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ÍNDICE

I. Introducción………………………………………………………………………….02

II. La pobreza en la Sagrada Escritura…………………………………………………..02

III. Los Pobres en los Padres de la Iglesia……………………………………………….04

A. Padres Apostólicos…………………………………………………………………..04
B. Padres Alejandrinos…………………………………………………………………05
C. Padres Capadocios………………………………………………………………….06
D. Juan Crisóstomo……………………………………………………………………..08
E. Padres Latinos……………………………………………………………………….09

IV. Conclusión…………………………………………………………………………..11

V. Bibliografía………………………………………………………………………….12

1
LOS POBRES EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

I. Introducción

Cuando hablamos de los pobres y los que se encuentran marginadas podemos sentir que
no estamos lejos de ellos, que no es una realidad lejana, que está muy presente. Y me gustaría
traerlos de nuevo en nuestro lado e intentar a suscitar nuestro sentimiento sobre sus necesidades.
Básicamente, el propósito de este trabajo simplemente es para intentar poner de relieve algunas
importantes Padres de la Iglesias que han dedicado gran parte de su trabajo si no todos a
defender a los pobres y denunciar la esclavitud de la riqueza y tratar de traer de vuelta la alegría
de tener a Cristo como la única posesión deseable. Movidos por los sufrimientos de nuestros
hermanos en muchos sitios del mundo, decidí a hacer un camino hacia la luz verdadera, hacia la
única riqueza que deberíamos poseer juntos con los Santos Padres de la Iglesia que han recibido
y han vivido bajo esta luz y han dejado todo para tener la única riqueza, que es el Señor
encarnado por amor y para el amor.
Este trabajo consiste de dos partes principales, la primera parte que es una exposición
muy breve sobre el concepto de la pobreza y la riqueza en la Sagrada Escritura para ayudarnos
en entender el sentido de la pobreza y la riqueza y darnos un poco de vista cómo era la vida en
las primeras comunidades cristianas, antes de la época de los primeros Padres de la iglesia. La
segunda parte es la exposición de la obra, citando a algunos Padres de diferentes etapas de
nuestra historia. Y podemos afirmar que la mayor parte de las enseñanzas de los Santos Padres
son explicaciones y aplicaciones de la Sagrada Escritura y constituye como fundamental de sus
doctrinas.
La última parte es la conclusión, una forma de exhortación a los que creen en El, el
puente del amor hacia los demás, sobre todo a los pobres.

II. La pobreza en la Sagrada Escritura

A. En el Antiguo Testamento

2
Los conceptos de la pobreza y la riqueza en el Antiguo Testamento han sido bastante
dinámicos. Al principio la riqueza se presenta como un don grande del Señor, premio de la
virtud, que los justos sean más bendecidos. La pobreza, por el contrario, aparece como un mal,
castigo del pecado, sea personal, sea colectivo en virtud de la ley de la solidaridad 1. Pero a lo
largo del tiempo se van avanzando la valoración de la pobreza y riqueza y habido muchos
cambios del punto de vista y los pobres van trayendo cada vez las miradas de Dios hasta llegar a
constituir su pueblo, los ‘anawim’ de Yahweh. Y en los libros de Daniel, II Macabeos y
Sabiduría aparece la nueva luz y la riqueza cada vez más “desvalorizada” y la pobreza, en
cambio, ya no es un “sin sentido” 2.

B. En el Nuevo Testamento

1. Identidad de las iglesias fundadas por san Pablo


Podemos encontrar varios pasajes del Nuevo Testamento sugieren que las comunidades
cristianas formadas a partir de Pentecostés estaban constituidas predominantemente por gente
pobre. Las palabras de Pablo dirigidas a la iglesia de Corinto, por ejemplo, sugieren que apenas
unos pocos miembros pertenecían a las clases privilegiadas:
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos
poderosos, ni muchos nobles” (1 Co 1:26).
En Hechos y las cartas paulinas se mencionan algunas excepciones obvias entre todos el
“excelentísimo Teófilo” (Lc 1:3; Hch 1:1) para quien Lucas escribe sus dos libros; Filemón de
Colosas (Flm 2); y Crispo, principal de la sinagoga en Corinto (Hch 18:8). Sin embargo, es obvio
que la gran mayoría de cristianos era de origen humilde. Pablo interpretó esta situación como un
medio que Dios estaba usando para avergonzar al mundo, “a fin de que nadie se jacte en su
presencia” (1 Co 1:27). Jesucristo es un Mesías crucificado y su iglesia es la iglesia de los
débiles y los pobres.
2. La conciencia cristiana en la iglesia primitiva

