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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN 1ER PARCIAL 


CERPSW - GR2 24/06/19 
 

 
LA EDUCACIÓN URUGUAYA EN TIEMPOS DE 
DICTADURA 
 
(1973-1985) 

https://carmeloportal.com/43993-uruguay-recuerda-a-los-desaparecidos-en-dictadura-con-exhibicio
n-de-196-prendas

FLORENCIA MIÑÓN  
LORENA LLAVALLOL  
NATALIA RIVOIR

 
 

Índice

Introducción……………………………………………………………………………………………………..……
……….. 3

Antecedentes…………………………………………………………………………………………………………
……..… 3-7

Desarrollo……………………………………………………………………………………………………………
………….. 7-15

Conclusión……………………………………………………………………………………………………………
…………. 15-16

Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………
…………. 17

Webgrafía……………………………………………………………………………………………………………
…………… 17

Anexo…………………………………………………………………………………………………………………
…………….. 18-37


 

Introducción

Para este parcial decidimos abordar el tema “Influencia del período dictatorial en la educación
uruguaya” con el objetivo de conocer en profundidad las repercusiones del régimen dictatorial en el
sistema educativo del país. Para ello, recopilamos información de diferentes textos y testimonios de
diversos actores del quehacer educativo de la época, ya sean docentes o estudiantes, con el fin de
brindar una amplia perspectiva sobre lo sucedido en el período 1973-1985, obteniendo así una
mirada objetiva de los hechos.

Dijo cierto escritor... “Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla”, así que comenzamos
por estudiar estos sucesos para de alguna forma colaborar con la unidad del pueblo uruguayo.

Antecedentes

La última dictadura Cívico-Militar en Uruguay se produjo entre los años 1973-1985. Si bien el Golpe
de Estado formal fue el 27 de junio de 1973, cuando el presidente Juan Mª Bordaberry disolvió las
cámaras legislativas, la Democracia uruguaya venía deteriorándose desde finales de la década del
sesenta.

Según B. Nahúm, en esta década se da la caída del mito del “Uruguay feliz” y del país de “las vacas
gordas”. Esto sucedió por la crisis económica que sacudió al país a partir del año 1955 y se consolidó
en 1965 con la crisis bancaria más grande de la historia nacional, la cual provocó cambios sociales y
políticos, caída del salario real, inflación y conflictos sociales.

En esos años la sociedad uruguaya sufrió de una bipolaridad de pensamiento, estaban los que creían
que existía un enemigo llamado “comunismo” que amenazaba la democracia y la cultura occidental;
y los que con fervor sostenían la idea de la construcción del Hombre Nuevo, que también condujo a
la intolerancia.


 

En esa época el contexto mundial también era bipolar, teníamos por un lado a Estados Unidos
apoyando a los países “democráticos” y especializando ejércitos, y por el otro a la Unión Soviética
haciendo lo mismo con los partidos comunistas y los movimientos guerrilleros del mundo.

El triunfo de la revolución cubana en 1959 y de sus líderes Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara
repercutieron en toda América.

En Uruguay, comienzan a surgir grupos guerrilleros apoyados por Cuba, quien promovía la revolución
en toda América y entrenaba a los guerrilleros. Uno de estos grupos era el MLN: Movimiento de
Liberación Nacional, Tupamaros, que surgió hacia 1963 y cuyo líder era Raúl Sendic. (Ver anexo 3/1 )

Estos creían que la principal vía para la “liberación nacional” era la lucha armada. Al principio
robaron armas, bancos y denunciaron casos de corrupción. Luego realizaron atentados, secuestros,
toma de radios y asesinatos. (Ver Anexo 3/2)

Estos hechos desencadenaron en que el gobierno recurriera a las Fuerzas Armadas para combatirlos.
El gobierno de Pacheco Areco era de tolerancia cero. Clausuró periódicos de izquierda e ilegalizó
grupos políticos de esa rama. Sus objetivos eran recuperar la economía, restaurar la autoridad
pública y combatir la subversión. (Ver Anexo 3/3)

Por su parte, los obreros se organizaron en sindicatos y gremios, llevando adelante huelgas y
ocupaciones. A ellos se sumaron los funcionarios públicos.

Debido a esa situación, el 13 de junio de 1968 el presidente Pacheco Areco decretó las “Medidas
Prontas de Seguridad”. (Ver Anexo 3/4)

La crisis polarizó las posiciones, algunos apoyaban la “mano dura” del gobierno, por otro lado los
trabajadores sindicalizados aumentaron sus medidas, otros ciudadanos emigraron, los estudiantes
apoyaron a los sindicatos, y unos menos eligieron la lucha armada.

El presupuesto para el sistema educativo nacional también se vio afectado, lo que desembocó en
reclamos por parte de docentes y maestros, la conformación de movimientos estudiantiles,
confrontaciones entre el Poder Ejecutivo y los sindicatos docentes, suspensión de clases, incidentes
en universidades y liceos y, marchas de protestas por estudiantes muertos. (Ver Anexo 3/5)

La FEUU (Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay) nunca se había adherido a ningún
partido político, se proclamaba anarquista e independiente. Pero desde 1968 comenzó a surgir la
“tendencia” que apoyaba al movimiento de masas y el enfrentamiento violento con la policía para


 

“crear conciencia”. Esta “tendencia” no era homogénea y daría lugar a diferentes posiciones dentro
de la FEUU. La más importante el “Movimiento 26 de marzo”.

En la enseñanza media la actividad gremial era bastante moderada, pero a partir de 1968
comenzaron a movilizarse más y se unieron a los gremios de la FEUU. Pacheco Areco reaccionó
duramente contra esos movimientos y los enfrentamientos se agudizaron.

El 9 de agosto de 1968, el ministro del interior Eduardo Jiménez de Aréchaga solicitó el allanamiento
de las facultades de Agronomía, Arquitectura, Psicología, Medicina y Bellas Artes con la excusa de
que allí habrían armas y panfletos que violaban esas medidas de seguridad. Esa misma fecha el Poder
Ejecutivo solicitó a la Cámara de Senadores destituir a los miembros del Consejo Central de la
Universidad de la República y establecer la censura previa a los comunicados de la misma. (Ver
Anexo 2/1).

