiento inadecuado de la ciencia por parte de los teólogos, y un uso
completamente erróneo de los términos teológicos por parte de los científicos. Por
ejemplo, se llega a identificar el “vacío” de los físicos con “la nada” de donde parte la
creación en teología. O se usa la misma palabra ‘creación’ como si se entendiera
idénticamente en física y teología (que no es el caso).
Entre los que hoy sostienen esta actitud se pueden mencionar algunos
científicos cristianos no-católicos, que, desde una tradición teológica basada en una
lectura ‘literalista’ de la Sagrada Escritura, tratan de hacer que la narración de los
seis días de la creación concuerde paso por paso con los datos de la ciencia sobre los
orígenes del universo.

“Ciertamente la religión cristiana, si no puede considerar razonables ciertas


confesiones de ateísmo o de agnosticismo en nombre de la ciencia, sin
embargo, es igualmente firme en no acoger afirmaciones sobre Dios que
provengan de formas no rigurosamente atentas a los procesos racionales” –
Juan Pablo II, Audiencia general 17-7-85.

c. El paralelismo
En vez de mantener que concuerdan, esta tendencia ve a ciencia y teología
como enteramente independientes: como líneas paralelas, estarían destinadas a no
encontrarse jamás. Por lo tanto, ni concordancia, ni conflicto: éstos se excluyen a
priori.
Esta postura se basa en que tanto el objeto como el método de las dos
disciplinas son diferentes. Esto es cierto; pero, si se acepta que cada uno
efectivamente alcanza un conocimiento de la verdad, o se corre el riesgo de caer en la
teoría de la “doble verdad” (por lo tanto, ninguna verdad), o se admite alguna
coincidencia. Si bien los métodos son autónomos, hay elementos metodológicos
comunes; y la verdad es una sola. Conocerla, aunque sea bajo diferentes aspectos,
cuando menos supone que no puede haber contradicción.
Así, por ejemplo, aunque lo que la ciencia llega a conocer acerca de los primeros
instantes del universo material no puede llegar a “probar” la creación, resultará
cuando menos compatible con la fe en la creación; puede llegar a sugerirla, e incluso,
casi exigirla como necesidad intelectual de comprensión por parte del hombre que es
el científico.

174 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
5. Una relación muy mejorada172
Es cierto que, desde los albores del mundo moderno, la ciencia ha insistido en su
radical separación de la fe, e incluso la ha menospreciado. Pero la relación entre la
ciencia y la fe hoy en día es bastante más positiva que hace algunos decenios.
 Primero, nunca han estado tan separados como se suponía. En 1935, se realizó
un sondeo entre 398 de los científicos más ilustres del tiempo. Pueden sorprender
los resultados, contrarios del todo a la imagen que popularmente se tiene: 16
ateos, 15 agnósticos y 367 creyentes.173
 “Impresiona encontrar un buen número de científicos muy sensibles al llamado
Principio de incompletitud, por el que ninguna ciencia es capaz de acabarse
enteramente por sí misma.”
Es la extensión a las diversas disciplinas científicas de la intuición del
Teorema de Gödel, según el cual ningún sistema lógico es enteramente capaz
de fundarse a sí mismo, sino que contendrá siempre un axioma que no puede
estar fundado por el sistema mismo; no es posible una autofundación desde el
interior de un sistema lógico.
Muchos científicos son sensibles a este principio. Por ejemplo, un físico de la
Mecánica cuántica, Bernard d'Espagnat, explicaba cómo a partir del
descubrimiento de la mecánica de las partículas elementales se llega a un
principio de incompletitud: la realidad del conocimiento científico es sólo una
realidad aparente, que deja entrever más allá una realidad velada, oculta. A
la vez, cierto número de neurólogos se esfuerza por demostrar que jamás se
podrá reducir el ser humano a un ‘hombre neuronal’.
 “Es grande el número de físicos que se muestran abiertos al así llamado Principio
antrópico, que va más allá de todo mecanicismo y reintroduce una idea de
finalidad: los parámetros del Universo parecen haber sido calculados para que
pudiese aparecer la vida y también el mismo hombre. Si se variaran un poco las
principales constantes del Universo físico, la vida no sería posible. El Universo
parecería calculado, pues, para ser la cuna de la vida y del hombre.”
“En el último análisis, no se pueden negar dos hechos fundamentales: las
leyes de la naturaleza no tenían que ser como son; y las leyes de la naturaleza
tenían que tener una forma muy especial si la vida iba a resultar posible. A mi
modo de ver estos hechos se prestan de manera del todo natural a una
interpretación religiosa. Cuando menos, dejan sin fundamento lo que los
materialistas afirman con tanta confianza, que los descubrimientos de la
ciencia indican un universo sin sentido ni finalidad, en el que el hombre es un
resultado accidental”.174

172 Una parte de esta sección se debe a “Dar razones para creer.” Entrevista a Mons. André Léonard, Obispo de Namur
(Bélgica), por Xavier L. Ruys, en: PALABRA, 426 (enero, 2000), pág. 30 ss.
173 cf. A. Eymieu, La part des croyants dans les progrès de la science, 6a ed., Perrin 1935, p. 274
174 Stephen M. Barr, Ph.D., “Retelling the Story of Science”, en: First Things, March 2003, pág. 16-25.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 175


Apologética
 La nueva apologética no es “una apologética concordataria, que busque establecer
pasarelas prematuras entre la ciencia y la fe”, sino “una apologética iluminada
que, paciente y respetuosamente, muestra cómo en la autonomía de cada registro
del pensamiento humano hay cuestiones metafísicas, que se insinúan en el
interior mismo de la práctica científica”.
 “Es impresionante el número de físicos, cosmólogos y biólogos que hoy día se
plantean preguntas de orden metafísico. Hay un vuelco hacia preguntas de orden
metafísico y religioso. Y ésta es una oportunidad, otra ‘chance’, para la fe
cristiana.”

