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ANÁLISIS DEL PANORAMA DEL MAÍZ TRANSGÉNICO EN MÉXICO, DESDE

UNA VISIÓN SUSTENTABLE

Hilda teresa Ramírez Alcántara*, Eurídice Navarro Villagómez**, Tania Violeta Dávila
Ramírez***

Resumen

Haciendo una revisión de las políticas y normas institucionales que regulan el ciclo
productivo del maíz nativo y criollo mexicano, así como de la regulación que se ha
formulado para posibilitar la siembra del maíz transgénico en México, el objetivo
de este trabajo es presentar y analizar los argumentos que evidencien la
innecesaria producción, distribución, venta e importación en nuestro país, de
cualquier variedad de maíz genéticamente modificado.

Este análisis se realiza con una visión sustentable la cual favorece los ámbitos
socioculturales, económicos y ambientales; destacando la importancia de
considerar para la toma de cualquier decisión que se relacione con estos tres
ámbitos, las características propias de la tierra, la cultura y la sociedad mexicana.
Se plantea aquí, que se deben elaborar y establecer normas, políticas y
mecanismos con una perspectiva socialmente responsable y sostenible, los cuales
incidan directamente en la elaboración de un plan de acción que establezca
estrategias para una regulación eficaz de la producción, exportación e importación
del maíz criollo y nativo mexicano, la cual se refleje en la mejora de la calidad de
vida y la salud de la sociedad civil a grosso modo y que incida en la disminución
de la pobreza, en la mejora de los derechos agrarios, la gobernabilidad, la
territorialidad y la autonomía alimentaria; un plan que ponga en marcha procesos
para el desarrollo sustentable que permitan el equilibrio entre sociedad y
naturaleza, así como el resguardo de la biodiversidad de flora y fauna de México.

Palabras clave: maíz transgénico, desarrollo sustentable y sostenible, salud, regulaciones


de Bioseguridad, protección ecológica.

* Profesora Investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco.


**Licenciada en Comunicación Social, Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco.
***Doctora en Psicología Clínica, Universidad Lumieré, Lyon 2, Lyon Francia.

1
Introducción

“México, más que ningún otro país del Nuevo Mundo, es la tierra del maíz”

Edgar Anderson

A dos años de la Demanda Civil de Acción Colectiva, impuesta ante el Poder


Judicial de la Federación, el día 5 de julio del presente año se prohibió
oficialmente la siembra de maíz transgénico en México.

Siendo este país, un espacio geográfico en el que la tierra, el medio ambiente y


diversos factores socioculturales permitieron la diversificación de las 64
variedades que se registran y se reconocen como nativas o criollas, es que se
hace pertinente el que se regulen los lineamientos que den una solución eficaz a
los problemas del campo mexicano, a la distribución de los alimentos y que
además garanticen el derecho a la salud y la sostenibilidad de los recursos
medioambientales. La errada idea de que la introducción legal de maíz
transgénico a México propiciará una mejora en el campo, a los productores y
distribuidores, así como una derrama económica superior para el país en general,
no tiene sustento ni argumento que dé certeza, además, no se apega a las normas
mundiales de sustentabilidad, ya que pone en riesgo o en un estado de
incertidumbre a las generaciones futuras de la sociedad mexicana en general.
Siendo el maíz el alimento principal de los mexicanos, se habla aquí de un
impacto mucho mayor en comparación con los resultados obtenidos con otros
Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que ya están siendo sembrados o
distribuidos en México de manera regular.

El ejemplo de lo sucedido en otros países como Argentina, Chile o la India en


dónde cada día se suicidan 12 agricultores por la falta de oportunidades después
de la utilización y deterioro de sus tierras debido a la biotecnología transgénica (El
Financiero, 2015. Disponble en: http://www.elfinanciero.com.mx/mundo/granjeros-
en-india-optan-por-el-suicidio-ante-caida-del-algodon.html), ha demostrado que si
el trasngen de maíz es aprobado en México y sembrado de manera regular, se
daría un impacto no certeramente benéfico en los ámbitos económico, social,

2
ambiental, cultural e ideológico; esto se vería reflejado en la salud de las
personas, en lo económico en los diferentes sectores sociales del país, afectaría a
los campesinos propietarios de áreas llamadas “poco productivas”, y a la tierra
misma, así como a los organismos vegetales y animales que cohabiten con
transgénicos; se daría a su vez una trasformación radical de las formas de
cosecha y siembra del maíz, así como en la distribución -muy probablemente
desigual-, de las ganancias para el sector trabajador y los grandes empresarios de
la tierra. Cabe hacer énfasis en que ninguna de las cinco semillas que alimenta al
resto del mundo está siendo sembrada en su versión OGM, en ningún país
(Piovanno; 2015).

El Estado es responsable de proveer bienes públicos, debe llevar a cabo


proyectos que procuren una buena calidad del aire, una buena calidad y
disponibilidad del agua, así como la estabilidad de cuencas hidrológicas, debe
proteger y resguardar la biodiversidad terrestre y marina, el paisaje, el equilibrio
climático, la minimización de riesgos, el manejo y disposición adecuada de
residuos, tiene que regular las conductas privadas de acceso a bienes públicos y
asumir responsabilidad y compromiso de las decisiones tomadas y los resultados
obtenidos; toda decisión respecto a la aplicación de programas y servicios que
tengan influencia sobre el ámbito económico, ambiental y social debe estar
fundamentada en el eje de la sustentabilidad, para así garantizar la perpetuidad de
los bienes públicos ambientales, la viabilidad como nación a largo plazo, el
desarrollo, el bienestar y la calidad de vida de la sociedad. Entre los bienes
públicos, el de manejo sustentable de la tierra y la biodiversidad del maíz criollo y
nativo mexicano son nuestro objeto de estudio.

