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 P. El¡écer Sálesman

CLIAI{ESI\rIA,Y
SIEITflANTA SANIM
TASTRES LECTUTIAS DE CADA MISA
ErcLICADAS FTTASE POR FITASE

SAN
O P. Eliécer Sálesman
Derechos cedidos por el autor a:
@ SaN Pnslo Ecua»on, 2013 CONTENII}O
ISBN: 97 8-9978-06- 150-3

DlsrnlsuclóN:
Pág
Costa Rica: San José PRÓLOGO:
Calle 2 Avenida 6 y 8 - E-mail.' libreriacostarica@sanpablo.com.cr Secretos p ara que la predicación tenga éxito 5
Ecuador: Quito
Ventas: Andagoya 388 y Av. Arnérica
1er Domingo cuaresma Ciclo A. Tentaciones 15
Tel.: (2) 223 39 05 - www.sanpaolo .orgleculhome.htm ler Domingo cuaresma Ciclo B. Tentaciones 39
E, - m a i l,' d i s tri bu i d or aqurto @s anp ab I o . c o m. e c I-er Domingo cuaresma Ciclo C. Tentaciones 51
El Salvador: San Salvador
I Calle Poniente 38-56 Colonia Escalón
2u f)omingo cuaresma Ciclo A. Transfiguración 67
Tel.: (503) 298 90 06 - E-mail: llbreriaelsalvador@sanpablo.com.sv 2o. Domingo cuaresma Ciclo. B. tansfig-rración B3
Estados Unidos: 2o. Domingo cuaresma Ciclo C. Tlansfiguración 99
Alba Flouse: 2L87 Victory Boulevard
Staten Island, New Yorl< N. Y. 103 14-6603 U.S.A.
3er Domingo cuaresma Ciclo A. Samaritana 115
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Guatemala: Ciudad de Guatemala 3er Domingo cuaresma Ciclo. C. Zarza Ardiente 163
l1 Calle 0-49 Zona 10 Local A
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4o; Domingo cuaresma Ciclo A. Daüd 181
- E-maiL' libreriaguatemala@sanpablo.com.gt
Honduras: Tegucigalpa 4o. Domingo cuaresma Ciclo B. Tánto amo Dios 203
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Nicaragua: Managua
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Panamá: Ciudad de Panamá
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Domingo de Ramos. Entrada a Jerusalén 307
Apartado 08 19-02969 El Dorado Domingo de Ramos. Pasión de Jesucristo 374
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Iueves Santo, Lavatorio 372
Puerto Rico: San Juan
Marginal carretera #1, Urb. Caribe Bori 1606, San Juan 00926 |uéves Santo. Eucaristia 378
Tel.: (181) 402 81 17 - E-maiL' libreriapuertorico@sanpablo.com.pr Viérnes'Santo. Pasión según San Juan 383
República Dominicana: Santo Dorningo ' Lás Siete:Palabras 418
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Tel,: (809) 513 11 48 - E-ntail: libreriasantodomingo@sanpablo.do
Résurrección 434
Con las debidas licencias

Queda hecho el depósito que ordena laLey

o oooooo ooooooooooooooooooo o
o o
o o
o
o Este libro esta sacado o
o
o de los siguientes autore§ o
o o
o o PROLOGO:
o 1. William Barclay: comentarista bíblico de fa- o
o o
o ma. mundial., o Un Secreto para que la Predicación y
o Autor del guión de la famosa película «Jesús O la Catequesis tengan Verdadero Éxito
o de Nazareth>>. o
o o
o o PREPARARLAS CUIDADOSAMENTE
o 2. Rícciotti, Fillíon, Bovér, Nacark, Fernández o
o Truyols, Thiriet: Los exégetas bíblicos más: o «El sermó^ y la catequesis que más efectos produ-
o o
seguros y más apreciados en los últimos 40 o cen son los que se han preparado más cuidadosamen-
o
o te», decía San Juan Bosco.
años en la lglesia Católica. o
o o
o o PARA ESTO RECOMENDAMOS 10 DETALLES:
o 5. San Agustín, San Gregorio, $an Bernardo, o
o San Juan Crisostomo , San Juan de Ávila, o 1 ) Una de las rnejores preparaciones es escuchar
o
o San Francisco de Sales y San Fray Luis de oo los problemas y angustias de la gente. Se dice de San
o Granada: los escritores clásicos cuyos Co- o Pablo, como también de Sócrates, que el libro en el
o que preparaban sus discursos, era Ia misma gente: le-
mentarios a las Sagradas Escrituras han ejer- o
o o yendo y analizando los problemas y angustias de los
o cido más influencia en todos los ambientes o oyentes, adquirirían una gran facilidad parahablar de
o católicos, por s¡glos y s¡glos.
o
O
manera interesante y efrcaz.
o
o o 2) Ya desde unos días antes de Ia predicación es
o 4. Pujol, De Andrés, Borobio y otros exégetas o
o
necesario saber claramente qué es lo que les quere-
de actualidad. o
o o mos enseñ,ar, y concentrar la actividad cerebral sobre
O o este tema. Es admirable cómo ese trabajador silencio-
o Recopiló: F, Eliécer Salesman. o so e incansable que se llama el subconsciente, va pre-
O o parando ideas acérca del tema, y nos tendrá aóumuláda
o ooooooooooooooooooooooooo o
una verdadera úquezael día en que vamos a predicar o
a catequizar. Bossuet decía: desde el lunes hay que ir
pensando en el sermón del domingo.
3). Jagot, el céIebre sicólogo, dice que el primer tra-
bajo del conferencista consiste en meditar el tema de
que va a tratar. Si quiere hacerlo penetrar en la mente
de los que Ie van a escuchar, es necesario que 1o haya
reflexionado y que haya tratado de darle sus propias
interpretaciones personales, ingeniosas y originales.
La experiencia ha demostrado que aunque eI que
habla en público haya hecho una buena selección de
materiales y documentos, si no ha reflexionado sobre
el tema que va atratat, no obtendrá ser interesante, se-
ducto{, vivo en su hablar.
4). «Después de la oración no conozco otro medio
meior de prepararse a la predicación que pensar y
leer, leer.y pensar», decía eI famoso predicador San
]uan de Avila. La lectura va dando t uena dicción aun
sin darnos cuenta. Qué distinta iqueza de doctrina la
de quien lee y lee, a Ia de quien pasa sus dÍas sin ho-
jear un libro. Pero hay que preferir libros bien escri-
tos, y ojalá cIásicos. Jefferson decía: «He dejado de leer
periódicos a cambio de libros redactados por famosos
éscritores de Ia antigüedad,y ahora soy mucho más fe-
liz, y mi modo de hablar ha mejorado enormemente>>.
Lincon pasaba horas y horas leyendo a los grandes es-
critores de la antigüedad, y a los clásicos modernos, y
sin haber nacido oradoq, IIegó a tener verdadero efec-
to con sus discursos. San Antonio Claret dice que sus
lecturas 1o hicieron predicador.
6
Huy sacerdotes y catequistas que emPlean una hora
cada día para leer la prensa (alimentarse con alcantari-
lla, porqué la prensa afirma hoy 1o que negará mañana, y
hoy explica por qué no es cierto 1o que ayü decía que si-
lo éra). ¿Qué tal que de esa hora, dejaran media para leer
autores serios? Media hora cada día, son mas de L80 al
año; dentro de poco tiempo todos notarían en sus pláti-
cas y catequesislos progresos de su doctrina_y de su mo-
do de expiesarse. No somos más porqu,e to leemos más.
Aquíhaf que repetir lo que Por muy sabido se nos ha o1-
vidado «dime qué lees y te diré quién eres)>. Y respec-
to de tanto afán por gastar tiempo leyendo periódicos
debiéramos recordar el antiguo adagio: «De nuevas no
os curedes que hacerse han viejas y de saberlas hedes,
No desdeñemos la lectura de periódicos y el ver la
TV. Pero dediquémosles solo la mitad de1 tiempo, y el
tiempo ahorraáo dediquémoslo a leer libros de mayor
valor. Antes de I que imaginamos notaremos el Pro-
greso, y nuestra predicación ganará 100 x 100.
5) Hay un detalle para llegar bien a la predica-
ción: ahorrar energías, Para no estar cansado al em-
pezar a hablar. Ahorrai energías dejando 9" hablar
iosas innecesarias. Hacer ejercicio al aire libre y res-
pirar profundo, porque mientras más oxíge-no aspire-
mos, más fuerza y energía vamos a tener. No comer
mucho antes de hablar en público, porque el estoma-
go lleno produce cansancio.
6) Existe una regla Para lograr convencer a los de-
más: antes de hablarles de un tema, convenzámonos
nosotros mismos acerca de la excelencia de esto que
les vamos a explicar. El entusiasmo es contagioso. Oír
hablar a Hitler acerca de las excelencias de laraza ale-
mana o a Musolini en favor de1 socialismo italiano, o
a San Juan Bosco elogiando las ventajas de ayudar a la
juventud pobre, o a Bolívar tratando de convencer ala
gente acerca de 1o inaplazable que era Ia independen-
cia americana, era algo tan supremamente contagioso,
que el auditorio no era capaz de permanecer inacti-
vo. Ellos tenían tal entusiasmo acerca de lo que de-
cían, que los oyentes se contagiaban. ¿Quién eracapaz
de quedarse insensible si escuchaba a San Pablo ha-
blar de Jesucristo? Cuando la gente oía a Cicerón de-
cía: ,,Muy bien, muy bienr, pero cuando escuchaban a
Demóstenes que les presentaba la necesidad de salir a
defender Ia patria, los oyentes levantaban el pie dere-
cho y gritaban: ¡al frente, a luchar mar! Era el contagio
de alguien que cuando hablaba se había entusiasma-
do antes por 1o que les iba a decir. Muchos sernones
fallan, no por falta de doctrina sino por falta de entu-
siasmo de quien los dice.
7) HAY QUE ESCOGER MUY BIEN LOS TEMAS.
Pablo VI se quejaba de que en su juventud jamás les
explicaban en su parroquia las Bienaventuranzas. Ca-
da predicador tiene sus temas preferidos, y ya sabe 1a
gente; si habla el Padre tal, su tema será tal y si habla
el Padre X, su tema será )í y corremos el peligro de
que unos temas se machaquen hasta el aburrimiento,
y otros no se traten iamás.
estudiar el ambiente de los oyentes pa-
Es necesario
ra saber qué temas hay que inc lcar más. Así por Ej.,
en un ambiente anticleriéal hay que insistir erlas ex-
8
celencias del sacerdocio. En un ambiente de discordia,
habrá que predicar mucho de caridad. Donde los san-
tos han superado a Cristo en el culto popular habrá
que insistiiles mucho en las grandezas de nuestro Re-
dentor. Cada año hay que dedicar siquiera una o dos
pláticas para explicar la Santa Misa, sus excelencias_y
sus partés esenciales. (Es aterradora la ignorancia de
la gente respecto a la Santa Misa). Un tema que a todos
r,oi huce bién (porque es nuestro lado flaco) hablar de
los siete pecadós cápitales. Y más ahora que todos los
medios de comunicacióru cine, radio, TV, revistas, etc.,
se dedican a exaltarlos y animan a cometerlos. Hay
que insistir en 1o que la sagrada Escritura_ opina acer-
c^a de estos pecados, y 1o que han enseñado al respec-
to los Santos y la ascética cristianaaEsjog pecados son
nuestro «potro» de batalla diaria. Si_algún predicador
no quiere hablar <<contra»>, entonces hacer una ilustra-
ción clara sobre los métodos para adquirir las virtudes
contrarias a estos pecados capitales. Por Ej. Cómo ad-
quirir mansedumbre y bondad (contra la IRA); Cómo
conservarse puros; cómo adquirir un corazón genero-
so (contra envidia); Ventajas de la magnificencia y la
limosna (contra avaricia); excelencias del trabajo (con-
tra pereza); etc., etc. (Michoneau).
Recientes estadísticas han demostrado que donde
el predicador sabe seleccionar bien los temas que va a
tralar en la homilía del domingo, la gente declára: nl.a
predicación del domingo sí me sir e como ayuda pa-
ra toda la semanar.
El Credo y los Mandamientos fueron temas muy
preferidos pór los santos, )¿ Por algo los habrán prefe-
rido tanto, ellos que sí sabían qué es lo que a Dios más
le agradaba y 1o que más necesitaba el pueblo.
El tema de los sermones de San ]uan Bautista era
Ia conversión. Ese mismo fue el tema de los primeros
sermones de Jesucristo. San Marcos dice que ]esús em-
pezó su predicación diciendo: <<Es necesqrio conoertir-
se y creer en el eaangelio>>. Cuando San Pedro recibió
el Espíritu Santo el día de Pentecostés, el tema de su
primer discurso con Espíritu Santo fue: la conversión.
Pensemos: ¿cuáles serán los temas que más están
necesitando nuestros oyentes?
8) FABRICANDO SE APRENDE A FABRICAR.
Cuidado corrí la fácil excusa de echar Ia culpa de la
mediocridad de sus sermones a «La Providencia que
no me dio más cualidades». La causa de esa mediocri-
dad no es la «tacañería» de la Divina Providencia
cuando le repartió sus cualidades, sino la pereza de
usted que no las ha querido desarrollar.
La experiencia enseña que el que se prepara con
esfuerzo, llega a ser un buen predicador, aunque al
principio 1o haya hecho lamentablemente y parecie-
ra que nada bueno se podría esperar de él al hablar
en publico. De entre los sacerdotes no hay quizás un
dos por ciento irremisiblemente incapaces de llegar a
hablar bien en público. Todos los demás pueden lle-
gar a base de eifuerzo y preparación a sobrepasar la
mediana y tener muy hermosos éxitos en la predi-
cación. Y lo mismo hay que decir de los catequistas:
quien se prepara con esmero, puede llegar a obtener
verdaderos éxitos.
10
9) BUSCAR AIGO INTERESANTE QUE DECITT.
Muchos predicadores han fracasado Porque no han
averiguado qué temas son los que más interesan aI
púbhéo y más les hacen f.alta, o Por no haber buscado
é1 tema más oportuno para cada ocasión.
La facilidad de palabra puede llevar a hablar de
cualquier tema, sin escoger los que son más impor-
tantes o más interesantes. Y nadie puede tener éxito al
hablar en público si no domina bien eI tema que está
tratando. Si usted no domina un tema no se ponga a
hablar de éL porque 1o va a hacer chambonamente. Es-
túdielo bien, y déspués sí hará un buen papel al expo-
nerlo. Pero sin prepararse no hable de eso Porque esas
chambonerías son las que estefilizan la predicación.
Antes de hablar de un tema pregúntese: ¿Qué podré
hacer para atraer el interés de la gente acerca de esto?
iQué ventajas les trae? ZQué malas consecuencias tie-
ñe 1o contrario? ¿Qué podré hacer para estimularlos
acerca de Ia bondad de este tema? Su imaginación y su
inteligencia, estimuladas por el Espiritu Santo, le van
a sugerir ideas luminosas.
10) HAY UN MANUAL DE LA IMPERFECTA HO-
MILÍA escrito por el P. Peñalosa en México, y dice así:
«Si usted desea que su Homilía sea Io más im-
perfecta y lo más estériI posible, le aconsejamos es-
ta fórmula: A) Crea que con la preparación remota
basta. Para eso estudió bastante en eI seminario. Bas-
ta subir al altar y allá se le ocurrirá 1o que debe decir
(y 1o que se le va a ocurrir es 1o que no debiera decir
ya más). B) Confíe en sus cualidades naturales so-
11
 Iamente: con esas dotes oratorias, esa voz de tenor
y esa memoria cibernética que usted se mand a, Zpa-
ra qué preparar una simple homilía? (Y le saldrá 6ien
simple). C) Piense: los m-ediocres se preparan,los ge-
nios improvisan (usted, lo único que lógrará implo-
visar serán sus malos genios). Pero los grandes sabios
han dicho q e un genio se compone de un diez por
ciento de inspiración y de un noventa por ciento de
transpiración. Si usted, se queda con el solo'1.0% de
inspiracióry su resultado será sóIo tn 70% de conver-
sión en sus oyentes. Lo d más... paja que se lleva el
viento D) Crea que eso de preparár la homilía como
Dios manda, estudiando la Biblia, sus libros de co-
mentarios, escribiendo' la idea central, el tema bien
definido, y los puntos principales, y memorizando el
plan, y planeando bien cómo empezar y cómo termi-
na4 es para los que están empezando a predicar. eue
usted es yt muy ducho en esto y ahora puede empe-
zar y terminar como se le ocurra en eI momento.-(Y
qué difícil es empezar bien y terminar como es debido
una homilía. Lo único que supera en dificultad a prin-
cipiar bien una predicacióry es saberla terminar bieru
el ateruizajg. Ya parece que va uno a terminar, y nada,
otro párraf9.y otro, los irenos no funcionan, lüego el
palnzazo). E) Una imperfecta homilía, para ser lo más
imperfecta posible, lo primero que requiere es que
no tenga raíz: o sea prepa ación escasa y nula. F) Si
usted quisiera que la homilía no fuera tan imperfecta
tendría que hacer estos pasos:
I) Leer atentamente los textos bíblicos, y a1gún co-
mentario aI respecto.
12
II) Observar los signos de los tiempos, para partir a
la vez de la palabra de Dios y de1 acontecimiento de1
hombre.
III ) Reflexionar sobre estos temas que va a predicar.
Pensar largo en ello.
IV) Orar su sermón. Hacer oración precisamente
acerca de estos temas que quiere inculcar.
V) Memorizar qué es lo que va a decir. Pensar qué
ejemplos va a narrar. (Predicación sin ejemplos no se
parece al Sermón de Ia montaña. Predicar sin narrar
nada y sin comparaciones, es buen anestésico para
dormir rapidito a los oyentes).
VI) Idear cómo hacer más agradable este tem a; Có-
mo entusiasmar a todos por lo que les va a aconsejar.
VII) Buscar algo interesante que decir. AIgo optimis-
ta, que no los apachurre, sino que los anime á servir
con más alegría al buen Dios.
g) La predicación me resultó imperfecta. ¿Pero los
oyentes sí se darán cuenta de que no preparé la ho-
milía? ZQue cómo 1o saben? La impreparación se de-
nuncia por la dispersión de los conceptos, Io aburrido,
la repetición de la repetidera de todos los domingos,
las dificultades pafa elevarse a un tema un poquito
más alto del que está trillando todas las veces (notan
que sus motores no arrancary que usted, tiene que ha-
cer muchas piruetas para no venirse a tierra). Se no-
ta que no se preparó usted, ¿sabe en qué?,En que el
auditorio está melancóIico, pasivo, cloroform{zado.
13
 [i
E;
r.'

t
T
r
1...

F
f;

Aquí reina el señor Morfeo. Se nota ausencia de re-

I
r

novación teológica. Ni un concepto nuevo, ni una fra-

se que impresione. Siempre las mismas perogrulladas
(Perogrullo era un señor que a la mano cerrada Ia lla-
maba puño). Ausencia de cuanto pasa en el mundo:
no se sabe si su sermón es de la década del 80, o si es
más bien del año 800. Se advierte que el predicador no
sabe lo que está sucediendo a diez mil kilómetros ni a
Ur

!r
[:t
I-A§ TR,ES TENTAC[Orug5
[:

diez metros. Para él no cuenta el hombre concreto, ese F]

Éi
f,
i:
que le está escuchando: ese matarife, ese docto¡, esa
revendedora, esa dueña de casa, esa colegiala, o ese
desempleado. Ignora los signos de los tiempos y se le
está olvidanclo la Palabra de Dios.

Mry bien querido predicador: una iu,aper-

¿cleseaLra
fr-*ct;r hr¡ni,íiiía?, pues le habrá salido más imperfecta de lo
que aun los mas pesimistas la deseaban (Mr. Peñalosa).

Este libro busca ayudarlo a usted estimado predica-

dory amable catequista, para que su preclicación y, stl
catequresis sean los menos imperfectas posibles; y el
Señor y sus oyentes queden ampliamente satisfechos
de lo que usted les enseña. Quiera Dios que así sea.

sffifiuIffiR;
h{l ep tí t ffi fi (r-,r $$ # fufl É.} [i"
ffi).,l.,'i, r{j,d

.T,EE,BTffiffiHfiDir,T"
,fr:h
\ü¡¡ ET
(Mateo 6, 13)

T4
 PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A

Frimer Domingo de Cuaresma Somos criaturas hechas por Dios y de É1 depende-

Ciclo A mos siempre y en todo.
Sopló sobre su nariz un aliento de vida y el horn-
rjlrj if1:rl:;:; r . iiil:¡l jiij ri :!; -r ' : r j; r- ..r.,r'rj: j:. jr j
-ir:

bre se convirtió en un ser vivo.

OnnClÓN: Dios Todopoderoso, te pedimos que
las celebraciones y penitencias cuaresma-les nos lleven Es un recordarle aI ser humano su grandeza. Ha si-
a la verdadera conversión; Así conoceremos y vivire- do vivificado por el soplo de Dios. Ha sido hecho a
mos con mayor Plenitud el misterio de Cristo. Por el imagen de Dios (no en su cuerpo, que Dios no tiene
mismo Jesucristo Nuestro Señor... cuerpo, sino en su espíritu). Cada ser humano tiene al-
go de divino en sí mismo, su vida es una partícula del
PRIMERA LECTURA: DEL LIBRO DEL CÉNE-
SIS. 2. 7;3,'1. -7. soplo divino, su espíritu es una chispa del fuego de
Dios. Somos más de 1o que imaginamos.
CREACIÓN DEL HOMBRE El Señor Dios plantó un iardín en Edén, hacia el
Y PRIMER PECADO: oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
Dios creó al hombre de la arcilla del suelo. lardín, del hebreo ha sido traducido por <<Paraíso>»
en griego y así se llama en toda la tradición (Biblia de
Esta frase no significa necesariamente que Dios ha-
ya hecho un muñeco de barro, sino que al ser humano ]erusalén)
lo sacó, no de la nada, sino de algo que ya existía. Esa Edén significa <úlanura grande»», o estepa. La Bi-
«arcilla de la tierra» bien puede haber sido la misma blia presenta aI Paraíso como un oasis de maravillosa
arcilla natural u otro'ser ya existente. Esta no es una vegetación, en medió del desierto oriental.
narración científica sino una enseianza religiosa. La El Señor hizo brotar del suelo toda clase de árbo-
palabra ,.adamh,), en hebreo significa: <da arcilla del les hermosos de veq, y buenos de comer además eI
suelo»>, y de ella se saca el nombre de Adár¡ o sea, el
árbol de la vida en mitad del jardín; y el árbol del
que es hecho de arcilla. Para que la criatura humana conocimiento del bien y del mal.
no se sienta más de lo que es ni se dedique al orgullo,
a Ia autosuficiencia y a la arrogancia (el gran pecado, Toda la descripción del jardín de delicias en el que
S. 18) sino que recuerde que es polvo efímero y frágil Dios coloca al ser humano sirve para recordar una
y que al polvo ha de regresar. gran verdad: el mundo creado por Dios es bueno.
t6 L7

El árbol de la vida es símbolo de la inmortalidad.
El árbol del conocimiento del bien y del mal, signi-
fica la facultad de decidir qué es bueno y qué es ma-
lo. No es el ser humano el que ha de determinar qué
es lo que sí es bueno, y qué es malo. Eso 1o determina
Dios. Por eso de ese árbol no podrán comet o sea/ no
les es permitido usurpar a Dios eI derecho de decidir
qué si es bueno y se puede hace4, y qué es malo, ni de-
dicarse a obrar como su antojo les indique (Biblia de
]erusalén).
La serpiente era el más astuto de los animales del
campo que el Señor había hecho, y dijo a Ia mujer,
¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de
ningún árbol del jardín?
La serpiente. Para el Israelita en el desierto la ser-
piente es un animal sumamente peligroso. Después de
los días tan calurosos en los arenales, las noches son
tremendamente fuías y las pequeñas y venenosísimas
serpientes buscan un poco de calor en los campamen-
tos donde duermen los viajeros, acostados sobre el
suelo. De pronto el hombre dormido siente un cosqui-
lleo entre las mangas de su manto e instintivamente
se rascA y he aquí que la serpiente le inyecta su mor-
tal veneno. En unas horas, después de atroces dolo-
res, Ia pobre víctima será ya un cadáver. Por eso para
el lector antiguo de la Biblia el retrato más sensible
del perverso traicionero y asesino Satanás fue siempre
Ia serpiente. Y aquÍ ella 1o está representando al vivo.
¡Siempre astuto y engañador!
18
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA. CICLO A
Que no comáis de ningún árbol. Es una mentira sa-
tánica. Solo de un árbol les ha prohibido Dios comer.
De todos los demás si pueden disfrutar. Es una trampa
que sigue siempre repitiendo el enemigo de las a1mas.
A quienes quiere hacer infelices pecando. Les dice que
si no pecan se quedarán sin gozar de Ia vid4 como si
el99 por ciento de los goces mejores de esta tierra no
pudieran conseguirse sin ofender a Dios.
La muier respondió a Ia serpiente: podemos comer
los frutos de los árboles del jardín. Solamente del
fruto del árbol que está en la mitad del jardín nos ha
dicho Dios: <<No comáis de él ni lo toquéis, bajo pe-
na de muerte».
La mujer advierte a Satanás que no es cierto que
Dios les haya prohibido comer de todos los árboles del
jardín. Dios no ha prohibido a los seres humanos dis-
frutar de los gozos sanos de este mundo. Lo que les ha
mandado al prohibirles comer del árbol de la ciencia
del bien y del mal es que no se apropien el poder de
decidir qué es 1o que es bueno y conviene, y qué es lo
que lleva a la felicidad. Quiere que no se decidan por
aquello que es malo y lleva a Ia muerte espiritual. La
criatura humana no puede elegir sin más por sí misma
qué es 1o que más le conviene, sino que necesita con-
sultar qué opina Dios y qué manda o prohíbe su san-
taLey, que está grabada en la conciencia de cada cual.
Si no sigue eI dictamen de Dios ira irremisiblemente a
su muerte eterna.
t9

iQué astuto es el enemigo! De solo un árbol ha
prohibido Dios come{, y hacia ese árbol traslada Sata-
nás toda Ia atención del alma. Hacia lo que está prohi-
bido hace{, pensar o decir. Porqué no pensar más bien
en tanto bien que podemos disfrutar Jin pecar?
La serpiente replicó a la mujer: «No moriréis. Bien
sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los
ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien
y del mal».
EI diablo es eI perpetuo mentiroso. Padre de toda
mentira, 1o llamó Cristo. Siempre engaña a la criatu-
ra prometiéndole mil éxitos si peca, para después de-
jarla en la más triste de las desilusiones. Al ladrón le
prometió riquezas si robaba y ahora lo tiene consu-
miéndose de tristezas y de deshonra en una cárcel.
A Ia mujer sensual le prometió los goces más inten-
sos si era fácil para ceder a las insinuaciones de los
malvados, y ahora todos la seña1an como una pobre
y miserable corrompida y en vez de cariño le brindan
desprecios. A1 muchacho apasionado le propuso darle
Ia satisfacción plena de sus sentidos, y ahora agobiado
por Ia sífilis, la gonorrea, o el Sida lo abandonó a que
se pudra en un hospital. ¡Ah, si nos diéramos cuen-
ta de que solamente nos quiere engañar y hacer in-
felices al proponernos ofender a Dios, probablemente
pecaríamos mucho menos! Recordemos qué grandes
cosas prometió a Eva qué inmensas desgracias le aca-
ffeo con su pecado.
20
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y
deseable porque daba inteligencia: tomó el fruto, co-
mió y ofreció a su marido, el cual comió.
Señor: ¡líbranos de la seducción del mal. Tú sabes
cuán atractivo se vuelve para nosotros! Buda decía
que el mal deseo es un puñal cubierto de miel y que
la causa de todos los pecados es el mal deseo, el de-
sear el mal. ¡Líbranos Señor de desear 1o que a Ti te
desagrada!
Toda Ia vida tendremos un gran peligro ante no-
sotros: Que el mal nos parece apetitoso, atrayente y
deseable. Por eso muchas veces tendremos que hacer
como Ulises el de Ia leyenda: taponar los oídos para
no escuchar los gritos seductores de las sirenas, y ama-
rrarse las manos para no dejarse guiar por el impulso
diabólico que lleva a obrar el mal. Esto es 1o que se 11a-
ma en ascética: huir de la ocasión. Alejarse de aque-
llo que nos incita a hace4, decir o desear 1o que trae la
muerte a nuestra alma.
Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se die-
ron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron ho-
jas de higuera y se las ciñeron.
Desobedecieron a Dios, buscaron su propio egoís-
mo y no lo que Dios quería para el mayor bien de sus
almas, y les pasó como dice el dicho: <<El que siembra
oientos tecoge tempestades»> i
2t

Ahora sí que sintieron la rebeldía de sus instintos y
Ia vergüenza de su mal comportamiento. El adversa-
rio de Dios ha logrado contaminar su obra maestra. Se
Ies abrieron los ojos y en ez de hallarse convertidos
en unos semidioses tuvieron que avergonzarse de ha-
ber sido tan miserablemente engañados. Adán y Eva
nos representan a nosotros.
ElAdversario el diablo, sigue dando vueltas alrede-
dor de nosotros buscando a quienes en añar y hacer
infelices como 1o hizo con nuestros primeros padres.
Evely tiene una bella página acerca del peligro tan
grande que tenemos nosotros de dejamos engañar por
las tentaciones del enemigo. Leámosla con atención.
Dice así:
«Quién es capaz de medir esa terrible esclavitud a
que nos somete nuestra atracción por lo que es peca-
do? ¿Esa vertiginosa vertiente por la cual el que sufre
de malos deseos siente que se desliza? ¿Las espanto-
sas complicaciones que no trae el pecado? ¿La secue-
la de humillaciones y degradaciones que se derivan
de él? ¡El que se deja llevar de sus malos deseos queda
amarrado a su pecado, encadenado a su pecado! Está
preso, atenazado, maniatado, atrapado.
¡Asiste como espectador aterrado a .todo lo malo
que é1 mismo, guiado por Satanás, se atreve arealízail
maniobrado, conducido como
Se siente arrastrado,
una marioneta por unas manos despiadadas y tiráni-
22
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
cas. Es necesario convencernos de nuestra espantosa
debilidad. ¡Somos hechos del barro de la tierra!
Es necesario no olvidar nunca nuestra prodigiosa
capacidad para enfermarnos del alma y seguir enfer-
mos. Conviene recordar que el enemigo del alma es
más astuto y más poderoso que nosotros. Y no olvi-
dar nunca que tenemos un Redentor que es más fuer-
te que Satanás, que 1o derrota y nos hace conocer otra
vez la alegría de Ia victoria y de Ia libertad si con Ia
oración y la fe 1o llamamos en nuestro auxilio.
SALMO 50: Misericordia Dios mío por tu bondad.
Pues yo reconozco mi culpa. Contra ti, contra ti, sólo
pequé. Cometí la maldad que aborreces.
Es eI más bello acto de contrición que existe. El que
debemos tezar frecuentemente todos los pecadores
del mundo.
SEGUNDA LECTURA: San Pablo a los Romanos
5,12-19.
POR UN SOLO HOMBRE ENTRO EL PECADO
EN EL MUNDO Y POR Et PECADO LA MUERTE.
(Nota: El comentario de esta página de San Pablo
lo presentamos en la Segunda lectura del Domingo 12
Ciclo A, Tomo 5 de esta misma colección. Allá lo pue-
de encontrar el lector).
23

EVANGELIO:
LAS TENTACTOIJES DE IESÚS
(San Mateo 4,1)
Las Tentaciones que sufrió Jesús, las sigue sufrien-
do cada uno en la actualidad. También eI cristiano de
hoy tiene la tentación de1 MILAGRISMO: querer ob-
tener triunfos sin esfuerzos personales (en el único si-
tio donde el éxito se encuentra antes del trabajo es...
en el diccionario). La tentación de1 TRIUNFALISMO:
presentarse ante los demás para ser aplaudido. Y la
del politiquerismo: querer convertir el cristiairismo
en poder político, y dominación de los demás.
1) Iesús «Fue llevado al desierto para ser puesto a
prueba en la tentación» (Mt. 4,1).
¿eUÉ SIGNIFICA tA TENTACIÓNr Esta palabra
en castellano significa: seducir a alguien para que haga
1o malo, arrastrarlo al pecado, procurar persuadirlo para
que elija el camino equivocado. Pero en la Sagrada Biblia
el significado principal es este: <<ser puesto a prueba,
parfl saber ile qué es capaz». Así por Ej. Génesis 22,
L dice que: «Dios puso a prueba a Abraham». Toma a
tu hijo a quien tanto amas, y vas al monte Moria y me
1o ofreces en sacrificio... Dios quería probar hasta dónde
llegaba la capacidad de sacrificio de su amigo. «Poner
a prueba))z se dice de un herrero que antes de usar un
metal para fabricar una herramienta lo somete a duras
tensiones para saber qué tanto aguante tiene. Dios acos-
tumbra «poner a prueba» a los seres humanos, antes de
dedicarlos a las obras grandes que les tiene preparadas.
Por eso los judíos del tiempo de ]esús tenían este adagio:
24
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
«El Santo Dios del cielo del que Nombre sea bendito no
eleva a nadie al alto puesto que le tiene preparado, sin
antes «ponerlo a prueba)) o examinarlo; si sale victorio-
so de la tentacióry solo entonces Ie confiere Ia dignidad".
Esto sucedió a ]esús, al principio de su apostolado.
ESTAMOS ANTE UNA VERDAD GRANDE Y
CONSOLATORIA: 1o que nosotros llamamos tenta-
ción, no es solamente un intento de las fuerzas del mal
para hacernos peca4 es sobre todo una ocasión maravi-
llosa para que demostremos nuestra fidelidad a Dios y
nuestro dominio sobre el pecado. La tentación no tiene
por fin el que seamos pecadores, sino el que nos volva-
mos fuertes. No es solo un castigo por nuestra condición
de hijos de Adán sino una ocasión para que demostre-
mos que con la gracia de Dios toda victoria es posible.
Así que en este episodio de Ia Vida de ]esús, más
que pensar en unas simples tentaciones, debemos te-
ner muy en cuenta que fue una «puesta a prueba, de
la Voluntad de Cristo.
2) EL DESIERTO: al Oriente de Jerusalén. La Sagra-
da Biblia lo llama «]eshimon», que significa: «Devas-
tación», porque en verdad es tierra donde toda vida se
acabó. Tiene 50 kilómetros de largo por 25 de ancho.
Arenas, rocas retorcidas, grietas, precipicios, calor so-
focante. En ese sitio ]esús podía estar más solo que en
cualquiera otra parte de Palestina.
]esús fue al desierto para estar solo. Nada hay más
fecundo que la soledad. En Ia soledad han nacido los
más granáes pensamientos y las ideas más frovecho-
sas de los genios famosos de la humanidad. Jesús ne-
25

cesitaba de Ia soledad para pensar cómo cumplir la
misión que el Padre Dios le había confiado. Debía or-
denar sus planes de apostolado antes de comenzar su
obra. <<Nada resulta bien si no se planea antes muy
cuidadosamente»> dijo el sabio. Por eso ]esús tenía la
necesidad de estar solo.
Muchas veces los asuntos nos resultan mal por
una simple raz6n: porque no hemos apartado tiem-
po para estar solos y pensar. «El mal de la gente de
este tiempo es: que no meditar, dijo el profeta. Ese si-
gue siendo nuestro maI. Y para meditar se necesita la
soledad. Huy momentos en que el consejo de los de-
más no sirve para nada porque se necesita es la so-
lución de nuestro propio intelecto. Huy momentos en
los que uno tiene que dejar de actuar y dedicarse a
pensar. Esa es la característica de los grandes perso-
najes (pensemos en San Francisco, Colóru San Igna-
cio, Bolíva4, Napo1eóru Newtort Pasteul, Beethovery
Lincory etc.) ELLOS DEDICABAN MUCHO TIEM-
PO SOLO A PENSAR.
Es posible que muchos de los errores que come-
temos se deban a que no nos damos la oportunidad
d.e estar solos con Dios. Somos como un balón que se
mueve de acá para allá todo el día, pero solo lleva cue-
ro y...viento.
PARA ESCUCHAR A DIOS SE NECESITA EL SI-
LENCIO. (Aquel señor hablaba a larga distancia, pero
junto a su teléfono tenía un radio a todo volumen. El
interlocutor Ie dijo: «Hola, me gané la loteríar, y él res-
ponde «Sentido pésame!» Cómo ¿por qué e da usted
eI pésame por esta noticia?-... Pero no me dijo que «se
26
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
murió la tía?... ). ¿Cómo queremos entender bien los
mensajes que nos llegan de Larga Distancia, desde la
eternidad, si no apagamos un poco eI ruido del mun-
do con soledad y silencio?.
3) Después de Ia gloria del bautismo: la humilla-
ción de la tentación. Los tres evangelistas primeros
nos dicen que las tentaciones sucedieron luego de que
Jesús fuerábautizado, y después de haber escuchado
aquella voz gloriosa: «Este es mi Hijo muy amado, el
preferido»
Una de las grandes verdades de la vida es: que
después de los momentos de gloria se producen cir-
cunstancias de humillación. Y en estos momentos de
reacción está el peligro. Es 1o que sucedió al profeta
Elías: Con extraordinario coraje, Elías derrotó é1 solo
a todos los numerosos profetas de Baal (por un au-
xilio portentoso de Dios) en el Monte Carmelo (1Re-
yes L8). Este fue el gran momento de gloria externa de
Elías. Pero enseguida vino Ia reacción. La malvada rei-
nalezabel 1o manda perseguir para matarlo. Elías tie-
ne que salir corriendo para salvar su vida (lReyes L9)
y el que se había enfrentado valerosamente a todos los
énemigos de Dios, tiene que correr huyendo, y le llega
el desánimo y desea morir. Es la ley de la vida: cuan-
do uno llega con su poder de resistencia a una cumbre
de gloria, se produce una caída en picada, que lleva al
abatimiento.
También con nosotros como con ]esús, el tentador
aprovecha cuidadosa, sutil y hábilmente este estado
del alma para atacarnos. Nos conviene estar de guar-
27
)-
dia en aquellos momentos en que la vida nos lleva
a situaciones de gloria y de triunfo, porque es en-
tonces cuando estaremos en mayor peligro. Son los
momentos en los cuales solo hay un recurso para sa-
lir airosos de la prueba: recurrir a Dios, como lo hizo
Cristo. «Orad para no caer en tentación, porque el es-
píritu está prohto pero la carne es débil,r gsto 1o dijo
quien experimentó las tentaciones en su propia vid4
y gozó de los triunfos que solo obtienen los que saben
orar siempre, sin cansarse nunca de orar.
3) NO HACE FALTA VER AL DIABLO PATA PCT-
cibirlo. En el castillo de Wartburgo en Alemania to-
davía hoy les muestran a los turistas Ia mancha del
tintero que se estrelló contra una pared, cuando Lute-
ro quiso alejar al diablo que se Ie presentaba ante sus
ojos. Pero no hace falta verlo. El poder más temible
del demonio consiste precisamente en que es capaz de
penetrar nuestras defensas exteriores y nos ataca en la
misma interioridad de nuestros espíritus. É1 encuen-
tra sus aliados y sus armas en nuestros pensamientos,
en nuestra imaginación, en nuestro orgullo y nuestros
deseos.
4) Y NO FUE ESTA tA ULTIMA VEZ QUE EL
DIABLO ATACÓ A IESÚS: en Cesarea vuelve a ata-
carlo por labios de Pedro cuando trata de convencer a
Jesús de que no vaya a ]erusalén ni se deje crucificar. Y
tiene que decirle a Simón lo mismo que dijo a Satanás
en el desierto: «Apártatu de mi»» (Mateo 16, 23). En
Getsemani el demonio trata de nuevo de disuadirlo
28
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
para que abandone el camino de la Cruz. Nunca en Ia
historia ha habido otra lucha contra la tentación como
1a que libró jesús en Getsemani. A VECES LOS CRIS-
TIANOS SE DESANIMAN PORQUE se imaginaban
que les iba a llegar una época en la cual descansarían
en santa paz y ya no volverían a tener tentaciones, y
en Ia que el poder del tentador ya habría sido derro-
tado definitivamente. Jesús nunca IIegó a esa etapa.
El evangelista dice que al irse el diablo en eI desierto,
«se alejó hasta otr ocasión»r ![ü€: se retiró «por algún
tiempo» (Lucas 4, 13). Y ahí 1o vemos que llega a ata-
carlo hasta antecitos de morir. Jesús tuvo que luchar
su batalla desde eI principio hasta eI final de su vida,
y es por eso que puede y quiere ayudarnos a quienes
no tendremos ni una sola época de nuestra vida sin
pruebas y tentaciones. (W. Barclay).
Et NOVICIO IUSIONADO: Un seminarista que
principiaba su camino hacia la santidad, pidió al gran
Sabio, San Isidoro de Sevilla (el que compuso el pri-
mer diccionario que se ha escrito en eI mundo), que le
diera unos consejos para vencer las tentaciones. San
Isidoro Ie aconsejó los remedios que su sabiduría y ex-
periencia le inspiraron. Un mes después vuelve el no-
vicio y le dice: «¿Padre, no tiene otros remedios?» -Por
qué, Ie dice el santo: ¿es que no has logrado vencer las
tentaciones? «-Sí Padre. Vencerlas sí he logrado, pero
es que 1o que yo deseo es: no tenerlas>r. -Ab exclamó
el sabio, con un suspiro de tristeza: «Hijo mlo, tengo
29

80 años y soy arzobispo, y las tentaciones no dejan de
atacarme ni un solo día de mi vida». Pero 1o importan-
te no es no tenerlas, sino: lograr vencerlas.
«Las tentaciones te abandonarán en un momen-
to preciso: te lo digo, con toda seguridad para que te
consueles: las tentaciones te abandonarán un cuarto
de hora después de que tus amigos y familiares dejen
tu cadáver en el cementerio. (San Francisco de Sales).
LAS TENTACIONES ATACARON A IESÚS
CONTRA LAS CUATIDADES VTÁS NOTORIAS
QUE TENIA.
Porque poseía poderes muy especiales, por ese
aspecto le llegaron las tentaciones. Fue como un <<no
sé qué hacer con estos poderes sobrenaturales que
tengo». Fue un "lJsar mis cualidades especiales para
darme gusto, para lucirme, para materializarrne" .
Hay una VERDAD ATERRADORA: nuestras ten-
taciones nos vienen de nuestros dones. O sea, cada
uno, según las cualidades especiales que tiene, por allí
Ie llegarán sus más grandes tentaciones. ,.Cada cual
tiene los defectos de sus cualidades, dijo el sabio an-
tiguo. Así por Ej.,la persona que está dotada de atrac-
tivos recibirá la tentación de satisfacer sus caprichos
y encaminar todo hacia el darle gusto a su egoísmo
y vanidad. La persona dotada de especiales cualida-
des de mando recibe la tentación de tiranizar a los de-
más y dominarlos a su antojo sin dar importancia a lo
que opinen los otros. Quien posee una imaginación vi-
30
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
va deberá soportar la agonía de tentaciones agobiado-
ras, que una persona de poca imaginación nunca tiene
que padecer. El que posee grandes dotes intelectuales
sufrirá Ia tentación de encaminar todas sus cualida-
des hacia su propio engrandecimiento y a conseguir
fama, y no hacia eI bien d9 los demás. UNO DE LOS
PUNTOS MÁS SOMBRÍOS PN LA TENTACIÓN
ES QUE ES PRECISAMENTE EN NUESTROS AS-
PECTOS FUERTES Y BRILLANTES DONDE MÁS
NOS ATACA. Cada uno sufre las tentaciones de los
defectos propios de las cualidades que tiene.
UN ASPECTO MUY SIMPÁTICO: Nadie puede
leer esta historia sin recordar un detalle irnportante:
que la historia de las tentaciones la tuvo que narrar ]e-
sús personalmente. Porque en el desierto Jesús estaba
solo. La conocemos porque el mismo Jesús se Ia contó
a sus discípulos. Aquí tenemos a Jesús narrándonos su
autobiografía. Debemos acercarnos a esta historia con
una reverencia particular y únic4 porque en ella Jesris
nos está contando sus propias experiencias espiritua-
les. Es la más sagrada quizá, de todas las historias de
Jesús, y nos está diciendo a cada uno qué pruebas de-
bió soportar nuestro Maestro, y que É1 está en condi-
ciones de ayudar a todos los que sufren tentaciones,
porque en su vida también las tuvo que soportar. Nos
narra los conflictos que padeció en su espíritu para in-
vitarnos a pedir su ayuda cuando los conflictos lle-
guen también a nuestro propio espÍritu.
31

DILE A ESTAS PIEDRAS QUE SE CONVIERTAN
EN PAN. En el desierto hay muchas piedras que pa-
recen panes. Las piedras por si mismas ya sugerían la
tentación de hacerlas pan. Es la tentación de usar los
propios poderes y cualidades egoístamente para su
propio beneficio, y esto es precisamente 1o que Jesús
siempre se negó a hacer. Es nuestra tentación de cada
día: usar egoístamente nuestros dones y cualidades.
Cada día nos pueden llegar dos preguntas: ¿Cómo
puedo aprovecharme de este don para beneficiarme a
mí mismo? O ¿Cómo puedo usar mis dones para be-
neficio de los demás? Tengo tal o cual cualidad: Buena
voz para cantal, habilidad para negocio, la mecánica,
la electricidad" o para conducir carros, o para hacer ri-
cas comidas o bordar, etc.. Uno dirá: «si estas cualida-
des las ejercito pero solamente si me pagan por ello o
si con ello obtengo honores, si no, no)>. Otro dirá: «Es-
tas cualidades las recibí para bien de otros. Así que,
tengo derecho a ganar dinero por medio de ellas, pero
también tengo que emplearlas muchas veces en favor
de terceros sin cobrar nada por ello». No hay hombre
o mujer en el mundo que no sienta Ia tentación de em-
plear sus dones y cualidades sólo en beneficio propio.
IEsús ESTABA ESCoGTENDo EL uÉroDo
QUE IBA A USAR PARA SU APOSTOLADO
Y aquí se le presenta uno muy fácil y atractivo: llenar
los estómagos. Persuadir ala gente a que le siguiera,
dándoles pan y bienes materiales. (Afortunadamente
éI era buen sicólogo y conocÍa que el que ya arregLó
32
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
su situación material y no tiene preocupaciones por
alimentación, casa, estudios y salud, por 1o general se
materializa como un ternero gordo y no vuelve a pen-
sar en el Reino de Dios, hasta que una grave necesidad
lo vuelva despertar de su materialismo).
Darles pan era curar las consecuencias de Ia cri-
sis de alimentos, pero Jesús quería ante todo curar las
causas: el pecado, Ia holgazanería, la injusticia.
]esús sabe que una persona puede estar harta de
pan y alimentos sabrosos y sin embargo sentirse va-
cía espiritualmente, porque hay un hambre espiritual
que ninguna comida material puede llegar a satisfa-
cer. <<No solo de pan vive el hombre sino de toda pa-
Iabra que viene de la boca de Dios» (Deuteronomio 8,
3). La única manera de poseer una satisfacción plena
es aprender a depender totalmente de Dios.
rÁNznTE DESDE tA PARTE IvTÁS ALTA DEt
TEMPLO: era la tentación de los falsos Mesíasi de-
jar boquiabierto al pueblo con sus hazañas y así 11e-
varlos a qué los siguieran. Pero todo lo maravilloso
es provisional. Es pan parahoy y hambre para maña-
na, a no ser que sea un signo que se hace por eI bien
de otros. SoIo esa clase de maravillas hará ]esús: curar
enfermos, echar demonios, calmar tempestades, resu-
citar muertos. Pero maravillas por solo brillar no las
hará jamás. Lo que hoy es sensacional puede ser or-
dinario el año entrante. Una predicación que se basa
solo en lo sensacional, llega al fracaso. <<No pondrás a
33

prueba al Señor tu Dios», o sea que no es lícito tratar
de averiguar hasta dónde es capaz Dios de ayudar-
nos/ solo por experimentarlo.
Eso de exponerse al peligro, es perecer en é1, si se
hace sin causa grave. Dios espera que los seres huma-
nos acepten riesgos por cumplir sus mandamientos,
pero no ha prometido venir en auxilio de los que se
exponen al peligro por solo lucirse ante los demás. La
fe que necesita vivir viendo maravillas no es fe verda-
dera. Fe es creer sin ver. Dios no obra con algarabía,
sino calladamente, y ayudando a sus amigos, minuto
por minuto, pero sin sensacionalismos inútiles.
TODO ESTO TE tO DARÉ SI POSTNÁNNOTE
ME ADORAS. Llega el demonio un poco tarde, porque
ya Dios, muchos siglos antes le había prometido: «Píde-
rne y te daré por herencia las nacionesr 5r coÍro pose-
sión tuya el mundo entero>> (Salmo 2). Pero al enemigo
le interesa negociar: «Hagamos una componenda: en-
'
tendámonos entre los dos: no hagas que las exigencias
de tu predicación sean demasiado elevadas. Permite
que sea posible conciliar tu predicación con las doctri-
nas materialistas que corren por el mundo; deja que el
pensarniento de la gente siga dirigido solo en direc-
ción horizontal, sin elevarlo tanto hacia eI cielo, y en-
tonces: ahÍ tendrás mi colaboracióru y con mi ayuda te
seguirán las multitudes de todo el mundo».
La tercera tentación puede haber consistido en
querer disminuir la pureza del Evangelio/ en querer
disminuir las duras exigencias de la predicación de
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
Jesús, en un mundo que huye a todo lo que le cues-
te sacrificio y autonegación. Es la tentación de querer.
avan'zar corno el cangrejo, de lado, casi más para atrás
que para adelante. Es Ia tentación de querer cambiar
el mundo mimetizándose, haciéndose como el mun-
do. Pero ]esús le contestó con franqueza: <<Solo a Dios
adorarás y servirás» (Deuteronomio 6).]esús estaba
perfectamente seguro de que jamás poclremos derro-
tar al mal si empezamos haciéndole concesiones, y
desde este momento estableció el carácter insoborna-
ble del cristianismo, que no viene a descender hasta
el bajo nivel materialista del mundo, sino que trata de
elevar al mundo hasta su propio nivel espiritual. No
hay componendas con las teorías mundanas. El cris-
tiano tiene que vivir en el mundo, pero sin mimetizar-
se con el mundo. (W. B.).
Iu S i o
HA LTEGADO LA CUARESMA.: Los 40 días en
preparación al Viernes Santo y alaPascua gloriosa de
la Resurrección de ]esús. 40 días en recuerdo de los
40 que ]esús pasó ayunando y orando en eI desierto.
En cada uno de estos días nos pide la Iglesia una ora-
cióru un sacrificio, una obra de caridad. Será entonces
Ia más preciosa preparación para la Pascua del Señor.
LA PASCUA EXIGE PREPAITA.RSE: y la mejor
preparación será tratar de convertirnos. Para este
')<
I
I
I
tiempo Ia Santa Iglesia recomienda la lectura diaria de
una página del Evangelio, hacer visitas al Santísimo.
Sacramento, rezar eI Viacrucis, pensar en Ia Pasión de
]esús, pero sobre todo: Vencer como ]esús, las tenta-
ciones que el enemigo espiritual nos ya a traer. Para
ello nada mejor que alimentarnos con la Palabra que
sale de la boca de Dios. No dejemos pasar un solo día
sin leer una página del Santo Evangelio.
LAS TENTACIONES LLEGARÁN UECESARIA-
MENTE. A Cristo también le llegaron. EI egoísmo, Ia
lujuria, el orgullo, vanidad y deseo de apareceq, Ia gu-
la en el comer y en bebet, etc. son lazos que pueden
aprisionarnos y paralizarnos en el ascenso a la santi-
dad. Las tentaciones vienen para que demostremos a
Dios qué tanto es el amor que le tenemos.
H.AZ LO QUE PUEDAS (con tu esfuerzo personal)
Y PIDE A DIOS LO QUE NO PUEDAS
(con tu oración)
En China enseñan una canción a los niños y se Ia
hacen repetir muchas veces hasta que la graben para
toda 1a vida: «Luchar; volver a luchaq, no deiar de lu-
char, y al fin vencerás».
LA MÁs pELIGRosA TENTACTÓN ES: Ia que
buscamos al meternos en ocasiones peligrosas (ese
cine para mayores de L8, esa discoteca, esa revista,
esa amistad, esa cantina, etc.). Ya tenemos bastantes
tentaciones de por sí; ¿Para qué irnos a buscar todavía
más? El que se expone al peligro, en él perece.
36
L.
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
NUESTRO PODER AUMENTA EN LA LUCHAV
y en Ia tentación se sabe 1o que cada uno es capazt
Pero hay que usar siempre las armas que usó ]esús:
oracióry sacrificio, Palabra de Dios.
IESÚS NOS ENSEÑA: que tratar de arreglarlo to-
do mágicamente como por milagro (convertir piedras
en pan) es desconfiar de la Providencia de Dios que
nos irá ayudando día por día y hora por hora a resol-
ver nuestras dificultades. Nos enseña que no vino a
convertir piedras en pan sino pecadores en hiios cle
Dios; que no vino a llenar de alimentos los estómagos,
sino de buenas ideas de salvación los espíritus.
NOS ENSEÑA QUE HAY UN MODO MUY FÁ-
CIL DE CAER EN LA TENTACIÓirI: dejarnos llevar
de la fiebre por conseguir bienestar material, o fama o
dinero. Esto, según dice San Pablo, ha llevado a mu-
chos a toda clase de desastres físicos y espirituales.
Porque si se le da eI primer puesto a conseguir bienes
materiales, satisfacción de los sentidos, deseos del or-
gullo y avaricia del dinero, se aparta el pensamiento
de Dios, de la eternidad, y de las exigencias de la fu, y
el alma perece por falta de aquel oxígeno que se llama:
Vida Sobrenatural.
CUIDADO CON LA IDOLATRÍA: querer adorar fal-
sos dioses: el dios que se llama «satisfacción de los senti-
dosr. EI dios ,.popularidad" (que ataca a tantas personas
espirituales): ser conocidos, admirados..., ]esús en vez
3l
de lairzarse descle lo más aXta del templo para ser aplau-
elido, se lanzó a lo más alto de la cruz, para ser bur-
lado, pero Dios que eleva a los humildes, le dio un
nombre que está sobre todo nombre (Filipenses. 2).
EhI ESTA I-XJCFIA NUNCA ESTAREMOS SOTOS;
nos sentiremos acompañados si pensamos que Dios IA,S TENTACTONES
está con nosotros y que EI nos presta su fortaleza. Y
" ¿Si Dios está con nosotros, quién podrá contra no-
Según San Marcos
sotros?" (Rm. S).

¡to sot-o DE PA¡ü

VTVE T,L HOA/TBRE,
5/}TÜ ÜE,TÜDA
T}AI-AffiÍEA
ALffi SALE
DELABOCA
DEDTÜs,
(tVtñt,4)

38
 PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
Primer Domingo de Cuaresrna El Arco Iris es un fenómeno físico cargado de belleza
Ciclo B i... i. ,:.,:;.,'
y simbolismo. La Biblia le da un significado espiritual:
1n ii. i.r,.r.i..:i n. -.n,:tjri .i ,r:r.:ii .;.f,.:,..f

el pacto de Dios con los seres humanos. Después de Ia

r;..,

PRIMERA LECTURA: PACTO DE DIOS CON tormenta todo se serena. El aire es más limpio y transpa-
ttOÉ. Génesis 9,8-15. rente. Se respira hondo y huele a tierra nueva... Después
de haberse mostrado disgustado, Dios perdona, bendi-
Dijo Dios a Noé y a sus hijos: «Yo hago un pacto con
ce, olvid4 y el alma siente uruapaz alegre y reposada.
vosotros y con vuestros descendientes: el diluvio no
volverá a destruir la vida; no habrá otro diluvio que Ahora cuando hacia el cielo sube Ia nube negra de
devaste la tierra». Dios ha permitido que se desataran nuestros pecados pidiendo castigos a la justicia de Dios
los cataclismos naturales en contra del ser humano, aparece el Divino Arco Iris, Jesucristo, con su Encarna-
pero ahora le promete que una tragedia de tal magni- cióru Pasióry Muerte y Res rreccióry y obtiene del Pa-
tud no volverá a suceder. El Dios guerrero ha colgado dre Celestial que no nos castigue como merecemos, que
sus armas de la pared y promete que en adelante no aleje de nosotros los castigos que merecen nuestros pe-
atacara a su criatura de una manera tan fuerte. Quiere cados, y que recordando su bondad y su misericordia se
vivir cómo ,,un aliado>r, de ahora en adelante. apiade benigno de nosotros débiles pecadores. Bendito
sea Cristo que no deja jamás de interceder por nosotros.
Esta es la señal del pacto que hago con vosotros,
para todas las edades: pondré mi arco en el cielo co- SALMO 24: Tus sendas son misericordia y lealtad
mo señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nu- para quienes guardan tu alianza.
bes sobre la tierra aparecerá en las nubes el arco y Este salmo 24 es especialmente hermoso. Conviene
recordaré mi pacto con vosotros, y el diluvio no vol- leerlo con frecuencia. Es un canto a Ia misericordia y
verá a destruir los vivientes. bondad de Dios con el pecado. Ojalá 1o leyéramos co-
Dios se hace presente en el ritmo vital de la natu- mentado en el hermoso libro «Los Salmos Explicados»
raleza. El viento y eI huracán son sus mensajeros. La de Sálesman.
tempestad es ejecutora de sus órdenes. El relámpago SEGUNDA TECTURA: De la Carta de San Pedro.
su flecha temible. EI Arco Iris nos recuerda su deseo 3, L8-222
de ser siempre amable con sus criaturas. Dios nos in-
vita a fijarnos en su Arco para recordar su amor y su Hermanos: Cristo murió por los pecados; una vez
bondad, y su alianza. para siempre. El inocente por los culpables para con-
ducirnos a Dios.
40 4I
 Es eI Pastor que ha muerto por sus ovejas, para po-
derlas hacer llegar a su destino ideal: la Patria Eterna.
Lo mataron, pero por el Espíritu Santo que lo re-
sucitó, fue a visitar a los espíritus encarcelados que
desde tiempos de Noé se salvaron.
Esto es 1o que la Iglesia nos hace afirmar en eI Cre-
do cuando decimos: «Descendió a los infiernos». No
fue aI infierno de Satanás, sino a visitar a las gentes
buenas de todos los tiempos antiguos, que esperaban
la muerte de Cristo para poder entrar al cielo, cuyas
puertas habían quedado cerradas desde el pecado de
Adán y se abrieron cuando Jesús, diciendo ..Padre en
tus manos encomiendo mi espíritu», expiró en \a cruz.
Fray Luis de Granada exclama: «Al verlo llegar,
Adán y Eva se alegran pues sus descendientes han
quedado purificados de su gran pecado. Abraham re-
conoce en El el cumplimiento de todo 1o que Dios le
prometió parasu descendencia. Moisés ve cumplida en
Jesús su gran profecía: «Dios os enviará después de mí
un gran profeta». David, Isaías, Ezequiel, Daniel y Ie-
remías saltan de gozo al ver cumplidas en ]esús todas
las admirables profecías que ellos escribieron muchos
siglos antes de que É1 viniera al mundo. Juan Bautis-
tA San Iosé, San Joaquíry Santa Ana y todas las santas
mujeres del Antiguo Testamento se alegran al sentir la
llegada de quien les guiará ahora a la Patria Eterna del
cielo, y Noé y sus hijos ven en ]esús el verdadero Arco
Iris que después de Ia ira de Dios viene a decirnos a to-
dos que el Creador nos perdona y quiere hacer lapazrr.
42
L-
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
EVANGELIO. San Marcos 1, L2-15
LAS TENTACIONES:
El Espíritu empuió a )esús al desierto. Se quedó en
el desierto 40 días permitiendo que Satanás le trajera
tentaciones. Vivía entre animales salvajes y los ánge-
les le servían.
Lo primero que dice aquí San Marcos es que el que
lo llevó al desierto para su hora de prueba fue el Espí-
ritu Santo. Ese mismo Espíritu que bajó a EI en forma
de paloma en el día del bautismo es el que lo empuja
ahora aI desierto a que sufra la prueba. En el momen-
to de Ia tentación es donde se manifiesta qué tanto es
el amor que tenemos al Padre Celestial.
También a nosotros el Espíritu nos hace pasar por
caminos por donde nos atacan las tentaciones, no co-
mo un castigo, sino para hacernos fuertes y paradarnos
ocasión de manifestar qué tanto es el amor que senti-
mos por nuestro Dios. No son pruebas para arruinárnos
sino ejercicios para formarnos fuertes atletas de Dios.
Estamos quizás en equipos de segunda categoría en
lo espiritual y Dios quiere hacernos pasar a sus escua-
drones de primera clase. Pero para ello tiene que for-
tificarnos con pruebas duras y costosas. Estas serán
siempre para nuestro bien y no para nuestro mal.
40 días estará ]esús en Ia soledad del desierto... El
mismo tiempo que estuvo Moisés orando y ayunan-
do en el Monte Sinaí hasta que vino Dios a enviarlo al
mundo con su mensaje admirable.
43

Permitiendo que Satanás le trajera tentaciones:
Satanás significa en hebreo: el enemigo del alma, el
adversario de la salvación. Tratará de impedir que ]e-
sús se dedique exclusivamente a conseguir la Gloria
de Dios y el bien de las almas, y le va a sugerir que
más bien se dedique a conseguir gloria para si mismo
y a llenar eI estómago y la cartera de los que le sigan.
Pero ]esús 1o vence y 1o hace salir huyendo. También a
nosotros nos atac rá con esas mismas armas: tratar de
que en la vida solo busquemos lo que agrada a nues-
tro orgullo y vanidad y que en vez de tratar de sal-
var eI alma y dar gloria a Dios, lo que busquemos sea
saciar el vientre, llenar la cartera y cuidar solamente
de este cuerpo que se acabará en un sepulcro. Quie-
ra Dios que a imitación de Cristo , jamás nos dejemos
vencer por el tentador
Dios permitirá siempre que tengamos tentaciones.
Por eso Jesús en Getsemaní no les dice a los apósto-
Ies: ..Orad para que no tengáis tentaciones>>, sino más
bien: .,Orad para que no caigáis én la tentación>>. La
tentación llegará irremediablemente en todas las eda-
des de la vida, y cuando se va una, llegará otra. Pero si
oramos no sucumbiremos. Y si caemos nos levantare-
mos y seguiremos luchando. Lo importante en la bata-
lla no es no ser herido, sino terminar victorioso.
El espíritu está pronto. Optima es la voluntad. Pe-
ro la sensibilidad, las pasiones, los siete pecados capi-
tales tienen sus exigencias y podemos sucumbir. Por
eso ]esús insiste diciendo: «Orad». La oración hará
44
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
que Dios nos conceda la fuerza suficiente Para resistir
á la tentación que É1 ha permitido que nos sobrevenga
(Cardena1 Gomá).
Vivía entre los animales salvaies: En el desierto ha-
bitaban eI leopardo, el oso, el iabalí y el chacal. Qué
hermoso imaginar como aquellas fieras salvajes se
muestran amigas de Jesús. Es un detalle del cumpli-
miento de la profecía de Isaías en la cual anuncia la
gran paz qlJe reinará en los tiempos mesiánicos aun
entre los seres que menos confianza se tienen (Is. 11).
Si algunos Santos como San Isidro Labrado4, San Fran-
cisco de Asís, y San Martín de Porres llegaron a trabat,
tan amable amistad con los animales, ¿qué sería ]esús,
el mas perfecto exponente de la amabilidad, de Ia dul-
zLtÍay de la mansedumbre? Aquí los animales 1o esta-
ban reconociendo antes que los hombres.
Y los ángeles le servían
En toda Ia Biblia se narra como Dios envía a sus
ángeles a proteger y ayudar a sus elegidos. Tobías fue
ayudado por eI ángel San Rafael. Cuando Daniel estu-
vo en la cárcel, entre los leones, Dios hizo que un án-
gel llevara por los aires, de los cabellos, a un hombre a
que le llevara el alimento, que portaba Para los obre-
ros de una finca. EI bellísimo Salmo 90 nos narra como
Dios ha dado orden a sus ángeles Para que protejan y
ayuden a su elegido.
Consuela pensar que también para cada uno de
nosotros han recibido los ángeles una orden de Dios:
45
ayudarnos, servirnos, defendernos y Consolarnos..
¡Dios sea bendito!
LAS TENTACTONES DE IESÚS (Thiriet):
¿DE pÓ¡¡on pRovENÍa¡¡ LAS TENTACTo-
NES? Las tentaciones fueron completamente prove-
nientes del exteriot, de Satanás. Del interior de Jesús
no podía provenir tentación alguna (San Gregorio).
¿POR QUÉ Et DEMONIO
SE ATREVE A TRAER-
LE TENTACIONES? Porque no sabía con certeza que
fuera Dios. Había oído las palabras «Este es mi hijo
amado, en el Iordáru y 1o había visto ayunar cuaren-
ta días, pero ahora al notar que padece hambre, duda
que sea Dios.
¿CUARENTA »ÍAS SIN COMER? Vivía solo de
la vida espiritual. De la contemplación. Durante es-
tos éxtasis podían estar suspendidas milagrosamente
en É1 las necesidades corporales de comer y beber. Es
propio del éxtasis absorber la vida material.
IESÚS SE RETIRA At DESIERTO: Se retira de
los hombres para hablar de ellos con Dios. Vino pa-
ra enseñar1es a triunfar del mundo y sus concupiscen-
cias, y se retira para ayunar y pasar hambre. Vino paru
enseñarnos a triunfar de las tentaciones del demonio
y se retira para sufrir esas tentaciones.
¿QUÉ NoS ENSEÑA LA PRIMERA TENTACIÓruI
a) Que los intereses del espíritu deben prevalecer
sobre las necesidades del cuerpo.
46
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
b) Que nuestro principal alimento debe ser cumplir
la voluntad de Dios, expresada en sus Palabras.
c) Que debemos confiar completamente en Ia Divi-
na Providencia que sabe 1o que necesitamos, aun antes
de que se 1o digamos.
,La primera tentación es ESCOGER EL CAMINCI
FACIL Y MAS COMODO en vez de escoger eI cami-
no de las dificultades y humillaciones. En vez de ir
a una casita no muy lejana y pedir algo de comer, y
exponerse a un regaño o a que le impusieran un ofi-
cio humillante para ganarse ese alimento, más bien:
echarle una bendición a las piedras y convertirlas en
Panes.
Tratar de usar su poder de hacer milagros para
convertir piedras en pan hubiera sido desconfiar de
la Providencia de Dios, que alimenta a las aves y cui-
da de las flores, y sabe que una persona vale mucho
más que muchas aves.
Si ]esús convirtiera las piedras en pary al instante
le seguirían los epulones del mundo, jurando creer
en é1, pero en realidad buscando solo aprovecharse
de ese pan.
Huy que seguir a ]esús aunque esto nos cueste pri-
vaciones materiales, porque el premio que ÉI promete
es inmensamente grande. Napoleóry Bolíva4 Aníbal y
otros grandes generales decían a sus militares: .,Ahora
tendrán hambre, sed, frío, humillaciones y sacrificio,
47
t,'
pero después de la victoria, habrá abundancia, gloria
y honores para los vencedoresr. Ellos cumplieron lo
que prometían a sus soldados, y Cristo cumple y cum-
plirámil veces más. Ahora tentación de hambrey f.al-
ta de 1o que agrada, pero después, gloria sempiterna.
LA SEGUNDA
¿QUÉ NOS ENSEÑA TENTA-
CION?
a) A no exponernos temerariamente a peligros y
ocasiones sin necesidad grave. Ya sabemos que en
estos casos solo se sale victorioso por un milagro de
Dios. Y fi no reparte milagros a loi que andan-desa-
fiándolo para que los haga. ¿De qué Ie sirvió a Pedro
exponerse al peligro en Casa de Caifás?
b) A no emprender obras demasiado difíciles para
satisfacer el orgullo y el prurito de figurar (si es sola-
mente para gloria de Dios y bien de las almas, sí hay
que ser audaces, como lo fueron los santos). Desconfie-
mos de las soluciones extraordinarias y de los hechos
espectaculares. Todo lo espectacular es provisional.
Mayor bien hace a su comunidad una hormiga traba-
jando silenciosamente hora tras horar QUe el desequili-
brado haciendo explotar clamorosamente un almacén.
Huy un espeiismo: querer aparecer ante los demás.
Querer dejarlos boquiabiertos... lánzate desde la parte
más alta del Templo.. . y te aplaudirán...
Es la TENTACIÓN DE LA POPUTARIDAD: que
ataca a tantos apóstoles, a tantos líderes, a tantas per-
sonas generosas: querer ser populares, conocidos, ad-
mirados. «Si lo que busco es el aplauso de la gente, ya no
soy sierao de Cristo» decía San Pablo. Tanto Ie gustó es-
48
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA. CICLO B
ta frase a San Luis Beltrán que la mandó escribir en Ie-
tras grandes sobre la entrada de su habitacióry para no
dejar de recordarla.
En el apostolado Ia tentación frecuente puede ser:
ponerte a ti como centro, y no a Dios y su gloria (Duff).
Fue Ia tentación de Adán: colocar como centro de su
vida: no a Dios y sus mandamientos, sino a sí mismo
y sus caprichos y su egoísmo.
Recordemos: |esús en vez delanzarse desde 1o más
alto del Templo para ser aplaudido, se lanzó a 1o más
alto de la cruz, para ser burlado, pero Dios 1o exaltó y
le dio un nombre sobre todo nombre.
¿Y LA TERCERA TENTACTÓN? Tener mucho.
Mandar mucho, aunque haya que adorar aI pecado.
Eso se llama: ambicióru avaricia. San Pablo dice que
muchas personas llegaron a los más profundos abis-
mos de miseria y perdieron la paz del alma, por su
ambicióru por su avaricia, por tener demasiado d'eseo
de dinero. ES LA MODEnNA IDOLATRÍ¡.: el que-
rer cambiar a Dios, por falsos dioses: Casa, automó-
vil, finca, almacén, lujos, aparatos finísimos,... aunque
haya que adorar noche y día al enemigo del alma. <<A
cuántos ha perdido la aaariciA»», dice la Sagrada Biblia
(L Timoteo,5, L0).
Debiéramos decir con Salomón: Señor que ni me
sobre ni me falte. Porque si me sobra me olvido de TI
y si me falta me desespero» (Proverbios 30, 8)
49
 tr-AS TE}ü'IB.CIOIVES X-LEGAN Y LLEGARÁ}{:
La tentación suele arreciar cuando nos acercamos
más a Dios, porque Satanás presiente que nos pier-
d. y que nos le independizamos. La tentación es una
..prueba de Diosr>, pdra que, más libre y más respon-
sable y meritoriamente nos adhiramos a su Santa Vo-
luntad y nos apartemos del mal. EN ESTA LUCHA EL TTE, NTA A "TESTJS
HOMBITE NO ESTA DESPROVISTO DE AYUDA: la
primera es la oración. Si pensamos que Dios está con
nosotros/ nos sentiremos ACüVII'ANADOS POR
OUNT]NI E5 tr-,A h{ISR4A F'OI{T'A-LF,,T.A"

[. ü ¿,r$i 1_li,áii ¡] p rx jtü Ci¡, ;,1,t es te ri.}rt;r c¡ ep u r*g fio [[ ]l()f,i s iteü e Pe-
i
. ,,i1 r.l [)rl'-] {ii¿ I
[-i
i ii;tli (,:';-],1 orgullo, avarícia, envi dia, lrj uria, gu-'
La, ira y peÍeza.
Ü¡aiiaL Li-: c[r:iemgá.ir] Crri ;uqi,ae]].;e Xreticirln: <<No nOs de-
jes caer en la tentación>>, f la digas dos o más veces,,
despacito, de vez en cuando. (San Francisco de Sales). i
En Cuaresma ya no se trata del Niño encantadorp,
del pesebre que nos invitaba a adorarlo, sino del Ca-F
pitán Valeroso del desierto que nos dice «por el cami-
no de las dificultades que yo tuve que recorre¡, tendré;
que pasar también vosotros, pero el premio que yo he
logrado, lo lograrán también los que me siganr.

