RESUMEN
plantas y la domesticación de ani-
E
l pasado 28 de febrero se con-
memoraba el 50 aniversario del
descubrimiento de la estructura
del ADN por Watson y Crick, sin
duda alguna, la biomolécula más
importante hallada en el siglo XX.
La búsqueda de la molécula trans-
portadora de la información genéti-
ca fue uno de los retos más impor-
tantes de la humanidad desde la
más remota antigüedad hasta que
fue encontrada a mediados del siglo
XX. A los descubrimientos en el
campo de la biología y la genética
se unieron los conseguidos en el
área de la física -los rayos X, la
difracción y su aplicación en la re-
solución estructural- y el desarrollo
de las técnicas de computación. La
química contribuyó con el hallazgo y
comprensión de las teorías del
enlace, en particular, de los enlaces
covalente y de hidrógeno. El avance
de las nuevas teorías y el desarrollo
de las técnicas experimentales per-
mitieron el feliz hallazgo y uno de
los mayores logros para la
humanidad.
Palabras clave ADN . Estructura .
Descubrimiento
INTRODUCCIÓN
La importancia y la repercusión del
descubrimiento del ADN (sigla de
ácido desoxirribonucleico, o DNA en
su versión inglesa, deoxyribonucleic
acid) en la sociedad actual es, sin
duda alguna, indiscutible. El ADN es
un biopolímero cuyas unidades son
desoxirribonucleótidos y que consti-
tuye el material genético de las célu-
las y contiene en su secuencia la
información para la síntesis de pro-
teínas.
Garikoitz Beobide Pascual Román
Pacheco Polo
Departamento de Química Inorgánica,
Universidad del País Vasco,
Apartado 644, E-48080 Bilbao,
E-mail: qipropop@lg.ehu.es
El presente trabajo aborda el des-
cubrimiento de la estructura del
ADN y el contexto histórico en que
se produjo. Comienza con las
primeras teorías sobre la herencia
genética aportadas por los filósofos
griegos hasta llegar al siglo XVII
donde convivirán dos teorías: la
epigénesis y la preformista. En la
segunda mitad del siglo XIX, se pro-
ducen dos cambios esenciales en la
biología y la genética con las
geniales aportaciones de Darwin y
Mendel. Además, se aportan las
pruebas que demostraron la identi-
dad de la molécula portadora de los
genes. En la carrera por descubrir la
estructura del ADN, contribuyó de
forma decisiva el hallazgo de los
rayos X por Wilhelm Conrad
Röntgen en 1895 y sus posteriores
aplicaciones, realizadas por otros
investigadores que merecieron en
muchos casos el premio Nobel. Por
último, se revisa el proceso histórico
del descubrimiento de la estructura
del ADN, que se enfoca como una
competición entre diversos científi-
cos y centros de investigación que
ansiaban atribuirse el mérito de ser
los primeros en resolverla.
DE ARISTÓTELES A MENDEL
En la prehistoria nuestros antepasa-
dos intentaron manipular con éxito
la composición genética de múlti-
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
ples especies mediante el cultivo de
males y aprendieron que las carac-
terísticas deseables e indeseables
de una especie pasaban de una
generación a otra.
Una de las etapas más influyentes
en el desarrollo del pensamiento de
la humanidad se corresponde con la
edad de oro de la antigua Grecia,
donde se avanzaron numerosas
ideas para explicar la herencia
genética. Una de ellas la propor-
cionó Aristóteles (384-322 a.C.).
Ésta decía que el semen era pro-
ducto de la sangre y que su poder
generador residía en un "calor vital"
propio. Creía que cuando el semen
se mezclaba con la sangre mens- 15
trual de la mujer, era este calor, el
que le daba forma creando un mo-
delado inicial, es decir, un embrión.
Aunque durante la edad media la
genética aplicada siguió progresan-
do, los conocimientos teóricos con-
tinuaban estancados desde los
planteamientos de Aristóteles. Fue
entre 1600 y 1850 cuando ocurrie-
ron nuevos avances, pudiendo colo-
car en estos años el nacimiento de
la biología moderna. En el siglo
XVII, dos teorías principales, la
teoría de la epigénesis y la del pre-
formismo chocaban entre si. Los
preformistas proponían que las
células sexuales contenían un adul-
to completo en miniatura llamado
homunculus (Figura 1). La primera
formulación de la teoría de la epigé-
nesis fue establecida por el
anatomista inglés William Harvey
(1578-1657), según la cual los
organismos derivaban de sustan-
cias presentes en el huevo, que se
ensamblan y diferencian durante el
desarrollo embrionario. Esta última
saldría triunfadora cuando los estu-
dios del embriólogo Casper Wolf
 (1733-1794) y otros científicos
demostraron que diversos órganos
no se encontraban en las fases tem-
pranas embrionarias sino que se
formaban más tarde.
Figura 1. El homunculus de la teoría
preformista.
Durante los siglos XVIII y XIX varios
investigadores llevaron a cabo
experimentos similares a los de
Mendel, pero probablemente la idea
de la fijeza de las especies adopta-
da por aquellos que se adherían a la
creencia religiosa de la creación
especial, fue la que haría que los
sorprendentes resultados de estos
16 científicos quedasen relegados al
olvido. En aquella época, la mayoría
de los geólogos apoyaban la teoría
de la catástrofe, que dice que la tie-
rra ha experimentado una sucesión
de creaciones de vida animal y ve-
getal, y que cada creación había
sido destruida por una catástrofe
repentina, como un levantamiento o
convulsión de la superficie terrestre.
De acuerdo con esta teoría, la más
reciente catástrofe, el diluvio univer-
sal, eliminó toda la vida excepto
aquellas formas que se llevaron en
el arca.
Charles Darwin (1809-1882), in-
fluenciado por su viaje a bordo del
barco de investigación Beagle,
rompería definitivamente con las
doctrinas anteriores. Más tarde,
Darwin expuso sus ideas en la
Teoría de la selección natural. De
este modo, en 1859 publicó la
famosa obra El origen de las
especies.
Cuando Gregor Johann Mendel
(1822-1884).comenzó sus estudios
de la herencia hibridando distintas
especies del Pisum sativun, el
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
guisante de jardín, los cromosomas
y el proceso de la meiosis eran aún
desconocidos. Sus experimentos
demostraron un elegante diseño
experimental y un asombroso análi-
sis cuantitativo, que fueron deci-
sivos para interpretar los resultados
y llegar a las conclusiones que
constituirían la piedra angular de la
genética moderna. En 1865, publicó
las leyes principales de la genética
de la transmisión.
En 1879, Walter Fleming descubrió
los cromosomas en el núcleo de las
células y describió el comportamien-
to de estas estructuras filamentosas
en la división celular. En 1900, Hugo
De Vries, Karl Correns y Erich von
Tschermak-Seysenegg, realizaron
independientemente experimentos
de hibridación similares a los de
Mendel. Éstos observaron que
Mendel se les había anticipado casi
medio siglo en las conclusiones de
sus experimentos. En 1902, Walter
Sutton y Theodor Boveri, de manera
independiente, publicaron sus des-
cubrimientos sobre el compor-
tamiento de los cromosomas en la
meiosis basando sus explicaciones
en los principios postulados por
Mendel.
