Abuso de Poder en la Iglesia / GIOVANNI CUCCI | 1

Un tema mayormente inexplorado

La Iglesia ha tratado repetidamente el tema del abuso, incluso en los últimos tiempos, tanto
en términos de reflexión como de medidas y protocolos operativos [1] . Sin embargo, la
relevancia del tema se ha relacionado principalmente con el abuso sexual y psicológico de
menores por parte de los ministros de la Iglesia, especialmente los sacerdotes. Estos son sin
duda aspectos predominantes, pero ciertamente no exhaustivos.

Un tema que hasta ahora no ha recibido suficiente atención es el abuso dentro de las
congregaciones de mujeres. En su mayoría no toma la forma de violencia sexual y no
concierne a menores; sin embargo, esto no significa que sea menos importante y tenga
consecuencias significativas. Por experiencia pastoral y por las conversaciones que hemos
tenido, se trata principalmente de abuso de poder y conciencia.

La fascinación del poder en las congregaciones de mujeres.

El viento de renovación suscitado por el Concilio Vaticano II y el magisterio posterior no se

experimentó de la misma manera en las diversas congregaciones religiosas. Algunos han
creado una actualización y reforma difícil pero efectiva; otros, por otro lado, han fracasado
en este fin, ya sea por falta de fuerza o porque están convencidos de que las prácticas
practicadas hasta ahora podrían constituir el modo ideal de gobierno. La historia
desafortunadamente enseña que sin un esfuerzo de confrontación y búsqueda de nuevos
caminos, uno corre el riesgo de perder la frescura del carisma, comenzando un declive lento
pero imparable.

También debe agregarse que la dinámica de la vida religiosa femenina resulta ser muy
diferente de la masculina en varios aspectos. Los estudios y las numerosas posibilidades
pastorales de quienes recibieron las Órdenes les permiten a los religiosos varones vivir una
vida fraterna y votos religiosos con mayor apertura y autonomía.

Además, la respuesta vocacional y el entusiasmo que una mujer joven percibe al comienzo
de su viaje no siempre permite evaluar con precisión la diferencia entre los diversos
institutos religiosos; El impulso hacia adelante y una cierta inconsciencia típica de aquellos
que están al comienzo del viaje a veces están tristemente soldadas con la capacidad de
algunos superiores, capaces de identificar almas generosas, pero también vulnerables a la
manipulación. Lentamente, la fidelidad al carisma se convierte en lealtad hacia los gustos y
preferencias de una persona en particular, quien decide arbitrariamente quién puede o no
aprovechar las posibilidades educativas o de estudio, considerada una forma de premio
otorgado a los más fieles y dóciles, a costa de quien expresa un pensamiento diferente. De

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ahí las formas de chantaje para lograr una administración de energía ilimitada.

Estas son situaciones lamentablemente conocidas y generalizadas, hasta el punto de haber

sido mencionadas públicamente en el dicasterio papal. En una entrevista con la
revista Women Church Mondo , tarjeta. João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para
los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, se expresó
claramente: «Hemos tenido casos, afortunadamente, de superiores generales que, una vez
elegidos, ya no renunciaron a sus cargos. Eludieron todas las reglas. Incluso se quería
cambiar las constituciones para seguir siendo superior general hasta la muerte. Y en las
comunidades hay religiosos que tienden a obedecer a ciegas, sin decir lo que
piensan. Muchas veces tenemos miedo, en el caso de las mujeres aún más, tenemos miedo
de la superior. En la verdadera obediencia, por el contrario, es necesario decir lo que el
Señor sugiere en su interior, con coraje y verdad, para ofrecer al superior más luz para
decidir » [2] .

La situación de algunas comunidades religiosas.

Sugiere que en el contexto cultural actual, donde la autoridad parece ser impopular y una
fuente de estrés (hasta el punto de que varios superiores importantes de las Congregaciones
masculinas están pidiendo un cambio por adelantado), en algunos Institutos femeninos se
nota la tendencia opuesta, extender el mandato recibido a cualquier costo.

En una Congregación (actualmente en comisión) la misma monja fue consejera general

durante 12 años, luego superiora general durante 18 años, y logró ser elegida vicaria
general nuevamente, «pilotando» el capítulo, para continuar gobernando de hecho en los
años siguientes.