I 50
 PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C

Frimer Domingo de Cuaresma Esta es una «Profesión de fe" del israelita. Recono-
ce que sus antepasados eran Paganos y que sus padres
i'.,i,.4.:i- i!,,1i..;.á;*:i:: t:,::i ¡:É¡!:i: :;,,; t,'.j:.:,ii: ,.i;ii !;,.:;¿":,.
fueion esclavoi de países extranjeros, y que si ahora
tiene eI don formidable de la verdadera fe y de Ia Ii-
PRIMERA LECTURA: Deuteronomio 26, 4-10.
Al colocar el sacerdote la ofrenda de tus primicias
sobre el altar dirás: Mi padre fue un arameo erran-
te que baj6 a Egipto y se estableció allí con unas po-
cas personas. Pero luego creció hasta convertirse en
La fiesta por excelencia de las «primicias, era la
ur.a taza grande. Potente y poderosa. Los Egipcios fiesta de Pentecostés, 50 días después de Pascua' En
ese día los fieles iban al templo a ofrecer al Señor 1o
nos maltrataron y nos impusieron dura esclavitud.
Clamamos al Señor Dios de nuestros padres y el Se-
ñor nos escuchó y miró nuestra opresión y nuestra
angustia. El Señor nos sacó de Egipto con mano fuer-
te y brazo extendido. Nos trajo a este sitio y nos dio hasta hambre.
esta tierra que mana leche y miel. Por eso traigo aquí
los primeros frutos (las primicias) del suelo, que Tú
Señor me has dado».
El Deuteronomio es un libro impresionantemente
hermoso, cuya elocuencia es difícil de superar. Esta
página es una muestra de ello.
Los profetas enseñan que uno de los mejores mo-
dos de aumentar en nosotros eI amor hacia Dios es
recordar los favores que nos ha hecho y los peligros de
los cuales nos ha librado. Los Israelitas lo hacían espe-
cialmente cuando iban al templo a ofrecer los prime-
ros frutos recogidos en sus campos, las primicias.

s2 53

SALMO 90: Para la explicación de este hermoso
salmo recomendamos leer el bello Libro: «Los Sal-
mos Explicados>r, de Sálesman. Es muy interesante
SEGUNDA LECTURA: De San Pablo a los Roma-
nos: L0,8-L3.
La Escritura dice: <<La Palabra está cerca de ti: la
tienes en los labios y en el corazón». Se refiere al
mensaje de fe que os anunciamos.
San Pablo cita una frase del Deuteronomio (30,14)
«La Palabra del Señor está cerca de ti, en tu boca y en tu
corazón, para que la pongas en práctica». Allá Moisés
aludía a la Palabra que Dios había dado en sus Manda-
mientos de Ia Antigua Ley. Aquí San Pablo se refiere so-
bre todo a los Mandatos que Cristo nos ha dejado en su
evangelio. Afortunadamente estos mandatos los tene-
mos siempre muy cerca de nuestros labios y de nuestro
corazón. Basta abrir Ia Sagrada Biblia para recordarlos.
«Porque si tus labios profesan que |esús es el Se-
ñor y ta corazín cree que Dios lo resucití,te salvarás».
Pocas frases que llenen tanto de ánimo y de esperan-
za como ésta.
Profesar que Jesús es el Señor: Esta es la expresión que
distingue a los cristianos de los judíos y de los paganos.
Los cristianos profesamos que «Jesús sí es el Señol, el Hi-
jo de Dios exaltado a la derecha del Padre, y Dios como
É1, y Rey de Reyes y Señor de Señores». En cambio los ju-
díos y los incrédulos no aceptan esta gran verdad.
54
-
PRIMER DOMINGO DE CI'JARESMA CICLO C
en el
Es el Señor. Kyrios, se dice en griego' id.ioma
Supre-
cual escribió San Pablo' Kyrios significa-«jefe
;;i y era el nombre que los pagalos l.e daban a cada
,r.,o áu sus d.ioses (poifl', Kyrios Ze'rc) y lo-s
romanos
ui n*p"tador. Decir que |esús es Kyrios' el
Señor' es
.o.rrpárurlo con 1o qué es un dios para los paganos/
y
;i Ei.p"rador puruiot romanos, o sea' concederle el
ptiÁ""itimo lugar en importancia en Ia vida y decla-
Iu. qr" se está áispuestoa obedecerle y reverenciarle
hastá 1o máximo Posible.
Creer que Dios lo resucitó. Esto es esencial para el
cristiano. Ñuestro jefe no está muerto' está vivo' y vi-
ve para interceder Por nosotros'
Si tus labios profesan: no basta con creer en 1o inte-
rior; hay que mánifestar con palabras 1o que creemos'
NosoloDios,sinotambiénnuestrossemejantesdeben
darse cuenta de que sí creemos que Cristo es señor y
que está resucitado.
Por. la fe del cotaz1nllegarnos a la santidad, y por
la profesión de los labios a la salvación'
En eI camino hacia la santidad no podemos fraca-
sar d.efinitivamente si con toda fe nos refugiamos en
Ios poderosos btazos de Dios' (Marden)'
«A quien se declare en favor mío, delante de la gen-
te de este mundo, Yo me declararé en su favor delan-
te de mi Padre y de sus ángelesr, prometió ]esús. Aquí
55
se cumple esto que viene diciendo el Apóstol: la pro-
fesión de fe de nuestros labios nos lleva a la salvación.
Dice la Escritura: <<Nadie que cree en É1, quedará
defraudado».
alusión a la frase de Dios en Isaías (Is. 28,16):
Es una
Dice el Señor: «He aquí que Yo pongo como funda-
mento en Sión una Piedra elegida y quien tuviere fe en
ella no quedará defraudado ni vacilará».
Esta frase que San Pablo nos trae a la memoria es
verdaderamente entusiasmante: Nadie que crea en
Jesucristo quedará defraudado. Quedar defraudado
es no obtener lo bueno que se esperaba conseguir. Es
quedar frustrado y no conseguir los buenos efectos
que se buscaban. El apóstol, repitiendo a Isaías, nos
asegura que esto jamás le sucederá a quien de veras
crea en ]esucristo. Creer en ]esús será siempre el mejor
negocio del mundo.
No hay distinción entre judío y griego, «pues uno
mismo es el Señor de todos, generoso con todos los
que lo invocan»>.
Parece estar recordando el bellísimo Salmo 1,44: El
Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus
criaturas.., etc.
Cuando uno lee una frase como esta, o medita en el
Salmo 102 o en eI 1,44, no puede menos de sentirse ale-
gre aI saberse amigo de un Dios extraordinariamen-
te bondadoso con los que 1o invocan y en Él confían...
56
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA. CICLO C
Pues todo el que invoca el nombre del Señor se
salvará.
Esta es una profecía hecha varios siglos antes por el
Profeta Joel (Cap. 3) «Cuando el Señor derrame su Espí-
ritu sobre sus fieles, sucederá que todo el que invoque el
nombre del Señor se salvará». San Pedro en su sermón
del día de Pentecostés (Hechos 2,21) recordó al pueblo
que esto estaba prometido ya por Dios para el tiempo
en que enviaría al Espíritu Santo sobre sus fieles.
Esta noticia es sumamente consoladora para no-
sotros los creyentes. Si invocamos el nombre del Se-
ñor nos salvaremos. Pero, eso si, con Ia condición que
Cristo señalo: que nuestra vida no sea una negación
de 1o que creemos o rezamos. Porque si invocamos el
nombre del Señor pero seguimos cometiendo malda-
des sin corregirnos en serio, nos puede suceder aque-
llo tan trágico qué Jesús anunció: «Algunos me dirán:
en tu nombre obramos.. YYo les responderé: <<,Alejaos
de Mí, no os cot ozco, porque os dedicasteis a la
maldad»> (S. Lucas 1.3,27).
EVANGELIO: San Luc as 4,1L-L13
LAS TENTACIONES DE IESÚS.
|esús, lleno del Espíritu Santo volvió del |ordán, y
durante 40 días el Espíritu lo fue llevando por el de-
sierto, mientras era tentado por el diablo.
En la vida de Jesús hay ciertos momentos claves, y
este es uno de ellos. Jesús está por comenzar su cam-
57

paña de evangelización. Antes de empezar lut:ra cam-
paña todo líder debe estudiar bien los métodos que va
autilizar. Jesús los estudia detenidamentez pero tam-
bién Satanás Ie presenta otro método de procede4, to-
talmente equivocado, el cual es rechazado totalmente
por Cristo. Su método preferido no será llegar a la me-
ta por medios espectaculares y fáciles que deslumbran
pero no cambian a nadie, sino salvar por medio del su-
frimiento, de la pobreza,la paciencia, la mansedum-
bre,la humildad y la cruz y un gran amor a Dios y al
ser humano.
Jesús se sabe dotado de poderes excepcionales; sin
estas tentaciones no le habrían llegado como vinieron.
A nosotros no se nos ocurrirá la idea de convertir pie-
dras en panes, porque sabemos que no 1o podemos
hacer. Ni se nos ocunelanzarnos desde una torre aba-
jo, porque estamos completamente seguros del porra-
zo apachurrador. Estas tentaciones le llegaron a un ser
dotado de poderes totalmente extraordinarios, y que
tenía que decidir qué hacer con ellos y cómo emplear-
los para su apostolado.
Lo fue llevando por el desierto: al sur de Palestina,
entre ]erusalén y eI Mar Muerto. Las colinas son co-
mo acumulaciones de polvo. El suelo suena a hueco
y las piedras parecen recién salidas de un horno. Huy
precipicios de 400 metros. Todo es desolación. Sole-
dad, quietud. EI Espíritu Santo lo lleva allí a meditar.
Dios había prometido: aI alma preferida la llevaré al
desierto y Ie hablaré.
58
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Dile a esta piedra que se convierta en pan.
Jesús está pensando en las técnicas que empleará
para ganar a las gentes para Dios. EI Diablo Ie propo-
ne: «Si quieres que la gente te siga utiliza tus poderes
maravillosos para darles bienes materiales». Le estaba
sugiriendo que sobornara las voluntades con regalos
materiales para que le siguieran. Jesús le responde con
una frase del Deuteronomio (Dt. 8, 3). «No sólo de pan
vive el hombre». Quiere decir que el oficio principal
del cristianismo no es aumentar los bienes materiales
de la gente, aunque nunca la iglesia dejará de luchar
por obtener que las gentes tengan unas condiciones
materiales mejores y porque haya justicia social. Pero
el oficio principal de Ia doctrina de Cristo será obtener
que cada uno llegue a ser una «criatura nueva>», al-
guien en mejores relaciones con Dios y con más eleva-
das cualidades espirituales y morales.
La primera tentación de ]esús se repite en toda cla-
se de apóstoles en el mundo: tratar de dedicar su acti-
vidad a que mejoren las condiciones materiales de la
gente, como fin principal. Y nos puede suceder como
a aquel Padre Capellán de una gran compañÍa comer-
cial de la Costa Atlántica que dedicó toda su influen-
cia a obtener mejores condiciones económicas para
sus fieles, sin cuidar mayormente porque se convir-
tieran o fueran más espirituales, y a los L0 años de es-
tar trabajando incansablemente, exclamaba:, <<ahora
las condiciones económicas de cada uno son tres ve-
s9
ces mejores de las que tenían cuando yo vine a ayu-
darlos, pero también el que en ese tiempo tenía una
esposa, ahora tiene tres mujeres, y los vicios se multi-
plicaron descaradamente>>.
EI gran peligro de ciertos apostolados es que se
quedan en simples sociologías que convierten la situa-
ción de la gente en una cochera muy bien aseada, con
muy buenos alimentos, buen tratamiento médico, to-
da clase de servicios para el cuerpo, pero la gente si-
gue siendo eso que hay en las cocheras: cerdos, bien
gordos, pero "cetdos".
Todos sentimos tentación de dar el primer puesto a
buscar alimentos y todo lo que gusta a Ia sensualidad
y dejar en segundo lugar lo que es espiritual.
Tenemos la tentación de suspirar por las ollas de
Egipto. La trampa de Satanás será tratar de detenernos
en 1o material, como si esto fuera lo más importante.
Llevándole a lo alto el diablo le mostró los reinos
del mundo y le dijo: te daré el poder y la gloria de to-
do eso si te arrodillas delante de mí.
Es una tentación de contemporización. Ponerse de
acuerdo con 1o que aconseje el Diablo, con tal de conse-
guir poder y riquezas. "Hagamos un arreglo" -dice eI
Diablo- «acepta 1o que yo te propongo, y tendrás en
tu mano todo el poder y Ia gloria que necesites». Y a
cuantos ha logrado engañar con éste ofrecimiento.
tentación continua para nosotros: querer ga-
Es una
narnos la popularidad contemporizando con las cos-
60
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
tumbres mundanas. No ser ni Fa ni Fu, dejar que todo
siga como va, sin protesta4, sin decir nada. Seguir de
rodillas ante Satanás con tal de que nos permita obte-
ner la popularidad.
]esús le responde con una frase de la Biblia: «Adora-
rás al Señor Úios y a Ét sólo darás culto». Únicamente
debemos tener como norma lo que manda Dios y 1o que
a EIle agrade. Si a Dios tenemos contento ya habremos
logrado la máxima gloria a Ia que podamos aspiraq,
aunque la vana popularidad ante Ia gente mundana no
Ia logremos conseguir. Esa popularidad es una gloria
vana y pasajera como 1o son los que Ia ofrecen.
Busco poder y gloria mundana, arrodillándome an-
te 1o que de mí pide Satanás. ¿O solamente me intere-
sa en la vida adorar al Señor y tenerlo contento aElZ
Lo llevó a Jerusalén y 1o puso en el alero del templo
y le dijo: Si eres Hijo de Dios tírate de aquí abajo por-
que está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden
de ti. Te sostendrán en sus manos para que tu pie no
tropiece en las piedrasr.
Desde el alero del templo hasta el torrente Cedrón
qué pasa al7á abajo, hay 150 metros. La tentación es Ia de
deslumbrat a la gente con cciones espectaculares cuyo
efecto duraría varios días. Pero el sensacionalismo nun-
ca perdura. En cambio el dedicarse a servir a los demás, a
instruirlos en el camino del bieru a darles buen ejemplo, y
a sufrir y orar por elIos, eso sí que perdura para siempre.
61

Cuántas veces nuestra vanidad quisiera hacernos
deslumbrar a los demás, dejarlos boquiabiertos con
nuestras maravillosas intervenciones. Todo eso es va-
no. Lo que vale es el servicio diario, constante, hu-
milde, desinteresado. Esa catequesis, ese dar buen
ejemplo, ese orar siempre.
AVISOS: TRES PRÁCTICAS RECOMIENDA
IGLESIA PARA ESTOS 4O DÍAS:
Lo. VtÁS ORACIÓN: «Me preguntáis: ZQué será 1o
que más recomienda el Papa al empezar Ia Cuaresma?
Os respondo: «Oraq, orar mucho, orar más y mejor" (Pa-
labras de Pío XII repetidas por Pablo VI). Usted vale más
que otros si sabe rez,ar más que otros. Usted, no vale más
porque tiene más fuerza: un toro le ganaría. Usted, no
vale más porque es más atrevido: un tigre lo supera, o un
bandido. No vale ás porqué es más elegante: un pavo
real valdría más que usted. Puede más el qture rcza más.
Es eIúnico negocio en el cual nunca se pierde.
«La oración nunca vuelve vacía a la tierra. Siem-
pre regresa llena de agradables respuestas de Dios,
(Sales). No hay gente débiI y gente fuerte en la santi-
dad, sino: gente que no reza y gente que sí sabe rezar
(San Alfonso). Llene su día de pequeñas oraciones: en
el bus, en el trabajo, en la ca1le, en Ia cocina, en Ia tien-
da, etc. Pequeñas oraciones para dar gracias al Señot,
para pedirle perdón, ofrecerle con paciencia lo que no
gusta, y pedirle lo que estamos necesitando. Entonces
si será Ia Cuaresma un <<Tiempo Fuerte» para obtener
santidad y salud eterna.
62
F
I
i
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
2o. SACRIFICIOS: LA NUEVA LEY DE AYUNO Y
ABSTINENCIA: Ayuno: Miércoles de Ceniza y Vier-
nes Santo. Para los mayores de L4 años y menores de
60. Ayuno consiste en hacer una comida fuerte a me-
diodía y dos pequeñas (mañana y tarde) y no comer
tA nada sólido entre comida y comida. Es una práctica
muy conveniente para la salud. (Hasta en los circos, a
las fieras pafa que conserven buena su salud y diges-
tiórU les hacen ayunar un día por semana, y con ese
día de descanso, eI estómago y la digestión se mantie-
nen en perfecto estado).
ABSTINENCIA: Miércoles de Ceniza, Viernes San-
to y todos los Viernes de Cuaresma. Consiste en no co-
mer carne, ni caldos de carne. Son únicamente 9 días al
año. Nos quedan 356 días para comer toda la carne que
queramos. Si otros se privan de comer carne muchos
días por conservar la línea o por otras razones (por Ej.,
los vegetarianos que jamás prueban la carne y viven
rozagantes y saludables) ¿por qué nosotros no podre-
mos dejar de comer carne en los Viernes de Cuaresma,
por amor a nuestro Dios, y como penitencia de nues-
tros pecados? ¿Así de floja es nuestra personalidad?
SACRIFICIOS MUY PROPIOS PARA CUARES-
MA: Hacer ayunar la lengua. oTu mejor abstinencia
es callar algo cada día" (San ]uan Bosco). A un santo
italiano Ie preguntaron unos jóvenes: ZQué penitencia
nos aconseja para la Cuaresma? Y respondió, hacien-
do una crrtz sobre los labios: «La mejor penitencia es:
63
L-

callar. Callar cuando deseáis hablar mal de otros. Ca-
llar cuando en la cólera os dan deseos de decir pala-
bras groseras. Callar cuando eI espíritu del mal os
pone mentiras en vuestros labios. Callar cuando vues-
tro orgullo os invita a hablar de vosotros mismos, o de
vuestra familia por vanidad. Callad".
PEQUENAS PENITENCIAS: GRANDES TESO.
ROS: Santa Teresita llevaba en el bolsillo un cordón de
zapato y allíhacía un nudo por cada pequeña peniten-
cia que ofrecía en Cuaresma. Por la noche presenta-
ba aquellos pequeños nudos a ]esr1s como un regalo
agradabilÍsimo. Desataba el cordón y al día siguiente
empezaba a hacer nudos de nuevo. Pequeñas peniten-
cias, por Ej., si fuma L0 cigarrillos, deje de fumar uno o
dos. Si tiene su radio sonando cinco horas al día, apá-
guelo por media hora. Desea comer un helado, haga
el sacrificio de no comprarlo y regale ese dinero a un
pobre. «EI que no se niega a sí mismo, no es digno de
Mí (]esucristo 9,23). Un sacrificio provechosísimo será
dedicar siquiera 5 minutos cada día auna buena lectu-
ra. Los libros buenos transforman las personas.
3o. LIMOSNAS: Cuaresma sin limosnas al culto y
a los pobres, es Cuaresma coja, manca y renga. Pero Ii-
mosnas que cuestan. Si vamos a dar $500.00 nos enga-
ñamos. Eso no cuesta nada y con esos no se compra
nada. Muchos se ponen..máscara» de caritativos por-
que regalan una moneda de 50" o una camisa rota o
unos zapatos inservibles... y 1o que consiguen con eso
es <<anestesiar su conciencia>> para dejar de sentirse en
deuda con Dios. Zaqueo., cuando se encontró con ]e-
64
t
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
sús, clio la lnitad cle sus Lrienes a }c's poli-rii,r,:.'-r, y cuatro
veces más de 1o que había robado en sus negocios. Eso
sí es limosna que cuesta, y no basura engañosa. No
nos pongamos «tapaojos» con pequeñas monedas o li-
mosnitas de pacotilla. Si damos, demos algo que nos
cueste, que ]esús hrai prornetido clevolveirnos -[.00 veces
más, y lo cumplirá a Ia letra. La Sagrada Bib1ia dice: la
medida para dar es: la décima parte de lo que se gana
(eI diezmo). Lo demás sgn bagatelas.
Dios prometió por medio de Tobías: «X.a liinosna
borra rnuchos pecados>r. Que de hoy en 40 días aI co-
menzar Ia Semana Santa, cada uno pueda decir: « ¡Qué
bien! en esta Cuaresma: Cada día hice muchas Peque-
ñas oraciones. No dejé pasar un sólo día sin hacer un
sacrificio, y fLLi capaz de dar limosnas que en verdad
me costaron>). EI Señor sonreirá complacido desde eI
cielo, y seguirá preparando para cada uno un sitio de
felicidad eterna para que junto con su Hijo y el Espíri-
tu Santo le hagamos compañía en el Paraíso por los si-
glos de los siglos. Amén.
CIHRTÜ$i MATOS ffiSFPíRITI.JS
FüÜ SE ALEJAN
stNo GoN LA oRActóN.
(Mateo 9, 29) ¡
 WWffiWffi ffi,Wtr,W
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(füateo 201

66

Segundo DomingCI de Cuaresnna
Ciclo A
OnaCtÓN: Seño4 padre Santo: Tú que nos has
mandado escuchar a tu Hijo, el predilecto, alégranos
con el gozo interior de tu palabra; y purificadós por
ella, contemplaremos con mirada limpia la glorii ¿"
tus obras. Por Nuestro Señor ]esucristo...
PRIMERA LECTURA: Génesis L2, 11,-4.
Dijo el Señor a Abraharn: Sal de tu tierra y de la
casa de tu padre hacia la tierra que te mostraié. Ha-
ré de ti un gran pueblo, te bende ciré, haré famoso tu
nombre y será una bendición. Bendeciré a los que te
bendigan y maldeciré a los que te maldigan. «Cbn tu
nombre se bendecirán todas las farnilias áel mundo>>.
Abraham marchó como le había dicho el Señor.
Partir de la propia tierra, familia y patria, es abando-
nar seguridades terrenales para conseguirlo todo en la
fe y la esperanza. El paso que Abraham da no es un pa-
so en el vacío, sino un despegar los pies de las seguriáa-
des humanas para lanzarse en los brazos de Dios. EI
valor de Abraham consiste en darle más importancia a
lo que Dios_le promete para el futuro que a áquello que
Ia tierra y el mundo le ofrecían para el presente.
Como Abraham, el primer creyente; también noso-
tros recibiremos siempre llamadas de Dios. y de nuestra
respuesta dependerá nuestro éxito espiritual y eterno.
68
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA. CICLO A
Sal cle tu Í.ierra y cte I¿r casa de tur p;rclre...
Abraham tiene que hacer un primer acto de fe: dejar-
la seguridad que le ofrecía Ur, la ciudad más moder-
na de entonces. Las comodidades de su patria, Caldea,
cerca del río Eufrates, tierra fértil y llena de riquezas y
comercios. Dejar la casa de sus padres e irse con su mu-
jer estéril a una tierra desconocida pobre y poco habita-
da. Y a pesar de todo, va confiado en las promesas del
Señor. De este acto absoluto de fe de Abraham en que
no le fallaran la ayuda y la fidelidad de Dios, depende
todo el futuro del pueblo elegido (Biblia de ]erusalén).
Seño¡:; ¿qué me pides Tú también a mí? ¿Seré caPaz
de abandonar cualquier sitio, persona, ocupación o
ganancia, con tal de seguir tus divinas inspiraciones?
Estás junto a la puerta de mi alma y llamas. Concéde-
me el valor para aceptar tus exigencias y recibir así tus
admirables promesas en favor de los que te obedecen.
Cr¡n tu nornbrc se trenclecirán tr¡ct¿rs las .famil'i;u.;
del rnundo.
Antiguamente decían: .,Que Dios te bendiga como a
Abrahámr. Y ahora todos somos bendecidos en su nom-
bre, porque uno de la descendencia deAbraham, ]esucris-
to, nos ha traído todas las bendiciones del Padre Celestial.
Te bendeciré, haré famoso ttl nombre.
A Dios nadie le trabaja gratis. Todo el quq. sacrifica
algo costoso por El, recibirá cien veces más en esta vi-
duy después Ia vida eterna, dijo Jesús. (Mateo 19,29).
69

,A.braham marchó colno le había dicho el Señor.
Y con esta marcha empiezauna gran historia de sal-
vacióry y la emocionante historia de1 pueblo elegido.
Deja una ciudad llena de comodidades para irse a
vivir como nómada en terrenos casi desérticos. Deja
una casa llena de comodidades para irse a habitar ba-
jo la carpa de una tienda de campaña. Deja Io conoci-
do y amado por irse a lo desconocido. Dios no vende
baratos sus triunfos. Exige renunciar a lo muy esti-
mado para dar después satisfacciones inesperadas e
inmensas. ¿De qué deseará Dios que yo me sepa des-
prender? ZQué sacrificios pequeños o grandes me es-
tará pidiendo para que pueda ser inundado de sus
gracias infinitas? ¡El Espíritu Santo me ilumine y me
conceda fuerzas paralograr hacerlo!
SALMO 32: Los ojos de Dios están puestos en sus
fieles, en los que esperan en su misericordia (Para la
explicación del Salmo 32 que es tan hermoso, recomen-
damos el libro «Los Salmos Explicados» de Sálesman).
SEGUNDA LECTURA: 2a. Carta de San Pablo
Timoteo L, 8-L0.
Querido hermano: toma parte en los duros traba-
jos del evangelio según las fuerzas que Dios te dé.
Cada uno está invitado a esto mismo: a tomar par-
te en los trabajos por extender el evangelio. Si alguna
vez hemos de proclamar a Cristo como amigo y pro-
tectol, si alguna vez hemos de propagar su reino y las
ideas de su evangelio, si algunavez hemos de gastar
70
SEGUNDO DOMINGO DE CUABESMA - CICLO A
tiempo y dinero en el apostolado, esa vez tiene que
ser... ahára, desde ahora. Desde ahora mismo. Quizás
tengamos que llorar después Porque no qui imos per-
miñr que Cristo nos utilizara Para extender su Reino.
(8. Graham).
Según las fuerzas que Dios te dé'
uno decÍa en su veiez: <<si tuvieta f.aetzas procla-
maría a los cuatro vientos que cristo es el Salvador».
y otro Ie respondió: "Lástima que no lo hiciste cuan-
do sí tenias f'uerzas"
Cada uno tiene que hacer apostolado según las cua-
lidades que Dios 1áhaya dado. A1 Santo Cura de Ars,
tan cerrádo para aprender teología, n_o Ie fldiO Dios
que hicieru ,rr, apoJtoludo como el de Santo Tomás de
Áquino, el gran teólogo. A San Isidro Labrador no le
exigió Dios que se dedicara a apostolados como los de
SariFrancisCo ]avier, pero a cada uno le pide que se-
gún las fiierzasy cualidades que el Señor le ha regala-
a áo, ,u gaste y ré dusgaste por hacer conocer y amar eI
errangelio. ¿Lo hacemos de veras?
De san Francisco de sales dijo su discípula santa
santo fue
]uana: «La virtud número uno de este gran
L., grrl celo, un deseo incontenible por hacer conocer
y ,ñ-ru. el evangelio de Jesús». ¡Quiera Dios que de ca-
hu rrt o d.e nosotros se pueda repetir 1o mismo!
7l
 fudfl f,$fl/üfvs tiü.fflr

72

La Transfiguración
Según San Mateo
ili¡.!l;,r;:. :,,:;at::,;¡.r.::., .,1¡;
¡Esús suntó AL MoNTE A oRAR. Debemos
preguntar: ¿Por qué fue Jesús allíZ San Lucas nos da
la clave: «porque ]esús iba a orar)». (Lc.9,29). En esa
altura de los acontecimientos, ]esús se encuentra en
yiaje hacia ]erusaléry se halla en el camino que lo con-
duce hacia la cntz. Dicen algunos que ]esris quería
asegurarse como hombre si era en realidad la volun-
tad de Dios que Él fuera a Jerusalén, ala cruz. euería
asegurarse humanamente, más allá de toda duda, de
que estaba haciendo lo que Dios deseaba que hiciera.
Va al monte a preguntar al Padre Dios (como hombre;
que como Hijo-Dios ya lo sabe): «¿Padre, estoy hacien-
do tu voluntad, al dirigirme hacia ]erusalén?». ]esús
va al Monte a escuchar la voz de Dios y sus órdenes.
No quiere dar un solo paso sin consultar al padre. ¿y
cómo se atreverá a dar el paso más definitivo de su vi-
da, sin consultarlo? En cada una de las resoluciones
de su vida, Jesús formulaba una pregunta y solo una:
¿Qué es lo que el Padre Dios desea en este momento?
¿Cuál es la Voluntad de Dios respecto a esto?
UNA DE LAS DIFERENCIAS ENTRE CRISTO
Y NOSOTROS CONSISTE en que ]esús siempre se
preguntaba: ¿Qué quiere Dios que haga? ¿Cuál es su
Santa Voluntad? Nosotros en cambio preguntamos
¿qué es lo más fácil? ¿Cómo es que me gusta más a
74
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
mí? ¿De qué manera puede mi egoísmo quedar más
¡.:t
contento? La diferencia de Jesús con todos los morta-
les humanos es: que carecía de pecado. ¿Por qué? Sen-
cillamente Jesús no quería en cada momento y en cada
circunstancia: sino 1o que el Padre Dios querÍa; solo le
interesaba cumplir la Voluntad Divina.
Cuando ]esús tenía algún problema no se dedica-
ba a resolverlo É1 solo, ni se contentaba solamente con
buscar el consejo de otros. Él sabía donde estaba la so-
lución: se iba a un sitio solitario a hablar con el Pa-
dre Celestial.
Los judíos estaban convencidos de que aI llegar el
Mesías vendrÍa acompañado de E1ías, y muchos creían
que también de Moisés.
MOISÉS Y ELÍAS: ambos personajes tuvieron sus
más grandes experiencias acerca de Dios en una mon-
taña: Moisés en el Monte SinaÍ recibió las Tab1as de
la Ley. Elías en el Monte Horeb encontró a Dios, no
en el terremoto o eI huracáry sin en suave brisa (LRe-
yes 19). El final de la vida de cada uno de estos dos
grandes personajes tuvo algo de misterioso. A Moi-
sés parece que Dios mismo hubiera querido darle se-
pultura (Deuteronomio 34) y a Elías lo llevó un carro
de fuego. Eran dos personajes demasiado grandes co-
mo para verlos morir de una manera ordinaria. Y ellos
vienen a acompañar a ]esús que viaja a Jerusalén hacia
su muerte, Ia más extraordinaria de las mueites.
75

¿DIl QUJE HAX$tr A.BAFJ? S. Lucas dice: hablaban de
su próximo .,Éxodo». Así lo dice el griego. Exodo es
una palabra valiosa para los israelitas: es el viaje de
un país de esclavitud hacia la Tierra prometida. Es
un viaje gloriosos lleno de emociones. Es un viaje lle-
no de aventuras, de peligros y de sufrimientos, pero
que termina en tina gloria inmensa. Ese es el viaje que
]esús está haciendo hacia ]erusalén: hacia su muerte y
resurrección.
Para un israelita Moisés significa la Ley. Es el ma-
yor de los legisladores. A quien Moisés aprueba ya
queda definitivamente aprobado. Y E1ías es el Pro-
feta más famoso. Ser aprobado por E1ías es ya Ia con-
sagración total. Esta aparición es como decir: las dos
más grandes figuras de Ia historia de Israel se acer-
can a ]esús, le dan su bienvenida y su aprobación to-
tal, y 1o animan a continuar su viaje. El mayor de los
legisladores y el más famoso de los profetas recono-
cen a Jesús como Aquel en, quien había soñado, co-
mo Aquel a quien habían anunciado, como Aquel a
quien ellos pondrían de modelo para todos los que
quieren ser aceptados por Dios.
LA VOZ DE DIOS. No bastaba Ia voz de dos criatu-
ras, aunque fueran las máximas figuras del pueblo de
Israel. La misma voz de Dios vino a decirle a Jesús
que estaba totalrnente de acuerdo con su moclo de
obrar. Dios vino en UNA NUBE. Todos los evangelis-
tas hacen referencia a esta nube, porque es algo que
para los israelitas tiene un gran valor. A lo largo de la
76
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
historia la Nube Luminosa siempre significó la gloria
de Dios. Esa nube precedía y acompañaba aI pueblo
por eI desierto; brillante por la noche para iluminar-
los, 'y oscura durante el.día para protegerlos de los
rayos del sol. El libro del Exodo la nombra muchas ve-
ces. Después apareció en el Templo de Salomón el día
de su inauguración. Y ahora nuevamente, para acom-
pañar el Mensaje del Padre desde eI cielo para su Hi-
jo muy amado.
El Monte de la tansfiguración fue para Jesús como
una aprobación final y definitiva desde el cielo. Pri-
mero por boca del más grande de los legisladores y
del más famoso de los profetas, y enseguida llegó una
voz que le dio nada menos que la aprobación de Dios.
Quedaba confirmado que todo lo que había hecho y 1o
que se exponía a que le sucediera, estaba totalmente
de acuerdo con Ia Divina Voluntad.
TODO /"QUÍ Xrn-lE GI-ORIA. Para estos discípu-
los que estaban aterrados por los continuos avisos de
]esús acerca de la Pasión que Ie esperaba, esta apari-
ción era muy necesaria para llenarles de ánimos. Y en
Ia Transfiguración todo es Gloria. Desde el principio
hasta el final la clave de este episodio es Ia gloria. El
rostro de ]esús brillaba como el sol, y sus vestidos re-
Iucían como la luz. Todo buen judío conocía la pro-
mesa de Dios a sus amigos. «Su rostro brillará como
el sol» (Daniel L2, 3). La nube les recordaba Ia Glorio-
sa Nube del Desierto. Mateo al narrar parece que no
77

encuentra palabras para expresar su admiración y en
solo ocho renglones repite tres veces: «He aquí que...
Parece que retiene su aliento ante tan asombrosa ma-
ravilla. (W. Barclay)
JESÚS TOMO CONSIGO A PEDRO, SANTIAGO
Y JUAN (Mateo 17,7).
llevó a tres? Porque este número es el exi-
¿Por qué
gido por Ia Ley de Israel para dar un testimonio no
sospechoso de falsedad.
¿Por qué no llevó a los doce? Algunos sanos Padres
dicen que quizás por no llevar a Judas, porque los fa-
vores extraordinarios de la Providencia no se conce-
den a todos sino a los que son más fieles a Dios.
¿Y por qué a Peclro, Santiago y ]uan? Porque son
los tres que lo van a acompañar dentro de poco tiem-
po en la agonía de Getsemaní y necesitarán más
seguridad de que Cristo sí es Hijo de Dios, para no
escandalizarce en la hora de las tinieblas.
Pedro: El futuro jefe de la Iglesia, el más activo en
trabajar por Cristo. Santiago: que va a ser el primer
apóstol martirizado. ]uan: el apóstol puro y sin man-
cha. Si queremos participar de las preferencias de Dios
debemos esforzarnos por serle fieles. Porque Dios no
trata a todos Io mismo. No trató con las mismas pre-
ferencias al fiel David y al desobediente SaúI. No ben-
dijo 1o mismo aI incondicional Abraham que a Lot, eI
comodón. No trata 1o mismo a Judas que a ]uan. Si
queremos mayores bendiciones y favores de Dios, te-
78
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
nemos que ofrecerle mayores muestras de amor y de
obediencia.
Y tOS ttEVÓ A UNA MONTAÑA ATTA. EI SC-
ñor se comunica en eI retiro, lejos del bullicio del mun-
do. En soledad de Ia Cueva de Manresa transformo en
eI Capitán de Loyola en el gran San Ignacio.
Y SE TRANSFIGURÓ DELANTE DE ELLOS. EStO
más que un milagro, es la cesación del milagro conti-
nuo que estaba haciendo |esús al ocultar su Divinidad.
Ahora Ia va a dejar aparecer EI Padre Eterno está siem-
pre alertd, y d mayor abajamiento, mayor exaltación
concede. Se acerca la Pasión y la fe de los discípulos
puede resquebrajarse, por eso Jesús les da ahora una
patente demostración de su Divinidad. Hasta aho-
ra ha tenido empeño en no demostrar su divinidad
y a los mismos demonios les prohíbe que declaren en
público que É1 es Hijo de Dios. Por eso cuando dice
<<No saben lo que hacen>>, es porque ha ocultado de
tal manera el brillo de su divinidad que si la hubie-
ran conocido, jamás se habrían atrevido a crucificar aI
Rey de la Gloria. Pero deja que su dignidad de Hijo
de Dios vaya apareciendo a través de su doctrina, de
sus milagros y de la santidad de su vida.
Y SU ROSTRO RESPLANDECIÓ COMO EL SOL:
En este momento su rostro tiene la mayor hermosura
que pueda darse. Ahora se cumple en EI lo que anun-
ció el profeta en el salmo 44: «Eres eI más hérmoso en-
tre los hijos de los hombresr.
79
 SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A

t;,ir,, iI ir.l; - .1,:1,: ,,

algUnailUStfaCiónpaf- ir,,i-,i)t:',',,'POf , i I' i i No sea que se levante
t, rl
I
ticular, o porque ellos mismos se dieron a conocer con un entusiasmo materialoide que apoye las esperanzas
signos o palabras, o porque ]esús los nombró por sus nacionalistas que tiene., *u.hov israelitas. Ángeles
propios nombres al charlar con los dos profetás, o les habrÍan tenido que ser los amigos de jesús, y no gali-
explicó luego a los tres amigos quienes eran los que leos para no esperar que el Mesías llegara ya en estos
habían venido a charlar con EL. días de una manera atronadora y deslumbrante a con-
-t-:
-' ,'l],i i,:, i1ii':l ,,ii,-;, l::,;, ,, ll,;:l'.'7':;, '1.' ,'-,,.i,,.
.,Al migdO ll vertir su país en un reino glorioso lleno de goces ma-
',r-.1
Ia presencia de la Divinidad sucede en los teriales.
Ia dulzura de Ia contemplación. 'il¡l:ril,
ljlA,, : ,¿ t-,jl,i_.il.ll,¿r li )rii :.
il;r'r ,1,,;i
'ii: r,. i'l
Jj J-r r' 'r ' '
tr

r: El Padre después de certificar que

;-r¡,1¡"-li.ir -liti,tr ri-oiL tl},ilt.r,::,1¿llellUf"l [:,1;'r ]it(,]¡(-! [il"'r] .lJrliiri-Ni!.1 r':r' I :,ri',' :1,r,,. | " '

Jesús es su Hijo muy amado, cr¿ví:i d"irr; rrr€.:r,'uli;rijr: 1:,;;1;'-¡
irl.i.,l; ¡¡:¡i i)/iiijjr(1Í, r'i ,::: ji(i,,i: l;;',1 li.,t:; l:iit,ll ';ll" ESCUCHAD-
ii ,i
LE. Quiere que escuchemos sus palabras o las leamos
y releamos en los Evangelios. Manda y ordena que
escuchemos las enseñanzas que Él nos da con su vi-
da, con sus palabras y con sus ejemplos. Su mensaje
es que: lo que ]esús nos enseña en el evangelio sea el
carril por donde hagamos marchar toda nuestra vida.
Era la repetición del mandato hecho por Dios en el
Antiguo Testamento: Enviaré un Profeta semejante a
Moisés: <<: r íi li, ii c' Ir r,: i n i.rs(:r!'r i í,l:» (Deuteronomio).
q,:
'-i,
: I i
he ahí el mandato para hoy. ¿En ver-
,:r, ,,', 'l'; ;i. ü i:
dad lo escuchamos? ¿En verdad leemos el evangelio?
;r'i ,1:rl*,,:.' .._rt.\,'ilj,',i.f-.,,1'l i.. li,i. li'jtljijl ,,1,,. Si ahOfa al
oír Ia voz amabilísima del Padre cayeron por tierra
desmayados del susto, ¿qué será cuando oigamos la
Voz Poderosa de Dios que nos va ayzgar?
Y ;:r-t i,ü, con la mínima compañía de tres discípulos,
pero para sufrir la humillación del Calvario escogió el
monte más central y la fiesta más concurrida. ¡Digno
de meditarlo!
SI rl,r.liii¡1]ltiriii li-:lir-r,t -[:ilúl[.xi.], 'l'ittll;,' 'i,i ;,i,]',i i,. Pedro
siempre estaba dispuesto para Ia acción. Era una de
esas personas que necesita hacer algo todo el tiempo.
Pero hay momentos en que es necesaria Ia tranquili-
dad, y dedicarse a la meditacióry a la contemplación,
a la admiración y la adoracióru aI asombro reverencial
x ante la presencia de la gloria suprema... Puede ser que
a veces estamos demasiado ocupados haciendo algo,
cuando sería mejor que permaneciéramos en silen-
cio, escuchando experimentando un sentimiento de
maravilla, adorando en la presencia de Dios. (Se co-
noce cuando una persona ha dejado de ser como los
niños y por tanto ha dejado de ser totalmente grata a
Dios cuando deja de maravillarse ante el Señor y sus

80 81
obras). Antes de dedicarse a marchar sobre sus pies
y a tfab ajaf COn SUS manOS, \:':i rt-,rlriüir.iti',r.r: (;: [ ¡r: ,itit:g l iit. '" .''í','i
t,) m Ü i\4 [ IU Ü] f,- ]
's ']
ii. ii
IJ i\;l ffi
:l i-vlr'il,i r' l ;n i; ii;r (:
r,. »]i.ü i,,1 ii'{i)r¿i I ii;*.i,;,

, Pedro no quiere , -[ i ,1\ (,,¡ [i .l i,

descender de aquella montaña de gloria a las labores

ordinarias y grises de cada dÍa. Qué bueno permanecer
para siempre bajo la luz de Ia gloria. Es un sentimien-
to por el que todos tenemos que pasar: hay momento L/t {VS #BlU#E1'#rV
de serenidad, de paz, de proximidad a Dios, que todos
desearíamos prolongar. ,,La Montaña de Transfigura-
ción siempre es un sitio más agradable que el campo
de trabajo diario o la montaña de la crucifixión». Pe-
ro el monte de la Transfiguración solo se nos da para
proporcionarnos fuerzas a fin de que sigamos luchan-
do en nuestro campo de actividad diaria, y sigamos
llevando valerosos la cruz de cada día.
Los momentos de gloria no existen para sí mismos;
existen para recubrir las labores ordinarias y canso-
nas, con una luminosidad y una esperanza que antes
no tenían.
Pero un día, sí nuestra gloria ya no será pasajera,
«Ni ojo vio, ni oído oyó, ni nadie pudo jamás imaginar,
1o que Dios tiene preparado para los que lo amanr.

ffigfirp rcs ü"ut[ h"f,flXm rruü.rv ffirflrnc'$m,

oI pr'ü]ttr t'ü ü*i ffiffiffi t{#,*'tfrt("J'frffi .

(Mateo 17)

B2

Segffindo Domingo de Cuaresfira
Ciclo B
PH.IhdERA TECTURA: Gén esis 22,'1.-18
D:ios puso a prueba a ¿\braham llarnár¡dole: Abra-
ham Él respondió: "Aqui me tienes" Dios te dijo-
Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete
al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio sobre
uno de los montes que yo te indicaré.
Kempis decía: «Las pruebas no hacen más débil a Ia
persona, sino que demuestran 1o que es, y aquello que
es capaz de hacer o renunciarr. Para Abraham fue és-
ta la gran prueba de su vida. Y demostró 1o que era, y
aquello que era capaz de hacer y renunciar.
Dios le pide el sacrificio supremo: el hijo único, el hi-
jo que tanto quiere. Y ofrecerlo en holocausto. Para los
pueblos de ese entonces en Canaam, la mayor demos-
tración de amor que un hombre podía ofrecer a la di-
vinidad era ofrecerle en sacrificio su hijo primogénito.
Abraham no quiere retener a su hijo como propio.
Lo considera un regalo de Dios y aÉtse lo devuelve.
Los santos Padres han visto en el sacrificio de Isaac
una figura del sacrificio de ]esús, el Hijo primogénito
de Dios, sacrificado sobre el monte calvario.
84
t_
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
sobre uno cle los ntontes: El libro 2 de Crónicas en
Ia Sagrada Biblia, dice que se trata del Monte Moria
dondé fue edificado después eI Templo de ]erusalén,
en el cual ofrecerÍan cada día, mañana y tarde, sacrifi-
cios y holocaustos a Dios.
La prueba fue dura Para Abraham, Pero no lo fue
.r,"r,oi para Isaac, que no olvidaría nunca aquel terri-
ble momento. Siguiendo el ejemplo de su padre, Isa-
ac aceptará ser ofrecido en sacrificio. Más tarde pala
]esús ierá terrible también tener que ser ofrecido en
la cruz, pero lo aceptará gustosamente por salvarnos.
seíior: concédenos como Abraham e Isaac aceptar
con corazón generoso cualquier sacrificio, por costoso
que sea, que Tú nos Pidas.
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios,
Abraham levantó allí un altar luego ató a su hijo Isa-
ac y lo puso sobre el altar encima de la leña. Entouces
Abrahámr tgrnó el c6chillo Xrara cle¡4ol1ar ;, si,r Irijo...
Podemos i aginar a Abraham que sube llorando
aquella pendiente. Nada quiere tanto en el mundo,
déspués-de Dios, como a ese hijo único y bondadoso,
por cuya pres ncia en su hogar tanto había suspirado
ón los primeros 80 años de su vida. Ahora tendrá que
clavarli un puñal, quemarlo y volverse solo a Pasar
sin descendencia su v 1e2...? Dios exige mucho porque
lo que conceder á seráinmensamente más. Es,fuerte en
8s
 exrgr porque es maravillosamente generoso en pagar
y en conceder premios.
Cuántas personas que no han logrado obtener los
portentosos éxitos que Dios les tenía señalados, sola-
mente_ porque se negaron a «pagarle la cuota iniciar»
que les pedía: ofrecerle el sacrificio de algo que
-El
amaban o estimaban mucho.
En cambio cuántas personas en todos los siglos han
obtenido bendiciones que jamás habían imiginado,
porque cuando Dios les pidió el sacrificio de ul-go qr"
estimaban y amaban, no tuvieron reparo en orr"."rta
tan costoso sacrificio.
.había Agustín que se aparta de la mujer con quien
-Su^
convivido, y yanunca más se ,r,r"irr"r, a encon-
trar, y en adelante Dios le concede a este hombre las
más puras y provechosas amistades. santa Teresa que
renuncia a ciertas amistades mundanas que le apaga-
ban la devocióry y en premio le conced" Ll S"Ror una
tal cantidad de amistades espirituales y utilísimas, co-
mo ella nunca se había imaginado...
Es Dios que está allí presente siempre que hacemos
un sacrificio y 1o aprecia y lo varora. hay grito de
dolor que no tenga al fin por eco una"wo
esperaniar, -di-
jo el poeta-.
Dios insiste en que aprecia todo el valor de esta
ofrenda que Abraham le iba a hacer: es el hijo, el úni-
co h!o...
86
h*
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
Cuando se lee esta frase pensando en ]esucristo, se
recuerda que es eI Unico Hijo de Dios, y que si Abra-
ham fue dispensado de ofrecer a Isaac en sacrificio,
Dios en cambio llevó el sacrificio de Jesús hasta el fi-
nal, por salvar nuestra alma. ¡Gracias Señor!
Juro por rr"rí misrno, que por no haberte reservario
tu hijo, tu único hijo, te bendeciré, multiplicaré a tus
descendientes como las estrellas del cielo y como las
arenas de la playa...
Hoy los descendientes materiales de Abraham son
más de veinte millones (los Israelitas o judíos) y los
descendientes espirituales de este gran Patriarca so-
mos más de mil millones, los cristianos. Por un hijo
que iba a sacrificar por amor a Dios, ha recibido y se-
guirá recibiendo muchos millones de descendientes.
Así paga Dios.
Como convendrÍa recordar, para cuando Dios nos
pide hacer algún sacrificio por su amol aquella im-
presionante respuesta de San Vicente cuando alguien
le preguntó el porqué siendo tantos los que comien-
zan fervorosamente el camino hacia Ia santidad, son
pocos, poquísimos, los que llegan a ser santos. El
gran hombre respondió: «La razónpor la cual tantos
y tantas se quedan a mitad de camino y no llegan a
Ia santidad, consiste en que no fueron capaces de ha-
cer sacrificios, los sacrificios que la santidad exige.
No se negaron a sí mismos y no pudieron séi santos.
Si una persona va llegando ya a la cumbre de la san-
87

tidad y deja de hacer sacrificios, caerá en el abismo
de la maldad,
A Santa Catalina se le presentó Dios con dos co-
ronas: una de rosas de gloria y otra de espinas de sa-
crificios, y le permitió que escogiera. La santa prefirió
Ia corona de espinas, y el Señor la felicitó diciendo:
«A quien me ofrece en esta vida la corona de espinas
de sus sacrificios, yo le reservo para la eternidad una
gran corona de gloria»...
Ojalá pudiéramos imitar lo que, según dicen, ha-
cía Santa Teresita: ella llevaba un cordoncito en el
bolsillo y por cada sacrificio que ofrecía con amor de
Dios, hacía un nudo en el cordón. AI final de Ia jorna-
da presentaba a ]esucristo el cordón lleno de nudos y
mientras los desataba le decía: esta es la prueba de que
sí te quiero.
Como Abraham y tantos santos; no nos quedare-
mos jamás sin una gran recompensa por todo Io que
sacrifiquemos en honor de nuestro Dios.
Todos los pueblos se bendecirán en tu descen-
dencia.
Ya sabemos cual es la descendencia de Abraham
que ha traído bendición a todos los pueblos: es Jesu-
cristo Nuestro Redentor, eue nos ha traído toda clase
de bendiciones para esta vida y paru la eternidad.
EI sacrificio de Abraham, como pueden ser los nues-
tros, fue un momento pasajero y meritorio, que se con-
virtió en semilla de bendiciones para mucho tiempo.
88
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
SA.LMO LL5: Tenía fe aún cuando dije: ¡que desdi-
chado soy...! Mucho Ie cuesta al Señor Ia muerte de sus
fieles... ¡ie ofreceré un sacrificio de alabanza Señor!
Este salmo eS como un retrato de los sentimientos
de Abraham, en la escena que acabamos de meditar'
SEGUNDA LECTURA: de San Pablo a los Roma-
nos,8, 31,'34.
si Dios está con nosotros, quién podrá contra no-
sotros.
Esta es una de las frases que más confianza ha
infundido en los corazones cristianos durante siglos.
si por eI río donde viajamos tenemos que enfrentar-
.,oi con un temible cocodrilo, pero llevamos a nuestro
lado al más experto cazador de cocodrilos de1 mundo,
podemos viajar tranquilos... Pues bien: aunque las di-
iicultades que nos esperen en nuestra vida sean más
temibles que un pavoroso cocodrilo, sin embargo po-
demos avanzar confiados porque con nosotros viaja eI
más hábiI vencedor de dificultades, Dios, el Dueño y
Señor del cielo y la tierra. Y El ha dicho' <<NIo te aban-
donaré» (Hebreos 12).
El que no perdonó a su propio Ftiio silro que lo etr-
tregó i t, *rr"rte, ¿sfmo no nos dará todo con Él?
Así como Abraham estaba tan entusiasmado Por su
Dios que estuvo resuelto a sacrificarle a su hijo único,
así Diós se entusiasmó tanto Por nosotros que no solo
F
t
F 89
L
 g:tuvo dispuesto a sacrificar por sarvarnos a su propio
Hijo, sino que en realidad ro Jacrificó.
¿podremos pen-
sar todavía que no importan_
tes gara El? Este ha tro amor a
su Único Hijo es Ia s ama tan_
t9 que estará dispuesto a concedernos también todo lo
demás que nos haga falta.
Este es uno de los pasajes más ríricos de san pabro
y nos recuerda que er buen Dios que nos regaró ro más
precioso que poseía, su propio HUo, nos daiá también
cualquier otro don por valioso que sea. si nos dio 1o
más, nos dará también lo menos.
¿Quién acusará a Ios elegidos de Dios? ¿euién
con-denará? ¿Seú acaso Cristo que murió, rezuc it6
y Recordemos aquella hermosa frase de San ]uan:
está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?
No confiamos en nuestros propios méritos, sino en
Cristo que murió y resucitó por nosotros, y que cada
díarezapor todos y por cadá uno, ante su padre.
Eljuez de todos es Nuestro SeñorJesucristo, pero Él
está intercediendo por todos nosotros ante su-padre,
Dios, y por nuestra salvación murió y resucitó.
si está a la derecha de Dios es señar de que como
hombre es el primer ser en importancia, desoués de
Dios. Nadie vale ni puede más que Er. como Dios es
igual al Padre y como hombre ocrpu er primerísimo
puesto entre todos los seres humanos ael universo.
¿Quien podrá interceder con más poder por nosotros?
90
L
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
É1 será nuestro juez, pero ahora está formulando
nuestra defensa ante el Padre Celestial.
Me imagino por unos momentos a Jesús en el cie-
lo intercediendo por mi y por las personas que conoz-
co y amo...Sí, Jesús esta hablando en favor nuestro. S!
en este mismo momento Jesús está intercediendo por
mí y por todos los pecadores que como yo, somos mi-
serables, débiles, ingratos y duros de corazón... Y está
intercediendo también por aquellos que me han hecho
mal y que me quieren mal, por aquellos por los cuáles
yo no desearía rezaL.. por ellos está orando también
Jesús... Gracias Señor!
«Hijitos míos, si alguno ha pecado, Abogado tenemos
ante el Padre. Es Jesús que intercede cada día por no-
sotros» (1,1n,2)
EVANGELIO: SAN MARCOS 9,1.-9
I,A TRANSFIGURACIÓN:
]esús llevó a Pedro, a Santiago y a ]uan y subió con
ellos solos a una montaña.
Los tres que asistirán a su agonía en eI Huerto. La
tradición ha creído que la montaña a la cual subieron
es el Monte Tabor... Es necesario que estén preparados
para que no se escandalicen cuando dentro de unos
pocos días 1o vean sudar sangre, y ser escupido y con-
denado a muerte. También a nosotros nos pueden es-
9t

perar días de duda y de temor y es necesario recordar
Ia Gloria de Cristo y su gran poder para no desani-
marnos de seguirlo.
Estos tres hombres aman mucho a Cristo y Él les co-
rresponde. Porque Dios nos trata como lo tratamos a
Ét. ps como un espejo. Te acercas al espejo y lo saludas
y le sonríes, y el espejo te saluda y te sonríe. Pero si le
hacemos una mueca y una señal de desprecio, el espe-
jo nos responde lo mismo... Dios nos responde según
eI modo como lo tratemos nosotros a El.
Estos tres hombres dieron todo por ]esús. Por Él
dejaron su barca que era el medio de ganarse el sus-
tento, y dejaron su familia y todo lo demás (Judas en
cambio se iba guardando lo que traían de limosnas).
iQué dejamos nosotros por ]esús? ¿Qué hacemos por
ÉtZ ¿Cuanto amor sentimos por nuestro Redentor? ¿Se-
remos del grupo de sus preferidos? ¡Señor que así sea!
[esrls su-[re a {.r11 rnr¡nte: Porque ciertas condicio-
nes de soledad son importantes para poder escuchar
a Dios y hablar con É1. Después de una hora de so-
ledad se siente uno tan distinto, tan elevado hacia lo
espiritual. Si no tenemos silencio ni retiro del barullo
del mundo, difícilmente lograremos escuchar la voz
de Dios.
Y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se
volvieron de un blanco deslumbrador como no los
puede dejar ningún lavandero en el mundo.
92
SEGI]NDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
Así 1o veremos en el cielo. Es una anticipación de la
gloria que tendrá después de su resurrección.
Se les "ii¡llu,L'cci't,:ir,ii itzjlr;rl;'!:::: ¡ Iií-";: las dos grandes
figuras de1 Antiguo Testamento: Moisés que simboli-
,álul-"y y E1ías que rePresenta a los Profetas. Para de-
mostrai que ]esucristo está totalmente apoyado por la
L"y y los Profetas, Ias dos grandes fuentes de autori-
dad para todo bien israelita.
c{ijo: qué bueno es estar aquí. Hagamos tres
Pe,;fu'o
campamentos...
Pero en Ia vida terrenal estos goces deslumbran-
tes son pasajeros. Hay que bajar otra vez a la llanura
y seguir aguantando, sufriendo y trabaiando. Porque
todavia no hemos llegado al Sitio de1 descanso defini-
tivo. Antes tendremos que Pasar por el calvario de
muchos sufrimientos...
Una nube los cubrió y una voz del cielo dijo: Este es
mi Hijo Amado. Escuchadle.
La nube significaba Ia presencia de Dios. La frase
es una repetición de 1o que Dios dijo acerca de ]esús
eI día del bautismo en eI Jordán. Cuando honramos y
seguimos a ]esús sabemos que estamos siguiendo na-
damenos que at Hijo muy amado de Dios, a Aquel de
quién el Padre Celestial ha dicho dos veces solemne-
mente: ,.Escuchadle".
93
 r
I
Escuchadle: nos dice Dios cuando nos invita a leer
Ios mensajes de ]esús en eI Evangelio. Este mandato
es como una llamada de atención que nos hace el Pa-
dre Celestial acerca del deber importantísimo que te-
nemos de estar atentos día por día a las enseñartzas
que nos dejó ]esús.
¿Escucho yo lo que Jesús me dice en el Evangelio?
¿Medito en sus enseñanzas? ¿Las leo con frecuencia?
Hago algún esfuerzo por practicarlas aunque ello me
cueste sacrificios? Porque escuchar a Jesús significa
cumplir 1o que El nos ha recomendado.
Recordemos el anuncio que hizo Dios: «Si alguno
no escuch, y no quiere atender los mensajes que le
dirijo por medio de mi enviado, Yo mismo le tomaré
cuenta de ello, (Deuteronomio 1,8,19).
Y les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis
visto hasta que el Hiio del hombre resucite de entre
los muertos".
Esta visión era muy importante para los discípulos.
Caminaban hacia ]erusalén y a cada rato Ie oían hablar
a ]esús de azotes, humillaciones, muerte y resurrec-
ción que le esperaban. La fe de ellos iba a sufrir una
tremenda crisis al ver al que es el ideal de todas sus
esperanzas convertido en burla y ludibrio de todo el
pueblo, y crucificado entre malhechores. Pero cuando
llegue dentro de unas semanas esa hora atroz, ellos re-
cordarán la visión celestial que hoy han contemplado
y sabrán que ese Jesús humillado, abofeteado, escupi-
94
L
SEGIJNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
do, y traspasad.o por clavos, es nada menos que el{iio
Amado de Dios á quien Ia Divinidad manda escuchar
y a quien Moisés y Elías han venido a felicitar Por es-
íu. á*p1iendo tódo 1o que Ia Ley -y 19t profetas han
mandadb. Y esta visión lós mantendrá fuertes en Ia fe.
Tarnbién nuestra fe tendrá crisis. También llegarán
horas de humillación y de dolor en las que Parezca
que todo está definitivamente perdido. Para entonces
Señor haz que recordemos pensamientos de esperan-
zas y que nos convenzam )s de que no hay comPara-
ciOíentre 1o que sufrimos en esta tierra y_la gloria que
nos está reservada en eI cielo, junto a tu Hijo glorioso
y obedecer en esta tierra Y
s ino
:iil ;'l#,H,.Tonte'
San Marcos narra todo con una simplicidad admira-
bIe, pero que lleva siempre Ia intención de enseñar aI-
go *rry importante. Estos fueron los únicos tres.que
ásistieron riu."rrrrrección de la Hija de Jairo y los úni-
cos que estarán junto a Jesrls en Ia agonía del Huerto.
Los quiere ir preparando paruesa hora crucial que Po-
dría áesquiciárlás su fe. Son tres incondicionales. Con
esa clase-de entusiastas por cristo (aunque llenos de
d.efectos y miserias) es con los que ]esús, sigue hacien-
do siempre sus obras en el mundo'
A San Pedro se le grabó de tal manera esta esce-
na de la Transfiguración que muchos años'' después
escribiendo a los discípulos exclamaba: «Nosotros he-
9s

mos visto con nuestros propios ojos la Majestad de
Nuestro Señor ]esucristo, porque recibió de Dios ho-
nor y fama cuando la sublime Gloria le dirigió esta
voz: <<i.lsie,,:s rrtaí ]ili.i.|cl [[¡r.¡y í¡nii¿.it(,{ü er"l cXuiern xrre c6f,tu-
¡ti.tt:: t:rn, 6jriuL¡cl'rín,r"ilie»" Nosotros mismos escuchamos
ósa voz venida del cielo, estando con El en el monte
santo (2Pedro L,17).
San Marcos parece decirnos que ciertos prodigios
de Dios son reservados para sus escogidos, para los
que Ie manifiestan más amor y más fidelidad. Por eso
insiste en que ]esús para ciertos momentos especiales
Ilevaba a algunos solamente. Es que Dios también tie-
ne sus preferidos: los que se esfuerzan más por de-
mostrarle su amor y su fidelidad.
]LA T'XI./dF} S,F T G IJITAC} Ó NI : UNA TRANSFU
DE ESPERANZA. (|unquera).
La Iglesia siempre ha presentado el Misterio de la
Transfiguración de ]esús como una "iuma r;en cie lcl qme
3 ;:lli'á r;ütl{r s i ri¡t Lrt¡ s liigurrac;.uu r¡ ttn r,{ía.
Jesús, dice la Sagrada Escritura, «transformará
nuestra condición humana según el modelo de su con-
dición gloriosa».
VEldfl-]ADES: Una: que ahora tenemos
il-Xrny dtr,r;
que trabajar en esta tierra tratando de hacerla 1o mejor
96
- B
SEGUNDO DOMINGO DE CI]ARESMA CICLO
y
posible, y la otra: que somos-ciudadanos del cielo
Paraíso.
qrr" r.rr"rtra moradá eterna y definitiva será eI
Para nosotros la verdadera ciudadanía es la del
de
cielo. Trataremos de pasar y hacer Pasar los .años
pe-
esta tierra d.e la mutt"iu mái conveniente posible'
(<na-
ro nuestra meta es la eternidad, 1z flo nos vamos
a
.ior,rlirar» definitivamente acáa este lado, porque la
ésta'
otra Patria es mil millones de veces mejor que
LAESPERAN:ZAAUIVIEhITALA.VÍTAI.IDAD.
años en
Aquel pobre mantuvo sus ahorros durante diez
Crlpitalizad.ora, con la esPeranza de que en
una de
""'"
irt .iiuJ ganar la casa, carro olinta' Y no ganó-nada' Pe-
,o .o*"ñtaba: «Esa esPeranza me mantenía alegre»' En
ia Capitalizadorade óios sí se sana, v todas las veces.
éúfñ ñ-o flEI\IE ESPERAN"ZA rbnuntA EN LA
DEPI(ESION. Aunque todo 1o demás se haya perdido,
S IÓN si mantenemos la ásperanza/ nos conservaremos lle-
ne-
nos de vitalidad. La ésperanza en 1a vid'a eterna es
esta vida
cesaria para compensui 1ot ratos amargos de
terrena.',.Un pedlcito de cielo endulza las amarguras
;;; ,,* i^unáan en la tierra (San Benito Cottolengo).
LA, ESpEI(AhlzA ES:la virtud que nos hace ag§ar-
dar confiados Ia felicidad eterna prometida Por Dios,
y tut ayud.as terrenales que É1 nos datá Pata conse-
guirla»
No puede haber esperanza sin confianza en la
fidelidad de Dios. La esperanza se apoya: no en nues-
9l
tras cualidades, ni en nuestras actividades. Sino en la
fidelidad y en la misericordia de Dios (Juan Pablo II).
B-JHj ill il]Agq,fii Sl\i§:A.
ll-li eslile;iÍ:illnjZ,J itlo eS I,j-)-".?sj'ira/ nO deja qUe DiOS lO haga
todo sin que nosotros tengamos que esforzarnos, pero
nos lleva a convencernos de que nuestros mayores es-
fuerzos son nada si Dios no nos ayuda. &/ü du \trü Ütrfl/d{I
LA ESPERANZA ES: una segura convicción de ver Según San Lucas
rcalizado lo que se desea y se ama, en el campo de lo
sobrenatural. Ella se basa en la absoluta fidelidad de
Quien por, amor ha prometido no abandonar al que
espera en EL.
il.l\. liiSir'ti:tl(/iil\ij¿A iil\ ¿+YrJ lL-¡a :i l-ll [.jlt/.l[¡ri\lti,; il15
a ll-L,l (,1 rir dl!"t'lztiri_¡LiLr,, PERO muy quebradiza, inseg:u-
ra e inestable. Se apoya en algo que puede fallar y de
hecho falla muchas veces. Por eso Jeremías exclama-
ba: "Maldito el que confía solo en lo humano. Bendi-
to el que confíe en Dios» Tratemos de hacer progresar t
I
t
F

nuestra esperanza en Cristo. [-C]5 CI,[Jll-.i ESPIERAI\ lrF.] I

L

lilll_, i\,it Ii.lcri;, s,E!.T- tt Nl crí_)1,,\r tiriiJ t'...1-[-] iitij,,i:.r,ii,., r

t
t,

De la condición gloriosa del Señof, felicidad sin

mezcla de infortunio, habremos de participar también
un día nosotros. Es una gloria y alegría sin preocupa-
ción de que nadie venga a arrebatárnosla. Una cosa es
que momentáneamente vivamos en esta tierr a, de fa-
tigas, dolores y peligros, y otra que somos ciudadanos
del cielo, y que nuestra morada eterna será el Paraí-
so. Amén.

9B
I
L,

Segurldo Dofillngo Ce Cuaresma
Ciclo C
PRIMER,A. LECTURA: Génesis 15, s-L8 PACTO
DE DIOS CON ABRAHAM:
Sacó Dios afuera a Abraham y le dijo: «Cuenta las
estrellas si puedes. Así será tu descendencia». Abra-
ham creyó en el Señor y se le contó en su haber.
San Pablo afirma que a Abraham le fue contado en
su favor como santidad el haber creído 1o que el Señor
Ie prometió, porque estaba convencido de que Dios es
poderoso pata cumplir todo 1o que promete (Roma-
nos 4, Z1) y que los que 1o imitan viviendo llenos de
una fe asi esos son los verdaderos hijos y descendien-
tes de Abraham.
El Apóstol dice que Abraham esperó contra toda
esperanza. Y tiene razón. Porque cuando Dios Ie hizo
esta promesa de que su descendencia sería tan nume-
rosa como las estrellas del cielo, él ya era un hombre
viejo y su mujer Sara tenía noventa años de edad (Gé-
nesis 17,17) y además ella era estéril. Parecía una pro-
mesa más a1lá de toda esperanza de ser cumplida,
pues Abraham había pasado con mucho la edad de
procreat y Sara había pasado con mucho la edad de
poder tener un hijo. Y sin embargo Abraham creyó sin
más Ia Palabra de Dios. Creyó que la promesa de Dios
100
t 101
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
era cierta y que Dios cumpliría exactamente todo 1o
que Ie prometía. Con razóneste creer en el Señor le fue
contabilizado en su favor como un acto de santidad..
Los Israelitas decían: que la alabanza qlue se hizo de
Abraham se pueda hacer de cada uno de sus descen-
dientes: «creyó en las Promesas del Señor y esto Ie fue
contabilizado en su favorr.
Abraham creyó que Dios podía hacer 1o que Para
nosotros resulta totalmente imposible. En eso tenemos
que imitarlo sus descendientes. Si seguimos creyendo
que todo depende de nuestros esfuerzos estaremos re-
ducidos a ser unos eternos pesimistas, Porque la expe-
riencia ha demostrado la triste verdad de que nuestros
solos esfuerzos pueden lograr muy poquita cosa. Pe-
ro si nos dedicamos a creer que 1o que va a obtener los
éxitos no es nuestro esfuerzo solamente, sino sobre to-
do la gracia y eI poder de Dios, entonces necesaria-
mente seremos unos incor egibles optimistas, Porque
siempre estaremos absolutamente seguros de que pa-
ra Dios nada es imposible. Que eI Espíritu Santo no
nos deje olvidar jamás Ia hermosa frase del Libro de
los Proverbios: «Lo que produce e1 éxito es la bendi-
ción de Dios. Nuestro afán añade muy poco».
Dijo Dios: Yo soy el Señor que te saqué de Ur de
Caldea para darte en Posesión esta tierra. <<Abra-
ham le respondió: ¿Cómo sabré que voy a Poseer es-
ta tierra? -Dios le dijo: -sacrifícame una terriera, una
cabra, un cordetot y una paloma... Abraham partió
 estos animales por la mitad colocando cada mitad
frente a la otra... At ocultarse eI sol le llegó un pro-
fundo sueño y un terror intenso, y
una nu-
"p"re.ió
be d9 humo y una antorcha ardiendo pasando por en
medio de los animales descuartizados, y Dioi hizo
Alianza con Abraham y le dijo: «A. tus descendientes
les daré esta tierra>>.
Abraham, como muchos creyentes, pregun ta: ¿Có-
mo sabré que sí se cumplirá esto que mé diies? y Dios
responde con señales. Se compromete con un signo
externo a cumplir 1o prometido. Dios siempre se com_
promete con los creyentes a cumplirles eiactamente
todo lo que ha prometido hacer en su favor.
Los antiguos cuando querían hacer un pacto o
_
aTianza, partían un animal en dos mitades, lás colo-
caban una frente a otra y exclamaban: «eue así como
quedó esta víct1-r, así quede aquel de ñosotros que
deje de cumplirlo que hemos pactado hoyr... También
Nuestro Señor pasa en forma de fuego y nube de hu-
mo por entre lai mitades de los animálel sacrificados,
comprometiéndose solemnemente a cumplir lo pac_
tado. Él siempre ha cumplido y cumplirá. Ahora nos
queda a nosotros esforzarnos también por cumplir los
deberes que tenemos para con El. El cimpromiso so-
lemne es de ambas partes. A veces la una deja de cum-
plir y entonces la otra pierde también la obrigación.
varias veces los israelitas han sido infieles hacia su
Dios y han sido echados de Ia Tierra prometida... pe-
ro han vuelto a clamar al señor y ÉI les ha restituido
r02
i-.
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
la Tierra que prometió darles en posesión. También a
nosotros nos puede pasar algo semejante: le fallamos
a Dios y El se aleja y nos deja muy desprotegidos...
Cuántas veces por ejemplo, se encuentra uno con ho-
gares convertidos en un infierno. Va a averiguar y en
muchísimos casos, uno de los dos esposos no está asis-
tiendo a Misa los domingos. Le fallaron en sus debe-
res a Dios y eI Señor les retiró su protección y su paz.
...Pero se encuentra uno también con el caso agrada-
bilísimo de hogares que volvieron al fervoq, empeza-
ron a asistir cada domingo a Misa, a leer la Sagrada
Biblia, a ayudar a los pobres y rezar en comúo y Ia
paz y Ia felicidad vuelven aI hogar. Le cumplieron a
Dios y Ét ilegO otra vez en su ayuda. EI compromiso es
de ambas partes. Dios siempre cumple; ahora nos que-
da que también nosotros le cumplamos nuestros com-
promisos con EI.
SALMO 26: (Para la explicación de este Salmo que
es de especial belleza recomendamos el libro «Los Sal-
mos Explicados, de Sálesman).
SEGUNDA LECTURA: FILIPENSES: 3, t7-4, 1,.
Seguid mi ejernplo y fijaos en los que andan se-
gún el modelo que tenéis en mi.
San Pablo ha cumplido el mandato del Señor: «Que
de tal manera brille, la Luz de vuestro buen ejemplo,
que las gentes al ver vuestras buenas obras glorifi-
quen aI Padre Celestial».
103

Poquísimos son los predicadores que pueden re-
petir esta frase del apóstol. La mayor parte tenemos
que recomendar: «Haced 1o que yo os predico, pero
no imitéis mi conducta, porque soy infiel en mis debe-
res para con Dios». En cambio San Pablo recomienda:
«Rivalizad en imitar mi conducta y mi comportamien-
to». El discípulo vive de imitaciones. Necesariamente
tiende a obrar como su maestro. Solo en el cielo sabre-
mos el bien que hicimos a los demás con nuestro buen
ejemplo. Cuando el ancianoEleazar, de la Biblia, pre-
firió la muerte cruel antes que simular que dejaba de
cumplir Ia Ley de Dios, con este buen comportamien-
to estaba haciendo mayor bien a sus discípulos que
con todos sus sermones y recomendaciones. El ejem-
plo de los mayores traza surcos profundos en la vi-
da de los jóvenes. «Grandes ojos que interrogan nos
siguen y nos observan. Reflexior,"rr,or qué imáge-
nes, qué impresiones estamos dando a los demás». El
mundo sería mucho mejor si los creyentes tuviéramos
siempre presente el pensamiento de no herir la mente
de nadie con un mal ejemplo y de imitar al apóstol en
tener un modo tal de comportarnos que podamos de-
cir a quienes observan nuestra vida: «Seguid mi ejem-
plo" (Pío XII).
Porque, como os lo decía muchas veces/ y ahora lo
digo con lágrimas en los ojos, hay muchos que an-
dan como enemigos de la cntz de Cristo. Su paradero
es la perdición. Su clios sl¡ vientre. S¡.r gloria sus ver-
güenzas. Sotro aspiran a cosas terrenas.
t04
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Cuan frecuentemente sucede hoy, como en tiempos
de San Pablo, esto que aquí acaba de decir. Gentes que
en vez de crucificar su carne como Cristo, por medio
de la mortificación y el sacrificio de los deseos sen-
suales, se dedican a darle gusto a su vientre, comien-
do y bebiendo sin ninguna mortificacióry y teniendo
un horizonte tan achatado y corto que solo les permite
ver los goces de esta tierra sin mirar a las glorias eter-
nas que les esperan si con las obras del espíritu mor-
tifican los deseos de la carne. Antes de aplicar estos
textos a otros, me pongo a pensar por un momento en
qué estaÉ yo fallando a este respecto. Quiero pedir
perdón al Señor por rnis fallas de sacrificio.
Los que se dedican a Ia glotonería o a ingerir bebi-
das alcohólicas, y los que desv ergonzadamente hablan
y se glorían de lo que por modestia deberían callar y
hacerlos enrojecer de vergüenza;los que solo piensan
en la tierra escarbando como gallinas entre las basuras
de este mundo, en vez de pensar en el cielo, eleváhdo-
se con sus pensamientos como águilas hacia la eterni-
dad, esos son enemigos de Ia crtz de Cristo. ¡Señor no
permitas que jamás pertenezcamos a este grupo cuyo
paradero es la perdición!
Los gnósticos y los epicúreos de todos los tiempos
han enseñado que se puede uno dedicar a darle gus-
to al vientre comiendo y bebiendo exageradamente,
y que puede uno gloriarse de lo que es desvergüen-
zaeimpuÍeza. Para ellos habría que repetir Ia frase de
10s
 t.
I
Buda: «El gran mal del mundo son los malos deseos.
El mal deseo es un puñal revestido de miel, que llega
al alma y la hiere mortalmente. Muchas veces vienen
acompañados de una ilusión. Y la ilusión es casi siem-
pre engañosa, es una apariencia de vacío. Sólo quien
logre dominar sus malos deseos podrá llegar a la per-
fección».
)esús ha puesto una condición muy seria: «El que
quiera seguirme que se niegue a sí mismo>>. Pero los
que siguen el camino que lleva a la perdición tienen
un lema totalmente contrario: «Comamos y bebamos
que mañana moriremos. Comeq, gozff y dormiq, es la
vida para mí». Pero les espera una diferencia abismal:
que los que tienen por Dios a su vientre y por glo-
ria sus vergüenzas, terrninan en la perdición y quienes
mortifican los malos deseos de su sensualidad, termi-
nan viendo a Dios y gozando en su santa presencia.
Huy muchas santidades que quedaron frustradas
por falta de mortificacióry Santo Tomás afirma que el
no refrenar los deseos indebidos deja a las personas
detenidas en la mitad del camino hacia la perfección.
Los deseos sensuales son como niñitos caprichosos
que siempre están pidiendo y nunca se contentan. Si
se les da lo que pidery el alma estará siempre cansa-
da buscando qué darles y nunca estarán saciados. Son
cisternas rotas. Son como los que tienen fiebre, que en
ninguna posición se sienten satisfechos. Satisfacer los
deseos sensuales es hacer como el sediento que abre
su boca aI aire y en vez de calmar su sed, se le reseca
106
t-
I
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
más la garganta. Si no refrenamos los deseos sensua-
les no seremos jamás verdaderos discípulos de Cristo
crucificado.
Nosotros somos ciudadanos del cielo de donde
aguardamos un Salvador, Nuestro Señor )esucristo.
Él transformará nuestra condición humilde según
el modelo de su condición gloriosa, con esa energía
que posee para sometérsele todo.
Oponiéndose a las perspectivas demasiado Peque-
ñas de los que sólo aspiran a cosas terrenas, el após-
tol recuerda que nosotros somos ciudadanos del cielo.
Nuestra vida es una larga marcha hacia una meta glo-
riosa donde nos esperan el premio y Ia gloria. Siem-
pre optimistas, aguardando un Salvador que viene. Es
alguien que va a llegar con un salario de triunfo pa-
ra cada uno de sus amigos. Nuestro fin es grandioso.
Nuestro horizonte es inmenso, nuestra patria es el Pa-
raíso de Dios. Somos un pueblo en marcha a través del
desierto de esta vida con los ojos puestos en Ia Tierra
Prometida que nos espera en la eternidad.
Los filipenses entendían muy bien la importancia
de esta frase de San Pablo «Somos ciudadanos del cie-
1o», porque para ellos su gran honor consistía en que
eran ciudadanos romanos. Roma tenía en ciertos sitios
estratégicos del imperio algunas colonias formadas en
su mayor parte por ex-militares de1 ejército romano, y
les concedía el honor de gozar de todos los privilegios
que tenía un ciudadano de Roma, aunque estuvieran
\07

en los sitios más apartados de la tierra. Esto constituía
para esas gentes un gran honor pero alavezuna muy
seria responsabilidad porque si bien gozaban de mu-
chos privilegios, tenían también el dóer de compor-
tarse con toda la dignidad que exigía su categorrá de
ciudadanos romanos. san pablo nós quiere iecordar
a los cristianos gte aunque estamos tódavía muy Ie-
jos d9 la patria celestial, sin embatgo ya tenemoó los
privilegios de quienes tienen por pátria ar cielo, aun-
que también debemos observar una conducta digna
de quien se dirige hacia Ia presencia de Dios.
Jesucristo transformará nuestro humilde cuerpo en
cuefpo glorioso como el suyo. El apóstol goza recor-
dando cuáI es la esperanza cristianá: sabeique Ia ve-
nida de Cristo cambiará vitalmente nuestra iituación.
Ahora estamos sujetos al cambio, aladecadencia, ala
debilidad" a la muerte. Pero un día vendrá el glorioso
resucitado y nos transformará en seres groriosós como
El. Jesús es Dueño Absoluto de cuant, e*ist" y tiene po-
der para transformar nuestra situación y comunicarnos
su vida. ¿Tengo de veras esta esperanza? ¿Creo que un
día este mi ser tan pobre y tan lleno de debilidadés será
transformado en un ser lleno de gloria y de inmortali-
dad? Esta espe ranza me lleva a comportarme de ma-
lera digna de quien va a ser semejañte a Cristo paru
siempre y su acompañante en la Gloria Inmortal.
Así pues, hermanos míos, queridos y añorados,
mi corona y mi alegría, manteneos firmes en eI Seño{,
queridos.
108
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Este es un pasaje que retrata el gran afecto que San
Pablo tiene hacia sus queridos filipenses. Et los ama
y se siente fetiz de tenerlos por discípulos. Los llama
«mi corona». Cuando un atleta triunfaba en las olim-
píadas, como premio de sus esfuerzos y de su habi-
lidad le colocaban en Ia cabeza una corona de laurel,
que se convertía en su máximo honor. La corona de
laurel era también el símbolo de honor y de gloria
que en medio de un granbanquete se colocaba sobre
la cabeza de alguien que había llegado a ser un gran
bienhechor de una ciudad o de un grupo. San Pablo
considera a sus discípulos como su hono(, su alegrÍa
y el coronamiento de sus esfueÍzos. Se siente orgullo-
so y alegre por sus hijos espirituales. Señor: que los
que predicamos y enseñamos amemos a nuestros dis-
cípulos como Pablo a sus queridos filipenses, y nos
sintamos gozosos de haberlos entusiasmado por Ti; y
que todos aquellos a quienes llevamos tus mensajes se
conviertan para nosotros en corona de gloria para el
día del premio eterno.
Manteneos firmes: EI apóstol emplea la frase que
un capitán les gritaba a sus soldados cuando el com-
bate arreciaba y era necesario defender heroicamente
las posiciones conquistadas. Pero añade: ,,en el Señor»,
porque sólo si el Señor está presente entre nosotros
con su ayuda y su fortaleza, podremos mantenernos
firmes. Cuando el combatiente levanta la vista y ve a
su general allí cerca observando su compoitamiento
I
t 109
I
L
para tenerlo en cuenta a Ia hora de repartir los ga-
lardones, esa presencia del jefe le llena de valor pa-
ra mantenerse heroicamente firme en eI cumplimiento
de su deber. AsÍ nosotros; al saber que el Señor está
cerca, que viene con su salario proporcionando los es-
fuerzos de cada uno, nos mantendremos firmes en el
cumplimiento de nuestros deberes de cada día, con la
seguridad de que Cristo vendr á y pagará a cada uno
según su trabajo.
EVANGELIO: LA TRANSFIGURACIÓN, según
San Lucas,9, 28-36.
Subió ]esús a lo alto de la rnontaña a orar y mien-
tras oraba, el aspecto de su rostro cambió.
]esús viaja hacia ]erusalén a sufrir su pasión y muer-
te y cree oportuno prepararse orando. Hay una cosa
que ]esús nunca haría: ]esús nunca emprenderá una
actuación importante de su vida sin buscar la aproba-
ción de su Padre Celestial. Sube al Monte a buscar y
recibir esa aprobación. Y Ia recibe gloriosamente.
Este pasaje del Evangelio de hoy cala profundamen-
te en las almas y en verdad que nos sentimos impre-
sionados ante esta visión gloriosa de jesús, que los tres
afortunados discípulos lograron presenciar. ¿Quién
de nosotros no desearía haber estado a1lí presente en
aquel día? ... Pero esta visión y aún más hermosa y du-
radera, nos espera en el cielo. Somos ciudadanos del
cielo y allá iremos a contemplar a ]esús y a hablar con
él como Moisés y Elías dialogaron en el Tabor, y como
110
L
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
sus discípulos le hablaron en sus amigables conversa-
ciones. Y esto no por unos momentos sino para siem-
pre. Por eso Ia esperanza nos mantiene alegres.
La Montaña a donde ]esús subió a orar se cree que
fue el Monte Tabor, al cual los árabes llamar. «La Mon-
taña» y que ya desde tiempos de Orígenes y de San ]e-
rónimo, en los primeros siglos, se consideró como eI
monte de Ia Transfiguración. Sobresalen unos 560 me-
tros sobre las llanuras que le rodean y en forma cónica
se levanta como altura solitaria en medio de aquellas
tierras planas. La cima del Tabor está formada por una
planada de 800 metros de largo por 200 de ancho, y tie-
ne un panorama espléndido. Desde allí se contempla el
gran Monte Hermory y el bello monte Carmelo, el her=
moso Lago de Genezaret de Galilea y el Mar Mediterrá-
neo. Ya Santa Elena construyó allí en el 420 sn Templo
en recuerdo de Ia Transfiguración y ahora existe en ese
sitio una hermosa iglesia en honor de este hermoso mi-
lagro. En verdad es un sitio muy apto para dedicarse a
la oración y a Ia contemplación, a hablar con el Padre
Dios y a escucharlo. Allí sí que puede uno cumplir lo
que Dios pidió a su pueblo poco antes de hacer el famo-
so milagro del Mar Rojo; «Aguardad en silencio y ve-
réis los prodigios que voy a hacer>>. (Éxodo 14).
La impresión que el milagro de la Transfiguración
dejó en los discípulos debió de ser extraordinaria pues
no sóIo narran este milagro Mateo, Marcos y Lucas si-
no que San Pedro muchos años después, escribiendo
111

una de sus cartas recuerda Ia emoción que ellos sin-
tieron entonces al ver a |esús tan admirable, y al escu-
char lavoz del Padre. (2Pedro. L,18). Y San ]uan en su
evangelio exclama: «Hemos visto su gloria, gloria co-
mo la det Hijo único del Padre. (Iuan 1.,'1.4).
Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió.
La oración transfigturra, cambia la persona/ aunque
ésta no se dé cuenta. La oración bien hecha quita al al-
ma las manchas, si las tiene, y llena de la ltn de Dios.
Los santos mientras oraban llegaban hasta a elevarse
por Ios aires. Ciertos santos como San Ignacio y San
]uan Bosco les brillaba el rostro con impresionantes
resplandores en cíertas ocasiones cuando oraban ante
el Señor. Moisés después de hablar con Dios en el Sinaí
recibió tal brillo en su semblante que tenía que cubrirse
con un velo, parahablar al pueblo. Si Ia gente supiera
cuánto mejora su aspecto espiritual cuando ora, cuan-
to más oratía cada uno y con cuanto mayor fervor.
Aparecieron Moisés y Elías y hablaban de É1, de
su muerte que iba a suceder en ]erusalén.
Muy importante debe ser Jesús paru que vengan a
visitarlo los más grandes hombres del Antiguo Testa-
mento. Y extremadamente importantes deben ser la
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA. CICLO C
ante el desaliento de ver muerto y sepultado al que era
paraellos toda larazón de su esPeranza.
Dijo Pedro: qué hermoso es estar aquí.
Para Pedro le era muy difícil callar. No se calló ni
cuando hubo que Proclamar que ]esr1s es el Mesías, el
Hijo de Dios vivo, ni cuando se puso a declarartemera-
riamente que aunque otros lo negarary él nunca 1o nega-
ría; ni cuando el miedo 1o llevó a negar tristemente por
tres veces a su maestro, y mucho menos ahora cuando
la felicidad y la emoción 1o invaden de tal manera que 1o
tienen tan fuera de sl, que ya ni sabe 1o que dice.
Señor: nosotros no decimos: qué hermoso es estar
qué hermoso será estar junto a Tí para siempre en 1a
eiernidad feliz.No nos prives de tan inmensa felicidad.
Una voz desde la nube decía: Este es mi hiio, el es-
cogido, escuchadlo.
I

Pasión y la Muerte que Cristo va a padecet porque es !

