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filosofÃ-

Por
GUILLERMO HURTADO

siglo
veintiuno
editores
grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxi editores, s. a. de c. v. siglo xxi editores, s. a.
1 1 1 AGUA 248, KlMhRO DE TTRRFROS, GUAlFMALA 4 8 2 4 , i- 1 4 2 5 RUP,
04310 MEXlCO, Dh BlJFNOS AIRES, A-GFNTINA

salto de phgina, s. l. biblioteca nueva, s. l.


ALMAGRO 38, 28010, ALMAGRO 38, 28010,
MADRID, ESPANA M R D , ESPANA

A Luis Villoro
F1210
H87
201 1 Hurtado, Guillermo
Méxic sin sentido / por Guillermo Hurtado.
-Méxic : Siglo XXI : UNAM, Seminario
de Investigació sobre Historia y Memoria
Nacionales, 201 1.
83 p. - (FilosofÃ-a

Méxic- Civilizació - FilosofÃ- 2. FilosofÃ-


mexicana - Siglo XX. 3. CaracterÃ-stica
nacionales mexicanas. 4. Democracia -
México 1. t. 11. ser

primera edición 201 1


0siglo xxi editores, s.a. de C.V.
en coedició con el seminario de investigació sobre
historia y memoria nacionales de la unam
isbn 978-607-03-0285-5

derechos reservados conforme a la ley


impreso en mújic impresor, s.a. de C.V.
camelia núm4
col. el manto, iztapalapa
La conmemoració del bicentenario de la in-
dependencia y del centenario de la revolució
fue una ocasió para reflexionar acerca del pa-
sado, el presente y el futuro de MéxicoEste
opúscul pretende ser una contribució al de-
bate acerca de la nació que se generà alrede-
dor de estas efemérides Lo que lo distingue es
que estÃescrito desde la filosof'a o, para ser má
exactos, desde una concepció de la filosofÃ-
que considera que éstpuede ocuparse de los
asuntos públicos Por ello este libro no està di-
rigido a los especialistas de alguna disciplina,
sino a mis compatriotas; y su interépredo-
minantemente no es teóric sino prácticosu
pretensió es convencer a los mexicanos por
medio de razones para que cambien sus vidas
para bien.
Esta obra se inscribe en una tradició filo-
sófic de reflexiones sobre Méxicinaugurada
por Antonio Caso con sus Discursos a la nació
mexicana (1922), proseguida por Samuel Ra-
mos en su célebrEl perfil del hombre y la cultura
en Méxic(1934) y cultivada de diversas mane-
ras por Leopoldo Zea, Jorge Portilla, Emilio
Uranga y Luis Villoro, entre otros, a lo largo
de la segunda mitad del siglo xx. Sin embargo,
aquellos lectores que tengan un conocimiento
10 GUILLERMO HURTADO INTRODUCCION 11
má amplio de la filosofÃ- podrá percatarse condició necesaria para esta transició es que
de la cercanÃ- de este ensayo con el pensa- llevemos a cabo una profunda reforma moral
miento del filósof pragmatista estadunidense de la sociedad. Los mexicanos tenemos que
John Dewey. vivir de acuerdo con las valores que nos per-
En el primer capÃ-tul sostengo que bajo mitan construir de manera democrátic una
nuestros problemas polÃ-ticoseconómico y mejor sociedad.
sociales subyace una crisis del sentido de nues- En el tercer capÃ-tul formulo la pregunta
tra existencia colectiva. Con esto quiero decir de quà relació debe haber entre la filosofÃ-
que nos falta cohesióndirecció y confianza. mexicana y la democracia mexicana para que
Este fenómen se manifiesta en varias esferas aquéllpueda contribuir en el desarrollo de
de nuestra existencia: en la experiencia de ésty, por añadidurapueda ayudamos a salir
nuestra temporalidad, en la consistencia del de la crisis. La respuesta que ofrezco es que,
tejido social, en la actitud que tenemos ante ademáde tener una filosofÃ-de la democracia,
las adversidades. El marasmo que padecemos necesitamos una filosofÃ-para la democracia
nos impide organizarnos para resolver los pro- cuyo espacio de acció sea el sistema educa-
blemas concretos de México Mi propuesta es tivo. Para formar a los futuros ciudadanos de
que, para salir de la crisis actual, tenemos que la democracia que queremos, la escuela tiene
hacer un esfuerzo para superar el pesimismo que ofrecerles un horizonte de razones, valo-
y buscar entre todos un nuevo sentido que res e ideales, y éstes una labor que la filosofÃ-
oriente nuestra acció colectiva. puede realizar de manera óptima
En el segundo capÃ-tul afirmo que la bús En el últim capÃ-tul me planteo la pre-
queda de un nuevo sentido de nuestra exis- gunta de cuáes el sentido de la conmemora-
tencia va de la mano de la transformació de ció del bicentenario. Mi respuesta se apoya
nuestra democracia. Sin una mejor democra- en las filosofÃ-ade la historia de Luis Villoro y
cia no tendremos un nuevo sentido colectivo, Edmundo O'Gorman. Por un parte, sostengo
y sin un nuevo sentido no podremos impulsar que la conmemoració tiene una profunda di-
la democracia. La idea de la democracia que mensió ritual que no depende de lo que los
defiendo es la de una forma de vida en co- funcionarios hagan o los intelectuales digan.
mú basada en cierto tipo de valores e ideales. Por otra parte, considero que el principal valor
Para realizar esta forma de vida, tenemos que de la conmemoració es la oportunidad q u e
emprender una nueva transició que lleve las nos brinda para replantear entre todos nuestro
prácticay los valores de la democracia a todos proyecto d e futuro.
los rincones de nuestro espacio público Una EscribÃeste pequeñ libro movido por una
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convicció y una esperanza. La convicció


-tan intensa como una esperanza- es que la
democracia en Méxicdebe extenderse y radi-
calizarse. La esperanza -tan honda como una
convicción es que MéxicsaldrÃde su crisis
cuando los mexicanos decidan cambiar su rea-
lidad y tomar su destino en sus manos. 1 . NUESTRA CRISIS DE SENTIDO

La crisis de Méxicno se reduce al conjunto


de sus graves problemas polÃ-ticossociales o
económico -como la pobreza, la ignorancia,
la violencia y la destrucció del medio ambien-
te-. Por debajo de esos problemas, nuestra
crisis tiene una dimensió acaso máprofunda
e inquietante. Dicho en pocas palabras: hemos
perdido el sentido de nuestra existencia colectiva.
La noció de sentido se usa de varias mane-
ras en el lenguaje ordinario. Decimos que algo
tiene sentido cuando tiene una direcció o un
fin; cuando ofrece beneficio o utilidad; cuan-
do es comprensible de acuerdo a cierto con-
texto natural, práctic o normativo, y puede
calificarse de razonable o de racional. En oca-
siones, decimos que algo tiene sentido cuando
tiene algú tipo de valor intrÃ-nsecopero hay
que tener cuidado en no confundir la noció
de sentido con la de valor, ya que algo puede
tener sentido sin ser valioso o puede ser valioso
sin tener sentido. Cuando sostengo que hemos
perdido el sentido de nuestra existencia colec-
tiva, lo que quiero decir es que a los mexica-
nos nos falta cohesióndirecció y confianza.
Cuando una colectividad carece de sentido, ha
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perdido su razó de ser, ha olvidado que debe toria y de la realidad mexicana desde la filoso-
respetar, ha perdido el rumbo. fÃ-aEste ensayo se inscribe en esa tradició de
Cuando se habla del sentido de la existencia, pensamiento. Sin embargo, deseo hacer algu-
normalmente uno lo hace de un individuo, nas aclaraciones sobre las diferencias que exis-
pero tambiépuede hacerlo de un conjunto ten entre lo que hago aquÃy lo que hicieron
de individuos reunidos por algú propósit mis predecesores.
práctic (como es el caso de un ejército) un La filosofÃ-de lo mexicano del siglo xx os-
lazo afectivo (un matrimonio), o una mezcla cilÃentre el psicologismo y el ontologismo. Segú
de ambos (una familia). Cuando una colec- Ramos, el mexicano padecÃ-de un sentimien-
tividad pierde el sentido de su existencia se to de inferioridad y éstera la causa de muchos
producen en ella anomalÃ-aque pueden tener de sus problemas.' La propuesta de Ramos era
consecuencias tan graves como su desintegra- que el mexicano reconociera su mal, conocie-
ció (por ejemplo, un divorcio o la disolució ra sus orÃ-geney entonces pudiera liberarse
de una empresa). Lo mismo puede sucederle a de esa condiciónPara Uranga, en cambio, el
una naciónEn la primera mitad del siglo xix, ser del mexicano padecÃ-de una insuficiencia
Méxicestuvo a punto de desaparecer porque ontológic que le hacÃ-vivir en la zozobra y la
no habÃ- aú un sentimiento de nacionalidad. accidentalidade2A diferencia de Ramos, que
Si bien esa amenaza no parece cercana en la pensaba que el mexicano debÃ-curarse de la
actualidad, nuestra falta de sentido colectivo condició diagnosticada, Uranga afirmaba que
es el teló de fondo de los demá problemas el mexicano debÃ-asumirla para vivir de ma-
polÃ-ticoseconómico y sociales que nos ago- nera auténtica A Ramos y a Uranga se les ha
bian. Mi esperanza es que en la medida en que criticado por asumir que todos los mexicanos
construyamos un nuevo sentido, podremos ir compartimos una misma condició psicológic
resolviendo los demáproblemas de México o existencial. Ni todos los mexicanos tenemos
un sentimiento de inferioridad, ni todos existi-
mos de manera accidental. En este ensayo no
propondrà tesis psicológica u ontológicasNo
asumo que los mexicanos tengamos una forma
de existir o una psique colectiva que nos sea
En el siglo xx, Antonio Caso,JosÃVasconcelos,
Samuel Ramos, Edmundo O'Gorman, Leopol- ' Samuel Ramos, El perfil del hombre y de la I ulluru m
do Zea, Emilio Uranga, Luis Villoro y Abelardo M6xic0, MéxicoImprenta Mundial, 1934.
Emilio Uranga, Anhlzszs del ser dri M I ' X I I H I I O , MGxico,
Villegas realizaron exámene crÃ-ticode la his- P o d a y Obregón1952.
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peculiar. Lo únic que aquÃpretendo es re- compartido un sentido de nuestra existencia


flexionar sobre la realidad presente de Méxi colectiva. Uno sena el sentido de los lacando-
co, es decir, de los mexicanos de todo tipo, des- nes, otro el de los regiomontanos de clase me-
de la filosofÃ-aPero mi finalidad no se limita a dia alta, otro el de los habitantes del barrio de
que los mexicanos conozcamos mejor nuestra Tepito. Suponer que puede haber un sentido
realidad, lo que busco es que ese conocimien- colectivo de la existencia de los mexicanos es
to adquirido nos ayude, por poco que sea, a caer en el mismo error de los filósofo de lo
transformarla para bien. mexicano que buscaban la esencia de lo mexi-
Un diagnóstic del estado emocional de los cano. Mi respuesta es que el sentido colectivo
mexicanos revelarÃ-que padecemos una com- del que hablo no es un atributo especÃ-ficde
binació de emociones y sentimientos como cada uno de los integrantes de una colectivi-
el miedo, la impotencia, la desconfianza, la in- dad, ni tampoco un atributo de la colectividad
dignació y la desorientaciónAunque la crisis tomada como un todo unitario, sino una funció
de la que me ocuparà aquÃno consiste en esa integradora que incide en la orientació de las pác
condició psicológicaestÃÃ-ntimamentligada ticas de la mayorÃ- de los miembros de dicha cokctivi-
a ella. Pero -insisto- no busco complejos ni dad. Mi conjetura, que no puede verificarse ni
traumas. Lo que pretendo es comprender la refutarse de manera empÃ-ric-y eso es preci-
manera en que vivimos y encaramos nuestros samente lo que la hace una tesis de filosofÃ-de
problemas. Lo que me interesa es la d i m n - la historia de México- es que en el siglo ante-
si-n de sentido de nuestra existencia colectiva. Una rior sÃtuvimos un sentido de nuestra existencia
vez aclarado esto, puedo decir que tomarà en colectiva entendido de esa manera y que en la
cuenta algunas creencias y actitudes, pero que mi actualidad no tenemos nada parecido a ello.
interéen ellas siempre las considerarÃdentro
del contexto de las práctica sociales con las
que está conectadas. Este énfasien las prác 3. HISTORIA OFICIAL E HISTORIA NACIONAL
ticas puede ser otra manera de subrayar que
mi objetivo, a fin de cuentas, no es teóric sino Una de las dimensiones de la crisis de Méxic
prácticoLo que pretendo es que comprenda- es un fenómen que llamarÃla fractura de nme~s-
mos mejor nuestra crisis para que podamos en- tra historicidad. Me explico: se han resquebr+ja-
cararla mejor y, posteriormente, si todo marcha do los lazos de sentido que tuvimos con nues-
bien, resolverla. tro pasado y nuestro futuro, y, como resultado,
Se podrÃ- objetar que es incorrecto supo- estamos atrapados en un presente asfixiante y
ner que todos los mexicanos alguna vez hemos confuso.
18 GUILLERMO HURTADO