La preocupación de Jesús por los pobres fue emulada por la iglesia primitiva,
especialmente en el contexto de la comunidad cristiana.
1
Francisco López Melus, Pobreza y Riqueza en los Evangelios, Ediciones Studium, Madrid, 1963, 228.
2
Ibid., 229

3
Lucas muestra el resultado del mensaje y el estilo de vida de Jesús en la iglesia de
Jerusalén: “el comunismo de amor” descrito en los Hechos de los Apóstoles, que ha atraído la
atención de amigos y enemigos a lo largo de los siglos. Según informa Lucas, “todos los que
habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas” (2:44-45); “ninguno decía ser
suyo propio nada de lo que poseía, sino que todos tenían todas las cosas en común” (4:32)
El criterio básico para la distribución de los bienes era que cada persona recibiera según
sus necesidades (2:45; 4:35), y el resultado inmediato fue la eliminación de la pobreza, de modo
que “no había entre ellos ningún necesitado” (4:34).
Cuando la iglesia en Jerusalén tuvo que encarar dificultades económicas la iglesia en
Antioquía envió ayuda por medio de Bernabé y Saulo (Hch 11:29-30). Más tarde Pablo organizó
una gran colecta en las iglesias gentiles con el propósito de ayudar a “los pobres que hay entre
los santos que están en Jerusalén” (Ro 15:26; cf. Gá 2:10) El dinero pierde su carácter
demoníaco y se transforma en un instrumento de servicio que suple las necesidades de los pobres
y redunda en la gloria de Dios.
La preocupación por los pobres era en la iglesia primitiva un aspecto normal del
discipulado cristiano. Traducida en acción, daba visibilidad a la vida del Reino inaugurado por
Jesucristo. Su raíz no era ni la idealización de la pobreza, ni el deseo de ganar méritos delante de
Dios, sino “la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo
rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Co 8:9).

III. La Pobreza en los Padres de la Iglesia

A. Padres Apostólicos
1. Didaché
Didaché es un documento canónico más importante de la Antigüedad cristiana y es una
3
obra de naturaleza moral y disciplinar que presente forma imperativa. y este documento
encontramos un característico del pensamiento socia que es la obligación de comunicación de los
bienes que se poseen. En el capítulo 4, n

3
Restituto Sierra Bravo, El Mensaje Social de los Padres de la Iglesia, Ciudad Nueva, Madrid, 1989, 41.

4
ums. 5-8 habla sobre el trabajo y la comunicación de los bienes “No rechazarás al
necesitado”, sino que comunicaras en todo con tu hermano, y de nada dirás que es tuyo propio.
Pues si os comunicáis en los bienes inmortales, ¿cuánto más en los mortales?4
2. Pastor de Hermas

Los textos de El pastor de Hermas conllevan con una significación social bastante
numerosos e importantes. Hablan sobre las clases sociales, la miseria, el lujo y la riqueza y sobre
la salvación de los ricos. La teoría sobre la riqueza es mucho más completa y elaborada y en ella
se encuentran los puntos esenciales desarrolladas después por los Santos Padres. Introduce en la
teoría de las riquezas la noción de suficiencia y señala la comunicación como el fin de las
riquezas y como el lujo que han de tener los cristianos.5

B. Padres Alejandrinos

1. Clemente: ¿Que rico puede salvarse?

En el aspecto social, es famosa su pequeña obra. ¿Quién es el rico que se salva? En la que
aborda directamente el problema de la licitud de las riquezas y por tanto de la propiedad, al
interpretar alegóricamente el pasaje evangélico del joven rico (Marcos 10, 17-31). Lo más típico
y característico de las enseñanzas sociales de Clemente de Alejandría es su doctrina sobre las
riquezas. Vivir en comunión y comunicación de bienes marca el estilo de vida y de relaciones
sociales de los seguidores de Jesús; de tal modo que se equilibren y nivelen las igualdades entre
los pobres y ricos en el desarrollo de la vida social.