Por esta violación a la autonomía universitaria, los estudiantes se enfrentaban diariamente con las
autoridades. Además protestaban contra el oficialismo y sus políticas económicas (suba del boleto y
congelación de precios y salarios). Esta situación estaba empobreciendo a la clase media y los
estudiantes en su mayoría pertenecían a ella.

El 12 de agosto de 1968 un grupo de estudiantes, incluído Líber Arce se movilizaron reclamando el


boleto estudiantil gratuito y presupuesto para la universidad. Líber de 28 años de edad era
estudiante de Laboratorista Dental en la Facultad de Odontología, militante de la Federación de
Estudiantes de Universitarios de Uruguay (FEUU) y de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC).

Durante esta marcha la policía reprime fuertemente con el uso de disparos y gas lacrimógeno. Arce
cae herido de un disparo en la pierna. La bala le seccionó la arteria femoral. El 14 de agosto muere
como consecuencia de las hemorragias.

Este hecho inédito hasta entonces de la muerte de un estudiante en manos de la policía sacude al
país y acompañan en su cortejo fúnebre unas 300.000 personas. Ese mismo día se suspenden las
clases en secundaria por resolución del Consejo. (Ver Anexo 3/6)

A casi 51 años de este hecho, esta fecha sigue siendo conmemorada por los estudiantes, quienes
realizan marchas en todo el país. (Ver Anexo 3/7)

Otros estudiantes asesinados: Hugo de los Santos (Ciencias Económicas - Militante UJC - Set./1968),
Susana Pintos (IEC - Militante UJC - Set./1968), Heber Nieto (IEME - ROE - Jul./1971), Santiago
Rodríguez Muela (Liceo Nº8 - PCR - 1970), Manuel Ramos Filippini (IAVA - MLN - Jul./1971), Ibero
Gutierrez (Humanidades - FEUU - Movimiento 26 de marzo - 1972), Julio Spósito (Liceo Suárez - FER -


 

Set./1971), Joaquín Kluver (Agronomía - PCR - 1972), Jorge Salerno (Agronomía - MLN - 1972), Walter
Medina (Secundaria - Juventud Socialista - 1973), Ramón Peré (Veterinaria - FEUU - UJC - 1973) y
Nibia Sabalsagaray (IPA - CEIPA - UJC - Jun./1974). (Ver Anexo 3/8)

A partir de 1970, todas las decisiones que tomó el P. Ejecutivo para con la educación se dirigieron a
silenciar las voces de los partícipes del quehacer educativo, anulando así el discurso pedagógico
sobre el rol de la educación.

El gobierno tomó medidas para limitar la autonomía del sistema aplicando una política
intervencionista. Esta se basó en el Proyecto de Creación del Consejo Superior de Enseñanza
(COSUPEN); la intervención de los Consejos de Enseñanza de Secundaria y UTU (desde febrero de
1970 a junio de 1971); la sanción de la Ley 14.101 de Educación General (4 de enero de 1973).

Esta ley aumentaba el poder del Ejecutivo en las designaciones de las autoridades educativas,
eliminando la autonomía de Primaria, Secundaria y UTU; establecía un Consejo Nacional de
Educación (CONAE). En sus disposiciones prohibía realizar cualquier tipo de acto, reuniones,
asambleas y elecciones en los establecimientos educativos, colocar avisos, emblemas, carteles,
volantes o cualquier tipo de propaganda política o gremial en las oficinas educativas. Además,
establecía que los padres debían colaborar para hacer desistir a sus hijos menores de cualquier
actitud considerada ilícita. Podemos afirmar que esta Ley inició el camino hacia el autoritarismo en la
enseñanza.

Estos cambios en la educación fueron presentados como un ordenamiento del sistema, como una
herramienta de renovación nacional, que cambió el lenguaje, el discurso, el cuerpo de profesores, la
bibliografía, etcétera, influyendo en los hábitos de la ciudadanía.

Para aplicarlos justificadamente tuvieron que crear un “enemigo”, que serían los subversivos
Tupamaros y comunistas que se habían infiltrado en la educación. Para luchar contra ese “enemigo”,
esta política del miedo imponía el control y la vigilancia de los actores de los diferentes espacios
sociales. Para ellos las Fuerzas Armadas se transformaron en los “nuevos educadores” penetrando
en Secundaria a través de los docentes (destituyendo a los subversivos) y controlando la bibliografía
(prohibiendo e imponiendo libros).

En setiembre de 1971 se formaron las Fuerzas Conjuntas (Policía y FFAA) para luchar contra la
subversión.

Las elecciones de 1971 se dieron en este clima de enfrentamientos, polarización y secuestros. La


sociedad tenía la esperanza de que un nuevo gobierno podría destrabar el conflicto.


 

Las figuras políticas más importantes eran Pacheco Areco (P. Colorado), Wilson Ferreira Aldunate (P.
Blanco) y Seregni (Frente Amplio, partido recién formado). Los más votados, Pacheco y Ferreira no
triunfaron, y por la Ley de lemas ganó Juan Mª Bordaberry, candidato sin votos, sin partido ni
convicciones democráticas.

En 1972 el Parlamento declaró el estado de guerra interno y la Ley de Seguridad del Estado. En unos
meses la guerrilla fue derrotada.

En febrero de 1973 se creó el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), integrado directamente por
los mandos militares, lo que diez días después Bordaberry calificaría de su autoría, anunciando por
radio y TV la “creación de cauces institucionales apropiados para la participación de las FFAA en el
quehacer nacional”, ecomendándoles “la misión de dar seguridad al desarrollo”. Esta grave situación
no produjo una respuesta firme y concertada de las fuerzas políticas y sociales, ni siquiera de las más
opositoras, lo que allanó el terreno para lo que vendría.

Las FFAA cada vez se tomaron más atribuciones, como por ejemplo, comenzaron a realizar
declaraciones políticas, contando con el apoyo del entonces presidente, pero también con el
reconocimiento y aceptación de algunas fuerzas políticas y sociales. El panorama político se
mostraba confuso, dividido y deshilachado, ya que todos ellos se declaraban prevenidos ante un
posible golpe de estado, pero no generaban iniciativas de unificación efectiva.

Se multiplicaban las denuncias de tortura por parte de las FFAA y se agudizaba la actitud represiva
que mantenían.