Luis Villoro caracterizÃa los conservadores crisis es que no tenemos una historia oficial,
mexicanos del siglo XIX como preteristas y a los pero tampoco algo parecido a una historia na-
liberales como futuristas." Para los conservado- cional. Pasamos de la historia de bronce a la
res, MéxicdebÃ-preservar la memoria de su historia de cartón Esto fue evidente durante
pasado para preservar lo mejor de él Para los las celebraciones del bicentenario de la inde-
liberales, MéxicdebÃ- dejar atrá su pasado pendencia y del centenario de la revolucion.
y enfocar su atenció a la construcció de un No hubo un discurso coherente acerca del
futuro mejor. La Revolució mexicana disol- significado de estos acontecimientos y, en con-
vià o, por lo menos, atenuà la dicotomÃ- en- secuencia, del significado de nuestra historia
tre conservadores y liberales. Durante algunas como nación Esto resultà obvio sobre todo
décadas Méxictuvo una visió integral de su en el caso de la comprensió de la Revolució
historia basada en un horizonte conjunto de mexicana. Dio la impresió de que los respon-
memorias y expectativas. Esa visió de la his- sables de estas celebraciones no pudieron, no
toria de Méxicha desaparecido. Hoy en dÃ-a quisieron o simplemente no supieron cóm
los mexicanos no somos ni preteristas ni futu- darle un contenido actual a esa gesta. Esto es
ristas, sino que somos presentisteis, es decir, esta- grave porque no tenemos otra visió integral e
mos atorados en el presente como náufrago integradora de México es decir, de su historia,
que han perdido el contacto con su pasado y su cultura, sus valores y su destino, que la que
que no tienen visió alguna de su futuro.' se construyÃdurante la revolucion. Esta visión
Distingamos la historia oficial de la historia como sabemos, ha sido criticada desde hace
nacional. La primera es una narrativa que sirve década-y no siempre con malas razones-,
a los intereses de un grupo en el poder, la se- pero no ha sido remplazada por otra de ran-
gunda es un discurso que sirve a los intereses go equivalente. Nuestra clase polÃ-ticha sido
de la patria. La historia nacional, en su mejor la principal responsable de esta omisiónpero
expresión es el resultado de un consenso pú tambiéhay que reconocer que los intelectua-
blico que si bien respeta una pluralidad de les de todos los bandos que han participado
visiones, propone un discurso históric homo- en la demolició de esa visió de Méxichan
géney coherente basado en valores e ideales actuado con ambición irresponsabilidad y li-
comunes. Una señade la gravedad de nuestra gereza. Nunca se debe destruir algo sin cons-
truir algo mácon quÃremplazarlo.
Luis Villoro, El proceso ideol-gico de la revolució de la La fractura de nuestra historicidad n o &lo
independencia, segunda edici-n, México UNAM, 1967.
borra el pasado y le resta sentido al presente,
Para un análisi del presentismo europeo, véase
Francois Hartog, Reg1'me.s d'histor'ath ParÃ-sSeuil, 2003. sino que tambiésocava el futuro. (luando tra-
20 GUILLERMO HURTADO LA CRISIS DE MÉXIC 21
tamos de ver máallÃdel dÃ-de hoy, lo que se milia hasta el Estado. Estos cambios coinciden
alcanza a percibir son sól sombras. El discurso en el tiempo con otros dos fenómeno muy im-
sobre el futuro de los polÃ-ticoslos intelectua- portantes de nuestra historia: Méxicdeja de
les y los comunicadores huele a rancio, sabe a ser un paÃ-rural para convertirse en uno urba-
fraude y nadie se lo traga. Las pocas ideas nue- no y la mujer mexicana gana un nuevo sitio en
vas que podrÃ-a orientarnos hacia el mañan la sociedad. La insurrecció neozapatista en
se pierden como semillas en el desierto porque 1994 tuvo un efecto profundo en la concien-
no hay un surco donde plantarlas. No tendre- cia de muchos mexicanos: les hizo recordar
mos futuro mientras no volvamos a tener un que Méxicera un paÃ-plural y que tenÃ-una
pasado, es decir, un discurso significativo sobre deuda con sus habitantes originales. A pesar
nuestro pasado que estÃconstruido para orien- de las reiteradas crisis económica y de que la
tar nuestro presente. corrupción la hipocresÃ-y la codicia seguÃ-a
azotando al paÃ-sparecÃ-que la sociedad mexi-
cana evolucionaba en una direcció correcta.
4. LA SOCIEDAD DESINTEGRADA Sin embargo, con el cambio de siglo algunas
variables comenzaron a salirse de control y se
Puede decirse sin temor a caer en una exa- perdià la ruta de nuestro desarrollo social. Voy
geració que Méxicfue un paÃ-autoritario, a considerar muy brevemente tres problemas
dogmátic y violento durante la mayor parte que agobian a los mexicanos en la actualidad:
del siglo anterior. Estos defectos de la sociedad el estancamiento económico la violencia cri-
se encontraban en todos sus niveles: desde la minal y el fracaso de la democracia.
familia hasta el Estado. El padre, el maestro, La pobreza, el desempleo y la desigualdad
el alcalde eran hombres que, por lo general, son males que no hemos podido erradicar.
imponÃ-a su voluntad, no escuchaban razones Si bien tuvimos avances en el siglo x x , desde
y no dudaban en ejercer la violencia para con- hace décadala economÃ- crece muy poco.
seguir sus fines. El movimiento de 1968 fue la Una válvul de escape ha sido la emigració a
manifestació de un sector de la sociedad que Estados Unidos, pero esa válvulse estÃcerran-
querÃ-un Méxicdiferente, democráticoto- do. Buena parte de la culpa la tiene un sector
lerante, pacÃ-ficoDurante el últim tercio del de la burguesÃ-nacional y extranjera: a Méxic
siglo x x , gran parte de la sociedad mexicana se le sigue viendo como un botÃ-ny al prole-
se transformà en esa dirección Los cambios tariado mexicano como mano de obra barata,
positivos se fueron percibiendo gradualmente desechable, irredimible. Pero el fracaso social
en todos los campos de la sociedad, desde la fa- es de todos. No hemos logrado construir un
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proyecto nacional que permita emparejar los men. La alternancia ha traÃ-d consigo pocas
niveles de vida de la naciónPreocupa observar mejoras en ese aspecto. No debe sorprender-
que otros paÃ-seque no hace mucho estaban nos que una democracia como la nuestra sea
en las mismas condiciones que nosotros hayan incapaz de resolver los grandes problemas na-
logrado avanzar. cionales, como la violencia o la pobreza, que
Sin embargo, el problema má estremece- requieren, para ser abordados eficazmente, de
dor de la sociedad mexicana en la actualidad un proyecto nacional de largo plazo, de una vi-
es el de la violencia del crimen organizado. sió de altura y, sobre todo, de la participació
El desfile de los decapitados ilustra todas las de las personas indicadas para resolverlos.
mañanalas página a color de los periódicos Frente a todos estos problemas, la sociedad
Las balaceras ocurren en cualquier lugar, en mexicana estÃdesalentada, desintegrada y des-
cualquier momento. Todos nos hemos con- encantada; pero lo peor de todo es que estÃ
vertido en vÃ-ctimasLa delincuencia azota con desorientada. Hay un vacÃ- de ideas, valores y
igual fuerza a los pobres y a los ricos, a los jó proyectos. En los dÃ-amá grises, todo parece
venes y a los viejos. El miedo se ha apoderado simulacro y tramoya. El sentimiento genera-
de nuestras vidas. Hay que cerrar con cadenas lizado es de fracaso y la actitud es de renun-
las puertas y ventanas. La gente sospecha del cia. No hay incentivo para actuar de manera
vecino, se recluye en cÃ-rculopequeñoy, en organizada frente a las dificultades. En otras
el peor de los casos, dentro de sÃmismos. El palabras: hemos perdido el sentido de nuestra
tejido social estÃdesgarrado por la frustració existencia colectiva.
y la violencia.
Por último otro factor que hay que tomar
en cuenta es la crisis de la tierna democracia 5. EN BUSCA DEL SENTIDO
mexicana. Los defectos de nuestra democracia
son de sobra conocidos. Uno de ellos es que No podemos revivir viejas fórmulaspero tam-
se trata de una democracia electorera y, por poco tenemos que olvidarnos de aquellas que
lo mismo, su mirada es de corto plazo. Otro funcionaron en el pasado. El nuevo sentido
defecto es que la democracia mexicana carece debe retomar lo mejor del viejo sentido, es de-
de una visió integradora, la lucha partidista cir, del que nos legà la Revolució mexicana.
lo fragmenta todo en una cacofonÃ- de pro- ¿Perdónd encontrar el nuevo sentido? N o
puestas desconectadas. Por si esto fuera poco, debemos sentarnos a esperar a que iipiire/ca
la democracia mexicana sigue infectada de los un caudillo y nos lo dicte o que un ilumina-
mismos vicios que aquejaban al antiguo régi do nos lo revele. Tampoco debemos esperarlo
24 GUILLERMO HURTADO

de los polÃ-ticoprofesionales, los intelectuales con Villoro proviene de que é opina que la or-
orgánicoso los llamados "analistas" de los me- ganizació comunitaria deberÃ-prescindir de
dios masivos de comunicación sobre todo, de la democracia representativa y, eventualmente,
aquellos que han fracasado en ese intento o, del Estado-naciónmientras que yo pienso, por
peor aún que han querido darnos gato por el contrario, que debemos intentar reformar la
liebre. El nuevo sentido lo tiene que construir democracia representativa y el Estado-nació
la sociedad civil por sÃmisma, bajo la direcció desde las comunidades rurales y urbanas.
de nuevos actores sociales que en su momento Mi esperanza es que si trabajamos todos
sean capaces de ofrecer un liderazgo creÃ-ble juntos con armonÃ-adisciplina e imaginación
y con la ayuda de intelectuales de nuevo cuñ podremos construir nuevas formas de organi-
que puedan realizar una labor de transcrip- zació polÃ-ticy social en las que se manifiesteel
ció y sÃ-nteside las ideas, valores y aspiracio- nuevo sentido de nuestra existencia colectiva.
nes que conformen el nuevo sentido. Se trata, Dicho de otra manera, el nuevo sentido no
en suma, de una labor colectiva, de un trabajo serà una fórmul trascendente a nuestras prác
en equipo en el que cada quien debe hacer ticas sociales, sino que serà inmanente a ellas.
su parte. Los mexicanos, todos y cada uno de El nuevo sentido no nos serà dictado por los
nosotros, debemos responsabilizamos de nues- dioses o por lo astros, tampoco serà revelado
tra situación Los sitios donde hemos de rea- por un sabio o un profeta; el nuevo sentido
lizar esta labor de construcció de un sentido surgirà del trabajo que realicemos de manera
colectivo son aquellos en los que convivimos colectiva para resolver nuestros problemas. Si
con los demásla unidad habitacional, el ba- esto es asÃ-la solució de la crisis de Méxic
rrio, la escuela, la fábricala oficina, los blogs, pasa por la reforma -por la salvacióndirÃ-a
las redes sociales. El nuevo sentido tendrà se- de su democracia. Sobre esto me ocuparÃ
que construirse en las nuevas organizaciones en el siguiente capÃ-tulo
democrática que surjan en dichos espacios Es predecible que el nuevo sentido, cual-
(concretos y virtuales). Algo semejante ha sido quiera que éstsea, tendrà que incorporar
propuesto por Villoro, quien desde hace una las nuevas formas de convivencia, los nuevos
décadha afirmado que la reconstrucció de valores y las nuevas aspiraciones de los grupos
MéxictendrÃque partir del trabajo realizado sociales. Méxices una nació plural, y el sen-
en las comunidades r u r a l e ~ Mi
. ~ discrepancia tido que le demos a nuestra existencia colccti-
va tendrÃque tomar en cuenta esa pluralidad.
La voz de las mujeres tambiétt'11d15 que ser
Luis Villoro, Elpodery el valar, México
Fondo de Cul-
tura Económica 1997. determinante en la construcci6n de la nueva
26 GUILLERMO HURTADO

trama; y espero que tambiélo sean las voces historia hemos pasado por momentos de inten-
de los miembros de los diversos pueblos indÃ- so optimismo. Cuando en 1821 Méxicobtuvo
genas y las de los mexicanos que viven en el su independencia, su brillante futuro parecÃ-
exterior. TambiéhabrÃque tomar en cuenta no tener lÃ-mitesSin embargo, los mexicanos
que nuestra transformació demográfic nos pronto se dieron cuenta de que ese optimismo
hace prever que en un futuro próxim habrà carecÃ-de fundamento. La mayor parte del si-
graves conflictos entre losjóveneslos adultos y glo XIX fue para Méxicun periodo de derro-
los ancianos. El nuevo sentido tendrÃque ofre- tas, discordia y declive. La Revolució fue un
cer una visió armónic que dÃrespuesta a las estallido de fuerzas y de ilusiones. A pesar de
necesidades de las distintas generaciones. que las esperanzas que generà no fueron del
En 1915, Caso recomendaba a los mexica- todo satisfechas, podrÃ-amodecir que hasta en
nos que tuviéramo alas y plomo; es decir, que sus momentos máopacos prevaleciÃcierto op-
desplegáramolas alas del ideal de transforma- timismo. Entre los añocuarenta y setenta del
ció social, pero que no perdiéramoel piso siglo xx, Méxicvivià un prolongado periodo
de la realidad.6 Hoy en dÃ-ami recomendació de optimismo. Fueron los año del milagro
es: jalas y má alas! Nuestra realidad actual es económic mexicano, de la creencia de que los
inaceptable -no hay otra manera de descri- hijos vivirÃ-amejor que sus padres. A partir de
birla- y tenemos que volar alto para salir del los añosetenta, el optimismo cayà en picada
fango. La transformació de Méxicno puede por causas que no viene al caso recordar aquÃ-
esperar; debe ser radical, pero no debe ser vio- aunque hubo por lo menos tres momentos
lenta. ¡Estamohartos de la violencia! Por el fugaces en los que revivià este sentimiento: el
contrario, el nuevo sentido deberÃ-sentar las descubrimiento de la sonda de Campeche en
bases de una nueva concordia. 1976, la firma del Tratado de Libre Comercio
de Américdel Norte en 1992 y el resultado
de la elecció presidencial en 2000. Pero ni el
petróleoni el libre comercio, ni la alternancia
democrátic cumplieron con las expectativas
El optimismo es la creencia de que en el futuro que se crearon alrededor de ellos.
inmediato vamos a estar mejor, sin que importe El pesimismo es la creencia de que en d fn-
gran cosa lo que hagamos para ello. En nuestra turo inmediato vamos a estar peor, sin que
importe mucho lo que hagamos. Mcxico ha
pasado por muchos periodos pesimistas en su
Antonio Caso, Discursos a la nació mexicana, México
Robredo, 1922.
historia; en la actualidad, este sentimiento es
28 GUILLERMO HURTADO