“Dios creó el ser humano para la comunión y comunicación de unos con otros, como Él empezó
por repartir de lo suyo y a todos los hombres suministro su Logos común y todo lo hizo por
todos…” (El Pedagogo II, 12)

Según Clemente es posible la salvación de los ricos, pero no sin esfuerzo. La doctrina de
Clemente sobre las riquezas no solo es importante por haber demostrado la licitud de la

4
Ruiz Bueno, Padres Apostólicos, 2ª. Ed. BAC, Madrid, 1967, 81.

5
Sierra Bravo, El Mensaje Social de los Padres de la Iglesia, 57.

5
propiedad y su compatibilidad con el Evangelio, sino tambien porque es el primer Santo Padre
que define expresamente la naturaleza de las riquezas y el uso de las mismas.

2. Orígenes

Es uno de los pensadores más originales de todos los tiempos, fue discípulo de Panteno y
Clemente en la escuela catequética de Alejandría y después doctor de la misma. “Nuestra gloria
debe ser no de la riqueza, sino la misericordia…” Destaca en doctrina la división de las cosas
que se encuentran después en otros Padres. En su Comentarios en Mateo, se nos presenta que la
salvación de los ricos no es imposible, sino difícil y es una afirmación de lo que podemos
encontrar en el Evangelio de san Mateo 19, 23, “En verdad os digo que difícilmente entrara un
rico en el reino de los cielos”, aunque sea difícil pero cuando pueden resistir los ricos de las
pasiones de este mundo y no dejarse dominar enteramente por ellos, pues no están lejos de la
salvación.

C. Padres Capadocios

1. Basilio: ladrón es quien acumula más de lo necesario

Entre los Santos padres que arremetió contra los que son injustamente rico, que se basan
en sus bienes materiales, y que eran indiferentes a la injusticia y el hambre que prevalece en la
sociedad, era Basilio el grande. Cabe señalar que Basilio habló sobre el tema social de su época y
había distribuido a los pobres su fortuna grande y luego se convirtió en un sacerdote y luego
obispo de Cesárea en Capadocia. Basilio puso de manifiesto en sus obras el carácter social y
comunitario de la doctrina evangélica sobre la propiedad y riquezas. Él primero lo vivió y lo que
enseñó, razón por la cual sus palabras fueron escuchadas.

Basilio el grande trabajó pastoralmente. Él no intentó cambiar el resentimiento de los


pobres contra los ricos para crear odio, pero trató de curar a los pobres y los ricos para ver las
cosas diferentemente. Cuando los temas son abordados en la superficie crean problemas
mayores. Así que, cuando se habla de la incertidumbre de las riquezas y cómo fácilmente se

6
convierte ciertos social toma lugar, él después subraya que debemos despreciar los bienes
materiales. Por enseñanza de desprecio por los bienes materiales, quiere cambiar el pensamiento
de los ricos y los pobres de bienes materiales, para que deje de pensar estos es los único en la
tierra.

En una de sus obras dice que considera la sociedad perfecta que lo que hace desaparecer
la adquisición de la propiedad y la oposición de opiniones y promovió propiedad compartir
intentando ilustrar con muchos ejemplos. Él incluso utiliza el argumento del destino social de
bienes materiales y la riqueza. El pan, afirma, pertenece a los hambrientos, una ropa para el
desnudo, los zapatos para pies descalzos, y la plata a los pobres. El que oculta sus bienes y evita
vestir al desnudo y dar de comer al hambriento no es mejor que el ladrón que tiras los
hambrientos de comida y ropa. San Basilio añade que la inhumanidad se produce cuando se
busca afanosamente la manera de no repartir a cada uno lo que necesita, y de almacenarlo todo y
privar a todos del menor provecho. Es como una casa guardiana de interés propio y de avaricia,
la cual hay que desmantelarla para sacar de la cárcel la riqueza prisionera6.