Este trabajo destaca la importancia que tiene la regulación ambiental en la


siembra, cosecha y venta del maíz, la acreditación y certificación de normas
conscientes de la biodiversidad y la cultura del maíz, evidenciando el impacto
negativo que se vislumbra en el ámbito económico, social y ambiental si la
siembra de maíz transgénico en México, se da de manera accidentada o dentro de
un marco jurídico que la posibilite. Es necesaria una propuesta estratégica y

3
táctica que se sume a las demandas que apelan por la regulación y revisión de los
ajustes estructurales y políticas gubernamentales para el uso y aplicación
sustentable de la biotecnología utilizada en la producción de alimentos. En este
contexto, el presente trabajo ofrece un análisis que puede ser útil para crear
conciencia de la responsabilidad social que tiene el Estado, la sociedad y las
empresas monopólicas que producen maíz transgénico y que pretenden hacer de
la tierra mexicana una fuente de ganancias poco redituables para la mayoría de
los mexicanos.

1. Desarrollo sustentable

Es en el año 1983, que la Comisión Mundial de Ambiente y Desarrollo de las


Naciones Unidas, identificó la importancia de evaluar cualquier acción o iniciativa
desde tres enfoques: lo ambiental, lo económico y lo social. No fue sino hasta el
año 1988 en el informe Brundtland, titulado “World Commission on Environment
and Development”,1 que se consideró a la sustentabilidad como un modelo socio-
ecológico de desarrollo mundial, el cual se planteó como un prototipo de inclusión
interesado en el equilibrio entre los factores que intervienen en el desarrollo y
progreso de cualquier espacio social y ambiental, ya sea urbano o del campo.

El desarrollo sustentable tiene como misión conservar el capital ecológico, los


bienes públicos y los servicios ambientales. Para que ello sea posible, se requiere
valorizar, mantener y reconstruir los bienes públicos y recursos ambientales
comunes, así como propiciar un balance entre la economía de mercado, la
regulación y promoción del Estado y la participación empresarial, social y
comunitaria. Otra cualidad que destaca el modelo de sustentabilidad, es que exige
la “capacidad de sostenimiento” como una característica fundamental para poder
afirmar que un proceso es sustentable o no, es decir, puede hablarse de un
desarrollo sostenido cuando se ha desarrollado la capacidad para producir
indefinidamente y a un ritmo que no agote los recursos que se utilizan -y que

1 World Commission on Environment and Development 1988. Our Common Future. Oxford. Uk

4
además son necesarios para funcionar-, cuando no se producen más
contaminantes que con modelos anteriores o más de los que pueda absorber el
entorno, o incluso, que lleguen a ser riesgosos para la salud o que pongan en
riesgo la calidad de vida de los seres de cualquier ambiente natural. Se habla
entonces, de un desarrollo constante y no degradable que incorpora siempre la
capacidad de regeneración de cada ecosistema en sus diversas áreas y aspectos.

Una economía dinámica no degradable es condición necesaria para la protección


ambiental y la apertura rumbo a la sustentabilidad, pero sobre todo a la
territorialidad y a una “autosuficiencia alimentaria” 2 ; ya que a pesar de que en
México se realiza de manera milenaria el policultivo y la milpa, se exportan a su
vez, productos animales y vegetales que son comerciados y consumidos en todo
el país. Lo anterior no omite la posibilidad de que estas relaciones comerciales y
sociales entre distintos países puedan darse de forma sustentable, el desarrollo
económico puede darse a la par de la conservación de la biodiversidad y la
protección ecológica. El medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de la
humanidad y responsabilidad de todos.

2. Crisis alimentaria y deterioro ambiental, el argumento capitalista

Resulta primordial retomar el término crisis, debido a que el argumento de grandes


empresas trasnacionales para experimentar y lucrar con las necesidades de la
sociedad es que nos encontramos en una crisis en la que los recursos naturales
actuales no logran abastecer al grueso de la población, sin embargo, el actual
problema de pobreza y desigualdad, de hambre, es un problema de distribución y
abastecimiento, no de producción (Piñeyro, 2013: 322). La agravación de esta crisis
se ha dado debido a la sobre explotación de la tierra y el uso excesivo de
agroquímicos y pesticidas que se usan desde hace más de treinta años en el
mundo entero, los cuales son promovidos en aras de los beneficios monetarios

2Se destaca el entrecomillado al hablar de una autosuficiencia, debido a que ninguna economía
nacional en el mundo es completamente independiente a la otra; el intercambio, trueque y venta de
productos entre distintos pueblos y países existe desde que existe la agricultura, quizá antes.

5
que deberían remunerar a toda la cadena de producción en la misma medida, sin
embargo no es así, tan sólo en 2014, Monsanto, titán biotecnológico
estadounidense, obtuvo ganancias superiores al 7% en comparación con las del
2013, es decir, 339 millones de dólares por trimestre, mientras que en países
como Argentina, territorio de experimentación transgénica, se han triplicado en tan
solo 10 años, los casos de cáncer, ha aumentado en un 400% los casos de aborto
y las deformaciones (Piovanno, 2015). Monetariamente, los productores no han
tenido resultados favorables.

La crisis provocada por el sistema económico depredador y sobre explotador, a


pesar de proponer al progreso tecnológico como una vía de satisfacción y mejora
en la calidad de vida para la humanidad, ha desmejorado cultural y
económicamente a la sociedad, sin dejar de lado los problemas de salud que ha
propiciado intencionadamente o no. La acumulación de capital es el único motivo
del actual sistema económico, esto trae consigo la acumulación de poder y la
dominación opresiva de la sociedad.

[…] el horizonte del mito del progreso. Esto es una ilusión que, leyendo de modo
invertido la realidad como hace todo mito, sobre el olvido los fracasos
experimentados, insiste en concebir la marcha de la modernidad y el crecimiento
con el capitalismo […], como un proceso regido por una tendencia que garantiza
conducir la historia directa e indeteniblemente hacia adelante para derribar la
generalización del bienestar económico y del proceso político (Arizmendí, 2012; 44).

La ciencia y la tecnología al servicio y en favor de unos cuantos, su fallo no radica


en el progreso mismo, sino en su aplicación. Antagónicamente se vive la era de
mayor progreso a la vez que el desgaste vital de la tierra y de la humanidad
avanzan agigantadamente. Devastación y progreso representan las características
de esta modernidad capitalista, más no son un desperfecto social o un síntoma
maligno de la humanidad, sino un modelo depredador instaurado en favor de unos
pocos. El paradigma tecnocrático de progreso y consumismo, condiciona la vida
de las personas y el funcionamiento de la sociedad. La revolución digital, la
biotecnología, la nanotecnología y la robótica, son la muestra del poderío

6
tecnológico, no hay desperfecto en ello sino cuando la técnica desconoce los
grandes principios éticos y termina considerando legitíma cualquier práctica. Se
debe orientar la técnica y ponerla al servicio de un progreso más sano, más
humano, más social, más integral; se requiere de un enfoque sistémico de
ecología integral sustentable y líneas de investigación interdisciplinarias.