Tal situación plantea la cuestión de si el gobierno se considera una forma de garantizar los
privilegios excluidos a otros miembros, como, por ejemplo, en el caso en cuestión, confiar a
las comunidades a los miembros de la familia y parientes, que están alojados y atendidos
gratuitamente, «prescribiendo» a los religiosos enfermeras, que ciertamente no están en
condiciones de hacer lo contrario. En algunos casos, los miembros de la familia también
fueron enterrados en la tumba de la congregación. Los jóvenes religiosos, en su mayoría
extranjeros, registran así el mensaje de que el poder es un atajo que facilita los favores
también para los miembros de la familia y que el imperativo de «dejar a padre y madre» solo
les concierne.

En otro instituto, la superior, sin consultar a nadie, llevó a su madre a la comunidad de

monjas hasta su muerte, y también le permitió compartir espacios comunitarios durante

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unos veinte años. Todos los veranos dejaba la comunidad para llevar a su madre de
vacaciones.

Ser superior parece garantizar otros privilegios exclusivos, como aprovechar la mejor
atención médica, mientras que una monja simple ni siquiera puede acudir al oftalmólogo o
al dentista, porque «tiene que ahorrar dinero». Lamentablemente, los ejemplos se refieren a
todos los aspectos de la vida cotidiana: desde la ropa hasta la posibilidad de tomarse unas
vacaciones, tener un día de descanso o, más simplemente, salir a caminar, todo debe pasar
por la decisión (o capricho) de la misma persona. Si se solicita una prenda pesada, se debe
esperar la resolución del Consejo, o la solicitud será rechazada «por razones de
pobreza». Finalmente, algunas monjas recurrieron a miembros de la familia.[3].

Estos son ejemplos que pueden parecer desconcertantes y poco creíbles para quienes viven
en congregaciones masculinas, y frente a los cuales uno simplemente puede
sonreír. Desafortunadamente para algunas monjas, esta es la realidad cotidiana: una
realidad que en su mayor parte no pueden dar a conocer, porque no saben a quién recurrir
o por temor a represalias.

Incluso la gestión de activos de un Instituto como propiedad personal es otra clave dolorosa
de algunas Congregaciones femeninas, donde la complicidad entre el superior general y el
tesorero (también de por vida, a pesar de los límites de edad) termina permitiendo Control
completo de los bienes.

Como en la historia La materia de Giovanni Verga, todo termina concentrándose en las

manos de una persona (que hace de la Congregación un negocio familiar, contratando
personas sin competencia, pero con quienes tiene vínculos de parentesco), a pesar de las
prescripciones del derecho canónico. y las reglas del propio Instituto: dado que el superior
general es la instancia suprema, nadie puede verificar la gravedad de la situación. A
expensas de los que vienen después, especialmente las hermanas menores.

Un mensaje elocuente

¿Qué idea de la vida religiosa se comunica en estos casos? Evidentemente, gobernar es

sinónimo de privilegio, a expensas de los más débiles. Estos mismos Institutos ya no han
tenido vocaciones en Italia por más de 50 años. ¿Será una coincidencia? Por supuesto, las
vocaciones están en declive, pero ¿por qué otras tierras y otras comunidades experimentan
continuidad en este sentido?

En cualquier caso, la falta de vocaciones no parece haber planteado ninguna pregunta al

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respecto, ni ha planteado la necesidad de dar vida a una vocación pastoral actualizada,

aprovechando al máximo los carismas de las hermanas más capaces. Contrariamente a las
pautas expresadas por la Iglesia durante muchos años, la práctica de importar vocaciones
de otros países se sigue practicando, empleando a mujeres jóvenes como «puntos
intermedios», en lugar de garantizarles una mejor formación [4] . La mayoría de los recién
llegados no tienen la oportunidad de defenderse, tanto por la dificultad del idioma como por
la incapacidad absoluta de orientarse fuera de la casa religiosa de la que generalmente no
pueden salir y que, en lugar de como comunidad, es experimentada como una prisión

Tarjeta. João Braz de Aviz también recuerda casos de abuso sexual sufrido por los novatos
por parte de los formadores; una situación más rara que las Congregaciones masculinas,
pero quizás, precisamente por esta razón, aún más grave y dolorosa. Y también espera en
este campo el coraje para aclarar y proteger a los más débiles como una misión propia de la
Iglesia [5] .

La tragedia de quienes abandonan la Congregación.

