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CONTACTOS TRANSOCEÁNICOS PRECOLOMBINOS

Los contactos transoceánicos precolombinos son interacciones que existieron


entre los indígenas americanos y los habitantes de otros continentes antes de
1492, año en que Cristóbal Colón arribó a la isla de San Salvador. Desde el
encuentro de los dos mundos se han propuesto hipótesis sobre contactos entre
el Nuevo y el Viejo Mundo. Sin embargo, las investigaciones históricas y
arqueológicas en América y Europa han demostrado que la mayor parte de
ellas son sólo especulaciones. En la actualidad, la colonización vikinga en el
noreste de América es el único caso plenamente comprobado de contacto
entre este continente y Europa durante la época precolombina
Esto fue posible tras el descubrimiento de una aldea en L'Anse aux Meadows
en Terranova (Canadá), fechado alrededor del año 1.000 de nuestra era.
La Hipótesis de 1421 es una reciente y controvertida teoría elaborada por el
marino británico retirado Gavin Menzies, que sugiere que Zheng He
circunnavegó el globo y descubrió América a principios del siglo XV,
anteriormente a los viajes de Cristóbal Colón y Fernando de Magallanes.

Mapa1. Mapa que localiza a Fusang sacado del libro contactos


transoceánicos precolombinos de Martín Armada Teixoido

Este mapa de 1753 hecho por el cartógrafo francés Philippe Buache localiza a
Fusang ("Fou-sang des Chinois", "Fusang de los chinos") al norte del Estado
de California, en el ámbito de la Columbia Británica . Fusang o Fousang es un
país descrito en China en el año 499 por el misionero budista Hui Shen. Es un
lugar a 20000li, al este del país de Da-han, y también al este de China. Es
posible que la medida li, que se utilizaba durante el periodo Han midiera 415,8
metros. Si así fuera, la distancia de «20000li» se traduciría como 8316
kilómetros. Utilizando la herramienta de medición en el software Google Earth,
esa distancia es la que separa Guandong (el puerto principal de la marina
imperial china) de Vancouver (Canadá) o el estado de Washington (EE.UU.).
(Armada S.F)

Colonización Vikinga De América Del Norte


La colonización de América del Norte por parte de los Vikingos es un hecho
bien documentado arqueológica e históricamente.
la ciencia ha encontrado evidencias de que América fue «descubierta» por
los vikingos, y no por el marino genovés Cristóbal Colón. Así lo afirman, al menos,
varios arqueólogos de la Universidad Estatal de Michigan, los cuáles han
encontrado restos de varios artefactos de estos «asesinos del norte» en el sur de
la isla de Buffin (ubicada en la parte ártica de Canadá).

Según publica la revista «Sci News», el hallazgo se ha realizado en una


excavación abierta desde 1960. Más de 50 años después, los investigadores
acaban de descubrir lo que –según afirman- es un crisol para fundir bronce. A falta
de pruebas previas, este artefacto podría estar fechado entre los siglos VIII y
XIV lo que corroboraría nuevamente que este feroz pueblo llegó antes que Colón a
tierras americanas.
A pesar de que se han encontrado varios objetos, el que más destaca es
este pequeño recipiente de piedra (una vasija) que contiene en su interior
pequeños fragmentos de bronce y esferas de vidrio. Esto hace suponer que podría
haber sido utilizado para fundir armas u adornos por los vikingos, ya que los
pueblos indígenas del norte de América no practicaban la metalurgia en aquellos
años.

FIG 1 IMAGEN SACADA DE LAREVISTA CULTURA 2014


Artefacto hallado “El objeto cuenta con 48 milímetros de alto […]. Parece haber
sido más o menos circular en su planta, con un diámetro de expansión de 35
milímetros en base y 48 milímetros en el borde. La base tiene un espesor de 15
milímetros, con paredes estrechas de 6 milímetros. El exterior tiene un acabado
liso, pero las porciones del interior están marcadas por el rascado o raspado»,
han destacado los investigadores.
En palabras de los expertos, lo que une este objeto con los vikingos es que
esta civilización empleó este tipo de recipientes en Europa. «Se han
recuperado crisoles de piedra similares en Oslo», han señalado los
investigadores. Con todo, también han hecho referencia a que puede ser una
evidencia temprana de la aplicación de la metalurgia en América del norte.

La evidencia arqueológica para el contacto en Groenlandia es limitada, pero


parece indicar que los noruegos no afectaron sustancialmente las adaptaciones
indígenas, sus tecnologías o su cultura
Actualmente alrededor de 80 islandeses tienen marcadores genéticos de una
mujer indígena que pudo haberse asentado en Islandia en el siglo XI. Para
explicarlo se ha formulado la hipótesis de que podría haber sido una mujer
llevada a Europa por los exploradores nórdicos.