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t
el tlnico tema de la conversación entre los tres en aquel t

ante todos los discípulos de todos los tiempos y de to-

r

momento solemne. Este tema había que tratarlo por- i.

que Ios discípulos debían irse preparando paracuando

7

¡
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dos los países de1 mundo. .¡
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llegara la hora trágica de Ia Pasión y no sucumbieran La humillación va pisando constantemente los talo-
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nes de Cristo. Pero el Padre Celestial está siempre
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t.

t12 ti

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h.
113
u-
ts
alerta, y por cada humillación le prepara una glorifi-
cación. Se acerca Ia pasión y muerte, una gran piedra
de escándalo que puede resquebrajar la fe de los discí-
pulos, y entonces Dios hace ahora una patente demos-
tración de la divinidad de su Hijo.
]esús durante su vida se esforzó por no demostrar t'

su divinidad, y a los demonios que sabían que Él era

Dios, no les dejaba publicar esta noticia. Por eso en la
crlJz dice <n'pet;^r,f«ii¡ral«ts ¡?ürqnte ra$ swt eta. l.o r¡lrc fu.rn- !_
t
ceÍ'i»», pues de tal manera ha ocultado el brillo de su t:
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divinidad, que si lo hubieran conocido no habrían cru- t,

cificado al Señor de la Gloria. Pero su Divinidad trans- (

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1

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pira a través de su doctrina, sus milagros y su santidad
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de vida. El desea manifestar su divinidad más por sus
Y.
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obras que por sus palabras: <<C'r"eeol w tmis at¡s"ws¡», t

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AI miedo inicial que sintieron los apóstoles en la

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I

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presencia de la Divinidad, le sucedió la calma de la t

contemplación y el gozo inmenso de oír que Dios Pa-

dre elogiaba tan altamente a su amado hijo.
De hoy en cien años todos nosotros podemos estar
contemplando lo que los 3 apóstoles contemplaron en
I

el Tabor. Y no por unos minutos sino para siempre. Vi-

vamos en esper anza alegre. Dios no promete para no
cumplir. La fe no es esperar 1o que no va a suceder. No
es dejar un ave segura por cien que seguirán volando
sin llegarlas a tener. La visión celestial nos espera y es-
tá hecha para nosotros. Basta que queramos ser fieles
a Jesús como Pedro, Santiago y Juan, con nuestras caí-
das de debilidad pero siempre con buena voluntad.

tt4
 F
OnnCIóN: Señor Dios Padre de Misericordia, que
aceptas el ayuno ,7a oració, y Ia limosna, como reme-
dio a nuestros pecados, mira nuestra humilde confe-
sióry y ya que nos abate el peso de las propias culpas,
levántanos por tu misericordia. Por Nuestro Señor ]e-
sucristo...
PRIMERA LECTURA: Del Libro del Éxod o 17, 3-7.
En aquel tiempo el pueblo torturado por la sed
murmuró contra Moisés: <<¿Nos has hecho salir de
Egipto palra hacernos morir de sed, a nosotros, a
nuestros hijos y a nuestros ganados?».
Este hecho que se narra hoy es el que se llama de
«Massá y Meribá)>, o sea de «Tentación y Desafío>>, y
será recordado muchas veces más tarde por los profe-
tas y los salmistas para recomendar al pueblo que no
desconfíe jamás del poder de Dios ni reniegue por los
sufrimientos que el Señor permite a sus elegidos. Este
hecho es narrado también en el capítulo Zó del Libro
de los Nrimeros.
Clamó Moisés a Dios y dijo: ¿Qaé puedo hacer
con este pueblo? ¡Poco faltapara que me apedreen!
El Libro de los Números dice que Moisés y Aarón
huyeron de Ia Asamblea o Reunión del prruLlo y ,e
tt6
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
fueron afez,ar a Dios en Ia Tienda o Carpa donde esta-
ba el Arca de la Alianza, Es Ia actuación de quienes
saben que las grandes soluciones las fabrica Ia Sabidu-
ría de Dios. Más tarde Salomón dirá en eI Libro de los
Proverbios; «Las soluciones a los problernas difíciles
las da Dios, y nuestro afán añacle muy poco)>.
Respondió el Señor a Moisés: preséntate al pueblo
llevando en tu mano eI cayado o vara con que golpeas-
te el rio y el mal, y golpearás la roca, y saldrá de eIIa
agua para que beba el pueblo.
Dios siempre responde a nuestras oraciones. Siem-
pre. Ni una sola vez dejará de responder a nuestros
llamados de ayuda y protección. Esta es una noticia
muy consoladora. Jesús dirá más tards: <<Tod'o el que
pide, recibe>», Moisés clamó y Dios Ie respondió.
Moisés 1o hizo asíy puso a aquel sitio el nombre de
Massáy Meribá, porque habían puesto a prueba aI Se-
ñor diciendo: (( ¿Está o no está eI Señor en medio de
nosotros? rr.
Aún hoy día aquel sitio se llama Meribat-Cadés.
Es un oasis hermoso en la península del Sinaí, en el
cual los israelitas pasaron bastante tiempo durante su
permanencia en el desierto. Es muy importante por Ia
abundancia de sus aguas en aquella región desierta. El
Libro de los Números dice que Moisés por haber du-
dado aI golpear la roca, perdió el derecho a entrar en
Ia Tierra Prometida de Canaam (Número s 20).
rt7
 Massá: significa tentar a Dios, desafiar a Dios, po_
lel 3 prueba su poder. Casi, dudar la Omnipotencia
del Señor.
Meribá: quiere decir: murmurar contra Dios, no
aceptar 1o que El permite.
Estos dos pecados que mucho disgustaron a Dios
en ese entonces, pueden ser muy frecuentes aun hoy
día entre los creyentes: dudar áe si Dios pondrá sü
omnipotencia en favor nuestro, y murmurar contra las
contrariedades que Ia Divina providencia permite que
nos sobrevengan. Dudar y murmurar.
san Pablo dice que la Roca de Ia cual brotan todas
las aguas espirituales que necesitamos es Cristo (1Co-
rintios 'l'0, 4). Y ]esús exclamaba: «si alguno tiene sed
que v€nga a rní y beba, y verá brotar ríos de agua vi-
va». (Juan7,37).
tro favor; pues aunque seamos gente de corazón du-
ro como e rgo el Señor estará
dispuesto socorro y consuelo
Y ayuda, a si fuere necesario.
118
t_
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
SALMO 94: No endurezcáis el corazón como en
Meribá, como en Massá en el desierto.
SEGTJI{DA LECT{.JRA: San Pablo a los Romanos
5,18.
Ya que hernos recibido la justificación por la fe, es-
tamos en paz con Dios por medio de Nuestro Señor
]esucristo.
Este es uno de los grandes pasajes líricos de San Pa-
blo en el cual canta el gozo profundo de la confian-
za en Dios. La fe en ]esucristo nos obtiene la paz con
Dios.
Estar er.paz con Dios es vivir en stl amistacl, es r.i-
vir en gracia de Dios. Es la más sublime de las ben-
diciones que podamos recibir.
Por El hemos obtenido por la fe el acceso a esta gra-
cia en que estamos.
La Palabra que emplea San Pablo al decir: el acce-
so a esta gracia en que estamos, es la misma que se
empleaba en ese entonces para decir que alguien 1o
presentaba a uno ante Dios, o que un sumo sacerdo-
te presentaba a un creyente ante la Divinidad. Así que
San Pablo está diciendo: ]esús nos presenta a cada uno
de los creyentes ante el Rey de Reyes; nos presenta an-
te el Santísimo Dios. Y nos presenta, para que obten-
gamos gracia y bondadu 1z rlo castigo o condenación.
119
 Y nos gloriamos apoyados en la esperanza de los
hijos de Dios, y la Esperarrzano defrauda.
El apóstol quiere recomendarnos una esperanza
que nunca defrau da, la que los Hijos de Dios tienen
en su Padre Eterno. Las espeÍanzas que se ponen en
criaturas humanas duran tanto como un poco de nie-
ve colocada en una estufa caliente, o como un trapo
viejo colocado en un horno ardiente.
Pero la esperanza colocada en Dios jamás se vuelve
vapoÍ, ni cenizar. .Lu esperanza puesta en Dios jamás
defrauda porque El es Poderoso y nos ama con eterno
amor. La esperanza puesta en Dios jamás será una va-
na ilusió sino una realidad formidable convertida en
ayudas y hechos admirables.
san Pablo insiste en sus cartas en que la esperanza
puesta en Dios se traducirá en ienes escatológicos: o
sea en res rrección para la vida eterna en la gloria del
ParaÍso (escatológico significa: 1o que.,or urf"ra al fi-
nal de lavida, al pasar a la eternidád).
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Hermosa frase del apóstol. En otras cartas dirá San
Pablo que la señal, la garantía,laprenda de seguridad
que Dios nos ha d_ado de que sí en verdad ,ros umu y
nos seguirá amando, es el EspÍritu santo que ha derrá-
mado en nuestros corazones (Romanos g, 1ss., Gálatas
4, 6 etc.). ¡Bendito seas Señot, que a ta1 grado has lle-
gado en tu amor hacia nosotros que has áerramado en
120
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
nuestras pobres almas tu Espíritu Santo que nos llena
de amor hacia Ti y hacia nuestros prójimos. Bendito
seas por siempre Señor!
Cuando todavía estábamos sin fuerzas, Cristo mu-
rió por los impíos. Quizás se logré encontrar quien
muera por un justo, por un hombre de paz. .,Pero la
prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo no-
sotros pecadores, murió por nosotros».
A Laurence de Arabia 1o amaban mucho los árabes
porque un día atravesó un peligrosísimo y ardiente
desierto por salvarle Ia vida a un pobre beduino; pero
Jesús murió por salvarnos a nosotros que no sólo no
éramos amigos de Dios sino miserables pecadores, in-
cansables en ofenderlo.
San Pablo quiere repetir e insistir en esto: Ia gran
prueba del inmenso amor que Dios siente por noso-
tros es que ha querido que su propio Hijo, Jesucristo,
muriera por salvarnos. Todo esto sucedió para demos-
trarnos claramente que Dios nos ama inmensamente.
Cristo vino a la tierra a demostrarnos cuál es Ia actitud
de Dios hacia nosotros: Él vino a comprobarnos a todos
que Dios nos ama con intenso amor, que Dios es Amor.
EVANGELITf: LA SAMARITANA. SAN IUAN,
CAPITULO 4z
EI PüZO DXI SiCl¡-Lt: era un sitio muy lleno de re-
cuerdos para los Israelitas. Allí estaba el terreno que
Jacob había comprado (Génesis 33) y ese fue el terreno
t2t

que en su lecho de muerte, dejó ]acob en herencia a su
hijo José (Génesis 48). Y después de la muerte de José
en Egipto llevaron su cuerpo a Palestina y lo enterra-
ron allí (]osué z4).ELpozo tenía unos 30 metros de pro-
fundidad y era absolutamente imposible sacar agua de
allí si no se 1e proporcionaban medios para hacerlo.
]esús llega alpozo de Sicar al mediodía, ala hora en
que el calor había llegado a su grado máximo. Se sen-
tía fatigado y sediento por la marcha.
Es curioso que sus discípulos se fueron al pueblo
cercano de samaritanos a comprar víveres. Quiérr sa-
be si antes de encontrarse conlesús jamás se habrían
rebajado a comprar ellos, orgullosos judíos, unos víve-
res en tiendas de esos despreciados samaritanos. pero
desde que están con ]esús han ido desapareciendo las
barreras de odios y resentimientos y yano excluyen a
los otros de su amistad y aprecio.
¿Por qué venía al pozo de Sicar aquella rnujer, si
eI pozo está a un kilómetro del pueblo, y en el pueblo
había también pozos? Misterios de la Provideniiu que
lleva a las personas a donde les está esperando Ia lla-
mada de Dios.
Un maestro distinto: después de las primeras frases
del diálogo,la samaritana se da cuenta de que se encuen-
tra con alguien que tiene un corazón inmensamente más
comprensible que los maestros ordinarios y que en vez
de demostrarle una orgullosa superioridad crÍtic4
Quie-
re mostrarle un camino para llegar a Ia salvación.
122
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
Pocos relatos que muestren un ]esús tan humano,
como este del evangelio de San ]uan. ]esús se siente
cansad.o. Se sienta junto al pozo, agotado por eI viaje
y el calor. Resulta muy significativo que el evangelista
Juan que subrayala absoluta Divinidad de Jesucristo,
mas que los otros evangelistas, subraya aquí tambiéry
tan a fondo, su Humanidad.
]esús se muestra con toda Ia calidez cle sn cornpa-
sión. La mujer samaritana hubiera huido avergonzada
de un líder religioso fariseo. Y si por una casualidad po-
co probable, uno de ellos le hubiera dirigido la palabra,
ella le habría escuchado en silencio, avergonzada, o qui-
zá llena de amargura. Pero con ]esús es distinto: no se
presenta é1 como un juez, sino como un amigo que «no
ha venido a condenar el mundo sino a salvarlo (Juan 3)".
«Que no ha venido ajuzgar y criticaq, sino a comprender
y tratar de salvar Io que se había perdido" (Lucas L9).
]esús rompe barreras. 400 años de odio y antipatÍa
dividían a los judíos y los samaritanos. «No hay dere-
cho a odiar a la gente de hoy por 1o que hicieron sus
antepasadosr,, decía el Papa Pío Doce, hablando de los
nacionalismos. En estos odios nacionalistas sí que se
cumple la antigu a fábula del lobo que dice al corderi-
to: «Te odio, por llenarme de barro el agua que estoy
bebiendo» Y el corderito le responde: «Pero cómo es
posible que yo llene de barro el agua que tú estás to-
mando, si estoy bebiendo en un sitio del rió7,más ba-
jo de donde estás fi3?>>. Y el lobo responde: -Si pero es
123

que una vez, t1J. abuelo síllenó de barro el agua de mi
bebida, porque él estaba bebiendo más arriba que yo,
por esto te odio a ti..." .
Esos odios gratuitos e injustificados que dividen a las
gentes en partidos y nacionalismos, por hechos pasados
de los cuales la generación actual no tiene responsabili-
dad, esos odios quiere hacer |esús desaparecer.
Para un judío esta escena era sorprendente. Ver a
un Israelita puro, hablando con una samaritana tan
despreciada. Ahí está el Hijo de Dios: cansado, agota-
do, sediento, y sin embargo escuchando a una pobre
mujer. Aquí está ]esús rompiendo las barreras del na-
cionalismo, del partidismo.
Aquí está el comienzo de la universalidad del evan-
gelio: aquí está Dios amando a todo el mundo, no en
teoría sino en la acción.
En AGUA VIV,A: para un Israelita el agua viva era
Ia que coruía,la que fluía de un arroyo, por oposición al
agua estancada de una cisterna o de un pantano. Siem-
pre la gente apreciaba más el agua viva, corriente, que el
agua estancada.Lamujeq, como Nicodemo, no entendió
al principio el lenguaje figurado que hablaba ]esús. Al
oírle prometer que le dará agua viva, parece responder-
le: «Esta es una promesa muy atrevida: si nuestro padre
lacob,no pudo óbtener aquíágua corriente, sino que tu-
vo que recurrir al agua quieta de esta cisterna, ¿cómo te
atreves a prometer algo que ni siquiera el granJacob pu-
do conseguir? ¿Pretendes ser más sabio o poderoso que
Jacob?». Estaba todavía sin entender lo que ]esús decía.
124
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
El eu«t [reLra ele egta;]il,tIíi yi't ri]() Ér:¡^ir.'i.¡i r¿'lásr s',¡,:..,
Era esta una afirmación mesiánica. Ya el Profeta ha-
bía anunciado: en aquel tiempo «no tendrán hambre
ni sed, (Isaías 9).Lamujeq, sin comprender el signifi-
cado espiritual de las palabras de Jesús, le suplica que
le conceda beber de aquella agua que le evitará hacer
este viaje largo hasta el pozo de Sicar.
'{"üirlii (}ti';¡c'üJ,',u
Ell¿r es;taba c{[cii¡'l,itroXi.: r'¡ijti] Jr.r i i:-i,;,i';,,
mos fn(los los ins;atusfeLr:l¡or: cir,ir r¡-r,i1.,i,:ii,: «Danos de
esta agua que quita definitivamente esta sed de insatis-
facción que nos devorar. Todos llevamos una sed de-
voradora: la insatisfacción; en eso somos todos muy
parecidos. Y si Cristo no calma esa sed, nada ni nadie
lograrájamás calmarla. Nadie se verá libre de esa sed
de eternidad que Dios ha colocado en el alma de cada
ser humano. Es una sed que solo puede ser calmada
con aguas de eternidad, y estas aguas solamente se en-
cuentran en el evangelio, en Ia doctrina de Cristo Jesús.
VETE Y X,LAMIhS A 1-Lr t\:4Aln.trD(j. La mujer ha-
blaba con cierta despreocupación: dame esa agua para
no tener que venir aquí a llevarla... Y de repente, con
toda crudeza, ]esús lahizo volver a la realidad, «Ve -Ie
dice- y llamas a tu marido. . ., La mujer se paralizí co-
mo si hubiera tenido una «visión». Y sí eso es 1o que le
había sucedido: de repente tuvo una visión de sí mis-
ma, tal como era., con esa inmoralidad y absoluta falta
de dignidad en su vida. Essl es Io que Cr-li;i:o Ie conce..
de a cacla persona que se encnent¡:a corii Hi: «verse a sí
I2s

mismo ta1 como es». EI cristianismo empieza desper-
tando en la persona Ia conciencia de pecado. Empezar
a ser buen cristiano es siempre tomar conciencia de
que la vida tal como Ia estamos viviendo, no nos lleva
a ningún éxito espiritual. El encuentro con Cristo des-
pierta siempre nuestra conciencia y se convence de la
necesidad que tenemos de Dios.
Un sabio dijo que: La Profecía es una crítica, pe-
ro basada en la esperaf,rza. O sea, echa en cara los
errores pero no para desanimar sino para llevar a la
conversió, y al perdón. Jesús empieza recordando a
la mujer que esa vida de pecado no es del agrado de
Dios, pero le recuerda siempre cómo desea el Señor
que le adoremos, en espíritu y en verdad.
LOS DISCÍPULOS NO SE ATREVIERON A PRE-
GUNTARIE... Se admiraron que ]esús hablara con
una mujer porque en aquel tiempo las leyes judías
prohibían a todo Rabino o maestro de la Ley, hablar en
público con una mujer. Pero los discípulos ya estaban
sabiendo quién era ]esús , y habían llegado a la conclu-
sión de que por sorprendentes que fueran sus actos,
si é1 los hacía, no había nada que oponer a ellos r pot.
que eran los mejores que se podían hacer. Uno ha da-
do un gran paso hacia el discipulado cuando aprende
a no discutir ni poner en duda ninguno de los precep-
tos o hechos de Jesús: a decirle: «Aunque tus manda-
tos vayan en contra d.e mis pareceres o de mis gustos,
sin embargo yo sé que Tú sabes mil millones de ve-
ces más qué es 1o que conviene hacer o evitaq, por eso
t26
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
acepto sin más tus mandamientos y me esforzaré por
cumplirlosr.
IESÚS VE I,O QUE HAY EN CADI\ CORA.ZÓN:
pe Él se puede decir 1o que una niñita decía a su ma-
má después de oír un gran sermón del predicador de
misiones: "Mamá, ¿cómo suPo ese padre todo 1o que
ha sucedido en nuestra casa?" .]esús ve eI pecador que
llevamos dentro de nuestro espíritu, y nos obliga a de-
cirle como Pedro "Señor: soy un gran pecador.-." ; pero
ve también el héroe dormido que llevamos en nues-
tra almar ¡r eue puede convertir nuestra vida en la de
un verdadero santo, y se apresura a despertarlo.
ELIA CORRIÓ AL PUEBLO A CONTAR: Quizás
antes no se atrevía a hablar casi con la gente y Por eso
iba tan lejos a llevar agua. Pero ahora, deja eI cántaro
para poder correr más (y Para tener seguridad de te-
ner que volver allí (donde está Jesrls) y dejando a un
ladolambién el sentimiento de cobardía y respeto hu-
mano, se apresura a contar a los demás su descubri-
miento. Le sucedió Io que a tantos pecadores: antes
estaban ayergonzados de su problema y de su debili-
dad, y trataban de ocultarlos; pero urra Yez que Cris-
to les concede la curación, gozan diciendo a los demás
"Ved lo que yo erfl y mirad lo que sog ahof,fl-: esto
es 1o que Cristo ha hecho por mi".
Un cristianismo que no es difusivo y contagioso,
no es verdadero cristianismo. Si tu cristianismo no es
prendedizo, probablemente es de baja calidad.
127

l:rz[l q]í,]1VX];]--xA. ES I{ACEn{. [,¡\ VOtr,T]1-JT'¿\D l]EL
,,1,'rlJli tl.,i.i,:i iiil'.J\rl ¡.Ü: La clave suprema
de la vida de Je-
sús es la su misión a la Voluntad del Padre Dios. Su
primera frase que se conoce en el evangelio es a los
doce años: "¿No sabíais que debía ocuparme de los
asuntos de mi Padre?" (Lucas 2, 49) y la última frase
que dijo antes de morir fue "Padre en tus manos en-
comiendo mi espíritu" (Lucas 29,46). La primeray la
última frase que de é1 sabemos, están diri§idas a cum-
plir la Voluntad del Padre, a quien tanto ama.
'lülli
clisüirrrtivo nrrr¿rravilis¡so de )esús resicne en etr he-
ci'¡o de que fue el único hombre que siempre y en todo
momento fue perfectamente obediente a la Voluntad
del Padre Dios- ]amás se preguntaba: ieué es lo que
mi naturaleza humana desea? Sino "¿Qaú es lo que
diese¡z ¡'ni Pailre ÉJelestig'i?",
44 veces dice el evangelio que Jesús es el ,,Envia-
do" de Dios. O sea el encargado de cumplir la Voluntad
que el Padre Celestial tiene respecto a su plan de salva-
ción. Y s* gran satisfacció* al final de la vidaes poder
exclamar: "He completado la obra que el Padre me dio
para que cumpliese" (Iuan 17, 4). Doy mi vida, porque
este es el mandamiento que recibí de mi Padre (]uan10,
18). He descendido del cielo, no para hacer mi volun-
tad, sino la voluntad del que me envió (Iuan 6, 3S). y
exclama lleno de alegrí4 como para dejarnos un ejem-
plo dignísimo de imitar: "Mi Padre me ama, porque yo
hago siempre lo que a Él le agrad.a" (Juan B,-29).- ¿eué
otro hombre ¡:nch:á jamás clecir algo semeiante?Nadie
128
TERCER DOII/IINGO DE CUARESMA - CICLO A
nunca. Por eso nuestra admiración hacia Jesús crece día
por día: porque cada vez nos convencemos de que en
su conducta personal no hay un solo punto negro, ni la
más mínima fa1la. Todo en é1 es perfectamente igual al
ideal supremo de santidad que el Padre proyectó para
su vida. Y srr grafl c{eseo es clue nosotros tratemos cle
imitarlo en esta riorma número Uno para la santidad:
Hacer siempre lo que Dios quiere de cada uno.
Obedecer la Voluntad de Dios es el único camino que
conduce ala paz. No puede haber paz cuando no esta-
mos de acuerdo con el Rey que dirige todo el Universo.
Obedecer la Voluntad de Dios es el único camino
que conduce a la feliciclad. No puede haber felicidad
cuando oponemos nuestra miserable ignorancia a Ia
infinita sabiduría del Creador. Es el único camino que
obtiene poder: si seguimos nuestro camino solo con-
taremos con nuestras fuerzas y desmayaremos. Si va-
mos por el camino de Dios, É1 nos presta su pode¡, y
triunfaremos. (W. Barcluy).
COMENTARIOS DE AI,GUNOS
AUTORES MODERNOS
Una muier especial: (Por Yudart en "Jesús en su
mundo").
Esta es una de las páginas nnás bellas del evange-
Iio. ]esús tomó aquel camino hacia el sitio a donde iba,
no solo por ser Ia ruta más corta, sino porque tenía un
t29
plan divino de salvación para aquel día. Los samari-
tanos eran una mezcla de israelitas escapados de la de-
portación o destierro del pueblo judío hacia Babilonia
en eI aflo722 a. C. y de colonos traídos de otras partes.
Eran mirados por los judíos como filisteos, como un
pueblo descarriado Sicar era el nombre arameo de la
antigua Siquem, capital de1 reino del norte, Israel, que
se separó del norte del reino de ]udá eligió de la muer-
te de Salomón. Las ruinas de Ia antigua ciudad de Si-
car llegan hasta unas cuadras de la fuente que todavía
se conserva. La fuente tiene 30 metros de profundidad,
y quien no tenga un lazo o cable que mida esos 30 me-
tros de profundidad, no logra sacar agua.
Ningún relato del Nuevo Testarnento es tan deta-
llado como éste. La mujer es ágil en el hablar. Entabla
vivo diáIogo. Se siente orgullosa de ser samaritana,
descendiente de Jacob. ]esús Ie pide de beber porque
en verdad tiene sed física, pero también porque tie-
ne sed de salvar esa alma descarriada. Es ]esús eI que
inicia el diálogo. La mujer al observar las franjas del
manto del viajero y al verlo sudoroso y polvoriento se
da cuenta de que es un israelita que va de Judea en eI
sul, hacia Galilea en el norte. Ella no pretende negar-
Ie el agua. EI agua no se le niega por allí a nadie. Pero
quiere hacerle ver que es un favor que una samaritana
le va a hacer a un israelita. ]esús entonces le hace ver
que es Él quien Ie puede hacer a Ella un inmenso fa-
vor: darle las aguas que saltan hasta la vida eterna, sus
divinas enseñanzas. (Favor que todos nosotros debe-
mos pedirle siempre a nuestro buen Redentor).
130
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
La Samaritana Parece d.ecirle: no veo en tus manos
ni lazo ni vasija Para sacar el agua. ¿Es que te crees
más que nuestro padre ]acob que cavó este pozo tan
hondo? Jesús le responde que si ella acepta eI agua de
Ias enseñatlzas que É1 Ie ofrece, ya no Ie sucederá co-
mo a quienes vienen a llevar agua de esta fuente de
Jacob, que tienen que venir una y tra vez sin jamás
calmar definitivamente Ia sed, sino que recibirá una
fuente eterna que brota sin cesar, una fuente que jamás
se extingue, un agua que brota hasta llegar a Ia vida
eterna y sacia parasiempre Ia sed espiritual de1 alma.
|esús se proPone colocarla frente a la vida Peca-
minosa que ha llevado para despertarle la conciencia.
Cinco maridos ha tenido, y es ioven todavÍa. Quizá es
seductoraparalos hombres Pero los decepciona Pron-
to. Los deja tan fácilmente como los conquista. Ha si-
do repudiada y ahora no teniendo con quien casarse,
vive con uno que no es su marido.
Probablemente tiene buen cot azónpero sus costum-
bres son frívolas y descuidadas. Esa vida desordenada
la conocen todos en ese pueblo, Pero que un extranjero
la sepa... eso sí que Ie lIama Ia atención.
Las palabras de ]esús llegan como un tiro certero.
Le pegan directamente en el corazíny Ia estremecen.
Deja de esquivarse y se Pone seria. Reconoce que tiene
frente a sí a unhombre de Dios. Señor: eres un profeta.
Mientras que yo soy una miserable pecadora...
131

Pero desvía otravez el tema. No acepta que ]erusa-
lén sea eI único sitio de culto. Ellos, los samaritanos,
también tienen su monte santo, el Garizim.
]esús ve en eIIa una persona pecadora pero religio-
sa y se dedica a instruirla. Qué escena aquella: ]esús
proietiza con tono solemne, con estilo inspirado, an-
te aquella pobre mujeq, y el discípulo amado Juan que
no se pierde ninguna de sus palabras y las transcribirá
después en su evangelio. Si ]esris profetiza: anuncia
el futuro. Ya no habrá después un culto reducido a un
templo o a un monte. Será un "adorar al Padre", fra-
se de relieve extraordinario que repite dos veces. An-
tes que todo: Dios es Padre, Padre de todos, aun de los
peores pecadores. Y luego: es un Padre que busca ado-
radores. Ha llegado la hora de que Dios sea adorado
en espíritu y verdad. En espíritu, o sea, no solo exter-
namente . En oerdad: o sea, sin hipocresía.
Nunca un fundador de religión había dicho nada tan
profundo y al mismo tiempo tan sencillo y grandioso.
Ella comenta: ¡el Mesías nos explicará todas las co-
sas! TenÍa una idea muy elevada del Mesías, como los
judíos, para quienes el Mesías sería otro Moisés que les
explicaría todo. Jesús siente satisfacción al encontrar
en esta mujer una espetar.::za mesiánica tan pura y la
recompensa al instante. Por excepción, esta vez reve-
la su secreto: El Mesías soy Yo, el que habla contigo.
La conversación se corta con la llegada de los dis-
cípulos.
r32
TERCER DOMINGO DE CUARESMA
- CICLO A
se admiraron de verlo hablar con una mujer. En
esos países, con una mujer no se detiene uno a hablar
po, át camino. No se le hacen preguntas y sl a1go se
ie dice es con pocas palabras sin detenerse a dialogar.
Los maestros ludíos consideraban indigno detenerse
a conversar de religión con muieres/ y más con sama-
ritanas. Quizás se.iu la primeravez que veían a Jesús'
charlando detenidamente con una mujer'
No se atreven a Preguntartre nada Pero hacen co-
rrillo resPetuosamente junto a Ét y le muestran las
provisiones.
La mujer aprovecha aquella circunstancia para salir
corriendó a la ciudad a hablar de ]esús. Se fue con una
id.ea frju y con prisa por comunicarla a todos los que
urr.orrí.uia: Aviia, qr. había llegado un profeta, y ha-
cerlos salir a saludarlo, antes de que Jesús y sus discí-
pulos, al terminar eI almuerzo siguieran su camino'
La Samaritana se sentía mucho más conmovida de
1o que se había manifestado externamente ante ]esús'
sentía eI ascendiente y el encanto del profeta que ha-
bía leído en su corazón,y le había descubierto su pobre
vida... una luzhabrillado en su espíritu. Jesús le ha re-
velado que É1 es el Mesías, el Salvador del mundo.
ElIa va de puerta en puerta invitando a todos a
que salgan a rá1udu. a Jesús. H^y una valentía y un
áesinterés que Ia honran. .;
133
 JeSús ha diChO: r<llr-¡i, .:lliiirriii,:l;i'tii! ,-r., ,:r';ii',:i:ri' i,tr 't¡riliri;l¡riÍid{
(ijú-ii i.:í:ü,r.ir.r,.'(::¡. Y esa voluntad es salvar las almas. El al-
ma de la samaritana era ya un alma madura parala sie- AmH.,*i,iv[¡s
ga.Y esos samaritanos son trigo maduro para cosechar.
Y ]esús habló a aquellos sencillos samaritanos con
lenguaje campesino y fácil,lleno de comparaciones y
ejemplos y los convirtió. Y se quedó allí dos días sin fl"d$ dW¿ffi &*/ri#f,#tg*' #trPfliflfl1$-,r$ü3d3S
hacer caso a los prejuicios nacionalistas de los judíos, f,J*f, f,Ef-dPf,Ejv
y amó como a verdaderos hijos de Abraham a aquellos
que los judíos consideraban como filisteos.
i .,| i, ¡r;tt 'i.'i
t;r ii i :;l' r. i1
1li. í ii'i: (l r; (Por De Andrés, en
charlas televisadas).
La llamamos la Samaritana. Era una pecadora
pública para los que nombran las cosas por su nom-
bre, aunque ahora algunos tratan de creer que la
unión libre y el vivir «Arrejuntados, no es pecado. Pe-
ro en medio de sus debilidades amorosas era nir,"íri tllrrl-
ir,,:;r"i;'¡t,eii',es;¡c,a '¡,ror 1o rc,Xigi;ierso
llo espiri[uaX, 1o cual
Ia salvó; y esto es lo que falta ahora
'¡ a tantas pecado-
ras para poder lograr salir del fango en el que se aho-
gan: Tener algún interés por 1o religioso y espiritual.
Desafortunadamente muchas mujeres pecadoras de
nuestro tiempo consideran lo espiritual como un ene-
migo del cual tienen que hui4, y así permanecen sin
convertirse.
Y hay un detalle en el que 1a samaritana se asemeja a
nosotros: No era feliz efi süú -uri.cia cle ¡:ecac{c¡" Con cinco
maridos y su corazónno había encontrado la felicidad.

t34
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Tercer Domingo de Cuaresma
Ciclo B
tr:jj r,:i :i:' i¡,.r:rr:,
PRIMERA I,ECTUTTA:
DeI Libro del Éxodo (Éxodo 20,f.. 17).
LOS IJ-TEZ MANDAMIENTOS:
El Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo
soy el Señor Dios tuyo, que te saqué de Egipto, de la
esclavitud»>.
EI Señor empieza exponiendo una razónmuy válida
para poner aI pueblo una Ley. Es Ú quien los ha liber-
tado de la esclavitud donde yacían, ylos ha sacado de
Egipto con mano Poderosa y maravillosos milagros.
Enseguida va a dar el Decálogo, palabra que signi-
fica: diez mandatos. El Decálogo abarca todo el campo
de la vida religiosa y moral. La Iglesia, siguiendo a San
Agustín, lo divide en dos partes: los tres primeros se
refieren a Dios y los otros siete al prójimo. EI Decálogo
es el núcleo, lo más importante de la Ley de Moisés y
en el Nuevo Testamento sigue conservando de tal ma-
nera su importancia, que cuando alguien le preguntó
a ]esús qué debía hacer para conseguir la vida etern4
Ét te dio por única respuesta: <<§i quieres consegair
la oida eterna, tienes que cumplir los mandamien-
136
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
1
tos>> (Mateo 19,17) y anunció que quien desprecie uno
de estos mandamientos y enseñe a otros a despreciar-
''t
::!jj+rhi.¡r$,,¡ii;:!!¡,.::¡i 1o será elúltimo en el Reino de los cielos (Mateo 5,19).
Moisés antes de morir anuncia bendición para quie-
nes cumplan los mandamientos y maldición para quie-
nes se nieguen a cumplirlos. (Deuteronomio 11',27)'
En Éxod o 24, se narra solemnemente cómo fue I;,r
Promulgación de los L0 Manclamientos por parte
de Dios. Mandó a Moisés que prep arara dos tablas
de piedra y en elIas, Dios mismo escribió los Man-
damientos. Antes de Pronunciarlos pasó por junto a
Moisés diciendo: «Yo soy Yahveh, Dios misericordio-
so y clemente, tardo a Ia cólera y rico en amor y fide-
[d;d, que mantengo mi amor por mil generaciones/
qre puidono el pecado Pero no 1o dejo sin castigo»' O
*u, ür, Dios que ama a quien Ie es fief pero no deja sin
castigo a quien desobedece sus mandatos'
Lo. I*{o tendrás otros dioses frente a Mí. No te ha-
rás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el
cielo, o en la tierra o en el aBua. No te arrodillarás an-
te ellos ni les darás culto.
De este mandamiento nace eI«Monoteísmo»>, o creen-
cia en un solo Dios. Nuestro Señor se llama Yahveh, pa-
labra que significa: É1 que Es, que É11o ha creado todo,
el queáyuda a todos y no necesita ayuda de nadie"' etc'
De esta frase del Éxodo se valen continuamente los
protestantes para atacar toda veneración a las imáge-
l3l

nes. Pero lo que Dios prohíbe es fabricarse ídolos pa-
ra adorarlos como dioses. El mismo Dios permitió hacer
unas imágenes de querubines y colocarlas sobre el Arca
de laAlianza (lReyes 6,23) porque la gente no los adora-
ba como a divinidades sino que les rendía culto como a
servidores de Dios. Así también nosotros veneramos las
imágenes de la Santísima Virgen y de los santos, no co-
mo si fueran dioses, sino como retratos que son de gran-
des amigos nuestros que oran ante el señor por nosotros.
fdolo es la imagen de una falsa deidad, una imagen
a la cual se le adora como si fuera un Dios. Los catéh-
cos no creemos que las imágenes de Ia Virgen o de los
santos sean dioses ni les rendimos adoración como si
fueran divinidades. Si alguien se imagina que una
imagen le va a hacer milagros, en ese caso sí está des-
obedeciendo aI primer mandamiento, porque está con-
cediéndole poderes divinos a un ser que es solamente
o
yeso
o metal.
hacen
hace los
Señoq, s sirven
grandes amigos que tenemos en el cielo, ]esucristo,la
Virgen Santísima, y los santos, y paramovernos a pedir
con más fervor su ayuda y protección.
Cuando los católicos nos arrodillamos ante una
imagen de la Virgen o de los santos no le estamos rin-
diendo culto a esa imagen como a un dios, sino que es-
138
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
ce favores/ en ese caso sí estaríamos pecando contra
el primer mandamiento y ese es un pecado de idola-
tría: Adorar ídoIos.
Porque Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso.
Castigo el pecado de los padres en sus hijos y nie-
tos cuando me desprecian, Pero actúo con amor y mi-
sericordia por mil generaciones cuando me aman y
cumplen mis mandamientos.
Esto que acaba de decirDios es 1o que la Iglesia llama
la «Doctrina de la remuneración». Dios es justo: o sea:
da a cada uno 1o que se merece: premio por 1o bueno y
castigo por 1o malo. Pero en una Sran desproporción:
los pecados los castiga hasta la tercera generación y
las obras buenas las premia por mil generaciones. Te-
nemos que quitarnos de Ia mente Ia idea de un dios
insensible, que 1o mismo le da que seamos buenos o
malos. EI salmo 35 dice que el gran error del malvado
es imaginarse que su maldad no será conocida ni abo-
rrecida; y toda Ia Sagrada Biblia nos narra 1o generoso
que es Dios con los que cumplen su Santa Ley.
2o. No pronunciarás el nombre del Señor tu Dios
en falso. Porque no dejará el Señor sin castigo a quien
pronuncie su nombre en falso.
Los santos pronunciaban el nombre de Dios con in-
menso respeto, y este santo nombre sabía a almíbar en
sus labios y producía conmoción en su corazón al pro-
nunciarlo. Eñ cambio los que no somos santos Io deci-
t39
 mos a veces sin respeto, y despreocupadamente, y esto
nos puede traer sanciones de la
iusticia Divina, como lo
anuncia el segundo mandamienio que acabamos de leer.
La gente acostumbra exclamar: «pa-Dios santísimo»
o «Por Chuchito lindo» cuando desea que se le crea una
afirmación que hace, y esto lo repite hásta cuando dice
boberías. Es un mal hábito que debemos tratar de des-
terrar de todos aquellos que traten con nosotros.
Otros repiten nAy, Dios» por el menor detalle con-
trario o ridÍculo que se les presenta. Es una costumbre
que no se debe tolerar.
A uno que para todo repetía sin ningún respeto ni
reverencia el santo nombre de Dios, le dijo un ami-
go: «Supongamos que tu te llamaras Cutuiato. y que
un amigo tuyo si.ernpre que fuera a afirmar o negar
algo, exclamara: "Por Cutufato que si por Cutufáto
que no!» -No es cierto que te disgustaríis y le dirías:
.11Y por qué me nombras a mí para esas tonterías
que
dices? ¿Por qué no nombras más bien a tu tía o a tu
abuelo?- El otro entendió la lección y empezó a esfor-
zaÍse por no pronunciar el nombre del señor sino con
gran respeto y devoción, porque a Dios también le dis-
gusta que pronu ciemos su santo nombre sin verda-
dera necesidad y sin el debido respeto y reverencia.
santificarás el Día semanal de descanso. Durante
seis días trabajarás y harás tus tareas, pero eI sépti,
mo es un día de descanso dedicado al señor tu Dios.
En ese día no te dedicarás a trabaiar ni tú, ni tu hijo,
140
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
ni tu hija, ni tu empleado, ni tu empleada, ni tus ani-
males de carga, ni los forasteros que vivan contigo,
porque en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra
y todo cuanto en ellos se contien€, y el séptimo día
descansó. Por eso bendijo el Señor el día séptimo y
lo santificó.
Este es un mandamiento para hacernos más felices.
Dios que ha creado al ser humano sabe que no resis-
te más de seis días seguidos de trabajo sin agotarse.
Y por eso, para que seamos más felices, nos ha orde-
nado descansar el séptimo día. En el idiorna Hebreo,
Día de descanso se dice "Sábado», por eso los Israeli-
tas llaman «Sábado» aI día semanal dedicado al Señor.
Los cristianos hemos pasado el descanso al «Domin-
go)» porque en ese día resucitó Nuestro Señor ]esucris-
to y es eI día más glorioso para nuestra religión.
Muchísimas personas se han sanado del sistema
nervioso y han recobrado la armonía y lapaz en el ho-
gal, con solo hacer de cada domingo un día hermo-
so en el cual se descansa, se va a Misa, se va a dar un
paseo (ojalá en familia), se come mejoq, se viste me-
jo, y se procura no dedicarse a trabajos cansadores.
Pero muchísimas personas se han enfermado del sis-
tema nervioso, han adquirido neurastenia (continuo
mal genio) y neurosis y han perdido la paz del hogar
y hasta Ia paz de su espíritu, por dedicarse a trabajar
eI domingo. Recordemos: Dios que hizo el ser huma-
no sabe muy bien que no podemos trabajar siete días
T4L

seguidos sin enfermarnos del sistema nervios o, y por
eso nos ha mandado que de cada siete días dedique-
mos uno a descansar y a estar más contentos.
Lo que muchos han ganado trabajando el día del Se-
ñor 1o han perdido en un mal negocio o en un acciden-
te, o gastando dinero en remedios para curarse de sus
nervios y úlceras y demás males que trae el cansancio.
Un celoso predicador narraba: «En 30 años de
sacerdocio he conocido más de mil casos de matrimo-
nios cuya vida era un infierno. Y caso curioso: en to-
dos los mil casos, uno de los dos cónyuges no iba a
misa el domingo, no santificaba el día del Señor. Es
que no se desprecia un mandamiento de Dios sin que-
darse sin castigo.
Cuántos malgeniados mejoran su modo de ser des-
cansando un día cada semana y asistiendo devotamente
a la Santa Misa cada domingo. No olvidemos: <<persona
cansada es persona malgeniada»>. Si no descansamos,
nos agotamos nerviosamente. Y esto es fatal.
Honra a tu padre y a tu madre, y se prolongarán tus
días en la tierra que el Señoq, tu Dios, te va a dar.
San Pablo se admiraba que este mandamiento trae
una promesa o premio de Dios, más que los otros, pa-
ra quien lo cumpla (Efesios 6,2). Y en Ia Sagrada Es-
critura, especialmente en el libro del Eclesiástico hay
maravillosas promesas de premios de Dios paralos hi-
jos que traten bien a sus padres, y tremendas amenazas
de castigos para quienes traten ma1 a sus progenitores.
142
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
No matarás. Ya en el Génesis, Dios había dicho a
Noé: <<Yo reclamaré la sangre humana a todo eI que
la vierta. Si alguien hace derramar sangre humana, su
sangre será también derramada, Porque a imagen de
Dios ha sido creado eI ser humano (Génesis 9, 5).Es 1o
que Jesús dirá en eI Huerto de Getsemaní: «El que a
hiurro mata, a hierro muere» (Mateo 26,52).
No cometerás adulterio: el adulterio es un acto se-
xual de una persona casada, con alguien que no es su
cónyuge. ]esús dice que quien se divorcia de su cón-
yuge y se va a vivir maritalmente con otra persona, co-
mete pecado de adulterio. (Lucas l-6).
El adulterio es un pecado contra la santidad del
hogar y por eso la Sagrada Biblia le da especial impor-
tancia y gravedad. Ya en el Antiguo Testamento se Ie te-
rua por un pecado tan grave que se castigaba con pena
de muerte (Levítico 20,10. Deuteronomio 22,22). Jesús
dijo que no hay que contentarse con no cometer.adul-
terio de hecho, sino que quien mire con mal deseo con-
sentido a una persona de otro sexo/ ya con esto cometió
adulterio en su corazótl (Mateo 5, 27). Nosotros debe-
ríamos repetir con el salmista: <<Oh Dios, crea en mí
utt corflzón puro, y no apafies ile mi tu santo espí-
ritu»> (Salmo 50).
San Pablo afirma que estos mandamientos: Los dos
anteriores: «No matarás, no adulterarás» y los siguien-
tes: «No robaras, no codici€Irás))z se resumen én uno so-
lo <<Amarás a tu próiimo como te amas a ti mismo>>, y
t43
 que si amamos a 10s demás como nos amamos a noso-
tros mismos cumpliremos estos mandamientos, pues
el amor verdadero no hace mal al prójimo, y .ro, hr_
ce cumplir la Ley de Dios en plenitud (Romanos lg, g).
No robarás. La Ley del Antiguo Testamento ordena-
qy" e_I ladrón debía volveilo robado y otro tanto
9j.
(Exodo 22, 7). Que había que hacer una indemniza-
ción por daños. Y se consideraba también como robo
el adulterar las pesas y medidas, er correr los límites
de las fincas, el apropiarse lo que se le.había dejado a
guardar y el no pagar las deudás. (Cf. Exodo 2z)'.Iesús
censuraba a los escribas y fariseos porque por fuera
aparecían como buenos pero por dentro esiaban lle-
nos de robos y rapiñas. (Mateo 29,25).
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
Testimonio e9 una prueba para asegurar que algo
sí ha sucedido. Es una-afirrr u.ió, de algo qué se di-ce
de otra persona. En la pasión de Jesús ru prur"rrtaron
varios mentirosos a afirmar falsos testimónios contra
Et lvtate o 26, sg) y lo mismo hicieron contra san pa-
blo varios inventadores de mentiras, afirmando mu-
chas cosas falsas que no podían comprobar (Hechos
Sagrada Escritura repit" *rihus veces que a
?5,7-).-La
los labios mentirosos los aboirece Dios, porque bios
_vgrdad, y en cambio el falso testimonio proviene
e¡
del diablo que es el padre de todas las mentiias (Juan
8, 44). En Apocalipsis anuncia que los que inventan
mentiras contra otros, tendrán su sitio final en el La-
go del Fuego eterno (Apocalipsis 21, 8).
t44
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
Señor: que jamás afirmemos nada en falso contra
los demás. Que nuestras palabras hagan siempre el
bien a todos, y nunca el ma1 a alguno.
No codici¿rrás los lrienes cle tu pr:óiirrrr:r: ni la mu-
ier (ni el cónyuge) ni el empleado, ni la empleada, ni
sus animales, ni nada que sea de é1.
San Pablo dice: "huid de la codicia que es una idola-
tría"; y recomienda: «Teniendo con qué comer y con
qué vestirnos, contentémonos con esto».
Buda afirmaba que el origen de todos los rnales y
pecaclos son los cleseos inmocleradr:s, y que quien re-
frena sus deseos ya está dando sus más decisivos pa-
sos hacia la perfección. Y añadía que «la codicia de los
bienes ajenos es un puñal revestido de mief que apa-
rentando traernos un bien, destroza el propio cotazón
y el ajeno».
Líbranos Señor de todo deseo inmoderado e indebi-
do. Haz que sepamos cumplir el mandato de ]esús:
<<Negarnos {t mosotros mistmos»», lo cual consegui-
remos en forma admirable si dominamos nuestros de-
seos, para no desear sino como Tú permites, y lo que
Tú permites que deseemos. Amén.
SATMO L8: La Ley del Señor es perfecta.
Este salmo canta las bondades de la Ley de1 Señor.
Al meditar acerca de lo perfectos que son los. Manda-
t
t
I
mientos que Dios nos ha dado, el espíritu humano se
a
I
I4s
t
L
queda admirado de 1o inmensa que es la Sabiduría
Divin+ y de la gran bondad de Dios aI darnos unos
mandatos más preciosos que el oro, más dulces que Ia
miel, enteramente justos, que alegran el corazóny son
descanso para el a1ma.
Gracias Señor por tus Mandamientos, que son esca-
leras absolutamente seguras parallegar alapaz en es-
ta vida y ala gloria en Ia eternidad.
SEGUNDA LECTURA: 1 San Pablo a los Corin-
tios L, 22-25.
Hermanos: los judíos exigen milagros o signos, y
los griegos buscan sabiduría. Pero nosotros predi-
camos a Cristo crucificado; escándalo para los judíos,
necedad para los griegos, pero pana los llamados en
Cristo -judíos o griegos- fuerza de Dios y sabidu-
ría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que
los hombres y to débil de Dios es más fuerte que los
hombres.
La historia que los cristianos tenían que contar (la
de Cristo Crucificado) les parecía una tontería a los
orgullosos intelectuales griegos y una irracionalidad a
los judíos más sectarios.
A los judíos les parecía un verdadero escándalo que
alguien se atreviera a adorar a un crucificado, siendo
así que este tormento solamente se les daba a los que
eranjrzgados como criminale s, y dlos esclavos. Los ju-
díos habían soñado con un Mesías triunfadot,y no con
un pobre ajusticiado en una cruz. Varios falsos Mesías
t46
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
habían venido anunciando enormes triunfos políticos
y militares a quienes les siguieran (aunque en reali-
dad 1o que les proporcionaron a sus seguidores fueron
vergonzosas derrotas) ¿y ahora vienen los cristianos a
proclamar como jefe supremo a uno que ha sido ajus-
ticiado en una crttz por el poder político reinante? Los
judíos esperaban un Mesías victorioso y deslumbran-
te y les presentaban ahora a ]esús manso y humilde de
corazót:., muerto entre tormentos en una crrtz.
Para los griegos e to era una irracionabilidad por-
que ellos se imaginaban a la divinidad como un ser
totalmente apático, respecto a nuestros sufrimien-
tos, al cual no Ie importa si sufrimos o n sufrimos.
Se imaginaban que al dios 1o que Ie interesa es pasar-
Ia bien y recibir honores (los cuales según ellos, 1os
paga con favores, por el honor que se le ha rendido,
pero no porque sienta compasión de nosotros). En
cambio el cristianismo enseña re <<tonto amó Dios
al mundo que le dia su Hijo llnico, y que lo hizo
obediente hasta Ia muerte de cÍr7z y que con los su-
frimientos 1o llevó hasta Ia máxima perfección y que
sus heridas han curado las nuestras>>. Esto les sabía a
irracionalidad a los fatuos griegos tan engreídos en su
vana sabiduría. Ellos estaban intoxicados de palabras
altisonantes y huecas ¿y ahora les llegaban estos tos-
cos cristianos a presentarles et.:. vez de discursos va-
porosos, un Mesías clavado en :ur.a ctrtz por, salvar a
los pecadores? Se reían de todo esto.
147
 Así que a primera vista el cristianismo parecÍa te_
ner muy pocas oportunidades para tener éxito, pero
resulta que lo que en Dios parece irracional o necio o
imprudente, es muchísimo más sabio que toda la sabi-
duría de los hombres (porque 1os caminos y métodos
de Dios son muy distintos de los nuestros) y lo que en
el Hijo de Dios aparece como debilidad, resurta ra más
grande fortaleza de la humanidad, que supera a todo
lo que es fuerte entre los humanos.
Los judíos le habían pedido siempre «signos» o
milagros a ]esús, pero aunque los hizo y tan portento-
sos/ se resistieron en gran número a creer. Los griegos
1o que pedían era que se les hablara con muchas seña-
les de elegancia en el estilo y con gran erudición. pero
lunqye San Pablo en Atenas les echó un sermón muy
florido, lo que hicieron fue reírse de é1. Desde enton-
ces el apóstol se convenció de que lo que sarva ras al-
mas es predicar a Cristo, y a este crucificado. No es la
sabiduría que tengamos ni los portentos que hacemos
1o que salva y convierte, sino Cristo Crucificado que
con los méritos de su vida Pasióry Muerte y Resurrec-
ción nos obtiene nuestra redención y salvaiión.
Se necesita fe para enseñar y aceptar el camino de
la cruz que Cristo nos propone. También hoy muchos
quisieran un Cristo arrollador y avasallante que aca-
bara de una vez con todas las injusticias, y no áceptan
el camino de la ,,no-violencia» que enseñá ]esús. ot os
se escandalizan de que la IgleJia evangelice con me-
dios tan pobres, en comparación con loi desrumbran-
148
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
tes medios que emplean los hijos de las tinieblas para
esparcir sus mensajes. Pero una vez más se cumple la
promesa de Jesús a San Pablo <<dondte w¡ús w1tot ece'la
debilidad, allí brill.ará ntús mi grncia i¡ aui pailer>>
(2Corintios 72,9).
EVAhJGELTO: San ]uan 2, lg-25. JESÚS ECFIA ;¡
LOS \/EhIDEDOII.E5 DEI. TEMI}LC}"
Se acercaba la Pascua de losjudíos y ]esús subió a
Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores
de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas senta-
dos. Y haciendo un azote de cordeles los echo a todos
del templo, oveias y bueyes. Y a los cambistas les es-
parció las monedas y les volcó las mesasiy a los que
vendían palomas les dijo: <<quitad esta cle aquí; tto
conairtáis en un Ínercado la cfrsa cle nú Psñre>>,
El único acto de violencia que el evangelio presenta
en eI comportamiento de ]esús sucede en defensa de
la dignidad del templo de Dios.
Esta es la primera de las tres Fiestas de Pascua a las
cuales según San Juan asistió )esús en su vida pública.
La Fiesta de Pascua se celebraba el día 15 del mes de
Nisaru o sea a mediados del mes de abril. Era una de
las tres fiestas anuales a las que tenía obligación de asis-
tir todo israelita q e viviera no muy lejos de Jerusalén.
Los otros tres evangelistas narran el hecho de la
expulsión de los vendedores del Templo como sucedi-
do en la última semana que ]esús estuvo en Jerusaléry
149
 quizás el Lunes santo. san ]uan lo narra como sucedi-
do Ia primera vez que ]esús subió a celebrar la Fiesta
de Pascua, en su vida pública, o sea en su primer año
de predicación. Bien puede haber sucedidó que Jesús
6ay1 repetido este hecho tan importante, y háya-efec-
tuado esta expulsión una vez al empezar su predica-
ción y otra vez al final de la misma. ya sabémos lo
t91cos que son los vendedores paru no dejarse alejar
del sitio donde obtienen buenaJganancias. Lor
y poco después ya están de vuelta otravez. ".hun
Ya el profeta Malaquías había anunciado: «vendrá
súbitamente a su Templo el señor a quien vosotros de-
seáis ¿y quién podrá estar en pie cuando Él se mani-
fiesta? Será como fuego purificador, (Malaquías 3,1).
]esús acttta como Mesías o enviado de Dios, con to-
da autoridad.
Debe ser impresionante ver a )esús airado.
¡y qué te_
rror producirá verlo acercarse con el azote en la mano!
Era la fiesta de Pascua, la más importante para los
israelifa_s porque era su fiesta nacional, ra fechá que les
recordaba la noche memorable en la cuar pasaion de
la esclavitud a la libertad en Egipto (pascua significa
..Pasor), la noche venerada en la cual el ángel extermi-
nador no entró a las casas donde habíasrñgre de cor-
dero en la puerta y creyentes cenando con rá carne del
cordero sacrificado. En esta fiesta llegaban a Jerusalén
más de 500.000 peregrinos de todo el país y de mu-
chos países del mundo. Los israelitas qüe vivian en el
150
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
extranjero hacían cualquier sacrificio con tal de poder
viajar a Jerusalén varias veces en su vida a celebrar allí
Ia Gran Fiesta de Ia Pascua, o Paso del Señor.
Los vendedores de bueyes, ovejas y palomas.
Si alguien quería ofrecer un sacrificio muy costo-
so compraba un buey y lo sacrificaba a Dios por sus
pecados y para darle gracias por sus favores. Si no Ie
alcanzabapara tanto, ofrecía un cordero. Y si era muy
pobre compraba un par de palomitos y los ofrecía por
sí mismo y por su familia, en sacrificio a Dios. Así que
era mucha Ia gente que compraba bueyes, corderos y
palomas. En aquella ocasióry más que todo corderos,
porque Ia ley mandaba que toda familia numerosa, o
cada dos familias pequeñas, ofrecieran en sacrificio un
cordero en la fiesta de Pascua, en recuerdo del corde-
ro que 1os israelitas sacrificaron el día grande en el cual
Dios los libertó de la esclavitud de Egipto (En el capi-
tulo l-2 del libro del Éxodo se narra detá[adamente có-
mo fue esta primera ceremonia en Egipto y cómo debía
repetirse cada año en esta misma fecha en cada hogar).
¿Y por qué se disgustaba ]esús? Porque aquello
era un escandaloso negocio y una profanación del si-
tio santo. La ley mandaba que el animal que se ofre-
ciera en sacrificio tenia que ser sin ningún defecto. Así
que había que examinarlo muy bien antes de aceptar
que fuera sacrificado en el templo. Y Anás y Caifás y
otros habían puesto una serie de inspectores eii el tem-
plo para observar cada uno de los animales que debían
1s1
ser sacrificados y concederles su aprobación o negárse-
la. Si un animal había sido comprado fuera del templo
c
8P
o=
\o F
se Ie examinaba con gran rigor y muy frecuentemente ué
o 30
era rechazado, pero si había sido comprado dentro del
(§
¡-
o
E;
C)O
(§o
o
templo, ya sin más se le concedía la aprobación. Pero E' b)o-
(o cq)
oa
dentro del templo un animal costaba cinco veces más o
G,
o
OO
que lo que cobraban afuera. Por los impuestos exorbi- a
o
sE
cu '(§
(! ¿.C
tantes que allí se cobraban por permitir venderlos. Esto a
(o otr
o
había enriquecido enormemente a los administradores
del Templo (Sumos Sacerdotes, etc.), pero a Jesús Ie pa- =v
=g
e.i
I- . t^\
AV

recía una verdadera profanación, y un sucio negocio, 'ro

ó E'5
C
E=5
indigno de un lugar tan sagraclo. Por eso su indigna- :g
E
G)

Ev3
6eJ
r-

ción. Porque se extorsionaba a los pobres y modestos t-/

; ñl
a T (D
o
peregrinos y falsamente en nombre de la Ley se les l-
o = cX tv'
E cr o
chantajeaba para que compraran dentro del templo. ]e- C)
E 8 s,EO
C C,F
sús amaba intensamente a su Padre Dios y amaba tam- q)
C§69
bién con toda el alma a los hijos de Dios. Y por eso se @ -oo i
o o@4
indignaba de que Ia Casa del Señor se convirtiera en (§ E ?, t
.o \(ut§
av

vulgar estafadero de peregrinos, y que con el inmenso C)

G)
cG)
1¿

<u 9ro
ruido de vendedores ofreciendo y de reses bramando a o.E a
r^) O G)
a Y-

o-LCU tñ
y de cambistas insistiendo en ofrecer monedas, se im- o)
-? É
9t
L.

pidiese a los creyentes eI estar recogidos piadosamente (§

oE
=
()
hablando con el Padre Celestial, en la oración. 6
E 2é
Y es curioso que mientras qrte, azote en mano, C =o-
\o)
o
a.,i
=(§
alejaba precipitadamente a bueyes, corderos y arrie- a
EC§
q)E
=
l-
o
ros y volteaba las mesas de los cambistas regando las --)
,Es
monedas, en cambio a los que tenían las palomitas allí o
ro 9a
Éo
o
dentro de las jaulas, solamente les pidió que las aleja- o- iñ..,o
C=
E
sen de allí, y no empleó violencia, porque los pobres O-
o)
82
animales no podían moverse por si mismos y se ha- E t- rú'

152

b.r1an estropeado al voltear ras jauras.
]esús siempre ha
sido y será comprensivo en grado extremo.
Encontró a los cambistas allí sentados:
Todo israelita mayor de 19 años debía pagar un im-
puesto anual al templo y el mismo Jesús ló págab a, por
-tzi
é1 y por algunos de sus discípuros (Mateo zD. Los
creyentes paga.ba¡r con gusto este impuesto, y recorda_
ban la frase de Ia sagrada Escritura' .riv, fu píesentes a
Dios con las rnaflos oacías»», y procuraban obedecer-
la. Con este impuesto se lograba ofrecer los sacrificios
de la *-uiulu y de la tarde todos 1os días en el templo.
La cantidad exigida era de dos dracmas quizás lo que
un obrero ganaba en dos dí s, dos salarios mínimos.
Pero en el templo no se recibían monedas extran-
jeras p_orque se consideraban impuras y deshonrosas
para el sitio santo. Había que pagar con monedas es-
peciales del Templo. Así que tódó peregrino iba a las
mesas de cambio a que le cambiaran rri *o.redas or-
dinarias por monedas propias del templo. pero allí
ygÍu el negocio. Había que entregar elialor de tres
didracmas (tres jornales mínimos) puru que le entre-
garan dos didracmas (el valor de áos joinales). Era
un negocio redondo, que producía ganancias fantásti-
cas, tanto que la prim_era vez que 1os romanos ocupa_
ron a Jerusalén (año 53 a. C.) se levaron ,cel tesoro áeI
templo cantidades inmensamente grandes de dinero,
(muchísimo más del que habían pénsado encontrar).
Este cambio enriquecía a los cambistas, pero muchí-
simo más a los jefes del templo (sumos sacerdotes,
154
L
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
Anás, Caifás etc., etc.), los cuales se quedaban con la
mayor parte de las ganancias. Era convertir Ia casa de
Dios en una vergonzosa cueva de ladrones. Era un ne-
gocio que se hacía en nombre de la religión, y esto no
lo podía tolerar Jesús, y menos en la Casa de Dios.
¿Por qué obraba ]esírs así?
Porque se estaba desacralizando la Casa de Dios. El
creyente debe tener un comportamiento de fe en la Casa
del Señor y no un comportamiento de mercachifle. Ca-
da sitio merece su respeto,yla conducta de una perso-
na debe ser proporcionada al sitio donde se encuentra.
Se ha comprobado que aún con niñ s salvajes, cuando
se les lleva a una gran catedral, adquieren un comporta-
miento serio y solemne. ¿Cómo se han dado cuenta de
que están en un sitio muy sagrado y que deben compor-
tarse de manera proporcionada aI lugar donde se en-
cuentran? ¿Cómo orar con devoción en un sitio donde
uno grita ofreciendo un animal y otro llama a los que
desean cambiar monedas, y las ovejas balary y los bue-
yes braman y todo parece unaplaza de mercado?
Y no fue en vano este comportamiento de ]esús. Sus
seguidores en todo el mundo hemos procurado tener
máximo respeto por la Casa de Dios y si en algo pode-
mos gloriarnos muchos amigos de ]esús, en muchísimos
sitios del universo, es que en el Templo observamos una
conducta extremadamente respetuosa y llena de piedad
y de fe. No en vano estalló en ira el Señor cuando vio
conductas indebidas en la casa de oración.
155
 - CICLO B
TERCER DOMINGO DE CUARESMA
¿Pero qué dirá el Señor ahora ante parejas abraza-
das en el templo? ¿Qué dirá de esas personitas que en- y último
Después venía el Patio de las Mujereg' Por
tran y salen de la Casa de Dios como quien va a un el Patió de los Gentiles, o sea el
Patio de los que 10 eran
museo, sinrezar, sin hacer la señal de la crttz, sin callar podían en-
israelitas. Las personas no judías solamente
siquiera? ZQUé decir de esas mamacitas que sueltan resulta
trar a orar en este Patio áe los Gentiles' Pe-ro autori-
a sus chiquitos a que corran por eI templo como mi- era donde las
que allí precisamente en ese patio
organizar
quitos de circo dando número, habiendo tantos par- árde, ,áhgiorus de Israe1 hábian permitido
ques donde podrían retozar también? ¿Y esas mujeres y eI cambio de mone-
desvergonzadas que van a producir provocaciones jndío, al llegar alúnico
con sus atrevimientos en modas y vestires, y esos jó- o entra[, se encontraba
venes sin devoción que van al templo a mirar mujeres no Podía orar con tranqui-
mugir de los
y a hacer comentarios materialistas? ZQué dirá el Se- lidad. El griterío de los negocñntes y el
ñor? El azote puede ser que todavía no se haya caído en contacto
animales áificultaba grandemente Ponerse
de sus manos. Enseñernars a Ia juventucl a comportar- hablar
.or, fu presencia de ñios. Y esta diiicultad Para
sie err ei te,ulplo cle urra fl1a[iera digna/ porque Somos le preocupaba'
.or, .1 i'adre del cielo era lo que a ]esús
seguidores de un jefe que no tolera irreverencias en haber t"'u^Cut' especial para hablar
¿Por qué no poaiu del mercadeo y
la Casa de Dios. Que, desde que pasamos los umbra- con el Padre Dios, sin Ia interrupción
les del templo tengamos un comportamiento propio de
sin la distracciOn áe tanto ruido? Esta Preocupación
de personas completamente espirituales, que vienen Iglesia en todo el mundo
a adorar y hablar con Dios y no a cuchichear. Desde
Jesús o Posible Para que la ca-
así
y
que entramos al templo portémonos como gente de fe, de a Casa de Oración sin los
sa
piadosamente. Esto agrada al Señor. ajetreos y negocios y distracciones
que impidan orar'
nunca en nin-
l\o convirtáis en un rnercado la casa de rni Padre. No vayamos nosotrás iu*á11 convertir
g,i" tiíio Ia Casa del Pádre Dios en un mercado'
EI inmenso templo de ]erusalén tenía una serie de
enormes patios antes de llegar al sitio más sagrado LosdiscípulosseacorclaronentollcesemtrocN.!'reeS-
que se llamaba el «santo de los santos>>, sitio adonde tá escrito, oÉ1 celo de tu casa me devora>>'
Los discípulos record'aron una frase del
solamente podía entrar el Sumo Sacerdote. Antes de Salmo 68
este lugar santísimo estaba el patio de los sacerdotes, a que
q"" nuUfa aát Mesías' Los creyentes consider'aban sal-
donde solo ellos podían entrar. Enseguida el Patio de Israel. Este
esto se refería al futuro Libeitador de
los Israelitas, exclusivo para los judíos varones.
ts7
1s6

mo 68 es el más citado en el Nuevo Testamento por-
que se considera estrictamente mesiánico, o sea que
en 1o que anuncia se refiere a Cristo eI Mesías. La fra-
se del salmo dice así:
"He llegado a ser como un extra-
ño para mis hermanos y extranjero para los hijos de mi
madre, porque me devora el celo por tu templo". Y ya
veremos en la reacción de los sumos sacerdotes, hijos
de la misma madre patria, cómo trataron a ]esús como
un extraño y un extranjero.
Entonces intervinieron los iudíos y le preguntaron:
¿Qué signos nos muestras para obrar así?
La segunda lectura de hoy nos dice que los judíos
piden señales o signos milagrosos. Cuando Moisés se
presentó ante los israelitas en Egipto para convencer-
los de que había sido enviado como Libertadol, tuvo
que mostrarles signos o señales admirables como el
convertir su bastón en serpiente, y transformar en san-
gre las aguas del río Nilo, etc. Muchos falsos Mesías
que habían venido en los últimos años habían prometi-
do a sus seguidores que harían signos o señales formi-
dables, como partir en dos el río Jordán, o derribar las
murallas de la ciudad con un grito, etc., etc., pero nada
de eso habían logrado. Ahora los judíos piden a jesús
que presente sus credenciales de Mesías: las señales
milagrosas que lo acrediten como enviado de Dios.
Destruid este ternplo y en tres días Io reedifica-
ré. Los judíos le replicaron: ¿Cuarenta y seis años ha
costado construir este templo y tú lo vas a levantar
en tres dias?
158
t._
TERCER DOMINGO DE CUARESMA
- CICLO B
Pero Él hablaba del templo de su cuerPo' y cuando
resucitó de entre los muertos los discípulos se acor-
daronquelohabíadichoydieronfealaEscrituray
a la Palibra que había dicho jesús'
Estas palabras de )esús fueron mal entendidas por
el tem-
los judíoi. ]esús nunca dijg que iba a destruir
plo'Áut"rii ae ]erusalénil iabia *t{ 9i".1 que en el
inoZOeI general romano Tito 1o destruiría totalmente,
p"ro de eso que hab-laba ahora' Los judíos tergi-
^o "íu
después .itut palabras de jesús y ante Caifás
,re.sarán
Dios y
d.irán «Este diio, purdo-ilertibat el temp.lo de
61) y San Es-
em tres días r""di¡itntlo>> (Mateo 26' +"
teban dirán: «Este anda diciendo que ]esús de Nazaret
destruirá este lugar" (Hechos 6)'
Herodes había comenzado a construir este hermoso
templo 19 años antes de jesucristo y todavía durarían
otros 20 años terminándoI0. Pero de esta obra
material
que
no hablaba el Señor sino del templo de su cuerPo
iba a ser d,estruido en la Pasión y Muerte'
Ningúnotrotemplo,hasidotansistemáticamente
destruido como lo fue el templo más sagrado que ha
existido, el cuerpo de |esús en su Pasión: La Cúpula'
la Cabeza, fue destrozada por las espinas y los bofe-
tones. Las Naves, las ma"os, despedazadas por los
clavos, El Atrio, los pies, deshechos por Ia crucifixión'
La paied, la piel, pédacito por pedacito' arrancada a
fueiuros. El iltar, é1 corazón, partido Por u¡^lanzazo'
Pero todo este Templo, el más sagrado del mundo
fue
ts9
 reedificado maravillosamente al tercer día al
tar Jesús.
]uan no narra qu signos o señares milagrosas hi-
zo er:. aquellos días en Jerusaléry pero debió ñacer bas_
tantes y admirables milagros qre ll"rruron a muchos
a creer en El. Al final de sL evangelio dirá: «]esús
rea-
Lizó en presencia de sus.discíp.rr,or muchos
ttros sig-
nos o seña1es que no están escritos en este ribro,
20,30).
0"á
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
día, negarse a sí mismo, e imitarlo a É1 que es man-
so y humilde de corazón>>. Y esto no sería fruto de la
emoción de un momento por un milagro, sino de la
meditació. y sacrificio de días y semanas y años.
Jesús conocía muy bien 1a fragilidad e inconstancia
de la naturaleza humana. Por eso no se hacía ilusio-
nes. No quería multitudes emocionadas por un hecho
maravilloso, sino una minoría que aceptara sus men-
sajes después de haberlos pensado y repensado por
largo tiempo.
¡,. ; ![ue jamás te disgustemos con un comporta-
r

miento menos digno en tu Casa de oración, eI Tem-

plo, y que puedas confiar de nosotros, no por nuestras
solas fuerzas que son pocas y mal encaminadas, sino
il"ei:ü ¡',t,,siris rro se c:onrfi¿i'h¿l err exlos, pcrqrre porque creemos en tu poder que nos hace fuertes, y en
]icrs «:r-r¡uo-

{ rolonecesitaba tu capacidad de salvarnos y de darnos perseverancia

(ji¿:: ;'1 r'i¡L{ür,r
el testimonio de nadie,
porque El sabe que hay dentro de cada hombre. en elbier¡ y porque colocamos nuestra pecaminosidad
bajo el amparo de tu misericordia para que nos digas:
Jesús conocía muy bien la naturaleza humana. sabe «me encargo de tus pecados, y ya que confías en mi
que muchos lo que buscan son maravilras, sensaciona-
bondad, no emplearé contra ti el látigo de mi furor si-
|1s1os, I t1e pronto demostrarían que no aceptaban no Ia palabra suave de mi perdón" (Cardenal Martini).
fácilmente el difícil camino de renunciamient"'q;;
Éi
veru.a a proponer. Se negaba a aprovechar los
momen_
tos de emoción de la gente para ionseguir una ES CASA DE ORACIÓr{.
popula_
ridad fácil. si después de rr,.esor,ante-milag.o ^hrrti"ru
Ianzado e1 grito de rebelión contra er gobiárro, Io
ha-
seguido las multitudes. pero no era a eso a lo que
F.r3"
había venido. su mensaje era «Tomar ra cruzde
cada
160
161
L
 dos femdreeuos
qu0 ü0rffipaYscer

paraYeclblr prelillo
o castigo
.i$n
süür §m qu$ hayaüuros

(sagrada Biblia, 2Corintios 5)

r62 t

;
 TERCER DOMINGO DE CUARESMA CICLO C

Moisés ya lleva bastantes años en el desierto. Se ha

casado con Séfora,la hija del sacerdote ]etró de Ma-
dián y hu tenido su primer hijo al cual le ha puesto
por nombre Gerson. En estos años de soledad Moisés
PRIMERA LECTURA: se ha santificado y se ha purificado. Ha tenido mucho
Éxodo g,1-1-5: LA zARLAARDIEIVTE. tiempo en aquellos desiertos solitarios para meditar,
y hablar a Dios. Ha sido una preparac ón providen-
cial para el cargo que Dios le va a dar. El día en el que
tuvo esta visión iba pastoreando las ovejas de su sue-
gro Jetró.
Y vio tttra zarza que ardía sin consumirse y se di-
jo: «Voy a acercarme a contemplar este espectáculo
admirable, a ver cómo es ue arde y no se quema)).
Era algo que nunca antes había visto: una llama-
rada entre un montón de espinas, y las espinas no se
quemaban.
Dijo Dios: no te acerques. Quítate las sandalias de
los pies, pues el sitio que pisas es sagr do.
En esos países de Oriente uno se quita el calzado al
entrar a un templo, para no llevar al sitio sagrado el
polvo de los caminos y calles de pecado y maldad por
donde ha transitado.
Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de ]acob».
El Monte Sinaí desde la cima del Gebel Musah
(Monte de Moisés). Aqrí se reveló Dios a su pueblo De esta frase deducía ]esucristo que Dios no es un
y
habló a Moisés. Dios de muertos sino de vivos y que por 1o tanto estos
r64
t6s
 grandes Patriarcas, Abraham, Isaac y
Jacob deben es-
tar viviendo en la eternidad.
Moisés se tapó la cara temeroso de ver a Dios.
Los antiguos decían: nadie puede ver a Dios y
se-
guir viviendo.
El Señor añadió: .,he visto Ia opresión de mi pue-
blo. Ffe oído sus quejas y me he fijado en sus sLfri-
mientos>>.
Es agradable recordal que Dios ve siempre lo
que
nos pasa/ oye nuestras plegarias pidiendo auxilio
y lie-
va cuenta de nue_stras penas. o como dice gráfi.uá"rr-
te el salmista «El señor recoge en una ruri¡u nuestras
Iágrimas para tenerlas en cuJntar.
voya bajar a librarlos de ros egipcios y a [evarlos
a una tierra espaciosa que mana tu.t y miel.
"
Dios cuando habla de ra Tierra prometid+ el país
gu-e va a regalar u rg pueblo, lo que hoy se lláma
Palestina, Israel, o Tieira santa, tá u"*á: <<Tierra
que tnana leche g miel»», para significar la abun_
dancia que tendrán allí en p-astor páru sus ganados
y en vides para su vino, f en tierras frutjes. Esta
comparación dicha en pleno desierto donde duran-
te horas no se encuentra una sola yerba, era algo
muy atrayente.
Ahora para nosotros ra «Tierra espaciosa que mana
.lg.f" y miel" es el Paraíso que nos eipera
eterni-
dad y cuya belleza y riqueza nos resurtan "r,iu
sumamente
166
L
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
atrayentes. Y los «egipcios» de los cuales necesitamos
que el Señor baje a librarnos, son los enemigos del al-
ma: el mundo con sus errores, el demonio con sus ten-
taciones, y las pasiones de nuestra carne mortal, que
tratan día por día de esclavizarnos.
Moisés respondió al Señor: «Iré a los israelitas y
les diré: -El Dios de vuestros padres me ha enviado
a vosotros: y si ellos me preguntan: ¿Cómo se llama
ese Dios, eué les respondo?».
Los egipcios llar,aban <,Amón, a su dios del sol.
Los cananeos llamaban «Baal» a una de sus divini-
dades. El dios de los amonitas era «Molocr. Para los
griegos su dios principal se llamará <<Zeus>> y entre los
romanos «]úpiter» etc., Moisés desea saber cómo de-
ben llamar los israelitas a su Dios, eIúnico verdadero.
Para ellos el nombre era importantísimo porque recor-
daba qué cualidades tenía Ia persona.
Dios diio a Moisés: ..Soy el que soy)>. Esto dirás a
los israelitas: "Yo soy" ((lne envía a vosotros>>
En hebreo se dice: "Yahveh, (no como dicen los
protestantes: ]ehová). Como en hebreo antiguo no
se escribían las vocales, solamente se conservan las
consonantes de este Nombre Santísimo: YHVH. Al-
gunos antiguos creyeron que entre esas consonantes
había que colocar estas tres vocales e-o-a y que así el
nombre de Dios quedaba YeHoVaH. Pero hoy los sa-
bios actuales han descubierto que lo más probable es
t67
 CIJABESMA
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
que entre las 4 consonantes iban solo dos vocales: a-e,
y entonces el verdadero nombre de Dios €s r'ai i\,.:.,-.i, guien en quien confiar con la más absoluta seguridad'
y así 1o escriben hoy las Biblias más modernas. Es un Úrro que nunca falla, y que tanto nos ha amado que
nombre repetido 279 veces en el Antiguo Testamento y nos hu enviado a su propio Hijo Para que logremos
que en las nuevas versiones se traduce por «el Señorr, ir a acompañarlo ,r, áíu én su gloria eterna del cieIo.
porque así se le llama a Dios en el Nuevo Testamento. n a*igo Perfecto a quien debemos amar con todo eI
Como la Ley de Moisés insiste en que no se pronun- corazói, con tod.as lai fterzas y sobre todas las cosas.
cie el nombre de Dios sin el debido respeto, los israe- (Marcos 12,30).
litas apenas decían Ia mitad de este nombre: YA. Así SALMO: ].A2: r'-j

por ejemplo, para decir «Gracias a Dios, bendito sea C[rfvrifl

Diosr, se debía escribir: «Alelú-Yahvehr, pero para no
ir a pronunciar el santo nombre sin la debida reveren- El Salmo 102 es una de las joyas más estimadas de
cia se decía únicamente: «Alelú-Yar, y así quedó la pa-
labra hasta hoy.
Soy el Seño4, el Dueño de todo,
,:.,o,,n¡[:ir rjiiBiú.ri..[c;::
eI que lnizo 1o que existe y gobierna el universo, 1z flo
necesita de nada ni de nadie. El Señor Absoluto y to-
tal de todo 1o que hay en el cielo y en la tierra. En una
palabra: «EI Señor».
Así me llamaréis
de
sotros>>... ¿Quién no amará a un Dios tan simpático?
Y así 1o seguiremos llamando siempre: «El Señor de
SEGUI{DA LECTURA:
.

los señores y Rey de Reyes» (Apocalipsis L9, 16). El

Dueño y Creador de todo 1o que existe. Sencillamen- ! ü, [ ]'l:

te: Nuestro Señor. No quiefo que ignoréis hermanos que nuestros

Para nosotros «EI Señot" o "Nuestro Señor» será padres estuvieion tódos baio la nube y todos atra-
siempre la expresión más esperanzadota, el recuerdo i"r"ro, el mary y todos cor ieron el mismo alimento
de Alguien que nos quiere y nos puede ayudar. Al- espiritua1... y be-bieron de la roca y la Roca es cristo...