EL MATERIAL GENÉTICO: ADN VS
PROTEÍNAS
A principios del siglo XX, se sabía
que la información genética se
transfería de generación en gene-
ración a través de los cromosomas
y, a su vez, esta información estaba
codificada por los distintos genes
contenidos en ellos. Pero a pesar de
conocer que los cromosomas esta-
ban formados por ácidos nucleicos
y proteínas, se desconocía cual de
ellos era el verdadero portador de la
información genética.
La investigación de la composición
química de las biomoléculas se ini-
ció a finales del siglo XIX. El quími-
co suizo Johann Friedrick Miescher
(1844-1895) fue el primero en aislar
el ADN en 1868. Tras separar el
núcleo del citoplasma, Miescher
halló una sustancia ácida a la que
llamó nucleína. Hasta la década de
los años 1940 muchos investi-
gadores se decantaban por las pro-
teínas como las biomoléculas del
material genético. Las dos razones
que influyeron en esta creencia
fueron: la abundante variedad y
cantidad de proteínas existentes en
la célula, y las propuestas sobre la
estructura química del ADN. En
1910, Phoebus Aaron Theodor
Levene (1869-1940) propuso la
hipótesis del tetranucleótido, según
la cual, una unidad lineal de los cua-
tro nucleótidos (1:1:1:1) se repetía a
lo largo del ADN. Los genetistas de
la época pensaron que la estructura
de cuatro nucleótidos unidos cova-
lentemente era demasiado simple
para proporcionar la suficiente
variación química que debería
poseer el material genético. Por el
contrario, las proteínas contienen
20 aminoácidos diferentes, por lo
que su riqueza variacional les hacía
ganar votos ante el ADN.
En 1938, Rudolf Signer, Torbjorn
Caspersson y Einer Hammarsten
determinaron que el peso molecular
del ADN se hallaba entre 500.000 y
1.000.000 daltons, por lo que el
tetranucleótido propuesto por
Levene debería ser un politetranu-
cleótido. Ese mismo año, William
Thomas Astbury y Florence Bell
establecieron que el espaciado re-
gular era de 3,4 Å.
LAS PRUEBAS DECISIVAS A
FAVOR DEL ADN
En 1927, Frederick Griffith (1878-
1939) realizó diversos experimentos
con la bacteria Diplococcus pneu-
moniae, que darían lugar a una
serie de investigaciones que permi-
tirían designar cual de las dos bio-
moléculas era el material genético.
Griffith observó que una cepa de
bacterias no virulentas podía trans-
formarse en una nueva cepa viru-
lenta. Años después, en 1944,
Oswald T. Avery, Colin M. MacLeod
y Maclyn McCarty del Instituto
Rockefeller, publicaron los resulta-
dos de sus estudios con la bacteria
Diplococcus pneumoniae. En sus
conclusiones, señalaban al ADN
como la molécula responsable de
dicha transformación y compro-
baron que era hereditaria. Sin
embargo, y a pesar de la importan-
cia de este hallazgo, muchos cientí-
ficos no lo tuvieron en cuenta.
Erwin Chargaff (1929-1992) mostró
en 1949 que en la mayoría de los
organismos la relación de nucleóti-
dos 1:1:1:1 era inexacta, invalidan-
do de este modo, la hipótesis de
Levene. Ese mismo año, Roger y
Colette Vendrely y André Boivin ha-
llaron que el contenido del ADN en
las células sexuales era la mitad
que el de las células corporales, por
lo que el ADN era el candidato más
probable del material genético.
En 1952, Alfred Hershey y Martha
Chase presentaron la segunda
prueba que disiparía cualquier duda
que pudiese quedar con sus investi-
gaciones sobre el bacteriófago T2 y
la bacteria Escherichia coli.
Empleando técnicas de marcaje
isotópico (32P y 35S) pudieron com-
probar que era el ADN, y no las pro-
teínas, el responsable de la trans-
misión genética.
RAYOS X, DIFRACCIÓN Y DETER-
MINACIÓN ESTRUCTURAL
En un reciente artículo publicado en
la revista Journal of Chemical
Education se recoge con gran acier-
to la historia de la determinación
estructural de moléculas y com-
puestos químicos -desde los más
sencillos a los más complejos- vista
a través de los premios Nobel.
El primer premio Nobel de Física
(1901) lo consiguió el alemán
Wilhelm Conrad Röntgen (1845-
1923) por el descubrimiento de los
rayos X. Tres años más tarde, el
alemán Max Theodor Felix von
Laue (1879-1960) era galardonado
con el premio Nobel de Física
(1904) por descubrir que los rayos X
eran difractados por los cristales.
Las "fotos de Laue" permitían deter-
minar la posición de los átomos en
los cristales.
El premio Nobel de Física del año
1915 lo consiguieron conjuntamente
William Henry Bragg (1862-1942) y
William Lawrence Bragg (1890-
1971), un equipo científico formado
por un padre y un hijo, por el análi-
sis de las estructuras cristalinas por
difracción de rayos X sobre com-
puestos inorgánicos sencillos.
William Henry Bragg diseñó y cons-
truyó el primer difractómetro de
rayos X. También obtuvo la
ecuación que lleva su nombre: nλ =
2dsenθ, donde n es un número
entero, λ es la longitud de onda de
los rayos X, d es el espaciado entre
los planos de la red cristalina, y θ es
el ángulo de incidencia del haz de
rayos X.
Dos avances tecnológicos significa-
tivos en el campo de la difracción de
los rayos X fueron logrados por Karl
Weissenberg (1893-1976), la
cámara de Weissenberg (1924), y
Martin Julian Buerger (1903-1986),
la cámara de precesión (cerca de
1940). Una y otra permitían recoger
las intensidades de los rayos X
difractados por monocristales sobre
películas fotográficas para su poste-
rior análisis estructural. Ni
Weissenberg ni Buerger fueron
galardonados con el premio Nobel.
Tampoco lo obtuvo A. L. Patterson
que resolvió el llamado "problema
de la fase" en 1935, una de las más
difíciles limitaciones en cristalo-
grafía de rayos X.
El físico americano Clinton Joseph
Davisson (1881-1958) y el físico
británico George Paget Thomson
(1892-1975) compartieron el premio
Nobel de Física en 1937 por su des-
cubrimiento experimental de la
difracción de los electrones por los
cristales, verificando de este modo
la tesis de Louis de Broglie (Premio
Nobel de Física en 1929) de que los
electrones tienen un comportamien-
to ondulatorio.
LA DETERMINACIÓN ESTRUCTU-
RAL DEL ADN: SUS PROTAGO-
NISTAS
Vamos a detenernos en los princi-
pales protagonistas de la determi-
nación estructural de la molécula de
ADN. Aunque en justicia habría que
mencionar a muchos otros científi-
cos, solamente nos centraremos en
cinco personajes: F. H. C. Crick, J.
D. Watson, M. H. F. Wilkins, R. E.
Franklin y L. C. Pauling (Figura 2) y
en los tres centros de investigación
Laboratorio Cavendish (Crick y
Watson), King´s College de Londres
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
Figura 2. Los principales protagonistas
del descubrimiento de la estructura del
ADN: Crick, Watson, Wilkins, Franklin y
Pauling (de izquierda a derecha).