compartido por muchos mexicanos, quizÃpor Frente al pesimismo y el optimismo propon-


la mayorÃ-de ellos. El pesimismo es una grave go que adoptemos un meliorismo (del latÃ-"me-
enfermedad social: propicia el desconsuelo, la lior", mejor). Ést es la doctrina de que podemos
apatÃ-y el cinismo. Es preocupante observar estar mej'or si nos esforzamos en ello. El meliorismo
que en la actualidad los májóvenes incluso que defiendo no es un optimismo ciego, sino
los niñosson pesimistas con respecto al futuro que parte de un análisi crÃ-tic de la realidad
inmediato de México Y es que no tienen otros para luego formular de manera colectiva un
marcos de referencia: nacieron en la crisis, lo ideal. Los mexicanos tenemos que hacer un
mismo que sus padres. El pesimismo hace que estudio objetivo de nuestra situació para de-
veamos los problemas má graves de lo que tectar aquellos elementos en los que podemos
son. Nuestros problemas polÃ-ticoseconómi apoyarnos para mejorar. Pero nada de esto ser-
cos y sociales no son menores, pero pueden virÃsi no cambiamos nuestra actitud. Para salir
resolverse. Otras naciones han estado en situa- de la crisis debemos tener fe en nosotros mismos,
ciones má difÃ-cileque las nuestras y las han por mal que nos encontremos; fe en nuestros va-
resuelto. Y lo mismo podrÃ-decirse de nuestra lores e ideales, por oscuro que sea el horizonte;
historia: hemos estado en peores momentos y fe en nuestra capacidad para transformar nuestras
hemos salido adelante. vidas para bien, por débileque sean nuestras
Tanto el optimismo como el pesimismo son fuerzas. En este momento aciago para Méxic
estados de ánimopero en el fondo ambos es- no pueden paralizarnos ni el miedo, ni las du-
tan basados en un sistema de creencias que das, ni el desconsuelo. Estamos obligados a creer
puede describirse como fatalismo. Los dos asu- y a actuar.
men, a fin de cuentas, la tesis de que nuestros SÃ que mis palabras pueden sonar huecas
destinos está determinados de antemano por para aquellos que han querido creer y no han
una inteligencia o una fuerza superior que los encontrado nada valioso en quà depositar su
sube o baja en la rueda de la fortuna. Muchas confianza, y tambiépara aquellos que han
veces, el fatalismo ha sido determinante para querido actuar y se han topado con un grueso
bien o para mal en la historia de MéxicoLo muro. ¿Có podemos tener fe sin tener antes
fue, por ejemplo, la creencia de Moctezuma de un sentido colectivo que la oriente hacia un fin
que Cortéera un enviado de los dioses para determinado? ¿Có entregarnos a la accibn
arrebatarle su imperio. Tambiélo fue, de otra sin tener antes un programa de reconstruccibn
manera, la creencia de Madero de que su des- social? Mi respuesta es que no debemos sentar-
tino, dictado por los espÃ-ritusera derrocar el nos a esperar a que nos ofrezcan u n sentido o
régimede Porfirio DÃ-az un programa de acció para n - c t ~y para ac-
30 GUILLERMO HURTADO

tuar. Nuestra primera fe, nuestra primera cru-


zada, debe ser construir entre todos un nuevo
sentido.
Los que hoy tenemos la responsabilidad de
trabajar para atender los diversos problemas
de MéxicquizÃno podamos resolverlos todos;
pero lo que no podemos permitirnos -y ést
serÃla medida de nuestro triunfo o de nuestro
fracaso- es dejar de formular un nuevo senti- En el capÃ-tulanterior ofrecÃun panorama de
do que oriente nuestra lucha en contra de las la crisis de México Sostuve que la crisis no se
adversidades. va a ir por sÃsola, que depende de nosotros
y sól de nosotros resolverla. Es evidente que
tenemos que realizar cambios profundos en
nuestra sociedad. <PeroquÃtipo de cambio es
el que requerimos?
Para responder a la pregunta anterior con-
viene que comencemos con un análisi con-
ceptual. Los conceptos de revolución transició
y alternancia han sido los má utilizados para
examinar el cambio polÃ-ticen Méxicduran-
te la últim centuria. Una revolució es la des-
trucció violenta de un régimepara instaurar
por la fuerza uno diferente. Un cambio de ré
gimen es má que un cambio del grupo en el
poder, ya que ademásupone una transforma-
ció radical del orden polÃ-ticolegal, económi
co, social y cultural. Una transició es el proce-
so pacÃ-ficocomplejo y gradual por el cual se
transita de un régimea otro. Por ultimo, una
alternancia es la sustitució pacÃ-ficdel grupo
en el poder por otro sin que ello suponga algo
tan drástic como un cambio de régimen Una
alternancia democrátic es resultado de una
13 11
32 GUILLERMO HURTADO

elecció libre, justa y plural en la que el parti- transició democrátic no ha concluido. Den-
d o en el poder es remplazado por otro. tro de este campo yo distinguirÃ- dos grupos:
Consideremos ahora la aplicació de estos por una parte, el de aquellos que limitan esta
tres conceptos a la realidad mexicana. Se ha lectura al plano electoral, es decir, al propósit
discutido mucho acerca de si tuvimos una re- de impedir que el PRI recupere la presidencia,
volució y no má bien una serie de revueltas y, por otra parte, quienes van máallÃdel tema
populares o de luchas entre facciones para electoral y consideran que la transició debe-
obtener el poder. La discusió no es ociosa, rÃ- instaurar una manera diferente de enten-
aunque me parece algo gastada. En este capÃ- der la democracia en MéxicoMi posició es
tulo prefiero ocuparme de la alternancia y la la segunda. La transició democrátic del siglo
transición Como sabemos, hubo alternancia xx -inspirada en buena medida en la concep-
democrátic en el gobierno federal en 2000. ció de la democracia de Norberto BobbioÑ
Lo que es materia de debate es hasta quÃpun- construyà las condiciones legales y polÃ-tica
to tuvimos una transició democrática Hay para el ejercicio correcto de una democracia
varias versiones de la historia de la transición representativa a escala nacional; no obstante,
La que má me convence afirma que éstco- hizo poco para que los mexicanos adoptaran la
menzà el 19 de diciembre de 1977 con la apro- democracia como forma de vida.2 Sin menos-
bació de la Ley Federal de Organizaciones preciar lo alcanzado desde 1977, el reto actual
PolÃ-ticay Procesos Electorales y culminà el es llevar los valores y las práctica de la demo-
1 de diciembre de 2000 con la investidura de cracia a todos los rincones de nuestra vida pú
Vicente Fox. Entre ambos sucesos hubo una blica. Esta tarea no puede esperar. Si nuestra
serie de reformas legales e institucionales y de joven democracia no avanza, existe el peligro
triunfos electorales de la oposició que fueron real de que retroceda.
creando las condiciones para la alternancia en Para dar otra explicació de la crisis de
el gobierno federal del añ2000. De acuerdo nuestra democracia, ofrecerà una interpreta-
con esta versió de la historia, la transició ya ció de nuestra historia reciente con base en el
sucedià y ahora vivimos en la normalidad de- viejo concepto hegeliano de negación Lo qiu-
mocráticaVistas asÃlas cosas, el posible triunfo
del PRI en la elecció de 2012 no tendrÃ-que ' Véasepor ejemplo, Norberto Bobbio, h./ / I I / I I ~ ~deI la
tomarse como un fracaso de la transiciónsino democracia, México Fondo de Cultura Econ6111~ . i , Wfi.

como un resultado mádel fenómen de la al- Algunos impulsores de la transició turron i oiiscini-
tes de este dkficit. Véasepor ejemplo, J o s C Woldcnhcig,
ternancia. El cambio democrátic y la educaci-n c ' v i c a rn M & i m , MCxic'o,
Sin embargo, hay quienes piensan que la Cal y Arena, 2006.
34 GUILLERMO HURTADO

hizo la ciudadanÃ-el 2 de julio de 2000 fue una 2 . LA DEMOCRACIA A LA DERIVA


negació enfátic del viejo régimen Lo que se
pedÃ-al candidato ganador era que desplazara Despuédel añ 2000, los mexicanos hemos
al grupo en el poder, pero pronto fue evidente aprendido que la democracia n o es una garan-
que la negació del antiguo régimeno nos tÃ-para resolver nuestros problemas polÃ-ticos
habÃ- llevado a la instauració de uno nue- económicoy sociales. Pero serÃ-peligroso que
vo. La agenda del cambio que tanto se habÃ- del aprendizaje anterior se quisiera inferir, de
anunciado no configurà en verdad un nuevo manera falaz, que para resolver los problemas
periodo de nuestra historia, sino que se quedà de Méxices preciso tener menos democracia.
en el estrecho margen de la negació del pe- Mi opinió es exactamente la contraria. Para
riodo anterior. A partir de 2006, la sensació resolver sus problemas, Méxicnecesita má
de estar atrapados en un intersticio se volvià democracia. Por redundante que suene, hay
má intensa. No queremos regresar al pasado, que democratizar nuestro sistema democrá
pero tampoco podemos llegar al futuro; esta- tico: el gobierno, el congreso, los tribunales,
mos encerrados en un presente asfixiante del los partidos polÃ-ticoy los medios de comuni-
que no sabemos cóm salir. Ante la elecció de cación
2012 se plantean entonces dos opciones: una La democracia ha sido uno de nuestros
es la negació de la negació del añ2000 en- ideales sociales máarraigados, tanto asÃque la
tendida como el retorno al viejo régimenla historia del Méxicindependiente podrÃ-na-
otra es la negació de la negació entendida rrarse como la historia de nuestra lucha por la
de manera hegeliana como una superació democracia. No olvidemos que la Revolució
del estado actual que no nos devuelva al an- nacià como un movimiento democratizador.
terior, sino que, en un movimiento de espiral, Muy pronto se le fueron sumando otras de-
nos lleve a un estado que recoja elementos del mandas sociales, pero podrÃ-decirse que esto
estado actual pero que tambiélo supere. El fue posible porque su demanda inicial era pre-
problema al que nos enfrentamos es que no se cisamente la democracia. El ideal democrátic
ve cóm podamos transitar del estado actual nunca se perdióincluso cuando el régimelo
a otro superior y, por lo tanto, existe el temor, puso por debajo de otras prioridades naciona-
quizÃno del todo infundado, de que la nega- les. El peligro es que ahora, cuando tenemos
ció de la negació signifique un retroceso. má democracia que nunca antes en nuestra
historia, ese ideal se pierda.
A estas alturas debe ser evidente que no son
las leyes, ni los tribunales, ni las comisiones
36 GUILLERMO HURTADO

electorales los que por sÃsolos mejorará la de-


mocracia mexicana. Son los ciudadanos y sól
ellos los que podrá remediar sus males. Ést La democracia puede entenderse de manera
es una lecció que Antonio Caso y Josà Vas- austera como una forma de gobierno -asà la
concelos reiteraron durante la primera mitad entendÃ- Bobbio- o, de manera sustantiva,
del siglo anterior. Méxicnecesita formar a los como una forma de vida en comunidad. Como
ciudadanos que sean capaces de construir la ya dije, la transició del siglo xx instaurà en
democracia que queremos. Sin ellos, los códi nuestro paÃ-un sistema de gobierno basado en
gos será letra muerta y las instituciones será la democracia representativa, pero hizo poco
elefantes blancos. Esto lo vio con toda claridad para que la democracia fuese adoptada por los
Antonio Caso, quien pensaba que la solució mexicanos como una forma de vida. En conse-
a los problemas de MéxicdebÃ-proceder de cuencia, nuestro moderno sistema democráti
la educació cÃ-vicy moral de los mexicanos. co convive con una caterva de arcaicas prácti
La solució de nuestros males, afirmaba Caso, cas antidemocrática que está enclavadas no
no es un asunto de ideologÃ-assino de los sen- sól en el gobierno, en el congreso y en los
timientos morales que tengamos ante el pró partidos polÃ-ticossino en el resto de la socie-
jimo y de la manera en que esos sentimientos dad. Por ello pienso que habrÃ-que culminar
nos hagan actuar para construir un mejor paÃ-s la tarea que dejà pendiente la transició del
Vasconcelos tambiécomprendiÃque para sal- siglo anterior; a saber, llevar las prácticay los
var a MéxichabÃ-que educar a los mexicanos valores de la democracia a todos los rincones
de acuerdo con valores e ideales que lo eleven del espacio público
por encima de su corrupción brutalidad y Entendida como una forma de vida, la de-
mezquindad. Para Vasconcelos, la batalla prin- mocracia es un ideal muy alto. Exige de los
cipal sucedÃ-en el espÃ-rit de los mexicanos, ciudadanos una participació permanente
era allÃdonde se ganaba o se perdÃ-la guerra que les quita tiempo y esfuerzo para otras acti-
por México El clamor de Caso y Vasconcelos vidades personales. Sin embargo, la democra-
sigue vigente. Mientras los mexicanos no haga- cia es, en nuestros dÃ-asel únic ideal polÃ-tic
mos un esfuerzo para cambiar para bien, nues- que sigue brillando en el horizonte. Creer en
tra democracia tampoco lo hará la democracia es creer en la reali7aci-n de la
libertad, creer en la capacidad del s t h~u m a n o
-quiero decir, de cualquierser h11111i111o-pura
colaborar con los demáde mancl ;i piicifica en
la construcció de un mundo mejor. Para que
38 GUILLERMO HURTADO