El momento actual en México y el mundo, está determinado por la economía y


ésta refleja números positivos que se traducen en ganancias económicas para
empresas monopólicas, tan sólo 10 empresas controlan 95 por ciento del mercado
mundial de semillas comerciales, mientras hace tres décadas había 7 mil
compañías (La Jornada, 2007. Disponible en línea en: www.jornada.unam.mx
/2015/01/24/opinion/023a1eco). En contraparte, la pérdida de territorio, trabajo y
salud para el campesinado aumenta a un grado preocupante (Rojas Rangel,
2012), esto sin dejar de lado a la sociedad consumidora que en un porcentaje
mayoritario desconoce el valor nutricional de sus alimentos, lo que contienen o de
dónde proceden. Las instituciones gubernamentales lejos de garantizar un bien
común, desamparan a la sociedad de sus derechos jerarquizando privilegios y
coartando la libertad por medio del lucro con sus necesidades. El Estado y el
sistema económico no pueden distinguirse y más aún, puede afirmarse que el
Estado está al servicio del sistema económico depredador, de ahí, que dichas
decisiones sirvan no a la sociedad civil, sino a quien económicamente esta
empoderado y domina al supuesto sistema democrático mundial. Una de las
formas instauradas con el neoliberalismo es propulsar nuevas formas de
subordinación al sistema económico, desde los años ochenta, pero con mayor
impulso en los noventa, el modelo capitalista ha impuesto una dependencia
alimentaria implacable, condicionando la deuda externa de los países periféricos y
desfinanciando estratégicamente el campo (Arizmendí; 23, 2012), atrayendo al
capital extranjero no para la inversión, sino para la explotación del territorio
nacional y promoviendo la necesidad de importar los productos no producidos en
estos países, claro ejemplo, México, que desde 2011 importa entre el 30% y 40%
de productos alimenticios que aquí se consumen, el 74% proviene del país con

7
mayor producción transgénica, Estados Unidos (El Universal; 2011. Disponible en
línea en: www.eluniversal.com.mx/ finanzas.html), el cual además, es el más
grande productor y exportador de maíz en el mundo, cosecha aproximadamente
200 millones de toneladas anuales y exporta 20% de las mismas (González; 69,
2012).

Por otro lado y en relación al medio ambiente, el deterioro ambiental se ha dado


por falta de políticas para lograr sinergias entre la competitividad, el desarrollo
económico de los países, así como por problemas de gestión ambiental a nivel
estatal y regional derivados de la falta de coordinación intergubernamental,
financiamiento y desarrollo institucional, es decir, sin un posicionamiento
sustentable. Las formas inmediatistas de entender la economía y la actividad
comercial y productiva están depredando los recursos de la tierra. Al respecto, la
FAO (Food and Agriculture Organization) (Disponible en: www.fao.org/home/en/),
dijo, que la pérdida de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de
especies que podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, no
sólo para la alimentación, sino también para la curación de enfermedades y para
múltiples servicios. Las diversas especies tienen un valor en sí mismas.

El término biodiversidad, se refiere al número, abundancia relativa y la


composición de genes, especies, comunidades que se encuentran en un área
geográficamente delimitada, estos atributos son determinantes de la tasa,
magnitud y dirección de los procesos eco-sistémicos, es decir, estos factores son
determinantes para la vida humana. (CONABIO, 2006)

La biodiversidad en general desempeña un papel fundamental para la regulación de


polinizadores, plagas y vectores de enfermedades, así como la climática y de las
respuestas a los eventos naturales extremos. El mantenimiento de las relaciones
entre los componentes de la biodiversidad o también denominadas interacciones
bióticas, es particularmente importante para la regulación de la polinización, de las
plagas, enfermedades o de especies invasoras, por citar algunos ejemplos
(SEMARNAT/SAGARPA, 2013).

8
Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales y la mayoría se
extinguen por razones que tienen que ver con alguna acción humana. Al respecto
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informacion (INEGI, 2001), en un
estudio con bases metodológicas internacionales, muestra que en 1998 los costos
de deterioro ambiental ascendieron a más de cuatrocientos mil millones de pesos
en México.

3. El maíz nativo y criollo mexicano

México, es considerado uno de los países con mayor diversidad biológica y


cultural a nivel mundial (Bye; 1993) y reconocido como un pilar clave de la
agricultura en el contexto mundial, además de ser el Centro de Origen y
diversificación del maíz (Zea mays ssp. mays), 3 albergando a poco más de
sesenta razas de maíz (Sarukhán; 12, 2013). Estas razas fueron domesticadas en
el área mesoamericana que comprende el centro-sur de México y parte del
territorio de Guatemala, avanzado después a otras dos grandes regiones:
occidente que comprende los estados Jalisco, Michoacan, Colima y Guanajuato y
la región norte conformada por Chihuahua y Durango. Esta diversidad fue
dándose gradual y progresivamente por gran parte del territorio mexicano y
representa no sólo el proceso evolutivo de una planta influenciada por la acción
humana durante aproximadamente 9000 años (Kato, Ortega, Boegue, et. al; 30,
2013), sino que acompaña un proceso cultural de creencias, formas y costumbres,
que perviven hoy en día. El maíz nativo refiere al maíz originario de esta tierra y
las variedades criollas, el importate trabajo milenario de fitomejoramiento que
hasta hoy son reconocidas a los agricultores mexicanos.

Una de las contribuciones más importantes del Centro de diversidad


mesoamericano al mundo es el maíz, es considerado “el gran regalo de
Mesoamérica para el mundo” (Taba, 42; 1995), hasta el día de hoy las 64
variedades mexicanas reconocidas, representan el 29% de las existentes en

3 Nikolái Vavilov, se refiere a los centros de origen como aquellos donde se concentra y conserva
la mayor diversidad genética de una especie vegetal y en los cuales se da la domesticación y
diversificacion de variedades de ella (Kato, Ortega, Boegue, et. al; 26, 2013).

