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Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas.

Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.

Cultura Política.

Profesor: José Ángel Arauz.

Integrantes:

 Heidy Judith Sequeira Hernández.


 Lesbia Natalia Trujillo Juárez.
 Karla Patricia Fuentes Valenzuela.
 Key Ramírez Figueroa.
 Gabriela Karina Ruiz Juárez.
 Yerifer José Solano Espinoza.

Viernes 02 de agosto de 2019


El Pragmatismo es una corriente filosófica que surgió a finales del siglo XIX en los
Estados Unidos. William James y Charles S. Pierce fueron los principales impulsores de la
doctrina, que se caracteriza por la búsqueda de las consecuencias prácticas del pensamiento.

El pragmatismo sitúa el criterio de verdad en la eficacia y valor del pensamiento para la vida.
Se opone, por lo tanto, a la filosofía que sostiene que los conceptos humanos representan el
significado real de las cosas.

Para los pragmáticos, la relevancia de los datos surge de la interacción entre los organismos
inteligentes y el ambiente. Esto lleva al rechazo de los significados invariables y de las
verdades absolutas: las ideas, para el pragmatismo, son sólo provisionales y pueden cambiar
a partir de investigaciones futuras.

Al establecer el significado de las cosas a partir de sus consecuencias, el pragmatismo suele


ser asociado a la practicidad y a la utilidad. Sin embargo, una vez más, esta concepción
depende del contexto.

Cuando los políticos hablan de pragmatismo, muchas veces se basan en prejuicios y no en la


observación de consecuencias. Por lo tanto, el pragmatismo político puede oponerse al
pragmatismo filosófico.

El pragmatismo de John Dewey.


John Dewey fue un filósofo, pedagogo y psicólogo, nacido en Estados Unidos en el año
1859, que realizó importantes aportes a la teoría del pragmatismo. Según su pensamiento,
nuestra mente es un producto evolutivo de la biología, una herramienta que se ha adaptado
para permitirnos sobrevivir en el mundo físico, tanto como el cuello de las jirafas. Aseguraba
que la inteligencia debía ser usada, juzgada y modificada según su eficacia práctica en la
búsqueda de la subsistencia.

El pensamiento representa una herramienta que tiene como objetivo la resolución de los
problemas de la experiencia; el conocimiento, por otra parte, surge de acumular la sabiduría
originada a partir de la superación de dichos problemas. Es lamentable que los principios por
Dewey establecidos hayan sido ignorados por la pedagogía, que los centros de educación
hayan continuado basándose en un modelo cerrado y prácticamente obsoleto.

Las cuatro fases del pensamiento humano, según John Dewey:


 La experiencia: se trata de una necesidad que surge frente a una situación empírica
real, al resultado del ensayo y error para resolver un problema. Para que esta etapa
se desarrolle correctamente, es necesario que el pensamiento aparezca de manera
espontánea y legítima, y no forzada por exigencias de tipo académica.
 La disposición de datos: durante el proceso del aprendizaje, las personas recurrimos
a datos almacenados en nuestra memoria, y obtenemos nuevos de nuestro entorno
por medio de la observación y la comunicación. Es importante saber aprovechar los
recursos cognitivos, muchos de los cuales surgen de la revisión del pasado.

 Las ideas: representan un momento de creación en el que se intenta prever los


potenciales resultados, saltar en el tiempo hacia el futuro para impedir que nos
sorprenda. A diferencia de los datos, las ideas no pueden ser comunicadas.

 La aplicación y la comprobación: los pensamientos son incompletos, son meras


sugestiones, puntos de vista que ayudan a lidiar con situaciones de la experiencia.
Hasta el momento en el cual se aplican a dichas situaciones y se comprueban, no
alcanzan la plenitud, no tienen contacto con la realidad.

Nacionalismo.
Es un concepto ambiguo difícil de precisar. John Breuilly, por ejemplo, concibe que el
nacionalismo puede evocar tanto ideas, sentimientos como acciones, lo que afirma que cada
definición puede dar diferentes implicaciones a su estudio (Breuilly: 1993; 404),
convirtiéndolo así a un fenómeno parecido a un camaleón al ser capaz de asumir una gran
variedad de formas ideológicas (Ozirimli; 2006: 61). Así mismo Louis Snyder en su
compilación de terminología política nacionalista, reconoce que:

El termino nacionalismo no admite una simple definición pues es un fenómeno complejo de


carácter vago y misterioso; su característica más permanente es que puede diferir en sus
formas de acuerdo con las condiciones históricas específicas y la estructura social de la
sociedad; puede tener un tinte cultual, o incluso puede ser promovido como excusa para la
expansión (Snyder; 1990: 245),

Por lo que hace alusión a solo alguna de muchas interpretaciones que se pueden dar al
concepto. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define al nacionalismo
en tres formas:

 Como un apego de los naturales de una nación a ella y cuanto le pertenece.