los mexicanos podamos acercarnos a ese ideal la pobreza o la violencia no hace falta algo tan
es preciso que emprendamos otra transición vago como una nueva transició democrática
diferente de la que tuvimos en el siglo pasado. lo que hace falta es un gobierno fuerte que ins-
La transició del siglo XXI tendrÃ-que ir má trumente las soluciones polÃ-ticasadministrati-
allà de lo electoral para llegar a la fuente de vas, jurÃ-dicay técnicade los problemas antes
la democracia: la ciudadanÃ-aSól asÃel siglo mencionados. Mi réplices que, por supues-
XXI podrà ser, para nosotros, el siglo de la de- to, querrÃ-amotener un gobierno asÃ-siempre y
mocracia. cuando fuese u n gobierno democráticoY para ello
Entre otras cosas, lo anterior significa que es indispensable la nueva transición no sól
para que Méxicresuelva sus problemas por para indicarle al nuevo gobierno la ruta que
medio de la democracia tenemos que dejar de deberÃ-tomar para solucionar los problemas
esperar que sean otros los que los solucionen nacionales, sino sobre todo para contribuir
y asumir la responsabilidad de ocuparse de con el gobierno en la solució de los mismos.
la parte de los problemas que le toca a cada Nuestro oponente podrÃ- conceder que
quien. La transformació de Méxictiene que todo lo que he dicho suena muy bien, pero que
comenzar en el entorno que rodea a cada uno es demasiado idealista. ¿Có hacer algo para
de los mexicanos. La solució de la crisis de mejorar nuestra democracia desde nuestro im-
Méxiccomienza en el hogar, en la oficina, en perfecto sistema democráticoMi respuesta es
el taller, en el aula, en la asamblea, en el barrio, que si en verdad somos demócratasno hay otro
en el sindicato, en el municipio, y asÃprogresi- lugar desde donde podamos transformar a la demo-
vamente. Como si se tratase de una inundació erada que desde la democracia misma; pero esto
que va subiendo de nivel, llegarÃun momento no significa que tengamos que hacerlo desde
en que este movimiento social surgido de las los oscuros callejones del sistema democrátic
bases de las sociedad alcance a los partidos, a actual, es decir, desde las estructuras viciadas e
los tribunales, al congreso y al gobierno. Su inoperantes del sistema polÃ-ticque queremos
fuerza dependerà de que antes haya cubierto transformar. Tenemos que atrevernos a inven-
el resto del espacio público Por lo tanto, no tar una nueva democracia, paso a paso, con
es el gobierno en sus distintos niveles, ni los prudencia pero con determinación Como ni
partidos polÃ-ticolos que pueden encabezar la toda improvisación seguramente se con 11-t c-
nueva transiciónpor el contrario, son ellos los rá errores -algunos costosos y dolorosos-,
que tendrá que ser modificados por ella. pero lo importante es no desmayai, no ;I!)~III-
Alguien podrÃ-hacer la siguiente objeción donar el camino; tomar las fallas -que las ha-
para resolver los problemas de Méxiccomo brá como experiencias q u e ~)iicd;iiisernos
40 GUILLERMO HURTADO

útile para mejorar los resultados futuros. En tanto, requiere una reforma moral. No ignoro
la democracia no hay garantÃ-aspero, como que la palabra "moral" tiene mala fama entre
insistÃ-William James, el miedo al fracaso no nosotros, pero el uso que aquÃharà de ella
debe paralizarnos ante las grandes decisiones recupera su origen en el vocablo latino mores,
de la vida.s En estas circunstancias, la inacció costumbres. La transició moral, por tanto, no
es peor que la derrota. es un cambio sól de valores, sino, sobre todo,
de formas de vida.
Hago otra aclaraciónla reforma propuesta
4. DEMOCRACIA Y MORAL es de la moral públic de los mexicanos, no de
su moral privada. Quà haga o deje de hacer
La democracia tal como la entiendo en este un mexicano en su ámbit privado es algo que
ensayo es má que una forma de gobierno: es sól a éle concierne; pero quà hace o deja
una forma de vida en comú basada en ciertos de hacer en el entorno públic le concierne
valores e ideales. Éstes una idea que ha sido a otros mexicanos. PodrÃ-objetarse, y no sin
defendida por varios filósofosuno de ellos fue razónque la frontera entre lo privado y lo pú
Antonio Caso. En Elproblema de Méxicy la ideo- blico no siempre estÃbien definida. Ést es un
logia nacional, asÃcomo en otros de sus escritos, problema que no abordarà aquÃ-pero lo im-
Caso propuso que la democracia debÃ- tener portante, por el momento, es tener en mente
una inspiració moral.4 Y es que la democra- la di~tinción.
cia, segú él no se reduce a una forma de go- Una reforma moral es un proceso dirigido
bierno, sino que es, a fin de cuentas, un ideal de cambio de los valores y las costumbres de
de vida basado en virtudes morales. Caso sos- una colectividad. Un proceso como éstrara
tenÃ- que para lograr una mejor democracia vez es espontáneonormalmente es el resulta-
no bastaba con tener mejores leyes o mejores do de un movimiento organizado para ese fin.
instituciones, sino que era indispensable que Para entender la forma de este movimiento
hubiera mejores ciudadanos. conviene distinguir una reforma moral de un;i
La nueva transició democrática por lo revolució moral. En una revolució mor:il
c o m o la que hubo en China entre 19fiti v
' William James, "1.avoluntad de creer", en 1,a voluntad
1969- hay tribunales, vigilantes y c:is~iuos.l",l
de creer, Madrid, Ediciones Encuentro, 2004.
Vkase Antonio Caso, El problema de, Mixico y la ideologÃ-
nacional, Mkxico, Editorial Cultura, 1924. En este punto U n a discusió clásic sobre el conccp~o( I r lo piil)li('o
puede encontrarse una semejanza entre el pensamiento se halla en John Dewey, I,a opinih / ~ i ' h l n uS x1.i /iiiilili~iini.i,
de Caso sobre la democracia y el de John Dewey. Madrid, Ediciones Morata, 2006.
42 GUILLERMO HURTADO VIEJA Y NUEVA TRANSICION 43
grupo que toma el poder se convierte en el de la lucha partidista. Esto no significa que los
juez del resto de la sociedad, a la cual pretende partidos polÃ-ticodeban borrar de su agenda
transformar de manera inmediata y absoluta. el tema de la moral; no, sino que ninguno de
Una reforma moral, por otra parte, es un pro- ellos podrÃ- ser el responsable exclusivo de
ceso complejo y gradual organizado por la pro- este movimiento. Ningú partido se puede
pia sociedad para cambiarse a sÃmisma sobre adscribir la caracterÃ-sticde ser el partido del
la base de ciertos valores e ideales compartidos. bien, dejando entender con ello que los demá
Una reforma moral no pretende cambiar a la partidos son los partidos del mal. Lo mismo
sociedad por medio de la fuerza, sino por me- podrÃ-decirse acerca de la participació d e las
dio de la persuasión No exige que el cambio iglesias, los medios masivos de comunicació e
sea inmediato, sino que reconoce que tomarà incluso las universidades, que si bien podrÃ-a
tiempo. No aspira a la pureza moral, sino a la participar en el movimiento de diversas mane-
transformació personal genuina. ras, no podrÃ-a adjudicarse la orientació o la
Un movimiento de este tipo normalmente ejecució de este proceso. La reforma moral
parte de un sentimiento de indignació o, por debe involucrarnos a todos y debe hacerlo de
lo menos, de insatisfacció moral compartido una manera en que todos nos sintamos respon-
por un grupo de personas. Estos sentimientos sables de su éxito de su f r a c a ~ o . ~
tienen que generar en aquellas personas no
sól el deseo genuino de transformar sus vidas,
sino la voluntad firme para llevar a cabo dicha
transformaciónPero aun suponiendo que hu-
biese un grupo de personas con esas caracterÃ-s El tema no es nuevo. A lo largo de nuestra his-
ticas, ¿có podrÃ-aorganizarse para impulsar toria ha habido varios llamados a realizar una
una reforma moral de la sociedad entera? Una renovació moral. La de mayor repercusió ha
respuesta rápid es que tendrÃ-a que hacerlo sido el movimiento maderista. El gran legado
de manera democráticaComo Méxices una de Madero es su intento de moralizar nnestr;~
nació plural en la que se aceptan diversas con- vida públicaDespué de la muerte del procer,
cepciones acerca del bien, la reforma moral su peculiar preocupació moral fue ah;itul()-
tendrÃ-que enfocarse en aquellos valores lai- nada por la mayorÃ- de los revolucioti;itios,
cos e incluyentes que pudiesen ser adoptados
por todos los mexicanos para guiar su proceso " Para una reflexió reciente sobre c 6 m o sr o p n . ~ 1111~1
reforma moral de una naciónvéas Kwiniic A I I I ~ I Ap- ~II~
de transformació social. De ello se desprende piah, The Honor Code: How Moral Rnioliilioii i H I I / ) / w ~N01-
,
que la reforma tendria que ser independiente ton & Company, 2010.
44 GUILLERMO HURTADO

pero no por todos, y ésfue la reserva moral dad de quedar exentos de respetar esas normas.
de la revoluciónDesde el triunfo del constitu- Esta exenció puede ser momentáne o puede
cionalismo, una crÃ-tic de los intelectuales al prolongarse de manera indefinida. Jorge Por-
Estado posrevolucionario fue que ésthabÃ- tilla estudià el fenómen que éllamà suspen-
traicionado los ideales morales que habÃ-ains- sió temporal de los valores.* Esta suspensió es
pirado el movimiento. Los intelectuales crÃ-ti un hueco que se abre y se cierra en el espacio
cos denunciaron la corrupciónla mentira y la del valor. En ciertos momentos de juerga, un
codicia que se habÃ-a extendido como un cán grupo de personas se sustraen de ese espacio
cer dentro del gobierno y la sociedad entera. para luego retornar a é como si nada hubiese
El presidente Miguel de la Madrid plante6 una pasado. Pero hay quienes suponen que tienen
campañde renovació moral de la sociedad una suerte de licencia para estar en todo mo-
que sól quedÃen buenas intenciones. Una de mento por encima de cualquier sistema moral.
las promesas de la transició fue que los vicios En esos casos se forman hoyos negros en el es-
del viejo régimeiban a ser erradicados. Como pacio del valor que destruyen todo lo que se
sabemos, la promesa no se cumpliÃy éstha les acerca.
sido una de las decepciones mágrandes de la Otro fenómen cercano al anterior es el de
alternancia. la negociació moral. Una práctic comú en
Cualquiera que sea la ruta que tome nuestra Méxices negociar para quedar exentos de las
reforma moral, tenemos que resolver un pro- reglas de la moral y del derecho. Desde niño
blema que ha sido abordado de diversas mane- aprendemos que hay salidas del espacio del va-
ras por filósofo e intelectuales mexicanos. Se lor. En estas condiciones, el discurso moral no
trata de lo siguiente: tal parece que el proble- se toma al pie de la letra, sino que se convierte
ma de fondo no es el de cuálevalores tenemos en un modo de reprender o reclamar. Esto nos
o deberÃ-amotener, sino cóm nos relaciona- indica que en Méxicel valor estÃsupeditado
mos con ellos. Segú Kant, la ley moral tiene al poder, cuando deberÃ- ser al revésQuien
que ser universal, es decir, tiene que valer para ejerce el poder administra la moral. El poder
todos por igual.' Sin embargo, es evidente que en cuestió no es sól el de los gobernantes,
aunque los mexicanos se declaren a favor de es tambiéel del padre, el maestro, el jefe y
que se respeten las normas morales, muchos también no se olvide, el que ejercen por otros
de ellos quieren seguir teniendo la posibili- medios el hijo, el alumno y el subordinado.

' lmmanuel Kant, Fundamentiiril't~de la metaf'sica de las Jorge Portilla, Fenomenolog'u del rrlajii, M C x k o , l'ki,

costumbres, Madrid, Espasa Calpr, 1994. 1966.


