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Marcel Mauss se interesó por los sistemas de prestaciones económicas entre los grupos que componen lo que, en su

tiempo, se nombraba “sociedades primitivas.”


Mauss toma en cuenta y describe “el carácter voluntario, por así decirlo, aparentemente libre y gratuito y, sin
embargo, obligatorio e interesado de esas prestaciones; prestaciones que han revestido casi siempre la forma del
presente, de regalo ofrecido generosamente incluso cuando, en ese gesto que acompaña la transacción, no hay más
que ficción, formalismo y mentira social, y cuando en el fondo lo que hay es obligación y el interés económico.”

En estas sociedades “lo que intercambian no son exclusivamente bienes o riquezas, muebles e inmuebles, cosas
útiles económicamente; son sobre todo gentilezas, festines, ritos, servicios militares, mujeres, niños, danzas, feries en
las que el mercado ocupa sólo uno de los momentos, y en las que la circulación de riquezas es sólo uno de los
términos de un contrato mucho más general y permanente.
Estas prestaciones y contraprestaciones nacen de forma más bien voluntaria por medio de presentes y regalos,
aunque, en el fondo, sean rigurosamente obligatorias bajo pena de guerra privada o pública. Nuestra idea es llamar a
todo esto sistema de prestaciones totales”.

Mauss observa estos sistemas en tribus australianas y del noroeste americano donde se aprecia una red de ritos
para todas las transacciones, en esta última encontramos el concepto del “Potlach” (alimentar-consumir).

Sobre otros temas. Sobre la obligación de dar y la obligación de recibir.


“Tanto negarse a dar como olvidarse de invitar o negarse a aceptar, equivale a declarar la guerra, pues es
negar la alianza y la comunión”.

Conclusiones:
Mauss propuso que el Don es el HECHO SOCIAL TOTAL, ya que involucra todas las instituciones sociales. Todos
estamos intercambiando dones todo el tiempo, ya sean materiales o simbólicos.
Dentro de las sociedades no existe solamente la cohesión, sino un principio de Reciprocidad del cual se desprenden
normas.
Los dones sirven para afianzar la posición simbólica y/o social, e incluso pueden servir para humillar al otro.
El don refuerza lazos y ayuda a distender tensiones y rupturas. Cuando no se acepta un don o no se corresponde,
surgen conflictos entre los individuos y/o comunidades.

Resumen versión de Magaly Alcántara

Perteneciente a la generación pionera dentro de la etnología francesa, Marcel Mauss busca dentro de este ensayo
analizar cómo el don crea vínculos sociales al emitir obligaciones a la persona o pueblo que lo recibe. Al inicio del
texto, Mauss formula las siguientes preguntas: ¿Cuál es la norma de derecho y de interés que ha hecho que en las
sociedades de tipo arcaico el regalo recibido haya de ser obligatoriamente devuelto? ¿Qué fuerza tiene la cosa que
se da, que obliga al donatario a devolverla? Con esto tratará de describir el fenómeno del cambio dentro de las
sociedades en un contexto previo al uso de la moneda como valor de cambio universal.

En ningún periodo y en ninguna sociedad se ha dado una economía donde los artículos producidos no sean
destinados al cambio y sean utilizados exclusivamente  dentro de un grupo económico cerrado, como es el caso de la
economía denominada «natural». En las economías antiguas el intercambio de bienes se da en una colectividad: las
personas involucradas dentro del contrato aparecen en forma de tribus, clanes o familias. Se trata de agrupaciones
unidas a un fin determinado, donde el intercambio no se remite exclusivamente a bienes con propiedades
económicamente útiles, ya que intercambiar ritos o servicios será la apertura a los términos de un contrato mucho
más general y permanente. A esto le da Mauss el nombre de sistema de prestaciones totales, prestaciones que
surgen en un contexto voluntario bajo lo que conocemos como regalos o presentes.

Para contextualizar estas observaciones, el autor se valerá de estudios sobre grupos etnográficos ubicados en
Polinesia, Melanesia y el noroeste americano. En estos tres lugares se tiene una noción de tipo propiedad-talismán.
para cuyo entendimiento se señalan dos conceptos usados dentro de estos pueblos, el uloa y el tonga. “Este último
designa una serie variada y permanente de objetos que comprenden especialmente las trenzas del matrimonio que
heredan las hijas que se casan, las decoraciones y los talismanes que entran en la nueva familia a través de la mujer
con la carga de ser devueltas […] Los uloa designan objetos, la mayor parte instrumentos, que son específicamente
del marido y fundamentalmente muebles”.

