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JESÚS MODELO YMAESTRO


2
INTRODUCCIÓN

El presente tema nace por conocer y profundizar en la figura de Jesús como


Maestro, ya que consideramos que esta faceta constituye una fuente de inspiración
para nuestra labor pedagógica.
Jesús, el Maestro, que no deja de sorprendernos con sus enseñanzas y sus
lecciones de vida.
Sin duda alguna esta imagen de Jesús puede constituirse en un paradigma para
el educador de hoy y hacía Él ha de volver continuamente la mirada como un modelo
auténtico en el ejercicio docente.
La figura de este singular Maestro y pedagogo que nos antecede en la labor
docente y misión de educar. Tenemos la convicción que su persona, su estilo, los
recursos y métodos que Él utilizó son válidos y tienen plena vigencia en la actualidad
y en los contextos educativos en los cuales nos desempeñamos Dentro de los
diferentes títulos dados a Jesucristo, el de Maestro se encuentra ampliamente
fundamentado en la Sagrada Escritura. En muchas ocasiones, ya desde los inicios de
su ministerio, es llamado con este nombre por diferentes personas. Se trata de una
nominación muy rica y sugerente para sus contemporáneos y también para nosotras
como educadoras de la fe de niños y jóvenes.
Buscaremos y reflexionaremos sobre las características de Jesús como
Maestro, perfilando un retrato con sus cualidades y su estilo particular de enseñar,
profundizando también en los recursos y métodos que utilizó en la proclamación de
sus enseñanzas.
Tenemos la convicción que el estudio sobre esta faceta de Jesús como pedagogo
puede darnos pistas y orientaciones que son válidas en la actualidad para nuestra
misión de docente en el ámbito de la formación y divulgación de la fe y del mensaje
del Evangelio.
3
OBJETIVOS

El principal objetivo es reconocer y valorar el estilo pedagógico de Jesús como


Maestro y modelo para el educador de hoy, y descubrirlo como Maestro, a partir de los
relatos de los evangelistas.
Otros objetivos perseguidos son:
Mostrar los rasgos fundamentales de Jesús Maestro y las actitudes que se
deducen de sus enseñanzas.
Describir el estilo y los métodos de enseñanza que tenía Jesús y los recursos que
utilizaba.
Reconocer a Jesús como fuente de inspiración en la misión de transmitir la fe y
evangelizar en el aula.
Profundizar en los elementos de la pedagogía de Jesús como un aporte
significativo al quehacer del educador en la enseñanza de la religión.

CAPÍTULO I FUNDAMENTACIÓN

FUENTES PARA ACCEDER AL CONOCIMIENTO DE JESÚS

Para realizar una aproximación histórica a la figura de Cristo Maestro, nos


detendremos brevemente en algunas fuentes que nos permiten conocer a Jesús. Se
trata de indagar sobre la figura del Maestro de Nazaret en documentos que, a través
de la historia, nos dejan una huella o una noticia de su existencia terrena.
Nos encontramos con dos tipos de fuentes: no cristianas y cristianas. En forma
resumida vemos cada una de estas fuentes:

FUENTES HISTÓRICAS NO CRISTIANAS

Jesús nació y vivió en Palestina, “provenía de Nazaret, era una aldea


desconocida. Todos sabían que era hijo de un artesano” 1. Pasó treinta años de su
vida sin que los grandes historiadores le tuvieran en cuenta. Las fuentes históricas

1 Cf. Pagola, José Antonio. “Jesús aproximación histórica”. Ed. PPC. Madrid 2007, pp. 11 – 18.
4
que son escasas. Los textos no cristianos surgieron en el siglo II, al encontrarse los
historiadores con las comunidades cristianas:

Testimonios romanos.
Entre ellos se encuentra Plinio el Joven (62 - 113), procónsul de Bitinia que
escribe a su emperador Trajano en el año 11 d.C., haciéndole unas consultas .
Le habla de un movimiento religioso que se extiende en su región y le pide
consejos sobre cómo actuar frente a él. Afirma que “en realidad estos hombres no son
malos; pero sí supersticiosos”. En su carta se dice de ellos que “entonan un cántico a
Cristo como Dios”. Esto significa que en el año 111 había quienes consideraban a
Cristo como Dios. Es un testimonio explícito de la fe en la divinidad de Jesucristo. Sin
embargo, nada se dice directamente de Jesús 2.

Junto con Plinio se puede citar también a Suetonio Tranquilo (65 - 135), que
en su Libro “los doce Césares”, cuando habla del reinado de Claudio (41 - 54)
menciona un conflicto habido en Roma por el cual Claudio expulsa a los judíos. Este
conflicto se habría originado “a causa de un tal Chrestus”. Esto parece dar a entender
que entre los años 40 - 50 había tumultos en Roma a causa de
Jesucristo.
Finalmente, se puede citar a otro historiador. Cornelio Tácito (54 -119), que en
sus “Anales”, escrito hacia el año 115, habla del emperador Nerón y del incendio de
Roma. Dice que Nerón acusó a los cristianos para evitar ser culpado. Se dice además
que los cristianos tienen por fundador a uno que “fue condenado a muerte por Poncio
Pilato, bajo Tiberio”3.
Se puede concluir que los historiadores romanos conocen un movimiento y
relatan la vida y creencias de estos hombres. También se refieren a su fundador, pero
si sólo contáramos con estos textos, nuestro conocimiento de Jesucristo sería bastante
reducido e incompleto.

Textos de origen judío.

2 Arias Maximino, “Jesús el Cristo”. Ed. San Pablo. Santiago 1997 , p. 77

3 Arias, Maximino, op. cit, p. 78


5
Hay también algunos textos de origen judío que hablan de Jesucristo, pero hay que
señalar que para los historiadores judíos Jesús tuvo poca importancia. Para el
historiador judío Flavio Josefo (37 -132), Jesús sería un sabio, un hombre de buena
conducta y virtuoso, que tuvo discípulos judíos y paganos, y fue condenado a muerte
de cruz, bajo Poncio Pilato. Sus discípulos continuaron con sus enseñanzas. En otro
de sus escritos, al referirse a Santiago y los problemas que tuvo con el Sanedrín, dice
que “era hermano de Jesús, llamado Mesías”. Hay que añadir que Josefo no conoció a
Jesús, pero había oído hablar de él.

Los textos judíos religiosos, anteriores al año 220: Misná, Talmud, Midrashim,
contienen algunos testimonios que pueden ser históricos, sin embargo su valor reside
más en lo que dejan entrever que en lo que dicen directamente. Se podrían resumir
diciendo que: Jesús vivió en Palestina, hizo grandes signos, fue legislador y maestro.
Fue colgado en un madero la víspera de la Pascua. Tuvo discípulos, que curaban
enfermedades en su nombre, no está seguro su nacimiento, aunque parece ser que
era hijo de un padre desconocido e ilegítimo.
Pocas son las aportaciones que nos dan estas fuentes sobre la vida de Jesús.
Resumiendo los datos aportados podemos decir: que en Judea vivió un hombre
llamado Jesús, que hizo milagros y enseñó al pueblo, que fue muerto por Poncio
Pilato, instigado por los judíos; que Jesús dio origen a una secta particular,
denominada cristianismo, que en Roma se extendió esta secta cincuenta años
después de la muerte del maestro y por causa de ella, los judíos fueron expulsados
de esta ciudad; finalmente que en época de Nerón, la secta se había expandido y
sufrió una severa persecución.
Las referencias no cristianas sobre Jesús confirman su existencia y su muerte
violenta a manos de los judíos o de los romanos, así como la tradición cristiana sobre
la actividad curativa de Jesús y su calidad de maestro o sabio. Esta última
afirmación reviste una valoración especial, ya que fortalece la idea que sustenta
esta investigación acerca de Jesús como maestro que enseñó y que tuvo
seguidores.

FUENTES CRISTIANAS
6
Para obtener un mejor conocimiento de Jesús tienen gran importancia las fuentes
cristianas. Entre ellas resultan esenciales los cuatro evangelios canónicos; no
obstante, vamos a hacer una breve alusión a algunas fuentes de la literatura
cristiana, ya que se cuenta con textos que permiten acceder a las convicciones de
los cristianos de los primeros siglos. Los datos acerca de Jesús que ellas contienen
dependen de la tradición del Nuevo Testamento y, por tanto, no ofrecen datos nuevos.
Sin embargo, son una contribución valiosa para conocer las afirmaciones acerca de
la identidad de Jesús de los cristianos del siglo I. Aunque aportan poco material
complementario para conocer históricamente a Jesús queremos destacar la Didaché,
las cartas de San Ignacio de Antioquía y los testimonios de los textos apócrifos.

La Didaché
Es un breve escrito judeocristiano de fines del siglo I, es un documento precioso para
conocer algo de la liturgia cristiana más primitiva y de ella podemos deducir la
centralidad de Jesús en el culto cristiano primitivo: “En cuanto a la eucaristía, dad
gracias así. En primer lugar, sobre el cáliz: Te damos gracias, Padre nuestro, por la
santa vid de David, tu siervo, que nos diste a conocer por Jesús, tu siervo. A ti la gloria
por los siglos. Luego, sobre el pedazo [de pan]: Te damos gracias, Padre nuestro, por
la vida y el conocimiento que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo. A ti la
gloria por los siglos. Así como este trozo estaba disperso por los montes y reunido se
ha hecho uno, así también reúne a tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino.
Porque tuya es la gloria y el poder por los siglos por medio de Jesucristo. (Didaché,
IX,1-5)4.

Las cartas de San Ignacio de Antioquía


Obispo martirizado en Roma hacia el año 107, nos transmiten las convicciones
cristológicas de un cristiano dispuesto a entregar su vida por amor al Señor. Insiste
tanto en la realidad de la humanidad de Jesús como en su divinidad: “Por tanto, haceos
los sordos cuando alguien os hable a no ser de Jesucristo, el de la descendencia de
David, el hijo de María, que nació verdaderamente, que comió y bebió, que fue
verdaderamente perseguido en tiempo de Poncio Pilato, que fue crucificado y murió

4 Fernández, Samuel. Jesús. Ediciones Universidad


Católica de Chile. Santiago 2008, p. 44 5 Fernández,
Samuel, op. cit., pp.44 - 45
7
verdaderamente a la vista de los seres celestes, terrestres e infernales. Él resucitó
verdaderamente de entre los muertos, habiendo sido resucitado por su mismo Padre, y
a semejanza suya, a los que hemos creído en Él, también su Padre nos resucitará en
Jesucristo, fuera del cual no tenemos vida verdadera (Carta a los Tralianos, IX, 1- 2) 5.

Testimonios de la tradición apócrifa


La literatura apócrifa está constituida por textos cristianos que no pertenecen a la
Biblia, pero que imitan los géneros literarios del Nuevo Testamento, y se presentan
como escritos por un personaje de gran autoridad de la época apostólica. El término
apócrifo quiere decir escondido, oculto, porque este tipo de textos reclaman su
autoridad de una tradición oculta.
No se puede negar que los apócrifos más antiguos, como el Evangelio de Tomás,
puedan contener algún dato transmitido oralmente que no quedó registrado en el
Nuevo Testamento. Pero hay que precisar que los datos válidos acerca de las palabras
y los hechos de Jesús son los del Nuevo Testamento; el resto es obra del autor o de la
escuela a la que perteneció. Así, los apócrifos, están conformados por datos extraídos
de los Evangelios canónicos mezclados con las especulaciones o creaciones del autor
del texto.
8

LOS EVANGELIOS

Dentro de las fuentes cristianas, nos referimos de modo más detallado al


Nuevo Testamento, especialmente a los Evangelios, ya que son éstos los que
contienen y recogen con mayor riqueza los datos que utilizaremos.
Hay que tener en cuenta que el Nuevo Testamento no es un libro de historia
según el sentido moderno de la palabra. Es un conjunto de libros que contiene el
anuncio de la fe. Si bien es cierto que contiene datos históricos, lo más importante es la
fe y la conversión. Los datos históricos que contiene corroboran la fe 5.
En cuanto a los Evangelios recordemos lo que la Iglesia nos enseña en la
Constitución Dei Verbum, Nº 19: “La santa Madre Iglesia firme y constantemente ha
mantenido y mantiene que los cuatro Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar,
transmiten fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y
enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día en que fue levantado al cielo
(cf. Hech 1,1-2). Los Apóstoles ciertamente después de la ascensión del Señor
predicaron a sus oyentes lo que Él había dicho y hecho, con aquel mayor conocimiento
de que ellos gozaban, ilustrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz
del Espíritu de verdad. Los autores sagrados escribieron los cuatro Evangelios
escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o por
escrito, sintetizando otras, o desarrollándolas atendiendo a la condición de las Iglesias,
reteniendo, en fin, la forma de anuncio, de manera que siempre nos comunicaban la
verdad sincera acerca de Jesús. Escribieron, pues, sacándolo ya de su memoria o
recuerdos, ya del testimonio de quienes desde el principio fueron testigos oculares y
ministros de la palabra' para que conozcamos la verdad de las palabras que nos
enseñan (cf. Lc 1,2-4)”6.