9
América Latina (Anderson 1946, Wellhausen et. al. 1951, Hernández y Alanís
1970, et al. 2000) y son sembradas en 54% de la superficie nacional destinada a
cereales.

En México, el maíz cubre más de la mitad de la superficie cultivada del país; del
total cultivado sólo el 14% se realiza bajo riego, el 86% restante corresponde a
áreas de temporal. Las mayores superficies sembradas con maíz se encuentran
en la zona subhúmeda tropical y en la templada húmeda y subhúmeda. (Kato,
Ortega, Boegue, et. al; 42, 2013) En la actualidad, el 56.4% de la producción total
de maíz mexicano proviene de grandes agricultores, el 43.6% restante se
encuentra a cargo de pequeños agricultores campesinos que cultivan para la
exportación y el autoconsumo en sistemas donde se combinan técnicas
prehispánicas, coloniales y modernas. Aunque alrededor del 90% de la producción
es de maíz blanco y se destina al consumo humano (SAGARPA, 2014), se da en
México, una conservación in situ de la diversidad de maices, es decir, se continua
con el fitomejoramiento en 75% del territorio nacional (Sarukhán, 16; 2014) a
pesar de que existen pocos programas que fomenten el aumento de su
producción. En total existen en México 25 millones de campesinos, el 75.2% de
ellos, vive en la de pobreza o estados de alta marginación (SAGARPA, 2014).

A continuación se presentan las gráficas 1 y 2 de: “La superficie de hectáreas


sembradas” y de “La producción en toneladas” correspondientes al período 1980-
2013. Las gráficas muestran que en el último lustro registrado, se dio una
disminución tanto de la siembra, como de la producción del maíz, a consecuencia
no de la falta de recursos o por la incapacidad del campo mexicano, sino debido a
la desprotección de este sector y al interés del Estado por privilegiar vínculos
comerciales con otros países y/o con empresas monopólicas extranjeras. La
desmejora en la producción de maíz nativo o criollo no es por causa de
imposibilidades nacionales de cualquier índole, sino de intereses económicos
particulares. Tan sólo en 2010, México, incrementó las importaciones un 29.7%, al
pasar de 8.25 millones a 10.7 millones de toneladas importadas, según cifras de la
Agencia de Agricultura de Estados Unidos. En ese mismo año, “el consumo sólo

10
se incrementó 6.78%, de 29.5 a 31.5 millones de toneladas, es decir, los casi dos
millones que se incrementaron las compras al exterior”. (El Financiero, 2015.
Disponible en línea en: www.elfinanciero.com.mx/mercados/ commodities/mexico-
importara-45-del-maiz-que-consumira-en-2014-2015.html).

Gráfica 1.
Sup. Sup. Sembrada
Sembrada 8000000
Año (Ha) 6000000
1980-1984 2719589
4000000
1985-1989 2648365
2000000
1990-1994 4246583 Sup. Sembrada
0
1995-1999 5067352.85 Año
1980-1984
1985-1989
1990-1994
1995-1999
2000-2004
2005-2009
2010-2013
2000-2004 4910911.55
2005-2009 5731161.97
2010-2013 4720428.86
Fuente: elaboracion propia con datos de SAGARPA

Gráfica 2.
Producción
35000000 Producción
30000000
25000000 Año (Ton)
20000000 1980-1984 5151023
15000000
10000000 1985-1989 5871150
5000000 Producción 1990-1994 14011749
0
1995-1999 16898455.1
Año
1980-1984
1985-1989
1990-1994
1995-1999
2000-2004
2005-2009
2010-2013

2000-2004 20885395.3
2005-2009 31292164.5
2010-2013 21742832.5
Fuente: elaboracion propia con datos de SAGARPA

11
4. Problemática del maíz transgénico

La supuesta prueba de que la colaboración entre las ciencias biológicas,


especialmente la genética y la agricultura podrían dar resultados para todos
favorables, fue a mediados del siglo XX, cuando con la llamada revolución verde
se incrementó la productividad agricola global, dando una “solución al hambre del
mundo” (González, 2004). Fue así como en los años 40, se importan las medidas
tomadas durante este periodo y se introduce la tecnología “cientificamente
probada” a México, con la garantía de ser eficiente, pero sin contemplar los
factores sociales que se verían obligadamente implicados para poder hablar del
éxito prometido. Más allá de un bien genuino y humanitario, la introducción de las
primeras generaciones de OGM a México, suponían ganancías sustanciosas para
las empresas transacionales, no para el campesinado y los agricultores
mexicanos. Hoy en día y con la disminicuión de resultados favorables, la
desmejora de la producción y los pocos beneficios para el campo mexicano
después del uso excesivo de agrotoxicos y pesticidas (González, 2004), puede
concluirse que la tecnología milagrosa, sólo ha dado resultados positivos en
ciertos lugares y bajo condiciones climáticas, políticas y sociales particulares.

Pero, ¿qué son los OGM? Los transgénicos son organismos a los que se les
inserta material genético de especies distintas a la que pertenecen, esto mediante
técnicas de ingeniería genética. “Los transgenes son introducidos casí siempre en
tejidos embrionarios o indeferenciados, por lo que estarán presentes en todos los
tejidos adultos y celulas de una planta y se replicarán junto con ésta, generación
tras generación” (Alavez, Alvarez-Buylla, Piñeyro, et al, 67; 2013). Con estas
técnicas de iserción y recombinación genética, se trascienden las barreras
reproductivas que existen entre las diferentes especies. Hay dos líneas principales
de OGM en el mercado, los resistentes a insectos y plantas tolerantes a herbicidas
y la combinación de ambos. El mejoramiento genético por medio de la
trasnsgénesis y el uso del ADN recombinado es completamente distinto al que se
da de manera ordinaria en la naturaleza, ya que en el laboratorio se han

12
recombinado especies, bacterias y virus que nunca se hubieran entrecruzado en
ambientes no intervenidos por el hombre (Alavez, Alvarez-Buylla, Piñeyro, et al,
69; 2013), esto representa un riesgo ya que no se tiene la certeza de las
consecuencias a mediano y largo plazo que tendrá la irrupción recombinante, ya
que una vez que los OGM se encuentran en la naturaleza y bajo condiciones poco
controlables, el flujo génico, la transferencia horizontal, pero sobre todo las
mutaciones pueden ser irreversibles. Hablamos de un efecto impredecible pero
seguro. El aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo, el
resultado de una acción puede incrementar y ser incontrolable, pero es seguro que
algo se transformará de modo incierto. No hay comprobación contundente de los
efectos posibles a partir de la siembra de los granos transgénicos y su liberación
en el medio ambiente; tampoco la hay en relación al consumo humano de estos
granos, esto es porqué se encuentra prohibido experimentar con seres humanos.