6. Enseñanzas de Juan Pablo II sobre fe y ciencia


Juan Pablo II, desde sus años de profesor de filosofía, tomó un particular
interés en la ciencia y la interacción de ésta con la filosofía y la teología. Durante
su pontificado tuvo muchos encuentros y coloquios con científicos destacados. Se
dirigió a ellos en muchas ocasiones con discursos, mensajes y cartas. Pasemos
breve revista a algunos puntos fundamentales de su enseñanza. Aquí sólo se
enumeran. Conviene leer algunos de sus intervenciones fundamentales, de las
que se puede encontrar una lista útil, aunque no completa, en el Apéndice del
presente capítulo.
a. Los conflictos del pasado han sido innecesarios. La Iglesia tiene estima,
confianza, respeto y esperanza hacia la ciencia, que se dedica a la búsqueda
serena, libre y objetiva de la verdad. La fe anima al científico a conducir esta
búsqueda en la confianza de que encuentra, en la naturaleza, la presencia del
Creador.
b. No puede existir oposición alguna entre fe y ciencia mientras la investigación
científica sigue con rigor su propio método y objeto, y la Sagrada Escritura es
leída e interpretada según las directivas de la Iglesia. El mismo Galileo
mantuvo firmemente la convicción de que no podían estar en conflicto por
tener ambas el mismo autor, Dios.
c. La ciencia, para ser tal y no dejarse instrumentalizar por las ideologías, debe
basarse en la racionalidad, no alejarse de la verdad y los valores, y reconocer
que no es capaz, por sí misma de dar respuesta a la pregunta por el
significado de las cosas.
d. El científico descubre las energías todavía desconocidas del universo y las
pone al servicio del hombre. Tiene que respetar simultáneamente al hombre y
la naturaleza; ésta tiene una armonía que debe respetarse pues un
desequilibrio ecológico lleva a dañar al hombre.
e. La tecnología que ha hecho posible el progreso científico se justifica por
cuanto sirve a la humanidad. No se podrá decir que ha habido demasiado
progreso técnico-científico mientras hay personas y pueblos enteros que
siguen viviendo en condiciones inhumanas que podrían ser mejoradas por ese

176 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
progreso. No está exento de peligros y consecuencias negativas no previstas;
la dignidad humana es el criterio según el cual se ha de juzgar.
f. Sobre la evolución: Es una cuestión que interesa a la Iglesia, ya que afecta la
concepción que se tiene del hombre. La Iglesia reconoce que desde el punto de
vista de la ciencia es ‘más que una hipótesis’. En cuanto a las diferentes
teorías que la tratan de explicar, no son aceptables las que proponen que el
espíritu humano emerge como producto de la materia, pues no corresponden a
la verdad del hombre ni dan fundamento a su dignidad.
g. Mejorar la relación: Fe y ciencia tienen que llegar a una comprensión mutua;
durante demasiado tiempo se han mantenido distantes. Es necesaria esta
relación para que ambas reconozcan sus límites, y ni la teología llegue a
apoyarse en una pseudociencia, ni la ciencia adopte sin querer posiciones
teológicas.

“La investigación metódica en todas las disciplinas, si se procede de un modo


realmente científico y según las normas morales, nunca estará realmente en
oposición con la fe, porque las realidades profanas y las realidades de fe tienen
su origen en el mismo Dios” - CIC 159

7. Conclusión
“A este punto sería muy hermoso hacer escuchar de algún modo las
razones por las que no pocos científicos afirman positivamente la existencia de
Dios y ver qué relación personal con Dios, con el hombre y con los grandes
problemas y valores supremos de la vida los sostienen. Cómo a menudo el
silencio, la meditación, la imaginación creadora, el sereno despego de las cosas, el
sentido social del descubrimiento, la pureza de corazón son poderosos factores
que les abren un mundo de significados que no pueden ser desatendidos por
quienquiera que proceda con igual lealtad y amor hacia la verdad.
Baste aquí la referencia a un científico italiano, Enrico Medi, desaparecido hace
pocos años. En su intervención en el Congreso Catequístico Internacional de
Roma en 1971, afirmaba:
‘Cuando digo a un joven: mira, allí hay una estrella nueva, una galaxia, una
estrella de neutrones, a cien millones de años luz de lejanía. Y, sin embargo,
los protones, los electrones, los neutrones, los mesones que hay allí son
idénticos a los que están en este micrófono (...). La identidad excluye la
probabilidad. Lo que es idéntico no es probable (...). Por tanto, hay una causa,
fuera del espacio, fuera del tiempo, dueña del ser, que ha dado al ser, ser así.
Y esto es Dios (...).
El ser, hablo científicamente, que ha dado a las cosas la causa de ser idénticas
a mil millones de años-luz de distancia, existe. Y partículas idénticas en el
universo tenemos 10 elevadas a la 85ª potencia... ¿Queremos entonces acoger
el canto de las galaxias? Si yo fuera Francisco de Asís proclamaría: ¡Oh
galaxias de los cielos inmensos, alabad a mi Dios porque es omnipotente y

Bajo custodia de Escuela de la Fe 177


Apologética
bueno! ¡Oh átomos, protones, electrones! ¡Oh canto de los pájaros, rumor de
las hojas, silbar del viento, cantad a través de las manos del hombre y como
plegaria, el himno que llega hasta Dios!’”175

Síntesis
La relación entre fe y ciencia ha sido, a lo largo de la historia, mucho más
amistosa de cuanto popularmente se cree. Por un lado, cuando se entienden los
límites de las ciencias exactas, la actitud cientifista –según la cual el único método
válido de conocimiento de cualquier realidad sería él de las ciencias experimentales–
viene a ser un sinsentido, como lo reconocen muchos grandes científicos, incluso no
creyentes. Por otro, no sólo es verdad que la ciencia sólo ha podido surgir y
desarrollarse eficazmente dentro del matriz cultural del cristianismo. Muchos
hombres y mujeres destacados de la Iglesia han sido pioneros en las diversas
disciplinas científicas. El “caso Galileo” resulta ser, precisamente, la célebre
“excepción que confirma la regla”: cuando fe y ciencia se ciñen a su campo y a sus
leyes metodológicas, no puede darse conflicto, “porque las realidades profanas y las
realidades de fe tienen su origen en el mismo Dios”. La Iglesia aprecia el enorme
valor de la ciencia y la tecnología para la humanidad cuando se dejan normar por la
verdad y el bien.