Los cuatro evangelios contienen una información más amplia y mejor


documentada sobre la vida de Jesús. Estos escritos pueden considerarse auténticas

5 Cf. Fernández, Samuel, op. cit., pp. 51 – 53.


6 Dei Verbum, 19: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm
9
biografías, siempre y cuando tengamos en cuenta que las biografías antiguas no son
idénticas a las modernas.

Los autores de estos escritos buscaban, ante todo, mostrar el significado de las
acciones y palabras de Jesús, y estaban menos preocupados por la exactitud
cronológica y material de los hechos narrados. Por ello, los evangelios nos transmiten
los hechos y su significado.
Podemos resumir las principales características de los cuatro evangelios que
constituyen la principal fuente de este texto, ya que son estos los que, como dice
Sergio Zañartu, "Jesús aparece en los evangelios como la expresión más perfecta del
alma judía creyente, en apertura permanente, en disponibilidad total, en obediencia de
hijo ante el Padre, en la serena alegría de quien se sabe creatura en manos del
creador, a quien se reconoce la total cercanía de quien ama incondicionalmente y la
trascendencia de quien es el Santo. Esa actitud de acogimiento fundamental de nuestro
ser y de nuestra tarea histórica de sus manos, ese vivir en su presencia con la libertad
de los lirios del campo y de las aves del cielo, esa confianza despreocupada porque,
teniendo que preocuparse de todo en el fondo, de nada hay que estar preocupado, esa
oración de alabanza y de gratitud, esa permanencia fiel en las dificultades que
comporta la tarea encargada por Dios, esa seguridad de que ningún poder del mundo
vencerá a quienes se confían en el regazo del Padre: todo esto es la expresión de una
fe, tal como Jesús la proclama a los demás, explicitando en palabras lo que era su
actitud fundamental ante la existencia... Jesús sería la expresión suprema de lo que
puede exigir de sí y dar de sí la fe, y a lo que Dios conduce al creyente cuando éste se
deja conducir hasta el final"7.

Los evangelios sinópticos

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas son muy parecidos y tienen muchas
tradiciones en común. Se les conoce con el nombre de sinópticos, (adjetivo de la
palabra syn-opsis que significa visión conjunta). Sus coincidencias permiten leerlos en
columnas paralelas. Estas coincidencias hacen pensar que debe existir alguna relación
7 Zañartu:http://www.mercaba.org/ARTICULOS
10
de dependencia literaria entre ellos. Así se plantea el problema sinóptico, que consiste
en saber cómo se explican las semejanzas y a la vez las diferencias entre estos tres
evangelios.
En la actualidad la mayoría de los estudiosos, consideran que la mejor manera de
explicar las diferencias y semejanzas entre los evangelios sería la siguiente:

El evangelio de Marcos

Es el más antiguo, y tanto Mateo como Lucas lo conocieron y lo incorporaron


casi por completo en sus propias obras. Así se explica aquello que está en estos tres
evangelios. En tanto, Mateo y Lucas no se conocieron entre ellos, lo que explica sus
diferencias.

Mateo y Lucas

Conocieron, de modo independiente, además, un documento que contenía gran


cantidad de palabras de Jesús, organizadas en forma de colecciones de dichos y
parábolas. Partes de este documento, al que los estudiosos se refieren con la sigla Q,
habrían servido a estos evangelistas para configurar algunos de los discursos de Jesús.
(Ejemplo: El sermón del monte en Mateo y el sermón del llano en Lucas).

Incorporaron en sus obras capítulos de la infancia de Jesús, escenas de


apariciones del Resucitado y algunas otras unidades literarias propias. Un material
variado que cada uno habría hallado en la tradición de su comunidad. A todo esto hay
que agregar el genio de cada uno de estos escritores que combina, ordena sintetiza, de
modo personal, el material del que dispone.

El evangelio de Juan

Este evangelio contiene la cristología más elaborada del Nuevo Testamento. A


diferencia de los sinópticos que transmiten sentencias y parábolas breves, Juan
incluye amplios discursos de Jesús que manifiestan su identidad a los discípulos,
desde los comienzos del evangelio. Actualmente es aceptado por los estudiosos que
11
Juan contiene una tradición histórica muy antigua, independiente de los sinópticos: la
fuente de los signos, discursos, relato de la pasión, etc. De este modo, aunque la
redacción final del texto sea tardía (década de los años 90), contiene mucho material
antiguo, que ha sido introducido y reelaborado a la luz de la reflexión eclesial de la
comunidad de Juan8.

JESÚS MAESTRO EN LOS EVANGELIOS

Tomando como fuente de estudio los cuatro evangelios encontramos que, entre los
diferentes títulos dados a Jesucristo, el de Maestro se encuentra ampliamente
fundamentado en la Sagrada Escritura. En diversas ocasiones es llamado con este
nombre. Se trata de una nominación muy rica y sugerente para sus contemporáneos y
también para nosotros.
Jesús es reconocido como Maestro. En los evangelios se le llama así en unas
sesenta oportunidades. Los términos que el Nuevo Testamento utiliza para referirse a
Jesús como Maestro son “epistatés” (el que está por encima), traducción griega de
Rabbi, en Lucas. Encontramos esta acepción en algunos versículos del evangelio
lucano:

• Lc 5,5: Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y


no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes»”.

• Lc 8,24: “Los discípulos se acercaron y lo despertaron, diciendo:


«¡Maestro, Maestro, nos hundimos!». Él se despertó e increpó al viento y a
las olas; estas se apaciguaron y sobrevino la calma”.

• Lc 9,33. ” Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: «¡Maestro, ¡qué


bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías». El no sabía lo que decía”.

8 CF. Fernández, Samuel, op.cit. 51 -63


12
• Lc 17,13: “Los leproso empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten
compasión de nosotros! ».

También en los evangelios se utiliza el término “ διδακαλοσ ” (en hebreo Rabí), que
9

significa “el que enseña”10. Este término es utilizado con frecuencia para dirigirse a
Jesús. Citamos, por ejemplo:
• Mc 4, 38: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?».

• Lc 7, 40: Pero Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». «Di,
Maestro!».

• Jn 1, 38: Jesús se volvió y, viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué


quieren?». Ellos le respondieron: «Rabbí, (que significa Maestro) ¿Dónde
vives?».

Es muy interesante constatar la variedad de personas o grupos que lo reconocen


como Maestro: escribas, fariseos, cobradores de impuestos, herodianos, saduceos,
empleados del jefe de la sinagoga, individuos anónimos de entre la multitud, un jefe de
los judíos, leprosos, espías, seguidores de Juan el Bautista, miembros de su propio
grupo, Judas Iscariote, Pedro, Juan, Santiago, Marta, y María Magdalena.
• Los discípulos le llaman Maestro en Mc 4,38 : la tempestad calmada.

• Gente del pueblo en Mc 5,35 (“unos”); Lc 8,49 (“uno”); 9,17 (“uno de entre

la gente”).

• Uno corrió a su encuentro, en Lc 9,38.

• Uno de los principales, en Lc 18,18.

• Juan (uno de los Doce), en Mc 9,38; Lc 9,49.

• Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, en Mc 10,35.

• Fariseos y herodianos, en Mc 12,14; Mt 22,16; Lc. 20,21.

• Saduceos, en Mc .12,19; Mt 22,24; Lc 20,28.

• Un escriba o escribas, en Mc 12,32; Mt 8,19/; Lc 10,25; 11,45; 20,39.

• Los fariseos, en Mt 9,11; ,22,36; Lc 19,39.

9 Del Griego “Maestro” (Didaskalos)


10 Dufour-León, Xavier. Diccionario del Nuevo Testamento. Ediciones Cristiandad. Madrid, 1977
13
• Escribas y fariseos, en Mt 12,38.

• Los que cobraban el impuesto para el Templo, en Mt 17,24.


• Simón, en Mc 9,5; 11,21; Lc 5,5; 7,40; 8,45; 9,33.

• Diez leprosos, en Lc 17,13.

• Judas, en Mc 14,45; Mt 26,25.49.

• Un ciego, en Mc 10,5111.

Desde posiciones diferentes e incluso antagónicas, desde intereses distintos y


sectores diversos, existe el reconocimiento de que Jesús se destaca porque enseña.
Sin embargo, se subrayan diferencias radicales entre su manera de enseñar y la de los
profesionales de la enseñanza de su tiempo 13. La abundancia, y sobre todo la
variedad de testigos que así lo reconocen, nos dan indicios de que constituía una de
sus facetas más impactantes.
La gente lo llama Rabí, porque lo ven como un Maestro. No es solo una forma de
tratarle con respeto. Su modo de dirigirse al pueblo para invitar a todos a vivir de otra
manera se ajusta a la imagen del Maestro de su época. No sólo es un sabio que
anuncia la irrupción del Reino de Dios. Es “un sabio que enseña a vivir de otra
manera” .
Incluso el mismo Jesús se autodefine como Maestro. Al revisar los textos de
la Sagrada Escritura llama la atención que este título se lo da a sí mismo en momentos
cruciales de su existencia, en los que la autoridad del Maestro parece hablar por sí
misma y hace eco en quienes lo escuchan.

• Mc 14, 14: «Digan al dueño de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está mi


pieza, en que podré comer la Pascua con mis discípulos?.

11 Bravo, A. Jesús maestro una propuesta


13
pedagógicahttp://www.scribd.com/doc/18734496. Dausa,
Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 “Encuentros con el
maestro La pedagogía de Jesús de Nazaret” en
http://www.ecaminos.cu/media_files/download/Cuaderno_Teolo
g_09.pdf
14
• Mt 26,18: Jesús contestó: «Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y
díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la
Pascua con mis discípulos en tu casa».
• Lc 22,11: «digan al dueño de la casa: El Maestro manda a decirte: ¿Dónde
está la pieza en la que comeré la Pascua con mis discípulos?
».

• Mt 23,8: «No se dejen llamar Maestro, porque uno solo es su Maestro, y


todos ustedes son hermanos».

• Mt 26, 25: Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: «¿Seré yo


acaso, Maestro?» Jesús respondió: «Tú lo has dicho».

• Jn 13, 13-14: «Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque


lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes
también deben lavarse los pies unos a otros».

Como es sabido cada evangelista tiene su forma particular de presentar a


Jesús y su mensaje, enfatizando algunas facetas o rasgos propios de su persona y
sus enseñanzas. Esto hace que los relatos y las perspectivas sean originales y
complementarios al mismo tiempo.
A continuación damos una mirada a los cuatro evangelios canónicos,
buscando en ellos la figura de Jesús Maestro de Nazaret.

JESUS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE MATEO

Para comprender de manera adecuada la imagen de Jesús Maestro que


Mateo presenta en su evangelio hay que precisar que, dado el carácter de los
destinatarios, cita con frecuencia textos del Antiguo Testamento y se apoya en ellos
para mostrar que el designio de Dios, anunciado por los Profetas, alcanza su pleno
cumplimiento en la persona y obra de Jesús.
Para Mateo Jesús es el Maestro de su comunidad. Moisés había dado la ley
al pueblo; Jesús es el nuevo Moisés que en la montaña de las bienaventuranzas y
en la pascua da la ley nueva. Es el maestro que quiere a sus discípulos inteligentes
en su fe. Desarrolla la figura de Jesús como el Señor y el Maestro que renueva la
15
Ley, exigiendo una justicia nueva y mayor basada en el amor. El maestro deja a su
Iglesia como regla la misericordia y el perdón 12.
Este evangelista atribuye una especial importancia a las enseñanzas de Jesús
y las agrupa en cinco discursos, que forman como la trama de su Evangelio y están
encuadrados por otras tantas secciones narrativas. El tema central de estos
discursos es el Reino de Dios. En ellos, Cristo aparece como "el nuevo Moisés", que
lleva a su plenitud la Ley de la Antigua Alianza. También es el "Maestro" que
enseña, "como quien tiene autoridad", la "justicia" de ese Reino inaugurado y
proclamado por él13.
Citamos algunos textos que hacen referencia a Jesús como Maestro, de
manera explícita, ya que, como se ha indicado Mateo, a través de su evangelio,
deja ver la imagen del Maestro que enseña y es reconocido como tal por sus
coetáneos.
• Mt 8, 19: «Maestro, te seguiré donde quiera que vayas».

• Mt 9,11: Los fariseos, al ver esto, decían a los discípulos: «¿Cómo es que su
Maestro come con cobradores de impuestos y pecadores».

• Mt 12,38: Entonces algunos maestros de la Ley y fariseos le dijeron:


«Maestro, queremos verte hacer un milagro».

• Mt 17,24: Al volver a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los que cobran el


impuesto para el Templo. Le preguntaron: «El maestro de ustedes, ¿no paga
el impuesto?».

• Mt 19,16: Un hombre joven se le acercó y le dijo: «Maestro, ¿qué es lo


bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna?».

• Mt 22,16: Le enviaron, pues, discípulos suyos junto con algunos partidarios


de Herodes a decirle: «Maestro, sabemos que eres honrado y que enseñas
• con sinceridad el camino de Dios. No te preocupas por quién te escucha, ni te
dejas influenciar por nadie».

