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comentador de las carreras de autos

10JUL
Para todo se necesita buen gusto, incluso para el
ámbito de la velocidad. Las carreras de autos han
significado algo top que ahora sugiere nuestras
aspiraciones, y esto ha llegado a ser así gracias a
personajes como Enzo Ferrari.
Conocido como “El comendador”, Enzo Ferrari nos dejó un legado de

buen gusto y pasión por la velocidad. Como creador de una de las

marcas de autos deportivos más emblemáticas que existen, también ha

dejado una herencia valiosa y sofisticada. Pero tal vez no fuera el

hombre que cualquiera pensaría que fue, pues vivió muchas

eventualidades difíciles en el proceso de convertirse en un referente


acaudalado. Entérate sobre estos interesantes datos de su vida a

continuación:

Primeros años de Enzo Ferrari

Foto: Enzo Ferrari en su juventud

La vida de Enzo empezó con un error: nació el 18 de febrero de 1898 en

la ciudad de Módena, Italia; no obstante, el certificado de nacimiento

que se tiene de él, registró el nacimiento el 20 de febrero debido a que

hubo una fuerte nevada que impidió a sus padres informar sobre el
parto en la oficina de registro local el mismo día. Fue el menor de dos

hijos del matrimonio entre Alfredo y Adalgisa Bisbini; su hermano

mayor se llamaba como su padre, Alfredo, pero cariñosamente le decían

“Dino”.

Enzo creció con poca educación formal, pues su familia era muy humilde

y se dedicaba a la fabricación de piezas de metal en un taller familiar en

Carpi. A la edad de 10 años, su padre lo llevó a él y a Dino a una

carrera en el Circuito de Bolonia de 1908, donde atestiguó la victoria

del piloto Felice Nazzaro; desde ese momento, empezó a tener una

inexplicable pasión por las carreras de autos y deseó poder dedicarse a

ellas a tiempo completo en algún momento de su vida.

Durante la Primera Guerra Mundial tuvo que servir en el 3er

Regimiento de Artillería de Montaña del Ejército Italiano, y fue así


como inició un período muy crudo de su vida: en el año 1916, su padre y

su hermano contrajeron la Gripe Española (H1N1) y murieron, al igual

otros 400.000 italianos (esta pandemia mató a alrededor de 40 millones


de personas en todo el mundo; es considerada como la más letal de la

historia). Enzo también contrajo la enfermedad en 1918 y, aunque no

murió, esta lo inhabilitó gravemente y por eso fue dado de baja del

ejército italiano.
Carrera en las carreras
Tras el colapso empresarial de la carpintería familiar a consecuencia de

la pandemia y la guerra, Enzo comenzó a buscar un trabajo,

concentrando sus esfuerzos en el sector automovilístico. Sin haber

tenido éxito en su búsqueda, se ofreció como voluntario en la fábrica

de Fiat que estaba situada en la ciudad de Turín, pero no lo aceptaron y

finalmente se conformó con un trabajo como piloto de pruebas

para Costruzioni Meccaniche Nazionali (CMN), una empresa fabricante

de automóviles de Milán que reconstruía cuerpos de camiones usados

en pequeños automóviles de pasajeros.


Foto: Enzo conduciendo un Alfa Romeo en la carrera de Targa Florio en

el año 1921 |

Su talento y dedicación hicieron que pronto ascendiera a piloto estelar

e hizo su debut en la carrera de montaña Parma-Poggio di Berceto en

1919, donde terminó en cuarto lugar en la categoría donde se

desempeñaba. Participó ese mismo año, específicamente el 23 de

noviembre, en el Targa Florio, pero tuvo que retirarse a mitad del

trayecto después de que el tanque de combustible de su vehículo se

rasgó. No obstante, todo indicaba que el joven Enzo tenía un potencial

indiscutible para el oficio y fue gracias a esto que uno de los fabricantes

de autos de carreras más importantes de ese entonces en Italia, Alfa

Romeo, le puso el ojo.

En 1920, Enzo se unió al departamento de carreras de Alfa Romeo como


conductor y, en 1924, ganó su primera carrera representando a esta

marca: la Coppa Acerbo en Pescara, un éxito que animó a Alfa Romeo a

ofrecerle la oportunidad de participar en competiciones mucho más


prestigiosas.
Foto: Tazio Nuvolari al volante de un antiguo modelo Alfa Romeo. Enzo

Ferrari es el que está sentado en el asiento trasero, hacia el lado

izquierdo de la foto |.