(Franklin y Wilkins) y Caltech
(Pauling) que compitieron.
FRANCIS HARRY COMPTON
CRICK
Crick nació el 8 de junio de 1916 en
Northampton, Inglaterra. Realizó
sus estudios primarios en
Northampton y los secundarios en
Londres. Estudio físicas en el
University College de Londres,
donde tras graduarse comenzó el
doctorado que interrumpió en 1939
17
al desencadenarse la Segunda
Guerra Mundial. En 1947, dejó la
armada para estudiar biología,
química y cristalografía. En 1949, se
unió al Medical Research Council
del que Max F. Perutz era su direc-
tor. El Medical Research Council
tuvo como sede el Laboratorio
Cavendish de Cambridge. En 1954,
se doctoró con la tesis títulada
"Difracción de rayos X: polipéptidos
y proteínas".
A principios de 1951, Crick conoció
a James D. Watson, un joven de 23
años, y en 1953 proponen conjunta-
mente la estructura de doble hélice
del ADN. En 1962 compartió el
Premio Nobel en Fisiología o
Medicina con James. D. Watson y
Maurice H. F. Wilkins. Durante el
resto de su vida consiguió
numerosos premios relacionados
con su carrera científica.
JAMES DEWEY WATSON
Watson nació en Chicago el 6 de
abril de 1928. Realizó sus estudios
universitarios en la Universidad de
Chicago. En 1947 se graduó en
 zoología a la edad de 19 años
(¡había comenzado sus estudios
universitarios con 15 años!). Tres
años más tarde, se doctoró en
zoología por la Universidad de
Indiana. En 1951 viajó a Nápoles,
donde durante el desarrollo de un
congreso sobre zoología, conoció a
Maurice Wilkins y vió por vez
primera las fotos de difracción de
rayos X del ADN. Esto orientó el
interés de Watson hacia la química
estructural de los ácidos nucleicos y
las proteínas. En octubre de 1952
comenzó a trabajar en el
Laboratorio Cavendish (Cambridge)
bajo la supervisión de John C.
Kendrew.
El trabajo realizado con el ADN lo
compaginó con un estudio sobre la
estructura del virus del mosaico del
tabaco (TMV, sigla en inglés) me-
diante técnicas de difracción de
rayos X. En 1952 demostraría la
estructura helicoidal de este virus.
De 1953 a 1955, colaboró con
Alexander Rich en el Instituto
Tecnológico de California (Caltech)
en el estudio de la difracción de
rayos X por el ARN (sigla de ácido
18 ribonucleico, en inglés, RNA,
rybonucleic acid). En 1955 volvería
a trabajar con Crick en el
Laboratorio Cavendish de
Cambridge, en el estudio estructural
de virus. En 1956 se incorporó al
Departamento de Biología de la
Universidad de Harvard como profe-
sor adjunto y llegaría a ser cate-
drático en 1961. Un año después
recibiría el premio Nóbel.
Watson ha sido uno de los impul-
sores del Proyecto Genoma
Humano, desempeñando el cargo
de presidente desde 1962 hasta
1982.
MAURICE HUGH FREDERICK
WILKINS
Wilkins nació en Pongaroa (Nueva
Zelanda) el 15 de diciembre de
1916. A la edad de 6 años, fue a
Inglaterra donde comenzó sus estu-
dios en el King Edward's School de
Birmingham. Estudió físicas en el
St. John's College de Cambridge,
licenciándose en 1938. A conti-
nuación, se unió a la Universidad de
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
Birmingham como ayudante de
investigación del Dr. John Turton
Randall con quien estudió la
luminiscencia de los sólidos. Se
doctoró en 1940.
Colaboró con el profesor Mark
Oliphant en la separación de los isó-
topos de uranio mediante espectro-
grafía de masas. Poco después, se
uniría al Proyecto Manhattan en
Berkeley (California). Cuando fina-
lizó la guerra en 1945, impartió
clases de física en la Universidad de
St. Andrews, Escocia. Aquí comen-
zaría a investigar en el campo de la
biofísica, lo cual le hizo trasladarse
en 1946, al King´s College de
Londres. Gran parte del tiempo que
pasó aquí, lo emplearía en el estu-
dio de las propiedades físico-quími-
cas del ADN y de sus componentes.
Más tarde, continuó con el estudio
de la difracción de rayos X del ADN
y de las cabezas de esperma. Sus
difractogramas del ADN fueron de
gran ayuda en la determinación
estructural de esta biomolécula,
además de confirmar el modelo de
Crick y Watson.
ROSALIND ELSIE FRANKLIN
Franklin nació en Londres el 25 de
julio de 1920 en el seno de una
familia de banqueros judíos. Inició
su etapa de estudiante en St. Paul's
Girls' School. A pesar de la oposi-
ción de su familia a que realizase
estudios de grado superior,
Rosalind se graduó por la
Universidad de Cambridge en 1941
y se doctoró en química-física por la
misma universidad en 1945.
Realizó una estancia de tres años
(1947-1950) en París donde se
especializó en técnicas de di-
fracción de rayos X. En 1951, volvió
a Inglaterra como investigadora
asociada en el laboratorio de John
T. Randall en el King's College de
Londres. Un doctorando, Raymond
Gosling, había tomado algunas bue-
nas fotografías de rayos X del ADN
por lo que Randall necesitaba una
experta en cristalografía. Aquí coin-
cidió con Maurice Wilkins, ambos
estaban interesados en la estructura
del ADN. Lamentablemente, el
machismo y la competencia llevó la
relación a un conflicto permanente
con Wilkins. Éste llevaba mucho
tiempo trabajando en el ADN y
había tomado la primera fotografía
de su difracción cristalográfica por
rayos X relativamente clara y no
estaba dispuesto a admitir una com-
petencia interna.
En noviembre de 1951, Franklin dio
a conocer públicamente uno de sus
grandes hallazgos: las dos formas
del ADN, la cristalina A y la
paracristalina B. Franklin estuvo a
punto de adelantarse al hallazgo de
Watson y Crick. Franklin había lle-
gado a una conclusión similar a la
de ellos, pero aún tenía que probar-
lo para la forma B, cosa que logró
en colaboración con Gosling en
1952. Cuando estaba a punto de
finalizar el borrador de un artículo,
apareció en Nature la publicación
de Crick y Watson, en la cual se
describía la estructura de la doble
hélice del ADN. Abatida y desilu-
sionada, Franklin se trasladó al
Birkbeck College. Entre 1953 y
1958, publicó 17 artículos relaciona-
dos con el estudio estructural de
virus, lo cual sirvió para impulsar la
virología estructural y establecer por
primera vez una relación entre el
ARN, proteínas y virus. En 1956, se
le detectó un cáncer de ovarios. Aún
así, continuaría trabajando con el
virus de la poliomielitis. Rosalind
Franklin murió el 16 de abril de 1958
a edad de 37 años.
LINUS CARL PAULING
Pauling nació el 28 de febrero de
1901 en Portland (Oregon, EE UU).