168
r69
 Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios y sus
cuerpos quedaron tendidos en el desierto.
san Pablo advierte a quienes han recibido especia-
les muestras del cariño de Dios, que no hay que con-
fiarse demasiado en sí mismo, y iecurre a ra historia
yara demostrar 1o que puede suceder a los que han si-
do bendecidos con los más grandes privilegios pero se
muestran indignos de ellos. Puede suceder que uno
reciba gracias tan grandes de Dios como ser defendi-
do por la nube misteriosa que de día libraba de los
ardores del sol y por la noche iluminaba para no per-
derse en eI desierto. Puede uno haber lofrado comer
del man] f haber bebido de la Roca milagrosa (y esta
Roca es Cristo, dice el apóstol) y sin embaigo obJervar
una conducta desagradable a Dios y ser pór ello deja-
do en el desierto (o como dirá el evangóHo despuás,
ser echado del Banquete por no tener er traje de iiesta
que es la gracia de Dios).
San Luis de Monfort lo dice con imágenes impresio-
nantes: «Muchos creyentes iban ya en muy buenas al-
turas hacia la santidad y se han venido precipitados
hacia eI abismo del pecado y han sid.o desvahjádos de
los tesoros espirituales que habían conseguido, por-
que creyeron que podían viajar solos, sin implorar el
auxilio del cielo y sin consultar a quienes Diós ha co-
Iocado como guías de las almas, y equivocaron el ca-
lino, Cayeron como cedros del Líbano. No pidieron a
Dios la fortaleza que necesitaban y fueron derribados
por ese comején que se llama vicio o pecador.
t70
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Estas cosas sucedieron en figura para nosotros , pd-
ra que no codiciemos el mal como lo hicieron nues-
tros antepasados.
La Sagrada Escritura narra que estos nuestros
antepasados israelitas, allá en eI desierto, mientras
Moisés estaba en el Monte Sinaí adoraron un becerro
de oro y por eso recibieron duro castigo (Éxodo 32).
Cometieron pecados de impureza con mujeres madia-
nitas y moabitas, y miles murieron por haber así dis-
gustado a Dios. El Libro de los Números (Cap. 25) dice
que murieron 24.000 en castigo por estos pecados.
San Pablo quiere cultivar en sus discípulos lo que
en Ia Biblia se llama «EI Temor de Dios)>, que consis-
te en tener un verdadero temor a disgustar al que es
eI más bueno de nuestros amigos, pero alavez el más
estricto de los jueces. La Biblia dice que <<El temor de
Dios es el p imer pflso para adquirir la oerdadern
sabiduría>>. Y que «a los que temen a Dios, (o sea los
que temen desagradarlo aÉ1, Señor los prefiere en
"l
cualquier país donde vivan (Hechos L0,35). Sabiendo
1o exacto que es eI Creado en exigir que «no codicie-
mos eI malrr, y los castigos que ha impuesto a quie-
nes sí lo han codiciado, debemos obrar de tal manera
que no se pueda decir de nosotros, 1o que se dijo de la
mayoría de los antepasados: ,,no agradaron a Dios».
No protestéis como protestaron algunos de ellos y
perecieron a manos del Exterminador.
t7r

Por protestar contra las órdenes de Dios fueron
atacados por serpientes (Números 2). Coré, Datán y
Abirón se revolucionaron contra Moisés y sufrieron
un temible castigo (Números Cap. 16).
Nosotros tenemos el peligro de querer comerciar
con Ia misericordia de Dios. «Dios me perdonará to-
do. Nada me pasará». Como que se nos olvida que
Dios no solamente practica la misericordia sino tam-
bién la justicia, que consiste en dar a cada uno según
sus obras; sean buenas o malas (esto lo repite Z veces
Ia Biblia).
El Libro de Eclesiástico aconseja: «No sigas con-
fiado pecando y diciendo: <<FIe pecado y nacla me lr¿r
¡rasado». Recuerda que Dios es bondadoso, pero que
también castiga. «Piensa en su justicia y dejaras de co-
meter muchos pecadosr.
Todo esto sucedió como un ejemplo como aviso
para nosotros. Por lo tanto el que se cree seguro, cui-
dado ¡No caiga!
San Luis de Monfort comenta así esta frase: ,,Cuán-
tas ciudades y f.ortalezas cayeron en poder del ene-
migo porque los que las custodiaban las creyeron
demasiado fuertes y seguras. Cuantos imprudentes se
imaginaron más segura la casa de su espíritu y más
fuerte la caja fuerte de sus tesoros espirituales de lo
que en realidad eran; se apoyaron en símismos, en sus
propósitos y cualidades, no pidieron la ayuda de Dios,
y no estuvieron alerta, y fueron saqueados por los ene-
migos del almar.
172
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
EVANGELIO: San Lucas 13,L-92
S[ NO OS CONVI]R'["ÍS,'IOL}C]S TTEN.ECNNÉTS.
Se presentaron algunos a contar a ]esús lo de los
Ga¡táos cuya sangre vertió Pilatos con la de los sa-
crificios que ofrecían.
Los Galileos eran gente fogosa que fácilmen-
te se levantaban en revolución contra los extranjeros
gobernantes romanos. Y Pilatos hizo algunas rePre-
áion"r especialmente violentas. Una de ellas consistió
en vestir a los soldados romanos de paisanos y mez'
clarlos entre la multitud que iba a ofrecer sacrificios, y
apenas empezaron a gritar los israelitas contra el go-
bierrro, losloldados sacaron de debajo de sus mantos
SuS espadas y garrotes e hicieron una notable mortan-
dad. ó" ,r^ heóho como este puede estar hablando es-
ta frase del evangelio.
]esús les contestó: -¿Pensáis que esos galileos eran
*át p".adores que los demás Porque acabaron así?
Os digo que no. Y si no os convertís, todos Perece-
réis lo mismo.
Jesús anuncia al pueblo judío que si no se convier-
te, les va a suceder que perecerán como estos pobres
galileos. Y así sucedió el año 70: vinieron los lomanos
óon Tito y destruyeron a Jerusalé, y pereció en gran
número el pueblo de Israel.
173

Convertirse es dar una vuelta y dirigirse hacia el la-
do contrario a donde nos estábamos dirigiendo.
Pero este anuncio es también para nosotros: -Si no
os convertís, pereceréis-. Ese es el dilema de Cristo.
Sólo hay dos caminos para seguir: o convertirse y sal-
varse, o no convertirse y perecer. No hay ningún otro
camino más.
La conversión tiene tres pasos: l-o. Ver lo malo que
hemos hecho. Pensado o hablado, o el bien que pudi-
mos hacer y no quisimos hacer. Es un conocimiento
que lleva al bien. Es una radiografía de nuestra alma
y de nuestra vida. Si pudiéramos ver ahorita Ia radio-
grafía de nuestra vida y de nuestra alma, quizás hasta
nos desmayaríamos de horror al ver semejante mons-
truo tan repugnante. Examinarse es verse como se es
en realidad" sin máscaras ni disfraces. Cuando éramos
niños teníamos rostro de ángel y nos gustaba poner-
nos máscara de demonios. Ahora que somos mayores
tenemos una vida y un alma de demonios y nos en-
canta disÍrazarnos de ángeles. Y eso es fatal. Porque si
no reconocemos el mal que hemos hecho, nos puede
suceder como al que empieza a sufrir de tuberculosis
o de Sidar eüe como no siente dolores cree que se halla
bien de salud y no se hace tratamientos para mejora4,
pero cuando se da cuenta de la gravedad de su mal,
ya este es irremediable. Huy que tratar de conocer qué
males tenemos en nuestra alma y no tratar de ponerles
tapujos de excusas sino analizarnos en toda su crude-
za, sirtfalsas compasiones. Ese es el primer paso: reco-
nocer 1o mal que hemos obrado.
174
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
El segundo paso para la conversión es sentir triste-
za y disgusto de 1o mal que hemos obrado. No es una
rabia porque no nos han resultado bien nuestros pla-
nes, como sucedió a Caín y ]udas. Eso sería remordi-
miento (remorder-morder dos veces). Esa amargura
no lleva al cambio de vida sino a Ia desesperación. Es
una tristeza suave pero profunda, una de esas triste-
zas delas cuales habla el Libro del Ec1esiástico cuando
dice: «Hay una tristeza que lleva al mal y al desalien-
to, pero hay otra tristeza que lleva al bien y a la con-
veréión. Y esta tristeza es la que sentimos cuando nos
damos cuenta de que hemos disgustado a Dios>>. Aho-
ra lloramos como Magdalend, Y después Jesús Resu-
citado nos llenará de consuelo como 1o hizo con ella.
Ahora nos echamos a llorar y suspirar como Pedro
después de las negacion€s, Y después ]esús nos de-
moitrará como a su apóstol que nos devuelve toda
su confianza. Amab1e creyente: iQué tan grande es la
tristeza que siente por haber ofendido al Señor? ¿De
veras siente disgusto por haberlo ofendido? ¿Hay que
pedir aI Señor el don de Ia verdadera contrición? Es
ün regalo que venia del cielo y hay que pedirlo fre-
cuentemente. Los santos sentían arrePentimiento de
sus pecados todos los días de su vida.
EI tercer paso es un propósito firme: voy a cambiar.
No puedo seguir así. <<Me leoantaté e iré a mi Padre»»,
Narra San ]uan Bosco que en una visión oyó este
mensaje: ..Lo que más derrota a los enemigos del alma
es hacer firmes propósitos de enmienda y esforzarse
17s
 TERCER DOMINGO DE CUARESMA. CICLO C
por cumplirlos. Darle importancia a cumplir los pro-
pósitos que se hacen cuando uno se confiesa o cuando ]esús nos avisa del gran mal que nos puede
venir si
hace examen de conciencia». no nos convertimos: podemos Perecer. Ante su aviso
Y de una santa muy antigua se narra que en una
visión nocturna vio el infierno lleno de gentes que sí
se confesaban y sí examinaban su conciencia, pero no
hacían propósito de enmienda o no se esforzaban por 1o. entristecerse del
cumplirlos. mal hecho, y pedir perdón y hacer propósito' 2o' De-
;,Y :rritre} Xir,,s E-{íecior:['lu r{rtc ú.trui'lr:i¡:t¡¡t uliias[;lcIos dicarse a dar Írutos de buenas obras. Y acerca de esto
iror [a l]c¡rr¡:e rle SiIoé, pensáis que eran más culpables segundo va a hablar ]esús en Ia siguiente parábola que
que los demás habitantes de ]erusalén? Os digo que va a narrar ahora.
no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la mis-
ma manera.
Siloé era una torre unida a la muralla de ]erusaléry
cercana de la piscina de Siloé (palabra que significa
enviado). En la piscina de Siloé curó Jesús al ciego de
nacimiento (Juan 9,7).Esta torre se derrumbó por eI
agrietamiento y Ia acción del tiempo y al caer mató a L8
personas. Algunos creían que las víctimas de este de-
sastre habían muerto como castigo de Dios por sus pe-
cados. Jesús dice que no por esto murieron. Y quiere,
al narrar este suceso, que cuando sucedan catástrofes
las consideremos como una llamada de atención para
que nos convirtamos y que recordemos que si no nos
convertimos podemos perecer de manera semejante al
modo como perecieron estas personas. Perecer, según
el diccionario significa: «Acabarse, o padecer un daño
o sufrimiento extremados, o una pobreza total, o sen-
tir un padecimiento violento», etc.
176 lt7
 Y les dijo esta parábola: uno tenía una higuera
plantada en su viña y fue a buscar fruto en ella y no lo
encontró. Dijo entonces el viñador: -Ya ves: tres años
vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuen-
tro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?
La higuera era un árbol muy estimado en palestina
por sus frutos y por su sombra. Daba por lo general dos
cosechas de higos al año. Los higos se empleaban para
comerlos como frutas y parahacer tortas muy aprecia-
das. Los profetas la tenían como símbolo de libertad y
de paz. ]esús da especial importancia al disgusto que
le produce a Dios el árbol que habiendo sido destinado
a dar frutos, sin embargo, no los produce. Esta parábo-
la nos enseña que la inutilidad invita aI desastre, que
no tenemos derecho los que hemos recibido cualida-
des especiales de Dios, a dedicarnos a perderlas como
escolares irresponsables, porque cada uno será juzga-
do según las posibilidades que se le han concediáo.
Cuando durante tres años se abona y riega un árbol,
y no da los frutos esperados, tiene que ser eliminado.
La higuera le estaba quitando fuerzas y sustancias al
suelo y en cambio no producía nada. Este era su «peca-
do". No basta, con echar hojas. Huy que producir fru-
tos. Si no, puede suceder el terrible castigo que Dios
anuncia en el Apocalipsis a quien no hace las buenas
obras que debería hacer: «Te removeré del candelero»
Todos estamos en deuda con el buen Dios, que tan-
tos cuidados nos ha prodigado. Y nuestra obligación
es producir frutos de conversión.
178
TERCER DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Hry estudiantes que no estudian y profesores que
no preparan. Hay gentes que no rezar. y hay católi-
cos que pasan Ia semana sin leer una sola página de
la Santa Biblia. Huy creyentes que pasan años sin con-
fesarse y meses sin dar un mercado a los pobres, y
hay seguidores de nuestra religión que jamás visitan
un enfermo ni regalan un buen libro ni se atreven a
dar un buen consejo o a corregir aI que se equivoca.
Son una planta que está ocupando un sitio que po-
dría ocupar otra planta que sí procluzca buenos fru-
tos. Los carismas que no se ejercitan se pierden. Ojo:
no nos dejemos quitar el sitio precioso que Dios nos
ha concedido en su reino. No perdamos los carismas
por no ejercitarlos. Que exclamemos entristecidos co-
mo el Emperador Tito: <<Día perdido, día malgasta-
d.o»>, cuando se nos pase una jorna a sin hacer obras
buenas para Ia vida eterna.
Pero el viñador contestó: Déiala todavía este año.
Yo cavaré alrededory le echaré abono, a ver si da fru-
to. Si no, el año que viene, la cortarás.
Es el evangelio de la segunda oportunidad. ]esús da
siempre a sus amigos esta segunda oportunidad. Testi-
gos: Pedro, que después de renegar de É1, fue su Vica-
rio. Marcos que aunque una vez huyó del apostolado
por cobardía (Hechos 13, 13), después recibe de Dios la
gracia de acompañar valientemente a los apóstoles en la
evangelización. Y Pablo, que al principio fue un perse-
guidor de Cristo y más tarde su más grande amigo.
179
 Dios misericordioso nos presenta nuevas oportuni-
dades de producir frutos de conversión. También en
este año llegará Jesús a nuestro campo con la canasta mHi cd_l.q,KH,shdA
de recolecto{, a recoger los frutos de buenas obras que CICLO A
espera de nosotros, y a extender en favor de cada uno
salario y sus esfuerzos. ¿Qué echa-
"cheque» por su
el
remos en este año en la canastilla de Dios? que ,#/{ww LnN{;[§w] {ü,w{ü ffi#Y
produzcamos frutos de vida eterna, hoy y todos los
días de nuestra vida. Amén.

Como quien dice: habrá Si

nos negamos a escuchar estos llamados de Dios y hoy
decimos No, para «1o mismo responder mañ¿n¿>>, se
llegará el día en el que se nos cierre Ia posibilidad de
obtener el galardón eterno, no porque la bondad de
Dios se haya disminuido, sino porque nosotros con
nuestra perezahabremos cerrado las llaves de las gra-
cias que llegan del cielo. Que nos libre Nuestro Señor
de tan espantoso mal.

POR
Le$
(Mateo 7, | 0)

180

Cuarto Domingo de Cuaresma
Ciclo A
r;,:ii:.,:+r-].,ft'.i'i{n: .::.. 1:i.r i.': i..-::'l
OnACtÓN: Dios Padre de Nuestro Señor )esucris-
to: por tu Verbo Encarnado, admirablemente reconci-
liaste eI género humano. Concede al pueblo cristiano
que con generosa entrega y viva fe, se apresure a par-
ticipar en las solemnidades pascuales. por Nuestro Se-
ñor Jesucristo...
PRIMERA LECTURA: Del primerlibro de Samuel:
16,13: DAVID UNGIDO POR SAMUEL.
Dijo el Señor a Samuel: tu cuerno de aceite
y vete. Voy a enviarte a Jesé de Belén, porque he vis-
to entre sus hijos un rey para mí.
Cuando le presentaron los hijos de ]esé, Samuel
vio a Eliab y se dijo: <<Sin duda está ante el Señor
su Ungido». Pero el Señor diio a Samuel: «No mi-
res su apariencia ni su gran eitatura, pues yo lo he
descartado». La mirada de Dios no es como la mira-
da del hombre, pues el hombre mira las apariencias,
mientras Dios mira el corazón.
Hizo pasar ]esé sus siete hijos ante Samuel, pero
Samue1 dijo: A ninguno de éstos ha elegido el Señor.
Preguntó pues Samuel a ]esé: ¿No quedan ya más
muchachos?
t82
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
,
É1 respondió: -Todavía falta el más pequeño que
está cuidando el rebaño.
Dijo entonces Sarnuel a Jesé: Manda que lo trai-
grr, porque no comeremos hasta que él haya venido.
Mandó pues qrre Io trajeran. Era rubio, de bellos
oios y de hermosa presencia.
Dijo el Señor: Levántate y úngelo, porque este es.
Tomó Samuel el cuerno de aceite y 1o ungió en
medio de sus hermanos.
Los relatos del Antiguo Testamento son de una be-
llezaentusiasmante, y éste es uno de los más hermosos.
<<llena Estas narraciones traen siempre algún mensaje para
nosotros. Aquí vemos a Saúl echado a un lado por Dios
porque le ha sido infiel, y porque los carismas y dones
del Señor se pierden cuando no los queremos emplear
como El quiere. Ahora Dios se pasa con sus dones y ca-
rismas a ctro que 1o represente y que le sea fiel.
«Mis caminos no son vuestros caminos>> dice Dios
por medio de Isaías. Y en el presente caso si que se cum-
ple esto a la perfección. Nosotros habríamos decidido
que el rey debería ser elegido por una enorme votación:
eI más poderoso económicamente y con más amista-
des entre los grandes de la nación. Pero Dios dispone
lo contrario: hace ir a su profeta a la casa de un sencillo
campesino de Belén. Desfilan ante él los hijos mayores:
gallardos, corpulentos, capaces... y Dios en cambio esco-
183

ge al más jovencito que apenas si servía para cuidar eI
rebaño allá en las montañas. <<Dios ilispersa a los so-
berbios de corazón y enaltece a los humililes»», dirá
después la Sanlsima Virgen en su cántico (Lucas 1,,48).
lla cle Dios ntit, es cüt](iLB "ilo *1,r:tr 1¡unlnlrre:
nillulr,l.üa
¿debemos detenernos a pensar en esto: ¿cómo nos es-
tá calificando Dios? ZQUé interesa cómo nos califique
Ia gente si Dios califica de manera distinta? A veces
nos creen santos y somos unos miserables pecadores,
y otras veces imaginan malas intenciones en 1o que he-
mos hecho o dicho con Ia mejor intención del mundo.
¿Pero qué está opinando Dios de cada uno de noso-
tros? Esto sí que es 1o importante y 1o definitivo para
saber qué puesto vamos a ocupar en eI Reino del Cie-
lo. ]esús: que aceptemos ser como Tú, los últimos de
todos, los servidores de todos, y así logremos llegar a
ser los primeros en el Reino de Dios.
En esta página bellísima de Ia Biblia se trata de
recordar que es Dios quien elige a sus servidores y
representantes, y que no 1o hace con categorías huma-
nas sino mirando al corazón. El menor entre una fami-
lia de ocho carnpesinos, ese será el primero en el Reino
de Israel. Y a todos nos seguirá diciendo: «No me ha-
béis elegido vosotros, sino que Yo os elegí a vosotros»
fluan 1,5,1,6).
till.t,ÉirrI: Es la ciudad donde nace David, y
allínace-
rá mil años después, Jesús, el Hijo de David, o sea su
descendiente. Dios dirá más tarde a David: «Yo te sa-
qué de andar arreando a las ovejas y te llevé a ser je-
184
CIJARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
fe de mi pueblor. Todo es don gratuito de1 Señor y de
su bondaá. San Pablo dirá desps§s; «Dios ha escogido
a los que en el mundo no tienen importancia y son des-
preciidos, de modo que nadie pueda sentirse orgulloso
áehnte de Dios (l-Corintios 1,28). Y el salmista exclama:
«Los sacaste de entre el estiércol de las ganaderÍas y los
hiciste príncipes de tu pueblo". Gracias Señor por ha-
bernos llamado a nosotros, tan indignos, a pertenecer a
tu Reino. Gracias por tu bondad. Concédenos la gracia
de perseverar siempre fieles a tus llamadas y mandatos.
Drr',VIü es una palabra semita que significa:
«Comandante», «]efe militar».
LC, tJI\GIÜ: El error de Saúl fue creer q e su poder
se basaba más en sus dotes militares y en el favor po-
pular que en el favor y la ayuda de Dios. Por eso el Se-
hor 1o ábandona. David recordará siempre que todos
sus triunfos son un regalo del A1tísimo. Lo ha ungido
gratuitamente y 1o ha ayudado porque es misericor-
dioso con los que en El confían.
Dios al ungirlo rey se comPrometía a darle las "gra-
cias de estado» para que pudiera gobernar bien a su
pueblo. Porque EI cuando impone una responsabili-
dad, se compromete a conceder las gracias necesarias
para poderla cumplir bien.
L,;r [,u'ticititr sigliil il:;'i[',i' illii: l-ri:los ]iil' ¡-oiuuí'gi'aba p;l-
i
ra un ui,ficio especi;ol que Ie tenía destinado. Lps «ungi-
dos, eran sumamente estimados y reverenciados. Por
I
I lBs
L

eso cuando alguien aconseja a David que mate a SaúI,
él exclama: <<Líbreme Dios ile extender mi tnafio con-
trn el ungido de Dios»» (L Samuel24,6). En el Antiguo
Testamento eran «ungidos» los sacerdotes,los reyes y al-
gunos profetas. Y la Biblia dice: «No toquéis a mis un-
gidos" (Salmo 1.04), en señal del gran respeto que se les
debe. En el Nuevo Testamento el «Ungido" por excelen-
cia es ]esucristo. Y su nombre de Mesías en hebreo y de
Cristo en griego significa: Ungido de Dios. Cristo, nues-
tro Mesías o Ungido es a lavez: Rey, Sacerdote y Profeta.
SALMO 22ZEL SEÑOR ES MI PASTOR.
Después de recordar la bella narración donde se nos
cuenta cómo de un sencillo pastorcito de Belén hizo
Dios un gran caudillo para su pueblo, el hermoso Sal-
mo 22 nos va describiendo 1o que hace Dios, el Buen
Pasto{, por nosotros que somos sus ovejas. Y recordan-
do la unción que hoy meditamos, exclama: «Me unges
la cabeza con perfume)>.
SEGUNDA LECTURA: DE tA CARTA A I,OS
EFESIOS 5,8-14.
Herrnanos: en otro tiempo erais tinieblas, ahora
sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz.
Toda bondad, iusticia y verdad son frutos de la luz.
San Pablo insiste en que la vida sin Cristo es tinie-
blas, pero que la vida según las enseñafizas de ]esús es
luz. Y recuerda que cuando no seguíamos a ]esucris-
to vivíamos como entre oscuridades, pero que apenas
empezamos a seguir su evangelio nos llegó como Ia
186
L-
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
luz de un gran reflector que nos va guia do por el ca-
mino de la salvación.
Un árbol no puede dar frutos si no recibe la luz del
sol. Una vida empieza a dar frutos para la gloria eterna
si recibe lah;z de las enseñanzas de Cristo. Y el após-
tol enumera tres frutos que produce esta luz: Bondad,
que según la palabra que emplea aquí San Pablo signi-
fica: generosidad de espíritu, para hacer bien a los de-
más. ]usticia: que significa: dar a Dios y a los demás 1o
que cada uno se merece. Y verdad: que es no solo decir
y pensar lo que es cierto, sino obrar de manera propor-
cionada a 1o bien que se pi nsa y se habla.
Buscando 1o que agrada al Señor; sin tomar parte
en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien
poniéndolas en evidencia
La luz del evangelio nos capacita para distinguir
entre lo que sí agrada a Dios y Io que no Ie agrada. Y
en todo debemos tener como meta y fin el tener con-
tento a Nuestro Señor, el agradarle en lo que hacemos,
pensamos y decimos. <<Que te agrade Señor mi cott-
ducta>», debe ser nuestro lema.
No sólo hay que evitar las obras pecaminosas que
siempre son estériles para la vida eterna sino hacer no-
tar a otros que estas obras son inconven entes.
Pues hasta ahora da vergüettza men ionar las co-
sas que ellos hacen a escondidas, pero la luz las po-
ne al descubierto.
r87
 En Oriente los almacenes casi no tenían ventanas y
eran oscuros. Cuando uno querÍa comprar una pieza
de ropa o algún artículo de bronce labrado, lo sacaba a
la calle y allí aI exponerlo a laluz descubría cualquier
defecto, antes de comprarlo. El apóstol nos dice que
laluz de las enseñanzas del evangelio nos hace ver 1o
horriblemente vergonzoso que es el proceder de quien
obra como si no hubiera un Dios que le habrá de to- e:ÉivgJgdV"ff!
mar cuentas.
Por eso dice: Levánta-
te de entre los muertos y Cristo será tu gloria». San
Pablo está citando unos versos de un himno que se
cantaba en las reuniones cristianas. Quizás se cantaba
cuando alguien era bautizado o para incitar al alma a
convertirse. Porque a veces estamos como dormidos
en el espíritu y necesitamos \tfia voz que nos llame a
resucitar de la muerte del pecado y del descuido y a
obtener que Cristo sea nuestra gloria en esta vida y en
la eternidad.

(Salmo 22)

188

EL CIEGO DE INACIMIENITO
(San |uan 91 11-41 )
¿euIÉN pEcÓ: Ésru o SUS DRES? Debía ser
muy conocido aquel ciegq pues los discípulos sabían
bastantes datos acerca de su vida. Por Ej., que era ciego
desde el nacimiento (único caso en los evangelios de
un enfermo que está así desde que nació): Los israeli-
tas estaban convencidos de que dondequiera que hu-
biera sufrimiento era porque allí había algún pecado.
Ellos todavía no habían escuchado aquella formidable
noticia de Jesús- «Mi Padre al árbol que más quiere,
más Io poda, para que prodazca más frutos>>, y no se
imaginaban que el mal no es tanto un castigo, cuanto
un medio para hacerse más personalidad y ganar más
premio para el Reino de Dios.
¿Seú por culpa de sus padres? Los judíos sabían
muy bien de memoria aquella terrible amenazarepe-
tida tantas veces en la Sagrada Biblia «Yo, Dios, Fuerte
y celoso, castigo la maldad de los padres, también en
sus hijos, hasta la tercera y cuarta generación" (Exodo
20, Exodo 34). Huy algo que siempre debemos tener
presente: que ninguna persona obra jamás solamen-
te para sí misma. Que cuando una persona hace una
obra buena eleva el mundo; pero cuando peca pone en
movimiento una serie de malas consecuencias que du-
rarán por mucho tiempo.
190
CUARTO DOMINGO DE CUARESfiIA - CICLO A
¿Para qué estaba enfermo este hombre? Jesús no se
detuvo a explicar la relación entre pecado y sufrimien-
to, sino que les explicó muy claro Para qué estaba en-
fermo este hombre: para que se diera Ia posibilidad de
poner de manifiesto 1o que puede hacer Dios en favor
de los que 1o aman.
Para San Juan los milagros siempre son una señal de
la gloria y del poder de Dios. Cada evangelista tiene su
punto de vista al respecto. Así Para San Marcos y San
Lucas, los milagros son muchas veces una señal del
Corazón tan compasivo y bondadoso que tiene Jesús.
Por eso repiten «Y tuvo compasión de ellos y... (Mc. 1,
41 Mc. 6,34 etc.). En cambio para San Juan el milagro
es una seña1 de Ia gloria y el poder de Dios. San Marcos
quiere recordar que ]esús al sentir comPasión por los
que sufrÍary puso todo su poder a actua{, y San Juan
explica que, ]esús al poner su poder a actuar, demostró
la iompasión que sentía. Son dos modos de ver el mis-
mo acontecimiento. Parecidos, pero distintos
Este es un caso repetido millones cle veces cada clía.
Las personas que sufrerL Presentan a Dios una formi-
dable oportunidad de manifestar su pode4 su gloria y
su compasión. Cuando las tragedias y problemas caen
sobre una persona que no tiene fe, esa Persona puede
desintegrarse. Pero cuando caen sobre alguien que cree
firmemente, ponen de manifiesto los heroísmos y la no-
blezaque se encuentran en un corazón que ama al Señor.
Un anciano santo estaba muriendo, y sufría mu-
cho. Uno de sus discÍpulos fue a llamar a los demás
191

diciéndoles: «Vengan a ver cómo muere un hombre
que tiene fe en Dios». A1lí estaba ese mártir dando
oportunidad a Dios de manifestar su gloria en Ia forta-
leza que le proporcionaba para superar con paciencia
y paz su agonía y sus angustias.
Cuando la vida nos asesta un golpe terrible es cuan-
do podemos manifestar al mundo cómo acepta su
cruz un buen cristiano. Cualquier tipo de sufrimiento
es una oportunidad que nos ofrece Dios para demos-
trar su gloria en nuestras vidas.
Y cuando ayudamos a los que sufrery estamos tam-
bién dando gloria a Dios, porque estamos demostran-
do a los demás cómo es Dios, y cómo son los que lo
siguen de veras.
'ri'UNC,;C¡
QiiE, ii,{¿\t*E:i: l-,1'"S I ll;ii¿'-S rvtIiUt'.]'l ¡i¿i5
l--iitil[t..r," El DÍzi. ]esús sabía que Ia noche de Ia cruz
estaba ya muy cerca y que por 1o tanto tenía que
apresurarse a cumplir todo 1o que el Padre le había
ordenado hacer. ])r:ru f:s.ifil s;r: atiüir:,.r i:ttt:¡i¡ie!¡,, íd 'l'ír('fl4
ri"irro 'de r;n-1,ür¡tlr'¡:¡s: solo se nos da una cierta cantidad de
tiempo. Cualquier cosa que tengamos que hacer debe
cumplirse dentro de ese período y si no, no se hace. En
Glasgow, Escocia, hay un reloj de arena con esta ins-
cripción: «Aprovechar el tiempo, antes de que termi-
j'*Jcui"tca c{eü:r-:lnos ,r.iej;tr'
ne». Ias ,-lli:;,ul¡s iirrit;¿r¡as lrar:a q.ttit'cl
rr"¡om-nert.to, Tlorquc ese tienrt'¡ro irtre,rie iro l[er5an j;rm;its.
El deber de1 cristiano es aprovechar bien su tiempo,
porque de é1 se le va a tomar estricta cuenta.
t92
L
CUABTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
Aquel anciano estaba llorando a la orilla cle un río:
..He perdido una cadena con24 diamantes. se la llevó
el ríor... ¿Cómo? Le preguntan: «Son las 24 horas del
día. Las he dejado pasar sin hacer nada, y se las llevó
el río de1 tiemp o y ya nadie las recuperará»'
Por eso eI viejo filósofo extendía sus manos pi-
diendo una limosna a los ióvenes que pasaban junto
.,Regaladme las horas que no vais a emplear bien,
a é1:
que yo las necesitor.
MIEN'TRAS ESTOY EN EL MUNDO SOY LUZ
DEL MUNDO. ]esús nos invita a aProvechar esa luz
para andar bien nuestro camino. Porque puede lle-
gar la hora en que no se nos conceda tan fácilmente.
For.ro el Salmó nos dice: «Hoy, si escucháis Ia voz de
Dios, no endurezcáisvuestro corazón>'' (Salmo 94)' De-
bemos tomar decisiones de ser mejores ahora que es de
día, ahora que tenemos fuertes llamadas de la hu de
Dios, porque pueden llegar épocas cle noche y tinie-
blas clar,áo yu no seamos capaces de salir de nuestro
camino extraviado que lleva a la perdición eterna.
Y LE LJNTÓ SALIVA. Los antiguos Ie tenían inmen-
sa fe al poder curativo de la saliva. La usaban mucho
para traiar de curar enfermedades. Y había la tradi-
.iOn de que la saliva de un hombre santo podía hacer
curaciones Portentosas.
Jesús usó este medio de untar saliva en dos casos:
eI d.el sordomudo (Marc os 7 ,33) y eI del ciego de na-
193
 cimiento. El sabía muy bien que jamás ra sariva pue-
de conseguir una curación dé esía crase, pero quería
con la-desproporción abismal entre el med^io que usa-
9" y eI efecto que se obtenía, manifestar su pbder de
Enviado de Dios. Bastaría estudiar lo que se necesita
hoy para una operación de la vista, los preparativos, o
aparatos, el tiempo,los remedios, las r*ui.u, y meses
de quietud recuperándose, etc.,,para notar la áespro_
porción abismal entre el simple hecho d.e untar un po-
co de saliva en los_ojos, y o6terrer ra visión para uno
que era invidente desde el día de su nacimiento.
Y LO ENVIÓ A LAVARSE A LA PISCINA DE SI.
LOE, QUE SIGNIFICA «ENVIADO». A San
]uan le
agrada recordar el significado del nombre de esta pis-
cina porque en los planes de ra providencia este nom-
bre estaba destinado a significar a todos los siglos un
título que le conviene mucho a ]esús: el de «Enviado»
del Dios Todopoderoso, su padre.
¿Y POR QUÉ EMPEZARON LAS DIFICULTADES?
una ley que no deja de cumplirse: ]esús siempre
llrry tavores a
hace sus amigos, favores tales que para
creyente resultan demasiado hermosos y maravillosos"fr,o
como para atreverse a creerlos verdaderos.
_ solamente quien ha experimentado en su vida ra
bondad y el poder de Jesucristo, tiene una rigera idea
de 1o asombroso que es su deseo de ayuda.noíy su
po-
der para solucionar nuestras dificultádes. por éso a las
gentes al principio les parecía una mentira ese mila-
gro. Era demasiado grande para poder creerro sin más.
194
L
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
IJIZO LO QUE I\JO ESTABA PERMITIDO EN DÍA
DE FIESTA: Los fariseos decían que en día de fiesta no
se podía ni siquiera ponerle mecha a una Iámpara, ni
cortarse el cabello, y que no se debía comer un hue-
vo puesto por una gallina en día de fiesta, porque esa
gallina había pecado poniendo en dicho día, etc. Eran
esclavos de leyes compuestas por hombres y más les
importaba la ley que eI bien clel otro. Años más tarde
San Pablo inventó una frase que con solo esa que hu-
biera escrito yavalía Ia pena que é1 hubiera venido al
mundo. Dice así: ..la letra mata, el espíritu es el que vi-
vificar. Jesús sabía esto, por eso cuando se trataba de
hacer un bien no se quedaba en la letra que amarra, si-
no que se dejaba guiar por su espíritu de caridad por-
tador de vida y salud.
EL DIALOGO EMOCIONANTE. Dicen los exper-
tos que en toda la historia de la literatura no existe
un diálogo más descriptivo de caracteres que este de
Juan 9, 18-34, entre el valiente ciego recién curado y
los fariseos exasperados por este pequeño trabajo de
haber hecho barro con saliva en día sábado.
VALIENTE EL HOMBRE. Sabía a 1o que se exponía
si defendía a Jesús, y sin embargo no tuvo miedo en de-
cirles en voz alta cuando le preguntaron quién creía é1
que era, Jesús: «Es un Profeta». Recordaba a Moisés, re-
cordaba a Elías, recordaba a Ezequiel, Isaías y Daniel, y
veía que Jesús era de ese mismo talle, y mucho mejor.
Y sabiendo bien lo que decía, proclamó en alta voz: <<Es
19s
un Profeta». No siempre nos van a aplaudir por pro-
clamar nuestra fe en Cristo. Muchas sonrisas burlonas
y muchos odios y antipatías pueden estallar cuando
declaramos que tenemos plena fe y confianzaen el Hijo
de Dios. También para nosotros se hizo aquella prome-
sa de Jesús: <<Dichosos aosotros cuando os percigan
y os insulten por mi cailsfl»» (Mateo 5). En nuestro ca-
mino de cristianos fervorosos no esperemos solamente
recibir los Hosannas del Domingo de Ramos. Estemos
también resueltos a escuchar los gritos despreciantes
del Viernes Santo, porque por este camino que recorrió
]esús, hemos de pasar los que seguimos sus huellas.
LO QUE YO SE ES QUE ME PERMITIÓ VER:
E1los, los fariseos, sabían muchas teorías acerca de 1o
que debía ser el Enviado de Dios, pero é1, el ciego cu-
rado, sabía el favor tan grande que Cristo le acababa de
hacer. Eso le bastaba para creer en é1. A veces vale más
recordar los favores de Dios que andar inventando y
estudiando teorías. Puede uno ser un costal de ciencia
y a la vez un descreído, pero es muy difícil recordar
los favores que Cristo nos ha hecho y dejar de amarlo.
EDAD TIENE. Los padres de1 ciego no quieren
colaborar con los fariseos, pero tampoco quieren ex-
ponerse al arma poderosa que los jefes de Israel tenían
en sus manos: «expulsar del culto público". Era algo
muy temido. Tan temido que, según San ]uary ,,Mu-
chos de los jefes de ]erusalén creían en ]esús, pero te-
mían decirlo por no ser expulsados de la sinagoga»
fiuan 1,6,2). El recién curado se expuso aún a este pe-
196
L
CI]ARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
ligro porque su fe en Jesús era ya tan grande que le
llevaba a arrostrar cualquier peligro con tal de seguir
siendo amigo de su gran benefactor. Y en verdad que
Io que tuvo que soportar no fue poca cosa; verse ex-
puliad o del áulto púb1ico de la sinagoga y sentir que
ios fariseos lo insultaban allí públicamente. Era el pri-
mero de aquella larguísima.fila de amigos de )esús
que por próclamar su fe en É1, han tenido que sufrir
ir.r.ritot, humillaciones, pérdidas de empleo y hasta
Ia misma muerte. Y esa fila no terminará nunca, y qui-
zá ennuestfo futuro haya un puesto en esa larga hile-
ra de sufrientes que reciben insultos en esta vida Para
poder recibir alabanzas en la gloria eterna'
IESÚS BUSCA AL HOMBRE EXPULSADO:
YA IO
dijó San ]uan Crisóstomo con bella frase: «Cuando los
faiiseos echaron del templo de1 Señor al recién cura-
do, el señor del Templo corrió a su encuentro Para que
no se perdierar. Jesús no Permite jamás,que alguien
qrr" ru d"clara públicamente en favor de EI, cargue so-
lá Us dolorosis consecuencias de esta proclamación.
si por d.eclararnos amigos de ]esucristo perdemos Ia
amistad de alguien importante en la tierra, adquiri-
mos inmediatamente amistad del más importante en
el cielo. ]esús siempre es fiel a quien Ie ha sido fiel.
¿CREES r-Ú ru EL HIIO DEL
HOMBRE? Sin du-
da que eI ciego había oído hablar en las sinagogas del
Hiio del Hombre, del Mesías qu9 \abía de venir a sal-
vai al mundo. Tal vez han llegado hasta él las noticias
197
 de uno que anda predicando CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
Por eso al oír esta pregunta responde humitdemente:
«Y quién es Señoq, pará que crea en allá de toda esperanza y de toda ayuda. Sólo aquel
él?,, .
que acepte ser débil será fortalecido. Solo quien acep-
LA GRAN REVELACIóN DE
IESúS. Aquel pobre te reconocer su ceguera, recibirá la capacidad de ver la
hombre recibió la más admirabre reveración
de ]esús: realidad Divina. Solo quien ve y reconoce su propio
"El Hijo de Dios es este que habla contigo,,. He pecado, puede ser perdonado (W. Barclay).
lqui una verdad consoradorá: a quien re es más fiel a
Cristo, le son revelados Ios más altos misteri"; IESÚS NUNCA HACE SUS OBRAS A MEDIAS:
Divinidad. Quizá la gente desprecie a quien se man_
a;; Al ciego, después de haberle curado los ojos de1 cuer-
tiene fiel al Señoq pero éste es él premio q"" po para que pudiera ver las maravillas de la natu-
Ét .;;;_
de a quienes no tiónen miedo en procramarlo, raleza, Ie abrió los ojos del alma para que pudiera
darres
un mayor conocimiento en esta vida de 10 maravillo_ reconocer con fe al Hijo de Dios. Señor: concédele esa
so que E] es, y luego: una proclamación luz a nuestros espíritus: Señor auméntanos la fe, para
solemnemente
ante su Padre y 1os ángeles en el cielo. (Mateo que reconociéndote en esta tierra con nuestras firmes
1,0, g2).
creencias, podamos verte un día cara a cata, tal cual
CREO SEñOR: y se arrodilló ante É1. podemos eres Tú, Dios Verdadero, en la eternidad feliz. Amén.
imaginar la emoción de aquer recién curado de
tan Pensamientos de autores:
terrible mal. se arrodi[a a§radecido ante
Jesús y di-
ce CREO. El pobre ciego, sin instruccióry El pecado es tiniebla. ]esús y sus enseñanzas son
pero húmil_
de/ reconoce a Jesucristo como el Mesías, luz. A los fariseos no los logró sacar de esas tinieblas
y to, fariseos
instruidos, pero orgullosos, lo niegan. ' r y hacerlos ver porque por su orgullo no quisieron de-
PORQUE DECÍS QUE VEIS: POR ESO PERMA- jarse iluminar por É1. ¿Seremos nosotros de aquellos
NECÉIS EN VUESTRO PECADO. infelices que por su pereza o descuido no dejan pe-
}CSúS tCrMiNA CS-
te hecho con una afirmac netrar en iu alma las enseñarrz;as de ]esús q.ru so.,-ius
creídos». Quien es conscie que alejan las tinieblas del espíritu? (Pujol).
debilidad, tiene espera Y Jesús 1o hizo ver: También a nosotros nos va a con-
de Dios, porque désea seguir ese favor: hacernos ver. Lo concederá si Ie pe-
ro aquel que piensa que lo sabe todo, que no necesi- dimos con fe. Es un milagro grande pero Ét to puéde
ta consejos ni favores especiales de ra Divinidad hacer. Ver la vanidad del apego a las criaturgs como
para
llegar a la Verdad, ese pób.u sí que es ciego y San Francisco de Borja al contemplar convertido en pus
está más
198
199
I

L-

y gusanos el rostro del cadáver de la mujer más bella de
su tiempo, 1o cual le hace exclamar: <<No quiero servir
a que se me van a morir» -Ver la responsa-
-Tír- 1eina9
bilidad de 1o que decimos, como aquel papá que te-
nía un vocabulario grosero y un día leyó dos fraies del
e-vangelio que 1o hicieron cambiar: <<De tads palahra
clañosa tendréis que dar cuenta et día ñet juicio»»r y
_"Ay
de aquel que da mal ejemplo a los pequeños: más
levaliera_ql" 1-" colgaran al cuello rr-ru g.rn piedra y lo
echaran al fondo del mar, -y se dio cuenta de la respon-
sabilidad tan grande del que dice lo que no debe decir.
ver: como el que hasta ahora ha sido tácaño en dar a los
pobres o al Señor, y de un momento a otro se da cuenta
de que Ia limosna borra muchos pecados, y que el que
poco cultiva poco cosechará y se dedica a dai con ma-
yor generosidad. ¡Señor: que veamos! (]egusel).
Ceguera fatal: Le dije a uno que se arrepintiera de
sus pecados y me respondió:
"¡yo no tengó pecados!
¿O será que sí tengo algún pecado?» -Ese no ha reci-
bido de ]esús el don de lograr ver, y continúa en tinie-
blas en su alma. Es,un pobre ciego de nacimiento, pero
lo malo es que no le pide al señor que le cure su iatal
ceguera (San Ambrosio).
Que tal que pidiérarnos: «SeñoL que yo vea». El
sacerdote vería qué es 1o que más debe inculcar a sus
oyentes y que quizás no se lo está inculcando. Los fie_
les se dedicarían a buscar ante todo el Reino de Dios y
su santid ad, y todo 1o demás les vendría por añadidu-
1a. -Muchos
que ahora leen mentiras en Ia prensa se
dedicarían a leer libros religiosos que como poderoso
200
p
r CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
t
I
I
reflector les harían ver los precipicios y alimañas que
ponen en peligro su salvación (Vilariño).
Lo primero que r¡io aquel hornbre: Afortunado
ciego aquel que 1o primero que vio al adquirir su vis-
ta fue a Jesucristo. San Ignacio repetía que 1o prime-
ro que debe mirar nuestra fe es a ]esucristo. Fijarse en
|esucristo para imitarlo y amarlo más. Un deportista
de fama mundial decía: «]esucristo es el hombre con
el cual hay que cronometrarse». O sea: hay que com-
pararse con É1, con su modo de hablar, de pensaq, de
obrar y de sufriq, y medir qué tanto es eI parecido de
nuestra vida con la de Ú. <<Pasó por la tierra haciendo
el bien». Cronometremos nuestra vida con esta frase
que es el resumen de la vida de |esús. ¿De veras lo imi-
tamos? (De Andrés).
Y lo adoró. No basta admirar a Jesús como ser huma-
no, hay que adorarlo como a Dios. Creer en su poder
divino. Admirarlo como Luz del mundo que va alum-
brando nuestro camino por la tierra y nos presenta una
visión de los bienes terrenos y celestiales, muy distinta
de la que presentan los autores materialistas (Caballero).
SENOR:
¡Que yo vea!
201
L
Md'Pfle&S ?'d",t¿ "Sfffiflfl',flíVT{ #§: ffiR0tVC#

IMIHE,N E STA
SERHENTE Y
CCNFiEN EN EL
SEÑOBI

Y TODO EL
QUE
MRABA LA
SEHHENTE
DE B8 ON CE
SE SALVABA

Cuarto Domingo de Cuaresma : cometer tantos pecados: recordar los males que les su-
Ciclo B
PRIMERA LECTURA: del2o. libro de las Crónicas:
Destierro a Babilonia, y vuelta del destierro.
En aquellos tiempos los jefes de los sacerdotes y
eI pueblo multiplicaron sus infidelidades según las
costumbres de los paganos y mancharon la Casa del
Señor.
Este dato se coloca para explicar las causas del
espantoso castigo de Dios a su pueblo: sus infidelida-
des, el poco respeto a la casa del Señor, el imitar las
cosfumbres podridas de los que no tienen fe ni reli-
gión verdadera. Lfna vez más se cumple la impresio-
nante promesa de Dios a Moisés en el Sinaí: <<Yo soy
misericordioso y perdono, pero no dejo sin castigo las
faltasr. En el Antiguo Testamento se repite más de 50
veces que aunque Dios es todo bondad, es también jus-
ticia, y castiga las maldades. Este pensamiento lleva a
tener lo que tanto se recomienda en la Ley de Moisés:
eL <<Temor de Dios>>, el santo y suave temor a ofender
al amigo amadísimo que gozaperdonando pero que a
cada falta le impone la sanción que se merece. «Piensa
en lo que te espera al final y eso te librara de muchos
pecados>r, repetía Ben Sirac en el hermosísimo libro el I
I
Eclesiástico en la Biblia. Es un secreto para librarse de
i¡
I
t
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I
t'
t
t 20s
204 i
I)
'
L
CI]ARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
cedieron a otros que pecaron, Y 1o que nos espera a no-
sotros para el tiempo que viene, cuando tengamos que
rendir cuentas al fitezDivino.
El señor Dios les envió desde el principio avisos
tenía compa-
Por medio de SuS mensaieros, Porque
sión de su pueblo.
Dios emplea 1o que se llama eI «Método preventi-
vo». Avisar antes de castigar. jamás manda un castigo
sin avisar primero Para ver si se quieren c-onvertir. Si le
hacen .uró ya no los castiga, como sucedió en Nínive
en tiempos de ]onás que por haber hecho penitencia y
su vida se libraron de Ia total destrucción
que les iba a llegar 4
"rr*"r,dudo no lle-
gO potqre eI Pueblo ión' Lo
áo.t.rtio trrcádió en ]erus su des-
trucción y de1 destierro-
pero ellos se mofaron de los mensaieros de Dios,
despreciaron sus palabras y se burlaron de sus Pro-
fetai, hasta que subió la ira del Señor contra su Pue-
blo hasta tal punto que ya no hubo remedio'
Lo que aquí se dice está muy bi._. explicado en eI
capítulb 7 déJeremías y en el capítulo 8 de Ezequiel.
Jesucristo en el capítulo 23 de San Mateo,
y San
Esieban antes de mori1, echan en cara a los israelitas Io
mal que han tratado a los enviados de Dios que venían
a traérles mensajes salvadores de conversión'

El Guía del desierto: A los israelitas sordos a la voz
de los mensajeros de Dios y a nosotros si no atende-
mos a los llamados que Dios por medio de sus envia-
dos nos hace para que nos convirtamos, nos puede
suceder como a aquellos universitarios que atravesa-
ban el Desierto del Sahard, y por la sed y el calor em-
pezaror. a v€r quimeras o visiones enfebrecidas y a
contemplar falsos oasis con agua y sombra y quisieron
seguir hacia esas direccio es engañosas. El Guía que
los presidía les decía que no, que por allí no se fueran
porque se los tragaría el desierto; pero algunos más
violentos, cansados de estas prohibiciones apuñalea-
ron al experto Guía y se fueron hacia el falso oasis que
solo existía e su imaginación calenturienta. El Guía
derramando sangre, todavía tuvo fuerzas para indi-
carles cual era el camino verdadero y pedirles que no
se fueran por donde veían los falsos oasis o quimeras.
Los que Ie obedecieron llegaron al Oasis verdadero,
pero los que no Ie quisieron hacer caso fueron encon-
trados después convertidos en secos esqueletos, devo-
rados por el calor del temible desierto. . . Es la historia
de tantos y tantas a quienes Dios envía mensajeros pa-
ra señalarles cual es el verdadero camino de la felici-
dad terrenal y eterna. Si hacen caso a los enviados de
Dios se librarán de males y hallarán la felicidad. Si no,
solo encontrarán desilusióry desdich, y perdición. Es-
te segundo caso fue el que sucedió a las gentes de ]e-
rusalén cuando vino el destierro a Babilonia.
Entonces Dios permitió que viniera contra ellos el
rey de los Caldeos e incendiaron la Casa de Dios. De-
206
L
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
rribaron las murallas de ]erusalén. Pegaron fuego a
todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos
preciosos. Y a los que no fueron muertos a cuchillo
los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron es-
clavos del rey y de sus hiios hasta la llegada del rei-
no de los persas.
La toma de Jerusaléru la destrucción del Templo y
eI destierro del pueblo de Israel a Babilonia, son un
asunto importantísimo en la historia de Ia salvación.
Está narrada en eI capítuIo 25 del segundo libro de los
Reyes, y en el capítulo 39 de ]eremías. Sucedió eI año
587 antes de Cristo.
Al principio aparece solo como un esPantoso castigo
de Dios a su pueblo por las maldades de su gente, Pero
Iuego se verá que esta deportación es la ocasión Para
un gran renacimiento de la religión. Y un medio es-
cogido por Dios para que su pueblo se purifique y cam-
bie por completo su espiritualidad, perfeccionándola-
Al quedar Jerusalén totalmente destruida, con tem-
plos y palacios y todo, todo arruinado, aquello pareció
una catástrofe irremediable. Fue una tragedia tan in-
mensa que para nosotros es difícil imaginar lo que Para
un israelita de ese tiempo significa ese Pavoroso cata-
clismo. El reino de Dios parecía acabarse. Sus Promesas
a Abraham y sus descendientes parecían dejar de cum-
plirse. Yahvéh parecía haberse alejado definitivamente
á" su pueblo. Era una hora trágica que poruá a prueba
la fe del resto de1 pueblo que había quedado con vida.
201
 r
Basta leer las Lamentaciones de ]eremías para poder
apreciar un poco la magnitud de esta trag"diu.
Es verdad que los profetas Isaías,Ezequie1 y
]ere_
mías habían anunciado muchÍsimas veces qru ibu
a. suceder. ¿Pero quién podía imaginar que iba"itoa ser
cierta tanta desgracia?
Y aquí viene un detalle curioso y agrad.abre: en esta
.hora
de amargura, en este tiempo é., q-ue la desespera-
ción y el desánimo parecía que lo iban a cubrir iodo,
en esta época, Israel en el destierro descubre a su Dios,
lo aprecia y se aferra a Él de tar manera, que ya nadie
logrará separarle de Yahveh. Cuando tuvieron Reino
material, riquezas y comodidades, se dedicaron a sus vi-
.i9r.Ahora que solo tienen destierro, pobreza,humilla-
9ióru sin templo ni palacios ni rey, uhoru se dedican a
Dios. Y se cumple lo que dirá san pabl o: <<Todo redun-
da en bien de los que aman a Dios»». sí,todo, hasta ras
más dolorosas desgracias. Todo. ¡Gracias señor, aleluya!
_ Para que se cumpliera Io que dijo Dios por medio
del profeta Jeremías: ,.Hasta [ue el país haya pagado
sus sábados. Descansará todos los áías de iu áesola-
ción hasta que se cumplan los setenta años».
]eremías en el capítulo 29 dice a los deportados:
«Edificad casas a1lá en el destierro, cultirrud.u-por,
qrggresad y orad por la ciudad donde os ha correspon-
dido viüq, porque su bien será vuestro bien. y cuan-
do se cumplan los 70 años del destierro yo os visitaré
-dice el Señor- y os devolveré a vuestro país».
208
L
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
El Libro del Levítico, cap. 26, v.34 dice: Por no haber
dejado descansar la tierra los sábados, día de descanso,
y por no haber cumplido eI mandato de1 Señor de de-
jarla descansar un año cada siete semanas de años (ca-
da 49 años), iréis a países enemigos y la tierra vuestra
descansaráalafuerzaentonces todo el tiempo que no la
quisisteis dejar descansar voluntariamente... Pasa aquí
algo parecido a lo que le sucede a tantos que se niegan a
obedecer a Dios que manda descansar un día cada siete
días, y después una enfermedad de riñones o de corazón
les hace pasar inmóviles en una cama, ala fuerza, todos
los días que no quisieron descansar voluntariamente.
En estos casi setenta años Israel se espiritualiza.
Después de este destierro a Babilonia ya los israelitas
no pondrán sus esperanzas en el rey ni en su ejército,
sino en el poder inmenso de Dios que tanto los ama y
que dirige eI mundo y su historia.
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cum-
plimiento de la palabra que el Señor había dicho por
medio de ]eremías, movió el Señor el espíritu de Ci-
ro, rey de Persia que mandó publicar este edicto: <<El
Señor Dios, Rey de los cielos me ha dado los rei*
ttos, y me ha encargado que le eilifique una Csst;
en ferusolétt»>. Quién de vosotros sea de su pueblo,
sea su Dios con é1, y suba a |udá.
Cuando al cabo de casi setenta años (según eI cál-
culo que había anunciado |eremías) el pueblo, por el
decreto del rey Ciro, vuelve a su Tierra Prómetida;
Israel está completamente cambiado. Ahora es un
209
 gu,eflo purificado y espirituarizado. Er destierro de CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
Babilonia fue un espantóso castigo, pero pior
sacó de San Pablo enseña dos cosas: 1a. Que nuestros pe-
un gran mal un gran bi"1.
¡Bend-íto sea Dios qru hur_ cados nos han llevado a Ia muerte espiritual. 2a. Que
ta cuando nos castiga ro hace para [evarnos
ar bien! Dios en su bondad nos devuelve a la vida por medio
iQue bueno es nuestro Dios!
de Jesucristo.
sALMo L36: junto a ros canares de Babilonia nos
sentábamos a llorar con nostalgia por ¿Y cómo es que el pecado nos lleva a Ia muerte? 1o.
]erusalén, y en Porque nos quita la inocencia del alma (podríamos
los sauces de sus orilas corgábamos nuestras
cítaras decir que mata nuestra inocencia, entendiéndose por
para no cantar...
inocencia aquel estado del alma en el que no tiene cul-
Este salmo es una eregía o canción de tristeza
y ha si- pas ni faltas ante Dios). El pecado nos aleja de Dios
do considerado como una de las obras maestras que es Ia Vida verdadera2o. El pecado mata nuestros
de Ia
poesía o vibrante de la amargura ideales. El complejo de culpa nos aleja de Ia esperan-
9.1d::
qe la Ir
un ¡Ay de mi si me olvido
nosotros existe también este
za de conseguir las alegrías del cielo y 7a paz de la
tierra. Las repetidas caídas en el pecado van opacan-
olvido de mi Tierra prometida que do el optimismo y los ideales de victoria y de progre-
lizarse mi mano derecha y pegarse so espiritual. Se necesita entonces alguien que venga
el que yo olvidara el cieló maravi_ a devolvernos esa pureza del alma y esa esperanza y
después de este valle de lágrimas. optimismo. Y ese es Jesucristo el cual nos devuelve la
usalén Celestial en la cumbre y pri_ vida en el espíritu, que habíamos perdido pecando.
mer puesto de todas las alegrías que espero. Amén. -
Nosotros que por nuestros pecados estábamos conde-
SEGUNDA LECTURA: De san pabro a los Efesios nados a la muerte espiritual en el pesimismo y falta de
2,4-lo. esperanza, / en el complejo de culpa, y luego a la muer-
Dios, rico en rnisericordia, por el gran amor te eterna, ahora por |esucristo, estamos destinados a re-
con
que nos amó, estando nos sucitar como Ét y , sentarnos en la gloria del ciclo junto
cados, nos ha hecho vivir a É1. Es una gran muestra de Ia miséricordia tan rica de
estáis salvados). Nos ha h Dios y del gran amor con que nos amó. Es una muestra
nos ha sentado en el cielo de la inmensa fiqueza de su gracia y de su bondad para
l-os-tiempos la inmensa rique za d,e su gracia, con nosotros que se ha hecho manifiesta por medio de
,dos su
bondad para con nosotros en úirto
]esús.
" Cristo Jesús.
210
2tl
 -fe. Porque estáis sarvados por su gracia y mediante ra
Y no se debe a
I
CUABTO DOMINGO DE CUARESMA. CICLO B
vosotros sino que es un don de Dios.
Y tampoco se debe a las obras, para que nadie sericordia... cada una de las 8 bienaventuranzas... los
consejos del Sermón de la Montaña de San Mateo, Ca-
pueda presumir.
pítulos 5, 6 y 7 etc., etc.). Cada vez que leemos una
Es un tema muy repetido por San pablo: que nues_ página de la Sagrada Escritura estamos recordando
tra salvación no es algo qrre rrbsotros nos hemos mere- cuáles son las obras que Dios desea que practiquemos.
cido, sino un regalo de la bondad de Dios (nuestro
grado de felicidady gloria en el cielo sí dependerán EVAhIGELIO: San ]uan 3, L4-21.. Tanto amó Dios
al mundo que le envió a su pro io Hijo...
de nuestras buenas o6ras, pues según ro anuncia
sie-
te veces Ia sagrada Bibria: <<cada iruo rccibirá según Diio )esírs: <<Lo mismo q e Moisés elevó la
sus abrss>> (pero er podernos salvar sí es obra totar- serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el
mente del amor gratuito que Dios nos tiene. Si no
que_
Hiio del hombre para que todo el que cree en Él ten-
remos aceptar ese amor de Dios y nos condenamos,
ya ga vida eterna>>.
ello será obra nuestra).
EI hecho de Ia serpiente de bronce está narrado en el
_ r9onros ptles obra slrSr¿. Dios nos ha creado en Libro de los Números capítulo 2'1.. El pueblo se dedicó
Cristo ]esú.s, para que nos dediquemos a las buenas a murmurar contra las disposiciones de Dios y a que-
obras que El determinó que practicásemos. jarse de todo lo que sucedÍa y en castigo Dios permi-
El Evangelio y los Mandamientos y los consejos y tió que les llegara una plaga de serpientes sumamente
recomendaciones de la sagrada Bibda nos viven venenosas que causaron la muerte a muchísimos de
re- ellos. En el desierto los días son calurosísimos pero
cordando cuáles son las buénas obras que Dios deter-
las noches son enormemente frías. Y las serpientes al
minó practicásemos- y conviene ,iorver a reer y
-que_
recordar devez en cuando estas recomendaciones sentir el frío de la noche, buscan donde resguardar-
pa- se y entran a los campamentos. Allí encuentran a un
ra que vivamos el género de vida que Dios desea
que hombre acostado en el suelo y envuelto en su manto.
vivamos. Debemos manifestar nueitro agradecimien-
to a Dios tratando de dedicarnos de todo"c Se meten entre las mangas del vestido a calentarse y
orazóna las cuando eI que está durmiendo siente aquel cuerpo ex-
buenas obras que Dios determinó que debemos
prac- traño trata de alejarlo violentamente y Ia serpiente le
ticar. ¿Cómo cuáles por ejemplo?... (Cada ,.,o
d" lo, inyecta su veneno mortal y en medio de terribles do-
10 mandamientos... iada ,r,á de ras 14
obras de mi- lores, en menos de 24 horas lo lleva al sepulcfo. Es un
peligro verdaderamente inquietante.
212
213
&,-
 E-t3 serpiente que envenena la existen ciay quita la vi-
-
da del alma se llama ahora Satanás o diablo. (Ap.lZ,9).
Insidiosa y traicioneramente se va insinuando en
nuestra vida y nos inyecta el veneno de sus malas ideas
hasta lograr que muchos pierdan la vida de Ia gracíay
la paz del alma.
Dios ordenó a Moisés que fabricara una serpien-
te de bronce y la colocara en medio del campamento,
prometiendo que quien al ser mordido por las serpien-
tes venenosas mirara con fe a la serpiente de metal,
quedara instantáneamente curado. Y así sucedió en
muchísimos casos. Este fue un milagro que impresionó
siempre al pueblo judío. Claro que lo que loi curaba
no era la serpiente de metal, sino la fe que la persona
sentía acerca de la intervención que Dios iba a éfectuar
en su favor. Esta imagen era solo como un «desperta-
dor».de Ia y de la confianza en el poder y en la áyuda
fe
de Dios. Algo parecido a las imágenes religiosas actua-
les, jamás una imagen hace ,rn *ilug.o. ñrr.a lo po-
drá hacer... Pero ciertas imágenes reli-giosas despierian
la fe del orante y esa fe excilad a y vila, atrae y consi-
gue la intervención milagrosa de bios en su favor.
Más tarde cuando la gente empezó a imaginarse
gy" 19 que les hacía el milag.o la serpienie y no
Dios desde el cielo, entonces el rey"ráEzequíás destiuyó
e hizo desaparecer esta serpiente áu
-etrl paraqr" tu
gente no la adorara como se adora a un rdólo (2ñeyes
18). Es el peligro que existe ante ciertas imágenes re-
ligiosas: que las personas ignorantes rleguen"a imagi-
214
L
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
narse que es la imagen Ia que les hace el milagro. Hay
que instruirlas al respecto, porque esta creencia sería
una idolatría y un grave error.
Esta antigua historia se convirtió en una verdade-
ra profecía. En un símbolo o figura de 1o que iba a su-
ceder por siglos y siglos: los seres humanos atacados
por la Serpiente infernal por el enemigo de la salva-
dot, aI verse en grave peligro, Ievantarán sus ojos an-
te Alguien que ha sido levantado en una Cruz, y esa fe
en ]esucristo les conseguirá de Dios el milagro de re-
cuperar la vida de la gracia y de librarse de la muerte
eterna, y <<Lfl serpiemte antigua llamada Satanás es
dominada y encadenada»> (Apocalipsis 20, 3).
)esús dirá más tarde: .,Cuando yo sea levantado (en
la cruz) atraeré a todos hacia mí». Y así se está cum-
pliendo ahora. Todos los que estamos necesitados de
gracias, de socorros y de perdón, levantamos suplican-
tes las miradas hacia aquel que fue levantado en la cÍrtz,
para que cure nuestras mortales enfermedades del al-
ma. Y lo obtenemos.
Para que todo el que cree en É1, tenga vida eterna.
Es una noticia jubilosa. <<Todo el que ctee ett É1...r,
En ese «todo»> estamos incluidos nosotros. Así que
podemos tener la vida eterna con tal de que no deje-
mos de creer en El y nuestra fe no sea muerta, o sea sin
obras buenas, sino una fe viva que se dedic4 a hacer
las buenas obras que Dios desea que practiquemos.
2ts
 Creer en ]esús significa: Creer en su amo{, en su
Divinidad, en su intercesión por nosotros, en el poder
salvador de su Pasión, Muerte y Resurrección. En su
Eucaristía, en que su Encarnación ha obtenido nues-
tra salvación.
n,a vida eterna: O sea la que no se acaba nunca.
Cuando San Francisco de Borja vio convertido en gu-
sanos y en pus el rostro antes hermosísimo de la que
había sido esposa del rey de España exclamor .,ño
quiero dedicarme a servir a reinas que se me van a
morir», y dedicó totalmente su vida a scrvir a ]esucris-
to el unico que promete una vida que nunca se acaba-
rá. San Luis Gonzaga cuando iba a emprender alguna
nueva obra se preguntaba: ¿Y de qué me serviriesto
para Ia vida eterna? Es que esta vida de la tierra es co-
mo el pasar un río por sobre un puente sin barandas
(con peligro de caernos). Pero h vérdadera vida está al
otro lado del río de la existencia terrenal. AIrá es don-
de empieza\averdadera vida. La vida de este lado es
al decir de santa Teresa: .,LJna mala noche en una ma-
la posadar. Pero la Vida Eterna que ]esús nos promete
será un gozar y vernos realizados y libres de tódo ma1
y amados por los siglos de los siglos. y el que cree en
]esús tendrá vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su propio
Iijo único para que ninguno de los seres que creen en
El no muera, sino que tengan vida eterna.
En Inglaterra y Estados unidos se hizo una encues-
ta acerca de cuál es la frase de la sagrada Bibtia que
2t6
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
más impresiona y agrada a las personas, y la frase ga-
nadora fue esta que acabamos de enunciar. (EI segun-
do puesto correspondió a aquella frase de San ]uan:
<<Dios es flttot»>. Pero la que barrió todos los récords
fue está: «Tanto amó Dios al mundo que...).
Dicen que cada gran personaje ha tenido alguna
frase favorita que le ha gustado más que las otras, pe-
ro que esta es la frase de las frases que gusta no solo
a los grandes personajes, sino a todos los creyentes,
especialmente a los más humildes y necesitados. Ha
sido llamada: «La esencia c{e1 evarngelio. El resumen
más perfecto de la Redención».
Esta frase nos enseña que la iuiciatir,¡l ¿rc(:rca ¡r(
nuestra salvación pioviene cle Dios. Que es Él quien
más interesado está en que nos salvemos.Que tiene ma-
yor deseo de salvarnos que nosotros de ser salvados:
Nos viene a decir que Dios es annotr y que lo que lo
ha movido a hacer por nosotros todo lo que ha hecho
es el amo{, el inmenso amor que siente por todos y por
cada uno de sus hijos.
Este texto nos muestra a Dios actuando, no para su
propio beneficio sino para el nuestro. Es eI Padre que
no se siente feliz mientras no obtenga que sus hijos
extraviados vuelvan a la casa paterna. Y para ello no
tiene miedo a sacrificar aún a su Hijo Unigénito y que-
ridísimo. Todo con tal de salvarnos. Es una explosión
infinita de amor paterna hacia nosotros.
217

Nos habla este pasaje de la universalidad del amor
de Dios. No mandó su hijo para salvar a un grupito
reducido o a una nacióru o a una raza, sino a las gen-
tes del mundo entero durante todos los siglos. Todos
estamos incluidos en este maravilloso amor de Dios. Y
como dice San Agustín: oA cada uno de nosotros nos
ama como si no tuviera a nadie más a quien amar)).
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para
condenar al mundo sino para que el mundo se sal-
ve por É1.
Quiero meditar un poco en estas frases de Jesús.
Son demasiado bellas para que pase adelante sin dete-
nerme a pensar un poquito. Hay un Dios que me ama.
Yo soy importante para Ét. y Ia señal de que me ama
inmensamente es que ha enviado su Hijo Único a este
mundo para que yo no perezca; para que yo obtenga
la vida eterna. No Io ha enviado a condenarme, sino
para sa1varme... ¡Gracias Señon Quiero oiair en es-
ta gran esperanza! Has dado al mundo tu más pre-
cioso regalo. Lo más maravilloso y valioso que tenías.
Y esto para que nos salvemos por medio de 81. ¡Gra-
das Señor!
Dios mandó su Hijo al mundo: Es una idea repe-
tida muchísimas veces por San ]uan. Le parece dema-
siado importante como para no repetirla hasta que se
nos quede profundamente grabada en nuestro cerebro.
No para condenar sino para salvar: El gran deseo de
Dios es la salvación de sus hijos. No violenta ni con-
218
L
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
tradice Ia libertad de cada uno, Pero le proporciona
todas las comodidades y Ios caminos y las oportunida-
des para que logre salvarse. Basta evocar Ia historia de
nuestras propias experiencias para co encerse de cuan
«exagerads» es Dios en ayudarnos por todos 1os medios
posibles a conseguir nuestra salvación. Dios quiere que
yo me salve por medio de su Hijo. ¡Gracias Señor! Dios
quiere salvar al vecino, a aquel familiar, a aquel pagano
del país de las misiones, a aquel otro moribundo, a este
o aquel pecador... Te ruego Señor Por aquellos que más
necesidad tienen de que les envíes un último -empujón-
para convertirse y salvarse. La Santísima. Virgen decía
en Fátima: <<Hay pecadores que se pierden porque no
hay quien ofrezca oraciones y sac cios por ellos>>,
Señor: quiero contribuir con mis oraciones y pequeños
sufrimientos ofrecidos a ti con todo cariño, para que los
paganos de los países de misiones logren conocerte y
salvarse, y para que los pecadores de nuestros países se
conviertan y obtengan la vida eterna.
El que cree en el Hijo de Dios no será condenado.
El que no cree ya está condenado, porque no ha creído
en el nombre del Hijo único de Dios.
Esto que dice Jesús es una paradoja o sea una posición
que siendo verdadera debido a la forma como se anun-
ci4 parece inverosímil o contradictoria a primera vista.
Acaba de hablar del gran amor de Dios y de que ha
enviado a su Hijo no a condenar sino a salvary y ahora
se dedica a hablar de los que se condenan. Un poco más
219
 tarde dirá: <<para un juicio he oenido a este CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
mundo»»
(Iuan 9). ¿Cómo entender entonces
todo esto? porque sus obras eran malas, pues el que obra perver-
.Es
que aquí no es Dios el que condena, sino uno samente detesta laluz, y no se acerca alaluz para no
mismo el que se condena. Así por ej., uno ásiste verse acusado por sus obras.
a un
gran concierto de música
Reaccionar hostilmente ante ]esús es preferir la ti-
bostezandoymirandoat
niebla alaluz. Podemos viajar guiados por un pode-
ner atención. Ese señor e
rosísimo reflecto4 que son las enseñanzas y ejemplos
bre sí mismo. Está decrarando que de buena
música y méritos de Cristo, y preferimos irnos por los callejo-
no sabe nada, y que carece de guito y de arte
musical. nes y subterráneos oscuros del mundo y de sus teorías,
No necesita ser condenado por otroi ya érmismo
, se que llevan al precipicio eterno. Nosotros mismos nos
ha condenado. Le suced" .o-o a aquer que fue
a visi- condenamos con esta pérfida escogencia. Dicen que
t1]as grandes obras de Miguer Ánger au Rafaer en
e] y exclamó:
i
«Esta-s obras áo iute., nada», y
A1cibíades, joven muy inteligente pero muy malcria-
faticano do, de Atenas, le dijo un día al gran sabio Sócrates: <<Te
el Guía turístico le respondió: «Estas obras ya
fueron tengo antipatía, porque con tus palabras y tus obras
juzgadas por los sabioi y yafueron
carificadas. Ahora me echas en cara sin cesar mis maldades>> -Cuantos
ya no, están pul, se_r juzgadas. pero el juicio
que cada malvados dicen lo mismo de ]esús, porque con las pa-
uno da acerca de eilas démuestra qué grado áe
curtu- labras de su evangelio y con el ejemplo maravilloso de
y arte posee el que ha dado esu
13 9"
flcarlas, ¡trício. Ar descari- su vida nos anda edrando en carfu suave, pero valero-
se descalifica uno ¿ sí mismo».
samente, lo malo que hacemos y decimos y pensamos.
Los que se dedican a obrar el mal son partidarios
;3:[T:?*miilflxxl: incondicionales de las tinieblas: ladrones, asesinos,
o Io acepta y no cree en El, prostitutas/ corruptores, tramposos. ¿Por qué el éxito
ya uno mismo se descarifica y se excruye
der Reino de económico de las «discotecas»? Porque allí hay oscu-
los cielos. su reacción ro ha condenado.bios
envió a su ridad y en esa oscuridad la mujer pierde todas las de-
Hijo para salvarlo y él lo rechazay no .r"u
acepta' El mismo se dictu r,, propia sentencia
Éi;1; fensas de su pudor y el varón aumenta por diez sus
"r., de con-
denación. iQue el Señor nos libre de tan instintos salvajes y allÍ obtiene todo lo que su anima-
g.rr,Ju mal! lidad le sugiere, y la mujer permite en dos horas los
Esta es Ia causa de la condenació,: irrespetos que jamás alalluz del día habría,permiti-
que la luz vino
al mundo y los hombres prefirieron do ni en semanas ni en meses. Satanás supo escoger
ra tiniebra araruz,

220
221
 t CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
I
t
Al Hijo de Dios un solo suspiro suyo pa-
Ie bastaba
ra salvarnos, pero por el gran amor con que nos amó
dedicó toda su vida desde Belén hasta el Calvario a
pagff nuestras deudas y así como una chispa de fue-
go se apaga al caer en el mar, así desaparecen nuestros
pecados ante los merecimientos de |esús. Murió por
todos y todo el que crea en Él obtendrál.avida eterna.
Cristo no nos compró con oro ni con plata sino con
su propia sangre. Nos redimió gratuitamente, sin mé-
rito ninguno de nuestra parte,y pagó mil veces más de
1o que debíamos. En vez del pecador que merecía el
castigo, sufrió el Inocente Cristo que nada malo había
hecho. ¿No amarás a este Dios que se hizo hombre por
salvarte a ti? Ser humano: Esto te enseña cuánto oa-
les, pero también cuánto le debes a Él (SanAgustín).
Cristo es el sol que nace para todos. Pero ojo: la me-
dicina no te cura si no la tomas. ¿De qué te sirve que
Dios haya mandado su Hijo al mundo para salvarte
si tú no quieres escuchar sus mensajes ni imitas sus
ejemplos? Si no aceptas lo que Cristo hízo y dijo pata
salvarte, no te salvas.