Lo anterior, aunque anónimo, desafortunadamente es la dolorosa realidad diaria para

algunas religiosas. Una situación que también había sido claramente reconocida en el
magisterio. El documento para vino nuevo odres nuevosAl hacer un balance de la situación
de la vida religiosa posconciliar, no deja de señalar situaciones problemáticas debido a la
falta de confianza y dependencia para todo: «Quienes ejercen el poder no deben fomentar
actitudes infantiles que puedan conducir a un comportamiento
responsable». Desafortunadamente, debe reconocerse que tales situaciones son más
frecuentes de lo que uno está dispuesto a aceptar, y en mayor evidencia en los Institutos de
la mujer. Esta es una de las razones que parece motivar numerosos abandonos. Para
algunos, son la única respuesta a situaciones que se han vuelto insoportables » [6] .

Pero incluso el momento del abandono de la vida religiosa, ya difícil y doloroso en sí mismo,
trae consigo más sufrimientos, en su mayoría desconocidos para los que pertenecen a las
Congregaciones masculinas. Tarjeta. de Aviz mencionó la trágica condición en la que se
encuentran estos religiosos: en muchos casos no han recibido ninguna ayuda, sino que han
intentado en todos los sentidos evitar que encuentren alojamiento [7] .

El problema se ha vuelto tan grave que el Papa Francisco ha decidido construir una casa
para aquellos que, especialmente los extranjeros, no tienen a dónde ir. «Fui, dijo el
cardenal, a visitar a estas ex monjas. Allí encontré un mundo de heridas, pero también de
esperanza. Hay casos muy difíciles, en los que las superiores han guardado los documentos
de las monjas que deseaban abandonar el convento o que habían sido expulsadas. Estas

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personas entraron al convento como monjas y se encuentran en estas condiciones. También

ha habido algún caso de prostitución para mantenerse al día. ¡Son ex monjas! Las monjas
scalabrinianas se han encargado de este pequeño grupo. Pero algunos casos son realmente
difíciles, porque nos enfrentamos a personas heridas con quienes debemos reconstruir la
confianza. Debemos cambiar la actitud de rechazo, la tentación de ignorar a estas personas,
para decir «ya no es nuestro problema». Y luego, a menudo estas ex monjas no están
acompañadas de ninguna manera, no se dice una palabra para ayudarlas … todo esto debe
cambiar absolutamente »[8].

Algunas monjas permanecen en su Instituto solo porque no ven otra posibilidad de vivir de
manera diferente, no conocen la ciudad, el idioma, no han podido obtener ninguna
calificación. Una situación de chantaje psicológico que despierta gran tristeza. Otros, sin
embargo, a pesar de haber dejado la Congregación, no han dejado de lado el deseo de
consagrarse al Señor, sino que están buscando una manera que pueda respetar su dignidad.

Llama la atención cómo algunas formas de consagración que permiten un mayor espacio de
libertad a quienes le pertenecen, como el Ordo Virginum , registran un número cada vez
mayor de adherencias. En varios casos, son ex religiosos que han abandonado su Orden a
menudo por las razones mencionadas anteriormente. Buscan una autonomía y una
coherencia de la vida que no sea incompatible con la consagración (poder salir, realizar una
actividad pastoral, estudiar, enseñar), una autonomía que les ha sido negada. Esto también
constituye un mensaje que no se puede ignorar sobre el futuro de la vida religiosa femenina.

Dar voz a los que no tienen voz

La cuestión del abuso incluye múltiples aspectos de diversa gravedad, pero que deben
tenerse en cuenta por igual para que la voz de la Iglesia continúe siendo creíble. Tratar
estos casos ciertamente no significa reducir la realidad de la vida religiosa femenina a
esto. Nadie niega el papel y la importancia del trabajo realizado por tantos religiosos al
servicio de los más pequeños, tales como, pero solo para permanecer en el tema, el
ministerio de las monjas escalabrinianas mencionadas anteriormente, y tampoco desea
poner en la misma bolsa cada conducta y estilo de autoridad en las órdenes de las
mujeres. Por el contrario, precisamente la detección de estos diferentes estilos puede ser de
ayuda para promover formas de consagración cada vez más imbuidas con el nuevo vino del
espíritu evangélico. Y al mismo tiempo para asumir el gran sufrimiento, en el nivel
emocional, psicológico y espiritual, que la traición de tal espíritu conlleva para muchos. Los
jóvenes que con entusiasmo dejaron todo para seguir al Señor ahora se encuentran solos,
abandonados y en muchos casos desesperados, en una situación de desierto emocional,
relacional y profesional. ¿Estas almas atrapadas a qué redil pertenecen? ¿Quién responderá

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a su grito de ayuda?