Pasó su infancia en un entorno
rural. Se graduó en Ingeniería
Química en el Oregon State College
en 1922. Tres años más tarde, en
1925, se doctoró en química en el
Caltech, donde desarrolló la mayor
parte de su trabajo científico. Los
primeros estudios de Pauling se
orientaron hacia la interpretación de
la naturaleza del enlace químico.
Sus libros Naturaleza del enlace
químico y la estructura de molécu-
las y cristales (1939) y Química
General (1947) han influido notable-
mente en el desarrollo de la química
del siglo XX. Durante una época, su
interés se centró en el estudio de las
moléculas relevantes en biología y
fue, junto a su colaborador Robert
Corey, el primero en sugerir que las
proteínas tienen una estructura heli-
coidal. Más tarde, dedicó gran parte
de su tiempo a la investigación de
aplicaciones médicas en el campo
de la biología molecular. En 1954,
se le otorgó el Nobel de Química por
su investigación sobre la naturaleza
del enlace químico y su contribución
a las aplicaciones para la resolución
de la estructura de sustancias com-
plejas.
Otro de los aspectos más destaca-
bles de Pauling, fue su compromiso
pacifista. Ideología que sería fuente
de numerosos problemas con el
gobierno de su país. Mostró su
antibelicismo, oponiéndose pública-
mente a la política de agresividad
militar de su país en Vietnam,
América del Sur y otros lugares.
Durante las décadas de los cincuen-
ta y sesenta, desarrolló, en com-
pañía de su esposa, Ava Helen, una
gran actividad para denunciar los
peligros de las armas atómicas. En
1958 publicó un libro que llevaba
por título ¡No más guerra!. En
reconocimiento a esta labor se le
concedió el premio Nobel de la Paz
en 1962.
Pauling murió el 19 de agosto de
1994, a los 93 años. Linus Pauling,
es la única persona que ha con-
seguido hasta ahora dos premios
Nobel no compartidos: el de
Química (1954) y el de la Paz
(1962).
LA CARRERA POR LA ESTRUC-
TURA DEL ADN: 1950-1953
Las proteínas y el ácido nucleico,
que forman parte de los cromoso-
mas, eran los dos posibles can-
didatos que competían por ser la
molécula del material genético. En
un principio, las proteínas parecían
ser las favoritas, ya que los 20
aminoácidos que las forman dan la
posibilidad de formar combina-
ciones más complejas, frente a las
que permiten las cuatro bases del
ADN (adenina (A), citosina (C),
guanina (G) y timina (T).
En 1950, a pesar de las pruebas
proporcionadas por Avery y colabo-
radores seis años antes, en
Caltech, Pauling y Corey, creían
que los genes estaban formados
por proteínas. Por ello, invirtieron
muchos años en la determinación
estructural de los aminoácidos y las
proteínas. De este modo en 1951,
publicaron siete artículos relaciona-
dos con las estructuras de las pro-
teínas a nivel molecular. Entre ellos,
el más importante fue la hélice alfa
presente en multitud de estructuras
proteicas. Esto convirtió a Pauling
en la primera persona en describir
detalladamente la estructura básica
de las proteínas.
Sin duda, Pauling fue el científico
americano más ilustre, y a su vez, el
químico más importante del siglo
XX. En 1951, ya dirigía la división de
química en el Caltech, además de
ser el líder indiscutible en la resolu-
ción de estructuras moleculares
complejas y gozaba de gran presti-
gio internacional. Resumiendo, este
era el gigante al que Watson y Crick
deberían de enfrentarse como lo
hizo David con Goliat.
En esta época, el inglés Sir William
Lawrence Bragg, era el único com-
petidor real de Pauling en la resolu-
ción de estructuras complejas.
Bragg dirigía uno de los laboratorios
británicos de más prestigio el
Laboratorio Cavendish de
Cambridge. A finales de los años
1920, Pauling y Bragg comenzaron
a competir en la determinación de
grandes moléculas inorgánicas y
continuarían más tarde con los com-
ponentes básicos de las proteínas.
Pauling se adelantó la mayoría de
las veces. Bragg, al igual que
Pauling, estaba centrado en la
supuesta molécula portadora de los
genes. En su grupo de investi-
gación, Bragg disponía de científi-
cos tales como Perutz y Kendrew,
quienes en 1962 compartirían el
Nobel de Química por sus estudios
sobre las proteínas globulares.
Años después, Watson, Crick, Jerry
Donohue y Peter Pauling, hijo de
Linus, también se encontrarían den-
tro del grupo de Bragg.
Pauling, tras resolver la hélice alfa
en el verano de 1951, decidió estu-
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
diar el ADN, cuando supo que
Maurice Wilkins había obtenido
algunas buenas fotos de rayos X del
ADN. Pero cuando Pauling le pidió
permiso para ver estas fotos,
Wilkins se lo negó argumentando
que quería publicar los resultados
por su propia cuenta. Por lo tanto,
esto lo dejó únicamente con los
difractogramas borrosos tomados
por William Astbury en 1947, como
base para la determinación estruc-
tural. Los difractogramas de Astbury
eran producto de la mezcla de dos
tipos de ADN: A (anhidra) y B
(hidratada).
Erwin Chargaff, bioquímico en la
Universidad de Columbia, se
interesó por el ADN tras haber leído
el artículo de Avery y colaboradores.
En 1950, mediante el empleo de
técnicas cromatográficas descubrió
que en el ADN, la adenina y la timi-
na, al igual que la guanina y la
citosina se hallaban en cantidades
iguales. Esto es conocido como la
ley de Chargaff, que sirvió de base
para establecer los pares de bases
complementarios (A-T, G-C).
19
Además, ya se conocían los compo-
nentes que constituían el ADN: los
fosfatos y los nucleósidos (las cua-
tro bases: A, C, G y T, y la pentosa).
En noviembre de 1951, Edward
Ronwin publicaba una posible
estructura básica para el ADN y el
ARN, formada por una cadena
polimérica de (P2O5)n. En esta
estructura la cadena formaría una
hélice, dejando las bases nitroge-
nadas en el exterior del esqueleto
polimérico. Esta publicación haría
que Pauling volviese a pensar en el
ADN. Según Pauling, Ronwin había
cometido un error básico en los fos-
fatos, ya que una coordinación de
cinco átomos de O alrededor del P
sería poco probable. Pero la idea de
los fosfatos en el interior y las bases
en el exterior de la hélice parecía
estar de acuerdo con las fotos de
Astbury. Este mismo año, Pauling y
Ronwin no eran los únicos que
pensaban en la estructura del ADN.
James Watson se percató antes que
la mayoría, de la importancia que
tenía la determinación estructural
del ADN, ya que estaba convencido
de que éste era la base de los
 genes. En 1951, a la edad de 23
años, Watson se encontraba con
una beca posdoctoral en Europa,
que le llevaría al Laboratorio
Cavendish en Cambridge, donde
emplearía el resto del otoño apren-
diendo con John Kendrew como
difractan los rayos X las proteínas.
Sus superiores decidieron que sería
buena idea, que Watson compar-
tiese despacho con un doctorando
de Perutz, cuyos conocimientos de
cristalografía eran admirables. Se
trataba de Francis Crick.
