Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DESARROLLO
Fruto del griego Karpos: fruto, el fruto de los árboles, de los campos, de la tierra, progenie, un efecto o resultado. Para
comenzar a obtener un fruto, primero debe de comenzar un proceso de siembra (Gal. 6:7) Cuando Dios comenzó el proceso
creativo en la tierra, fue hasta el tercer día cuando ordenó que los árboles dieran fruto (Gn. 1:11) las aves y los animales
recibieron la orden de fructificar en el quinto día, el hombre fue creado y recibió la orden de multiplicarse en el sexto día de la
creación (Gn. 1:28)
La tierra estaba desordenada y vacía a causa de un juicio de manera que no había hombre y las ciudades estaban
devastadas (Jer. 4:23-26) pero comienza El Señor un nuevo ciclo en el cual el hombre es incluido. El hombre sin Dios está
en una condición similar, en tinieblas, vacío y sin orden en su vida, pero al creer en el Señor Jesucristo dejamos de ser del
grupo de los que han sido condenados (Jn 3:18) ya no hay para nosotros ninguna condenación (Ro 8:1), Lo primero que
Dios hizo fue la luz (Ge 1:3) es cuando nos traslada del reino de tinieblas al reino de su amado Hijo (Hch. 26:18). Para
fructificar no podemos estar bajo maldición, El Señor Jesucristo dijo que nos convenía que Él se fuera, para que entonces
viniera el Espíritu Santo a morar en nosotros y El es quien nos hace fructificar (Gal. 5:22) sin embargo, estos frutos no van a
brotar espontáneamente; necesitamos la lluvia de la Palabra (Is 55:10-11), la doctrina apostólica (Dt 32:2) y una persona
para labrar la tierra. Esa es una función de los cinco ministerios (Ef 4:11-13) que son colaboradores de Dios y nosotros,
labranza de Dios (1 Co 3:9) el labrador para participar de los frutos debe trabajar primero, para fructificar hay situaciones
distintas por medio de la cuales lo podemos hacer.
El que oye y no entiende, el enemigo le roba la Palabra que fue sembrada en su corazón. Efraín no quiso oír la voz de Dios,
su raíz se secó y no pudo dar fruto (Os 9:16-17) fue desechado no aparece dentro de las 12 tribus de sellados (Ap 7:5-8).
El árbol que no da buen fruto, da mal fruto o no da ninguno; Jesús decía “por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:20) el que
siembra para su carne, de su carne segará corrupción (Gal. 6:8) y el que lo hace para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna. Nuestro compromiso como hijos de Dios es el de sentarnos y escuchar la palabra, anhelar aprender cada día más de
ella, el cristiano que no tiene dudas generalmente es porque nunca estudia ni lee la Biblia.
La parábola del sembrador es utilizada en tres evangelios, en cada uno de ellos varía la forma para fructificar
Oír y entender la palabra (Mt 13:23) Entender Gr. suniemi poner o producir juntos, entender, considerar, ser sabio. El que
se convierte en discípulo es a quien le explican los misterios del reino (Mt.13:10-11)
Oír y recibir la palabra (Mr.4:20) Recibir Gr. paradechomai recibir, tomar, aceptar, confirmar recepción.
Oír y retener (Lc.8:15) Retener Gr. katecho sostener, detener, retener, encerrar, mantener seguro.
El diezmo ha sido durante mucho tiempo en distintas iglesias un conflicto, algunos dicen que fue solamente aplicado para el
tiempo de la ley, otros que no es obligación, algunos toman el diezmo y lo dividen dentro de algunas personas o iglesias que
tienen necesidad, pero la Biblia nos muestra que por medio del diezmo se puede adquirir temor del Señor (Dt. 14:21-22) es
para bendecir a las siguientes generaciones (Heb. 7: 9) hay tres formas en las que se diezma. 1) algunos lo hacen a la
manera de Jacob, que le dijo al Señor que si lo guardaba en el viaje de ida y de regreso, si le daba alimentos y ropa,
entonces que iba a diezmar, es decir 20 años después de la promesa, pero no cumplió (Gn. 28:20-22) sino que más
adelante Dios le dice a los que quieren negociar con Dios “Hijos de Jacob” (Mal 3:4) 2) Otros a la manera de Moisés, es
decir la imposición que establecía la ley de cumplir con lo que estaba ordenado, cumplían con lo monetario, pero habían
dejado a un lado la misericordia, la misericordia y la fidelidad (Lc. 8:11-12; Mt. 23:23) 3) la forma adecuada para diezmar es
como lo hizo Abraham, que luego de participar del pan y del vino, entregó voluntariamente los diezmos a Melquisedec, el
sacerdote del Dios Altísimo (Gn. 14:18-20)
CONCLUSIÓN
Cuando el fruto ya esté maduro, el Señor meterá la hoz porque ha llegado el tiempo de la siega (Mr 4:29), pero primero
recogerá sus primicias en el arrebatamiento; luego recogerá su cosecha en la mitad de la tribulación; y por último recogerá
su rebusco al final de la Gran Tribulación; esforcémonos por ser parte de las primicias. Para dar fruto debemos retener las
instrucciones de la palabra fielmente (1 Co. 11:2) y ponerla por obra (Stgo.1:22) debemos producir frutos para Dios, para que
el amado regrese encuentre frutos dulces en nosotros (Cant 4:16)