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”AÑO DEL BUEN SERVICIO AL

IUDADANO”

UNIVERSIDAD “SAN PEDRO”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

TEMA

LA OPINION PÚBLICA

PRESENTADO POR:

 CERNA VILLAVICENCIO FABIOLA


 CUSQUI JARA NILDA MERCEDES
 AGUILAR LOZANO JEAMPIERRE

DOCENTE

CRUZ TREJO AMADOR DONATO

HUACHO-PERU
2017
DEDICATORIA

El presente trabajo está dedicado a nuestros


padres y familiares que son nuestro soporte
material y espiritual en este pedregoso camino
emprendido, como es el camino de la ciencia
jurídica.
DEFINICIÓN DE OPINIÓN PÚBLICA

El concepto de opinión pública es aquel que se utiliza para hacer referencia a las
diferentes formas de expresión que una comunidad puede tener respecto de temas
públicos, no privados. La idea de opinión pública existe desde hace tiempo ya,
siempre que se hable de la reacción o de la forma de pensar del pueblo ante
determinados eventos políticos, sociales, económicos o culturales. Sin embargo, no
hay duda alguna de que la importancia que este concepto ha tomado en los últimos
cincuenta años es mayor debido a que las nuevas tecnologías y la aparición de
internet han facilitado y ampliado las formas de expresión pública ante todo tipo de
eventos.

Tal como sucede con muchos conceptos relacionados con las Humanidades, el
concepto de opinión pública es un concepto abstracto que hace referencia al
fenómeno social de expresión de una comunidad ante diferente tipo de circunstancias
o eventos. Si bien en muchos casos la idea de opinión pública se relaciona con
cuestiones políticas y el modo en que los integrantes de una comunidad ven a
determinados funcionarios públicos, candidatos políticos y personalidades
gubernamentales, la verdad es que el concepto no se limita solamente al ámbito
político y puede muchas veces demostrar reacción u formas de pensamiento ante
eventos sociales, económicos, culturales, incluso del mundo conocido como del
espectáculo o la farándula.

La opinión pública ha sido a lo largo de todo el siglo XX un elemento fundamental


en la cual los sistemas políticos basan su fuerza de apoyo, a diferencia de lo que
sucedía en otros tiempos en los que la opinión del pueblo importaba poco y nada. Sin
embargo, a partir del establecimiento de democracias o de regímenes más
participativos, la opinión pública se ha convertido en un elemento que no puede ser
dejado de lado y que todos los políticos tienen en cuenta para tratar de obtener mayor
apoyo o aprobación.

HISTORIA DE LA OPINIÓN PÚBLICA

El termino opinión pública fue acuñado por Jean-Jacques Rousseau en 1750 en el


Discurso sobre las ciencias y el arte.

El concepto está íntimamente ligado a las ideas del movimiento social, político y
cultural de la Ilustración en el S.XVII. Los intelectuales y filósofos de la época
promovían la superposición de la razón sobre la superstición y teorías políticas de
democracia y unidad buscando arrebatar la tiranía.
No obstante, podemos observar como a lo largo de la historia de la humanidad ya se
asumía, entendía y buscaba un término que hiciera referencia a la voz unánime de la
población.

El hecho de vivir en sociedad y la organización jerárquica requieren una


comunicación global y un consenso general; En lo que a los miembros del poder
respecta, deben conocer los intereses de sus súbditos o ciudadanos, y, por parte del
pueblo, quiere manifestar y dar a conocer estos, y así expresar su acuerdo/desacuerdo
con las decisiones políticas que a ellos afectan.

ESTO HA ADQUIRIDO DISTINTAS DENOMINACIONES:

Protágoras hacía referencia a “creencias (opinión) de las mayorías”, Herodoto de la


“opinión popular”, Demóstenes de la “voz pública de la patria”, Cicerón habla del
“apoyo del pueblo” y Tito Libio de la “opinión unánime”.

Nicolás Maquiavelo, en El Príncipe, expuso algunas ideas básicas sobre la


comunicación entre gobernantes y gobernados.

Hobbes y Locke aportan la Ley de la opinión. Y el fisiócrata, Mercier de la Riviere,


en 1967, afirma en su doctrina que es el pueblo quien manda a través de la opinión
pública y no el rey.