Es así como el 27 de junio de 1973, Bordaberry disolvió las cámaras, apoyado por los militares. Un
Consejo de Estado sustituyó al Parlamento. En su discurso anunciaba también la intención de
reformar la Constitución en un futuro. (Ver Anexo 3/9)

Durante el período dictatorial los militares fueron los encargados de nombrar presidentes:
Bordaberry (hasta 1976), A. Demicheli (unos meses), Aparicio Méndez (hasta 1981) y el Gral.
Gregorio Álvarez (hasta 1984). (Ver Anexo 3/10)

El régimen se autodenominó “proceso Cívico - Militar”, pues tuvo apoyo civil.

Desarrollo
Primera etapa: “dictadura comisarial” (1973-1976)  
Se le llamó así pues en ella se pretendió “poner la casa en orden” asegurando el orden público, ya no
sólo persiguiendo a los tupamaros y organizaciones de izquierda pro lucha armada, sino reprimiendo


 

también el movimiento sindical y estudiantil, las organizaciones de la izquierda legal, la libertad de


prensa y a algunos sectores y líderes de los partidos tradicionales, especialmente, el sector de “Por la
Patria” y su líder emblemático, Wilson Ferreira Aldunate.  

Pero también lo de “comisarial” se refiere al carácter transitorio con que, aparentemente, fue
pensada la decisión del golpe de Estado; ya que ante la situación “excepcional” de caos social
sesentista era una salida de “emergencia” para restablecer el orden. Se extendería hasta las
elecciones de 1976. Pero esto cambió drásticamente a partir de 1975.

 
Resistencia y contra resistencia 
La primera resistencia antigolpista se dio el mismo 27 de junio, cuando miles de trabajadores
ocuparon sus lugares de trabajo, iniciando así la huelga general antidictatorial. (Ver Anexo 3/11)

Frente a esto las FFAA impusieron su principal elaboración teórica, la “Doctrina de la Seguridad
Nacional” incluida dentro de la Ley Orgánica Militar de 1974. Esta doctrina surgió en EE. UU y se
aplicó en los países latinoamericanos durante la década del sesenta. (Ver Anexo 3/12)

Con ella los militares asumían un fuerte poder en el enfrentamiento al enemigo exterior
(comunismo), abarcando todos los aspectos de la vida social y política. Su rol era el de defensa y
mantenimiento de la seguridad, para crear un nuevo Estado Nacional. Ponían énfasis en el
patriotismo y la celebración de fechas patrias, dotando al estado de una mística muy particular.

Por ese entonces, las acciones subversivas no eran solamente las delictivas, sino las que las FFAA
consideraran dañinas para la nación.

Los principales mecanismos de acción de las FFAA fueron: represión, control y vigilancia, guerra
psicológica y un fuerte aparato de información e inteligencia. (Ver Anexo 3/13)

 
Segunda etapa: “ensayo fundacional” (1976-1980) 
Esta segunda etapa se inicia luego de la crisis política y la destitución por los militares del dictador
Juan María Bordaberry, el 12 de junio de 1976 y la suspensión de las elecciones previstas para
noviembre de ese año. Luego del breve mandato de Demichelli, de la unción como dictador de
Aparicio Méndez y de los primeros esbozos en público del “plan político” de las Fuerzas Armadas,
puede decirse que el objetivo del régimen es la construcción de un nuevo y duradero orden político,
algo así como una “democracia tutelada”.

En el caso de nuestro país se habla más de “ensayo fundacional” que de dictadura “fundacional”,
porque la misma tuvo más un carácter represivo-conservador que innovador-modernizador (se


 

reprimió más de lo que se reformó). En este periodo el régimen incrementó su función


represivo-comisarial, pues entre fines de 1975 y 1978 se concentraron los mayores crímenes del
terrorismo de Estado.

 
Tercer etapa: “transicional” (noviembre de 1980 a marzo de 1985) 
En ella, la dictadura buscó el apoyo de la ciudadanía para legitimar el régimen a través de plebiscitar
su constitución. Su derrota en el plebiscito de noviembre de 1980, así como el reconocimiento de
dicha derrota por los militares, abrió las puertas a la transición. (Ver Anexo 3/14)

Fue una liberalización pactada en la que los partidos políticos y la sociedad civil retomaron un rol
protagónico y, con marchas y contramarchas en las negociaciones entre políticos y militares,
finalmente, se llegó a una apertura democrática, a elecciones con proscripciones, en noviembre de
1984. En ese año se liberaron los presos políticos (Ver Anexo 3/15)

 
El sistema educativo durante la dictadura 
A partir del golpe todo el sistema educativo uruguayo quedó bajo la dirección de las FFAA. En este
período no existió una nueva política educacional, sino que los militares solo se ocuparon de aplicar
una política represiva en la educación, eliminando todo rastro de lo anterior y reglamentando el
sistema para que nada escapase a su control. Para institucionalizar el mismo, en 1973 se crea la
Comisión Asesora de la Biblioteca Central y en 1975 la Comisión Asesora de Libros y Textos;
instalándose así lo “prohibido”.

Para analizar la ideología que dominaba la Educación Pública Uruguaya en el período dictatorial es
imprescindible la lectura y análisis del folleto “Proceso de la Educación en el Uruguay”, escrito por el
Coronel Julio R. Soto, Vicerrector del CONAE, publicado en el llamado “Año de la Orientalidad”
(1975). Este folleto fue enviado a todas las instituciones educativas del país y a todos los docentes
dependientes del CONAE. Las ideas allí incluidas produjeron estupor, inclusive dentro de las mismas
FFAA, pues distaban enormemente de las corrientes intelectuales uruguayas.

Soto, además de militar, era profesor de matemáticas y dictaba sus clases de uniforme. Era también
director de liceo, sumarió a varios docentes por razones ideológicas y colaboró con la revista “El
Soldado”, que era repartida en institutos de Formación Docente.

Los conceptos principales desarrollados en el folleto hablan de que somos “herederos de la


CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL”, que debemos utilizar el arma más firme ante la infiltración extranjera
“LA EDUCACIÓN DE NUESTRO PUEBLO”.


