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La dirección asistida eléctrica y su

funcionamiento

Después de esta introducción, toca hablar al fin de la dirección asistida eléctrica


(EPS o EPAS) y de su funcionamiento. Parecía el paso lógico después de las
electrohidráulicas, teniendo en cuenta la velocidad a la que se están desarrollando
los motores eléctricos. Aquí ya no hay bombas ni líquidos.

En este caso, la dirección funciona de la siguiente manera: unos sensores


detectan la posición de la columna de dirección, la velocidad del coche y de giro y
recopilan datos. La información se transmite a un módulo de control que indica al
motor eléctrico que tiene que aplicar par de asistencia. De esta manera, el
mecanismo de dirección se adapta en función de las condiciones de conducción y
de la fuerza ejercida por el conductor.

Cuando la centralita recibe la información proveniente de los sensores, envía una


corriente eléctrica al motor para que este se accione. Esto provoca que el motor
eléctrico se mueva y accione un mecanismo, moviendo al mismo tiempo la
cremallera de dirección. De igual manera, el motor eléctrico actúa una vez
realizado el giro para llevar de nuevo las ruedas a su posición inicial, después de
que la centralita haya calculado el par de retorno en función del ángulo de giro o
de unos parámetros establecidos.

Existen diferentes tipos de direcciones asistidas eléctricas en función del punto del
mecanismo en el que se aplica la asistencia. En primer lugar, están las column
drive, que corresponden a las direcciones en las que la ayuda se ejerce sobre la
columna de dirección. Este es el más habitual hoy en día y el más barato de
instalar, ya que se incorpora sobre la parte de la columna que va en el habitáculo.
En segundo lugar, están las asistencias conocidas como piñón drive. Aquí el motor
eléctrico se sitúa sobre el piñón de dirección para evitar que el par se ejerza sobre
a la columna y así no tener que reforzarla –reduciendo así el peso del
mecanismo–. Por último, están las direcciones eléctricas conocidas como rack
drive, que tienen ubicado el motor eléctrico justo en la cremallera.
La dirección asistida eléctrica tiene una ventaja frente al resto y es que es mucho
más eficiente y no favorece que se consuma más combustible. Al no haber una
bomba hidráulica accionada por una correa que funciona constantemente no se
genera resistencia alguna, y por tanto el motor no tiene que hacer más “esfuerzo”
para que la dirección funcione. Esta es una de las principales razones por las que
se optó por introducir las asistencias eléctricas.
Pero también tiene puntos negativos. Uno de los principales está asociado a la
conducción y es posible que sea algo muy significativo para los más puristas.
Como la dirección está accionada en parte por un sistema eléctrico, es muy difícil
obtener información de la carretera a través del volante, debido a la menor
cantidad de elementos mecánicos, algo que reduce mucho las sensaciones.

De todos modos, las marcas de deportivos están haciendo grandes esfuerzos por
mejorar sus direcciones electro asistidas añadiendo diversos sensores con el
objetivo de mejorar las sensaciones. Esperemos que así sea y que, teniendo en
cuenta que estos sistemas permanecerán en el futuro, podamos disfrutar de las
sensaciones de una buena dirección.

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