EI evangelio de hoy nos recuerda que Dios
para sal_
varnos no nos envió un á Lgel ni un serafÍn,
,ir,o u ,,
bra y su ejemplo y el
era nuestra salvación.
de la justicia divina,
uestros pecados.
222
l-
El rey Luis XVI antes de morir exclama: «l\z[ushss
negocios tuve que resolver en mi vida, pero ahora se
me presenta el negocio número uno: el cle mi sal-
vación». San Francisco de Asís en su choza de Alver-
nia repetía día por día: «¡O salvación o condenación,
eso es todo, Francisco!» Eso es 1o que nos qüiere re-
cordar el evangelio de hoy: solo hay un problema: el
223
salvarnos. Solo hay un verdadero peligro: cr¡neEenar-
i;,rr,r'r. Con tal de que consigamos la salvación y evite-
mos la condenacióry Dios no ha ahorrado ni siquiera
a su propio Hijo.

¿Cuánto tiempo dedicamos a conseguir nuestra sal-

vación? A veces un problema, una deuda, una angus-
tia, nos quita el sueño. ¿Y nuestra salvación sí de veras
nos preocupa?
Lucas 15: 20-32,
¿Sabes alma mía cuánto vales? jesús sí 1o sabe: le ha
costado su propia sangre. Crear el mundo le costó una
palabra. Salvarte a ti le costó su propia vida.
Thnto te amó Dios que envió a su propio Hijo pa-
ra salvarte. No Ie hagas perder a Cristo su viaje has-
ta la tierra. IPADREI
HE PECADO
ÜONTRA EL CIELO
III EIIIIIIT Y CONTRA TI

I [JH Sffi Ih"XH}fl}NH

I
YO NO SOY
DIGNO DE SER
HIJO TUYO

t
All, ffffiLH,ffiffiü? I
ffiI\ü HH"
It}ffif,-eHCHHqA.
t
(Salomón)
T
r TTTTTITIII
224

PRIMERA LECTURA: Del Libro de |osuéz 5,9-12.
Termina el mará llegan a Ia Tierua Prometida:
Dijo el Señor a ]osué: Os he librado de la vergüen-
za de la esclavitud de Egipto.
Al llegar
a la Tierra Prometida, después de tanto
tiempo de esclavitud en Egipto, y de tantos años de
sufrimientos por eI desierto, el Señor dice a su pueblo
algo muy parecido a lo que pudo decir más tarde al
Hijo prodigo al ser recibido otravez en su casa, y alo
que nos puede decir a nosotros al salvarnos: «os he li-
brado de una vergonzosa esclavitud».
Los Israelitas acamparon en Guilgal, y celebraron
la Pascua el día 14 del mes, en la estepa de ]ericó.
Guilgal significa: <<quitar una humillación». Y con
este nombre fue battizado el sitio donde los Israeli-
tas celebraron por primeravez su fiesta de Pascua en
la Tierra Prometida. Los capítulos anteriores del libro
de ]osué ya han narrado cómo el pueblo de Israel pa-
so el río ]ordán a pie enjuto, por un prodigio de Dios
que hizo caer un enorme derrumbe unos kilometros
más arribuy represó el río mientras pasaba Ia inmen-
sa multitud. A1 llegar aI país que Dios les ha prometi-
226
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
do que hoy se llama Israel, 1o primero que el pueblo
hace es celebrar su fiesta de acción de gracias a Dios
por la liberación que les ha concedido. (A1go pareci-
do hará el padre del hijo pródigo al recibir a su hijo en
casa, hará una fiesta de acción de gracias).
La palabra <<Pascua» significa: Paso de la
<<Paso»>.
esclavitud a la libertad. Los Israelitas celebrarán siem-
pre esta fiesta en la luna llena de abril de cada año,
porque en una noche de luna llena de abril salieron Ii-
bres de Egipto, después de tantos años de esclavitud.
(La Iglesia celebra también la fiesta de la Pascua de re-
surrección de ]esús en el domingo más cercano a la Iu-
na llena de abril, en cada año).
Al día siguiente a la Pascua, ese mismo día co-
mieron del fruto cle la tierra: panes ácimos y espigas
fritas.
Cuando comenzaron a comer el fruto de la tierra
cesó el maná. Los israelitas ya no tuvieron maná si-
no que aquel año comieron de la cosecha de la tierra
de Canaam.
A1 entrar en un país agrícola, terminó de caer el
Maná que fue el alimento con el cual Dios los alimen-
tó prodigiosamente durante sus 40 años en el desierto.
EI Maná fue la demostración sensible de La Divina
Providencia de Dios, o sea del cuidado paternal que
El e;erce sobre sus fieles, día por día y hora por hora.
En el desierto habría sido casi imposible que sus se-
227
 guidores no hubieran perecido de hambre y ,ce inani-
cióru si Dios no les hubiera enviado er Maná, o pan del
cielo, como lo llama el Libro del Éxodo (Cap. 16).pero
ahora aI llegar a la Tierra prometi d.a, arpaís^que mana
leche y miel, ya el maná no hace falta a";á de caer.
i,
Cuando la naturaleza puede solucionai un problema
Dios deja a la naturaleza que lo solucione. Así ahora
en estos
_tiempos algunos se preguntan porqué Dios
no hace los milagros estru"rráorór de otros iiu*por,
y podemos responder que si las soluciones las póde-
mos encontrar en los medios que el señor nos há pro-
porcionadg,yano hace falta que Ét se dediqr" u oLru.
hechos milagrosos, cuando ló que necesitainos lo po-
demos conseguir por medios ordinarios. pero siempre
y en todo, es nuestro Dios ll que nos da el pan de cáda
día y nos puede librar de todo mal, urrr,qr" para ello
no intervenga directamente con su poder áe.hácer pro-
digios, sino que deje que los medi,os que Ét ha pues-
to en la naturalezay en nuestra inteligéncia vengan a
traernos las soluciones que su bondad nos envía.
sALMo 33: Bendigo aI señor en todo nnomento.
su alabanza esté siempre en mis labios (Recomen-
damos al lector saborear la expricación de este bellísi-
mo himno en el libro «f,,os §almos Exptricaclos» dg
Sálesman).
SEGUNDA LECTURA: 2a. Corintios 5, L7_2.1.
El que es de cristo es una criatura nrleva. Lo anti-
guo ha pasado. Lo nuevo ha comenzado.
228
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Frases tanbellas como estas es preferible no comen-
tarlas tartas sino saborearlas despacio, meditándolas
ante el Señor.
Todo esto viene de Dios que por medio de Cristo nos
reconcilió consigo y nos encargó el oficio de reconciliar.
]esús nos hizo el enorme favor de reconciliarnos a
nosotros, pecadores ofensores, con nuestro Dios ofen-
dido por nuestras culpas. Y nos pide que 1o imitemos
a El dedicándonos a reconciliar a otros con Dios y
con sus prójimos. ¡Cuántos apartados de la religión
podremos volver a la casa del Padre, con nuestro
apostolado! ¡Cuántos distanciados por la discordia y
eI resentimiento, podremos amistar si 1o intentamos!
Dios misrna¡ estratra en Cristo recün(:i].i¿rrrdc) ¿ui
rnunc[o, sin pec{ir'.[e cuenta cne sLns. pecarfcs, y a no-
sotros nos ha confiado el mensaje de la reconcilia-
ción.
Por medio de ]esucristo, Dios recibe al pecador
del mundo con la amabilidad con la cual el papá re-
cibió al hijo pródigo; y a los seguidores de ]esús nos
encarga que llevemos a rnuchos otros este mensaje
salvador: que nuestro Dios desea que nos reconcilie-
mos con ÉL y que para ello está dispuesto a prestar-
nos toda su ayuda.
He comunicado a alguien este mensaje de reconcilia-
ción que Dios me manda transmitir? ¿Si no me atrevo
a hacerlo de viva voz, por 1o menos he repartido lectu-
ras que muevan a otras personas a amar más a Nues-
229

tro Señor? Repartir buenas lecturas equivale a ser un
misionero de la reconciliación del hombre con Dios.
Actuamos como enviados de Cristo, 1z €s como si
Dios mismo os exhortara por medio nuestro.
Todos los que nos dedicamos al apostolado tene-
mos que pensar que esto ha sido escrito para cada uno
de nosotros. Y los que recibimos mensajes de salva-
ción en la predicación o en los sacramentos, debemos
recordar que el evangelizador es un enviado de Cristo
y que es Dios el que nos exhorta por medio de sus pre-
dicadores. ¡Con cuanta mayor atención les escucharía-
mos si pensáramos en estas grandes verdades!
En nombre de Cristo os pedimos que os reconci-
liéis con Dios:
¿Reconozco que esta frase ha sido escrita patami al-
ma? Se vino volando a través de 20 siglos, por tierras y
mares, para llegar hoy como un clamor imperioso que
la Palabra de Dios me hace. ¿De veras me esfuerzo por
reconciliarme con Dios? ¿Cuántas veces al día y a la se-
mana le pido perdón por mis infidelidades? ¿Cuántos
actos de amor hacia mi Dios repito cada día? (Ojalá pu-
diéramos leer el precioso librito titulado «El Pequeño
Secreto» de Karg. Allí aprenderemos las técnicas para
acostumbrarnos a buscar cada díay cada hora el estar
reconciliados continuamente con Nuestro Señor).
Al que no había pecado, Dios lo hizo expiar nues-
tros pecad.os, <(para que nosotros unidos a é1, reci-
bamos la salvación de Dios>>.
230
t
t
CUABTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Gracias señor. El Inocente ha muerto por los man-
chados. El justo por los pecadores' En verdad -po-
demos ,"p"ii. .on Sur, Pedro: ..Sus heridas nos han
curado, (1P. 2, 24).
EVANGELIO: EL HIJO PRODIGO San Lucas
L5,11,-L2
se acercaban a |esús los publicanos y los pecado-
res a escucharlo. Y los fariseos y los letrados mur-
muraban entre ellos: -Este recibe a los pecadores y
come con ellos-.
Ningún otro capítulo del evangelio de San Lucas es
tan quérido por lós pecadores como este capítulo L5.
Ha sido llamádo ..LJesencia de Ia bondad en eI evan-
gelio de )esús».
Aquí se narran unas parábolas de bellezarlo supera-
da jamás , ! la narración de estas parábolas surgió de
un escánAáto de los fariseos o «puros», porque los pu-
blicanos y pecadores eran bien tratados por ]esús. Los
fariseos qubrían una religión donde solamente los ex-
ternamente muy puros fueran considerados como ciu-
dadanos de prim-era clase (aunque por dentro fueran
unos .orro-pidos, con tal de que externamente fueran
intachables) y donde los que habían cometido faltas
externas fueran declarados «Gente de la tierra>>, man-
chados, gentecita de segunda clase en la religión. Pero
]esús nolcepto esta clasificación,
y declaró que la re-
23r
 V

conciliación que Dios ofrecía era para todos y no paru í

un grupito de privilegiados solamente.
t

¡
t
¡

Los fariseos prohibían ir a comer con un pecador pú-

blico, y estaban escandalizados hasta la médula por el
modo tan familiar como ]esús trataba a esa gente man-
chada. Jesús sabía que en el ambiente cordial de una co-
mida se pueden tratar muchos asuntos que fuera de allí
la gente no permitiría que se les trataran. Y cada comi-
da que aceptaba era como una verdadera hora de pesca
en la cual lanzaba el anzuelo salvador a muchos peca-
dores y los reconciliaba otra vez con Dios. Y esta «con-
fiancita» con los pecadores chocaba profundamente en
los fariseos los cuales ya no oían repetir su antiguo le-
ma: «Hay victoria en el cielo cuando Dios destruye a
un pecadorrr, sino que ahora lo escuchaban reemplaza- Mientras cuidaba los cerdos Y dijo: volveré a mi padre
do por otro totalmente contrario: , .. " ", 'j iu . , , .i ,..:. reconoció el error que lrabía y le pediré perdón.
cometido.
'' ;.;)¡r,'lt:' ,-'..:,,," í.j,.' .:i-i ,,',.r:.'.,:;.,,it' ,.,, .' :. ;..:i,. ilU...;,iL'¿,,1:(.::!.'!:: .:) ,

, rl,li* ,.ii,r ;,r .t ir .r.r, t' <<I-Jn hOmbfe tenía dOS

i'ilrLi.l i :i:-
hiios. El menor de ellos dijo a su padre: -Padre, da-
me la parte que me toca de la fortuna-. Y el padre les
repartió los bienes>>.
Dicen que la parábola del Hijo Pródigo, o del Padre
Bondadoso, como se la llama ahora, es ' :: ,io
"l,r:;¡, -i,¡l '., r,';ii I

Probablemente la mamá había muerto. La ley de

Moisés mandaba que al hijo mayor le correspondían
dos terceras partes de la herencia, y al menor una ter- Su padre lo esperaba El hijo pidió perdón y el padre lo
cera parte (Deuteronomio 21,17). cariñosamente aguardando ' perdonó gustosamente.
que'volviera.

I
t;

l.
lL
 El personaje más importante y verdaderamente
amable de esta parábola es el padre. Respetuoso de Ia
libertad del hijo, aunque advirtiéndole urra y muchas
veces acerca de los peligros del mun do, y de lo traicio-
nera que es la gente cuando se trata de despojar del
dinero a los demás; vendió casas, fincas, gunaáos y ne,
gocios y le entregó todo lo que le correspondía. Réspe-
taba la autonomía de su hijo. Nadie que respete tanto
la libertad de sus hijos como nuestro Dios. ños avis4
nos llama hacia El, nos hace ver los peligros que corre-
mos si nos alejamos de su amistad, pero deja siempre
intacta nuestra libertad. si nos salvamos será po.que
habremos optado por la salvación. A nadie ,u á il"rru,
a las malas a su Reino Eterno. El que no quiera vivir en
lapaz de la amistad con el Padre Celestiál, irá acuidar
cerdos con Satanás en las angustias de un alma piso-
teada por los vicios y pecados.
Ya sabemos que el Padre es Dios y el pródigo el pe-
cador.
EI hijo empieza a sentirse aburrido de tener que lle-
var una vida ordenada. Tiene que llegar a casa antes de
medianoche. Se le prohíbe emborracharse. No puede
hablar porquerías ni hacer maldades, ni llevar a casa
malas amistades, porque su padre, para su biery no lo
acepta. Y eso le choca. Confunde libertad con libertina-
je. Quiere irse lejos donde pueda hacer y decir todo lo
que se le antoje. se imagina que esto lo va a hacer feriz.
No mucho después el hijo menor juntando todo
lo suyo, partió a un país lejano y allí derrochó todo
234
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
lo suyo, viviendo perdidamente. AI papá se le partía
el alma al verlo partir. Todos los consejos fueron inúti-
les. Se marchó Jvivir su vida, a experirnental, a hacer
lo que Ie diera la gana.
Si 1o ponen luego a cuidar cerdos es señal de que ha
pasado a otra nacióru porque en su país,Israel, nadie
criaba ni cuidaba esos animales.
Se había llevado todo, todo 1o que le correspon-
día en herencia y lo derrocha rápidamente, con Ia
despreocupación de un marinero borracho. El papá le
había repetido: «No se te olvide, que los falsos amigos
lo que aman es tu cartera, no a ti>>. Pero é1no }rrizo caso
a esta advertencia. Él pagabalos músicos en los bailes
y el trago. É1 costeaba los coches en los paseos y el al-
muerzo en los restaurantes. É1 pagabala entrada a los
teatros y al estadio. Cada mujer fácil Ie arrancaba can-
tidades impresionantes de dinero porque además de
ser impuras son tremendamente ladronas. Y... «don-
de se saca y no se echa, pronto se acaba la cosecha».
Y un día fue apagar el hotel y ya no tuvo con qué. Y
tuvo que irse a una prendería o compraventa de ropas
y vender su vestido lujoso y cambiarlo por otro feo y
viejo y/ con el dinero que le encimaron/ comer esos tres
días. Pero el cuarto díayase había acabado todo. Todo,
hasta los amigotes y las amigazas, esa pandilla de san-
guijuelas que acuden como moscas hambrientas don-
de quiera que cualquier imprudente como é1,. exponga
los almíbares de su cartera repleta. Y ahora esa nube
23s

de zánganos se van a buscar otro tonto, porque este ha
quedado exhausto. Ya no les interesa. Qué retrato tan
vivo del estado en el cual quedamos cuando malgasta-
mos los tesoros de nuestra alma viviendo en pecado y
derrochando en maldades lo que deberíamos ahorrar
para conseguirnos después Ia gloria del cielo.
lln r.ln país leiano: quizá fue Irak, allá donde sus
antepasados fueron tratados salvajemente como escla-
vos en Babilonia y en Nínive. Quizáfue a Irán o Persia,
donde una vez eI primer ministro Aman quiso exter-
minar por la muerte a todos los israelitas. A un país
extraño y lejano, como desterrados, llegamos cuando
nos alejamos de Dios. Nos alejamos del hogar del pa-
dre donde somos amados y estimados, y nos vamos aI
reino de Satanás donde sólo podemos esperar despre-
cios, humillación y olvido. iQue triste es la situación
del alma cuando peca!
Y ahora se siguen acumulando detalles cada vez
más desagradables y sombríos:
Cuando 1o haXría gastado toclo, vino por aquella
tierra un hambre terrible y empezó a pasar necesi-
dad. Fue entonces, y tanto le insistió a un habitante
de aquel país que 1o mandó a sus campos a guardar
cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago
con las algarrobas que comían los cerdos y nadie le
daba de comer.
El evangelio va dando cada vez pinceladas más y
más negras. Tiene que rogarle a un extranjero para
que Ie permita hacer el oficio más vil que habíapara
236
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
un Israelita: cuidar cerdos. un hijo de una familia ri-
ca como Ia de é1 ni siquiera le echaba comida a las ga-
llinas. ¿Pero cuidar cerdos? Esos animales cuya carne
la Biblia prohibía comer porque es fuente continua de
parásitoJintestinales... y en una cochera tan inmunda
y maloliente como eran las de esos tiempos, al aire li-
tr", .or, centenares de cerdos: entre barro y suciedad...
pero el evangelio añade otra pincelada más: siente
envidia de los cerdos y se sentiría contento con lograr
siquiera comer 1o que ellos tragan... sí... ahí estamos
loi pecadores, ¡entre 1os cerdos asquerosos de nues-
tras maldades! ¡Entre las inmundicias de pecados y vi-
cios! iQué destino tan triste el nuestro. Y qué desgracia
si no nos apresuramos a salir de esta pocilga infame!
Recapacitando entonces se dijo: Cuántos jornaleros
de mi padre tienen abundancia de PíIn, mientras yo
aquí me muero de hambre. Me pondré en camino a
dónde está mi padre y Ie diré: <<Padre: he pecado cott-
tra el cielo y iontrati>>; yano merezco llamarme hijo
tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros'
Danos Señor también a nosotros esta L:uz Para
reconocer que los que te permanecen fieles son mu-
dúsimo más felices que los pecadores, aunque tengan
menos cualidades e inferiores puestos en la sociedad.
Concédenos señor este valor para Ponernos en cami-
no y regresar hasta Ti. (N. Quesson)'
Ya la parábola nos ha puesto delante de los ojos
el estadomiserable en el que yace el pecador' Y aho-
231

b---
L
ra nos presenta gráficamente el retorno del pecador
a Dios. Piensa en su padre. Añora 1o que perdió y se
resuelve a volver al hogar paterno que en mala hora
abandonó. Aunque ya no sea admitido como hijo sino
como simple obrero. (Yudart).
Jesús está describiendo aquí la biografía de los que
se convierten. En la parábola esta trazando la descrip-
ción del alma penitente que entra dentro de sí misma
porque el pecado la ha exteriorizado demasiado, y se
propone regresar humildemente a la casa del padre, a
la amistad y buena relación con el buen Dios. (F. Sheen).
Una idea ha salvado a este joven: sabe que su padre
es bueno. Aquí aparece el personaje principal de esta
parábola, ei ser maravilloso, el Padre, Dios. Cuantos
pecadores cuando estábamos entre el charco asqueroso
de nuestros pecados, hemos sido salvados por una idea
luminosa: levantar los ojos del alma hacia el Dios amo-
roso que sabe de qué barro hemos sido hechos, y nos
comprend" y nos perdona y nos vuelve a Ia vida de la
gracia. Es Dios quien atrae al pecador. <<AIos hiciste
pflrfl Ti, y nuestro corazón está inquieto mientras
no logretnos llegar aTi»» (San Agustín).
Se puso en camino a donde estaba su padre. Cuan-
do todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmo-
vió. Y echando a correr se le echó al cuello y se puso
a besarlo.
238
L
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
más lo ama en el mundo: su padre bondadoso, eI cual
1o recibe sin preguntarle nada, sin reprocharle nada,
sin echarle en cara su mala conducta. Es el Dios que
describe el bellísimo salmo 102: .rQue no nos está
echando en cara nuestros pecados, y que así como
está distante el oriente del occidente, así aleja de noso-
tros nuestros pecadosr. Es el Dios que siente compa-
sión de sus hijos que se han alejado de Él y les insplra
arrepentimiento y los atrae hacia su amistad, que nos
mueve a penitencia y tiene siempre abiertos sus bra-
zos amorosos para recibirnos con el abrazo del per-
dón. ¡Da gusto tener como Padre a un Dios así!
Incansablemente leo y vuelvo a leer estas palabras.
Eres Tú, Jesús, euien ha narrado este relato. Eres Tú,
quien ha acumulado todos estos detalles de la vuel-
ta a casa del hijo pródigo. Ahora en Ia escena todo ha
cambiado. Todos los elementos sombríos de 1o anterior
estaban preparados para hacer resaltar Ia luminosidad,
la alegría y el movimiento que desencadena el retorno
del hijo perdido. Me imagino escuchar tu voz suave y
amable, oh ]esús, narrando esta maravillosa parábo-
la por primera vez. ¿De qué manera reaccionaron tus
oyentes? ¿Se animaron a volver al Padre Dios con el
arrepentimiento y a salirse del fango donde los tenían
esclavizados sus pecados? ¿Se acercaron a Ti para dar-
te gracias por estas noticias formidables? ¿Te confiaron
sus pecados, su arrepentimiento, su alegría de ser per-
donados? Señor: danos la gracia de volver a la casa del
239

Padre. Te pido este favor especialmente para mi para
aquellos pecadores que son más de mi familia o de las
personas de las cuales un día me tomarás cuenta. Para
aquellos pecadores que se van a morir primero, y pa-
ra los que estén en mayor peligro de condenación. Que
volvamos a la casa del Padre con el arrepentimiento y
el cambio radical de nuestra conducta. Amén.
Su hijo le dijo: -Padre: l're pecado contra el cielo y
contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Es un bello acto de contrición. EI profeta Danie1 de-
cía que el mejor sacrificio que podemos ofrecerle a
Dios es un corazón arrepentido (Dn. 3). En nuestra vi-
da debemos repetir con frecuencia los actos de contri-
ción. En la Biblia hay algunos bellísimos como por ej.,
el Salmo 50, quizás eI más hermoso acto de arrepenti-
miento que se ha escrito; o el Salmo 24, o Ia hermosa
oración que hizo que el publicano saliera justificado
del Templo: <<Mis ericordis Señor que soy un pecfl-
dot>», o este emocionado acto de arrepentimiento del
hijo pródigo: ,.Padre, he pecado contra eI cielo y con-
tra Ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo». Si frecuen-
temente hacemos actos de contrición como estos, se
cumplirá en nuestra vida 1o que anunció eI salmista:
<<Lf,tt corazón kumillailo y frruepefitido, nunca lo
rechazara el Señor»» (Salmo 50).
No pudo el hijo terminar la frase y decir: «trátame
como a uno de tus obreros», porque su padre no le
permitió llegar hasta allá. Dios no goza humillándo-
nos ni hundiéndonos más de lo necesario. Le basta
240
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO
C
nuestra buena voluntad de mejorar nuestro compor-
tamiento y olvida todo lo demás, sepultando nuestros
pecados en el mar de su misericordia.
Pero el padre dijo a sus criados: Sacad enseguida
el meior traje y vestídselo. Ponedle un anillo en la
mano y sandalias en los pies. Traed el ternero ceba-
do y matadlo. Celebremos un banquete, porque este
hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido
y lo hemos encontrado.
Es el Padre Dios que devuelve al hijo arrepentido el
traje de la gracia divina y manda colocarle el anillo de
la amistad con su Creador y colocarle las sandalias de
la fortaleza para que sea capaz de seguir caminando
por el camino de la santidad. (A1fonso Milagro).
El mejor traje significa que desde ahora entra otra
vez apertenecer a los principales personajes de esa fa-
milia. El anillo es señal de amistad especial entre él y
el jefe del hogar.El calzado es señal de que ya no es un
esclavo o simple obrero, los cuales andaban descalzos,
sino un hijo de familia los cuales vivían calzados. Con
razónesta parábola ha sido llamada la del «I'adre Bor"r-
dadoso». Et lo recibe sin recriminaciones. Lo trata co-
mo si nunca se hubiera ido, ni lo hubiera ofendido en
nada. El ternero cebado se tenía guardado para cuan-
do hubiera una fecha de gran alegría y comerlo con to-
dos los vecinos, familiares y amigos. El banquete es en
oriente el modo de celebrar los más alegres áconteci-
mientos de la vida. Allí se reúnen todos los que se ale-
241

grar. con los que han recibido una bella noticia y todos
los que quieren reír con los que ríen por un alegre acon-
tecimiento, y los que desean cantar con los que cantan
la alegría de un suceso que los ha llenado de regocijo.
La Biblia invita a <<servir al Señor con alegría» (Salmo
99). Nuestro Dios es un Dios alegre, y nada le produce
tan contagiosa alegría como el retorno hacia su gracia y
amistad de un hijo pródigo que se le había extraviado
por los caminos fangosos del pecado (Barklay).
San Lucas, agradabilísimo escrito4, acumula deta-
lles en esta parábola: El padre es el primero que ve al
hijo. Es el que se anticipa a abrazarlo y besarlo. (El be-
so en la mejilla es en oriente una señal de gran amis-
tad y aprecio). No ve mas que una realidad: su hijo
estaba ya como muerto para é1, y ahora se halla vivo
entre sus brazos. Estaba perdido y aquí 1o tienen en-
contrado, como quien ha perdido una moneda de oro
o una joya preciosa entre un basurero o entre el remo-
lino de la creciente de un río cenagoso, y lograrecupe-
rarla otra vez. Esto es 1o que al padre le interesa: lo que
lo alegra y emociona. Lo anterior no 1o quiere recor-
dar. Cualquier recuerdo triste hay que borrarlo con eI
clamor de una fiesta bulliciosa... Así actítaDios. Ama
y sabe perdonar y olvidar. No regaña continuamen-
te, ni vive humillando ni echando en cara. Intenta fa-
cilitar la vuelta de los pecadores hacia El en vez de
volverla más dura y humillante. Cuántos 1o han expe-
rimentado gozosos en un Cursillo de cristiandad en
una confesión bien hecha, en un sermóry en unos Re-
tiros, en una charla larga y profunda con un sacerdo-
242
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
te. ¡Trataré de recordar alguno de esos momentos de
mi vida! Qué bonito poder darle una gran alegría a
Dios convirtiéndonos de nuestra mala vida del peca-
do y empezando una vida nueva y aceptando el grito
de San Pablo en Ia segunda lectura de hoy: ¡Os supli-
co: dejaos reconciliar con Dios!
Nosotros podemos hacer sonreír de alegría a Dios.
Me imagino a Nuestro Señor paseando por nuestras ca-
sas y abrazando y besando en la mejilla a todos los que
vuelven a El por medio de su contrición y de sus bue-
nos propósitos. Me lo imagino colocando el anillo de su
amistad y el traje de Ia gracia divina a tantos y tantas que
confiesan humildemente sus pecados y trazan un plan
de conversión y de cambio para el futuro. É1 sabe muy
bien cuan débiles e inconstantes somos y qué poca resis-
tencia y aguante poseemos en la lucha contra el maf pe-
ro a quien tiene la delicadeza de una pobre bombilla
eléctrica no le va a exigir la fortaleza de un sólido mar-
tillo. Sin embat9o,y a pesar de nuestras flaquezas, lo Que
le alegra es nuestro deseo de no alejarnos nunca más de
su casa patern4 ni perder ya jamás su santísima amistad.
Cuando el hiio rnayor volvió del carnpo y oyó la
música se indignó.
Es laimagen de los que desean más el castigo del pe-
cador que su conversió. y salvación. En cambio Dios
no desea la muerte del pecador sino que se convierta
y viva. ¿Cuál es mi actitud ante los alejados'de Dios,
ante los enemigos de la religión, ante los pecadores y
243
escandalosos? Desear y pedir su conversión y salva-
ción y ofrecer continuas oraciones y frecuentes sacrifi-
cios por su conversióry co o lo ha venido pidiendo la
Santísima Virgen en sus apariciones de Lourdes y de
Fátima, o más bien un desentenderme de su destino fi-
nal y no pensar sino en mí y en mis asuntos. ¿Seré frío
e indiferente como este hermano mayor ante el peli-
gro que corren los que se alejaron de la casa paterna YO SOY TA RESURR,ECCI(ÍN Y LA VIDA
de Dios, o viviré pendiente y emocion do y deseoso
de su conversión como el padre de la parábola? Se-
ñor: ensancha nuestro corazón y no lo dejes vivir en-
cerrado entre las mezquindades de sus egoísmos. Que
podamos decir con San Pablo: «.;l¿-)ri.uieir c'orrrj pt+üir,r-rt'o,
; ¡ :- :1' \2fl, i-ll, i; [k] ;¡i¿il,'rc?» (2 CO 11).

rjri dit;o: ,.deberías alegrarte porque este

:r';;,,,-lr ,:"r: l.:ti
hermano tuyo estaba muerto y ha revivido. Estaba
perdido y lo hemos encontrado».
El hermano mayor ha señalado al hijo pródigo con
esta frase despeCtiva: <<e¡;,1: llli¡u üIi\r;lr riitjríi ;r,. I.r¿',i cU;irri-
. 1, :,, ;, ,: rLÍ,.rii:li cülii ¡li¡;i,Ial-l iiiúiieiL'{:}s), Y el PaPále respon-
de recordándole que ese por el cual demuestra tanto
desprecio es un hermano. Es algo que no puede olvidar.
Apesar de todo, es su hermano, y como tal debe amarlo.
Todo pecador es mi hermano y debo amarlo en Cristo.
[.]íri:!eríeis ale6rarte: ¡Curioso final de la parábola!
Es una invitación a reflexionar. Huy que sentir profun-
da alegría por Ia conversión de los pecadores, y hacer
algún esfuerzo por dar a Dios y a nuestros hermanos
esta alegría de que nosotros y otros pecadores volva-
mos a la casa del Padre por medio de la conversión.
244
 OUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A

Esta escena es como un aviso y una esperanza para

nuestras situaciones desesperadas, pata nuestras inca-
pacidades que tienden a desanimarnos, para cuando eI
horizonte de nuestras esperanzas se cierra y parece que
ORACIÓN: Señor Dio ya no brillará para nosotros la lsz de los éxitos y del
cia de vivir con diligenci triunfo; para cuando nos enfrentemos a problemas que
Hijo tiene por nosotros, q parecen no tener salida ni solución. Para esas horas de
muerte por la salvación oscuridad de sepulcro y de tristeza de cementerio, hay
ñor ]esucristo... una voz de Dios que nos repite: «Os infundiré mi es-
PRIMERA LECTURA: Del profeta Ezequiel,
píritu y aioiréis, y sabréis que yo la digo y lo hago»».
87,
12-1,4. Esta visión tiene también una proyección escatalógi-
ca: o sea nos habla de 1o que nos espera para el futuro
Esto dice el señor: «yo mismo abriré vuestros
se- eterno: un día eI Dios Topoderoso nos hará resucitar
de nuestros sepulcros, nos infundirá su espíritu eter-
no, y viviremos y nos colocará en la Tierra Prometida,
en el Paraíso Celestial donde viviremos para siempre.
infundiré mi espíritu y viviréis. os corocaré en vues- Habrá una resurrección definitiva cuando Dios
tra tierra, y sabréis que yo, eI Seño{, lo digo y lo nos saque de nuestros sepulcros y nos lleve, a los que
ha-
go. Oráculo del Señor>>. somos su Pueblo, a\a Patria Eterna. Pero antes habrá
muchas resurrecciones parciales en nuestra vida: ca-
Esta visión sucede cinco siglos antes de Cristo.
El davez que el Señor nos concede el perdón por un pe-
pueblo de Israel está desanimado en su destierro a
cado, o el vencer una mala costumbre o un vicio, o
y entonces Djos presenta una visión al pro_
P^1!rl*r",
feta Ezequiel para expricarie como aunque su
dominar un defecto, o abandonar una mala amistad
puebro o una ocasión de pecado, o superar una situación de
sea algo tan sin vida ni energías como un montón
de desánimo, de tristeza o de desesperarva y recuperar
huesos, sin embargo er podei de Dios re ilevará
a ser la alegría y Ia sensación de que hemos nacido para el
otra vez un pueblo ileno de vida y a ocupar de nuevo
la Tierra Prometida.
r L triunfo y no para el fracaso. Cada vez que lggramos
dar un buen paso hacia nuestra santificacióry hemos
246
247
obtenido una resurrección en nuestra vida, y hemos
pasado de ser un esqueleto sin vida, a ser un viviente
que corre hacia la Patria Celestial.
Recordemos: t[lios 1¡ue ctis: .], úilru.ielrc ¡Es1i::{riil:irri ¡¡ su
, ' i.'.')i'ii Aunque las gentes de nuestro tiempo estén
muertas por los vicios, las malas costumbres,la indife-
rencia, el secularismo, la impiedad, las drogas, y de-
más epidemias que los llevan a la muerte espiritual,
sin embargo eL S,eiiorr pri.rerte lhrnee¡:lies resucrtar' lpor
r,'il,,i i,lr de pl'oteilars y evangelizadores que les vengan a
traer la Palabra de Dios y a comunicarles el poder in-
menso que se obtiene cuando se tiene fe en el poder y
en la Bondad de Nuestro Dios.
envíanos muchos profetas que vengan a
Se.:iír¡rr:
resucitar a tu Pueblo por medio de tu Palabra que co-
mo a Lázaro en Betania, saca con vida nuestras almas
del sepulcro en la cual las tenían sepultadas nuestros
pecados.
SALMO 129: DescXe tro, lhondo a ti grito Señor.
Este es el famoso salmo
"De profundis» que Ia Igle-
sia ha empleado siempre para orar por los que han
muerto corporal o espiritualmente. Es la oración de
quien se siente muy pecador pero no se siente aban-
donado. Confiando en la Divina Misericordia implora
perdón para sí mismo y para los demás, reconociendo
que si Dios lleva cuenta estricta de nuestros pecados
estamos perdidosr pero recordando que en Dios hay
más bondad que severidad.

248

SEGUNDA LECTURA: de San Pablo a los Roma-
nos 8,8-L1..
Éfermanos: los que están en la carne no pueden
agradar a Dios, pero vosotros no estáis en la carne,
sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habi-
ta en vosotros.
San Pablo hace una importante diferencia entre dos
clases de vida que puede llevar una persona: la vida
de la carne y la vida del espíritu.
La vida según la carne es Ia que está dominada
por Ia naturaleza humana pecaminosa. Su centro es
el egoísmo. Es una vida absorbida por las cosas que
atraen a los sentidos y a las pasiones. Es una vida cu-
ya única ley son los propios inmoderados deseos. La
vida de quien hace lo que quiere, piensa 1o que quie-
re, habla 1o que quiere sin darle Ia debida importan-
cia a Dios y a sus mandatos. En unos su modo de vivir
según la carne estará dominado por la lujuria y Ia im-
pureza. En otros por el orgullo y la ambición. En unos
más, por la avaricia y el deseo insaciable de poseer y
de tener. La característica de la vida según la carne es
que Ia persona pone todo su corazón en 1o que piden
sus pasiones y no en 1o que aconseja Dios.
La vida según el espíritu es la que está dominada
y dirigida por el Espíritu Santo de Dios. <<Mi aioir es
Cristo»», repite el creyente con el Apóstol. No se guía
por lo que pide su egoísmo ni por las exigencias de sus
pasiones sino por lo que Dios manda y aconseja en su
2s0
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
Divina Pa1abra. Todo su corazón está puesto en tratar
de agradar al Señor y en evitar todo lo que desagrade
a Dios. La vida según el espíritu es algo sumamente
alabado por San Pablo en sus epístolas.
Nosotros tenemos que escoger entre estas dos vi-
das que marchan en sentido diametralmente opues-
to. Si escogemos la vida dominada por los deseos
pecaminosos de la naturaleza humana herida por eI
pecado originaf ya entonces no tenemos futuro pro-
metedor sino muerte eterna. Nos iremos apartando
cada vez más y más de Dios. Permitiremos que los de-
seos de las cosas del mundo dominen completamente
nuestra vida, y nos iremos extinguiendo en una espe-
cie de suicidio espiritual. Es Ia destrucción de la vida
del alma. Viviendo así nos hacemos totalmente inep-
tos para presentarnos ante el Señor en la gloria celes-
tial. Nos volvemos enemigos de Dios, y ya sabemos
que nadie que luchó contra Dios salió vencedor. Ir
contra Dios es perder todas las veces.
Pero si escogemos vivir una vida dominada por el
Espíritu de Dios, enfocamos todo nuestro ser hacia la
eternidad feliz. Cada día nos vamos acercando más y
más al cielo y asemejándonos más a Cristo. Esta es una
vida de tales progresos hacia Dios, que la muerte no
viene a ser sino un paso rr.ás, para quedar eternamen-
te junto a Ét. Podrán decir de nosotros lo que un ni-
ño decía de Enoc el Patriarca que según la Biblia fue
llevado en cuerpo y alma al cielo: <<Era un amigo que
251
 \.¡¡-

caminaba y caminaba hacia Dios y un día ya no vol-

vió>r. Nuestra muerte será un paso clel suelo al cielo.

el que resucitó de entre

CICLO A
Ios muertos a Cristo les ús, vivif icará también vues-
tros cuerpos mortales, con el Erpíritu que habita en
vosotros.
Hoy las tres lecturas de la misma hablan de resurrec-
ción, de volver a la vida los que estaban muertos, ya
sea material, ya sea espiritualmente.
San Pablo quiere recordarnos que aquel que vive
guiado por el Espíritu Santo, muere solo para resuci-
tar, y que así como Cristo después de moriq, venció a Ia
rnuerte resucitando, así también el que se esfuerza por
seguir fielmente a Cristo, participará cle esa misma vic-
toria resucitando para la vida eterna. Que el que se deja
guiar por Cristo, viaja por el camino de la vida que ja-
rnás se acaba, y que su muerte solo es un túnel pasajero,
que desembocará en el resucitar para la Vida Celestial.

2s2
!-

UN OASIS DE PAZ: Una de las alegrías más va_
liosas es contar con una casa, con un hJgar donde se
pueda ir en cualquier momento y encontiar descansq
comprensiín paz y amor. Esto tenía doble importan_
cia para ]esús, pues Él carecía de casa propia. ño terua
donde recostar la cabeza (Lucas 9, sgi. yeiris tenía ese
puerto, ese oasis de paz en Betania. Allí había tres per-
sonas que lo amaban como a un padre, o a un hermano
queridísimo. El nombre de <<Beiania»» es amable para
todos los amigos de ]esús, porque nos recuerda ét ,i-
tio donde El encontraba deséanso y cariño después de
las tensiones y oposiciones de su agitado apostolado.
Huy un don maravilloso que podemos ofrecer a
los demás: el de la comprensióru-de admiracióry de
paz y amable aprecio. Qué hermoso es contar con al-
guien a quien podemos recurrir en cualquier momen_
to seguros de que no se burlará de nuestros proyectos
o pesares. Qué agradable contar con un sitio dónde
se
pueda descansar de las tensiones de la vida. En todos
nosotros está: la posibilidad de convertir nuestro
ho-
gar en un <<BetaniA»», donde los Cristos, nuestros
pró_
jimos, encuentren comprensión, alegría,
estimación y
paz.Y no es necesario ser ricos, solo-basta tener
un co-
razón comprensivo.
254
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
En la tumba de un gran benefactor escribieron sus
amigos este hermoso elogio: <<Para los pies fatigados
tuvo siempre listo un descanso en su hogar». Esto fue
1o que hicieron siempre Lázaro, Marta y María con Je-
sús: Proporcionarle un descanso parasus pies fatigados.
fÁZenO: es un nombre muy significativo en el
idioma de Israel: significa «Dios es mi Auxilio». Es 1o
mismo que Eleazar y Eliécer.
AQUEL QUE AMAS ESTÁ ENFERMO: Es hermo-
so notar que el mensaje que las hermanas del moribun-
do enviaron a ]esús, no le pedía que fuera a Betania.
Sabiduría que no era necesario pedírselo. Estaban se-
guras de que la mera información de que estaban ne-
cesitando su presencia 1o haría ponerse en camino
para auxiliarlas. San Agustín dice: «Ellas se contenta-
ron con informarle de la enfermedad de Lázaro, por-
que conocían muy bien que era imposible que jesús
abandonara a un amigo en peligro». En la ú1tima gue-
rra dos amigos luchaban cerca y uno de ellos cayó
gravemente herido. El otro arrastrándose, y con gra-
ves peligros llegó hasta él,para auxiliarlo, el herido lo
miró y le dijo: «Sabía que vendrías>>. El mero hecho de
que un amigo de ]esús esté en grave necesidad ya ha-
ce que É1 corra aprisa a colocarse junto a él para auxi-
liarlo. Sabemos que vendrá y no fallará.
ESTA ENFERMEDAD ES PARA GLORIA DE
DIOS: ]esús conocía que, fuera cual fuera la énferme-
dad y su grado de gravedad, Él tenía poder suficiente
2s5

para curarla: Pero sabía también que de resucitar a un
muerto se había de producir más gloria para Dios que
de curar simplemente a un enfermo. Por eso demoro
un poco su partida. I'AltA Q{"lE EL x-{i.jj(l X-,tE DXüS
SE¿'" [JX_,üil-(iiFlq]z:uU¡ü: Jesús recordaba que su máxima
glorificación iba a ser su muerte en la ctluz,. «Ha llega-
do la hora en que el Hijo del hombre sea glorificado»
(]uan 12,33) repetía cuando se acercaba su última es-
tadía en Jerusalén. Y ahora veía muy bien que el he-
cho de ir a Betania y resucitar alázarc apresuraría su
condena a muerte, y por tanto su glorificación. ]esús
acepta la cruz que se le acerca, con tal de resucitar a su
amigo. IPara jesúrs no había sincp uu-r can-rino para {1e-
gar a Ia gloria: el que pasa por la cruz. Y por este cami-
no tendremos que pasar los que lo seguimos.
¿vAMOS OTR.A VEZ A JERIIJSAT,ÉI{? SI ALLÁ
QUXEREN MATARTE. Cuando ]esús anunció que
iría a ]erusaléry sus discípulos se asustaron y sintie-
ron espanto. Recordaban que la última vez que habían
estado alli los judíos habían intentado varias veces
matar a Jesús. Así que ese nuevo viaje les parecía un
suicidio, humanamente hablando.
]esris tres clijo una verct¡icl enol'n-re: EI día tiene do-
ce horas, y no puede tener menos. . . nadie podrá alar-
garlo ni acortarlo. O sea: el tiempo de una persona está
fijado por Diosr 1z no terminará antes de que Dios lo de-
see. En los planes de Dios, cadapersona tiene su tiem-
po fijado, y no habrá quien le pueda cambiar los planes
a Dios. Pero si nadie acortará la vida que Dios le ha
2s6
OUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
señalado a cada uno, tampoco nadie la podrá alargar,
por eso hay que aprovechar el tiempo y no perderlo ja-
más. Huy tiempo suficiente pero no 1o hay de sobra.
Huy que emplearlo bien. EI tiempo que tenemos hay
que usarlo hasta eI máximo. El día tiene doce horas,
pero solo doce horas. No hay necesidad de apresurar-
se o afanarse, pero tampoco se puede desperdiciar el
tiempo. Huy tiempo suficiente para hacer 1o que Dios
manda, pero nunca puede haber tiempo pataperder.
SI ALGUIEN CAMINA DE DÍA NO TROPIEZA:
PERO SI TRATA DE CAMINAR DE NOCHE, TRO-
PIEZA Y NO PUEDE AVANZAR... Jesús hablaba a
gente que no tenía luz en sus calles por las noches,
hablaba a campesinos que conocían muy bien lo peli-
groso que es andar en noches oscuras por los caminos
llenos de tropiezos. Cuando se apagaba laluz del sol
cada uno suspendía su viaje, porque sabía que era in-
útil querer avanzar en la oscuridad. Jesús insiste en
que para avanzat se necesitalaluz.
¿Y quién puede escuchar la frase <<Luz del mun-
do», sin pensar en ]esús? San ]uan usa siempre la pa-
labra <<oscuridad, y noche, para describir una vida
sin Cristo, una vida dominada por el mal. En su dra-
rnático relato de la U1tima Cena que celebraron jun-
tos, ]uan describe cómo salió ]udas a vender a ]esús, y
añade ((era de noche" (|uan L3, 30). La noche es el mo-
mento cuando el hombre se aleja de Cristo y.cuando
el mal se apodera de é1.
257

Todo eI evangelio se basa en el amor de Dios. Sin
embargo, nos guste o no, el evangelio también contie-
ne una amenaza. El hombre solo cuenta con un tiem-
po limitado para hacer las paces con Dios, mediante
Cristo: <<cuando aun es de dia>>, si no lo hace sobreven-
drá el juicio. Huy un peligro: malgastar eI tiempo en
extravagancias inútiles, aunque sean agradables, y no
ocuparse en las cosas fundamentales, y encontrarse al
final de1 día de la vida sin tiempoyaparahacer las pa-
ces con Dios. Por eso Jesús nos dice aquí en este pasaje:
«Apúrate a terminar eI mayor de tus trabajos: de-
dícate pronto a hacer las paces con Dios mientras tie-
nes la luz del mundo, porque también patati llegará el
tiempo en que laluz deje de existi4, las tinieblas llega-
rány ya no habrá tiempo, y será demasiado tarde».
Ningún otro evangelio está tan seguro como eI de
San |uan de que Dios amó tanto al mundo. Pero tam-
poco hay otro evangelio que esté tan seguro de que
se puede rechazar, perder o pasar por alto eI amor de
Dios. El Evangelio lo expresa en dos frases: Ia gloria
de dedicarse a tiempo a obrar la propia salvaciór¡ y
la tragedia de aguardar para demasiado tarde, a dedi-
carse a ello.
fÁZAnO DUERME: ]esús acostumbraba hablar de
manera que a primera voz no Ie comprendían total-
mente 1o que quería decir. Así a Nicodemo le dijo que
tenía que volver a nacer, y éste no le entendió a la pri-
mera vez. Ala Samaritana le prometió que Et iUa a dar
un agua que quitaría la sed para siempre, y ella tam-
2s8
OUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
poco comprendió inmediatamente de qué se trataba.
Así aqui les dice a los discípulos que Lázaro duerme.
Ellos entienden que se trata de1 sueño natural y reci-
ben esto como una buena noticia Porque no hay reme-
dio mejor que el sueño. Pero ]esús daba al <<Sueño»
un significado más profundo. Cuando murió Ia hija de
Jairo, ]esús dijo «está dormida» (Mateo 9,24). Cuan-
do San Esteban fue asesinado, los Hechos dicen «Que-
dó dormido, (Hechos 7, 60). San Pablo habla de los
muertos que durmieron en ]esús (L Tesalonicenses 4).
Los apóstoles no entendieron lo que ]esús les quería
decir y entonces tuvo que decirles claramente: Láza-
ro ha muerto.
Y ME ALEGRO DE NO HABER ESTADO ALLÍ:
PARA QUE CREÁIS. La prueba final del cristianismo
es Ia visión de 1o que puede hacer Jesucristo. Las pala-
bras pueden no convencer, pero no hay forma de refu-
tar a Dios cuando actúa. Podrá una Persona dudar de
si 1o que dice el evangelio es verdad o no. Pero cuando
ve que el evangelio convierte a un cobarde en un héroe,
al que dudaba, en un hombre seguro en su fe, al que
era egoísta en alguien que se dedica a ayudar a todos,
entonces ya no es capaz de no creer en el evangelio.
Por eso los misioneros, antes que predicar a la gente las
doctrinas de Jesús, se dedican a demostrarles cómo es
la caridad y la generosidad de alguien que sí cree en Je-
sús. Están seguros de que muy pronto los paganos ven-
drán a decirles: «Habladnos de esa religión que tantas
maravillas lleva a hacer en favor de los demás».
2s9
 H"y una realidad irrefutable, confirmada por
historia, que lleva al más descreído a aceptu.
gelio: el poder de Cristo convierte al hombre "f"ra.r-
malo
en hombre bueno. Esto es lo que hace que er cristiano
individual tenga una responsabilidad ?an tremenda.
El plan de Dios es que cada uno de nosotros seamos
una prueba viviente de su poder. Nuestra tarea no es
solamente recomendar a Cristo a los demás con pala-
bras; contra éstas siempre se puede discutir. Lo que
tenemos que hacer primeramente es demostrar con
nuestra vida lo que Cristo puede hacer en favor de
un pecador que quiere convertirse.
gran pensador decía: «Las crisis no nos gustan.
Las crisis son amargas. Pero tienen una ventaja: nos pro-
porcionan una maravillosa oportunidad para demostrar
los poderes que hay ocultos en nuestra personaridadr.
Para Cristo la muerte deLázaro fue una crisis, pero se
alegró porque le daba la oportunidad de demostrar de
la forma más apabullante lo que Dios puede hacer en fa-
vor de los que lo aman. Cada crisis significa para no-
sotros una oportunidad para demostrar de cuánto es
capaz quien tiene a su favor el omnipotente amor de
un Dios que es Padre y es Misericordia.
VAYAMOS TAMBIÉN NOSOTROS Y MURA-
MOS JUNTO CON Ét. ps la exclamación de Tomás
el Mellizo. un sicólogo dijo que en esta frase de To-
más <<no había una fe esperanzada sino una d.esespe-
ración lealr. Todos estaban convencidos de que ii a
]erusalén en estas circunstancias era Io mismo que di-
260
la QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
rigirse hacia la muerte, y no se mostraban muy dis-
puestos ya que a nadie le agrada irse por un camino
que le lleva a su exterminio. Pero Tomás estaba segu-
ro de una cosa: sucediera lo que sucediera, lo mejor
de todo era no abandonar a Jesús. En la última gue-
rra un militar tenía por oficio subir en un globo para
ir a observar si los disparos de su regimiento hacían
blanco en eI enemigo. Era Ia misión más arriesgada
pues el globo era un blanco fácil para el enemigo y
no había posibilidad de esconderse. Cada vez que el
militar subía al globo lo hacía enfermo de nervios pe-
ro no estaba dispuesto a abandonar esa misiór; pues
su deber de patriota se lo exigía. Esta es la manifesta-
ción suprema del coraje. El coraje no significa no te-
ner miedo. Si no experimentamos miedo resulta muy
fácil hacer cualquier cosa. El verdadero coraje signi-
fica ser plenamente consciente de que puede suceder
1o peo¡, sentirse enfermo de miedo por ello, y sin em-
bargo hacer eso que tengamos que hacer. Eso fue lo
que hizo Tomás. Nadie debe sentirse avergonzado por
tener miedo. Pero sí debe sentirse avergonzado si su
miedo le impide hacer lo que en el fondo de su cora-
zón sabe que debe hacer.
SI HUBIERAS ESTADO AQUÍ, MI HERMANO
NO HABnÍe MUERTO: Cuando Marta se encontró
con el Señot, fue su corazón el que habló a través de
sus labios. Este es uno de los discursos más humanos
de toda la Biblia. Marta habla con cierto repróche que
26r
no puede controla{, pero también con fe. «Si hubieras
estado aquí».. . Lo que hubiera querido decir es: «¿por
qué no viniste de inmediato cuando recibiste nuestro
mensaje?r... Pero apenas ha dicho las palabras de su
reproche humano, aparecen las palabrás de su fe: ,,A
pesar de todo esto, sé que Dios te dará lo que le pi-
dasr. Marta tenía fe, una gran fe.
sÉ qun RESUCITARÁ EN LA RESURRECCIÓN
DEL ULTIMO DÍA: esta es una afirmación extraordi-
naria. En un mundo en el que todavía Ia luz de la
Resurrección que Cristo venía a traer estaba rodeada
por las inmensas tinieblas de las creencias antiguas de
que en el reino de la muerte nadie vería a Dios... Mar-
ta s muy parecidas a las que
ha e mi Redentor oioe, y en
el de la tierra»> (Iob 19). En
aquel tiempo había dos grupos de israelitas: los sadu-
ceos, ricos y materialistas, que no creían en espÍritus ni
en resurrección, y los fariseos y el pueblo sencillo que
tenían un pleno convencimiento de que una resurrec-
ción gloriosa nos espera para después de la muerte.
A este grupo, pertenecían Marta y María, y debemos
pertenecer todos nosotros, si queremos vivir en espe-
raflza y no en desesperación.
YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA: LOS
QUE CREEN EN MÍ NO MORIRÁN PARA SIEMPRE.
zQué quiso significar ]esús con esta solemne declara-
ción? Ni siquiera si dedicáramos toda la vida a pensar
en estas palabras, podríamos agotar su significuáo.
262
h-
SUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
Huy un significado espiritual para estas palabras:
no morirá con la muerte del pecado. Quizá ]esús es-
taba pensando en la muerte del pecado que es la más
peligrosa y fatal. <<Yo puedo resucitar lo que es-
té muerto por el pecado»», nos quiere repetir. Ha-
ce poco en una cárcel famosa había un criminal que
era una verdadera fiera. Era el terror hasta de los mis-
mos guardias. Un día unas Hermanas pasaron repar-
tiendo buenos libros. A este criminal le obsequiaron eI
Evangelio de San Lucas. Y empezó a leerlo. Al prin-
cipio de mala gana y como por no estar todo el día
sin hacer nada. Pero luego se fue emocionando. Nun-
ca había imaginado que se pudiera escribir una narra-
ción tan agradable y tan humana como el Evangelio
de San Lucas (la obra maestra de Ia literatura univer-
sal en cuanto a compasión y comprensión con los pe-
cadores). Y cuando llegó al relato de la crucifixióru se
encontró con aquellas palabras <<Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacefl»t y Iuógo aquellas
otras que ]esús dijo al ladrón. «Hoy estarás conmigo
en el ParaÍso». «Me sentÍ -dice él mismo- emocionado
hasta las lágrimas. Sentía como si me hubieran intro-
ducido un inmenso puñal en eI corazóny me estuvie-
ran sacando de allí todas mis maldades. Yo creo que
era el Amor y la Compasión de Cristo, lo que llegaba
a mi corazón. Todo lo que sé es que en aquel momen-
to creí en Cristo, y desde aquella hora la dureza de
mi corazón quedó transformada». Sobra decir que los
compañeros y los guardias notaron luego el'enorme
cambio, y que tiempos después, el que antes era cus-
263
 todiado y vigilado con infinitas precauciones, SUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
recibÍa
anora permiso para salir cada máñana
y cada tarde a
trabajar en la ciudad y que el díaen muerte no es definitiva; al dejar la tierra de los muer-
qru'rutiá Hb.e poi
lebaja de condena a .á,*u de su buerusima conduct4 tos veré a Dios en la tierra de los vivos». Nosotros lla-
Ios guardias exclamaban: «Lástima mamos a esta tierra la
q"" ,u aya, por_ "región de los vivos», pero cási
que su presenci.a.I sus palabras entre los " estaría mejor llamarla «región de los muertos», porque
deáa, pr._
sos, hacían más bión qué mil sermonesr. cuando salimos de ella es cuando verdaderamente lle-
Es Cristo que
sigue librando a sus amigos de ra muerte gamos a Ia oregión de la vida». Jesús nos recuerda que
dei pecudo.
Pero no es necesario que nuest a resurrección nos dirigimos, no hacia el Ocaso sino hacia Ia Aurora.
sea Un Sabio dijo "La muerte es una puerta hacia el más
tan dramática como ra que acabamos de
narrar. Cuar- bello e inmenso Horizonte>>. Nosotros no vamos cami-
quiera de nosot.or p.r"ág dejarse mutar
pár egoÍs- no de la muerte, sino camino de Ia verdadera Vida.
mo hasta hacerse insensibre á ras necesidades "r de ros
demás' Podemos quedar muertos por ra Cuando uno piensa seriaménte en este clichoso por-
insensib,i-
gue norros permira aarte i-portur,cia a venir que le espera/ se siente resuelto a creer y aceptar
,111:lÍliqa
tos sentimientos de ros otros. Cualouier, áu
nosotros todo lo queJesús dicey exige, como algo absolutamente
puede-dejarse matar por ras pequeñas verdadero y bueno, y djugarse la vida por estas ense-
deshonestida-
des y deslealtades de ia vida y-q""a*
muertá respec- ñanzas, con una confianza total. Entonces desaparece el
to al honor y ara buena famá. Éoa"-or
i. p"raiendo temor a la muerte y se convierte en esperanza.Yano se-
rá dejar lo que mucho amamos en esta tierra, solamen-
: te, sino ir hacia Aque1 que nos ama infinitamente más
de lo que en el mundo nos pudieran amar.
tarnos de cuaresquiera au muertes. Basta leer la
"rtui
historia y encontraremos testimonios
de que ]esús ha
Cuando la vida se contempla desde este ángulo de
resucitado millones de estos muertos;
y tu la futura resurrección se convierte en algo tan her-
diaria nos demuestra que ra mano dá 'c.irtoiamas
"*p"riencia moso que ya no nos cuesta tanto el soportarla, y nos
perdido el poder de reJucitar. ha
parece que sí merece ser vivida. La esperanza en la re-
CRISTO PENSABA EN LA VIDA surrección nos empuja a aceptar el camino de ]esús
FUTURA. Ut vi_ como el camino de nuestra vida, a aceptar la forma de
no a traernos ra hermosa noticia
de que tu rn*rte no es vida de ]esús como Ia forma que debe tener Ia nuestra,
sino elprincipio de un ,,rurro ,u ivir.
:l Íi? del Rey
palabras Las últimas y convertir sus mandamientos en las leyes. que regi-
sin Eduardo fueron: ñ;irrréis, mi
rán nuestra existencia. Y más, si estamos convenci-
264
26s
 dos de que: Él está allí para ayudarnos a llevar la vida
que nos mandó llevar. La esperanzaen la resurrección
convierte Ia vida en algo completamente nuevo, con
una nueva belleza, una nueva fuerzay hermosura.
LA RESURRECCIóU PSÍqUICA: pero aún antes
de que nos resucite después de la muerte de nuestro
cuerpo, Jesús nos vive resucitando ya en nuéstra vida
psíquica. Cuand creemos en Er. óuando aceptamos
tgdo 1o que nos dice acerca de Dios y de la vida y cuan-
do estamos resueltos a jugarnos el tódo por el todo, por
él y su religión, nos recompensa resucitándonos psíqui-
camente: Librándonos del temor y la amargura que ca-
racterizan la vida sin Dios; nos libra de lifrustiación
propia de la vida dominada por el pecado; nos libra de
superficialidad aburridora y estéril de quien no tiene fe
ni altos ideales. iQué hermosa resurrección!
IESÚS SE ESTREMECIÓ Y SE CoNMoVIÓ. Nos
encontramos aquÍ con una de las escenas más hermo-
sas del evangelio. Jesús se comprometía tan profunda-
mente con el dolor y la pena de la gente, qüe bastaba
ver sufrir a los demás para llenarsefl tamtién de an-
gustia y emoción. Por eso el poeta dejó escrito:
«En cada pena que sufra el corazón El Varón de Do-
lores lo anda acompañandor.
Pero aquí hay otro dato interesante. Todo er cuarto
evangelio va dirigido a comprobar que
]esús es Dios,
como el Padre Celestial. y hé aquí qru prurenta a uno
que es Dios, estremeciéndose y corrrr,óviéndose. Es_
266
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
to era importantísimo para los lectores del evangelio,
que en su mayoría eran griegos, porque ellos habÍan
aprendido en sus antiguas religiones que la Divinidad
no se conmovía por nadar §[üe en Ia Divinidad todo era
apatía. Qué diferencia con la imagen que ]esús dio de
Dios. Nos presenta un Dios que se ve invadido por la
emoción ante el sufrimiento de sus criaturas. Cuando
San Juan narra estos sentimientos de Jesús, presenta un
Dios totalmente distinto del que estaban acostumbra-
dos a imaginar las gentes de otras religiones en aquellos
tiempos. Ellos se imaginaban un Dios sin emociones y
sin compasióru y aquÍ Jesús nos trae Ia más importan-
te de todas sus noticias: que nuestro Dios nos ama, nos
comprend. y se preocupa por nuestras angustias.
Y IESÚS ILORÓ. Para el lector griego esta imagen
de Jesús sollozando y llorando, debía ser la frase más
sorprendente de un relato apabullante. Para el paga-
no y más para el griego, el hecho de que el Hijo de Dios
pudiera llorar debía ser algo que estaba más allá de lo
que nunca hubiera imaginado que él podría creer.
ANTES DEL MILAGRO IESÚS ORÓ. Un gran teó-
Iogo decía: <<Los milagros sott otras tantas oracio-
nes que hon recibido respuesta de parte de Dios»».
PARA QUE CREAN QUE TU ME HAS ENVIA-
DO... Jesús solo buscaba Ia gloria de Dios. No hizo es-
to para glorificarse a sí mismo. fi podía decir lo que
dijo Elías cuando sostuvo el combate épico con todos
los sacerdotes de Baal: <<Respórtdeme ohYahaeh, ?a-
267
 rfl que recoflozce este pileblo que tú eres el trni-
co Dios» (LReyes 18). Todo lo que hacía ]esús tenía
un solo objetivo: glorificar al padre Dios. Tan diferente
a nosotros que dirigimos nuestros esfuerzos a lograr
aumentar nuestro propio prestigio. Jesús actuaba por
Dios y para Dios, por eso obtenía tantas maravilias.
Qrizáhabría muchas más cosas maravilosas en nues-
tras vidas si dejáramos de actuar para nuestro propio
provecho y le diéramos a Dios el lrimer puestó e, lo
que hacemos y en la gloria que busiamos (Barclay).
A NOSOTROS NOS QUEDA UN GRAN RE-
CI"IERDO DE ESTE MILAGRO PORTENTOSO: eue
]esús es la Resurrección y la Vida. eue nos quiere
resucitar si estamos muertos por el pecado. eüe nos
dará la resurrección psíq ica de nuóstros traumas y
complejos, y que un día se acercará a nuestra tumba
para decirnos «Ven fuerarr, y resucitados, podremos ir
a la Cena del Señor en el Paraíso.
Hemos escuchado una de las historias más emocio-
nantes. un famoso milagro que llena de admiración.
Jesús tenía una familia que amaba más que a 1as de_
más. Cuando los odios esraraban en
]erusatén, y los
puñales se levantaban amenazantes,
Jesús se retiraba
a este pueblecito, oasis de cariño, donde lo amaban
con toda el alma. Cristo también tiene sus preferi-
dos, los que más lo aman. y unos de elros eran
Láza-
ro, MartayMaría.
268
I
L
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A
UI{ DÍA SE ENFERMA rÁzano: E1las envían una
razón sencilla a ]esús: a buen entendedor pocas pala-
btAs. <<Aquel a quien annds, está enfermo>>. Pero eI
enfermo sigue agravándose y ]esús no llega. Se aso-
man a la orilla del camino, y ]esús no aparece... sigue
la enfermedad más grave cada día... los médicos dicen
que se va a morir... qué afán. Mandan a los amigos a
que se suban a las colinas cercanas y atisben a 1o lejos,
pero ]esús no se ve venir. Lázaro muere. Pasan varios
días y eI amigo Cristo no llega. De Jerusalén vienen
muchísimos amigos al entierro, porque Lázaro y sus
hermanas gozan de una gran estimación entre la gen-
te, pero en eI entierro falta el mejor de los amigos: ]e-
sús. É1, que es uno de esos amigos que nunca faltan en
las horas tristes, resueltos a colaborar en todo 1o que
les sea posible. Uno de esos amigos de los cuales di-
ce Ia Sagrada Biblia «Encontrar un buen amigo es en-
contrar un tesoro». Pero no llegó. ZQué habrá pasado?
Sólo a los cuatro días llega Jesús, pero ya es demasia-
do tarde. Salen a encontrarlo llorando: "Ot¡ si hubie-
ras oído cómo te llamab a Lázaro: solo una palabra
tenía en sus labios: «]esús». No tenÍa otra palabra en
su boca. Te llamaba en su agonía. Deseaba tanto ver-
te... oh Señol si hubieras estado aquí!». Y IESÚS SE
ECI{Ó A ILORAR. Porque É1 es perfectamente hu-
mano, y ante la muerte de un ser querido, hasta el
más poderoso de todos los hombres, tiene que echar-
se a llo tat.
269
 \¡o te Io runanflo: ¡sal fuera! Y aquel cadáver
Il,áz;airul:
maloliente, sale transformado en un ser vivo, perfecta-
mente sano. Es tan grande el milagro, que los fariseos
declaran que si no lo matary ]esús se llevará consigo
toda la multitud. (Juan L1, L0).
Cómo nos brillan los ojos de emoción al ver lo
poderoso que es Nuestro jefe: Cristo. Cómo se nos 11e-
nan de sonrisas nuestros labios al contemplar 1o gran-
du y amable que es nuestro amigo ]esús. Sin tocarlo,
sin masajes, sin remedios, resucita a un muerto de 4
días de enterrado. ¡Formidable este Cristo!

iQue se reúnan todos los cirujanos del mundo a ver

si logran resucitar a una pulga muerta. Que vengan
los poderosos de la tierra y traten de volverle la vida
al cadáver de un piojo!
CADA. UNC-} DE NIOSOTROS TXENE NUESTR.O
l-ÁZnnO: son nuestras situaciones imposibles de ser
arregladas por nosotros mismos. Para unos será en el
alma: un vicio que no somos capaces de dejar. Una
tristeza y mal genio que no se nos quieren ir. Una fal-
ta de fe, una frialdad hacia Dios o hacia el prójimo:
cuántos Lázaros hay aquí escuchándome... Y Cristo
los quiere resucitar.
Para otros suLázaro está en su cuerpo: una enfer-
medad que no se quiere cura4 una dolencia que ator-
menta, una debilidad que quita fuerzas. . . y aquí en
el altar está el mismo Cristo que obró el milagro en
Betania.