Al día de hoy, son más las incertidumbres que los beneficios al pensar en la
introducción regular de OGM en el medio ambiente. En el caso México, se
consume maíz transgénico en un ambiente de desconocimiento, ya que no existe
una legislación que regule la comercialización y el etiquetado de los OGM
importados de otros paises o sembrados en nuestro país; la gente ni siquera sabe
que los productos contiene o derivan de OGM (Alvarez-Buylla, Piñeyro, Turrent, et.
al. 2013).

Por otra parte y de manera aún mas preocupante los intentos de inserción de las
semillas GM de maíz no se presentan desde una lógica de preservación y mejora
ambiental, social y mucho menos económica. Algunos posibles costos pueden ser:
la infertilización de la tierra debido a la tecnología terminator 4 que la degrada
aceleradamente, la descomposición genética de las variedades maíz nativo y
criollo debido a la polinización cruzada, alergias en los trabajadores y
consumidores debido a los pescitidas incertos ya dentro del mismo maíz, así como

4La tecnología Terminator sirve para diseñar plantas que producen semillas estériles. Esto permite
a las corporaciones agrobiotecnológicas controlar por completo la producción de semillas,
impidiendo la recolección de semillas en cada ciclo agrícola para usarlo en el siguiente.

13
la resistencia a antibióticos debido al alto contenido de marcadores genéticos, la
recombinación de virus y bacterias que potencialmente podrían dar origen a
nuevas enfermedades o cepas más patógenas de enfermedades conocidas, la
reducción del contenido nutricional del maíz, el desarrollo de super malezas y
super plagas resistentes, problemas económicos por la desigual distribución de las
ganancias y la monopolización completa de la industria semillera en México,
debido a las patentes legales de este importante grano, entre otros. Respecto a lo
sucedido en México, desde las primeras iniciativas transgénicas del maíz, se
presenta aquí un breve resumen.

En 1997 entra en vigor la Norma Fitosanitaria limitada que sólo regula y define la
siembra de materiales transgénicos a nivel experimental 5 , sin especificar
dimensiones. En esta norma no se habla sobre el manejo de los productos
cosechados y su transporte, ni se contempla la importación de materiales
modificados para consumo directo o para la industrialización. El primer permiso de
siembra del maíz GM en México, fue para la empresa Monsato en 2012 y lo otorgó
las Secretaría de Agricultura y Medio Ambiente (SAGARPA), este permiso dio
oportunidad a la trasnacional para la siembra de maíz amarillo genéticamente
modificado ya en el programa piloto. La superficie para realizar las pruebas piloto
en el estado de Tamaulipas, fue menor a una hectárea. A pesar de que
publicamente AgroBio da cuenta de 67 permisos otorgados para la siembra de
maíz genéticamente modificado en etapa experimental6, en su totalidad, de 2009 a

5 AbroBio México, contempla tres fases para la liberación de OGM en México: a nivel experimental,
en la que se realiza una evaluación a campo abierto de un cultivo agrícola GM en un sitio
específico, cumpliendo varias medidas de seguridad que impiden la dispersión de polen y de
semillas de material vegetativo, para evitar su interacción con especies sexualmente compatibles.
En esta etapa se demuestra la eficacia biológica del atributo biotecnológico y su equivalencia
agronómica en comparación con el material convencional. La segunda etapa corresponde a la
evaluación de un Cultivo GM en una escala semicomercial o fase piloto, en esta etapa el objetivo
principal es evaluar el costo-beneficio de las modificaciones adquiridas en relación a un material
convencional que sirve como comparador. La última etapa corresponde a la comercial, en la que
se da la introducción, internacional y permitida del cultivo agrícola GM, en diversos predios del área
de liberación, con requerimientos específicos y apropiados para la producción comercial.
Disponible en línea en la página: http://www.agrobiomexico.org.mx/index.php?option=com
_k2&view=item&id=31:fases-de-liberaci%C3%B3n&Itemid=34#sthash.ZiKNfXiK.dpuf
6 Disponible en: http://www.agrobiomexico.org.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=52:

autorizan-fase-piloto-para-ma%C3%ADz-transg%C3%A9nico&Itemid=41

14
noviembre de 2013 se entregaron 169 permisos para liberar maíz transgénico a
las empresas Monsanto, Syngenta Agro, Phi México, Dow Agrosciences y el
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional
(Cinvestav) (Disponible en: aristeguinoticias.com/2908 /mexico/se-mantiene-
prohibicion-de-siembra-del-maiz-transgenico). Los permisos permitían la siembra
en 262 hectáreas de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nayarit,
Sinaloa, Sonora y Tamaulipas; la siembra efectiva, de granos modificados se
realizó en 19 hectáreas.

En julio de 2013, argumentando que existía evidencia científica sobre la


contaminación transgénica de maíces nativos en Oaxaca, 53 personas y 20
organizaciones civiles presentaron una Demanda Civil Colectiva contra la Ley de
Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. En octubre de 2013, un
juzgado federal concedió una medida precautoria que prohibía los permisos para
liberar maíz genéticamente modificado, hasta que se resolviera si en efecto, los
OGM dañan el medio ambiente y los derechos de los consumidores. El abogado
del movimiento contra el maíz transgénico, René Sánchez Galindo, explicó que
esta medida tiene efectos en todo el territorio nacional: “Está suspendido en todo
el país todo tipo de transgénicos, o sea no estamos deteniendo un sólo tipo de
transgénicos de una empresa o de un permiso, sino todos los permisos y hasta
ahorita tenemos documentados en el juicio 86 permisos, más de 10 millones de
hectáreas”, dijo (Disponible en: aristeguinoticias.com/2908 /mexico/se-mantiene-
prohibicion -de-siembra-del-maiz-transgenico/).