Más que las carreras, la pasión de Enzo eran los automóviles. Se dio

cuenta de esto cuando varios episodios en su vida le hicieron bajar

mucho su rendimiento en la pista: el primero de estos eventos fue la

muerte de su amigo, el piloto Antonio Ascari, en el año 1925, y, el


segundo, fue el nacimiento de su hijo Dino en el año 1932, que fue la

excusa perfecta para abandonar las carreras, pues éstas no le dejaban

suficiente dinero para poder ocuparse de su nueva familia. Así fue

como decidió centrarse en la gestión y el desarrollo de automóviles de

carrera y, finalmente, formó un equipo de más de cuarenta pilotos,

incluidos Giuseppe Campari y Tazio Nuvolari, al que llamó Scuderia

Ferrari en el año 1929 y que actuó como una división de carreras para

Alfa Romeo; de esta forma se consolidaría el inicio de una de las marcas

más emblemáticas de la industria automotor en el mundo.

• DATO: Cuando Enzo tenía 20 años, el veterano


piloto Francesco Baracca le regaló un collar con un
emblema de caballo encabritado (levantado de las patas
traseras) antes de su último despegue, pues este sería
derribado por un avión austríaco en plena Primera Guerra
Mundial. Baracca se convirtió en un héroe de la aviación
italiana y, en memoria de su muerte, Enzo utilizó el
emblema del caballo para marcar sus autos. Inicialmente
exhibido en los Alfa Romeo de su creación, el escudo fue
visto por primera vez en un Ferrari en el año 1947.
De la pequeña fábrica de
repuestos a la rivalidad con Alfa
Romeo
En 1937, la Scuderia Ferrari se disolvió y Enzo regresó al equipo de

carreras de Alfa Romeo; la empresa había decidido recuperar el control

total de su división de carreras, conservando a Enzo como su Director

Deportivo, para evitar a toda costa que desencadenara su potencial en

solitario y pudiera convertirse en un aguerrido competidor.


Foto: El dictador italiano Benito Mussolini al volante de un Alfa Romeo, y

con él todo el equipo de la escudería. De derecha a izquierda serían:

Decimo Compagnoni (mecánico), Enzo Ferrari, Prospero Gianferrari

(ejecutivo de Alfa Romeo), Tazio Nuvolari, Achille Varzi y Rudolf

Caracciola | vía Wikipedia.

Como Enzo tenía tiempo dándose cuenta del plan de Alfa Romeo, su

relación con la empresa comenzó a tensarse cada vez más. Después de

un desacuerdo con el Director General, Ugo Gobbato, terminó por

abandonar Alfa Romeo de una forma poco amigable en 1939 y

fundó Auto-Avio Costruzioni, una empresa de suministro de repuestos

y piezas para autos de carreras. Aun cuando las cláusulas de su contrato

le impedían participar en carreras o en el diseño de automóviles de

carreras durante cuatro años, Enzo fabricó dos automóviles para

la Mille Miglia de 1940, que fueron conducidos por Alberto Ascari (el

hijo de su fallecido amigo Antonio) y Lotario Rangoni.

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impulsar marcas.
• DATO: Aunque con el estallido de la Segunda Guerra
Mundial en 1939, la fábrica de Ferrari se utilizó para
producir material para el ejército italiano, no se tienen
referencias de que Enzo fuera un militante fascista; esto
fue así porque, al igual que en la Alemania Nazi, los
empresarios estaban obligados a colaborar con el ejército,
estuvieran de acuerdo o no con el régimen. Cuando ocurrió
el bombardeo aliado, la fábrica de Ferrari fue destruida y
tuvo que mover sus operaciones a la ciudad de Maranello.

Enzo decidió luchar incansablemente contra Alfa Romeo para mermar

su poderío en el ámbito de las carreras. El debut de su equipo en las

pistas descubiertas tuvo lugar en Turín en 1948 y la primera victoria se

produjo a finales de año en la carrera de Lago di Garda. Aunque la

primera gran victoria se produjo en la carrera de las 24 Horas de Le

Mans de 1949, con su modelo 166M conducido por Luigi Chinetti.


Foto: Enzo en el Autódromo Nacional de la ciudad de Monza, en 1953. A

su derecha, el piloto de la Scuderia Ferrari, Mike Hawthorn | vía Wikipedia.

Conquistando la Fórmula 1
Las carreras de la Fórmula 1 fueron creadas en el año 1950 como

consecuencia de una unificación de varios campeonatos internacionales

por la también recientemente creada Federación Internacional del

Automóvil. Ese mismo año de su creación, la participación de las

Scuderia Ferrari estuvo garantizada, aunque el primer lugar fue para el

piloto italiano Giuseppe Farina de Alfa Romeo.