2. Gregorio de Nacianceno

Desarrolla una concepción social del hombre y la vida social desde el punto de vista
humanísimo y actual de la compasión humana y solidaridad de los hombres en el sufrimiento. Su
doctrina sobre la propiedad contiene ideas de igualdad y para san Gregorio la compasión es una
ley de la naturaleza humana. La compasión tiene varios motivos para él, entre todos destacan los
más importantes. El primero es la unidad de todos los hombres, pobres y ricos, sanos y enfermos
que tienen una sola cabeza, Cristo. En el segundo motivo es la común flaqueza humana, que hace
que nadie esté libre de caer en la miseria y desgracia y el tercer motivo son los inmensos dones
que hemos recibido de Dios y Dios solo nos pide que seamos humanos. Y la imitación de la
misericordia divina forma parte tambien de los varios motivos, que es causa de asemejarnos a Él.
En su Discurso Sobre el amor a los pobres, empieza afirmando que somos hermanos y
compañeros en la pobreza, porque pobre somos todos y todos necesitamos de la divina gracia.
(Discurso XIV, 1) Y San Gregorio Nacianceno relaciona la dignidad humana con el

6
Cfr. SAN BASILIO, Homilía Destruam 2 y 6, en Diccionario sobre los Padres de la Iglesia, 166.

7
conocimiento de Dios y de los que sufren. El hombre debe conocer y buscar a Dios, y lo
encuentra en los que sufren. La actitud de compadecerse del que sufre es la gloria del hombre7.

D. Juan Crisóstomo: la preocupación por los demás es la esencia del cristiano

Teniendo en cuenta su cantidad de obras que están cargadas con el espíritu social, la
comunicación y la preocupación por los necesitados, podríamos afirmar que san Juan Crisóstomo
es el representante más destacado de la doctrina social de los Santos Padres, y no hay otro que
muestre de manera tan clara y rotunda la excelencia de la misericordia o comunicación y su
importancia en la concepción de la sociedad, de la economía e incluso del hombre 8. Según
Crisóstomo, la preocupación por los demás es la esencia del cristianismo y no hay cosa que le
alegre más a Dios (Homilía XX, 4) y radica en la naturaleza misma del cristiano. En fin, la regla
más alta cima del cristianismo es buscar la conveniencia común (Homilía XXV, 3) La concepción
social de san Juan Crisóstomo se apoya en un doble principio; el de la caridad, que se hace
realidad en la misericordia y la comunicación, y el de la solidaridad, que se manifiesta en le
interdependencia esencial entre los hombres.9 En sus varias homilías se desarrolla principalmente
la caridad, la misericordia, la compasión, la comunicación: en suma, la preocupación a los
demás. Con otras palabras, expresa san Juan Crisóstomo que Dios creó vínculos de amor entre
los hombres y nos ensenó la caridad, no solo con palabras, sino tambien con obras. Crisóstomo
declara expresamente que la solución de las cuestiones sociales está precisamente en la caridad y
comunicación “De existir caridad, no habría riquezas ni pobreza, sino las ventajas de ambas” 10
La preocupación a los más pobres es algo propio de nuestra fe y no es una novedad de
nuestro siglo. Desde el primer libro del Antiguo Testamento nos urge a estar con los pobres. Y
seguí siendo el mensaje central en el Nuevo Testamento, el mensaje de Jesús nos lleva al
encuentro del necesitado. La comunidad de los seguidores de Jesús entiende y vive, desde el
primer momento, su compromiso ante los problemas sociales de manera singular con los pobres
y necesitados.
7
Cfr.SAN GREGORIO NACIANCENO, Discurso Nº 14 sobre el amor a los pobres, en Diccionario social de los
Padres de la Iglesia, 128.
8
Sierra Bravo, El Mensaje Social de los Padres de la Iglesia, 201.
9
Ibid.,203.
10
Ruiz Bueno, Padres Apostólicos, 364.