• Mt 22,36: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?».

12 Charpentier, Etienne. “Para leer en Nuevo Testamento”. Ed. Verbo Divino. Estella 1981, p. 76
13 Fernández, Samuel. op . cit. 2008,p. 232
16

JESUS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE MARCOS

Vamos a hacer algunas consideraciones generales respecto a este evangelio


para apreciar más cabalmente el retrato de Jesús que nos ofrece.
En primer lugar, hay que tener presente que el estilo de Marcos es popular,
algunas de sus frases son poco correctas y utiliza palabras que son de uso común en
al cultura de la época.
En su estilo narrativo incluye pocos discursos, pero sus relatos son llenos de
detalles vivos. Logra emocionar con la narración de los hechos; esto se ve claramente
en el relato de la pasión.
A Marcos se le ha llamado “el evangelio de antes de la pasión”, porque hace
descubrir a Jesús con los ojos de Pedro siguiendo a su maestro por lo caminos de
Palestina. Pero no debemos olvidar que él hace una relectura de la vida de Jesús a la
luz de la pascua14.
En la cristología del evangelio de Marcos, son centrales los títulos que se le
otorgan a Jesús: “Hijo de Dios”, “Cristo” e “Hijo del Hombre”. Tanto las acciones
(milagros) como las palabras (parábolas) contienen una cristología implícita que tiene
como función revelar pedagógica y gradualmente a Jesús.
“El Jesús descrito por Marcos, es el Hijo de Dios, salvador definitivo y futuro juez
como hijo de hombre, él sigue el camino de la cruz y muere ofreciendo la salvación
definitiva e indicando así el camino que el discípulo debe seguir” 15.
Incorporamos algunos de textos en los cuales aparece Jesús aludido como
Maestro. Para esta selección utilizamos las citas sugeridas por José Luján, en su libro
“Concordancias del nuevo Testamento”16.
• Mc 4, 38: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?».

• Mc 5.35: Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del
oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya
al Maestro?».

14 Charpentier, Etienne, op. cit., pp. 59 -64


15 Fernández Samuel, op. cit., p. 230
16 Luján José. Concordancias del Nuevo Testamento. Biblioteca Herder. Barcelona 1982
17
• Mc 9:38: Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en
tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».

• Mc 10,17: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?
».

• Mc 10,20: «Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven».

• Mc 10,35: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir».

• Mc 10,51: El ciego respondió: «Maestro, que vea».

• Mc 12,14: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te inquietas por


los que te escuchan, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios».
• Mc 12, 19: «Maestro, según la ley de Moisés…».

• Mc 12, 32: El maestro de la Ley le contestó: «Has hablado muy bien, Maestro».

• Mc 14, 45: Apenas llegó Judas, se acercó a Jesús y le dijo: « ¡Maestro,


Maestro!» Y lo besó.

Para Marcos Jesús es el que enseña a la gente. Inmediatamente después de su


bautismo, predica que está cerca el Reino de Dios.
Cuando ve a las turbas, siguiéndolo al desierto, sin tener que comer, se apiada
de ellas y se pone a enseñarles.
El evangelio de Marcos recoge pocos discursos de Jesús, lo que pudiera
interpretarse que Jesús enseña no solo con palabras, sino también con su manera de
vivir y de obrar.

JESÚS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE LUCAS

El evangelio de Lucas está unido al libro de los Hechos de los Apóstoles, y


originariamente ambos libros constituían una sola obra. Lucas no era de origen judío,
y su obra está dirigida ante todo a los cristianos que, como él, provenían del mundo
pagano.
18
Para Lucas, Jesucristo es el Salvador del mundo entero, y Dios quiere que todos
los hombres se salven por medio de él (universalidad de la salvación). Cristo aparece
como la culminación de la espera del Antiguo Testamento, pero también como el
principio del nuevo periodo de la historia salvífica que, a través de la predicación
apostólica, abarca a todos los pueblos.
Este evangelio subraya especialmente la bondad de Jesús; insiste en la misericordia
con los pecadores, cuenta escenas de perdón, destaca la ternura de Jesús con los
pobres y los humildes. Jesús es imagen del Padre infinitamente misericordioso. Lucas
no conoció personalmente a Jesús, por ese motivo Jesús es para él “el Señor
glorificado”17.
Es en este evangelio encontramos un gran número de citas alusivas al
reconocimiento de Jesús como Maestro por parte de personas diversas, que acuden a
Él y le reconocen y le llaman Maestro (en 22 ocasiones). Insertamos una selección de
pasajes que nos muestran que el ser Maestro era una faceta evidente en su persona y
en su misión:
• Lc 3,12: Algunos publicanos vinieron también a hacerse bautizar y le
preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?».
• Lc 5,5: Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no
hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes».
• Lc 8,24: Los discípulos se acercaron y lo despertaron, diciendo: «¡Maestro,
Maestro, nos hundimos!». El se despertó e increpó al viento y a las olas;
estas se apaciguaron y sobrevino la calma
• Lc 8, 49: Todavía estaba hablando, cuando llegó alguien de la casa del jefe
de la sinagoga y le dijo: «Tu hija ha muerto, no molestes más al Maestro».
• Lc 10,25: Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para
ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida
eterna?».
• Lc 11,45: Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro,
cuando hablas así, nos insultas también a nosotros ».
• Lc 19,39: Algunos fariseos que se encontraban entre la multitud le dijeron:
«Maestro, reprende a tus discípulos».

17 Cf. Fernández, Samuel. op. cit. Pp. 233 -234.


19

JESUS MAESTRO EN EL EVANGELIO DE JUAN

El evangelio de Juan tiene diferencias considerables respecto a los tres


sinópticos, tanto por su forma literaria como por su contenido. La tradición lo atribuye al
apóstol Juan, a quien identifica como “el discípulo al que Jesús amaba” (Jn13. 23; 19.
26; 20. 2; 21. 7, 20). Según los estudiosos hay varios indicios en el mismo Evangelio
que ratifican esta atribución. De todos modos se ha de señalar que la redacción final
del Libro es el resultado de una larga elaboración en la que también intervinieron los
discípulos del Apóstol. La obra fue concluida hacia el año 100 y tenía como
destinatarios a las comunidades cristianas de Asia Menor.

Para Juan, Jesús es el enviado de Dios, su Palabra en plenitud, que vino al


mundo para hacernos conocer al Padre. Es el “Revelador de Dios por excelencia,
porque dice lo que ha visto cabe el Padre. En numerosos textos de Juan no se
muestra ninguna discontinuidad entre lo que Jesús dice y el Padre” 18.
Jesús no da testimonio de sí mismo, sino que da testimonio de la verdad que
escuchó del Padre (Jn 3. 11-13, 31-34), y toda su vida es una revelación de la "gloria"
que recibió de su mismo Padre antes de la creación del mundo: Jesús es aquel que
vive por el Padre y por eso comunica su vida. La salvación depende de la fe en Jesús
como el Cristo, el hijo de Dios. Para Juan, Jesús es el Maestro que comunica “vida en
abundancia”.
La relación única de Jesús con su Padre, que manifestó en su oración, tiene su
fundamento en el itinerario que ha recorrido el Unigénito: preexistencia, descenso,
exaltación. El Hijo proviene del Padre, bajó al mundo y luego volvió al Padre. 19
Juan aplica a Jesús muchos títulos, que toma de la tradición histórica: títulos que
lo califican con referencia a su condición humana (Maestro) y a la gloria del Resucitado
(Señor); títulos que Jesús acepta con reservas, porque sus contemporáneos los mal
entendían (mesías, profeta y rey), que manifiestan su dignidad divina (Hijo de Dios,
Hijo del hombre, Hijo unigénito, Salvador, Logos y Dios).

18 Cf.Zañartu:http://www.mercaba.org/ARTICULOS/C/Za%C3%B1artu.Cristolog%C3%ADa%20p.%20l
aicos.pdf
19 Cf. Fernández, Samuel, op. cit , pp. 235 – 236.
20
Incorporamos una selección de versículos del cuarto evangelio que hacen
referencia explícita a Jesús como Maestro:

• Jn 1,38: El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué


buscan?». Ellos le respondieron: «Rabbí que traducido significa Maestro
¿Dónde vives?»

• Jn 1.49: Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el hijo de Dios, tú eres


el Rey de Israel».
• Jn 3,10: Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que tú
has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar
los signos que tú haces, si Dios no está con él».
• Jn 8,4: dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en
flagrante adulterio».
• Jn 11,8: Los discípulos le dijeron: «Maestro, hace poco los judíos querían
apedrearte, ¿quieres volver allá?».
• Jn 11,28: Después fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz
baja: «El Maestro está aquí y te llama»
• Jn 20, 16: Jesús le dijo “María”. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo
«¡Raboní!,» que quiere decir maestro.

Juan, desde el primer capítulo de su evangelio, presenta a Jesús como Maestro


que suscita interés y adhesión. Los discípulos del Bautista lo tratan desde el primer
momento con respeto reverencial, llamándolo Maestro. Presienten que más que
adhesión a la escuela de un Rabí, van a adherirse a una persona. Con su pregunta no
tratan de averiguar en qué lugares geográficos vive. Su interrogante es más
trascendente. No le preguntan por su doctrina, sino por su vida. Quieren comprobar la
manera de vivir de Jesús. Buscan un estilo nuevo que dé sentido y contenido a sus
vidas. La pregunta es prudente; no quieren embarcarse en una aventura de
seguimiento del nuevo Maestro sin tantear antes el terreno.
Los dos discípulos van detrás de Jesús en silencio y éste les da la medida a su
expectación. Se entabla la lucha callada en su interior, entre su timidez y la atracción
21
arrolladora de Jesús- que los imanta. Sólo se oye el rumor de unos pies que caminan
en la misma dirección20.
Como una melodía que se inicia y se cierra con la misma nota, Juan ya casi al
final de su evangelio, después de la resurrección, termina colocando en boca de María
Magdalena la expresión “Raboní”, que denota el reconocimiento y la proclamación de
Jesús como Maestro.

CAPÍTULO II UN RETRATO DE JESUS MAESTRO

JESÚS: UN MAESTRO QUE ENSEÑA

Jesús aparece como un maestro que viene a enseñar a vivir. Por eso acepta ser
llamado "Rabbí”-Maestro- ,y se rodea de unos seguidores para enseñarles un estilo de
vida semejante al suyo.

En el judaísmo enseñar es transmitir, en base a las Escrituras, la voluntad de


Dios no de manera abstracta para desarrollar las facultades intelectuales, sino para
invitar a decidirse y a obedecerle. Como los judíos, que enseñaban a partir de
situaciones concretas, Jesús enseña en las sinagogas, en el templo y en espacios al
aire libre. Como el judaísmo habla de Dios, de su Reino y de su voluntad 21.

En los evangelios encontramos gran cantidad de textos en los que aparece


Jesús enseñando. La enseñanza es una nota característica de su actividad.
Recogemos un conjunto de citas que hacen referencia a este rasgo específico y
esencial de Jesús: espacios al aire libre. Como el judaísmo habla de Dios, de su Reino
de su voluntad22.

Jesús enseña en las sinagogas los sábados:

20 Cf. López Prudencio.” ¿Quién eres tú Jesús?” Editorial Perpetuo Socorro. Madrid 2001, pp. 50-52.
21 Dufour, Xavier León. “Diccionario del Nuevo Testamento”. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
22 Dufour, Xavier León. “Diccionario del Nuevo Testamento”. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
22
• Mc 1,21: “Llegan a Cafarnaún. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y
se puso a enseñar”.
• Mc 6,2: “Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga”.
• Mt 4,23: “Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas,
proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y
toda dolencia en el pueblo”.
• Mt 13,54: “Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal
manera que decían maravillados: « ¿De dónde le viene a éste esa
sabiduría y esos milagros? ».
• Lc 4,15: “Iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos”.
• Lc 4,31: “Bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les
enseñaba”.
• Lc 6,6: “Otro sábado entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar”.
• Lc 13,10: “Estaba un sábado enseñando en una sinagoga”.

Jesús enseña en el Templo:

• Mc 12,35: “Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en


el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? ».
• Mc 14,49: “Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el
Templo, y no me detuvisteis».
• Mt 21,23: “: Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los
sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué
autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad? ».”
• Lc 19,47: “Enseñaba todos los días en el Templo”.
• Lc 20,1: “Uno de aquellos días, mientras enseñaba al pueblo en el
Templo y anunciaba la Buena Nueva, se acercaron los sumos
sacerdotes y los escribas, junto con los ancianos”.
• Lc 21,37: “Durante el día enseñaba en el Templo y salía a pasar la
noche en el monte llamado de los Olivos”.
23

Jesús enseña a la gente en diversos lugares :

• Mc 6,6: “Y recorría los pueblos del contorno enseñando”.