 

Señala que hemos caído “en las redes del marxismo” y que el período de 1968 - 1973 es “la historia
más negra de la Educación Nacional”, pues la “subversión marxista” se encuentra “desde la
Universidad hasta la escuelita rural más modesta”. Según el Coronel, el rol de las FFAA será dar salida
a la crisis, es decir “la vuelta a la calma para que funcionen los centros docentes”. Contrapone la
“ignorancia del conocimiento” del pasado a “la formación de seres útiles en la sociedad”.

Sostiene que el objetivo está “dirigido en especial a los niveles primarios y secundarios”. Se ubica
como un defensor de las más fuertes tradiciones cristianas: en la Universidad “el ateísmo se convirtió
en un verdadero culto, que con el paso de los años quedaría enmascarado en lo que se llamó
laicidad”.

Afirma que los docentes han sido manipulados y usados, lo que hace inevitable la intervención
militar para asegurar la calma y el orden del sistema. Sostiene que el plan 41 carece de esencia
moral y que muchos profesores eran “ingenuos sostenedores de que todas las ideas son respetables
máxima estúpida que dio albergue a las corrientes marxistas que por ese entonces ya habían
comenzado su penetración”. Luego, sostiene en el área de la actividad ciudadana que debe existir
mayor control en la educación.

Tiene el objetivo de eliminar el laicismo para evitar que “los tentáculos del marxismo” se infiltren en
la estructura docente, en las mentes infantiles y en los hogares. Manifiesta que en secundaria
afloraron “todos los vicios de la política barata a la que nos tenían acostumbrados los demagogos
que transitaban por las altas esferas a nivel nacional”.

Expresa que el gremio docente se transformó en la “Comunista Federación Nacional de Profesores” y


que el “propio IPA se convirtió en el más descarado reducto de agitación subversiva…, que producía
auténticos comunistas, pues sus aulas eran verdaderos centros de adoctrinamiento”.

Tampoco debía sobrevivir el Plan 63 de “gran peligrosidad ideológica”. Sostiene que la educación fue
un terreno que solamente sirvió para ejercitar “notorias técnicas de lavados de cerebro”.

Entre 1973 y 1976 se reformaron los planes de estudio, el Plan 76 sustituyó al 41 y al 63. Este plan
debía contribuir a la formación del “Nuevo Hombre Uruguayo”, formando ciudadanos útiles para el
país, con una educación sustentada en valores como la patria, la familia y la tradición. Estos cambios
también afectaron a formación docente y posteriormente a primaria.

La enseñanza media comenzó a tener una nueva estructura, la cual incluía Ciclo Básico común
obligatorio, de tres años para secundaria y UTU. Luego el estudiantado podía acceder a Segundo
Ciclo de enseñanza secundaria, bachillerato diversificado, también de tres años. En el primer año se

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elegía entre Humanístico y Científico; en el segundo entre Humanístico, Ciencias físico - matemáticas
y Ciencias Biológicas; en el último año la diversificación alcanzaba a seis cursos (Derecho, Economía,
Arquitectura, Ingeniería, Medicina y Agronomía).

En la enseñanza técnica la modificación más importante fue la introducción del Ciclo Básico, la
posibilidad de especializarse en distintos oficios y el Bachillerato Técnico que otorgaba la posibilidad
de acceder a algunas carreras terciarias.

Si bien hubo modificaciones en casi todos los planos, asignaturas tales como Historia, Filosofía y
Educación Cívica fueron las más afectadas ya que eran “formadoras de pensamiento”. Educación
Moral y Cívica fue la asignatura que más modificaciones sufrió, comenzando con el cambio de
nombre de 1941 (Educación Cívico Democrática); fue transmisora de los valores de la nueva
ciudadanía. Durante los tres años de Ciclo Básico esta materia impartía el mismo temario: la patria, la
nación, la orientalidad y la familia.

En los programas de Historia se priorizó la enseñanza de Historia Nacional y Americana, quitando en


su totalidad la Historia Universal, obviando temas referidos a la historia reciente.

En Filosofía algunos temas referidos a las corrientes de pensamiento del siglo XX fueron suprimidos
(Marx, Freud y Sartre), en sustitución se puso como objeto de estudio el Estado, la Nación, la Patria y
el Gobierno.

En los Institutos de Formación Docente se comenzó a implementar el Plan 77, que hizo disminuir la
carrera de cuatro a tres años e introdujo materias comunes en la formación de maestros y
profesores de Educación Media. Se implementó la nueva materia pedagógica Ciencias Sociales de la
Formación la cual seguía los escritos del Coronel Soto.

En cuanto a primaria, la reforma comenzó en 1979 y se caracterizó por la abundancia de contenidos


precisos, cronogramas preceptivos y evaluaciones que pertenecían a corrientes pedagógicas ya
superadas. El cambio más importante lo tuvo en el programa de Historia de sexto, donde se
estudiaba el pasado reciente pero dentro de una concepción memorística, dogmática y acrítica de
los acontecimientos, iba desde la Revolución Artiguista hasta 1980.

En la Universidad uno de los cambios fue la implementación del examen de ingreso y la fijación de
cupos de estudiantes admitidos, lo que restringió el acceso a las diversas facultades y violó el
principio de ingreso libre.

Todos estos cambios conducirían a la fundación de una nueva sociedad, objetivo de la dictadura,
enterrando así los proyectos democráticos de tiempos anteriores.

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El 3 de noviembre de 1967 se publicó el Reglamento de Disciplina para los Alumnos en el cual se


expresaba que los alumnos debían comportarse con estricta moralidad, respeto, honestidad y
empeño mientras se encontraran en la institución, debían cuidar el decoro personal, ser correcto y
cortés, mantener una actitud respetuosa de la moralidad individual y social y, respetar a las
autoridades. Se consideraba ilegal mantener una actitud proselitista y utilizar métodos violentos en
pos de una política autoritaria. Estas actividades podían ser fuertemente sancionadas.

En secundaria, los jóvenes debían vestir uniforme obligatorio y tener la insignia liceal visible. Los
varones debían cuidar el largo del pelo, que no podía sobrepasar el cuello de la camisa y tenían
prohibido usar barba; mientras que las chicas debían respetar el largo de la pollera, que debía llegar
al menos a la rodilla y solo podían usar pantalón cuando la institución lo habilitaba. Un funcionario a
la entrada del liceo se encargaba de supervisarlo, este se llamaba “cuidante”.