Los Polinesios en América


Algunos arqueólogos han especulado con la posibilidad de que Asia no sea el
único origen de los indígenas americanos. Entre ellos, hay quienes consideran
que los polinesios —cuya habilidad como navegantes de altamar es bien
conocida— o bien, que los sudamericanos pudieron haber llegado a Polinesia
en la época precolombina. Estas hipótesis se apoyan en la semejanza entre
vocablos de las lenguas malayo-polinesias y de la región andina y en ciertos
hallazgos materiales.
CULTIVO DEL BONIATO EN POLINESIA
El boniato (Ipomoea batatas) es una planta
nativa de América Central cuyo consumo en
Polinesia es muy común. Se pensaba que
los españoles y portugueses lo habían
introducido en aquella región después del
siglo XVI, pero los arqueólogos han
encontrado restos de esta raíz fechados
antes de esa época. Existen dos posibles
explicaciones para este hecho. La primera
corresponde a la posibilidad de que las aves
hayan llevado las semillas del boniato a
Polinesia durante sus migraciones. La segunda considera que la introducción
de la batata fue obra humana, esta última va teniendo mayor aceptación entre
los especialistas. Hay evidencia cultural en favor de esta hipótesis. Por un lado,
la semejanza en la denominación del camote en las lenguas malayopolinesias
y las lenguas del pacífico sudamericano. Para el protopolinesio, la
denominación de Ipomoeas batata ha sido reconstruida como kumala. Esta voz
es similar al nombre que la especie recibe en leguas como el cañari de
Ecuador, donde se llama kumal. Por otro lado, se ha demostrado que las
embarcaciones construidas en Polinesia y Perú durante la época precolombina
podían navegar largas distancias.

GALLINA ARAUCANA
A partir del año 2005, el análisis de
ADN en huesos de gallina
recuperadas en un contexto
prehispánico de Arauco (área
mapuche del sur de Chile), permitió
detectar genes polinésicos en los
mismos. La gallina araucana
prehispánica era un misterio desde la
época de la Conquista, pero fue
George Carter (1971) quien
sistematizó la información y planteó
su origen en Polinesia. Curiosamente,
nunca se habían encontrado restos
arqueológicos de gallina en las costas
de América, hasta su aparición en un
conchal de la costa de Arauco en 1993, datado hacia el 1350 d.C. Los primeros
huesos de gallina del conchal llegaron al laboratorio de Auckland de la doctora
Matisoo-Smith en febrero del 2006, y para septiembre de ese año se lograron
resultados positivos. Con esa información, se realizó una datación que entregó
un rango entre 1304 y 1424 d.C. para la presencia de gallina polinésica en el
centro sur de Chile. Después de múltiples pruebas y de la comprobación de los
resultados en un laboratorio independiente, la Academia Nacional de Ciencias
de Estados Unidos publicó el trabajo en junio del 2007. Finalmente, la genética
pudo aportar una prueba incuestionable del contacto. En efecto, se pudo
comprobar que exploradores polinesios llegaron a las costas del sur de Chile
en tiempos prehispánicos.

CRÁNEOS DE LA ISLA MOCHA


Una investigación de 1990-1991
encontró una mandíbula humana con
un rasgo polinésico (“rocker jaw”)
procedente de la Mocha pero fuera de
contexto . Excavaciones sistemáticas
posteriores, permitieron la recuperación
de más de 20 individuos, en distintos
sitios de la Isla Mocha (sur de Chile). La observación de los materiales resaltó
un tamaño promedio mayor a los antiguos mapuche, y una forma pentagonal
en el cráneo, propia de los polinesios. También se observaron otras
mandíbulas con el rasgo “rocker jaw”, que no está representado en la América
precolombina, pero aparece con alguna frecuencia en Polinesia. En
consecuencia, hay fundadas sospechas de la presencia de polinesios que
llegaron, vivieron y murieron en la Isla Mocha, en tiempos prehispánicos, y esta
línea de investigación parece ser la más promisoria en el futuro.

