Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cristián Varela
Introducción
El acceso al terreno
En tiempos del servicio militar obligatorio era costumbre que los viejos
conscriptos recomendaran a los ingresantes dejar de lado toda
reivindicación de hombría al entrar al cuartel[3], aludiendo con ello a
la inutilidad de confrontar con la institución. Pero nadie maneja su
propio yo a voluntad ni puede desprenderse de él para colgarlo en el
perchero al ingreso del establecimiento. Los atributos
del yo, susobjetos, las fantasías del sujeto, etc., estarán siempre en
juego; y estarán tanto más presentes cuanto más inconscientes sean.
Resultaría extraño, por ejemplo, que un acto de observación, de
investigación, no estuviera ligado inconscientemente con un deseo
de voyeur, con una fantasía de espiar lo que no debe ser visto. En este
sentido, la experiencia de supervisar el trabajo de quienes se inician en
estas prácticas demuestra cómo la presencia de esta fantasía,
acompañada del esfuerzo puesto en reprimirla y del sentimiento de
culpa por el deseo indebido, configuran en conjunto una situación que
conspira contra las capacidades del observador, limitándolo,
inhibiéndolo y llevándolo a sabotear el cometido que se propuso.
La falla institucional
El “saber no sabido” que los sujetos tienen sobre las instituciones del
medio al que pertenecen, el hecho de poseer en sí los mismos
supuestos que hacen a la existencia de las instituciones de su cultura
-por ser los sujetos producto de esas instituciones- lleva a veces, no a
tropezar con la falla institucional, sino a buscarla para corroborar ese
saber. Puestos en posición de investigadores más cercanos al detective
que al cientista, actúan orientados por la hipótesis de que ahí hay una
falla a descubrir, una “mentira” a denunciar, un secreto a develar. Son
las deudas del sujeto con la institución familiar, son las demandas y
confrontaciones entonces no saldadas, las que ahora bajo el rol de
observador intentan solucionarse en un escenario desplazado. Será
siempre posible descubrir esa dimensión fallida de la institución, pero,
nuevamente, el resultado será el “descubrimiento de la pólvora”, como
suele decirse, sin mayor beneficio para ninguna parte.
El cerco institucional
Breve conclusión
Bibliografía
Bogdan R., Taylor S. J., Introduction to qualitative research methods ,
Wiley, New York, 1975.
Kaës, R. La institución y las instituciones, Paidós, Buenos Aires, 1993. (La
primera edición francesa es de 1987).
[2] No avanzaré aquí sobre este tema, pero cabe aclarar que
si neurosis e institución son objetos distintos que remiten a disciplinas
específicas, es sólo por una cuestión de división de campos
epistemológicos. Pues más acá o allá de esa división, neurosis e
institución son también formas distintas de lo imaginario; distintas,
pero que se remiten mutuamente en más de un aspecto, tal como lo ha
planteado Castoriadis. Por ejemplo, es por un efecto de institución –ley
de prohibición– que se produce la neurosis, al tiempo que la
institución es, tal como el síntoma y la neurosis misma, una formación
imaginaria, colectiva; la institución es una manera singular de
entender la realidad, lo cual se verifica en el hecho que cada cultura se
da las suyas (Castoriadis,1975).