 Como una ideología que atribuye entidad propia y diferencia aun territorio y sus
ciudadanos, en la que se fundan aspiraciones políticas muy diversas.
 Como una aspiración o tendencia de un pueblo o raza a tener cierta independencia en
sus órganos rectores.

Si bien todas estas definiciones aparentan totalidad, pueden verse cuestionadas ante diversos
fenómenos sociales al advertir su poco alcance y trascendencia ante un fenómeno de
transformación constante, como lo es el nacionalismo; ya de ello que es preciso percibir la
diversidad de enfoques con los que este puede ser observado y evaluado, para lograr concebir
una idea más amplia del mismo.

El nacionalismo significa, según Horace B. Davis «preocupación por los intereses de una
comunidad particular, mientras que el patriotismo puede significar esto, o bien preocupación
por los intereses de un Estado particular.

Patriotismo.
El término patria, derivado etimológicamente del concepto páter, va asociado a la noción de
padre. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (edición de 1970) da como
primera acepción del término patria, la siguiente:

«Nación propia nuestra, con la suma de cosas materiales e inmateriales, pasadas, presentes
y futuras, que cautivan la amorosa adhesión de los patriotas», definiendo, a su vez, a éstos,
como «las personas que tienen amor a su patria y procuran todo su bien»

El patriotismo es el valor que procura cultivar el respeto y amor que debemos a la patria,
mediante nuestro trabajo honesto y la contribución personal al bienestar común. Tal vez para
muchos, el ser patriota consiste en el orgullo de haber nacido en un país rico en recursos o de
gran tradición cultural; para otros significa portar los colores nacionales en un evento
deportivo o en el viaje al extranjero; algunos más sólo sienten pertenecer a su país en la fecha
de una celebración nacional y sólo como pretexto para organizar una fiesta con sus amigos…
Cabe cuestionarnos si el verdadero patriotismo se vive o es un sentimiento ocasional y por
tanto pasajero.

Se han emitido muchas definiciones, como las que aportaron Nietzsche la patria es la tierra
y los hijos, o Charles Maurras la patria es un ser de la misma naturaleza, que nuestro padre y
nuestra madre: la patria es lo que une por encima de lo que divide. Otras, ligan el concepto
de patria a las ideas de nación o pueblo, como las suministradas por Cánovas la patria es la
conciencia que cada nación posee de sí misma, o Vázquez de Mella la patria es la conciencia
y sentimiento más o menos claro e intenso de esa comunidad moral e histórica, que en su
grado máximo se llama nación.

El patriotismo, como idea y como sentimiento, viene siendo objeto de rechazo por algunos
pensadores e ideologías:

1) A mediados del siglo XIX, en el Manifiesto Comunista del año 1848 de Marx-Engels, se
sustenta la tesis de la apátrida del proletariado. Como si un obrero manual por el solo hecho
de serlo, no tuviera o no pudiera tener apego a su patria.

2) El internacionalismo obrero supone, a su vez, una quiebra a la conciencia ciudadana de


amor a una patria concreta, y en el intento de sustituir la idea de Estado-Patria por la de
Internacional obrera, como la patria del proletario. Esto, la historia lo ha desmentido cuando,
en las últimas guerras, los obreros de distintos países se han matado entre sí, echando por
tierra la tesis de que los obreros-hermanos nunca lucharían entre ellos.

3) La concepción supranacional europea, en tanto en cuanto mitiga el ardor del sentimiento


patriótico, o las doctrinas de carácter ecuménico o universalista, intentan saltar o saltan por
encima de las fronteras nacionales.

4) El patriotismo localista o regionalista, toda vez que implica un solapamiento de la «patria


de todos», por la idea de la «patria de unos cuantos»: esto es, se pretende hacer incompatible
el amor al «terruño» con el amor al Estado-Patria, como si un ciudadano cualquiera no
pudiese estimar simultáneamente a su provincia y a su Estado. La interacción de los términos
patriota y nacionalista es obvia, habida cuenta que todo ciudadano que ama a su patria es un
nacionalista y viceversa. Ahora bien, se pueden descubrir matices entre ambos conceptos.

Ni el nacionalismo, ni el patriotismo, tienen por qué ser necesariamente agresivos, pero sí lo


serán especialmente, si toman formas de jingoísmo o de chauvinismo, que se consideran
viciosas». Nacionalismo y patriotismo, son sentimientos que van unidos. Por un lado, el
patriotismo se vertebra a través del Estado. Por otro, la nación suscita adhesiones y afectos,
cuyo máximo exponente es el patriotismo. No se puede entender el nacionalismo sin un ápice
de sentimientos patrióticos, ni comprender un patriotismo que no se apoye en el Estado.

