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DIAGRAMA DE OSTWALD

En 1919 Wilhelm Friedrich Ostwald desarrolla un diagrama para analizar


sistemáticamente el proceso de combustión del carbón, en 1949 Schwarz lo
generaliza para todo tipo de combustibles tanto con defecto como con
exceso de oxígeno.
El diagrama es una representación gráfica, sobre un plano de ejes
ortogonales (% de O2 en abscisas y % de CO2 en ordenadas) de la
combustión y la composición de los productos de la combustión.
El diagrama sólo tiene sentido en el primer cuadrante ya que no tiene sentido
hablar de % negativos de gases.
Existen otros dos diagramas: Bunte para combustiones perfectas y Keller
para combustiones con alto contenido de hidrógeno.
Antes de construir un diagrama de Ostwald se debe verificar que:
- Todo el C del combustible se transforma en CO o en CO2 de
manera que no quede C libre.
- Todo el H2 del combustible debe formar agua de manera que no
quede H2 libre.
- Todo el S que pueda contener el combustible debe oxidarse.
En el diagrama encontramos las siguientes líneas rectas:
- Línea de combustión completa: representa el proceso de
combustión donde todo el C se transforma en CO2.
- Rectas de % de CO: líneas paralelas que determinan la cantidad de
CO generado en una combustión incompleta.
- Retas de exceso o defecto de aire: conjunto de líneas paralelas que
indican el coeficiente de exceso de aire.
- Línea de aire o de estequiometría: separa el diagrama en dos
zonas, una con defecto de aire y otra con exceso de aire.

De un punto cualquiera del triángulo, podemos obtener los datos siguientes:


- Porcentaje de dióxido de carbono y de oxígeno presente en el
humo.
- Coeficiente de exceso de aire.
- Porcentaje de monóxido de carbono presente en el humo.
No toda la energía liberada en la combustión puede ser aprovechada, ya que
se producen unas pérdidas derivadas del mismo proceso. Estas pérdidas
son las siguientes:
- Calor disipado con los gases que intervienen en la reacción de
combustión y que se eliminan a mayor temperatura que la que
tenían cuando se han introducido, junto con los humos resultantes.
- Pérdidas de calor por la humedad contenida en el aire y en el
combustible utilizado.
- Pérdidas por la presencia de combustible no quemado en los
humos.
- Pérdidas por la presencia de partículas de carbono no quemadas
que se eliminan en el humo o en forma de cenizas.

Todas estas pérdidas no se pueden eliminar totalmente, pero se pueden


reducir si se mejora la calidad de la combustión, aportando las cantidades de
aire necesarias, realizando una buena mezcla entre comburente y
combustible y cuidando la calidad de este último.

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