Para recordar

“El Logos divino, la razón eterna, está en el origen del universo y, en Cristo,
se unió de una vez para siempre a la humanidad, al mundo y a la historia. A
la luz de esta verdad capital de la fe y al mismo tiempo de la razón, es posible,
en el año 2000, conjugar fe y ciencia” – Benedicto XVI, 25 noviembre 2005

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. Examinada sin prejuicios, ¿qué nos dice ‘el caso Galileo’ sobre las relaciones entre
la Iglesia y la ciencia, en su conjunto?
2. defender la ciencia y su posibilidad, frente al escepticismo relativista reinante
3. Nombra cinco personajes católicos que hicieron importantes contribuciones al
desarrollo de la ciencia durante los siglos desde su nacimiento.
4. ¿En qué consiste el cientificismo?
5. ¿Qué limite tiene la esfera de competencia de las ciencias?
6. ¿Qué es el principio antrópico?

175Juan Pablo II, Los hombres de ciencia y Dios. Audiencia general, 17 julio 1985: L’Osservatore Romano, Edición semanal en
español, año XVII, n.29, 21-VI-85, p.3 (435)

178 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
7. ¿Puede la investigación científica estar realmente en oposición con la fe? ¿Por qué
sí o por qué no?
8. ¿En qué situaciones se puede dar un conflicto entre la fe y las aplicaciones
tecnológicas de las ciencias?
9. Si “los protones, los electrones, los neutrones, los mesones que hay una galaxia,
una estrella de neutrones, a cien millones de años luz de lejanía” son “idénticos a
los que están en” el libro que estás leyendo, ¿qué implicaciones tiene?
10. Según la Iglesia, ¿los datos científicos que demuestran una evolución del mundo
y de los seres vivos estarían en conflicto con la Revelación? ¿Qué dice sobre
cualquier teoría que trata de explicar el hecho de la evolución?

Ejercicios de aplicación y profundización


1. Comenta estas palabras del Papa Juan Pablo II: “De Copérnico a Mendel, de
Alberto Magno a Pascal, de Galileo a Marconi la historia de la Iglesia y la
historia de las ciencias nos muestran claramente que hay una cultura científica
enraizada en el cristianismo.”
2. Explica por qué es una preocupación real la que expresa un autor
contemporáneo: “En la actualidad el peligro es más bien que existan casos
Galileo al revés.”

Lectura complementaria

Sobre Galileo, la evolución, y una ciencia con conciencia


Habla el académico Mariano Artigas, autor de obras clave sobre fe y ciencia
PAMPLONA, miércoles, 24 marzo 2004 (ZENIT.org).- Ciencia y fe tienen
mucho que aportarse, asegura el académico Mariano Artigas (Zaragoza, 1938), que
acaba de actualizar la sexta edición de su famoso libro Ciencia, razón y fe.
En esta entrevista con Zenit, el profesor, ordinario de filosofía de la naturaleza
y de las ciencias de la Universidad de Navarra, recuerda que «con una adecuada
combinación de sentido religioso y de conocimientos científicos y técnicos, se podrían
resolver muchos de los problemas más graves que sufre hoy día la humanidad».
El profesor Artigas es miembro de la Academia Internacional de Filosofía de las
Ciencias de Bruselas y de la Academia Pontificia de Santo Tomás de la Santa Sede.
– Galileo, ¿sigue siendo un problema sin resolver?
– Artigas: Cuando hablo del caso Galileo como un problema sin resolver me refiero al
valor de las teorías científicas. El cardenal Belarmino decía a Galileo que no tendría
problemas si presentaba su teoría como un modelo hipotético, útil para calcular los
fenómenos.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 179


Apologética
El Papa Urbano VIII dijo que no se podía saber si su modelo era verdadero,
porque Dios es todopoderoso y quizás los efectos que observamos se deban a causas
que no coinciden con nuestra teoría.
Galileo pensaba que la nueva ciencia buscaba la verdad y podía conseguirla:
era un realista. Yo también lo soy.
Pero en la actualidad está ampliamente difundida la idea contraria. El caso
Galileo es muy largo y complicado, muy poca gente lo conoce bien.
Hace poco he publicado, junto con William Shea, uno de los mejores
especialistas de Galileo, Galileo en Roma (Ediciones Encuentro, Madrid), que
también se ha publicado en New York y se está vendiendo bien (Galileo in Rome,
Oxford University Press, New York). En ese libro proporcionamos todos los datos
para saber exactamente qué sucedió, tomando como esquema los seis viajes que
Galileo hizo a Roma.
– ¿Cuáles son los «nuevos casos Galileo» de hoy?
Artigas: No ha habido ningún otro caso como el de Galileo. Las autoridades de la
Iglesia aprendieron la lección. Lo más parecido sería el evolucionismo. Hubo
actuaciones en contra; precisamente ahora estoy preparando un libro en el que
utilizo los documentos, hasta ahora desconocidos, del archivo del Santo Oficio. Pero
nunca se produjo una condena del evolucionismo por parte de las autoridades de
Roma.
Problemas actuales como el aborto, la ética sexual o la bioética no tienen nada que
ver con el caso Galileo: la Iglesia acepta todos los datos de la ciencia, simplemente no
está de acuerdo en que sea moralmente correcto hacer todo lo que nos permiten las
técnicas disponibles.
Yo diría que en la actualidad el peligro es más bien que existan casos Galileo al
revés. O sea: científicos o filósofos que utilizan la autoridad de la ciencia para
pontificar sobre cuestiones religiosas o morales que caen fuera del ámbito de la
ciencia.
– ¿Cuál es la posición de la Iglesia ante el evolucionismo, en palabras
simples?
Artigas: En 1950 el Papa Pío XII, en la encíclica Humani generis, dijo que el
evolucionismo era una hipótesis, que se podía discutir el origen del organismo
humano con tal que se admita que Dios crea en cada ser humano el alma espiritual.
En 1996 el Papa Juan Pablo II se refirió al evolucionismo como algo más que
una hipótesis, que está avalado por un conjunto de pruebas independientes, y afirmó
que los problemas no surgen de la ciencia, sino de ideologías materialistas que no
son científicas.
En Ciencia, razón y fe he incluido un capítulo donde se resume la problemática
del evolucionismo, y ahí cito los correspondientes textos del Magisterio de la Iglesia.