270

auinto Domingo de Cuaresma
Ciclo B
PRIMERA LECTURA: del Profeta ]eremías 31.,31-34
Mirad que llegarán días -1o dice eI Señor- en que ha-
ré con la Casa de Israel una alianza nueva. Pondré mi
ley en su pecho, la escribiré en sus corazones. Yo se-
ré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que
recomendar unos a otros: <<Reconoced al Señor»»,
porque todos me conocerán, cuando perdone sus mal-
dades y no recuerde sus pecados.
Esta es una de esas profecías o anuncios del futu-
ro, que merecen que cada uno de nosotros le escriba aI
frente o exclame con emoción: <<Amén, sí Señor, que
osí seA. Así sení y así lo deseo»».
Llegarán días: es un anuncio para el futuro. La
creación está todavía muy llena de arrugas y defectos,
pero llegará un futuro en el que toda esta situación
defectuosa cambiará.
Una Alianza Nueva: es la que Jesús hizo con su
Sangre en el Calvario. Hasta ]esús regía la Antigua
.Llianza. Desde su Encarnacióru y especialmente des-
de su Pasióru Muerte y Resurreccióry Dios ha hecho
una Nueva Alianza cor. todos nosotros que somos el
nuevo Israel y Ia ha firmado con la Sangre de su pro-
pio Hijo. Es un compromiso solemne de ayudarnos,
272
QIJINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
defendernos, perdonarnos y salvarnos si nosotros nos
proponemos ser fieles a ]esús' Es la Tejgr y rrtá? sagra-
hu y Ui""nechora Alianza que se ha hecho y se hará en
todos los siglos.
La escribiré en sus corazones: el Señor promete
grabar d.e tal manera su alianza en nuestros afectos y
entre nuestros mejores quereres, que jamás se nos va-
ya de nuestra meáoria.1e suplicamos que así Io haga
ói"-pr. y que jamás dejemos de amar y de recordar
su Sánta"Léy. Que podamos decir con el Salmo LL8:
«¡Cuánto amo tu Ley Señorl Inclina mi corazón a tus
preceptos, Porque tus mandatos son amables' Quiero
guardar tus leYes exactamente»'
<<Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo»'
Ese era el principalísimo comPromiso de la Anti-
gua Ley: los creyentes se comPrometen a tener como
i]};á","to y utti.o Dios u ,''"it'o Señoq y É1 se com-
promete a iratarlos y defenderlos y aPoyarlos como a
iu pueblo preferido. Jesús 1o dirá luego con otras pa-
labias: ..Permaneced en Mí y Yo Permaneceré con vo-
sotros>> (]uan 15, 4) Señor: que así sea' Que seamos
siempre tu pueblo, y Tú seas siemPre nuestro Dios
amable y comPasivo. Amén'
Todos me conocerán: Y si leemos Ia Sagrada Biblia
y escuchamos y med.itamos la Palabra de Dios, sin du-
du qrr" iremos conociendo y amando cada día más a
nuestro Señor.
273
 Perdonaré sus maldades y no recordaré rnás sus
pecados:
señor: has firmado esta promesa como una Alianza
que haces con nosotros. Lihas firmado con la sangre
que tu Hijo derramó en el Calvario para obtenemoJ el
perdón. Te seguiremos pidiendo pérdón día por día,
de nuestros muchos pecados, y a1ave, que hacemos
propósitos de no continuar ofendiéndotg esperamos
con la más absoluta seguridad, que esta promesa tu-
ya no dejará de cumplirse en cada uno áe nosotros:
perdonarás nuestras maldades y no recordarás nues-
tros pecados. Te anticipamos nuestro sincero agrade-
cimiento t por todo ello.
SALMO 50: Misericordia Señoq, hemos pecado.
Este es el famoso salmo «Miserere>>, el preferido
por todos los pega{ores arrepentidos en todos los paí-
ses donde se lee la Biblia en los últimos 25 siglos. ury
aquí una frase muy acorde con la profecía que acabá-
mos de meditar <<Oh Dios, crea en mí ui corazón
puro»». Cuando Dios escriba su ley en nuestro pecho,
necesariamente nuestro corazón se hará más puro.
santa Catalina repetía frecuentemente una frase á"
te salmo: <<Oh Dios, crefl en mí, un carazón puro"r-
no apflrtes de mí tu santo Espíritu»l porque temía
que Ie pudiera pasar Io que sucedió a Sáú1, á yrau, y
tantos_ otros que por haber endurecido su corazón
por
Ia maldad tuvieron la desgracia de que se alejara de
ellos el Santo EspÍritu de Dios.
274
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
SEGUNDA LECTURA: DE LA CARTA A tOS
HEBREOS 5,7-9.
Cristo, en los días de su vida mortal con gritos y
con lágrirnas, presentó oraciones y súplicas al que
podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia
fue escuchado.
Esta es una de las emocionantes descripciones de la
agonía e intercesión dolorosa que ]esús ofreció por no-
sotros. Cristo cumplió su misión salvadora en el sufri-
miento. ]esús se identificó con la humanidad doliente
que con lágrimas y gritos de dolor presenta súplicas
aI Dios poderoso que puede librar de la muerte. Aquí
Ie parece a uno estar oyendo su clamor en eI Huerto:
<<¡Padre: si es posible que pflse de mí este cálizf» O
eI grito desgarrador en el Calvario: <<Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has abandonado?»» -Él fue escu-
chado: no para quitarle el dolor sino para llenarlo de
foftaleza y hacer de sus sufrimientos el pago de nues-
tras deudas.
]esús fue escuchado: cuando cory lágrimas oraba
en su pasión. Pero el Padre no le concedió lo que su
y naturaleza humana pedía, el verse libre de dolores y
angustias, sino que en cambio le concedió un enor-
me heroísmo y amor para ofrecer valerosamente por
nuestra salvación los horrorosos suplicios de su Pa-
sión y Muerte. Así escucha muchas veces nuestras pe-
ticiones: le pedimos que nos libre de una pená y El en
cambio nos concede fortaleza para sufrir este padeci-
27s
t
miento que aumenta nuestra gloria en el cielo y nues-
tra fortaleza en Ia tierra.
Con lágrimas: Este es un dato que no nos trae el
evangelio y que tenemos que agradecer a la Carta a los
Hebreos que nos lo haya hecho sabe4, como una noti-
cia recibida por Ia tradición de los contemporáneos de
la Pasión del Señor: que Jesús ofreció sus dolores, no
solo entre clamores de afliccióru sino entre copiosas
lágrimas. Nos consuela a los que lloramos sufriendo,
que antes de nuestras lágrimas, ya fueron derrama-
das otras por el Fuerte de los Fuertes y el Campeón
de los Campeones. Pero también nos alegra el pensar
que Dios cumple con las lágrimas de ]esús y con las
nuestras lo que anunció eI Salmista: <<El Señor teco-
ge las lágrimas de mi dolar paril teneflas en cuen-
ta»» (Salmo 55).
i!1, a pesar de ser Hiio, aprendió sufriendo a obe-
decer.
Con esta extraordinaria expresión se pone de re-
lieve que el ser Hijo de Dios no dispensó a ]esús de
experimentar de lleno las sujeciones, tentaciones y
debilidades inherentes a la nattraleza humana. El
obedecer y sobre todo el obedecer en la prueba terri-
ble de experimentar una muerte tan dolorosa, dio a
Cristo un riquísimo conocimiento experimental del
sufrimiento, indispensable para comprender el sufri-
miento de sus hermanos. La Biblia, en el Antiguo Tes-
tamento, insiste en que experimentando se apren de, y
276
L
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
aquí el «aprendizaje» de Jesús 1o hizo experimentan-
do eI sufrimiento.
Y llevado a la consumación, se ha convertido Para
todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.
Llevado a la consumación: significa: que ha cum-
plido totalmente 1o que se Ie había confiado y que ha
completado perfectamente toda la misión recibida.
Para todos los que Ie obedecen: Qué satisfactorio
pensar que en ese «todos» estamos incluidos noso-
tros, que aunque no le obedecemos fielmente, sí te-
nemos el propósito y buena voluntad de obedecerle
lo mejor que podamos. Para nosotros y Paru todos los
que en los siglos pasados y futuros forman parte del
grupo de <<los que le obedecen>> esta lectura de la Sa-
grada Escritura del día de hoy trae una noticia agra-
dabilísima: <<para los que le obedecen, Cristo se ha
convertido en autor de salvación eterna>>. Por su gra-
cia y su bondad hemos sido salvados. Aleluya. ¡Ben-
dito sea Dios!
EVANGELIO: San ]uan 12,20-33: HA LLEGADO
LA FIORA EN QUE SEA GI,ORIFICADO Et HIIO
DEL IIOMBRE.
Entre los que habían venido a celebrar la fiesta
había algunos gentiles. Estos acercándose a Felipe el
de Betsaida le rogaban: <<SeñoL quisiéramos ver a ]e-
sús» Felipe fue a decírselo a Andrés, y Andfés y Fe-
lipe fueron a decírselo a ]esús.
277
 Ningún otro evangelio narra este hecho. SóIo San
Juan. AJerusalén para la fiesta de la Pascua llegaban
muchos gentiles, o sea gentes de otras religiones, no
israelitas. Estos que querían ver a Jesús parece que
eran griegos, los cuales sentían una gran curiosidad
por conocer nuevas teorías y nuevas verdades y por
e_scuchar predicadores de nuevas religiones. Lós he-
chos de los Apóstoles dicen que <úos gri"gos, a nin-
guna otra cosa le dedican tanto tiempo como a
escuchar las últimas nooedades>> (Hechos 17, 2l).
Estos griegos devotos que han llegado a ]erusalén
para l-a gran Fiesta Nacional de Pascua, desean ver y
escuchar al gran Profeta del cual tanto habla Ia gen-
te.
Buscan a Felipe, porque su nombre griego les ins-
pira confrartza, y quizás porque este tenia un especial
don de gentes y trato amable. Felipe y Andrés l1evan
Ia petición a Jesús porque están cónvencidos de que
nadie que desee adquirir la verdad será nunca una
molestia paralesús, y que Cristo jamás alejaráa un al-
ma que lo busque. Ellos sabían por propias y ajenas
experiencias que siempre hay una puerta abierta ha-
cia la presencia y amistad de ]esús, y que El cumplirá
perpetuamente su gran promesa: .,Al que venga a}y'rí,
no 1o echaré fuerar.
Jesús les contestó: Ha llegado la hora en que sea
glorificado el Hijo del Hombre.
]esús se llama a sí mismo «Hijo del hombre>». Esta
expresión proviene del profeta Daniel (Cap. 7). Allí el
278
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
profeta va describiendo los que han gobernado hasta
entonces el mundo: los Persas, los Babilonios, los Asi-
rios, los Medos, Ios cuales eran tan salvajes y tan sádi-
cos gue se los representa como un León salvaje, como
un Aguila destructora, como un Oso con varias cos-
tillas de vÍctimas entre sus fauces y como una Bestia
terrible con dientes de acero y con diez cuernos. Des-
pués de estos gobernantes que habían tiranizado a las
gentes de manera feroz y despiadada, eI Profeta Da-
niel anuncia que llegará un jefe cuyo poder será tan
amable, tan humano y generoso, ![üe ya no se Ie re-
presenta con figuras de bestias salvajes, sino que se le
representa como un Hombre venerable y bondadoso.
Y a ese nuevo jefe se Ie llama «Hijo del hombre)> y es
el Mesías.
Para los israelitas, ese «Hiio del hombre» tenía que
ser el enviado especial de Dios para salvar a su pue-
blo. A ]esús le gustaba esta expresión porque no tenía
alardes de triunfalismo ni de espectacularidad.
Ha llegado la hora en que sea glorificado.
Al oír esta frase, algunos debieron retener la res-
piración. Les parecía que ahora sí había resonado la
trompeta de la eternidad anunciando eI impresionan-
te triunfo de los creyentes sobre los no creyentes y que
se abría brillantemente la marcha de la victoria. Pero
el sentido que ]esús le daba a la palabra «glorificar,
era muy distinto al que entendían los judíos. Ellos por
«s er glorificado» entendían: engrandecerse humillan-
279

do a los enemigos, y ]esús en cambio al decir <<ser glo-
rificado», entendía: ser crucificado y muerto en medio
de los más atroces tormentos, para asÍ obtener la sal-
vación del mundo. ]esús venía a trastocar muchas
ideas. A los que suspiraban por una victoria brillan-
te que humillara a los adversarios, les presentará la
visión de uno que muere humillado en una cruz. Em-
pezó con una frase que llenó de emoción a muchos, y
ahora va a seguir con otras frases que los van a desilu-
sionar. Oigamos cuáles son:
Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tie-
rra y muere/ queda infecundo. I'ero si muere da mu-
cho fruto.
]esús quiere enseñarnos que la vida llega por medio
de alguien o algo que muere. El grano de trigo conser-
vado sano y salvo, guardado, queda inútiI. En cambio
arrojado al suelo fríoy húmedo, sepultado entre Ia tie-
rra, como en una tumba, reventado por dentro para
producir una nueva planta, así si se vuelve útil. Esa se-
rálahistoria de Cristo y de tantos amigos y seguidores
suyos en todos los tiempos: morir a sus comodidades,
a su egoÍsmo, a su orgullo, a su avaricia y ambici ón, y
convertirse así en planta fecunda que llena de frutos
admirables el Reino de Dios.
«La sangre de mártires es semilla de nuevos cristia-
nos>>, dijo Tertuliano en el siglo segundo, y esto se si-
gue cumpliendo. Cuando alguien es sacrificado por
amar y proclamar a Cristo y a su religiórL en reempla-
zo de é1 aparece muchos evangelizadores más. Es eI
280
OUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
trigo caído en tierra que se convierte en espiga rebo-
sante de nuevas semillas.
Muchos, han llegado a ser verdaderamente útiles
para Ia Iglesia y parael Reino de Dios solamente cuan-
do han sacrificado sus ambiciones personales y sus
propios caprichos.
Si muere, da mucho fruto: Jesús va a mori¡, y
nacerá la Iglesia universal. ]esús deja que su cuerPo
sea llevado al sepulcro como un grano de trigo a la
tierra, y al salir resucitado del sepulcro obtiene co-
mo frutou ![u€ muchísimos de sus seguidores consi-
gan también resucitar un díapara la vida eterna. Es
un grano de trigo sepultado en ]erusalén que se con-
vierte en espigas de santidad que se esparcen por el
mundo entero.
El que se ama a sí misrno se pierde, Y el que se abo-
rrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la
vida eterna.
San Francisco de Sa1es comenta está frase dicien-
do: «En el día de dar los premios y condecoraciones
en eI Reino de los cielos, no se premiará a los que se
guir la salvación».
Los dos granitos de incienso: Ya 1o narramos en
otra ocasión. Eran dos granos de incienso destina-
I
I 28r
t
 dos a caer entre las brasas encendidas del incensario
y levantarse en forma de nube perfumada hasta el
rostro mismo de Dios. Pero el uno tuvo miedo y no
quiso ser sacrificado y se lanzó al suelo y allí fue pi-
soteado y olvidado y quedó inútil. El otro er, ca*6io
se lanzó a las brasas ardientes, se deshizo en perfu-
_mado vapor y en forma de humo blanquísimo subió
hasta Dios para interceder y agradeceiy adorar por
los seres humanos. Desapareció pero fue útil a la hu-
manidad.
¿Lo que busco es satisfacerme a mí mismo, a mis
pasiones, a mi sensualidad, orgullo, y egoísmo? Me
estoy perdiendo entonces. Así me 1o anuncia ]esús en
este evangelio. ¿O en ca io soy capaz de sacrificar-
me y de no buscar lo que a mí más me satisface sino lo
que Dios más desea y 1o que mayor provecho trae al
prójimo? Entonces, según el anuncio de ]esús, me es-
toy guardando para la vida eterna.
«Es mejor ser quemado en una hoguera por trabajar
por Dios que terminar oxidado en un rincón de pere-
za y de comodidad, por evitar 1o que cuesta sacrifi-
ciorr, decía Santa |uana de Arco. Y esto mismo lo han
dicho con sus obras tantos apóstoles en el mundo en-
tero. Pensemos en lo que hubiera perdido este mun-
do si no hubieran existido tantos hombres y mujeres
dispuestos a sacrificar su vida, sus comodidadei, su
tiempo y hasta su orgullo y buena fama, con tal de
lograr que Dios fuera más amado y obedecido y que
más almas fueran salvadas.
282
SUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
Sin duda que viviríamos más años si «nos ahorra-
mos)> y no nos desgastamos. Pero serán años inútiles.
San ]uan Bosco repetía: «Dichoso el día en el que se
pueda exclamar: Fulano o Sutana se acabaron: termi-
naron su vida antes del tiempo calculado, totalmente
agotados de tanto trabajar por Dios y Por la salva-
ción de las almas r> <<Ese será un día glorioso para la
Santa lglesia»>,
A un alumno de una escuela, le preguntaron qué
eran las palabras «Mío 5r Yo», y resPondió: «Son pro-
verbios agresivos que deberíamos cambiar siempre
por Tú y Vosotrosr. Es lo que ]esús pide al aconse-
jarnos que no nos busquemos a nosotros mismos sino
a Dios y al prójimo.
El que quiera servirme que me siga, y donde esté
yo atlí estará también mi servidor. A quien me sirva,
mi Padre 1o premiará.
Quiero meditar con amor y alegría estas dos Pro-
mesas maravillosas. Si sirvo a ]esús estaré también
allá donde É1 está, en su infinita gloria. Si sirvo a Ie-
sús, eI Padre Celestial me Premiatá- ¡Y Dios cuando
premia, premia en grande!
Alesús nadie Ie sirve gratis. En el final delApocalip-
sis nos comunica una noticia para estremecerse de
emoción: «Vengo y traigo conmigo mi salario. Pron-
to vendré y traeré conmigo mi recomPensa/.Para Pa-
gar a cada uno según su trabajo" (Apocalipsis 22,12).
283
 son verdades demasiado importantes como para que
las deje pasar sin saborearlaJy gustarlas. ^
Cuando hace poco un judío se convirtió al catoli-
cismo y sus antiguos compañeros de negocios le ad_
vertían lo imprudente que era dejar .rrruJ actividades
comerciales que le producían el 6 por ciento mensual,
él les respondió: «Como negociur,te er, eI mundo ga_
luPu 6 por ciento mensual. Ahora que me dediqué a
Cristo, estoy ganando el diez mil p-or ciento, porque
El me prometió_pagarme el cientó por uno en todo
lo que deje por Ét. ¡wo les parec" qrrL estoy haciendo
ahora un negocio mucho mi¡orlr.
servir a cristo es reinar, lo dijo un santo hace mu-
chos siglos. Y el evangelio de hoy ro confirma: si servi-
mos a Cristo estaremos con El en su Reino Eterno y su
Padre Celestial nos premiará haciéndonos reinar.oá É1.
Ahora mi alma está agit ad.a, y ¿qué dfué? ,,padre,
IÍbrame de ésta hora!" - 'iero si pirá esta he venido,
para esta hora. Padre, glorifica tu nombre,,.
San ]uan en su evangelio no narra la agonÍa de
Je-
sús en el Huerto pero sÍ nos cuenta cómó está
]esús
tensionado desde varios días antes por ra preocupa-
ción de la Pasión y Muerte que ," tu u.r".ir,ur,. Una
persona normal no desea mori4, y menos a los 33 años,
y sufriendo azotes, corona de Lspinas y el martirio
atroz de Ia crucifixión.
A ]esús también Ie afanan los tormentos que le
esperan. No huy mayor mérito en aquello que resulta
284
OUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
fácil. EI verdadero heroísmo se produce cuando uno
siente un profundo temor y sin embargo se lanza a 1o
que le ha sido ordenado hacer. Aquí están luchando el
horror natural a la muerte y la obediencia a un man-
dato divino.
«Esta hora». Jesús habla frecuentemente de <<mi
hora» La <<Hora de Jesús es el momento elegido por
Dios para revelar a los seres humanos el resplandor
eterno del Hijo». Y esta Hora de Jesús se refiere espe-
cialmente al momento histórico de su Pasión. La Hora
de ]esús es eI espacio de tiempo más emocionante en
toda la historia de la salvación.
]esús nos enseña en este pasaje a asumir con
generosidad y paciencia y fortaleza las ,.horas, de
abandono, de tristeza, de fracasos, de sufrimientos,
de limitaciones, de enfermedad y aun de Ia propia
muerte. Eso es 1o que en la vida de cada uno se pue-
de llamar <<mi hora>>, y a imitación de Jesús, aceptan-
do esa «Hora» de amargura, contribuimos a glorificar
el nombre de Dios.
Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorifica-
do y volveré a glorificarlo». La gente que estaba allí
y lo oyó, decía que había sido un trueno. Otros de-
cían que le había hablado un ángel.
Hacía tanto tiempo que Dios no hablaba directa-
mente a sus fieles. Una noche habló al joven Samuel
para anunciarle cosas muy importantes que iban a su-
28s
 ceder (lSamuel 3). AI profeta Elías también le habló
directamente cuando huía delezabel (lReyes 19). ¡pe-
ro hacia ya tantos siglos! Ya cien años ar,ies de nacer
Jesús, los Macabeos suspiraban porque apareciera al-
gún profeta al cual le hablara Dios. Ahora se oye otra
vez el acento inconfundible de la voz de Dios, hablán-
dole a su Hijo. Ya se había oído en eI bautismo y en
la Transfiguración diciendo: <<Este es mi Hiio t uy
amado, escuchadle>> (Mc.9) y ahora cuandoiesris sá
tiene que enfrentar a la hora más dramática de su vi-
da, ahí se oye la voz de su Padre que quiere cumplir
siempre la promesa que lizo en la Biblia: «jamás te
ab andon ar é >» (Hebreos L 2).
También en las horas críticas de nuestra vida se ha-
rá oír Dios. Será por medio de una frase de la Sagrada
Escritura, o por el consuelo de algún amigo espiritual,
o por una inspiración en la conciencia etc. Pero nunca
se quedará definitivamente callado cuando sus hijos
necesiten una voz de aliento para enfrentarse a situa-
ciones difíciles.
Jesús tomó la Palabra y diio:voz no ha ve-
<<Esta
nido por mí sino por vosotros. Ahora va a ser juz-
gado el mundo. Ahora el Príncipe de este mundo va
a ser echado fuera.
Jesús habla de Satanás y to llama «Príncipe de es-
te mundo, y anuncia que por Ia Pasión, Muerte y Re-
surrección del Redentor será echado fuera el enemigo
de las a1mas. Ahora sÍ que se va a cumplir lo que el
mismo ]esús había anunciado: El que dóminabá una
286
OUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO B
casa fue dominado por uno más fuerte que él y fue
echado fuera de sus antiguas posesiones (Marcos 3
27).San ]uan dice que Cristo vino al mundo para des-
hacer las obras de1 diablo (LJuan 3, 8).
Bendito sea el Señor que ha echado fuera a Satanás
y lo seguirá echando perpetuamente. Sabemos que eI
enemigo ha pedido permiso para zarandearnos como
se zarandea el trigo, pero nos consuela el saber que
Cristo ora por nosotros para que nuestra fe no des-
Íallezca (Lucas 22, 31) .
Y cuando Yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a
todos hacia mí; Esto lo decía dando a entender que
iba a morir.
Qué consolador es pensar que este ]esús eleva-
do sobre Ia tierra en una crlJz, en el Calvario y ele-
vado después sobre la tierra en el día de Ascensión,
atrae tantos en tantos países y climasu / en todos los
siglos.
A mitad del siglo 20, el Primer Ministro de Is-
rael hizo una gira por todo Latinoamérica y al lle-
gar a Colombia, preguntado acerca de qué Ie habÍa
impresionado más en su viaje por este continente,
exclamó: «Como Israelita he tenido una agradable
sorpresa al ver que el hombre más venerado y esti-
mado en todas estas tierras es un paisano mío, ]esús
de Nazaret. En Río de ]aneiro la estatua más sobre-
saliente de la ciudad es la del Cristo que preside su
287
 montaña. En el límite entre Argentina y Chile, en
una alta montaña vi una imagen muy sobresalien- QU,H:M'Tffi E)ühiIINCü
te; es la de Jesucristo. Y en todos los pueblos y ciu- DE,, CffARES,IWA
dades he visto levantarse elevadas torres, son los
templos consagrados a un paisano mío: a ]esús el
Nazarenor>. Y esto lo decía uno que no era católi-
co. Es que ]esús sigue cumpliendo día por día su fl"rq fi/'flfld/tr'ffi /4 ü{tL
gfan PfOmeSai ":',".'.;',:l:i,' : 'i ':1.! ;'1", .t'', -r'7:l;;1'.;.;1¡ :';
,r,í; ,,?l r:uii.,
. -, l. ,: -1- "

Jesús conocía muy bien sn c{u.tiz

r:r. rirá;igfte:üisrl¡ro erl{Je
i.-;ilt::ir'ii.;:,'rii rr,J:i.li:'r: tí;ijtl )lelji[üCtil de tOdOS lOS paíSeS y de tO-
das las edades. Ahora se puede repetir lo que decía
Kipling: «Pasó Nínive, Pasó Babilonia, pasaron Tiro
y Sidón, pasaremos todos nosotros y nuestras ciuda-
des y naciones. Solo hay uno que jamás pasará y que
siempre será de actualidad, y que con su cruz será eI
imán que atraerá a millones y millones de corazones:
es Jesús, el Crucificado del Calv?rio».

Cuando Santa |uana va a ser quemada viva excla-

ma emocionada: «Al pasar por este fuego, lograré
ganarme un puesto en el corazón de muchos creyen-
tes>>. Algo infinitamente superior dice Jesús: «4.[ ser
:::\/.iiil'i), ':'Ii lilrL,iti ,lii'r.I;i1l ui[ti e Cú¡t]l;rarl,ú{ílfi ltll ti"Ufflf_¡ cle;tilteif
i-'liil

,'¡íi'r';i ri'{ljitir:t¡ i' |j')(]|i'tlüt:ii-irtÍ"]tr'f: ,trr ü]tli[(,t'Íill+.j'ltlrrii:¡ (][]ij"idiriOfttjs efl

:.(i,iritr ..rl r, t{rír, rto.i>r,, $q CÍuz eS un TrOnO deSde dOnde el
Príncipe del Amor reinará en nuestros corazones para
siempre. Amén.

Como no cesaban de preguntaq, in- Entonces preguntó Jesús a la mujer:

I
t corporose el Maestro y se expresó <<¿liJ¡rtIic ;e !i.l (',r]it:rIr'J]¡¿t,-[(ri'r> «Na-
I
t
I
aSí:' <..¡.'l,i¡i';:',li ll,'lt¿'! {iiilíE' "-l , j,,.:,,j,ir.ll), die, Señor,>, contestó ella. ,.Pues yo
288 l r.Jllr' iiii: ('.i I.,'i ¡ll'1,'il('i¿i f'rr(rl:;ir>. Y tampoco te condeno. Vete y no pe-
E
u
ellos se retiraron, avergouzados. ques tnásr.
L

Quinto Domingo de Cuaresma
Ciclo C
PRIMERA LECTURA: DeI Profeta Isaías 43,1G-21.
Así dice el Señor que abrió camino en el mar: no
penséis en lo antiguo. Mirad que realizo algo nuevo.
Abriré un camino por el desierto; ríos en los sitios
más resecos, para apagar la sed de mi pueblo, el pue-
blo que yo formé para que proclamara mi alabanza.
Este es un mensaje de liberación de Dios para los
que quieran ser de su pueblo: les dará agua viva pa-
ra la sed que padecen los desterrados en este desier-
to de la vida.
Dios pide que no andemos recordando con nostal-
gia los milagros que El obró al hacer pasar a su pueblo
a pie por entre el Mar Rojo. Que nos animemos por-
que los favores que nos va a conceder serán mucho
mayores: El profeta Isaías habla a gentes que tienen
que transitar por terribles desiertos donde por horas y
días no se encuentra una gota de agua para refrescar la
sed, y anuncia que Dios proporcionará ríos de aguas
espirituales y vivificantes a su pueblo que atraviesa
los desiertos peligrosos de esta vida.
_
El Dios que demostró tan impresionantes poderes
aI libertar a su pueblo de Egipto, seguirá demostran-
do su omnipoténcia y aami.áble boádad en favor de
290
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA. CICLO C
todos los que perteneciendo a su pueblo de creyentes,
necesiten una intervención en su favor.
SALMO L25: Dios ha estaclo grande con nosotros
y estamos alegres.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos Pa-
recía soñar. Hasta los gentiles decían: el Señor ha es-
tado grande con ellos. Que el Señor cambie nuestra
suerte como los torrentes reverdecen el desierto del
Negueb...
EI Negueb está en el sur de Israel y es una tierra
terriblemente seca. Lo único que Ie lleva verdor son
los torrentes que se forman las Pocas veces que llueve
por a1lí. Hoy en día 1o único que allí se conserva con
verdor es lo que se riega con aguas rePresadas de las
lluvias o llevadas desde muy lejos. El Salmista pide
que el buen Dios cambie las esterilidades y las seque-
dades de nuestra vida en vergeles llenos de buenos
frutos, así como las aguas de los torrentes y canales de
regadío del Negueb, lo van transformando de desier-
to en oasis.
SEGUNDA LECTURA: De San Pablo a los Fili-
penses 3,8-1,4.
Hermanos: Todo lo estimo pérdida comParada con
la excelencia del conocimiento de Cristo ]esús. Por
Ét to perdí todo, y todo lo.estimo basura con tal de
ganar a Cristo y existir en El.
29r
 San Pablo ha llegado a la conclusión de que todos
sus antiguos privilegios como judío y como fariseo y
docto¡, no eran más que pérdida en comparación de
1o mucho que ha ganado el lograr conocer a Jesucristo.
Está contento de haber perdido todos aquellos privile-
gios, porque 1o que ha ganado es infinitamente ma-
yor. Pero por si a alguno le pudiera parecer que eso
que perdió fue fruto de un momento de irreflexióru
declara que permanece en su decisión de estimar co-
mo basura sus antiguos privilegios terrenales, con tal
de conseguir ser amigo de Cristo y lograr permanecer
en su amistad.
No con una justiciamía,la de laLey, sino, de la que
viene de la fe en Cristo, la justicia que viene de Dios y
se apoya en 81.
]usticia: es una palabra muy repetida por San Pa-
blo. En el idioma en el que é1 escribió sus cartas, eI
griego, se dice: <<Dicaiosíne>> y este vocablo significa
estar en buena amistad con Dios, tener buenas rela-
ciones con Dios; no despreciar a Dios ni olvidarlo ni
tratarlo mal. Vivir en comunión de amor con É1. O sea
una <<justa relación con Dios». Es más o menos lo que
los católicos traducimos por «Santidad».
Pues bieru San Pablo insiste continuamente en es-
to: «Mi justici4 mi santidad, o sea las buenas rela-
ciones que mantengo con Dios, no se deben a que yo
he cumplido Ia Antigua Ley de Moisés (con sus mil
mandatos detallistas) sino a que tengo fe en Cristo y
en su amor y en sus méritos y en su intercesión por
292
AUNTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
mí. Mis justas relaciones con Dios son un regalo su-
yo y se basan solamente en É1". Me he convencido de
que mis buenas relaciones con Dios no las voy a con-
seguir solamente por un esfuerzo rnío por cumplir
hasta el último detalle de la Ley de Moisés, sino que
si logro Ia justicia, o sea Ia santidad, eIIo se,deberá a
un regalo que Dios me hace, pot mi fe en Jesucris-
to, el cual con su Pasión y Muerte y Resurrección me
consigue este gran favor.
Para conocerlo o É1, y con la fuerza de su resurrec-
ción y la comuniólr con sus padecimientos, muriendo
su misma muerte para llegar un día a la resurrección
de entre los muertos.
Para conocerlo a ÉL Para San Pablo eI lograr ir co-
nociendo más y más a Cristo es un tesoro inmenso en
la vida de un cristiano. <<Conocer» significa aquÍ: Ir
apreciando cada vez rnás a esa persona, sus cualida-
des, sus enseñanzas, 10 que hizo y hatá por nosotros.
A Cristo es imposible conocerlo y no amarlo; amarlo y
no seguirlo, seguirlo y no imitarlo.
La faerza de su resurrección: Para San Pablo, la re-
surrección de Jesús no consiste solamente en un he-
cho que ya pasó, ni algo que únicamente le sucedió
al Redentor. Es un poder dinámico que obra en to-
dos los que nos esforzamos por seguirlo y que se pue-
de ir repitiendo en nuestra vida. Esa resurrección de
Cristo es una garantía de qu9 nosotros también resu-
citaremos para vivir comf El una vida eterna. Es la
293

seguridad de que Cristo nuestro jefe está vivo y ac-
tuando en favor nuestro, y que estará con nosotros
hasta el final del mundo. La resurrección de Cristo es
la demostración de que la muerte no es nuestro firU
sino que después hay otra vida y que allí en Ia glo-
ria podremos reinar con El para siempre. Es pues una
verdader a <<fuerza>> que nos impulsa al bien.
La comunión con sus padecimientos: Quiere recor-
dar el apóstol que cuando el creyente en Cristo le ofre-
ce Io que tiene que padecer, está participando con los
padecimientos del Salvador. Y hasta se atreve a decir
que cuando sufrimos estamos <<cott pletando lo que
faltó a los padecimientos de Cristo» (2Corintios
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Y participar un día de la resurrección de entre los
muertos.
Esta es una idea muy enfusiasmante para eI gran
Apóstol. Que si sufrimos con Cristo aquí en la tierra,
.eirruremos con Él en el cielo cuando hayamos resucita-
do de entre los muertos. Nacimos Para vivir Para siem-
pre, y no nos quedaremos en el reino de la muerte, sino
que hemos sido destinados al Reino de la Vida, acom-
pañando a Cristo, el Eterno viviente y vivificador.
No es que ya haya conseguido el ideal de Ia perfec-
ción o que ya esté en la meta. Yo sigo corriendo, Para
1.,

5). Es una buena noticia: que cuando sufrimos con pa-
ciencia, y cuando por amor de Dios llevamos la cruz de
los sufrimientos de cada día, estamos en comun-union
con los padecimientos de Cristo y ayudándole a llevar
su cruz, con la cual salva a sus pecadores. Así que su-
frir con paciencia, con fe, y por amor a Dios no es una
simple pena sino un privilegio, porque con ello nos
asociamos al que con sus padecimientos obtuvo la re-
dención de la humanidad. Cada vez que sufrimos por
amor de Dios, nos hacemos <<socios>> de Cristo en la
más grande de las empresas: la de salvar las almas y
dar gloria a Dios.
Muriendo su misma muerte: si no con los mismos
suplicios ni crucificados con clavos en una cÍtlz, sí re-
nunciando a nuestros egoísmos, y sacrificándonos por
obtener de Dios Ia salvación de los pecadores.
294
a\canzar a Cristo, aunque Ét ya me alcanzó a mí y me
considero como si aun no hubiera conseguido el ideal
de la perfección.
Étya me alcanzó a mí: Camino de Damasco cuan-
do lo derribó del caballo y lo convirtió. Y ahora Cristo
sigue adelantez 1z su discípulo se esfuerzapor recorrer
el mismo camino de perfección que su Maestro ha re-
corrido. Pero la meta está todavía muy lejana.
Una cosa busco: olvidándome de Io que queda
atrás, y lanzándome a 1o que está por delante, corro
hacia la meta para ganar eI premio aI que Dios desde
arriba llama en Cristo ]esús.
San Pablo no quiere detenerse a recordar 1o que
ha pasado en su vida: sus conquistas de almas, sus
esfuerros, sus triunfos y derrotas. No. No quiere des-
cansar sobre sus laureles. El atleta corredor no se de-
29s

tiene a mirar hacia atrás. Lanzasu mirada y todas sus
energÍas hacia la meta donde le está esperando el pre-
mio del triunfador. Es un retrato de lo que debe ser la
actuación de cada cristiano: un lanzarse hacia adelan-
te con todas sus energías para llegar a Ia meta que es
Ia imitación más completa posible del modo de obrar
de Cristo, sin detenerse a mirar el pasado, ni para en-
orgullecerse ni para desanimarse.
EVAI{GELIO: LA MUIER ADULTERA: }uan 8, 1 -11.
En aquel tiernpo )esús se retiró al monte de los
olivos.
Era el sitio a donde iba frecuentemente a ora4, a me-
dita4, a hablar con el Padre Celestial. Sitio de silencio,
de paz, donde renovaba sus energías desgastadas por
el apostolado agotador de cada día. Él sabía muy bien
que en eI silencio y en el retiro progresa la santidad
del alma.
Al amanecer se presentó de nuevo en eI templo, y
todo el pueblo acudía aÉl,y sentándose les enseñaba.
Me imagino a ]esús, allí sentado en el atrio del tem-
plo rodeado de gran multitud de creyentes que le es-
cuchan, con verdadera emoción. Me imagino estar allÍ
también yo, escuchando qué es 1o que hoy me va a en-
seña¡, el Divino Maestro.
Los letrados y fariseos le traen una mujer sorpren-
dida en adulterio y colocándola en medio Ie dijeron:
296
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO
C
-Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en fla-
grante adulterio. La Ley de Moisés nos manda ape-
drear a las adúlteras. ¿Tú qué dices?- Le preguntaban
esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Se ha formado un tumulto. Unos hombres traen a
empujones a una pobre mujer... Los oyentes de ]esús
abren un círculo, y allí llegan los acusadores. <<Esta
mujer ha engañado a su marido, y en la Ley de Moi-
sés está mandado apedrear a las que cometen esta
falta»... Me parece escuchar los comentarios airados
de la multitud que la mira con desprecio. Que ver-
giJlenza tan grande siente esta pobre mujer. Ha sido
sorprendida en flagrante delito. Tiembla de miedo y
de rubor.
Los letrados. Se llamaban <(escribas o letrados»
aquellos que se dedicaban a estudiar las Sagradas
Escrituras. Eran personas que tomaban la Ley de
Moisés muy a la letra y eran exagerados en exigir
muchos detalles en el cumplimiento de la Ley. Le te-
nían especial antipatía a ]esús porque les parecía que
era muy amplio en perdonar el no cumplimiento de
ciertos mandatos rigoristas. Se propusieron desde el
principio de la predicación de Cristo hacerse presen-
tes en sus predicaciones para tratar de captar alguna
palabra suya que les diera ocasión de acusarlo como
no cumplidor de la Ley.
Los Fariseos: Su nombre significa <<Los separados
de los demás», porque ellos se gloriaban de que no
291
eran como los demás, pecadores, impuros, ladrones
etc... Se oponían radicalmente a ]esús porque É1les re-
prod:raba su hipocresía, haciéndoles ver que por fuera
aparecían como unos santos, pero en su vida privada
eran unos ordinarios pecadores. Algunos fariseos co-
mo San Pablo y Nicodemo y otros se convirtieron des-
pués en discípulos del Señor.
Le traen una mujer sorprendida en adulterio
Era costumbre común presentar estos casos a al-
gún maestro muy afamado para que aconsejara lo
que se debía hacer. Pero aquí no vienen para pedir
consejo sino para poner una trampa a ]esús. Sí res-
ponde: «Si apedreadla! - la gente dirá: Uf, que ti-
po tan inhumano y cruel!- Si en cambio responde:
Suéltenla y no Ia castiguen! -entonces ellos podrán
acusarlo ante eI Sanedrín o Senado de la nacióru di-
ciendo que se ha atrevido a contradecirla Ley San-
ta de Moisés. Así que están seguros de que con este
caso han puesto a ]esús entre la espada y la pared.
Sólo que no se imaginan con qué clase de inteligen-
cia se están enfrentando: Vienen por lana y se van a
ir trasquilados.
Adulterio: consiste en cometer actos sexuales con
una persona que no es su cónyuge. La Ley de Moisés
mandaba apedrear a Ia mujer sorprendida cometiendo
adulterio (Levítico 10,20). ]esús no dejará de recono-
cer que este pecado es grave, pero demostrará que es
más provechoso perdonar para que la persona se con-
vierta, qué el exagerado rigorismo de quienes siendo
298
QUINTO DOMINGO DE CUARESII/IA - CICLO C
pecadores y manchados, pretendemos pasar por acu-
sadores cuando mereceríamos también ser acusados.
Pero |esírs, inclinánclose, escribía con el dedo en el
suelo. Como insistían en preguntarle, se enderezí y
les dijo: -El que esté sin pecado, que le tire la prime-
ra piedra- E inclinándose otra vez, siguió escribien-
do- Ellos al oírle se fueron escabullendo uno a uno,
empezando por los más viejos.
jQué escribía ]esús alli? Un antiquísimo manus-
crito armenio dice que escribía los pecados de los
acusadores. Y es que Ia palabra que emplea San ]uan
no es simplemente «escribir», (Grafein) sino «€scri-
bir en contra>>: (Katagrafein. Kata significa contra)
Por ejemplo: Tu NN: infiel. Tu X : muieriego. Tu Z
: corruptor... ¿Quién puede seguir acusando cuando
]esús Ie recuerda los propios pecados que ha come-
tido el acusador? ¿Qué ganas le quedan a uno de se-
guir pidiendo castigos para los pecados de otro, si el
Divino juez nos recuerda los nuestros que son tantos
y tan graves?
El que esté sin pecado que lance la primera piedra:
¿Ellos piden que la condenen? ]esús los remite a la
propia conciencia de cada uno: sí es que se siente tan
inocente, tan sin pecados en su alma, que Ie lance Ia
primera piedra. Como quien dice: <<Quien tiene casa
de vidrio no tire piedra al vecino>>. Es como decir-
le a cada acusador: «tus propias debilidades deben
299

hacerte cornprensivo con las debilidades de los de-
más>>. Yo me pregunto: ¿de veras paso mi vida conde-
nando a los demás de cuán merecedor soy de una
verdadera condena por parte de Dios? ¿Hago de mi
cerebro un tribunal donde me dedico a juzgar y a con-
dena4 en vez de hacer de mi memoria una grabadora
donde van pasando las ofensas que he cometido con-
tra mi Dios y de las cuales debo humillarme y no dejar
nunca de pedir perdón?
Jesús no está diciendo que la falta de esa mujer no
sea grave, y muy gra.ve, (é1 dirá que el solo consentir
una mala mirada ya es pecado de adulterio). Lo que
está enseñando es que «el que es un miserable peca-
dor manchado de tantas impurezas, no tiene porqué
dedicarse a condenar sin más ni más a los demásr.
Se fueron escabullendo, empezando por los más
viejos.
Porque cuanto más vicios somos, más manchados
de pecados nos sentimos. Cada uno al alejarse en reti-
rada, se reconoció manchado y pecador.
Y quedó solo |esús y Ia mujer en medio, de pie.
San Agustín exclama: quedó una gran miseria,
frente a la más grande misericordia.
|esús le preguntó: -Mujer ¿dónde están tus acusa-
dores? ¿Nadie te ha condenado?- Ella contestó: -Nin-
guno Señor- ]esús Ie dijo: Tampoco yo te condeno.
Anda y en adelante no peques más.
300
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
Es un diálogo pleno de belleza y de delicadeza.Lo
vuelvo a escuchar como si se tratara de Cristo y de mi
alma. Me imagino tus ojos llenos de bondad, Señor.
El tono amable de tu voz. Me parece que a mi alma
avergonzada por tantas maldades cometidas, tam-
bién hoy Ie dices: ¡No te condeno, pero esfuérzate por
no pecar más! -Gracias Divino Redentor- Tú si sabes
cuán dañoso es eI pecado. En la crlJz experimentaste
cuan terribles castigos merece el pecar. Tú si tienes de-
recho a decirme: No te condeno -porque eres el único
que ha recibido poder del Padre Celestial para juzga-
mos a todos-. Para poderme decir: «No te condeno»>,
has derramado tu sangre en la crsz y has cargado con
todos los pecados del mundo. Te suplico una y mil ve-
ces que a mí también y a mis amigos, familiares, co-
nocidos y muchas personas más, nos digas, a todos y
a cada uno: <<Tampoco yo te condeno». Gracias Señor
por esta bondad ilimitada.
]esúsnos quiere demostrar que elprincipal sentimien-
to que debemos tener para quien ha cometido un error
es la misericordia. Porque ser médico significa curar y
consolar. No es sentir asco ni tratar mal, ni declarar sin
más ni más, incurable al paciente. Nuestro primer im-
pulso cuando estamos ante alguien que ha cometido
una falta no es exclamar: ,.¡el que hizo el mal que car-
gue con sus consecuencias! sino más bien «¿Qué Pue-
do hacer para ayudar a esta persona a salir del mal en eI
que ha caído?" y tratar de llevarle otra vez al'buen ca-
301
mino. Ser compasivos con los demás, como deseamos
que los demás sean compasivos con nosotros.
]esús no dice que la falta que la mujer ha cometido
no es grave. Lo que dice es: por ahora no te condeno.
Si dejas de peca4, ya no recibirás condenación. Dios
te ofrece una nueva oportunidad para que de hoy en
adelante Ie demuestres la buena voluntad que tienes
de no ofenderle más. No le ha dicho: «No te preocu-
pes, lo que hiciste no es grave". ¡No! No le dijo eso.
Pero sí le presenta una segunda oportunidad. Es co-
mo si le dijera: «Lo que has hecho es muy grave y pue-
de atraerte la eterna condenación. Pero la vida no ha
terminado todavía. Vuelve a empezar. Deja tu vida de
pecado como un saco viejo y roto, en eI andén para
que 1o lleven los que recogen la basura, y vÍstete desde
hoy de una conducta pura y sin escándalosr.
Este evangelio de hoy ha sido llamado el de la
segunda oportunidad. Porque a lesús no solo le inte-
resa lo mala que una persona ha sido sino lo buena
que puede Ilegar a ser. No nos dice que lo que hemos
cometido no es grave, pero nos recuerda que nos que-
da un futuro en el cual con una vida santa podemos
borrar todas las maldades de la vida anterior.
Si somos como escribas y fariseos querremos siem-
pre condenar. Si somos como ]esús, buscaremos siem-
pre convertil, perdona4, ayudar a ser mejor. Si tenemos
un corazón como el de Cristo desearemos tener poder
de convertir a los pecadores en santos y obtener que
ninguno sea condenado y todos sean perdonados.
302
OUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
La írltima frase cle ]esús es un desafío: Es como de-
cirle: esto que has hecho está muy mal, Pero te vas y
cambias de modo de comportarte. Vete y no vuelvas a
pecar. Demuestra con tu buena conducta que sí tienes
buena voluntad. Considero como dichas para mí es-
tas palabras de |esús. «Vete y no vuelvas a pecar» -Se-
ñor: tú que haces milagros y portentos, haz el milagro
de los milagros: que yo logre cumplir este mandato
tuyo: <<No pecar más>>. Si me concedes tan gran favol,
repetiré como Salomón cuando le diste la Sabiduría:
los demás favores me vinieron Por haber reci-
"Todos
bido este inmenso favor de Dios".
No peques más: Esta frase de ]esús implica una
gran confianza en la naturaleza humana. Un pesi-
mista habría exclamado: .r¿Para qué perder tiempo
en dar consejos? Esta gente nunca se comPone, -Pe-
ro ]esús es optimista. Si Ie dice: <<No Peques más>>,
es porque sabe que es posible dejar de peca4, dejar
de llevar una vida pecadora y convertirse en perso-
na santa. Jesús no achica ni aplasta al pecador dicién-
dole: ..Tú eres un incorregible», sino que le inspira un
descubrimiento inimaginado antes: «tú eres un santo
en potencia»
303

COI{CLUSIÓN
PENSAMIENITOS DE ATGUI{OS.
. ri: r-i-.r.
AUTORES:
i:r::i.J ii:,jrj
San Agustín dice: «Yo aI leer u oír este hecho, me
callo, inclino la cabeza y empi zo a llorar». Y es que
los pecadores nos sentimos retratados en esta escena
impresionante. Estamos ante un ]esús que nos perdo-
na, que no nos quiere condenar. Si no hemos sido per-
donados no es porque Cristo no quiera con edernos el
perdón sino porque nosotros no le pedimos que nos
perdone o no tenemos la necesaria voluntad de en-
mienda. Mira a Cristo en la cruz. ¡Ya no hay peligro de
que Dios no te quiera perdonar. Ya su Hijo pagó por
ti!]esús termina este episodio con un mensaje formi-
dable: «¡Vete y no peques más!>> Eso te dice: «¡Te pido
un favor: esfuérzate por no pecar!» ¡Eres débil y cae-
rás, pero esfuérzate por evitar las ocasion s y por re-
zar etttiempo de tentación. Esfuérzate tú por evitar el
pecado, y el Señor recompensará tu buena intención!
Yudart, célebre escriturista francés dice lo siguiente:
Eran las fiestas de los Campamentos. Las gentes
pasaban esa semana en chozas construidas en las azo-
teas de las viviendas, o en los alrededores de la ciu-
dad, para recordar los 40 años que el pueblo de Israel
vivió en campamentos en el desierto. Los viajes he-
chos desde tierras lejanas y el especial modo de vivir
304
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C
en esos días se prestaban para encuentros imprevis-
tos y para ciertas licencias y libertinajes. La gente es-
tá contenta en estas fechas porque acaban de recoger
:l"r'-r.irj :.i;: rir.ii rji..
J.;-: ,i.i;;. j.-'-:r---.-¡-ir-f
-r'.,
las cosechas y a veces se sobrepasan. Los campamen-
tos están llenos de fariseos que observary y por allí
han descubierto que una mujeq, en una de esas cho-
zas,ha sido infiel. Es una oportunidad muy esperada
porque ahora podrán poner una trampa mortal a Je-
sús. Además saben que entre las mujeres que siguen
al Maestro hay unas que no fueron muy santas en otro
tiempo y aquí pueden encontrar una nueva oportuni-
dad de ataque. ]esús no se apresura a responder. Siem-
pre medita muy bien lo que va a decir. Escribe. Es la
única vez que el evangelio presenta a ]esús escribien-
do. Parece que acepta eI desafió de fariseos y escribas:
«Si muy bien: vamos a juzgar a la pecadorarr. Ahora
aquel de vosotros que se encuentre sin ningún peca-
do le tirará Ia primera piedra y los demás 1o seguire-
mos... Los primeros que se van alejando son los viejos,
porque se sienten más culpables. (Si a nosotros nos di-
ce hoy eso mismo el Señor jesucristo, saldríamos to-
dos corriendo a escondernos avergonzados). Primero
se alejaron los más viejos porque eran mas maliciosos
que los jóvenes y comprendieron el peligro de enfren-
tar a ]esús y salir derrotados. Pero luego se alejaron
también los jóvenes, porque ellos también eran co-
rrompidos. La acusada quedó libre de una angustia
mortal como quien había recibido sentencia'ile pena
de muerte, y de un monrento a otro se Ie concede la li-
30s
bertad. Este episodio pone al descubierto la bondad
de )esús con los pecadores que quieren enmendarse.
É1 prefiere la misericordia a la justicia y perdona por-
que sabe que nosotros caemos más por debilidad que }llnttra de tnl ?lJ-uufe[ e,]ttr
por maldad. Concede a la persona que ha pecado, una [er[És ¿r]i,eÍ-u

nueva oportunidad, pero no la despide sin insistirle:

Si ]esús nos pide que expongamos al público nues-

tra «Hoja de Vida»>, ¿quién se atreverá a lanzar pie-
dras de condenación contra los demás? ]esús hace
que los que como fariseos nos creemos puros y mejo-
res que los demás, reconozcamos que no 1o somos. Je-
sús quiere que de¡'emos esa actitud condenatoria. Que
no establezcamos esas comparaciones entre nosotros
y los pecadores. Esta Cuaresma es para que los que
han sido sorprendidos en pecado se esfuercen por no
pecar más, ya que Cristo se muestra tan dispuesto a
perdonarlos y a no condenarlos. Y para que los que se
creen buenos no anden lanzando piedras a otros. -To-
dos tenemos que cambiar (Pujol).

BENDITO
Et QUE VIENE
EN BTNOMBRE
DEt §EÑOR.
306
V

L

DOMINGODE RAMOS
tA ENTTdADA TRIUNFAT A IERUSALEN:
San Mateo zL,T-\l
Ha llegado el último acto del drama de la vida
de |esús. Era Ia época de la Pascua y tanto ]erusa-
lén como sus alrededores estaban atestados de gen-
tes. Un gobernador romano hizo una vez un censo
de los corderos que se sacrificaban allí en las fiestas
de Pascua y llegó casi a 100.000. Ahora bien: la regla-
mentación de Pascua exigía que debía haber un gru-
po de diez personas para cada cordero. Si las cifras
de aquel gobernador eran exactas, significa que ha-
bía casi un millón de personas en la ciudad y sus al-
rededores. La ley mandaba que todo Israelita mayor
del?años debía ir a Ia ciudad santa a la fiesta de Pas-
cua, y además de los Israelitas eran muchos los miles
de personas fervorosas en la religión, que iban desde
otros países a adorar al Dios de Israel.. La ciudad era
un hervidero de gente, y ]esús no pudo escoger otra
fecha más oportuna que ésta para hacer su entrada
apoteósi ca a la capital.
Tendieron sus mantos: era la costumbre popular
para recibir a un gran jefe. Así los recibían cuando lle-
gaban a posesionarse de su reino (2Reyes 9,13) y así
todavía reciben hoy en muchos pueblos de oriente al
jefe de la nación o del partido cuando llega a visitar
308
DOMINGO DE RAMOS - ENTRADA A JERUSALÉN
una ciudad: colocando sus mantos por donde va a pa-
sar su carruaje.
Cortaban pahnas: así recibían a sus grandes liberta-
dores en Israel (por ejemplo, a Simón el Macabeo LMa-
cabeos L3, 51-) y aún así los reciben ahora. Todos llevan
ramas en la mano y a cada Hosanna que gritaru todos
levantan las ramas y parece un bosque que sube ybaja.
Berrdito el que viene en nombre del Señor: es un
saludo que según el Salmo 117 hay que dar a un pere-
grino cuando uno se alegra de recibirlo.
HOSANNA: era un grito de exclamación y de peti-
ción de ayuda. Era un <<Viva)>, y un «Ayúdanos»». gs
lo gritaban a los grandes líderes cuando hacían su en-
trada triunfal.
Hosanna en las alturas: o sea/ deseamos que este
grito de aclamación y de petición de ayuda que noso-
tros lanzamos desde acá abajo, 1o repitan también los
espíritus en los cielos. El Hosanna era por 1o general,
la aclamación de alegría, agradecimiento y petición
de ayuda que los pueblos oprimidos daban a sus Ii-
bertadores, a sus salvadores, y sus reyes. Y en aquel
momento 1o estaban diciendo al que es y será para
siempre: Rey, Salvador y Libertador de todos los opri-
midos del mundo.
PARA QUE SE CUMPLIERA LO QUE EL PROFE-
TA HABÍA UCHO. El profeta Zacarías vio (Zacarías
9, 9) que el futuro Rey Mesías entraúa a ]erusalén ca-
309

balgando sobre un asno, sobre el asnillo hijo de asna,
urr,illo sobre el cual nadie había antes cabalgado. Es
un detalle que le da un carácter sagrado a esta en-
trada triunfal, Porque Para ciertas funciones muy sa-
gradas se exigía que eI animal que se llevaba nunca
Éubiera sido empleado para trabaios. )esús le daba a
esta entrada un carácter mesiánico. Con esta apoteo-
sis afirma deliberad.amente que El es el Mesías que Is-
rael estaba esperando.
I-a muntitucl qtre lo acomnrañaha era muy ntllneÍo-
sa" La ciudad estaba llena de gente venida de otras par-
tes. Era una oportunidad maravillosa para presentarse
como el Enviado de Dios. Cada uno volvería a su casa
a contar 1o que había presenciado en aquella Gran Se-
mana. Y estás noticias llegarían a muchos países.
Esta entr.ada nos d.ermuLestra el gran coraie de ]esírs.
se volvieran hacia Ét. Todos 10s actos de los últimos
sublime le puede acarrear.
]esús en sus últimos días se manifiesta en cada
escena como el Mesías, el Enviado de Dios. Si ]esús se
hubiera contentaclo con afirmar que era un profeta,
es muy probable que no lo habrían crucificado. Pe-
310
DOMINGO DE RAMOS - ENTRADA A JERUSALÉN
ro El solo se siente satisfecho en el lugar supremo, en
el sitio que le corresponde: el de Mesías, Enviado de
Dios, Hijo del Altísimo. Quiere este reconocimiento o
no acepta ninguno. Los nombres deben reconocerlo
como Mesías e Hijo de Dios, o no recibirlo ni aceptar-
lo.
"El que no está conmigo, está contra Mí...»
Pero es un reinado típico de ]esús: no viene a pedir
reinado de tronos, sino el reinado en el corazón.
TLr t{.ey viene a 'ti, miurso y sent;tclo so-bre um elsni".
1lo. Había tres modos de entrar en una ciudad: en for-
ma guerrera y opresora: en los briosos caballos de los
capitanes. En forma ostentosa y rica: en las lujosas ca-
rrozas de los millonarios. Y en forma humilde: en un
asnillo. Cuando los reyes llegaban a una ciudad cabal-
gando sobre un asno era señal de que llegaban en son
de paz. Jesús venía a afirmar que era rey, pero Rey de
paz. Demostró que no venia a destrozar sino a curar
y amaü no a condenar sino a ayudar y perdonar. .No
con el poder de las armas sino con la fuerza del amor
y de la santidad.
Esta entrada de Jesús era un nuevo llamado a los
hombres de todas las naciones y razas para que Ie
abrieran: no sus palacios, sino sus corazones.
3n
 Qulen se declare
a m¡ tavor
ante !a gente
de este mundo,
Yo me declararé
a su favor
ante los ángeles
del clelo.
Dijo Jesús: «Como contra un bandido habéis salido a
(Jesucristo) apresarme, armados de palos y espadas: Todos los días
enseñaba en el templo y no me habéis apresado pero
para que se cumpla la profecía...

312 313

LA PASION SEGUN SANI MATEO
Mateo 26,L4 - 27,66
IUDAS LES DIIO: ¿CUÁ¡¡TO ME QUERÉIS DAR
Y OS LO ENTREGARE?
]udas sufre de avaricia: gran deseo de dinero. Se-
gún San Mateo y San Marcos, ]udas hizo su oferta
espantosa enseguida después de que la mujer ungió
a ]esús con finísimo perfume en Betania. San |uan di-
ce que ]udas protestó en esta ocasión, no porque ama-
ba a los pobres, sino porque era un ladrón y robaba el
dinero de la bolsa donde echaban lo que la gente ob-
sequiaba a ]esús.
SE COMPROMETIERON A DARLE TREINTA
MONEDAS: era el precio en que se vendía un escla-
vo. La avaricia es la causa de Ia traición de ]udasr p€ro
vendió a ]esús por muy poco dinero. Es este el ejem-
plo más terible de la historia, que demuestra las
profundidades a donde puede arrojar a una persona
su amor desordenado por el dinero. Aquí se cumple
1o que dijo después San Pablo: «EI amor desordenado
aI dinero ha llevado a muchos a toda clase de males,
los ha desviado de la fe y ha llenado de sufrimientos
su vida, (lTimoteo 5, 10).
3t4
DOMINGO DE RAMOS. LA PASIÓN SEGÚN SAN MATEO
BUSCABA LA OPORTUNIDAD PARA ENTRE-
GARLO z Qrtizá ]udas no estaba contento con la ma-
nera como ]esús llevaba su Mesianismo, y deseaba
que hubiera actuado de maneras más espec[aculares y
violentas. Puede ser que un gran error de ]udas haÉ
sido el no aceptar a ]esús tal como era, sino tratar de
convertirlo en lo que él quería que fuese. No Somos
nosotros los que vamos a cambiar los planes de Jesús,
sino ]esús eI que nos tiene que cambiar a nosotros y a
nuestros planes. El peor error de un hombre es creer
que sabe más que Dios.
UNO DE VOSOTROS ME VA A ENTREGAR. ]u-
das había ocultado sus planes a sus compañeros, había
hedro sus movimientos de traición en e[ más absoluto
secreto (porque si alguno de los otros apóstoles se hubie-
ra enterado lo habrÍan hecho desaparecer) pero no pudo
ocultar ni esconder sus planes ante Cristo. Siempre su-
cede lo mismo: podemos ocultar nuestras maldades ante
la gente que nos_rodea, pero nunca podremos hacer que
pasen inadvertidas ante los ojos de Jesucristo que 'rre los
secretos del corazón; ]esús sabía muy bien cuáles eran
los planes de ]udas. (Y conoce también los nuestros).
¿euÉ vrÉropos usA IESús coN JUDAs? Je-
sús podría haber usado el método de fulminar a Judas,
de dejarlo paralizado, impotente, fuera de combate de
una vez. Pero la única arma que lesús está dispuesto
a usar es el llamado del amor. Uno de los grandes mis-
terios de Ia vida es el respeto inmenso que manifiesta
3r5

Dios hacia la libre voluntad del hombre. No lo obliga,
no lo empuja con violencia, solamente lo llama.
Cuando |esús trata de evitar que algún hombre pe-
QU€, usa dos estrategias. En primer lugar enfrenta al
hombre con su pecado. tata de lograr que aquella per-
sona se detenga, vea, piense y reflexione en lo que está
haciendo. Es como si le dijera: «Mira lo que estás por ha-
cer: piensa en las consecuencias que esto te va a traer».
«Más le valiera a éste no haber nacido...» (es el aviso
que le da a Judas para tratar de retraerlo de su mala ac-
ción). La sicolo gíahacomprobado que uno de los mayo-
res peligros del pecado es la sorpresa que nos sorprende
cuando menos 1o esperábamos. Y Jesús hace una y otra
vez que estemos preparados, que meditemos antes en
Ia gravedad de esto que nos puede suceder. («Soldado
avisado no muere en guerra>>). La segunda estrategia
de ]esús consiste en enfrentar al pecador con ]esús mis-
mo. (¿Soy yo?... Tú 1o has dicho). Es como decirle: ¿Pue-
des mirarme a los ojos, puedes recordar los favores que
yo te he hecho, puedes pensar en el cariño que te tengo,
y sin embargo hacer esa maldad que te propones? Es-
te llamado de ]esús consiste en hacer que el pecador se
dé cuenta de 1o horrible que es ofender a un Dios que
lo ha tratado con tan inmenso amor y misericordia. Fue
este e[ paso que cambió la vida de tantos pecadores que
se volvieron santos: el clavar la mirada pausadu y amo-
rosamente en las llagas de ]esús Crucificado, les hizo
abandonar su vida pecaminosa y empezar una vida de
santidad y buenas obras. Por ej., San Francisco, San Ber-
nardino, Santa. Catalina, etc.
3t6
DOMINGO DE RAMOS - LA PASIÓN SEGÚN SAN
MATEO
Y aquí está el espanto y horror del pecaclo: en Io
que tiene de intencionar y deriberado. Á p".u. der
úl-
timo llamado del amol, Judas prosiguiO. Lo grave
no
está tanto en haber pecado, cuanto e., qr.ru, seguir
pecando. Aun cuando Jesús enfrentó a
iudas con ra
maldad de su propio pecado y con la bondad inmen_
sa del Maestro que tanto ro amaba,
Judas se negó a re-
troceder en su malvado plan. Hoy pecados y pecados.
Está el pecado del corarónapasiofado: er def
hombre
que al impulso del momento, es arrastrado al peca_
do antes de darse cuenta de ro que ha sucedido. No
se
puede restar importancia a esteiipo de pecado: puede
traer consecuencias terribles. pero es riucho peor
er
pecado frío, calculado, premeditado, que sabe a san-
gre fría que está haciendo, que se énfrenta con el
_lo
horror de lo que va a hacer y con ra mirada amabre
de
Jesús, y sin embargo elige séguir por ese camir,o peca_
minoso. Nuestro corazón se indigna contra este peca-
do, que ur g1 pecado de Judas. páro lo trágico es
que
esto es también lo que nosotros mismos hicemos
con
frecuencia. (Barclay).
AQUEL A QUIEN yO BESARE: ESE ÉS. Es el be_
so más tremendo de toda la historia. Nunca se podrá
decir nada demasiado espantoso acerca de
]udas. (Tan
pobremente vestÍa ]esús que para distinguirlo de los
sencillos campesinos, la únicaieñal era dárle un beso.
No era decir: el m¿ís elegante, el más rico... sino aquel
a quien yo besare. Pero que beso horrible aquel).
t
3t7
 Y desde ese beso, judas desaparece de Ia escena
hasta la hora de su suicidio. En ese momento ]udas
entró en el infierno que é1 mismo se construyó, por-
que eI peor tipo de infierno consiste en darse cuenta
tótal de las espantosas consecuencias del pecado que
se ha cometido.
Y FUE Y SE AHORCÓ: Aquí nos encontramos con
eI horror del úItimo acto del traidor. ]udas vio eI es-
panto de 1o que había cometido, 1r rlo fue capaz de so-
portarlo.
Una maestra narraba este hecho a sus pequeños
alumnos y les preguntó: «Ustedes qué habrían hecho en
este caso?». Y el más vivaracho de sus jovencitos le res-
pondió emocionado: «Si yo hubiera sido ]udas, en vez
áe colgarme de un árbol, habría ido a ]esús, me habría
colgado a su cuello, le habría dado otro beso Para Pe-
dirie perdón por el anterior, y Él tt habría perdona-
"
do". ¡Qué maávillosa e inteligente respuesta! (Vilariño).
Y aquí hay dos grandes verdades acerca del peca-
do (eI áe ]udas y los nuestros). la.Lo más terrible del
pecado es que no podemos volver atrás. No podemos
deshacer 1o que hemos hecho.
No se necesita ser demasiado viejo Para experimen-
tar ese deseo de poder volver atrás las horas del reloj
y evitar eso que hemos hecho o dicho. El recordar que
una vez cometido el pecado ya nunca podremos vol-
ver atrás y tenerlo como no cometido, debe hacernos
doblemente cuidadosos de cómo procedemos.
318
DOMINGO DE RAMOS - LA PASION SEGUN SAN MATEO
Pensar dos veces antes de hablar y actuar, y pedir al
Señor el don de la prudencia y el de la fortalez4 que
tanto necesitamos.
2a. Otra consecuencia terrible del pecado: es que
uno puede llegar a odiar y aborrecer aquello que ob-
tuvo por medio del pecado (y arrojando las monedas
al templo salió). El premio que se obtuvo por medio de
una ofensa a la ley de Dios puede llegar a producir dis-
gusto, espanto y repulsión, hasta que el único deseo de
la vida sea hacerlo desaparecer de ella. La mayor par-
te de la gente peca porque cree que si puede poseer
1o que desea, será feliz. Pero aquello que debía conse-
guir por medio del pecado pueáe volvérsele tan desa-
gradable y repulsivo, que darÍa cualquier cosa con tal
de librarse de ello, y muy a menudo no puede hacerlo.
Si Judas hubiera sabido arrepentirse, podría ha-
ber sido un mártir qaizá, perdonado y exaltado a Ia
santidad como tantos otros que empezaron mal y ter-
minaron bien. Pero lo único que é1 tuvo fue <<remor-
dimiento»>. Esta palabra significa: «morder dos veces>>,
como un perro rabioso. El remordimiento es una rabia
o disgusto por haber hecho algo que resultó mal, pero
no un dolor del corazón por haber ofendido a un Dios
tan bueno (esto sería arrepentimiento). judas por falta
de un verdadero acto de contrición perdió Ia gloria de
la santidad y del martirio, y murió como suicida por-
que para mudros pecadores, después de su pecado Ia
vida resulta intolerable. (Nácar).
3t9
 El famosísimo orador; san luan crisóstorno tiene
este hernloso pfutafo acerca de judas:
«A Judas, primero el demonio 1o atacó con Peque-
ñas tentaciones de robo. Y viendo que sí Ie hacia caso/
le trajo luego, latrágicatentación de vender a ]esús. El
pecado grárre no llega de improviso' Primero vamos
¿icierraó sí a las pequeñas tentaciones, y cuando me-
nos 1o pensamot h.-ot caído ya en eI abismo del pe-
cado mortal.
cuando sí se
]udas es Ia demostración de lo que Pasa
reciben gracias de Dios, Pero uno no quiere cooPerar'
Depequeñosrobospasa}udasavendera}esús.De
p"qr"huJ vanaglorias pasarr los fariseos a querer ma-
iu, u Cristo qué se las critica. Cuidado con vuestros
pequeños pecados/ Porque a-los grandes les tenemos
i.oáo, por pudor natural de nuestra alma, pero los
"t llevando a grandes, como el niño que
p"q,r.áot .rro
ántia primero por la ventana a Ia casa y desde adentro
abre 1á puerta Para que Penetren los ladrones mayo-
res. CaÍñ emp"2ó a tener antipatía, y terminó matan-
do.Sitúempiezasmurmuranclo,terminasodiando'
Ahora echas iuentos maliciosos Por chiste y luego ter-
minarás siendo imPuro.
A muchos, como Caín y Judas, les periudica, más
que su pecado, su desesPeración.
De un Dios ofendido hay que huir hacia un Dios
aplacado. «Pídele cristiano, perdón a Dios, para que
no te suceda lo de |udas».
320
T(}DOS OS DIStr'F,RSAREIS, FERO DESI'I-JÉS;
DE q)t.rE HAYA r]{ESUCTTATTO D[]].ANT'E Dil
IXr.É
VOSCT'ROS A G,¿LLIX,EA: )esús no es un optimis-
ta iluso, ni un pesimista desanimado. É1 sabe la dura
realidad que le espera, y la cobardía de sus discípulos
que 1ovan a traicionar. El es realista, ve los hechos co-
mo son, sin dulcificarlos. Pero por ser realista y ver la
vida como es, sin mentiras ni exageraciones, por eso
ve también que después de Ia muerte vendrá la resu-
rrección. jesírs ve siempre más allá de la cruz. Sabe
que después de la muerte hay una resurrección. Esta
visión suya es la que quita a la vida gran parte de su
desesperartza. Cuando uno sabe ver como Jesús, des-
pués de cada humillación una glorificación, y después
de cada muerte una resurreccióry nunca formará par-
te d.e los entristecidos que gastan su vida entonando
lamentaciones y ayes contra sus pesares.
AI'ARECE LA SIMPATIA DE trESÚS una vez más
en este pasaje. V" y sabe que cobardemente lo van a
abandonar todos en esta noche. Y sin embargo no los
censura ni los condena, ni los llena de regaños, ni los
califica de criaturas inútiles y apocadas. Todo lo contra-
rio: les dice que cuando haya pasado ese momen-
to terrible, volverá a encontrarse con ellos y viajará
amigablemente en su compañía a Galile a. La grandeza
de ]esús consiste en que conocía el aspecto peor de los
32r
hombres y seguía amándolos. jesús sabe que somos LAS NEGACIONES DE PEDRO

miserablemente débiIes. Que hacemos el mal que no CIONIES DE sAN pEDtrto: «Te seguiré a donde
queremos y no hacemos el bien que si queremos. Sabe va-
/as».dise el apóstol. Veía sus propiós deseos pero no
que cometeremos errores todos los días de nuestra vi- lo pocas que eran sus fueriur. pr enfermo se jacta-
da,y sin embargo no siente ni demuestra desprecio por ,""Í1
ba de su voluntad, eI médico veía su debilidad.
nosotros. ]esús no sabe demostrar sino simpatía hacia Er uno
prometía. (Te seguiré a donde vayas). Er otro
el pecador. Odia el pecado pero ama siempre al peca- preveía
(me negarás treJ veces). A cuánto nos
atrevemos ros
dor, con la inextinguible esperanza de que se convierta. humanos mirando solo a nuestra voruntad y ,ceseo,
e
Et ERROR DE PEDRO. «Aunque tenga que morir ignorando u olvidando nuestra gran debilidad.
contigo, no te negaré>>. Óyeme bieru cristiano_presumido: eso es lo
que tú
Pedro cometió una falta muy clara: el exceso de con- eres. Antes de que el gailó cante ya puedes
haber ne_
hanza en sí mismo. Sabía que amaba a Jesús. Eso no 1o gado tres veces a Criéto. Tú que imaginas
empresas
dudó jamás. Pero creyó que por sus propios medios y tan grandes, siendo en realidaá tan miferable-
esfuerzos podría enfrentarse a cualquier situación que Pedro presumió en su corazón. Creyó demasiado
apareciera. jesús sabía sin embargo que Pedro no era tan -
símismo. se atribuyó triunfos que no era capazde
en
fuerte como se creía. Sólo estaremos a salvo de las traicio- con-
segui¡, y si no hubiera sido abandonado
neras arremetidas de nuestra debilidad cuando reempla-
un poco de
por aquel quelo dirigia,no habrí" .J;;;;
cemos la confianza fanfarrona que nos hace creer capaces li:Tp,
dido que nuestra fortal"ru rolr-ente viene de
de ser héroes, por una humildad que reconozca los pro- Dios.
fundos abismos a donde nos puede llevar nuestra debi- Amargo es el recuerdo de la negación, pero
dulce Ia
lidad, y por una confianza que nos convenza de que la .efperanla del perdón. Si no hubieá pr.r*r,ido no hu-
biera sido abandonado, pero ar ser abindonado
única solución para no hundirnos entre las olas del pe- aprende
a no pfesumir. Dios tiene antipatía
cado es que Cristo Todopoderoso extienda su mano ha- a los que presumen de
sus propias fuerzas-porque eso es ,rru
cia nosotros y nos salve. Esto 1o había experimentado *Lr,tira, y Dios es
verdad' Y como médico, raja ese tumor con fuórtes
Pedro la noche en que qui o andar sobre las aguas del pin-
chazos, para que se desinfle eI orgulloso
mar embravecido, pero solo logró aprenderlo definitiva- de tu p* de Ia
presunción. Este pinchazo causa doror pero
mente en la noche de sus negaciones (W. Barclay). trae'sarud.
SAN AGUSTÍN TMNE LA SIGUIENTE PÁGINA sin embargo el señor confía
CLÁSICA Y FAMOSA ACERCA DE LAS NEGA- Pedro el que lo negó. Primero

322
323

presumía. Luego fue pastor Porque amaba'.Pero por
tres veces tuvo que declarar que 1o amaba, el que por
tres veces lo había negado.
La gracia de Dios hizo después en Peclro lo que no
DesPués sí siguió a Cristo
t hasta el suPlicio, Pero no
sino en el auxilio del Señor'
No te hagas tantas ilusiones, cristiano, creyendo que
por tus p.Jpiut fuetzas vas a ser caPaz de-hacer algo
notable ó" ét camino de Ia virtud. Recuerda la histo-
ria del principal de los discípulos de ]esús. Por audaz
y presuntuoso llega a se
Ie pregunta: ¿Me amas?,
ce verdad, Porque habla
«Nunca te negaré», está Pr
de fueruas qué no tiene, está haciendo planes que no va
que
a cumplir,y estápor eso mintiendo. Así tú, cristiano
te ilusionur du hácer grandes subidas de santidad, por
tus propias fuerzas; mira el ejemplo de Pedro y pien-
,u .r, quier-, vas a confiar: ¡si en tus fuerzas que son tan
miseratles, en el poder de Dios que es tan maravilloso!
pedro pereció negando y resucitó llorando. Ya 1o
imitaste .rr lu negación, imítalo ahora en Ia contrición'
Pedro cuand,o negó ya había oído que Cristo le pro-
metía: <<sobre esta- pieitra eilificaré mi lglesia>», y
sin embargo no se atrevió a declarar en público que
era discíprrlo d. Jesús. ¿Y tú que promesas has recibi-
d.o para que te jactes de 1o que no eres caPaz de hacer?
324
LAS NEGACIONES DE PEDRO
Tienes que decir con el santo profeta David: «Oh
Señor, no alejes de rní tu Santo Espíritu». Como Pe-
dro puedes nega{, pero también como él puedes re-
parar con el llanto de tu arrepentimiento, y conseguir
Ia corona.
Tienes que repetir: «No me deies Señor, caer en la
tentaciónr. Para que El te haga el favor que hizo a Pe-
dro: ,,Yo rogaré por ti, para que tu fe no desfallezca., y
confirmes a tus hermanosr.
triun-
Los humildes presumieron de Ti, oh Señor, y
faron. Los orgullosos presumen de sí mismos y fra-
casan.
Como Pedro, págale a tu Dios, con repetidas demos-
traciones de amo4, las negaciones que le has hecho en
Ios malos momentos de tu vida.
Pedro es Ia prueba de que por nosotros mismos no
somos capaces de ser buenos. Si nos viene la arrogancia
como a Pedro, nos vendrán las negaciones como a é1.
Quiso hacerlo todo él y nada pudo. Recuerd a t:ú,
que lees, que aunque parezca que la barca de tu vida
ha llegado a lagos tranquilos, allí también te pueden
esperar grandes tempestades. (San AgustÍn).
ANTES DE QUE Et GALLO CANTE: No se pue-
de leer el pasaje de la negación de Pedro sin sentirse
sorprendido por la asombrosa honestidad del Nuevo
Testamento. Si alguna vez hubo algún incidente hu-
325
millante y bochornoso, del cual se pediría que fuera
silenciado por los amigos del que 1o había cometido,
sería éste. Sin embargo ahí está descrito con toda su
humillante miseria humana. Sabemos que San Mateo
se valió en muchos casos del evangelio de San Mar-
cos, y es en eI Evangelio de San Marcos donde la nega-
ción de Pedro aparece con más detalles. un autor del
siglo segundo , Papías, dice que ,.el Evangelio de San
Márcos es sencillamente 1o que San Pedro contaba en
sus sermones, 1o cual su secretario Marcos nos dejó por
escrito». Y así llegamos al hecho sorprendente de que
sabemos cómo fueron las negaciones de Pedro t pot-
que el mismo Pedro fue el que las narró en sus sermo-
r,es, y permitió que su secretario las escribiera Para que
fuerán recordadas después por todos los siglos. ¿Y por
qué Pedro, en vez de callarse avergonzado ante este re-
cuerdo triste de su vida, 1o narra como una parte esen-
cial del evangelio? For lu¡na raz6n, por la mejor de las
razones: porque cada vez que esta historia llega al oído
d.e los créyentes, Pedro les puede repetir. «Así es co-
mo ]esús perdona>>. <<Me perdonó al traicionarlo en el
momento de su más grave situación, y a Pesar de mis
negaciones me honró de nuevo haciéndome su ami-
golr* preferido y su reemplazo". Al leer esta historia
áebemós recordar porqué el mismo Pedro la narraba
y la mandó escribir porque su situación nos anima,
ya que todos 1o hemos imitado en sus infidelidades
a Ciisto y todos podremos obtener 1o que él obtuvo:
Un perdón total, que sabe olvidat y trata después a los
arrepentidos, como si jamás 1o hubieran traicionado.
326
LAS NEGACIONES DE PEDRO
PEDRO; TODO UN VALIENTE: Pero no todo en
Pedro fue debilidad. Empezó con un acto de supre-
ma valentía: entrar en la casa del Sumo Sacerdote, el
enemigo número uno de Cristo, era como penetrar
en Ia cueva de los leones. El final de este relato es ver-
gonzosor pero eI principio fue un acto de gran valor.
Mientras otros apóstoles se esconden y huyen, ahí es-
tá Pedro, en medio de los más teribles enemigos. Des-
pués de que la primera criada 1o reconoció, Pedro, si
hubiera sido un completo cobarde habría aprovecha-
do la oscuridad para desaparecer y poner pies en pol-
vorosa. Pero no salió de aquella casa. Cambió de sitio
pero se quedó ahí dentro de la guarida de las fieras
humanas. La segunda vez 1o volvieron a reconoceq y
ahora ya no se contentó con declarar que no conocía
a Jesús, sino que juró no conocerlo. Pero tampoco se
salió del palacio. La tercera vez no sólo juró que no
conocía al Maestro sino que se dedicó a impetrar mal-
diciones por si no era cierto lo que declaraba. Pero ahí
se quedó, hasta que cantó el gallo y hasta que Jesús le
lanzó aquella mirada que cambió su vida. Entonces sí
se alejó, pero ya no por miedo sino por vergüenza y
arrepentimiento a causa de sus faltas. ¿Quién le dio
a Pedro aquel coraje que lo llevó a hacer lo que muy
pocos se hubieran atrevido a intentar: entrar y quedar-
se en la casa del jefe de todos sus enemigos, por varias
horas? Ya sabemos la respuesta: la única taz6n fue el
amor. Fue el amor el que Io ató a aquel sitio a pesar de
que 1o habían reconocido tres veces. Y fue también el
amor el que 1o lanzó luego hacia afuera a llorar amar-
327
 üñ'ff d"gr+E:*Ft#

gamente SU CObafdía. l-:;i,', li rL{'til ilrillll ,'il iI'11,,.';i,lr l! ,,.i: lj-r,,;¡ il': ';, iir.
,j ,:::i.::::l (:t:r.,' Ir,.-ii; i:::.u l,:l .:,. lri-.¿í,f,ti".,, i:,.: l,:] ,.:it, t',r;, pefO hay qtfe fe-

corclar que si en el centro de todo esto hay una cadena

vergonzosa de cobardías, en el principio y en eI final
hay un amor intenso que lo lleva a exponerse al pe-
ligro por cariño hacia su Maesfio, y a llorar profun-
damente el haberle sido infiel. En Pedro siempre fue
más grande que su gran cobardía, su inmenso amor
hacia ]esús. (W.8.).