Para un sacerdote, la ordenación y los estudios completados siguen siendo una garantía de
encontrar apoyo y una posibilidad de incardinación que están excluidos de un
religioso. ¡Qué distante está todo esto de la carta con que el Papa Francisco los dirigió al
Sínodo sobre los jóvenes! En el pasaje final recordó la recomendación de San Benito a los
abades «de consultar también a los jóvenes antes de cualquier elección importante, porque»
a menudo es precisamente para los más jóvenes que el Señor revela la mejor solución
«» [9] .

¡Y cuán distante también está de la característica de la vejez, de estar preparado para el

encuentro con el Amado! Tarjeta. Carlo Maria Martini señaló a este respecto: «Hay al
menos dos tipos de adultos: los que se dejan llevar por el torbellino de compromisos y los
que saben cómo tomarse el tiempo para madurar sus principios. Solo este último merece
completamente el título de adulto. Cuanto más se crece en responsabilidad, más momentos
de retirada y silencio son necesarios […]. Luego está la etapa de depender de otros, de lo
que nunca desearíamos, pero que viene, para lo cual debemos prepararnos » [10] .

Cuando, por otro lado, uno se adhiere a un lugar que está demasiado ocupado, surge la
duda de que ya no espera nada de la vida: es un mensaje de nihilismo práctico. El Papa
Francisco observa con tristeza el cierre hacia el futuro por parte de sacerdotes y religiosos /
y apegado a su papel, incapaz de delegar, de dar espacio, de preparar a alguien después de
ellos: «Están contentos con tener algún poder y prefieren ser generales de ejércitos
derrotado en lugar de meros soldados de un escuadrón que continúa luchando. ¡Cuán a
menudo soñamos con planes apostólicos expansionistas meticulosos y bien diseñados,
típicos de los generales derrotados! [11] .

Por estas razones también, el documento Per vino Nuovo otri nuove espera el desarrollo de
reglas generales para «mitigar los efectos a mediano y largo plazo de la práctica
generalizada de cooptar a los roles de responsabilidad de los miembros de los gobiernos
generales anteriores. En otras palabras, regulaciones que impiden el mantenimiento de
oficinas más allá de los plazos canónicos, sin permitir el uso de fórmulas que realmente
eluden lo que las normas intentan evitar «(n. 22).

Por lo tanto, no solo se trata de tratar casos tan dolorosos, aunque esto sigue siendo una
tarea prioritaria e indispensable, sino también de preparar intervenciones efectivas para
verificar y supervisar la forma en que se ejerce el gobierno, para que estos abusos no
vuelvan a ocurrir y puedan ofrecerse a aquellos que desean consagrarse al Señor una forma
más evangélica de vivir la autoridad y la vida fraterna.

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La gran atención reservada a los abusos cometidos contra menores no debe impedirnos
dedicar una atención adecuada a estas situaciones, incluso si no recibirán la misma protesta
de los medios: incluso en este caso, se trata de dar voz a aquellos que no tienen voz.

Copyright © 2020 – La Civiltà Cattolica

Reproducción reservada

***

ABUSOS DE AUTORIDAD EN LA IGLESIA. Problemas y desafíos de la vida religiosa

de las mujeres.

La Iglesia ha tratado en varias ocasiones el tema del abuso, tanto a nivel de reflexión como
de medidas y protocolos operativos. Sin embargo, el problema se ha referido principalmente
al abuso sexual y psicológico de niños por parte de ministros de la Iglesia, especialmente
sacerdotes. Si bien reconoce su importancia y seriedad, aún no se ha prestado suficiente
atención al abuso dentro de las congregaciones de mujeres. Generalmente no toma la forma
de violencia sexual y no involucra a menores; sin embargo, no es menos importante y tiene
consecuencias significativas. Según la experiencia pastoral y las conversaciones mantenidas
a este respecto, es principalmente un abuso de poder y conciencia. El artículo presenta
algunas de las situaciones y preguntas que esto plantea con respecto al futuro de la vida
consagrada de las mujeres.

***

[1] . Vea las últimas contribuciones publicadas sobre este tema por la revista: F. Lombardi,
«Hacia la reunión de obispos sobre la protección de menores» , en Civ. Catt. 2018 IV
532-548; Id., «Después de la reunión sobre» La protección de los menores en la Iglesia «» ,
en el 2019 II 60-73; Id., «Protección de menores. Los pasos del Papa hacia adelante después
de la reunión de febrero de 2019 » , ibid. 2020 I 155-166; y finalmente, el abuso
de monografías , la serie «acentos» de La Civilta Cattolica (junio de 2018). Para una
descripción general, vea G. Cucci – H. Zollner, Iglesia y pedofilia. Una herida abierta. Un
enfoque psicológico-pastoral , Milán, Anchor, 2010.