POSIBLES PRÉSTAMOS LINGÜÍSTICOS


Los lingüistas neerlandeses Willem
Adelaar y Pieter Muysken especialistas
en lenguas indígenas sudamericanas han
sugerido que al menos dos vocablos
pudieron haber sido compartidos por los
polinesios y los indígenas de América del
Sur. Uno de ellos es el nombre común de
Ipomoea batatas, ya señalado en este
artículo. En rapanui se llama kumara; en
hawaiano, ʻuala y en maorí, kumāra.
Estos términos pueden estar conectados
con los nombres sudamericanos para la
misma planta como k’umar ~ k’umara (en
quechua y aymara). El segundo préstamo lingüístico hipotético lo constituye la
palabra para 'hacha de piedra', llamada toki en la isla Rapa Nui, toki en
mapudungun. Estos términos también parecen relacionarse con totoki, la
palabra yurumanguí para 'hacha'. De acuerdo con Adelaar y Muysken, la
similaridad de la palabra para boniato «Constituye una prueba cercana del
contacto incidental entre los habitantes de la región andina y el Pacífico Sur»,
aunque la palabra para hacha de piedra parecería menos convincente. Los
autores señalan que un préstamo lingüístico posible entre Polinesia y América
del Sur se pudo deber a contactos esporádicos y no a migraciones masivas.

KON-TIKI (EXPEDICIÓN)
Kon-tiki fue el nombre de la
balsa utilizada por el
explorador noruego Thor
Heyerdahl (1914-2002), en
su expedición de 1947 por el
océano Pacífico desde
Sudamérica hasta la
Polinesia. El nombre de la
embarcación se debía al dios
solar de los incas, Wiracocha, de quien se decía que antiguamente había
llevado el nombre de «Kon-Tiki». Kon-Tiki es también el nombre del libro que
escribió Heyerdahl sobre su experiencia. Heyerdahl sostenía que pobladores
procedentes de Sudamérica podrían haber llegado hasta la Polinesia ya en
tiempos precolombinos. El propósito de Heyerdahl era demostrar la posibilidad
de que el poblamiento de la Polinesia se hubiese llevado a cabo por vía
marítima, desde América del Sur, en balsas idénticas a la utilizada durante la
expedición y movidas únicamente por las mareas, las corrientes y la fuerza del
viento, que es casi constante, en dirección este-oeste, a lo largo del Ecuador.
No obstante, la expedición dispuso de ciertos elementos como una radio,
relojes, mapas, sextantes y cuchillos, aunque los mismos no fueron relevantes
a la hora de probar que una balsa como la utilizada podía realizar la travesía.
La travesía comenzó el 28 de abril de 1947. Heyerdahl y otros cinco integrantes
viajaron durante 101 días a lo largo de casi 7.000 km por el océano Pacífico,
hasta llegar a un arrecife en el atolón de Raroia, en las islas Tuamotu, el 7 de
agosto de 1947. Toda la tripulación llegó a tierra sana y salva.
El 17 de mayo de 1970 se propuso navegar desde Marruecos en el bote de
papiro Ra II a través del océano Atlántico.
Su siguiente bote Tigris fue creado para demostrar que la Cultura del valle del
Indo, en Pakistán habría podido conectarse con la de Mesopotamia. El Tigris
fue incendiado deliberadamente en Yibuti, el 3 de abril de 1978 como protesta
contra las violentas guerras de cada lado del mar Rojo y África.

EL VIAJE DE TAHITÍ A RAPA NUI

Las canoas de doble casco māori Te Aurere y Ngahiraka Mai Tawhiti que
partieron de Rapa Nui en diciembre 2012, llegaron el 30 de enero de 2013 a las
costas de Moorea (Archipiélago de la Sociedad, a 17 km de Tahití). La travesía
había comenzado el 17 de agosto de 2012 en Aotearoa (Auckland, Nueva
Zelanda), desde donde las canoas, atravesando 10.000 millas náuticas y
haciendo uso de los métodos tradicionales de navegación polinesia, llegaron a
Rapa Nui el 1 de diciembre del mismo año. El viaje, además de demostrar la
relativa facilidad con que en el pasado los polinesios surcaban el océano, tuvo
un profundo significado cultural y espiritual, y fueron, en esa ocasión, recibidos
en la playa de Anakena de Rapa Nui a la antigua usanza, por una comitiva que
realizó una muestra de cantos y danzas tradicionales, para acto seguido
proceder a la colocación de los ojos a uno de los moai del ahu Nau Nau, acto
simbólico que fue un reflejo del sentimiento y la emoción que contuvo la
extraordinaria experiencia.
BIBLIOGRAFÍA:

 ARMADA TEIXOIDO, Martín (s.f) “Contactos transoceánicos


precolombinos”
 LOPEZ, Mario (2011) “Contactos transoceánicos precolombinos”
 DÍAZ MONTEXANO, Georgeos
 Equipo enciclopedismo (2016) Historia “Contactos transoceánicos
precolombinos”

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