8
E. Padres Latinos

1. Ambrosio: la tierra ha sido creado para todos

Ambrosio, junto con Basilio de Cesárea, Juan Crisóstomo y otros, define los principios
fundamentales de lo que hoy conocemos como Doctrina Social Católica, haciendo hincapié en la
dimensión relativa y subordinada de la propiedad privada. Fue un hombre de acción, con una
personalidad extraordinaria, que ejerció una profunda influencia en su tiempo. Podemos
encontrar en sus muchas obras las preocupaciones de la injusticia, aunque se encuentran
dispersas en ellas. En su obra, De Nabuthe (Libro de Nabuthe Jezrealita), que es una crítica de la
ambición de los ricos, basada en el episodio bíblico de la vida de Nabot. San Ambrosio distinguí
el fundamento de la sociedad que es la justicia y la beneficencia. La justicia para él no es una
igualdad seca, sino la que busca el bien común, que nos obliga a mirar por todos y a socorrernos
unos a otros. Porque todos los bienes son creación y donación de Dios para el uso de todos los
hombres. En esto consiste practicar la justicia, “El Señor quiso que esta tierra fuera poseída en
comunidad por todos los hombres, ofreciendo sus productos para el bien de todos, pero es la
avaricia la que reparte el derecho de propiedad.”
San Ambrosio estaba dispuesto a vender los cales de oro de la iglesia para tienden a las
necesidades de los pobres y para liberar a los cautivos de las hordas de bárbaros vecinos. Él es
también el obispo que convirtió y bautizó el famoso San Agustín de Hipona, uno de los más
grandes teólogos de la historia de la iglesia.

2. San Jerónimo

Uno de los tres grandes Padres Latinos, con san Ambrosio y san Agustin. Hombre de una
firmeza de carácter extraordinaria y de gran austeridad, se distinguió su importantísima labor de
revisión y traducción de los textos de las sagradas Escrituras. Entre sus ideas destaca la claridad

9
y firmeza con que expresa el carácter completamente libre y voluntario del consejo evangélico de
venderlo todo y darlo a los pobres. En una de sus Epístolas dice como valorar la riqueza y la
pobreza “cada uno debe ser juzgado según la naturaleza de las cosas, no según la calidad de las
personas. Ni las riquezas dañan al rico si las sabe usar bien, ni la pobreza hace recomendable
al pobre si en su miseria e indigencia no cuida de evitar el pecado…” (Epístola LXXIX, a
Salvina, nums. 1 y 3). San Jerónimo nos quiere ensenar que nuestro seguimiento a Cristo nos
impide a ser hombres y mujeres que tengas sensibilidad a las necesidades del otro, “Si tienes más
de lo que necesites para vestir y alimentarse, distribúyelo a los que no tienen y reconoce que eres
deudor de ello” (Epístola CXX, 1 a Hebidia)

3. San Agustín

A pesar de su enorme influencia sobre la teología de su tiempo hasta hoy, los cristianos


no muchos tienen conocimiento de que este gran Padre tambien afronto cuestiones económicas y
muchas problemáticas sociales. Sin embargo, particularmente en sus cartas pastorales de y
sermones, Agustín criticó riqueza, animó a los pobres para abogar por la justicia y exhortó a los
cristianos a crear comunidades económicas mutuamente interdependientes. Él ofrece a los
cristianos un cuerpo integral de pensamiento en la riqueza y la justicia económica que une estilo
de vida para el desarrollo moral, desafiando la práctica actual tanto apoyando la acción para el
cambio.
Agustín claramente y con frecuencia proclama que la riqueza es moralmente peligrosa.
Cuando la viuda rica Proba escribió preguntando como orar, Agustín respondió de ella en los
peligros morales de la riqueza de varios párrafos antes de que se dirigiera a la oración 11.1 Agustín
nunca afirmo que Proba usa su riqueza de advertencia para los propósitos malvados. Por el
contrario, creía que simplemente poseer riqueza conlleva el riesgo de excesivo apego a ella,
alejando su corazón a Dios12. Muchos cristianos en el imperio romano compartieron creencia de
Agustín que riqueza puede poner en peligro la virtud, incluso hasta el punto de ignorar las
consecuencias de su propia práctica virtuosa para la vida de los demás.
11
Augustine, Letters, Volume II (83-130), trans. Sister Wilfrid Parsons, S.N.D. (New York: Fathers of the
Church,1953), 130, 6.