A juicio de José A. Recalde, «el nacionalismo no es otra cosa que una de las formas del
patriotismo, la que surge como ideología de masas de una estructura social modernizada. La
contraposición entre patriotismo, como amor a lo propio, y nacionalismo, como oposición a
lo ajeno, prima indebidamente al primer concepto, y ataca, por excesiva generalización, al
segundo»

Según Fichte, «el amor a la patria, ha de condicionar la vida y actividad del Estado, en lo
tocante a fijarle un fin más amplio que el que suele adscribírsele normalmente. El amor patrio
ha de extender la esfera de competencia del ente estatal, más allá de la mera tutela de la paz
interna, de la propiedad, de la libertad personal, de la vida y del bienestar de todos.
Únicamente para este fin superior y para ningún otro, reúne el Estado un poder armado»

Caudillismo.
El caudillismo es el sistema de caudillaje o el gobierno de un caudillo. La noción de caudillo,
por su parte, procede del latín capitellus y hace mención a la persona que dirige alguna
comunidad o cuerpo y que actúa como guía o líder.

Como fenómeno social y político, el caudillismo se desarrolló en América Latina durante el


siglo XIX. Los caudillos eran líderes carismáticos que solían acceder al poder por
procedimientos informales, gracias a la influencia que tenían sobre las grandes masas
populares. La gente veía al caudillo como un hombre fuera de lo común, capaz de representar
y defender los intereses del conjunto de la comunidad.

Muchos caudillos eran demagogos y manipulaban a la población; detrás de la promesa de


asegurar el bienestar común, de defender los intereses de toda la región, se escondían las
propias ambiciones, la sed de poder. En ciertos casos, el caudillismo derivó en dictaduras con
una dura represión a los opositores. En otros, en cambio, el caudillismo se adaptó a los
regímenes democráticos y federales que se establecieron en los países latinoamericanos.

La formalización del poder de los caudillos siguió un proceso similar en varias naciones: las
fuerzas del caudillo enfrentaban al gobernante vigente hasta deponerlo, luego disolvían el
congreso bajo el argumento de no responder al pueblo o la ley y finalmente el caudillo se
autoproclamaba presidente provisional. Después de un tiempo, el propio caudillo llamaba a
elecciones y se formaba un nuevo congreso, formalizando el poder del caudillismo.

Juan Manuel de Rosas en Argentina, Antonio López de Santa Anna en México y José
Antonio Páez en Venezuela son algunos de los ejemplos históricos de caudillismo en el
territorio latinoamericano.

Con la consolidación del Estado-nación y la caída de los regionalismos, el caudillismo perdió


fuerza y terminó mutando en otro tipo de regímenes sociopolíticos.

Individualismo.
El individualismo puede definirse como la tendencia a pensar y actuar conforme a los propios
criterios del sujeto, con total independencia de las determinaciones sociales, externas a su
persona.

En este sentido, el individualismo defiende la dignidad moral del individuo, es decir, de la


persona singular, en relación con el contexto social que, de alguna manera, lo puede
presionar. Asimismo, el individualismo se opone al colectivismo, en el que el dictamen de la
colectividad o comunidad se vuelve el criterio para determinar el destino de los individuos
que la conforman.

Según diversos autores, el Individualismo es un conjunto de creencias, valores y prácticas


culturales en el que los objetivos individuales predominan sobre los grupales. De forma
opuesta, el Colectivismo como síndrome cultural, se asocia a una dependencia de las personas
con respecto a los grupos (Morales, López y Vega, 1992; Triandis, 1995).

Los sentimientos y la búsqueda del placer individual son elementos importantes del
bienestar en las culturas individualistas, mientras que en las colectivistas lo es el
cumplimiento de los deberes sociales (Triandis, 1995).
Las culturas colectivistas se caracterizan por relaciones sociales más rígidas y la persona
pertenece a grupos adscritos que la protegen a cambio de su lealtad. Las culturas
individualistas se caracterizan por relaciones sociales más laxas (Hofstede, 1991).

Referencias

Blanco Ande, J. (1992). Dialnet. Recuperado el miercoles 31 de julio de 2019,


de file:///C:/Users/Admin/Downloads/Dialnet-
PatriotismoYNacionalismo-2776030%20(3).pdf

Paez, D., & Zubieta, E. (2004). Dialnet. Recuperado el miercoles31 de julio


de 2019, de
https://www.ehu.eus/documents/1463215/1504276/Capitulo+III_Manua
l+Psic+Soc_2004.pdf

Perez Porto, J., & Gardey, A. (2010/2013). Definicion. Recuperado el


miercoles31 de julio de 2019, de https://definicion.de/caudillismo/

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