Desde el pensamiento marxista, Marx y Engels, enfocarán la opinión pública como


una falsa conciencia, pues, entienden que esta, en realidad, pertenece a la clase
dominante.

LA OPINIÓN PÚBLICA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

El concepto de opinión pública ha sido, sin ninguna duda, decisivo en las ciencias
sociales.

Se ha presentado como gran motivo de debate, y asumido desde muy distintos puntos
de vista. A mediados de los setenta, Harwood Childs, abordó la tarea de reunir todas
las definiciones que, generaciones de filósofos, sociólogos, historiadores, etc… ,
habían desarrollado con el objetivo de aludir de forma precisa a este término.
Finalmente
Childs se topó la imposibilidad de delimitarlo.
IMPORTANCIA DE LA OPINIÓN PÚBLICA

Es sabido tanto por especialistas como por el común de la gente que la opinión
pública es uno de los fenómenos más importantes y trascendentales del fin del
milenio, influyente en la realidad política y social de un país en todo sentido y
también cambiante con las tendencias y las modas.

Para poder entender la importancia de la opinión pública debemos comenzar por


describir el fenómeno. Entendemos por opinión pública la postura que la mayor parte
de una sociedad o comunidad pueden tener sobre determinado evento o situación. La
opinión pública tiene ciertas características que la diferencian de la mera opinión
personal que un individuo puede tener ya que al ser masiva tiene obviamente mayor
influencia en el desarrollo de los hechos sociales y políticos y por lo tanto es más
tenida en cuenta por los gobernantes o sectores poderosos a la hora de tomar
decisiones sobre algo.

Es claro que la opinión pública existió siempre que existió una sociedad o comunidad
humana. Sin embargo, el concepto se aplica especialmente al fenómeno que aumentó
de manera significativa en las últimas décadas del siglo XX cuando los medios de
comunicación permitieron masificar las noticias y eventos mundiales permitiendo
que las poblaciones tomaran mayor conciencia sobre la situación y la realidad tanto
en su propio país como en el exterior. Al mismo tiempo, podemos decir que la
opinión pública se vio desarrollada aún más con el surgimiento de las redes sociales
porque las mismas tienden a generar un efecto contagio que hace que eventos,
hechos o formas de opinar se difundan rápidamente y sean tomados por muchas
personas incluso sin demasiado compromiso político.

No hay una única forma de expresar la opinión pública sino muchas. Claro está que
en la actualidad, si bien es muy común y cada vez más visible el desarrollo de
acciones como marchas y protestas en contra o a favor de tal o cual decisión o
medida, la realidad nos muestra que la mayor parte de la población demuestra su
opinión, aquella que contribuye a formar la opinión pública, en el día a día, en el
ámbito doméstico, en el ámbito laboral, en espacios de sociabilidad informal. A esto
además debe agregársele el dato de que es un porcentaje pequeño de la población el
que sale a la calle cuando la opinión pública puede formarse fácilmente en espacios
como las mencionadas redes sociales.

La importancia de la opinión pública es esencial desde un punto de vista político ya


que es ella la que puede marcar el camino de un gobierno, incluso decidir su
comienzo y su fin sin la necesidad de recurrir a un golpe de Estado.
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN COMO GARANTÍA INSITUCIONAL DE
UNA OPINIÓN PÚBLICA LIBRE

Resulta incuestionable que la libertad de expresión tiene una doble naturaleza: de


derecho de carácter subjetivo2y también de garantía institucional de la opinión
pública libre, base misma del pluralismo político y sostén de una democracia
representativa. En este punto, nos centraremos exclusivamente en la segunda. Como
recoge llamazares Calzadilla, “la libertad de expresión de pensamientos, ideas y
opiniones, así como la difusión de las mismas y de las noticias relativas a los asuntos
públicos, son premisas necesarias para la formación de la opinión pública”.3

El que la libertad de expresión tenga también naturaleza jurídica de garantía


institucional ha supuesto que se le otorgue, en el ámbito de los derechos
fundamentales, el carácter de libertad preferente. No signi½ca ello que
jerárquicamente se sitúe en una posición superior, pero sí que deberá ser tenida muy
en cuenta su naturaleza en caso de con¾icto con cualquier otro derecho, pues aquella
se encuentra en la esencia misma del sistema democrático.