12
Augustine, Letters, Volume II, 130, 3.

10
Para Agustín, rechazar ser adjunto a la riqueza y poner la esperanza en Dios en lugar de
las cosas mundanas es la manera más segura de ser rico, aunque riqueza dando lejos es mejor
todavía. Sus enseñanzas desafían a los cristianos para centrarse en Dios y resistir a la presión
cultural para la riqueza y una mayor seguridad material.
El santo obispo de Hipona declara expresamente la naturaleza social del hombre y nos
ensena en Sobre la Epístola de san Juan a los partos el comienzo y perfección de la caridad
(Tratado V, núm. 12) y que esta caridad nos da el deseo de que haya pan a los hambrientos y
nadie pasara hambre.

IV. Conclusión

Los cristianos saben que la practica social pertenece de manera inseparable a la historia
del pueblo de Dios que tiene sus raíces en la Palabra de Dios, en la predicación del Reino, en la
experiencia y testimonio de las primeras comunidades cristianas. La misión de Jesús y el ejemplo
de su vida han dejado su compromiso con la dignidad de la persona humana, las necesidades de
los más débiles, los más necesitados, las víctimas de la injusticia.
Leer la palabra de Dios nos urge a estar con los pobres. Jesús anuncia y practica en
plenitud y con la entrega de la propia vida, el amor a los pobres y el compromiso con los
problemas de la comunidad. Se presenta en medio del pueblo para estar con los marginados, los
niños, los pecadores, los extranjeros, los enfermos. Tiene que servir y vivir con sencillez, en una
sociedad que discrimina y humilla a los pobres, a los que no pueden competir.
Frente a un mundo de desigualdades y de miseria, volcado en el ganar, gastar y gozar,
solo cabe: desacralizar las riquezas, compartir, apasionarse por la justicia y la solidaridad, dar
pan a los que tienen hambre, trabajo a inmigrante y al parado, condiciones de vida digna al
enfermo, al olvidado en la soledad de la cárcel, de una familia rota, de una sociedad
individualista. La propuesta de Evangelio es que el que tiene abundancia de bienes opte en favor
de los que no tienen y ponga sus bienes al servicio de esta opción.
Los padres de la Iglesia nos están recordando de que el amor al necesitado, al pobre es
preferible a todo los demás y el destino común de bienes está en consonancia con la comunión
comunitaria y social del hombre. Y finalmente nos recuerda san Juan Crisóstomo de que la
práctica de la denuncia marca tambien el compromiso de los responsables de la Iglesia de los

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primeros siglos y toman partido a favor de los débiles y que Dios sale siempre in defensa a los
pobres.

V. Bibliografía:

Augustine, Letters, Volume II (83-130), trans. Sister Wilfrid Parsons, S.N.D. (New York:
Fathers of the Church,1953)

Francisco López Melus, Pobreza y Riqueza en los Evangelios, Ediciones Studium, Madrid,
1963.
Restituto Sierra Bravo, El Mensaje Social de los Padres de la Iglesia, Ciudad Nueva,
Madrid, 1989.

Ruiz Bueno, Padres Apostólicos, 2ª. Ed. BAC, Madrid, 1967.

San Basilio, Homilía Destruam 2 y 6, en Diccionario sobre los Padres de la Iglesia.

San Gregorio Nacianceno, Discurso Nº 14 sobre el amor a los pobres, en Diccionario social
de los Padres de la Iglesia.

Josep Vives, Pobres y ricos en la Iglesia primitiva, http://servicioskoinonia.org/relat/274.html

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