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Larry Yévenes sj
Centro de Espiritualidad Ignaciana
Larry Yévenes SJ. Master of Science en Pastoral
Counseling (Loyola Maryland University, EE.UU).
Fue Director del Centro de Espiritualidad Ignaciana.
En la actualidad es director del Diplomado en
Acompañamiento Psicoespiritual (Universidad Alberto
Hurtado), integra el Consejo nacional de prevención
de abusos sexuales y acompañamiento de víctimas de
la Conferencia Episcopal de Chile y es miembro del
Centro de prevención de abusos y reparación de la
Provincia Chilena de la Compañía de Jesús.
“Servir al mismo Señor de todos”
Indice
Presentación
Servir al mismo Señor de todos
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL EN CLAVE
IGNACIANA
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“Servir al mismo Señor de todos”
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“Servir al mismo Señor de todos”
Presentación
San Ignacio de Loyola ha dejado para la humanidad
y para la Iglesia un gran de regalo: un modo de caminar
con otros(as) por medio del acompañamiento espiritual,
un aporte muy valorado a través del tiempo. Se trata de
un servicio noble y gratuito, en el que, al acompañar a
otros(as), estamos pisando Tierra Sagrada.
En la actualidad este ministerio es realizado por
muchos laicos y laicas que se han formado y adquirido
destrezas y experiencia, especialmente mujeres que
han enriquecido la metodología del acompañamiento
espiritual con renovados énfasis y sensibilidades.
Lo que presentamos aquí es un “vademécum” o
“manual” que puede ser muy relevante para los que se
inician en la labor de acompañantes y un útil recordatorio
de elementos esenciales para aquellos que ya llevan un
tiempo cumpliendo esta misión en la Iglesia.
Este trabajo se fundamenta en las siguientes
premisas:
- Actitud fundamental: ayudar a las almas, en el sentido
de hacer nuestro aporte para que la persona desarrolle
su espiritualidad y pueda encontrar la voluntad de Dios
en su vida.
- Objetivo del acompañamiento: tener una experiencia
de diálogo para que la persona conozca su interioridad
y pueda desarrollar su libertad personal, para buscar
y encontrar la voluntad de Dios y luego llevarla a la
práctica en la vida cotidiana.
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18 Cf. Carlos Alemany, El difícil arte de... «Escuchar»: Un arte complejo, Sal Terrae (Enero
1995), pp. 55-65 y Aprender a escuchar bien, en 14 aprendizajes vitales, DDB, Bilbao, 1998,
pp. 63-77.
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20 Para prevenir este idealismo exacerbado, José A. García (op.cit., p. 635) sugiere tener
siempre presente que “seguimos a un Jesús pobre, humilde y humillado, a un Mesías Siervo
cuya pretensión de nueva Humanidad fue rechazada, con un rechazo tan brutal que lo llevó a
la Cruz”. Es el espíritu de la “oblación de mayor estima y momento” (EE 97 y 98), en la que el
ejercitante es invitado a expresar su determinación de seguir al Jesús de las injurias y vitupe-
rios, de la pobreza actual y espiritual.
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26 “La consolación o desolación no indican un determinado nivel, más alto o más bajo, de
vida espiritual, ya que a veces se experimenta la desolación en etapas de gran madurez cris-
tiana, como lo muestran la historia de santos como Teresa del Niño Jesús o la Madre Teresa
de Calcuta, atormentadas duramente en su fe en los últimos tiempos de su vida” (Rambla,
op.cit., p.27).
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27 La presente crisis de los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica ha ido revelando
que uno de los espacios donde se ha trasgredido la intimidad de las personas y quebrantado
confianzas es el acompañamiento espiritual que clérigos y laicos han ejercido con menores
de edad y adultos vulnerables. Un área particularmente delicada es el peligro de una sutil
o abierta manipulación de la conciencia de la otra persona. Cf. Larry Yévenes: Hacia un
acompañamiento espiritual maduro y responsable, Mensaje No 599 (junio 2011), pp.23-24.
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4.3. Supervisión.
En el mundo de la psicoterapia se desarrolló el
concepto de supervisión cuando se comprendió que
toda la persona del terapeuta se transforma en vehículo
de sanación o de daño para la persona que solicita su
ayuda. La supervisión no se centra en los pacientes
sino en los terapeutas mismos, en las experiencias o
sentimientos suyos que emergen cuando interactúan
con los pacientes. De modo análogo, a los acompañantes
espirituales nos resulta muy beneficioso poder dialogar
con un profesional sobre nuestras dinámicas psicológicas,
especialmente aquellas que se van transformando
en interferencia para una ayuda efectiva de nuestros
acompañados. Un área particularmente sensible puede
ser la propia imagen de Dios o los conflictos en la
relación con el Señor, los que ciertamente afectan las
intervenciones que se hagan en el acompañamiento,
máxime cuando se es poco consciente del influjo de estas
dinámicas en el servicio que buscamos dar29.
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