Ahora bien, dicho carácter preferente se les reconoce exclusivamente a aquellos


actos comunicativos que sirven para la formación de una opinión pública libre. Ello
significa que este privilegio solo podrá ser alegado cuando nos encontremos ante
temas de interés público (o general), pues solo estos pueden servir para la formación
de la opinión pública libre.5Esta no es una cuestión menor, puesto que ello conlleva
dejar sin efecto ese carácter privilegiado al ejercicio de la libertad de expresión
llevado a cabo por la prensa rosa o amarilla, puesto que, en modo alguno, la
información con la que mercadean puede ser considerada de “interés público”.

No puede ni debe confundirse este concepto, “interés público”, con el “interés del
público”, el cual responde al interés malsano de un sector de la población por las
vidas privadas ajenas o por el simple morbo. Ni un tipo de prensa, ni la otra, puede
considerarse que sirvan para la formación de la opinión pública, sino más bien justo
para todo lo contrario, sirven para su deformación. Este es el motivo por el que se
puede entender que el concepto “relevancia pública” sea más adecuado que el de
“interés público”, puesto que el primero resulta más objetivable que el segundo.

De hecho, junto al término “relevancia pública”, también encontramos, en ocasiones,


el concepto “hecho noticiable”. No obstante, se utilizan todos indistintamente.
Además, como indica plAzApenAdés, “Será necesario, además, que ambos derechos
se ejerciten dentro de sus límites intrínsecos”.6

Estos límites intrínsecos son los siguientes: en el caso de la libertad de información,


el límite será la veracidad (puesto que se refiere a hechos); y en el caso de la libertad
de expresión en sentido estricto (que se refiere a ideas, opiniones o juicios de valor),
la manifestación de expresiones injuriosas o vejatorias, pues las mismas resultan
innecesarias para la formación de una opinión pública libre.

Por tanto, para seguir manteniendo ese estatuto prevalente, es necesario que la
información que se transmita sea veraz, y que las opiniones que se viertan no sean
inequívocamente injuriosas o vejatorias, pues la libertad de expresión no puede
amparar un pretendido derecho al insulto. En determinados casos límite, resulta muy
complejo determinar cuándo nos encontramos ante una crítica dura e hiriente y
cuándo ante una expresión injuriosa.

De hecho, los tribunales se ven abocados a analizar todas las circunstancias que se
dan en cada caso concreto, puesto que una expresión aisladamente vejatoria, puede
dejar de serlo, si se pone en relación con aquello que se está comunicando, así como
con el contexto en que se produce.

En conclusión, se reconocerá esa “posición preferente” a la libertad de expresión (e


información) siempre que la misma se re½era a un tema de interés público (o
general), y que la información sea veraz, o la opinión se haya expresado con ausencia
de manifestaciones injuriosas o vejatorias. Si no se dan esos requisitos, no cabe
hablar de posición preferente, y, por tanto, no gozará de los privilegios derivados de
la misma.

LOS FACTORES COMPONENTES DE LA OPINIÓN PÚBLICA

De las varias clasificaciones es interesante la propuesta por el profesor Bernard C.


Hennessy en su libro “Opinión pública”, para quien los factores o componentes de la
opinión pública se pueden agrupar de la siguiente manera:

• La presencia de un tema. La opinión pública se forma alrededor de un tema o


conjuntos de temas públicos que se encuentran en el tapete y que ocasionan posturas
contrapuestas.

• La naturaleza del público. Hay muchos públicos volcados hacia diferentes focos
de interés. Cada tema genera su propio público, aunque en muchos casos algunos
individuos se sitúen en diversos públicos.

• Un complejo de creencias del público. Se trata de la distribución de las opiniones


sobre un tema. Hay que tener en cuenta que algunas creencias y sólo algunas son
mutuamente excluyentes entre sí. Ellas están en función de las actitudes y
experiencias anteriores, como de la complejidad del tema. Algunos temas
homogenizan públicos y otros no. Este conjunto se denomina “complejo de
creencias”. En política suele presentarse una situación dicotómica: posición de
mayoría y de minoría.

• La expresión de la opinión pública. Resulta desde los medios de comunicación de


toda su variedad hasta los gestos, mímica y todos los códigos simbólicos.