46 GUILLERMO HURTADO

Es posible que esta relació disfuncional con Distingamos dos tipos de educació mo-
el valor sea una aciaga herencia colonial que to- ral: aquella que pone énfasien los valores y
davÃ-no podemos sacudirnos. Pero no me inte- aquella otra que lo pone en las virtudes. La
resa realizar aquÃuna genealogÃ-de nuestra (in) primera se ocupa de lo bueno en sus diversas
moralidad. La hipótesique quiero proponer es modalidades y de las normas que hemos de se-
que en el fondo de estos fenómeno se encuen- guir para alcanzarlo. La segunda se ocupa de
tra el hecho de que los mexicanos no tomamos la vida buena, de sus diversos rasgos y de cóm
la moral como algo propio, interno, sino que la vivir para realizarla. A mediados del siglo xx,
tomamos como algo ajeno, externo, a nuestra la éticobjetivista de los valores fue la de ma-
persona. La reforma moral tendrÃ- que llevar- yor influencia en la orientació filosóficaPor
nos de una concepció de la moral como algo ejemplo, Samuel Ramos pensaba que lo que
impuesto, algo padecido, a otra en la que la mo- Méxicnecesitaba para corregir sus vicios era
ral sea vista como parte de la fibra que conforma la convicció de que existen valores intrÃ-nse
nuestra persona y nos otorga dignidad. cos cuya realidad no depende de nuestros pun-
Méxicno es, por supuesto, la únic nació tos de vista subjetivo^.^ Otros autores pensaban
en la que existe una doble moral. No somos de manera similar, uno de ellos fue Eduardo
excepcionales en ese sentido. Sin embargo, es GarcÃ-Máynezautor de la obra de texto má
evidente que nuestros vicios morales han sido leÃ-dde introducció al estudio del derecho.'"
un lastre que nos ha impedido avanzar en la Sin embargo, a pesar de que las obras de es-
solució del resto de nuestros problemas po- tos autores fueron leÃ-daen colegios y facul-
lÃ-ticoseconómico y sociales. Ya es tiempo de tades, no se puede decir que hayan cumplido
abandonar ese fardo nefasto. Cuando por fin su propósito La moral públic no mejorà en
logremos dejar esos atavismos, no seremos me- esos añosMe parece que parte del fracaso de
nos mexicanos, sino mejores mexicanos. aquella educació moral es que al valor se le
veÃ-como algo demasiado objetivo, casi como
un planeta lejano, y no se encontraba la mane-
ra en la que uno podÃ-relacionarse con él Es
por ello por lo que considero que una mane-
La reforma moral requiere la acció educativa ra de reducir la brecha existencia! que separa
en todos los niveles, desde la que se imparte
en las escuelas y universidades hasta la que se Samuel Ramos, Hacia un nuevo humanismo, segunda edi-
ciónMéxico Fondo de Cultura Económica1962, p. 60.
dirige por otros medios a la sociedad que est;
l o Eduardo GarcÃ-MáynezIntroducció al estudio del de-
fuera del sistema escolar. recho, México Porrúa1940.
48 GUILLERMO HURTADO

a los mexicanos de los valores serÃ-organizar go, las personas virtuosas normalmente no
nuestra educació moral en torno a las virtu- son perfectas y por eso podemos emularlas en
des. Esta propuesta no tiene nada de original aquella zona de su carácteen la que destacan.
ni de novedoso, pero no estÃde má repetirla La educació moral basada en virtudes que se
una y otra vez para que algú dÃ-llegue a po- ofreciera en las escuelas tendrÃ-que dar a los
nerse en prácticaEl problema, por supuesto, alumnos ejemplos de vidas virtuosas a travé de
es cóm dar inicio a un movimiento de mo- la lectura de textos literarios o históricospero
ralizació pública Quizà nos harÃ- falta un tambiéhabrÃ- de motivarlos para que ellos
pensador como Carlos de Sigüenzy Góngor mismos reflexionaran en su contexto acerca de
que fuese capaz de escribir un nuevo Theatro quÃes la vida virtuosa. Hay varios problemas fi-
de las virtudes polÃ-ticaque estuviese dirigido no losófico y pedagógico en torno a la éticde
sól a los gobernantes, sino a todos los ciuda- las virtudes y a la educació moral basada en
danos, y que pudiese ilustrarnos -por medio ella que no menciono aquÃ-Mi planteamien-
de ejemplos que muestren que los mexicanos to se limita a sugerir que una educació moral
podemos ser virtuosos- acerca de las virtudes basada en virtudes podrÃ-ser la máadecuada
pública que deberÃ-aestar en la base de nues- para nuestra reforma moral y, por añadidura
tra práctic democrática-' para nuestra nueva transició democráticaEn
El reto de nuestra educació moral no es el siguiente capÃ-tuldirÃalgo másobre cóm
tanto que los mexicanos aprendan de memo- hemos de organizar la educació moral en el
ria una lista de valores y normas morales, sino sistema escolarizado.
forjar su carácte para que sean virtuosos en
cada una de las esferas de sus vidas. Segú Aris-
tótelesla virtud es un hábit que hace buena
a la persona en cierto aspecto y la hace reali-
zar bien su tarea.12 Las personas virtuosas son
personas que han tenido la fuerza de carácte
para actuar de manera moral a lo largo de su
vida y, sobre todo, en aquellos momentos en
los que han sido puestas a prueba. Sin embar-

" Carlos de Sigiienza y G-ngora, Teatro de las virtudes


polÃ-ticaque. constituyen a un principe, México
UNAM, 1986.
UNAM, 1954.
l 2 Arist-teles, Ktica nicomaqueu, México
ció que reciben en las facultades y escuelas
no los prepara para salir del estrecho espacio
de su práctic profesional y ocuparse de pro-
blemas que salgan del campo limitado de los
planes de estudios.
La situació actual de la filosofÃ-es preocu-
pante, no sól para el gremio sino para la socie-
dad entera. Sin la participació organizada de
la filosofÃ-en la reconstrucció nacional serÃ
En el primer capÃ-tulofrecÃuna visió sinópti má difÃ-ci-y lo digo con plena convicción
ca de la crisis de México y en el segundo capÃ- que la democracia entendida como una forma
tulo sostuve que para que Méxicsalga de esa de vida basada en valores e ideales se instaure
crisis tiene que llevar a cabo una nueva transi- en nuestro paÃ-sAnte esta situació formularÃ
ció democráticaEn este capÃ-tulconsiderarà una pregunta que permita orientar la acció
el papel que pueden desempeñalos filósofo de quienes pensamos que la filosofÃ-puede ser
mexicanos en la conformació de una demo- profesional y, a la vez, un agente efectivo del
cracia que pueda renovar el sentido de nuestra cambio social. La pregunta es: iquà relació de-
existencia colectiva. bm'a haber entre la filosof'a y la democracia?
En México como en el resto del mundo, el La respuesta que darÃa esta pregunta estarÃ
impacto social de la filosofÃ-ha disminuido de basada en la tesis -que procede de los escritos
manera considerable. La opinió de los filóso de Leopoldo ZeaÑ de que es legÃ-timque la
fos sobre los asuntos público no es tomada en filosofÃ-académicmexicana preste atenció
cuenta y, por lo mismo, son casi invisibles en los a los problemas concretos del paÃ-e intente
medios masivos de comunicaciónAdemáslos contribuir, en la medida de sus posibilidades,
filósofohan perdido la influencia que alguna en la resolució de los mismos. Quienes pen-
vez tuvieron en la orientació de las élite y de samos asÃno nos oponemos a que la filosofÃ-
los sectores ilustrados de la opinió públicaSe sea plural en sus orientaciones, o profesional
han ofrecido varias explicaciones de este he- o especializada; pero creemos que nada de
cho. Una de ellas es que la profesionalizació lo anterior es incompatible con que la filoso-
obliga a los filósofoa especializarse de manera fÃ-asuma el compromiso de h;tc<.-ralgo para
muy temprana y estrecha y eso les hace perder
de vista los grandes problemas que preocupan
a la mayorÃ-de la gente. Otra es que la forma- ' Leopoldo Zea, La filosof'a como ~OIII/II~IIII~.V~I
y otros ensa-
yos, México
Fondo de Cultura Econdink:~,1952.
52 GUILLERMO HURTADO

resolver los problemas nacionales. Aclaro que independencia, vista asÃ-fue una rebelió no
no pienso que todos los filósofo académico sól contra el dominio polÃ-tic españolsino
mexicanos tienen la responsabilidad irrenun- tambiécontra la hegemonÃ-de la Iglesia en
ciable de ocuparse de los problemas de su el campo intelectual. Para Barreda, la actitud
entorno público Sin embargo, pienso que si autoritaria y dogmátic del antiguo régime
los filósofo mexicanos tienen una conciencia debÃ- ser sustituida por una actitud experi-
moral, social y polÃ-ticano podrá ignorar los mental y laica. Por ello, Barreda sostuvo que el
problemas de su realidad inmediata. Algunos positivismo de Auguste Comte era la filosofÃ-
de ellos intentará contribuir desde la filosofÃ- indicada para sentar las bases de la democracia
a la resolució de esos problemas, pero otros mexicana y, por lo mismo, debÃ-ser adoptada
podrá hacerlo desde otras dimensiones de su por el Estado para llevar a cabo este propósito
vida. La escuela era el lugar donde el positivismo de-
bÃ-cumplir su misiónCon ese propósitoBa-
rreda fundÃla Escuela Nacional Preparatoria,
que, como indica su nombre, debÃ-preparar a
los ciudadanos de la democracia mexicana.
No es coincidencia que en la mayorÃ-de
La pregunta sobre la relació entre la filoso- los paÃ-selatinoamericanos el positivismo haya
f'a y la democracia se ha planteado en diversas tenido tal influencia. Lo que se buscaba era lo
ocasiones a lo largo de nuestra historia. En esta mismo: un sistema riguroso de pensamiento
secció expondrà algunas ideas sobre el tema que ocupara el lugar que habÃ-tenido la filo-
formuladas por Gabino Barreda, Antonio Caso sofÃ-escolástic en el periodo colonial y que
y Luis Villoro. De cada uno de ellos tomarÃal- sirviera para la construcció de un nuevo ré
gunas de sus ideas para hacer una propuesta gimen de libertades y de progreso. Pero asÃ
sobre la relació entre la filosofÃ-y la demo- como en todos lo paÃ-sede AméricLatina el
cracia. positivismo fue una filosofÃ-imperante en el
En su "Oració cÃ-vica"discurso leÃ-d en últim tercio del siglo XIX, en todos ellos hubo
1867, Gabino Barreda sostuvo que la indepen- un movimiento contrario al positivismo que
dencia estuvo impulsada por lo que éllamà surgià a principios del siglo xx. El principal
una aspiració de emancipació mental?- La oponente filosófic del positivismo en Méxic
fue Antonio Caso. Pero Caso fue máallÃy en
varios de sus escritos, por ejemplo, en su libro
Gabino Barreda, "0raci-n cÃ-vica"en Estudios,Méxi
co, UNAM, 1941, pp. 71-109. de 1941 La persona humana y el Estado totalita-
54 GUILLERMO HURTADO UNA FILOSOF~APARA LA DEMOCRACIA 55
rio, criticÃla idea de que el Estado adopte una democracia. En su libro de 1997 El poder y el
filosofÃ-como 0ficia1.~Por esto, en la décad valor, Villoro sostuvo que la democracia repre-
de los treinta, Caso se opuso al proyecto gu- sentativa y liberal de nuestros paÃ-sedebÃ-ser
bernamental de imponer el socialismo como la sustituida por una nueva democracia comuni-
filosofÃ-oficial de la educació pública taria y consensual, semejante a la de las comu-
En su ensayo de 1976 "FilosofÃ-y domina- nidades indÃ-gena neozapati~tas.~ Villoro ha
ción"Luis Villoro sostuvo que los filósofode- coincidido en esto con movimientos sociales y
ben cumplir una funció crÃ-ticpermanente polÃ-ticode naciones de AméricLatina que
frente a las ideas defendidas de manera dogmá en los inicios del siglo XXI han buscado trans-
tica por el Estado y los grupos de poder.4 Para formar sus democracias con procedimientos
Villoro, la filosofÃ-debe tener una funció libe- que van máallÃde los aceptados por la demo-
r a d o r ~no
, sól de las conciencias individuales, cracia representativa. Sin embargo, la posició
sino de los grupos sociales desfavorecidos por de Villoro es todavÃ- má extrema, ya que é
el sistema polÃ-tic y económico Villoro coin- propone como un objetivo a mediano plazo la
cide en esto con un movimiento de ideas que desaparició del Estado nación
surge en AméricLatina en el siglo xx y del Me parece que algunas ideas de Barreda,
que forman parte la filosofÃ-ala teologÃ- y la Caso y Villoro todavÃ-pueden ser de utilidad
pedagogÃ- de la liberación Una idea central para orientar nuestra reflexió sobre la demo-
de este movimiento es que no basta con garan- cracia. De cada uno de ellos podemos extraer
tizar a nivel constitucional las libertades indivi- propuestas que retornarÃen las siguientes sec-
duales básicassino que es indispensable hacer ciones de este capÃ-tulo
algo para que las grandes masas populares se
liberen de la opresió polÃ-ticaeconómic y
cultural en la que se encuentran.
La posició de Villoro en "FilosofÃ-y domi-
nación se quedaba en la resistencia frente al Volvamos a la pregunta que nos ocup;~..-'(&u;
poder y no explicaba quÃpodÃ-hacer la filoso- pueden hacer los filósofo para contri buir ;il
fÃ-para ayudar a la construcció de una mejor desarrollo de la democracia? La respncst:i 111;i.s
obvia es que lo que pueden hacer es lo (111enic-
Antonio Caso, La persona humana y el Estado totalitario, jor saben hacer: reflexionar filos(Ã-fic;iii~~-~i~
so-
México UNAM, 1941.
Luis Villoro, "Filosofiay dominación"en El concepto de.
ideologÃ-y otros ensayos, MéxicoFondo d e Cultura Econó Luis Villoro, Elpodery elvalor MMr?ii(11. l'oiiiln < ! (  Cnl
mica, 1985, pp. 135-152. tura Económica1997.
56 GUILLERMO HURTADO

bre la democracia y de esa manera contribuir, Mi propuesta va en contra de la de aquellos