• Mc 10,1: “Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado
del Jordán, y de nuevo vino la gente hacia él y, como acostumbraba, les
enseñaba”.
• Mt 5,1-2: “Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus
discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba
diciendo:…”
• Mt 11,1: “Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus
doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades”.
• Lc 5,17: “Un día que estaba enseñando, había sentados algunos
fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de
Galilea y Judea, y de Jerusalén”.
• Lc 13,22: “Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras
caminaba hacia Jerusalén”23.

JESÚS ES UN MAESTRO SINGULAR

En el mundo judío, el maestro goza de gran reputación; su autoridad está


tipificada en la figura del “maestro de justicia” de Qumrán, sacerdote, exegeta,
hermeneuta de la ley. Jesús se dejó llamar Maestro y se le pidió también intervenir en
asuntos de orden jurídico y resolver controversias.

Aunque Jesús aparece como un Maestro más en Israel, hay algunas notas
características que lo distinguen del resto de los maestros de su época y que lo
definen como un Maestro único:
En aquel tiempo los discípulos tenían el derecho de seleccionar al maestro que
más les convenciera. En el caso de Jesús, no es así. Es el mismo Jesús quien
escoge personalmente a cada uno de sus seguidores: “No son ustedes los que
me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que
23 Bravo, Arturo: http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-pedagogica.
24
vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi
Nombre, él se lo concederá” (Jn 15,16).

El discipulado era tomado como una etapa temporal. Los discípulos de


Jesús, en cambio, le siguen toda la vida y no les está permitido volver atrás,
como expresa el mismo Jesús al responder: «El que ha puesto la mano en el
arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios». (Lc 9,62).

Los discípulos entraban al servicio del maestro casi de la misma forma


que un esclavo servía a su amo. Jesús, por su parte, no los llama siervos, sino
amigos: «Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su
señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi
Padre» (Jn 15,15).

Los niños y las mujeres no eran considerados aptos para el discipulado.


Sin embargo, Jesús pide que los niños se acerquen a Él: “Jesús, al ver esto, se
indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque
el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos» (Mc 10,14) y un grupo de
mujeres lo siguen para aprender a vivir su vida: “Juana, esposa de Cusa,
intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus
bienes” (Lc 8,3).

Los seguidores de un maestro ilustre, gozaban de fama y autoridad ante


el pueblo. Quien había sido instruido a los pies de Gamaliel, lo tenía como un
orgullo: «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero me he criado en esta
ciudad y he sido iniciado a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la
Ley de nuestros padres. Estaba lleno de celo por Dios, como ustedes lo están
ahora» (Hech 22,3). Jesós, por el contrario, ofrece problemas, persecuciones y
calumnias: «Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y
les levanten toda clase de calumnias» (Mt 5,11)24.

24 José H. Prado Flores. “El maestro y el discípulo”. http://www.agentespastoral.com.ar


25
UN PERFIL DE JESUS MAESTRO

Sergio Zañartu describiendo la personalidad y actuación de Jesús afirma que


fue un personaje de incomparable originalidad. Su enseñanza revela una mente que
procedía con agilidad, sin rodeos, que daba en el clavo sin prodigar palabras. Tiene
una percepción imaginativa de la maravilla y belleza de la naturaleza, y de la unidad
entre la naturaleza y el hombre, bajo la solicitud del Creador de ambos. Es un
espíritu de temple poético. Siempre piensa y habla en imágenes y cuadros
concretos. Observación atenta de la vida diaria, incluso a veces con cierto acento
irónico. En algunas ocasiones adopta la forma de una aparente reducción de
asuntos trascendentales al nivel de lo trivial. Parece haber sido muy del estilo de
Jesús dejar que las personas sacaran conclusiones por sí mismas. Gran sentido
común. También usa una serie de imágenes totalmente diferentes y de mucha
fantasía tomadas de la apocalíptica. Característica distintiva de Jesús es el realismo
de las parábolas. Se interesó sinceramente y con ternura por las personas,
especialmente por los enfermos y por los desesperanzados 25.

Viendo todo lo referido a la persona y a las enseñanzas de Jesús recogidas


por los cuatro evangelistas, se puede realizar un perfil del maestro en marcado por
los siguientes rasgos:

Jesús es un Maestro que enseña con autoridad:

Los tres sinópticos coinciden en mostrar que Jesús no sólo enseñaba, sino
que, además, lo hacía con autoridad. Su hablar despertaba en las personas una sed
interior y, como señala Jorge Cury, “aunque fuese un carpintero de Nazaret y
anduviese y se vistiese de modo simple, sus oyentes quedaban impresionados con
su elocuencia. Su hablar era tan cautivante que las multitudes lo buscaban para
oírlo”26. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad plena.
Las expresiones utilizadas por Lucas y Marcos en forma interrogativa “¿Qué es
25 Zañartu, Sergio:
http://www.mercaba.org/ARTICULOS/C/Za
%C3%B1artu.Cristolog%C3%ADa%20p.%20laicos.pdf ,
p.15-16
26 Cury, Jorge. “El maestro de los maestros”. Ediciones Paulinas. Colombia 1999. p.155
26
esto?” o “¿Quién es este?”, de Mc 4, 41, sumadas a las actitudes de los oyentes
“asustados” o “admirados”, como por ejemplo en Mt 7, 28 hacen referencia no tanto
al estupor provocado por la transmisión de un conocimiento novedoso de tipo
intelectual, sino más bien a una experiencia singularmente intensa de esos testigos
que se percatan del poder del Espíritu que actúa en Jesús 27 . “Llegan a Cafarnaúm y
al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban
asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no
como los escribas” (Mc 1,21-22).

Como señala Sergio Zañartu, Jesús enseña como un rabí y le rodea un


círculo de discípulos. Pero no es un teólogo de profesión sino que habla sencilla y
concretamente. Enseñaba con autoridad (Mc 1, 22.27), como si sacara su
conocimiento de su relación directa con Dios 28.

Maestro que enseña con rectitud

En los tres sinópticos aparece atestiguado que tanto sus seguidores y


especialmente sus adversarios saben que Jesús enseña y lo hace con franqueza y
rectitud.

En Mc 12,13-14 encontramos: “Y envían hacia él algunos fariseos y


herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: Maestro, sabemos
que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las
personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios».

Y en Lc 20,20-21: Quedándose ellos al acecho (los escribas y sumos


sacerdotes que aparecen en el versículo 19, le enviaron unos espías, que fingieran
ser justos, para sorprenderle en alguna palabra y poderle entregar al poder y
autoridad del procurador. Y le preguntaron: «Maestro, sabemos que hablas y
enseñas con rectitud y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino
que enseñas con franqueza el camino de Dios» 29.

27 Dausa, Alejandro:http://www.ecaminos.cu/media_files/download/Cuaderno_Teolog_09.pdf
28 Cf.Zañartu,Serg
http://www.mercaba.org/ARTICULOS/C/ZaC3%B1artu.CristologC3%ADa20p.20laicos.pdf
29 Bravo, Arturo: http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-pedagogica
27
La gente reconoce que Jesús enseña con autoridad; autoridad fundamentada en
que era creíble y se podía confiar plenamente en Él, porque no había dobleces en
su forma de ser. Por tanto, podemos afirmar con toda certeza que Jesús es un
Maestro que enseña con sinceridad y franqueza y que en Él nunca hubo engaño o
falsedad: “el no cometió pecado ni en su boca se encontró engaño” (2 Pe 2,22).

Jesús convive con sus discípulos y les enseña con su ejemplo y testimonio
de vida

Jesús es el modelo y el punto de referencia de la comunidad y muy


especialmente de su discípulos. Él es quien señala el rumbo a seguir. Sus actitudes
lo constituyen en un signo del Reino, porque transparenta y encarna el amor de Dios
y lo revela. Jesús es una persona significativa para sus discípulos y dejará en ellos
una huella imborrable.

Durante sus años de ministerio público acompaña a sus discípulos, convive con
ellos, come con ellos, camina con ellos, se alegra con ellos, sufre con ellos.
Con esta convivencia diaria los va formando y los instruye para la misión.

Desde el comienzo de la llamada Jesús los implica a los discípulos en la misión


(Lc 9,1-2; 10,1). De dos en dos, deben anunciar la llegada del Reino (Mt 10,7; Lc
10,1.9). Han de curar a los enfermos (Lc 9,2), expulsar a los demonios (Mc 3,15),
anunciar la paz (Lc 10,5; Mt 10,3) y orar por la continuidad de la misión (Lc 10,2).

Infinidad de pequeños gestos reflejan como Jesús se hacía presente en la vida


de los discípulos. En el estilo de ser y de convivir, de relacionarle con las personas,
de situarse frente al pueblo y de atender a los que se le acercaban, Jesús deja de
manifiesto una serie de cualidades y actitudes que hacen de Él un maestro singular,
que reúne en plenitud unas características que encontramos expresadas en los
evangelios.

Es una persona de paz, que inspira paz y reconciliación: «¡La Paz esté con
vosotros!» (Jn 20,19; Mt 10, 26-33; Mt 18, 22; Jn 20, 23; Mt l6, 19; Mt l8, 18).
28
Es una persona libre y liberada, que despierta libertad y liberación: «¡El
hombre no fue hecho para el sábado sino el sábado para el hombre!» (Mc 2,27; 2,
18.23).

Es una persona de oración. Se le ve orando en todos los momentos importantes


de su vida y es capaz de despertar en los otros el deseo de orar: «¡Señor,
enséñanos a orar!» (Lc 11, 1-4; Lc 4, 1-13; 6, 12-13; Jn 11, 41-42; Mt 11, 25; Jn 17,
1-26; Lc 23,46; Mc 15,34).

Es una persona cariñosa, que inspira respuestas de amor: (Lc 7,37-38; 8,


2-3; Jn 21,15-17; Mc 14,3-9; Jn 13,1).

Es una persona acogedora, que está siempre presente en la vida de los


discípulos y los recibe con agrado cuando vuelven de la misión (Lc 10,7).

Es una persona misericordiosa, mansa y humilde, que invita a los pobres:


«¡Venid todos a mi» (Mt 11,28).

Es una persona realista y observadora, que despierta la atención de los


discípulos hacia la realidad de la vida por medio de las Parábolas (Lc 8,4-8).

Es una una persona atenta, preocupada por la alimentación de los


discípulos (Jn 21, 9), que cuida hasta de su descanso y que desea estar a solas con
ellos para que puedan descansar (Mc 6, 31).

Es una persona preocupada por la situación del pueblo, capaz de olvidar su


propio cansancio cuando se da cuenta de que el pueblo le busca (Mt 9,36-38).

Es una persona que se relaciona con sus discípulos como un amigo, que lo
comparte todo con ellos, incluso el secreto del Padre (Jn 15, 5).

Es una persona comprensiva, que acepta a los discípulos como son, incluso cuando
huyen, lo niegan o lo traicionan (Mc 14, 27-28; Jn 6, 67).

Es una persona comprometida con sus seguidores, que defiende a sus amigos
cuando son atacados por los adversarios (Mc 2,18-19; 7, 5-13) 30.

30 Mester, J. “Jesús Maestro” en www.nuestrabiblia.com/wpcontent/...jesus.../mesters_jesus_maestro.rtf


29
Además de estos rasgos que esbozan la figura de Cristo Maestro, se pueden señalar
otras cualidades que resultan muy significativas e iluminadoras para nuestro
servicio pedagógico y pastoral. Nos referimos particularmente a la sabiduría y a la
paciencia como dos virtudes primordiales, que se desprenden de la práctica y de las
enseñanzas de Jesús.

Jesús es un Maestro sabio

Es un dato conocido que Jesús causaba extrañeza en quienes lo escuchaban, ya


que no se explicaban de dónde le provenía esta sabiduría: “Cuando llegó el
sábado, se puso a enseñar en la sinagoga y mucha gente lo escuchaba con estupor.
Se preguntaban: «¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué pensar de la sabiduría que
ha recibido, con esos milagros que salen de sus manos?» (Mc 6, 1-
3).

A veces nos podemos imaginar que Jesús era un sabio a la manera que
entendemos hoy día como un intelectual, pero era imposible, que así fuera en
tiempos de Jesús, vecino de una aldea desconocida y pobre como Nazaret. No, no
era fácil asegurarle a un niño una instrucción formal. Los historiadores dudan de que
Nazaret, apenas un caserío de unos 400 habitantes, hubiera tenido una sinagoga
convencional como ocurría en otros poblados, y menos con escuela anexa, como
solía ocurrir en lugares de mayor importancia.

En estos pueblos de cultura oral, la gente tenía una gran capacidad de retener
en su memoria cantos, oraciones y tradiciones populares, que se retransmitían de
padres a hijos. En este tipo de sociedad se puede ser sabio sin dominar la lectura ni
la escritura. Probablemente así fue Jesús 31. Él no frecuentó escuela alguna, no
estudió letras, pero fue el Maestro de los maestros en la escuela de la vida.
Jesús Maestro es una persona sabia que conoce la fragilidad del ser humano,
sabe lo que pasa en su corazón y, por esto, insiste en la vigilancia y nos enseña a
orar (Lc 11, 1-13; Mt 6, 5-15).