A pesar de que la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Agricultura,


junto con empresas como Monsanto, promovieron amparos contra la suspensión
de los permisos, el 20 de diciembre de 2013, el magistrado Jaime Marroquín
ordenó la suspensión de 84 permisos para la plantación de maíz, mientras se
decidía si se admitía la demanda colectiva. Al día 5 de julio del presente año y
ganando en su totalidad el juicio, se encuentran suspendidos de manera definitiva
todos los permisos para la siembra de maíz trasngénico en México.

15
4.1 Marco legal y patentes del maíz transgénico en México

El marco legal de los cultivos genéticamente modificados tiene tres instrumentos


básicos: el Protocolo de Bioseguridad (o Protocolo de Cartagena, 2000), que
permite frenar acciones y proyectos que puedan tener cualquier efecto adverso
para la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica; considera
además, los riesgos para la salud humana; la Ley de Bioseguridad de Organismos
Genéticamente Modificados (LBOGM, 2005), la cual, “garantiza” un nivel
adecuado y eficiente de protección de la salud humana, del medio ambiente y la
diversidad biológica (Art. 2, fracc. I); se orienta en “regular las actividades de
utilización confinada, liberación experimental, liberación en programa piloto,
liberación comercial, comercialización, importación y exportación de organismos
genéticamente modificados, con el fin de prevenir, evitar o reducir los posibles
riesgos que estas actividades pudieran ocasionar a la salud humana o al medio
ambiente y a la diversidad biológica o a la salud animal, vegetal y acuícola”7 y por
último, el Reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (RLBOGM, 2012), publicado por AgroBio México, en este documento
se garantiza que la diversidad y utilidad de las aplicaciones de la biotecnología
moderna, en particular de los cultivos GM, “promoverán la creación de un marco
legal que permita el aprovechamiento sustentable de los mismos mediante un
manejo seguro y responsable” (RLBOGM; 2, 2012).

Durante la presidencia de Felipe Calderón y al poco tiempo de ser aprobado, se


eliminó el Régimen de Protección Especial del Maíz (RPEM) 8 en el que se
estipulaba que la Secretaría De Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación (SAGARPA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT) debían promover la conservación de los maíces
mexicanos nativos y de especies relacionadas como los “teocintles”, en sus

7 Cámara de Diputados, Ley de bioseguridad de organismos genéticamente modificados, 19 de


mayo de 2015 consultado en: http://www.conacyt.gob.mx/cibiogem/Documents/Ley_BOGM.pdf
8 www.agrobiomexico.org.mx/index.php?option=com_k2&view=item&layout=item&id=5&Itemid=33

16
regiones de origen y de mayor diversidad; a través de los programas de subsidio u
otros mecanismos de fomento para la conservación de la biodiversidad. Hecho
que abrió las puertas de manera oficial a los transgénicos. Sin embargo, por medio
de los tres instrumentos regulatorios antes mencionados, se logró frenar de
manera legal la siembra de cualquier variedad de maíz modificado genéticamente.

La Secretaría de Salud (SS), ha aprobado el consumo de cinco productos


importados (canola, jitomate, papa, soya y algodón), pero no cuenta con
elementos que le permitan hacer un seguimiento de sus efectos en la salud
humana. A su vez, en la Ley General de Salud se establece que para liberar los
OGM al ambiente, la SS debe expedir una autorización, hecho que se ha
vulnerado ya que según datos de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de
los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), perteneciente al
gobierno federal, de 2010 a 2013 se reportó la liberación “accidental” en México,
de al menos 800 toneladas de maíz amarillo GM, a la fecha, no se han dado
sanciones por dichos descuidos a los responsables de los hechos. Esto rebaza
además al principio precautorio, que establece que:

“Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o


certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de
medidas eficaces, en función de los costos para impedir la degradación del medio
ambiente” (Goldenberg, I.H. y N. Cafferatta; 176, 2003).

La ausencia de evidencia no significa la ausencia de riesgo, en este caso la


evidencia supera al riesgo, ya que estos descuidos pueden repercutir
significativamente en lo económico ya que las semillas GM, se encuentran
patentadas y el encontrar contaminados los campos mexicanos con estas
semillas, supone el cobro de regalias a quien tiene el registro de la patente, en
este caso Monsanto. De las 834 patentes del maíz, 40.8% se concentran en 3
clasificaciones: C12N, A01H y A23L. La red de las patentes de México relacionada
con el maíz muestra un comportamiento homogéneo, concentrándose en un
clúster que corresponde a tres clasificaciones o dos tipos de desarrollos
tecnológicos diferentes que se ensamblan al tener elementos en común.

17
Las líneas tecnológicas que resultaron de la red de patentes corresponden a las
ramas A23L y C12N. La clasificación A01H se encuentra siempre acompañando a
C12N, por lo que estamos hablando de la misma línea tecnológica. Ambas
tendencias tecnológicas representan 40.8% del total de clasificaciones utilizadas
para las patentes relacionadas con el maíz en México.

En las tres clasificaciones observadas dentro de la Red de análisis de patentes del


maíz, corresponden a la A23L, a la C12N y a la A01H

Las clasificaciones A23L, C12N y A01H


A – Necesidades corrientes de la vida.
A23 – Alimentos o productos alimenticios; su tratamiento, no cubierto por otras clases.
A23L – Alimentos, productos alimenticios o bebidas no alcohólicas no cubiertos por las subclases
A21D, A23B y A23J; su preparación o tratamiento y cocción, modificación de las cualidades
nutricionales, tratamiento físico, conservación de alimentos o productos alimenticios en general.