• El número de personas involucradas: en cada caso el número es diferente y quizá


incierto; lo importante es que el número sea capaz de producir algún efecto.

Estos componentes son básicos para entender los complejos pasos que conforman la
estructuración y cambios en la opinión pública.

EL PÚBLICO COMO SUJETO

El público El público es comúnmente considerado como el sujeto y objeto de la


opinión pública, el encargado de hilar el proceso de debate a través del cual se
conforma la opinión pública y también el conjunto de los receptores de la opinión
pública. Por tanto, “público” es inseparable de “opinión pública”, y en consonancia
con las dificultades para definir el concepto de “opinión pública”, también las
encontramos a la hora de determinar exactamente qué es el público. Para determinar
lo que pueda configurar el “público”, en primer lugar, sería conveniente, siguiendo a
Noelle – Neumann, distinguir entre las tres acepciones más comunes de “público”:

A lo largo de la historia, ha habido cuatro:

1. Espectador: suele ser inculto, va a contemplar fenómenos políticos,


religiosos, lúdico.

2. lector: con la prensa en el s. XVI, aparece la lectura. Conoce muchas más


cosas

3. político: con el sufragio. Quiere cambiar el orden establecido en el s. XIX. Es


una sociedad democrática, liberal. También la mujer. Aparece con la Revolución
Francesa y Americana, con un fenómeno más amplio: la cultura política.

El sujeto principal es el pueblo, el ciudadano. La burguesía ve que los ciudadanos se


le echan encima: se cambia “ciudadano” por “masa”. Aparecen entonces los medios
de comunicación: ni siquiera hace falta ser lector. A principios del s. XX, más de la
mitad de la población sabe leer. La cultura básica aparece en la Declaración de los
Derechos Humanos de 1948.

4. consumidor de medios: es relativamente culto. Es el concepto de audiencia


como mercado. Los públicos formados por muchas personas, dispersos, dependen de
los medios de comunicación y sintonizan con las mismas fuentes de información –
concepto sociológico.

CARACTERÍSTICAS DE LA OPINIÓN PÚBLICA

Calduch, R habla de tres características generales de la opinión pública que


armonizan el fenómeno.

1. Heterogeneidad
2. Intensidad variable
3. Naturaleza agregada y no decisional

Heterogeneidad.

Entendemos que, ante una misma información que distintos públicos van a asumir, lo
harán de distinta forma, es decir, existe variedad de opiniones.

Intensidad variable.
La opinión pública se forma directamente después de recibir una información o darse
una situación. A medida que con el tiempo esta transcurra o se modifique la opinión
pública se irá gestando en una u otra dirección o incluso desaparecerá.

Naturaleza agregada y no decisional.

De acuerdo con el análisis de Rousseau, la opinión pública está condicionada por


posteriores sucesos políticos, por mayorías u otras influencias que impiden la libre
opinión.

PROCESO DE FORMACIÓN Y MEDICIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA

Vamos a observar cómo se forma y mide la opinión pública atendiendo a distintas


fases.

Fase 1. Problema o situación.


Se produce un acontecimiento o situación y la gente habla sobre ello.
El ambiente es susceptible al tema en cuestión.
Fase 2. Ambiente político.
Se publican editoriales, columnas en los periódicos, aparece en las noticias..
Madura el ambiente y la gente va tomando posición.
Fase 3. Proyecto
Las instituciones toman decisiones.
Las decisiones adoptadas se ponen en práctica.
Fase 4.Opinión pública.
Se consolida la opinión de la gente. La opinión es medida para pasar a ser opinión
publicada. La medición de la opinión pública aparece en la fase 4, puede ser valorada
desde distintos instrumentos.

• La encuesta: Los medios de comunicación salen a la calle con encuestas para


hacérselas a individuos seleccionados al azar.

Las encuestas son cuestionarios de respuesta sesgada, es decir, la opinión de la


persona cuestionada debe encontrarse o amoldarse a las posibles que aparecen en el
formulario. En caso contrario, la persona podrá responder ‘No sabe, no contesta’ u
‘Otros’. Este ‘margen’ de opinión que se nos ofrece, hace plantearse la existencia
real de una opinión pública.

‘’..También se les reprocha el hacer preguntas sesgadas o, más bien, el sesgar las
preguntas en su formulación: esto ya es más cierto y muchas veces se condiciona la
respuesta mediante la forma de hacer la pregunta.