328

LAAGO}üIAEN EL HUERTO
Mateo 26,36.
Contemplemos con asombro reverente la lucha
del alma de ]esús.
LA PRESENCIA DE LA MUERTE. ]esús está bien
seguro de que tiene la muerte a muy pocas horas de
distancia. Siente ya sus pasos que nadie va a detener.
Nadie quiere morir a los 33 años, y menos en la ago-
nía de una cruz. Aquí ]esús libró su lucha suprema
por obtener que su voluntad humana se sometiera to-
talmente a Ia Voluntad de Dios. No es fácil someter
¿instinto de conservación a la ley que manda morir?
Nadie puede leer este relato sin darse cuenta de que
a Jesús también le fue muy duro aceptar la realidad
de la muerte y del sufrimiento atroz. Con todo res-
peto tenemos que repetir aquí lo que dice la carta a
los Hebreos: <<Cott srt sufrimiento aprendió la obe-
diencia»» (Hebreos 5, 8).
Vemos a )esús como ser humano, aprendiendo la
lección que todos tenemos que aprender en alguna
fecha de nuestra vida; a aceptar lo que no podemos
comprender. Atodos nosotros nos suceden hechos que
no podemos comprende4 que nos parece que deberían
330
LA AGON'A EN EL HIJERTO
suceder de otra maner4 que nos imaginamos que se
podrían reemplazar por otras realidadés o voluntades
de Dios menos dolorosas. Es en esos momentos cuando
se pone a prueba la fe hasta en sus últimos límites. y
entonces cuando el alma recibe un bálsamo rejuvenece-
es
dor al pensar que ]esús experimentó ro mismo en Get-
semaní. Tertuliano, escritor del siglo L1-, decía que
nos dejó una enseñanza:
Jesús
"Nadie podrá llegar á lu rurr-
rrección gloriosa si antes no ha acéptado süpropio Get-
semani, y si no ha aprendido a decir en loimomentos
dolorosos de la vida, «Hágase oh padre tu voluntad>>.
IESÚS ESTABA SOIO. LICVó A SUS trCS AMigOS,
pero, según el testimonio del médico San Lucas, era
tanta la tristeza que tenían, que se durmieron. porque
la tristez.a produce somnoleñcia. y )esús tuvo qr" ti-
brar su lucha a solas. Huy ciertas realidades que ca-
da uno tenemos que enfrentar y ciertas decisiones que
tenemos que tomar en la terrible soledad del alma.
Huy momentos en que la ayuda humana no se ve por
ninguna parte y el consuero de ros demás desaparece,
pero en esa soledad tenemos una realidad fortaiecedo-
ra: Ia presencia de
flr"t eu€,.en Getsemaní, experi_
mentó lo mismo, y lo superó. (W. B.).
ME MUERO DE TRISTEZA: (Mateo 26, gB). Mis_
terio profundo. Jesús q,e es la alegría de cielos y tie-
rra está Ileno de tristeza mortal. En pocas escenas del
evangelio se presentan tan claramente las dos natura-
lezas de Cristo: la humana y Ia divína.
331
 Pero no había dicho Jesús: «¿Cuánto ansío que lle-
gue esa hora?» «Con bautismo de sangre tengo que
ser bautizado, y cómo deseo que llegue ese bautis-
mo)>. ¿Y ahora que Ie llega Ia hora de ser bautizado
en su sangre siente tristeza? Es que las penas que pa-
dece son terribles, y sus angustias atroces. Es que 1o
espanta la enormidad de los dolores y de las humilla-
ciones que le esperan. Y a la imagen aterradora de los
sufrimientos que le guardan, se une el pensamiento
desolador de que para muchos serán inútiles sus pa-
decimientos porque no querrán aceptar ser salvados.
(Fernández Truyois).
En su naturaleza humana vive ]esús en forma con-
movedora el horror que todo hombre siente ante el
sufrimiento y la muerte. No quiere ahorrarse Cristo
el miedo y la aflicción psíquica del corazón humano.
Quería ser enteramente hombre también en esto, y de
esta manera se lnizo hermano de los que se ven enfren-
tados a sufrimientos ineludibles.
cAYÓ [dosTRo EN TIE[{.RA (Mateo 26,39). Con
el rostro lívido, las rodillas vacilantes, extendidos los
brazos como en demanda de ayuda misericordio-
sa, con la infinita congoja que Ie oprime, empie za a
orar. No era este el modo de orar usual entre los ju-
díos, que oraban de pie. Ni es el modo usual entre los
cristianos más fervorosos, que oran de rodillas. Era el
abatirse en tierra propio de quien no tiene fuerzas
para mantenerse erguido, y de quien siente que tiene
que orar postrado entre el polvo (Ricciotti).
332
LA AGONíA EN EL HUERTO
PliDtrtE: SI ES POSTBLE eUE I?ASE DE hdÍ ESTE
cAtlz (Mateo 26, gg). La oraiión de Jesús en el Huer-
to tiene dos fases. En la primera pide directamente ver,-
se libre de los tormentos de la pas[ó*, aunque somete
su voluntad a la del Padre. En la segu,da no pi-
de ya directamente verse libre de ú pasión "rn.iór,
sino que su
interés principal es tener una absoluia conformidád con
la voluntad del Padre: su sentido parece ser este: pues-
to que no es posible que deje de beber este cáliz áe mi
pasión, estoy resuelto a cumplir perfectamente tu vo-
luntad. Pero esta conformidad .or, ru voluntad del pa-
dre no disminuye el horror de su naturaleza humana a
la pasión, antes más bieru con ra ayuda de su imagina-
ción que era muy viv r y poderosa, esa repugnanciá iba
en aumento, al ver la pasión ya tan próxima Jinevitable.
NO SE HAGA LO QUE YO QUIERO SI NO LO
QUE
QUIERES TÚ. En aquella nochl del jueves la naturale-
za contempló la más espantosa de las agonías que en el
mundo ha habido, pero en esa noche se Jscuchóiambién
en la tierra Ia más bella oración que labios humanos ha-
yan pronunciado: ,,Padre si no es posible que pase de mÍ
este cáliz sin que yo lo beba,hágase tu voluntaá" (Nácar).
Desde hace veinte siglos se vino esta oración a tra-
vés de los tiempos y de los mares ,pdrallegar a nuestros
oídos y enseñarnos cómo se debe oru, én momentos
de angustia, para tener contento a Nuestro Dios y ob_
tener de su bondad-que me envié el espíritu de allgría
y fortaleza que nos hará superar las horas de tinieblas.
333
 Dios no le quitó a Jesús sus penas, pero Ie dio forta-
leza p ar a sobrellevarlas.
El célebre orador, P. Nossa, describe así la Agonía
en el Huerto:
En aquella noche de Getsemaní, ]esús representa en
su imaginación la manera como lo van a atormentar. Ve
como, uno 1o prende, otro 1o amarra un tercero lo empu-
ja, algt;jen Ie insulta, y varios andan buscando testigos
falsos contra é1. Aquél le da un tremendo bofetón... y ya
se siente llevado casi a rastras hasta los sótanos del pala-
cio. Uno le ata un pañuelo sobre los ojos y los demás lo
abofetean entre burlas humillantes. Siente que amanece:
allá 1o llevan por entre gritos burlescos hasta el palacio
de Pilatos. Luego donde Herodes y otra vez de vuelt4
vestido de loco. Dan vueltas con é1 de aquí para allá co-
mo con un estúpido imbécil. Y siente las carcajadas lú-
bricas de Herodes y su camarilla. Es llevado y traído,
escupido y rechazado, y ahora: ¡horror! Lo van a flage-
lar. Su naturaleza humana se revoluciona. ¡No! ¡No! La
sangre atemorizada corre a refugiarse en elcorazón. <<Pa-
dre -grita- si es posible aleja de mí este cáliz». Pero an-
te el silencio de Dios Padre, Cristo se sobrepone y da el
¡Sí! ¡Sí!, heroico, que lanza a borbotones la sangre por las
venas, e incontenible chorrea por sus mejillas aterradas.
Se levanta. Necesita consuelo. Lo buscará en sus
discípulos, pero... están dormidos. «Señoq, tampoco en
nosotros encontrarás consuelo. Seguiremos hacién-
dote el mayor de los ultraies que es: amarte poco»
(San Buenaventura).
334
L
LA AGON'A EN EL HUERTO
Y vuelve a orar de nuevo. y de nuevo se Ie presenta
ante su imaginación eI fantasma de su propia pasión.
Ya se siente amarrado, semidesnudo, atado a una co-
|umna muy b?ig, totalmente encorvado.
ya oye silbar
los fuetazos. ¡oh, como cimbran sobre sus senéibles es-
paldas! Ya siente caer el segundo y el tercer fuetazo so-
bre el mismo sitio. ¡Cómo sangra cómo duele! ¡ALu y
lo triste es que será sin resultado para tantos duros de
corazón que seguirán cantando y riendo en su camino
hacia la condenación eterna! Y siente esos fuet azosagu-
dos, con garfios de metal o puntas de marfil,
eue llegan
hasta el estómago le hieren el rostro, ¿y ahorai
¡Ah! ñan
terminado. No, no han terminado. Al soltarlo de ra co-
lumna cae desmayado en el charco de su propia sangre.
Pero lo sacudery 1o despiertary porque el drama apenas
está empezando. ¿Terminar ya? No, no, gritan nuestros
pecados, ¡es necesario seguir cebando nuestra cruerdad
en la inocencia del que borrará nuestras manchas!
Allá correry allá gritan. Un pedazo de manto rojo,
desteñido y viejo, de un a lorno de una ventana, una
caña de arrear bueyes. Si ahora que su cuerpo agoniza
de dolor hay que cebarse en é1. Ahí vienen.
Con un empujón lo echan sobre la cepa. Le ponen
encima el manto de burlas. Y se oyen sus gritos y sus
carcajadas. Pero falta algo más.
Se escucha el crack de las ramas espinosas que se
parten. ¡Ahí vienen! ¡Ahí viene la corona de espinas!
33s
 *

Risas, grito, silencio. ' ' Se acercan, y con una
fuerza
digna ,Ce"otro oficio, se la clavan en su santa piel tan
á"ii.uau, / su dolor es acompañado con silbidos y con
ápir"tot áe ludibrio. Pero basta' Que el pueblo quie-
salga'
re ver a su «rey, y hay que presentárselo' iQue
que salga al balcón!
Y allí se siente ]esús: presentado al populacho' ¡Qué
De los
silencio! iQué emocióniLa gente se estremece'
ái"t ¿" mrrchos brotan las iágrimas y están dispues-
iár u gritar: ,.ltJo, Pilatos, no tienes derecho a vengarte
nada
tan espantosamente de un hombre contra quien
girrru'r" ha comprobado'' Y yu van a empezar a gri-
íu, usu favot Pero en ese momento aparece el odio de
los escribas y iariseos, odio judío, odio satánico' que
seriegaComocombustibledelocura,conestasfrases:
,.Si ná'pid.en que 1o cond'enen, no nos pidan después
favoresanosotroS>>,Yelpuebloatemorizadosecasus
lágrimas y empieza a gritar el "crucifícale"'
Y eI Presidente se asusta, y 10 sentencia a la cttz
Ia más horrorosa de las muer¡gs' «No, No"' vuelve
a
gritar su naturaleza humana' ntNo, no por nada de1
ñ.rr.ol"r, 1r de nuevo Ia sangre corre Presurosa a bus-
car refugio en el corazón' Jesús clama otra vez
«Pa-
dre, si eJposible, quita de mí este cáliz de amargura)>'
LA AGONIA EN EL HUERTO
santa Voluntacl... y el Sí generoso lanza de nuevo a
borbotones la sangre hacia las manos y los pies para
que sea derramada al ser atravesados por los clavos, y
a la cabezapara que en goterones vaya cayendo sobre
las piedras del camino y sea absorbida por los terro-
nes donde está reclinada su dulce faz, y donde emo-
cionados la verán y adorarán sus discípuIos cuando
días después vengan a recorrer pesarosos los pasos de
su pasión.
Vuelve a sus apóstoles pero los encuentra dormi-
dos. Entonces les da una fórmula para que la transmi-
tan a todos sus amigos de todos los siglos: <<Velacl r;
Orcad p{Erfr fi.a c&6.rv' en temtsciónr'itürqÍse el espíri.-
tu esúá praruto, pero la carne es débil»»" Es decir: "E1
apetito sensitivo y las tendencias naturales del hom-
bre debilitan de tal manera los propósitos que hace el
espíritu, que si no se busca ayuda en Dios por medio
de la oracióry las tendencias sensitivas llevan a la vo-
luntad a doblegarse ante la tentación. La carne es dé-
bil: los apóstoles 1o estaban experimentando».
ooooooooaoooooeoooooooooooooo oo
o
'Padre: o
o

Silencio solemne .... dotmidos los discípulos, quietas

o

las hojas de los árboles... el rocío parece que ha deja- .T

Que no se, hag,a a
o
o

do d,e caer... la justicia de DIOS calla... silencio. Y Ie- vo gulero/ o

a
sús da d.e nuevo su <<SI>>, mil veces bendito: «Si Padre, o
o
si no es posible que pase de mÍ este cá1i2, hágase tu o
oooooooooooooooaooooooooooaoo oo

336 337
 2 ,'i

PffiEI{DTIMIENTO DE IESUS ii

ili)l e r¡r:r ¿ ;i a h'ieiro rrrriretr'e. Cuando Pe-

iiLrir:r'r'u¡ nna{.a
dro trató de defender con la espada a ]esús en el huer-
to, el Maestro le dio una noticia valedera para todos
los siglos: La violencia engendra violencia. Lo úni-
co que puede obtener e1 usar un arma contra otro es
que otra arma salga a relucir en contra del que pri-
mero atacó. Jesús sabía que Ia violencia, la guerra, la
cruelicnad \¡ etr c¡c{[c] mo arreglalr macfa, sino que Pfo-
ducen una cadena inacabable de males y una serie
de criaturas amargadas por el resentimiento y el de-
seo de vengarrza. Y la historia ha venido demostran-
do que sí tenía razón. No más cuarenta años después
de su muerte, aquellos judíos que 1o crucificarory in-
tentaron oponerse por la espada y la violencia a los ro-
E IV SII. E NC JE SUS CURA U A ORE ¡A
'OCUANOO LOS
manos y fueron totalmente destruidos por la espada y DEt SIERVO.
VE r,,,t A JE
DISCIPULOS
SUS QUE NO HACE NADA pOR SAr
la violencia de los romanos. «El que a espada hiere, a VARSE
QF IQ Itr¡
SAT E N
t OS SOt DAOOS AMARRAN
HUVE NDO A UNA ORDE N

espada morirár. A ¡ESUS Y S§ TO ltEvEN A JERU

SAIETv, LA C'UDAO DONDT SOUO
UNOS DrAS ANTE g ¡4§rA E N

¿o ES QUm Clr{.885 QUE iNO PODRÍA PEDIR IRAOO TRIUNFAUME.NTE

DOCE I-EGIONES DE ÁrUCffnSZ ]esús va a la

muerte absolutamente libre, sin que nadie le haya
obligado a exponerse a ella. Aquella noche aI sentir
el gentío habría podido huir por entre esos bosques,
sin ser visto, y en Jerusalén había muchas personas re-
sueltas a esconderlo y permitirle huir. Incluso había
podido invocar eI poder de Dios y haber fulminado
a sus enemigos. Cada paso de esta escena demuestra

338 339
que Iesús entregó su vida porque qui o, y nadie lo PRENDIMIENTO DE JESÚS

pudo obligar a ello. |esús eligió morir porque sabía habían convenido no apresarlo durante los días de Ia
que su muerte era lo que Dios tenía proyectado en Fiesta, con todo en vista de las circunstancias propi-
su Plan de Salvación. Tomó este camino porque era el cias ofrecidas por ]udas, se determinaron a háceilo
que Dios había anunciado por medio de los profetas. aquella misma noche. Pero por si los discÍpu1os se re-
]esús murió, no porque los hombres lo obligaron a ir a sistíary se llevaron un numeroso grupo de servidores
la muerte, sino porque Ét etigiO morir. del Templo y varios criados de los sacerdotes, y logra-
Doce legiones: era mucho el ejército celestial que ron de la autoridad un contingente de soldados dé ta
]esús podía haber pedido al Padre. Con esto insinúa Cohorte que estaba de guarnición. Iban armados de
]esús que si en los planes de Dios hubiese entrado el
que Él se defendiesé por la fuerza,le bastaba reclamar
el auxilio de su Padre e inmediatamente Ie llegaría po-
derosa ayuda. Quería significar que en su mano es- dos los seres humanos. «Me odiaror"r graLr.rita,rente>r,
taba, si quisiera, frustrar los intentos de sus enemigos. decía Jesús. ¡Y tenía razón!
Pero tenía que cumplirse Ia Escritura: <<Eue lleuado Y lo llevaron entre aquel numeroso grupo de mato-
cotno ooeja al matadero»» (Isaías 53). nes descorteses, que caminarían celebrando eIéxito de
HABÉIS SALIDO COMO CONTRA UN BANDI- su expedición (BAC).
DO (Mateo 26,55):
Han venido de noche, ffiüy armados y muchos. ]esús
hace constar ese ultraje que le hacen. Si la causa de su
prisión es su enseñanza, ¿ or qué no 1o apresan mien-
tras enseña? Pero tenía que cumplirse también aque-
lla otra Escritura «Fue contado entre los malhechoresr.
¿For qué habían venido tantos y a estas horas? Es
que Judas al ver descubierto su plan durante la Ce-
na, ha corrido a contar a Caifás y a los otros, que sus
propósitos de entregarlo son ya conoci os por ]esús,
y que hay que apresurar los acontecimientos. Aunque

340
341

¿E[{.ES rÚ nl n¿tEsÍas, EL HIJO DE DIOS? }esús
haura advertido en muchas ocasiones a sus discípulos
que no dijeran que É1 era eI Mesías, el Hijo de Dios' Pe-
rb ahora ante eI Tribunal supremo de la nación y ante
el Sumo Sacerdote sí lo declara públicamente. Caifás le
hizo la pregunta bajo la gravedad del juramento. Este
es el mómento crucial en el juicio de )esús: podemos
afirmar que el universo entero contuvo el aliento en
espera aé la respuesta de Cristo. Si ]esús decía ..NO,
,,o to so,,» r" ,oér,íu el juicio abajo. No podía haber
acusación alguna en su contra. solo tendría_ que decir
<<NO>», y saláría de aquel palacio como un hombre li-
bre,y podría irse de ]erusalén antes de qu9 el Sanedrín
irura alguna otra excusa Para condenarlo' Pero
".r.ot
si decía «SI, firmaría su sentencia de muerte>>' Nada
más que un simple «SI» y 7a cruz era para É1 una reali-
dad iireversible. Y |esús dijo «SI>>, sabiendo el costo
de esta respuesta. Pero aun fue más lejos: citó las fra-
ses con las cuales el Profeta Daniel describe cómo será
Ia aparición del Hijo de Dios sobre las nubes del cielo.
Md claro no era posible contestar. Aquellos hombres,
con horror histérico, se rasgaron las vestiduras, y ]esús
fue condenado a muerte.
Entonces siguieron las escupidas, los puñetazos, las
bofetadas y las burlas. Se olvidaron hasta de los as-
pectos exteriores de la iusticia y salió a relucir el odio
venenoso cultivado en el caldo de sus envidias. Esta
342
EL JI]ICIO EN CASA DE CAIFÁS
reunión comenzó como una Corte Suprema de Justi-
cia y terminó como un villano grupo de linchamiento.
Una vez más se cumplía lo que hoy sigue sucedien-
do: ante Jesús no se puede permanecer neutral; se es-
tá en favor de É1, o en contra de El, pe.o neutral nunca
(w. B.).
uNo DE LOS rlrJErVOS EFHCTOS Q[iE COr{"
SEGUIREMOS .AL MEDITAI{. EN X.A [% SiIÓN DE
CRISTO ES: excitar y aumentar nuestro amor a Dios,
y así obtenemos el perdón de los pecados, para que
se nos pueda decir: «Se le perdona rnucl'no, porcpre
amó rnucho>> (Levítico 7, 47). Porque si al principio
del evangelio vemos cuán grande es el amor del Pa-
dre al darnos su propio Hijo, ahora al final vemos
cuán grande es el amor del Hijo al darnos su vida en
medio de tantos tormentos. (San Buenaventura). Y en
estas escenas que vamos a contemplar enseguida po-
dremos calibrar el valor inmenso del amor de Cristo
por nosotros.
Para condenar a un hombre a muerte se necesi-
ta el testimonio acorde aI menos de dos testigos. Pe-
ro no lograron encontrar siquiera dos que se pusieran
de acuerdo. ENTONCES CAIFAS APEI-A A UN RE-
CURSO SUPREMO, que sabe de antemano que le va
a dar el resultado apetecido: el juramento solemne, ju-
rídico, al cual nadie podía negarse. Y Jesús juró: «Sí
soy el Mesías».
343

EI{TONCES LE ESCUI'XEI{.ON LA CARA. ¿Rostro
era ese paraescupir en él? Al rincón más despreciable
suelen volver los hombres la cara cuando quieren es-
cupiq, y en todo ese palacio no se halló otro lugar más
deipréciado que tu rostro r pdta escupir en é1, ¿oh buen
Jesús? Y tú oh cristiano, polvo y ceniza, ¿cÓmo no te
humillas con ese ejemplo? El Hijo de Dios calla, escu-
pido y abofeteado, y tír, vil gusanillo, ¿transtornas el
r.rrr,áo por cualquier puntillo de honor? La humildad
de Cristo conmovió el corazón de Dios y 1o suavizó
para Ia hora de nuestra sentencia. ¿No logtatl conmo-
ver eI tuyo y humillarlo? Señor fesús, humillado, cu-
ra mi oigullo y ffii soberbia. (Fray Luis de Granada)'
LO GON,I'EABAN DICIENDO:
.ADIVINA ¿QUIÉN TE HIRIÓ? Las generaciones
siguen pasando por enfrente de Jesús, abofeteándo-
1o y escupiéndoló con sus pecados y rebeliones (¿se-
remos de esos?) y pteguntándole: «Adivina ¿quién te
hirió?". É1 espera en silencio, pero el día del juicio sí
responderáy adivinará quienes Ie hirieron. (Nossa).
La escena se convierte en indigna y rePugnante. Se-
gún San Mateo, hasta algunos miembros del Sanedrín
tuvieron eI salvaje atrevimiento de escupirle a la cara
y abofetearle, ejemplo que siguieron bien pronto los
guardias a quienes encomendaron su custodia.
Y LO ABOFETEABAN. ¿Cómo no se hundió el
universo en las tinieblas cuando vio sufrir semejan-
te ultraje a1 Dueño de todo 1o que existe? EI Creador
344
EL JUICIO EN CASA DE CAIFÁS
que hizo al hombre de un poco de tierra, recibe una
bofetada de aquellas manos que Él mismo formó. Oh
manos criminales: vosotras llenáis al cielo de estupor.
(San Efrén).
Según los evangelistas: unos Ie daban con la mano
extendida, o sea con la planta de la mano, y otros le
pegaban con el puño cerrado. El evangelio usa unos
verbos griegos que significan «G,olpes píix:ír cfles¡rr:flir,
jar, para quitar la piel».
Bo'¿er clice: Quizá nunca amó Dios tanto a su Hi-
jo como en los momentos en que lo vio en los ma-
yores sufrimientos y en las más grandes angustias y
humillaciones. Y quizá ninguna or ción de ]Lsús fue
tan atendida por el Padre Dios, como las que dijo en
los momentos de agonía, de dolor y de crueles marti-
rios. En estos momentos estaba obteniendo para noso-
tros todos los favores y el perdón que necesitábamos.
bréis al Hiio del Hombre
con sran maf estad
las nubes del cielo.
34s
 ;,,1:.,-.,,¡;.',.,;;,, jr,::l;triS;;,ltil'ii: ,litll,¡ilOS;.
¿De qUé lO aCUSaban?
S. Mateo no 10 dice, pero San Lucas sí. En el Sanedríry
la acusación que le hicieron para condenarlo fue Ia de
blasfemia. Pero esta acusación no les valía de nada an-
te Pilatos. Nadie sabía mejor que las autoridades judías
que Pilatos jamás escucharía una tal acusación de blas-
femia. Les diría que se fueran a arreglar entre ellos sus
propias discusiones religiosas. Por eso San Lucas nos
cuenta que ellos se aparecieron ante eI gobernador con
una triple acusación, cada una de cuyas partes era una
mentirota de primera clase. Acusaron a ]esús en primer
lugar de ser un revolucionario, en segundo lugar de in-
citar a la gente a no pagff impuestos, y por último, de
andar diciendo que él era Rey (Lucas 23). Fabricaron tres
acusaciones poHlic as, a cual más de mentirosas las tres,
porque sabían que para hacer actuar a Pilatos, las úni-
cas acusaciones que tenían efecto eran 1as de esta clase.

,lQuJIÉni ERA lirXLATOS?' Era un gobernador que

dependía directamente del emperado\ y no del Sena-
do. Duró diez años en el cargo. Su falla principal fue
su desprecio por la religión de los judíos. Roma sa-
bía que la religión de los israelitas era indestructible
y que en esto ellos no daban jamás un paso atrás. Por
eso los trató siempre con guantes de seda, demostran-
do así gran sabiduría el gobierno romano. Pero Pila-
346 347

tos dispuso cambiar de táctica y quiso imponerse por la
frerza. Los anteriores gobernadores sabiendo que los
Israelitas odiaban la veneración de imágenes, quitaban
de las banderas de su ejé.rcito antes de entrar en ]eru-
saléru las imágenes del Aguila (que era el escudo del
ejército romano) y del César. Pero Pilatos no quiso qui-
tarlas, y con esas imágenes en sus banderas hizo su pri-
mera entrada en Ia Ciudad Santa. Esto le ocasionó un
descontento general, y una oposición tan radical que
tuvo que claudicar y mandar quitarlas, porque no
posible ejecutar o encarcelar a una nación entera. Más
tarde se propuso Pilatos hacerle acueducto a Jerusalén.
¡Muy buena la idea! Pero para costearlo se adueñó de
los tesoros del Templo, y esto si que jamás se 1o podían
perdonar los judíos. Además eran tantos los actos de
crueldad que este gobernador había ejecutado, y tantas
las personas que había condenado sin juicio previo, que
según el sabio Filon (que vivió en el siglo II) la mala fa'
ma de Pilatos era tan horrible entre los judíos, que és-
tos lo podían denunciar en cualquier momento ante
el emperador y echarlo abajo. Por eso si a alguna cosa
le tenía miedo el señor Gobernador era a que lo denun-
ciaran ante el César. Los judíos conocían este temo4, y
por ahí 1o atacaron. Por eso le dijeron: «SI SUEI-TAS A
ESTE N0 ERES AIMIGO DEL CESAR porque...».
PITATOS SABÍA QUE IESÚS ERA INOCENTE:
Por eso insiste en preguntar «¿Qué mal ha hecho?»
Desafortunadamente para é1, Poncio, sus malas ac-
ciones anteriores les daban a los judíos una podero-
sa palanca para llevarlo a donde é1 no quería Llegag y
348
EL JUICIO ANTE PILATOS
hacerlo dar una sentencia que iba contra su juicio y el
modo recto de hacer justicia.
Todo este juicio nos demuestra que Pilatos no que-
ría condenar a Jesús. No cabe duda de que el goberna-
dor se sintió muy impresionado por ]esús. ¿eue era
un revolucionario? Pilatos había juzgado y condena-
do a muchos revolucionarios y este acusado que tenia
es enfrente no era de esa laya. Además el noble silencio
de ]esús le impresionaba profundamente. No es fácit
encontrarse con un acusado a quien le inventan false-
dades que aparecen mentirosas a simple vista, y que
se quede totalmente callado. ¡Es bien raro encontrar
un hombre así!
Se ]avó Las rnan.¡r;. flero cle alg,o 1!o str l-rir¡..(r;t Xib¡r;i
jarnaís: de su responsabilidad. Bien podemos hacer y
decir todo lo que queramos para demostrar que so-
mos inocentes del mal que hacemos: pero de nues-
tra responsabilidad no nos podremos separar jamás.
Ella sigue a nuestras acciones como la sombra aI cuer-
po cuando viajamos a la luz del sol.
Pilatos provoca en nosotros márl compasión qtue
odio. Porque aquí vemos a un hombre tan esclavo
de las consecuencias de sus malas acciones pasadas,
y tan impotente para jugarse el todo por el todo con
tal de no cometer injusticias, que fue incapaz de decir
<<No» a las exigencias de la envidia cuando esta quiso
pisotear la justicia.
349
 Pilatos es la imagen de la cobardía de quien se sien-
te inseguro a causa de sus maldades anteriores, más
bien que la imagen de la perversidad. Inspira compa-
sión más bien que odio. (Barclay).
rl ,- OI'uriri Ii,il;{itrl ]dCI (:(l;l\..l]il¡:51i,4[:i¿,,: EL GOBER-
NADOR ESTABA MUY ADMIRADO (Mateo 27, 1,4).
¿Cuándo llegarás a sufrir como tu Maestro? ¿Acaso te
han dicho a los oídos 1o que aI Él le dijeron? «Y )esús
callaba». En cambio nosotros pateamos y borbotamos
protestas porque algo duro se nos dice. ¿De qué te sir-
ve oír que mientras lo abofeteaban y lo insultaban y
se reían de É1, Jesús se callaba, si tú vives quejándote
de todo? Todo esto te enseña que cuanto mayor sea tu
paciencia y tu silencio en tus sufrimientos, más te ase-
mejas en la tierra a Cristo y más te asemejarás a É1 en
la gloria, pero si te irritas y contestas ante las injurias,
demuestras que no eres dueño de ti mismo, y que no
eres libre aunque tengas mil personas bajo tu mando.
(San ]uan Crisóstomo).

:,í i:j$'l E; ¿ir,)iilÉ l,¡zf1l.i, I-tr¡i* t{iECli]IC)? (Mateo 27,23)

preguntó Pilatos. Pregúntale a la gente qué es lo que
Et ha hecho. Muchos tendrán que decir: <(a nosotros
nos deaolaió la vista». Otros: <<a nosotros nos libró de
los espíritus malos que nos atormentabanr> y una gran
muchedumbre tendría que proclamar: <<o wosotyos
Es.¿¡s Í"'ibrró de mwal,eos errot"es e ignorancias religio-
.c¡#§»> etc. Pero no. Lo que responden es «Q¡ugifícale";
para que se cumpla la profecía: «Le devolvieron mal
por bien, ! lo odiaron gratuitamente>>.

350
 ri.¿u" rl(i-li, r:' i l
il rirL§ql,Rlii r:rJ [$ [tE ]N{ }Siü-X'I{.ü§ Y SC.-
BI(E Ir{LIh,S"t' R (} ¡i FnI}{-} S (Mate o 27, 25) dijeron los ju-
díos. Y Dios les ha oído su depreciación. Sino, véase
la suerte de1 pueblo judío de ah en adelante. 40 años
después su ciudad ]erusalén es destruida por com-
pleto; un millón de israelitas asesinados, y el resto
desterrados o vendidos como esclavos. Más de cinco
mil cruces levantaron los romanos para crucificar ju-
díos junto a JerusaLén, poco tiempo después de haber
muerto ]esús. Miles de hijos de los que allí pedían que
les cayera encima la sangre de Cristo, murieron de la
manera más horrenda.
LOS "!UDÍO5 REVOCANI L.& SENTENCIA.. En
19331os judíos eligieron en |erusalén un Tribunal com-
puesto por los cinco judíos más sabios, para que inves-
tigaran el juicio que se le hizo a ]esús hace L9 siglos.
Este tribunal declaró solemnemente: «La antigua sen-
tencia del Sanedrín contra ]esús debe ser retractada,
ya que Ia inocencia del acusado estaba demostrad4
Y SÚ CoNDENA FUE UNo DE LoS ¡TÁs TERRI.
BLES ERRORES QUE LOS HOMBRES HAN CO.
METIDO IAMÁS, <(error cuya reparación honraría a
la raza judía» (Ricciotti).
3s2
Laflagelación
Antes de crucificar a una persona acostumbraban
los soldados exponerle a toda clase de torturas y hu-
millaciones, y la más grave de todas era la FLAGELA-
CION. Ataban al reo a una columna muy baja para
que su cuerpo quedara totalmente encorvado y así tu-
vieran más efecto los latigazos que recibía y luego lo
azotaban sin ninguna compasión.
En la Sábana Santa que se conserva desde hace si-
glos en Turíry Italia, y en Ia cual se dice que fue envuel-
to el cadáver de Jesús, después de haberlo cubierto de
aromas (y qre los científicos han demostrado que sí es
de telas tejidas hace veinte siglos) se conservan las hue-
llas de 96 heridas hechas por azotes. Pero sabemos que
la herida no la hace el primer azote que cae sobre la
piel, sino el tercero o el cuarto que cae en el mismo sitio.
LOS AZOTES eran tiras de cuero que llevaban en
el extremo pedacitos de hueso, de marfil o de plomo.
Las llamaban <<flagelos».
Muchos morían mientras eran azotados, otros per-
dían la razón, y eran muy pocos los que permanecían
conscientes después de haber recibido la flagelación.
Entre Ios romanos no había número determinado
de azotes. Este se dejaba a la voluntad de los verdugos
que los aumentaban según fuera su antipatía hacia el
3s3
que era azotado. Y por el modo como trataron luego a
Jesús, se nota que Ie tenían muy mala voluntad.
El poeta Horacio, de aquella épocar eu€ no era un
hombre muy sensible ni muy misericordioso, dice que
el tormento de la flagelación s1¿ «horroroso¡>. Los
azotes llegaban frecuentemente hasta el estómago, el
pecho, y aun hasta la misma cara.
¿Cuírmtos azotes le dieron a Füuestro Seí'ror? No
lo sabemos. Pero una sola cosa es cierta: que la flage-
lación fue demasiado cruel, y que a juzgar por el
odio que tenían los soldados del ejército romano ha-
cia los judíos, y eI desprecio que hacia ellos sentían,
se habrían cebado los verdugos en Ia pobre víctima,
descargando golpes y más golpes, hasta sentirse ren-
didos de cansancio.
,ALGG CRUEL: Muchas veces la muerte del pacien-
te ponía fin a la flagelación y a veces, después de los
azotes, quedaban al descubierto las entrañas. Entre los
romanos, la flagelación podía reemplazar a la pena de
muerte. El flagelado, si iba a ser condenado a pena de
muerte, era considerado como un hombre sin nada de
humano, como un simulacro de1 que la ley no se pre-
ocupaba ya,y en el que podían ensañarse a placer con
todas las crueldades. (Filtion).
¿QUÉ SUCEDÍA ENTONCES? A los primeros
golpes, cuello, espalda, costado, brazos y piernas, se
amorataban y luego se cubrían de líneas azuladas y de
tumefacciones. Al poco rato ante los insistentes gol-
354
LA FLAGELACIÓN
pes/ se rompían las venas, y todo el cuerpo chorreaba
sangre. El flagelado se convertía en un amasijo de car-
nes sanguinolentas, desfigurado. Casi siempie se des-
mayaba. (Ricciotti).
EI1J X-rii }rt,1*Gl;li,A<llÓt{ Co¡-u¡¿ií;dciüir ¡,j¡ Ci-il,r.-
},
li:'i.,IC; ¡r [,4 Lu]]lt.A. r-i-] iiJi-l)ii
i [H [itrr,. r]rtc¡iirE ,t.IZ¿r]_,,r*¡
iS/r*Ír{-§J: (Isaías 53, 2ss)
.,Durpr"ciado, el cleshecho de
los hombres Varón de dolor"i, q.re sabe lo que es pa_
decer. su rostro cubierto de veigü enza y áfrentado.
Fue llagado y despedazado por nuestras maldades.
Con sus heridas fuimos r,osoi.os curados>>.
f-¿\, rr-r¡-,¡uGxltr-A,c:;tÚn¡ sn I-ÍACÍA ]fi\J i iF.t ir {:rít]c []1,:r
illxctS: delante de todos. Los azotes romanos, por su
número, por sus fuetes, y por lo bárbaros que eran
quienes los dabarL eran un tormento incomiarable-
mente más cruel que los azotes de los
iudíos. (A Je_
sús lo azotarort los soldados romanos). ño hay duda
se hizo en sitio públi-
evangelistas dicen qlle
acio. Señal de que estaba
. La crueldad con que la
debieron ejecutar aquellos sordados se cleduce del
modo como lo trataron luego en la coronación de es-
pinas. (Bover).
Las Burlas cle los Solclados:
Lo que hicieron los soldados puede hacernos estre-
mece{, pero de todas las personas que se vieron com-
355
prometidas en los suplicios de Jesús, quizás no son los
soldados los más culpables. Ellos no eran judíos, Por-
que Israel era la única nación que estaba exenta de ser-
vicio militar en el imperio romano. Tampoco vivían
en ]erusalén, pues habían venido de guardia para Ia
fiesta, y por 1o tanto no sabían quién era ]esús; qui-
záni squiera habían oÍdo hablar de É1. Lo que hacíaru
lo hacían quizá con plena ignorancia. De ellos sí que
se puede repetir lo que dijo San Pedro: «Si hubieran
sabido lo que hacían, no habrían atormentado al Se-
ñor de la gloria>>. Era gente totalmente burda, recogi-
da de regiones lejanas, cuya diversión era burlarse de
los condenados a morir. Jesús sabía que Por ellos po-
día repetir: <<Padre perdónalos, porque no saben lo
que hacett>». No se imaginaban que estaban vistiendo
de «rey de burlas, al «Rey de Reyes y Señor de lo Se-
ñores» (Apocalipsis 19, 16).
De 1o que sí podemos estar seguros es de: quién fue
quien dio fuerza a esas manos Para abofetear a ]esús,
y a esas lenguas parainsultarlo: nuestros pecados. To-
dos nosotros hicimos fila allí para golpear y herir a
Cristo. Todos escupimos. Todót t oJ burlamos de É1.
Pero dirás: ¿Cómo puede ser ello posible, si la Pasión
de ]esús sucedió hace tantos siglos, y yo apenas vivo
ahora? Es que para Dios no hay pasado ni futuro: to-
do es presente: y tus pecados suceden aI mismo tiem-
po que su pasióry flagelacióny crucifixión. Por eso allí
estuvimos nosotros, ,,ayudando a los verdugos" (Fray
Luis de Granada).
3s6
CRUCIFIXIÓI{
:;t¡,i.::.¡t!!li:::.*it'.-.tj;:!,t¡!:]'i:.: r ,': trlilr'.).: í.:..:-:.t.,;$ , ;:i,i¡ r i,,!ir.,i,:,;j.-i...
-. .'
<<Ylo llevaron a crucificar» (Mateo 2T, gL).
El autor judío Klausner dice: «La crucifixión es la
muerte más terrible y cruel imaginada por los hom-
bres para vengarse de su prójimo»>. y Cicerón (que
vivió antes de Cristo), exclam aba <<La crucifixiói es
la tortura más crael y hotible»>. Tácito, que vivió
también por aquellos tiempos, decía que la crucifixión
solo se le debía dar a los esclavos más miserables. Ro-
ma reservaba este suplicio solamente para criminales
cuyas faltas era necesario hacer aborrecer de todo el
pueblo. Por eso San Pablo dice a los Filipenses que «la
máxima humillación de Jesús fue haberse humilado
hasta morir en una crtrz>> (Filipenses 2).
Klausner nos da otros datos acerca de cómo.era
crucificado un hombre: «Cuando lo fijaban en la cÍuz
estaba convertido ya en una masa sangrante, debido
a los azotes. Allí permanecía horas y horas, para mo-
rir de hambre y de sed, de asfixia y deshidrátaciór¡ y
atormentado por el calor del sol, incapaz de defendei-
se siquiera de la tortura de las moscas numerosas que
se posaban sobre sus heridas sangrantes>>.
LLEVANDO SU CRUZ. LA COSTUMBRE ERA que
el condenado a muerte llevara el travesaño de la cntz.
357
 (El palo vertical estaba ya clavado en el suelo, la
mayoría de las veces). No sabemos si ]esús tuvo que
llevar toda la crrz o solamente el travesaño superior.
I.,A CA.{JSA, DE L,A CONDENA la escribían en una
¿NO TEMES HABLAR
tabla y la colgaban del cuello del que iba a ser ajusti- ASI AL BORDE DE LA
MUE RTE ? }.IOSOTRoS
ciado, o la llevaba un soldado adelante. Los soldados, ESI4Y6S PAGANDO
OS CRIME NES QUE
L

formando un cuadro, marchaban delante del reo que COMETIMOS PERO ESTE
NOIvIBRE ES INOCENTE

llevaba la cruz. Al condenado a muerte lo llevaban

por el camino más largo que se pudierat para que lo
viera el mayor número de gente posible. Y así les sir-
viera de advertencia para no cometer la falta por la
cual a éste se Ie crucificaba.
La cruz probablemente era de pino, y podría pesar
unas cuatro arrobas, 50 kilos.
El trayecto en que ]esús debió llevarla pudo ser de
unos 1.200 pasos (Fillion).
.:;r:i)'iii.tt.¡tr:.,iiilt ',io r;e-{,ti lle'oa¡mLi:r¡tiit¡ ;:ile [.e,t 'ti.t:',rvai, iioaiiw 'to

¡¡.¡.ii.'¡"t¡tet¡"é i,:tt,!cit.it¡. m"ti:» había dicho ]esús (Juan 12). Esta

profecía se cumplió pronto y fielmente. Lo que a pri-

mera vista le iba a acarrear a ]esús un desprecio du-
radero, le fue ocasión de gloria única y sin fin. Bien
al revés de humillarle y perjudicarle, 1o ensalzó y lo
idealizó, y le conquista corazones y espíritus en todos
los tiempos y en todos los países. (Fillion).
En las escenas de la crucifixión, Jesús se presen-
ta con una imponente y singular personalidad, que
verdaderamente atrae y cautiva. Sin la cruz, solo
hubiéramos conocido imperfectamente la soberana

358

belleza de su carácter. En la Pasión brillan su manse-
dumbre, su paciencia, su resignacióry su fortaleza
heroicas.(ib).
Y OBLIGARON A UN HOMBRE DE CIRENE «A
que ayudara a Jesús a llevar Ia cruzr. ]esús había pa-
sado toda la noche sin dormir. Había sudado sangre
en el huerto y había sufrido las burlas durante las ho-
ras de la madrugada. Luego los azotes, la coronación
de espinas. Sin desayuno ni almlJerzo, y era medio-
día. Estaba físicamente exhausto y tambaleaba bajo
la cruz. Los soldados sabían lo que tenían que hacer:
obligar a cualquier hombre que encontraran a que
ayudara a Jesús a llevar la cruz. Pero tenían que an-
d.ar con cuidado porque los judíos preferían áejarse
matar antes que aceptar esta humillación. Por eso se
sintieron muy satisfechos los militares cuando al pre-
guntar a un transeúnte, de dónde era él,les respon-
áió "De Cirene, al norte delÁfricar. Con este no había
tanto afán! Y 1o obligaron a cargar la cruz. Quizá ha-
bría ahorrado él durante años para poder venir una
vez a la fiesta de Pascua a ]erusalén y ahora le salían
con esta humillación. Pero 1o que para Simón pudo
aparecer al principio como el día de su vergüenza, se
convirtió luego en el «día de su gran gloria», porque
|esús se apoderó de sll corazó, y Io convirtió en dis-
cípulo, con la fuerza de su buen ejemplo en aquella
tarde trágica. Tan buen discípulo de Cristo debió ser
después Simón el Cireneo, que San Marcos cuenta que
sus hijos Alejandro y Rufo eran muy conocidos entre
los cristianos.
360
LA CRUCIFIXIÓN
«Si me hubiera sido dado vivir un cuarto de hora al
lado de Nuestro Seño¡, yo habría escogido aquel cuar-
to de hora en que É1 necesitó de uno que Ie iyudara a
llevar la cruzr' (Montalembert).
Después de tantos sufrimientos de la noche ante-
riot, de toda la madrugada y de toda la mañana, Jesús
estaba sin fuerzas. Vacilaba pues bajo el peso del ma-
dero, fiopezaba a cada paso, podía caer de un momen-
to a otro para no levantarse más, por eso el capitán se
apresuró a llamar a Simón. (Ricciotti).
Jesús estaba tan agotado por el insomnio de la no-
che anterio4, por la falta de alimento, por las emo-
ciones, por la flagelació, y los malos tratos, que los
militares se convencieron de que si no había quien Ie
ayudara a llevar la cruz, se les podía desfallecer por eI
camino, y llamaron al Cireneo. (Fillion).
Lo hermoso es pensar que nosotros podemos hacer
cada día el oficio del Cireneo y con los mismos méri-
tos: cada vez que ayudamos a un prójimo a llevar la
cruz de sus penas y amarguras, estamos ayudando al
mismo Cristo, porque el mismo prometió: <<Tbdo lo
que hacéis a los demás, flunque sea al más humil-
de, a Mí me lo hacéis» (Mate o 25, 40).
Y LE DIERON A BEBER VINO MEZCLADO
CON HIEL. Ya el profeta lo había anunciado en el Sal-
mo 21; esta costumbre era hora más bien una práctica
de misericordia para con el que iba a ser crucificado.
36t
Las señoras de Jerusalén hacían una colecta y conse-
guían vino mezclado con mirra o incienso, para que
adormeciera sus sentidos y no dejara sentir tanto los
dolores. Pero Jesús, probándoIo, NO tO QUISO TO- I.esús rmuere en la crLrv,
MAR. Él se había propuesto aceptar la muerte con su
aspecto más amargo y lúgubre, y no evitar ni el más
mínimo dolor.

Los judíos acostumbraban dejar al crucificado sola-

mente un pequeño manto colgado de su cintura. Los
demás vestidos se los repartían los crucificadores. Un
Israelita llevaba cinco prendas: Las sandalias, el cintu-
róry el velo de la cabeza, la túnica y el manto exte-
rior. Los soldados eran cuatro por cada crucificado y a
cada uno Ie correspondió uno de los cuatro primeros
artículos. Pero quedaba eI manto exterior que era el
más costoso: entonces echaron dados para ver a quien
le correspondía. Así lo había anunciado minuciosa-
mente el profeta en el Salmo 21, diciendo:
Pero yo soy un gusano, no un hombre,
vergüenza de la gente, desprecio del pueblo;
El1os me miran triunfantes,
se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Esto y como agua derramada,
tengo los huesos descoyunturados;

362
 mi corazóry como cera,
se derrite en mis entrañas;
mi garganta está seca como una teja,
la lengua se me pega aI paladar.
BAIA DE LA CRUZ: Y CREEREMOS
Los judíos se burlaban de ]esús por una equivoca-
ción muy de ellos: creían que estaba en la cruz por
falta de poder y nada más. Y se imaginaban que si
hubiera hecho el milagro de bajarse de allí sí habrían
creído. Seguro que tampoco lo habrían hecho, porque
no se conmovieron con los milagros más espectacula-
res que salieron de sus manos. El General Booth decía
una vez: «Es precisamente porque no quiso descen-
der de l.a cruz, por lo que creemos en El».
Otros, mientras estaban en la cruz, renegaban; Jesús
majestuoso y sereno, como cuando estaba ante Caifás
y Pilatos, callaba. La primera palabra que dice en me-
dio de feroces insultos y burlas de sus enemigos, es
una palabra de perdón. El que mandó orar por los que
nos persiguery nos está dando ejemplo. (San Agustín).
DIOS MÍO, DrOS MÍO: ¿POR QUÉ ME HAS DE-
SAMPARADO? (Mateo 27, 46). No es una queja sino
una oración.
Jesús estaba repitiendo el Salmo 21. que es Ia des-
cripción más conmovedora de su Pasión. Como buen
israelita sabía los salmos de memoria y los iba recitan-
do en los momentos más oportunos para cada Salmo.
Y esta era la hora precisa para declamar entre lágrimas
364
LA MUERTE
este maravilloso retrato de sus úrtimas horas, hecho
varios siglos antes. El Salmo 21 dice:
<<Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»»
Al verme se burlan de mí.
Mueven |a cabeza en señal de desprecio.
Dicen
"Si acudió al Señor, que Ét to ponga asalvo.
Que 1o libre, si es que tanto lo quieré,,.
Me rodean como perros feroces,
como una banda de malhechores.
Han taladrado mis manos y mis pies,
y se pueden contar todos rnis huesos.
R"partieron mis vestidos,
y sobre mi túnica echaron suertes.
Pero Tú, Señor, no te quedes lejos.
Fuerzamía, ven corriendo a ayudarme.
Cont aré a la gente tus favores señor.
Hablaré de ti en las reuniones.
Fieles del señot, alabad al señor.
Pueblo de Israel, teme d y glorificad al Señor.
(Salmo 21).
36s
 Jesús sabía que muchos de nosotros tendríamos
que pasar por momentos semejantes en los cuales co-
mo que parece que Dios se haya alejado y nos haya
abandonado, y quiso enseñarnos a rezar también en
esas situaciones tremendas. El quería descender a las
últimas profundidades de la situación humana r paLtd,
que no hubiera sitio de dolor al que tengamos que ir
nosotros, en el cual ]esús no haya estado antes.
iltr lrenceeLor es el que se= niega a creer que Dios
tro ha an:arrdionaclo clLefinitirran'¡ente. ]esús no termi-
nó su vida con este grito de dolor. Él exclamó luego
con voz poderosa «Padre en tus manos encomiendo
mi espíritu», porque su fe en el Faclre era rnucho rnás
grarnde qtle trasi apari.a:ncias rfe ahant;lomo em I;""s que icl
hal',ía dejaclo" El quería decirles a todos los hombres
que, aunque hasta el último momento parezca que la
derrota nos persigue, si nos aferramos a Dios tenemos
eI triunfo asegurado, aunque todos los apoyos huma-
nos hayan desaparecido.
Y Et VELG DEt TEN#I'LO SE R.A.SGé BN¡ DOS:
DE AtrBRIFiA A.EA"!Cr (Mateo 27,51).
Es como un símbolo. Era el velo que ocultaba el si-
tio llamado "El santo de los santos>>, sitio al cual no
podía llegar sino el Sumo Sacerdote, un día al año: eI
Día del Perdón. Los Israelitas estaban convencidos de
que detrás de ese Velo habitaba el Espíritu de Dios. El
símbolo puede ser éste: «Hasta este momento Dios
había estado oculto y se le tenía como algo remoto,
imposible de conocer por nadie. Pero en la muerte
366
LA MUERTE
de ]esús, aparece claro el amor de Dios, y el camino
de la salvación que antes parecía cerrado para tantos,
ahora ha quedado abierto para que torcoi lleguen ai
conocimiento de Dios y ala salvación eterna. La vida
y la muerte de Jesús quitaron el velo que ocultaba ante
los hombres 1o que Dios es, y lo que óior desea de no-
sotros, y las facilidades que hay para ser hijos de tan
bondadoso Padre.
Ei, SON- SE ÜSCUR.ECTÓ Y T-A -['XERR..ri:[-I].MtsLÓ.
A las injurias de los humanos se contrapone el testi-
monio y la veneración de la naturaleza.
Las tinieblas en la sagrada Escritura, son símbolo
{e {esgracias que van a venir después. (Al pueblo ju_
dío le llegaron luego y muy grurrei).
X]Í- CEIVTU;R¡.ÓTJ Y T,ÜS SOI,I»ADOS DECÍ¿iV,
VERI]A'DERAME}ITE tEsrll ER..A' [-xnICI D]r Dtrüs.
Es la primera cosecha de ]esús en la muerte. Et ha-
bía anunciado <<c'rumrudsYa ses. leu¡wr{.w,Í¡¡ r{.e la tie,-
't;*tr{tr {i!.tffiilersl w fú¿fl(.is»
(}uan lz, g2). Estos fueron los
primeros atraídos, y después de ellos hemos seguido
miles de millones proclamando ar contemplarlo cruci-
ficado «Verdaderamente es el Hijo de Diósr.
Los soldados recuerdan los incidentes y la con-
ducta de Jesús en los tribunares y en ra cruá, y ar ver
la manera como ha muerto exclaman emociónados:
En verdad este sí que era un santo (Lucas 23, 47).Es_
367

te sí era el Hijo de Dios (Marcos 15, 34) y las gentes
al quedar libres porque los sanedritas se retiraron al
ver morir a ]esús, y viendo el día entenebrecido, y
sintiendo temblar Ia tierra, y recordando cómo ha-
bía procedido ]esús durante todo este drama de su-
frimientos, ..voIvían a la ciudad, dándose golpes
de pecho» (Lucas23, 48)-
ESTABAN ALtÍ VARIAS MUJERES: (Mateo 27,551.
Siempre en mayoría ellas en la piedad. Las tres más
fieles, las tres Marías. A ellas se aParecerá de prime-
ro cuando resucite. A los hombres les parecía que te-
níais mucho que perder si se daban a conocer como
discípulos de este crucificado. Pero ellas estaban allí
porque amaban a Jesús con toda el alma, y en ellas
.o*ó en muchos otros, el amor prefecto hizo desapa-
recer el miedo, y les lIevó a exponerse a cualquier con-
secuencia dolorosa con ta1 de no abandonar al amor
de sus amores.
Junto al aullido de los enemigos que 1o rodean, es-
tá eI grupito silencioso de mujeres que 1o acompañan
con su cariño. Este pequeño SruPo de santas mujeres
es como un oasis de amor en medio de aquel inmen-
so mar de odio.
LAS ROCAS SE RAJARON: (Mateo 27, 51) To'
davía hoy, se puede ver en el Templo del Santo Se-
pulcro de Jerus alén,la roca que según tradición que
viene desde el siglo IV fue una de las que se rajaron
en el momento de la muerte de |esús. Aquella grieta
368
LA MUERTE
en la roca mide '1,,70 de largo y 0.25 de anchou 1l con-
trario a las grietas normales, que corren a 1o largo de
las vetas de Ia roca, ésta corre transversalmente a ella.
(Ricciotti).
IOSÉ DE ARIMATEA PIDIÓ A PILAToS Et
CUERPO DE IESÚS.
La Ley ]udía mandaba que no se quedaran por la
noche los cadáveres allí, y más en esa noche en que
empezaba la gran festividad de la Pascua Israelita.
]osé de Arimatea será famoso para siempre como el
hombre que le obsequió la tumba a Jesús.
Cristo n ció en un pesebre ajeno, y fue sepultado de
Iimosna en una tumba prestada.
José había sido quizá cobarde en eI Sanedrín al no
defender públicamente a Jesús. Probablemente no lo
invitaron a la reunión que condenó al Señor a morir
crucificado. Pero de todos modos ahora sí demostró
verdadero valor este buen hombre de Arrímate aI de-
clararse públicamente amigo del crucificado. Si con su
vida no logró Jesús que tuviera todo el valor para pro-
clamarlo públicamente, con su muerte sí le consiguió
este dor¡ y en adelante ya nunca habrá vuelto a sentir
temor de aparecer en público y en privado como se-
guidol, amigo y defensor de Cristo.
369
 8;E ¡,¡ vA
SE ACABO F r.
PROBI E MA OE E SrE
r\Qt!rQ¡JO QUE SE
xA.CrA TUAMAR Er
HUO OE DIOS

i-üs JLlIlx,DS [,IDnEñ.{-}tuJ A. FiL,AT'CIS ,QUE [jU-

s [E]i.& G {JA}l [-¡)IA $ AX, S iiri',-{.] ri. Cñ.O:

Es um ctr¡rioso; ellos para impedir que otros

en¿rüc,
inventaran la resurrección de ]esús, le iban a dar la
oportunidad de ue su resurrección fuera más cono-
cida. Y no se habían dado cuenta de un detalle: que
ningún sepulcro del mundo, por sellado y custodiado
que estuviera, podía apresar a Cristo Resucitado. To-
dos 1os planes de los hombres;'untos no bastan para
atar al Señor resucitado. El hombre que intenta poner
estorbos a Cristo en su camino hacia el triunfo, se pro-
pone una tarea imposible.

370
37 1

ruEVES SANTO
EI, LAVATORIO DE LOS PIES:
)uan 13, 1-15.
Huy pocos incidentes en el relato del evangelio que
pongan tan de manifiesto 1a personalidad de ]esús y
que muestren su amor de manera tan perfecta como
este del lavatorio de los pies. Sabiendo lo que ]esús
podría haber hecho y haber exigido como Hijo de
Dios que era, y lo que en verdad hizo para demos-
trar su humilde actitud, nos damos cuenta de lo ma-
ravillosa que fue su conducta.
SABIENDO IESÚS QUE HABÍA LLEGADO LA
HORA DE PASAR DE ESTE MUNDO AL PADRE:
Jesús sabía que la hora de su humillación estaba cer-
ca pero también sabía que se acercaba la hora de su
gloria. Estaba seguro de que faltaban pocas horas para
sentarse a la derecha de Dios a reinar para siempre. Es-
to 1o había podido llenar de <<santo orgullo» y llevarlo
a una actitud de solemnidad que exigiera en los demás
postración y humillación. Sin embargo sabiendo quien
era, y qué gloria Ie esperaba, se inclinó a lavarles los
pies. En el momento en el que hubiera podido exigir
las máximas demostraciones de honot, demostró ha-
cia sus discípulos la máxima humildad. El amor siem-
pre es así. Por ejemplo cuando alguien se enferma, Ia
persona que Ie ama hará las tareas más humillantes,
372
JUEVES SANTO - EL LAVATORIO
precisamente porque le ama. A veces ras personas
con-
sideran que son demasiado distinguidás como para
hacer favores modestos: se consideran demasiado
portantes. Jesús no era así. sabía que era señor de
im-
todo
1o creado, ya pesar de ello, tomó una toalla,
se la ató a
la cintura y lavó los pies a los discípulos.
JESÚS SABÍA gUE HABÍA VENIDo DE DIoS Y
QUE voLVÍA a Ér. podía haber sentido Jgún me-
nosprecio por los hombres y los objetos de este mundo
pero en este mome_nto
9o el que Dios se acerca para
llevarlo a su más_arta groria,
jesús se abaja hasta ras
Mayores profundidades de ra humilda d,i uros
rími-
tes más abyectos de su servicio a los hombres.
LAVAR LOS PIES EN UNA FIESTA: ERA TRABA-
Io DE tos ESCLAVOs. se acostumbraba que ros dis-
cípulos de un maestro de la ley le ayudaran en
sus
labores personales: por ej: ayudárlo a ponerse
de pie,
pasarle el libro, etc., pero jamás se re ñubiera
ocurri-
do a un maestro de la rey,-por estimadísimo
ra, que algún discípulo le lavara los pies. lr"
¡ fru-
Lo maravilloso de ]esús es que mientras más se
acerca a Dios, en vez de arejarse d" ros hombres,
se res
acerca mucho más. sería un error fatal para
nosotros
creer que para acercarnos a Dios tenemos que
alejar-
nos de la gente, despreci arla y creerla *uno,
que no_
sotros. Cuanto más nos acerquemos a ra humanidad
sufriente, más cerca estaremos del padre Dios.
373
 i;iIil§, l.lA,ii;i;l ti:iii-,-, X,ui'''l'r,¡;17i,' i: {)l; I'liiI 1''ii, ()(. ljj1
,,.-:, iL)1:,,'',, ,'-lli riÜJtll"J¡,1[i.. Lo sorprendente es que
)esús, cuanto más lo heríaru más los amaba' Podría
haberle manifestado resentimiento, desprecio a este
traidot, y en cambio lava sus pies. San Francisco de
Borja dióe: ,,Un día pensaba: yo quisiera colocarme en
eI sítio más bajo y humillante del mundo. ¿Cuál será?
Y se me ocurrió: el sitio más humillante del mundo
es: a 1os pies de Judas. Y quise arrodillarme alli pe-
ro no prrá" hacerlo, Porque ahí estaba Jesús de rodi-
Iias, lavánclole los pies". con razÓn el Padre le dio un
nombre que está sobre todo nombre, porque Jesús se
humilIó como nunca nadie 1o sabrá hacer así'
En las casas había un esclavo o un criado en 1a puer-
ta, con una vasija llena de agua y una toalla Pafa lavar
los pies a los invitados, pues los caminos eran muy lle-
.tor d" barro o de polvo, y toclos usaban sandalias que
no favorecían casi los pies de1 polvo o del barro. Pero
Jesús y los apóstoles no tenÍan esclavos ni criados.
Así
que aquella noche ese oficio lo hizo eI Hijo de Dios'
Y San Lucas narra que Precisamente unos momen-
tos antes los apóstoles estaban discutiendo acerca de
cuáI de ellos era el principal. (Lucas 22,24)' )esús no
solo les explicó en palabras maravillosas lo que de-
be hacer qrr" desea ser más que los otros i-i::i.:rce
"[ '¡,i"11!1;¡¡"y ilo: .'i;'¡r,:¡:nyJy,í:r::: (Lucas 22r27)
.,!.,1,0i,. ,!.!:::.:.r-,t:':',:y
sino que les dio un eiemplo que jamás-serían caPa-
ces dó olvidar. Nadie habría poclido darles una ense-
franza de manera más elocuente y dramátlca'
314
JUEVES SANTO - EL LAVATORIO
f it.; Lii'! iL ; :, , 'l.lii :;li:iilli:1,:¡,1 r, . l,il.:i'.1 '
j;:j"ll'iiitilrt
l'i-iI'l¡:l1i.l:i: nos enseña y nos demuestra que la única
grandeza es la que otorga el servicio humilde a los
hermanos.
El mundo y las Iglesias están llenos de personas
que viven de pie exigiendo que todos les reconozcan
su dignidad y los títulos que se merecery cuando de-
berían estar arrodillados a los pies de los otros pres-
tándoles humildes favores. En todas las esferas este
deseo de figurar en primer plano, y esta falta de dis-
posición para ocupar un puesto secundario, hacen fra-
casar los planes que Dios tenía para llenarles de gloria.
Aunque 1o hagan sin mala intención, cada vez que nos
dejan a un lado, nos llenamos de resentimiento y es-
tallamos en cólera. Cuando nos sintamos inclinados
a exigir un alto puesto para que brille nuestro presti-
gio y sobresalgan nuestros méritos, volvamos la vista
hacia el Hiio de Dios, ceñido con una toalla y arrodi-
Iiado ante campesinos polvorientos para lavarles los
pies. Y tratemos de aprender la lección.
i
..Sabiendo que el Padre ha-
;rir:q,:
l1
bÍa puesto en sus manos todas las cosas, y que había
salido de Dios, y a Dios volvía (]uan 73, 4). A pesar
de que Dios ha puesto en sus manos todas las cosas,
les lava, no las manos, sino los pies. Viene de Dios, y
a Dios va., y sin embargo cumple un oficio, no cle se-
375
ñor sino de siervo: lava los pies al que 1o va a entregar.
Tanto estima la humildad. (San Agustín).
El personaje que merece verdaderamente ser ama-
do es aquel que no tiene reparo en convertirse en servi- Un gran milagro:
dor de sus prójimos. Sabe que puede ser humilde sin
perder la dignidad. Ningún problema de sus súbditos f)¡geuÉs
rRA¡DOR SE
DE ouE ¡uDAs Er
vA ¡E SUS TOMA u¡I
es insignificante para é1. Y no es una actitud artificio- PE DA¿O OE PAN DA GRAC IAS A TOMAD Y BE BÉ D
DIOS ¡Q PAR-[ v tO OTSTRTBuYE POROUE E S rA
sa ni solo una intención de causar sensación impre- t N rRE r OS OTSC tpUL OS
Dt( hlDO «ESTE ES Ml CUERPO»
I S M' SANGRE
OUE SE RA DE RRAMADA
sionante. Y lo curioso es que todo aquel que como
'g
CUANDO rE Rlvl't{An¡ DE COMI R t r POR vOSOTROS y POR
PAN r t S E ¡{ rRE GA Uh¡A COPA IODOS t OS PE CADORE S
Cristo se inclina ante los pies de los demás, adquiere Mt
DÉ .SPUÉ S OUE
HAyA ,OO xACE Dt O
E N' ME MORIA M¡A
un señorÍo sobre ellos, y su recuerdo no se pierde sino
que se conserva con el tiempo, atado a los más agra-
dables de Ia vida.
,I,ED[T.O SE NIEGA A QUE IESÚS LE LAVE LOS
,i?XES

Si Pedro hubiera sufrido del corazóru allí mismo le

habría dado un colapso. Hoy nos parece una escena
ya muy sabida. Pero pensemos en lo que debió sen-
tir aquel campesino que se sentía, y era, un pobre
pecador. Ver ante sus pies llenos de barro y de polvo,
arrodillado, desatándole los cordones de sus alparga-
tas, al que Moisés y Elías habían venido a glorificar en
el Tabor, al que con una palabra calmó el mar embra-
vecido y con un signo transformó 600litros de agua en
espumoso vino, al que con una frase resucitó aLáza-
ro y con solo su saliva devolvió la vista a los ciegos y
el oír a los sordos.

Un milagro inmenso de Jesús fue el que hizo

en la última cena al transformar el pan en su
376 cuerpo y el vino en su sangre.

x.,q ÜLTiir4rA CH;i\{A
(San Mateo 26, L7s)
NiN fl-,A FNESI];\ iI-DE LOS IPA}{ES $[N I.EVAtr}T,JRA:
Estaban en la Fiesta de Pascua. La fiesta nacional de Is-
rael,la conmemoración de la fecha en la que el pueblo
de Dios obtuvo su independencia en Egipto. Pascua sig-
nifica "paso" . Paso de Ia esclavitud a ia libertad. Eran
siete días dedicados a conÍiemorar la noche santa en
que el Señor con mano poderosa sacó a Israel de Egipto
para convertirlo en el Pueblo de sus preferencias.
La noche de Ia salida de Egipto, el pueblo, por el
apuro, no alcanzó a aguardar a que la masa del pan
se fermentara y tuvieron que llevarla así no más, sin
levadura. Este mismo detalle les convenÍa también pa-
ralalarga travesía en el desierto Porque eI pan sin le-
vadura dura mucho tiempo sin dañarse, en cambio el
pan ordinario, con levadura, ya a los cuatro días em-
pieza a saber mal. Y los Israelitas iban a tener que es-
iarse muchos días sin volver a hacer nuevo pan. (Pan
sin levadura es el de las Hostias de la Santa Misa).
El primer día de las fiestas de Pascua se daba una
vueltá minuciosa por toda la casa para destruir todo
pan que tuviera levadura porque en esos siete días so-
lamente se podía comer pan ácimo: o sea sin levadura.
La ievadura es masa fermentadu, y cuando se pone un
378
JUEVES SANTO - LA ÚLTIMA CENA
poco de el1a en la masa que se está preparando, el resul-
tado es que toda la masa se fermenta y se produce un
pan como e1 pan común (pero que es mucho más len-
to para cocinarse que el pan sin levadura. Este se coci-
na en muy poco tiempo, por eso la noche cle la salida
de Egipto lo pudieron preparar en pocos minutos). Se-
gún la mentalidad israelita Ia levadura es símbolo de
corrupcióry de algo que se pudre fácilmente. De mane-
ra que la levadura representaba todo lo podrido,lo co-
rrupto, 1o pecaminoso. Por eso se le hacía desaparecer
al empezar las fiestas de Pascua, como señal de la puri-
ficación del alma que cada uno deseaba obtener.
i-Lll] f,uSCi}jiilii.r-¡Íi xrr[.]ilf.iOl'"J y' u-'l.,trt,li'¿i,ri¡il({:j,t,:
[,;\ ['Á.$C[JA. ¿Qué prepararon? Primero dieron una
vuelta por las habitaciones para cerciorarse de que no
había levadura por ninguna parte.
Enseguida colocaron sobre la mesa una taza gran-
de con agua salada en recuerdo de las lágrimas que el
pueblo derramaba cuando era esclavo de Egipto, y en
recuerdo de las aguas del Mar Rojo que todos atrave-
saron por un milagro maravilloso d.e Dios.
Luego prepararon una pasta llamada caroshet, con
manzanas, dátiles, y granadas, pasta de color ladrillo,
para recordar los ladrillos que el pueblo de Israel tuvo
que hacer en Egipto antes de ser libertado por el Señor.
Errs,e¡,rulela se ple¿)¿rlrailorr i;rs ccl¡,¿rs rie v ¡.¡'lr¡: unas
pata el principio de la cena y otras parael final (parece
que Ia copa que ]esús bendijo fue la del final).
379

Salieron al mercado y comPraron el CORDERO' Me-
nor de un año: blanco, sin mancha ni defecto. Lo 11e-
varon al Templo y efectuaron una EMOCIONANTE
cEtdEMONIA (que al día siguiente se iba a repetir
con pasmosr r"*.ianzaen el calvario). Colocados aI-
red.e-dor de la piedra del altaf, al oír a las tres de la tar-
de eI sonid.o a. u trompeta que anunciaba eI sacrificio
para obtener perdón pór los pecados, cada uno de los
que ltevaban corderoiin mancha para sacrificaf, clavó
Jl punal en el corazón de la víctima y frrg derramando
Ia iangre inocente en Ia zaniaque estaba alrededor de la
piedrídel sacrificio, ofreciéndole al Señor la sangre de
este ser puro y m nso que munó sin ofender a nadie, y
pidiénd'ole qie por esia sangte inocente perdone los
manchada, especia-l-
iecados de lós qire tienen el alma
inente de aquellós que 1o van a comer esta noche en Ia
Cena pascuá. Luegó le quitaron la piel (como a Jesús
aI día siguiente Ie quitarán sus vestidos), lo amarraron
en un pito en forma de cruz y lo llevaron para asarlo y
.orr,.r[o esa noche junto con el pan ácimo sin levadura.
Et COTTDETTO EITA EL SÍMBOLO DE LA LIBERA-
CIéÑ-D; LA MUERTE Y DE LA DESTRUCCIÓN. EN
Ia noche de Ia muerte de los primogénitos de Egipto, lo
que salvó a las familias israelitas Para que eI álq"lde la
Áuerte no llegara a sus casas fue la sangre del corde-
ro con la cuaihabían teñido la parte superior de cada
puerta. (Y 1o que salva ahora a cada uno para q-ue no lle-
'gue lu muerté eterna, es Ia Sangre de ]esús,,e1 Cordero
áe Dios, que borró Ia lista de nuestros pecados. San Pa-
blo dice que Cristo en la cfiJztomó nuestra sentencia de
condenaóió^ y Ia borró con su preciosa Sangre)'
380
JUEVES SANTO - LA ULTIMA CENA
TO]MAD Y COMED: ESTO ES Vfl CUEIWO:
El mismo Lutero decía: «estas palabras son tan cla-
ras, que para negar que Jesús esté en la Eucaristía tie-
ne uno que ser o un ignorante o un locor.
ESTA. ES tA SANGRE DE I,A NTJEVA ALIANZ&
la palabra clave en esto es: ALIANZA o pacto. Se tra-
ta de un contrato o compromiso de mutua fidelidad,
no entre un hombre y otro hombre, sino entre Dios
y el hombre. Es como decir: de ahora en adelante este
sacramento será un recuerdo perpetuo de que por mi
sangre que se derrama por vosotros se ha establecido
una nueva relación entre Dios y el hombre. Queda
abierto el camino a toda Ia hermosura de una nueva
relación de la criatura humana con su Dios.
HACED ESTO EN MEMORIA tUÍa: Quiere Jesús
que siempre que nos reunamos a comer eI Cordero de
Dios en Ia Cena de la Eucaristía, tengamos un recuer-
do muy cariñoso de aquel Cordero que un Viernes
Santo, a las tres de la tarde fue atravesado en Ia cruz
por las armas que nuestros pecados afilaron; fue des-
pojado de sus vestiduras como el cordero de la piel, y
murió como el manso corderillo de los sacrificios, sin
haber ofendido a nadie ni haber dado mal ejemplo al-
guno en su vida. Y con su sangre derramada alrede-
dor de la roca del sacrificio, borró las manchas de los
mismos que lo crucificamos, y nos libró de Ia muerte
eterna.
381
 r'
#./fl d%T"§J'#,{u! .S §l{rV ffi¡ntr

ffiffitu8ffi (lme$EffiM Yffi &effi&,

Y ffiffi Tü &Mfi& &L &MffiOGffi

Y HASTA AL ENEM¡GO POR TI. Ar iñ¿§f{f1II rOS

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¡[BuS v tE tSCupE¡l
(San Agustín) t UBHt t! t t
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382

VIERI\üES SANTO
La Pasión según San luan
San ]uan 1-8, Ls
Pasaron aI otro lado del torrente Cedrón. A este to-
rrente caían I s zanjas que venían del Templo. Por esas
zanjashabía corrido la sangre de cerca de cien mil cor-
deros inocentes sacrificados en el Templo aquella tarde,
y todavía se notaban los rastros de aquel río de sangre,
ofrecida a Dios por el perdón de los pecados. Y allí pa-
saba ahora el nuevo Cordero hacia su sacrificio. En ade-
lante ya no hará falta que se sacrifiquen más corderos
en Jerusalén; con la Sangre del Cordero de Dios que se
sacrifica en el altar de la crlrz, quedan borrados los pe-
cados de todo el mundo. ]esús al ver la sangre que co-
ruía por el Cedron, debió pensar en la suya propia que
iba a correr dentro de unas horas en el Calvario.
Muchas veces Jesús se reunía allí con sus discípu-
los (Juan 1,8,2):
El dueño del Huerto de los Olivos debió darle a ]e-
sús la llave de aquel jardín y el derecho de ir a é1 li-
bremente, cuando estuviera en ]erusalén. ]esús y sus
discípulos habían ido allí muchas veces en busca de
paz y silencio.
Judas sab a que encontraría a Jesús allí, y había
decidido que sería este el sitio para apresarlo.
384
VIERNES SANTO - LA PASION SEGUN SAN JUAN
]udas vino con una compañía de soldaclos y de po-
licías. Qué expedición tan poderosa para apoderarse
de un carpintero de Galilea, desarmado. iQué recono-
cimiento del poder de ]esús! Cuando las autoridades
decidieron arrestarlo enviaron casi un ejército. Había
tal poder en este único hombre, que sus enemigos sin-
tieron que necesitaban un ejército para poder asegu-
rar su captura.
¿A QUIÉN BUSCÁISZ En esta escena aparece Jesús
como todo un hombre. No corre a esconderse. No hu-
ye por sobre 1as tapias del huerto. ]esús, al verlos, da
un paso adelante y les pregunta: "¿A quién buscáis?".
El hombre a quien ellos creían que tendrían que bus-
car entre los matorrales o escondido en una cueva,
se coloca delante de ellos con un desafío glorioso y
arriesgado. Ahí está ]esús con todo su coraje. Duran-
te Ia última guerra española unos soldados querían
huir. Y el Capitán se les enfrentó diciéndoles: <<Es rne-
jor morir cle pie, que vivir arrastrándose>>. Jesús iba a
morir de pie, sin huir ante el peligro.
RETROCEDIERON Y CAYERON AL SUELO. Qué
autoridad la de Jesús. Allí está Él' Única figua, solita-
rio, desarmado. Allí están ellos: docenas de hombres,
armados y equipados. Sin embargo al verlo retrocedie-
ron y cayeron por el suelo. En ese momento el poder
irradiaba de ]esús. Fluía en Él una autoridad sobrena-
tural que lo hacía más fuerte que sus enemigos.
38s

Aquí vemos una vez más que ]esús murió porque
Él mismo lo quiso así. ]esús podría haber evitado la
muerte silo hubiera querido, pero él eligió morir. Po-
dría haber caminado tranquilamente por en medio de
ellos como 1o hizo urravez en Nazaret (Lc. 4, 30) y ha-
berse ido lejos. Pero no lo hizo. ]esús llegó hasta a ayu'
dar a sus enemigos a arrestarlo. Eligió morir.
Aparece su amor protector. No pensaba en sí mis-
mo sino en sus amigos. «Es a Mí a quien buscáis.
Dejad ir a estos». Pensaba más en el peligro que en-
frentaban sus amigos que en el suyo propio.
El cáliz que me ha dado mi Padre , lo he de be-
Lno
ber? Esa era la voluntad del Padre-Dios, y eso era su-
ficiente paraÉI. ¡esús fue fiel al querer del Padre hasta
el último momento su vida. Siempre seguirá repitien-
do <<Mi Padre tne anta. porque yo hago siernpre lo
que a Ét te agrada>>.
Pedro desenvainó su espada. Podremos hablar más
tarde de la cobardía de este apóstol. Pero lo cierto es
que en este momento demostró un gran valor. No es
cosa fácil desenvainar la espada uno solo ante es-
cuadrones de enemigos armados hasta los dientes. El
gran amor que Pedro sentía por Cristo 1o revistió de
un gran valor en este momento. (W.B.).
tO LTEVARON A CASA DE ANÁS. Era este hom-
bre Anás, uno de los más poderosos en Israel. Desde el
año 6 hasta el 15 d. C. fue Sumo Sacerdote.
Luego sus cuatro hijos fueron también Sumos Sa-
cerdotes, y ahora su yerno Caifás lo era también. A
386
VIERNES SANTO . LA PASIÓN SEGÚN SAN JI]AN
base de sobornos, de grandes cantidades de dinero
dadas a las autoridades civiles, y de doblegar la cabe-
za ante los extranjeros, había logrado mantener a to-
da su familia en altos puestos. La gente le temía pero
lo odiaba porque se había hecho inmensamente rico
negociando con todo 1o del templo. Los corderos y las
palomas que se sacrificaban en el Templo los vendía
él,lamayor parte. Sus negociantes eran aquellos que
]esús tuvo que echar a fuete del Lugar Sagrado. Si un
cordero valÍa $200.000 fuera del templo, allí Anás les
cobraba $300.000, y los inspectores que revisaban las
víctimas casi siempre rechazabanlos corderos que no
hubieran sido vendidos en las «Tiendas de Anás»r eue
así se llamaban las ventas de animales que esta familia
tenía allí. Algún defecto les encontraban si no traían eI
recibo de haber sido compradas en los negocios de es-
te Suegro de Caifás. EI mismo Talmud, texto de los ju-
díos dice: «La maldición para la familia de Anás, que
explota al pueblo".
387

ACUSACIÓI{ ANTE, CAIFAS ,
Ahora comprendemos por qué Anás deseaba inter-
venir también en el juicio contra ]esús. ]esús era el
hombre que se había atrevido a sacar del templo a
los vendedores que allí tenía é1, y había golpeado a
Anás en lo más doloroso de su personalidad: su ava-
ricia y su deseo de ganar dinero aunque fuera profa-
nando el sitio de oración. Ahora este avaro ex-sumo
sacerdote quería regodearse con la captura,la humi-
llación y la derrota de quien se había atrevido a per-
turbar sus oscuros negocios en el Templo.
De Anás no podía ]esús esperar justicia. Se había
atrevido a tocar los intereses económicos de esta fami-
lia de avarientos y por eso estaba ya condenado de ante-
mano a ir al juicio condenatorio. Cuando alguien va por
el mal camino,lo que le interesa es eliminar a cualquiera
que se Ie oponga. No puede hacerlo por medios justos
y entonces lo hace por medios injustos. Cualquier argu-
i
mento que para convencer requiere usticias y bofeta-
das inmerecidas, demuestra que no puede ser váIido.
Y UN CRIADO LE DIO IJN PU ETAZO.
San Efrén dice: " ¿Por qué en este momento no se
abrió la tierra y devoró a esta vil creatura que se atre-
vió a golpear el rostro Santísimo de su Creador?"
«Caín y ]udas se avergonzarán de estrechar esta mano
que se atrevió a golpear el rostro de1 Señorr.
388
VIERNES SANTO - LA PASIÓN SEGÚN SAN JIJAN
SI HE FIABLADO MAL DEMUESTRA EN QUÉ
ESTA tO MALO, y SI BIEN, ¿pOR QUÉ ME GOL-
PEAS? Es Ia respuesta de un hombre absolutamente
dueño de sí mismo. Qué difíciI responder así cuando
se es golpeado injustamente. Esta no es Ia respuesta de
un hombre heridq sino del más <<dueño de sí>> entre
los seres humanos. Cuando César Augusto iba a ex-
pulsar de su palacio al sabio Atenodoro, le pidió que
antes de irse le diera el último consejo. Y Atenodoro le
dijo: «Cuando estés airado, antes de decir o hacer lo
que tu cólera te aconseja, respira hondo dos veces y
recita despacio todo el alfabeto. Después sí ya pue-
des obrar y hablar». Gustó tanto este formidable con-
sejo a Augusto, que retuvo para siempre al sabio en su
palacio. Parece que ]esús tuviera esta norma. Pero más
que recitar el alfabeto entero, recitaba una oración fer-
viente a su Padre para que Ie agradara totalmente el
modo como iba a responder. (W.8.).
]esús no quiso pasar por alto la falsa acusación de
haber faltado al respeto diciendo la verdad al Sumo
Sacerdote y replicó con mesurado acento: <<Si hablé
mal, muéstrame en qué>>.
¿Por qué no presentó la otra mejilla? Porque estaba
presentando todo su cuerpo para ser destrozado a gol-
pes. Además porque quería demostrar que no es con
exterioridades corporales con 1o que se cumple su man-
dato, sino con la paciencia del corazón.El demuestra su
paciencia con esa respuesta, Ia más mansa que se pue-
389
da imaginar; en cambio otros presentan Ia otra mejilla, VIERNES SANTO - LA PASION SEGUN SAN JUAN

pero en su corazón están llenos de ira. (San Agustín). un ojo (por E;., una amistad, un empleo, un negocio,
Y SEGUÍau A IESÚS: SIMÓN PEDRO y orro dis- una diversióry una lectura, etc.) te hace peca{, échalo
cípulo (Juan L8, 15). fuera, como te mandarías cortar una mano gangrena-
Pedro no huyó como los otros apóstoles. Siguió a
da o un pie podrido>, (Marcos, 9, 45). Quien evita la
ocasión de peca4, puede evitar la caída, pero quien se
Jesús porque no podía soportar la idea de separarse de
expone a la ocasión, caeráfácilmente. Pedro se expuso
fi. fr OTRO DISCÍPULC probablemente era ]uan. al peligro y cayó tristemente.
Así lo ha creído siempre la tradición. Se cree que lafa-
milia de Zebedeo, padre de Juary tenía una buena in- Pero ]esús ve a la persona toda, tal como es, y no
dustria pesquera en Galilea y comerciaba fuertemente solo en los fracasos sino en las buenas intenciones. Él
con la familia de Anás en Jerusalén. Por eso tenía en- nos ama, no por 1o que somos, sino por 1o que deseá-
trada libre en la casa de Anás, y asípudo hacer que de- bamos ser, y por 1o que podemos llegar a ser. No se fi-
jaran entrar también a Pedro. ja solo en las infidelidades pasadas sino en los buenos
propósitos que teníamos y vamos a tener. Perdonó a
negó y dijo: no lo soy»
"Él Pedro porque no fijó sus ojos en el momento cle su co-
Pedro fracasó no tanto por cobarde cuando por im- bardía solamente, sino en el amor que 1o había llevado
prudente. Fue más valienté que los otros porqre fue el hasta el palacio de sus perseguidores. Jesús perdona
único que se atrevió a ir al Palacio en esa hora peligro- porque sabe que más que ser malos, somos débiles.
sa. Pero era una imprudencia meterse é1, que se creía
más guapo de 1o que en realid ad era, en aquella jau-
ría de mastines dispuestos a devorar. Pedro se había
expuesto a Ia ocasión, y ya Salomón 1o había anuncia-
do en sus proverbios <<El que se expone al peligro,
en él perece»», Muchos caemos y muy gravemente, no
porque no amemos a ]esús, sino porque medimos mal
nuestras fuerzas y nos exponemos a peligros que no
somos capaces de superar. Y el que se expone al peli-
gro, en él perece. Jesús repetía a sus discípulos: ..si al-
go que te es tan precioso como una mano, o un pie, o