180 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Además, la misma editorial Eunsa, de Pamplona, va a publicar muy pronto
una edición actualizada de mi libro «Las fronteras del evolucionismo», donde trato
estos temas con más amplitud, con toda la claridad posible.
– ¿Cómo ayuda la fe a la ciencia, y viceversa?
–Artigas: La ciencia ocupa un lugar central en nuestra civilización, y dado su
enorme prestigio, existe un peligro semejante al de las mayorías absolutas en
política: no hacer caso de otros enfoques.
La fe muestra que existe un mundo espiritual al que la ciencia no llega, y
ayuda a dar sentido auténtico a la ciencia como búsqueda de la verdad y servicio a la
humanidad, de acuerdo con los planes de Dios.
A su vez, la ciencia proporciona muchos medios para mejorar la calidad de la
vida humana.
Con una adecuada combinación de sentido religioso y de conocimientos
científicos y técnicos, se podrían resolver muchos de los problemas más graves que
sufre hoy día la humanidad.
– ¿Dependemos totalmente de la ciencia, o tenemos un cierto margen de
autonomía?
–Artigas: La ciencia es un producto humano. Somos nosotros quienes la hacemos. Es
absurdo que, a veces, seamos las víctimas de nuestro propio producto. Ya he dicho
que soy un realista: existe un orden en la naturaleza que está ahí y no lo podemos
inventar, mediante la ciencia intentamos lo conocemos cada vez mejor y aprendemos
a utilizarlo de modo controlado. Pero la ciencia no nos puede decir cómo utilizar ese
conocimiento: hace falta complementar la ciencia con una reflexión meta-científica,
de tipo filosófico, moral, religioso. La ciencia exige un complemento de conciencia.
Nos proporciona un poder que es cada vez mayor, pero es un error pensar que todo lo
que se puede hacer es correcto. Es nuestra responsabilidad enfocar correctamente la
ciencia y la tecnología que se basa en la ciencia.

Bibliografía recomendada

1. Algunas intervenciones más importantes del Papa Juan Pablo II sobre la


relación entre ciencia y fe
- L'Osservatore Romano, vol.12, n.14, of April 3, 1979
- Ciencia y fe. Discurso a los profesores y estudiantes universitarios, Catedral de
Colonia, 15 noviembre, 1980: L’Osservatore Romano, Edición semanal en
español, año XII, n.47, 23-XI-80, p.4 (808).
- Los hombres de ciencia y Dios. Audiencia general, 17 julio 1985:
L’Osservatore-- Romano, Edición semanal en español, año XVII, n.29, 21-VI-85,
p.3 (435).
- L'Osservatore Romano, Weekly Edition in English, 9 November 1994.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 181


Apologética
- Copérnico, Galileo y la Iglesia. Discurso a los miembros de la Academia
Pontificia de las Ciencias, 31 octubre, 1992: L’Osservatore Romano, Edición
semanal en español, año XXIV, n.46, 13-XI-92, pp.6-8 (634-636).
- On evolution. Message to the members of the Pontifical Academy of Sciences,
22 October 1996
- Letter to the Reverend George V. Coyne, S.J., June 1, 1988

182 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Unidad 5 Ser apologista.

Capítulo 1 EL APOLOGISTA CATÓLICO HOY

Esquema de la lección

Introducción: ¡No tengamos miedo!


A. El espíritu de la nueva apologética
B. La persona del apologista.
C. El diálogo del apologista
D. Las tácticas del dialogo
Conclusión

Introducción: ¡No tengamos miedo!

“No tengáis miedo de salir a la calle como los primeros apóstoles que predicaron
a Cristo y las buenas noticias de salvación en las plazas, pueblos y ciudades. Ya no
es tiempo para vivir avergonzados del Evangelio (Rom 1,16). Es tiempo de predicarlo
desde los techos (Mt 10,27) e invitar a cada uno que encuentres al banquete que Dios
ha preparado para los suyos. El evangelio- no puede quedar escondido por miedo o
por indiferencia... Su objetivo no era tenerlo guardado en el cajón, sino para ponerlo
sobre un estante para que vean su luz y glorifiquen al Padre (Mt 5,15).
Jesús salió en busca del hombre y de la mujer de su tiempo. El se ensartó en un
diálogo abierto y confiado con ellos, sin tener en cuenta su condición, como el Buen
Samaritano de la familia humana, el se acercó a su gente para curarlos de sus
pecados y de las heridas que deja la vida, y llevarlos a la casa del Padre.
Queridos jóvenes: la Iglesia les manda ir con la fuerza del Espíritu, a los que
están cerca y a los que están lejos. Y compartir con ellos la libertad que encontraste
en Cristo”.176

Ciertamente, “hoy ya no basta con poner un letrero en la puerta diciendo: Este


es un hogar católico, no se acepta propaganda protestante, porque los protestantes,
los evangélicos y las sectas ya están dentro del hogar a través de la televisión, de la
radio y de la propaganda persona a persona en la fábrica.
‘La fe se fortalece dándola...’- dice el Santo Padre-...y no escondiéndonos detrás
de la puerta; y pide aún más: ‘No tengáis miedo de salir a la calle y a las plazas,
como los primeros apóstoles que predicaron a Cristo y las buenas noticias de
salvación en las plazas, pueblos y ciudades. Ya no es tiempo para vivir avergonzados
del Evangelio’ (cf. Rom 1,16).
El no tener miedo no significa ser imprudentes. Jesús aconseja que antes de
emprender una batalla midamos nuestras fuerzas. Es necesario armarte bien y

176 Juan Pablo II, Denver (USA), 15 Agosto 1993

Bajo custodia de Escuela de la Fe 183


Apologética
prepararte para la batalla: Ora, subraya tu Biblia, estudia tu fe, consulta a tu
párroco.
Pero tampoco hay que dejarse intimidar. Los hermanos separados sueltan
muchas citas de memoria. Esto apantalla muchos, pero el dar citas no significa que
las han entendido.”177

A. El espíritu de la nueva apologética

1. Nuestra tarea consiste


En ganar almas, no en vencer disputas;
En librar una especie de lucha espiritual, no en enzarzarnos en controversias
ideológicas;
En reivindicar y promover el evangelio, no en reivindicar o promovernos a
nosotros mismos

2. Para poder dar razón de su esperanza, es esencial que los católicos


Conozcan lo que enseña la Iglesia,
Comprendan esa enseñanza
Experimenten su fuerza liberadora
Sepan explicar de forma comprensible la verdad de la revelación y las
enseñanzas de la Iglesia que provienen de ella.