como especialistas, a la discusió públic sobre filósofo que han intentado impulsar la de-
ella. Esta respuesta es correcta, pero no me mocracia desde arriba. Hay que abandonar el
deja del todo satisfecho. Los filósofo pueden modelo elitista y cortesano del filósof como
contribuir de otras maneras en el desarrollo de un intelectual orgánicocomo el consejero de
la democracia. Má allÃde pensar sobre la demo- los poderosos. Esto lo ha visto con claridad Vi-
cracia, podemos hacer algo para impulsarla. lloro: el filósof debe mantener una distancia
En el capÃ-tulanterior sostuve que para re- crÃ-ticfrente al poder. Pero tambiédiscrepo
formar a nuestra democracia debÃ-amofortale- de aquellos filósofoque han pretendido trans-
cerla y llevarla a todos los rincones del espacio formar a la sociedad "desde abajo" fungiendo
público En esto coincido con Caso, que veÃ- como lÃ-derede la vanguardia revolucionaria.
la democracia como un ideal moral que debe Ninguna de estas vÃ-aes democrátic por va-
ser adoptado en teorÃ-y práctic por la socie- rias razones, una de ellas es porque consideran
dad entera. Esta labor de democratizació no que la sociedad necesita la iluminació del fi-
es, por supuesto, responsabilidad exclusiva de lósof para encontrar su camino. En contra de
la filosofÃ-aLa democracia la hacemos todos, estas actitudes paternalistas y hasta mesiánicas
pero los filósofo tenemos una tarea especÃ-fic propondrà una posició má modesta. Voy a
que podemos realizar dentro de este proyecto. sostener que el mejor lugar donde el filósof
Es importante, sin embargo, que entendamos puede trabajar en favor de la democracia es la
muy bien de quÃse trata. La filosofÃ-no puede escuela de nivel medio superior. Esto no signi-
seguir adoptando la actitud arrogante de que- fica que le reste valor o importancia a la labor
rer guiar o tutelar o iluminar o interpretar a que los filósofo puedan realizar de manera in-
la democracia. La filosofÃ-debe ser una obre- dividual como periodistas, activistas sociales o
ra de la democracia; una obrera especializada miembros activos de asociaciones civiles o cle
que trabaje con los ladrillos que les dan forma partidos polÃ-ticoso incluso desde el gohi<*riio.
y contenido a las práctica democráticasEstos pero me parece que donde podemos ~ I ~ ; I I ) ; I ~ I I
ladrillos, a mi modo de ver, son los argumen- mejor de manera conjunta, en cuanto un S ~ I , I O I
tos, los valores y los ideales de la democracia. de la sociedad, es en la escuela.
La tarea de la filosofÃ- consiste en preservar La escuela es el taller de la deiinx I ;II¡: v (-5
y perfeccionar esos materiales con los que la allÃen donde el impacto social de 1.1 l i l ( )sol 1.1
sociedad se organiza de manera democrática puede sentirse con mayor ~ L I C I K I . " l8.s 1 cspon-
y ha de hacerlo desde abajo, es decir, desde el
nivel mismo de las prácticas
58 GUILLERMO HURTADO

sabilidad del Estado que la escuela forme a los es que no afirmo que la filosofÃ-deba ser en-
ciudadanos d e una democracia robusta y pien- señadúnicament en el nivel medio superior.
so que para ello -aunque no exclusivamente Por el contrario, para llevar a cabo un proyecto
por ello- la filosofÃ-debe estar presente en como el que propongo, tendrÃ-que haber un
los planes de estudio de la educació media incremento enorme en la matrÃ-culuniversita-
superior. En esto coincido con el proyecto de ria de estudiantes de filosofÃ-para poder satis-
pedagogÃ-social de Barreda, aunque no com- facer la demanda de profesores para el sistema
parta con ésu positivismo dogmátic ni su de educació media superior. Mi proyecto,
idea de que debe haber una doctrina filosófic por lo tanto, implica una expansió de la fi-
oficial en el campo educativo. Mi propuesta es losofÃ-profesional como no lo tendrÃ-amode
que la filosofÃ-debe instruir a losjóvene en las otra manera. Si ademá de impartir de mane-
diversas habilidades conceptuales, argumenta- ra obligatoria la filosofÃ-en el bachillerato se
tivas, crÃ-ticay hermenéuticaque son centra- hace desde niveles educativos anteriores, tanto
les para la práctic democrática Para ello es mejor para los objetivos que he planteado.
indispensable que en la escuela de nivel medio Para que la propuesta formulada aquÃse
superior se enseñematerias o, por lo menos, transforme en una polÃ-ticde Estado se reque-
contenidos de filosofia. rirÃ-alcanzar antes un acuerdo nacional sobre
Antes de avanzar quiero hacer dos aclara- los fines de la educació media superior obli-
ciones para evitar posibles malentendidos. La gatoria. Es indispensable que el actual modelo
primera es que yo no afirmo que la filosofÃ- educativo inspirado en la idea de capacitació
sea una sierva de la democracia. El que la filo- sea sustituido por otro basado en la idea de
sofia se cultive como un fin en sÃmismo no im- formación La principal preocupació del sis-
plica que tenga que renunciar a su aspiració tema educativo vigente es darle al egresado
legÃ-timy añejde colaborar en el proceso de las herramientas indispensables para ingresar
transformació de la realidad. Y por lo mismo en el mercado internacional del trabajo. Por
estoy convencido de que si nuestra filosofÃ- supuesto que éstdebe ser una de las tcirt-as
puede ser un medio para la democratizació y de la educació media superior, pero n o po-
por ello se politiza en alguna medida, eso no la demos abandonar el ideal de formar ciiid;id;i-
denigra en lo absoluto. La segunda aclaració nos responsables y, a fin de cuentas, pcrson;is
virtuosas. Le toca a la comunidcid filos(Ã-lic;
convencer a la sociedad civil de irn~)iils;ir(*SI('
maneras por varios fil6sofos y pensadores. Véasepor proyecto en todos los espacios p Ãbl ic()S )tres-
ejemplo, John Dewey, Democracy and Education, Nueva York,
The Free Press, 1997.
pendientes: desde los progran1:is de nidio lo-
60 GUILLERMO HURTADO UNA FILOSOF~APARA LA DEMOCRACIA 61
cales hasta el congreso nacional. Para lograr lo exponer con má amplitud cada una de estas
anterior, la comunidad filosófic tendrÃ- que tareas.
estar unida y organizada. Es obvio que una co- La relevancia para la formació democrá
munidad filosófic organizada para el impulso tica de la asignatura que hoy en dÃ-se cono-
de la democracia tendrÃ- que ser ejemplar- ce como pensamiento cr'tico es, quizá la que
mente democráticaEsto significa, entre otras resulta má evidente. Los ciudadanos de una
cosas, que sea una comunidad de pares, hori- democracia tienen que saber hablar, escuchar
zontal, sin lÃ-dereautoritarios, sin mafias, sin la y discutir con validez y correccióntienen que
imposició de una visió únic de la filosofÃ-ay ser capaces de exponer sus razones y de enten-
sin una afiliació polÃ-ticque responda a inte- der las de los otros, distinguir los argumentos
reses particulares. buenos de los malos, saber dialogar en paz y
con ánim constructivo y, sobre todo, saber
cóm llegar a acuerdos de manera colectiva
4. LA FILOSOFÕ EN LA ESCUELA. RAZONES, que tengan como fin el beneficio de todos. Es-
VALORES Y FINES tas habilidades son las herramientas de la vida
democrátic y, por ello, deben enseñarsen la
Son tres, por lo menos, las tareas que la filo- escuela. Todos y cada uno de los ciudadanos
sofÃ-debe realizar en la escuela para impulsar deberÃ-a saber cóm argumentar y cóm de-
la democracia: la primera de ellas es brindar batir para que puedan participar correctamen-
a los alumnos las habilidades para razonar, ar- te en los espacios de deliberació y de toma de
gumentar y discutir de manera correcta y vir- decisiones de una sociedad democráticaya sea
tuosa con el fin de tomar .decisiones colectivas en los congresos, las asambleas, los sindicatos,
de manera democráticala segunda es enseña los salones de clase, las reuniones familiares,
a los alumnos a reflexionar de manera crÃ-tic etc. Vista asÃ-la enseñanz de la lógic es un
y constructiva sobre los valores centrales de poderoso instrumento de ingenierÃ- social v
la democracia y a orientar sus decisiones con me parece que asÃla entendieron algunos c i e
base en esos valores; y la tercera es formar a nuestros grandes lógico como Porfirio Piirrii,
los alumnos para que adopten de manera in- ElÃde Gortari y Eduardo GarcÃ-Miync~.'1:)-
formada y autónom los ideales colectivos dos ellos entendieron el horizonte ktk-o v p()-
que han inspirado al proceso de construcció lÃ-ticde la razó y, por lo tanto, d e 1.1 l(Ã-gicii
democrátic o, en su caso, para que sean ca- Se enseña argumentar y a discutir p:ini un
paces de reformularlos o incluso de plantear buen fin: para saber máy eqiiivo(-;irs<- menos,
otros nuevos. En lo que sigue me ocuparà de sÃ-pero tambiépara ser mis libres, in;Ã-vir-
62 GUILLERMO HURTADO UNA FILOSOFÕ PARA LA DEMOCRACIA 63
tuosos y, a fin de cuentas, para tener una mejor democracia es la mejor manera de tomar deci-
sociedad. siones que nos involucran a todos sin perder
La visió de la enseñanz de la lógic que nuestra igualdad y libertad. Pero, ademá de
he ofrecido aquÃla liga a la enseñanzde la lo anterior, los alumnos tienen que aprender
ética y asÃes como, creo yo, deberÃ-aestar pre- que la democracia supone una forma de vida
sentes las dos en los planes de estudio de la colectiva fundada en la fraternidad y que por
educació media superior. Si la escuela tiene la ello no pueden permanecer indiferentes ante
responsabilidad de formar a los ciudadanos de los problemas de sus conciudadanos. Cercana
una sociedad democráticano puede dejar de a la virtud de la fraternidad estÃla virtud que
ocuparse de los valores de ese tipo de sociedad. Caso llamaba caridad, que nosotros podrÃ-amo
En este punto es indispensable tomar algunas replantear como amor al prójimoy otras como
precauciones. Hay quienes piensan que en la el altruismo y la solidaridad. QuÃotros valores y
escuela no debe haber una enseñanzpositiva virtudes se inculquen en la escuela dependerÃ
de valores porque esto vulnera el laicismo y el de una discusió democrátic sobre el plan de
pluralismo axiológic de las sociedades moder- estudios. De cualquier forma, lo importante es
nas. Lo únic que se puede hacer, se nos dice, subrayar que la democracia estÃbasada en un
es enseñaa los niñoa respetar los distintos ideal de vida moral y, como sostuve en el ca-
sistemas valorativos que hay en su comunidad. pÃ-tul anterior, que el énfasiestà puesto en
Si en la escuela se hace esto últim y se hace las virtudes para que de esa manera los valo-
bien, es decir, se hace sin caer en un relati- res pueden incorporarse a las prácticasTam-
vismo moral, ya es un logro importante; pero biéhabrÃ- que insistir en que la escuela no
creo que se puede y se debe hacer másin caer debe ofrecer definiciones fijas o cerradas de las
en el dogmatismo moral. Hay tres valores fun- virtudes, pero sÃdebe enseñaa los alumnos
damentales para cualquier idea de la democra- a pensar y discutir acerca de ellas con el fin
cia de los que tiene que ocuparse la escuela: la de que inspiren su acció colectiva. Por eso es
libertad, la igualdady la fraternidad. Los alumnos fundamental que la asignatura de moral, que
tienen que analizar y discutir la tesis de que to- antes era impartida de manera dogmátic por
dos tenemos un conjunto de libertades que son sacerdotes o monjas, sea sustituida por una
garantizadas por la Constitució -de pensa- asignatura de ética impartida por filósofos
miento, de expresiónde asociaciónetc.-, asà La escuela tambié tiene la funci(Ã- de
como la tesis de que en lo fundamental todos transmitir, examinar y proyectar los kkalvs so-
somos iguales -hombres y mujeres, pobres y ciales de su colectividad. Éstes una t ; i i c ; i ~ I H ' ,
ricos, sabios e ignorantes- y la tesis de que la de nuevo, puede parecer peligrosa, sobre todo
64 GUILLERMO HURTADO