Así, por ejemplo, transgrediendo el precepto elemental de la construcción de un


cuestionario que exige que se les "dé sus oportunidades" a todas las respuestas
posibles, frecuentemente se omite en las preguntas o en las respuestas propuestas una
de las opciones posibles, o incluso se propone varias veces la misma opción bajo
formulaciones diferentes. Hay toda clase de sesgos de este tipo y sería interesante
preguntarse por las condiciones sociales de aparición de estos sesgos.

En muchos casos se deben a las condiciones en las que trabajan las personas que
producen los cuestionarios. Pero, sobre todo, se deben al hecho de que las
problemáticas que fabrican los institutos de opinión están subordinadas a una
demanda de tipo particular. .‘’ ( Bourdieu, 1972, 1,)

• Las elecciones: Las elecciones son una forma indirecta de medición de la opinión
pública.
Como ya hemos visto en la fase política, los distintos partidos se posicionan ante el
hecho o situación que ha ocurrido, surgen debates, propuestas. Con los que muestran
su iniciativa frente al problema y captan la atención del público al que le interese o
agrade esta decisión, o, el efecto contrario; el público está en desacuerdo con la
actitud de este partido y buscará otras alternativas políticas cercanas a su
pensamiento.

• Las manifestaciones, marchas u otros movimientos sociales: Cabe decir, que


esto es también la opinión del público. Tal vez una opinión menos buscada, o que ha
encontrado menos oportunidades de ser escuchada. Esta opinión nace desde el
público.
EL INSTRUMENTO DE LA OPINIÓN PÚBLICA

Imaginemos que la opinión pública fuera materializada en un trozo de plastilina.

La plastilina se presenta unicolor e uniforme, esta se dividirá en tres; la gente, los


partidos políticos y los medios de comunicación (tengamos en cuenta que estos dos
últimos pueden trabajar juntos).

Cada trozo de plastilina adquirirá una forma. Cabe decir, que la existencia de varias
cadenas de medios de comunicación puede dar lugar a distintas ‘subformas’ dentro
del general –medios de comunicación-.

La forma que los partidos políticos han dado a su trozo de plastilina llegará a la gente
a través de los medios de comunicación. Y no al revés. Los medios, como su nombre
indica, se encargarán de juntar el trozo de plastilina de la gente con el trozo de
plastilina de los políticos.

A pesar de tener formas distintas, el hecho de ser del mismo color (mismo
acontecimiento) camuflará sus discrepancias.

Y será devuelta al foco con esta nueva forma ‘’hecha entre todos’’.

Será publicada y presentada como opinión pública.

Anagrama que muestra como la opinión pública se va formando, no solo por el


‘’público’’, desde que ocurre el hecho hasta que transcurre el mismo;
´
‘’ Toda encuesta de opinión supone que todo el mundo puede tener una opinión; o,
en otras palabras, que la producción de una opinión está al alcance de todos. ’’
(Bourdieu, 1972, 1)

RELACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Opinión Pública
Medios de Comunicación.
Tendencia o preferencia real o
Instrumento o forma de contenido
estimulada de la sociedad hacia
por el cual se realiza el proceso
hechos sociales que se reporten
comunicacional.
de interés.

La opinión pública utiliza a los medios de comunicación para transmitir opiniones o


juicios de valor, de personas que son expertas en determinados temas que le interesen
a la sociedad, de tal forma que esta no tenga solo un punto de vista del tema sino que
pueda sacar sus propias conclusiones al respecto.
Ejemplo: Alo ciudadano, la hojilla, entre periodistas, la entrevista, entre otros. En
cada uno de estos programas de opinión se ve reflejado tanto la opinión del
periodista que lo dirige como la opinión del invitado y su
respectiva retroalimentación, sin embargo también existe esa retroalimentación con
el público espectador que detrás de cámaras en su hogar pregunta por Twister,
correo, Factbook o una simple llamada de opinión.

QUE ES LA PARODIA

La parodia es un tipo de imitación de características burlescas sobre algo o alguien,


cierto tópico, una obra de arte, entre otras alternativas.