[2] . R. Ferrauto, «Debemos cambiar. Vocaciones y abandonos, autoridad, bienes, relación

hombre-mujer, abuso … Una entrevista completa con el prefecto João Braz de Aviz »,
en Donne Chiesa Mondo , n. 85, febrero de 2020, 17. Esta situación también se describe
elocuentemente en el documento Para vino nuevo en odres nuevos : «Con la parresía
evangélica debemos ser conscientes de que en algunas congregaciones de mujeres existe la

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perpetuación de los cargos. Algunas personas permanecen en el gobierno, aunque con

diferentes funciones, durante demasiados años «(Congregación para los Institutos de vida
consagrada y las Sociedades de vida apostólica, Por vino nuevo, odres nuevos. Desde el
Vaticano II, la vida consagrada y los desafíos aún están abiertos. Orientaciones 6 de enero
de 2017, n. 22).

[3] . Estas situaciones también se mencionan en el documento antes mencionado Para vino
nuevo, odres nuevos : «Todavía queda mucho por hacer para fomentar modelos
comunitarios que sean convenientes para la identidad femenina de las mujeres consagradas
[…]. Ninguna hermana debe ser relegada a un estado de sujeción, que desafortunadamente
ocurre con frecuencia […]. Esté atento a que la brecha entre las mujeres consagradas que
sirven en la autoridad (en varios niveles) o que tienen la tarea de administrar bienes (en
varios niveles) y las hermanas que dependen de ellas no se convierte en una fuente de
sufrimiento por la disparidad y autoritarismo «(n. 40).

[4] . «Si en una época no muy lejana hubo quienes se engañaron a sí mismos para resolver
la crisis vocacional con opciones cuestionables, por ejemplo,» importando vocaciones «de
otros lugares (a menudo erradicando su entorno), hoy nadie debería engañarse a sí mismos
para resolver la crisis vocacional al eludirla, porque el Señor continúa llamando en cada
Iglesia y en cada lugar «(Obra pontificia para las vocaciones eclesiásticas, Nuevas
vocaciones para una nueva Europa , Documento final del Congreso sobre las vocaciones al
sacerdocio y la vida consagrada en Europa, 1997, n. 13 c ) Una advertencia que,
lamentablemente, en estos casos es completamente rechazada.

[5] . “Se nos han reportado nueve casos en una congregación. Este fenómeno que afecta la
esfera femenina se ha mantenido más oculto. Pero sale a la luz. Tendrá que salir. Muchas
veces la madurez en el campo afectivo y sexual es débil, es relativa. Si llegan acusaciones,
damos la bienvenida y comenzamos a discernir. Muchas cosas son ciertas, muchas no lo son,
pero no ocultamos ningún problema. El Papa nos pide transparencia total «(R. Ferrauto,»
Debemos cambiar … «, cit., 18). En la misma entrevista, el cardenal mencionó el grave
problema del abuso sexual cometido por los sacerdotes contra las mujeres religiosas, un
tema que también está en gran parte inexplorado. Para más información, vea A.
Deodato, me gustaría levantarme de mis heridas. Mujeres consagradas y abuso sexual ,
Bolonia, EDB, 2016.

[6] . Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida
apostólica, Para vino nuevo, odres nuevos … , cit., N. 21; cf. 39)

[7] . La lata. 702 del Código de Derecho Canónico establece: «Quienes abandonen

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legítimamente el instituto religioso o hayan sido dados de baja legítimamente de él no

pueden exigir nada del instituto por ninguna actividad que realicen» (n. 1). Pero agrega
inmediatamente después: «Sin embargo, el instituto debe observar la equidad evangélica y
la caridad hacia los religiosos que se separan de él» (n. 2).

[8] . R. Ferrauto, «Bisogna cambiare …», cit., 17.

[9] . Regla de San Benedetto III, 3; Francisco, Carta a los jóvenes con motivo de la
presentación del Documento preparatorio de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo
de los Obispos , 13 de enero de 2017.

[10] . CM Martini, Las edades de la vida , Milán, Mondadori, 2010, 191; 193

[11] . Francesco Synodal Evangelio Apostólico alegría , 24 de diciembre de 2013, n. 96)

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