“(...) Hablar con claridad quiere decir que debemos explicar de manera
comprensible la verdad de la Revelación y las enseñanzas de la Iglesia. No sólo
debemos repetir, sino también explicar. En otras palabras, hace falta una nueva
apologética, que responda a las exigencias actuales y tenga presente que nuestra
tarea no consiste en imponer nuestras razones, sino en conquistar almas, y que
no debemos entrar en discusiones ideológicas, sino defender y promover el
evangelio. Este tipo de apologética necesita una ‘gramática’ común con quienes
ven las cosas de forma diversa y no comparten nuestras afirmaciones, para no
hablar lenguajes diferentes, aunque utilicemos el mismo idioma.”178

3. Con verdad y amor.


“Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra…
Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más” (Jn. 8,7-11). Había
dos tipos de pecado entre la gente a la que Jesús se dirigía en el cap. 8 de San
Juan: el adulterio, y el creerse sin pecado. Ambos se curan con la fe y el amor.
Para quienes queremos generar una nueva apologética para una nueva
evangelización capaz de acercar a todos a Cristo, a su Iglesia, y a unos con otros,
este pasaje que nos cuenta la disposición que Jesús tuvo hacia la adúltera y sus
acusadores resulta aleccionador. Cristo, que siendo Dios conoce los corazones de
todos los hombres y mujeres, reprende severamente a quienes estaban tan

177 P. Juan Rivas, LC (Hombre Nuevo)


178 Discurso del Papa Juan Pablo II al cuarto grupo de obispos de Canadá, sábado 30 de octubre de 1999

184 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
dispuestos a castigar la adúltera, no porque erraban en el juicio que hacían sobre
su pecado, sino porque les faltaba humildad y respeto. Después de perdonar a la
mujer, Jesús inmediatamente confirmó la naturaleza de su acto denominándolo
un pecado y haciéndole una llamada a la conversión – a volverse hacia Dios y su
verdad que nos hace libres para amar.
La Iglesia, en cuanto comunión… cumple mejor su misión cuando ejerce
su ministerio con esa misma combinación que mostraba nuestro Señor, de
respeto a la personas y a la verdad que les llena. En otras palabras, la Iglesia es
a la vez católica y apostólica. En cuanto católica, busca llegar a todos, aún – y
especialmente – a los más pecadores y más heridos. Pero en cuanto apostólico, la
Iglesia también llega a todos con la fe que nos viene de los apóstoles, sin
componendas que serían una contradicción de la dignidad y vocación de seres
hechos en la imagen de un Dios que se dona.
Una nueva apologética – siguiendo el ejemplo de Cristo – sabrá
combinar la verdad con la caridad. Los apologistas necesitan poseer a la vez una
mente clara y un corazón abierto. Ya que sola la verdad transforma y une, hay
que trabajar mucho para llegar a entender y saber expresar las enseñanzas del
Magisterio en lo moral y doctrinal. A causa de nuestra naturaleza caída, la
llamada a la conversión que está en el corazón del Evangelio solo será escuchada
si se dirige con amor a quien todavía no ha sabido todavía aceptar íntegramente
la fe. Y dado nuestro aprecio moderno por la singularidad subjetiva de cada acto
humano y de la libertad humana, la llamada tiene que presuponer la buena
voluntad y respetar a la dignidad de quienes necesitan convertirse.
“La Iglesia Católica en América censura el proselitismo de las sectas y,
por esta misma razón, en su acción evangelizadora excluye el recurso a
semejantes métodos. Al proponer el Evangelio de Cristo en toda su
integridad, la actividad evangelizadora ha de respetar el santuario de
la conciencia de cada individuo, en el que se desarrolla el diálogo
decisivo, absolutamente personal, entre la gracia y la libertad del
hombre.”179
La Iglesia tiene que luchar por defender su enseñanza de manera más
clara y convincente. Pero se puede ganar una discusión y perder un alma. El
servicio empieza con amar a la persona a la que se sirve. En un contexto de amor,
la verdad puede ser mejor escuchada. No escucharán la llamada a la conversión
quienes no son respetados como personas.

“Se puede ganar una discusión y perder un alma”.

¿Cómo hace la Iglesia para hacerse presente en la verdad y el amor a los


activistas homosexuales, a los abortistas y laicistas militantes, a quienes creen

179 Juan Pablo II, Ecclesia in America, 73.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 185


Apologética
que el Santo Padre es el anticristo y a quienes piensan que los católicos no son
cristianos?.180

B. La persona del apologista.

Antes de enumerar las actividades del apologista, vamos a definir algunas


características esenciales de la persona del apologista; pues del ser, sigue el actuar.
El apologista es un católico…
 Que busca la santidad. Convencido de la necesidad de ser santo.
 Informado de su fe. ‘Nadie da lo que no tiene.’ Buena formación en la doctrina
católica.
 Confiado en su fe.
 Deseoso de transmitir las razones de su fe. Consciente de necesidades y
lagunas en la formación de muchos católicos. De los ataques a la Iglesia y a
sus miembros. Del anti-catolicismo dentro de la propia Iglesia.
 Testigo de su fe. No simple transmisor de informaciones con las que no se
identifica.
 Apóstol de su fe. Celo apostólico. Deseo de acercar al mayor número de
personas a Dios y a la Iglesia.
 Coherente con su fe, consciente de que las palabras mueven, pero el ejemplo
arrastra. Procura demostrar son su comportamiento y sus obras la excelencia
de la doctrina y moral católicas.
 Empático. Escucha argumentos, comprende su origen y responde con
prudencia e información. Acoge al otro con el deseo de ayudarlo en el camino
hacia la fe.