Imitación de características burlescas que utiliza la ironía y el humor y se presenta en


diversos contextos artísticos, preferentemente. En tanto, en el uso que se le da
actualmente al término, la parodia resulta ser una obra satírica que se burla y hace
bromas respecto de otra obra, de un tema o hasta de un autor, a través de diferentes
alusiones irónicas y de la exageración de las características que puedan presentar los
personajes de la obra original.

La parodia se encuentra presente en diferentes contextos del arte, en el cine, en la


tevé, en el teatro, en la literatura y hasta en la música; aunque los recursos,
cualquiera sea el ámbito, son los mismos: apelación a la ironía y a la exageración
para divertir a los espectadores, oyentes o lectores.

La ironía y el humor son los dos elementos y condimentos que no pueden jamás
faltar en una buena parodia que se precie de tal.

La literatura, pionera en la ironía, ha creado figuras retóricas como la ironía, que se


ha aplicado tradicionalmente en diversos géneros literarios y luego por supuesto se
extendió hacia otros formatos.

La influencia de la ironía en la parodia la idea básica de la ironía es decir algo con un


doble sentido, hacer un juego de palabras en el que no coincide lo que se dice con lo
que se comunica.

Actualmente se utiliza mucho la ironía como una estrategia comunicacional dado que
la misma nos permite burlarnos de alguien, satirizarlo, en los planos político, social o
personal.
Reírnos de ellos a partir de este recurso, o también de nosotros mismos. Hay mucha
gente que utiliza a la ironía per se, es decir, se ríe o burla de sus propios defectos
porque de esta manera se le hace más sencillo sobrellevarlos y porque no también
reconocerlos ante otros de una manera jocosa para que no sea tan complejo tener que
asumirlos.
A la persona que maneja la ironía se la denomina normalmente como irónica/o, y
suele ser un rasgo de la personalidad, es decir, podremos encontrarnos con personas
que la presentan y con otras que no.

La misma, entonces, se suele expresar a través del sarcasmo, de la burla o el doble


sentido.

EL NACIMIENTO DE LA PARODIA EN LA GRECIA ANTIGUA

Sócrates, uno de los filósofos griegos más famosos y notables, junto con Platón y
Aristóteles, se destacó por su innovadora propuesta conocida como ironía socrática,
la cual consistía en realizarle preguntas a su interlocutor de turno para que en el
transcurso de la charla, el mismo, se diese cuenta de sus propias contradicciones.
Preguntas que hacía Sócrates que parecían sencillas pero que al ser respondidas
permitían hallar la inconsistencia en las respuestas.

Originalmente, las parodias aparecieron en la antigua Literatura griega y consistían


en poemas que imitaban de un modo irrespetuoso los contenidos y las formas
propuestas por otros poemas.

Justamente en la Antigua Grecia a los poemas que tenían por misión burlarse o
criticar con sarcasmo a la poesía épica se los denominaba de esta manera, y por caso,
podemos decir que los griegos fueron los pioneros en la materia.

Las parodias se nutren de elementos extraídos de la realidad, para imprimirle a la


obra justamente realismo, de mucha fantasía, y también de cierta sofisticación a la
hora de la narración de los hechos.

Actualmente, las parodias son un contenido regular dentro de algunos medios tales
como la tevé y el cine, por ejemplo, la serie norteamericana creada por Matt
Groening, Los Simpson, es una parodia de varios aspectos de la realidad
norteamericana media: la familia, los animadores infantiles, incluso es común
observar la presencia de artistas invitados como ser Bono de la banda pop U2, o del
ex presidente George Bush, los cuales aparecen parodiados, haciendo especial
hincapié en sus defectos, características personales, gustos, entre otras cuestiones.

Por otra parte, a la clásica obra del autor Miguel de Cervantes, Don Quijote de la
Mancha, también se la ha considerado una parodia de los libros de caballería y los
estereotipos que estos proponen.
¿QUÉ ES LA SÁTIRA?

La sátira es un recurso literario que se caracteriza por la utilización del sarcasmo con
una intensión lúdica, burlesca o moralizadora en relación a un personaje o una
situación. La sátira, desde el punto de vista psicológico forma parte de la conducta
humana, la cual busca ridiculizar a alguien o algo que se convirtió en género literario
cuando formó parte de la lengua escrita. Según los especialistas en el campo de la
sátira, sus orígenes se remontan a la poesía yámbica en el siglo VII a. de C. en Grecia
hasta expandirse por otros elementos de expresión como las artes plásticas y las
audiovisuales.