Hasta 1950, sólo se conocía la
forma deshidratada de la molécula,
es decir, el ADN-A, la que no proba-
ba una conformación helicoidal de
la estructura. Rosalind Franklin se
concentró primero en interpretar los
espectros de difracción, utilizando
las laboriosas fórmulas de
Patterson. Pronto, desvelaría la
existencia de las dos formas del
ADN: ADN-A y ADN-B. Sus meticu-
losos y observadores métodos de
estudio le llevaron a suponer que el
esqueleto del ADN estaría en el
exterior, y que por lo tanto, proba-
blemente las bases se colocarían
20 en el interior. Una gran suposición,
que más tarde permitiría el des-
cubrimiento de Watson y Crick. En
noviembre de 1951, cuando
Franklin hizo público su descubri-
miento de las dos formas del ADN,
James Watson se encontraba entre
la audiencia.
Watson y Crick formaban una pare-
ja bastante peculiar. Crick, de 35
años, extrovertido, muy hablador y
aparentaba ser demasiado mayor
para tratarse de un doctorando. El
joven Watson era tímido. Pero lle-
garon a congeniar inmediatamente.
Transcurridos unos pocos días,
Watson llamó la atención de Crick
sobre el ADN, aparentemente más
simple y potencialmente más impor-
tante que las proteínas. Pronto
acordaron un método de ataque,
imitar a Pauling y vencerle en su
propio juego. Así que, Crick dejó
momentáneamente los inter-
minables cálculos matemáticos que
realizaba para la interpretación de
los difractogramas de la hemoglobi-
na, para dedicarse a esta nueva
meta. Poco después, antes de que
finalizase el año, obtuvieron un
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
modelo del ADN que consistía en
una hélice de tres hebras entre-
lazadas. Como en el modelo de
Ronwin, los fosfatos formaban el
esqueleto de las hebras, donde los
nucleótidos quedaban orientados
hacia el exterior. La fotos de rayos X
eran compatibles con cualquier
estructura que tuviese de dos a cua-
tro hebras e indicaban una estruc-
tura repetitiva, que junto con la den-
sidad experimental parecían estar
de acuerdo con la estructura pro-
puesta por Watson y Crick.
Pensaron que para compensar las
cargas negativas de los fosfatos
deberían de existir cationes en el
medio que neutralizasen las cargas
negativas y mantuviesen la rigidez
de la triple hélice. Con intención de
saber que cationes inorgánicos
podrían colocarse, decidieron con-
sultar la obra de Pauling, The
Nature of the Chemical Bond.
Encontraron, que el magnesio y el
calcio podrían servir.
Los dos jóvenes investigadores se
hallaban eufóricos por haber solu-
cionado el problema tan pronto.
Decidieron invitar a Wilkins y a
Rosalind Franklin del King's College
de Londres, para que observasen
su triunfo. Según Franklin, el ADN
tenía una gran afinidad por el agua,
muchísimo mayor que la que su
modelo permitía. Añadió, que aún
así, si la estructura fuese correcta
los iones de magnesio y calcio
indudablemente, se hallarían rodea-
dos de moléculas de agua de coor-
dinación, lo cual tendría como con-
secuencia la incompatibilidad entre
la densidad teórica y la experimen-
tal. Franklin finalizó diciendo que
probablemente para poder explicar
la gran capacidad de adsorción de
agua que la molécula poseía, los
fosfatos deberían de hallarse en el
exterior de esqueleto. Franklin,
opinadora, extrovertida y correcta,
puso en evidencia la invalidez de la
estructura.
Cuando las noticias de este fracaso
llegaron a Bragg, inmediatamente
hizo que Crick volviese a las proteí-
nas y Watson continuase enrique-
ciendo sus conocimientos cristalo-
gráficos en el estudio del virus TMV.
Pero esta pareja, y Watson en par-
ticular, no se quitaron de la cabeza
la idea del ADN. De ahora en ade-
lante, tendrían que llevar su plan en
secreto, siendo cautelosos mientras
se encontrasen en sus despachos e
incluso, hablando de ello en lugares
como los bares locales. Puede que
su modelo fuese erróneo, pero no
iban a desistir. Pensaban que al
menos, se habían aproximado a la
solución correcta. En las navidades
de 1951, Crick le regaló a Watson
una copia del conocido libro de
Pauling, The Nature of the Chemical
Bond. Quizá necesitasen ampliar
sus conocimientos de química.
A pesar de que Maurice Wilkins Y
Rosalind Franklin se oponían al
empleo de la modelización molecu-
lar para la resolución estructural, al
menos una persona del King's
College decidió aventurarse en esta
práctica. Se trataba de R. B. D.
(Bruce) Fraser, un doctorando que
se había interesado por el trabajo
de Franklin sobre el ADN. Este
predijo una triple hélice en la cual el
esqueleto de fosfatos quedaba en el
exterior y las bases estaban api-
ladas unas encima de otras.
Franklin y Wilkins parecían estar de
acuerdo con la triple hélice. Pero la
estructura tampoco era correcta. Un
año más tarde Linus Pauling come-
tería el mismo error.
A finales de 1951, Pauling recibió la
invitación para participar en una
reunión especial de la Royal Society
de Londres, en la cual los investi-
gadores británicos le preguntarían
acerca de la estructura de la proteí-
na propuesta por él y Corey. La
fecha estaba fijada para el 1 de
mayo de 1952. En enero, Pauling
mandó una solicitud rutinaria de
renovación del pasaporte. Cual fue
su sorpresa, cuando la responsable
del Departamento de Estado, Mrs.
Ruth B. Shipley le denegó su peti-
ción, argumentando que su viaje iba
en contra de los intereses de los
Estados Unidos de América. Pauling
estaba enojado, pero no sorprendi-
do. El pasaporte se había conver-
tido en un arma política desde la
publicación del Acta de Seguridad
de Interior de 1950, la cual daba
poder al gobierno para restringir los
viajes de los disidentes políticos.
Negando la libertad ideológica,
Shipley, una ferviente anticomu-
nista, tomó la decisión de invalidar
los pasaportes de toda aquella per-
sona que ella, el Departamento de
Estado o el FBI considerasen
sospechosos de apoyar políticas de
extrema izquierda. Pauling estaba
comprometido con la izquierda y era
un opositor a las bombas nucleares.
Esto llevó a que le acusasen de ser
comunista, imputación que no se
pudo probar. Los anfitriones británi-
cos quedaron sorprendidos al oír
que la visita del invitado de honor
había sido impedida. Uno de ellos
remarcó más tarde la rabia que pro-
ducía la estupidez cometida por el
Departamento de Estado, al crimi-
nalizar a un gran hombre.
Esta negativa derivó en numerosas
especulaciones. ¿Hubiese Pauling
resuelto la estructura del ADN de no
haber perdido la oportunidad de ver
las fotos de Wilkins y Franklin? La
respuesta es incierta, pero, casi sin
ninguna duda, hubiera resuelto el
problema si hubiese tenido la opor-
tunidad de prestarles algo de aten-
ción. Sin embargo, esta ocasión se
le presentaría en un viaje que
realizaría a Inglaterra y Francia en
el verano de 1952. Su estancia en
Inglaterra se prolongó durante un
mes, pero ni siquiera se esforzó en
visitar el King's College para ver las
fotos de Franklin y Wilkins.
