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Hace solo algunos días fue divulgado el último reporte, correspondiente a 2014, y
los grandes ganadores nuevamente fueron los europeos, que ubican a siete de
sus representantes en el ‘Top Ten’. El informe titulado Connecting to Compete
2014: Trade Logistics in the Global Economy (Conectarse para competir 2014: La
logística comercial en la economía mundial) señala que la brecha entre los países
con mejor y peor desempeño logístico sigue siendo grande y deja entrever que las
grandes economías tienden a hacerse cada vez más fuertes en términos de
infraestructura, comunicaciones y logística en general, consolidando así un
predominio frente a los países más atrasados o en vías de desarrollo. De ahí que
desde 2010 los primeros lugares no hayan registrado mayores variaciones.
El segundo puesto lo ocupa uno de sus vecinos, Holanda, uno de los países
europeos con mayores facilidades de transporte aéreo y marítimo por su ubicación
geográfica. Los Países Bajos representan el 13% de todo el transporte vial
transfronterizo de bienes dentro de la Unión Europea. Son una puerta de entrada
al Viejo Continente por su localización estratégicamente central, poseen el Puerto
de Róterdam, uno de los más avanzados del mundo y cuentan en promedio con
160 millones de consumidores (la mitad de la UE) en un radio de 300 millas.
Incluso Holanda es uno de los principales mercados de Colombia, pues según
datos del Gobierno, suministrados por ProColombia, en 2014 se exportó la suma
de USD 2.117 millones en valor FOB, que equivalen a 18,1 millones de toneladas
en mercancía.
El último escalón del pódium es para un sorpresivo Bélgica, que ha ido escalando
posiciones progresivamente: en la clasificación de 2010 era noveno, en la de 2012
fue séptimo y en la de 2014 apareció tercero, gracias a la proliferación de su
comercio internacional. Tres cuartas partes de sus negocios son hechos con otros
países de la Unión Europea, el sistema de transporte está conformado por una red
de carreteras de 151 mil kilómetros y el sistema ferroviario es de 3.536 kilómetros,
de los cuales, 2.950 son electrificados. Bélgica importa mucha materia prima pero
es un gran exportador de artículos manufacturados, por lo que se ha convertido en
un gran operador logístico tanto en la entrada como salida de mercancías. En el
ranking de 160 países los peores tres lugares son ocupados por Afganistán,
República Democrática del Congo y Somalia, este último con un puntaje de 1.77
sobre 5.0.
EL DESCALABRO COLOMBIANO
En el análisis de Connecting to Compete 2014, se plantea que “la tendencia,
contemplando los informes anteriores, es que todos los países vayan mejorando
sus puntajes, y los de desempeño más bajo incrementen su calificación general
con mayor rapidez que los países de rendimiento alto gracias al progresivo acceso
que van teniendo a la tecnología y el hecho de adoptar o copiar estrategias y
procedimientos de otras naciones exitosas en materia logística”. Sin embargo,
Colombia fue una de las excepciones a la regla y quedó muy mal parada en el
ranking mundial.
Según expertos consultados por Revista Logística, los temas críticos de Colombia
están en cuestiones estructurales como las largas distancias entre los centros de
producción y los puertos, las constantes fallas en infraestructura vial, así como en
el monitoreo y la trazabilidad de los envíos, situaciones que inciden directamente
en el aspecto de la puntualidad de los despachos al exterior. Para Sandra Chacón,
directora del programa de Administración en Logística y Producción de la
Universidad del Rosario, efectivamente el punto álgido de la logística colombiana
está en la movilidad, aunque considera que “no solo se trata del mal estado de las
vías, el cual de por sí ya es lamentable, sino también en el desorden de las
empresas de transporte de carga, que son deficientes al momento de suministrar,
producir y distribuir la mercancía”.
Las estadísticas y reportes están ahí: las cifras no mienten. Más allá de creer que
se trata de una campaña de desprestigio contra Colombia o de pensar que los
expertos fueron muy duros en sus calificaciones, hay que replantear el camino y
buscar soluciones de fondo para que la logística del país salga muy pronto de este
bache, la infraestructura vial deje de avanzar a pasos de tortuga y se cumpla con
esa ambiciosa meta, trazada por el Estado, de convertir el mercado nacional en
uno de los tres más competitivos de Latinoamérica, antes del año 2032. La tarea
entonces es bien larga, ¡manos a la obra!