Muchos especialistas ubican su origen literario en la Grecia Antigua y han estudiado


como este recurso ha sido utilizado por muchos escritores reconocidos en diferentes
géneros literarios, medios gráficos y audiovisuales para darle un carácter humorístico
y reflexivo a los mensajes que se transmitan.

HISTORIA DE LA SÁTIRA

La historia de la sátira en la literatura se remonta a la poesía yámbica griega en el


siglo VII a. C. Semónides de Amorgos, Aristófanes y Arquíloco de Paros
desarrollaron la sátira en este período de la Grecia Antigua.

Tiempo después fue desarrollada por otros autores latinos como Horacio, Lucilio,
Luciano de Samosata, Juvenal, Séneca, Marcial, entre otros.

En la Edad Media y en las épocas sucesivas de la historia la sátira se ha paseado por


todos los géneros literarios (novela, poesía, cuentos, teatro, ensayos) y en diferentes
tipos de textos, como los narrativos, descriptivos, de opinión, entre otros.

Haciendo uso de la ironía, el sarcasmo, la exageración y la ridiculización, la sátira ha


conseguido transmitir su mensaje contra aquello a lo que critica dando un toque
humorístico a su mensaje.

CARACTERÍSTICAS DE LA SÁTIRA

 Nace en la antigua Grecia.

 Se expresa en prosa o en verso.

 Se vale del humor para ridiculizar defectos de una cosa o persona.

 Expresa indignación.

 Hace uso de la ironía, la parodia y el sarcasmo.


 Los personajes son de carne y hueso.

 Tiene un trasfondo moral.

 Hace uso de la comparación de dos hechos yuxtapuestos u opuestos, para dar


valor a uno y desvalorizar a otro.

 La exageración o hipérbole para hacer de una situación real, algo exagerado


hasta llevarlo al ridículo.
REFLEXIONES

Explorar el mundo de la caricatura política y la sátira como esencia de la misma


permite acercarnos a una época desde la sencillez de una imagen que muchas veces
pasa desapercibida por estar en busca de los grandes relatos de la historia de un país,
olvidándonos de la riqueza que tiene lo gráfico, de la capacidad que posee para llegar
a públicos diversos, además del papel preponderante que en el caso de Colombia
tuvieron las caricaturas políticas de carácter militante a la hora de imponer
imaginarios y formar opinión pública.

Como argumenta Carmona (2003) Si bien ellas (las caricaturas) constituyen una
visión arbitraria de la realidad, nos remiten sin embargo a una red sutil y compleja de
signos que se tejía entre una conciencia subjetiva y una conciencia colectiva (...) se
trata en últimas, de la formación de una opinión pública.

Ahora bien, al entrar al caso que nos convoca es importante advertir, que aunque es
muy probable que durante la década de los 40 y 50 se hayan producido en Colombia
numerosas caricaturas políticas críticas, éstas no fueron publicadas por el carácter
partidista que tenía la prensa; lo que permite introducir una primera reflexión que
tiene que ver con lo que entendemos por opinión pública y opinión publicada, ya que
no siempre la opinión del público se refleja en lo publicado, puesto que lo que
publicado responde en muchas ocasiones a fines políticos y económicos, máxime en
el lapso de tiempo que analizamos, en donde el único medio de publicación eran los
grandes periódicos.

Por otro lado, al intentar develar en las caricaturas los principios regeneracionistas se
pudo evidenciar como éstos fueron usados (sobre todo por el partido conservador)
para destruir al adversario, lo que nos permitió desde una interpretación iconológica
observar en las caricaturas algunos símbolos y tradiciones fundamentados en
discursos fuertemente arraigados a la cultura colombiana Para terminar y al situarnos
en la época a la que asistimos actualmente, podemos ver cómo aunque los medios de
difusión masiva como el internet y la posibilidad que este otorga para hacer visibles
propuestas alternativas han permitido transformaciones importantes en la labor del
caricaturista y el papel fundamental que este cumple a la hora de mostrar de manera
crítica y reflexiva los hechos de poder; aún en nuestra cultura siguen habiendo
rezagos significativos de las ideas regeneradoras.