La Scuderia Ferrari ganó su primer Gran Premio con José Froilán

González en el circuito Silverstone de la Fórmula 1, en el año 1951

(aunque llegó al tercer puesto del ranking final). La historia cuenta

que Enzo lloró como un bebé cuando su equipo finalmente derrotó al

poderoso Alfetta 159; se había cumplido el peor temor de Alfa Romeo,

pues Ferrari se estaba convirtiendo en su peor adversario, y eso se hizo

más evidente al año siguiente cuando el piloto Alberto Ascari se hizo

con el campeonato en nombre de la Scuderia.

No obstante, viendo que cada vez tenía que esforzarse más para poder

ganar y, por tanto, invertir más para mejorar sus autos en materia de
velocidad y seguridad, Enzo comenzó a evaluar la posibilidad de vender

sus autos deportivos. Esta estrategia también le permitiría no sólo

optimizar sus participaciones en la Fórmula 1 sino en otras carreras

importantes como la Mille Miglia y Le Mans, entre otras, de manera de

tener una importante presencia en todos lados.

De hecho, la decisión de Ferrari de continuar compitiendo en Mille

Miglia le dio a la compañía un mayor reconocimiento público. No

obstante, había un lado negativo asociado a esto, y era la

seguridad cada vez más precaria: el aumento de la velocidad, que se

aunaba a las malas condiciones de las carreteras y la inexistente

protección de multitudes, eventualmente significaron un desastre tanto

para este evento como para Ferrari.


Foto: Ferrari en una prueba de velocidad en el Autódromo Nacional de

Monza, en 1962 | vía Wikipedia.

Durante la Mille Miglia de 1957, cerca de la ciudad de Guidizzolo, un

Ferrari 335S conducido por Alfonso de Portago viajaba a 250 kilómetros

por hora cuando su neumático explotó y lo hizo estrellarse contra la

multitud en el camino, matando al propio Portago, a su copiloto y a 9

espectadores, 5 de los cuales eran niños. Tanto Enzo Ferrari

como Englebert, el fabricante de neumáticos, fueron acusados de

homicidio involuntario en un prolongado proceso penal que finalmente

fue desestimado en 1961.

Un carácter destructivo
Algunos piensan que el éxito hizo mella en la personalidad de Enzo

Ferrari pues, con el paso de los años se volvió un intransigente y

soberbio, lo cual también afectó su estilo de gestión empresarial,

haciéndose cada vez más autoritario e insoportable en todo sentido. A

esto se sumaba el trauma que significó para él la repentina muerte de

su hijo Dino, quien falleció a causa de una distrofia muscular a la edad

de 24 años el 30 de junio de 1956. Este hecho lo amargó muchísimo…


Foto: Cheque firmado por Ferrari por un valor de 2.800.000 liras

italianas |

Pero sus actitudes difíciles comenzaron a ser más notorias a principios

de la década de los 60s, cuando tuvo roces con varios altos gerentes de
su empresa: Girolamo Gardini, Romolo Tavoni, Carlo Chiti, Giotto

Bizzarrini y otros. Ellos terminaron abandonando Ferrari para fundar su

propio fabricante de autos y equipos para carreras, Automobili Turismo


e Sport (ATS); la “gran retirada” se produjo en un momento

especialmente difícil para Ferrari, pues Enzo no parecía darse cuenta de

que su carácter estaba pasando factura a su desempeño como líder.


En 1998, Romolo Tavoni rompió el silencio acerca de este tema y

declaró en una entrevista que él y el resto de las figuras principales de

Ferrari no se fueron por su propia iniciativa, sino que fueron expulsados

después de un desacuerdo con Enzo sobre el papel que tenía su esposa

dentro de la empresa. Dijo: “Nuestro error fue consultar a un abogado y

escribirle una carta, en lugar de discutir abiertamente el asunto con él.

Sabíamos que su esposa no lo estaba haciendo bien. Deberíamos haber

sido capaces de enfrentarlo de otra manera. Convocó a la reunión para

despedirnos, y ya había nombrado inclusive a nuestros sustitutos”.

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No conforme con eso, algunos de los detractores de Enzo cuentan que

él aumentó deliberadamente la presión psicológica sobre sus

conductores, fomentando rivalidades entre ellos y propiciando una


atmósfera de competencia intensa, pues creía que eso “produciría

mejores resultados”, dijo el piloto Tony Brooks. “Esperaba que un

conductor fuera más allá de los límites razonables… Puedes conducir al


máximo de tu capacidad, pero una vez que comienzas a prepararte para

hacer cosas que no sientes dentro de tus capacidades, resulta estúpido”.