Posteriormente, admitió que hubo
dos razones para no hacerlo.
Además de pensar que Wilkins aún
continuaría sin querer compartir esa
información, la idea principal en la
mente de Pauling seguían siendo
las proteínas. Esto fue un error
histórico por su parte, porque
Franklin disponía de nuevas fotos,
la 51 y la 52 (Figura 3), que mostra-
ban claramente una simetría binaria
y que por lo tanto, descartaban la
posibilidad de las tres hebras. Si
Pauling se hubiese acercado al
King's College, Franklin debido a su
carácter, no hubiese tenido ningún
problema en exponerle sus ideas
acerca del ADN, al fin y al cabo, ya
lo había hecho anteriormente con
Watson y Crick, y también mostró
sus fotos a Corey cuando éste visito
el King's College en mayo de 1952.
Como veremos a continuación, esto
hubiera evitado el error cometido
por Pauling al proponer su estruc-
tura del ADN. Las fotos de Franklin
eran de buena calidad y de ADN
puro, mientras que las de Pauling,
eran las de Astbury, que eran bo-
rrosas y resultado en una mezcla de
dos tipos de ADN.
Figura 3. Fotografías 51 y 52 del ADN
de Rosalind Franklin. Forma hidratada
(B, foto 51) (izquierda) y anhidra (A,
foto 52).
En el verano de 1952, Pauling envió
una nueva solicitud de pasaporte
para viajar a Francia e Inglaterra.
Ahora, le concedieron un pasaporte
de tiempo muy limitado, lo justo
para sus planes de viaje. Aunque le
exigieron que debería de firmar un
escrito, en el que negaba su perte-
nencia al Partido Comunista. Si la
prensa preguntaba, la respuesta
sería que nuevas evidencias habían
alterado el caso. La realidad no
debería de hacerse publica. Los
científicos franceses criticaron dura-
mente esta actitud del gobierno de
los EE UU y mostraron su solidari-
dad con Pauling, nombrándole pre-
sidente honorario del Congreso
Internacional de Bioquímica cele-
brado el verano de 1952 en
Royaumont (Francia).
Una semana después del congreso,
llegaba la noticia de que dos micro-
biólogos americanos habían realiza-
do un experimento, en el cual se
establecía sin ninguna duda, que el
ADN era la molécula portadora de
los genes. Se trataba de Alfred
Hersey y Martha Chase.
Inmediatamente, Pauling se dio
cuenta de que estaba en el camino
equivocado. Creía que aún podría
resolver la estructura del ADN. El
único problema sería que alguien se
le adelantase. Corey había visitado
a Wilkins y Franklin en mayo de este
mismo año durante la reunión de la
Royal Society y vio las excelentes
fotos tomadas por Franklin, pero a
su parecer, no tenían los
conocimientos suficientes de quími-
ca como para ser una seria ame-
naza. Desgraciadamente para
Pauling, a Corey se le escapó la
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
importante información que estas
fotos proporcionaban. La única evi-
dencia que alguien en Cavendish
estuviese trabajando en la estruc-
tura del ADN vino de un investigador
de Caltech, Max Delbrück, que
mantenía correspondencia con Jim
Watson. Delbrück le mostró una
carta de éste a Pauling. Pero,
¿cómo iba a temer a este joven?
Hasta el momento, nadie en
Cavendish había competido contra
Pauling sin haber sido derrotado.
Pauling decidió que al igual que
había hecho con los aminoácidos
que forman las proteínas, primero,
debería de conseguir con precisión
la estructura de rayos X de las
unidades básicas del ADN.
Hablando de esto en la reunión de
la Royaumont, indicó que lo primero
sería precisar la estructura de las
bases, luego la forma de los nucleó-
tidos y finalmente la relación con los
fosfatos, para después construir la
estructura más probable. Watson
que estaba allí, prestó mucha aten-
ción a lo dicho por Pauling. Cuando
Pauling volvió en septiembre al
21
Caltech se sintió nuevamente atraí-
do por las proteínas dejando de
momento el ADN a un lado.
Aquel otoño, Peter, hijo de Linus
Pauling de 21 años, llegaba a
Cambridge para trabajar bajo la
supervisión de Kendrew. Este joven,
de un carácter ligeramente alocado,
pronto hizo amistad con Watson,
Crick y Jerry Donohue, alumno de
Pauling en Caltech. Peter y
Donohue, mantenían corresponden-
cia con Pauling. De este modo,
Linus tenía un ligero conocimiento
de los avances de Watson y Crick,
al igual que los dos últimos obtenían
información sobre el trabajo de
Pauling por medio de estos dos
emisarios. Pauling comenzaba a
darse cuenta de que no estaba solo
en la carrera por el ADN.
Transcurridos tres meses desde el
regreso de Europa, por fin, Pauling
decidió hacer un serio intento de
resolver la estructura.
Robley Williams, profesor de la uni-
versidad de Berkeley, durante un
seminario de biología en Caltech,
mostró a Pauling algunas fotos del
ADN tomadas mediante un micros-
 copio electrónico. Para asombro de
Pauling, una de las fotos mostraba
largas hebras enrolladas de des-
oxirribonucleato de sodio (sal del
ADN). El detalle era impresionante,
las sombras permitían distinguir un
espacio tridimensional. Las hebras
parecían ser cilíndricas, por lo que,
mientras que observaba estas fotos
en blanco y negro, supuso que
probablemente el ADN se mostrase
en forma de hélice. Ninguna otra
conformación parecía estar de
acuerdo con las fotos que observa-
ba y las de rayos X de Astbury. Otro
dato que Williams proporcionó a
Pauling, fue la longitud aproximada
de las hebras. Al día siguiente, tomó
asiento en su despacho y acom-
pañado de un cuaderno, un lápiz y
una goma de borrar, comenzó a
plantear una estructura. Como
Pauling deseaba, le habían llegado
datos sobre cuales eran los puntos
de unión de los fosfatos y de las
bases a los azúcares. Pauling esta-
ba convencido de sus planteamien-
tos anteriores donde los fosfatos
irían en el interior de la cadena; las
bases de tamaños diferentes se
colocarían en el exterior, evitando
22 los problemas que esto podría aca-
rrear si estuviesen en el interior, ya
que probablemente la anchura de la
hélice no sería constante. Al igual
que en el caso de Ronwin, esto
mismo fue lo que Watson y Crick
pensaron en su primer modelo.
Aunque aún carecía de unas bue-
nas fotos de rayos X y desconocía
los tamaños y ángulos exactos de
los building blocks (base-azúcar-
fosfato), decidió atacar con lo que
tenía. Tras unas páginas teorizando
y dibujando las bases de su modelo,
llegó a una estructura de tres
hebras similar a la que Watson y
Crick habían planteado anterior-
mente, para más tarde ser invalida-
do por Franklin. Empleó la densidad
determinada por Williams, la cual le
permitió calcular tres cadenas de
polinucleótidos por unidad.