Finalmente vale la pena recalcar que lo aquí presentado, no es más que intento por
incursionar en el terreno de las ideas, de lo simbólico y lo discursivo, que en este
caso usando como vehículo una imagen satírica, que funcionaba como un proyectil
que se dirigía con fuerza hacía al adversario con el ánimo de infundir en los lectores
discursos e imaginarios políticos agresivos. Estas reflexiones provisionales se
enmarcan entonces en la premisa de que como evidencia Figueroa (2011) (…) los
hombres luchan por ideas –materializadas en programas y políticas públicas–, las
cuales, finalmente, inciden en las relaciones de poder y se convierten en
movilizadores sociales.

Es decir, reconocemos que las ideas son un componente fundamental en las


relaciones sociales de la dinámica mutua entre estructuras y superestructuras y en las
consabidas tensiones y luchas por la imposición de ideologías hegemónicas, en
muchos casos, traducidas en acciones violentas; Colombia, en este sentido, es un
claro ejemplo.

La sátira, especialmente la política, tiene una presencia constante en las


manifestaciones creativas y de expresión del ser humano. Concebida para hacer reír,
generar sorpresa o estupor, la sátira se hace presente como instrumento de denuncia y
crítica social en las distintas manifestaciones del arte: la literatura, el teatro, el humor
gráfico, el artículo periodístico, los programas o el sketch televisivo, el cine o la
canción.

La sátira es el arma idónea para hacer crítica social desde la inteligencia humana, y
como tal, una manifestación más de la libertad de expresión y de la creación artística,
derechos fundamentales concebidos, desde el primer constitucionalismo, como
límites a los desmanes en el ejercicio del poder.
CONCLUSIONES

De todo lo anteriormente expuesto, podemos concluir que:

1.- La libertad de expresión tiene una doble naturaleza: de derecho subjetivo y de


garantía institucional de la opinión pública libre, que se encuentra en la base misma
del pluralismo político, sostén de una democracia representativa.

2.- La naturaleza de garantía institucional de la opinión pública libre es lo que la hace


merecedora de ser calificada como libertad preferente, en caso de conflicto con
cualquier otro derecho fundamental.

3.- Se puede entender por opinión pública, el conjunto de juicios de valor que efectúa
el público, sobre temas de interés público, y manifestados en foro público.

4.- Los medios de comunicación de masas tienen un papel fundamental tanto en la


determinación de los temas que van a ser objeto de la opinión pública, a través de la
llamada agenda-setting, como en el posicionamiento que lleguemos a adoptar los
ciudadanos respecto de dichos temas. Su capacidad de in¾uencia en la formación de
nuestra opinión será menor cuanto mayor sea nuestro conocimiento directo sobre el
tema, y viceversa.

5.- Únicamente una pluralidad informativa garantiza una opinión pública libre. Ello
justifca que el Estado no solo tenga el derecho, sino el deber, de garantizar una
pluralidad de fuentes informativas que se corresponda con la diversidad política y
cultural de la sociedad. No obstante, existe un serio riesgo de que, bajo la excusa de
la defensa del pluralismo informativo, la intervención del Estado puede acabar, de
facto, conllevando una actuación censora o dirigista totalmente reprobable. En
consecuencia, aun cuando teóricamente la solución está clara, el modo de llevarla a
la práctica es lo que nos plantea serias dudas.

6.- Por último, merece destacarse que existen dos tipos de opiniones públicas: la
institucional (formal) y la no institucional (no formal). La segunda, la conformaría la
ciudadanía, mientras que la primera la constituirían los representantes de la misma en
el Parlamento. La opinión pública institucional debe actuar como correa de
transmisión de la no institucional. Cuando dicha transmisión se interrumpe, podemos
decir que nos encontraríamos ante una crisis de legitimidad.
BIBLIOGRAFÍA

- https://es.wikipedia.org/wiki/Opini%C3%B3n_p%C3%BAblica
- https://www.definicionabc.com/social/opinion-publica.php
- https://www.importancia.org/opinion-publica-2.php
- https://www.uv.es/guilopez/documentos/2_1-Concepto_Opinion_Publica.pdf
- https://definicion.de/satira/
- http://www.wordreference.com/definicion/s%C3%A1tira
- https://es.wikipedia.org/wiki/Parodia
- http://www.wordreference.com/definicion/parodia

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