390

IESUS ANITE PILATOS
:
;
í: . i,,,i-'; ::::: ¡;: r; a:r;¡:i,.:
«YO NO FIALLO EN En NINGUNI DETITO»
La conducta de Pilatos es casi inexplicable. El se
había dado cuenta de que las acusaciones de los judíos
eran una serie de mentiras y que Jesús era absoluta-
mente inocente. Estaba profundamente impresionado
por É1, y no deseaba condenarlo a muerte. Y sin em-
bargo 1o hizo. En primer lugar trató de pasar la res-
ponsabilidad a Herodes, pero le falló eI plan. Luego
quiso aprovechar la casión para dejarlo libre con ex-
cusa del preso que había que poner en libertad el día
de Pascua, pero la gente prefirió a Barrabás. Ensegui-
da trató de quedar bien con los judíos mandando que
1o destrozaran a fuetazos, pero cuando se 1o presentó
chorreando sangre, y les dijo "Ecce homo: he aquí al
hombrer, Ia gente enfurecida I exigió que 1o quitara
de allí y 1o mandara a Ia muerte ¿Quién era este hom-
bre que obraba de esta manera?.
Volvamos a recordar un poco de la historia de Pi-
latos, narrada por los historiadores Josefo y Filón que
vivieron e su mismo siglo.
A1 morir Herodes, poco tiempo después del
nacimiento de Cristo, dejó eI reino de Israel dividido
entre sus tres hijos: Antipas rey de Galilea. Filipo en
392
JESUS ANTE PILATOS
! : i i; !:::i¡.:
la región de más allá del Jordán en eI Norte y Arque-
lao, joven de L8 años, en la ]udea, o sea ]erusalén y sus
alrededores. Los otros dos gobernaron normalmente,
pero Arquelao se dedicó a cometer tantos actos des-
(San Juan 18, 38): potismo y de crueldad que los judíos lo acusaron ante
el César y éste Io destituyó, y nombró en su reempla-
zo rflgobernador. Las provincias romanas se dividían
en dos clases: Las que eran pacíficas y no necesita-
ban ejército especial, dependían del Senado Romano.
Y las que eran muy conflictivas y necesitaban de una
especial guarnición para poderlas mantener obedien-
tes, dependían directamente del Emperador. judea era
una de las provincias más conflictivas y revoluciona-
úas, y por 1o tanto dependía directamente del César,
y e1 Gobernador era un jefe civil y militar con poderes
muy extensos. Pilatos debió ser un buen jefe militar
porque si no, no 1o hubieran nombrado para gobernar
una provincia tan rebelde. Pero parece que como polí-
tico sí fracasó por su falta de simpatía hacia eI pueblo
que gobernaba. Una persona puede ser un hervidero
de cualidades, pero si carece de amor hacia los que go-
bierna, esta falla lo traicionará en el momento menos
pensado. Y es lo que sucedió a este Gobernador. Muy
conocidos son los tres incidentes que demostraron su
fa\ta de prudencia política. EI primero cuando quiso
hacer su primera entrada a Jerusalén. Los romanos
llevaban sobre la punta del mástil de la bandera una
estatuilla del César. Y los romanos adoraban al César
como a un dios. Esto chocaba espantosamente a los ju-
393

díos, que no aceptaban estatuas ni podían tolerar que
a nadie más se Ie diera título de dios fuera de Yahvé,
Los anteriores gobernadores como señal de respeto
mandaban quitar la imagen del César de las banderas,
antes de entrar a ]erusalén. Pilatos no lo quiso hacer.
Le avisaron que si entraba con esas banderas así ha-
bría una rnatanza espantosa. Se volvió a la ciudad ca-
pital, Cesarea, y hasta allí lo siguieron los jefes de los
judíos. Iban humildes pero resueltos a no ceder ni un
punto en la exigencia de que no se llevaran estatuas de
dioses a la ciudad santa de ]erusalén. Cinco días estu-
vieron suplicándole y no les quiso hacer caso. Al fin
los mandó reunir en un gran anfiteatro y les mandó
decir que si persistían en sus exigencias les mandaría
cortar a todos la cabeza. Ellos, mostrando sus cuellos a
los soldados, les dijeron que podían empezar aechar-
les cuchillo. Pilatos, que jamás se había imaginado un
pueblo tan constante en sus exigencias religiosas, tuvo
que aceptar lo que pedÍai, y en adelante ninguna ban-
dera romana entró en ]erusalén en aquellos años con
estatuas del Césa4, ni de ningún otro. Era una derrota
que Pilatos jamás les querÍa perdonar.
El segundo incidente que hizo impopular a Pilatos
fue el del acueducto. Jerusalér¡ lo necesitaba mucho.
Para hacerlo, el gobernador sacó el dinero que esta-
ba guardado en el Templo. La gente se lanzó a una
manifestación violenta. El gobernador mandó a sus
soldados con palos y puñales, disfrazados de civiles,
en medio de Ia manifestación y a una señal especial,
empezaron a repartir garuotazos y puñaladas a todos
394
JESUS ANTE PILATOS
los manifestantes. Hubo muchas víctimas pero Ia po-
pularidad de Pilatos se vino al suelo.
Y vino el tercer incidente: Pilatos llegó a Jerusalén y
se instaló en el antiguo Palacio de Herodes. Colocó a1lí
unos escudos grandes con el nombre del César: Tibe-
rio. Como los romanos adoraban al emperador como
a un dios, los israelitas se rebelaron y protestaron, por-
que les parecía que aquellos escudos con el nombre de
un dios pagano, eran un insulto a su religión. Los jefes
de la nación Ie suplicaron que los quitara, pero Poncio
se negó a hacerlo. Entonces mandaron una misión di-
plomática a Roma y obtuvieron que el César ordenara
a Pilatos quitar de allí aquellos escudos que los ofen-
dían. Ya podemos imaginar Ia rabia que en adelante
les tendrÍa a los judíos aquel gobernador.
Y ¿cómo terminó Pilatos?. Dos años después de
Ia crucifixión de Cristo hubo una manifestación muy
concurrida en Samaria. El gobernador en vez de tra-
tar de arreglar este asunto a las buenas, los reprimió
con una espantosamatanza. Los samaritanos se que-
jaron a Roma, porque ellos siempre habían tenido una
conducta muy pacíficaparacon las autoridades roma-
nas. El gobierno central lo destituyó y 1o mando ir a
la capital para juzgarlo. Pero cuando él iba en cami-
no hacia Roma, murió el emperador Tiberio que era el
que 1o tenía que juzgar (el temible «César, de1 cual ha-
blaban los judíos cuando le decían: «Si no matas a éste
no eres amigo del César). Desde ese momento Pila-
39s
tos desaparece de la historia y ya nada se vuelve a sa-
ber de é1. Unos dicen que se suicidó. Otros que se hizo
cristiano y fue santo, y hay quien afirma que lo mató
el volcán Vesubio al estallar en el año 64. Pero todo son
leyendas. Lo importante ahora es saber por qué pro-
cedió como procedió contra )esús. Veamos:
Ahora resulta claro por qué Pilatos procedió co-
mo procedió. Los judíos 1o chantajearon por su lado
más débil. Ya le habían ganado todas las batallas an-
te el César. Ya Ie tenían una fama bien negra ante el
emperador. Ahora bastaba con que fueran otra vez
a acusarlo perdería su puesto público. «Si lo sueltas
no eres amigo del César». Era como decirle: «Recuer-
de que su situación política no es demasiado segura
y que nosotros de un simple empujón ante el César
lo podemos echar a rodar desde su alto puesto a un
destierro bien horriblerr. Y Pilatos en ese día recuer- La flagelación (Iuan 19).
da sus topes pasados con los judíos, y cómo, siempre Dijeron: NO NOS ESTAPERMITIDO DARMUER-
ha sido el perdedor, y este recuerdo lo atormentó. Pi- TE A NADIE: PARA QUE SE CUMPLIERA LO QUE
latos fue chantajeado por los judíos atacándolo en su
aspecto débil: el miedo a perder Ia amistad de quien
¡Esús sanÍn DICHo ACERCA DEt cÉNnno nE
MUERTE QUE IBA A SUFRIR. (Iuan 18,31).
le podía quitar su puesto: eI CésatSabía que ir contra
los judíos era perder su empleo. Y prefirió crucificar a Roma había quitado a los judíos e1 derecho de
Cristo antes que perder su puesto. EI mundo está lle- condenar a muerte. Solamente lo podía decretar el
no de Pilatos. (W. B.). Gobernador romano. Si los judíos hubieran tenido es-
te derecho seguramente habrían apedreado a Jesús,
to MAN Ó AZOTAR fluan 19,1). pero entonces no se habría cumplido su muerte como
Quizá pensaba Pilatos: al verlo así tan destrozado se Ét to había anunciad o: <<Leanntailo en alto en un&
disminuirá un poco su envidia y lo dejarán libre. Pero cr"ttz»» (Juan 72,31). La Ley mandaba que a quien dije-
se equivocaba. El odio judío es total y no echa pie atrás. ra algo irrespetuoso contra Dios, había que apedrearlo

396 397
(Levítico 24, L6) y los judíos creían que ]esús decía pa-
labras muy irrespetuosas contra Dios al afirmar que Él
era igual a Dios. Así que si de su parte hubiera estado,
a piedra 1o habrían matado.
Pero la ley romana se lo prohibía. Entonces deci-
dieron que lo que ellos no podían haceq, lo hicieran los
romanos.
CRUCIFÍCAIE, CRUCIFÍCAIEt Los judíos empe-
zarort sintiendo aversión hacia Jesús pero terminaron
en una verdadera histeria de odio contra gt. Se con-
virtieron en una multitud enloquecida vociferante,
impermeable a la razón, a la misericordia y al hu-
manismo/ y que no sabia gritar sino el «Crucifíca,
le». Era una especie de locura colectiva. No hay nada
en el mundo que tuerza tanfo el sano juicio como el
odio. Una vez que alguien se permite sentir odio ya no
puede dar juicios imparciales. El odio es algo tan tre-
mendo que anula el sano juicio.
NO ENTRARON EN EL PRETORIO PARA NO
CONTA.MINARSE (Juan 18, 28).
El odio de los judíos les hizo perder todo sentido
de las proporciones. Les da mucho temor el que si en-
tran en la casa de un pagano quedan manchados ri-
tualmente, pero no tienen ningún temor a manchar su
alma derramando la sangre de un inocente. Cumplían
exacta y escrupulosamente cada detalle de Ia ley ce-
remonial y externa que les prohibía llevar a la muerte
a quien habíapasado la vida haciendo el bien: Y esa es
398
LA FLAGELACION
la conducta que nosotros tenemos peligro de imitar.
Más de una persona en nuestras Iglesias y en nuestras
familias, veredas y barrios; cuida con todo detalle los
muebles, los vestidos, las ceremonias que hay que ha-
ceI/ pero no se preocupa por tener amor/ compasió. y
caridad para con los demás.
Una de las cosas más trágicas del mundo es que
podamos perder el sentido de las proporciones, y
darle a ciertos detalles externos una gran importan-
cia, mientras descuidamos Ia compasióru Ia caridad, el
perdón y la comprensión hacia los demás.
NUESTR ÚN¡TCO REY ES EL CÉSAN. HASTA
dónde ha llevado eI odio a estos judíos. Es sorpren-
dente ver hacia qué abismos de miseria puede des-
cender una persona cuando se deja guiar por su odio
o su resentimiento. A ellos les habÍa dicho Samuel en
la Biblia <<Vuestro ítnico Rey es Dios>> (1-Samuel 12)
y ahora exclaman que su nico rey es ese César, tira-
no, pagano y cruel que vi ía en el extranjero y desde
a1lá los explotaba. Hacía unos años que el emperador
les había ordenado hacer un censo par saber cuánto
impuesto debía pagar cada uno, y bastó que un líder
israelita recordara la frase del Libro Santo: «Vuestro
Único Rey es Dios», para que todo el pueblo se alza-
ra en revolución para impedir el censo que les quería
imponer un impuesto que solo a Dios querían dar. Por
eso Pilatos debió retener I respiracióru de asombro, y
abrir qué ojazos de sorpresa al oír que estos judíos es-
399

taban resueltos a aceptar un rey que no fuera Dios, con
tal de eliminar a este profeta Jesús.
Imagen espantable: el odio les llevaba a pisotear
los más sagrados principios de Ia religión y de Ia pa-
tría, y a olvidar los principios de la misericordia y el
sentido de las proporciones. Cuántas locuras pueden
producir eI odio y el resentimiento. Y cada uno de no-
éotros tiene que rePetir 1o que aseguraba San Agus-
tín: «No hay pecado que otro hombre haya cometido,
que yo no pueda cometer si Dios me deia un mo-
mento de sus manos)>. Por eso cuando el odio y el re-
sentimiento lleguen a tocar a las puertas de nuestro
espíritu, recordemos a qué abismos nos puede condu-
cír, y rechacémoslos de plano.
NO TENEMOS OTRO REY QUE AL CÉSAR.
(Juan 19,\S).Pilatos les dijo: Avuestro rey he de cruci-
ficar? Y los Sumos Sacerdotes y los escribas Ie respon-
dieron «No tenemos otro rey que el César». Lo dicen
precisamente ellos, Sumos sacerdotes y escribas que
áebían conocer muy bien, el «celo» demostrado por
Yahvé, al exigir ser el único Rey de Israel, y el disgus-
to que manifestó cuando tuvo que tolerar que fuese
elegido un hombre (Saúl) como rey Israelita. Y ahora,
aquellos representantes oficiales de Israel, proclaman
corno único rey aun extranjero, incircunciso, idólatra,
cruel y apasionado. Y también en esto serán satisfe-
chos, poryue de ahora en adelante el gobierno de Ro-
rr,a seiá cádu día más y más déspota con eIlos, al ! esa ventaja: aman con delirio a su pueblo, se entregan
cabo de 40 años les quitará todos sus derechos y les
400
LA FLAGELACIÓN
destruirá su nación.Qué distinto ser súbditos de Cris-
to Rey, manso y pacífico, a proclamar como rey a un
César pagano y déspota, materializado y lleno de pa-
siones. iQué distinto!
¿ERES rÚ Er REy DE LOS IUDÍOS?... ¿ME pRE-
GUNTAS ESTO POR TI MISMO, O TE LO HAN
DICHO OTROS? (]uan 18,34).
Era muy importante que Jesús distinguiera si la
pregunta se la hacía Pilatos como gobernador civif o
si Ia hacían los judíos como pueblo religioso. Porque si
era «rey», como lo entendía Pilatos, ciertamente que
no es ese el oficio de Cristo: reinar con soldados y ar-
mas y concediendo solo bienestar material. Pero si era
<<Rey» como lo entendían los judíos, o sea «Rey-Me-
sías>>, enviado de Dios para llevar el Reino del Señor a
todo el mundo, así de esa manera, sí era..Rey» y para
eso nació y para eso vino al mundo. Por eso era muy
interesante averiguar si esta pregunta venía de Pilatos
o de los judíos, para saber si era SI o era NO, 1o que
debía responder.
¿ACASO SOY YO IUDÍOZ guan L8, 35). Aquí se
nota el desprecio que Pilatos le tenía a los judíos y que
lo convertía en un pésimo gobernador. Nadie pue-
de gobernar un pueblo si no hace un esfue rzo por
comprenderlo y hacer suyo el modo de pensar de los
que está gobernando. Los grandes líderes han tenido
totalmente en favor de aquellos a quienes gobiernan.
401

Los grandes pedagogos tienen una cualidad común a
todos ellos: aman con toda su alma a sus educandos.
Solo así logran ganar sus corazones, y una vez ganado
elcorazóry obtendrán sencillamente que los sigan hacia
las metas que les proponen. Esa es la cualidad supre'
ma de Jesús como líder: ama, aprecia, comprende ple-
namente a sus seguidores. Por eso los que somos sus
discípulos lo seguimos con un enamoramiento total,
porque es tan agradable amar al que nos ama con todo
su corazóru y nos aprecia con toda su alma. Esta capaci-
dad de líder parece que no estaba entre las que tenía el
gobernador; Poncio era el polo opuesto de Jesús.
Y CUANDO LE DIJERON: «EL SE DICE HIIO DE
DIOS», Pilatos sintió más miedo (Iuan L9,7).
El gobernador sentía temor de proceder en favor de
Jesús, por miedo a los judíos, pero ahora siente miedo
de proceder en su contra porque tiene alguna duda de
que por allí pueda estar Dios actuando. Pero él no tenía
coraje ni para desafiar la ira injusta de los hombres, ni
parareconocer los sagrados derechos de Dios. (W.8.).
¿QUÉ ES LA VERDAD? (Juan 18, 38). ieué gran
pregunta! Pero Pilatos no aguardó a que ]esús le die-
ra Ia respuesta. Si hubiera tenido eI valor de desafiar
las iras del mundo y el desprecio de los materialistas
y colocarse de parte de Cristo y de su doctrina,habúa
recibido Ia respuesta que Ie devolvería la paz que su
alma había perdido.
Los santos gozan jugando con esta pregunta en la-
tín. Resulta que al invertir las palabras latinas de esta
402
LA FUGELACIÓN
pregunta (quid est véritas), resulta esta respuesta: .<La
Verdades: el que está hablando contigo». Es un juego
de palabras, pero es una respuesta admirable. ]esús
es la Verdad, el Camino y la Vida. Jesús podía respon-
derle a Pilatos en latíru con las mismas palabras de s,
pregunta/ pero invertidas: «La verdad es: El que esta
hablando contigo».
cónlo ArARECE IESús EN tA IASIóN, sE-
cÚl¡ sAN IUAN.
Hemos estudiado los personajes de este drama:
Anás, Pilatos, Pedro, el pueblo, y ahora nos queda
ocuparnos del personaie central de todo este drama:
]esús. AquÍ San ]uan nos 1o presenta con una serie de
pinceladas geniales.
Primero y principal, naclie puede leer este rela-
to sin percibir la majestad absoluta de ]esírs. Cuan-
do alguien se enfrenta a Jesús nota enseguida que se
halla frente a un personaje excepcional. pilatos puede
haber tratado muchas veces los asuntos de los judíos
con un desprecio grandez p€ro no fue así como trató a
]esús. A medida que leemos el relato no podemos de-
jar de sentir que Jesús aparece como un Ser absoluta-
mente Dueño de sí y de la situacióry mientras poncio
se siente apabullado por una situación que no logra
comprender ni controlar. La majestad de Jesús nunca
brilló con tanto esplendor como cuando los hombres
lo juzgaron.
403
 Aquí ]esús nos habla sin rodeos de su Reino. Esta-
blece que su Reino no es de este mundo. SI MI REI-
NO FUERA DE ESTE MUNDO: MIS SOLDADOS
LUCHAnÍaN POR vtÍ. (1uan 18,36).
]erusalén era siempre una ciudad explosiva, pron-
ta a cualquier rebelión. Si Jesús hubiera querido or-
ganizar una revuelta armada, con aquel millón de
personas que asistían a las fiestas de Pascua, habría
pulverizado a Pilatos y sus tres mil soldados. Pero Je-
sús, al declarar que sí es rey, explica que su reino no se
basa en la fuerzani en las armas, sino que existe en los
corazones de los que siguen sus doctrinas.
YO VINE A DAR TESTIMONIO DE tA VERDAD
(Iuan 18, L9). Ahora ya no se hablará de Ia religión con
adivinanz;as o con verdades a medias. Desde que Cris-
to vino ya se sabe qué es la verdad. <<Cuando se van
los ídolos,llega Dios>> decía Emerson. Ahora ya se sa-
be quien está con la Verdad y quien está en contra de
ella. Con Jesús y con la Verdad, o contra ]esús y a la
vez contra la verdad. No hay medias tintas. Se acep-
ta Ia verdad o se rechazaTa verdad, según se acepte a
Cristo o se le rechace. No hay términos medios.
LA CORONACIÓN DE ESPINAS: Los soldados
pusieron en la cabeza de Jesús una corona de espinas,
colocaron sobre sus hombros un manto de color rojo,
y acercándose a EI te decían: «Salve Rey de los judÍos,
y le daban puñetazos» (Juan 19,1).
Lo que le decían como burla era pura verdad. Sí es
Ruy, y no solo de los judíos, sino de todo el mundo. Y
404
LA FLAGELACIÓN
a cada uno de los que se burlaron y se burlan de Je-
sús, Ilegará el momento en el que se le enfrentará como
su juez, como el que Ies señalará su destino definitiva-
mente paratoda la eternidad. Será interesante saber có-
mo se acordarán entonces de las burlas que le hicieron.
]esús estaba inmutable. Nunca manifestó tanto
su realeza como cuando los hombres hicieron lo peor
posible para humillarlo.
Los soldados dispusieron hacerle una broma, pe-
ro detrás de esta broma había una verdad eterna. Lo
declararon Rey. Ellos Io creÍan rey de burlas, y más
de mil millones lo aceptamos hoy por Rey de Ver-
dad,el Único Rey Verduáuro. Los róyés [evaban coro-
na en su cabeza y manto rojo de púrpura (la púrpura
era una tela de altísimo precio). Le colocaron un trapo
rojo viejo y desteñido y las espinds, y le abofetearon
con crueldad. Para ellos ]esús no era más que un cri-
minal cualquierd, y sin saber lo que hacían o a quien
1o hacían, nos lo declararon Rey, antes de que nosotros
lo aclamáramos como tal. Lo que ellos dijeron entre ri-
sas burlonas, nosotros lo repetimos hoy postrados y
adorándolo con todo el corazón: <<Salve, Rey, no solo
de los judíos, sino de todos nosotros» ¡Salve! (W. 8.).
Vino a sufrir humillaciones paru dar honores; a su-
frir dolores para dar salud; a sufrir muerte para dar vi-
da. Amigo: enfermo de orgullo: tómate el cáliz de tus
humillaciones, que ya tu médico lo tomó primero (San
Agustín).
40s
 HE AQUÍ ef HOMBRE: «Y salió ]esús con la co-
rona de espinas y eI vestido de burlas, y Pilatos les
diio: <<He aquí al hombre» (Juan 19,5)
Quizá la intención de Pilatos con esta presenta-
ción haya sido el despertar la piedad de los acusa-
dores. Habrá sido como decirles: «Mirad, ved esta
pobre criatura herida y sangrante. Mirad este despo-
jo humano. ¿Acaso podréis desear llevar a una muerte
absOlutamente innecesaria a una criatura como esta?».
Pero incluso creemos que mientras pronunciaba estas
palabras iba cambiando el tono de su Yoz, y en lugar
de decirlo con desprecio, lo dice con un sentimiento
muy a1to. En adelante cuando se repiten se les da un
sentido superior: «He aquí al hombre perfecto, he aquí
al hombre Número Uno de Ia Humanidad, he aquí al
hombre sin tacha, al hombre ideal". Y aI representar-
nos esta imagen de Jesús presentado así al pueblo, nos
convencemos más y más de que el heroísmo de ]esús
no tiene parangón. En verdad es: ¡todo un hombre!
Et SITENCIO DE JESÚS. «Pero ]esús no Ie contes-
tó nada» (Juan 19,9).
Tenemos aquí la imagen impresionante del silen'
cio de ]esús. Llegó el momento en que Jesús no tuvo
palabras paruPilatos. Jesús se quedó silencioso delan-
te del Sumo Sacerdote (Mateo 26, 63; Marcos 1,4, 61).
Se estuvo en silencio delante de Herodes (Lucas 23,9).
406
LA FLAGELACIÓN
Guardó absoluto silencio cuando las autoridades
judías vertieron sus acusaciones falsas delante del go-
bernador (Mateo 27,'1,4; Marcos 15, 5). H"y una fra-
se impresionante repetida en todos estos hechos «Y
]esús callaba, y )esús callaba». Hry ocasiones en las
que es inútil discutir o argumentar. La otra persona no
está resuelta a aceptar nada. No hay nada que decir.
Es como si le habláramos otro idioma. Entonces calla-
mos, y no insistimos más, mientras no cambie la acti-
tud del oyente. Es tremendo cuando Jesús se mantiene
en silencio frente a una persona. No puede haber na-
da más terrible para una mente humana que estar tan
cerrada por el orgullo y la determinación de hacer sus
antojos y su propia voluntad, que ]esús ya no le diga
nada porque sabe que es inútil insistir en que cambie
su propia equivocada posición. Los silencios de Dios
son los más espantosos de todos. Dios habla porque
nos ama, pero cuando la criatura se opone a escuchar-
lo, Dios calla, y esa puede ser la catástrofe.
NO TENDRÍAS PODER SI NO SE TE HUBIERA
DADO DE LO ALTO (Juan 19,11).
Pilatos apela a una amenaza, ante el silencio de Je-
sús. Pero más que amenaza es una advertencia. El
gobernador advierte a ]esús que tiene poder para Ii-
berarlo o para crucificarlo. La respuesta de Jesús fue
que Pilatos carecía de todo poder, con excepción del
que le otorgara Dios. Lo extraño en todo el relato de Ia
crucifixión, es que nunca aparece ]esús como un pobre
407

hombre atrapado en una serie de circunstancias inexo-
rables sobre las cuales no ejerce ningún control. Nun-
ca aparece Jesús como un pobre acorralado hacia Ia
muerte. La Pasión de Jesús es el relato de Alguien cu-
yos últimos días fueron una procesión triunfante ha-
cia el objetivo de la cruzi que es su glorificación. Es Ia
marcha de un héroe que controla todas las circunstan-
cias y es dueño de todos los detalles y que no pierde
ni un solo instante la visión de que es EI quien domina
las situaciones, y no las situaciones las que lo pueden
dominar a ft. (W. g.).
¿cóvto HABÍA ANUNCTADo LA SAGRADA Br-
BIIA QUE LOS IUDÍOS IBAN A ACUSAR A IESÚSZ:
En el Capítulo 2 del Libro de la Sabiduría, el Espí-
ritu Santo inspiró al autor Sagrado y movió su mano,
para señalar cómo iban los judíos a acusar y tratar a
Jesucristo. (Nácar). Leemos en el Capítulo 2:
<<Neciamente dicen entre sí: Pongamos trampas al
santo que nos fastidia y se opone a nuestro modo de
obrar, y nos echa en cara nuestras faltas contra la ley
de Dios, y nos reprocha nuestros extravÍos. Pretende
tener Ia ciencia del Señor y llamarse Hijo de Dios. Es
censor de nuestra conducta, y solo el verle nos es inso-
portable. Porque su vida en nada se parece a la de otros,
y sus sendas son muy distintas de las nuestras. Exami-
némosle con ultraje y tormentos y veamos hasta dónde
llega su resignación. Condenémosle a muerte afrento-
sa. A ver: si es Hijo de Dios, que Él lo salve y lo libre
de las manos de sus enemigos (Sabiduría2,12-20).
408
LA FLAGELACION
IESÚS Y BARItarÁS: Pilatos les dijo: ¿eueréis
que os suelte al Rey de los judíos? Y ellos gritaron: «
¡A ese no, a Barrabás!» (Juan L8,40).
La elección cle la multitud fue la opción e{e toclos
los tiempos. Barrabás era el hombre agresivo, el hom-
bre sanguinario, alguien que elegía llegar a su objeti-
vo por el camino de Ia violencia. Jesús era el hombre
del amor y la suavidad, que no quería obtener nada
con Ia fuerza, ni quería tratar a nadie con agresividad,
y cuyo reino estará en el corazón de sus seguidores,
por el amor inmenso que le tienen, y no por el terror
que prodvzcan sus intervenciones. El hecho trágico de
la historia es que a lo largo de los siglos, y ahora muy
especialmente, las multitudes se emocionan a veces
más por el caudillo audaz que llena con sus interven-
ciones las páginas amarillas de los periódicos y los an-
fiteatros donde amontonan cadáveres; que por jesús el
jefe indiscutible, que no hace palidecer de pavor a sus
contrarios con sus acciones espectaculares de violencia,
pero sí hace estremecer los corazones de sus amigos
con sus inauditas demostraciones de genuino amor.
¿Qué habrá sido de Barrabás? ¿Se habrá dado cuenta
de que aquel día el justo murió en vez del pecador? ¿Le
habrá demostrado a Cristo su gratitud, dejando su vida
de violencia y dedicándose a seguir su camino de perdón
al enemigo y de buenas obras para con el que noJlas ha-
ce malas? Nada sabemos. Lo cierto es que Barrabás fue
uno de los pecadores por cuya salvación murió ]esús.
409
 LA SENTENCIA A MUERTE: «Entonces se lo en-
tregó para que lo crucificaran>) (Juan 19,1.6).
Er:a cerca de rnediodía. La sentencia de muerte era
una frase que helaba de pavor la sangre del que la
escuchab a: "\rás a la cruz" . Los mismos romanos que
no eran nada sentimentales, contemplaban la senten-
cia a muerte con un sentimiento de horror. Los más
grandes literatos de aquellos tiempos la describen co-
mo la peor y más humillante que le pueda suceder a
un hombre. Y jamás se atrevían a imponer semejante
castigo a un ciudadano romano. Les parccía demasia-
do para uno de los suyos, por grandes que hubieran
sido sus delitos. Hoy miramos eI crucifijo y la cruz
con sentimientos de inmensa admiración y cariño. En
aquel tiempo la cruz era lo más degradante que ima-
ginarse pudiera.
I,IIATOS SE tAVÓ LAS MANOS: Pero, dicen los
santos, toda el agua del mundo no le bastará jamás
paraborrar de su vida esta mancha horrorosa de con-
denar injustamente a Cristo.
410
CRUZ
«Y cargando su cruz subió al lugar llamac{o Calva-
rio» (Juan19-17):
Ciceróry famoso escritor romano que vivió en tiem-
pos muy cercanos a los de Cristo, decía acerca de la
ctttzi «Amarrar a un ciudadano ya es grave. Azotar-
lo es mucho más grave todavía. Matarlo es un delito,
pero ¿qué diré de la muerte en la crluz? Es una ac-
ción tremenda que no se puede describir con palabras,
porque no existen palabras que sean capaces de narrar
tanta crueldad». Fue esa muerte, la más temida en el
mundo antiguo, la que solamente se aplicaba a crimi-
nales y esclavos, la muerte que padeció ]esús.
Los condenados a muerte eran llevados atados ha-
cia el sitio de la crucifixión, y como antes de llevarlos
los azotaban, iban tan débiles que frecuentemente se
tropezaban y caían.
CALVARIO O CÓLCOTA se llamaba el sitio don-
de Io iban a crucificar. Esta palabrasignifica «Lugar de
la calavera>>, quizá porque el pequeño monte parecía
una calavera. Los antiguos decían que allí estaba ente-
rrada la calavera de Adán. Quedaba fuera de las mu-
rallas de |erus alén, porque la ley prohibía crucificar
dentro del recinto de la ciudad. Aunque no era muy
411

distante, sin embargo la legislación mandaba que ha-
bía que hacer eI viaje por el mayor número de calles
que iuera posible para que hubiera mayor número de
gente que viera este espectáculo y así les entrara más
i"*ot de quebrantar las leyes, ! para que si alguno al
verlo pasar quería atestiguar en su favor y probar que
era inocente, lo pudieran hacel, y así se volviera a em-
pezar el juicio. ]esús únicamente encontró por allí a su
Santa Madre, a la Verónica y a las santas mujeres. Los
hombres estaban muy ocupados en sus negocios; en
hablar de política y en cuidar de sí mismos, para tener
tiempo parair a atestiguar en favor de Cristo.
Jesús salió lastimadoy sangrante, con la carne he-
cha trizas por los azotes, cargando su propia ctlJzt
hacia el lugar donde debería morir. Era cerca de me-
diodía.
trNRI: Escribió Pilatos un letrero que mandó po-
ner sobre la cruz: «]esús Nazareno Rey de los iu-
díos» Estaba escrito en los tres grandes idiomas que
en ese tiempo se hablaban en aquellas regiones: Grie-
go, Latín y Hebreo. Las palabras INRI que se colocan
en nuestras cruces son las iniciales del letrero en la-
tín «lesus Naza Renus Rex ludeorum>>. Son tres idio-
mas de tres naciones que trajeron Srandes mensajes al
mundo: los griegos trajeron el arte, Ia belleza del pen-
samiento y de la expresión. Los romanos el buen go-
bierno y el orden. Los hebreos presentaron aI mundo
el culto al Dios verdadero. ]esús es el resumen de estos
tres mensajes: É1 es el pensamiento perfecto del Padrg
412
LA CRUZ
la encarnación de la Belleza y del Arte de la Divinidad.
]esús es el que nos trajo la Ley y el Reino de Dios. Y ha
sido É1 quien nos ha presentado Ia imagen más perfec-
ta de Dios, y quien nos ha enseñado cómo debe ser el
genuino culto al Dios verdadero. Y resulta un símbolo
agradable el que los tres grandes idiomas de su tiem-
po 1o proclamen Rey, allí mismo en el instrumento de
su glorificación: la cruz.
"Lo escrito, escrito está"... Los judíos pidieron a Pi-
latos que se quitara aquel letrero porque eran muchas
las personas que pasaban y 1o leían. Pero el goberna-
do{, tan cobarde poco antes, ahora se mantuvo en su
decisiórU y fue inflexible en que el letrero permanecie-
ra sobre la crsz. Era un mensaje que los siglos debe-
rían leer, cada uno en su propio idioma: que Jesús es
Rey, y lo será siempre.
Y SE IUGARON SU TUNICA: Juan 19,23.
Si la repartían entre los cuatro soldados crucificado-
res, la inutilizaban. Dispusieron entonces jugarla a los
dados. No hay otra imagen que demuestre con tan-
ta elocuencia Ia indiferencia del mundo hacia Cristo.
Allí, sobrela cruz, Jesús agonizaba, y ahí mismo al pie
de la crlJz,los soldados tiraban los dados como si nada
pasara. Un artista pinto un cuadro: jesús en plena ca-
Ile moderna extendiendo las manos como queriendo
saludar a la gente y nadie se detiene un momento para
contestar su saludo. Y debajo la frase de las Lamenta-
ciones: Vosotros los que pasáis por el caminq no
"¿Oh
413
os conmueve mi actitud?» La tragedia de la actuali-
dad no es hostilidad de mundo, hacia Cristo, sino su
indiferencia, esa indiferencia que trata al amor de Dios
como si no fuera algo importante.
"La títnica no tenía costuras / era de una sola pie-
za". La tradición antigua dice que se la había tejido la
Virgen María con sus propias manos y se la había re-
galado. Ciertamente era duro para ella el contemplar
a qué manos había ido a dar su regalo. Pero hay un
símbolo: la túnica del Sumo Sacerdote era también sin
costuras y de una sola pieza. EI oficio del Sumo Sacer-
dote era ser como un mediador entre Dios y el hom-
bre. Se le llamaba en latín «Pontifex» o sea el que hace
puentes. Y este es el oficio de ]esús: ser un mediador
entre los pecadores y Dios, construir puentes entre la
tierra y el cielo. Jesús es el Sacerdote perfecto que acer-
ca los hombres a Dios.
EI que su túnica fuera a ser sorteada ya lo había
anunciado el Salmista, siglos antes (Salmo 21,, 18).
En ]esús se cumplieron todas las Escrituras de los
profetas.
¿cÓvro ERA EL ToRMENTo DE r-A cRUCIFT-
XION?
El suplicio de la cruz, además de ser degradan-
le, y reservado solo pata los esclavos, era atrozmen-
te doloroso. De todas las muertes, era la de la ctuz,la
más inhumana. ]esús pasó las últimas horas de su vi-
da en medio de dolores increíbles. (Bossuet).
414
LA CRUZ
Los clavos ásperos y ac rados, en pies y manos en
extremo sensibles y delicados, producían padecimien-
tos dolorosísimos, que cr cían más por el peso del
cuerpo suspendido en la cruz, por la forzada inmovi-
lidad del paciente, por la intensa fiebre que sobreve-
nía y por la gran sed que Ia fiebre producía. Además:
las convulsiones y espasmos, el ahogo, la enorme difi-
cultad para respiraq, las bandadas de moscas, tan nu-
merosas en oriente, y que llegan atraídas por Ia sangre
de las heridas y causan molestias muy mortificantes.
Y sumado a todo esto: los ultrajes de los enemigos,
Ia pena de ver sufrir tanto a su Madre allí presente,
y el pensar que para muchos nada les iba a interesar
que sufriera tan atrozmente por ellos, y se perderían lo
mismo. (San Meliton).
Jesús murió <<gota a gota>>, atormentado sobrema-
nera, pero consolado con el pensamiento de que cum-
plíalavoluntad del Padre, y obtenía nuestra salvación
(Fillion).
Los crucificados podían durar mucho tiempo en la
crlaz, sin morir, porque la hemorragia de las heridas
era pronto contenida por la hinchazón de las manos y
de los pies traspasados por los clavos. (W. 8.).
Dios hubiera podido perdonar nuestros pecados
sin hacer sufrir tanto a su HijO pero si ahora el recuer-
do de los tormentos de Cristo apenas logra contener
nuestra maldad, y arrancar el atractivo de los placeres
malos de los ánimos pervertidos, qué sería si el saber
4ts
que el perdón no había costado tanto, ¿dejará sueltas
las riendas que mantienen contenido e1 pecado? (San
Agustín).
«Hiciste maravillas tan grandes desde el día en que
te vieron recostado sobre el pasto seco de un pesebre,
hasta el día en que te contemplaron hecho pedazos en
:ut:ra cruz, eue no fueron capaces de quedarse callados,
sin estallar en voces de admiración, (Alzin).
Tu Crucifixión es como un río de Sangre que se des-
borda e inunda de bendiciones todo el mundo. Pastor he-
rido. León traspasado. Vid que derrama sangre. I.duevo
Isaac sacrificado. Piedra angular ahora despreciada pero
que luego se convertirá en la principal piedra del edificio.
Tú,yahas hecho lo que estaba de tu parte. Ahora nos que-
da a nosotros hacer lo que nos corresponde. (lb.).
':''ui ,ilii:rrz es m"ues,,ira
Arc;r cle éuliailza. Los Israelitas
llevaban al hombro el Arca de la Alianza para poder
entrar en Ia Tierra Prometida. Tú vas, delante de noso-
tros llevando la Cruz,para abrirnos la entrada a la Tie-
rra Prometida de la eternidad feliz.
¿QUIÉN i]ADECE? ..No un malhechoq, sino el que
pasó por el mundo haciendo el bienr. El mayor bien-
hechor que ha tenido la humanidad. ¿QUÉ PADECE?
T'odo lo qr'-re pueda herir a una persona: el sacrificio
de sus propiedades: hasta los vestidos se los robaron.
El sacrificio de su buen renombre: muere entre mal-
hechores. El sacrificio de cada uno de sus sentidos.
Sufre en su alma ingratitudes, burlas, tristezas. ¿POR
QUÉ PADECE?
416

Las últimas palabras de un moribundo son recogi-
das con veneración por sus familiares y amigos. De
Jesús nos quedan solo siete frases, en su agonía. Tres
recogidas por San ]uary tres por San Lucas, y la otra
por San Mateo y San Marcos.
1a). PdDRE PERpÓNarOS, PORQUE NO SA-
BEN LO QUE HACEN (Lucas 23,34)
En todo pecado hay un poco de ignorancia y de ce-
gueÍa, y Jesús aprovecha de esto para pedir perdón
por los que 1o crucifican. (San Agustín).
«Perdónalos>>. He aquí la frase que hay que oponet
a todos los ataques de cólera, y en todas las ofensas re-
cibidas. (San Bernardo).
Nunca se había oído interceder por los enemigos
que ni piden ni desean el perdón. Jesucristo nos qui-
so dar aquí la más práctica corroboración de sus
enseñan zas acerca del perdón. É1, como lo harán
después los santos, busca el aspecto digno de excusa
en las acciones del prójimo. ¡Ah! cuán cierto es que la
mansedumbre en juzgar a los demás, y la prontitud
en perdonar a los que nos ofendery son un termó-
metro que marca Ia santidad y Ia nobl eza de nuestra
personalidad.
418
LAS SIETE PALABRAS
"Porque no salren lo que hacen". ]amás ha existido
un abogado tan hábil paradefender a sus clientes como
Jesucristo para defender a sus verdugos (San Agustín).
Oral'por los que nos ofenden. Es imposible ocliar a
la persona por la cual se ora. Si como Cristo sabemos
orar por los que nos tratan mal, nunca seremos capa-
ces de odiar o de guardar rencor. (Sheen).
«]esírs al enseñarrlos el Paclrenuestro nos enseñó a
pedir-»Padre perdónanos si nosotros también perdo-
namos...), Y con este ejemplo en la cruz nos está ense-
ñando cómo se perdona a quien lo atormenta a uno.
Era un ejemplo muy necesario porque Él sabía qué di-
fícil nos queda perdonar y pedir bendiciones para los
que nos maldicen.
En la parábola del empleado que no quiso perdo-
nar (Mateo L8), Cristo ha proferido una grave amena-
za: Si no perdonáis de corazón a los demás, tampoco
el Padre os perdonará a vosotros. Para evitarnos tan
espantosa desgracia, nos dejó en la cruz el más subli-
me perdóry concedido de todo corazón, a quienes po-
co se lo merecían.
2A.) HOY MISMO ESTARÁS CONJMIGO EN EL
PARAÍSO. (Luca s 23, 43).
El ladrón había contemplado yalapaciencia, la dul-
zura y elánimo majestuoso y sereno, la piedad de este
que sufría a su lado, Luego le oyó el «Perdónalos>>. Es-
to lo animó más a suplicarle: «Acuérdate de mi cuan-
419

do estés en tu reino». Y vino la gracia e,hizo el resto,
hasta que consiguió esta promesa formidable: «Hoy
estarás conmigo en eI Paraíso». Estar iunto a ]esús,
ese será el verdadero Paraíso para él desde hoy. Fue
canonizado en vida por Cristo. (San Agustín).
«Con el ladrón demuestras que Ia misericordia de
Dios, ni aún en la última hora excluye al pecador pe-
nitente, y que Dios, a quien se ha juzgado a sí mismo,
no lo vuelve a jrzgar>,. (lb.).
HOY MISMO: mayor que Ia gracia pedida es la
gracia otorgada. Jesús obra siempre asÍ. El ladrón pi-
dió un recuerdo, y El se 1o lleva ionsigo (San Ambio-
sio). Le pedimos un centavo y nos regala un millón.
Jesús desde La cruz conmovió el cor azón de un
malhechor que agonizaba en el Monte Calvario, y este
milagro sobrenatural lo sigue hacienclo todos los días
a la cabecera de los moribundos. Cuando el pavor y
la desesperación asaltan al moribundo, si una persona
devota Ie presenta el crucifijo, esas manos abiertas pa-
ra perdonar lo llenan de consuelo y de esperanza. Por
eso el moribundo toma con ansias el crucifijo entre sus
manos, le dirige miradas de súplica, 1o besa, y le dice
con fervo4, «]esús". (I.Rey).
Los que tenemos tanto por lo cual merecemos cas-
tigo, decimos también a Cristo: ,,Ahora que ya estás
en tu Reino, acuérdate de nosotros». Y sabemos que
sus oídos sí nos están escuchando. Sabemos que en
esta vida nos ayudará a sufrir con paciencia nues-
420
LAS SIETE PALABRAS
tra cntz, y que a la hora de Ia muerte llevará al Pa-
raíso a todos los que lo hayamos invocado con fe y
humildad.
3). HE AFIÍ A T'U MADRE. Y ]esús dijo a su Ma-
dre: Mujer he ahí a tu hijo, y al discípulo: He ahÍ a tu
madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en
su casa. (Iuan 19,27).
]esús no estaba completamente solo en el calvario.
Allí estaban las tres Marías, y ]uan el discípulo ama-
do. Siempre era peligroso demostrarse partidario de
alguien a quien la autoridad colgaba de una cruz. Pe-
ro el amor aleja el temor.
En el siglo décimo, un poeta escribió la más famo-
sa poesía acerca de la presencia de María junto a Ia
cruz. EI Stabat Mate{, o <<en pie estaba la Madre». Di-
ce así:
En pie estaba la Madre dolorosa,
junto a7a cruz, mirando lagrimosa,
al Hijo de su amof,,
y contristada su alma padecía
y su doliente pecho a7lípartía,
la espada del dolor.
Oh; cuánto estuvo triste y afligida
Aquella que era Madre bendecida,
421
 Del que lJnico nació.
Lloraba acongojadu y se dolía,
Al ver la inmensa pena que sufría
Su Hijo y su Señor.
Es de notar que con excepción de luan, no hallamos
en el calvario más que mujeres acompañando a ]esús.
Que San ]uan nos representaba a todos, es idea que la
Iglesia ha querido y creído. Era un solo hombre que
representaba allí a todos los hombres. Y Cristo le dio
por madre a su propia Madre. (San Agustín).
El amor eterno del corazín de la madre, está en
María al pie de la crluz. Si ]esús hubiera tenido más
hermanos, no habría pensado en dejar su Madre aI
cuidado de ]uan. Pero como El era hijo único, pensó
muy prudentemente en el deber del cuarto manda-
miento, de pensar en los años postreros de la madre
y ayudarle a pasarlos de la manera mejor posible. Por
eso la encomendó al más inocente de sus discípulos.
Jesucristo, que todo lo que hace 1o hace perfecta-
mente bien hecho, seguramente al darnos por Madre
a María Santísima, Ie ha infundido un gran amor ha-
cia nosotros.
Ojalá nos infunda también a nosotros un verda-
dero amor filial hacia Ella:
LA DOLOROSA: Ella que es la más santa de las ma-
dres, es también Ia que más tiene que sufrir. ¿Por qué?
422
LAS SIETE PALABRAS
Porque el dolor no es castigo, sino escalera para lle-
gar al más alto grado de gloria celestial.
HE ,A,HÍ A TU FIIIO: y pensaba en nosotros segura-
mente. Sí le decimos también nosotros: «He aquí a tus
hijos". Hijos desagradecidos, hijos manchados, pero
con enorme deseo de salvación. Por eso Ie decimos ca-
da día <<Ruega por nosott'os pecadores>>. AHORA:
cuando la vida está llena de sustos y de afanes. AHO-
RA: cuando las pasiones nos echan por el rodadero
de las malas costumbres. AHORA cuando con el ves-
tido de la gracia hecho harapos volvemos a Ti, Ma-
dre cuidadosa, para que remiendes con Ia gracia del
arrepentimiento nuestras vidas deshechas.
MARÍA ESTABA DE PIE junto ala cruz. Como el
sacerdote cuando ofrece la Víctima. En aquella tar-
de había dos altares desde donde se ofrecía a ]esús:
la cruz donde Cristo agonizaba, y el corazón angus-
tiado de la Madre que hacía el sacrificio del hijo muy
amado.
Estaba de pie: no echada en el suelo con desespero,
sino valientemente erguida junto a\a cruz del Salva-
dor. Desde el siglo IV hubo una capillita en el Cami-
no del Calvario, llamada «La Capilla del desmdyo'r,
porque la tradición enseñaba que allí se encontró Ma-
ría Santísima con su Hijo cuando lo llevaban a crucifi-
ca\ y que aI verlo tan destrozado a puñetazos, azotes
y humillaciones, que ya no parecía un hombre sino
casi un monstruo, (Isaías 53), ella se desmayó. Pero
423

que luego reponiéndose hizo alarde de todo su cora-
je, y se fue hacia el Calvario para acompañarlo cariño-
samente en aquel mar de odio. Y cada martillazo en
las manos y los pies del Hijo que crucificabaru era un
martillazo en el corazónde la Madre. Pero Dios le dio
fiierzas para saber sufrir. Por eso en Ia poesía maria-
na más antigua que se conoce, le decimos:
Ea oh Madre de amor copiosa fuente:
haz que al llorar contigo experimente,
de tu pena el poder.
Haz que en amor se encienda el pecho frío,
para que amando a Cristo Dueño mío,
Ie pueda complacer. Amén.
4) ¿FoR QUÉ ME HAS ABANIDONADO?
Los racionalistas quisieron demostrar con estas
palabras que ]esús no es Dios, o que no es un hombre
muy perfecto, pues se atreve a decir esto. Los santos
Padres demuestran que una súp1ica resignada queda
muy bien en los labios del más santo de los hornbres,
y del Hijo de Dios. Además, es el principio del Salmo
21, que describe al MesÍas, sus dolores y sus triunfos.
]esús acostumbraba rezar cada salmo en su momen-
to más oportuno, y ahora recita este Salmo 21., como
diciendo: ..Ahora estoy en oscuridad, parece que tu
mismo rostro se me oculta, pero pronto me vendúla
gloria y eI Reino".
Por un milagro inexplicable, ]esús deja de sentir
los divinos efectos de su Visión Divina, y pasa a su-
424
LAS SIETE PALABRAS
frir una pena espantosa parecida a la pena de daño, la
más temible y agobiadora de los condenados en eI in-
fierno. La sufre para evitárnosla a nosotros (Bossuet).
Este suplicio del abandono que Jesús sufre en la
crlJz, no es un tormento fabricado por los hombres, si-
no un suplicio que viene del Dios Todopoderoso, y se
necesitaba ser Todopoderoso para ser capaz de resis-
tirlo. (Pasca1).
Dios mío, Dios mío... ]esús sufre rezando. El quie-
re enseñar a sus amigos el modo perfecto de sufrir.
Él quiere que también nosotros cuando parece que
todo está perdido, lancemos con fuerza nuestta voz
de angustia al cielo. Que le digamos como el Salmis-
ta «Despierta, SeñoD por qué duermes? O como los
Apóstoles en Ia noche de Ia tempestad: <<Sáloantos,
Señor que perecetnos»». Y Dios parecerá despertar
de su aparente sueño. Y vendrá. Y no podrán más las
amarguras de la vida que el poder de Dios.
]esús siguió rezando el Salmo 21., que empieza con
estas palabras: <<Dios mío, Dios mío por qué me has
abandonado»», y que sigue de Ia siguiente manera:
«SeñoI, no te quedes lejos. Oh Dios, fuerza mía, ven
corriendo a socorrerme)>. Es la oración que debiera es-
tar en nuestros labios y en nuestro corazón en todos
los momentos difíciles de nuestra existencia.
5) TENGO SED: «Para que se cumpliera la Escritu-
ra dijo «Tengo sed». Estaba allí una vasija con vinagre
42s

y ellos empapando en vinagre na esponja se Ia die-
ron a beberr. (Juan 19,28).
La Escritura lo había anunciado en el Salmo 2L:
«Tengo el paladar reseco como una teja recién sacada
del horno». Quiz á era Ia sed Ia tortura más intolerable
del crucificado. Las heridas expuestas al sol le produ-
cían gran fiebre. Y se cumplió lo anunciado por el pro-
feta (Salmo 68,21). <<En mi sed rne dieron a beber
ainagre»». Empaparon una esp nja en vinagre, Ia co-
locaron en una caña y se Ia acercaron a los labios. Jesús
tomó aquella bebida tan agria.
Cuando derramaba sobre Ia humanidad los torren-
tes de agu viva que debían apagar Ia sed de todas las
gentes, ]esús tuvo que exclamar <<Tengo sed». Con sed
de hacernos bien murió Cristo y vivió siempre con
esa sed. (San Ambrosio).
SED: Tiene sed del cuerpo y sed de salvar las al-
mas, y de conseguir que lo amemos y que obedezca-
mos sus mandatos. No seamos menos que aquel
soldado que alcanzó la esponja. Todavía podemos
calmar su sed, llenando nuestra vida de actos de
amor aÉl,y de obedi ncia a sus mandatos. Por su sed
en la crlJz pidámosle que nos conceda sed de salvar
almas, y nos libre de esta sed de placeres que nos do-
mina. (San Agustín).
Cuando Ie ofrecieron el vino al principio de la cruci-
fixióru no 1o aceptó, porque e e vino mezclado con
426
LAS SIETE PALABRAS
hielo adormecía y le calmaba los dolores. Pero ahora
ante eI tormento espantoso de la sed, pide de beber y
acepta el vinagre que Ie ofrecen.
ER.A ]VIUY NATURAI, QUE TUVIERA SED: poT
sus condiciones de desangre y agotamiento. En esas
tres horas de lenta agonía el cuerpo perdía incesante-
mente sangre y fuerza vital a través de las heridas de
las manos y de los pies, y de las vastas heridas produ-
cidas por la flagelación. La cabeza estaba acribilla-
da de punzaduras de espinas, y en la posición a que
forzaba Ia cr z, ningtin músculo encontraba reposo.
(Ricciotti).
Santa Rosa de Lima meditando delante de un
crucifijo, se puso a pensar en la pavorosa sed que su-
frió el Redentor en la Cruz, y sintió un deseo tan gran-
de de imitarlo en Ia mortificación de su gusto, que en
adelante nunca tomó ninguna bebida fuera de hora,
y siempre se mortificó en su comer y en su beber. El
ejemplo de Cristo conmueve.
Sed de salvación es lo que necesitamos. Nosotros
buscamos engordar nuestro cuerpo como cerdos, y
Cristo busca salvar esta alma que es Ia única que no se
muere. Nosotros suspiramos por pasar cómodamente
estos pocos a os que nos restan en este valle de lágri-
mas y Cristo hace planes para que nuestra eternidad
sea plenamente feliz.
427
 LAS HERIDAS DE SUS MANOS Y DE SUS PIES: US SIETE PALABRAS

Para ]esús dejó su profecía Zacarías al decir: <<Los raz1nde Cristoz ![ü€ se le hicieron patentes en su cuer-
que deberían amarme, me hicieron estas heridas» po. Una noche en que pedía a Dios un remedio para
(Zacarías 13,6). llenarse del amor divinq oyó una voz que le decía: EI
remedio es: <<meditar en la Fasión de Nuestro Se-
Para expresar el amor que ]esús siente hacia noso-
fior festtcristo>».Lohizo, y su amor de Dios se multi-
tros, ¿para qué recurrir a palabras? Tenemos algo más
plicó por mil.
elocuente: sus heridas: (San Ambrosio).
Y pensar que la Sangre de ]esús que derramó en eI
Claman los clavos; claman las heridas, diciéndonos
Calvario por sus heridas, es Ia misma que recibimos
a todos que su amor y mi ericordia no tienen limites.
cada vez que comulgamos, y que Ella corre por nues-
El amor de su corazónse hace patente y manifiesto en
tras venas mezclada con la nuestra. ¿Por qué no dar
las heridas de sus manos, de sus pies, de su cabeza y
más gracias a Dios? (Docete).
de su corazón. (San Buenaventura).
La sangre derramada por las heridas de Cristo, si tú
Si quiero curar las llagas de mi conciencia si quie-
quieres, fue dada por ti. Si no quieres no fue dada por
ro inundar de luz mi espíritu, ¿qué otro remedio me-
jor puedo encontrar que Ia meditación en las heridas ti. (San Agustín).
que mi Señor ha sufrido para salvarme? (S. Bernardo). LA CRUZFUE EL LIBRO PREDILECTO DE tOS
SANTOS. En él volvían siempre a leer; fue la escue-
Cuando algún mal pensamiento me atormenta, la en que aprendieron a vencer sus tentaciones; fue la
como a refugiarme en las heridas de ]esús. Y allí mis
fuente de donde sacaron consuelo para sus depresio-
pensamientos se purifican y se hacen santos. (San
nes y sufrimientos. (San ]uan Bosco).
Agustín).
Mi devoción preferida ha sido siempre contemplar
las heridas de ]esús. Sus manos y pies traspasados, su
cabeza coronada de espinas y su corazón herido por
lalanza. Esta devoción trae más amor q e cualesquier
otra. (San Antonio Claret).
San Francisco de AsÍs se dedicó a pensar con tanto
amor en las heridas de las manos y los pies y del Co-

428 429
 E inclinando la cab eza expiró
Muere: gernicl humanos:
,.Todos en Ét pusimos nuestras manos>) (Lista).
¿Qué harás tú por eI Salvador que tanto hizo por ti?
6) TODO ESTA CONSUMADO: (San
]uan 19,30).
Ahora ya no queda ninguna profecía por cumplir.
Ningrin acto expiatorio que haga falta, para pagar las
deudas de Ia humanidad. Completa está la obra re-
dentora. (San Agustín).
«Todo está cumplido». Vino a las 70 semanas co-
mo lo había anunciado Daniel. Predicó a los pobres.
Fue manso y humilde; no gritó, no apagó la lámpa-
ra humeante ni quebró la caña doblad a. Hizo ver a
los ciegos y oír a los sordos. Nació de una Virgen. Sus
enemigos lo cercaron como toros fieros, y 1o odiaron
430
LAS SIETE PALABRAS
gratuitamente. Lo rodearon como multitud de perros
feroces. Lo acorraló una chusma de malignos. Su len-
gua se ha pegado al paladar. Le han traspasado sus
manos y sus pies y se pueden contar todos sus huesos.
Le han dado a beber hiel y vinagre y se han repartido
por suerte sus vestidos. Todo, todo lo que los profetas
habían anunciado acerca de É1, se ha cumplidó a la le-
tra. ]esús es el único ser que antes de nacer ya tenía
su biografía escrita con todo detalle. Y hasta la última
profecía acerca de Ét en los mil años anteriores, ha te-
nido perfecto cumplimiento. «Todo se ha cumplido».
Ahora ya no Ie queda por cumplir sino 1o último que
anunciaron los profetas «No permanecerá en el sepul-
cro. Rein ará para siempre».
7) PADRE: EN TUS MANOS ENCOMIENDO MÍ
ESPÍRITU: (Luca s 22, 46).
]esús repite las palabras del Salmo 30, pero añade:
«Padre». Estas palabras las han dicho tantos fieles al
momento de morir. Pero como San EstebarL se las de-'
cimos al Hijo, para que Él las lleve al Padre (San Este-
ban murió diciends «Señor ]esús: recibe mi espíritu»
Hechos 7, 59).
La primera y la última frase que se conocen de Je-
sús, van dirigidas ambas al Padre. La primera, a los
doce años, al ser hallado en el Templo: <<¿No sabíais
que debo ocuparme en los asuntos de mi Padre?»
(Lucas 2, 49) y la últim a, al momento de morir: «Pa-
dre, en tus manos encomiendo mi espíritu». El Padre
431
es el «gran presente de todas las horas» en Ia vida y en
el pensamiento de ]esús. Rezando errrpezó ]esús su vi-
da, y orando Ia termina.
Y LE ABRIERON EL COSTADO: lo abrieron para
que de allíbrotara la vida. De este Adán dormido en la
crtJz, saca Dios la nuevaEva,la Iglesia. (San Agustín).
.;;P01?, ,iluÉ JE$[]§ hziuFinÓ T¡rrNI Fx(c]I"d1-o?

Los crucificados duraban muchas horas y hasta va-

rios días, agonizando en la cruz. A los otros dos com-
pañeros de Jesús uvieron que romperles a garrotazos
los brazos y las iernas para que se murieran. (Iuan
19,32). En cambio ]esús murió a las tres horas de estar
crucificado. ¿Por qué tan pronto?
'{Jn grupo cie científicos irrgleses har dicho lo si-
guiente: El evangelio de San ]uan dice que al atrave-
sarlo con el lanzaso, el corazín de Cristo manó sangre y
agua (Juan 19,34). ¿Por qué sangre y agua, si en el cora-
zón nunca están mezcladas la sangre y el agua? Lo que
pudo suceder es lo siguiente: que poco antes de la lan-
zada se había producido una rotura del corazón. Una
especie de estallido del corazón a causa de las inmensas
penas morales que estaba sufriendo. Así que ]esús mu-
rió con el corazón destrozado, en el sentido verdadero.
Al rompérsele el corazóry se produjo una hemorragia
interna en el pericardio, y los glóbulos rojos se posaron
debajo, mientras que el humor acuoso permaneció en-
cima, de manera que cuando el pericardio se abrió por
Ia lanzada, salieron separados, los glóbulos rojos y el
elemento acuoso de la sangre. Sangre y agua. (Ricciotti).

432

La Resuruección
ÜCIVTINGO DE }dES URTdHC]CIO}{
(San ]uan 20, L-9).
María Magdalena fue muy de mañana al sepulcro.
Pocas personas que hayan amado tanto a Jesús como
María Magdalena. San Lucas dice que ]esús echó siete
demonios de ella. Cristo le había hecho un favor espiri-
tual que ningún otro había podido conseguirle, y Mrg-
dalena no olvidó iamás este gran favor. Ella tenía por
lema <<No olaiilaré lo que lesús hizo por mí»» y estu-
vo valiente acompañándolo en la crtJz, y presurosa co-
rñó avisitar su sepulcro el domingo por la mañanita.
FUE A AVISAR A PEDRO Y IUAN (Juan 20,2) Pe-
dro seguía siendo el líder reconocido del grupo de los
apóstoles. A pesar de sus negaciones cuya noticia ya se
debía haber difundido, seguía siendo líder. Y hacia él se
dirigió Magdalena. Algunas cualidades especiales, fue-
ra de lo comúry debió tener este Pedro, porque aún des-
pués de su negacióry los apóstoles lo siguen reconocido
como líder. Era de hecho un líder nato.
IUAN LLEGÓ PRIMERO, VIO Y CREYÓ fiuan 20,
4). Resulta extraordinario el papel que desempeña eI
amor en este relato. Fue Magdalena, que amaba tanto
a ]esús, quien llegó primero al sepulcro. ]uan, eI discÍ-
434
LA RESI]RRECCIÓN
pulo a quien |esús tanto amaba, y que tanto quería a
]esús, fue el primer discípulo en llegar al sepulcro y el
primero en creer en la resurrección. Esta sería siempre
una gloria para Juan: haber sido el primero en com-
prender y creer en la resurrección de Cristo. El amor
le dio ojos para ver en las señales y creer. Y aquí tene-
mos una gran ley de la vicla: nadie puede interpre-
tar y comprender a otra persona perfectamente si no
hay una corriente de simpatía hacia esa persona. Na-
die puede escribit, hablar o enseñar con efectividad
acerca de la vida de otra persona por quien no sien-
te nada. Uno se da cuenta cuando el director de una
orquesta siente gran simpatía por la obra que están
ejecutando. El amor es el gran intérprete. IJna vez un
joven llevó al celebre pintor Dore una imagen de Jesús
que había pintado. El artista le dijo: «¿Sabes qué nece-
sitas para poder llegar a hacer buenas pinturas acer-
ca de ]esús? Necesitas amarlo mucho más. Mientras 1o
ames poco, tus cuadros serán siempre mediocr€s». §s
podremos entender a ]esús o ayudar a otros a que lo
comprendan, mientras no 1o amemos con todo el co-
razór.:r, con toda el alma, y sobre toclas las cosas. Así lo
hicieron María, Magdalena y Juan.
,,
,'
:i.
.,,
S¡ Cristo resuc¡to,
'.
, taffi'IhEer'¡, ffiosotnos
Ug7D I I
'
IlY E q7 E
'r
:.) '
resalcitareuTh0s.
43s

«Si habéis resucitado corr Cristo, pensad en los bie-
nes cle arriba, huscacl los trienes cfeJ cielo» (Colosenses
3,1). El triunfo de ]esús nos enseña que n estra patria no
está acá abajo, sino más allá del tiempo, en Dios (Pio XII).
CADA FIESTA TRAE ALGUNAS GRACIAS.
A FIESTA DE I'ASCUA
I]RAE LAS SIGUIENTES:
a) Excitarnos a pasar de una vida tibia e inerte, a
una vida santa y fervorosa. b) Convencernos de que
nuestra morada definitiva y principal no está en esta
tierra sino en el Paraíso del cielo. c) Darnos la esperan-
za de que «Si Cristo ha resucitado, también noso-
tros resucitaremos». (LCorintios 15). d) Invitarnos a
una Vida Nueva, dejando la levadura vieja de1 peca-
do, y empezando un modo distinto de obrar y Pensar.
e) Infundirnos una gran confianza: Cristo está vivo y
es invencible; (Encíclica Mediator del Pio XII).
FIGURAS DE CRISTO RESUCITADO
ISAAC: que vuelve salvo de la Montaña del Sacrifi-
cio, para llegar a ser padre de un gran pueblo.
IOSÉ: que pasa de la cárcel en el subterráneo, al go-
bierno del reino.
436
LA RESIJRRECCIÓN
}üFJÁS: que sale vivo a predicaq, después de estar
tres días en el vientre de la ballena.
Uf.l GltAi{ A-I-LUI'IA Xi'J1\}'JirViz\[)i0/ que después
de un áspero y largo combate, siente lavoz del jefe Su-
premo que 1o llama para darle la gloria y los premios
merecidos con tantos sufrimientos y humillaciones.
EL VENCEDOR {)UE REGRESA DE tlNA GR^A l\
tsATAlt.LA con Ia bandera victoriosa en la mano, y las
señales de sus heridas gloriosas por salvar a su pue-
blo. (Monsabré).
CÓvTO ERA LA FIESTA DE LA
RESURRECCIÓN EN ANTIGUOS TTEMPOS:
Para los antiguos cristianos no había fiesta más im-
portante que la de la Resurrección de Jesús. Era el Día
grande entre los grandes del año. «EI clía cluc hizo erl
Señor». En este día los reyes daban libertad a millares
de presos; los ricos llamaban a los pobres que les te-
nían deudas y se las perdonabary o se las rebajaban.
Los que estaban peleados se pedían perdón y se abra-
zaban delante de todos prometiéndose amistad peren-
ne. En esta fecha las guerras tenían tregua. Las gentes
procuraban estrenar vestido, comer mejor y estar muy
contentos en este Domingo, porque era ei Dorningo
más grancle de toclos los del año. Muchos daban es-
peciales limosnas a los pobres o hacían visitas a en-
fermos o encarcelados. Cada uno deseaba hacer algo
437
especial para celebrar esta Fiesta que es la Núme-
ro Uno entre todas las festividades cristianas. Lás-
tima que estas bellas costumbres se estén acabando y
que haya personas que le dan menos importancia a
la Fiesta de la Resurrección que a otras fiestas. Los
sacerdotes, religiosos y catequistas deberían influir
en el ambiente para que la Fiesta de Pascua vuelva a
ser otra vezla más bella, la más grande, Ia más apre-
ciada por todo el pueblo de Dios. (P. Parsh).
¿cÓruno FUE LA RESURRECCIóNe ¿A qué ho-
ra? EI evangelio no dice la hor4 ni cómo fue. Nadie
presenció este milagro. Lo que dice el evangelio es que
sucedió aI tercer día de haber sido crucificado. Luego
debió ser el domingo. (Los tres días que duró ]esús en
el sepulcro se cuentan así:, 1o. Viernes: Ias últimas ho-
ras: de 4a6 de la tarde. Para los Israelitas el día termi-
na a las 6 p.m. y a esa hora empieza el día siguiente.
2o. Sábado: de 6 p.*. del viernes a 6 p.m. del sábado.
3o. Domingo: Desde las 6 p.m. del sábado hasta las 12
de la noche. ]esús estuvo tres días en el sepulcro: Vier-
nes: dos horas. Sábado 24horas. Domingo: 6 horas).
BAIÓ A LOS INFIERNOS. San Pedro dice que
Jesucristo «fue y predicó a los espíritus que estaban
presos» (LPedro 3, 19). Aquí Ia palabra «infiernos»
que decimos en el Credo, significa «Sitio donde esta-
ban los difuntos que no habían podido aún ir al cielo»
¿QUÉ SUCEDIÓ aT .A.MANECER Et PRIMER
pÍa DE LA SEMANA? EI alma de Cristo vuelve de
visitar las almas de los difuntos santos que estaban
438
LA RESIJRRECCIÓN
aguardando la hora feliz en que El abriera las puertas
del cielo r pa.ta- poder ir ellos también a contemplar el
rostro de Dios, el alma de ]esucristo -decimos- vuelve
al cuerpo del cual Ie había separado la muerte, y és-
te queda vivificado de nuevo, infinitamente Flermoso.
Abre sus ojo , se incorpoÍa, se levanta, y milagrosa-
mente sale del sepulcro sin mover Ia piedra que cierra
Ia entrada. Como el atleta que ha estado descansando
un poco después de dura batalla y se presenta ahora
rejuvenecido a recibir la corona de la victoria. Como
]onás saliendo del vientre de la ballena para dedicar-
se a esparcir el Reino de Dios. Su cuerpo está ahora
dotado de cualidades nue as: por ej., pasar a través
de paredes y de puertas, sin abrirlas, hacerse invisi-
ble, incapacidad panasentir dolot, o envejecer o morir.
Exteriormente ]esucristo a arecía más celestial, pero
seguía siendo como antes: amabilísimo, familiar, y pater-
nalmente afectuoso. (Fillion).
SU IIRIMEI{A VISITA. os imaginamos que habrá
sido para su Santísima Madre, María.
]esús, el hijo más agradecido y más cumplidor del
4o. mandamiento, después de su resurrección conser-
va todas las cualidades que tenía antes de morir. Por
eso para Ella habrá sido el primer saludo de Resucita-
do, después de haber saludado desde la tierra al Pa-
dre que está en los cielos, y haberle dado gracias por
el milagro portentoso de Resucitar gloriosamente su
cuerPo.
439
 A LA MADRUGADA UN ÁNGEL DESCENDIÓ
DEL CIELO. Su rostro brillante como un relámpago,y
pradas se van al sepulcro a embalsamar a ]esúi. purb
tienen una preocupación: ellas no son capaces de mo-
ver solas l-a gran piedra de la entrada. No sabían que
Pilatos había sellado la piedr4 con pena de muerte a
quien rompiera los sellos de las cintas que la atravesa-
ban. Tampoco sabían que hubiera guardias.
tAS TRES MARÍAS: las últimas en retirarse del
sepulcro el Viernes Santo, son las primeras en venir a
visitarlo el domingo al amanecer. Ellas lo acompaña-
ban en su vida de predicadox, atendiendo al grupo de
sus colaboradores: cocinándoles los alimentoi, lávan-
lu ropa, enseñando a los niños y a las mujeres, y co-
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laborando con sus bienes y sus trabajos paraque iodo
el equipo apostólico pudiera ejercer con más facilidad
su labor de adoctrinamiento de las gentes. María saro-
mé: la madre de Santiago y ]uan. María,la madre de
Jadeq y del otro Santiago. María Magdalena, de quien
]esús había echado siete demonios.
El Viernes no habían podido embalsamar el cadáver
de Jesús, porque el Sábado, día de descanso, empeza-
ba para ellos el viernes a las 6 de Ia tarde, y desdie esa
hora estaba prohibido trabajar. Ahora el primer día de
la semana, muy de madrugad4 se vienen buscando
una tienda abierta para conseguir las aromas. y una
vez compradas se van al sepulcro a embalsamar a Ie-
sús. Pero tienen una preocupación: ellas no son ca-
paces de mover solas la gran piedra de la entrada. No
sabían que Pilatos había sellado la piedra, con pena de
440
LA RESI]RRECCIÓN
muerte a quien rompiera los sellos de las cintas que
la atravesaban. Tampoco sabían que hubiera guardias.
MAGDALENA LLEGA PRIMERO: ella no es capaz
de aguardar hasta encontrar una tienda abierta para
comprar las aromas. Va corriendo a visitar el sepulcro,
pero se encuentra con una terrible sorpresa: Ia piedra
está movida, y el cadáver no está allí. Presa de violenta
emoción, corre a comunicar a Pedro y a Juan esta noticia
<<Han quitado al Señor del sepulcro, y no sabemos
ilónile lo han puesto»» (Juan 20,2). Ella no pensaba que
el Salvador hubiera resucitado. Les grita la noticia por
la ventana: Ellos no le creerL la imaginan loca, pero Pe-
dro y Juan corren al sepulcto, aver si es cierto.
coRREN LOS DOS, pEnO IUAN CORRE VlÁS
LIGERO. (Juan 20,4). Pedro llega enseguida, y con su
acostumbrada impetuosidad entra en el sepulcro y lo
observa todo. El sepulcro está vacío. Só1o ve allí en la
cabecera las sábanas con que habÍa sido envuelto.]e-
sús, cuidadosamente dobladas. Mir+ Ie dice a Juary
no pueden haber sido ladrones, porque no habrían
deiado las sábanas tan cuidadosamente dobladas
(las habían doblado los ángeles).
]uan inclina su cabeza y dice interiormente: <<Señor
creo que has resucitado». Pedro se aleja dudando to-
davía un poco, pero ya muy cercano a creer.
EL ÁNGEI HABLA A LAS MUIERES. Apenas
se han ido los apóstoles llegan las santas mujeres: las
441
 LA RESIJRRECCIÓN
otras dos Marías, a las que Magdalena no fue capaz de
esperar y se les adelantó a visitar de primera el sepul- puesto, y yo me lo llevaré». Frase de un alma totalmen-
cro. Ellas ven los dos ángeles a lado y lado del sepul- te entusiasmada por Cristo. ]esús le dice ..M¡r:'ía>>,f al
cro. Se asustan. Bajan la mirada. Pero ellos les dicen: oír su voz, reconoce. Cuando en el cielo escuche-
<<.hJr¡ kw.t¡ r¡'ue ba,oscan' ewlre l.os muertos r¿l que está mos por primera vez la Voz de Jesucristo, yd no ten-
aiao>». Decidle a los discípulos que lo verán en Galilea. dremos nada más qué hacer para seguir enamorados
del Redentor hasta el final de los siglos.
¿POR Q{JÉ LII{ GAltrtr-El/.r? Porque allá los discípu-
los pueden estar tranquilos y sin sobresaltos. ]udea
está repleta de enemigos de Jesús. A cada momento
pueden echarlos a la cárcel o asesinarlos. En cambio
en Galilea estarán en paz: allí la gente aprccia inmen-
samente a Jesús, y sus discípulos son muy estimados.
Por eso Jesús Resucitado los invita a viajar a Galilea
paru charlar allá tranquilamente con ellos durante es-
tos 40 días anteriores a su Ascensión.
y rjrE ASIJÍ Q{JE IMAGI}ArEIqA YA ESIA DE
VUTEUFA: no presenció la entrevista de las otras muje-
res con los ángeles, e inconsolable se echa a llorar. Los
ángeles le preguntan: «¿Por qué lloras?" y ella respon-
de con una frase hermosísima que ha dado la vuelta
al mundo, impresionando a todos 1os que la escuchan:
«Porque se han llevado al amado de mi alma y no sé
IESTUS SE .A.['AX(ECIEA ¡-AS hdtJiitrRES: las mujeres
donde lo han puesto» (Juan 20,1,3).]esús se le aparece,
volvían del sepulcro .. con gran temo¡, y alegría muy
pero ella no lo reconoce. Quizá porque en Ia resurrec-
grander. Los ángeles les habían dicho: «Dccicile a Fe-
ción ]esús se había vuelto mucho más hermoso, o qui-
clro y er los c[iscípulc,s, que en Gatrilea [o rrerán» (Marcos
záporque Jesús no permitía todavÍa que le reconociera,
1,6,7). A Pedro primero, porque el pobre está inconso-
para darle oportunidad de manifestar el inmenso de-
lable por su traición y ha llorado todos los días. El Se-
seo de hallarlo. Ella, creyéndolo el dueño de aquella
finca, Ie dice «Si tú lo has llevado, dime dónde lo has
ñor quiere demostrar que donde hay arrepentimiento
puede haber otravez amistad con É1, a pesar de las fal-

442 443

tas cometidas. Y mientras van corriendo a llevarle el
mensaje a los discípulos, se encuentran por el camino
con Ia aparición de Jesús. Se presentó a ellas y las salu-
dó. Ellas se acercaron entonces a ]esús y Io adorarory
abrazándole los pies, y É1 les dijo: «Vayan a avisar a
mis hermanos>>: lo abandonaron en su Pasióry y los si-
gue llamando ,,hermanosr. El amor de Cristo no echa
nunca pie atrás, a pesar de nuestras infidelidades.
Y SE APARECTÓ A PEDRO. egún San Pablo,
(LCorintios L5, 4) antes de aparecerse a los demás
apóstoles, ]esús se apareció a Pedro. Aquella maña-
na quedaba ratificada para siempre una amistad, que
si en la noche de las negaciones tuvo su punto más
crítico, sin embargo nunca podría nadie jamas hacer-
la desaparecel, ni siquiera disminuir. ]esús, el Hiio de
Dios, poderoso, siempre fiel, y Pedro, la criatura dé-
bil e inconstante, pero con un amor imperecedero,
ahora multiplicado por mil al verse perdonado.
Jesús sigue siendo el mismo: siempre dispuesto a
perdonar y a reanudar Ia amistad que nosotros hemos
traicionado. Basta que sigamos las huellas de Pedro el
arrepentido: él le demostró a Cristo su desagravio: de-
dicándose a extender su religión y a propagar por to-
das partes su mensaje. Nuestro apostolado incansable
será el sello que garantice nuestra reparación a las trai-
ciones que a Cristo hicimos tantas veces.
444
LA RESURRECCION
Conclusion
TAMBIEN NOSOTROS RESUCITAREMOS
Pero en el evangelio de San Juan (Juan 5,29) hay una
frase poderosa: <<Los que obraron el bien, resucita-
rán para laViila, y los que obraron el mal, resuci-
tarán pflra el juicio»... Así que depende de nuestra
vida de ahora el destino que vamos a tener al resucitar.
Hoy nos recuerda la Iglesia una gran Verdad:
«Nuestro Redentor está vivo, siempre vivo, interce-
diendo por nosotros» (Hebreos). «Si hemos pecado,
intercesor tenemos ante el Padre, que ora incesan-
temente por nosotros» (San Juan). Bendito seas por
siempre, Señor.
LA PASCUA ES FIESTA DE ALEGRÍA. La pala-
bra que más repetimos en este tiempo es «ALELUYA)>,
que significa: <<Alabado sea Dios, bendito sea Dios»»
(AlelúYavé). Era la exclamación de los Israelitas cuan-
do recibían una noticia que los inundaba de alegría:
«Ale1uya".
]esús se aparece primero a dos grandes pecado-
res: Pedro y Magdalena. Para decirnos a nosotros pe-
cadores arrepentidos: no recordaré qué tal haya sido
tu mala vida pasada: si quieres convertirte y ser me-
jor de hoy en adelante: serás mi amigo para siempre.
445
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