En cuanto a los docentes, las mujeres debían usar su apellido de casada y si estaban embarazadas
solo tenían derecho a la licencia maternal las graduadas; si utilizaban pantalón debían tapar sus
caderas y no podían usar zapatos que dejaran el talón al descubierto. Los hombres que usaban barba
debían mantenerla rasurada y solo se les permitían bigotes discretos. En ambos casos ninguno podía
utilizar vaquero.

Ningún funcionario de las instituciones podía hacer proselitismo de cualquier especie, ni usar la
institución para tales fines. Si sucedían en la misma paros, huelgas u ocupaciones los directores,
agotados los recursos normales podían elevar un acta para responsabilizar a los ocupantes de los
hechos que pudieran originar. En cuanto a las cantinas, no se podía debatir sobre política o religión.

En julio de 1975 se informó a los padres de los alumnos que tenían la obligación de reparar daños
morales y materiales causados por ellos, de lo contrario se le suspendería la asignación familiar y
otros beneficios sociales.

En 1976 se propuso que en todas las fechas patrias los institutos y liceos públicos y privados debían
conmemorar el hecho histórico, a los cuales los alumnos no podían faltar. También era frecuente que
alumnos y docentes cantaran enfáticamente el verso “Tiranos temblad” del himno nacional como
muestra de resistencia ante la norma impuesta.

Otra forma de resistencia fue la creación de centros privados o el dictado “clandestino” a cargo de
prestigiosos docentes destituidos por la dictadura.

En el 1982 se creó el ASCEEP (Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública)


que incluía estudiantes de secundaria y la universidad para organizar los diferentes movimientos

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culturales que fueron surgiendo, tales como las cooperativas de apuntes, revistas, murgas
universitarias, asados, campamentos y academias gratuitas.

En el “Reglamento de Ceremonial y Protocolo del Consejo de Enseñanza Secundaria” de 1983 se


establecían todas las normas respecto a los actos patrios, a los símbolos nacionales, lo saludos
protocolares y las ceremonias de asunción de autoridades, etcétera.

En 1976, con la aprobación del Acto Institucional Nº7 se declara que los cargos docentes son
provisionales por un año y pueden cesar sin especificar su causa, aumentando así la capacidad para
destituir funcionarios impunemente.

En ese año de ejercicio laboral, los docentes debían probar su fe democrática; esto se consolidó con
la Ordenanza 28 del Nuevo Estatuto Docente, mediante la cual los funcionarios debían declarar bajo
juramento su adhesión al sistema republicano, no pertenecer a organizaciones sociales o políticas
que fueran violentas o incitadoras a la violencia y, el repudio a los regímenes que persiguieran esa
finalidad.

En julio de 1974 el diario “El País” informaba que 3000 docentes se negaron a firmar esa declaración
jurada.

Los sumarios por razones políticas o gremiales a docentes se iniciaron en el 1970, pero después del
Golpe se hicieron mucho más numerosas y frecuentes. Podían ser con o sin goce de sueldo, con o sin
derechos jubilatorios y los aplicaban por diversas razones: actividad gremial o política, haber sido
delegado partidario en las elecciones de 1971; casi cualquiera podía ser considerado enemigo para la
seguridad interna.

En agosto de 1974, el CONAE destituyó a 300 docentes y en octubre a 222 funcionarios. En enero de
1975 se destituyeron 214 docentes y administrativos. Alrededor de 10.000 trabajadores de la
enseñanza perdieron su empleo. Muchos de ellos, debido a las nulas posibilidades laborales,
debieron exiliarse o reinsertarse en otras áreas del mundo laboral.

Algunos testimonios de docentes de la época señalan que se los citaba para destituirlos, y los que
quedaban estaban a la espera de que les sucediera lo mismo, entonces el clima que se vivía no era
bueno, siempre tenían miedo. Además, la irregularidad del procedimiento, en el que nada quedaba
por escrito, pues muchas veces la comunicación era vía telefónica o por correspondencia
confidencial a la dirección, hacía que los docentes no pudieran realizar ningún trámite por falta de
documentación escrita. Otras veces iba gente del ejército a realizar investigaciones y cuando esto
sucedía la directora actuaba con mucha sumisión, con mucho miedo.

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Las “depuraciones” comenzaron por los organismos de formación docente, el 26 de agosto de 1973
se clausuró el Instituto Normal de Montevideo y se intervino el IPA, clausurando los cursos y
separando del cargo a su director. En primaria, los maestros fueron destituidos o sumariados. Los
profesores fueron clasificados en A, B o C por la “Constancia de habilitación para cargos públicos”,
esta clasificación dependía del grado de fe democrática, es decir, si una persona era fe democrática B
quería decir que habían dicho o denunciado que estaba vinculada a asuntos políticos y, la fe
democrática C era la que tenían pruebas contundentes de haber pertenecido a partidos políticos,
ellos eran destituidos automáticamente.

En la mayoría de los casos, quienes ocupaban las vacantes no eran personal especializado ni en la
asignatura y mucho menos en didáctica y pedagogía. Podía acceder al título de profesor mediante
diversos cursos de capacitación.

En la Universidad las medidas también fueron drásticas, se allanaron varias facultades, se arrestaron
a todos los decanos y al rector, se los pasó a la justicia militar y se clausuraron los cursos por tiempo
indeterminado.

En mayo de 1974, a partir de un decreto del P. Ejecutivo, comienzan las destituciones masivas y las
renuncias voluntarias en la Universidad. En febrero de 1975 se designaron nuevas autoridades. Estos
cargos, al igual que las autoridades de Primaria, Secundaria y UTU eran ocupados por oficiales
propuestos por los comandos de las FFAA.

En cuanto a la enseñanza privada, esta cumplió un rol muy importante durante el período de
dictadura. En medio de la persecución ideológica muchos de estos institutos sirvieron como refugio
para los docentes que renunciaron o fueron destituidos. Muchos alumnos y profesores de estos
colegios señalan que allí se respiraba una “atmósfera de libertad”; publicaciones estudiantiles,
concursos literarios y campamentos eran espacios en que los jóvenes, en algunos casos junto con
docentes, podían expresarse “diciendo sin decir”.