31 Cf. Pagola, José Antonio. “Jesús aproximación histórica”. Ediciones PPC. Madrid 2007, pp.
239 – 244.
30
Jesús es un Maestro paciente

Examinando los evangelios encontramos al menos una referencia explícita en


la que Jesús se coloca a sí mismo como un ejemplo a seguir: «Carguen con mi yugo
y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán
descanso» (Mt11, 28).

Como Maestro paciente se adapta al caminar lento y sinuoso de sus discípulos.


Se adapta también a su gradual aprendizaje, con sus altos y bajos naturales, para
quienes emprenden un camino totalmente nuevo. Paulatinamente los lleva a la luz,
pasando por la oscuridad y las resistencias humanas que encontraba en aquellos
hombres rudos e impetuosos, que en más de una ocasión querían hacer las cosas
a su manera o solucionar las dificultades y conflictos recurriendo a sus propios
recursos. Encontramos algunos pasajes del evangelio que reflejan claramente esta
realidad, como por ejemplo, cuando Jesús envió a sus discípulos a prepararle
alojamiento a una ciudad de samaritanos y éstos no lo quisieron recibirle, porque se
dirigía a Jerusalén, “Santiago y Juan, que vieron esto, le dijeron: Señor, «¿quieres
que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?» (Lc 9,54). Y también
cuando Jesús es arrestado en el huerto de los olivos hubo quien lo quiso impedir
utilizando la espada: «Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e
hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha» (Jn18, 10).
Con su capacidad de dialogar y escuchar a su interlocutor, Jesús se
comunicaba proponiendo, no imponiendo. Sabía esperar el tiempo de sus discípulos,
que muchas veces no estuvieron a la altura de las circunstancias. Su propuesta, sin
embargo, era de la del Padre Dios: una vida más humana para todos, como
expresión de un amor sin reservas de Dios por toda la humanidad, sin acepción de
personas. Todos fueron invitados a acoger esta propuesta de vida buena. A nadie se
le impuso, acogiendo y respetando el proceso personal, con sus avances y sus
retrocesos, de cada uno de sus discípulos, que lo acompañaron en su itinerario y en
su proyecto de vida y misión.
,
Jesús es un Maestro que escucha y dialoga

En su cultura oral, Jesús aprendió la indispensable actitud de la escucha.


Escuchó la Palabra de Dios a partir de la transmisión familiar, recibida desde pequeño
31
y la siguió escuchando toda su vida, fiel a ese insistente llamado del Dios a su
pueblo: «Escucha Israel». El evangelista Lucas sitúa a Jesús en medio de los
doctores de la ley “escuchándoles y haciéndoles preguntas” (Lc 2, 4).

Tal como aprendió a escuchar a su Padre Dios, asimismo Jesús supo escuchar
cordialmente quienes entraban en contacto con Él. Podría decirse que Jesús todo lo
que sabía del ser humano lo aprendió escuchando a las personas 32.

Jesús es el Maestro que conoce y ama personalmente a sus discípulos y, como


consecuencia, los entiende y respeta, les invita a pensar y se abre al diálogo. Lo
vemos reflejado admirablemente en las parábolas, que pueden ser consideradas
como verdaderos elementos de diálogo, ya que por medio de la reflexión, buscan un
cambio de visión y de comportamiento.
Jesús cultivó muy bien el arte de dialogar y escuchar a sus discípulos. Sabía
hacer las preguntas adecuadas a cada persona, lo cual refleja cómo sabía prestar
atención a cada situación particular. Preguntas que los enseñaron a mirar la vida de
otra manera.
A sus discípulos, hombres simples, les enseñó con interrogantes sencillos a
plantearse cuestiones vitales y profundas. Cuando se disputaban quienes serían
dignos de ser elegidos los primeros en el Reino: “Santiago y Juan se acercaron a
Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que no concedas lo te vamos a pedir». Él
les dijo: «¿Qué quieren de mí?» (Mc 10, 35); también Mateo recoge la escena la
conversación que continúa: ¿Pueden ustedes beber la copa que yo tengo que
beber?» (Mt 20, 22). La pregunta abre un diálogo, que espera una respuesta, una
palabra del otro, y esta actitud implica respetar y confiar en la capacidad de
reflexión, de construir y expresar una respuesta por parte del quien escucha.

Para finalizar este apartado y enriquecer estas consideraciones en torno a las


características más representativas de la figura de Jesús como Maestro, queremos
hacer alusión a un hermoso pasaje de la Encíclica de Benedicto XVI sobre la virtud
de la Esperanza, porque es un aporte muy valioso para los educadores en la fe en
los contextos actuales en los que estamos invitados a encontrar el verdadero sentido

32 Cf. Moreno, Enrique. “Jesús, un buen comunicador”. Revista Testimonio Nº 235, Septiembre –
octubre Santiago 2009.
32
de la vida y a mostrar a Jesús como el auténtico Maestro que enseña con
sabiduría el arte de vivir. Dice el Papa: ” En los antiguos sarcófagos se interpreta la
figura de Cristo mediante dos imágenes: la del filósofo y la del pastor. En general,
por filosofía no se entendía entonces una difícil disciplina académica, como ocurre
hoy. El filósofo era más bien el que sabía enseñar el arte esencial: el arte de ser
hombre de manera recta, el arte de vivir y morir. Ciertamente, ya desde hacía tiempo
los hombres se habían percatado de que gran parte de los que se presentaban
maestros de vida, no eran más que charlatanes que con sus palabras querían ganar
dinero, mientras que no tenían nada que decir sobre la verdadera vida. Esto hacía
buscar con más ahínco a quien supiera indicar verdaderamente el camino de la
vida. Tanto las personas cultas como las sencillas encontraron a Cristo: Él nos indica
el camino y este camino es la verdad. Él indica también el camino más allá de la
muerte. Él es un verdadero Maestro de vida33.

CAPÍTULO III
ELEMENTOS DE LA PEDAGOGIA DE JESUS:
RECURSOS, MÉTODOS Y ESTILO

33 Benedicto XVI.” Spe salvi”, 6. Ediciones Paulinas. Santiago 2007


33
Una vez realizada la tarea de indagar en los evangelios sobre la figura y
características de Jesús como Maestro, nos detenemos a examinar el estilo, los
métodos y los recursos que Él utilizaba en su misión evangelizadora, como anunciador
y presencia del Reino entre los hombres. Continuamos recurriendo al Nuevo
Testamento, especialmente a los cuatro evangelistas, para perfilar el talante que
tenía Jesús para instruir a sus seguidores.

Jesús de Nazaret es el Maestro por excelencia. En su vida desarrolla una


verdadera vocación pedagógica que concretiza en su ministerio. Nos preguntamos:
¿Cómo enseña Jesús?, ¿Qué recursos utiliza?, ¿Cuál es su estilo y los métodos que
usa para comunicar sus enseñanzas? Buscamos las respuestas a estos interrogantes
siguiendo las huellas de los evangelios que son ricos en alusiones acerca de este tema,
que nos lleva a mirar a Jesús Maestro, como un paradigma para el educador en la fe,
en el mundo de hoy.
Es cierto, como señala Maximino Arias 34, que los evangelios no nos entregan
ninguna descripción de Jesús. No sabemos si era alto o bajo, de qué color tenía los
ojos, cómo era su andar. Los datos sobre Jesús que nos transmiten son los que se
podrían decir de cualquier otro hombre: nace de una madre, se educa en una familia,
come, duerme, se cansa, llora, está triste, es decir, nada muy diferente a cualquier otra
persona. Sin embargo, por los relatos evangélicos, que nos narran muchas vivencias y
sucesos de Cristo, podemos tener una idea de cómo era, por sus palabras, por sus
acciones, por sus sentimientos. Tomando en su conjunto el evangelio tenemos noticias
de que la personalidad de Jesús era inconfundible y se destacaba entre sus
seguidores. También podemos conocer la forma en que entregaba su mensaje, sus
predicaciones, sus enseñanzas en las que hacía uso de una gran variedad de recursos
extraídos de su entorno natural, de su familiaridad con las Sagradas Escrituras y la
religiosidad y sabiduría propia del pueblo.
Desde muy pequeño, Jesús fue un niño observador y atento a todo lo que veía
y escuchaba. Seguramente habría hecho muchas preguntas, como todos los niños, y
habría analizado cada cosa con curiosidad. Aprendió a observar la realidad y desde
ella fueron brotando sus imágenes y metáforas, sus narraciones sugerentes y sus
interpelaciones históricas. Supo valorar el pequeño detalle, se refirió a situaciones

34 Arias, Maximino. “Jesús el Cristo”. Ediciones San Pablo. Santiago 1997, p. 99


34
concretas, utilizó un lenguaje que todos podían entender. Todo le pareció interesante,
pero especialmente las personas35.
Los contemporáneos de Jesús sabían que Él no era un maestro de la ley. No
había estudiado con ningún maestro famoso. No procedía de ningún grupo destinado a
interpretar las Escrituras. Jesús se movió en medio del pueblo. Habla en las plazas,
en los descampados, junto a los caminos y a orillas del lago. Tiene su propio lenguaje y
un mensaje también propio.
Como señala José Antonio Pagola, “Jesús tiene un estilo de enseñar muy suyo,
sabe tocar el corazón y la mente de las gentes” 36. Sus dichos quedaron grabados en
quienes le escuchaban, breves y concisos, llenos de verdad y sabiduría, pronunciados
con fuerza, obligaban a sus oyentes a escuchar con atención y los apremiaban a vivir
de otra manera.
Para comunicar su experiencia del Reino de Dios, narra parábolas que abren a
los oyentes a un mundo nuevo. Para provocar a la gente a entrar en la dinámica de
ese Reino, pronuncia sentencias breves en las que resume y condesa su pensamiento.
Él hablaba y enseñaba a la gente y a sus discípulos utilizando recursos que
facilitaban la memorización de sus enseñanzas. Unas veces utilizaba dichos rítmicos,
otras veces repetía el mismo esquema y con mucha frecuencia recurría a pequeños
relatos tomados de la vida cotidiana que aún hoy nos resultan muy fáciles de recordar.

La enseñanza de Jesús se presenta, la mayoría de las veces, en frases cortas


(ver Mc1,15; 1,17; 1,25; 1,38; 1,41). Los evangelistas reunieron algunas en secciones
referidas a un mismo tema. A otras también les dieron un marco narrativo.
Jesús las utilizaba junto con algún hecho.
Eran frases muy sencillas, claras, lógicas, evidentes, fáciles de comprender, y
sin embargo esconden un sentido más hondo y tocan lo más profundo de la persona 37.
Siguiendo diferentes textos de los cuatro evangelios, seleccionamos los
principales recursos utilizados por Jesús para entregar sus enseñanzas, considerando,

35 Moreno, Enrique. “Jesús, un buen comunicador”. Revista Testimonio Nº 235, Septiembre – octubre
Santiago 2009.
36 Pagola, José Antonio. “Jesús aproximación histórica”.
Ediciones PPC. Madrid 2007, pp. 243 – 244.

37 Arias, Maximino, op.cit, p.101


35
al mismo tiempo, los gestos, las situaciones, las palabras y los métodos a través de
los cuales proyecta su rol de Maestro.

LOS GESTOS DE JESUS COMO RECURSO DE ENSEÑANZA38

Se puede afirmar que dentro de la cultura de la época en que Jesús vivió, una de
las cosas que llamaba la atención y que causaba gran asombro entre sus
contemporáneos era que su enseñanza no quedaba reducida únicamente al discurso,
sino que sus palabras iban acompañadas de gestos, que resultaban salvadores para
quienes los recibían, pero que chocaban fuertemente con las tradiciones y costumbres
de su tiempo. Destacamos, por ser llamativo, su gesto de tocar a diferentes personas,
en diversos momentos y circunstancias. Citamos algunos ejemplos:
• Se le acercó un leproso, y él, “extendiendo la mano, le tocó y le dijo:
«quiero, queda limpio» (Mt 8,3).

• Le seguían dos ciegos: "entonces tocó sus ojos, diciendo: «hágase en


vosotros según vuestra fe» (Mt 9,29).
• Y "le presentaban a los niños para que los tocase... y abrazándolos, los
bendijo imponiéndoles las manos" (Mc 10,13).
• A la suegra de Pedro "le tocó la mano y la fiebre la dejó" (Mt 8,15).
• Al sordomudo "le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua,
diciendo: «effeta, ábrete» (Mc 7,33).
• Al criado herido por Pedro, Jesús, "tocándole la oreja, le curó" (Lc 22,51).
• A un leproso que le suplica: Sintiendo compasión, Jesús extendió la mano
y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio» (Mc 1, 40-41).
• A un sordomudo: “Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le
puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua” (Mc 7, 33).
• A un muchacho poseído por un espíritu inmundo: Pero Jesús, tomándolo
de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie” (Mc 9, 27).
• A la niña del jefe de la sinagoga "le tomó de la mano y ésta se levantó"
(Mt 9,25).
• Al ciego de nacimiento "hizo un poco de lodo y le untó sus ojos" (Jn

38 Cf. Dausa, Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 “Encuentros con el maestro La pedagogía de


Jesús de Nazaret” en http://www.ecaminos.cu/media_files/download/Cuaderno_Teolog_09.pdf
36
9,6).