De esta forma la vida material y moral, como el cambio, se conjuga bajo una forma «desinteresada» que a su vez es
una figura obligatoria. Mauss compara estos esquemas de intercambio con los dados en la ceremonia del Potlatch,
resaltando el honor como un factor trascendente dentro de los intercambios que se dan en este rito. El anfitrión busca
mediante el acto de regalar sus posesiones a su invitado mostrar su riqueza, ya que busca que el que los reciba vea
que su riqueza es tan vasta que puede permitirse regalársela, buscando también conservar una autoridad sobre la
tribu y su pueblo, porque es mediante el derroche de los recursos  donde demuestra que está siendo favorecido por
los espíritus. El que funge como la persona que recibe los dones, también se involucra en un entorno donde el honor
y el prestigio son elementos fuertemente marcados: rechazar los dones es declararse vencido, evidenciando  el temor
de no ser lo suficientemente honorable para devolver los dones recibidos.

“La obligación de devolver dignamente es imperativa. Se pierde la cara para siempre si no se devuelven o se
destruyen los valores equivalentes”.  Los dones ofrecidos bajo la ceremonia del Potlatch, llevan implícitas una virtud
que obliga a que estos circulen bajo el esquema de dar-recibir-regresar.

Podemos concluir que la tendencia de competición dentro de estos pueblos permite un funcionamiento social y
económico, donde la búsqueda afanosa por el honor llevará a un intercambio colectivo de dones, intercambio que es
necesario para la preservación del orden económico: si se da una pérdida del honor dentro de la comunidad se
pierde su don de cambio. La entrega de los dones abre un esquema circular donde al dar se tiene la obligación de
recibir y regresar, esquema necesario para preservar la cohesión social y económica.

SOBRE LOS DONES Y SOBRE LA OBLIGACION DE HACER REGALOS (Reflexiones sobre


el trabajo de Marcel Mauss)

De acuerdo al análisis y los estudios de Marcel Mauss podemos interpretar que en las comunidades primitivas que se
observaron, así como en muchas otras comunidades, la dinámica de las ofrendas o regalos, no tienen
necesariamente un trasfondo altruista ni desinteresado, es mas bien una practica que tiene un interés de índole
social y se maneja sobre la base de mecanismos de dominación que se reafirman culturalmente con el paso del
tiempo.

Los presentes (de acuerdo a lo planteado por Mauss), relación social que iba más allá del valor material del objeto en
cuestión. Así, se reconoce que el acto de dar y recibir tiene un componente interno que crea una conexión espiritual
entre los seres humanos, más allá de lo inmediato, la interacción física.

En las comunidades estudiadas por Mauss, este descubre que se efectuaban trueques, cambios o contratos, en
forma de regalos que se hacían y se devolvían de manera obligatoria. Esto convierte la practica del regalo en una
mentira social, ya que todo regalo va a conllevar necesariamente a una obligación moral por parte del receptor del
mismo, en devolver ese presente de alguna forma, creando así un vinculo casi interminable entre dos personas, (o
en este caso comunidades), que crean un estado de tensión entre ambas, si alguna de las dos partes no cumple con
su parte del ofrecimiento o agradecimiento del regalo.

Se crea de esta forma un sentido de pertenencia sobre el receptor del regalo, es un mecanismo de dominación sobre
el cual actúan varios elementos que se entrecruzan y se pierden en la cotidianidad de las comunidades (dominadas y
dominadoras), ya que se es casi es intrínseco esta forma de “economía” que se maquilla a través de las ofrendas o
regalos.

Por otro lado el mecanismo de dominación se va a estar manejando siempre en un vaivén entre las comunidades, el
receptor del presente, tendrá necesariamente que en “agradecimiento” devolver el regalo con un valor agregado,
para asi poder reafirmarse como dominante sobre la otra comunidad y tener un sentido de pertenencia con la otra
comunidad y asi sucesivamente, creando así una “tensión social” entre ambas comunidades tal como lo describimos
anteriormente.

Entre las comunidades y reflexiones que realiza Marcel Mauss en su trabajo tenemos los siguientes aspectos:

Bienes uterinos a cambio de bienes masculinos (Samoa): a través del nacimiento de un niño, la familia del padre de
ese niño tendrá derechos sobre los bienes de la familia de la madre.

El espíritu de la cosa que se da (Maori): el regalo ofrecido tiene una carga espiritual (parte del alma del que lo
otorga) esta intrínseco en el regalo, que pasa a una tercera persona que devolverá el alma del primero
materializado en otra ofrenda.
Regalos que se hacen a los hombres y presentes que hacen los dioses (Comunidades Esquimales): otorgamiento
de ofrendas, para poder ser beneficiados por entidades divinas. Practicas de sacrificio, limosnas y ayudas a
los desfavorecidos, conllevan a recompensas divinas, ya que los Dioses son los propietarios del entorno.
Sobre la obligación de dar y recibir: esta “obligación”, ayuda y hace un aporte que lleva irrevocablemente a un
“orden social” y se institucionaliza.
Para cerrar este ensayo considero pertinente hacerlo a través de una reflexión propia de Marcel Mauss que describe
perfectamente como se desarrolla el sistema de intercambios a través de los regalos y su influencia en la
institucionalidad del mismo:

“En esta vida aparte, que es nuestra vida social, no podemos quedar al margen como todavía se dice
entre nosotros. Hay que devolver mas de lo que se recibió. La vuelta siempre es mayor y mas cara”

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