Pero desde el punto de vista económico, no fueron años fáciles para la educación privada, ya que la
matrícula no creció ni para primario ni para secundario. La matrícula comenzó a decaer en 1972, y se
fue profundizando en 1973 y 1976, continuando su deterioro en el período 1977 - 1984. Las causas
eran obvias: el deterioro económico que se estaba sufriendo y la agitación política e ideológica.

No obstante esta situación, parte del estudiantado y cuerpo docente define el ambiente que se vivía
en muchos colegios durante el período dictatorial como “burbuja de libertad”, “espacio libre”,
“paraíso en el infierno”, “se podía respirar con libertad a escondidas de lo que era la calle”.

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El panorama general de los tres niveles de enseñanza presentaba estos números: el sector Primaria
fue el que más retracción sufrió, entre 1968 y 1975 perdió 48 mil alumnos. (Ver Anexo 2/2 - Cuadro
4.1)

En los liceos, entre 1973 y 1982 se produjo un descenso en todos los niveles, mayormente en el
interior del país que en la capital. (Ver Anexo 2/2 - Cuadro 4.2) En cuanto a UTU la situación fue
diferente. A partir de 1970 hubo pérdida de estudiantes, pero en 1980 comenzó un ritmo acelerado
de crecimiento. (Ver Anexo 2/2 - Cuadro 4.3) Si hablamos de matrícula total en educación
secundaria, podemos concluir que en el periodo 1973 a 1981 se produjo un notorio descenso en la
misma (18%), para luego ascender e incluso superar la de 1973 (que había sido el máximo histórico),
en el año 1984. (Ver Anexo 2/2 - Gráfico 2.12)

Según CEPAL, hubo cuatro factores que explican este descenso en secundaria; a) omisión de
registros de los liceos nocturnos, b) el estancamiento de los egresos de primaria, c) la emigración de
la población uruguaya al exterior, d) el incremento de jóvenes que abandonaron los estudios para
trabajar. Hoy podemos agregar un quinto factor y es el impacto negativo que tuvo ese clima de
violencia y persecución gremial sobre el ambiente escolar.

En la Universidad creció la matrícula durante este período. Entre 1973 y 1974 se perdieron cinco mil
alumnos, sin embargo, se recuperó lentamente: en 1981 la cifra de universitarios era de 34.458,
alrededor de cinco mil estudiantes más que en 1973. (Ver Anexo 2/2 - Cuadro 4.4)

En la práctica, las medidas tomadas sobre el examen de admisión y cupos fracasaron, además de
restringir el acceso generó más rechazo y resistencia hacia el gobierno. En 1984 fueron dejadas sin
efecto.

Con respecto a Formación Docente, en el caso de Magisterio se perdieron alumnos,ya que en 1976
se contaba con 7868 alumnos, mientras que en 1981 el número alcanzaba solo a 1873 jóvenes. En
cuanto a Profesorado el proceso fue diferente, se habla de un “boom” en referencia a matriculados,
uno de los motivos que explica este crecimiento fue la creación de los institutos de formación en el
interior del país.

Conclusión

El último período dictatorial en Uruguay fue muy dañino para la sociedad toda y aún hoy día
seguimos sufriendo sus consecuencias. Fueron muchos los ciudadanos perseguidos, torturados,
exiliados, encarcelados, desaparecidos o asesinados. La represión en Uruguay alcanzó a 15,000
presos políticos.

15 
 

Los gobiernos democráticos no han logrado afrontar este tema con eficacia, imponer justicia y lograr
así cerrar las heridas aún abiertas. Organismos de derechos humanos siguen buscando a nuestros
desaparecidos y luchando contra la impunidad en Uruguay.

En cuanto a la educación, hemos podido comprobar el deterioro a nivel general que sufrió la misma
en todos sus niveles. Se rompió la tradición de enseñanza del país: el pluralismo, laicismo y
autonomía se sustituyeron por control, orden, seguridad y disciplina.

En el plano internacional, Uruguay perdió jerarquía dentro de latinoamérica en cuanto a


alfabetización, y a nivel mundial tuvo un gran retroceso respecto a las corrientes pedagógicas y la
aplicación de nuevas técnicas de enseñanza.

El proyecto a largo plazo no funcionó, la dictadura terminó y las reformas educativas en los manuales
y programas fueron sustituidos a partir de 1985, pero las secuelas de este periodo se mantuvieron
muchos años más. La gran destitución en el área educativa constituyó al profundo daño en la calidad
educativa, lo que se sumaba al prolongado estancamiento de la misma.

La reconstrucción de la educación uruguaya fue una de las tareas prioritarias que tuvieron los
gobiernos democráticos.

Finalmente nos preguntamos: ¿Cuánto hemos sanado? Pero más importante aún, ¿cuánto queda por
sanar? Ya sea en materia educativa, social, política, cultural, económica, de libertad de pensamiento,
de derechos humanos,de respeto y tolerancia, de unidad y comunidad, sospechamos que la herida
fue tan profunda y el yugo tan pesado, que aún al día de hoy la bota de la dictadura , en pequeñas
cosas, a veces imperceptibles al descuido diario… sigue marcando el paso.

16 
 

Bibliografía

● Greising, C., Pérez, C., Rostán, E. and Silva, M., Nahum, B. (2011). ​Historia Uruguaya 11. La
Dictadura 1973-1984​. Montevideo: Edición Banda Oriental, pp.105 - 128.
● Caetano, G. and Rilla, J. (1987). ​Breve historia de la Dictadura.​
● Appratto, C. Artagaveytia. (2004). ​El Uruguay en la dictadura,​ Banda Oriental.
● MEC. ​A 140 años de la educación del pueblo.​ Tomo I.
● Nahum, B. ​Historia de la Educación Secundaria.

Webgrafía

https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-liber-arce-primer-martir-estudiantil-murio-defensa-d
emocracia-20160814082958.html

http://www.anep.edu.uy/historia/clases/clase27_2/programa_c27_1_3.html

http://www.desaparecidos.org/uru/

 
 
 
 
 
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Anexos 
Anexo 1. Entrevistas

Entrevista a alumna del Liceo de Tararias en el período dictatorial, actualmente tiene 60


años:

- ¿Durante el período dictatorial (1973-1985) estabas estudiando o trabajando en algún centro


educativo? ¿Cuál?