si recordamos aquellos ideales nacionales que esferas anteriores, las de las razones, los valores
han llevado a todo tipo de guerras de invasión y los fines, con el propósit de que el alumno
dominació y exterminio. Pero no todo ideal sea un ciudadano pleno capaz de participar de
colectivo propone la expansió territorial o manera creativa en el proceso democrático
sostiene la superioridad étnica los hay tambié
que no ofenden o amenazan a otras colectivi-
dades. De nuevo, no se trata de ofrecer ideales 5. LA ESCUELA DEMOCRÕTIC Y LA FILOSOFÕ
que se consideren esenciales a la comunidad, PROFESIONAL
ni de invocar destinos manifiestos, sino má
bien de mostrar que la comunidad se reún al- He afirmado que la filosofÃ-puede contribuir
rededor de ciertos ideales y que éstopueden a la democracia si se le concede un sitio ade-
cambiar con el tiempo. La asignatura llamada cuado en los planes escolares. Sin embargo,
"Civismo", a veces utilizada para el adoctrina- hay un problema que no podemos ignorar: son
miento polÃ-ticy moral má burdo, tiene que muchos los jóvene mexicanos que no cursan
ser una asignatura donde los alumnos apren- la educació media superior.
dan a reflexionar de manera respetuosa pero Frente a este hecho lamentable se podrÃ-
crÃ-ticsobre las narraciones que se han hecho plantear la siguiente objeción al escolarizar la
acerca de la historia de su colectividad y sobre formació democráticacrearÃ-amouna divi-
los discursos que se han dado sobre su futuro. sió dentro de la sociedad entre aquellos que
El principal ideal social que debe discutirse en tienen una especie de certificado de capaci-
la escuela es el de la democracia misma. Los tació democrátic y aquellos que, por haber
alumnos deben conocer la historia de este ideal quedado excluidos de la escuela, carecen de
en sus comunidades y deben debatir acerca de dicho certificado. Esta objecióninspirada en
su valor y sentido tomando en cuenta las con- el pensamiento de Ivá Ilich,' debe tomarse
diciones presentes y las expectativas futuras. La con toda seriedad. La respuesta que yo favo-
vieja asignatura de civismo era impartida por recerÃ- es la de lograr en el corto plazo que
abogados, sacerdotes o militares; la nueva asig- todos los jóvene cursen la escuela de nivel
natura debe ser diseñadpor un conjunto de medio superior y que mientras eso sucede se
especialistas en filosofÃ-aciencia polÃ-ticahisto-
organice de inmediato un programa de forma-
ria y literatura.
ció democrátic extraescolar. En el diseñy
Por último habrÃ- que señala que una
cuarta tarea de la filosofÃ-en la escuela es in-
t e p r de manera conceptual y práctic las tres '
Ivá Ilich, La sociedad desescolarizada,en Olnw reunidas,
MéxicoFondo d e Cultura Económica200Ã-1pp. 189-232.
66 GUILLERMO HURTADO

la implementació de este programa tambié cisió que se tome dentro la escuela se haga
deberÃ-a participar los filósofo por todas la de manera democráticaEl tipo de democracia
razones ya expuestas. No se trata de partir del que puede haber en la escuela tiene que ser
supuesto de que quienes no han cursado estu- adecuada a sus fines y a su funcionamiento óp
dios medios son incapaces de participar en la timo y, por ello, debe estar acotada de acuerdo
vida democráticasino de igualar a la sociedad con ambos criterios. Sin embargo, pienso que
entera en su manejo de recursos lógicosdia- las escuelas, en especial las del nivel medio su-
léctico~ conceptuales y crÃ-ticocon el fin de perior, deberÃ-a ser mucho má democrática
construir un lenguaje democrátic común de lo que ahora son. El reto es grande: trans-
Si seguimos jalando el hilo de la objeció formar la escuela para que sea una plataforma
anterior podemos llegar a tres preguntas que para la democratizació de la sociedad.
apuntan al meollo de mi propuesta. ¿Qunos Mi respuesta a la segunda pregunta consiste
hace pensar que a mayor y mejor escolarizació en reiterar que el mejor lugar donde la filoso-
tendremos máy mejor democracia? ?QuÃnos fÃ-profesional puede ayudar a la democracia
hace suponer que la escuela es el lugar donde es la escuela, y nótes que digo filosof'a profe-
la filosofÃ-puede ayudar mejor al proceso de sional. Sócrate no enseñab filosofÃ- en una
democratización Y, por último ¿poquà ha- escuela o en una universidad, lo hacÃ-en las
brÃ-amode pensar que la enseñanzde la filo- casas y en las plazas. Pero las cosas han cam-
sofÃ-ayuda al desarrollo de la democracia? biado mucho desde entonces y es improbable
En respuesta a la primera pregunta concede- que vuelvan a ser como antes. El hábitanor-
rÃ-que no cualquier escuela es adecuada para mal de la filosofÃ-profesional son los centros
la formació democráticaLa escuela, lo sabe- académicos y fuera de ellos su capacidad de
mos bien, puede ser un territorio de tiranÃ-y desarrollo y de acció es limitada. Esto no sig-
dogmatismo en la que los alumnos no apren- nifica que los filósofo dejen de participar en
dan nada que tenga que ver con la democracia otros espacios desde los cuales puedan apoyar
y sus valores. Para que la escuela sea de verdad el proceso de democratizació de la socied;id.
el taller de la democracia no basta con que se Y mucho menos significa que por permainS(n.
enseñe en ella contenidos y habilidades que en su hábitadeban someterse a los iu~crcscs
sean útile para la futura vida democrátic del polÃ-ticoo económico de los propie~:irioso
alumno, sino que es preciso que esos conteni- administradores de las instituciones (YIIK.;II~-
dos y habilidades sean puestos en práctic de vas en las que ellos laboran. El fil(Ã-sofprolf-
alguna manera por los maestros y alumnos. sional, es decir, el filósof cuyo i t i i x l i i \ i i i i i r n d i
Quiero aclarar que no propongo que toda de- depende de una instituci6n ; I ~ : I ~ ~ ( ~tietie III~(~;L,
68 GUILLERMO HURTADO

que mantener una actitud crÃ-ticy digna, por- no necesariamente por sus mismas razones-,
que de otra manera deja de ser un filósofopor que la democracia no requiere la ayuda de la
muy profesional que sea. Y en el caso extremo filosofÃ-y que estÃmejor sin ella.'
de decidir entre perder su trabajo o someterse Yo no comparto esta visió tan negativa de
a la tiranÃ-atiene que optar por lo primero. Si la filosofÃ-aAdemá pienso que la democracia
esto llegase a suceder, el filósof tendrÃ- que tiene peores amenazas de las que deberÃ-cui-
volver a trabajar en las calles y en las casas, ya darse -una de ellas es la influencia corruptora
no como un filósof profesional, sino como un y embrutecedora de la televisió comercial-.
filósof a secas y, sobre todo, como un hombre Pero incluso si concediéramoque la filosofÃ-
libre. Pero éstes, como dije, un caso extremo; es tan impredecible y peligrosa como se la pin-
en circunstancias normales, la lucha hay que ta, podrÃ-amoresponder que precisamente por
darla en la escuela. La solució no es desesco- ello es una buena compañà para la democra-
larizar a la sociedad, ni desprofesionalizar a la cia. Me explico: si la democracia fuese dogma
filosofÃ-aLa tarea es democratizar a la escuela y o un coto vedado a la crÃ-ticaentonces perde-
a la filosof'a académicpara contribuir de esta rÃ-la que tiene que ser su mayor fortaleza: su
manera a la democratizació de la sociedad. capacidad de respuesta dialéctica La democra-
Enfrento ahora la últim pregunta que en cia tiene que ser capaz, en todo momento, de
realidad es una objeciónUn oponente podrÃ- justificarse o transformarse frente a las crÃ-ticas
decir que la formació democrátic es dema- legÃ-timao no, que se le hagan. Si no lo puede
siado importante para dejarla en manos de los hacer, si en vez de responder reprime o ignora,
filósofosSi lo que queremos es fortalecer en los entonces pierde su legitimidad, se convierte en
jóvene las convicciones democráticaslos fil6- la tiranÃ- de la mayorÃ-aen la imposició de
sofos son los menos indicados para ello. La fi- una concepció del bien comúnPor eso sigo
losofÃ-no sirve para ptegercreencias, sino, por pensando que es deseable que los futuros ciu-
el contrario, para debilitarlas, para sembrar en dadanos se contagien de las distintas formas d r
ellas la semilla de la duda. Y cuando el filósof preguntar y de objetar -pero tambiéde res-
trata de reparar el dañolo que hace es confun- ponder y de convenir- que ha desarrollado 1;t
dir aú má al ciudadano con un abanico de filosofÃ-a lo largo de su historia.
teorÃ-aque se contradicen entre sÃy que supues-
tamente son el fundamento de las creencias y
de las prácticaque antes no parecÃ-a requerir-
las. Quienes tienen este preocupació pueden ' Richard Rorty, "The priority ofdcii~o(I . K V lo 1)liiIoso-
phy", e n Objectiuity, Relativism and 'I'iiilh, ('..iiiilnidgr, ( LIIII-
llegar a sostener, como Richard Rorty -aunque bridge University Press, 1991, pp. l 7.5-!!*Y.
cional, de análisicrÃ-ticode su presente y de
escenarios sombrÃ-ode su futuro.
La conmemoració del bicentenario de la in-
dependencia de Méxicserà recordada por la
dificultad que tuvieron sus organizadores para
encontrar la clave y el tono del discurso de las
celebraciones. El contraste con los festejos del
centenario no pudo ser mágrande. En aquella
En los dos capÃ-tuloanteriores me ocupà de ocasiónla comisió oficial se preparà durante
la manera en que la democracia y la filosofÃ- añopara ofrecer una imagen positiva de Méxi
pueden unir esfuerzos para contribuir a la so- co y una interpretació orgánic de su historia.
lució de nuestra crisis de sentido colectivo. Ahora no tuvimos nada parecido a lo anterior.
En este capÃ-tul retomarà un tema que habÃ- No obstante, podrÃ-decirse que es bueno que
tocado en el primer capÃ-tuloa saber, el de la asÃhaya sido. El bicentenario se celebrà en una
fractura de nuestra historicidad. A partir de democracia plural que no impuso una imagen
una reflexió sobre el significado de la conme- sesgada de la naciónni una interpretació sec-
moració del bicentenario de la independen- taria de su historia. No importa que la tribuna
cia intentarà ofrecer una manera de articular de la patria haya estado vacÃ--se dirÃ-a- la ce-
nuestra democracia y nuestra filosofÃ-con una lebració pudo llevarse a cabo abajo, en el foro,
comprensió de la historia patria. en la forma de un diálogciudadano. Sin embar-
Como era de esperarse, la fiebre mundial go, me parece que el hecho afortunado de que
de las conmemoraciones llegà puntualmente tengamos un régimedemocrátic no deberÃ-
a Méxicen ocasió del bicentenario de su in- ser una excusa para dejar de tener una imagen
dependencia.' Los aniversarios nacionales son de Méxicy una interpretació de su historia. Si
una oportunidad no sól para celebrar, sino la tribuna de la patria estÃvacÃ-es porque abajo,
tambiépara reflexionar acerca del pasado, en el foro, no sabemos quÃdecir.
el presente y el futuro de un paÃ-sEn el caso <Cómhacer una lectura sinóptic de nues-
mexicano, el ambiente festivo quedà opacado tra historia que no sucumba en el modelo de la
por un torbellino de revisiones del pasado na- historia monumental? <Cóm redactar un dis-
curso públic sin caer en la pomposa oratoria
' Para un estudio del fen-meno de la conmemoraci6n, de antañoNo queremos celebrar como hace
véasFierre Nora, "La era de la conmemoración"en P i m
cien año -serCa ridÃ-culo pero tampoco
Nora en I,ct lintx < l memoiw,
~ Montevideo, Ediciones Trilce,
2008, pp. 167-199. sabemos cóm hacerlo ahora, y eso nos hace
i7oI
72 GUILLERMO HURTADO
del pasado no es un dato explicable, cuantifi-
pensar que quizÃno deberÃ-amohacerlo en lo cable, sino un enigma que nos revela sus signi-
absoluto. A mÃme parece que si eso llegase a ficaciones profundas. La historia problemátic
pasar, si algú dÃ-renunciáramo a realizar la de la independencia ha tenido contribuciones
celebració de nuestra independencia, come- valiosas en añorecientes. Gracias al trabajo
terÃ-amoun grave error. Méxicpuede tener de los historiadores mexicanos y extranjeros
todos los defectos del mundo, pero es nuestra ahora entendemos mejor las influencias, di-
nación es el hogar comú que compartimos mensiones y repercusiones del movimiento.
todos. No querer recordar el inicio de su exis- El mismo Villoro contribuyà a la historia pro-
tencia, por apatÃ-o por desdén serÃ-como ne- blemátic de la independencia con su impor-
gar una parte de nosotros mismos. tante libro El proceso ideol-gico de la revolució de
Ante este panorama deprimente pienso que independencia. Sin embargo, en algunos de los
la filosof'a mexicana del siglo anterior puede párrafo má inspirados de dicha obra, Villoro
ayudarnos a recobrar el sentido de la conme- roza la historia enigmáticaEs memorable, por
moració del bicentenario. En lo que sigue in- ejemplo, su descripció del estado existencia1
tentarÃarrojar alguna luz a este acontecimien- de Hidalgo en la vÃ-sperde la rebeliónCito a
to de la mano de dos de nuestros filósofode la Villoro: "Mientras en torno de la mesa se cali-
historia: Luis Villoro y Edmundo O'Gorman. bran los móvile y razones para actuar, Miguel
Hidalgo se aleja de sus compañerosen silen-
cio, sumergido en su interior soledad, pasea
2 . EL ENIGMA DE LA INDEPENDENCIA por la estancia. De pronto, ante el asombro
de todos, la deliberació se corta de un tajo:
En Los grandes momentos del indigen,ismoen M&- Hidalgo se ha adelantado y, sin aducir mára-
co, Luis Villoro ofrecià una distinció entre la zones ni justificaciones, exclama: 'Caballeros,
historia problemátic y la historia enigmáti~a. somos perdidos, aquÃno hay má recurso que
La historia problemátic es la historia académi ir a coger gachupines'. La decisió no ha bro-
ca, la que estudia el pasado como un conjun- tado del cálcul de los motivos, sino de la sole-
to de hechos de los cuales podemos entender dad y el silencio. Los conspiradores sienten, de
ciertas cosas con la ayuda de métodode in- pronto, toda la angustia del salto libre.":'
vestigaciónLa historia enigmáticaen cambio, Pero la historia enigmátic avanza por un
nace de la perplejidad ante el pasado. El hecho