El contacto físico que Jesús establece con estas personas no es un


acontecimiento fortuitito. Los evangelistas destacan la intencionalidad de Jesús y
recuerdan también las implicaciones legales que esto supone; pero Jesús no teme
hacerse impuro por el contacto con quienes la ley consideraba como tales, ya que tiene
plena claridad de que “lo que hace impuro al hombre es lo que sale del corazón” (Mc
7,14-23). Al tocar físicamente a los excluidos de la sociedad, Jesús los recibe y los
acoge, rompiendo con la alienación en que se encontraban. Esto nos muestra la
libertad con que Jesús procedía ante la ley, las tradiciones y costumbres, ya que para
Él lo central y más importante es la persona desde la condición singular en que ésta se
encuentra.
El tocar de Jesús tiene un significado profundo: es la mano de Dios que se hace
cercana y visible en su Hijo, que sana, bendice, protege, comunica vida, perdona y da
seguridad.

LOS MÉTODOS Y LAS TÉCNICAS DE ENSEÑANZA DE JESUS MAESTRO.

Que Jesús vino a enseñar es un dato en el que coinciden los cuatro


evangelistas quienes colocan la actividad pedagógica desde el inicio del ministerio. En
ellos descubrimos que la misión de Jesús es la de anunciar y enseñar un nuevo estilo
que propone a todos los que quieren oírle y seguir sus enseñanzas. Al comienzo de su
evangelio, Marcos nos cuenta que "entraron en Cafarnaúm, y el sábado entró Jesús en
la sinagoga y comenzó a enseñar” (Mc 1, 21), y que su doctrina causaba admiración
entre quienes lo escuchaban. Del mismo modo los evangelistas finalizan sus relatos
con la exhortación de Jesús enviando a sus discípulos a predicar y a enseñar el
mensaje recibido. «Id y haced discípulos a todas las naciones,... y enseñándoles» (Mt
28, 19-20).
Al leer los evangelios desde una perspectiva pedagógica encontramos una gran
diversidad de métodos empleados por Jesús. Métodos que fueron respuestas
concretas a experiencias a las cuales Él quería responder. En Jesús lo teórico y lo
práctico se entrelazaron. Para el Maestro la experiencia no fue relato trivial e
37
insignificante, sino punto de partida para entender la situación teológica y existencial en
que se encontraban sus discípulos39.

Para sintetizar los recursos y métodos que Jesús utiliza consideramos solamente
aquellos que nos resultan más sugerentes e inspiradores para nuestra tarea docente,
ya que en el desarrollo de su magisterio recurre a múltiples recursos y estrategias
metodológicas que contienen un gran valor.
Entre los métodos empleados señalamos y nos detendremos a explicar los
siguientes: sentencias, imágenes, preguntas, parábolas, citas de la escritura y del
judaísmo, enseñanza situacional.

Las sentencias y los dichos

Este método utilizado por Jesús para comunicar sus enseñanzas aparece en los
dichos recogidos por los diferentes evangelistas en sus escritos. Es preciso señalar que
las sentencias tienen una larga historia en el mundo judío, así como en las culturas de
transmisión oral. En las sentencias encontramos unos rasgos característicos que
ayudan a que permanezcan en la memoria. Subrayamos: la rima, los contenidos y las
imágenes significativas. Es lo que se conoce con el nombre de proverbios o máximas.
Es la forma más usual utilizada para transmitir la enseñanza rabínica. La mayoría de
las páginas de la Mishnah y del Talmud recogen un gran número de sentencias dichas
por diferentes rabinos. Asimismo una parte considerable de la enseñanza de los
profetas y sobre todo de los sabios de Israel se había conservado en sentencias
aisladas40.

Como las sentencias son una forma de enseñar y transmitir una enseñanza, Jesús
no solo repite proverbios o máximas aprendidas o extraídas de la corriente sapiencial
de la Sagrada Escritura o del judaísmo, sino que formula sus propios dichos para
entregar lo que quiere difundir. Jesús tiene una admirable capacidad de recoger la
experiencia y expresarla de manera concisa con una imagen significativa y sugestiva.
En sus sentencias Jesús recurre a la experiencia de sus oyentes, a la riqueza de
la tradición y otras veces al sentido común de sus destinatarios. Citamos algunos
ejemplos:
39 Pagán, Carmen Julia: http://www.elmensajero.com.co/agosto_2007/crist.html
40 Bravo, Arturo: http://www.scribd.com/doc/18734496/Jesus-Maestro- Una-propuesta-pedagogica
38
• «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he
venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2,17).
• «Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón» (Mt 6,21; Lc
12,34).

• «Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero sí mancha a
la persona lo que sale de su boca» (Mt 15, 11)

• «Si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo»” (Mt 15, 14)

• «No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará


por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas» (Mt 6,34).

Las Imágenes

Las imágenes formaban parte de la mentalidad hebrea, que tenía un gran sentido de
lo concreto. Eran, por lo tanto, parte connatural de la mentalidad hebrea antigua.

Como el uso de imágenes es un recurso habitual, se encuentran en todas las


formas de enseñanza de Jesús. Al emplear una imagen hay que tener en cuenta que
para que provoque el efecto esperado debe corresponder a la realidad que pretende
ilustrar; ha de ser significativa y representativa.
41
Según León - Dufour la imagen reproduce, más o menos exactamente,
representa y hace presente una realidad. Las imágenes se convierten en canales de
expresión de las realidades más profundas.
Es evidente que Jesús entiende y conoce bien su tierra y sus habitantes, las
expresiones y los ejemplos que evocan y reflejan un conocimiento de la vida del
campo y en particular del campo galileo, en donde las casa son muy sencillas y el
trabajo rural no es de las planicies del sur, sino que está tomado del entorno
montañoso, con parcelas y corrales cercados con piedras (Mc4,4-7). En sus relatos
habla de ovejas, lobos, bueyes, aves, semillas, siembras y cosechas, flores silvestres,
odres viejos, lámparas caseras, niños, mercaderes y amas de casa.

Muestra su amor por la naturaleza, tiene un sentido de lo concreto y de la historia


de su pueblo. El mundo del trabajo está presente en sus ejemplos y así habla de
asalariados, empleados despedidos, dueños abusivos, contratos y administradores de

41 Leon – Dufour. Diccionario del Nuevo Testamento. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
39
todo tipo (Jn10, 1-8); (Mt 20, 1-5; Mt 24, 45 - 51). Pero su vida y su enseñanza dejan
de manifiesto que “Jesús mira definitivamente la vida desde los ojos de los pobres de
la tierra”.42
Por las imágenes utiliza en sus predicaciones, podemos deducir su amor y
admiración por la naturaleza. No cabe duda que era tan profundo observador que sabía
extraer de su entorno los elementos necesarios para hacer más cercana y
comprensible su enseñanza. En sus relatos habla de ovejas, lobos, bueyes, aves,
flores silvestres, odres viejos, lámparas caseras, niños, mercaderes y amas de casa.
Así como de la siembra, de los campos, del crecimiento de la semilla y la recolección
de los fruto. Se ha fijado en los pajarillos, en la hierba del campo, en las vides y los
sarmientos, en las uvas y los espinos, en los higos y los cardos, en las hierbas y los
juncos agitados por el viento, en las nubes del cielo y el viento. Se fija incluso en el
gesto maternal de la gallina43.
• «¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo
sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! » (Lc 13, 34)

• «Salió un sembrador a sembrar» (Mc 4, 13).

• «Fijaos en los cuervos: ni siembran , ni siegan, no tiene despensa ni


granero» (Lc 12, 24).

• «Miren cómo crecen las flores del campo» (Mt 6,28).

• «El viento sopla donde quiere, oyes su ruido, pero no sabes de donde
viene ni a donde va» (Jn 3, 8).

• «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el
Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza» (Lc 9,58).
• «Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes uvas
de los espinos o higos de los cardos?» (Mt 7,16.)

Jesús también ha observado los rebaños y los pastores, así puede tomar imágenes
de este mundo pastoril:

42 Dausa, Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 Encuentros con el maestro La pedagogía de Jesús de


Nazaret
43 Arias, Maximino, op. Cit., pp.102 – 103 .
40
• «Al pastor le conocen sus ovejas, las llama por su nombre, las saca
fuera; camina delate de ellas»” (Jn 10, 3)

• «El pastor tiene preocupación por sus ovejas, se da cuenta si le falta


alguna, la busca, la echa sobre los hombros cuando al encuentra la
varga sobre los hombros…» (Lc15, 4-6).

Hay realidades profundas que no se pueden expresar mediante el lenguaje común,


por eso el mundo del arte, la poesía y las experiencias místicas emplean un amplio
bagaje de elementos simbólicos, imágenes cargadas de contenido y significado tanto
para quien las formula como para las recibe. Ambos, emisor y destinatario, han de estar
familiarizados con la imagen. Así ocurre con Jesús y los oyentes que recibían las
verdades proclamadas por el Maestro, que utilizaba este recurso para proyectar y
apuntar hacia una realidad trascendente.

Las preguntas

Como sucede con otros métodos y recursos usados por Jesús, las preguntas están
presentes también como otra forma de impartir sus enseñanzas. Pero las preguntas
son centrales en las instrucciones y exhortaciones del Maestro.

El ser humano es el único ser capaz de preguntar y de preguntarse, porque sólo


él tiene la capacidad de reflexión y de buscar respuestas a sus interrogantes y
planteamientos más vitales. Jesús, que conoce lo que hay en el corazón de la
persona, mediante la pregunta lo hace volverse hacia lo más esencial de sí mismo y
encontrar la respuesta o dejar abierta la posibilidad a seguir buscando. De hecho
Jesús hizo más preguntas que las que contestó y a veces respondió con otro
interrogante, como quien obliga a continuar el diálogo, la reflexión o la búsqueda, es
decir deja planteada una nueva inquietud en su interlocutor.
Las preguntas no son sólo un ejercicio intelectual, también invitan, molestan,
cuestionan, interpelan, motivan, convierten y conducen a niveles más profundos de la
realidad, ayudando a la humanización tanto del mismo ser humano como del mundo.
Se puede afirmar que Jesús pregunta para enseñar y por eso constituyen uno de los
métodos privilegiados que utiliza.
41
Sus preguntas tenían diferentes propósitos. Unas son directas y otras indirectas.
No solo eran formuladas para ejercitar la actividad cerebral, sino que pretendían
alcanzar una mayor profundidad en al fe. Las preguntas de Jesús fueron hechas
dentro de contextos y situaciones concretas.
También provocó en los discípulos que ellos hicieran preguntas. En la búsqueda
de la verdad Jesús no tuvo temor al cuestionamiento.
Los propósitos de Jesús al hacer preguntas fueron muy variados. Van desde los
más sencillos, a los más complejos. Entre ellos podemos enumerar los siguientes 44:
fomentar el interés o establecer un punto de contacto: Jn 4:7; Lc 8:45; iniciar y estimular
el pensamiento: Lc 9:25; Mt 6:27; Jn 13:12; expresar o verbalizar el proceso de
razonamiento: Mc 10:18; Mt 20:22; ayudar a los discípulos a aplicar la verdad. Lc
10:36; Jn 13:12; emplear la disputa, la argumentación y la lógica: Lc 14:5; 13:2; Jn
8:46; reprender o señalar alguna falta: Mc 4:40; Lc 6:46 o bien introducir una
enseñanza: Mt 6:25; Lc 6:39,41.
También fueron utilizadas para expresar emoción (Mc 9:19), recordar lo aprendido
(Mc 8:20), fortalecer la voluntad (Jn 5:6), contestar otras preguntas (Jn 21:22).
La metodología de las preguntas atrae y fascina al pueblo, pero también provoca
irritación, especialmente en las autoridades y en los adversarios que se acercan para
hacerle sus preguntas. En más de una ocasión el Maestro responde con otro
interrogante a la interpelación capciosa de sus enemigos.
Con sus preguntas Jesús procuró cultivar una serie de habilidades en sus
discípulos. Él quería motivar el pensamiento claro y conducirlo hacia un fin específico.
Llevar a la reflexión para modificar actitudes y romper prejuicios. Las preguntas de
Jesús promovieron el diálogo y sobre todo la creatividad. Los estimuló a descubrir
nuevos senderos y otra manera de ver la vida, asumiendo una actitud nueva y
responsable frente a las situaciones de la vida cotidiana.

