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Según Ferrari, Papá Enzo tomó el logo de un caballo rojo pintado en el fuselaje

del Conde Francesco Baracca, un piloto de élite de la Fuerza Aérea italiana y un


héroe de la I Guerra Mundial. ... La razón por la que el caballo es negro y no rojo
es porque es una señal de duelo por el piloto muerto.

¿Qué significa el logo de Ferrari? El logotipo de Ferrari y su historia es de lo


más curiosa. Para empezar, su logo tiene mucho que ver con el de su archirrival,
Porsche, pero, además, es muy probable que hoy exista como marca gracias a un
español. Si no te lo crees, sigue leyendo esta historia.

A estas alturas, todo el mundo sabe que Ferrari es el apellido del fundador de la


marca y que su logotipo es un caballo rampante. También es muy probable que
muchos sepan que el origen de ese caballo es alemán, pero seguro que en esta
edición de «qué significa el logo de» descubres muchas cosas que desconocías
del origen de la marca de coches más conocida del mundo.

Ferrari tiene dos logotipos, siempre protagonizados por el caballo encabritado


sobre fondo amarillo (luego veremos su origen). Uno de ellos es rectangular
con el apellido Ferrari y está presente en todos los modelos de la marca (salvo
en el Dino de 1968). El otro es de forma triangular y bajo el caballo están las
iniciales de Scuderia Ferrari; éste sólo se reserva a los modelos más
prestacionales de la marca o de competición y aparece sobre sus costados
delanteros.

Es curioso que dos marcas que son enemigas históricamente, Porsche y Ferrari,
compartan el mismo símbolo en el centro de sus logotipos, un caballo rampante (il
cavallino, como lo llaman los italianos). Este caballo encabritado forma parte del
escudo de la ciudad alemana de Stuttgart, donde se encuentra la sede de
Porsche, y acabó presidiendo los frontales de los Ferrari de una forma muy
peculiar.

En 1923, Enzo Ferrari ganó la carrera celebrada en el circuito de Savio (en


Rávena) y fue invitado a casa de la condesa Paolina Baracca. Parece ser que
Enzo se fijó en un trozo de tela que la dama tenía presidiendo el salón de su casa
y que ésta le pidió que emplease ese símbolo en sus coches para que le trajese
suerte en las carreras. El trozo de tela era una parte del fuselaje del biplano del
hijo de la condesa, Francesco Baracca, abatido durante la Primera Guerra
Mundial, quien, a su vez, lo había tomado prestado del primer avión enemigo que
derribó en la contienda, de un piloto alemán que llevaba el símbolo de su ciudad,
Stuttgart.
En aquellos años, Enzo Ferrari trabajaba para Alfa Romeo y no le permitieron
utilizar este símbolo hasta 1932, en el circuito de Spa, donde ganó la carrera. A
partir de entonces, «il cavallino» e «il Commendatore» (como llamaban sus
empleados a Enzo Ferrari) irían siempre de la mano.

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