Durante las próximas semanas
comenzaron los refinamientos de la
estructura. Robert Corey, tras deta-
llados cálculos de las posiciones
atómicas propuestas por Pauling,
encontró que las piezas no encaja-
ban. En diciembre, Pauling
reestructuró su modelo.
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
Lógicamente pensó, que en una sal
de sodio del ADN, los cationes
metálicos se enlazarían a los fos-
fatos. Sin embargo, admitía que no
había espacio suficiente para colo-
car los átomos de sodio, el empa-
quetamiento era demasiado forza-
do. Pero era un problema que
trataría de solucionarlo más ade-
lante. Por lo tanto, continuó tratando
de ajustar mejor el esqueleto de fos-
fatos. Una semana antes de las
navidades escribió una carta a Alex
Todd, químico orgánico en
Cambridge, en la cual le refería:
"...Creo que hemos descubierto la
estructura de los ácidos nucleicos.
Casi sin duda...La estructura es pre-
ciosa...". Pauling sabía que Todd
trabajaba con nucleótidos purifica-
dos y con esta carta decidió pedirle
muestra para estudiarla por di-
fracción de rayos X. Corey y él,
estaban interesados en resolver la
estructura de los nucleótidos con
precisión. A pesar de que en
Cavendish también trabajaban en
esto, era un campo demasiado
amplio como para que lo abarcasen
ellos solos. Luego escribió, a su hijo
Peter y a Jerry Donohue contán-
doles que pronto esperaba comple-
tar un artículo sobre los ácidos
nucleicos. Aun quedaban por
realizar algunas mejoras a la estruc-
tura. Por cada reajuste que Pauling
hacía, los cálculos de Corey mostra-
ban que los fosfatos no se ajusta-
ban bien. Pauling estaba cansado
de dar tantas vueltas a la estructura
del ADN y la última semana de
diciembre finalizaron el manuscrito
definitivo que enviaron con el título:
"A Proposed Structure for the
Nucleic Acids", a la revista
Proceedings of the National
Academy of Sciences. Pauling pro-
puso una estructura con los fosfatos
monohidrogenados, evitando el
problema del espacio insuficiente
para los iones sodio.
Fue un trabajo precipitado, de
hecho Pauling lo sabía. Pero quizá
las prisas fueron inducidas por el
conocimiento de que Wilkins y
Franklin estaban en lo mismo, y de
que la pareja de Cavendish ya
había realizado un primer intento.
Él creía que únicamente fallaban los
pequeños detalles, es decir la
estructura era casi correcta. La
información de rayos X de proteínas
que disponía era realmente abun-
dante, permitiendo que Pauling
construyese numerosos modelos y
después eliminase los incorrectos.
Sin embargo, la cantidad de trabajo
que realizó con el ADN era insignifi-
cante frente a la realizada con las
proteínas.
Las noticias de que Pauling había
resuelto la estructura, pronto lle-
garon a oídos de Watson y Crick por
medio de Peter Pauling.
Obviamente, la noticia les golpeó
dejándoles completamente decaí-
dos. Extrañados, trataban de imagi-
nar cómo se les podía haber ade-
lantado sin haber visto las fotos de
Franklin y Wilkins, pero pensaron:
"Todo es posible al fin y al cabo, se
trata de Pauling". Aún así, deci-
dieron continuar trabajando en el
problema. Si consiguiesen algún
resultado antes de la publicación de
Pauling, quizá podrían compartir el
mérito. Poco después, obtuvieron
una información que sería decisiva.
Los estudios cromatográficos de
Chargaff, desvelaron la relación
entre las bases púricas y pirimídini-
cas (A:T, 1:1; G:C, 1:1). Chargaff le
contó esto mismo a Pauling durante
una cena en un barco que cruzaba
el Atlántico, pero Pauling ignoró
esta conversación.
En febrero de 1953, Peter entregó
una copia del artículo de su padre, a
Crick y Watson. Pocos minutos
después de haberlo leído se dieron
cuenta de que no había espacio
para colocar los iones positivos
necesarios para mantener la cohe-
sividad entre los fosfatos negativa-
mente cargados. Tras reflexionar
durante un corto tiempo, pensaron
que cómo era posible que la estruc-
tura se mantuviese mediante los
enlaces de hidrógeno, si a un pH
normal los grupos fosfatos del ADN
se hallarían desprotonados. Crick
envió una carta a Pauling, la cual
entre algún que otro comentario,
decía "...la duda que tengo es que
no veo como se mantiene todo
unido". El tropiezo de Pauling com-
plació tanto a Bragg, su antiguo
competidor, que decidió dar su visto
bueno para que Watson y Crick se
dedicasen por completo al estudio
del ADN. Era la oportunidad de
Cavendish para superar al grupo de
Pauling y había que hacerlo rápido,
antes de que tuviesen tiempo de
corregir su error. Watson dio la noti-
cia del error cometido por Pauling a
Wilkins. Las últimas fotos de
Franklin de la forma hidratada del
ADN (Foto 51), permitieron a
Watson obtener nuevos parámetros
y confirmar que se trataba de una
doble hélice, ya que dicha foto
mostraba claramente la existencia
de un eje binario.
En estas fechas, Todd envió a
Pauling las muestras de nucleótidos
que le había solicitado. Así que,
comenzó con el estudio de rayos X
de dichas muestras. Por fin, tenía la
oportunidad de hacer las cosas
siguiendo la sistemática que había
empleado con las proteínas. Pero,
fue demasiado tarde. Crick y
Watson se acercaban a la solución
final.
Aunque el último modelo de Watson
y Crick era erróneo lo corrigieron
con la ayuda de Donohue. Éste
poseía un dominio excelente de la
química estructural. Los enlaces de
hidrógeno eran su especialidad.
Gracias a su crítica, les orientó
hacia el modelo correcto, aconse-
jandoles como deberían de estable-
cerse los enlaces de hidrógeno
entre las bases. Ahora, con las co-
rrecciones de Donohue podían
imaginarse como se establecían los
enlaces de hidrógeno entre los
pares de purinas y pirimidinas. Las
bases en el medio y el esqueleto de
fosfatos en el exterior, lo que daba
una explicación lógica al resultado
de los experimentos de Chargaff. La
estructura propuesta era una hélice
tipo escalera, con los peldaños for-
mados por bases apareadas y el
esqueleto formado por pentosas y
fosfatos. Cada hebra era la imagen
especular de la otra. Una vez sepa-
radas, cada una de ellas podía
servir de molde para formar una
doble hélice idéntica a la original.
Estas ideas que salían casi por si
solas no eran compatibles con el
modelo de tres hebras de Pauling
en el cual las bases apuntaban
hacia el exterior. Por lo tanto,
parecían proporcionar una expli-
cación al mecanismo de la trans-
misión de la información genética.
El 28 de febrero de 1953, Francis
Crick entró en el "pub" The Eagle en
Cambridge y anunció a la clientela:
"Acabamos de descubrir el secreto
de la vida" (Figura 4). Lo que
parecía una broma, era una her-
mosa realidad. Aquel día habían
descubierto la estructura en doble
hélice del ADN (Figura 5), un des-
cubrimiento que ha llevado a
enormes e insospechados avances
Figura 4. James Watson (izquierda) y
Francis Crick junto a la primera estruc-
tura ensamblada en doble hélice en el
Laboratorio Cavendish de Cambridge
(Reino Unido).
científicos en los últimos 50 años.