Las parábolas

Según el Diccionario del Nuevo Testamento 45, los sinópticos llaman parábola
tanto a una sentencia como a un proverbio, pero con más frecuencia lo consideran una
comparación desarrollada como un relato ameno.
44 Pagán Carmen. La pedagogía de Jesús: http://www.elmensajero.com.co/agosto_2007/crist.html
45 Leon – Dufour. Diccionario del Nuevo Testamento. Ediciones Cristiandad. Madrid 1977
42
Las parábolas son formas muy comunes de enseñanza en el mundo antiguo y n
recurso muy común en la época de Jesús. En el AT., sin embargo, se encuentran muy
pocas narraciones que puedan considerarse parábolas en sentido estricto: la parábola
de Yotán (Jc 9,7-21), la de Natán (2 Sm 12,1-4), la del cardo y del cedro (2 R 14,9), la
de la viña ingrata (Is 5,1-7), y algunas alegorías de Ezequiel (17,3-10; 19,2-9.10-14...).
Pero esta forma de instrucción religiosa era muy frecuente en tiempo de Jesús. Los
escritos rabínicos posteriores contienen igualmente numerosas parábolas.
Jesús no inventó, pues, el género de las parábolas. Pero se puede afirmar que
Jesús fue el primero en generalizarlo y el primero que las utilizó como forma corriente
de enseñanza para la gente sencilla, y lo hizo con el objetivo de hacerles comprensible
y efectivo su mensaje acerca del Reino de Dios: “Con muchas parábolas como éstas
Jesús les anunciaba el mensaje, acomodándose a su capacidad de entender. No les
decía nada sin parábolas” (Mc 4,33-34)46.
Jesús estaba dotado de un extraordinario genio para crear y contar historias, y las
parábolas son la mejor prueba de ello. "Jesús es parábola y narra parábolas" y lo hace
de manera magistral. Las que Jesús utiliza son excepcionales por su número y por la
calidad. Si bien el género era conocido en la época, no cabe duda de que en Jesús
alcanza un mayor valor literario.
El término no tiene un significado del todo preciso. En griego “parabole”, significa
colocar dos cosas en paralelo, una al lado de la otra para compararlas. Este vocablo
corresponde al hebreo “mashal”, que significa “máxima aguda”, “enigma”, “reflexión por
medio de una comparación”. Se trata de diferentes recursos de los que se sirve un
sabio para transmitir sus enseñanzas. Pero, en su sentido técnico estricto, “parábola”
es un cuento, un relato tomado de la vida ordinaria, una comparación convertida en
historia narrada. Siempre cuenta una historia; no es solamente una simple metáfora,
comparación o imagen.
Es verdad que en sus parábolas Jesús utiliza imágenes muy realistas, tomadas de
la vida diaria, para captar la atención del auditorio, pero por lo general, esas
narraciones sufren algún giro sorprendente que coloca a sus oyentes en una posición
incómoda, provocándoles preguntas y dudas. Se trata de narraciones verosímiles en
apariencia, en las que de pronto se introducen elementos desestabilizadores; de este

46 Arregui José. Cristología. http://www.scribd.com/doc/36483202/arregui-cristologia


43
47
modo se puede afirmar, según algunos autores , que las parábolas “orientan,
desorientan y reorientan”.
Todas las parábolas de Jesús se relacionan con determinados acontecimientos de
la vida, de la existencia, ya sea propia o comunitaria, presente o pasada. Las parábolas
no son fábulas, no refieren acontecimientos ni de animales ni de otros elementos de la
naturaleza aplicando a los seres humanos, sino que refieren determinadas actitudes o
comportamientos de personas o personajes con los cuales los destinatarios se podían
identificar fácil y rápidamente y, lo más importante, tomar posición personal en relación
al comportamiento a seguir o al tenían que evitar.
Los significados de las parábolas son múltiples e, incluso, el punto central
permanece muchas veces impreciso. Por eso exigen y reciben diferentes
interpretaciones en auditorios distintos. Tanto para confrontar oponentes como para
animar a los seguidores.
Las parábolas parten del universo del oyente que es capaz de reconocer en ellas
sus propios valores, conductas, costumbres, etc. Según esto, quien escucha puede
identificarse con la situación y los personajes.
Tienen un final no escrito, abierto, que dependerá de cada uno de los oyentes.
Provocan en ocasiones rechazo, confusión e incluso oscuridad de entendimiento. Así
se entiende la respuesta de Jesús a sus discípulos en Mt 13, 10-17, donde hace
alusión a diversos niveles de comprensión. “Los discípulos se acercaron y preguntaron
a Jesús: ¿Por qué les hablas en parábolas Jesús les respondió: «A ustedes se les ha
concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no».
Jesús tenía un estilo muy característico para dirigirse al pueblo sencillo:
campesinos, pastores, pescadores, artesanos y pobres. Las parábolas son una
muestra de este estilo y de su encarnación en la vida del pueblo, como también
demuestran su genio creativo, literario y poético.
Hablaba de los sucesos y temas normales de la vida diaria, y todos sus oyentes
le entendían: los quehaceres y el esfuerzo de cada día, los conflictos y los problemas
de la vida, las relaciones familiares y sociales cotidianas.

47 Dausa, Alejandro. Cuaderno de Teología , Nº 9 Encuentros con el maestro La pedagogía de Jesús de


Nazaret
44
Son muchas las parábolas registradas en los evangelios, por lo que se puede
deducir que, mediante esta técnica, Jesús logró grabar en el corazón y en la memoria
de sus discípulos y seguidores sus enseñanzas y sus palabras de vida.
Destacamos un elenco de las que aparecen en los tres sinópticos 48:

En Mateo:

• Los Niños que juegan: Mt 11,16-19


• El Sembrador: Mt 13,3-8
• La Cizaña: Mt 13,24-30 36-43
• Grano de mostaza: Mt 13,31, 3
• La Levadura: Mt 13,33
• El Tesoro escondido: Mt 13,44
• La Perla de gran valor: Mt 13,44, 4
• La Red: Mt 13,47, 4
• La Oveja perdida: Mt 18,12-1
• El Servidor despiadado: Mt 18,23-3
• Los Trabajadores en la viña: Mt 20,1-6
• El Hijo pródigo: Mt 21,28-3
• Los Malvados: Mt 21,33-4
• La Gran Cena: Mt 22,1-14
• El Banquete Nupcial: Mt 22,1-14
• Las Diez Vírgenes: Mt 25,1-13
• Los Talentos: Mt 25,14-3

En Marcos

• El Sembrador: Mc 4,3-8
• La Semilla que crece por si sola: Mc 4,26-29
• La Semilla de Mostaza: Mc 4,30-32
• Los Viñadores homicida: Mc 12

En Lucas

• Los niños que juegan: Lc 7:31, 35

48 “Parábolas” en http://www.corazones.org/diccionario/parabola.htm
45
• Los niños que juegan: Lc 7:31, 35 Los dos deudores: Lucas 7-41-43
• El sembrador : Lc 8,5-8
• El buen samaritano: Lc 10,25-37
• Amigo inoportuno: Lc 11,5-8
• Rico insensato: Lc 12,16-21
• La higuera estéril: Lc 13,6-9
• El grano de mostaza: Lc 13,18, 19
• La levadura: Lc 13,20, 21
• La gran cena: Lc 14,16-24
• La fiesta de matrimonio: Lc 14,16-24
• El último lugar en los banquetes: Lc 14,7-11
• La torre y la guerra: Lc 14,28-32
• La oveja perdida: Lc 15,44
• La moneda perdida: Lc 15,8-10
• El hijo pródigo: Lc 15,11-32
• El Administrador infiel: Lc 16,1-8
• Lázaro y el hombre rico: Lc 16,19-3
• El juez injusto: Lc 18,1-8
• Fariseo y publicano: Lc 18,9-14
• Las Minas: Lc 19,12-27
• Los Viñadores homicidas: Lc 20,9-18

CAPÍTULO IV JESUS: FUENTE DE INSPIRACIÓN PARA NUESTRA MISION


PEDAGOGICA

Después de haber investigado y reflexionado sobre la figura de Jesús Maestro,


caracterizado sus rasgos más significativos y los métodos utilizados en su misión
pedagógica, nos detendremos , en este capítulo, a considerar su persona y su estilo
formativo en el anuncio del Reino, como fuente de inspiración en nuestra labor docente,
46
como educadores de la fe y anunciadores de la Buena Nueva en las situaciones y
realidades del mundo de hoy.

DEL MAESTRO DE NAZARET AL MAESTRO EN EL AULA.

Como nos recuerda la Constitución Dei Verbum, ya desde antiguo, Dios se fue
revelando a su pueblo elegido de una manera progresiva, manifestando así su
pedagogía divina49: «Yo enseñé a Efraín a caminar, tomándole por los brazos... Con
lazos humanos los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un
niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer» (Os 11,3-4). Pero es
sin duda en el Nuevo testamento con y en Jesús, “El Maestro de los maestros” en
donde esta revelación alcanza su plenitud.

No nos cabe duda alguna que la vocación de maestro es una de las notas
fundamentales del ministerio público de Jesús. Encontramos por tanto en esta faceta
una fuente de inspiración para nuestra misión pedagógica en el siglo XXI, actualidad
en la que indudablemente las circunstancias y los contextos son diferentes a
aquellos en los que se desenvolvió Jesús, pero también es cierto que la realidad
actual tiene la misma necesidad del anuncio explícito del Reino y del mensaje del
Evangelio.

Al mirar la labor del profesor a la luz del Jesús Maestro, lo primero es clarificar
el concepto de docente como la entendemos en el desarrollo del presente trabajo.

Las múltiples definiciones del rol docente, pueden llevarnos a comprender las
funciones que éste asume. Nos limitaremos a tres de ellas:

Maestro entendido como profesor es aquel que desarrolla una “profesión”


demostrando específicas competencias y la capacidad de hacer partícipe a los otros.

También docente puede ser definido como guía, aquel que responde a una
vocación y cumple una obra oblativa, motivada por el amor al bien.
49 Cf. Dei Verbum: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm
47
El educador, finalmente, puede ser definido desde el significado del término
maestro, del latín magister: magis, que significa algo más, como el que ayuda a ser
algo más.

Si ser docente es ayudar a “ser algo más” a nuestros alumnos, si es entendida y


ejercida como una vocación y al mismo tiempo una profesión, en la cual se ponen a
disposición todos los talentos y competencias personales, debemos afirmar que el rol
docente implica también ser maestro de vida para los alumnos, es decir ser expertos y
maestros en humanidad50.

Al igual que Cristo debemos dar testimonio con nuestra propia vida de los
valores y actitudes que Jesús refleja, y que los escritores sagrados hacen referencia
en los evangelios. Es muy cierta esta expresión que “El quehacer del maestro es
misión y no simplemente profesión. Exige, no solamente ocupación, sino vocación” 51.

El educador no sólo debe poseer fundamentamos y conocimientos en los


desarrollos de la pedagogía contemporánea, sino que. para ser verdadero maestro,
necesita además buscar un modelo de educador. Mirando a Jesús se pueden
encontrar las pautas en las cuales cimentar e iluminar la labor docente, desde su
perspectiva y sus criterios. Jesús, tal como el Evangelio nos lo da a conocer, puede
ser modelo para todo educador y más aún para el profesor de religión.

El tema de la enseñanza de Jesús es, por razones de afinidad con el quehacer


del profesor, un tema fascinante en el campo de la educación religiosa cristiana.
Lo que Jesús dijo e hizo resulta apasionante y motivador. A todos los educadores
nos gustaría imitar al Maestro en su metodología, contenido y autoridad didáctica.

La práctica pedagógica de Jesús respondió a su contexto y por esto la actividad


instructiva de Jesús fue impactante, no sólo por el contenido de sus enseñanzas,
sino también por la viveza educativa que lo impregnaba. El dinamismo que daba a su
enseñanza, la profundidad de sus palabras y los resultados que obtenidos, fue
impresionante.

50 “Elementos de la Pedagogía de Jesús como maestro”: http://www.duoc.cl/pastoral/noticias/Pedagogia-


Jesus.pdf
51 Bravo Arturo, “El estilo pedagógico de Jesús maestro”. Ediciones Paulinas y San Pablo. Santiago
2006, p. 128.
48
Nos debemos preguntar hoy: ¿Qué debemos hacer para emplear efectivamente
la pedagogía de Jesús en la educación? ¿Utilizaría Jesús la misma técnica para
impartir su enseñanza hoy? Ante estos interrogantes nos surge señalar la
necesidad de que la educación que se ofrece haga posible que el mensaje de
Jesús se transmita de manera clara y adecuada, que tenga como una de sus
propiedades ofrecer respuestas concretas a los planteamientos que la sociedad y
el hombre y la mujer de hoy requieren como en los tiempos de Jesús; por tanto, la
educación debe inspirarse radicalmente en la pedagogía divina y en la Persona
de Jesucristo.

Si descubrimos que la misión de Jesús, al igual que la de la iglesia, es la de


enseñar, debemos nosotras ser capaces de continuar su ejemplo teniendo en cuenta
las características de nuestros estudiantes y las del grupo o curso, el contexto en el
cual se desenvuelven y recordar que nuestra misión pedagógica es para mayor Gloria
de Dios.

Cristo, con su mensaje y misión, iluminó la situaciones de vida de muchas


personas que le seguían y de otras que solo se acercaban a Él por curiosidad. Nuestra
misión también ha de iluminar las situaciones de vida de los niños y jóvenes con la
Palabra de Dios, haciendo notar su presencia en ellos. De este modo el aula y los
diferentes espacios y contextos educativos pueden convertirse en un “lugar teológico”
y punto de encuentro de Dios con la persona, identificado en los rostros e historias
concretas de los estudiantes, a los cuales estamos llamados a “evangelizar
educando”.