En síntesis, el apologista debe ser ante todo un apóstol testigo de la fe. El


móvil que le debe caracterizar en su celo apostólico debe ser el deseo de acercar el
mayor número de personas a Dios y a la Iglesia.

C. El diálogo del apologista

Los diez pasos del diálogo

¿Cómo dialogar con los hermanos separados?


Hay un tipo de diálogo que existe entre la Iglesia católica y las comunidades
históricas procedentes de la reforma del siglo XVI (luteranos, anglicanos,
presbiterianos etc.). Ahora bien, por un lado, este es un diálogo que ya se lleva, a
nivel oficial, por expertos teológicos; y por otro, si somos realistas, es raro que en
México y Centroamérica se ofrezca al católico corriente la oportunidad de estar
involucrado en él.

180Cardinal Francis George, O.M.I. - A New Evangelization in a New Millennium: A Call for a New Apologetics. - Lay Witness
21 no. 4 (May 2000).

186 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
En cambio, hasta sin buscarlo tendrá encuentros con los evangélicos y los
miembros de las sectas que se dedican a un proselitismo agresivo y generalmente
hostil a la Iglesia católica. Ellos le buscarán a él. Los pasos que se proponen a
continuación, formulados por apologistas católicos conocidos como el P. Gagnon y el
P. Juan Rivas, han probado ser eficaces para el encuentro con este tipo de
interlocutor.
Es un campo en el que resultan especialmente aplicables las palabras de Jesús:
“Sean prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas” (Mt 10,16). Las
dos cosas, juntas, desde luego. No se trata de dejar de tener el amor y el respeto por
los demás como arriba se ha indicado, sino de contar con un sable con qué defenderte
cuando (porque así les han enseñado) te vienen a dialogar con un sable. Si te dan un
sablazo antes de poder hablar siquiera, poco podrás hacer para ofrecerles la verdad.
Si te engañan con técnicas poco honestas (de argumentación etc.), quedarán ellos
mismos también engañados, creyendo que esas técnicas confirman la verdad de lo
que son sus errores. Una vez desarmados, una vez dejadas de lado las argucias, se
podrá dialogar de verdad.

1. Estudia y prepárate.
Para la batalla de la fe es necesario estar armados. No puedes dar razón de tu
fe sin conocerla y haberla entendido. Gedeón venció a los enemigos con cuernos,
cántaros y antorchas (Lee: Jueces 7,16). El cuerno es el Catecismo, el cántaro de
agua viva es la Biblia y la antorcha es la fe católica practicada. Júntate con tus
amigos a reflexionar sobre la fe, con una Biblia con comentarios, con el Catecismo de
la Iglesia Católica, y con algunos de los materiales recomendados en los capítulos
anteriores que tratan la problemática que tú sueles encontrar.

2. Conoce sus doctrinas.


La doctrina de los evangélicos y otros grupos protestantes es como el queso
gruyere: sabe bien, pero está llena de agujeros.
Afirman que basta la sola Biblia para conocer la verdad, pero la Biblia dice que
debemos creer no solo en lo escrito, sino también lo enseñado de viva voz. Lee:
2Tesalonicenses 2, 15.
Dicen que no debemos obedecer a los sacerdotes, ni a los obispos, ni al Papa.
¿Por qué entonces ellos le hacen caso a su pastor?
Ellos exigen que tú les pruebes todo con la Biblia, pero si tú les pides que te
prueben que su interpretación es la única verdadera, no lo pueden hacer.
Y cuando les pruebas, con la Biblia en la mano, lo que la Iglesia enseña: que
debemos alabar a María (Lucas 1,48); que los hombres reciben el poder de perdonar
los pecados (Juan 20, 23); que debemos comer la carne y la sangre de Cristo para
tener vida eterna (Juan 6, 54); que Cristo fundó una sola Iglesia (Mateo 16,18) que sí
podemos llamar “padre” a los hombres (1 Corintios 4,15); etc., ellos no lo aceptan.
¿Por qué? Porque ellos no creen en la Biblia, sino sólo lo que entienden de la Biblia.
Es decir, creen sólo en sí mismos.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 187


Apologética
3. Aprende lo básico.
Sepa responder a sus diez aseveraciones más frecuentes: ¿María tuvo más
hijos?, ¿Es idolatría venerar las imágenes?, ¿Debemos bautizar a los niños?, ¿Tienen
poder los hombres para perdonar los pecados?, ¿La Eucaristía es un símbolo o una
realidad?, ¿Fundó Cristo muchas Iglesias o una sola?, ¿Es el Papa el Anticristo?, etc.

4. Prepárate para tener respeto, caridad, tolerancia y amor al prójimo.


Piensa que ellos tienen a veces razones muy poderosas que los hacen pensar
de diferente manera que nosotros.

5. Comienza orando.
Pide la inspiración y la luz al Espíritu Santo, y termina siempre con el Padre
Nuestro y el Ave María usando la Biblia (Lucas 1, 28 y 1, 42). Si objeta, dile
claramente: “¿Quiere que yo le escuche a usted, pero usted no quiere escuchar a
Dios? ¿Le parece bien eso?”

6. Toma la iniciativa.
Primero. Exígele que no hable mal de tu Iglesia ni de los sacerdotes. Hablar mal y
criticar no es cristiano. La primera enseñanza de la Biblia es el amor y el respeto a
los demás.
Segundo. Pídele que te platique un poco de su iglesia, de su fundador, de cuáles son
sus creencias y qué fue lo que le motivó a entrar en dicha iglesia.
Tercero: Habla tú de lo que a ti te convence y atrae de la Iglesia Católica. De lo que
te la hace creíble.

7. “Bájalo del ring”: Pregunta.