C – Química, metalurgia.
C12 – Bioquímica, cerveza, bebidas alcohólicas, vino, vinagre, microbiología, enzimología,
técnicas de mutación o de genética.
C12N – Microorganismos o enzimas, composiciones que los contienen, propagación, cultivo o
conservación de microorganismos; técnicas de mutación o de ingeniería genética, medios de
cultivo.
A – Necesidades corrientes de la vida.
A01 – Agricultura; silvicultura; cría; caza; captura; pesca.
A01H – Novedades vegetales o procedimientos para su obtención; reproducción de plantas por
técnica de cultivo de tejidos.
Fuente: Cámara de diputados, ley de biodiversidad de OGM 19 de mayo 2015 consultado en:
http://www.conacyt.gob.mx/cibiogem/Documents/Ley_BOGM.pdf

La clasificación A23L se refiere a las patentes relacionadas con el producto del


maíz que no corresponde a desarrollos biotecnológicos, sino a desarrollos en el
alimento como producto o proceso, mientras que las clasificaciones C12N y A01H
se refieren a los productos relacionados con el maíz que corresponden a OGM, ya
sea para el grano o para algún producto parte del proceso de producción de este
grano. Es importante señalar que los primeros 13 titulares de patentes de maíz en
México se reparten 26.21% de las patentes que se tienen en la rama tecnológica.
Corn Products Co, Pioner Hi-Bred International, Monsanto Co., Corn Products

18
Refining Co. cuentan así con el 15.29% de todas las patentes relacionadas con el
maíz en México.

5. Análisis de la problemática del maíz transgénico en México desde una


visión sustentable

En este apartado se realiza un análisis respecto a la problemática de maíz


transgénico en el contexto particular de Mexico, incluyendo los ejes que costituyen
lo sustentable como un modelo, es decir, contemplando algunos de los aspectos
socioculturales, económicos y ambientales, que se verían impactados con la
siembra y distribución ordinaria de maíz GM y productos derivados de maíces
transgénicos.

Los argumentos que viran en contra a la normalización del sistema productivo de


este tipo de productos en nuestro país, hacen énfasis en la obviedad de los
intereses particulares de grandes monopolios trasnacionales, de la manipulación
de la información para no afectar los poderes económicos, acerca del
prevalecimiento del interés económico sobre el bien común o el hecho de que se
ignoren los efectos dados por la aplicación de estas tecnologías sobre las
personas y el medio ambiente. A continuación se presentan en tres grandes ejes
analiticos que responden además a los ejes rectores de la vía sustentable:

5.1 Análisis sociocultural

En el caso de la siembra del MT la pérdida y el daño es grave hablando de valores


socioculturales que exceden todo cálculo. En México el maíz es parte esencial de
la cultura popular mexicana, ya que en el ciclo agrícola se gestan conocimientos,
ceremonias, fiestas que congregan a las comunidades, propician la música y la
danza, las artesanías, platillos especiales y una organización comunitaria que
fortalece el tejido social. Los nuevos procesos económicos y/o sociales que se van
gestando no deben ser impuestos o ser parcialmente beneficos, requieren del
protagonismo de los actores sociales locales de la propia cultura, en una suerte de

19
dialogo entre el lenguaje científico-técnico con el lenguaje popular. El maíz
representa en México un símbolo de identidad, el punto central de su cultura y el
alimento indispensable del día a día, la inserción del maíz GM augura una
modificación radical en la relación que el mexicano tiene con el maíz, desde su
familiaridad con las semillas, el trabajo milenario de fitomejoramiento, en las
formas de siembra y cosecha, así como en la diversidad alimentos que son
preparados con maíz. Además, la expansión de cultivos transgénicos disminuye la
diversidad productiva y afecta el presente y el futuro de las economías regionales;
ya que hay una tendencia al desarrollo de oligopolios en la producción de granos y
de otros productos necesarios para su cultivo, la dependencia se agrava ya que la
producción de granos estériles -como lo son los OGM-, obligaría a los campesinos
a comprarlos para cada temporada de siembra, a las empresas productoras y
dueñas de las patentes.

Respecto a la salud, ante el consumo de maíz transgénico aún no se han


demostrado daños directos a la salud humana pero tampoco lo contrario, sin
embargo existen casos en Argentina en los que se comprueba primero, que la
reducción de perticidas para el cuidado de los OGM no es real y segundo, que los
casos de cancer, enfermedades en la piel, abortos y deformaciones ha aumentado
exorbitantemente a la llegada de la tecnología de recombinante. Hace falta
considerar los aspectos éticos y asegurar una discusión científica y social
responsable, capaz de considerar toda la información disponible.

5.2 Análisis Ambiental

La tecnología de los OGM, representa riesgos para el medio ambiente al ser


insertados de manera antinatural en la naturaleza, y sin la certeza de la reacción
que se dará en el entorno en el que sean introducidos, al no haber pasado por la
prueba natural de la evolución y ser resultado de una técnica reciente y sin
certezas.

20
Estos desarrollos son ventajosos porque en poco tiempo se obtiene gran cantidad de
plantas individuales y con el genotipo ideal y libre de enfermedades, sin embargo,
este enfoqe también tiene las desventajas de la propagación asexual, ya que genera
platas que pueden acúmular mutaciones somáticas (Alavez, Alvarez-Buylla, Piñeyro,
et al, 65; 2013).

Uno de estos posibles riesgos es que pueden afectar a los insectos benéficos
como abejas y las lepidópteras (comunmente conocidos como mariposas), porque
las toxinas Bt 9 de los maices genéticamente modificados, destruye el tracto
digestivo de dichos insectos, dejando ver que la afectación o el exterminio de
especies puede darse con las plagas y con las especies que la consuman o que
cohabiten con ella, la toxina no es selectiva, además, puede acumularse y
persistir en los suelos, afectandolos agresivamente. Otra afectación que se suma
a la anterior, es que pueden surgir plagas de insectos resistentes al Bt y que la
resistencia a la ampicilina del maíz Bt puede ser transferida a organismos
patógenos, incluyendo al ser humano.