Para transmitir el mensaje utilizando los recursos y los métodos más adecuados
a los alumnos es necesario conocer su cultura, llegar a sus costumbres, a sus
criterios de vida, a las angustias y necesidades que los rodean, a sus esperanzas y a
sus expresiones. Es decir, no solamente conocer a los destinatarios más próximos del
mensaje, sino también a sus familias y el ambiente en que viven. Sólo así podremos
ser capaces de poner a Jesucristo en el corazón de la cultura y en el centro de la fe.

Para finalizar, estas reflexiones hechas desde Jesús Maestro aplicándolas


al maestro de aula en los tiempos actuales, insertamos el perfil del educador y
49
educadora que traza, para sus docentes, una congregación religiosa dedicada a la
educación52. Lo hacemos porque nos parece coincide plenamente con los
propósitos de este trabajo y puede ser extensivo para los profesores en general y
no sólo de un colegio católico, ya que está inspirado en las fuentes del Evangelio y
en la persona de Jesús.

PERFIL DEL EDUCADOR Y EDUCADORA

• Cooperador de la verdad
• Tiene con sus alumnos un amor paciente y generoso
• Desarrolla la personalidad del educando
• Compagina autoridad y cercanía
• Utiliza métodos fáciles y sencillos
• Da espacios de libertad y fomenta la creatividad
• Educa con sencillez
• Crece en humildad
• Desarrolla su vida interior
• Despierta en los alumnos el amor a María
• Se interesa por todos, sin acepción de personas, cuidando preferentemente a
los más necesitados.
• Destaca el papel de la mujer y del hombre en la familia y en la sociedad.
• Colabora estrecha y eficazmente con las familias de sus alumnos en la
educación de sus hijos
• Busca siempre el bien del educando
• Comparte experiencias, colabora y trabaja en equipo, superando
individualismos.
• Tiene interés permanente por su actualización profesional y cristiana. •
Ve a Dios a través del niño53

52 Instituto de Hijas de María , Religiosas de las Escuelas Pías (Escolapias)


53 Cf. Hijas de María, Religiosas Escolapias. “Escolapias: Un estilo de escuela”. Talleres gráficos
Edelvives. Zaragoza, 2000.
50

MIRANDO A JESUS MAESTRO:


DESAFÍOS PARA EL PROFESOR DE RELIGIÓN

Si miramos a Jesús, lo primero que salta a la vista es la gran distancia y la


infinita diferencia entre Él y los que hoy ejercemos como profesores de religión. Sin
embargo, nos queremos detener, no en las diferencias, que son muchas, tanto si
consideramos su persona como las de sus discípulos, sino en los puntos de contacto
entre Él y nosotros54.

Si bien es cierto que la labor del profesor no siempre ha sido muy apreciada ni
ha gozado de mucha valoración, es bueno mencionar que, a través de los siglos, ha
habido santos educadores que han recibido palabras de elogio y reconocimiento al
referirse a esta profesión: “El educador es un cooperador de la verdad (Cooperator
veritatis), es decir, cooperador de Dios en la propagación, en la difusión de al verdad” 59.

Teniendo como punto de referencia lo investigado en el Capítulo II “Un retrato


de maestro y en el Capítulo III “Elementos de la pedagogía de Jesús”, queremos
realizar un cuadro comparativo, destacando como las cualidades , los métodos y los
recursos utilizados por Jesús tienen plena vigencia para el profesor de religión, en los
contextos actuales, en los que tenemos acceso a muchas posibilidades de formación
teológica y pedagógica , así como a una variada gama de medios y recursos para
realizar nuestras clases y nuestra misión evangelizadora, en medio de los niños y
jóvenes a los cuales educamos

54 Para profundizar “ Jesús educador” en


http//www.jcostado.googlepages.com/JessEducadorcharla.do
59
c San José de Calasanz. Su obra y sus escritos.
Estudio pedagógico. Biblioteca de Autores Cristianos.
Madrid, 1956.
51
EL RETRATO DE JESÚS, INSPIRACIÓN PARA EL PROFESOR DE RELIGIÓN

Proponemos a continuación las principales características que delinean la figura


de Jesús como Maestro haciendo una lectura en paralelo de lo que implican estas
cualidades para el profesor de religión, en su desempeño profesional y pastoral en el
aula y en los diversos contextos educativos.
El profesor en su vida manifiesta la riqueza de los dones recibidos, preparada

COMPARACIÓN ENTREJESUS MAESTRO Y EL PROFESORDE RELIGIÓN

• Jesús es un Maestro sabio.

El profesor en su vida manifiesta la riqueza de los dones recibidos, prepara


adecuadamente para la enseñanza, con amplia base cultural y profesional,
pedagógica. De mirada profunda y reflexiva, sabe extraer las lecciones que la vida
y la experiencia le ofrecen. Comparte sus tesoros con quienes evangeliza con sus
palabras y sus acciones.

• Jesús es un Maestro paciente.


El profesor es un maestro que sabe esperar que la semilla dé sus frutos a tiempo
y no se desanima, respetndoa el ritmo propio de sus educandos.

• Jesús es un Maestro que escucha y dialoga


El profesor es maestro en humanidad, impulsa la dignidad de la persona, su
libertad y su responsabilidad. Hace que sus alumnos se involucren en el proceso
de enseñanza aprendizaje.

• Jesús un Maestro que enseña con autoridad


El profesor posee la virtud de la coherencia entre su enseñanza, el mensaje que
anuncia y su propia vida.

• Jesús es un Maestro que enseña con rectitud.


52
El profesor es fiel a la Palabra recibida y trasmitida por los apóstoles en la Iglesia.
No cambia sus principios y valores por las corrientes de la moda o por los
beneficios o ganancias personales

• Jesús es un Maestro que inspira paz y reconciliación, es manso y humilde de


corazón.
El profesor es conciliador, pacífico y sembrador de paz en su entorno, y promueve
iniciativas a favor de la paz y la justicia.

• Jesús es una persona libre y liberada, que despierta libertad y liberación. El


profesor muestra a Jesús que libera y despierta en sus alumnos el deseo de
libertad.

• Jesús es Maestro de oración.


El profesor es persona que se ejercita en el arte de orar. Se abre al diálogo y
comunicación con el Señor en forma asidua y constante, tanto de manera personal
como comunitaria, y así se convierte en maestro que enseña a orar, y que
promueve y facilita el encuentro personal de sus alumnos con Jesús. Tiene la
convicción de que la fe se alimenta y se comparte en la oración personal y en la
celebración litúrgica.

• Jesús es un Maestro cariñoso, que inspira respuestas de amor.


El profesor aprende de sus alumnos cuando los trata como personas y quiere
encender en ellos la iniciativa personal. Se maravilla de sus logros, los aprecia, los
ama y se entusiasma con sus triunfos. Los triunfos del educando son la corona del
educador. Y su mayor ilusión es ver que ellos caminan por la recta senda e incluso
superan al maestro55.

• Jesús es un Maestro acogedor.


El profesor tiene un trato amable y acogedor con las personas. Recibe con mente y
corazón abiertos las propuestas de sus alumnos, los acoge y los conduce hacia
Cristo.
55 Cf. “Al maestro con cariño”:
http://wwwcatholic.net/educadorescatolicos/711/485/articulo.php?id=3518
53

• Jesús es un maestro misericordioso.


El profesor con su palabras y con su testimonio procura dejar de manifiesto el amor
de Dios compasivo y misericordioso con todos.

• Jesús es un Maestro realista y observador.


El profesor debe ayudar a descubrir la verdad más profunda sobre uno mismo,
buscando en el interior de cada uno lo fundamental y central

• Jesús convive con sus discípulos y les enseña con su ejemplo y testimonio
de vida.

El profesor tiene clara conciencia de que lo que realmente forma, educa y hace
efectiva su misión y su labor docente es la capacidad de convivir con sus alumnos,
de involucrarse con ellos, de conocer a cada uno por su nombre, con su historia,
siendo en medio de ellos un referente y un testigo cualificado de los valores que
proclama.

LOS RECURSOS Y LOS METODOS DE JESUS MAESTRO COMO FUENTE DE


INSPIRACIÓN PARA EL PROFESOR DE RELIGIÓN

Se puede afirmar que Jesús ejerció la docencia en su vida cotidiana revelando


su condición de Maestro. De modo general se puede señalar que la metodología de
Jesús consistía en:

• Escuchar, acompañar, caminar y ponerse al nivel de la persona.

• Interpretar con la Escritura, releer juntos.

• Hacer gestos y signos de misericordia, salvación y perdón.

• Invitar al cambio, a la conversión.


54
• Ayudar a caminar a la persona en un proceso interior que retoma su vida hacia
un nacer de nuevo.56.

La actividad pedagógica de Jesús se ha de ver enmarcada en un tiempo y en


unas circunstancias particulares. Lo importante no es hacer las mismas cosas que
Jesús hizo, sino captar la hermenéutica de esta pedagogía, imitando su dinamismo,
viveza y profundidad.

A continuación, basándonos en el Capitulo Tercero de este trabajo, en el que se


hace referencia a los métodos y recursos utilizados por Jesús Maestro, podemos
realizar un paralelismo, que nos sirva de inspiración para nuestro trabajo como
profesor de religión, en el siglo XXI.

RECURSOS Y MÉTODOS DE JESUS MAESTRO

• Los gestos de Jesús como recursos de enseñanza.


A ejemplo del Maestro resulta importante utilizar gestos que lleven al
alumno al encuentro con el Señor y lo proyecten hacia lo Sagrado y
trascendente. Desde esta perspectiva cobran importancia los signos y
símbolos como lenguaje privilegiado para vivenciar y transmitir la experiencia
religiosa y creyente.

• Las sentencias y dichos


Aprovechar la riqueza de la sabiduría popular: refranes, dichos, sentencias,
que ayuden a extraer desde la profundidad de las palabras o frases, que a
veces se dicen sin ser valoradas y comprendidas, la riqueza de su contenido.

56 DISEÑO DE UN SOPORTE MULTIFUNCIONAL http://biblioteca.uct.cl/tesis/nidia-aravena/tesisnidia-

aravena.pdf
55
El lenguaje de Jesús fue sencillo, comprensible y fácil de recordar; pero a la
vez agudo y con un significado por descubrir.

• Las Imágenes

A ejemplo de Jesús también el profesor de religión puede utilizar hoy ese


mismo recurso. Se pueden emplear las imágenes, teniendo en cuenta la
tecnología y los diversos medios: imágenes, juegos, animaciones PowerPoint,
diapositivas, videos y otros recursos audiovisuales al alcance de las
posibilidades, según la creatividad del profesor. Pero en esta cultura de la
imagen es preciso no sobrecargar a los estudiantes, sino hacer un uso
inteligente de ellas, para lograr los objetivos esperados y no llenar espacios y
tiempos con mensajes visuales. La imagen elegida ha de ser precisa y
sugerente. Aquí se puede aplicar muy bien esa expresión “una imagen vale
más que mil palabras” .

• Las preguntas

Es importante formular la pregunta adecuada para abrir el diálogo o un


debate para provocar un cuestionamiento, para interpelar o para motivar. A
ejemplo de Jesús la pregunta debe ser provocadora y abierta a muchas
posibles respuestas.

• Las parábolas

Esta forma de enseñanza tan utilizada por Jesús hoy también puede ser
ocupada por el docente en el desarrollo de sus clases. Existen cuentos
educativos que potencian valores y virtudes. También se pueden historias
en las cuales el alumno se involucra o se siente identificado con los hechos o
los personajes y esto se transforma en un buen medio eficaz para provocar
una reacción o, generando el deseo de un cambio de actitud o de conducta.

• Enseñanza situacional
56
Tener presente los temas y noticias de actualidad y hacer de ellas una
instancia de reflexión y aprendizaje tal como lo hizo Jesús en su tiempo. Los
hechos concretos de la vida cotidiana de los estudiantes y de su entorno vital
se pueden transformar en una situación de aprendizaje. La vida misma
proporciona una serie de acontecimientos sobre los cuales el docente está
llamado a tener una mirada profunda y trascendente para enseñar a sus
alumnos a sacar lecciones de la vida misma. Cualquier momento o situación
puede ser puede convertir en aprendizaje. También se puede recurrir a roles
para desarrollar un tema o una clase.

• Jesús reinterpreta en forma permanente la Sagrada Escritura.

El profesor debe tener conocimiento de la Sagrada Escritura como fuente


fundamental en para sus clases, realizando una lectura actualizada de la
Palabra de Dios en la historia y en la vida de los alumnos. La Biblia es una
Palabra viva, y dinámica, que debe ser conocida y reflexionada. La Palabra de
Dios tiene que iluminar el actuar y los criterios del profesor. En la clase de
religión es un imperativo insoslayable el uso de la Biblia, llevando a los
alumnos a gustar de su lectura y encontrar en ella una fuente de inspiración
para las situaciones concretas en las que la persona se encuentre.

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