El mejor método para dialogar con los protestantes es preguntar, ya que tu
iniciarás con tus preguntas muchas reflexiones que tal vez la persona nunca se ha
hecho.
Los Evangélicos, Testigos y Mormones son leones para debatir sobre el tema
que ya se saben de memoria, pero si los sacas de ahí, se vuelven corderitos. Ponlos
en el campo que a ti te interesa y conoces: “A mí me gustaría hablar de la Iglesia”.
Ten preparadas tus preguntas: ¿Quién es tu fundador? ¿La Iglesia que Cristo
fundó no funciona y la de tu fundador sí? ¿Acaso un hombre puede ser más sabio que
el mismo Cristo? ¿Cuándo se fundó tu iglesia? ¿Cómo puede ser la Iglesia de Cristo
una iglesia fundada 1500 años después de Cristo? ¿Cuándo fundó Cristo tu iglesia?
¿Cuántas iglesias fundó Cristo? ¿Conoces a profundidad la historia de la Iglesia?
¿Quién elaboró el canon de las Sagradas Escrituras? Cuándo eras católico, ¿conocías
y practicabas tu fe? ¿Qué apostolado realizabas cuando eras católico?
Acuerden UN SOLO tema y sobre él dialoguen. NUNCA permitas que brinque
de un tema a otro (esa es su táctica), a ti solo te confundirá.

188 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
Sólo habla con UNA persona; no permitas que entren en el diálogo otras
personas que generalmente acompañan a tu interlocutor.

8. Deja actuar a Dios.


Tu trabajo es aclarar dudas, quitar prejuicios y establecer el puente de
confianza. Dios es el único que puede tocar su corazón. Ponte en manos de Dios y
recuerda al mismo tiempo que si tú no eres un convencido, y no practicas tu fe,
nunca podrás convencer a nadie.

9. Ama la verdad.
Si no sabes: di “No sé”... y añade: “la próxima ocasión que nos veamos te tendré
la respuesta”.
No te avergüences de no saber algo; la humildad mueve más que la soberbia.
Quien no es experto en el tema no sabrá con frecuencia como rebatir una
interpretación ‘peregrina’ de un texto escriturístico. No te preocupes, y no te formes
un complejo de inferioridad respecto a tu interlocutor; tampoco él o ella conocen toda
la Biblia, sino que maneja unos cuantos textos que ha estudiado, a su modo. Dile: “Si
tu interpretación contradice la de Cristo mismo, de sus apóstoles y primeros
seguidores –que es la interpretación que sigue la Iglesia Católica – entonces está
equivocada”. Y si es necesario, clarifícale que el que tú no sepas explicar la
interpretación católica, no quiere decir que no sepa hacerlo la Iglesia.
Si señala errores reales en el actuar de la Iglesia y sus miembros, reconócelos,
pero aclara que no por eso deja de ser la Iglesia de Cristo. Cristo no prometió que no
habría mal, sino que éste no prevalecería contra ella. Lee: Mateo 16,18.
Preséntale la otra cara de la verdad: el heroísmo de sus mártires, el celo de sus
misioneros, la caridad de tantas mujeres consagradas al servicio de los pobres, la
grandeza de sus santos, etc.

10. Invítalo a tu parroquia.


Recuerda que el Buen Samaritano llevó al herido a la posada. Tal vez esa
persona nunca ha recibido una invitación. Llévala a tu parroquia, invítala a tu
grupo; o si ves que no está preparada para eso todavía, preséntasela a Jesús en la
Eucaristía y háblale de ella.

Y ahora… ¡lánzate!
Ya ha pasado tiempo desde que inició tu preparación en la Apologética, ya
has leído bien el Nuevo Testamento algunas veces. Tienes algo de conocimiento del
Antiguo Testamento, has leído el Catecismo de la Iglesia Católica y conoces ya los
criterios de la Iglesia. Todo esto se ha complementado con tu conocimiento de la
literatura anticatólica, de las respuestas que los católicos damos para enderezar las
ideas equivocadas que muchos protestantes tienen de nuestra doctrina. Ahora
comienza tu trayecto como apologista.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 189


Apologética
Pero no pienses que ya lo sabes todo. Es un buen comienzo, pero será
necesario que te sigas formando en todas las materias que necesita el católico para
estar bien enterado de la doctrina, la moral, la liturgia y la vida de la Iglesia.

D. Las tácticas del dialogo

Para ganar una batalla no basta estar armado ni tener valor. Es necesaria
una estrategia.

1. No te pongas enfrente, ponte de su lado. ¿El Papa es muy rico? ¿Sabes? yo


antes pensaba como tú, pero me puse a estudiar, y encontré que nada en el Vaticano
pertenece al Papa con excepción de sus libros; y, además, que bajo las órdenes del
Papa existen más de cien organizaciones que se dedican a hacer el bien a los pobres
y necesitados, sin distinción de raza o religión. ¿Sabías tú eso?

2. No discutas ideas, baja a la práctica.


Da la impresión de que a usted le preocupan muchos los pobres. ¿Me puede decir
cuánto y cuándo fue la última vez que dio limosna a un pobre? Ud, no da ni el diez
por ciento a los pobres ¡y exige que el Papa venda el Vaticano!

3. Busca afirmar más que contradecir.


¿María tuvo más hijos? ¡Por supuesto! ¡Y los sigue teniendo! Yo también soy hijo
suyo, y tú también, aunque no lo reconozcas. Porque si Cristo es tu hermano, su
Madre es también madre tuya.

4. Antes de jalar el anzuelo deja que muerda la carnada.


Cumplió Jesús los mandamientos ¿sí o no? El dirá que sí.
Cumplió Cristo el cuarto mandamiento ¿sí o no? La respuesta será afirmativa.
-¿Me puedes decir cual es el cuarto mandamiento?
-Honrarás a tu Padre y a tu Madre.
-¿Quién es el Padre de Jesús?
-Dios.
-¿Quién es la madre de Jesús?
-María.
Si Cristo honró a su Madre ¿no debemos hacer nosotros lo mismo?

5. No busques vencer, sino convencer.


Jesús es una persona, la Biblia un libro. Si eres cristiano, obedece a Cristo.
Él no quiere divisiones, sino la unidad: “Que todos sean uno como Tú, Padre, estas en
mi y yo en Ti” (Juan 17, 21-23). El no quiere que estemos divididos en multitud de
iglesias. Jesucristo quiere darte vida eterna por eso dijo: “Quien come mi carne y
bebe mi sangre tiene vida eterna”. Juan 6,54. Jesucristo quiere que obedezcamos a
sus representantes: “Quien a vosotros oye a mi me oye”. Lucas 10,16.

Recuerda que la fuerza de las sectas está en el silencio y pasividad de los


católicos.