' Luis Villoro, El proceso ideológzc de la rivolw a411 de la in-


I.uis Villoro, I,os grandes momentos del indigenismo en depenahtcia, segunda ediciónMéxiroI I N A M , 1967, p. 62.
Mixico, México El Colegio de México 1950.
74 GUILLERMO HURTADO

canal diferente que poco tiene que ver con nor importancia, es la fiesta popular del 15 de
la labor de los profesionales de la historia. La septiembre. Má allÃde los espetados estudios
memoria profunda -intrahistórica dirÃ-Mi- académicos máallÃde la fuerza elusiva de los
guel de Unamuno- de lo que sucediÃesa ma- hechos, la versió enigmátic de la indepen-
drugada del 16 de septiembre de 1810 en el dencia cobra vida cada 15 de septiembre. Lo
atrio de la iglesia de Dolores se ha moldeado primero que habrÃ- que tomar en cuenta es
en nuestra conciencia por narraciones y estam- lo que parece má obvio: que se trata de un
pas transmitidas de generació en generación grito. En medio del escándal de los altavoces
Una muchedumbre se reún por el repicar de y petardos, cada quien hace su propio gri-
las campanas. El Padre Hidalgo, transfigurado to: por acÃse escucha un grito de liberación
en caudillo, llama a los parroquianos a levan- por allÃuno de desahogo, acullÃuno de auto
tarse en armas. El pueblo grita vivas y mueras afirmación al lado uno de amargura, má al
-las cosas no fueron exactamente asÃ-pero fondo uno de alegrÃ-aaquÃcerca uno de or-
eso no le inquieta a la historia enigmática- gullo. Todos esos gritos se unen en una sola
Una fuerza acumulada durante siglos de hu- voz que lo mismo se escucha en el Zócaloque
millaciones estalla de manera incontenible. en Tapachula o en Chicago. Éses la voz de
Todo lo que sucede despuées impredecible y los mexicanos y describirla de esa manera no
trágicoComo Cuauhtémotres siglos antes y es un artilugio de retóric o una frase vacÃ-a
como Madero un siglo después Hidalgo ofren- Hay otra descripció muy manida que no deja
da su vida en el altar de la patria. Su cabeza de tener algo de verdad: el grito sale del alma.
colgà durante añode una de las esquinas de Octavio Paz ya habÃ-observado que ese grito
la Alhóndig de Granaditas. ?QuÃfue lo que es la expresió de emociones guardadas den-
en verdad lo impulsà a prender la mecha de tro de aquello que antes se llamaba el alma y
la rebelión ?Por quÃordenÃa su ejércitque hoy la p ~ i q u e No
. ~ pretendo efectuar algo tan
emprendiese la retirada despuéde la batalla prepóster como un psicoanálisi del mexica-
del Monte de las Cruces? <QuÃhubiera pasado no. Mi interétan sól es describir el ritual del
si hubiese llegado a Tejas? Éstason pregun- 15 de septiembre para buscar pistas de nues-
tas que jamá tendrá una respuesta, pero que tra historia enigmáticaPor ejemplo, el que la
flotan en nuestra imaginació como papalotes fiesta sea nocturna me parece significativo. 1.a
movidos por el viento. oscuridad de la noche le da al grito un manto
Hidalgo precipita una serie de eventos in-
esperados que aú hoy tienen repercusiones.
Octavio Paz, El laberinto de la wMiul, MCxic o , Fondo
Una de ellas, quizÃla que parecerÃ-tener me- de Cultura Económica1950.
76 GUILLERMO HURTADO

protector que no tendrÃ- a plena luz del dÃ-a cepciones del estudio del pasado. Una es la de
Los demá elementos de la ceremonia son la historiografÃ-entendida como ciencia social.
accesorios. No hace falta un espectácul con Esta posició asume que el pasado contiene
artistas de moda y pantallas gigantes. Bastan hechos objetivos que está allÃ-como guijarros
los confetis, las serpentinas y las bengalas de en una playa.
. .
La labor del historiador es estu-
siempre. El funcionario que sale al balcó para diar esos hechos de manera cientÃ-ficy extraer
ondear la bandera es una figurita lejana que se verdades de ellos. En contra de esta concep-
remplaza de vez en cuando sin que eso le im- ción 0'Gorman sostuvo que la historiograf'a
porte a nadie. Los verdaderos protagonistas de no es una ciencia que estudie hechos indepen-
esta representació sacramental son los mexi- dientes de la subjetividad del historiador. En
canos que se reúne en un inmenso coro de un plano ontológico O'Gorman rechaza las
amarguras y anhelos5 lecturas esencialistas de la historia. Méxicno
tiene una esencia, sino sól e~istencia.~ Si esto
es asÃ-entonces la celebració del bicentenario
3. HISTORIA, VERDAD Y DEMOCRACIA
no deberÃ-limitarse a lo que sucedià aquella
madrugada de 1810 en el atrio de la iglesia del
No podrÃ-amomenospreciar la expresió po- pueblo de Dolores, sino deberÃ-extenderse a
pular del sentimiento patriótic sin caer en todo lo que pasÃdespués Sin embargo, no hay
un intelectualismo muy rampló y mezquino. una sola manera de narrar ese recorrido de la
Sin embargo, serÃ-lamentable que el bicente- patria.
nario quedara limitado a su expresió ritual, En su brillante discurso de ingreso a la Aca-
porque despuédel festejo todo sigue igual. demia Mexicana de Historia, 0'Gorman hablÃ
MéxictendrÃ- que salir fortalecido y reno- del lugar de Hidalgo en la historia de México
No resisto la tentació de citar un hermoso pa-
vado de estas efemérides Pero para ello tene-
mos que comprender que la importancia del saje del texto. Dice as': "Fue tan violenta, tan
bicentenario no es conmemorativa, sino poyec- devastadora la revolució acaudillada por Hi-
tiva. Para desarrollar esta idea voy a abordar el dalgo, que siempre nos embarga la sorpresa al
bicentenario desde otra visió de la historia. recordar que sól cuatro meses estuvo al man-
O'Gorman hizo una distinció entre dos con- do efectivo de la hueste. En el increÃ-blement

' Para una historia del grito, véasFernando Serrano ' Edmundo O'Gorman, "La historioi;i:il'Ã-a"en Mixico:
50 año de Revolución vol. IV, M6xico. Fondo de Cultura
MigdlónEl frito de in+endmr.ia: historia de una pasió na-
Económica1962, pp. 193-203.
cional, Mkxico, Porrúa1995.
78 GUILLERMO HURTADO M E D I T A C I ~ NSOBRE EL BICENTENARIO 79
corto espacio de 120 dÃ-asaquel teólog crio- tauració de la Repúblic en 1867. En su ver-
llo, cura de almas pueblerinas, galante, juga- sió má reciente, la narració prosigue hasta
dor y dado a música y bailes, gran aficionado bien entrado el siglo xx con la descripció de
a la lectura y amante de las faenas del campo la Revolució mexicana como el movimiento
y de la artesanÃ-adio al traste con un gobierno que consolida la construcció de la naciónEsta
de tres siglos de arraigo, porque si la vida no le narració bien conocida por todos es la trama
alcanzà para saberlo, no hay duda que fue é principal de la denostada historia oficial del
quien hirià de muerte al virreinato".' antiguo régimen Dicho de otra manera, si hoy
0'Gorman muestra en su discurso de quà conmemoramos el 16 de septiembre y venera-
manera se fue gestando a lo largo del siglo XIX mos a Hidalgo, en vez de conmemorar el 27 de
nuestra creencia de que Hidalgo es el padre de septiembre y venerar a Iturbide, no es por la
la patria y de que hay que celebrar la indepen- fuerza incuestionable de los hechos, sino sobre
dencia el 16 de septiembre. Mientras que unos todo por obra de quienes desde la tribuna nos
defendÃ-aa Iturbide y al movimiento de 1821, persuadieron, no sól con buenas razones, sino
otros propugnaban por la versió que a la larga tambiécon los fusiles humeantes, de que su
resultà triunfadora. La diferencia entre ambas versió de la historia era la correcta.
posiciones quedà subsurnida dentro de la con- <Acasoesto significa que el pueblo que cada
tienda entre federalista y centralistas. Los pri- añcelebra la noche del 15 de septiembre ha
meros eran, por lo general, hidalguistas, y los estado engañadoNo, y esto es lo interesante
segundos, iturbidistas. Con el triunfo definitivo de la visió de la historia de O'Gorman. Nin-
de la Repúblic en 1867, la entronizació de guna de las dos interpretaciones en pugna estÃ
Hidalgo quedÃasegurada. Es asÃcomo se forjà má cerca de la verdad objetiva que la otra,
un discurso históric que nos narra una gesta porque en las dos hay un elemento de subjeti-
que se inicia en 1810, se encamina con el Con- vidad. Y esto no significa que todas las versiones
greso de Chilpancingo en 1813, se retoma con de la historia patria sean iguales. Las hay má
el Plan de Casa Mata en 1823, se asienta con o menos rigurosas, má o menos justas y, ¿po
la Constitució de 1824, se recobra con la Re- quÃno decirlo?, máo menos patrióticasPero,
volució de Ayutla en 1854, se define con la entonces, <cómelegir la versió de la historia
Constitució de 1857,y se concreta con la res- que sea la base de la historia nacional, es decir,
de la historia que se enseñen las escuelas y
'Edmundo O'Gorrnan, "Hidalgo en la historia", en que marca las fechas del calendario cÃ-vicoEn
Eugenia Meyer (comp.), Imprevisibles historias. En tomo al un régimeautoritario esto se hace por medio
la obra y l@o de ~d?i~ndo O'Gorman, México Fondo de
Cultura Económica2009, p. 381. de la fuerza. El grupo en el poder impone su
80 GUILLERMO HURTADO

propia visió de la historia. En una democracia, la historiografÃ-adopta la verdad como su úni


en cambio, el Estado tiene que aceptar que se co valor, se corre el peligro de que el Estado o
ponga a discusió la narrativa históric de los cualquier grupo polÃ-ticquede convencido de
planes de estudio y de las ceremonias cÃ-vicas que por fin se ha encontrado la verdad sobre
acaso esto significa que la decisió sobre cuá la historia nacional y, con base en ello, quie-
serÃla versió elegida de la historia nacional ra imponer esa versió de la historia a todos
tendrá que tomarla los especialistas, es decir, los demás Por ello, 0'Gorman encontraba
los cient'ficos de la historia patria? Mi opinió es una peligrosa relació entre una concepció
que la discusió no puede estar monopolizada estrecha de la historiografÃ-como ciencia y el
por los especialistas, que debe ser amplia y pú t~talitarismo.~ En la democracia, por el contra-
blica, y que los principios y valores que han de rio, siempre tiene que haber un campo abierto
guiar a la sociedad para adoptar una versió para la pluralidad de las interpretaciones so-
de la historia nacional no pueden limitarse a bre el pasado, y lo que ha de determinar cuá
un conjunto estrecho de criterios académicos de ellas serÃla base del acuerdo sociales, ademá
Para elegir de manera democrátic la versió de su rigor académic-que supone, entre otras
de la historia que servirÃcomo historia nacio- cosas, la solidez de sus fuentes-, su dimensió
nal se tiene que tomar en cuenta, entre otras de sentido colectivo.
cosas, el factor de integració social y orientació Recordar nuestro pasado debe ser una ma-
colectiva de la versió elegida. nera de invocar nuestro porvenir como nación
La búsqued de lo que en verdad sucedià No dejemos vacÃ-la tribuna de la patria. Suba-
en el pasado ha sido, desde TucÃ-didesuno mos a ella para precipitar desde allÃel futuro
de los fines de la investigació histórica Es deseado. Emulemos a Hidalgo y entremos con
frecuente que las tiranÃ-aintenten ocultar la paso firme en el recóndit camino de nuestra
verdad conocida acerca del pasado y que inclu- libertad.
so pretendan escribir una historia espuria que
sirva a sus intereses de dominación Enrique
Krauze ha dicho recientemente que "la histo-
ria que conviene a nuestra joven democracia
[. ..] es una historia que sirve [. ..] a la honesta
búsqued de la verdad7'.3inembargo, cuando
' Edmundo O'Gorman, "La Historia: Apocalipsis y
Evangelio", en Eugenia Meyer (comp.) Imprevisibles histo-
Enrique Krauze, De héroey mitos, MéxicoTusquets, r'as. En lomo al la obra y legado de Edmundo O'Gonnan, Méxi
2010, p. 25. co, Fondo de Cultura Económica2009, pp. 807-820.
LA CRISIS DE MÉXIC 13
1. Nuestra crisis de sentido, 13; 2. FilosofÃ-sobre
Méxicy filosofÃ-para México14; 3. Historia ofi-
cial e historia nacional, 17; 4. La sociedad desinte-
grada, 20; 5. En busca del sentido, 23; 6. Optimis-
mo y pesimismo, 26

VIEJA Y NUEVA TRANSICION


1. La transició democrátic del siglo xx, 31; 2. La
democracia a la deriva, 35; 3. La nueva transición
37; 4. Democracia y moral, 40; 5. Una reforma mo-
ral para México 43; 6. Las virtudes y la educació
moral. 46

UNA FILOSOF~APARA LA DEMOCRACIA 50


1. La pregunta sobre la relació entre filosofÃ-y
democracia, 50; 2. Tres visiones sobre la relació
entre la filosofÃ-y la democracia, 52; 3. FilosofÃ-a
democracia y educación 55; 4. La filosofÃ-en la
escuela. Razones, valores y fines, 60; 5. La escuela
democrátic y la filosofÃ-profesional, 65

M E D I T A C I ~ NSOBRE EL BICENTENARIO
1. Una conmemoració sin sentido, 70; 2. El enig-
ma de la independencia, 72; 3. Historia, verdad y
democracia, 76

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