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Grupo: 1353
A lo largo de este capítulo el autor propone diversos puntos de vista, acerca del
para que y cuál es la función de la historia, empezando por el autor Marc Bloch,
quien opina que un aspecto importante de la historia es su utilidad y
legitimidad; es importante decir que ambos términos son distintos.
También dentro de la introducción del texto se nos menciona que la historia es
vista como una guía en los acontecimientos del presente ya que hay “una
creencia de que la comprensión del pasado otorga el pleno manejo de la
situación actual”1.
El autor menciona que Bloch cuestiona que es lo que legitima un esfuerzo
intelectual, reflexionando que nadie se atrevería de decir que la legitimidad de
una investigación se mide, de acuerdo a, como sirve a la acción, siendo este,
un planteamiento positivista. Por otro lado, Chesneaux opina que el
planteamiento de Bloch es intelectualista, distinguiéndose así la historia-
asunto de los políticos y la historia de los historiadores.
Los puntos para destacar del segundo apartado es que el origen de la función
de la historia consistía en conservar un conocimiento perdurable en la
sociedad para la integración de esta misma, además de que era vista como
una preparación para la vida colectiva si se reflexionaba. Sim embargo este
último planteamiento arruina ya que lo hechos del presente no son semejantes
a los del pasado.
También se destaca la definición de Febvre, quien dice que la historia es una
necesidad de la humanidad, porque necesitan dar valor a los hechos del
pasado, así como comprender y ayudar a vivir al presente. El saber histórico
desempeña un papel definitivo para establecer un reproducción o
transformación dentro de un sistema, de ahí su importancia.
La historia es sometida a una extensa explotación ideológica ya que la
elaboración de esta se ve sometida los intereses de la sociedad dominante
también es complicado separar las tendencias apologéticas del saber
histórico.
El pasado y el presente funcionan de manera dialéctica puesto que ambos
pueden producir y desarrollar mejor a la historia, dado a que a partir del
presente se pude concretar que se investiga del pasado, y de la misma forma
partir del pasado se pueda comprender el presente.
1
Pereyra, C. (1980). Historia, ¿Para qué? México: Siglo xxi editores. pág. 13
La historia tiene una función teórica y social, la primera consiste en explicar
el movimiento anterior de la sociedad y la segunda se encarga de organizar el
pasado en función de los requerimientos del presente. Por último, el autor nos
habla acerca de los juicios del valor y de cómo la neutralidad entorpece el
desarrollo de la ciencia histórica, asimismo comparte la opinión de Febvre, en
cuanto a que en la historia no se trata de juzgar si no de comprender.
Bibliografía
Pereyra, C. (1980). Historia, ¿Para qué? México: Siglo XXI editores. P.p. 9-31