Pauling, recibió una carta de
Watson y Crick, junto con una copia
de su manuscrito antes de que
fuese publicado. Tras leerlo,
escribió a su hijo Peter: "Creo que el
tener dos estructuras propuestas
está bien, y estoy deseoso por
saber cuál es la correcta. Sin duda
las fotos del King' s College elimi-
narán una u otra". En abril de 1953,
planeaba ir al Congreso Solvay en
Bruselas. De modo que pensó, que
sería una buena idea parar primero
en Inglaterra para ver el modelo
tridimensional del ADN de
Cavendish y las fotos de Franklin y
Wilkins.
A principios de abril, justo después
de que Watson y Crick enviasen el
artículo para su publicación, Pauling
llego a Cambridge. Pauling exa-
minaba el modelo construido con
varillas, mientras que Crick hablaba
con cierto nerviosismo sobre las
características generales de la
doble hélice. Después, Pauling
estudió durante un corto tiempo las
fotos de Franklin. Fue un dulce
momento para la pareja de
Cambridge y uno triste, para Linus.
Pauling estaba asombrado de cómo
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
Figura 5. Estructura en doble hélice
del ADN y características estructurales
más notables (Cortesía de Pearson
Education).
un jovencísimo doctor y un docto-
rando algo viejo, habían dado con
una estructura tan elegante para
aquella importante molécula.
Pauling mostraría al mundo como
llevar una derrota con estilo. Uno o
dos días más tarde Bragg y él,
partieron hacia el Congreso Solvay.
Bragg hizo el primer anuncio público
de la doble hélice. Pauling apoyó la
propuesta de Cambridge, añadien-
do que probablemente su estructura
fuese incorrecta. El 25 de abril de
1953, aparecía en Nature el artículo
que llevaba por título Molecular
23
Structure of Nucleic Acids. A
Structure for Deoxyribose Nucleic
Acid (Figura 6). En sólo una página,
de un modo sencillo y con un simple
diagrama de la doble hélice, daban
a conocer uno de los descubrimien-
tos más importantes del siglo XX.
Las primeras líneas del artículo
ponían en evidencia los errores del
modelo de Pauling. Finalizaban
agradeciendo la colaboración de
Donohue, Franklin y Wilkins. Este
artículo seminal ha sido citado
durante el quinquenio 1998-2002 en
410 ocasiones por distintos autores,
y 82 veces en lo que ha transcurrido
del presente año, según SciFinder
Scholar 2002.
Watson y Crick serían recordados
como los descubridores de la doble
hélice. Pero, ¿y el resto de investi-
gadores que contribuyeron al ha-
llazgo? El ejemplar de Nature del
mes de abril de 1953 en el que se
públicó el histórico artículo incluía
además de ésta otras dos publica-
ciones relacionadas con el estudio
de difracción de rayos X sobre el
ADN: una de Wilkins, Stokes y
Wilson y otra conjunta de Franklin y
Gosling.
24 Figura 6. Reproducción facsímil del artículo original de Watson y Crick aparecido en Nature en 1953.
El premio Nobel tardó casi 10 años
en llegar y para entonces Rosalind
Franklin ya había muerto (16-4-
1958). Fue la gran excluida, aunque
la clave del descubrimiento fueron
sus fotografías de los diagramas de
difracción de rayos X sobre las dos
formas de presentarse el ADN:
anhidra (A, foto 52) e hidratada (B,
foto 51) que mostraban con claridad
la doble hélice.
EPÍLOGO
Si Watson y Crick no hubiesen ha-
llado la estructura del ADN, proba-
blemente Franklin, Pauling o quizá
algún otro científico lo hubiese
hecho. El mérito más importante de
Watson y Crick fue el de seguir ade-
lante, sin tirar la toalla, cuando todo
parecía perdido al enfrentarse dos
jóvenes científicos con un presti-
gioso investigador, que para
entonces gozaba de un gran
reconocimiento mundial. Baste
recordar que al año siguiente sería
galardonado con el premio Nobel de
Química (1954).
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
Otra de las candidatas que optaba
al descubrimiento de la estructura
del ADN fue Rosalind Franklin.
Durante su estancia en el King´s
College, trabajó en el grupo de
Wilkins. Sin embargo, a pesar de su
indispensable contribución al des-
cubrimiento de la estructura del
ADN sería olvidada. Wilkins se sen-
tía incomodado por el talento de
esta mujer que estaba obteniendo
mejores resultados que él en su
estudio del ADN. Además Wilkins,
jefe de Rosalind Franklin, mostró la
foto 51 de Franklin a Watson y Crick
a finales de enero de 1953 sin su
permiso. Max Perutz dejó ver a
Watson y Crick, de quienes era el
jefe, un ejemplar de la memoria del
Medical Research Council que
resumía el trabajo de los principales
investigadores de esta institución,
incluida Franklin.
Rosalind Franklin estuvo a punto de
ser la primera en resolver la estruc-
tura. A finales de febrero, escribió en
su cuaderno que el ADN tenía dos
hélices. Anteriormente, había sido la
primera en percatarse de que el
esqueleto de fosfatos debía de
encontrarse en el exterior de la
cadena, y también dio a conocer
dos de las formas del ADN. Ella fue
la que más contribuyó al descubri-
miento de la estructura del ADN,
poniéndoles en bandeja a Watson y
Crick el desenlace del problema.
Pronto se olvidaría su contribución
lo cual haría que quedase fuera del
Premio Nobel que compartieron
Watson, Crick y Wilkins, aunque ya
había fallecido cuando se otorgó. La
única referencia a su trabajo, apare-
ció como un agradecimiento en el
histórico articulo de Watson y Crick.
Franklin encontró numerosos
obstáculos derivados del machismo
de la época. El primero fue la obje-
ción de su padre a que iniciase una
carrera científica. Más tarde, ven-
drían los conflictos derivados de su
relación con algunos miembros del
King's College y científicos de otros
centros que la menospreciaban. Los
comentarios sexistas que Watson
realizó en su libro The Double Helix
(1968) acerca de Franklin, harían
reflexionar a muchos lectores sobre
el trabajo y mérito de esta gran cien-
tífica. Hoy día, el trabajo de Franklin
comienza a ser reconocido, siendo
el tema central de numerosas publi-
caciones. Ejemplo de esto último es
el libro de Brenda Maddox, Rosalind
Franklin. The Dark Lady of the DNA
(2002). Junto a otras muchas
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12.Klug, W. S.; Cummings, M. R.
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13.Maddox, B. Rosalind Franklin.
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Collins, Nueva York, 2002.
EN BUSCA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN
proyecto de investigación
MAT2002-03166. Asimismo, GBP
hace extensivo su agradecimiento
al Gobierno Vasco por la concesión
de una beca predoctoral.
14.Maddox, B. Nature, 2003, 421,
407-8.
15.Pauling, L., Corey, R. B. Proc.
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NOTA. Las páginas web que se
citan más arriba eran accesibles en
julio de 2003.
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