- Durante el período dictatorial yo estaba en el Liceo de Tarariras, era estudiante.

- ¿Cómo era el clima dentro de la Institución?

- El clima dentro de la Institución justo en ese período era bastante tenso dada la situación…

- ¿La imposición del régimen afectó de alguna forma tus estudios o trabajo dentro de la institución?

- ​A mí no me afectó directamente, pero sí hubo miedo, mucho miedo. Prácticas intimidatorias: “¿qué
decís?” “¿por qué lo decís?”; amenazas de que no salgas a la calle después de determinada hora…
Más o menos eso.

- ¿Qué cambios percibiste si los hubo?

- ​Cambios realmente en la parte educativa yo no los percibí.

- ¿En qué enseñanzas se hacía énfasis en esa época?

- ​No se hacía énfasis en ninguna materia en particular ni en ningún tipo de enseñanza, sé que fue
muy complejo… Mucha tensión social, recortes presupuestales que afectaron al sistema educativo…
Hubo bastante recorte del sistema educativo.

- ¿Presenciaste o supiste de algún hecho de censura, destitución o violencia dentro del centro o
hacia el personal del mismo?

- ​No presencié, pero supe de profesores detenidos...

- ¿Cambiaron algunas costumbres dentro de la institución? ¿Cuáles?

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- ​Las costumbres de la institución no cambiaron, pero sí hubo suspensión de clases por hechos
puntuales dentro del liceo como protestas, invasión de los salones con rotura de mobiliario, pintada
de paredes con mensajes de protesta.

Entrevista a hermano de Nibia Sabalsagaray:

Yo nací en el ´51 así que en 73 ya tenía 22 años, ya no estudiaba.

Como estudiante yo no pasé esas cosas porque yo dejé de ir al liceo en el 67, 68. Que ya había..Yo me
acuerdo que salía a hacer pintadas pero no como estudiante sino como integrante de la UJC.

Por otras personas que yo conozco cambió mucho todo. Como ser la censura, había cosas que no se
podían hablar. La separación, lo sé muy bien, de profesores que eran los mejores profesores que
habían bueno, los echaron a todos.

Te puedo contar una anécdota que me pasó, yo había dejado el liceo hace poquito y un tarde al
comisario de Nueva Helvecia le dio por hacer una reacia y empezó a llevar gente preso y me acuerdo
que en el calabozo grande de Nueva Helvecia, que había dos, pero en el más grande éramos veintiséis
dentro del calabozo. Y dentro de los veintiséis me acuerdo que estaba Omar Moreira que era profesor
de historia y la directora del liceo estaba presa; que era por la manera de pensar. Ya ahí te podés
imaginar todo lo que pasaba.

Te puedo contar alguna anécdota de la China, de mi hermana. Te puedo contar que ella cursó en el
liceo de Nueva Helvecia. Cuando terminó el liceo, hasta ese momento era la mejor alumna que había
pasado por el liceo, con las mejores notas. Otra cosa que poca gente sabe, ella termina el liceo y mi
padre no la deja ir a estudiar por un año porque era menor. Durante ese año ella da clases de inglés
para juntar dinero para irse a estudiar a Montevideo, tenía una cantidad de alumnos. Después
también, Moreira este profesor de historia que te comentaba recién, le consiguió trabajo en
Valdense, que en ese tiempo era Preparatorio, para dar Literatura, trabajó tres meses como
profesora. Después se fue a estudiar a Montevideo y ahí fue cuando comenzó a militar en la Unión de
Juventudes Comunistas, que conoce a Tonia Yane, que fue la amiga de la vida de ella.

Y bueno, ahí empiezan la militancia en el Instituto Profesores de Artigas. Y ella siempre militó e
inclusive llegó a integrar el Secretariado de Estudiantes del IPA. Y siempre trabajando en ese sentido,
en las manifestaciones participaba. Participó mucho ella.

19 
 

Ahí hasta que a un año de la dictadura, los estudiantes organizan un acto en el IPA, que uno de los
que organiza es la China. Y consecuencia de ese acto que fue el veintisiete, el veintinueve a ella la van
a buscar al hogar estudiantil textil de Juan Lacaze, en la calle Constituyente, que la sacan a las tres de
la mañana y ya a las seis y media, siete de la mañana ya estaba muerta viste. Y a ella la mataron con
un submarino seco con una bolsa de nylon. Además de antes torturarla porque yo la vi, el cuerpo de
ella y estaba todo machucado.

Entrevista a alumna del Liceo de Valdense en el período dictatorial, actualmente tiene 58


años:

- Durante el período dictatorial (1973-1985) ¿Estabas estudiando o trabajando en algún centro


educativo? ¿Cuál?

- Estaba estudiando en el liceo Daniel Armand Ugon, de Colonia Valdense (año 1973-1978)

- ¿Cómo era el clima dentro de la institución?

- ​El clima era excelente

- ¿La imposición del régimen afectó de alguna forma tus estudios o trabajo dentro de la institución?

- No, de ninguna manera

- ¿Qué cambios percibiste si los hubo?

- Mayor orden , más disciplina. Recuerdo que principios del año 1973, alumnos de cursos superiores
vinculado de grupos de izquierda realizaban agitaciones y leían proclamos perturbando muchas veces
el normal ingreso a clase.

- ¿En qué enseñanza se hacía énfasis en esa época?

- No había énfasis de ninguna clase.

- ¿Presenciaste o supiste de algún hecho de censura, destitución o hacia el personal del mismo?

- Nunca hubo censura ni violencia dentro del centro de estudio y distinciones si. Los profesores que
eran reconocidos como militantes de izquierda, pero que en ningún momento expresaban las ideas
hacia los alumnos. Simplemente se dedicaban a la materia en sí.

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- ¿Cambiaron algunas costumbres dentro de la institución? ¿Cuáles?

- Sí, se hizo obligatorio el uniforme y se controlaba el corte de pelo.

- ¿Cómo eran los actos en fecha patria? ​- En esos años se conmemoraban los actos patrios en las
fechas reales y no se trasladaban como es ahora.