Debido a que el maíz es una especie que tiene polinización cruzada y el polen es
transportado por el viento, un alto nivel de flujo genético de maíces transgénicos
producidos industrialmente contaminó -de manera probada- maices del estado de
Oaxaca (Alavez, Alvarez-Buylla, Piñeyro, et al; 2013), esto fue posible debido a la
transferencia horizontal de genes (el material genético introducido, puede
incorporarse en el material genético de otros organismos que se encuentren en el
entorno), lo que al paso del tiempo concluiría en la pérdida en el campo, de los
maíces nativos y criollos que por años han sido adaptados a diversos suelos,
climas y humedades, sin dejar de lado que la contaminación podría darse con los
llamados transgénicos biorreactores, los cuales, producen por sí sólos sustancias
no alimenticias y/o tóxicas como plásticos biodegradables, solventes, proteínas de
uso terapéutico, antidepresivos, entre otros. Claro está que no hay certezas de lo
que ocurriría si este tipo de maices se consumieran cotidianamente por seres
humanos o si durante la trasferencia horizontal puedan producirse daños

9Bacillus thuringiensis: bacteria que habita en el suelo, y que se utiliza como una alternativa biológica
al pesticida.

21
genéticos que deriven en plantas y mazorcas deformes o incluso, causar daños en
el ADN de otras especies, debido a la contaminación genética en plantas nativas,
lo que tendría costos preocupantes en relación a la biodiversidad registrada en
México.

5.3 Análisis Económico

En el ámbito socioeconómico, la repercusión de los transgénicos es compleja y


afecta más a los que menos tienen. La introducción de maíz transgénico
significaría la pérdida de la seguridad alimentaria para los campesinos de “areas
poco productivas” (pero ricas en biodiversificación) y la falta de soberanía
alimentaria en el país. También incrementaría la pobreza, debido a que los suelos
destruidos requieren más aplicaciones químicas, mismas que son producidas y
vendidas por los dueños de las semillas GM (Vivas Esther, 2014). Ya que las
secuencias transgénicas están patentadas, si un agricultor presenta estas
secuencias en su maíz, las que pueden llegar por polinización, las empresas que
tienen la patente pueden demandarlo: de víctimas de la contaminación, a ser
acusados de plagio. Si los empresarios agrícolas creen que aumentarán sus
rendimientos/ingresos, pronto se enfrentarán con estos escenarios:

 México es el principal productor de maíz blanco en el mundo de acuerdo con


datos de ANEC. La coexistencia del maíz blanco y el transgénico no es
compatible, ya que el blanco que se produce es para consumo humano y al
contaminarse con transgénico se deprecia el maíz blanco que es llevado
fuera del país.

 El maíz no se considera la mejor opción para generar agrocombustibles, es por


eso, que los empresarios agrícolas pueden quedarse unicamente con la falsa
espectativa de reconvertir sus sembradíos para ganar más y tener el mercado
asegurado (Disponible en: http://pijamasurf.com/2009/11/puntos-esenciales-
para-entender-la-problematica-del-maiz-transgenico/).

22
 Desquicio del campo y los mercados de alimentos, el agotamiento de la tierra
y las técnicas de policultivo y milpa al volcar todos los recursos a la siembra
de una sola planta. Esto impedirá la imposibilidad de autonomía alimenticia
de las comunidades campesinas e indígenas. El hambre no disminuirá.

Conclusiones

En este mundo globalizado se necesita poner en marcha procesos para el


desarrollo sustentable que permitan el equilibrio entre sociedad y naturaleza. Esto
demanda una nueva visión para el balance entre los objetivos económicos,
sociales ambientales y por la necesidad impostergable de proteger el patrimonio
natural y cultural de México. Es preciso modificar y ajustar las políticas, los
instrumentos, las instituciones y los acuerdos requeridos para enfrentar los retos
de sustentabilidad que plantea este siglo.

Por otro lado, es esencial la actuación del Estado para la existencia de


mecanismos y regulaciones eficaces, que permitan corregir las consecuencias
negativas (externalidades) de distintas decisiones económicas, asegurar la
creación y protección de los bienes públicos ambientales, así como crear las
condiciones para la participación de la sociedad consumidora de maíz, los
productores y los empresarios de éste. Por la magnitud de los cambios actuales,
es fundamental buscar soluciones integrales que consideren las interacciones de
los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales, contemplando a la
ecología integral como una posibilidad sustentable, ya que incorpora las
dimensiones humanas y sociales. Para conservar la variedad cultural y resolver
las problemáticas locales, regionales y nacionales se requiere la intervención
activa de sus habitantes y la inclusión de los elementos socioculturales, para la
toma de decisiones que afecten a la sociedad en general.

Por ello, es prioritario crear una coordinación intersectorial integral de políticas, a


través de un comité contemplado en la Ley de Administración Pública Federal; una
Secretaria de Medio Ambiente que se concentre únicamente en la agenda

23
ambiental; crear también una relación institucional más efectiva entre la autoridad
ambiental, los estados y los municipios y la Secretaria de Hacienda y Crédito
Público (SHCP), así como las instancias gubernamentales responsables, lo cual
permita introducir elementos ecológicos efectivos en los sistemas fiscales y un
programa completo de políticas públicas ambientales con indicadores y evaluación
periódica de resultados, así como el fortalecimiento de la regulación ambiental
aplicable a todos los sectores de la economía.

Como el crecimiento económico tiende a reducir costos, es necesaria una ecología


económica, capaz de obligar a considerar la realidad de manera amplia. Porque la
protección del medio ambiente y la biodiversidad debe constituir parte integrante
del proceso de desarrollo. La crisis del modelo capitalista y del actual sistema
económico pone en jaque a la civilización pero no es ésta la que está en riesgo, el
colapso de esta sistema económico que busca monopolizar el saber para poder
ganar dinero de él, no será la única alternativa para la sociedad al verse colapsado
por él mismo, la sociedad y los saberes ancestrales de la humanidad constituyen
infinitas posibilidades para que lo que hoy conocemos como sociedad, sobreviva y
renueve sus formas de producción y consumo, de manejo de la tierra y de
entendimiento y convivencia con ésta.

Las aplicaciones tecnológicas de la biología molecular y de la genética en la


agricultura y en la industria no debe dar lugar a una indiscriminada manipulación
genética que ignore los riesgos y efectos negativos de estas intervenciones. La
única certeza que los OGM, en particular el maíz GM, puede dar al ser introducido
legal o fraudulenamente en la tierra y la alimentación de los mexicanos, es la
incertidumbre, por tanto, no es un modelo sostenible y bajo esa premisa no es
viable en ningún sentido para México.

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