Durante los últimos años de la década de los 60s, siete conductores de

Ferrari murieron mientras competían y, aunque ese alto número de


muertos no era necesariamente inusual en el automovilismo de aquel

entonces, se cree que la presión que Enzo ejercía en sus pilotos era un

factor determinante en ese sentido. De hecho, el

periódico L’Osservatore Romano se hizo eco de los rumores que

entonces corrían sobre el carácter de Enzo y lo comparó con el dios

Saturno, que “consumió a sus propios hijos”.

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Vendiendo el alma al Diablo


A finales de la década de 1960, el aumento de las dificultades

financieras y la necesidad de cumplir con los nuevos requisitos de

seguridad y emisiones de aire limpio para la producción y desarrollo de

automóviles deportivos, hicieron que Enzo comenzara a buscar

urgentemente un socio comercial; fue entonces cuando apareció el

enorme Grupo Fiat, el monopolista de la industria automotriz en Italia

que llevaba tiempo detrás de Ferrari y de otras marcas especializadas en

autos deportivos.

En 1965, Enzo vendió el 10% de su compañía al Grupo Fiat y,


posteriormente, en 1969, le vendió otro 40% más con la condición de
que le permitieran tener el 100% del control sobre las operaciones
referentes a las carreras; además, Fiat tendría que pagarle una
considerable subvención hasta su muerte por el uso de sus plantas de
producción en Maranello y Módena. Ya para finales de los años 80s, la
participación de Fiat sobre Ferrari sería de un 90%, un porcentaje que
aún hoy mantiene.
• DATO: Anteriormente, en 1963, Enzo le había ofrecido a
Ford la oportunidad de comprar Ferrari en su totalidad por
18 millones de dólares, pero como el fabricante de autos
estadounidense no estaba dispuesto a darle a Enzo la carta
abierta en las actividades relacionadas con las carreras que
quería, la negociación no se concretó.

Datos curiosos sobre la vida


personal de Enzo Ferrari
• Sólo se casó una vez, con Laura Garello. El matrimonio tuvo
un hijo, Alfredo (Dino), a quien Enzo llamó así en memoria
de su padre y su hermano fallecidos.
• Tuvo una amante, Lina Lardi, con quien procreó a su
segundo hijo, Piero. Este último no pudo ser reconocido
por Enzo hasta 1978, cuando Lina murió, debido a
dificultades legales que se les ponía a quienes concebían
hijos fuera del matrimonio en la Italia de antes de los 80s.
• Llevó una vida bastante reservada y discreta; rara vez
concedió entrevistas.
• Fue relativamente austero, a pesar de que su actividad en
el mundo de las carreras le dejó buenos dividendos.
Aunque no existe una estimación acerca de la fortuna
personal que llegó a tener en vida (algunas fuentes indican
que podría haber rondado los 100 millones de dólares), sí
se sabe que su hijo Piero, único heredero de aquel 10% de
la marca que aún pertenecía a la familia, se convirtió en
multimillonario después de la Oferta Pública Inicial de
Ferrari que se llevó a cabo en 2015; obtuvo una cantidad
en efectivo de 1.140 millones de dólares.
• No le gustaba viajar. Raramente salió de Módena y
Maranello las veces que vivió en esas ciudades, excepto
cuando tuvo lugar el Gran Premio Anual de Italia en las
afueras de Milán, o cuando viajó a París en 1982, también
por motivos de trabajo.
• Murió el 14 de agosto de 1988 en Maranello, a la edad de
90 años. Su muerte no se hizo pública hasta dos días
después por petición propia, se cree que con la intención
de compensar el registro tardío de su nacimiento.

Frases célebres de Enzo Ferrari


1. «Detrás del éxito hay algo terrible. Los italianos lo perdonan todo: los
ladrones, los asesinos, menos el éxito».
2. «Nunca agaches la cabeza, mira siempre bien alto ganes o pierdas».
3. «En las ideas es en donde reside nuestra fuerza y tanto mejor si las
sostenemos con obstinación».
4. «Nunca me he tenido por ingeniero o inventor, solamente me considero
un promotor y agitador de ideas».
5. «Ningún hombre será el mejor si no tiene fuego en la sangre».
6. «La voluntad obstinada de perseguir una ambición propia es
verdaderamente una fuerza que puede hacer superar obstáculos».
7. «La victoria más bella es siempre la próxima».
8. «Vencer es bello, pero combatir es mucho mejor».
9. «Cuando usted compra un Ferrari, está pagando por el motor. El resto se
lo doy gratis».
10. «Un Ferrari es un sueño para los pocos afortunados que lo tienen y
también para la mayoría de las personas que no».
11. «La aerodinámica es para los fracasados que no saben hacer motores».

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