- Algo más que quieras contarnos sobre la educación en tiempos de dictadura, te lo agradecemos. ​-
Si, para nada tanto la dirección como los profesores, no hacían manifestaciones tanto políticas ni
religiosas.

Entrevista a estudiante de Colegio de Hermanas, Liceo y UTU Juan Lacaze, actualmente


tiene 53 años.

En la escuela hasta tercer año iba con la túnica minifalda porque era lo que se usaba, y de un año a
otro cambió a debajo de la rodilla.

En las fechas patrias había toda una solemnidad. Cada una de las fechas patrias se hacía en un lugar
distinto del departamento de Colonia y venían todas las autoridades del depto. que eran todos
milicos, militares, y se hacía desfile cívico-militar. Una vez fuimos a Colonia y estuvimos practicando
el desfile alrededor del colegio durante 20 días para que todo saliera, parecíamos milicos desfilando.
Nadie se salía de la línea, cuando ibas a dar una curva te enseñaban que los que iban del lado de
adentro tenían que ir dando pasos más cortos y los que iban del lado de afuera los pasos más largos.

En el liceo, cuando hacías Historia del Uruguay hacías desde los Charrúas a Artigas, después no
sabías más nada. Yo nunca supe los presidentes constitucionales que hubieron en Uruguay. Después
era mucha Historia Universal, arrancabas con los griegos, al año siguiente volvías a arrancar con los
griegos.

La bajada de línea era muy importante, vos terminabas creyendo que el que decía algo de más era
malo, vivías en una burbuja. En Argentina también había dictadura y en la tele veíamos los canales
de allá. Vos sabías por los familiares que había gente que desaparecía pero en realidad no se podía
hablar.

En el liceo por supuesto todos uniformados, los varones tenían que llevar el pelo corto por encima del
cuello de la camisa porque sino los mandaban para atrás y les ponían una amonestación. Era todo
muy militar el régimen que teníamos. Era muy solapado que algún profesor pudiera abrirte un poco

21 
 

la cabeza. Se daba en literatura, que ahí si te podían hacer volar un poco y podías razonar algo. El
80% de los profesores eran miliqueros a más no poder porque estaban puestos a dedo la mayoría.

Tanto en liceo como en la escuela, nada de libros abiertos, nada de calculadoras, no te facilitaban
nada, tenías que estudiar y saber y punto, no existía la recuperación, te ibas a exámen y punto. Y si
un profesor te tenía entre ceja y ceja, nada que tus padres pudieran ir a hablar con el director, ellos
mandaban y uno acataba. Lo que se aprendía se aprendía, uno salía sabiendo, eso es verdad. Me
acuerdo el himno a Artigas que te lo hacían cantar y para nosotros estaba bien, íbamos a la escuela
¿qué sabíamos? Entramos a ver como normales cosas que no eran normales.

Acá en Juan Lacaze lo que salvó mucho fueron los Salesianos, ahí iba toda la juventud, se reunía,
cantaba, jugaban a la pelota y a las cartas, era un lugar donde se podía respirar.

El último acto patrio que se hizo en Juan LAcaze, cuando ya se retiraba la dictadura, me acuerdo que
fue todo, todo, Juan Lacaze llenó las veredas. Los milicos estaban chochos. Se hizo todo el desfile
cívico primero, que lo cerrábamos nosotros con la banda y cada institución que desfilaba se iba
parando al lado del palco oficial. Estábamos todos formados y en eso arrancan a desfilar los milicos y
la gente se iba yendo, quedó como un pueblo fantasma, los del palco oficial y los milicos desfilando.
Eso fue un acto de rebeldía.

Entrevista a docente de Español que trabajaba en liceo de Juan Lacaze

El 3 de julio de 1972 me detuvieron como presa política. En el 69 con las Medidas Prontas de
seguridad implementadas por Pacheco Areco, no se podía hacer reuniones gremiales y un montón de
cosas y entre ellas estuvo intervenida Secundaria, por el profesor Armando Acosta y Lara, entonces
habían medidas extremas también y nos bajaban los circulares cada pocos días, las normativas, lo
que vos podías decir o no decir, la persecución de algunos directores si no se adecuaban a los
mandatos de Acosta y Lara.

Yo salí en el 76 pero no pude trabajar, los que habíamos estado presos no éramos restituídos, recién
fue en la democracia que nos restituyeron.

22 
 

Anexo 2 - Cartas y datos porcentuales

1. Carta del P. Ejecutivo al Semanario “Marcha” para censurar a la Universidad,


esta carta fue publicada con el nombre “La Universidad Amordazada”.

23 
 

2. Panorama educativo (porcentajes matriculación)

24 
 

Anexo 3

Imágenes que aluden a acontecimientos del período

1. MLN 

2. Accionar Tupamaro 

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3. Presidente Jorge Pacheco Areco 

 
4. Medidas prontas de Seguridad  

5. Lucha estudiantil 

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27 
 

6. Muerte de Líber Arce 

28 
 

7. Conmemoración de los mártires estudiantiles 

8. Otros estudiantes asesinados 

Susana Pintos Hugo de los Santos Heber Nieto Santiago Rodríguez Muela

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Íbero Gutiérrez Julio Spósito Joaquín Kluver Jorge Salerno Walter Medina Ramón Peré

Nibia Sabalsagaray

9. Golpe de Estado 27/06/1973 

 
 
 
 
 

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10. Presidentes durante el periodo dictatorial 

Juan Ma Bordaberry ( 1971-1976)

Aparicio Méndez
(1976-1981)

Alberto Demicheli (unos meses 1976)

Gral. Gregorio Álvarez (1981- 1984)

 
 
 

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11. Resistencia al Golpe 

32 
 

12. Adoctrinamiento militar por parte de EEUU 

 
 
 
 

33 
 

13. Mecanismos de acción de las FFAA 

Represión de una manifestación antidictatorial. Avenida 18 de Julio y Tristán Narvaja (Facultad de


Derecho). 3 de junio de 1984.

 
 
 
 

34 
 

14. Plebiscito reforma constitucional 1980 

15. Caída del régimen 

35 
 

36 
 

Acto en conmemoración del Día de


los Trabajadores. Proximidades del Palacio Legislativo. 1º de mayo de 1984

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