190 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética
CONCLUSIÓN
Los católicos que no se atreven a proclamar su fe con seguridad hacen el juego
a las sectas. Las personas quedan siempre impresionadas, positivamente, por los
hombres y mujeres seguros de su fe, que no tienen miedo de proclamarla. Los
jóvenes y los menos jóvenes de estos tiempos andan en busca de maestros de
pensamiento, dado que los hombres no pueden prescindir por mucho tiempo, de
modelos a imitar; tienen necesidad de certezas. Quién está dispuesto a defender lo
que ama se convierte para el mundo en testigo de la Verdad.
Los católicos que no están seguros de su fe no resultan contagiosos. No se trata
de estar seguros de nosotros mismos, sino de estar seguros de Cristo: el mundo pasa,
pero sus palabras no pasarán (cf. Mt. 24,35).
Sin una cierta cantidad de amor, no se encuentra nada. Quien no se
compromete un poco para vivir la experiencia de la fe y la experiencia de la Iglesia, y
no afronta el riesgo de mirarla con ojos de amor, no descubrirá otra cosa que
decepciones. El riesgo del amor es condición preliminar para llegar a la fe. Quien se
arriesga no tiene necesidad de esconder ninguna de las debilidades de la Iglesia,
porque descubre mediante la razón que ésta no se reduce solamente a ellas;
descubre que junto a la historia, los errores humanos, los escándalos, existe también
la fe fuerte e intrépida, que ha dado frutos a través de todos los siglos de su
existencia.
Quien afronta este riesgo del amor, descubre que la Iglesia Católica ha
proyectado en la historia un haz de luz tal para el hombre de todos los tiempos, que
no puede ser apagado. Descubre su mensaje, y descubre su propia misión y así
descubre la dignidad de ser Iglesia porque ella es en sí misma digna de permanecer
en el mundo, digna de ser amada y transformada por el amor en lo que debe ser. Es
el camino que también hoy nos enseña la responsabilidad de la fe católica.
Cuando se ha comprendido esto, toda la vida cristiana queda simplificada
también. Ya no se busca a Dios “en las nubes”, sino en donde está la Verdad: en
Cristo.

Síntesis
El Papa Juan Pablo II nos animaba a ser apóstoles sin miedo. Pero apóstoles
preparados. Para poder dar razón de su esperanza, es esencial que los católicos
conozcan lo que enseña la Iglesia, comprendan esa enseñanza y la sepan explicar, de
una forma que combine la verdad con la caridad. En un contexto de amor, la verdad
puede ser mejor escuchada. Consciente de que, en el medio latinoamericano, le
tocará sobre todo entrar en un diálogo con un proselitismo agresivo, el católico debe
conocer y practicar bien los pasos y las tácticas de un diálogo eficaz y fructífero. Con
celo apostólico, un respeto sincero de la persona, capacidad de escucha, testimonio de
coherencia.

Bajo custodia de Escuela de la Fe 191


Apologética
Para recordar

“La fe se fortalece dándola.”


“No tengáis miedo de salir a la calle y a las plazas, como los primeros
apóstoles que predicaron a Cristo y las buenas noticias de salvación en las
plazas, pueblos y ciudades. Ya no es tiempo para vivir avergonzados del
Evangelio.”
“Nuestra tarea no consiste en imponer nuestras razones, sino en conquistar
almas”.
Una nueva apologética – siguiendo el ejemplo de Cristo – sabrá combinar la
verdad con la caridad.
“Para poder dar razón de su esperanza, es esencial que los católicos conozcan
lo que enseña la Iglesia, comprendan esa enseñanza, experimenten su fuerza
liberadora, sepan explicar de forma comprensible la verdad de la revelación y
las enseñanzas de la Iglesia que provienen de ella.”

Actividades didácticas

Auto evaluación
1. ¿La Iglesia acepta usar las mismas tácticas de proselitismo que las sectas? ¿Por
qué sí o por qué no?
2. ¿Cuáles son los diez “pasos del diálogo” con quienes no comparten nuestra fe
católica?
3. ¿Cuáles son los cinco “tácticas del diálogo”?

Ejercicios de aplicación y profundización


1. Explica: “La fe no se impone, se propone”.
2. Comenta: “La fuerza de las sectas está en el silencio y pasividad de los católicos”.
3. Desarrolla una respuesta a una de esas ‘acusaciones’ frecuentes con que algunas
sectas piensan demostrar la falsedad del catolicismo (cfr. C, 3, arriba).

192 Bajo custodia de Escuela de la Fe


Apologética

Bibliografía General

* René Latourelle, Apologética Fundamental, en Teología, Ciencia de la salvación,


Sígueme, Salamanca 1968, p.139-159
* Pierre Descorvermont, Guía de la Dificultades de la Fe Católica, Ed. Desclée de
Brouwer 1992
* Diccionario Teológico Enciclopédico, Ed. Verbo Divino 1995
* Rino Fischella, Introducción a la Teología Fundamental, Ed. Verbo Divino 1993
* Documentos eclesiales
- Concilio Vaticano II Dignitatis Humanae, (DH)
- Concilio Vaticano II Gaudium et Spes, (GS)
- Concilio Vaticano II Lumen Gentium, (LG)
- Concilio Vaticano II Unitatis Redintegratio (UR)
- Congregación para la Doctrina de la Fe, Dominus Iesus
- Juan Pablo II: Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in America (1998)
- Juan Pablo II, Fides et Ratio
* Jorge Loring S.J. Para Salvarte, Ed. Parroquial de Clavería, 1997
* Jorge Loring S.J. Motivos para Creer, Ed. Planeta Testimonio Barcelona 1999.
* Leo Trese, La Fe Explicada, Ed. Patmos, 1997
* André Frossard, Preguntas sobre Dios, Rialp 1995
* André Frossard, Dios existe, yo me lo encontré, Palabra 1992
* Ricardo Blázquez, Jesús Sí, La Iglesia También, Ediciones EGA- Bilbao 1995
* Card. Joseph Ratzinger, Fe, verdad y tolerancia. El cristianismo y las religiones del
mundo. Ed. Sígueme, Salamanca 2005.
* S.S. Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la esperanza (cap. 4, 5, 6, 29...)

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