Está en la página 1de 1

“… esa criatura que llora en un mundo desconocido asiste, sin saberlo, a su propio nacimiento.

No se sabe nunca cuándo se nace: el parto es una simple convención.”

El entenado, Juan José Saer

Si la violencia obstétrica se sitúa en ese territorio de pasaje en que se viene al mundo, ¿puede el
respeto desmontar una historia de costumbres donde la intervención médica se ha profundizado a la
par que la escucha y registro de los tiempos fisiológicos de la persona gestante pierde terreno? 

Hace más de un siglo que los avances de las tecnologías en torno al parto se han orientado en
referenciar a la institución hospitalaria como el sitio que puede garantizar una mayor
supervivencia de los cuerpos involucrados (el gestante y el naciente). Esta forma de parir y nacer
en la que la gestación en ocasiones se asemeja a una patología que debe atenderse y sobre la que
hay que intervenir se ha vuelto hegemónica. Y EN PLENA CUARENTENA el uso del COVID como
argumento para no respetar los derechos de quienes atraviesan el embarazo, parto o puerperio SE
HA HECHO VISIBLE.

Mientras se insiste en la responsabilidad de lxs gestantes se invisibiliza que actualizarse, es una


responsabilidad profesional.

Entonces, “cuando se sabe que algo es mejor y te seguís manejando de otro modo, ¿cómo se
llama eso?.

También podría gustarte