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El Lucro Cesante, El Daño Emergente y el Daño a La Persona Desde Un Punto De Vista

Jurídico

Fredy Zegarra Silva

Facultad de Derecho y Ciencias políticas, Universidad San Pedro

Derecho Procesal Civil III

Mg. Alexander Wilmer Giron Saavedra

Perú,23 de octubre de 2020


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EL LUCRO CESANTE, EL DAÑO EMERGENTE Y EL DAÑO A LA PERSONA DESDE UN PUNTO DE

VISTA JURIDICO

La responsabilidad civil, en la que hubiese podido incurrir un ciudadano, donde la

responsabilidad civil proviene de la comisión de un delito. Así el presente artículo pretende

desarrollar un punto de vista jurídico, de la mano de demostrar en primer lugar que el nuevo modelo

procesal penal instaurado por la entrada en vigencia del Código Procesal Penal del año 2004, exige

que el daño indemnizable sea probado por quien pretende el resarcimiento, y no solo eso, sino

además debe probar a cuánto asciende este monto a partir de la determinación de si se trata de

lucro cesante, daño emergente o daño a la persona.

Nuestra legislación peruano en nuestros Código Civil y Procesal civil nos plasma en sus

artículos, si partiendo de este análisis de demostrará también que en los casos de inexistencia de

prueba, no hay posibilidad alguna que el juez otorgue una indemnización y menos aún que pueda

motivar su existencia.

En el Código Civil de 1984, regula la responsabilidad contractual en el Titulo IX, Inejecución

de las Obligaciones, Sección Segunda, Efectos de las Obligaciones del Libro VI - Las Obligaciones; y a

la responsabilidad extracontractual en la Sección Sexta, Responsabilidad Extracontractual del Libro

VII - Fuentes de las Obligaciones, la legislación nacional adopta un sistema binario.

Espinoza (2011) Etimológicamente, “la palabra responsabilidad se remonta al latín tardío

responderé. El termino antiguo responderé es el movimiento inverso de spondere, cuya raíz lleva en

si la idea de rito, solemnidad y, con ello, el de la formación de un determinado equilibrio, de un

determinado orden, con un carácter de solemnidad”, así, “responderé presupone la ruptura de tal

equilibrio, de tal orden, y expresa con ello la idea de la respuesta reparadora de la ruptura”. En

efecto, como consecuencia de la ruptura de este orden el juicio de responsabilidad, mediante el cual

“el costo de un daño se transfiere del sujeto, que históricamente lo ha sufrido, a otro sujeto, a través
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de la imputación al segundo de una obligación, la cual tiene como contenido el resarcimiento del

daño”.

El daño El daño es el elemento esencial que debe concurrir para que exista responsabilidad

civil. Por lo que se infiere que sin daño no hay responsabilidad civil. Siendo este el aspecto

fundamental, no único, de la responsabilidad civil contractual o extracontractual, pues se entiende

que en ausencia de daño no hay nada que reparar o indemnizar y por ende no hay ningún problema

de responsabilidad civil.

Clasificación del daño: Daño patrimonial: es pues la lesión de derechos de naturaleza

económica, que debe ser reparada, a su vez esta también dos aspectos fundamentales que veremos

a continuación:

1) Daño emergente: Entendido como la pérdida patrimonial a consecuencia de un hecho

ilícito, implica siempre un empobrecimiento, comprende tanto los daños inmediatos como los daños

futuros, pues no siempre las consecuencias van a ser inmediatas. Es, en sumidas cuentas, la

disminución de la esfera patrimonial (SACK RAMOS, 2014, pág. 45 El daño emergente es siempre un

empobrecimiento.

2) Lucro cesante: Se entiende como la ganancia dejada de percibir. “El concepto de lucro

cesante comprende aquello que ha sido o será dejado ganar a causa del acto dañino. Podríamos

decir que es también daño aquello que hubiera podido ganar (y que no lo gane debido al daño). Por

consiguiente, mientras en el daño emergente hay empobrecimiento, en el lucro cesante hay un

impedimento a que me enriquezca legítimamente”.

En nuestro Código Civil vigente la categoría de daño extra patrimonial o subjetivo está

contemplado como daño 30 no patrimonial a los sujetos de derecho, comprende el daño a la

persona, entendido como la lesión a los derechos existenciales o no patrimoniales de las personas y
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al daño moral, defendido como el ansia, la angustia, los sufrimientos físicos o psíquicos, etc,

padecidos por la víctima, que tienen el carácter de efímeros y no duraderos. El código civil con

relación a la responsabilidad extracontractual el artículo 1985° dispone en forma expresa: “La

indemnización comprende las consecuencias que deriven de la acción u omisión generadora del

daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral, debiendo existir una relación

de causalidad adecuada entre el hecho producido”. Obviamente, cuando el artículo 1985° se refiere a

las consecuencias que deriven de la acción u omisión generadora del daño está aludiendo

directamente a la pérdida patrimonial sufrida efectivamente por la conducta antijurídica del autor o

coautores, es decir, a la noción de daño emergente (TABOADA CÓRDOVA, 2001, pág. 56). En ese

sentido se considera dentro del daño extra patrimonial:

1) Daño moral: Por daño moral se entiende la lesión a los sentimientos de la víctima y que

produce un gran dolor o aflicción o sufrimiento a la víctima. Nuestro código Civil en su

artículo 1322 establece una indemnización por daño moral.

Sin embargo, la doctrina establece que para que se pueda hablar de daño moral no basta la lesión a

cualquier sentimiento, pues deberá tratarse de un sentimiento considerado socialmente digno y

legítimo, es decir, aprobado por la conciencia social, en el sentido de la opinión común predominante

en una determinada sociedad en un momento histórico determinado y por ende considerado digno

de la tutela legal. Casación N° 1125-95 –Arequipa.

Este requisito fundamental del daño moral fluye claramente del artículo 1984 del Código Civil, que

señala lo siguiente: “El daño moral es indemnizado considerando su magnitud y el menoscabo

producido a la víctima o a su familia.

2) Daño a la persona: En cuanto al daño a la persona, es “el daño que lesiona a la persona

en sí misma estimada como un valor espiritual, psicológico, inmaterial.


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Para TABOADA (2001) un sector de la doctrina el daño a la persona es la lesión a la

integridad física del sujeto, mientras que para otros el daño a la persona constituye la

frustración del proyecto de vida.

También puede llamarse “daño a la persona” aquél que no está formado

necesariamente por un dolor, sino que simplemente constituye una violación de los

llamados derechos de la personalidad o derechos de la persona, como ha preferido

acertadamente llamarlos el doctor Fernández Sessarego en el Código de 1984. El daño

moral es el daño no patrimonial inferido en derechos de personalidad.


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http://blog.pucp.edu.pe/blog/seminariotallerdpc/2010/02/25/la-conceptualizacion-

legal-del-lucro-cesante/

http://repositorio.unsa.edu.pe/bitstream/handle/UNSA/8715/DEMvaroma.pdf?seque

nce=1&isAllowed=y

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